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Hoy estamos entrando en la doceava semana, la que contiene la …radiomaitreya.org/descarga/hacia_el_religare/La... · 2017-05-01 · prójimo y que se preguntan: “¿Qué puedo

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Hoy estamos entrando en la doceava semana, la que contiene la última conferencia doctrinaria de este curso práctico. Necesito explicarte algo sobre la estructura del curso, antes de entrar en la materia de esta semana: Bien, aunque este trabajo práctico está conformado por 25 semanas (como te lo explicamos en la introducción), los audios son solamente 14 en total, siendo el último una despedida. Esto es así porque las últimas 13 semanas de este trabajo, son sólo de práctica con la Madre Divina, y como son todas iguales, pues, no hay nada más que explicar. Con haber explicado una sola vez cómo hacer estas prácticas, es suficiente. O sea que el curso o trabajo práctico, termina sus audios, pero tú tienes que seguir practicando todavía por 13 semanas más. Precisamente en el próximo audio, en el de la semana Nº 13, te explicaremos cómo se hacen estas prácticas con la Madre Divina. Ahora entremos en materia: Bueno, después de estudiar todas estas ideas, testimonios, seres extraordinarios, fuerzas espirituales, la mística, el anhelo, la oración, y de practicar intensamente a lo largo de estas once semanas seguidas, podemos afirmar, sin resquicio de duda, que la oración es extraordinaria, trascendental, maravillosa, y estamos seguros de que así lo hemos vivido cada uno de nosotros. Una vocacional hermana inglesa de la orden de las “Hermanas de la Caridad”, con el nombre de Anna, y que en Calcuta sirvió con Madre

Teresa a los más pobres, después de años de servicio, desgraciadamente, enfermó y ya no pudo más ayudar de la forma en que lo hacía antes, su cuerpo físico no le daba para más. Madre Teresa, ante esta situación, se dio cuenta de que la hermana Anna se sentía inútil y, por lo tanto, descorazonada, al creer que ya no podría servir más, entonces le dijo que no se entristeciera porque, de hecho, sí podría seguir sirviendo y haciendo sacrificio, sólo que a través de una nueva fórmula: la oración. Madre Teresa, después de explicarle su intención, envió a la hermana Anna de nuevo a Inglaterra, de donde ella provenía, con la tarea de dar soporte a todos los proyectos que se estaban realizando en la orden (y que eran muchos por aquellos días), a través de un grupo de oración. Desde que Anna llegó a Inglaterra y en adelante, y con un grupo de damas afines a la mística, realizaron cadenas pidiendo intensamente por muchas horas diarias, y muchos fueron los testimonios y logros que aportaron dichas oraciones conjuntas. ¡Ese era el nuevo trabajo de sacrificio por la humanidad para esta buena hermana deshabilitada físicamente, pero definitivamente, no deshabilitada anímica y espiritualmente! ¡Por lo que pudo seguir sirviendo! Existen personas de buen corazón con un fuerte anhelo de servir al prójimo y que se preguntan: “¿Qué puedo hacer por los demás, si yo trabajo muchas horas, no tengo mucho tiempo, tampoco tengo muchos medios económicos para solventar los problemas de las personas en pobreza, cómo puedo ayudar entonces?” La respuesta es: ¡A través de la oración!

Si existieran grupos de oración constantes en los cinco continentes, y dado los tiempos durísimos que se nos vienen encima, sería una bendición para todos, y obviamente, fundamentalmente para quienes las hiciesen. ¡Únanse las personas de buena voluntad en grupos de oración, háganlo! ¿Por qué no? ¡Sería una bendición para todos! En este tramo final de los tiempos del fin en el que ya hemos entrado, constituido por unas pocas décadas más (la etapa más difícil de la historia humana), una de las pocas cosas disponibles que tendremos para ayudarnos a sí mismos y a los demás, será, precisamente, la oración, ya en grupo o con oraciones personales. ¡Es verdad! ¡En los tiempos venideros tendremos que agarrarnos con cuerpo y alma a las cadenas mágicas! La oración será un gran refugio para todos, y a veces, probablemente, el único refugio… Aquellos que, por razones de salud, por falta de fuerza, por circunstancias fortuitas del destino, no pueden ayudar de una forma más física y más activa a la humanidad, bien pueden invertir esfuerzos en la oración. ¡No tienen porqué desanimarse, si no tienen cómo ayudar de otra forma! Las grandes pruebas mundiales que se avecinan podrían ser pasadas un poco mejor, si tenemos más espiritualidad y más ayuda superior, y eso se atrae orando. Si todos nos unimos en oración, desde ahora, haciéndonos fuertes en esta disciplina maravillosa, estaremos mejor preparados para cuando los tiempos difíciles estén aquí. ¡La oración es un poder sobrecogedor que no podemos desperdiciar en momentos de crisis mundial! ¡Sería como desperdiciar una despensa repleta de viandas nutritivas en un período de miseria!

¡Este llamado final a la mística y a la oración, es para que, de verdad, hagamos de la oración una forma de vida! La oración no es menos importante que la meditación, ni la meditación menos importante que la oración. Tenemos que aprender a unir estas dos disciplinas en una sola, como se lo hizo en tiempos remotos, donde las escuelas iniciáticas marcaban una pauta trascendental en el mundo, volviendo a recuperar nuestros valores perdidos, en lo personal y en lo social. ¡Que viva la revolución espiritual de la oración! ¡Si, hagamos de la oración, una forma de vida, es un trabajo que vale la pena!

Estamos comenzando con la cuarta y última semana de oración y meditación en el Padre Nuestro. Una vez más, la práctica nos catapulta a comprender que, sólo practicando podemos llegar a tomarle el peso a esta enseñanza magistral que es la Gnosis del V.M. Samael Aun Weor. ¡Sigamos adelante en esta última semana de oración del Padre Nuestro en meditación, ya que la semana que vienen nos adentraremos en nuevas maravillas del espíritu! ¡Que nuestro corazón se inflame y crezca! ¡Sigamos adelante conquistando el estado de la verdadera mística, como lo hicieron los pueblos de la antigüedad! ¡Nosotros también podemos lograrlo, por qué no! ¡Animo hermanos, arriba los corazones, no importa que esté sucediendo en este mundo tierra y su imparable locura! ¡El mundo del espíritu vivirá siempre y será incólume y trascendental! ¡Vamos hacia nuestro Ser, contra viento y marea! ¡Hagamos de la oración, una forma de vida!