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RECURSOS ESPIRITUALES DE SANTIDAD PARA PASTORES Y LAICOS NÚMERO 1, 2014 IGLESIA DEL NAZARENO HISPANA EN USA-CANADA WWW.NAZARENOSUSCAN.ORG BRESEE Y NUESTRA IDENTIDAD NAZARENA Entrevista con Ron Benefiel / p. 14 BESEE Y EL MINISTERIO MULTICULURAL: UNA REFLEXIÓN HISPANA Juan Vázquez Pla / p. 18 EL METODISMO Y LA IDENTIDAD TEOLÓGICA DE LA IGLESIA DEL NAZARENO Stan Ingersol / p. 26 EL PASADO DE LA IGLESIA DEL NAZARENO: SU HERENCIA E IDENTIDAD Wilfredo Canales / p. 44

IGLESIA DEL NAZARENO HISPANA EN USA … · RECURSOS ESPIRITUALES DE SANTIDAD PARA PASTORES Y LAICOS NÚMERO 1, 2014 IGLESIA DEL NAZARENO HISPANA EN USA-CANADA ... la adoración, 2)

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RECURSOS ESPIRITUALES DE SANTIDAD PARA PASTORES Y LAICOS NÚMERO 1, 2014

IGLESIA DEL NAZARENO HISPANA EN USA-CANADA WWW.NAZARENOSUSCAN.ORG

BRESEE Y NUESTRAIDENTIDADNAZARENA

Entrevista conRon Benefiel / p. 14

BESEE Y EL MINISTERIOMULTICULURAL:UNA REFLEXIÓN HISPANA Juan Vázquez Pla / p. 18

EL METODISMO Y LAIDENTIDADTEOLÓGICA DE LAIGLESIA DELNAZARENO

Stan Ingersol / p. 26

EL PASADO DE LAIGLESIA DEL NAZARENO:SU HERENCIAE IDENTIDAD Wilfredo Canales / p. 44

C O N T E N I D O 4 Bresee y sus Sólidas Raíces Bob Boradbooks

5 La Iglesia del Nazareno —Misión y Herencia Roberto Hodgson

6 El Pasado: Identidad y Misión Bryon Mclaughlin

7 Nuestro Mensaje y Misión William Greathouse

9 Un Mensaje al Pueblo Llamado “Nazareno” William Greathouse

14 Bresee y Nuestra Identidad Nazarena Entrevista con Ron Benefiel

18 Besee y el Ministerio Multiculural: Una Reflexión Hispana Juan Vázquez Pla

22 La Identidad Nazarena Pasada y Presente Robert Doyle Smith

24 Cómo Somos los Nazarenos Iglesia del Nazareno Esperanza Viva

26 El Metodismo y la Identidad Teológica de la Iglesia del Nazareno Stan Ingersol

44 El Pasado de la Iglesia del Nazareno: Su Herencia e Identidad Wilfredo Canales

54 Siete Diapositivas Sobre la Identidad Nazarena Recursos en internet

56 La Identidad Eclelsial y Misionera de Congre-gaciones Nazarenas Hispanas en Chicago

Brian Wilson

61 ¡Aladanza y Adorashow! Recursos en internet

Gracia y Paz Número 1, 2014www.nazarenosuscan.org

Bob BroadbooksDirector de la Región USA/Canada

Roberto HodgsonDirector de Ministerios Multiculturales y de

Misiones HispanasRegión USA/[email protected]

Byron McLaughlinDirector de la Revista Impresa y Cibernética en

Inglés Grace & Peace [email protected]

José PachecoEditor de Literatura Hispana,

Misiones Hispanas USA/CanadaTraductor de artículos de esta edición

[email protected]

La presente publicación en el espacio cibernéticoofrece recursos espirituales de santidad para pasto-res y laicos, tanto de la Iglesia del Nazareno enUSA/Canada como en todo el mundo de habla his-pana, así como a los fieles de otras iglesias y deno-minaciones. Además, se propone servir de enlaceprincipalmente a los nazarenos hispanos de la Re-gión USA/Canada, publicando noticias de iglesias,distritos y ministerios, así como promociones deeventos denominacionales y regionales.

Si desea contribuir con artículos y/o noticias le invi-tamos a visitar la página www.nazarenosuscan.org,biblioteca virtual, en donde podrá descargar el Ma-nual de estilo de nuestras publicaciones.

Dirija toda correspondencia a:[email protected]@aol.com

USA/Canada Regional OfficeChurch of the Nazarene17001 Prairie Star ParkwayLenexa, KS 66220913-577-0500

Publicación Cibernética de la Iglesia del Nazareno HispanaRegión USA/Canada

4 / GRACIA Y PAZ Número 1 - 2014

La Bresee nos en-seña a enfocar-nos en Jesús yen su amor alser testigos delas necesidadesdel mundo quenos rodea.

Complacido por lasperspectivas:

BOB BROADBOOKSDirector de la RegiónUSA-Canada

Bresee y sus sólidas raíces

pulado, todo su ministerio se basaba, se nu-tría y dependía de sus raíces visibles de san-tidad siempre en expansión.

Pastor, ¿cuál es la orientación princi-pal de su vida? En estos desafiantes, frenéti-cos días de ministerio, es muy fácil caer en laansiedad y el nerviosismo. Surgen las pre-guntas: ¿Acaso mi ministerio es eficaz?¿Está marcando la diferencia? ¿Agrado amis líderes y les gusta lo que hago? Más im-portante aún: ¿Le agrada al Señor mi servi-cio?

Estoy orando para que este númerode Gracia y paz, que se enfoca en Bresee ynuestra herencia nazarena, le ayude a dar unpaso atrás, a respirar profundo e imaginaruna nueva pero antigua forma de bendecir elreino de Cristo. Bresee nos enseña a enfo-carnos en Jesús y en su amor perfecto al sertestigos de las necesidades del mundo quenos rodea. Creo que de esta manera cobraráusted fortaleza interior que apoyará natural-mente todas las ramas de su ministerio siem-pre en expansión.

primera vez que estuve bajo la sombra del ár-bol de baniano, en Fort Myers, Florida, quedé

maravillado. Cerca de ahí edificaron sus residencias deverano los inventores Henry Ford y Tomás Alva Edison.Harvey Firestone compró un árbol de baniano en Indiay se lo regaló a Edison en 1925 —con la esperanza deque su savia produjera el hule natural, lo cual nuncaocurrió. Al presente es un enorme árbol de 120 m. (400pies) de altura y de 43 m. cuadrados (1 acre) de diáme-tro. Si busca en Google “Fort Myers banyan tree pano-rama view”, encontrará un vídeo panorámico de 360grados de ese baniano. Observará sus raíces aéreas.Esas raíces visibles actúan como brazos que le permi-ten al árbol extenderse exteriormente. Qué maravilla.Es extraordinario.

Phineas Bresee, fundador de la Iglesia del Na-zareno, fue un líder extraordinario. Era como un ba-niano masivo. Su influencia y eficacia dependían de susraíces, nutridas en el wesleyanismo y cimentadas en lasantidad. Para él, la santidad no era solo un tema inter-mitente de un sermón, una doctrina que se enseñabaocasionalmente, una idea atractiva de la que se habíaconvencido intelectualmente, o un simple eslogan quelo ubicaba en cierta rama de un árbol teológico.

Para Bresee, la santidad era una entrega per-sonal, transformadora de la vida, agonizante, que resul-taba en una reorganización completa de su vida. Esaabsoluta consagración infundió amor en él y orientó suministerio hacia los pobres, a los que sufrían y a losmarginados en su esfera de influencia. La santidad erala raíz misma de su vida y ministerio.

Esas raíces de santidad sostenían cada rama de su obra. Su educación cristiana, política, predica-ción, oración, cuidado de los pobres, adoración, disci-

blo cristiano, de santidad, abrazamos la misión deDios en el mundo. Mediante la gracia de Dios, enrespuesta a Cristo e investidos de poder por el Es-píritu Santo, nuestra misión cristiana nos llama a 1)la adoración, 2) al testimonio, 3) y al discipulado, aextender la misión de Dios en nuestro mundo” (Va-lores esenciales).

La Iglesia del Nazareno ha sido consistente en laproclamación de la doctrina bíblica de la santidaddurante su primer siglo de su historia. Entrando enel segundo siglo, declara en sus valores esenciales:“Creemos que Dios, quien es santo, nos llama auna vida de santidad mediante Jesucristo. Creemosque la esencia de la santidad de Dios es amor. Yque el carácter de su amor es santo. Creemos queel amor es la marca distintiva relacional de la santi-dad”.

La familia nazarena es una iglesia inclusiva y com-pasiva. Desde sus primeros años, la Primera Iglesiadel Nazareno de Los Ángeles ya tenia ministeriosentre la comunidad china y su alcance a los mexica-nos. Los primeros nazarenos formaron misiones derescate o casas de misericordia. El propósito de es-tas misiones era “redimir a las mujeres caídas, le-vantándolas de la degradación y protegiéndolas conun ambiente santo y agradable” (Surge la Iglesia delNazareno, M. E. Redford, CNP, Pág. 80).

La familia de la Iglesia del Nazareno tiene una ricaherencia que nos une y nos identifica alrededor delmundo. Las características distintivas como un có-digo genético son las siguientes: Las doctrinas bíbli-cas expresadas en los 16 artículos de fe, su consti-

tución y gobierno en el Manual de laIglesia del Nazareno, su historia en el mo-vimiento de santidad bíblica, sus basesteológicas arminianas-wesleyanas, susvalores esenciales como pueblo cristiano,de santidad y misional. Y finalmente sudeclaración de misión: “Hacer discípulossemejantes a Cristo en las naciones”.

—Roberto Hodgson,Director de Ministerios Multicultiurales

esde sus años formativos la Iglesia del Na-zareno ha mantenido la visión de alcanzar asu Jerusalén y hasta lo último de la tierra en

su fidelidad al mandamiento de Jesucristo: “Portanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, ydel Espíritu Santo; enseñándoles que guarden to-das las cosas que os he mandado; y he aquí yo es-toy con vosotros todos los días, hasta el fin delmundo. Amén” (Mateo 28:19-20).

“La Iglesia del Nazareno cuya organización sobrebase nacional se llevó a cabo en Pilot Point, Texas,en 1908. Su feligresía en aquel entonces proveníade asociaciones de iglesias organizadas… [Estas],fueron el resultado de un avivamiento espiritual quedurante la media centuria anterior se había estimu-lado entre muchas denominaciones sobre la doc-trina y experiencia de la perfección cristiana o en-tera santificación” (La historia de los nazarenos,Timothy L. Smith, CNP, Pág.9).

El movimiento de iglesias que formaron la Iglesiadel Nazareno se caracterizó por ser una iglesia mi-sional que proclamaba el mensaje de santidad enEstados Unidos y alrededor del mundo. A finalesdel siglo XIX (1893), Maye McReynolds y su familiallegaron al área de Pasadena, California y se unie-ron a la Primera Iglesia del Nazareno de esa ciu-dad. Poco después, la hermana McRey-nolds fue ordenada al ministerio cristianopor el Dr. Bresee. En 1906, la primeramisión mexicana había crecido notable-mente; entonces fue organizada la Pri-mera Iglesia del Nazareno Mexicana y elDr. Bresee asignó a la Rda. McReynoldscomo su pastora (Nota: Estos datos fue-ron tomados del documento de los 75años formativos del distrito OccidentalLatinoamericano, escrito por el Rdo. Or-lando Serrano, superintendente del dis-trito mencionado).

En su misión global, la iglesia ha estable-cido su presencia en más de 150 áreasdel mundo, siendo fiel a la proclamacióndel evangelio de Jesucristo. “Como pue-

D

El Dr. Roberto Hodg-son es Director de Mi-nisterios Multicultura-

les y de MisionesHispanas

NAZARENOSUSCAN.ORG / 5

LLAA IIGLESIAGLESIA DELDEL NNAZARENOAZARENO–MISIÓN Y HERENCIA

P

BRYON K.McLAUGHLINes Editor Ejecutivode Grace & [email protected]

En Bresee,encontramos la

poderosaconvergencia de

ministerio entre lospobres, evangelismourbano, predicaciónfiel al testimonio del

evangelio y unavisión inclusiva de laiglesia alimentada

por una dedicación ala vida cristiana más

profunda.

significativo en el metodismo (logro no tan fácil dealcanzar), renunció a ese futuro eclesiástico se-guro para abrazar toda una nueva iniciativa teoló-gica

En 1883, cuando Bresee dejó su ministerio enlas praderas de Iowa y se mudó a Los Angeles,entró en un contexto social complejo totalmentediferente de lo que antes había experimentado. Lainmigración y la diversidad cultural, la pobreza debarrios marginados y los problemas de la indus-trialización y la mano de obra ya eran fuertes dolo-res de cabeza, pero no le sorprendieron a Bresee.Poseía el don del optimismo por el que se en-frentó con entusiasmo a esos desafíos sociales.Optó por el cristianismo decididamente wesle-yano, misional e inclusivo. Deseaba establecer“centros del fuego santo” en las áreas urbanas deEstados Unidos, con los cuales esperaba iniciarun avivamiento.

Aun cuando a Bresee se le considera justa-mente defensor de los ministerios de compasiónurbanos nazarenos, había albergado la convic-ción, después de un año crucial en 1894, mientrasque ministraba en la Misión Peniel, de que los me-nesterosos no necesitaban una misión, sino unaiglesia.2 Creía que los pobres y todas las clasessociales necesitaban reuniones que fueran autén-ticas iglesias de la comunidad caracterizadas porlos sacramentos, el amor y la vida santa. Un dis-curso que pronunció sobre el oficio pastoral du-rante sus años en el metodismo expresó algo delas cualidades que según él necesitaba un minis-tro para llevar a cabo tal obra: “El pastor debe po-seer un alma grande… tan grande como paraaceptar de corazón a todas las personas… queesté en particular cerca de los pobres y los despo-seídos… tendrá enemigos así como amigos y sucorazón deberá ser tan grande como para amarlosa todos”.3

Bresee era un líder catalítico que valoraba ala gente y no se dejaba llevar por sus impulsos.Poseía la habilidad de unir a diversos grupos bajouna misión común.

Su lema famoso, que no originó él mismo, de-cía mucho acerca de su carácter y liderazgo:

“En lo esencial, unidad; en lo no esencial, li-bertad; y en todas las cosas, amor”. Que eselema caracterice nuestra comunión actualmientras que laboramos unidos para cumplirnuestra misión evangélica.

or un incidente de lapsus de la memoria, elhistoriador eclesiástico David C. Steinmetzpronunció una reflexión muy profunda. Du-

rante una fiesta se le había pedido que presentaraa algunos invitados, pero en el momento le falló lamemoria y no pudo recordar el nombre de una invi-tada. Experimentó pánico, confusión y bochorno,por lo que ya no pudo continuar. Para su desilusión,de inmediato la invitada procedió a presentarse aella misma. Ganando su compostura Steinmetz co-mentó que cualquier iglesia que pierde su memoriay su identidad propia solo puede “divagar sin rumboen el presente y en el futuro”.1 Conocer nuestro pa-sado es esencial para cumplir nuestra misión en elpresente, afirmó.

En el cumplimiento de nuestro ministerio comonazarenos en medio de cambios sociales, económi-cos y culturales, ¿qué tan sólida es nuestra identi-dad denominacional? ¿Qué tan claro entendemosnuestra misión y mensaje contra la creciente secu-larización, el pluralismo religioso, la diversidad ét-nica y cultural y la innovación tecnológica? ¿Quéadaptaciones necesitamos hacer para alcanzar alas generaciones milenial y posmoderna, así comoa una comunidad global tan diversa? Dentro denuestra denominación, ¿qué tan conscientes esta-mos de lo que debemos cambiar y lo que debe se-guir igual ante los desafíos de nuestro futuro? ¿Quétanto debemos alinearnos con la trayectoria denuestro pasado? ¿Cómo nos ayuda el conocimientode la historia nazarena a contestar estas pregun-tas?

Nuestro pasado debe informar nuestro pre-sente y futuro y muchas personas y perspectivassignificativas podrían (y deberían) dirigir nuestrosesfuerzos: pocas de ellas son tan notables comolas del co-fundador nazareno Phineas F. Bresee. Elhistoriador Carl O. Bangs, el biógrafo de Breseemás reciente y de mayor importancia, lo consideróno solo como figura central nazarena, sino comouno de los líderes evangélicos protestantes princi-pales en la historia religiosa de Estados Unidos. EnBresee encontramos la poderosa convergencia delministerio entre los pobres, el evangelismo urbano,la predicación fiel al testimonio del evangelio, asícomo una visión inclusiva de la iglesia impulsadapor la dedicación a la vida cristiana profunda.

La historia de Bresee es particularmente cauti-vadora cuando se considera que a la edad de 58años, en plena madurez de sus facultades y líder

El Pasado, Identidad y Misión:La Necesidad de Redescubrir a Phineas F. Bresee

1. David C. Steinmetz. Memory and Mission:Teological Re-flections on the Christian Past [Nasville: Abingdon Press,1988], 33-34.2. El archivero e historiador de la denominación, Stan In-gersol, relacionó este punto [y el siguiente sobre “iglesiasde la comunidad”] en una conversación de grupo sobreBresee, diciembre 13, 2012.3. Carl O. Bangs. Phineas Bresee: Pastor to the People,comp. Stan Ingersol [Kansas City: Beacon Hill Pressof Kansas City, 2013], 29.

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NAZARENOSUSCAN.ORG / 7

uatro años antes de su muerte Juan Wes-ley, fundador de la Iglesia Metodista, es-cribió en la Revista Arminiana: “No

temo que las personas llamadas metodistas ja-más dejen de existir, ya sea en Europa o en Amé-rica. Pero sí tengo miedo de que existan sólocomo una secta muerta, teniendo una forma dereligión sin poder. Y esto indudablemente es loque pasará, a no ser que ellos se mantengan fir-mes en la doctrina, el espíritu y la disciplina conque primero comenzaron”.

Las sociedades metodistas de Wesley tenían es-casamente 50 años de existencia cuando él hizoesa profética observación. Para entonces ya eranla fuerza espiritual más potente en la Gran Bre-taña; con todo, Wesley sabía que los movimien-tos religiosos tendían, con el correr de los años, acaer en un formalismo estéril.Alguien ha dicho: “La única lección que apren-demos de la historia es que no aprendemos nadade ella”. Aunque es una advertencia saludable,quizá es también una declaración enérgica. Unmovimiento espiritual puede tomar en cuenta lasfuerzas en acción que pudieran diluir su mensajey difundir su poder, y tomar medidas para opo-nerse a éstas.

Nosotros los nazarenos haríamos bien en consi-derar con especial cuidado las palabras de Wes-

ley a los primeros metodistas. Recientemente ce-lebramos nuestro septuagésimoquinto aniversa-rio como denominación (celebramos nuestrocentenario en 2008, en la First Church of the Na-zarene, de Pasadena, California —nota del re-dactor). Sin embargo, los grupos que se unieronen Pilot Pont, Texas, el 13 de octubre de 1908,tenían ya años de haberse formado; como movi-miento, la Iglesia del Nazareno tiene casi 100años de existencia. Eso significa que tenemos eldoble de la edad que las sociedades metodistastenían cuando Wesley escribió su solemne adver-tencia.

Démosle gracias a Dios por el grado de purezadoctrinal, poder espiritual y disciplina santa queaún caracteriza a nuestra iglesia. El impulso ini-cial que dio origen a nuestra denominación —propagar la santidad bíblica hasta los confines dela tierra-sigue siendo una influencia vital y pode-rosa. Y nuestra iglesia da prueba de ello al esta-blecerse en cinco nuevos países del mundo elaño pasado.

Dondequiera que usted encuentre la Iglesia delNazareno alrededor del mundo, oirá esencial-mente el mismo mensaje, sentirá el mismo espí-ritu y experimentará la misma dedicación haciala vida de santidad. Nuestros pastores y congre-gaciones, nuestros rectores y profesores de uni-

C

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NNUUEESSTTRROO MMEENNSSAAJJEE YY MMIISSIIÓÓNNPor WILLIAM M. GREATHOUSE (1919-2011)El Dr. Greathouse fue pastor, educador, rector de universidad, presidente del NazareneTheological Seminary, y superintendente General de la Iglesia del Nazareno.

En esta edición presentamos dos artículos que nos dejó el Dr. Greathouse. Uno de ellos con este título,que escribió a nombre de la Junta de Superintedentes Generales en la Asamblea General de 1985, y, elsegundo, cuando se jubiló como Superintendente General de nuestra Iglesia cinco años después. Su vozprofética cobra vigencia en particular por los temas de esta edición: Nuestra identidad y herencia...

versidades, colegios y seminarios, nuestros supe-rintendentes generales y de distrito, todos com-parten un mismo compromiso de proclamar elmensaje de la santidad bíblica.

Sin embargo, debemos estar prevenidos contrala usurpación de alguna forma de santidad quecarece de poder. Nuestra denominación no estáinmune a las sutiles, pero poderosas fuerzas quetratan de quitarnos valor como movimiento desantidad.

¿Cuál es el se-creto paraconservarnuestro men-saje y nuestramisión? Enlas palabrasde Wesley, es“mantenernosfirmes en ladoctrina, elespíritu y ladisciplina conque (nos-otros) primero comenzamos”.

1. Desde el principio nuestra doctrina distintivaha sido la santidad de corazón y vida. Nuestrospadres fundadores insistieron en que Jesús vino asalvarnos no sólo del infierno, sino del pecado ,del pecado en práctica en el nuevo nacimiento; ydel pecado en principio en la entera santificación.Ellos buscaron con vehemencia “el amor puroDios que llena el corazón limpio… amor que losapóstoles y discípulos de Jesús recibieron en elaposento alto el día de Pentecostés... Nuestrospredicadores deben definitivamente predicarlo yrecomendar encarecidamente que todos los cre-yentes reciban” (Manual 1898 del doctor Bresee).Esta es la doctrina que debemos preservar.

2. El espíritu que dio origen a nuestra iglesia fueun espíritu de amor ferviente de Dios y del hombre,una compasión como la de Cristo que abarca a todala persona. Fue el espíritu de libertad gozosa en elEspíritu Santo que experimentaron cuando adora-ban, lo que resultó en cultos poderosos de evange-lismo de santidad y lo que produjo un deseo deservicio a la humanidad cuando se dispersaroncomo miembros del cuerpo de Cristo en la tierra.

3. La disci-plina con laque principia-mos fue la deuna vida santa.Ser santo era“crucificar lacarne con suspasiones y lu-jurias”, conser-varse sin man-cha en elm u n d o ” .Aquellos pri-meros nazare-nos osaron ser

diferentes. Esa diferencia, que fluía de sus corazo-nes llenos del amor puro de Dios, les dio valor yatractivo, de modo que el Señor añadía diariamentea su número a aquellos que iban siendo salvos.

No temo que el pueblo llamado nazareno jamásdeje de existir, ya sea en las Américas o alrededordel mundo. Pero sí tengo miedo de que exista solocomo una secta muerta, con una forma de religiónsin poder. Y este indudablemente será el caso, ano ser que ellos se mantengan firmes en la doc-trina, el espíritu y la disciplina con que comenza-ron primero.

—El Heraldo de Santidad, junio de 1985

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UNUN

MENSAJEMENSAJE

ALAL

PUEBLOPUEBLO

LLAMADOLLAMADO

“NAZARENO”“NAZARENO”

POR WILLIAM M. GREATHOUSE

Araíz de mi jubilacióncomo superintendente ge-neral de mi amada igle-

sia, me han pedido que es-criba mis impresiones en estosdías cruciales de mi vida y mi-nisterio. Varias convicciones sehan cristalizado en mi mentey corazón a través de los años,las cuales comparto con el lec-tor a continuación. Pero antesquiero ex presarle mi gratituda la iglesia.

Me siento deudor a la iglesia,sobre todo, por haberme con-ducido a Cristo. Junto conSan Agustín, confieso que“nunca hubiera conocido aCristo si la iglesia no me lohubiera presentado”. Aunquereconozco y agradezco la in-fluencia bienhechora de laotra rama de la iglesia deCristo en la que nací y fuibautizado, le doy gracias aDios por la Iglesia del Naza-reno, la cual me condujo aCristo, el Libertador, cuandoapenas era yo un jovencito. Laiglesia de mi infancia me en-señó que continuaría yo pe-cando “en palabra, hecho ypensamiento” durante toda mivida, pero encontré en un al-tar nazareno la verdad de lapromesa del Salvador: “Asíque, si el Hijo os hace libres,seréis realmente libres” (Juan8:36, La Biblia de las Améri-cas).

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Al día siguiente de mi conversión, porla noche, di testimonio de que Cristome había “santificado”. Y así fue en re-alidad —fui santificado inicial y exter-namente. En aquel encuentro salvadorcon Cristo, junto con Carlos Wesley ex-presé que había descubierto que “Élquebranta el poder del pecado, Él li-berta a los presos”. Después aprenderíaque, sin menospreciar la gloria delnuevo nacimiento, éste es sólo lapuerta de entrada a la entera santifi-cación —la experiencia santificadora“por completo” prometida en 1 Tesaloni-censes 5:23-24.

Después de oír la predicación del supe-rintendente general J. G. Morrison so-bre la importancia de ser un creyente“tipo Sermón del Monte”, comencé abuscar con diligencia la ver daderasantificación interior. Después de una

larga lucha, encontré “el reposo sagradopara el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9,LBdlA) —el descanso de la fe, que medio la plenitud del Espíritu Santo.

Además, soy deudor a la iglesia por ha-ber sido un arca de salvación para mifamilia. En la Iglesia del Nazareno en-contré a Ruth, mi amada esposa demi juventud, quien por más de 50años ha seguido a Cristo junto con-migo y ha sido fiel compañera en el mi-nisterio. La iglesia ha alimentado y edu-cado espiritualmente a mis tres hijos-Rebecca, Mark y Beth— quienes, juntocon sus respectivas familias, participande mi devoción a Cristo y la fe de la igle-sia. ¡Me siento muy afortunado! Finalmente, le doy gracias a la iglesiapor haberme ordenado al ministerio yhaberme encargado la predicación delevangelio. En diciembre de 1988, cele-bré 50 años de haberme iniciado en el

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ministerio. Me sigue maravillando laconfianza que la iglesia ha puesto enmí como predicador y maestro delevangelio. Abraham Lincoln dijo encierta ocasión “Todo lo que soy y esperoser se lo debo a mi querida madre”. Pa-rafraseando sus palabras, diría yo quetodo lo de gran significado en mi vida selo debo a la iglesia que me ha enseñadoacerca de Cristo. Si Dios es mi Padre,¡la iglesia ha sido mi madre!

Para mí, el mensaje de santidad que re-cibí a través de la Iglesia del Nazarenosigue siendo la esencia del evangelio -elamor de Diospuro que reinaen el corazón yexpulsa el pe-cado. Esta ex-periencia es ala vez el man-damiento de laley y la pro-mesa del evan-gelio. He dedi-cado toda mivida a la procla-mación y expo-sición de esemensaje.

Mi Mayor Preocupación

El temor más profundo y que meabruma radica en que esta gloriosa ver-dad que le dio razón de ser a nuestraiglesia se convierta sólo en una contra-seña o símbolo, una profesión vana sinla integridad del amor perfecto. Cuatroaños antes de su muerte, Juan Wesleyescribió en la revista The Arminian Ma-gazine: “No temo tanto que el pueblo

llamado metodista deje de existir en In-glaterra o América, sino que sólo existacomo secta muerta, con la forma de lareligión, pero sin poder. E indudable-mente ese será el caso, si no nos apega-mos a la doctrina, el espíritu y la disci-plina que nos caracterizó de reciénorganizados.

“Predicad la doctrina, inculcad la expe-riencia, urgid a su práctica, discipli-naos”, recomendó después Wesley. “Sisolamente predicáis la doctrina, el pue-blo se volverá antinomiano; si sola-mente predicáis la experiencia, se con-

vertirá enfanático; sisolamentepredicáis lapráctica, seconvertirá enfariseo; y sipredicáistodo ello y noos discipli-náis, el meto-dismo serácomo un jar-dín muy cul-tivado perosin cerca, ex-

puesto a las bestias salvajes del bosque”.

Estas palabras deben constituir una so-lemne advertencia para nosotros los na-zarenos. Para preservar nuestra benditaherencia dada por Dios, debemos seguirpredicando y enseñando la perfeccióncristiana como (1) una doctrina que seha de creer, (2) una experiencia que seha de recibir, (3) una vida que se ha deencarnar en la práctica, y (4) una disci-plina a la que se debe uno someter.

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Cierto cínico dijo: “La única lección queaprendemos de la historia, es que no nosenseña nada”. En la Conferencia Generalde 1828, los obispos de la Iglesia Meto-dista Episcopal, al comentar el creci-miento extraordinario del metodismo enEstados Unidos, advirtieron que su éxitose convertiría en su fracaso mismo si noseguían predicando su mensaje de enterasantificación.Cada año se unen a nuestras filas más

de 50 mil nuevos nazarenos. Nuestroéxito en la evangelización de los perdidosse convertirá en nuestro fracaso, si noconservamos vital y fresca la verdad delamor perfecto en nuestras iglesias. Notemo que el pueblo llamado nazarenodeje de existir, ya sea en Estados Unidoso en lo último de la tierra. Mi temor esque sólo exista como secta muerta, conla forma de la religión, pero sin el poder.Indudablemente ese será nuestro destinosi no nos apegamos a la doctrina, espírituy disciplina que caracterizó a nuestrosfundadores.

Otra PreocupaciónUn segundo temor que me asalta radicaen que la Iglesia del Nazareno caiga enel institucionalismo. En la edición del 2de noviembre de 1988, de la revista TheChristian Century, el Dr. Leonard I.Sweet escribió:Ha habido momentos en la historia de midenominación -la Iglesia Metodista Uni-daen que sus miembros han contestadopreguntas acerca de su afiliación reli-giosa con la declaración “No pertenezco auna denominación, sino a un movi-miento”. Pero ya no lo hacen. De lamisma manera en que una universidadfundada originalmente por una denomi-nación deja de pertenecer a la mismadespués de alcanzar cierto nivel respeta-ble, y de la misma manera en que ungrupo de colonos se rebela contra la ma-dre patria para fundar una nueva na-ción, un movimiento espiritual dinámicotiene la tendencia de convertirse en unainstitución más, en otro sistema más, enotra burocracia. El metodismo surgió enInglaterra con el fin de renovar a la Igle-sia Anglicana, la cual se había conver-tido en un fin en sí mismo en lugar deatraer a las masas hacia la alabanza yla adoración a Dios. Entonces fue tras-plantada a tierras americanas... “parareformar el continente y extender la san-tidad bíblica por todo el territorio”. Peroahora se ha convertido en otra institu-ción, o en términos bíblicos, en otro “mi-nisterio del templo”.Aunque el 13 de octubre de 1908 sereconoce como la fecha oficial de la fun-dación de la Iglesia del Nazareno, comomovimiento en realidad ya ha cumplidomás años en la región de Nueva Ingla-terra, Estados Unidos, y pronto se

El temor más profundo y queme abruma radica en queesta gloriosa verdad que ledio razón de ser a nuestraIglesia se convierta sólo enuna contraseña o símbolo,una profesión vana sin la in-tegridad del amor perfecto.

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cumplirán en otras regiones también.En muchas partes del mundo el Espí-ritu está manifestándose poderosa-mente y se predica y se vive la santi-dad; pero en otras, aunque estamosmadurando rápidamente, ya se dan se-ñales de envejecimiento y peligroso ins-titucionalismo. Todavía no somos unadenominación “tradicional” histórica-mente, pero ya se nos reconoce comodenominación protestante a nivel mun-dial. ¡Nuestro grave peligro radica enque perdamos nuestro sentido de mi-sión y dejemos de ser un movimientodel Espíritu!

El Dr. Sweet ad-vierte:Después que unmovimiento seconvierte en insti-tución organizada,es muy difícil quevuelva a ser unmovimiento otravez. Los sociólo-gos insisten enque después queuna iglesia se con-vierte en denominación, siempre serádenominación. Quizá sí, quizá no... Unainstitución se preocupa por lograr metasy ob jetivos; un movimiento produce unavisión... Una institución habla másacerca de nuestro Cristo que de nuestra iglesia.Esperemos confiadamente en el Señorpara que envíe un poderoso derrama-miento de su Espíritu sobre nuestraiglesia en todo el mundo. Aunque sinduda alguna poderosas fuerzas históri-

cas ejercen fuerte presión para converti-mos en otra institución religiosa más, elDios vivo que nos llamó para organizar-nos como iglesia es más poderoso quelas fuerzas determinadoras de la histo-ria.

Y si estamos dispuestos a pagar el pre-cio, cualquiera que sea, la Iglesia delNazareno continuará como un movi-miento del Espíritu y cumplirá, en ungrado que va mucho más allá de nues-tra imaginación, nuestro destino de ser

el pueblo de Diosen estos últimosdías. “Mas vos-otros sois linajeescogido, real sa-cerdocio, naciónsanta, pueblo ad-quirido por Dios,para que anun-ciéis las virtudesde aquel que osllamó de las tinie-blas a su luz ad-mirable” (1 Pedro2:9).

Desciende sobre nosotros,Espíritu divino! “Aviva tuobra en medio de los tiem-pos”.

—El Heraldo de Santidad, abril de 1990

BRESEE Y NUESTRAIDENTIDAD NAZARENAENTREVISTA CON RON BENEFIEL

No todos pueden decir que han pastoreado la misma iglesiaque pastoreó Phineas Bresee, pero Ron Benefiel es uno de lospocos que han tenido ese privilegio. El Dr. Benefiel ministrócomo pastor de la First Church of the Nazarene de Los Ange-les, iglesia multicongregacional y multiétnica, de 1982 a 1996.Durante ese tiempo, fundó y ministró como director ejecutivode la P. F. Bresse Foundation, centro de la comunidad sin afánde lucro en el distrito Medio de Wilshire de Los Angeles. En elaño 2000, fue electo como el Octavo Presidente del NazareneTheological Seminary de Kansas City, Missouri. Al presente elDr. Benefiel ministra como Decano de la School of Theologyand Christian Ministry en la Point Loma University. Grace andPeace Magazine le pidió que contestara algunas preguntassobre lo que significa ser nazareno, su ministerio en Los Ange-les y sus ideas sobre Bresee.

G&P: ¿QUÉ SIGNIFICA PARA USTED FORMAR PARTE DE LAFAMILIA NAZARENA?

BENEFIEL: De muchas maneras, ser nazareno para mí formaparte de mi identidad tanto como apellidarme Benefiel. LaIglesia del Nazareno me edificó y me “crió” como seguidor deJesucristo. Le debo mucho a esta tradición. ¡Y qué grandiosaes esta tradición! Dios nos formó como el pueblo llamado na-zareno y específicamente nos llamó a ser un pueblo santo y aministrar a y entre los pobres. Al ir creciendo, siempre mepreguntaba acerca del nombre: “Iglesia del Nazareno”. Ti-mothy Smith, en su libro La Historia de los Nazarenos (CNP),dice que el nombre fue inspiración de J. P. Widney despuésde toda una noche de oración. Al adoptar ese nombre, los pri-meros nazarenos creían que la iglesia debería conocersecomo de Jesús de Nazaret, quien se identificó con los pobres,con “las masas de desposeídos del mundo”.

G&P: USTED MINISTRÓ COMO PASTOR DE LA PRIMERAIGLESIA DEL NAZARENO DE LOS ANGELES POR MUCHOSAÑOS. ¿CUÁLES SON SUS IMPRESIONES DE ESE TIEMPO?

BENEFIEL: Fue un gran privilegio ministrar como pastor dela First Church of the Nazarene de Los Angeles, la iglesia deBresee, la iglesia que muchos consideran su iglesia madre –particularmente en el Oeste de Estados Unidos. A través decasi toda su historia, la congregación celebraba el Día de los

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Fundadores en el tercer domingo de octubre. En ese día recordábamos a Bresee, fundadorde la iglesia y la razón misma de nuestra existencia. La visión de Bresee de una iglesia mun-dial –sobre la que nunca se oculta el sol sobre la Iglesia del Nazareno— era literalmentecierto en cuanto a nosotros en Los Angeles. En cualquier domingo dado, personas como de30 diversas nacionalidades se reunían allí para adorar a Dios. Incluso hasta el presente,esas congregaciones abrigan un sentir de orgullo y gratitud por ser nazarenos y formar partede lo que Dios inició desde el principio bajo la dirección de Bresee.

Mary Stewart fue una de las santas durante el tiempo de mi ministerio. Había sido la pia-nista de la iglesia por más de 65 años y su madre lo había sido también cuando Breseefundó la iglesia. Cuando tomé el pastorado de esa iglesia, Mary era la única persona de lacongregación que había tenido contacto directo con Bresee. Nos contaba una y otra vez lamisma historia: “Cuando yo era una niñita, Phineas Bresee subía a la plataforma y podía-mos ver en su rostro que había estado en la presencia de Dios”. Esa fue la historia de las ge-neraciones anteriores y las del futuro. Nos recordaba que Bresee era un hombre deintegridad, de carácter cristiano e, incluso en sus años de la infancia, ella detectaba que eraun hombre de Dios.

G&P: ¿CUÁL CREE USTED QUE ES EL VALOR DE BRESEE PARA EL MOVIMIENTO NAZA-RENO?

BENEFIEL: Phineas Bresee era un líder de éxito, predicador y organizador extraordinario.Aun cuando no tuvo mucha educación formal, entendía el valor de la educación y la apo-yaba; fundó lo que hoy se conoce como la Point Loma Nazarene University. Combinó en símismo la pasión por el evangelismo y la atención a los pobres, razón por la cual surgió laIglesia del Nazarenjo como movimiento de renovación en la tradición wesleyana. Tuvo la ha-bilidad de unificar a la iglesia. Desde su fundación misma, sufrió conflictos que la amenaza-ban con destruirla. Bresee pudo sobreponerse a todo eso. Fue un gran líder que se habíaentregado totalmente a Dios –quien encarnó todo lo que nuestra tradición vino a representarcon el tiempo.

G&P: COMO SOCIÓLOGO, ¿CUÁLES SON SUS OBSERVACIONES SOBRE LA IDENTIDADNAZARENA?

BENEFIEL: El sociólogo Ken Crow y yo hemos venido observando y categorizando la identi-dad denominacional en la Iglesia del Nazareno por los 18 años pasados. Lo primero quehemos observado es que la identidad nazarena no es estática, sino que cambia constante-mente. Desarrollamos un modelo o tipología de seis diferentes identidades que contribuyen ao compiten por la identidad esencial de la Iglesia del Nazareno. Los seis tipos pueden resu-mirse en tres grupos principales. El primer grupo, los nazarenos “trdicionales”, ve el pasadoinmediato y con toda razón se preocupa de que perdamos la historia de nuestra teología ynuestra razón de ser. El segundo grupo, el “contemporáneo”, es más amplio en carácter y lepreocupa más ver hacia afuera, conectar con otras denominaciones en las que Dios se estámanifestando en el mundo para aprender de ellas. Finalmente, tenemos a los nazarenos “re-tradicionales”. Este grupo se enfoca en indagar profundamente sobre nuestra herencia wes-leyana y ubicar sus descubrimientos en el presente y en el futuro.

Cada una de esas identidades abraza una dimensión de nuestra herencia teológica wesle-yana de una manera u otra. Los nazarenos “tradicionales” demuestran un fuerte compro-miso con el evangelismo y la predicación del evangelio. La Iglesia del Nazareno nació como

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movimiento evangelístico. Esto es esencial paranuestro llamamiento. Los nazarenos “contempo-ráneos” nos ayudan a ver dónde está obrandoDios en el mundo de hoy. La obra del Espíritusiempre nos está impulsando a formas de pensa-miento nuevas y creativas. Los nazarenos “re-trdi-cionales” nos ayudan a recordar nuestrollamamiento y compromiso con los pobres y lajusticia social.

Cada grupo contribuye con algo a nuestra com-prensión mayor de lo que significa ser nazareno.Nuestra esperanza que los diversos grupos apre-cien con lo que cada uno de ellos contribuye alcuadro total. Cada tipo presenta una perspectivadiferente –un ángulo de visión— pero lo impor-tante es que nuestro sentido de identidad siempreemana de nuestro llamado esencial o central deser un pueblo de santidad comprometido profun-damente con nuestro amor a Dios y al prójimo.

G&P: ¿QUÉ TAN IMPORTANTES SON LOS COLE-GIOS Y UNIVERSIDADES NAZARENAS EN LAFORMACIÓN Y REAFIRMACIÓN DE LA IDENTI-DAD NAZARENA?

BENEFIEL: Our Nuestros colegios y universidadesjuegan un papel crucial en este proceso. Por su-puesto, nuestros líderes generales pueden contri-buir con mucho, pero el personal de lasinstituciones educativas está formando e influ-yendo sobre la vida de los estudiantes en una co-munidad por un largo periodo de tiempo. Cuandoconsidero a mis colegas de la Point Loma Naza-rene University, veo ese increíble recurso de pen-sadores de santidad y líderes en literatura, laborsocial, enfermería, negocios, o teología. Nuestrasescuelas tienen el potencial de ser centros de re-cursos de ministerio, centros en los que la misiónpuede comunicarse, expresarse y llenarse de re-cursos. Nuestras escuelas son extremadamenteimportantes para el futuro de la Iglesia del Naza-reno.

RO N B E N E F I E Les el decano académico de la Point Loma Naza-rene University’s School of Theology and ChristianMinistry.

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Mi identidad étnica, mi cultura, mis idiomas nataly segundo (español/inglés), así como el lugar endonde nací y fui criado y donde inicialmente mi-

nistré como pastor nazareno (Puerto Rico, Estado LibreAsociado de Estados Unidos), me llevan a apreciar lo quelos biógrafos de Phineas F. Bresee (1838-1915) y otroshan llamado “su compromiso con el ministerio multicul-tural”. Casi la mitad de mis 53 años de ministerio los hevivido en la Región USA/Canada, lo cual refuerza mi apre-cio por el elemento multicultural en el ministerio de Bre-see.

En uno de los primeros informes de Bresee comosuperintendente general de la naciente Iglesia del Naza-reno, dijo: “También se ha establecido una misión his-pana en esta ciudad… la cual es un campo fiel yprometedor”.1 Se estaba refiriendo a lo que Roberto Hodg-son, en su propia evaluación histórica de esa misión,llama “la Primera Iglesia del Nazareno Mexicana” de LosAngeles, organizada en 1906.2 Como dato interesante, semenciona que Bresee asignó como su “superintendenta” auna dama angloamericana de nombre Maye McReynolds,miembro de la Primera Iglesia del Nazareno de Los Ange-les.3 Antes de 1906, había renunciado a su empleo en laSanta Fe Railroad Company a fin de “proclamar las bue-nas nuevas entre los mexicanos” de la ciudad.4

Pero sospecho que el patrocinio tan entusiasta de la“misión hispana” de Los Angeles por parte de Breseequizá no le resultó tan fácil. Estaba entrando en territorioministerial culturalmente desconocido.

Bresee y el MinisterioMulticultural:

UNA REFLEXIÓN HISPANAPor JUAN VÁZQUEZ-PLA

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Ministerio Monocultural enIowa

Durante los 26 años anteriores deBresee como predicador metodista “de lafrontera” en Iowa (1857-1853), su enfoquede ministerio era más bien Monocultural.No se nos dice diferente.

El Estado de Iowa, durante su minis-terio en ese lugar:5

• Era principalmente rural, con unaeconomía basada en la agricultura;

• Sus habitantes eran americanos einmigrantes de ascendencia de Eu-ropa del noroeste (ingleses, irlande-ses, alemanes y noruegos);

• el inglés era su lingua franca; y• eran principalmente protestantes;el metodismo del norte era el movi-miento religioso de más rápido cre-cimiento en la región en aquelentonces.

Ministerio Multicultural enLos Angeles

Pero la floreciente ciudad que le espe-raba a Bresee a finales del siglo XIX y prin-cipios del XX presentaba un ambientecultural totalmente diferente.6

• La religión predominante era el Ca-tolicismo Romano, introducido porlos españoles y los mexicanos en ladécada de 1770 (el nombre oficialde la ciudad originalmente era“Nuestra Señora la Reina de los An-geles”).

• La inmigración americana occiden-tal y extranjera había aumentado lapoblación como de 50,000 en 1890a más de 100,000 en 1900.

• Tenía “la población más diversacomo ningún otro estado”.

• No había “leyes discriminatoriasque demandaran la segregación ra-cial en reuniones públicas”.

• Sin embargo, “la mayoría de los an-gloamericanos del Sur de California

en ese entonces eran fuertementeracistas en contra de los indios, losmexicanos, los asiáticos y los cató-licos romanos”.

Con todo lo desafiante que ese nuevoambiente cultural haya sido para Bresee,evidentemente se sobrepuso y patrocinó la“misión hispana” de Los Angeles.

Como de seguro lo sabe el lector, esapequeña obra patrocinada por Bresee haceya más de 100 años se convertiría con eltiempo en el segmento multicultural másgrande de la Iglesia del Nazareno en Esta-dos Unidos y Canadá.7 A la vez, el segmentohispano de nuestra iglesia se convertiría enuno de los más fuertes a nivel mundial.Sería precisamente ese conglomerado naza-reno multiétnico el que, en su momento,bajo la providencia divina, le daría a la Igle-sia tales gigantes denominacionales como elfinado Dr. H. T. Reza y el recientementeelecto Superintendente General Dr. GustavoA. Crocker.

Multiculturalismo InternoCon todo, al reflexionar aquí con gra-

titud por el compromiso de Bresee hacia elministerio multicultural, debo reconocerque están surgiendo otros desafíos paranosotros los hispanos e hispanas en Esta-dos Unidos y Canadá –un desafío multicul-tural interno, por decirlo así.

Ya es un hecho que las realidades po-líticas, económicas y culturales de EstadosUnidos y Canadá de seguro abrirán laspuertas a más inmigrantes de los países dehabla hispana en el futuro cercano. Portanto, las congregaciones monoculturales,de habla hispana, como lo percibió Breseeoriginalmente, han llegado para quedarse.

Sin embargo, hablo aquí en términosde la primera generación bilingüe, e inclusode la de “solo inglés” y más allá de los his-panos e hispanas de Estados Unidos o Ca-nadá. Me refiero a las familias racialmente—y culturalmente— mezcladas que estánformando muchos de ellos. Hablo tambiénen términos de la creciente sociedad nortea-

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mericana racial, étnica y culturalmente di-versa en que viven los hispanos y las hispa-nas de hoy.

A la luz de todo ello, surge la pregunta:¿Acaso lo que Travey M. Lewis-Giggettsllama “La iglesia integrada: Auténtico Mi-nisterio Multicultural”8 forma ahora granparte de nuestro ministerio hispano asícomo el Monocultural? En este nuevo esce-nario, más y más de las congregacioneshispanas monoculturales se convertirían enmulticulturales internas y más y más de lasfundadas por hispanos e hispanas seríanintegradas desde el principio. En su librodel mismo título, Lewis-Giggets presenta eldesafío multicultural interno a otras igle-sias monoculturales: anglos, negros, asiáti-cos, etc., pero también a las iglesiashispanas.

Sostengo que Bresee hubiera conside-rado este nuevo y más auténtico multicul-turalismo de nuestros días tanto como el“campo fiel y prometedor”de la misión his-pana de aquel entonces.

JUAN VÁZQUEZ-PLAes ministro ordenado de la Iglesia del Na-zareno y director de Synergy Ministries,ministerio dedicado a promover la coope-ración en el avance del cristianismo.

1. E. A. Girvin, Phineas F. Bresee: A Prince In Israel,http://wesley.nnu.edu/wesleyctr/books/0001-0100/HDM0091.pdf, 124.

2. Roberto Hodgson, “Reseña General de la Historia dela Iglesia del Nazareno en Estados Unidos y Ca-nada”,Reflexiones Ministeriales,http://pagnaz.com/files/historiaidn_rm211.pdf.

3. Girvin, op cit.4. Hodgson, op cit.5. Http://en.wikipedia.org/wiki/Iowa,consultado el 18 de

octubre de 2013.6. Véase“An Overview of Religion in Los Angeles from

1850 to 1930”y enlaces relacionados, compilados porClifton L. Holland,tp://www.prolades.com/glama/la5co07/overview_1850-1930.htm, consultado el 18 de octubre de 2013.

7. Grace and Peace Magazine, Número 9, Verano 2013,73.

8. Tracey M. Lewis-Giggetts, The Integrated Church: Au-thentic Multicultural Ministry (Kansas City: Beacon HillPress of Kansas City, 2011).

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Lo que comprenden los estu-diantes acerca de la doctrina dela entera santificación y de su

propia experiencia religiosa, indica laefectividad con la cual la Iglesia delNazareno está pasando su identidady su misión a la próxima generación.Yo examiné las declaraciones formales dela Iglesia en los primeros manuales y enlos discursos cuatrienales de la AsambleaGeneral y también la opinión de unos es-tudiantes en 150 pre-exámenes finales enlo que pedían que definieran la identidadde su denominación.

Las primeras declaraciones formales de ladenominación vinculan la entera santifica-ción con su identidad. El Manual de la“Pentecostal Church of the Nazarene”(uno de los nombres originales del grupo)de 1907 hace una conexión con la visiónmisional de los nazarenos de 1895 con laentera santificación: “Estas personas esta-ban convencidas de que habían sido llama-dos por Dios a la santidad, a enseñar ladoctrina a los demás, y para conducirles ala experiencia de la entera santificación”.Incluidas en la declaración misional de laPentecostal Church of the Nazareneestán las palabras “la entera santificaciónde los creyentes.” En la sección que tratasobre las cualificaciones para el ministerio,un requisito era que los ministros fueran“santificados enteramente por el bautismodel Espíritu Santo.” El Manual actualcontiene afirmaciones y requisitos simila-res.

Los discursos cuatrienales también vincu-lan la identidad de la iglesia con la enterasantificación. Phineas Bresee comentó ensu discurso de 1907, en Chicago, que launión había ocurrido porque los gruposhabían visto bueno olvidar sus diferenciaspara que pudieran proclamar más efectiva-mente el mensaje de la santidad. En sudiscurso cuatrienal final en 1915, Breseerecordó que aque llos que “salieron bajolas estrellas para predicar la santidad y jun-tar un pueblo santo ‘habían establecido las

LALA

IDENTIDADIDENTIDAD

NAZARENANAZARENA

PASADA YPASADA Y

PRESENTEPRESENTE

Por Robert Doyle Smith

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bases’ para todo nuestro pueblo declarando en términos in-equívocos su creencia en la entera santificación y en quetodos nuestros predicadores confesaran su experiencia deesa bendición, y la insistencia constante de que todos loshombres la buscaran y la obtuvieran”. En 1956, la Iglesiadeclaró que todavía mantenía lealtad a su propósito original:“La entera santificación de nuestra naturaleza”. Dijo tam-bién que la “Iglesia del Nazareno cree en la santidad comosegunda bendición”. En el discurso cuatrienal de 2001, laIglesia identificó sus “Valores Esenciales” como: ser unaiglesia cristiana, de santidad y misional. Además, habló de lanecesidad de mantener la posición formal de la Iglesia sobrela entera santificación: “La misión de la Iglesia del Naza-reno consiste en responder a la Gran Comisión de ir y hacer‘discípulos a todas las naciones’ con el énfasis distintivo de laentera santificación y la santidad cristiana”.

Desde las primeras declaraciones de la Unión de 1907 hastala reciente Asamblea General, la Iglesia, en declaracionesformales, ha vinculado su identidad y su misión con la doc-trina de la entera santificación.

Pongamos ahora nuestra atención en el entendimiento y lasexperiencias religiosas de algunos estudiantes nazarenos ac-tuales. ¿Reconocen ellos que la entera santificación es cen-tral a la identidad y la misión de la Iglesia? ¿Comprenden loque significa la doctrina? ¿Pueden ellos explicarle a otra per-sona lo que significa? ¿Están sus experiencias religiosas con-formes a la enseñanza formal sobre la doctrina? ¿Aceptanellos la misión de un estilo de vida y la experiencia de la en-tera santificación? y, ¿proclamarían ellos este mensaje?

Cuando se les preguntó ¿cuál doctrina le dio su identidad ala Iglesia del Nazareno? o ¿cuál es la creencia que más dis-tingue a la Iglesia de las otras denominaciones? Diecinuevede 45 estudiantes que tomaban un pre-examen no hicieronreferencia a la santidad ni a la entera santificación. Aunque23 sí mencionaron la santidad o la santificación, solamente 4se refirieron a “la entera santificación” por nombre o porconcepto general.

¿Pueden explicar los estudiantes la doctrina? La mayoríatiene algún entendimiento de la formación espiritual, perolos estudiantes tienen más preguntas sobre la entera santifi-cación que explicaciones adecuadas respecto a la experien-cia. Un estudiante comentó que “la idea de la enterasantificación raramente se explica con claridad a los miem-bros que existen y que han crecido en la iglesia”. Un estu-diante (del hogar de un pastor), en su examen final dio suopinión sobre por qué la iglesia había hecho preguntas

acerca de la entera santificación para su generación. “Mien-tras pregonamos esta doctrina como radicalmente distintivay fundamental para la unidad de nuestra denominación, nopodemos ponernos de acuerdo sobre una definición de loque es exactamente la santificación. Me he visto a mímismo y a otros luchar con la duda, el temor, el legalismo yla confusión, en parte por causa de las enseñanzas de los lí-deres nazarenos respecto a la santificación. Además he no-tado que la aplicación, en vivo, de la vida real, de ladefinición nazarena de la entera santificación no se ve tan di-ferente del crecer en santidad que predican otras denomina-ciones”.

¿Qué podemos aprender de las experiencias religiosas deestos estudiantes? En la vida de los estudiantes la enterasantificación parece, a menudo, algo para mirarse comoprenda en un museo. El concepto se reconoce de nombre,pero falta la experiencia personal. Poquísimos estudiantes en100 exámenes finales se refirieron a alguna experiencia reli-giosa personal de la entera santificación. He aquí los únicostestimonios que se vieron en el pre-examen: “Le di el con-trol de cada pensamiento, sentimiento y decisión”. “Fuilleno del Espíritu”. “Me así de Jesús con todo lo que yotenía por dentro”. Y “Recientemente fui santificado”. Iró-nicamente, otros dos estudiantes que tenían un entendi-miento intelectual de la entera santificación declararon quesu propia experiencia religiosa contradecía la enseñanza de laIglesia. Lo que habían experimentado confirmaba creci-miento espiritual, pero rechazaba la entera santificacióncomo experiencia de crisis.

¿Aceptan la misión de la Iglesia del Nazareno? Siete estu-diantes no sabían cuál era la misión de la Iglesia. Seis la co-nectaron a algún aspecto de santidad. Dieciséis la asociaroncon el evangelismo. Muchos estudiantes ven la Iglesia másen terminos del evangelismo que de una iglesia de santidad;y la santidad como (si acaso) una entre muchas doctrinas deigual importancia.

Para concluir, ¿cómo ayudan los líderes de hoy día a la pró-xima generación a separar las cuestiones y descubrir los va-lores esenciales de lo que significa ser una denominación dela santidad? Si la entera santificación yace en el corazón dela identidad y la misión de la iglesia, ¿Qué tiene que hacersepara aumentar la comprensión de ella por parte del lego? y¿para que todos nosotros tengamos la experiencia de la reali-dad de la bendición?wesley.nnu.edu/2002-GNTC/presentations.../memoria-smith_ES.doc

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CCÓÓMMOO SSOOMMOOSSLLOOSS NNAAZZAARREENNOOSS.. .. ..

Tomado de la página web de la Iglesia delNazareno Hispana, Esperanza Viva, deWoodstock, Virginia:http://unfarodeesperanza.org/#/nosotrosSus observaciones sobre la identidad de losnazarenos habla muy bien sobre el tema deesta edición...

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EN UNA TRAVESÍA A LA INDIA

CINCO MISIONEROS ZARPARON de Nueva York afinales de 1897. Fueron enviados por laAsociación de Iglesias Pentecostales deAmérica, antecesora de la Iglesia delNazareno. Su llegada a la India a principiosde 1898 es considerada como el comienzode las misiones nazarenas. El grupo mi-sionero hizo escala en Inglaterra antes deabordar el barco de vapor “Egipto”, mismoque los llevaría a través del Mediterráneo.Así que dedicaron su único domingo enLondres para asistir a los servicios de laCapilla de Old City Road de Juan Wesley yvisitar las tumbas de él y de su madre, Su-sana.1

Uno se pregunta: ¿Recordarían ellosen ese momento las palabras de Wesley: “Elmundo es mi parroquia”? Un año después,la señorita Mina Shroyer fue enviada paraunírseles y ella también dedicó su domingoen Londres para visitar el mismo lugarmetodista. El acto de estos peregrinos mi-sioneros de adorar a Dios en la capilla de

Wesley resonaba con otros primeros mi-sioneros. “La Iglesia del Nazareno no esnada en el mundo sino un Metodismopasado de moda, con una forma congrega-cional de gobierno”, le escribió C. W. Ruth aW. C. Wilson en 1903. Luego el señor Ruthparafraseó una oración publicada original-mente en las actas de la primera Conferen-cia Metodista en Londres en 1744, en la quereafirmó en la Conferencia de Navidad de lafundación del Metodismo Norteamericanoen 1784: “Nuestra misión es extender lasantidad bíblica sobre estas tierras”2. Som-bras de Wesley y Asbury.

UN MOVIMIENTO DE AVIVAMIENTO ENCRISIS

Por los años 1900, el Movimiento deSantidad Wesleyano estaba al borde decaer en el lado sectario dividida por raza,región y nacionalidad. Sesenta añosantes, Sara Lankford había combinadolos grupos de oración para mujeres dedos iglesias metodistas en Nueva Yorkpara crear las reuniones de los martes

EL METODISMO Y LA IDENTIDADTEOLÓGICA DE LA IGLESIA DEL NAZARENO

Resumen de un ensayo presentado al Grupo de Estudios Wesleyanos de laAcademia Norteamericana de Religión el 24 de noviembre de 1997

por Stan Ingersol

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para la promoción de la santidad. Esa ac-ción junto con la publicación de la Guíapara la Perfección Cristiana del ministrode Boston Timothy Merritt, marcó el ad-venimiento del Movimiento de SantidadWesleyano, misma que dio inicio a esacarrera extraordinaria de Febe Palmer, lahermana de Lankford. La señora Palmeravivó el fuego de la piedad evangélica delsiglo XIX como líderesa de las reunionesde los martes, predicadora trasatlánticade avivamiento, co-fundadora de unamisión en los barrios marginales de laciudad de Nueva York, autora de varioslibros y editora de La Guía a la Santidad(publicación deMerrit connuevo nombre).

John In-skip, WilliamMcDonald, J. A.Wood y otrosministrosmetodistas ini-ciaron unanueva fase delmovimientonorteamericanode santidad de-spués de laGuerra Civil.Comenzando en 1867 y continuandobien hasta el siglo XX, la AsociaciónNacional de Reuniones Campestrespara la Promoción de la Santidad con-dujo reuniones campestres especia -lizadas, convenciones y avivamientospor todos los Estados Unidos. Lasprimeras reuniones campestres y avi-vamientos se enfocaban en convertir alinconverso. Pero las auspiciadas por laAsociación Nacional apuntaban, en sulugar, a llevar a los cristianos a unamás “profunda obra de gracia” —unaexperiencia de la entera santificación.

Un espíritu democrático saturó elmovimiento de santidad wesleyano. Losobispos podían controlar al clérigometodista, pero no al laicado que dirigiómuchas asociaciones de santidad locales,del condado y estatales —algunas dirigidaspor mujeres excluidas del liderazgo enotros sectores de la iglesia y de la so-ciedad. Evangelistas independientes quedesafiaron la Disciplina Metodista y queusaron licencias locales de predicadorcomo su autoridad para conducir avi-vamientos, aunque compitieran directa-mente con los pastores locales.

Por los años 1900 el movimiento desantidad wes-leyano incluíagrupos dife -rentes: los sec-taristas llama-dos “comeouters” (losque salen vo -lun ta riamente)que conside -raron elestableci -miento delMetodismocomo defi-ciente; los “putouters” (expul-

sados) que habían sido echados de susiglesias, y eran leales metodistas.3

La naturaleza fragmentada del avi-vamiento de santidad a finales del sigloXIX planteó una pregunta difícil: ¿Acasohabía algo que los uniera? Las respuestasfueron tan diversas como el problemamismo que lo ilustró aún más.

LO ESENCIAL DE LA IDENTIDADNAZARENA

La Iglesia del Nazareno emergió enesta atmósfera. Fue una de las dos docenas

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más o menos de los nuevos cuerpos reli-giosos que emergieron entre 1880 y 1910,cada uno exaltando su propia visión enparticular de lo que significaba ser creyentede una iglesia de tradición wesleyana.

Santidad Unificadora. El deseo devencer la fragmentación sectaria en elmovimiento de santidad norteamericana,fue el primer motivo impulsor de la forma-ción de la Iglesia del Nazareno de hoy en

día, la cual resultó de una serie de fu-siones de cuerpos regionales de santidaddesde el Este, Oeste y Sur. El Rdo. C. W.Ruth, evangelista de la Asocia ción Nacionalde Santidad, presentó a los socios de lafusión, pero el deseo ya era parte de algogrande y no provincial lo que caracterizó acada uno de los grupos originales. La pri-

mera fusión (Chicago 1907) unió a la Aso-ciación de Iglesias Pentecostales de Nortea-mérica en el noreste de los Estados Unidosy la Iglesia del Nazare no se centró en eloeste. La segunda fusión (Pilot Point, Te-xas, 1908) trajo la Iglesia de Cristo de San-tidad del sur a la nueva denominación.Otras fusiones claves ocu rrieron en 1915,cuando la Misión Pentecostal, centrada enel sureste de los Estados Unidos y la IglesiaPentecostal de Escocia se unieron a la cre-ciente denominación. Ya que la Asociaciónde Iglesias Pentecostales de Norteamérica yla Iglesia de Cristo de Santidad fueron ellosmismos producto de fusiones anteriores, laIglesia del Nazareno Pentecostal a finalesde 1915 abarcó siete denominaciones pre-viamente independientes.4 El deseo de ven-cer límites nacionales y regionales —y lassubculturas basadas en ellas— era un as-pecto importante de la identidad de la pri-mera generación nazarena.

Una Iglesia de Creyentes Moderada.Los nazarenos comenzaron su peregrinajedenominacional como una iglesia mode-rada de creyentes. Como tal, ellos rechaza-ron la noción de que estaban restaurandola “política de la verdadera iglesia”... o quehabían descubierto un esquema de la orga-nización de la iglesia enseñada en las Es-crituras. El Manual de 1898 de la Iglesiadel Nazareno de Bresee en Los Ángeles es-tableció que los fundadores del movimientoen la región del Pacífico, “creen que el Se-ñor Jesucristo no ha ordenado ningunaforma particular de gobierno para la Igle-sia”, sino que fueron guiados por “consenti-miento común” al enmarcar su política,proveyendo que nada sobre lo que se haacordado es “repugnante a la Palabra deDios”.5 Esta afirmación subraya continui-dad con la Iglesia Metodista Episcopal enuno de las presuposiciones más fundamen-tales de ecle siología.

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La mayoría de iglesias de santidadwesleyana que emergían en ese tiempoeran también moderadas en su expresióndel ideal de la iglesia de creyentes. No obs -tante, el amplio movimiento incluía cuer-pos radicales con eclesiologías restauracio-nistas, como la Iglesia de Dios (An der son,Indiana) y la Iglesia de Dios (Santidad) quereclamaba haber recobrado el patrón bí-blico del “orden de la iglesia verdadera”.Mientras se rechazaba el res tau racionismo,los grupos fundadores de la Iglesia del Na-zareno insistían todos en una membresíaregenerada de la iglesia, en la aplicación dedisciplina a los ofensores morales, y consi-deraban su comunidad eclesiástica comoun compañe rismo “reunido” que trajo a to-dos providencialmente para un propósito.

Identidad Metodista. El impulso dela Iglesia de creyentes y la herencia wesle-yana fueron componentes críticos del en-tendimiento temprano propio nazareno. Elhecho de que los fundadores nazarenosabrazaran el estilo de la iglesia de creyen -tes del protestantismo es central a su crí -tica de la línea principal del metodismo, lacual consideraron cada vez más negligenteen la disciplina doctrinal y moral, y adap-tado a la cultura general al punto que laprosperidad de la clase media que surgíaen el metodismo se cegaba a las necesida-des de los pobres.

Aún su edificación cuidadosa de unaidentidad wesleyana en las áreas de sote -riología, Escrituras, sacramentos, ministe-rio y visión misionera es crucial para el en-tendimiento del otro lado —su sentido decontinuidad con la amplia tradición meto-dista. El alcance completo de la influenciametodista en la vida nazarena es evidenteen las áreas siguientes:• Una Asamblea General Cuatrienal,

modelada en la Conferencia General,como el cuerpo legislativo más alto de

la Iglesia y corte de apelación final.• Un Manual modelado en la Disciplina

Metodista.6• Las Reglas Generales adaptadas de la

Disciplina Metodista.• Superintendencia General.7• El sistema de distritos y superinten-

dentes de distrito.• Un énfasis distintivo de las doctrinas

de la fe cristiana, gracia, salvación ysantidad.

• Doctrina del ministerio.• Fundadores principales.• Las restricciones de los títulos de pro-

piedad (o “cláusula de confianza”) dela iglesia local que hace que la deno-minación sea el dueño de todas laspropiedades de la iglesia.

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OTROS TEMAS DE IDENTIDAD

Hubo otros aspectos importantes dela identidad teológica inicial de la Iglesiadel Nazareno. Ciertos factores separarona los nazarenos de otras iglesias de cre-yentes en la tradición de santidad wesle-yana que se formaban al mis mo tiempo.De las dos docenas más o menos de igle-sias de santidad wesleya nas en 1900,¿por qué esas tres yno una combinacióndiferente se unieronpara crear la Iglesiadel Nazareno pre-sente?

El peligro secta-rio del movimiento desantidad incluyó divi-siones sobre ecle sio lo -gía, teología bautis-mal, escatología, el rolde la mujer, la sani-dad divina y modelosde educación supe-rior. Así que más alládel modelo compar-tido de una “iglesia decreyentes en la tradi-ción wesleyana”, lasvarias iglesias de san-tidad por lo generaltenían posiciones es-trechas en otros asun-tos que ya sea atraíauna a otros o las re chazaban. En el caso delas tres iglesias que se unían en 1907 y1908, cada una de ellas arribó indepen-dientemente y por dife rentes trayectorias ala misma posición básica en una variedadde asuntos que estaban dividiendo el movi-miento de santidad.

El rol de la mujer. Un aspecto cru-cial de la identidad nazarena inicial fue su

disposición a abrir a las mujeres cada po-sición ministerial para laico y para minis-tro. Mientras que las mujeres de denomi-naciones establecidas todavía peleaban porlsus derechos como laico y como ministro,las de cada una de las tres denominacionesque se unieron eran ya miembros de lasjuntas locales de la iglesia, servían comodelegadas en organismos de alto gobierno yeran ordenadas al ministerio, donde ser-

vían como pastoras yevangelistas. Ese im-pulso de igualdadfue uno de los facto-res que separó a losgrupos fundadoresde la Iglesia del Na-zareno de la líneaprincipal del meto-dismo de su tiempo,pero los unió entresí.

Teología bau-tismal. La teologíabautismal fue untema de división den-tro del movimiento desantidad norteame -ricano. La Iglesia deCristo del NuevoTesta mento original-mente reconoció laaspersión o derrama-miento como el únicomodo bíblico de bau-

tismo y requirió que los nuevos miembrosbautizados previamente de diferente modo,se bautizaran de nuevo. Al fusionarse conotro grupo sureño, abandonó esa práctica yformó la Iglesia de Cristo de Santidad; encambio otras iglesias de santidad no siem-pre estaban dispuestas a ser moderadas. LaIglesia Bautista de Santidad, ede Arkansas,por ejemplo, consideraba fusionarse solocon los grupos que aceptaran la posición de

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que la inmersión era el único modo de bau-tismo en las Escri turas. Las diferencias so-bre el bautismo de los creyentes versus elbautismo infantil, dividieron las filas de lasiglesias del movimiento de santidad.

Por el año 1907, cada uno de los tresgrupos fundadores de la Iglesia del Naza-reno había llegado independientemente aposiciones similares sobre el bautismo.Cada uno dejó el tema del modo bautismala la conciencia del candidato a bautizarse.Además, cada uno permitió a los padrespresentar a sus hijos para bautismo infan-til o les permitió posponer elsacramento si su propia pre-ferencia bautismal era haciael bautismo de los creyentes.En cuanto al tiempo y modode bautismo, “libertad deconciencia” era el lema naza-reno.8

Escatología. El posmi-lenialismo dominaba los si-glos XVIII y XIX del pensa-miento religiosonor tea mericano, pero el mo-vimiento floreciente dispen-sacional premilenialistaatrapó en su red a algunosgrupos de santidad. En con-traste, la Iglesia de Dios (An-derson, Indiana) permane ció sólida amile-nialista al entrar al siglo XX. La libertad deconciencia llegó a ser también la posiciónnazarena en cuanto a las teorías escatológi-cas. Algunos de los primeros líderes nazare-nos como el evangelista de avivamientos C.W. Ruth y el superintendente general E. P.Ellyson fueron premilenialistas. Otros comolos teólogos A. M. Hills y el superintendentede distrito William E. Fisher, fueron posmi-lenialistas.9 La escatología no fue un enfo-que de unidad nazarena. Mas bien, la dis-posición de respetar cortésmente a otros

cuando su escatología difirió, fue la marcaque distinguía a la escatología nazarena.

Sanidad divina. Por medio del mi -nisterio del laico evangelista episcopalCharles Cullis y otros, un énfasis en fe sa-nadora se asoció con el Movimiento de San-tidad Norteamericano a partir de los años1870. Eventualmente este impulso fluyó enel Pentecostalismo del siglo XX. El énfasisde sanidad divina fue otro tema que dividiólas filas de santidad. La re verenda MaryLee Caggle era una de las varias típicas na-zarenas. Ella experimentó lo que conside-

raba un ejemplo singular desanidad divina, pero nuncahizo del tema un aspectocentral de su predicación. Laposición oficial de la Iglesiadel Nazareno Pentecostal fueque los cristianos debíanorar por sanidad y confiaren Dios, pero no rechazarlas instalaciones y atencio-nes profesionales médicas.El patriarca nazareno, Phi-neas Bresee, vivió los últi-mos 20 años de su vida enla casa de su hijo, el Dr.Paul Bresee, un médico,cuya oficina estaba en lacasa misma.10

El rol de factores secundarios. Elrol de estos factores como característi-cas atractivas y repelentes de la vida na-zarena inicial es ilustrado por la rela-ción de la joven denominación a laMisión Pentecostal, una red de iglesiascon sede en el sureste de Nashville, Ten-nessee. La Misión Pentecostal fue fun-dada en 1898 por J. O. McClurkan, ori-ginalmente un ministro de la IglesiaPresbiteriana de Cumberland y con unaasociación cercana con A. B. Simpson y

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El peligro sectariodel movimiento desantidad incluyó di-visiones sobre ecle -sio lo gía, teologíabautismal, esca -

tología, el rol de lamujer, la sanidad

divina y modelos deeducación superior.

la Alianza Cristiana Misionera. Aún loslíderes laicos miembros de la MisiónPentecostal, como la familia de John T.Benson, fueron de trasfondo metodista.La Misión Pentecostal envió represen-tantes a la II Asamblea General de laIglesia del Nazareno Pentecostal (1908) yfue la anfitriona en la III Asamblea Ge-neral (1911). Pero McClurkan no estabadispuesto a comprometerse para unirsecon los nazarenos, porque al igual queSimpson, sostenía la teología de santi-dad de Keswick, que se oponía firme-mente a la ordenación de las mujeres(aunque él permitió a lasmujeres predicar y servircomo pastoras) y era un ar-diente premilenialista. Solocon la muerte de McClurkanen 1914 sus seguidores sesintieron libres de fusionarsecon los nazarenos y fueronellos mismos quienes orde-naron a la viuda de McClur-kan unos años más tarde.11

La identidad teológicade los nazarenos no estababasada solamente en el de-seo de promover el aviva-miento de santidad, sinotambién en el de unir eseavivamiento con una base dela iglesia de creyentes que fuera liberal conla participación de las mujeres en la vidade la iglesia, abierta a aquellos de diferen-tes perspectivas bautismales y escatológi-cas, y sensibles en su perspectiva a la sa-nidad divina.

Cada uno de esos temas fueron fac-tores en la formación de la identidad naza-rena al rechazar otros grupos pequeñosque fueran incompatibles en una o más deesos temas. Asimismo, la compatibilidadde esos mismos por las iglesias que se

unían ayudaron a consolidar juntos a lostres grupos.

EL CONCEPTO DE LAIGLESIA DE CREYENTES

¿En qué sentido la Iglesia del Naza-reno se originó como una iglesia de cre-yentes? Y ¿Cómo ese aspecto de su carác-ter se relaciona con la comunidad másamplia del Metodismo?

Cada una de las iglesias fundadorasque se fusionaron era unaiglesia de creyentes y llevóesas características a la uni-dad del cuerpo. Cada quienexhibió características des-critas por Donal F. Durn-baugh en The Believer´sChurch: The History and Ca-rácter of Radical Protesdetantism (1968) [La Iglesia deCreyentes: La Historia y elCarácter del ProtestantismoRadical].

Durnbaugh define laIglesia de Creyentes como uncompañerismo voluntariobasado en la idea de separa-ción del mundo y en reunión

conjunta de los cre yen tes regenerados, querechaza cualquier idea de la iglesia visiblecomo una “asamblea mezclada” del conver-tido y del inconverso. La iglesia de creyen-tes históricamente enfatiza la necesidad deque todos los miembros sean activos en laobra cristiana. Practica la disciplina de laiglesia. Sus miembros ayudan al pobre yespecialmente a los hermanos y hermanasen necesidad. Sigue un patrón simple deadoración. Su vida en común está centradaen “la Palabra, la oración y el amor”.12

Cada uno de los grupos principales

“No tiene casopredicar la santifi-cación a una mem-bresía de la iglesiaque vive tan por

debajo de este planode religión que no

sienta sunecesidad”.

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que se fusionaron ejemplificó esas caracte-rísticas al compararse con la Iglesia Meto-dista Episcopal y la Iglesia Metodista Epis-copal del Sur, de las cuales salieron lamayoría de los primeros líderes nazarenos.Esas dos ramas del árbol del Metodismoconstituyeron la iglesia protestante másgrande en el país y estaban llegando a serla más influyente denominación norteame-ricana. Para revertir la dirección del títulode Sydney Mead, la línea principal del Me-todismo estaba llegando a ser la “iglesiacon el alma de una na-ción”. El asunto es cru-cial: Si el metodismohubiese llegado a seralgo diferente de lo quehabía sido a finales delsiglo XIX, la Iglesia delNazareno nunca hubieseocurrido. Así que en elcomienzo de su vida de-nominacional, el com-promiso nazareno conun estilo de iglesia decre yen tes funcionó (ensu propia mente) comoun rechazo implícito delo que consideró comosu “madre” cada vezmás indisciplinada.

La queja comúndel movimiento de santi-dad wesleyano era el deterioro del meto-dismo. Las diferentes interpretaciones dela entera santificación dentro del meto-dismo fueron un enfoque principal de lapreocupación del movimiento de santidad,pero no del todo. Muchos estaban deacuerdo con Lovick Pierce, patriarca meto-dista sureño y abogado firme de la enterasantificación, quien en 1876 se lamentabapor los “miles de metodistas denominacio-nales pero inconversos”. Pierce añadió: “Notiene caso predicar la santificación a una

membresía de la iglesia que vive tan pordebajo de este plano de religión que nosienta su necesidad”.13

Más de 20 años después, la publica-ción póstuma de Pierce, Ensayo Misceláneosobre la Entera Santificación que denun-ciaba al metodismo de laxitud moral, debajar los estándares de membresía (mayor-mente por medio del abandono de las reu-niones de clases), y una declinación gene-ral en la calidad de vida espiritual. La

opinión de H. C. Morri-son era más fuerte:“Hay una rigidez y unenfria miento en lasiglesias de nuestrasciudades que congela ala gente ordinaria, y lopeor de todo, es quedeja afuera a Cristo delpueblo común. Lospastores de nuestrasiglesias en las ciudadesno son ganadores dealmas”.14 Este es uneco del lamento de B.T. Roberts 40 años an-tes cuando ocurrió elcisma de la Iglesia Me-todista Libre. Muchosotros en el movimientode santidad norteame-ricano compartieron la

evaluación.No fue un solo tema el que llevó a los

diferentes grupos fundadores a retirarsedel metodismo, sino que diferentes facto-res llevaron a cada uno de ellos a rompercon la Iglesia Metodista:

• Eclesiología: La Iglesia de Cristo delNuevo Testamento se desarrolló en Ten-nessee sobre la base de la eclesiologíarestauracionista “no sectaria” de su fun-dador, Robert Lee Harris, quien rompió

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con la Iglesia Meto dis ta Episcopal delsur en 1894. Harris murió pronto y sussucesores moderaron sus puntos devista en “la política de la iglesia verda-dera” y las abandonaron totalmente en1904 cuando fueron incorporados den-tro de la Iglesia de Cristo de Santidad.

• Conflicto sobre avivamientos de santi-dad: C. B. Jernigan fundó la primeracongregación de la Iglesia Independientede Santidad en Texas en 1901, como re-sultado de conflictos locales entre laicosde santidad y sus pasto-res metodistas. Algunaspersonas de santidaddejaron las iglesiascomo resultado de ello yse congregaron en ban-das estructuradas nomuy bien, una situaciónque Jernigan conside-raba deplorable. A pesarde la crítica de otros lí-deres de santidad, Jer-nigan organizó a estasbandas en congregacio-nes donde (en estas pa-labras) “los sacramentospudieran ser adminis-trados”.15 Conflictos si-milares entre metodis-tas de santidad y suspastores resultaron ennuevas congregaciones en New Englandque más tarde formaron parte de la Igle-sia del Nazareno. Esto fue especialmenteverdad de la congregación más anti guade la denominación, la de Providence,Rhode Island.16

• Deseo de ministrar al pobre: En eloeste, el asunto que más cla ramente hizosalir a Phineas Bresee de la Iglesia Meto-dista Epis co pal se centraba en su deseode predicar a los pobres del área urbana

en Los Ángeles —una convicción que cre-ció en su vida después de pasto rear con-gregaciones acauda ladas y de presidircomo presbítero en dos conferencias.Cuando el obispo y el gabinete rehu -saron nombrarlo a la mi sión de la ciudadque él deseaba, Bresee solicitó y recibióuna transferencia, y luego aceptó unaposición como pastor de una obra no de-nominacional.

Un año más tarde, él y otros se asociaroncon la misión de la ciudad organizando la

primera congregación quellevaba el nombre de laIglesia del Nazareno. Ensu primer Manual se de-clara que aquellos que seunieron a Bresee fueron“llamados por Dios a estaobra, de salir y estar jun-tos”. Pero, ¿a qué exacta-mente fueron llamados? Avidas santas, a ministraral pobre y al abandonado,a dar activo testimoniocristiano de su fe. Lanueva iglesia tambiéncontiene principios firmesy explícitos para aplicar ladisciplina de la iglesia alos infractores.17

Los primeros naza-renos llegaron a su identidad como unaiglesia de cre yen tes por diferentes cami-nos, pero llegaron a ella sin duda. Paracada uno de los grupos fundadores, no erasuficiente el deseo de “huir de la ira veni-dera”. Cada uno enfatizaba una membre-sía regenerada y llevó ese tema a la iglesiaunida. El ritual de recepción de nuevosmiembros impreso en el Ma nual de la Igle-sia del Nazareno Pentecostal de 1908 ha-cía una pregunta directa: “¿Acepta a Jesu-cristo como su Salvador y está consciente

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de que Él le salva ahora?” Después de una re spuesta afirmativa, se le preguntaba alcandidato además: ¿Se compromete adarse a usted mismo al compañerismo y ala obra de Dios... tal como se establece enlas Reglas Gene rales de la Iglesia; esfor-zándose de todas maneras a glorificar aDios, por un caminar humilde, una con-ducta y conversación piadosas, un serviciosanto, dando devotamente de sus recur-sos; asistiendo fielmente a todos los me-dios de gracia; absteniéndose de toda mal-dad, buscando sinceramente la santidadperfecta de corazón y de vida en el temordel Señor”.18

En reacción a un meto-dismo que según ellos estabacomprometiendo su herenciaespiritual y doctrinal, los pri-meros nazarenos tomaron suidentidad de santidad wesle-yana y la pusieron dentro delcontexto de una tradición dela iglesia de creyentes con suénfasis en la regeneración, elpacto, la entrega y el amor.

IDENTIDAD WESLEYANA YLA IGLESIA DEL NAZA-RENO

El teólogo nazareno A.M. Hills declaró que “la Iglesia del Nazarenoes la flor más bella que había florecido en eljardín metodista, la hija eclesiástica másprometedora que la prolífica madre meto-dista había dado al mundo”.19 E. F. Walker,predicador popular y más tarde superinten-dente general insistió: “Examina bien a unnazareno verdadero y tocarás a un meto-dista original; examina a un metodista ge-nuino y encontrarás a un nazareno”.20 Hillsy Walker difirieron de la mayoría de la pri-mera generación de líderes nazarenos enque ambos habían servido en iglesias pres-

biterianas y congregacionales antes deunirse con la Iglesia del Nazareno. Pero apesar de ese hecho (o quizás debido a eso)cada uno estaba profundamente cons cientede la identidad metodista que subrayaba asu nueva denominación.

El ensayo de Hills fue publicado enconjunto con la celebración del XXV ani-versario de la Iglesia del Nazareno en1933, y allí citaba la continuidad naza renacon el metodismo en seis áreas primarias:Liderazgo, evangelismo, esfuerzo misio-nero, erudición teológica, herencia espiri-

tual y educación superiorpara una cultura cristiana.Bajo cada aspecto, Hillsenumeró una lista de repre-sentantes metodistas yagregó al final de ésta a losrepresentantes nazarenos,enfatizando la continuidadbásica que afirmaba entre lavida metodista y nazarena.

EL MINISTERIO

La doctrina del minis-terio fue una de las muchasáreas de la vida nazarena enla cual había aparentementeun sentido de continuidadcon el metodismo. El histo-riador eclesiástico Abel Ste-

vens, resumiendo un siglo del MetodismoNorteamericano, argumentó que parte desu genio se había centrado alrededor delhecho de que el Metodismo —al igual que elcristianismo primitivo— enfatizó “un minis-terio” y no “un sacerdocio”.21 Este senti-miento, al igual, capta el espíritu del movi-miento nazareno primitivo, que dependíahasta cierto grado de la iniciativa del lai-cado como el metodismo lo había hecho.Pero la influencia metodista en el ministe-rio nazareno fue mucho más profunda.

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A. M. Hills declaró que“la Iglesia del Nazarenoes la flor más bella quehabía florecido en eljardín metodista, lahija eclesiástica másprometedora que laprolífica madre

metodista había dado almundo”.

La ordenación de presbíteros. Elobispo anglicano tenía una amplia área dediscreción para decidir a quién ordenar,cuándo ordenar y dónde ordenar, pero elMetodismo Norteamericano establecióprácticas que fueron pasadas a la Iglesiadel Nazareno. La Iglesia Meto dista Episco-pal primitiva puso el poder de elegir candi-datos a las órdenes de diácono y de pres-bítero en las manos de la conferenciamisma. Aún más, ésta hizo a lospres bíteros de la conferenciaco-participantes con elobispo y la imposición demanos para la ordenación depresbíteros. La conferenciaanual también fue estable-cida como el lugar apropiadopara la ordenación. Sin em-bargo, el obispo era el presbí-tero que presidía el acto deapartar a los candidatos a lasposiciones de diácono y depresbítero. Esta combinaciónde características reflejó unamezcla de elementos episco-pales y presbiterianos.

Las prácticas de orde-nación de los grupos que seunieron para formar la Igle-sia del Nazareno difirieronuno del otro. La Asociaciónde Iglesias Pentecostales de Norteaméricacreó presbiterios ad hoc para examinar yordenar a los elegidos a la posición depresbítero por el voto congregacional. Ini-cialmente, las ordenaciones basadas en lacongregación también caracterizaron alos ancestros de la Iglesia de Cristo deSantidad (Iglesia de Cristo del Nuevo Tes-tamento y la Iglesia Independiente deSantidad), pero al tiempo de su fusión en1904, ellos establecieron el procedimientodel concilio regional anual para elegir y

ordenar a candidatos para el ministerio.En el oeste, Bresee inicialmente ordenabaa quien quería y cuando quería hasta1904, cuando fueron creados los prime-ros distritos al estilo metodista. Desdeese momento, la asamblea de distritoanual eligía a los candidatos a las órde-nes del presbiterio y, el superintendentegeneral, con la participación de otrospresbíteros en la asamblea de distrito,imponían sus manos en el que iba a serordenado(a). Ese llegó a ser el modelo es-

tablecido de la iglesia uniday continúa como la prácticade la Iglesia del Nazarenohasta hoy en día.

Más allá de una prác-tica simple, otro aspecto deordenación une a los nazare-nos y a los metodistas. Másde la mitad de aquellos quehan servido como superin-tendentes generales de laIglesia del Naza reno puedentrazar su línea de ordena-ción como presbíteros direc-tamente hasta la ordenaciónde Francis Asbury por Tho-mas Coke en la Conferenciadurante la Navidad de1784.22 Por extensión, estosignifica que más de la mi-tad de todos los ministros

ordenados en la Iglesia del Nazareno a tra-vés de su historia podrían hacer lo mismo.

El ministerio de las mujeres. Cadauno de los grupos que se unieron ordena-ban a mujeres al ministerio antes de sufusión del uno con el otro. En 1902 laAsociación Central Evangélica de Santi-dad, un precursor de la Asociación de Igle-sias Pentecostales de América, ordenó aAnna S. Hanscome, pastora de Malden,Massachussets. En 1902, la Asociación de

En reacción a unmetodismo que elloscreyeron que estabacomprometiendo suherencia espiritual y

doctrinal, losprimeros nazarenostomaron su identi-dad de santidadwesleyana y la

pusieron dentro delcontexto de una

tradición de la igle-sia de creyentes.

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Iglesias Pentecostales de América ordenó aMartha Curry, de Lowell, Massachussets.

En 1899 la Iglesia de Cristo delNuevo Testamento, una rama de la Iglesiade Cristo de Santidad, ordenó a Mary LeeCagle y a la Sra. de E. J. Sheeks al minis-terio en una ceremonia en Milan, Tennes-see. Por el año de 1908 la Iglesia de Cristode Santidad tenía 31 mujeres ordenadas ensus filas, quienes constituían el 17 porciento de sus ministros ordena dos.23 En eloeste, Phi neas Bresee or-denó a Elsie Wallace deSeatle, Washington en1902 y a Lucy PierceKnott de Los Ángeles, Ca-lifornia en 1903. Ambasya eran pastoras.24

La historia de lasmujeres nazarenas en elministerio forma un capí-tulo interesante en la his-toria de las mujeres en lareligión norteamericanaen general, pero es máscomprensible desde elcontexto amplio de la tra-dición metodista. Poraños, Cagle luchó sobresu llamado a predicarcomo miembro de la Igle-sia Metodista Episcopaldel Sur; finalmente tuvo que aceptar la“carga de la disensión” como la única ma-nera de resolver su dilema. Knott eramiembro de por vida de la Iglesia MetodistaEpiscopal antes de llegar a ser miembrofundador de la Iglesia del Nazareno de Bre-see en Los Ángeles en 1895. El ala de laiglesia unida de Bresee afirmó a las muje-res el don de predicar, dirigir y ser ordena-das como ministros en una de sus primerasreuniones. Parece ser que esta afirmaciónfue influenciada por el debate sobre la or-

denación de las mujeres en 1892 en laConferencia General de la Iglesia Meto distaEpiscopal, a la cual Bresee era delegado ypor su amistad con la evangelista de aviva-miento Amanda Berry Smith, una predica-dora en la Iglesia Metodista Episcopal Afri-cana, quien condujo un avivamiento para élen la Iglesia Metodista Episcopal Asbury enel este de Los Ángeles en 1891.25

La ordenación de mujeres en cadauno de los tres grupos que se fusionabanles separaba de la línea principal del Meto-

dismo, pero les dio otrovínculo cohesivo. Su teo-logía y práctica fue unaherencia directa de unacorriente de pensa-miento metodista que seoriginó cuando JuanWesley permitió primeroa las mujeres participarcon otros predicadoraslaicos en el “ministerioextraordinario”. Así quepuede ser trazado sub-secuentemente a travésdel ministerio público dela evangelista laica deavivamiento Febe Palmery las mujeres que siguie-ron su ejemplo, así comoen una cantidad cre-ciente de literatura me-todista que se relacionan

con la mujeres en el ministerio. Esa litera-tura incluyó Promesa del Padre (1859) deFebe Palmer, El Ministerio Femenino (1859)de Catherine Booth, Mujeres en el Púlpito(1889) de Frances Willard, La Mujer Predi-cadora (1891) de William B. Godbey, La Or-denación de Mujeres (1891) de B. T. Ro-berts, ¿Por qué No? Una Súplica por laOrdenación de Aquellas Mujeres a QuienesDios Llama a Predicar su Evangelio 1894)de Walter Sellew, Mujeres Predicadoras(1905) de Fannie McDowell Hunter.

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LAS ESCRITURAS

Mientras que el metodismo influyesobre muchos aspectos de la vida naza-rena, un aspecto central del centro wesle-yano de la Iglesia del Nazareno se encuen-tra en una red de doctrinas expresadasformalmente en los artículos de fe de laIglesia. Esto incluye afirmaciones relacio-nadas con las Sagradas Escrituras y con lanaturaleza de la gracia, elección y vida es-piritual.

El artículo IV en elactual Manual de la Igle-sia del Nazareno versasobre “Las Sagradas Es-crituras”. Sigue a tres ar-tículos anteriores relacio-nados con el Dios Trinoque expresan las afirma-ciones nazarenas sobrela Trinidad den tro de laamplia tradición católica.El artículo IV, sin em-bargo, muestra un puntode vista definitivamenteanglicano, mediado a tra-vés de la Iglesia Meto-dista Episcopal.

En una buena ma-nera protestante, el artí-culo IV identifica a lasSagradas Escrituras con “los 66 libros delAntiguo y Nuevo Testamento”. Luego, es-tablece que estas Escrituras “revelan (in-errantemente) infaliblemente la voluntadde Dios respecto a nosotros en todo lo ne-cesario para nuestra salvación, de maneraque no se debe imponer como Artículo deFe ninguna enseñanza que no esté enellas”.26

La palabra “inerrantemente” o “revelan in-

faliblemente” fue añadida a la afirmaciónen 1928, durante el clímax de la controver-sia fundamentalista/modernista, pero laubicación de la palabra fue estratégica. H.Orton Wiley, criado en la Hermandad Unidaen Cristo y preparado académicamente enteología bíblica, estaba en su octavo año es-cribiendo una teología sistemática para laIglesia del Nazareno. El trasfondo de estu-dios bíblicos de Wiley, combinado con susestudios recientes en teología, le convencie-ron de que si la iglesia iba a hacer algún

tipo de gesto en señal dedesaprobación a laspreo cupaciones funda-mentalistas, lo haría enuna manera que no lallevara por los senderosde la Iglesia Reformadatrazados por los teólogosde Princeton.

Por medio de la in-fluencia de Wiley, el con-cepto de “ine rrante” fueintroducido en el artí-culo nazareno sobre lasEscrituras de maneraque mantenía la posiciónde la iglesia dentro delmarco anglicano que en-fatiza el principio de “lasuficiencia de la Escri-tura” como una guía

para la salvación.

Ese punto de vista anglicano, encarnado enel Artículo VI de los treinta y nueve artícu-los de Religión de la Iglesia Anglicana o deInglaterra, llegó a ser (con mínimos cam-bios) el artículo V de los veinticinco artícu-los de la Iglesia Metodista Episcopal. Am-bos llevan el título “De la Suficiencia de lasSagradas Escrituras para la Salvación”.27

CAMINO DE SALVACIÓN: PECADO, GRA-

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CIA, ELECCIÓN, Y SANTIDAD

La identidad metodista de la Iglesiadel Nazareno es subrayada más allácuando examinamos los artículos de fe delV al X, los cuales tratan sobre el pecadopersonal y original, la expiación universalpor medio de Cristo, la gracia preveniente(antes libre albedrío), el arrepentimiento, lajustificación, la regeneración y santifica-ción. Esas breves afirmaciones apuntan auna teología más amplia que ha formado lostemas centrales de la predicación nazarena.

Al mismo tiempo, es-tos artículos son expresio-nes formales de temas quecaracterizaron la predica-ción metodista durante elAvivamiento Evan gélico yfueron enseñados a genera-ciones de metodistas a tra-vés de los sermones e him-nos de Juan y CarlosWesley. El punto es impor-tante. Algunas veces se haafirmado que la doctrina dela entera santificación es “ladoctrina cardinal” de laIglesia del Nazareno. Pero elartículo X (La Entera Santi-ficación) no está solo.Forma parte del “ordo salu-tis” (orden de salvación) na-zareno. Está dentro de una red de doctri-nas relacionadas cuyas formasparticulares informan y apoyan una a laotra. Hay frases aquí y allá que represen-tan las preocupaciones específicas del Mo-vimiento de Santidad Norteamericano, perocada uno de los artículos del V al X es dis-tintivamente Arminiano-Wesleyano. La ver-dad central de cada uno no salió del movi-miento de santidad norteamericano sino deJuan Wesley y refleja su huella distintiva.

El artículo V titulado “El Pecado, Ori-

ginal y Personal”, es consistente con la dis-tinción de Wesley entre el pecado original yel “pecado propiamente llamado”. El artí-culo original en el Manual de 1908 —la mi-tad de largo— estaba limitado al “pe cadooriginal” y tomado (con ligera edición paramodernizar los términos) casi verbalmentede los treinta y nueve Artículos de la IglesiaAnglicana o de Inglaterra y de los veinti-cinco Artículos del Metodismo. En el Ma-nual actual, en los pá rrafos adicionales so-bre el “pecado personal” afirma que es “unaviolación voluntaria de una ley conocida deDios” y “no debe ser confundido con fallas

involuntarias e inevitables,debilidades, faltas, erro-res, fra casos” —temas conque estaban familiarizadoslos lectores de La Perfec-ción Cristiana de Wesley ysus otros escritos están-dar sobre la perfeccióncristiana.28

El artículo VI sobre“La Expiación” refleja ladoctrina arminianowesle-yana de la expiación uni-versal de Cristo por el pe-cado como “la única basede salvación y que es sufi-ciente para todo individuo”.

El artículo VII (LaGracia Preveniente) específicamente defineel alcance del libre albedrío en términos dela gracia capacitadora de Dios, en vez deuna habilidad natural, adhiriéndose así alconcepto de Wesley de la libre voluntadcomo una capacitación por medio de lagracia divina. El término “gracia preve-niente” no se ha usado pero el concepto en-fatiza la afirmación nazarena de la libre vo-luntad.

El artículo VIII sobre “El Arrepenti-

Algunas veces se haafirmado que la

doctrina de la enterasantificación es “la

doctrina cardinal” de laIglesia del Nazareno.Pero el artículo X (LaEntera Santificación)no está solo. Forma

parte del “ordo salutis”(orden de salvación)

nazareno.

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miento” no tiene análogo dentro de los ar-tículos de religión de la Iglesia Anglicana ode Inglaterra o de la Iglesia MetodistaEpiscopal, pero la afirmación en el Manualnazareno representa un tema que ha sidoel centro de la teología espiritual de Wesleyy una preocupación principal de su predi-cación. Era una parte esencial de la predi-cación metodista norteamericana, de lacual los nazarenos heredaron este tema.

El artículo IX sobre “La Justifica-ción, la Regeneración y la Adopción”, re-fleja de nuevo los temas fundamentaleswesleyanos. Como una uni-dad, estos breves párrafosen el Manual subraya lo queWesley denominó la distin-ción entre el cambio “rela-tivo” y el cambio “real” en lavida de los creyentes cristia-nos y la adopción de Dios dela persona justificada y rege-nerada. El párrafo sobre jus-tificación es el único en esteartículo que tiene un antece-sor en los treinta y nueve yveinticinco artículos. Lasoraciones breves sobre rege-neración no usan explícita-mente el término “santifica-ción inicial” con relación almismo, pero identifican laregeneración como “el nuevo nacimiento”o “la obra misericordiosa de Dios, por lacual la naturaleza moral del creyentearrepentido es vivificada espiritualmente yrecibe una vida distintivamente espiritual,capaz de experimentar fe, amor y obe-diencia”.29

En el artículo X sobre “La Entera san-tificación” declara que es “aquel acto deDios, subsecuente a la regeneración, por elcual los creyentes son hechos libres del pe-cado original, o depravación, y son llevados

a un estado de entera devoción a Dios”.Esto hace eco al entendimiento de Wesleysobre la entera santificación como “una li-bertad completa del pecado”. El artículotambién afirma que la entera santificaciónes “efectuada por el bautismo con el Espí-ritu Santo”. El eco aquí no es de Wesleysino de John Fletcher y William Arthur. LaLengua de Fuego de Arthur jugó un rol claveen revivir la doctrina del Espíritu Santo y eltema del Pentecostés en el metodismo delsiglo XIX. Arthur no trata explícitamentecon la entera santificación, pero el movi-miento de santidad wesleyano —al igual que

el resto del metodismo en elmun do— bebió profunda-mente de su libro y encontrómaneras de conectar las pre-ocupaciones de Arthur conlas de ellos. El artículo Xtambién menciona varios si-nónimos para la entera san-tificación —“perfección cris-tiana”, “amor perfecto”,“pureza de corazón”, “bau-tismo con el Espíritu Santo”,“plenitud de la bendición” y“santidad cristiana”. Algunosreflejan el lenguaje de Wesleymientras que otros reflejanlos de sarrollos del pensa-miento y la predicación delmovimiento de santidad wes-

leyano del siglo XIX. Por último, el artículoX tiene dos párrafos que tratan con el “cre-cimiento en gracia” subsecuente a la enterasantificación.

Ciertos aspectos de estos Artículos deFe llevan las marcas del desarrollo internodel movimiento de santidad, y aún así, suorientación básica es hacia la tradiciónteo lógica metodista. Cada uno fue ense-ñado por Juan Wesley y como un paqueteestos constituyen el centro de su teologíaespiritual. La teología nazarena no es sim-

El artículo tambiénafirma que la enterasantificación es“efectuada por el

bautismo con el Es-píritu Santo”. El ecoaquí no es de Wesleysino de John Fletcher

y William Arthur.

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plemente una reflexión de un movimientogenérico norteamericano de santidad. Nohay estampa de la tradición de santidad deOberlin, la tradición de santidad de Kes-wick o de la tradición de santidad pente-costal. Al contrario, la teología nazarenarefleja la orientación de la tradición desantidad wesleyana.

INFLUENCIA DE LA IDENTIDAD WESLE-YANA EN LA VIDA NAZARENA

La influencia metodista saturó losprimeros cursosde estudio parala preparaciónministerial de laIglesia del Naza-reno. La teo logíasistemática deJohn Miley apa-reció primera-mente en elCurso de Estudioen 1911 y per-maneció allícomo texto prin-cipal hasta 1932.

El libro Ele-mentos de Divini-dad de ThomasRalston fue in-cluido como libroalternativo al de Miley desde 1919 hasta1932, cuando llegó a remplazar el libro deMiley como la teología sistemática princi-pal. El teólogo nazareno A. M. Hills publicósu libro Teología Cristiana Fundamental en1931 y fue añadido al Curso de Estudiosen 1932 —pero sólo las teologías sistemáti-cas de los metodistas Miley y Ralston pro-veyeron las introducciones básicas a la teo-logía para ministros nazarenos hasta laaparición en 1940 del primer volumen deun juego de tres de la teología cristiana de

H. Orton Wiley.30

La biografía y los escritos de Wesleytuvieron una influencia directa. A los can-didatos ministeriales desde 1915 a 1928se les requirió leer el libro Wesley y su Si-glo de Fitchett. Después que se abandonóese libro, los candidatos ministerialesdesde 1928 a 1944 leyeron el libro Vidade Juan Wesley de John Telford. Se publi-caron 10 sermones de Wesley en una co-lección pequeña por la Casa Nazarena dePublicaciones y fueron parte del Curso de

Estudio desde1915 hasta1932.31 El libroLa PerfecciónCristiana comofue Enseñadopor Juan Wes-ley, de J. A.Woods —unacompilación delos escritos deWesley de dife-rentes fuen-tes— fue lec-tura requeridadesde 1919 a1932. En resu-men, los minis-tros nazarenosque pasabanpor el Curso de

Estudios en los años de 1920 tenían queleer una biografía de Juan Wesley, unaselección de sus sermones y una compila-ción de sus obras sobre la santidad cris-tiana.

Abundaban otras influencias meto-distas. Las teologías espirituales de E. M.Bounds (sobre la oración) y William Arthur(sobre el Espíritu Santo) fueron parte delCurso de Estudio hasta 1944 por lo menos.El libro de Breve Historia de la Iglesia Cris-

Órgano que tocaba Carlos Wesley

NAZARENOSUSCAN.ORG / 41

tiana del obispo John F. Hurst tambiénapareció desde 1923 hasta 1944.

Hubo otros escritos metodistas:Obispo Randoph Sinks Foster (PurezaCristiana), William McDonald (Vida delRev. John Inskip), Asbury Lowry (Posibili-dades de la Gracia), Obispo MatthewSimpson (Conferencias sobre Predicación),Daniel Steele (El Evangelio del Consola-dor), Samuel Chadwick (El Camino al Pen-tecostés), y Jesse T. Peck (La Idea Centraldel Cristianismo), entre otros. Algunos deestos escritores estaban profundamenteinvolucrados en el avivamiento de santidaddel siglo XIX, mientras que otros no lo es-taban. Pero todos fueron metodistas, queescribieron —la mayor parte— sobre temasteológicos. Su influencia en el Curso deEstudio enfatizó la identidad metodistacompartida por la Iglesia del Nazarenopri-mitiva.

RESUMEN

La Iglesia del Nazareno se originócomo una Iglesia de Creyentes en latradición wesleyana, uniendo el centrode la doctrina espiritual wesleyana (pe-cado, expiación universal, arrepenti-miento, justificación, regeneración,adopción, y santificación) a las mane-ras disciplinadas de la tradición de laIglesia de Creyentes (miembros regene-rados, pacto de compañe ris mo, com-promiso, apoyo mutuo y amor).

Era una de las diversas denomi-naciones que emergieron a finales delsiglo XIX y a comienzos del siglo XX.Su genio distintivo se halla en el deseode encontrar bases comunes y unir va-rios grupos de santidad wesleyanospor medio de la tolerancia de diferen-

tes puntos de vista de escatología ybautismo, abrazando una posiciónmoderada sobre la sanidad di vina, yfirmemente respaldando los derechosplenos de las mujeres como laicos yclérigos.

Al mismo tiempo, una identidadmetodista fue reflejada y edificada através de la vida nazarena: en el pro-ceso sencillo de seleccionar y ordenarpresbíteros, en la estructura básica dela iglesia (local, de distrito y general —con el distrito naza reno combinandolas funciones del distrito metodista yde la conferencia anual meto dista), lasuperintendencia de distrito y general,la doctrina de las Escrituras, y en lasdoctrinas de la vida espiritual que for-man el centro de la soteriología naza-rena.

Nota del redactor: Las fotos que ilustran el artí-culo le fueron tomadas al Dr. José Rodríguez ensu visita a la Iglesia Metodista fundada porWesley y al Centro Metodista de Londres.

NOTAS1. Beulah Christian (enero 1898): 5.2. Carta de C.W. Ruth a W.C. Wilson, 3 de agosto de 1903.

En la Colección W.C. Wilson, Archivo Nazareno, KansasCity, Missouri. Wilson después se unió a la Iglesia del Na-zareno y fue electo superintendente general en 1915.

3. Los mejores resúmenes generales en inglés del desarrollo yfragmentación del movimiento de santidad norteamericanoson Charles Edwin Jones, Persuasión Perfeccionista: ElMovimiento de Santidad y el Metodismo Norteamericano1867- 1936 (Metuchen, N.J.: Scarecrow Press, 1974), yMelvin Easterday Dieter, El Avivamiento de Santidad delSiglo Diecinueve. (Metuchen, N.J. and London: ScarecrowPress, 1980). El estudio clásico sobre asuntos teológicos esel de John Leland Peters, Perfección Cristiana y el Meto-dismo Norteamericano (Nashville: Abingdon Press, 1956).

4. La mejor recopilación de las historias individuales de estosgrupos fundadores y las dinámicas detrás de su unión seencuentran en el libro de Timothy L. Smith La Historia delos Nazarenos: Los Años Formativos (Kansas City: CasaNazarena de Publicaciones, 1970).

5. Manual de la Iglesia del Nazareno, 1898 (Los Angeles: Na-zarene Publishing Company, 1896), p. 9.

6. Sobre Asamblea General y Manual, ver B.F. Haynes, “¿Por

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qué Silencio?” en El Heraldo de Santidad (inglés) (14 de Fe-brero de 1923): 4.

7. Las ideas de Phineas Bresee de la superitendencia distritaly general no solamente fueron marcadas a través de su ex-periencia como presbítero en la presidencia sino tambiéncomo delegado a la Conferencia General de la Iglesia Meto-dista Episcopal. Allí él era un miembro del Comité de Epis-copado, el cual ese año debatió si los obispos misionerosJames Thoburn y William Taylor debiesen ser consideradosal igual que otros obispos de la iglesia metodista episcopalcomo “superintendentes generales”. Ver libro en inglés porCarl Bangs sobre Phineas F. Bresee: Su Vida en el Meto-dismo, el Movimiento de Santidad y la Iglesia del Nazareno(Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 1995),p.174.

8. Para un examen más completa, ver artículo por Stan Inger-sol, “Bautismo Cristiano y los Primeros Nazarenos: LasFuentes que dieron forma a la Tradición Bautismal Pluralís-tica”, en inglés, Wesleyan Theological Journal (Spring-Fall1992): 161-180.

9. A.M. Hills Teología Cristiana Fundamental en dos volúme-nes (1931) fue escrito desde un punto de vista postmilenia-lista pero contiene un capítulo sobre premilenialismo es-crito por J.B. Chapman, para que pudiera ser colocado enel Curso de Estudios Nazareno para Ministros.

10. David D. Bundy, “Charles Cullis”, en Daniel G. Reid, ed.,Diccionario de Cristianismo en Norteamérica (DownersGrove, Ill: InterVarsity Press, 1990), p. 331; Mary Lee Cagle,La Vida y Obra de Mary Lee Cagle (Kansas City: NazarenePublishing House, 1928), pp. 75-76; Bangs, Phineas F. Bre-see, pp. 272-273; y Manual de la Iglesia del Nazareno Pen-tecostal (LosAngeles: Nazarene Publishing Company, 1908),p. 35.

11. Ver Smith, Historia de los Nazarenos, en inglés, pp. 180-199.

12. Donald F. Durmbaugh, La Iglesia Creyente: La Historia yCarácter del Protestantismo Radical (New York: The Mac-millan Company, 1970)., pp. 4, 32-33.

13. Camino de Santidad (Mayo 1876): 20, en inglés. En Biblio-teca Perkins, Duke University, Durham, North Caroline.

14. Heraldo Pentecostal (25 de Enero, 1899, inglés). Citado porCharles Edwin Jones en “La Queja de Santidad con el meto-dismo Post Victoriano” en Russell E. Richey y Kenneth E.Rowe, eds., Historia Metodista Repensada: Una ConsultaHistórica Bicentenaria (Nashville:Kingswood Brooks, 1985),p. 59.

15. Charles B. Jernigan, Días Pioneros del Movimiento de San-tidad en el Suroeste (Kansas City: Pentecostal Nazarene Pu-blishing House, 1919), pp. 109, 123.

16. Una Historia del Avivamiento de Santidad en la Iglesia Me-todista Episcopal de St Paul, Providence, Rhode Island,

1880-1887 (Providence: E.L. Freeman & Son for the SouthProvidence Holiness Association, 1887).

17. Manual de la Iglesia del Nazareno, 1898, p. 10.18. Manual de la Iglesia del Nazareno Pentecostal, 1908 (Los

Angeles: Nazarene Publishing Company, 1908), p. 67.19. A.M. Hills, “El Aniversario del Jubileo de Plata”, Heraldo de

Santidad en inglés (22 de Noviembre, 1933): 10.20. El Mensajero Nazareno (01 de Abril de 1909).21. Abel Stevens, Historia Suplementaria del Metodismo Norte-

americano (New York: Eaton & Mains, 1899), pp. 248-250.22. Estos son superintendents generales: Bresee, Reynolds,

Morrison, Williams, Nease, Vanderpool, Jenkins, Benner,Coulter, Lawlor, Strickland, J. Johnson, Knight, Cunning-ham, Porter, y T. Johnson.

23. Dos listas ministeriales, incluyendo una lista separada paraaquellos de la Iglesia de Cristo de Santidad, aparecen al co-mienzo de los Procedimientos de la Segunda Asamblea Ge-neral de la Iglesia Pentecostal del Nazareno, 1908 (Los An-geles: Nazarene Publishing Company, 1908).

24. Breves biografías de todas estas mujeres y otras se encuen-tran en el libro en inglés de Rebeca Laird Mujeres Ordena-das en la Iglesia del Nazareno: La Primera Generación(Kansas City: Nazarene Publishing House, 1993).

25. Bangs, Phineas F. Bresee, pp. 168, 172. Bresee comentósobre Amanda Smith: “Ella predicó un día de reposo por latarde, como nunca la había escuchado antes, y como nuncaantes he escuchado a alguien predicar, en tono de elocuen-cia santa y unción, casi igual al obispo Simpson en el cenitde su poder y oratoria sagrada”. Gran alabanza de hecho,ya que Simpson era el héroe personal de Bresee. Citado enBangs, p. 169.

26. Manual de la Iglesia del Nazareno, 1993. (Kansas City:Nazarene Publishing House, 1993), p. 27.

27. Paul Bassett, “La Identidad Teológica del Movimiento deSantidad Norteamericano: Su Entendimiento de la Natu-raleza y Rol de la Biblia,” en el libro de Donald W. Dayton yRobert K. Johnston, La Variedad del EvangelicalismoNorteamericano (Knoxville: University of Tennessee Press,1991), pp. 72-108.

28. Manual, 1993, pp. 27-28. Los párrafos sobre pecado per-sonal fueron añadidos por la Asamblea General de 1985.

29. Manual, 1993. p. 30.30. Manuales, 1911-1914, in passim31. La colección incluyó “La Escritura, Camino a la Salvación”,

“Pecado en los Creyentes”, “Arrepentimiento en losCreyentes”, “Perfección”, “Caridad”, “Paciencia”,“Tentación”, Amistad con el Mundo”, “La Cura de la Palabr-ería de Maldad”, y “Compañerismo Cristiano”. Ver: Ser-mones de Wesley: 10 Sermones Seleccionados (Kansas City:Publishing House of the Pentecostal Church of theNazarene, 1915).

“Ser bautizado con el Espíritu Santo, de acuerdo conBresee, significaba que el Espíritu de Dios “residía en elser humano”, que limpiaba su corazón y le daba poder

para servir a su prójimo”—Harold Raser

EL PASADO DE LA IGLESIA DEL NAZARENO:

SU HERENCIA EIDENTIDAD

Por Wilfredo Canales

La tradición es la fe viva de los muertos; el tradicionalismo es la femuerta de los vivos. La tradición vive en conversación con elpasado, mientras que recordamos dónde estamos.

—Jaroslav Pelikan

LEYENDO las reseñas dequienes han intentado darnosuna aproximación panorámicade la pre-sencia y desarrollode la Iglesia del Nazareno enlos diferentes países de Lati-noamérica y Estados Unidos yCanadá, nos damos cuenta deque hay mucho camino porrecorrer en el esfuerzo por es-tructurar o sistematizar eserecorrido o peregrinaje. Es ev-idente, en la gran mayoría delos ensayos, que los escritoreshan debido lidiar con seriaslimitaciones: escasez defuentes interpre-tativas, dis-paridad en el aprestamientopara el uso de herramientas

historiográficas (fuentes docu-mentales oficiales, publica-ciones ocasionales, historiaoral, etc.) donde han estado alalcance, ausencia de un marcoreferencial amplio para in-scribir lo local, distrital y/onacional en el espectro de laiglesia como un cuerpo.

Lo más difícil y doloroso parareconocer, como resultado deesta primera mirada retro-spectiva general de nuestroperegrinaje, es encontrarnoscon una iglesia que, en lamayoría de los casos, no haestado escuchando la voz delpasado. O, en el mejor de los

casos, solo ha escuchado unavoz monocorde, pragmática,no evaluativa, lo que no haposibilitado una toma de con-ciencia apropiada de la vidade la iglesia misma.

El Rdo. Leonel López, Super-intendente Distrital de Cuba,ha afirmado: “Los nazarenoscubanos hemos navegado enel mar del olvido, con re-specto a nuestra propia histo-ria, la que ha sidoacompañada de una continuamanifestación de la gracia deDios en más de medio siglode existencia en nuestra pa-tria... sirviendo de instru-

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mento para el adelanto delreinado de Dios en la tierra”i.Estas palabras del Rdo.López, revelan una situaciónque no es “patrimonio” solo delos nazarenos cubanos, ha sidouna constante de los nazare-nos en toda Iberoa mé rica. Y esque, no hacer memoria, equi-vale a vivir sin pers pectiva,sumergidos en una actitud“ahorista”, pri vándonos dehacer los ajustes necesariospara un ministerio más rele-vante a la circunstancia pre-sente que se quiere ministrar.

Raúl Serradell, escribiendo elprólogo de una importanteobra sobre la historia de laiglesia cristiana, ha señalado:“La memoria es un elementoesencial en la formación de laidentidad colectiva. La falta ola pérdida de ella pueden pro-ducir graves perturbacionesen la identidad de una comu-nidad, de un pueblo o de unanación. Pero la memoria colec-tiva no es solamente una con-quista es también uninstrumento y un objeto depoder. Con su relato de la me-moria del pueblo de Dios, elautor ha hecho del quehacer

histórico un genuino ejerciciode ‘organización del pasado enfunción de las exigencias delpresente’ (Lucien Febvre),pues ha elaborado una herra-mienta que nos permite re-construir la memoria sobre lasraíces de nuestra identidad”.ii

Necesitamos, con urgencia,hacer memoria. Pero, no unamemoria como simple reseñacronológica o frío ejercicio aca-démico, sino una memoria crí-tica que nos permita evaluarnuestra trayectoria como igle-sia sin temor, pero con unapasión comprometida con elpropósito de Dios. Necesita-mos hacer memoria porqueanhelamos redescubrir o rear-ticular nuestro sentido deidentidad, de manera que po-damos ministrar en el con-texto presente con laesperanza de legar una mejorherencia a las generacionesvenideras.iii

La necesidad de una miradahistórica crítica no es sólo undesafío para los nazarenos. Loes para todo el protestantismolatinoamericano. José MíguezBonino, enfatizando el impe-

rativo de hacer un trabajo his-tórico serio de la iglesia pro-testante en nuestrocon ti nente, escribió hace unosaños: “El protestantismo lati-noamericano necesita deses-peradamente esa carta(historia), esa herencia. Y lanecesita especialmente enesta hora de crecimiento ace-lerado, de renovación y fervorreligioso, en un mundo alque parecen haber ‘regre-sado’ todos los dioses. Es pre-ciso que, en esta hora,sepamos vincular memoria ydestino, recuerdo y esperanza,pasado y proyecto”.iv

Lo anterior nos plantea unreto: necesitamos poner másatención a nuestra historia.Necesitamos hacer un trabajohistórico serio, equilibrado,comprometido con la causa delevangelio que nuestra iglesiadeclara servir. Esta conferen-cia ha dado un paso impor-tante, aunque modesto, quenos permite reconocer que, elcamino por recorrer (articularnuestras memorias) es largo,pero hay que transitarlo por-que lo necesitamos urgente-mente.

“Es imposible pensar en recapturar el espíritu de la Iglesia delNazareno sin examinar la influencia fundamental de

Bresee. Toda rearticulación del legado de la denominacióndebe considerar seriamente su vida, su pasión

y sus más profundas convicciones”.— T. Scott Daniels

re a la zona de los EE.UU. de donde procedíanvisino,también, a los antecedentes de los grupos de los quehabían sido parte, algunos misioneros pioneros, antesde ser nazarenos.vii Por otro lado, las condiciones so-ciales, políticas, económicas, culturales y religiosas delos países latinoamericanos, tampoco fueron homogé-neas y, por lo tanto, la inserción de la iglesia en lasrespectivas sociedades no se dio de la misma forma.

Consideramos importante honrar la memoria de lospioneros (misioneros y nacionales) que, sin otro ali-ciente que su mística comprometida con la causa delReino de Dios, dieron los primeros pasos en estas tie-rras sembrando la iglesia de la que ahora somosparte. Sin ser exhaustivos en la mención, y sólo con eldeseo de, en ellos, honrar a todos los de esa genera-

ción, queremos recordar a:Leona Gardner (1902) enCuba; Richard S.Anderson(1904) y Mardoqueo Paz enGuatemala; Roger Winans(1914), Espiridión Julca y Bal-tazar Rubio en Perú; Franciscoy Lula H. Ferguson, Carlos yCatalina Miller (1914), y LucíaGarcía de Costa en Argentina;S. M. Stafford (1908) y V. G.Santín en México. En estaspersonas, rendimos tributo a

todos los que, nominal o anónimamente sirvieron alSeñor en el establecimiento de nuestra iglesia ensuelo latinoamericano. Ministros ordenados y laicos,hombres y mujeres, jóvenes y adultos, personas senci-llas y otros con cierta preparación profesional, todoscontribuyeron para que la joven Iglesia del Nazarenofuera haciéndose un espacio en el contexto de las igle-sias evangélicas que deseaban proclamar el evangelioen esta parte del mundo. El período correspondienteal trabajo pionero, los primeros veinte años, es un retopara los historiadores nazarenos latinoamericanos quedebe ser atendido con seriedad e integridad.

Por la limitación de espacio, en esta oportunidad, que-remos hacer un esbozo de exploración en torno a loque, los organizadores de esta conferencia, han deno-minado la gesta autóctona. Decimos que es un “esbozo

Herencia y GestaAutóctona

Hemos hecho referencia, en otrosensayos, a aquello que conside -ramos nuestra herencia funda-cionalv. Normalmente, cuandohemos hablado de la herenciarecibida, hemos aludido a ese con-junto de ideales y convicciones de-clarados por aquellos hermanosque dieron los pasos iniciales parala siembra de la Iglesia delNazareno en nuestras tierras. Nopasamos por alto el hecho de que,entre los ideales declarados y lorealmenteforjado, hayuna distan-cia y, hastauna dife -rencia. Sinembargo,esos idealesy convic-ciones,comolegado oherencia,siguen siendo válidos en el sentidode que nos permiten evaluar eltrabajo realizado y la fidelidad ono a los ideales compartidos.

En el específico proceso de plantarla iglesia en América Latina, esosideales y convicciones fueron encar-nándose en estilos particulares deacción, que han dado el carácter anuestra denominación en los difer-entes países donde ministramos alpresente. Es evidente que este pro-ceso no se dio de manera estan da -rizada. Por un lado, el trasfondo delos primeros misioneros no fue ho-mogéneo, no sólo en lo que se refie-

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de exploración” por su carác-ter preliminar y porque reco-nocemos que, este esfuerzointerpretativo, debe ser untrabajo de equipo. Lo quevamos a compartir, son losprimeros apuntes de un tra-bajo que requiere profundiza-ción y ampliación. Noobs tante, consideramos que,las percepciones generalescompartidas por los autores delos ensayos acerca de los paí-ses iberoamericanos dondenuestra iglesia ministraviii, ynuestras propias percepcionesy primeras indaga-ciones, fruto del mi-nisterio misionero ydocente en las tresregiones de nuestraiglesia en AméricaLatina, nos brindanla perspectiva básicapara aproximarnos aeste intento. Aborda-remos nuestra apro-ximación a la luz detres criterios de eva-luación: el criteriomisionológico, el cri-terio organizativo y el criterioteológico.

Criteriomisionológico

No necesitamos argumentardemasiado para reconocer quela Iglesia del Nazareno nosurgió como un proyecto reli-gioso advenedizo y pasajero.Desde sus inicios, nuestraiglesia asume su rol en el con-texto de la misión de Dios enmedio de la historia. En un

documento que se ha conver-tido en marco referencial clavepara nuestra iglesia al ini-ciarse el presente milenio, laJunta de SuperintendentesGenerales reafirmaba que:“Nuestra iglesia se fundó paratransformar al mundo disemi-nando la santidad bíblica.Somos una iglesia de la GranComisión y de santidad almismo tiempo. Nuestra misiónes hacer discípulos en todaslas naciones, a semejanza deCristo”.ix

Esta declaración con ser bá-sica, fundamentalx no siem-pre ha constituido el terrenosobre el cual hemos realizadonuestra labor como iglesia.Misionológicamente, la gestaautóctona de los nazarenos la-tinoamericanos se percibe de-bilitada o en déficit. Es más,en algunos lugares hemos te-nido retrocesos signficativos.Como muy bien lo señala Eve-lio Vásquez, “Los primeros mi-sioneros y pastores peruanos,tal vez no utilizaron el len-

guaje de misión integral quese propone a la iglesia denuestros días, pero desde losalbores de la Iglesia del Naza-reno en el Perú, se predicó unevangelio integral”xi. Estaaseveración, curiosamente, esverdad para la mayoría de loscasos en el período inicial opionero de establecimiento dela iglesiaxii, más no ha ocu-rrido así en los esfuerzos pos-teriores y, menos aúnpo de mos decir, que describe ala generalidad del ministerioactual de nuestra iglesia en el

mundo hispano.xiii

Algo pasó en la gestaautóctona nazarenalatinoamericana quenos llevó, no sólo ano preservar ese en-foque inicial de mi-nisterio em brionario)sino, además, a noampliar esa perspec-tiva en un contextocomo el de nuestrocontinente, tan dete-riorado y tan urgido

de testimonios de transforma-ción integral. Por su puesto, ladilución de esa perspectivamisionológica básica no se diode manera automática. En elcamino, si bien es cierto se hamantenido, a nivel declara-tivo, la identificación con lospostulados fundacionales ypioneros de la iglesia, lo ciertoes que, las prioridades minis-teriales de la misma, se hanestado enfocando en otras di-recciones. En este proceso, ele-mentos cruciales del marco

Bresee dirigió a los nazarenos hacialas esquinas más oscuras donde abun-daba el pecado, porque estaba conven-

cido del poder transformador de lagracia y el Espíritu de Dios para darluz en las tinieblas, llevar santidaddonde había pecado y dar vida a los

muertos en sus delitos y pecados.—T. Scott Daniels

misionológico han sido dilui-dos y, como consecuencia, laambigüedad se tendió comomanto sobre la naturaleza ymisión de la iglesia distorsio-nando perfiles que debían sernítidos para todos.

La declaración de la Junta deSuperintendentes Generalesrecordaba que “nuestra misiónes hacer discípulos semejantesa Cristo en todas las nacio -nes”, nada más que eso, peronada menos, tampoco. Sin em-bargo, en la acción cotidianade la mayoría denuestras congrega-ciones, desde hacebuen tiempo, el hacerdiscípulos ha deve-nido en hacer miem-bros, a semejanza delos miembros másantiguos en el gre-mio. La organizaciónde una iglesia, es de-finida desde un enfo-quepredominantementeadministrativo (nú-mero de personas, nombra-miento de una junta, etc.),cuya identidad ha estado li-gada a símbolos formalescomo el estilo litúrgico, el len-guaje denominacional, loseventos característicos (sesiónanual, asamblea de distrito,etc.), más que desde un enfo-que bíblico (una comunidad defe que expresa el Señorío deJesucristo) y cuya identidadse manifiesta en un estilo devida marcado por los valoresesenciales del Reinoxiv, que se

encarnan en la radicalidad deun compromiso con el propó-sito eterno de Dios en el con-texto específico de nuestrasculturas.

Este sesgo eclesiológico fueacentuado por una opción es-tratégica (voluntaria o cir-cunstancial, tendrá quediscutirse más adelante) quedio cierta estabilidad al mo-delo. Nuestra iglesia en Amé-rica Latina echó raíces,mayormente, en lugares peri-féricos. Es decir, a nivel nacio-

nal, privilegió el interior antesque la capital de los países; seextendió con más facilidad enlos sectores rurales antes queen los urbanos. Cuando llegó aestos últimos, lo hizo “si-guiendo el rastro” a los naza-renos rurales que setrasladaban a la ciudad y, mu-chos de ellos, aún en la ciu-dad, se ubicaban en sectoresperiféricos y conservaron laforma rural de “hacer iglesia”.Nuestra gesta autóctona noha logrado revertir este enfo-

que. Con muy contadas excep-cionesxv, todavía no hemosdesarrollado propuestas signi-ficativas de ministerio inte-gral, para los diferentescontextos urbanos en los queya estamos presentes de ma-nera modesta. Esto influenció,también, la pastoral de nues-tra iglesia que, en la mayoríade los casos y durante muchotiempo, se tornó defensiva yde protección, evitando o mini-mizando el contacto y/o la co-laboración con las otrasiglesias evangélicas. Peor aún,

en ciertas circuns-tancias, este enfoquede pastoral derivóen actitudes de com-petencia, midiendonuestros “resulta-dos” en comparacióncon lo que lograbanotras iglesias.

Los cambios que sehan producido en lasdiferentes etapas dela vida de nuestraiglesia en el conti-

nente, no han sido cambios defondo. Más bien, han sidoajustes en los métodos (cues-tiones prácticas), sin cambiarla perspectiva misionológicabásica que ha permanecido vi-gente todo este tiempo.

En una atmósfera de fragili-dad misionológica como el des-crito, podemos entender porqué enfrentamos hoy tantasdificultades para preservar la“identidad nazarena” frente alas influencias de los diversos

“La memoria es un elemento esencialen la formación de la identidad colec-tiva. La falta o la pérdida de ella pue-den producir graves perturbaciones enla identidad de una comunidad, de unpueblo o de una nación...”

—Raúl Serradell

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movimientos que se estándando en el contexto religiosocontemporáneoxvi y que, deuna manera u otra, han lle-gado hasta nuestras congrega-ciones.

Criterio Organizativo

Desde el punto de vista orga-nizacional, declaramos que,como denominación, al mo-mento de nuestra fundación yen las primeras etapas de con-solidación, optamos por un pa-radigma que nos mantuvieraequidistantes del episcopa-lismo y del congregaciona-lismo. Esto implicaba que, entodas las instancias decisiona-les de la iglesia, debía darseuna participación genuina-mente representativa y nosólo decorativa, en plano deigualdad, de laicos y ministrosordenados. Esto, en el enten-dido de que ambos grupos for-man la iglesia y es, por mediode ella, más en sus consensosque en sus disensos, que elSeñor se manifiesta para irguiando a su pueblo en lalínea de su propósito especí-fico para una circunstancia es-pecífica.

La observación más elementalnos dice que, en la práctica,nuestra gesta autóctona asu-mió y reprodujo los procedi-mientos de una estructuraorganizativaxvii, pero no losprincipios que les daban sus-tento a la misma. Ha abrigadocon calor los programas (de-fendiendo ardorosamente es-

quemas por sí solos), pero noha logrado desarrollar los mi-nisterios a los que esos progra-mas deben servir.xviii

Para complicar el panorama,debemos señalar otro aspectoclave. El diseño organizacio-nal de nuestra iglesia, fue to-mado de un contexto socialmarcado por los valores políti-cos de la democracia moderna(expresada en roles de repre-sentatividad). La forjación dela misma iglesia en AméricaLatina, debió enfrentar el des-afío de un contexto donde, to-davía, prevalecían los valoresdel cacicazgo, del patronazgoy, en contextos depopulismo, del caudillismo, enla estructura sociopolítica.

Los valores de estos esquemasse mimetizaron o camuflaronen los procedimientos forma-les de la democracia represen-tativa, lo cual les permitíaseguir manteniendo los privi-legios del poder. Al heredarse,en el contexto de nuestra igle-sia, una estructura organiza-tiva que, además de susvalores declarados, fue acom-pañada de un estilo propio de“hacer las cosas”xix, la gestaautóctona, en la mayoría delos casos, siguió el paradigmamodelado por la práctica, enlugar de hacer el ajuste yacercarse más al paradigmadeclarado en los valores orga-nizacionales de nuestra igle-sia. Para la mayoría de loslíderes (nos referimos aquí alos su per intendentes de dis-

trito) que tuvieron que asumiren el período de la transicióndel liderazgo misionero al na-cional, su rol fue definido entérminos de perpetuar las for-mas y no los valores organiza-cionalesxx.

A medida que ha ido pasandoel tiempo, esta situación, envez de enmendarse, se ha idocomplicando al punto de que,en muchos lugares, se percibeque los diferentes niveles denuestra organización eclesiás-tica parecieran transitar te-rrenos autárquicos. Paramuestra, un botón: en una pri-mera etapa, a nivel local, sedio el acatamiento de las di-rectrices del liderazgo distri-tal; en una segunda etapa, lasiglesias locales empezaron amostrar cierta resistenciaante directrices distritalesque, obviamente, no las ha-bían tomado en cuenta al mo-mento de ser diseñadas (esasdirectrices); hoy, se puedenotar una marcada tendencia,por parte de las iglesias loca-les, a ignorar la relevancia yascendencia del liderazgo dis-trital en varios aspectos delquehacer eclesiástico.

Criterio Teológico

El criterio teológico alude a ladimensión reflexiva de la vidade iglesia. Es decir, a esa ca-pacidad que tiene o debe tenerla iglesia para pensar acercade su rol en el contexto en elque se está forjando, para asi-milar y rearticular el mensaje

que debe proclamar, teniendoen cuenta el legado recibido,su propio acercamiento a laPalabra de Dios y su particu-lar peregrinaje en medio decaminos que plantean desafíosmuy diferentes a los que debióafrontar la iglesia madre.

En el documento que hemosaludido antes, la Junta de Su-perintendentes Generales de-clara: “La Iglesia delNazareno nació en los alboresdel siglo XX” P.F. Bresee yotros líderes estaban profun-damente convencidos de queDios los había unido con el de-finido propósito de proclamar,a la iglesia y al mundo, elevangelio de Jesucristo en latradición wesleyana de santi-dad.”xxi Este carácter parti-cular del evangelio estádefinido en el documento bajoel apartado de “Somos un Pue-blo de Santidad”.xxii

Los pioneros de nuestra igle-sia cumplieron muy bien surol al transmitirnos, a la luzde su conocimiento y experien-cia, lo que para ellos implicóeste mensaje. Nuestros prime-ros pastores y laicos hicieronbien en abrazar este mensaje,con pasión, llevándolo por do-quier. Sin embargo, la gestaautóctona, otra vez, quedócorta. Con el paso de los años,en vez de producirse un pro-ceso de maduración teológica,que hubiera permitido a laiglesia toda (ministros ordena-dos y laicos), descubrir las im-plicaciones de este mensaje a

la luz de las nuevas circuns-tancias, más bien, se dio unproceso de fijación doctrinalque no incentivó el esfuerzopor actualizar la comprensióndel mensaje bíblico de santi-dad y sus demandas en el con-texto latinoamericano.

Teológicamente, se optó poruna actitud repetitiva más quereflexiva. En ese sentido, porejemplo, en lo que concierne aldesafío bíblico de una vidasanta, se reprodujeron, en laenseñanza y predicación, máslas categorías de la teologíasistemática nazarenaxxiii, quelas de una teología bíblica quehubiera reflejado más el ca-rácter wesleyano de nuestrateología. Por otro lado, estaactitud repetitiva, llevó a defi-nir la fidelidad teológica, entérminos de repetir exacta-mente lo que nuestros textosoficiales de teología sistemá-tica decían, en vez de evaluaresa fidelidad en conexión conla verdad de la Palabra, inter-pretada en el marco de nues-tra propia circunstancia deministerio.

Este criterio de evaluación in-cluye a la educación teológicanazarena, especialmente laque se ha provisto por mediode institutos y seminarios. In-dependientemente de las épo-cas y de los diseñosprogramáticosxxiv, en su ca-rácter, nuestra educación teo-lógica ha sido, mayormente,reproductora más que trans-formadora. Los esfuerzos por

introducir innovaciones y pro-fundidad en el quehacer edu-cativo teológico, aún con sermodestos, han enfrentado eldesafío del pragmatismo que,a la larga, ha ahogado los an-helos por forjar espacios parala reflexión responsable, quepermita a la iglesia ministrarcon profundidad en medio deun mundo cada más des-afiante.

En descargo de la gesta autóc-tona latinoamericana, y paraatenuar la fuerza de esta ca-rencia en la reflexión teoló-gica, hay que señalar loslimitados recursos con los quehan contado los nazarenoshispanos. No obstante ser unode los grupos idiomáticos másimportantes, después del in-glés, la literatura nazarena hasido deficitaria en la provisiónde materia prima para la re-flexión seria. Nos identifica-mos como una iglesia desantidad heredera de la ense-ñanza wesleyana. Sin em-bargo, lo que hemos tenido deWesley, en español, ha sido ín-fimo.xxv

Por otro lado, los hispanos queestán comprometidos con lareflexión teológica seria, perono tienen acceso al idioma in-glés, no han podido seguir elritmo de las propuestas teoló-gicas que se han estado ha-ciendo en el contextoanglosajón de nuestra igle-sia.xxvi Confiamos que, conlos nuevos recursos a disposi-ción, nuestra reflexión se enri-

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quezca y se refleje en el minis-terio de la iglesia.

Conclusión

El panorama de nuestra gestaautóctona, brevemente explo-rado, nos plantea claros des-afíos a los nazarenoslatinoamericanos.

1. Necesitamos recuperarpara nuestra iglesia, unaperspectiva misionológica quesea más fiel al mandato de Je-sucristo (Mateo 28).Como iglesia, noexistimos para ser-vir de pedestal afamas pasajeras,nuestra razón de seres servir a Jesu-cristo. Y, según sumandato, debemosforjar discípulos quetengan la semejanzade Él.

A la luz de esto, eldiscipulado deja deser una “tarea”aliada del “evangelismo”,como normalmente se le con-cibe, y pasa a ser el objetivode la vida y misión de la igle-sia. Otra será nuestra historiacuando, en nuestras sesionesanuales y asambleas de dis-trito, en vez de informar cuán-tos nuevos “miembros hemosganado” celebremos cuán me-jores discípulos somos y cómonuestro testimonio, como pue-blo de Dios, está siendo usadopor Él para “agregar a los quehabían de ser salvos”. Este

cambio de perspectiva haráque la evangelización sea asu-mida, en su integridad, por laiglesia local y sea evaluada ala luz de la obediencia a Jesu-cristo.

2. Necesitamos redescubrir yrevalorar los principios quedan soporte a nuestra estruc-tura organizacional. A la parde esto, necesitamos revisar laconsistencia y consecuencia denuestro estilo de hacer lo quehacemos como iglesia, a todos

los niveles. De nada nos sirveguardar las aparien-cias orga-nizacionales cuando los proce-sos decisionales no reflejannuestros valores. Nuestra cul-tura organizacional tambiéndebe reflejar que somos unaiglesia santa o que, por lomenos, pretende serlo. Estoimplicará un proceso de re-en-trenamiento a todo nivel denuestro liderazgo para encar-nar esos valores que fueronparte del proyecto original denuestra denominación.

3. La Iglesia del Nazareno re-quiere, urgentemente, ilumi-nar su acción con másreflexión y, al mismo tiempo,nutrir su reflexión con los des-afíos que provienen de su ac-ción. Desde la Escritura senos señala que la teología noes un adorno ni un pasa-tiempo en la vida de la iglesia.Más bien, la teología es hijade la misión. Previa a la refle-xión, está la obediencia, frutode la reflexión debe ser elcompromiso con el Señor y su

Reino.

La reflexión de laPalabra, bajo la guíadel Espíritu, no sóloen nuestras institu-ciones de educaciónteológica sino en lavida cotidiana denuestra iglesia, entodos sus niveles,debe llevarnos a unarenovación profundaque nos impulse a laconquista de nuestromundo.

Nuestra iglesia necesita, comolos discípulos camino aEmaús, que al reflexionar laPalabra de la mano del Resu-citado, nuestro corazón arda ynos impulse frente a todo ycontra todo, a volver a aque-llos lugares (como Jerusalén)que habiendo significado fra-caso y vergüenza, sean trans-formados por el mensaje deesperanza y restauraciónplena, que sólo el poder deDios hace posible.

Necesitamos hacer memoria por-que anhelamos redescubrir o rear-

ticular nuestro sentido deidentidad, de manera que poda-mos ministrar en el contexto pre-sente con la esperanza de legar

una mejor herencia a lasgeneraciones venideras.

Por lo tanto, nuestra reflexiónno debe quedar prisionera nidel pragmatismo y menos delquietismo. Ambas prisiones re-bajan a nuestra iglesia. El Se -ñor nos ha convocado para algomás grande que eso (1 P. 2:9).

—Rdo. Wilfredo Canales,B.T., Lic. T., M. Ed.

El presbítero Canales, peruano,es Presidente del Centro de Estu-dios Pastorales, CEP (Chicago),Consultor en Educación Teoló-gica y Profesor Asociado de Oli-vet NazareneUniversity (Bourbon-nais, IL).

Referenciasbibliográficasi Leonel López. “Una re-seña histórica de la Iglesiadel Nazareno Cubana”. Po-nencia inédita. 1ª. Confe-rencia Teológica NazarenaIberoamericana. Octubre2004, p.1, cursivas nues-tras.

ii En: Juan Driver. La Feen la Periferia de la Histo-ria: una historia del pueblo cristianodesde la perspectiva de los movimientosde restauración y reforma radical (Gua-temala: Ediciones Semilla, 1997), p.17.

iii Este señalamiento lo hemos hechoen anteriores oportunidades. Véase: Wil-fredo Canales. “Transmitiendo la Heren-cia”, en Revista Ministerio, Kansas City,No. 1, Vol. VI, 1992. También, WilfredoCanales, “Recibiendo un Legado”, Po-nencia Inédita, Conferencia Global Na-zarena de Teología, Guatemala, 2002.

iv “Carta a los jóvenes historiadores delprotestantismo latinoamericano”, en Re-vista Electrónica Espacio de Diálogo,(FTLMéxico), No. 1, Septiembre-Diciem-bre 2004, pp. 1-2.

v Ver nota (iii).

vi Esto es importante recalcar por elhecho de que, la Iglesia del Nazareno enlos EE.UU., desde sus inicios, enfrentóel dilema respecto al grado de normativaque debía tenerse para orientar la vidade los miembros. Las discusiones teníancomo trasfondo si las “propuestas” pro-venían de grupos del este o del oeste,del norte o del sur, del país. Por su-puesto, no está demás decir que, depen-diendo de la procedencia de laspropuestas, éstas se calificaban como“conservadoras” o “liberales” por los gru-pos respectivos. Para mayores detalles,véase: Timothy Smith. La Historia de losNazarenos: los años formativos (KansasCity: CNP, s/f).

vii Es interesante resaltar que, en lo queconcierne al comienzo de nuestra iglesiaen América Latina, en algunos países,los nazarenos llegamos antes de ser na-zarenos. Ver referencias al respecto enlos ensayos de Richard Faúndez, Igna-cio Malca y Evelio Vásquez, en lo rela-cionado al trabajo pionero en Chile,Argentina y Perú, respectivamente.

viii Los trabajos han estado disponi-bles para todos los participantes de estaconferencia en la página web del Semi-nario Nazareno de las Américas:www.sendas.ws

ix Una Fe Viva: Las creencias de losNazarenos (Kansas City: CNP, 2001),p.1. Las cursivas son nuestras.

x Aunque hay cierto sesgo en el len-guaje que, a nuestro criterio, debe ser

pulido en aras de una aprehensión bí-blico-teológica más clara. Por ejemplo,cuando se declara que somos una igle-sia “de la Gran Comisión y de santidad”(cursivas nuestras), se desliza la idea deque lo segundo no está implícito en loprimero, lo que, a la luz de la Escriturano es correcto.xi “Herencia y Gesta Autóctona de laIglesia del Nazareno en elPerú”, p.3.

xii No es casualidad que, en las obrasmás antiguas de nuestra iglesia en Amé-rica Latina, se encuentren menciones aesfuerzos educativos (escuelas prima-rias, mayormente) y pequeños dispensa-rios médicos como medios para servir a

la gente en el nombre de Je-sucristo.

xiii Por supuesto, no des-conocemos los esfuerzos dealgunas congregaciones ydistritos que han desarro-llado un enfoque amplio desu ministerio. El señala-miento lo hacemos en fun-ción de la gran mayoría decongregaciones que, no so-lamente carecen de ministe-rios desarrollados en unmarco de misión integral,sino que ni siquiera definenuna marco misionológicopara lo que hacen.

xiv Para Zacarías, elpadre de Juan el Bautista, estos valoresesenciales son “santidad y justicia” (Luc.1:74,75). Para el Señor Jesús, “santidad,justicia y amor” (Mt. 5-7).

xv Como la de la Iglesia del Naza-reno Central, en Campinas, (Sao Paulo,Brasil). Aun en este caso, se trata deuna ciudad intermedia que está proximaa la urbe.

xvi Es interesante notar las diversasperspectivas de análisis general que en-contramos en los autores de los ensayossobre la Iglesia del Nazareno en los dife-rentes países. Les recomendamos unalectura detallada de los mismos.

xvii Estos procedimientos están fiel-mente reflejados en lo que llamamos elManual de la Iglesia del Nazareno.

El protestantismo latinoamericanonecesita desesperadamente esa carta(historia), esa herencia... Es precisoque, en esta hora, sepamos vincular

memoria y destino, recuerdo yesperanza, pasado y proyecto”

—José Míguez Bonino

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xviii En muchas ocasiones y lugares,incluso, se ha hecho de la “defensa delManual” (como frío procedimiento) lacausa de la iglesia, cuando lo fundamen-tal es defender y proteger los principiosque están detrás de esos procedimien-tos. No en vano, cada cuatro años, nues-tra Asamblea General ha aprobadoajustes, modificaciones, clarificaciones aestos procedimientos para que reflejenmejor los principios que hemos asumidocomo rectores.

xix Debemos recordar que, en muchoslugares, los misioneros que tuvieron res-ponsabilidades de liderazgo administra-tivo, en vez de encarnar valores nuevos,asumieron roles de “jefatura” o “patro-nazgo” con lo cual dificultaron la forja-ción de modelos más próximos a losvalores que nuestra iglesia propugnósiempre.

xx Aun cuando, estos líderes naciona-les, no contaran con los mismos recursosque se adscribían al rol del misionero (es-pecialmente, recursos económicos, sím-bolos de estatus, etc.). Hay un testimoniovalioso respecto a la vivencia de esta

etapa, que fue escrito por un recordado yamado colega, hoy en la presencia delSeñor: Joaquín Lima. “El rol del Superin-tendente de Distrito Nacional”. 1ª. Confe-rencia Regional de Líderes de la Iglesiadel Nazareno (Lima, 1983). Conferenciainédita.

xxi Ob. Cit., p.16. Cursivas nuestras.

xxii Ibíd., p. 5.

xxiii Al utilizar esta frase, no estamos su-giriendo que la teología sistemática denuestra iglesia (en el contexto anglosajón)ha sido homogénea todo el tiempo. Reco-nocemos que la comprensión de las doc-trinas cardinales en nuestra denominaciónes dinámica y, al interior de ella, se dancorrientes de interpretación que, en pers-pectiva, permiten ir actualizando nuestromensaje para desafiar el mundo que nostoca ministrar. Para una visión históricaamplia de estas tensiones interpretativas,recomendamos: Mark R. Quanstrom. ACentury of Holiness Theology: The Doc-trine of Entire Sanctification in the Churchof the Nazarene 1905 to 2004 (KansasCity: Beacon Hill Press, 2004), 231 pp.

xxiv Cuando se escriba la historia denuestra educación teológica nazarena la-tinoamericana (institucional), seguramentese destacará el hecho de que, nuestra es-trategia educativa ha sido muy fluctuantey que, además, hemos hecho constantescambios sin realizar estudios serios res-pecto a lo que se implementó con anterio-ridad, su nivel de implementación, susfrutos, sus limitaciones, etc., para, a partirde ese análisis, construir mejor y de ma-nera progresiva y no solo cancelatoria.

xxv Hasta hace muy poco tiempo, loúnico que teníamos de él, eran tres obras:Los dos tomos de Sermones y La Perfec-ción Cristiana. Todos estos publicados porla Casa Nazarena de Publicaciones. Ce-lebramos que, desde hace unos años,hemos empezado a tener los 14 tomos delas Obras de Wesley, en un esfuerzo con-junto de varias editoriales.

xxvi Recomendamos, especialmente,los trabajos de Mildred BangsWynkoop, H. Ray Dunning y William M.Greathouse

http://es.slideshare.net/joelcite/identidad-nazarena-laicado

SIETE DIAPOSITIVASSIETE DIAPOSITIVASSOBRE LA IDENTIDADSOBRE LA IDENTIDAD

NAZARENANAZARENAConferencia presentada a la Iglesia del Nazareno en Perú.Conferencia presentada a la Iglesia del Nazareno en Perú.

Se puede descargar en formato Power PointSe puede descargar en formato Power Pointen: en:

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http://es.slideshare.net/joelcite/identidad-nazarena-laicado

LA IDENTIDAD ECLESIAL YMISIONERA DECONGREGACIONESNAZARENAS HISPANASEN CHICAGOPor Brian E. Wilson

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Las Escrituras claramente comunican que el pueblode Dios es un pueblo cuya identidad se define en el hecho de habersido escogido y adquirido por Dios mismo y, a la vez, que tiene unaresponsabilidad misionera por comisión del mismo Dios (1 Pedro 2:9).Como superintendente de distrito, tengo interés en que las congrega-ciones nazarenas se acerquen al diseño de Dios para su iglesia. Tam-bién reconozco que la iglesia se desarrolla y desempeña susactividades en contextos diversos alrededor del mundo. Con el propó-sito de asesorar a algunas congregaciones de mi distrito, específica-mente a las congregaciones hispanas, en el contexto de la urbe deChicago, hace un par de años realicé una investigación académica,planteando la siguiente pregunta, “¿Cuál es la auto-percepción de lascongregaciones hispanas en Chicago, en cuanto a ser un pueblo reu-nido  y enviado por Dios?”La investigación incluyó entrevistas a treinta miembros de tres con-gregaciones, observación de múltiples artefactos y actividades de lascongregaciones, y una reunión plenaria con cada congregación. A con-tinuación comparto un resumen de las conclusiones generales de la in-vestigación. 

UN PUEBLO REUNIDO

Este es un resumen descriptivo de algunas de las formas en las cualeslas congregaciones nazarenas hispanas expresan su identidad comoun pueblo reunido:Las congregaciones nazarenas hispanas en Chicago entienden que sonun pueblo reunido por Dios...1. convocado de entre muchas naciones, a un lugar particular, para

un tiempo particular. Hay un movimiento frecuente de personasmotivado por la apertura de empleos en otros lugares, así comootros factores, que generan un incesante intercambio desde y haciadistintas comunidades o estados. No obstante, dondequiera que seestablezcan estas personas, los nazarenos hispanos creen que lamano de Dios les ha llevado a su nuevo hogar, para este tiempopreciso.

2. quien les ha dado una familia espiritual aquí en Chicago, para ayu-darles con las necesidades básicas de la vida y el desarrollo de susfamilias.

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3. porque conciben que laiglesia es una vía pormedio de la cual Diosprovee para sus familiasuna vida mejor. Existe enlas congregaciones la ex-pectativa de que la igle-sia local también sedesarrollará al mismotiempo que las familiasse desarrollan.

4. especialmente en congre-gaciones locales, por ello,la identidad local de “fa-milia” es más importanteque una afiliación deno-minacional, una doctrinaparticular o ciertas prác-ticas de adoración. Se to-leran diferenciasdoctrinales para mante-ner las relaciones perso-nales, que se valoran.

5. porque ven que la reinte-gración de familias sepa-radas es un ejemplo deltipo de reintegración queDios desea para todos. Silas familias siguen separa-das (tanto por geografíacomo a causa del hecho deque algún miembro de lafamilia no es creyente), seguarda la firme esperanzade que Dios realizará final-mente su plan para la fa-milia.

6. porque mantienen vínculostransnacionales con fami-lias y amigos en sus tierrasde origen, viajando ocasio-nalmente para visitarles.

En esos viajes, se “reuni-rán” con la familia en otraiglesia, generalmente nouna iglesia nazarena, y amenudo en una iglesia pen-tecostal.

7. aunque sus hijos no nece-sariamente comparten lamemoria de la jornada mi-gratoria original, y quienesestán en proceso de formarsu propia identidad de“pueblo reunido”. Ellosestán siendo influenciadospor el deseo de obtenereducación superior y expe-rimentar la promoción so-cial. ¿Cuál será suidentidad eclesial?

8. porque anualmente cele-bran el aniversario de suformación  como iglesia(“reunión del pueblo”), loque refuerza su perspectivahistórica como congrega-ción.

9. porque ven en la iglesiauna manera de cultivar ensus hijos los valores cultu-rales, sociales y espiritua-les que afirman comoimportantes y deseables.

10. porque valoran profunda-mente la oportunidad deestudiar y aprender de lasEscrituras, por medio delacceso a biblias y al lide-razgo pastoral que les guíaen sus estudios.

UN PUEBO ENVIADO

Las congregaciones nazarenashispanas en Chicago se perci-ben como un pueblo “enviado”por Dios...1. ya que asumen una respon-

sabilidad para ayudar asus familiares y amigos adescubrir los gozos y lasbendiciones que ellos yahan descubierto. La visiónde alcanzar a otros con lasBuenas Nuevas, aparente-mente es menos globalcuando el enfoque de evan-gelismo es hacia la familiainmediata.

2. quien les ayuda a percibirque las necesidades pri-mordiales de los hispanosen sus comunidades tienenque ver con el matrimonioy la familia, con aceptacióny auto-estima, así como conla ayuda en cuanto a la ex-periencia migratoria. Encomunidades donde laspandillas son un problemasignificativo, la prioridadsocial para la iglesia apa-rentemente es el desarrollode actividades para los jó-venes, que constituyan al-ternativas a los desafíos delas pandillas.

3. quien los insta a estar en-trenados y capacitadospara el servicio en la igle-sia local. De esta manerapodrán cumplir los planesde Dios por medio de la uti-

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lización de los dones espiri-tuales que Él les ha conce-dido.

4. quienes saben que sonparte de una denominacióncon ministerio en otros paí-ses, pero sin precisar real-mente en cuántos ni encuáles países.

5. porque tienen inquietudpara con los que viven ensus tierras de origen. Estose da especialmente entrela primera generación,quienes tienen memoriasfrescas de sus tierras. Sudominio del idioma caste-

llano aparentemente lessugiere que busquen pro-yectos misioneros dóndepuedan comunicarse confacilidad.

6. cuyos jóvenes tienen unaconsciencia amplia de lapobreza en el mundo y delos desafíos en el medio

ambiente. Las tendenciasde los jóvenes a  pensar enproyectos misioneros en lu-gares como África, la Indiay Etiopía, más que en lastierras de sus padres.

7. quienes aparentan identifi-

car la estructura misionerade la Iglesia del Nazarenocomo una organización ba-sada en los Estados Uni-dos, en vez de unaorganización global.

8. quienes a veces carecen delos documentos legales queles permitan viajar, tanto

nacionalmente como inter-nacionalmente. Esta limi-tación parece eliminarpensamientos de participaren viajes misioneros.

9. quienes a veces separan la“predicación” de la “ayuda

social”, como ministeriosdiferentes y desconectadosen la iglesia.

10. cuyo sentido de responsa-bilidad para con los minis-terios a los “americanos”emerge principalmente enel contexto de desastresnaturales como los huraca-nes. Se da poca expresión(aunque no está total-mente ausente) a un sen-tido de responsabilidadpor ministrar a los anglos,afro-americanos y otrosgrupos étnicos en el áreade Chicago.

El estudiante de misionología,eclesiología y de Biblia, notaráque las auto-percepciones ex-presadas no siempre concuer-dan con lo que entendemoscomo el diseño bíblico de Diospara su iglesia. Por ende, latarea del pastor, del superin-tendente, del líder eclesiásticode hoy en nuestro contexto di-verso, urbano y multicultural,incluye el desarrollar manerasde ayudar a las congregacio-nes a descubrir una identidadmás semejante al diseño di-vino para el pueblo de Dios, ya ejercer su potencial misio-nero en una manera contex-

tualizada y más efectiva encumplimiento de la misión dela Cabeza de la iglesia, nues-tro Señor Jesucristo.

PREGUNTAS PARADIÁLOGO Y DISCUSIÓN:

Con base en las percepcionesencontradas y en nuestro es-fuerzo por ayudar a las con-gregaciones locales:¿Cuáles rasgos deberían consi-derarse claves para desarro-llar una identidad cristianafundamentada en la Palabra?

¿Qué elementos hacen que ungrupo de personas se percibana ellos mismos como un “pue-blo reunido o convocado” porDios?

¿Cuáles son las marcas distin-tivas que deberían expresarseen una congregación cristianapara percibirse como “un pue-blo enviado” por Dios?

¿Cuáles serían las causas queestán originando que, en ungran número de  iglesias cris-tianas, su auto-percepcióncomo “pueblo reunido y en-viado” por Dios no corres-ponda al perfil bíblico?

Perfil de autor:

Brian E. Wilson fue Superin-tendente del Distrito ChicagoCentral de la Iglesia del Naza-reno. Recientemente fue electocomo superintendente del Dis-trito Sur de Florida a dondeestá en proceso de mudarse.Sirve, también, en varias jun-tas y comités al más alto nivelen nuestra denominación.Además de su trayectoria en elestamento distrital, tiene vastaexperiencia en ministeriostrasculturales en América La-tina y Europa, como misioneronazareno por varios años. Hapublicado artículos en revistasmisiológicas y pastorales y haparticipado como expositor enconsultas misiológicas. El Dr.Wilson, se graduó en OlivetNazarene University (B.A,M.A. Religion), realizó estu-dios de posgrado (M. Div.) enel Nazarene Theological Semi-nary, Kansas City, y es candi-dato al doctorado en EstudiosInterculturales (Ph.D.) en Tri-nity Evangelical DivinitySchool, Deerfield, IL. Él y suesposa Joan, tienen dos hijos,David  y Jennifer. Residen enel Sur de Florida ahora.

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.Información de grupoNAZARENOS (CIUDAD DE MÉXICO)

Grupo cerrado: Grupo de hermanos y amigosde la Iglesia del Nazareno.

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Tali Sol Perea ha compartido la publica-ción de Ariadna Romero Moreno

Aquí les dejo este articulo que me pareció inte-resante, espero lo lean los antagónicos a estapostura y si así fuera el caso, presenten argu-mentos sólidos y bien fundamentados...

¡ALADANZA Y ADORASHOW!

Ariadna Romero Moreno�JNI REGIÓN MESOAMÉRICA

POR QUÉ YA NO CANTAMOS LOSDOMINGOSEl domingo pasado en la iglesia, miré a mi al-rededor y noté que la mayoría de la gente noestaba cantando. Además, muchos de los queestaban cantando apenas movían los labios.Las únicas voces que de verdad se escuchabaneran las de los que estaban al frente, en losmicrófonos. Esto ha sido una constante —pormuchos años ya en las iglesias grandes y pe-queñas. Lo que solía ser una actividad para elcanto congregacional se ha convertido en unaactividad para que la congregación se la pasede pie, observando todo. Aun cuando el ani-mado director de alabanza de las iglesias con-temporáneas salta y predeciblemente invita atodos a “ponerse de pie y adorar”, la gente obe-dece dócilmente a la orden, pero se conviertenen maniquíes mudos.

¿Qué hay detrás de este fenómeno? ¿Qué lepasó a los sonidos de antaño, cuando los san-tuarios estaban llenos de fervor, cuando lasvoces armonizaban desde las bancas cantandocon tal pasión que se podía escuchar aun enlas calles? Sospecho que es el resultado de va-rios factores desafortunados.

Grupo de Espectadores. Cada vez con másfrecuencia, la iglesia ha transformado el servi-cio de adoración en un evento para espectado-res. Todos esperan la actuación de loshermanos que dirigen, mientras que permane-cen en las bancas cumpliendo con lo que se es-pera de una buena audiencia: estar quietos,callados, no cuestionar nada, no contribuir ennada (excepto para las ofrendas) y observar alos destacados músicos llevar a cabo su con-cierto (en el mejor de los casos) bien ensayado.

Profesionalismo. Parece que es de suma im-portancia que la música de la iglesia sea másprofesional que participativa. La gente queocupa las bancas sabe que no canta tan biencomo las grandes voces en los micrófonos. Seadora la calidad. Así que los adoradores se re-sisten a profanar esa calidad con su canturreodesafinado. Es mejor solamente fingir con unpoco de movimiento de labios.

Estruendo. El volumen que utilizan los músi-cos es tan alto, que los hermanos de la congre-gación no pueden oír sus propias voces, o lasvoces de los que están junto a ellos —incluso sicantaran, así que no cantan. ¿Qué faltaría porañadir? Ah, claro, el abrumador escándalo am-plificado por las grandes bocinas, haciendodesaparecer cualquier posibilidad de escucharel nutrido canto congregacional.

Elección Musical. A veces, la gente se abs-

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Tomado de FACEBOOK

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tiene de cantar porque las canciones no le sonfamiliares, o son difíciles de cantar, o simple-mente son muy monótonas. En ocasiones loslíderes de la alabanza escogen canciones quesi bien pueden ayudar a comprender mejor eltema del sermón, son prácticamente imposi-bles de cantar. Otras veces eligen cancionesaburridas solamente porque han sido escritaspor sus compositores favoritos.

*Concierto de órdenes. A título personalquisiera añadir este punto. No sé qué sucedecon esa creciente obsesión de control en los mi-nistros de música. Lo que es una realidad, esque durante el tiempo en que se canta en laiglesia no falta lo que yo llamo, el concierto deórdenes: “Ahora cierren los ojos, levanten lasmanos, ahora repitamos el coro tres veces,canten los hombres, canten las mujeres, can-ten los de mi izquierda, ahora los de mi dere-cha…” Y cuando finalmente termina lamaratónica canción escucho decir: “Dé unaplauso a Jesús”. ¿Qué? Entonces, antes de lasiguiente melodía tienen que levantar elcenso: ¿Cuántos están gozosos? ¿Cuántosestán necesitados de consuelo? ¿Cuántos…? Estan repetitivo y sin sentido, que logran todo locontrario de lo que debería ser la adoración yla alabanza.

Admito que me he unido a esta mayoría. Hedejado de cantar. No es que esto me haga muyfeliz. Sé que debo sobreponerme a estos obstá-culos y adorar al Señor con mi canto, aunqueno sea un profesional. Es solo que anhelo unambiente que me provoque entonar un cantodesde lo más profundo de mi corazón.

—Traducción de un artículo deThom Schultz.

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David De La Rosa CerónEstoy de acuerdo con sus puntos, hermana,pero también quisiera añadir un punto muy

importante. La congregación ha dejado de es-cuchar música cristiana, a veces los mismoshermanos nos dicen: “Toquen canciones vieji-tas”. Al pedirles los títulos o que nos cantenun pedazo, la gran mayoría pide las mismascinco o 10 canciones, (eres todopoderoso, re-nuévame, qué sería de mí, yo te busco, etc.) nose saben más porque no escuchan música quealabe a Dios, fácilmente puedo pedirle a cual-quiera su celular y son muy pocos los que tie-nen musica de alabanza, casi siempre esmusica del mundo y se ve reflejado cuando losmás pequeños en la congregación saben másde grupos o canciones no cristianas; entonces,¿cómo voy a cantar en el culto si solo escuchocoros los domingos?, ¿como me voy a gozar enla letra si me gustan más las canciones delmundo?

En nuestro caso no pedimos: aplaudan, sién-tense, párense, repitan, porque la gente no loquiere hacer. De hecho, hay quien nos dice queno les gusta que pidamos aplausos. Si escu-cháramos, viviéramos más como cristianosalabando cada instante de nuestra vida, ten-dríamos congregaciones más gozosas, no im-portando que no se escuche mi voz por lasbocinas tan fuertes, yo voy a alabar, a go-zarme en la presencia del Señor, voy a cantarcomo sea, pero es porque lo siento.

Es un largo camino por recorrer, pero tenemosque enseñar a la congregación no solo a ha-cerse llamar cristianos sino a buscar esaidentidad de ser cristianos nazarenos;cristianos gozosos en la presencia del Señor;cristianos con amor y fe diaria y a cada mo-mento, no solo cuando tenemos problemas;cristianos que alaban cada segundo de susvidas a su Creador.

Me gusta · 5Lidia Duran Muy buena reflexión.Me gusta · 2

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Ariadna Romero Moreno¡Bienvenido el comentario! Aclaro que elartículo no es mío, ¿eh? Es una traduc-ción del trabajo de un conocido autoramericano. Estoy de acuerdo con él y enparte contigo. Pienso que cada congrega-ción tiene sus características propias y,como dice el texto, el resultado de lo quehoy enfrentamos es la suma de muchosfactores. Buen tema de debate, ¿eh?Saludos!Me gusta · 3

David De La Rosa CerónSí, es un tema muy extenso; gracias porponer estos temas a flote que nos permi-ten reflexionar sobre nuestras congrega-ciones, y como siempre digo, yaidentificamos el problema, ahora tene-mos que trabajar para solucionarloMe gusta · 2

Sandra MalpicaExcelente artículo.....Me gusta · 3

Estrella Sollamentablemente es verdad lo que diceeste articulo, y como dice nuestro her-mano David, debemos enseñarnos a lle-var una vida cristiana en todo y adorar aDios no solo es cantar alabanzas!! muybuen articulo

Ariadna Romero MorenoMe gusta · 4

Anhelo PahaAsí muchos quizas han dejado de sentirese gozo que provoca la adoración. Ore-mos por cada iglesia.Me gusta · 1

Información de Facebook:Publicado originalmente por JNI REGIÓNMESOAMÉRICA, 957 miembros. Grupoabierto: Jóvenes cristianos nazarenos pertene-cientes a la REGIÓN MESOAMÉRICA con de-seos de interactuar e informarse y compartirlo que acontece en nuestras iglesias.

Final del formulario

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mPunto FinalEN ESTE TIEMPO DE RÁPIDOS CAMBIOS CULTURALES Y GLOBALES, las preguntas de ortodoxiaconstantemente surgen a la superficie. La tecnología y los medios sociales han logradograndes y buenos avances, pero en la iglesia pueden con frecuencia ser instrumentosde división en lugar de unidad. Se necesitan hoy desesperadamente líderes con la sabi-duría y convicción de Bresee para mantener unido a un grupo, mucho más diverso queel de sus días, con los valores esenciales del llamado a ser santos como Dios es santo.

BRESEE DISTABA MUCHO DE SER PERFECTO Y, como todos los grandes líderes, recibió pro-funda influencia de su particular momento de su tiempo. Pero Dios también lo usó parainiciar un movimiento mucho más grande que él mismo nunca se imaginó. Espero quequienes hemos sido llamados a dirigir la iglesia de hoy nos identifiquemos con su cora-zón, de modo que los mejores días de su visión aun estén por venir para la Iglesia delNazareno

—T. Scott Daniels, Pastor de laFirst Church of the Nazarene de Pasadena, California