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 Article Una versión más actualizada de este artículo está disponible como parte del capítulo 7 del CD-ROM Perspectivas urbanas: Temas críticos en políticas de suelo  de América Latina.  Nuevas evidencias de Brasil indican que la regulación del uso del suelo y las normas de construcción pueden reforzar otros factores que contribuyen a la ocupación informal e irregular del suelo urbano. No es posible explicar del todo la magnitud y la pers istencia de la informalidad en las ciudades de América Latina con los índices de pobreza (en descenso), la insuficiente inversión pública en vivienda social o en infraestructura urbana (en aumento), ni siquiera por la tolerancia del gobierno ante determinadas  prácticas oportunistas de urbanizadores y pobladores (The Econo mist 2007). Si bien estos factores son sin duda importantes, el uso ina decuado del suelo y la regulación de la construcción también parecen jugar un papel en la persistencia del problema. Se  puede aducir como corolario que u n marco regulador alternativo puede ayudar a paliar la informalidad en los mercados del suelo urbano. La relación entre informalidad y normas de vivienda excesivas no es nueva en la  bibliografía (Turner 1972); y la relación económica entre la regulación del uso del suelo y la elasticidad de la ofert a de vivienda fue propuesta por Ellickson (1977). La novedad es la aplicación del mismo marco utilizado para entender la dinámica del precio de la vivienda en los Estados Unidos a los países en desarrollo. Los pocos trabajos empíricos en economía que tratan de relacionar la re gulación y el uso del suelo no han trazado de manera formal un modelo de la sustitución entre l os mercados formales e informales. En consecuencia, no utilizaron las diferencias entre los dos mercados como sus variables principales. El alcance del problema La informalidad y la precariedad de la vivienda son grandes preocupaciones en los  países en desarrollo. Según estimaciones de las Naciones Unidas, más de mil millones de personas viven en asentamientos informales, que representan un 32 por ciento de la  población urbana de todo el mun do (UN Habitat 2006). En América Latina, el  porcentaje de vivienda irregular medido por indicadores observables como el régimen de propiedad o la conexión con el sistema de alcantaril lado está disminuyendo en algunos países, si bien en proporción desigual. Sin tener en cuenta la disputa continua sobre la forma correcta de medir la informalidad, en la mayoría de las ciudades de América Latina el problema sigue siendo de proporciones considerables, y es neces ario comprender mejor su dinámica a fin de recomendar una política de vivienda razonable. En la práctica, los indicadores conmensurables de informalidad que se basan en la ausencia de títulos de propiedad o el acceso a infraestructura y servicios son más fáciles de obtener que los basados en la falta de cumplimiento de la regulación del uso del suelo o las normas de construcción. La pobreza (en todas sus dimensi ones) y la inversión pública insuficiente (en vivienda social, infraestructura y servicios) son las explicaciones más comunes de la persistencia de la informalidad. Pero también aumenta

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informalidad en las viviendas

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    Una versin ms actualizada de este artculo est disponible como parte del

    captulo 7 del CD-ROM Perspectivas urbanas: Temas crticos en polticas de suelo

    de Amrica Latina.

    Nuevas evidencias de Brasil indican que la regulacin del uso del suelo y las normas de

    construccin pueden reforzar otros factores que contribuyen a la ocupacin informal e

    irregular del suelo urbano. No es posible explicar del todo la magnitud y la persistencia

    de la informalidad en las ciudades de Amrica Latina con los ndices de pobreza (en

    descenso), la insuficiente inversin pblica en vivienda social o en infraestructura

    urbana (en aumento), ni siquiera por la tolerancia del gobierno ante determinadas

    prcticas oportunistas de urbanizadores y pobladores (The Economist 2007). Si bien

    estos factores son sin duda importantes, el uso inadecuado del suelo y la regulacin de

    la construccin tambin parecen jugar un papel en la persistencia del problema. Se

    puede aducir como corolario que un marco regulador alternativo puede ayudar a paliar

    la informalidad en los mercados del suelo urbano.

    La relacin entre informalidad y normas de vivienda excesivas no es nueva en la

    bibliografa (Turner 1972); y la relacin econmica entre la regulacin del uso del suelo

    y la elasticidad de la oferta de vivienda fue propuesta por Ellickson (1977). La novedad

    es la aplicacin del mismo marco utilizado para entender la dinmica del precio de la

    vivienda en los Estados Unidos a los pases en desarrollo. Los pocos trabajos empricos

    en economa que tratan de relacionar la regulacin y el uso del suelo no han trazado de

    manera formal un modelo de la sustitucin entre los mercados formales e informales.

    En consecuencia, no utilizaron las diferencias entre los dos mercados como sus

    variables principales.

    El alcance del problema

    La informalidad y la precariedad de la vivienda son grandes preocupaciones en los

    pases en desarrollo. Segn estimaciones de las Naciones Unidas, ms de mil millones

    de personas viven en asentamientos informales, que representan un 32 por ciento de la

    poblacin urbana de todo el mundo (UN Habitat 2006). En Amrica Latina, el

    porcentaje de vivienda irregular medido por indicadores observables como el rgimen

    de propiedad o la conexin con el sistema de alcantarillado est disminuyendo en

    algunos pases, si bien en proporcin desigual. Sin tener en cuenta la disputa continua

    sobre la forma correcta de medir la informalidad, en la mayora de las ciudades de

    Amrica Latina el problema sigue siendo de proporciones considerables, y es necesario

    comprender mejor su dinmica a fin de recomendar una poltica de vivienda razonable.

    En la prctica, los indicadores conmensurables de informalidad que se basan en la

    ausencia de ttulos de propiedad o el acceso a infraestructura y servicios son ms fciles

    de obtener que los basados en la falta de cumplimiento de la regulacin del uso del

    suelo o las normas de construccin. La pobreza (en todas sus dimensiones) y la

    inversin pblica insuficiente (en vivienda social, infraestructura y servicios) son las

    explicaciones ms comunes de la persistencia de la informalidad. Pero tambin aumenta

  • la percepcin de que los mercados del suelo urbano en general y las normas y la

    regulacin urbanstica en particular son factores relevantes que contribuyen a ella.

    El elevado costo de las transacciones en los mercados del suelo urbano se incrementa

    debido a la burocracia, la falta de informacin o su poca claridad, y las prcticas

    discriminatorias, as como por otras discordancias funcionales del mercado derivadas de

    la estructura de propiedad del suelo, las prcticas especulativas y de monopolio, y la

    regulacin del uso del suelo y de la construccin, que dificultan el cumplimiento de las

    normas por parte de las familias con bajos ingresos. Estos factores aumentan la

    ineficacia del mercado y sostienen la informalidad.

    En este artculo argumentamos que la regulacin del uso del suelo y de la construccin

    administrada por los planificadores urbanos y por los funcionarios a nivel local puede

    contribuir efectivamente a la incidencia de la informalidad. Entre el 20 por ciento de

    municipios brasileos que redujeron la pobreza en mayor medida a lo largo de los

    ltimos nueve aos, un 23 por ciento tambin redujo drsticamente el nmero de

    viviendas sin ttulo de propiedad, pero el 24 por ciento aument la informalidad en ms

    de un 3,2 por ciento, el ritmo ms rpido observado en todo el pas (IBGE 1991; 2000).

    Tales diferencias de rendimiento del mercado de la vivienda en el segmento de bajos

    ingresos no puede explicarse nicamente por la incidencia de la pobreza, el ritmo de la

    urbanizacin y el crecimiento de la poblacin u otros medidores a nivel macro.

    Las ventajas e inconvenientes de la regulacin urbana

    La regulacin urbana beneficia a las polticas de vivienda porque soluciona un

    problema de derechos de propiedad. Regular la distancia entre viviendas, por ejemplo,

    ayuda a proteger los derechos de privacidad de los dems. La regulacin ayuda adems

    a solucionar problemas de externalidad o efectos indirectos. Por ejemplo, no regular las

    anomalas de vivienda podra dar lugar a problemas de salud pblica debido al aumento

    de humedad, la falta de luz o a problemas graves de seguridad. En este caso, la

    regulacin elimina las efectos indirectos negativos y aumenta el bienestar general de los

    residentes.

    La regulacin puede tener tambin un efecto beneficioso al reducir el vaco de

    informacin en el mercado. Si no existen normas de construccin previamente

    definidas, los urbanizadores pueden aprovecharse de los compradores inexpertos y

    cobrarles en exceso por una vivienda que es insegura, o podran venderles un terreno en

    una nueva urbanizacin que no proporciona servicios adecuados, como ocurre con

    frecuencia.

    No obstante, la regulacin tambin tiene aspectos potencialmente negativos. Una

    consecuencia es el inconveniente de procedimientos complicados que pueden conducir

    a la corrupcin. Por ejemplo, no es poco frecuente que se tarde ms de cuatro aos en

    emitir una licencia de subdivisin. En su estudio clsico, Mayo y Angel (1993) asocian

    el complicado marco regulador de Malasia con funcionarios corruptos que intentan

    capturar rentas de la poblacin a cambio de relajar las normas, agilizar la concesin de

    licencias o permitir excepciones al reglamento.

    En segundo lugar, algunas regulaciones como por ejemplo las ordenanzas de zonificacin pueden dar lugar a una segregacin por ingresos en determinados

  • vecindarios al establecer niveles mnimos que elevan los precios y disuaden

    efectivamente a las familias con ingresos ms bajos de competir en el mercado formal.

    Los precios elevados de la vivienda pueden deberse a la gran demanda, pero tambin a

    la poca elasticidad de la oferta provocada por tales regulaciones y restricciones

    exclusivas. Malpezzi (1996) ha resaltado el aspecto de exclusin que tiene la regulacin

    del uso del suelo en los Estados Unidos, que limita la integracin de residentes con

    altos y bajos ingresos con la intencin especfica de evitar las subvenciones para las

    escuelas y otros servicios pblicos locales.

    Biderman (2008) ofrece evidencia sobre Brasil para apoyar el argumento propuesto de

    que las familias pobres a menudo eligen viviendas informales (sin ttulo) por encima de

    las formales (con ttulo) como respuesta a las regulaciones que exigen costos

    adicionales o credenciales para poder acceder al mercado formal y/o que reducen la flexibilidad del diseo en la construccin de viviendas. Este aspecto exclusivo de la

    regulacin urbana es real en Brasil en cuanto a la infraestructura y los servicios

    pblicos porque en cualquier caso rara vez se facilitan stos en los asentamientos

    informales. De hecho, hasta 1988 la ley impeda oficialmente a los municipios facilitar

    servicios a los terrenos ocupados de forma irregular, aunque en la prctica algunos s

    los facilitaron.

    La economa poltica en la que se basan los aspectos de exclusin de la regulacin tiene

    un precedente duradero en la historia de Brasil. El sistema Sesmarias de derechos de

    propiedad del suelo, instaurado por el rey Fernando I de Portugal en 1375,

    proporcionaba un rgimen de propiedad mediante otorgamiento real (para la lite) o

    mediante una prueba de uso productivo del suelo (para quienes tenan medios de

    explotacin del mismo). Los municipios de Brasil siguen aplicando las regulaciones

    urbansticas en algunas partes de la ciudad, pero no en otras (Rolnik 1997). La retirada

    en lugar de la mejora de los asentamientos informales en los vecindarios del centro de

    la ciudad, con alto nivel de ingresos, es un caso oportuno. Este doble estndar permite

    alojar a los pobres en determinadas zonas sin invertir en infraestructura y provisin de

    servicios.

    Otras razones de la presencia de regulaciones poco razonables en las ciudades de Brasil

    son la bsqueda de rentas por parte de los funcionarios que provoca la resistencia a la

    reforma reguladora, y la respuesta del regulador a la presin de los urbanizadores para

    mantener a las familias con bajos ingresos alejadas de ciertas zonas. Existen muchos

    ejemplos ilustrativos de esa corrupcin y connivencia en Brasil en la bibliografa sobre

    planificacin urbana.

    Asimismo, los reguladores tienden a ignorar los efectos no intencionados de las

    ordenanzas sobre el uso del suelo y la construccin. No es poco frecuente que un

    municipio adopte simplemente las normas y las regulaciones urbansticas de otro

    municipio con el fin de cumplir las rdenes federales sobre planes maestros, por poner

    un ejemplo. Esta prctica slo aumenta la probabilidad de que se produzcan efectos

    negativos en el mercado de la vivienda porque permite que se perpeten las polticas

    reguladores inadecuadas.

    Un ejemplo del impacto de las regulaciones urbansticas en el costo de la vivienda y

    potencialmente en la informalidad en Brasil es el Urbanizador Social, una iniciativa

    pblica ideada para tentar a los urbanizadores informales para que cumplan con las

  • regulaciones sobre el uso del suelo. El primer caso llevado a cabo con xito en So

    Leopoldo en 2008, el urbanizador solicit al municipio la reduccin del tamao mnimo

    de parcela de 300m2 a 160m2 con el fin de ofrecer opciones de vivienda ms

    asequibles. A cambio, el urbanizador acept algunas imposiciones del municipio en

    forma de inversin directa en infraestructura y servicios urbanos (Damasio et al.,

    prxima publicacin).

    Efecto de la regulacin sobre la informalidad

    En la dcada de 1990 los municipios de Brasil promulgaron diversas regulaciones sobre

    el uso del suelo y la construccin que pueden agruparse en cuatro tipos principales:

    normas de parcelacin, zonificacin, lmites del crecimiento urbano y cdigos de

    construccin. Algunos municipios adoptaron algunas de estas regulaciones en la dcada

    de los ochenta o incluso antes, otros lo hicieron durante la primera mitad de la dcada

    de 2000, y muchos otros an no han adoptado todas o ni siquiera una de ellas. Estas

    diferencias temporales en cuanto a su adopcin ofrecen una oportunidad analtica nica

    para intentar aislar el papel desempeado por la regulacin de otros eventos que afectan

    al mercado de la vivienda.

    Idealmente, el impacto de la regulacin en el mercado de la vivienda debera evaluarse

    comparando municipios que son idnticos a excepcin de que uno de ellos adopta una

    regulacin particular mientras que el otro no. Sin embargo, encontrar municipios

    idnticos no siempre es factible. Un procedimiento estndar para solventar parcialmente

    este problema es utilizar los resultados de los municipios que no han adoptado la

    regulacin a fin de estimar lo que habran experimentado los municipios que s la

    adoptaron si no hubieran introducido una regulacin. La diferencia entre el resultado de

    adoptar o no adoptar una regulacin sugerira una estimacin superficial del impacto de

    la regulacin en la variacin en la proporcin de la informalidad.

    Nuestro estudio aprovech las oportunidades que ofreca el caso de Brasil. En primer

    lugar, la diferencia cronolgica en la adopcin de regulaciones entre los municipios

    permite establecer comparaciones entre ellos. En segundo lugar, la informacin

    disponible en el censo y otros estudios a nivel nacional es extensa, e incluye la fecha de

    promulgacin de la regulacin, el estado de rgimen de propiedad declarado por los

    propietarios de viviendas, y una cifra generosa de variables de control que incluyen la

    poblacin, los ingresos y el nivel de pobreza. En tercer lugar, hay datos disponibles

    sobre ms de 2.000 municipios, lo que permite realizar un anlisis estadstico

    significativo. Tener una oportunidad como sta de investigar los asentamientos

    informales es poco comn, y es una de las principales razones por las que es tan difcil

    encontrar en la bibliografa pruebas contundentes sobre los factores determinantes de la

    informalidad.

    Dada la naturaleza duradera de una vivienda, tanto las viviendas formales como

    informales se miden como proporcin de todo el conjunto de viviendas, en lugar de

    como un nmero designado de viviendas. La medida de la informalidad utilizada en

    este estudio es la proporcin de viviendas sin ttulo de propiedad, que se define como la

    ocupacin del terreno sin ostentar un ttulo de propiedad declarada por propietarios de

    vivienda que respondieron a una pregunta en un estudio del censo sobre si eran o no

    propietarios del terreno en el que est ubicada su vivienda.

  • Segn esta definicin, la proporcin de viviendas sin ttulo de propiedad en las ciudades

    brasileas descendi en la dcada de los noventa, debido en parte a los cambios

    institucionales asociados a la Constitucin de 1988, que redujo de 25 a 5 aos el tiempo

    necesario para legitimizar el derecho de posesin adversa de la ocupacin de un terreno

    urbano no reclamado. Los terratenientes se volvieron menos condescendientes con

    respecto a tolerar la ocupacin del terreno, tal y como se observa en la disminucin de

    las invasiones de terreno y el aumento de las adquisiciones de mercado (aunque por

    medios informales) como la forma predominante de adquirir terrenos utilizada por los

    pobres. El descenso en la tendencia a la informalidad tambin se asocia a la

    estabilizacin econmica, el fortalecimiento de las finanzas municipales locales, la

    revitalizacin del mercado hipotecario y el lento descenso de los ndices de pobreza

    observados durante la dcada. El impacto de los programas de regularizacin, aunque

    su alcance es limitado, es otro factor que influye en la reduccin de los asentamientos

    informales.

    La Figura 7.2.5.1 (en anexo) presenta proyecciones utilizando parmetros estimados

    que comparan la disminucin en el porcentaje de viviendas sin ttulo de propiedad, que

    comienza en un 17,5 por ciento en 1985, con unos lmites superior e inferior basados en

    una desviacin estndar. La lnea negra (naranja) de la cifra representa la tendencia

    exponencial en los municipios que no han promulgado regulaciones sobre el uso del

    suelo o sobre la construccin. Las lneas de color gris (morado o azul verdoso)

    representan los lmites superior (ms regulacin) e inferior (menos regulacin) de los

    municipios

    que promulgaron regulaciones en 1991, cuando la proporcin de viviendas sin ttulo de

    propiedad alcanz el 14 por ciento.

    Una forma de interpretar estos resultados es fijar un objetivo deseado en trminos de

    proporcin de viviendas sin ttulo de propiedad, y despus evaluar cunto tiempo se

    necesita para alcanzar este objetivo dados los cambios regulatorios en los municipios.

    Si el objetivo es reducir la proporcin de viviendas sin ttulo de propiedad del 14 al 12

    por ciento, entonces una ciudad que no promulgara regulaciones que afectaran al

    mercado formal de la vivienda habra alcanzado este objetivo en el ao 1996, mientras

    que una ciudad de iguales caractersticas que promulgara regulaciones en 1991 habra

    tardado, en promedio, de dos a diez aos ms en alcanzar el mismo objetivo. En otras

    palabras, el plazo de tiempo ser mayor en los municipios ms regulados.

    Los resultados muestran claramente un impacto significativo de la regulacin sobre la

    informalidad y refutan la nocin de que los mercados de vivienda formales e informales

    son independientes. Parece que la informalidad puede ser provocada por las mismas

    regulaciones que se aplican a los mercados formales, lo que significa que es incorrecto

    disear polticas circunscritas a las zonas informales. Aunque los resultados no siempre

    se estiman con gran precisin, las medidas de la regulacin siempre tienen seales

    esperadas y sus niveles de confianza estn siempre por encima del 81 por ciento.

    Asimismo, cuando comparamos los municipios que promulgaron regulaciones urbanas

    ms cerca del ao 2000, el impacto estimado sobre la informalidad disminuye como se

    esperaba, lo que demuestra coherencia con los resultados (Biderman 2008).

    Perspectivas de futuro

    El argumento y la evidencia presentados en este artculo sugieren que la regulacin

  • inadecuada en los pases en desarrollo puede reducir las alternativas residenciales de las

    familias, incitndolas o presionndolas para buscar opciones informales. Las

    subvenciones podran proporcionar una compensacin adecuada a fin de mitigar los

    efectos de exclusin o las consecuencias imprevistas de determinadas regulaciones

    necesarias, al hacerlas aplicables a cada ciudadano. Pero en ausencia de tales

    subvenciones, los niveles de urbanizacin indebidamente elevados y las restricciones al

    uso del suelo podran excluir a un grupo bastante numeroso. Por ejemplo, una norma de

    parcelacin muy elevada (por ejemplo, un tamao mnimo de parcela de 300m2 cuando

    los terrenos de 50m2 no son poco comunes) puede dar lugar a que existan grupos que

    viven en parcelas ms grandes y otros en parcelas mucho ms pequeas. En lugar de

    garantizar niveles mnimos para todos, una norma como esta podra exacerbar las

    desigualdades.

    Evidentemente, no se puede deducir que deberan eliminarse las regulaciones sobre la

    construccin y el uso del suelo. Las regulaciones desempean un papel importante en la

    creacin de un entorno urbano mejor. No obstante, es necesario afrontar las

    consecuencias no deseadas de la induccin a la informalidad producto de los elevados

    precios de la vivienda. Una poltica de vivienda sensata debera tener en cuenta estos

    efectos indirectos. El desafo actual es cmo conservar los efectos indirectos positivos

    de las normas urbansticas estimulando a la vez la construccin de viviendas asequibles.

    Tambin se debera tener en cuenta el tema de cuntos efectos indirectos positivos

    pueden extraerse realmente de una regulacin determinada.

    Por ejemplo, el valor social del efecto indirecto externo generado por una restriccin de

    la densidad podra no ser necesariamente mayor que el valor de la prdida de bienestar

    asociada a una restriccin en la oferta de suelo urbanizado. En efecto, podramos

    argumentar sobre la medida en la que determinadas regulaciones aplicadas actualmente

    en los municipios de Brasil, proporcionan de hecho ms privilegios de exclusin a

    determinados grupos o una burocracia flagrante y obstculos de procedimiento que

    elevan los precios de la vivienda sin crear efectos indirectos positivos para el conjunto

    del municipio (Henderson 2007).

    Ya a finales de la dcada de los ochenta, los planificadores urbanos de Brasil

    reconocieron que las normas y las regulaciones urbansticas estaban aumentando los

    costos de urbanizacin y afectando a las viviendas sociales. A pesar de la falta de

    pruebas estadsticas, los profesionales se dieron cuenta de que los tamaos mnimos de

    parcela, los terrenos de estacionamiento obligatorios, los impedimentos a los usos

    mixtos (comerciales y residenciales), y otras regulaciones sobre el uso del suelo urbano

    no favorecan el aumento de la oferta de vivienda asequible.

    Se adopt un enfoque pragmtico a fin de minimizar esas limitaciones a travs de la

    nocin ZEIS (Zona Especial de Inters Social), donde se flexibilizaban las regulaciones

    que incrementaban los costos con el objetivo de promover la oferta de viviendas

    asequibles. Las ZEIS se definen mayoritariamente de forma que coincidan con los

    lmites de asentamientos ocupados existentes y los municipios las utilizan como

    herramienta para regularizar ocupaciones de suelo irregulares previas simplemente

    enunciando que el asentamiento no necesita cumplir las normas aplicables de forma

    general a las zonas urbanas del municipio. El inconveniente de esta medida paliativa es

    que el municipio ya no se ve obligado a intervenir en la zona puesto que, por definicin,

    la zona ZEIS ya es conforme a la norma. En otras palabras, el doble estndar abre la va

  • para que el municipio ignore el problema ms all de la emisin de una ordenanza sobre

    zonificacin.

    En resumen, la reforma de la poltica de vivienda en Brasil exige actualmente un

    enfoque ms amplio que estructure de forma conjunta los elementos de financiacin,

    tecnologa y gestin urbanstica, y se aleje de la visin paternalista de ofrecer un cobijo

    o del enfoque limitado sobre los asentamientos informales. Hemos argumentado que el

    papel de la regulacin del suelo urbano y de la construccin es un factor indispensable a

    tener en cuenta en cualquier intento de afrontar con seriedad el desafo que plantea la

    informalidad en Brasil y en otras ciudades del tercer mundo.

    Referencias

    Biderman, C. 2008. Informality in Brazil: Does urban land use and building regulation

    matter? Documento de trabajo. Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy.

    Damasio, Claudia, Claudio Gutierrez, Gevaci Perfroni y Jacqueline Menegassi.

    Prxima publicacin. Estudo de caso de urbanizaao social no municipio de So

    Leopoldo. Documento de trabajo. Cambridge, MA: Lincoln Institute of Land Policy.

    Ellickson, R. 1977. Suburban growth controls: An economic and legal analysis. Yale

    Law Journal 86 (3).

    Henderson, J.V. 2007. The effect of residential land market regulations on urban

    welfare. Urban Research Symposium 2007. Banco Mundial, 1416 de mayo.

    IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatistica/Brazilian Institute of Geography

    and Statistics). 1991 y 2000. http://www.ibge.gov.br/home/

    Malpezzi, S. 1996. Housing prices, externalities, and regulation in U.S. metropolitan

    areas. Journal of Housing Research 7(2): 209241.

    Mayo, S. y S. Angel. 1993. Housing: Enabling markets to work. A World Bank Policy

    Paper.

    Rolnik, R. 1997. A cidade e a lei: Legislao, poltica urbana e territrios na cidade de

    So Paulo. So Paulo: Studio Nobel: Fapesp.

    The Economist. 2007. Adios to poverty, hola to consumption. 16 de agosto.

    http://www.economist.com/world/la/displaystory.cfm?story_id=9645142&CFID=8338

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    Turner, J.F.C. y R. Fichter. 1972. Freedom to build: Dweller control of the housing

    process. New York: The Macmillan Company.

    UN Habitat. 2006. State of the worlds cities 2006. London: Earthscan y UN Habitat.

    Sobre los autores

    Ciro Biderman es Visiting Fellow del Lincoln Institute of Land Policy e investigador

  • adjunto al Departamento de Planificacin y Estudios Urbansticos del Instituto de

    Tecnologa de Massachusetts. Asimismo es profesor asociado en la Fudacin Getulio

    Vargas e investigador asociado al Centro de Estudio de las Polticas y Economa del

    Sector Pblico (CEPESP/FGV) de So Paulo, Brasil (en licencia). Contacto:

    [email protected]

    Martim Smolka es Senior Fellow y Director del Programa sobre Amrica Latina y el

    Caribe del Lincoln Institute. Contacto: [email protected]

    Anna SantAnna es investigadora asociada principal del Programa sobre Amrica Latina y el Caribe del Lincoln Institute. Contacto: [email protected]