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La última vez en ‘Holders’…

“Luck parecía tener todo bajo control, alternando sus días entre la clases universitarias y la librería Ermitaños Unidos, dónde se refugiaba en sus mundos ficticios. Pero todo

cambia cuando conoce a Froid, el ayudante de cátedra que le enseñó a encarar el mundo con otra perspectiva. De esta forma el joven intenta superar su ansiedad social

conversando con un activista, un camarero y Walter, su antiguo compañero de estudios. Esa misma noche descubre que su mejor amigo Twister ganó un concurso de arte y

juntos abandonan el departamento que comparten para emprender un viaje a Londres. En su camino se encuentran con Val Black, una misteriosa arqueóloga que acompaña al dúo turista a explorar la ciudad. En su visita al museo son sorprendidos por Nick Zyler,

que se proclama como un agente del tiempo dispuesto a arrestar a Val, quién a su vez revela ser una hechicera auténtica. Durante la batalla entre magia y cienc ia, Luck posee

una extraña visión dónde un joven de piel estrellada lo invita a apoderarse de un amuleto egipcio. Pero al hacer contacto con la piedra, un resplandor los envuelve a los

tres, transportándolos a una extraña realidad post apocalíptica plagada de zombies…”

No existe traducción correcta para “Holder”.

Su significado varía entre poseedor, portador, titular,

custodio, asidero, soporte y guardián.

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Capítulo 2. Hechos y desechos

Uno, dos, tres, cuatro... El incesante pitido monótono del celular lo sacaba de quicio. Nadie contestó su llamada. Insistió, sin recibir respuesta. Continuó intentando hasta que

el cansancio lo venció, durmiéndose con el teléfono en la mano. Volvió a marcar el número al despertar, aún sin resultados. Suspiró. Se vistió rápidamente y salió a buscar

respuestas que quizás nunca llegarían. Encaró a las autoridades pertinentes, convencido de que le estaban ocultando la verdad. Pero ellos no supieron explicarle qué había

sucedido esa noche. No había rastros ni evidencia alguna después del incidente. Ninguna pista que lo guiara hacia el paradero de su mejor amigo. La colección egipcia del Museo Británico había cerrado sus puertas por reformas. Y las grabaciones de seguridad habían

desaparecido junto al misterioso amuleto que se presumía robado. Eso es todo lo que pudo obtener al presionar al único periodista que había reportado el caso. No tenía

certeza alguna de que ese evento estuviera vinculado con la desaparición de Luck, pero podía intuir que él y Val Black habían estado la noche incorrecta en el lugar equivocado.

Twister siguió llamando, buscando, indagando, esperando algún indicio esperanzador...

Pero pasaron seis meses y Luck Lupin jamás regresó.

Concentrate en los hechos, Zyler-se repitió mentalmente-, y vas a descubrir la verdad.

Hecho número uno: Su misión había fracasado estrepitosamente. Hecho número dos: Habían sido transportados a una coordenada tiempo espacial que no podía ser real.

Hecho número tres: Contra toda lógica, los rodeaba una horda de muertos vivientes…

-¡Atrás! ¡Nos enfrentamos a algo peligroso!-gritó Valkyria Black blandiendo su varita-. ¡Esto es magia oscura!

-¿Podrías dejar de lado el mito de la hechicera por un rato?-dijo Nick Zyler, molesto-. Estoy tratando de concentrarme. Necesitamos elaborar un plan con suma urgencia…

-Lo que necesitamos es fuego-aseguró la chica, confiada-. Eso los va a detener.

La hechicera murmuró un conjuro incomprensible, disparando un rayo de fuego hacia el

zombie más cercano, que comenzó a incendiarse. La criatura continuó avanzando. -¡Apunta a la cabeza!-gritó Luck-. No pierdas tiempo con extremidades, es inútil.

-¡No los ataques si no representan una amenaza hostil!-intervino el agente del tiempo-.

¡Tenemos que interrogar a estas formas de vida para entender qué está pasando acá!

-No podes estar hablando en serio-Val alzó los ojos al cielo-. Si querés comprender qué pretenden estos títeres putrefactos, tenés que buscar al nigromante que los controla…

Mientras ambos discutían, Luck retrocedía intentando alejarse del zombie que había encontrado bajo los escombros, que continuaba arrastrándose hacia ellos, hambriento.

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-¿Pueden parar de pelear?-Luck los obligó a voltearse para encarar a aquella criatura-. ¡Van a hacer que nos maten! ¡O peor, que nos conviertan en una de esas cosas!

-Admito que tus prioridades son sensatas-dijo Val, arremangándose para la batalla-.

Manténganse cerca mío si quieren sobrevivir.

-No te necesito-dijo Nick-. Cuando neutralice este incidente, sos la siguiente en mi lista.

El agente del tiempo activó el dispositivo magnético de su brazalete atrayendo hacía sí una larga barra de hierro de las ruinas, que atrapó esgrimiéndola contra los zombies. Acto seguido, la incrustó en el cráneo de la criatura que los acechaba, que cayó inmóvil.

Val avanzaba implacable, disparando hechizos a diestra y siniestra, y sus enemigos se

desintegraban en cenizas al recibir el impacto del fuego mortal. Nick aseguraba el perímetro cercenando a sus adversarios putrefactos con golpes precisos y certeros.

Luck jamás se había destacado por su destreza física, por lo que juzgó oportuno alejarse

lo más lejos posible de aquel conflicto, pero otro zombie truncó su camino. Podía sentir su aliento hediondo avanzando con torpeza hacía él. Trató de volver sobre sus pasos, pero tropezó con una viga, desplomándose en el suelo completamente indefenso. Aquel

monstruo pestilente se abalanzó sobre él y comenzó a desgarrar su camisa, mientras Luck forcejeaba en vano para sacárselo de encima. Al enfrentar el rostro nauseabundo

de la criatura hambrienta, por primera vez sintió miedo de morir atrapado en ese lugar. Y gritó horrorizado.

Nick Zyler giró al oír su voz y tomó carrera entrecerrando los ojos para lanzar la vara de

hierro, atravesando la cabeza del zombie con puntería impecable. Sus restos fétidos se desparramaron por la tierra, y Luck se arrastró con asco, conteniendo las náuseas. Agitado, tanteó sus bolsillos con desesperación sin reconocer la familiar forma del

inhalador que le garantizaba la seguridad que necesitaba. Comenzó a sentirse ahogado. Nick Zyler lo observó sin comprender.

-¿Qué pasa humano? Ya acabamos con la amenaza. No hay nada que temer por ahora.

Luck se señalaba el pecho con frustración, incapaz de expresarse entre las grandes

bocanadas de aire que aspiraba con dificultad. Empezó a temblar, con más miedo que antes. No tenía la menor idea de dónde se encontraba ni cómo había llegado ahí, pero en ese momento su broncodilatador había desaparecido y no podía pensar en otra cosa.

¿Acaso había quedado en el museo que dejaron atrás? ¿Lo habría olvidado en Londres? Pensó en Twister, a quién quizás jamás volvería ver, intentando infundirle coraje.

El asma es mental-solía repetirle su amigo-. El aire no desaparece. Tenés que relajarte.

Respira...

Pero Twister no estaba con él. En su lugar, Nick Zyler lo examinaba buscando síntomas. -Ese engendro no dejó heridas visibles-afirmó escaneándolo con sus gafas sónicas-.

Incluso diría que estás en perfecto estado de salud. No entiendo qué te está afectando…

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-Cuando encuentre al nigromante detrás de este ejército va a tener suerte si no lo convierto en…-Val se detuvo a mitad de la frase al observar a Luck-. Oh, no de nuevo…

-¿Qué pasa con el humano?-Nick Zyler lo miraba perplejo-. Podía respirar hasta recién.

-Estoy empezando a creer que de verdad venís del espacio-gruñó Val-. Está enfermo y

extravió su medicamento. Necesitamos localizar una farmacia para encontrar uno nuevo.

-Había olvidado lo vulnerables que eran los humanos-el agente del tiempo cargó a Luck en sus brazos, que continuaba resistiendo el ataque de asma, y emprendieron camino.

-¿Por qué seguís llamándolo humano como si vos no lo fueras?-lo interrogó la hechicera.

-No lo soy-afirmó Nick Zyler sonriente-. En el futuro ya no existen los Homo Sapiens. Nosotros nacemos inmunes a las enfermedades porque fuimos diseñados genéticamente

como criaturas perfectas. La humanidad avanzó al siguiente estadio de la evolución, creando una nueva especie. Yo soy un Homo Superior.

-Una historia fascinante-Val puso los ojos en blanco-. Pero por si no te diste cuenta aún, tus milagros médicos son irrelevantes en este momento, por no decir imposibles.

-¡Pero es cierto!-ahora le tocaba a él sufrir el escepticismo-. Si estuviésemos en mi casa,

podría administrarle una dosis a su sistema inmunológico que lo curaría al instante-frunció el ceño, pensativo-. De hecho creo que no volvería a enfermarse nunca más.

Pero vos deberías saberlo.

-¿Debería…?-Valkyria lo miró conteniendo la risa, incapaz de tomarlo en serio. -¡Vos también venís del futuro! ¡Descubrí que posees esa singular tecnología alienígena!

-Creo que leíste demasiadas teorías conspirativas. Voy a tomarme la molestia de

explicarte la situación-dijo la hechicera armándose de paciencia-, aunque termine borrándote la memoria de todas formas. Estos son los hechos: Número uno, no existe

poder capaz de avanzar el tiempo hacia el futuro. Número dos, no tengo la habilidad de viajar a otros planetas. Y tres, mi varita no es extraterrestre, es mágica. Superalo.

Luck los observó intercambiar argumentos preguntándose si alguna vez iban a coincidir en algo, pero eso excedía a sus responsabilidades. Ninguna era capaz de admitir que lo

presenciaron era real: La magia y los viajes en el tiempo coexistían en el mismo mundo.

Los tres avanzaron con cautela durante un largo trecho atravesando los restos de la avenida principal. De vez en cuando se topaban con algún zombie moribundo, a quién

Val Black exterminaba mientras Nick Zyler continuaba cargando a la agonizante víctima. Cuando dejaron atrás un cementerio de autos abandonados, divisaron el desvencijado

letrero de una librería que Luck conocía de memoria. Les hizo señas para dejarlo bajar. -Este es mi trabajo-tosió el joven, atravesando las puertas destrozadas de Ermitaños

Unidos. Mecha siempre guarda un inhalador de repuesto para emergencias-recordó.

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Luck entró ilusionado, pero tras un rápido vistazo descubrió que el lugar era muy diferente a como lo recordaba. Las fotos que decoraban la pared habían desaparecido, y

el local aún conservaba la antigua decoración que los abuelos de Mecha habían elegido décadas atrás, como si aún estuviesen a cargo del lugar. Frunció el ceño, confundido.

-Esto no está bien-se agarró a una columna para ahorrar fuerzas-. Algo raro pasó…

-Tal vez podríamos especular que la bomba atómica tuvo algo que ver…-intentó decir

Nick, pero Val le pegó un codazo para callarlo. -Es como si yo nunca hubiese trabajado acá…-suspiró, tomando su celular para llamar

instintivamente a Mecha sin obtener respuesta. Frustrado, marcó el número de Twister con el mismo resultado. Continuó intentando con contactos al azar, pero nadie contestó.

Supuso que no debía tener señal, porque no tenía paciencia para lidiar con otro misterio. Poco a poco lo fue invadiendo una ira fría, olvidando completamente su ataque de asma.

-¿Cómo llegamos acá? ¿Qué es este lugar…? ¿Qué pasó cuando toqué la gema?

-No estoy seguro de las respuestas en este momento-admitió Nick Zyler-. Pero puedo investigar esta singularidad cuando te recuperes y me entregues la anomalía.

-¿Y por qué debería hacerlo?-le espetó-. ¿Qué razón tengo para confiar en tus secretos?

-Estaba seguro de que eras más sensato que tu compañera, humano…

-Ella no es mi compañera. ¡Todo lo que sé de ella también es mentira!-exclamó furioso-.

¡Y estoy harto de que me digas „humano‟! ¡ME LLAMO LUCK!-gritó saliendo de la librería. -¡Luck, espera!-la hechicera lo siguió hacia el exterior-. ¡Es peligroso que salgas solo!

-Era peligroso ir al museo a robar ese amuleto, y aun así me arrastraste sin preguntar…

-Tenés que entender…-Val intentó buscar las palabras correctas-. Lo que yo soy y lo que

hago debe mantenerse oculto por el bien de todos. Mis poderes no pueden caer en las manos equivocadas. Por eso necesito resguardar la gema y acabar con este asunto.

-No escuches a esa estafadora-interrumpió Nick Zyler, que acababa de salir de la librería-. Intenta engañarte para expandir su colección ilegal de contrabando alienígena.

-Agh, estoy harta de escuchar esa historia-resopló Val blandiendo su varita-. Voy a

enseñarte una lección que no vas a leer en ninguno de tus tontos “manuales del futuro”.

La hechicera disparó un veloz rayo de energía, pero el agente del tiempo lo esquivó con agilidad, a la vez que atraía para sí una barra de hierro con su brazalete magnético,

preparado para contraatacar. Luck observó espantado que aquel alboroto había llamado la atención de los cadáveres que reposaban dentro de los autos, que cobraron vida uno a uno, ansiosos de participar de aquella carnicería. Val y Nick intercambiaron miradas.

-¿Tregua?-sugirió Val. Nick Zyler asintió, sin quitarle los ojos de encima a la hechicera.

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El agente del tiempo ajustó su brazalete que se extendió formando un guantelete

plateado, revelando un agujero que emitía ondas celestes en la palma de su mano. Rápidamente disparó propulsando ondas electromagnéticas que impactaban contra los

vehículos aplastando a sus antiguos habitantes. Val Black, por su parte, empuñó la varita contra los zombies incinerando cualquier resto que pudiese ocasionar problemas.

Su rostro adquirió concentración cuando murmuró el conjuro con el que comenzó a apilar los autos para formar una muralla protectora. Nick Zyler la observaba atónito.

-Nunca había visto un dispositivo como el tuyo. La forma en la que distorsionas las leyes de la física es increíble-dijo admirado. Esa tecnología es demasiado avanzada para ese

tamaño compacto, requeriría enormes cantidades de energía replicar sus efectos…

-Parece que nunca vas a entender que la explicación es más sencilla de lo que cree-murmuró Val mirando al agente del tiempo-. Luck decime un animal, el que quieras.

-Un zorro-contestó el joven sin pensar. Val asintió, guiñándole un ojo.

-Según sabemos, los seres vivos necesitan nacer para poder existir. ¿No es así?-inquirió la hechicera. Nick asintió, impaciente-. Preparate para presenciar un milagro-rió Val.

La muchacha trazó un elegante movimiento con su varita emitiendo chispas doradas, y

la barra de hierro que Nick sujetaba súbitamente se convirtió en un zorro de verdad, que echó a correr con curiosidad en busca de alguna presa. Zyler no daba crédito a sus ojos.

-¡Es imposible crear vida sin material genético preexistente! ¡¿Cómo lo hiciste…?!

-Magia-se limitó a contestar Valkyria, y el agente del tiempo se quedó en silencio, intentando asimilar la respuesta.

Mientras Luck trataba de atrapar al zorro que se escabullía ágilmente entre sus piernas,

Val se sentó junto a Nick, que se había dejado caer sobre una pila de escombros.

-Sé que es difícil de entender que puedo hacer cosas imposibles, pero en este momento dudo que encuentres una respuesta lógica que te deje satisfecho-le dijo la hechicera-.

Estoy dispuesta a convencerme de que venís de un planeta lejano en el tiempo siempre y cuando puedas asumir que yo no aterricé de una nave espacial. Intenta reflexionarlo.

Y se levantó dejándolo a solas con sus pensamientos, mientras observaba al zorro que continuaba evadiendo la cacería de Luck. Nick dió un largo suspiro antes de comenzar.

Siempre se había sentido orgulloso del conocimiento adquirido en la academia, incluso

aunque era capaz de consultar la base de datos más extensa de la galaxia a través de su brazalete. Por alguna razón consideraba más eficaz aprender empíricamente de los

acontecimientos experimentándolos por su cuenta. Y lo que acababa de descubrir había expandido el mundo que creía conocer, revolucionando por completo su paradigma.

-Tengo muchas preguntas que hacer antes de que termine de creer que esto es verdad.

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-No sos el único-repuso Val-. No sabías que mi varita existía antes de entrar al museo. El supuesto artefacto extraterrestre que buscabas era el amuleto. Parece que sabes algo

sobre él que nosotros no.

-Es confidencial-musitó Nick con recelo-. No estoy autorizado a compartir los detalles.

-Ella tampoco tenía permiso de revelar su historia, y aun así confesó que puede hacer magia-observó Luck-. Si nosotros podemos decirte la verdad. ¿Por qué vos no confias…?

-No se trata de confianza-intentó explicar el agente del tiempo-. Este brazalete es mucho más que un amplificador electromagnético o una base de datos. Es un registro de

todos mis movimientos. Si les revelo parte de mi misión no sólo podría causar una paradoja sino que la Confederación Cuántica sería capaz de detectarla y condenarme.

-Entendemos que estás en una situación delicada, pero creo que el escenario lo amerita.

No sabemos dónde estamos. Ni siquiera sabemos si vamos a encontrar alguien con vida o cómo vamos a lograr regresar a nuestro hogar, pero estamos todos juntos en esto.

-Y si queremos sobrevivir, tenemos que aprender a confiar entre nosotros-agregó Luck.

Nick Zyler recapituló los conocimientos adquiridos con rapidez. Ya era tiempo de actualizar su lista. Hecho número cuatro: la tecnología sofisticada que había presenciado

se llamaba magia y era incapaz de explicar cómo funcionaba, pero tenía que aceptar su existencia a regañadientes. Hecho número cinco: estaba atrapado en otro plano

dimensional indetectable para el brazalete, por lo que resultaba imposible escapar sin recrear las condiciones originales que los habían trasladado en primer lugar. Hecho

número seis: carecía de los recursos necesarios para llevar a cabo su plan, por lo que estaba obligado a traicionar los estatutos de la Confederación Cuántica para conservar su alianza. Se convenció a sí mismo de que sus descubrimientos sobre la nueva forma

de energía que la hechicera llamaba magia era un precio más que aceptable para la Confederación llegado el momento de rendir explicaciones sobre sus actos. Suspiró.

-Está bien-dijo por fin-. Voy a contarles toda la verdad.

-Perfecto-aceptó Val encantada-. Pero primero tenemos que encontrar una farmacia si

no pretendes que Luck interrumpa tu historia con otro ataque de asma. Sin ofender. -Admito que sería inoportuno-dijo Luck-. Val, ¿puedo conservar al zorro?

-A Twister le gustaría ver como intento convencerte de lo contrario-rió la muchacha-.

Pero el encantamiento no va a durar más de unas horas. No es un conjuro permanente.

-Es más de lo que esperaba-se conformó Luck, y el grupo retomó la marcha, con el zorro siguiendo sus pasos-. Me sorprende que aceptaras su versión de la historia con

tanta facilidad-observó el joven dirigiéndose a Val-. A Nick le tomó mucho más tiempo. -Supongo que parte de crecer en un mundo con reglas distintas te prepara para creer

que nada es imposible con la determinación necesaria-contestó-. Además estoy al tanto de que son capaces de viajar al espacio, no es difícil aceptar que puedan ir más lejos.

9

Holly Hunter había observado atentamente las acciones del grupo, determinando que no

necesitaba una moneda para saber que esas personas eran bastante capaces de encargarse de los zombies sin su ayuda. Pero las hazañas que había presenciado

superaban con creces sus expectativas. Aquellos forasteros poseían herramientas que sólo creía que existían en sus sueños. Tecnología superior y poderes inexplicables, un

combo capaz de despertar su imaginación y estimularla más allá de sus límites. Testigo mudo de sus acciones, una brillante idea comenzó a cobrar fuerza dentro de su mente.

Quizás, sólo quizás, existía la posibilidad de que aquellos sobrevivientes dispusieran de los recursos necesarios para acabar con su pesadilla de una maldita vez.

Los siguió con sigilo a través de los edificios, esquivando cuidadosamente los cadáveres que descansaban a diestra y siniestra, algunos de los cuales él mismo se había

encargado de que no volviesen a levantarse. No entendía la mayoría de las conversaciones que alcanzaba a escuchar, pero los retazos inconclusos alimentaban aún

más su curiosidad por conocer a aquellas personas que llamaron su atención, particularmente la muchacha que realizaba cautivantes proezas imposibles de describir.

Continuó siguiendo su rastro hasta llegar a la pequeña farmacia que usualmente utilizaba para extraer suministros. Se infiltró en la instalación acechando en la oscuridad

con intención de escuchar atentamente la charla sin perderse los detalles cruciales.

-De todas las cosas que vi hoy, lo que más me sorprende es el efecto instantáneo de tu medicación-rió Nick, admirando cómo el estado de salud de Luck se había estabilizado.

-Existen fuerzas milagrosas más allá de nuestro entender-concedió Val con sarcasmo.

-Cómo el compartimento de portaequipaje del avión-comentó Luck, haciéndola reír.

-Bien, llegó el momento-dijo Nick Zyler poniéndose serio-. Voy a contarles quién soy. Nací en Europa, la luna de Júpiter en el siglo 52. Fui concebido específicamente para

servir como soldado de las Fuerzas Especiales de Agentes del Tiempo Intergalácticos. Pero más temprano que tarde se dieron cuenta que hubo un problema conmigo-rió.

-¿Tu ego era demasiado grande para el envase?-preguntó Val con malicia.

-No exactamente-contestó Nick, pensativo-. No estoy seguro si hubo un error durante mi concepción o simplemente no supieron mantener todas las variables bajo control. La

cuestión es que me resulta muy difícil seguir órdenes durante las misiones asignadas. No soy precisamente el soldado que esperaban-admitió con una carcajada amarga.

-Desde el principio pude percibir tu curiosidad-intervino Val-. Esa virtud es más útil para

un científico que para un guerrero.

-Y así es como me convertí en ambos. Tenía el desarrollo físico necesario, sólo me faltaba el conocimiento complementario. Contra todo lo que se esperaba de mí, el soldado logró aprender a ser un agente del tiempo independiente. Comencé a cumplir

misiones por mi cuenta, sin superiores que viajasen conmigo supervisando mis acciones.

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-Pero te vimos con otras personas en el museo-puntualizó Luck, alzando una ceja.

-Ustedes conocieron a Luft Trow. Era la identidad que había adoptado para esa misión. Mi especialidad es detectar anomalías y corregirlas antes de que la línea temporal se

corrompa por la paradoja-explicó-. En esta ocasión estaba siguiendo el rastro de una agrupación que entró en contacto con cierto objeto capaz de portar tecnología imposible

de concebir en el siglo 21. No estaba seguro de qué habilidad escondía, pero como se habrán dado cuenta, el artefacto fue capaz de transportarnos a una línea temporal

distinta. Mi misión era impedir que esta singularidad cayera en las manos equivocadas. -Y entonces te infiltraste entre este grupo de terroristas o lo que sea para encargarte de

que si alguno de ellos conseguía el amuleto, fuese bajo tus órdenes-razonó Val.

-Exacto-asintió Nick Zyler-. Bajo ninguna circunstancia podía permitir que accedan a esta anomalía alienígena. De alguna forma logré retrasarlos, pero quedarme atrapado

en otra dimensión no era una consecuencia para la que estuviese preparado…

-Permitime que te corrija respecto a esa „anomalía alienígena‟-lo interrumpió Val-. El amuleto es una reliquia mística hechizada por magos y brujas del Antiguo Egipto. Investigar sus propiedades es la verdadera razón por la que emprendí el viaje a Londres.

-Pero estoy convencido de que la joya tiene restos de polvo espacial en su composición

química-argumentó Nick-. Probablemente haya llegado al planeta hace miles de años. Quizás ambos tengamos razón-añadió intercambiando una sonrisa con Valkyria.

-Me alegra que por fin empecemos a entendernos-interrumpió Luck-. Sólo les falta

sincerarse respecto al último misterio de nuestro rompecabezas. Díganme la verdad. ¿Qué pasó cuando toqué la gema?

Valkyria Black y Nick Zyler se miraron entre sí, indecisos. El chico tomó la iniciativa.

-No estamos seguros de por qué sucedió exactamente en ese momento, pero creemos que cuando tocaste la gema abriste un portal a otro mundo sin proponértelo.

-Lucías completamente distinto-añadió la hechicera-. Te rodeaba un aura luminosa que

nos cegaba. Cuando intentamos detenerte el portal nos tragó hacia el otro lado. -Y lo siguiente que supimos es que este mundo es idéntico en cuanto a las coordenadas

de tiempo espaciales al planeta que dejamos atrás, pero en algún momento de su historia reciente una epidemia transmutó a sus habitantes como cadáveres reanimados.

-Existe un término específico para esto y es un tipo de magia muy oscura capaz de…

-No, Val-interrumpió Luck-. Por una vez él tiene razón. Estos zombies no son siniestros

títeres mágicos. Lo más probable es que un virus los haya infectado a nivel global. -Sean lo que sean siguen siendo débiles al fuego-repuso la hechicera cruzando los

brazos-. No pienso cambiar mi estrategia.

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-Es extraño-murmuró Luck-. Mis recuerdos están borrosos. Lo único que me consuela es que este mundo devastado no es el que dejé atrás. Probablemente yo jamás existí en

esta versión de la Tierra-añadió tras recordar las llamadas sin respuesta.

-Este mundo es uno de los tantos que podría haber sido-susurró Nick-. Acabamos de confirmar la teoría de los múltiples universos paralelos. Lástima que no podamos volver

para atribuirnos el mérito-añadió mirando su brazalete con resignación-. El dispositivo sigue incapaz de reconocer esta ubicación como una coordenada tiempo espacial válida.

-¿No hay forma de que puedas engañar a tu brazalete temporal para que te permita salir de acá?-preguntó Val, entrecerrando los ojos-. Me extraña que no lo intentaras aún.

-No tengo las herramientas necesarias-repuso Nick-. Podría crearlas, pero aun así

necesitaría materiales específicos que dudo encontrar aunque revisemos toda la ciudad.

-Entonces tenemos que explorar la siguiente hasta conseguir todo lo que necesitas-contestó Valkyria-. No pienso quedarme atrapada en una dimensión llena de cadáveres.

Como si acabase de recitar un conjuro mágico, escucharon el sonido de decenas de pies arrastrándose por la avenida cargando consigo un olor putrefacto y un apetito feroz.

Viéndose superados en número, juzgaron oportuno huir antes que enfrascarse en una pelea innecesaria. Tras correr diez cuadras, Luck tanteó agitado sus bolsillos con pánico.

El celular y la gema que se negaba a entregar continuaban allí. Pero algo le faltaba...

-El inhalador-exclamó con un grito ahogado-. Lo dejé en la farmacia-recordó de pronto.

-¡Por los anillos de Júpiter, Luck Lupin!-dijo Nick exasperado-. ¡Nos persigue una horda! ¡No podemos retroceder ahora!

-Podemos-aseveró Val con convicción-. Pero tenemos que luchar para avanzar. ¡Rápido! ¡Hagámoslo ahora antes de que rompan formación y se dispersen!

El agente del tiempo y la hechicera ganaron terreno elevando pedazos de concreto

mediante poderosos hechizos y fuerza electromagnética, impactando contra las zombies más cercanos. Pero muchos más se aproximaban. Hedientos, ávidos de carne fresca,

incapaces de detenerse hasta consumar su más vil, salvaje y pútrida obsesión caníbal. Ante la abrumadora cantidad de enemigos que se abalanzaban hacia ellos, el grupo se

dividió para atacar por los flancos. Val hacía estallar en llamaradas a sus contrincantes, esquivando con elegancia los restos putrefactos que reventaban salpicando sesos y

entrañas. Nick desmembraba a los cadáveres de forma despiadada pero prolija, dando golpes certeros capaces de acabar con sus adversarios sin recibir ningún rasguño.

Luck, incapaz de hacerles frente a los monstruos en su estado más vulnerable, sólo

atinó a refugiarse en un corredor, descubriendo con horror que el mismo no tenía salida. Al voltear se vio flanqueado por tres zombies que habían logrado avanzar más allá de Val y Nick, dispuestos a devorar al eslabón más indefenso del trío de forasteros...

Se tapó los ojos deseando una muerte rápida, sobresaltándose al oír un aullido guerrero.

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Holly Hunter había descendido de la azotea saltando sobre el primer zombie, a quién

degolló como un experto en un abrir y cerrar de ojos. Sin perder tiempo, se abalanzó sobre el segundo cadáver, arrojándolo al suelo dónde abrió su pecho de un tajo para

acabar incrustando su daga en el cráneo del monstruo. Giró al ver al tercero que había acorralado a Luck, y desenvainando una lanza improvisada, atacó al miserable

partiéndolo al medio. No se detuvo a observar la agonía de la criatura, a la que decapitó con su lanza dejándola inmóvil. Tras asegurarse brevemente de que ningún otro zombie

se introdujera en el corredor, volteó para mirar a Luck con una sonrisa cálida y amable. -Soy Holly, encantado de conocerte-dijo el joven tendiéndole la mano para levantarlo.

Llevaba el pelo castaño largo y sucio hasta los hombros, la piel cubierta de rasguños y salpicada de sangre propia y ajena y una mirada tan peculiar que le resultaba imposible

quitarle los ojos de encima. Vestía una sencilla musculosa amarillenta y desgastada, abrigado por un saco de cuero marrón y unos pantalones de un color imposible de

definir entre manchas de suciedad tan diversas. Lo que más destacaba de su presencia eran las diversas dagas y cuchillas que colgaban de su cinturón, junto a bolsas y

herramientas que no pudo distinguir a simple vista. El joven enfundó su lanza y le ofreció agua a Luck, que la rechazó temblando, aun recuperándose del sobresalto.

-Mil disculpas, casi lo olvido-revisó sus bolsillos y le entregó un objeto de plástico-. Esto te pertenece. Lo dejaste caer cuando llegaste la primera vez-Luck agarró su

broncodilatador y aspiró una dosis que alivió sus pulmones al instante-. También me tomé la molestia de recuperar los que abandonaste en la farmacia, por si las dudas…

-¡Luck, ahí estás!-gritó Val, deteniéndose en seco.

-¿Quién es ese…?-preguntó Nick avanzando tras ella.

-No nos presentamos-giró Holly sin dejar de sonreír-. Ustedes deben ser la hechicera y el agente del tiempo. ¿No es así? Holly Hunter-repitió tendiendo su mano-. Es un placer.

-Acaba de salvarme-aclaró Luck cuando recuperó la compostura-. Fue increíble. Gracias.

-Toda vida es sagrada y merece ser protegida-se excusó Holly con sencillez.

-Parece que estuviste observándonos hace un rato-observó Val, con cierta sospecha.

-Hace mucho tiempo que no encuentro a otros sobrevivientes. No quería dejar pasar la oportunidad-confesó Holly-. Lamento no haber aparecido antes, tenía que cerciorarme

de que fuesen dignos de confianza antes de revelarles mi presencia.

-Me parece sensato-dijo Nick riéndose-. Nosotros también tuvimos pequeños problemas de confianza. Gracias por salvar a Luck, por cierto. Te debemos una. ¿Qué necesitas?-

agregó evaluándolo de la cabeza a los pies. -Lo mismo que ustedes, compañeros-sonrió Holly Hunter-. Necesito regresar a mi hogar.

Continuará…

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