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Índice
Resumen ejecutivo ..................................................................................................... 2
1. Introducción ........................................................................................................... 7
2. Metodología ......................................................................................................... 13
3. Resultados de trabajo de Campo .......................................................................... 20
4. Resultados de impacto percibido en Calidad de Vida de Adultos Mayores Beneficiarios y sus Representantes........................................................................... 25
4.1. Impacto percibido en Salud Física y Emocional................................................... 25 4.2. Impacto percibido en Decisiones y Empoderamiento. ....................................... 35 4.3. Impacto Percibido en Redes Sociales .................................................................. 43 4.4. Evaluación del Programa 70 y más ...................................................................... 50
5. Resultados Finales en Potenciales Beneficiarios y Adultos Mayores Suspendidos . 54
5.1. PB y AMS Situación de Vida ................................................................................. 54 5.2. PB y AMS en Barreras de acceso al Programa ..................................................... 58 5.3. PB y AMS Beneficios esperados ........................................................................... 62
6. Resultados de Impacto desde la perspectiva de Actores Clave ............................. 63
7. Observación de la Entrega del Recurso ................................................................. 66
8. Conclusiones......................................................................................................... 74
9. Bibliografía ........................................................................................................... 80
10. Anexos ................................................................................................................ 83
Anexo 1. Programas y acciones para Adultos Mayores en América Latina ............... 83 Anexo 2. Temas de investigación del estudio cualitativo por actor ........................... 86 Anexos Reportes de Localidad
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Resumen ejecutivo Aspectos metodológicos relevantes. El estudio cualitativo tuvo como objetivo explorar los factores culturales y estructurales que interactuaban con el impacto del Programa 70 y más, así como el impacto percibido de éste sobre la calidad de vida de los beneficiarios, explorar las características de los potenciales beneficiarios e indagar a través de actores clave y observación aspectos relacionados al programa y sus dinámicas locales. Para ello se consideraron las percepciones de los beneficiarios, sus representantes, actores clave, potenciales beneficiarios y beneficiarios suspendidos (una categoría de actor emergente en el estudio) y se realizaron observaciones en los puntos de pago.
Para obtener la percepción de los actores sociales se empleó la entrevista semi‐ estructurada y la observación no participante y estructurada en los puntos de pago. Fueron elegidas cuatro localidades que formaron parte de la línea de base cuantitativa y que eran comparables en características estructurales tales como tipo de población, desarrollo y economía. Dos localidades de Veracruz con población indígena (Ahitic y Huacango), y dos localidades de Hidalgo con población mestiza (Tlatzintla y San Bernardo) conformaron la muestra total para el trabajo de campo. Una localidad en cada estado presentaba fácil y otra difícil acceso a los servicios de salud. En la selección de beneficiarios se consideraron aquellos que en la línea basal presentaron las siguientes características en orden de importancia: 1. Ser hombre versus ser mujer, 2. Estar relativamente sanos o ‘valerse por si mismos’ versus tener enfermedades crónicas o ‘depender de otros para su subsistencia’, y 3. Declarar redes sociales fuertes versus declarar redes sociales débiles.
Se realizaron un total de 129 entrevistas semi – estructuradas. 99 con Adultos Mayores Beneficiarios (AMB) y sus Representantes (R), 16 con Potenciales Beneficiarios (PB) y 6 con Adultos Mayores Suspendidos (AMS), así como 8 entrevistas con Actores Clave (AC), dos por localidad y priorizando a los funcionarios locales del Programa, bajo cuya denominación solo se encontró a uno. Se realizó un registro de diario de campo (DC) por cada entrevista realizada (129 DC para AM, R, PB, AMS y AC), un registro de diario de campo y un registro de la observación de la entrega del recurso para cada localidad (como se observa en la Tabla 6. Resultados de Trabajo de Campo Cualitativo).
Impacto en salud física y emocional en AMB. No todos los Adultos Mayores Beneficiarios percibieron un impacto del Programa en su salud física, sin embargo la salud emocional fue reportada de manera sistemática como un resultado de impacto percibido del Programa. Para muchos AMB hubo cambios en los diferentes indicadores de calidad de vida. En relación a la salud física, en general los beneficiarios refirieron presentar malestares o enfermedades aunque mayoritariamente gozaban de independencia funcional. Con el recurso económico del Programa declararon haber incrementado la variedad de alimentos adquiridos y la seguridad de los mismos así como cubrir gastos derivados de la atención a su salud, razones por las cuáles algunos AMB percibieron un impacto del programa en su salud física. En una comunidad se expresó con mayor claridad la relación percibida entre el Programa y la percepción de una mejoría en salud de los beneficiarios. Dicho hallazgo podría estar relacionado a
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una sinergia positiva entre el Programa 70 y más y otros programas de salud y desarrollo presentes en la misma.
Los beneficiarios vincularon su emocional a la física. En general y como un resultado significativo del estudio cualitativo, se encontró un impacto positivo por parte del Programa en la salud emocional de los AMB. Éste fue declarado bajo las expresiones de ‘sentirse contentos’, ‘darse valor’ y ‘dejar de sufrir’. Las razones expresadas de dicho impacto percibido se relacionan a la tranquilidad de tener un ingreso regular y propio, a la capacidad de compra y a la reducción de la dependencia económica para con sus familiares todas las anteriores relacionadas al Programa. También fueron mencionados como elementos para sentirse contentos el hecho de encontrarse con sus pares el día del pago y en algunos casos a tener un ahorro para imprevistos. Pese a que dicho impacto haya sido declarado es importante señalar que factores como la tristeza por debilitamiento de las redes, tales como defunciones de parejas y amigos y migración de los miembros jóvenes de las comunidades, con sus implicaciones para ambas, la salud física y emocional así como el proceso en sí del envejecimiento enmarcaron siempre el estado de ánimo de los AM.
Impacto en toma de decisiones y empoderamiento en AMB. En relación al empoderamiento y la toma de decisiones en aspectos que se relacionan con la calidad de vida de los AMB, destacó como una constante el hecho de que los AM de manera general declararon tomar decisiones sobre el apoyo brindado por el Programa 70 y más. Destacó también como un resultado central el hecho de que el recurso del Programa no sólo se destina a solventar las necesidades de los AMB sino que se comparte con la unidad doméstica.
Los beneficiarios no percibieron un impacto en las dinámicas de toma de decisiones dentro de sus hogares, pues declaraban tomar decisiones del modo como lo habían hecho toda su vida, sin embargo, aquellos AMB quienes vivían en hogares multi‐generacionales declararon participar más en las decisiones en torno a la preparación de los alimentos del hogar al circular bienes alimenticios. Al tomar decisiones sobre el recurso que les daba el Programa, muchos de ellos/as expresaron un sentimiento de reducción de la dependencia de sus redes, de tener mayor capacidad de decisión sobre sus gastos y decisiones y por ende de sentirse empoderados respecto a decisiones que atañen a sus vidas. El empoderamiento que se perfiló de manera percibida a raíz de las transferencias del Programa destacó con particular claridad para el grupo de las mujeres.
Contar con redes sociales débiles, es decir tener poco apoyo o incluso en una comunidad en particular actitudes de abandono, no fue un hallazgo constante pero en los casos observados implicaba mayor vulnerabilidad y menor capacidad de tomar decisiones. Los dependientes funcionales por su propia condición, delegaban la decisión del recurso en sus Representantes, sin embargo el recurso era empleado en atender su alimentación y salud física.
Impacto en redes sociales de AMB. De manera constante, la mayoría de los AMB contaba con redes sociales y éstas eran declaradas como fuertes, especialmente en las comunidades indígenas. No se percibió de manera general un impacto en el tipo de redes o en su fortaleza a raíz del Programa. Las acciones de las redes fuertes se expresaban como circulación de apoyo recíproco ya sea instrumental, cognitivo,
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emocional o material e incidían directamente en varios aspectos básicos de la vida del AM tales como su alimentación, salud física y salud emocional. Aunque no fue declarado un cambio en sus redes, el hecho de tener recursos que ofrecer a su red podría estar creando un cambio en las mismas.
En general el significado de la red de hogar fue positivo ya que en ella se procuraba el bienestar del AM. El apoyo instrumental y el material fueron los tipos de apoyos más significativos y solían ser recíprocos y que aunque no fue declarado como un elemento transformado por el Programa, el apoyo podría estar dando a los AM mayor capacidad de ser recíprocos en las mismas. Quizá el hecho que no se perciba un impacto en este ámbito obedezca a que es poco el tiempo que han estado expuestos al Programa. Quienes vivían en hogares mutli‐generacionales declararon que los bienes circulan en el hogar. Los AM dependientes funcionales declaran que los recursos del Programa eran utilizados para sus necesidades y el hecho de descargar a los miembros de sus redes podría estar relajando el estrés del vínculo entre ellos y sus cuidadores al disminuir la económica que los AM DF representan.
Las redes extra‐hogar no siempre eran explícitas y entre ellas las mujeres contaban con menos redes de apoyo extra‐hogar y en todas las comunidades se escucharon relatos aislados de envidias por parte de aquellos que no pertenecían al programa. Las normas de reciprocidad de las redes comunitarias y los deberes para las mismas en las comunidades ofrecen apoyo a los AM pero también implican obligaciones para con los miembros de la comunidad que no siempre fueron percibidas por los miembros de la comunidad de manera positiva, pero que sin lugar a dudas representan una forma de inclusión para los AM en la vida comunitaria.
Es importante destacar que en dos comunidades (Huacango y Tlalzintla) se observaron ejemplos de excepción de sinergias que podrían estar potenciando o diluyendo el impacto positivo del Programa a nivel comunidad y cuyas dinámicas podrían ser claves para la activación de la red social del Programa. Así mientras en el primer caso la fuerte presencia del IMSS‐Oportunidades y sus mecanismos de atención podrían estar potenciando el efecto positivo percibido en la salud de los beneficiarios, para el segundo caso, las nocivas dinámicas de la comunidad respecto al uso del alcohol y por tanto las redes sociales debilitadas podrían estar mermando el efecto que las transferencias buscan tener en los beneficiarios.
Evaluación del Programa 70 y más por AMB. Los beneficiarios evaluaron positivamente el Programa y agradecieron recibir el apoyo, pues ha incrementado su capacidad de compra e incluso se ha convertido en un recurso esencial para su subsistencia. Las sugerencias que se hicieron al Programa fueron: aumentar el monto otorgado, recibir visitas de médicos especialistas y mejorar los servicios de salud, avisar con anticipación sobre la entrega del recurso para que el Representante pueda gestionar a tiempo la constancia médica y recibir el apoyo por tiempo indefinido. Aunque no fueron la mayoría, algunos beneficiarios se opusieron a hacer sugerencias al Programa asegurando que todo estaba bien o que no podrían ‘exigir’ más al gobierno, dejando así ver una percepción asistencialista del mismo. Finalmente, es importante resaltar que muchos AMB desconocen los mecanismos del Programa u otras veces les resultan incomprensibles algunos aspectos de su funcionamiento.
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Potenciales Beneficiarios y Adultos Mayores Suspendidos. Respecto a los Potenciales Beneficiarios éstos fueron un grupo que representó el 16% del total de los entrevistados, los AMS sin embargo emergieron como una categoría de análisis que se compuso por AM quienes eran beneficiarios y por razones diversas se encontraban suspendidos. En todas las localidades, excepto en Ahitic donde los PB eran igualmente reconocidos socialmente, se identificaron características compartidas entre estos AM PB quienes siendo elegibles para el programa no lo reciben: mayor vulnerabilidad, presencia de enfermedades crónicas particularmente las que crean dependencias funcionales en un determinado punto (como mal de parkinson), sentimiento de no tener nada que ofrecer a los demás en algunos de ellos o redes sociales muy debilitadas y con menor posicionamiento en el hogar. Las anteriores son características que posiblemente explicaban su calidad de potenciales beneficiarios cuya vulnerabilidad incrementaba en todos los casos cuando las PB eran mujeres. Como un caso extremo pero de alta importancia se identificó, relacionado probablemente a la situación de abuso de alcohol por parte de algunos miembros de la comunidad, casos de abuso y aislamiento extremo para los AM‐PB de la localidad de Tlalzintla.
Las barreras de acceso al Programa par ambos grupos fueron claras. En PB remiten a una débil red social de apoyo en el hogar y en la comunidad: se desconocía el Programa, no había quien gestionara la inscripción o arreglara los errores en actas de nacimiento para estos AM, tampoco se identificaba un estímulo familiar o social para inscribirse. Para los adultos mayores suspendidos la barrera más importante fueron los errores al momento de inscribirse, había AM registrados doble ocasión (no les llegaba el recurso y volvían a inscribirse, generando en consecuencia suspensión) o inscritos en otras localidades. Una barrera que compartían potenciales beneficiarios y adultos mayores suspendidos era la exclusión social de la comunidad, pues los mecanismos de información comunitarios no funcionaban para ellos como para los otros miembros de la comunidad. Además, no siempre entendían la información que se les brindaba en la mesa de atención o los mecanismos del Programa.
Ante la existencia de los PB y de los Adultos Mayores Suspendidos, la falta del apoyo eficaz en la gestión por parte de alguna figura del Programa en las localidades era visible.
Finalmente, para ambos grupos los beneficios esperados eran de tipo material, refirieron que comprarían alimentos, acudirían al médico, pagarían medicinas, comprarían ropa y arreglarían sus viviendas, y en algunos casos esperaban la nada inapreciable, mejora de sus vínculos con la comunidad.
Actores Clave y Observación de la Entrega del Recurso. Los actores clave reafirmaron con sus testimonios el impacto en el la calidad de vida de los AM pues desde su punto de vista, ahora éstos ‘viven mejor’. Ellos/as reafirmaron también el análisis cualitativo en el cuál no se observa un impacto sustancial en redes extra‐hogar aunque reconocen que el punto de apoyo es un lugar clave de encuentro para los AM. Sus testimonios sobre la utilización del recurso en todos los miembros del hogar, particularmente en los hogares multi‐generacionales dan elementos para creer que a más largo plazo se podría observar cambios en las redes de hogar de los AM a través de la redistribución del recurso podría estar creando lazos de reciprocidad que posicionen al AM de una forma diferente. Finalmente los AC reconocen algunos usos no declarados antes por los AM del recurso tales como la recreación y la compra de bebidas alcohólicas.
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Respecto a la Observación de la entrega del recurso, destaca la actitud de los funcionarios del Programa y los pagadores ante los beneficiarios eran en general formales y distantes y podían llegar a ser poco cuidadosas cuando se perdía la paciencia debido a la falta de organización. Aunque las condiciones de entrega de recurso variaron en las diferentes localidades, problemas de tipo logístico, de acceso a los servicios de salud en caso de experimentarse una emergencia y de condiciones de confort mínimas necesarias para un grupo de alta vulnerabilidad (sillas y servicio de sanitarios) como lo son los AM fueron observadas con regularidad. Sobresalió la falta de traductores y de logística adecuada en las localidades indígenas cuyas barreras resultaron en situaciones de extrema falta de comunicación en los días de pago observados por el equipo cualitativo. Adicional a ello, una dificultad constante para los beneficiarios y actores clave era el poco tiempo de antelación con que se ha llegado a informar el de pago, generando dificultad para tramitar constancias médicas para los beneficiarios que requieren Representante.
En las localidades visitadas no se había puesto en marcha la red social, sólo en una localidad una componente de la red social se encontraba en funciones. Un gestor comunitario fue encontrado y entrevistado como actor clave, sin embargo éste aún no ofrecía ninguna de las actividades establecidas por los contenidos de la red social. Cabe destacar que pese a ello, si había de facto responsables voluntarios del Programa en cada localidad. Los responsables estaban encargados de avisar el día en que se entregaría el apoyo, en ocasiones apoyaban en la traducción de la lengua, así como en algunas gestiones, aunque se entendía que ésta no era forzosamente su responsabilidad. En la mayoría de los casos los responsables de las comunidades habían sido elegidos por los beneficiarios a petición expresa en la mesa de atención o por la usanza en la comunidad, en su mayoría eran parientes de algún AMB aunque en algunos casos eran las mismas vocales de Oportunidades quienes fungían como responsables del Programa 70 y más. En ninguna localidad visitada se habían celebrado campañas de orientación social, jornadas informativas, grupos de crecimiento, sesiones de orientación o diagnósticos comunitarios.
En general los actores clave evaluaron muy positivamente el impacto del Programa en los beneficiarios y su percepción coincidió con la de los beneficiarios y sus Representantes.
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1. Introducción A consecuencia del envejecimiento poblacional, en las últimas décadas y a nivel
mundial se le ha dado prioridad a los programas, las acciones y las políticas públicas dirigidas a la atención de los Adultos Mayores (AM). Ello obedece a que durante la vejez, la salud, las redes sociales y la economía de las personas se ven afectadas. Por ejemplo, las enfermedades se hacen más frecuentes y serias, los decesos de pareja, amigos y compañeros son recurrentes y la incapacidad para trabajar disminuye considerablemente (Guzmán, et.al., 2003).
En América Latina, las acciones y los programas dirigidos a los AM, de 60 años en adelante, han considerado los cinco principios propuestos por las Naciones Unidas para éste sector: independencia, participación, cuidado, auto realización y dignidad (United Nations Programme on Ageing, 2009). Asimismo, los gobiernos latinoamericanos han considerado en sus políticas, programas y acciones las distintas necesidades recreativas, económicas, de habitación, de participación ciudadana, de asesoría legal, de atención a la salud y de cuidados especializados de los AM.
Diferentes países de América Latina han abordado las necesidades de los AM con programas y políticas. Las necesidades recreativas de los AM han sido atendidas en países como Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, México y Venezuela. Las económicas, entre ellas la capacitación para el empleo y fondos económicos para proyectos productivos, en Argentina, Costa Rica, El Salvador, México y Puerto Rico. Las necesidades de habitación cuyas acciones se centran en programas habitacionales dirigidos a los AM y AM solos, en Chile y Costa Rica. Las necesidades de participación ciudadana e incidencia en la vida pública o programas de promoción para la participación ciudadana; consejos, comités o cabildos de AM; y voluntariados, han sido abordadas en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador y Venezuela. Las necesidades de asesoría legal en Bolivia. Las necesidades de atención a la salud como lo son por ejemplo, los programas y seguros de salud para el AM; programas de alimentación; y suplemento medicinal, son reportadas para Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, México, República Dominicana y Venezuela. Las necesidades de cuidados especializados, refuerzo de sistemas de apoyo y cuidados domiciliarios para los AM son atendidas en Argentina, Costa Rica, Cuba y Puerto Rico, existen apoyos a viudas en Puerto Rico, así como pensiones no contributivas focalizadas y universales en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, México y República Dominicana1.
En México el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) declara haber atendido a AM de 60 años y más en las necesidades de recreación y de capacitación para el trabajo; esto último, mediante proyectos económicos del Fondo Tercera Llamada. En 2009 el Programa 70 y más se ha propuesto otorgar una pensión no contributiva de 500 pesos mensuales en entregas bimestrales a AM de 70 años que viven en localidades de hasta 30, 000 habitantes, con un objetivo general de contribuir a abatir el rezago que enfrentan los adultos mayores de 70 años y más mediante
1 En el Anexo 1. Programas y acciones para AM en América Latina se incluyen el tipo y nombre de acción o Programa para cada País
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acciones orientadas a fomentar su protección social. En 2008 al programa incluyó como objetivo específico apoyar el desarrollo personal del Adulto Mayor a través de acciones de promoción y participación social.
Al día de hoy el Programa 70 y más mantiene el apoyo económico de 500 pesos en entregas bimestrales, su componente social se dirige a favorecer el desarrollo personal del AM, así como su reincorporación a la vida familiar y comunitaria a través de acciones de promoción y participación social tales como talleres, grupos de crecimiento y jornadas informativas, entre otros. A través de la Red Social se busca favorecer la protección social de los beneficiarios y su desarrollo personal, familiar y comunitario. De igual modo se mantiene la coordinación interinstitucional surgida en 2007.
El antecedente inmediato del Programa 70 y más fue el componente para adultos mayores de 60 años del Programa Oportunidades. El Programa 70 y más inició formalmente en 2007 con el nombre: Programa de Atención a los Adultos Mayores de 70 años y más en zonas rurales. De primera instancia el Programa consistió en brindar 500 pesos en entregas bimestrales a personas mayores de 70 años en localidades rurales de más de 2, 500 habitantes.
La Evaluación Externa del Programa de Atención a Adultos Mayores de 70 años y más en Zonas Rurales de SEDESOL en 2008 realizó una primera medición cuantitativa del impacto del Programa en los AM beneficiarios. En el año 2009 se puso en marcha el presente componente cualitativo de evaluación.
Conceptos que guían el estudio cualitativo.
La calidad de vida es una noción que descansa en la satisfacción que tiene la persona con su situación personal (Schwartzmann, 2003), por ello está íntimamente vinculada a la propia experiencia, a la salud, al grado de interacción social de los individuos, y a otros factores (Vera, 2007) entre ellos el económico.
Peses a que se ha discutido el gran reto que conlleva definir y medir la calidad de vida en las personas de la tercera edad, las investigaciones coinciden en que la perspectiva de las propias personas tiene un peso preponderante en la definición y conceptualización de la calidad de vida. Así en un número no menor de investigaciones se han analizado las impresiones que los AM tienen sobre su calidad de vida y la forma de mejorarla (Palomba, 2003) desde su perspectiva. El presente estudio se suma a este grupo de investigaciones que privilegia la percepción de los actores sociales sobre su propia experiencia. La adopción de dicha aproximación teórica es pertinente con los métodos utilizados en el presente estudio, cuyos principios epistemológicos se basan en la disciplina antropológica. La antropología considera el modo émic de aproximación a los fenómenos sociales como una forma de entendimiento profundo de la experiencia de la realidad desde el punto de vista del actor que debe ser contrastada con la perspectiva étic o del observador externo.
Así en el presente reporte, se escuchará la voz y visión émic o descripción de la realidad en términos significativos (conscientes o inconscientes) para el agente que las realiza. De igual forma se presentará la voz y descripción étic o descripción de hechos
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observables por cualquier un observador externo a dicha realidad (Encyclopedia of Social and Cultural Anthropology, 2009; Harris, 1980).
Es de destacar también la relación existente entre la percepción del individuo sobre la satisfacción de sus propias condiciones de vida y las consecuencias reales en la misma. Por ello es relevante conocer el modo en que el propio AM se percibe y experimenta la vejez: ya sea como prolongación y continuación de un proceso vital o como una fase de declinación funcional y de aislamiento social (Krzemien, 2001 en Vera, 2007); pues de ello depende la manera en que el adulto mayor enfrente su vida y modele el final de ésta.
Con base en lo anterior, en el presente estudio se entendió por calidad de vida: la percepción que tiene el AM sobre su salud física, su estado emocional, el uso del recurso económico del Programa, el tipo relaciones existentes y de apoyo de las redes sociales familiares, y extra ‐familiares, así como su satisfacción en los aspectos señalados, es decir, el significado o la interpretación que da el AM a sus condiciones de vida.
A continuación se presentan de manera detallada, los diferentes componentes que articulan la noción de calidad de vida previamente expresada.
El aspecto que integra la noción de calidad de vida de manera inicial es la percepción o valoración subjetiva del estado de salud físico y emocional del AM. El papel de la salud en la calidad de vida es de especial interés cuando se trata de adultos mayores, pues en esta etapa de la vida se incrementa la posibilidad de padecer enfermedades, se incrementa la posibilidad de perder la funcionalidad y en consecuencia la independencia para realizar actividades de la vida diaria, elementos todos cuya centralidad podría ser determinante para la percepción de calidad de vida de los AM (Martínez, 2003).
En segundo lugar, en los estudios sobre calidad de vida en la vejez se ha señalado la relevancia de las características de las redes sociales familiares y extra familiares de los AM. La literatura señala el efecto positivo del apoyo social en la calidad de vida del AM, así como la participación social del mismo y el reconocimiento del que pueda gozar en sus relaciones sociales significativas (Guzmán, et.al., 2003).
Las redes sociales de apoyo son también una práctica simbólica‐cultural que incluye el conjunto de relaciones interpersonales que integran a una persona con su entorno social. Las redes permiten al individuo mantener, mejorar o recuperar el bienestar material, físico y emocional y, en consecuencia, evitar el deterioro objetivo o subjetivo que podría generarse cuando se producen dificultades, crisis o conflictos (Ibíd). Sin embargo, es cierto que las redes sociales son elementos sociales con vida, que no permanecen inmutables y se transforman con el paso del tiempo y cuyos lazos no siempre brindan apoyo al individuo. Éstas pueden también distribuir recursos de manera desigual y en ocasiones pueden generan dinámicas de violencia o inequidad.
Debido a lo anterior, para el estudio cualitativo fue pertinente resaltar el tipo de apoyo que circula en las redes de los AM. Por redes sociales se consideraron las interacciones entre individuos constituidas como redes de apoyo, las cuales 1) representan una oportunidad potencial de movilizar recursos que aumentan el crecimiento del individuo (Woolcock y Narayan, 2006: 18; Bebbington, 2005: 29) y 2) le
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permiten acceder a los recursos necesarios para la subsistencia. De esta forma las relaciones sociales inciden en la calidad de vida del AM. Más específicamente la constitución de las redes y el significado que otorga a éstas el propio AM, así como su valoración sobre el tipo de apoyo que brinda y recibe en ellas constituyen un elemento central de la calidad de vida de los mismos.
En el estudio cualitativo se consideró también el tipo de transferencias o apoyos interpersonales que circulaba en las redes de los AM. Este tipo de apoyo podía clasificarse como de carácter:
1. Cognitivo. Intercambio de experiencias, transmisión de información, consejos.
2. Material. Flujo de recursos monetarios o materiales.
3. Instrumental. Apoyo en transporte, ayuda en labores domésticas, cuidado y acompañamiento.
4. Emocional. Expresado por la vía de cariño, confianza, empatía, sentimientos de afecto y preocupación por el otro (Guzmán, et.al. Op.cit).
Tercero, algunos estudios (Guzmán, 2002: 14) han señalado la relevancia del acceso de los AM a recursos monetarios y servicios necesarios que le garanticen una vejez sana y activa en la calidad de vida de los AM. Para el estudio cualitativo esto se tradujo en considerar en primer lugar la capacidad que tuviera el AM para manejar el recurso económico otorgado por el Programa 70 y más. En segundo lugar, la relevancia que el recurso económico brindara al AM la posibilidad de cubrir una serie de necesidades básicas y esenciales para garantizar la calidad de vida del AM. Por último, se consideró que el Programa otorgara a los AM la posibilidad de incidir en sus redes sociales, por ejemplo, otorgando apoyo económico a generaciones más jóvenes o reactivando redes de reciprocidad cuyos resultados permitirían que el AM reforzara su posición o empoderándole ante su red familiar y comunitaria.
Para Jo Rowlands (1997) empoderamiento es el: conjunto de procesos psicológicos que cuando se desarrollan, capacitan al individuo para actuar e interactuar con su entorno de tal forma que incrementa su acceso al poder y su uso en varias formas. En el presente estudio empoderamiento refiere a la capacidad que el AM tenga y perciba para la toma de decisiones en cuestiones que afectan su vida; concretamente la posibilidad de tomar decisiones sobre sí mismo, sobre lo relativo a sus redes sociales y sobre el uso del recurso económico que le brinda el Programa.
Cuando se habla de empoderamiento debe considerarse el género, especialmente en un contexto social donde la construcción social de la feminidad suele menoscabar la toma de decisiones que las mujeres puedan tener sobre sí mismas y sobre asuntos de orden público que les rodean. Las construcciones de género colocan en desventaja a las AM, más aún, si se considera que son más longevas que sus pares varones y, por tanto, más propensas a quedarse viudas (Krzemien, et.al. Op. cit.), factores que pueden debilitar sus redes sociales de apoyo y en consecuencia afectar de manera negativa su salud emocional. Debido a lo anterior, en esta evaluación se consideró pertinente registrar y analizar datos cualitativos desagregados por sexo.
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Estructura del presente informe final. Este informe final contiene en primer lugar un apartado metodológico. En el apartado metodológico se resume de manera ejecutiva el diseño del estudio cualitativo, la muestra de sujetos de estudio, la selección de herramientas de investigación, así como los resultados del trabajo de campo y las características finales de los actores entrevistados. Cabe señalar que, como se ha mencionado, el apartado metodológico que aquí se presenta es un resumen ejecutivo del diseño detallado del estudio y los resultados extensos de trabajo de campo cuyas descripciones a detalle se pueden encontrar en los productos 1, 2 y 5 del presente convenio.
Los resultados finales que en este informe se presentan, responden y corresponden en orden de aparición a los objetivos planteados para el presente estudio. Éstos resultados finales son el producto de un examen analítico que atraviesa de manera vertical los cuatro reportes extensos por localidad que se adjuntan al este reporte final. Es decir, mientras los reportes de localidad describen los hallazgos relevantes para cada localidad, los resultados finales que se exponen en el presente reporte refieren únicamente a aquellos hallazgos significativos para la totalidad de la muestra cuyo análisis tiene el poder de transferabilidad a la población de AM atendida por el Programa 70 y más que comparte las características de la muestra seleccionada por el estudio cualitativo.
La naturaleza del paradigma cualitativo busca describir de manera densa y detallada los hallazgos aunque puede discernir entre hallazgos considerados centrales y de extremos o de excepción. . Para ello, los estudios cualitativos suelen reportar no sólo los hallazgos centrales que podrían ser transferibles a poblaciones con características similares a las estudiadas, sino aquellos hallazgos de excepción, que si bien no son centrales, constituyen resultados de extremo que mostraron la consistencia suficiente como para ser reportados y tomados en cuenta, aunque siempre desde su carácter de resultados de excepción.
Así cuando los resultados son nombrados bajo el subtitulo ‘hallazgos centrales’ esto los refiere como conclusivos para la muestra de sujetos referidos. Cuando los resultados se presentan bajo el subtítulo de ‘hallazgos de excepción’ esto indica que los resultados a continuación descritos no son centrales o conclusivos para toda la muestra de sujetos de estudio, sin embargo la relevancia de su descubrimiento es importante y debe de tomarse en cuenta por ser un hallazgo relevante aunque sea para un subgrupo de la muestra. Finalmente, cuando los hallazgos son mencionados como ‘resultados de impacto percibido’ se debe entender que los resultados que bajo éstos subtítulos son aquellos que los sujetos y el análisis de los investigadores relacionaron de manera clara y positiva como un efecto o impacto percibido del Programa 70 y más.
El primer apartado de hallazgos (apartado 4) describe y explica los hallazgos finales sobre calidad de vida desde la perspectiva de los AM Beneficiarios (AMB) y sus Representantes (R). En éste se consideran el impacto percibido del Programa 70 y más en la salud física y emocional de los propios Beneficiarios, en la toma de decisiones sobre el recurso económico del Programa y empoderamiento, el impacto en las redes sociales de hogar y extra‐ hogar de los AM, así como la evaluación que los actores hacen del Programa en cuestión.
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El segundo apartado de hallazgos (apartado 5) finales presenta los resultados de los Potenciales Beneficiarios (PB) y AM Beneficiarios Suspendidos (AMS) del Programa relativos la situación que viven en sus hogares, a su conocimiento sobre el Programa, a las barreras de acceso al Programa así como a los beneficios esperados del Programa en caso de ser beneficiarios.
El tercer y cuarto apartados (6 y 7) de resultados del reporte final se exponen los hallazgos para Actores Clave (AC) y los resultados de la Observación de la Entrega del Recurso Económico del Programa en las cuatro localidades estudiadas. Los resultados versan sobre el impacto percibido por los AC sobre los AMB. Exponen las conclusiones basadas en la observación de la entrega del recurso sobre las interacciones entre funcionarios del Programa y beneficiarios, la interacción entre beneficiarios y las condiciones de la entrega del mismo.
Por último se presentan las conclusiones del estudio cualitativo, la bibliografía y los anexos.
Anexos al presente reporte de resultados finales, se encontrarán anexos los Reportes de Resultados por Localidad apareciendo en el siguiente orden:
1. Reporte de Localidad. Huacango, Veracruz
2. Reporte de Localidad. Ahitic, Veracruz
3. Reporte de Localidad. Tlatzintla, Hidalgo
4. Reporte de Localidad. San Bernardo, Hidalgo
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2. Metodología Se ha usado el término métodos cualitativos como un paraguas que cubre una
serie de técnicas interpretativas dirigidas a describir, decodificar y traducir el significado de hechos que ocurren en el mundo social. De igual modo, se identifica a un conjunto de modelos analíticos y teorías que privilegian el significado que los actores dan a su experiencia (Tarrés, 2001).
En las investigaciones cualitativas se parte de una posición teórica (epistemológica y ontológica) que busca registrar observaciones de forma sistemática y ordenada que permitan generar datos de campo donde se identifiquen los significados relevantes y compartidos que tienen los fenómenos sociales para los actores (Denzin and Lincoln, 1994: 224).
En el presente estudio, los objetivos y las hipótesis fueron una guía para la investigación‐observación. Los hallazgos responden a las realidades relevantes para los actores y son sensibles a los conocimientos no antes previstos y surgidos durante el trabajo de campo (Ibíd.).
A continuación se resumen los objetivos, las preguntas, hipótesis de estudio y diseño metodológico que guiaron la presente investigación2:
Objetivo General:
a) Explorar los factores culturales y estructurales que interactúan con el impacto del Programa 70 y Más, así como el impacto percibido de éste en beneficiarios y potenciales beneficiarios.
Objetivos específicos:
a) Determinar el impacto percibido sobre la calidad de vida de los beneficiarios del Programa 70 y Más desde la perspectiva de los beneficiarios y sus representantes.
b) Comprender la relación entre el impacto percibido por los beneficiarios y por sus representantes, y las determinantes individuales, sociales y estructurales3 de los beneficiarios.
c) Conocer el impacto esperado del Programa 70 y más en los beneficiarios potenciales, así como describir las determinantes individuales, sociales y estructurales que, desde la perspectiva de los beneficiarios potenciales, impiden su inscripción al programa.
2 Para una revisión a profundidad del diseño de la investigación se sugiere revisar el producto 1 ‘Estrategia del Diseño Metodológico’ y 2 ‘Estrategia de Campo’ del presente convenio. 3 Por determinantes individuales se entendió en el estudio cualitativo el sexo (si se era hombre o mujer), si el estado de salud permitía o no independencia al AM para realizar actividades de la vida diaria (dependencia o independencia funcional), la conformación de las redes sociales del AM, si estas eran fuertes o débiles y el significado que a ellas le atribuía. Por determinantes sociales si el hogar en que residía el AM era multi‐generacional, o generacional (cuando vivía con pareja o solo), y si su hogar era beneficiario o no del Programa Oportunidades. Las determinantes estructurales fueron aquellas relativas a las características de la localidad: su acceso a los servicios de salud y la etnicidad de la misma.
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d) Explorar las dinámicas locales generadas a partir del Programa 70 y más en los Adultos Mayores (AM) y sus comunidades.
Las preguntas de investigación
1. ¿Cómo perciben los distintos actores sociales el impacto del Programa 70 y más y cuáles son los elementos que interactúan con el mismo?
2. ¿Cómo perciben los beneficiarios y sus representantes el impacto del Programa 70 y más en la calidad de vida de los beneficiarios?
3. ¿Cuál es la relación del impacto percibido y las determinantes individuales, sociales y estructurales de los beneficiarios?
4. Desde la perspectiva de los potenciales beneficiarios ¿Cuáles son las determinantes individuales, sociales y/o estructurales que impiden su inscripción al Programa y cuál es el impacto esperado del Programa 70 y más?
5. ¿Cuáles son las dinámicas comunitarias generadas a partir del Programa 70 y más?
Hipótesis del estudio.
1. En relación a los beneficiarios y sus representantes: el impacto percibido estará mediado por las determinantes individuales, sociales y estructurales a estudiarse.
2. En relación a los potenciales beneficiarios: existen determinantes individuales, sociales y estructurales que impiden a algunos Adultos Mayores su ingreso al Programa 70 y más.
Diseño metodológico.
Muestra de sujetos de estudio.
La muestra final del estudio cualitativo presenta las voces de 4 diferentes actores: a) AM Beneficiarios y sus Representantes, b) Potenciales Beneficiarios que siendo adultos mayores elegibles no eran beneficiarios del 70 y más, c) AM Beneficiarios Suspendidos (una categoría emergente en el trabajo de campo) y d) Actores Clave locales. También se realizó una observación de la Entrega del Recurso para cada localidad.
Para la selección de AM Beneficiarios dentro de las localidades se hizo un estudio de las características que los AM presentaron en la línea basal y que se pensó podrían ser factores que estuvieran interactuando con el impacto percibido del Programa 70 y más. Las características que se tomaron en cuenta para seleccionar a los AM en orden de importancia fueron: 1. Ser hombre versus ser mujer, 2. Estar relativamente sanos / ‘valerse por si mismos’ versus tener enfermedades crónicas o ‘depender de otros para su subsistencia’ (Dependencia Funcional DF), y 3. Tener un nivel de capital social rico versus tener un nivel de capital social pobre4.
Para el caso de la muestra de representantes de AM Dependientes Funcionales, éstos fueron reclutados de manera anidada a los AM beneficiarios del Programa que participaron en el estudio y fueron reclutados y entrevistados sólo en aquellos casos 4 Debe aclararse que para la muestra del estudio cualitativo siempre se consideraron los indicadores propuestos y reportados por el estudio cuantitativo.
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en los que los AM no podían acudir a recoger su apoyo. En todos los casos se entrevistó a la persona que físicamente recogía el dinero por el AM en el punto de pago y quien, podría tener una posición de poder sobre el recurso y podría injerir en decisiones sobre el uso del dinero y en consecuencia ser relevante para el impacto del apoyo.
Para encontrar a los Potenciales Beneficiarios se usó la técnica conocida como “bola de nieve”, basada en la utilización de redes sociales. Se preguntó a autoridades locales y a AC, así como a beneficiarios y a representantes entrevistados por la existencia de AM que siendo elegibles para el Programa no lo recibieran.
Fueron entrevistados dos AC por localidad, seleccionados mediante consenso comunitario, y mediante la observación y el criterio del equipo cualitativo. Aunque se buscaba idealmente entrevistar al gestor voluntario por localidad, dada la presencia del mismo en solo una localidad, se identificaron aquellas personas que jugaban un rol importante en la localidad y tuvieran conocimiento del Programa 70 y más. En los casos en que hubo algún ejecutor del Programa en la localidad, éste fue entrevistado.
Para la observación de las Entregas del Recurso del Programa se consultó la fecha del pago a los AM Beneficiarios con la Dirección de Monitoreo de la Dirección General de Evaluación y Monitoreo de los Programas Sociales y se acudió de manera no participante a realizar la observación.
Por último, a manera de trabajo formativo se realizaron entrevistas semi ‐ estructuradas con funcionarios del Programa 70 y más, éstos fueron seleccionados mediante la revisión de la estructura organizacional sobre la que funciona el Programa 70 y más.
Los Beneficiarios y Potenciales Beneficiarios fueron recompensados con un regalo por su tiempo dedicado al estudio, el regalo consistió en un morral que siempre fue entregado al concluir la entrevista. Las guías éticas de investigación del INSP que cumplen con los reglamentos de la OHRP‐ Office of Human Research Protection, fueron estrictamente respetadas.
La muestra total prevista para el estudio cualitativo se presenta ilustra en la tabla 1 y se calculaba se compondría de un total de 112 Entrevistas semi ‐ estructuradas con AM (96 con AMB y sus representantes cuando tuvieran y 16 entrevistas con AM‐PB) y 4 Observaciones de entrega del apoyo del Programa 70 y más en localidad (una por localidad estudiada) y 8 Entrevistas con Actores Clave locales, funcionarios locales de SEDESOL o personas reconocidas en la localidad (máximo 2 por localidad).
El cálculo de la distribución general del trabajo cualitativo tal y como fue prevista para Beneficiarios, PB y observaciones de la entrega del recurso puede verse reflejada en la siguiente tabla (Tabla 1).
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Tabla 1. Planeación general del trabajo de campo cualitativo
Selección de Estados y localidades de estudio. Para la conformación inicial de la muestra se programó recoger información de dos Estados que hubieran participado en la línea basal 2007, éstos fueron: Hidalgo, Guerrero, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz y Michoacán. El par de Estados elegidos debía compartir variables tales como nivel de marginación, condiciones similares de intensidad migratoria, proporción de indígenas e Índice de Desarrollo Humano.
Cada Estado debía cumplir con el criterio de tener dos localidades de 2,500 habitantes o menos, en cuyas localidades hubiera población mayoritariamente mestiza, y en el otro existieran dos localidades con presencia importante de población indígena, donde la población fuera en su mayoría declarada por el INEGI como indígena. De las dos poblaciones a elegir en cada Estado, una debía presentar pocas barreras de acceso a los servicios de salud y la otra importantes barreras de acceso a los servicios de salud. Lo anterior fue consultado mediante cartografía médica (Sistemas de Información Geográfica en Salud) y la Clave Única de Unidades Médicas (CLUES); corroborando la información con las diferentes jurisdicciones sanitarias, clínicas de los municipios y/o autoridades localidades (Tabla 2).
Tabla 2. Variables relevantes para la selección de Estados y localidades
Nivel Indicador Cualitativo Variables a tomar en cuenta
Para Selección de Estados
Estados con Alto nivel de Marginación, comparables en términos de marginación, % de población indígena e índices de intensidad migratoria.
Registro Nacional, IDH y Pobreza a nivel Estatal
Para Selección de Localidades
Localidad con pocas barreras de acceso a servicios de salud
Registro Estatal, IDH y Pobreza a nivel Municipal o de Localidad*
Localidad con barreras de acceso a servicios de salud
Registro Estatal, IDH y Pobreza a nivel Municipal o de Localidad *
*Fuentes: SIGSALUD y CLUES
AM Hombre AM Mujer AM Hombre AM Mujer AM Hombre AM Mujer AM Hombre AM Mujer AM Hombre AM Mujer3 3 3 3 3 3 3 3 2 2
4 entrevistas semi-estructuradas con
beficiarios potencialesTotal = 28 entrevistas semi-estructuradas, 12 con AM con buena salud e independencia, 12 con AM con mala salud y dependencia física y sus cuidadores o respresentantes y 4 con potenciales beneficiarios. 1 Observación de entrega de apoyos.
12 Entrevistas Semi-estructuradas con AM Sanos y enRelativa independencia
12 Entrevistas Semi-estructuradas con AM con enfermedades crónicas y en Relativa dependencia a
sus familiares. Entrevistas que incluyen preguntas a los Representantes legales
Sanos / Con Relativa Independencia Física Enfermos / Con Relativa Dependencia FísicaLocalidad con Pocas Barreras de Acceso a Servicios de Salud
Localidad 1 (de 2) en Estado 1 (de 2)
Beneficiario PotencialCapital Social Fuerte Capital Social Débil Capital Social Fuerte Capital Social Débil
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Asimismo, se consideraron sólo aquellas localidades que en la línea basal tuvieran reportados al menos 30 AM con 69 años y más, es decir, que al día de la entrevista contaran con 70 años cumplidos y más debido a que la meta de AM por entrevistar en cada localidad fue de 24. Considerando todas estas variables, los Estados cuyas localidades se ajustaban completamente a los criterios mencionados fueron Hidalgo y Veracruz (Tabla 3).
Tabla 3. Localidades elegidas para realización de estudio Cualitativo
Estado 1. Veracruz Estado 2. Hidalgo
IDH 29/ migración 3.20 IDH 27/ migración 7.4
Localidades con presencia indígena Localidades con poca presencia indígena
Localidad 1. Huacango,
Mpio. Chicontepec
Localidad 2.
Ahitic,
Mpio. Platón Sánchez
Localidad 3.
Tlatzintla,
Mpio. Molango de Escamilla
Localidad 4.
San Bernardo,
Mpio. Zacualtipán de Ángeles
Altas barreras de acceso a servicios de
salud
Pocas barreras de acceso a servicios de
salud
Altas barreras de acceso a servicios de
salud
Pocas barreras de acceso a servicios de
salud
Selección de herramientas de investigación. Para el estudio cualitativo de la Evaluación del Programa 70 y más, se eligió una herramienta de recolección de información adecuada a las características de los informantes (adultos mayores de 70 años que viven en zonas marginadas y que en la mitad de los casos eran indígenas) y acorde a los objetivos de la investigación. En otras palabras, una técnica que diera cuenta de mejor modo sobre cómo los AM percibían el impacto del Programa.
La herramienta ideal mediante la cual se obtuvo la experiencia de los actores a través de su propia palabra o discurso fue la entrevista cara a cara. A través de ella se conoce el modo en que las personas nombran, razonan y significan sus experiencias en el mundo (Tarrés, 2001). Este tipo de entrevistas cuenta con preguntas abiertas, permitiendo explorar temas no previamente considerados por el estudio. Las preguntas de las guías de entrevista semi ‐ estructurada siempre guardaron relación con los temas de investigación (ver los temas de investigación en el Anexo 2).
Las entrevistas se complementaron con el diario de campo, herramienta central de la práctica antropológica, en donde se registraron datos del contexto de la charla, la descripción de los estados de ánimo, gesticulaciones y expresiones de lenguaje corporal, así como otros datos que permitieron enmarcar la entrevista, asegurando la confiabilidad de la información obtenida y el contexto de los datos (Tarrés, 2001).
Por último, se realizaron observaciones y registros de localidad, así como de la entrega de los apoyos en las cuatro localidades. Las observaciones de la entrega del recurso fueron no participantes, estructuradas por una guía detallada y registradas mediante diarios de campo.
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Análisis. El objeto de análisis de las ciencias sociales, a través de los métodos cualitativos, es la subjetividad y los significados compartidos socialmente (Castro 1996). Los significados expresados a través de consensos sociales, que por su carácter subjetivo son dinámicos se expresan a través de distintas formas de comunicación, entre ellas la palabra.
En el diseño del presente componente cualitativo se empleó una perspectiva constructivista la cual asume que la realidad se estructura a través de la experiencia social de los sujetos (Guba and Lincon, 1994). Dichas construcciones son múltiples, cambiantes e intangibles y pueden ser aprehensibles a través de diferentes medios, entre ellos la palabra y la observación. Para el constructivismo la realidad no es fija ni predeterminada, se construye a partir de las vidas de los sujetos estudiados y se expresa a través de consensos sociales (Guba and Lincon, 1994, Furtado, 2001).
La naturaleza del paradigma constructivista es hermenéutica y dialéctica, es decir, si bien busca descifrar las construcciones de la realidad, es consciente del papel que el investigador u observador tiene como interpretador de la misma y su meta es el entendimiento y la reconstrucción de las realidades socialmente sostenidas (Furtado, 2001).
El análisis de contenido llevado a cabo en la presente evaluación parte de una interpretación de los significados y prácticas de los sujetos sociales desde una perspectiva emic, es decir, se comprende la realidad desde la concepción y perspectiva del actor social involucrado (Harris, 1980) y se analizan de manera sistemática y ordenada desde una perspectiva contextual y teórica (Souza Minayo 2002). Para llevar a cabo el análisis de contenido primero se realizan reflexiones iniciales sobre los hallazgos en campo (diarios de campo), posteriormente se escuchan, transcriben y leen los discursos de los sujetos generando notas analíticas iniciales de las que se derivan códigos de análisis. Posteriormente se codifican los discursos bajo dichas categorías que pueden ser, teóricas (que surgen de los objetivos de estudio) y empíricas (surgidas en el transcurso de la investigación). Una vez codificados los discursos se analizan éstos de forma temática emergiendo así los significados compartidos o consensos sociales.
Al obtener la voz de todos los actores y realizar la observación de las entregas del recurso del Programa se obtuvo la triangulación de datos, garantizando la confiabilidad del estudio cualitativo. La operacionalización de las determinantes individuales y sociales se realizó con base en los resultados del cuestionario aplicado en la línea basal de la evaluación cuantitativa del Programa eligiendo a priori a los AM Beneficiarios que participarían en el componente cualitativo y ajustando la selección a los candidatos disponibles y que desearan libremente participar en el estudio.
El análisis se guió por los objetivos, los factores de interacción concernientes a cada actor y los temas de exploración para concluir sobre los impactos percibidos del presente estudio como en siguiente tabla 4 de análisis general se señala.
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Tabla 4. Plan de análisis general de datos
Ob. Gral. Explorar los factores culturales y estructurales que interactúan con el impacto del Programa 70 y Más, así como el impacto percibido de éste en beneficiarios y potenciales beneficiarios Obj. Esp. Factores para análisis Temas Concepto al que
refieren
Ob. 1 y 2 AMB & Representantes 1. Determinar el impacto percibido sobre la calidad de vida de los beneficiarios del Programa 70 y Más desde la perspectiva de los beneficiarios y sus representantes. 2. Comprender la relación entre el impacto percibido por los beneficiarios y por sus cuidadores/representantes, y las determinantes individuales, sociales y estructurales de los beneficiarios.
Individuales a) Sexo: Hombre / Mujer b) Salud (Dependencia Funcional / no Dependencia)
Sociales a) Redes fuertes / Débiles b) Hogar Oportunidades / No Oportunidades c) Hogar Unigeneracional / Multigeneracional
Estructural a) Condición étnica b) Acceso a Servicios de Salud
Impacto en: 1. Salud Física y Emocional 2. Decisiones & Empoderamiento
a) Uso del Recurso económico b) Decisiones en el Hogar / Extra hogar
3. Redes a) Presencia de Redes b) Tipo de Redes c) Significado y apoyo que circula
4. Evaluación
Calidad de Vida del AMB
Ob. 3 PB y AMS 3. Conocer el impacto esperado del Programa 70 y más en los beneficiarios potenciales, así como describir las determinantes individuales, sociales y estructurales que, desde la perspectiva de los beneficiarios potenciales, impiden su inscripción al programa.
Individuales a) Sexo: Hombre / Mujer b) Salud (Dependencia Funcional / no Dependencia)
Sociales a) Redes fuertes / Débiles b) Hogar Oportunidades / No Oportunidades c) Hogar Unigeneracional / Multigeneracional
Estructural a) Condición étnica
Acceso a Servicios de Salud
Descripción General 1. Situación de Vida
a) Salud Física y Emocional b) Decisiones y Empoderamiento c) Redes
2. Barreras y Conocimiento del Programa 3. Beneficios Esperados
Barreras Beneficios Esperados
Ob. 4 Observación & AC 4. Explorar las dinámicas locales generadas a partir del Programa 70 y Más en los Adultos Mayores (AM) y sus comunidades.
Estructural a) Condición étnica b) Acceso a Servicios de Salud
Descripción General Actores Clave 1. Interacciones entre AC y Beneficiarios 2. Evaluación de impacto percibido Observación 1. Interacción entre Beneficiarios 2. Interacción entre Funcionarios y Beneficiarios 3. Condiciones de la entrega
Entrega del apoyo y dinámicas.
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3. Resultados de trabajo de Campo El trabajo de campo se realizó del 10 de febrero al 05 de mayo de 2009. En
febrero y marzo se visitó cada una de las cuatro localidades previstas, entre cada localidad, se realizó una semana de trabajo de gabinete en el INSP donde se inició la sistematización de datos y los reportes de localidad5. Las visitas a las localidades se realizaron en el siguiente orden (Tabla 5. Localidades de trabajo de campo):
Tabla 5. Localidades de trabajo de campo
Ahitic Huacango Tlatzintla San Bernardo10 a 14 de
Febrero24 a 28 de
Febrero12 a 15 de
Marzo26 a 29 de
Marzo
Localidades de Trabajo de CampoVERACRUZ HIDALGO
Conforme a lo planeado, el equipo de trabajo visitó las localidades seleccionadas y realizó el numero de entrevistas, diarios de campo y observaciones esperadas y superadas en algunas localidades debido a la disposición de algunos AM que querían que sus voces fueran escuchadas, fueron entrevistados pese a haberse cumplido la meta establecida previamente.
La tabla 6 se presenta el panorama general de las metas de trabajo logradas por el presente estudio cualitativo.
5 Una descripción amplia y detallada de los resultados de campo puede encontrarse en el Producto 5 ‘Resultados de Trabajo de Campo’.
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Tabla 6. Resultados de trabajo de campo cualitativo.
Categorías Tabla 6. AMB (Adulto Mayor Beneficiario Entrevistado, AMB ‐ Representante (AMB‐R Adultos Mayores Beneficiarios Entrevistados de quienes tenían un representante), Representante (Representantes de AM quienes fueron entrevistados), AM Potencial Beneficiario (AMPB entrevistados) y AM Suspendido (AMS entrevistados).
Se realizaron un total de 129 entrevistas semi ‐ estructuradas, 99 con AM Beneficiarios, sus Representantes, 16 con PB y 6 con AMS, así como 8 entrevistas con AC, dos por localidad y priorizando a los funcionarios locales del Programa, bajo cuya denominación solo se encontró a uno.
Se realizó un registro de diario de campo por cada entrevista realizada (129 DC para AM, R, PB, AMS y AC), un registro de Diario de Campo y un registro de la observación de la entrega del recurso para cada localidad (como se observa en la tabla anterior).
Características de los actores entrevistados. Durante el desarrollo del trabajo de campo, pese a que se eligieron las localidades por tener un número suficiente de AM
TOTAL
Actor Social Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalAdulto Mayor Beneficiario (AM)
23 20 43 22 25 47 90
Adulto Mayor Beneficiario c/ Representante
0 1 1 1 0 1 2
Representante 1 4 5 1 1 2 7AM Potencial Beneficiario 4 3 7 5 4 9 16
AM Suspendido 2 2 4 1 1 2 6
Total porLocalidad 30 30 30 31 121
Actor Social Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalActores Clave 2 2 4 2 2 4
Categoría Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalLocalidad de Entrega yObservación
Platón Sanchez 05 Mayo 2009
Mexcatla 17 Abril 2009
Tlalzintla 03 Abril 2009
Zacualtipán30 Marzo 2009
Observaciones 1 1 2 1 1 2 4
Categoría Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalTodos los AM, Representantesy Actores Clave
32 32 64 32 33 65 129
Categoría Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalComunidad 1 1 2 1 1 2 4
Categoría Ahitic Huacango Subtotal Tlatzintla San Bernardo SubtotalObservación 1 1 2 1 1 2 4
Resultados de Trabajo de Campo CualitativoVERACRUZ HIDALGO
Entrevistas Semi- Estructuradas
Diarios de Campo de Comunidad
Diarios de Campo de Observación
8Entrevistas a Actores Clave
Observaciones de Entrega de Apoyo
Diarios de Campo de Entrevistas Semi Estructuradas
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para entrevistar en cada categoría, se encontró que algunas características no lograron estar equilibradas en la muestra. A continuación se analizan una a una las características individuales, de hogar/redes y de comunidad, así como las metas alcanzadas respecto a ellas.
En la tabla 7 se puede apreciar las características finales de la muestra y de los actores. Las características de los actores en las localidades fueron las siguientes:
Ahitic. Se entrevistaron 30 personas entre AMB + AMB‐R, PB y R. De los primeros 7 eran hombres y 16 mujeres, de los segundos eran 3 mujeres y un hombre, de los terceros 1 hombre y 2 AMS hombres. En esta localidad todos los AM, PB y R hablaban una lengua indígena, la gran mayoría era monolingüe y hablante de lengua Náhuatl.
Del total de AM en Ahitic, 2 hombres y 1 mujer eran dependientes funcionales (DF). De entre los AMB+ AMBR 14 AM contaban con redes sociales fuertes y 10 con débiles. 10 AM reportaron vivir en hogares Oportunidades.
Se entrevistaron dos actores clave. Uno de los dos AC de Ahitic era parte de la red social del Programa. El otro AC era un personaje importante de la localidad que conocía la dinámica de la localidad y a sus habitantes desde hace muchos años.
Huacango. Se entrevistaron 30 personas entre AMB+ AMB‐R, PB y R. De los primeros 8 eran hombres y 13 mujeres (una de ellas con representante), de los segundos eran 2 hombres y 1 mujer y de los terceros 2 eran mujeres y 2 hombres y un AMS hombre y mujer respectivamente. En esta localidad todos los AM, PB y R hablaban una lengua indígena, aunque la mayoría eran bilingüe o al menos entendía español.
Del total de AM en Huacango, 2 mujeres (y ningún hombre) eran DF. De entre los AMB+ AMBR 13 AM contaban con redes sociales fuertes y 6 con débiles. 20 AM reportaron vivir en hogares Oportunidades.
Los dos actores clave una era la auxiliar de salud del IMSS Oportunidades en la localidad y el otro era un AMB quien fue elegido por su comunidad par ser representante aunque no había sido ratificado como gestor o facilitador voluntario por la red social del programa.
Tlatzintla. Se entrevistaron 30 personas entre AMB+ AMB‐R, PB y R. De los primeros 11 eran hombres y 12 mujeres (de las cuales una tenía representante), de los segundos 3 hombres y 2 mujeres y de los terceros un hombre y una mujer AMS. En esta localidad el 17% de los AM y los PB hablaban una lengua indígena y el resto español, incluyendo a los R.
Del total de AM, 3 hombres y una mujer eran DF. De entre los AMB+ AMBR 12 AM contaban con redes sociales fuertes y 8 con débiles. 9 AM reportaron vivir en hogares Oportunidades.
De los dos AC entrevistados una era una líder nata hija de una AMB y quien se auto‐ofreció por ser su localidad un centro de pago que sería cambiado de lugar si no se elegía un representante. El otro AC fue el delegado municipal del Programa.
San Bernardo. Se entrevistaron 31 personas entre AMB+ AMB‐R, PB y R. De los primeros 10 eran hombres y 15 mujeres, de los segundos eran únicamente 4 mujeres y
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de los terceros un representante hombre y una mujer AMS. En esta localidad todos los AM, PB y R hablaban español.
Del total de AM, un hombre eran DF, no se registraron casos de mujeres. De entre los AMB+ AMBR 21 AM contaban con redes sociales fuertes y 5 con débiles. 20 AM reportaron vivir en hogares Oportunidades.
Para la comunidad de San Bernardo las dos AC entrevistadas eran por un lado la encargada de la clínica y vocal de Oportunidades y por el otro lado una mujer de la comunidad quien era hija de una AMB y fungía como su ayudante para todas las labores comunitarias, no únicamente para el caso del Programa 70 y más.
24
Tabla 7. Observación de las características de la muestra y de los actores.
TOTAL
Categoría
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Potenciales Beneficiarios 4 4 4 3 4 5 4 4
Total* 4 4 4 3 4 5 4 4 16Adultos Mayores Suspendidos 0 2 0 2 0 1 0 1
Total 0 2 0 2 0 1 0 1 6
Categoría
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Caract Esperadas
Caract Encontradas
Hombres Beneficiarios 12 9 12 10 12 12 12 11 42
Mujeres Beneficiarias 12 15 12 15 12 12 12 15 57
Total* 24 24 24 25 24 24 24 26AM Sanos / Independientes 12 21 12 23 12 20 12 25 89
AM Enfermos / Dependientes 12 3 12 2 12 4 12 1 10
Total 24 24 24 25 24 24 24 26
CategoríaBeneficiarios con Redes Sociales Fuertes
12 14 12 13 12 12 12 21 60
Beneficiarios con Redes Sociales Débiles
12 10 12 6 12 8 12 5 29
Beneficiarios con Redes Sociales Neutras o Desconocidas
0 0 0 6 0 4 0 0 10
Total 24 24 24 25 24 24 24 26Hogares con Oportunidades 12 10 12 20 12 9 12 20 59
Hogares sin Oportunidades 12 14 12 5 12 15 12 6 40
Total 24 24 24 25 24 24 24 26
Categoría Localidades con pob Indigena 1 1 1 1 0 0 0 0 2
Localidades con pob Mestiza 0 0 0 0 1 1 1 1 2
Total Localidades con fácil acceso SS 1 1 0 0 0 0 1 1 2
Localidades con difícil acceso SS 0 0 1 1 1 1 0 0 2
Total
VERACRUZ HIDALGOAhitic Huacango Tlatzintla San Bernardo
Características Individuales
Caracteríscitas del Hogar
* En los totales de AM Beneficiarios solo están contemplados los AM Beneficiarios, los AM Beneficiarios y sus Representantes y los Representantes voz única.
Características de la Localidad
1 1 1 1
1 1
Observaciones para Características Individuales, de Hogar y Estrucrurales de los Actores
Observaciones para Características de la MuestraVERACRUZ HIDALGO
Ahitic Huacango Tlatzintla San Bernardo
Características Individuales
1 1
Ahitic Huacango Tlalzintla San Bernardo
Ahitic Huacango Tlalzintla San Bernardo
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4. Resultados de impacto percibido en Calidad de Vida de Adultos Mayores Beneficiarios y sus Representantes
4.1. Impacto percibido en Salud Física y Emocional Hallazgos centrales
Descripción general de salud física. Aunque la mayoría de los AM de las cuatro localidades declararon estar enfermos o propensos a estarlo, manifestaron tener movilidad, independencia física y encontrarse bien de salud, siendo en su gran mayoría los mismos AM quienes recogían el dinero del programa (de los 99 AMB entrevistados sólo 10% en total estaban enfermos y presentaban algún tipo de dependencia funcional). Sin embargo, no por ello dejaron de quejarse de malestares causados por la edad, los accidentes ocurridos en el pasado, la falta de atención de los mismos o enfermedades relacionadas a creencias populares tales como el mal de ojo.
A continuación esto se ilustra; aunque en ninguno de los casos los AM son dependientes funcionales, todos hablan sobre molestias derivadas de su edad, de algún accidente o de alguna otra fuente de enfermedad. En los primeros dos casos los AM explican cómo sus malestares son debido a la edad y el cansancio, en el tercer caso la beneficiaria comentó que fue atropellada y nunca pudo volver a caminar erguida y en el cuatro, el AM dijo sentirse enfermo a causa de un trabajo negro que le hicieron:
R1.‐ Y pues, este quise checarme y me hicieron los análisis de sangre. Pero pues según me dijo el doctor que no… P.‐ Que no tenía nada. R1.‐ … de que no tenía yo nada, que eso era puro cansancio de tanto trabajar (Tlatz_AM_H_82). R.‐ Mmju… En el mayo tenía calentura y no tengo hambre fue… fue con… con doctor particular P.‐ Mmju R.‐ Mmju ora no siento nada casi ya no, no sta… como… de buenos como las muchachas ya es viejito, siempre ya no tengo fuerzas… yo bia a la… bia ido la milpa, hace mi milpa pero ahora ya no, no se puede. (Huac_AM_M_i_54). P.‐ ¿Cómo se lastimó? (...) R.‐ (…) ya estaba yo parada, en sí íbamos bajando del coche, estaba yo parada y nomás parece que alguien me dio en mi pie y me caí y luego iban otros coches y me arrastró mi hija y ya, ya no me pude parar (Tlatz_AM_M_99). P.‐ Y ¿por qué cree que se lo hayan maleado? R.‐ Ah, porque pues lo dijeron allá que me hicieron un trabajo negro, y por eso, P.‐ ¿pero cree que haya sido por envidia o por algo así? R.‐ Pues solamente Dios. Sí, casualmente por envidia y sí demasiadamente yo me di cuenta bien (…) (SanBe_AM_H_117).
Entre los malestares y las enfermedades más comunes que los AM reportaron se encontraron las siguientes: ceguera y sordera parcial, osteoporosis, artritis, mareos causados por la presión alta o baja, debilidad, malestares gástricos, náuseas,
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temperatura, insomnio, gripa, tos, falta de apetito, diabetes, hipertensión, embolia, asma bronquial, herpes y mal del Parkinson. También manifestaron sentir dolor de cabeza, espalda, pecho, pulmones, estómago, cintura, piernas y pies. Además, algunos beneficiarios mencionaron otro tipo de enfermedades físicas relacionadas con elementos culturales como la envidia o el aire.
En Ahitic, Huacango y San Bernardo, aunque no en Tlalzintla por razones que abordaremos más adelante, los AM asociaron su buen estado de salud física a la capacidad de comer y trabajar. Así, quienes no se sentían bien físicamente hablaban sobre sus problemas para realizar actividades cotidianas, tales como trabajar en el campo, barrer, moler el nixtamal o comer. Para ejemplificar esto se presenta un testimonio donde la beneficiaria explica la relación entre su estado de salud y su capacidad de realizar las labores cotidianas:
P.‐ … ¿Por qué se siente bien? R1.‐ Si pos porque hago quehacer y pos me apuro a hacer mi quehacer y todo eso sí P.‐ Ah bueno y este ¿de salud cómo se siente de salud? R1.‐ Pos yo veo que me siento bien (risas) (SanBe_AM_M_111).
Algunos AM indicaron que su estado de salud dependía de la atención de terceros, ya fuera para alimentarlos, ayudarlos a desplazarse o llevarlos al médico, lo cuál hace importante el análisis de las redes sociales de los AM estudiados. Pese al relativo nivel de independencia de los AM entrevistados, las redes sociales resultan centrales para la salud de ellos/as. La siguiente conversación ejemplifica esto. En ella el beneficiario agradece la ayuda de su hija quien aparece en su discurso sobre la salud como un elemento central. El AM refiere así cómo su salud depende de que su hija ‘lo procure’ ofreciéndole apoyo instrumental tal como llevarlo al doctor.
P.‐ Oiga, quería ver si me puede platicar cómo anda de salud ¿Usted cómo se siente? R1.‐ Pus ay mejorcito, bien, bien ya no es que también mi, tengo mi chamaca en Zacualtipán viviendo y es la que me procura, me lleva con el dotor, y es la que está mirando orita de, de medecinas (SanBe_AM_H_128).
Descripción general de salud emocional. Respecto a la salud emocional, en general los AM en todas las localidades vincularon la salud emocional con la salud física. La relación entre la salud emocional y la salud física se encontró con más fuerza en aquellos que no sufrían en el momento de la entrevista malestares o dolores físicos y reportaban sentirse alegres o felices a causa de ello. A continuación se transcribe un fragmento de conversación en donde un beneficiario comenta que para sentirse contento es necesario tener buena salud física:
R.‐ ¿De salud? P.‐ De lo que usted crea que es lo más importante R.‐ Lo más importante es la salud, sí porque este, si uno está bien de salud, está contento, aunque tenga uno mucho uno dinero, si no está, sano, bueno, también no, lo que vas a comer, no te va, no te va este hacer, pues no te va, no lo vas aprovechar porque pues está uno débil, y cuando está uno sanito aunque sea tortilla con sal, con frijoles puede comer, y sí prueba sabrosa (Huac_AM_H_i_41).
En todas las localidades los AM hablaron de la tristeza. Vincularon la tristeza con la pérdida de parientes cercanos (en especial la pareja), a la incapacidad de trabajar y realizar actividades de la vida diaria, en algunos casos a la ausencia de familiares, notoria especialmente en las comunidades donde la migración de los miembros jóvenes era alta y al hecho de vivir solos y no tener con quién platicar. Esta
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situación evidencia la importancia de las redes de hogar y de comunidad para los AM, del debilitamiento de las redes sociales de apoyo de los AM y las implicaciones de tal debilitamiento en la salud emocional de los AM. A continuación se muestra cómo los beneficiarios se sienten solos y expresan algunas razones vinculadas a la tristeza:
P.‐ ¿Y por qué se le da tristeza? ¿Qué es lo que le da tristeza? R.‐ Pus las (…) ya hasta quedé solo. P.‐ Mjú. R.‐ Sí. Mi esposa ya no, no vive. P.‐ Mjú. R.‐ Sí. (Huac_AM_H_i_64). P.‐ Muy bien, oiga y por ejemplo, aquí en la casa me dice que nomás son usted y ella [hermana AM] ¿verdad? R.‐ Ajá (...) P.‐ Me dice que son huerfanitas. (risas) R.‐ Somos huerfanitas P.‐ Ajá (...) R.‐ Es triste pero (...) ni modo P.‐ Ella ¿es soltera o viuda? o ¿qué es? R.‐ Viuda P.‐ ¿Por eso están huerfanitas las dos? (risas) R.‐ Sí, somos huerfanitas, aja (...) (Huac_AM_M_i_55).
En las cuatro localidades, aquellos AM que se sentían bien emocionalmente eran quienes todavía podían trabajar, mantenían fuertes redes sociales, habían aprendido a vivir solos o tenían capacidad de compra, elemento último que será destacado en adelante en lo relacionado a uso del recurso. A continuación se muestran tres ejemplos de lo anterior. En el primer testimonio una AM habla sobre sus tareas cotidianas y cómo el realizarlas le hace sentir bien; en el segundo, una beneficiaria dice que se siente contenta cuando la visitan, en el tercero, una AM expresa que se siente contenta porque aprendió a vivir sola y en el cuarto un varón hace la relación entre su estado de ánimo y su estado de salud.
P‐ Mjum (…) y (…) este, de estado de ánimo, doña Andrea, ¿cómo se siente usted? R.‐ Bien, bien, me dan ganas de hacer quehacer, de (…) y pus’ me voy a ver mis animales. P.‐ Mjum. R.‐ Le digo ahorita que ahorita vengo llegando de (…) ir a juntar zacate. P.‐ Mjum (SanBe_AM_M_142). P.‐ Mmm. ¿Por qué se siente este, contenta? RT.‐ Que dice que (...) que siente contenta porque la visitan y que al hablar que se siente más contenta que si alguien la visita P.‐ ¿Qué dice la (...) señora? RT.‐ La señora dice que cuando alguien la visita pues se siente más contenta P.‐ Mjum (Ahit_AM_M_i_7). P.‐ ¿Cómo se siente? R1.‐Contenta P.‐ ¿Sí? R1.‐ Contenta. P.‐ ¿Por qué? R1.‐ Pues porque, pues ya me acostumbré sola (SanBe_AM_M_150). P.‐ ¿Y de su estado de ánimo, de sus emociones cómo se siente? R.‐ Ah, trabajando contento, sí
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P.‐ ¿Por qué cree usted qué está contento? R.‐ Porque no, no me duele nada (risas) (SanBe_AM_H_143)
La experiencia vivida del proceso de envejecimiento fue un tema que, aunque no contemplado originalmente como un tema de investigación de la salud emocional, emergió como una referente importante que enmarcaba los discursos de los AM sobre la salud emocional. Los AM en Huacango, Tlatzintla y San Bernardo manifestaron tener sentimientos encontrados ante el proceso de envejecimiento; mientras algunos lo calificaron de injusto, otros comentaron sentirse tranquilos ante el mismo. En sus discursos sobre la experiencia de la vida vistas desde la vejez, se escucha una especie de consciencia sobre el final del ciclo de vida en el que las cosas ‘se van acabando’. A continuación se presentan tres testimonios para mostrar el rango de emociones:
R.‐ (…) en un cierto tiempo tal vez chamaco estaba tranquilo trabajaba yo, pero ya me (…) vine quedé enfermo y, este, me han llevado a curación y, este, no me ha valido así estoy. Ya me gasté el tiempo que he vivido ya me duró esta enfermedad, ya gasté y hasta ahorita no hemos hablado con tal y así estoy, total, ya se acabó con la enfermedad que le acabo de comentar hace ratito eso (...) ya se completó y no es justo (…) y ya ando débil también de mi cuerpo (Tlatz_AM_H_88). R.‐ Ya no (...) ya todo se acaba señorita, el gusto, el (…) andar en fiestas así… O ver… Aaah ya no ya no. Ya (…) todo se va terminando todo. Las fuerzas principalmente la fuerza (SanBe_AM_M_136). P.– Mjum Don Rubén ¿y de estado de ánimo cómo se siente usted, se siente triste, contento? R1 – Pues no, hay más o menos (…) todo se va acabando, de todos modos, este, uno contento no se va acabando así, yo estoy tranquilo, más o menos (SanBe_AM_H_138).
Los AM de Ahitic por su parte, la comunidad con más rasgos indígenas, no se refirieron explícitamente al hecho de experimentar la vejez desde una experiencia de pérdida de capacidades o de tristeza. Esto se debió probablemente a que los ‘abuelitos’ y ‘abuelitas’,como eran llamados en Ahitic especialmente, en esta localidad con rasgos profundamente indígenas, gozan de especial reconocimiento y prestigio social, percibiendo la vejez como un proceso normal o natural.
Un elemento que resultó importante para enfrentar las adversidades y la tristeza fue la creencia religiosa era lo que los hacía sentirse mejor, concretamente la fe en Dios, así lo expresó un AM:
R.‐ Pues, yo de ánimo, yo siempre, usted sabe que el ánimo es lo que alivia, porque al rato, aunque uno se siente mal realmente pero siempre tiene ese ánimo, no vamos a decir no, pus porque estoy enfermo voy a este, entristecer, a querer o no hay que tener ánimo, y tener una fe con Dios. Entonces eso a mí me ayuda mucho, porque siempre pues tener fe y tener, este, pues sí tener ese ánimo. (Huac_AM_H_i_68).
Hallazgos Centrales
Impacto percibido del Programa en la salud física. Cuando se preguntaba a los beneficiarios si percibían algún cambio de salud a raíz de la presencia del programa, buena parte de los beneficiarios del Programa en las localidades de estudio declaró de manera reiterada que su salud física había mejorado. Las razones por las cuáles los AM beneficiarios explicaban dicho impacto percibido se relacionaban directamente a la disposición de más y mejores alimentos (especialmente carnes, lácteos, frutas y verduras), el uso de vitaminas y medicamentos que compraban con el dinero del
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Programa. Es de resaltar que por la naturaleza de la investigación cualitativa esta mejora percibida es reportada por ser declarada como real en la experiencia subjetiva. A continuación se presentan un par de testimonios que ejemplifican este punto:
P.‐ Este, me podría decir ¿cómo se siente usted? ¿Cuál es su estado de salud? R.‐ Parece que me siento bien, porque ahora sí que con lo que me dan [el recurso del Programa], con ese mismo me compro vitaminas, inyecciones, vitaminas (…) (SanBe_AM_H_123). P.‐Oiga y a partir de que usted recibe el apoyo ¿a sentido algún cambio en su salud? R.‐ Sí. P.‐¿En qué ha cambiado? R.‐ Pues en, en eh, bueno, en mi salud parece como que ha cambiado porque pues en aquellos tiempos mal pasos que había. Y ahora ya no ahora ya comemos algo regular. Sí por el dinerito que nos ayudan, nos dan, el apoyo. Ya sentimos que ya mas o menos ya no como antes. P.‐ ¿Antes cómo era? R.‐ Antes pues no, no comíamos una pieza de pan y no tomábamos una leche y ahora no. (…) R.‐ Nuestros padres [hijos] a veces no tenían dinero con que nos vamos a curar. Ósea sus hijos de ellos, no tenían con qué curarnos, no hay dinero. Y ahora ya no. Ahora ya cambió. Con ese dinerito pues compramos de lo que nos, porque compramos de lo que pues vamos a… a este, a comer. Compramos, pues todo ha cambiado pues. (Huac_E_AM_H_i_69).
Aunque más mujeres que hombres percibieron un cambio en su salud, los AM no señalaron signos o síntomas conclusivos que vincularan al Programa con una mejoría en su salud física. Es decir, pese a que se percibe que la salud ha cambiado, no se encontró caso alguno en el que el AM declarara el fin de una enfermedad o la mejoría concreta de algún padecimiento físico a raíz del apoyo del Programa. Así al indagar sobre la relación percibida entre programa y la salud hubo una referencia conclusiva señalada tanto por hombres como por mujeres que ligaba la salud al hecho de que, con el recurso del Programa se compran alimentos y se realizan gastos relacionados al cuidado de la salud (pagos de honorarios médicos y compra de medicinas).
El hecho de que las mujeres anotaran de forma más puntual la relación entre el impacto percibido en salud, la comida y el programa podría deberse a que las mujeres siguen siendo las encargadas tradicionales de la preparación de los alimentos. De igual forma habría que preguntarse si el hecho de que más mujeres expresaran un cambio, se debe a que el Programa Oportunidades y su componente educativo se ha dirigido tradicionalmente a las mujeres, teniendo como consecuencia probable que, por un lado ellas perciban más que los varones una incidencia del Programa en su salud, y por otro lado, ellas estén empleando el recurso en procurar su salud más que en otros aspectos.
Para el caso de las localidades indígenas, aunque en ellas se expresó con claridad el impacto en la salud, las relaciones sociales en éstas eran también más fuertes que en las localidades mestizas; de manera que es poco claro cuál de los dos elementos tendría más peso en dicho impacto percibido y dada la importancia de las redes sociales para la salud en general, como abordaremos más adelante. Las redes fueron declaradas como importantes pues brindan apoyo ante la enfermedad, como fue el caso de Ahitic, donde se mencionó entre las actividades comunitarias, llevar regalos a los enfermos, como leche y Maseca.
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Impacto percibido del Programa en la salud emocional. La salud emocional fue un claro resultado de impacto percibido del programa. Los AM reportan que están más contentos y tranquilos, que han dejado de sufrir por la inseguridad económica y la dependencia monetaria en otros miembros de la red así como que a aumentado su tranquilidad a raíz de su ingreso en el Programa.
La certeza de recibir un ingreso periódico y estable que les brinda el apoyo, el sentimiento de contribuir con los gastos del hogar, la disminución de la dependencia económica para con los miembros de su red y el mismo hecho de reunirse en el punto de pago con otros/as AM de la comunidad fueron señalados como razones importantes para sentirse ‘contentos’, para ‘darse valor’ y sobreponerse a la tristeza. El vínculo entre la salud emocional y el programa fue expresado de manera regular. Este vínculo podría explicar la percepción subjetiva sobre el impacto en la salud física y fue relacionado claramente, entre otros motivos, con una disminución del estrés económico, siendo una importante razón la certeza de tener un ingreso fijo y periódico.
En los siguientes testimonios podemos ver una serie de testimonios que hablan de las diferentes razones por las que los AM reportan estar más contentos, incluso un testimonio en el que el AM explica que muchas veces la razón de la enfermedad y la muerte es la tristeza misma:
P.‐ Mhe, OK, muy bien, ¿y cómo se siente de que le están entregando [el apoyo], si se siente cómodo, tranquilo o si se siente mal o estresado o cómo se siente?
RT.‐ Risas. Dice cuando le da su apoyo se siente feliz y trae un poquito de carne y cosas más, que llega, se junta con mi madrina [esposa del AM], muy juntos, felices porque le dieron su apoyo.
P.‐ Aja, OK. Y ahora, ya por último namás quería preguntarle, si él siente que a partir de que recibe este dinero ha cambiado algo en su salud y estado de ánimo.
RT.‐ Se siente mejor porque antes que no tenía ese apoyo, no tenía apoyo en las manos, pero como ahora ya tiene apoyo en las manos se siente este mejor, más cómodo.
P.‐ Mmm, mhe.
RT.‐ Pero antes dice él que no, porque a veces dice que no tenía dinero y no tenía una cosita para comprar en la cocina. Pues ahora se siente mejor porque ya tiene ese apoyo. (Ahitic_AM_H_i_22) R – Pues si este… pues ahora digamos que, que este pus, como le dije usted, vamos, vamos guardamos unos centavitos, ya nos damos valor de salir P – Mju R – A, a buscar medicina, un medico a, por ejemplo a consulta, pero antes, antes no por falta de dinero, pus no salía uno ningún lado, así a veces llegaba uno a morir, este no por falta de medicina, ve? P – Mju, entonces usted se siente, ahora mas mejor R – Por este ya se, si se siente uno más mejor, vaya pus este con algo de, de apoyo que nos están dando (Tlal_AM_H_ m_91). R.‐ “¿Cuando me siento contenta? Pues cuando me dicen algo bien (…) estoy contenta (…) o les digo cómprenme algo o vamos a comer, vamos a (…) mando a comprar (…) que me dan mi apoyo mando a comprar que pan, que alguna cosita (…) vamos a comer (…) si, pues si me siento contenta” (Tlatz_AM_M_95).
R.‐ Mhu, Dice, que ellos se han sentido bien porque ya están esperando su apoyo que les van a dar y están contentos pensando que les van a dar un poco de apoyo. Mhu, Están agradecidos
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porque se les está dando el apoyo que no habían tenido, y ahora si sus hijos no le mandan pero ellos están esperando que les van a dar su dinerito para sostenerse (Ahitic_AM_H_i_6). P.‐ Pero hablando un poquito más del de 70 y más ¿ella cree que al recibir el dinero le ha cambiado en algo su salud, su estado de ánimo? RT.‐ Su estado de ánimo, dice que se siente bien, porque ya sale pues a convivir con la gente, con sus amigas. P.‐ Eso, eso le... le RT.‐ Le ha sentido bien. (Ahitic_M_i_27).
Hallazgos de excepción
Utilización de servicios de salud por tipo de comunidad. Como era esperado el grado de dificultad de acceso a los servicios de salud determinaría el uso de los mismos y podría ser un factor relevante en la salud de los AM como podemos ver en este testimonio de Tlalzintla, una localidad de difícil acceso a los servicios:
R.‐ Me llevaban porque tenía yo cita que fuera yo pero, ya, ya este, pues como le digo a usted, pa dos pastillitas que me dieron, mejor no voy porque pues el carro que nos lleva nos cuesta cien pesos y a ver, pues de dónde (Tlat_AM_M_ m_99).
Sin embargo las localidades se comportaron diferente respecto al uso de los servicios de salud dependiendo de otros factores que se combinaban con el factor del acceso.
En San Bernardo, localidad de fácil acceso a los servicios de salud, hubo quienes reportaron haber sido objeto de intervenciones quirúrgicas, las cuales buscaron remediar padecimientos como la ceguera, úlceras y problemas con la próstata y vesícula. Fue a dichas operaciones a las que adjudicaron mejorías en su salud, tal como se muestra a continuación con el caso de una beneficiaria que fue intervenida en Pachuca:
P.‐ (…) ¿cómo se siente de salud? R.‐ Pus yo me siento bien, no, no he sido enferma de ninguna enfermedad, más que una vez estuve enferma de la vesícula pero nada más. Me llevaron a Pachuca, allá me operaron y de ahí para acá, ps no, yo también pensé que como he trabajado mucho y trabajo pesado, dije yo pus no, yo creo que ya no voy a salir viva de aquí. Pero no, gracias a Dios salí bien (SanBe_AM_M_122).
Tal atención especializada puede deberse a no sólo a la cercanía con los servicios locales de salud sino a la relativa cercanía de su cabecera municipal y grandes ciudades como Pachuca y México. Por otro lado la migración de los miembros jóvenes de las localidades jugó un papel no esperado en el acceso a la utilización de los servicios de salud. Si bien como se ha visto los AM reportaban como fuente de tristeza la migración de los hijos, la migración de éstos/as también parecía facilitar el traslado de los AM para recibir atención especializada mediante servicios de salud pública. Si bien San Bernardo es una localidad de relativo fácil acceso a servicios de salud, la sola proximidad con el Centro de Salud y Hospital no parecía resolver la necesidad de atención especializada en los beneficiarios, pues en este caso la atención a las necesidades de salud dependía en buena medida del apoyo de hijos y familiares, particularmente de aquellos que habían migrado a la ciudad de Pachuca y Distrito Federal.
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Por otro lado, en el caso de Huacango se encontraron inercias que mejoraban el acceso y parecían incentivar el uso de los servicios de salud del Estado. Pese a que Huacango es una localidad de difícil acceso a servicios de salud, un hallazgo relevante para esta comunidad fue la influencia positiva del Programa IMSS‐Oportunidades para la utilización de los servicios. Ése programa ha logrado aproximar sus servicios mediante estrategias de traslado y un vínculo permanente con la Asistente de Salud en la localidad. Así la fuerte y bien organizada presencia del IMSS‐Oportunidades lograba una inercia positiva con el Programa 70 y más pues si bien la utilización del recurso para gastos de salud fue uno de los principales resultados del estudio, los AM accedían de manera más eficiente a los servicios y en esta localidad menos AM refirieron utilizar el apoyo del Programa para acudir a los servicios médicos, a diferencia de lo mencionado en las demás localidades.
Finalmente en Tlatzintla, localidad de difícil acceso a servicios de salud, se observó una inercia negativa ante la utilización de los servicios. Los AM de Tlalzintla mencionaron no acudir al médico por los altos costos del traslado a las clínicas de la Secretaría de Salud, por el alto costo de consultas particulares disponibles en la localidad y la consecuente compra de medicamentos. Otros se quejaron de no percibir mejorías en su salud tras recibir tratamientos en los servicios de salud públicos. De hecho la mayoría de los entrevistados en esta localidad afirmó no haberse presentado a ningún servicio de salud en los últimos tres meses previos a la entrevista. Debido a lo anterior, unos han optado por soportar las molestias sin recibir atención o por visitar a curanderos. A continuación se transcriben un par de testimonios donde los AM comentan sobre la utilización de medicina tradicional y alternativa:
P.‐ Oiga, y, y… ya que le dan el apoyo de Setenta y Más, ¿en qué lo usa usted? R ( … )mis centavitos, ahí lo ando guardando, lo ando guardando que a veces… tenemos alguna otra necesidad, que mi esposo o yo… me duele algo, pos’ ya, ahí me, me… me llego a comprar alguna medicina, como ahora que nos vinieron a pagar, me compré un… un tratamiento… que me han traído a vender y… P.‐ ¿De qué era, de qué era el medicamento? R.‐ Este, era… me dijo el, ese señor que era un… me dio así un frasquito, de vitaminas, y un, un frasquito así de pomada que es de sábila, dice que pa’ que me sobara yo con él… (…) R.‐ Sí, me lo estoy echando y el, siento que me, me está haciendo bien, así… en las tardes me sobo, como en el día ando andando, pus’ no lo puedo cuidar. (…) R.‐ Sí, viene una persona, siempre viene cuando vienen a pagar, siempre viene ese… ese se, esa persona, viene, trae y hartos le compran… le compran, yo creo que sí, este, yo siento que sí me está haciendo… bien esa pomada y ya lo estoy terminando, me sobo todas las tardes con él y… la vitamina que me dio en frasco, pus’ así ya me lo terminé… ya me lo terminé. (Tlatz_AM_M_92) R.‐ Este… a veces, me voy estando comprando, este… que ya esté enfermo, compraron pastillas… este… vamos a… a veces nomás medicina, a veces no nos hacen bien… entonces vamos a ver al curandero… porque… (PAUSA) nomás, más, las pastillas, a veces no, no hacen bien… hacen daño jui trabajar, jui a... pilón… a... mil pesos... me prestaron con... por, con… pic… picaba un clavo, hace… por eso te dije que ver qué cosa curandero… y, eh… hay unos que… pus’ hasta en envidia… por eso tienen enfermedad. (Tlatz_AM_H_85)
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El contexto social de Tlatzintla hacía más vulnerables en su salud física y emocional a los AM que en otras localidades. En ésta localidad, a diferencia de las otras, se escucharon historias de abandono y negligencia hacia los AM e incluso se registraron casos de violencia física hacia ellos. Es de destacar que en Tlatzintla se hizo evidente el uso y abuso del alcohol en los varones, así como la violencia asociada a esta práctica. Durante la visita a la localidad, se observó y se escuchó que los hombres tomaban fuera de sus casas y golpeaban a sus mujeres, asimismo que se emborrachaban en la calle y se peleaban con otros varones. También, fueron recurrentes las narrativas donde se mencionaba de hombres que migraron a Estados Unidos y nunca volvieron, dejando a mujeres e hijos en Tlatzintla. Igualmente destacó a diferencia de lo ocurrido en otras localidades, la ausencia de testimonios de AM que refirieran apoyo o ayuda de terceros y hubo AM quienes presentaron cuadros graves de tristeza, al grado de vivir deseando la muerte, como podemos leer en los siguientes testimonios:
R.‐Pero ahora, ¿ora pa' qué sirvo? A veces le pido a Dios es mejor que ya me quite (continua llorando) (Tlatz_AM_M_99).
P.‐ ¿Pero de estado de ánimo, cómo se siente? R.‐ Pues parece que mal (…) P.‐ ¿Por qué doña Delfina? R.‐ (Llanto) Es que allá.. mi hijo tiene mi casita aquí porque es nuestro terrenito la que me hizo mi casita pero yo vivía allá abajo casi donde están Lotonilco, pero como a veces tiene trabajos, es albañil, maestro de albañil, y a veces no viene para acá, para (llanto)... cualquier día aquí me puedo morir, eso. (Tlatz_AM_M_71) R.‐ Este me, me encuentro un poquito, poquito triste, este me, me encuentro así, fregado y todo. P.‐ Mmmju. R.‐ Mi cuerpo me ofende todo mi cuerpo, pero ya ando trabajando, ya ando muy bien puesto, pero tovia dandole siquiera pa' mantenerme, si ahí le ando. (…) R.‐ Si, extraño un poquito… me siento un poco triste en mi vida, porque ya no hay quien, no hay quien me cuida.. si tuviera yo mi señora, no estaría yo sentado aquí, me hubiera ido a trabajar un rato, si, pero como ya no tengo ps este, primero me gustaba trabajar pero ora ya no, ya no puedo, porque no hay quien me haga de almorzar a la hora. (Tlatz_AM_H_76)
La migración internacional como elemento en la salud emocional de los AM. En relación a la salud emocional de algunos AM en San Bernardo y especialmente en Tlatzintla, ambas localidades con migración notoria, algunos beneficiarios comentaron que su ánimo se veía afectado cuando sus hijos se iban a Estados Unidos como inmigrantes. Este punto queda ejemplificado con el siguiente testimonio:
P.‐ Mjum ¿Cómo se lleva usted con sus hijos? R.‐ Bien. Todos me quieren bien. Me quieren y los quiero, porque ¡ay! Cuando me dicen que ya se van pal' otro lado hasta no se que siento, siento feo que se van. P.‐ ¿Ya se han ido varias veces? R.‐ Un hijo ya se ha ido como tres veces, pero esta vez si ya no pudo pasar. Y luego pus' ahí es eso lo que me mortifica que por allá andan y no llegan ni pa' allá ni pa' acá (SanBe_AM_M_108).
La tristeza de algunos AM como consecuencia de la migración de sus hijos a Estados Unidos no era la única consecuencia reportada como negativa para su salud emocional, también el hecho de no contar con quién los cuidara, si se considera que la
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atención y el cuidado a la salud de los AM recae generalmente en las/os hijos que viven en la misma localidad. Sin embargo fue principalmente la migración internacional la que parecía mermar las emociones y apoyo de los AM, pues como hemos visto para el caso de San Bernardo con migración a las ciudades cercanas, los migrantes podían funcionar también como puertas de acceso a atención especializada en las ciudades Mexicanas destino de su migración. Es probable que por los motivos ya expuestos relacionados al uso y abuso del alcohol, así como por el efecto de la migración internacional los AM de Tlatzintla refirieran con más recurrencia enfrentar tristeza; creando en éste caso una sinergia negativa y diluyendo del impacto positivo en el estado de ánimo que ocurría con los beneficiarios de otras localidades.
Ambos casos extremos, Huacango como una localidad donde la presencia del programa IMSS‐Oportunidades crea sinergias que podrían potenciar el efecto del benéfico del programa en la salud mental y Tlalzintla donde un problema de salud comunitaria aunado a la migración parecen mermar el mismo sobre el estado emocional de los AM son buenos ejemplos de extremos que pueden ser analizados, replicados para el caso de las sinergias que potencian el efecto y atendidos para el caso de las sinergias que lo disminuyen.
Higiene corporal y limpieza del hogar como signo de cuidados. En las localidades estudiadas la higiene y el orden en la persona y los hogares de los AM resultaron un termómetro de su salud física y emocional. En Ahitic la mayoría de los AM mostraron higiene personal y en sus hogares. En Huacango ocurrió lo mismo; sin embargo en Tlatzintla se identificó descuido en la higiene personal de los AM y de las viviendas. En San Bernardo aunque las viviendas se encontraban en regulares y buenas condiciones de higiene y orden, la mayoría de AM se encontraban sucios, pero esto se debe a la escasez de agua en algunos barrios de la localidad.
En suma, los beneficiarios entrevistados en las localidades de estudio en su mayoría manifestaron tener malestares o estar enfermos; sin embargo, no por ello dejaban de realizar sus actividades cotidianas. La mayoría de las enfermedades que padecían fueron causadas por la edad y accidentes que les ocurrieron en el pasado; no obstante, los beneficiarios han tratado de enfrentarlas con diversas medidas que van desde el consumo de vitaminas o visitas a médicos tradicionales hasta las intervenciones quirúrgicas. Los AM en su mayoría asociaron su salud física con la capacidad de hacer sus actividades cotidianas tales como trabajar en el campo, la casa o comer; sin embargo también destacaron la importancia de recibir atención y cuidado de terceros particularmente en lo relacionado al cuidado de la salud.
Los AM relacionaron de manera constante la salud emocional con la física. Por ejemplo, reportaron sentirse bien cuando podían trabajar; es decir cuando tenían salud física. Mientras algunos AM comentaron estar contentos otros reportaron sentir tristeza. Entre las causas de su tristeza se encontraron las siguientes: la pérdida de parientes cercanos (en especial la pareja), el abandono familiar en algunos casos producto de la migración, el vivir solo y el no tener con quién platicar. Por el contrario, indicaron estar contentos cuando podían trabajar, cuando mantenían redes sociales fuertes, cuando habían aprendido a vivir solos o cuando tenían capacidad de compra resultado relacionado con el apoyo recibido y la seguridad de poder comprar alimentos de manera constante. Los beneficiarios presentaron sentimientos encontrados ante el proceso de envejecimiento. Si bien la mayoría reconocía un
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proceso normal de la vida, unos lo consideraron injusto y otros manifestaron estar tranquilos al respecto. Si bien la mayoría de los AMB expresó dichos sentimientos ante el proceso de envejecimiento, al parecer las características de la localidad podrían estar relacionadas a la forma de experimentar dichos sentimientos. Mientras en Ahitic, la comunidad con más rasgos indígenas los AM parecían enfrentar el proceso de manera más natural, en Tlalzintla una comunidad mestiza y con problemas de alcoholismo, los AMB presentaban rasgos de tristeza y abandono claros.
Los AM reportaron un impacto subjetivo percibido tanto en su salud física como en su salud emocional, sin embargo aquellos relacionados a la salud física no fueron tan claros y directos como los relacionados con la salud emocional. En general perciben que el programa mejora su salud física a través de compra de comida, vitaminas, medicamento. Dicho impacto fue percibido por todos pero con mayor detalle fue expresado por las mujeres, siendo el género un elemento que podría ser indagado a profundidad en relación a la percepción de la salud. El impacto en la salud emocional fue más claro y marcado en los discursos de los AM. Fue señalado por todos los AMB y expresado en forma de ‘sentirse contentos’, ‘darse valor’ y ‘dejar de sufrir’. Las razones que desde la experiencia de los actores explicaron dicho impacto fueron la tranquilidad de tener un ingreso económico regular, el incremento en su capacidad de compra y así como una ganancia en independencia económica respecto a sus familiares. También fueron mencionados como elementos de sentirse contentos el hecho de encontrarse con sus pares el día del pago y en algunos casos a tener un ahorro para imprevistos. Pese a que dicho impacto haya sido declarado es importante señalar que factores como el debilitamiento de las redes con sus implicaciones para ambas, la salud física y emocional así como el proceso en sí del envejecimiento enmarcaron siempre el estado de ánimo de los AM.
4.2. Impacto percibido en Decisiones y Empoderamiento. Hallazgos centrales
Descripción general del uso del recurso. Aunque el uso del recurso no fue un objetivo a explorar por el componente cualitativo sino la forma como se decidía sobre el mismo y las implicaciones en términos de empoderamiento que dichas decisiones pudieran estar generando en los AM a partir del Programa, elementos que han sido ya analizados en el apartado anterior, destacó como una constante el uso que los beneficiarios declaraban dar al recurso como una manera de explicar el impacto percibido del Programa por los AMB en aspectos como la salud física y emocional.
El recurso se declaró de manera central como utilizado, en orden de relevancia en los discursos, para alimentos, gasto en salud, compra de insumos para el hogar, pago de servicios y compra de trabajo, éste último particularmente en hogares uni‐generacionales donde no hay miembros jóvenes para hacer tareas pesadas.
El impacto percibido reportado por los AM sobre la salud era comúnmente explicado en sus discursos como una consecuencia de la capacidad de compra de alimentos, desde los básicos como frijol, maíz o tortillas, pasando por derivados lácteos, hasta una amplia diversidad de carnes, frutas y verduras que antes, aseguraron, no figuraban en su dieta. El gasto en salud fue declarado como una
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segunda fuente de gasto que podía desglosarse en pago por servicios relacionados a la salud, como el transporte a los servicios médicos, el servicio médico cuando era privado, alternativo o tradicional y la compra de medicamentos.
Aunque expresado por la gran mayoría de los adultos mayores, el discurso que liga la alimentación a la salud destacó con especial fuerza en el caso de Huacango, localidad indígena en la que previamente se ha descrito la fuerte presencia de IMSS‐Oportunidades como una posible sinergia positiva. En los discursos de la mayoría de los AM se hacía un énfasis particular en el uso del recurso del Programa para la alimentación, con un claro sentido del autocuidado de la salud. La relación que hacían los beneficiarios entre alimentación y salud cuando se les preguntaba sobre los cambios en sus vidas a raíz del Programa 70 y más, se infiere podría ser una consecuencia sea del programa mismo o del conjunto de acciones de algunos programas gubernamentales que tienen componentes dirigidos a la salud, cuyas actividades de educación para la salud se han adaptado a las estructuras comunitarias preexistentes, y han hecho las prácticas del cuidado de la salud prácticamente un mandato o una forma de interactuar de los programas en la comunidad. Adelante dos testimonios sobre la lógica de la salud detrás de la selección de los alimentos:
R.‐ Pus compramos algo de comer, algo de comer compramos, nos compramos un quesito y un pedazo de carne de res porque como estamos medicinando de esa carne de puerco no lo comemos. P.‐Aja. R.‐ Todavía el pollo, todavía, pescado todavía. P.‐Mmm. R.‐ Pero lo que es de puerco no, muy dañoso (risa) P.‐Ah! Le hace daño. R.‐ Mmm. R.‐ Pus este, compro de todo así maíz compro pus ya no se me da la milpa (risa), tons voy comprando poco maíz (Huac_AM_H_i_44). P.‐Oiga, ¿usted cree que desde que recibe el apoyo ha cambiado en algo su salud? R.‐ Sí. Mhe. P.‐ ¿en qué ha cambiado? R.‐ Porque pus así me puedo comprar lo que yo quiera yo, me puedo comprar así alguna medicina del que sea de vitaminas o algo que me haga provecho y así dicen… (…) R.‐ Y ahora ya no, ya, hasta mis nietos dicen, mi ma ahora ya está bien dice, ya cambió dice, ya está más bien, se ve… (…) R.‐ Dice que ya, que ya me veo más mejor de mi cara, dice que antes ya estaba yo más, más acabada (Tlatz_AM_Df_M_ m_100).
Después de la alimentación, una considerable proporción de los AM expresó usar el dinero del Programa en servicios de salud ya fuera en el pago de consultas, medicinas y/o transporte, lo que podría también explicar la percepción de impacto en la salud de los beneficiarios, aunque no todos percibieran un impacto en este rubro.
Los tipos de atención referida fueron variados. En Ahitic se reportó el uso de recurso en atención médica pública y privada, sobresaliendo en el segundo tipo de atención, las Farmacias Similares. Debido a la cercanía de la localidad con los servicios de salud, así como a su proximidad con su cabecera municipal, donde había diversidad de servicios médicos, se entiende que algunos beneficiarios de Ahitic a pesar de ser indígenas que podrían privilegiar la atención médica tradicional, prefirieron acudir a
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consultas privadas de bajo costo en las Farmacias Similares, con el recurso que les daba el Programa. En los siguientes testimonios podemos escuchar nombrar a los informantes éste tipo de servicios privados:
RT2.‐ Y luego se siente mal, dice que ya no quiere ir al doctor, pero yo le dije, tiene que ir, (Risas) poco a poquito, poco a poquito van curando porque están este, está muy enferma ahorita porque es tan, ya tiene como cuantos años, ya tiene, su oído ya no tiene y luego. RT1.‐ Ya no oye. (…) P.‐ Mhe, ¿y a dónde va?, ¿a dónde…? RT2.‐ Aquí a Platón. P.‐ A Platón. RT2.‐ A donde 15 pesos por su… RT1.‐ Doctor Simi. P.‐ Ah!, similares. RT1.‐ Aja, doctor Simi. (Ahit_AM_M_i_23) P.‐ Mmm. ¿A dónde fue al, al, médico? RT.‐ Ah, a donde está barato, el de que se llama ¿Similares…? ¿Cómo se llama? P.‐ Ah, sí. RT.‐ Cobran, veinte pesos, quince pesos. (Ahit_AM_M_i_14)
Es interesante que en las dos localidades mestizas de Hidalgo –Tlatzintla y San Bernardo‐ se reportara con mayor recurrencia el uso del recurso en el pago de servicios médicos tradicionales (como son curanderos y hueseros) o en la compra de medicamento naturista (como vitaminas o pomadas). Es probable que en el caso de la primera localidad se deba a la marcada lejanía de los servicios de salud y de los centros urbanos, haciendo uso más frecuente de los servicios de médicos tradicionales de la región y la compra de medicamento con vendedores naturistas o alternativos que llegan hasta la localidad ofreciendo sus productos. Así lo dijo una beneficiaria:
P.‐ Hmm oiga y este y por ejemplo (…) R2.‐ (…) y también se va comprando una que otra vitamina P.‐ Aja R2.‐ A veces se compra tratamiento cuando le dan su apoyo P.‐ Aja, haber entonces este, decía su hija que usted se, se compra medicinas R.‐ Sí P.‐ Que vitaminas R.‐ Vitaminas, alguna medicina por, por algún un dolor de piernas, dolor de cabeza, si, me compro pastillas, sí P.‐ ¿Y quién se las receta o cómo se las toma usted? R.‐ Yo pues aquí es que vienen a vender este me dicen como me las voy a tomar pues como son pastillitas me compro la pastilla que (…) (Tlatz_AM_M_95).
En el caso de San Bernardo, la preferencia por una atención tradicional o alternativa puede deberse a lo que ellos/as describen como un mal servicio médico público. Según los testimonios de dicha localidad, hay que hacer largas filas desde las seis de la mañana, pagar un viaje especial para llegar al Centro de Salud donde no hay especialistas y pagar por el medicamento, y en contraste, una gran oferta de médicos tradicionales y alternativos en la región. Una explicación para Tlatzintla, donde prefieren curas o remedios tradiciones es la distancia física y simbólica de la medicina occidental, pues se ha mantenido la creencia tradicional del origen de las enfermedades, buscando en consecuencia, curas o remedios tradicionales; además no
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es menos importante el hecho de que hasta Tlatzintla sólo lleguen tratamientos tradicionales y alternativos como pomadas, jarabes y vitaminas. Es por esos motivos que los beneficiarios de Tlatzintla y San Bernardo podrían preferir la atención alternativa o tradicional y, en consecuencia, emplean una parte del recurso del Programa en este tipo de atención a su salud en la que mucho invierten y de la que pocas mejoras obtienen.
En tercer lugar un uso que los beneficiarios le dieron al recurso del Programa y que resultó significativo fue al pago de servicios e insumos para el hogar, como son luz, agua, gas, leña; así como en el pago por trabajo que ellos y ellas ya no podían realizar como reparar su casa, acarrear leña o trabajar en el campo, lo anterior fue característico de hogares uni‐generacionales donde los AM no disponían de mano de obra joven para realizar tareas pesadas como reparar el techo o levantar una barda en el hogar.
Cabe destacar que en muchos casos en que los AM pertenecían a hogares multi‐generacionales, en los que generalmente se encontraban los AM con dependencias funcionales, o unipersonales en los que se recibía algún otro programa social como Oportunidades, se reportaba el gasto del recurso no sólo en alimentación básica o en atención a la salud, sino en una gama diversificada de alimentos, vestimenta o insumos para el hogar, debido a la aportación económica de otros miembros familiares –en el caso de hogares multi‐generacionales‐, así como al ingreso económico extra de los otros programas sociales en el hogar.
Finalmente en algunos hogares multi‐generacionales se escucharon de forma constante los comentarios sobre el corto alcance de los recursos recibidos para solventar las necesidades del hogar. Lo anterior probablemente obedecía a la tensa distribución del recurso entre todos los miembros del hogar, recursos económicos que dicho sea de paso, son generalmente escasos, especialmente cuando el o la AM aún son jefes de familia como es el caso de los dos AM a quienes a continuación escucharemos y cuyas opiniones expresan el corto alcance del recurso obtenido:
P – Mjm ¿en que usa o en que gasta usted el dinero que le dan? R – Pues como le dije a la señorita esa que vino P – Aja R – Le digo cansados a como están caras las cosas le digo por ejemplo mil pesitos no nos vale eso en pesitos digo, si ya por ejemplo vale la pena que nos den dos o tres mil pesos ya hay razón que cosas juntando con ese dinero ya les están dando alguito entonces a hay razón pero mil pesitos pero estamos pobres y por ejemplo dijeron quisiéramos comer demasiado pero no nos alcanza ni quince días P – Mmhh R – Pero hay vamos engañando a la pancita con una carnita, con un quesito así P – Mjm, mjm R – Este (...) Mediadito pues, poquito porque los que estamos aquí en el rancho comemos mmhh (Tlatz_AM_H_88). P.‐ ¿A usted le da gusto recibir ese dinero?
R.‐ Bueno, no es digamos que efectivamente tenga uno esa alegría sino que uno se siente bien porque pues, este, se sostiene uno un poquito, mientras en lo, en lo independiente, pues hay otras cosas, por ejemplo, sabes que ese dinerito no te va a alcanzar, pues debes otras cosas o a trabajar, así ajeno
P.‐ Mmmm, mhu. R.‐Entonces ahí ya, ya es, este
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P.‐ Acompleta R.‐ Acompleta. (Huac_ AM_H_i_68).
Impacto percibido del Programa en la toma de decisiones y empoderamiento. Analizando el proceso de toma de decisiones, tanto al interior del hogar como en la comunidad, de los AM respecto al recurso económico del Programa 70 y más en relación al posible impacto sobre el empoderamiento, o capacidad del AM de decidir sobre aspectos relacionados a sus vidas, se encontró para grupos específicos el siguiente impacto percibido.
Los factores que parecen estar más relacionados al incremento percibido de los AM en su capacidad de inferir sobre aspectos relacionados a su calidad de vida fueron los relacionados con las características sociales de los actores (tipo de hogar al que pertenecen) y las individuales, sexo y dependencia funcional.
En relación al uso del apoyo ofrecido por el programa 70 y más, un hallazgo contundente fue que los AM, con excepciones que se explicarán más adelante, deciden sobre la administración y gasto de los recursos recibidos, elemento que es consistente con el hecho de que la gran mayoría recogen su propio recurso. La forma en cómo lo deciden y las consecuencias del recurso sobre dichas dinámicas en un incremento percibido o mejoría de la capacidad de decidir sobre sus vidas fue diferenciada como ya se ha mencionado y se explicará en la presente sección.
Con respecto a la toma de decisiones en el ámbito social del hogar, en general los AM de las cuatro localidades tomaban decisiones siguiendo la división sexual de trabajo y como lo habían venido haciendo a lo largo de sus vidas. Los hombres decidían sobre el campo y las mujeres en el ámbito doméstico, más específicamente en la preparación de alimentos. Los rubros de gasto parecían seguir la misma lógica que antes de pertenecer al programa, es decir, las prioridades de gasto no parecían haber cambiado drásticamente, aunque sí la disponibilidad de los recursos y en particular el tipo de alimentos a los cuales decían acceder.
En los hogares uni‐generacionales sobresalió el hecho de que cada uno de los miembros administraba sus recursos, percibiéndose un tono claro de haber ganado independencia en las mujeres, algunas de las cuales por primera vez recibían un ingreso propio. Se declaraba que las decisiones sobre el recurso eran consultadas con la pareja, especialmente el concerniente a los gastos en el hogar, aunque la decisión final era tomada de forma individual. Una mujer AM nos explica en el siguiente testimonio cómo su marido se va a la milpa, ella se queda en casa, él no sabe lo que hace falta respecto a la comida, terreno en el que ella toma decisiones, sin embargo se percibe un diálogo en lo general:
RT.‐ Él sólo no pien… Él sólo pus piensa que no sabe que es lo que falta en la cocina. Él lo que quiere comer, lo que quiere tomar. RT2.‐ Ya se decide entre los dos, lo que van a tomar, lo que van a comer. RT.‐El se va a la milpa dice, no sabe como que es lo que se quiere en la casa. Que es lo que se necesita dice él y yo hago la comida. P.‐ Mmm, Ok. (Ahitic_AM_M_i_13)
Para el caso de los hogares multi‐generacionales, o de familias extensas, los AM en general declaraban opinar en lo referente a la preparación de los alimentos,
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decisión que percibían no sólo influía en ellos/as sino en todos los miembros del hogar. Fue relevante en sus discursos el derecho que externaban de dar su opinión, especialmente cuando aportaban económicamente o en especie para los alimentos, lo que habla de un impacto posible del Programa 70 y más en la capacidad de inferir auto‐percibida por los beneficiarios en sus condiciones de vida y la de sus hogares. Lo anterior indica también que el recurso recibido por los AM no sólo beneficiaba a los mismos sino a la unidad doméstica a la que pertenecen, de manera que el impacto del programa podría verse extendido a sus miembros.
En los casos en que los AM vivían en hogares multi‐generacionales, era común que el AM hiciera una consulta con los miembros del hogar sobre cómo gastar el recurso, destinado en muchas ocasiones para los bienes necesarios del hogar, sin que esto pareciera afectar de alguna manera el poder de decisión del AMB sobre el recurso. Podemos escuchar en la voz de un beneficiario de San Bernardo la claridad del AM sobre su derecho sobre el recurso y el poder de decisión sobre éste, así como el deseo de compartir el dinero con su familia, así lo expresó un AM:
P. – Y por ejemplo, ¿Ellas [hijas] no le dicen a usted en qué gastar el dinero? R. – No, no de eso no me preguntan, no me dicen tiene o no tiene, se dan cuenta de si está usted gaste, gaste y gaste y no tiene usted después centavos, pero que le haga, pues tengo que ayudarles les digo, no ellas no me quitan nada, no eso yo sé, yo lo tengo, yo lo guardo (…) P. – Mhmmm (…) R. – Y, yo le doy porque pues veo que no tiene, que no les alcanza pa’ la medicina o tengan siquiera pa’l carro, alguna cosa (…) P. – Ajá mhmmm (…) R. – Pero a mí no, que me estén diciendo, aquí está el dinero, dénmelo no (…) P. – Mhmmm (…) R. – De eso aquí nada, ellas no lo, es mío y yo lo mando (…) (SanBe_AM_H_Sinfolio).
Los AM que vivían en hogares multi‐generacionales podían ahora poner en circulación bienes materiales que antes no ofrecían, destacando la importancia de la reciprocidad en las redes y señalando uno de los impactos percibidos del Programa. A pesar de no mencionarlo explícitamente, se observó entre líneas, cómo su capacidad de ofrecer recursos materiales a su hogar, les colocaba en una posición distinta, probablemente de mayor contacto con los miembros de su hogar y de reconocimiento al interior de éste. En el siguiente testimonio escuchamos en la voz de una AM como el recurso se pone en circulación en la familia:
P.‐ Mjum. Oiga y y ¿para quién es el pro… el apoyo [económico de 70 y más]? R.‐ Pos hay veces este cuando veo que uno de mis niños… mis nietitos están enfermitos pues tenemos que agarrar ¿si? Pero pues lo malo es que estamos aquí vaya, como será aquellos niños de mi nuera que los tenemos aquí, le digo, pos a veces vemos que esta enfermito pues mayormente el grandecito, por que aquel otro, le digo este que acaba de llegar, el niño P.‐ Mjum (Tlatz_AM_M_92)
Así, el impacto en toma de decisiones se pudo ver de forma más evidente en quienes vivían en hogares multi‐generacionales pues éste les permitía participar más en las decisiones del hogar especialmente en lo relativo a la compra de alimentos. Los AM expresaron tener más poder de injerencia en las decisiones de sus hogares cuando ponían en circulación bienes materiales.
Las características individuales de los AM también determinaron ciertas diferencias en la forma en como el recurso recibido por el programa afectaba su capacidad de tomar decisiones que afectaban sus vidas. En todas las poblaciones
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analizadas se encontraron casos de las mujeres adultas mayores a quienes el recurso del Programa les proporcionaba relativa independencia, puesto que de acuerdo a su discurso, ya no tenían que esperar o pedir dinero a sus redes sociales de apoyo conformadas por sus esposos, familiares u otra gente de la comunidad.
Adelante dos testimonios de dos mujeres que ilustran en la voz de las mujeres la independencia sobre el uso del recurso:
P.‐ Ok. Y, este (…) Entonces (…) Eh, ¿Porqué lo, porqué deciden así entre los dos usarlo? RT.‐ Dice porque así, así están, de que, de que cada quien guarde su dinero. P.‐ Mjm. RT.‐ Dice no, si no está su esposo, no le dio dinero y agarra su dinero. P.‐ Mmm. RT.‐ El de ella, que tiene. P.‐ Mmm (Ahit_AM_M_i_14). R.‐ Pero sí, yo creo que, bueno, quizá han sabido que alguien lo lleva pero yo, de mi parte, no (…) Yo ahí, me (…) Lo, lo que me sobra, lo guardo y (…) Cuando estoy enferma pus’ a nadie le estoy diciendo “Préstame”. (SanBe_AM_M_142).
Por otro lado, ser dependiente funcional fue un elemento que debía ser analizado a través de las redes sociales de los AM. Es decir, si bien el ser dependiente funcional podría ser un elemento que podría implicar una disminución de la capacidad de los AM sobre la decisión del uso de los recursos, en la mayoría de los casos, aunque el AM no tomara decisiones específicas sobre su uso, sí lo hacía al entregar voluntariamente a quienes cuidaban de ellos y el recurso. El apoyo que les ofrece el Programa en la mayoría de era usado en la alimentación y en la atención de la salud de los AM, aún en comunidades como Tlalzintla en cuyos casos, aunque la relación con el AM era débil y se caracterizaba por un cierto grado de abandono, el recurso seguía siendo usado para solventar las necesidades del AM. Lo anterior podría estar significando una reducción del estrés entre los cuidadores y el AMB dependiente funcional debido a la reducción de la carga económica que el AMB representa. En los siguientes testimonios podemos escucha la voz de dos representantes que expresan la consciencia plena de saber que el dinero es para los AM aunque sean los representantes quienes lo administran y quienes hacen patente que el uso del dinero es para el mejor beneficio de los AM bajo su cuidado:
R.‐ Ajá y cómo le diré sus huaraches no puede usar por lo mismo por su enfermedad lo desesperan los huaraches, lo desesperan, por eso ya me dan pena muchacha vergüenza, la gente va a decir que yo soy la que pues estoy gastando el dinero y mi mamá descalza, mi mamá no, pues yo ya aunque la gente me diga y tal vez los mismos señores de Chicona me ven, pues si la ven toda la gente, porque yo a mi mamá la llevo descalza (Huac_AM_R_M_i_67) RT. –…pero este, pues eso es lo que no se pone zapatos, no se pone, tiene allá porque cuando la primera vez que me dieron su apoyo le compré zapatos… (…) RT. –…yo nomás voy a recoger el apoyo y me vengo, cuando voy a Chicón ya le traigo algo, de alguna cosa, como hace dos meses le compré ropa también, hace cuatro meses también le traje un sombrero… P. –…mhhmmm… RT. –…un pañuelo, y lo demás…le voy comprando lo que come, lo que así él pues en las mañanas, también quiere un pan, unas galletas…y como te digo pues todo va agarrando con ese dinerito, le voy comprando sus cosas… (Huac_CR_H_i_39)
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Hallazgos de excepción
Impacto percibido del Programa en la toma de decisiones y empoderamiento. Aunque no sólo en la comunidad de Tlalzintla, pero sí como un resultado constate para ésta comunidad, el hecho de vivir en hogares extendidos pero con poco apoyo hacia el AM se relacionaba con una disminución en las decisiones declaradas por el AM sobre el recurso del Programa. Quienes contaban con este tipo de redes parecían no tomar la última decisión sobre el recurso que les ofrecía el Programa. Algunos AM con relaciones de poco apoyo en sus hogares declaraban no decidir sobre su recurso sin embargo se expresaba que el dinero era ocupado para sus gastos de salud de cualquier manera. Se reportaron para esta localidad, casos aislados en los que se aseguraba que el recurso se los habían robado. Así lo expresó la representante de un AM:
P.‐ ¿A poco se lo quitaron? R2.‐ Sí, sí lo quitaron, y como lo, lo tenía dice que debajo de su cama, ahí lo había guardado y se lo vinieron a quitar P.‐ Mmm (…) R2.‐ Entons sí le digo, por eso veces guardo el dinero, pero no quiere usted, pero usté ora sí guárdelo usted bien, le digo P.‐ Sí R2.‐ Ajá (Tlatz_R_M_104).
En síntesis y de manera generalizada para el presente apartado, en relación al empoderamiento y particularmente a la toma de decisiones en el hogar, los beneficiarios expresaron que tomaban decisiones de modo como tradicionalmente lo habían hecho y en consecuencia el ámbito de las decisiones es fuertemente marcado por la división sexual del trabajo. Destacó como una constante el hecho de que los AM, de manera general, toman decisiones sobre su recurso, incluso aquellos quienes tienen alguna dependencia funcional y en caso de no tomar decisiones el recurso sigue siendo ocupado para solventar sus necesidades. Lo anterior sin embargo debe enmarcarse en el hecho expresado de que el recurso es ocupado no sólo para las necesidades del AM sino de toda la unidad doméstica.
Al tomar decisiones sobre el recurso que les daba el Programa, expresaban un sentimiento de no depender, de tener mayor capacidad de decisión sobre sus gastos y decisiones y este empoderamiento fue compartido pero su fuerza destacó para el grupo de las mujeres. El gasto fue destacadamente dirigido a la salud o a factores relacionados a ésta. Fue claro el sentido de la salud al hablar de los alimentos comprados con el recurso del programa, de igual manera sobresalió el gasto en salud relacionado a pago de servicios, medicamentos y transporte relacionado a la salud.
El contar con una red social débil, implicaba mayor vulnerabilidad y menor capacidad de tomar decisiones. Las condiciones estructurales de Tlatzintla como su marcada lejanía de los servicios de salud, así como de los centros de comercio, la fuerte migración a Estados Unidos y el alcoholismo, pueden ser parte de las causas por las que los AM declararan tener menos posibilidades para decidir sobre su recurso que los beneficiarios de las otras localidades.
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4.3. Impacto Percibido en Redes Sociales El Impacto en las redes sociales de los AMB se examinó tomando en cuenta
principalmente dos categorías: redes del hogar (comúnmente redes de familia) y redes extra‐hogar conformadas por amigos, vecinos, compadres y familiares que han migrado. Para cada red se indagaron cuatro atributos de las mismas: existencia de las redes, fortaleza o debilidad de las mismas, significado de redes (de apoyo o de no apoyo) y tipo de apoyo que circulaba en ellas (instrumental, cognitivo, material y emocional).
Los tipos de apoyo refieren a los siguientes elementos:
1. Cognitivo. Intercambio de experiencias, transmisión de información, consejos.
2. Material. Flujo de recursos monetarios o materiales.
3. Instrumental. Apoyo en transporte, ayuda en labores domésticas, cuidado y acompañamiento.
4. Emocional. Expresado por la vía de cariño, confianza, empatía, sentimientos de afecto y preocupación por el otro (Guzmán, et.al., 2003).
Hallazgos Centrales
Impacto Percibido en Redes en el hogar. La mayoría de los AM de las cuatro localidades analizadas presentó algún tipo de red de hogar, el 58% vivía en hogares extensos mientras el 20% vivía con su pareja y sólo el 22% vivía solo(a). Casi todas las redes fueron declaradas como fuertes, pero de forma más clara entre los indígenas que entre los mestizos. Las redes fuertes fueron características en las comunidades indígenas debido a los fuertes lazos comunitarios característicos de las mismas. Las acciones de las redes fuertes se expresaban en forma de circulación de apoyo recíproco ya sea instrumental, cognitivo, emocional o material e incidían directamente en varios aspectos básicos de la vida del AM tales como su alimentación, salud física y salud emocional. Así lo muestran los siguientes testimonios, donde un Representante habla sobre la atención médica que da al AM:
R1 – Pues si de cuando uno quiere uno hay de ahí mismo lo agarramos para medicamentos R2 – Ahora si que de ahí me da para sus medicinas porque ahorita tiene que estar con su hierro, tiene que estar gotas para la presión y unas para el mareo y aparte le recetaron un alimento que se llama Ensure (SanBe_R_M_138). RT.‐ Sí, aquí si los visita ella y ellos la vienen a visitar a veces… bueno… mjum P.‐ Y este…mmm… mmm… y… bueno, que co… ¿cuáles serían las cosas más importantes que en que su familia le ayuda a ella? RT.‐ Quedan este a veces cuando tienen ellos maíz o algo le regalan P.‐ Mjum RT.‐ Le dan y cuando se enferma pues también la vienen a ver. ¡Ah! Bueno, que bueno… ella dice que cuando… cuando se enferma la llevan sus hijos P.‐ Sus hijos la llevan aaa… RT.‐ Al doctor (Ahitic_AM_M_i_24)
En general el significado de la red de hogar fue positiva, ya que en ella se procuraba el bienestar del AM. El tipo de apoyo que circulaba en beneficio del AM fue
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diverso, pero sobresalió el instrumental, en forma de ayuda para la preparación de alimentos, la limpieza y mantenimiento de la casa, la compañía y los cuidados durante la enfermedad. También destacó el apoyo material de parte de la red de hogar de los AM cuyo carácter de recíproco se veía reforzado por el Programa, principalmente en forma de alimentos y en menor grado en dinero, ropa, zapatos y algunos enseres domésticos. Como hemos dicho, en la mayoría de las ocasiones estas redes eran recíprocas, así el AM ofrecía compañía, preocupación, cuidados, consejos, trabajo doméstico y adicionalmente apoyo derivado del Programa, o bien el limitado fruto de su trabajo cuando elaboraba canastas, vendían pequeñas cosas, o trabajaban en el campo.
Pese a la circulación de bienes, casi ninguno de los beneficiarios de las cuatro localidades percibió un impacto en sus relaciones familiares desde que tiene el Programa, tuvieran éstos o no apoyo en su red familiar. Quizá el hecho que no se perciba un impacto en este ámbito obedezca a que es poco el tiempo que han estado expuestos al Programa, pero también a que en muchos casos se ha mantenido la manera en la cual se relacionan en sus hogares y toman decisiones en ellos.
Sin embargo como hemos señalado, quienes viven en hogares multi‐generacionales refirieron ofrecer bienes materiales de circulación en sus hogares, lo que podría potencialmente colocarlos en una posición de mayor cercanía, de reforzamiento de los vínculos y reconocimiento. A continuación el testimonio de beneficiarios quienes si bien no expresan percibir un cambio en la red de su hogar, refieren que el recurso del Programa se distribuye entre los miembros del mismo:
P.‐ ¿Usted no cree que a partir de que le den el, el recurso (…) haya cambiado en algo su relación? R.‐ No, de eso no, de eso no, nada, nada. Ya estuve conforme con mis hermanos, mi sobrina, todo pues (…) P.‐ ¿Qué le parece, le parece que está bien..o..? R.‐ Y digo que si porque parece una ayuda (…) P.‐ Mhe. R.‐ (…) bueno poquito pero es una ayuda, como, como digo yo este, una ayuda para mi hermana y yo P.‐ Mhe R.‐ Bueno, de todos modos aquí para mis sobrinos (…) P.‐ Mhe R.‐ (…) aquí porque todos vivimos aquí P.‐ Mhe R.‐ Horita aquí tan reunidos todos, aquí (SanBe_AM_H_145). RT.‐ dice que aquí se levanta y hace de comer, les da de comer a los niños, entonces se va ya como media hora se va a Platón, ya tardan para recibir su dinero a veces, pero ya cuando recibe su dinero compra un pollo asado o tortillas compra para llegar, les va a dar de comer a sus nietos, aja. esta hablando de sus nietos, como los quiero, los cuido mucho, que les da de comer, desde chicos les ha cuidado, uno yasta grande, lo cuidó también aquí, RT.‐ Mmm, ella dice que lo que, lo que se siente bien con lo que le dan los de 70 y más, eso es lo que le ha ayudado más, más bien se siente, siente más importante lo que le dan, en su familia pues nada más lo poco que le ayuda su hija y ella le ayuda a su hija en los bordados porque a veces ella no puede terminarlos, le ayuda, aja. P.‐ Ah!, o sea, ¿le ayuda a la hija también? RT.‐ Aja. P.‐ Y ¿qué es lo más importante que cree que, que ella le da a su familia?
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RT.‐ No le da otra cosa más que su comida cuando lo hace una cosa de, deja a sus nietos porque los quiere por eso les da. Mhe, ella dice que le da lo que, lo que, una comida o, siempre les prepara una comida para sus nietos porque ellos también le dan, cuando llegan le dan unos 1000 pesos o le dan refresco, su, su ropa le traen y por eso, también los espera con comida, todo eso les ofrece ella. (Ahitic_AM_M_i_16)
Un grupo que notaba cierto cambio en la relación con los miembros de su hogar eran aquellos que aún fungían como proveedores principales de sus hogares, puesto que con el recurso del Programa la carga se les hacía menos pesada, así lo expresó una beneficiaria, quien es proveedora económica principal en su hogar:
P.‐ ¿Oiga, y ha cambiado en algo sus (…) Relaciones que usted tiene con su familia, desde que recibe usted el apoyo? ¿Cómo se lleva con su familia ha cambiado? R.‐ Sí este (…) Más o menos. P.‐ ¿O se llevan igual? R.‐ ¿Eh? P.‐ ¿Ha cambiado en algo o se llevan igual, se llevan mejor o peor, desde que recibe el apoyo usted? R.‐ Si, más o menos bien, este, parece que estamos un poquito contentos, pero realmente cuando no tengo [dinero] estamos tristes en la vida. P.‐ Aja. R.‐ (…) Cuando echamos más o menos consigo, tovía consigo quien me auxilie con un dinero, consigo mis cositas. P.‐ Aja. R.‐ Porque, cuando hay hambre, tovía trabajo, pero orita se nos ha acabado el trabajo porque, son temporaditas que hacemos faenas un poco. (Tlatz_AM_M_76).
Finamente, para en el caso de los representantes de los AM con dependencia funcional que fueron entrevistados, expresaron que la mayoría de las veces el recurso era utilizado para los gastos del AM (principalmente de alimentos, medicamentos y servicios médicos). Este hecho reducía en cierta medida el estrés entre los miembros de los hogares multi‐generacionales y los dependientes funcionales, pues estos últimos habían dejado de representar una carga económica para sus familiares. En el testimonio de una AM beneficiaria que es también representante de su esposo AMB podemos escuchar como ella da el dinero de su esposo a su hija para las cosas que se necesitan:
P. – Y este ¿él le ha comentado algo sobre el apoyo o, o nada más, nada más recibe? R. – No ya no dice nada (risa) (…) P. – Y este ¿Su esposo qué le dice, él le dice en qué gastar el recurso que le toca a él o se lo da a usted para que lo administre o cómo, cómo se arreglan? R. – No si a veces se lo doy, este, luego lo guarda allá mi hija María, lo tiene guardado ella pa’ cuando se necesita, pues ya me da (…) P. – Ajá (…) R. – Luego llego a necesitar si pago una cosa (…) R. – Sí (…) P. – Y ¿Ella [hija] guarda él de los dos, el de ustedes dos o nomás (…) R. – No, es nomás el de él [AMB esposo de AM representante]… (SanBe_R_M_110).
En suma la mayoría de los beneficiarios no notó un cambio significativo en la interacción o la forma de toma de decisiones en sus redes, no importando el sexo, si pertenecían o no a un hogar Oportunidades, o el tipo de hogar en el que vivían (unipersonal, uni‐generacional o multi‐generacional). Aunque, como se dijo anteriormente, algunos AM refirieron aportar bienes en la red de su hogar, reportaron
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una mejoría en el estado de ánimo de ellos/as y de los miembros de sus hogares, y sobresalieron de entre ellos/as algunos casos de AM que eran proveedores notando un cambio positivo.
Impacto Percibido en Redes extra‐hogar.
No todos los AM contaban con redes extra‐hogar fuertes, sobre todo las mujeres. Para el caso de las localidades, en Ahitic, Huacango y San Bernardo las redes de este tipo cuando existían eran fuertes para la mayoría. En el caso de Ahitic y Huacango, ambas comunidades indígenas, destacó el hecho de que las redes de comunidad eran valoradas como importantes. Para el caso de San Bernardo se observó que miembros de la familia habían migrado a la Ciudad de México o Pachuca, pero aún se mantenían en contacto con los beneficiarios mandando ayuda cuando era necesario.
Cabe destacar que si bien la interacción en las comunidades parecía, a simple vista, limitarse al saludo entre los miembros de la comunidad, tejía una importante organización comunitaria y de funcionamiento de sus redes de comunicación y de información. Esto fue claro cuando se indagó la forma en como se da aviso a los AM sobre el día de pago del Programa 70 y más. Aunque no en todos las localidades funcionaba igual de bien y era claro que algunos AM podían ser excluidos de la red por razones particulares, los AMB se mantenían informados de lo que a otros les sucedía y de la misma forma se informaban del día y el punto de pago próximos.
El significado de este tipo de redes era en general positivo, dos localidades, que resultaron de extremo pero dan buen material de análisis mostraron una activación de las redes extra‐hogar dignas de analizarse. En Huacango y Tlatzintla se identificaron, a raíz del Programa 70 y más algunas fricciones de los AM con reglas comunitarias por diferentes razones.
El caso de Huacango nos mostró las dos caras de las redes sociales como sistemas vivos. De esta manera, si bien sirven como un apoyo importante para la vida también exigen reciprocidad y acciones de sostenimiento por parte de sus miembros, quienes de no cumplir pueden ser castigados con la exclusión social. Así se registraron roces o inconformidades por las estrictas normas sociales que en Huacango obligaban de manera informal a realizar faenas a los AM o a pagarlas, ahora que ya contaban con recursos, al no poder realizarlas6. Debemos recordar que en el caso de Huacango se encontraba muy activa la estructura del IMSS‐Oportunidades que proveía de atención médica e información a casi toda las familias en las que vivían los AM. Sin embargo esta red de apoyo al mismo tiempo provocaba presión en la dinámica comunitaria por seguir las normas de salud y bienestar recomendadas por el Programa. En el primer y segundo testimonio podemos observar como el discurso de la salud está incorporado en el discurso del apoyo que se da desde algunos de los programas de gobierno y en el tercer testimonio podemos observar como las reglas de la comunidad sobre las que descansa el sistema de redes sociales y apoyo no siempre son bien vistas por sus miembros:
6 Cabe aclarar que dichas normas son creadas de manera informal por los miembros de la comunidad pues el Programa no menciona en las Reglas de Operación ningún tipo de corresponsabilidad para los beneficiarios (Diario Oficial, 2008)
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R.‐ Sí, le digo, yo lo utilizo para eso, porque también nos recomiendan que esos dineros no se deben de utilizar para fiestas. P.‐ Sí. R.‐ Celebrar fiestas. Sí, es que eso nos lo da el gobierno especialmente para la manutención, ya no podemos trabajar muy bien, pues para que nos cómprenos algo, para que no andemos así como antes, para que se vea que si hay apoyo y que se vea que sí lo utilizamos para algo en bien de nosotros R.‐ Pues nos, allá llegan los licenciados, o sí, yo digo que son licenciados porque son los que hablan primero, antes de que nos den, este, el apoyo. P.‐ Mmmm. R.‐ Como para qué lo vamos a utilizar el dinero. Sí, y por eso yo te platico de esa manera porque yo he escuchado muy bien cómo nos dan instrucciones para qué es el dinero, para qué o quién lo manda ese dinero, lo manda el Gobierno Federal, sí (Huacango_E_AM_H_i_37) R.‐ Pues hay muchas cosas, ya vamos a comprar la azúcar o sea un pedazo de carne, un pescadito, un mango, unas uvas, unas peritas y así pues como ya estamos grandes pues este siempre como nos dicen allá [en la entrega del recurso]que compremos unas verduras para.. porque la carne no es vitamina porque es vitamina las verduras y el frijolito, calabacitas (Huacango_E_AM_M_i_62) R.‐ Si yo les digo que compren esto y cuando no alcanza porque aquí también estamos pues solitas y a veces así como estamos, en la comunidad nos hacen una faena, como ya no tengo a naiden algún varón, cuanto tuviera un varón lo mandaría ya no pago la faena, pero como no tengo a naiden… ellas son mujeres tengo que pagar el tiempo, pagamos para que haga el trabajo de la comunidad, ajam y por eso nos conseguimos (Huac_AM_M_i_47)
En el caso de Tlatzintla probablemente las fricciones obedecían a la marcada lejanía de la localidad de los servicios de salud y comerciales, además los jóvenes de la localidad buscaban migrar a Estados Unidos y, al mismo tiempo, era notorio el alcoholismo que padecían muchos miembros de la localidad. Posiblemente estos factores incidían en que las redes extra‐hogar de los AM fueran más bien débiles, puesto que los AM percibían que la comunidad no actuaban en su favor siempre.
Los casos más vulnerables, tanto en Tlatzintla como en Huacango, eran aquellos AM que tenían redes sociales débiles o que vivían solos y por lo mismo no recibían apoyo de la comunidad de forma consistente y más bien enfrentaban exclusión. A continuación un testimonio de un AM de Huacango beneficiario de Oportunidades, que vive solo, quien expresa su tristeza por no ser escuchado y declara haber tenido que pedir permiso de ausentase a las labores de la faena por quedarse en casa a esperar la visita del equipo cualitativo:
R.‐ Y ahorita estoy así un poco triste por eso. Aquí como estamos trabajando con Oportunidades y de adulto mayor no tanto pero de Oportunidades sí, entonces no puedo salir a visitarlos, pero si compré un aparato telefónico y conversamos, ya me oyen, y ahora me están invitando a que vaya, no le digo: no puedo hija, no puedo, aquí tenemos un gran compromiso con fe y con nuestra autoridad. P.‐ Mmmm. R.‐ Sí, como ahorita necesitaban que vaya yo a chapolear allá arriba, onde van a construir una capilla, y le digo: No voy a ir por los motivos que la supervisión [el equipo cualitativo] no me ha visitado, le digo, pero me dijeron que hoy vienen por acá, ahora aquí, discúlpenme que no, porque viene el Presidente del Municipio ahora P.‐ Mjum R.‐ Y con eso terminamos, sí muchacha pues eso te platico. P.‐ Y ¿no, no, no tiene problemas si no va a chapolear ahorita? R.‐ Ahorita no. No, no, no ya, les pedí permiso. Para la otra (inaudible) P.‐ Aaah.
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R.‐ Sí. Aquí si nos damos permiso. Sí, nos damos permiso (Huac_AM_H_i_37).
En las cuatro localidades las relaciones extra‐hogar estaban basadas en la reciprocidad. El apoyo que más circulaba era el emocional, por medio del reconocimiento y la conversación ocasional, aunque también hubo en menor medida apoyo material y cognitivo, por ejemplo, como hemos mencionado se informaban entre sí sobre los días y puntos de pago de 70 y más.
En general los AM de las cuatro localidades tampoco percibieron un impacto en sus redes extra‐hogar a raíz de la implementación del Programa, sin embargo como se ha mencionado a raíz del apoyo en Huacango se reforzó la exigencia de la participación de los AM en las faenas. Quizá esto se deba también al poco el tiempo de exposición al Programa 70 y más; Como podemos ver a continuación, los AMB expresaron que la estructura social previa se sigue reproduciendo en las localidades:
P.‐ ¿Y siente que ha, ha cambiado algo, desde que recibe el apoyo ha cambiado algo con sus amigas, comadres, ha cambiado en algo su relación o sigue igual? R.‐ Sigue igual, sigue igual le digo, porque, porque, hay a veces unas personas porque ya tienen algo ya no quieren hablar, pero no, ya ellos, seguimos igual, yo también igual con ellos. P.‐ ¿Se sigue llevando igual con ellos? R.‐ Sí, seguimos le digo y ellos están bien conmigo. P.‐ ¿Por qué cree que se siguen llevando igual? R.‐ Porque digo ya estamos acostumbrados, mhe, mhe, estamos acostumbrados así. P.‐ Mhe. R.‐ Porque como, comadres o no comadres pero seguimos igual. P.‐ Mhe. R.‐ Aja. Sí (Tlatz_AM_M_95).
A pesar de que los beneficiarios señalaron que les cuesta trabajo llegar al punto de pago del Programa, ya sea por los sistemas de transporte locales que suelen ser deficientes o en algunos casos por las redes débiles de algunos AM que no les hacen llegar con tiempo el aviso de pago, algunos beneficiarios refirieron que el encuentro con otros AM el día de cobro del Programa 70 y más y el compartir con otros miembros de la comunidad alimentos es una forma de mantenerse en contacto con los otros.
Cabe mencionar que en todas las localidades se registraron algunos casos aislados en las comunidades pero que se escucharon en todas, de envidias generadas a partir de que un AM se volvía beneficiario, pues hay quienes a pesar de ser candidatos al Programa, todavía no son beneficiados, o bien aún no cumplen la edad para serlo.
Hallazgos de excepción
Debilitamiento de algunas redes. Aunque no en todos los casos, se observó para la red de migrantes formada por familiares que viven en las diferentes ciudades, el hecho de que al saber que los AM recibían dinero del 70 y más, algunos familiares habían dejado de mandar el apoyo económico que enviaban esporádicamente o en emergencias a los AM. Sin embargo los mismos AM expresaron su tranquilidad al no depender del dinero de sus familiares u otras personas de su comunidad. En los siguientes testimonios podemos ver como los AM reciben apoyo esporádico, y en el segundo cómo el apoyo del Programa le ha quitado la ‘moritificación’ de depender del apoyo de su red:
P1.‐ Mmm… por dónde ¿Dónde viven sus hijos? R.‐ Tengo tres en México. P1.‐ Mmm
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R.‐ Ajá P1.‐ ¿Y le mandan dinero? R.‐ Pus uno nada más el que me está apoyando. P1.‐ Mjum R.‐ Ahí de vez en cuando no siempre. P1.‐ Pues si ¿verdad? R.‐ Es que también tiene familia allá y hacen mucho gasto. (Huac_E_AM_H_i_58). P – Mjum ¿Y entonces y ahora como se siente de que ya recibe este apoyo? R1 – No pues ya es una pues una gran ayuda como usted dice, si ya no tengo necesidad de andarle exigiendo a mis hijos P – ¿Y ellos cómo cree usted que (...) Ellos cómo se sienten? R1 – Pues creo que están bien así R2 – Pues porque ya no están pensando en la mortificación R1 – Ya no está pensando en que tienen que ayudarme si (SanBe_AM_H_138).
Si bien el recurso del Programa ha generado a muchos beneficiarios tranquilidad porque gozan de independencia económica, también es cierto que en algunos casos los beneficiarios expresaron con tristeza una especie de olvido por parte sus familiares quienes antes se preocupaban por ellos, siendo éste un impacto percibido, aunque no central, en las redes de hogar por los beneficiarios. A continuación se presentan dos ejemplos de esta situación en las voces de los beneficiarios:
P.‐ Y ella, eh, sus hijos (…) ¿Le dan dinero a ella? RI.‐ (Risa) RT.‐ Ah (…) ah, ahora dice que ya no le da, este, dinero, pero cuando no le daba apoyo entonces sí le daba (…) RI.‐ Chile (…) RT.‐ Ah (…) eh, di (…) ah, dice cuando no le daba apoyo, entonces, este, se iban a casa, dice mi comadre a traer nixtamal, un poquito de chile, un poquito de frijol, aceite (…) P.‐ Ajá. RT.‐ Como, ella lo mantenía a su mamá, pero ahora como ya le dan apoyo entonces dice mi comadre ya no le dan nada. P.‐ Mmm. RT.‐ Se mantiene con el apoyo. P.‐ Mjm (…) mmm(…) (Ahit_AM_M_i_1). RT.‐ Dice que ha cambiado, se ha sentido mal, ha cambiado con ella misma con sus hijos P.‐ Mjum. ¿De qué, de qué forma ha cambiado ella con sus hijos? (…) RT. Dice que, sus hijos se enteraron porque vieron sus papeles que ella le está recibiendo un apoyo y ellos también ya se sienten bien porque ya no lo, mandan dinero seguido porque ya están teniendo un apoyo P.‐ Ah, ya tienen dinero propio. (Ahitic_AM_M_i_7).
En suma, la mayoría de las redes declaradas fueron fuertes especialmente en las comunidades indígenas. Las acciones de las redes fuertes se expresaban como circulación de apoyo recíproco ya sea instrumental, cognitivo, emocional o material e incidían directamente en varios aspectos básicos de la vida del AM tales como su alimentación, salud física y salud emocional y aunque no fue declarado un cambio en sus redes, el hecho de tener recursos que ofrecer a su red podría estar creando un cambio en las mismas. En general el significado de la red de hogar fue positivo, ya que en ella se procuraba el bienestar del AM. El instrumental y el material fueron los tipos
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de apoyos más significativos y solían ser recíprocos. Casi ninguno de los beneficiarios de las cuatro localidades percibió un impacto en sus relaciones familiares desde que tiene el Programa, tuvieran éstos o no apoyo en su red familiar. Quizá el hecho que no se perciba un impacto en este ámbito obedezca a que es poco el tiempo que han estado expuestos al Programa. Quienes vivían en hogares mutli‐generacionales declararon que los bienes circulan en el hogar. Los AM dependientes funcionales declaran que los gastos son para sus necesidades y el hecho de descargar a los miembros de sus redes podría estar relajando el estrés del vínculo entre ellos y sus cuidadores al disminuir la económica que los AM DF representan.
Las redes extra‐hogar no siempre eran explícitas y entre ellas las mujeres contaban con menos redes de apoyo extra‐hogar. Las normas de reciprocidad de las redes y los deberes para las mismas en las comunidades ofrecen apoyo a los AM pero también implican obligaciones para con los miembros de la comunidad como fue el caso de las faenas en Huacango que no siempre fueron expresadas de manera positiva.
Como un caso excepcional se escucharon discursos de AM quienes si bien sentían tranquilidad de no depender de los miembros de su red social y particularmente de sus hijos quienes les daban o enviaban dinero, expresaron de forma velada cierta tristeza al notar que sus hijos habían dejado de apoyarlos económicamente al saber de la presencia del Programa.
4.4. Evaluación del Programa 70 y más Hallazgos Centrales
Evaluación del Programa por parte de AM. Una dominante mayoría de los AMB entrevistados en las cuatro localidades de estudio, evaluaron el Programa de forma positiva y agradecieron recibir el apoyo. Aseguraron que el apoyo del Programa y la certeza de su regularidad les hace sentir tranquilidad, reducir su sentimiento de inseguridad o falta de tranquilidad sobre el futuro cercano y en algunos casos no depender únicamente del fruto de su trabajo. A su parecer el Programa los hace sentirse valorados y tomados en cuenta por el gobierno. Por otra parte, resultó significativo que las reuniones para recibir el apoyo económico del Programa sirviera para que los AM platicaran con otros beneficiarios, lo cual no ocurría normalmente debido a las dificultades para desplazarse.
En general, los beneficiarios enfatizaron que el apoyo había incrementado su capacidad de solucionar gastos necesarios para la vida como la comida y medicamentos e incluso se había convertido para algunos en un elemento central de su sustento, elemento que como ha sido explicado juega un papel central en la percepción del estado emocional y la tranquilidad de los AM y en algunos casos de sus familias. A continuación dos representantes expresan los beneficios del programa para con sus familiares y reafirman en sus palabras la claridad sobre el hecho de ser un apoyo para los AM quienes pese a ser dependientes funcionales son declarados como los dueños del dinero y se declara utilizar el mismo en su bienestar. En el tercer caso una AM sostiene que sin el apoyo estaría en la calle.
P.‐ Ajá, ¿En qué cree que le beneficie [el programa]?
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R.‐ Este (pausa), pues este, en lo que ora si en lo que en su alimentación porque ahorita ella ya lo que ella quiere pues ya le pueden, este, comprar lo que ella necesite, ya le puede comprar mi mamá porque, ahorita ella ya, ya tiene su apoyo, ya tiene con que comprarse algo que, necesite, por ejemplo, en sus medicinas, si necesita una medicina, pues si mi mamá no tiene en ese momento pues al menos ella tiene su dinero (…) (Huac_R_M_i_53) P.‐ ¿Y lo ha visto mejor [al AM]? R.‐ Sí ha mejorado P.‐ ¿En qué cree que ha mejorado más?, así como ejemplos R.‐ Pos para él está como viendo que si está más contento él, aunque sea no van o llega su apoyo pero, yo le digo ya llegó su apoyo y si puedo ir o no puedo, él dice, cuando se siente un poquito mal no se va pero cuando está un poquito mejor lo llevo, ya estaba viendo que estamos contentos mjum (Ahitic_AMDf_R_H_i_09) P. (Risa) mmm, mmm y por ejemplo, en su salud ¿Siente que el programa le ha ayudado en algo? R.‐ Sí, pus, sino estuviéramos en la calle (SanBe_AM_M_140)
Asimismo, algunos comentaron que el apoyo representaba un extra que les permitía comprar mejores o nuevos productos. Por ejemplo, una beneficiaria en San Bernardo (AM_M_113) explicó que ahora podía conseguir la comida que le gustaba y adquirir tarjetas telefónicas para que su hijo la llamara.
Aunque no todos los beneficiarios tenían sugerencias para el programa, las recomendaciones más escuchadas fueron las siguientes: sugirieron de ser posible aumentar el monto del apoyo, hacerles llegar el mismo a sus hogares debido a las complejidades de sus traslados, mejorar el acceso a los servicios de salud e informar de forma más eficiente sobre los trámites y días de pago. Para finalizar cabe resaltar el hecho de la incertidumbre sobre la continuidad del programa más allá del presente sexenio fue un elemento de preocupación para algunos AM.
Las sugerencias sobre el monto del apoyo recibido fueron probablemente la petición más sonada entre las demás. Sin embargo sus razones e implicaciones fueron variadas y todos los AM expresaron estar agradecidos con el apoyo recibido. Si bien fue claro que la mayoría de los AM verían con buenos ojos un aumento en la suma, en algunos casos como Huacango y Tlalzintla, el apoyo pareciera rendir menos, pues éstas comunidades son las más alejadas de las cabeceras municipales y por tanto sus habitantes tienen que pagar altos costos de transporte para llegar a la clínica y suelen pagar más caros productos alimenticios y de uso cotidiano pues éstos son traídos por comerciantes ambulantes que pasan por estas localidades cada determinado tiempo. En los siguientes fragmentos podemos leer como para algunos AM un aumento en el monto sería bienvenido:
P – Oiga Don “XXX” hace ratito usted me dijo que el dinero no le alcanzaba… R – No porque, este, son mil pesitos P – ¿Cuánto más cree usted que sería bueno tener? R – Bueno, yo por decir, le dije a la señorita esa que el dinero que me dan que en cuántos días.. … En dos meses digo. Por na más por decirle, ya este, valiera la pena dos o tres mil pesos, entonces ya valdría la pena (…) (Tlat_AM_H_88). RT.‐ Sí, seguir (…) ¡Ah! Bueno, qué bueno, dice que hasta cuando ya no pueda caminar entons si quiero que me lo traigan, dice. P.‐ Ya quiere, ¡ah!
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RT.‐ (Risas) Bueno, que bueno. (…) RT.‐ Por eso, pero algo, algo no ha pensado… Eeeh ella dice que si hubiera oportunidad de de que le den más (…) mejor. RT.‐ Qué le aumentaran todavía (…) mjum (…) bueno (…) bueno, dice que pues que ya está recibiendo, pus qué bueno dice, pero pus si me aumentan un poquito es mejor. P.‐ Mejor (risas). (Ahit_AM_M_i_24). P.‐ Mhe, oiga ¿y qué cosas como que le gustaría que se le cambaran al programa para que se mejorara? R.‐ Oh pos que dieran más dinero como está la situación que hora el dinero no, no alcanza para nada… (SanBe_AM_M_132).
Asegurar un mejor acceso a los servicios de salud es crítico para este grupo de edad. Algunos AM solicitaron mejorar el acceso de sus poblaciones a la atención de la salud y recibir atención de médicos especializados, Debido al mal acceso a los servicios, algunos AM señalaron tener que visitar doctores particulares o médicos alternativos y ,. A continuación un testimonio que ilustra este punto:
P – … ¿Qué cosas cree que hacen falta? R – … yo creo que pus aquí, aquí, en la comunidad… carecemos, carecemos de una, de un de un… de una clínica… (…) R – Si, si, pus no ya es caro irse [a la clínica]. Se pagan 400 pesos. (…) P – ¿Entonces este pueblo es más grande que Ixcatlán? R – Así es más grande, si P – Y aquí no tienen clínica (Tlal_AM_H_91). P.‐Mjú (…) ¿Por qué le gusta? R.‐ (…) Yo me gustaría en este programa que como nosotros hay veces nos enfermamos, quisiéramos doctores especialistas porque si vamos con un doctor particular, pues nos cobran bastante dinero, con lo que recibimos ni nos alcanza. P.‐Sí. (Huac_AM_H_i_69).
Los trámites requeridos para darse de alta, para obtener constancias médicas y nombrar representantes no siempre eran comprendidos por los AM. Algunos AM pidieron simplificar los trámites, sin embargo al explicar las peticiones específicas se observa que más que simplificación lo que requieren es información clara y accesible a su nivel de entendimiento y en su lengua. Al respecto, se pudo observar que la gente en general no estaba informada sobre cómo operaba el Programa y, en consecuencia, existían problemas para inscribir a beneficiarios y sus Representantes o como veremos más adelante para entender la razón por la que habían sido suspendidos. Específicamente a muchos AM se les dificultaba acudir al punto de pago debido a su mal estado de salud y requerían de un Representante, pero no sabían que podían tenerlo o desconocían los trámites para registrarlo. A continuación podemos leer en los testimonios de un AMB y una representante la falta de entendimiento o claridad sobre las instrucciones recibidas referente a los trámites y en el tercer testimonio escuchamos la voz de un AM quien teniendo importantes impedimentos para moverse y caminar no conocía de la existencia de la figura del representante:
P.‐ … ¿Hay algo que le gustaría cambiar, alguna sugerencia? (…) R1.‐ Hay que ir allá. Y nos mandan a decir a veces este, vocal lo dicen, se van allá. P.‐ Mjú. R1.‐ Llevan este papel y llevan esto para presentarlo. P.‐ Mjú.
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R1.‐ Y a veces allá, no ps que quieren otro papel más, entonces ps ahí andamos a las carreras, no queremos copias dice, mjú. Y aquí no, nomás con que presentamos esto y ya (Tlatz_AM_H_82). R.‐ Ajá, sí ajá (voces) a veces lo llevan y se pega ese dolor como ahorita. Pego el dolor como yo sentía triste porque cómo van hacer y solo. Y es que tiene que ir a sacar el papel, mjum sí y como este tiempo parece que en ese mes lotro mes, llegué para tres días, dijo su apoyo ya está, pero un día sábado y para … pasado mañana vas a cobrar dijo y constancia como van a ser, fui con doctor pero dijo que no estaba y ya no van trabajar este mismo día, nomás nomás fui y regresé sin nada, no le llené el formato pa constancia P.‐ Pero, ¿ya lo llenó? R.‐ No no lo llené, pero dijo es su problema del pagador, porque no le mandó antes pero yo también le dije pues ni modo, él también dijo pague este las mujeres el primero jueves y el viernes hizo la reunión pa todos los edades antes (Ahitic_AMDf_R_H_i_09) P.‐ A ver cuénteme ¿Cómo le gustaría que le ayudaran? R.‐ Cómo, pus que me ayudaran para que le dieran el dinero a mi hija. (…) R.‐ Sí porque pues yo ya no puedo ir (Tlatz_AM_M_99).
Finalmente algunos de los AM expresaron de manera implícita su incertidumbre ante la posibilidad de que el Programa fuera disminuido, retirado; por lo mismo, recomendaron que el apoyo se mantuviera. Esto les aseguraría valerse económicamente por sí mismos sin depender de su trabajo o del apoyo familiar o extra familiar:
R. – Pus que siguiera ayudándonos (…) así es señorita (SanBe_AM_H_127). P.‐ Y este ¿hay algo que le gustaría cambiar... del programa? RT.‐ Dice ella... dice ella que está bien con este programa lo que les da y no quiere cambiarlo porque a lo mejor una cosa que les de más poquito (E_AM_M_i_7).
R.‐ Yo qué voy a decir, ojalá y Dios quiera y que viva y que me sigan dando el apoyo (SanBe_AM_M_136).
En suma, la mayoría de los AM beneficiarios evaluó de forma positiva el Programa 70 y más, asimismo, manifestaron estar agradecidos y sentirse valorados a partir del mismo. En lo particular, comentaron que el apoyo había aumentado su capacidad de gasto y se había convertido en un recurso fundamental para su subsistencia. Entre las recomendaciones que hicieron para mejorar el funcionamiento del Programa estuvieron las siguientes: aumentar la cantidad de dinero otorgado, mejorar el acceso a los servicios de salud, simplificar o informar adecuadamente sobre los trámites para darse de alta y obtener los recursos del Programa, avisar con anticipación sobre la entrega del recurso para que el representante obtuviera a tiempo la constancia médica del beneficiario y recibir el apoyo por tiempo indefinido. Aunque no fueron la mayoría, algunos beneficiarios se opusieron a hacer sugerencias al Programa asegurando que todo estaba bien o que no podrían ‘exigir’ más al gobierno. Por su parte, otros hicieron algunas surgencias, por ejemplo, cambiar el Programa de 70 y más a 60 y más, acompañarlo de cursos o capacitaciones y construir o equipar las clínicas en sus localidades.
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5. Resultados Finales en Potenciales Beneficiarios y Adultos Mayores Suspendidos
Los potenciales beneficiarios resultaron un grupo altamente importante y del que poco se sabía previo al presente estudio cualitativo, pues en la línea basal cuantitativa no se había descubierto esta figura.
La importancia que cobra este grupo de AM entrevistados que representa al 15% de la población de AM totales entrevistados en el presente componente es grande ya que ellos son un subgrupo de la población de AM en mayor grado de vulnerabilidad en comparación de aquellos AMB de sus localidades que si son beneficiarios. Al ser los PB adultos mayores elegibles para el programa y perteneciendo ellos/as a localidades donde se asumía había un 100% de cobertura, es importante dibujar algunos de los factores de sus entornos individuales, domésticos y comunitarios que podrían representar una serie de barreras para su incorporación al programa.
5.1. PB y AMS Situación de Vida Hallazgos Centrales
Descripción General de Potenciales Beneficiarios y Adultos Mayores Suspendidos Situación de Vida. Aunque en cada localidad los PB tenían situaciones individuales de vida diferentes, todos los PB declararon estar enfermos y en la mayoría de los casos se trababa de enfermedades que de alguna manera dificultaban su movilidad tales como mal de parkinson, problemas de visión y auditivos así como problemas de reumatismo, aunque solo en dos casos se trataba de AM PB dependientes funcionales.
En general no hay un patrón de género pues dentro de los PB hay tanto hombres como mujeres. Con respecto a la salud emocional de los PB estos reportan, al igual que los AMB un fuerte vínculo entre la salud emocional y la capacidad de ser moderadamente físicamente independientes, es decir, poder realizar sus actividades de la vida diaria y en algunos casos poder trabajar, sin embargo resalta entre los PB un sentimiento de no tener nada que ofrecer a los demás y de incertidumbre acerca de qué pasará.
En los siguientes testimonios podemos escuchar como estos PB tienen impedimentos físicos tales como no poder sostenerse en pie, sufrir caídas constantes y no ver, por lo que no salen a la calle:
R.‐ Se salud si ahorita ya me siento muy, muy débil, ya no me siento bien, como trabajamos mucho, mucho mucho trabajamos, y ahora ya me siento muy débil P.‐ ¿De qué? De… ¿cómo, cómo le…? ¿débil que ya no puede hacer las cosas o cómo le.. cómo? R.‐ Me obligo a hacer algo en la casa, sí en la cocina, en lo que pueda, porque ya trabajar como antes ya no puedo, porque antes yo el guingaro, la pala P.‐ El guingaro qué es? R.‐ El machete con que trabaja uno P.‐ Ah!, aja… R.‐ Con eso hacía yo mi milpita, ahora ya no puedo hacer nada P.‐ Ya no… R.‐ Ya no, ora ya no R.‐ Pues me siento mal que ya me siento muy débil, a veces me llego a caer, de pronto sí me ablando de mi cuerpo…[señala las piernas] P.‐ ¿Sus piernas?
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R.‐ Si, se me ablandan, me ablando así de pronto y me dejo… caída, aja P.‐ ¿Y por qué cree que le pasa eso? R.‐ Pues yo creo que porque como no nos atendemos bien (Tlatz_E_PB_M_m_94) R.‐ Aja si, y ora no, ora ya e dan ganas de salir, nomás porque no deviso bien, pero ya me dan ganas de salir, ¡no ya quisiera ir por allá!, platicar con mi amigas, con mis amistades, pero la verdad orita, peor que si estuviera yo casada (San Be_E_PB_M_m_125)
En los siguientes testimonios se pueden escuchar las voces de dos AM quienes declaran estar tristes, sea por la pobreza extrema en la que muchos/as viven, la incapacidad de tener una sustento, sea por no tener nada que ofrecer a sus familiares y comunidad así como la incertidumbre del futuro:
P.‐ Pero algo que usted diga: ¿Lo apoyo [a su hijo] en algo? R.‐ No sé.. no P.‐ Y usted, con esa junta [faenas] que se reúnen, ¿qué cree que es lo más importante que recibe de esas personas? R.‐ Nada. (Huacango_E_PB_H_i_46) R.‐ Pus aquí más o menos como estoy con mi hermanita pus ai tristes me voy pasando con ella, si… triste porque a veces no tenemos nada, nos encontramos así, no tener ni un centavo para comprarnos algo, lo que sea… es lo que me siento, porque, digo, ¿dónde agarramos? No tenemos nada (Tlatz_E_PB_M_94) R1.‐ Pues yo me siento bien porque yo, confiada en dios que será por mí, qué será por mis hijos, y yo... (…) R.‐…a mí me, pues me alegra que, que no tengo que estar triste, que no tengo que ¿qué irá a pasar mañana? Que no, porque sólo Dios sabe qué irá a pasar con cada uno de nosotros ¿verdad? Porque ahorita semos y mañana ya no semos, sólo dios sabe (San Be_E_PB_M_m_121)
Respecto a su situación de hogar en todos los casos hubo PB que vivían solos y en familias extensas. De igual manera en todas las localidades se encontraron PB que pertenecían a hogares que también recibían el apoyo de Oportunidades y PB que se encontraban en hogares sin ningún otro tipo de apoyo gubernamental. Aunque la situación de hogar de los PB es comparable en las cuatro localidades en términos de pobreza y mayor vulnerabilidad física.
En general las redes de hogar de los PB eran débiles, con la salvedad del caso de Tlalzintla que se tratará como un resultado de excepción, en las 3 comunidades restantes sus redes no ofrecían mucho apoyo instrumental aunque ocasionalmente sí ofrecían apoyo emocional y de reconocimiento. La mayoría de los AM PB declaró no tener apoyo para algunas actividades de la vida diaria, aunque sus relaciones afectivas con la familia fueran buenas y de reconocimiento, declaraban no decidir nada dentro del hogar. En varios casos se encontró que los AM PB declaraban no tener nada que ofrecer en términos materiales aunque sí en términos cognitivos y emocionales, dato que resalta y reafirma el posible impacto que los AMB pueden tener en sus redes a futuro por ser capaces de ser recíprocos en sus relaciones.
En el primer testimonio podemos ver como el AM PB declara ‘no tener asistencia’ y encontrarse muy solo y por tanto triste, en el segundo testimonio el AM declaran no decidir en el hogar, un sentimiento de no tener nada que dar:
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P.‐ Oiga don XXX…y de … estado emocional, de sus emociones ¿Cómo se siente usted?...ahorita. R.‐ Pues me siento medio si… medio, medio enfermo, porque, medio enfermo ando, ¿Sí? Así ando, a lo que se puede ¿verdad? (risas)? El otro, ta pa' allá, tan con su hermana, pero para mandar ya... toy solito aquí con mi sobrina, él [hijo] se haya en México, es el único que…su hija…ya…y…su su su yerno, cual de todos tan allí. Mjum. P.‐ Mmm… y usted se siente… R.‐ [interrumpe] a veces contento P.‐ ¿Cómo se siente? R.‐ A veces descontento, así es, así ando. P.‐ Y… ¿Por qué se encuentra así? R.‐ Pues… falta de... asistencia digo (risa) P.‐ ¿De asistencia? R.‐ Si, por eso, por eso, falta de asistencia que, quiéreme decir pero... (risas) si así es, es lo que hace falta. (Tlatz_E_PB_H_m_102) P.‐ ¿Y usted? Aja… y ¿usted en qué decide? ¿Usted en qué opina? R.‐ Yo… pues no se nada de letras no se nada, nada, nada, ¡tonto mi cabeza! (risa), y por eso... no sé ni una letra, no se, por ¡eso! (Tlatz_E_PB_H_m_102)
Sin embargo no todos los PB se sentían excluidos de las decisiones de sus entornos, algunos PB, aunque ciertamente una minoría de ellos, declararon ser tomados en cuenta y ser capaces de dar apoyo cognitivo y emocional a su familia:
R.‐ Pues allá les digo que se porten bien, que no anden saliendo, que no se emborrachen porque, pues ya ven les digo ustedes más que nada conocen bien el, la ciudad como es. (…) R.‐ Cuiden mucho su trabajo, su, su salario, no, no, no lo malgasten. No papá como vamos a malgastar dicen, ni nos alcanzan para los niños ya ahora todos van a la escuela. (…) P.‐ Mjum, oiga y, y por ejemplo las cosas más importantes en las que usted ayuda o apoya a su familia ¿Cuáles serían? R.‐ Los consejos P.‐ ¿Y por qué cree usted les da, les da ese apoyo a ellos? R.‐ Si porque son de menor edad, han vivido menos que yo, yo he vivido más tiempo. P.‐ Mjum R.‐ Y el mismo tiempo me ha enseñado a vivir, a ver el sufrimiento. P.‐ Mjum R.‐ He sufrido, así como sufrí yo, ya no quiero que sufran ellos. P.‐ Si R.‐ Si, ya lo que yo sufrí ya no quiero que sufran ellos y por eso no podemos decir ora si ya, ya tiene sus veinte años pues ora si se quieren vivir, quieren buscarse un trabajo, que lo busquen entonces como padres no los podemos tener toda la vida en la casa. (Huacango_E_PB_H_i _ 27Feb) R1.‐ Pues cuando se va a sembrar yo les ayudo hasta escoger el frijolito, yo... que las semillitas de calabaza que... Lo que se va a sembrar, hay ando acordándoles P.‐ Ajá R1.‐ Acordándoles les falta esto, les falta el otro, y hay que hacer así, hay que hacer... Porque P.‐ ¿Entonces da usted su punto de vista? R1.‐ Sí, porque como antes uno lo hacía, ya uno no lo puede hacer pero ellos lo hacen pero hay que... ayudarles en lo que no puedan, así, en lo que les falte, porque se aprenden ellos las cosas (SanBe_PB_M_121).
La situación de vida de los AMS no presentó elementos en común que puedan ser declarados como hallazgos centrales.
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Hallazgos de excepción
Descripción General de Potenciales Beneficiarios y Adultos Mayores Suspendidos Situación de Vida
Maltrato en algunos PB. Como se ha mencionado ya, Tlalzintla representa el principal hallazgo de excepción para el caso de los PB. Las condiciones de violencia y exclusión en la que se encontraban los PB de esta localidad no son comprables a las otras tres localidades, pero sí podrían representar un factor a considerar para otras localidades que vivan la misma problemática de salud comunitaria.
En Tlatzintla no todos los PB vivían con familiares y, en los casos en que así sucedía, no siempre participaban en las decisiones de la familia; algunos incluso habían sido abandonados por la familia o eran sujetos de violencia por parte de la misma. Para Tlatzintla, al igual que para las otras localidades las y los PB experimentaban redes débiles dentro de la familia o en el ámbito social más inmediato, pero con la particularidad de compartir, a diferencia de los otros PB, un marcado abandono y violencia
El testimonio del representante que a continuación se presenta habla de la violencia ejercida en un PB, misma que lo tiene postrado en cama por fracturas causadas por golpes y las consecuentes secuelas emocionales para el mismo:
R2.‐ Ya andaba namás porque mi suegra lo lastimó, así que P.‐ Lo empujó R2.‐ Él ya andaba P.‐ Y desde entonces ya... R2.‐ Ya no caminó, ya no se paró, ha estado enfermo, así acostado en cama. P.‐ Mmm. Pero la herida que tiene él, lo que les preguntaba hace ratito, la herida que tiene él en la cintura ¿la tuvo después de que ya no se paró? R2.‐ No, la tuvo ya ahorita que estuvo acostado R1.‐ Ahorita que estuvo acostado. R2.‐ Sí R1.‐ Y como... como R2.‐ Se orina... R1.‐ Y lo come el orín, entonces le cambiamos el pantalón. P.‐ Y ahí es de donde... le... ustedes creen que le salió la herida. R2.‐ Sí R1.‐ Sí, porque estaba en el piso. (Tlatz_E_PB_H _15Mar)
A su vez el PB postrado se encontraba deprimido, de acuerdo al testimonio de su yerno, “Ya él dice que ya no va a vivir, está prácticamente está esperando su muerte” (Tlatz_E_PB_H _15Mar).
Otro caso de la misma localidad que retrata el nivel de aislamiento del PB, habla de un PB postrado y que no había salido de su predio por años y de quien la gente de su localidad, al preguntar el equipo de campo por su domicilio, le refería difunto a pesar de vivir a unos metros de la calle principal de Tlatzintla; adelante su testimonio:
P.‐ ¿Y con gente de la comunidad, usted se lleva (pausa) de aquí… de la comunidad, que, que, cuando se reúnen aquí en la cancha de básquetbol que usted vaya? R.‐ No, ya no voy allá P.‐ Ya no va R.‐ No
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P.‐ Ya no va para nada con ellos mjum eh (pausa) con gente por ejemplo del delegado municipal, a veces hay juntas ya no, ¿ya no va? (pausa) R.‐ Ya no P.‐ ¿algo por la iglesia? R.‐ Ya no P.‐ ¿La fiesta patronal? R.‐ No, ya no salgo… ya nomás aquí (Tlatz_E_PB_H_m_103)
En suma, en todas las localidades, excepto en Ahitic donde los PB eran más reconocidos socialmente, se identificaron como características de mayor vulnerabilidad enfermedades crónicas particularmente las que crean dependencias funcionales en un determinado punto, sentimiento de no tener nada que ofrecer a los demás en algunos de ellos y menor posicionamiento en el hogar, incrementando su vulnerabilidad cuando eran mujeres. Como un caso extremo pero de alta importancia se identificó, relacionado probablemente a la situación de abuso de alcohol por parte de muchos miembros de la comunidad, casos de abuso y aislamiento extremo para los AMPB de la localidad de Tlalzintla.
En el caso de los AMS, también ocurría dicha vulnerabilidad, pero con menor frecuencia, teniendo los AMS, mayor poder de decisión en sus hogares.
5.2. PB y AMS en Barreras de acceso al Programa Hallazgos centrales
Barreras de acceso al Programa para los PB y AMS. Las barreras experimentadas por los PB en las cuatro localidades fueron claramente detectadas por el equipo cualitativo y podían resumirse en dos barreras centrales. De manera constante los PB declararon tener algún problema en sus documentos de identidad, sea errores en su nombre o en edad, a ello destacó el hecho de que algunos PB no sabían de la existencia del programa y habían escuchado pero desconocían los trámites para su inscripción. En ambos casos la situaciones físicas de enfermedad y de incapacidad física, de redes débiles en el hogar y de violencia en una localidad explican la razón del porque estas barreras existen.
Los AM quienes reportaban tener problemas con sus documentos no contaban con redes familiares que les apoyaran en la regularización de los mismos y aquellos que vivían solos y aislados no sabían de la existencia del programa o lo confundían con Oportunidades.
A continuación dos AM PB quienes a pesar de vivir en hogares multi‐generacionales y hogares Oportunidades desconocen totalmente del Programa:
P.‐ Ahora le voy a preguntar ¿Qué conoce usted del programa “70 y Más”. El de SEDESOL. ¿Usted conoce el programa “70 y Más”? R.‐ No. P.‐ ¿El de Adultos Mayores? De SEDESOL. ¿No lo conoce? R.‐ No. P.‐ Nada, nada, ¿nada? R.‐ Nada, nada (…) P.‐ Y ¿usted sabe por qué no está inscrito? R.‐ Pues sabe Dios. No, No, no, nadie sabe. P.‐ ¿No le han avisado? R.‐ No, mhú. (inaudible) (Huac_PB_H_i_46).
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P.‐ Oiga, y, y, este… Usted sí ve que hay dos, son dos programas diferentes o son lo mismo, el de 70 y más y el de Oportunidades ¿Son separados o son lo mismo? R.‐ Pus creo son la misma, parece que si, yo no… Sí, parece que si, no me acuerdo como pero en fin, pero sí, parece que son las mismas (Tlatz_PB_M_94).
Las redes de hogar débiles jugaron un papel central entre las barreras de algunos AM PB. Adelante testimonios de quienes no estaban inscritos porque sus familiares no les habían apoyado a realizar la gestión correspondiente para entrar al Programa, o en su caso sus actas estaban mal o los AM eran analfabetas:
RT.‐Mjum. Dice que ya, que ya cumplió los setenta años nada más que cuando lo registraron, lo pusieron este, no sé, el año, la fecha, pues pusieron menos. P.‐Menos. RT.‐Y por eso. P.‐Estaba mal la, la fecha. RT.‐Estaba mal la fecha. (Ahit_PB_M_i_Sinfolio). R‐ Unos no tienen buenos apellidos, le falta un apellido y así estamos y ellos más, pues no sabían leer ni escribir, todo eso se les olvidó. P‐ Claro. R‐ Ajá, pero la fecha era de mil novecientos treinta y siete. P‐ Ah usted nació en treinta y siete. R‐ Ajá, pero este ahora, el nuevo, lo compusieron mi boleta, ahora está en el año de mil novecientos treinta y nueve. P‐ Ammm R‐ Dos años me bajaron. (risas). Muchos dicen, por qué me bajaron, quién sabe, solamente ellos saben. (Risas). (…) P‐ Y este, no les dijo usted que este, pues que estaba mal su edad, o no se fijaron. R‐ ¡Sí! Ajá, nomás que este, me bajaron (risas). Tenía la misma edad de mi señor (Huac_PB_M_i_Sinfolio).
Por otro lado, los AMS no tenían barreras de acceso pues ya habían sido inscritos y recibido al menos algunos pagos, en ellos se exploraron las barreras para mantenerse en el Programa. Fue interesante observar que la gran mayoría de los AMS y sus familiares, en los casos que alguien de su red familiar intentaba ayudarlos, no conocían las razones de su suspensión y en caso conocerlas no comprendían el porqué habían dejado de recibir el apoyo o en su defecto, no expresaban claridad sobre los mecanismos eficaces para informarse o solucionar su situación. Lo anterior queda expuesto a continuación en la voz de un AMS:
P ‐ Y ¿Y alguna explicación? ¿Cómo que..? Porque su esposa si recibe y usted no... ¿Y por qué su esposa recibe? ¿Nunca preguntó por qué ella si y usted no? ¿Qué dice? RT – Dice que él les dice que porque no llegaba el de él, pero le dijeron, que sí iba a llegar, que después va a llegar, pero no le explicaron el por qué que no le llegó (Ahit_AMS_H_i_26).
En el mismo orden, se muestra el caso de un AMS a quien inscribieron al Programa, pero sin comprender porqué nunca había recibido el recurso económico. Como consecuencia y siguiendo lo que declaró una recomendación de la Mesa de Atención, decidieron inscribirle nuevamente; sin embargo, al aparecer registrado dos veces fue suspendido por duplicidad ante el Programa, al incurrir en ‘otorgar información falsa u omitir datos con el objeto de recibir más de un apoyo directo del programa’ (Diario Oficial, 2008: 104) como expresó el AMS:
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R – Dice te inscribiste dos veces P – Mjm R – Si me inscribí dos veces porque no me llegaba, me inscribí primero y no me llegó y me… Me… Pues me volví a inscribir le digo no dice pero ahorita estás mal y ¿El papelito que te dieron primero? Pues el lo dejé ahora traigo este otro que me dieron después, no tienes que ir atraer el otro primero y no lo llevaba estaba hasta aquí en la casa (Huac_AMS_H_i_Sinfolio).
Así pese a vivir en hogares multi‐generacionales y con redes familiares fuertes, algunos AMS no habían podido resolver su situación de suspensión del Programa 70 y más. Es importante mencionar que, aunque en la mayoría de los casos se decía que en la mesa de atención se les había ofrecido una explicación, estas no parecían haber sido comprendidas por los usuarios; sin embargo los casos aquí presentados no fueron indagados de forma administrativa de manera que las barreras expresadas son aquellas que se perciben en la experiencia de los usuarios.
Hallazgos de excepción
Barreras de acceso al Programa para los PB y AMS. Hubo una serie de barreras que no parecían compartidas por la mayoría de los PB pero que, aunque habría que tomarlas como excepciones, no por ello resultan menos relevantes para su reporte. Se reportaron dos casos de exclusión por parte del Gestor Comunitario en una localidad así como algunos errores del Programa al inscribir a AM de una localidad como si vivieran en otra localidad, razón por la cuál los PB no aparecían en la lista de AMB de su localidad y habían pasado a ser AMS por no acudir a recoger su recurso en la otra localidad, casos de extremo abandono en la comunidad de Tlalzintla y finalmente se reportaron dos situaciones de exclusión social comunitaria ambos en Huacango, una situación particular al excluir de los avisos e información del programa a aquellos AM que no cumplían con las faenas (regla informal como se ha explicado ya) y una PB en San Bernardo a quien sus pares no le avisaban del día de pago por no pertenecer a la religión católica sino cristiana.
El caso de inconformidad contra el Gestor Comunitario, encargado de apoyar en la resolución a los PB y los AMS, se resumía a no estar realizando bien su trabajo o fomentando de cierta forma la exclusión de algunos AM. En esta localidad un representante reportó que su familiar no estaba inscrito en 70 y más debido a no haberse enterado del día que se instalaría la mesa de atención para gestionar la inscripción de su familiar y otras PB de la misma localidad indicaron que no habían sido inscritas porque el mismo Gestor Comunitario había perdido sus actas de nacimiento:
R.‐ Pues la verdad no sé, por qué no, no está anotado o por qué no P.‐ Si se supone que es para la gente mayor de 70 años R.‐ Ajá, sí P.‐ ¿Por qué cree usted que no está él anotado en el de SEDESOL? R.‐ La verdad no sé P.‐ No sabe R.‐ No sé, sí… P.‐ Bueno, ¿qué era lo que me platicaba usted hace ratito del, de la hojita rosa, del, de que le decía el agente que como él ya no fue a recogerlo...? R.‐ Mjum P.‐ Este y ya usted no avisó pues, que él, no podía ir a recogerlo
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R.‐ Sí, algunas personas dicen que por qué ya no avisó que porque ésta persona ya no le avisó porque no le di para su refresco, “a ustedes si me dan, sí les voy a avisar” dice, así estaba diciendo P.‐ El Agente Municipal R.‐ Sí, pero otras personas estaban diciendo P.‐ Mmmm, ah o sea usté oyó.. R.‐ Si (XXX_R_PB_H_Df_i_S/F)
Se declararon razones de tipo de exclusión social comunitaria. En la localidad de Huacango no eran beneficiarios de 70 y más porque en la comunidad no les informaban adecuadamente y a tiempo sobre el Programa y el día de pago. Lo anterior era una especie de castigo comunitario por no realizar faenas en beneficio de la comunidad, ya que se encontraba viajando frecuentemente a la Ciudad de México para atender su salud. Por otra parte, cabe destacar que en San Bernardo una PB era cristiana y no católica, como la gran mayoría. Este hecho podría considerarse como un motivo indirecto de exclusión de la comunidad y a su vez de acceso al Programa, adelante un par de ejemplos de resistencias abiertas a los usos y costumbres, en el primer caso, un PB se resiste a los usos y costumbres comunitarias como obligar a los hijos a quedarse en la comunidad para hacer faenas. En el segundo, una PB se manifiesta en contra de que los “viejitos” hagan faenas, pues como él dice, antes se respetaba más a los adultos mayores:
R.‐ Y es lo que los vecinos se enojan que porque se van a trabajar, le digo ¿ustedes creen que tres o cuatro hijos que tenemos se van a poder mantener en una hectárea de terreno? P.‐ Mjum R.‐ Claro que no, ellos tiene que hacer su vida, tienen que, ya nosotros mal que bien ya lo hicimos. P.‐ Mjum R.‐ Pero ellos apenas van a empezar a hacer su vida, mañana o pasado se quieren casar, pues cuando menos ya saben cómo van a vivir, cómo van a mantener a su familia ¿Y cómo creen? Aunque se enojen y aunque digan quien sabe qué, pus no, no yo no voy a atajar a mi hijo, si él quiere abrir su paso que lo abra. P.‐ ¿Por qué.. R.‐ Son libres P.‐ ¿Aquí, aquí, aquí todavía en Huacango le han dicho a usted que, que los hijos deben quedarse aquí? R.‐ Sí P.‐ ¿Sí? R.‐ A unas autoridades, ya no viven ya murieron. P.‐ Ajá, ajá R.‐ Se enojaban que porque mis hijos salieron, este quien sabe que. P.‐ Y ¿Pero por qué se enojaban? R.‐ Porque dijo que quiere que estén aquí que trabajen y que de servicio. P.‐ Ah ¿Para las faenas? R.‐ Sí para las faenas, que no deben salir a otro lado porque aquí hay mucho trabajo. (Huac_PB_H_i_Sinfolio_27Feb) P.– ¿Usted cree que ehh o mas usted que diría que son las cosas mas importantes en que usted ha ayuda a la gente de la comunidad? R.– Mjjjjj pues este… pues es lo que digo yo porque por ejemplo estando buenos si podemos ir a dar una faena P.– Mjm R.– Porque beneficia a la comunidad si beneficia pero por ejemplo cuando estemos enfermos yo creo que ya no porque ya no se puede P.– mjm
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R.– Ya le digo como aquellos señores que están enfermos como le dije es injusto que pongan a trabajar esos señores viejitos (…) R.– Decimos nosotros cuando los encontrábamos con los demás viejitos yo me encuentro con ellos les digo canijo no se porque estas gentes no quieren trabajar los faeneros no quieren, antes ya ven como trabajábamos, pues si trabajábamos pero ahora ya vez no quieren ni un día ponen a trabajar a la faena y cuando ponen hay que obligarlos a todos los viejitos es la maña que tienen ahora estas gentes. (Huac_PB_M_i_Sinfolio_27Feb)
Finalmente un PB en Tlalzintla, dijo que no le interesaba, pues ‘ya se había abandonado’.
P.‐ ¿Por qué diría usted que no está inscrito? R.‐ Ya ves, se abandona uno P.‐ ¿Cómo? R.‐ Ya se abandona uno (Tlatz_PB_H_103).
En suma, entre las barreras de acceso al Programa 70 y más se encontró que algunos PB ignoraban la existencia del Programa o lo confundían con Oportunidades. También, había quienes no podían gestionar su inscripción y no contaban con el apoyo de familiares, del Gestor Comunitario en el caso de una localidad, quienes dicho sea de paso, no siempre conocían todos los mecanismos de inscripción. Mientras otros PB no cumplían con los requisitos de inscripción (por ejemplo, no contaban con el acta de nacimiento o ésta tenía errores en el nombre o la fecha de nacimiento).
Por su parte algún AMS había sido registrado dos veces o no habían sido registrados correctamente (por ejemplo, el nombre completo, el orden de los apellidos o el lugar donde se recibiría el apoyo). Entre los AMS, hubo quienes dijeron que la distancia era una limitación para recibir el apoyo, ya que les tomaba mucho tiempo llegar al punto de reunión para resolver su situación irregular. Asimismo, otros comentaron que la comunidad los excluía del Programa directa o indirectamente, en unos casos como castigo por no contribuir al trabajo colectivo en las faenas y, en otros, por no ser católicos. Vale la pena resaltar que a los AMS les resultaba sumamente difícil comprender las causas por las que no recibían el apoyo, ya que no sabían con quién acudir para preguntar o simplemente recibían respuestas difíciles de comprender o poco claras en la mesa de atención el día de entrega del recurso.
En casos excepcionales los PB señalaron que no les interesaba recibir el apoyo porque ya no querían vivir.
Por último, vale la pena señalar que, a pesar de que algunos AMS contaban con redes familiares fuertes, éstas no lograban ayudarles a gestionar el volver a recibir el apoyo, destacando en este caso la importancia que juegan los miembros de la Red Social en la gestión de tales casos.
5.3. PB y AMS Beneficios esperados De manera constante, los beneficios esperados del Programa por parte de PB y
AMS eran de tipo material. Mencionaron que con el recurso podrían comprar alimentos, ir al médico, comprar medicinas, ropa, arreglar sus viviendas, y en algunos casos mencionaron que teniendo que recoger el recurso en el punto de pago, podrían mejorar el vínculo con su comunidad. Unos pocos dijeron, de forma no explícita que
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teniendo el recurso del Programa tendrían algo más que ofrecer en sus redes extra‐hogar, algo más que sólo consejos y pequeñas ayudas entre vecinos.
6. Resultados de Impacto desde la perspectiva de Actores Clave Hallazgos centrales
Actores Clave: Evaluación de impacto percibido en los AM. Los AC evaluaron positivamente el impacto del programa sobre los AM. En general todos encuentran que el Programa ha impactado positivamente en los AM pues ahora ‘viven mejor’. La mejoría se tradujo de sus puntos de vista en compra de mejores y más alimentos, pago de medicinas y atención médica y reducción de la vulnerabilidad para aquellos AM quienes no tienen redes de hogar o extra‐hogar fuertes que los apoyen y vean por ellos. A continuación las voces de los AC de las localidades al preguntarles por el efecto que ellos han visto del programa en los AMB:
R – Que puede ser, no, o sea, si ha cambiado porque comen mas mejor... viven mas mejor, no tienen que andar este, irse exponiéndose a las inclemencias del tiempo, porque ahí tienen familia que les, se desentiende de ellos, y no fíjese que esta, cambio, pero no crea que cambió una exageración, porque pus es poco también lo que les dan verdad, pero este, sí, porque ya viven mejor (Ahit_AC_H) R.‐ Pues los ha beneficiado mucho por lo, por lo mismo, que… yo pienso que ya viven mejor porque comen más de lo que comían cuando no tenían… P.‐ Mjm. R.‐ Me imagino que ya les traen su (inaudible) de pollos, de… un manojo de carne, de, comprarse un refresco… yo pienso que de esa manera ya los están beneficiando… (Huac_AC_1_H_i). P.‐ ¿cree que los ha beneficiado [el programa]? R.‐ Pues como le digo algunos sí, pues algunos no, pues porque, pues, pues este porque otros aunque todavía estaban fuertecitos, pues o porque ya les daban sus centavitos, ya, ya no iban a trabajar, o ya no van trabajar, ya no más están esperando el, ya al mes ya me van a pagar, y ya (…) R.‐ Pues sí, porque como le digo antes, antes este, pues no tenían ni centavitos, ni para comprarse una medicina, pues ahora sí algunos, que piensan pues se guardan su dinerito y cuando están enfermos ahí van agarrando para que se curen o se compran su jabón o les falta una ropita pues se lo compran de ahí y compran su alimento, ya es otro modo de vivir, y antes pues no alcanzaba (Tlatz_AC_1_M). R.‐ Y de que les ha servido, yo creo que si les sirve de mucho el apoyo porque aunque poquito, pero pues ya cuentan con algo, como los que no pueden trabajar definitivamente ya por lo menos tienen apoyo P.‐ Mmm y qué otros beneficios crees que haya tenido el programa para los adultos mayores de aquí de San Bernardo aparte de los que dices R.‐ Pues pienso que si les ha servido mucho a los abuelitos porque antes había abuelitos que pues ni siquiera tenían para comer y ahora si (SanBe_AC_1_M).
Sin embargo los AC, tal como los beneficiarios, no perciben que haya habido un impacto significativo en las redes extra‐hogar más allá de la convivencia que tienen los AM el día de la entrega del recurso. Sin embargo, el hecho de que todos los AM se reúnan en un punto de pago se ve como positivo, particularmente para las mujeres
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quienes, de no ser por esta reunión, difícilmente se encuentran en el espacio público a diferencia de los hombres quienes se encuentran en el campo. En las voces de los AC se puede leer como un resultado del hecho de que los AM se reúnan en un sitio de pago cada dos meses:
P.‐ (PAUSA) ¿Y, en algo más, por ejemplo, que… si antes no se reunían los abuelitos, ahora se empiezan a reunir más, si se organizan para algo…? R.‐ En eso no, porque… pos, nos reunimos por cualquier, para… cualquier plática… P.‐ Mjm. R.‐ Pero organizar algo, no, porque ya son señores que, muchos ya no pueden ni caminar (Huac_AC_1_H_i). R.‐ Este pues casi como ya no pueden caminar, ya no reúnen, se van a reunir solamente cuando les dicen que les van a pagar, entonces, se arriman, si no pues no, no porque como mi mamá si no, la voy a traer que se venga a dormir aquí, pues ella no puede venirse está abuelita, y así están muchos (Tlatz_AC_1_M). R.‐ Pues sí, sí este, de que claro no se reúnen todos verdad, pero pus dos, tres, yo veo que sí luego se reúnen, es más, hasta se platican, no pus que cuándo nos va a llegar nuestro apoyo otra vez. P.‐ ¿Eso no? R.‐ Sí, si es cierto este, en eso yo estoy enterado porque le digo por ahí por mi barrio hay, está mi papá, está otro abuelito, por ahí, luego hay otros por acá que también, pus como que han hecho amistad, se platican de eso. (Tlatz_AC_2_H)
En particular las mujeres carecen de espacios de reunión y la entrega del apoyo resulta central para que ellas se encuentren en un ámbito público:
R.‐ No como vuelvo a repetir aquí los que trabajan, se los encuentran cuando van a trabajar que en una faena y eso pues ya, pero eso eran los señores P.‐ Mjum R.‐ Pero las señoras casi no, porque las señoras en su casa a hacer el quehacer y allí pues encerradas y hoy ya no, P.‐ Mjum y de que se visitaban antes cuando estaban enfermos R.‐ De hecho casi no P.‐ Entre vecinos R.‐ Pero los que están más cerca (SanBe_AC_1_M).
Cabe mencionar que si bien la intensión era entrevistar en las localidades a los gestores comunitarios y/ o a facilitadores voluntarios seleccionados como parte de la red social del Programa, sólo en una localidad se encontró un gestor comunitario elegido. Dicho gestor comunitario no había sido seleccionado por medio de una asamblea comunitaria como señala la guía de capacitación y formación para gestores voluntarios (DGAGP s/f) sino porque tenía previo a su nombramiento de gestor otro cargo de elección popular.
En las localidades visitadas no se había puesto en marcha el componente de la red social que forma parte del proceso de promoción y participación social (Diario Oficial, 2008). Es decir, aunque en una localidad se encontró un gestor comunitario identificado por su gafete, en la misma no se identificó un comité de participación social, ni facilitadores voluntarios nombrados (Diario Oficial, 2008). El gestor comunitario declaró dar atención sólo a su localidad, aún no promovía actividades comunitarias o había incorporado facilitadores voluntarios y él mismo declaró no haber sido capacitado hasta ése momento (DGAGP s/f: 20‐29).
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En las otras localidades, no había ninguna figura de la llamada red social (Diario Oficial, 2008), sin embargo si había de facto voluntarios sin nombramiento en cada localidad que fungían como puntos focales. Los voluntarios estaban encargados de avisar el día en que se entregaría el apoyo, en ocasiones apoyaban en la traducción de la lengua, así como en algunas gestiones, aunque se entendía que ésta labor no era forzosamente su responsabilidad. En la mayoría de los casos los voluntarios de las comunidades habían sido elegidos por los beneficiarios a petición expresa en la mesa de atención o por la usanza en la comunidad, en algunos casos eran las mismas vocales de Oportunidades quienes fungían como voluntarias o encargadas del Programa 70 y más. No se habían celebrado campañas de orientación social, jornadas informativas, grupos de crecimiento, sesiones de orientación o diagnósticos comunitarios en ninguna de las localidades visitadas.
Hallazgos de excepción
Actores Clave: Evaluación de impacto percibido en los AM. Aunque solo fue mencionado por un Actor Clave, el testimonio de éste confirma lo ya mencionado por los AM. El apoyo que se ofrece a los AM se redistribuye entre los miembros del hogar en muchos casos y esto activa redes de reciprocidad entre los miembros del hogar. El AC explica cómo los AM en su localidad están bien cuidados, aunque con la salvedad de estar hablando del AC de Huacango donde mucho se ha dicho ya de la fuerte presencia de IMSS Oportunidades y de la organización comunitaria. Éste AC explica de qué forma el recurso puede estar activando estas redes de mutuo apoyo en los hogares, en el que los miembros del hogar dan cuidados al AM y el AM apoya al hogar con su apoyo:
R.‐ Pues yo veo que si, en algunos yo veo que sí, por decir de ahí ya acá arriba ya está un adulto mayor, un viejito, está bien cuidado, veo que la hija se preocupa por él, en la mañana ya le da, así este de de comer o el viejito ya le dice te vas a bañar porque hoy te toca baño y sí. (…) R.‐ Pero ahora pus a la mejor lo atienden más porque pues ya es un apoyo que les están dando, ya se van ayudando con eso, claro que lo que compran lo come la familia me imagino también. P.‐ Mjum R.‐ Porque se van ayudando con ese dinero. (Huac_AC_2_M).
Aunque el resultado a continuación no es central ni se escuchó en los discursos de los AMB, llamó la atención que dos AC apuntaran algunos usos del recurso no declarados bajo ninguna circunstancia por los beneficiarios o sus representantes. La existencia de algunos casos en los que el uso del dinero del programa era empleado en compra y consumo de bebidas alcohólicas fue apuntado por los AC de Huacango y Tlatzintla como vemos a continuación:
R.‐ Pus yo no sé cómo le hicieron, total que se emborrachó… de inmediato se emborrachó… Le… dije yo que le quitaron el dinero porque luego, lo vieron, tirado ahí, fuera de la cantina. Desde luego lo... P.‐ Mjm. R.‐ Estaba antes ahí, lo vio la policía y fueron a recogerlo. P.‐ Mjm. R.‐ Se lo trajo la comandancia, detenido. P.‐ Ajá. R.‐ Al otro día... entra… culpado… y veía para todos lados… No sabía ni dónde estaba. P.‐ Mjm.
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R.‐ Dicen que no, tenía ni un peso… su morralito, sabe Dios qué había comprado, ¿no? Ya no lo traía… Y, se iba así, caminando, ya no… tuvo ni para pasajes… y así el señor este que te digo que también, se queda por allá, no llega y, se emborracha el dinero. (Huac_AC_1_H) P.‐ Ujum, ujum, ándele, y ¿sabe usted si se ha modificado en algo, la relación o la dinámica aquí en Tlalzintla eh partir de que llegó el programa 70 y más, si han cambiado las cosas, usted cómo ve? R.‐ Pues yo en mi mamá veo que sí, pero pues, este hay más gente, hay hartos que les dan sus centavitos entonces borrachitos como lo reciben, ya van a tomar sus aguardientes, sus cigarros lo que sea, en lugar de que se compren una cosa para que coman, se alimenten, pues, del alimento tienen el aguardiente P.‐ Y usted cree que ahora con el programa digamos que ya tienen para comprar sus alcoholes, o aguardiente, ¿cree que los abuelitos toman más que antes, cree usted? R.‐ Los bien abuelitos pues no pero, los otros que todavía van, que todavía están más fuertecitos, pues sí toman su aguardiente, con eso, con eso viven, si no beben dicen que les da luego vómito porque no beben, les duele el estómago (Tlatz_AC_1_M).
En suma, los Actores Clave reafirman el impacto en el la calidad de vida de los AM pues afirman que ahora éstos viven mejor. Reafirman también el análisis cualitativo en el cuál no se observa un impacto sustancial en redes extra‐hogar aunque reconocen que el punto de apoyo es un lugar clave de encuentro para los AM. Al interior del hogar la redistribución del recurso puede estar creando lazos de reciprocidad que posicionen al AM de una forma diferente. Finalmente los AC reconocen algunos usos no declarados antes por los AM del recurso tales como la recreación y la compra de bebidas alcohólicas.
7. Observación de la Entrega del Recurso Hallazgos centrales
Entrega del recurso: Interacción entre funcionarios del Programa y beneficiarios. Las interacciones entre los funcionarios del Programa 70 y más y los beneficiarios se centran en la organización y entrega del apoyo económico a los beneficiarios. Las interacciones que se observaron se pueden resumir en dos, la comunicación de ideas sobre el programa y las instrucciones dirigidas a la logística de organización del pago y el pago mismo del recurso. En el presente apartado nos centraremos en las interacciones de comunicación pues el pago como tal es una acto rutinario que los agentes de TELECOM realizan de forma sistemática en todas las comunidades.
En lo relacionado a la comunicación de ideas sobre el programa, la entrega del recurso económico del Programa 70 y más inició en los casos observados con un discurso corto por parte de un funcionario de SEDESOL que generalmente giraba en torno a información sobre el programa. En los discursos se mencionaba la finalidad del programa y la dependencia encargada del mismo (la SEDESOL y el gobierno federal), se recordaba la imparcialidad política del mismo y el carácter de derecho que los beneficiarios tenían de recibirlo. En estos discursos también se mencionaban, como se pudo ver reflejado en los discursos de los AM, ciertas recomendaciones sobre cómo emplear el recurso del Programa. Uno de los AC lo expresó de la siguiente manera:
P.‐ ¿Qué se dice durante la entrega del recurso? R.‐ Pues nada más que este, que el dinero es para que los adultos mayores que se compren, no es para las nueras, que no es para sus hijas, es para que ellos les compren sus comidas, su calzado para que este sus medicinas, para que se ayuden los adultos mayores. P.‐ Mjum
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R.‐ No para que lo tomen, no se compren bebidas alcohólicas, si pus les dan pláticas también. (Huac_AC_2_M)
Esta plática introductoria fue observada durante la entrega de recurso y se dio generalmente sin micrófono y en todos los casos en español, resultado altamente relevante y problemático para las comunidades indígenas. Estos elementos son significativos pues por un lado el no tener equipo de sonido dificultaba la escucha por parte de los AM debido al volumen de personas reunidas y que por el otro lado el uso del español como lengua franca hizo que al menos la mitad de los AM entrevistados, quienes eran AM indígenas monolingües del Nathuatl, no comprendieran lo que ahí se decía. Lo anterior no es una observación menor tomando en cuenta que muchos AM en localidades indígenas en el país, a diferencia de los jóvenes indígenas quienes son normalmente bilingües, son monolingües de su lengua natal.
Describiremos uno de los casos de localidad indígena en cuya ocasión la situación se tornó altamente ineficiente y visto desde el punto de los AM profundamente compleja y angustiante. El ejemplo que utilizaremos es útil para señalar las implicaciones de la barrera del lenguaje pues combinó factores exógenos a la misma entrega del apoyo que intensificaron la limitante del idioma español como medio de comunicación entre funcionarios y beneficiarios. En esta entrega se reunieron a 653 beneficiarios, indígenas en su mayoría. Debido a la contingencia sanitaria resultado del virus de la influenza humana, se dio información sobre la misma y se repartieron cubre bocas para los AMB. Se pidió a los AMB que se mantuvieran a unos metros de la mesa de pago, no se colocó mesa de atención y se recomendó que se lavaran sus ‘manitas y caritas al llegar a su casa’ para evitar contagios.
La gran mayoría de los AMB no comprendían el mensaje pues éste, independientemente de su complejidad, se hizo en español y sin micrófono. Uno de los actores clave presente en la entrega afirmó que había escuchado comentarios de los AM quienes afirmaban que el cubre bocas era un nuevo requisito para recibir el apoyo. Las expresiones de los AM eran de angustia y preocupación por no comprender prácticamente nada de lo sucedido. Todas estas complicaciones se debían, no únicamente a la complejidad de la alerta sanitaria imponía en si, sino a la barrera del idioma utilizado como medio de comunicación.
La mesa de atención fue otro de los puntos relevantes de observación e interacción entre beneficiarios y funcionarios del programa. Aunque en general la actitud de los funcionarios era de amabilidad, sólo en una localidad de 4 los funcionarios tenían un gafete o chaleco que los identificaba como parte del programa. Aunque no se indagó acerca de los casos atendidos en la mesa se pudo observar un sentimiento de incertidumbre alto por parte de los AMB y AMPB y AMS quienes esperaban a ser atendidos.
Las barreras del idioma se extendieron en las dos localidades indígenas a la mesa de atención, combinadas éstas con barreras de comprensión administrativa. Debido a la función misma de la mesa de atención, los AM quienes esperan ser atendidos tienen un alto nivel de incertidumbre, sea porque se van a inscribir, sea porque esperan realizar algún otro trámite relacionado a su apoyo. El procedimiento de la mesa de atención fue naturalmente lento pues se tiene que estudiar caso por caso (en una localidad esta fila duró más de 6 horas), sin embargo la atención se dio nuevamente en español, y en algunos casos no se contaba con los formatos necesarios
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para el tramite en cuestión. En el caso más extremo (la localidad en la que atendieron casos por 6 horas), y probablemente debido a la cantidad de trabajo, se observó un trato demasiado seco y poco paciente por parte de los promotores con los AM quienes no entendían las instrucciones dadas.
Durante la observación se presenció una interacción de un AMS quien no comprendía la explicación sobre su situación y quien acabó concluyendo:
“Es que nosotros somos ignorantes y no sabemos” (Tlatz_DC_Obs_3Abr_AF).
En todas las localidades se reportaron en la mesa de atención incidentes relacionados con las constancias médicas necesarias para que cobrara el Representante7. Los familiares de los AM quienes se encontraban enfermos aseguraban que, por un lado no se avisaba con suficiente anticipación la fecha de la entrega como para tramitar la constancia médica, afirmaron también que las constancias significaban un problema importante por la lejanía entre la localidad y la clínica y por dificultades con los médicos que las expedían. Los representantes argumentaban que la expedición de la constancia médica a veces dependía del carácter del médico encargado de la clínica, o bien éstos argumentaban que el paciente ya había recibido una constancia por una enfermedad crónica que no tenía marcha atrás. Los representantes declararon que independientemente de la enfermedad del AM, en la mesa de atención se requerían constancias médicas recientes, en la muestra había un total de 10 AM con dependencia funcional que contaban con un representante permanente, pero no se encontraron casos en los que el personal de SEDESOL visitara a los AM con discapacidades permanentes. Por otro lado se argumentaba que no se aceptaban las constancias expedidas por las enfermeras encargadas de atender la localidad y que no se solía aceptar en la mesa de atención aquellas constancias con más de una semana de expedición o aquellas expedidas por médicos particulares, en cuyo caso el costo ascendía a 150 pesos. Aquí la voz de una actora clave quien habla de los problemas de las constancias médicas de los AM:
R.‐ Ellos decían que porque tenía que ser a fuerza por un médico, una enfermara no tiene capacidad para dar una constancia médica, tiene que ser un médico titular. P.‐ Mjum R.‐ Venían y este y ya de ahí, pero oye pero cómo, cómo van a trasladar la abuelita, si pus no vienen porque es difícil traer una abuelita porque hay que alzarla para meterla al carro y ya ve la camioneta está alta. (…) P.‐ Les decían que solamente fuera el médico el que podía hacerlo R.‐ Ajá
7 Las Reglas de Operación señalan en la sección 4.2.5 Entrega de Apoyos que: En el caso de imposibilidad física para acudir a recibir personalmente el apoyo económico por discapacidad o enfermedad, podrá hacerlo a través de un representante, quien al momento del pago deberá presentar: a) Constancia médica del beneficiario que acredite dicha circunstancia, este documento es válido por dos bimestres, debiendo renovarlo en caso de subsistir la enfermedad, b) El documento que acredita al Adulto Mayor como beneficiario del Programa; c) La identificación oficial del representante y la del beneficiario. En caso de imposibilidad física o mental por enfermedad o discapacidad permanentes del Adulto Mayor, acreditada por institución oficial, el personal de la SEDESOL realizará visitas al domicilio del beneficiario con el propósito de que el Adulto Mayor ratifique a su representante permanente (Diario Oficial, 2008: 106)
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R.‐ Pero no, no hay médico aquí y es lo que la enfermera también dice, ahí ya donde le puso ahí encargada y ahí ahora le pone así, encargada de la microrregión cinco (…) R.‐ Y es un de hecho te comentaba que nosotros llevamos una constancia médica P.‐ ¿Por qué? R.‐ Porque supuestamente mmm una constancia médica que nos dan P.‐ Ajá R.‐ Y ellos especifican que la persona ya no va a poder caminar, que no tienen por qué carajos estar extendiéndola P.‐ Eso dicen en el centro de salud R.‐ Así nos habían dicho P.‐ Mjum R.‐ Y de hecho ya no nos las quieren dar y a nosotros no nos aceptan una constancia de, de 2 meses pasados, TELECOM ya nos este no, no las acepta, tiene que ser reciente P.‐ Mjum, reciente como de... De cuánto tiempo o cómo R.‐ De unos 8 días antes por lo menos o sea debe ser reciente de ese mismo mes, por ejemplo ahorita vas a cobrar qué mes marzo (SanBe_AC_1_M)
Actores clave locales, los así llamados voluntarios de la localidad, fueron en todo momento piezas clave para la entrega del recurso. Cada localidad contaba con una voluntaria/o, generalmente algún hijo/a de un AMB o alguna vocal de Oportunidades, quien acudía al punto de pago con los AMB, les ayudaba a organizarse, los formaban en una cola por comunidad, orientaban a los AMB que tenían problemas con sus pagos e iban sin ningún familiar en la mesa de atención y en los casos de las comunidades indígenas traducían en la medida de lo posible los discursos y las instrucciones dadas por los funcionarios de SEDESOL.
Como se ha mencionado en el presente reporte estos personajes (Proxy de Facilitadores Voluntarios) no habían sido nombrados dentro de la red social de SEDESOL para ninguna de las localidades visitadas al momento de la observación, y sólo en una de ellas un gestor comunitario había sido nombrado y portaba un gafete que lo identificaba, aunque el mismo aseguraba no haber recibido ninguna capacitación por parte de SEDESOL ni haber sido elegido por elección popular.
En general prevalecía una sensación de falta de orden y de angustia para los AMB quienes no parecían entender las instrucciones, y cuya angustia residía en la dificultad para escuchar sus nombres y pasar a cobrar el apoyo. La situación de falta de organización en una de las entregas se trató de agilizar formando a los AM con la ayuda de los representantes de las localidades y con apoyo de los funcionarios de SEDESOL. Se les pedía a los AMB que tuvieran sus documentos afuera de sus bolsas o morrales, se les ayudaba a desprender la calcomanía del programa y a pegarla sobre la credencial de elector y se les retenía en su lugar hasta que el pagador los llamaba por su nombre. Algunos AM no entendían cuando se les llamaba por sus nombre por tanto avanzaban cuando no era su turno y en diferentes ocasiones policías, representantes y miembros del equipo de SEDESOL los detenían por la ropa y los jalaban regresándolos a la fila o moviéndolos hacia el pagador.
El diario de campo de una de las dos observadoras reporta sobre la entrega del recurso:
Les decían “para atrás!” “pase adelante!”, “no se acerquen más!” o gritaba el nombre “Fausto!” y también los jalaba del brazo para llevarlos para atrás o pasarlos adelante. Gritaba probablemente porque sentía que no lo entendían, y efectivamente así era, pues la mayoría no hablaba español. Por más que gritara no le hacían caso, de modo que movía a la gente
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físicamente, a veces amablemente y otras veces con un poco de jaloneo a los AM. Sus gritos resonaban en todo el auditorio (DC_Obs_5Mayo_XXX_AF).
Tales imágenes en las que la falta de comunicación asertiva, de organización sistemática previamente planeada y sobre todo de adaptación al tipo de beneficiario que representan los AM cuyas características físicas y sociales son de muy alta fragilidad y vulnerabilidad, era evidente. Estos problemas rayaron en una minoría de casos de extrema falta de cuidado hacia los AM como lo muestra el registro de observación anterior. Uno de los AC entrevistados expresó que los ‘pagadores’ (funcionarios de SEDESOL) variaran y que algunos de éstos fueran “enojones” y poco considerados con los AM:
R.‐ Hay veces que si, de hecho cuando teníamos Oportunidades eran 2 que siempre pagaban ¿no? Cada 2 meses eran los mismos, pero hoy ya no, a veces vienen unos, a veces vienes otros y o sea ya no son los mismos P.‐ Mjum ¿y tú cómo ves eso? R.‐ Pues en parte está bien y en parte no, porque eh de los viejitos si ya ven a una persona 2 veces pues como que le agarran un poquito de confianza P.‐ Mjum R.‐ Y ven a otro nuevo y dicen 'sabes que es que a veces vienen unos que de verdad no se prestan P.‐ ¿Por qué? R.‐ Pues porque son re‐enojones, no les tienen paciencia este a los adultos y pues este hay unos viejitos como que, como que se achicopalan no, porque por ejemplo viene uno y le dicen [utilizando tono de regaño]'pues no te puedo pagar porque el nombre no sale bien o porque eh...' y se van los viejitos sin el dinero. (SanBe_AC_1_M)
Hallazgos de excepción
Entrega del recurso: Interacción entre funcionarios del Programa y beneficiarios. Si bien no se observó de una forma explícita en los puntos de pago y consiste en un resultado de excepción, dos actores clave hablaron de algunos discursos partidistas durante el pago del apoyo a los AMB. En el primer discurso un actor clave describe cómo son, desde su experiencia, estos discursos sobre el programa:
R – Si, me explico, antes de, de, de empezar a pagar, les avientan su... su... su rollo, pa que piensen ellos y ya, pues ya se empiezan a, a, a... y luego vienen otros, de o, del otro partido estarlos este, retratando y luego se enojan también
R – Yo aquí, aquí en el parque vi una discusión de un, de unos pagadores [funcionario de SEDESOL] con un político que es de aquí [local], el político. Y hasta tuvieron, hasta que lo querían correr [al funcionario de SEDESOL] mira y pus yo namás vengo a ver que es lo que esta haciendo y todo (…)
R – Lo que es, lo que empecé platicándole, cuando estos señores vienen a, a este a, a pagar los setenta y mas, los reúnen a todos... bien sea aquí en el parque, bien sea en el auditorio y, y o sea, es el recurso, viene del gobierno federal del PAN, es el que les esta dando el apoyo a ustedes, porque el gobierno se preocupa que ustedes están pobres y que usted otro gobierno no mas viene y les prometen y no les cumplen nada y que otro y que se paran el cuello otros gobiernos (XXX_E_AC_H_S/F)
Al ser entrevistado, uno de los Actores Clave, quien casualmente portaba una credencial que lo acreditaba como parte de la red social de SEDESOL declaró que él sugiere a los AMB que apoyen al partido que les está dando el recurso:
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R.‐ Apoyar pos más que pues, hay que dar a, la preferencia al PAN les digo, si, pero tam.. también no, no es, no, no hay que este forzar a la gente ¿si? (…) ese programa de los adultos mayores no había, no había y horita está, le digo y, y para y por qué está porque el gobierno que estén horita le está, le está o sea, el [gobierno] propuso de que hacer un programa y si lo están dando a ustedes, es para ustedes le digo pero entonces hay que apoyar al gobierno federal, hay que apoyar al PAN les digo pero también no es, no es ir a la juerza pues es cada quien su, si, (XXXX_E_FS_H_i).
Hallazgos centrales
Entrega del recurso: Interacción entre Beneficiarios. Durante las entrevistas fue declarado que en la mayoría de las entregas los AM se encontraban con amigos o conocidos, conversaban y era una ocasión para saludarse entre sí, puesto que muchos ya no acostumbran salir de sus casas o se encontraban ocupados en sus labores cotidianas. Dichos encuentros que desde la perspectiva de los Actores Clave constituyen un valor y fueron puestos en contexto con lo observado en los puntos de pago. Por las razones ya mencionadas, la algunos AMB se observaban tensos, alertas y algunos parecían experimentar incertidumbre. Pese a ello se observaban también encuentros que parecían alegrar a los AM presentes. La importancia de los encuentros de los AM en el punto de pago fue confirmada por una AC:
R.‐ Pues es si para ellos es bonito porque se van a distraer, aparte conocen más abuelitos y ya se que se ponen a platicar unos con otros o sea pues se ve que se distraen (…) P.‐ Mjum y en otra ocasión durante el año se reúnen R.‐ Noo P.‐ ¿No? R.‐ Que es cuando ya se reúnen todos los abuelitos y más los que ya no pueden salir de su casa (SanBe_AC_1_M)
Hallazgos centrales.
Entrega del recurso: Condiciones de la Entrega. Las condiciones de los lugares de pago fueron variadas pero algunos elementos constantes fueron constantes y aquí se señalan. En las cuatro localidades se entregó el recurso del Programa en lugares techados, protegiendo a los beneficiarios del sol, la lluvia y el aire. Los AC señalaron estos elementos como un mejoramiento de las condiciones de la entrega pues anteriormente las entregas se realizaban, desde su punto de vista, en recintos poco adecuados por el tamaño, porque carecían de techo o porque, como ocurría en el pago una de las localidades, los AMB debían formarse en las oficinas de TELECOMM ubicadas sobre la carretera y esperar de pie con el riesgo de ser arrollados por los vehículos y camiones que por ahí transitan a gran velocidad. En todos los puntos de pago visitados por el equipo cualitativo había resguardo del recinto y principalmente del pagador por parte de algún grupo policiaco.
Sin embargo las condiciones de entrega mostraron deficiencias que son inaceptables, sobre todo tratándose de Adultos Mayores cuyas capacidades físicas se han visto seriamente disminuidas por la edad, sus condiciones de salud no son las más óptimas y su vulnerabilidad es alta. En ninguna entrega hubo asientos adecuados y en el único caso en el que hubo eran insuficientes y la renta de las mismas fue por menos horas de las que duró la entrega, así que las retiraron antes de concluido el pago de los
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AMB. Cabe señalar que la única entrega en la que se contó con sillas coincidió con la visita de un funcionario observador de SEDESOL federal quien avisó a las oficinas Estatales de su visita y fue transportado por los funcionarios Estatales hasta el punto de pago. Debido a la falta de sillas los AM se veían obligados a sentarse en el piso o en alguna bardita o saliente.
Todos los sitios tenían peldaños, unos más que otros, pero éstos representaban problemas para los AM que ya no podían caminar o necesitaban de un bastón, bordón o silla de ruedas para desplazarse. En todas las ocasiones las condiciones de los sanitarios eran lamentables, era difícil el acceso a sanitarios. Cuando existían en el punto de pago, se encontraban sucios, no contaban con agua, papel sanitario, ni jabón. En una ocasión los únicos sanitarios disponibles eran sanitarios particulares por los cuales se debía pagar y la opción de sanitarios públicos no existía.
Por último, en tres de las cuatro localidades hacía falta un equipo de sonido para que se escucharan las indicaciones y pláticas introductorias ofrecidas por funcionarios de SEDESOL y se nombrara a los AM para que pasaran por localidad y en orden alfabético a recoger su pago
En tres de las localidades había pendones y letreros de programa 70 y más dentro del lugar donde se realizaba la entrega. En tres de las cuatro localidades, los funcionarios del Programa tenían chalecos, gorras o playeras con los logotipos de SEDESOL, así como gafetes que los identificaban. De la misma forma la camioneta en la que llegaban tenía el logo de SEDESOL. El buzón de sugerencias no era visible, no se llevaba al punto de pago o era inaccesible –se observó un buzón cerrado con candado y de manera casual pero creando involuntariamente una barrera, a un policía con un rifle en las manos parado junto de él.
En ningún punto de pago se observó la presencia de personal de salud que pudiera resolver alguna emergencia. Dado que muchos AM se encuentran enfermos, los mismos AC hicieron notar la importancia de contar con servicios médicos cuando se realiza la entrega del recurso, puesto que ha habido AM que se han lastimado o desmayado durante la entrega.
Este hecho es de destacar en el punto de pago de Tlatzintla, el punto de pago más lejano, lugar al que llegan mayoritariamente caminando beneficiarios de localidades relativamente cercanas, y en caso de existir una emergencia, la clínica más cercana en vehículo se encuentra a más de 20 minutos. Un actor clave comentó de un caso que ya les había pasado durante la entrega del recurso, al parecer por estar parado mucho tiempo esperando y ante la multitud ahí reunida, un AM sufrió un ataque al corazón:
R1.‐ (…) durante de un año (cacareo de gallinas) no tenemos apoyo con el Ayuntamiento, con el Presidente Municipal, no tenemos apoyo con la seguridad, ni mucho menos servicio médico porque a veces, ora que jue bimestre enero‐ febrero, hubo este, este, ataques, los abuelitos, ya ves que los abuelitos tiene (…) R1.‐ ya tiene pues este, un, una edad avanzada, ya son grandes, entons ya entre, entre más mucha gente pues este, pus le, le pega el ataque (XXXX_E_FS_H_i)
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En todas las localidades estaban enterados de a fecha de entrega del recurso, aunque se opinaba que a veces no se avisa con el suficiente tiempo de antelación como se menciona con anterioridad.
Hallazgos de excepción.
Entrega del recurso: Interacción entre funcionarios del Programa y beneficiarios. La hora del inicio de la entrega no siempre era clara para todos, incluso para el equipo cualitativo en calidad de observador la hora de inicio era incierta, pero esto se explicó dependía de que los pagadores venían de otros puntos de pago.
Dado que la escasez de sillas en el punto de pago en el que se rentaron las mismas, se observaron altercados entre beneficiarios quienes trataban de tomar la misma silla. En ellos se vieron jaloneos, pero cuando comenzaron a pasar las localidades, los beneficiarios que les tocaba al final se sentaron y comenzaron a conversar entre sí más relajados.
Para el caso de Tlatzintla, sobresale el testimonio de un AC que describe la condición de los beneficiarios que no iban acompañados de su familia durante la entrega: “están regaditos por ahí parecen basuritas pero pues hay uno que nosotros llevamos nuestra
familia, pues ya nos vamos a formar con ellas, ujum” (Tlatz_AC_1_M). Lo que de algún modo expresa la percepción que se tiene sobre los AM en la comunidad, y cómo es menos valorado socialmente aquel beneficiario que acude solo al punto de pago.
Los actores clave señalaron que las condiciones de los puntos de entrega podrían responder a malas relaciones entre pagadores y funcionarios estatales debido a diferencias de partidos políticos, pero esta explicación se escuchó solo en una localidad. Para el caso de esta localidad el AC destacó el conflicto entre funcionarios del Programa y la presidencia municipal del punto de pago puesto que a decir de los AC pertenecían a diferentes partidos políticos. Como consecuencia las autoridades municipales no apoyaban con lo necesario, el préstamo del Auditorio, e incluso el cuerpo policiaco que garantizara la seguridad:
P2. ¿Y de su punto de vista por qué es la razón porque no se presta el auditorio? R.‐ Mira, en mi punto de vista este, mi, a mí mi punto de vista que el, el Gobierno Municipal como es, es un, es un so partido otro y el, el, el programa es otro como que, mi pa´ mi, mi punto de vista nada más por eso no lo quieren este a, a, a dar chance que pague, que paguen ahí. (…) R1.‐ Convergencia entonces ni el PRI ni el PAN entonces pues este pues mientras, mientras no se maneja el, el Ayuntamiento, no se manejan esto, nada más por eso se molestó o sea se molestan porque él quiere, quiere que, que sea el programa llegue sobre él (XXX_FS_H).
En suma, la actitud de los funcionarios del Programa y los pagadores ante los beneficiarios era en general muy formal y distante y podía llegar a ser poco respetuosa cuando se perdía la paciencia debido a la falta de organización. La falta de traductores y de logística adecuada resultó en las localidades indígenas en situaciones de extrema falta de comunicación.
Entre beneficiarios, las conversaciones giraban en torno al Programa, a veces en el apoyo para el acceso al lugar de pago, y otras desafortunadamente agresivas cuando debían pelear por una silla o un lugar. Su actitud era tensa y a la expectativa de
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indicaciones aunque también se podía observar el gusto de encontrase con otros miembros de su comunidad.
Hay aspectos de carácter logístico que quedan pendientes de resolver como la presencia de sillas o sillas suficientes, el acceso a sanitarios en condiciones básicas, la necesidad de apoyo para el acceso al lugar, un equipo de sonido que facilite las indicaciones para la entrega, en algunos casos la mayor organización en la mesa de atención para evitar varias horas de espera.
No fue asunto menor que el trámite de las constancias médicas para validar a los Representantes, fuera reportado como sumamente complicado por los AC y los beneficiarios. Incluso en Tlatzintla prácticamente se desconocía la figura de Representante.
8. Conclusiones En el estudio cualitativo se identificó que no todos los beneficiarios del
Programa perciben de manera explícita algún impacto de éste en su calidad de vida sin embargo par la mayoría de los indicadores de calidad de vida los AMB percibieron al menos de manera algún cambio. Los beneficiarios percibieron un cambio relacionado al programa en lo tocante a su salud física. Señalaron que con el recurso del Programa han podido adquirir alimentos y realizar gastos para atención en salud. Si bien padecen tristeza por el debilitamiento de sus redes sociales, también aseguraron sentirse contentos por tener un recurso periódico y estable del cual disponer y poder aportar a los gastos del hogar, lo que les hace potencialmente colocarse en una posición distinta en la dinámica del ámbito doméstico y sentir que dependen menos de su familia y se encuentran más con otros AM cuando acuden al punto de pago. Finalmente si bien no se percibió un cambio en las redes sociales, sí se perfila un reposicionamiento en sus redes a raíz de su capacidad de participar en relaciones de apoyo recíproco.
Los beneficiarios entrevistados en las localidades de estudio en su mayoría manifestaron tener malestares o estar enfermos; sin embargo, no por ello dejaban de realizar sus actividades cotidianas. La gran mayoría era funcional (sólo 10 AM mostró algún tipo de disfuncionalidad) y de igual forma la mayor parte de los AMB declaro recoger su apoyo personalmente en el punto de pago. Los AM en su mayoría asociaron su salud física con la capacidad de hacer sus actividades cotidianas tales como trabajar en el campo, la casa o comer; sin embargo también destacaron la importancia de recibir atención y cuidado de los miembros de su red social particularmente en lo relacionado al cuidado de la salud.
Los AM relacionaron de manera constante la salud emocional con la física. Por ejemplo, reportaron sentirse bien cuando podían trabajar; es decir cuando tenían salud física. Entre las principales causas asociadas a su tristeza se encontraron las siguientes: la pérdida de parientes cercanos (en especial la pareja), el abandono familiar, en algunos casos producto de la migración, el vivir solo y el no tener con quién platicar. Por el contrario, indicaron estar contentos cuando podían trabajar, cuando mantenían redes sociales fuertes, cuando habían aprendido a vivir solos o cuando tenían capacidad de compra resultado relacionado con el apoyo recibido y la seguridad de poder comprar alimentos de manera constante.
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Los beneficiarios presentaron sentimientos encontrados ante el proceso de envejecimiento. Sin embargo las características de la localidad podrían estar relacionadas a la forma de experimentar dichos sentimientos. Mientras en Ahitic, la comunidad con más rasgos indígenas los AM parecían enfrentar el proceso de manera más natural, en Tlalzintla una comunidad mestiza y con problemas de alcoholismo, los AMB presentaban rasgos de tristeza y abandono claros que mermaban su salud emocional y hacían evidentes algunos rasgos de abandono.
En general, los AM reportaron un impacto percibido subjetivo percibido tanto en su salud física como en su salud emocional, sin embargo aquellos relacionados a la salud física no fueron tan claros y directos como los relacionados con la salud emocional. En general perciben que el programa mejora su salud física a través de compra de comida y el gasto en salud (compra de vitaminas, medicamento y pago de honorarios médicos). Dicho impacto fue percibido por todos pero con mayor detalle fue expresado por las mujeres, siendo el género un elemento que podría relacionado a la percepción de la salud. El impacto en la salud emocional fue claro y marcado en los discursos de los AM. A partir de estar recibiendo el programa los AMB expresaron de forma general ‘sentirse contentos’, ‘darse valor’ y ‘dejar de sufrir’ por las inclemencias de la inseguridad económica. Las razones expresadas de dicho impacto percibido se relacionan a la tranquilidad de tener un ingreso regular y propio, a la capacidad de compra y a la reducción de la dependencia económica para con sus familiares. También fueron mencionados como elementos de sentirse contentos el hecho de encontrarse con sus pares el día del pago y en algunos casos a tener un ahorro para imprevistos. Pese a que dicho impacto haya sido declarado es importante señalar que factores como el debilitamiento de las redes con sus implicaciones para ambas, la salud física y emocional así como el proceso en sí del envejecimiento enmarcaron siempre el estado de ánimo de los AM.
En relación al uso del recurso destacó como una constante previamente mencionada el hecho de que los AM, de manera general, declaran tomar decisiones sobre su recurso, incluso aquellos quienes tienen alguna dependencia funcional ya sea que deciden sobre su recurso o deciden entregar el dinero a miembros de su red para el mejor uso del mismo. En la gran mayoría de los casos, el recurso del programa es reconocido, por ellos y por sus representantes, en los casos en los que se encontraron representantes, como destinado a cubrir las necesidades de los AM. Sin embargo es un hallazgo central el hecho de que, si bien el recurso es usado para el AM éste no es usado exclusivamente para ellos/as en los hogares multi‐generacionales, sino para el mejor beneficio de toda la unidad doméstica.
Al tomar decisiones sobre el recurso que les daba el Programa, muchos de ellos/as expresaron un sentimiento de reducción de la dependencia de sus redes, de tener mayor capacidad de decisión sobre sus gastos y decisiones y por ende de sentirse empoderados respecto a decisiones que atañen a sus vidas. Si bien es importante señalar que las decisiones en el ámbito doméstico eran tomadas bajo las dinámicas tradicionales marcadas fuertemente por las construcciones de género, el empoderamiento que se perfiló de manera percibida a raíz de las transferencias del Programa destacó para el grupo de las mujeres con mayor fuerza.
Aunque tener redes débiles no fue característico de manera general en la población estudiada, contar con una red social débil, implicaba mayor vulnerabilidad y
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menor capacidad de tomar decisiones. Las condiciones estructurales de Tlatzintla, cuyo ejemplo podría extrapolarse a otras comunidades en el país con condiciones similares, con su marcada lejanía de los servicios de salud, así como de los centros de comercio, la fuerte migración a Estados Unidos y el alcoholismo observado en muchos miembros de la comunidad, podrían ser parte del conjunto de causas por las que algunos AM de ésa localidad declararan tener menos posibilidades para decidir sobre su recurso que los beneficiarios de las otras localidades.
De manera constante, la mayoría contaba con redes sociales y éstas eran declaradas como fuertes, especialmente en las comunidades indígenas, sin embargo no se percibió de manera general un impacto en el tipo de redes o en su fortaleza a raíz del Programa. Las acciones de las redes fuertes se expresaban como circulación de apoyo recíproco ya sea instrumental, cognitivo, emocional o material e incidían directamente en varios aspectos básicos de la vida del AM tales como su alimentación, salud física y salud emocional y aunque no fue declarado un cambio en sus redes, el hecho de tener recursos que ofrecer a su red podría estar creando un cambio en las mismas.
En general el significado de la red de hogar fue positivo, aunque se observaron casos de abuso y negligencia en AM no beneficiarios, ya que en ella se procuraba el bienestar del AM. El instrumental y el material fueron los tipos de apoyos más significativos y solían ser recíprocos y que aunque no fue declarado como un elemento transformado por el Programa, el apoyo podría estar dando a los AM mayor capacidad de ser recíprocos en las mismas. Casi ninguno de los beneficiarios de las cuatro localidades percibió un impacto en sus relaciones familiares desde que tiene el Programa, tuvieran éstos o no apoyo en su red familiar. Quizá el hecho que no se perciba un impacto en este ámbito obedezca a que es poco el tiempo que han estado expuestos al Programa. Quienes vivían en hogares mutli‐generacionales declararon que los bienes circulan en el hogar. Los AM dependientes funcionales declaran que los recursos del Programa eran utilizados para sus necesidades y el hecho de descargar a los miembros de sus redes podría estar relajando el estrés del vínculo entre ellos y sus cuidadores al disminuir la económica que los AM DF representan.
Las redes extra‐hogar no siempre eran explícitas y entre ellas las mujeres contaban con menos redes de apoyo extra‐hogar y en todas las comunidades se escucharon relatos aislados de envidias por parte de aquellos que no pertenecían al programa. Las normas de reciprocidad de las redes y los deberes para las mismas en las comunidades ofrecen apoyo a los AM pero también implican obligaciones para con los miembros de la comunidad como fue el caso de las faenas en Huacango que no siempre fueron percibidas por los miembros de la comunidad de manera positiva pero que sin lugar a dudas representan una forma de inclusión para los AM en la vida comunitaria. Es importante destacar que tanto Huacango como Tlatzintla son ejemplos extremos de sinergias que podrían estar potenciando o diluyendo el impacto positivo del Programa a nivel comunidad. Así mientras en el primer caso la fuerte presencia del IMSS‐Oportunidades y sus mecanismos de atención en Huacango hacían que los AMB reportaran buena salud y mayores impactos en la misma, para el segundo caso, las nocivas dinámicas de la comunidad respecto al uso del alcohol y por tanto las redes sociales debilitadas podrían estar mermando el efecto que las transferencias buscan tener en los beneficiarios.
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Como un caso excepcional se escucharon discursos de AM quienes si bien sentían tranquilidad de no depender de los miembros de su red social y particularmente de sus hijos quienes les daban o enviaban dinero, expresaron de forma velada cierta tristeza al notar que sus hijos habían dejado de apoyarlos económicamente al saber de la presencia del Programa.
La evaluación del Programa por parte de los AMB fue sin duda positiva. Los/as AMB manifestaron estar agradecidos y sentirse valorados a partir del mismo aunque en algunas ocasiones se expresaba el agradecimiento hacia el gobierno y no como un derecho. En general se declaró la importancia del Programa al ser éste un importante apoyo para los gastos y para muchos casos se había convertido en un recurso fundamental para su subsistencia. Entre las recomendaciones que hicieron para mejorar el funcionamiento del Programa estuvieron las siguientes: aumentar la cantidad de dinero otorgado, mejorar el acceso a los servicios de salud, simplificar o informar adecuadamente sobre los trámites para darse de alta y obtener los recursos del Programa, avisar con anticipación sobre la entrega del recurso para que el representante obtuviera a tiempo la constancia médica del beneficiario y asegurar el apoyo del Programa por tiempo indefinido. Aunque no fueron la mayoría, algunos beneficiarios se opusieron a hacer sugerencias al Programa asegurando que todo estaba bien o que no podrían ‘exigir’ más al gobierno haciendo clara la percepción asistencialista y no de derecho con la que estos/as beneficiarios entienden el Programa. Por su parte, otros hicieron algunas surgencias, por ejemplo, cambiar el Programa de 70 y más a 60 y más, acompañarlo de cursos o capacitaciones y construir o equipar las clínicas en sus localidades.
Respecto a los Potenciales Beneficiarios éstos fueron un grupo que representó el 16% del total de los entrevistados. En todas las localidades, excepto en Ahitic donde los PB eran igualmente reconocidos socialmente, se identificaron características compartidas entre estos AM quienes siendo elegibles para el programa no lo reciben: mayor vulnerabilidad, presencia de enfermedades crónicas particularmente las que crean dependencias funcionales en un determinado punto (como mal de parkinson), sentimiento de no tener nada que ofrecer a los demás en algunos de ellos o redes sociales muy debilitadas y menor posicionamiento en el hogar, fueron las características que posiblemente explicaban su calidad de potenciales beneficiarios e incrementando par todos los casos su vulnerabilidad cuando eran mujeres. Como un caso extremo pero de alta importancia se identificó, relacionado probablemente a la situación de abuso de alcohol por parte de muchos miembros de la comunidad, casos de abuso y aislamiento extremo para los AM‐PB de la localidad de Tlalzintla.
Entre las barreras de acceso al Programa 70 y más se encontró que algunos PB ignoraban la existencia del Programa o lo confundían con Oportunidades. También había quienes no podían gestionar su inscripción y no contaban con el apoyo de familiares, del Gestor Comunitario en el caso de una localidad, o de los voluntarios para sus localidades, quienes dicho sea de paso, no siempre conocían todos los mecanismos de inscripción.
Por su parte los adultos mayores suspendidos habían resultado parte de ésta categoría en la gran mayoría de las veces por problemas administrativos del Programa. Cabe destacar que a los AMS les resultaba sumamente difícil comprender las causas por las que no recibían el apoyo, ya que no sabían con quién acudir para preguntar o
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simplemente recibían respuestas claras o comprensibles a su nivel de entendimiento en la mesa de atención el día de entrega del recurso. Entre los AMS, hubo quienes dijeron que la distancia era una limitación para recibir el apoyo, ya que les tomaba mucho tiempo llegar al punto de reunión para resolver su situación irregular. Asimismo, otros comentaron que la comunidad los excluía del Programa directa o indirectamente, en unos casos como castigo por no contribuir al trabajo colectivo en las faenas y en un caso en particular por no ser católicos.
Por último, vale la pena señalar que a pesar de que algunos AMS contaban con redes familiares fuertes, éstas no lograban ayudarles a gestionar el volver a recibir el apoyo, destacando en este caso la importancia que juegan los miembros de la red social del Programa en la gestión de tales casos.
Los beneficios esperados del Programa por parte de PB y AMS eran de tipo material. Mencionaron de forma coincidente con los hallazgos en los AMB que con el recurso podrían comprar alimentos, ir al médico, comprar medicinas, ropa, arreglar sus viviendas, y en algunos casos mencionaron que teniendo que recoger el recurso en el punto de pago, podrían mejorar el vínculo con su comunidad.
Los actores clave reafirmaron con sus testimonios el impacto en el la calidad de vida de los AM pues desde su punto de vista, ahora éstos ‘viven mejor’. Reafirman también el análisis cualitativo en el cuál no se observa un impacto sustancial en redes extra‐hogar aunque reconocen que el punto de apoyo es un lugar clave de encuentro para los AM. Sus testimonios sobre la utilización del recurso en todos los miembros del hogar, particularmente en los hogares multi‐generacionales dan elementos para creer que a más largo plazo se podría observar cambios en las redes de hogar de los AM a través de la redistribución del recurso podría estar creando lazos de reciprocidad que posicionen al AM de una forma diferente. Finalmente los AC reconocen algunos usos no declarados antes por los AM del recurso tales como la recreación y la compra de bebidas alcohólicas.
En las localidades visitadas no se había puesto en marcha el componente de la red social, sólo en una localidad una parte de la red social se encontraba en funciones. Un actor clave entrevistado portaba una credencial de gestor comunitario, sin embargo atendía sólo a su comunidad y a una comunidad más, no se reconocía como parte del algún equipo regional o zona de atención y no declaró no haber recibido ninguna capacitación hasta ése momento. El mismo aún no ofrecía pláticas o talleres con los contenidos de la red social. Pese a que no se encontró trabajando la red social en las localidades, si había de facto responsables voluntarios/as del Programa en cada localidad. Los voluntarios estaban encargados de avisar el día en que se entregaría el apoyo, en ocasiones apoyaban en la traducción de la lengua, así como en algunas gestiones, aunque se entendía que ésta no era forzosamente su responsabilidad. En la mayoría de los casos los voluntarios de las comunidades habían sido elegidos por los beneficiarios a petición expresa en la mesa de atención o por la usanza en la comunidad, en algunos casos eran las mismas vocales de Oportunidades quienes fungían como responsables del Programa 70 y más. No se habían celebrado campañas de orientación social, jornadas informativas, grupos de crecimiento, sesiones de orientación o diagnósticos comunitarios en ninguna de las localidades visitadas.
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Respecto a la Observación de la entrega del recurso, destaca la actitud de los funcionarios del Programa y los pagadores ante los beneficiarios era en general formal y distante y podía llegar a ser poco cuidadosa cuando se perdía la paciencia debido a la falta de organización. La falta de traductores y de logística adecuada resultó en las localidades indígenas en situaciones de extrema falta de comunicación en los días de pago observados por el equipo cualitativo.
Entre beneficiarios, las conversaciones giraban en torno al Programa, a veces en el apoyo para el acceso al lugar de pago, y otras desafortunadamente agresivas cuando debían pelear por una silla o un lugar. Su actitud era tensa y a la expectativa de indicaciones aunque también se podía observar el gusto de encontrase con otros miembros de su comunidad y de recibir su apoyo.
Hay aspectos de carácter logístico que quedan pendientes de resolver como la presencia de sillas o de sillas suficientes en los puntos de pago, el acceso a sanitarios en condiciones básicas de higiene tales como papel de baño, agua y jabón, la necesidad de apoyo para el acceso al lugar, un equipo de sonido que facilite las indicaciones para la entrega, en algunos casos la mayor organización en la mesa de atención para evitar varias horas de espera.
No fue asunto menor que el trámite de las constancias médicas para validar a los Representantes fuera reportado como complicado o difícil de entender por los AC y los beneficiarios. Incluso en Tlatzintla se encontró el hecho de prácticamente desconocer la figura de Representante.
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Diario Oficial (2008). Acuerdo por el que se modifican las Reglas de Operación del Programa de Atención a los Adultos Mayores de 70 años y más en Zonas Rurales, para el Ejercicio Fiscal 2009, Publicadas en el Diario Oficial el día Lunes 29 de Diciembre de 2008, en página web: http://www.sedesol.gob.mx/index/index.php?sec=802135 Woolcock, Michael y Deepa Narayan (2006). Capital social: Implicaciones para la teoría, la investigación y las políticas sobre desarrollo, en página web: www.preval.org/documentos/00418.pdf
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10. Anexos
Anexo 1. Programas y acciones para Adultos Mayores en América Latina Listado de los Programas y acciones más importantes dirigidos a los AM en países Latinoamericanos:
País Programas o accionesArgentina ‐ Capacitación Profesional
‐ Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales ‐ Consejo Federal de Adultos Mayores ‐ Voluntariado de tercera edad ‐ Programa Salud de la Familia (PROFE) ‐ Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios
Bolivia ‐ Renta Dignidad para AM de 60 años no pensionados‐ Asociación Nacional del AM/Centro de Orientación socio legal con y por las personas de edad/vejez digna ‐ Seguro de Salud para el AM
Brasil ‐ Benefício Assistencial ao Idoso e ao Deficiente/ 65 años y más/ Pensiones rurales para AM ‐ Programa familiar de atención al AM
Chile ‐ Pensión Asistencial de Ancianidad PASIS (65 y más)‐ Promoción y Desarrollo del Valor Social y Ciudadanía Activa del Adulto Mayor ‐ Programa habitacional para el AM ‐ Programa de Apoyo Integral a la salud para el Adulto Mayor del sistema Chile Solidario
Colombia ‐ Actividades educativas y lúdico recreativas complementarias PNAAM ‐ Pensión. Programa de Protección Social al Adulto Mayor (mujeres mayores de 52 años, varones mayores de 57 años) ‐ Espacios de participación: Consejos municipales de política, comités, cabildos, veedurías ciudadanas de AM. ‐ Seguro de Salud para los Adultos Mayores ‐ Programa Nacional de Alimentación no universal para el AM de 60 años y más (30% calorías y nutrientes en almuerzos)
Costa Rica ‐ Movámonos y mejoremos‐ Capacitación en Empresariedad ‐ Programa de Micro emprendimientos ‐ Personas Mayores Voluntarias ‐ Bono Familiar de Vivienda para la Persona Adulta Mayor Sola
Cuba ‐ Círculos de abuelos de 60 años y más‐ Salario por la asistencia social ‐ Comités y Cabildos de AM ‐ Atención en el consultorio, en el hogar, en el círculo y casa de abuelos, en el centro de trabajo y en los policlínicos de todas las personas de 60 años y más ‐ Cuidados y atención a domicilios y en círculos de abuelos
Ecuador ‐ Talleres Ocupacionales y Recreativos‐ Organizaciones municipales con participación de AM
El Salvador ‐ Programa de geroturismo‐ Promoción del acceso en condiciones de igualdad al empleo ‐ Participación de las Organizaciones de Personas Adultas Mayores en la
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construcción de Políticas, Planes y Programas‐ Programa de Atención Integral en Salud del AM
México ‐ Centros culturales de la tercera edad, capacitación para el trabajo y la ocupación del tiempo libre INAPAM ‐ Fondo tercera llamada INAPAM ‐ Programa 70 y más. Pensión no contributiva a AM de localidades rurales
Puerto Rico ‐ Programa de capacitación, readiestramiento, consejería y promoción de empleo en personas de 55 años o más ‐ Banco de Recursos Humanos de Edad Avanzada para Empleo remunerado y servicios voluntarios ‐ Sistema de apoyo informal de viudas mayores de 60 años
República Dominicana ‐ Programa de Protección a la Persona Envejeciente en Pobreza Extrema (65 y más). Apoyo Al Anciano (ALA) ‐ Suplemento medicinal ‐ Programa de alimentos y suplemento alimenticio para AM
Venezuela ‐ Programa recreativo, cultural y deportivo; Programa de participación comunitaria y promoción laboral; Programa de asesoría nutricional y salud; ayudas de emergencia. En Unidad gerontológica Instituto Nacional de Servicios Sociales (60 y más) ‐Pensión no contributiva a AM de 60 años
Uruguay ‐ Pensión no contributiva a personas mayores de 70 años y de escasos recursos de 64 a 70 años
Páginas Web de acciones y Programas dirigidos a Adultos Mayores en América Latina Argentina http://www.desarrollosocial.gov.ar/pensiones/requisitos.asp Bolivia http://www.vejezdigna.org/quienes.htm http://abi.bo/index.php?i=renta_dignidad http://www.gerontologia.org/portal/archivosUpload/Bolivia_Ley_3323_SS_AM.pdf Brasil
http://www.previdencia.gov.br/pg_secundarias/beneficios_12.asp
Chile
http://www.tramitefacil.gov.cl/1481/article-46170.html :
http://www.gerontologia.org/portal/information/showInformation.php?idinfo=335
http://www.tramitefacil.gov.cl/1481/printer-47138.html :
Colombia http://www.contratos.gov.co/archivospuc1/DA/119004000/08-11-1846/DA_PROCESO_08-11-1846_119004000_417306.pdf
http://abc.camara.gov.co/prontus_senado/site/artic/20081021/pags/20081021181956.html :
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http://www.rgs.gov.co/img_upload/ca2aff77eed2a9b504622b634052d133/RGS37_300408color___FINAL_1.pdf
Costa Rica http://www.ciss.org.mx/assembly/pdf/es/2005/caosa/Edgar_Robles_e.pdf
http://www.conapam.go.cr/bonofamiliar.htm
http://www.conapam.go.cr/capacitacionempresa.htm Cuba http://www.sld.cu/instituciones/gericuba/paamc/index.htm http://www.bvs.sld.cu/revistas/res/vol12_2_99/res06299.htm : El Salvador
http://www.seg-social.es/imserso/internacional/actividadmsa.pdf
México
http://www.sedesol.gob.mx/index/index.php?sec=801576
Puerto Rico
http://www.cdorh.org/proyesp.html :
http://www.un.org/swaa2002/coverage/puertoricoS.htm
República Dominicana
http://www.un.org/swaa2002/coverage/puertoricoS.htm
http://www.conape.gob.do/
http://www.stp.gov.do/publicaciones/PDF/Gasto_Social_RD_1995_2005_tendencias_y_desafios_VF.pdf Uruguay http://www.eclac.cl/dds/noticias/paginas/3/33863/Uruguay_Arimyotros_Programas.sociales.pdf http://www.mides.gub.uy/adultomayor/descrip.html http://www.mides.gub.uy/adultomayor/normativa/ley_asistencia_vejez.html Venezuela http://www.inass.gob.ve/consultas/verinfo.php?id=24
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Anexo 2. Temas de investigación del estudio cualitativo por actor a. Temas de investigación para AM Objetivo: Explorar el impacto percibido por las y los beneficiarios del Programa 70 y más sobre los factores asociados a su calidad de vida.
1. Percepción sobre su estado de salud física y mental 2. Percepción sobre el uso del apoyo económico y proceso de toma de decisiones sobre
el mismo 3. Percepción sobre su empoderamiento/autonomía y capital social 4. Evaluación y percepción del impacto del Programa 70 y más
b. Temas de investigación para cuidadores y representantes Objetivo: Explorar el impacto percibido por el cuidador/representante y su relación con la calidad de vida del AM.
1. Percepción sobre el estado de salud física y mental del AM 2. Percepción sobre el apoyo económico y el proceso de toma de decisiones sobre el
mismo 3. Percepción sobre su relación con el AM que cuida/representa 4. Percepción sobre empoderamiento/autonomía y capital social del AM 5. Evaluación y percepción del impacto del Programa 70 y más
c. Temas de investigación para potenciales beneficiarios Objetivo: Explorar en el potencial beneficiario los factores asociados a su calidad de vida, los beneficios esperados y las barreras de acceso al Programa 70 y más.
1. Situación de vida a. Percepción sobre su estado de salud física y mental b. Percepción sobre el uso sus recursos económicos y proceso de toma de
decisiones sobre los mismos c. Percepción sobre su empoderamiento/autonomía y capital social
2. Conocimiento del Programa 3. Barreras al Programa 4. Beneficios potenciales esperados
d. Temas de observación para entrega de recursos Objetivo: Observar y registrar las dinámicas comunitarias en torno al Programa 70 y más, así como aquellas interacciones que se dan en el momento de la entrega del recurso económico.
1. La interacción entre ejecutores del Programa y beneficiarios 2. Las interacciones entre beneficiarios 3. Facilitadores y barreras de la entrega del apoyo 4. Los procesos comunitarios que se relacionan a la presencia del Programa 70 y más 5. Difusión y promoción del Programa 70 y más
e. Temas de investigación para entrevistas con actores clave Objetivo:
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Indagar el impacto percibido en la comunidad y los procesos comunitarios asociados al Programa 70 y más
1. Percepción de la interacción entre ejecutores del Programa y beneficiarios 2. Percepción sobre las interacciones entre beneficiarios del Programa 3. Percepción sobre otros procesos comunitarios que se relacionan con la presencia del
Programa 4. Evaluación del Programa 70 y más
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Anexos Reportes de Localidad