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III SEMINARIO INTERNACIONAL DESARROLLO ECONÓMICO TERRITORIAL Y EMPLEO
Nombre: Oscar Tenopala García.
Titulación: Licenciado en Geografía. Universidad Nacional Autónoma de
México.
Institución: Pensamiento Creativo Empresarialidad y Desarrollo, S. C.
País: México
Dirección: Av. Chapultepec 151 – 12, Col. Juárez, México D. F. 06600.
Área Temática: Hacia un paradigma integrador del enfoque territorial y
endógeno del desarrollo económico y social.
Título: Cinco factores clave para el desarrollo territorial en países
subdesarrollados. Una reflexión sobre el caso mexicano.
Resumen:
Las sociedades conforme evolucionan y se van generando de mayores recursos
económicos, técnicos, organizativos, políticos, culturales y espirituales, van
estableciendo una interacción con sus territorios que evoluciona en cuatro grandes
etapas: ocupación, organización, estructuración y especialización.
En las cuatro etapas, la relación espacio y sociedad está marcada por la
comprensión y dominio que tuvo ésta sobre el territorio. El dinamismo de la
sociedad ha adecuado el espacio, la adecuación del espacio ha acelerado el
dinamismo de la sociedad.
La comprensión de esta relación exige que, quienes promueven el desarrollo con
un enfoque territorial en sociedades subdesarrolladas, deben asumir al menos
cinco factores básicos.
Primero.- El sujeto del desarrollo territorial es quien habita el territorio.
En sociedades con vastos territorios, como México, no todos los grupos que los
habitan presentan los mismos niveles de apropiación del territorio, las políticas
públicas y los instrumentos de inversión territorial deben considerar los estadios
evolutivos de dichos grupos.
Segundo.- El proceso fundamental de apropiación del territorio es el trabajo
productivo y con carácter empresarial.
Los modelos productivos sobre los que se sustentan las comunidades,
especialmente las rurales, explican gran parte de la vida de las mismas (el estilo
de vida, el nivel de pobreza o riqueza, la migración o la inmigración, las relaciones
internas y con otras regiones, sus calendarios, su apertura, etc.) En la medida que
se fomente la iniciativa empresarial la apropiación será mayor.
Tercero.- Las Instituciones Públicas tienen que aportar la visión estratégica para
conciliar servicios e infraestructura con el nivel de apropiación del territorio que
tiene la sociedad que lo habita, especialmente en su dimensión productiva.
La generación de servicios e infraestructura sin concordancia con la generación de
riqueza en el territorio pueden convertirse en un pasivo, más que en un activo.
Cuarto.- Aunque la pobreza apremia a todos los gobiernos, su actuación debe
estar regida principalmente por la visualización de una ruta real y consensuada de
desarrollo para cada territorio.
Donde las sociedades tengan un papel protagónico, por el nivel de conciencia que
adquieran respecto a la necesidad de que su territorio oferte valor agregado y sea
capaz de retener y circular riqueza.
Quinto.- La real capacidad económica de los sujetos y sus territorios, es la base
para una justa autonomía que favorezca la apropiación por parte de los sujetos del
desarrollo y la descentralización administrativa que conlleva la democracia.
Se trata de un nódulo clave de la emergencia sistémica del desarrollo.
Palabras clave: Sujeto, apropiación y riqueza.
III SEMINARIO INTERNACIONAL DESARROLLO ECONÓMICO TERRITORIAL Y EMPLEO
Nombre: Oscar Tenopala García.
Titulación: Licenciado en Geografía. Universidad Nacional Autónoma de
México.
Institución: Pensamiento Creativo Empresarialidad y Desarrollo, S. C.
País: México
Dirección: Av. Chapultepec 151 – 12, Col. Juárez, México D. F. 06600.
Área Temática: Hacia un paradigma integrador del enfoque territorial y
endógeno del desarrollo económico y social.
Título: Cinco factores clave para el desarrollo territorial en países
subdesarrollados. Una reflexión sobre el caso mexicano.
RESUMEN Las sociedades conforme evolucionan y se van generando de mayores recursos
económicos, técnicos, organizativos, políticos, culturales y espirituales, van
estableciendo una interacción con sus territorios que evoluciona en cuatro grandes
etapas: ocupación, organización, estructuración y especialización.
En las cuatro etapas, la relación espacio y sociedad está marcada por la
comprensión y dominio que tuvo ésta sobre el territorio. El dinamismo de la
sociedad ha adecuado el espacio, la adecuación del espacio ha acelerado el
dinamismo de la sociedad.
La comprensión de esta relación exige que, quienes promueven el desarrollo con
un enfoque territorial en sociedades subdesarrolladas, deben asumir al menos
cinco factores básicos.
Primero.- El sujeto del desarrollo territorial es quien habita el territorio.
En sociedades con vastos territorios, como México, no todos los grupos que los
habitan presentan los mismos niveles de apropiación del territorio, las políticas
públicas y los instrumentos de inversión territorial deben considerar los estadios
evolutivos de dichos grupos.
Segundo.- El proceso fundamental de apropiación del territorio es el trabajo
productivo y con carácter empresarial.
Los modelos productivos sobre los que se sustentan las comunidades,
especialmente las rurales, explican gran parte de la vida de las mismas (el estilo
de vida, el nivel de pobreza o riqueza, la migración o la inmigración, las relaciones
internas y con otras regiones, sus calendarios, su apertura, etc.) En la medida que
se fomente la iniciativa empresarial la apropiación será mayor.
Tercero.- Las Instituciones Públicas tienen que aportar la visión estratégica para
conciliar servicios e infraestructura con el nivel de apropiación del territorio que
tiene la sociedad que lo habita, especialmente en su dimensión productiva.
La generación de servicios e infraestructura sin concordancia con la generación de
riqueza en el territorio pueden convertirse en un pasivo, más que en un activo.
Cuarto.- Aunque la pobreza apremia a todos los gobiernos, su actuación debe
estar regida principalmente por la visualización de una ruta real y consensuada de
desarrollo para cada territorio.
Donde las sociedades tengan un papel protagónico, por el nivel de conciencia que
adquieran respecto a la necesidad de que su territorio oferte valor agregado y sea
capaz de retener y circular riqueza.
Quinto.- La real capacidad económica de los sujetos y sus territorios, es la base
para una justa autonomía que favorezca la apropiación por parte de los sujetos del
desarrollo y la descentralización administrativa que conlleva la democracia.
Se trata de un nódulo clave de la emergencia sistémica del desarrollo.
Palabras clave: Sujeto, apropiación y riqueza.
CINCO FACTORES CLAVE PARA EL DESARROLLO TERRITORIAL EN PAÍSES SUBDESARROLLADOS.
UNA REFLEXIÓN SOBRE EL CASO MEXICANO.
LA RELACIÓN SOCIEDAD Y ESPACIO
Los geógrafos aprendimos que las sociedades conforme evolucionan y van
haciéndose de mayores recursos económicos, técnicos, organizativos, políticos y
culturales, establecen una interacción con sus territorios que también evoluciona y
se va haciendo cada vez más compleja; las teorías de la organización espacial1
han superado los manejos descriptivos y han dado lugar a las explicaciones
sistémicas, donde las interrelaciones entre sociedad y espacio conforman un
subsistema clave del desarrollo, que a grandes rasgos podemos identificar cuatro
etapas en la evolución de esa interacción:
1) Ocupación del Territorio.- Desde las sociedades nómadas hasta los
primeros pueblos sedentarios, los seres humanos generaron economías
de auto-subsistencia, en las que los procesos tecnológicos le llevaron a
transitar muy lentamente de una dependencia casi absoluta del entorno,
hacia el inicio de su supremacía a través del conocimiento, la
determinación y las destrezas, para hacer una cacería eficaz (p. ej. arco
y la flecha), para conservar los alimentos que recolectaba y
fundamentalmente para la domesticación de plantas y animales,
estableciendo un proceso de apropiación colectiva del territorio. Su
organización social y política conforme la sedentarización se fue
consolidando, originó la necesidad de defender la ocupación de su
territorio ante otros posibles ocupantes. Hablamos del paleolítico y del
neolítico, que en el caso mexicano transitó desde el año 35,000 a. p.
hasta el 1,900 a. p.
1 Cfr. Hermansen, Tormod. La Organización Espacial y el Desarrollo Económico. El alcance y la tarea del planeamiento espacial. En Desagregación regional de políticas y planes nacionales. Ediciones Siap. 1977.
2) Organización del Territorio.- Las civilizaciones agrícolas y ganaderas
comprendieron el valor de establecer un orden básico del territorio,
respecto a los asentamientos humanos, las actividades económicas y la
infraestructura de comunicación que aseguraba el dominio del centro
hacia la periferia de sus territorios. La abundancia de las cosechas, el
crecimiento acelerado de la población, la rentabilidad del trabajo
humano esclavizado, el uso de los metales y la generación de nuevas
actividades no vinculadas a la producción material (religión, política y
ciencia), llevaron a las sociedades a generar estructuras básicas de
organización territorial, en las que se daba una transferencia de valor
entre clases sociales y entre territorios (rural – urbano), donde el uso del
territorio era un insumo para la producción. Los historiadores mexicanos
han denominado esta etapa en el clásico y el posclásico, de 1,900 al
500 a. p.
3) Estructuración del Territorio.- El desarrollo industrial amplió
significativamente las capacidades de transformación del entorno, lo que
llevó a la comprensión de dar al ordenamiento del territorio una
estructuración o jerarquización funcional que favoreciera las economías
de escala. Esta estructuración se dará en función de la capacidad de
concentración de población, recursos y movimientos (mercado). Nos
referimos al papel que jugó la revolución industrial para cambiar el
sentido de utilización del espacio como insumo principal, al uso del
mismo como soporte de las materias primas que serían transformadas y
distribuidas en puntos muy focalizados, agregándole a las ciudades que
ya existían como centros de poder y gestión, un papel de difusor de
nuevas relaciones y conceptos respecto al territorio. Este proceso en el
caso mexicano fue demasiado lento ya que las relaciones de poder en el
régimen colonial no permitió que las grandes riquezas minerales fueran
utilizadas para una franca capitalización e impulso al desarrollo
industrial. Es hasta la fines del siglo XIX y principios del XX que las
clases dirigentes del país hicieron una opción por el sector secundario
de la economía.
4) Especialización del Territorio.- La constitución de la tecnología como un
estatuto propio en la vida humana, ha generado el fenómeno de la
globalización acelerada que conlleva a un flujo mayor de bienes e
información, que exige a las sociedades aproveche las ventajas
comparativas de cada territorio y añada cada vez más conocimiento al
manejo de bienes y servicios logrando una especialización basada en
las ventajas competitivas. El impacto que ha tenido la sociedad
tecnológica y la sociedad del conocimiento en la reducción de los costos
de transporte y comunicación, así como en la adaptación del medio
natural a las exigencias provenientes de las aglomeraciones urbanas,
provocan que las regiones socio-económicas que integran un territorio
nacional entren cada vez más a la lógica de las especificidades: a la
producción de maíces o trigos con variedades precisas, a la
conformación de clusters que robustecen una telaraña regida por
productos y servicios de alto valor agregado como la industria aéreo-
espacial o los centros de investigación científica, a la participación en la
dinámica global desde una vocación bien diferenciada.
Como subsistema, la relación sociedad y territorio no evoluciona de forma lineal,
sino que a través de procesos de compensación y de cambio con un todo mayor,
va generando una serie de interconexiones que en su acción hacen surgir
propiedades emergentes, las cuales favorecen o entorpecen las posibilidades de
desarrollo.
La responsabilidad que asumen los diferentes niveles de gobierno para propiciar el
desarrollo humano y social en un territorio, debe comprender claramente la
naturaleza de las propiedades emergentes de los diferentes sistemas de
apropiación espacial, para definir las políticas públicas y los instrumentos de
inversión adecuados al nivel evolutivo que caracteriza a cada territorio, así como
para verificar hasta dónde generan el efecto deseado en materia de desarrollo.
El dinamismo de la sociedad ha adecuado el espacio, la adecuación del espacio
ha acelerado el dinamismo de la sociedad. Así como las conexiones entre las
células neuronales son más importantes que las células en sí mismas para
comprender las múltiples funciones del cerebro, de la misma forma, las
interrelaciones entre la sociedad y su territorio tienen una relevancia mayor, éstas
generan emergencias que pueden ser abordadas por fines meramente
comprensivos a manera de factores (elementos – causa que actúan
conjuntamente con otros), de los cuales destaco cinco como claves para promover
un desarrollo territorial eficaz en sociedades con vastos territorios, como es el
caso de México, en el que no todos los grupos que lo habitan presentan los
mismos niveles de apropiación de su territorio.
PRIMER FACTOR.- EL SUJETO DEL DESARROLLO TERRITORIAL ES QUIEN
HABITA EL TERRITORIO.
Comprender al sujeto – persona, familia, grupo, empresa, comunidad, ciudadanos
– desde su capacidad real de interactuar con el territorio, favorece la
implementación de políticas diferenciadas e instrumentos específicos para
propiciar su desarrollo. Por sujeto comprendo un ser subjetivo, es decir, conciente
de su mentalidad, de sus intenciones y de sus capacidades, el cual tiene la
facultad de obrar de manera programada y racional, con la libertad de decidir
acerca de sus creencias, sus actitudes y sus habilidades, las cuales conjuga
tendiendo a realizarse a sí mismo.
En el caso mexicano los distintos sujetos del desarrollo presentan diversos grados
de evolución en cuanto a las etapas de apropiación del territorio citadas arriba. El
gráfico siguiente muestra el proceso evolutivo de la población rural mexicana
(destinataria principal de la actividad profesional en la que estoy comprometido), el
cual en su conjunto manifiesta – por duro que parezca – la existencia actualmente
de grupos humanos viviendo estadios evolutivos equivalentes al neolítico, hasta
pequeños grupos inmersos en la economía global con fuerte especialización en el
territorio.
Proceso Evolutivo de la Población Rural Mexicana
Paleolítico (arqueolítico) 35,000 - 7,000 a. p.Neolítico (preclásico) 7,000 - 1900 a. p.Civilizaciones (clásico y posclásico) 1900 - 500 a. p.Colonia y siglo XIX (encomienda - repartimiento - comunal - hacienda) 500 - 72 a. p.Siglo XX (Reforma agraria e intentos de modernización) 72 al presenteSector moderno, altamente tecnificado e inserto en la economía global. 30 al presente.
___________________________________________________________ 35,000 años ____________________________________________________________
___________ 7,000 años _________
Fuente: Elaboración propia.
La mayor parte de la historia de México, 28,000 años, la población existente era
totalmente nómada y los siguientes 5,100 años fueron generándose sociedades
neolíticas con pequeños asentamientos humanos donde toda la lógica económica
era de subsistencia. Sin embargo, como todo proceso humano no se terminó de
golpe, sino que gradualmente se han generando las distintas formas de desarrollo,
hasta hace 200 años según la estimación de los arqueólogos mexicanos2 existían
grupos étnicos francamente paleolíticos, aunque nuestra experiencia de trabajo
entre poblaciones Huichol, Cora, Tepehuan y Tarahumara, en el norte-occidente
del país nos refleja que la sedentarización de estos grupos se ha iniciado
francamente hace menos de 100. Sin embargo, lo que sí es claro, aún prevalecen
grupos neolíticos, como los señalados y como la gran mayoría de los pueblos
indígenas enclavados en las montañas del país, las que funcionaron como
regiones de refugio, en las que el nivel de apropiación del territorio corresponde a
2 Cfr. Historia Antigua de México. Vol. 1. INAH – UNAM. 2000.
la etapa de ocupación. Aún y cuando muchos de esos grupos provienen de
sociedades de todos conocidas como grandes civilizaciones agrícolas, las olmeca,
teotihuacana, maya, zapoteca, mexica, entre otras, el proceso de colonización
española que barrió con todas las relaciones de organización espacial del imperio
dominante que encontró (mexica), los regresó a formas de economía de
subsistencia y de desarrollo “pueblerino”, en territorios montañosos donde es
mucho más difícil establecer una organización racional del territorio en sus
condiciones evolutivas.
Durante la colonia española se generó un esquema de organización espacial
basada en las regiones indígenas donde la actividad agrícola alcanzó sus mayores
niveles de desarrollo, así como en aquéllas donde la actividad minera se convirtió
en el eje de todo el desarrollo económico. Las distintas formas de administración
territorial – encomienda, repartimiento, la comuna, la hacienda e incipientemente
los ranchos –, funcionaron como variaciones al modelo de producción feudal,
donde la economía principalmente se centró en la fuerza laboral de los mestizos y
los indígenas separados de sus comunidades e integrados a la producción
hispana-criolla-mestiza.3 La mayor parte de las comunidades indígenas se
replegaron en economías autárquicas, con producciones de auto-subsistencia en
regiones montañosas poco aptas para la agricultura y la ganadería, las cuales
prevalecen hasta la actualidad, pero en un escenario más complicado, pues con el
crecimiento demográfico experimentado en el siglo XX, la presión que ejercen
sobre sus recursos disponibles es mayor y la capacidad de obtener el sustento de
ellos es mucho menor – sólo en el caso de la producción de maíz la gran mayoría
de estos pueblos no produce más del 50% del grano que consume –.
El 70% de la población rural mexicana ha sido afectada directamente por los
procesos de reforma agraria y las grandes políticas de modernización que durante
el siglo XX se implementaron, sin embargo el resultado ha sido muy pobre, pues
sólo el 10% ha pasado a formar parte de la economía moderna, de altas
producciones y de alta especialización productiva, el que ha aprovechado mejor
3 Cfr. De la Peña, Sergio. La formación del Capitalismo en México. Ed. Siglo XXI. 1983.
los programas e inversiones públicas, pues la mayoría de ellas están diseñadas
desde una racionalidad moderna; el otro 60% sigue luchando con una producción
de bajos rendimientos, de pocos excedentes mal colocados en el mercado y cada
vez más subordinados a las presiones demográficas y al crecimiento de los
centros urbanos industrializados, los que, dicho sea de paso, dejaron de crecer
por la oferta de puestos de trabajo en las fábricas y pasaron a ser receptores de
una buena parte de la población rural que se ve forzada a emigrar por no contar
con un modelo productivo rico, la que ha suscitado la formación de cinturones de
miseria y el crecimiento desproporcionado del sector terciario a base del comercio
informal.
Todo este planteamiento es necesario para señalar que una de las mayores
limitaciones de los gobiernos federales y estatales ha consistido en que, la
definición de sus políticas e instrumentos de desarrollo, no han sido capaces de
formularse en función de los distintos niveles de apropiación del territorio. La falta
de centralidad de sus esfuerzos en el sujeto de desarrollo, focalizada en la copia
de modelos extranjeros del norte y el oriente del planeta, privilegiando las políticas
sectoriales y confiándose la fuente de recursos derivada de la enorme riqueza
petrolera, así como la pobreza política de las clases gobernantes, han hecho que
la mayor parte de los programas de desarrollo sean uniformes, sin visión
estratégica, provocando que los recursos terminen en el gran fondo perdido que
caracteriza la administración pública mexicana.
Existen casos donde algunas entidades federativas están evolucionando hacia la
integración de políticas públicas con enfoque territorial, como es el caso de
Guanajuato, el que tiene tres sexenios acercándose a procesos participativos en la
definición de sus programas de trabajo y robusteciendo el papel de las
administraciones municipales, así como de sus mismos sujetos destinatarios. A
nivel federal en el gobierno que está por terminar en breves horas, la Secretaría
de Desarrollo Social, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Social y Humano
tuvo el acierto de crear una Unidad especializada en la atención a las
Microrregiones de alta y muy alta marginación, la que asumió el planteamiento de
que el centro de sus esfuerzos son las personas y las comunidades,
considerándolas como sujetos responsables de su desarrollo, logrando que sus
destinatarios percibieran una nueva forma de relación con el gobierno y
empezaran a aportar una serie de aprendizajes que motivaran a esa dependencia
a buscar blindar la Estrategia de Microrregiones y hacerla crecer en su importancia
en la siguiente administración federal, elevando su estatuto.
SEGUNDO FACTOR.- EL PROCESO FUNDAMENTAL DE APROPIACIÓN DEL
TERRITORIO ES EL TRABAJO PRODUCTIVO Y CON CARÁCTER
EMPRESARIAL.
Las cuatro etapas de apropiación del territorio expresan una interacción sistémica
cada vez más compleja, pero que tiene a manera de nodos, seis tipos de procesos
interconectados: económicos – tecnológicos – sociales – políticos – culturales –
espirituales; los que van generando vehículos privilegiados para su consolidación.
En el caso de los territorios estructurados y especializados, el papel que ha jugado
la empresa ha sido fundamental para lograr una correlación entre desarrollo socio-
económico y desarrollo territorial. Desde luego, en países como México, la
empresa se ha concentrado en las grandes aglomeraciones urbanas y muchas de
las políticas públicas lo que han hecho es favorecer el desplazamiento de la gente
hacia los centros de oferta de empleo. Recientemente se está comprendiendo que
en las regiones de expulsión de población lo que ha hecho falta es fomentar el
desarrollo de empresas que no necesariamente deben ser agropecuarias, es
decir, de uso intensivo del territorio, sino que también pueden ser agroindustriales,
maquilas, turísticas, etc., gracias al enfoque del llamado “desarrollo rural”.
Sin embargo, este movimiento hacia un concepto más integral del desarrollo rural,
no ha asumido con claridad en el caso mexicano, que en todos los territorios
deprimidos y marginados, los empleos no se generarán si no se estimula la
formación empresarial de los sujetos locales, quienes deben ser capaces de
descubrir o concebir modelos productivos que satisfagan fundamentalmente
necesidades locales y regionales, sin excluir aquéllas que pueden tener un
potencial mayor hacia lo nacional e internacional.
Todos somos testigos de los grandes flujos migratorios de regiones sin modelos
productivos ricos hacia las que sí lo poseen, pero no todos somos concientes de
que también existen otras formas de migración que no están referidas a dichos
centros económicos, como las grandes ciudades o hacia los Estados Unidos de
Norteamérica, me refiero a la dispersión de la población en parajes cada vez más
aislados, donde la gente se mueve para reproducir modelos de subsistencia. En
México en 1980 existían casi 100,000 localidades rurales, en el año 2000 se
censaron poco más de 200,000. Esta clase de migración se da, no tanto por la
carencia de recursos naturales, sino por la falta de una formación orientada hacia
la iniciativa empresarial de los habitantes de esas regiones, provocando en la
República Mexicana la prolongación de las etapa de ocupación del territorio.
En las décadas de los 70 y 80, en México el gobierno federal generó un esquema
de desarrollo rural centrado en la acción del sector público, llegando a crear más
de 180 instituciones y empresas que abarcaban todos los pasos de la cadena
productiva, desde la generación de la genética de semillas y animales, hasta la
comercialización de casi todos los productos agropecuarios, desde luego con un
costo altísimo y una eficacia bajísima, pero cuyo efecto más devastador no radicó
en los recursos dilapidados, sino en la inhibición de las facultades empresariales
de los productores rurales. Cuando los procesos de apertura comercial fueron
inminentes para el país, hubo que desmantelar la mayoría de las empresas
públicas por incosteables, pero generando un estado de desamparo enorme pues
el sector rural no estaba listo para participar en procesos de abierta competencia.
Podría parecer que la apertura comercial provocaría una nueva orientación del
gobierno para revertir la inhibición de las facultades empresariales de la población
rural, pero el modelo de servicios que las Secretarías de Estado responsables de
incidir en el desarrollo rural, ha estado centrada en respaldar “proyectos”
generados y promovidos por los técnicos que trabajan para esas dependencias,
en vez de estimular la formación empresarial de los destinatarios de sus
programas, lo que ha llevado a una enorme ineficacia de los programas y en el
retrazo del cambio en la apropiación del territorio por parte de sus habitantes.
Considero que la empresa es la institución humana más dinámica que ha logrado
transformar el entorno en mayores proporciones que cualquier otra entidad
humana. La empresa es mucho más que hacer cosas, es en primer lugar y por
encima de todo hacer mentalmente una cosa y, después, es hacer lo que quiere
hacer con el profundo compromiso de verlo realizado. He tenido la oportunidad de
participar en procesos donde los habitantes de localidades de alta marginación
que han asumido un carácter emprendedor, están logrado transformar sus
microrregiones a través de modelos como la horticultura de invernadero o la
fabricación de quesos de alta calidad, con la que están sustituyendo la importación
de productos como el tomate provenientes de regiones a más de 1000 kms., de
distancia o que están colocando sus productos en el mercado nacional sin tener
que abandonar sus pequeñas localidades.
La empresa es la expresión del empresario, como el territorio cada vez más es
expresión de quienes lo ocupan, organizan, estructuran y especializan. El carácter
emprendedor en cuanto surge se convierte en un modo de vida que puede ser
canalizado para reconocer oportunidades en todos los núcleos de población a su
alcance.
La empresa también es el reflejo del liderazgo del sujeto y expresa su poder de
crear. Los emprendedores buscan crear, la creación es su descubrimiento y el
descubrimiento es la razón de vivir del emprendedor. Dicha creación implica una
forma de percibir su espacio, de valorar los recursos que tiene disponibles, de
juzgar las oportunidades y de asumir responsablemente los riesgos. Abraham
Maslow escribía: “Lo que se necesita en la mayoría de los países pobres no es
tanto capital extranjero como unos empresarios que tengan confianza en sí
mismos.” (El Management según Maslow. 1998, p. 173).
La empresa como vehículo económico y formativo contiene los elementos que les
ayudarán a los sujetos que la integran, a comprender que, son ahora las ventajas
competitivas más que las comparativas las que permiten entrar con éxito en el
mercado, que su prosperidad depende cada vez más del conocimiento de las
necesidades a satisfacer y del desarrollo técnico para transformar sus recursos en
satisfactores. El cambio que ha vivido la empresa de estar orientada hacia los
recursos, al paso por la orientación al producto y cada vez más hacia su
capacidad de responder a las necesidades de sus clientes, exigen de todos los
sujetos del desarrollo ser capaces de integrar redes de valor que pongan en juego
su capacidad de ofrecer desde sus territorios riqueza en sentido integral: bienes y
servicios, así como el espacio mismo como factor de salud, de equilibrio, de
conservación de valores sociales y culturales.4
TERCER FACTOR.- LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS TIENEN QUE APORTAR
LA VISIÓN ESTRATÉGICA PARA CONCILIAR SERVICIOS E
INFRAESTRUCTURA CON EL NIVEL DE APROPIACIÓN DEL TERRITORIO
QUE TIENE LA SOCIEDAD QUE LO HABITA, ESPECIALMENTE EN SU
DIMENSIÓN PRODUCTIVA.
El carácter integral del desarrollo territorial exige la capacidad de integración
sistémica que no se puede generar sólo por los habitantes y las empresas que
conforman en los diversos territorios, aquí es donde deben tener su principal
aporte las instituciones públicas. Si se acepta el principio de subsidiaridad como
un eje rector de la relación entre Estado y Sociedad, en el que el primero esté
comprometido a fomentar toda la iniciativa posible de la segunda, interviniendo ahí
donde ésta no es capaz de resolver, entonces debe suscitar que en lo posible
sean las distintas sociedades que ocupan los territorios de una nación, las que se
4 “La sociedad en su conjunto, en el camino hacia el beneficio común, es conciente de que posibilitar la satisfacción de las necesidades más vitales (bienestar económico, armonía social, ecología…, calidad de vida) supone hacer un esfuerzo por el Agro Vasco. Para ello debemos fijar como criterio básico el evaluar los esfuerzos a realizar y sus resultados en términos de riqueza obtenida o balance social. Esto supone pensar en clave de rentabilidad económica (el espacio rural como sector productivo), ecológica o medio ambiental (conservación del patrimonio medioambiental, la biodiversidad), cultural (conservación del legado cultural) y social (nuestra ideiosincracia y especificidad)…, debiendo remunerar aquello que el mercado no puede pagar, compensando los handicaps y carencias que escapan de la capacidad y voluntad del sector, configurando un conjunto de medidas de actuación tanto de ordenación económica, como de regulación jurídica y de incentivos, subvenciones o compensaciones económicas a través de las cuales se materialice el acuerdo social sobre el mundo rural”. Pacto para el Desarrollo del Espacio Rural del País Vasco. Mendikoi. 2004.
empeñen en generar los bienes y servicios que requiere el conjunto, para
concentrarse en las intervenciones que crearán el entorno apropiado para que
emerja el desarrollo.
Se trata de la función estratégica, que se distingue de la programática y la
operativa, porque en ella se gestan las fórmulas que terminen asegurando la
eficacia de los programas y las acciones.
La estrategia se define por la necesidad de eficacia en la solución o satisfacción
de necesidades que persigue una organización, una institución o un gobierno. No
se conforma con aliviar parcialmente o dar un paso más a la solución de aquéllos
problemas que le corresponde abordar, sino que está plenamente definida cuando
se reconoce como la forma más apropiada de resolverlos. En sí misma configura
una fórmula de intervención.
Un signo fundamental de una organización o de un país en estado de desarrollo
es la definición de estrategias originales que expresen su aporte a la sociedad. Por
el contrario, un signo evidente de subdesarrollo radica en la conducta de copiar e
implementar sin la suficiente reflexión estrategias de otros. Contar con un modelo
y un marco estratégico posibilita expresar los aprendizajes más relevantes de las
instituciones en su esfuerzo de desarrollo.
En el caso de México se ha tenido una lenta evolución respecto al valor de la
definición de estrategias de carácter territorial, en parte presionado por la
necesidad de democratizar las decisiones y por otra, los enormes costos
económicos y políticos que implica operar con un enfoque centralizado. Se parte
del supuesto de que la prosperidad de un territorio depende del buen
aprovechamiento de sus recursos,5 sin lograr aún concebir una visión sistémica
donde se reconozca que es más que eso, como la comprensión de las demandas
de los diversos mercados y la necesidad de establecer vocaciones específicas a
los territorios (en cuanto a lo económico se refiere), así como el de generar
5 Cfr. Evaluación Externa del Programa de Desarrollo Local (Microrregiones) de la SEDESOL. Informe final, 2006.
sistemas de identidad donde el territorio tenga una aportación propia, lo que ubica
a los programas de desarrollo con incidencia espacial todavía en el estadio de
lograr una organización del territorio, aún y cuando muchos de ellos pueden
responder ya a procesos de estructuración y especialización.
Son tres las Secretarías de Estado que han asumido en mayor o menor medida el
enfoque territorial:
• La Secretaría de Desarrollo Social a partir del reconocimiento de la
necesidad de coordinar esfuerzos entre los tres niveles de gobierno
(federal, estatal y municipal), la sociedad civil y las mismas comunidades
destinatarias de su servicio, definió la Estrategia Nacional de
Microrregiones.
• La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a partir de su visión
ambiental, persiguiendo el respeto a los componentes y la vocación natural
específica de cada territorio, definió los Programas de Desarrollo Regional
Sustentable.
• La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación, incluyó a su organización territorial en Distritos de Desarrollo
Rural, un programa de Micro Cuencas.
El caso más relevante de la administración pública federal de México en cuanto a
su enfoque de intervención con visión sistémica y definición estratégica, es la
Estrategia Nacional de Microrregiones, la que se diseñó como un instrumento de
coordinación institucional cuyas principales líneas de acción están referidas a la
identificación de los territorios (localidades, municipios y microrregiones) que
presentan los mayores índices de marginación del país, a la priorización de
demandas sociales de los territorios identificados, al impulso de localidades
centrales a manera de polos de desarrollo (Centros Estratégicos Comunitarios,
dotándoles de 14 rubros de infraestructura básica, seguridad en la tenencia de la
tierra, ordenamiento del territorio e impulso a la actividad productiva), la
conformación de una oferta institucional articulada y la evaluación continua.
A diferencia de las otras dos Secretarías que su definición institucional están
avocadas a todos los territorios del país, la Estrategia Nacional de Microrregiones
tiene la ventaja de que está focalizada a los 1340 municipios de mayor
marginación en México, integrados en 263 microrregiones y, aunque las tres
dependencias basan su actuación en los sistemas de planeación local ya
existentes previamente en el país (Comités Estatales y Municipales de Planeación
del Desarrollo – Coplades y Coplademunes –, la Secretaría de Desarrollo Social
ha incorporado el quehacer de coordinación sectorial a partir de la visión territorial.
Fuente: SEDESOL 2004
La marginación de los municipios de México
Enfoque territorial de la marginación
CUARTO FACTOR.- AUNQUE LA POBREZA APREMIA A TODOS LOS
GOBIERNOS, SU ACTUACIÓN DEBE ESTAR REGIDA PRINCIPALMENTE POR
LA VISUALIZACIÓN DE UNA RUTA REAL Y CONSENSUADA DE DESARROLLO
PARA CADA TERRITORIO.
La carencia de un modelo propio de desarrollo para nuestros países
latinoamericanos y me refiero especialmente al caso mexicano, ha propiciado que
el incremento en las presiones derivadas de las desiguales condiciones de
desarrollo de los diversos sectores de la sociedad y de los territorios, lleven a los
gobiernos a centralizar sus esfuerzos en combatir la pobreza en vez de propiciar
desarrollo.
Parecería absurdo decir esto, pero en el caso mexicano puedo asegurar que en el
sector rural, los distintos gobiernos no han sido capaces de comprender al sujeto
destinatario de sus servicios y han entrado en una relación perversa que en nada
ayuda a superar los problemas de la pobreza. En el esquema de la página
siguiente trato de resumir dicha relación:
La comunicación entre gobierno y habitante rural está rota en su sentido
fundamental, pues el primero aunque trata de operar con programas modernos, no
ha comprendido que la gran mayoría de la población rural vive y piensa con
parámetros premodernos, por lo que para establecer contacto con él se ha basado
en identificarlo como “pobre” y diseñar todas sus programas para tratar de
ayudarlo a salir de esa condición. Ha dejado de verlo como un sujeto autónomo,
capaz de decidir acerca de sí mismo y de su relación con los demás. Por lo que ha
provocado que el habitante rural haya comprado la idea de que es pobre y que,
por lo mismo, merece recibir el mayor número de subsidios por parte del gobierno.
En cierto sentido ha aprendido a vender su pobreza y el gobierno ha aceptado
comprársela, así el primero mantiene sin mayor esfuerzo sus condiciones de
subsistencia y el segundo se justifica ante el poder legislativo y la sociedad en
general.
Nuestra experiencia en la promoción del desarrollo rural nos ha llevado a
comprender que, el primero en hacer un esfuerzo para salir de la pobreza debe
hacerlo quien se encuentra en ella, previo a la obtención de cualquier subsidio, de
lo contrario, transforma cualquier transferencia de recursos en una forma más de
avalar la idea de que conviene ser pobre.
Sólo la implementación de estrategias de intervención basadas en la promoción
humana y social de los habitantes de cada territorio, pueden garantizar que se
generen procesos de auténtico desarrollo, en el que los habitantes del territorio
decidan ser artífices del futuro del mismo.
La planeación participativa del desarrollo es un componente esencial del proceso
de promoción humana y social, para generar una ruta real y consensuada que
asegure una mayor apropiación de la riqueza territorial.
La Pobreza como Modelo de Relación
El Intercambio Social de las Políticas Gubernamentales
Habitante Rural Gobierno
90 % Premoderno Moderno
Pobreza
Vende Compra
Justifica
Subsiste
La Planeación Participativa está vinculada con otras estrategias de desarrollo que
aseguran la eficacia de los esfuerzos y llevan a que los territorios oferten mayor
valor agregado, sean capaces de retener y circular riqueza, ellas son:
– El fomento del capital humano, que faculta a la persona a asumir la
responsabilidad de su desarrollo.
– El fomento del capital social, que lleva a las organizaciones sociales a generar
modelos de creación de riqueza y a generar pensamiento para definir la visión
de futuro.
– Formar y capacitar a los grupos en desempeños empresariales.
– Que los grupos y comunidades adquieran un mejor manejo de sus recursos
naturales, de infraestructura y de servicios orientados a incrementar su
conocimiento del territorio y a aprovechar sus ventajas comparativas y
competitivas.
– Que la Agencia o Dependencia Promotora de Desarrollo esté comprometida
con la eficacia de las acciones.
En el caso de México, la entidad federativa más avanzada en los procesos de
participación es Guanajuato, en la que desde hace tres sexenios se vienen
realizando esfuerzos por definir estrategias y programas a partir de demandas
reales de la población.
Presenta características de población, de asentamientos humanos, de
infraestructura y de desarrollo productivo de las más equilibradas del país. No está
exento de microrregiones de alta marginación, pero proporcionalmente es la que
segunda entidad que menos tiene, ya que presenta actividades agrícolas y
ganaderas de muy alto valor agregado (horticultura de exportación, ganadería
estabulada), agroindustrias (procesadoras de frutas, lácteos, cuero, etc.), industria
(petroquímica, metalmecánica, automotriz, etc.), servicios (educación universitaria,
centros de investigación, etc.).
Estos elementos, entre otros que generan sinergias en el Estado, explican que sea
la primera entidad federativa que está planteando en el gobierno que inicia, la
creación de un Instituto Estatal de Planeación del Desarrollo Regional,
reconociendo como un reto fundamental el ordenar el crecimiento regional y local
a partir de un uso inteligente del territorio con un enfoque ecológico, así como de
ligar el desarrollo regional a la necesidad de incrementar la competitividad del
Estado.6
Se trata de un Estado que ha logrado estructurar su territorio e irlo especializando
cada vez más para generar el mayor valor agregado posible en todas sus
empresas.
QUINTO FACTOR.- LA REAL CAPACIDAD ECONÓMICA DE LOS SUJETOS Y
SUS TERRITORIOS, ES LA BASE PARA UNA JUSTA AUTONOMÍA QUE
FAVOREZCA LA APROPIACIÓN POR PARTE DE LOS SUJETOS DEL
DESARROLLO Y LA DESCENTRALIZACIÓN ADMINISTRATIVA QUE
CONLLEVA LA DEMOCRACIA.
Los graves desequilibrios del desarrollo territorial que enfrentan las naciones
subdesarrolladas, particularmente en el caso de México, han provocado un estado
de exigencia de las sociedades locales respecto a las oportunidades de desarrollo
disponibles en el territorio. Todas ellas reclaman más infraestructura, más
servicios, más transferencia de recursos, pero pocas de ellas llegan a proponer
una ruta de desarrollo económico que les haga capaces de sostener dichos
componentes en sus territorios. El país enfrenta actualmente problemas serios en
la recuperación de los costos de los servicios que se hacen llegar a los territorios,
como es el caso de la energía eléctrica, en el que un porcentaje elevado de los
municipios más marginados del país adeudan sus pagos del suministro por varios
años, asimismo problemas para asegurar el mantenimiento de las obras ya
6 Cfr. Oliva Ramírez, Juan Manuel. El Libro Blanco, Caminos de Guanajuato. 2006.
realizadas como los caminos, los sistemas de agua potable y el drenaje, entre
otros.
Hemos aprendido que la generación de modelos productivos ricos es un nódulo
clave de la emergencia sistémica del desarrollo, no es el único, pero
definitivamente es el soporte para los demás componentes del mismo.
Especialmente en los espacios rurales el modelo productivo es el que define el
estilo de vida de la región, el nivel de pobreza o riqueza, la emigración o
inmigración, la calidad de vida en las biografías individuales, la relación con otras
regiones (p. ej. la balanza comercial), la apertura mental o la resistencia al cambio.
No se puede cambiar ninguno de estos elementos si no hay cambio en el modelo
productivo.
También la experiencia nos ha mostrado que para superar la resistencia al cambio
y definir el rumbo a seguir en los territorios se requiere: identificar y convocar a los
líderes productivos con capacidad y vocación para alcanzar las metas que plantee
el plan de desarrollo del territorio; realizar con ellos un análisis estratégico, para
determinar aquellos programas o proyectos en las que ellos estén dispuestos a
ejercer su liderazgo; determinar el tamaño de las organizaciones que se
conformarán para el logro de las metas establecidas en el plan, lo cual en gran
medida está determinado por la riqueza o pobreza de su modelo productivo actual
(a mayor pobreza menor el tamaño de la organización); definir qué instrumentos
de formación serán necesarios implementar para lograr la motivación y
compromiso de los productores y los habitantes en general en el proceso de
cambio.
Reitero en cierta forma con este quinto factor lo ya planteado en el segundo, pero
considero que uno de los bloqueos mentales más fuertes en nuestras sociedades
es la resistencia a concebir la riqueza económica como legítima, a poner el énfasis
de la riqueza en los recursos naturales y no en el trabajo humano, a defender
demagógicamente a las clases trabajadoras, pero a no reconocer el nivel cultural
(mentalidad, intencionalidad y capacidades) de los trabajadores para generar
realmente caminos de solución a sus necesidades, mucho menos a entender la
capacidad de los trabajadores de ser empresarios y de asumir responsabilidades
en la construcción de modelos productivos ricos, que derramen riqueza en el
territorio y hagan que su población participe como protagonista y no como víctima
del desarrollo.
En la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo rural
organizada por la FAO, para revisar las políticas de Reforma Agraria
implementadas en el mundo en los últimos 30 años, realizada en Puerto Alegre,
Brasil, del 7 al 10 de marzo del presente año, la gran mayoría de los delegados
emitió un discurso en calidad de víctimas de los fenómenos derivados del proceso
de globalización. Sólo 3 de ellos generaron un discurso diferente y propositivo. El
que más me impactó fue el del delegado de China, el cual nos dijo en síntesis y en
palabras mías: “Ustedes saben que nosotros somos diferentes, pero hemos
decidido hacer un proceso de reparto de tierra después del fin del régimen de
Mao, en el que el derecho a la tierra debía ser temporal y renovarse en función de
la capacidad de las familias de generar riqueza, asumimos la globalización
preguntándole a las familias de cada comunidad ¿para qué son buenos?, ¿qué
productos pueden generar con calidad para colocarlos en el mercado?, escojan
uno como comunidad y ya definido, les dimos capacitación empresarial. Ahora,
después de 15 años de implementación, tenemos más de 280 productos de muy
alta calidad colocados en el mercado nacional e internacional y 3’000,000 de
familias participando en el esquema”.
CONCLUSIÓN
He querido plantear los aprendizajes más relevantes obtenidos en el quehacer
profesional, sin pretender abarcar todos los factores del desarrollo, pero sí
buscando generar conciencia de que en la evolución de los procesos de
apropiación del territorio existen elementos principalmente de carácter humano,
más que de recursos naturales, los cuales debemos ubicar, depurar en su caso y
potenciar en otro, para lograr cada vez más condiciones para un desarrollo
integral, territorial y social, que nos acerque a estadios de vida que nuestras
sociedades se merecen por su propia dignidad, pero que deben generarlos por la
misma razón.
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