Iztapa-2004-37

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Carmen Mier y Teràn

Citation preview

  • Una mirada hacia la migracin

    rural urbana a la ciudad de Mxico:

    un estudio de casos

    * Profesora investigadora del Departamento de Sociologa dela Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa.

    IZTAPALAPA 44julio-diciembre de 1998

    pp. 159-202

    Carmen Mier y Tern*

    LCAMPO-CIUDAD

    a motivacin de este trabajo es valorar la impor-tancia de compartir las perspectivas desde lasque se miran el mundo y sus procesos; as como

    la conviccin de que se debe contribuir, cada quien consu estilo personal, a la compresin de la condicin hu-mana y al diseo de estrategias que mejoren la calidadde vida.

    Lo que a continuacin presento es producto de unainvestigacin realizada en dos etapas, la primera en1982 y la segunda en 1992, cuyos objetivos fueron lograruna aproximacin a la experiencia de algunos de losmigrantes rurales urbanos, que buscan un cambio cua-litativo en sus vidas, y averiguar si ese cambio fue satis-factorio.

    El estudio es observacional y descriptivo, y se realizen el ambiente donde viven los individuos; abarca doscolonias especficas y se limita al tiempo mximo quelos sujetos han vivido en la ciudad de Mxico (20 aos).Es de carcter longitudinal, ya que se observan en dos

  • 160

    Carmen Mier y Tern

    ocasiones las variables involucradas,implicando un seguimiento de los mis-mos casos de acuerdo con la evolucindel fenmeno; es prospectivo, porquemira el desarrollo del proceso y sus po-sibles direcciones, de tal forma que per-mite proyectar consecuencias.

    Pasemos a la perspectiva desde laque se aborda el tema. El trmino mi-gracin se refiere a la movilizacin que,en forma individual, familiar o de con-juntos mayores de poblacin, realizanlos individuos al abandonar un espaciogeogrfico para dirigirse a otro. Estefenmeno se puede dar dentro de unamisma regin, entre dos o ms regioneso entre dos pases. Las migraciones es-tn asociadas al crecimiento y desa-rrollo de los asentamientos humanos yafectan la composicin de los conjuntosque las emiten y que las reciben. Esteproceso modifica los espacios geogr-ficos y econmicos, alterando la estruc-tura y la dinmica social de las comu-nidades. Asociados a la migracin semanifiestan procesos tales como el cre-cimiento acelerado de la poblacin, eldescenso en la importancia del sectoragrcola y de la fuerza de trabajo queparticipa en l, una baja en la deman-da de productos agrcolas comparadacon la de otros, los efectos sustitutivosde la mano de obra por la tecnologa, elincremento de los niveles de desempleo,la pobreza y la proliferacin de sectoresmarginales, entre otros.

    Este fenmeno se ha dado en todoslos pases en diferentes momentos his-tricos, aunque provocado por distintas

    causas. En las ltimas dcadas se pre-senta con especial nfasis en los pasesdel tercer mundo. Los factores que lohan determinado son la rpida indus-trializacin, el estancamiento de la agri-cultura y los desequilibrios regionalesde carcter econmico, poltico y socialentre campo y ciudad. Estos factoresprovocan acentuada desigualdad en losestndares de vida de los rurales po-bres y de quienes viven en las ciudades,en las cuales se espera tener mayoresoportunidades de trabajo, mayor in-greso y mejor calidad de vida.

    En nuestro pas, la problemtica queda origen al fenmeno de la migracinno est resuelta todava: la ciudad deMxico tiene un ndice de crecimientodemogrfico muy elevado y se conside-ra la ms poblada del mundo. Por otraparte, con las polticas gubernamenta-les actuales, y especficamente con loscambios en el artculo 27 de la Consti-tucin,1 se prev que las migraciones delcampo hacia las ciudades y hacia lafrontera norte se incrementen. De ahla vigencia en la importancia de su es-tudio y en la bsqueda de alternativaspara su atencin.

    Los principales enfoques tericosque analizan las causas y efectos de lamigracin se pueden englobar en trestipos: macrosociales, microsociales y denivel intermedio. Los macrosociales ex-plican la migracin desde la perspectivadel desarrollo global de un pas o reginy su articulacin con el funcionamientonacional e internacional. Los enfoquesmicrosociales intentan explicar el fen-

  • 161

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    meno desde el punto de vista del com-portamiento individual o familiar, mol-deado por condiciones ambientales. Sepresume que el migrante se orienta aconseguir niveles ms altos de vida ma-terial, social y cultural, dentro de unproceso racional de toma de decisiones.El enfoque a nivel intermedio toma ele-mentos de los dos anteriores y buscasus vinculaciones para encontrar expli-caciones ms completas y tiles parala elaboracin o perfeccionamiento de laspolticas relevantes.

    Es a partir de los aos setenta y prin-cipios de los ochenta cuando se abordael proceso de migracin como tal,pasando de su referencia en los censosa su caracterizacin como fenmenosocial, con una problemtica especfica.Dado que la primera fase del estudioque alimenta el presente artculo se ini-cia en 1982, resulta interesante echarun vistazo por algunos planteamientosde los enfoques macrosociales que enesos momentos servan para abordarel fenmeno.

    En una de las vertientes, la teorade la modernizacin, se consideraba alprogreso como motor social y a losbienes limitados como un desaliento.Aqu el campesino era visto como genteatrasada, con una economa improduc-tiva y un recurso, la tierra, muy limita-do. Se vea a las sociedades campesi-nas estrechas y dependientes respectode la gran ciudad, tanto para vendersus productos como para abastecerse,y se prevea su desaparicin. La ciudadse avisoraba como un factor determi-

    nante para el desarrollo de las zonasrurales por ser fuente de innovaciones ypor ser el lugar donde se llevan las rien-das de la poltica, la economa y la re-ligin. Respecto a los campesinos ur-banos que migran a las ciudades, sedeca que desarrollan una actitud fata-lista como respuesta al sentimiento deimpotencia frente al medio externo (Fos-ter, 1964).

    En ese mismo sentido, se caracteri-zaba a la sociedad tradicional como ge-neradora de familias extensas, con laagricultura como actividad principal ycon el dominio de la tradicin y lo anti-guo, convertidos en sagrado. A la socie-dad industrial, en cambio, se le encon-traban asociadas la familia nuclear, elsector terciario como actividad principaly una actitud generalizada de bsque-da del cambio y exaltacin por lo no-vedoso (Germani, 1965). Se perciba ala movilidad social como proceso bsicoy eje del cambio (Foster, 1964). La mi-gracin, se deca, surge aqu de la socie-dad tradicional en la que se generanindicios de desintegracin, constitucinde sociedades duales y movilizacin demasas. En esta movilizacin se dan eta-pas diferenciadas como el proceso dedesintegracin en la estructura tradi-cional, la ruptura, el desplazamiento,la desintegracin psicolgica de los in-dividuos, grupos o sectores sociales, lapuesta a disponibilidad o movilidad so-cial y la integracin a la nueva estruc-tura (Germani, 1965).

    Se sugera tambin que para el es-tudio de la migracin se analizaran los

  • 162

    Carmen Mier y Tern

    factores objetivos de expulsin y atrac-cin, y el contexto tanto de la zona deorigen como de la de recepcin, toman-do en cuenta los factores normativos deambos, que incluyen pautas, normas,valores y expectativas. Estos facto-res. se deca entonces, se combinan conlas caractersticas de las personas y susmotivaciones, rasgos de personalidady actitudes. A su vez, estas combinacio-nes se encuentran presentes, en formadirecta o indirecta, en la decisin de mi-grar, y permiten dar un marco referen-cial de las condiciones objetivas delproceso (Germani, 1965).

    Las limitaciones de estas perspec-tivas fueron ampliamente criticadas.Dejaban de contemplar otros elementosde fondo que determinan que, en mu-chos casos, los migrantes no se adaptennecesariamente a las estructuras pro-ductivas de las urbes y que los motivosque ellos expresan en relacin con sucambio no siempre resulten ser decisio-nes conscientes o inconscientes, toma-das por ellos mismos.

    Otras formas de mirar el proceso demigracin, como el enfoque histrico es-tructural, tomaban en cuenta la rela-cin entre la industrializacin y la ur-banizacin, analizando el contextonacional y el desarrollo econmico, ubi-cndolos dentro del capitalismo depen-diente. Consideraban tambin los aspec-tos econmicos, polticos y sociales delas regiones de expulsin y de atraccin,as como la demanda creciente de manode obra debida al desarrollo de las indus-trias urbanas y a los requerimientos de

    bienes y servicios que ello genera. As,los migrantes venan a constituir el ejr-cito de reserva que abarata la mano deobra (Arizpe, 1978).

    Estos enfoques tambin fueron eva-luados como insuficientes para configu-rar las causas que motivan la migraciny los fenmenos que la acompaan,tanto en los centros receptores comoen los emisores. De ah que se vislum-brara la importancia de las contribu-ciones de otras disciplinas, adems dela demografa, el urbanismo, la sociolo-ga, la antropologa y la economa, queaportaran apreciaciones microsocialesy que apuntaran a lograr una perspec-tiva intermedia en el estudio de las mi-graciones.

    En este sentido, Lourdes Arizpe (1976y 1978) sealaba ya la posibilidad deelaborar un modelo integrativo paraabordar el fenmeno de la migracin,que deba abarcar: l) lo contingente oaccidental: razones personales que danlos propios migrantes sobre los motivospor los que migran; 2) factores inmedia-tos: condiciones econmicas, polticasy culturales que han afectado a los dis-tintos grupos sociales de la comunidad(el individuo cuenta como miembro deun grupo); 3) aspectos regionales y ca-ractersticas histricas de la estructuraeconmica.

    En este modelo no se dan relacionesmecnicas entre las variables, sino unsistema de nexos causales en condicio-nes diferentes y segn los casos espec-ficos. Los migrantes son actores socialessujetos a presiones complejas, intere-

  • 163

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    ses y conflictos que se combinan en elmomento de tomar una decisin. Porejemplo, en trminos de las condicionessocioeconmicas que inducen a migrar,los jvenes son ms propensos que losviejos, los alfabetizados ms que los queno lo son y los solteros ms que los ca-sados, y existe un nmero considerablede migrantes mujeres por la oferta delmercado de trabajo en servicios no ca-lificados, como el empleo domstico. (EnSel, este ltimo fenmeno se da tam-bin por el incremento de la industriatextil y electrnica, que contrata espe-cialmente mujeres para estos trabajos,y en la frontera norte de nuestro paspor la presencia de las empresas ma-quiladoras).

    Vayamos entonces a los aspectosgenerales que han determinado, en M-xico, la movilizacin rural urbana.

    Desde 1987, Moreno hace referenciaa las Reuniones Nacionales sobre Mi-gracin Campesina en Mxico, en cuyasconclusiones se afirma que los movi-mientos migratorios campo-ciudad sedieron a partir de la Revolucin Mexica-na de 1910. El cambio ms significativose gest en el mbito agrario: la libera-cin de los peones acasillados generuna fuerza de mano de obra libre; serestituyeron tierras comunales en elcentro y sur de la Repblica y se adop-taron mtodos redistributivos de la pro-piedad agropecuaria a travs de co-lonias agrcolas, sobre todo en el norte.En el periodo 1970-1976 se implementaun programa para el desarrollo rural.Algunas estrategias se aplicaron en re-

    giones prioritarias a travs de obrashidrulicas, educacin rural y ciertosprogramas de empleo. De 1976 a 1982se integra COPLAMAR con programas deabasto, empleo y salud. Se instituciona-liza la participacin federal en el desa-rrollo regional y se crea el SAM (SistemaAlimentario Mexicano). A pesar de estosesfuerzos las diferencias entre regio-nes se agudizan, los flujos migratorioshacia las ciudades crecen, la demandapor empleo se incrementa y la tenden-cia hacia la migracin internacional au-menta.

    En Mxico, segn Fritscher y Steffen(1991), se han dado hasta la fecha ydentro del periodo posrevolucionariocuando menos dos pocas de auge y cri-sis para el sector primario. Una que si-tuaramos entre 1965-1979 y otra quecomienza en 1980 y an no termina.

    De la primera poca, en la que sedieron los casos de migracin conte-nidos en el estudio, podemos resumiralgunas caractersticas:

    a) El ndice de natalidad es muy altoy la tasa de mortalidad ha dis-minuido, lo que implica un creci-miento demogrfico acelerado.

    b) Ausencia de tecnologa adecua-da y asesora directa, que con-lleva al agotamiento de la tierraen operacin.

    c) Desigualdad en la distribucin dela tierra: temporal vs riego; mini-fundio vs latifundio.

    d) Oportunidades de empleo defici-tarias con la consecuente incor-

  • 164

    Carmen Mier y Tern

    poracin de individuos al ejrcitode reserva, en donde venden lafuerza de trabajo en condicionessumamente desfavorables.

    e) Imposibilidad de organizarsepara plantear alternativas de so-lucin a los problemas reales.

    f) Anarqua de las polticas tantoeconmicas como sociales delsector pblico, que oscurecen lasrelaciones Estado-sector.

    De la segunda poca, en la que nosencontramos ahora la cual define elcontexto en el que se desarrolla la es-tancia de los migrantes del estudio, ensu etapa de integracin se puedenbosquejar algunas caractersticas:

    l) Es posible identificar dos fasesen el proceso: la primera se ca-racteriza por el repunte que en1981-1986 alcanzan las polticasde apoyo a la produccin agrcolaa travs del SAM y otros intentosde recuperar la autosuficienciaalimentaria; la segunda se da conel actual proceso de desintegra-cin econmica del sector prima-rio, engendrado por la poltica dedesactivacin de los sistemasde crdito, los seguros y los sub-sidios al campo, adems de laapertura comercial a los merca-dos internacionales, que pone acompetir a los agricultores me-xicanos con lo ms selecto de losproductores transnacionales.

    Es decir, primero surgieron losprogramas con el abrigo de la

    intervencin pblica para la in-fraestructura, a travs de las ins-tituciones creadas para su apoyo(como la Secretara de Agriculturay Recursos Hidrulicos SARHo la Secretara de la Reforma A-graria SRA); luego aparecenlos crditos igualmente garan-tizados institucionalmente, noslo en lo pblico sino tambinen lo privado (BANRURAL, BANJIDAL,BANCOMER), que ms tarde madu-ran con los seguros, subsidios yayuda tcnica; y para comple-mentar un desarrollo armnicoy competitivo del sector, se montauna estructura de comercializa-cin interna y externa (la Co-misin Nacional de Subsisten-cias Populares CONASUPO y elInstituto Mexicano de ComercioExterior IMCE). Pero despus,para integrarnos a un mundoglobalizado que no sabe de cam-po, de campesinos ni de sueosautosuficientes, devino el castigo,el abandono y la negacin.

    Hoy vivimos las polticas parael desarrollo que abandonan elcampo en manos de la iniciativaprivada, reforzando su direccinmediante la reforma al artculo27 constitucional. La nueva con-cepcin que dio sustento a lasmedidas mencionadas estriba enel principio de que en un mundocomercial abierto, aquellos pro-ductores no competitivos deben

  • 165

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    desaparecer (Fritscher y Steffen,1991: 115).

    2) Ante las polticas de abandonoel gobierno federal, en un acto e-minentemente populista, generael Programa Nacional de Solida-ridad (PRONASOL), que ms que unapoyo es un paliativo para so-brellevar las limitaciones que larecesin del sector impone a la po-blacin campesina. Con este pro-grama, el Estado se comprometea ayudar a los individuos conmayor capacidad productiva deentre el universo de los agriculto-res sin crdito.

    3) Los procesos de migracin inter-na y hacia el exterior se han in-crementado y tienden a acele-rarse.

    4) En las condiciones actuales dela economa nacional no se pue-de captar y satisfacer la demandainterna de empleo.

    5) Sin la oferta suficiente de empleo,la masa de pobres en las reasurbanas tiende a incrementarsey producir malestar social.

    6) La seguridad en todo el pas esten peligro dada la ausencia demecanismos para obtener satis-factores a las necesidades de unalto porcentaje de la poblacin.

    Por su parte, la aglomeracin huma-na llamada ciudad tiene una funcineconmica de produccin, servicios ytrabajo. Toda ciudad tiene un tiempoy un espacio diferentes que siempre

    estn ligados ntimamente con sus in-dividuos y con su organizacin econ-mica, poltica y social, los que conjuga-dos imprimen el ritmo en el que los fe-nmenos se suceden. Dichos fenmenosconfiguran las variables espaciotem-porales en las que se esconde la realidadcotidiana de las urbes. La dimensinfsica del medio ambiente urbano con-tiene el espacio vital del hombre; la di-mensin psquica, sin embargo, conjugalas mltiples combinaciones de facto-res, genera los cambios individuales quea su vez producen las modificacionessociales, econmicas y polticas de susgrupos humanos.

    En los aos setenta se considera-ba que la actividad que distingue a lasurbes es la industria de transformacin,que las ciudades eran el punto geogr-fico en el que se conjugaban las activi-dades industriales, comerciales, religio-sas, administrativas, militares, sanitarias,de servicios y todas las que requiere elindividuo para crecer y desarrollarse.Los complementos para estos fines soninducidos por dicha dinmica: el desa-rrollo del transporte, los servicios es-pecializados, las escuelas superiores,las clnicas, los laboratorios, los lugaresde diversin y esparcimiento como cen-tros deportivos, museos, bibliotecas olos centros de acopio de informacin.En esta poca, la industria de las urbesse haba convertido en la fuerza domi-nante en Amrica Latina y haba des-plazado a los sectores agrario y mine-ro, con sede en el campo (Singer, 1977).Este factor haba determinado que los

  • 166

    Carmen Mier y Tern

    pases subdesarrollados se transformande abastecedores de materias primas aconsumidores de tecnologa importa-da, incorporndose as al mundo delsubdesarrollo.

    En lo que se refiere al foco de atrac-cin que representaba la ciudad deMxico para el entorno rural, esta con-dicin tiene orgenes histricos que ani-dan en el asentamiento precolombino,en el que exista ya el centralismo regio-nal en Tenochtitln. En la Colonia, sehace del mismo espacio el lugar de lasdecisiones y el centro financiero y deservicios ms importante de la organi-zacin social. La Independencia y laRevolucin confirman la sede de los po-deres federales que le otorga preemi-nencia poltica, la ratifica como centrofinanciero y le da mayor concentracinadministrativa, tanto en lo pblico comoen lo privado. Al mismo tiempo, al asen-tarse las instituciones en la ciudad, per-miten a Mxico obtener la madurez querequiere para iniciar su desarrollo, estoocurre durante los aos treinta. El cre-cimiento acelerado de la ciudad de M-xico a partir de los aos cuarenta y du-rante varias dcadas, la hizo colocarsecomo la metrpoli que ofreca el incen-tivo ms apetecible para el xodo rural.

    Sin embargo, la demanda de vivien-da y servicios de las grandes concentra-ciones en la ciudad no han podido sersatisfechas, y cada vez menos. Con elenfoque desarrollista del alemanismo sellega a un proceso de concentracin ur-bana que dura tres dcadas. Desde1960 y hasta 1985, el rea de la ciudad

    de Mxico era receptora de migrantes.Entre 1986 y 1992 se convierte en emi-sora de poblacin que no se trasladafuera de su rea de influencia, sino quemigra hacia la periferia urbana Bajo elimpulso de esta explosin espacial, laciudad de Mxico crece hasta derramar-se en municipios del Estado de Mxico,imponiendo una dinmica de creci-miento acelerado a cuando menos cincociudades perifricas: Toluca, Cuerna-vaca, Puebla, Pachuca y Quertaro. Seda origen a un rea metropolitana, mi-rada macrogeogrficamente, que abar-ca el Distrito Federal y 20 municipiosdel Estado de Mxico.

    No es posible olvidar que los asen-tamientos humanos reflejan en su de-sarrollo fsico las aspiraciones de sushabitantes. La relacin del hombre consu medio ambiente es un fenmenoque se percibe en la calidad de vida quese alcanza. Los ltimos treinta aos,etapa que abarca el presente trabajo,coinciden con los periodos de ms altocrecimiento demogrfico y espacial enla ciudad. Al mismo tiempo, a partirde los aos sesenta, las prdidas en lacalidad de vida en el rea se acentan,hasta niveles poco deseables para laexistencia de asentamientos humanos.Lo anterior se manifiesta en los siguien-tes aspectos:

    1. La ciudad de Mxico es el centrourbano con mayor cantidad de ser-vicios en todo el pas, slo quesu rea metropolitana es la de ma-yor dficit en servicios y vivienda

  • 167

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    en el periodo de 1960 a 1990, ycon una tendencia franca al dete-rioro en las siguientes dcadas.

    2. En trminos generales Mxico esun pas pobre, en el que los satis-factores de cada uno de los gru-pos urbanos y rurales, a pesarde sus circunstancias, no reba-san los mnimos.

    3. La economa urbana es de mer-cado, en tanto que la rural es deautoconsumo. En la primera, losservicios son prestados por el Es-tado; en la segunda, recae en lasposibilidades particulares de cadagrupo o familia.

    4. En la ciudad el carcter social deldesarrollo es determinante, mien-tras en el campo es particular.

    5. Se prev que en el corto y media-no plazo la ciudad de Mxico seala ciudad que requiera de mayoroferta de empleos e inversiones,lo que se agudizar hasta la crisispor el dficit de vivienda (Ballinasy Urrutia, 1993).

    Ante tales circunstancias, una for-ma de abordar la problemtica es recu-rrir a las cifras relativas o absolutas.Sin embargo, estos mtodos pueden noreflejar todos los aspectos de la existen-cia migratoria. Es necesario enriquecerel perfil de esta poblacin migrante coninformacin y evaluaciones de carctercualitativo, surgidas de los juicios delos investigadores, para tener una pre-cisin ms rica del fenmeno de la mi-gracin en nuestro pas.

    Habr que hacer apreciaciones decarcter econmico, sociopoltico y psi-cosocial, para poder establecer un crite-rio que permita medir las condicionesque guardan realmente los individuosluego de abandonar su carcter ruraly durante su integracin al proceso deurbanizacin. Los logros de ambos gru-pos, el rural y el urbano, implican ungrado de esfuerzo diferencial, por lo quepara el anlisis y la comprensin noslo debemos basarnos en conceptoscomo riqueza o pobreza sino tambinen otros propios de la esfera intersub-jetiva, como pueden ser el nivel de satis-faccin alcanzado en la experiencia mi-gratoria y los factores que lo determinan.Tendremos igualmente que establecerlas diferencias entre la generacin de losmigrantes y la de sus hijos, nacidos,educados y condicionados por una cul-tura eminentemente urbana, aunqueempapada por el antecedente ruralde los padres. En trminos generaleseste es el marco de referencia en el quese desarrollan los casos estudiados yque bosqueja el panorama que aguardaa los migrantes por venir.

    PLANTEAMIENTOS PSICOSOCIALES

    En el terreno de la psicologa social noexiste una teora que explique en su to-talidad el fenmeno de la migracin. Sinembargo, se han realizado trabajos emp-ricos que, a partir de algunas de suspremisas, han aportado elementos im-portantes para su comprensin.

  • 168

    Carmen Mier y Tern

    Los factores macrosociales final-mente cristalizan en la intersubjetivi-dad y se traducen en percepciones, va-loraciones, actitudes, aspiraciones yuso de recursos, as como en los efectosque sobre los migrantes tiene este con-junto de sucesos que integran el pro-ceso de emigrar. En el presente estudioha resultado de inters trabajar condatos cualitativos y cuantitativos queposibilitan evaluar de manera ms in-tegral cmo viven los individuos este fe-nmeno y cmo repercute en sus gru-pos de pertenencia. La psicologa socialpuede hacer, as, contribuciones al an-lisis de las migraciones, tanto en lo te-rico como en las polticas aplicadas ala migracin.

    En este trabajo se han propuesto amanera de indicadores algunas concep-tualizaciones tericas, que desde la psi-cologa se vinculan con el proceso de lamigracin y que aportan elementos ex-plicativos del comportamiento indivi-dual y grupal de los migrantes. Estosconceptos son: apoyo social, identidad,arraigo, integracin, aspiraciones, expec-

    tativas y satisfaccin. Desde esta pers-pectiva, se observa una interaccin deestos elementos con la totalidad psicoso-cial de los individuos dentro de un en-torno global, en el cual el individuo tiendea buscar su crecimiento y desarrollo.

    Apoyo social

    Esencial en el desarrollo de todo indivi-duo en las diferentes etapas de su exis-

    tencia, el apoyo social tiene relacin conla vida afectiva y con las relaciones in-terpersonales y sociales que se esta-blecen. Bolwi (1981) expone la impor-tancia central del cario y el apego enel desarrollo de la autoestima y la con-fianza propia, gracias a lo cual es posi-ble enfrentar problemas y frustracionesen forma satisfactoria. Suls (l982) lo hadefinido como la posibilidad que tienela persona de saberse valorada y que-rida por otras personas, lo que mani-fiesta en su preocupacin por ella. Lasinvestigaciones de Pierce, Saranson ySaranson (1991) sobre apoyo social,muestran que la gente tiene expectati-vas y da ciertas atribuciones a las rela-ciones aprendidas en las primeras expe-riencias con los padres. Las atribuciones,a su vez, fundamentan actitudes quese desarrollan posteriormente como laapertura, la accesibilidad y la colabo-racin, el aislamiento, la desconfianzay el rechazo. Las percepciones y expec-tativas que se tengan en las relacionesvan a depender de los apoyos genera-les y especficos que se hayan tenido(Pierce, Saranson y Saranson, 1991).Los autores indican que los apoyos es-pecficos son ms efectivos porque per-miten saber en concreto con quin secuenta, en qu circunstancias y bajoqu condiciones. En cambio, los apoyosgenerales son vagos y en circunstan-cias especficas surge la duda de la po-sibilidad de encontrarlos. El apoyo sociales parte de las necesidades bsicas deaprobacin y estima, que slo puedenser satisfechas a travs de las relaciones

  • 169

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    que se establecen con otros individuos.Se trata de los recursos sociales conlos que cuentan los migrantes y sus mo-dificaciones en el tiempo.

    El concepto de apoyo social cobraimportancia en los aos setenta, cuan-do aparecen diversos trabajos sobre lossistemas informales de ayuda dentrode la familia, los amigos y los vecinos(Cassel, 1976; Cobb, 1976; Dean yLean, 1977; Holman y Kaplan, 1977;Eaton, 1978 y Suls, 1982). Los autoresconsideran estas ayudas como indica-dores de la relacin directa entre apoyosocial y salud fsica y mental de los in-dividuos. Las propiedades del apoyosocial en la formacin e interaccin delindividuo, segn las aportaciones de Suls(1982), Felton y Shinn (1992), Pierce,Saranson y Saranson (1991), son:

    1. Valores y creencias ticas y reli-giosas que le sirven de soporte.

    2. Redes de relaciones interperso-nales, en la que sus necesidadesson satisfechas.

    3. Marco de referencia de los rolesque se desempean, su significa-do para l y frente a los dems.

    4. Valoracin del propio individuo.5. Normas y consenso que se com-

    parten con los grupos de referen-cia.

    6. Elementos de identidad.7. Relaciones de intimidad y cerca-

    na.8. Descarga de efectos negativos y

    estrategias emocionales en uncontexto social.

    9. Solidaridad expresada en ritualesreligiosos y otras prcticas gru-pales.

    l0. Sentido de realidad y posibilidadde compartir y evaluar lo que pasaen la realidad externa e interna,apreciacin de experiencias,preocupaciones y sentimientos yconsistencia en el proceso de a-prendizaje de los individuos.

    Cuando hay un cambio de lugar deresidencia, en el caso de los migranteshacia el extranjero, es difcil para losrecin llegados contar con apoyo. En elcaso de los mexicanos que van a Nortea-mrica, stos cuentan con pocas redessociales que les posibiliten alojamiento,consejos para encontrar lugar dndevivir, informacin de fuentes de trabajoo ayuda en la comprensin y aprendi-zaje del idioma La primera generacinva a sufrir esta falta de apoyo, experien-cia diferente a la de las generacionessubsecuentes. Los cambios de resi-dencia, como seala Leigh (1992), ge-neralmente provocan incertidumbre porla prdida de marcos referenciales,por lo que se hace evidente la impor-tancia de la cohesin de la familia, losamigos y los conocidos en la adapta-bilidad y proceso de ajuste en el nuevolugar. Leigh (1992) encontr la relacinestrecha que guardan la adaptabilidady las redes de relaciones, en un estudiorealizado con inmigrantes centroame-ricanos a Estados Unidos de Nortea-mrica. Por su parte, Smith y Knowles(1991) distinguen entre soledad emo-

  • 170

    Carmen Mier y Tern

    cional y social. La soledad emocionalse da frente a la falta de cercana delazos ntimos con el esposo, el aman-te, los padres o los hijos; la soledadsocial se manifiesta por la ausencia depersonas que integran la red de interac-ciones, como amigos, vecinos y compa-eros de trabajo.

    El estrs aumenta en situaciones decambio, prdida de trabajo, despojo,disminucin del poder adquisitivo, mo-dificaciones en el status, lugar de re-sidencia y en el caso de enfrentar rolescontradictorios, o cuando no se encuen-tra un sentido a la vida. Calsin y Roa-des (1991) observaron que el apoyo esamortiguador del estrs en aquellos in-dividuos que son menores de 70 aos.La transicin que sufren los individuosal migrar del campo a la ciudad les im-pone condiciones ambientales dife-rentes y generadoras de estrs como elruido, las aglomeraciones, el trfico in-tenso, la contaminacin, la reduccinde los espacios visuales y el coloridoque tiende a los pases del concreto,la diferencia en el concepto del tiempoy el ritmo al que se ven sometidos, lamodificacin en sus relaciones socia-les, el anonimato al no ser reconocidosni reconocer a las personas con las quese relacionan, etctera.

    El apoyo social puede tener tambinefectos negativos para los individuos,ya sea porque genera dependencias quelimitan la autonoma y el crecimiento porla sujecin de los individuos a grupos ynormas que no respetan la individuali-dad propia, o porque impide al migrante

    establecer nuevas relaciones e integrarseal nuevo lugar. Por otra parte, cuandose demanda el apoyo en forma intermi-nable y exigente, se provocan reac-ciones de agresin y rechazo.

    Por ltimo, es pertinente asentar queel apoyo social que los migrantes pue-dan obtener depender de si el indi-viduo migr solo o con su familia, conqu apoyo cont en su partida y a sullegada a la ciudad y las modificacio-nes en las circunstancias que se le pre-sentan a travs del tiempo.

    Identidad

    Este proceso puede estudiarse desdediferentes niveles de anlisis: indivi-dual, familiar, grupal, comunitario, re-gional, nacional. Desde el individuo, laidentidad, segn Erikson (1974), es unsentimiento de mismidad personal ycontinuidad histrica, que nos da con-trol sobre nosotros mismos. Nos permitesaber quines somos y qu queremosser, a diferencia de otras personas quenos rodean: este realmente soy yo.Cuando esta actitud es asumida por elindividuo provoca un sentimiento devitalidad y movimiento que le permiteestar ms comprometido consigo mis-mo, es decir, asumir el papel principalen la historia de la propia vida.

    La identidad se desarrolla desde losprimeros aos de vida; inicia con la re-lacin que se establece con la madre osustituto y se fortalece a partir de lapertenencia a diferentes grupos como

  • 171

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    la familia, la escuela, los amigos, eltrabajo y las organizaciones polticas yreligiosas. Se genera en la asimilacinde imgenes inconscientes y conscientesque dan un sentido de valoracin hacialas personas, las cosas y uno mismo.El cmo percibimos que los otros noscalifican y cmo internalizamos estaspercepciones y las hacemos nuestras,determina la propia valoracin y el au-toconcepto, del que parten nuestrasacciones y la manera de relacionarnoscon los dems (Erikson, 1974).

    Por otra parte, la identidad no es unaconfiguracin esttica; evoluciona ycambia a travs del tiempo. Es una con-jugacin de experiencias viejas y nuevas,profundas y superficiales. Su conso-lidacin depender de la aceptacindesarrollada por el individuo a partirde sus condiciones anteriores y suadaptacin a las condiciones actuales.La identidad se manifiesta a travs deexpectativas, metas y valores de la per-sona, dndole un propsito y significa-do a su vida. Se cristaliza en los papelesque representa el individuo: sexo, edad,clase social, nacionalidad, idioma (Miery Tern, 1992).

    Para integrar un estudio de la mi-gracin, el concepto de identidad es fun-damental debido a que sta es puestaen juego ante los cambios producidosno slo en los diferentes periodos de lavida, en el desempeo de diferentesroles o en la modificacin del status,sino tambin en el cambio de residenciay de grupos de referencia. En el casode los migrantes se realiza un desplaza-

    miento forzado por las condiciones eco-nmicas de su regin, la falta de opor-tunidades y las situaciones adversaspara satisfacer las necesidades bsi-cas. Cuando las personas que, en eltranscurso de su vida, desarrollan unaidentidad clara se enfrentan a este tipode cambios, la adecuacin de su iden-tidad les permite una integracin msfcil al nuevo medio. En cambio, cuan-do se presentan discrepancias notoriasentre lo que se es y lo que se quisieraser, puede decirse que hay proble-mas de identidad que afectan diferen-tes reas del desarrollo propio del in-dividuo.

    Existe una relacin directa entreidentidad y apoyo social. Si se ha con-tado con apoyo, la identidad ser msclara y tendr mayor solidez, a dife-rencia de cuando se ha carecido de l.Al mismo tiempo, la identidad de losmigrantes, analizada desde los valoresasimilados en los grupos de referencia,estar vinculada con las aspiraciones,las expectativas, el arraigo y su integra-cin a la ciudad.

    Arraigo

    El arraigo representa el origen de todoindividuo y proporciona un anclaje enla vida; son las races que se desarrollana travs del tiempo respecto de un lugar,sus costumbres, creencias, fiestas, di-versiones, comida, gente y medio am-biente en general. Lo constituyen losafectos que ligaron al migrante con su

  • 172

    Carmen Mier y Tern

    lugar de origen o el lugar en el que vivims tiempo, los atractivos que le brin-daron satisfaccin, as como lo que nole agrad y rechaz l mismo El senti-do de pertenencia a un lugar, un grupode personas, una familia, es una nece-sidad de todo individuo y se manifies-ta a travs de percepciones, actitudes,gustos y prejuicios. A partir del arraigose pueden hacer comparaciones que sonvisibles en relacin con el grado derechazo o agrado por los lugares, laspersonas y las costumbres. Jourard yLandsman (1987) expresan que el arrai-go ayuda a ubicarse dentro de un marcode referencia que proporciona segu-ridad y confianza y da un sentido dedireccin dentro de un mundo cam-biante. Los factores que contribuyen asu conformacin son el tiempo de per-manencia en un lugar y los lazos afec-tivos que se establecen.

    Ante el fenmeno de la migracin,el arraigo se pone a prueba. Despusde su partida algunos migrantes no re-gresan a su comunidad de origen, des-ligndose por completo de ella debido afuertes sentimientos de rechazo. Otros,en cambio, aoran y desean el retorno.A veces regresan en temporadas defiestas, a visitar parientes o a participaren actividades de su comunidad, sinque esta actitud limite su capacidad deadaptacin al nuevo lugar de residen-cia. Por otra parte, es frecuente que alestar lejos de un lugar se recuerde todolo positivo de ste y en ocasiones se ol-viden las causas que provocaron la parti-

    da. Esta actitud corresponde a unaidealizacin del lugar de origen, lo queproduce una seria dificultad para la in-tegracin al nuevo medio.

    Cabe mencionar que ante la migra-cin pueden generarse diversos senti-mientos. Por parte del migrante puedesurgir tristeza por los seres queridosque se quedan en el lugar de origen yno lo acompaan en su bsqueda deotra residencia y soledad y ansiedad porla separacin, los nuevos valores ycreencias y ante lo desconocido. Puedenpresentarse tambin estados depresi-vos y confusin ante la dificultad de asi-milar los sentimientos de prdida. Porparte de quienes se quedan, puede pro-ducirse el enojo, la rabia y el recha-zo hacia quienes se van, por signifi-carles su partida una traicin o unabandono.

    Otro factor determinante de cmose asimila la prdida en relacin con elarraigo, es la manera como se tom ladecisin de migrar: si fue del propio in-dividuo, o si, al ser esposa o hijo, seacat la decisin de otros, o se debi acondiciones externas en las cuales sevieron obligados a partir. Aquellos indi-viduos que no sintieron en forma direc-ta la necesidad de migrar tendern adesarrollar sentimientos de impoten-cia, debilidad y aoranza por su lugarde origen. En cambio, los que viven laexperiencia migratoria como una alter-nativa en sus vidas desarrollan senti-mientos de control y poder en sus de-seos por mejorar sus condiciones.

  • 173

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    Integracin

    Este concepto es fundamental en losprocesos de formacin de cultura ycambio cultural. Desde el punto de vis-ta antropolgico, la cultura abarca valo-res, creencias, costumbres e historia delos individuos. Amado Padilla (1980)dice que la cultura puede ser estudiadaen dos niveles: uno, utilizado sobre todopor la antropologa, se dirige a grupossociales; y otro, ms especfico, se enfo-ca en los individuos y es trabajado porla psicologa. Dentro de esta ltimaperspectiva y para el estudio de la mi-gracin, el concepto de integracin pro-porciona elementos para la compren-sin del cambio cultural que implicaprovenir de una cultura local para in-sertarse en una ms amplia y compleja.

    Piaget describe cmo el organismotiende a un equilibrio en su interaccincon el medio ambiente. Los procesos queplantea el autor como formas adapta-tivas son la asimilacin y la acomoda-cin. En la primera, el individuo adoptael medio ambiente buscando modificar-lo y controlarlo para la satisfaccin desus necesidades. En cambio, en la aco-modacin el individuo se adapta a suambiente en forma pasiva tratando demodificarse l mismo (Alexander, 1973).El cmo puede propiciar el individuo elcambio en s mismo y en su propio me-dio depender de la plasticidad de susposibilidades de adaptacin.

    El fenmeno de aculturacin apare-ce cuando dos grupos de individuos dediferentes culturas entran en contacto,

    provocando cambios en la cultura origi-nal. En el caso de los migrantes rurales,la aculturacin se produce al exponer-se a una cultura urbana con mltiplesinfluencias diferentes de su culturalocal.

    Berry (1980) propone un modelo paraentender las diferentes formas que a-doptan los individuos ante el procesode aculturacin; sas son asimilacin,rechazo e integracin. La asimilacin esel perder u olvidar, ignorando o negan-do por parte del individuo los patronespropios de su cultura original y adop-tando la cultura nueva de manera in-condicional. El rechazo es un retiroimpuesto por parte del individuo a lasociedad nueva; es una segregacin conactitudes crticas severas y sentimien-tos de malestar y no aceptacin del lugary de sus grupos. El autor lo considerauna actitud de huida ante una situa-cin diferente. En la integracin se lograla coherencia cultural que le permite alindividuo formar parte de la nueva so-ciedad reteniendo su identidad cultural.

    La alternativa para los migranteses la integracin, en la medida en questa les permite continuar con sus pa-trones anteriores y enriquecerse con losaportes de la sociedad urbana. De estamanera contarn con apoyo social,sus relaciones interpersonales sernms amplias, su sentido de identidadser ms claro, podrn manejar sus sen-timientos de arraigo a su lugar de origensin que les impidan desarrollar nuevasraces, encontrarn los atractivos queles brinda la ciudad y as su experien-

  • 174

    Carmen Mier y Tern

    cia migratoria se manifestar en senti-mientos de satisfaccin.

    Aspiraciones y expectativas

    La esperanza que impulsa a los indivi-duos a migrar involucra las aspiracio-nes y expectativas que tiene la gentedel campo acerca de la ciudad. Aspi-raciones y expectativas se presentan demanera conjunta e interdependiente yson fundamentales para la comprensindel ser humano, sus pensamientos, sussentimientos, el concepto que tiene des mismo y sus acciones respecto delcontexto.

    Se ha manejado el principio de mo-tivacin como la base o motor de lasacciones del ser humano. En los tra-bajos sobre migracin las motivacionesson indicadoras de los elementos quemueven a los individuos en su decisinde migrar. Sin embargo, es difcil cono-cer directamente cules son los verda-deros motivos. Cuando las personasintentan explicar sus acciones, tiendena darles una coherencia lgica, racional,dejando de lado sus componentes in-conscientes. No obstante, es posibleestudiar las motivaciones de manera in-directa a travs de las aspiraciones yexpectativas ms cercanas a lossueos e ilusiones del individuo, to-mando en cuenta que al referirlas suexpresin es ms libre, pues no repre-sentan una explicacin directa de sucomportamiento.

    En algunos estudios se habla indis-tintamente de expectativas y aspira-ciones. En este trabajo se consideranla diferencia cualitativa entre unas yotras y su nivel de congruencia comoindicadores importantes del autocon-cepto y de los sentimientos de satis-faccin o insatisfaccin de los indivi-duos, al evaluar los resultados de sumigracin.

    Las aspiraciones proporcionan eldeseo de ser, hacer o tener algo, aquelloque al sujeto le gustara que sucediera,el anhelo de lo que uno quisiera, y sevinculan ms con los valores sociocul-turales aprehendidos en la interaccincon la sociedad en su conjunto. Las as-piraciones no necesariamente puedenser descifradas por el individuo, por con-tener tanto aspectos de la realidad comode la fantasa.

    Las expectativas son lo que uno es-pera lograr de uno mismo, de alguien ode alguna situacin; lo que creemos quetenemos derecho a obtener a partir denuestro comportamiento y de la situa-cin que guardamos en el medio en quevivimos; son un clculo, segn la efi-cacia percibida en uno mismo, de loslogros a obtener. Es decir, se gobiernanpor la fe y la credibilidad en las propiascapacidades. Las expectativas son in-fluidas por las esferas de interaccinms inmediatas como grupos de refe-rencia y familia y por la historia personal(Wintrob, 1981 y Mier y Tern, 1992).

    Las expectativas pueden extendersea los grupos de referencia en el cmostos esperan un determinado compor-

  • 175

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    tamiento o actuacin de cada uno desus miembros: lo que los padres espe-ran de sus hijos, lo que la pareja esperauno del otro o lo que los amigos esperande nosotros; en las relaciones de tra-bajo; en grupos religiosos y polticos.

    Horney (1975) afirma que las aspi-raciones no tienen una dimensin est-tica, asociando su dinmica al vnculoestrecho entre el nivel de aspiracin yel ajuste personal, directamente rela-cionado con las expectativas. Cuandohay una congruencia entre el yo actual(self) y el ideal, y ste puede ser alcan-zado en forma gradual, el propio con-cepto se mueve hacia un crecimientomayor, se muestra una mayor satisfac-cin. Pero cuando se observa una grandiscrepancia entre la realidad y las as-piraciones de los individuos, entre lo queson, lo que quisieran ser y lo que quisie-ran lograr, o cuando su ideal est muyalejado de sus posibilidades reales,muestran sentimientos de devaluaciny descontento en sus vidas.

    Por su parte, Conway y Ross (1992)proponen un modelo de ajuste de per-sona-medio, para observar diferentesaspectos de control y para examinar losefectos interdependientes con resulta-dos psicosociales. El modelo hipotetizaque cuando las necesidades de la per-sona son mayores a la oferta del mediopara satisfacerlas, experimentar unambiente de estrs que le provocara ten-sin y cansancio. Las medidas de tensinaumentan cuando hay demasiado omuy poco control percibido con respec-

    to al control deseado. Menos tensin sepercibe cuando hay congruencia entreel control deseado y el percibido. Miku-lincer (1988) habla de las inferenciasproyectadas. Cuando no hay control delos eventos las fallas se pueden atribuira situaciones casuales, sin afectar alindividuo. Cuando el fallo es estable opersistente, las expectativas bajan y elindividuo puede expresar su insatisfac-cin culpndose a s mismo, autodeva-lundose o responsabilizando al ambien-te y apareciendo como vctima de lascircunstancias, sumndose a lo que seha denominado desamparo aprendido.

    En sus estudios acerca de las aspi-raciones, Kurt Lewin (1978) desecha elmito de que los humanos tendemos aobtener o realizar lo ms fcil. El autorafirma que preferimos situaciones msdifciles, si estn acordes con nuestrosniveles de aspiracin. En este mismosentido, Safa y Dutoit (1975 y 1975a),y De Oliveira, Muoz y Estern (1981)consideran que las aspiraciones de losmigrantes son superiores a las de quie-nes no migran dado el esfuerzo que ma-nifiestan en mejorar sus condiciones devida y lograr su propsito.

    Es pertinente advertir acerca delriesgo de medir el xito o fracaso de losindividuos empleando las expectati-vas como nico parmetro, justificandoas las desigualdades asociadas conprejuicios como pueden ser las sociales,las econmicas, las de gnero o las deoportunidades para el trabajo y la edu-cacin, entre otras.

  • 176

    Carmen Mier y Tern

    Satisfaccin y bienestar

    La tendencia general de la psicologa,hasta hace unos aos, haba sido co-nocer principalmente los aspectos queprovocan conflicto, problemas y dificul-tades a las personas, ms que tratarde estudiar sus reas positivas (Miku-lincer y Peer-Goldin, 1991). Un obs-tculo que se presenta al abordar nocio-nes de satisfaccin, felicidad y bienestar,es que se encuentran ubicados en elcampo de la subjetividad y varan deacuerdo a los marcos referenciales delpropio desempeo en las situacionesvividas, por lo que presentan dificulta-des para su investigacin.

    Es comn, en la vida cotidiana, uti-lizar los parmetros satisfaccin-insatisfaccin para determinar el sen-timiento que resulta de las accionesemprendidas, ante situaciones vividas.El cumplimiento de nuestras aspiracio-nes y expectativas provoca sentimientosde xito, felicidad, orgullo, armona yconfianza. En el presente estudio hasido importante conocer la satisfaccinalcanzada, resultante del proceso mi-gratorio, y su congruencia con aspira-ciones, expectativas y realidad.

    Para tales efectos resulta reveladorel estudio longitudinal entre la juventudindia mistissini cree en Canad, reali-zado por Wintrob (1981), en el que seinvestig la relacin de las aspiracionesy expectativas y la vinculacin de stascon otras reas, ante un cambio cul-tural. En el primer periodo el grupo dejvenes asista a una escuela cuya edu-

    cacin sostena los valores de la culturaeurocanadiense, por lo que estaba ex-puesto a un proceso de aculturacin.En el estudio inicial se encontr queestos indgenas mostraban una marca-da incongruencia entre las aspiracionesplanteadas y la posibilidad de lograrlas.Los cree manifestaban un elevado nivelde incertidumbre y duda de sus capa-cidades propias, una actitud fatalista.Los autores observaron grados elevadosde estrs y lo relacionaron con proble-mas de identidad; despus de 10 aos,al repetir el estudio, encontraron unamayor concordancia de las metas, conun elevado grado de confianza en laspropias habilidades. Los indgenasmostraban la capacidad de integrarsea la cultura eurocanadiense o a la suyapropia sin sufrir una disminucin desu estima, y una actitud de satisfaccinante la experiencia vivida Puede perci-birse aqu el vnculo estrecho entre as-piraciones, expectativas y realidad y suresultado en los sentimientos de satis-faccin e insatisfaccin, malestar ybienestar, dentro de un proceso de cre-cimiento personal.

    La satisfaccin comprende elemen-tos macrosociales: educacin, empleo,vivienda, urbanizacin, situacin eco-nmica y poltica del lugar, entre otros.Por ejemplo, los desempleados experi-mentan tensin, frustracin, sentimien-tos de inutilidad, soledad, depresin einsatisfaccin, mismos que desaparecencuando el individuo reinicia un traba-jo. Elda y Caspy (1988) y Jahoda (1988)exponen la influencia que ejerce la dis-

  • 177

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    minucin del poder adquisitivo de losindividuos, afectando las relaciones fa-miliares y al propio sujeto, provocandosentimientos de malestar e insatisfac-cin. La composicin familiar se modi-fica, las amas de casa tienen que salira trabajar, los hijos tienen que cooperaren las actividades del hogar, en el cuida-do de los hermanos menores, el lavadoy la limpieza de la casa, la preparacinde la comida, etctera, y por eso des-cuidan o dejan la escuela, apareciendoentonces los reclamos entre los miem-bros de la familia. Se ha observado quelos hijos de estas familias van a tenermenos esperanzas en la vida, tendrndesconfianza en ellos mismos y en elfuturo.

    Los elementos microsociales de lasatisfaccin pueden ser la clase sociala la que se pertenece, el status alcan-zado, el enlace que se tenga con la co-munidad, el apoyo social obtenido, lacalidad de las relaciones familiares, elarraigo, la integracin al lugar que sehabita, la expresin de los sentimientosde xito y fracaso, la congruencia entreaspiraciones, expectativas y logros,entre otros. La evaluacin de satisfac-cin que elabora el propio individuo seencuentra influida por la representa-cin real o ideal que tenga de s mismo.

    Tomando en cuenta la relacin di-recta entre aspiraciones y expectativasy el sentimiento de satisfaccin, Higgins(1987) sustenta una teora acerca delas discrepancias entre las aspiracio-nes y las expectativas, describiendo trespartes del yo: el yo actual, es decir, lo

    que la persona cree de su propio proce-so; el yo ideal, lo que le gustara ob-tener [aspiracin] y el yo debera, quees lo que la persona cree que deberaobtener [expectativa]. Mikulincer (1988),por su parte, plantea una relacin decongruencia de estos tres yos en la ob-tencin de sentimientos positivos en laspersonas y estados de felicidad. Sos-tiene que ante las discrepancias entreel yo actual y el yo ideal los indi-viduos se manifiestan con insatisfac-cin y estados de depresin, mientrasque las discrepancias entre el yo ac-tual y el yo debera provocan senti-mientos de culpa y estados de ansiedad.

    Por su parte, Feather (1992) proponeque la gente acta de acuerdo con suscreencias, gobernadas por la confianzaen sus capacidades, vinculadas al pro-pio sistema social y a las consecuenciasde su comportamiento. Las creencias deuna persona acerca del esfuerzo que re-quiere para el cumplimiento de unatarea van a depender de sus creenciasacerca de las consecuencias, exitosas ono, de su desempeo. Si la intencinde nuestras acciones es clara y fuerte,el desempeo en la obtencin del logroproporcionar sentimientos ms fuertesde satisfaccin. En cambio, donde el lo-gro es resultado de la casualidad, el sen-timiento de satisfaccin no ser elmismo. Lo anterior se encuentra rela-cionado con la nocin de control internoo externo que tengan los individuos.Segn Rotter (Munn, 1989), las perso-nas cuya direccin, parte de un control

  • 178

    Carmen Mier y Tern

    interno estarn ms satisfechas y elproducto de su esfuerzo representarun logro interno; en cambio, para aque-llas personas que funcionan ms conun control externo el logro ser debidoa las circunstancias y la falla ser vistacon sentimiento de vctima, reforzn-dose as la desesperanza aprendida.

    Ryff (1989) sintetiza los plantea-mientos anteriores proponiendo algu-nos elementos subjetivos del estar bieny satisfecho en la vida:

    a) Aceptacin propia: sentido experi-mentado por el individuo que lepermitir la aceptacin de la vidapasada, caracterstica de la actua-lizacin de un funcionamientoptimo.

    b) Relaciones positivas con otros:calidez, confianza interpersonal,empata, identificacin con otros,sentimientos de afecto y amor.

    c) Autonoma: la propia determina-cin, la independencia, la apli-cacin de las propias normas paraevaluarse en la vida diaria.

    d) Dominio del ambiente: participa-cin activa fuera del propio indi-viduo, incluyendo y manipulan-do ambientes que puedan serestables.

    e) Propsito en la vida: es el signifi-cado que se le da a la propia exis-tencia, las creencias que le dancomprensin y propsito, el sen-tido de intencin, las metas, ladireccionalidad.

    f) Crecimiento personal: cada unode nosotros tiene la posibilidad deun desarrollo continuo de su pro-pio potencial para crecer y expan-dirse como persona. Estar abier-to a esta experiencia permite laposibilidad del funcionamientototal de la persona.

    El sentido de comunidad tambin seencuentra relacionado con la posibilidadde satisfaccin, en la medida en quepermite disminuir los efectos negativosde las circunstancias y las propias ac-ciones; posibilita enfrentar problemas,compartir una historia Este ltimo ele-mento proporciona fortaleza y confian-za en el grupo y en el propio individuo(Davidson y Cotter, 1991).

    Por ltimo, tomemos en cuenta quelos recursos econmicos y los psicoso-ciales no necesariamente son congruen-tes. Minuchin (en Mier y Tern y SurezGuerrero, 1991) seala que hay ricospobres y pobres ricos, refirindose a subienestar emocional y desarrollo perso-nal. Las autoras plantean la necesidadde construir una perspectiva de la po-breza que aborde no slo los factoreseconmicos sino tambin las condicio-nes del medio materiales y socialesy los recursos psicosociales grupa-les y personales. El siguiente ejemploes ilustrativo: cuando en 1982 se le pre-gunt a una de las entrevistadas quera lo que ms le gustaba de la ciudadrespondi que ver el reflejo de la luzen los edificios; ante la misma pregun-

  • 179

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    ta, en 1992 contest que pasear en ca-miones urbanos.

    UN GRUPO DE MIGRANTES

    Cmo se realiz el estudio? La inves-tigacin abarc dos colonias de la de-legacin Tlhuac. La colonia Del Mar,conformada entonces por 172 man-zanas, se encuentra ubicada en la reginnoroeste de la delegacin, hacia sus l-mites con las delegaciones Xochimilcoe Iztapalapa. Colinda actualmente conlas colonias Ex-Hacienda de San Ni-cols Tolentino, Cooperativa Allapedalliy Villa Centroamericana y del Caribe,Agrcola Metropolitana y La Turba. Lacolonia La Conchita estaba formada por150 manzanas y se localiza en la porcinsureste de la delegacin, cercana a loslmites con la delegacin Milpa Alta y elmunicipio de Chalco, Estado de Mxico.Actualmente se encuentra dentro delpoblado rural de San Nicols Tetelco ycolinda con las colonias Cristo Rey,Morelos y Emiliano Zapata. Estas co-lonias se consideraban suburbanas en1982 y tenan ocho aos de haber ini-ciado su formacin, dentro de terrenosejidales que se haban vendido porpredios y en forma de concesiones. Enaquel tiempo este procedimiento era ile-gal, por lo que posteriormente se inicila regularizacin y escrituracin de laspropiedades.

    Cuidando la representatividad y laaleatoriedad de la muestra en la pobla-cin estudiada se obtuvieron 307 cues-

    tionarios en la primera etapa. En ambascolonias se obtuvo un 10% de la mues-tra de la poblacin total. El muestreopara la segunda fase se realiz a partirde un listado de los 307 cuestionariosprevios. En forma aleatoria se seleccio-naron 120 casos de los jefes de familiay de las esposas de los jefes de fami-lia. Mltiples dificultades se enfrenta-ron para localizar nuevamente las di-recciones por el cambio de nomencla-tura de las calles y su numeracin; losentrevistadores comentaban que eracomo encontrar una aguja en un pajar.De las 111 restantes, en 37 de ellas sushabitantes haban cambiado de domi-cilio, ocho personas haban fallecido, 20no se encontraron en su domicilio des-pus de cuatro visitas, cuatro no pudie-ron responder a la entrevista por estarenfermas y 42 fueron entrevistas exi-tosas. Ninguna de las personas se neg,y en algunos casos fue muy agradableel reencuentro. Una seora menciondespus de la conversacin: regreseotra vez dentro de diez aos.

    Se aplicaron dos cuestionarios de 96preguntas, estructurados en forma deentrevista dirigida para establecer unvnculo ms personal de confianza yapertura con los entrevistados. El se-gundo cuestionario contiene bsica-mente las mismas preguntas, exceptolas correspondientes a la historia migra-toria y las que se aadieron en relacincon los cambios en la colonia y modi-ficaciones en las viviendas, y las valora-tivas de sus sentimientos de satisfaccino insatisfaccin de vivir en la ciudad.

  • 180

    Carmen Mier y Tern

    Los datos obtenidos tuvieron dostratamientos, uno cuantitativo y otrocualitativo, ya que los cuestionarioscontenan en su mayora preguntasabiertas cuyas respuestas eran de con-tenido fundamentalmente vivencial. Sinembargo, el procedimiento estadsticoproporcion un apoyo complementa-rio en la vinculacin del anlisis cuali-tativo de los datos. Se codificaron lasrespuestas y se construy una escalanominal para establecer agrupamientosde las variables correspondientes a cadauna de las reas: situacin econmica,apoyo social, arraigo, integracin, aspi-raciones y expectativas personales delos entrevistados y respecto de sus hijos.

    Se trabaj tambin con una escalaordinal empleada por cinco jueces (pro-fesionistas de la psicologa que desco-nocan a los entrevistados), para teneruna visin ms fidedigna de los valo-res que se dieran en las reas estu-diadas. Se obtuvieron frecuencias yporcentajes por reas; las primeras seutilizaron en el anlisis descriptivo y lospromedios sirvieron para la construc-cin de las escalas.

    Despus del anlisis general de loscuestionarios, los jueces externaron suvaloracin global respecto de la satis-faccin-insatisfaccin percibida en cadacaso, ubicndolos dentro de ocho alter-nativas que corresponden a su situa-cin en provincia, en 1982 y en 1992.Las posibilidades eran: 1. insatisfecho- insatisfecho - insatisfecho; 2. insatisfe-cho -insatisfecho - satisfecho; 3. insatis-fecho - satisfecho - satisfecho; 4. insa-

    tisfecho - satisfecho - insatisfecho; 5. satis-fecho - insatisfecho - insatisfecho; 6. sa-tisfecho - insatisfecho - satisfecho; 7. satis-fecho -satisfecho - insatisfecho; 8. sa-tisfecho - satisfecho - satisfecho. Una vezubicados los casos, se realiz un an-lisis cualitativo de las caractersticas decada una de las alternativas.

    Para las conclusiones se tomaron losaspectos ms relevantes de los anli-sis: el cualitativo, las correlaciones y lascomparaciones de las escalas y varia-bles por sexo y ao. No se encontrarondiferencias significativas entre las doscolonias, por lo que se considera lamuestra como un solo grupo.

    Vayamos pues al lugar y a las per-sonas estudiadas y observemos la ma-nera en que los indicadores ante-riormente expuestos se manifiestan einterrelacionan.

    En 1982, primera fase del estudio,las colonias aparecan en la periferiade la ciudad colindando con zonas fran-camente rurales. Tenan calles bien tra-zadas y contaban con servicios de aguay luz. Carecan de drenaje, alcantari-llado, pavimentacin, alumbrado pbli-co y transporte al interior de las mis-mas. Los lotes eran, en su mayora, de150 metros cuadrados, algunos mayo-res y otros ms pequeos. Se observa-ban abundantes comercios familiaresdonde se vendan artculos de primeranecesidad. La colonia Del Mar se inun-daba en tiempos de lluvia, de ah sunombre y el de sus calles: Camarn,Pulpo, Pez Vela, Arrecife, etctera. EnLa Conchita an se podan observar los

  • 181

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    antecedentes rurales, pues sus habi-tantes continuaban sembrando maz enpequeas porciones de terreno y cria-ban animales como cerdos, gallinas oconejos. Las casas eran muy similaresen construccin y tamao; los mate-riales ms utilizados eran el tabique enlos muros y en los techos la teja o la l-mina. En El Mar se poda percibir, porlas diferencias en sus construcciones,que haba una mezcla de residentes ori-ginarios de la zona y migrantes. Lascasas de los primeros estaban ubica-das en terrenos ms grandes y sepodan observar construcciones de dosplantas, con estructura de concreto ar-mado, bardas elevadas y puertas gran-des y que, en general, tenan las carac-tersticas de las casas de clase mediaurbana. Las construcciones de los mi-grantes eran ms sencillas y modestas.La mayora de las casas contaba con dosrecmaras, cocina, un bao y piso decemento o de tierra.

    En 1992 se observaron cambios enla fisonoma de las colonias, que habanquedado incluidas en la mancha urba-na. El nmero de casas se haba incre-mentado considerablemente y el airerural que alguna vez tuvieron se habaperdido por completo. Las casas, en sumayora, haban sido modificadas.Ahora tenan dos plantas, bardas ypuertas que impedan observarlasdesde fuera. En promedio tenan cuatrorecmaras, algunas ms grandes quehaca diez aos; todas con piso de ce-mento y algunas de mosaico; los techoseran de losa. Se contaba ya con pavi-

    mentacin, alcantarillado, alumbradopblico, mercado, iglesia catlica y pro-testante, escuelas pblicas, primarias,jardines de nios particulares y unasecundaria. Se haban incrementadolos comercios familiares y se observa-ba un crecimiento del sector comercialcon la instalacin de otras ramas comomuebleras, farmacias, panaderas, po-lleras, etctera. El servicio de trans-porte se haba ampliado hasta el interiorde las colonias y se contaba con camio-nes de Ruta 100 y colectivos que ibana diversos puntos de la ciudad.

    Revisemos la historia migratoria delos entrevistados:

    De los estados donde provienenlos 42 casos estudiados el msrepresentativo fue Michoacn(33.3%), le siguen Guanajuato(14.3%), Puebla y San Luis Po-tos (9.5% cada uno) y Veracruz,Oaxaca e Hidalgo (4.7% cadauno). Durango, Jalisco, Guerre-ro, Tlaxcala y Tabasco tuvieronpresencia con una persona sola-mente.

    CUADRO 1Edades de los entrevistados y cnyuges

    en 1982

    Rango edad Entrevistado Cnyuge

    19-24 aos 5 (11.90%) 2 (04.76%)25-30 aos 9 (21.43%) 8 (19.05%)31-40 aos 17 (40.48%) 19 (45.24%)41-50 aos 4 (09.52% 10 (23.81%)51-60 aos 7 (16.67%) 3 (07.14%)61 o ms aos - -Fallecidos - -

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%)

  • 182

    Carmen Mier y Tern

    Provienen en su mayora de ran-cheras (54.76%), pueblos peque-os y grandes (16.6% cada uno)y ciudad (12%).

    La migracin fue directa a la ciu-dad de Mxico en el 83.3%; quie-nes tuvieron dos y tres migra-ciones corresponden al 7.1% yslo un caso tuvo cuatro migra-ciones. Estos desplazamientosfueron a lugares cercanos a suestado. Slo se encontraron doscasos de hombres que estuvieronen Estados Unidos de Norteam-rica y luego regresaron.

    La poblacin sali de su lugar na-tal entre los 13 y 17 aos (31%),entre los 18 y 22 aos (28.5%)y entre los 23 y 27 aos (12%),aunque hay un grupo minoritario(4.7%) que migr entre los ochoy los 12 aos. La edad de los en-trevistados en 1992 flucta entre41 y 50 aos para los padres yentre 19 y 24 aos para los hijos.

    Su tiempo de residencia en la ciu-dad de Mxico oscila entre los 6y los 15 aos.

    Los migrantes que llegaron solosfueron un 38%; arribaron con lafamilia, esposa o algn hijo(33.3%); con el esposo (19%) y conlos padres (9.5%). La sumatoriade los casos de quienes llegaronacompaados resulta mayor.

    En cuanto al motivo por el quemigraron, el 81% refiere motivosde trabajo, 4.7% porque tenanfamilia en la ciudad o porque secasaron y el esposo era de aqu opor problemas familiares en sulugar natal; slo hay un caso quevino por la salud de su hijo.

    En 1982 todos los entrevistadoseran casados; en 1992 se en-cuentran dos viudos y los demsson casados.

    Su perfil familiar es en su mayo-ra el de una familia nuclear. En1982 el nmero de habitantes

    CUADRO 2Nmero de hijos por familia, frecuencias y porcentajes

    1982 1992 No. de hijos Frecuencia % Total Frecuencia % Total

    0 1 2.38 0 1 2.38 01 3 7.14 3 1 2.38 12 10 23.81 20 4 9.52 83 5 11.90 15 8 19.05 244 7 16.67 28 13 30.95 525 6 14.29 30 7 16.67 356 5 11.90 30 2 4.56 127 3 7.14 21 4 9.52 288 - - - - - -9 - - - - - -10 1 2.38 10 1 2.38 1011 - - - - - -12 1 2.38 12 1 2.38 12

    TOTAL 42 100 169 42 100 182

  • 183

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    en casa del entrevistado es decuatro a ocho personas. En 1992,el nmero de habitantes se con-centraba mayoritariamente entrecinco y seis personas. Casi no vi-ven con ellos otros familiares.

    Respecto a su escolaridad, paralos padres (entrevistados y sus

    cnyuges), apenas alcanzaba losprimeros aos de primaria en1982, y para 1992 haba au-mentado. Algunos de ellos nosaban leer ni escribir en 1982 (ycontinuaban as diez aos des-pus). Sin embargo, durante suresidencia en la ciudad, el 70%

    CUADRO 3Escolaridad de los entrevistados y cnyuges

    Escolaridad Entrevistados CnyugesNivel 1982 1992 1982 1992

    No sabe leer ni escribir 3 (07.14%) 1 (2.38%) 7 (16.67%) 2 (05.0%)Sabe leer y escribir 5 (11.90%) 5 (11.90%) 4 (09.52%) 6 (15.0%)Primaria incompleta 24 (57.14%) 22 (52.38%) 13 (30.95%) 11 (27.5%)Primaria completa 5 (11.90%) 9 (21.43%) 11 (26.19%) 14 (35.0%)Secundaria incompleta 3 (07.14%) 3 (07.14%) - 1 (02.5%)Secundaria completa 1 (02.38%) 1 (02.38%) 2 (04.76%) -Tcnico incompleto - - 2 (04.76%) 1 (02.5%)Tcnico completo - - 1 (02.38%) 2 (05.0%)Bachillerato incompleto - - 1 (02.38%) 1 (02.5%)Bachillerato completo - - 1 (02.38%) 2 (05.0%)Profesional incompleto - - - -Profesional completo - - - - -Kinder-preprimaria - - - -Otros 1 (2.38%) 1 (2.38%) - -No contest - - - -

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 42 (100%) 40 (100%)

    CUADRO 4Escolaridad de los hijos

    Nivel de Escolaridad 1982 1992

    No sabe leer ni escribir 25 (14.79%) -Sabe leer y escribir - -Primaria incompleta 72 (42.60%) 26 (14.28%)Primaria completa 18 (10.65%) 21 (11.53%)Secundaria incompleta 23 (13.60%) 35 (19.23%)Secundaria completa 4 (02.36%) 28 (15.38%)Tcnico incompleto 5 (02.95%) 10 (05.49%)Tcnico completo 1 (00.59%) 15 (08.24%)Bachillerato incompleto 7 (04.14%) 20 (10.98%)Bachillerato completo 1 (00.59%) 10 (05.49%)Profesional incompleto 2 (01.18%) 11 (06.04%)Profesional completo - 3 (01.64%)Kinder-preprimaria 11 (06.50%) 3 (01.64%)Otros - -

    TOTAL 169 (100%) 182 (100%)

  • 184

    Carmen Mier y Tern

    de los analfabetas aprende a leery escribir.

    En 1992 los hijos tienen unamarcada superioridad en su es-colaridad, concentrndose en elnivel de secundaria (34.61%),aunque un 7.68% llega a pro-fesional.

    En el campo, los hombres se de-dicaban principalmente a las la-bores agropecuarias como jorna-leros o trabajadores familiares noremunerados; muy pocos de elloseran ejidatarios o propietarios dela tierra. Solamente dos de ellosse dedicaba al sector servicios.En la ciudad de Mxico en 1982se ubicaron entre los trabaja-dores directos de la produccinindustrial y en actividades ma-nuales no especializadas, comoobreros y empleados. Para 1992

    la mayora continuaba en la mis-ma actividad, slo una personacambia dando servicio al pblicoy otra se haba retirado.

    En provincia, las mujeres se de-dicaban a las labores del hogar.Cinco de ellas tuvieron algunaactividad fuera de l y slo unaen las labores del campo. Todasellas eran trabajadoras no re-muneradas. En 1982 todas sonamas de casa dedicadas exclu-sivamente al hogar, como traba-jadoras familiares no remune-radas, excepto una, dedicada alcomercio. Para 1992, la mayoracontina en su posicin, aunque4 de ellas ingresaron a la activi-dad comercial y una a la produc-cin industrial.

    Analizemos ahora los principalesresultados obtenidos.2

    CUADRO 5Ocupacin principal por sexo

    Periodo Provincia 1982 1992Sexo masc. fem. masc. fem. masc. fem.

    Ama de casa - 18 (42.8%) - 24 (57.1%) - 21 (50.0%)Servicio al - 3 (7.14%) - - 1 (2.38%) - pblicoTrabajo manual - - 6 (14.28%) - 6 (14.28%) - espec.Trabajo manual - - 4 (9.52%) - 3 (7.14%) - no espec.Tcnicos - - 1 (2.38%) - - - y oficinistasTrab. prod. ind. - - 6 (14.28%) - 5 (11.90%) 1 (2.38%)Pequeo 1 (2.38%) 1 (2.38%) - 1 (2.38%) 1 (2.38%) 3 (7.14%) comercioTrabajo 12 (28.5%) 1 (2.38%) - - - - agropecuarioAuxiliar 3 (7.14%) - - - - - agropecuarioEstudiante 1 (2.38%) 2 (4.76%) - - - -Desempleado - - - - 1 (2.38%) -

  • 185

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    Economa

    Los indicadores del aspecto econmicoque se consideraron fueron: ocupacinprincipal, posicin en el trabajo, ingresopara comer, vestir, calzar y ahorrar losuficiente. En 1982 se nota una ligeramejora en cuanto a la satisfaccin delas necesidades de vestido y alimenta-cin, respecto de las que tenan en pro-vincia, pero ya para 1992 se percibe unnotorio deterioro econmico. La econo-ma es el factor que mayor relacindirecta tuvo con los dems analizados,es decir, determin proporcionalmentetanto la integracin a la ciudad comoel apoyo social recibido, las aspiracionespersonales y las expectativas respectode los hijos. Resulta interesante ob-

    servar que la mayora de quienes conta-ban con una mala posicin econmicaen provincia no lograron altos nivelesde apoyo social en 1992; en cambio, laspersonas con buena situacin econmi-ca en provincia tenan diversas alter-nativas de apoyo. La dimensin de op-timismo-pesimismo y seguridad de losindividuos influye directamente sobreel apoyo con que se cuente y los recur-sos econmicos de que se disponga.

    Apoyo social

    Para obtener indicadores del apoyosocial se indag acerca de los conocidosen la colonia y la ciudad, la secuenciade las visitas en la colonia y en la ciudad

    CUADRO 6Alcanza lo suficiente

    Alcanza para: Comer Vestir Ahorrar

    ProvinciaS 26 (61.9%) 25 (59.5%) 16 (38.1%)No 16 (38.1%) 17 (40.5%) 26 (61.9%)

    1982S 35 (83.3%) 31 (73.8%) 17 (40.5%)No 7 (16.7%) 11 (26.2%) 25 (59.5%)

    1992S 25 (59.5%) 21 (50.0%) 9 (21.4%)No 17 (40.5%) 21 (50.0%) 33 (78.6%)

    CUADRO 7Escala de apoyo social

    Apoyo General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Poco 12 (28.57%) 9 (21.42%) 4 (23.52%) 3 (17.64%) 8 (32.0%) 6 (24.0%)Regular 18 (42.85%) 20 (47.61%) 6 (35.29%) 8 (47.05%) 12 (48.0%) 12 (48.0%)Mucho 12 (28.57%) 13 (30.95%) 7 (41.17%) 6 (35.29%) 5 (20.0%) 7 (28.0%)

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

  • 186

    Carmen Mier y Tern

    y a quines se recurra cuando se nece-sitaba dinero y en caso de un proble-ma personal. En un principio, la mayo-ra contaba con amistades en la ciudadde Mxico. Sin embargo, con el tiempolas van perdiendo o se van alejando,debido a las distancias que tenan querecorrer para visitarlas. En cambio, enla colonia de asentamiento aumentan lasrelaciones y se incrementa la secuenciade las visitas. Entre algunas de las mu-jeres, este apoyo se concentra en la fa-milia nuclear o la de su cnyuge, mien-tras que entre los hombres se ubica msen el trabajo. Con el tiempo, algunas mu-jeres tienden al aislamiento y nica-mente recurren a su familia y a la fami-lia del esposo; los hombres se apoyanen la familia y disminuye su recurrenciaal trabajo o los amigos.

    El apoyo social se increment en1992 en relacin con 1982, pero no in-fluy significativamente en las aspira-ciones personales de los migrantes. Sinembargo, tiene una relacin directa conlas expectativas respecto de los hijos,tanto en el primer periodo de anlisiscomo en el segundo, lo que quiere decirque si los padres perciban una situa-cin econmica estable o creciente po-

    dan esperar mejores condiciones parasus hijos. Tambin se pudo observarque contar con alguien en 1982 tuvouna determinacin directa en la inte-gracin de los migrantes a la ciudad, locual pierde importancia para 1992.Cabe mencionar la diferencia entre mu-jeres y hombres respecto al apoyo socialrecibido. En 1982 las mujeres contabancon ms apoyo que los hombres, au-menta con el tiempo para ambos y para1992 son pocos los casos que no cuen-tan con l.

    Arraigo

    Las preguntas indirectas que pudieranacercarnos al conocimiento del arraigodesarrollado por los entrevistados fue-ron: si les gustara ir con ms secuenciaa su lugar de origen y por qu, qu con-sejo le daran a una persona respecto amigrar o no, y si pudieran elegir nue-vamente entre migrar o no, qu deci-diran. Pudimos observar que el sen-timiento de arraigo a su lugar de origense agudiza con el tiempo y la nostalgiaaumenta, sobre todo entre los hombres.En 1982 la mayora de los entrevistados

    CUADRO 8Escala de arraigo

    Arraigo General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Bajo 16 (38.1%) 13 (31.0%) 4 (23.5%) 3 (17.6%) 12 (48.0% 10 (40.0%)Regular 20 (47.6%) 18 (42.9%) 9 (52.9%) 7 (41.2%) 11 (44.0%) 11 (44.0%)Alto 6 (14.3%) 11 (26.2%) 4 (23.5%) 7 (41.2%) 2 (8.0%) 4 (16.0%)

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

  • 187

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    visitaba su lugar de origen con unafrecuencia de entre uno y dos aos,aunque manifestaban su frustracinpor no poder hacerlo con mayor fre-cuencia Sin embargo, en este mismoao se observa una disminucin delarraigo a su lugar de origen ante un in-cremento de la integracin a la ciudad.Para 1992, ambos sufren un incremen-to debido a la intervencin de otrosfactores que propician la integracin ala ciudad como son la satisfaccin eco-nmica y el apoyo social, y que a su vezfavorecen el surgimiento de races enel nuevo asentamiento.

    Integracin

    Para explorar esta variable pregun-tamos por lo que ms y lo que menosles gustaba de la ciudad y de la colonia,cmo sentan a la gente de la ciudad, sihaban sentido diferencia en su estadode nimo en los ltimos 10 aos y enqu sentido. Para 1982, el principalinters por la ciudad era econmico, ysobre todo contar con oportunidades detrabajo y un lugar donde vivir. Entre

    las mujeres sobresale el inters por ac-ceder a lugares de recreacin como par-ques, museos y cines. Lo que ms lesgustaba de su asentamiento era la tran-quilidad y tener una casa propia. Laapreciacin que hacan de los habitan-tes de la ciudad era negativa, ya quelos perciban egostas, hostiles, reser-vados, mentirosos e hipcritas. En esteao el nivel de integracin es bajo paraambos sexos, aunque las mujeres seintegran mejor que los hombres, debidotal vez a las relaciones que establecenen sus actividades cotidianas como elcontacto con los vecinos, la escuela delos hijos, el mercado, etctera.

    En 1992 la respuesta generalizadaes que no les gusta nada de la ciudad.Entre las razones que apoyan este sen-timiento se cuentan las ecolgicas, lasdeficiencias en los servicios, las aglome-raciones y, recientemente, el aumentode la violencia y la inseguridad. Lo de-terminante ahora es tener parientes yamigos con quienes contar en la mismacolonia La apreciacin acerca de losoriginarios de la ciudad cambia hacin-dose ms favorable.

    CUADRO 9Escala de integracin

    Integracin General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Baja 11 (26.2%) 8 (19.04%) 5 (29.4%) 3 (17.64%) 6 (24%) 5 (20%)Regular 16 (38.1%) 17 (40.47%) 7 (41.02%) 10 (58.82%) 9 (36%) 9 (36%)Alta 15 (35.7%) 17 (40.47%) 5 (29.4%) 4 (23.52%) 10 (40%) 11 (44%)

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

  • 188

    Carmen Mier y Tern

    Aspiraciones y expectativas

    Se midieron las aspiraciones al pre-guntarles por el trabajo que les gustaratener, y las expectativas preguntndo-les en qu crean estar trabajando, en1982 dentro de diez aos y en 1992dentro de cinco (tomando en cuenta laedad de los migrantes en esta segun-da etapa del estudio). Se encontr queen 1982 las aspiraciones de los migran-tes se ubicaban ms en los niveles me-dios y entre los hombres se mantenanmuy cercanas a su realidad. Con eltiempo decrecieron para ambos, quizpor la contraccin de la oferta de empleoen 1992, que se agrava con la edad quetienen para entonces y que oscila entre40 y 50 aos. Sin embargo, esta dismi-nucin en las aspiraciones se ve conmayor acento entre las mujeres.

    En 1982 las aspiraciones de lasmujeres eran muy diferentes a sus po-sibilidades reales, ya que deseaban tra-bajar en una actividad remunerada yfuera del hogar. Sus expectativas, encambio, eran muy bajas, ya que sloalgunas de ellas crean poder lograrlo.Para 1992 las aspiraciones bajan y lasexpectativas no cambian sustancialmen-te. La mayora contina en la mismacondicin, lo cual ha impedido queprueben sus capacidades reales de de-sempeo, reatroalimentando un con-cepto devaluado de s mismos.

    Los esfuerzos que hacen los migran-tes para establecerse en la ciudad estndeterminados en gran medida por lasaspiraciones y expectativas que tienenen relacin con sus hijos. Sin embargo,con el tiempo se dan cuenta de las posi-bilidades concretas que manifiestan sus

    CUADRO 10Escala de aspiraciones personales

    Aspiraciones General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Bajas 18 (42.85%) 24 (57.14%) 8 (47.1%) 7 (41.17%) 10 (40.0%) 17 (68.0%)Medias 23 (54.76%) 14 (33.33%) 9 (52.9%) 8 (47.05%) 14 (56.0%) 6 (24.0%)Altas 1 (2.38%) 4 (9.52%) - 2 (11.76%) 1 (4.0%) 2 (8.0%)

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

    CUADRO 11Escala de expectativas personales

    Expectativas General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Bajas 32 (76.19%) 33 (78.57%) 11 (64.70%) 12 (70.58%) 21 (84.0%) 21 (84.0%)Regulares 9 (21.42%) 7 (16.66%) 6 (35.29%) 4 (23.52%) 3 (12.0%) 3 (12.0%)Altas 1 (2.38%) 2 (4.76%) - 1 (5.88%) 1 (4.0%) 1 (4.0%)

    TOTAL 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

  • 189

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    hijos en su desempeo escolar, de quesus condiciones econmicas no les per-miten sustentar una educacin formaly de que esta ltima no es la nica alter-nativa de desarrollo. Ante estas circuns-tancias, sus anhelos y esperanzas dis-minuyen notoriamente, aun cuandoquienes sentan que mejoraron o semantenan estables econmicamenteen 1992 conservaban elevadas expecta-tivas respecto de los hijos.

    En trminos generales quedan algu-nas interrogantes por investigar: sonlas aspiraciones las que determinan lasexpectativas y stas a su vez posibilitano favorecen la bsqueda de recursos(apoyo social-econmico)?, o los re-cursos econmicos son los que deter-minan a las expectativas y stas a lasaspiraciones? Qu procesos medianentre unas y otras?

    El cuadro 14 contiene la represen-tacin grfica de la forma como se rela-cionan las variables entre s. Las lneasgruesas nos hablan de una relacinfuerte y directa entre las variables queconectan.

    Anlisis cualitativo

    Los casos se valoraron respecto de sugrado de satisfaccin-insatisfaccin enprovincia, en 1982 y en 1992. En pro-vincia se encontraban satisfechos 14 delos 42 casos; en 1982 eran 33 los satis-fechos en la ciudad y en 1992 se redu-jeron a 22. En este apartado revisare-mos las caractersticas que definen losniveles de satisfaccin e insatisfaccinen cada uno de los periodos, as comolas de quienes se encontraron satis-fechos o insatisfechos en las tres etapas.

    CUADRO 12Escala de aspiraciones respecto a los hijos

    Aspiraciones General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Bajas 15 (35.7%) 17 (40.5%) 9 (52.9%) 12 (70.5%) 6 (24.0%) 8 (32.0%)Regular 15 (35.7%) 14 (33.3%) 5 (29.4%) 4 (23.5%) 10 40.0%) 10 (40.0%)Altas 12 (28.6%) 11 (26.2%) 3 (17.6%) 1 (5.8%) 9 (36.0%) 7 (28.0%)

    Total 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (100%) 25 (100%)

    CUADRO 13Escala de expectativas respecto a los hijos

    Expectativas General Hombres Mujeres1982 1992 1982 1992 1982 1992

    Bajas 11 (26.2%) 10 (23.8%) 9 (52.9%) 5 (29.4%) 8 (32.0%) 5 (20.0%)Regular 15 (35.7%) 19 (45.2%) 5 (29.4%) 7 (41.2%) 10 (40.0%) 12 (48.0%)Altas 16 (38.1%) 13 (31.0%) 3 (17.6%) 5 (29.4%) 7 (28.0%) 8 (32.0%)

    Total 42 (100%) 42 (100%) 17 (100%) 17 (100%) 25 (10%) 25 (100%)

  • 190

    Carmen Mier y Tern

    CUADRO 14Representacin grfica de las correlaciones

    Apoyo 82 Apoyo 92 Eco. Prov.

    Ex. H. 82

    Eco. 82

    Ex. H. 92

    As. H. 92 Eco. 92

    As. H. 82

    As. P. 92

    Ex. P. 92 Ex. P. 82

    As. P. 82

    Integr. 82

    Integr. 92 Arraig. 82

    Arraig. 92

    Abreviaturas: Exp.= Expectativas; Asp.= Aspiraciones; P.= Personales; H.= Hijos; Eco.= Economa;Prov.= Provincia, Arraig.= Arraigo; Integr.= Integracin.

  • 191

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    En los entrevistados que se encon-traban satisfechos en el campo y paraquienes esta valoracin disminuy enlos dos periodos siguientes, se percibeun gran gusto por la vida en el lugar deorigen. Algunos tuvieron una mejor si-tuacin econmica, incluso ms oportu-nidades de estudio; uno de ellos lleghasta primero de secundaria. La deci-sin de migrar a la ciudad se da por eltrabajo del esposo o por motivos de saludde uno de los hijos. Manifiestan no estarconvencidos del cambio experimentado;una seora expresa: mi familia no hasalido adelante. Algunos de los migran-tes no contaron con apoyo, aun cuandotuvieran familiares en la ciudad Apareceuna tendencia al aislamiento dentro dela propia familia y manifiestan su dis-gusto y frustracin por la ciudad y ellugar donde viven. Perciben a la gentecitadina muy agresiva y no digna deconfianza. Aoran fuertemente su lugaren provincia y a las personas que deja-ron all

    El siguiente caso es ilustrativo deeste grupo de personas. Se trata de unseor que trabajaba en el sur del pas,

    en la produccin de cocos. l consi-deraba bueno su trabajo. Tena varioshijos uno de los cuales enferm de polioy por ese motivo vino a la ciudad. Sinescolaridad alguna lleg a la ciudad alos 42 aos. Consigui trabajo como vela-dor de una residencia durante 17 aos.En 1982 manifest un fuerte descon-tento por estar en la ciudad, a la quecalifica de moralista y exigente, y deca:Vine perdiendo todo por la salud demi hijo. Se disgust con su mujer y conlos hijos que vivan en su casa, y hacados aos que no le dirigan la palabra.Su mujer lo haba engaado con otroshombres; tena una hija con tres hi-jos de diferentes padres y no estaba ca-sada El seor viva en un cuarto en lamisma casa y afirmaba me qued sinfamilia; el hijo por el que vine me da unapatada. En 1992 se encontraba sin re-cursos econmicos, tena 70 aos yvenda dulces fuera de la casa. Escri-tur todo a nombre de la esposa e hijos.No se senta con derecho de pedir naday su imagen devaluada lo haba llevadoal fracaso. No haba desarrollado racesni all ni ac, ya no esperaba nada,

    CUADRO 15Niveles de Satisfaccin

    Provincia 1982 1992 Total

    Satisfecho Satisfecho Satisfecho 8 (19.04%)Satisfecho Satisfecho Insatisfecho 2 (4.76%)Satisfecho Insatisfecho Insatisfecho 4 (9.52%)Satisfecho Insatisfecho Satisfecho -Insatisfecho Insatisfecho Insatisfecho 3 (7.14%)Insatisfecho Insatisfecho Satisfecho 2 (4.76%)Insatisfecho Satisfecho Satisfecho 12 (28.57%)Insatisfecho Satisfecho Insatisfecho 11 (26.19%)

  • 192

    Carmen Mier y Tern

    no crea, no tena fe. Se encontraba muytriste, senta que todo le haba fallado,no encontraba satisfaccin en la vida.

    Todos los casos que estuvieron insa-tisfechos en el campo tienen en comnque las condiciones en su lugar de ori-gen fueron muy precarias y limitadasno tenamos ni un quinto. Tenan unaescolaridad muy baja algunos erananalfabetas, y con nfimas posibili-dades de incrementarla La mayora delos hombres trabajaban como jornale-ros en el campo y algunos no tenan unempleo remunerado. Las mujeres tra-bajaban en el hogar sin obtener retri-bucin econmica. Sus viviendas tenanmuchas carencias. El motivo para venira la ciudad era conseguir un trabajo,aun para las mujeres. Algunas de ellasvienen con el esposo, otras con los pa-dres y algunas solas.

    La valoracin de estar satisfecho en1982 se relaciona con las edades a lasque llegaron la mayora de los migrantesde este grupo entre 14 y 21 aos,lo que les facilit conseguir trabajo ymejorar su situacin econmica. En re-lacin con su estancia en provincia al-gunos de ellos, a pesar de ganar el sala-rio mnimo, sintieron una mejora, yaque alcanzaban a cubrir sus necesida-des bsicas. Se integraron a la ciudada partir del logro de sus metas, se sen-tan triunfadores por satisfacer sus ne-cesidades de vivienda propia, alimento,tranquilidad, estabilidad y seguridad,por lo que podan aspirar a otras cosas.Mostraban necesidad de cuidar lo quetenan y aun cierta esclavitud por los

    aspectos materiales, debido al gran es-fuerzo que haban hecho para obtenerlos recursos y las alternativas que de-seaban tambin para sus hijos.

    La actitud de lucha que mostraronquienes aprendieron a leer y escribir pors mismos es ms importante que la es-colaridad, que en este grupo incluyedesde analfabetismo hasta sexto ao deprimaria. Contar con alguien, familia-res o paisanos, fue determinante paraaquellos que tenan familias muy pe-queas y que buscaban relacionarse ensu propia colonia. Una seora recuer-da su llegada: Ay seorita, si ustedsupiera cunto sufri mi hija la mayorcuando llegamos a la ciudad! Se dormaen el suelo! Hasta que la seora quenos rentaba nos regal unas tablas parahacer una cama. El aire semirrural delas colonias, la carencia de servicios yel tipo de tenencia de la tierra propicila creacin de un nicho ecolgico dentrode la gran urbe, que les permita un ni-vel de convivencia similar al que tenanen provincia. Por otra parte, el valor quedan a la familia y a la educacin de sushijos es un factor determinante paralos hombres y las mujeres, especialmen-te para ellas en la medida en que el cui-dado del hogar y los hijos era su ac-tividad principal, y los logros de sus hijosrepresentaban sus propios triunfos.

    Estar insatisfecho en 1982 se asociacon una sensacin de aislamiento y di-ficultad para obtener ayuda. Una mujermenciona que llegaron solos su esposoy ella, a los 19 aos, sin conocer a nadieen la ciudad. Se la pasaba encerrada en

  • 193

    Una mirada hacia la migracin rural urbana a la ciudad de Mxico...

    su casa con su primer hijo. El maridotrabajaba como despachador en una ga-solinera y conviva poco con ellos. Ellamostraba gran aoranza por su lugarde origen y sobre todo por su familia:prefiero estar con mi familia; cuandouno muere siquiera verlos; ac ni si-quiera los ver. Al mismo tiempo pre-sentan muy bajas aspiraciones paraellos y sus hijos. Un seor refera quelas hijas podran estudiar para secreta-rias pero que se iban a casar. Otra seoraentrevistada no tena idea de lo que legustara realizar para ella y su hijo.

    El estar satisfecho en 1992 represen-taba para este grupo contar con trabajoremunerado, ms que mejorar su situa-cin econmica. Ello les permita ciertaestabilidad y tener otro tipo de aspira-ciones. Los avances de los hijos en elaspecto educativo eran importantes. Lamayora de ellos haban estudiado la se-cundaria y algunos estaban estudiandoo haban terminado una carrera univer-sitaria. Un seor menciona que su hija,que estaba estudiando para licenciadaen derecho, lo tena muy satisfecho.

    La participacin comunitaria, ya seaen el mbito del trabajo o en la colonia,haba sido un factor importante parael sentimiento de satisfaccin de estegrupo de migrantes. Haber vivido la ex-periencia solidaria con algn grupo,sobre todo para los hombres, represen-taba la expresin de su espritu de luchay una forma de realizacin. Uno de losentrevistados particip en la huelgade Refrescos Pascual, que despus seconstituy en cooperativa. El entrevista-

    do refera haber experimentado un cre-cimiento personal y mostraba un senti-miento de orgullo y seguridad por loslogros alcanzados, adems de habersalido adelante econmicamente.

    Por su parte, algunas de las mujeresse involucraban en organizaciones reli-giosas o participaban en actividades desu comunidad, principalmente festivas,donde vean realizadas sus capacidadesy la posibilidad de desarrollar otrosintereses. Por ejemplo tenemos a unamujer de lengua zapoteca, cuya madremuri y que vino a radicar a la ciudada la edad de 14 aos porque su madras-tra la trataba mal. Lleg a la casa de suto, quien le brind ayuda y apoyo. Suescolaridad era de 5o. de primaria.Aprendi el espaol y trabaj cinco aoscomo ayudante de cocinera. Se cas alos 18 aos con un contador privado ytuvo tres hijos. Se ha dedicado al ho-gar hasta la fecha. En la ciudad tenados hermanos, la familia del esposo ycompadres, as como amistades y veci-nos. En 1992 participaba en una organi-zacin poltica de proteccin ciudadana,que le permita tener relaciones e inte-rs por la comunidad. Otra de las mu-jeres en este caso mencionaba que salaa la calle, conoca gente, tena primasen la colonia y sus relaciones socialesfuera de la familia eran muy impor-tantes.