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3 days ago ¿Por qué se observa tanta intolerancia en el mundo de hoy? ¿Por qué la respuesta del sujeto a los contratiempos de la vida es tan agresiva? ¿Por qué ya no se respeta más a las figuras de autoridad? Ya estamos cansados de ver en las noticieros las agresiones de los sujetos a los representantes de la ley – policía, guardas de tránsito, etc.–, la violencia intrafamiliar, las agresiones entre vecinos, los enfrentamientos entre barras de fútbol o entre subculturas urbanas, el acoso escolar y laboral, el maltrato hacia las mujeres o minorías de todo tipo, la “falta de respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias” (RAE), etc., etc. Y todas estas manifestaciones, desde los presentadores de televisión hasta los discursos psicológicos, las reducen a la falta de tolerancia entre los seres humanos. La pregunta también podría ser, entonces, ¿por qué ya no nos toleramos más entre nosotros? Esta pregunta también se podría hacer al revés: ¿por qué tendríamos que tolerarnos? Porque la verdad es que –y así lo devela el psicoanálisis– la agresividad es constitutiva de todas las relaciones que se dan entre el sujeto y sus semejante. Esto se debe al modo de identificación narcisista del sujeto con su propia imagen, el cual, al percibir al otro, a su semejante, más “completo” que él, esto desencadena en el sujeto una tensión agresiva con aquel, tensión que se manifiesta como rivalidad, celos, envidia, odio, intenciones agresivas y agresiones al otro que llegan hasta la violencia. Para el psicoanálisis, la identificación imaginaria con la imagen en el espejo, es el mecanismo por el cual se crea el Yo del sujeto –fase del espejo–. Es la constitución del Yo por identificación con su propia imagen lo que “estructura al sujeto como rivalizando consigo mismo” (Lacan, 1984) y con sus semejantes. “La agresividad es la tendencia correlativa de un modo de identificación que llamamos narcisista” (Lacan). Esta es la razón por la que, cada vez que un sujeto ve a su semejante más “completo” –más fuerte, más inteligente, más bonito, más rico, con más poder, o queriendo para él los objetos de mi deseo, etc.–, esto produce en él una herida narcisista que se acompaña con una respuesta agresiva; por eso se agrede al que no es como yo, al que es diferente a mí, o al que no se conduce según mi deseo o mi capricho. Dicha respuesta puede llegar a desembocar hasta en la muerte del otro, que es precisamente lo que divulgan las noticias en los medios de comunicación: “o yo, o el otro”. Entonces, si la respuesta “natural” del ser humano es la agresión al otro cada vez que ese otro me hiere en mi narcisismo, ¿qué es lo que hace que nos toleremos entre nosotros? La respuesta del psicoanálisis sería: la ley, la ley del padre, el Otro de la ley, la autoridad paterna; los creyentes dirían: “el temor de Dios”, ese que nos empuja a respetar la autoridad y, consecuentemente, a las figuras de autoridad, esas que representan a la ley, a las leyes establecidas en la cultura, esas que dictan el respeto por nuestros semejantes, el respeto por las diferencias, y que dicta también la tolerancia con esas diferencias. El problema es que, contemporáneamente, hay lo que el psicoanálisis denomina una «declinación de la figura paterna», es decir, que ya no es más Dios, ni las figuras paternas –el Rey, el Papa, el padre de familia, el juez, el policía– las que son respetadas y admiradas; ellas ya no sirven más como referentes para la organización social del mundo, y esto debido a que el discurso de la ciencia, el racionalismo científico "hizo desvanecer esa figura magnánima de Dios" (Ramírez, 1999); por eso, el problema de esta modernidad, no es solamente el vacío y la falta de sentido de la existencia, sino también la manifestación abierta de toda nuestra agresividad, sin miramiento por las leyes de la cultura y las figuras de autoridad. La declinación de ese Dios-Padre a nivel colectivo, tiene como efecto el surgimiento de un Dios personal y oscuro en cada sujeto contemporáneo (Ramírez), lo cual se observa en ese empuje al goce -a la satisfacción inmediata con los objetos de consumo-, que el discurso capitalista promueve hoy, y a la satisfacción de todos nuestros caprichos, sin miramiento por nuestros semejantes. Por eso se podría decir que allí donde el padre tenía la ley, ahora la madre tiene el capricho. “Hoy lo que se observa en el 409. Intolerancia: la agresividad es correlativa de la identificación narcisista.

Intolerancia_ La Agresividad Es Correlativa de La Identificación Narcisista

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  • 3 days ago

    Por qu se observa tanta intolerancia en el mundo de hoy? Por qu la respuesta del sujeto a loscontratiempos de la vida es tan agresiva? Por qu ya no se respeta ms a las figuras de autoridad? Yaestamos cansados de ver en las noticieros las agresiones de los sujetos a los representantes de la ley polica, guardas de trnsito, etc., la violencia intrafamiliar, las agresiones entre vecinos, losenfrentamientos entre barras de ftbol o entre subculturas urbanas, el acoso escolar y laboral, elmaltrato hacia las mujeres o minoras de todo tipo, la falta de respeto a las ideas, creencias o prcticasde los dems cuando son diferentes o contrarias a las propias (RAE), etc., etc. Y todas estasmanifestaciones, desde los presentadores de televisin hasta los discursos psicolgicos, las reducen ala falta de tolerancia entre los seres humanos. La pregunta tambin podra ser, entonces, por qu ya nonos toleramos ms entre nosotros?

    Esta pregunta tambin se podra hacer al revs: por qu tendramos que tolerarnos? Porque la verdades que y as lo devela el psicoanlisis la agresividad es constitutiva de todas las relaciones que se danentre el sujeto y sus semejante. Esto se debe al modo de identificacin narcisista del sujeto con supropia imagen, el cual, al percibir al otro, a su semejante, ms completo que l, esto desencadena enel sujeto una tensin agresiva con aquel, tensin que se manifiesta como rivalidad, celos, envidia, odio,intenciones agresivas y agresiones al otro que llegan hasta la violencia. Para el psicoanlisis, laidentificacin imaginaria con la imagen en el espejo, es el mecanismo por el cual se crea el Yo del sujetofase del espejo. Es la constitucin del Yo por identificacin con su propia imagen lo que estructura alsujeto como rivalizando consigo mismo (Lacan, 1984) y con sus semejantes. La agresividad es latendencia correlativa de un modo de identificacin que llamamos narcisista (Lacan). Esta es la raznpor la que, cada vez que un sujeto ve a su semejante ms completo ms fuerte, ms inteligente, msbonito, ms rico, con ms poder, o queriendo para l los objetos de mi deseo, etc., esto produce en luna herida narcisista que se acompaa con una respuesta agresiva; por eso se agrede al que no escomo yo, al que es diferente a m, o al que no se conduce segn mi deseo o mi capricho. Dicharespuesta puede llegar a desembocar hasta en la muerte del otro, que es precisamente lo que divulganlas noticias en los medios de comunicacin: o yo, o el otro.

    Entonces, si la respuesta natural del ser humano es la agresin al otro cada vez que ese otro me hiereen mi narcisismo, qu es lo que hace que nos toleremos entre nosotros? La respuesta del psicoanlisissera: la ley, la ley del padre, el Otro de la ley, la autoridad paterna; los creyentes diran: el temor deDios, ese que nos empuja a respetar la autoridad y, consecuentemente, a las figuras de autoridad, esasque representan a la ley, a las leyes establecidas en la cultura, esas que dictan el respeto por nuestrossemejantes, el respeto por las diferencias, y que dicta tambin la tolerancia con esas diferencias. Elproblema es que, contemporneamente, hay lo que el psicoanlisis denomina una declinacin de lafigura paterna, es decir, que ya no es ms Dios, ni las figuras paternas el Rey, el Papa, el padre defamilia, el juez, el polica las que son respetadas y admiradas; ellas ya no sirven ms como referentespara la organizacin social del mundo, y esto debido a que el discurso de la ciencia, el racionalismocientfico "hizo desvanecer esa figura magnnima de Dios" (Ramrez, 1999); por eso, el problema deesta modernidad, no es solamente el vaco y la falta de sentido de la existencia, sino tambin lamanifestacin abierta de toda nuestra agresividad, sin miramiento por las leyes de la cultura y las figurasde autoridad.

    La declinacin de ese Dios-Padre a nivel colectivo, tiene como efecto el surgimiento de un Dios personaly oscuro en cada sujeto contemporneo (Ramrez), lo cual se observa en ese empuje al goce -a lasatisfaccin inmediata con los objetos de consumo-, que el discurso capitalista promueve hoy, y a lasatisfaccin de todos nuestros caprichos, sin miramiento por nuestros semejantes. Por eso se podradecir que all donde el padre tena la ley, ahora la madre tiene el capricho. Hoy lo que se observa en el

    409. Intolerancia: la agresividad es correlativa de laidentificacin narcisista.

  • mundo es un capricho que toma el carcter de un "querer" ilimitado y arbitrario, voluntad de goce sin ley(Fanjul, 2014) Cmo pensar entonces los retornos de ese goce, que se manifiesta en la intolerancia yla agresividad del ser humano, en una poca que prescinde de la ley del padre? Y si hablamos delcapricho materno, es porque el deseo materno, estragante por estructura (Fanjul), es el que empuja alsujeto por fuera de la ley del padre, es el que empuja al sujeto a la satisfaccin de sus deseos. Por esoel sujeto contemporneo pareciera comportarse como un nio mimado: intolerante, caprichoso yagresivo con todo aquel que lo hiera en su narcisismo.

    Publicado 3 days ago por Hernando Alberto Bernal

    Etiquetas: agresividad, autoridad, ciencia, cultura, deseo, estrago, fase del espejo, funcin materna,goce, identificacin, intencin agresiva, ley, narcisismo, Otro, padre, tensin agresiva, violencia

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