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UNIDAD 1 TEÓRICO 1 BARBIER Y LAVENIR – HISTORIA DE LOS MEDIOS: DE DIDEROT A INTERNET – PÁGINAS 9 A 19 Introducción. Los medios tienen una historia. Definición de medios : Por medios entendemos todos los sistemas de comunicación que permiten a una sociedad desempeñar tres funciones esenciales: la conservación, la comunicación a distancia de los mensajes y de los saberes y la renovación de las prácticas culturales y políticas. Se le dice medio a toda estructura socialmente instituida de comunicación y al SOPORTE de esas estructuras. Los medios y la gestión material : La acción de los medios tiene lugar en el corazón mismo de la vida social. Toda sociedad se organiza a través de múltiples instrumentos de mediación. Los medios y el saber : El estudio de los medios nos conduce a dos órdenes de fenómenos igualmente fundamentales. El registro de la información por medio de un soporte material que asegura su conservación a más o menos largo plazo, permite la acumulación de saberes y de conocimientos, lo que lo convierte en un intermediario indispensable de una historia del pensamiento. La primera revolución del libro está signada por la invención de Gutenberg hacia 1450. Pero hay que esperar a que la misma multiplicación de los libros impresos permita la emergencia de técnicas de trabajo y, más tarde, la invención progresiva de otro modo de lectura, la redacción de catálogos, enciclopedias y, a mediados del siglo XVI, la formación de bibliotecas modernas, para que, en un segundo momento, el cambio desemboque en el cuestionamiento de los viejos modelos del saber, en una reorganización global. La estructura y la organización del saber están determinadas por las características materiales de los medios utilizados, por su masa y por las prácticas de apropiación que ellos vuelven o no posibles. Los medios y la política : Administrar e informar desembocan en la cuestión de la política, donde intervienen dos factores principales, uno de orden estructural y el otro histórico. 1- Las estructuras. Toda sociedad humana funciona a partir de elementos materiales, de modos de organización y de prácticas sociales, pero también a partir de un imaginario global, de una cultura abstracta que le permite situarse en el tiempo, dar sentido a su existencia y experiencia y definir la dirección deseable de su porvenir. Este

Historia de Los Medios - Unidad 1

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UNIDAD 1

TEÓRICO 1

BARBIER Y LAVENIR – HISTORIA DE LOS MEDIOS: DE DIDEROT A INTERNET – PÁGINAS 9 A 19

Introducción. Los medios tienen una historia.

Definición de medios: Por medios entendemos todos los sistemas de comunicación que permiten a una sociedad desempeñar tres funciones esenciales: la conservación, la comunicación a distancia de los mensajes y de los saberes y la renovación de las prácticas culturales y políticas. Se le dice medio a toda estructura socialmente instituida de comunicación y al SOPORTE de esas estructuras.

Los medios y la gestión material: La acción de los medios tiene lugar en el corazón mismo de la vida social. Toda sociedad se organiza a través de múltiples instrumentos de mediación.

Los medios y el saber: El estudio de los medios nos conduce a dos órdenes de fenómenos igualmente fundamentales. El registro de la información por medio de un soporte material que asegura su conservación a más o menos largo plazo, permite la acumulación de saberes y de conocimientos, lo que lo convierte en un intermediario indispensable de una historia del pensamiento. La primera revolución del libro está signada por la invención de Gutenberg hacia 1450. Pero hay que esperar a que la misma multiplicación de los libros impresos permita la emergencia de técnicas de trabajo y, más tarde, la invención progresiva de otro modo de lectura, la redacción de catálogos, enciclopedias y, a mediados del siglo XVI, la formación de bibliotecas modernas, para que, en un segundo momento, el cambio desemboque en el cuestionamiento de los viejos modelos del saber, en una reorganización global. La estructura y la organización del saber están determinadas por las características materiales de los medios utilizados, por su masa y por las prácticas de apropiación que ellos vuelven o no posibles.

Los medios y la política: Administrar e informar desembocan en la cuestión de la política, donde intervienen dos factores principales, uno de orden estructural y el otro histórico. 1- Las estructuras. Toda sociedad humana funciona a partir de elementos materiales, de modos de organización y de prácticas sociales, pero también a partir de un imaginario global, de una cultura abstracta que le permite situarse en el tiempo, dar sentido a su existencia y experiencia y definir la dirección deseable de su porvenir. Este modelo está constituido en primer lugar por las categorías abstractas. 2- por el lado de la historia, la cuestión central es la del acceso a los medios y a las informaciones que ellos proporcionan. Ya en los siglos XV y XVI la posibilidad de multiplicar los ejemplares de un texto planta el problema de la expansión del campo de lectores y de lectura.

El fenómeno no desapareció en la actualidad. Por un lado, las técnicas contemporáneas ligadas a la rapidez de las comunicaciones y a la posibilidad de tratar masas importantes de información permitiría la democratización. Sin embargo, la misma masa de información disponible vuelve imposible su uso, mientras que la creciente complejidad técnica de los instrumentos informáticos convierte en hipótesis el dominio autónomo del sistema por parte del usuario medio.

La historia de los medios y la histografía: La historia del libro se propone historizar las condiciones del reencuentro entre el mundo del texto y el mundo del lector. La historia de los medios (historia del lazo social más elaborado), conduce a una problemática política, a saber: la ideología, los modos de dominación y participación, los medios de

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administración, las vías de una eventual impugnación. El campo principal en que se concentra la investigación histórica reciente es el de la historia económica y social. Y la historia de los medios tiene un lugar central ya sea que se trate de la historia de las técnicas o de la historia de la economía de la producción, difusión y consumo. Para el hombre del año 2000 interesado en la realidad de esta tercera revolución mediática en la que está inmerso, la historia de los medios tiene el interés no sólo de superar la axiomática aportando elementos de información y de comparación, sino también de escapar de un discurso dedicado a la abalanza de nuevos medios y al desprecio de los tradicionales. No cabe al historiador proponer una teoría general de los medios: se trata de una puesta en situación diacrónica de los sistemas de comunicación en el sentido más amplio. Estos se organizan sobre el fondo de una historia anterior. Más tarde se desarrolla según orientaciones renovadas en función de las necesidades, del movimiento de las ideas e ideologías y de las evoluciones en conjunto de las sociedades. Por último, los mensajes y los tipos de informaciones que transmiten, sus configuraciones materiales y sus modos de circulación y recepción, repercuten sobre la sociedad global.

Los tiempos de los medios: Si los medios designan tanto los soportes como las formas de comunicación, las funciones principales de éstas acompañan los cambios de la sociedad global. Se distinguen, a partir de 1750, tres lógicas sucesivas. Aquí se conoce la culminación del desmantelamiento de los esquemas de percepción y representación que permitían la manipulación del mundo. En esa época también surge el universo científico y técnico y, con él, nuevos sistemas y nuevas prácticas de comunicación. En 1751 comienza a publicarse la Enciclopedia, cuyo objetivo es reunir los conocimientos dispersos, exponer su sistema general y transmitirlo. En ésta lógica política, lo escrito y lo impreso permiten la generalización de las Luces (progreso para la mayoría). La teoría de los poderes se vuelve más sutil aunque el sistema sigue siendo conservador. La estructura económica de las sociedades se transforma: llega la revolución industrial a Inglaterra extendiéndose, de a poco, en el continente. La producción no agrícola aumenta, llega la urbanización y nuevas prácticas de consumo. Hay tendido de redes que hacen surgir la experiencia de un transporte rápido de la información. Estas redes permiten pensar y organizar el control de la circulación de información en las democracias representativas modernas y en las economías liberales. La primera parte del siglo XX está signada por la diversificación de los medios en dirección a la imagen y sonido. Igual que el libro y el periódico, el cine cumple una función política, en la medida en que ofrece una representación imaginaria de las relaciones individuales y de la sociedad en las obras de ficción, mientras que su función informativa asocia representación al mundo y puesta en escena de la vida colectiva. Tras la segunda guerra mundial, la televisión es la heredera directa de los modelos precedentes, no sólo porque ella recupera las capacidades de los hombres de radio y cine, sino por que plantea en otros términos la cuestión de la construcción social de la vida colectiva.

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TEÓRICO 2

ROWLAND, Willard, “Prefacio” a Crowley, David & Heyer, Paul, La comunicación en la Historia. Tecnología, cultura y sociedad, Barcelona, Bosch, 1997, pp.13-16.

Durante gran parte de su vida inicial, la historia de la comunicación fue la historia de la prensa. Los mejores trabajos en esta línea tendían a situar sus explicaciones en un contexto social más amplio, por ejemplo, analizando la relación entre la prensa y las cambiantes formas de democracia, entre el cine y la experiencia sociocultural, etc. A partir de ello se generó el primer cambio significativo de la historiografía de la comunicación: ampliar el marco de referencia horizontal, situar la historia de los medios de la comunicación en la perspectiva más amplia de las instituciones sociales. Por lo tanto, si el primer gran cambio consistió en ampliar el marco de referencia horizontal, el segundo gran cambio es ampliar el marco verticalmente, considerar la historia –más amplia- de las instituciones de los medios de difusión sobre un telón de fondo cronológico mucho más profundo de la totalidad de la historia humana, examinar el papel de la comunicación en el desarrollo de la especie humana y sus formas de civilización.

Historiadores de la comunicación como Walter Ong, Elizabeth Eisenstein y Harold Adams Innis comparten un gran interés por el profundo contexto de la civilización de todas las formas principales de tecnologías de la comunicación.

Hay varios principios clave de esta escuela de historiografía de la comunicación. En primer lugar, se conciben a todos los medios y tecnologías de la comunicación contemporánea como extensiones de las capacidades humanas de comunicación básicas e innatas. Incluso las modernas tecnologías son vistas como las últimas formas de las antiguas tecnologías de comunicación humana que incluyen el discurso, el gesto, el drama, el ritual social de todo tipo.

En segundo lugar, en tanto que estas distintas tecnologías han ejercido una influencia distinta durante los diferentes períodos de la experiencia humana, han tenido impacto diverso en las características definitorias de las capacidades de la especie. En otras palabras, la totalidad de la experiencia humana, por tanto, parece depender en gran parte de la forma o formas de comunicación vigentes durante cualquier época.

En tercer lugar, si estas relaciones entre los sistemas de comunicación y los amplios modelos de pensamiento y experiencia humana son tan fuertes, entonces la historia de la comunicación es mucho más central para la historia humana de lo que se reconoce.

Desde finales del siglo XIX, la historia académica ha estado fragmentada entre los otros grandes campos de aprendizaje social y humanístico. Esto es, hemos tenido varias historias, como la historia económica, política, social y cultural. Cada una ha luchado por su supremacía como historia esencial, historia infraestructural sobre la cual se edifican las demás. Pero con la llegada de la perspectiva de la historia de la comunicación ha aparecido otro contrincante. En su forma emergente, la historia de la comunicación contemporánea ofrece la expectativa de que los patrones, sistemas y tecnologías de comunicación no sólo son importantes, sino centrales e indispensables para la historia humana, y que puede que las demás ramas formales de la historia deban reescribirse bajo su óptica. Así mismo, en su forma actual, la historia de la comunicación tiene implicaciones profundas y de largo alcance, no sólo para la historia sino también para las investigaciones en comunicación y el periodismo.

Sin embargo, debería quedar claro que la perspectiva histórica planteada presenta una serie de nuevas preguntas y advertencias importantes. Por ejemplo, si se han de considerar las formas de comunicación y la experiencia de los medios de difusión como centrales para el desarrollo de la experiencia humana, ¿en qué medida son fundamentales?¿Hasta qué punto este argumento roza una forma de determinismo tecnológico contra el que nos previenen fuertemente nuestros más recientes estudios,

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tanto sobre investigaciones sobre comunicación como sobre la filosofía de la tecnología? O, por otro lado, si tenemos que adoptar un sentido cronológico más profundo de la historia de la comunicación y trasladamos el problema a los orígenes de la civilización humana, ¿cuánto debemos retroceder? Hemos pensado por costumbre en la “evolución” de la comunicación como una progresión a través de una trilogía desde la cultura oral a través de la imprenta hasta la electrónica. Más aun, la investigación antropológica contemporánea sugiere la posibilidad de una capacidad kinésica fuerte y pre-oral. Bien pudiera ser que los sistemas de gestos, posturas, movimientos y signos precedan a los modelos formales de discurso y lenguaje: ¿Podría ser que nuestra herencia clásica griega y la larga influencia de la retórica en la conciencia académica occidental hayan sobrevalorado la tradición en la evolución oral de la mente y la cultura? Si es así, tendrían que añadirse las dimensiones de una cultura pre-oral a la trilogía usual, haciendo de ella por lo menos un cuarteto.

Mientras tanto, ¿que hay de los períodos de transición? Los modelos de trilogía o cuarteto imaginan una distinción bien clara entre una cultura o tradición de comunicación y otra. Más aún, cuanto más estudiamos el problema del cambio, más cuenta nos damos del problema de John Donne de encontrar la línea divisoria entre el día y la noche: ¿Cuánto tiempo duro la cultura manuscrita occidental?¿En qué medida era oral? O, considerándolo desde otro punto de vista, ¿cuánto de lo que consideramos cultura impresa anticipó –si no determinó- aquella cultura? Tales preguntas no son triviales en nuestra propia época cuando todavía estamos en los primeros días de lo que creemos que es una cultura electrónica.

No es que las lecturas seleccionadas por [Crowley y Heyer] respondan a estas preguntas o que debamos esperar que lo hagan. Pero la perspectiva que se ofrece aquí sobre la historia de la comunicación es rica y convincente. Hará que sea considerablemente más fácil enseñar a partir de ahora las sofisticadas historias de la tecnología de los medios de difusión y de las comunicaciones, dándoles un marco de trabajo mucho más riguroso y comprensible.

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PRÁCTICO 1

Génesis del alfabeto occidental

Autora: Mg. Alejandra V. Ojeda

CONSTITUCIÓN Y TRANSFORMACIONES DEL ALFABETO OCCIDENTAL

El alfabeto es un producto de la historia que ha recorrido un vasto camino hasta constituirse en un repertorio finito y relativamente estable.

El lenguaje (tanto el oral como el escrito) se sostiene en las sociedades históricas fundamentalmente sobre el método de la autoridad.

Nuestro alfabeto comparte su raíz con otros repertorios de signos, algunos similares, como el griego, y otros completamente diferentes (al menos en apariencia) como el hebreo. El desarrollo de la escritura, organizado cronológicamente, se puede clasificar en tres períodos: a) pre-escritural, b) escritural pre-alfabético y c) alfabético. Dentro del tercer período, a su vez, se pueden diferenciar las siguientes etapas: c.1) de la conformación del primer alfabeto al alfabeto romano, c.2) desde la institucionalización del alfabeto romano a la invención de la imprenta y c.3) desde la invención de la imprenta hasta nuestros días.

a. Período pre-escrituralLas primeras expresiones gráficas se remontan al paleolítico, entre 40.000 y 25.000 años antes de Cristo. Si bien las primeras hipótesis atribuían a estas piezas un valor comunicacional, recientemente se ha coincidido en asignarles más bien una función de tipo mágica. Las hipótesis acerca de su carácter comunicativo han sido dejadas de lado, entre otras cosas, por algunas evidencias de tipo empírico que contradicen esta intención, como por ejemplo que no estuvieran a la vista de todos, siendo muy difícil acceder a ellas por estar ocultas en cuevas a las que se llegaba por largos túneles de escasa altura.

Es poco probable que éstas hayan sido la expresión de la subjetividad de un artista,

Se conoce que las comunidades pre-escriturarias, todavía con costumbres nómades, poseían actividades rituales tendientes a cohesionar el grupo, estimularlo, darle seguridad, y ofrecer certezas ante un bajo nivel de conocimiento y dominio instrumental de la naturaleza. Es posible explicar las pinturas rupestres como parte de estas actividades.

Se podría sostener que el representar a los animales y escenas de cacería era una forma de poseer lo representado. La pintura rupestre era una forma de hacer presente el objeto para poder pensarlo; el signo no sustituía al objeto para hacerlo presente en algún aspecto, sino que ERA el objeto.

b. Etapa escritural pre-alfabéticaEntre los años 6000 y 8000 a.C. se lleva a cabo la llamada “revolución de la agricultura”: del nomadismo al sedentarismo. Por primera vez resultaba necesario registrar información

Las formas escriturarias propiamente dichas significaron la convencionalización de reglas de dibujo y más adelante representación de ideas, generalmente sobre los objetos cerámicos de uso doméstico (vasijas).

Es interesante pensar el momento de la aparición de la escritura, como aquel en el cual la autoridad comenzaba a independizarse del sujeto que ejercía la fuerza y comenzaba lentamente a convertirse en regla internalizada, que permitiría, en el mediano plazo, niveles de orden social más complejos.

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b.1. Pictogramas

Los primeros ensayos de escritura consistian en dibujos que representaban a determinados objetos, de manera denotativa, sin que mediaran simbolizaciones, En términos peircianos, nos encontramos en el nivel icónico. Desde Saussure diremos que estos signos eran altamente motivados y que su grado de convencionalización era muy bajo o inexistente.

Comenzó a desarrollarse en la región mesopotámica derivando en formas más complejas de escritura: la escritura pictográfica y el ideograma.

b.2. La escritura pictográfica y la aparición de los Ideogramas

4000 A.C., entre los pueblos semitas

por un lado se empiezan a dar relaciones entre los distintos signos (escritura pictografica)

por el otro, algunos signos comienzan a condensar y desplazar sus significados, dándose en ellos un creciente grado de simbolización (ideogramas)

b.2.1. Escrituras pictográficas

Funcionaban como cuentos sin palabras, donde la narración se iba articulando en función de la combinación de los diferentes pictogramas e ideogramas.

Dificultades: problemas para identificar cuáles eran las unidades significantes; no siempre era posible identificar qué objeto era el que estaba dibujado (no representaban un grave problema pues los que leían e interpretaban estos textos solían ser muy pocas personas); su dependencia contextual, pero no representaba un impedimento para su decodificación pues esta práctica no era ejercida fuera de ese contexto comunal.

Por otra parte, antropólogos e historiadores coinciden en que la función de estas escrituras era mnemotécnica, una ayuda para relatar oralmente un texto.

b.2.2. Ideogramas

Si bien aún se pueden identificar los objetos a los que remite la figura dibujada, esta identificación del objeto es sólo el escalón necesario para acceder al significado connotado, el cual tiene alguna relación con el significado denotado, pero ésta es de tipo simbólico.

Los rasgos han perdido prácticamente su aspecto figurativo, pero luego de conocer su significado, es posible encontrar cierta similitud estructural.

b.2.3. Comparación entre oriente y occidente

Las comunicaciones oral y escrita empezaron a compartir una historia común desde el surgimiento de las escrituras fonéticas, es decir, desde el momento en que el signo escrito quedó constituido por un elemento visual asociado a uno sonoro. Pero esta relación no ha sido unívoca ni ha evolucionado de la misma manera en todas las poblaciones con escritura.

Mientras las escrituras alfabéticas están basadas en una interpretación simbólica, organizada bajo la lógica de la doble articulación entre monemas y fonemas, la interpretación de la escritura ideográfica conserva su raíz icónica, aún cuando en la actualidad los rasgos pictóricos hayan borrado prácticamente su carga figurativa.

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La forma de aprender los signos era por copia y repetición en el aprendizaje de la escritura se daba algo parecido, pues no se enseñaba como en occidente el código básico (alfabeto) y sus reglas combinatorias, sino que se ejercitaba la escritura de cada signo, dando importancia no sólo al concepto, sino también al trazo.

A partir de la revolución cultural, en la década de 1960, China se esfuerza por acotar sus repertorios básicos, para que resulten accesibles a un mayor número de personas.

¿Podríamos, en nuestra cultura occidental, operar con una escritura de este tipo?

Según McLuhan, el paso de la oralidad a la escritura ha representado una revolución perceptiva, que ha implicado un desplazamiento del oído como centro del acto de comunicación a la vista.

Vale decir, la escritura no habilita, de por sí y automáticamente, mejores procesos comunicacionales que la oralidad a nivel cognitivo. Habilitará el desarrollo del pensamiento analítico. Y en este punto, vale arriesgar la hipótesis de que la cultura occidental ha desarrollado esta forma de razón instrumental, analítica, que se coordina con la escritura alfabética, donde la explicitación del código y sus reglas combinatorias antecede a la acción, y donde la característica del signo es su linealidad. En China, en cambio, donde prevalece un tipo de pensamiento dialéctico, la forma de interpretación del signo es sintética, gestáltica, basada en procesos analógicos.

b.3. Escrituras fonéticas

Entre el 4.000 A.C. y 3.500 A.C se producen dos cambios en la escritura que van a resultar imprescindibles para la posterior conformación del alfabeto. Por un lado se va ganando en regularidad en los significantes visuales (se repiten los mismos para cada significado y se estandariza su forma1) y por el otro se ajusta la vinculación entre el significante visual y el auditivo, es decir, por primera vez se establece una relación entre la escritura y la lengua oral.

Dados los cambios mencionados, fue posible dar el siguiente paso: independizar el pictograma de su denotatum original y vincularlo sólo a su imagen acústica para formar un nuevo signo: el fonograma. Este salto se logra en Egipto hacia el 3500 a.C.2. con los fonogramas o “signos clave”. El elemento fundamental que posibilitaba la interpretación de estos signos era el sonido. Este sonido asignado a la figura provenía de la lengua oral, es decir que sólo pudo surgir en poblaciones que ya tuvieran escrituras fonéticas.

Uniendo los sonidos de ambos pictogramas, y restando algunas letras, obtendremos la nueva palabra. Como se puede ver, al igual que en la escritura pictográfica, existían

1 Por eso podemos encontrar numerosos registros de tablas de signos a modo de catálogos. “El 15 por ciento de las tablillas contienen listas de nombres, incluyendo mercadería, animales y oficiales. Esas listas eran compiladas, seguramente, para establecer y enseñar a los escribas un sistema de escritura reconocible y definitivo.” Proel, ob.cit.2 En México, este mismo tipo de signo aparecerá hacia los siglos XIII/XV

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problemas para identificar los elementos que componían el dibujo y para interpretarlos. El venado parece bastante obvio, no así los dientes…pero aún con el venado, es difícil determinar si le corresponde el sonido “ciervo”, “venado”, “gamo”, “antílope”, etc. Es decir, existían ambigüedades al momento de asignarles tal o cual imagen acústica. Y por si esto fuese poca dificultad, los significantes del primer nivel no se trasladaban en su totalidad en todos los casos, sino que había un recorte, y no había reglas estrictas para realizarlo. En el ejemplo mencionado, se eliminan las letras repetidas ( tl) y las dos finales de la segunda palabra (ti). En el segundo caso, Coatepec, las imágenes acústicas que se unirán serán “coatl” (serpiente) y “tepec” (colina), conformando el nombre de la ciudad Coatepec. Nuevamente observamos las mismas dificultades que en el ejemplo anterior. En función de las dificultades mencionadas, no es descabellado afirmar que la única forma de tener chances de decodificar correctamente el signo será conociendo su posible significado de ante mano.

b.4. Escrituras complejas

Podemos coincidir con Morhoouse en que la historia de la escritura no es una historia que evolucione de manera lineal y única. Así, hacia el 3000 AC se desarrolla en el antiguo Egipto, la escritura jeroglífica.

En las escrituras egipcias podemos registrar distintas etapas, desde una pictográfica inicial hasta el momento de su máxima perfección, hacia el 1500 a.C., cuando los signos adquieren, con las escrituras hierática y demótica (la primera reservada a las escrituras sagradas y la segunda a las de difusión, ambas en la ilustración que acompaña este párrafo) un valor fonético independiente del significado original de la imagen pictórica (arbitrario). Pero en esta transición quedaron registros de las etapas intermedias, donde convivían en un mismo texto pictogramas, ideogramas y las primeras letras. Muchos de estos

registros aún hoy ofrecen dificultades para su decodificación. Por ejemplo, un mismo grafo podía estar cumpliendo distintas funciones, supongamos que encontramos el dibujo de una boca (ro), podría estar refiriendo al objeto boca, a la sílaba “ro” o a la letra “r”, y si estuviera cruzada por ejemplo por “nu” (agua) podía significar “beber”3. Los jeroglíficos, a diferencia de la escritura cuneiforme que veremos a continuación, tenían trazos sumamente detallados pues al estar realizados sobre papiro y con tinta y pincel, permitían líneas muy

delgadas y no ofrecían mayores dificultades para las formas curvas, por eso mantuvieron su aspecto figurativo aún cuando estuviesen operando como letras. Trabajaban además una amplia gama de colores cuando escribían en este soporte, no así cuando lo hacían en otros materiales como madera o piedra. Se hipotetiza que la aparición de la letra estuvo motivada por la necesidad de escribir nombres propios.

Escritura Cuneiforme:

La evolución de las escrituras cuneiformes, cuyos primeros registros provienen del 3.000 a.C., recorre pasos similares a las otras escrituras: de formas figurativas a formas abstractas y regulares, de descoordinación entre lengua oral y escrita a una correspondencia, pero es interesante destacar como el tipo de soporte en el que se escribía, aceleró o aplazó la abstracción de la forma. Los primeros registros, como dijimos y según se ve en la tabla que acompaña este párrafo, consistían en escrituras pictográficas cuyos signos eran íconos de los objetos representados (realizados inicialmente en piedra o barro). El soporte donde se los trabajaba eran unas tabletas de

3 Ejemplo extraído de la enciclopedia El Mundo que nos rodea, tomo: “El libro y la escritura”, dirigida por Ivan Illins.

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arcilla a las cuales se marcaba con cuñas. Esto dificultaba las líneas curvas y extensas, pues por un lado, la presión de la arcilla volvía a cerrar la línea y por el otro cerraba las líneas curvas. Por otra parte, la forma triangular que adquiría el remate de la cuña hizo que rápidamente los dibujos se diferenciaran de los objetos inicialmente designados. Por otra parte, antes de que se diera este proceso, hubo un cambio de dirección en la escritura (se cree que por una cuestión de comodidad, ya que antes se escribía de arriba hacia abajo y se pasó a escribir de izquierda a derecha) que hizo que la totalidad de los signos modificara 90* la orientación e hiciera que en algunos casos fuese imposible reconocer el objeto denotado (véase en el ejemplo anterior el pictograma de pájaro, como

pierde su similitud icónica en la segunda columna, al cambiar la dirección). Los pueblos que posteriormente desarrollaron alfabeto no tomarán esta dirección de escritura hasta los griegos atenienses. Es interesante destacar como la dirección de escritura orienta la percepción en cada cultura.

Hacia el 1500 A.C. la escritura cuneiforme ya había adquirido valor fonético y había

estandarizado sus repertorios silábicos, aunque su decodificación seguía siendo problemática en tanto un mismo signo poseía varios valores fonéticos, y sólo se podían comprender de cual se trataba por la intervención de varios criterios simultáneos.

Entre el 1300/1000 AC, se desarrollan los primeros alfabetos, el más antiguo es el cananeo, hacia el 1300 a.C., del cual deriva el alfabeto fenicio, uno de los alfabetos más tempranos (1100/1000), del cual derivará inmediatamente el hebreo (1000 a.C.). Los fenicios eran un pueblo que ejercía el comercio marítimo, lo cual favorecía el contacto con muchos pueblos que manejaban diferentes lenguas y con los cuales establecían relaciones comerciales. En este contexto, y en parte estimulado por la necesidad de establecer un código taxativo para comunicarse, los fenicios desarrollan uno de los primeros alfabetos de los que se tiene registro. El mismo contaba con 22 letras consonantes, quedando las vocales sin registro escrito, aunque continuaban presentes en la

lectura. Actualmente, el hebreo conserva esa característica, aunque para facilitar el aprendizaje, al iniciarse en su lecto-escritura se utiliza una serie de signos formados por puntos para señalar el lugar donde deberían estar presentes las vocales. Es interesante notar que los niños pequeños reproducen esta secuencia, no escribiendo las vocales en sus primeras escrituras, aún cuando las saben dibujar y leer4.

Grecia conoce este alfabeto y lo perfecciona agregándole las vocales, quedando conformado por veintisiete letras, todas mayúsculas. De los cuatro alfabetos que coexistieron en el mundo griego, estos son el antiguo (es el que vemos acompañando este párrafo), el occidental, el oriental y el clásico, es el "clásico" el que ha llegado difundido hasta nuestros días. El alfabeto se desarrolló durante la época de esplendor de Atenas, hacia el 400 a.C, el cual además de poseer vocales había adquirido la dirección de lecto-escritura que actualmente tienen los pueblos occidentales. ¿Cómo hicieron los griegos, que escribían las vocales, para adaptar un alfabeto consonántico? Lo que hicieron fue tomar algunas letras que los fenicios utilizaban como consonantes y les asignaron el valor de vocal, tal es el caso de Aleph (cuyo pictograma original era la cabeza de un buey) que pasará a ser Alfa. Vamos a ver que en la escritura griega van a predominar las formas angulares (en este párrafo vemos el alfabeto griego clásico). Esto se debe a que el soporte principal era la piedra. Es notable como los aspectos de la producción material de los signos han ido favoreciendo unas u otras formas. En el caso de la escritura cuneiforme prevalecerán formas lineales que rápidamente evolucionaron hacia la no figuración, en los

4 Bauer ha realizado investigaciones con niños, los cuales han podido inventar con rapidez alfabetos consonánticos, muchos de ellos con una notable similitud con el alfabeto semita (citado en Moorhouse, 1993, p.165 y 166).

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escritos egipcios, gracias al uso del papiro y el pincel como ya mencionamos, se vieron favorecidas las formas detalladas e icónicas. Desde estas apreciaciones es válido considerar que la tecnología de producción del signo es una parte fundamental de las condiciones de posibilidad de su forma. Estas posibilidades de variación morfológica han alcanzado su punto máximo de diversidad en la década de los 80 a partir de la informatización del diseño de tipos.

Los romanos conquistaron Grecia, y también sus alfabetos, heredándonos la famosa "Romana" (conocida actualmente como “Romana clásica”) tallada en la columna erigida por Trajano. Prácticamente no realizan modificaciones al alfabeto griego, limitándose a unas pocas cuestiones de forma, agregándole mayor armonía y limpieza al trazo.

Desde las Escrituras conventuales a la actualidad

Paralelamente al formato de letra “romana”, que estaría compuesto, al igual que su antecesor, por veintisiete letras mayúsculas, se desarrolla el alfabeto rústico, con el mismo repertorio de signos, pero con un formato muy diferente debido al empleo de la pluma y el trazo manuscrito. Esta tipografía compartirá rasgos similares con otras escrituras manuscritas posteriores, como por ejemplo la uncial, (siglo IV), o la gótica (siglo VIII) sirviendo de antecedente de las formas minúsculas. Pero será recién durante el imperio de Carlomagno (siglo IX), que aparecerán las minúsculas. La llamada escritura carolingia o carolina fue diseñada por uno de los pedagogos del rey, un monje llamado Alcuino, el cual estableció además el uso de los signos de puntuación y la utilización de las mayúsculas al inicio del párrafo. Paralelamente, entre los siglos IX y XII se consolida la utilización de espacios entre las palabras, lo que va a posibilitar la lectura silenciosa, dando lugar al pasaje de la lectura colectiva en voz alta a la lectura individual en silencio.i Un tercer tipo de letra que aparece en esta época -poco antes, hacia el siglo VIII- es la gótica, que cobraría fama por ser el tipo de carácter seleccionado por Gutemberg para realizar sus impresos (Parramón, 1987). El aspecto irregular de los bastones en la gótica, (característica que compartirá con varios otros tipos de letras) se debe al uso del cáñamo y tinta para escribir; el uso de firuletes en la letra realizada a mano, sufrirá simplificaciones al comenzar a utilizarse en la imprenta.

Los primeros incunables5 fueron impresos en caracteres góticos. Con esta acción, además de difundir esos caracteres por toda Europa, Gutemberg y sus discípulos lo convirtieron en el más típico de Alemania. Pero ya hacia el 1470, en Italia, se comenzó a utilizar la romana, diseñada por Nicolás Jenson (basada en el mencionado grabado de la columna de Trajano) para las mayúsculas y el estilo medieval o humanístico para las minúsculas. Jenson, junto a un grupo de filósofos, pertenecían a la corriente humanista, por lo que sostenían entre otros principios, la necesidad de valorar lo latino; es en ese contexto en el cual Jenson va a recuperar la romana clásica y ajustando las medidas armónicamente va a diseñar su alfabeto. El resto del grupo actuará posteriormente de la misma manera.

Entre los impresores que realizaron las modificaciones más significativas de este tipo de letras encontramos a Aldo Manuzio –en 1501 inventó el estilo itálico o cursivo, según él dice, para economizar espacio-, quien contribuyó de manera determinante a la difusión de los textos clásicos. Le siguen otras, pero la más famosa en la diseñada por el francés Garamont en 1544. Posteriormente cabe mencionar al inglés Baskerville (1757), al francés Didot (1775) y al italiano Bodoni (1780).

Hacia el 1800 se comienza a utilizar la escritura inglesa, diseñada por el francés Fermín Didot a pedido del rey Jorge IV para imitar la escritura del palacio de Buckingham. Como ya habíamos mencionado con Carlomagno en párrafos anteriores, es habitual

5 Se denominan de esa manera a los libros impresos durante los cincuenta primeros años de la imprenta, donde se buscaba imitar obsesivamente los rasgos de la escritura manual, incluso se reproducían sus errores, para darle un aspecto artesanal al escrito.

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encontrar que en los lugares donde hay cristalización de poder, se soliciten alfabetos particulares que sirvan por un lado de marca original y, por esto mismo, que impidan la falsificación de los documentos oficiales.

Otro estilo que surge hacia el 1815 con el tipo "Época" tiene como características que sus serifasii ofrecen una forma rectangular. Pertenecen a esta familia los tipos Egyptienne (egipcios), Clarendon y Volta.

Debieron pasar varios años para que surgiera un nuevo corte de letras: "El nuevo estilo fue el de palo seco (lineal), que en vez de bastones finos y gruesos mantiene todos los trazos de igual grosor y suprime el serif, por lo cual se denomina sans serif (sin serifa). Su estructura responde al diseño del alfabeto griego clásico. Nació como alfabeto para anuncios, carteles y rótulos en la época de auge de las competencias comerciales e industriales. Esta clase de tipos fue considerada durante mucho tiempo como un producto vulgar, sin ningún valor artístico (por eso se le llama en los países europeos no latinos: grotesca)”. (Brajnovic, 1979)

Este tipo de letra se empleará en la prensa y en las revistas para los grandes titulares, desde los años 30 hasta la actualidad. ¿Por qué sólo para los títulos?, pues porque su diseño viola la regla básica de la legibilidad: el refuerzo de los rasgos diferenciales entre letras6. Como vemos, no sólo conceptualmente reconocemos los signos por diferencia, tal como nos decía Saussure, sino también en el aspecto formal. Si los tipos tienen rasgos similares entre si, la lectura resultará monótona, lenta y ofrecerá mucha más dificultad.

Hace algunos años, y por el cada vez más sencillo acceso al diseño de páginas y documentos informáticos, se ha difundido el uso de esta familia tipográfica para los bloques de texto, y se ha reforzado como una moda que nació involuntariamente pero que cada vez se asienta más. La más representativa de las grotescas es la Futura, diseñada por Paul Renner en 1925. A este modelo le siguen, entre otros, los tipos Venus, Folio y Univers. También podemos citar el tipo Times (1932) y la antigua Sabon (1967).

A su vez, estos estilos se constituyen en familias tipográficas, donde tenemos numerosos tipos diferentes entre sí en detalles, pero iguales en los rasgos determinantes7.

Los tres grandes motores que han orientado las búsquedas de cambios y evoluciones tipográficas fueron -y son- la legibilidad (donde la forma de garantizarla es mediante la acentuación de los rasgos diferenciales y simultáneamente simplificación de la forma), la necesidad comercial de novedad u originalidad y el requerimiento económico de ahorro de espacio (más tipos por renglón).

El diseño de tipos para imprenta debía tener en cuenta, además de las pautas de diseño mencionadas anteriormente para los tipos en general, la resistencia de las matrices ante la potente presión ejercida por la máquina de imprimir. También debía contemplar la perfecta impresión en un papel de calidad inferior (como lo es el del periódico) y, como dijimos antes, ganar espacio. Por responder a todas estas necesidades, la Times New Roman (creada y utilizada por The Times hacia 1930) desplazó a la Ionic (72 caracteres por renglón contra 55 de esta última) y ganó afinidad entre las fundidoras y editores.

En la actualidad existen infinidades de variaciones de estas familias y el acceso a ellas es muy fácil. Sin embargo el cambio reiterado de tipografía en un periódico -sobre todo en lo que hace al cuerpo de texto- no es frecuente.

6 "Desde la aparición de los periódicos impresos -tanto en caracteres góticos como romanos- la legibilidad de los tipos de letra fue acentuada más que antes o, por lo menos, fue tratada como un problema especial, unido con el problema de la difusión. Generalmente los periódicos utilizaban para el texto la romana antigua o la romana moderna en sus diversas variantes. Así por ejemplo, The Times utilizó casi un decenio el Ancien oeil, de Calson, para pasar luego al uso del Oeil moderne y a finales del siglo XVIII al "viejo estilo restaurado", es decir, otra vez al Anciene oeil, corregido y mejorado por los diseñadores Miller y Richard. Mientras tanto, en el continente europeo se emplean los tipos de Elzevir, Garamont, Didot, Grandjean, Ibarra, Bodoni u otros similares producidos con alguna variante en las fundidoras nacionales o locales. A su vez en los Estados Unidos de América la Compañía Mergenthaler Linotype había creado una familia de caracteres del mismo estilo, denominado Ionic, ideada y realizada especialmente para periódicos". (Brajnovic, 1979)7 Los rasgos variantes e invariantes de un tipo de letra pueden resumirse en: tamaño -puntos-, densidad -bold, normal, laight-, dirección -derecha o normal e inclinada o cursiva- y saturación -condensada, normal o expandida-.

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Retomando y sintetizando los principales ejes evolutivos de la tipografía, podemos observar que los mismos recorren el aspecto tecnológico, el formal y el comunicacional a lo largo de toda su historia.

En el sentido tecnológico los esfuerzos se centran -una vez inventada la imprenta- en lograr la adecuada resistencia de la matriz y de los mismos tipos ante las melladuras, curvaturas, etc.; también a lograr una eficaz relación entre matriz, tinta y papel, de acuerdo con las características de este último, que evoluciona con rapidez desde comienzos del siglo XIX; complementariamente, en superar las limitaciones del sistema tecnológico en costos, tamaño de pliegos, etc., ahorrando espacio (más tipos por renglón). Tales esfuerzos se notan a lo largo de la historia en forma correlativa al avance tecnológico general: Se producen exploraciones e innovaciones en los ochenta años posteriores al invento de Gutenberg que dan los resultados ya reseñados, con gran interés en lograr ahorro de espacio y resistencia; luego reaparecen novedades en la época de aplicación de la prensa holandesa, en el siglo XVIII, cuando también se está masificando fuertemente la edición de periódicos y sus tiradas; Finalmente, las indagaciones tecnológicas siguen el ritmo -con sus aceleraciones en momentos críticos- de las sucesivas revoluciones industriales en el capitalismo, optimizando su rol en el sistema tecnológico en forma competitiva, no sólo en la búsqueda de resultados económicos sino como signo en sí mismo de tal competitividad ante el consumidor, tal como sucede con otros elementos de la prensa. Por ello vamos a encontrar en los periódicos abundantes anuncios publicitando las incorporaciones tecnológicas experimentales.

En el sentido formal, las búsquedas se centraron en legibilidad, y más adelante incorporaron la necesidad de novedad, originalidad, diferenciación, gratificación extra, etc. que caracteriza la construcción de la mercancía en el capitalismo moderno. Durante el siglo posterior a Gutenberg la legibilidad no sólo se orientaba a la percepción visual más cómoda, sino a caracteres comunes a los distintos pueblos europeos que recién comenzaban a comunicarse en forma regular y sistemática. El desarrollo del capitalismo en el siglo XVIII con su expansión de la prensa y más aún la primera revolución industrial exigieron al máximo estas investigaciones e incorporaciones. Desde fines del siglo XIX queda ya en primer plano la competencia por diferenciar el material en tanto mercancía, y por lo tanto las búsquedas en tipografía se orientarán a la persuasión, a reforzar la idea de ser un producto "moderno, al día" y complementariamente funcional, legible.

Desde el punto de vista comunicacional, la primera etapa se centró en lograr tipos comunes para uso en diversos países, para organizar mensajes en diversos idiomas, y para demostrar capacidad de ocupar el espacio y reemplazar a los copistas y amanuenses. El rol de la consideración de la tipografía como elemento a trabajar era organizar mejor códigos legibles y accesibles a diversos pueblos, culturas e idiomas. La segunda gran etapa se caracteriza por las primeras grandes expansiones de la prensa (siglo XVIII) y sus luchas por la libertad junto a las revoluciones democráticas burguesas. En esta etapa la tipografía continúa en búsqueda de modelos cada vez más universales, legibles y económicos, en tanto también colabora con la reafirmación de su identidad: comienza a haber formatos universales -incluyendo el aspecto tipográfico- para los diarios. La tercer gran etapa se produce con la consolidación de la economía capitalista industrial y de las revoluciones burguesas, desde mediados del siglo pasado: el nacimiento del diseño como operación analítica sobre cualquier pieza de uso humano para optimizarla en términos de mercancía, de funcionalidad y de estética, situación en la cual la tipografía se constituye rápidamente en uno más de los diversos aspectos que la gráfica busca optimizar.

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i Antes de esto, era necesario recurrir a la lectura en voz alta para entender el sentido del texto, pues era un solo párrafo corrido, sin separación de palabras, que al ser escuchado podía comprenderse. ii Se denomina Serifa al remate del bastón que presentan algunas letras. El grupo de tipografías de la familia “sans serif” o “sin serifas” no poseen estas muescas, por lo que reciben el nombre de tipografías de “palo seco”.

OJEDA – SORE LA GÉNESIS DEL ALABETO OCCIDENTAL

CONSTITUCIÓN Y TRANSFORMACIONES DEL ALFABETO OCCIDENTALEl lenguaje, tanto oral como escrito, se sostiene en las sociedades históricas sobre el método de la autoridad. Aprendemos de nuestros padres las palabras que describirán/constituirán nuestro mundo, y de las instituciones educativas las reglas y práctica de la escritura; a esto no ofrecemos ninguna resistencia. Nuestro alfabeto comparte su raíz con otros repertorios de signos, algunos similares, como el griego, y otros completamente diferentes (en apariencia) como el hebreo. El desarrollo de la escritura, organizado cronológicamente, se puede clasificar en tres períodos: a) pre-escritural; b) escritural pre-alfabético; c) alfabético. Dentro del tercer período, a su vez, se diferencian otras tres etapas: c.1) de la conformación del primer alfabeto al alfabeto romano; c.2) desde la institucionalización del alfabeto romano a la invención de la imprenta; c.3) desde la invención de la imprenta hasta nuestros días. Es en esta etapa donde se desarrollan los cambios más significativos.A) Período pre-escritural: Las primeras expresiones gráficas se remontan al paleolítico (40000-25000 a.C.). El primer hallazgo de esta época fue realizada por Marcelino de Santuola en el 1880 y consistía de pinturas halladas en la cueva de Altamira, España. Quince años después, se descubrirían representaciones de mamuts y renos en cuevas, confirmando la existencia del arte rupestre. Las hipótesis de carácter comunicativo fueron dejadas de lado ya que, por ejemplo, no estaban a la vista de todos y era muy difícil acceder a ellas, por lo que se pensaba que tenían una función mágica. Se conoce que estas comunidades nómades poseían actividades rituales para cohesionar al grupo, estimularlo, darle seguridad y ofrecer certezas ante un bajo nivel de conocimiento y dominio de la naturaleza. Se podría sostener que el representar a los animales y escenas de cacería era una forma de poseer lo representado: el signo no sustituía el objeto para hacerlo presente en algún aspecto, sino que ERA el objeto. Para que estos pictogramas lleguen a ser unidades de un alfabeto, será necesario que establezcan una relación estable con un sonido y que se independicen del significado denotado, llegando a una forma estable y abstracta.B) Etapa escritural pre-alfabética: Entre los años 6000-8000 a.C. (etapa neolítica), se produce la “revolución de la agricultura”. Esto afectó a todos los órdenes de la vida humana. El aprendizaje de la producción sistemática de alimentos por medio del manejo de la agricultura y la generación de excedente alimentario, permitió que las comunidades se asienten en un sitio. También derivó en el desarrollo de prácticas sociales regulares de distinto nivel de complejidad. Resultaba necesario registrar información, y esto llevó a nuevas formas comunicacionales que lograron el desarrollo de la cultura. Entre estas formas se encuentran las formas nemotécnicas de narración y las formas de escrituras. Estas últimas significaron la convencionalización de reglas de dibujo y, luego, de ideas.

B.1) Pictogramas: Consistían en dibujos que representaban a determinados objetos, de manera denotativa, sin que mediaran simbolizaciones intencionales entre el objeto y el signo. Los dibujos imitaban fielmente la cosa. La sustitución era simple y no tenía una carga simbólica que excediera la descripción del objeto.

B.2) La escritura pictográfica y la aparición de ideogramas: Por un lado, se empiezan a dar relaciones entre los distintos signos, fenómeno denominado escritura pictográfica, y, por el otro, algunos signos comienzan a condensar y desplazar sus significados, dándose en ellos un creciente grado de simbolización, llamados ideogramas.Las escrituras pictográficas funcionaban como cuentos sin palabras, donde la narración se iba articulando en función de la combinación de los diferentes pictogramas e ideogramas. Una característica central es que “el acontecimiento que se representa se ve como un todo”. La articulación de los signos podía ser lineal o distribuidas espacialmente con o sin jerarquía entre los elementos, pudiendo facilitar o dificultar el agrupamiento de los elementos. Estas escrituras presentaban problemas para identificar cuáles eran las unidades significantes, ya que la unidad podía estar formada por una o varias figuras. También existían ambigüedades en la interpretación general del texto. La debilidad de estas escrituras era su dependencia contextual. La función de estas escrituras era mnemotécnica, por que ayuda a relatar oralmente un texto. Para poder entender las escrituras pictográficas resultaba imprescindible conocer los relatos básicos que circulaban en la comunidad y las acciones que se describirían, lo cual las caracteriza como escrituras dependientes del contexto.En los ideogramas, si bien se pueden identificar los objetos a los que remite la figura dibujada, esta identificación del objeto es sólo el escalón necesario para acceder al significado connotado, el cual tiene alguna

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relación con el significado denotado pero ésta es de tipo simbólico.Las comunicaciones oral y escrita empezaron a compartir una historia común desde las escrituras fonéticas, es decir, desde el momento en que el signo escrito quedó constituido por un elemento visual a un sonoro. Pero esta relación no evolucionó de la misma forma en todas las poblaciones con escritura. Por ejemplo, en China, los dialectos locales proliferan y hacen difícil la comunicación entre un habitante del norte y otro del sur, pero pueden entenderse por la escritura, pues es la misma (leída con diferentes sonidos).Según McLuhan, el paso de la oralidad a la escritura ha representado una revolución perceptiva, que implicó un desplazamiento del oído como centro del acto de comunicación a la vista. Esto implicaría pasar de la profundidad de lo sonoro (a nivel físico) a la superficialidad de lo visual (lectura de una superficie material). La escritura no habilita mejores procesos comunicacionales que la oralidad a nivel cognitivo; la diferencia central está dada por la posibilidad de almacenamiento que esta práctica implica, donde la información que se puede archivar excede las capacidades individuales. La cultura occidental ha desarrollado esta forma de razón instrumental que se coordina con la escritura alfabética, donde la explicitación del código y sus reglas combinatorias antecede a la acción y donde la característica del signo es su linealidad. En China, en cambio, donde prevalece un tipo de pensamiento dialéctico, la forma de interpretación del signo es sintética, basada en procesos analógicos.

B.3) Escrituras fonéticas: Entre el 4000 y el 3500 a.C. se producen dos cambios en la escritura claves para la conformación del alfabeto: por un lado, se va ganando en regularidad en los significantes visuales (se repiten los mismos para cada significado y se estandariza su forma) y, por el otro, se establece una relación entre la escritura y la lengua oral. Gracias a esto, fue posible independizar el pictograma de su denotatum original y vincularlo sólo a la imagen acústica para formar un nuevo signo: el fonograma. El elemento fundamental que posibilita la interpretación de estos signos era el sonido.

B.4) Escrituras complejas: En las escrituras jeroglíficas y en las cuneiformes vamos a encontrar los elementos de las formas escriturarias anteriores conviviendo en un nuevo plano de complejidad, donde aparece la letra. Los jeroglíficos tenían trazos detallados. Se hipotetiza que la aparición de la letra estuvo motivada por la necesidad de escribir nombres propios; en dichas ocasiones el pictograma funcionaba como letra, remitiendo sólo al sonido inicial de la palabra.La evolución de las escrituras cuneiformes van de formas figurativas a formas abstractas y regulares, de descoordinación entre lengua oral y escrita a una correspondencia. Los primeros registros consistían en escrituras pictográficas cuyos signos eran íconos de los objetos representados. La dirección de escritura orienta la percepción en cada cultura. Hacia el 1500 a.C. esta escritura ya había adquirido valor fonético y estandarizado sus repertorios silábicos, aunque su decodificación seguía siendo problemática. Entre el 1300-1000 a.C. se desarrollan los primeros alfabetos: el más antiguo es el cananeo del cual deriva el alfabeto fenicio. Contaba con 22 letras consonantes, quedando las vocales sin registro escrito, aunque estaban presentes en la lectura. Grecia conoce este alfabeto y lo perfecciona agregándole las vocales, quedando conformado por 27 letras, todas mayúsculas. Prácticamente no se realizan modificaciones al alfabeto griego, limitándose a unas pocas cuestiones de forma.Desde las escrituras conventuales a la actualidad: Los primeros incunables (libros impresos durante los 50 primeros años de la imprenta donde se buscaba imitar la escritura manual), fueron impresos en caracteres góticos. Hacia el 1470 se empezó a usar la romana para las mayúsculas y el estilo medieval o humanístico para las minúsculas.

PRÁCTICO 2

LABARRE – HISTORIA DEL LIBRO

LA LLEGADA DE LA IMPRENTA

Los xilógafos: La copia de los manuscritos uno a uno no resultaba satisfactoria y se buscaron formas de acelerar y multiplicar su fabricación. La xilografía consistía en tallar un bloque de madera de tal forma que quedara un dibujo en relieve, trabajándolo en sentido de las fibras. Al principio, esta técnica fue empleada para imprimir en tejidos, desde el siglo IX en Egipto, y en Occidente en el siglo XII/XIII. Produjo obras de carácter religioso y sus primeros testimonios fueron imágenes de piedad.

El nacimiento de la tipografía: La xilografía marcaba un progreso indudable pero exigía un trabajo largo y delicado y su utilización carecía de flexibilidad. Los textos tenían que ser grabados página por página, los caracteres uno a uno; los bloques se desgastaban rápidamente y sólo hacían posible un tiraje limitado. La solución residía en el descubrimiento de caracteres móviles, que pudieran juntarse

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a voluntad y que estuvieran fabricados en un material resistente al desgaste. Esta solución la ofrecían los caracteres metálicos de la tipografía, rigurosamente idénticos. Para pasar a la aplicación, la fabricación de los libros en serie necesitaba varios elementos previos. En primer lugar, un soporte conveniente: el papel se volvía de uso habitual en el siglo XIV. El frotador era un instrumento rudimentario, de manejo lento, y no permitía la impresión de las hojas por el frente y por el reverso. Así, la puesta en práctica de la tipografía también estaba vinculada con el descubrimiento de la prensa de imprimir. Una última condición técnica necesaria, el perfeccionamiento de una tinta gruesa, capaz de embadurnar los caracteres metálicos y de dejar huellas apropiadas sobre el papel. Por consiguiente, la tipografía pudo realizarse a costa de múltiples dificultades. Gutenberg consagró su vida para perfeccionarla. El que se considera el primero de todos los libros impresos fue una biblia de 42 líneas por página. La imprenta nació en el medio de los orfebres, entre los cuales se practicaba desde mucho tiempo atrás el grabado, la aleación y la función de metales, técnicas que hicieron posible el perfeccionamiento de la tipografía. Por otra parte, Gutenberg intentaba fabricar manuscritos constituidos por texto. La invención de la imprenta hizo que el libro alcanzara una plenitud y una realización en la medida en que todo texto literario aspira a una comunicación y a una difusión lo más amplias posibles. La imprenta no es resultado de un impulso intelectual, sino del estado avanzado de la técnica de metal.

La expansión de la imprenta: El nuevo invento se propagó rápidamente. Cuando murió Gutenberg en 1468, la imprenta ya estaba instalada en varias ciudades. A finales del siglo VI, más de 250 ciudades europeas habían recibido la imprenta.

Factores de difusión de la imprenta: Los alemanes, descubridores de la imprenta, fueron sus primeros y mejores propagandistas. Lo que atraía y retenía a los impresores en las ciudades, era la acción de hombres o grupos preocupados por proveerse de textos y de difundiros, y bastante ricos como para aportar los fondos necesarios para hacer una impresión. La producción del libro en el siglo XV provenía sobre todo de impresores estables que habían podido desempeñar su actividad en ciudades con una demanda suficiente que permitía el funcionamiento regular de sus prensas. Así fue como los talleres tipográficos se implantaron en las ciudades universitarias. Ejemplo: París. Pero la clientela universitaria no siempre proporcionaba mercados suficientes. Los primeros impresores parisienes tuvieron que abandonar e instalarse en la calle donde publicaron libros en caracteres góticos para el uso de un público más amplio. Las grandes ciudades mercaderes ofrecían a la imprenta tres condiciones favorables: mercados más amplios para sus productor, por la población elevada; inversiones de capital; difusión de la producción.

DEL MANUSCRITO MEDIEVAL AL LIBRO MODERNO

La presentación del libro: Los primeros impresores conservaron en el libro la presentación del manuscrito por que no podían concebir otra forma de libro. Fue poco a poco cómo las necesidades de la nueva técnica llevaron al libro impreso a alejarse de su modelo inicial, y hacia los años 1530-1550, se dio a conocer lo que tenemos en la actualidad. Se llama incunables a los libros impresos hasta el 1500 inclusive.

- Los caracteres: Para el diseño, los primeros impresores copiaron la escritura de los manuscritos y la utilizaron del mismo modo: gótico de molde en los textos sagrados, bastarda en los textos de lengua vulgar.

- El texto: El de los primeros libros impresos era muy denso como el de los manuscritos. Se presentaba repartido en dos columnas, llevaba glosas en los márgenes, con el texto principal en caracteres más grandes rodeado de comentarios impresas en un cuerpo más pequeño. Esto correspondía a la Edad Media. Después, los márgenes se despejaron poco a poco y dieron descanso a la vista.

- La escritura: La forma del libro actual es todavía la del codex de finales de la Antigüedad. En la Edad Media, el libro ya estaba constituido por cuadernos. El libro impreso utilizó el papel de la misma

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manera y su formato depende del número de dobleces a los que se ha sometido al pliego de papel salido de la horma para constituir cada cuaderno. Al igual que los manuscritos, los primeros impresos no llevaban numeración de folio ni de página, pero como estaban compuestos por numerosos folios tirados por cientos de ejemplares, era necesario inventar señales para guiar el trabajo de los encuadernadores: registros, signaturas y llamadas.

La ilustración del libro: Las primeras decoraciones del libro impreso fueron las mismas del manuscrito. Cuando el libro impreso tuvo su propia decoración, pintores e iluminadores a veces participaron todavía en él para realzar con colores los grabados en madera.

- El grabado en madera: Muchos incunables se escaparon de los iluminadores y se quedaron sin decoración; por ello, los impresores pasaron a adornar ellos mismos sus ediciones utilizando los grabados en madera. Como estaban en relieve, dichos grabados se ajustaban fácil dentro de la horma de los caracteres tipográficos; de ese modo texto e imágenes podían imprimirse al mismo tiempo.- El grabado en metal: Los impresores pudieron utilizar placas de metal grabadas en relieve y ajustarlas en la horma con los caracteres tipográficos, pero la verdadera técnica de grabado en metal era la talla dulce.

Los textos impresos:

- La producción: Se puede calcular la producción del siglo XV en 30 o 35000 ediciones con unos 20 millones de ejemplares, lo que aumenta considerablemente en el siglo XVI. Los mercados y la competencia limitaban los tirajes. Si eran demasiado elevados, los ejemplares no vendidos se acumulaban y los capitales puestos en juego se quedaban varados. Además, en cuanto una obra alcanzaba el éxito, era imitada por otro impresor y la gran difusión de un texto se expresaba más bien mediante una multiplicación de las ediciones que mediante tirajes elevados.

- Los textos: Los textos de iniciación gramática seguían siendo los que se utilizaban en la Edad Media: las obras jurídicas, los de ámbito científico.

El humanismo y el libro: El humanismo había aparecido en Italia en el siglo XIV. La restauración de las letras antiguas era la preocupación primordial del humanismo, que encontró en la imprenta un instrumento destacado. Los tipógrafos difunden los textos clásicos que la Edad Media había conservado, pero estos escritos son revisados. El humanismo hace una elección entre los manuscritos disponibles e inventa la crítica textual. Al mismo tiempo, la imprenta revela al público erudito los textos antiguos que los humanistas exhumaron y se difunden todas las obras latinas esenciales. La expansión de los textos clásicos se completaba mediante una multiplicación de sus traducciones, que venían a ensanchar un mercado saturado de textos originales y que correspondían al desarrollo de las lenguas nacionales. Donde el humanismo ejerció la influencia más amplia fue en el ámbito de la educación y la enseñanza.

El libro y la reforma: Lutero disponía de la imprenta para la propagación de sus ideas.

Los hombres y los libros:

- Los oficios del libro: Escribientes, iluminadores y libreros pasaron progresivamente de la fabricación y el tráfico de los manuscritos al comercio del libro impreso. Esos oficios estaban organizados tanto en universidades como en las otras ciudades. Al principio, la distinción entre impresores y libreros no era tajante. Los impresores vendían ellos mismos los libros que fabricaban y, a cambio de los que entregaban a sus colegas, recibían otros libros a los que daban salida en su tienda. Al principio, la fundición y el comercio de los caracteres tipográficos fueron atendidos por los propios impresores. En cuanto a los encuadernadores, se mantuvieron durante mucho tiempo como simples obreros. El problema más importante de la imprenta es el del financiamiento. Conseguir los instrumentos

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indispensables y comprar la materia prima exigen la inversión de sumas considerables. Los éxitos se debían a la intervención de un patrocinador que cargaba con los riesgos de la empresa e incluso a veces tomaba la iniciativa de la misma. De ese modo, además del impresor que fabricaba el libro, se desarrolló el nuevo oficio de editor, que asumía las responsabilidades comerciales, subvencionando la fabricación y encargándose de la venta de los libros producidos.

- Legislación del libro: privilegios y censura: Como genero comercial, el libro impreso estaba sometido a la competencia y tuvo que parapetarse dentro del sistema de privilegios para prevenirse ante la falsificación. Como vehículo de las ideas, atrajo una supervisión estricta por parte de las autoridades religiosas y civiles. De esta manera, de la protección comercial al control de las ideas, toda una legislación compleja obstaculizó la edición durante tres siglos. Los editores que emprendían una publicación se vieron obligados a solicitar a los poderes públicos un privilegio que prohibiría que cualquier persona publicara la misma obra durante un lapso de tiempo determinado.

- La condición de autor: En la Edad Media cualquier persona podía hacer una nueva coía de cualquier manuscrito y todas las veces que quisiera. Cuando estuvo bien desarrollada, la masa de los textos inéditos se agotó y los editores buscaron obras nuevas, en tanto que los autores llevaban cada vez en mayor número sus manuscritos a los libreros.

- El libro y sus lectores: La multiplicación de los libros impresos trajo consigo un aumento de los lugares de venta. La primera clientela del libro impreso seguía siendo la misma del manuscrito, personas que sabían leer o que necesitaban el libro. El libro, si bien no se extendió, por lo menos se introdujo en las clases populares.

MOYANO – PRENSA, MODERNIDAD Y TRANSICIÓN. PROBLEMAS DEL PERIODISMO ARGENTINO EN EL SIGLO XIX: EL MARCO MUNDIAL

Una práctica social de intercambio constante: La condición básica de existencia de la prensa periódica es la circulación impersonal y en gran escala de mercancías y noticias. Tal modo de circulación constituye tanto su forma de existir como su contenido. Tales condiciones pueden hallarse a fines de la edad media. Los más remotos antecedentes de la prensa periódica también pueden hallarse a fines del siglo XIV y comienzos del XV en las principales ciudades de Occidente, de mercantilización más temprana: Holanda, Alemania, el norte de Italia y Cataluña. Allí, prensa y periodismo nacieron por separado y el elemento unificador fue el Estado absolutista: ese que deja atrás las relaciones estamentales, personales, de coerción y servicio directos propios del Estado feudal medieval y que intenta organizar un aparato de dominio estable. Primero artesano, después capitalista, el linaje burgués de la prensa periódica recorrió todo tipo de variantes, pero posee algunos elementos comunes a todos los tiempos y lugares: actividad urbana y propia de formaciones sociales. El tráfico de noticias se expande desde las corresponsalías individuales controladas por los comerciantes, hacia la venta de información manuscrita en numerosas copias. El tráfico de noticias es, tanto un instrumento que es condición para la existencia del Estado moderno, un instrumento para el uso del Estado en su provecho y un instrumento que requiere ser controlado por el Estado. Las prácticas iniciales de la imprenta y los sujetos que la llevan a cabo, muestran el momento histórico de transición entre el artesanado y la prensa capitalista. Pero su gran expansión en el siglo XVI se realiza por la apropiación de su uso y contenidos por el Estado para nuevas funciones. De allí que las prácticas de imprenta y periodismo tuvieron características comunes.

Un pilar de la prensa periódica: la imprenta: En lo que hace al arte de imprimir periódicamente (prensa), la historia recuerda el gran salto logrado en Maguncia, Alemania a mediados del siglo XV, cuando Gutenberg logró tipos de metal intercambiables, representando cada uno una letra, número o signo de puntuación. Esta es una época signada por las lealtades y secretos gremiales, donde el aparato eclesiástico contiene el grueso de las prácticas letradas. Por otra parte, la época nos muestra el creciente rol del capitalismo financiero y comercial, la difusión de las nuevas técnicas llegadas del oriente y transformadas en Europa y una creciente importancia del libro como objeto socialmente necesario entre las elites letradas. El cambio en curso era acelerado por la crisis larga de fines de la edad media. Esta aceleración se sumaba a procesos largos en la cultura, la educación y la ciencia, pero impactó fundamentalmente en la vida económica y en las relaciones sociales.

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En sus primeras décadas, las prácticas del tráfico de noticias permanecen en el universo manuscrito y la prensa se concentra en copias de libros autorizados. El propósito de los primeros artesanos de la imprenta era la prosperidad y la posesión del taller artesano propio con un arte innovador; el objetivo del invento era satisfacer una demanda existente aumentando la velocidad de la producción y abaratando los costos. Pocas décadas más tarde, con éxito en el objetivo, se empezó a utilizar la imprenta con otros fines.

El otro pilar: el proto-periodismo: Este sí nació para satisfacer nuevas necesidades. Se inició en etapa manuscrita, de modo paralelo al desarrollo del intercambio mercantil, en forma de “cartas periódicas”, que eran informes privados envidos por corresponsales desde puntos clave a comerciantes, con información acerca de mercancías, precios, situación de caminos y de las ciudades a visitar. De esta actividad deriva otra, cuando el escribiente al servicio del mercader se hace también él mercader de sus escritor, y se semi-independiza, vendiendo en los puertos de mayor movimiento información mercantil a varios compradores. Era una relación estrictamente monetaria. Un segundo elemento se desarrolla en las plazas y caminos por medio del mercader de noticias no comerciales, sino de “sucesos”. Con el nacimiento de la imprenta, la posibilidad de multiplicar estos relatos abre un negocio atractivo y favorece la “explosión” de escritos en las ferias visto en la segunda mitad del siglo XV en toda Europa occidental.

Representación y autonomía: nuevas articulaciones: La transición del feudalismo al capitalismo fue el escenario del surgimiento de ámbitos de construcción y de legitimación de los discursos y de poderes diferenciados. Se observa también el paso de formas de representación indiciales a otras que requieren operaciones de abstracción bastante más complejas para ser comprendidas. Estas diferenciaciones impactan sobre las características de los textos que circulan y, especialmente, en las relaciones entre emisores, redactores, sintaxis, receptores y modos de leer y significar. En primer lugar, las gramáticas de cada sistema discursivo dejan de hallarse indiferenciadas y pasan a remitirse a su propia metodología para legitimarse. En segundo lugar, los objetos que estos discursos nombran y las unidades mínimas de discurso se modifican. En tercer lugar, el aspecto pragmático de los discursos cambia al ritmo de las transformaciones de las relaciones sociales. Es notorio el rol del Estado absolutista en la conformación de las condiciones para que el dispositivo de prensa adquiera la forma moderna. Entre los siglos XVI y XVII el Estado absolutista constituyó un público, expandió el uso sistemático de la prensa, le dio funciones decisivas en la conformación de sistemas legales y burocráticos, promovió la regularidad e identidad institucional de las publicaciones, favoreció ámbitos de discusión libres, amplió los sistemas de transporte y facilitó la mercantilización de la economía. De allí la particularidad de una prensa moderna desarrollada por dos actores sociales en simultáneo y determinándose mutuamente: la burguesía y el Estado.

El estado absolutista y la invención de la prensa periódica: Hasta que el Estado comenzó a ocuparse, lo más parecido a alguna periodicidad de la información se daba por la continuidad de la clientela comercial en repetición de ferias, llegada y partida de barcos regulares, realización y renovación de contratos de provisión de información. Pero el proceso de centralización del estado exige novedades en el campo de la imprenta y la información: A) Control: el Estado necesita evitar que “cualquier discurso” circule. Prohíbe, regula y estimula el primer sistema regular de tráfico a través de correos oficiales.; B) Periodicidad: el Estado necesita, para optimizar el control, que la información circule en “paquetes” cada cierta cantidad de tiempo.; C) Público interlocutor: separa la propiedad privada de la tierra respecto de la potestad y responsabilidad pública del Estado. Exige el pago de impuestos, se dirige a “todos” y en “todo momento”. Esta primera despersonalización de la comunicación del Estado da nacimiento a la noción de “público”. La imprenta se transforma así en herramienta fundamental de homogeneización.; D) El arte de la guerra: la lucha de legitimación, deslegitimación, auto afirmación y motivación, etc., son terrenos propicios para la acción de la imprenta.

Apogeo del absolutismo y nacimiento de la prensa periódica regular: En el siglo XVI aparecen, aprovechando el crecimiento del volumen comercial, gacetas, mercurios, relaciones y “periódicos escritos” impresos en talleres tipográficos. Es la primera fusión entre las dos actividades y la partida de nacimiento de una proto-prensa periódica. Aun así, su circulación es todavía restringida. El pase de la imprenta y de las redacciones regulares a primer plano de la acción estatal, se produjo hacia 1630. Desde las de Reforma en adelante, se fue utilizando más la prensa como instrumento de guerra orientado a fortalecer la moral y enardecer a los seguidores, captar o neutralizar a los

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indecisos y atemorizar y ridiculizar a los enemigos. En tal sentido, la prensa se desarrolló sobre determinada por su constante uso militar. A principios del siglo XVII nace la prensa periódica propiamente dicha: vendedores de noticias se atreven a dar continuidad numerada a sucesivas entregas. El periodo de 1631 a 1671 es fundamental en la estabilización de la existencia de periódicos regulares permanentes y en la consolidación de temáticas típicas, como la información extranjera (censurada) y los sucesos sociales de la realeza.

Revoluciones burguesas y transformación del rol de la prensa periódica: La persecución y el estricto control sobre la prensa comienzan a deteriorarse a partir del crecimiento del poder económico y político de la burguesía inglesa a fines del siglo XVII y principios del XVIII. En Gran Bretaña, la revolución industrial permitirá alcanzar mayores y más rápidas tiradas y la ampliación general del mercado. Más adelante, en Francia, comienza la prensa doctrinaria de la revolución. Para que la prensa “independiente” (en el sentido de empresaria y no estatal) pueda expandirse, se necesita más que leyes liberales: hace falta que ciertos espacios pertenecientes al poder no sean cuestionados por la prensa; hace falta un amplio mercado lector y comprador, necesidad a la que la revolución industrial responde. Ya en la etapa final de la victoria de la burguesía sobre la aristocracia nobiliaria europea occidental, se puede hablar del nacimiento de un ciclo de prensa moderna desarrollada, que busca ser parte del rol de mediador social entre clases, instituciones, cultura y Estado que se propone un “medio” de comunicación, controlar como garantía de funcionamiento del Estado parlamentario burgués y próspera empresa con fines lucrativos.

Absolutismo y modernización administrativa: España: España incorpora la imprenta en forma casi inmediata a su invención. Durante el siglo de oro el arte impresor tuvo gran adelanto, con excelentes niveles tipográficos, de papeles y tintas. No sucedió lo mismo con la prensa periódica: Cataluña pasó de ser región de temprano desarrollo de “periódicos escritos” con manuscritos a región estrictamente controlada y en silencio. En la primera mitad del siglo XVII, el imperio español comenzaba un ciclo de decadencia del arte gráfico. La reforma borbónica facilitó sólo en parte la recuperación y recién en 1759 la situación se revierte.

El trasplante español: orígenes de la prensa en Hispanoamérica: En América Latina, este desarrollo fue acorde con la construcción de formas sociales y estatales específicas y recientes. El absolutismo español expandió la imprenta por América con la misma rapidez que en la metrópoli, mismos controles y uso.

HABERMAS – HISTORIA Y CRÍTICA DE LA OPINIÓN PÚBLICA

FUNCIONES POLÍTICAS DE LA PUBLICIDAD

El caso modélico de la evolución inglesa: Una publicidad que hace de publicidad política surge en Inglaterra entre el siglo XVII y XVIII. Las fuerzas empeñadas en conseguir influencia en las decisiones del poder estatal apelan al público pensante para legitimar sus exigencias ante ellos. También se da una publicidad literaria. Al enfrentamiento entre los intereses hacendados y adinerados, se le suma el enfrentamiento entre los intereses restrictivos del capital comercial y financiero, de un lado, y los expansivos del capital manufacturero e industrial, del otro.

Tres acontecimientos de los años 1694-1695: - la fundación del Banco de Inglaterra, significa la entrada de una nueva etapa del capitalismo; - la abolición de la institución de la censura previa significa una nueva etapa en el desarrollo de la publicidad, posibilita la penetración del razonamiento en la prensa; - el primer gabinete de Gobierno significa una nueva etapa en el desarrollo del Parlamento.

La prensa sucumbirá a la Ley sobre el libelo y a las restricciones impuestas por los privilegios de la Corona y el Parlamento; también el impuesto del timbre bajó la tirada de prensa, se redujo el alcance de los periódicos y algunos llegaron a desaparecer. Pero, en comparación con las demás, la prensa

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inglesa gozaba de grandes libertades. Harley es el primer estadista que aprovecha la situación y hace del “espíritu partidario” un espíritu público. Bajo Jorge I comenzó la década de predominio de los liberales, pero ellos que tenían el periódico más importante y de mayor divulgación de la época, no fueron los creadores del periodismo político de gran estilo, sino los conservadores. “La novedad conseguida por la oposición fue la creación de una opinión popular”. La opinión pública estaba orientada por la fundición de un periodismo independiente que se vio a sí mismo afirmado frente al Gobierno y que convirtió en asunto corriente el comentario crítico y la oposición pública del gobierno. El comentario y la crítica constantes de medidas adoptadas por la Corona y el Parlamento transformaron al poder público. El grado de desarrollo de la publicidad se medirá de acuerdo con el nivel de disputa entre el Estado y la prensa. Frente a los artículos satíricos “pioneros de la prensa moderna”, el Parlamento tiene una ventaja: puede mantener en secreto las discusiones parlamentarias. Había periódicos afines al gobierno de turno, por lo que la oposición tenía que contentarse con noticias oportunas acerca de los discursos más importantes de sus representantes. Desde el comienzo de los ’30, en los diarios de crítica política, dan noticia de los debates parlamentarios. El Parlamento se vio en la necesidad de ir renovando la prohibición de sus publicaciones. La exclusión de la publicidad no podía mantenerse en el tiempo. En 1803, se reservó por primera vez un puesto en la tribuna a los periodistas en el Parlamento; durante casi un siglo habían entrado ilegalmente. Junto a los grandes periódicos nuevos, como el Times (1785), surgen las demás instituciones del público políticamente raciociniante. En 1792, este público es reconocido en su función de crítica pública por un discurso de Fox ante la Cámara de los Comunes. El raciocinio político del público ha llegado a articularse de tal modo que en el siglo XIX desempeña el papel de un permanente comentarista crítico.

Las variantes continentales: También en Francia surge un público políticamente raciocinante, pero no logra institucionalizar sus impulsos políticos antes de la Revolución. Sin aprobación de la censura no se podía publicar nada y, así, no podía desarrollarse un verdadero periodismo político. Las diferencias estamentales son estrictas: el rey monopoliza por completo el poder público. En la primera mitad del siglo, la crítica se ocupa de los filósofos, la religión, literatura y el arte. La Enciclopedia está pensada como empresa publicística de gran envergadura. Fue Necker el primero en conseguir que la publicidad políticamente activa abriera una brecha en el sistema absolutista: dio al conocimiento público el balance del presupuesto nacional.

La Revolución crea en Francia los partidos de club, de los que se nutren las fracciones parlamentarias; se forma una prensa diaria política y los Estamentos generales dan a la publicidad sus discusiones. En agosto aparece un periódico dedicado a la información parlamentaria. Las funciones políticas de la publicidad pasan de ser codificaciones de la Constitución revolucionaria francesa a convertirse en consignas que se extienden por toda Europa. La Constitución de 1791 completa el entramado de la publicidad: “la libre expresión de ideas y opiniones es uno de los más preciados derechos de los hombres. Por consiguiente, todos pueden hablar, escribir e imprimir libremente ateniéndose a la responsabilidad derivada del mal uso de esa libertad en los casos previstos por la ley”. La Constitución de 1793 inserta expresamente la libertad de reunión en la protección de la libertad de opinión. El 17 de enero de 1800, Napoleón suprime la libertad general de prensa. A partir de 1811 sólo son tolerados tres periódicos bajo estricta censura.

BARBIER Y LAVENIR – LA SEGUNDA REVOLUCIÓN DEL LIBRO (1751-1870)

La editorial del Antiguo Régimen (1751-1790): El modelo francés.

La editorial tradicional: Se caracteriza por tres elementos principales:

1.Un mercado cerrado: De ahí que las modificaciones técnicas aportadas a la prensa tipográfica sean poco numerosas : una máquina de madera accionada por la fuerza humana y de baja productividad. El taller tipográfico es un negocio de familia, que funciona autofinanciándose y cuyo principal problema es el de la sucesión de un maestro imprentero a otro. En esta estructura, las funciones profesionales se organizan: por un lado, el maestro imprentero, que dirige el trabajo; por el otro, el editor de fondos, propietario de los títulos a publicar, por los que ha obtenido la cesión del autor y un privilegio de las autoridades. Con

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respecto a la distribución, la estrechez de los mercados y la imposibilidad material de dominar espacios más amplios conducen a muchos profesionales a combinar actividades. Libros e impresos son vendidos por medio de comerciantes no especializados. Ej: vendedores ambulantes.

2.Una lógica corporativa: Imprenteros tipógrafos, editores de fondos o libreros mayoristas se organizan en corporaciones que, a cambio de su trabajo y de la autocensura que ellas ejercen sobre el sector, son beneficiarias de un privilegio de exclusividad por parte de las autoridades (imprentero del rey). Los imprenteros tienden, en el siglo XVIII, a imponerse como notables, tanto por su fortuna como por su status social. El poder asegura a cada uno un privilegio de exclusividad; garantizándoles, a través de los cargos de imprenteros oficiales, una renta mínima. Con la seguridad de tener de que vivir, los imprenteros rechazan los trabajos prohibidos. Resguardados tras privilegios cuidadosamente protegidos, produciendo para un mercado limitado, los grandes editores franceses, apenas se interesan en nuevos tipos de especulación.

3.Lectura y distinción: A pesar de que el libro y lo impreso penetran en una franja estrecha de la sociedad, es posible contrastar la expansión de esta franja en dirección, sobre todo, a los grupos de intelectuales. La ausencia de un público importante impide el surgimiento de un procesos de autonomización de las actividades de escritura: si no posee fortuna personal, el escritor está obligado, para vivir, a asegurarse una posición profesional. El espacio privilegiado de aculturación es el de la ciudad, donde los materiales escritos se presentan de manera abundante, y donde se concentra una población de intermediarios culturales (empleados domésticos) que aseguran la transmisión de los modos de vida de las clases altas hacia una población más vasta.

El libro y las Luces: La editorial del Antiguo Régimen se prolonga en muchos aspectos hasta el siglo XIX industrial.

El crecimiento de la producción impresa francesa: Las evaluaciones usuales de la producción impresa francesa del siglo XVIII son extraídas de France littéraire de Quérard. Según esos datos, la producción, medida en número de títulos, se triplicaría entre 1701 y 1770. En valores absolutos tenemos cerca de 2000 títulos por año a comienzos del siglo y más de 6000 en la década de 1770. Las décadas de 1760 y 1770 conocieron un resurgimiento de la producción impresa provincial. La apertura se ve confirmada por el tipo mismo de obras publicadas. Los editores del interior se lanzan a la edición de obras eruditas o de títulos más vinculados a la recreación, especialmente novelas. Se tiene la impresión de que el mercado se abre, y de que los parisinos ya no pueden garantizar su tradicional exclusividad.

Nuevos libros, nuevos lectores, nuevas prácticas: La ampliación de los circuitos de distribución da cuanta de una relación diferente de las mayorías de la cosa impresa. El autor de la Bastilla descubierta destaca en 1789: ¨A riesgo de sus fortunas, de sus libertades, y a veces de sus vidas, han contribuido a hacernos llegar al punto donde nos encontramos. No alcanzaba con que los escritores compusieran sus libros; era necesario todavía hacerlos imprimir, hacerlos distribuir, atravesando un ejército de espías y delatores¨. Por el lado de los libros, la composición temática de los títulos se desplaza. Cae el sector religioso y crecen los sectores representativos de relaciones modernas con lo impreso. Ej: lecturas científicas o recreativas. Los periódicos, aún siendo caros, son más accesibles que los libros, ofrecen tipos de artículos bastante variados, permiten acelerar la circulación y la difusión de las novedades y de los saberes, y parecen permitir la participación de sus lectores en el trabajo y en las reflexiones de una República de las Letras que tiende a convertirse, cada vez más en una República de los Ciudadanos. Lo que se demanda de ahora en adelante al periódico es un tipo de información rápida y eficaz, que el libro tradicional no pueda ofrecer en las mismas condiciones. En el dominio de los libros, la evolución de las lenguas en las que se edita y la forma material diferente sugieren la laicización de los contenidos y la banalización de las prácticas de lectura. A partir de 1760, hay un crecimiento del francés como lengua de publicación, en detrimento del latín. El libro abandona definitivamente los exclusivos medios eruditos, para extenderse en dirección a un público más vasto. Paralelamente, cambian también las formas materiales. El formato del libro, su espesor, la elección de una tipografía, la organización del texto en la página, la relación eventual con las ilustraciones, la existencia o no de dispositivos múltiples de referencia son otros indicadores que reflejan las elecciones hechas por el editor y el imprentero. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se asiste a una tendencia al aligeramiento, a la banalización y a la búsqueda de una mayor maleabilidad.

Una coyuntura de apertura

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La administración de la editorial: A partir de 1629, cada publicación es objeto de todo un conjunto de procedimientos administrativos, que la autorizan y la protegen, y entre los cuales los principales son la autorización para imprimir, acordada por un censor, y el privilegio otorgado por el rey, que garantiza al editor la exclusividad del texto por un cierto plazo. Chauvelin inaugura los primeros permisos tácitos e intentará llenar el vacío existente entre prescripciones oficiales y pensamiento ilustrado en sus instrucciones a los inspectores de librerías en 1731. A partir de los años 1735-1745, el poder real se orienta así hacia una ¨política de tolerancia¨. El punto de ruptura debe situarse en 1760. Las elecciones de la década 1760-1770 llevan a la Academia a una fuerte mayoría de partidarios de las ideas ¨filosóficas¨, y en adelante se encontrarán grandes funcionarios ilustrados en todos los puestos de la más alta administración real.

Geografía redes y sociabilidad del libro: La década 1760-1770 abre el pasaje a la lógica de la segunda revolución del libro. Un 1º indicador de esto es el de la innovación técnica. El pasaje de las técnicas basadas en la madera y el agua a las del metal y a las de la fuerza motriz. El 2º indicador es el proceso de renacimiento de las ediciones provinciales a partir de 1770.

La venta ambulante: El libro y el impreso penetran por medio de la librería establecida y bien conocida por las autoridades y también, por una multitud de revendedores o expositores regulares (se instalan todos los días en el mismo sitio). Pero la segunda mitad del siglo0 XVIII se caracteriza sobre todo como una época fuerte de la venta ambulante de libros.

La sociabilidad del libro y de lo impreso:

Tanto las sociedades como los gabinetes de lectura reúnen recursos para poner a disposición de todo un conjunto de títulos que sería imposible para cada uno procurarse por sí mismo. En la sociedad de lectura, el proyecto es antes que nada intelectual. Un grupo de socios se reúne para emprender actividades intelectuales o artísticas en las que lo impreso ocupa una posición central. A la inversa de la sociedad de lectura, el gabinete es un asunto sobre todo comercial. Hay una apertura del público, pero relativa carestía del libro y despliegue de prácticas de sociabilidad en las que los intercambios y la conversación tienen un lugar determinante. Aparecen lectores que no pueden comprar los libros que desean, y que no son recibidos como miembros de sociedades de lectura.

Los libreros innovadores:Nueva apertura psicológica por parte de ciertos profesionales.

En el establecimiento de los Didot se combinan curiosamente los tradicionales del buen imprentero y las opciones más innovadoras. primogénito, a la vez mecánico, imprentero tipógrafo, enseguida librero, editor, y, para terminar, fundidor de carao hermano menor, Pierre-Francois el joven, es desde 1777 imprentero del futuro Carlos X, por entonces señor y conde de Artois, pero se interesa, también las investigaciones y las aplicaciones técnicas, crea una fundición tipog: también la célebre papelera de Essonnes. La diagramación despojada y los caracteres neoclásicos grabados y fundidos por los Didot hacen de sus libros un modelo para las publicaciones de fines del Antiguo Régimen.

La lectura como alienación y como peligro La misma amplitud y la convergencia de este conjunto de fenómenos demuestran el hambre de lectura que parece haberse apoderado de los espíritus en el curso del último tercio del siglo XVIII. Por todas partes se tropieza con libros y se generaliza el interés por los grandes asuntos de la hora.

la ampliación de la población alcanzada a través de tal o cual medio, la importancia de un conjunto de efectos psicológicos que se teme no poder controlar, provocan un sentimiento de malestar y, en ciertos casos, de inquietud social. Es en Alemania (con la Leserevoltttion, la revolución de la lectura) donde el fenómeno es más nítido, pero la discusión que se abre allí encontrará su prolongación igualmente en Francia, e incluso en el siglo xix. La crítica de la "locura de leer" (Lesewut) permite subrayar uno de los elementos característicos de la mediación: los efectos de rechazo de una

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transformación relativamente rápida de las técnicas y de las prácticas ligadas a los medios dominantes, y las inquietudes o las oposiciones que suscitan. Para el príncipe mercantilista, es útil que la población sea alfabetizada y tenga un mínimo de educación, pero es inútil, e incluso peligroso, que supere ese mínimo.

El problema central será, con la Revolución, de orden casi exclusivamente político: tan pronto como se plantea la cuestión de la participación de todos en los asuntos del Estado, la definición del espacio público se desplaza profundamente, y la cuestión de la alfabetización general y de la ampliación social de las prácticas de lectura se vuelve fundamentalmente política. La religión parece hasta cierto punto secundaria.

Se tendría así, con Alemania y Francia, dos modelos, dos casos típicos diferentes:

*Alemania: la revolución de la lectura, un publico ampliado da paso a una forma moderna de lectura: una lectura extensiva, pero sobre todo erudita, y que busca responder a la problemática del tiempo".

*Francia: la Revolución será en primer lugar política, porque lo esencial de lo que habría debido permanecer como una reforma profunda de! Estado había sido encarado por los grupos dirigentes y las clases privilegiadas: el libro y lo impreso son su vector principal. Es esta voluntad de reforma la que pasará, por la fuerza del entrenamiento y de los medios, a la acción revolucionaría propiamente dicha.

*Inglaterra: que se encuentra ya comprometida en la lógica de l

a Revolución Industrial, está sin duda más cercana al modelo alemán; si la alfabetización está allí largamente extendida, la red y la calidad de las escuelas son todavía mediocres, y el nivel de instrucción sigue determinado por la posición social. La imposición de una ética religiosa de inspiración protestante hace por otro lado connotar favorablemente la practica de lecturas excesivamente recreativas, de las que se subrayan los peligros para aquellos que estarían menos capacitados para protegerse -entre quienes se cuentan primer lugar, naturalmente las mujeres y niños.

Se trasluce ya aquí el modernismo de una nueva relación de fuerzas de la que aún no nos hemos desprendido; a la imposibilidad, material y moral, de prohibir el acceso de un "muy grande número" a los medios, sucede una lógica que hace corresponder el nivel de cultura a la posición social. La literatura popular y su género privilegiado, que es la novela, es presentada como una producción mediocre; muy pronto se convertirá, en Alemania, en la Triviaüiteratur. y en Francia, en la "literatura de la puerta de servicio"...