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CUADERNO DE ANÁLISIS N o 01/16 INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOESTRATÉGICOS Y ASUNTOS POLÍTICOS ISSN: 958-7518-9-X GEOPOLÍTICA Y GEOESTRATEGIA DEL MEDIO ORIENTE Una publicación de la Universidad Militar Nueva Granada - Colombia

INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOESTRATÉGICOS Y ...iegap.umng.edu.co/descargables/Cuaderno_Medio_Oriente.pdfOriente, dada la complejidad que esa área presenta, ha requerido incluir un glosario

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CUADERNODE ANÁLISIS No°01/16

INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOESTRATÉGICOS Y ASUNTOS POLÍTICOS

ISSN: 958-7518-9-X

GEOPOLÍTICA Y GEOESTRATEGIA DEL MEDIO ORIENTE

Una publicación de la Universidad Militar Nueva Granada - Colombia

La U acreditada para todos

Cuaderno de Análisis 01/2016

GEOPOLÍTICA Y GEOESTRATEGIA DEL MEDIO ORIENTE

http://www.iegap-unimilitar.edu.co/

Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos

Alexander Montero y Jimmy Graziani MoraAsesores del IEGAP

RectorBrigadier General Hugo Rodríguez DuránUniversidad Militar Nueva Granada

Asesores IEGAPBrigadier General Gustavo Rosales ArizaAlexander Montero MoncadaAndrés Cotrina AcostaCarlos Osorio PinedaJimmy Graziani MoraJuan Esteban UgarrizaMayor General Carlos Fracica NaranjoMayor General Luis Hernando BarbosaMayor General Ricardo Rubianogroot RománPedro Ballesteros BayonaWendy Cabezas Pico

© Cuaderno de análisis© Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos

ISSN: 958-97518-9-X

Grupo de investigación del cuaderno de análisis 01/2016Alexander Montero MoncadaJimmy Graziani Mora

Asistente de investigaciónXimena Molina Santamaría

Corrección de estiloUniversidad Militar Nueva Granada

Maquetación, diagramación e impresiónPictograma Creativos S. A. S.www.pictogramacreativos.com

InformesPBX: (57+1) 650 00 00 Ext. 1045 - 1046 - 1047 - 1048E-mail: [email protected] 11 No. 101 - 80Página webhttp://www.iegap-unimilitar.edu.com/

Bogotá D.C., ColombiaAgosto de 2016Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

PRESENTACIÓN 7INTRODUCCIÓN 91. GLOSARIO DE TÉRMINOS 112. MEDIO ORIENTE. APROXIMACIÓN A UNA DENOMINACIÓN 15

2.1. Una representación geográfica de Medio Oriente 172.2. Más allá de una delimitación fronteriza 22 Referencias 27

3. VISIÓN GEOPOLÍTICA DE MEDIO ORIENTE 313.1. Imperativos estratégicos. El Medio Oriente en teorías geopolíticas 343.2. El Medio Oriente en las agendas de las grandes potencias 383.3. La corta guerra fría del Medio Oriente actual. Arabia Saudí contra Irán 443.4. Putin y Obama y sus juegos de estrategia 463.5. Comentarios finales: los atentados en París. Ganadores y perdedores 48

4. ANÁLISIS DE COYUNTURA 534.1. Aproximación inicial sobre la denominación «Estado Islámico» 53 Introducción 534.1.1. Contextualización sobre el Estado Islámico 544.1.2. Los alcances estatales de un califato 564.1.3. ¿Quiénes componen la población del EI? 584.1.4. Sunismo, salafismo y yihadismo 594.1.5. ¿Cuál es el territorio del pretendido califato? 60 Consideraciones Finales 63 Referencias 644.2. Turquía: ¿la puerta entre Oriente y Occidente? 67 Contextualización 674.2.1. Del Imperio otomano a la República turca 684.2.2. La República turca, de la Segunda Guerra Mundial al presente 70 Referencias 74

TABLA DE CONTENIDO

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Brigadier General HUGO RODRÍGUEZ DURÁN

Rector Universidad Militar Nueva Granada

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PRESENTACIÓN

xisten espacios en el escenario internacional que por su ubicación geográfica, por la riqueza de sus recursos naturales y por su realidad social y política, son considerados como geopolíticamente visibles y geoestratégicamente relevantes. La parte del mundo que para algunos es conocida como Medio Oriente, es un espacio al que se le reconoce un lugar importante en la configuración del orden mundial, pero de la cual hay conocimientos académicos limitados, en ocasiones superados por planteamientos mediáticos infundados.

El presente documento es un esfuerzo de investigación realizado por nuestro Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos, como una intención ilustrativa y didáctica, como resultado de una investigación asignada a profesionales de ese centro de pensamiento, sobre un área geográfica difícil de definir y de delimitar, pero con una gran riqueza histórica por aprender.

En mi condición de Rector, y en cumplimiento de las funciones sustantivas de la Universidad, me complace dejar a disposición de la comunidad neogranadina y en general de la sociedad interesada en estos temas el presente cuaderno de análisis que aspiramos sea de utilidad para sus lectores.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

n un análisis prospectivo con miras al año 2015, el Centro de Acción Preventiva del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations) desde la visión de los Estados Unidos, conforme sus intereses, realizó su encuesta anual de prioridades (Preventive Priorities Survey) en relación con las áreas de tensión mundial según su ubicación geográfica y la posibilidad de ocurrencia, dando, conforme la metodología empleada, la calificación de ALTA, en probabilidades de impacto, a los siguientes países del Medio Oriente: Jordania, Líbano, Paquistán, Yemen, Irán, Siria, Afganistán, Turquía e Irak y el área de Palestina1. Se trató, como se puede apreciar, de una valoración cierta y vigente.

El presente cuaderno de análisis, Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente, dada la complejidad que esa área presenta, ha requerido incluir un glosario de términos ampliado en razón al objetivo didáctico de su contenido y como un recurso de aproximación que se estima necesario en cuanto al tema. Bajo el título de «Medio Oriente, aproximación a una denominación», el título 2 de este trabajo hace referencia a la representación geográfica y su significación; especial interés poseen los interesantes gráficos que allí se incluyen, especialmente la visión de los Estados Unidos sobre el valor de dicho espacio a lo largo de varios periodos históricos; el que corresponde al Comando Central (Centcom) previo a la primera guerra de Irak, posee un valor geoestratégico que el general H. Norman Schwarzkopf señala al referirse a su importancia.

INTRODUCCIÓN Brigadier General GUSTAVO ROSALES ARIZAInstituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos (Iegap)

E

1. Incluidos en el ensayo geopolítico Orden mundial y áreas de tensión. Gustavo Rosales Ariza, Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos / Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá: Universidad Militar Nueva Granada, 2015. Pp. 66-67.

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Cuaderno de Análisis 01/2016

Para mí, el verdadero reto estaba en Oriente Medio una región compleja e importante al extremo de que ya nos habíamos metido allí en una guerra, y en donde la confusión era tal que cualquier cosa resultaba posible en cualquier momento, una región donde se podían y debían hacer muchas cosas para consolidar sus relaciones con los Estados Unidos […] el Mando Central es el único donde se puede hacer historia2.

El título tercero se refiere a una visión geopolítica del Medio Oriente que incluye el estudio de la región en el marco de la competencia estratégica entre las potencias, para luego referirse a los elementos coyunturales que han creado una «fractura regional en el área». En el título 4.°, y dentro de un análisis de coyuntura, se efectúa una aproximación al denominado Estado Islámico, sus pretensiones

de expansión territorial y su incidencia sobre los diferentes actores de origen islámico con visiones encontradas. Posteriormente, el estudio hace referencia a la compleja situación que presenta Turquía, donde confluyen políticas de Estado antagónicas, como la vigencia del islamismo frente al interés de identificarse con el mundo occidental a través de la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); todo lo anterior sin perjuicio de las reivindicaciones, existentes en su espacio, de la etnia kurda, siempre vigentes.

Finalmente, la Dirección del Instituto expresa el más sincero reconocimiento a los señores Jimmy Graziani Mora, internacionalista, y al doctor Alexander Montero, politólogo, integrantes de este centro de pensamiento y caracterizados por su profesionalidad.

2. Schwarzkopf, H. Norman. Autobiografía. Plaza y Jánes, Barcelona. 1993. P. 364.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

ás allá de un intento por apuntalar palabras o resolver debates en ciernes, la primera parte del cuaderno de análisis es una breve guía de términos, alimentada con referentes académicos, sobre cuestiones que se abordan a lo largo de esta publicación.

POR: XIMENA MOLINA SANTAMARÍA

• Califa: Se refiere a la cabeza o vicario de la umma o comunidad musulmana, el cual posee la misión religiosa de prolongar la guía espiritual consignada por Mahoma en el Corán del cual designaban las tareas de la interpretación del texto, guía de la principal oración y peregrinación. Según el pensamiento de los suníes, la designación del califa debía tener cualidades específicas, el califa debía, además de ser árabe, pertenecer a la tribu a la que pertenecía Mahoma, y debía ser elegido por un consejo de ancianos. Según el pensamiento de los chiíes, el propio Mahoma había designado un sucesor antes de morir, el cual era Alí, esposo de la hija del profeta; por lo tanto, este y sus descendientes serían los legítimos califas.Desde el año de la muerte de Mahoma, 632, al año 661, existieron cuatro califas conocidos como califas ortodoxos, los cuales fueron:

• Abu Bakr (632-634) • Umar Ibn (634-644)• Uthman Ibn (644-656)• Alí Ibn (656-661)

• Califato: Proceso de elección del líder religioso y político de los musulmanes en el mundo. Sistema de gobierno establecido tras la muerte de Mahoma en el 632.

1. GLOSARIO DE TÉRMINOS

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Cuaderno de Análisis 01/2016

• Corán: Libro sagrado del islam y fundamento de la religión musulmana, el cual contiene la palabra de Dios revelada a Mahoma, quien, se considera, obtuvo estas revelaciones por medio del arcángel Gabriel, en el año 610.Está conformado por 114 suras o capítulos, con un total de 6263 aleyas o versículos, que suman 323 621 letras en árabe. Durante la vida de Mahoma, las revelaciones fueron trasmitidas de manera oral o escritas en hojas de palmeras o trozos de cuero. Al morir Mahoma en el año 632, sus seguidores reunieron dichas revelaciones y conformaron el texto tal como se conoce hoy en día. Los musulmanes afirman que el Corán es la palabra eterna e increada de Alá; por lo tanto, su trasmisión debe ser realizada en la lengua en árabe clásico, en la cual fue escrito. La traducción del Corán ha sido efectuada en varios idiomas solo con fines didácticos, o como herramienta para la comprensión del texto original.

• Fundamentalismo: Exigencia de sometimiento a una doctrina o práctica. Para los fines del presente documento se podría entender como un movimiento religioso y político que se centra en la recuperación de los significados literarios de los textos escritos, religiosos, políticos, educativos, etc., mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida social.Este término fue aplicado en principio a movimientos ultraconservadores dentro del protestantismo, pero su uso ha sido extendido hacia diferentes tendencias dentro del islam.

• Geopolítica: Ciencia que estudia la realidad geográfica desde el punto de vista político para establecer las influencias mutuas y deducir la mejor forma de armonizarlas en beneficio del

poder nacional. Definición proporcionada por el Iegap.

• Globalización: Interdependencia económica creciente en el conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada de la tecnología.Además es un proceso que tiende a la supresión de los límites o fronteras existentes entre unos intermediaros financieros y otros, partiendo de una homogeneización de normativas y procedimientos. Entre los teóricos que se han referido al término, encontramos a Immanuel Wallerstein y Joseph Nye en sus respectivos trabajos.

• Heartland: Área geográfica del Estado en el que está ubicado el poder económico, político y militar desde donde el Estado irradia su potencia, también es denominado núcleo vital. El término ha sido implementado en la teoría de John Mackinder.En muchos casos, este coincide con la ubicación capital del Estado y su zona de influencia, aunque puede tratarse también de un espacio mucho mayor que comprendería un sector definido que dinamiza la economía.

• Hegemón: El término se refiere al Estado más poderoso en un sistema interestatal, el cual demuestra su capacidad de estructurar y de mantener su poder por medio de diferentes cualidades, entre las que se destacan su poder militar o su superioridad económica frente a los demás Estados. Entre los teóricos destacados que han usado el término se encuentra Immanuel Wallerstein.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Se dice que una vez alcanzada la hegemonía, el Estado buscará mantener dicho Estado e inclusive expandirlo, para así mantener el statu quo imperante.

• Isla mundial: Comprende la reunión de los continentes de Europa, Asia, y África. Cualquier nación que controle la denominada «isla mundial» controlaría más del 50 % de los recursos del mundo y, por tanto, una posición central, según la teoría John Mackinder.

• Meca: Centro de peregrinación que constituye una de las obligaciones canónicas del islam y que está ubicado en la actual Arabia Saudita. Es también el lugar hacia el cual, desde los cuatro puntos cardinales, los musulmanes dirigen cada día sus oraciones canónicas.Una de las obligaciones básicas para todo musulmán es la peregrinación a La Meca al menos una vez en la vida.

• Ramadán: Noveno mes del año lunar de los musulmanes, quienes durante treinta días observan riguroso ayuno. Su relevancia se remota a la creencia de que fue en el noveno mes cuando el arcángel Gabriel le reveló el Corán a Mahoma. Según como se vea la luna (la primera creciente después de la luna nueva), se establece el inicio del Ramadán.Durante este tiempo, desde que sale hasta que se opone el sol, no se puede comer, beber agua ni fumar. Adicionalmente a esto, se llevan a cabo los rezos correspondientes y los musulmanes deben moralmente sentirse en contacto con su religión. El ayuno no es obligatorio en casos especiales, en los que la persona se encuentre enferma, quienes realicen trabajos muy duros en los

que el ayuno puede poner en riesgo su vida y los ancianos que se encuentren en débiles condiciones.

• Salafismo: Es considerado como el regreso a las fuentes y fundamentos originales del islam, sometiéndolo a una revisión y limpieza de tradiciones que, según los salafistas, han desvirtuado la naturaleza, el sentido y la interpretación que se ha generado con el paso del tiempo por medio de las diferentes generaciones de la estricta aplicación de la ley islámica.Esta pérdida o mala interpretación es atribuida por los salafistas a la misma umma o comunidad musulmana, por la ignorancia, o desconocimiento, o el olvido de las esencias originales, por lo tanto pretenden por este medio recuperar la confianza de Alá y de esta manera recuperar el esplendor del islam.

• Saría: Ley islámica cuya finalidad es ayudar a los creyentes a cumplir con sus deberes religiosos en función de sus situaciones personales, ayudándolo a acercarse a Dios mediante la purificación del alma y obediencia de las reglas.Se acerca a la idea de recomendación jurídica, aconsejada por un fagih o jurisconsulto que deja al musulmán la libertad de elegir la interpretación que mejor se corresponde con su situación personal, desligándose de la idea de un reglamento unificado y forzoso impuesto por la fuerza política común.

• Teoría de juegos: Teoría mediante la que se analiza la toma de decisiones racionales en términos de construcciones competitivas donde no existe cooperación entre los participantes y coaliciones en donde sí existe dicha cooperación, en los que dos o más agentes, considerando

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Cuaderno de Análisis 01/2016

las acciones de sus oponentes, deben tomar decisiones con el fin de maximizar sus ganancias o beneficios. El término fue formalizado a través de los trabajos de John von Neumann.

• Terrorismo: Amenaza o el uso sistemático de la violencia contra individuos o instituciones representantes del sector gubernamental o grupos

sociales, políticos y económicos relevantes, nacionales o extranjeros, acompañada de una estrategia tendiente a forzar cambios en la conducta o política con el objeto de implantar un nuevo gobierno con estructuras completamente diferentes. Referente al concepto moderno de terrorismo, uno de los autores pioneros en escribir acerca de dicho tema fue Karl Heinzen.

REFERENCIAS

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• Elía, R. (2012).La civilización del Islam. Elhame Shargh: Irán. • Gaudefroy, M (1950) El califato musulmán. Muslim Institutions: Londres.• Ghalioun, B. (1999). Islam y política. Tradiciones de la modernidad.

Biblioteca del Islam contemporáneo: España. • Gonzáles, M. (2015). Definiendo términos: fundamentalismo, salafismo,

sufismo, islamismo, wahabismo. Instituto español de estudios estratégicos. Recuperado el 22 de enero del 2016, de http://www.ieee.es.

• Hernández, E. (1988).Diccionario de política internacional. Editorial Porrúa: México.

• Mateus, J y Brasset, D. (2002). La globalización: sus efectos y bondades. Economía y Desarrollo. Fundación Universidad Autónoma de Colombia: Bogotá.

• Monsalve, S. y Arévalo, J. (2005) Un curso de teoría de juegos clásica. Universidad Externado de Colombia: Bogotá.

• Ontza, J. (1980). La política. Bilbao: España. • Rincón, P. (2008) Diccionario de términos economía y finanzas. Ediciones

culturales: Bogotá.• Rosales, G. (2012). El espacio y el poder. Universidad Militar Nueva

Granada: Bogotá. • Rosales, G. ( 2005). Geopolítica y Geoestrategia liderazgo y poder.

Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos / Universidad Militar Nueva Granada: Bogotá.

• Pintor; H (2014). Halford Mackinder y la teoria de la isla mundial. Recuperado el 20 de enero del 2016, de http://comillasirblog.blogspot.com.co/.

• Uña, O. y Hernández, A.(2004). Diccionario de Sociología. ESIC: Madrid.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

2. MEDIO ORIENTE. APROXIMACIÓN A UNA DENOMINACIÓN

POR: JIMMY GRAZIANI MORA

on gran acierto, Philippe Pelletier3 afirma, en un artículo académico, que las representaciones geográficas modelan, en gran medida, la marcha del mundo, especialmente en lo que respecta a la política y a la geopolítica. Para el mencionado autor, existe un peso significativo en las representaciones espaciales geográficas, derivadas de una u otra perspectiva. Como ejemplo de la anterior afirmación, y continuando con Pelletier, se puede decir que, en el fondo, no tiene un mismo significado hablar de Palestina o Israel, de Las Malvinas o las Falklands, del mar de Japón o del mar del Este, de Clipperton o de la Isla de la Pasión (Pelletier, 2011). Sobre el particular, el geógrafo brasileño José William Vesentini4 opina, con fines ilustrativos, que si se le pidiera a un árabe que dibuje un mapa de Palestina, posiblemente la representación geográfica, según sus concepciones particulares, incluiría la totalidad de Israel en la región, mientras que un judío al que se le pidiese lo mismo, sin duda, en su boceto reduciría el área Palestina (Vesentini, 2012).

Las representaciones gráficas de mapas con las que comúnmente se interpreta la superficie de la Tierra en un plano, conocidas como planisferios, son evidencia de diversas perspectivas sobre lo que eventualmente es un mismo espacio. En este sentido, los mapas a continuación resaltan respectivamente a Estados Unidos, a China y a Brasil en el centro del planisferio.

C

3. Philippe Pelletier es doctor en geografía, profesor en la Universidad de Lyon, Francia, e investigador y autor de numerosos artículos en el periódico semanal francés Le Monde Libertaire.

4. José William Vesentini. Es un geógrafo con amplia experiencia en geopolítica y es considerado uno de los pioneros de la geografía critica. Ha publicado diversos artículos, además de libros, entre los que se destacan: Repensando a Geografia Escolar para o Século XXI (2009); Nova Ordem, Imperialismo e Geopolítica Global Imperialismo e Geopolítica Global 2003). Espaço e dominação na escala planetária (1997); A Capital da Geopolítica (1996).

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Cuaderno de Análisis 01/2016

ESTADOS UNIDOS EN EL CENTRO DEL MUNDO

Tomado de VESENTINI (2012) Book cover Geografia - O Mundo em Transição - Ensino Médio Geografia - O Mundo em Transição. Volumen 1. P. 57

CHINA EN EL CENTRO DEL MUNDO

Tomado de: VESENTINI, José. (2012) Book cover Geografia - O Mundo em Transição - Ensino Médio Geografia - O Mundo em Transição. Volumen 1. P. 57

BRASIL EN EL CENTRO DEL MUNDO

Tomado de: VESENTINI, José. (2012) Book cover Geografia - O Mundo em Transição - Ensino Médio Geografía - O Mundo em Transição. Volumen 1. P. 58

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

En resumen, la descripción gráfica del mundo o de una parte de este recibe el valor y el aspecto de quien lo interpreta. Así las cosas, el conocimiento geográfico, la intencionalidad política, las necesidades sociales, la visión geopolítica, el propósito geoestratégico, el momento de la historia y otros factores socioculturales (como la religión) son determinantes en el momento de representar gráficamente una parte del mundo, como pasa, por ejemplo, con la denominación Medio Oriente, tema que se analiza a continuación.

2.1. Una representación geográfica de Medio Oriente

El Medio Oriente, en adelante MO, es una representación geográfica a la que, como se verá

después, los autores le asignan proporciones variables, sinónimos determinantes y características heterogéneas. Dicha particularidad dificulta establecer consensos limítrofes y asignar parámetros geográficos. Es más, tan solo la palabra Oriente simboliza una visión geopolítica distintiva que no pretende establecer formalmente fronteras, sino evidenciar formas de pensar de otras épocas (Özalp, Where is the Middle East? The Definition, 2011). Esta herencia, en principio y con la cultura griega, tuvo un sentido de ubicación geográfico, pero se fue adaptando a diversas circunstancias en la historia de la humanidad.

La tarea de definir el MO desde una sola perspectiva resulta incompleta, si antes no se reconocen por lo menos dos aspectos. El primero, es que en

Para evidenciar el valor de las representaciones gráficas en la historia de la humanidad, se puede tomar como referente un mapa de Alemania en 1930, durante el auge del expansionismo del régimen de Adolfo Hitler; el mapa se tituló «Un pequeño Estado amenaza Alemania». Intencionadamente, la gráfica distorsionó la forma de la antigua Checoslovaquia,

y la representó como una daga que atraviesa el cuerpo del que entonces era territorio alemán. Dicho mapa se publicó, por primera vez, en una revista de geopolítica y posteriormente se reprodujo masivamente en periódicos locales y en las escuelas alemanas, aproximadamente así:

UN PEQUEÑO ESTADO AMENAZA ALEMANIA

Tomado de VESENTINI, José. (2012) Book cover Geografia - O Mundo em Transição - Ensino Médio Geografia - O Mundo em Transição. Volumen 1. P. 60

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Cuaderno de Análisis 01/2016

MO existen diversos tipos de fronteras: naturales, territoriales, artificiales o coloniales (Rooke, 2006), y fronteras con identidad (sub- y supraestatales). Lo segundo, es que no solo el espacio geográfico que abarca MO es variable, también sus denominaciones lo son; ejemplo de la anterior afirmación son: Cercano Oriente, Asia Occidental y Oriente Islámico5.

Para empezar, es ilustrativo mencionar a Alfred Thayer Mahan entre los referentes en la historia

que han descrito el MO6. Dicho autor lo usó por primera vez en un artículo titulado «The Persian Gulf and International Relations’», publicado en 1902, en la revista British National Review7. En ese entonces, el mencionado historiador naval norteamericano se refirió al MO como la región entre el Suez y Singapur; en dicha ocasión, el término se utilizó para resaltar la importancia de fortalecer el poder naval norteamericano en el golfo Pérsico. La representación geográfica aproximada de la idea que tenía el militar estadounidense sobre el MO era:

5. Según el Carolina Center for the Study of the Middle East and Muslim Civilizations, de la Universidad de Carolina del Norte, de EE. UU., existen diversas denominaciones que representan diferentes formas de conceptualizar esta parte del mundo. Es así que se pueden encontrar denominaciones que hacen referencia a esa parte del mundo, tales como Cercano Oriente (Near East), Asia Occidental (Western Asia), el Este del Mediterráneo (Eastern Mediterranean), el Mundo Árabe (Arab World), el Gran Oriente Medio (Greater Middle East), el Oriente Medio (the Broader Middle East) y Oriente Islámico (Islamic Middle). Consultado en http://mideast.unc.edu/where/.

6. Alfred Thayer Mahan fue un historiador y militar estadounidense. Recordado comúnmente por el libro La influencia del poder naval en la historia (1660-1783).

7. El documento puede ser consultado en la biblioteca digital de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en https://archive.org/details/retrospectprosp00maha.

MEDIO ORIENTE SEGÚN ALFRED MAHAN (1902)

Fuente: Adaptación propia. A. T. Mahan, The Persian Gulf and International Relations, The National Review, septiembre 1902, 38-39; Roderic H. Davison, ¿Where Is the Middle East?, Foreign Affairsm, 38 (1960): 667-668.

Elaboración del Iegap.

Pero la tipología del término no se quedó en la definición proporcionada por el almirante Mahan. Posteriormente, y debido a sucesos geopolíticos,

el término tuvo modificaciones y diversos autores le dieron interpretaciones variables, como se verá a continuación.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Tan solo meses después de la publicación del artículo de Mahan, el término nuevamente fue utilizado por el corresponsal del diario británico The Times, Valentine Chirol8, quien publicó una serie de veinte artículos titulada The Middle East Question, en los que se incluían las regiones de Asia, que se prolongaban

hasta las fronteras en India o sus proximidades en territorios ligados a la política de dicho país (Yew, 2011). Para Chirol, esta concepción particular estaba fuertemente vinculada a las condiciones políticas de entonces, cuando el Imperio otomano era una entidad consolidada y abarcaba diversos territorios europeos.

8. Sir Ignatius Valentine Chirol fue un periodista británico, historiador, diplomático y autor de libros como Twixt Greek and Turk (1881); The Far Eastern Question (1896); The End of the Ottoman Empire (1920).

MEDIO ORIENTE SEGÚN VALENTIN CHIROL (1903)

Fuente: Adaptación propia, del Carolina Center for the Study of the Middle East and Muslim Civilizations. Valentine Chirol, The Middle Eastern Question, or Some Political Problems of Indian Defense

(Londres: John Murray, 1903). Elaboración del Iegap.

Con los cambios en la geografía política, en razón a las guerras de los Balcanes y la Primera Guerra Mundial, la denominación MO pasó a referirse a las tierras árabes que estuvieron bajo el control otomano. Durante la segunda década del siglo pasado, la Comisión Permanente de Nombres Geográficos, de la Real Sociedad Geográfica de

Gran Bretaña, país que gozaba entonces de una indiscutida preeminencia en las regiones entre Egipto y la India (Taboada, 1997), estableció que el MO se refería a los territorios entre el Bósforo y las fronteras orientales de la India, mientras que Oriente Próximo se refería a los Balcanes, aproximadamente así:

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Cuaderno de Análisis 01/2016

Transcurrieron las dos grandes guerras del siglo pasado y con ellas también cambió la perspectiva respecto al MO, incluso para los británicos. Después de 1944, para Estados Unidos el interés por esta parte del mundo fue mayor; en ese entonces, el Departamento de Estado tenía una delimitación geográfica particular. La Oficina de Asuntos de

Oriente Próximo y África se subdividía en tres segmentos (Oriente Próximo, Medio Oriente y África) y delimitaba Medio Oriente en el conjunto de países de Afganistán, Birmania, Ceilán, India, Irán y Nepal. Y al Oriente Próximo a Egipto, Grecia, Irak, Líbano, Palestina, Arabia Saudita, Siria, Transjordania y Turquía.

MEDIO ORIENTE SEGÚN LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA (1920)

Oriente Medio Oriente PróximoFuente: Adaptación propia del Carolina Center for the Study of the Middle East

and Muslim Civilizations. Roderic H. Davison, «¿Dónde está el Oriente Medio?». Asuntos Exteriores, 38 (1960): 668 .Elaboración del Iegap.

MAPA DEL MEDIO ORIENTE SEGÚN EL DEPARTAMENTO DE ESTADO DE EE. UU. (1944)

Medio oriente Oriente PróximoFuente: Adaptación propia del Carolina Center for the Study of the Middle East and Muslim Civilizations. Manual

de Gobierno de los EE. UU., Verano 1944, 191. Elaboración del Iegap.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Posteriormente, durante el auge de la Guerra Fría las zonas de influencia fueron un elemento central de la configuración del orden mundial. Para Estados Unidos, uno de los actores centrales de este periodo de la historia, la delimitación de MO se puede revisar a través de la presencia

militar que entonces se organizó mediante el Comando Central (Centcom) que incluía en su zona de responsabilidad países como Baréin, Egipto, Irán, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Arabia Saudita, Siria, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, así:

COMANDO CENTRAL DE EE. UU. (1983)

Centcom de EE. UU. Ampliaciones posteriores del Centcom (2005)Fuente: Adaptación propia del Carolina Center for the Study of the Middle East and Muslim Civilizations. Ronald H. Cole, et al., The History of the Unified Command Plan, 1946-1999 (Washington DC, Joint History Office, Office of the Chairman of the Joint Chiefs of Staff, 2003); James E. Hines, «History of U.S. Central Command», U.S. Central

Command, http://www.centcom.mil/aboutus/History%20of%20CENTCOM. doc; «AOR: Area of Responsibility», U.S. Central Command, http://www.centcom.mil/aboutus/aor.htm . Adaptación del Iegap.

Pero las diferentes percepciones del término siguieron cambiando; en una definición del World Factbook9 elaborada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y actualizada en el 2016, se enuncia una reducida zona del MO que abarca:

Armenia, Azerbaiyán, Baréin, la Franja de Gaza, Georgia, Irán, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Arabia Saudí, Siria, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Cisjordania y Yemen, así:

9. The CIA World Factbook es una publicación anual de la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU.

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Cuaderno de Análisis 01/2016

En este cuaderno de análisis se utilizará con fines académicos el término Medio Oriente, y para efectos metodológicos se incluyen allí todos los países árabes, es decir, desde Marruecos, en el oeste, hasta los países en el Golfo, como Kuwait, y los Emiratos Árabes Unidos, y Arabia Saudita, y los países no árabes, que son tres: Turquía, Irán e Israel. Con esta propuesta metodológica no se pretende dar una interpretación determinada o determinista con coordenadas específicas. Es importante anotar también que, particularmente, se utiliza la denominación MO como una referencia geográfica general, que no desconoce la existencia de diversas interpretaciones, derivadas de contextos históricos, espacios académicos, determinaciones políticas, interpretaciones periodísticas y otros, que en últimas hacen que la materialización geográfica del término sea variable. Como se afirma en algunos contextos académicos, MO «no es un verdadero topónimo de confines definidos, sino una expresión

cuya extensión viene determinada por razones estratégicas y geopolíticas» (González, 1996).

Finalmente, valga decir que, como lo afirma el profesor Asher Susser, de la Universidad de Tel Aviv, las fronteras políticas de los mapas actuales del MO son la evidencia de un mosaico de delimitaciones extrajeras, a menudo de poderes imperiales, que no tuvieron en cuenta elementos de identidad entre las personas que habitan un territorio, como por ejemplo la lengua o algo más importante, como la religión. En consecuencia, dice Asher, se crearon Estados antes que naciones, y no lo contrario.

2.2. Más allá de una delimitación fronteriza10

Comprender algunos fenómenos que ocurren actualmente en el MO implica entender que, geográficamente hablando, es un objeto de estudio complejo de definir. Pero, a su vez, exige reconocer

MAPA DEL MEDIO ORIENTE SEGÚN LA CIA (2016)

Fuente: CIA (2016). Elaboración propia del Iegap.

10. Adaptación del curso El Surgimiento del Medio Oriente Moderno. Modulo primero. Dictado por el profesor Asher Susser, de la Universidad de Tel Aviv. Consultado en https://es.coursera.org/learn/modern-middle-east-1.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

su componente histórico, la riqueza cultural, religiosa, política, social y económica, no menos importantes que su caracterización geográfica.

El MO se ubica en un lugar donde históricamente se han cruzado importantes pasos comerciales, como la Ruta de la Seda y el estrecho de Bósforo. En esta

parte del mundo confluyen Europa, China, la India, África y las culturas de la cuenca del Mediterráneo. La presencia de multiplicidad de sociedades, viajeros, comerciantes, conquistadores y culturas, junto con productos de diversa índole (como la pólvora), tuvieron efectos en la cultura, la política y la economía de los países que hoy componen el MO.

RUTAS MARÍTIMAS Y TERRESTRES EN EL MOEl Mediterráneo y las rutas marítimas El Middle World y las rutas terrestres

Fuente: ANSARY, Tamim. (2009). Destiny Disrupted. A history of the world Though Islamic eyes. Public Affairs. Nueva York., p. 2.

En esta parte del mundo, las particularidades del entorno han sido determinantes. De allí que, por ejemplo, los ríos (como el Éufrates y el Tigris) fueron un factor importante para la agricultura y un elemento central en el asentamiento de grandes ciudades. Hoy en día, la riqueza natural de muchas partes del MO no proviene del complejo medioambiente que vio florecer civilizaciones de antaño, sino que se deriva principalmente de recursos naturales estratégicos, como el petróleo; lo anterior es comprensible, pues frente a una demanda mundial creciente de recursos naturales estratégicos, el MO alberga, por ejemplo, dos tercios de las reservas de petróleo conocidas en el mundo.

Por otra parte, la diversidad étnica y cultural de la población es amplia. Conviven allí formas nómadas, seminómadas, tradicionales y urbanas. Como diría el geógrafo Saul Cohen: sunitas, chiitas, judíos, cristianos, árabes, turcos, persas, azeríes, kurdos, drusos, uzbekos, tayikos, pastunes, alauitas, maronitas, negros nilóticos, árabes de Sudán, beduinos, fundamentalistas religiosos y seculares, todos son parte del paisaje humano del MO (Cohen, 2015).

Entre otras cosas que conviene destacar, están las relaciones entre clanes y familias, que son un elemento vital dentro de la estructura social regional, lo que deriva en identidades poblacionales fuertes

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Cuaderno de Análisis 01/2016

(Universidad del Estado de Porland). Esta variedad de matices poblacionales, más allá de presentar el MO como una entidad homogénea, lo evidencian como un panorama diverso de agrupaciones que se sobreponen unas sobre otras y se entrelazan en marcos fronterizos ajenos a realidades históricas y luchas étnicas, religiosas y disputas por recursos naturales estratégicos como el agua, las tierras aptas para el cultivo, el petróleo y el gas natural.

El historiador británico Malcom Yapp11 describe a las sociedades del MO, a partir del siglo XIX, como un mosaico compuesto por grupos. El origen, la familia, la tribu y la religión son la base de los grupos que, a su vez, se caracterizan por ser minorías compactas. En términos del historiador libanés Albert Habib Hourani12, una minoría compacta es una agrupación de personas con una fuerte identidad comunal, ubicada en un territorio limitado en el que son un porcentaje significativo de la población y donde ejercen un poder

local especial. Ejemplos de estos grupos pueden ser los cristianos maronitas en el monte de Líbano, los alauitas en el noroeste de Siria o los drusos al sur de Siria y, parcialmente, en el Líbano (Hourani, 2011).

Por su parte, la religión tiene un impacto central en la caracterización del MO. En estas comunidades, dicho aspecto alimenta varios estamentos de la vida de las personas, por ejemplo: las tradiciones, el sistema de valores, los comportamientos, la cultura y la relación entre autoridades religiosas y autoridades civiles.

La mayor parte de la población en el MO es musulmana y practica el islam. Según el Informe del futuro de las religiones13, a partir del año 2010, nueve de cada diez personas en el MO y en el norte de África son musulmanes. Adicionalmente, es importante reconocer que conviven en esta parte del mundo otras religiones como el judaísmo y el cristianismo, que incluso en países como Israel, Líbano y Egipto son mayoría.

11. Malcom Yapp es un historiador de procedencia británica. Profesor de historia moderna de la Escuela de Estudios de Oriente y África con sede en Londres. Autor de libros como The making of the modern Near East y The Near East since the First World War: a History to 1995.

12. Albert Habib Houran es un historiador de origen albanés. Es profesor en diversas universidades y autor de libros como Minorities in the Arab World y History of the Arab Peoples.

13. Pew Research Center Religion & Public Life (2015). The Future of World Religions: Population Growth Projections, 2010-2050. Consultado en: http://www.pewforum.org/.

TAMAÑO Y CRECIMIENTO PROYECTADO DE LOS PRINCIPALES GRUPOS RELIGIOSOS EN MO Y NORTE DE ÁFRICA, 2010-2050

Adaptación: Iegap, del cuadro elaborado por el Pew Research Center.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Detrás de una aparente uniformidad musulmana, representada en elementos comunes como en el Corán, Mahoma y tradiciones fundamentales, existen importantes distinciones. La relacionada

con la sucesión de Mahoma que alimenta el cisma entre sunitas y chiitas es un ejemplo concreto de dicha afirmación.

COMPOSICIÓN RELIGIOSA DEL MEDIO ORIENTE

Fuente: Geopolitical Features. George Friedman.

Dentro del islam existen diversas corrientes, las principales son la sunita y la chiita. Actualmente el 80 % de la población musulmana está compuesta por sunnís, pero en países como Irak e Irán existen

otras corrientes minoritarias, en las que a su vez se encuentran otras corrientes y escuelas, como se puede apreciar a continuación.

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SECTAS ISLÁMICAS, PRINCIPALES ESCUELAS Y RAMAS DESTACADAS

Fuente: adaptación (traducción) del Iegap, del encontrado en http://www.informationisbeautiful.net.

En un sentido reduccionista, los efectos de la religión sobre las sociedades musulmanas muchas veces son evidenciados por situaciones que, entre otras, tienen explosividad política, emotividad religiosa e impacto mediático, es decir, con situaciones como los atentados del 11S o los de París en noviembre del 2015, a tal punto que la palabra fundamentalismo

es asociada exclusiva y erradamente con el MO14 (Bunzl, 2004). Sin embargo, vale la pena aclarar que la religión no es un aspecto suficientemente amplio para explicar todo lo que pasa en el MO (Schübel, 2016); es así como, por ejemplo, para analizar el problema árabe-israelí la religión es un tema relevante, pero no el único para entender la situación.

14. Para Víctor de Currea-Lugo, en una religión que profesan más de 1600 millones de personas en el mundo hay todo tipo de creyentes; el problema es condenar a más del 22 % de la humanidad por los crímenes de una minoría. Aunque en el imaginario colectivo todos los árabes son musulmanes, se olvida que el 10 % de los egipcios es cristiano (de la rama copta), la mitad de la población del Líbano es cristiana (principalmente maronitas) y lo es el 15 % de los palestinos. El país con más musulmanes en el mundo es Indonesia, que culturalmente no es árabes. (Currea-Lugo. 2016., p. 89)

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Por último, y para dar paso a la próxima parte del presente texto, relacionada con aspectos geopolíticos, es ilustrativo recordar que la ubicación geográfica del MO le ha dado un lugar significativo en la historia de la humanidad. Si en el pasado fue el espacio donde se cruzaron importantes rutas comerciales y punto de encuentro de civilizaciones, hoy en día confluyen allí toda clase de intereses locales, regionales y extracontinentales que le dan a esta parte del mundo un valor geopolítico particular. Saul Cohen15 utiliza

el término shatterbelts o ‘cinturones de fractura’ o ‘zonas de conflicto’, en parte equivalente con el concepto de Halford Mackinder conocido como rimland, para definir la importancia geopolítica del MO. Para Cohen, los cinturones de fractura son amplias regiones que están estratégicamente ubicadas y en las que se albergan una cantidad de Estados con profundas divisiones internas y entre estos, y donde confluyen intereses dinámicos y en conflicto de grandes potencias (Harkavy, 2001).

15. Saul Bernard Cohen es profesor en diversas universidades y es editor de la publicación Atlas del Mundo de Oxford. Es doctorado de la Universidad de Harvard y especialista en teoría geopolítica y geografía política. Tiene múltiples publicaciones sobre geografía política y económica, geografía de Israel y Medio Oriente. Entre sus textos destacados se encuentra Geopolitics. The Geograpy of International Relations.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

3. VISIÓN GEOPOLÍTICA DE MEDIO ORIENTE

POR: ALEXANDER MONTERO MOCADA

os recientes atentados en París han puesto la lupa nuevamente en un MO que no ha dejado de estar convulsionado. La atención ha crecido en la medida que el Dáesh (sigla para Dawlat al Islamiya al Irak al Sham) ha logrado una visibilidad mediática, se adueñó de un entorno estratégico y aparece asociado a un ataque que tocó valores compartidos entre sociedades que se asumen «occidentales».

Sin embargo, es posible identificar cuando menos dos niveles de análisis preliminar, así como una salvedad teórica antes de adentrarnos en un análisis a fondo del entorno geopolítico más importante del siglo XXI.

En primer lugar, se puede encontrar el nivel sistémico de análisis. A este nivel corresponde el estudio de la región en el marco de la competencia estratégica entre las potencias —primero imperiales y luego globales—. El punto de partida de este nivel pude cifrarse en la primera mitad del siglo XIX, momento en el que las potencias europeas, especialmente el Reino Unido y Francia (los hegemones sistémicos de ese entonces), iniciaron el proceso de erosión del Imperio otomano, con la fragmentación de sus territorios en el norte del África, especialmente Egipto, y el brote nacionalista liderado por Mohamed Alí en un proceso que, aunque empezó en 1805, iba a tener su punto más álgido en la revuelta de 1838-1839, en la que las fuerzas egipcias prácticamente borraron al ejército otomano, que fue salvado solo por la intervención europea y el control directo de la Corona británica sobre Alí.

Desde entonces, Europa determinó el destino del MO y su estabilidad política. Con la Primera Guerra Mundial y la posterior explosión del Imperio turco, nuevamente los británicos y los franceses, a partir de una estrategia de cooperación más que de confrontación, deciden repartirse los nuevos

L

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territorios bajo la figura de mandatos, creando países árabes16 y, de forma adicional, apoyando la creación posterior de Israel. Esta influencia duró decididamente hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el poder hegemónico cambió de manos hacia EE. UU. y la URSS.

En la Guerra Fría, y siguiendo la teoría sistémica de Kaplan, primero se realizó un alineamiento bipolar flexible, en el que algunos países de la región pudieron fluctuar entre ambos polos, para posteriormente —años sesenta y setenta— dar lugar a un sistema bipolar rígido, en el que no había espacio a fluctuación entre los polos y los hegemones buscaban posicionarse competitivamente en la región. Así las cosas, se empezaron a ver cercanías claras como Egipto (de Nasser), Siria e Irán (posrevolución) con la URSS, y, por otro lado, Arabia Saudí, Irak y Egipto (de Sadat) con Estados Unidos. Sin duda, estas alianzas estratégicas lideradas por las potencias determinaron sendos conflictos regionales.

Finalizada la Guerra Fría, se mantuvo el nivel sistémico, ahora bajo el marco de la unipolaridad. Este momento se caracterizó por el intento inmediato de control de la casi totalidad de las reservas petroleras por parte de Estados Unidos en su papel de «superpotencia solitaria», lo que dio origen a la primera etapa de la guerra del Golfo. A partir de entonces, Estados Unidos pasó casi quince años jugando en solitario, intentando dominar el vacío de poder dejado por la Unión Soviética, así como

a sus antiguos aliados, cada uno ahora con una agenda regional independiente.

Ahora, que es posible ver un sistema internacional en camino a restablecer la multipolaridad, nuevamente aparecen los cálculos de las potencias para intentar hacerse con el control del MO. El escenario actual es diferente a los anteriores por cuanto no se trata de una disputa imperial (periodo británico), una disputa estratégico-ideológica (Guerra Fría) o un posicionamiento unipolar (pos Guerra Fría), sino que, por el contrario, se trata de una disputa netamente estratégica, entre dos poderes (Rusia y Estados Unidos), que sin ataduras ideológicas compiten decididamente por el control de recursos de altísimo valor estratégico.

El segundo nivel de análisis preliminar tiene que ver con un elemento coyuntural. Efectivamente, existe una fractura regional intrasistémica en el MO cuya manifestación más relevante han sido las revueltas populares que pedían cambios de régimen —y posiblemente de sistemas de alianzas— en algunos países del Medio Oriente que tenían, dicho sea de paso, intereses por liderazgo regional, como es el caso de Egipto, Libia y Siria.

Dado el caos posterior a las revueltas, varias cosas se han podido identificar e interpretar en el MO. En primer lugar, surge la pregunta de si, en aras de la estabilidad, hubiera sido preferible mantener regímenes de mano dura, que no tenían deseos extraterritoriales y que podrían haber querido establecer alianzas con algún

16. Los esfuerzos británicos para tener un solo bloque de aliados árabes, que generosamente se representó en la famosa correspondencia Huseín-MacMahon, se fueron al traste con la revuelta saudí en Arabia. De esta forma, la Corona inglesa debía satisfacer sobre el terreno, de la forma más segura y equitativa posible, tanto a la dinastía hachemita —legítima Corona en Arabia y recién expulsada por la rebelión saudí— y, por otro lado, a la nueva casa monárquica saudí, ahora posicionada en Arabia. Para enfrentar esta delicada situación, los británicos apoyaron la creación de tres países en el norte de Arabia —Jordania, Irak y Siria— donde se iba a establecer la monarquía hachemita. De estos tres, hoy en día solo se sostiene la presencia hachemita en Jordania. Arabia supo jugar sus cartas y, ante el declive británico, buscó ganarse el apoyo del nuevo líder, Estados Unidos.

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hegemón (caso libio tardíamente y su alianza con Italia, o Egipto con Estados Unidos, o el mismo Irak con los Estados Unidos de los ochenta), a cambio de intentar llevar sistemas democráticos occidentales a sociedades cuya idea de gobernanza no pasa por el mismo tamiz y prefieren un sistema que responda eficientemente a las demandas sociales (así se adueñe del poder), en lugar de un sistema de rotación de poder o de competencia partidista.

En segundo lugar, si algo ha quedado claro es que del caos reinante dada la ausencia de poder, muchos nuevos y extraños actores han aparecido, cambiando la lógica de poder y lealtades sobre el terreno, aprovechándose de las herramientas de la globalización y valiéndose de sentimientos de desarraigo y abandono globales. Esto es el caso no solo de Al Qaeda, sino del mismo Dáesh.

Superados los niveles de análisis previos, corresponde mencionar una salvedad teórica preliminar. No es

posible dar crédito al planteamiento de Huntington sobre el choque de civilizaciones para intentar analizar ni los atentados en Europa ni el caos regional, cuando menos por tres razones.

En primer lugar, ni el MO ni, mucho menos, el mundo musulmán pueden considerarse como civilizaciones monolíticas en los términos de Huntington. De por sí, el islam cuenta con más de seiscientas diferentes ramificaciones, de manera que incluso en el mundo sunita o chiita las fracturas posibles dificultan un control férreo desde Arabia Saudí o Irán. Por ejemplo, la rama sunita en el Líbano ha sido colaboracionista con los cristianos (y eventualmente con Israel, durante la guerra civil), hecho que no avalaría con decisión Arabia Saudí, siendo ella el líder sunita global. Tampoco es comparable el islam que se profesa en Turquía o en Bangladesh con el que se profesa en los Emiratos Árabes, Catar, o mucho menos con Arabia Saudí. Así las cosas, es un error presentar el mundo musulmán como algo único.

MATICES DEL MUNDO MUSULMÁN

Fuente: https://geoscena.files.wordpress.com/2014/02/islam-mapa.png

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En segundo lugar, es una gran imprecisión proponer que este mundo, conservador o no, sea enemigo de Estados Unidos. De hecho, a pesar de su conservadurismo y de tener una seria influencia sobre grupos radicales como el Dáesh, el régimen saudí es el principal socio de Estados Unidos en la región, e incluso ha registrado índices de comercio de armas que no son superados por ningún otro país. En síntesis, aunque radical, Arabia Saudí es el mayor comprador de armas de Estados Unidos en la región y uno de los más importantes en el mundo. De igual manera, la interacción de Estados Unidos y Europa con regímenes monárquicos, como en Emiratos o Catar, es supremamente elevada. Así las cosas, no es adecuado hablar de una distancia «cultural» o «política» entre Estados Unidos y el mundo musulmán.

Por último, vale la pena recordar que buena parte de los terroristas que han cometido los más recientes ataques no provienen de países musulmanes, sino del corazón mismo de Europa. Este síntoma refleja un reto mayúsculo: el volumen de conversos que estos nuevos grupos radicales reciben, especialmente provenientes de Europa Occidental.

Con estos tres argumentos, Huntington y su propuesta de choque de civilizaciones quedan totalmente desarticulados.

Este documento de análisis tiene por objetivo analizar el desarrollo geoestratégico del gran

tablero de ajedrez actual que es el Medio Oriente, a partir del impacto de los más recientes atentados en Francia. Para esto, el documento se divide en cinco apartes donde se hará una evaluación regional y sistémica a partir de postulados claros de la geopolítica. Finalmente se hará una evaluación de costos y ganancias luego de los ataques en Francia.

3.1. Imperativos estratégicos. El MO en teorías geopolíticas

El Medio Oriente —también llamado Oriente Próximo desde una perspectiva británica de fines del siglo XIX y comienzos del XX— es el resultado de la intersección de los mundos árabe y musulmán. Siendo tres conceptos diferentes17, el MO es una región con dos valores geoestratégicos diferentes. En primer lugar, es la bisagra que comunica Europa con Asia por tierra y por vías navales a través del canal de Suez. De esta forma, todos los procesos migratorios y de conquista que incluyeron a Europa y al Oriente Lejano primero tuvieron que pasar por el MO, donde las grandes potencias siempre ubicaron sus reservas estratégicas. En ese sentido, por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial la Corona británica tenía como centro de gravedad de su dispositivo estratégico para Oriente a Irán, de manera que el mando central de las tropas de Oriente estaba acantonado en Teherán y sus alrededores. Desde allí se podía hacer fácilmente un despliegue militar tanto a la India como a Egipto (como efectivamente ocurrió). Tan solo debido al

17. El mundo árabe está conformado por los veintidós países de raíces e idioma árabes ubicados en el norte del África, el Levante, la península arábiga y la región central del golfo Pérsico. Estos países son: Arabia Saudita, Argelia, Baréin, Catar, Comores, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Omán, Palestina, Siria, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen y Yibuti. Estos países son los mismos que configuran la Liga Árabe y son mayoritariamente musulmanes, pero existen importantes comunidades cristianas en países como Líbano y Palestina, comunidades coptas en Egipto, y drusas ykurdas en el Levante. Por otra parte, el mundo musulmán incorpora las porciones musulmanas del mundo árabe más países de relevancia histórica como Irán (Persia) o Turquía, parte del África subsahariana, parte de Europa oriental, Asia central, la India occidental y el Pacífico sur. El Medio Oriente, por su parte, en su visión más conservadora incluye el norte del África que no es el Magreb, el Levante y la cuenca del golfo Pérsico.

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empuje combativo del Afrika Korps alemán y al efectivo mando de Rommel, Churchill tomó la decisión de dividir el mando de Oriente y ubicar una especie de puesto de avanzada en El Cairo.El segundo valor estratégico del MO es evidentemente el petrolero. En esta región se acumula el 70 % de las mejores reservas petroleras del mundo. Este

petróleo, además de ser de muy alta calidad, es de muy fácil extracción, lo que abarata en extremo los costos de producción y le suma atractivo económico.

Tan solo en Arabia Saudí, Irak, Irán, los Emiratos Árabes, Kuwait y Omán se concentra buena parte de estas reservas petroleras.

PESO RELATIVO DE LOS PAÍSES CON RESERVAS PETROLERAS MUNDIALES

Fuente: http://www.energybulletin.net/image/uploads//map01_1024.jpg

Esta concentración de recursos petroleros significa cuando menos tres elementos que deben considerarse en un nivel estratégico. En primer lugar, llevó a la creación de un cartel petrolero, liderado inicialmente por Arabia Saudí y Venezuela, que quiso desempeñar un papel protagónico en las decisiones globales a partir de la presión que este bloque pudiera generar. Infortunadamente para la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el real campo de acción y presión ha sido limitado, por cuanto se prioriza la agenda

económica de cada uno de los países por encima de una real estrategia colectiva.

En segundo lugar aparece la muy amplia relación comercial que muchos de los países del Medio Oriente tienen con Occidente, especialmente Europa y Estados Unidos, y Rusia en cuanto a la venta de armamento. En la región, más allá de la elevada asistencia militar que Estados Unidos ofrece a Egipto, los canales que se han construido entre Washington y Riad han significado negocios por más

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de 57 000 millones de dólares durante los últimos años de la administración de George W. Bush. Este volumen comercial no se detuvo con el cambio de administración, sino que, por el contrario, los canales de ventas de armas desde Estados Unidos se han mantenido durante los últimos seis años. Con el caos subsecuente a los levantamientos populares en diferentes países árabes, y especialmente en la crisis de Irak, las oportunidades de ventas de armas desde Estados Unidos se ampliaron significativamente. Así, el nivel de

comercio reflejado con Bagdad, El Cairo y Amán complementó las ya de por sí amplias relaciones concentradas en Riad.

Europa y Rusia también han participado en el comercio interestatal de armas. En ese sentido, es clara la venta de material militar español, francés, británico y alemán a países como Turquía, Egipto y Jordania. Por el lado ruso, resulta fundamental el material de guerra vendido a Siria y a Irán, el cual incluye desde vehículos blindados hasta modernos sistemas antiaéreos.

COMPRA Y VENTA DE ARMAS EN EL MERCADO MUNDIAL 2005-2014

Fuente: https://jjolmos.files.wordpress.com/. Tomado del Instituto Internacional de Estocolmo para la investigación de la Paz (Sipri)

El tercer elemento estratégico tiene que ver con las asociaciones en sistemas de defensa o en el despliegue estratégico-militar de las grandes potencias. Más allá de lo que el comercio bilateral

de armas representa en temas de intereses políticos, las posibilidades de atraer a algunos países del Medio Oriente a formatos de defensa colectivos o de Estado-Estado han sido cada vez más reales.

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Jordania, por ejemplo, cuenta con esquemas de asociación estratégica con la OTAN y ha participado en ejercicios y operaciones militares conjuntas. De igual forma, las relaciones que se construyen en cuanto a la defensa colectiva entre Egipto y Estados Unidos se conocen desde hace decenios y fueron fundamentales en la Guerra Fría. En un contexto más actual, las relaciones de defensa entre Arabia Saudí, los Emiratos y Omán, cada uno por separado, con Estados Unidos han permitido no solo el despliegue de poderío militar estadounidense y el establecimiento de bases estratégicas, sino que también han favorecido el diálogo político y el comercio bilateral de armas.

Sin embargo, existen matrices geopolíticas que permiten explicar desde una perspectiva teórica la relevancia del MO. Para esto, se seguirán los postulados básicos de la teoría del poder naval, desarrollada por Alfred Mahan, así como la teoría del poder terrestre, expresada fundamentalmente por sir Halford Mackinder.

El eje central de Mahan determinó el posicionamiento británico en el MO. Este postulado pretende que la fortaleza de las grandes potencias se debe a tres factores: la existencia de canales de comunicación naval que comunique a la metrópoli con sus posesiones de ultramar desde donde acumula y comercia materias primas; la existencia de una potente flota de guerra que complementa o apoya la flota mercante, y, por último, puntos fuertes en tierra que ofrecen protección, apoyo logístico y apoyo de fuego a las rutas navales y las embarcaciones mercantes y militares.

Con estos tres postulados básicos se puede interpretar el posicionamiento británico en el MO, empezando

por el punto fuerte de Gibraltar y continuando por el Mediterráneo central en dirección a Egipto y el canal de Suez. Con esta primera etapa, la Corona británica aseguró el control de los dos únicos puntos de entrada y salida del Mediterráneo. Ahora bien, para la Corona resultaba prioritario controlar no solo el punto preciso, sino las zonas adyacentes de valor geopolítico. Por esta razón, Londres diseñó una estrategia para el control de Egipto y luego tuvo un papel activo en el impulso del sionismo británico y su idea de crear un hogar nacional judío en Palestina. Así se aseguró el control de ambas zonas adyacentes al canal de Suez.

Este esquema fue complementado con la posición fuerte que representaba Eritrea, lo que permitió garantizar el tránsito británico hacia el océano Índico, apoyado por Persia y finalizado en la India. En síntesis, el eje Gibraltar-Mediterráneo central-Egipto/Suez/Palestina-Eritrea-Persia-India era la espina dorsal de la estrategia británica para conectar sus colonias con la metrópoli y le representaba el control del espacio de tres continentes.

En el periodo contemporáneo, Estados Unidos y Rusia han construido una serie de instalaciones de apoyo naval, lo que ha permitido el fortalecimiento de las estrategias de cada uno de estos actores. En ese sentido, Rusia se ha esmerado en construir un corredor que parta de Crimea y se dirija hacia Siria, particularmente hacia la base naval de Tartús. Con este corredor, la flota atlántica rusa puede definir sus puntos de partida y proyectar su salida hacia el Atlántico usando la vía del Mediterráneo. Si Rusia perdiera ambas posiciones, la salida atlántica resultaría mucho más difícil, quedando como opciones el mar Báltico o, peor aún, la ruta del Ártico.

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Justamente desde una perspectiva rusa, Mackinder desarrolló su teoría del poder terrestre y construyó su concepto de heartland, ‘isla mundial’ y ‘dominación mundial’. Para sir Halford Mackinder, la zona central de Rusia, dominada por bosques, contenía diferentes anillos de protección y proyección del poder. El primer anillo es la zona esteparia,

que, por condiciones geográficas y climáticas, caracteriza el sur de la zona boscosa y se extiende por amplísimas áreas expuestas. En este anillo se ubican las actuales regiones del Cáucaso (Armenia, Georgia y Azerbaiyán), la zona norte del mar Negro y el mar Caspio, la zona norte de Asia central y su proyección hasta Mongolia.

LAS ZONAS MUNDIALES SEGÚN MACKINDER

Fuente: https://revistas.ucm.es/index.php/GEOP/article/viewFile/36331/35205

El segundo anillo está compuesto por las cuatro zonas definidas por Mackinder como marginales. Estas zonas son las que permiten la proyección naval del corazón de la isla mundial, especialmente hacia el Mediterráneo y los océanos y Pacífico. En esta configuración, el MO representa dos de las tres salidas navales que tiene el heartland. Por esta razón, su dominio resultaba fundamental. Este elemento lo han entendido muy bien Putin y

la política exterior rusa contemporánea para crear vasos comunicantes con zonas precisas como Irán o Siria, lo que será analizado posteriormente.

3.2. El MO en las agendas de las grandes potencias

Como se mencionó, desde la época de los grandes imperios el MO ha sido una zona de alto valor estratégico y ha motivado movimientos políticos

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

y militares para consolidar una influencia real en esta zona. Sin embargo, es con el fin de la Segunda Guerra Mundial y con el advenimiento de la Guerra Fría que hay una pugna fundamental, con alineamiento rígido y disposición de bases, algunas de ellas con capacidades nucleares, así como el petróleo como protagonista global. No obstante, es arriesgado decir que el MO fue determinado plenamente y de manera vertical por las potencias enfrentadas. También existieron procesos interiores de liderazgo entre los países árabes que los llevaron a tomar decisiones en cuanto a su alineamiento estratégico.

Es posible identificar inicialmente tres actores dentro del mundo árabe y uno más dentro del mundo musulmán que diseñaron acciones dirigidas a consolidar un liderazgo regional susceptible de ser aprovechado por las grandes potencias. A estos cuatro actores hay que sumarles Turquía, que si bien no estructuró una política regional de liderazgo hacia sus similares, tomó el camino de la alineación inmediata y fue durante muchos años el pivote estratégico de la OTAN, como se demostró en la crisis de los misiles cubanos.

El primer actor de relevancia en la Guerra Fría fue Egipto y el nacimiento del movimiento panarabista liderado por Gamal Abdel Nasser. Este movimiento tenía entre sus postulados iniciales un marcado nacionalismo que propugnaba la batalla contra los intervencionismos estadounidense y británico —fundamentalmente— en la región. Evidentemente, al cerrar filas contra el intervencionismo hegemónico occidental también denunciaba la creación de Israel como un Estado artificial, que deterioraba la estabilidad y la homogeneidad de la región, además de que incluía una política vecinal combativa. Con estas banderas, sumadas a una base de socialismo

político, Nasser generó un discurso que buscaba atraer a la mayoría de los Gobiernos árabes. A nivel interior, el caudillismo desarrollado por Nasser, así como la garantía que le daba el Ejército egipcio —una de las instituciones más respetadas y de mayor credibilidad dentro del pueblo egipcio—, eran suficientes para captar un capital político muy amplio.

En este marco, Nasser intenta consolidar sin éxito la idea de la República Árabe Unida, que culminó, más modestamente, en una alianza con el régimen sirio, e incluso el jordano, con quienes asumieron una vocería por toda la región. Adicionalmente, Nasser se acerca parcialmente a la URSS, mientras que decididamente se declara opositor del modelo imperial estadounidense, heredado del británico. Así las cosas, la nacionalización del canal de Suez, detonante de la guerra de los Seis Días, era solo una manifestación en contra de los rezagos imperiales británicos —financiadores del canal— y un pulso al posible apoyo soviético.

Con el liderazgo de Nasser se crea, sin duda, un canal de comunicación entre el mundo árabe y la Unión Soviética, que recoge fundamentalmente a Irak y a los países del Levante y Egipto. Los países árabes del Golfo se mantuvieron alejados en sus procesos interiores de consolidación, a la vez que construían lazos económicos con Estados Unidos. Este diálogo prosoviético se materializó no solo en apoyo militar y venta de equipo, sino en la formación política de varios líderes árabes, especialmente miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), quienes se formaron en escuelas de la República Democrática Alemana e incluso en el mismo Moscú. La ganancia para la Unión Soviética fue clara; por un lado, logró cierta influencia geoestratégica en zonas como el canal de Suez (al menos temporalmente), mientras que,

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por otro, construyó un bloque político a su favor, el cual resultaría muy útil en foros multilaterales.

Simultáneamente al liderazgo y al panarabismo expresados por Nasser, Gadafi en Libia fue otro polo de poder que atrajo las atenciones de potencias. A diferencia del modelo panarabista egipcio, la propuesta de Libia era simultáneamente panárabe y panafricana. De hecho, la que más desarrollo tuvo fue la segunda opción, de manera que varios países africanos lograron construir un alineamiento con Gadafi, a cambio de dinero de inversión libio.

Probablemente, el hilo conductor que permitió empatar la propuesta panárabe y la panafricana en Gadafi fue, en el fondo, una idea de motivar procesos de descolonización en el tercer mundo. Así las cosas, Gadafi apoyó directamente movimientos armados que se comprometieron con procesos de descolonización africana y asiática fundamentalmente, así como movimientos guerrilleros latinoamericanos.

Este liderazgo, aunque diferente del panarabista de Nasser, también identificaba a Estados Unidos y a los antiguos hegemones europeos como el centro de su discurso, debido a su responsabilidad en los procesos colonizadores o imperiales. Aunque no representaba un alto valor en términos geopolíticos (a diferencia de Egipto y su incidencia en el canal de Suez), Libia y sus campos de entrenamiento representaban reservas petroleras y, en sí mismos, un elemento de influencia poderoso sobre el tercer mundo para generar simultáneamente movimientos rebeldes prosoviéticos. Así las cosas, La Unión Soviética también encuentra incentivos para apoyar a Gadafi, extendiendo su área de influencia hacia el noroccidente africano.

El tercer actor de relevancia en el posicionamiento geopolítico de las potencias es Irak, que, sin embargo, solo cobra un papel definitivo en el Medio Oriente para los intereses de Estados Unidos luego de la revolución iraní de 1979.

Antes de la revolución Iraní, Irak se debatía entre el empoderamiento del partido Baaz y la retirada de la influencia hachemita. Aparte de sus enormes reservas petroleras, Irak había pasado relativamente como un actor secundario a nivel regional. Para entonces, el gran aliado para Estados Unidos era Irán, que de hecho había heredado este papel desde los tiempos británicos.

La salida del sah de Irán, por lo tanto, no representó solamente un retroceso de la capacidad de influencia de Estados Unidos al perder a su aliado, sino que produjo tres hechos de relevancia estratégica. El primero, la posibilidad de influencia de la Unión Soviética sobre el golfo Pérsico por medio de un canal de contacto geográfico. El segundo, la pérdida para Estados Unidos del petróleo Iraní, y el tercero, la posibilidad para Moscú de controlar al menos una de las costas del estrecho de Ormuz.

Justamente para enfrentar este reto —y otros similares—, los Estados Unidos diseñan su recordada política de contención. En otras palabras, Estados Unidos «jugaría al ajedrez» con Moscú, moviendo piezas una al lado de las del adversario para intentar controlar su expansión. En ese marco, con un Irán caído en la esfera prosoviética, Estados Unidos establece una cercanía estratégica con Irak.

Esta doble alineación (Irak/EE. UU. versus Irán/URSS) fue el factor determinante para el inicio y desarrollo de la guerra Irán-Irak, en la que además

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

influyeron elementos de rivalidad vecinal, histórica, cultural y hasta religiosa. Vale la pena mencionar que el Gobierno de Irak estaba presidido por Sadam Huseín y que en ese preciso momento los excesos del régimen parecían no importar tanto a Washington como su valor a la hora de contener a Irán. La otra medida efectiva de Estados Unidos ante el reto iraní fue construir lazos más estrechos con Omán para destinar allí unidades navales y crear una gran base militar, que resguardara el tránsito por el estrecho de Ormuz.

La cercanía entre Washington y Bagdad duró los nueve años de la guerra, con un apoyo amplio de parte y parte a los adversarios en confrontación. Una vez que termina la guerra, coincidente con el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos amplía su esfera de influencia e incluye a Kuwait, Arabia Saudí y los países del Golfo, de manera que la relación con Irak fue perdiendo peso relativo.

Sin embargo, las aspiraciones de liderazgo regional de Irak no disminuyeron, lo que lo llevó justamente a cumplir una función activa al invadir Kuwait, acción que simultáneamente lo condujo a proponer una confrontación profunda con Israel (por medio de bombardeos de misiles Scud), así como a apadrinar temporalmente movimientos panárabes como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP): Solo fue con las dos intervenciones militares y la ejecución de Sadam que esta perspectiva de liderazgo culminó.

El actor no árabe que ha desempeñado un papel más significativo es, sin duda, Turquía. Su posición geográfica de ser la bisagra entre dos continentes, tener acceso pleno al estrecho del Bósforo limitando así la navegabilidad de la flota atlántica de Moscú, incidir sobre Chipre y desde allí a toda la costa

oriental del Mediterráneo, dan a Turquía un valor geopolítico fenomenal.

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos se apresuró a construir lazos de diálogo y amistad con los turcos, quienes aún sentían el rigor del desmembramiento de fines de la Primera Guerra Mundial. En un esquema de negociación «gana-gana», Estados Unidos le ofreció a Turquía una oportunidad para volver a tener un protagonismo estratégico desde las primeras etapas de la Guerra Fría al incorporarla a la OTAN, empeñando en su territorio medidas de disuasión contra el bloque socialista, que incluso llegaron a incluir el establecimiento de bases de lanzamiento de misiles.

Fueron justamente misiles estadounidenses emplazados en Turquía, que apuntaban a los depósitos petroleros soviéticos del Cáucaso y del mar Caspio, las cartas de negociación entre Kennedy y Krushev para resolver el impasse de los misiles en Cuba. Aunque es exagerado decir que esto constituyó la única estrategia, lo más sensato es afirmar que fue uno de los factores más importantes en la resolución de la crisis.

Evidentemente, para Estados Unidos tener un aliado apuntando misiles al petróleo soviético representaba un altísimo valor. Por esto, el diálogo entre estadounidenses y turcos ha sido más que prolífico. Finalizada la Guerra Fría, el interés de Washington pasó del mero interés estratégico-militar a una dimensión estratégica general en la que el control y la extracción del petróleo, repartido ahora en repúblicas independientes que formaban parte de la URSS, se volvía uno de los más importantes imperativos estadounidenses. Este elemento se consolida en la construcción del oleoducto que comunica los yacimientos del mar Caspio y recoge

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los de Armenia, Georgia y Azerbaiyán y los deposita en el puerto turco de Ceiján, con vía libre en el Mediterráneo.

El problema en el planteamiento turco se puede resumir en tres elementos: en primer lugar, ha sobrevalorado sus capacidades y su alianza con Estados Unidos a la hora de intentar acceder a la Unión Europea. Sin duda, para el espacio comunitario no había muchas posibilidades de incorporar en una zona secular a un país religioso, adversario de un miembro pleno, como lo es Grecia, y además con serios reparos por problemas de derechos humanos derivados de su ocupación de Chipre. En segundo lugar, Turquía ha intentado tener una línea vecinal dura, especialmente con Siria —su adversario regional más acérrimo—, debido a lo cual ha tomado decisiones unilaterales de fuerza en contra del Gobierno de Bashar al Asad que no necesariamente han ido sincronizadas con los intereses de Estados Unidos. Este ejercicio de «rueda suelta» ha quedado más que descubierto en la crisis actual y en la guerra civil de Siria, lo que ha dado oportunidad, incluso a Moscú, de denunciar al régimen turco de comprar el petróleo que vende el Dáesh en el mercado negro, alimentando así las finanzas de este grupo radical y terrorista. El tercer elemento que dificulta la acción de Turquía es el Kurdistán y los compromisos que Estados Unidos ha adquirido con la población kurda en las revueltas de Irak y Siria. Los kurdos, que ya cuentan con una zona autónoma en Irak, no van a aceptar menos en Siria y en Turquía, lo que obligaría a Estados Unidos a presionar a su antiguo aliado si llega el caso.

Terminada la Guerra Fría y con una URSS desintegrándose, Estados Unidos no logró capitalizar su carácter de líder solitario. El único elemento de

relevancia en este periodo fue la ampliación de la cercanía entre Estados Unidos y Arabia Saudí, que desembocó en una cooperación militar y comercial sin precedentes. A pesar de que Riad representa uno de los Gobiernos más conservadores y desde el que han surgido movimientos armados de tipo religioso y terrorista como Al Qaeda, a partir de los últimos años de los noventa la cercanía entre Estados Unidos y el régimen saudí es profunda.Es, sin embargo, con el 11 de Septiembre que se puede identificar el inicio de la etapa contemporánea en las relaciones de las grandes potencias con el MO. Las orientaciones que toma la política exterior estadounidense en la administración de George W. Bush llevaron a que el papel distante de los años noventa cambiara por una participación tremendamente activa de Estados Unidos en la región, participación representada en el involucramiento en múltiples guerras (Afganistán-Irak) y la creación de proyectos petroleros, comerciales, de reconstrucción, de reactivación económica y de búsqueda sin precedentes de nuevos aliados.

Con la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos, la política exterior de este país hacia el MO pretendió tener un giro que la diferenciara de los lineamientos de su antecesor. Para esto, Obama pronunció su recordado discurso en la Universidad de El Cairo el 4 de junio del 2009 y titulado «Un nuevo comienzo», el cual se soportaba en la necesidad de combatir los extremismos, fortalecer la interacción con Occidente y abrir canales de comunicación con sociedades occidentales y orientales. Este discurso, además de promover unas nuevas relaciones con Estados Unidos —luego de años de desgaste militar en campañas militares, especialmente Afganistán e Irak— se caracterizó por no incluir a Israel en la

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

visita, lo que marcó una lejanía, al menos formal, con el régimen de Tel Aviv.

El resultado posterior fue otro. La política exterior de la administración Obama no cambió, en buena medida porque esta política pública, al girar en torno a un interés nacional plenamente definido, deja de ser gubernamental para volverse estructural, de manera que el margen de maniobra para que un presidente le haga ajustes profundos es prácticamente nulo. En segundo lugar, fue a la administración Obama a la que le tocó enfrentar los retos de los levantamientos populares árabes, de manera que era necesario adoptar una política regional agresiva y dirigida a la preservación de los intereses estadounidenses en medio del caos de los levantamientos.

Incluso en las relaciones con Israel, los cambios fueron pocos. Si bien existieron claros enfrentamientos personales entre el Gobierno de Washington y el de Tel Aviv, así como la exclusión de Israel de las negociaciones nucleares con Irán, simultáneamente la ayuda militar y económica que Estados Unidos entregó a Israel creció significativamente en esta administración, mediante el apoyo militar y político, incluso en momentos serios como los ataques israelíes a Gaza. Una de las características más actuales de la estrecha relación entre Estados Unidos e Israel tiene que ver con la liberación del espía israelí Jonathan Pollard, preso en Estados Unidos por espionaje nuclear desde los años setenta. Así, lo que la diplomacia israelí no había logrado en más de treinta años, lo logró la actual y conflictiva administración.

El elemento que sin lugar a dudas sí fue dinámico fue la estrecha relación de Estados Unidos con Arabia Saudí. En la administración Obama, los lazos tejidos durante la administración de George W. Bush se profundizó de tal manera que el régimen de Riad pudo tener un margen de maniobra regional más sólido. Así, por ejemplo, Arabia Saudí ha tenido una función fundamental en los levantamientos egipcios y sirios, al punto de proponer en repetidas oportunidades el envío de tropas de tierra para apoyar a los rebeldes.

Por el lado ruso, el panorama es bastante diferente. El lineamiento de política exterior, llamado «Énfasis en el extranjero próximo», llevó a que Moscú diseñara una estrategia de dos niveles. En primer lugar, Rusia se preocupó por reorganizar y fortalecer los lazos con las regiones que, aun siendo parte integral, tenían algún interés independentista. Posteriormente se fortalecieron las relaciones con las antiguas repúblicas socialistas en la región, especialmente las de Asia central, lo que garantizó el acceso de Moscú al Medio Oriente por la vía iraní.

El segundo nivel de la estrategia rusa, una vez fortalecidas sus relaciones con el «extranjero próximo», se encaminó al establecimiento de alianzas en las zonas de mayor importancia estratégica del MO, particularmente las incidentes en el estrecho de Ormuz, el cuerno de África y el Mediterráneo oriental —esto es, Irán, Yemen y Siria—, mediante la creación de un cerrojo sobre las zonas de tránsito petrolero hacia Occidente. Este punto se desarrollará en otro aparte de este documento.

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DISTRIBUCIÓN ESTRATÉGICA DE RUSIA Y EE. UU. EN EL MEDIO ORIENTE CONTEMPORÁNEO

Fuente: elaboración propia

Esta estrategia rusa es la vigente y la que entra en juego en el contexto sirio contemporáneo, el combate al Dáesh y los atentados en Francia.

3.3. La corta guerra fría del MO actual. Arabia Saudí contra Irán

El estudio de las dinámicas actuales del Medio Oriente sería incompleto si no se incluyesen las tensas relaciones intrarregionales que han caracterizado este espacio cuando menos con mayor énfasis desde el inicio de los levantamientos populares.

El punto de partida de este enfrentamiento, que bien puede llamarse una pequeña guerra fría, es la distancia ideológica y política entre Irán y Arabia Saudí. El mundo sunita tiene como cuna a Riad, que, de paso, tiene control sobre dos de los lugares más representativos del islam —La Meca y Medina—. El mundo chiita, por su lado, tiene como centro de gravedad a Teherán, especialmente luego de la Revolución iraní de 1979. Esto implica que Arabia Saudí e Irán representan cada uno una vertiente del islam, enfrentadas durante siglos y con distancias teológicas estructurales e irrenunciables.

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El segundo elemento de distancia se deriva de este factor religioso. Para el régimen iraní, el poder no debe ser hereditario, sino que debe transmitirse por sucesión política, tal y como ocurre en los arreglos políticos de esta república islámica. Cualquier otra forma, especialmente la consanguínea, es de inmediato catalogada como una forma ilegítima de poder. A los ojos de Irán, esto ubica a todas las monarquías árabes, especialmente las del Golfo, como Gobiernos ilegítimos e irregulares. Para el régimen saudí, por su parte, es plenamente válida y además legal, desde el punto de vista religioso, la sucesión de poder por vía de sangre, de manera que en este entendimiento lo ilegítimo es el régimen de Teherán.

El tercer elemento de distancia tiene que ver con las relaciones con las grandes potencias. Irán —en la época del sah— representaba la tradición persa aliada de Occidente, especialmente de Estados Unidos. Sin embargo, la revolución de 1979 al derrocar al sah no solo hace una manifestación de política interna, sino que critica a Estados Unidos y lo denomina cómplice de los excesos y la corrupción del régimen anterior. Sin duda, vale la pena mencionar, entre las tensiones entre el Irán revolucionario y Estados Unidos, el episodio de la toma de la embajada estadounidense. Con el desarrollo de la revolución, Irán va a constituir lazos más cercanos con el régimen socialista de Moscú, entrando, como se enunció previamente, en la lógica de la Guerra Fría. Arabia Saudí por su parte, ha sido en buena medida cercana de una forma continua con Estados Unidos, tomando distancia amplia en cuanto al alineamiento de las decisiones y el camino iraní.

El cuarto elemento, y tal vez el más importante, se relaciona con los deseos de influencia regional.

Una vez neutralizado Irak luego de la invasión de Estados Unidos, la competencia por el liderazgo regional se redujo tan solo a Irán y a Arabia Saudita y sus sistemas de alianzas. En estas alianzas se podía identificar un eje Irán-Siria-Líbano/Hizbulah que era claro competidor del eje compuesto por Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Baréin, Egipto, Irak (bajo el nuevo Gobierno) y Yemen (antes del golpe de Estado que sacó a Hadi del poder).

Estos ejes entraron en confrontación cuando Irán intentó sembrar una revuelta popular en Baréin, restando el poder saudí. Esta revuelta fue duramente aplastada y la vuelta de péndulo correspondió al intervencionismo saudí en Siria, que jugó con la misma lógica de la erosión del poder ahora iraní.

Escenarios periféricos han existido, sin duda. Arabia se aprestó a socorrer a su antiguo aliado Mubarak y ofreció llevarlo a su país cuando fue depuesto en medio de la revuelta Egipcia. También se ha asociado a Arabia con acciones en el Líbano, concretamente en zonas de control chiita, así como en el establecimiento de alianzas con Israel, país con el que comparte la adversidad por Irán.

Sin embargo, es Siria el escenario de batalla más enconado entre estos dos actores. Irán ha involucrado buena parte de sus recursos militares y políticos en la defensa del Gobierno de Al Asad, delegando a parte de su élite militar y a sectores experimentados de Hizbulah para combatir los grupos opositores, muchos de ellos presumiblemente apoyados —directa o indirectamente— por Occidente y por dinero saudí. Entre estos grupos se puede mencionar, irónicamente, el Dáesh.

En esta competencia entre Irán y Arabia Saudí se ha definido el marco de inestabilidad actual del

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Medio Oriente, los levantamientos populares y, especialmente, la aparición de grupos terroristas. El sistema de alianzas que estos actores construyan resultará fundamental para incluir un nivel estratégico en la situación.

3.4. Putin y Obama y sus juegos de estrategia

Estados Unidos inició un plan estratégico desde antes de la segunda guerra del Golfo y que involucraba a Irak y Siria. El objetivo de este plan era contar con una ruta alterna para transportar el petróleo que se produce en el MO, diferente a la actual, muy amenazada por Irán y su incidencia naval sobre el estrecho de Ormuz.

Las opciones para esta ruta alterna no eran muy amplias. En primer lugar, una ruta que atraviese toda la península arábiga y salga al mar Rojo tiene un uso limitado, por cuanto requiere una adecuación del canal de Suez si se sigue un trazo hacia el norte, o una acción decidida contra los piratas del Cuerno de África si se sigue un camino hacia el sur.

Una segunda opción implicaba crear un trazado de oleoductos por Egipto, atravesando el desierto del Negev y la península del Sinaí. Sin duda, ambas regiones son supremamente inestables y en ellas operan grupos armados que resultan hostiles a los intereses petroleros de Estados Unidos.

Una tercera opción implicaba ya a Irak, para desde allí trazar un oleoducto al Mediterráneo por medio del corredor Jordania-Palestina-Israel (para nada conveniente, debido a la inestabilidad y el conflicto entre Israel y Palestina), o bien por el corredor Irak-Jordania-sur del Líbano, que tampoco resulta atractivo por el control de Hizbulah de esta parte

del Líbano, así como por las constantes tensiones fronterizas con Israel.

Una cuarta opción implicaba dar un amplio rodeo y empatar con el oleoducto que baja el petróleo del antiguo Cáucaso soviético y el mar Caspio con Turquía. Esta opción, aunque utiliza territorios relativamente menos inestables, les daría un poder demasiado alto a los turcos, por cuanto les ofrecería la posibilidad de controlar casi la totalidad del petróleo mundial.

La opción restante resulta más simple. Es necesario construir una red de oleoductos que conecten a Irak con Siria y de allí a la costa mediterránea. Para afianzar este proyecto se requería un Gobierno amigo de Estados Unidos en Irak, hecho que a la postre ocurrió con la ejecución de Huseín y el establecimiento de un Gobierno libre. Dada esta situación, la segunda etapa de este proyecto a largo plazo era aplicar la misma evaluación en Siria y proponer una transición hacia un Gobierno amigo. Por esta razón, Occidente apoyó de manera limitada a la oposición siria que luchaba en contra de Al Asad, sumándose a los intereses saudíes, que no resultaban opuestos a los estadounidenses dado su estatus de país aliado (ver figura 5).

La gran dificultad apareció cuando el Dáesh dejó de cumplir su función antirrégimen para convertirse en un agente que a manera de tapón se hizo con el control de zonas iraquíes y sirias fundamentales para los requerimientos petroleros de Occidente. Este reto, sin embargo, fue multidimensional y, en algunas partes, incluso benéfico, especialmente al incidir hacia la baja en el precio internacional del petróleo, incluyendo el del mercado negro que explota el Dáesh, lo que dio a los países que

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

tienen un elevado consumo de energía fósil un periodo de bonanza en sus costos de producción.

De manera adicional, el Dáesh inicia su competencia como actor extrarregional. Primero con su idea de califato, separado de una lógica territorial —por lo que no debe traducirse literalmente como Estado—. En segundo lugar, con su competencia mediática con Al Qaeda, lo que lo ha llevado a realizar acciones audaces, cada vez más visibles y mediáticas. Por último, con la lógica de conversos especialmente europeos, que le dan la posibilidad de penetrar sociedades europeas sin necesidad de enfrentar controles migratorios o controles de movimiento. Así, el Dáesh se convierte en amenaza multidimensional.

Por estos elementos, la administración del presidente Obama debe tomar parte del torbellino regional que representa la crisis siria. Las grandes críticas a la acción estadounidense consisten, por un lado, en la tardanza en obtener resultados fundamentales contra el Dáesh y, por otro, en la incertidumbre ante una posible transición luego de una futura caída del Gobierno enemigo de Al Asad. Sin duda, no es deseable que a un tirano se lo reemplace con inestabilidad o Gobiernos aún más radicales, como ocurrió en Irak o en Libia.

Aquí aparece la estrategia rusa. Sin duda, Putin ha tenido la iniciativa en asuntos de política exterior en el Medio Oriente y lo ha demostrado al impedir una acción decidida contra su aliado sirio en el momento de emplear armas químicas, cuando Rusia se aprestó a servir de mediador y garante para la eliminación del arsenal químico de Damasco. De igual forma, Rusia ha estrechado sus relaciones con Irán al ser el garante del acuerdo nuclear alcanzado en el segundo semestre del 2015, comprometiéndose a controlar el acceso iraní a

combustible nuclear y así evitar la posibilidad de desarrollo de armas de destrucción masiva.

Ahora en suelo sirio, Rusia ha implementado una estrategia de posicionamiento y control. Posicionamiento en la costa oriental del Mediterráneo —lo que ha dado al traste con los planes estadounidenses de conectar el golfo Pérsico y el Mediterráneo— con más bases militares distintas a la ya lograda base naval de Tartús. También es una estrategia de control, por cuanto Rusia decide identificar como blanco directo no solo al Dáesh, sino también a todos los demás grupos de oposición —incluyendo los que apoya Occidente— tratando de neutralizar cualquier amenaza de derrocamiento y garantizar el sostenimiento del gobierno de Al Asad o, cuando menos, tener control de un posible sucesor (ver figura 5).

Residualmente, en la estrategia rusa aparece un tercer frente, y es Yemen. La crisis yemení aparece hace poco más de un año cuando grupos armados de orientación chiita e influencia iraní iniciaron un combate para el derrocamiento del Gobierno de turno, aliado de Arabia Saudí y de orientación sunita. Al ser depuesto, inmediatamente se configuró un nuevo Gobierno en Yemen, alejado de la influencia de Riad y proclive a Irán, lo que sin duda ha despertado la molestia saudí.

La respuesta de la monarquía saudita fue construir una alianza militar que actuara en Yemen y permitiera el retorno del Gobierno prosaudí. Esta alianza incluyó varios regímenes del Golfo, como los Emiratos Árabes Unidos, e incluso se habló de cercanías militares entre Arabia Saudí e Israel. La acción armada empezó sin demora con el apoyo de Estados Unidos, mientras que el nuevo Gobierno yemení y las milicias que lo apoyan

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han contado no solo con el apoyo iraní, sino, más recientemente, con el ruso. Este apoyo ha repercutido favorablemente en el músculo militar de Yemen, que ha podido quitarle la iniciativa de combate a la coalición liderada por los saudíes e incluso le ha permitido combatir por el control de partes del territorio de Arabia Saudita.

Así las cosas, en su juego de estrategia, Rusia ha bloqueado a Estados Unidos en el proyecto sirio, en el estrecho de Ormuz (por medio de Irán) y, ahora, en la salida sur de la línea naval del canal de Suez (Yemen). Evidentemente, para el momento anterior a los atentados en París, la estrategia militar rusa, especialmente en Siria, no era del todo bien vista, no tanto porque quisiera sabotear los planes de Estados Unidos, sino por querer fortalecer a dos jugadores controversiales, la Siria de Bashar al Asad y el Irán chiita (ver figura 5).

3.5. Comentarios finales: los atentados en París. Ganadores y perdedores

Las diferentes herramientas de la teoría de juegos nos sugieren algunos elementos básicos para evaluar las posibles estrategias que pueden tomar los actores en contienda o confrontación. Estos elementos, aunque generales, evidentemente tienen excepciones y, fundamentalmente, dificultades de interpretación de la realidad.

Sin embargo, es posible aun así emplearlos para construir modelos analíticos tanto retrospectivos como prospectivos.

Entre los elementos básicos se encuentran los siguientes:

• Los actores deben ser racionales.• La racionalidad se caracteriza por intentar

maximizar las ganancias, asumiendo los menores costos posibles.

• Los actores están en permanente competencia. No es posible asumir que la maximización de las ganancias se hace sobre la base de la cooperación (este punto es modificado en desarrollos teóricos como el propuesto por Nash, en el que la cooperación y el interés individual pueden coexistir).

• El acceso a información plena o la comunicación entre los actores son variables que pueden incidir en el resultado de una toma de decisión. De igual forma, se considera como factor incidente cuál de los actores hace la primera jugada y cuál la última.

Con estas premisas básicas, los atentados en Francia nos ofrecen un escenario académicamente adecuado para evaluar ganancias relativas entre los actores en juego. Estos escenarios se pueden representar en la siguiente tabla18:

18. Para efectos metodológicos, y partiendo de la base de la responsabilidad del Dáesh, la matriz se organizó ubicando la relación ganancia/pérdida de su lado. Por tratarse de un juego en el que las ganancias del uno representan las pérdidas del otro (y viceversa), se entiende que las pérdidas del Dáesh son ganancias para su actor confrontado.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio OrienteD

aesh

Gan

anci

a

EE. UU. RUSIA UE SIRIA IRÁN

• Logra posicionar ante Occidente, especialmente frente a EE. UU., una agenda basada en el terrorismo.

• El Daesh se revalida como actor internacional de primer orden.

• El Daesh evidencia su capacidad militar de hacer daño en el formato de guerra asimétrica.

• El Daesh le toma ventaja a Al Qaeda como empresa del fundamentalismo.

• El Daesh demuestra que los Estados occidentales no son capaces de proteger a sus ciudadanos.

• El Daesh se vuelve más atractivo para futuros conversos.

• La acción del Daesh en Francia no le da ninguna ventaja estratégica frente a Rusia.

• La UE se ha consolidado como el espacio por excelencia para hacer atentados terroristas de amplio espectro mediático.

• Se ha demostrado la porosidad de las fronteras comunitarias.

• Se ha demostrado que la penetración musulmana a la UE se puede dar vía Turquía o por el norte del África.

• Se ha demostrado que la UE no puede proteger a sus ciudadanos.

• Se fortalece la imagen del Daesh frente a posibles conversos europeos, bien sea descendientes de musulmanes de Turquía o el norte del África o laicos europeos.

• La acción del Daesh en Francia no le da ninguna ventaja estratégica en suelo sirio.

• Posiblemente el Daesh logre ampliar la base de yihadistas, fortaleciendo su fuerza bruta en tierra.

• La acción del Daesh en Francia no le da ninguna ventaja estratégica sobre Irán.

Dae

sh

Perd

ida

• EE. UU. tiene vía libre para reorganizar su alianza militar y su estrategia, de manera que pueda atacar contundentemente al Daesh.

• La alianza militar liderada por EE. UU. se ampliará.

• Rusia tendrá carta blanca para profundizar su participación militar. Si antes de los atentados esta intervención era cuestionada incuso por Occidente, ahora nadie va a poner en tela de juicio la «necesidad de enfrentar al terrorismo», tal y como lo ha expresado Putin.

• Posiblemente, la UE cerrará filas con Rusia, para golpear contundentemente al Daesh.

• Los países de la UE pueden enviar tropas o equipos militares individualmente o en una coalición para enfrentar al Daesh.

• Las políticas antinmigrantes y antimusulmanes se fortalecerán en la UE.

• El régimen de Damasco tendrá el apoyo inmediato de Rusia para enfrentar decididamente al Daesh y al resto de las milicias.

• Occidente preferirá a un «tirano en el poder» a un caos por un vacío de poder, al mejor estilo libio. La continuidad de Al Asad está más que garantizada. La posibilidad de una victoria en Damasco para el Daesh es nula.

• Occidente entiende que la versión chiita del islam no es la más radical. Irán obtiene un respiro internacional.

• Occidente ve a Irán como un mal menor. Incluso lo puede ver como un posible aliado militar, ya que es enemigo natural de la tendencia religiosa que expresa el Daesh.

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Cuaderno de Análisis 01/2016D

aesh

Pérd

ida

EE. UU. RUSIA UE SIRIA IRÁN

• EE. UU. no tendrá que pagar ningún costo ante su opinión pública por una acción militar contra el Daesh. Se construyó la idea de guerra justa.

• EE. UU. puede restringir su apoyo a milicias rebeldes por temor a que este armamento termine en manos del Daesh.

• Se empleará a fondo la inteligencia de países occidentales.

• Se profundizarán los controles migratorios, seguimientos a «lobos solitarios» y a conversos.

• Rusia consolidará su alianza con el régimen de Bashar al Asad, de manera que pensar en un derrocamiento del régimen es imposible.

• Rusia está libre de los compromisos que tuvieron los países occidentales al apoyar inicialmente a los grupos rebeldes sirios. Por esto, podrá denunciar y atacar acuerdos políticos o militares secretos del Daesh o alguna otra milicia y Occidente, especialmente Turquía y EE. UU.

• Rusia estrechará la alianza entre Siria e Irán, debido a los arreglos bilaterales que ya de por sí tiene Rusia con Irán. Esta alianza representa para el Daesh que se fortalecerá el eje de sus enemigos naturales.

• La entrada rusa a la escena permitirá al Ejército sirio y a las unidades de Hizbulah operar por tierra con mayor libertad de acción, con cubrimiento de inteligencia y aéreo. Esta presión por tierra no la había logrado EE. UU.

• Rusia se consolida en tres puntos estratégicos del Medio Oriente.

• Los partidos de derecha o con tintes xenófobos ganarán adeptos fácilmente en la UE.

• Posiblemente la UE vea en el contexto la mejor oportunidad para desarrollar de una vez por todas una política común de defensa.

• Al final de la contienda, el régimen de Al Asad tendrá un músculo militar importante y el apoyo permanente de Rusia. La posibilidad de represión será contundente.

• Siria, con el apoyo ruso, podrá por fin limitar la acción de aliados circunstanciales del Daesh, como Turquía y Arabia Saudí.

• El proyecto de salida al Mediterráneo de los oleoductos provenientes de Irak ya no será viable con el mantenimiento del régimen de Damasco y el posicionamiento ruso en el terreno.

• La alianza Irán-Rusia, sumada a la alianza Irán-Siria, y sobre la base de la ya existente alianza Irán-Siria, permitirá fortalecer este último eje.

• Occidente presionará a los aliados circunstanciales del Daesh, que de hecho son rivales para Irán, especialmente Arabia Saudí.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

Con base en esta evaluación es posible concluir que la relación costo-ganancia para el Dáesh frente a los atentados en Francia no le favorece. Son más los costos en los que incurre que las ganancias que puede obtener. Si se sigue al pie de la letra un modelo de teoría de juegos, la posibilidad de una real autoría del Dáesh en los atentados es menor; sin embargo, esto no quiere decir que no sea probable, ya que en cualquier momento el Dáesh puede fracturar los presupuestos básicos de la teoría. El otro gran elemento de conclusión es que la competencia por el control de esta zona estratégica esconce dos niveles de confrontación; uno estratégico con EE. UU. y Rusia compitiendo, y otro regional, con Arabia Saudí e Irán en franca competencia. Hasta el momento, la balanza parece favorecer al eje Rusia-Siria-Irán.

La nueva estrategia rusa y su recomposición con Turquía abren aparentemente una nueva etapa en

este análisis. En el momento de la elaboración de este documento, una novedosa alianza permite atraer a Moscú a un otrora aliado estructural de EE. UU. y la OTAN, como lo es Turquía. Aparentemente, el fallido golpe de Estado y la negativa de la EU para extraditar al señalado jefe de los golpistas, un reconocido clérigo opositor al régimen de Erdoğan, llevó a que Turquía cambiara de norte y se acercara a Moscú. Probablemente el cobro de Turquía sea pedirle a Rusia su no intervención ni oposición a una contundente presión militar turca sobre las tropas kurdas en Siria —ellas apoyadas por EE. UU.— a cambio de permitir una transición en Siria que sostenga una línea prorrusa. Adicionalmente, esta alianza en gestación acercará a Turquía con Irán, obligando a Israel a rebalancear su sistema de alianzas regionales.

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Geopolítica y Geoestrategia del Medio Oriente

4. ANÁLISIS DE COYUNTURA.

4.1. APROXIMACIÓN INICIAL SOBRE LA DENOMINACIÓN «ESTADO ISLÁMICO»

POR: JIMMY GRAZIANI MORA

Introducción

partir del 11 de septiembre del 2001, la guerra contra el terrorismo, liderada por Estados Unidos, luego de los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono, puso en la agenda internacional, junto con las preocupaciones tradicionales, a actores violentos no convencionales, especialmente a Al Queda y en particular —o mediáticamente— a Osama bin Laden. En el 2011, con la muerte de Osama, la llamada «lucha contra el terrorismo» no desapareció entre las prioridades de la política internacional y, al parecer, va tomando matices diversos19.

Así las cosas, durante las últimas décadas, un mayor reconocimiento a actores no convencionales, tales como redes criminales, ejércitos tribales y milicias, se ha extendido en el escenario de la guerra contra el terrorismo, especialmente, pero no de manera exclusiva, en MO (Arteaga, 2014). Entre los más conocidos20 de esa parte del mundo se encuentran Al Shabab, Boko Haram y el Estado Islámico. Este documento constituye una aproximación inicial sobre el último de ellos.

A

19. El índice global del terrorismo del año 2015, emitido por el Instituto para la Economía y la Paz, que también emite el índice global de paz, evidenció en la más reciente publicación sobre terrorismo que durante los últimos quince años ha habido un dramático crecimiento en los niveles de terrorismo. Según el documento publicado en el 2015, hay nueve veces más muertos por causa del terrorismo hoy en día que en el año 2000. El documento completo se puede consultar en http://www.visionofhumanity.org.

20. Es importante aclarar que en esta parte del mundo existen diversos grupos insurgentes con diversidad de intereses y capacidades. Sobre el particular se puede consultar, por ejemplo, el documento escrito por Sinan Adnan y Aaron Reese titulado Beyond The Islamic State: Iraq’s Sunni Insurgency, en el Institute for the Study of War.

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El nombre Estado Islámico, en adelante EI, más allá de ser una forma de reconocimiento de un fenómeno particular que ha cambiado de denominación al menos cinco veces a lo largo de su historia reciente21, es evidencia de una expresión con implicaciones semánticas sustanciales (Hosken, 2015) y efectos mediática e internacionalmente visibles.

4.1.1. Contextualización sobre el Estado Islámico

El Estado Islámico (IS por sus siglas en inglés), antes conocido por denominaciones como Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), hunde sus raíces en los inicios de la primera década del presente siglo. La Universidad de Stanford, en la base de datos conocida como The Mapping Militants Project22, afirma que dicha organización dio los primeros pasos en un grupo llamado Jamaat al-Tahwid wa-i-Jihad (JTWJ), fundado en 1999 por Abu Musab al-Zarqawi23. Entre otras cosas, dicha organización tuvo por objeto luchar contra la monarquía jordana24.

Uno de los mayores atentados del JTWJ se realizó en agosto del 2003, a las oficinas de la ONU en Bagdad. Dicho acontecimiento dejó veintidós muertos, incluido el entonces alto comisionado de los derechos humanos y representante especial de la ONU en Irak, el brasileño Sergio Vieira de Mello25, considerado en aquel tiempo el más probable sucesor del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

En los años posteriores, los militantes de Zarqawi se convirtieron en un componente relevante dentro de la insurgencia iraquí durante la ocupación estadounidense. Para algunos autores, el EI es una consecuencia directa de la guerra contra el terrorismo, que en su evolución histórica no solo formó parte de grupos como Al Qaeda (del que se separó posteriormente), sino que además se ha alimentado de actores violentos más pequeños, por conveniencia (como el Consejo General Militar de los Revolucionarios de Iraq) o por afinidad (como Boko Haram en Nigeria).

21. A principios del 2004 se conoció con el nombre de Yama’at al-Tawhid wal-Yihad (Comunidad del Monoteísmo y la Yihad); en octubre del mismo año como Tanzim Qa’idat al-Yihad fi Bilad al-Rafidayn (Organización de la Base de la Yihad en el País de los Dos Ríos [TQJBR]), conocida coloquialmente como Al Qaeda en Irak; dos años después, en enero del 2006, el grupo se unió con otros grupos independientes y se llamó Consejo de la Sura de los Muyahidines, en octubre de ese año cambió su nombre a Dawlat al-’Iraq al-Islamiyya, Estado Islámico de Irak. Posteriormente, en abril del 2013, el grupo pasó a ser el Estado Islámico de Irak y el Levante, y más recientemente, a partir del 2014, tomó el nombre de Estado Islámico.

22. El proyecto de investigación de la Universidad de Stanford titulado The Mapping Militants Project es una especie de base de datos en la que se identifican patrones de evolución de diversas organizaciones militantes en conflictos específicos y en las que, por ejemplo, se identifican patrones de comportamiento, causas y consecuencias de grupos armados no estatales. El proyecto se puede consultar enf https://web.stanford.edu/group/mappingmilitants/cgi-bin/.

23. Ahmed Fadel al Jalaylah, más conocido con el alias de Abu Musab al Zarqawi, nació el 20 de octubre de 1966 en Jordania y murió en junio del 2006. En 1989 viajó a Afganistán, convertido al islam salafista, y combatió con el régimen talibán. Durante los últimos años de su vida se proclamó líder de Al Queda en Irak.

24. Jordania tiene como sistema político, de acuerdo con la constitución de 1952, una monarquía constitucional. El poder ejecutivo recae sobre el rey (hereditario), el primer ministro y el Consejo de Ministros. El primer ministro es nombrado por el rey y forma el Consejo de Ministros. Aunque teóricamente responde ante el Parlamento, depende directamente del monarca. Consultado en la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España. En http://www.exteriores.gob.es/ y en http://www.constitutionnet.org/.

25. Sergio Vieira de Mello fue un internacionalista brasileño con un amplia historia diplomática en la que se destaca su participación en la mediación tras las hostilidades en Oriente Próximo en 1982; la repatriación de cuatrocientos mil refugiados camboyanos en los años noventa, y la negociación para dar fin a la masacre en Bosnia. En LARRIERA, Carolina (2013). Recordando a Sergio Vieira de Mello a diez años del atentado a la ONU en Bagdad. El Huffington Post. España.

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Al nivel político, además de la denominación de grupo terrorista26 tiene, en otros escenarios, reconocimiento como una organización con capacidad política y militar, que practica una interpretación radical del islam a partir de su ideología salafista-yihadista (The Clarion Project, 2015).

El número exacto de las personas que conforman el grupo no está claro, pero se cree que abarca miles de combatientes, entre ellos yihadistas extranjeros27. Recientemente, la organización estuvo liderada por Abu Bakr al Baghdad, quien tras la presunta muerte fue sucedido por Abu Alaa Afri.

26. El Departamento de Estado de Estados Unidos tiene al Estado Islámico en la lista de grupos terroristas. Dicha lista se puede consultar en http://www.state.gov/j/ct/rls/other/des/143210.htm. El más reciente informe anual de terrorismo emitido por el Departamento de Estado asegura que el EI es el principal grupo terrorista en el mundo, superando a Al Qaeda. Consultado en http://cnnespanol.cnn.com/2015/06/20/isis-es-el-nuevo-lider-de-los-grupos-terroristas-asegura-un-reporte-del-departamento-de-estado/.

27. Se dice que el EI tiene apoyo de otros grupos. Por ejemplo: Yemen (Sinan Adnan with Aaron Reese); Sudán (Al Itisam del Corán y la Suna); Filipinas (Abu Sayyaf); Nigeria (Boko Haram); Libia (Consejo de la Sura de jóvenes islámicos); Egipto (Jamaat Ansar Balt al Maqdis y Jund al Jalifa); en Líbano (Liwa Ahrar al Sunna); Indonesia (Muyahidines Indonesia Timor Oriental); Túnez (Batallón Okba Ibn Nafaa); Pakistán (Tehreek-e-Khilafat); entre otros.

La financiación del grupo se atribuye a ganancias provenientes de la venta de petróleo, la recepción de donaciones, botines de guerra (West Point. Combating Terrorism Center, 2014) y, más recientemente, del saqueo de miles de millones de dólares a bancos en Siria e Irak. En etapas tempranas, el grupo recibió donaciones de personas adineradas de Estados árabes del Golfo, especialmente Arabia Saudita y Kuwait, que apoyaban la lucha contra el presidente de Siria, Bashar al Assad. Hoy en día, tienen cantidades significativas de dinero derivadas del uso de sus recursos humanos y militares en regiones estratégicas, por ejemplo, los yacimientos de petróleo en el occidente de

PETRÓLEO EN IRAK Y SIRIA Y EL ESTADO ISLÁMICO

Fuente: Erika Solomon, Robin Kwong y Steven Bernard. Inside Isis Inc: The journey of a barrel of oil para el diario Finnalcial Times, En: http://ig.ft.com/sites/2015/isis-oil

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Cuaderno de Análisis 01/2016

Irak y el oriente de Siria (Napoleoni, 2014). Según el diario británico Financial Times, la principal región productora de petróleo del EI se encuentra en la provincia oriental de Deir Ezzor, en Siria, que diariamente produce alrededor de ocho mil barriles de petróleo (Solomon, 2015).

Sobre el significado de la denominación Estado Islámico hay diversas versiones e interpretaciones. Por lo menos existen dos posiciones: la primera lo define como una amenaza en el marco de la lucha contra el terrorismo; dicha forma de ver al EI está representada principalmente por Estados Unidos. La segunda es la propuesta por académicos y otros sectores, que, en palabras del español Javier Martín28, en su libro Estado Islámico: geopolítica del caos, identifica al EI como un proto-Estado29 con ambiciones territoriales y reivindicatorias más allá de las conocidas en el pasado por grupos denominados terroristas (Martín, 2015).

4.1.2. Los alcances estatales de un califato

Antes de empezar, es conveniente evidenciar que en un sentido estricto no existe un concepto islámico de Estado. Al respecto se dice que la literatura especializada no utiliza términos como Estado, reino o Gobierno para

referirse a una organización política basada estrictamente en principios islámicos. En dicho sentido, interpretar aspectos que componen a los Estados actuales, como la soberanía o la separación entre el Estado y la Iglesia, en términos islámicos resulta confuso y hasta cierto sentido contradictorio (Hashmi, 2012).

Por definición, el término califato, más que referirse a una organización política, como se conocen hoy en día, se refiere a un proceso de elección político del líder religioso de los musulmanes en el mundo, y a su vez es un sistema de gobierno establecido en el islam, que se refiere a la unidad política y religiosa en torno a un líder de la comunidad musulmana. Para algunos autores, fue un tipo de república constitucional aristocrática donde el califa era una especie de jefe de Estado, quien gobernaba de acuerdo con la saría (Pulido, 2015).

El califato inicial ocupó MO, el norte de África y la península ibérica entre el año 622 y el 750. En la historia de la humanidad han existido otros cinco califatos reconocidos. El último, el Imperio otomano, existió hasta el año 1924, cuando Mustafá Kemal Ataturk lo abolió y se fundó la República de Turquía. Tras el colapso, diversos han sido los grupos que revindican el renacimiento de un califato, como en el caso del EI.

28. Tomado de http://www.javier-martin.org: Javier Martín Rodríguez (Salamanca, 1972) es en la actualidad delegado de la Agencia EFE en el [n]orte de África, con sede en Túnez, y uno

de los periodistas con mayor experiencia sobre el terreno en Oriente Medio, donde vive desde 1996. Fundador de la primera corresponsalía permanente de la Agencia EFE en Irán, trabajó durante más de una década en su oficina central de Oriente Medio, desde donde cubrió como enviado especial guerras como las de Irak (2003) y el Líbano (2006). Desde finales de ese año hasta 2008, fundó en El Cairo el nuevo servicio de noticias en [á]rabe en la Agencia EFE. En 2011 fue testigo directo de la caída del Muamar Gadafi y en 2012 viajó a Siria como enviado especial al conflicto civil que vive el país.

Ha escrito libros como Suníes y chiíes, los dos brazos de Alá (2008) y Los Hermanos Musulmanes (2011).29. De acuerdo con Hermann Heller, los proto-Estados son organizaciones políticas que no tienen todas las características de los Estados modernos.

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El EI se define a sí mismo como un califato, en la cúspide de cuya estructura se encuentra el autodeclarado califa y líder del grupo; por debajo de él hay organizaciones provinciales y locales. En ciudades como Al Raqa (en Siria) y Mosul (en Irak), el grupo administra justicia, educación, religión, medios de comunicación, provee agua, electricidad y otros bienes de consumo básicos; paga salarios a empleados oficiales (civiles y combatientes); controla las mezquitas; ejerce funciones de policía, e instituye documentos oficiales (como pasaportes). Para algunos autores, el Estado Islámico se ve a sí mismo como una entidad que tiene la intención de asumir todas las responsabilidades del Estado tradicional (Caris y Reynolds, 2014).

En el 2014, a través del comunicado conocido como «Esta es la promesa de Alá»30, el EI informó al mundo que sus líderes habían resuelto el establecimiento del Califato Islámico y la designación de un califa para todos los musulmanes. En el mismo documento anunciaron que del tradicional nombre de ISIS se eliminaría la parte referente a Irak y a Siria y que en adelante el grupo pasaría a denominarse solamente Estado Islámico.

Entre los anuncios, también se expresó que:,

La legalidad de todos los emiratos, grupos, [E]stados y organizaciones quedaba anulada por la expansión de la autoridad del califa y la llegada de las tropas a sus áreas.

30. Documento traducido al idioma inglés se puede consultar en https://ia902505.us.archive.org/28/items/poa_25984/EN.pdf.

IMPERIO OTOMANOEn su mayor extensión geográfica

Fuente: http://es.123rf.com/

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Durante un tiempo, el objetivo geográfico final del EI era establecer un califato que se extendiera desde Irak hasta Siria (Stourton, 2014). El reciente cambio de denominación de ISIS a EI, sumado a las incursiones en países como Jordania y el Líbano, los contactos en nuevas latitudes, como en África, y las declaraciones oficiales evidencian que, en el largo plazo, las pretensiones de este grupo podrían tener un ámbito geográfico e institucional amplio, que posiblemente supere las fronteras de Siria e Irak y trascienda la caracterización de un grupo armado no estatal. Dicha afirmación se complementa con el documento oficial difundido en el diario Británico The Guardian, el pasado 7 de diciembre, conocido como Principios de la administración del Estado Islámico31, en el que además de ratificar las intenciones del Califato se enuncia la organización jerárquica, administrativa local, de la economía, de la educación, de las relaciones internacionales, de los medios de comunicación y de la seguridad de los lugares donde se consolide geográficamente el EI.

En este punto resulta ilustrativo recordar que el último referente de califato se remonta a casi un siglo atrás en la historia. Sin embargo, y en el corto plazo, las pretensiones actuales de califato no se adecúan a dicho referente clásico que se extendió desde Portugal hasta Pakistán y que gobernó sobre el 20 % de la población mundial. Sin embargo, como dio a entender en 2014 el catedrático de culturas clásicas en la Universidad de Stanford, Ian Morris, mirar al pasado puede ser evidencia de la dimensión que pretende el EI en el futuro:

Desde luego que el califato proclamado por el Estado Islámico de Irak y el Levante, ISIS […]

Comanda a unos pocos miles de fanáticos mal armados en bandas dispares […] Las grandes potencias lo podrían aplastar en pocos días si hicieran el esfuerzo. Pero el califato original tampoco era muy impresionante... al principio, por lo menos. Los califas originales también comandaban apenas a unos pocos miles de fanáticos. Empezaron a infiltrar el desierto árabe en la década de los 630 d. C. impulsados por la nueva fe del [i]slam. Las grandes potencias -Persia y Bizancio- podrían haber aplastado la insurrección fácilmente si hubieran hecho el esfuerzo. Cada potencia pensó que actuar iba a costar muy caro. Abu Bakr al Baghdadi (el nuevo califa y cabeza visible del EI) desde los inicios del ISIS está siguiendo un manual de estrategia de 1400 años de antigüedad y se ha aprendido muy bien las lecciones. Si queremos detenerlo, tenemos que aprender de la historia. (Morris, 2014)

4.1.3. ¿Quiénes componen la población del EI?

Según las declaraciones del máximo líder del EI y su proclamación como el califa de todos los musulmanes, se podría pensar erradamente que la población musulmana en todo el mundo de alguna manera puede estar relacionada con el EI. Sin embargo, el mundo musulmán no se puede presentar de forma homogénea, pues se puede cometer el error de estereotipar un fenómeno que se caracteriza por diversas tonalidades.

La religión es un componente central para la comprensión demográfica del EI. Según

31. Una traducción libre del documento al idioma inglés se puede consultar en http://www.meforum.org/5700/islamic-state-master-plan.

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el experto en temas de Oriente Medio y profesor de la Universidad de Princeton, Bernard Haykel, desde el punto de vista académico, y a pesar de lo que se dice a nivel político, no hay duda de que el EI es un fenómeno religioso que se analiza mejor si se tiene en cuenta su comprensión ideológica y teológica (Nazworth, 2015). El Estado Islámico, según la Universidad de Stanford, y como se explica en detalle a continuación, está compuesto por personas de las corrientes sunita, salafista y, dentro de esta última, de la tendencia yihadista.

4.1.4. Sunismo, salafismo y yihadismo

En términos generales, el islam es una religión monoteísta, fundamentada en la promesa del profeta Mahoma durante la primera mitad del siglo VII, y es la religión oficial en 55 países de Asia y África. Es la segunda religión más grande en el mundo, existen millones de musulmanes alrededor del mundo, aproximadamente 1.6 billones, que representan el 23 % de la población mundial (Pew Tempelton Global Religious Features Project, 2012).

Como grupo religioso, se identifican por una creencia particular y prácticas comunes, como el ayuno durante el Ramadán; sin embargo, no son tan homogéneos como se hace creer algunas veces. Por ejemplo, muchos tienen opiniones diferentes sobre aspectos relacionados con su fe, en temas como la importancia de la religión en la vida, el nivel de compromiso religioso y

la aceptación de otras interpretaciones sobre el significado de la fe (Pew Tempelton Global Religious Features Project, 2012).

Los suníes son una corriente mayoritaria, que representa aproximadamente el 85 % de los practicantes de esta religión; el restante 15 % son chiíes. Dentro de estas dos grandes corrientes, entre las que existen diferencias que tienen su origen en desacuerdos sobre la sucesión del profeta Mahoma32, hay a su vez diversidad ideológica. En dicho sentido existen facciones representativas, iguales en el fondo, pero antagónicas en la forma, así:

• moderadas y radicales; • aperturistas y retrógradas, y • violentas y pacifistas.

Entre los suníes, hay a su vez, entre otras, ramas radicales como los wahabitas, los salafistas y los yihadistas, la última de ellas es la más radical en sus actos. Es dentro de estas ramas que usualmente se clasifican grupos como Al Qaeda y el Estado Islámico (Mosquera, 2014). En gran parte, las ramas radicales mencionadas consideran de vital importancia regresar a las prácticas integrales del islam de los tiempos del profeta Mahoma y tener una forma de vida acorde, como en la época dorada del islam (Cañete, 2015). Se dice que los salafistas predican la versión más ortodoxa del islam, es decir, que siguen fielmente los principios de la doctrina y que, en consecuencia, creen que todos los aspectos en la vida de los musulmanes deben guiarse por el Corán y la Sunna.

32. Un reporte al Congreso de Estados Unidos, en 2009, del analista del Servicio de Investigación del Congreso de EE. UU., Christopher M. Blanchard, revisa los conceptos básicos de la división entre sunitas y chiitas. El documento en idioma inglés se puede consultar en http://fas.org/irp/crs/RS21745.pdf.

Aunque inicialmente el cisma entre las dos comunidades musulmanas es sucesionista en esencia; actualmente hay más razones que dividen a ambos grupos.

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Según la Universidad de Stanford, el Estado Islámico está compuesto en gran parte por personas de la corriente sunita de la rama de los salafistas, y dentro de estos, particularmente, la corriente yihadista (Universidad de Stanford, 2015). Valga aclarar que lo anterior no significa estrictamente que todos los sunitas o salafistas pertenezcan al Estado Islámico o sean radicales yihadistas en sus actos. Por ejemplo, hay dentro del salafismo una rama que es pacifista, muchos de cuyos integrantes se dedican a la política parlamentaria y rechazan el activismo violento.

El salafismo es un movimiento sunita que da gran importancia a los orígenes tradicionales del islam, se fundamenta en el Corán y el entendimiento de la Sahaba. Aunque es un movimiento fundamentalista en las creencias, existen en su interior diversas ramas que se diferencian principalmente en la práctica. Es así

que se encuentran quienes desarrollan la vía pacífica y pedagógica, pero además están los movimientos yihadistas, que utilizan acciones violentas como medios de expresión y consecución de objetivos; explícitamente, los líderes del EI han expresado su adhesión al salafismo yihadista (Buznel, 2015). Muchas de las acciones y los objetivos en el corto y el mediano plazo, como la visión de sí mismos como los únicos verdaderos musulmanes, la inflexibilidad en cuestiones doctrinales, la construcción de un califato y la unidad de una comunidad musulmana en torno a un líder, se explican en las raíces propias del salafismo, específicamente de la rama yihadista.

4.1.5. ¿Cuál es el territorio del pretendido califato?

Se dice que para el Estado Islámico, a diferencia de otros grupos en Oriente Próximo, el control territorial es fundamental para su visión política,

PRESENCIA Y PRETENSIONES TERRITORIALES DE ISIS EN 2014

Fuente: Alberto Hernandez. Diario El Mundo. En: http://ww.elmundo.es/elmundo/2014/graficos/jul/s2/isis_doc.html

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para la legitimación de una autoridad religiosa y es lo que lo diferencia de otros grupos conocidos como terroristas (Caris y Reynolds, 2014); así las cosas, el territorio resulta un elemento importante para el análisis y comprensión del grupo.

La historia del EI a principios del presente siglo se delimitó bajo la tutela de Al Queda, es decir, que la circunscripción territorial de entonces, en gran parte, se ajustó a las estructuras del grupo que dependía. Posteriormente, en el 2014, y mientras se conoció como ISIS, se limitó a un marco geográfico específico que lo llevó a ocupar un alto porcentaje de Siria y la mitad de las provincias de mayoría suní en Irak. Posteriormente, las declaraciones oficiales

del grupo y la toma militar de ciudades como Mosul evidenciaron que no tenían solamente la intención de extenderse desde el Alepo, en Siria, a la provincia de Diyala, en Irak33, sino que además tenían la idea de desconocer simbólicamente el Acuerdo Sykes-Picot34 para, en últimas, dejar en tela de juicio la geografía política creada por el Acuerdo y, con ello, las fronteras actuales entre Irak y Siria.

El año 2013 marcó un hito en el proceso de expansión territorial del grupo. Desde abril logró controlar militarmente una parte del norte de Siria, que, azotada por una guerra civil con múltiples actores no estatales violentos, tenía un Gobierno con

33. Diyala es una gobernación de Irak al noreste de Bagdad, hasta la frontera con Irán. Su capital es Baquba.34. El Acuerdo Sykes-Picot (1916), fue un acuerdo secreto alcanzado entre Francia, representada por el diplomático Charles-George Picot, y

Gran Bretaña, representada por Mark Sykes, para el reparto de las posesiones turcas en Oriente Medio, mediante zonas de influencia. Hasta la independencia se impuso el reparto del territorio entre los poderes coloniales en un acuerdo secreto, con la aceptación del Imperio ruso y el reino de Italia. Dicho acuerdo instauró una frontera geográfica que divide a Irak y Siria, pero que en el pasado no existía. Un artículo de Yaroslav Trofimov, escritor y columnista italiano de diarios en EE. UU., titulado Would New Borders Mean Less Conflict in the Middle East?, publicado en el diario The Wall Street Journal, realizó un análisis sobre esta situación en particular. El artículo se puede consultar en http://www.wsj.com/.

AVANCE TERRITORIAL DEL EI EN 2014

Fuente: Juán Perez. Estado Islámico, el Nuevo Enemigo.

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poco control sobre diversos lugares en su territorio. Durante el año en mención tuvieron reveses militares, como en Alepo; pero también lograron algunas victorias importantes, como en la ciudad de Azaz, con una población de aproximadamente 35 000 habitantes.

En el 2014, el grupo tomó Raqa, con unos 220 000 habitantes. Dicha ciudad se convirtió en un componente importante de los objetivos políticos y organizacionales del Estado Islámico. Desde este lugar lograron avanzar en el resto de Siria e Irak, en algunas ocasiones amenazando a Turquía. Han podido extender sus ramas también, por ejemplo, hasta Al Faluya, cerca de la capital de Irak, Bagdad, desde donde hicieron la proclamación de un Estado islámico y consolidaron su avance hacia la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul. Con el paso de los meses, el EI avanzó en ciudades pequeñas y ha realizado intentos en otros países (Jordania y Líbano), ha logrado alianzas con grupos insurgentes (con Al Nusra) y se ha hecho con el control de rutas de tránsito, infraestructura crítica,

pasos fronterizos (Terbil y el de Waaled) y de yacimientos de petróleo y de gas.

De todas las conquistas territoriales, las de Siria fueron un importante enclave territorial para el EI durante toda su existencia. Raqa, denominada por el grupo la ciudad capital en Siria, fue particularmente una que se convirtió en uno de los ejemplos locales de las capacidades políticas y de la visión de califato que proyecta el EI (Caris y Reynolds, 2014).

Si se hace una revisión del mapa sobre el que el EI ha tenido presencia, se observa que localidades específicas en Siria e Irak son o fueron el fuerte del grupo en el 2014. El control territorial estuvo dado particularmente sobre franjas geográficas repartidas en diferentes partes de los dos Estados, con espacios que no son controlados. Para algunos analistas, el actual califato, más que como una entidad territorial coherente, se dibuja como una red de carreteras y localidades particulares controladas (Gilsinan, 2014), como se evidencia en la figura que se presenta a continuación.

LUGARES CONTROLADOR POR EL EI

Fuente: The New York Times (datos: Caerus Associates, El Diario Larga Guerra, Insituto para el Estudio de la Guerra

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La difusión mediática, alimentada por actos de barbarie como la decapitación del periodista estadounidense James Foley, la destrucción de lugares considerados patrimonio de la humanidad, como el Arco del Triunfo de Palmira (en Siria) y los ataques en París, dieron al EI una mayor visibilidad global. Sin embargo, más allá de los aspectos enunciados, la rápida expansión territorial del EI sobre lo que se considera el corazón del MO parece tener cada vez mayores efectos geopolíticos y, en consecuencia, incrementa la atención de otros Estados en el mundo más allá de la región.

En el 2014, el 29 de julio, el primer día del Ramadán35, la declaración sobre un califato islámico y sobre el restablecimiento del califato musulmán, sumada al cambio de denominación de Estado Islámico, parecieron cambiar el panorama de pretensiones territoriales hacia un fenómeno de proporciones mayores, que hace una invitación a toda la comunidad musulmana del mundo, en el largo plazo (Caris, 2014).

Por ahora se dice que, en el corto plazo, en cuanto a la expansión geográfica del EI, las realidades demográficas, geográficas y militares en Irak y Siria se interponen en la expansión de los límites naturales del grupo; de allí los reveses que ha tenido en los años 2015 y 2016, frente a la coalición militar liderada por Estados Unidos, frente a ciudades que han resistido los ataques del EI, como Kobane, una ciudad kurda en Siria (Currea-Lugo, 2016., p. 131), y más recientemente frente a la posibilidad de realización de operaciones conjuntas entre Turquía y Rusia contra el EI.

Aunque dominan el escenario árabe sunita, esta situación varía en espacios donde hay dominio chiita

en Irak, en donde el Gobierno y las milicias (conocidas como las Unidades de Movilización Popular) han reunido esfuerzos para infligir daños a los avances del EI. Por otro lado, en el caso de Siria, aunque el grupo tiene control en gran parte del territorio, existen en el panorama actores sunitas no estatales hostiles al EI. En otras palabras, el principal obstáculo a la expansión del grupo en Siria son los grupos insurgentes que tienen apoyo de poblaciones árabes sunitas y de kurdos, como son los casos del Frente Islámico, el Frente Sur y el Kurdo YPG (Itani, 2015).

Consideraciones finales

Por los efectos políticos, los intereses territoriales y las capacidades militares, el EI tiene características diferentes a las descritas en una definición de organización terrorista. Sin embargo, si se miran en conjunto los elementos que componen el Estado Islámico, el grupo no cumple las condiciones completas que describen a un Estado moderno. Por el momento, ha llegado a convertirse en una organización con capacidades de fuerza militar reales, con estructuras y liderazgos políticos que pretenden forjar una institucionalidad que atiende algunas necesidades básicas de la población. Pero aunque pretenden reemplazar las instituciones estatales formales, no son en esencia ni en potencia, ni en el corto plazo, un grupo capaz de forjar el surgimiento de un nuevo Estado.

El sistema de gobierno que han establecido en ciudades como Raqa no es compatible con el de un Estado, pues aunque el EI ha desarticulado la institucionalidad tradicional del Gobierno sirio haciéndose cargo de la Policía, la justicia, los servicios de educación y otros aspectos básicos de la

35. En el calendario lunar islámico es el noveno mes, conocido por ser un importante periodo para los musulmanes. Se considera un mes sagrado y, por creencias religiosas, los musulmanes practican el ayuno durante este lapso.

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vida diaria, las capacidades del grupo son menores en aspectos importantes como el reconocimiento por parte de otros Estados y la legitimidad de la soberanía sobre el territorio que ocupa.

El orden estatal del Oriente Próximo posterior al Imperio otomano representó un gran desafío para los actores estatales y no estatales de esta parte del mundo, no solo por los efectos geopolíticos derivados del establecimiento de nuevas fronteras, sino porque además existen factores como la inestabilidad política y los intereses de explotación y tránsito de minerales energéticos no renovables que trascienden el corazón de Oriente Medio hacia países como Estados Unidos y Rusia.

En un sentido estricto, el Estado Islámico posee unas estructuras primitivas de gobierno, pero no estructuras de Estado. En dicho sentido, y según

las características analizadas en este documento, el grupo tiene una distribución funcional del poder en ciertos territorios en donde crea órganos determinados a los que se les atribuyen funciones especiales, pero, a diferencia de las pretendidas estructuras de gobierno que posee el EI, las estructuras de un Estado hacen referencia a la totalidad de los elementos que componen el Estado en conjunto y concordia.

Es importante destacar que, como fenómeno no estatal en el escenario internacional, el Estado Islámico es un acontecimiento que representa gran significación política. Sin embargo, como proyecto de Estado se enfrenta a obstáculos formidables y probablemente insuperables: sus enemigos son demasiado poderosos en Irak, demasiado numerosos en Siria y lo están tomando demasiado en serio a nivel global.

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4.2. TURQUÍA: ¿LA PUERTA ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE?POR: JIMMY GRAZIANI MORA

Contextualización

urquía tiene una posición geográfica destacada, con efectos estratégicos en el escenario internacional: de allí que se considere como la puerta entre Asia y Europa. Se dice sobre el particular, geográficamente hablando, que quizás dicho país tiene la ubicación más valiosa de todo el MO, privilegiada por el control de los estrechos (Bósforo y Dardanelos) y del tráfico marítimo por el mar Negro; relevante en términos energéticos, pues se considera como un centro regional de transporte de energía, crítico para el paso de gasoductos y oleoductos provenientes desde Asia central, Rusia, Oriente Próximo y la zona del Caspio36; e importante como despensa de agua, pues controla y disputa las cabeceras de los ríos Tigris y Éufrates. Un ejemplo de la capacidad turca, derivado de su ubicación, fue evidente durante la guerra del Golfo, cuando incidió en las exportaciones de petróleo de Irak y proporcionó dentro de su territorio espacio para establecer las principales bases aéreas utilizadas para la operación Tormenta del Desierto (Anderson y Anderson, 2010).

Debido a su posición geoestratégica, dicho país se ha enfrentado históricamente a situaciones que generan retos en su política exterior. Son ejemplos de la anterior afirmación el proceso de europeización, ser un miembro activo de la ONU y la OTAN, servir como pivote de Estados Unidos hacia el Cáucaso, Asia central y el MO, participar en la guerra contra el terrorismo y vincularse a procesos de proyección con sus vecinos del mundo musulmán. Decisiones diferentes a las tradicionales, como prohibir el uso de bases militares en su territorio para la guerra de Irak en el 2003, desarrollar acercamientos diplomáticos en los Balcanes, acoger esfuerzos políticos de entendimiento con Armenia, asumir una posición sobre Israel por la cuestión de Palestina, presentarse como mediador en temas relacionados con Irán, impulsar intentos para solucionar el problema del reconocimiento de Chipre y, más recientemente, reunirse con el presidente Vladimir Putin son situaciones que

T

36. Por ejemplo, el gasoducto Nabucco, Blue Steam y el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan.

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de una u otra manera tienen efectos en el escenario internacional, potenciados por la geopolítica turca (Perazzo, 2012).

Turquía, que se extiende en una superficie de aproximadamente 783 562 km², es una república parlamentaria surgida de las cenizas del Imperio otomano, del que recibió un legado que no se debería obviar si se quiere entender el papel de Turquía en el MO (Kasaba, 2008). Según la extensión territorial, es el octavo país más grande del MO. Tiene una población de más de setenta millones de personas, que es mayor que la de Irán, pero menor que la de Egipto, y la mayoría de los turcos son musulmanes, pero no árabes. Su PIB la posiciona en el segundo lugar de la región. Su población es 20 % kurda y casi en su totalidad musulmana. Con excepción de Israel, Turquía es el país más poderoso en aspectos militares en el MO (Anderson y Anderson, 2010).La revolución kemalista37, con la que en octubre de 1923 Mustafá «Atatürk» Kemal proclamó la

república de Turquía, fue un hito en la historia del Imperio otomano (Mango, 1999). Significó, entre otras cosas, la finalización fáctica del imperio de los sultanes otomanos fundado a finales del siglo XIII y, en el caso de Turquía, el inicio de una república cuyo territorio actualmente ocupa un porcentaje del 4.8 % del total del MO.

4.2.1. Del Imperio otomano a la República Turca

El surgimiento de Turquía como república está ligado al ocaso de uno de los más grandes imperios en la historia del MO. Este es el Imperio otomano, que surgió a finales del siglo XIII como un emirato independiente en la península de Anatolia y tuvo una duración aproximada de seiscientos años. Este gigante del MO escaló hacia el esplendor con una potente máquina de guerra y con una estructura política, religiosa, burocrática y social singular, que se expandió durante su auge sobre toda Europa del Este, así como en Siria, Líbano, Egipto, Libia, Túnez y Argelia en el siglo XVI. En el siglo XIX llegó a su final, luego de un largo descenso del «hombre enfermo de

Imperio otomano-República de Turquía

Imperio otomano (1929) República de Turquía (2016)Fuente: ED. Res¸at Kasaba (2008). The Cambridge history of Turkey. Volumen 4. Turkey in the Modern World.

Cambridge University Press, http://es.123rf.com/photo_31875156.

37. Kemalismo se refiere al legado de Mustafá «Atatürk» Kemal, basado en principios como el republicanismo, el nacionalismo, el populismo, el reformismo, el estatismo y el secularismo.

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Europa» y tras la Primera Guerra Mundial, evento que marcó un punto decisivo de inflexión en la historia del MO (González, 2008). Tras la finalización de la Gran Guerra, las potencias occidentales vencedoras impusieron diversos tratados a los países derrotados38 y, entre otras cosas, se afectó la estructura fronteriza de diversas latitudes en el mundo; el MO no escapó a dicha situación.

El 10 de agosto de 1920, a orillas del río Sena, en la ciudad de Sévres, Francia, el Imperio otomano y las potencias aliadas, sin Estados

Unidos ni Rusia, formalizaron uno de los tratados impuestos por los vencedores de la guerra. En este se establecieron fronteras para Turquía; se determinaron las comisiones para la delimitación; se definieron aspectos de la navegación por los estrechos (Dardanelos, mar de Mármara y el Bósforo); se particularizaron aspectos relacionados con Constantinopla, Kurdistán, Esmirna, Grecia, Armenia, Siria, Mesopotamia, Palestina, Hedjaz, Egipto, Soudan y Chipre, y se definieron cláusulas punitivas al Gobierno turco en temas como las Fuerzas Militares y la economía39.

38. Los tratados que afectaron principalmente a Alemania, Austria-Hungría, el Imperio otomano y Bulgaria.39. El texto completo del acuerdo se puede consultar en http://treaties.fco.gov.uk/docs/pdf/1920/TS0011.pdf.

Representación de la delimitación geográfica de Turquía descrita en el Tratado de Sévres

Fuente del mapa: http://pierregay.net/cartographie-en.html

Se dice que el acuerdo de paz con Turquía de 1920, como se conoce oficialmente, aunque no se implementó en su forma extensiva (no fue ratificado), tuvo consecuencias en el nuevo Estado, materializadas en el discurso nacionalista y la guerra de independencia turca, y además derivó en algunos dilemas como el kurdo, el armenio y el chipriota, vigentes en las complejas realidades del MO en nuestros días (Kasaba, 2008). Para algunos

autores, como Nick Danford, profesor de historia de la Universidad de Georgetown, el Acuerdo de Sévres, más que el reconocido de Sykes-Picot, explica la realidad actual turca y del MO en términos de delimitación fronteriza (Danforth, 2015).

El de 1920, fue un tratado que se encontró con una fuerte oposición turca y una gran dificultad de aplicación práctica. Lo acordado incitó oposición

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en el recién desmembrado imperio, encabezada por oficiales otomanos como Mustafá Kemal, que a través de victorias militares y reformas en diversos ámbitos lograron establecer nuevos términos para la configuración de un Estado turco, en lo geográfico estipulados en el Tratado de Lausana40, que reconocían, entre otras cosas, más del doble del tamaño que los firmantes europeos le habían concedido tres años atrás con Sévres.

El 24 de julio de 1923, en la ciudad de Lausana, en Suiza, como respuesta a las diversas situaciones acontecidas después de la finalización de la Primera Guerra Mundial, la desintegración del

Imperio otomano, como resultado de ocho meses de negociaciones y con la participación del Imperio británico, Francia, Italia, Japón, Grecia, Rumania, el Estado serbio-croata-esloveno y Turquía, se llegó a la firma del oficialmente conocido Tratado con Turquía y Otros Instrumentos, que además de protocolos específicos en su contenido determinó clausulas territoriales para las fronteras de Turquía, disposiciones especiales relacionadas con la navegación, el respeto al régimen de fronteras con otros países, la nacionalidad, el tratamiento a mercancías, cláusulas financieras y económicas, el Tribunal Mixto y presos de guerra, entre otros aspectos.

40. El tratado completo (en inglés) se puede consultar en http://treaties.fco.gov.uk/docs/pdf/1923/TS0016-1.pdf.

Representación de la delimitación geográfica de Turquía descrita en el Tratado de Lausana

Fuente: Lionel J. Histoire sociolinguistique de l’Empire ottoman et de la Turquie moderne. En http://www.axl.cefan.ulaval.ca/asie/turquie_2HISt.htm.

4.2.2. La República Turca, de la Segunda Guerra Mundial al presente

Mustafá Kemal, primer presidente del Estado turco (1923-1938), apodado Atatürk, fue un nuevo hito

en la historia de Turquía después de la segunda década del siglo pasado. Para entonces, Turquía se había proclamado formalmente como una República, y durante quince años Atatürk, conocido por algunos como el padre de la Turquía moderna,

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se encargó de introducir cambios en el sistema político, económico, legal y educativo turco. Entre otras cosas, por ejemplo, estableció un Estado laico (decretó la separación del islam y del Estado), abolió los tribunales islámicos y la enseñanza religiosa en el sistema educativo, transfirió la antigua capital desde Estambul a Ankara, estableció el derecho al voto de las mujeres, reemplazó el alfabeto árabe por los caracteres romanos y adoptó el calendario gregoriano en lugar del islámico, entre otras reformas estructurales, con la idea general de adoptar los rasgos esenciales de un Estado moderno occidental.

Tras la muerte del padre de Turquía, su compañero İsmet İnönü, ascendió, desde 1938 hasta 1950,

como el segundo presidente en la entonces corta historia de la república. İsmet salvaguardó el legado kemalista reformista de su predecesor (Heper, 1998), y entre los aspectos relevantes de su Gobierno evitó, a pesar de las presiones internacionales, entrar a formar parte de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, en 1945, cuando el resultado de la guerra ya era evidente, declaró simbólicamente la guerra a Alemania y Japón (Sidera y Sotillos, 2013); esta posición en favor de los países aliados le valió la admisión, con estatus de miembro fundador, a las Naciones Unidas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, y en el contexto de la Guerra Fría, Turquía mantuvo una política exterior preferente hacia Occidente. Se convirtió en una aliada41 destacada de Estados Unidos bajo la doctrina Truman y fue un socio próximo para Europa occidental. Mientras que decisiones como el reconocimiento al Estado israelí, siendo el único país musulmán en hacerlo, lo alejaron de sus vecinos en el MO. Eventos como la caída del sah de Persia (1979), la Revolución islámica con su triunfo en Irán, la invasión soviética a Afganistán y otros acontecimientos de repercusión en el MO le dieron un valor estratégico a Turquía. El contexto internacional la impulsó para ingresar a instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OTAN, el Consejo de Europa, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y otras. En resumen, durante la Guerra Fría la posición geoestratégica turca la posicionó como un aliado para Europa occidental, como un satélite norteamericano para la contención del comunismo y como eje para estabilizar una zona conflictiva y compleja para las potencias

Fuente: Mustafá Kemal e İsmet Pasha. 1 de abril de 1992. En http://www.tsk.mil.tr.

41. Esta relación está fomentada, entre otras cosas, por los deseos de la Unión Soviética sobre el estrecho del Bósforo y su intención de modificar los términos de la Convención de Montreux sobre el paso por los estrechos, firmada en 1936, en la que se asignó a Turquía el control del tránsito de buques de guerra por Bósforo y Dardanelos.

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de Occidente (González, 2008). Es importante mencionar que la relación turca con Estados Unidos no fue uniforme en este periodo; por ejemplo, hubo situaciones de diferencia que incluso llevaron a un embargo norteamericano a Turquía entre los años 1975 y 1978, por la Operación Chipre, realizada por las Fuerzas Armadas turcas en 1974. La última década del siglo pasado y la caída del muro de Berlín parecían traer consigo y para los turcos la llegada a un segundo plano en la agenda internacional de los aliados tradicionales. Sin embargo, esta situación no sucedió y su importancia continuó, por ejemplo, de la mano de Israel para la defensa de los intereses extracontinentales en MO.

En lo que va del siglo XXI, Turquía mantiene unas relaciones diversas con los países tradicionales (EE. UU. y la Unión Europea) y con sus vecinos, específicamente con los pueblos turcomanos42 (González, 2009). Aspectos, como: la llegada y continuidad en el poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, abreviado por sus siglas en turco) en 2002; las transformaciones políticas domésticas; las relaciones con Estados Unidos después del 11S ,a pesar de las diferencias por la situación kurda y por la cuestión de Irak en 200343; los tropiezos del proceso de adhesión como miembro pleno de la Unión Europea43; el acercamiento turco a Rusia, China, Siria e Irán, las relaciones con Israel e Irak; la percepción turca de que la seguridad nacional está ligada a la seguridad regional (Aras y Fidan,

2009) y, por último, la implosión de sentimientos tradicionalistas, nacionalistas e islamistas, han sido insumos que alimentan la agenda de la política exterior turca.

En otras palabras, si a lo largo de la Guerra Fría las relaciones con Occidente fueron prioritarias en la agenda de la política exterior de Turquía, durante la primera década del presente siglo el énfasis, sin desprenderse por completo de las relaciones con EE. UU. y con la Unión Europea, parece tomar mayor dinamismo hacia MO. Como resultado de este mayor dinamismo se puede observar la configuración de acuerdos para viajar sin visado a Libia, Siria, Jordania, el Líbano y Yemen; la firma de acuerdos de libre comercio con Egipto, Jordania, el Líbano y Yemen. En dicho contexto, los intercambios comerciales entre Turquía y los países árabes pasaron de 13 000 millones de dólares a 33 500 en 2010. En total, la inversión directa del MO, del Golfo y los países del Magreb africano llegaron hasta 14 000 millones de dólares del 2004 al 2010 (Melia Benju, p. 4).

Mirar la política exterior de Turquía desde el 2009 hasta el presente, implica reconocer el papel central del actual presidente, Recep Tayyip Erdoğan, quien se vinculó oficialmente al manejo de las relaciones internacionales de su país como primer ministro desde el año 2009 hasta el 2014 y en adelante, hasta nuestro días, como presidente. Se

42. Tomado de https://elimperiodedes.wordpress.com/tag/turcomanos/: Los pueblos túrquicos eran nómadas procedentes de las estepas de Asia Central, que invadieron y colonizaron Anatolia en el siglo XI y crearon

uno de los imperios más poderosos de la Edad Moderna, el otomano. Las lenguas túrquicas pertenecen a la familia altaica y es estrechamente relacionada con el mongol. A día de hoy, los pueblos túrquicos constituyen más del 80 % de la población de Turquía, la mayoría en Azerbaiyán y los estados de Asia Central, e importantes minorías en Siria, Irak, Irán y Afganistán.

43. Turquía tiene estatus de miembro asociado desde 1964, solicitó plena adhesión en 1987 y hay negociaciones formales a todo lo largo de lo que va del siglo XXI.

44. Turquía tiene estatus de miembro asociado desde 1964, solicitó plena adhesión en 1987 y hay negociaciones formales a todo lo largo de lo que va del siglo XXI.

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dice que para entender la orientación de la política exterior turca de Erdoğan se deben analizar también dos conceptos: «cero problemas» y «estrategia profunda», elaborados por Ahmet Davutoğlu, en los que se desarrolló una doctrina que enmarcó los comportamientos de Turquía en el escenario internacional. Dichos conceptos apuntan a alcanzar una independencia óptima regional y una influencia global, específicamente mediante la asunción de un papel más importante en los antiguos territorios otomanos y dando prioridad al diálogo y la cooperación sobre la coerción y la confrontación (Walker, 2011); de allí que, por ejemplo, se viera a Turquía desarrollando intentos de mediación entre Israel y Siria, Hamas y Fatá, Irak y Siria, Irán y las potencias occidentales, y el Líbano e Irak.

Por delante, Turquía tiene, en términos de relaciones con otros Estados, por lo menos dos elementos claves que considerar, evidentes a lo largo de todo el siglo XXI, derivados de su importancia geopolítica en el escenario internacional. Por un lado, están las relaciones con los países tradicionales de Occidente (EE. UU. y la UE); por otro, están los vínculos derivados de la herencia de un imperio con vínculos con una identidad histórica en el MO. Lo anterior no es un aspecto menor, pues genera dicotomías como la presentada en el 2003, cuando Turquía decidió no intervenir en la guerra con Irak —lo que, por un lado, provocó una crisis con Estados Unidos, pero, por otro, fortaleció la imagen del país con algunos de sus vecinos del MO—, o también situaciones más recientes con Israel y con Irán en el 2010.

Finalmente, uno de los actores que en la actualidad se deben resaltar en la agenda de la política exterior de Turquía, por sus efectos geoestratégicos en el MO, es Rusia. Aunque no están exentas de

diferencias históricas, como en el caso de la guerra en Bosnia (1992-1995) o la de Kosovo (1999) y aspectos coyunturales opuestos, como el incidente militar de noviembre del 2015, las relaciones de ambos países son geopolíticamente consecuentes, estratégicamente tolerantes y geoeconómicamente convenientes. Están enmarcadas en intereses que los acercan en lo económico (particularmente lo comercial, ya que el intercambio representa 25.5 millones de dólares anuales; se destacan los sectores agrícola, turístico y de la construcción), lo energético (proyectos de rutas para el transporte de petróleo (Turkish Stream), el desarrollo de un reactor nuclear en Akkuyu, y Turquía importa el 60 % de gas desde Rusia), lo militar (industria de la defensa), de manera reservada en lo geográfico y de forma limitada en lo político (como actores relevantes para la estabilidad en Eurasia, pero con profundas diferencias, entre otros, en aspectos como la masacre de armenios durante el Imperio otomano o la soberanía rusa sobre la península de Crimea, el futuro de Abjasia y Osetia del sur, movimientos étnicos secesionistas en el Cáucaso y la situación de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj).

Hoy en día, Turquía enfrenta un conjunto de desafíos, mayores que en el pasado. La intención de dar especial relevancia a su vecindario en una política exterior, se confronta con el creciente nacionalismo kurdo, a las perspectiva de nuevas formas de terrorismo como las del Estado Islámico, la violencia sectaria creciente en Irak, las posibilidades nucleares mayores en Irán y un Líbano débil y fragmentado, dominado por grupos radicales con vínculos con Siria e Irán, son algunos componentes del desafío turco en sus fronteras. Al mismo tiempo, en el contexto internacional, sus relaciones con Occidente están en un periodo de transformación,

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y el camino para convertirse en país miembro de la Unión Europea es cada vez más incierto, mientras que con EE. UU. las relaciones no son tan claras, a tal punto que ya no es posible hablar de Turquía como un espacio de contención del fundamentalismo, como sí se habló de un bastión frente al comunismo, durante la Guerra Fría (Larrabee,

2008). En contraste, están las relaciones turcas en el Cáucaso, especialmente con Rusia, en un marco de mutua convergencia económica, potenciado por los intereses energéticos y militares que han facilitado la cooperación política y que concurren en intereses de poder en el MO, a pesar de las diferencias en el campo de la seguridad regional.

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Este documento fue impreso en la ciudad de Bogotá D.C., en los talleres de Pictograma Creativos S.A.S. Teléfonos: 201 1096 - 300 0881

CUADERNODE ANÁLISIS No°01/16

INSTITUTO DE ESTUDIOS GEOESTRATÉGICOS Y ASUNTOS POLÍTICOS

ISSN: 958-7518-9-X

GEOPOLÍTICA Y GEOESTRATEGIA DEL MEDIO ORIENTE

Una publicación de la Universidad Militar Nueva Granada - Colombia

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