Iglesia sinfronteras agosto 2011

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Registro de Senac S.P.I.531ISSN 0121-4551

MINGOBIERNO Res. No. 13124

Iglesia sinfronteras tiene la exclusivi-dad para Ecuador y Colombia de las revistas Nigrizia (Italia), Mundo Negro (España), Além-Mar (Portugal), Esquila Misional (México), Misión Sin Fronteras (Perú), World Mission (Filipinas), World Wide (Suráfrica), New People (Kenia), Comboni Press (Roma).

Colaboradores: Paolo Moiola, Dra. Consuelo Vélez, Hno. Alberto Degan, P. Francisco Niño, P. Jaime Restrepo, P. Eduardo de la Serna, P. Vicente Peña.

ColaboraciónNúmero suelto Pesos 2.600 Suscripción anual “ 26.000Bienhechores “ 40.000Extranjero USA$ 50

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EDITOR PROPIETARIOMisioneros Combonianos

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DIRECTOR Hno. Bernardino [email protected]

ADMINISTRADORP. Antonio Arbor

REDACCIÓNJorge Alberto Caicedo Lozano

Yeny Bá[email protected]

IMPRESIÓNPanamericana Formas

e Impresos S.A. Impreso en Colombia

Somalia está viviendo una gran crisis huma-nitaria. Unos 4 millones de personas están en riesgo inminente de morir de hambre. Se pide la solidaridad internacional.

Nº. 346 l Agosto 2011

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Sumario

Buzón EditorialSolidaridad con Somalia

Panorama Mundial• Sudán del Sur: independencia

HuellasLa Asunción de María y la esperanza cristiana

Familia La familia y su relación con la sociedad

Biblia y misiónLucas nos muestra a la Iglesia continuando la obra de Jesús

BrasilLa universidad de los maestros indígenas

Tema del mes El desafío de la Misión Continental

EntrevistaP. Roberto Jaramillo: El imaginario y la realidad

SomaliaLa tragedia del hambre

ActualidadLas industrias extractivas y la misión de la Iglesia

SemblanzaMons. Cesare Mazzolari

Testigos• Kenia: Un domingo cualquiera• Perú: Parábolas andinas• Zambia: Mujeres que evangelizan

ChispazosNo estás deprimido, estás distraído

Vengan y VeanLas lógicas extrañas de la misión

Misión sin fronterasObispos y sacerdotes: Llamados a compartir el don de la fe

PreguntasLa plaza de san Pedro

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Buzón

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Para que los cristianos de Occidente, dóciles a la acción del Espíritu Santo, reencuentren la frescura y el entusias-mo de su fe.

Las intenciones del año y sus comentarios pastorales se pue-den encontrar en la página web: www.combonianos.org.co

Transfiguración del Señor.Día internacional de las poblaciones indígenas.Jornada internacional por la memoria de la trata de esclavos y su abolición.Día internacional para la solidaridad.

Jornada mundial de la juventud

Soy una joven que partici-pará en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Hice bastante esfuerzo para poder lograr los me-dios, pero, gracias a Dios, mi sueño se cumplió.Esta es la XXIV Jornada mundial y tendrá como tema Arraigados y edifica-dos en Cristo, firmes en la fe (Cf. Col 2,7). Aunque nosotros viajaremos unos días antes, participando en encuentros y actividades organizadas en otras dió-cesis españolas, la jornada comenzará el 16 de agosto con la misa inaugural a la que se seguirán diferentes actos, hasta llegar al día 18, fecha en que se dará la bienvenida al Papa en la plaza madrileña de Ci-beles. Al día siguiente se desarrollará el viacrucis a lo largo del Paseo de Reco-letos. Yo pienso participar también en algunas de las catequesis que se tendrán en los días 17 y 18 en más de 200 iglesias de la capi-tal española. Ese fin de semana, 20 y 21 de agosto, el aeródromo Cuatro Vientos será testi-go de la celebración de la vigilia y misa de clausura.Les pido que nos acom-pañen con sus oraciones, para que esta sea para mí y todos los jóvenes par-ticipantes una auténtica experiencia de encuentro con Jesucristo.

Lidia Álvarez(Vía e-mail)

Misionera afro tica

Amigos de Iglesia sinfron-teras:Me llamo Norma Virginia Allen Brown, soy misionera comboniana. Tica negra de la provincia de Puntarenas, en Costa Rica. Si Dios quie-re pronto cumpliré 25 años de vida religiosa misionera.Como quizá saben, en Cos-ta Rica, en lugar de decir pequeñito decimos peque-ñitico, o en vez de chiquito, chiquitito. Son las termina-ciones de algunas palabras y por eso nos dicen ticas a las mujeres y ticos a los hombres. También hay una canción que se llama Ticas Lindas, donde se expresa o se describe el tipo de mu-jeres que somos las ticas.Soy gineco obstetra y he trabajado 17 años en Áfri-ca, más precisamente en Uganda, encargada de un hospital en Morulem y de toda la zona norte del país donde se da el mayor número de casos de enfer-mos de lepra.A propósito del Año Inter-nacional de los Afrodes-cendientes, declarado por la Onu, quiero felicitarlos por la sección que han puesto cada mes en la revista, donde muestran cómo ha sido el caminar de los afros, sus luchas y esperanzas, sus desafíos y grandes consignas, en cada uno de los países de Latinoamérica.Un saludo para todos des-de Costa Rica.

Hna. Norma Allen Brown(Vía e-mail)

AGOSTO AGENDA

INTENCIÓN MISIONERA


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Solidaridad con SomaliaSolidaridad con SomaliaSolidaridad con Somalia


En nuestra revista misionera nos gusta des-tacar la riqueza cultural, la fuerza y valor de los pueblos africanos, sus luchas por un futuro mejor, los esfuerzos de superación y

desarrollo social y económico. No obstante, no po-demos olvidar las realidades tristes y trágicas que vive África. Esta vez, tene-mos que mencionar la gran crisis humanitaria que vive el llamado Cuerno de África, particularmente Somalia. El hambre, fruto de la mayor sequía que padece la región en los últimos 60 años, está afectando a más de 10 mi-llones de personas, inclu-yendo a miles de niños. Las Naciones Unidas han decla-rado a la Baja Shabeelle, junto a Bakool, en situación oficial de hambruna. De allí proceden la mayoría de los hombres, mujeres y niños cuya imagen desahuciada ha dado la vuelta al mundo en los medios de comuni-cación social. Una vez más, una sequía –esta vez causa-da por el fenómeno de la Ni-ña– y las escasas cosechas han dejado a los habitan-tes del Cuerno de África sin nada para comer. Según el Programa Mundial de Ali-mentos de Naciones Unidas (Pma), el cambio en los pa-trones climáticos ha hecho que las sequías se convir-tieran en algo común en la región. “Las comunidades que solían tener el lujo rela-tivo durante años de lluvias regulares para recuperarse de sequías ocasionales, ahora están aprendiendo a vivir en un estado casi constante de inseguridad ali-mentaria por la falta de agua”, dijo la directora eje-cutiva del Pma, Josette Sheeran.

Las organizaciones internacionales y los misione-ros que trabajan en el lugar informan que a los cam-pos instalados en Etiopía y Kenia llegan diariamente cientos de refugiados de Somalia huyendo de la se-quía. Pero en los campamentos no hay suficientes alimentos para todos y también faltan medicinas.

Nosotros, discípulos y misioneros de Jesucristo, no podemos

quedarnos indiferentes frente a la tragedia que vive Somalia

y el Cuerno de África. Es el momento de ser solidarios con los hermanos que más sufren.

Naciones Unidas ha insistido en que estamos ante la “peor crisis alimentaria” de los últimos años y ha redoblado sus esfuerzos para que la comunidad in-ternacional aporte los recursos financieros necesa-rios para hacerle frente.

La situación de Somalia es particularmente gra-ve, pues hace más de 20 años se vive un conflicto entre fuerzas del gobierno y rebeldes. La nación del Cuerno de África no ha teni-do un gobierno efectivo por dos décadas. En el sur del país, la situación de carestía es más grave, pues la mili-cia Al Shabab ha prohibido que se suministren ayudas en las zonas bajo su con-trol. Poderosos señores de la guerra controlan buena parte de las áreas rurales del país. Los campesinos, además, sufrieron la des-gracia de caer en las manos de milicianos.

Benedicto XVI ha pedi-do la movilización interna-cional a favor de Somalia. “Con profunda preocupa-ción sigo las noticias pro-cedentes de la región del Cuerno de África, y en par-ticular de Somalia, gol-peada por una gravísima sequía y, posteriormente, en algunas zonas, también por fuertes lluvias, que es-tán causando una catástro-fe humanitaria”, confesó el pontífice. Por este motivo, el Papa alentó a la comunidad mundial a enviar inmedia-tamente ayudas a nuestros

hermanos y hermanas, que ya han sufrido tanto, en-tre quienes se encuentran muchos niños. “Que no les falte a estas poblaciones que sufren nuestra so-lidaridad y el apoyo concreto de todas las personas de buena voluntad”, concluyó.

Uniéndonos a este apelo papal, todos nosotros, discípulos y misioneros de Jesucristo, no podemos quedarnos indiferentes frente a la tragedia que vi-ve Somalia y el Cuerno de África. Es el momento de ser solidarios con los hermanos que más sufren. ISF

Editorial


SUDÁN DEL SUR

Nace un nuevo país con muchos desafíos

Panorama mundial

El pasado 9 de julio Sudán del Sur se convirtió en la nación

más joven del mundo y el estado número 54 de África. Ese día ce-lebró oficialmente su independen-cia de Jartum, que ya había sido anunciada en enero cuando en el referéndum histórico por la auto-determinación de Sudán del Sur dio como resultado el sí del 99 por ciento de la población.

En la ceremonia en la que se proclamó la independencia, el nuevo Presidente, Salva Kiir, fir-mó la Constitución de transición y juró el cargo. Al acto asistieron jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, incluido Omar al Bashir, cabeza de Sudán, sobre el que pesa orden de detención por los crímenes de guerra cometidos en el pasado sobre Sudán del Sur. Ese día miles de sudsudaneses ce-lebraron en las calles de la nueva capital, Yuba, en medio de pegan-titas, carteles, gritos y ritmos de tambores, su nacimiento a la li-bertad luego de décadas de con-flicto. Fue un momento histórico y emocionante. Muchos lloraron de alegría al ver izada la bandera de la nueva nación, mientras las cam-panas de las iglesias sonaban y muchos fieles musulmanes y cris-tianos oraban. La bandera se al-zaba en frente del mausoleo del guerrillero John Garang, líder del Ejército de Liberación del Señor.

Celebración en la Catedral

El domingo, 10 de julio, la Cate-dral de Yuba estaba colmada de fieles. La misa de acción de gra-cias fue celebrada por el cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi, enviado por Benedicto XVI para asistir al acto de la proclamación de independencia. “La indepen-dencia –afirmó el cardenal– no es el punto de llegada, sino el co-mienzo de un camino”. En el altar también se encontraba el arzo-

bispo de Yuba, monseñor Paulino Lukudu Loro, y otras personalida-des de la Iglesia local. El cardenal Njue insistió en la necesidad de construir un nuevo comienzo ale-jado de los enfrentamientos del pasado, que dejaron millones de víctimas, en el que la libertad re-ligiosa y el respeto por los dere-chos sean el camino a seguir.

Retos para la nueva nación

Entre los problemas que el Sur de Sudán enfrentará está el alo-jamiento de cientos de miles de inmigrantes sudsudaneses que han ido retornando de Jartum y de otras zonas del Norte. Las ci-fras son dispares, pero por lo me-nos son 300 mil las personas que han regresado para ver el naci-miento de su país. Y estos inmi-grantes deberán afrontar la crisis de recursos, la escasez de ali-

mentos y el desempleo.El vicepresidente de Sudán del

Sur, Riek Machar, afirmó que su país necesitará 500 mil millones de dólares para conseguir desa-rrollarse social y económicamen-te. Y mientras no se solucionen los conflictos por las zonas disputa-das con Jartum como Abyei y Kor-dofán del Norte, el país nadará en la pobreza, ya que su presupuesto anual no supera los mil quinientos millones de dólares, de los cuales el 98 por ciento proviene de las ex-portaciones de petróleo.

Otro de los problemas a resol-ver es el de la inseguridad, que afecta varias zonas del país, cau-sada principalmente por la pre-sencia de la guerrilla del Ejército de Resistencia del Señor (Lra). Sin embargo, la fiesta sigue y la esperanza se mantiene porque el futuro de la nación apenas co-mienza. (Fides, ISF)

Sudaneses del sur celebran la independencia de la nación más joven del mundo.

MicronoticiasMicronoticiasMicronoticiasMicronoticiasMicronoticiasMicronoticias


Según el informe Violencia en Guatemala, rea-lizado por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, se registraron 64.214 asesinatos en el país datos que mues-tran que la violencia delincuencial se incremen-tó dramáticamente en el período de postguerra, desde la firma de la paz en 1996.

Los diez obispos que integran la Conferencia Episcopal Panameña señalaron “que es necesa-rio humanizar la política y devolverle su sentido ético, dando prioridad a la dignidad humana, al bien común y al respeto a la voluntad de los electores.”

La organización Visión Mundial inició el 14 de julio, la campaña Salud Infantil Primero. La ini-ciativa se realiza en Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y República Do-minicana con el objetivo de ayudar a organiza-ciones y gobiernos a desarrollar acciones que garanticen la promoción, prevención y accesos de niños, adolescentes y adultos a servicios de salud materno-infantiles de calidad.

Tres años después de su creación, el Gobierno de Pakistán ha decidido eliminar el Ministerio federal para las Minorías Religiosas. La medida no solo daña a los cristianos, sino también a hindúes, sikhs y ahmadis, que ven afectada la protección de sus derechos frente a los ataques recurrentes de los extremistas islámicos.

Los obispos responsables de movilidad humana y pastoral de migrantes de los Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Honduras y Guate-mala expresaron su compromiso y solidaridad con tantos compatriotas que dejan sus países en busca de una vida mejor en la región.

La primera Cumbre Mundial de Afrodescendien-tes se celebrará entre el 18 y el 21 de agosto en La Ceiba, Honduras. La iniciativa ha sido impul-sada por la Organización de Desarrollo Étnico Comunitario con motivo de la proclamación de Naciones Unidas de 2011 como Año Internacio-nal de los Afrodescendientes.

El Secretario General de la Conferencia Episco-pal de Colombia, monseñor Juan Vicente Córdo-ba, informó que la iniciativa para blindar cons-titucionalmente la vida contra el aborto cuenta con el apoyo de más de 4 millones de firmas.

En Pakistán las organizaciones criminales conti-núan explotando mujeres y niños para el tráfico de seres humanos. Para limitar este fenómeno, se prohibió todo tipo de tráfico transnacional y se prevé un castigo de 7 a 14 años de prisión para los infractores.

Mons. Rubén Salazar presidió los trabajos de la XCI Conferencia del Episcopado Colombiano.

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Entre el 5 y el 8 de julio se realizó en Bogotá la XCI Asamblea Plena-ria del Episcopado colombiano, que tuvo como uno de sus objeti-

vos evaluar la labor de la Iglesia colombiana en el trienio 2008-2011, y proyectar la misión evangelizadora de la Iglesia para el periodo 2011-2014. La segunda asamblea anual se realizó en el marco de las ce-lebraciones por el 25 aniversario de la visita apostólica que realizó el beato Juan Pablo II a Colombia.

En la alocución inaugural, monseñor Rubén Salazar Gómez, arzo-bispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombia-na, resaltó el trabajo de reconocimiento que se ha hecho, con la ayuda de expertos, sobre la realidad colombiana “para tratar de comprender los retos fundamentales que se plantean a la labor evangelizadora de la Iglesia”. Asimismo, hizo un recorrido sobre los temas abordados en las reuniones episcopales anteriores que han ido marcando el camino y la tarea de la Iglesia. En este sentido exaltó el trabajo a favor de la vida y la manera como éste “ha potenciado la defensa y la promoción de la vida no sólo en las acciones evangelizadoras propias de las juris-dicciones eclesiásticas sino también de numerosas y variadas institu-ciones que luchan por la vida…”. Trabajo que ha dado pie a subrayar la importancia de la construcción de un escenario de paz “entendido no sólo como cese del conflicto armado sino también como el fruto de la construcción de la justicia social en el país. Tema complejo para el cual los análisis de la realidad y las luces alcanzadas en las asambleas plenarias anteriores nos ofrecieron el marco necesario para poder si-tuarlo en el contexto amplio de la realidad del país y de la misión de la Iglesia”, afirmó el prelado.

Finalmente el obispo precisó, al término de la Asamblea, que se espera avanzar en la concreción de los objetivos planteados “para que podamos dar un aporte sustancioso a la Iglesia universal en el próxi-mo Sínodo y, al mismo tiempo, permitir que nuestro trabajo sea cada vez más fecundo. El trabajo del próximo trienio tendrá que ir en esta línea”. ISF

COLOMBIA

XCI Asamblea del Episcopado

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BRASIL COLOMBIA

Nuevo Plan de Evangelización para la Arquidiócesis de Bogotá

Panorama mundial

Violencia contra indígenas

Homicidios, amenazas de muerte, falta de asis-tencia sanitaria y educativa, retrasos en las

regulaciones de las tierras, explotación de los re-cursos naturales: es la imagen de las violencias a las que están sometidas las poblaciones indígenas de Brasil según un informe del Consejo Indigenis-ta Misionero (Cimi), que se presentó el 30 de junio en la sede de la Conferencia Episcopal de Brasil (Cnbb). El Secretario general del Cimi, Mons. Leo-nardo Ulrich Steiner, Obispo de la Prelatura de São Félix, en el Mato Grosso, señaló: “Es inadmisible que los indígenas sean descartados o excluidos de nuestra sociedad como sucede hoy, por esto lucha-remos y apoyaremos siempre al Cimi y a la causa indígena en este país”. (Zenit, ISF)

La arquidiócesis de Bogotá puso en marcha un Nuevo Plan de Evangelización para la capital co-

lombiana. El objetivo, como Iglesia arquidiocesana, es entrar en un proceso de planeación pastoral que, entendido como un camino de conversión personal y pastoral decididamente misionero, le permita re-pensar profundamente y relanzar, bajo la ilumina-ción de la Palabra de Dios y con la fortaleza del Espíritu Santo, su presencia y misión en las nuevas circunstancias sociales y culturales que vive la ciu-dad-región de Bogotá. ISF

Afiche del nuevo Plan de Evangelización de la arquidiócesis de Bogotá.

SOMALIA

Reclutamiento de niños

Los conflictos armados que tienen lugar en So-malia están provocando el reclutamiento masivo

de niños soldado menores de 15 años por parte de grupos islamistas armados, así como por las mili-cias del gobierno de transición. Así lo denuncia Am-nistía Internacional en el informe Somalia, la infancia amenazada publicado el 20 de julio. Estos niños son forzados a unirse a los grupos armados y sus dere-chos son violados de manera sistemática: se les nie-ga el acceso a la educación, a asistencia sanitaria, a la alimentación e incluso a la vida, dado el alto nú-mero de menores que mueren en estos conflictos.

Según la OMS, cerca de 1/5 parte de las vícti-mas de conflictos armados en Mogadiscio en 2010 fueron niños. El grupo islamista Al Shabab es el res-ponsable de gran parte de los reclutamientos de ni-ños soldados en Somalia. Aquellos que se niegan a unirse a las milicias corren el riesgo de ser asesi-nados o de ser sometidos a tortura. Según Miche-lle Kagari, directora adjunta del Programa Regional para África de Amnistía Internacional, “Somalia no es sólo una crisis humanitaria: es una crisis de de-rechos humanos y una crisis de la infancia”. (ISF)

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El 4 de julio, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado declarando “ilegí-tima” la ordenación episcopal del sacerdote chino Paul Lei Shiyin en la diócesis de Leshan (provincia de Sichuan, China continental).

Theophilus Bela, presidente del foro comuni-tario Jakarta Christian, de Indonesia, denunció que el presidente de este país asiático, Susi-lo Bambang Yudhoyono, “duerme y la policía también”, mientras extremistas musulmanes atacan iglesias cristianas. Desde el año 2006 se han registrado más de 200 ataques.

El obispo argentino, monseñor Marcelo Sán-chez Sorondo, fue nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI consejero de la Pontificia Comisión para América Latina.

Benedicto XVI pidió la movilización interna-cional a favor de Somalia, país africano que padece la peor sequía en 60 años. El Santo Padre ha enviado un importe inicial de 50.000 euros a monseñor Giorgio Bertin, Administra-dor Apostólico de Mogadiscio, que está direc-tamente involucrado en ayudar a los afectados por la hambruna.

El 16 de julio murió monseñor Cesare Mazzo-lari, obispo comboniano de Rumbeck, en Su-dán del Sur, país que logró la independencia el pasado 9 de julio.

El presidente de la Conferencia Episcopal Co-lombiana, monseñor Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, ha lanzado un nuevo llamamiento por la paz en el país a través del diálogo.

La Santa Sede y Malasia establecerán rela-ciones diplomáticas. Malasia tiene casi 27,5 millones de habitantes: 60 por ciento son mu-sulmanes, casi el 20 por ciento son cristianos (de los cuales un millón son católicos).

En noviembre, Benedicto viajará a África, con-cretamente a Benín, para firmar una exhor-tación apostólica por la paz y la conciliación. El texto que se firmará fue redactado tras el Sínodo de obispos sobre África, en 2009. El viaje coincidirá con el 150 aniversario de la llegada del Cristianismo a Benín.

Monseñor Mupendawatu, secretario del Con-sejo pontificio para la pastoral de la Salud, pidió fármacos gratuitos para los enfermos de sida; de los 34 millones de personas afecta-das por el virus sólo el 5 por ciento recibe asistencia adecuada.

MÉXICO

Violaciones de los derechos indígenas

Las mujeres afrontan los niveles más altos de discriminación en México, advirtió Navi Pillay, alta comisionada de las Naciones

Unidas para los Derechos Humanos, durante una reciente visita al país, a la vez que invocó al gobierno y a las propias comunidades in-dígenas a impulsar los derechos de las mujeres.

“Las mujeres indígenas sufren una doble discriminación, co-mo indígenas y como mujeres”, dijo Pillay. “Tal y como las socieda-des no indígenas tienen un largo camino que recorrer para lograr la igualdad de género, los pueblos indígenas también necesitan reco-nocerles a las mujeres un papel más relevante”.

En un comunicado, la Oficina del Alto Comisionado de las Nacio-nes Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) precisó que la legislación sobre autodeterminación y autonomía, aunque está ga-rantizada por la Constitución junto con el derecho a la infraestruc-tura, varía de estado a estado y, en algunos casos, varían también esos mismos derechos.

“Los pueblos indígenas continúan sufriendo discriminación en todas las esferas de la vida pública”, dijo la Oacnudh. “Muchas personas, especialmente mujeres, siguen recibiendo sentencias ar-bitrarias o desproporcionadas en tribunales penales. La participa-ción política continúa siendo extremadamente marginal”.

Alrededor del 15 por ciento de la población mexicana se identi-fica como indígena según la OACNUDH, pero en ciertos estados la proporción es mucho más alta. Es el caso de Oaxaca, donde más de la mitad de la población se considera indígena. (Noticias Aliadas)

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ESPAÑA


VENEZUELA

La Conferencia Episcopal Venezolana emitió una exhortación pastoral el pasado 29 de junio, ins-

tando a todos los venezolanos a “transformar nues-tra sociedad, fracturada, agresiva y violenta, en otra que sea justa, respetuosa y unida”. El documento –titulado Carta pastoral del episcopado venezolano: El Bicentenario del 5 de julio (1811-2011)– precisa que Venezuela sufre actualmente un constante de-terioro económico y social. Por ello, los religiosos llaman a la población venezolana a no “sucumbir a la tentación de la indiferencia, la resignación o la huida de la realidad” así como a no “permanecer de brazos cruzados ante una situación que hiere las fi-bras humanas y espirituales más hondas de toda la sociedad venezolana”. “Nuestro país atraviesa una coyuntura sociopolítica que se hace cada día más difícil. En efecto, mientras muchas naciones viven un desarrollo sistemático, progresivo y acelerado, Venezuela sufre un constante deterioro económico social”, precisan los obispos. ISF)

Obispos llaman a transformar la sociedad fracturada y violenta

Panorama mundial

Jóvenes scouts que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud.

Los días de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), este año en Madrid del 16 al 21 de agos-

to, constituyen grandes eventos religiosos y cultura-les organizados por la Iglesia católica, que reúnen en torno al Papa a miles de jóvenes de todos los continentes. “Madrid tiene 1.278 misioneros repar-tidos por todos los continentes, en 94 países, per-tenecientes a 164 diferentes institutos religiosos y seculares. Madrid tiene que ser, con motivo de la JMJ, un lugar donde la vocación misionera encuen-tre una respuesta generosa y alegre”. Es lo que es-cribe el Consejo Diocesano de las Misiones de la Arquidiócesis de Madrid en su boletín. Destacando que serán muchos los jóvenes que pasarán por las calles de la capital española, que las parroquias se llenarán de jóvenes de diferentes países y culturas, para escuchar la Palabra de Dios, las catequesis de los obispos, las enseñanzas del Santo Padre, el tex-to hace hincapié en que “¡la misión es siempre jo-ven!” Pero es hora de que los jóvenes que asistan a la JMJ de Madrid, firmen un cheque en blanco para el Señor. “Jesús necesita hombres y mujeres deci-didos, audaces, valientes”. Con la exhortación a to-dos los jóvenes de “ser valientes”, a no tener miedo de responder al Señor que llama, se formula la si-guiente esperanza: “La Jornada Mundial de la Ju-ventud será un gran momento para los jóvenes, y también para las misiones“. (Fides, ISF)

La misión es siempre joven

El cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas.

La Asunción de María La Asunción de María La Asunción de María y la esperanza cristianay la esperanza cristianay la esperanza cristiana

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Iglesiasinfronteras

Otro aspecto importante a tener en cuenta en esta fiesta, es que este dogma fue proclamado como pun-to de llegada de una fe vivida por el pueblo de Dios. Es decir, fue fruto de una fe sentida por el común de los fieles que llegó a formularse como dogma porque se reconoció esa fe popular en sintonía con la reve-lación divina. El papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María el 1 de noviembre de 1950, no sin un camino largo de discernimiento y consultas. Y

esto significa, entre otras co-sas, que la verdad surge de la comunidad, del común de los fieles. Por eso escuchar al Pue-blo de Dios es una exigencia eclesial y habría que prestar-le más atención porque, efec-tivamente, Dios se revela en la comunidad. El escuchar, el ver, el partir de la vida, tendría que ser irrenunciable a la hora de formular cualquier pastoral.

Es interesante anotar que lo que movía a los fieles a for-mular este dogma era su con-vencimiento de que una vida tan llena de Dios –como fue la de María– no podía sufrir la destrucción de la muerte. Por eso hablaban de la dormición de María y no de su muerte. Y, en definitiva, lo que significa es que una vida que ha hecho la voluntad de Dios no puede ser dañada por la muerte, no puede ser alcanzada por la corrupción.

Finalmente, esta fiesta nos invita a vivir esa presen-cia cercana de María en nues-tro caminar, sabiendo que ella nos precede “como signo de esperanza cierta y de con-

suelo hasta que llegue el día del Señor” (LG 68). En efecto, celebrar la glorificación de María es alimen-tar nuestra esperanza en ese futuro definitivo al que estamos llamados. Futuro que no nos aleja del com-promiso presente sino que nos compromete con la historia que vivimos, donde se juega nuestra eterni-dad. Que esta festividad aliente nuestra esperanza y avive nuestra espiritualidad mariana. ISF

La fiesta de la Asunción de la Virgen María que celebramos este mes nos invita a reflexionar sobre varios aspectos que iluminan la vida cris-tiana. En primer lugar, es una fiesta de la es-

peranza cristiana. En María reconocemos que el don escatológico, la comunión definitiva con Dios, ya se ha dado en una de las nuestras. Es decir, María ser humano como nosotros, ya goza de la esperanza es-catológica, ya ha sido introducida en la vida divina a la que aspiramos.

Pero no sólo esto. Toda su humanidad –como dice el dogma– “fue elevada a la glo-ria celestial en cuerpo y al-ma”. Es decir, no es la parte espiritual de María la que go-za de la eternidad, sino toda su humanidad, todo lo que fue en esta tierra, toda ella, íntegramente. En este aspec-to hemos de tener en cuen-ta que algunas antropologías que se han formulado para la comprensión del ser humano se han caracterizado por un dualismo que nos llevó a des-preciar la parte corporal, fi-nita y a valorar solamente lo espiritual. Pero hoy sabemos que dichas antropologías no corresponden a la integra-lidad de lo humano ni a la propuesta cristiana. Es todo nuestro ser el que está llama-do a la santidad y por tanto el cuerpo es bueno y es, en esta historia, con lo que so-mos, que podemos vivir el encuentro con Dios que se consumará definitivamente en la eternidad. Esta fiesta, por tanto, nos invita a recor-dar que hemos de salvarnos integralmente y que la vida futura que esperamos no es de nuestra al-ma sino de todo lo que somos, sentimos, vivimos, deseamos, amamos. Todo nuestro ser llamado a la esperanza escatológica. Es en cierto sentido, una reivindicación de lo humano y un compromiso por vivir la vida cristiana en todas las dimensiones de nuestra realidad personal.

Huellas

Dra. Consuelo Vélez C.Pontifi cia Universidad Javeriana

Celebrar la glorificación de María es alimentar nuestra esperanza en ese futuro definitivo al que estamos llamados. Futuro que no nos aleja del compromiso

presente sino que nos compromete con la historia

que vivimos, donde se juega nuestra eternidad.

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El 31 de mayo de 2007 concluía la V Conferencia General del Episcopado

Latinoamericano y del Caribe en Aparecida, Brasil. Durante 20 días los obispos

reflexionaron sobre la realidad de nuestros países latinoamericanos y caribeños y

sobre los caminos que Dios quiere que sean recorridos para dar vida en abundancia a la

realidad en la que todos estamos involucrados y, que de uno u otro modo, nos concierne a

todos. En este Tema del mes profundizamos en el significado de ser discípulos y misioneros

por ser el tema central de Aparecida y por ende de la Misión Continental; además como bien remarcó Benedicto XVI “discipulado y misión son como dos caras de una misma medalla”.

E n primer lugar podemos decir que el Docu-mento de Aparecida (en adelante, DA) nos pone en contacto con nuestra vocación de discípulos y misioneros de Jesucristo, un

llamado que corresponde a todos los bautizados sin excepción y que no podemos ignorar o dejar de vivir. Dando una mirada somera a este Documento nos percatamos de que las tres partes en que está dividido expresan nuestra vocación. En resumen, el discípulo misionero de Jesucristo parte de una rea-lidad sociopolítica, económica, cultural y religiosa y de un encuentro personal y profundo con el Se-ñor para anunciar a todos que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6).

A sabiendas de que esta vocación es vivida por muy pocos en la Iglesia latinoamericana y caribe-ña, la V Conferencia del Episcopado vio la necesi-dad urgente de lanzar una Misión Continental para anunciar a todos, principalmente a los que se han alejado de Dios y de la Iglesia, el kerigma de salva-ción que, más que una idea, es el anuncio del en-cuentro personal que tenemos con Jesucristo. El kerigma de la Misión Continental parte del encuen-

Texto: Silvia Flores, Misionera combonianaFotos: Archivo ISF, Comboni Press


tro personal con Jesucristo, que necesariamente lleva a la conver-sión personal y nos dispone al se-guimiento del Señor en comunión con la Iglesia, porque es como co-munidad de creyentes que se par-te para la misión.

Discipulado

En la Biblia, el discípulo es aquél que escucha a su maestro y se adhiere a Él sin condiciones para seguir sus pasos. La vida y las pala-bras del maestro son una herencia para el discípulo que no es olvida-da sino que, por el contrario, éste la perpetúa en su propia vida. Un ejemplo de ello en el Antiguo Tes-tamento es el de Eliseo como dis-cípulo de Elías, de quien recibe la herencia de su misión: “Elías pasó al lado de Eliseo y le echó su man-to encima. Entonces Eliseo abando-nó los bueyes y echó a correr tras Elías” (1Re 19,19-20). Aquí vemos algunos aspectos importantes del discipulado: elección, transmisión de una misión y respuesta positiva que conduce a dejarlo todo para seguir al maestro.

Seguimiento en Aparecida

Los obispos nos recuerdan que el llamamiento de Jesús conlleva una gran novedad ya que en la antigüe-dad los Maestros de la Ley propo-nían a sus discípulos la adhesión al decálogo de Moisés; sin embar-go, Jesús llega e invita a sus elegi-dos a encontrarse con su persona y a que se vinculen estrechamente a Él porque es la fuente de la vida y sólo Él tiene palabras de Vida Eter-na. Otro aspecto fundamental del llamado de Jesús es que no fueron los discípulos los que escogieron al Maestro –como hacían los estu-diosos de La Torá que elegían a su maestro– sino que fue Jesús quien los eligió. Cristo convoca a los suyos no para que se adhieran a algo sino a alguien, a Él mismo (ver DA, 131).No dudamos que los discípulos se dejaron atraer por la persona, las palabras y la acción del Maestro, y por eso, de manera libre y cons-ciente, se desprenden de todo para dar un sí que comprometa radical-mente la libertad del discípulo para entregarse a Él, que es Camino, Ver-dad y Vida. Una respuesta de amor

El kerigma de la Misión Continental parte del encuentro personal con Jesucristo, que necesariamente lleva a la conversión personal y nos dispone al seguimiento del Señor en comunión con la Iglesia, porque es como comunidad de creyentes que se parte para la misión.


a quien lo amó primero “hasta el extremo” (Jn 13,1) y (cf DA, 136).

Sin lugar a dudas algo impor-tante que el DA resalta, es que Je-sús no quiere nuestra vinculación a Él como siervos sino como ami-gos (132); sólo así seremos capa-ces de conocerlo profundamente, captar sus enseñanzas y atesorar-las en el corazón. “El siervo no co-noce lo que hace su amo, por eso los llamo amigos porque les he da-do a conocer todo lo que aprendí de mi Padre” (Jn 15,15). Este es el gozo de los amigos y amigas de Je-sús: conocer la revelación de Dios en la persona de su hijo Jesucristo.

Jesús nos llama a estar con Él

Ante todo, Jesús nos llama a “estar con Él” (cf Mc 3,14) para que nos “sentemos a sus pies”, lo escuche-mos y dejemos transformarnos por

•Misión popular lanzada en parroquia bra-sileña. •Al lado, lanzamiento de la Misión Conti-

nental en la parroquia San José Obrero, Bogotá.•Agustinos en misión de Paraguay.


sus enseñanzas. No podemos trans-mitir a los demás la vida, si antes no hemos visto y oído y si no hemos tocado al Señor de la vida; es decir, no podemos ir a misión sin haber encontrado y amado previamente a Jesucristo. Sin este encuentro per-sonal y profundo nuestra vida de discípulos se empobrece y el men-saje pierde sentido. Jesús nos llama para formar parte “de los suyos” y concederle que nos vaya transfor-mando cada día “para asumir su mismo estilo de vida y sus mismas motivaciones” (DA, 131).

Estar con Él significa: que nues-tros defectos se vayan llenando de su presencia y nuestras heridas per-sonales sanen y se hagan experien-cia de anuncio, ver en Él nuestra verdad individual que a veces en-cubrimos ante los demás, ser cons-cientes de encarnar el Evangelio en nuestra vida y permanecer con Él para conocerlo profundamente y enamorarnos.

Los obispos reunidos en la asamblea plenaria del Celam en Montevideo (Uruguay) eligieron a Mons. Carlos Aguiar Retes –arzobispo de Tlalne-pantla y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano– como nuevo presidente de esta institución para el periodo 2011-2015. En esta entrevista habla de la necesidad de facilitar el camino a la Misión Continental.

¿Cómo se siente al ser nombrado Presidente del Consejo Episcopal La-tinoamericano?Siento que es una gran responsabilidad, porque la Iglesia –las Conferencias Episcopales siguen teniendo el gran reto de la Misión Continental– debe dar pasos para que podamos avanzar a la Misión Permanente. También siento una gran alegría, porque la confianza que en mí han depositado me alienta a seguir dando lo mejor para servir a la Iglesia en estas responsabilidades.

¿Cuáles son los retos que enfrenta la Iglesia católica en América Lati-na?Yo creo que el principal reto es poder responder desde las realidades tan complejas y difíciles que tienen las diferentes naciones del Continente y del Caribe, porque se han acrecentado problemas; creo que esas realidades son las que la Iglesia debe iluminar y orientar, pero partiendo del conocimiento de los problemas. Un segundo paso, es seguir motivando y concienciando a las Conferencias Episcopales a quienes servimos, como Consejo, para conti-nuar en la marcha de la Misión Continental.

“Facilitar el camino de la Misión Continental” Entrevista a Mons. Carlos Aguiar Retes, nuevo Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam)

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El cardenal Raymundo Damasceno fue impulsor de la Misión Continen-tal. ¿Usted, como su sucesor, qué temas sustanciales impulsará den-tro de la Misión?Yo creo que se deben seguir generan-do procesos, tomar conciencia de la necesidad de la conversión pastoral, descubrir cómo las estructuras deben orientarse para que sean más eficaces y ayuden a la Misión. También debe-mos ayudarnos solidariamente. Com-partir las experiencias –hay algunas que son muy valiosas– e incluso llegar a la ayuda en recursos humanos para poder facilitar a todos el camino de la Misión Continental.

¿Cómo ve a los medios de comuni-cación social en América Latina?Es importante que una instancia como el Celam tenga su relevancia y pre-sencia mediática. Ojalá que podamos siempre generar dinamismos para una mayor presencia mediática y dar a co-nocer lo que el Celam propone y ela-bora, así como lo que todas las Con-ferencias Episcopales proponen para estar en comunión con la Misión Conti-nental (Paola Ruiz-CEM, ISF)

Estar con Jesús implica hacer si-lencio interior para escuchar su voz. Este es el gran desafío para los ac-tuales discípulos y discípulas de Je-sús, pues nos vemos inmersos en una marea de ruidos que no nos dejan escucharlo atentamente pa-ra enriquecernos y para dar sentido a todo lo que hacemos y vivimos.En una ocasión, leí el libro titulado Fuera de la soledad, del autor Henri Nowen. Ahí se remarca que “de al-guna manera sabemos que sin si-lencio las palabras pierden sentido; que sin escucha, el hablar no cura más; que sin distanciamiento la cer-canía no puede curar”. En verdad, si no hacemos silencio para escuchar al Maestro nuestras palabras perde-rán sentido y no curarán a nadie.

Discípulos que viven en comunión

El Documento de Aparecida seña-la que “no hay discipulado sin co-munión” y que “la fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lle-va a la comunión” (156). Esta fra-ternidad eclesial es esencial para el seguimiento de Jesús: “La Igle-sia, como ‘comunidad de amor’, está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que es comunión, y así atraer a las personas y a los pue-blos hacia Cristo” (159).

Aparecida aborda el tema de la comunión como algo de lo que no podemos prescindir los cristianos. En un mundo tan fragmentado y vio-lento es indispensable que los discí-pulos misioneros seamos personas de comunión, diálogo, reconcilia-ción y unidad, tanto interna como externamente. No hay verdadera co-munión con Dios si no tenemos una buena comunión entre nosotros.

Los evangelizadores debemos esmerarnos por vivir una verdade-ra comunión, no exenta de tensio-nes. En ocasiones dicha unión con los demás se verá ensombrecida por nuestros límites y debilidades,

•Celebración eucarística en el santuario de Nuestra Señora de Aparecida en Brasil, presidida por Benedicto XVI, que inició las labores de la V Conferencia del Episcopa-do Latinoamericano y del Caribe. •Al lado, el P. Vicente Peña, misionero ecua-

toriano de Yarumal, en Camerún (África). América Latina no puede dejar de asumir la misión universal de la Iglesia (Cfr. DA 548).

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pero necesitamos salir adelante y construir relaciones libres, al estilo de Cristo, basadas en el perdón y la reconciliación para que los demás crean. En ocasiones, los agentes de pastoral somos los primeros en dar antitestimonio de comunión entre nosotros y damos sólo escándalos de división y autosuficiencia insana.

Será nuestro amor y comunión lo que atraiga a los demás a Cris-to y a la Iglesia. Los demás cree-rán por el testimonio que demos. Ya no se trata de hacer proselitis-mo sino de atraer a los demás con la vida misma.

Misión

En la misión hay que seguir la me-todología divina: entrar en la histo-ria. Desde el Antiguo Testamento nos encontramos con un “Dios que participa en la historia de su pue-blo, que sabe entrar en las situa-ciones concretas de la existencia humana para transformarlas en vida, en salud y en gozo”. Ese es el reinado divino, un dominio efec-tivo y afectivo. En el Nuevo Testa-mento encontramos a un Dios que se acerca a la humanidad en su Hijo encarnado para revelarnos su amor y misericordia y para ense-ñarnos la vida en el amor. La misión de Dios, que es salvar a la huma-nidad, se encarna en la misión del Hijo y así, vemos a Jesús sanan-do enfermos y leprosos, comiendo con pecadores, perdonando peca-dos, tomando en cuenta a los mar-ginados y excluidos, acercándose a los pobres, abrazando niños, devol-viendo su dignidad a la mujer... Je-sús realiza una misión a favor de la humanidad. La Iglesia escucha la voz del Maestro que nos dice: “Va-yan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva” (Mc 16,15), que equivaldría a decir “Vayan y hagan lo mismo que yo he hecho”.

Misión Continental

La misión en América Latina y el Caribe nos tiene que ayudar a “re-comenzar desde Cristo”, a renovar todas nuestras estructuras eclesia-les y personales, pues una vez que

nos hemos encontrado con Él no podemos quedar iguales. Obispos, presbíteros, religiosas, religiosos y laicos estamos llamados a vivir en conversión permanente para que el mundo crea (cf DA 366).

La Misión Continental es expe-riencia de un nuevo Pentecostés, es sentir en nuestra vida personal y eclesial una nueva irrupción del Es-píritu Santo para que nos muestre el camino a seguir. En esta misión salimos de nuestras propias fron-teras para ir a las personas y pue-blos que poco o nada conocen a Jesucristo, y lo damos a conocer no tanto con palabras, sino con nues-tro testimonio personal. Hay que sa-

•Lanzamiento de la Misión Continental en Colombia, santuario de Chiquinquirá.•Abajo, lanzamiento de la Misión Conti-

nental en la diócesis de Huancayo (Perú).

lir para “comunicar y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de senti-do, de verdad y amor, de alegría y de esperanza” (DA 548).

Después de todo, la Misión Continental no es otra cosa que vivir la experiencia de los prime-ros discípulos, quienes después de haber convivido con Jesús has-ta su muerte y resurrección y de haber recibido los dones del Espí-ritu Santo, se lanzaron más allá de sus fronteras para comunicar la vida encontrada en el Señor de la historia. La Misión Continental no puede dejarnos encerrados en nuestro propio territorio parro-quial y diocesano, es necesario ampliar los horizontes hasta los últimos rincones de la Tierra; hay que “asumir ad gentes nuestra so-licitud por la misión universal de la Iglesia” (cf DA 548).


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La realidad nos interpela

En este cambio de época, que se muestra complejo y desafiante, la Misión Continental nos impulsa a ir para llevar la luz a las sombras que cubren nuestra historia actual. Co-mo discípulos de Jesucristo no po-demos quedarnos indiferentes ante los desafíos del tiempo actual: Dios es excluido de la vida personal y so-cial; tenemos un sistema económi-co que empobrece a millones; hay individualismo, narcisismo y hedo-nismo; el narcotráfico y la delin-cuencia organizada nos amenazan día a día; hay corrupción en la vida política, judicial y económica; se in-fravalora la vida y el derecho que to-do ser humano tiene a ella.

Creo que si los discípulos mi-sioneros no nos ponemos las pilas, la realidad nos sobrepasará deján-donos atrás. “La pastoral de la Igle-sia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miem-bros. Su vida acontece en contex-tos socioculturales bien concretos” (DA 367) y es preciso partir desde esos contextos.

Es indispensable que cada pa-rroquia y diócesis revise y evalúe sus proyectos de pastoral “para atender las exigencias del mundo de hoy” (cf DA 371). Sin duda al-guna se hace, pero, ¿qué tanto se aplica y se vive? A cuatro años de la Conferencia me pregunto: ¿qué tanto hemos avanzado? No tengo la respuesta, pues desconozco el ca-mino pastoral de todas las diócesis, pero a veces me da la impresión de que casi nada hemos hecho en la vivencia de la Misión Continental.

La gente recibe muy bien el mensaje de Aparecida y desea se-guir adelante, pero desafortunada-mente encuentran muy poco apoyo en sus párrocos, quienes prefieren continuar con métodos pasados. Por eso creo que los primeros que tienen que escuchar y vivir el anun-cio de Aparecida son obispos, pres-bíteros, religiosas y religiosos para no ser una piedra de tropiezo en la vida de los laicos que ansían algo nuevo y diferente.Que el Espíritu Santo nos ayude en esta renovación estructural que tanto necesitamos;

En la clausura del 3º Congreso Americano Misionero (Cam3) realizado en Ecuador en agosto de 2008, se realizó el lanzamiento oficial de la Misión Continental. La Misión Continental es un tiempo de gracia para la Iglesia

que peregrina en América Latina y el Caribe, un tiempo para tomar conciencia de su auténtica vocación cristiana. Es una Misión permanente, única y variada, que expresa la voluntad de la Iglesia de ser discípula y misionera de Cristo para transmitir a los demás la alegría de la fe en el actual proceso de cambio que vive la sociedad en general.La propuesta de la Misión Continental presenta los siguientes objetivos:• Promover una profunda conversión personal y pastoral de todos los agentes

pastorales y evangelizadores, para que, con actitud de discípulos, todos podamos recomenzar desde Cristo una vida nueva en el Espíritu.

• Fomentar una formación kerigmática, integral y permanente que, siguiendo las orientaciones de Aparecida, impulse una espiritualidad de la acción misionera, teniendo como eje la vida plena en Jesucristo.

• Hacer que las comunidades, organizaciones, asociaciones y movimientos eclesiales se pongan en estado de misión permanente, a fin de llegar hasta los sectores más alejados de la Iglesia y a los indiferentes y no creyentes.

• Destacar en todo momento que la Vida plena en Cristo es una actitud y un servicio que se ofrece a la sociedad y a las personas que la componen para que puedan crecer y superar sus dolores y conflictos con un profundo sentido de humanidad. ISF

Objetivos de la Misión Continental


que él nos saque de la apatía, “de la fatiga, la desilusión, la acomo-dación al ambiente”. Necesitamos que venga el Espíritu para “que re-nueve nuestra alegría y nuestra es-peranza” (cf DA, 362).

Cómo llevar a cabo esta misión

Creo que no hay metodología úni-ca para llevar a cabo la Misión Continental, pues cada diócesis y parroquia puede organizarla con creatividad al tener en cuenta el proceso formativo de los discípulos misioneros, que comprende cinco aspectos fundamentales:a) El encuentro con Cristo, que bro-ta del kerigma anunciado con la pro-pia vida más que con conceptos fríos y dogmáticos.b) La conversión, que es consecuen-cia de haber encontrado al Señor de la vida y de la verdad. Quien a Jesús encuentra ya no puede ser el mismo.

c) El discipulado, que comprende una catequesis permanente y una vida sacramental profunda.d) La comunión vivida en la Iglesia con alegría y entrega.e) La misión, que surge como ne-cesidad de querer comunicar a los otros al Dios de la vida, a aquél que llena de sentido, gozo y paz nuestra vida humana.

Cada uno de los cinco aspectos mencionados podría llevar un buen tiempo de catequesis para ser pro-fundizado y para ser vivido en lo co-tidiano. En mi experiencia, puedo decir que la metodología de taller es un instrumento eficaz que ayuda a que los participantes reflexionen. Es necesario facilitar una apertura del ser para que el mensaje de Jesucris-to se profundice en la persona. No

es suficiente dar cátedras bellas que después no conducen a un cambio; sabemos que éste proviene desde dentro y por eso hay que facilitarlo.

Los medios para la misión han sido ya propuestos por los obispos y creo son muy acertados: partir de las Sagradas Escrituras, por tanto es importante la formación en la Lectio Divina así como el fomento de la pastoral bíblica (DA 247-248); de igual forma hay que iluminar la religiosidad popular con la Palabra de Dios. Otro medio es la celebra-ción de la eucaristía como lugar de encuentro con Dios; aquí hay mu-cho por hacer, pues nuestras misas dejan mucho que desear. Se pide también construir la comunión en las parroquias, formando peque-ñas comunidades, y donde se pue-da hacer experiencia de fraternidad sincera; es necesario renovar las es-tructuras pastorales para que haya más participación de todos y todas dentro de la Iglesia y para que el poder –que es servicio en el Reino– no lo tenga uno solo; hay que hacer de nuestras parroquias lugares de misión. Otro aspecto notable que no debemos descuidar en la misión es la atención a la sociedad y a los más pobres y olvidados.

En fin, el trabajo es grande y no podemos ignorarlo si queremos una verdadera renovación de nues-tras estructuras. Los programas de acción dependen de cada diócesis y parroquia. Lo importante es estar en marcha, creyendo que es posible una renovación, una nueva manera de vivir nuestro ser Iglesia, y no olvi-demos que el método más efectivo es el testimonio personal: comuni-car a los demás lo que Jesús hace efectivamente en nuestro ser.

La Misión Continental no tiene fecha de término, es permanente. Se trata de salir y no, de quedar-se en los templos. Ojalá que todos los líderes eclesiales hagamos algo concreto para cambiar métodos y para no ser obstáculo para la mi-sión de la Iglesia que, por natura-leza, es misionera. Hay que “pasar de una pastoral de mera conserva-ción a una pastoral decididamen-te misionera” (DA 370). Ese es el reto, ¿lo habremos asumido ya? ISF

•Misioneros con los koguis, Sierra de San Antonio, Colombia.•Abajo, laica misionera comboniana en su

labor evangelizador en la sierra de Perú.

No estás deprimido, estás distraído

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.Distraído de la vida que te rodea:

Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo,

lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza

por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas.

Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.

De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó,

porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él,

el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto?

No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín,

la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor,

porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama,

está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar,

porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso,

sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible.

Facundo Cabral, cantautor argentino asesinado en Guatemala el 9 de julio de 2011Extractos del poema No estás deprimido, estás distraído.

Chispazos


Con la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazónCon la misión en el corazón


Monseñor Mazzolari compartió su vida y su fe con el pueblo sudanés por más de treinta años. Fue una persona incansable, lleno de compasión por las personas más sufridas, pobres y abandonadas. Manifestó recientemente –como parte de su entrega vital a las personas de

su diócesis– el deseo de poder pasar los últimos años de su vida y morir en Sudán.

Mons. Cesare Mazzolari

Semblanza

Monseñor Mazzolari, na-ció en Brescia (Italia) el 9 de febrero 1937. Ingresó siendo menor

de edad en el seminario de los com-bonianos, porque quería por todos los medios ser misionero. “Nunca pensé en hacer otra cosa. A los 8 años era monaguillo en el santuario del Sagrado Corazón en Brescia, que dirigían los combonianos. A los 9 fui a visitar su seminario de Crema. A los 10 entré en él”, expli-có en una entrevista.

Ordenado el 17 de marzo de 1962, fue enviado a Estados Unidos, donde trabajó durante años en Cincinnati (Ohio), entre los negros y mexicanos que tra-bajaban en las minas. Casi veinte años después, en 1981, cambió de continente y fue enviado a Sudán, primero en la diócesis de Tombura-Yambio y después en la arquidiócesis de Yuba. En 1990 fue nombrado administrador apostóli-co de Rumbek, donde permaneció hasta su muerte.

En Sudán, monseñor Maz-zolari experimentó en primera persona las consecuencias de la segunda fase de la larga y dramá-tica guerra civil sudanesa (1983-2005), que terminó el 9 de enero de 2005 en la capital de Kenia, Nairobi, con la firma del Acuerdo Comprensivo de Paz. Tras reabrir en 1991 la misión de Yirol –“la primera de una larga serie”, re-cuerdan las fuentes– el entonces administrador apostólico fue capturado, en 1994, y mantenido como rehén durante 24 horas por los rebeldes del movimiento inde-pendentista del Ejército Sudanés de Liberación Popular).

Monseñor Mazzolari durante la presentación de un libro sobrel el Sudán.


Pastor intrépido

El 6 de enero de 1999, monseñor Mazzolari recibió la ordenación episcopal de manos del papa Juan Pablo II. Como lema, el nuevo obis-po había acuñado la frase Per recon-ciliationem et crucem ad unitatem et pacem (A través de la reconciliación y la cruz, a la paz y a la unidad). Ese día Juan Pablo II recordó que a cada uno de los nuevos obispos se les confiaban “misiones especí-ficas, diferentes una de otra, pero todas encaminadas a difundir el único Evangelio de salvación entre los hombres”. A ti, monseñor Cesa-re Mazzolari –dijo Juan Pablo II– te ha sido encomendada la diócesis de Rumbek, en Sudán, una tierra cuya población, que desde hace años vive en medio de grandes su-frimientos, espera una paz justa, en el respeto a los derechos humanos de todos, comenzando por los más débiles”.

En su infatigable testimonio de Cristo, el primer año que llegó a Rumbek logró la liberación de 150 jóvenes y niños esclavos, volvió a abrir la misión de Yirol, la primera de muchas otras, que luego se tuvieron que abandonar debido a la guerra.

Como pastor de Rumbek logró, a lo largo de los años, muchos apo-

yos de particulares y organizacio-nes para la diócesis, un territorio vastísimo de 58 mil kilómetros cuadrados con grandes desafíos sociales y con necesidades casi indescriptibles.

Durante la guerra civil que azotó Sudán hasta el año 2005, Mons. Cesare siguió junto de su pueblo. Intentó que a pesar de los bombardeos y los peligros de ataques armados, las misiones, escuelas y centros de salud bajo su jurisdicción siguieran funcio-nando, porque eran precisamente los más pobres los que más nece-sitaban el cuidado y los servicios sociales de la Iglesia.

Hombre de esperanza

En junio pasado, monseñor Mazzo-lari, en una entrevista concedida a la agencia Zenit, expresaba sus es-peranzas para Sudán del Sur, unas esperanzas que habían animado durante años su propio trabajo en la región: “La secesión de Sudán del Sur representa un objetivo de li-bertad para un pueblo oprimido por más de veinte años de guerra civil. Preveo una época de cristiandad que se profundizará cada vez más. Este símbolo de libertad a la africa-na, de libertad genuina fuertemen-

te deseada es visible también en el Norte de África con las revoluciones que se han sucedido en los últimos meses. Esto no significa que deberá haber divisiones también en otros Estados de África, pero ciertamen-te el recorrido hecho por Sudán del Sur ha sido apreciado y apoyado transversalmente en toda África”, afirmaba el prelado.

“El Sur de Sudán –afirmaba, en su carta pastoral unos días antes de la proclamación de indepen-dencia– está orgulloso de ser una nueva nación y está preparado para conquistar su propia identidad en el mundo”. Y añadía el documen-to: “Si bien el territorio del 54º estado africano es muy rico en agua y petróleo, el 90 por ciento de la población vive con menos de un dólar al día, mientras que el analfabetismo de los adultos es del 84 por ciento. A la tasa más alta del mundo de mortalidad de las mujeres en el parto o a los proble-mas durante el embarazo, se une la desnutrición de casi la mitad de la población infantil. Hoy el Sur de Sudán es un país cuyo sistema económico debe reconstruirse, la sanidad y la educación debe fundarse, y se debe desarrollar las infraestructuras necesarias para el desarrollo”. “La Iglesia –afirmaba, hace apenas dos semanas– ha perseverado en la oración y en la difusión de la fe en Dios, animando el compromiso hacia la reconcilia-ción en una región sangrante por los conflictos, las divisiones y los problemas tribales”.

Sudán, añadía, “necesita entre-garse a un Dios que ama al pueblo sudanés, mientras que la Iglesia universal debe guiar las iniciativas de solidaridad hacia Sudán del Sur para que el pueblo pueda sentirse parte de la familia global a través de signos de comunión”.

El 9 de julio asistió a las cele-braciones por la independencia de Sudán del Sur. Días después, el 16 de julio, monseñor Cesare Mazzolari falleció mientras estaba celebrando la Santa Misa. Tenía 74 años, de los cuales más de treinta pasados en Sudán, compartiendo su vida como misionero. ISF

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Testigos

Un domingo cualquiera

Era domingo. Aquel día ha-bía ido a celebrar la Euca-ristía al lugar más alejado

de nuestra misión. Ya llevaba seis días fuera de la comunidad si-guiendo nuestro programa pasto-ral y aún me quedaba otra noche. Después de la Eucaristía caminé bajo un sol plomizo hasta un lu-gar donde un grupo de padres de una iglesia protestante me habían pedido ayuda para construir una pequeña escuela de paja y barro. Ocho mese atrás les había pro-porcionado las láminas de zinc para el techo y quería ver lo que habían hecho. La escuela estaba en pie, pero las paredes estaban a medio cubrir. Me dijeron que los maestros llevaban seis meses sin aparecer.

De vuelta a casa iba pensando en regañar a la gente de Kangole-tian porque no se molestaban lo más mínimo en arreglar un poco las piedras y baches de la carre-tera, que me destrozaban el carro y la columna vetebral, y que pre-cisamente dos semanas antes ha-bían sido la causa del accidente que había tenido la ambulancia de la misionera comboniana que iba a ejercer su tarea médica en aquella zona y que dio un par de vueltas de campana. Resultado: unos rasguños tan sólo a los que iban en ella, gracias a Dios, y para el carro, el desguace.

Me acompañaba una mu-jer con su niño recién nacido; me había pedido que la llevase hasta donde vive un enfermero aficcionado, pone inyecciones y vende medicinas, pues su hijo es-taba enfermo. Le miré la cara y lo vi blanquecino y macilento. Mi alarma no la expresé, a lo mejor porque sé muy poco de medicina. Con la madre y su pequeño ha-bían subido al carro una niña de

unos 7 años que se agarraba a su mamá como una lapa; no supe si era porque no había subido nunca a un carro o porque los saltos que dábamos le aterraban.

Su mamá intentaba tranqui-lizarla; yo iba más pendiente de que el otro niño, que no llevaba pañal alguno, pudiera hacer sus necesidades encima de los asien-tos. Sorprendentemente, no ha-bía malos olores.

Llevábamos recorridos unos cinco kilómetros cuando un jo-ven nos hizo señas para que pa-rásemos. A su lado, tumbada en el suelo, yacía su mujer encinta. Me pidió que la llevase al hospi-tal (a 110 kilómetros de distan-cia) o, si no podía llegar hasta allí, al centro de salud más cercano. Acomodada lo mejor posible en la parte trasera del pick-up, porque en la cabina no había sitio, prose-guimos el camino.

Luego de unos 20 minutos de marcha oigo unos golpes y veo que el hombre me hacía señas para que parase de nuevo. ¡Había

dejado el dinero en la chaqueta! Aunque intenté explicarle que es-taba harto del camino, baches y piedras... y que no volvería atrás, tuve que ceder a sus ruegos y dar media vuelta pues, de lo contra-rio, sabía que el pobre hombre no iba a poder hacer nada por su es-posa.

Cuando llegamos a la ciudad adonde se dirigían mis acompa-ñantes los dejé en las manos de Dios y, supuestamente, de los en-fermeros. Proseguí mi marcha hacia el poblado que era la meta de mi viaje. Nada más llegué oí el rumor de un camión. Un grupo de jóvenes llegaba de Kapengu-ria, adonde habían ido a partici-par de una competición deportiva junto a otros jóvenes turkana, se-bei y karimoyón. Me dijeron que la competencia había sido caó-tica, pero la comida muy buena. Y yo aproveché para pedirle al cho-fer del camión que acompañara a la mujer encinta hasta el hospi-tal en su viaje de vuelta a la ciu-dad. ISF

Amakuriat, Kenia

P. Tomás HerrerosMisionero comboniano

El P. Tomás Herreros conversando con un jefe en una de las aldeas de Kenia.

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Misioneros CombonianosCalle 42 No. 13- 50Bogotá Tel. 245 47 54E-mail: [email protected]

Una lectura católica, sana, amena e instructiva.El mejor regalo para niños y adolescentes en cumpleaños,primera comunión, etc.La agenda escolar es el primer número de la revista Aguiluchos.

Mujer campesina y su hija en Chaulán (Huánuco), sierra andina peruana.

Las parábolas andinas

Más de una vez hemos es-chuchado las enseñan-zas de Jesús a través de

parábolas, dirigidas sobre todo a los humildes y despreciados, que se revelan más receptivos en lo que respecta a las relacio-nes con Dios y con los demás. A nuestros hermanos de la Sierra Andina, particularmente de Ron-dos (Huánuco), las parábolas le son muy familiares por sentirse identificados con los personajes que aparecen en ellas y también porque dejan que Cristo mueva sus corazones.

El hijo pródigoUn día que contaba la parábola del hijo pródigo, Keyzel, un niño de 10 años, levantó la mano para pedir la palabra delante de los compañeros y nos compartió que antes su papá tomaba mu-cho y golpeaba a su mamá; él y sus hermanitos le temían mucho. Pero llegó un día en que se arre-pintió porque vio que sus hijos y su esposa se apartaban de él

Rocío QuinteroLaica Comboniana

Rondos (Huánuco), Perú

cada vez que lo veían. Keyzel ter-minó diciéndonos que a su papá le pasó lo mismo que al hijo pró-digo y regresó a casa cambiado.

El buen samaritanoManuel es nuestra mano derecha en la parroquia. Es un chico de 14 años, muy trabajador, alegre y optimista. Su familia es muy po-bre y llevó una niñez difícil. A fi-nales del año pasado se quemó su casa, cuando sus hermanos, que estaban haciendo su tarea alumbrándose con velas, se que-daron dormidos. Felizmente al-canzaron a salir y solo sufrieron quemaduras leves; pero perdie-ron todas sus pertenencias mate-riales y los ahorros que juntaban para pagar los gastos escolares.

Cuando nos enteramos pensa-bamos en ofrecerles nuestra co-laboración, pero al poco rato nos avisaron que la gente del pueblo se estaba organizando para ayu-dar a la familia: algunos con ropa, otros con cobijas o comida...

Podríamos contarles más su-cesos cotidianos de nuestros her-manos más pobres y olvidados, su caminar en la fe y su experien-cia de Dios. Hay muchas similitu-des con las parábolas que Jesús relataba. ISF

Jóvenes & misión Jóvenes & misiónVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y vean

Las lógicas extrañas

de la misión


La vida misionera tiene sus

tentaciones y exigencias, pero

estamos llamados a ser auténticos

testigos del Evangelio de

Jesucristo hasta los confines de la

Tierra.


P. Luis Alfredo PulidoMisionero Comboniano

por cantidades para llenar requisitos humanos.

Lo mismo vale para nuestra vida misionera. Muchas veces pensa-mos que nuestra misión será un éxito si la gente nos acoge bien, si nos brinda comida, si participan en las celebraciones, si encontramos juguetes para todos los niños, si la gente llora al despedirnos, si hablan bien de nosotros, si nos piden que volvamos, etc. No todo lo que parece bueno, es bueno. Muchas veces pensamos llenar las necesidades de la gente con rezos, dinero y fórmulas prefabricadas en los libros o sacadas de experiencias anteriores. Si hemos cautivado sus emociones con bellas celebracio-nes o si hemos solucionado sus problemas económicos, creemos que ya se hizo lo que había que hacer. Y sin embargo dejamos abandonada la realidad cotidiana de la persona. Y es en esa cotidia-nidad donde es más difícil vivir la conversión y la transformación de tantas estructuras opresivas.

He conocido a religiosos que se han sentido fracasados porque siempre pensaron que estaban en el lugar equivocado y que su mi-sión era infructuosa por muchas razones: la gente no daba limosnas a la Iglesia, pocos vivían cristiana-mente, no habían vocaciones de esa zona, sus superiores no agrade-cían sus esfuerzos, la parroquia no tenía carro, había que repetir cinco veces el mismo tema para que la gente lo entendiera en las cate-quesis, no habían voluntarios para las obras sociales y todos querían ser premiados. Si miramos como el mundo eso parece desolador y fácilmente se nos soltaría la frase: “Mejor me voy donde la gente sea más fácil”. Y sin embargo, no todo lo que sale mal es malo.

E stamos acostumbrados a lo conocido y lo común. Pero a veces buscamos nuevas ex-periencias y salir del mon-

tón monótono que nos ahoga. Así mismo, hay ambientes que inten-tan homogeneizarnos y parecería más cómodo y seguro seguir la fila; pero hay veces que nos cansamos de ser copias y entonces buscamos nuestro yo genuino. Por eso, vamos a detenernos en dos aspectos de la misión que no son fáciles, pero en los que es necesario ejercitarse si queremos ser auténticos testigos del Evangelio de Jesucristo.

No todo lo que sale bien es bueno, ni todo lo que sale mal es malo

Como seres humanos buscamos triunfar y saborear el éxito. Es lógico y natural. También como cristianos deseamos demostrar-nos a nosotros y a los demás que somos buenos y que gracias a nuestros esfuerzos somos discí-pulos de Jesucristo. El problema empieza cuando medimos el éxito en términos meramente humanos, de bellas apariencias, con medidas matemáticas. Siempre nos sentía-mos orgullosos de ser católicos porque éramos mayoría. Al menos así lo creímos hasta que el mun-do de hoy se volvió rápidamente interconectado y abrimos los ojos a realidades que estaban más allá de nuestras fronteras; hemos devo-rado kilómetros de viajes físicos y virtuales y nos hemos dado cuenta que no somos la mayoría en el pla-neta. Pero si miramos la calidad de nuestra vida cristiana las cifras de cristianos auténticos se reducen a una minoría y el descenso de compromiso cristiano, en muchos de nuestros países cristianizados, va en picada. Muchas veces como cristianos medimos el éxito de nuestra fe y compromiso en tér-minos de cantidades: cantidad de devociones, ritos, sacramentos realizados, obras de misericordia… Muy poco vemos el éxito en la con-versión progresiva de la vida, en la capacidad de entrega y sacrificio silenciosos hacia los demás, en la calidad de esas cosas que hacemos

Jóvenes & misiónVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y veanVengan y vean


ChicosP. Luis Alfredo Pulido

Calle 42 No. 13-50 – BogotáTel.: 1/ 2454754

Celular: 310 725 70 70E-mail: [email protected]://comboniano.blogspot.com

ChicasHna. Esperanza QuezadaCalle 78C sur No. 17F-23

Barrio Buenos Aires Ciudad Bolívar – Bogotá

Tel. 1/791 2830E-mail: [email protected]

La misión de Jesús acabó en la cruz, en rotundo fracaso a los ojos de las personas de aquel tiempo e incluso de sus mismos discípulos; y, aun así, fue lo mejor que le pudo pasar a la humanidad y a nuestras vidas en particular. El cristiano –es-pecialmente el que opta por un esti-lo de vida más comprometido– sabe que no las tiene fáciles. Sabe que si aún es cristiano es porque recibió una propuesta libre pero también exigente para quien la acepta. El cristiano y quien opta por una vo-cación religiosa está hecho para las situaciones más peligrosas, para la gente más difícil, para las víctimas del eficientismo técnico moderno. Jesús escandalizaba a los buenos de su tiempo, ofendía el orden y la tranquilidad de las instituciones judías porque acercó a Dios a los que quitaban el tiempo, a los que desprestigiaban la sociedad. ¿No es esa nuestra tarea de cristianos auténticos? ¿No es ahí, donde las cosas salen mal, en donde está nuestra misión?

Yo no soy el otro y el otro no soy yo

Otro desafío misionero es la ten-tación que sentimos de querer que todos piensen como nosotros, sientan como nosotros, crean en lo mismo que creemos y se com-porten como nosotros. Y cuando eso no sucede intentamos obligar o manipular a los otros para que se enderezcan por el verdadero ca-mino que pensamos recorrer; y si no lo hacen, les hacemos la guerra o simplemente los ignoramos. Por eso, es muy común y fácil, como cristianos, criticar a los que no lo son, y como religiosos, creernos poseedores absolutos de la verdad frente a la gente sencilla que tanto nos enseña.

Pensar que todos somos iguales es un error. Este desafío es sobre todo evidente en la vida misionera. El salir del lugar donde vivimos es un desafío que nos permite encon-trarnos con lo diferente. No importa si somos todos colombianos, o ecuatorianos, o latinoamericanos;

aún así, somos diferentes. A noso-tros nos puede gustar la música y andar en fiestas todo el tiempo, pero iremos a lugares donde lo principal será hablar, comer o ca-minar. Quizá nos gusten los fríjoles pero hay partes donde no se cono-cen. Tal vez no podríamos vivir sin el internet diario, pero tendremos algún día que revisar nuestro correo solo una vez cada tres meses cuan-do se va a la ciudad. No podemos trasladar nuestros accesorios a don-de vamos ni pretender encontrarlos allí. Por tanto, es necesario una constante adaptación a lo otro y a los otros. Además, cuando vamos a una nueva cultura, un nuevo país o una nueva misión, generalmente somos minoría: el único ecuatoria-no, el único que habla español, el único que come arepas… Yo no soy el otro. Pero tampoco puedo hacer que todos se sientan colombianos o ecuatorianos, ni obligarlos a

Para más información

aprender español, ni a que coman arepas todos los días.

La misión nos invita a una acti-tud de diálogo con los demás para poder construir juntos. ¿Cuánto estoy dispuesto a dialogar? ¿Cuánto estoy dispuesto a dejar de lo mío? ¿Cuánto estoy dispuesto a acoger de lo otro? De nuevo Jesús nos ofre-ce su mensaje: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo si pierde su vida?” (Marcos 8, 34-37).

Si sientes que Dios te está des-acomodando y te quiere llevar por caminos que no habías planeado recorrer y quieres saber porqué y qué hacer ante eso, tal vez poda-mos acompañarte en tu búsqueda y deseo de claridad. ISF

El P. Gladimiro Pacheco, misionero comboniano ecuatoriano, en la R. D. del Congo.

””

Obispos y sacerdotes: Obispos y sacerdotes: Obispos y sacerdotes:

Llamados a compartir Llamados a compartir Llamados a compartir el don de la fe el don de la fe el don de la fe


La llamada que nos hizo el papa Pío XII en su momento a toda la

Iglesia aún sigue resonando en nuestros tiempos, y con nuevas llamadas a través de Benedicto XVI a vivir en misión permanente.Desde el momento en que el papa Pío XII lanzó, con la Encíclica Fidei Donum –El don de la fe– el 21 de abril de 1957, el llamamiento a los obispos y a los sacerdo-tes para la misión en África, nació una nueva organiza-ción misionera, que tomó el nombre de la Encíclica Fidei Donum. Esta encíclica se desarrolló gracias a la pro-funda reflexión eclesiológica y misionológica del Concilio Vaticano II, un punto sin marcha atrás para la activi-dad misionera de la Iglesia. Recuerdo de los principales puntos:• La Iglesia es misionera

por su propia naturaleza.• La Iglesia universal se concreta y subsiste en las

Iglesias particulares.• Las Iglesias particulares son misioneras desde el

momento de su institución.• Éstas son responsables de la evangelización de

manera solidaria y en comunión con todas las demás Iglesias.

• Los presbíteros son ordenados para la misión universal de salvación hasta los extremos confines de la tierra.

Qué es un Fidei Donum Los Fidei Donum son miembros de una Iglesia que cooperan con otra Iglesia a favor de la actividad misionera. En realidad, son dos entidades que no hacen referencia a ningún carisma específico, particular, sino que dialogan y colaboran en cuanto Iglesias de Dios, como partes del Pueblo de Dios en toda su am-plitud y totalidad, en el ámbito de la evangelización,

que es su misión primaria y obligatoria.

Es un sacerdote o un laico que por generosidad consagra un periodo de vida ministerial a la misión fuera de su propia Iglesia, del pro-pio país, de la propia cultura.

El Fidei Donum debe en-contrar su espiritualidad específica en la práctica mi-nisterial. Comunica la Buena Nueva, no con la fuerza de los medios y de las obras, sino con la imitación de Cristo Sacerdote y víctima, y en el seguimiento de Cristo Evangelizador.

Las Iglesias Particulares, han continuado enviando sa-cerdotes y laicos diocesanos a otras Iglesias para la mi-sión. Este es un modo que, con el tiempo, se convertirá en norma de la corresponsa-bilidad misionera. Se puede decir que, de esta manera, toda la Iglesia llegará a ser misionera, dado que la mi-

sión Ad gentes no será ya delegada únicamente a órdenes religiosas y a institutos misioneros.

El congreso celebrado en Roma en 2007, ha querido repensar la comunión y la responsabilidad de las Iglesias para la misión, como manifiesta el lema escogido: Todas las Iglesias para todo el mundo. Algunas implicaciones metodológicas y prácticas:• El intercambio mutuo de personal, medios y me-

todologías apostólicas.• Los itinerarios formativos orientados a formar el

misionero, el hombre de Dios y testigo del Resu-citado.

• La necesidad de instituir Centros Nacionales de Formación misionera para los que parten.

• Crear las condiciones para que las Iglesias Jóvenes, que actualmente deben recurrir a la ayuda de los Institutos misioneros, formen y envíen sus Fidei Donum.Sin duda, el congreso quiso dar un nuevo impulso

a la responsabilidad de toda la Iglesia en la tarea de anunciar el evangelio. ISF

Toda la Iglesia tiene la responsabilidad de anunciar la Buena Nueva en el seguimiento

de Cristo evangelizador.

Misión sin fronteras

Pbro. Óscar Múnera Ochoa Director del Centro Nacional

Misionero – CEC

- Como es natural, por el coste de vida elevado, la beca no cubre los gastos de un aspirante, pero es una valiosa cooperación.

- Al fundar la beca no se contrae ningún compromiso formal.- El valor de la beca se puede entregar por cuotas establecidas por el donante.- El valor de la beca es deducible como donación en la declaración de renta.

Misioneros CombonianosCalle 42 No. 13-50 Chapinero - Bogotá

Tel. 1/245 47 54 - 245 33 52 / Fax: 245 47 63E-Mail: [email protected]

Colabore para que un joven pueda realizar su vocación misionera. El mejor don para la Misión es un misionero más. Con ello usted:• Participa en sus trabajos de anuncio del Evangelio y de promoción humana entre la gente

donde este misionero puede servir con su ayuda.• Contribuye a la formación de los más de mil jóvenes combonianos que en nuestros seminarios

se preparan para ir a las misiones. • Todos aquellos que fundan una BECA participan, a perpetuidad, de una Eucaristía diaria,

aplicada a vivos o difuntos, celebrada por los Misioneros Combonianos.

Notas

AYUDAS DE BECA Completa: 500.000 pesos De un año: 100.000 pesos

El P. Luis Alfredo Pulido, origi-nario de Boyacá, en Kenia con un grupo de católicos.


Si es suscriptor de Iglesia Sinfronteras, solicite un ejemplar al teléfono 245 47 54 y lo enviaremos gratuitamente.Agosto 2011 33

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