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Los Cuadernos de Asturias
HUELLAS DE DIOSES
CELTICOS
Martín Sevilla Rodríguez
e iertos nombres de lugar y de río localizados en el N arte de la Península, parecen postular como étimos originarios algunos teónimos correspondientes
a divinidades célticas testimoniadas en las fuentes antiguas. Examinaremos aquí tales nombres a la luz del teónimo propuesto.
El lector advertirá que no todas las etimologías ofrecen la misma verosimilitud. Van aquí como las únicas posibles, que yo sepa, para tales topónimos e hidrónimos. Lo que ojalá pueda verse confirmado o rechazado con la ayuda de nuevos datos y mejor criterio.
UN PORTICO A ARAMO
Un pórtico al dios ofrece una tal Licinia en inscripción votíva hallada en las cercanías del lugar de Aramon, en el departamento francés del Gard: Aramoni porticum Licinia ... , etc. Parece que Aramo, -onis fue una deidad local que dejó su nombre al lugar. No de otra manera pudo ocurrir con un primitivo culto, en algún lugar de lo que hoy es la Sierra del Aramo o el Aramo a secas, a la divinidad gala Aramo, -onis. La Sierra del Aramo, extendida por seis concejos asturianos, se le echa encima al viajero que sale de Oviedo en dirección a la Meseta. Quien la haya contemplado despejada y magnífica no sentirá extrañeza ante la sospecha de que un dios le haya dado nombre.
Y no por casualidad viene aquí un significante con la misma forma: aramo, para el que voces dialectales francesas y suizas reconstruyen un significado bifurcación. Esa identidad no puede me� nos que mover a pensar en la tan conocida sacralización de los cruces o bifurcaciones de caminos. Tal vez sea éste el origen del teónimo y topónimo.
A JUPITER CANDAMIO
El historiador A.mbrosio de Morales nos transmite la noticia de una inscripción con la leyenda
IOVI CANDAMIO
Tal inscripción estuvo localizada, según él, en el límite entre Asturias y León. En cualquier caso, el epíteto de Júpiter no se encuentra lejos de los dos topónimos Candamo asturianos. Y tal vez
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hubo un superlativo en el origen de estos nombres. Veamos: galés cann «blanco, claro», bretón antiguo cant «canus», bretón medio cann «luna llena», galés cannaid «luminoso; sol, luna» reclaman un céltico kando- «blanco, claro, luminoso», denominador común o padre de tales términos. De tal forma kando- a CANDAMIVS no hay más trecho que un sufijo de superlativo, que lo hay, de donde puede deducirse que Júpiter fue suficientemente honrado y asimilado con un epíteto del tipo «Júpiter luminosísimo», por parte de astures célticos. De ello darían fe también las dos huellas toponímicas.
CERNUNNOS, EL DE LA CORNAMENTA DE CIERVO
Esta fue una deidad céltica con la característica de sus cuernos de ciervo en la cabeza. Así se
Los Cuadernos de Asturias
muestra en el célebre caldero de Gundestrup, con un torques en su mano derecha y en la izquierda una serpiente. Hay quien asegura verla también en un vaso pintado de Numancia y en la diadema de San Martín de Oscos. Tal vez vengan más al caso Cermoño y Cermuño, nombres de dos lugares asturianos, y un topónimo Cernuño o Cermuño en Tornadizos de A vila, como vestigios de un culto hispánico a tal deidad. Próximo al lugar abulense se conoce un recinto semejante a lugares de culto en estaciones célticas latenianas.
DEV A, DIOSA O DIVINA
Viejo nombre de ríos de España, País de Gales, Escocia e Irlanda, documentado en Ptolomeo y los antiguos itinerarios geográficos. Aún hoy se encuentra en el norte peninsular como hidrónimo numeroso. Citemos en Asturias los ríos Deva en
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Gijón y Cangas de Onís y el limítrofe entre Asturias y Santander. También un conspicuo islote Deva, al este de la desembocadura del río N alón. Los celtas daban nombre con Deva a fuentes, arroyos y ríos, a los que rendían culto como deidades femeninas.
LUGUS, EL MERCURIO GALO
A Lugus se rindió culto en Lugudunum, la actual Lyon en Francia, Luguvallum, hoy Carlisle inglesa, etc. Y, salvo error, en un lugar medieval conocido en los diplomas como Logicum y Lugigo (siglos XII, XIII), que debería su nombre al teónimo sufijado. Hoy es Lloxu, cerca de Oviedo. También en Asturias, en el concejo de Siero, se encuentra Lugones, resto onomástico del gentilicio Luggoni, nombre teóforo de una tribu de los astures. Sin duda éstos reverenciaron al dios como «hijos de Lugus», tal como podemos entender su nombre.
TARANIS/TARANUS, DIOS DEL TRUENO
He aquí al Júpiter tonans galo: de su culto parecen haber resultado numerosos topónimos en el noroeste de la Península, sin otra explicación aparente. El leonés Taranilla, los gallegos Taraño, Tarañeira, los asturianos Tárano, en Cangas del Narcea, Salas, Cangas de Onís y Cabrales, Cuesta de Táranos, en Cabrales, Taraniello, en Yernes y Tameza, Taraño, en Corvera de Asturias, Taraña, en Siero, y finalmente el lugar de Taranes en Ponga, terrible y magnífico, como el dios, cuando truena.
VINDONNUS, EL APOLO SOLAR GALO
El teónimo Vindonnus aparece sólo o como epíteto de Apolo en inscripciones latinas francesas: del adjetivo galo vindos «blanco», parece epíteto de Apolo en tanto que dios solar. Pues bien, resultado fonético en romance se muestra Bendueños, nombre de una aldea en el concejo asturiano de Lena. En ella se encuentra un santuario por el que pasaba una de las rutas jacobeas de León a Oviedo:
En Quirós la Virgen de Alba, en Lena la de Bendueños ...
Parece ser que lugares de culto paganos fueron posteriormente santificados por la cristianización con la creación de santuarios -así en la Irlanda de San Patricio, druida más santo y prodigioso que sus oponentes paganos-. He aquí, pues, a lo que parece, un vestigio cultural a una edeidad gala Vindonnus o al Apollo Vin-donnus galo.