(2Ti 2:22) Huye, pues, de las pasiones de la juventud, y vive con rectitud, fe, amor y paz, junto con todos los que de limpio corazón invocan al Señor.

La palabra pasión, según el diccionario de la Real Academia Española dice:

1. f. Acción de padecer. 2. f. Lo contrario a la acción.

Según este diccionario, entendemos, ha que tipo de pasión, se refiere el Apóstol. Cuando el dice las pasiones juveniles, se esta refiriendo al padecimiento que vive el joven cuando enfrenta a la tentación y a los deseos de la carne. Es por esto, que Pablo recomienda a Timoteo, a huir, de las pasiones juveniles, o ha no, dejarse estar en el padecimiento de esos deseos carnales.

Es decir, según el otro significado de la palabra pasión, que es, “lo contrario de acción”, el joven cristiano, no debe estar quieto, sino que, debe estar alerta para no dar pie, a que ese padecimiento, o dificultad para enfrentar la tentación, lo lleva a cometer pecado.

Los jóvenes, suelen tener características más marcadas que los adultos, son más propensos a las tentaciones, o les cuesta mas, soportarlas. Esto, viéndolo de un punto de vista humano. Ya que, el Apóstol Juan escribe a los jóvenes, y les dice:

(1Juan 2:13) “Jóvenes les escribo a ustedes porque han vencido al maligno”

Por lo tanto, si bien el mismo Apóstol Pablo confiesa que los jóvenes tienen luchas y tentaciones, también el Apóstol Juan, declara que en esa debilidad, Dios les ha hecho fuertes, ya que la palabra de Dios, permanece en ellos y han vencido al maligno.

Ahora bien, ¿Sabe usted de donde vienen las peleas y los pleitos? ¿Sabe usted de don emanan esos deseos desenfrenados?

Pues no vienen de Dios. Algunos dicen que es Dios quien prueba al hombre, seduciéndolo para ver si esté cometerá pecado, sin embargo, la Biblia dice lo contrario, es, el ser humano, el cual es seducido por su propio deseo y pasión pecaminosa.

En la palabra de Dios, la pasión es representada como un deseo, concupiscencia y un placer. Es decir, las pasiones pecaminosas son el deseo desenfrenado que nos llevan a cometer el pecado.

Primero, somos seducidos, por la pasión o el deseo pecaminoso, este deseo, engendra en el corazón del hombre el pecado, es decir, el hombre ya peco en su interior, y como fruto de ese pecado en el interior del hombre, el pecado se consuma en la obra, la cual da a la luz la muerte.

Leamos lo que nos dice la Biblia:

(Santiago 1:13)Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga

Los jóvenes, pueden vencer las pasiones juveniles, los jóvenes pueden llegar a ser usados por Dios de gran manera, solo, deben hacer caso, a lo que la palabra de Dios dice, y obtendran resultados magníficos.

En la Biblia, se nos dice que grandes hombres de Dios, eran sujetos a pasiones, sin embargo, fueron usados extraordinariamente por la mano del altísimo.

Leamos a continuación:

(Santiago 5:17)El profeta Elías era un hombre como nosotros, y cuando oró con fervor pidiendo que no lloviera, dejo de llover sobre la tierra durante tres años y medio. Después, cuando oró otras vez, volvió a llover, y la tierra dio su cosecha.

Por lo tanto, es el joven, el cual, es seducido por sus propias pasiones y al no huir de ellas, peca ante Dios, provocando una muerte espiritual.

Pero, el joven debe saber, que si se dispone en las manos de Dios, viviendo en el espíritu, podrá ser usado maravillosamente, tal como nos muestra el ejemplo de Elías.

Por otra parte, el joven cristiano debe de cambiar la visión que tiene de si mismo. En nuestras iglesias, habituamos encontrarnos con jóvenes, que encuentran en todas las cosas una debilidad, o una tentación, es decir, son jóvenes que viven pensando en que no podrán vencer las tentaciones, en que son débiles, en que el mundo los atrae, etc.

Sin embargo, la palabra de Dios dice todo lo contrario, ya que, Dios mira al joven, como un inmenso proyecto en su obra, el joven tiene la capacidad dada por Dios, de vencer al mundo y sus deseos, tiene la capacidad de vencer hasta al mismo enemigo, Satanás.