INTRODUCCIÓN El carácter marcial - · PDF fileEsgrima shinobijutsu kogusoku tojutsu chikairi-no-jutsu koshi-no-mawari kenjutsu shurikenjutsu koshi-no-wakari kendo yubijutsu kumiuchi

INTRODUCCIÓN 23

INTRODUCCIÓN

El carácter marcial

• Definición de bujutsu y sus especializaciones

La larga historia y la compleja tradición del arte japonés de combate estánencarnadas en una diversidad de formas, métodos y armas, cada uno de loscuales constituye una particular especialización de este arte. Cada especializa-ción, a su vez, es conocida como un jutsu, una palabra que puede ser traducidacomo «método», «arte» o «técnica» y es indicativa del modo o modosconcretos en que se ejecutan ciertas acciones. Históricamente, cada arte ométodo ha desarrollado ciertos procedimientos o modelos que lo han distingui-do de los procedimientos y modelos de otras artes. En el contexto del artejaponés de combate, por tanto, una especialización consiste en un métodoparticular sistemático de usar un arma específica.

Con mucha frecuencia, una especialización de combate se identificaba conel nombre del arma usada por sus practicantes. Un ejemplo de este sistema deidentificación sería el kenjutsu –es decir, el arte (jutsu) de la palabra (ken). Sinembargo, un método de combate puede identificarse también por el modoconcreto funcional de usar un arma para lograr la subyugación de un oponente.Entre las especializaciones del arte de combate sin armas, por ejemplo, eljujutsu identifica el arte (jutsu) –es decir, el arte de usar la fuerza del oponentepara derrotarle a él mismo. Con frecuencia, una especialización principal decombate da lugar a subespecializaciones, muchas de las cuales, mediante unconstante refinamiento, mejoran de manera eficaz el método original hasta elpunto de sustituirlo por completo, convirtiéndose así en especializaciones decombate independientes de las mismas. En tal caso, la subespecializacióngeneralmente se indentificará mediante el nombre de su rasgo principal.Kenjutsu, el arte de la espada, por ejemplo, siguió desarrollándose hastaconvertirse en una mortífera especialización conocida como iaijutsu –el arte(jutsu) de desenvainar (iai) y simultáneamente cortar con la espada; fue

INTRODUCCIÓN 25

descubierto en la doctrina. El único intento que hemos hecho para clasificarlosen este momento es dividirlos en dos grupos principales –armados y desarma-dos–, subdividiendo el primero en tres categorías según la importancia y

TABLA 1EL BUJUTSU EN EL JAPÓN FEUDAL

CON ARMAS SIN ARMAS

Importante Secundario Colateral

Tiro con arco Arte del abanico de guerra Arte de la aikidokyujutsu tessenjutsu (tessen) cadena y otras aikijutsukyudo herramientas chikarakurabeshagei Arte del palo kusarijutsu chogusoku

jojutsu (bo) kusariganajutsu genkotsuLancería jodo manrikikusari gusoku

sojutsu tetsubojutsu chigirigijutsu hakushiyarijutsu gegikanjutsu judonaginatajutsu (naginata) Arte del jitte jujutsusodegaramijutsu juttejutsu (jitte) Artes ocultas karatesasumatajutsu ninjutsu kempo

toiri-no-jutsu kiaijutsuEsgrima shinobijutsu kogusoku

tojutsu chikairi-no-jutsu koshi-no-mawarikenjutsu shurikenjutsu koshi-no-wakarikendo yubijutsu kumiuchiiaijutsu koppo roikumiuchiiaido fukihari shikakutantojutsu suijohokojutsu shinobi

shubakuEquitación sumai

bajutsu sumojobajutsu taidosuibajutsu taidojutsu

toriteNatación wajutsu

suiejutsu yawaraoyogijutsukatchu gozen oyogi

Nomenclatura japonesa en letra cursiva

INTRODUCCIÓN 53

TABLA 2CRONOLOGÍA DE LA HISTORIA JAPONESA

ERAS, EDADES Y PERÍODOS CARACTERÍSTICAS Y ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES

con su cronología considerados como relevantes en el bujutsu

Era prehistórica (Jomón) Períodos paleolítico y mesolítico de una cultura nómadabasada en la caza, seguidos por el neolítico (uso de lacerámica)

Era protohistórica Edad de los antiguos clanes (uji) y de los títulos here-ditarios basados en el cultivo del arroz y en el uso deutensilios de bronceAparición de las primeras clases sociales en el nivel decultura tribal

Año 57 d.C, Primer envío de los isleños japoneses de Nu a la corteHan de ChinaInvasión del Japón occidental por las tribus Yamato.Victorias militares de Takeru-no-Mikoto y evolucióndel clan hacia un reinoAparición de armas de hierro en dólmenes

Hacia el año 360 Según la tradición, invasión de Corea por guerrerosjaponeses liderados por la emperatriz Jingo

Inicio de la Hacia el año 405 Introducción de la escritura desde Coreahistoria escrita Revuelta en Kyushu contra el envío de guerreros japo-

neses para proteger los intereses japoneses en CoreaAño 552 Introducción del budismo bajo el patrocinio del clan

Soga contra la oposición del Mononobe y del NakatomiEliminación del poder japonés en Corea por el levanta-miento y expansión del reino de Silla

Año 587 El clan Soga inflige un golpe mortal al clan Mononobe594 El budismo es proclamado la religión del estado604 Se adopta el calendario chino607 Se envía la primera embajada a China

El clan soga es eliminado por Naka-no-Oe y NakatomiKamatari

645 Se promulga la reforma Taika663 Derrota de guerreros japoneses en Corea y destrucción

de su aliado Paekche por Silla apoyado por la dinastíaT’ang

672 El emperador Temmu usurpa el trono702 Promulgación del código Taiho

PARTE IEXPONENTES

DEL BUJUTSU.

El bujín

EL BUSHI 59

1EL BUSHI

• La ascensión de la clase militar

La clase militar (buke) comenzó a jugar un papel determinante en la historiadel Japón durante los siglos X y XI (finales del período Heian) cuando el poderdel emperador, jefe nominal del clan Yamato, lenta pero irresistiblementecomenzó a desintegrarse a raíz de las constantes luchas internas de la nobleza.Durante este período, los clanes aristocráticos (kuge) lucharon interminable-mente unos contra otros –cuando, se entiende, no estaban luchando contra laspoderosas organizaciones de sacerdotes y monjes militares cerca de Nara. Estefenómeno puede verse ya a mediados del siglo VI, cuando un clan compara-tivamente nuevo, el Soga, desafió el poder de los cinco clanes originales: elOtomo, Kume (Kumebe), Imibe, Mononobe y Nakatomi. Los miembros de ladinámica y extremadamente hábil familia Soga, de hecho, llegaron a conseguirinsinuarse en la línea imperial de sucesión, usando todos los medios concebi-bles para lograr sus fines. Dos príncipes imperiales fueron asesinados comoconsecuencia de sus «intrigas, que culminaron con el asesinato del emperadorSosun (año 591 d. C.), el único crimen de esta clase admitido abiertamente porlos historiadores japoneses» (Brinkley[2], 42-43).

En aquel tiempo, el país se hallaba también al borde de un cataclismoespiritual precipitado por el choque entre el budismo monoteísta y el animismopanteísta de la religión indígena (Shinto). La difusión de la primera doctrinay su polarización mística de imágenes destacó aún más la suprema autoridaddel emperador-sacerdote, convirtiéndolo así en un objetivo todavía más con-creto de aquellos poderosos y ambiciosos nobles que estaban decididos ahacerse con aquel poder para ellos mismos. De todos modos, las luchas entreclanes no siempre tuvieron su expresión en derramamientos de sangre. Losmiembros del clan Soga también se hicieron famosos en la historia japonesa

60 EXPONENTES DEL BUJUTSU

por su destreza como diplomáticos, dirigiendo el reino directamente, comoregentes (sessho) y dictadores civiles (kampaku), o indirectamente, como lesconviniese a los parientes maternos o paternos y mentores de un emperador.Su dominio fue finalmente destruido por Katamari, jefe del antiguo clanNakatomi. Como consecuencia de sus esfuerzos, «la familia Soga se extinguió,un eufemismo para significar que todos los varones que llevaban el nombre deSoga, ancianos, jóvenes o niños, fueron pasados por la espada. Éste era elmétodo para tratar tales casos en los tiempos antiguos, que continuó durante laedad media e incluso hasta tiempos relativamente modernos» (Brinkley[2], 43).

De acuerdo con lo que, por aquel tiempo, se convirtió en la costumbrepolítica del país, Kamatari restituyó nominalmente el poder al emperador, perose reservó aquellos cargos a través de los cuales se ejercía ese poder para símismo y para los miembros de su clan (al que el emperador otorgó el nombrede «wisteria plain», o Fujiwara). Con el tiempo, este clan llegó a predominarsobre todos los descendientes del antiguo kuge.

Como consecuencia del exterminio que caracterizó el período Heian pordebajo de su esplendor exterior, se creó un vacío de poder en el centro políticode la nación, y una nueva clase de hombres fue arrastrada hacia este vérticepor las irresistibles fuerzas de la historia. Estos hombres formaron una especiede aristocracia militar que, al menos inicialmente, parecía estar excluida delproceso político de toma de decisiones. La función de esta clase fue principal-mente la de agrandar y proteger las fronteras de la nación. De este modo, susmiembros heredaron la tradición marcial antigua que una vez había sido laprerrogativa de antiguos y expansivos clanes nobles antes de que fuesencentralizados –primero en Nara y luego en la capital permanente de Kioto.Lenta pero firmemente, esta centralización había separado al clan kuge de labase real del poder de aquella era: la propiedad de la tierra. Tal como Grinnanseñaló, «la historia de la posesión de la tierra de un país está siempre

Nobles de la corte


los súbditos de la nación en clases según un orden vertical de pragmáticaimportancia, inspirado en gran medida en el carácter y la fuerza militar de losguerreros a quienes todos los demas súbditos quedaban subordinados.

Las épocas anteriores habían presenciado el inicio de este proceso deselección y especialización social que los Tokugawa confirmaron en lapráctica, una vez hubieron ellos situado a su clase por encima de todas lasdemás y a su clan en la cima de la pirámide social. Del nuevo gobiernoemanaba de vez en cuando un conjunto de leyes y reglamentos, definiendo yclarificando las divisiones de clases, las funciones y las relaciones dentro delcuerpo político nacional. A partir de 1615, se promulgaron leyes que determi-naban específicamente las posiciones y funciones legales de la corte imperialy de sus familias aristocráticas (Kuge Sho-hatto), de la clase militar (BukeSho-hatto), de las órdenes religiosas (Jin-hatto), de los campesinos (Goson-

Seguidor de la secta Fuke del budismo, KOMUSO

Shogún con vestimenta de la corte

Guardia del foso

EL BUSHI 77

hatto), de los plebeyos de Edo y, por analogía, de todas las demás ciudades(Edo-machiju-sadame), leyes promulgadas por el gobierno militar del shogúnTokugawa. Se publicaron unas líneas orientativas generales relativas a laadministración de la policía, los códigos penales y los procesos judiciales enuna serie (Kujigata Osadamegaki), y se crearon agencias para asegurar queestas leyes y reglamentos fuesen observados, siendo perseguida rápida ydespiadadamente cualquier infracción.

La sociedad que emergió durante el período Tokugawa como resultado dela reorganización efectuada por el gobierno Edo estaba distribuida estructural-mente tal como se ilustra en la tabla 3. Había una serie de clases que, en ordende importancia, incluía a la clase militar en la cúspide (buke), con susguerreros profesionales y sus familias (shi, bushi); seguida por la claseagrícola (no), con sus campesinos o agricultores (hyakusho); la clase industrial(ko), compuesta principalmente por artesanos (shokunin), y la clase comer-ciante (sho), representada por los mercaderes (akindo, chonin).

TABLA 3ESTRUCTURA DE LAS CLASES DE

LA SOCIEDAD TOKUGAWA

Artesanos (shokunin)

Comerciantes (akindo, chonin)

Proscritos (eta, hinin)PLEB

EYO

S (h

eim

in)

CLA

SE M

ILIT

AR

(buk

e)Gobierno

central(bakufu)

Gobiernoprovincial(daimio)

Corte imperial y nobles (kuge)

Órdenes religiosas

Agricultores (hyakusho)


dentro de la ciudad. Los supervisores de las residencias militares (tsujiban) sedividían a su vez según su área de vigilancia: supervisores de distritoshatamoto (kumiai-tsujiban), supervisores de distritos daimio (daimyo-tsujiban)y supervisores directos del gobierno (kogi-tsujiban). Los distritos civilestenían sus propios supervisores (jishimban) y vigilantes de las puertas (banta-ro) que las cerraban al final de cada calle de la ciudad a las 10 de la noche,tras lo cual no se le permitían a nadie entrar ni salir sin permiso oficial.

En 1600, Ieyasu había comenzado a conceder lugares en y alrededor de Edoa sus vasallos de más confianza y a los gobernadores provinciales que, enconsecuencia, se encontraron con dos o más residencias oficiales. El tamañode estos lugares se determinaba tomando como base el tsubo, una medidaequivalente aproximadamente a 3,34 m2, y los lugares podían oscilar entre los

TABLA 4EL GOBIERNO CENTRAL (BAKUFU) Y SUS

PRINCIPALES AGENCIAS EN EDO

Tribunal supremo de justicia (hyojosho)

Estandarte de los caballeros (hatamoto)

Vasallos de la corte (gokenin)

Fuerzas de policía de Edo

EJEC

UTI

VO

DEL

IBER

ATIV

OShogún

Consejo deancianos (roju)

Consejo de ancianosmás jóvenes (waka-doshiri)

Censores (metsuke)

Comisariode templos y

santuarios(jisha-bugyo)

Comisario definanzas

(kanjo-bugyo)

Juez municipal(machi-bugyo)


Criados daimio en una procesión SANKIN-KOTAI


La impaciencia con la que el guerrero profundamente condicionado delperíodo feudal inicial entraba en combate era proverbial. En tiempos de paz,y particularmente durante el largo período Tokugawa, esta impaciencia sehacía patente en gratuitas muestras de desprecio y desdeño por todas las otrasclases con cualquier pretexto, así como en una tendencia histérica a reaccionarcon exceso a muestras incluso imaginadas de «falta de respeto», cuando no seconvertían en simples homicidas. Estas cualidades degenerativas estabanclaramente relacionadas con la futilidad e inutilidad general de la existencia delos samurai conforme se fueron volviendo más parásitos durante aquellosperíodos de paz prolongada en que imperaba un sentimiento de resentimientoy desprecio hacia ellos por parte de las masas oprimidas» (es decir, por partede todas las demás clases) tras sus máscaras de forzado servilismo. «Sacerdo-tes y guerreros: ¡perros y animales!» (shukke, samurai: inu-chikusho), segúnnos cuenta Norman, era un «refrán popular», aplicado con bastante frecuenciaa «estos tipos vagos y glotones» durante el período Tokugawa. El servilismode un criado hacia sus superiores inmediatos dentro de la jerarquía del clancontrastaba vivamente con su arrogancia e indisimulado desprecio por aque-llos plebeyos a los que, según el artículo 71 del código criminal (Osadamega-ki), tenían la libertad e incluso el deber de abatir en el mismo lugar en que sehallasen (kirisutegomen), con independencia del sexo o la edad, si mostrabanun comportamiento hacia él que el samurai considerase irrespetuoso o incluso«inesperado». Su estatus privilegiado en la sociedad como un todo, sinembargo, no podía ocultar totalmente el hecho de que también ellos seencontraban atrapados en un sistema que les oprimía casi con la misma fuerzaque a los demás. Dado que los guerreros «estaban sometidos a un elaboradoy no escrito código de ceremonias, su libertad de pensamiento y acción sehallaba extremadamente limitada. No se les permitía pensar libremente, niactuar de acuerdo con su propia voluntad» (Hayashi, 70).

El estatus de un guerrero dentro del clan en que nació o en el clan al queera asignado por un superior legítimo solía ser inmutable. Sólo circunstanciasexcepcionales podían liberarle de este vínculo de lealtad y convertirle en unguerrero sin señor (ronin). Las antiguas ordenanzas promulgadas por Hideyos-hi limitando cualquier cambio en el estatus y residencia de un sirviente fueron

EL BUSHI 129

largo del país. En general, se le animaba a iniciar una carrera especializada,de acuerdo con el rango ostentado por el cabeza de familia, a quien esperabasuceder cuando el primero se retirase o muriese. Se mostraba indulgencia conlos estudiantes menos dotados, a quienes se daba más tiempo y atenciónsuplementaria con el fin de ayudarles a ponerse a la altura de los demás. Elfracaso, naturalmente, significaba la desgracia absoluta, puesto que frecuente-mente conllevaba (de manera característicamente japonesa) la degradación detoda la familia a un rango inferior en la jerarquía militar, debido a laincapacidad del hijo para seguir los pasos de su padre.

El clan Tsu se jactaba de tener cuatro naves para el estudio del jujutsu, trespara practicar la puntería, una para el tiro con arco, tres para montar a caballo,una para la estrategia, tres para la lucha con lanzas, tres para la esgrima y unapara el «halberd» –todo ello dentro del mismo recinto, según Dore. En lamayoría de escuelas centrales y provinciales, las mañanas eran dedicadas a lasdisciplinas literarias y las tardes a las técnicas militares, combinando de estemodo el bun y el bu. La proporción de maestros asignados a diferentesdisciplinas puede obtenerse gracias a la lista de salarios incluidos en el

TABLA 10PROGRAMA DE INSTRUCCIÓN EN EL INSTITUTO NISSHINKAN

OBLIGATORIO OPCIONAL

Literario Militar

Clásicos chinos Arte del arco y la flecha (kyujutsu) Ceremonia del té (sado)(jugaku)

Religión y literatura Varias especialidades de lancería Poesía (shisaku)indígenas (yarijutsu, naginata, bojutsu, etc.)(shinto oyobi kogaku)

Caligrafía Varias especialidades de esgrima Versificación improvi-(shogaku, shuji) (tojutsu, kenjutsu, etc.) sada (sokuseki)

Etiqueta (reishiki) Arte del combate sin armas con o Caza (torioi)sin armadura (jujutsu)

Música clásica Artillería y armas de fuego (hojutsu)(gagaku)

Matemáticas (sugaku) Arte de las fortificaciones (chikujojutsu)

Medicina (igaku) Arte de la equitación sobre tierra yen el agua (bajutsu, suibajutsu)

Astronomía (temmon) Arte de la natación con armadura (suiei)

Nomenclatura japonesa en cursiva

LOS HEIMÍN 155

2LOS HEIMÍN

• Los agricultores

La distinción entre el guerrero y el agricultor, entre el bushi y el hyakusho(no), se convirtió en un principio formal de estratificación social con eladvenimiento al poder de Tokugawa Ieyasu.

El paso pragmático que hizo aplicable este principio había sido dado porHideyoshi años antes (en 1588), cuando instituyó la famosa «caza de laespada» (katana-gari). Esta extendida confiscación de armas, tal como señalaGoedertier, tenía por objetivo desarmar a los campesinos como clase y de estemodo acabar con los «levantamiento agrarios» (Goedertier, 128), que eran unaamenaza para la supremacía de la familia del arco y la flecha. Sin embargo,un igualmente importante y altamente respetado principio, que fue considera-do válido durante los tiempos anteriores y siguió siéndolo en cierta medidahasta la restauración (al menos para las categorías y rangos inferiores deguerreros), era el principio según el cual «los samurai tuvieron su origen enla clase de campesinos y debían volver a ella» (Dore[2], 221). Fue esteprincipio lo que mantuvo a la clase guerrera en las provincias muy cerca dela tierra –la fuente de la riqueza y del poder– y de los que la cultivaban. Losniveles inferiores de la pirámide militar se fusionaban con los niveles superio-res de la clase campesina, y las vicisitudes de cualquiera de ellos tendían aafectar vitalmente a los otros durante todo el período feudal, hasta que larevolución industrial desplazó el centro de la historia del campo a lasciudades. Este principio, en efecto, se manifestaba principalmente en laposición de la clase campesina, que Ieyasu situó inmediatamente detrás delguerrero en la escala social, y en el prestigio asociado con las posiciones dejefe de distrito (ojiya) y del jefe del pueblo (shoya), a «quienes se les permitíallevar espadas», podían enviar a sus hijos a las escuelas del feudo y gozaban

LOS HEIMÍN 159

u otros desastres, provocados por el hombre o naturales. En casos especiales,funcionarios de la administración militar podían reconocer una situaciónparticularmente perturbadora y reducir la renta durante un período limitado detiempo, pero las sumas debidas nunca eran perdonadas del todo.

Limitados a sus mura y a sus feudos adjudicados, teniendo prohibido bajoamenaza de los más espantosos castigos (individuales y colectivos) abandonarsus casas o campos, sometidos a una continua presión de «los samuraiempobrecidos y de los señores feudales» (Embree[2], 6), no es extraño queincluso en el período Tokugawa «se produjesen más de mil rebelionescampesinas» (Rudowski, 255). Yazaki da un número más específico: 1.240revueltas «durante 268 años desde 1599 hasta el final de la era Edo en 1867»(Yazaki, 251). Estas revueltas, tal como se ha indicado antes, eran extremada-mente violentas y temidas incluso por los buke debido a la desesperación conla que los campesinos usaban la fuerza, una vez habían sido incitados a entraren acción. El alcance de estas revueltas variaba desde la deserción de loscampos hasta la destrucción de propiedades y choques armados. Generalmentefueron sofocadas con dureza y los líderes (aunque a veces fueron capaces deconseguir para sus seguidores la reparación de los abusos que habían provo-cado la revuelta) rápidamente eran ejecutados, a menudo exhibiendo estaestoica indiferencia por el dolor y desprecio por la muerte que los bushiconsideraban como su rasgo exclusivo y distintivo. Esta última práctica pareceque era generalmente aceptada como inevitable. Muchos líderes campesinos,sin embargo, y sus seguidores más próximos rehusaron someterse a estacostumbre. En vez de esto, sus revueltas se hicieron clandestinas, huyendo alas colinas donde grupos de bandidos y de proscritos hallaron siempre unrefugio, o bien desaparecían en los bajos fondos que existían en todos lospueblos costeros de mucho movimiento o en centros metropolitanos.

Un caso notable que sirve como ejemplo de las notables potencialidadesmarciales de los campesinos y, en este caso particular, del papel jugado porlas armas de fuego europeas ayudando a los buke a aplastar una rebelión lo

LOS HEIMÍN 163

• El clero belicoso

Una importante posición en la práctica del bujutsu, considerada por ciertasautoridades comparable con la ocupada por los bushi, fue ostentada por estainteresante figura, el monje o sacerdote belicoso, que jugó un importante papelen la historia del Japón, no sólo durante el antiguo período Heian sino tambiéna lo largo de aquellos siglos turbulentos que acabaron en la dictaduraTokugawa. Casi todas las religiones organizadas han adoptado una posturamilitar en algún momento de su desarrollo, especialmente durante aquellasprimeras fases caracterizadas por la aparición del hombre de entre las sombrasde la prehistoria. Esos sentimientos de asombro y terror inspirados por lasdesconocidas fuerzas de la existencia que azotan al hombre, reforzados por suinstinto de supervivencia, hicieron su aportación a la naturaleza altamentemística de la mayoría de comienzos nacionales. En realidad, en gran parte delas culturas, los primeros reyes fueron también sacerdotes de alto rango quegobernaban teocracias en las que la fe en una divinidad particular ayudó aconsolidar la nación y a establecer sus fundamentos, expresándose esta femediante ritos o a través de la fuerza de las armas, o, más frecuentemente, através de una combinación de ambas, en formas de combate considerado deinspiración divina.

Durante los períodos iniciales de la historia japonesa, tal como hemos vistoen nuestro estudio de los clanes (uji), el factor religioso ya era predominante.Tal como lo planteó un erudito que había estudiado los primeros tiempos deese país, «el gobierno y la religión estaban entonces unidos por estrechosvínculos» (Renondeau, 35). El ascenso del culto solar del clan Yamato hastaque finalmente alcanzó una posición de supremacía sobre los cultos de todoslos demás clanes, así como sobre el vago animismo de la religión indígena, elsintoísmo, es inseparable de las turbulencias políticas del período. El pragma-tismo político o militar y la religión ciertamente se expresaban y reforzabanel uno al otro, manteniendo una identidad de intereses que caracterizaría lahistoria del Japón hasta bien entrada la era moderna.

Esta identificación virtual entre religión y política (especialmente en suexpresión militar) también caracterizó la historia de la cultura occidental, ensus etapas clásica y medieval. Las teocracias militares de Egipto y Mesopota-mia, las guerras consagradas de griegos y romanos, los papas que dirigieronejércitos y los reyes que gobernaron por derecho divino, las guerras santas en


el Oriente Medio y las conquistas en las Américas hechas en nombre de la feson expresiones de esta identidad fundamental asignada por el hombre antiguoy medieval a las cosas divinas o espirituales y las cosas prácticas o concretas.Durante los siglos XVI y XVII se produjo en la cultura occidental una rupturaentre las dos, cuando el conocimiento empírico y la clasificación objetiva delos fenómenos según sus causas y efectos directos asignaron una posición deimportancia en la historia a los tipos de pensamiento científicos y analíticos.

En japón, esta fractura no se produjo hasta el siglo XIX, e incluso entoncesel hecho de que viniera impuesta desde el exterior en forma de una invasióncultural forzada (que estimuló también una frenética aceleración para igualarlos progresos occidentales en ciencia militar en cuestión de décadas) nopermitió la formación de una fractura de suficiente profundidad en su tradicióncomo para revolucionar genuinamenente la perspectiva del pueblo japonés. Nifue posible tampoco establecer la base para una tradición científica indígenaverdadera, es decir, disociada en gran medida, cuando no abiertamente opues-ta, al punto de vista fuertemente fusionado y panteísta de lo divino que loabarcaba y le daba color a todo y a todos en la concepción japonesa de laexistencia. Hay indicaciones, sin embargo, de que la ocupación del Japón alfinal de la Segunda Guerra Mundial sirvió para ensanchar la grieta en lamentalidad nacional y para hacer más difícil para el hombre y la mujerjaponeses modernos volver completa e incuestionablemente a aquella antiguae indiferenciada fusión de lo divino con los aspectos concretos (tantas vecesviolentos) de su realidad, que había caracterizado las creencias de sus antepa-sados.

En el Japón antiguo, por consiguiente, predominaba lo divino. El emperadorera el sumo sacerdote de aquel animismo shamanista que estaba en la raíz delsintoísmo y, más tarde, de la híbrida y sincrética forma de budismo adoptadade fuentes chinas por la corte imperial en Nara. El choque entre el primero y

Sacerdotes budistas dealto rango Sacerdote sintoísta

LOS CENTROS DE INSTRUCCIÓN MARCIAL 191

3LOS CENTROS DE INSTRUCCIÓN

MARCIAL

• El ryu

La existencia de armas específicas de combate, así como referencias directase indirectas a modos, estilos y técnicas particulares de usarlas en combate,presuponen la existencia de centros de instrucción sistemática (desde las másrudimentarias hasta las más sofisticadas), donde los practicantes del bujutsupodían familiarizarse con la teoría y la práctica del combate individual. Enestos centros, los practicantes aprendían a hacer frente a las innumerables eimpredecibles circunstancias que podían esperar encontrar en una situación decombate. Documentos compilados por escribas de los clanes militares a partirdel siglo XI, especialmente las crónicas del período Edo, generalmente serefieren a estos centros como «escuelas de técnicas marciales» (bujutsu-ryu).Esta definición, naturalmente, es aplicable sobre todo a los centros de instruc-ción marcial a los que asistía el luchador profesional del Japón feudal, elguerrero (bushi), puesto que es quien domina la historiografía de este período.

Así, por definición, un ryu representaba una escuela en la que un expertoreconocido públicamente enseñaba a un cierto número de estudiantes el usoestratégico de un arma concreta, en un estilo determinado y según conceptosparticulares. El propósito principal del ryu marcial, por consiguiente, eraeducativo en el sentido de que suponía la transmisión de conocimientossistemáticos en las especializaciones del bujutsu mediante el empleo deespecialistas en la enseñanza considerados capaces de producir especialistas enla lucha. Tal como se ilustra en la tabla 11, cada escuela solía identificarse porel nombre de familia del fundador o inventor de un estilo particular de luchaenseñado en esa escuela, por el nombre del clan bajo cuya protección el ryu


TABLA 11ESCUELAS IMPORTANTES DE BUJUTSU EN EL JAPÓN FEUDAL

ESCUELA (ryu) ESPECIALIDAD

Aisu-Kuge EsgrimaAraki Armas encadenadasDaito Combate a corta distanciaHakutsu Combate a corta distanciaHasegawa EsgrimaKioki Tiro con arcoHoki EsgrimaHozo-in LanceríaIsshin Armas encadenadasItto EsgrimaJukishin Combate a corta distanciaJuki Combate a corta distanciaKajima Tiro con arcoKatori-Shinto EsgrimaKito Combate a corta distanciaKyushin Combate a corta distanciaKobo NataciónKoto-Eiri EsgrimaKukishin PaloKankai NataciónMasaki Armas encadenadasMiura Combate a corta distanciaMukai NataciónMuso-Jukidem-Eishin EsgrimaMuso-Shinden EsgrimaNen EsgrimaNichioku Tiro con arcoNihon Tiro con arcoNito EsgrimaOmori EsgrimaSasanuma NataciónSekiguchi Combate a corta distanciaShibukawa Combate a corta distanciaShinden NataciónShindo-Muso PaloShinkage Espada y lanzaShin-no-Shindo Combate a corta distancia

(sigue)

LOS CENTROS DE INSTRUCCIÓN MARCIAL 193

estaba autorizado oficialmente a operar, por nombres muy imaginativos asig-nados a las estrategias y técnicas típicas de la escuela, o por un cierto principio«esotérico» de combate, según dicen considerado como la piedra angulardidáctica o como la característica destacada de su enseñanza.

La cultura marcial del Japón antiguo y feudal permitió ampliamente laproliferación de la mayor variedad de estos ryu marciales. La era de desórde-nes desde el siglo IX hasta el XVII proporcionó un terrero fértil para lainvención, prueba y refinamiento de armas, estilos, estrategias y prácticas decombate –y para enseñarlos sistemáticamente. En la doctrina, sin embargo,parecen predominar seis tipos básicos de ryu. Estos seis tipos a menudo sesuperponían y mezclaban, siguiendo los caprichos del tiempo, del lugar y delas circunstancias.

El primer tipo de escuela marcial puede calificarse como original; es decir,era administrada por el propio fundador o por sus sucesores inmediatos bajosu supervisión personal. El segundo tipo era la escuela derivada, que era

TABLA 11(continuación)

ESCUELA (ryu) ESPECIALIDAD

Shinto EsgrimaSoken Tiro con arcoSosuishitsu Combate a corta distanciaSuifu NataciónTakeda NataciónTakenouchi Combate a corta distanciaTendo LanceríaTamiya EsgrimaTenjin-Shinyo Combate a corta distanciaTenshin-Shoden-Katori-Shinto Espada y lanzaToda Armas encadenadasYagyu EsgrimaYagyu-Shingan Combate a corta distanciaYamamouchi NataciónYoshin Combate a corta distancia

Cada escuela practicaba también otras especialidades. La indicada aquíaparece con mayor frecuencia en la doctrina del bujutsu como la especialidadpor la que la escuela destacaba particularmente.


TABLA 12SISTEMA JERÁRQUICO EN DERIVACIONES MODERNAS DEL BUJUTSU FEUDAL

CATEGORÍA RANGOS (C/C significa «cinturón negro»)

C/C 10º grado (judán)

C/C 9º grado (kudan)

C/C 8º grado (hachidán)

C/C 7º grado (shichidan)

C/C 6º grado (rokudan)

C/C 5º grado (godan)

C/C 4º grado (yodan)

C/C grado 3º (sandan)

C/C 2º grado (nidan)

C/C grado 1º (shodan)

Estudiante de 1ª clase (ikkyu)

Estudiante de 2ª clase (nikyu)

Estudiante de 3ª clase (sankyu)

Estudiante de 4ª clase (yonkyu)

Estudiante de 5ª clase (gokyu)

Estudiante de 6ª clase (rokkyu)

El progreso en el sistema de rangos del bujutsu moderno comienza con el rango 6º en lacategoría kyu y continúa hacia arriba.

Maestro(hanshi)

Instructor(kyoshi)

Instructorsuplente(renshi)

DAN (dansignifica«peldaño» ygeneralmentese identificamediante elcinturónnegro)

KYU (kyusignifica«clase» y seidentificamediantecinturones devarioscolores)

PARTE IIFACTORES EXTERNOS

DEL BUJUTSU

BUJUTSU ARMADO 227

• Armas y técnicas

En la introducción habíamos indicado que el arte japonés de combate y susespecializaciones podían abordarse en dos niveles: el primero, centrado enfactores tales como las armas y las técnicas usadas por las diversas especia-lizaciones de bujutsu, puede calificarse de exterior; mientras que el segundo,centrado en los factores de control y energía mental, puede calificarse másprecisamente como interior.

En la parte II, empezaremos con un análisis de los factores externos delbujutsu, es decir, con las armas y técnicas usadas en las especialidades debujutsu generalmente consideradas como artes marciales tradicionales, estraté-gicamente importantes en combates individuales y practicadas comúnmentepor combatientes japoneses de la era feudal. Estos factores no sólo dieron acada especialización su propio carácter e individualidad sistemática, sino quecon frecuencia fueron directamente responsables del nombre particular que sele dio a cada arte. Además, las características funcionales e instrumentales deuna especialización generalmente influían y, en algunos casos, incluso deter-minaban las de otro.

El arte de lucha con lanzas, por ejemplo, estuvo influido por el arte del tirocon arco en lo relativo a aspectos básicos tales como la trayectoria y lapuntería. A su vez, el arte de la lucha con lanzas influyó en el arte de laesgrima con conceptos de varias guardias, movimientos y técnicas de rotacióny penetración en combate. Por extensión, influyó también en el arte del palo,en el arte del abanico e incluso en las artes del combate sin armas, que, en susestilos antiguos y en sus derivados (modernos), empleaban el cuerpo humanocomo arma con la que someter al oponente de incontables maneras. Sinembargo, desde el punto de vista de los instrumentos particularmente emplea-dos por cada especialización de bujutsu, así como de los métodos o técnicascorrelativos ideados para su uso, cada método requiere una sección particularpara examinar sus características individuales.

BUJUTSU ARMADO 229

4BUJUTSU ARMADO

<LA ARMADURA>

• Evolución de la armadura japonesa

La armadura vestida por el bushi en el campo de batalla durante el períodomás antiguo de la historia del Japón, así como los demás equipos protectoresque usó en la última parte de la era feudal, tienen un particular interés paranosotros, porque este material protector era un reflejo y un factor determinantede la evolución y uso estratégico de aquellas armas empleadas contra él encombate.

En efecto, generalmente hay acuerdo en que las grandes especializacionesdel arco y la flecha, de la lanza, de la espada y similares, florecieron durantelos llamados «tiempos difíciles» que precedieron a la era Tokugawa –untiempo de continuas guerras entre distintos clanes militares, en que cada unotrataba de conseguir una posición de superioridad sobre todos los demás. Lasguerras, por tanto (igual que en la edad media en Europa), las libraron en loscampos de batalla del Japón los caballeros y sus cohortes, todos equipados conarmaduras protectoras. Esto, a su vez, requería implícitamente el desarrollo demétodos altamente sofisticados de utilización de varias armas para alcanzar ypenetrar un objetivo bien protegido y, a la inversa, emplear tipos de armaduracada vez más sofisticados para protegerse contra los ataques y contraataqueslanzados por el enemigo.

En tiempos menos belicosos, como los que siguieron a la unificación delJapón bajo los Tokugawa, las guerras de aniquilación mutua se trasladaron delcampo de batalla a las calles, los palacios y los castillos, hallando unaexpresión particular en una serie de intrigas, asesinatos, revueltas medio

BUJUTSU ARMADO 231

va) en el desarrollo y aplicación de la mayoría de especializaciones antiguasy modernas de las artes del guerrero.

Los bushi del período Tokugawa heredaron una rica tradición en el arteprotohistórico de confeccionar y ponerse una armadura. Los miembros de cadaclan podían seguir fácilmente la evolución de este arte examinando losejemplares antiguos y contemporáneos que formaban una parte del patrimonioy del equipo de combate de cada clan. La armadura a menudo ocupaba unlugar de honor en la residencia del clan o en un templo cercano, según lacostumbre de dedicar objetos de valor o de renombre a una divinidad. Huboun tiempo en que estas colecciones de armaduras se guardaban en armeríasespeciales «edificadas en tierras baldías por decreto imperial, y las armas, esdecir, espadas, arcos y flechas y armaduras eran recogidas y almacenadas encada provincia» (Arai, 14). Esta costumbre parece haber estado en vigorincluso durante el tiempo del emperador Kotoku y, específicamente, en elprimer año de Taika (645). Durante este período, a nadie, ni siquiera alsoldado profesional, se le permitía guardar su armadura o su armamento deningún tipo en su domicilio privado. No está claro cuándo se comenzaron aguardar de forma general las armaduras y las armas en casa, pero muchosautores consideran esta práctica como la base para la formación de una claseprofesional de guerreros, que posteriormente se abrieron paso desde la perife-ria del cuerpo político del Japón hasta el centro del poder. «Esta práctica»,escribió Arai Hakuseki, «llevó gradualmente al quebrantamiento de las estric-tas normas de los primeros días en contra de la posesión privada de armas.Este arreglo les debió resultar más razonable a aquellos que se dedicaban alservicio militar» (Arai, 15). Ciertamente, así lo consideraron los bushi ysúbditos japoneses pertenecientes a otras clases, tales como los sacerdotes delas montañas (yama-bushi) y los monjes de los templos (tera-hoshi), mencio-

Fabricantes de armaduras pertenecientes a unclan, siglo XIV

BUJUTSU ARMADO 245

1) FUNDOSHI corto 2) FUNDOSHI largo 3) SHITAGI y OBI 4) KOBAKAMA

5) TABI

6) KYAHAN

7) WARAJI 8) SUNE-ATE

9) HAIDATE

10) YUGAKE

Pasos para ponerse la armadura(sigue en la página siguiente)

246 FACTORES EXTERNOS DEL BUJUTSU

11) KOTE 12) WAKIBIKI

13) DO

14) UWA-OBI 15) SODE 16) DAISHO

17) NODOWA yHACHIMAKI 18) MEMPO, KABUTO

BUJUTSU ARMADO 281

arcos (chado-kake) estaban asimismo representados de forma destacada en lascasas de los bushi de alto rango.

Al buscar los orígenes de este arte, parece que emergió con la aparición delcaballero japonés a caballo: el noble militar. El arquero (ite), también llamadoposeedor del arco (yumi-tore), era, de hecho, «un guerrero de rango en elJapón antiguo. El arco y la espada larga eran las armas de los nobles; lossoldados comunes usaban la lanza y la espada corta» (Stone, 682). El kyujutsuestaba realmente considerado «como una rama esencial de la educación de losnobles, y el hábito de disparar montando a caballo y desplazándose conrapidez, para lanzar una flecha con precisión en cualquier dirección, se cultivódiligentemente» (Gilbertson[1], 112). La palabra «nobles» en este contexto,sin embargo, no hace referencia solamente a los aristócratas militares, es decir,a los buke que aparecieron durante y después de los siglos IX y X, sino tambiéna aquellos nobles más antiguos, los kuge, quienes trazaron su linaje a espaldasde los clanes líderes. Las luchas de los arqueros montados a caballo eraespecialmente admirada en la corte de los nobles durante el periodo Hein.Durante este periodo se desarrolló y perfeccionó el sistema básico de entrena-miento de los arqueros. Inevitablemente, este método fue adoptado por losambiciosos guerreros de la era siguiente, regalando a menudo a sus hijos,cuando eran pequeños, caballos hechos con tallos de bambú y un arco (Kaigo,21). El programa de entrenamiento para arqueros consistía en repetidosintentos por alcanzar objetivos fijos y móviles mientras iban a pie o a caballo.Los principales objetivos fijos eran el objetivo grande (o-mato), el objetivo-ciervo (kusajishi) y el objetivo redondo (marumono). El primero, según Kaigo,se ponía a una distancia equivalente a la longitud de 33 arcos y medía unos157 cm de diámetro. El segundo consistía en una silueta de ciervo cubierta con

Arqueros Nara


u otros hombres, lo que implica ciertas normas objetivas de juicio y califica-ción que trasladan el énfasis en los factores internos del arte (control,equilibrio espiritual, etc.) a otros factores tales como la técnica y la precisión.

• El arte de la lucha con lanzas

En la mitología antigua, al Japón se le conocía como «el país de las mil buenasalabardas» (Nakamura, 490), y casi ninguna ilustración de los antiguos bushiequipados para la guerra les muestra sin sostener su alabarda –un arma queocupaba el segundo lugar inmediatamente detrás del arco y la flecha en cuantoa importancia tradicional. Las primeras muestras de esta arma parecen habersedibujado a partir de modelos chinos con sus largas hojas y gruesos palos. Unafuente menciona el hoko (alabarda) como la forma más antigua documentadade lanza que evolucionó a partir de modelos continentales, y en Japón lasescuelas de bujutsu que se especializaban en el uso de este tipo de armas erannumerosas (Gluck, 107). En ciertos manuscritos heredados por escuelas deartes marciales modernas, en efecto, las referencias de antiguos maestros queviajaron a China y estudiaron los distintos métodos de manejo del hoko sonnumerosas y explícitas.

Tanto en diseño como en estructura, la verdadera lanza japonesa (conocidageneralmente como yari) era similar a todas las hojas japonesas en cuanto ala alta calidad de su temple, su ligereza y la facilidad con la que se podíamanejar. Los grandes artesanos del acero forjaban estas lanzas para los bushicon el mismo cuidado e imaginación que derrochaban en sus espadas. Lashojas de las lanzas estaban cuidadosamente protegidas con vainas (un requisitoincluido entre las leyes militares de los clanes). Los mangos (nakae) de estaslanzas tenían casi todos los pesos y longitudes imaginables. Estaban hechos deexcelente madera, cuidadosamente tratada y templada, generalmente reforzaday decorada con láminas o anillos de metal (sujigane) en los puntos en quequedaban sometidos a presión cuando se hacía palanca o se desviaba un golpe.Estos mangos resultaban impresionantes cuando se ordenaban en el modestoarmero para lanzas (yari-hacke) de la casa de un bushi o cuando se alineabanen las paredes de la armería del palacio de un daimio.

Las puntas de las lanzas (igual que las puntas de las flechas examinadas enla sección precedente) habían sido fundidas con el mismo acero de alta calidad

BUJUTSU ARMADO 299

YARI

NAGINATA

Tipos de NAGINATA y YARI

Lanza curvada, NAGINATA Lanza recta, YARI


adecuados de coordinación de entre los que han evolucionado del antesmortífero arte del naginatajutsu. Actualmente, en efecto, esas escuelas (fre-cuentadas mayoritariamente por mujeres) usan la naginata no tanto como unmétodo de combate (jutsu), sino más bien como una disciplina de integraciónmental y física (do), con detalles que vinculan el objetivo último de estasescuelas con el misticismo y el esoterismo que eran intrínsecos a la culturatradicional del Japón.

• El arte de la esgrima

«No hay, quizá, ningún país en el mundo», escribía McClatchie en 1873,«donde la espada, “esta caballerosa arma de todos los tiempos”, haya recibidoen su tiempo, tantos honores y fama como en Japón» (McLatchie[3], 55). Nisiquiera en Inglaterra durante la Edad Media, cuando a las espadas se lesdaban nombres individuales y se consideraba que poseían virtudes particula-res, se desarrolló, como tan acertadamente plantea Harrison, tal verdadero«culto al frío acero». La espada, escribió Brinkley, «ha ejercido una potenteinfluencia en la vida de la nación japonesa».

La distinción de llevarla, los derechos que confería, las hazañas realiza-das con ella, la fama que comportaba el tener una destreza especial ensu uso, las supersticiones asociadas con ella, el increíble valor dado auna buena hoja, los honores otorgados a un experto forjador de espadas,las tradiciones familiares que se han desarrollado sobre armas famosas,el profundo estudio necesario para ser un juez competente de lascualidades de una espada, todas estas cosas conspiraban para dar a lakatana una importancia que va más allá de los límites de una concep-ción ordinaria. (Brinkley[1], 142-43)

Parece haber ejercido una extraña fascinación en los miembros de todas lasclases, pero para los bushi significaba el comienzo de su vida como guerreros,indicaba su progreso y a menudo era el instrumento de su final. Las leyendassobre las espadas se remontan hasta períodos y acontecimientos ya envueltosen la niebla del tiempo, cuando la clase militar comenzaba su avance hacia elcentro político del Japón.


Doble corte con giro evasivo sobre una rodilla


Ejemplos de la utilización del JITTE


su particularmente ingeniosa «cubierta abatible» que mantenía seca la pólvoray que permitía a quien llevaba el arma tenerla «preparada y lista para su usoinstantáneo» (Stone, 326). No obstante, su fabricación era cara, y los herreroseran generalmente sometidos a una vigilancia policial tan constante que sólolos señores autorizados podían encargarlas (o los miembros de los gremiosninja secretos) y aun así en una escala severamente limitada. Los mosquetes,por supuesto, habían sido importados en Japón por los portugueses en 1542,y su producción estaba tan difundida que pertenecen al estudio de la guerra engeneral, más que a este análisis de las armas y métodos del combate indivi-dual.

• El arte de la cadena y otras armas

Un grupo concreto de armas destacaba por su eficacia en la neutralización acorta distancia de esta omnipresente y aterradora arma por excelencia, laespada, o por ser capaz de reducir a distancia la ventaja estratégica de la lanza;eran las armas basadas en el uso de cadenas de metal.

La cadena (kusari), hecha de hierro o acero, había hecho su aparición en ladimensión del bujutsu con la construcción de la primera armadura japonesa.Su aplicación para el combate, sola (es decir, para parar y arrastrar) o encombinación con otras armas, parece haber sido muy antigua. Parece, enefecto, haber sido el eslabón entre pesos de varios tamaños y palos de variaslongitudes, tales como el nage-gama (una jabalina con una hoja parecida a unahoz puesta en ángulo recto en un extremo, mientras en el otro extremo sesujetaba una cadena larga). Algunos autores creen que se usó principalmenteen la defensa de castillos y bastiones, siendo arrojada, por ejemplo, a lossitiadores y luego recuperada inmediatamente mediante un rápido estirón de sucadena. Otros se imaginan su uso como un bastón para caminar que podíatransformarse inmediatamente, en caso necesario, en un arma mortífera. Losmonjes militares y los temibles ninja a menudo preferían el nage-gama,disimulado de varias maneras, una de las cuales consistía en una palo debambú de cuya punta hueca aparecía el kusari para desorientar o enredar a unoponente.

La cadena se usaba tambien en conjunción con hoces o picos (kama) devarias longitudes. Esta arma solía consistir en un mango de hierro, frecuente-


Armas con cadena en acción

BUJUTSU SIN ARMAS 405

5BUJUTSU SIN ARMAS

• Especializaciones, instrumentos y técnicas

Referencias directas en los documentos de las principales escuelas de bujutsu,y referencias indirectas en las crónicas del Viejo Japón, indican que muchosmétodos de combate sin armas fueron desarrollados y aplicados por losjaponeses durante su «larga noche feudal», y un cierto número de estosmétodos dicen que se convirtieron en facetas importantes del entrenamiento delos guerreros.

Por definición, un método de combate sin armas representa un modosistemático e ingenioso de emplear el cuerpo humano en combate a fin delograr los mismos objetivos estratégicos que pueden obtenerse mendiante eluso de armas. La cuestión relativa a la relación cronológica entre los métodosde combate con armas y sin armas –es decir, qué método adoptó primero lahumanidad para resolver los problemas de una confrontación violenta– pareceirrelevante en el estado presente de nuestros conocimientos sobre los impulsosbásicos del hombre. Ambos métodos parecen haber coexistido casi desde elmismo comienzo de su historia escrita, complementando, integrando o susti-tuyéndose entre sí, según las exigencias del tiempo, lugar y circunstancias. Dehecho, la observación de que el cuerpo humano podía operar hábilmente encombate como el arma principal, y que el dominio de sus elementos yfuncionalidad podía permitir a un hombre subyugar violentamente a otrohombre, asegurando al mismo tiempo su propia defensa, debe haberse hechosiempre y en todos los lugares donde el hombre empezó a analizar losproblemas de combate, puesto que encontramos evidencias de métodos decombate sin armas en los documentos más antiguos de casi todas las naciones.

En Japón, los métodos de combate sin armas aparecen en los documentosbajo muchos nombres. En la tabla 13 se presenta en orden alfabético una lista


parecía diferir sustancialmente de formas de lucha mongolas o incluso deciertos estilos europeos. En 1570, sin embargo, fue introducido el ring(dohyo), y con él las reglas fundamentales estableciendo categorías, propósitosy técnicas básicas. La organización del sumo de hoy todavía mantiene laantigua división de sus partidarios profesionales en tres grupos: los luchado-res, los árbitros y los jueces. Los luchadores son hombres inusualmente altosy poderosos elegidos por su tamaño y luego acondicionados mediante unosapropiados métodos de entrenamiento y dietéticos hasta que alcanzan propor-ciones enormes. Según su experiencia en la lucha y el número de sus victoriasy derrotas en los torneos, se les conceden títulos que comprenden desde el deprincipiante al de gran campeón (ver tabla 14).

El luchador japonés está rodeado por un sustancial cuerpo de tradiciones enforma de pompa así como de literatura, especialmente el gran campeón(yokozuna). Envolviendo su lomo, por ejemplo, todos los sumotori llevan elclásico cinturón de seda que la tradición asocia con las hazañas de Hajikami

TABLA 14ORGANIZACIÓN DEL SUMO Y SISTEMA DE CATEGORÍAS

Grandes campeones (yokozuna)

División deprimer rango(maku-uchi)

Tresórdenes decampeones(sanyaku)

Campeones (ozeki)

Campeones juveniles(sekiwake)

Precampeones(komusubi)

Luchadores veteranos (maegashira)

Contendientes para la división de primer rango (juryo)

Veteranos de segundo rango (maku-shita)

Divisiónde etapas

(dan)

Tercera etapa (sandamme)

Segunda etapa (jo-nidan)

Primera etapa (jo-no-kuchi)

Aprendices

Principiantes (honchu)

Reclutas (maezumo)


TABLA 15PROGRAMA DE JUDO DE INSTRUCCIÓN

(estilo kodokan)

1. Técnicas de proyección (nage-waza)a) Desde una condición de pie (tachi-waza)

Técnicas con la mano (te-waza)Técnicas con la cadera (koshi-waza)Técnicas con el pie (ashi-waza)

b) Desde una condición de caída (sutemi-waza)Caídas dorsales (masutemi-waza)Caídas laterales (yokosutemi-waza)

2. Técnicas de inmovilización (osae-waza)3. Técnicas de estrangulamiento (shime-waza)4. Técnicas de dislocación (kansetsu-waza)5. Técnicas de percusión con las extremidades superiores e inferiores (ate-waza)6. Ejercicios formales (kata), nueve series7. Métodos de reanimación (kappo)

combate más sofisticado y sin embargo más efectivo en la práctica, inspiradopor este principio. El arte se difundió por el mundo y, como deporte decompetición, llegó a ser aceptado en los Juegos Olímpicos, cumpliendo,aunque póstumamente, las últimas aspiraciones del maestro Kano.

El judo ofrece un rico repertorio de técnicas de combate, generalmentedivididas en cinco categorías principales (ver tabla 15). Estas técnicas supo-nían la aplicación del principio del ju no sólo en el contexto de la flexibilidadpasiva en un sentido budista, sino también como el principio activo delcontraataque que ha hecho al arte extremadamente efectivo tanto en combatereal como en competición. El judo, como arte de combate, fue probadoexhaustivamente durante un período que duro desde finales del siglo XIX hastaprincipios del XX. El reconocimiento de su excelencia tanto en la teoría comoen la práctica en el campo del combate sin armas ayudó a rescatar otrasmuchas escuelas y métodos de su extendido descuido y olvido final. En 1905,efectivamente, la mayoría de las viejas escuelas de jujutsu se fundieron con laescuela del maestro Kano, y la fama del judo Kodokan comenzó a extendersepor el mundo.

Las escuelas de aikijutsu, sin embargo, no se incorporaron a la síntesis delas artes jutsu del maestro Kano. Actualmente, como en el pasado, siguensiendo independientes en cuestiones de organización y afiliación pública,


será tratado en la parte III y analizado con mayor profundidad en otra obrarelativa a los aspectos morales de las artes marciales.

• Las escuelas de aikijutsu

Esta arte puede describirse como la técnica (jutsu) de espíritu o mente (ki),unida o armonizada (ai). En relación con el principio de la historia de estemétodo, Harrison escribe en The Fighting Spirit of Japan (W. Foulsham &Co., Ltd., London):

Está documentado que hace más de 700 años existía al norte del monteFuji una escuela de «budo», de artes marciales antiguas. Esta escuela seespecializaba en la enseñanza del llamado Aiki-Jutsu que fue mantenidoen secreto y que sólo se revelaba a unos pocos discípulos, en su mayoríanobles de antiguo linaje. Este arte se originó a partir del Ken-Jutsu oesgrima, y poco a poco se convirtió en un arte de combate superior alJu-Jutsu. (Harrison, 79)

El término aiki (como el ju) indica también un principio, un modo deempleo del cuerpo como arma de combate, un modo de ejecutar una técnicacon éxito contra un oponente. La idea central del aiki, como veremos en laparte III, era la de usar el poder combinado del ki (energía interna) en armonía(ai) con los varios requisitos y circunstancias del combate, es decir, con laestrategia del oponente, sus armas, su personalidad, etcétera. Al mezclar lapropia estrategia con la del oponente, era posible conseguir un control totalsobre él y sobre el enfrentamiento, consiguiendo de este modo la finalidadprincipal del combate: la subyugación del enemigo. Sin embargo, el modo enque se conseguían estos resultados técnicamente, en los tiempos antiguos, esextremadamente difícil de determinar. La mayoría de las escuelas de aikijutsu


Técnicas de aikijutsu

PARTE IIIFACTORES INTERNOS

DEL BUJUTSU

CONTROL Y PODER 457

• El alcance invisible

Según la mayoría de los investigadores, las armas sofisticadas y las técnicascomplejas (los factores externos del bujutsu examinados en la parte II), aunqueciertamente impresionantes, podrían compararse con la parte visible de uniceberg que atrae la mirada, y a menudo la imaginación, pero que es sólo unaproyección del poder oculto en las profundidades de las aguas heladas.Aunque la posesión de un arma determinada y un entrenamiento básico en suuso funcional solía satisfacer al practicante del bujutsu (bujin) de ambición eimaginación limitadas, hubo otros, muchos otros, que percibían más allá deaquellos factores externos de las distintas artes otros factores más complejos,menos evidentes quizás al ojo desnudo, pero no menos importantes paradeterminar la eficacia práctica de aquellas armas y de sus técnicas relativas.No poder percibir estos factores internos podía acarrear el desastre, como lesocurrió a muchos bujin complacientes que se habían entrenado únicamente enlas formas técnicas de manejo de la lanza, la espada o cualquier otra arma,incluida su propia anatomía. Siglos de experiencia en el antiguo arte delcombate, en efecto, han enfrentado a los bujin y a los sensei con una serie decuestiones apremiantes, entre las cuales las siguientes eran de gran importan-cia: ¿Cuándo hay que enfrentarse con un enemigo? ¿Cómo se le debe controlar(y cómo puede controlarse uno mismo)? ¿Qué tipo de energía debe usarse, ycuál es la forma de emplearla más ventajosamente? Por último, ¿cuál sería lamotivación del bujin? Todas estas consideraciones implicaban factores de unanaturaleza decididamente interior que activaban las técnicas del bujutsu desdedentro, les daba una fuente eficaz de poder y justificaba su empleo de unaforma calculada para proporcionar al bujín una determinación controlada,calma y claridad de intención, así como una justificación moral para mante-nerlo en el combate. Los maestros de bujutsu se enfrentaban con estosinterrogantes (y otros), exploraban su alcance y profundidad, y trataban de darrespuestas satisfactorias a sí mismos y a sus discípulos. Al final, proporciona-ron al bujutsu su propia teoría, los rasgos destacados de la cual se exploraránen las secciones que vienen a continuación.

CONTROL Y PODER 459

6CONTROL Y PODER

• La base

¿Qué utilidad tenía una afilada y bien equilibrada katana, o un intrincado ytécnicamente elaborado método de empleo de la misma en combate, si el bujín–y, en particular, el bushi que tenía que estar preparado para enfrentase cadadía con la muerte– no había desarrollado también una plataforma interiorestable de control mental a partir del cual actuar o reaccionar según lascircunstancias de un encuentro? La relación entre esta condición de estabilidadmental –que le permitía al experto de bujutsu evaluar una situación rápida yfríamente, decidiendo al mismo tiempo el curso de acción adecuado– y unaejecución coherente y poderosa de esa decisión había sido percibida por casitodos los instructores de artes marciales de Japón. Los sensei más destacados,en efecto, enseñaban que ningún método, cualquiera que fuese su méritoaparente, tenía ningún valor real a menos que ayudase a desarrollar el carácterdel hombre de un modo que le convirtiese en maestro de su arma y así enverdaderamente poderoso en su uso. Estos maestros buscaban continuamentemedios de inculcar en sus pupilos una actitud mental particular, siempretranquila y equilibrada, que aseguraría esa elevada claridad de percepción queconsideraban como la única base apropiada para tomar decisiones acertadas.Así se buscaban activamente «medios» o disciplinas que pusiesen énfasis enel entrenamiento de la mente en un esfuerzo por garantizar ese necesariocontrol del yo interior que era el prerrequisito para cualquier control sobre unoponente y sobre las circunstancias del combate. Para este fin, muchosmaestros prestaban cada vez mayor atención a las antiguas teorías de ilumina-ción que, en sus intepretaciones religiosas o filosóficas, habían ayudado alhombre a entender mejor su realidad, de modo que pudiese enfrentarse máseficientemente a sus complejidades. Con el tiempo, muchos de los discípulos

CONTROL Y PODER 467

ción partiendo de la fase individual hacia la social, adquiriendo de este modola actitud, fuerza y, en casos excepcionales, el carisma asociado con el líderque puede llevar a los hombres a creer y actuar en la realización de una misióncolectiva.

A su vez, la energía de centralización social, que podía vincular a unhombre con otro y motivar a ambos a actuar con un fin común, era todavíaconsiderada inferior a la energía del centro universal en la dimensión cósmicade la existencia que (según decían) incluso los hombres sabios (es decir,filósofos o místicos) raramente eran capaces de explotar. El ámbito de estaenergía se creía infinito, fluyendo desde el centro armonioso de la misma vida,y era considerado esencialmente perfecto, animándolo todo y a todos impar-cialmente.

El centro social y su energía podían ser positivos y así beneficiar a loshombres, pero también podían ser negativos y utilizarlos para dañarlos (en laguerra, por ejemplo, o en la simple explotación social). El centro individual ysu energía coordinada podían ser positivos y ayudar al hombre a vivir y actuar;pero también podían ser negativos y tan egoístamente centrados en sí mismoscomo para intentar estúpidamente separarse del resto de la creación (la únicadimensión en que y a través de la cual ese limitado yo podía sobrevivir ydesarrollarse). No obstante, el centro cósmico y universal, así como su energíacreativa, se consideraban como positivos en última instancia debido a suimparcial munificiencia y dispensa sin restricciones de vida en todas direccio-nes y en todas las formas. Muy raramente podía un hombre esperar fundirestos tres centros y extraer sus energías coordinadas en la fusión de una solacorriente. En la mayoría de los casos, el individuo podría quizás alcanzar unode los niveles inferiores y desarrollar esta forma especializada de centraliza-

CONTROL Y PODER 491

momento, canalizando su fuerza a lo largo de modelos circulares y espiralesde guía y control ideados y usados sistemáticamente por los mejores maestrosde esgrima del Japón feudal.

Sumo

El arte del haragei, a los ojos de un conocedor de la lucha tradicional enJapón, es la inspiración para la totalidad de la teoría y la práctica del sumo,incluso en la actualidad. El haragei se expresa visualmente, para empezar, enel mismo desarrollo somático del sumotori. Harrison, a principios del siglo XX,ya había observado que, contrariamente a las tendencias en el campo delentrenamiento atlético, los japoneses parecían asignar mayor importancia auna gran «base» o «vientre» que a un «pecho hinchado» (Harrison, 103). Estaobservación es hoy igualmente válida, cuando las razones detrás del «vientretonel» son más valoradas en más lugares. En su libro Zen Combat, Gluckrelaciona el desarrollo abdominal de estos atletas japoneses con la respiración,«el alma en la idea del estómago» (Gluck, 23), que es el principal ejercicio enel haragei para desarrollar el tremendo poder generado por los sumotori enacción. Taiho, un ex-campeón de sumo, ofreció una demostración de estepoder fuera del ring al señor Harrison, que había invitado a un jovenamericano a darle una patada en el estómago. Él se había puesto «con laspiernas ligeramente flexionadas» y las manos sobre las rodillas, una postura depoderosa defensa vista a menudo en las esculturas orientales. Cuando elamericano se lanzó contra el japonés y, en el mejor estilo de karate, lanzó supuño derecho contra la enorme barriga del sumotori, el último «dio a supesado abdomen un impulso hacia delante», arrojando al americano hacia atrás(Harrison, 91-92).

CONTROL Y PODER 499

Judo

La mayoría de libros y tratados sobre la disciplina moderna del maestroKano no contienen muchas referencias explícitas al concepto de hara (identi-ficado en judo más específicamente como seik-tanden, tanden o tan) o elconcepto de ki (a menudo llamado naiki), como fundidos en la doctrinaunificada del haragei. El judo, sin embargo (al menos en sus niveles másaltos), se basa también en la doctrina del haragei y su sistema de centraliza-ción y extensión abdominal, como el principal prerrequisito para la estabili-dad, el control y el poder mental. El maestro Kano, frecuente y abiertamente,reconoció su deuda con las antiguas escuelas de jujutsu, muchos de cuyosmaestros estaban bien versados en la práctica y en los usos prácticos delharagei. Entre estas escuelas, el antiguo ryu Kioto parece haber sido particu-larmente influyente, exigiéndose todavía en la actualidad sus koshiki-no-kata,o «ejercicios formales antiguos», a los estudiantes avanzados de judo. Otrosejercicios apreciados por el maestro Kano y preservados en su sistema son losfluidos itsutu-no-kata, o «formas de cinco», que retuvo, junto con los famososju-no-kata, o «ejercicios de amabilidad», «para entrenar lo que se llama nai-ki o “energía interna”» (Leggett, 13). Este estudio de los factores internos deljudo fue calificado por el maestro Kano como esencial (Leggett, 120).

En la primera parte del siglo XX, Harrison perfiló el valor particular delharagei en judo tras entrevistar y realizar sesiones prácticas con variosmaestros de judo del período. Sumitomo Arima («autor de un trabajo estándarsobre el tema» de judo, citado frecuentemente por Harrison) fue bastanteexplícito en lo relativo a la dimensión cósmica del hara o tanden. Este maestro(como muchos de sus contemporáneos) lo consideraba «el centro de la vida»y, en judo, el «centro de gravedad del cuerpo», especificando que «se localizaen la parte inferior del abdomen, aproximadamente 5 cm por debajo delombligo». En términos inconfundibles, Sumitomo afirmaba que el hara era elcentro fundamental de integración («¡concentrad vuestro poder en el tanden!»)y el centro de la energía coordinada («¡extended toda vuestra fuerza desde elabdomen!») que debía mantenerse vivo en todo momento, repitiendo que«sentado o de pie, o en movimiento, siempre debemos procurar que la parteinferior de nuestro abdomen esté llena de fuerza» (Harrison, 105).

El mismo autor relata también las experiencias de un cinturón negrooccidental (3er dan en aquel tiempo), el señor R. E. West, que fue iniciado en

500 FACTORES INTERNOS DEL BUJUTSU

los misterios del haragei por instructores de judo de alto rango, todos loscuales le demostraron sobradamente su dominio en el uso del hara como uncentro de poder (ki), al tiempo que expresaban una cierta divertida sorpresaante el interés del señor West en este aspecto «esotérico» del arte del maestroKano que, incluso en el Japón, era explorado únicamente por «muy pocos»hombres. Una demostración relativamente sencilla de estabilidad abdominal,parecida a un ejercicio de extensión concentrada bastante común en aikido(kokyu-dosa), le fue ofrecida al señor West por Nango Jiro, un sobrino delmaestro Kano, que había sido también uno de los primeros estudiantes dejudo. Este maestro «expresó sorpresa» ante el conocimiento de la existenciadel hara por parte del señor West.

Dijo que ello no formaba parte de la enseñanza regular del JudoCollege, pero que me iba a ofrecer una demostración de su efectividad.Por tanto nos quitamos nuestros zapatos y nos sentamos sobre nuestrasrodillas mirándonos en el suelo. Por aquel entonces yo pesaba 79 kg yme consideraba bastante fuerte. El pesaba unos 59 kg y era viejo.Pusimos nuestra mano derecha sobre el pecho del otro. En mi turno yoiba a intentar empujarlo para hecharlo hacia atrás. Empujé con fuerza,luego con más fuerza y por último con todas mis fuerzas. No se movió.Luego me empujó él y me caí. Luego dijo que esto sólo puede lograrsemediante el poder que reside en el tanden (Harrison, 127-128).

El mismo instructor, entrenándose con el señor West en la estera delKodokan, y usando a propósito el hara en acción como centro de la estabilidadvertical, pudo neutralizar una técnica de proyección no sólo mediante «exce-lentes» evasiones sino también utilizando simplemente el poder de «hundi-miento» del abdomen.

La demostración de haragei en acción dada por el fallecido Matsuura, otroinstructor de alto rango del Kodokan, estaba también claramente relacionadacon las dimensiones activas del combate.


considerar significativa la relevancia estratégica de los factores internos deljudo. Su cultivo mediante la técnica estática del zazen, además, es todavía sóloun prolegómeno al cultivo más dinámico de estos factores mediante la prácticaa fondo del kata judo tan firmemente recomendada por el mismo maestroKano.

Karate

Muy pocos libros japoneses sobre la interpretación japonesa de este artehace referencia extensamente a los factores internos de la disciplina, es decir,la estabilidad mental para el control total y la extensión del poder coordinado.Pero casi nunca se olvidan de relacionar los factores anteriores con susmatrices antiguas en la teoría del hara y del ki, sistematizados en el arte delharagei. Debe destacarse, en efecto, que dos exponentes importantes delkarate japonés (Oyama Masutatsu [Mass] y Yamaguchi Gogen) continuamenteponen énfasis en estos factores en su enseñanza y en sus escritos. El primero,efectivamente, afirma muy claramente que «toda mi atención, todo mi entre-namiento y todo mi pensamiento están centrados sobre mi abdomen» (Gluck,23). Para él, las mejores representaciones de un experto en el arte de golpearson las estatuas de madera en las puertas de muchos templos budistas,especialmente aquellas figuras desarmadas que muestran «un desarrollo mus-cular abdominal exagerado. No una gran onda de músculo, sino hileras denudos [...] Éstos no son músculos para pesos pesados, son para velocidad ypotencia, más afines al desarrollo de las piernas de un hombre caminador quea la fuerza muscular de un levantador de pesos» (Gluck, 23). Ejemplosprácticos del poder coordinado de los factores internos de este arte, como elsiguiente (demostrado por Oyama Masutatsu), no difieren, en esencia, de losofrecidos por maestros de las artes marciales, tales como el fallecido maestrode jujutsu Kunishige o el maestro Uyeshiba de aikido.

Estas estatuas nio que agarran el suelo con sus dedos de los pies, comolos gatos, son todavía una buena lección básica en karate, señaló Mass,adoptando una pose idéntica y desafiándonos a nosotros cinco para quelo moviéramos. En total pesábamos tres veces más que él, pero eracomo si estuviese enraizado allí. Cuando aplicamos nuestra máxima


hara. Las referencias a la extensión mental del poder abdominal en hsing-i confrecuencia incluyen imágenes y ejemplos tales como los de «brazos pesados»(al ejecutar las técnicas) que se hallan también en otras derivaciones delantiguo bujutsu japonés. En aikido, por ejemplo, se usan representacionesmentales similares de varias formas de controlar el centro y extender laenergía coordinada o ki tan consistente y precisamente como para indicar quelos contactos doctrinarios entre escuelas continentales de combate y las deJapón (a pesar del rígido aislamiento de ese país) no solamente fueronhistóricamente posibles, sino que obviamente fueron algo que no sucedió conpoca frecuencia.

Aikido

Entre las disciplinas modernas de combate derivadas de las diversas formasde bujutsu (con y sin armas) practicadas por los bushi del Japón feudal, el artedel aikido parece ser el método que, en todos los niveles de su práctica, sebasa en la doctrina del haragei, considerándose esta doctrina como la clavepara esa estabilidad mental y extensión del poder coordinado sobre el que (talcomo los instructores de aikido sostiene casi unánimemente) depende lacorrecta solución de problemas estratégicos. En los importantes trabajospublicados sobre el tema (ver Bibliografía), los dos conceptos básicos de lateoría son inmediatamente reconocidos como fundamentos internos esencialesdel arte. El hara (definido también como seika-no-itten o seika tanden setraduce como el «centro», «un punto» o «núcleo») y el ki se consideran tanvitales para el arte, en efecto, que sin ellos «no hay aikido». Huelga decir quelos factores externos del arte, las estrategias de combate y las técnicas deinmovilización y proyección son elementos importantes del método, pero sucorrecta ejecución depende del adecuado desarrollo y eficaz utilización de esecentro interior de estabilidad mental y poder coordinado. En este contexto, enefecto, dicen que un instructor de aikido de alto rango había admitido conpresteza que las técnicas físicas del arte podían aprenderse con facilidad, peroque el desarrollo de la energía interna necesaria para su correcta ejecuciónexigía un período de tiempo mucho más largo, convirtiéndose en un procesobastante extenso conforme el estudiante pasaba de los niveles inferiores a lossuperiores de coordinación interior. La definición de ki hallada en la doctina

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7PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DE

APLICACIÓN

• Las principales estrategias

La integración de los poderes mentales de percepción y volición en una soladirección, canalizando con ello la energía coordinada de toda la personalidadhacia la consecución de un propósito estratégico, incluía los factores interioresque activan y controlan cada arma y las técnicas particulares ideadas para suempleo (factores externos). La doctrina del haragei, abundantemente explota-da por los maestros del bujutsu, era incuestionablemente útil al proporcionaleslas ideas y métodos de entrenamiento básicos necesarios para lograr esaintegración.

La fusión de la personalidad interior (la mente, su capacidad para lapercepción, evaluación y decisión, su poder de concentración y voluntad) y lapersonalidad exterior (el soma, las armas, la funcionalidad especializada delsistema muscular) eran consideradas de la mayor importancia puesto queayudaban a convertir a un hombre en un bujín (es decir, en una unidad delucha). Podían hacerlo «entero» y permitirle así reaccionar eficazmente contrala fuerza dispersora y centrífuga de la existencia que actúa sobre él de formadesintegradora (desde dentro y desde fuera), especialmente en una situación decombate. Esta fusión, sin embargo, estaba todavía en el primer nivel deintegración, es decir, el nivel individual y subjetivo de la personalidad delbujín que, por completa y potente que pudiera ser de por sí, le enfrentabacontra el mismo tipo básico de integración y coordinación encarnado en otrapersonalidad: la de un oponente valiente y peligroso, curtido también en lasdisciplinas de integración que se usaban para preparar a todos los miembrosde la clase militar para su profesión. Esta confrontación inyectaba ciertos

PRINCIPIOS ESTRATÉGICOS DE APLICACIÓN 523

Ataque (preventivo)

Ataque (simultáneo)


Ataque, defensa y contraataque

Defensa

MORALIDAD DEL BUJUTSU 547

8MORALIDAD DEL BUJUTSU

• El camino del guerrero

En la doctrina de las artes marciales, la práctica del bujutsu (es decir, lasdiversas armas, técnicas, estrategias, control interior y poder) casi nunca seconsidera como el único o ni siquiera como el principal aspecto de esas artes.De hecho, apenas hay un solo texto, de naturaleza general o que se ocupeestrictamente de la instrucción técnica (desde tiempos pasados hasta el díapresente), que defina estas artes como métodos de combate puramente prácti-cos y utilitarios usados en el ataque, contraataque y defensa para someter aloponente. Casi todos sin excepción, los maestros de artes marciales de mayorreputación que han escrito o enseñado sus especializaciones han afirmado queel bujutsu fue (y todavía se considera que es) algo más que una simplevariedad de métodos de combate prácticos y efectivos. Indican que estas artesson «medios» o disciplinas de desarrollo moral ideados para profundizar laformación de una personalidad madura, equilibrada e integrada de un hombreen paz consigo mismo y en armonía con su ambiente social y natural.

Se refieren, por tanto, a un sistema ético, de moralidad, que motiva e inspirala práctica (jutsu) desde dentro y la lleva hacia el logro de objetivos finales yremotos sitos mucho más allá de los inmediatos y estrechos confines delmundo del combate entre hombres. Este sistema suele llamarse, en la doctrinadel bujutsu, budo, un término formado por la combinación del ideograma bu(que, como hemos visto antes, denota la dimensión militar de la culturajaponesa) con el ideograma do, que está más específicamente vinculado con eldominio espiritual. Do, de hecho, en general se traduce como «camino» (esdecir, el camino de ver, de entender y de motivar comportamiento en elsentido filosófico o religioso) o como «doctrina» (es decir, los principiosenseñados y aceptados por un cuerpo de partidarios de una filosofía, una secta

CONCLUSIÓN 565

CONCLUSIÓN

La evolución del bujutsu

Sobre la base de la evidencia doctrinaria disponible, da la impresión de que,desde un punto de vista histórico, las artes marciales del Japón feudal hanexhibido tres modelos principales de desarrollo y aplicación. Cada uno deestos modelos, a su vez, ha revelado un objetivo preciso que a menudochocaba con los objetivos de los otros dos. En resumen, podían aplicarse comométodos de combate, como formas de representación ritualística o comodisciplinas de integración.

La primera aplicación ha sido siempre la más común y la más impresionan-te. Debido a la composición letal de los instrumentos usados en el bujutsu conarmas y los medios potencialmente peligrosos en que se usaba (y es usado) elcuerpo humano en el bujutsu sin armas, con frecuencia es tremendamentedifícil calificar al bujutsu de otro modo que no sea desde un punto de vistaestrictamente utilitario, estrechamente vinculado con el antiguo dilema de unhombre enfrentado con otro en un combate: ganar o perder, derrotar o serderrotado, someter o ser sometido, matar o ser muerto.

Tal como la historia japonesa indica, esta dimensión utilitaria y práctica delbujutsu era la principal preocupación de los bushi, puesto que eran, porprofesión, luchadores, soldados y guerreros. Fueran cuales fuesen las últimasrazones para recurrir al bujutsu –en defensa del país sobre el campo de batallao en defensa propia en un camino solitario; en interés del poder, la riqueza, elprestigio– el ámbito de ese conflicto solía estar limitado a estrategias decombate estrictamente utilitarias centradas principalmente en lograr la derrotadel oponente con eficacia y prontitud.

Dicha dimensión adquiría su inmensa trascendencia de la primitiva necesi-dad de asegurar la propia superviviencia, a menudo dentro de un ambienteextraordinariamente hostil. Una vez la supervivencia quedaba momentánea-mente asegurada, el paso siguiente sería lógicamente un intento de estabilizary garantizar dicha supervivencia a largo plazo. Por tanto, si el combate y suscrueles connotaciones inicialmente se consideraban justificables, a fin de

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INTRODUCCIÓN El carácter marcial - · PDF fileEsgrima shinobijutsu kogusoku tojutsu chikairi-no-jutsu koshi-no-mawari kenjutsu shurikenjutsu koshi-no-wakari kendo yubijutsu kumiuchi