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Comunidad de lectura, un tejido de relaciones entre la literatura y los niños. Johana Alejandra Bolívar Castañeda Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Educación, Departamento de Formación Licenciatura en Pedagogía Infantil Bogotá 2017

Johana Alejandra Bolívar Castañeda

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Comunidad de lectura, un tejido de relaciones entre la literatura y los niños.

Johana Alejandra Bolívar Castañeda

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Educación, Departamento de Formación

Licenciatura en Pedagogía Infantil

Bogotá

2017

Comunidad de lectura, un tejido de relaciones entre la literatura y los niños.

Johana Alejandra Bolívar Castañeda

Director: Mauricio Pérez Abril

Profesor e investigador

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Educación, Departamento de Formación

Licenciatura en Pedagogía Infantil

Bogotá

2017

Cada paso tan bien planeado,

Las casualidades, justas y precisas.

Cuestiones de la vida sabiamente dispuestas.

Por los recuerdos, las reflexiones y las transformaciones,

le agradezco a la vida su sabiduría.

Durante cada instante la mano guía,

Palabras precisas, en perfecta sincronía,

Complicidad, salvación y protección desde el primer día,

Dúo inseparable que orienta mi vida,

A la vida gracias por tu existencia madre mía.

A mi familia por permitirme soñar, por acompañarme pacientemente en cada vuelo y

por creer siempre en mí. Infinitas gracias a mi mamá y a mis abuelitos por los eternos

diálogos sobre el mundo y la vida, los cuales me encaminaron en esta bella labor de la

educación.

Infinitos agradecimientos a Mauricio Pérez, a la profe Ana Cecilia Rojas y a los

miembros de la Red Pido La Palabra – Colectivo Flandes. A cada uno de ellos, por su

inspiración, por compartir conmigo sus saberes y permitirme transformar mi práctica

docente siempre, toda mi gratitud.

“La universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en

sus trabajos de tesis. Sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la

moral católica y porque las tesis no contengan ataques personales contra persona alguna,

antes bien se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia.”

Artículo 23, resolución No 13 del 6 de Julio de 1946,

por la cual se reglamenta lo concerniente a Tesis y Exámenes de Grado en la Pontificia

Universidad Javeriana

Contenido

1. A modo de apertura: ¿Investigar para qué? ............................................................................ 1

2. Introducción ............................................................................................................................ 2

3. Problema ................................................................................................................................. 8

4. Justificación .......................................................................................................................... 17

5. Metodología .......................................................................................................................... 20

5.1 Construcción teórica ........................................................................................................... 24

5.2 Construcción del eje práctico .............................................................................................. 26

5.2.1 Enfoque de sistematización.......................................................................................... 31

5.4 Construcción del eje práctico desde la experiencia ............................................................ 37

6. Consideraciones teóricas ....................................................................................................... 41

6.1 Perspectiva de lenguaje ....................................................................................................... 41

6.2 Comunidad: refugio, anhelo y unión, desde Álvaro (2010), Esposito (2009), Liceaga

(2013) y Torres (s.f) .................................................................................................................. 47

6.3 Diálogo ................................................................................................................................ 57

6.3.1 Transformar la realidad por medio del diálogo, concientización del mundo y

construcción común desde la perspectiva de Freire (1968/2016) ......................................... 57

6.3.2 El diálogo, constructor de saberes y relaciones a partir de los planteamientos de

Burbules (1993) .................................................................................................................... 63

6.4 Las voces de la práctica, la ciencia y la poesía en la conversación desde Oakeshott (1986)

................................................................................................................................................... 76

6.5 Silencio ............................................................................................................................... 90

6.5.1 Callar, un arte que resguarda el valor de la palabra, reflexiones de Dinouart

(1771/2010) ........................................................................................................................... 90

6.5.2 El silencio como significado, reflexión y refugio, planteamientos de Hernández (2008)

............................................................................................................................................... 96

6.6 Lectura de literatura ..................................................................................................... 107

6.6.1 El acontecer, la incertidumbre y la transformación, posibilidades inmersas en la

literatura desde Larrosa (2003) ........................................................................................... 107

6.6.2 Una lectura imposible, el morir y renacer de la literatura y el sujeto desde la

perspectiva de Bárcena (2002) ............................................................................................ 113

6.6.3 Apología de la intensidad en la literatura, una posibilidad personal y social de

reconocimiento planteamientos de Andruetto (2009) ......................................................... 120

6.6.4 El conocimiento de sí mismo por medio de la literatura, una oportunidad sin

restricciones o demarcaciones reflexiones de Andruetto (2009) ........................................ 126

6.6.5 Perspectiva de lectura desde el libro Lecturas: del espacio íntimo al espacio público

(Petit, 2001)......................................................................................................................... 132

7. Conformando una comunidad de lectura en Boyacá .............................................................. 149

7.1 Aportes a la escuela desde la sistematización de la experiencia ....................................... 150

7.2 Sistematización de la práctica ........................................................................................... 152

7.3 Construcción de saberes desde la práctica ........................................................................ 207

8. Leyendo el mundo. Una experiencia de diálogo y reunión a partir de la literatura en la

Comunidad de lectura ................................................................................................................. 216

9. Referencias .......................................................................................................................... 234

10. Anexos ................................................................................................................................ 236

1

1. A modo de apertura: ¿Investigar para qué?

En los distintos campos disciplinares la pregunta por el sentido de la investigación es

fundamental, más allá de las características técnicas. Para el caso de formarse como futuro

docente, si investigar no nos transforma en tanto sujetos, si lo que llamamos investigación no nos

mueve profundamente, la investigación puede no tener mucho sentido, más allá de los datos, los

resultados, los enfoques. La práctica investigativa debe tener un efecto, especialmente en quienes

investigan. Eso es lo que intentamos privilegiar en la presente investigación.

Consideramos, siguiendo a Alliaud (2017) 2 , que formarse como docente implica una labor

artesanal de transformación de prácticas, que pasa por transformarse a sí mismo, en diálogo con

los otros (los niños, los demás docentes, las comunidades). No se trata, solo de usar herramientas

teóricas, pedagógicas o didácticas para “cambiar a los otros” o para producir datos y resultados.

La transformación de la enseñanza es una labor que se teje con los hilos de uno mismo.

Desde esta perspectiva, resulta importante el camino recorrido, los saberes construidos, las

posturas que cambiaron. En este sentido, en el texto que da cuenta de una investigación de

alguien que se está formando como docente, es importante relevar ese proceso. Nos interesa

hacer visible ese camino recorrido y la transformación de quien investiga. Por supuesto que eso

pasa por dominar unos conceptos, unas categorías, haber pasado por los estados de arte y haberle

dado forma técnica y rigurosa a unas indagaciones, como una plataforma para transformarse a sí

mismo. Igualmente, en esa transformación importa mucho la construcción de la voz propia del

investigador, es decir, se trata también de una búsqueda en el campo del estilo y la forma en el

discurso.

Mauricio Pérez Abril

2 Alliaud, A. (2017). Los artesanos de la enseñanza. Madrid. Paidos. (No se incluye en las referencias

porque no hace parte del cuerpo de la investigación).

2

2. Introducción

La lectura, de un acto privado a un eje de reflexión en mi práctica docente

“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos

pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de

historias” Eduardo Galeano

“Eso no da miedo, ustedes nos están leyendo libros para niños pequeños”. Tal fue la

afirmación que desencadenó una serie de recuerdos, reflexiones e intereses de los cuales es

resultado esta tesis. Fue pronunciada por un niño de 9 años, en la vereda de Cebadal, Boyacá, un

año después de ser parte del proyecto Narración, Conocimiento y Apropiación de Tecnologías, el

cual se desarrolló en el grado primero de la Institución Educativa Técnica Rural Eduardo Barajas

Coronado3. En este un grupo de 9 estudiantes de la Licenciatura en Pedagogía Infantil y 2

docentes de la misma carrera, de la Pontificia Universidad Javeriana, realizamos 4 proyectos de

conocimiento, en torno a la astronomía, la robótica, las crónicas y los documentales, con el

propósito de fortalecer los procesos de lenguaje de los niños4.

Un elemento central en dicho proyecto fue la lectura. Siempre, al iniciar la jornada, se

destinaba un tiempo específico para leer. El salón se organizaba diferente y se variaban las

modalidades de lectura. Algunas veces algún docente leía, en otras ocasiones leían los niños.

También, había momentos para explorar varios tipos de texto y seleccionar uno para leer en

silencio. Día a día el espacio se complejizaba cada vez más. Los comentarios de los niños, en

torno a lo que se leía, eran cada vez más elaborados, relacionaban significados de palabras con

3 Esta institución educativa se encuentra en la vereda de Cebadal, Boyacá, ubicada a 15 minutos de

Ramiriquí, el pueblo más cercano. Allí asisten niños desde los 5 años, grado preescolar, hasta los 17 años,

grado once. Para cada grado solo hay un grupo de estudiantes, el cual está conformado por 15 o 25

estudiantes, y un salón de clase específico. Los familiares de quienes asisten allí se desempeñan,

principalmente, en labores como el cultivo y la venta de verduras y frutas, la ganadería y la elaboración y

venta de arepas boyacenses. Para conocer más de esta institución se puede acceder a su página web:

http://ietebaco.blogspot.com.co/2011/03/institucion-educativa-tecnica-eduardo.html 4 Toda la información sobre este proyecto y los detalles de cada uno de los sub-proyectos de

conocimiento pueden consultarse en http://proyectoruralsamsu.wixsite.com/proyectorural

3

partes de una historia, exigían cierta forma de leer y pensaban en cómo cada relato tenía alguna

relación con su vida, con su comunidad o con su cultural local.

Un año después algunas estudiantes y uno de los docentes volvimos. Recordando cuán gratos

eran los momentos de lectura decidimos leer nuevamente. Esta vez el libro seleccionado fue La

Máscara de Grégoire Solotareff (2002). El docente lo leyó prometiendo que se asustarían, les

pasó algunas máscaras que traía el libro e inició la lectura. Cuando finalizó, los niños se rieron y

le dijeron “eso no da miedo, nos están leyendo libros para niños pequeños, nosotros ya crecimos

y ese libro solo asusta a los de preescolar”. ¡Con qué seguridad y criterio se realizaba este

comentario! Luego de un año, los niños continuaban su camino de lectores, esta vez ajustando

los criterios sobre lo que les gustaba o no leer y, en este caso, qué tipo de literatura les asustaba y

cuál no.

Este comentario llamó mi atención e inició en mí una serie de consideraciones. La seguridad

con la que el niño proponía esa lectura para los de preescolar y las risas que siguieron, al

confirmar que eso era “para niños pequeños”, me llevaron a reflexionar sobre eso que tantas

veces, años e, incluso, meses atrás me había acompañado en la vida: la lectura. Me preguntaba

cómo los niños se formaban como lectores autónomos y auténticos, aquellos que disfrutan lo que

leen, se apasionan por el relato, lo critican, se burlan, lo repasan una y otra vez, lo comparten…

En definitiva, me cuestionaba cómo formar lectores que viven y sienten lo que leen.

Así, iniciaron muchas preguntas sobre cómo, qué, para qué… Recordé que yo misma había

descubierto la literatura casi por casualidad y me convertí en ave, perseguida, bruja y en mil

personajes que acompañaban las historias de mi infancia. Aquellas que me rehusé a leer en clase

y por obligación, y que resultaron salvándome en vacaciones y acompañándome en momentos de

soledad. Las mismas en las que odiaba encontrar el sujeto, el verbo o el predicado, pero en las

que podía volar sin alas y perderme sin salir de casa.

Fue así como revivió ese interés que tanto tiempo había estado presente, de forma indirecta,

en mi formación profesional. Desde que inicié mi carrera el área de lenguaje llamó mi atención.

Esto a causa de la posibilidad de explorar cómo los niños creaban de nuevo, para sí mismos, el

4

sistema de escritura, evidenciar cómo complejizaban su oralidad para comunicarse en las

múltiples situaciones de la vida cotidiana, observar cómo se apropiaban de una lectura, un libro,

un autor… En general, descubrir que estamos hechos de narraciones, que las palabras nos

conforman y nos transforman… Fue así como la lectura se transformó de una práctica personal

para convertirse en un eje de reflexión dentro de mi práctica como docente.

En el año 2014 ingresé al Grupo de Investigación Pedagogías de la Lectura y la Escritura5,

analizando un intercambio epistolar entre niños de un aula argentina y una colombiana. Allí la

escritura apareció como una práctica real, cuyo aprendizaje estaba ligado a esos propósitos

sociales que justificaban su importancia. Además, la lectura era el eje principal en torno al cual

los niños se escribían.

En esta investigación descubrí cuán interesante resultaba compartir con otros lo que se leía,

intercambiar opiniones, interpretaciones e, incluso, las diferencias frente a cada libro. Una nueva

inquietud surgió y, esta vez, se centró en ese aspecto colectivo que permitía conectarse con otros

por medio de la literatura. En esta ocasión no era el lector solo creando su propio mundo, sino

que se trataba de compartir esas significaciones propias y particulares con otros, y, a partir de

esto, construir, transformar y cuestionar esas lecturas privadas y solitarias, para fortalecer o

complejizar aquello que la lectura había generado en el silencio y la soledad.

En este año también realicé un acompañamiento en la escritura de 6 experiencias docentes en

el departamento del Tolima6, revisando la sistematización de algunos proyectos de aula que se

habían realizado. En estos textos exploré la diversidad de prácticas relacionadas con el lenguaje

y con la lectura. Fue muy valioso poder acercarme a esa multiplicidad de actividades y objetivos,

a la creatividad de estas docentes y a su preocupación por reflexionar sobre su práctica,

complementando sus saberes con construcciones teóricas. Fue así como esa conexión entre la

teoría y la práctica, utópica y necesaria, tomó forma y sentido para mí. Además, esa diversidad

5 https://grupodeinvestigacionpedagogiaslecturayescritura.wordpress.com 6 Asociación Red Pido la Palabra. (2015). Leer, escribir en el aula, experiencias en el departamento del

Tolima: ¡Formando maestros, por un Tolima lector! Bogotá: Editorial Kimpres

5

de prácticas acrecentó esa pregunta en torno a cómo formar lectores, la cual continuaba,

discretamente, rondando mis intereses.

Posteriormente, en el 2015, tuve la oportunidad de asistir a la Institución Educativa Técnica

Rural Eduardo Barajas Coronado, en el marco del proyecto citado al inicio de este texto. Allí

realicé, en colaboración con María Alejandra Bernal, un proyecto de creación de un documental

con 6 niños del aula de primero. A partir de este realizamos una sistematización sobre cada una

de las sesiones realizadas y analizamos cómo sus saberes culturales y ancestrales potenciaron el

aprendizaje de la escritura y la oralidad7.

Luego, en el 2016, asistí al Hogar Infantil Sueños y Aventuras del ICBF, en el marco de una

de las prácticas formativas de la licenciatura. Allí realicé un proyecto de estimulación con los

niños más pequeños, quienes tenían entre 6 meses y 2 años. El componente central fue la lectura,

como estrategia principal para acercar a los niños al lenguaje y a ciertas imágenes estéticas

presentes en los libros leídos. Fue sorprendente evidenciar el interés de los pequeños por el ritmo

de las palabras. Además, era maravilloso el efecto que tenía en ellos la lectura, pues su atención

se centraba y su ánimo mejoraba. Los llantos cesaban, los ojos se abrían, las bocas sonreían y,

por un momento, solo una voz resonaba. Entonces, aun cuando fueran muy pequeños,

disfrutaban de la sonoridad del lenguaje. Allí, nuevamente, leer se convirtió en un eje de

reflexión con un componente nuevo. Esta vez me sorprendió experimentar ese interés de los

niños por el ritmo de las palabras y por el juego que cada autor proponía con ellas.

En este mismo año acompañé el proceso de sistematización de una experiencia destacada de

la Fundación Compartir, en la cual el docente Edgardo Romero recuperaba la memoria histórica

de la región de los Montes de María con sus estudiantes. Esto a partir de proyectos investigativos

que se publicaban en la revista GIHO, la cual era resultado del semillero de investigación de

memoria histórica que el docente había conformado en la institución educativa, junto a los

estudiantes que deseaban continuar indagando sobre esta temática. A partir de esta experiencia

surgió una nueva línea de interés en torno a la lectura, relacionada con la posibilidad de aportar a

7 Estos documentos pueden consultarse en

http://proyectoruralsamsu.wixsite.com/proyectorural/documentandonuestravida

6

la reconstrucción del tejido social que se ha visto afectado en el país por los diversos conflictos

armados en los territorios.

Además, desde el año 2016 hasta la actualidad, he estado vinculada a la Red Pido la Palabra –

colectivo Flandes8, un grupo de reflexión creado por docentes en ejercicio para analizar sus

experiencias de aula a la luz de elementos teóricos y prácticos. En cada una de estas reuniones

surgían consideraciones sumamente interesantes, en relación con casos específicos de la vida real

de las aulas en Colombia. De esta manera, la relación entre teoría y práctica nuevamente tomaba

forma y sentido para mí. Escuchar las diversas experiencias, relacionadas con un mismo tema,

los comentarios y las nuevas ideas que surgían me permitía responder algunos de los

interrogantes que se habían generado a lo largo de mi formación. Además, se creaban nuevos

ejes de reflexión y análisis que me permitían ampliar el panorama de mis intereses y complejizar

mis saberes en torno al lenguaje, la mediación docente y la formación de sujetos críticos y

autónomos.

Fue así como, en el 2017, decidí enfocarme en la lectura de literatura con los niños y,

específicamente, en la posibilidad de vivir experiencias estéticas, a partir de esta, que los

reunieran entre sí, con los docentes y con sus familias. Respondiendo a ello, volví nuevamente a

la Institución Educativa Técnica Rural Eduardo Barajas Coronado, para construir con los niños

de grado primero una comunidad de lectura, un tiempo y un espacio concreto para leer y

dialogar sobre ello. Una vez a la semana el salón se organizaba diferente, durante una hora o un

poco más. Inicié leyendo algunos relatos cortos y, luego, un libro largo. Los niños, poco a poco,

fueron participando más activamente en este espacio y se convirtieron en lectores en voz alta y

en mediadores del mismo.

Esta tesis es el resultado de esa relación y reflexión constante entre los múltiples espacios, las

experiencias formativas, las prácticas, las indagaciones y las construcciones teóricas que he

elaborado. Todo ello con el propósito de aportar, en el ámbito teórico, a la creación del concepto

de Comunidad de lectura, en relación con la experiencia del sujeto lector más que con objetivos

escolares y estandarizados. Lo anterior reconociendo que este concepto ha estado vinculado con

8 https://compartirpalabramaestra.org/etiqueta/alianza-compartir-red-pido-la-palabra

7

prácticas académicas, privilegiando, únicamente, sus aportes a la comprensión del sistema escrito

y a la construcción de conocimiento.

Es importante aclarar que las reflexiones en los múltiples espacios de construcción de saber

sobre prácticas pedagógicas en torno al lenguaje, las experiencias formativas y las prácticas de la

licenciatura son elementos transversales que, indirectamente, construyen el concepto de

comunidad de lectura, pues fueron las situaciones que dieron origen a esta tesis. No obstante, las

fuentes de indagación retomadas están constituidas, específicamente, por mi experiencia personal

como lectora y como mediadora del vínculo entre los niños y los libros, las reflexiones teóricas

que surgieron de la lectura intencionada de cierta bibliografía y situaciones sistemáticas de

lectura con los niños en Cebadal, Boyacá, creadas para para construir esta tesis.

Entonces, relacionaré cada uno de los componentes mencionados, los elementos teóricos, la

experiencia concreta de la creación de una comunidad de lectura en Boyacá y las reflexiones en

esos múltiples espacios. Cada uno lo presentaré detalladamente y de forma aislada, inicialmente,

pero, al final, algunos elementos clave entrarán en diálogo para dar forma al concepto de

Comunidad de lectura, desde una construcción tanto empírica como teórica y experiencial.

8

3. Problema

Al iniciar mi formación académica, en el colegio, la lectura siempre estuvo presente. Estaba

relacionada con la comprensión, el análisis de la estructura, la rapidez de la lectura en voz alta y

otros contenidos académicos que se consideraban importantes en la escuela. Esa obligación que

rodeaba cada uno de los libros me llevaba a abandonarlos, a dejarlos a un lado una vez la clase

había terminado.

Casi por casualidad, un día me interesé en la historia de uno de esos libros que estábamos

leyendo en tercero de primaria, uno que nunca terminamos en clase por alguna razón. Lo

desempolvé cuando a la profesora ya no le importó que lo leyéramos. Este fue el inicio de mi

camino como lectora, descubriendo en los libros algo que en el colegio no me pedían, la pasión

por sus historias y por cómo las palabras, que tantas veces debía analizar, se unían para darle

forma a un relato. A partir de esta ocasión cada uno de los libros que debía leer por obligación lo

retomaba en momentos de soledad o en vacaciones y me permitía disfrutarlo o definitivamente

descartarlo.

Durante algunos años estuve leyendo solo aquello que me pedían en el colegio, siempre dos

veces, una para la profesora y una para mí. Esta segunda lectura me permitía disfrutar del ritmo

de un verso cuidadosa y delicadamente escrito, devolverme a escuchar una palabra dispuesta

intencionalmente en alguna línea, reflexionar sobre una frase que llamaba mi atención… En

general, posibilitaba mi encuentro con el texto, con su disposición particular y con el

pensamiento de su autor. Todo lo que, quizás, también me pedían en el colegio, pero que, por el

afán de avanzar en el plan lector y la distancia creada entre las asépticas palabras que leíamos,

jamás trascendía. Entonces, el análisis de cada libro era la tarea más tediosa y sin sentido, porque

nunca era necesario reflexionar sobre su estructura o los significados de sus palabras más allá de

la calificación otorgada por ello.

Poco a poco, me fui encontrando con otros lectores, escuchando sus opiniones e incorporando

sus lecturas a las mías. Con el tiempo, pude compartir espacios con otros que leían lo mismo que

yo y dialogar sobre ello, intercambiar opiniones y recomendaciones. A partir de esto, descubrí

9

que compartir las lecturas personales y solitarias aportaba a la complejización de mi lectura, pues

me invitaba a volver sobre el texto, analizarlo desde otra perspectiva, construir otros criterios

para leerlo y revelar relaciones indirectas.

En medio de esas lecturas y conversaciones evidencié cómo se construían vidas, la forma en

la que una frase llegaba a ser respuesta o pregunta dependiendo de la persona que la escuchara.

También, descubrí que cada palabra tomaba un sentido concreto en cada una de las vidas a las

que ingresaba y cómo la interpretación de un texto se desbarataba de una persona a otra. Todo

ello lejos de las prácticas monótonas y tediosas del colegio, en las cuales nunca encontré la

posibilidad de cuestionarme o cuestionar a otros sobre lo que el libro les decía.

Interesada por la potencialidad del lenguaje en la construcción de una vida, en algunas clases

de la licenciatura pude observar y analizar experiencias de aula sobre su enseñanza desde una

perspectiva sociocultural, a la luz de ciertos planteamientos teóricos que aportaban a mi

formación como docente. Desde esta perspectiva, pude evidenciar cómo los niños reconstruían

para sí el sistema escrito y se apropiaban de este, convirtiéndose desde muy pequeños en

lectores, escritores y hablantes críticos, autónomos, curiosos y creativos.

Desde este enfoque, pude reflexionar sobre la importancia del lenguaje como un elemento

constitutivo del ser humano, como un elemento que le brinda la posibilidad de construirse y

transformarse, más allá de solamente comunicarse. Lo anterior complementaba mi interés por la

pedagogía como una forma de aportar a la construcción de cada sujeto y de la sociedad, en

general, privilegiando la formación de los niños como humanos y ciudadanos, antes que los

contenidos mecánicos que pudieran memorizar.

Adicionalmente, tuve la oportunidad de unirme a diversos espacios y grupos de reflexión, en

los cuales docentes en ejercicio sistematizaban su práctica y la sometían a análisis e

investigación, con el propósito de cualificarla, construyendo, compartiendo y discutiendo el

conocimiento generado a partir de ella9. En estos espacios pude evidenciar cómo esas

9 Dentro de estos espacios se encuentran la Red Pido La Palabra – Nodo Flandes y el Grupo de

Investigación Pedagogías de la Lectura y la Escritura.

10

formulaciones teóricas se concretaban en el aula y la incidencia en la formación de los niños

como sujetos autónomos y constructores de su saber. Así, el trabajo sobre el lenguaje no se

limitaba a saberes concretos sobre el sistema oral y escrito, sino que se relacionaba con su

formación humana, personal y social.

En medio de esas múltiples experiencias, la lectura representaba un eje clave, permitiéndoles

a los niños ampliar sus saberes y reconstruirlos. Esto en función del reto de descubrir la historia

dentro de cada libro y del reconocimiento de las múltiples vivencias de otros personajes, reales y

ficticios, para vincularlos con sus propias historias y anécdotas. De esta forma, más allá del saber

concreto sobre el lenguaje y su convencionalidad, la lectura era la oportunidad principal para que

los niños se acercaran a la humanidad, a sus relatos, su historia, sus problemas y sus

contradicciones. También, posibilitaba la exploración de otros mundos, formas de ser y actuar.

Sin embargo, en medio de los espacios de práctica y recordando mi propia experiencia,

evidencié que en la escuela colombiana se privilegiaban otros tipos de saberes en la lectura,

relacionados con la fluidez, la rapidez y la comprensión. En medio de estas exigencias la

importancia del relato, su calidad y su posibilidad de trascendencia se diluían. Así, se relegaba la

formación de un lector a la casualidad de algún encuentro propicio que permitiera iniciar la

relación de un niño o un joven con la lectura. Esto sucedía al margen de la escuela, la cual

convertía a la literatura en un elemento más para dividir y analizar de forma aséptica, bajo la

premisa de construir conocimiento. Tal como me había sucedido a mí.

Esta situación continúa siendo igual, aun cuando hayan pasado 13 años desde aquella

experiencia que me permitió iniciar mi recorrido como lectora. E, incluso, a pesar de que

múltiples estudios y las políticas mismas plantean, desde hace tiempo, la necesidad que tiene el

país de mejorar las prácticas de lectura a nivel general, pero sobre todo en la población más

joven (MEN, 2015 citado en Pérez, 2016). Es decir que la estrategia que la escuela colombiana

ha propuesto para acercar a los niños y a los jóvenes a la literatura es insuficiente e ineficaz. Ello

dado que ni se genera el gusto por la lectura ni se desarrollan las habilidades que las pruebas

nacionales o internacionales plantean, pues estas siempre concluyen que la mayor debilidad de

los estudiantes son, precisamente, sus competencias en lectura.

11

Las propuestas para solventar esta situación se limitan a la promoción, siempre insuficiente y

esporádica, de la lectura en lugares poco frecuentados por los más jóvenes, tales como las

bibliotecas o los museos. En el mejor de los casos se organizan eventos masivos, bajo la creencia

de acercar la lectura a toda la población (Semana, 21 de agosto de 2016), pero ¿si no se aprecia

un libro por qué invertir en él y no en cualquier otro objeto o alimento que sea de mayor

importancia? Además, los espacios en los que sería posible acceder a la literatura se encierran en

un ambiente misterioso y distante, el cual aleja la posibilidad de acceder a los libros, pues los

convierte en objetos tenebrosos o demasiado respetables como para ser apreciados.

Reflexionando sobre todo esto, me preguntaba por qué dejar al azar el disfrute de la literatura

y el juego con el lenguaje, apartando, así, la posibilidad de imaginar otros mundos y otras vidas.

Sobre todo me cuestionaba por qué limitar una práctica tan potente, en la formación de un ser

humano, a simplemente la decodificación de signos que conforman palabras lejanas e impasibles.

Además, reflexionaba sobre esas estrategias ineficaces que se han desarrollado en Colombia, las

causas de sus debilidades y la transformación de estas en prácticas con mayor sentido e impacto.

Considerando esto, descubrí que, desde el enfoque sociocultural en el que me estaba

formando, la lectura recobraba su esencia como arte, permitiendo que cada palabra resonara,

impactara y dejara de ser solamente un término para convertirse en todo un eje de reflexión, ser

parte de una vida y el detonante de nuevas formas de ser, percibir y habitar el mundo. Esto a

medida que profundizaba en mi formación sobre lenguaje y gracias a las múltiples experiencias

pedagógicas que pude observar, analizar y apoyar en su sistematización.

Entonces, en medio de mi formación apareció la importancia de la mediación entre los niños y

los libros, la cual, en la escuela, estaba directamente relacionada con las posturas teóricas y las

posibilidades que brindara el docente para crear o destruir un vínculo con la lectura. En esta

medida, comprendí que desde mi rol como docente podía plantear o complementar algunas

propuestas, tanto teóricas como empíricas, que favorecieran dicha relación y reducir el nivel de

casualidad en el camino lector de un niño.

12

En el año 2015 fui parte de una experiencia10 en la cual la lectura había impactado realmente a

los niños, quienes la habían disfrutado, analizado y, a partir del goce del momento, iniciaban su

construcción como lectores. Esta situación llamó particularmente mi atención, pues leer no se

limitó a compartir un relato, sino que trascendió al diálogo sobre este, desde la perspectiva de

cada uno de los participantes. Es decir que, si bien había algo personal que cada niño guardaba

para sí, había un momento concreto para leer y poner en cuestión ciertos elementos de la obra y,

así, complementar las diversas interpretaciones. De esta manera, la lectura personal, también,

podía llegar a convertirse en una lectura colectiva y viceversa.

En esta experiencia, el aula se convirtió en un lugar privilegiado para compartir, dialogar,

cuestionar y cuestionarse sobre la vida misma y el lenguaje como tal. De esta forma, cada

símbolo consignado en un libro no era un ente estático y álgido, sino que cobraba vida, respiraba,

se unía a un ritmo particular y permitía formar nuevas historias, reflexionar sobre la vida propia

y transformarse a sí mismo.

Un eje clave en esta práctica fue la libertad, esa posibilidad de permitirse disfrutar y encontrar

en los libros una palabra, una frase o una metáfora que le dijera algo a cada cual, sin pretender

estandarizar una interpretación canónica. Además, la libertad en torno al tipo de comentario que

realizar, lo que se quería compartir e incluso la asistencia o no al espacio, la cual no representaba

ninguna consecuencia positiva o negativa a nivel académico.

Considerando esto, la lectura retomaba su forma de arte, su voz polisémica y su posibilidad de

trascender. Entonces, leer literatura se convertía en una posibilidad de aprendizaje múltiple que

no se limitaba a un contenido concreto ni a un momento planificado. Lo anterior dado que las

posibilidades de formación que esta práctica encarna van más allá de los estándares escolares o

del tiempo académico, pues sus posibilidades de incidencia son tan infinitas que es imposible

calcular cómo, en qué momento y sobre qué desarrollará las posibilidades de aprendizaje y

transformación en cada persona.

10 Proyecto Narración, Conocimiento y Apropiación de Tecnologías, desarrollado entre Samsung, Centro

Ático y la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana.

http://proyectoruralsamsu.wixsite.com/proyectorural

13

En esta medida, desde la escuela era posible acercar a los niños a la literatura, permitirles

explorarla y construir los criterios y las herramientas que facilitaran esta exploración,

posibilitaran el acceso a ciertos relatos y autores, y complejizaran las dinámicas de lectura que se

utilizaban. En general, podía iniciarse la construcción de un camino como lector, a partir del

aprecio por cada una de las palabras que contiene un libro, por su historia, su intensidad y por

eso que tiene para decir.

Lo anterior más allá de simplemente pretender que, a partir de la decodificación de símbolos

asépticos, los niños valoraran y disfrutaran una práctica. Además, se desvinculaba la lectura de la

evaluación cuantitativa por el esfuerzo de socavar un texto, despojándolo de su valor para

convertirlo en contenidos evaluables y demostrables. Es decir que leer cobrara sentido por el acto

mismo, más que por la capacidad de desarrollar otras habilidades o saber más sobre un tema

determinado.

Así, iniciaron toda una serie de consideraciones en torno a la posibilidad de continuar con

diversas propuestas que aparecían en esos múltiples espacios de reflexión y en las

sistematizaciones sobre algunas experiencias pedagógicas. Específicamente en torno a la

conformación, en el aula, de un momento específico para leer y para hablar sobre ello, creando

un espacio privilegiado para acercarse a la literatura, disfrutarla, conocer autores, crear criterios

para definir qué leer y qué no y, en general, para iniciar la construcción de los niños como

lectores (Pérez, 2016).

De esta forma, surgió el concepto de Comunidad de lectura, como una posibilidad para

compartir la experiencia de la lectura con los niños, a partir de la creación de un tejido de

saberes, reflexiones y opiniones que permitieran derivar, de esa construcción conjunta, aspectos

personales que vincularan a la literatura, a los niños y a sus familias. Además, se constituía en la

posibilidad de reunirse con otros por medio de la literatura como elemento principal, para

enfrentarse a ellos y al mundo. En esta medida, la Comunidad de lectura permitía que el acto de

leer trascendiera la práctica misma y se convirtiera en el eje de diálogo, reflexión, unión y

aprecio de una comunidad particular, cuyos miembros no solo compartieran un contexto, unas

prácticas cotidianas o unos lazos familiares, sino, también, la posibilidad de perderse y

14

encontrarse en la literatura, de salir de su mundo para soñar en otros y, sobre todo, para

reconocerse lectores sin ser limitados por su conocimiento sobre el lenguaje escrito.

Esto reconociendo que leer no tiene que ver, únicamente, con la posibilidad de descifrar un

código, sino que se relaciona con la posibilidad de admirar, conocer y cuestionar una realidad, la

vida misma. Por lo tanto, pretender que se reconozca su valor, limitándola a aspectos como la

decodificación o su estructura, carece de sentido, pues cada obra literaria va más allá de los

elementos literales que una y otra vez la escuela se empeña en socavar. Esas acciones no solo

ocasionan que se limite, sino que deje de ser lo que es. La literatura, así, se pierde en medio de

estas exigencias y, en su lugar, emerge un objeto aséptico, distante y desconocido que genera

temor y tedio.

Las prácticas que limitan la literatura al análisis textual o a la velocidad de la decodificación

se convierten, con el tiempo, en imposiciones que terminan olvidándose y descartándose.

Además, obstaculizan el descubrimiento de la voz, siempre particular, de la obra. Así, los niños y

los jóvenes se ven envueltos en prácticas tediosas que los restringen, impidiendo su relación con

las obras literarias y con las posibilidades de dejarse llevar por ellas, de salir de sí para ser

sorprendidos por un relato que los lleve a un descubrimiento incierto, en el cual aseguran su

transformación.

Entonces, la preocupación por cómo crear el hábito de la lectura en Colombia, aumentar el

índice de libros leídos por año en la población (Dinero, 14 de abril de 2016) o alcanzar mayores

niveles de lectura y escritura (Semana, 30 de diciembre de 2016b) necesaria y evidentemente

debe replantear, por un lado, su postura frente a la literatura y, por otro, sus objetivos en torno a

la lectura.

A lo largo de los años, en la escuela colombiana, ha primado la importancia de la fluidez, la

interpretación canónica, el significado exacto de cada palabra y el análisis minucioso de la

estructura de los textos. El resultado ha generado una preocupación constante en el ámbito

político, educativo y social (El Espectador, 8 de agosto de 2014; Semana, 30 de diciembre de

2016; Semana, 21 de agosto de 2016a). Además, las pruebas evidencian que, a pesar de los

15

esfuerzos por la comprensión, los niños y los jóvenes en Colombia no comprenden lo que leen o

lo hacen a medias.

Por lo tanto, es posible afirmar que las estrategias que se han implementado a lo largo de los

años, para potenciar la relación entre la población colombiana y los libros, han tenido escasos

resultados. Además, hay que considerar que toda esta situación sobre la lectura se analiza a nivel

general, por lo cual representa, en su mayoría, a la población de las ciudades. En las áreas rurales

el acercamiento a la literatura sufre grandes impactos debido al difícil acceso a los libros. Esto

genera que se conviertan en objetos sin valor o de decoración, cuya importancia se limita al uso

que pueda hacerse de ellos, como los textos religiosos, de cocina o las cartillas de aprendizaje.

Adicionalmente, el acceso a ellos se restringe a la escuela, lo cual aumenta su responsabilidad en

torno a esta situación.

Como consecuencia, es imperativo que la escuela replantee las prácticas que desarrolla en

torno a la lectura. Reconocer en esta práctica su valor en la formación social y personal de un

sujeto implica considerar su trascendencia, su calidad y las prácticas a partir de las cuales se

generan relaciones auténticas entre los libros y las personas. De esta forma, no es lo mismo leer

cualquier texto narrativo que un cuento clásico o un libro álbum. Así como tampoco genera los

mismos efectos disfrutar la lectura y el relato que leer por imposición, sin tener la posibilidad de

cuestionar el texto y, a partir de este, a sí mismo.

Por lo anterior, el concepto de Comunidad de lectura que se propone en esta tesis plantea,

fundamentalmente, crear una experiencia en torno a la lectura, la cual permita aproximarse a la

vivencia estética de los relatos y las palabras. Ello considerando que este tipo de vivencias

potencian el descubrimiento de una voz en la lectura, de un cuestionamiento constante sobre la

realidad humana, propia y ajena. Todo esto genera, además, una relación diferente con el

lenguaje, llevando a los niños a reflexionar sobre la capacidad de este para crear, imaginar e

inventar un ritmo particular.

Así, se pretende construir un espacio que les permita a los niños explorar y disfrutar los

relatos, complejizar cada vez más sus interpretaciones y criterios de selección. A partir de esta

16

experiencia se plantea potenciar su interés por la literatura, por medio de la libertad y el diálogo

como estrategias principales para permitir que la voz polisémica de la literatura surja, para que

los niños puedan descubrirla e interpretarla de acuerdo a la resonancia que produzca en cada uno.

En esta medida, no se trata de desconocer sus aportes a la formación académica de los niños,

sino de privilegiar las experiencias estéticas que puedan derivarse de la literatura como

acercamiento principal al lenguaje y a la humanidad. Así, los aprendizajes académicos, como la

decodificación, la estructura de los textos, la tipología textual, tienen lugar, también, pero como

consecuencia del interés de los niños por complejizar sus lecturas, no como condiciones para

leer.

En relación con ello, el interés por aportar a la conceptualización sobre una Comunidad de

lectura en el aula partió, también, de la ausencia por una teoría clara en torno a la lectura de

literatura con fines no académicos en la bibliografía (Arias y Torres, 2017). De esta forma, esta

tesis pretende aportar a la discusión teórica en torno a la posibilidad de formar una comunidad de

dialogo, en la que la experiencia con la literatura trascienda los elementos literales del texto, para

descubrir su voz particular y polisémica en medio de las posibilidades de transformación que le

brinda a cada lector.

17

4. Justificación

La lectura, en la escuela colombiana, se ha visto subordinada a la comprensión de los textos o

al conocimiento del sistema escrito que de ella pueda derivarse. Esto ha generado que se

pretendan establecer interpretaciones canónicas y que su práctica se limite a lecturas

superficiales que respondan a esos contenidos curriculares que se desean enseñar (Pérez, 2016).

Como consecuencia, los libros terminan por representar objetos tediosos, los cuales se descartan

por su asociación con prácticas de represión o coacción ante imposiciones escolares.

A causa de ello los niveles de lectura en Colombia son factor de preocupación, pues, en

general, se lee poco, no se comprende y los criterios con los que se elige qué leer se remiten a

aspectos religiosos o a modas literarias. Además, el énfasis sobre la preparación para las pruebas

nacionales e internacionales ha limitado la lectura al desarrollo de ciertas competencias que

respondan a los criterios que se evalúan. Así, la posibilidad de valorar un texto por la incidencia

en la vida de un niño o un joven ha sido relegada casi a la casualidad. Adicionalmente, la

oportunidad de compartir con otros los hallazgos, los cuestionamientos, las reflexiones y la

pasión por la lectura tienen aún menos lugar en la formación de los lectores en la escuela. En este

contexto la literatura pierde su esencia como arte y su voz polisémica.

Todo esto ha producido que la dimensión estética, el goce de lo literario y la trascendencia de

la lectura no tengan cabida en la escuela, pues en medio de tanta preparación no hay tiempo para

ir más allá del desarrollo de ciertas habilidades de comprensión y decodificación. Leer, entonces,

se limita a la cantidad de palabras que se puedan decodificar por un lapso de tiempo específico, a

la respuesta correcta ante una interpretación canónica y a la identificación de la estructura de una

frase y de sus componentes (MEN, 2015).

Además, la posibilidad de descubrir otros mundos y otras formas de ser y actuar se restringe

debido al limitado acceso a las obras literarias. Así, el cuestionamiento del mundo y la

construcción personal y social que la literatura propicia quedan al margen de la vida de los

sujetos, pues el desencuentro que generan las prácticas académicas con la lectura obstaculizan la

exploración de la intensidad y la voz particular de cada obra literaria.

18

En relación con esto, el acceso limitado a los textos, sobre todo en las áreas rurales, ocasiona

que se deje de lado la lectura para dar paso a temas considerados de mayor importancia dentro

del contexto, como prácticas agrícolas o la formación técnica. Sin embargo, la posibilidad de

contemplar nuevos mundos, nuevas y diversas formas de ser, y la oportunidad de acercarse a la

literatura no puede estar condicionada por factores económicos o sociales. Por el contrario,

ingresar al lenguaje a partir de su ritmo particular, de las imágenes estéticas que pueda producir y

de la relación de este con la vida propia es un derecho que tienen todos los niños y todas las

personas, en general, sin importar su contexto social, político o económico. Disfrutar de un

cuento, una nana, un poema o una novela no puede restringirse a la posibilidad monetaria que se

tenga para acceder a la cultura escrita de la humanidad.

Además, al ser la escuela el lugar propicio para ampliar los saberes, las habilidades y la

humanidad de los sujetos hace parte de sus responsabilidades acercarlos a ese patrimonio escrito

que a lo largo de los años el ser humano se ha preocupado por producir y conservar. Por esto,

debe generar prácticas que les permitan a los niños identificar con mayor habilidad, cada vez,

aquellos textos, autores y estilos que prefieren, cuáles son las razones para ello y, en general,

cómo construir su camino como lectores autónomos.

También, es fundamental reconocer el lugar de la escuela en la formación humana de los

niños y los jóvenes, pues en medio de las dinámicas escolares se construyen como individuos y,

a la vez, como miembros de una sociedad. Permitir que la literatura se vincule a ello, aportando

su voz polisémica, sus cuestionamientos y sus mundos posibles, potencia la posiblidad de

construirse a sí mismo y a los otros por medio de la exploración de los relatos, los ritmos y los

significados que cada obra literaria propone y a partir de los cuales interroga a cada lector.

En esta medida, prácticas pedagógicas que les permitan vivir la experiencia de la lectura, que

posibiliten el acercamiento a una diversidad de textos y a la apreciación estética de cada palabra

y obra son imperativas. Solo a partir del descubrimiento de la voz de cada relato, sus metáforas y

su vínculo con la vida propia, con el contexto familiar y social es posible que la literatura

trascienda y se convierta en una práctica apreciada e, incluso, necesaria. De lo contrario, solo

19

será una imposición prescindible que, probablemente, se abandonara una vez la exigencia haya

desaparecido.

20

5. Metodología

Reconociendo el énfasis hacia los propósitos académicos, específicamente hacia la

comprensión (Arias y Gárzon, 2017), que la escuela colombiana fomenta en las prácticas de

lectura y que la construcción de experiencias en torno a esta práctica no es un eje fundamental en

el espacio escolar. Además, debido a que, en la bibliografía consultada por el grupo de

investigación Pedagogías de la Lectura y la Escritura, las propuestas sobre lectura colectiva de

literatura en la escuela se vinculan, también, con aspectos como la decodificación y la rapidez.

Esta tesis tiene como propósito aportar, en el campo teórico, a la construcción del concepto de

Comunidad de lectura, con énfasis en la creación de experiencias que permitan apreciar la

literatura, a partir de los vínculos personales y colectivos que puedan establecerse con las obras

literarias.

Ello, además, debido a que, desde la observación y la vivencia de prácticas escolares y las

experiencias en escuelas rurales, he podido evidenciar que la creación de prácticas que permitan

el goce estético en torno a la literatura se restringe por la necesidad de responder a ciertos

objetivos académicos. Entonces, la lectura se limita a las habilidades de decodificiación de un

código y a la capacidad de interpretación del mismo, lo cual genera situaciones de desencuentro

entre la literatura y los sujetos.

Ante esta situación podrían desarrollarse múltiples alternativas que crearan ocasiones

propicias para la exploración y el acercamiento a la literatura. En esta tesis se decidió indagar por

el impacto de la literatura y el diálogo sobre ella en la consolidación de comunidades,

particularmente en entornos rurales. Esto debido a que, por un lado, en estos contextos se

desarrollan dinámicas de relaciones peculiares que es fundamental reconocer y fortalecer, ya que

generan vínculos estrechos que potencian la cooperación y la construcción social común. Por

otro, debido al impacto que los procesos de modernización y las situaciones de tensión, como el

conflicto armado, han generado en las relaciones sociales que allí se entablan. Esto ha causado

que los lazos sociales se fragmenten y las redes de colaboración y apoyo se debiliten.

21

Por lo tanto, se optó por el concepto de comunidad de lectura y no por talleres de literatura u

otro tipo de dinámicas similares, pues se pretendía aportar, también, a la consolidación de

comunidad a partir de la contemplación y el diálogo sobre la literatura. Lo anterior debido al

favorecimiento que esto pueda generar en el afianzamiento de tejido social, a partir del encuentro

y el habla. Además, considerando las potencialidades que la reunión con otros propicia en torno

al reconocimiento de los sujetos como seres humanos singulares pertenecientes a un grupo social

particular.

A causa de lo anterior, y reconociendo que la bibliografía sobre la lectura desde este tipo de

perspectiva es muy limitada y se restringe a los propósitos escolares, en esta tesis se plantea la

teorización del concepto de comunidad de lectura. Para ello, se retomaron tres aspectos que se

pusieron en diálogo entre sí para formar dicho concepto, el cual partió de la construcción teórica

y práctica que se realizó en esta tesis y no desde una indagación previa sobre este con el fin de

complementarlo. Los elementos retomados tienen que ver, por un lado, con las reflexiones

personales que surgieron a lo largo de mi rol como estudiante y docente. Por otro, con dichas

indagaciones teórica y práctica que se realizaron para construir en esta tesis el concepto de

comunidad de lectura.

La indagación práctica se realizó con el propósito de teorizar sobre los ejes de construcción

del concepto, los cuales son comunidad, diálogo, conversación, silencio y lectura de literatura.

Para esto se planteó identificar los postulados teóricos más relevantes de cada uno y, así,

conceptualizar sobre el concepto de comunidad de lectura desde la revisión bibliográfica a

profundidad de ciertas fuentes, poniendo en diálogo las perspectivas clave sobre cada eje. Por

otra parte, la indagación práctica se construyó con el objetivo de reconocer las prácticas, las

dinámicas y los elementos que, desde la vivencia de una experiencia concreta, permitieran

responder a la pregunta ¿qué es una experiencia de lectura de literatura y diálogo sobre ella, con

énfasis en la construcción común y el goce de la elaboración estética de las obras literarias?

El cuestionamiento sobre esta temática se originó a partir del recuerdo de mi experiencia

personal con la lectura, suscitado por la vivencia de la creación de un espacio de lectura en el

2015. A partir de ello surgieron ciertos interrogantes que se complementaron con mis reflexiones

22

en torno a mi rol como docente y mediadora entre los libros y los niños. Además, durante una

sesión concreta de trabajo en la misma escuela en el 2016, tuve la oportunidad de evidenciar el

impacto de la experiencia de lectura del año anterior. Esto contribuyó a que, durante este mismo

año, continuara reflexionando sobre el tema y, en el 2017, planteara la creación de una

experiencia de acercamiento entre los niños, la literatura y el goce estético por medio del

diálogo, considerando esos interrogantes, análisis y reflexiones que había construido desde el

2015. Además, la participación en los múltiples espacios en los que he podido continuar

reflexionando sobre estos cuestionamientos11 complementó mis reflexiones y permitió que las

complejizara, tomando forma, en el 2017, en el propósito de construir el concepto de comunidad

de lectura.

Para esto, se realizaron, simultáneamente, dos indagaciones que complementaban las

reflexiones e inquietudes desde mi experiencia y que daban forma al concepto de Comunidad de

lectura que se propone en esta tesis. Por un lado, se llevó a cabo una elaboración teórica,

realizando una lectura intencionada y a profundidad de cierta bibliografía, la cual se seleccionó

considerando la decisión por el aporte a la consolidación de comunidades y su relación con el

contexto rural, la escuela pública y los planteamientos sobre la lectura más allá de propósitos

escolares.

Por otro lado, se elaboró una indagación práctica, constituida por la construcción de un

espacio de lectura de literatura, con énfasis en la experiencia estética, en un aula de primero12 en

la vereda de Cebadal, Boyacá. Esta experiencia se elaboró a partir del diseño sistemático de

diversas situaciones que se desarrollaron durante un día a la semana, a lo largo de un año. Con el

tiempo, estas acciones se iban complejizando y permitían explorar diversos aspectos

relacionados con el interés de investigación. De esta forma, se trataba de una serie de

actividades, sobre las cuales se realizaban planeaciones, reflexiones y análisis, con el propósito

de identificar elementos clave sobre la construcción de una comunidad de lectura y diálogo sobre

la literatura.

11 Red Pido la Palabra - Nodo Flandes (https://compartirpalabramaestra.org/etiqueta/alianza-compartir-

red-pido-la-palabra) y Grupo de Investigación Pedagogías de la Lectura y la Escritura

(https://grupodeinvestigacionpedagogiaslecturayescritura.wordpress.com)

12 Los niños de este grado tenían entre 5 y 8 años de edad.

23

Dichas indagaciones se elaboraron simultáneamente, sin que ninguna subordinara a la otra

para su construcción, ni se suplieran entre sí. Es decir que el concepto de Comunidad de lectura

que se construye en esta tesis no es el resultado de una indagación teórica que se complementa

con una implementación práctica, para ilustrarla o transformarla. Así como tampoco es una

construcción práctica con la cual se pretende validar una teoría o que busca en esta el sustento de

su diseño.

Se decidió desarrollar la construcción del concepto de esta forma para no optar por una vía

totalmente deductiva, es decir, por una construcción teórica de la cual derivar ciertas pautas para

el componente práctico. Por esto, intencionalmente, las dos indagaciones se separaron, para

trabajarlas simultáneamente como dos fuentes de información que contaban con cierta

autonomía. Además, la construcción práctica tenía su independencia de la teórica, ya que su

desarrollo respondía a las características del contexto en el que se estaba llevando a cabo, por lo

cual no era solamente una construcción con base en las propuestas teóricas leídas.

De esta manera, se llevaron a cabo dos búsquedas simultáneas que, posteriormente, fueron

puestas en diálogo para construir ese concepto, el cual tuvo una línea de desarrollo en lo teórico

y en una práctica concreta. Es decir, cada componente se trabajo por separado y no se realizó una

sumatoria o complementariedad de estos, sino que se pusieron en diálogo las dos fuentes. Por lo

anterior, cada aspecto contó con cierta independencia en su elaboración, aun cuando se

relacionaran en la parte final para teorizar el concepto de Comunidad de lectura, resultado de

esta tesis.

Así, el concepto de comunidad de lectura que se propone en esta tesis está construido con

base en una postura epistemológica que contiene esos 3 componentes: mi experiencia personal

como lectora y como mediadora del vínculo entre los niños y los libros, las reflexiones teóricas

que surgieron de la lectura intencionada de cierta bibliografía y las situaciones de lectura con los

niños que son sometidas a planeación y análisis. Estos componentes consituyen las fuentes

principales de indagación, aunque se complementaron, indirectamente, con las situaciones que

dieron origen a la investigación y los espacios y las experiencias de reflexión sobre prácticas

24

pedagógicas en torno al lenguaje. La estructura general de la construcción del concepto se

explica en la figura 1, en el cual los elementos resaltados en negrita corresponden a las fuentes de

indagación que se utilizaron.

Figura 1. Ruta metodológica, construcción del concepto Comunidad de lectura. Elaboración propia

Entonces, el conocimiento que surgió en medio de las indagaciones teórica y práctica se

construyó, inicialmente, desde mi experiencia y se complementó, posteriormente, con estas. Por

lo tanto, el resultado de esta tesis no es solamente un procesamiento de datos, sino que, también,

es una experiencia la que le da forma a ese conocimiento. Es decir, se trata de un diálogo entre

los elementos teóricos, prácticos y experienciales. A continuación describiré detalladamente el

proceso de análisis que se llevó a cabo en cada uno de estos componentes y el enfoque de

sistematización utilizado para construir el eje práctico.

5.1 Construcción teórica

Para la indagación teórica se realizó una aproximación intencionada a fuentes bibliográficas

sobre cada uno de los ejes de construcción del concepto: comunidad, conversación, diálogo,

silencio y lectura de literatura. Estos ejes surgieron a partir de la reflexión sobre la experiencia de

lectura del 2015. Ello dado que, por medio de esta, empezaron a emerger interrogantes en torno a

cuáles eran los elementos centrales para construir experiencias estéticas mediante la lectura de

25

literatura, las cuales potenciaran, también, la consolidación de comunidades rurales y, además,

permitieran la formación de los niños a nivel subjetivo y social.

Adicionalmente, dichos ejes se seleccionaron porque tenían relación con el tipo de escuelas,

niños y relaciones que se entablaban, particularmente, en el entorno rural. De esta forma, algunos

componentes eran más prioritarios que otros y, por lo tanto, sobre ellos se profundizó en la

indagación teórica. Es decir que los ejes de análisis surgieron de la experiencia del año 2015 y,

posteriormente, se indagaron en los planteamientos teóricos, simultáneamente con la creación de

la experiencia de lectura del 2017.

Para la elección de la bibliografía se decidió explorar ciertas perspectivas teóricas,

considerando que sus postulados se relacionaran con un enfoque sociocultural del lenguaje y la

lectura, bajo la concepción de esta como una experiencia, y que, además, reflexionaran sobre el

papel de la literatura, considerando su construcción estética y con un énfasis especial en el

diálogo que pueda suscitar. También, se planteó que se complementaran entre sí, es decir, que se

articularan coherentemente entre ellas a partir de una perspectiva sociocultural, pues es el

enfoque desde el cual se construye el concepto de Comunidad de lectura.

Con base en esto, se decidió realizar una revisión a profundidad de unas fuentes específicas

que representaran elementos clave de cada postura. Esto en lugar de una exploración de un alto

volumen de textos, lo cual, por la cantidad de información procesada, impidiera el análisis

minucioso de los mismos y la creación de una relación concreta entre los planteamientos leídos y

el concepto particular que se estaba construyendo.

Una vez seleccionada la bibliografía, se realizó una lectura orientada específicamente a

establecer los vínculos entre el concepto de Comunidad de lectura, sus ejes de construcción y los

textos leídos. Ello para identificar cuáles eran los postulados clave de cada perspectiva y, así,

ponerlos en diálogo entre sí y, a la vez, relacionarlos con la postura desde la cual se estaba

construyendo el concepto.

26

En función de lo anterior, se creó un escrito sobre cada uno de los textos leídos. Estos se

construyeron con un tipo de estructura que se desarrolló como un ejercicio experimental, pues no

era posible clasificarla como un tipo de texto particular. Lo anterior debido a que no eran escritos

que respondieran a un formato establecido o a un procesamiento de citas. Por el contrario, se

trataba de textos con un tono narrativo y con un estilo no definido, precisamente para

encontrarlo. Es decir, se inició la escritura de unos textos particulares, sin la definición de un

estilo concreto, con el propósito de identificar cuál se adecuaba mejor a los propósitos de

investigación. Además, esta escritura se constituía como una manera distinta de apropiarse de la

teoría, diferente al procesamiento técnico de citas.

A partir de la creación de estos documentos se planteó la necesidad de que esa escritura

cumpliera dos funciones. Por un lado, que diera cuenta de algunos de los planteamientos del

autor, lo cual implicaba una selección de estos en función del tema de indagación. Por otro, que

evidenciara una reflexión en torno al lugar de la postura planteada en la investigación. Así, el

estilo de los textos, si bien fue flexible, contenía estos elementos.

5.2 Construcción del eje práctico

En el marco del proyecto Narración, conocimiento y apropiación de tecnologías se consolidó,

en el año 2015, un espacio de lectura con los niños que en ese momento se encontraban en grado

primero, en la Institución Educativa Eduardo Barajas Coronado, de la vereda de Cebadal,

Boyacá. En ese momento particular ellos tenían la oportunidad de acercarse a diversas obras

literarias, a partir de la lectura de los docentes o de ellos mismos. Este fue un primer

acercamiento experiencial a la creación de espacios y momentos específicos para leer y

conversar sobre ello.

Esta institución educativa se encuentra ubicada en la vereda de Cebadal, Boyacá, a 15

minutos de Ramiriquí, el pueblo más cercano, y a 3 horas de Bogotá. Allí asisten niños desde los

5 años, grado preescolar, hasta los 17 años, grado once. Para cada grado solo hay un grupo de

estudiantes, el cual está conformado por 15 o 25 estudiantes, y un salón de clase específico. Los

27

familiares de quienes asisten allí se desempeñan, principalmente, en labores como el cultivo, la

venta de verduras y frutas, la ganadería y la comercialización de arepas boyacenses.

Alrededor de la escuela la naturaleza se extiende en todo su esplendor. Las pequeñas fincas,

llenas de cultivos y ganado, adornan el panorama que se cubre de vastos campos verdes de

diversos matices. Grandes y pequeñas montañas encuentran en el azulado cielo la combinación

perfecta para permitir que la brisa mesa desde los altos árboles de eucalipto hasta las pequeñas

plantas de papa, uchuva, arveja y mora, sembrados dominantes en la región. La amplia variedad

de aves acompañan al viento con su vuelo y sus melodías.

En medio de este contexto transcurren las clases en la escuela. Los niños, en su jornada

escolar de 8 de la mañana a 3 de la tarde, ingresan a una amplia construcción de cemento,

organizada en salones, un restaurante, un laboratorio, dos secciones de baños y dos zonas de

juego al aire libre. Sus puertas no están completamente cerradas, pero solo pueden salir de allí

cuando las clases finalizan. Para volver a casa, la mayoría de los chicos caminan durante algunos

minutos e incluso horas para llegar a sus fincas, ya sea para finalizar los deberes escolares o para

retomar las labores domésticas, como cuidar los animales o los cultivos. Un grupo más pequeño

de chicos toman un bus que los acerca a su destino.

Imagen 1. Regreso a la escuela, luego de un paseo por los alrededores. Fuente: propia

28

La primera experiencia de 2015, en esta escuela, permitió que reflexionara con mayor

profundidad sobre el tipo de mediación que debe establecerse entre la literatura y los niños, para

que la incidencia de esta se vincule con aspectos más allá de los requeridos por la escuela y se

creen verdaderas vivencias estéticas en torno a la lectura que potencien su formación humana y

ciudadana. Además, posibilitó un acercamiento concreto a este entorno rural, en el que los libros

trascendieron, como consecuencia de las diversas prácticas de lectura que allí se realizaron.

Evidenciar las potencialidades de la literatura, específicamente en este contexto, y el valor del

diálogo en torno a ella con los niños posibilitó, a lo largo del 2016 y el 2017, la construcción del

concepto de Comunidad de lectura que se presenta en esta tesis. Esto dado que vivir dicha

experiencia, escuchar las opiniones de los niños y descubrir que, luego de un año, aún continuaba

en ellos ese interés por la literatura me llevó a cuestionarme por cómo estructurar ese momento

especial para leer, cómo complementarlo y relacionarlo con las posibilidades de compartir o

callar para generar vínculos concretos entre los libros y los niños.

De esta manera, surgió el interés por construir este concepto desde la práctica, pues las

particularidades del entorno permitían complejizarlo y, además, pensar en esas posibilidades de

unión y arraigo que el mismo permitía. Esto por tratarse de una zona rural, en la que el acceso a

los libros era limitada, las prácticas de lectura se restringían a textos como cartillas o de corte

religioso y en la que existían ciertos vínculos sociales particulares entre los niños, a causa de las

labores de sus familias o de las prácticas culturales de la vereda, pero en los que la literatura no

era un factor relevante. Todo ello potenció el interés por la creación de una comunidad de

lectura, en la cual la literatura fuera el eje principal de relación entre los miembros y que,

además, esta favoreciera su forma de relacionarse entre ellos, con el mundo y con el lenguaje.

Adicionalmente, continuar en este contexto permitía vincular la experiencia del 2015 y a los

niños que participaron en ella con quienes la vivieron en el 2017 y, así, continuar la construcción

como lectores de los dos grupos de niños. Ello como un aporte, también, a su formación y, en

general, al ámbito educativo rural, el cual, en Colombia, no es un eje principal de reflexión a

nivel estatal.

29

No obstante, no se trató de una réplica del espacio construido en el 2015. Por el contrario, se

construyó una experiencia distinta, aun cuando los interrogantes y las reflexiones surgieron de

este. Ello dado que, además, en el 2017 habían otros saberes e intereses, sobre los cuales se

formularon cuestionamientos concretos a lo que se hacía, en cuanto a la postura definida para

crear el concepto de comunidad de lectura.

Por lo anterior, la construcción, en el año 2017, de un espacio particular para leer literatura y

hablar sobre ello tuvo lugar en un aula de primero, de la Institución Educativa Técnica Rural

Eduardo Barajas Coronado. Allí todos los martes se destinaba una hora de la jornada escolar para

leer literatura y conversar sobre lo que se leía, construyendo relaciones entre los textos y la vida

de los niños. De esta forma, se pretendía que, más allá de la comprensión de los relatos leídos,

los niños pudieran acercarse a la literatura, disfrutarla y apropiarse de ella. Así, tenían la

posibilidad de construirse como lectores desde la vivencia de una experiencia de lectura.

Imagen 2. Niños que se prepararon para leer asumiendo el rol de lectores. Fuente: propia

En cada sesión se leían varios tipos de texto, entre cuentos, libros álbum y relatos largos.

Adicionalmente, se variaban las dinámicas de lectura. En un primer acercamiento la docente

inició leyendo en voz alta y, luego, los niños se prepararon para leer en voz alta. También, se

realizó lectura rotada con ellos, aunque no todos leyeran convencionalmente. Además, se

destinaban algunos momentos para explorar varios libros y leerlos en silencio, sin compartir

comentarios sobre ello, una lectura más personal.

30

Todo esto se planeó de forma intencionada y sistemática en un instrumento creado para tal

fin, en el cual, también, se realizaban reflexiones, sobre cada planeación, en torno a dos aspectos.

Por un lado, sobre la forma en la que se desarrolló la actividad y la mediación de la docente. Y,

por otro, sobre situaciones particulares que se consideraban relevantes en relación con la postura

sobre el concepto de Comunidad de lectura que se estaba construyendo. Para esto se retomó el

instrumento de planeación y reflexión planteado por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015). Sin

embargo, este fue modificado en función de los intereses de investigación, ya que la reflexión

sobre lo sucedido enfatizaba en los elementos clave que permitieran construir el concepto. El

instrumento utilizado aparece en la imagen 2.

Imagen 3. Instrumento de planeación y reflexión modificado

Así, para cada sesión la docente preparaba la lectura de una obra literaria, planeando diversas

modalidades de lectura, tanto en voz alta como en silencio, y posibles ejes de reflexión sobre los

cuales dialogar. Sin embargo, en medio del espacio, surgían comentarios o reflexiones que no se

habían considerado, pero que se retomaban puesto que respondían al interés de los niños, a lo

que a ellos les llamaba la atención de la lectura. Los libros leídos fueron El patito feo de Hans

Christian Andersen (1843/2016), Camino a casa de Jairo Buitrago (2008/2011), El lugar más

bonito del mundo de Ann Cameron (1988/2013), Cuentos pintados Rafael Pombo de Ivar Da

31

Coll (2012), Secreto de familia de Isol (2004), El globo de Isol (2002), Terrible de Alain Serres

(2010) y Guillermo Jorge Manuel José de Mem Fox (1988/2004).

Los instrumentos de planeación y reflexión se realizaban con tres propósitos. El primero era

establecer los momentos, los tiempos, los materiales, las acciones y cómo se estructuraría la

sesión. Además, anticipar la mediación de la docente, con base en los objetivos que se

planteaban para cada una de las sesiones y para el espacio, en general. El segundo era reflexionar

sobre las acciones que se llevaban a cabo en cada momento y la pertinencia de la estructura

planeada. Ello con el propósito de volver sobre la práctica docente y, así, cualificarla, generando

conocimiento a partir de la reflexión y la auto-crítica. El tercero era identificar esas reflexiones y

análisis que permitieran ir construyendo el concepto de comunidad de lectura, considerando la

postura que se asumía frente a este.

Con base en esos instrumentos se realizaron documentos más extensos, en los cuales esas

reflexiones sobre las situaciones relevantes, de cada sesión, se conceptualizaron, a partir de la

descripción de cada momento y de las reflexiones consignadas en el instrumento de planeación y

reflexión. De esta forma, en estos documentos se recogían las descripciones de cada momento de

forma secuencial y las reflexiones más relevantes del espacio, con mayor detalle que en el

instrumento y relacionadas con el concepto de Comunidad de lectura.

5.2.1 Enfoque de sistematización

La indagación práctica se construyó bajo el enfoque de sistematización como investigación,

propuesto por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015). En este se considera que la práctica

pedagógica en el aula constituye una fuente valiosa de saber, pues está determinada por las

posturas y las reflexiones del docente. Por lo tanto, se debe reconocer la importancia de un

registro sistemático que permita su posterior análisis, para re-pensarla, con el propósito de

construir saberes que posibiliten la transformación, tanto de la práctica misma como de quien la

lleva a cabo (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015). Ello, además, repercute en el diseño de las

situaciones didácticas y de los modos de enseñanza, ya que por medio de su divulgación es

32

posible construir y compartir con otros que aportan y, a la vez, pueden aprender del

conocimiento producido.

Así, las acciones didácticas se convierten en fuentes de investigación y llevan a los docentes a

distanciarse de sus propias prácticas. Esto implica esfuerzos y tiempos adicionales a la

planeación cotidiana. Por esta razón no se sistematiza todo el trabajo didáctico que se lleva a

cabo (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015). Es decir, se eligen prácticas concretas para realizar

una descripción detallada que permita profundizar en el análisis, tanto de su planeación como de

sus objetivos y desarrollo.

Además, el trabajo en equipo es un elemento clave, ya que, aunque el docente sea el

protagonista, la dinámica de su labor no le permite realizar dicha profundización con el detalle

necesario. Como consecuencia, en el proceso está acompañado por algunos pares y docentes de

universidades e investigadores, quienes, posiblemente, cuentan con el tiempo necesario y,

también, pueden aportar a la complejización del análisis (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

De esta forma, la labor docente se constituye como un rol activo, crítico y reflexivo dentro de

su saber, desvinculándose de la concepción técnica o aplicacionista, en la que se considera que

su función es la aplicación del saber de diversas disciplinas. En esta medida, se reconoce que el

docente es un agente clave, pues su experiencia construye en él cierta sensibilidad, la cual

posibilita la identificación de ciertos elementos sustanciales, los cuales constituyen el centro de

su interés (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

En relación con esto, es importante considerar, además, que, a pesar de la rigurosidad de la

sistematización y el detalle de los registros, siempre aparecen elementos tangenciales que

constituyen fuentes valiosas. Entonces, aun cuando haya un diseño estructurado y unos

instrumentos que permitan el registro detallado de lo que sucede en el aula, no es posible

anticipar toda la información que podría ser procesada para construir ciertos resultados. Un

ejemplo de ello son los gestos faciales, algunos movimientos o incluso frases que aparecen

durante la situación didáctica o en momentos posteriores, como parte de conversaciones

cotidianas.

33

Es precisamente en esas circunstancias en las que la pericia del docente es un eje clave en la

producción de saber. Esto dado que es él quien puede, por un lado, identificar esos datos que van

emergiendo y, por otro, relacionarlos con su tema de interés en la investigación y con las

posibilidades de construcción de saber que, a partir de ellos, puedan generarse.

En esta medida, el docente es un agente reflexivo y activo, quien va más allá de su práctica

para preguntarse aspectos más generales sobre su campo de estudio y, así, aportar en su

construcción y complejización. Por ello, esta perspectiva de volver sobre la práctica, analizarla y

compartirla tiene un carácter crítico y propositivo (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

Además, evidencia la necesidad de considerarla desde su interior, comprendiendo todas las

implicaciones que subyacen su creación y desarrollo.

Sin embargo, no es suficiente con ser parte de las situaciones didácticas e implicarse en ellas.

Debe existir, además, un extrañamiento constante del quehacer cotidiano, el cual permita

distanciarse de la acción y, así, tomarla como objeto de análisis. Esto toma forma en el registro

de la práctica, el cual no se limita a la recolección y la descripción de lo sucedido, sino que

implica, también, procesos de organización, identificación y procesamiento que permitan

objetivar la acción para poder cuestionarla, comprenderla y teorizarla (Roa, Pérez, Villegas y

Vargas, 2015).

Entonces, este proceso va más allá de la descripción, tornándose interpretativo con miras a la

transformación. Ello dado que “se describen e interpretan las condiciones de ocurrencia de la

práctica, las voces existentes, las determinaciones políticas y académicas y las posturas

ideológicas y teóricas del docente” (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015, p. 12). Además,

implica la construcción de explicaciones multicausales que, más allá de presentar lo que se hace

en el aula, permitan interpretar y reconstruir la experiencia desde su esencia, es decir, desde la

postura misma de quien la diseña (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

Todo ello toma forma en el enfoque de la sistematización como investigación, en el cual se

articula

34

el análisis de la práctica -propia y/o ajena-, el ejercicio investigativo y la escritura como

distanciamiento de la experiencia, de producción de saber objetivado en textos que, a su vez,

pueden ser discutidos y analizados con otros docentes (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015, p. 8)

Así, la práctica, objeto de análisis y reflexión, se constituye como un espacio de construcción

de saber, propicio para la formación. Ello en el marco de una comunidad de argumentación, en la

cual el diálogo posibilite el análisis de las condiciones y las circunstancias del ejercicio y la

producción de la profesión. En esta medida, la sistematización de la práctica no se propone

únicamente como una estrategia para aprender a hacer, sino, sobre todo, para construir un hacer

reflexivo, en el cual es necesario un distanciamiento de la acción y una actitud permanente de

alerta hacia la academia (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

En relación con esto, la escritura es un proceso fundamental en el análisis y reflexión de la

práctica, pues pasar las ideas a un texto exige un distanciamiento del pensamiento y de la acción,

además de un alto nivel de conciencia y una pausa reflexiva ante las situaciones que se quieren

escribir. Adicionalmente, este paso a la escritura plantea el reto de la estructura de la lengua, en

la cual el pensamiento se re-ordena, en función de las exigencias que esta plantea (Pérez, 2017).

De esta forma, reconocer en la escritura la posibilidad de meta-reflexión y análisis, permite

considerar su incidencia en la transformación de la práctica. Así, los textos producidos a partir de

la lectura compleja de esta y de sus respectivos análisis son objeto de debate y deliberación con

miembros de la comunidad académica, pares y expertos, para, por medio de la crítica, avanzar en

la transformación del ejercicio docente. Por ello, el tono de los textos se orienta hacia el análisis,

la crítica y la interpretación, más que a la descripción o la exposición (Roa, Pérez, Villegas y

Vargas, 2015).

Es importante aclarar que la escritura de la práctica no se realiza con la intención de

replicarla, pues se reconoce que la transferencia de una experiencia a otro lugar de forma

mecánica es imposible. Por lo tanto, la sistematización de la práctica se toma como una

referencia para otros docentes, constituyéndose como una matriz de análisis y reflexión de la

propia experiencia. De esta manera, “Se podría decir que se busca que el lector se vea de manera

35

retrospectiva por medio de las categorías -ventanas- de análisis de la experiencia de otro” (Roa,

Pérez, Villegas y Vargas, 2015, p. 13).

Además, durante el proceso de escritura pueden surgir preguntas que van más allá de la

descripción de los eventos o las acciones registradas. Estos interrogantes, considerados como

efecto del proceso de textualización, llevan al docente a otro tipo de escritura, en la cual la

estructura de su texto no esté relacionada con el orden temporal de la situación, sino con esas

preguntas problematizadoras o ejes de reflexión que surgieron. Como consecuencia, la

organización del texto estará más ligada a una construcción lógica que permita elaborar

apartados analíticos, los cuales estarán cargados de una reflexión que se ha distanciado del relato

cronológico. De esta forma, el texto resultante será un escrito complejo que, por un lado, tenga

un tono más expositivo y crítico, y, por el otro, vincule los eventos, las descripciones, los

referentes teóricos y las reflexiones emergentes (Pérez, 2017).

Sin embargo, es importante distinguir las tres dimensiones principales en la escritura

planteadas por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015), las cuales constituyen el proceso de

sistematización y representan niveles distintos de reflexión. El primer tipo de escritura está

relacionado con el registro cuidadoso de lo que sucede, las reflexiones suscitadas en los diversos

momentos de la práctica y las fortalezas o debilidades de la acción. Este texto puede quedarse en

el registro personal del trabajo que se realizó o puede servir como insumo para un posterior

proceso de publicación.

En el segundo tipo de escritura esta cumple una función social y epistémica, ya que permite el

distanciamiento de la acción y, así, posibilita el análisis y aprendizaje a partir de esta. Por lo

tanto, implica la elección de aquellas acciones centrales que se consignaron en la primera

escritura (Pérez, 2017). Ello genera que se asuma una posición crítica sobre la práctica,

propiciando situaciones constantes de transformación (Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015).

El tercer tipo de escritura tiene como propósito dar a conocer la experiencia, por lo cual tiene

una dimensión pública o académica. En este caso, la escritura posibilita la discusión sobre la

práctica en comunidades o espacios que permitan el diálogo en torno a “(…) posturas,

36

perspectivas, metodologías, herramientas, conceptualizaciones y decisiones didácticas, entre

otros aspectos que atañen a los procesos de enseñar y de aprender” (Roa, Pérez, Villegas y

Vargas, 2015, p. 14). Su carácter público implica que este texto posea una estructura más

autónoma, ya que estará inmerso en el universo de los discursos académicos y, por ello, debe

depender menos de su autor (Pérez, 2017).

La estructuración de un texto, a lo largo de estos niveles, implica un proceso de sucesivas

transformaciones, a partir de las cuales las acciones pedagógicas se objetivan, re-conceptualizan

y ajustan. Esto genera que la escritura posibilite la identificación de claridades, omisiones y

confusiones, las cuales no solo se consignan en el texto, sino que, también, producen una

transformación en quien reflexiona sobre la práctica. Así, la práctica futura se ve influenciada

por el proceso de investigación sobre la acción actual (Pérez, 2017).

De esta forma, la escritura cumple una doble función en la sistematización de la práctica. Por

un lado, se torna epistémica al permitir construir una forma particular de aprender y pensar,

mediante el diálogo consigo mismo. Por otro, es social al posibilitar la puesta en común del

pensamiento propio para su discusión y reflexión con otros (Roa, Pérez, Villegas y Vargas,

2015). Así, la escritura representa el reto de plantear una idea comunicable que, en un primer

momento, lo sea para sí mismo y, luego, para otros, quienes puedan analizarla, interpretarla e

indagar sobre ella (Pérez, 2017).

Entonces, la escritura no solo es un medio de socialización de la práctica, sino que, también,

potencia los procesos de formación y transformación de los docentes, pues las prácticas

sistematizadas se convierten en modelos y ejes de reflexión y análisis. Así, “al someter a lectura

y examen de otros la escritura de una práctica, se pueden construir perspectivas diversas que

obligarán a aprender, a asumir una posición, a fundamentarla y defenderla conceptualmente”

(Roa, Pérez, Villegas y Vargas, 2015, p. 8).

Reconociendo todo ello, se evidencia que al pasar la práctica y la reflexión sobre ella al

lenguaje la formación de una actitud reflexiva se potencia. De esta forma, el ejercicio profesional

recobra la autonomía necesaria para su ejecución. Esta reflexividad se constituye como un

37

hábito, es decir, como una condición permanente y central en la labor profesional del docente,

realizándolo cada vez de forma más intencional y sistemática (Pérez, 2017).

Como consecuencia, la sistematización de la práctica constituye un eje clave en la formación

de docentes, pues posibilita el análisis y la reflexión de experiencias pedagógicas, propias o

ajenas, que los lleven a cuestionarse por los modos de llevar a cabo su práctica. Además, es la

oportunidad de construir saber desde la comprensión compleja del entorno educativo,

involucrando todos los aspectos que componen las acciones que allí se desarrollan.

5.4 Construcción del eje práctico desde la experiencia

La estructura utilizada para la planeación, la reflexión y la sistematización del eje práctico se

derivó de mi experiencia en el proceso de análisis de mi propia práctica para generar

conocimiento a partir de esta, en el cual me he formado desde el 2014 en el Grupo de

Investigación Pedagogías de la Lectura y la Escritura. Además, se relaciona con las múltiples

experiencias de aula de las cuales he acompañado su sistematización, pues bajo un enfoque

similar construyen el conocimiento que comparten. Un ejemplo del proceso de planeación

rigurosa, grabación de los diversos momentos de la sesión, análisis y reflexión de la mediación

docente, y escritura detallada, con base en la recopilación de los elementos anteriores, puede

evidenciarse en el trabajo realizado, con María Alejandra Bernal, en torno a la creación de un

documental13.

A partir de esta experiencia de planeación sistemática y rigurosa, para generar conocimiento

desde la propia práctica, en Boyacá, en el año 2017, continué desarrollando la misma estructura

de planeación y sistematización para realizar la documentación, la descripción y el análisis de

cada una de las sesiones. Ello dado que esta forma de sistematizar la práctica permite no solo dar

cuenta de las anticipaciones y lo que sucede durante cada sesión, sino que, también, posibilita la

reflexión posterior de la mediación, tanto cuando se diligencia el instrumento como cuando se

seleccionan los vídeos para ilustrar cada momento. De esta forma, el análisis que se produce, en

13 La sistematización puede consultarse en

http://docs.wixstatic.com/ugd/7f38aa_c9909300b29841248fe340f3a6d23ae7.pdf

38

forma de texto extenso, es el resultado de volver varias veces sobre la práctica en momentos

distintos.

Sin embargo, en el año 2017, las anticipaciones frente a posibles ejes de reflexión y diálogo

sobre la lectura se flexibilizaron, intencionalmente, en función de los intereses de los niños y de

sus propios temas clave para compartir, dialogar y profundizar. Así, se privilegió el rumbo que

ellos iban produciendo en cada sesión y no un esquema previamente preparado que respondiera

solo a los intereses de la docente.

Lo anterior considerando que el propósito principal de la construcción práctica era,

precisamente, permitir que los niños establecieran vínculos genuinos entre la literatura y su vida.

Además, debido a que, parte de la experiencia, era la indagación en torno a cómo se favorecía el

concepto de comunidad de lectura a partir del proceso de planeación. Es decir, si dicha

flexibilidad en los diálogos potenciaba su construcción. Por esta razón no se realizó una

planeación tan estricta sobre lo que debía suceder, aunque siempre se anticipaban posibles ejes

que permitieran tejer un diálogo en relación con el conocimiento del libro y de los niños.

De esta forma, conocer una perspectiva de sistematización como esta, en la que es posible

volver sobre cada sesión para reflexionar sobre la pertinencia de la mediación y los saberes

construidos con los niños, me permitió descubrir que la práctica es una fuente de conocimiento,

tanto para uno mismo como para otros docentes en ejercicio. Reconocer esto a nivel profesional

me permitió generar publicaciones, documentos de conocimiento y ponencias en diversos

espacios académicos14.

14 Algunos eventos en los que presenté ponencias en torno a la sistematización sobre la elaboración de un

documental son: Innova-TE 330 "investigando la innovación con TIC en educación"

(https://conectate.uniandes.edu.co/contenido/innova-te_330/doc/Innovate-330.pdf), XVIII Encuentro

Internacional Virtual Educa y VI Jornadas del Norte Argentino de Estudios Literarios y Lingüísticos

(http://jornadasdelnorte.blogspot.com.co).

39

En relación con esto, acompañar procesos de sistematización de otros docentes15,

intercambiando con ellos saberes que permitieran cualificar sus experiencias para convertirlas en

textos académicos que evidenciaran sus propuestas, logros y desafíos, me permitió, también,

acercarme a una perspectiva de investigación en la práctica. A partir de estas sistematizaciones

pude evidenciar las potencialidades de analizar las acciones propias que se generan en el aula y

compartirlas con otros, pues este análisis se convertía en la posibilidad de aportar a la

construcción de saber en la comunidad académica y, así, incidir en las prácticas de otros

docentes y en la formulación de políticas y programas educativos.

Adicionalmente, mi vinculación a la Red Pido La Palabra – Colectivo Flandes me permitió

reconocer la importancia de la conversación con otros docentes sobre las experiencias concretas

que se llevan a cabo en el aula. Esto planteaba, también, la necesidad de organizar cada sesión

realizada con los niños y crear en torno a ella cierto análisis, para que el diálogo con los pares

estuviera más cargado de reflexiones y críticas que aportaran en la cualificación de las

experiencias. En este espacio se presentaron y discutieron algunas observaciones y situaciones

que surgieron en medio de la experiencia de construcción de una comunidad de lectura en

Boyacá, en el año 2017.

De esta forma, la planeación y la reflexión sobre la práctica se convirtieron en elementos

fundamentales, no solo en la producción de conocimiento, sino, también, como estrategias

principales para formarme como docente y generar mejores prácticas educativas que permitieran

la consistencia entre un enfoque pedagógico y cada una de las actividades propuestas.

15 Asociación Red Pido la Palabra. (2015). Leer, escribir en el aula, experiencias en el departamento del

Tolima: ¡Formando maestros, por un Tolima lector! Bogotá: Editorial Kimpres

Rodríguez, S. P., Mendoza, R., Grijalba, L., Tamayo, S., Gutiérrez, M., Zuleta, E. Y Abaúnza, M.R.

(2015). Leer, escribir, hablar, enseñar: siete maestras sistematizan su práctica. Bogotá: Editorial

Kimpres

40

41

6. Consideraciones teóricas

6.1 Perspectiva de lenguaje

Leer, escribir y hablar son actividades que se desarrollan en medio de acciones cotidianas y se

relacionan con propósitos concretos dentro de un grupo social. En esta medida, permiten la

comunicación entre los miembros de un colectivo y el encuentro con otros, posibilitando la

relación de los sujetos con el mundo. Así, se constituyen como prácticas sociales cargadas de

sentido y significado. Además, están arraigadas a visiones particulares del mundo y representan

los complejos significados construidos que dan sentido a la identidad de un grupo social y, a la

vez, de una persona.

De esta forma, encierran las posibilidades de ser y actuar de las personas, ya que se

constituyen como medios a partir de los cuales crear, expresar y responder a ciertas ideologías,

creencias, saberes y relaciones de poder que se establecen en medio de su uso. Por lo tanto, estas

prácticas gno son neutrales, sino que están permeadas por todas las particularidades de un

contexto y responden a las construcciones específicas de este.

En esta medida, abordar la lectura, la escritura y la oralidad implica reconocer el medio en el

que se desarrollan, el cual no se restringe a lo local, sino que tiene que ver, también, con ámbitos

globales que determinan las micro dinámicas de las sociedades (Street, 2008). Así, los procesos

de alfabetización van más allá de técnicas concretas, pues estas prácticas se constituyen en

formas de lograr ciertos objetivos sociales y culturales, no como fines en sí mismos (Zavala,

2008). Además, se relacionan con el acceso a las múltiples esferas de los grupos sociales y con la

forma en la que estos se estructuran.

De esta modo, el lenguaje determina lo que el sujeto es, su relación con el entorno y con los

otros. También, constituye los diversos grupos que tienen lugar en una sociedad y delimita

ciertos niveles de jerarquía en relación con el manejo que se tenga de este. Es decir que esas

maneras de usar el lenguaje definen ciertos roles sociales, pues se privilegian y reconocen solo

algunas de ellas. Por lo anterior, el proceso de aprendizaje del lenguaje se trata, más que del

dominio de ciertas habilidades para utilizar la cultura escrita, de discutir, construir y criticar los

42

usos y los significados que se producen por medio del lenguaje, accediendo y comprendiendo la

manera en que las formas y las palabras pueden usarse en el mundo (Street, 2008).

Por lo anterior, los procesos de enseñanza y aprendizaje del lenguaje deben involucrar los

contextos culturales, sociales, históricos, políticos y económicos en medio de los cuales tienen

lugar la lectura, la escritura y la oralidad. Esto dado que se debe reconocer que se trata del

afianzamiento de nuevas prácticas comunicativas que entran en diálogo con aquellas que tenían

lugar en las dinámicas sociales cotidianas de los sujetos. Por lo tanto, los procesos de

alfabetización deben considerar, en primera medida, el uso que hacen los miembros de un

colectivo del lenguaje, sus concepciones y la manera en la que se apropian de este (Street, 2008).

En esta medida, es importante reconocer que el lenguaje está determinado por los contextos

en los cuales se usa, definiendo, a su vez, las formas de actuar en situaciones o espacios

concretos. Esta adecuación de las prácticas de lenguaje tiene que ver con la existencia de un

discurso dominante y hegemónico, el cual plantea ciertas formas aceptadas y reconocidas de

hablar, leer y escribir. Responder a estas demandas implica, además, pensar, valorar, conocer y

relacionarse, tanto con el mundo como con los otros, de forma particular (Zavala, 2008; Zavala,

2009).

Así, los procesos de alfabetización no solo permiten la apropiación de un código particular,

sino que, también, influencian la constitución de una persona en medio de un contexto

específico. Es decir, su identidad, su cultura, sus saberes, sus creencias y sus concepciones se ven

influidas por la posibilidad de acceder a las diversas formas de usar el lenguaje. Además, las

oportunidades de un sujeto para desenvolverse acertada y exitosamente en múltiples espacios

están determinadas por la capacidad de este para adaptarse a esos discursos hegemónicos y

dominantes (Zavala, 2009).

Entonces, es importante considerar que cada una de las formas de uso del lenguaje posee

características particulares, de las cuales los sujetos deben apropiarse para desenvolverse

acertadamente en ellas (Pérez y Roa, 2010). Así, no basta con saber usar el lenguaje, sino que es

necesario, también, conocer y reflexionar sobre las múltiples situaciones en las que se usa, para

43

reconocer sus cambios y adecuarse a ellos. Además, el conocimiento de esas variaciones no es

suficiente, pues, considerar todas las implicaciones detrás de cada una, conlleva tener la

posibilidad de verse inmerso en ellas, asumir un rol activo en su construcción y, a la vez, tomar

distancia de esas formas dominantes para explorarlas, utilizarlas y desafiarlas (Zavala, 2009).

Por lo tanto, no basta con reconocer la existencia de estas múltiples formas de usar el

lenguaje, sino que, a partir de esto, se plantea la necesidad de crear una conciencia crítica frente a

ello, visibilizando las formas menos reconocidas de utilizarlo y dialogando con las posturas

dominantes. Ello implica considerar que esos múltiples usos requieren de un reconocimiento

particular, pues algunos pueden ser invisibilizados por los discursos preponderantes (Street,

2009; Zavala, 2009). Como consecuencia, ciertas comunidades pueden catalogarse como

“analfabetas”, al desconocer cómo emplean el lenguaje en su cotidianidad.

En esta medida, se evidencia que el lenguaje no implica únicamente los elementos cognitivos

y mecánicos que se requieren para su uso, sino que se relaciona con las interacciones intra e inter

personales de los sujetos, su identidad, sus formas de conocer y su cultura (Street, 2008, Zavala,

2008; Zavala, 2009). También, es importante considerar lo que las personas hacen con el

lenguaje, cómo lo utilizan en su cotidianidad y cómo lo apropian para sí, pues estas dinámicas

determinan el significado que construyen en torno a este y el impacto que genera en ellos su

aprendizaje.

Considerando lo anterior, se debe reconocer que, desde los procesos de enseñanza y

aprendizaje, es imperativo entender las múltiples estrategias de significación que usan los sujetos

para representar su realidad y, en relación con ellas, permitir el acceso a los diversos usos del

lenguaje (Street, 2008). De esta forma, los procesos educativos deberían crear las condiciones

para permitir que los estudiantes accedan críticamente a los múltiples escenarios y situaciones de

uso del lenguaje. A partir de este acercamiento, deberían brindarse las oportunidades para que las

personas vivan las diversas prácticas, en relación con propósitos reales de uso, llenando de

sentido su aprendizaje. Así, se crearían encuentros propicios que permitieran, además de

apropiarse del lenguaje, cuestionarlo en relación con las dinámicas de poder de la sociedad.

44

Por lo anterior, es fundamental reconocer que en la vida cotidiana existen múltiples

actividades que involucran los procesos del lenguaje y pueden convertirse en eventos potenciales

para el desarrollo de la alfabetización, pero la enseñanza y el aprendizaje de la lectura, la

escritura y la oralidad no puede limitarse a ello. En estos procesos se debe crear el puente entre

las acciones sociales en las que está presente el lenguaje y las formas de producción de este en

niveles mucho más globales. Esto implica, además, el reconocimiento de todas las cuestiones

que, como se ha mencionado, están inmersas en este, de forma directa o indirecta.

De esta manera, la enseñanza del lenguaje debe partir del reconocimiento de la multiplicidad

de usos y propósitos a partir de los cuales las personas se acercan al lenguaje. Además, debe

considerar que esos acercamientos y apropiaciones no son neutrales, sino que responden a

maneras particulares de conocer, relacionarse y ser. En esta medida, el reto principal al que se

enfrentan los procesos de alfabetización es la identificación del uso del lenguaje que hacen las

personas desde las prácticas propias, cómo este refleja sus patrones culturales y, además, cómo

las personas se apropian de ciertas prácticas comunicativas en relación con los recursos y las

relaciones de poder inmersas en estas (Street, 2008; Zavala, 2009). Esto dado que los

aprendizajes en torno a lo que se lee, escribe o habla se incorporan a las prácticas cotidianas de

los sujetos, no al revés (Zavala, 2008).

Por ello, es importante considerar que a los procesos de enseñanza y aprendizaje del lenguaje

las personas llegan con una serie de conocimientos y usos que han construido en medio de las

relaciones sociales que se llevan a cabo en su contexto inmediato (Pérez y Roa, 2010). Estos

saberes se constituyen, además, en preguntas e hipótesis sobre el funcionamiento del lenguaje, a

partir de los cuales pueden crear significados particulares que les permiten apropiarse de las

diversas prácticas del lenguaje.

En esta medida, aprender a leer, escribir o hablar implica reconocer esos saberes y ponerlos en

diálogo con las prácticas preponderantes de la escuela. Esto, por un lado, para potenciar las

comprensiones de todas las personas inmersas en el proceso de aprendizaje y enseñanza,

otorgando a cada una las mismas posibilidades que a las demás de apropiarse del lenguaje, en

relación con sus propias construcciones. Es decir que “con independencia de la diversidad de

45

esas trayectorias, todos se vean retados de manera diferenciada, no homogénea” (Pérez y Roa,

2010, p. 24). Por otro lado, para acercar a las personas a esos discursos dominantes que circulan

en los diversos medios sociales, posibilitando, así, su construcción como sujetos activos y

participativos en la construcción social.

De esta forma, se pretende que, a partir de los procesos de alfabetización, las personas no solo

se apropien del lenguaje, sino que, también, se conviertan en sujetos críticos y reflexivos que

construyan significados y sentidos por medio de su uso. Es decir que, desde esta perspectiva, se

busca formar lectores, escritores y hablantes capaces de representar su mundo por medio del

lenguaje y, a su vez, de relacionarlo con los procesos de construcción de sí mismo, reconociendo

toda la carga ideológica, emocional y de poder que este implica.

Por lo anterior, reconocer la carga cultural y social del lenguaje conlleva a considerar,

entonces, que su aprendizaje debe estar relacionado con los discursos y las prácticas complejas

que lo conforman. En esta medida, se trata de aprender aquellos comportamientos, creencias y

significados que acompañan los textos producidos por las personas. Así, se ingresa a las prácticas

sociales y discursivas, situadas en los contextos culturales en los que se utiliza el lenguaje, en

lugar de acceder fragmentos descontextualizados a partir de los cuales mecanizar habilidades

para su uso (Pérez y Roa, 2010).

Así, los procesos de enseñanza y aprendizaje de la oralidad, la escritura y la lectura implican

la creación de significados entre los sujetos y el mundo, por medio del lenguaje como eje

constitutivo del ser humano. Por ello, es imperativo reconocer que estas prácticas no son neutras,

sino que se desarrollan en medio de contextos y acciones complejas, las cuales propician el

acercamiento a ciertos usos del lenguaje y, a su vez, restringen otros.

En esta medida, es fundamental considerar que los procesos de alfabetización se convierten en

las ocasiones propicias para poner en cuestión esos múltiples usos del lenguaje y posibilitar, así,

tanto su apropiación como su reflexión. De esta manera, los sujetos tendrán la posibilidad de

convertirse en agentes críticos, capaces de desarrollarse en múltiples entornos y, además, de

tomar distancia de los usos que hacen del lenguaje, para reconocer cómo los aspectos culturales,

46

ideológicos y de poder que lo permean han influido en sus constitución como sujetos. Así, no

solo se aprende a utilizar el lenguaje, también, se posibilita la construcción social y personal a

partir de su uso.

Es a partir de este tipo de acercamientos que las personas tienen la posibilidad de ingresar al

tejido de los múltiples discursos sociales, adaptándose a ellos sin perder la esencia de sus

prácticas a causa de adherencias superficiales a los mismos. Comprender que el lenguaje no se

restringe al dominio de ciertas habilidades o técnicas que permitan su uso, sino que involucra,

también, elementos esenciales para la construcción personal y social permite entender todas las

implicaciones que los procesos de alfabetización conllevan. De esta forma, las voces particulares

de cada comunidad y de cada sujeto ingresan a la melodía de los discursos preponderantes y,

juntos, conforman ese gran bagaje cultural que crea sentidos, representaciones y significados

para comprender y construir el mundo, físico y cultural de los sujetos.

47

6.2 Comunidad: refugio, anhelo y unión, desde Álvaro (2010), Esposito (2009),

Liceaga (2013) y Torres (s.f)

El concepto de comunidad suele asociarse a formas de vida antiguas, tradicionales y/o rurales,

en las cuales hay ciertos lazos, vínculos y hábitos compartidos, asociados con territorios, bienes,

trabajos, etc. (Liceaga, 2013). Considerándola como un agrupamiento de mentes y de corazones

(Esposito, 2009), se le atribuyen ciertas formas de vida que llevan a los sujetos inmersos en ella a

configurarse de manera particular, compartiendo ciertas características propias y, a la vez,

construyendo formas de ser y habitar el mundo específicas, de acuerdo a las dinámicas, normas y

creencias elaboradas en su interior.

A partir de lo anterior, la comunidad se entiende como una forma particular de estar con otros,

apropiándose de ciertas dinámicas, actitudes y tradiciones que le permiten al sujeto configurarse

individual y socialmente. Ello implica la creación de lazos, vínculos y espacios, tanto físicos

como afectivos, dentro de los cuales interactuar y constituirse. Por otra parte, es entendida como

un espacio de acogida del cual se necesita un constante ir y venir para garantizar que la

individualidad del sujeto no sea absorbida (Esposito, 2009), pues son tantos los aspectos que se

comparten que la singularidad de cada miembro puede verse diluida. Sin embargo, es importante

tener la certeza de poder volver y re-configurarse mediante los lazos de pertenencia creados.

Un aspecto fundamental de la comunidad es que no se puede escapar a ella, pues en los seres

humanos existe la necesidad de asociarse y, por ello, siempre se generan diversas estrategias para

alcanzar este fin (Esposito, 2009). Desde los orígenes, ha existido en la humanidad como un

elemento necesario, considerándola el retorno al inicio o una búsqueda constante de la condición

originaria, aquella que se estableció desde el principio y en la cual prevalecía el estado de lo

común y el cuidado, tanto de los sujetos como de los elementos materiales y territoriales. En

palabras de Fistetti (2004, p. 137 citado en Álvaro, 2010, p. 10), hay una “necesidad de

comunidad” en los sujetos, por lo que generar dinámicas para estar con otros es un acto

constitutivo de la naturaleza humana.

Adicionalmente, debido a que la comunidad suele entenderse como un espacio de refugio en

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el que se está a salvo (Torres, s.f), se acude a ella cuando la convivencia humana se ve afectada,

“(...) ya sea para añorarla como algo que se fue o para desearla como algo que viene, como una

promesa que se hará realidad en el futuro” (Torres, s.f, p. 2). Es decir, no solo la necesidad de

asociarse con otros seres lleva al ser humano a construir comunidad, sino también la añoranza de

seguridad y de acogida, pues socializar no es un fin del ser humano sino su origen mismo

(Arendt citado en Esposito, 2009).

Sin embargo, la creación de comunidad es una posibilidad, no un elemento inherente de la

humanidad, pues no todas las formas de asociación humana son representadas por este concepto,

ya que posee características muy específicas que la convierten en una forma de agrupamiento

muy concreta y particular. Por lo cual, además, no debe trasponerse a una comunidad política

(Esposito, 2009). En palabras de Liceaga (2013), este concepto representa, específicamente en el

ámbito latinoamericano,

(…) formas de agrupamiento humano que, aun con enormes diferencias entre sí (…) se

encuentran alrededor de ciertos puntos coincidentes, entre los que sobresalen la utilización

común de la tierra y/o el agua, instancias de trabajo compartido en algunos momentos del año

o en ciertas situaciones vitales y la pertenencia a un mismo grupo lingüístico” (p. 66 - 67).

Considerando lo anterior, Tönnies (1947 citado en Liceaga, 2013) retoma 3 rasgos distintivos

que caracterizan la comunidad, estos son: la unidad, la espacialidad y la materialidad de los

vínculos entre las personas y con la tierra.

El primero, la unidad, hace referencia a la relación entre los sujetos y entre los bienes. Por un

lado, existen lazos que generan que sus miembros permanezcan unidos a pesar de todas las

separaciones (Liceaga, 2013). Por otro, los bienes se comparten a tal medida que el beneficio de

uno se identifica con el común. En este sentido, compartir y unión se convierten en la esencia de

la comunidad, pues las relaciones que se dan en su interior son de carácter recíproco y siempre

tienden, o apuntan, a la cohesión.

El segundo, la espacialidad, en palabras de Tönnies (1947 citado en Liceaga, 2013),

“representa el enlace no sólo de las generaciones que viven y actúan al mismo tiempo sino

también entre las distintas épocas” (p. 61). Lo cual significa, por un lado, que hay ciertos límites

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espaciales que se comparten y que delimitan el actuar de los miembros de la comunidad y, por

otro, que las prácticas y las características de esta perduran en el tiempo, pasando de generación

en generación.

El tercero, la materialidad de los vínculos entre las personas y con la tierra, se refiere a la

relación física y simbólica entre los sujetos mismos y, también, con el territorio en el que se

asientan. Esta última se establece a partir del trabajo en los terrenos, pues garantiza la producción

de ciertos bienes que permiten la satisfacción de necesidades básicas y, a su vez, ciertas formas

de relaciones sociales particulares derivadas de este. Para Liceaga (2013),

el terruño es limitado porque contiene el trabajo de las generaciones anteriores, “encierra

en sí la fuerza viva para ello invertida, y como si dijéramos la sangre y el sudor de los pasados,

exigiendo la gratitud piadosa de los que gozan de ella”. De este modo, el suelo cultivado

sustenta las tiendas y las casas y une además a las distintas generaciones (…). (p. 61).

Entonces, el territorio es fundamental en la comunidad, puesto que es el lugar de encuentro y

de formación. Sin embargo, el nivel de apropiación y de significado que se le otorgue varía, de

acuerdo a la posibilidad de intervenir en su construcción y adaptación.

A partir de estos rasgos distintivos es posible crear ciertas características en torno a la

construcción y asentamiento de la comunidad, a partir de una agrupación de citas tomadas de los

textos de Álvaro (2010), Esposito (2009), Liceaga (2013) y Torres (s.f). A continuación se

desarrollarán a profundidad.

Comunidad como refugio-hogar y lugar de acogida

Un elemento inherente a la comunidad es la confianza que existe entre los sujetos

pertenecientes a ella, pues todos son conocidos y, sin importar la maldad existente, siempre es

posible contar con una buena voluntad mutua en su interior (Torres, s.f). Ello permite que se

experimente una sensación de seguridad, refugio y acogida, pues allí no hay presencia de

extraños ni de malas intenciones, a pesar de las dificultades económicas, políticas o sociales.

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Adicionalmente, las características comunes que comparten los miembros de la comunidad,

incluido el conocimiento de su finitud mortal y de sus carencias como especie, generan ciertas

relaciones que propician un tipo de unión particular (Esposito, 2009). También se producen

dinámicas propias que van más allá de los objetos materiales, los cuales pasan a un segundo

plano. De esta forma, el centro de la vida en comunidad se encuentra en las relaciones de

cuerpos, mediadas por las palabras y los actos (Liceaga, 2013), que dan lugar a vivencias

simbólicas, que representan formas de asociarse, trabajar y convivir en espacios de calidez

humana y acogida.

Esta forma de estar con el otro desencadena un tipo particular de relación, la cual se piensa en

la lógica del cuidado mutuo (Esposito, 2009). Precisamente este tipo de nexo es la base de la

comunidad, pues se fundamenta en el cuidado, tanto singular entre los sujetos como colectivo y

plural para cuidar a la comunidad misma. Es decir, que existe una relación recíproca en la que no

podría existir lo uno sin lo otro, pues “La comunidad está determinada por este cuidado, así

como éste por aquélla” (Esposito, 2009, p. 43). Por lo anterior, el trabajo de la comunidad

consiste en proteger el cuidado, en lugar de librarse de él, pues es lo único que la hace posible.

Como consecuencia, aquel que se opone o está fuera de la vida en común es percibido como un

enfermo o un anormal y, por lo tanto, como un ser melancólico (Esposito, 2009).

Creación de vínculos y lazos

Al compartir ciertas prácticas y generar dinámicas similares, en la comunidad se crean lazos

en los que la afectividad de los sujetos se ve involucrada, pues se crean relaciones en las que se

comparten actos y formas de comunicación que los vinculan. De esta forma, comienza a ser

entendida como un todo único o un esquema de vida particular, en el que “(…) las relaciones

entre sus miembros pueden desarrollarse con mayor intensidad y compromiso afectivo”

(Jaramillo, 1987, p. 53 citado en Torres, s.f, p. 2)

Desde esta perspectiva, lo común es concebido como el fundamento del vínculo (Torres, s.f.),

por lo que su búsqueda y la unión son las expresiones máximas de la comunidad. Así, “El estar-

en es un co-estar con los otros” (Esposito, 2009, p. 43). Por ello es percibida como un tipo de

relaciones interindividuales ideal y se liga con la calidez, la estabilidad y la proximidad física en

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estas (Liceaga, 2013). Lo cual lleva, también, a asociarla con el origen del matriarcado,

considerando las relaciones madre e hijo como el inicio más duradero y fuerte de esta (Tönnies,

1947 citado en Álvaro, 2010).

A su vez, es entendida como un espacio de solidaridad, caracterizado por grados poco

estructurados de la división del trabajo social y una fuerte y definida conciencia colectiva,

entendida como el conjunto de sentimientos y creencias comunes de los miembros de un mismo

grupo social (Liceaga, 2013). Entonces, la comunidad exige un alto grado de semejanza entre sus

miembros y un sometimiento general a la voluntad común.

En relación con esto, Esposito (2009) plantea que los vínculos dentro de la comunidad se

establecen dentro de una relación de deber, una ley o un don, en el sentido de hacer o verse

obligado a. Es decir que los miembros de una comunidad, además de verse inmersos en una

constante tarea, están vinculados a una ley común, cuya exigencia no es otra que la comunidad

misma. Lo anterior “(…) dado que desde siempre existimos en común. Hay que entender, pues,

la ley de la comunidad como la exigencia, hacia la que nos sentimos obligados, de no perder esta

condición originaria” (Esposito, 2009, p. 26).

Esta ley es un correctivo frente a cualquier intento de tentación autoritaria contra el sujeto,

pues todo precepto impuesto por la comunidad general es emitido, en última instancia, por él

mismo (Esposito, 2009). De esta forma, “La ley, en suma, proviene de un algo-otro que, sin

embargo, es parte de nosotros. Que nos constituye <sujetos> pero sólo para la ley misma”

(Esposito, 2009, p. 40).

Así, la comunidad se convierte en una forma de vincular a los sujetos que los convierte en

seres más allá de lo individual y lo colectivo. Es una nada que corta todo sujeto y lo precede,

sustrayendo la identidad de sí mismo, ligándolo a una irreductible alteridad (Esposito, 2009).

Ello genera que lo público, lo estatal y lo privado, en términos de la modernidad, sea

reelaborado. El Estado es deslegitimado como principal representante de los intereses y los

bienes comunes y los límites territoriales construidos como nación quedan relegados a un

segundo plano. Las bases de la participación y la legitimidad política quedan reservadas para los

entornos, sociales y físicos, en los que los modos de vida y las creencias sobre el bienestar

común son compartidas (Liceaga, 2013).

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Comunidad como constructora de identidad colectiva e individual

Estos aspectos comunes derivan ciertos modos de relacionarse, actuar y estar juntos (Torres,

s.f), en los cuales se crean ciertos valores y procedimientos que tienen un rol fundamental en la

construcción de la individualidad de cada sujeto. De esta forma, lo comunitario se convierte en

un referente principal en la identidad y en las reivindicaciones de las personas.

Debido a la influencia que ejerce la comunidad en la constitución de cada sujeto, se reconoce

que el otro tiene que ver con el yo, pues lo transforma hasta el punto de ser el otro en la misma

medida que es él mismo (Esposito, 2009). Así, se comprende que el verdadero yo no está

solamente en el sujeto particular, sino que está influenciado por todas las relaciones, los

elementos en común y las comunicaciones entabladas con aquellos que comparte.

De este modo, la comunidad, los otros y el individuo están estrechamente unidos, de forma tal

que la comunidad y el sujeto no pueden salir de sí mismos, pues “No sabemos comprender al

otro sin absorberlo e incorporarlo, sin hacerlo parte de nosotros” (Esposito, 2009, p. 31). Es así

como el ser se pierde a sí mismo, en cuanto a la posibilidad de poder ser, y cae en el mundo. Lo

cual, sin embargo, es el inicio del ser en comunidad (Esposito, 2009).

La comunidad como una asociación utópica e irrealizable

A pesar de la constante necesidad humana de relacionarse con otros y de crear formas de

agruparse, la comunidad es una asociación irrealizable, dado que la natural insociabilidad del ser

humano no permite que se realice del todo (Esposito, 2009). Los seres humanos están separados

inevitablemente debido a las diferencias particulares e intereses materiales, los cuales son

insuperables porque son constitutivos de su naturaleza humana (Esposito, 2009).

Es por ello que la comunidad se concibe, según Esposito (2009), como algo necesario e

imposible en la misma medida, pues representa una diferencia y una lejanía en la ruptura de la

propia subjetividad. Es así como la comunidad se da siempre en un modo defectuoso,

característica que, además, es la razón principal de su existencia, pues precisamente aquello que

constituye las relaciones y el ser en común es ese defecto, su carácter inalcanzable (Esposito,

2009).

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Al reconocer esta incapacidad de alcanzarla completamente, es considerada como una

añoranza, a pesar de explorar experiencias concretas de su existencia, pues es un concepto

utópico que representa un refugio en el que se puede hallar la unidad, la solidaridad y la

reciprocidad que se diluyen en medio de la globalización (Liceaga, 2013; Torres, s.f,). De esta

forma,

La comunidad puede entenderse así como una imagen utópica que refleja como un espejo

invertido aquello que está siendo negado por la expansión de las relaciones de mercado, sobre la

base de formas de sociabilidad realmente existentes en el pasado o en los márgenes de la sociedad

burguesa (Liceaga, 2013, p. 81).

De esta forma, el concepto de comunidad reaparece en situaciones de crisis propias de la

consolidación de la sociedad burguesa y de sus formas de racionalidad (Liceaga, 2013).

Haciéndose presente como una lucha constante entre el futuro y la tradición, remitiendo “(…) a

lo que fue, a lo que es y a lo que podría ser” (Liceaga, 2013, p. 80).

Por otra parte, la ley impuesta para la comunidad representa, también, una dualidad, pues es

imposible eludirla y, a la vez, es irrealizable. Esto dado que no prescribe nada más que su propio

carácter de deber, en la medida en que la voluntad humana permita un principio de legislación y

constitución de la comunidad, pero no decreta qué se debe hacer (Esposito, 2009). Considerando

esto, Esposito (2009) plantea que “La ley prescribe aquello que prohíbe y prohíbe aquello que

prescribe” (Esposito, 2009, p. 34).

Adicionalmente, este autor plantea que no es posible cumplir la ley debido a que no nace de

los sujetos mismos, no es una auto legislación. Por el contrario, la ley proviene de su exterior y

conduce afuera de este. Sin embargo, atrapa al sujeto y descompone su subjetividad, lo endeuda

infinitamente. Así, la ley, en cierto modo, destituye al sujeto al que se dirige, aunque no

excluyéndolo, sino incluyendo su propia exterioridad, sustrayendo su autoconciencia. De esta

forma la ley proviene de otro, aunque es parte del sujeto, lo constituye como tal solo para sí

misma (Esposito, 2009).

No obstante, justamente en esa imposibilidad de cumplimiento, debido a lo no dicho, reside la

fuerza de la ley, ya que goza de soberanía absoluta y, a la vez, es lo incumplible mismo. Esto

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dado a que abre una característica del ser en común: la imposibilidad de construir la comunidad,

lo cual representa su finitud, su inevitable ser en el tiempo (Esposito, 2009).

La imposibilidad de construir la comunidad reside en que ha estado creada desde siempre, con

base en el defecto, considerado como su carácter originario, que une a los seres humanos.

Además, está hecha de nada, es decir, de algo inapropiable por no ser propio de los sujetos,

característica fundamental de lo común (Esposito, 2009).

Comunidad vs. Sociedad

Autores como Álvaro (2010), Torres (s.f) y Tönnies (1947 citado en Álvaro, 2010) plantean

una ruptura entre el concepto de comunidad y el de sociedad, considerando que ambos

representan polos distintos de asociación humana, representando diversas formas de estar juntos

y de estructurar las realidades sociales de los sujetos (Álvaro, 2010). Desde la perspectiva de

estos autores, la diferencia principal radica en que la unidad que existe en la comunidad no puede

ser obtenida en la sociedad, pues en esta los sujetos “(…) permanecen separados a pesar de todas

las uniones” (Tönnies, 1947, p. 65 citado en Álvaro, 2010, pp. 20).

La sociedad confirma las ansias del ser humano por reunirse con otros, por compartir, pero no

logra proporcionar la unidad, la certeza y el refugio que se busca a partir de su creación como

representación de la comunidad (Torres, s.f). Esta nueva forma de agrupación no aloja o contiene

a los sujetos, pues su carácter abstracto e impersonal la convierte en una totalidad social (Torres,

s.f), la cual elimina la unión y el compartir propios de la comunidad.

Adicionalmente, la comunidad es concebida como la auténtica y duradera vida en común, a

diferencia de la sociedad que es percibida como aparente y pasajera, por lo que a la primera se le

reserva el privilegio de la verdad, de la autenticidad, en torno a la vida en común de los seres

(Álvaro, 2010). Por ello, en palabras de Tönnies (1947, p. 21 citado en Álvaro, 2010, p. 16),

“(…) la comunidad misma deba ser entendida a modo de organismo vivo, y la sociedad como

agregado y artefacto mecánico”.

En esta línea, Álvaro (2010) plantea que la comunidad no solo precede a la sociedad en la

historia, sino que representa la vida en común primaria en la existencia de cualquier sujeto,

convirtiéndose en el inicio de su actividad social. Así, la comunidad es entendida como una

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forma de ser en común conforme a la naturaleza, por lo que cualquier separación es considerada

un distanciamiento de la unidad original.

De esta forma, la sociedad se convierte en un mal reemplazo de la comunidad, pues al intentar

revelarla solo logra alejarse de ella, desviándose de las formas históricas, naturales y originales

de vida en común (Tönnies, 1947, p. 65 citado en Álvaro, 2010). Esto debido a que

La comunidad es por naturaleza, y como la naturaleza, insustituible. (…) la sociedad está

condenada a ser un sustituto de lo insustituible y, en consecuencia, un mal sustituto. (…) la sociedad

es una copia cuyo modelo ideal es la comunidad, la comunidad modelo (Álvaro, 2010, pp. 21).

Los vacíos existentes en la sociedad son entendidos por Torres (s.f) como un

empobrecimiento y una orfandad social generalizados, lo que desencadena un incremento en los

episodios de violencia y los conflictos sociales, como consecuencia de la desarticulación del

tejido social y la consolidación de valores sociales tendientes al capitalismo y a la acumulación

material y egoísta de posesiones. Así, actitudes y valores como la competencia, el conformismo,

la indiferencia, la desconfianza y el miedo generalizado priman y favorecen el estatus quo.

Debido a lo anterior, la comunidad se ha convertido en un referente mediante el que se acude

a la defensa de los vínculos, valores, horizontes éticos y políticos, y modos de vida vulnerados

por su opción alternativa al capitalismo y a las formas de asociación propias de la modernidad

(Liceaga, 2013; Torres, s.f). Adicionalmente, se considera que la vida auténtica, aquella que

tiene lugar en una totalidad orgánica, solo puede tener lugar en la comunidad (Álvaro, 2010).

Esto ha generado que

A menudo muchas experiencias organizativas populares y movimientos sociales se

autodenominan como ―comunitarios‖, en oposición y resistencia a otras formas de acción,

asociación e intervención subordinadas a la lógica estatal o de la economía de mercado, o

elaboran ideologías y utopías comunales o comunitarias (Torres, s.f, p. 3).

Como resultado, el concepto comunidad suele asociarse a formas de vida que se pretenden

conservar o lo que podría ser, en relación con procesos alternativos de modernización,

considerando que allí se ponen en juego diversas tendencias políticas y culturales asociadas a

ideologías particulares, cuyos proyectos y significados son cambiantes y se asocian a memorias

56

históricas definidas (Liceaga, 2013). Además, suele asociarse con “(…) el rechazo a los procesos

de modernización, liberalización y mercantilización de bienes sociales o naturales” (Liceaga,

2013, p. 82).

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6.3 Diálogo

6.3.1 Transformar la realidad por medio del diálogo, concientización del mundo y

construcción común desde la perspectiva de Freire (1968/2016)

Los procesos de enseñanza y aprendizaje implican un cuestionamiento del mundo que lleve a

los sujetos a analizar sus prácticas cotidianas y a reflexionar sobre aquellos aspectos que los

constituyen, tanto individual como socialmente. Esto requiere de la elaboración de una postura

crítica frente a su realidad, para que, a partir de esta, se generen acciones que permitan que los

individuos sean cada vez más libres y autónomos en la construcción de su propia vida.

Considerando esto, la alfabetización, desde la perspectiva de Paulo Freire (1968/2016), abarca

procesos más complejos que tienen como fin la reflexión, la comprensión y la acción crítica en

torno a las dinámicas sociales propias de un colectivo. De esta manera, se plantea que sus

miembros sean los dueños de sus acciones, a partir de una conciencia total del papel que

desempeñan en la sociedad y con los otros. Así, lo que se pretende es dar voz a lo sujetos para

que puedan ser los autores y los narradores de su propia vida y, de esta forma, se historicen, a la

vez que comprenden que los acontecimientos que enfrentan no son causa de un devenir del

destino, sino que son creados y modificados por ellos mismos (Freire, 1968/2016).

Lo anterior genera que la realidad simbólica de cada sujeto sea entendida como un proceso y

no como algo estático. Además, no se dicotomiza al hombre y al mundo, sino que, por el

contrario, se entienden como dos unidades complementarias e interrelacionadas que se

construyen y se transforman en la misma medida (Freire, 1968/2016). De este modo, la realidad

objetiva y el sujeto, lo cognoscitivo, lo activo y lo afectivo no son elementos separados y

contradictorios, sino que son parte integrante de una totalidad que conforma el medio social de

un individuo (Freire, 1968/2016).

Esta comprensión del mundo se construye en la medida en la que se reconocen las múltiples

formas de ser y existir. A la vez, parte de la identificación de las diversas posturas existentes y de

la reflexión acerca de cómo cada una hace parte de una compleja red que configura el entorno en

el que se desenvuelve el sujeto.

58

Por lo tanto, estas nuevas formas de acercarse a la realidad solo pueden llevarse a cabo a

partir de una relación particular entre individuos, la cual debe estar mediada por la

intersubjetividad presente en encuentros dialógicos que permitan que los sujetos se afecten por

las comprensiones de los otros. Así, se crea una transformación común que los lleva a un

conocimiento más completo y complejo de su propia realidad.

De esta forma, analizar con otros el mundo que se presenta genera una comprensión diferente

de las experiencias vividas y, en esta medida, es posible modificar ese mundo que los sujeta y del

cual son sujetos. Por medio de las palabras utilizadas para designarlo este se transforma, pues

adquiere nuevas perspectivas y, también, nuevos significados. Todo ello debido a que las

palabras no están desligadas de la forma de vida de los sujetos. Por el contrario, su lenguaje

constituye su pensamiento y la forma en que lo organizan. En palabras de Fiori (2016) “Con la

palabra el hombre se hace hombre” (p. 14).

Así, las formas de expresión y las palabras se convierten en un encuentro de conciencias que

se transfigura en un lugar de reencuentro y de reconocimiento de sí mismo. Ello dado que es en

la reunión con los otros como el hombre se humaniza, pues “el hombre sólo se expresa de

manera conveniente cuando colabora con todos en la construcción del mundo común; sólo se

humaniza en el proceso dialógico de la humanización del mundo” (Fiori, 2016. P. 22).

A partir de ello el sujeto puede iniciar la construcción de su propio yo, el cual no es un

aislamiento o una abstracción de lo que otros han aportado, sino que es la apropiación de los

nuevos significados construidos, para juzgar, decir y escribir su mundo y su experiencia

particular. Sin embargo, no es un solo individuo el que se transforma de manera aislada y

silenciosa, ya que solo a partir de la relación con otros, de su comunicación y de su

adentramiento en el mundo el hombre construye su conciencia y se abre ante la reflexión de este

(Freire, 1968/2016).

Lo anterior implica la reconstrucción del lenguaje y la resignificación de las palabras, las

cuales dejan de ser conceptos estáticos y aislados, y se convierten en productoras de realidad y

de sentido, constructoras de subjetividad y de colectividad. Esto en la medida en la que expresan

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significados comunes y relacionan la experiencia propia con la de otros, permitiendo el

encuentro y la transformación entre sujetos. De acuerdo a lo planteado por Fiori (2016, p. 13)

El alfabetizando ya sabe que la lengua también es cultura, de que el hombre es sujeto: se siente

desafiado a develar los secretos de su constitución a partir de la construcción de sus palabras, también

ellas construcción de su mundo.

Como consecuencia, el proceso de alfabetización solo puede llevarse a cabo a partir del

enfrentamiento y la problematización de la realidad, lo cual parte del descubrimiento del

profundo significado que abarca el nombre propio de cada ser humano (Freire, 1968/2016), su

primera palabra propia. Únicamente mediante este reconocimiento es posible iniciar la

construcción de la acción dialógica fundamentada en el empoderamiento necesario de cada

sujeto.

Es así como se inicia la comunicación, el diálogo, a partir del descubrimiento del mundo

mediante la significación particular de las palabras, las cuales cobran nuevas interpretaciones de

acuerdo a las intenciones con las que se emiten. El mundo, lugar de encuentro y objeto de

análisis, se presenta como un reencuentro del sujeto con él mismo, con los otros y en ellos, pues

pasan a ser compañeros de experiencias, de comportamientos y de su pronunciación (Freire,

1968/2016).

Por lo anterior, es posible afirmar que el diálogo también tiene influencia la transformación,

tanto del ser humano como del mundo, ya que lleva a los sujetos a concientizarse de los otros.

Entonces, hablar produce cierto empoderamiento y tiene efectos en la transformación de la

sociedad.

De esta forma, esta apropiación del lenguaje es, en sí misma, un análisis y una reconstrucción

de las situaciones vividas, a partir de la reflexión, el reflejo y la apertura de nuevas posibilidades

para un futuro (Freire, 1968/2016). Para ello es fundamental la concientización por parte del

sujeto de su papel individual y colectivo en la construcción y la transformación de su propio

entorno, lo cual “(…) no sólo es conocimiento o reconocimiento, sino opción, decisión,

compromiso” (Fiori, 2016, p. 11).

60

Todo lo anterior solo puede producirse en el contexto de una relación comunicativa particular

entre sujetos, en la cual sus construcciones sean resultado de interpretaciones propias y de otros,

las cuales se convierten en punto de partida para la reflexión sobre las creencias y las

experiencias comunes y particulares. A este tipo de encuentro Freire (1968/2016) lo denomina

diálogo o acción dialógica, la cual, desde su perspectiva, es un proceso relacional e interactivo

fundamental en la humanización de los sujetos, al ser el encuentro de su intersubjetividad y de su

pensamiento.

Entonces, el diálogo es un proceso de admiración común del mundo, en el cual los sujetos se

descubren dueños de su realidad y, a partir de esto, generan procesos de pronunciación de su

entorno. Por ello, la acción dialógica es entendida como un acto creador, en el cual los hombres

se encuentran para llevar a cabo su tarea común de saber, actuar y ser más como humanos. En

esta medida, no se agota en simples actos de discusión, polémica o intercambios comunicativos

superfluos, sino que se constituye como una exigencia existencial en la que los hombres se

construyen en común y, de esta forma, recrean y transforman su mundo (Freire, 1968/2016).

Debido a lo anterior, su desarrollo se da a partir de una comunicación circular y horizontal, en

la que nadie tiene el control o la iniciativa absoluta, pues se reconoce que todos los hombres son

igualmente válidos, aun cuando algunos tienen mayor conocimiento de ciertos temas, pues “(…)

no hay hombres ignorantes absolutos ni sabios absolutos: hay hombres que, en comunicación,

buscan saber más” (Freire, 1968/2016. P. 108). Como consecuencia, el nivel de colaboración e

intervención en este encuentro varía, de acuerdo a niveles distintos de función y de

responsabilidad en los diversos momentos de este.

En relación con ello, la libertad que permea la acción dialógica y el cambio de roles no niegan

el liderazgo, la disciplina y la autoridad, elementos necesarios para la organización y el nivel de

decisión inherente al diálogo. Sin embargo, esto solo se justifica mediante un uso equitativo, en

el que se permita su reflexión y su cambio constante, sin negar a los demás, pues “Toda libertad

contiene en sí la posibilidad de llegar a ser, en circunstancias especiales (y en niveles

existenciales distintos), autoridad” (Freire, 1968/2016. P. 230).

Debido a sus particularidades y al fuerte lazo de libertad de opciones que componen

61

esencialmente al diálogo, este solo puede desarrollarse a partir de la convicción, la decisión y el

compromiso de los sujetos de construir el mundo común en colaboración de todos, con ellos y

para ellos. De esta forma, la construcción de la acción dialógica, por tratarse de un encuentro

mediado por la libertad, la solidaridad y el compromiso mutuo, solo puede llevarse a cabo a

partir de la confianza, la cual es un producto del proceso. Solo mediante la seguridad y el respeto

por sí mismo y por los otros, el sujeto se implica en un nivel mucho más personal e íntimo,

necesario para la constante búsqueda de ser más de los hombres. En palabras de Freire

(1968/2016. P. 108 - 109)

Al basarse en el amor, la humildad, la fe en los hombres, el diálogo se transforma en una

relación horizontal en que la confianza de un polo en el otro es una consecuencia obvia. Sería una

contradicción si, en tanto amoroso, humilde y lleno de fe, el diálogo no provocase este clima de

confianza entre sus sujetos.

Este nivel de relación intersubjetiva implica, además, que el sujeto reconozca al otro como un

constructor de su propia historia, en la misma medida en la que él afecta la vida del otro. De

acuerdo a lo planteado por Freire, (1968/2016. P. 215)

El yo dialógico, por el contrario, sabe que es precisamente el tú quien lo constituye. Sabe

también que, constituido por un tú —un no yo—, ese tú se constituye, a su vez, como yo, al tener

en su yo un tú. De esta forma, el yo y el tú pasan a ser, en la dialéctica de esas relaciones

constitutivas, dos tú que se hacen dos yo

Por otra parte, el diálogo es movido por una esperanza permanente entre los participantes, ya

que su libertad de opciones los lleva a vincularse al diálogo y a permanecer en él por decisión

propia, la cual solo puede mantenerse si los sujetos creen en el sentido de este proceso y, además,

si esperan algo de él. Por lo tanto, en el momento mismo en el que los participantes dejan de

tener esperanza en su acción dialógica esta se termina y se transforma en un encuentro estéril y

vacío (Freire, 1968/2016).

En relación con ello, se debe considerar que la acción dialógica requiere siempre de una meta

a la cual dirigirse, ya que no puede desarrollarse en el vacío, sin intenciones claras. Entonces, es

importante que los participantes tengan claros los objetivos con los cuales se comprometen, a

partir de la conciencia de lo que quieren (Freire, 1968/2016), pues no es posible, ni coherente,

62

establecer acciones en las cuales los sujetos sean los propios autores de su vida si en la dinámica

misma no se genera la conciencia y la reflexión sobre el empoderamiento que deben ejercer en

ella.

De esta forma, la acción dialógica solo puede llevarse a cabo a partir de un compromiso de

libertad, en el que no haya intenciones de manipular, domesticar o imponer. Ello dado que el

propósito último de esta, su particular exigencia, es permitir que los participantes estén en

condiciones de replantearse críticamente su lenguaje, las palabras que utilizan para designar su

mundo, y, a partir de esto, que sean capaces de “(…) en la oportunidad debida, saber y poder

decir su palabra” (Fiori, 2016, p. 14).

En esta medida, este encuentro comunicativo pretende reivindicar la palabra y la

comunicación entre los sujetos como medio de acción y de reflexión sobre su vida y sus

prácticas, de modo que se empoderen de su experiencia. Por ello, no puede ser una imposición o

una concesión, sino que es aquel encuentro necesario en el que, libremente, se construyen, se

transforman y se humanizan.

Así, por medio de la construcción de espacios de diálogo de este tipo se pretende aportar a la

reflexión de temas clave en la vida de los sujetos y, así, crear la posibilidad de interactuar en la

construcción de su realidad y en su transformación. Permitir el diálogo de aquello significativo

entre un grupo hace que ello se vuelva más importante y, de esta forma, se convierte en un tema

de reflexión colectiva que va más allá del capricho personal y se vuelve un tema de interés y de

análisis común.

Este proceso permite que el acercamiento al lenguaje no se convierta en una dogmatización

frente a los símbolos y a las palabras utilizadas. Esto debido a que, partir los análisis conscientes

de aquellos modelos de comunicación imperantes y su significado, se descubre que hablar,

escribir o leer son procesos que llenan de valor, fuerza y autonomía a los sujetos, quienes,

miembros de una realidad, se conciben creadores de cultura. Así, se despierta en ellos su poder

transformador y creativo, mediante el cual se convierten en dueños de su vida y de su realidad,

pasando de ser personajes a autores de la historia, su historia.

63

6.3.2 El diálogo, constructor de saberes y relaciones a partir de los planteamientos de

Burbules (1993)

Existen diversas formas de comunicarse con otros, de expresarse y de generar dinámicas de

participación y de representación social. Todas ellas varían de acuerdo a los propósitos con que

se establecen, la forma en la que se desarrollan y el nivel de implicación de los participantes.

Dentro de estas se encuentra el diálogo, cuyas características lo convierten en un proceso de

interacción comunicativa particular que, además de generar procesos de expresión y

entendimiento concreto entre los interlocutores, implica dinámicas que involucran el área

cognitiva y afectiva de los participantes. Así, se convierte en una estrategia de construcción de sí

mismo y de los otros a nivel académico y personal.

Por ello, el diálogo es, también, una estrategia académica, en la medida en que su objeto es la

comprensión de un asunto. Para esto se parte de las interpretaciones de los participantes y de la

elaboración de preguntas y respuestas que permitan cierto grado de acuerdos, los cuales den

posible solución al tema generador y que, también, produzcan posiciones críticas frente a este.

Adicionalmente, posibilita la construcción personal y afectiva por medio de las relaciones que

se entablan en su interior, como parte de su dinámica misma, y por ciertos valores que deben

prevalecer con el fin de llevarlo a cabo exitosamente. Por lo anterior, Burbules (1993) se refiere

al diálogo como una relación dialógica, pues un elemento fundamental para su desarrollo es el

tejido social que se crea a partir de este y cuya conformación es uno de sus propósitos. De modo

que, más allá de los aspectos cognitivos, un elemento esencial son los lazos que se establecen,

pues “(…) cuando la relación dialógica se desarrolla durante un tiempo, se transforma en un

vínculo de asociación en sí mismo” (Burbules, 1993 p. 79).

Es importante considerar que el diálogo puede asemejarse a otras formas de comunicación,

pues en algunos aspectos comparte características de estas. Es decir que no hay una ruptura clara

entre él y otras interacciones comunicativas, debido a que puede presentar ciertos paralelismos

con algunos patrones singulares de ellas e, incluso, interrumpir en estas, si los participantes

modifican los enfoques de sus respuestas (Burbules, 1993). No obstante, es un proceso particular

64

que posee algunas propiedades específicas y unas normas para su desarrollo, aunque no esté

rígidamente atado a estas a causa de su sensibilidad y capacidad de adaptación a aspectos

singulares del contexto y de los sujetos con quienes se lleva a cabo.

Una de sus propiedades es la persecución de un propósito que guie el intercambio

comunicativo. Sin embargo, por la dinámica propia del diálogo y los cambios que surgen en su

desarrollo, este puede modificarse, por lo que no se sabe con exactitud cuál será el punto de

llegada o si terminará de buena forma (Burbules, 1993).

Además, esta relación se caracteriza por una capacidad de atrapar y arrastrar a quienes están

en ella, debido a la fuerza y la dirección que cobra la interacción desarrollada en su interior. Esto

a causa de los vínculos singulares que se generan entre los participantes, una vez se insertan en la

dinámica de hablar y escucharse mutuamente (Burbules, 1993). Así, los interlocutores ingresan y

permanecen en la relación dialógica porque se convierte en una estrategia para la construcción de

nuevas ideas y formas desconocidas de comprender y de analizar aquello que los rodea.

Como consecuencia, la relación dialógica atrapa a sus participantes en un flujo de

intercambios, en el que la confianza es una condición para su desarrollo (Burbules, 1993). Este

elemento fundamental se construye a medida que el diálogo se lleva a cabo, siendo, inicialmente,

más explícita y convirtiéndose, poco a poco, en un aspecto cada vez más tácito. La construcción

de la confianza es central, pues define el desarrollo de la dinámica, el nivel de intimidad que será

compartido y los grados de participación de los interlocutores, de acuerdo a la seguridad que

sientan para compartir sus posturas.

Desde esta forma, el diálogo es entendido como un proceso y una relación entre dos o más

participantes con fines comunicativos particulares, cuyo centro es la representación y la

comprensión del mundo, a partir de las diversas interpretaciones de quienes están inmersos en

este. Como consecuencia, es imperativo que se reconozcan las características propias del

contexto, de los participantes, sus historias y sus dinámicas (Burbules, 1993).

65

Por otra parte, no se trata de una reunión aislada, casual e informal en la que los sujetos

hablen entre sí, aunque en sus inicios pueda dar esta apariencia. Por el contrario, debido al papel

fundamental de las relaciones y de los vínculos, el diálogo es un encuentro que compromete a los

participantes en un proceso de apoyo mutuo y de acciones conjuntas que van más allá del

momento particular de habla (Burbules, 1993).

Como puede evidenciarse, la relación dialógica implica factores personales, afectivos y

cognitivos que no pueden ser abordados por separado, pues forjan el compromiso que los sujetos

desarrollan frente a los otros y al proceso mismo. Estos vínculos los llevan a persistir en el

diálogo a pesar de las dificultades o las polémicas que puedan presentarse (Burbules, 1993).

De esta forma, en el diálogo la preocupación constante por estar plenamente con cada uno de

los participantes y comprometerse con ellos es fundamental, pues se reconoce que la importancia

de esa atención va más allá de las temáticas analizadas y se transpone a significaciones más

amplias y duraderas, en torno a la oportunidad de vincularse con otros por medio de lazos de

simpatía. Así, los intereses que motivan al diálogo no son exclusivamente cognitivos, pues las

sensaciones de placer experimentadas, a raíz de un buen diálogo, no se reservan al ámbito

netamente intelectual (Burbules, 1993).

Por otra parte, la naturaleza propia de la relación dialógica implica la fluidez de la misma, lo

que genera que los papeles de interacción que asumen los participantes varíen. Esta alternancia

en los roles desempeñados y en la actividad o la pasividad de los actores es necesaria y se plantea

como una característica fundamental. Además, los momentos de desarrollo de este y las

temáticas centrales propuestas se dispersan, al no tener demarcaciones claras que limiten el

diálogo a situaciones estáticas. Por ello, los interlocutores, a pesar del domino que tengan frente

a determinado tema, siempre pueden aprender y construir nuevas comprensiones en campos

diversos, en los cuales su conocimiento puede no ser tan profundo (Burbules, 1993).

A causa de lo anterior, no hay un control riguroso del diálogo y el proceso no está a cargo de

una autoridad estática e indiscutible. Además, es necesario el cuestionamiento constante de las

posiciones arbitrarias y centralizadas, en las que solo un actor dirige su orden y desarrollo.

66

Entonces, la guía del proceso, aunque pueda ser necesaria al principio, debe ser cada vez menos

indispensable.

Esta variabilidad en los papeles desempeñados por los participantes no debe ser interpretada

como una falta de autoridad. Por el contrario, se plantea como la posibilidad y la necesidad de no

restringirla a un interlocutor concreto, a causa de ciertos privilegios obtenidos por conocimiento

especializado, mayor experticia o beneficios institucionales, como lo puede ser ejercer el rol del

docente (Burbules, 1993).

Todo ello, por un lado, como consecuencia de la fluidez y la evolución del diálogo. Por otro,

como una estrategia por medio de la cual pueda desarrollarse un ambiente no solo de escucha

sino, también, de participación activa, en el cual las voces que han sido silenciadas sientan la

seguridad y la confianza suficientes para retomar su hilo en el entretejido del discurso (Burbules,

1993).

En relación con ello, el acto de escucha activa es primordial, pues no solo es una estrategia de

aprendizaje sino que, también, influye en los procesos de autoridad que se entablan, en las

relaciones que se establecen y en el nivel de participación que se desarrolle. De esta forma,

Escuchar es muestra de respeto, interés y preocupación concreta por el interlocutor. Es una

forma específica de hacer posible que se oiga la voz del otro. Cuando es un esfuerzo activo, y no

una receptividad pasiva, puede invitar a los otros a desarrollar y expresar sus propios puntos de

vista (Burbules, 1993, p. 63).

En esta medida, el diálogo se caracteriza por generar un espacio de participación abierta, en el

cual los participantes produzcan enunciados cuyo contenido y duración varíe, conformando una

secuencia que evoluciona a lo largo del mismo (Burbules, 1993).

De esta forma, un aspecto central es el clima de confianza y de exploración que debe permear

el diálogo en todos sus niveles. Ello dado que su principal objetivo es mantener intercambios

comunicativos con el fin de complejizar los conocimientos de los interlocutores y llegar a

67

acuerdos significativos entre ellos, los cuales permitan dar una comprensión más elaborada de

los planteamientos que se han desglosado a lo largo de su desarrollo.

Así, el tejido social que se establece entre los participantes de la relación dialógica es su

fundamento, pues se reconoce que en medio de este los enunciados producidos cobran

significado y se complejizan. Esto en la medida en la que los discursos de otros se entretejen para

construir unidades de comunicación complejas y evolutivas que representan las creencias, las

tradiciones y las acciones de los grupos sociales a los que pertenecen. De acuerdo a Burbules

(1993) “el diálogo no es fundamentalmente una forma comunicativa específica de preguntas y

respuestas, sino, en su núcleo, un tipo de relación social que compromete a los que participan en

ella” (p. 45 – 46).

Lo anterior parte del reconocimiento del lenguaje como un entramado de enunciados

asociados entre sí, los cuales poseen historias particulares de acuerdos y desacuerdos elaborados

en épocas pasadas y modernas (Burbules, 1993). Es decir que aquellos discursos pronunciados

por un sujeto son el resultado del cúmulo de otros elaborados y re-elaborados por sus

antepasados en su contexto particular de desarrollo. Es así, por medio del lenguaje, como se

relacionan las diversas generaciones, pues la voz propia se construye a partir de los ecos que se

han producido antes y que han dejado su legado mediante los diversos intercambios

comunicativos que han desarrollado. “En este sentido, el lenguaje no es sólo el medio del diálogo

sino también su producto (…)” (Burbules, p. 36)

Entonces, lo que se pretende con el diálogo es la creación de un proceso en el que haya

múltiples diferencias para preservar y crear ciertos espacios culturales, en los que se pueda sentir,

actuar y hablar de forma diferente (Burbules, 1993). Es por ello que los acuerdos a los que se

llegan no llevan a la eliminación de las diferencias de los participantes, con el fin de lograr una

única visión del tema abordado. Por el contrario, se trata de poner en discusión la diversidad de

posturas e interpretaciones para aproximarse al asunto desde las diferentes aristas y lograr

comprender su todo mediante la reunión de esas disparidades. Así, “(…) en el diálogo siempre se

aprende un significado determinado acorde con el desarrollo de la conciencia personal y política

68

de los participantes. Al considerar que todas las convenciones estáticas y todas las verdades

obvias están abiertas a la reflexión (…)” (Burbules, 1993, p. 29).

Esto conforma una característica propia del diálogo, representada por “(…) la capacidad de

mantener en suspenso muchos puntos de vista, más el interés básico en la creación de un

significado común” (Bohm y David Peat, 1991 citado en Burbules, 1993 p. 45). Es decir que las

diferencias entre los actores son reconocidas y consideradas. Sin embargo, se plantea la

construcción de una comprensión significativa común que reúna a los participantes y los lleve a

sentirse involucrados, al tener elementos para aportar (Burbules, 1993).

En relación con ello, es importante considerar que este aspecto común va más allá de la

simple combinación de pensamientos y perspectivas que se presentan por separado. Lo que

implica es la construcción de redes de significado que permitan a los sujetos tener elementos

comunes, a partir de los cuales entablar relaciones de comunicación que los lleven a complejizar

sus comprensiones y a aportar en la constitución de los demás.

Por lo anterior, la relación dialógica implica ciertos valores, como el respeto, la reciprocidad y

la tolerancia, para que pueda llevarse a cabo y sea realmente significativa en la construcción

intersubjetiva de los participantes y de sus saberes. Estos valores garantizan que hayan

posibilidades reales de participación para cada uno de los interlocutores, tomando decisiones

sobre qué aportes realizar, en qué momentos y su permanencia en el mismo (Burbules, 1993).

Adicionalmente, la relación dialógica exige un alto grado de compromiso e interés, tanto por

el proceso mismo como por lo que los otros dicen. Esto dado que deben estar dispuestos a

establecer y atender a un proceso comunicativo, en el cual la comprensión interpersonal de sí

mismos, de los otros y del mundo está atravesada por su propia disposición a cultivar relaciones

de respeto, cuidado e interés (Burbules, 1993). Ello dado que

Un diálogo logrado supone una asociación y cooperación voluntarias en vista de probables

desacuerdos, confusiones, fallas y malentendidos. Para que se persista en este proceso, hace falta

una relación de respeto, confianza e interés mutuos, y a menudo se debe dedicar parte del

intercambio dialógico a establecer esos lazos. La sustancia de esta relación interpersonal es más

69

profunda y más consistente que las formas comunicativas particulares que tal vez asuma

(Burbules, 1993 p. 46).

Este aspecto particular evidencia la importancia del tejido de relaciones que implica este

proceso, pues los comentarios realizados van más allá del contenido del asunto que se trata,

haciendo referencia, también, a intentos por crear y mantener vínculos determinantes en la

relación dialógica. Así, tanto los comentarios como el diálogo están atravesados por sentimientos

de confianza, aprecio y afecto (Burbules, 1993).

Esos sentimientos y valores son esenciales para los vínculos que se construyen a través del

tiempo y, además, son un factor clave en la permanencia de los participantes. Esto debido a que

aquello que los atrae y los mantiene, más allá de los significados que pueden darle a su mundo,

son esas emociones positivas que experimentan y que los demás sienten hacia ellos. En palabras

de Burbules (1993, p. 72)

(…) las ganancias educativas surgen como un beneficio marginal. En la medida en que las

vemos como emociones que es positivo sentir o que los demás sientan hacia nosotros, hallaremos

naturalmente ocasiones para cultivarlas y expresarlas. Una de esas ocasiones es el diálogo

En relación con ello, como parte esencial se presenta el cuidado de los diversos elementos que

componen la relación, es decir, de los otros, de sí mismo y del proceso como tal. De esta forma,

el diálogo se fundamenta en la premisa de la confianza mutua, el pensamiento generoso y el

cuidado auténtico, derivado de una preocupación genuina, un interés real y una solidaridad y un

altruismo verdaderos (Burbules, 1993).

En esta medida, estos sentimientos y valores construidos van más allá de la intensidad

momentánea de su aparición y de las creencias particulares que los desatan, transformándose y

flexibilizándose ante la consideración de los otros como seres válidos, cuyas representaciones y

concepciones son respetables, aun sin ser compartidas. Así, se admite que “(…) el otro – que

siente con intensidad aquello en lo que yo no creo- no deja de ser alguien a quien debo admitir

(…)” (Noddings, 1984 citado en Burbules, 1993 p. 46).

70

De este modo, la identidad de los participantes y su diversidad no se ve alterada por los

consensos a los que se lleguen, pues no se pretende que sus ideas, formas de hablar, intereses o

condiciones sociales y económicas sean iguales (Burbules, 1993). De hecho, el diálogo se

fundamenta en la tensión entre la similitud y la diferencia de los sujetos para que el acto

comunicativo se desarrolle y, a la vez, sea lo suficientemente significativo. En otras palabras,

“(…) tenemos que ser lo bastante similares para que la comunicación ocurra, pero lo bastante

diferentes para hacer que valga la pena” (Burbules y Rice, 1991 citado en Burbules, 1993 p. 60).

Es así como en el diálogo se crea la posibilidad de sentirse reconfortado por los lazos forjados

en su interior, en la comunidad que se conforma. Si bien todos los miembros son diferentes,

existen prácticas, elementos, creencias, objetivos, etc., que son similares y que los mantienen

juntos. Más allá de querer eliminar las diferencias, lo que se pretende es que los aspectos

compartidos primen en ese espacio particular y, así, construir una comunidad en la que cada cual

aporte y se constituya a sí mismo como resultado tanto del diálogo como de las relaciones con

los otros, según su ritmo y sus características.

Es así como los acuerdos que surgen en el diálogo no amenazan la diferencia, pues, al no ser

forzados, representan comprensiones significativas que los interlocutores siempre pueden

cuestionar, poner a prueba y dominar. Estas posibilidades de poner en tensión todo aquello que

se manifiesta en el diálogo se convierten, a su vez, en criterios fundamentales para verificar el

grado de apropiación y significado real de dichos acuerdos (Burbules, 1993).

En relación con ello, el nivel de significación construido a partir de los acuerdos solo puede

lograrse mediante el interés y el compromiso genuino con los demás interlocutores y con sus

intervenciones. Ello dado que estos aspectos se desarrollan en una intensidad que difiere al grado

casual de otros encuentros de habla habituales, ya que en el diálogo no solo se entiende la

importancia de lo que se dice en relación al tema, sino que, también, se considera que ese

alguien, en esa situación particular, constituye un agente importante para la construcción propia

(Burbules, 1993). Este tipo de interés y compromiso se da a un nivel tal que “(…) nos

molestamos en seguir lo que nuestros compañeros de diálogo intentan decir, en pensar junto con

ellos, en imaginar cuestiones desde su punto de vista” (Burbules, 1993 p. 66)

71

De esta forma, en parte, el éxito del diálogo depende del tipo de relación que los participantes

establezcan y mantengan, pues está ligado a las pautas de interacción que se definan a partir de

esos vínculos y se configura de acuerdo a las emociones, las expectativas y las actitudes

desarrolladas, tanto entre quienes participan en él como de ellos con el diálogo mismo.

Así, lo que sostiene la relación dialógica a través del tiempo es el compromiso que se

establece, poco a poco, entre los participantes, el cual es el elemento más característico del

diálogo y la cualidad fundamental que lleva a reconocerlo como ideal educativo. Ello dado que

se constituye como un vínculo que se desarrolla en común entre los sujetos con el propósito de la

búsqueda de conocimiento, acuerdos y comprensiones interpersonales mutuas. Además, se le

considera como un elemento de unión y permanencia, pues, debido a la incertidumbre acerca de

sus resultados, se convierte en algo más significativo que lleva a los interlocutores a permanecer

a pesar de la frustración o la confusión (Burbules, 1993).

Debido a todas estas características descritas, frente al diálogo se asume una postura

pedagógica y política particular, pues este implica la reflexión de las prácticas de enseñanza a la

luz del reconocimiento de la validez igualitaria de aquellos cuya experiencia o especialización en

un tema es menor. Esto como una estrategia para construir con otros saberes más complejos,

afectando y dejándose afectar por quienes participan en este.

De este modo, la relación pedagógica no se basa en autoridades institucionales que proveen

información nueva a los estudiantes. Por el contrario, se pretenden cultivar estrategias de

análisis, reflexión y discusión de conocimientos con el fin de aportar a las representaciones que

tienen los sujetos del mundo que los rodea (Burbules, 1993).

Por lo tanto, la relación dialógica propicia un espacio en el que los participantes se enseñan a

sí mismos, aprendiendo de los distintos grados de conocimiento y habilidad particular de cada

uno. Como consecuencia, el rol del alumno y del maestro se ven retados frente a la propuesta de

una autoridad cambiante y flexible, la cual depende más de cómo se desarrolla el proceso

comunicativo que de los títulos y los méritos académicos o experienciales que posea el sujeto. A

72

causa de ello, los alumnos son más independientes y autónomos, y los maestros menos

dominantes e impositivos.

En relación con esto, como premisa fundamental se debe recordar que, en este tipo de

encuentros pedagógicos, “(…) no modificamos a las demás personas. Ellas cambian por sí solas:

construyen su propia comprensión, cambian de modo de ver, deciden entre cursos de acción,

redefinen sus prioridades, etc.” (Fay, 1977 citado en Burbules, p. 34). Por ello, la participación

en estos espacios debe ser voluntaria, pues la resistencia a esta dinámica genera que los aportes y

las ganancias a raíz de la misma sean escasas.

También, es fundamental la instalación de reglas básicas del diálogo en el entorno educativo,

en las cuales se reconozca la igualdad de todos los participantes y el mismo grado de

oportunidades para intervenir en este. Además, el respeto por los derechos de expresión de los

demás y la necesidad de cierto ambiente de confianza y seguridad para hablar es imperativa.

Todo ello bajo el supuesto de que “(…) todas las ideas son toleradas y están sujetas a una

valoración crítica racional según juicios y principios morales básicos” (Burbules, 1993 p. 51)

Entonces, el modelo pedagógico que se adopta a partir del diálogo como estrategia de

enseñanza-aprendizaje se caracteriza por la creación de oportunidades y situaciones para que los

estudiantes construyan sus propias comprensiones, cada vez más complejas, del mundo material,

afectivo y social que los rodea y que hace parte de sí mismos. Por ello, más que proporcionar,

formar o llevar a los estudiantes a ciertos conocimientos, se pretende crear espacios y tiempos

propicios para que, de acuerdo a sus características, intereses y conocimientos previos, puedan

elaborar y complejizar sus propias representaciones del mundo (Burbules, 1993).

Además, debido a la relación entre diálogo y pensamiento, específicamente en torno a

habilidades como pensar en busca de soluciones y la resolución de problemas, esta estrategia

posibilita que los “(...) participantes aprendan a expresarse con claridad ante los demás; a regular

sus debates por convenciones como hablar por turnos, prestar atención, etc., y aprendan acerca

de las demás personas” (Bridges, 1988a citado en Burbules, p. 33).

73

De esta forma, el diálogo es una estrategia reflexiva, por medio de la cual es posible

reconocer las más racionales respuestas, soluciones y acuerdos ante las diversas cuestiones del

mundo y de la vida social y personal. Por lo anterior, este proceso está en la base de las prácticas

lógicas, políticas, éticas y lingüísticas de los sujetos (Burbules, 1993). Lo anterior debido a que

es una forma de crear, complejizar y expresar comprensiones propias con base en reflexiones

comunes y racionales.

Todo ello lleva a los participantes a un tipo específico de interacción comunicativa, la cual les

permite tomar postura frente a determinados tópicos y, además, genera en ellos ciertas formas de

construir sus individualidades, admitiendo el valor de los otros en su propia subjetividad.

En relación ello, cabe resaltar que, en medio de la relación dialógica, la identidad personal de

cada miembro será cada vez más autónoma y flexible, propiciando sentimientos más complejos y

amplios en torno a sí mismo y a los demás. Ello dado que para la formación de la identidad

personal un elemento clave es la identificación grupal. Además, se reconoce que las objeciones y

las críticas a la postura de un sujeto generan en él nuevas ideas y consideraciones que

posiblemente no había estudiado antes. Así, hay un préstamo constante de pensamientos que

propician procesos de reflexión mutuos (Merleau-Ponty, 1962 citado en Burbules, 1993).

Reconociendo esto, el diálogo se convierte en una metateoría sobre la manera de justificar e

identificar ciertos valores morales deseables generalizables, pues es un proceso de significación

y de valor negociado libremente. En relación con ello, también, es una estrategia por medio de la

cual construir razonabilidad, entendida como un método o una virtud de la conducta y del

pensamiento, a partir de la cual se construye un punto de vista ético del yo y de los otros, en el

cual hay una apertura y un respeto comunicativo (Burbules, 1993). Ello implica ser modesto con

las propias capacidades y tolerar las de los demás, sin juzgar sus diferencias.

Esta capacidad de actuar racionablemente influye en las situaciones sociales en las que el

sujeto se desempeña, permeando las diversas relaciones y afectando “(…) la persona con la que

hablamos, la manera en que piensan y actúan quienes nos rodean, la forma en que nos

responden” (Burbules, 1993, p. 36). Es decir que nuestras capacidades de expresarnos y de

74

pensar se ven influidas por las personas con las que nos comunicamos y por las normas que

median esas interacciones.

En relación con ello, a causa de esta razonabilidad implicada en el diálogo, un elemento

fundamental es el establecimiento de ciertas virtudes comunicativas, entendidas como

“disposiciones y prácticas generales que contribuyen a mantener buenas relaciones

comunicativas con distintas personas en el tiempo” (Burbules, 1993 p. 73). Además, se

caracterizan por ser cualidades sociales que se manifiestan en el ambiente de ciertas relaciones

que unen a las personas, aunque también hacen parte del carácter individual de cada una

(Burbules, 1993). Estas virtudes son propias del diálogo, en la medida en la que este requiere de

la capacidad de discernir y aceptar los juicios de otros, así como estar dispuesto a cambiar ciertas

posturas y admitir diversos puntos de vista.

No obstante, las virtudes comunicativas no son rígidas y determinadas para una situación

dialógica específica. Por el contrario, la sensibilidad a los efectos del habla y a los contextos en

los que se entabla la relación permiten determinar cómo aplicarlas, cuándo y cuáles. Además, por

su naturaleza misma son selectivas, se ajustan a las cualidades y las circunstancias de las

personas y los entornos (Burbules, 1993).

Adicionalmente, el fomento y el desarrollo de estas virtudes se constituye como un proceso

mismo, a lo largo de toda la vida, que se lleva a cabo a partir de las diversas relaciones

comunicativas que se entablan. En esta medida,

“(…) se desarrollan en relaciones con otros que nos tratan y se tratan entre sí de determinada

manera (…) y que procuran hacer explícito qué hacen y por qué. Por eso el desarrollo de las

virtudes comunicativas se asimilará a formas definidas de relación comunicativa” (Burbules, 1993

p. 74)

Así, en relación con el ámbito político implicado en el diálogo, establecer relaciones

dialógicas constituye una posición en la cual se reconoce la importancia y el valor de las diversas

formas de hablar, ser y vivir de cada uno de los grupos sociales y de los individuos que los

conforman. Por ello, se busca crear espacios en los que se permita la multiplicidad de voces y,

75

además, en los que se reconozca que cada comunidad tiene sus propias formas de decir,

considerando que no es necesario que se unan y se genere un unísono, sino que es suficiente con

que cada voz se produzca.

De esta forma, las características particulares del diálogo lo convierten en una posibilidad de

construcción de representaciones, visiones, estrategias y concepciones, a partir de la reunión de

diversas posturas y de la complejización de los procesos de conocer y reconocer a otros. Estos

aspectos permiten identificar que no es meramente una estrategia de reflexión, sino, también, un

camino de acción cuyos propósitos van más allá del mero recorte de opiniones y acuerdos

superficiales. Considerando esto, puede decirse que el diálogo es una posibilidad de creación, a

través de niveles del mismo, uno en el que se reflexiona, otro en el que se construye y otro en el

que se analiza el propio diálogo. Esto constituiría un tipo de metadiálogo, en el que se analiza

para qué se habla, por qué, qué se dice y cómo.

Como consecuencia, el diálogo es la puerta de entrada para la construcción de una sociedad

mucho más comprometida con ella misma, al poder discutir las problemáticas e intentar hallar

una solución a ellas. Saber que hay otros que pueden refutar las ideas propias o complementarlas

es esencial para enfrentar la vida social, generando alternativas para transformar prácticas de

dominación o de injusticia, pues se reconoce la importancia y el valor del tejido social, la unión y

la comunicación como método de planeación, acción y exigencia de condiciones óptimas para un

colectivo.

76

6.4 Las voces de la práctica, la ciencia y la poesía en la conversación desde

Oakeshott (1986)

La conversación se constituye como un acto en el que confluyen las múltiples voces del ser

humano, las cuales reflejan la actividad humana y representan maneras concretas de

manifestarla. Cada una de estas diversas voces responde a propósitos concretos y a formas

particulares de pensamiento, creándose una variedad que contiene, a la vez, modos de hablar y de

expresarse determinados que adquieren un carácter específico en el curso de su desarrollo

(Oakeshott, 1986).

Es necesario aclarar que, para Oakeshott (1986), las voces no son construcciones particulares

de una persona, sino que hacen referencia a voces disciplinares. Es decir que son las diversas

dimensiones que conforman la vida humana. De esta manera, es fundamental reconocer que en la

conversación cada voz tiene un lugar importante en su desarrollo, pues es el lugar común de

múltiples modos de imaginación.

Así, la conversación debe ser la reunión de las diversas voces, entrelazándolas y considerando

sus características particulares, y no la invasión de tendencias de cada una que pueden dañarla o

suspenderla. Esto debido a que cuando pasa a ser propiedad de una o dos voces puede

convertirse en un vicio que, en el tiempo, se toma erróneamente como una virtud. Al respecto

Oakeshott (1986) indica que

(…) cada voz tiene la propensión a la superbia, es decir, una preocupación exclusiva por su

propia expresión, que puede terminar identificando la conversación consigo mismo y su hablar

con el hablar sólo consigo mismo. Cuando esto sucede, sobreviene la barbarie (p. 260 - 261)

Sin embargo, este juego de voces no puede tomarse como un relajamiento o un alejamiento de

lo que se dice a causa de su modo de expresión particular, pues si esto sucede las voces se

dogmatizan y aparecen como un conjunto de conclusiones alcanzadas, por lo que pierden la

posibilidad de convertirse en conversación (Oakeshott, 1986). Además, cuando las actividades y

las relaciones humanas son entendidas como investigaciones en las que se pretende acomodar

una variedad de voces, se crea un discurso polémico, en el que se termina reconociendo una sola

77

voz y las demás solo se consideran en relación con la capacidad que tienen para imitarla

(Oakeshott, 1986). En estos casos la conversación se ve afectada y se diluye en medio de

discusiones que la alejan de su centro y la convierten en otra forma de relación.

En cuanto a esto, lo más importante y atrayente de la conversación no se remite solo al

razonamiento, a las preguntas o a la información que circula, aun cuando sean partes

constituyentes de esta. La actividad en la conversación se compone por aventuras

inconsecuentes, constantemente dilatadas y nunca concluidas. Por lo tanto, no se tiene un

objetivo preestablecido, no se discute, no se investiga, sino que cada participante interviene

libremente y hay movimientos dentro de su expresión. La conversación cambia tanto como los

participantes y sus intereses (Oakeshott, 1986).

Por esto el compromiso de los participantes no es con un debate o con una investigación. Es

decir que no se involucran en una experiencia para descubrir la verdad, comprobar hipótesis o

crear conclusiones. Tampoco se trata de un encuentro en el que se pretenda persuadir, refutar o

informar al otro. No es un quehacer del cual obtener beneficios extrínsecos o en el que haya un

ganador, pues las voces inmersas no tienen una jerarquía establecida y todas las expresiones

deberían ser pertinentes. En esta medida, ese trata de “(…) una aventura intelectual improvisada”

(Oakeshott, 1986, p. 258).

De esta manera, la pertinencia de la conversación está determinada, más que por normas

externas, por el fluir de la misma. Esto dado que monopolizar la conversación solo crearía

dificultades para que cada voz fuera escuchada, lo que puede generar su supresión, pues se le

condena de inapropiada anticipadamente. La exclusión de las voces ocasiona que la conversación

se convierta en una disputa o en una expresión equívoca que gana audiencia a partir de la

imitación de las voces monopolizadas (Oakeshott, 1986).

Por lo tanto, la reunión en la conversación implica que haya un compromiso de seriedad, sin

el cual carecería de energía. No obstante, es necesario que, también, se aprenda a jugar y, así, se

reconozca que cada voz es una entre otras. De esta forma, “Igual que los niños, que son grandes

conversadores lo alegre es serio y la seriedad al final es sólo un juego” (Oakeshott, 1986, p. 261).

Entonces, los participantes son considerados como compañeros, motivados por su afecto

78

mutuo y su lealtad, no por el desvanecimiento del error o de la imperfección. De este modo, el

éxito de la conversación está dado por la tensión entre alegría y seriedad (Oakeshott, 1986).

Así, es posible reunir diversos pensamientos de diferente índole que juegan entre ellos y

responden a los movimientos mutuos que generan las diferentes voces en la conversación, las

cuales, a su vez, provocan nuevas incitaciones para la participación. Es de esta forma como los

hechos y las certezas no se resuelven dentro de las posibilidades planeadas y se deshacen al

encontrarse con ideas de otro orden. Estas variaciones no son controladas por un árbitro, pues

nadie se interesa por su procedencia, importancia o futuro más allá de su planteamiento. Como

consecuencia, la presencia de cada participante es valorada y en el flujo de la especulación se

permite todo aquello que se pueda aceptar en su interior (Oakeshott, 1986).

En relación con esto, la conversación requiere de una preparación y reconoce en la educación

una estrategia fundamental para la iniciación al interés social y a su arte, en el cual se aprende a

“(…) reconocer las voces, a distinguir las circunstancias apropiadas para expresarnos, y en la que

adquirimos los hábitos morales e intelectuales adecuados para la conversación” (Oakeshott,

1986, p. 259).

Por otra parte, es precisamente la conversación, más que la capacidad de razonar, el factor

fundamental que distingue al ser humano del animal o al hombre bárbaro del civilizado. Además,

es la herencia principal de la humanidad que a lo largo de los siglos se ha extendido y

formalizado. Lo anterior debido a que “Es esta conversación la que finalmente da lugar y

carácter a cada actividad y expresión humana” (Oakeshott, 1986, p. 259).

Entonces, las relaciones humanas están compuestas por diversas formas de expresión, las

cuales tienen un lugar común que conforma un conjunto, la imagen de este no es un

razonamiento o una investigación sino una conversación (Oakeshott, 1986). Como consecuencia

dentro de ella confluyen una gran cantidad de voces, expresiones y modulaciones, pero las más

reconocidas son las de la ciencia, la vida práctica y la poesía (Oakeshott, 1986). Este

reconocimiento ha generado que la conversación, tanto personal como pública, se haya vuelto

aburrida, pues las voces de la ciencia y de la actividad práctica la han invadido y, de esta forma,

saber e inventar se han convertido en las ocupaciones preeminentes en su desarrollo. A

continuación se describirán en detalle las características particulares de cada una de estas tres

79

voces principales, desde la perspectiva de Oakeshott (1986).

En primer lugar, la voz de la actividad práctica se basa en un lenguaje simbólico, estático y

preciso que permite la comunicación eficaz y literal. El uso de este lenguaje no pretende crear

nuevos signos o palabras, ni aumentar su significado, solamente sirve como medio de

intercambio, por lo cual debe ser fijo e invariable para que su utilidad se amplíe. Así, “(…)

hablar es la expresión o el envío de imágenes y no la creación de imágenes” (Oakeshott, 1986, p.

269). Por lo tanto, los demás signos, gestos y movimientos utilizados en la comunicación se

convierten, también, en símbolos que sirven para complementar expresiones más precisas. De

este modo, su forma y sus sonidos son ampliamente reconocidos y aprendidos por imitación

(Oakeshott, 1986).

Por lo anterior, las expresiones que surgen en esta actividad son, en su mayoría, actos, por lo

que se manifiestan en la conducta. Las palabras se emiten en forma de comentarios para designar

lo que se está haciendo, dar una definición más precisa o añadir fuerza a lo que se hace o se

quiere que otros hagan. De esta manera, el lenguaje se convierte en el medio a partir del cual se

logra captar la atención de los otros y, además,

(…) permite identificar y describir imágenes de deseo y aprobación, explicar, argumentar,

instruir y negociar; aconsejar, exhortar, amenazar y ordenar; pacificar, motivar, aliviar y consolar.

Mediante este lenguaje comunicamos nuestros deseos, aversiones, preferencias, elecciones,

requerimientos, aprobaciones y desaprobaciones; hacemos promesas y reconocemos deberes;

confesamos esperanzas y miedos; expresamos perdón y arrepentimiento (Oakeshott, 1986, p. 268)

Este lenguaje práctico es el resultado de un tipo particular de imaginación, en el que el sujeto

debe reconocer y desenvolverse entre imágenes de cierto tipo de forma adecuada. Estas se

caracterizan por el anhelo y el rechazo, causados por la clasificación de dolor y de placer que se

realiza de ellas. Esta actividad práctica es la forma más común de imaginación, por lo que

difícilmente el sujeto se libra de esta y, cuando lo hace, reincide con mucha facilidad (Oakeshott,

1986).

La base de esta actividad es la acción guiada por el deseo, el cual se fundamenta en la

búsqueda de satisfacción. Así, el quehacer principal de la actividad práctica es colmar el mundo

de imágenes de placer. Sin embargo, estas solo son placenteras cuando se reconocen como

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realidades, lo cual conlleva una distinción entre diferentes tipos de imágenes para discriminar lo

real y lo irreal, “la expresión práctica (…) está siempre condicionada por su preocupación con las

imágenes de anhelo y rechazo, aprobación y desaprobación, y por el grado especial de 'realidad' e

'irrealidad' que reconoce” (Oakeshott, 1986, p. 270). Esta diferenciación se da incluso en la

ficción, la cual proporciona un carácter de realidad a lo que no lo es, para poder disfrutar del

placer que otorga esta relación ideal (Oakeshott, 1986).

No obstante, todas las imágenes consideradas como realidades no pertenecen al mismo tipo de

realidad. De forma que aquellas que pertenecen a la realidad práctica se determinan por su

aspecto pragmático. Es decir que “(…) la imagen es 'realidad' si al considerarla como 'realidad'

(placentera o dolorosa), el yo anhelante se mantiene para una futura actividad” (Oakeshott, 1986,

p. 265). Así, cada imagen de la actividad práctica es el reflejo de un sujeto anhelante

comprometido con la construcción y reconstrucción de su mundo de manera tal que proporcione

placer.

En este papel de constructor de su mundo, el sujeto considera al otro como consumidor y, a su

vez, productor de los proyectos que emprende, convirtiéndolo en un asesor de estos y en un

servidor de su placer. De esta forma, reconoce la realidad de los otros, pero se niega a reconocer

su subjetividad, pues la actividad solo se entiende en relación con los beneficios que pueden

obtenerse de ella.

La acción práctica se concibe, entonces, como una cooperación intermitente, pues exige la

adaptación a otros y un cierto grado de comunicación con ellos. Sin embargo, cada sujeto busca

su propia satisfacción, ya que cada uno habita su propio mundo en relación con las imágenes de

sus propios deseos. Como consecuencia, la soledad es un acto intrínseco que surge a causa de la

inhabilidad de reconocer a los otros, lo que genera una relación de conflicto de todos contra

todos (Oakeshott, 1986).

Por otra parte, la actividad práctica no se compone únicamente de imágenes de rechazo y

anhelo, también de desaprobación y aprobación, es decir, de actividad moral. Así, el objetivo de

la imaginación práctica es llenar el mundo de imágenes deseadas y aprobadas a la vez. La aptitud

moral en esta actividad significa saber cómo comportarse con los otros, reconocidos

ingenuamente como yo. Según Oakeshott (1986, p. 268) “la actividad moral es la conservación

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de un equilibrio de acomodación entre las exigencias de los yo anhelantes donde cada uno es

reconocido por el otro como un fin y no como un mero esclavo de los deseos ajenos”.

En segundo lugar, la voz de la ciencia está compuesta por un lenguaje mucho más simbólico

que el de la actividad práctica y el rango de su expresión es más estrecho y preciso. Debido a

esto, las expresiones se refinan hasta tal punto que dan lugar a signos y símbolos técnicos que

pueden relacionarse y agruparse con mayor exactitud entre ellos, porque ha sido eliminada

cualquier marca de ambigüedad.

Esta voz requiere de la exactitud de la comunicación, pues la ciencia “está condicionada

enteramente por su impulso para construir un mundo racional de imágenes conceptuales

consecuentemente relacionadas” (Oakeshott, 1986, p. 272). Para ello, se elimina toda

indeterminación de las imágenes y se construye un conjunto cuidadosamente delineado y

clasificado.

Al igual que en la voz práctica, la ciencia diferencia entre la realidad y la irrealidad, pero no

se basa en la clasificación de aprobación moral o el placer que genera, sino que elabora un

mundo racional de imágenes conceptuales organizadas coherentemente. Así, la actividad

científica está impulsada por la necesidad del entendimiento racional de la vida humana. Este

impulso solo es provechoso cuando no está interferido por la búsqueda de poder y prosperidad.

Así, los resultados de la ciencia son valorados y válidos solamente por lo que se puede

obtener de ellos. Así, aunque la expectativa de placer, el anhelo y la aprobación tengan lugar en

la actividad científica, no son elementos pertinentes para juzgar sus actos como logros válidos

(Oakeshott, 1986).

La voz de la ciencia requiere de un quehacer esencialmente cooperativo, pues, de acuerdo a

Oakeshott (1986, p. 272), “es en sí el entendimiento mutuo aprovechado por aquellos que saben

cómo participar en la construcción de este mundo de imágenes”. Así, todos los que participan en

la elaboración de ese mundo racional conciben las imágenes bajo parámetros conceptuales de

aceptación universal y, por ello, actúan como un solo hombre.

En tercer lugar, la voz de la poesía es el resultado de una actividad imaginativa que crea

imágenes particulares que no se clasifican como realidades, irrealidades o acontecimientos, sino

82

que son consideradas solamente como imágenes. A esto Oakeshott (1986) lo llama imaginación

contemplativa, aquella en la que se ignora el carácter objetivo de las imágenes. Es decir que no

se contempla la pregunta sobre su naturaleza real o irreal, su aprobación o rechazo moral.

Entonces, la aparición de estas imágenes responde al deleite del sujeto en su creación,

observación, recreación y juego con ellas.

Esta actividad es considerada por Oakeshott (1986) como contemplación o deleite, actos en

los cuales las imágenes solo tienen un presente. A causa de ello, no dan lugar ni a especulaciones

ni a investigaciones sobre su condición o momento de aparición, solo existe el goce de su

surgimiento. Además,

No tienen antecedentes o consecuencias; no se les reconocen causas o condiciones, no dan

lugar a pensar que les puede seguir otra imagen o que son productos o efectos de una anterior; no

son instancias de ningún tipo, ni tampoco son medios para un fin; no son ni 'útiles' ni 'inútiles'

(Oakeshott, 1986, p. 274)

De esta manera, aunque las imágenes nunca sean neutrales, ya que pueden considerarse bajo

determinadas formas y están asociadas siempre a un tipo específico de imaginación, cuando se

da lugar a la contemplación no es posible reconocerlas como probables, reales, irreales, de

ilusión o de ficción, pues estas categorías conducen a la distinción entre realidad e irrealidad

propia de la actividad práctica (Oakeshott, 1986). Así, aun cuando las imágenes contemplativas

puedan conectarse entre sí, no tienen una historia, pues de hacerlo serían imágenes históricas.

Por lo tanto, en la actividad contemplativa las imágenes pueden modificarse, fusionarse o

generar otras, pero no siguen un propósito preestablecido. Además, las composiciones que

surgen no tienen como fin argumentar, deducir o comprobar, pues

no existe un problema que resolver ni hipótesis que explorar ni inquietud que aclarar ni deseo

que satisfacer ni aprobación que ganar, no existe el 'Este antes del Ese', ni el avance de una

imagen a otra en el que cada movimiento es un paso hacia la solución o ejecución de un proyecto”

(Oakeshott, 1986, p. 276)

Además, no es posible considerar que una imagen poética mienta, ya que no afirma nada.

Estas imágenes no pertenecen a un mundo en el que se pueda distinguir lo real de lo irreal.

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Tampoco pueden aprobarse o reprocharse con base en el nivel de aprobación o desaprobación

moral que se realice a ellas, ya que no habitan el mundo de la actividad práctica del anhelo y el

rechazo. Incluso hablar en pasado de ellas es equívoco, pues no pertenecen al plano del espacio y

el tiempo físicos (Oakeshott, 1986).

Por otra parte, la contemplación, debido a que en ella no existe investigación o deseo por lo

desconocido o lo ausente, es confundida con la inactividad. Sin embargo, esa apariencia de

ociosidad no significa letargo, sino que tiene que ver con la seguridad de disfrutar del

compromiso de la actividad y de la ausencia de un fin predeterminado. Por ello, la

contemplación nunca queda incompleta, aun cuando sea interrumpida, pues el agrado que se ha

obtenido en ella no es una recompensa por la labor realizada, sino que es el deleite en sí mismo.

Por lo anterior,

Es más apropiado llamarla (como lo hizo Aristóteles) una actividad no laboriosa, actividad

que, debido a que es lúdica y no comercial, debido a que está libre de cuidados y de las

necesidades lógicas y pragmáticas, parece tener el carácter de la inactividad (Oakeshott, 1986, p.

277).

Así, aunque la contemplación puede considerarse como una asociación débil de secuencias

de imágenes que no se exploran o retienen, valoradas por el placer momentáneo que

proporcionan, es en realidad la focalización de la atención en imágenes. Estas permiten, dado el

placer que ofrecen, desarrollarlas, asociarlas, remplazarlas y captar otras en composiciones más

complejas y extensas, las cuales no se constituyen como conclusiones de aquellas de las que

surgieron, sino que se convierten en otra imagen del mismo tipo. Este proceso se logra cuando el

sujeto contemplativo transforma una imagen debido al placer preeminente que siente por esta

(Oakeshott, 1986).

Por lo tanto, el impulso principal para la contemplación, y aquello que le da coherencia, es el

deleite que ofrece esa asociación extendida perpetuamente entre el sujeto contemplativo y las

imágenes. De acuerdo a Oakeshott (1986, p. 276 - 277), “La contemplación, entonces, es un

modo específico de imaginar y de desenvolverse entre esas imágenes, diferente de la

imaginación práctica y científica. Es una actividad en la que se crean y entretienen únicamente

imágenes”. Así, lo que diferencia la contemplación de la actividad práctica y científica es el

84

reconocimiento de la individualidad de las imágenes. Ello dado que dejan de ser depósitos de

cualidades, signos y símbolos de otra cosa para convertirse en únicas y permanentes.

Como consecuencia, la contemplación se apoya en sus imágenes sin mirar atrás o delante de

ellas, no las desgasta ni las cambia. Sus imágenes son únicas, porque ninguna puede tomar su

lugar, pues su permanencia está dada porque la destrucción y el cambio no son potenciales en

ellas. No obstante, pueden descomponerse o perderse por falta de atención.

Entonces, aun cuando cualquier imagen puede ser contemplada, esto no significa que en la

actividad contemplativa se realiza una conversión de las imágenes prácticas o científicas. De

hecho, solo cuando la imaginación práctica y científica han perdido su poder es posible que se de

paso a la imaginación contemplativa (Oakeshott, 1986).

De esta forma, cada actividad contiene en su núcleo un modo de imaginación particular y

cada forma de imaginar es un acto asociado a imágenes específicas que no pueden aparecer en

otra actividad. Así, “cada forma comienza y termina completamente dentro de sí misma”

(Oakeshott, 1986, p. 277). Por esto, una manera de imaginar no puede ser transformada o

convertida en otra. Es decir, las imágenes de cada actividad no pueden ser usadas para un modo

de imaginación diferente, aun como materia prima.

No obstante, los modos de imaginación pueden sobrepasarse y dar lugar a otros. Esto sucede

cuando, por alguna razón, se interrumpe el flujo natural de la actividad en la que aparece la

imagen. Entonces, cuando esta, debido a las circunstancias de su aparición, despierta curiosidad

en el sujeto o si su carácter práctico es ambiguo se crea una interrupción momentánea que se

constituye en una puerta para la contemplación. Esto “mientras la curiosidad no se convierta en

un afán por saber (scientia)” (Oakeshott, 1986, p. 278).

En relación con ello, un cambio de perspectiva frente a lo que se observa o al tipo de

imaginación que genera cambia la forma de la imagen que se produce y la concepción que de

ella se tiene. Así, fuera de su contexto o del uso para el cual fueron hechos dejan de ser

elementos prácticos y toman su valor como poéticos, al reconocerse su capacidad de deleite.

Para Oakeshott (1986) la contemplación aparece más fácilmente cuando la imagen pertenece a

la memoria, pues el anhelo y el rechazo parecen menos urgentes al recordar, la aprobación o la

85

desaprobación son menos insistentes e incluso la necesidad de distinción entre realidad e

irrealidad puede disminuir. Sin embargo, es imperativo considerar que “la memoria y la memoria

contemplada son imágenes que pertenecen a universos de expresión diferentes” (Oakeshott,

1986, p. 278).

Así, aunque ninguna imagen pueda existir fuera de su forma de imaginación particular, una

actividad interrumpida o reducida puede producir una oportunidad para que se inicie otra. Por

ello, cuando el sujeto que no ha podido apropiarse de una imagen, si esta no se convierte en un

factor de rechazo, puede reemplazarse por una contemplativa. De esta manera,

cada escena, forma, diseño, pose o movimiento en el mundo visible y auditivo; cualquier

acción, suceso o acontecimiento o concatenación de acontecimientos; cualquier hábito o

disposición exhibida en un movimiento o expresión; cualquier pensamiento o recuerdo, en fin,

constituyen una imagen poética si la forma en que es imaginada es lo que he llamado

'contemplación' (Oakeshott, 1986, p. 279).

De este modo, imaginar poéticamente no implica dos acciones, no se trata de experimentar

algo y, luego, expresarlo haciendo analogías o imitaciones de esto. Los poetas solo llevan a cabo

un acto, imaginan poéticamente y las imágenes así creadas corresponden a la imaginación

contemplativa. En palabras de Oakeshott (1986, p. 286)

una expresión poética (una obra de arte) no es la 'expresión' de una experiencia: es la

experiencia y no hay nada más. (…) Pintar un cuadro, crear una imagen verbal, componer una

melodía son en sí actividades de contemplación que constituyen un imaginar poético.

En relación con esto, se tiende a creer que la imaginación poética es un traspaso o la

representación de experiencias emocionales o sentimentales que el poeta ha tenido y que quiere

compartir con otros. También, existe una predisposición a considerarla como una actividad

superior en la que las cosas se ven como son y, por ello, los poetas son considerados como seres

dotados con la capacidad de ver realmente a su alrededor con precisión en su observación.

Además, se tiende a pensar que la imaginación poética crea imágenes cuya especial cualidad es

la belleza.

Sin embargo, estas concepciones son erradas, pues, de ser así, el mundo estaría “(…)

86

compuesto no de imágenes sino de vacas y maizales, tenderas y amaneceres primaverales,

cementerios y urnas griegas, que pueden ser aprehendidas con distintos grados de exactitud pero

que no le deben nada más a la imaginación” (Oakeshott, 1986, p. 284).

Entonces, si la imaginación poética es la contemplación en sí misma, el poeta no analiza las

imágenes, ni las descubre como son, ni dice algo real sobre ellas. Por el contrario, su acción, en

estado de contemplación, es crear esas imágenes e interpretarlas de acuerdo a su propio carácter,

buscando en ellas el deleite. Considerar que la imaginación poética comunica una experiencia

emocional para que otros la vivan le da un carácter práctico y convertiría la imagen en un

símbolo (Oakeshott, 1986).

En esta medida, la imaginación poética, por lo tanto, no es una actividad en la que algo sea

simbolizado, expresado, reproducido o exhibido, ya que al saber realmente cómo son las cosas

no se logran poemas. Tampoco requiere de una imaginación primaria que proporcione los

materiales o de un aporte de otros modos de imaginación, “Es una actividad que permite

deleitarse con el espectáculo de sus propias imágenes contemplativas” (Oakeshott, 1986, p. 288).

Este deleite se debe a que las expectativas poéticas del sujeto son superadas y lo sorprenden

mediante sorpresas poéticas.

De esta forma, la poesía comienza con una experiencia emocional que el propio poeta

contempla, generando, así, una imagen poética análoga de ello. Por lo tanto, no es necesario

experimentar una emoción o un sentimiento para contemplarlo, ya que para que pueda

transformarse en material para una imagen poética debe no haberse experimentado. Es decir,

debe ser imaginario, pues, de lo contrario, sería solo una imagen práctica (Oakeshott, 1986).

También, según Oakeshott (1986), existe una tendencia a asignarles a las imágenes poéticas

un sentido de verdad o representaciones de esta, a lo cual se remite su comprensión. Sin

embargo, así como no es posible adjudicarles la capacidad de producir placer o dolor, pues “lo

que en el mundo real constituye una situación agradable o dolorosa, en la poesía es igualmente

placentero” (Oakeshott, 1986, p. 282), tampoco es posible atribuirles imágenes de verdad o

importancia superior.

Lo anterior se resuelve mediante el concepto de “'verdad poética', un tipo especial de 'verdad'

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comúnmente considerada como más profunda que otras manifestaciones de 'verdad'” (Oakeshott,

1986, p. 283). A partir de ella se reconoce cualquier verdad que una imagen poética pueda

representar, lo que la diferencia de aquellas que pertenecen a la imaginación práctica, histórica o

científica. Esto debido a que las imágenes poéticas no tienen que ver con las afirmaciones,

declaraciones o preposiciones propias de la verdad de estas actividades.

Además, el concepto de belleza se transforma en la imaginación poética. Ello dado que se usa

para describir una imagen que se debe admirar debido al máximo deleite que produce en quien la

contempla y no como algo que aprobar en una acción o la satisfacción de algo bien hecho

(Oakeshott, 1986).

De esta manera, la poesía inicia y termina como un lenguaje, en el cual no existen signos con

significados anticipados bajo normas establecidas o valores determinados, ni pueden ser

utilizados como herramientas con usos específicos. No es un lenguaje simbólico que está lleno

de sinónimos en el que “un signo puede ser reemplazado por otro si transmite el mismo

significado, o donde otro tipo de signo (un gesto en vez de una palabra) pudiera tal vez ser

equivalente” (Oakeshott, 1986, p. 288).

De esta forma, las palabras de la poesía son en sí mismas imágenes, no signos para otras. Por

lo tanto, la imaginación es expresión y sin esta no puede haber imagen. Este lenguaje no tiene

vocabulario y no puede ser aprendido por imitación. Como consecuencia, en la poesía no existen

imágenes estereotipadas, por lo cual debe desaparecer el dominio del leguaje simbólico propio de

la actividad práctica y el lenguaje preciso de la ciencia, pues

“una expresión poética (una obra de arte) es en sí a menudo una imagen ambigua. Su

ubicación en el mundo práctico —en relación con la posibilidad de ocupar espacio, ser deseable,

tener un precio, etc.— puede inducir a una falsa lectura” (Oakeshott, 1986, p. 297).

A causa de sus particularidades, Oakeshott (1986) afirma que este lenguaje podría

considerarse metafórico, aunque esto implica diferenciar entre la metáfora de la poesía y la

metáfora del lenguaje simbólico. La primera se refiere a las imágenes poéticas en sí y, por lo

tanto, es una ficción. El poeta crea imágenes, no busca ni registra correspondencias

convencionales, no explora la realidad o expone equivalencias. Las metáforas poéticas no tienen

88

un valor establecido, sino que, únicamente, poseen el valor que el poeta logra imprimirles. No

obstante, están expuestas a la influencia del simbolismo, adquiriendo un valor fijo, dejando, así,

de ser poéticas.

Las segundas, las metáforas del lenguaje simbólico, son símbolos o expresiones retóricas cuya

función puede ser captar la atención o graduar la tensión de una discusión. Por ello, su uso

siempre está ligado a correspondencias convencionales y su efectividad es calculada de acuerdo

a la exactitud de la equivalencia realizada. De acuerdo a Oakeshott (1986, p. 289), “Las

metáforas entonces son como fichas marcadas con un diseño atractivo, pero es un diseño que

sólo indica (o constituye) su valor”.

Cuando esta diferenciación no se realiza se tiende a considerar a la poesía como un servidor

de la actividad práctica. Como consecuencia, se reconocen en ella funciones como

decirnos cómo deberíamos vivir o proveernos de un tipo especial de crítica sobre nuestra

conducta; registrar y difundir una escala de valores morales; darnos un tipo especial de educación

moral en la que no sólo se describan y recomienden las buenas emociones, sino que,

efectivamente, las despierten en nosotros; promover la salud emocional; curar una conciencia

corrupta y 'ponernos a tono con la existencia'; reflejar la estructura y organización de la 'sociedad'

en que aparece; confortar al desgraciado, aterrar al pecador o simplemente 'suministrar música

mientras trabajamos' (Oakeshott, 1986, p. 293)

Así, aun cuando algunas de estas capacidades sean auténticas, defender la poesía de esta

manera solo tiene como propósito ponerla en función de la actividad práctica y no ubicarla en el

mapa de la actividad humana. Adicionalmente, la poesía no entra en la lucha sobre cómo se

debería vivir o lo que se debería aprobar, pues no tiene poder para modificar o controlar esta

discusión. Cuando esto sucede solo se convierte en imitación de la voz práctica y, por lo tanto, es

falsa. La voz de la poesía se disfruta porque proporciona un momento de encantamiento, no

porque sea una victoria. Entonces, dejarse llevar por la poesía es abandonar el placer, el

conocimiento o la virtud para elegir la satisfacción (Oakeshott, 1986).

También, existe la creencia de que la poesía, y en general el arte, tiene valor social porque

rompe con la rigidez y la monotonía de la vida práctica, constituyéndose como un escape de la

misma. No obstante, esta consideración no llevaría a diferenciar la poesía de la actividad

89

científica o práctica, pues cada una representa un escape de la otra (Oakeshott, 1986). Además, la

vida no es completamente contemplativa, solo existen momentos para ello, en la medida en la

que la curiosidad y la invención toman su lugar y le dan paso. Por esto, “La poesía es una especie

de ausencia sin permiso, un sueño dentro del sueño de la vida, una flor silvestre plantada en

medio de un trigal” (Oakeshott, 1986, p. 299).

Para Oakeshott (1986) la única apología de la poesía que se debe considerar es aquella en la

que se pretende descubrir el lugar y la calidad de su voz en la conversación de la humanidad,

aquella en la que “cada voz hable en su propio idioma, donde de vez en cuando una voz pueda

hablar más fuerte que otras, pero donde ninguna tenga una superioridad natural, y menos aún la

primacía” (Oakeshott, 1986, p. 294).

De esta manera, el contexto más adecuado para considerar la expresión poética,

principalmente, y cualquier otro modo de expresión es la sociedad de los que conversan, no

aquella que se compromete con el hacer práctico o la investigación científica (Oakeshott, 1986).

La imaginación poética inserta en la conversación una expresión única que no puede ser

asimilada por otra y su voz es preeminentemente conversable. Ello dado que en la poesía lo que

se dice y cómo se hace, la expresión y la voz, no pueden separarse, pues, al no ser un símbolo, no

existe tensión entre la imaginación y la expresión.

Debido a lo anterior, la relación entre las imágenes poéticas es conversacional, ya que “ni se

confirman ni se refutan, sólo evocan y se unen entre ellas, no para conformar una conclusión

premeditada sino para conformar otra imagen del mismo tipo aun más compleja” (Oakeshott,

1986, p. 298).

De esta manera, la poesía constituye, en parte, a la conversación y esta puede considerarse

como parte de la actividad poética, pues, por sus características, es la forma de crear imágenes

más complejas y completas de aquello de lo que se habla. De esta forma, la posibilidad de

conversar con otros sobre la actividad humana, sin una meta más allá de una mejor comprensión

de la vida, permite observarla desde una perspectiva diferente, contemplarla, y, así, crear

imágenes nuevas, a partir de aquellas que no despertaban curiosidad más allá de la organización

racional o del uso futuro de estas.

90

6.5 Silencio

6.5.1 Callar, un arte que resguarda el valor de la palabra, reflexiones de Dinouart

(1771/2010)

Hablar es un arte, cuyo objeto principal son las estrategias que el hablante selecciona para que

su mensaje sea claro y exprese, con el matiz que desea, el verdadero significado de lo que dice.

Entonces, discernir con prudencia en qué momentos hablar, sobre qué y cómo es tan valioso

como saber cuándo permitir que sea el silencio el que comunique. Así, callar es convertir el

silencio en un elemento de significación en el acto de expresar.

Desde esta perspectiva, Dinouart (1771/2010) reconoce el valor y la importancia del silencio

como medio de expresión y como un mensaje, en sí mismo, que debe ser interpretado. De esta

forma, el silencio es considerado como un complemento de la palabra, como una estrategia

poderosa y necesaria en la comunicación humana para otorgarle su verdadero valor. Callar

significa comunicar con el silencio, por medio de él.

Sin embargo, desde la perspectiva de Dinouart (1771/2010), el silencio no se trata

simplemente de la ausencia de palabras o del acto de cerrar la boca para esconder por, medio de

este, información acerca del tema de discusión. Por el contrario, se debe guardar silencio

prudentemente, para que el valor de la palabra emerja en los momentos adecuados y con las

razones suficientes, “Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que

el silencio” (Dinouart, 1771/2010, s.p).

En relación con ello, saber callar es crucial, pues implica que elementos no verbales asuman

un papel protagónico en el acto de comunicar y se conviertan en el eje principal de significación.

De esta forma, se reconoce que el cuerpo y el rostro tienen un papel crucial en los actos de habla,

ya que “(…) incluso ese lenguaje del cuerpo ofrezca el estado primero de la lengua, su condición

de posibilidad, el origen de toda retórica. Acaso dé acceso a una dimensión simbólica anterior a

la palabra (…)” (Courtine y Haroche, 2010, s.p).

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Como consecuencia de ello, el silencio precede a la palabra, pues solo se puede hablar bien si

antes se ha aprendido a callar (Dinouart, 1771/2010). Esto debido a que solo en el tiempo del

silencio es posible cultivar el pensamiento y la reflexión. Estas prácticas permiten tanto la

palabra oral como la escrita, ya que en ellas es posible discernir cuáles son las mejores

estrategias para comunicar sinceramente al otro lo que se sabe, en la medida justa y en los

momentos adecuados (Courtine y Haroche, 2010).

En esta medida, es importante reconocer que el significado del silencio en medio de una

situación de habla implica, también, una reflexión tanto sobre el tema que se pone en cuestión

como sobre el silencio en sí. De esta forma, para participar no es necesario hablar, ya que puede

hacerse a partir de gestos u acciones previamente meditadas y prudentemente expresadas.

Además, puede significar una interacción mental con los demás y con lo que se dice. De esta

forma, callar permite, también, estar conectado social, cognitiva y afectivamente.

Así, la propuesta de Dinouart (1771/2010) se basa en una ética del silencio, en la cual callar

sea un arte utilizado para expresar con prudencia ciertos conocimientos, pero sin perderse en

medio de palabras vagamente expresadas. Ello dado que “El hombre se pierde en la palabra. La

palabra es eso que escapa, ola, fluencia, herida abierta, derramamiento donde el cuerpo se vacía

y se expande, se disipa en el exterior de él mismo” (Courtine y Haroche, 2010, s.p).

De acuerdo con lo anterior, se debe callar porque, según Dinouart (1771/2010), el hombre es

dueño de sí mismo en la medida en la que logra contener su voz, pues una vez una palabra ha

sido pronunciada pertenece al medio, a la audiencia, y, por ello, el sujeto corre el riesgo de

perderse en argumentaciones que lo lleven a hablar más de lo que debe y a partir de las cuales

pueda ser juzgado. Entonces, elegir prudentemente las palabras y, sobre todo, cuándo

pronunciarlas es clave para que la comunicación no se convierta en una interacción banal y

errónea.

De esta manera, este arte de hablar y de callar se fundamenta en diversos grados de sabiduría

que conllevan reflexiones fundamentales en torno a la pertinencia del habla y de su contenido,

para que el sujeto no deje de pertenecerse en el exceso del lenguaje. En palabras de Dinouart

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(1771/2010, s.p) “El primer grado de la sabiduría es saber callar, el segundo es saber hablar poco

y moderarse en el discurso, el tercero es saber hablar mucho, sin hablar mal y sin hablar

demasiado”.

Estas reflexiones implican la consideración de dos espacios y dos tiempos complementarios,

uno para hablar y otro para callar. Esto puesto que así como no es prudente hablar demasiado, sin

importar de qué o cómo, tampoco es lícito callar siempre. Según Dinouart (1771/2010, s.p) “no

hay menos debilidad o imprudencia en callar cuando uno está obligado a hablar que ligereza e

indiscreción en hablar cuando se debe callar”.

Por ello, es fundamental analizar cuidadosamente lo que se va a decir, pues se debe verificar

que sea lo suficientemente razonable e importante para ser compartido con los otros. Por lo tanto,

más vale callar acerca de lo que no se tiene absoluta certeza que hablar indiscretamente sobre lo

que se ignora, pues la primera conducta será clasificada como un mérito del prudente, mientras

que la segunda será catalogada como loca e ignorante (Dinouart, 1771/2010).

De acuerdo a esto, hay formas de expresarse y momentos adecuados para hacerlo, según el

conocimiento y la relevancia de la intervención que se hará. También, hay formas de callar y

motivos para hacerlo. Sin embargo, aun cuando algunos pensamientos se oculten, nunca deben

disfrazarse. Es decir, se debe ser discreto y dar paso al silencio sin mentir u ocultar verdades

(Dinouart, 1771/2010).

En relación con ello, Dinouart (1771/2010) identifica 10 especies de silencio, a partir de las

cuales el ser humano construye su habla. Además, expone sus diversas causas, considerando que

“Las diferentes maneras de callar nacen de la variedad del temperamento y del espíritu de los

hombres” (Dinouart, 2010, s.p). De acuerdo a ello, el silencio puede clasificarse como

1. Silencio prudente. Aquel mediante el cual el sujeto calla oportunamente, de

acuerdo a los lugares y a los momentos en los que se desenvuelve. Además, considera a

las personas con las que se encuentra y la actitud que cada una merece. Esta especie de

silencio es propio de “(…) personas dotadas de buen espíritu, de sentido recto y capaces

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de distinguir con exactitud las coyunturas que obligan a callar o a hablar” (Dinouart,

1771/2010, s.p).

2. Silencio artificioso. Se utiliza para sorprender a los interlocutores de dos formas.

Por un lado, a partir del silencio se pretende desconcertar a los demás sin darles a conocer

los propios pensamientos. Por el otro, se aprovecha lo que se ha escuchado u observado

sin querer responder o haciéndolo de forma engañosa. Es utilizado por personas

vengativas, desconfiadas y menguadas o por aquellas que disfrutan sorprender a los

demás.

3. Silencio complaciente. Se calla para escuchar atentamente lo que el otro dice, sin

contradecirlo, pues se intenta agradarle. Además, se suple la falta de palabras mediante

gestos o miradas que demuestren el placer que se siente con la conversación que se

sostiene o el comportamiento que se realiza. Es propio de personas “de un humor suave,

fácil y acomodaticio (…)” (Dinouart, 1771/2010, s.p).

4. Silencio burlón. Se trata de aquella reserva malintencionada y maliciosa, en la que

se calla ante intervenciones carentes de sentido o descabelladas para disfrutar del placer

de burlarse de quienes las expresan o realizan, pues creen que las aprueban o las admiran

a causa de ellas. Esta especie de silencio es llevada a cabo por aquellos “(…) que gustan

reírse de todo” (Dinouart, 1771/2010, s.p).

5. Silencio inteligente. Es aquel en el que las palabras son reemplazadas por las

expresiones faciales de la persona, las cuales reflejan perfectamente los pensamientos que

se quieren expresar y, además, demuestran ciertas actitudes agradables, animadas y

abiertas. Es causado por emociones fuertes y vivas, en las que se producen efectos

sensibles en el exterior y se expresan mediante el rostro de quien las siente, pues solo a

partir del silencio logran la impresión adecuada.

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6. Silencio estúpido. El sujeto se ve inmerso en una taciturnidad profunda que no

significa nada, pues la lengua es insensible e inmóvil para expresar el pensamiento. Es

“patrimonio de espíritus débiles e imbéciles” (Dinouart, 1771/2010, s.p).

7. Silencio aprobatorio. Mediante el silencio se aprueba o se está de acuerdo con lo

que se ve u oye. Para ello, por un lado, basta con prestar atención favorable, la cual

evidencia la importancia que se le atribuye. Por otro, se expresa, mediante signos

externos, la razonabilidad y la aprobación que se le concede. Para ello se requiere de un

gran discernimiento y juicio para aprobar únicamente lo que merece serlo.

8. Silencio de desprecio. No se responde a quienes hablan o a aquellos que esperan

opiniones del tema y se expresa frialdad y orgullo. Es producto de un excesivo amor

propio que lleva al sujeto a pensar que nada merece de su atención. También, puede ser

movido por el buen juicio de un sujeto que considera que aquello que desprecia, por

medio de su silencio, no merece mayor apreciación.

9. Silencio de humor. Es movido por el humor que prevalece en el sujeto, quien

juzga lo que escucha y ve de acuerdo a su estado de ánimo, por lo que sus intervenciones

son extravagantes o fuera de lugar.

10. Silencio político. Es propio de sujetos prudentes, reservados y serios que no se

abren del todo y no expresan completamente sus ideas y sus conductas, sin traicionar los

principios de la verdad, para no dejarse descubrir.

Estas especies de silencio son consideradas por Dinouart (1771/2010) como aspectos

generales que se deben tener en cuenta para aprender a callar, pues evidencian que en este arte se

comenten errores debido al exceso, ya sea porque se habla mucho, se habla mal o no se habla lo

suficiente. Además, se convierten en elementos fundamentales de la comunicación y, por lo

tanto, de la palabra.

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Así, callar se convierte en una reflexión y en una práctica constante que implica el análisis de

la forma prudente de hablar, de acuerdo a la situación, el lugar y el significado propio de lo que

se quiere expresar. También, involucra elementos faciales y corporales que crean todo un

ambiente particular frente a lo que se dice y que determinan la actitud de quien habla y de quien

escucha frente a esto. De esta forma, se convierte en un lenguaje que complementa las palabras

expresadas y les proporciona un matiz particular que determina su sentido.

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6.5.2 El silencio como significado, reflexión y refugio, planteamientos de Hernández

(2008)

El arte del silencio representa un espacio, una práctica, un tiempo y un mensaje. A partir de

este se descubren y se crean significados profundos que permiten llenar de sentido estético y

práctico la vida cotidiana, de forma que el sujeto pueda encontrarse y re-inventarse

constantemente. Así, callar se convierte en un espacio al permitirle al sujeto refugiarse,

encontrarse y crear. Es una práctica cuando propicia la reflexión constante de las experiencias

vividas y de los actos que realizará. Es un tiempo que permite la contemplación serena y las

pausas frente a la tempestad cotidiana. Por último, es mensaje al lograr transmitir el sentido

profundo de aquello que se expresa.

En relación con esto, Hernández (2008) reconoce el valor vital del silencio dentro de la

construcción de un sujeto y, además, en la reivindicación de la conversación, pues solo a partir

de este es posible encontrar la palabra adecuada y decirla en el momento justo, con el tono

prudente y, así, generar el efecto deseado en el interlocutor. También, lo entiende como un

escudo y un refugio, en el cual el sujeto puede encontrarse con sí mismo y analizar las demandas

de la sociedad en la que se desenvuelve.

Desde esta perspectiva, callar es la posibilidad de descansar y de tranquilizarse frente a esa

tempestad auditiva que se experimenta a diario. En estos reconfortantes espacios y tiempos de

silencio el sujeto puede nutrir su vida, responder a sus inquietudes y, así, interpretar

adecuadamente cada discurso en el que se ve inmerso para responder con las palabras

apropiadas. Ello dado que “Es en el silencio donde podemos penetrar hasta los yacimientos más

secretos de los que nutrir nuestra vida, nuestras aspiraciones, nuestros proyectos y nuestras

actividades” (Hernández, 2008, p. 9).

De esta manera, a partir de ese silencio sereno y reflexivo es posible construir el valor de las

palabras y su significado personal, aquel mediante el cual cobran vida y dejan de ser conceptos

aislados y universales para convertirse en propiedades de la persona, con sentidos particulares

que esta construye a lo largo de su experiencia. De acuerdo con Hernández (2008), para que las

palabras germinen de esta forma es necesario el silencio, aquel mediante el cual se experimentan

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las sensaciones, los sentimientos y las ideas más profundas.

Así, el silencio deja de ser vacío, oscuridad y abismo para transformarse en resguardo y

potencia, convirtiéndose en el recinto en el que habitan las emociones, los proyectos, los

recuerdos y los temores de una persona, y en el cual resuenan sus profundos significados y

explicaciones. También, es un tiempo y un lugar de construcción y transformación, en el que se

prolongan las pausas de la vida y es posible la interiorización personal y la apertura fraternal

(Hernández, 2008).

Entonces, callar es un acto necesario, pues es el momento y el espacio propicio para la

contemplación serena y reflexiva de sí mismo y de los otros desde el ámbito intelectual, estético

y espiritual. Según Hernández (2008, p. 21) necesitamos el silencio

(…) para leer y para releer la vida; para interpretar las claves de los episodios que nos

inquietan, nos interpelan y nos estimulan; para respirar el aire libre del pensamiento, para

sumergirnos en el mar abierto de la fantasía e, incluso, para entregarnos a la acción desinteresada

y solidaria.

Por lo tanto, a partir de estos momentos de silencio es posible contemplar y reflexionar sobre

cada una de las experiencias y de los aconteceres de la vida de forma tranquila. Mediante estas

pausas el sujeto puede oxigenarse, pensar con calma y recobrar el aliento para seguir

descubriéndose y construyéndose. Únicamente a partir de ellas logra transformar los

acontecimientos en experiencias, los ruidos en melodías y las palabras en significados. Es de esta

manera como el sujeto re-significa su mundo y, con él, sus palabras.

Por otra parte, el silencio es un mensaje con una carga comunicativa importante, por lo que

existen múltiples modos de callar con significados diversos y, también, formas adecuadas e

incorrectas de hacerlo. Según Hernández (2008, p. 23) “El silencio es también un instrumento

que, si lo usamos con habilidad, puede lograr diversos efectos: provocar el silencio del

interlocutor, generar su sorpresa, llamar su atención, proporcionarnos descanso, serenar los

ánimos, propiciar la reflexión”.

Por lo anterior, callar requiere de tacto cordial y de gusto estético para, a partir de virtudes

como la discreción, la prudencia y la templanza, pronunciar las palabras adecuadas y administrar

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las pausas oportunas. Adicionalmente, exige un alto grado de dominio de “(…) los resortes

emotivos para intervenir en el momento justo, un tino preciso para acertar en el lugar adecuado y

un pulso seguro para calcular la medida exacta, sin escatimar los esfuerzos y sin desperdiciar las

energías” (Hernández, 2008, p. 25). Ello implica la elaboración de pautas de prudencia que

permitan desenvolverse acertadamente en diversas situaciones y momentos.

Como consecuencia, callar no solo genera la palabra, sino que, también, permite descifrar

esos significados inmersos en el silencio para interpretarlos y utilizarlos de manera adecuada, lo

cual solo puede hacerse si se aprende a oír y a valorar esos múltiples silencios (Hernández,

2008). De esta manera, callar se convierte en un arte que implica la transmisión silenciosa de

mensajes elocuentes y el cual debe perfeccionarse para utilizarlo con destreza. A partir de su

dominio la ambigüedad de la comunicación se supera, pues se da paso al ser y a la vida de los

otros, logrando que las voces se desplieguen y se conjuguen para ahondar en la esencia de los

hombres.

Debido a lo anterior, preguntarse por la palabra es preguntarse por el silencio, pues ambos son

medios a partir de los cuales los sujetos interactúan, construyen, significan y transforman, por

medio de su uso se sienten más reales, se desahogan, alivian sus tensiones y hacen más agradable

su vida. Así, silencio y palabra son parte de un mismo objeto, el habla. De esta manera, “(…) el

amor a la palabra implica la fascinación por el silencio” (Hernández, 2008, p. 19).

Considerando lo que se ha expuesto, es posible agrupar los planteamientos de Hernández

(2008), en torno al arte de callar, en 3 propósitos principales, pero que en sí conforman un todo

que constituye el silencio. En primer lugar, se calla para reflexionar sobre la palabra y el

mensaje que se quiere expresar, analizando su pertinencia, su contenido y aspectos formales del

habla. En segundo lugar, el silencio se convierte en un mensaje, en sí mismo, o en un

complemento de las palabras. En tercer lugar, callar se constituye en un refugio y en un tiempo

de calma que permite adentrarse en las profundidades del ser, descubrirse y transformarse. De

esta manera, el arte del silencio tiene matices distintos y conlleva actos diversos de acuerdo a

esos propósitos, lo cual también produce relaciones particulares con la palabra. A continuación

se profundizará sobre cada uno de estos.

En cuanto al primer propósito, callar para reflexionar sobre la palabra y el mensaje que se

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quiere expresar, analizando su pertinencia, su contenido y aspectos formales del habla, la

palabra se reconoce como un instrumento primordial en la vida del ser humano, por lo cual debe

ser cuidada y administrada con cautela. Hablar de todo con todos y en cualquier momento la

devalúa, por lo que debe cuidarse cómo se usa y a quien se regala.

Además, según Hernández (2008), hablar requiere de la conciencia plena de la vida, lo cual

conlleva cierta capacidad para definir y describir las experiencias propias. Esto dado que las

palabras son la forma en la que el sujeto denomina su mundo, lo que conlleva una carga

emocional y personal importante. Así, su pronunciación va más allá de los significados

estandarizados de los diccionarios y se convierte en la forma particular que el sujeto utiliza para

llenar de sentido su entorno. Como resultado, permiten acercarse al mundo interior de quien las

pronuncia, al mismo tiempo que impactan la vida de quien las escucha, en grados diversos de

acuerdo a cómo y dónde fueron pronunciadas.

Por lo anterior, las palabras son consideradas por Hernández (2008) como recipientes que se

llenan de sentido en la medida en la que un sujeto puede jugar con ellas, escucharlas y

experimentar los diversos significados personales que representan para un variado grupo de

personas. De esta forma, “El valor de las palabras depende, en gran medida, de la huella afectiva

que le produce al que la emplea la realidad a la que aquélla se refiere” (Hernández, 2008, p. 126).

Esto implica que estén cargadas de mensajes que son interpretados y valorados por quienes las

escuchan y, a su vez, revelan el interior de quien las pronuncia, dejando ver sus creencias,

saberes, inseguridades, temores y su forma de ser.

De acuerdo a esto, solo a partir de las palabras y sus profundos significados el mundo

personal y social de un sujeto puede transformarse, ya que le proporcionan la posibilidad de

construir sus propias perspectivas, designar lo que vive y lo que lo rodea. A partir de ello inicia

la comprensión del lenguaje como un movimiento estético y vivo que construye y transforma,

pues deja de ser un elemento estático y estandarizado.

Reconocer esto implica descubrir en las palabras un aspecto afectivo que permea la

conciencia del sujeto y que acompaña su significado al ser pronunciadas, por lo cual su uso no se

restringe a expresiones mecánicas, sino que conlleva un alto grado de sensaciones y sentimientos

que deben ser interpretados y que, además, influencian la conversación. Por ello, no solo lo que

100

se dice comunica, sino, también, lo hacen los gestos que acompañan el mensaje, las miradas que

se manifiestan y, en general, todas las expresiones del rostro y del cuerpo generan un efecto

particular en el significado de las frases que se pronuncian (Hernández, 2008).

Por lo anterior, el dominio eficaz del silencio requiere de un amplio conocimiento del

lenguaje no verbal, de la destreza de calcular las distancias y la habilidad de establecer tiempos.

Además, implica un silencio estético y estratégico, en el cual se dé “(…) el resumen armónico

de diversas virtudes humanas como la prudencia, la fortaleza, la templanza y, sobre todo, la

discreción” (Hernández, 2008, p. 41)16.

Así, la comunicación se convierte en un entramado complejo de significados y sentidos que

debe ser analizado y cuidado para controlar los efectos que tiene, tanto en quien lo emplea como

en quien lo recibe. Es por ello por lo que la reflexión sobre la administración del lenguaje es

primordial en la eficacia de su uso y, además, en la construcción de subjetividad y de sociedad,

ya que se constituye en una estrategia de construcción personal y social.

Como consecuencia, Hernández (2008) considera que el uso de las palabras requiere de una

reflexión cuidadosa de la intención y de la sensibilidad con la que se pronuncian para controlar lo

que se dice, en consideración con el grado de afectación que puede tener el interlocutor frente a

ello. Este control conlleva la serenidad emocional, tanto del hablante como del oyente, pues, por

un lado, cuando las palabras se pronuncian a raíz de un arrebato emocional pueden ser

imprudentes, injustas y perjudiciales para quien las enuncia. Por otro, estos impulsos pueden

prestarse para interpretaciones contrapuestas que, con el fin exclusivo de desahogo, pueden

resultar contraproducentes e, incluso, inútiles.

A causa de ello, el silencio puede ser una estrategia para conservar el valor de las palabras y,

además, para que el sujeto se proteja de los extraños (Hernández, 2008). Lo anterior debido a que

la única forma de controlarlas y no malgastarlas es rodearse de un profundo silencio, en el cual

sea posible apreciar las imperfecciones de lo que se dice a partir de los ecos que generan en los

pensamientos propios. De esta forma, el hablante puede escucharse a sí mismo, autocriticarse,

identificar sus errores e intentar corregirlos. Solo a partir de una escucha atenta de sí mismo es

posible concientizarse de la conveniencia de guardar las palabras hasta que la ocasión oportuna

16 Resaltado por el autor.

101

para compartirlas se presente.

Sin embargo, callar no se limita a la reflexión sobre el lenguaje, a restringir el uso de la

palabra por ausencia de ideas o para mantener la importancia de esta, pues “(…) el silencio a

veces es vacío pero también puede ser, paradójicamente, ruido, melodía y palabra” (Hernández,

2008, p. 36). Por lo tanto, puede representar, también, adhesión a lo que se dice o, por el

contrario, rechazo total frente a ello. Por ello, puede ser un acto de protesta o de anulación frente

a lo que se expresa. Es decir que el silencio no es neutro ni inocente, puede convertirse en una

acción política y en un acto de poder (Hernández, 2008).

Este planteamiento está relacionado estrechamente con el segundo propósito del acto de

callar, convertir el silencio en un mensaje en sí mismo o en un complemento de las palabras,

pues se considera que este expresa y cumple una función comunicativa en el habla. Saber en qué

momentos es oportuno expresar por medio de las palabras y cuándo es mejor callar se constituye

en una habilidad elemental en la comunicación certera y significativa, la cual implica

(…) saberlo dosificar, con el fin de que proporcione descanso, facilite la introspección,

permita la respuesta de los interlocutores y, sobre todo, sirva para enmarcar el discurso,

subrayar sus mensajes y dotarlo de agilidad, ritmo y, en la medida de lo posible, de equilibrio y

de armonía” (Hernández, 2008, p. 50).

Así, el arte de callar se basa en una propuesta armónica del silencio y de la palabra, para dotar

la comunicación humana de significado y de relevancia, permitiendo que sean instrumentos

esenciales de descubrimiento, construcción y transformación a nivel personal y colectivo. Saber

callar requiere de la aplicación estética y cautelosa de dosis adecuadas de silencio con

intenciones explícitas o implícitas, las cuales maticen los mensajes expresados y permitan re-

significar las experiencias personales, a partir de encuentros mediados por el lenguaje.

De esta manera, aunque guardar silencio favorezca la correcta interpretación de los mensajes

y evite la distorsión de los significados de las palabras, de la elaboración y de la producción del

discurso, no es esta la razón principal para callar. El silencio que se propone no es solamente

aquel que se guarda para inspirar mayor calma, sino, también, en el que se produce una escucha

atenta, interesada y crítica de los mensajes tanto propios como de los otros. Callar es primordial

para escuchar los ecos que producen las palabras pronunciadas por el mismo sujeto, pues es allí

102

donde las personas pueden autocriticarse y transformar sus discursos (Hernández, 2008).

Así, se asume una postura más participativa y respetuosa del acto de callar, en la que se

reconoce que el silencio es un complemento de la palabra. A causa de ello el interés por lo que

dice el otro es imperativo, pues permite identificar cómo su mensaje adquiere otro matiz y

significado a partir de lo que no dice, de lo que guarda o, quizás, de lo que no es capaz de

pronunciar, pero que sus gestos comunican.

Como resultado, el silencio no es solo mensaje del que habla, sino, también, del que escucha,

pues es quien construye el significado de lo que se dice, por un lado, y, por otro, a partir de su

atención quien habla se siente valorado e invitado a continuar (Hernández, 2008). Por lo tanto, al

ser el silencio un mensaje, requiere de una escucha atenta, un interés genuino y una

interpretación cuidadosa. Estas acciones desencadenan una conversación más elocuente y

constructiva, pues se fundamentan en la voluntad de colaboración de los interlocutores para

descifrar el mensaje real que se pretende comunicar y, así, otorgarle la importancia que merece.

Es precisamente en este aspecto del habla en el que el diálogo se dificulta, pues este silencio

interior y exterior, imperativo para que las palabras suenen y se interpreten de forma adecuada,

constituye un gran reto (Hernández, 2008). El obstáculo principal se encuentra en el esfuerzo que

implica escuchar atentamente las palabras que los otros pronuncian, sin distraerse en discusiones

internas, para construir realmente con ellos, ya que de lo contrario se producen monólogos

irreflexivos que no generan efectos relevantes. De acuerdo con Hernández (2008, p. 82)

para que nuestra palabra sea escuchada es necesario que, previamente, hayamos atendido a los

destinatarios de nuestros discursos. Atendemos y entendemos las palabras que interpretan

nuestras demandas y responden a nuestras cuestiones. La palabra eficaz es siempre la respuesta

adecuada.

En relación con esto, para que las palabras pronunciadas tengan verdaderos efectos en quienes

las escuchan, es imprescindible prestarles atención a esos destinatarios, a sus expresiones,

intereses y saberes, tanto generales como lingüísticos, ya que de lo contrario los mensajes que se

expresen serán inútiles y fastidiosos. Adicionalmente, existen situaciones en las que el silencio es

la expresión más prudente, pues las palabras pueden ser redundantes o innecesarias y, por lo

tanto, producir efectos contraproducentes como, por ejemplo, ante el sufrimiento o la muerte

103

(Hernández, 2008).

De esta manera, Hernández (2008) considera que el silencio es una necesidad, una obligación

y un acto de generosidad y elegancia. También, puede convertirse en la mejor estrategia para

serenar el ánimo propio y del interlocutor, siendo, a su vez, la respuesta más eficaz para

neutralizar las acciones dañinas o agresivas que pueden rodear ciertos actos de habla. Como se

evidencia, callar es una habilidad y una destreza que requiere de un esfuerzo y un entrenamiento

arduo, para lograr un equilibro emocional constante y, sobre todo, una permanente actitud

autocrítica.

Otra característica esencial del silencio es su capacidad de mediación para la contemplación

serena y, a partir de ella, para la comprensión de algunos misterios, pues la reflexión tranquila y

libre que permite es indispensable para adentrarse en el fondo complejo y enigmático de los seres

humanos y de la naturaleza. Este es el tercer propósito del acto de callar, convertirse en un

refugio y en un tiempo de calma que permite adentrarse en las profundidades del ser,

descubrirse y transformarse, a la vez que posibilita la indagación de sentidos profundos del

lenguaje para reconstruirlo y apropiarse de él.

El silencio permite una conexión particular con el mundo, con las experiencias y con el

lenguaje. Además, favorece la reflexión y la transformación de situaciones sencillas en

experiencias significativas y en aprendizajes constructivos. Por ello, un elemento central de esta

reconstrucción de las vivencias es la apropiación singular que se realiza del lenguaje, pues se

favorece el reconocimiento del por qué la asimilación de algunas palabras es más fácil que otras,

las cuales resultan ajenas o indiferentes aun cuando hacen parte del contexto cotidiano

(Hernández, 2008).

De esta forma, utilizar las palabras implica que se llenen de colores, sabores, rostros y, en

general, de experiencias significativas que marquen su sentido y, por medio de las cuales, cobren

vida y sentido para quien las utiliza. Así, comunicarse por medio del lenguaje es apropiarse de él,

sentir su vitalidad y su cercanía, lo cual conlleva que está cargado de significados emocionales y

experienciales que son más poderosos y enriquecedores. A causa de ello se convierten en

elementos cruciales para la construcción, o la destrucción, de cada ser humano y de su entorno.

104

Para eso es necesario dar paso al silencio, aquella calma mediante la cual es posible escuchar

“(…) los ecos íntimos de sucesos importantes o de episodios intrascendentes” (Hernández, 2008,

p. 104). Callar, de esta forma, implica cerrarse a los ruidos externos para abrir la conciencia a las

voces serenas del interior y a la reconstrucción de la propia vida en ese espacio-tiempo

tranquilizador y propio. Sin ese momento de meditación y escucha pretender que las palabras se

llenen de sentido y expresen lo más genuino del ser humano es una ilusión, pues para ello es

necesario que, en profundo silencio, gse escuchen sus vibraciones (Hernández, 2008).

Por otra parte, callar permite que las palabras y los silencios de otros afecten las

construcciones propias, ya que a partir esto es posible la devolución de la voz propia, de las

palabras y del ser, a modo de espejo (Hernández, 2008). Así, el silencio del interlocutor permite

descifrarse a sí mismo, probar los efectos que los mensajes propios producen en los demás y

experimentar con el lenguaje, tanto oral como gestual, para construir una forma particular de

comunicar, de jugar con la vida de las palabras para compartir con sí mismo y con los otros

Así, la hospitalidad e intimidad que implica dirigirle la palabra al interlocutor conllevan que el

proceso de comunicación deba ser cuidadoso y valioso, pues a partir del habla se le permite a los

otros entrar en la conciencia propia, hacerlos partícipe de los saberes, las ignorancias, los afectos

y las aversiones (Hernández, 2008). Por esto, aunque se comparta y se construya con ellos,

siempre hay algo personal y único que no puede imponérseles y, por lo tanto, que no debe

esperarse que ellos adopten. De acuerdo a lo planteado por Hernández (2008, p. 122), se deben

“Cubrir discretamente las heridas, vestir elegantemente las vergüenzas, encerrar prudentemente

los éxitos o, en pocas palabras, guardar silencio, es una manera elemental y delicada de respetar

a los demás”.

Estos propósitos reunidos constituyen la posibilidad de construcción y de transformación por

medio del silencio, pues todos los sujetos necesitan de este acto para constituirse, explicarse e

identificar quiénes y cómo son. (Hernández, 2008). En esta medida, conversar con otros permite

descifrar qué es lo particular en el sujeto, ya que es posible reconocer que existen distintas

formas de ser, las cuales representan diversas maneras de estar y habitar el mundo.

En esta comprensión, es necesario que tanto la palabra como el silencio medien las relaciones

interpersonales de los sujetos. De este modo, no solo se posibilita el compartir con los otros,

105

sino, también, que esas experiencias se conviertan en puntos de análisis y re-evaluaciones que

permitan nutrir la perspectiva de vida de cada sujeto.

Como consecuencia, estas posibilidades y cualidades del silencio y de la palabra implican que

exista un interlocutor atento, respetuoso e interesado que escuche y entienda la verdadera esencia

de los mensajes que se expresan y las claves secretas y propias del sujeto que habla, pues las

palabras solo adquieren su poder cuando alguien las escucha (Hernández, 2008). Además, las

personas únicamente descubren su importancia cuando alguien las respeta, las comenta y hasta

las refuta. Solo en el silencio el sujeto se construye y su lenguaje también lo hace. De acuerdo a

Hernández (2008, p. 127)

Los vocablos, efectivamente, no están completamente llenos hasta que los pronunciamos y los

escuchamos. Es entonces cuando las palabras adquieren sustancia humana, calor vital y vibración

emocional, de la misma manera que las cuerdas de una guitarra sólo expresan sensaciones, sólo

transmiten sentimientos, cuando unos dedos maestros las acarician.

De esta manera, las palabras son poderosas herramientas para construir las bases sólidas de la

comunicación común, pero también pueden ser armas destructoras de la convivencia y del

bienestar, pues

son vehículos cargados de mensajes que buscan una benévola aceptación, una correcta

interpretación y una generosa valoración; son cauces anchurosos por los que discurren las

expresiones de nuestra peculiar manera de interpretar la vida; por donde se deslizan esos ríos que

se encaminan hacia ese mar compartido de la comunicación (Hernández, 2008, p. 118).

Por lo anterior, su incorrecta interpretación o uso pueden perjudicar las relaciones que

alrededor de ellas se entablan. De la misma forma, el silencio puede ser perjudicial si se usa con

fines mezquinos o maliciosos, ya que puede convertirse en una estrategia y ser utilizado con el

propósito de alcanzar ciertos objetivos (Hernández, 2008).

Como se evidencia, el silencio es un elemento fundamental en la construcción individual y

colectiva de los seres humanos, ya que permite la contemplación de las particularidades de la

vida y la significación de estas para convertirlas en experiencias importantes que trasciendan.

Además, se constituye en un factor de comunicación sustancial en el proceso de expresión de los

106

seres humanos, el cual permite profundizar en los sentidos de los diversos actos de habla en los

que un sujeto se ve inmerso.

Así, callar va más allá de una ausencia, una pérdida o la falta de saber. Por el contrario,

representa un complejo entramado de posibilidades de reflexión y comunicación que deben

cultivarse con el propósito de armonizar la vida de los seres humanos. Además, desarrollar este

arte genera procesos más conscientes y críticos de vida y de expresión, propiciando espacio-

tiempos de calma y reflexión profunda que permitan la trascendencia de las relaciones humanas.

107

6.6 Lectura de literatura

6.6.1 El acontecer, la incertidumbre y la transformación, posibilidades inmersas en la

literatura desde Larrosa (2003)

La lectura es una experiencia que atraviesa por completo al lector, lo mueve, lo transforma y

lo conforma. Leer es en un acto de construcción de sentido, tanto del texto como de la vida

misma, dando forma, así, a una historia que se convierte en la propia narración del ser del lector.

Cada relato leído no es simplemente un elemento más de la lista, ni una forma nueva de

conocimiento, es un acontecimiento que configura lo que el lector es. Por ello, la lectura

trasciende la decodificación y la comprensión literal. Leer va más allá de entender qué dice el

texto, pues es permitir que permee hacia lo más profundo, es cuestionarlo y cuestionarse.

Entonces, vivir una experiencia de lectura significa construir una vida humana plena, aquella

que no solo busca la satisfacción de las necesidades básicas, sino, también, de aquellas

actividades que trascienden la banalidad de la vida mortal. Ello dado que el saber que

proporciona esta experiencia enseña a vivir humanamente y a conseguir la excelencia en los

diversos ámbitos de la vida humana. Por ello se ha llegado a considerar que el texto porta algo

incorporal que “(…) al mezclarse con la sustancia etérea del alma, la con-forma, la trans-forma o

la de-forma” (Larrosa, 2003, p. 46).

Esta es la postura de Larrosa (2003), para este autor la lectura se constituye como un acto

profundo entre la subjetividad del lector y el texto al que se enfrenta. A partir de esta actividad se

posibilita la vivencia de una experiencia. Es decir que aquello que se lee cala en lo más íntimo de

cada sujeto, llevándolo en un viaje indefinido que lo transforma. De esta manera, la lectura

también es formación, pues tiene que ver con todo aquello que hacer ser a un sujeto tal como es

(Larrosa, 2003).

Además, la lectura implica un recorrido por el texto que se asemeja a un viaje exterior

doblado por uno interior, convirtiendo al viajero en un sujeto distinto al que partió. Así, al leer se

sigue, también, un itinerario, el cual está ligado a un universo de signos que deben ser

interpretados adecuadamente para no perderse (Larrosa, 2003).

108

De esta forma, se cierra la frontera entre lo que se es y lo que se sabe, entre aquello que

simplemente pasa y lo que le pasa al sujeto, ya que todo ello se fusiona en la construcción

subjetiva de la experiencia de lectura. Para esto la capacidad de escucha y atención frente eso

que sucede es fundamental. En palabras de Larrosa (2003, p. 29)

Es como si los libros pero también las personas, los objetos, las obras de arte, la naturaleza, o

los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor quisieran decirnos algo. Y la formación

implica necesariamente nuestra capacidad de escuchar (o de leer) eso que tienen que decimos.

Una persona que no es capaz de ponerse a la escucha ha cancelado su potencial de formación y de

transformación.

Por lo anterior, relacionarse con un texto implica necesariamente la escucha, aquella en la que

eso otro permanezca como tal y no como un otro desde mí mismo. Ello dado que leer enfrenta a

los sujetos a una otredad que no pueden adaptar a ellos, ni a sus propios saberes. Por lo tanto, la

lectura implica una relación entre el texto y el sujeto que cambia al lector, pues lo desestabiliza,

lo saca de sí, lo reta y lo transforma.

En relación con ello, es importante considerar que quien escucha está expuesto a oír lo que no

sabe, no necesita o no quiere. Por lo tanto, es un acto que dispone al sujeto a dejarse llevar y

perder su estabilidad, dejándose arrastrar por lo que emerge en el encuentro. Así, en la escucha

se está dispuesto a la transformación en rumbos desconocidos (Larrosa, 2003).

Así, la lectura se convierte en un acto de escucha más que de apropiación, pues, si bien la

personalidad de quien lee y aquello que sabe potencian la lectura del texto, no implica que lo que

se lee pase a ser un elemento más del lector. Es decir que, aun cuando el sujeto se enfrenta al

texto con todo un bagaje propio, no lo adapta a sí, ya que la lectura como experiencia implica

padecer, sufrir, aceptar y someterse al texto.

Por lo anterior, la posibilidad que propicia la lectura frente a la transformación del lector está

dada por el saber concreto que él apropia de esta y, por lo tanto, es relativo y subjetivo. La

experiencia de lectura no puede separarse del sujeto y, debido a esto, nadie puede aprender por

medio de la de otro, cada cual debe vivir la suya y construir sus propias interpretaciones. Así,

109

este tipo de saber está inmerso en el sujeto, hace parte de él, y por ello “sólo tiene sentido en el

modo como configura una personalidad, un carácter, una sensibilidad o, en definitiva, una forma

humana singular que es a la vez una ética (un modo de conducirse) y una estética (un estilo)”

(Larrosa, 2003, p. 34 - 35).

De esta manera, la formación que la lectura propicia es aquella relacionada con el saber de

experiencia, aquel que se construye en y por el suceder, y que se adquiere en la medida en la que

se va respondiendo a las múltiples situaciones a las que se va enfrentando el sujeto y que

conforman lo que es.

Por lo anterior, la lectura es personal, indescifrable e incalculable, ya que no se puede prever

hacia dónde se dirige el lector, cuánto lo afecta lo que lee o la meta a la que debe llegar. Es una

apertura a lo desconocido. Debido a esto, es imposible la creación de un patrón o un modelo para

posibilitar esta experiencia, no puede planearse técnicamente, representando una dimensión de

incertidumbre irreductible.

Como consecuencia, no todos los actos de lectura se convierten en experiencia, pues es un

acontecimiento que en raras ocasiones tiene lugar (Larrosa, 2003). Esto dado que, para que un

acto de lectura se convierta en una experiencia, deben darse ciertas condiciones de posibilidad,

aunque estas no garantizan su vivencia. Entonces, es necesario que el momento propicio, el texto

adecuado y la sensibilidad apropiada converjan. Y aun cuando esto se dé nada está asegurado,

pues este acontecimiento escapa a toda causa, efecto y anticipación.

Además, cada momento de lectura representa diversas vivencias, por lo que puede ser

experiencia para algunos, pero no para todos, y para aquellos que lo sea no será la misma.

Entonces, leer es un acontecimiento de pluralidad, la cual no puede ser reducida a un concepto.

Por lo tanto, el momento de lectura debe liberar esa diferencia sin intentar capturarla, “Para que

la lectura sea experiencia hay que afirmar su multiplicidad, pero una multiplicidad dispersa y

nómada, que siempre se desplaza y se escapa ante cualquier intento de reducida” (Larrosa, 2003,

p. 40).

Adicionalmente, debido a su multiplicidad en la experiencia causada, la lectura se concibe,

metafóricamente, como un fármaco, una traducción o un viaje (Larrosa, 2003). En el primer

110

caso, se entiende que cada medicamento causa un efecto distinto en diversas personas. En el

segundo, cada traducción pasa un sentido nuevo de una lengua a otra, modificando aquella a la

que se incorpora. En el tercero, cada viajero vive un recorrido diferente y percibe aspectos

diversos de cada lugar al que va. Por lo tanto, la lectura es impredecible, pues en cualquiera de

los casos es imposible predecir los efectos del fármaco, el extravío del viajero o la mecánica de

la traducción.

Reconociendo esta incertidumbre inherente a la lectura, se debe considerar que leer en la

escuela no puede desligarse de la experiencia personal que implica este acto. Como

consecuencia, no se debe limitar su enseñanza al desciframiento de un código o al análisis literal

de su sentido, pues la literatura no es un objeto de estudio científico. Además, descifrar el

sistema escrito no es suficiente para leer, ya que la literatura lo compromete, pues “Lo que ocurre

con la palabra literaria es que tiene en sí misma (y no en la lengua que la hace posible) su

principio de desciframiento” (Larrosa, 2003, p. 42).

Por el contrario, un texto literario es aquella voz para escuchar, para suspender el sentido

riguroso y aséptico del mundo y, así, abrir una posibilidad para la resignificación de los

acontecimientos de la propia vida. Por ello, la experiencia de lectura es algo completamente

distinto a interpretar un código o a asegurar un sentido del mundo, del lenguaje y de los textos

mismos.

A causa de lo anterior, el rol del docente es dar paso a la pluralidad, es decir, posibilitar el

encuentro de la relatividad, las diferencias y lo impredecible, alrededor de la construcción de las

experiencias particulares que tienen lugar en el aula de clase cuando se lee. Así, más que intentar

convertir la experiencia de lectura en un objeto sobre el cual dar resultados, se trata de escuchar a

esos múltiples lectores y sus vivencias, sin intentar encasillarlos o determinarlos en conceptos

estandarizados.

En esta medida, construir este tipo de encuentros con la literatura implica entrar en contacto

con esas experiencias particulares de cada lector y atender cuidadosamente a lo que tienen para

decir, acogiendo, así, aquello que tienen de impensables. De esta manera, el pensamiento se

libera y se abre para su propia transformación (Larrosa, 2003).

111

Entonces, la función del docente es crear y mantener un espacio abierto, en el cual sea posible

que cada sujeto, en medio de su singularidad, pueda encontrar sus propias posibilidades de

transformación. Por ello, los momentos de lectura no se constituyen como espacios para

construir eruditos, sino que son la posibilidad de liberarse, cuestionarse y ser.

Para construir estas verdaderas experiencias de lectura en el aula, es necesario que el docente

no tenga un concepto previo sobre lo que es una buena, correcta o verdadera lectura y, menos

aún, acerca del ‘deber ser’ de un lector. Esto dado que, si el docente pretende anticiparse a las

lecturas de sus estudiantes y pretende transmitir lo que el texto dice, solo estará creado un

experimento y, por consiguiente, utilizando la lectura como un medio para llegar a un saber

previo y construido bajo criterios estandarizados, que desconocen las particularidades de cada

uno de los estudiantes. Este es justamente el camino que separa la lectura de la experiencia y

que, por lo tanto, elimina sus verdaderas posibilidades de formación, construcción y

transformación.

De esta forma, enseñar a leer, desde esta perspectiva, consiste en colocar experiencias juntas.

Es decir, que maestro y estudiante deben situarse en un mismo nivel y colocar sus experiencias

una al lado de la otra. En palabras de Larrosa (2003, p. 45)

Lo que el maestro debe transmitir es una relación con el texto: una forma de atención, una

actitud de escucha, una inquietud, una apertura. Y eso no es limitarse a una posición pasiva, no es

meramente administrar el acto de la lectura durante la clase. No es sólo dejar que los alumnos

lean, sino hacer que la lectura como experiencia sea posible.

Sin embargo, compartir esta experiencia desde el rol del docente no significa exponer el saber

al que se ha llegado, ni el modo como un texto se ha apropiado. Compartir una experiencia es

mostrar cómo se ha escuchado el texto, cómo se ha abierto el lector ante lo que este tiene que

decirle. Así, lo que el docente debe compartir es su escucha, su inquietud y su apertura ante ese

viaje que representa la lectura.

Estas experiencias de lectura son fundamentales en la medida en la que se reconoce que la

vida humana está constituida por las historias que se escuchan y se leen, pues su forma

misteriosa y fragmentaria se asemeja a la narración. En palabras de Larrosa (2003, p. 38)

112

(…) el yo, que es dispersión y actividad, se constituye como una unidad de sentido para sí

mismo en la temporalidad de una historia, de un relato. (…) el tiempo se convierte en tiempo

humano en la medida en que está organizado (dotado de sentido) al modo de un relato. Nuestra

vida tiene una forma, la de una historia que se despliega.

La identidad humana está construida por una interpretación narrativa de sí mismo, la cual se

produce en ese gran entramado de historias llamado cultura y en relación con el cual cada sujeto

organiza el sentido de quien es, su identidad, y el sentido de lo que le pasa, su experiencia. De

esta forma, “Es como si la identidad de una persona, la forma de una vida humana concreta, el

sentido de quién es y de lo que le pasa, sólo se hiciera tangible en su historia” (Larrosa, 2003, p.

39).

113

6.6.2 Una lectura imposible, el morir y renacer de la literatura y el sujeto desde la

perspectiva de Bárcena (2002)

Desde la perspectiva de Bárcena (2002), el encuentro con la literatura, y con el arte en

general, es un viaje en el que no se pueden premeditar sus consecuencias, pues está constituido

por vivencias intempestivas y desordenadas. Es por ello que la lectura se constituye como una

apertura y una disposición, tanto a lo que le pueda suceder al sujeto como a lo que cada obra

comunica. De esta manera, leer traspasa la estandarización de cánones y normas que marcan el

sentido de cada texto, para convertirse en un acto imposible, indefinible e inagotable.

La lectura es la acción a partir de la cual el hombre se descubre como tal, enfrentando su

finitud y sus límites. A la vez es la posibilidad de ser eterno y longevo, pues es el contacto con

sus antepasados y sus futuros. Por ello, leer se constituye como un encuentro directo y

absolutamente personal con los libros, pues su sentido se haya atado a la percepción y a la

atención que cada cual ponga a su voz. Como consecuencia, cada persona haya en los libros un

sentido distinto, por lo cual es imposible pretender llegar a interpretaciones únicas frente a lo que

se lee.

El desvelamiento de una interpretación canónica está relacionado con una política de la

lectura, en la cual cada obra tiene un contenido que debe ser descifrado. Se trata de “un ejercicio

de control y de orden sobre la actividad del leer, que vuelve su experiencia en acontecimiento

controlado, es decir, en un experimento” (Bárcena, 2002, p. 30). De esta forma, la lectura se

transforma en una acción planificada bajo una conducta normalizada, la cual pretende producir

ciertos efectos y reducir la capacidad de riesgo e incertidumbre en su práctica.

Además, al intentar encontrar un contenido oculto por medio de cierto análisis, la literatura, y

el arte en general, pierde su esencia y su pureza. La interpretación empobrece el texto y lo limita

a significados recíprocos con códigos ya establecidos y ordenados de acuerdo con discursos

coherentes y canónicos. Así, el lector, convertido en interprete, cava en el texto, al punto tal de

encontrar otro que le parezca más apropiado para sí (Bárcena, 2002). Como consecuencia, el

114

mundo del texto deja de ser tal para convertirse en uno ya interpretado y definido. De esta

manera, la literatura, el arte, se doméstica, para tranquilidad del lector y de quienes lo rodean.

En esta política de la lectura, leer, también, se convierte en un espacio marginado de la

dinámica de la vida cotidiana, desordenada y espontánea. Por lo tanto, es un refugio que protege

al lector, quien espera alguna ayuda que esa lectura disciplinada pueda proporcionarle. Así, la

lectura se constituye como un espacio de abandono, en el que el lector queda protegido por un

orden institucional, el cual lo resguarda del enfrentamiento a la experiencia de vivir y de lo que

esta pueda llevarlo a pensar. Por consiguiente, la lectura “le da la espalda a la vida, o lo que es lo

mismo: la lectura no queda respaldada por la vida, sino contrapuesta a su influjo” (Bárcena,

2002, p. 31).

Por el contrario, al leer el ser humano se encuentra con su condición de mortal, al descubrir

que tiene un tiempo finito en el que todo comienza y termina. También, confirma su mortalidad y

su herencia. A partir de la lectura el sujeto descubre que en esta puede renacer y comenzar otra

vez. Ello dado que, por medio de los libros, es posible relacionarse tanto con los contemporáneos

como con aquellos que ya no están y con los que aún no nacen (Bárcena, 2002). Entonces, los

libros enfrentan al sujeto a su condición mortal y a su vida caótica e imprevista, presentándole

las posibilidades de crear nuevamente su ser y su mundo, a partir de los textos que lee.

En relación con lo anterior, el encuentro con el arte no demanda una preparación previa para

hallar una interpretación establecida, sometida a códigos y reglas, pues su finalidad es brindar la

posibilidad de ir más allá de las palabras. Su propósito es volverse imposible, es decir, terminar y

reiniciarse para cambiar la forma de mirarse a sí mismo y a los otros. En palabras de Bárcena

(2002, p. 33), “el fin de la lectura es que al final la lectura se haga imposible, que definitivamente

se anule o desaparezca. El fin de la lectura es, quizá, dejar de leer y empezar a vivir de otro

modo”.

Para que esto sea posible, es necesario ponerse en cuestión, interrogarse y, en definitiva,

permitir que los textos se conviertan en verdaderos interlocutores. Por ello, quien quiere

comprender un texto tiene que estar dispuesto a dejar que este le diga algo. En esta medida, es

imposible que haya lectura si no hay una apertura plena frente a la obra y a lo que esta puede

115

decir.

Sin embargo, algunas construcciones e interpretaciones anticipadas sobre sí mismo y la vida

son una condición para la escucha del texto, pues leer es un acto articulado entre una

comprensión previa de sí mismo y del mundo. Por ello, la lectura se constituye como una

experiencia real en la que se involucran las vivencias propias y el trato con los textos, para

mostrar qué son y cómo son, y no solo lo que significan.

Lo anterior no quiere decir que no haya una interpretación de lo que se lee, sino que la

relación con los libros debe admitir una pluralidad de percepciones que fracturen incluso

aquellos sentidos memoriales que pretendan transmitir (Bárcena, 2002). Así, aunque haya cierta

interpretación del texto, no está premeditada desde el principio, suponiendo que el sentido ya

está dado y es invariable. El encuentro entre un sujeto y un libro es intempestivo e indefinible.

Por lo tanto, no es posible predecir qué sucederá después de ese encuentro y tampoco se puede

verificar si se ha entendido lo que se debía, pues ¿Quién nos garantiza la verdad de un

significado estético?” (Bárcena, 2002, p. 24).

Por todo lo anterior, Bárcena (2002) plantea que debería crearse una poética de la lectura, en

la cual haya momentos de contemplación para “(…) aprender a ver más, a sentir más, a oír más”

(Bárcena, 2002, p. 24). Se trata de un espacio para imaginar a partir del mundo que la literatura

ofrece y que sus palabras comunican. Es la posibilidad de simular la realidad de una cualidad o

un sentimiento que no se tienen. Es la oportunidad de imaginar, reconociendo que la imaginación

es una ficción constituida por el juego de hacerse pasar por lo que no es. De esta forma, se da por

real lo irreal, convirtiéndose en un juego de disfraces, el sujeto se disfraza del otro y de lo otro.

En esta medida, la lectura permite que la imaginación y el juego revivan. Nuevamente el

sujeto puede fingir, disfrazarse e imaginar, lo cual le abre la posibilidad de volver a admirar y a

contemplar lo que le rodea. Todo ello le permite revivir la experiencia que se ha desvanecido en

medio de vivencias controladas y de planeados experimentos tomados como vida. Así, leer es la

oportunidad de re-aprender esa posibilidad de la experiencia.

Al leer los sujetos fingen, imaginan y se disfrazan. Todo ello para aprender a ver la

experiencia y el acontecimiento que los datos y los hechos intentan ocultar. Esto a partir de la

116

educación de la mirada y el re-aprendizaje del sueño. De esta manera, a partir de la escritura de

ficción y de su lectura, es posible inventar una realidad, mediante la cual se supone que el poder

de la contingencia que angustia al sujeto se elimina (Bárcena, 2002).

Por lo anterior, la realidad y la ficción están ligadas por la posibilidad de ser y crear, pues

tanto lo que se finge como lo que se inventa es realidad. Dentro de esta dualidad, la lectura es el

acto que permite suspender el tiempo de lo real para trasladar al sujeto a una vivencia de un

espacio distinto y de una modalidad de tiempo diferente (Bárcena, 2002).

En esta medida, la poética de la lectura pretende restaurar la magia de los textos, de sus

palabras y de sus silencios, con el propósito de recuperar los sentidos del ser humano. Con ello

se busca que la palabra pueda ser vista, escuchada y tocada, para que el sujeto sienta, a partir de

ello, la vida. Sin embargo, esto revela, también, la crisis de la palabra, pues intenta comunicar lo

incomunicable: la vida misma, aquella “que no se puede encerrar en los libros, pero de la que, al

final, algunos libros parecen hablar” (Bárcena, 2002, p. 26).

Así, las palabras, además de revelar lo que dicen, comunican una cierta forma de decir y

también una crisis permanente. Ello dado que el decir que transmiten es imposible, son la

expresión de una imposibilidad. Esta es la descripción de una realidad inventada que es, a la vez,

un relato sobre una invención posible y, por lo tanto, una realidad. Además, la crisis de la palabra

está dada por el vacío que representa y por el silencio del que nace. De esta forma,

Como nacida de un vacío, la palabra es lo que se da: el don de la palabra o la palabra dada,

la palabra como promesa. Y lo que comunica entonces -el decir imposible- es su silencio, el

punto del cual emerge, su nada (Bárcena, 2002, p. 26).

Por lo anterior, los libros transmiten tanto lo que sus palabras dicen como aquello que les

resulta imposible decir, los silencios y los vacíos de los que nacen. Por ello, leer implica también

la lectura de un silencio, de los espacios en blanco que separan las palabras (Bárcena, 2002).

De esta manera, la poética de la lectura pretende colocar la palabra y sus silencios

simultáneamente, recuperando, así, la importancia del candor de la página. Esto dado que esos

silencios y vacíos son el espejo más fiel del ser humano, pues se constituyen como el

interrogante de la palabra, que a su vez se convierte en el interrogante del sujeto (Bárcena, 2002).

117

Ese viaje hacia lo imposible, hacia el silencio, es el punto donde todo parece comenzar, el

acercamiento a lo inimaginable y el renacer a partir de ese vacío que pretende ser otra cosa. Así,

el silencio se convierte en una preparación para algo que vendrá después, es un estado en el que

se crean las condiciones para que algo posterior se presente en su plenitud máxima, sea esto la

vida o la muerte misma. De acuerdo con Bárcena (2002, p. 26) “Venimos del silencio y al

silencio vamos. Antes de la vida y después de la vida estamos instalados en el silencio. El

silencio es nuestra condición y nuestro habitat”.

En estos estados de silencio no hay palabras, no se necesitan, pues hay otro tipo de lenguaje

que permite mantener la conexión con el mundo. Los signos del cuerpo, el rostro, las manos, la

mirada, entre otros, demuestran también la apertura que el sujeto tiene ante el mundo y, a la vez,

permiten la escucha de sí mismo y de lo otro desde lo más profundo. Por lo tanto, entre estos

silencios anteriores a la vida y posteriores a la muerte, es posible que se encuentre el aprendizaje

de una palabra imposible. Por ello “El silencio es estado de vida, una intensidad de vida, un

estado de nerviosa quietud y éxtasis” (Bárcena, 2002, p. 29)..

De esta manera, el silencio deja de ser negación de la comunicación para representar el estar

plenamente comunicado, pues, a partir de él, se puede estar completamente receptivo ante el

mundo y la vida, sin mediaciones. Para ello, es necesario que el sujeto completo, tanto cuerpo

físico como todo aquello que lo conforma, esté abierto en absoluta receptividad y atención frente

a los acontecimientos y a los elementos de su existencia (Bárcena, 2002).

De esta forma, el fin último del lenguaje y de las palabras se constituye como una suspensión

de la comunicación, la cual implica el esfuerzo de escuchar el silencio y de disponerse a percibir

la tensión del encuentro con lo que Bárcena (2002) llama el momento justo. Aquel que hace

estallar la lectura y renacer de nuevo el mundo, pues revive al escritor del libro y de nuevo

inventa su relato.

La no aceptación de estos silencios del libro lleva a pretender interpretarlo y comentarlo, para

llenar con ello sus silencios. Esto solo genera que sea comentado en sus términos, pero no en sus

vacíos y silencios. Intentar ir más allá de sus palabras, pretendiendo que el texto revele sus

secretos, puede constituirse en un acto que lo violente. Por lo tanto, ese momento justo debe ser

un cara a cara que no esté condicionado por la idea de perfeccionar la representación general de

118

la condición humana a partir de la lectura de buenas obras.

Lo que sucede en ese encuentro es una apertura que, cuando no está limitada por la defensa

del sujeto frente al libro, no deja al lector como cuando inició su lectura. Así, aun cuando no se

parta de la búsqueda de un perfeccionamiento, algo cambia para quien lee, como consecuencia

de la experiencia que ha vivido. Esto porque la alteridad de algunos libros lastima en la misma

medida en la que todos los saberes, certezas y seguridades del sujeto tambalean, abriendo ante él

un abismo (Bárcena, 2002).

Como consecuencia, se crea un encuentro lector, una relación de lectura mediada por algún

tipo de texto, o una obra de arte. Allí se crea el momento justo, aquel instante en el que el sujeto

capta la fragilidad de la palabra del otro, a partir de la escucha atenta de lo que dice y de lo que

omite. En ese momento se evidencia que, también, es necesario un silencio profundo antes del

trato con el otro y con el inicio de la lectura. Todo este acontecimiento es una relación cara a cara

con algo que puede ser humanamente apasionante (Bárcena, 2002).

Es por esto por lo que Bárcena (2002) plantea que al dejarles de leer y contarles historias a los

niños se les priva de la magia de la narración del mundo, por lo cual es como enterrarlos vivos o

emparedarlos en el vacío. Esto mismo le sucede al adulto, quien, al verse alejado de los relatos

de su infancia, sufre de una muerte prematura de su corazón y de su imaginación.

Por todo lo anterior, la lectura no es una técnica de desciframiento o interpretación, sino que

se constituye como un acto poético en el que el lector encuentra una posibilidad de cambio, con

base en su apertura frente a la obra que sostiene. Además, es un acto de silencio que coloca al

sujeto en disposición para escuchar ritmos diferentes que no están determinados por otros, pues

nacen del silencio, y le permiten la creación de nuevas realidades y distancias para el dolor a

partir de la memoria y el deseo. Desde esta perspectiva, el lector reconoce que esas palabras que

lee esconden más de lo que dicen, pues no coinciden con la voz de su autor, pues nacen de un

vacío y una ausencia incomunicables (Bárcena, 2002).

En esta medida, esa voz de los libros no es un precepto sobre cómo vivir, sino un encuentro

libre y conversable, es una visita inesperada dentro de la vida. Por lo tanto, el aprendizaje de la

lectura no puede ser otra cosa que la posibilidad de ser, a partir de una amplia, profunda y mejor

119

comprensión del ser humano y de sus aspectos fundamentales, la vida y la muerte. Por esto quien

enseña no pretende traspasar unas creencias o convicciones, aun cuando no renuncie a ellas, sino

que busca que quien aprende piense por sí mismo (Bárcena, 2002).

Para ello, es necesaria una conversación, en la que, a pesar de sus diversas posturas, las voces

distintas y plurales de sus participantes continúen resonando en ellos, incluso cuando han dejado

de estar juntos. Una conversación que inició incluso antes de que ellos existieran (Oakeshott,

1986; Bárcena, 2002). Esa palabra que se comparte es tomada como pertenencia por quien

aprende “no para devolvérsela, como si le perteneciese a aquél, sino para estirarla y

transformarla más allá de sus posibilidades, hasta que pueda situarse superando el límite que

ninguna otra letra del alfabeto puede sobrepasar” (Bárcena, 2002, p. 34)

Así, se instaura una lectura imposible, pues se crea a sí misma en cada encuentro y no puede

fabricarse siguiendo reglas o normas preestablecidas. Su finalidad no es lo que se construye al

leer, sino la invención del lector a sí mismo, a partir de un encuentro entre él y un libro en un

momento propicio. En esta lectura siente directamente el mundo que lee y, así, renace, tanto él

como su lectura. Se lee para aprender a ser finitos y mortales, para vivir, morir y renacer.

120

6.6.3 Apología de la intensidad en la literatura, una posibilidad personal y social de

reconocimiento planteamientos de Andruetto (2009)

En el ámbito escolar, ciertos textos literarios se han relacionado con la ética, los valores y su

enseñanza, tergiversándolos con el propósito de lograr algún tipo de conocimiento. Esto ha

generado que las editoriales se preocupen por responder a la demanda de la escuela y limiten su

producción a libros que estén llenos de este contenido, aunque otros aspectos, como su historia,

su estética y su intensidad, estén ausentes en los relatos. Así, la literatura es completamente

despojada de su sentido y de su verdadera esencia, para convertirse en un elemento homogéneo y

homogeneizante que pretende mantener un discurso canónico e incuestionable.

Adicionalmente ciertas obras, cuyo sentido no ha estado relacionado directamente con la

enseñanza de propósitos morales, han sido transformadas para extraer de ellas algún tipo de

lección que responda a los deberes éticos que la escuela quiere construir. Un ejemplo de ello es

la literatura clásica, la cual suele utilizarse, en los programas escolares, con fines académicos y

aleccionantes.

De esta forma, se crea un círculo vicioso, en el cual la escuela crea la necesidad de textos

moralizantes y, por ello, las editoriales se preocupan excesivamente por su producción,

exigiendo a los autores que sus contenidos respondan esto. Ello genera que algunos escritores

terminen enfocando sus esfuerzos en crear este tipo de obras, pues, en la lógica de la oferta y la

demanda, son un producto cuya venta es rentable. Así, se genera que los escritores, aun cuando

algunas de sus creaciones estén cargadas de una buena narrativa y posean un gran estilo,

terminen cediendo y caigan en el juego del mercado.

Como resultado, se crea una paradoja, pues se crea el cuestionamiento sobre la autenticidad

de este tipo de literatura, aunque cuenten con un buen nivel de elaboración. Ello dado que la

adecuación al mercado termina por darle un valor utilitario y rotulándola de acuerdo a esa

función que puede cumplir. Entonces, se discute si este tipo de obras son realmente literatura, en

el sentido de constituirse como una obra estética pensada como arte, o si se trata de textos

educativos pensados como materiales de formación.

121

De esta forma, la literatura termina perdiendo su esencia polisémica y los libros se tergiversan

para subordinarse a un propósito determinado que pretende homogeneizar la experiencia,

desfigurando, también, la concepción misma sobre la ética, pues responde más a una estrategia

de venta que a un discurso moral preponderante (Andruetto, 2009). Así, los valores y la literatura

son entendidos como aspectos estéticos, incuestionables y unívocos.

Como consecuencia, algunos textos, pensados en una lógica funcional, se llenan de palabras

vacías y las historias que cuentan carecen de toda intensidad, al ser escritos solo a partir de la

cabeza y no desde su relación con el corazón. Ello genera que la literatura sea despojada de toda

posibilidad de cuestionamiento sobre ella misma, el sujeto y el mundo. Entones, el lector deja de

interrogarse para limitarse a procesar un mensaje estandarizado, limitado a la temática que la

escuela o la editorial ha definido previamente.

Así, las posibilidades que estos textos tienen de permanecer en un lector, habitando sus

memorias, son remotas (Andruetto, 2009). Ello dado que este tipo de literatura está elaborada por

la demanda, en función de cumplir un requerimiento de la escuela. Esto genera que su creación

carezca de una carga emocional importante. Además, la profusión de libros bajo esta lógica

causa que sus temas resulten trillados e insípidos.

Así, la escritura de estos textos persigue la neutralidad, la superficialidad y la normalización

de ciertos valores y de ciertas prácticas, sin dar lugar al análisis o la relativización de estos. Esta

unificación impide la polisemia de las obras literarias, por lo que pierden cierto valor estético. De

esta manera, la literatura se convierte en parte de las estrategias que un cierto discurso

conservador utiliza para sostener sus prácticas canónicas. A causa de ello los valores terminan

reduciendo su influencia política, pues “(…) una obra política es una obra que incomoda al lector

de la polis” (Andruetto, 2009, p. 20 - 21).

Todo lo anterior desconoce la esencia de la literatura, la cual, lejos de ser autónoma y

aséptica, recoge las más profundas e íntimas cuestiones del ser humano. En esta medida, cada

obra literaria reúne los aspectos sociales más trascendentales de la humanidad, aunque su

122

incidencia siempre sea indirecta y se presente como una interrogación frente al mundo. Así, en

cada libro, por medio de cada escritor, el lector tiene la posibilidad de descubrir una geografía,

una época, una cultura y, en general, una sociedad (Andruetto, 2009).

A partir de una obra literaria el lector se enfrenta a algo profundamente propio, tanto de sí

como del escritor y de la obra. De esta forma, un libro comunica una conciencia del, y hacia, el

mundo, una reflexión profunda y particular sobre este. Por lo tanto, la lectura es la aventura a

partir de la cual el lector descubre qué le comunica el texto, es la vacilación y el enrarecimiento

del sentido frente a lo que este tiene para decir.

Cada obra literaria logra conmover al lector y comunicarle algo, precisamente porque su

mensaje no es directo ni funcional. Así, aunque los elementos de cada texto no coincidan con los

del lector o las cuestiones a las que se refiere sean ajenas a él, la obra logra conmoverlo, pues la

falta de claridad que permea un texto es justamente el punto a partir del cual este habla

(Andruetto, 2009). Entonces, podría considerarse que hay algo etéreo en la obra, lo cual no tiene

que ver estrictamente con lo lingüístico, y que esto remite a la experiencia particular del lector,

quien a partir de ello construye su relación con la lectura.

En esta medida, la literatura no puede limitarse a un solo sentido, a una verdad unívoca, pues

esa conciencia sobre el mundo está llena de bellezas y monstruosidades, de justicia e injusticia y,

en general, de todas las contradicciones propias de lo humano (Andruetto, 2009). Por esto no

puede someterse a ninguna norma, ley o moral, pues está más allá de todo ello, describe la

condición humana descifrándola completamente y enfrenta al lector a sí mismo y a su mundo,

arrojándolo a este a partir de los cuestionamientos que le genera.

Por ello, la intensidad con la que cada palabra está dispuesta no puede sacrificarse en pro de

cierta neutralidad y búsqueda moral. De esta forma, la obra se pierde y da paso a un contenido

vacío, el cual no remite a la experiencia del lector, sino a una demanda anticipada funcional

exigida por el mercado.

123

Por el contrario, en la literatura lo estético abarca completamente lo ético, pues el arte y el

mundo van en la misma dirección. Sin embargo, esto no quiere decir que la literatura se someta

ante ciertas cuestiones morales o políticas. Ello dado que aun cuando temas coyunturales, como

la violencia o la memoria social, sean susceptibles de convertirse en literatura, lo esencial en una

obra literaria es la intensidad de la historia en conjunto, no solamente el tema sobre el cual está

construida (Andruetto, 2009).

Entonces, aun cuando haya un trasfondo ético y político en cada obra, la finalidad del autor no

es, solamente, dar cuenta de ello. La creación literaria responde a una elaboración estética

particular del lenguaje, más que a la manifestación de un tema predeterminado. Un ejemplo de

ello es la escritora Svetlana Alexiévich, cuya obra transforma testimonios reales sobre la antigua

Unión Soviética en obras literarias.

Por lo anterior, la literatura posibilita le reflexión sobre una verdad sin dogmas, pues permite

cuestionar constantemente aquello que presenta. Esto dado que es tan abstracta que su incidencia

está más relacionada con lo que oculta que con lo que dice expresamente. Además, es necesario

recalcar que ni la literatura ni los valores son universales, pues se encuentran ligados a culturas y

condiciones socio-económicas concretas. Por lo tanto, no es posible que existan textos

determinados sobre ciertos temas ni para determinadas poblaciones, pues no hay libros de uso

múltiple, sino que existen libros particulares a la espera de sus singulares lectores y del momento

peculiar de su encuentro (Andruetto, 2009).

De esta manera, la literatura tiene en sí misma una función, la de conservar cierta verdad

particular y una resistencia a la posibilidad de una única interpretación, a partir de la lucha que

establece con el lenguaje y con los valores canónicos de una sociedad. Entonces, la literatura

narra la particularidad de una voz, de un personaje, que no se ciñe a una verdad general, sino que

se trata de la conciencia particular que lo acompaña en su singularidad y en su lucha entre lo que

puede o quiere ser y lo que es (Andruetto, 2009).

Todo ello está representado en la literatura por un cierto desvío, por la posibilidad de

separarse de las normas establecidas y de las previsiones. Precisamente es esta capacidad de

124

desviarse la que convierte a los libros en memorables y clásicos, pues son inagotables, pueden

continuar diciendo más allá de las barreras del tiempo, de la cultura y de la geografía. Justamente

la imposibilidad de ser interpretados completamente es lo que genera que lleguen a diversos

lectores, pues su lectura no se agota, no termina de comprenderse a pesar de las múltiples

lecturas (Andruetto, 2009).

En esta medida, la literatura representa cierta revelación, tanto por su posibilidad de decir

como por su resistencia ante cierto deber ser. Así, la literatura se convierte en un descubrimiento

constante de eso que está oculto, tanto en el lector como en la sociedad misma. Cada texto es la

aparición o revelación de ciertos aspectos que, a pesar de su escritor, emergen, no solo para

quien lee, sino, también, para quien escribe. De esta forma, la literatura, su escritura, representa

“Rebelión. Resistencia. Revelación. Visión de lo que era oscuro o estaba oculto. Aspectos

mágicos y realistas, todo eso y más también en la escritura que un escritor escribe con la cabeza

y el corazón” (Andruetto, 2009, p. 34 - 35).

Como consecuencia, la intensidad de la obra literaria es su elemento clave. Si en el texto vive

cierta vehemencia, si es posible estar inmerso en lo que está escrito, los valores o el mensaje que

de ella se deriven pasan a un segundo plano, pues “fondo y forma serán una sola cosa, se habrán

hecho obra, serán la obra, y todo lo que logremos escribir estará pleno de valores y de sentido”

(Andruetto, 2009, p. 26).

Lograr que este sentimiento de intensidad emerja solo es posible a partir de la vinculación

profunda, genuina y compleja con lo humano, sin segundas intenciones, ya que no es posible

prefabricarla o fingirla. Por lo tanto, para que un escritor la genere es indispensable que se

sumerja en su obra, que escriba sobre aquello que lo inquieta, sobre lo cual se siente intensa e

inciertamente movido hacia una búsqueda. Entonces, no es posible producir esa intensidad a la

luz de ciertos temas correctos o interesante, ni ante la demanda de una editorial, escuela o época

(Andruetto, 2009).

Por esto un escritor no es un ser comprometido en su obra sino con ella, pues su compromiso

se relaciona con la intensidad que quiere imprimir en esta y con su escritura, no la posibilidad de

125

generar cierto impacto, resultados o número de ventas. A causa de esto, la experiencia de la

escritura y de la lectura es “es uno de los últimos reductos de libertad que tiene el hombre”

(Andruetto, 2009, p. 33). Como consecuencia de esta representación de libertad, la sociedad

debería preservar estas zonas de la cultura, pues garantizan el equilibro.

Sin embargo, la escritura no es totalmente libre, ya que está llena de condicionamientos y,

además, se arraiga a una sociedad particular, aunque no estrictamente en un contexto o una

cultura. La obra literaria se dirige a un medio social, a la vez que surge de este, un texto no

tendría sentido si no se considera que está dirigido a una sociedad de la que, a su vez, alimenta su

discurso (Andruetto, 2009)

Considerando esto, más que la libertad, en la obra prima la intensidad, aquel traslado de lo

vivido a través del tiempo y de los territorios. Así, la permanencia de la literatura está dada por la

posibilidad de significar en otros tiempos, culturas y poblaciones, a pesar de haber sido

producida en un entorno particular.

Considerando todo lo anterior, la literatura, así como la educación y la ética, tienen como

propósito fundamental dejar un grabado, un estilo frente a un comportamiento y un carácter.

Aunque la literatura pretende capturar algo de esto a partir de la intensidad, factor a partir del

cual los otros se repliegan. Entonces, cada obra literaria pretende habitar las memorias de cada

lector, tal como lo hacen las personas que aman. Es por ello que los lectores, con su intensidad y

libertad, son quienes deciden qué libros quedarán en sus corazones, son quienes ofrecen su

memoria para que cada relato se instale, crezca y permanezca en ellos.

126

6.6.4 El conocimiento de sí mismo por medio de la literatura, una oportunidad sin

restricciones o demarcaciones reflexiones de Andruetto (2009)

La existencia humana plantea múltiples preguntas, sobre las cuales se crean diversas fuentes

de indagación para resolverlas. Sin embargo, existe un cuestionamiento cuya trascendencia y

enigma no puede ser resuelto, únicamente, por ciencias exactas o creencias religiosas. La esencia

misma de lo humano es una incógnita recurrente a lo largo de la vida de cualquier persona. La

construcción de su personalidad, sus sueños, sus miedos y, en general, de sí mismo no puede

darse, solamente, a partir de la consulta de discursos científicos, morales, religiosos o políticos.

Es, precisamente, en esta construcción en la que la literatura contribuye, con su voz, a la

reflexión sobre lo humano, lo personal y, también, lo social.

Una obra literaria permite la aproximación a la realidad humana y al mundo. A ello se debe la

polisemia de su voz, pues le habla a todos los sujetos y a la vez a uno en particular. Por esto es

imposible pretender limitarla a un público específico e incluso a una temática singular, pues cada

obra es tan diversa en sí misma que su definición es imposible y carece de sentido. Además, la

literatura tampoco puede reducirse a una única interpretación. Precisamente es su

plurisignificación la que permite la conversación sobre ella.

De esta forma, la literatura se constituye como un agente peculiar y dicotómico que, en su

interior, representa los aspectos más particulares y, a la vez, sociales del ser humano. Ello dado

que su propia singularidad le permite simbolizar cuestiones tan profundas que terminan

convirtiéndola en la esencia de aspectos mucho más generales.

De esta forma, una obra literaria comunica, a partir de la metáfora de su particularidad,

aspectos comunes del mundo y de la humanidad. Las imágenes producidas por un escritor hacen

inteligible la condición humana, desde la focalización de lo pequeño. Así, un autor construye una

imagen singular del mundo por medio de su obra (Andruetto, 2009).

En medio de esta construcción, tanto de una imagen particular como de una obra literaria, el

escritor se enfrenta a un proceso de conocimiento, un camino de búsqueda, encuentro y

127

cuestionamiento constante. Entonces, en el proceso siempre incierto de escritura, el pensamiento

se modifica constantemente, a partir de sucesivas decisiones que se toman a lo largo del mismo.

Así, este se convierte en una puesta en cuestión y en una problemática constante, la cual requiere

de la apertura al cuestionamiento y a la incertidumbre.

Por ello, la imagen que aparece en la escritura siempre lo hace como un problema, pues,

necesariamente, exige una mirada profunda, hacia el fondo y por debajo de cualquier prejuicio,

para intentar ver más allá. En esta medida, se trata de dejar lo que se estaba pensando, dudar de

ello, para conocer el sentido profundo en la obra (Andruetto, 2009).

Como consecuencia, la estética de una texto no se basa en la imposición de ciertas verdades,

ni se funda en ningún tipo de dogma (Andruetto, 2009). Además, la literatura cuestiona tanto a

su escritor como a su lector. Escritura y lectura se constituyen como caminos de exploración y se

convierten en provocadores y productores de una mirada particular sobre el mundo, la cual está

contenida en una forma estética. Este proceso de extrañamiento, cuestionamiento y

descubrimiento es, precisamente, lo que une al escritor con el lector (Andruetto, 2009).

Por todo lo anterior, una obra literaria o un escritor no podrían ponerse al servicio de ciertas

demandas escolares, morales o sociales, pues la esencia del proceso de escritura y la

incertidumbre inmersa en él impiden una estandarización de su sentido. Por ello, cuando ciertas

prácticas buscan universalizar la interpretación de un texto o este se promociona con el propósito

de influir directamente en una temática se duda de su sentido y de su autenticidad como obra de

arte. Esto dado que los procesos de escritura y lectura, como se mencionó anteriormente, son un

camino de exploración e interrogación para ir más allá de la obra misma.

En relación con ello, la literatura se convierte en una experiencia de libertad, ya que el

cuestionamiento y la duda que se desencadenan, sobre los propios prejuicios, se constituyen en

ejercicios políticos fundamentales. Esto, ya que “Nada hay más libertario y revulsivo que la

posibilidad que tiene el hombre de dudar, de ponerse en cuestión” (Andruetto, 2009, p. 55). Así,

la literatura se constituye como el territorio de la duda. Por ello, la experiencia estética que se

vive es uno de los actos más radicales de la libertad que puede ejercer cualquier sujeto.

128

A causa de lo anterior, la literatura se relaciona estrechamente con la ética, ya que lo estético

abarca lo ético, posibilitando la expresión de una verdad sin dogmas. De esta forma, los sujetos y

las palabras se convierten una sola unidad, ejerciendo la búsqueda y el extrañamiento constante

sobre la vida. Así, convertidos en uno solo, se posibilita la exploración estética personal de una

verdad particular (Andruetto, 2009).

Entonces, la posibilidad de saber de sí mismo, de intentar comprenderse y de conocer más

sobre las propias contradicciones, temores, carencias y, en general, sobre lo más profundamente

humano se encuentra representada en la literatura y en la ficción. Esto dado que sus palabras

posibilitan el recorrido de la conmoción, el descubrimiento y el asombro ante los aspectos

humanos, tanto particulares como sociales. Ello constituye una forma de decir diferente, la cual

no puede ser alcanzada por los discursos científicos, políticos o religiosos (Andruetto, 2009).

Además, la ficción constituye la exploración de mundos imaginarios y distantes que

posibilitan el surgimiento de la experiencia propia, a la luz del compartir de los mundos

personales con los de otros. Así, el relato ficcional se constituye como un viaje que remite al

lector a otro territorio, al de los otros. Por lo tanto, es, también, la posibilidad de expandir los

límites de la propia experiencia, accediendo a otros fragmentos del mundo (Andruetto, 2009).

En relación con ello, los relatos de ficción reflejan la necesidad humana de suspender el

transcurso de la vida propia para vivir otras y acceder a otros mundos posibles. De esta manera,

la literatura permite, por un lado, descansar de la fatiga de la monotonía y los aprietos de la vida

propia, y, por otro, adentrarse en los aspectos más sutiles de lo humano, los cuales podrían

haberse desconocido hasta entonces. Por lo tanto, la literatura representa la “Posibilidad de hacer

un impasse, de sortear por un momento la pesada flecha de lo real que indefectiblemente nos

atraviesa, para imaginar otros derroteros humanos” (Andruetto, 2009, p. 39).

Así, la ficción se constituye en un artificio que interrumpe la vida de un sujeto y lo obliga a

percibir otras vidas, las cuales, por su esencia de narración, ya fueron y, por lo tanto, pertenecen

al pasado, por lo que están instaladas en tiempos y espacios diferentes. Como consecuencia, sus

129

palabras dejan de ser utilitarias, su esencia las libera de su condición funcional, para convertirse

en las constructoras de algo autónomo que se suma a la realidad de quien accede a ellas

(Andruetto, 2009).

Reconociendo esto, rotular ciertas obras como aptas para cierto público o para determinados

temas carece de sentido. Además, clasificar ciertos géneros de acuerdo a las edades en las que

pueden ser pertinentes o pretender que haya cierta literatura adecuada o apta para la formación o

distracción de una persona es absurdo. Por un lado, dado que una obra literaria no puede

calificarse bajo el adjetivo de “apta”, pues es un arte que se resiste a la norma y se desvía de ella

por medio del lenguaje, a partir del cual expresa su voluntad. Por otro lado, el tema o el público

hacia el que se dirige una obra literaria es secundario, pues es su calidad lo que determinará el

acercamiento de los lectores a ella. Por ello, más que el adjetivo que la acompaña, debe ser su

sustantivo aquello que realmente se valore para su elección (Andruetto, 2009).

También, se debe considerar que la literatura no responde a un gusto global, es decir que no

todas las obras literarias le gustan a todos. Por ello su circulación, en un primer momento, es

restringida, pues no responde a la dinámica de oferta y demanda del mercado. De esta forma, las

obras literarias se resisten a una multiplicación de su sentido, restringiendo las posibilidades de

masividad y uniformidad que, así, puedan derivarse (Andruetto, 2009).

Lo anterior puede tener consecuencias dicotómicas, pues, por un lado, la calidad de las obras

literarias se ve limitada ante la necesidad de responder a demandas escolares, sociales y morales.

Por otro lado, la formación de lectores, nuevos y buenos, se restringe. Por lo tanto, la industria

editorial se ve afectada, también, por la presión que ejerce para obtener rendimientos económicos

inmediatos. Esta preocupación sobre la cantidad de ventas por título genera, además, que

desconozca la capacidad de construcción y cohesión social que se deriva de la literatura, al ser

una de las más altas expresiones de cultura. Entonces, se limitan las obras literarias a la cantidad

de ventas que puedan generar, sin reconocer su capacidad de dar identidad a un colectivo, hecho

por el cual debe ser estimulada, protegida y cuidada, más allá de valorarse únicamente como

objeto cultural (Andruetto, 2009).

130

Como consecuencia, sobre lo primero que se debe tener cuidado es, precisamente, la

especificidad del destinatario en la cual se inscriben ciertas obras. Ello dado que bajo esta

dinámica se ocultan intenciones políticas, morales y de mercado que limitan la obra y su

posibilidad de trascendencia.

En medio de esta situación, la formación de lectores cobra una importancia especial, pues,

además de potenciar su constitución como seres humanos, a partir de ello la crítica en torno a la

industria editorial incrementará y, como resultado, la producción de obras literarias será, cada

vez, de mejor calidad. Para ello, es necesario construir lectores entusiastas, interesados, críticos y

selectivos (Andruetto, 2009).

Esta labor implica la dedicación de esfuerzos constantes y prolongados, enfocados en la

construcción de posibilidades propicias de encuentros entre las personas y los libros. Además,

implica la creación de experiencias que permitan el acceso a diversas obras de calidad que

permitan el acercamiento a las múltiples voces que la literatura puede ofrecer.

Lo anterior reconociendo que un lector no se construye a partir del encuentro fragmentado y

esporádico con textos distantes de la experiencia particular del sujeto a quien se dirigen.

También, considerando que la baja calidad de algunas ediciones y lo inadecuado que pueda

resultar el texto o el fragmento al que se enfrenta son solo algunas de las causas por las cuales se

genera un desencuentro entre la literatura y las personas, obstaculizando su formación como

lectores (Andruetto, 2009).

En esta medida, es imperativo admitir que los esfuerzos en torno a la posibilidad de formar

lectores deben estar articulados entre las diversas esferas sociales, tales como la escuela, el

Estado, las editoriales, las familias, etc. Además, se trata de reconocer la importancia del

encuentro, tanto con los textos como con otros lectores, en la construcción del reconocimiento de

la literatura como la posibilidad de descubrirse a sí mismo y a los otros. Es a partir de la

formación de lectores críticos y autónomos, partiendo de su experiencia estética particular con la

literatura, como la historia de un país se transforma, pues cada obra lleva inmersa en sí la

131

posibilidad de libertad y cuestionamiento que necesita cada lector para contribuir a la tarea social

de construir el mundo, suyo y de todos.

132

6.6.5 Perspectiva de lectura desde el libro Lecturas: del espacio íntimo al espacio

público (Petit, 2001)

Los lectores no dejan de sorprendernos / ¿”Construir” lectores!

En estos primeros capítulos Petit (2001) presenta su posición frente a la lectura. Un aspecto

muy claro es el enfoque subjetivo que la autora reconoce en esta práctica, pues para ella leer

implica siempre un trabajo psíquico personal, en el cual se establecen relaciones entre lo que se

lee y el lector. Esto desencadena una experiencia de lectura que le permite a este construirse a sí

mismo desde varias perspectivas (a partir de nuevas comprensiones sobre los otros y su entorno,

imaginando para liberarse de malas situaciones, creando espacios que lo acojan, formando una

opinión frente a diversos temas, etc.).

Por lo anterior, la lectura es una práctica que se realiza en libertad y que siempre se escapa a

estándares y a reglamentos, pues varía dependiendo de la experiencia de cada sujeto, por lo que

pretender una interpretación o un efecto particular es erróneo e imposible. Por esto, más que la

iniciación en la lectura se trata de una invitación, en la cual los sujetos puedan descubrirse y

encontrar en ella un placer que siempre implica, aunque no explícitamente, un trabajo psíquico

intenso del cual se deriva una apropiación y un criterio sobre lo leído.

Más allá del bien cultural que representa la lectura o de sus beneficios en torno a la

construcción de saberes, esta responde a un deseo de pensar o a una necesidad de relatos que

tenemos como especie humana (Petit, 2001, Benjamin, 1936). Leer implica no solo descifrar las

palabras que están en el texto, conlleva toda una serie de procesos psíquicos internos que

influyen en la constitución del sujeto. De esta forma, cuando se lee no solo se interpreta, también

se imagina, se crea y se recrea, se desarrolla la fantasía y se entablan comprensiones sobre sí

mismo, los otros y el entorno (Petit, 2001).

Por esto, la lectura es una actividad, principalmente, individual, pues es imposible compartir

con otros la experiencia que se crea al leer. Los sentimientos encontrados, las imágenes y los

espacios creados, las comprensiones construidas, etc., no pueden ser comunicados, ya que

dependen de la subjetividad de cada lector. Debido a esto, aunque se compartan textos y

133

opiniones, la interpretación siempre será diferente, por lo que el mismo texto puede ser

maravilloso para una persona y demasiado aburrido para otra. La lectura es una práctica

subjetiva (Petit, 2001).

Por lo anterior, leer implica libertad, tanto para permitir que cada persona construya sus

propios sentidos y metáforas sobre lo que lee, como para que interprete y forme su propio

criterio sobre ello (Petit, 2001). Esta es la única y verdadera forma de leer, aquella mediante la

cual el lector y el texto logran relacionarse y se genera una experiencia, en la que hay una

transformación, una reinterpretación, una comprensión o en la que la imaginación crea nuevos

espacios y se aleja de un lugar hostil para internarse en nuevos mundos fantásticos creados por el

autor y recreados por el lector. Además, como lo menciona Petit (2001, p. 51) “(…) sin ensueño,

sin fantasía, no hay pensamiento, no hay creatividad. La disposición creativa tiene que ver con la

libertad, con el rodeo, con la regresión hacia vínculos oníricos, con atenuar tensiones”.

Sobre esto, es importante considerar que

(…) la lectura siempre produce sentido, incluso tratándose de jóvenes, incluso en medios que a

priori están alejados de la cultura escrita. La lectura siempre produce sentido, aun para lectores

poco asiduos, que si bien no dedican mucho tiempo a esta actividad, saben que algunas frases

halladas en un libro pueden a veces influir en el rumbo de una vida (…) (Petit, 2001, p. 32).

De esta forma, leer es una actividad que produce sentido en la medida en la que incide en

múltiples factores en la construcción de un sujeto. Tanto la práctica misma como el espacio y el

momento de realizarla conforman todo un ritual cuyo significado va más allá del disfrute, aunque

sea inherente a esta.

Leer es un gusto, una pasión, y no se puede obligar a nadie a que elija estos aspectos, porque

de ser así inmediatamente perderían su sentido. Es por ello que cuando se pretende que alguien

se acerque a esta práctica por medio de la obligación el efecto que se produce es totalmente

contrario, se genera aborrecimiento y fastidio, pues se pretende entrometer en un área en la que

no se tiene cabida. En palabras de Petit (2001, p. 26)

(…) abrir tiempos, espacios, donde el deseo de leer pueda abrirse camino, es una postura que

hay que mantener muy sutilmente para que brinde libertad, para que no se sienta como una

134

intromisión. (…) Y no se trata de una lanzada a una cruzada para difundir la lectura; sería la

mejor manera de ahuyentar a todos. Ni tampoco de seducir, de hacer demagogia.

En este orden de ideas, lo que se comparte con otros es el gusto por la lectura, invitándolos a

disfrutar, a descubrir y a imaginar por medio de esta experiencia. La tarea de los iniciadores de

lectura, desde esta perspectiva, es propiciar espacios, dar materiales y generar dinámicas para

acercar a los niños y a los jóvenes a la literatura, contagiarlos del disfrute de la lectura, para que,

ellos mismos, puedan construir sus criterios e interesarse por ciertos tipos y descubrir sus propios

modos de leer. “Nunca es cuestión de encerrar a un lector en un casillero, sino más bien de

lanzarle pasarelas, o mejor aún de darle ocasión de fabricar sus propias pasarelas, sus propias

metáforas” (Petit, 2001, p. 27).

Desde esta perspectiva, la apuesta principal es conformar una comunidad cuyo aspecto en

común sea la lectura, pero permitiendo que cada miembro construya sus propios significados

sobre lo que lee de acuerdo a su experiencia. De esta forma, el diálogo en torno a lo leído tiene

como propósito enriquecer las diversas interpretaciones por medio de los comentarios y las

reinterpretaciones de otros. Así, se creará un espacio en el que la experiencia y la libertad serán

los ejes fundamentales en torno a los cuales girará la conformación de un espacio de lectura en el

que se desarrollen diversas modalidades que les permitan a los sujetos liberar su fantasía, su

creatividad y su pensamiento, y lo puedan utilizar para construirse a sí mismos y empoderarse de

su vida.

Lectura literaria y construcción de sí mismo

En este capítulo Petit (2001) resalta el significado de la práctica de lectura en tanto un espacio

privilegiado para la construcción de identidad. Además, define el papel del lector como un ser

transgresor, en el cual no se puede ejercer tanto control, pues, al encontrarse inmerso en un

ejercicio que demanda de él un trabajo de apropiación, significación y resignificación, se aparta

del medio social, de cierta forma, y, además, habita otros espacios lejos de los que acostumbra o

conoce.

135

Sin embargo, Petit (2001) construye una clara diferenciación entre individualismo y

construcción de subjetividad, aclarando que la lectura no separa al sujeto del mundo sino que lo

introduce en este de una manera diferente. La lectura profundiza en lo más íntimo de cada ser, lo

cual también es lo más universal, para acercarlo a los otros en una relación que no parte del

antagonismo ‘yo frente a los otros’, pues se construye una identidad más plural, en la que el

sujeto no se reduce a sus lazos culturales más cercanos.

Adicionalmente, plantea grandes diferencias en torno al tiempo de lectura, a lo que realmente

implica y a las interpretaciones que surgen de esta. En torno al primer aspecto, resalta que no

solo es el momento en el que se pasan las páginas del libro cuando se realiza la lectura. Existe un

trabajo y un efecto posterior en el que se realizan procesos psíquicos que permiten dar mayor

significado a esas frases o relatos leídos. Además, la cantidad de tiempo invertido o de páginas

leídas no es un criterio para apreciar la lectura, pues frases o pequeñas historias pueden ser lo

suficientemente significativas para una vida.

En torno a las interpretaciones, Petit (2001) aclara que si bien suelen ser diversas y su

contenido puede diferente, es decir, existe una polisemia de lecturas, no es posible decir

cualquier cosa de un texto. De esta forma, abrir el sentido de un escrito no significa permitir

comentarios de cualquier tipo sobre este.

La incidencia de la lectura en los sujetos va más allá de una identificación, conlleva la

creación de un espacio (tanto físico como psíquico), de una historia e incluso genera acciones

que le permiten al lector movilizarse hacia otro lugar, es todo un proceso de simbolización (Petit,

2001). Es por esto que leer es un acto significativo que se percibe como un atajo o una salida, ya

que permite un espacio privado en el cual el lector puede definirse y delimitarse. La lectura

permite construir subjetividad y, con base en esta, relacionarse con el mundo, entenderlo. Sin

embargo, cumple una doble función, ya que no solo permite la comprensión del mundo propio

sino que lleva al lector a otros contextos, lo lleva más allá de su territorio y, así, su experiencia se

amplía.

136

Sobre lo anterior, es muy importante recalcar que todos los efectos de la lectura están

producidos por una labor activa del lector frente al texto y por toda su experiencia previa. Como

lo menciona Petit (2001) “Los lectores son activos, desarrollan toda una actividad psíquica, se

apropian de lo que leen, interpretan el texto, y deslizan entre las líneas su deseo, sus fantasías,

sus angustias” (p. 45). De esta forma, no solo se lee sino que se construye, se reelabora, se

interpreta y se generan acciones en torno a lo leído y a las relaciones establecidas con la propia

experiencia. El lector, así, puede, además, hallar palabras para nombrar, comunicar, describir o

identificar aquello que atraviesa, lo que es y, también, definir lo que será.

Como puede observarse al leer se realiza un arduo trabajo de pensamiento que, más allá del

conocimiento, marca toda una experiencia que contribuye a la construcción de un sujeto en

medio de una práctica que le permite entender lo más íntimo de sí mismo, lo cual, a su vez, lo

lleva comprender los estados de los otros y de su entorno, alejándolo de su territorio inmediato

para sumergirlo en mundos, reales o de fantasía, que le permiten elaborar sus propios espacios

psíquicos y descubrir una nueva gama de formas de ser, crear, imaginar y vivir. Descubriendo,

además, que entre él y el texto, o el autor, hay cierta complicidad y comprensión, pues esos

estados que se creían únicos e inexplorados pasan a ser entendidos, descritos y sufridos por

alguien más. En palabras de Petit (2001, p. 47 – 48)

(…) de lo que se trata es de la elaboración de una posición de sujeto. De un sujeto que

construye su historia apoyándose en fragmentos de relatos, en imágenes, en frases escritas por

otros, y que de allí saca fuerzas para ir a un lugar diferente al que todo parecía destinarlo.

En torno al lenguaje, Petit (2001) considera que la incidencia de la lectura es considerable,

pues el lector descubre una nueva lengua relacionada con el relato, con la narración, en la que los

hechos y su organización varían, se presentan en perspectiva y, por esto, los sucesos toman un

tono distinto y se exploran nuevas formas de expresar, de organizar y de ver el mundo, los

hechos y la propia vida.

Así, el lector descubre que tiene un lugar en la lengua y se familiariza con los diversos juegos

que se plantean en y con esta, por lo que se está un poco más preparado para afrontar filosofías

simplistas que, con sosos juegos de palabras, prometen reparar vidas y orientar caminos. De allí

137

su rebeldía y su crítica, el lector construye ciertos criterios en torno al lenguaje, sus expresiones,

sus metáforas y sus variaciones, por lo que se enfrenta mejor a situaciones de exclusión, ya que

puede imaginar y soñar otras posibilidades y, además, construirse constantemente a sí mismo

(reconstruye y modifica su identidad continuamente).

Sobre este último aspecto, esta autora plantea que en la difusión de la lectura el factor

principal es la construcción de nuevas formas de pertenecer a la sociedad a partir de la creación y

la transformación constante de la identidad del lector a partir de las metáforas, los fragmentos,

las imágenes y el lenguaje que, desde sus experiencias, apropia, lo que lo lleva a elaborar su

propia historia hecha de retazos de narraciones. De esta forma, se da lugar a una personalidad

mucho más flexible, abierta a la alteridad y a los cambios.

La lectura reparadora

En párrafos anteriores se mencionó el ritual que conforma la lectura, en tanto actividad

psíquica y física. En este capítulo Petit (2001) hace especial énfasis en la conquista, o

reconquista, de una posición de sujeto por medio de los lazos y los lugares que permite elaborar

la literatura. Esto debido a que la lectura es una actividad privilegiada para encontrarse consigo

mismo y, de esta forma, construir un espacio íntimo. Esto ayuda a construir un sentimiento de

individualidad que, además, influye en la posibilidad de resistir a las adversidades (Petit, 2001).

Adicionalmente, el trabajo psíquico cobra gran importancia, pues permite establecer un

vínculo con aquello que constituye al sujeto, que le da vida, y, también, posibilita la creación, o

el encuentro, de su propio lugar en el mundo. Por esto, Petit (2001) lo equipara con el trabajo de

duelo, de sueño o de escritura, ya que estos implican una serie de procesos mentales de creación

y análisis propio, mediante los cuales construirse y transformarse. En palabras de esta autora

“(…) el libro protege, a modo de habitáculo. Y garantiza una permanencia y una identidad”

(Petit, 2001, p. 80).

Así, la lectura ofrece un espacio, tanto metafórico como real, en el que el lector puede

moverse libremente, siendo él mismo y dejándose llevar por la fantasía, permitiéndose tener la

mente en otra parte. Es por esto que permite fortalecerse y salir de la inmovilidad, saltar al otro

138

lado (Petit, 2008), lo cual, a su vez, posibilita establecer lazos con el mundo. Como lo menciona

la autora “El libro ofrece como una pantalla, y permite decir emociones y angustias, ponerles

distancia, y tamizar un poco los miedos” (Petit, 2001, p. 81). Es decir, la literatura permite

representarse en la experiencia de otros y, mediante esta, encontrar eso que el sujeto vivencia y

que antes no había podido descifrar. Ofrece palabras para nombrar, tipos para contar y lugares

para habitar, es toda una construcción de una posición de un sujeto en el mundo, frente a este y

de este.

La lectura permite que se construya la identidad desde lo más íntimo, por lo que es una

estrategia para descubrir la verdad del mundo propio y, además, la creación de posibilidades, ya

que permite salirse de las casillas, los estereotipos y las tradiciones a las que se está atado por las

condiciones socio-históricas a las que se pertenece. La literatura muestra otros campos de acción,

diversas formas de ser. Es una ventana que favorece la apreciación de un paisaje amplio, en en el

cual el sujeto construye su propia vida desde sus propias elecciones y con base en sus

construcciones, opiniones y experiencias. Los determinismos sociales, económicos o familiares

que constituyen una barrera o determinan una realidad son, en parte, distorsionados por la

libertad que ofrece la literatura, por esa diversidad presente en la lectura.

La cultura se hurta. Montaje de “trozos escogidos”

En este capítulo Petit (2001) explica cómo se construye el sujeto por medio de la lectura,

centrándose, principalmente, en cómo este realiza la apropiación de los elementos culturales.

Frente a esto, plantea el caso de los contextos difíciles, en los cuales esos bienes culturales

pueden ser considerados adversos y alejados de la realidad social, lo que genera que el

acercamiento a estos sea percibido como un hurto y se establezcan relaciones de distanciamiento

o de intimidación.

Esto no solo es ocasionado por el limitado acceso de esas comunidades a los bienes culturales.

También se debe, en parte, a que los programas escolares o las bibliotecas, en el caso de la

lectura, convierten los textos en escritos fríos y eliminan sus particularidades íntimas, aquellas

que han sido la inspiración de los autores y que revelan sus cualidades más sensibles. De esta

139

forma, las obras literarias se convierten en monumentos impasibles, inalcanzables y lejanos

(Petit, 2001).

Como una solución a ese carente acceso, se pretende estandarizar lo que se lee, cómo se hace

y qué se interpreta porque los textos hacen parte de un patrimonio que se debe conocer y, por lo

cual, todos los deben “manejar” de la misma forma. Esto se toma como una forma de acceso a la

cultura, pero, en realidad, se crea un distanciamiento en la medida en la que eso que se lee no se

apropia. Se leen las palabras, pero no se interpretan, no se resignifican. Lo que se hace es una

lectura intrascendental que no mueve al sujeto. Como lo menciona Petit (2001, p. 98)

(…) la escritura no muestra nada: para leer se necesita unir los caracteres para descifrarlos, y

unir en sí una cadena de representaciones, que es la del lector y no la del texto. El escritor muestra

algo que transcribe en caracteres, pero oculta el lugar de donde parten las representaciones. Y la

complicidad se establece entre el escritor y el lector en el plano de los fantasmas inconscientes

Desde la perspectiva de esta autora, privar a lo sujetos del acceso a los bienes culturales es

robarles algo, ya que se les niegan experiencias primordiales a las cuales tienen derecho. Es

imperativo proporcionar experiencias que no solo garanticen el acceso a la cultura sino que,

además, generen una deconstrucción de miedos (Petit, 2001). Esto con el propósito de garantizar

que realmente el sujeto se vea inmerso en ella y pueda construir su individualidad a partir de sus

diversas manifestaciones (literatura, pintura, escultura, etc.).

Para esto, Petit (2001) plantea que en el proceso de apropiación de los bienes culturales,

específicamente en el caso de la lectura, son primordiales las acciones de recorte y “pegado” que

se hace de la diversidad de textos, fragmentos e imágenes que se encuentran y que construyen la

vida de un sujeto. Estos actos se refieren a la selección y a la memorización de esos elementos

que llamaron, en determinado momento, la atención de un sujeto y que, por lo tanto,

transformaron las formas en las que este se representaba el mundo, dándole nuevas perspectivas.

Así, “(…) algunas páginas, algunas frases o una imagen (…) se convirtieron en un recurso para

pensar su experiencia para darle sentido” (Petit, 2001, p. 88).

140

De esta forma, son algunos fragmentos aquellos que repercuten en la constitución del sujeto,

la lectura es una selección y una resignificación de trozos. Sin embargo, no solo son los aspectos

que se recuerdan, pues la lectura también implica cierto olvido. Es por esto que no es necesario

que haya una selección explícita en el texto de pequeñas partes o que se copien trozos. Lo que se

realiza es una apropiación de ciertas fracciones de un escrito y una combinación de estos con

otros, con algunos pensamientos o vivencias. En palabras de Petit (2001, p. 88)

A veces incluso una sola frase, que se lleva en el cuaderno o en la memoria, o incluso

olvidada, hace el mundo más inteligible. Una sola frase que choca con aquello que estaba como

detenido en la imagen para restituirle vida.

Es así, mediante la reinterpretación y la transposición de aquellas partes, como se construye

todo un espacio y un nuevo mundo, en el cual el lector es autosuficiente. “Todo relato de lector

conlleva así una mención de los trozos que éste ha tomado para edificar su casa, que han

permitido nuevos usos, nuevas interpretaciones, transposiciones a menudo insólitas” (Petit, 2001,

p. 89).

Sin embargo, este aspecto de “caza furtiva” de frases representa tanto una cualidad como una

debilidad de la lectura. Por un lado, permite la tergiversación de las ideas, la apropiación de algo

que no es. Y, por otro, proporciona una libertad de interpretación, una democratización de esta.

En este último elemento se encuentra la riqueza de la lectura, pues no hay personas expertas que

imponen una sola forma de interpretar y de leer, sino que hay multiplicidad de formas. Por lo

anterior hay cierta magia y cierto peligro en la lectura (Petit, 2001, p. 93).

Ahora bien, evidentemente ese gesto de rapto, de desviación, que caracteriza a la lectura, ese

poder de lo escrito para plegarse a capricho de cada cual, incluso a las más secretas de sus

fantasías, esa cualidad que tienen las palabras de escapar a toda sujeción de los signos, a partir de

que cada quien puede hacer pasar por ellas su propio deseo y asociarlas a otras palabras, siempre

han asustado

En relación con lo expuesto anteriormente, lo que se plantea en este proyecto, con las

comunidades rurales, es acercarlos a ese bien cultural (la literatura) para que se sientan parte,

dominen el lenguaje que este propone y puedan ser usuarios de esta práctica. Esto por medio del

diálogo, el cual permite descubrir aquello que el autor ha escondido en las palabras que

141

componen su obra. Por esto se plantea la creación de una comunidad de lectura, en la que sea

posible escuchar lo que los otros construyen en torno al texto, las propias interpretaciones y

resignificaciones de este, y, en última instancia, hablar de sí mismo por medio de la literatura. Es

por esto que esta conversación se propone en dos direcciones: con el texto (sobre este) y con los

otros. Esto con el propósito para construir y reconstruir los verdaderos sentidos que ocultan esos

“monumentos” literarios y, además, para compartir con otros opiniones que ayuden a diversificar

y complejizar las interpretaciones sobre los textos y, de esta forma, construir lazos tanto con el

mundo como con la literatura.

Así, se pretende cerrar las brechas entre la cultura y el modesto origen social, cambiar las

relaciones que se establecen con esta. Para permitir que, de esta forma, lo sujetos ingresen en

esta y se liberen. El propósito principal es democratizar la cultura. Esta es la apuesta fundamental

de la intervención: generar símbolos y prácticas que acerquen a los sujetos a la lectura, para que,

a partir de esta, puedan construir su subjetividad.

Del espacio íntimo al espacio público

Un primer aspecto fundamental que resalta Petit (2001) en este capítulo es el hecho de que

difundir la lectura, o textos de un alto nivel cultural, genera cambios radicales en la

conformación de la sociedad, como acciones contra el totalitarismo o de mayor respeto hacia los

derechos de los ciudadanos, ya que se establece una mentalidad crítica, informada y reflexiva en

torno a las relaciones humanas y entre culturas. Aunque no se puede ser ingenuo y pensar que

esta práctica, por sí misma, logrará cambios radicales en la personalidad democrática de los

sujetos y, mucho menos, considerar que sus “efectos” podrán observase a corto plazo. De hecho,

es mucho más importante no apreciarla por esos beneficios académicos o sociales, pues su

riqueza se encuentra, justamente, en su incidencia en la subjetividad de los lectores, en aquellos

aspectos que no se pueden controlar o comprobar.

No obstante, lo que sí se genera con la lectura es un cambio en las formas de socialización, en

la manera en la que el sujeto se enfrenta a los otros. La lectura potencia “El descubrimiento de sí

mismo y del otro en sí mismo, se acompaña a menudo de una apertura hacia el otro” (Petit, 2001,

142

p. 115). Por lo anterior, lo que es posible con el acceso a la lectura es la construcción de una

democratización del sujeto, entendida como

un proceso en el que cada hombre y cada mujer puedan ser más los sujetos de su destino,

singular y compartido. (…) estar mejor equipados para manejar ese destino, incluso en contextos

sociales muy apremiantes (Petit, 2001, p.104).

De esta forma, lo que la literatura permite, en términos de construcción social, es poder

enfrentarse a ciertos parámetros sociales que son limitantes y que le impiden al sujeto

empoderarse de su vida y de sus decisiones. Así, se construye una propia forma de decir y de

comprender los estados internos. Además, se realizan desplazamientos, tanto metafóricos como

reales, que permiten cambiar de perspectiva, modificar la forma en la que se concebían los

lugares y las personas. Lo cual conduce a crear nuevas formas de habitar el territorio (Petit,

2001). Todo esto, según Petit (2001) prepara a los lectores para enfrentarse a un mundo

discriminador, injusto, agresivo y hostil.

Un segundo aspecto que cobra gran relevancia, en este proceso de construcción social, es la

modificación del lenguaje. Como lo expone Petit (2001, p. 114) “(…) el lenguaje no puede ser

reducido a un código, a una herramienta de comunicación, a un simple vehículo de

informaciones. El lenguaje nos construye”. Es por esto que las palabras pueden encasillar o

liberar a una persona. En este ámbito la lectura tiene un papel trascendental, pues permite el

acceso a una lengua diferente, la cual ya no está ligada a la inmediatez o a las creencias. Esto

permite desprenderse, en parte, del discurso de los otros y de las determinaciones, tanto sociales

o familiares, que este impone. De esta manera, el sujeto crea sus propias formas de narrar y

narrarse, construyendo sus propias formas de decir y, en última instancia, de ser, pues puede

alejarse de las convenciones y las imposiciones de la lengua.

En relación con esto, la lectura permite que se encuentren nuevas palabras para designar

aquello que le sucede al sujeto, posibilitan la expresión de eso que quedaba en secreto o

incomprendido (Petit, 2001). Así, al mismo tiempo, se posibilita la comprensión misma del

individuo, como un viaje a lo más íntimo del ser, lo cual se relaciona con la capacidad de

resistencia al elaborar o mantener un sentido de individualidad. En relación con lo propuesto en

143

el capítulo anterior, Petit (2001, p. 112-113) plantea que “(…) de tanto en tanto una frase nos lee,

nos da noticias nuestras. Despierta nuestra interioridad, pone en movimiento nuestro

pensamiento. Y en resonancia con las palabras del autor, nos surgen palabras, palabras inéditas”.

Un efecto de lo anterior es el empoderamiento que genera un mayor conocimiento de sí

mismo por medio de palabras que liberan de las presiones de los otros sobre sí y que, también,

permiten comprender y expresar los estados más íntimos del ser (aquello que lo asusta, le agrada,

lo cuestiona, etc.). Así, el sujeto se convierte en un narrador de su vida y, a partir de esto, en

autor de ella.

Por esto, esta autora expresa que lo que se construye con la lectura va más allá de la

identificación o de la proyección del sujeto con el texto. Lo que se realiza, como se mencionó en

capítulos anteriores, es una trabajo psíquico que mueve el pensamiento, promueve la fantasía y la

imaginación. De esta manera, se puede tomar distancia de la experiencia y construir un sentido

más objetivo de la vida.

En relación con esto, un tercer aspecto tiene que ver con el acceso a estas palabras, a este

discurso, a este lenguaje, lo cual no es un privilegio sino es un derecho, similar al del acceso al

saber (Petit, 2001). Este es visto como una clave para la libertad y la participación en el mundo,

encontrando o, mejor, elaborando un lugar en él. Es por esto que los espacios de lectura cobran

una importancia trascendental, pues no solo permiten que el sujeto se acerque a esta experiencia

sino que también posibilitan el encuentro de aquellos fragmentos o palabras que le dan sentido a

su vida. Adicionalmente, permite destinar un tiempo para liberar la fantasía, la imaginación y,

por medio de estas, el pensamiento (Petit, 2001).

Un último aspecto tiene que ver con el deseo de emancipación y el derecho a la intimidad que

genera la lectura (Petit, 2001). Estos producen en el grupo social cierta preocupación porque

generan que el individuo se aparte de este, busque mayor independencia y se distraiga,

separándose de su realidad inmediata y de sus ocupaciones cotidianas. Esto se acentúa en la

lectura de literatura, pues “(…) supone que alguien consiente en dejarse captar, invadir,

transportar” (Petit, 2001, p. 120).

144

Sin embargo, Petit (2001) aclara que intimidad y sociabilidad no son opuestos, sino que están

ligados indisolublemente, ya que en la lectura mediante el descubrimiento de lo más íntimo de

cada ser se experimenta, a su vez, la humanidad compartida. Como se mencionó al inicio de este

capítulo

Lo que ocurre con ese derecho a lo íntimo, con ese derecho a elaborar la propia subjetividad,

es quizás el paso hacia otras formas de relación social distintas de aquellas donde se vive pegados

unos con otros, cerrando filas alrededor de un líder o de un patriarca. Se trata quizás del paso

hacia otras formas de compartir, otras maneras de vivir juntos, y otras maneras de hablarse. No al

unísono, gritando todos al mismo tiempo en un estadio. Sino a partir de múltiples voces (…)

(Petit, 2001, p. 123)

Siguiendo estos planteamientos lo que se hará es enfatizar en la parte estética de las obras

literarias para permitir que los niños accedan a este derecho que tienen a apreciar la literatura y,

mediante esta, otras formas de construir relatos y narraciones. Esto, a su vez, busca que se

emancipen de esas cargas culturales y/o violentas que pueden ser limitantes para elegir su propia

vida. Además se conversará en una comunidad de lectura justamente para encontrar esos puntos

comunes, esas construcciones que se comparten con los otros en torno no solo a la lectura sino a

la vida en general: los sentimientos, las percepciones, los miedos, etc., que hacen parte del ser

humano tanto a nivel personal como grupal. Esto para crear una verdadera comunidad con

puntos en común que permitan que la subjetividad de cada uno se complejice y se enriquezca a

partir de la permanencia en esta.

Elogio del encuentro

El eje central de este capítulo es cómo la literatura le permite al sujeto encontrar otros campos

de acción, otros lugares y otras posibilidades, generando, así, nuevas comprensiones del mundo,

de los otros y de su propia cultura. Un punto clave es que cada lector nace en un contexto

específico en el que se ve inmerso en ciertas prácticas que pueden llegar a limitarlo, sin embargo,

la literatura se convierte en una puerta de salida que le permite ver más allá y descubrir que hay

otras alternativas, otros modos de vida.

En contextos difíciles, de guerra y/o de violencia, este encuentro con nuevos mundos que

permite la literatura es crucial, pues, aunque no se eliminen las heridas o se borren los hechos,

145

posibilita el encuentro de dos partes que habían estado en conflicto, permite romper el silencio y

crear memoria sobre hechos que, por dolor o atrocidad, se habían mantenido escondidos. En

palabras de Petit (2001, p. 129) esas heridas adquirieren “(…) derechos de expresión (…)”.

De esta forma, estas experiencias con la literatura crean oportunidades para que el destino de

un sujeto se modifique, para que los estigmas sociales se cuestionen y se busquen nuevos

horizontes, nuevos puertos a los cuales arribar. Lo que se descubre por medio de la lectura es la

oportunidad de construir un nuevo camino propio, en el que se tiene el poder de decidir todo lo

que pase en él, y en el que las presiones sociales y familiares dejen de ser cargas irracionales que

determinen una vida que no se quiere vivir.

Ese movimiento en las creencias y en las herencias sociales que se poseen se da en dos

direcciones: por un lado, para cuestionarlas y liberarse de las presiones sociales, y, por otro, para

profundizar en su propia cultura, en las tradiciones sociales y familiares que han sido impuestas.

De esta forma, la lectura no implica alejarse de los contextos de pertenencia, sino que posibilita

su conocimiento, su reflexión y su distanciamiento. La lectura permite construir frente a esa

inmovilidad que plantean las tradiciones. Como lo menciona Petit (2001, p. 141)

(…) si bien puede ser vital que cada hombre y cada mujer tengan acceso a medios para

encontrar un vínculo con su propia historia o su cultura de origen (…), eso no significa que

debamos encerrarlo en ella. Tenemos derecho a una historia, pero también tenemos derecho a la

metáfora, al extrañamiento, al desvío, a la ampliación de nuestro universo cultural. Y la lectura

puede ser justamente un sesgo privilegiado para ofrecernos ambas cosas, para permitirnos

conjugar varios universos.

Como se evidencia, esos movimientos no son incompatibles. Por el contrario, se integran para

ayudar al sujeto a construirse a sí mismo a partir de un amplio panorama de formas de ser, de

vivir, de creer, etc. Es así como se construye un espacio simbólico en el que se siente por fin

aceptado tal y como se es, un lugar en el que se conjugan diversas experiencias y en el que el

sujeto puede ser y constituirse desde sí mismo, no desde lo que los otros dicen sobre él. Esto

puede, incluso, considerarse a gran escala, pues este encuentro produce que “ (…) las culturas se

encuentran, se fecundan, se alteran y reconfiguran” (Petit, 2001, p. 143).

146

Así, lo que la literatura ofrece, principalmente, es posibilidades: para salir de las posiciones

predeterminadas, para trasladarse de los espacios en los que se encuentra encasillado, para

cambiar de perspectiva, para redirigir la mirada. Todo esto generado por la abundancia de

pasajes, espacios y paisajes que la lectura de literatura ofrece (Petit, 2001).

Como lo menciona la autora, es justamente esa promesa de movilidad frente a esa inercia

heredad es la que hace felices a los sujetos, pues les permite soñar, fantasear, imaginar y pensar.

Esto les permite salir de esos universos devastados o marginados. Todo ello gracias al

descubrimiento de la diversidad, de espacios lejanos, de lugares distintos y, en definitiva, de lo

extraño. Justamente el hallazgo y la apertura a lo desconocido es lo que despierta la curiosidad,

el deseo y la interioridad en los lectores (Petit, 2001).

No obstante, como se mencionó en párrafos anteriores, esa exterioridad posibilita la inmersión

en sí mismo, descubrir lo más profundo del propio ser. Y ese sujeto que anhela un espacio fuera

de lo social, también, necesita palabras apartadas de su uso cotidiano, exige una nueva forma de

narración. Es por esto que Petit (2001, p. 137) plantea que ese descubrimiento de lo otro es una

“(…) conjunción de extrañamiento y reconocimiento”.

En relación con esto, Petit (2001) plantea que a partir de lo lejano se elabora la subjetividad y

posibilita el pensamiento, pues sin ensoñación, sin la huída hacia lugares distintos, ilimitados e

inciertos no hay posibilidad de pensamiento. Es por esto que “Necesitamos lo lejano” (Petit,

2001, p. 137), pues es mediante la expansión del mundo exterior se posibilita el crecimiento del

mundo interior.

No obstante, esto no quiere decir que se deje de lado la propia cultura, pues conocer sobre ella

y sobre su historia es un derecho al cual todos tienen derecho. Lo que se plantea es conjugar

ambas experiencias, aquella que remite a lo lejano y la que posibilita la profundización en lo

cercano. Es necesario que se recupere el pasado para que haya un futuro, para evitar un vacio

identitario, en el que se genere violencia, odio a sí mismo y por medio del cual se condena a la

vagancia (Petit, 2001).

147

De esta forma, estos encuentros entre dos culturas deben verse como una riqueza, pues

permite adentrarse en otros espacios y tradiciones que se consideran inalcanzables por cuestiones

sociales o étnicas. Es una oportunidad para ver considerar lo diferente, lo extraño, y, mediante

esto, reencontrarse con uno mismo, con lo más puro y profundo del ser. Es precisamente en este

último aspecto en el que el lenguaje cobra una relevancia especial, pues permite habitar el mundo

poéticamente y crear metáforas frente a los relatos que se encuentran y, de esta forma, no servir

únicamente a un mundo productivista (Petit, 2001).

En relación con lo anterior, Petit (2001) plantea que la lectura es una práctica interindividual o

transindividual, más que social, pues implica la conquista de un espacio y un tiempo íntimos que,

en muchas ocasiones, escapan al control y a los límites de lo colectivo. Este aspecto es el que

más incomodidad ha causado en las diversas sociedades a lo largo de los años, pues da lugar a

desplazamientos y cuestionamientos que pueden crear nuevas formas de lazos sociales diferentes

a aquellas que se han estipulado en torno a una autoridad.

Por otro lado, la lectura no es un distractor, aspecto principal por el que ha sido rechazada en

algunos contextos. Por el contrario, lo que genera con esa posibilidad de imaginar es permitir que

se trate la realidad y que surja el deseo, lo cual puede generar la idea de rebelarse, de transgredir

los límites y, así, apoderarse cada vez más de la propia vida (Petit, 2001).

No obstante, como se mencionó en el capítulo anterior, acercar a los sujetos a la lectura no los

convertirá en mejores seres, ni los hará más democráticos y tampoco hará que su trayectoria

escolar sea más exitosa, “(…) aun cuando la lectura sea tal vez un factor necesario, propicio,

pero insuficiente, para la democratización de una sociedad” (Petit, 2001, p. 147). La lectura es un

factor insuficiente en la medida en la que las experiencias sociales, la comunicación, la

vinculación y las relaciones con los otros enriquecen aquello que presenta la literatura. Sin

embargo, es necesaria porque permite abrir nuevos mundos a partir del lenguaje y de la intimidad

de sí mismo y de los demás. De esta forma, la literatura enriquece las relaciones, aunque por sí

misma no pueda construirlas o modificarlas.

148

El acceso a la lectura, más allá de ser un derecho (tal como se mencionó en el capítulo

anterior, es vital en la medida en la que es una forma de aproximarse al saber, mediante la vía de

la ensoñación, del acercamiento a lo lejano y, a partir de esto, del pensamiento. En quienes han

leído la riqueza de la ensoñación es diferente, en estas personas “Las palabras adquieren otras

resonancias, despiertan otras aspiraciones, otras emociones, otros pensamientos” (Petit, 2001, p.

148). Sin embargo, la apuesta principal sobre el acceso a la lectura no debe girar en torno a los

beneficios sociales que son adicionales a esta, pues partiría de una concepción muy reduccionista

de esta y, además, estaría limitada a la búsqueda de dominio y de control por parte de ciertos

sectores de la sociedad (Petit, 2001).

En línea con esto, la imagen de los promotores de lectura es fundamental en la invitación que

se hace hacia esta, pues lo que se proyecta permite que haya cierta admiración hacia ellos y, a

partir de esto, el interés por esta práctica crezca. Cuando los promotores tienen un verdadero

interés por esta y por todo lo que permite, más allá de los beneficios escolares o sociales, se

convierten en seres que parecen comprender el ser los otros, por lo que su encuentro, aunque

efímero, cambia el rumbo y la perspectiva de los lectores (Petit, 2001).

149

7. Conformando una comunidad de lectura en Boyacá

Para la construcción del eje práctico se partió del enfoque de sistematización como

investigación, planteado por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015), el cual se describió en el

apartado ‘Enfoque de sistematización’. Al respecto se presenta, para iniciar, una breve reflexión

sobre los aportes que la construcción de este tipo de experiencias generan en la escuela

colombiana.

A partir de este enfoque se construyó una experiencia de lectura, cuyo énfasis giraba en torno

al diálogo sobre la literatura como eje constructor de comunidad y de vínculos entre los niños y

los libros. Para ello, cada sesión era planeada y analizada en los instrumentos de planeación y

reflexión diseñados por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015). Adicionalmente, los diversos

momentos fueron grabados y organizados en estos instrumentos, con el propósito de volver sobre

ellos para profundizar en los análisis. Dichos instrumentos fueron modificados para esta

experiencia, ya que los ejes de reflexión de estos se construyeron considerando el interés

investigativo de esta tesis. Así, el instrumento se centraba en los análisis que, derivados de la

experiencia, permitieran construir el concepto de comunidad de lectura.

Cada instrumento17 era el insumo para la escritura de un texto que diera cuenta, por un lado,

tanto de la planeación como del desarrollo de las situaciones de cada sesión y, por otro, de los

análisis y las reflexiones que surgían durante la mediación y en momentos posteriores a esta. En

este documento, también, se realizaba una selección de vídeos clave que permitieran ilustrar las

reflexiones más potentes en la construcción del concepto de comunidad de lectura. Este texto se

encuentra en el apartado ‘Sistematización de la práctica’.

Estos escritos, sobre cada sesión, fueron la base para la creación de un documento en el que se

consolidaban las reflexiones que, a partir de lo sucedido en la experiencia, se consideraban como

ejes centrales en la construcción de una comunidad de lectura y diálogo de literatura. Este

documento se presenta en el aparatado ‘Construcción de saberes desde la práctica’.

17 La totalidad de los instrumentos se encuentran en el anexo

150

7.1 Aportes a la escuela desde la sistematización de la experiencia

A partir del enfoque de sistematización como investigación, la experiencia que se construyó

en Boyacá, tanto en el año 2015 como en el 2017, partió de la premisa fundamental de aportar a

la transformación de la escuela pública colombiana. Ello reconociendo su influencia y, además,

el derecho de toda la población de acceder a experiencias educativas de calidad que favorezcan

su formación como sujetos críticos y libres. En esta medida, además, se planteó trabajar en un

entorno rural, pues la débil presencia del Estado en estos contextos genera que dominen prácticas

tradicionales o mecánicas que, en la mayoría de las ocasiones, limita a los estudiantes a labores

técnicas.

De esta forma, el enfoque de trabajo estuvo basado en el aporte que como universidad, grupo

de investigación y estudiantes en formación podría realizarse a partir del trabajo conjunto con

una docente titular. Para ello, se propuso vincularla directamente en los procesos de planeación,

reflexión y mediación de las situaciones didácticas que se proponían con los niños. Así, se

pretendía involucrarla en el proceso que se llevaba a cabo para que no solo observara la práctica,

sino, también, tuviera un rol activo en su diseño. Esto como una forma de proporcionarle

herramientas para transformar su práctica desde la vivencia misma, es decir, involucrándola en la

planeación y mediación de cada actividad y no desde elementos teóricos, solamente.

Lo anterior con el propósito de que no solo los niños potenciaran sus procesos de formación,

sino que, también, la docente tuviera la oportunidad de cuestionar su rol, sus prácticas y sus

saberes en relación con esas otras propuestas que llegaban a su aula y, de este modo, reflexionara

sobre su labor. En esta medida, se trataba de aportar a la construcción de la escuela, en general,

posibilitando situaciones de encuentro y diálogo de diversas posturas que llevaran a su

transformación.

En relación con la construcción de esta experiencia, en el 2015 la docente titular se vinculó

tímidamente, aportando solamente comentarios en relación con su conocimiento del grupo de

niños. No obstante, su actitud siempre fue de aprendizaje. Esto posibilitó que, aun cuando su

151

vinculación no fue total, creara algunos interrogantes y reflexiones en torno al proceso de

planeación que se llevaba a cabo, lo cual fue clave en la transformación de su práctica.

En el año 2016, en el cual se volvió a conversar con la docente para el desarrollo de una

sesión concreta, ella evidenció, tanto oralmente como de forma práctica, que la experiencia del

año anterior había generado en ella algunos cuestionamientos que la llevaron a transformar sus

acciones en el aula. De esta forma, cambió algunos de los modos de enseñar y, como

consecuencia, en los niños que ese año estaban con ella se observó un avance en sus procesos de

lenguaje.

Posteriormente, en el 2017, la docente continuaba transformando su práctica y cuestionándose

sobre cuáles serían las acciones más apropiadas para potenciar el desarrollo de los niños con los

que se encontraba ese año. A causa de esto, pedía bibliografía y apoyo para realizar algunas

acciones que permitieran lograr ese objetivo. Además, su forma de trabajo cambió y sus

reflexiones orales permitían evidenciar un cuestionamiento constante de su práctica. Entonces, la

docente transformó en algo sus modos de enseñar y su perspectiva sobre la lectura y el lenguaje,

lo cual, también, es un resultado de la manera de investigar.

En esta medida, es posible afirmar que la construcción de experiencias de este tipo, desde las

universidades o los grupos de investigación, no solo posibilita que los niños potencien sus

procesos formativos, sino que, también, los docentes se ven transformados por esas vivencias.

Esto cuando hay una vinculación directa, respetando los saberes del docente y permitiendo que,

desde su postura, aporte, cuestione y analice lo que sucede tanto en el desarrollo mismo de la

situación como posteriormente. Por lo tanto, es fundamental permitir que el docente viva la

experiencia, es decir, que pueda hacer parte activa desde el diseño mismo hasta su posterior

análisis.

152

7.2 Sistematización de la práctica

A continuación se presenta detalladamente el desarrollo de cada una de las sesiones. Cabe

resaltar que, para la construcción de este texto, se partió de los instrumentos de planeación y

reflexión diseñados por Roa, Pérez, Villegas y Vargas (2015), los cuales fueron la fuente base

para la reconstrucción de las sesiones y, además, para la identificación de los registros

audiovisuales clave que ejemplifican ciertos momentos relevantes de estas. Dichos instrumentos

fueron modificados para esta sistematización en función de los intereses investigativos, de modo

que las reflexiones de cada momento se orientaron más hacia aspectos puntuales relacionados

con estos.

Descripción de las sesiones18

Las sesiones de lectura se desarrollaron con los niños del grado primero de la Institución

Educativa Técnica Rural Eduardo Barajas Coronado, los días martes durante el año lectivo 2017,

específicamente desde febrero hasta octubre. La docente titular19 de este curso, Ana Cecilia

Rojas, cedió el espacio de 10:30 am a 2:30 pm para que las practicantes realizaran las actividades

planeadas. Su rol fue clave en las sesiones, pues, aunque no las lideró, siempre estuvo presente,

tuvo conocimiento de las planeaciones, realizó aportes para mejorar las intervenciones y, en

ocasiones, medió el espacio para facilitar la dinámica de algunas actividades.

Desde febrero hasta mayo los momentos de lectura se realizaron al inicio de la jornada, antes

de la hora de almuerzo. No obstante, desde agosto hasta octubre estos se prolongaron a lo largo

de toda la jornada. Así, usualmente, la lectura se realizó en la mañana y en la tarde tuvieron lugar

otro tipo de actividades relacionadas con la formación de los niños como lectores y escritores.

18 Si bien antes del 28 de febrero se realizaron dos sesiones de lectura, estas no fueron reflexionadas de

manera sistemática, por lo que su desarrollo no se presenta. Por otro lado, cabe mencionar que al finalizar

las sesiones se abrió un espacio para la lectura de poemas, el cual se planeaba previamente, sin embargo

no hay demasiadas reflexiones al respecto. Sobre este no se hacían comentarios, solamente se presentaba

el título, el autor y se realizaba su lectura.

19 A lo largo del documento se hace referencia a ella como docente titular. Al mencionar a la docente se

hace referencia a la docente en formación que medió la situación didáctica. Además, es importante aclarar

que la planeación y la reflexión de cada sesión estuvo a cargo de las docentes en formación María

Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar, quienes desarrollaron, también, esta sistematización.

153

Febrero 28, 2017: Acercándonos a las narraciones #2

Esta fue una de las primeras sesiones de lectura, por lo cual se planteó generar un primer

acercamiento a la literatura a partir de las rimas de Rafael Pombo, bajo el supuesto de que este

sería un autor conocido por los niños. Para ello, además del libro, se llevaron canciones basadas

en los cuentos leídos, con el fin generar en los niños inquietud por la transformación de un

género a otro.

Así, se leyeron los cuentos Pastorcita y La pobre viejecita del libro Cuentos Pintados Rafael

Pombo, ilustrado por Ivar Da Coll (2008), elegidos por ser los más conocidos del autor. El libro

en particular se seleccionó por la elaboración estética de las imágenes, que, en algunos casos,

hacen referencia a la cultura colombiana.

Para iniciar la sesión, se organizó el salón en semi-círculo, posición en la que los niños

quedaron alrededor de la docente, y se recordaron las normas que, creadas en sesiones anteriores,

se tendrían en cuenta en el momento de lectura. Si bien los niños las tenían muy claras, aún no

consideraban el espacio como algo particular, por lo que mencionaron algunas de otras

situaciones, como, por ejemplo, las de la hora del almuerzo. Recordar las normas de interacción

al inicio de la sesión permitió que se centraran más en el espacio y, a su vez, que se preocuparan

por cumplirlas.

Antes de iniciar la lectura se exploraron las hipótesis que tenían los niños sobre qué es un

autor y un ilustrador. Para ello, la docente les presentó el libro y les preguntó para ellos qué

significaban esas palabras. El término autor inicialmente lo relacionaron con alguien que repara

autos. Ante esto, la docente les dijo que el autor del libro era Rafael Pombo y, teniéndolo en

cuenta, los niños rápidamente dijeron que el autor es el que escribe las palabras.

El concepto de ilustrador fue un poco más complejo. Inicialmente, dijeron que también se

relacionaba con los autos. Sin embargo, la docente les dijo que el ilustrador del libro era Ivar Da

Coll. En este momento la docente titular intervino y les mencionó que en otra clase ya habían

visto ese tema, lo cual los ayudó a recordar que el ilustrador es el que hace los dibujos, tal como

lo dijeron.

154

Esta construcción puede consultarse en

https://www.youtube.com/watch?v=8CKyMJHUzEw&index=4&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcA

M4zn8lyrYFr_w6H1

Abrir espacios de construcción de conocimiento al interior de los momentos de lectura

relacionados con lo que se lee es importante, pues aporta a la formación de los niños como

lectores, ya que les propicia nuevos saberes que potencian su acercamiento a la lectura y a la

literatura. En esta sesión particular, aclarar los conceptos de autor e ilustrador permitió que los

niños tuvieran un panorama diferente del libro leído y, además, posibilitó la creación de otras

hipótesis frente a su producción.

Durante la lectura no se hicieron pausas para comentar, pero sí para que los niños, en cortos

momentos, contemplaran las imágenes. La docente inició al frente del semi-circulo creado, pero

fue necesario que paseara por este para que los niños pudieran detallar las imágenes, pues

estaban muy interesados en estas, por lo que las contemplaron y contaron sus detalles. En este

momento tocar las hojas fue un acto muy importante para ellos, al primer contacto comentaron

que eran muy suavecitas y, además, tocaron los dibujos para confirmar si tenían algún relieve.

Permitir que los niños se acercaran al libro, lo tocaran y lo detallaran posibilitó la construcción

de una relación particular con este como objeto y con el espacio como tal.

Este acercamiento al libro y el interés por el mismo puede consultarse en

https://www.youtube.com/watch?v=LBabdPv6uPo&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr

_w6H1&index=3 y en

https://www.youtube.com/watch?v=ZabCJ1xxzWs&index=1&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4

zn8lyrYFr_w6H1

Posteriormente, al finalizar la lectura, se abrió el espacio para conversar al respecto. En este,

los niños se limitaron a mencionar aspectos de la ilustración que les gustaron o a contar lo que

detallaron en el momento anterior. La intervención inicial pudo haber influido en ello, pues solo

155

se preguntó si alguien quería decir algo sobre la lectura, lo cual fue interpretado por los niños

como decir qué les gustó y qué no.

Durante los comentarios, uno de los niños dijo que el libro le había gustado porque tenía

muchas rimas, ante lo cual la docente le preguntó para él que significaba eso, pero no respondió.

Algunos niños comentaron que tenían el libro de Rafael Pombo y recordaron algunos de los

cuentos que habían leído de él. El nombre del autor fue mencionado constantemente y, al

decirles que escucharían canciones sobre los cuentos leídos, se emocionaron bastante y se

sorprendieron con su ritmo. Sin embargo, no se generaron comentarios al respecto.

Marzo 7, 2017: Acercándonos una narración larga #1

En esta sesión se inició la lectura de un relato largo. El libro seleccionado fue El lugar más

bonito del mundo de Ann Cameron (1988/2013), teniendo en cuenta que la historia aborda

elementos cercanos a la vida de los niños, por lo que a partir de ello sería posible potenciar la

conversación, relacionándola con aspectos personales. Además, se planteó complejizar los

comentarios para que no se centraran únicamente en elementos puntuales del relato. Para ello, se

planeó que la docente también comentara el libro, con el fin de que los niños retomaran algunos

elementos de lo que ella dijera o realizaran comentarios similares.

Al iniciar, se organizó el salón en semi-círculo, un poco más cerrado que en la sesión pasada,

con el propósito de facilitar la cercanía entre los miembros de la comunidad como tal y con los

lectores. Ello dado que, en la reflexión sobre la lectura pasada, se evidenció que la ubicación de

los niños influía en su conexión con la lectura y el libro. A su vez, la docente se ubicó en una

silla igual a la de los niños, frente a ellos y a su altura. Luego, la docente recordó las normas de

interacción y presentó a la autora del libro que se leería, contando algunos detalles de su vida y la

anécdota personal que dio origen a su relato.

La organización del salón fue clave en la lectura, pues creó un ambiente particular que

permitió compartir entre todos sin ser una imposición. Además, favoreció la relación tanto entre

los niños como entre ellos y la docente. La disposición del espacio físico, la posición de quien

lee y su ubicación son claves en la comunidad de lectura. Esto pues el hecho de que el lector esté

156

a la altura de los niños, compartiendo con ellos, y no desde una posición superior, imponiéndose,

es de gran importancia para que el espacio sea realmente una experiencia construida por y para

todos. Se trata, entonces, de un espacio en el que todos son lectores que comparten opinionesg,

gustos y saberes.

Luego de organizar el salón, la docente realizó la lectura del capítulo 1 en voz alta, haciendo

una pausa en la palabra ‘oropéndola’, con el propósito de definirla con los niños. Si bien ellos

conocían su significado, tenían algunas confusiones en cuanto a sus detalles, de modo que a

partir de sus comentarios se llegó a la caracterización de este animal.

Este momento puede visualizarse en https://www.youtube.com/watch?v=0wKKS3cwVkY

La palabra se definió de esa forma partiendo, por un lado, del reconocimiento de la obra y del

autor, pues se considera que cada término produce cierto efecto en el lector y que su disposición

en el texto tiene que ver, precisamente, con una sensación o un ritmo particular que el autor creó.

Como consecuencia, cualquier cambio alteraría la obra completa y el valor particular que su

autor quiso darle. Por ello, el maestro no debe modificar los términos que pueden resultar ajenos

para los niños, sino definirlos con ellos.

Esto, además de permitir una mejor comprensión del texto, posibilita reflexiones personales

en torno a la diversidad de formas de expresión y al uso del lenguaje de manera particular, lo

cual permite que, aun cuando las palabras puedan significar lo mismo, la narración tenga un

efecto diferente en quien lee o escucha. Así, se generan ejes de reflexión indirectos sobre el uso

estético del lenguaje y sus posibilidades de crear experiencias sensoriales y emocionales, a partir

de ciertas formas de escribir o hablar.

Por otro lado, la forma en que se definió la palabra partió del interés por conocer los saberes

previos de los niños y, además, del propósito de involucrarlos con la narración, llevándolos a

construir hipótesis sobre esta. Además, tuvo que ver con las estrategias que los niños podían

construir y apropiar en medio de la lectura y del espacio como tal. Es decir, se reconoció que

definir una palabra a partir de su contexto en la obra potenció que los niños establecieran

157

relaciones entre los hechos y los términos del relato, lo cual les permitió crear conjeturas sobre el

significado de ciertas palabras y, así, comprenderlas de acuerdo a lo leído. De esta forma, les fue

posible asumir el rol de lectores activos y conscientes, potenciando el sentido que le dieron a la

lectura mediante la comprensión de ciertos términos clave.

Durante la lectura, hubo momentos en los que los niños se conectaron más que en otros. Al

respecto, se percibió que tuvo mayor impacto en los niños la matización que se realizó, más allá

de la rapidez con la que se leyera. Lo anterior considerando que cuando la lectura se hizo con un

ritmo acelerado, por temor al cansancio de los niños, ellos se dispersaron más. Entonces, es

posible afirmar que la entonación, la vocalización y el respeto por el ritmo del texto generaron

mayor interés. No obstante, esto no implicó el uso exagerado de la entonación o la creación de

otras voces.

En relación con esto, se debe resaltar que generar interés por la lectura en los niños no

necesita de una exageración visual o sonora, pues, como se evidenció en la sesión, es más

agradable para ellos poder apreciar cada palabra del relato. Por ello, es fundamental que el

maestro, desde su rol como lector, respete la escritura del autor y el ritmo que propone en su

obra, pues permitir que cada palabra resuene y que los niños puedan seguir su sonido es mucho

más cautivador para ellos. Por lo tanto, la elección de lo que se lee debe ser cuidada, ya que más

allá de la historia los niños también valoran la elaboración del lenguaje.

Una vez finalizada la lectura, la conversación inició con la pregunta “¿alguien quiere decir

algo sobre el capítulo?”, a la que los niños respondieron recordando situaciones puntuales de la

historia. En torno a uno de estos comentarios se generó una conversación como tal, pues los

niños se retomaron entre ellos para reconstruir una parte de la historia. Lo anterior es

fundamental, pues más allá de comentarios aislados, lo que se pretende en este espacio es que los

niños establezcan relaciones en las que, a partir de sus opiniones e hipótesis, construyan vínculos

entre ellos y, a su vez, con los libros. En esta medida, es importante retomar lo que alguien dijo,

volver sobre un comentario o complementar lo que se ha dicho para construir interacciones más

extensas sobre un elemento particular.

158

Por lo anterior, y con el fin de complejizar un poco los comentarios, la docente les contó a los

niños su experiencia al leer el primer capítulo, sin embargo ellos no se animaron a generar

intervenciones similares. En medio de la conversación surgió la duda por el nombre del

personaje e intentando recordarlo los niños mencionaron a Rafael Pombo, ante lo cual evocaron

los cuentos leídos en la sesión anterior y, además, volvieron a mencionar lo que les había gustado

de estos. Fue curioso evidenciar que esos cuentos llamaron tanto su atención.

Marzo 14, 2017: Acercándonos una narración larga #2

A partir de esta sesión la docente realizó un recuento de cada uno de los capítulos leídos,

retomando los hechos que los niños recordaban, pero sin exigirles que mencionaran algunos

considerados como “importantes”. Con esto se pretendió, por un lado, llevar el hilo conductor de

la historia y, por otro, evidenciar qué era lo más relevante para ellos frente al relato leído.

Además, se tuvo en cuenta que ello complejizaría la conversación, en la medida en que sería

posible para los niños relacionar algunos hechos puntuales con sus vidas.

Este recuento puede visualizarse en https://youtu.be/KDkdLM6mSiQ

La sesión inició tal como en las semanas anteriores, organizando un semi-círculo y

recordando las normas de interacción. Posteriormente, la docente les preguntó a los niños qué

recordaban del capítulo anterior, ante lo cual mencionaron muchos detalles de la historia.

Cuando la docente indagó por el nombre del personaje, los niños lo confundieron con Rafael

Pombo, por lo que les preguntó si estaban seguros de ello o quién era él y, rápidamente,

recordaron que era el autor de La pobre viejecita y Pastorcita.

Al iniciar la lectura del capítulo 2 de El lugar más bonito del mundo, fue evidente el cambio

de actitud de los niños para centrarse en esta. Un ejemplo puntual se evidenció en una niña que

estaba algo distraída, pero al escuchar a la docente leer se sorprendió, se acomodó en su puesto y

centró su atención en la lectura.

Sobre lo anterior, cabe resaltar que la lectura en voz alta cada vez centra más a los niños, pues

cuando escuchan que se ha iniciado el relato su actitud cambia y se disponen a escuchar lo que se

159

lee. Entonces, aun cuando los momentos de interés y conexión varíen dependiendo de cada niño,

la lectura los convoca en una dinámica distinta, lo cual no solo es consecuencia de los

requerimientos de silencio u orden de la docente, pues en ese instante ella está centrada en la

lectura y no en el comportamiento de los niños. A partir de esto, es posible reflexionar sobre la

fuerza de la literatura para reunir, cautivar y regular a los niños, sin que sea necesaria una

exigencia estricta frente a ello. Ellos, poco a poco, descubren algo que les llama la atención en la

lectura, lo cual no es igual para todos, y se interesan por escucharla para continuar explorándola.

Durante la lectura hubo muchas interrupciones por parte del rector de la institución, lo que

dispersó a los niños. Como consecuencia, fue necesario suspender el momento sin terminar el

capítulo, ya que, aunque algunos niños expresaron su conmoción y sus deseos de continuar la

lectura a pesar de la situación, no se escuchaba claramente y los niños no estaban concentrados.

Si bien ello representó una limitación para continuar la lectura, fue un elemento que potenció el

respeto por el espacio y por la necesidad de las normas de interacción. En relación con esto, fue

importante considerar que no solo se debían recordar las normas de interacción, pues, más allá de

esto, lo que se pretendía era que los niños las tuvieran presentes para cumplirlas. Por lo tanto,

hubo una verdadera aplicación de estas finalizando la lectura, cuando no se estaban respetando

del todo, para lo cual se hizo explícita su importancia real a partir de la vivencia de dichas

interrupciones y, así mismo, de la distorsión que causaron.

A pesar de esta situación, se abrió el espacio de conversación, en el que los niños iniciaron

resaltando aspectos muy puntuales de la lectura. A partir de estos, la docente les preguntó qué

creían que el personaje había sentido y por qué, dando paso a una conversación que giró en torno

a las historias personales de los niños, relacionadas con una parte específica del relato.

Lo anterior evidenció que guiar la conversación en torno a aspectos puntuales fue una

fortaleza, ya que le permitió a la docente retomar lo que los niños resaltaron de la historia para

indagar sobre sus opiniones, inquietudes e, incluso, anécdotas al respecto. Así, en dicho

momento se realizó un recuento que, si bien demostró la comprensión literal de los niños, fue

retomado por la docente para conectar sucesos concretos interesantes para ellos y, de esta forma,

160

complejizar la conversación. Este recuento general, además, enriqueció la comprensión de

quienes no estuvieron tan atentos durante la lectura.

Un ejemplo de lo anterior puede consultarse en https://youtu.be/3gvtIeYnQFc

Ahora bien, ello representó un reto para la docente, pues las preguntas que formulara, a partir

del recuento, podían generar o, por el contrario, impedir la conversación sobre aspectos

personales. Y, además, fue una situación que le exigió ser consciente de sus palabras, de modo

que el momento no se convirtiera en un control de lectura, sino que fuera realmente un diálogo

sobre cómo eso que se leyó repercutió en cada uno y, a su vez, sobre las comprensiones que

generó. Preguntas como ¿les gustó o no?, ¿por qué?, ¿qué creen que sintió el personaje?, ¿han

vivido situaciones similares?, ¿qué podría hacer el personaje para resolver su situación? llevaron

a los niños a repensar la historia y a analizarla más allá de los hechos como tal, ayudando a que

la conversación tomara otro tono y se distanciara de ser un control literal de la comprensión de

lectura.

Para finalizar, se abrió la posibilidad de que los niños que quisieran se prepararan para leer,

como resultado de su propio interés por hacerlo, expresado a la docente al inicio de la jornada. A

causa de ello, cuando se preguntó quiénes querían prepararse la propuesta tuvo una gran acogida

y, así, 3 niños fueron seleccionados, de modo que eligieron un libro de la biblioteca del salón y la

cantidad de páginas que leerían. En este momento fue necesario aclarar que en la próxima sesión

podrían prepararse otros niños, pues algunos se molestaron por no ser escogidos.

Cabe resaltar que desde el inicio de la comunidad se tuvo claro que la invitación para que los

niños se prepararan para leer se realizaría después de algunas sesiones de lectura, con el fin de

generar en ellos un interés genuino por asumir el rol de lectores. Esto fue muy acertado, pues se

evidenció que los niños valoraban el espacio y, en esta medida, se interesaron por hacer parte

activa de este y liderarlo. Además, permitió suponer que disfrutaron la lectura, la apreciaron y

comprendieron que esas palabras, esos libros, también les pertenecían y podían hacer parte de su

vida.

161

Marzo 21, 2017: Acercándonos una narración larga #3

Para iniciar la sesión, se recordaron las normas de interacción, tal como siempre, lo cual

contribuyó a la creación de un ritual en el espacio que propició que los niños cambiaran de

actitud durante el momento, pues los dispuso para la lectura y los llevó a comprender qué se

esperaba de ellos y, también, qué esperar de la situación.

Al finalizar el recuento de las normas, la docente agregó una nueva, la cual consistió en que

los niños que no quisieran estar en el momento de lectura podían salir, sin que eso tuviera

consecuencias negativas. La docente les preguntó si alguien quería hacerlo, ante lo cual los niños

dijeron que no, pues deseaban saber qué sucedía en la historia.

Luego, la docente les pidió a los niños que se prepararon para leer que llevaran sus sillas

adelante, lugar en el que ella se ubicó siempre, y se sentaran allí. De esta manera, cada uno se

sentó al frente de sus compañeros, teniendo el libro que leería en sus manos, y, posteriormente, la

docente les preguntó quién quería iniciar la lectura, con el fin de asignar los turnos para leer.

Cada niño leyó a su ritmo las páginas que preparó, sin pausas.

La ubicación de los niños, siguiendo la dinámica de la docente a leer, fue muy significativa,

pues creó una postura especial para el rol del lector. De esta manera, los niños interpretaron que

quien leía era la persona que lideraba el espacio y, por lo tanto, los demás eran participantes de

su lectura. Ello generó que uno de los lectores les llamara la atención a varios de sus compañeros

por incumplir las normas, tal como lo hacía la docente cuando asumía el rol de lectora.

Lo anterior puede evidenciarse en los siguientes vídeos https://youtu.be/yCWLaU_EMPw -

https://youtu.be/uhZfAeQnSiQ

La actitud de los niños que escuchaban fue muy interesante, pues fueron bastante respetuosos

con sus compañeros lectores, aunque hubo algunas interrupciones. El hecho de que los niños no

leyeran convencionalmente generó que el momento fuera algo tedioso para la audiencia, pues no

comprendían lo que los lectores expresaban. Sin embargo, no los afanaron ni se dispersaron

demasiado o interrumpieron su lectura, por el contrario atendieron activamente a esta.

162

Cuando los niños que se prepararon para leer terminaron su intervención, la docente inició la

conversación preguntándoles cómo se habían preparado para leer. Entre las estrategias que

utilizaron se encontraron leerles a algunos familiares y recibir ayuda de ellos. Al respecto, una

niña contó que su hermana le guiaba el dedo en cada palabra, le decía cómo se pronunciaba y

ella repetía. Un niño dijo que su mamá le enseñó algunas palabras que él no sabía y apagó el

televisor para que leyera toda la tarde. Otra niña contó que se preparó a partir de la lectura de su

mamá, quien le leyó el cuento primero y, luego, ella lo leyó sola. Todas estas dinámicas

evidenciaron la manera en que la familia se involucró, aunque indirectamente, con la comunidad

de lectura. A partir de ello se puede afirmar, entonces, que la lectura no solo incidió en los

procesos escolares de los niños sino, también, en sus prácticas cotidianas, relacionándolos con

sus familiares.

Los comentarios de los niños, al respecto, pueden consultarse en

https://youtu.be/PWp2MY9DvSY

Luego, la docente les preguntó a los niños de la audiencia si querían decir algo sobre la

lectura de sus compañeros. Sus comentarios giraron en torno a los libros que les habían gustado,

teniendo como referencia algunas ilustraciones de los mismos. Posteriormente, la docente les

preguntó si querían darles algunos consejos a los lectores, teniendo en cuenta su lectura. Frente a

esto, uno de los niños comentó que podían mejorar “para leer todo junto”. Además, con base en

una de las dinámicas que utilizaron los lectores para prepararse, los niños conversaron en torno a

la importancia de apagar el televisor para leer y, a su vez, de leerle a la mamá cuando está

ocupada y no lo pueda hacer. Y, también, mencionaron aspectos como leer todos los días, no

jugar con el celular cuando están leyendo y leer desde el día hasta la noche.

Antes de terminar el momento de comentarios la docente les preguntó a los niños qué libros

habían leído sus compañeros, con el propósito de reflexionar sobre la omisión de la lectura del

título por parte de los lectores. Debido a que ninguno sabía el nombre de los libros, se reflexionó

con ellos sobre cuál sería el momento más pertinente para leerlos, a lo que contestaron que era

mejor hacerlo antes de leer. De acuerdo con esto, se estableció que en las próximas sesiones los

lectores leerían el título antes que la obra.

163

Una vez finalizaron los comentarios, los lectores retomaron su lugar en el semi-círculo y la

docente asumió el rol de lectora, desde su posición usual frente a este. Así, antes de iniciar la

lectura hizo el recuento de los sucesos de los capítulos pasados, lo cual le permitió evidenciar

que los niños recordaban demasiados detalles y, por ello, les fue posible reconstruir la mayoría

de la historia entre todos. Posteriormente, la docente leyó el capítulo que no terminó en la sesión

anterior y, adicionalmente, el siguiente de El lugar más bonito del mundo.

Una vez finalizó la lectura, la conversación inició con la pregunta “¿alguien quiere decir algo

sobre la lectura?”. Al respecto, los niños iniciaron exponiendo los sucesos que recordaban de los

capítulos leídos y, sobre todo, el hecho de que la abuelita preparaba arroz con leche, frente a lo

cual uno de ellos dijo que su abuelita lo hacía mejor. Retomando su comentario, la docente le

dijo que eso no podría saberse porque no habían probado el de la abuelita del protagonista, lo

cual generó hipótesis sobre cómo hacerlo, entre las que, por ejemplo, sugirieron hacer una

máquina del tiempo o sacar a los personajes del libro.

Después, los niños reflexionaron sobre cómo se sentía el personaje frente a la partida de su

mamá y cómo ellos se sentirían si estuvieran en la misma situación. Durante la conversación, la

docente se vio en la necesidad de formular preguntas más específicas que permitieran que los

niños profundizaran en las historias o anécdotas que contaban.

Para finalizar la sesión, la docente les preguntó quiénes querían prepararse para leer y, así,

seleccionó a 2, no a 3 como en la sesión pasada, para que su lectura no resultara tan tediosa para

la audiencia. Los niños que no fueron seleccionados se disgustaron y, como alternativa, le

plantearon a la docente la posibilidad de llevar libros, aun cuando no fueran a leer en la próxima

sesión. Esto se conversó con la docente titular, quien autorizó que lo hicieran los viernes y los

llevaran de regreso al aula los lunes.

Marzo 28, 2017: Acercándonos una narración larga #4

La sesión se inició organizando el salón y recordando las normas establecidas, más dos

nuevas que la docente agregó: no repetir lo que el compañero ha dicho y no tener ningún objeto

164

en las piernas o en las manos. Esta última fue necesaria debido a que tener objetos en las manos

era factor de distracción para todos los niños, por lo cual, aunque se quería permitir que

elementos como ruanas o sacos fueran utilizados para amenizar el espacio, fue indispensable

crear esta norma.

Posteriormente, los niños que se prepararon para leer se ubicaron frente al semi-círculo y

leyeron su obra. Fue muy interesante este momento ya que, por un lado, la docente decidió

sentarse junto a los niños de la audiencia, en los puestos del semi-círculo. Es decir, se consideró

como una participante más de la comunidad, que estaba presente para disfrutar la lectura, lo cual

sorprendió bastante a los niños, ya que en la sesión anterior ella estuvo de pie detrás de los

lectores.

Lo anterior puede evidenciarse en https://youtu.be/OnmVkVHytDI

Y, por otro lado, porque uno de los niños leyó convencionalmente, lo que permitió que sus

compañeros comprendieran más la obra. Esto generó que los comentarios de los niños se

centraran en la historia que entendieron, lo cual ocasionó que, también, reflexionaran sobre la

importancia de la lectura convencional. Como consecuencia, uno de los comentarios fue que

quien no leyera convencionalmente “debería leer las palabras más pegaditas”.

Al finalizar la conversación, los lectores retomaron su lugar en el semi-círculo y la docente se

ubicó para leer. Antes de iniciar la lectura del capítulo 4 de El lugar más bonito del mundo, los

niños realizaron el recuento de los sucesos del relato leído en la sesión anterior y, además,

aclararon algunos detalles de este, como que quien se mencionó en la historia no era el papá del

protagonista sino su padrastro. Cabe resaltar que todas las aclaraciones que se realizaron en estos

recuentos fueron el resultado de aportes de los niños, los cuales provinieron de su iniciativa

propia o de preguntas formuladas por la docente. De esta forma, la docente no trató de validar a

los niños desde su interpretación, sino de enriquecer y aclarar las comprensiones de todos

mediante el cuestionamiento sobre sus aportes.

165

En esta sesión se evidenció que los hechos sobre los que más detalles aportaron los niños

fueron aquellos que los impactaron o que relacionaron con sus vidas, pues, por lo general,

abordaban los mismos sucesos que en las conversaciones de sesiones anteriores. Además, fue

recurrente que ciertos niños siempre aportaran el mismo suceso a la conversación, explicitando

claramente todos sus detalles.

Tras finalizar el recuento, la docente inició la lectura del capítulo y, posteriormente, dio paso

a la conversación al respecto. Durante esta, la docente puso a consideración de los niños una

afirmación que hizo un personaje de la obra sobre la tristeza que sentía por no ir a la escuela, lo

cual generó una discusión sobre si realmente era triste o no y lo divertido que podía ser aprender.

Al respecto, uno de los niños dijo que era divertido cuando se podía leer, razón por la cual la

docente les preguntó a todos que a quiénes les gustaba leer y por qué. La mayoría dijo que les

gustaba, ya que les permite aprender, descubrir qué dice el texto, saber qué es y, también,

compartirlo con la mamá.

Luego, se continuó hablando sobre la vida del personaje principal y uno de los niños dijo que

sabía leer los carteles tal como lo hacía él en el libro. También, sugirió el tema de la abuelita del

protagonista, a partir de lo cual varios niños dijeron que los abuelitos eran buenos con los niños y

contaron historias sobre los suyos, algunos de los cuales ya habían muerto.

Antes de finalizar, la docente les preguntó a los niños qué creían que sucedería en los

próximos capítulos, teniendo en cuenta que se acercaban al final de la obra. Ellos no se animaron

a decir muchas cosas, la mayoría dijo que el protagonista se iba con la mamá y eran felices.

A lo largo de la sesión se evidenció el interés de los niños por hablar y la importancia que

adquirió para ellos este acto, en el momento en que la docente les repartió los turnos para hablar,

específicamente cuando dijo quiénes serían los últimos en hacerlo. Al respecto, algunos de sus

comentarios fueron: “ay profe, permítame una palabrita” o “solo una palabra, por favor”. Esto

permitió suponer que cada vez sentían más seguridad para intervenir en la conversación, aunque

aún era necesario que se escucharan entre ellos para entrelazar sus comentarios.

166

Abril 03, 2017: Acercándonos una narración larga #5

Para esta sesión se planeó que los niños leyeran en los grupos que la docente titular ya tenía

organizados para el trabajo cotidiano en el aula, con el fin de que, al interior de estos, un niño les

leyera a sus compañeros. Sin embargo, no fue una buena estrategia, debido a que el salón era

muy pequeño y esto generó mucho ruido, lo cual distrajo tanto a los lectores como a quienes los

escuchaban. Por ello, la docente decidió organizar el salón como siempre y les pidió a los niños

que quienes se habían preparado para leer lo hicieran como se había hecho hasta el momento.

Generar ese cambio en la dinámica de lectura no fue pertinente porque, por un lado, el espacio

físico no era el más apropiado, generaba distorsión y desconcentración. Y, por otro, porque los

niños estaban iniciando su construcción como lectores en la comunidad, por lo cual la

ritualización del momento era muy importante aún para ellos. Esto se evidenció en el comentario

de algunos niños, quienes al ver que el salón no se organizó como siempre preguntaron por qué

no se iba a leer. Es decir, demostraron que para ellos el momento estaba muy vinculado todavía a

ciertas dinámicas que lo representaban, de modo que variarlas implicaba que el momento no se

desarrollaría.

Así, los niños que se prepararon realizaron la lectura de las obras que escogieron y, una vez

finalizaron, se inició la conversación sobre ello. Los comentarios de la audiencia se

complejizaron y se centraron en describir qué podían mejorar los lectores, mencionando que, por

ejemplo, una de las lectoras no debería pegarse el libro a la cara porque no se escuchaba lo que

decía. Además, en sus comentarios, los niños de la audiencia valoraron los libros que les habían

leído de acuerdo lo que pudieron comprender al respecto, a partir de la lectura convencional de

los lectores. Es decir, no se centraron del todo en qué dibujos tenía la portada, sino en lo que los

lectores leyeron para determinar si el libro les gustó o no. De esta manera finalizó la sesión, pues

debido al tiempo que se invirtió en el cambio de dinámica no fue posible que la docente realizara

la lectura de El lugar más bonito del mundo.

Abril 25, 2017: Acercándonos una narración larga #6

La sesión se inició tal como siempre, organizando el salón y recordando las normas.

Posteriormente, quienes se prepararon para leer, con asesoría de la docente titular, seleccionaron

167

fragmentos más cortos, lo cual hizo que su lectura fuera más fluida. Durante su lectura fue

posible observar que leerles a los compañeros se convertía en algo cada vez más importante, por

lo que los niños se sentían nerviosos e influyentes cuando asumían el rol de lectores y, sobre

todo, cuando se sentaban al frente.

Una vez finalizaron la lectura, se abrió el espacio para la conversación al respecto, en la que

algunos niños de la audiencia buscaron apoyar a sus amigos mediante sus comentarios, por lo

que dijeron que les gustaron algunos libros solo para animarlos. Esto, sin bien fue positivo en la

medida en que alentó a los lectores y los ayudó a enfrentar las críticas recibidas, es una situación

que debe ser regulada por el docente para que no se convierta en algo recurrente y, así, evite que

los comentarios puedan complejizarse y contribuyan a la formación de los lectores. No obstante,

hubo cierto equilibrio en torno a la crítica y al apoyo a los lectores, ya que otros niños de la

audiencia centraron sus comentarios en lo que estos podrían mejorar para que su lectura fuera

más clara, haciendo referencia a aspectos como el tono de la voz y la claridad de la

pronunciación.

Posteriormente, se realizó una línea del tiempo en el tablero con el fin de reconstruir la

historia y, además, de darle un orden cronológico a los detalles que, aunque recordaban, eran

dispersos para los niños y, así, proporcionar mayor claridad a su interpretación de la obra. Para

ello, tuvo lugar una conversación al respecto, a partir de la cual los niños le dictaron a la docente

aquellos sucesos que consideraron fundamentales en la reconstrucción de la historia, para que

ella los escribiera en el tablero. Durante esta reconstrucción, a pesar del largo tiempo que pasó

antes de la lectura, fue posible evidenciar el interés de los niños por la historia y, también, su

conexión con detalles particulares de la misma, ya que algunos recordaron siempre los mismos

detalles y los tuvieron muy claros.

Este momento, además, se convirtió en una breve reflexión sobre escritura, pues para

comprobar si la docente ya había escrito lo que se estaba comentando, los niños se acercaron al

tablero y buscaron cada uno de los comentarios aportados. Para ello, leyeron en grupos una a una

las frases que la docente escribió y, así, confirmaron si correspondían a las que le habían dictado.

168

Esta actividad puede visualizarse en https://youtu.be/kRCK1dX0vNs -

https://youtu.be/b23b6z4J85o - https://youtu.be/IEegTA-dqik - https://youtu.be/ejNFL-H3M54 -

https://youtu.be/vo8gMn_elLk

Esta actividad fue muy potente, pues permitió relacionar saberes del sistema escrito en la

reconstrucción de la historia. Por ello, se considera importante tener en cuenta que durante el

momento de lectura también pueden abrirse espacios para reflexionar sobre la escritura y, a su

vez, para complejizar las comprensiones que los niños tienen en torno a esta. Dictarle a la

docente, por ejemplo, es una situación que los enfrenta a decidir qué palabras quieren que ella

consigne y, además, a fijarse en las marcas gráficas que utiliza para registrarlas, lo que los lleva a

comparar sus saberes con lo que la docente pone a su alcance a partir de su escritura.

Además, los pone en el reto de intentar leer lo que está escrito para confirmar la información,

lo cual les permite relacionar tanto su forma de escribir como la que vieron que la docente utilizó

y, a partir de ello, complejizar sus saberes. También, los lleva a crear pequeñas discusiones, lo

cual genera una situación propicia para que puedan contrastar sus hipótesis y construir

conocimiento colectivamente. De esta forma, los niños tienen 3 fuentes a las cuales recurrir para

complejizar lo que saben: las marcas que hace la docente, las explicaciones y saberes de sus

compañeros y, a su vez, sus propias comprensiones sobre el sistema escrito.

Luego de reconstruir los hechos leídos en la historia, la docente leyó en voz alta y sin pausas

los últimos dos capítulos de El lugar más bonito del mundo. Y, posteriormente, se abrió paso a la

conversación en torno a la historia, la cual se limitó a aspectos muy puntuales del libro en los

que, aunque la docente tenía planeado preguntarles a los niños por su opinión frente a la última

frase, ellos se limitaron a recordar momentos concretos de la historia.

Durante el momento final los niños exploraron los libros que tenían en la biblioteca del salón,

lo cual no se tenía planeado. Para ello, se les permitió elegir el libro que quisieran leer y llevarlo

a su puesto, bajo la instrucción de leer de manera silenciosa, que se modificó posteriormente en

una lectura en voz alta para sí mismos por mayor comodidad y, a su vez, por el deseo que tenían

de intercambiar los libros con sus compañeros. Cabe resaltar que algunos niños no cambiaron de

169

libro y se interesaron por saber qué decía alguno en particular y, a su vez, que el salón contaba

con algunos libros de imágenes, los cuales no querían porque decían que eso no era leer.

Este fue un momento muy interesante, ya que a los niños les permitió conocer los libros que

tenían en su salón y, a su vez, explorar el sistema escrito a partir de su lectura, mientras que a la

docente le permitió evidenciar los intereses de los niños por esta práctica y por la posibilidad de

llevarla a cabo de forma autónoma.

Cabe resaltar que durante la lectura del relato largo no se mostraron las ilustraciones de la

obra a los niños, con el propósito de indagar si estas eran o no un aspecto que impidiera su

interés o concentración frente a la historia. Al respecto, se evidenció que esto no generó ningún

impedimento para que el relato fuera atractivo para ellos ni para que se motivaran por su lectura.

Mayo 2, 2017: Exploración de un libro álbum

En esta sesión se quiso que los niños exploraran otro tipo de texto que les permitiera

relacionar la imagen con las palabras, el cual los llevara a comprender que las lustraciones

también son relevantes.

La sesión inició con la lectura de los niños que se prepararon para ello, lo cual, con el paso del

tiempo, fue haciendo evidente sus avances en la decodificación del sistema escrito. De esta

manera, la lectura fue cada vez más fluida y clara, mientras que los comentarios se centraron más

en aquellos aspectos que impedían la comprensión de la obra por parte de la audiencia. Los que

más resaltaron giraron en torno a que se debía leer un poco más rápido, “más pegadito” y más

duro, a la importancia de no pegarse el libro a la cara y a tener en cuenta que quienes no estaban

leyendo, pero se habían preparado para ello, debían tener el libro quieto para no interrumpir la

atención de los demás.

Luego, la docente presentó el libro que leería y a su autor, Camino a Casa de Jairo Buitrago

(2008/2012), seleccionado por el reto que su relación entre ilustraciones y texto implicaría para

los niños. Y, además, por la elaboración cuidada de las ilustraciones y del lenguaje, lo cual crea

un conjunto armónico que influencia la comprensión del texto, de acuerdo al énfasis que cada

170

persona quiera darle a uno u otro aspecto a lo largo de la historia. Es decir, la posibilidad de

construir múltiples interpretaciones frente al relato fue un criterio que se consideró para su

selección.

Cuando se inició la lectura, uno de los niños se sorprendió porque en la contra portada del

libro no se encontraba su nombre ni el del autor, como en los demás, sino una imagen. Por ello,

le preguntó a la docente por qué y ella le mostró que los nombres se encontraban en la página

siguiente. La lectura fue realizada en voz alta por la docente, quien se detuvo en algunas

imágenes que sorprendieron mucho a los niños, con el fin de darles la oportunidad de analizarlas.

Durante la lectura de las primeras páginas los niños se fascinaron con las imágenes, comentaron

lo que veían en estas y lo relacionaron con el texto.

Una vez la docente finalizó la lectura, la conversación inició a partir de comentarios de los

niños sobre aspectos que les gustaron, tanto de la historia como de las ilustraciones. Para

complejizarla, la docente les preguntó qué opinaban de la imagen de las huellas del inicio y del

final y por qué creían que cambiaban. A partir de ello, los niños crearon diversas hipótesis en

torno a lo que podría significar el cambio en las huellas del león al inicio por las de una persona

al final. Algunas opiniones iniciales se centraron en que los pasos finales eran de la mamá

porque el león ya se había ido, lo cual se debió a que la niña de la historia inició caminando con

el león y terminó con la mamá. Sin embargo, una niña dijo que podía ser el papá o la mamá, que

no se sabía, lo cual fue retomado por la docente para cuestionar a los niños sobre la presencia del

papá en el libro, ante lo cual uno dijo que lo había visto en la foto en la playa.

A raíz del comentario anterior se analizó la fotografía final de la obra, en la que sale la

familia, y uno de los niños dijo que el papá era como el león, ante lo cual algunos niños dijeron

que estaban de acuerdo y otros que no, pues algunos rasgos, como el pelo, no eran iguales.

Posteriormente, la docente les preguntó a los niños dónde estaba el papá cuando los personajes

estaban en la cama, lo cual generó muchas reflexiones resultantes de su cotidianidad, pues

dijeron que no lo habían dejado entrar a la casa porque se había quedado en la playa y había

peleado con la mamá.

171

Sobre ello, uno de los niños planteó que el papá se convirtió en el león y la docente,

retomando su intervención, les preguntó a los niños qué creían de esto y ellos dijeron que sí por

la cara y el pelo. Una niña en particular insistió en que el león era el papá, ya que, según ella, él

se quedó en la playa y se puso bravo porque nadie lo quería, por lo que se convirtió en león. Otro

niño dijo que el papá se volvió malvado. También dijeron que el león no era de la selva sino que

era el papá, quien tenía algo, como poderes, para convertirse en león.

En medio de esta discusión, una niña pidió ver nuevamente al papá y, después de hacerlo, dijo

que definitivamente el león era el papá. Varios niños la apoyaron comentando que debía

transformarse para ir a visitar a la familia porque estaba lejos. Otros rechazaron estas hipótesis,

mencionando que los seres humanos no tienen el poder de transformarse pues eso solo lo hace

Dios.

La conversación anterior puede visualizarse en https://youtu.be/lzwjrQqfCqE -

https://youtu.be/keX3qzZjIcU - https://youtu.be/uRoQAmBGp_U

Todo ello generó una conversación en torno a historias de terror y leyendas que ellos sabían.

Así, para continuar con el abordaje del tema, la docente les pidió a dos niños que indagaran en

sus casas sobre historias de este tipo particulares de la región. Al finalizar el momento, un niño

dijo que dormía solo y que recordaba a su abuelita en sus sueños, haciendo referencia al libro

anterior, El lugar más bonito del mundo.

Mayo 9, 2017: Acercamiento a las narraciones orales

En esta sesión tuvo lugar un breve acercamiento a historias orales de la región. Para ello, se

les pidió anteriormente a 2 niños que indagaran al respecto en sus casas y se prepararan para

contarlas, aclarándoles que debían preguntárselas a sus familiares y no retomarlas de películas o

de cuentos. De esta forma, se inició la sesión recordando los niños que se prepararon para contar

sus historias, quienes, posteriormente, se ubicaron en el lugar de los lectores y contaron lo

indagado. Al respecto no hubo comentarios, de modo que la docente pasó a la silla de los

lectores y les contó una historia que ella indagó, también, con sus familiares.

172

Los niños estuvieron muy interesados por el tema, se sorprendieron e hicieron gestos

relacionados con las historias contadas. Luego, se abrió el momento de conversación al respecto,

en el que los niños, debido a su entusiasmo por el tema, comentaron historias de amigos o

familiares, las cuales giraron en torno a brujas, monstruos y, en general, terror. Uno de los niños

contó cómo eran las brujas, según lo que le habían dicho sus familiares, y otro dijo que su

abuelita era vecina de una. En esta conversación los niños se retomaron entre ellos para

complementar las historias que estaban contando. No obstante, sus comentarios empezaron a

relacionarse con películas que habían visto, razón por lo cual la docente decidió finalizar el

momento.

Agosto 10, 2017: Retomando nuestro espacio de lectura20

Esta sesión tuvo como objetivos principales retomar el momento de lectura y, a su vez,

indagar con los niños qué sucedió al respecto durante el tiempo en que este no se llevó a cabo.

Además, se llevó el libro Secreto de Familia de Isol (2004), pues se consideró que su temática

suscitaría relaciones con la cotidianidad de los niños.

Para iniciar la sesión se organizó el grupo en semi-círculo, tal como se hizo en todas las

sesiones anteriores. Cuando todos los niños se organizaron, la docente les preguntó si extrañaron

el espacio, la lectura y por qué, ante lo cual respondieron que sí, pero no mencionaron por qué.

En el momento fue necesario recordar las normas de interacción antes de continuar, pues los

niños realizaron sus intervenciones sin respetarlas. No obstante, ya que las tenían muy claras y

evidenciaron su importancia en este momento, las respetaron aún más que antes. Luego,

recordaron algunos de libros leídos, de los cuales los niños se acordaban más por la historia que

por los títulos, razón por la cual la docente los cuestionó constantemente hasta llegar a sus

nombres. En este momento, también, recordaron la lectura del relato largo, remitiéndose a

aspectos muy puntuales de este sin importar el tiempo transcurrido desde su lectura.

20 A partir de esta sesión la docente en formación que realizó la planeación, la reflexión y la

sistematización de la comunidad de lectura fue Alejandra Bolívar.

173

Luego de la conversación sobre los libros leídos, la docente les dijo que había llevado uno

nuevo: Secreto de Familia de Isol (2004). Este se seleccionó por el juego que realiza con el

lenguaje, especialmente en torno a los apellidos de los personajes. También, por el narrador

utilizado y por la forma en que se narra la historia, suponiendo que podía llegar a ser cercano a

los niños y, por ello, podrían relacionarlo con elementos propios de sus vidas, siendo

protagonistas de historias similares, tanto personal como familiarmente.

Los niños se emocionaron, celebraron, sonrieron y estuvieron muy interesados en saber qué

libro se leería ese día. La docente les presentó el título de la obra y la autora y, a su vez, les

preguntó si escucharon el país en el que nació, ante lo cual uno de ellos dijo que sí, pero no

mencionó cuál era. Posteriormente leyó la obra, momento en el que los niños estuvieron muy

concentrados y analizaron mucho las imágenes, detallando, desde la primera página, lo que

encontraron en estas. A medida que el relato avanzó, los niños hicieron comentarios sobre las

ilustraciones, como, por ejemplo, que la mamá no era un puercoespín, sino que estaba

despeinada. La docente pausó la lectura porque un niño preguntó qué eran “broches” y, para

resolver su duda, esta consultó con los demás si sabían qué era, de modo que entre todos se

aclaró que son los ganchos con los que las niñas se cogen el pelo.

Al finalizar el libro, la docente les mostró su última página, con el fin de generar en ellos

nuevas reflexiones, pero no le dieron mayor importancia. Cuando terminó de pasar por todos los

puestos se sentó y se quedó en silencio, tal como tenía planeado, ante lo cual todos los niños

callaron y no se atrevieron a decir nada, ya que, usualmente, esta es la forma en que las docentes

llaman su atención.

El libro no generó la reacción esperada por la docente, ya que, si bien los niños descubrieron

el secreto de esa familia, quedaron algo desconcertados y no les pareció gracioso. Por ello, fue

necesario que les preguntara si habían adivinado cuál era el secreto de esa familia, para generar

la conversación, ante lo cual los niños respondieron que sí, que la mamá era puercoespín en las

mañanas cuando estaba despeinada. La docente intentó que relacionaran esto con sus vidas, por

lo que les preguntó si sus papás o ellos también se levantaban así, pero dijeron que no y se

centraron en mencionar qué tan temprano se levantaban. Si bien en este momento faltó mayor

174

astucia de la docente para volver al libro y analizar otros aspectos, evidenciar el poco interés de

los niños por este la sorprendió y, para evitar el hastío en el momento, prefirió no presionarlos en

la conversación.

Una vez se terminó la conversación, se inició una exploración de los libros de la biblioteca del

aula, tal como se tenía planeado. Aunque este momento se realizaría después del almuerzo, la

lectura y la conversación finalizaron antes de lo esperado, por lo que la exploración se realizó

antes. Para iniciar, la docente les pidió a los niños que se organizaran en los grupos que la

docente titular tenía organizados y, mientras se ubicaron, seleccionó algunos libros de la

biblioteca de aula y los puso sobre la mesa que estaba al frente del salón, como una galería. Ella

los eligió ya que el propósito era que los niños exploraran libros de literatura y en la biblioteca

había otros tipos de texto.

Una vez todos los niños se organizaron, les explicó que en ese momento cada uno elegiría,

por grupos, un libro para leer para sí mismos, de modo que sería una lectura personal y debían

intentar hacerla en silencio. Además, les mencionó que debían seleccionar muy bien el libro que

leerían, porque no podían cambiarlo hasta terminarlo, teniendo en cuenta que la última vez que

se realizó una actividad similar se enfocaron solo en el intercambiarlo. Y, también, les planteó

que podían cambiarlos solo por los que estaban en su mesa, para no interrumpir a los demás.

Así, pasaron por grupos al frente, cada niño eligió su libro y, luego, se sentaron a leer, en el

mayor silencio posible. Sin embargo, fue muy complicado que hubiera un silencio total, pues, al

parecer, los niños necesitaban escucharse leyendo para entender lo que leían y no perderse. Al

respecto, la docente permitió que leyeran a su ritmo y como fuera mejor para ellos, pero

recordándoles constantemente leer en voz baja y, además, no compartir su lectura con sus

compañeros, pues algunos se emocionaron y distrajeron a sus amigos.

El momento fue muy interesante, ya que los niños lo disfrutaron bastante. Algunos cambiaron

de libro constantemente, otros solamente algunas veces cuando ya habían terminado del todo su

lectura y otros prefirieron no cambiarlo. Fue muy grata esta actividad, tanto para los niños como

para las docentes, pues se evidenció que ellos disfrutaron lo que leyeron y les emocionó explorar

175

los libros. Además, la docente titular se emocionó al observar el avance de los niños en la lectura

convencional y, a su vez, su interés en leer para sí mismos.

El desarrollo de este momento puede visualizarse en https://youtu.be/HUtMxIHTbck -

https://youtu.be/xxCrya6I5S8

Durante la exploración de los libros, algunos niños manifestaron que no querían leer más,

pues estaban exhaustos. Por ello, la docente les pidió que se acercaran a ella con un lápiz y les

dio una tira de papel en la que debían escribir el nombre de los libros que leyeron. De esta forma,

se continuó con la siguiente actividad que se tenía preparada. Como los libros estaban rondando,

algunos niños se limitaron a copiar el nombre, mientras que otros sí hicieron el esfuerzo de

escribir. Ahora bien, no todos alcanzaron esta parte de la actividad, pues querían continuar

leyendo. El momento finalizó para que los niños salieran a almorzar.

La emoción de uno de los niños por poder leer el libro que le gustaba puede observarse en

https://youtu.be/ftnB1a2pfOo

Después del almuerzo se retomó la actividad, para lo cual los niños se organizaron en parejas

a partir de un juego, con el propósito de que quedaran algunos más avanzados en su comprensión

del sistema escrito con algunos que aún no lo tenían tan claro. Cada pareja se organizó en una

mesa y la docente les explicó que debían escribir el nombre del compañero en la tirita de papel

que ella les entregaría. Además, les dijo que solo quien escribía podía modificar la escritura, el

otro solamente debía explicarle qué hacer. Este momento fue breve pero muy interesante, porque

los niños se valieron de varias estrategias, como llevar a los compañeros hasta la cartelera del

abecedario del salón o mostrarles la cartuchera marcada, para explicarles cómo escribir su

nombre.

Cada niño, al terminar, escribió en una tira de papel los libros que leyó, con lo cual se retomó

la actividad que se realizó antes del almuerzo. Este momento fue muy complejo por la diferencia

en la cantidad de libros leídos, lo que ocasionó que unos niños terminaran primero que otros. Por

ello, la docente les pidió que ayudaran a quienes menos tenían claro el sistema escrito, pero los

176

niños se desesperaron y terminaron desistiendo de su rol como tutores. Posteriormente, la

docente solicitó la ayuda de quienes habían terminado para construir la cartelera en la que

quedarían registrados los libros leídos. Esto fue muy positivo porque permitió tener a los niños

organizados y conectados en la actividad, aun cuando fue en un rol diferente al de escritores.

Agosto 22, 2017: Organizando los libros del aula

En esta sesión se pretendió complejizar los comentarios de los niños frente a la lectura de sus

compañeros y, también, relacionar la lectura del libro Terrible, de Alain Serres (2010), con

elementos de su vida y personalidad. Además, se quisieron explorar sus hipótesis en torno a los

diversos tipos de texto, para lo cual se planeó realizar una primera organización de la biblioteca

del aula con ellos. El libro en mención se seleccionó bajo el supuesto de poder relacionarlo con

la personalidad de los niños y, a su vez, por cierta reiteración presente en el relato que permite

generar hipótesis frente a su continuidad.

Para iniciar la sesión, se organizó el grupo en semi-círculo y los niños que se prepararon para

leer se ubicaron al frente de sus compañeros, en las sillas dispuestas para ello. Antes de iniciar la

lectura de los niños, la docente les pidió que recordaran las normas de interacción, pues algunos

no habían guardado todos los objetos que tenían en sus manos, es decir, estaban incumpliendo

con una de estas. Los niños las recordaron, aunque algunas de estas, como no repetir lo que un

compañero ha dicho o levantar la mano para hablar, no las recuerdan tanto, incluso cuando las

utilizan en la mayoría de los casos en los que participan. Recordar estas normas ha permitido que

los niños se centren en el espacio y entre ellos mismos autoregulen su comportamiento. Además,

este acto se ha convertido en un inicio del momento de lectura, posibilitando que se dispongan

para ello. Una vez todas las normas se recordaron, la docente les preguntó a los niños en qué

orden querían leer, rápidamente se pusieron de acuerdo y se dio inicio a su lectura.

Para esta sesión hubo 3 lectores, de los cuales 2 leyeron convencionalmente y prepararon muy

cuidadosamente la lectura de una parte muy concreta de una página. La otra niña que leyó no

había preparado su lectura muy bien, lo cual se evidenció cuando le pidió a uno de sus

compañeros lectores que le leyera para repetir lo que él decía. Durante su lectura, una niña de la

audiencia dijo, muy disgustada, que no se había preparado para leer.

177

Lo anterior evidencia la importancia que tiene para los niños dicha preparación, pues exigen

que quienes les lean conozcan el texto e intenten leerlo, aun cuando no lo hagan

convencionalmente. Además, puede significar que la lectura en voz alta es un acto muy

significativo, por lo cual, para ellos, es necesario que quien asume el rol de lector demuestre

conocimiento del texto e intente compartir lo que ha preparado, aunque no comprendan su

lectura. Ello dado que comentarios de este tipo no habían surgido en sesiones anteriores, en las

cuales los lectores no leyeron convencionalmente, y, si bien su lectura fuera algo tediosa, los

demás respetaron su esfuerzo y en los comentarios solo les decían en qué podían mejorar. Es

decir, los niños, hasta el momento, no habían expresado ningún comentario en torno a la

importancia de la preparación para leer ni, tampoco, habían exigido que sus compañeros se

prepararan para ello.

Antes de iniciar la conversación sobre la lectura de los compañeros, uno de los lectores dijo

que todos olvidaron leer el título del libro que leyeron y sugirió que lo hicieran en ese momento.

La docente aceptó su propuesta y cada uno lo leyó. Durante la conversación, los niños le

sugirieron a los lectores que podían mejorar en aspectos como el volumen de su voz y la rapidez

de su lectura, pues no les habían entendido. A la niña que no preparó su lectura no le hicieron

comentarios.

Los comentarios de los niños sobre la lectura de los compañeros pueden visualizarse en

https://youtu.be/CICjh2jTfq4

Fue muy curioso que los niños les exigieran aún más a quienes leyeron convencionalmente,

como valorando la preparación que realizaron y respondiendo a ello con consejos para continuar

mejorando. Además, esto puede evidenciar la complejización sobre la lectura en voz alta que

están construyendo, ya que no se conforman con escuchar algo, sino que quieren entenderlo

claramente, lo cual no sucedía al inicio del momento de lectura.

Los lectores refutaron algunos de los comentarios de sus compañeros, diciendo que ellos sí

habían leído duro y rápido. La docente les dijo que era posible que sus compañeros identificaran

178

algunos aspectos por mejorar que ellos no reconocían, porque estaban concentrados en la lectura

y que, por ello, sus comentarios eran importantes. Ante esto, los lectores reconocieron que quizás

sí debían mejorar en esos aspectos que les mencionaban.

Para complejizar la conversación, la docente les dijo a los niños que los comentarios sobre lo

que les gustó de la lectura de sus compañeros no podían centrarse solamente en las ilustraciones,

sino que tenían que referirse a algo de lo que ellos habían leído, es decir, al contenido de la

historia. Esto como respuesta a varios comentarios que surgieron diciendo que les había gustado

el libro por el dibujo de la portada.

Ya que ninguno de los aportes posteriores retomó alguno de los temas abordados por los

lectores, la docente continuó preguntándoles si alguien tenía dudas para los lectores. Los niños

no se animaron, así que ella les preguntó cómo se habían preparado para leer y si sus familiares

les habían dicho cómo o qué mejorar. Frente a esto, solo uno de los niños mencionó que sus

papás le habían dicho que debía leer más rápido y duro, pero que no lo había hecho,

posiblemente como resultado de los comentarios previos de sus compañeros respecto a su

lectura. La docente le preguntó cómo podía mejorar eso y él respondió que leyendo más libros.

Otro de los lectores se preparó leyéndoles a sus papás, pero sin que ellos le leyeran a él, y la

otra niña se preparó sola. A partir de lo anterior se evidenció la importancia del compromiso de

los papás con la preparación para la lectura, dado que aquel niño que recibió comentarios de sus

papás fue quien mejor leyó en la sesión.

Posteriormente, antes de iniciar su lectura, la docente les dijo a los niños que leería un libro de

la biblioteca del aula, pues muchos habían leído fragmentos de este y decían que les gustaba solo

por las ilustraciones, pero no se había leído completo. Posteriormente, les presentó al autor de la

obra y los niños se sorprendieron al escuchar su año de nacimiento y, también, al saber que había

trabajado como profesor antes de ser escritor. Debido a que la docente se refirió a Alain Serres

como el autor del libro, les preguntó a los niños si recordaban qué era un autor. Ante esto, una

niña dijo que era quien reparaba y pintaba carros, pero inmediatamente uno de sus compañeros

intervino y dijo que no, que era quien hacía los libros. Otra niña lo complementó diciendo que un

179

autor era el que creaba la historia y escribía el libro. Luego, la docente les preguntó si recordaban

qué era un ilustrador, a lo que respondieron que era quien dibujaba el libro.

Durante la lectura los niños estuvieron bastante concentrados, se sorprendieron e intentaron

predecir lo que seguía, sobre todos quienes lo habían leído en ocasiones anteriores. La docente

paró dos veces durante la lectura, una para preguntarles por la canción que aparecía en la

historia, tal como se tenía planeado, y otra para indagar por sus hipótesis sobre la continuación

del relato en el último descubrimiento de los hermanos Terrible. Frente a la primera pausa, los

niños cantaron la canción popular de estrellita y cuando la docente les leyó la que estaba en el

libro se asombraron y, además, reconocieron y mencionaron que no era la misma. Ante la

segunda pausa, intentaron predecir algunos colores para la última pata de Terrible, momento que

los conectó mucho y, a su vez, ayudó a producir intriga por el libro a partir de la reiteración en el

relato.

Aunque los niños parecieron muy enganchados con el libro durante la lectura, sus

comentarios fueron muy pocos, pues solo dijeron que les había gustado. Durante un corto

momento se discutió sobre el cambio de Terrible, a lo cual algunos argumentaron que les había

gustado más de colores y otros que más de negro. También, se conversó sobre el lugar del

bosque en el que Terrible se sentó, pues durante la lectura una niña preguntó si él había

“escarbado” ahí. La docente retomó esta pregunta, cuestionándolos sobre por qué debía haberlo

hecho. Algunos niños dijeron que allí estaban las botas y los guantes, pues respondía a las

características, que se presentaron en el relato, sobre el lugar en el que los hijos de Terrible

habían enterrado su atuendo. No todos estuvieron de acuerdo con ello, por lo que mencionaron

que el lugar en el que estaban esas cosas era más lejos.

En este momento, a pesar de que los comentarios fueron muy pocos, se presentaron opiniones

divididas y ninguna se favoreció o negó, las dos tuvieron cabida en la conversación.

Precisamente esta es la posibilidad que se brinda en el espacio de lectura, pues cada cual puede

aportar hipótesis, confrontarlas y estar de acuerdo o no, pero sin que haya una interpretación a la

cual responder y sin temer que esté bien o mal lo que se dice.

180

La libertad que se ha construido con el tiempo en torno a este aspecto, es lo que permite que

se presenten este tipo de discusiones y que los niños no teman a expresar sus creencias y

sustentarlas, aun cuando otros los refuten. Todo ello hace parte de ser lector, poder compartir con

otros hipótesis y compararlas, volver al texto, indagar en él, buscar pistas… Por ello, dichas

tensiones en la interpretación deben ser parte de una comunidad de lectura, al ser espacio en el

que los lectores se forman, conversan y disfrutan del acto de leer y de los relatos. Todo esto en

relación con la dinámica de compartir libros en común con otros y tener la posibilidad de contar

con un momento específico para conversar.

Luego del almuerzo, los niños ingresaron al salón y encontraron en cada mesa grupal muchos

libros de diversos tipos, lo cual los emocionó. Así, la docente inició el momento diciéndoles que

organizarían la biblioteca del aula y, por ello, necesitaban crear una forma de ordenar los libros,

por lo que cada grupo crearía una y entre todos decidirían cuál era la mejor.

De este modo, los niños los exploraron poco y se precipitaron a ordenarlos, lo cual

desencadenó que la mayoría los organizara por tamaño, del más grande al más pequeño.

Además, en algunas mesas, no hubo verdadero trabajo en grupo, pues la mayoría eligió un

conjunto de libros y los organizó por tamaño. Solo un grupo dijo que habían organizado los

cuentos del más grande al más pequeño y aparte las cartillas, también por tamaño.

La docente cuestionó a todo el curso sobre la forma en la que los habían organizado,

preguntándoles si era posible, a partir de esta, que alguien externo ubicara fácil y rápidamente el

libro que quería. Los niños dijeron que no, porque tendría que leerlos todos para saber cuál era,

haciendo referencia a leer los títulos. Retomando este comentario, la docente les dijo que

entonces era necesario crear otra forma de organizarlos, pero los niños no propusieron ninguna.

Por lo anterior, ella retomó la organización de un grupo y les preguntó cómo diferenciaron

entre unos libros y los que llamaron cartillas. Ellos explicaron y otros los complementaron,

diciendo que eran los libros que leían para aprender. A partir de esto, la docente les dijo a todos

los niños que organizaran rápidamente, de los libros que tenían en la mesa, aquellos que fueran

cartillas y los colocaran en el centro.

181

Así, a partir de la organización que realizó cada grupo surgieron nuevas preguntas para

construir el próximo género. Por ejemplo, un grupo organizó con las cartillas algunas historietas,

de modo que la docente le mostró a todo el curso los libros organizados y les preguntó si estaban

de acuerdo. Al respecto, los niños de otros grupos dijeron que dos libros no pertenecían porque

eran historietas y, retomando su intervención, la docente les preguntó qué tenían de diferentes.

De esta forma, tras mencionar algunas diferencias, otros niños dijeron que eran cuentos y

entonces, nuevamente, la docente cuestionó a todo el grupo para saber si estaban de acuerdo, a lo

cual algunos niños respondieron que no y mencionaron algunas características que diferenciaban

las historietas de los cuentos. Así se fueron construyendo las características de cada género de los

que había en los grupos: cartillas, “cuentos”21, revistas, historietas, periódicos de noticias y

periódicos de promociones.

La docente escribió cada género en el tablero, incluyendo las características que los niños

mencionaban. El único género que no pudo caracterizarse fue el cuento, pues los niños sabían

que era diferente a los demás, pero no sabían cómo explicar esas diferencias. Esta exploración

fue muy interesante, pero pudo potenciarse más, permitiendo, por ejemplo, que los niños primero

vieran los libros e intentaran leerlos, de modo que reflexionaran e indagaran por la diversidad

textual que había en cada grupo.

Este tipo de actividades son muy importantes al interior de la comunidad de lectura, pues

hacen parte de la formación de los lectores. No obstante, deben diferenciarse completamente del

momento de lectura y de conversación, pues son dos aspectos que, aunque se complementen, son

muy diferentes. Por un lado, los espacios de diálogo y lectura están relacionados con la

posibilidad de contemplación y el disfrute de la literatura. Por otro, este tipo de actividades,

como la organización de la biblioteca, tienen como propósito aportar a su formación como

lectores, a partir de reflexiones que los lleven a construir ciertos saberes sobre los libros en

general.

21 Los niños clasificaron como cuentos todos los textos narrativos. Sin embargo, entre estos hay novelas,

libros álbum, cuentos y libros ilustrados.

182

Agosto 29, 2017: Nuevas modalidades de lectura, esta vez, todos leemos

La sesión inició con la organización del salón en semi-círculo y, a su vez, con el arreglo de las

sillas en las que se ubicarían los lectores, realizado por los niños que se prepararon para leer ese

día. Esto último evidenció su empoderamiento por el espacio, el cual pudo resultar de su

conocimiento sobre la ritualización creada para el momento de lectura.

En cuanto a esto, dicha ritualización posibilita que los niños se apropien del espacio, pues les

permite, poco a poco, anticipar la dinámica, ya que les proporciona las pautas para actuar en la

comunidad. Todo ello genera que, con el tiempo, ellos mismos organicen el salón, actúen como

mediadores, establezcan los momentos para cada actividad que se realiza, etc. Es decir, los niños

saben cómo funciona el espacio y, en términos generales, qué se espera que suceda en este, lo

cual les permite empoderarse de él y mediarlo. De esta forma, les es posible ingresar a esa

práctica de lectura, a ese compartir una experiencia literaria. En esta medida, es importante que

esa ritualización esté presente, aun cuando en algunos momentos pueda complejizarse y variarse

de acuerdo a los propósitos, a la diversidad de dinámicas y a la pertinencia de la estructura para

cada una de estas.

Posteriormente, antes de iniciar la lectura, se recordaron las normas de interacción. Algunos

niños no las estaban cumpliendo del todo, por lo que la docente se detuvo y esperó a que las

cumplieran. Ello ayudó a que los niños exigieran aún más el cumplimiento de estas, avisándole a

la docente o reclamándole a quienes no las estaban cumpliendo. Lo anterior, quizás, a causa del

énfasis que la docente hizo en estas para iniciar. Esto fue una fortaleza, pues permitió que ellos

mismos se convirtieran en mediadores y su comportamiento se regulara constantemente, sin que

la docente interviniera para ello.

Una vez todos los niños estuvieron en disposición para iniciar la lectura, los lectores se

asignaron los turnos para leer e iniciaron. La primera lectora leyó varias páginas de manera

convencional y fluida, lo cual sorprendió a sus compañeros. Sin embargo, a medida que

avanzaba su ritmo se fue desacelerando, lo que causó preocupación en sus compañeros, pues

sabían que le faltaban varias páginas. Los niños estuvieron muy concentrados y sorprendidos

mientras la lectora siguió un ritmo constante y su tono de voz permitió una comprensión clara.

183

Dado que esto iba cambiando en cada página, los niños empezaron a preguntarle cuántas le

faltaban, a lo que ella respondía muy orgullosa.

A pesar de lo anterior, la lectora no se sintió presionada o frustrada por los comentarios de sus

compañeros, sino que, por el contrario, se sintió orgullosa de poder leer muchas páginas. Los

niños que estaban escuchando tampoco irrespetaron la lectura de su compañera, pues, si bien le

hicieron preguntas cuando finalizaba la lectura de una página, guardaron silencio.

La lectura de la primera lectora se interrumpió en varias ocasiones porque algunos insectos

ingresaron al salón, causando comentarios y risas en los niños. Quienes no se inquietaron al

respecto llamaron la atención de los demás, buscando que regularan su comportamiento. La

lectora fue quien más se disgustó por ello, por lo que exigió que sus compañeros hicieran

silencio para continuar. Los otros dos lectores también insistieron en llamar la atención de sus

compañeros, mediante gestos con la cara y las manos o nombrándolos directamente.

Lo anterior puede evidenciarse en https://youtu.be/vGp5jRdhRhM -

https://youtu.be/ER8Jg_K0x6k - https://youtu.be/D9eo1xKdFD0 -

https://youtu.be/HUm2smK_lSo

En esta sesión se evidenciaron las construcciones que los niños elaboraron en torno a la

importancia del silencio en la lectura en voz alta, sobre todo en el caso de los lectores. Además,

que los niños regulen su comportamiento entre sí evidencia el empoderamiento del espacio que

han construido, pues, aunque a veces recurran a la docente, ellos mismos han apropiado el rol de

moderar la conducta de los demás y les exigen que cumplan las normas del espacio.

Una vez ella terminó su intervención, inició el lector que se había asignado como el segundo.

Él también leyó varias páginas, de las cuales no había preparado todas, pero, tal como lo

mencionó en la conversación posterior, al ver que su compañera leyó tantas se motivó a hacer lo

mismo. Su lectura fue convencional, pero con un ritmo pausado y en un tono de voz bajo. En

este momento, a causa de la extensión de la primera lectora y de la forma en la que el segundo

184

lector leyó, los niños se cansaron y empezaron a moverse constantemente, pero no

interrumpieron a sus compañeros ni les pidieron que no leyeran.

Debido a que los niños cada vez se animaban a leer más páginas, se hizo necesario que fueran

menos los que se preparaban, pues su lectura era pausada y eso causaba cansancio en los niños

que escuchaban. Entonces, la docente planeó que para próximas sesiones solo se prepararan 2

lectores. Al ser así, podrían extenderse sin que eso fuera un factor para que los otros niños se

aburrieran o dispersaran y, además, todos podrían disfrutar de su lectura, tanto los lectores

mismos como su audiencia.

La conversación sobre la lectura fue muy interesante, pues los niños complejizaron sus

comentarios en relación a la lectura de los compañeros, mencionando aspectos más allá de las

ilustraciones. Esto fue consecuencia de la intervención de la docente, quien les pidió que

sustentaran sus afirmaciones con parte de la lectura y no solo con lo que veían en las imágenes.

En relación con lo anterior, es necesario considerar que la complejización que el docente vaya

introduciendo al espacio es fundamental, pues genera retos a los niños que los conectan con la

lectura, sobre todo de sus compañeros. De esta forma, más allá de simplemente estar en silencio

para que el otro pueda hablar, los niños realmente se concentran en lo que los lectores quieren

compartir con ellos. El reto los lleva a ponerles atención y a detallar aún más su lectura, lo cual

no quiere decir que se deba exigir que mencionen ciertos detalles o interpretaciones. Es decir, se

trata de ponerles ciertos desafíos que los lleven a considerar la importancia del relato, de la

lectura de sus compañeros y, en general, a valorar lo que ellos les comparten y que se preocupen

por aportar a su lectura para que puedan mejorarla.

Un aspecto curioso en esta sesión fue que los niños les dijeron a los lectores “le recomiendo”,

como una forma de suavizar sus críticas. Entre las observaciones, resaltaron que los lectores

debían leer más duro y rápido y, también, mantener el tono de voz, refiriéndose a la primera

lectora, quien inició leyendo duro y terminó muy bajito. Las observaciones hacia los compañeros

fueron cada vez más elaboradas y, aunque se repitieron ciertos aspectos, las complementaron con

nuevos detalles que aportaron a la formación de los lectores en voz alta.

185

Lo anterior es fundamental en la comunidad, porque son los propios niños quienes, en medio

de la práctica, construyen los criterios para mejorar su lectura en voz alta. Es decir, estar en el

momento de lectura durante un tiempo prolongado complejiza sus saberes, les permite aprender

de su experiencia. Ello sin que haya mayor mediación docente, pues son los propios niños

quienes, a partir de sus percepciones, les piden a sus compañeros mejorar ciertos detalles que les

permitan a todos entender mejor la lectura. De esta forma, es posible afirmar que en medio de la

comunidad de lectores los niños se forman como tal sin que haya una planeación completamente

intencional y rigurosa para ello. Es en medio de la vivencia de la experiencia que los niños se

construyen como lectores, son ellos quienes reconocen ciertas pautas importantes en la lectura y

piden su aplicación.

Un niño se animó a preguntarles a los lectores cómo se habían preparado para leer. La primera

lectora comentó que su mamá la ayudó y, luego, su hermana le leyó las páginas que su mamá no

alcanzó, lo cual le permitió aprenderse algunas palabras que no sabía. La segunda lectora

comentó que escribió en el computador de su casa las palabras de la página que preparó y este le

leyó, así se aprendió lo que decía. A ella los niños le dijeron que no leyó bien, pues su dedo se

desplazaba de derecha a izquierda, por lo cual no podía estar leyendo realmente. Además, olvidó

leer el título de su libro al inicio, lo cual algunos notaron tan pronto como inició su lectura, pero,

para no interrumpirla, la docente les pidió que guardaran su comentario para la conversación, lo

cual respetaron e hicieron. El tercer lector dijo que se preparó solo, pues, aunque le leyó a su

mamá, ella no le dijo nada ni tampoco le leyó.

En relación con esto, se evidenció nuevamente la importancia de la familia en la preparación

de los lectores, pues aquellos que reciben la ayuda de sus familiares leen con mayor claridad y se

sienten más seguros en su rol. También, es importante considerar que, en medio del rol de

lectores, los niños se exponen a un público cercano y respetuoso que, siendo sus pares, comentan

la forma en que leyeron desde su perspectiva, sin criterios técnicos o que la docente les

haya dicho qué valorar o no. En medio de la comunidad todos se forman, tanto lectores como

quienes escuchan, construyendo los criterios para desarrollar la lectura desde su experiencia del

espacio. Es decir, construyen su conocimiento acerca de esta práctica desde su vivencia frecuente

186

y a partir de las reflexiones propias en torno a los elementos que se requieren para que la lectura

sea cada vez sea mejor.

Una vez terminaron los comentarios sobre la lectura de los compañeros, la docente se dispuso

para compartir la lectura que llevó preparada. En esta ocasión, leyó el libro El globo de Isol

(2002), el cual seleccionó por la forma de su relato, pues, aunque puede parecer muy corto y

sencillo, en realidad se refiere a una historia muy curiosa y que omite muchos detalles que dejan

en suspenso al lector, de manera que permite formular hipótesis al respecto y construirla.

Para iniciar, la docente leyó el título, la autora y les preguntó a los niños si habían leído antes

un libro de ella. Una niña recordó el de “la mamá que se le paraban los pelos”. Frente a su

aporte, la docente le dijo que sí, que ese libro era de esa autora y se llamaba Secreto de familia.

Con esto, los niños se sorprendieron y comenzaron a recordar diversos libros que se habían leído

en la comunidad, entre los cuales el más recordado fue El lugar más bonito del mundo.

Antes de iniciar la lectura, la docente les dijo a los niños que leerían de manera diferente y les

explicó la dinámica, la cual consistió en que ella inició la lectura y, al finalizar la primera página,

les pasó el libro a los niños, quienes se lo rotaron entre ellos para que todos leyeran. Al saber

esto, los niños se emocionaron y se pusieron nerviosos. La nueva forma de leer fue muy

interesante para ellos y disfrutaron tanto la historia como la posibilidad de leer una parte, aun

cuando algunos no leyeron convencionalmente. Sin embargo, para ciertos niños fue un momento

de tensión, pues, debido a que no sabían leer convencionalmente, no querían intentarlo frente a

sus compañeros. Ante ello, fue muy acertado que la docente les dijera que no había problema en

no leer y que le pasaran el libro a su compañero de la derecha. Esto les permitió a todos disfrutar

de la lectura y de la posibilidad de leer sin ser juzgados u obligados a hacerlo.

El libro llamó bastante la atención de los niños. Además, la mediación de la docente, al volver

sobre algunas páginas, fue muy pertinente, ya que permitió que ciertos fragmentos que no se

habían entendido del todo, en la lectura de los niños, se comprendieran. Y, a su vez, impulsó los

comentarios de los niños, pues posibilitó la relación de la lectura con aspectos más personales,

como la importancia de la mamá en la vida de alguien o su belleza relativa cuando los

187

regaña. Fue una conversación muy amena que se salió de lo literal del texto, aun cuando el tema

fue suscitado por este.

Los comentarios de los niños se relacionaron con qué iba a hacer el personaje sin su mamá, si

era mejor tener una o un globo y por qué, si se ve así como en el libro cuando regaña a sus hijos

y qué es lo que la hace única. Los niños valoraron el rol de sus mamás, vinculándolo con todas

aquellas labores que realizan en casa o para ellos. Poco a poco, entre ellos mismos, mencionaron

que para algunas actividades, como vestirse o cocinar, no era necesaria la mamá, pues eso se

puede aprender y hacerse por sí mismo. Como consecuencia, los niños empezaron a comentar

aquello que sus mamás hacen solo ellas, sobre lo cual mencionaron cosas como conseguir

mercado cuando ya no había nada y las caricias.

La dinámica de la lectura y los comentarios sobre esta se pueden visualizar en

https://youtu.be/362PhNr33lA

Que la docente interactúe con los niños, dando opiniones propias sobre lo leído, es muy

potente, siempre y cuando no establezca un juicio sobre el tema. Por el contrario, debe generar

interrogaciones sobre lo leído o sobre lo mencionado. Cuando la docente interviene con

comentarios, en lugar de preguntas, los niños se relajan más y producen mayores opiniones

frente a lo leído.

Una vez que la conversación finalizó, la docente les presentó a los niños el poema que leería.

Para ello, inició contándoles que la autora era de Tunja y cuál fue el año de su nacimiento, ante

lo cual los niños se sorprendieron más que por su lugar de procedencia. El poema se encontraba

en un libro del que la docente ya había leído otro poema anteriormente. Los niños lo notaron

apenas ella tomó el libro y dijeron que ahí estaba el de “triqui, triqui, tran”, haciendo referencia

al poema Los maderos de San Juan de José Asunción Silva y, a partir de ello, se emocionaron al

saber que se leería otro texto de ese libro. Estos comentarios evidenciaron el aprecio que tenían

188

los niños por este tipo de lecturas, pues recordaban lo que se había leído y parte de su contenido,

aun cuando no fuera completo o los datos exactos22.

Todo ello hace parte de su construcción como lectores, están iniciando a identificar qué les

gusta, cuáles son los nombres de los textos y de los autores que llaman su atención, prefieren

ciertas lecturas… En medio de la experiencia de vivir este espacio han empezado a construir su

criterio, se interesan por lo que los libros contienen y generan recuerdos frente a ellos. Esto como

resultado de un momento que les permite relacionar, opinar y, sobre todo, disfrutar de la

literatura. El recuerdo que los niños tienen de lo que se lee está más vinculado con cómo se

sintieron cuando se leyó o los comentarios que surgieron. Como consecuencia, la relación que

han establecido con la literatura es mucho más personal y está ligada a aspectos más

emocionales. De esta forma, el valor que la lectura tiene para ellos está vinculado con lo que

cada texto les comunica, con su forma de decir, y no por imposiciones o exigencias de un agente

externo.

En relación con lo anterior, la propuesta de acercarlos a la literatura y, específicamente, a los

poemas tiene que ver con esa aproximación personal, con el recuerdo que perdura y que cala,

aunque no sepan de memoria el nombre, el autor o el contenido exacto. Aun cuando tener claros

algunos aspectos del texto que les llama la atención es importante no es el centro de la lectura,

sino que se trata de permitir que vivan la experiencia y esta incida en ellos, en lo que son, en lo

que les gusta.

Ante los comentarios de los niños, la docente confirmó que ya habían leído un poema de ese

libro, les dijo su nombre y su autor. A pesar de la emoción que demostraron por el libro, ya

estaban muy cansados y ansiaban el momento del almuerzo, lo que ocasionó que no estuvieran

tan conectados. Sin embargo, cuando la docente inició la lectura ellos hicieron silencio y, aunque

no todos estuvieron atentos, algunos demostraron su interés por esta.

22 A lo largo de todas las sesiones al finalizar los momentos de lectura se leía un poema, sobre ello no se

generaba conversación, pues el propósito de esta acción era acercar a los niños al ritmo particular de este

tipo de textos y, a partir de esto, que se generaran en ellos ciertas reflexiones en relación con un uso más

estético del lenguaje. No obstante, se retoma esta experiencia particular, pues evidencia el impacto que

tuvo en los niños su lectura y la relación que estaban estableciendo con esta.

189

Luego del almuerzo, el salón se organizó en los grupos que la docente titular tenía

conformados para retomar las construcciones en torno a los géneros de los textos que surgieron

en la sesión anterior. Se tenía planeado clasificar, al interior de los conjuntos de textos formados

anteriormente, los libros por temas, de modo que se inició recordando lo que se había hecho la

semana anterior. Los niños recordaron la mayoría de los grupos que se habían formado, solo

olvidaron los periódicos de noticias. La organización por temas fue muy fácil para quienes que

tenían las cartillas, pero para los niños de los cuentos y de las revistas fue muy complicado. La

docente intentó llevarlos en cada grupo a dividir los cuentos de acuerdo a las cosas en común que

tenían, por lo cual los niños los organizaron por cuentos de animales y de personas. Por

cuestiones de tiempo, no pudo complejizarse más la organización de este tipo de textos. Algunos

grupos tenían el mismo tipo de libros, pues había muchos de cada uno y, además, se quería

explorar si planteaban nuevas divisiones, pero no fue así.

A medida que cada grupo terminaba la docente les daba una hoja con letras para que

escribieran el nombre del grupo de libros que les había correspondido. El encargado de escribirlo

era el niño que menor conocimiento del sistema escrito tenía y sus compañeros debían indicarle

qué letras cortar y cómo organizarlas. Cada grupo escribió el nombre del género que le

correspondió y lo decoró. Debido a que el trabajo fue escalonado, es decir, a medida

que terminaban continuaban con la siguiente parte de la actividad, fue posible que todos

estuvieran concentrados en algo. Sin embargo, al final, cuando no había qué más hacer, los niños

empezaron a distraerse entre sí y esto dificultó un poco el cierre de la actividad.

Para finalizar la sesión, se tenía planeado que cada niño pensara en un libro para compartir

con su familia, utilizando la misma dinámica que se llevaba a cabo en el salón, y, al

seleccionarlo, compartiera con sus compañeros la razón por la que lo eligió. Sin embargo, por

cuestiones de tiempo, solo algunos niños alcanzaron a exponer sus razones para llevarlo, aun

cuando todos llevaron libro. Dentro de aquellos que alcanzaron, una niña dijo que quería

llevárselo para leerle en voz alta a su hermanita que estaba en la barriga de su mamá.

190

Septiembre 12, 2017: ¡Como se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y

los cuentos clásicos 1

En esta sesión se planeó leer un cuento clásico para conversar sobre las diversas versiones que

se crean frente a estos, ya sea por películas o transformaciones orales. Se eligió El patito feo de

Hans Christian Andersen (1843/2016) bajo el supuesto de ser muy conocido por los niños y por

las diversas versiones que existen sobre este. Además, por la conexión con temas de su entorno

que podían generar conversación, a causa de los posibles vínculos con su cotidianidad. En

relación con esto, el relato contiene frases que describen paisajes, pensamientos y situaciones

que podían posibilitar el descubrimiento de diversas formas de expresarse de manera poética

frente a hechos cotidianos.

Se pretendía establecer una conversación en torno a la diferencia del cuento leído y la película

de Disney sobre este. Sin embargo, los momentos de la sesión se variaron en función del

desarrollo de otra actividad planeada para este día. Por lo anterior, el momento de lectura se

realizó al iniciar la jornada, antes de ver la película. Además, no se pudo involucrar a la familia,

tal como se tenía planeado, pues la variación de los momentos no lo permitió.

Otra variación durante la sesión fue que los niños de tercero ingresaron al salón a compartir el

momento de lectura, lo cual no se tenía planeado. Esta situación fue muy potente y permitió

ampliar y complejizar la comunidad, al vincular nuevos miembros que ya habían vivido antes

una experiencia similar de lectura. Se complejizó el espacio y los comentarios a causa del

intercambio de saberes entre los niños de primero y de tercero. Lo anterior fue resultado no solo

de mayores conocimientos de los niños de tercero en torno a algunos temas, sino, también, una

consecuencia de su experiencia en el 2015 de un momento similar.

Para iniciar, el salón se organizó en forma de semi-círculo. Posteriormente, ingresaron los

niños de tercero y se sentaron frente a los de primero, en el piso. Antes de dar inicio a la lectura,

la docente les pidió a los niños de primero que les contaran a los de tercero las normas creadas

para el espacio. Ellos las recordaron con mucha claridad y solo mencionaron las del momento de

lectura, lo cual indica que comprendían la diferencia de este con otros espacios y dinámicas

escolares. Luego, la lectura la realizó una docente invitada. Esto a los niños les causó mucha

191

curiosidad, pero no fue un elemento central para ellos. Se leyeron las primeras 14 páginas del

cuento y se planeó que, en la próxima sesión, se leería el resto.

La actitud de los niños de primero fue muy interesante, pues, realmente, se sintieron

anfitriones y se preocuparon por mantener la ritualización del momento y que este se desarrollara

de la mejor forma posible, dando ejemplo. Lo anterior fue una iniciativa de ellos, ninguna de las

docentes llamó la atención al respecto. Por ello, es posible afirmar que los niños se interesaban

por el espacio, por que otros lo consideraran como algo importante y por compartirlo de la mejor

forma posible.

Además, durante la lectura todos los niños estuvieron muy concentrados, interesados. Luego,

en la conversación, tanto los niños de tercero como los de primero tuvieron la oportunidad de

hablar. Durante este momento se crearon lazos interesantes entre los niños, con base en sus

comentarios. Además, quienes llegaron nuevos al salón de tercero, es decir, quienes no

estuvieron en el 2015, también participaron y se sintieron animados en el espacio. Es decir,

pudieron ser parte de la dinámica a partir del ejemplo de los otros niños, sintiéndose atraídos por

este aun cuando ese fuera su primer acercamiento a una experiencia similar.

La conversación posterior fue muy interesante, pues los niños de los dos grados retomaban

sus comentarios entre sí, aclaraban sus dudas, debatían sus ideas y complementaban sus

conocimientos. Por ello, se consideró que hubo una verdadera conversación, en la cual cada

comentario era escuchado por todos y se constituía en un eje de análisis y reflexión para

construir, entre todos, un diálogo frente al tema en consideración. Durante esta, el interés de

todos los niños, tanto por el relato como por la conversación, fue evidente, pues querían

participar, realizado aportes pertinentes y relevantes. Además, sus gestos faciales y la emoción

que demostraban en cada comentario era una evidencia del goce del momento por parte de los

niños.

Se inició hablando sobre aspectos puntuales de la lectura, pero, poco a poco, los comentarios

se fueron alejando de lo literal para trascender a elementos como la crianza de los animales, la

relación de ellos con las mamás, las burlas hacia el patito, entre otros. Además, la docente volvió

192

sobre algunas afirmaciones y esto permitió continuar reflexionando sobre el relato, trascenderlo a

otros elementos de la vida cotidiana, de los saberes y de las creencias de los niños. Un eje clave

de conversación fue la frase “El verde es bueno para los ojos”, la cual fue retomada por la

docente para cuestionarlos sobre su opinión. Los niños construyeron múltiples hipótesis sobre

ello, pues lo relacionaron con las distintas formas de ver de los animales, ante lo cual

mencionaron, por ejemplo, que los cocodrilos ven debajo del agua, los perros no ven los colores,

etc. También, se conversó sobre lo que sucede cuando las gallinas abandonan sus huevos,

pensando en lo que habría podido pasarle al patito si su mamá lo hubiera abandonado.

Como consecuencia de lo anterior, el profesor de tercero sugirió que los niños indagaran sobre

todas esas temáticas que se abordaron en la conversación, pues se hablaba con base en creencias

o conocimientos populares, pero esto podría complejizarse para construir conocimientos con

base en la lectura.

A lo largo de la sesión se evidenció una comunidad sólida de lectura, en la cual los niños

compartieron saberes, experiencias y creencias. El hecho de que los niños de tercero ya hubieran

vivenciado un espacio similar potenció este momento, pues les permitió participar en este con

mayor fluidez y confianza. Además, posibilitó que los niños de primero complejizaran sus

intervenciones y que, entre todos, construyeran una conversación interesante, en la que cada

participante pudiera aportar su voz y sus hipótesis frente a la lectura. De esta forma, la

comunidad se complejizó a partir de la presencia de los invitados, sin que esto significara que

ellos invadieran el espacio, sino que se involucraron genuinamente en este. Ello permitió que,

durante este momento, los niños se relacionaran entre sí, sin importar las diferencias de sus

edades.

Además, su actitud fue siempre de alegría, de querer más… En esta medida, se evidenció que

la lectura y la posibilidad de hablar sobre ella, sin que esto implicara un control de sus

comprensiones, los cautivó. Ellos querían seguir conversando, querían opinar más, lo cual los

llevó a replantearse algunas comprensiones para continuar participando o a aclarar para ellos

mismos algunos saberes antes de compartirlos.

193

También, durante la conversación, algo clave fue la reelaboración de algunos comentarios

para responder al cambio de tema o para aclarar un aporte que se había dicho anteriormente, lo

cual retaba a los niños a estructurar sus ideas para que los demás comprendieran sobre qué se

estaba hablando. De esta forma, se evidenció que hablar sobre la lectura implica un reto, pues se

debe estructurar lo que se quiere decir, aprender a retomar lo que se ha dicho y, a su vez, poder

volver sobre el relato.

Los comentarios de los niños evidenciaron que cuando no se exigen ciertas comprensiones el

relato cobra vida en las múltiples interpretaciones. Además, surgieron temas de indagación para

construir saberes sobre otros temas, como la crianza de animales o su forma de ver el mundo. De

esta forma, la lectura se trasciende a sí misma e involucra otros saberes, otras reflexiones.

Septiembre 26, 2017: ¡Como se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y

los cuentos clásicos 2

En esta sesión se tenía planeado continuar con el cuento de El patito feo de Hans Christian

Andersen (1843/2016) y terminarlo. Para ello, se invitaría nuevamente a los niños de tercero, con

el fin de retomar la solidez de la comunidad en la sesión anterior y los saberes que se

construyeron en esta. Así, para iniciar se organizó el salón en semi-círculo e ingresaron los niños

de tercero, quienes se ubicaron en mesas, atrás de los niños de primero.

Dos niñas se habían preparado para leer y, respondiendo a la ritualización de espacio, la

docente decidió abrir la sesión con su lectura. Esto fue una debilidad, pues el nivel de lectura de

los niños de primero fue algo tedioso para los chicos de tercero, por lo que, aun cuando durante

unos minutos fue un espacio ameno, su actitud se fue transformando e impedía que las niñas

compartieran su lectura. Además, los niños de tercero querían estar en su clase de educación

física, lo que aportó a que se desesperaran por el ritmo de la lectura de las niñas de primero.

No obstante, aunque esto fue una dificultad, también se constituyó como un eje interesante del

momento, pues quienes leyeron tomaron el rol de mediadoras y les exigieron a sus compañeros

silencio para poder continuar, disgustándose cuando tenían que parar. En torno a ello, se

evidenció una construcción crítica de las lectoras en relación con el respeto que merecen y la

194

necesidad del silencio para compartir lo que leen. Desde esta perspectiva, es posible afirmar que

los niños reflexionaron sobre la necesidad de que otros los escuchen y realmente atiendan a lo

que quieren compartir con ellos, más allá de exigir ciertas normas de comportamiento solo

porque la profesora las requiere.

Lo anterior puede visualizarse en https://youtu.be/nZ29_zyiXcA -

https://youtu.be/Die5eLIa9dc

En esta medida, lo que fue una debilidad se convirtió en una fortaleza, pues el hecho de que

los niños de tercero no le prestaran atención a la lectura fue clave para que los niños de primero

criticaran su comportamiento e hicieran respetar su espacio, para que se empoderaran de este.

Además, permitió que las lectoras asumieran el rol de mediadoras en un momento difícil y se

enfrentaran a tomar decisiones, como cuándo parar y retomar la lectura, hasta dónde leer y qué

esperar de sus compañeros.

Reconociendo esto, es importante, por un lado, aprender de esas imprudencias en torno a la

vinculación de nuevos miembros a la comunidad. Es decir, se debe planear mejor en qué

momentos invitarlos y cómo generar ese acercamiento a la dinámica para que sea un momento

realmente agradable para todos.

Por otro lado, también, se debe permitir que los niños se enfrenten a esos momentos “caos” y

que desarrollen estrategias para hacerles frente. Esto teniendo claro que el momento es de ellos y

no para ellos, por lo cual la docente no puede ser siempre la mediadora, incluso ante esos

momentos. No obstante, es necesaria una reflexión sobre lo que sucedió para que todos tengan la

oportunidad de aprender de ello y no quede solamente en el mal o buen comportamiento de unos

y otros. Es decir, se debe reflexionar sobre lo que sucede para que los niños sean conscientes

sobre por qué es importante cierta actitud y qué genera el hecho de incumplir las normas, más

allá de simplemente comentar que algunos se portaron bien y otros mal.

Luego de la lectura, los comentarios fueron muy interesantes, pues los mismos niños que

estaban escuchando se criticaban entre sí por su comportamiento. También, hubo comentarios

195

relevantes en torno a las historias leídas, pues la lectura convencional de las lectoras permitió que

sus compañeros pudieran construir sus aportes con base en el relato leído y no en aspectos

puntuales de las ilustraciones o del título de los libros. No obstante, la actitud de algunos chicos

de tercero obstaculizó la complejización de los comentarios y la reflexión profunda en torno a

estos. Posteriormente, se tenía planeado indagar por la hipótesis de los niños frente al final del

cuento y las diversas versiones del mismo que conocían. Sin embargo, esto no se realizó debido a

la actitud de los niños de tercero.

Los comentarios de los niños pueden visualizarse en https://youtu.be/Tp1Dkjxjh0o -

https://youtu.be/rBlqDxCYzfo - https://youtu.be/05lWCJ8tMB8

Antes de iniciar la lectura, una niña de primero dijo que ella no había estado la sesión pasada

y quería saber qué había sucedido en el cuento, porque no iba a entender. Aprovechando su

intervención, la docente les pidió a los chicos que le recordaran qué se había contado del relato

en la sesión anterior, quienes recordaron muchos elementos que permitieron reconstruir la

historia casi en su totalidad. La organización temporal tuvo que realizarla la docente,

pues pedirles a los niños que la hicieran generaría aún mayor dispersión en quienes estaban

afanados por salir a clase de educación física. Esto fue impertinente, pues habría sido más

valioso que los mismos niños organizaran sus comentarios e incluso pedirles desde el principio

que lo hicieran. Es decir que sus intervenciones se relacionaran con lo que se había mencionado

aportando algo en la línea temporal del cuento.

Durante la lectura, fue muy interesante que la actitud de los niños cambió, el silenció

predominó la mayor parte del tiempo y su atención estaba centrada en el relato. En este

momento, el poder de la literatura para convocar, disfrutar y atrapar fue evidente. La docente

solo realizó algunas pausas al final de cada página para mostrar las ilustraciones del libro.

Además, durante su lectura dos niñas de tercero le pidieron que, antes de continuar, explicara una

palabra, pues ellas no la entendieron. Respondiendo a esta solicitud, la docente les preguntó a los

niños si sabían qué era un “puntapié”, palabra que le pedían que explicara, y uno de los niños

contestó que era como una patada. Luego de esto, la docente continuó la lectura.

196

No obstante, algunos niños de tercero continuaron impidiendo la lectura, pues hablaron

mucho y molestaron a los niños de primero. Por ello, la docente decidió detener su lectura e

invitar a quienes quisieran salir a hacerlo, sin que ello representara ninguna consecuencia

negativa. Los niños dijeron que no querían salir, pero al retomar la lectura su actitud no cambió.

La docente titular se molestó bastante por ello y les dijo, a quienes no permitían continuar con

la lectura, que se salieran. Inicialmente se negaron, pero terminaron por hacerlo y, a pesar de que

regresaron después, la docente titular no les permitió unirse de nuevo a la lectura. Esto fue

muy tensionante, aunque los niños que se quedaron escuchando lo hicieron con total agrado y

expresaron gestualmente su alivio por poder disfrutar tranquilamente el cuento. Por cuestiones

de tiempo no se alcanzó a leer el final del libro y, tampoco, a conversar sobre lo leído.

En relación con la actitud de los niños de tercero, es fundamental entender la diferencia de las

dinámicas de los dos grados y sus preocupaciones particulares. Ello dado que los niños de

primero ya saben que ese momento se desarrollará y es parte de su jornada ese día. Por el

contrario, para los niños de tercero era una invitación extra-escolar que impedía el desarrollo de

algunas clases que para ellos pueden ser agradables o importantes. A causa de esto, la actitud de

cada grupo varió considerablemente y su relación con el espacio fue distinta.

En esta medida, vincular nuevos miembros a la comunidad es un eje de especial reflexión y

planeación, pues se debe considerar que se trata de relacionarse con una dinámica nueva, en la

cual ya hay miembros con mayor experiencia y que los intereses de todos varían. Por ello, es

fundamental que su vinculación sea gradual y muy puntual, inicialmente, pues esto les permitirá,

cada vez más, irse acoplando al ritmo, a las normas, al ritual, etc., y, así, vincularse genuina y

tranquilamente. Quizás por esto la sesión anterior fue tan potente, pues la invitación a los niños

de tercero fue para un momento muy concreto y no exigía que ellos se acoplaran a la dinámica de

forma tan estricta, como en esta ocasión.

Un elemento a resaltar de este momento fue el cambio de actitud de los niños ante la lectura

del cuento. El silencio inicial y sus gestos de interés permitieron evidenciar el poder de la

literatura, de las palabras y del ritmo del relato. Además, que los niños que no habían estado tan

197

atentos volvieran puede indicar que el relato o el espacio los cautivó, pero que necesitaban salir

un momento para distraerse un poco. En esta medida, el hecho de que la profesora titular no les

haya permitido entrar nuevamente fue impertinente, pues los privó de continuar con el relato y de

la posibilidad de cumplir con las normas del espacio.

Se tenía planeado leer un poema después de la conversación sobre el cuento, pero, por

cuestiones de tiempo, no pudo realizarse este momento. Además, se quería indagar por la

experiencia que vivieron los niños de primero, en semanas anteriores, al llevarse un libro para

leerles a sus familiares. Este momento tampoco se realizó, debido a que la mayoría no recordó

los detalles de esta dinámica y algunos no querían compartirlos.

Por lo anterior, se decidió continuar con la propuesta que se tenía planeada de vincular a

algunos papás en la próxima sesión. Para ello, se les preguntó a los niños qué papás podrían

asistir. Los niños se emocionaron por la posibilidad de poder vincular a sus familiares, pero no

estaban seguros de las ocupaciones de sus padres. Por esto, se dejó como tarea que indagaran por

sus horarios para que pudieran asistir a la próxima sesión e incluso la posibilidad de que se

prepararan para leer. Algunos niños preguntaron si alguien diferente a sus papás podía asistir y

ante la respuesta afirmativa de la docente se animaron aún más.

En relación con esto, la actitud de los niños ante la posibilidad de llevar a sus familiares puede

indicar su agrado por el momento y la emoción ante la posibilidad de compartir algo que valoran

con sus ellos. Es decir que para los niños este momento es realmente valioso, de tal modo que

quieren que sus papás los acompañen. Además, su interés por llevar personas que no fueran

solamente sus padres fue muy interesante, pues puede ser causa de ese querer vincular a varias

personas a algo que se disfruta y que es importante para ellos.

Para finalizar, se tenía planeado que cada niño le recomendara un libro a algún compañero.

Para esto, se construiría, primero, la estructura en el tablero y, después, se crearía, entre todos, un

modelo de recomendación, para que los niños pudieran acudir a él en caso de duda. Para iniciar

el momento, la docente les pidió a los niños que pensaran en los elementos que debían contarse

de un libro para recomendárselo a alguien. Al respecto mencionaron datos como el autor, el

198

título y los cuidados que debían tenerse con el libro, por lo que a la docente le fue necesario

realizar muchas preguntas para que reflexionaran sobre la importancia de escribir una opinión y

una parte de la historia que se recomendaba. Además de estos elementos, los niños mencionaron

aspectos como que a quien se le recomiende el libro devuelva una opinión sobre este y, también,

recomiende uno.

Posteriormente, se realizó un modelo de recomendación, tal como se había planeado. No

obstante, para los niños fue muy complejo estructurar la recomendación. La docente decidió que

realizaran el ejercicio ellos, de forma más concreta, para facilitar esta escritura. Respondiendo a

ello, les pasó la hoja en la que escribirían y les dijo que eligieran un familiar y un libro para

recomendarle. Durante la escritura, para algunos niños fue más fácil estructurar su

recomendación y extenderse en ella. Por cuestiones de tiempo, la actividad no pudo

complejizarse más, de manera que se planeó retomarla en la próxima sesión, enfocándose en que

los niños recordaran los aspectos construidos en el tablero y lograran complejizar el por qué le

recomendaban el libro a su familiar.

Octubre 04, 2017: ¡Como se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y los

cuentos clásicos 3

En esta sesión se terminaría de leer el cuento El patito feo de Hans Christian Andersen

(1843/2016). Para ello, se planeó invitar, nuevamente, a los niños de tercero. Esto con el

propósito de permitirles conocer el final del cuento y, a su vez, de continuar consolidando la

comunidad de lectura con los dos grupos de niños.

Antes de iniciar, el salón se organizó en semi-círculo y la docente les contó a los niños de

primero su intención de invitar a los niños de tercero para que escucharan el final del libro,

preguntando su opinión para realizar dicha invitación. Ellos estuvieron de acuerdo, pero

aclararon que no querían que, nuevamente, se interrumpiera la lectura. Respondiendo a esta

solicitud, la docente, mientras recordaban las normas de interacción, les pidió a los niños de

primero que comentaran lo que le habían dicho a ella. Así se hizo y los niños de tercero se

comprometieron a respetar el espacio.

199

Los comentarios de los niños de primero pueden visualizarse en https://youtu.be/F-

Ef7nnYRog

Esta observación de los niños evidenció el interés y el aprecio por el momento de lectura,

pues se preocuparon por que se desarrollara lo mejor posible y por poder escuchar el relato que

se lee. Además, demostró la apropiación que tenían del espacio, ya que ponen ciertas

condiciones para permitir el ingreso de otros miembros a la comunidad. En esta medida, es

importante resaltar que ellos se hayan apropiado del espacio de esta manera, pues indica que

realmente se ha logrado que comprendan que este no es una imposición, sino que les pertenece.

Antes de iniciar la lectura, la docente les pidió a los niños que recordaran lo que se había leído

hasta el momento. Ellos lo hicieron con mucho entusiasmo y recordaron bastantes detalles, lo

cual permitió reconstruir la historia casi en su totalidad. En estas intervenciones se evidenció el

gusto por el relato y la trascendencia de la conversación, pues los detalles más recurrentes eran

aquellos que habían surgido durante esta en sesiones anteriores.

El recuento de la historia puede visualizarse en https://youtu.be/yZTIsJuZDX0 -

https://youtu.be/XKtCQterCdY - https://youtu.be/mfsZXJmfKMU

Durante la lectura, la actitud de los niños demostró su conexión con el relato, pues sus gestos,

comentarios y sonidos permitían evidenciar la atención y el interés por lo leído. Además, el ritmo

del relato generó un ambiente muy ameno, pues permitió disfrutar de las descripciones que se

presentaban y, además, seguir la historia desde la construcción emocional que el autor planteó.

Las ilustraciones también jugaron un papel importante en la lectura, pues ayudaron a que los

niños aclararan la forma del patito y sus cambios. Además, los colores seleccionados

armonizaron lo leído y cautivaron aún más a los niños. La lectura fue un momento muy ameno,

tanto para los niños como para la docente.

Los gestos de los niños pueden observarse en https://youtu.be/IksrLq7UoF8 -

https://youtu.be/0X08XVaRgL8

200

Una vez la lectura terminó, se abrió el espacio de conversación. La docente no hizo ninguna

pregunta para iniciar, ya que los mismos niños, por iniciativa, fueron quienes levantaron sus

manos para participar. Para iniciar mencionaron detalles que les habían gustado del relato, a lo

cual la docente siempre les preguntó por qué, para complejizar sus comentarios. Durante la

conversación surgieron aclaraciones en torno al tipo de animales que se encontraban en el relato,

pues los niños confundían gansos con cisnes. Sobre ello fue necesaria la mediación docente para

que, entre ellos mismos, aclararan la confusión y complejizaran su interpretación del relato.

Para ello, fue fundamental la mediación de la docente, quien, aun en medio de la libertad de

los detalles y de las interpretaciones, intervino para resolver ciertas dudas o aclaraciones. Esto

dado que si se permitía que estas confusiones o preguntas quedaran sin resolver, la comprensión

del relato podía limitarse. Además, el propósito de compartir con otros fue, precisamente,

complejizar y aclarar aquello que en la primera lectura no quedó del todo claro.

En medio de esa complejización, uno de los niños planteó una duda en torno a cómo llegó el

huevo de cisne al niño de la pata. Este aporte permitió que, por un lado, otros niños se animaran

a plantear las dudas que les habían surgido también a ellos. Algunas de las preguntas que los

niños formularon fueron si la mamá lo había ayudado a irse y por qué los primeros cisnes que lo

vieron no le dijeron nada. Por otro lado, las dudas expresadas posibilitaron la construcción de

una conversación, pues formular hipótesis para responder a los compañeros y apoyar o

contradecir sus aportes llevó a los niños a retomarse, volver a participaciones anteriores y, en

general, considerar lo que otros habían dicho para aportar nuevos detalles. Como consecuencia

de lo anterior, en esta sesión se consolidó la comunidad aún más.

Adicionalmente, se evidenció una trascendencia del relato a partir de los cuestionamientos de

los niños. De esta forma, es posible afirmar que el momento de lectura y conversación les

posibilitó la consideración de elementos más allá de lo literal y, como consecuencia, los relatos

trascendieron en ellos.

201

El momento de conversación puede visualizarse en https://youtu.be/cnqIT9D4lYQ -

https://youtu.be/1oBDSZd4-IQ - https://youtu.be/0dqe9Mik_6A - https://youtu.be/kBx236yBTlY

- https://youtu.be/P--XwnfHYaU

Una limitación de esta sesión fue la cantidad de niños, pues eran demasiados e imposibilitaba

darles la palabra rápidamente. Esto ocasionaba que los niños se distrajeran, olvidaran lo que iban

a decir o se molestaran. Por ello, es importante considerar la cantidad de miembros con la que se

lleva a cabo la comunidad de lectura, pues, si bien es muy interesante vincular a varias personas,

la masividad puede ser un limitante para desarrollar la conversación, involucrar a cada

participante y profundizar en su experiencia.

Por otra parte, es imperativo considerar que el momento de lectura es muy ameno cuando se

permite cierta libertad. Entonces, aun cuando existan normas mínimas, posibilitar que cada niño

reflexione sobre lo que quiera y que construya las interpretaciones particulares que el relato le

haya suscitado, es fundamental para que el momento de conversación sea muy potente. La

diversidad de opiniones enriquece el momento de diálogo y, además, posibilita la construcción

de una verdadera conversación. Esto dado que estar en desacuerdo o querer contestar una

pregunta que lleva a los niños a retomarse entre sí y a colocar atención a los demás. En esta

medida, la selección del libro es crucial para generar esas tensiones, de modo que es necesario

considerar como un criterio de selección la posibilidad de generar diversas interpretaciones.

Octubre 10, 2017: Nuestros familiares comparten nuestro espacio de lectura

Esta fue la última sesión de lectura con los niños. Por esto, se planeó invitar a sus familiares

para realizar un cierre del espacio junto a ellos e indagar por las experiencias que generó, tanto

en los niños como en las dinámicas cotidianas con sus familias, la lectura. Se planeó iniciar,

como siempre, con la lectura de un libro y, luego, conversar sobre lo leído. De esta forma, se

pretendía vincular a los familiares y permitirles vivir la experiencia que se estaba construyendo

en el aula con los niños.

Se leyó el libro Guillermo Jorge Manuel José de Mem Fox (1988/2004), el cual se eligió por

el ritmo de su lectura, las rimas del relato y las repeticiones de ciertas secuencias presentes en

202

este. Además, por considerar que su tema, los recuerdos, podría ser un eje interesante para

conversar ese día, debido a la situación de cierre y de recuento de la experiencia de lectura.

Para iniciar, el salón se organizó en semi-círculo y organizando algunas sillas detrás de los

niños para los familiares que asistieran. Los niños estaban muy emocionados y, antes de iniciar,

comentaban la posibilidad de que algunos de sus familiares asistieran ese día. No obstante, solo

asistieron 3, quienes eran los acudientes de la misma niña. Esto fue un poco triste, tanto para la

docente como para los otros niños, pues todos estaban ilusionados por poder compartir la

experiencia de lectura.

Antes de iniciar la lectura, la docente les pidió a los niños que recordaran las normas creadas

para la lectura. Ellos las tenían muy claras y las recordaron rápidamente. Su actitud demostraba

emoción por compartir el espacio, tal como había ocurrido en la primera sesión de la lectura

de El patito feo. Los familiares estaban impresionados por la actitud de los niños y sonreían al

evidenciar la claridad que tenían de las normas.

La docente inició presentando el libro y datos de la vida de la autora. Los niños se

sorprendieron por su año de nacimiento. Además, se crearon hipótesis en torno a su lugar de

nacimiento. Al iniciar la lectura los niños estaban muy emocionados por el relato y sonreían

entre ellos al escuchar las rimas de este. Los familiares asistentes también estaban conectados

con la lectura y sus gestos evidenciaban gusto por esta.

Tal como se tenía planeado, la docente detuvo su lectura en dos ocasiones. En la primera

pausa preguntó ¿qué creían ellos que era una memoria?, ¿qué le contestarían al personaje sobre

ello. Los niños relacionaron la pregunta con la capacidad de almacenamiento de un celular o una

Tablet. Sin embargo, la docente les dijo que, en esa ocasión, era la señorita Ana quien había

perdido la memoria y ella no era ninguno de esos artefactos. Entonces, dijeron que era algo que

servía para recordar. Los familiares también participaron diciendo que era la capacidad que una

persona tenía para recordar los hechos de su vida.

203

Los gestos y los comentarios sobre esta primera pregunta se pueden visualizar en

https://youtu.be/fFjN2S9PNpg

En la segunda pausa, la docente preguntó si creían que lo había hecho el protagonista

realmente ayudaría a recuperar la memoria. Los niños dijeron que esos elementos no le iban a

funcionar, porque no tenían nada que ver y los familiares estuvieron de acuerdo.

Durante la lectura los niños y los papás hacían comentarios en voz baja sobre el relato.

Además, sonreían ante los recuerdos del personaje. El final de la lectura fue muy conmovedor

para los niños y los familiares. Incluso expresaron su deseo de volver a leer el relato. Además,

los gestos de su rostro evidenciaban el disfrute del mismo.

Luego de la lectura, se abrió el espacio para la conversación. Los comentarios sobre la lectura

se enfocaron en comentar historias en las que los niños también habían olvidado algunas cosas y

sobre anécdotas de su vida cuando eran más pequeños. Es decir que el relato trascendió hacia

aspectos del pasado y a historias sobre su tema principal, los recuerdos. Los familiares

disfrutaron, también, de la conversación, pues sonreían y recordaban anécdotas. Sin embargo, su

participación fue muy tímida y fue necesario que la docente les preguntara directamente.

El diálogo en torno a la última pregunta y al libro en general se puede visualizar en

https://youtu.be/SaK8bmBN_N0

Para cerrar el espacio de lectura, se tenía planeado recopilar la experiencia de los niños a

partir de dibujos sobre lo que para ellos había significado el espacio y, luego, conversar sobre

ello. La docente inició pidiéndoles a los niños que, en una tarjeta que ella les pasaría, dibujaran o

escribieran su experiencia leyendo. Es decir, les pidió que recordaran todo lo que habían hecho

durante el año y plasmaran un recuerdo sobre ello.

Posteriormente, cada niño pasó al frente con su tarjeta y les explicó a sus compañeros lo que

significaba. Además, la docente, para profundizar en su experiencia, le realizó algunas preguntas,

tales como ¿por qué continuarías leyendo aunque en el salón no se hiciera?, ¿por qué gustó

204

compartir tu lectura con los otros?, ¿qué fue lo que más te gustó de los momentos de lectura y

por qué?

La mayoría de los niños dibujaron elementos que recordaban de las lecturas pasadas y que

más habían llamado su atención. Durante sus comentarios, mencionaban que les gustaba leer y

algún elemento de un libro leído que les había gustado. Además, la mayoría expresó sus deseos

de continuar con la lectura, pero no sabían explicar el por qué. El tiempo fue un limitante en la

sesión, pues, debido a una reunión de los docentes en otra vereda, la jornada fue mucho más

corta y esto impidió una verdadera profundización sobre las percepciones de los niños frente al

momento de lectura.

Al realizar la entrevista a los familiares, fue un limitante que todos fueran acudientes de la

misma niña, pues se limitaban a apoyar lo que cada uno decía. Sus comentarios papás se

restringieron a la posibilidad que la lectura les proporciona a los niños a aprender. Sin embargo,

hubo comentarios interesantes en relación con la posibilidad que habían evidenciado de hablar de

sí mismo a partir de la lectura. A partir de ello, dijeron que habían notado el gusto de los niños

por la lectura y que, a raíz de ello, entendían por qué la niña a quien representaban se había

interesado más por esta. Además, mencionaron que ella, a partir del espacio de lectura, había

demostrado su interés por comprar libros en una ocasión que pasaron frente a una librería.

La entrevista a los familiares puede visualizarse en https://youtu.be/1R9XAJsb6Kw

Reflexiones generales

Es necesario mediar el análisis que los niños hacen del texto para que su interpretación vaya

más allá de la primera impresión de la lectura. Sin embargo, esto no significa que se deba guiar

su comprensión, para promover aquella que la docente tiene del libro, pues el propósito principal

es permitir que los propios niños creen sus conceptos de los libros y los complejicen a partir de

sus propias reflexiones. No obstante, llevarlos más allá y cuestionarlos genera hipótesis muy

interesantes que, además, permiten evidenciar elementos personales del contexto de los niños.

205

Por otra parte, variar la dinámica en la lectura, su ritualización, es un aspecto de la formación

de lectores que requiere de mayor autonomía por parte de los niños. Por esto, es importante

generar, primero, el acercamiento a la lectura, el interés por esta y el respeto por la intervención

de los compañeros para, luego, variar las estrategias de lectura.

A lo largo del tiempo se evidenció que el espacio se había vuelto muy significativo para los

niños, ellos mismos lo expresaban, pero no sabían describir por qué. Sin embargo, el cambio de

actitud en ellos, su disposición, lo que dicen... Todo ello evidencia que les gusta, más allá de ser

un momento obligatorio de la jornada escolar fue un momento que disfrutaban, aun cuando hacía

parte de esa rutina académica.

Los momentos de lectura para sí mismos fueron muy interesantes para los niños, les permitían

acercarse más a las obras, disfrutarlas a su ritmo y explorarlas según sus intereses. El hecho de

que los niños estuvieran avanzando en su lectura convencional potenciaba esos momentos de

lectura personal, pues les permitía disfrutar más y hallar sentido al momento de tener un libro

para sí. Algo muy curioso fue que necesitaran su voz para no perderse en la lectura. Sus

herramientas fundamentales para ese inicio en la lectura son, al parecer, el dedo para guiarse y su

voz para pronunciar lo que señalan con este.

Generar cierta reflexión en torno a los libros que los niños habían leído es muy importante

para que valoren, también, el título de este y los recuerden. Esto hace parte de su formación

como lectores y de la apropiación de las lecturas que hacen.

En medio de la comunidad de lectura todos se forman como lectores y conversadores, incluida

la docente. Esto dado que, para ello, observar la actitud de los niños, cuestionarse por la lectura

que más los atrapa e intentar generar comentarios la lleva a reflexionar sobre la forma de leer y

mediar. En esta medida, no solo los niños construyen conocimiento, por lo cual no se trata de una

estructura escolar que, indirectamente, influya en su aprendizaje. Por el contrario, es un

momento que incluso la docente disfruta y que la lleva a formarse, también. De esta forma, es

posible afirmar que hay una comunidad como tal, un colectivo de sujetos reunidos por una

206

práctica que los cohesiona e incluso los divide, pero que los mantiene unidos porque les da cierta

identidad y, en esa medida, les permite formarse.

207

7.3 Construcción de saberes desde la práctica

A continuación se presenta la consolidación de las reflexiones derivadas de la experiencia,

consignadas en los instrumentos de planeación y reflexión, y en el escrito de sistematización.

Estas se agruparon de acuerdo a ejes comunes que se consideraron fundamentales en la

construcción de la comunidad de lectura en Boyacá, respondiendo al interés principal de crear

vínculos genuinos tanto entre los niños mismos como entre ellos con la literatura, posibilitando

la vivencia de una experiencia estética.

De esta forma, este documento presenta una síntesis de las reflexiones más relevantes, las

cuales fueron analizadas en tres oportunidades diferentes. En un primer momento, se

consignaron en los instrumentos de planeación y reflexión, considerando las impresiones

iniciales del desarrollo de cada sesión. En un segundo momento, para la construcción del

documento de sistematización, estas reflexiones nuevamente se analizaron y se complementaron

con la visualización detallada de los vídeos de cada momento de la sesión. En un tercer

momento, a partir del documento de sistematización de todas las sesiones, dichas reflexiones se

retomaron para identificar los elementos esenciales en la construcción de una experiencia cuyo

propósito fuera la creación de una comunidad de lectura y diálogo sobre literatura.

Construcción de conocimiento dentro de la comunidad: Los saberes que se tejían dentro de

la comunidad y que permitían ir complejizando el conocimiento sobre los libros, los gustos, los

criterios para elegir, etc., fueron elementos clave en la experiencia. Ello en la medida en que les

permitían a los niños volverse cada vez más autónomos en la selección de sus lecturas y, además,

responder a ciertas demandas escolares, como reconocer el título, el autor, la lectura

convencional... Lo particular en la comunidad era cómo se construía ese conocimiento, pues no

era una imposición de un momento específico o de una persona en especial, sino que aparecía en

medio del espacio de forma genuina, ya que poco a poco los niños se hacían nuevas preguntas

frente al libro como objeto y a la práctica de lectura, por lo cual notaban ciertos detalles y se

interesaban por saber más sobre ello. Entonces, la experiencia de estar en el espacio, de vivirlo,

los llevaba a construir esos saberes, no era que la docente llegara a presentarles un contenido

sobre el que ni siquiera habían reflexionado aún.

208

En esta medida, se construía saber desde la experiencia, incluso desde las reflexiones propias,

sin que la docente abordara ciertos elementos de forma directa. Por ejemplo, lo que ellos

valoraban de la lectura de los compañeros, la rapidez o la convencionalidad, fue algo que surgió

como una necesidad de los mismos niños que escuchaban, quienes querían entender. Esto puede

evidenciarse en los comentarios que hacían de la lectura de los compañeros.

Además, el conocimiento que construyeron no fue solamente en torno a los libros y la lectura

en voz alta, sobre aspectos como las mejores estrategias para compartir la lectura o la

importancia de prepararse, sino, también, sobre temas que cada libro suscitaba, es decir,

conocimiento de otras áreas. Un ejemplo de ello fue el diálogo sobre El patito feo, en la cual

cada niño aportó, desde sus saberes, hipótesis frente a la pregunta ¿cómo llegó el huevo de cisne

al nido de la pata?23, la cual fue hecha por uno de los mismos niños.

Comentarios sobre la lectura de los compañeros: En medio de la experiencia de ser lector y

escucha, los niños, con el tiempo, iban construyendo ciertos criterios que valoraban en la lectura

de los demás, como la rapidez, la claridad y la información sobre el título, por ejemplo. Esto se

evidenció en sus comentarios24, los cuales eran cada vez más críticos y se centraban en aquellos

quienes leían más convencionalmente. Ello era resultado de su experiencia misma, es decir, no

respondía a ciertas exigencias de la docente, de hecho ni siquiera se habían mencionado esos

aspectos, eran ellos mismos quienes los habían “creado”. Entonces, estar en la comunidad de

lectura les permitió construir ese conocimiento sobre la lectura en voz alta, los llevó a reflexionar

sobre cuáles eran los elementos a considerar para lograr disfrutar de la lectura.

23 Este diálogo puede evidenciarse en https://youtu.be/0dqe9Mik_6A

24 Lo cual puede evidenciarse en

https://www.youtube.com/watch?v=QbExtASqH1E&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1

&index=14 -

https://www.youtube.com/watch?v=vC6w1Z-

0iJw&index=39&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1 -

https://www.youtube.com/watch?v=rBlqDxCYzfo&index=40&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrY

Fr_w6H1

209

Conexión con la lectura y con el libro: Mientras se leía en voz alta, algunos gestos

evidenciaban que los niños se interesaban por el libro25, valoraban la lectura, se cuestionaban

sobre ella… Además, había ciertos recuerdos que eran suscitados por lo que se leía y que

revelaban esa relación que establecían con su vida, esas analogías que cada relato les permitía

crear26. Además, algunos niños tenían muy presentes ciertas lecturas, las mencionaban siempre

que tenían oportunidad. Ello era consecuencia, también, de ese vínculo que formaron con estas,

ya que algo en particular quedó en ellos y por eso las recordaban tanto.

Recuerdo de lo que se leía: Los comentarios de los niños, a lo largo de las diversas sesiones,

permitieron evidenciar que lo que recordaban de los libros era el impacto que tuvo en ellos una

escena, una frase, cómo se sintieron durante la lectura e, incluso, lo que sucedió durante la

conversación. Es decir que la relación que habían construido con la literatura era más personal y

estaba vinculada a aspectos emocionales.

Comentarios que trascienden lo literal: A lo largo de las conversaciones algunos detalles de

la historia trascendían y se trasladaban a la vida de los niños, de sus familiares y a saberes y

prácticas de su cotidianidad o de su territorio… Esos comentarios evidenciaban cómo la

literatura podía ir más allá, cómo cada niño podía relacionarla con algo. Estos comentarios eran

los que conectaban la lectura con su formación humana.

Recuento de la historia desde la perspectiva de los niños: El hecho de recordar lo que se

había leído era muy importante, pues permitía que los niños reconocieran que ya llevaban un

camino de lectura recorrido y que habían asumido el reto de acercarse a muchos textos. Además,

fue imprescindible cuando se leyó el relato largo, pues se requería llevar el hilo conductor de la

historia, recordar el sentido de lo que se había leído, etc.

25 Algunos de ellos pueden visualizarse en https://youtu.be/IksrLq7UoF8 -

https://youtu.be/fFjN2S9PNpg

26 Un ejemplo de ello puede visualizarse en https://youtu.be/3gvtIeYnQFc -

https://youtu.be/SaK8bmBN_N0 - https://youtu.be/3gvtIeYnQFc?t=73

210

En relación con ello, la elaboración de la línea del tiempo que se realizó antes de leer el

último capítulo del libro El lugar más bonito del mundo fue muy interesante, ya que posibilitó la

organización temporal del relato. Entonces, esos hechos dispersos que cada uno recordaba se

organizaron temporalmente, colocando a consideración de todos la sucesión de los eventos que

se mencionaban. Así, se posibilitó la reflexión en torno a la temporalidad de la historia y la

narración, llevando a los niños a concientizarse de esa cronología propuesta por la autora.

Es importante considerar que estas líneas de tiempo favorecen, también, que los niños puedan

hacer distinciones entre el plano de la historia y el de la narración, cuando estos no coinciden en

el relato, es decir, cuando la historia no se presenta organizada tal como sucedió. Ello dado que

genera preguntas en torno a esa diferencia en la sucesión de los eventos y la forma en la que son

narrados.

Por otra parte, permitir que fueran los niños quienes plantearan qué fue importante y que

recordaran lo que quisieran fue fundamental, pues los acercaba a la práctica real de un lector:

recordar fragmentos, detalles, frases concretas. Además, no se trataba de un control de lectura,

sino de un recuento con sentido y necesario que, también, permitía que entre todos se completara

la historia, ya que a partir del fragmento que cada uno recordaba era posible reconstruirla. En

esta medida, la comunidad, compartir dentro de ella, era clave para ello, pues cada cual se fijaba

en un detalle y, al unirlos, era posible completar la historia.

Libertad en los comentarios: Permitir que todos los comentarios fueran válidos, aunque

siempre se intentara irlos complejizando por medio de preguntas y opiniones de los demás, era

clave para tejer un verdadero diálogo. Además, esa libertad era necesaria para que los niños

construyeran la seguridad para hablar y argumentar sus intervenciones, aun cuando los otros los

refutaran. Era precisamente esa libertad la que generó diálogo, pues posibilitó la creación de

verdaderas cuestiones del interés de todos, sobre las cuales continuar participando. Esto se

relaciona con la posibilidad que brinda cierta literatura para crear múltiples interpretaciones

sobre un mismo relato, ya que son precisamente esas diferencias las que proporcionan los

elementos sobre los cuales hablar.

211

En esta medida, aunque no se tratara de “todo vale”, sí había cierta flexibilidad en torno al

rumbo de lo que se hablaba. Entonces, se planteaban posibles ejes en la planeación, pero lo

importante era cómo complejizar eso que surgía, por ello la docente tenía que involucrarse, estar

conectada, también, con la conversación, de lo contrario esta podía verse diluida mediaciones

impertinentes.

Tensiones en la interpretación: Cuando los niños tenían diversas interpretaciones de los

libros leídos la conversación era mucho más potente27. Las diferencias en las comprensiones e

hipótesis permitía construir verdaderos momentos de diálogo, pues para refutar o complementar

lo que los otros habían dicho tenían que retomarse, recordar lo que ya se había aportado, hacer

aclaraciones de su postura… Por ello, ese debería ser un criterio para la selección de lo que se va

a leer, que pueda generar múltiples interpretaciones. Es por esto que vale la pena tener en cuenta

lo que dice Andruetto (2009), pues la polisemia que para ella caracteriza la literatura es clave en

una comunidad de lectura en la que se quiere dialogar.

Los niños asumen el rol de moderadores y se apropian del espacio: Los niños, con el

tiempo, se empoderaron del espacio, exigieron que los demás respetaran las normas, organizaban

el salón… Todo ello gracias a la ritualización que se creó en torno a este, pues les permitía

predecir, en términos generales, qué se debía hacer y cómo.

Ritualización: Crear cierta dinámica recurrente en el espacio fue fundamental. Ello dado que,

por un lado, permitió que se creara la disposición para el mismo y los niños lo consideraran

como un momento particular. Por otro lado, posibilitó que ellos comprendieran cómo funcionaba

y se apropiaran de él, les daba las pautas para que se convirtieran, también, en mediadores.

27 Ello puede evidenciarse en

https://www.youtube.com/watch?v=lzwjrQqfCqE&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1&i

ndex=25 -

https://www.youtube.com/watch?v=keX3qzZjIcU&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1&i

ndex=26 -

https://www.youtube.com/watch?v=uRoQAmBGp_U&index=22&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8l

yrYFr_w6H1 - https://youtu.be/lzwjrQqfCqE

212

Regulación del comportamiento por parte de los niños: La experiencia de la lectura, además,

los volvió más críticos en torno a su comportamiento, aunque fuera, solamente, durante el

momento de lectura. Los niños cada vez más se preocupaban por que los otros estuvieran

atentos, los escucharan, y apropiaban estrategias, de aquellas que la docente utilizaba, para lograr

que sus compañeros respetaran las normas28. Esto evidenciaba una apropiación del espacio y,

también, un interés por la lectura, tanto por escucharla como por compartirla.

La docente se involucró en la comunidad como participante: En la comunidad de lectura era

importante tener claro que los docentes eran miembros de esta, aun cuando tuvieran una

preparación previa y unos objetivos con los cuales planteaban el espacio. Es decir, si bien había

unas funciones que los docentes cumplían adicionales, durante la lectura todos eran lectores y

conversadores. En esa medida, los docentes se sentaban a la altura de los niños y con ellos,

respetaban las normas, comentaban sobre la lectura, hablaban de su experiencia y exigían que los

dejaran escuchar, tal como lo hacían los demás miembros… En general, participaban por medio

de las mismas acciones que todos. Esto les permitió a los niños ir construyendo las pautas del

espacio de la mano de un lector con mayor experiencia y, además, posibilitó que el espacio fuera

ameno y realmente una comunidad, sin jerarquías, ni privilegios.

Todos los miembros tenían voz y esta era igual de válida: La comunidad estaba constituida

por todos, por lo cual no se favorecían ciertas intervenciones o miembros. Todos, incluida la

docente, eran lectores o escuchas, no había más roles. En esta medida, el momento de lectura era

visto como el espacio propicio para compartir, reflexionar y, sobre todo, hablar. Esto último sin

verse juzgado o interrogado, sin estar siendo evaluado. Como consecuencia, se generaban

participaciones genuinas que permitían evidenciar el interés de los niños, las relaciones que

28 Esto se puede visualizar en

https://www.youtube.com/watch?v=uhZfAeQnSiQ&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1

&index=24 -

https://www.youtube.com/watch?v=ainP9eDwXLk&index=13&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyr

YFr_w6H1 -

https://www.youtube.com/watch?v=nZ29_zyiXcA&index=49&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrY

Fr_w6H1 -

https://www.youtube.com/watch?v=D9eo1xKdFD0&list=PLOPQjM_jsMzbPpNcAM4zn8lyrYFr_w6H1

&index=46

213

establecían, sus comprensiones, sus confusiones y sus hipótesis frente a preguntas que podían

quedar sin solución.

No obstante, es importante aclarar que esto no significaba que se eliminaran las

singularidades. Lo que se planteaba era una igualdad de condiciones para tomar la palabra, pues

todos tenían derecho a la voz, pero esto no quería decir que todos fueran iguales. Ello debido a

que se reconocía que cada uno era diferente en cuanto a experiencias, conocimientos,

interpretaciones… Entonces, por ejemplo, ante determinado tema un niño podía tener mayor

saber que el profesor o que otro niño. Por lo tanto, había una igualdad en cuanto al derecho de

toma de la palabra, es decir, a las condiciones del diálogo, pero existía una heterogeneidad en los

saberes, las trayectorias y los puntos de vista.

Los niños poco a poco valoraban más la lectura: En medio de la experiencia de poder leer

para los compañeros, llevar libros y descubrir qué hay en ellos, los niños comenzaban a

valorarlos, tanto a nivel físico como simbólico. De esta forma, el respeto por el libro como objeto

y, además, por los relatos que había allí se iba construyendo. En esta medida, la comunidad de

lectura posibilitó el encuentro con los libros desde todas sus dimensiones, permitiendo que los

niños fueran construyendo relaciones genuinas de aprecio por ellos. Es decir, no había una

imposición o un discurso superficial que les recalcara la importancia de leer, sino que ellos

mismos descubrieron el valor de la lectura, su experiencia con ella les permitió construir una

relación auténtica entre los libros y su vida.

Lectura cada vez más convencional: Aun cuando hubo algunas mediaciones por parte de la

docente titular que permitieron el avance en el nivel de lectura de los niños, a lo largo de la

experiencia fue evidente que en cada sesión ellos leían de forma más convencional. Es posible

que esto se derivara del hecho, por un lado, de querer descubrir qué decían los libros y, por otro,

de compartir la lectura con los compañeros, pues se enfrentaban al reto de recibir críticas. De

esta forma, indirectamente los niños iban aprendiendo el código escrito. Esto como resultado del

interés por el mismo y debido a una situación real que los retaba a ello.

214

Entonces, ese interés por compartir con otros la lectura llevó a los niños a crear diversas

estrategias para resolver el reto de la convencionalidad. Por ejemplo, durante la experiencia que

se desarrolló en el 2015 sucedió algo similar, pues los niños, después de vacaciones, leían

convencionalmente, dado el interés de poder leer solos el relato de Las brujas de Roahl Dahl que

se estaba leyendo con ellos en voz alta. Algunos, incluso, les pidieron a sus hermanos que les

enseñaran a leer para avanzar en la lectura del capítulo.

En relación con ello, en el 2017 una niña que se preparó para leer contó que lo hizo por medio

de su computador, pues ella no sabía leer convencionalmente. Por lo tanto, escribió literalmente

lo que estaba en la página que preparó y el programa en el que lo digitó se lo repitió, lo que le

permitió aprenderse lo que iba a leer.

Lectura de poemas: Abrir el espacio para escuchar narraciones cuyo estilo y ritmo fuera

particular se constituyó en una experiencia muy agradable para los niños. Ellos se interesaban

por su lectura y recordaban, tiempo después, lo que se había leído, aunque fueran fragmentos. De

esta forma, su relación con el lenguaje varió, descubrieron que con él se podía jugar, crear una

musicalidad, y eso les atraía. Más allá de la comprensión de los textos, lo importante en este

momento era la exploración de un uso particular del lenguaje, en el cual pudieran sentir su

melodía y cuestionarse por ella.

En este espacio apareció, también, el silencio como acto de reflexión y conexión. Esto debido

a que en el momento de esta lectura se generaba la sensación de que los no estaban prestando

atención, pues no se generaban comentarios sobre ella. No obstante, ciertos comentarios

permitieron evidenciar que realmente los niños estaban muy conectados con esa lectura e,

incluso, recordaban autores y títulos de algunos poemas. En esta medida, es importante

reconocer que no es necesario que siempre se diga algo, pues el silencio puede indicar, también,

que algo se generó, pero se está construyendo de otra forma, en una reflexión más personal.

Cambio de las dinámicas familiares: A partir de los comentarios de los niños y algunos

familiares, fue posible evidenciar que llevar libros para la casa impactaba sus rutinas. Algunos

aspectos que mencionaban era que sus papás o hermanos les leían, cambiaban los momentos de

215

televisión por la lectura e, incluso, utilizaban la tecnología a la que tenían acceso para

decodificar los libros29. Además, algunos niños pedían libros para que sus papás les leyeran en la

noche o para leerle a los hermanos menores. De esta forma, aunque fuera indirectamente, la

familia se involucraba en el proceso.

Dialogar sobre la literatura potencia el interés por la lectura: Poder compartir con otros

sobre lo que se lee generó que los niños disfrutaran la literatura y se animaran aún más a su

lectura, pues había un interlocutor con el cual construir interpretaciones e intercambiar saberes.

Ello generó que cuando no existió esa posibilidad de diálogo sus prácticas de lectura se

debilitaran. Esto se evidenció, concretamente, con uno de los niños que fue parte de la

experiencia en el 2015, quien comentó que había dejado de leer porque no tenía con quién hablar

sobre ello30. De esta forma, es posible afirmar que un efecto de estar en la comunidad de lectura

es descubrir el interés por el diálogo sobre la literatura y que ello potencie el acercamiento a la

lectura.

No obstante, ello constituyó una debilidad, ya que no se exploraron las potencialidades de la

lectura personal, íntima y silenciosa. Como consecuencia, los niños no disfrutaron de ese

componente en su experiencia de lectura y, por ello, una vez la posibilidad de dialogar sobre la

literatura no estuvo presente su práctica de lectura se vio afectada. Por ello, en el 2017 se

exploraron las dos dimensiones, aunque con mayor énfasis en el diálogo con otros sobre lo leído.

29 Esto puede evidenciarse en https://youtu.be/PWp2MY9DvSY

30 En el vídeo https://youtu.be/dhu0uiz6vBg los niños de tercero, quienes hicieron parte del momento de

lectura en el 2015, cuentan su experiencia en la actualidad. En esta conversación se evidencia la

potencialidad del diálogo y la lectura en la conformación de un colectivo particular, favoreciendo el

vínculo con la práctica gracias al compartir de esta. No obstante, también, es posible identificar una

debilidad del mismo, pues la lectura personal se vio debilitada.

216

8. Leyendo el mundo. Una experiencia de diálogo y reunión a partir de la literatura en

la Comunidad de lectura

Reunirse con otros a hablar es un acto que se desarrolla en múltiples espacios y situaciones de

la vida cotidiana. Poder dialogar con alguien sobre la vida y el mundo, expresando los propios

saberes, reflexiones, miedos y angustias, proporciona cierto alivio y gozo, pues, a partir de esto,

se crean nuevos sentidos, comprensiones e, incluso, la sensación de compañía y de un vínculo

particular. Agregar la posibilidad de dialogar sobre un tema en común permite que se construya

un lazo especial, el cual surge como resultado de ese compartir.

Así, hablar se constituye en un eje fundamental para la cohesión de los seres humanos, pues

les permite compartir su vida con esos otros que los rodean. A partir de esto, se crea una red que

une a ciertos sujetos, de acuerdo a dinámicas en común que les brindan aún más temas sobre los

cuales dialogar. También, se desarrollan ciertas prácticas, significados, saberes y vínculos que

desencadenan la creación de un colectivo particular de sujetos que se reconocen como miembros

del mismo y cuya identidad termina influenciada por la pertenencia a ese grupo social específico.

Reunir esta posibilidad de compartir, en medio de un espacio y de un momento específicos,

vinculando la literatura como eje principal para suscitar el diálogo, potencia las posibilidades de

formación de los seres humanos. Construir una situación particular para leer, hablar y admirar la

realidad propia y de otros, a partir de los mundos posibles de la literatura, se constituye como

una oportunidad propicia para que la experiencia sea el marco principal de reflexión. Así, es

posible aportar a la construcción del sujeto, por medio de vivencias significativas que lo afecten,

lo desestabilicen y lo reten, para llevarlo a reflexionar sobre sí mismo, en relación con aquello

que lo rodea.

Lo anterior reconociendo que a diario niños y adultos se reúnen en diversos espacios y, con el

tiempo, entablan múltiples relaciones que dan lugar a redes de amistades. En las áreas rurales,

específicamente, estos vínculos son aún más fuertes, pues, debido a sus dinámicas, la mayoría de

los habitantes de un sector específico se conocen o son parientes. Estas formas de reunión se

constituyen en comunidades de diferentes tipos, a nivel macro y micro social, y algunas de ellas

217

involucran más directamente a los niños como sus constructores, en medio de prácticas

cotidianas con sus pares.

Al considerar esto se abre una gran oportunidad para la formación, pues ese encuentro con

otros es la ocasión propicia para ponerse en cuestión, tanto a sí mismo como a su realidad, e

involucrarse en los análisis, las comprensiones, las hipótesis y los puntos de vista de los demás.

De esta forma, es posible adueñarse de la realidad, entender que hay otros con quienes se

comparte y, también, se está en desacuerdo. En consecuencia, se entiende que hay un mundo

alrededor y que, sobre este, existen unas acciones, ideologías, creencias y relaciones de poder

que están presentes en la realidad propia y que determinan, además, los acontecimientos de la

vida propia.

La comunidad de lectura se basa en esta posibilidad de vivir una experiencia de construcción

colectiva, con base en el diálogo en comunidad sobre la literatura como elemento común. En esta

medida, es la posibilidad de escuchar o leer ciertos relatos y dialogar sobre lo que ellos suscitan,

complejizar lo que se sabe, formular hipótesis frente a ellos… En general, es la oportunidad para

descubrir las narraciones que la humanidad ha creado y, a partir de ellas, vivir otras vidas,

imaginar otros paisajes y disfrutar el ritmo de una frase en medio de la construcción de la propia

vida.

Este concepto responde, además, a la posibilidad de favorecer la formación humana de los

sujetos en relación con el reconocimiento de sus actividades escolares y cotidianas. Además,

bajo la influencia del entorno rural y las posibilidades de contemplación y reunión que en este se

generan. De modo que la comunidad de lectura que se propone está planteada con base en esa

relación entre la escuela y la ruralidad, elementos clave que permitan reunir a los sujetos y

apoyar sus procesos de reflexión y apropiación del mundo, en medio de la posibilidad de

disfrutar de la literatura y el lenguaje por medio de los relatos compartidos.

En esta medida, dado su carácter situado y la posibilidad de narración que le proporciona la

experiencia de leer literatura y dialogar sobre ella a los sujetos y a los grupos sociales, favorece

la construcción y reconstrucción del tejido social, afectado por los múltiples desencuentros y

218

situaciones de tensión que algunos contextos experimentan a lo largo de su historia. Lo anterior a

causa de la posibilidad de reconocer y rehacer sus símbolos, su territorio y sus memorias.

Esta experiencia está marcada por ciertos aspectos clave que determinan su autenticidad y

trascendencia, dado que es la posibilidad, siempre libre y genuina, de entablar vínculos con la

literatura, los cuales permitan disfrutarla y apreciarla, a partir de su exploración y del

descubrimiento del mensaje particular que tiene para comunicarle a cada ser humano. En esta

medida, es un espacio y un tiempo con unas características particulares y cuyo eje fundamental

es la libertad, pues, aunque haya unos propósitos y cierta planeación de la situación, es la ocasión

para aportar a esa construcción común y, a la vez, retomar ese diálogo colectivo desde la

perspectiva propia, sin que haya una imposición sobre qué mencionar o apropiar.

Entonces, se trata de la consolidación de un espacio y un momento, tanto físicos como

simbólicos, que se crean tanto dentro como en el marco de ciertas dinámicas cotidianas y

escolares en medio de un contexto particular, como lo es la ruralidad. Es decir, la experiencia,

por un lado, puede desarrollarse dentro de la escuela, aunque sin verse influida por los propósitos

académicos que allí se plantean. Por otro, es posible que se lleve a cabo fuera de esta, en

diferentes tiempos y lugares.

De este modo, la comunidad de lectura se plantea como una construcción intencionada por

parte de un mediador, quien se pregunta por la posibilidad de crear experiencias estéticas de

contemplación y diálogo sobre la literatura. Lo anterior con el propósito de aportar a la

construcción personal y social de quienes hacen parte de la experiencia.

Así, un mediador coordina la creación de la comunidad de lectura y, de acuerdo a las

posibilidades de desarrollo, plantea unos espacios y unas dinámicas en las cuales se favorece la

lectura relacionada con el goce, el cuestionamiento y el diálogo en torno a la literatura. Todo esto

sin que se constituya como una dinámica escolar que pretenda, directamente, el aprendizaje de

ciertos objetivos académicos, como la decodificación o la fluidez.

219

De esta forma, se pretende construir una red de vínculos que permitan la creación de ciertas

dinámicas particulares y propias que configuren tanto al colectivo mismo como a sus miembros.

Esto dado que la pertenencia a una comunidad conforma a cada sujeto individual y socialmente,

por lo que su fundamento está dado por las relaciones creadas entre los miembros, las cuales se

basan en la unidad y la búsqueda de lo común (Torres, s.f).

En relación con esto, en la comunidad de lectura, los libros, los relatos y el compromiso

colectivo configuran el marco común que mantiene juntos a sus miembros. A partir de estos

establecen relaciones tanto entre ellos mismos como con los libros como objetos culturales,

construyendo su valor y su cuidado.

No obstante, no es únicamente este aspecto el que mantiene la unión, pues no basta con la

presencia de los libros o la exploración libre de estos para conformar una comunidad. Es

necesario, además, que haya cierto trabajo sobre ellos, por medio del cual se construya una

relación tanto física como simbólica. Es decir, deben generarse las ocasiones propicias para que

haya interacción con esos objetos culturales, para que puedan vincularse a la vida y, a partir de

esto, para que den lugar a la construcción de ciertos significados, símbolos y prácticas.

En esta medida, el diálogo es un elemento clave, pues permite, mediante la relación con otros

a partir del habla, admirar el mundo e interactuar con él. En relación con la lectura, se convierte

en la posibilidad de verbalizar lo que se ha leído y explorado, poniendo a consideración de los

otros esos significados personales y, así, construir con ellos, aportando a las dudas, aclarando las

confusiones y entablando relaciones de comprensión común que permitan complejizar lo que se

sabe.

La experiencia de lectura como constructora de saber

La construcción de saber en la comunidad de lectura no se limita solo al conocimiento sobre

los libros, sino que, también, se relaciona con las estrategias para leer, ser escucha de la lectura y

ciertos elementos que favorecen el desarrollo del espacio. Entonces, en medio de la experiencia

de ser lector y escucha se construyen, con el tiempo, ciertos criterios que se valoran en la lectura

220

y que permiten disfrutarla31. A su vez, estos conocimientos permiten cada vez mayor autonomía

en cada una de estas prácticas.

Además, las historias brindan otras temáticas para conversar y sobre las cuales construir

conocimiento. Así, la lectura no solo posibilita reflexionar y aprender sobre la práctica misma,

también, es la oportunidad para poner en juego otras cuestiones y temáticas. De forma que se

trasciende a sí misma, volviéndose imposible, pues se reinicia y renace una y otra vez en relación

con esas nuevas construcciones y complejizaciones que se construyen (Bárcena, 2002). Esto

como consecuencia de la posibilidad de ir más allá del texto mismo, vinculándolo con vivencias

propias y saberes particulares, iniciando siempre una lectura completamente nueva y diferente.

Es importante mencionar que esta construcción de conocimiento se da en el marco de la

experiencia, sin que haya una acción directa por parte de un agente externo que lleve a este. Es

decir, aparecen, de forma genuina, ciertos interrogantes en torno a los libros, la lectura y sus

temáticas, y son estos los que producen las reflexiones que generan esos saberes. Lo anterior

como resultado de la posibilidad de detallar los relatos e interesarse por algunos elementos de

estos, los cuales cada miembro retoma desde sus propias predilecciones por determinados

asuntos.

Tejido de vínculos con la literatura

Esta exploración de la literatura crea, también, un vínculo hacia ella. Esta relación permite

que, poco a poco, se aprecie la lectura y los libros, pues se descubre la voz detrás de cada uno.

Así, se genera que se valoren, tanto a nivel físico como simbólico. De esta manera, se crea cierta

importancia en torno esta práctica en la vida, sin que haya un discurso impuesto o superficial que

la establezca.

Es fundamental reconocer que este vínculo que está determinado por la posibilidad de

trascendencia de esta. Es la reflexión sobre la vida, tanto propia como de otros, y el enlace con la

31 En el vídeo https://youtu.be/CICjh2jTfq4, los comentarios de los niños evidencian esos aspectos que

querían que los lectores mejoraran para disfrutar de su lectura. Estos no fueron influenciados por un

agente externo, sino que los mismos niños los ‘crearon’ como posibles elementos que les permitirían

disfrutar de la lectura de sus compañeros.

221

cotidianidad lo que posibilita ese encuentro con la lectura y el aprecio por esta. Lo anterior

debido a que se crea un recuerdo que perdura, el cual se relaciona con esa apropiación de

elementos concretos del relato que toman importancia para cada uno. Así, una frase, una escena,

una situación o, incluso, una palabra se convierten en lo más importante para cada participante.

Complejización del diálogo en relación con la posibilidad de relacionar la literatura con las

experiencias propias

La experiencia misma y el compartir con otros va complejizando la participación de los

miembros, pues la dinámica cada vez exige más de ellos y, además, les permite construir

criterios para ser más críticos. Esto respondiendo a su deseo de continuar con el espacio y

enriquecerlo, ya que la comunidad es un lugar de refugio y acogida (Torres, s.f). Además, el

diálogo posibilita que los sujetos se sientan reconfortados por los lazos forjados, pues se crea un

fuerte tejido social.

Entonces, en medio de esta red de vínculos, los enunciados producidos cobran significado y

se complejizan. Lo anterior en la medida en la que los discursos de otros se entretejen para

construir unidades de comunicación complejas y evolutivas, las cuales representan las creencias,

las tradiciones y las acciones de los grupos sociales a los que pertenecen (Burbules, 1993).

De esta forma, los comentarios que surgen en el diálogo, además de evidenciar las

comprensiones sobre el relato, demuestran ciertas relaciones con las vivencias particulares de los

miembros de la comunidad y, partiendo de ellas, ciertas apropiaciones de lo que se ha leído32.

Ello reconociendo que sus aportes y recuerdos están ligados a aquello que llamó su atención,

pues en la lectura se hacen selecciones, se olvidan ciertas cosas y solo algunas se re-significan

(Petit, 2001), pues

El relato que hacemos es obra nuestra. No pretende incorporarlo todo, cada una de las

sensaciones que registraron nuestro oído, nuestro ojo o nuestro olfato en un primer, un

segundo, un tercer plano de la atención, sino que elige, arma, “dibuja” ... Se escogen

32 A lo largo de la experiencia en Boyacá en el 2017 se presentaron situaciones que permiten evidenciar

esto. Pueden visualizarse en https://youtu.be/SaK8bmBN_N0 - https://youtu.be/3gvtIeYnQFc

222

algunos pasajes, otros se omiten, se procede a un cierto montaje, se hace hincapié en un

detalle y no en otro, se adopta un punto de vista... (Montes, 2006, p. 1).

Por otra parte, se debe tener en cuenta que cada miembro de la comunidad simboliza los

discursos de los grupos sociales particulares a los que pertenece. Además, la literatura representa

las voces de distintas épocas, reencontrando al sujeto con su finitud y su mortalidad,

confirmando, a su vez, su herencia. Por lo tanto, le permite, también, descubrir sus posibilidades

de trascendencia y renacimiento, pues en los textos se relaciona con aquellos que ya no están,

con sus contemporáneos y con quienes aún no nacen (Bárcena, 2002).

En esta medida, el diálogo es un encuentro temporal complejo que entrelaza las diversas

generaciones y los discursos que discurren en la sociedad. Así, estos elementos constituyen la

espacialidad de la comunidad, aquellas construcciones simbólicas que enlazan las generaciones

que actúan y viven tanto en tiempos diferentes como en la misma época, consolidándose como su

base de conservación y perdurabilidad (Tönies, 1887 citado en Liceaga, 2013).

Polisemia en la literatura, constructora de diálogo

Por lo anterior, se debe considerar que el diálogo sobre literatura debe estar influido por cierta

libertad, la cual, por un lado, permita reflejar los intereses auténticos de quienes leen. Por otro,

posibilite el encuentro de diversas posturas e interpretaciones, potenciándolo aún más. Esto

debido a que las diferencias en las comprensiones e hipótesis permiten construir verdaderos

diálogos, en los cuales se deban refutar las participaciones, complementarlas o aclararlas, para lo

cual se debe recordar lo que ya se había dicho y retomar los múltiples aportes33.

En esta medida, es importante reconocer la voz polisémica de la literatura (Andruetto, 2009) e

integrarla en esos momentos de reflexión y exploración de la misma, pues, además de constituir

parte de su esencia, es fundamental en la construcción del diálogo, ya que posibilita el

surgimiento de las diferencias que ayudan a construir ejes de profundización. De acuerdo a lo

33 Por ejemplo, en los vídeos https://youtu.be/lzwjrQqfCqE - https://youtu.be/keX3qzZjIcU -

https://youtu.be/uRoQAmBGp_U se observa cómo la ausencia de ciertos datos en el relato llevó a los

niños a construir diversas hipótesis sobre la historia.

223

planteado por Burbules y Rice (1991 citado en Burbules, 1993 p. 60), “(…) tenemos que ser lo

bastante similares para que la comunicación ocurra, pero lo bastante diferentes para hacer que

valga la pena”.

Por lo anterior, existe una singularidad que no se pretende negar o desarticular, pues la

experiencia parte de la afirmación de esa multiplicidad que escapa ante cualquier intento de

reducción (Larrosa, 2003). De hecho, se reconoce su potencialidad como un elemento

constituyente, pues es necesario comprender las múltiples formas de ser y existir para reflexionar

sobre la pertenencia de cada una a la red compleja que conforma el entorno social (Freire, 1970).

Esta forma particular de acercarse a la realidad solo puede llevarse a cabo a partir la

intersubjetividad presente en el diálogo, la cual permite que los sujetos se afecten por las

comprensiones de otros y, así, haya una transformación común que los lleve a un conocimiento

más completo y complejo de su propia realidad. Lo anterior implica la alteridad presente en toda

comunidad (Esposito, 2009), la cual favorece, por un lado, que no se estandarice una

interpretación sobre la lectura y, por otro, que los sujetos logren reconocerse como seres

particulares en medio de una colectividad que, aunque los conforma, no los absorbe.

Así, se posibilita el reconocimiento del otro, al tiempo que se construye la identidad propia, lo

cual genera que quienes viven esta experiencia puedan desarrollar una personalidad más flexible.

Esto como consecuencia de la posibilidad de reconocer y reflexionar sobre esa multiplicidad de

formas de ser y habitar el mundo, reuniéndose con ellas, cuestionándolas y, a la vez,

cuestionándose. Además, se reconoce la influencia de las múltiples relaciones, comunicaciones y

elementos en común que se comparten con el otro. Por lo tanto, el referente principal para la

identidad individual y la reivindicación de los sujetos es, precisamente, lo comunitario (Torres,

s.f).

La literatura, cuestionamiento y encuentro con otros

El encuentro con la literatura es crucial, pues ella representa esa posibilidad de poner en duda

el mundo a partir de sus relatos y, así, crea un camino de exploración incierto que transforma al

lector (Andruetto, 2009; Bárcena, 2002; Larrosa, 2003). De esta forma, la lectura aporta,

224

también, a la construcción política y ética del sujeto, pues lo lleva a cuestionar sus propios

prejuicios (Andruetto, 2009), reflexionado sobre su lugar en la sociedad y los aportes que a ella

quiera realizar.

Cabe resaltar que los textos que se leen son fundamentales, pues de la posibilidad de crear

múltiples interpretaciones, a partir de sus relatos, depende el nivel de elaboración del diálogo34.

Por lo tanto, la lectura de ciertos textos cuya interpretación esté previamente construida e

insinuada o cuyas temáticas sean demasiado cerradas impide la discusión, la puesta en común y,

en general, el diálogo.

Además, es importante considerar que la voz de la literatura no está constituida por preceptos

sobre cómo vivir, sino que representa un encuentro libre e inesperado con la vida misma, lo cual

permite el diálogo. Precisamente por esto la lectura solo representa la posibilidad de ser, a partir

de la comprensión profunda y amplia de la humanidad (Oakeshott, 1986). Por lo tanto, la

decisión en torno a qué leer debe estar guiada por el sustantivo del libro, más que por su adjetivo

(Andruetto, 2009). Es decir, aspectos como la elaboración estética de lenguaje, la calidad de la

historia y del relato deberían ser los que primen en esta elección.

Como consecuencia, siempre debe considerarse cierta planeación sobre posibles ejes de

reflexión, por parte del mediador principal del espacio, en relación con el conocimiento previo

que se tenga del libro y de los miembros de la comunidad. No obstante, esa planeación es

flexible, pues debe permitir que el diálogo fluya, de acuerdo al ritmo y al interés que planteen los

niños. Entonces, lo fundamental es reflexionar sobre cómo complejizar eso que se va

manifestando, recordando el propósito central de generar interacciones entre los miembros de la

comunidad y construir, así, un verdadero diálogo. Por ello, quien media el espacio debe ser un

participante más e involucrarse directamente en el diálogo que surge, pues, de lo contrario, este

puede diluirse por preguntas o mediaciones impertinentes.

34 El diálogo sobre El patito feo de Hans Christian Andersen, el cual puede visualizarse en los vídeos

https://youtu.be/1oBDSZd4-IQ - https://youtu.be/0dqe9Mik_6A, es un ejemplo de ello, pues la duda

sobre cómo llegó el huevo de cisne al nido generó en los niños múltiples hipótesis que los llevaron a

interrogarse a sí mismos y al relato.

225

Construcción de vínculos con los otros por medio del diálogo

En relación con lo anterior, se debe considerar que el éxito del diálogo está ligado al tipo de

relación que establezcan los participantes. Es decir que depende de las pautas de interacción que

se definan y se configura de acuerdo a las emociones, las expectativas y las actitudes

desarrolladas entre quienes participan en él y, a su vez, con el diálogo mismo (Burbules, 1993;

Freire, 1970).

En esta medida, la consolidación de una comunidad, entendida como un espacio particular de

interrelación de cuerpos y corazones, en la cual el cuidado mutuo, la confianza y la seguridad son

los ejes claves para el desarrollo de relaciones con mayor compromiso afectivo e intensidad

(Esposito, 2009; Torres, s.f) es fundamental. Esto debido a que da lugar a vivencias simbólicas,

mediadas por las palabras y los actos, que crean y representan ciertas ideologías, valores y

tradiciones que configuran al colectivo mismo y a cada miembro de este (Liceaga, 2013).

De esta forma, diálogo y comunidad se complementan, en la medida en que este necesita de

los vínculos y los aspectos comunes creados dentro de esta. A su vez, la comunidad requiere de

los intercambios comunicativos propuestos en el diálogo para garantizar que las relaciones

establecidas sean dinámicas y generen alternativas de construcción subjetiva y de saberes.

Adicionalmente, tanto la comunidad como el diálogo están basados en el establecimiento de

relaciones de cuidado entre ellos. Es así como se reconoce que el otro es tan importante como yo,

en la medida en la que ese ‘otro’ lo constituye y lo abarca, estableciendo no solo procesos

comunicativos sino un “co-estar con los otros” (Esposito, 2009, p. 43). Esto implica un cuidado

recíproco, en el que no solo se asume su cuidado, sino que se vela por que el otro, a la vez, lo

lleve a cabo para sí mismo. Por lo tanto, el diálogo está basado en valores como la reciprocidad,

la tolerancia y el respeto (Burbules, 1993), ya que los intercambios en su interior tienen como

propósito principal crear y mantener vínculos determinantes que posibiliten la construcción

común.

226

Silencio, posibilidad de escucha, reflexión y creación

Por lo anterior, las relaciones entabladas en el diálogo requieren de una escucha atenta, en la

cual el interlocutor esté realmente comprometido con quien habla. Como parte de esta, además,

surge el silencio. Este es un elemento clave, tanto en la lectura como el diálogo. A partir de él los

sujetos pueden analizar su experiencia, significar las palabras y compartir con los otros sus

construcciones más profundas. Además, el silencio no solo permite la reflexión, sino que,

también, significa, pues, por medio de este, es posible transmitir ciertos mensajes al interlocutor

y crear un discurso más complejo (Dinouart 1771/ 2010; Hernández, 2008).

Entonces, el silencio permite construir la experiencia personal de la lectura, brindando el

espacio apropiado para refugiarse y re-significar aquello que le acontece al sujeto. También, a

partir de este, se inicia un viaje interior que permite crear y transformarse, para encontrar lo más

profundo de cada ser. Por lo tanto, el silencio representa actividad, atención y comunicación

(Bárcena, 2002; Hernández, 2008). Además, por medio de este no solo se profundiza tanto en lo

que sucede, escucha y ve como en lo que se es y se sabe. También, se comunica y se interpreta.

Es decir, mediante el silencio se crean mensajes complejos que complementan los discursos

producidos y que crean un ambiente particular que llena de significado lo que se dice (Dinouart,

1771/2010; Hernández, 2008).

En esta medida, es importante tener en cuenta los silencios de la literatura, aquellos espacios

en blanco a partir de los cuales cada palabra fue producida y mediante los cuales la voz de cada

obra se manifiesta (Bárcena, 2002). Además, el silencio es el instante propicio para identificar la

fragilidad de la palabra, a partir de las omisiones o los excesos de quien habla. Entonces, el trato

con el otro implica necesariamente un silencio profundo, el cual es, también, el inicio de toda

lectura (Bárcena, 2002). Es a partir de la aceptación de esos vacíos que el relato transforma al

sujeto, pues son estos los que permiten las múltiples interpretaciones, constituyéndose como los

interrogantes mismos del texto y del sujeto.

De esta forma, el silencio es parte constitutiva de la comunidad de lectura. Por un lado,

porque permite construir la trascendencia misma de la lectura, en tanto es un elemento propio de

la literatura y se constituye como un espacio de acogida y reflexión que posibilita el

227

cuestionamiento y el enfrentamiento con sí mismo y el entorno. Por otro lado, representa la

conexión profunda con aquello que se expresa, con su ritmo particular y su significado concreto

(Bárcena, 2002, Hernández, 2008).

Callar, entonces, es re-elaboración de la palabra, análisis y apropiación de esta. Por lo tanto,

es fundamental cuando se dialoga, pues es la forma de generar participaciones valiosas y,

también, de demostrar respeto e interés por el interlocutor. De este modo, el silencio representa

la disposición para estar con otros. Además, es el acto a partir del cual las palabras se llenan de

sentido, pues es por medio de su escucha como sus significados afloran, adquiriendo colores,

melodías, recuerdos y perspectivas particulares.

Por lo anterior, es fundamental reconocer, también, que existen ciertos gestos, posturas y

movimientos35 que, desde el silencio, comunican (Bárcena, 2002; Dinouart, 1770/2010;

Hernández, 2008). Entonces, cuando el diálogo no se genera o, en medio de este, no se producen

mayores interacciones, no necesariamente debe considerarse que no se ha creado nada. Por el

contrario, puede tener un significado y representar la conexión, la reflexión o el análisis en curso

que los sujetos están haciendo del relato. Por lo tanto, permitir que los miembros de la

comunidad puedan callar hace parte, también, de la posibilidad de relacionarse con la literatura,

de vivir ese espacio de disfrute, goce y contemplación de lo literario.

Así, silencio, lectura y diálogo hacen parte de la triada que conforma la experiencia estética de

disfrutar los relatos de la humanidad, vinculándolos con las vivencias particulares y con el

reconocimiento de esos otros que construyen y aportan a la transformación propia. Todo esto

como una posibilidad para reconocerse en el lenguaje, por medio de sus símbolos y estructuras.

De este modo, se construye de nuevo el mundo, por medio de un recorrido impredecible e

interminable que les permite a los sujetos transformarse constantemente, encontrarse con lo más

profundamente humano y, a partir de eso, con los elementos más propios de su ser.

35 Los gestos de los niños, en los vídeos, evidencian ese interés por lo leído y su conexión con

esto. https://youtu.be/IksrLq7UoF8 - https://youtu.be/fFjN2S9PNpg

228

Lo anterior solo es posible cuando la libertad permea los momentos de lectura y diálogo,

permitiendo que cada miembro aporte lo que considere pertinente, sin temor a ser descalificado,

aunque toda opinión siempre intente complejizarse y esté expuesta a refutaciones. Entonces, la

dinámica misma crea un ritmo particular que lleva a que los comentarios sean cada vez más

elaborados, aun cuando cada uno comente lo que quiera.

La ritualización de la lectura

Todo esto se da en medio de un momento específico que se constituye con el tiempo y se

desarrolla por medio de acciones singulares, las cuales crean una especie de ritual que permite

comprender la singularidad de la comunidad de lectura. Esta ritualización se caracteriza por

ciertas dinámicas recurrentes que se instauran respondiendo a las particularidades de los

miembros de la comunidad, los propósitos y las acciones que se quieran desarrollar en cada

momento. Así, se establecen ciertos actos que permanecen.

Esta ritualización genera la disposición para la lectura y el diálogo, entablando la diferencia

entre este momento y la rutina cotidiana. Además, les proporciona a todos los miembros de la

comunidad el conocimiento sobre las acciones que se desarrollarán y, en términos generales, los

propósitos del espacio. Lo anterior posibilita que todos puedan asumir el rol de mediadores, pues

comparten ese conocimiento sobre las acciones que deben realizarse y lo que se espera de cada

uno. Así, se favorece la apropiación del momento de lectura por parte de cada miembro.

Alternancia de roles en la lectura y el diálogo

En relación con esto, es fundamental reconocer que, si bien la propuesta de crear el espacio es

iniciativa de un mediador y es este quien lo estructura inicialmente, la comunidad de lectura es

de todos. Es decir, cada uno es miembro de ella y, durante su desarrollo, solo hay lectores,

escuchas y hablantes. De esta forma, el poder y la jerarquía que representa el mediador se

disuelven, en parte, pues pasa a ser un participante más. Aun cuando este cumpla algunas

funciones adicionales, pues prepara el momento previamente, reflexiona luego de su desarrollo

sobre este y asume el control parcial del momento de diálogo.

229

Sin embargo, es importante aclarar que esto no representa que todos los miembros sean

iguales, pues se debe reconocer que cada uno tiene experiencias, saberes y construcciones

particulares que, en un momento dado, pueden significar un rol representativo (Burbules, 1993,

Freire, 1970/2016). En esta medida, lo que se plantea es la posibilidad de interacción entre todos,

sin que haya una autoridad establecida, para que cada uno desde su área o saber de mayor

desarrollo pueda aportar en la construcción y complejización de los otros.

Por lo anterior, el rol de mediador se plantea con el propósito de poder ser asumido por los

diferentes miembros36. Es decir, no representa una figura estática que pertenezca a un solo

sujeto, sino que se propone como una posibilidad para que los demás, también, puedan

desempeñarlo. Para esto la ritualización y la seguridad que se construyen en la comunidad,

debido a la libertad y el respeto que la permean, son los elementos propicios para que ello

suceda.

De esta forma, todos tienen la oportunidad de liderar el espacio, construyendo las pautas para

mediar, leer, escuchar y hablar de la mano de un lector o mediador con mayor experiencia, quien

inicia la construcción de la comunidad de lectura. En esta medida, se trata de dos experiencias

juntas, situadas a una al lado de la otra, que se reúnen para compartir una relación particular con

la literatura, aquella que posibilita la apertura, una inquietud y una escucha ante esa voz inmersa

en cada texto (Larrosa, 2003).

Lo anterior es esencial en el diálogo, pues de la actividad de los participantes y la alternancia

de sus roles depende la evolución y fluidez del mismo. Como consecuencia, no hay un control

riguroso del proceso por parte de una autoridad indiscutible, ya que, además, las temáticas

propuestas se dispersan (Burbules, 1993; Freire, 1970/2016). En esta medida, los procesos de

participación y colaboración desarrollados en el diálogo varían, dependiendo de los niveles de

responsabilidad, función y experticia ante determinados conocimientos de mayor dominio de

cada participante.

36 En los siguientes vídeos es posible observar a los niños que asumían el rol de lectores regular el

comportamiento de sus compañeros, convirtiéndose, así, en los mediadores en ese momento

https://youtu.be/vGp5jRdhRhM - https://youtu.be/ER8Jg_K0x6k - https://youtu.be/D9eo1xKdFD0 -

https://youtu.be/HUm2smK_lSo

230

Así, los participantes del diálogo conforman una fuerte red de colaboración, en la cual se

consideran las capacidades de cada uno para construirlo. En esta medida, hay una unidad que

genera una interacción interpersonal, en la cual todos los miembros se reconocen entre sí. Por lo

tanto, posibilita, realmente, la creación una comunidad, en la cual haya un reencuentro de los

sujetos, tanto con los otros como con sí mismos, mediante el compartir de las experiencias y los

comportamientos de los que todos son compañeros (Freire, 1970/2016).

Entonces, a diferencia de la sociedad, la comunidad representa la vida común primaria de los

seres humanos, constituyendo el inicio de su actividad social, ya que está asociada a formas de

vida más cercanas (Álvaro, 2010). En relación con esto, es importante considerar los aportes que

el diálogo en comunidad puede aportar a esa iniciación en la vida social, pues esta interacción

proporciona ciertas estrategias de participación, tales como algunas normas de interacción o la

escucha activa. Así, la experiencia de reunirse con otros a dialogar repercute, también, en las

dinámicas de socialización de los sujetos, aun cuando la preocupación por estas no sea un

propósito principal de diálogo.

La literatura, posibilidad de contemplación y encuentro consigo mismo, los otros y el

mundo

Lo anterior dado que la posibilidad de leer y hablar sobre ello pretende la invención de quien

lee por medio del encuentro y la contemplación de la literatura, a partir de momentos que

permitan imaginar y crear por medio del extrañamiento, la duda y la experiencia. Así, la poesía

encuentra su lugar en la conversación de los seres humanos (Oakeshott, 1986), pues reconocer la

libertad e indefinición de la literatura posibilita el diálogo profundo sobre aquellas imágenes,

frases y ritmos que la desvinculan de la estandarización.

De esta forma, la literatura recobra su esencia como arte y posibilita la construcción de

imágenes que proporcionen al sujeto vivencias armónicas y agradables. En esta medida, no se

trata de leer para aprender a vivir o para favorecer ciertos principios éticos y morales. Por el

contrario, se lee para imaginar y soñar, re-aprendiendo su valor en la construcción de la propia

vida, permitiendo que la experiencia, el acontecer y la alteridad calen en lo más profundo y

231

desestabilicen lo que se es, proporcionando así, la oportunidad de re-inventarse a sí mismo

siempre y, también, a sus lecturas.

Es importante aclarar que se retoma la noción de diálogo, en lugar de la de conversación,

puesto que se reconoce en este la posibilidad de construir con otros desde la implicación en sus

propias concepciones e ideas. Además, debido al fuerte interés y compromiso que constituyen al

diálogo, este dista del encuentro casual y habitual de ciertas situaciones comunicativas, dentro de

las que se encuentra la conversación (Burbules, 1993).

Así, aunque haya un encuentro libre con la literatura, hay una intencionalidad que guía todo el

proceso, la construcción de elementos comunes que permitan reflexionar sobre lo que se lee y, de

esta forma, trascender lo literal para apropiarse de los elementos que el relato deja en cada cual,

de la voz y del mensaje particular que le comunica. Por esto, va más allá de una situación casual

de habla y se diferencia de la conversación espontánea que puede surgir en los diversos espacios

de reunión social. Además, la posibilidad de resignificar y reconstruir el lenguaje, convirtiendo

las palabras en constructoras de realidad, colectividad y subjetividad, a partir de la exploración

de sus ritmos y sus sentidos, complejiza la noción de diálogo.

De esta forma, el diálogo en comunidad sobre la literatura posibilita el encuentro con la

experiencia, propia y de otros, por medio de las palabras, descubriendo en ellas nuevos

significados e, incluso, fragilidades. Así, toman un nuevo sentido y su voz se une al tejido

colectivo e individual de los miembros de la comunidad. Esto genera que se vinculen al discurso

propio, relacionándolas con las vivencias personales y creando para ellas significados

particulares, escuchándolas, imaginándolas, apropiándolas e incluyéndolas en el discurso

propio37.

Además, se crea un espacio que permite la transformación de las relaciones que los sujetos

establecen con el lenguaje, al tiempo que este los interroga y los lleva a re-pensar su realidad, sus

37 En el vídeo https://youtu.be/OeGurjanQYI Diego recuerda un suceso de la historia, en su comentario

es evidente que le cuesta un poco la palabra ‘marcharse’. Posiblemente ello se deba a que no hace parte de

su cotidianidad. Es decir que el relato le permitió apropiar una nueva palabra y, quizás, lo hizo por el

ritmo que esta le otorgaba a lo que quería decir.

232

vínculos y su vida. De este modo, las palabras resuenan de nuevo para ellos, pueden interactuar

con ellas y descubrirlas una y otra vez. Como consecuencia, la voz de la literatura, sus ritmos y

sus imágenes interrumpen el curso cotidiano de la vida y abren la posibilidad de resignificación

de las vivencias de la realidad propia, la de otros y, también, del lenguaje mismo. Así, se

pretende que el pensamiento se transforme a sí mismo, liberándose ante la acogida y la atención

de esas experiencias y encuentros con otros mundos de significación, tanto de los seres reales

que comparten con el sujeto como de los ficticios que se presentan en el relato.

Por lo tanto, la comunidad de lectura se constituye en un momento y un espacio concretos de

contemplación, en el cual se puede imaginar, cuestionar, crear y vivir. Reconociendo que la vida

no es siempre contemplativa, ya que ondula entre las actividades prácticas y científicas

(Oakeshott, 1986). Así, la lectura posibilita el re-aprendizaje desde la experiencia (Bárcena,

2002).

A partir de esta vivencia de lectura y diálogo lo sujetos pueden complejizar su identidad y

unirse al gran tejido de la cultura. Esto como consecuencia de una comprensión más clara de

quiénes son y de su historia particular, pues leer propicia la organización de los sucesos de la

vida y de la realidad38. Lo anterior dado que la forma fragmentaria y misteriosa de la vida

humana se asemeja a una narración, la cual está conformada por todas aquellas historias que se

leen y escuchan (Larrosa, 2003).

Entonces, posibilitar el encuentro con la literatura es fundamental en la vida de un sujeto y,

por ello, se constituye como una experiencia personal e intransferible. Esto debido a que los

saberes que tienen lugar en esta solo tienen sentido “(…) en el modo como configura una

personalidad, un carácter, una sensibilidad o, en definitiva, una forma humana singular que es a

la vez una ética (un modo de conducirse) y una estética (un estilo)” (Larrosa, 2003, p. 34 - 35).

Así, la comunidad de lectura se constituye como el encuentro propicio para dejarse afectar y

llevar por los ritmos de las narraciones y por los ecos de sus voces, apropiándose, a su vez, de

38 A partir de la lectura de El lugar más bonito del mundo de Ann Cameron, Diego se animó a compartir

su historia con todos, identificándose con el personaje. Así, le dio un nuevo significado a su situación.

Esto puede visualizarse en https://youtu.be/3gvtIeYnQFc?t=73

233

esos pasajes, imágenes o términos que permitan re-construir lo que se es. La reunión con otros,

por medio de las palabras, posibilita la construcción de una nueva historia, una en la que todos

tengan lugar y en la que vivir no se restringa a las posibilidades económicas o laborales. Leer, de

este modo, establece una nueva visión de la realidad y proporciona, a su vez, el regocijo del

encuentro y la admiración, mediados por la duda y la incertidumbre compartidas que, puestas en

común en el diálogo, ayudan a superar los miedos, las ansiedades y los prejuicios. En esta

medida, la comunidad de lectura se constituye como la oportunidad propicia para compartir,

reflexionar y contemplar la realidad a partir del lenguaje, del ritmo y las imágenes particulares

que las palabras crean en medio de la formación y transformación propia y del mundo.

234

9. Referencias

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LITERACIDAD_ACAD%C3%89MICA_IDENTIDAD_Y_PODER_EN_LA_EDUCAC

I%C3%93N_SUPERIOR

236

10. Anexos

Instrumentos de planeación y reflexión de las sesiones desarrolladas en Boyacá 2017

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a las narraciones #2

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Boyacá

Fecha de implementación Febrero 28 2017

Listado de los resultados

esperados

- Acercamiento a la literatura

- Interés por los cuentos y las rimas de Rafael

Pombo

- Relación entre los cuentos y la música, a

partir de las rimas.

- Conversación en torno a las historias

contadas, la forma de su escritura o

acercamientos previos a este tipo de cuentos

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Acercamiento a la literatura y a la poesía, específicamente de Rafael

Pombo.

- Interés por los cuentos y rimas de Rafael Pombo.

- Inicio de la consolidación del espacio de lectura y respeto de ciertas

normas de interacción.

Materiales y recursos Libro Cuentos Pintados, Rafael Pombo, ilustrados

por Ivar Da Coll Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

237

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón, en forma

de media luna.

Canción Pastorcita para iniciar el

momento.

Recuento de las normas de

interacción.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

Momento 1.

Descripción y análisis La docente titular ya

había organizado a los

niños en forma de media

luna. Para iniciar se

recordaron las normas de

interacción,

preguntándoles a los

niños cuáles habían

acordado en sesiones

pasadas. Los niños las

tenían claras e incluso

mencionaron algunas que

no eran de ese espacio.

La canción Pastorcita no

se colocó al inicio de la

sesión, sino al final de

esta.

Reflexión

Recordar las normas de

interacción al iniciar la

lectura es clave para que,

a lo largo de esta, los

niños comprendan por

qué se les llama la

atención e intenten

aplicarlas durante todos

los momentos.

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Febrero%2028%2C%2

02017?preview=IMG_0635.

MOV (muchas normas que

hasta el momento no eran

concretas del espacio)

238

Momento 2. Indagación sobre qué es un autor y

qué es un ilustrador. Construcción

de hipótesis sobre esto.

Presentación del autor (indagación

sobre conocimientos previos de

este, datos de su vida, otras obras y

libros)

Presentación del ilustrador (datos

de su vida, otras obras y libros)

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 2.

Descripción y análisis

Luego de recordar las

normas de interacción, se

presentó el libro, el autor

y el ilustrador. Se les

preguntó a los niños si

sabían qué era esto,

iniciando por el concepto

de autor. Los niños

dijeron que era alguien

que arreglaba carros, pero

el decirles que era el autor

del libro mencionaron que

era el que escribía las

palabras. Posteriormente,

se reflexionó sobre

ilustrador y dijeron,

también, que reparaba

carros. La docente titular

ya había trabajado esto

con los niños y se los

recordó. Los niños dijeron

que era el que hacía los

dibujos.

Posteriormente, se

presentaron algunos datos

biográficos de Rafael

Pombo y se dio inicio a la

lectura.

Reflexión

Es importante que los

conceptos de autor e

ilustrador se aclaren con

los niños, pues les da un

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MOV (minuto 01:21 - 02:15

> pregunta a los niños por

qué es un autor y que es un

ilustrador)

239

panorama diferente de la

lectura y de las obras que

se leen.

Momento 3. Lectura del libro en voz alta, sin

pausas.

Momento 3.

Descripción y análisis

Durante la lectura en voz

alta de la docente no se

hicieron pausas para

aclarar palabras. Solo se

paraba en cada página

para permitir que los

niños detallaran las

imágenes. Para ellos es

muy importante

contemplar los detalles y

tocar las páginas del libro.

Algunos contaban los

personajes que allí

aparecían o mencionaban

detalles de las páginas.

Reflexión

Permitir que los niños se

acerquen al libro, lo

toquen y detallen las

imágenes ayuda a que

construyan una relación

diferente con el espacio

de lectura y con el libro

como objeto, se

familiarizan más con este.

Es importante buscar

estrategias que permitan

este acercamiento sin que

sea un factor de

distracción. Es posible

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MOV

(03:00 – 06:37 > interés de

los niños por las ilustraciones

y detalle de estas. Los niños

se levantan de las sillas,

piden que acerque el libro, se

interesan por la imagen,

comentan sobre los

personajes, sonríen...)

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MOV

(00:00 – 04:44 > Lectura de

La pobre Viejecita. Durante

la lectura algunos niños

hablaban y comentaban,

mientras se mostraban las

ilustraciones. Los niños

siguen mirando, se interesan

más y se atreven a tocar el

libro, algunos lo hace para

centrarse en algún personaje,

otros solo por sentir el papel.

240

que la ubicación de los

niños, cerca al libro y a la

docente, facilite este

aspecto.

Fue necesario parar varias

veces para que los niños

hicieran silencio, había

mucho ruido.

04:45 - > Nataly se levanta y

pide que muestre las

ilustraciones como había

hecho durante la sesión,

dando la vuelta por el salón.

Los niños cuentan los

personajes, el libro los reúne

para hacerlo)

Momento 4 Conversación libre sobre la

lectura.

Momento 4 Descripción y análisis

Para iniciar se les

preguntó a los niños si

querían decir algo sobre la

lectura. La participación

fue bastante, pero los

comentarios se limitaban

a decir aquello que les

había gustado de la

ilustración o de un objeto

puntual. Por ejemplo,

decían “me gustó porque

había una cama”.

Reflexión

La pregunta que se hizo

para iniciar el momento

puede que haya

dificultado la

construcción de opiniones

frente al libro. Esto

debido a que solo se les

pidió que dijeran algo

sobre la lectura y esto se

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MOV

(Los comentarios se remitían

a las imágenes y a elementos

puntuales que habían visto

01:33 – 02:00 > Jimmy dijo

que le había gustado el libro

porque tenía muchas rimas,

al preguntarle qué significaba

eso no respondió.

Fue necesario llamar varias

veces la atención de los niños

porque había mucho ruido.

07: 15 – 07:37 > Miguel

Ángel dice que le gustó

cuando la pobre viejecita se

murió, esto sorprendió a la

241

limitó a qué les gustó o

qué no.

Adicionalmente, es

importante saber hasta

qué punto es prudente

pedirles más argumentos

frente a sus opiniones,

pues esto puede generar

que se intimiden y no

quieran participar más por

temor a tener que dar

explicaciones o

complementar sus

opiniones.

docente, por lo que le

preguntó "¿por qué le

gustaba eso?"- Ante la

pregunta varios niños

respondieron su postura

frente a este hecho. En este

momento se pudo cambiar la

atención de hechos concretos

e imágenes a lo que suscita la

lectura. Sin embargo, los

comentarios fueron

precipitados y no se

respetaron los turnos par a

hablar.

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MOV

Canciones de La pobre

viejecita y Pastorcita:

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MOV

(El nombre del autor fue

mencionado por los niños

muchas veces y al decirles

que escucharían canciones de

242

los cuentos leídos se

emocionaron bastante.

Algunos niños dijeron que

tenían el libro de Rafael

Pombo y recordaron algunos

cuentos que leyeron)

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MOV

(Los niños querían bailar,

pero la docente titular

consideró que esto impedía

que escucharan la letra, por

lo que fue necesario que se

sentaran)

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MOV

243

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #1

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Boyacá

Fecha de implementación Marzo 07 2017

Listado de los resultados

esperados

- Acercamiento a relatos largos

- Lograr mayor concentración en la historia

que se relata y a los sucesos

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios más centrados en lo que sucede

que en objetos puntuales

- Lograr que los niños se interesen por la

historia

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Se logró mayor concentración en momentos específicos, aunque por

lapsos cortos.

- La conversación se centró, sobre todo, en la lectura de la sesión

pasada. No obstante, esto demostró que recordaban lo que se había

leído.

- Los elementos de la conversación se centraron en eventos puntuales y

características de lo que se leyó. Por ejemplo, que el padre del

personaje se había ido, que la abuelita vendía arroz con leche, etc.

- Los niños recordaron uno de los conceptos que se definió la sesión

pasada, el de autor.

- Pusieron en práctica las normas de interacción, comprendiendo su

importancia y el sentido de su implementación.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, de Ann

Cameron Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

244

hay selección.

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón, en fila

frente a la profesora, más cerca

para facilitar la observación del

libro.

Recuento de las normas de

interacción.

Introducción sobre el uso de una

vela aromatizada para iniciar el

momento de lectura y el libro.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

Momento 1.

Descripción y análisis La organización de los

niños fue en media luna,

más cerca a la docente,

quien se sentó en una silla

a la altura de los niños.

La ubicación sí facilitó la

concentración, aunque es

necesario que algunos

niños no queden juntos

porque esto impide que se

concentren en la lectura.

La docente inició

presentando el libro y a su

autora, y, antes de iniciar

la lectura, les pidió a los

niños que recordaran las

normas. Ellos las tienen

muy claras y rápidamente

las nombraron.

Reflexión

Recordar las normas de

interacción antes de

iniciar favorece que los

niños se dispongan al

momento y a cumplirlas.

Adicionalmente, la

organización del salón es

muy importante, generar

mayor acercamiento entre

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OV

245

tiempos). los niños y la docente

favorece el momento y la

concentración.

Momento 2. Presentación de la autora (datos de

su vida, otras obras y libros)

Presentación de quién diseñó la

portada

Momento 2.

Descripción y análisis

La presentación de la

autora se realizó en el

momento anterior.

Reflexión

Momento 3. Lectura del libro en voz alta, con

algunas pausas para explicar

algunas palabras (oropéndolas –

p.1-, )

Momento 3.

Descripción y análisis

La lectura del libro se

realizó tal como se tenía

planeado.

Reflexión

Más allá de la rapidez de

la lectura, lo que

realmente genera impacto

en los niños son las

entonaciones y los

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OV

(00:55 – 02:24 > Pregunta

sobre el significado de

oropéndola, los niños lo

sabían y a partir de sus

comentarios y algunos

246

matices con los que se lee

y, además, que sea notorio

el cambio entre

personajes y narrador

(aunque sin exagerar o

cambiar de voz para

imitar la del personaje).

Cuando la lectura va muy

rápido los niños sienten el

ritmo y se distraen, eso no

los atrapa. Permitir que

cada palabra resuene y

que los niños puedan

seguir su sonido los

cautiva más.

complementos de la docente

se logró definir)

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OV

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OV

Momento 4 Conversación libre sobre la

lectura. La docente iniciará con un

comentario sobre el capítulo que se

leyó y alguna anécdota, a modo de

ejemplo, para que las

intervenciones de los niños se

complejicen a partir de este

ejemplo.

Momento 4 Descripción y análisis

La conversación inició

con la pregunta “¿alguien

quiere decir algo sobre

este libro?” a la cual los

niños respondieron

relatando elementos

puntuales de la historia.

Posteriormente, la

docente les contó su

experiencia al leer el

primer capítulo, a modo

de ejemplo para que las

intervenciones de los

niños siguieran esta línea.

Ellos se interesaron por lo

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OV

(00:17 > inicia la

conversación

01:07 – 01:25> Discusión en

torno a una intervención de

un niño, se empieza a tejer

una verdadera conversación,

aunque muy literal de la

historia.

247

que les contaba, pero no

se animaron a generar

intervenciones similares.

El momento final de la

conversación giró en

torno a los cuentos de la

sesión anterior, de los

cuales recordaban

bastantes elementos.

Reflexión

02:11 – 02:54> Tratando de

recordar el nombre del

personaje aparece Rafael

Pombo, a partir de ello se

recordó lo que se había leído

la sesión anterior. También

apareció el concepto de

autor.

04:22 – 05:50 / 06:00 –

08:00> Como no habían más

comentarios sobre el libro la

docente les contó su opinión

sobre este y les preguntó si

alguien quería opinar algo

más o contar alguna historia

o recuerdo. Los niños

iniciaron una conversación

en torno a los cuentos leídos

de Rafael Pombo. )

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OV

(Conversación en torno a La

pobre viejecita y Pastorcita)

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #2

248

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Boyacá

Fecha de implementación Marzo 14 2017

Listado de los resultados

esperados

- Recuento de los sucesos del capítulo 1.

- Mayor concentración y conexión con la

lectura.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios frente a los sucesos del capítulo,

sentimientos que surgieron en este, etc.

- Candidatos para la lectura de algunos libros

de la biblioteca del salón la próxima sesión.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Recuento de lo que sucedió en el capítulo 1 (eventos más relevantes).

- Complejización del espacio de conversación. Los comentarios se

relacionaron con historias similares a lo leído.

- El interés por realizar la lectura ellos mismos de otros libros en la

próxima sesión fue muy alto.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, Ann Cameron.

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

249

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón, en forma

de media luna.

Recuento de las normas de

interacción.

Recuento de los sucesos del

capítulo anterior por parte de los

niños, en la medida de lo posible, y

de algunos detalles por parte de la

docente.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis

El salón se organizó en

media luna, tal como se

hizo en la sesión anterior.

Se recordaron las normas

de interacción con los

niños y, luego, se les

preguntó qué recordaban

del capítulo anterior.

Al preguntarles el nombre

del personaje ellos

respondieron que era

Rafael Pombo, cuando la

docente les dijo que no y

les preguntó él quién era,

recordaron que era el

creador de La pobre

viejecita y Pastorcita.

Reflexión Fue importante que más

allá de verificar que los

niños repitieran las

normas de interacción se

realizara una verdadera

aplicación de estas. Para

ello era necesario

recordar, en ocasiones,

por qué era importante no

hablar mientras otros los

hacían y esperar a que

todos estuvieran en

silencio para iniciar la

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5B1%5D.MOV

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5B1%5D.MOV

(Recuento de la historia

desde la perspectiva de los

niños)

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OV

(00:27 – 01:32>Recuento de

la historia desde la

perspectiva de los niños)

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OV

(00:08 – 01:18 > Pregunta

por quién cuenta la historia.

Los niños se confunden y

250

intervención, tanto de la

docente como de otro

niño.

dicen que la profesora o la

autora... Fue necesario que la

docente les recordara quién

era el personaje y aclarara

que es él quien cuenta la

historia.

Momento 2. Lectura del capítulo 2, sin pausas.

Momento 2.

Descripción y análisis

La lectura se vio

interrumpida en varias

ocasiones por diversas

dinámicas, por una visita

del rector al salón y

porque algunos niños

estaban hablando

constantemente y jugando

con su ruana.

Debido a la intervención

de los niños era necesario

parar y recordar las

normas constantemente.

Sin embargo, en algunos

minutos volvían a

interrumpir la lectura.

Como consecuencia, fue

necesario terminar la

lectura antes de lo

planeado, pues no tenía

sentido continuar, ya que

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OV

(01:49 – 1:55 > Cuando la

docente inicia la lectura

Adriana se sorprende y deja

lo que estaba haciendo para

colocar atención. La actitud

de todos cambia

02:00 - 02:09> La docente

debe parar la lectura porque

había mucho ruido. No dice

nada, solo los mira. Los

niños comprenden el

mensaje. Adriana le llama la

atención a uno de sus

compañeros

05:28 – 05:40 > Nuevamente

es necesario parar. La

docente deja de leer y no dice

251

no se escuchaba

claramente y había una

distracción constante que

impedía que todos los

niños se concentraran.

Reflexión Es importante que los

niños vean que sus actos

tienen consecuencias en

las dinámicas del salón y,

a partir de ello, que las

normas de interacción

deben cumplirse para que

las actividades se

desarrollen de forma

óptima.

Además, es fundamental

que el docente vele por el

respeto del espacio y de

los niños que estén

interesados en la lectura.

Por ello, es necesario que

alguna dinámica permita

que aquellos que

interrumpen no lo hagan

más. Una buena

alternativa es que quienes

no estén interesados se

salgan del salón, sin que

esto tenga consecuencias.

Esta alternativa es vital

para que los niños

comprendan que el

nada, los niños comprenden

el mensaje y hacen silencio.

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OV

(En todo el vídeo se

evidencia la distracción de

otros factores como sacos,

ruanas, etc. Inicialmente se

quería que el espacio fuera

muy libre y que los niños

pudieran tener lo que

quisieran. Sin embargo,

permitir que haya elementos

externos genera mucha

distracción y discusión entre

ellos.

00:56 – 03:42 > La docente

tomó la decisión de no

continuar leyendo, pues los

niños no estaban interesados

en la lectura. Algunos niños

dijeron que ellos sí estaban

escuchando y pedían que la

lectura continuara. Fue

necesario recordar las

normas y que los niños que

no estaban cumpliéndolas se

comprometieran a hacerlo,

pues ellos dijeron que

252

espacio de lectura es un

momento para disfrutar y

no una imposición de

parte de la maestra.

querían escuchar la historia.

Luego de esta pausa la

lectura se desarrolló en

mayor silencio y los niños se

concentraron más en ella)

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OV

(La docente decidió terminar

la lectura sin finalizar el

capítulo, pues los niños

estaban muy dispersos y no

habían cumplido con las

normas del espacio)

Momento 3. Conversación libre en torno a la

lectura.

Momento 3.

Descripción y análisis A pesar de que no se

terminó el capítulo se

abrió el espacio de

conversación para que

quienes estuvieron

interesados pudieran

participar. La

conversación fue muy

interesante porque los

niños contaron algunas

historias de su vida en

relación con la ausencia

de su mamá, asociándolo

a los sucesos del

personaje.

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OV

(03:00 – 05:19 >

Intervenciones sobre

aspectos puntuales del

capitulo)

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253

Reflexión Las preguntas que se

formulen en la

conversación son

fundamentales, pues

determinan el tono de

esta.

El espacio siempre inicia

con la pregunta ¿alguien

quiere comentar algo

sobre lo que leímos?, a la

que los niños responden

haciendo un recuento de

aspectos importantes.

Esto es un primer inicio

importante porque

proporciona la

comprensión literal que

hicieron de la historia y

ayuda a la docente a tener

un tema de interés de los

niños para seguir la

conversación. Además,

enriquece la comprensión

que los otros niños

tuvieron porque les aporta

elementos a los que quizá

no estuvieron tan atentos.

Luego, es fundamental

generar otras preguntas

para que la conversación

no quede, simplemente,

en un control de lectura.

OV

(01:30 - > Se consideraron

varios hechos de la historia,

tomando postura frente a

algunas acciones o

poniéndose en el lugar de

algún personaje.

02:45 – 03:15 > Diego

cuenta que él se queda solo

con sus dos mamás (tía y

abuelita) mientras su mamá

se va a Bogotá a trabajar.

Ello a partir de la

conversación sobre la vida

del personaje.

04:28 – 05:37 > Diego se

anima a contar más de su

historia, esta vez nos cuenta

que no tiene papás, pues su

papá trabaja con una tracto

mula y vive en la costa y su

mamá en Bogotá.

05:37 – 06:28 > A partir de

la historia de Diego tanto la

docente como otros niños se

animan a contar que también

le dicen mamá a otros

familiares o personas.)

254

Preguntas como ¿les

gustó o no?, ¿por qué?,

¿qué creen que sintió el

personaje?, ¿han vivido

situaciones similares?,

¿qué podría hacer el

personaje para resolver su

situación?, etc., ayudan a

que la conversación tome

otro tono.

Además, tener claro el

propósito de por qué se

lee es clave para que las

interrupciones no sean un

impedimento para generar

otras dinámicas con

aquellos que se interesan

por el espacio.

Momento 4 Se preguntará qué niños quieren

leer la próxima sesión y, antes del

almuerzo, se seleccionará con ellos

los libros que leerán.

Momento 4 Descripción y análisis Este momento se realizó

al finalizar la jornada para

no interrumpir otras

actividades.

Aunque se tenía planeado,

los niños fueron quienes

demostraron interés por

leer. Al iniciar el

momento de lectura dos

de ellos dijeron “ay, yo

quiero leer”.

Al hacer la pregunta

varios niños se mostraron

dispuestos para ello,

255

incluidos quienes en la

mañana lo habían pedido.

3 niños fueron

seleccionados y se aclaró

que en la próxima sesión

otros 3 lo harán.

Los libros fueron

seleccionados por los

niños e indicaron hasta

qué parte querían leer, 2

de ellos escogieron las 3

primeras páginas y una

niña indicó que todo el

libro.

Reflexión La invitación a leer es

muy abierta y se realiza

para que los niños tengan

la oportunidad de

compartir con sus

compañeros algunos

libros que les gustan.

Debido a ello, una

primera premisa que

consideramos antes de

hacer la invitación es que

los niños tuvieran el

acercamiento a la lectura

por parte de la docente y

disfrutaran de la

experiencia para que,

luego, se interesaran por

hacerlo ellos mismos,

reconociendo que es algo

importante y llamativo.

256

Que la intención de leer

sea de ellos es muy

interesante porque puede

significar que reconocen

la lectura como algo más

allá de descifrar letras.

Además, es un espacio

muy bonito porque genera

que ellos se apropien del

momento de lectura y

puedan identificar que no

es exclusivo de la

docente, sino que ellos

también tienen un papel

clave en este.

257

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #3

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Marzo 21 2017

Listado de los resultados

esperados

- Recuento de los sucesos del capítulo 2

- Mayor concentración y conexión con la

lectura.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Candidatos para la lectura de la próxima

sesión.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- El recuento de los sucesos del libro es muy amplio, es decir, los niños

recuerdan varios detalles y no solo lo que sucedió en el capítulo

anterior.

- En esta sesión los niños estuvieron más concentrados e interesados

por la historia.

- Ante la lectura de los compañeros los niños estuvieron muy atentos y

respetaron el espacio, a pesar de la dificultad de algunos para leer.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, Ann Cameron. Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

258

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón, en forma

de media luna.

Recuento de las normas de

interacción. Explicación de la

importancia de su cumplimiento y

pregunta sobre quién desea estar y

quién prefiere salir, sin que esto

traiga consecuencias negativas.

Recuento de los sucesos del

capítulo 2, por parte de los niños.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

Momento 1.

Descripción y análisis

Se inició recordando las

normas de interacción y,

luego, se les pidió a los

niños que se habían

preparado que se sentarán

adelante en las sillas que

se dispusieron para ello.

Cuando se les dijo a los

niños que los que

quisieran podían salir,

ellos dijeron que querían

saber qué sucedía en el

libro y que nadie quería

salir.

Reflexión La organización del salón

y el recuento de las

normas se ha convertido

en parte del ritual de

inicio de la lectura y

ayuda a poner a los niños

en disposición para ello.

Recordarlas los hace

reflexionar sobre qué

están haciendo que no

está acorde con el

espacio.

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me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_104802722.mp4

259

Momento 2. Lectura por parte de los niños que

se prepararon a lo largo de la

semana.

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 2 Descripción y análisis

Los niños que se

prepararon para leer se

organizaron en sillas

frente al grupo, tal como

lo hace la docente cuando

va a leer. Se les preguntó

quién quería iniciar y, así,

se asignaron turnos para

la lectura.

Cada uno leyó, a su ritmo,

las páginas que había

preparado, sin pausas.

Reflexión

Que los niños se ubiquen

como lo hace la docente

cuando lee es muy

significativo porque crea

un espacio y una postura

especial para leer. Así,

quien lee es la persona

que lidera y los demás

roles desaparecen, es

decir, la profesora en ese

momento pasa a ser una

persona más a quien el

lector se dirige.

Ello generó que en ese

espacio uno de los niños

lectores le llamara la

atención a varios de sus

compañeros por incumplir

las normas, tal como lo

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_105158813.mp4

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me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_110026470.mp4

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_111041395.mp4

(00:30 – 01:00 / 02:07 -

02:14 > Diego le llama la

atención a alguno de sus

compañeros para que

escuchen la lectura de

Nataly.)

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17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_111324829.mp4

(00:15 – 00:26 / 00:47 –

00:54 / 01:09 – 01:16 /

01:40 – 01:45 > Diego le

260

hace la docente cuando

asume el rol de lectora.

continúa llamando la

atención a algunos

compañeros para que

coloquen atención)

Momento 3 Comentarios frente a la lectura de

los compañeros.

Se aclarará que los comentarios

son de dos tipos: en torno al libro

que se leyó y sobre la forma en

que el compañero lo hizo. Además,

se recordará que no es una

evaluación del proceso de lectura,

sino recomendaciones para

mejorar en la próxima

intervención.

Momento 3 Descripción y análisis

Cuando todos los niños

terminaron de leer se

conversó sobre la

situación. La docente

inició preguntándoles a

quienes leyeron cómo se

habían preparado y cada

niño respondió.

Luego, los niños dijeron

qué libro les había

gustado más y por qué.

Los comentarios se

limitaron a mencionar

objetos o personajes que

aparecían en las

ilustraciones.

Posteriormente, la

docente preguntó si

querían darle consejos a

sus compañeros para

mejorar su lectura. Los

niños dijeron cosas como

leer con más frecuencia y

no ver televisión o

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2017?preview=VID_201703

21_111533400.mp4

(Comentarios sobre el cuento

que les gustó de acuerdo a

quien lo había leído

01:48 – 03:31 > Los lectores

cuentan cómo se prepararon

para leer. Nataly cuenta que

la hermana la ayudaba a

guiar el dedo y ella decía

cómo se pronunciaba la

palabra.

Diego cuenta que la mamá le

enseño algunas palabras y le

apagó el televisor, por lo que

toda la tarde le tocó leer. Le

leyó a su mamá, a su abuelita

y al tío.

A Shlesy la mamá le leyó el

cuento y a partir de eso ella

lo pudo leer.)

261

escuchar radio mientras

practicaban para leer

https://www.dropbox.com/ho

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17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Marzo%2021%2C%20

2017?preview=VID_201703

21_112037748.mp4

(00:08 – 00:13 >Yimmi les

dice a sus compañeros que

pueden mejorar para leer

todo junto.

00:48 – 01:26 > A partir de

lo que uno de los niños había

dicho sobre la televisión,

Diego les da a sus

compañeros algunos consejos

para leer. Dentro de ellos, les

dice a sus compañeros que si

las mamás están ocupadas

ellos deben leerle.

01:58 – 02:11 > Shelsy dice

que deben leer todos los días

para aprender a leer rápido.

02:11 – 02:25 > Nataly dice

que no deben jugar en el

celular y Diego la

complementa diciendo que

deben leer desde el día hasta

la noche.

03:28 - > La docente les

preguntó el nombre de los

libros, los niños lo dijeron. A

causa de este olvido se

262

reflexionó sobre cuándo es

más pertinente leer el título.)

Momento 4. Lectura sin pausas, por parte de la

docente, de la parte que faltó del

capítulo 2 y el capítulo 3.

Momento 4.

Descripción y análisis

Se inició recordando los

sucesos pasados de la

historia y luego se realizó

la lectura.

Durante este momento

uno de los niños estaba

algo inquiero y la docente

titular lo sacó,

argumentando que si no

tenía la disposición debía

estar afuera.

Reflexión

En cuanto a la actitud de

la docente titular, si bien

se presenta la posibilidad

de salir a los niños, esto

debe realizarse solo si el

niño así lo desea. La

forma en que se hizo

generó que salir se

convirtiera en un castigo,

todo lo contrario a lo que

en verdad se plantea.

No hay vídeo

263

Momento 5. Conversación libre en torno a la

lectura.

Momento 3.

Descripción y análisis

La conversación inició,

como siempre, con la

pregunta “¿alguien quiere

decir algo sobre la

lectura?”. Los niños

iniciaron exponiendo los

sucesos que recordaban

del capítulo leído y se

recordó el hecho de que la

abuelita preparara arroz

con leche. Frente a esto

uno de los niños dijo que

su abuelita lo hacía mejor,

la docente le dijo que eso

no podría saberse porque

no habíamos probado el

de la abuelita del

protagonista. Esto generó

hipótesis sobre cómo

poder probar el arroz. Los

niños dijeron que se

podría hacer una máquina

del tiempo o sacar a los

personajes del libro.

Los niños reflexionaron

sobre cómo se sentía el

personaje y cómo ellos se

sentirían si estuvieran en

la misma situación.

Reflexión

Que los niños expongan

primero los sucesos y

luego se comente sobre lo

No hay vídeo

264

que les gustó o no

favorece que no se

dispersen los comentarios,

sino que se centren en la

historia del libro.

Son necesarias preguntas

más específicas que

lleven a los niños a

reflexionar sobre los

aspectos de la historia,

pues en ocasiones se

quedan solo en decir qué

pasó.

Momento 6 Selección de los niños que leerán

la próxima sesión.

Momento 4 Descripción y análisis

Cuando se preguntó quién

quería leer la próxima

sesión los niños se

mostraron muy animados

por hacerlo, de hecho al

decir quién lo haría

algunos se disgustaron

por no ser seleccionados.

Algunos niños

preguntaron si podían

llevar libros para la casa,

aun si no se estaban

preparando para leer.

Se seleccionaron

solamente 2 niños, a

diferencia de la sesión

pasada que fueron 3, pues

por las hipótesis en las

que se encuentran los

No hay vídeo

265

niños puede ser tedioso

para quienes los escuchan.

266

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #4

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Boyacá

Fecha de implementación Marzo 28 2017

Listado de los resultados

esperados

- Acercamiento a la literatura

- Mayor concentración y conexión con la

lectura.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Candidatos para la lectura de la próxima

sesión.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños recuerdan detalles muy particulares que los han impactado,

que han relacionado con su vida y que les han llamado la atención.

Esto genera que la historia se reconstruya desde su perspectiva y no

desde la mecanización del libro.

- Los niños se sienten más seguros interviniendo en el espacio de

conversación. Sin embargo, hace falta mayor atención a las

intervenciones de los otros niños, razón por la cual repiten

constantemente lo que ya han dicho.

- Hay un interés por intervenir, lo que genera que se repitan algunas

ideas.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, Ann Cameron Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

267

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón, en forma

de media luna.

Recuento de las normas de

interacción, incluidas “no repetir lo

que dijo el compañero” y “no tener

nada en las manos o en las

piernas”.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis Este momento se realizó

de acuerdo a lo esperado.

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OV

Momento 2. Lectura por parte de los niños que

se prepararon la semana anterior

Comentarios frente a la lectura de

los compañeros.

Se aclarará que los comentarios

son de dos tipos: en torno al libro

que se leyó y sobre la forma en

que el compañero lo hizo. Además,

se recordará que no es una

evaluación del proceso de lectura,

sino recomendaciones para

mejorar en la próxima

intervención.

Momento 2.

Descripción y análisis La lectura de los niños y

la conversación sobre esta

se llevó a cabo de acuerdo

a lo planeado.

Reflexión Debido a que uno de los

niños lee

convencionalmente y el

otro no, los comentarios

se centraron en torno a la

historia que los niños

entendieron. Eso generó

que se reflexionaran sobre

la importancia de la

lectura convencional, al

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OV

(00:54 – 01:07 > La docente

decide sentarse con los niños

mientras dos de ellos leen,

pues quiere disfrutar de la

lectura igual que lo hacen

ellos, es una participante más

de la comunidad de lectura.

Esta acción los sorprende

bastante)

https://www.dropbox.com/ho

268

punto que una de las

recomendaciones fue

“Juan Carlos debería leer

las palabras más

pegaditas”.

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2017?preview=IMG_0681.M

OV

(Los niños respetan el ritmo

de Juan Carlos, aunque lee

despacio no lo interrumpen.

Se distraen un poco, pero

intentan colocarle atención)

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OV

(00:21 – 00:31 > Nataly le

dice a Juan Carlos que debe

hablar más pegadito.

Es necesario complejizar las

preguntas en torno a la

lectura de los compañeros.

Por ejemplo, preguntar sobre

qué entendieron de la historia

o de lo que leyeron. También

aquellas con el propósito de

saber cómo se prepararon,

preguntarles si a quienes les

leían les decían cómo leer o

qué mejorar)

Momento 3. Recuento de los sucesos del

capítulo 3, por parte de los niños y

Momento 3.

Descripción y análisis La lectura se desarrolló de

https://www.dropbox.com/ho

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269

de algunos detalles por parte de la

docente.

Lectura en voz alta por parte de los

niños

acuerdo a lo planeado.

En el recuento de la

historia se reflexionó

sobre elementos que son

relevantes en la historia y

se pasaron por alto o se

confundieron. Por

ejemplo, se mencionaba al

padrastro como el papá.

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OV

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OV

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2017?preview=IMG_0685.M

OV

Momento 4 Conversación libre sobre la

lectura.

Selección de los niños que leerán

la próxima sesión. Para ello un

niño de cada uno de los grupos

conformados que tiene la docente

titular será seleccionado, si se

postula para leer. Esto debido a

que la dinámica cambiará y les

leerá a sus compañeros de grupo,

no a todo el curso.

Momento 4 La conversación se limitó

a elementos muy

puntuales y no hubo

mayor desarrollo de las

temáticas. Los ejes de

conversación fueron la

escuela, lo divertido o no

de aprender y los abuelos.

La elección de los niños

que se prepararían para

leer fue muy complicada

porque todos querían

hacerlo. En el momento

de seleccionar los libros

todos se acercaron al

mueble donde están los

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2017?preview=IMG_0686.M

OV

(00:54 – 01:01 >

Conversando sobre la

situación del personaje, la

docente preguntó por qué se

sentían tristes cuando no iban

a la escuela. Shelsy dijo que

porque allí aprendían mucho,

cuando la docente repite lo

que había dicho se equivoca

diciendo que hacen mucho.

Todos los niños la corrigen.

270

libros y querían tener uno,

los miraban, se los

llevaban y los traían de

nuevo.

Reflexión Los niños están

comprendiendo que la

lectura es una oportunidad

de compartir con otros,

teniendo la voz del grupo.

Esto ha generado que el

interés por los libros

crezca.

Sin embargo, es

importante trabajar la

lectura convencional para

que los niños entiendan lo

que leen y, así, puedan

construir criterios de lo

que les gusta y lo que no.

Conversación sobre la vida

del personaje y comparación

con la vida real de los niños.)

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OV

(Continuación de la

consideración de la vida de

Juan, su felicidad y sus

dificultades, y comparación

con la vida de los niños.

01:24 – 01:50 > Diego dice

que él ya sabe leer los

carteles, tal como el

personaje. Comenta algunos

consejos para aprender a leer.

)

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OV

(00:05 – 01:04> Decidiendo

si era divertido aprender o

no, Miguel dice que es

divertido cuando se puede

leer. A raíz de ello la docente

pregunta por qué les gusta

271

leer y a quienes, la mayoría

dice que les gusta. Al

preguntarles por qué dicen

cosas como: porque puede

aprender, puede descubrir

qué dice y saber qué es,

compartirlo con la mamá

02:15 – 02:35 > pregunta

sobre la abuelita del

personaje y sobre las

abuelitas en general. Algunos

dicen que los abuelitos son

buenos con los niños

02:35 / 03:11 – 04:03>

Hablando de las abuelitas

Miguel cuenta que su

abuelita se murió

04:04 – 04:25>La docente

pregunta si alguien más

quiere hablar sobre su

abuelita, Shelsy se anima.)

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OV

(00:00 – 00:32> Ángela

también se anima a hablar

sobre su abuelita. Ella cuenta

que aunque la conoció y es

su tía quien se la recuerda.

272

00:51 - 02:17>Diego habla

sobre la historia de su

abuelito.

02:20 – 02:56 > Miguel

también habla sobre su

abuelito)

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OV

(00:00 – 00:45 > Miguel

continúo su historia sobre su

abuelito)

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OV

(00:40 – 01:17 > Hipótesis

sobre lo que pasará en el

final del libro.

01:43 – 02:08 > La docente

les cuenta un poco sobre la

vida del autor del poema que

les leerá. Al decirles que su

mayor inspiración fue la

selva de los llanos, Miguel

comenta que su papá también

273

ha estado en un lugar así.

Menciona algunos animales

que ha visto allí. Algunos

niños se animan a hablar

también)

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2017?preview=IMG_0692.M

OV

(00:05 – 00:11 > Miguel

pregunta por el autor del

poema.

Organización de los grupos

para la lectura en la próxima

sesión)

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2017?preview=IMG_0693.M

OV

(Organización de los grupos

para la lectura en la próxima

sesión

00:24 – 00:35 > Los niños

demuestran su gran interés

por leer

01:42 – 01:48 > Los niños

demuestran su gran interés

274

por leer)

275

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #5

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Abril 03 2017

Listado de los resultados

esperados

- Recuento de los sucesos de los capítulos 4 y

5.

- Mayor concentración y conexión con la

lectura.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Candidatos para la lectura de la próxima

sesión.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Hubo mayor respeto frente a la lectura de los compañeros.

- Los comentarios frente a la lectura de los compañeros fue mucho más

compleja, pues se reflexionó frente a aspectos que estaban fallando

en la lectura de los compañeros e impedían que los demás pudieran

entenderlos, como acercarse mucho el libro o mover el pie porque se

está nervioso.

- Tener el libro se ha convertido en algo muy importante para los niños

y ha generado que se vean afectados emocionalmente cuando no

pueden llevarlo.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, Ann Cameron. Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

276

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Recuento de las normas de

interacción. Explicación de la

importancia de su cumplimiento y

pregunta sobre quién desea estar y

quién prefiere salir, sin que esto

traiga consecuencias negativas.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis

Los grupos establecidos

por la docente fueron la

organización para el

espacio. Se llamó a los

lectores al frente y se

recordaron las normas de

interacción.

Reflexión

Momento 2. Organización de los niños por los

grupos que la docente tiene

estipulados, se formará una media

luna, sin mesas, alrededor de quien

leerá de cada grupo. La lectura se

realizará en simultáneo.

Momento 2 Descripción y análisis

Una vez las normas se

recordaron cada lector se

fue a su grupo y se inició

la lectura en simultáneo.

Esta organización no

funcionó, pues los demás

niños del grupo no

prestaban la atención

suficiente, el ruido que

había de las otras mesas

interrumpía la lectura y

los lectores esperaban a

que la docente llegara

para continuar.

Debido a esto fue

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17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Abril%2003%2C%202

017?preview=VID_2017040

4_135626378.mp4

(Había demasiado ruido,

pues en cada mesa alguien

leía. Es una actividad

interesante si hay espacio

suficiente)

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277

necesario organizar el

salón en media luna y

realizar la dinámica como

siempre se ha hecho. De

esta forma el espacio

funcionó mejor.

Reflexión

Cambiar la dinámica de la

lectura para los niños aún

es muy complejo, pues los

desestabiliza un poco

porque hasta ahora están

construyendo el espacio

de lectura,

comprendiendo su

importancia. Esto al punto

que cuando no se

organizó inicialmente el

salón de esta forma los

niños preguntaron por qué

no se iba a leer.

El cambio de dinámica en

la lectura es un aspecto de

la formación de lectores

que requiere de mayor

autonomía por parte de

los niños, es por esto que

es importante generar

primero el acercamiento a

la lectura, el interés por

esta y el respeto por la

intervención de los

compañeros para , luego,

variar las estrategias de

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4_140635484.mp4

(00:16 – 00:25 > Angie le

llama la atención a uno de

sus compañeros que no está

colocando atención a la

lectura de Duván. Lo mira, le

reclama con el dedo y llama

a la docente para avisarle de

278

lectura. su conducta.)

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Momento 3 Comentarios frente a la lectura de

los compañeros. Para ello, los

grupos se dividirán y se formará

nuevamente la media luna en torno

a la docente. Los niños que leyeron

se ubicarán al frente y escucharán

los comentarios que sus

compañeros les realizarán. Lo

ideal es que los niños de cada

grupo den cuenta de cómo se

desarrolló la lectura y sobre qué

leyeron sus compañeros.

Momento 3 Descripción y análisis

Los comentarios en torno

a la lectura de los

compañeros se

complejizaron y se

centraron en describir qué

podían mejorar los

compañeros de acuerdo a

la percepción que tenían

de la lectura. Por ejemplo,

“Anyi debería no pegarse

el libro a la cara porque

no se le escucha”.

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(00:00 – 00:15 > Nataly le

dice a Alejandra que no

debería mover los pies

porque no deja escuchar lo

que está leyendo.)

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279

Además, los niños valoran

los libros que les leen de

acuerdo al nivel de

comprensión de la lectura.

Es decir, ya no se centran,

totalmente, en qué dibujos

tiene la portada sino en lo

que el compañero leyó

para determinar si el libro

les gustó o no.

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(Jimmy le dice a Adriana que

debería leer más duro porque

no se escuchó y por ello no

se pudo entender.)

Momento 4. Recuento de los sucesos de los

capítulos 4 y 5, por parte de los

niños.

Lectura sin pausas, por parte de la

docente.

Momento 4.

Descripción y análisis

Este momento no se

realizó por tiempo.

Momento 5. Conversación en torno a la

lectura. Se centrará en aspectos del

final, sobre todo la última frase de

este.

Momento 3.

Descripción y análisis

Este momento no se

realizó por tiempo.

Momento 6 Lectura del poema “Los maderos

de San Juan” de José Asunción

Silva.

Selección de los niños que leerán

la próxima sesión.

Momento 4 Descripción y análisis

Este momento no se

realizó por tiempo.

280

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercándonos a una narración larga #6

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Abril 25 2017

Listado de los resultados

esperados

- Recuento de los sucesos de los capítulos 4 y

5.

- Mayor concentración y conexión con la

lectura.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Candidatos para la lectura de la próxima

sesión.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños recordaban toda la historia, aun cuando hacía 3 semanas no

se leía.

- Mayor concentración en el espacio de lectura, tanto de los

compañeros como de la docente.

- Mayor relación en interés por los libros como objeto de valor.

Materiales y recursos Libro El lugar más bonito del mundo, Ann Cameron. Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

281

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Recuento de las normas de

interacción. Explicación de la

importancia de su cumplimiento y

pregunta sobre quién desea estar y

quién prefiere salir, sin que esto

traiga consecuencias negativas.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis

Este momento se

desarrolló de acuerdo a lo

planeado.

Momento 2. Lectura de los niños que se

prepararon para ello.

Momento 2 Descripción y análisis

Los niños eligieron

fragmentos breves para

leer y, por ello, fue más

fluida su lectura. Esto

debido a que algunos se

aprenden lo que leen y es

más sencillo para ellos

recordarlo.

Prepararse para leer se ha

convertido en algo

importante y ello genera

que los niños que leen se

asuman como actores

clave. Por lo que se

sienten nerviosos e

282

importantes cuando están

ahí.

Momento 3 Comentarios frente a la lectura de

los compañeros. Los niños que

leyeron se ubicarán al frente y

escucharán los comentarios que

sus compañeros les realizarán.

Momento 3 Descripción y análisis

La mayoría de niños aún

se centran en apoyar la

lectura de sus amigos, por

lo que dicen que les gustó

su lectura por algún

elemento de la ilustración.

Sin embargo, algunos han

complejizado sus

comentarios centrándose

en lo que se podría

mejorar para que

entiendan mejor la

historia y, así, opinar

realmente.

Reflexión

El espacio de lectura se ha

convertido en un

momento para poder ser

escuchado y para ser

considerado como un

agente válido e

importante. Por ello decir

algo, sobre lo que sea, o

leer son comportamientos

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OV

(00:53 – 01:07 > Nataly le

dice a su compañera que

debe leer claro y duro porque

no se le entiende)

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OV

(Los niños cuentan cómo se

prepararon para leer.)

283

importantes allí.

Momento 4. Recuento de los sucesos de los

capítulos 4 y 5, por parte de los

niños.

Lectura sin pausas, por parte de la

docente.

Momento 4.

Descripción y análisis

El recuento de los sucesos

se hizo mediante una línea

de tiempo construida a

partir de los aportes de

todos en el tablero. Esta

dinámica ayudó mucho a

los niños a organizar los

sucesos de la historia,

pues, aunque recordaban

muchos detalles, no tenían

claridad sobre el orden de

estos.

A partir de esta línea del

tiempo fue posible

evidenciar una conexión e

interés de los niños por el

relato.

Luego se leyó sin pausas

el último capítulo.

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OV

(Reconstrucción del libro a

partir de una línea de

tiempo.)

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ctora/Abril%2025%2C%202

017?preview=IMG_1303.M

OV

(Reconstrucción del libro a

partir de una línea de

tiempo.)

https://www.dropbox.com/ho

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17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Abril%2025%2C%202

017?preview=IMG_1304.M

OV

(Reconstrucción del libro a

partir de una línea de

tiempo.)

https://www.dropbox.com/ho

284

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5_110659453.mp4

(Los niños recuerdan qué

sucedió en un capítulo del

libro, cuando el personaje se

queda con la mamá.)

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5_111006574.mp4

(00:37 – 02:02 > Los niños

dicen que ya se había escrito

uno de los comentarios que

Shelsy menciona. Por ello

deben leer lo que está en el

tablero para comprobar si es

cierto.)

Momento 5. Conversación en torno a la

lectura. Se centrará en aspectos del

final, sobre todo la última frase de

este.

Momento 3.

Descripción y análisis

El espacio de

conversación aún se

centra en aspectos muy

puntuales de la lectura.

Sin embargo, aún falta

mayor complejización de

este para lograr que la

conversación se relacione

con las percepciones y las

relaciones de los niños

con su vida.

Por fallas tecnológicas no

hay vídeos de este momento.

285

Momento 6 Lectura del poema “Los maderos

de San Juan” de José Asunción

Silva.

Selección de los niños que leerán

la próxima sesión.

Momento 4 Descripción y análisis

La lectura se realizó sin

pausas y, tal como se

esperaba, los niños

conocían el poema y

comentaron que sus

mamás se los cantaban.

Por fallas tecnológicas no

hay vídeos de este momento.

Momento 7 Conversación en torno a la

experiencia de llevarse libros, qué

sucedió con ellos, etc.

Presentación de la cartelera en la

que se registrará la trayectoria del

lector, allí colocarán su nombre,

los libros que han leído y

colocarán una valoración de ellos

(si les gustó o no y por qué).

La escritura de los nombres en la

cartelera será en parejas, cada niño

escribirá el nombre de su

compañero. Posteriormente, se les

pasarán hojas blancas en las que

cada uno escribirá el nombre de

los libros que ha leído.

Descripción y análisis

Por cuestiones de tiempo

este momento se realizará

dentro de 8 días.

Se realizó una

exploración libre de libros

de literatura, permitiendo

que los niños cambiaran

libros y realizaran lecturas

superficiales de algunos

de ellos, dependiendo del

interés de cada uno.

Reflexión

Este momento fue muy

interesante porque les

permitió a los niños

construir criterios de

selección y explorar los

libros que hay en el salón

para elegir según sus

gustos lo que quieren leer.

Además, fue un momento

de exploración del código

escrito.

Por fallas tecnológicas no

hay vídeos de este momento.

286

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Exploración de un libro álbum

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Mayo 2 2017

Listado de los resultados

esperados

- Reflexión sobre los aspectos de la imagen y

su relación con el texto.

- Enriquecer la comprensión de la importancia

de la imagen en un libro álbum.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Candidatos para la lectura de la próxima

sesión.

- Que los niños logren dar cuenta de cómo

llenan de significado una palabra.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños reflexionaron sobre aspectos puntuales de la imagen que le

dan sentido al texto.

- Los niños valoraron el papel de la imagen en el libro leído.

- El espacio de conversación se ha complejizado, sobre todo en torno a

la lectura que hacen los compañeros.

- Los niños se postularon para la leer la próxima sesión y 3 se

seleccionaron para ello.

- Los niños expresaron a partir de ejemplos o similitudes concretas de

lo que para ellos significaba la palabra.

Materiales y recursos Libro Camino a casa, Jairo Buitrago.

Hojas

Plastilina

Aula múltiple

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre imprmentación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes códificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

287

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Recuento de las normas de

interacción y pregunta sobre quién

desea estar y quién prefiere salir,

sin que esto traiga consecuencias

negativas.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

Momento 1.

Descripción y análisis

Este momento se realizó

de acuerdo a lo planeado.

Aunque es necesario

aclarar que salir del salón

es una opción sin

consecuencias, pues

debido a lo que sucedió

en unas de las primeras

sesiones los niños tienen

esa creencia.

Momento 2. Lectura de los niños que se

prepararon para ello.

Momento 2 Descripción y análisis

La lectura se realizó como

todos los días. Los niños

se preparan cada vez más

y leen mucho más fluido

y claro.

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V

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tiempos). me/Práctica%20Social%2020

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Momento 3 Comentarios frente a la lectura de

los compañeros. Los niños que

leyeron se ubicarán al frente y

escucharán los comentarios que

sus compañeros les realizarán.

Momento 3 Descripción y análisis

Los comentarios de los

niños iniciaron resaltando

aspectos por mejorar por

parte de quienes leyeron.

Lo más importante para

ellos es que puedan

entender lo que sus

compañeros leen, por esto

les resaltan la importancia

de leer duro, “pegadito” y

no acercarse mucho el

libro a la cara.

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V

(00:20 - 00:39 > Diego le

dice a Miguel que no leyó

"un poquito rapidito" y a

Nataly que no dejó leer a su

compañero, pues estaba

mostrando su libro.

00:43 – 00:55 > Adriana le

dice a Nataly que se acercaba

mucho el libro a la cara.

00:56 – 01:10 > Shlesy le

dice a Miguel que leyó "un

poquito lento" y que debe

leer un poquito más rápido

porque no le entendieron así.

289

01:15 – 01:20 > Yimmi dice

que a Jonathan no le entendió

nada porque habló pasito.

01:37 – 01:47 > Ángela les

dice a los lectores que

olvidaron leer el título. Los

niños dicen que solo

Jonathan ni lo hizo.)

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V

(Los niños cuentan cómo se

prepararon para leer)

Momento 4. Explicación sobre la importancia

de analizar muy bien la imagen al

ser un libro álbum.

Presentación del autor y lectura

pausada, observando

exhaustivamente las imágenes.

Momento 4.

Descripción y análisis

Este momento se realizó

de acuerdo a lo planeado.

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V

(01:06 – 01:16 > Miguel

pregunta por qué el libro no

tiene el título en esa página,

como lo tienen otros libros)

Momento 5. Conversación en torno a la

lectura. Retorno a algunas

imágenes que los niños

mencionen. Pregunta sobre qué les

llamó la atención y por qué.

Momento 3.

Descripción y análisis

La conversación inició a

partir de comentarios de

los niños sobre aspectos

que les habían gustado de

la historia y de las

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V

290

ilustraciones. Para

complejizarla, la docente

preguntó qué opinaban de

la imagen de las huellas

del inicio y del final, por

qué cambiaban. A partir

de ello los niños

empezaron a crear

diversas hipótesis de lo

que podría significar el

cambio en las huellas del

león al inicio por las de

una persona, al final.

Algunas opiniones

iniciales se centraron en

que los pasos finales eran

de la mamá porque el león

ya se había ido.

Luego, a raíz de un

comentario, se analizó la

fotografía final en la que

sale la familia y uno de

los niños dijo que el papá

era como el león. Se

comentó sobre este tema y

algunos dijeron que

estaban de acuerdo y otros

que no porque los rasgos,

como el pelo, no eran

iguales.

Posteriormente, la

docente les preguntó

dónde estaba el papá

cuando estaban en la

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V

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V

(01:05 > Pregunta por la

imagen inicial y final de las

huellas

01:06 –02:10 > Inicialmente

los niños dicen que el cambio

de huellas es porque primero

estaba la niña con el león y

después solo con la mamá

02:11 – 02:22 > Shelsy dijo

que las huellas finales podían

ser del papá o de la mamá.

Retomando esto la docente

les pregunta por dónde estaba

el papá en el libro. Les dice

si lo vieron en la cama.

Miguel dice que lo vio en la

foto, en la que están en la

playa.

02:25 – 04:04 > Continuando

291

cama. Esta pregunta

generó muchas

reflexiones en torno a la

vida cotidiana de los

niños, pues decían que no

lo habían dejado entrar a

la casa porque se había

quedado en la playa y

había peleado con la

mamá. En medio de esta

discusión una niña dijo

que el león era el papá.

Varios niños la apoyaron

comentando que debía

transformarse para irla a

visitar porque estaba

lejos. Otros rechazaron

estas hipótesis, pues

decían que los seres

humanos no pueden

transformarse, eso solo lo

hace Dios.

Todo ello generó una

conversación en torno a

historias de terror y

leyendas que ellos sabían.

Para continuar el tema la

docente le pidió a dos

niños que indagaran en su

casa sobre historias de ese

tipo particulares de la

región.

Reflexión

Es necesario mediar el

con la conversación sobre el

papá, la docente pregunta por

qué el papá no estaría en la

cama. Los niños dicen que el

papá se fue a un paseo y

estaba en la playa. Al

cuestionarlos sobre la

presencia de todos en la foto

de la playa, los niños dijeron

que habían ido todos a

acompañarlo, pero que él se

había quedado y ellos habían

regresado a la casa.

04:06 – 04:14 > Nataly pide

que le deje ver mejor al papá.

Cuando lo ve dice que parece

un león.)

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V

(00:00 – 02:14 > uno de los

niños plantea que el papá se

convirtió en el león, la

docente les pregunta a los

niños qué creen de ello. Ellos

dicen que sí, cuando les

pregunta por qué creen esto

algunos dicen que por la cara

y el pelo. Otros responden

que el papá tiene poderes y

se puede convertir en león.

292

análisis que los niños

hacen del texto para que

su interpretación vaya

más allá de la primera

impresión de la lectura.

Sin embargo, esto no

significa que se deba

guiar su interpretación

para promover la que la

docente tiene del libro,

pues el propósito

principal es permitir que

los propios niños creen

sus conceptos de los

libros y los complejicen a

partir de sus propias

reflexiones.

Al escuchar esto los niños

inician a discutir si es verdad

que él pueda hacer esto.)

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%202%2C%2020

17?preview=IMG_1316.MO

V

(00:35 - > Nataly insiste en

que el león es el papá, por lo

que la docente le pregunta

por qué cree que se

convertiría. Ella dice que él

se quedó en la playa y se

puso bravo porque nadie lo

quería, por lo que se quedó

león.

Miguel dice que el papá se

volvió malvado.

Diego dice que el león no es

de la selva sino que es el

papá, quien tiene algo para

convertirse en león.)

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%202%2C%2020

17?preview=IMG_1317.MO

V

(00:08 - > Miguel dice que

duerme solo y que recuerda a

293

su abuelita en sus sueños,

recordando el libro anterior

"el lugar más bonito del

mundo".)

Momento 6 Lectura del poema

Selección de los niños que leerán

la próxima sesión.

Momento 4 Descripción y análisis

La lectura del poema se

realizó como siempre, sin

pausas y sin comentarios

en torno a esta.

Momento 7 Definición de una palabra del

poema de forma individual.

Se les dirá a los niños que deben

permanecer en silencio y que solo

deben pensar para sí mismos qué

es esa palabra y cómo se la

explicarían a otra persona.

Luego se le entregará a cada uno

una hoja en la que debe escribir el

significado de esa palabra y que

cuando hayan terminado deben

avisarnos.

Simultáneamente las docentes

pasarán por los diferentes puestos

ayudando a los niños con la

escritura y cuestionándolos sobre

lo que están escribiendo. Esto

especialmente con los niños que no

escriben convencionalmente.

Una vez vayan terminando se les

prestará plastilina para que

Descripción y análisis

Para iniciar se organizó a

los niños por filas para

llevarlos al aula múltiple,

pues allí se realizaría la

actividad para permitir

que cada uno tuviera un

espacio amplio para hacer

su creación.

Una vez en el aula

múltiple una de las

docentes entraba con un

niño, le pedía su

definición de la palabra

“acariciar” y le explicaba

qué debía hacer con la

plastilina y la hoja.

La actividad solo se

realizó de forma oral y

con la plastilina por

cuestiones de tiempo.

Es necesario que los niños

294

moldeen la definición que

escribieron.

En el momento de escritura se les

preguntará a los niños qué opinan

sobre la escritura y qué se necesita

para poder escribir. Cuando hayan

realizado su escultura en plastilina

se les preguntará cuál es la

relación entre lo que han moldeado

y lo que escribieron, y qué

prefieren y por qué.

Para cada palabra se utilizará una

técnica distinta.

que no están siendo

entrevistados por la

docente puedan realizar

otra actividad, pues, de lo

contrario, se dispersan y

se pierde el valor del

momento.

Reflexión

Normalmente se piensa

que la oralidad no

requiere preparación en

conversaciones

informales. Sin embargo,

en este caso, aunque se

trataba de una

conversación de este tipo

los niños sí necesitaban de

cierto tiempo para pensar

bien qué iban a decir,

estructurar sus ideas y

recordar ejemplos que les

permitieran llenar de

sentido de la palabra.

Momento 8 Conversación en torno a la

experiencia de llevarse libros, qué

sucedió con ellos, etc.

Presentación de la cartelera en la

que se registrará la trayectoria del

lector, allí colocarán su nombre,

los libros que han leído y

colocarán una valoración de ellos

Descripción y análisis

Este momento no se llevó

a cabo por cuestiones de

tiempo, sin embargo, se

realizará en la próxima

sesión.

295

(si les gustó o no y por qué).

La escritura de los nombres en la

cartelera será en parejas, cada niño

escribirá el nombre de su

compañero. Posteriormente, se les

pasarán hojas blancas en las que

cada uno escribirá el nombre de

los libros que ha leído.

296

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Acercamiento a las narraciones orales

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bolívar

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Mayo 9 2017

Listado de los resultados

esperados

- Reconocimiento de las historias orales como algo

que tiene lugar en una comunidad de lectura y cuyo

valor es similar al de un libro.

- Complejización del espacio de conversación,

comentarios en torno a historias similares,

sentimientos, etc.

- Interés por la palabra para contar, no solo de forma

escrita sino, también, oral.

- Acercamiento a otra modalidad de lectura.

- Valoración de las historias ancestrales.

- Candidatos para la lectura de la próxima sesión.

- Que los niños logren dar cuenta de cómo llenan de

significado una palabra.

Listado de

resultados logrados

(esperados y no

esperados)

- Reconocimiento de las historias como algo importante para

compartir con los demás.

- El espacio de conversación fue más interactivo, es decir, se

retomaron más los comentarios de los otros para construir las

intervenciones.

- Los niños de tercero se prepararán para leer.

Materiales y recursos Historia popular contada por una abuelita. Descripción de las

variaciones o

precisiones de cada

momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

297

investigación. No siempre

hay selección.

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Recuento de las normas de interacción y

pregunta sobre quién desea estar y quién

prefiere salir, sin que esto traiga

consecuencias negativas.

No se describe la

totalidad del

momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se

indican las

variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen

que ver con asuntos

específicos de la

actividad que no

están en la

planeación pero que

se consideran

relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los

soportes

documentales que

registran desarrollo

de cada momento de

la actividad. Un

mismo momento

puede documentarse

en varios soportes.

Lo anterior implica

codificar cada

soporte, para lo cual

se establece un

criterio y una

Momento 1.

Descripción y análisis

Debido a condiciones de

tiempo de los padres de

familia, fue necesario

realizar la entrevista del

tema de las moras. Por

esto, se dedicó el primer

momento de la sesión a la

visita.

Al llegar al salón se

organizaron los niños por

los grupos que la docente

tiene estipulados. Se

preguntó quiénes tenían

preguntas del tema y

pasaron adelante. Para

recordar los temas, los

niños se organizaron en el

orden que se había

acordado en sesiones

anteriores y dijeron sus

preguntas a sus

compañeros.

Posteriormente se

recordaron las normas

para las entrevistas y se

organizaron en fila de 2

niños para ir a la visita.

Una vez en el lugar, los

298

numeración que se

escribe también en el

registro para acceder

de manera

organizada a los

soportes. En este

espacio debe

indicarse tipo de

registro, código y

coordenadas de

ubicación (por

ejemplo, tiempos).

niños que entrevistarían a

la mamá se hicieron a su

lado y los demás se

sentaron al frente para

escuchar. Se recordaron

las normas para los

entrevistadores y se inició

la grabación. Esta fue

muy rápida y clara, pues

los niños conocían muy

bien sus preguntas. Una

vez terminada se

organizaron en los

mismos grupos de salida y

se regresó al colegio.

Momento 2. Lectura de los niños que se prepararon

para ello.

Narración de las historias que los niños

indagaron en casa.

Momento 2 Descripción y análisis

Se inició recordando que

en la sesión pasada

algunos niños se habían

comprometido a indagar

con sus familiares

historias de la región.

Ellos lo recordaron y

pasaron al frente a contar

sus historias.

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_114711932.mp4

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_114822001.mp4

299

Momento 3 Comentarios frente a la lectura de los

compañeros y sobre las historias

contadas.

Momento 3 Descripción y análisis

Este momento no se

realizó.

Momento 4. Narración de la historia que la docente

tiene preparada.

Momento 4.

Descripción y análisis

La docente les contó la

historia que tenía

preparada, la cual llamó la

atención de los niños y los

llevó a hacer varios

comentarios sobre

historias que sabían.

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_115044279.mp4

(01:45 > comentario de

Nataly a propósito de la

historia)

Momento 5. Conversación en torno a la narración,

retomando las que los niños contaron.

Momento 3.

Descripción y análisis

La conversación se centró

en relatar historias de

familiares o amigos. A

partir de esto los temas

variaban y los niños

retomaban los

comentarios de los otros

para relacionar sus

historias.

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_115403676.mp4

(Los niños continuaron

contando sus historias,

algunas de películas)

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_115710253.mp4

(Los niños cuentan cómo son

las brujas)

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

300

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_115940493.mp4

https://www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Mayo%2009%2C%202

017?preview=VID_2017050

9_120053858.mp4

(Daniel cuenta que su

abuelita es vecina de una

bruja)

Momento 6 Lectura del poema

Selección de los niños que leerán la

próxima sesión.

Momento 4 Descripción y análisis

Por cuestiones

institucionales el

momento no se realizó,

pues lo docentes tenían

reunión de último

momento en otra vereda y

debían irse del colegio

rápidamente. El momento

se realizará dentro de 8

días.

Momento 7 En este momento se realizarán dos

actividades de forma simultánea. Por un

lado, se realizará la escritura en la

cartelera de “la trayectoria del lector”.

Por otro, se hará la definición de una

palabra del poema de forma individual.

Para ello se iniciará con la presentación

de la cartelera en la que se registrará la

trayectoria del lector, allí colocarán su

nombre, los libros que han leído y

Descripción y análisis

Por cuestiones

institucionales el

momento no se realizó,

pues lo docentes tenían

reunión de último

momento en otra vereda y

debían irse del colegio

rápidamente. El momento

se realizará dentro de 8

días.

301

colocarán una valoración de ellos (si les

gustó o no y por qué).

Lo primero que se hará será la escritura

de los nombres en la cartelera, en parejas.

Cada niño escribirá el nombre de su

compañero en una tira de papel blanco

que se le dará. Para ello seleccionarán un

compañero del grupo en el que están o,

en el caso de ser necesario, de otro

grupo, y, luego, escribirán su nombre.

A medida que vayan terminando de

escribir sus respectivos nombres

realizarán la definición de la palabra,

para lo cual los niños irán con la docente

al aula múltiple, donde se les dirá que

deben permanecer en silencio y que solo

deben pensar para sí mismos qué es esa

palabra y cómo se la explicarían a otra

persona.

Una vez lo digan oralmente se les darán

palitos de paleta y colores para que con

ello elaboren algo que represente la

definición que dieron.

Una vez terminen se les pedirá que la

escriban en una hoja blanca que se les

dará. En este momento se les preguntará

a los niños qué opinan sobre la escritura

y qué se necesita para poder escribir.

Cuando hayan realizado su escultura en

plastilina se les preguntará cuál es la

relación entre lo que han moldeado y lo

302

que escribieron, y qué prefieren y por

qué.

303

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Significación de una palabra

Nombre de quien planea. María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Implementa: Alejandra Bernal

Procesa la información y realiza la reflexión: María Alejandra Bernal y Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal

Fecha de implementación Mayo 15 2017

Listado de los resultados

esperados

- Que los niños logren dar cuenta de cómo llenan de

significado una palabra.

- Utilización de una técnica específica para significar

una palabra.

- Reflexiones implícitas en torno a la estructuración

de lo que se dice.

Listado de

resultados logrados

(esperados y no

esperados)

-

Materiales y recursos Poema El niño y la mariposa de Rafael Pombo

Hojas blancas

Pintura

Palitos de paleta

Rocas medianas y grandes llevadas por los niños

Descripción de las

variaciones o

precisiones de cada

momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre imprmentación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes códificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

304

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Lecutra del poema

En este momento se realizarán dos

actividades de forma simultánea. Por un

lado, se realizará la escritura en la

cartelera de “la trayectoría del lector”.

Por otro, se hará la definición de una

palabra del poema de forma individual.

Para ello se iniciará con laresentación de

la cartelera en la que se registrará la

trayectoria del lector, allí colocarán su

nombre, los libros que han leído y

colocarán una valoración de ellos (si les

gustó o nó y por qué).

Lo primero que se hará será la escritura

de los nombres en la cartelera, en parejas.

Cada niño escribirá el nombre de su

compañero en una tira de papel blanco

que se le dará. Para ello seleccionarán un

compañero del gurpo en el que están o,

en el caso de ser necesario, de otro

grupo, y, luego, escribirán su nombre.

A medida que vayan terminando de

escribir sus respectivos nombres

realizarán la definición de la palabra

malo, para lo cual los niños irán con la

docente al aula múltiple, donde se les

dirá que deben permanecer en silencio y

que solo deben pensar para sí mismos

qué es esa palabra y cómo se la

explicarían a otra persona.

No se describe la

totalidad del

momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se

indican las

variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen

que ver con asuntos

especificos de la

actividad que no

están en la

planeación pero que

se consideran

relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los

soportes

documentales que

registran desarrollo

de cada momento de

la actividad. Un

mismo momento

puede documentarse

en varios soportes.

Lo anterior implica

codificar cada

soporte, para lo cual

se establece un

criterio y una

numeración que se

escribe también en el

registro para acceder

Momento 1.

Descripción y análisis

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Instrumentos?pr

eview=Formato+de+planeaci

%C3%B3n+y+reflexi%C3%

B3n+(vac%C3%ADo).docx

(0,53-1,20) Sólo se coloca el

tiempo cuando el fragmento

es muy importante. Si es otro

tipo de archivo que no tenga

tiempo, se resalta el color

directamente en el link.

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Instrumentos?pr

eview=Formato+de+planeaci

%C3%B3n+y+reflexi%C3%

B3n+(vac%C3%ADo).docx

305

Una vez lo digan oralmente se les darán

palitos de paleta y colores para que con

ello elaboren algo que represente la

definición que dieron.

Una vez terminen se les pedirá que la

escriban en una hoja blanca que se les

dará. En este momento se les preguntará

a los niños qué opinan sobre la escritura

y qué se necesita para poder escribir.

Cuando hayan realizado su escultura en

plastilina se les preguntará cuál es la

relación entre lo que han moldeado y lo

que escribieron, y qué prefieren y por

qué.

de manera

organizada a los

soportes. En este

espacio debe

indicarse tipo de

registro, código y

coordenadas de

ubicación (por

ejemplo, tiempos).

Momento 2. Lectura del poema El niño y la mariposa

de Rafael Pombo

Momento 2 Descripción y análisis

Momento 3 En este momento cada niño escribirá los

nombres de los libros que ha leído, de

forma individual, en una tira de papel

para pegar en la cartelera.

A medida que terminen se irán con la

docente al aula múltiple para dar paso al

siguiente momento.

Momento 3 Descripción y análisis

306

Momento 4. Definición de la palabra disfrutar, de

forma individual, con temperas y

pinceles en una roca.

Para ello, primero le dirán a la docente su

definición, luego dibujarán en la roca con

lápiz lo que pintarán y luego lo harán.

Momento 4.

Descripción y análisis

307

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Retomando nuestro espacio de lectura

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Agosto 10, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Recuento de las normas del espacio, su

dinámica y los relatos leídos.

- Indagación frente a lo que ha sucedido en

cuanto a la lectura, luego de tanto tiempo sin

leer.

- Comentarios relacionados con aspectos

familiares a partir de la historia.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños tenían muy claras las normas y las cumplieron incluso más

que en las sesiones anteriores.

- Evidenciaron que extrañaban la lectura, pero no argumentaron por

qué.

- Durante la lectura estuvieron muy atentos y analizaron bastante el

relato en relación con la imagen. Sin embargo, se generaron

comentarios en el mismo momento y no se retomaron después en la

conversación.

- Construcción de la cartelera La trayectoria del lector

Materiales y recursos Libro Secreto de familia de Isol

Cartelera La trayectoria del lector

Libros del aula

Poema El niño y la mariposa de Rafael Pombo

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

308

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón en semi-

círculo.

Recuento de lo que es el espacio,

las normas, la dinámica y los

relatos leídos por parte de los

niños, a partir de preguntas que

hace la docente.

Indagación por lo que ha sucedido

en torno a la lectura en este

tiempo. Preguntas como ¿han

continuado leyendo?, ¿qué han

leído?, ¿extrañaron el espacio de

lectura?, ¿por qué lo extrañaron?,

¿qué es lo que más les gusta de

este espacio?, ¿les gustaría que

continuáramos así o quisieran

modificar algo y, de ser así, qué?,

¿sus papás les han comentado algo

de la lectura, qué?, ¿ha cambiado

en algo su vida en relación con la

lectura?

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis Para iniciar se recordaron

las normas, pues los niños

empezaron a intervenir

sin considerarlas. Esto

evidenció su importancia.

Luego, los niños

expresaron que habían

extrañado la lectura. A

pesar de varias preguntas

de la docente solo

contestaron que lo habían

extrañado porque podían

saber muchas cosas.

Después, se recordaron

algunos libros leídos,

aunque se hizo a partir de

la historia, pues no tenían

muy claros los títulos.

Reflexión El espacio se ha vuelto

muy significativo para los

niños, pero ellos no saben

describir por qué. Sin

embargo, el cambio de

actitud en ellos, su

disposición, lo que

dicen… Todo ello

evidencia que les gusta,

más allá de ser un

momento obligatorio de la

jornada escolar es un

/https:/www.dropbox.com/ho

me/Práctica%20Social%2020

17/Boyacá/Comunidad%20le

ctora/Agosto%2010%2C%20

2017?preview=VID_201708

10_102942.3gp

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

iew=VID_20170810_103306

.3gp

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

iew=VID_20170810_103553

.3gp

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

iew=VID_20170810_103704

.3gp

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

309

momento que disfrutan,

aun cuando hace parte de

esa rutina académica.

iew=VID_20170810_103847

.3gp

Momento 2. Lectura de los niños que se hayan

preparado para ello y conversación

en torno a ello.

Preguntas en torno al contenido del

libro, ¿qué entendieron de la

lectura del libro?, para que cuando

respondan qué les gustó del libro

no solo sean elementos puntuales

de las ilustraciones. A los que se

prepararon, si les decían cómo leer

o si debían mejorar algo.

Momento 2.

Este momento no se

realizó, pues había pasado

mucho tiempo y los niños

no recordaban quiénes se

habían preparado.

Momento 3. Lectura del libro Secreto de

familia de Isol, en voz alta por

parte de la docente.

Conversación en torno a la lectura.

Finalizar con silencio, sin

preguntas. Lo ideal es relacionar

esas anécdotas del libro con

experiencias personales. La

docente también contará algunas

experiencias sobre la relación del

libro con su familia.

Momento 3.

Antes de iniciar la

docente les dijo a los

niños que, tal como

siempre, había llevado un

libro. Ellos se

emocionaron, rieron entre

ellos y estaban muy

interesados por iniciar la

lectura.

La docente les presentó el

título y la autora,

preguntándoles si habían

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

iew=VID_20170810_105136

.3gp

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2010%2C%202017?prev

310

escuchado el país donde

ella nació. Uno de ellos

dijo que sí, pero no

explicó qué había

escuchado.

Luego se inició la lectura.

Los niños estaban muy

concentrados y analizaban

mucho las imágenes. A

medida que el relato

avanzaba los niños

comentaban cosas, como

que la mamá no era un

puercoespín, sino que solo

estaba despeinada.

Se hizo un alto en la

lectura porque un niño

preguntó qué eran

broches. La docente les

preguntó a los demás si

sabían qué era y entre

todos se aclaró que eran

los ganchos con que las

niñas se cogen el pelo.

El libro no generó la

reacción esperada por la

docente. Los niños

quedaron algo

desconcertados, pues

descubrieron el secreto de

esa familia, pero no les

pareció gracioso.

iew=VID_20170810_105206

900.mp4

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

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309.mp4

311

Al finalizar el libro la

docente les mostró la

última página de este, con

el fin de generar en ellos

nuevas reflexiones. Sin

embargo, los niños no le

dieron mayor

importancia.

Cuando terminó de pasar

por todos los puestos se

sentó y se quedó en

silencio. Todos callaron

también y nadie se atrevía

a decir nada puesto que

esta es la forma de llamar

la atención de las

docentes, cuando ellas

hacen silencio es porque

alguien está

desconcentrado.

Por lo anterior, fue

necesario que la docente

les preguntara si habían

adivinado cuál era el

secreto de esa familia, a lo

que los niños

respondieron que sí, que

la mamá era puercoespín

en las mañanas cuando

estaba despeinada. La

docente intentó relacionar

esto con la vida de los

niños, preguntándoles si

sus papás o ellos también

312

se levantaban así, pero

ellos dijeron que no.

La conversación se centró

en qué tan temprano se

levantaban los niños.

Reflexión En este momento faltó

mayor astucia de la

docente para volver al

libro y analizar otros

aspectos. Sin embargo,

evidenciar el poco interés

de los niños por este la

sorprendió y para evitar el

hastío en el momento

prefirió no presionarlos en

la conversación.

Momento 4. Lectura del poema El niño y la

mariposa de Rafael Pombo.

Este momento no se

realizó.

Momento 5. Luego del almuerzo, los niños

ingresarán al salón cuyo orden será

distinto. Algunas mesas se

colocarán al frente y en ellas todos

los libros que hay en el aula, las

sillas estarán dispersas por el salón

para que cada niño pueda elegir un

lugar propio para leer. Una vez

ingresen tendrán la posibilidad de

elegir un libro y leerlo en silencio,

para sí mismo, sin tener que

realizar comentarios después.

La lectura y la

conversación finalizaron

antes del almuerzo, por lo

que este momento se

realizó antes.

Para iniciar se les pidió a

los niños que se

organizaran en los grupos

que la docente titular tiene

organizados. Mientras los

niños se ubicaban ella

seleccionó algunos libros

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313

de la biblioteca de aula y

los colocó en la mesa que

está al frente del salón,

como una galería.

Una vez todos los niños

se organizaron les explicó

que ahora cada uno

elegiría, por grupos, un

libro para leer para sí

mismos. Sería una lectura

personal, por lo que

debían intentar hacerla en

silencio. Además, debían

seleccionarlo muy bien

porque no podían

cambiarlo con los

compañeros hasta no

terminarlo. Esto dado que

la última vez que se

realizó una actividad

similar los niños se

enfocaron solo en

intercambiar los libros.

Cada grupo pasó y cada

niño eligió su libro.

Luego se sentaron a leer,

en el mayor silencio

posible. Sin embargo, fue

muy complicado que

fuera en total silencio,

pues, al parecer, necesitan

escucharse leyendo para

entender lo que leen y no

perderse. Por ello la

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259.mp4

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408.mp4

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356.mp4

314

docente permitió que

leyeran a su ritmo y como

fuera mejor para ellos.

Fue necesario en algunos

momentos recordarle a los

niños que debían leer en

voz baja y que no

compartieran su lectura

con sus compañeros, pues

algunos se emocionaban y

distraían a sus amigos.

El momento fue muy

interesante y fue evidente

que los niños lo

disfrutaron. Algunos

cambiaron de libro

constantemente, otros

solo algunas veces cuando

ya habían terminado del

todo su lectura y otros

prefirieron no cambiarlo.

Fue muy grata esta

actividad, tanto para los

niños como para las

docentes.

Reflexión Estos momentos de

lectura para sí mismos son

muy interesantes para los

niños, les permiten

acercarse más a las obras

y disfrutarlas a su ritmo,

explorarlas según sus

intereses.

315

El hecho de que los niños

estén avanzando en su

lectura convencional

potenció esta actividad,

pues les permite disfrutar

más y hallar sentido al

momento de tener un libro

para sí.

Es muy curioso que

necesiten su voz para no

perderse en la lectura. Sus

herramientas

fundamentales para ese

inicio en la lectura son el

dedo para guiarse y su

voz para pronunciar lo

que señalan con este.

Momento 6. Presentación de la cartelera La

trayectoria del lector. Allí los

niños podrán llevar un registro de

los libros que han leído.

Para escribir en ella los niños se

ubicarán en parejas, de forma que

un niño tenga mayor dominio del

sistema escrito que su compañero,

para escribir sus nombres. Cada

uno escribirá el del otro.

Luego cada niño escribirá el

nombre de los libros que ha leído.

Durante el momento

anterior algunos niños

manifestaron que no

querían leer más, pues

estaban exhaustos. Por

ello, la docente les pidió

que se acercaran a ella

con un lápiz y les dio una

tira de papel, allí debían

escribir el nombre de los

libros que habían leído.

Como los libros estaban

rondando algunos niños

se limitaron a copiar el

nombre, mientras que

otros sí hicieron el

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191.mp4

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024.mp4

316

esfuerzo de escribir. No

todos los niños alcanzaron

esta parte de la actividad,

pues querían continuar

leyendo. El momento

finalizó para que salieran

a almorzar.

Luego del almuerzo se

retomó la actividad,

organizando a los niños

en parejas, a partir de un

juego, pero pretendiendo

que quedaran algunos más

avanzados en el sistema

escrito con algunos que

aún no lo tienen tan claro.

Cada pareja se organizó

en una mesa y la docente

les explicó que debían

escribir el nombre del

compañero en la tirita de

papel que ella les

entregaría. Además, les

dijo que solo quien

escribía podía modificar

la escritura, el otro debía

solamente explicarle qué

hacer.

Este momento fue muy

breve, pero muy

interesante porque los

niños se valieron de varias

estrategias, como llevar a

los compañeros hasta la

317

cartelera del abecedario

del salón o mostrarles la

cartuchera marcada, para

explicarles cómo escribir

su nombre.

Luego cada niño debía

escribir en una tira de

papel los libros que

habían escrito, retomando

la actividad que se había

realizado antes del

almuerzo. Este momento

fue muy complejo por la

diferencia en la cantidad

de libros leídos, lo que

ocasionó que unos niños

terminaran primero. La

docente les pidió a ellos

que ayudaran a los que

menos tenían claro el

sistema escrito, pero los

niños se desesperaban y

terminaban por desistir

como tutores.

Luego, la docente les

pidió ayuda a quienes

habían terminado para

construir la cartelera,

pidiéndoles que

organizaran los nombres,

cortaran las cintas, las

pegaran en las hojas, etc.

Esto fue muy positivo

porque permitió tener a

318

los niños organizados y

conectados en la

actividad, aun cuando

fuera en un rol diferente

al de escritor.

Reflexión

Generar cierta reflexión

en torno a los libros que

los niños han leído es

muy importante para que

valoren, también, el título

de este y los recuerden.

Esto hace parte de su

formación como lectores

y de la apropiación de las

lecturas que hacen.

Momento 7. Selección de los niños que leerán

en la próxima sesión, por tiempo

deberán leer solo 2.

La docente titular quedó a

cargo de esta selección.

319

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Organizando los libros del aula

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Agosto 22, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Complejización del espacio de conversación

en torno a la lectura de los compañeros.

- Vinculación de la lectura del libro Terrible

con elementos de su vida.

- Reflexión en torno a las características de los

diversos tipos de texto y los géneros

textuales.

- Primera organización de la biblioteca de aula

de acuerdo a los tipos de texto.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños cada vez más se vuelven más críticos en torno a aspectos

como el tono de la voz y la claridad de la lectura de los compañeros.

Sin embargo, aún los comentarios sobre lo que ellos leen no se

realizan, pues hace falta mayor convencionalidad en la lectura de los

lectores.

- La reflexión en torno a los tipos de texto fue muy interesante y,

además de permitir explorar las hipótesis de los niños, posibilitó la

construcción grupal de las características de estos, aun cuando sea

muy superficial.

Materiales y recursos Libro Terrible de Alain Serres e ilustrado por Bruno

Heitz

Poema El niño y la mariposa de Rafael Pombo

Hojas con los tipos de texto y los géneros.

Separadores de cartón para biblioteca.

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

320

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1.

(20 minutos)

Organización del salón en semi-

círculo.

Recuento de las normas por parte

de los niños, a partir de preguntas

que hace la docente.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis Para iniciar, la docente

titular ubicó a los niños

lectores al frente, tal

como se hace siempre.

Antes de iniciar se

recordaron las normas.

Los niños tienen algunas

muy claras, pero otras,

como no repetir lo que ha

dicho un compañero o

levantar la mano para

hablar, aún no las

mencionan, aunque, sobre

todo la última, las utilicen

dentro de sus

intervenciones.

Reflexión Recordar las normas de

interacción es muy

importante, pues ayuda a

los niños a centrarse.

Momento 2.

(30 – 40

minutos)

Lectura de los niños que se hayan

preparado para ello y conversación

en torno a ello.

Preguntas en torno al contenido del

libro, ¿qué entendieron de la

lectura del libro?, para que cuando

respondan qué les gustó del libro

no solo sean elementos puntuales

de las ilustraciones. A los que se

prepararon, si les decían cómo leer

o si debían mejorar algo.

Momento 2.

Descripción y análisis Los niños que se

prepararon para leer se

asignaron los turnos en

los que querían hacerlo.

Una vez definidos se dio

inicio a la lectura. Dos de

los niños que leyeron lo

hicieron

convencionalmente,

preparando partes muy

cortas de una página. Una

lectora no había

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.3gp (Lectura de los niños

que se prepararon)

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321

preparado muy bien su

lectura, por lo que un

compañero le ayudó

leyéndole y ella repetía lo

que él decía. Durante su

lectura una de sus

compañeras dijo que ella

no se había preparado,

ante su evidente

desconocimiento del

texto. Sin embargo

durante la conversación

los niños no retomaron el

tema.

Durante la conversación

sobre la lectura de los

compañeros, los niños le

sugirieron a aquellos que

leyeron

convencionalmente que

leyeran más duro y

rápido, pues no les

entendieron del todo. Los

lectores refutaron algunos

comentarios, pero la

docente les dijo que era

posible que sus

compañeros no los

hubiera escuchado porque

estaban muy lejos, por lo

cual es importante

considerar lo que ellos

dicen, pues, finalmente,

son quienes escuchan.

Ante esto los lectores

to%2022%2C%202017?prev

iew=VID_20170822_110823

.3gp (00:00 – 02:24 = Los

mismos lectores recordaron

que no leyeron el título )

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to%2022%2C%202017?prev

iew=VID_20170822_111538

.3gp (00:00 – 00:20 = Shelsy

dice que ella quería que

leyeran más rápido.

00:53 – 01:07 = Miguel

ángel le aconseja a Daniel

que practique todos los días

lectura, pues leía despacio.

05: 44 – 06:54 = Los lectores

cuentan cómo se prepararon)

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to%2022%2C%202017?prev

iew=VID_20170822_111557

457.mp4 (los lectores

continúan contando cómo se

prepararon para leer)

322

reconocieron que quizás

debían mejorar esos

aspectos

Para complejizar la

conversación la docente

le

dijo que los comentarios

sobre lo que les gustó no

podían ser solamente

sobre las ilustraciones,

sino que tenían que

referirse a algo de lo que

el compañero había leído.

Ello como respuesta a

varios comentarios que

surgieron diciendo que les

había gustado el libro por

el dibujo de la portada.

Ninguno de los

comentarios posteriores

retomó alguna de las

partes leídas por los

compañeros, así que la

docente continuó

preguntando si querían

preguntarles algo a los

lectores. Los niños no se

animaron, así que ellas les

preguntó cómo se habían

preparado para leer y si

les habían dicho sus

familiares cómo o qué

mejorar.

323

Solo uno de los niños dijo

que sus papás le habían

dicho que debía leer más

rápido y duro, pero no que

lo había hecho. La

docente le preguntó cómo

podía mejorar eso y él

respondió que leyendo

más libros.

Otro de los lectores se

preparó leyendo a sus

papás, pero sin que le

leyeran a él, y la otra niña

se preparó sola.

Antes de iniciar la

conversación, uno de los

lectores recordó que

ninguno había leído el

título del libro que leyó,

así que sugirió que lo

hicieran en ese momento

y así se hizo.

Fue curioso que los niños

les exigieran a quienes

leyeron

convencionalmente más

que a la niña que no leyó

muy bien. Esto puede

evidenciar la

complejización sobre la

lectura en voz alta que

están construyendo los

niños. No se conforman

324

con escuchar algo, sino

que quieren entenderlo

claramente.

Reflexión En esta sesión surgió la

importancia del

compromiso de los papás

con la preparación para la

lectura. Ello dado que

aquel niño que recibió

comentarios de sus papás

fue quien mejor lo hizo.

Además, los niños valoran

esa preparación para leer,

lo cual se evidenció en el

comentario hecho a la

niña que no se preparó y

la recomendación de que

debería prepararse más

que surgió durante la

conversación.

Momento 3.

(45 – 60

minutos)

Lectura del libro Terrible de Alain

Serres e ilustrado por Bruno Heitz,

en voz alta por parte de la docente.

Preguntarles qué es Tumbona.

Luego preguntarles si conocen la

canción, terminando la frase

“entonaron la canción”, diciendo

¿entonces cómo la entonaron?

Comparar la versión con la que

está en el libro.

Conversación en torno a la lectura.

Momento 3.

Descripción y análisis La docente inició

diciéndoles que leería un

libro de la biblioteca del

aula, pues muchos habían

leído fragmentos y decían

que les gustaba solo por

las ilustraciones, pero no

se había leído completo.

Primero les presentó al

autor. Los niños se

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276.mp4 (01:11 – 01:55 =

Jimmy dice la parte del libro

que le gustó. A partir de ello

se conversa sobre los colores

de Terrible.

325

Preguntarles a los niños qué

colores les dan miedo, si piensan

que fue una buena estrategia la de

Terrible de vestirse de negro para

asustar, por qué el negro da miedo.

También sobre la situación de la

señora Terrible, por qué Terrible

hacia eso, si estaba bien que lo

hiciera.

Preguntarles por qué creían que

Terrible quería ocultar sus colores,

si creen que esos colores eran una

fortaleza de él o una debilidad. De

acuerdo a sus respuestas, intentar

vincularlo con cosas que se

pretenden ocultar y terminan

siendo mejores que la apariencia

que se quiere dar.

sorprendieron al escuchar

su año de nacimiento y

que había trabajado como

profesor primero. Debido

a que se refirió a Alain

Serres como el autor del

libro, les preguntó a los

niños si recordaban qué

era un autor. Una niña

dijo que era quien

reparaba y pintaba carros,

pero inmediatamente uno

de sus compañeros

intervino y dijo que no,

que era quien hacía los

libros. Otra niña lo

complementó diciendo

que un autor era el que

creaba la historia y

escribía el libro. Luego la

docente les preguntó qué

era un ilustrador, a lo que

respondieron que era

quien dibujaba el libro.

Durante la lectura los

niños estuvieron bastante

concentrados, se

sorprendían e intentaban

predecir lo que seguía,

sobre todos quienes lo

habían leído en ocasiones

anteriores.

La docente paró dos veces

durante la lectura. Una

02:52 – 03:23 = Jeimmy

piensa en la posibilidad de

que se le pusieran rojas las

orejas. Intenta relacionar el

libro con ella. Todos piensan

en qué pasaría.

03:54 – 04:26= Nataly dice

que donde se sentó Terrible

era donde estaba enterrada la

ropa.

326

para preguntarles por la

canción que aparecía en la

historia, tal como se tenía

planeado, y otra vez para

indagar por sus hipótesis

sobre la continuación de

la historia en el último

descubrimiento de los

hermanos Terrible. Frente

a la primera pausa los

niños cantaron la canción

popular de estrellita y

cuando la docente les leyó

la que estaba en el libro se

asombraron y dijeron que

no era la misma. Ante la

segunda pausa intentaron

predecir algunos colores

para la última pata de

Terrible, fue un momento

que los conectó mucho y

ayudó a producir intriga

por el libro a partir de esa

reiteración en el relato.

Aun cuando los niños

parecieron muy

enganchados con el libro

durante la lectura, sus

comentarios fueron muy

pocos. Los niños solo

dijeron que les gustó.

Durante un corto

momento se discutió

sobre el cambio de

Terrible, a lo cual algunos

327

argumentaron que les

había gustado más de

colores y otros que más

de negro.

También se conservó

sobre el lugar donde

Terrible se sentó en el

bosque, pues durante la

lectura una niña preguntó

si él había “escarbado”

ahí. La docente retomó la

pregunta diciéndoles que

por qué debía haberlo

hecho. Ante ello algunos

niños dijeron que allí

estaban las botas y los

guantes, pues respondía a

las características que se

presentaron en el relato

sobre el lugar donde los

hijos de Terrible habían

enterrado su atuendo,

pues había 4 árboles, un

montón de piedras, palos

y hojas. No todos los

niños estuvieron de

acuerdo en ello.

Reflexión En esta sesión, a pesar de

que los comentarios

fueron muy pocos, se

presentaron opiniones

divididas y ninguna se

favoreció o negó, las dos

328

tuvieron cabida en la

conversación.

Faltó astucia de la docente

para retomar el

comentario sobre los

colores de Terrible y

asociarlo con debilidades

o fortalezas del personaje

y por qué los ocultaba.

Sin embargo, la

desconcertó escuchar que

dijeran que el libro los

había dejado listos para

dormir y que tenían

sueño. Fue la primera vez

que apareció esta relación

entre sueño y libro. La

docente debió

preguntarles a qué se

debía.

Momento 4.

(10 minutos)

Lectura del poema El niño y la

mariposa de Rafael Pombo

Descripción y análisis Al escuchar que el poema

era de Rafael Pombo los

niños celebraron. Durante

su lectura estuvieron muy

atentos, pero no surgieron

comentarios al respecto.

Momento 5.

(60 minutos)

Organización de la biblioteca del

salón.

Después de almuerzo los libros se

dispersarán en los diversos grupos

que tiene ubicados la docente. La

idea es que haya múltiples tipos de

Descripción y análisis Los niños entraron muy

emocionados al ver tantos

libros puestos en sus

mesas grupales. LA

docente inició diciéndoles

que organizarían la

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iew=VID_20170822_132739

433.mp4

329

texto en cada mesa. Los niños

ingresarán al salón y explorarán

los libros que hay en su mesa. La

docente les dirá que en esa

exploración deben organizarlos de

acuerdo a su tipo, según los que

ellos conozcan. Inicialmente no les

explicará nada al respecto para

explorar las hipótesis que tienen.

Si algún niño pregunta qué es un

tipo de texto se construirá con

ellos la definición, intentando

acordar que es el estilo de cada

libro, es decir, que hay algunos

que son cuentos, diccionarios,

periódicos, etc. Para ello los niños

contarán con 15 minutos.

Luego, por grupos contarán cómo

clasificaron los libros que tenían y

por qué los organizaron así. El

líder de cada grupo será el

encargado de exponerlo. Una vez

todos hayan expuesto su

organización, se les preguntará

cuál creen que es la más apropiada

para organizar todos los libros del

aula y, a partir de ello, que

cualquier persona pueda

encontrarlos más fácilmente. Se

pretende llegar a la clasificación

por géneros de texto.

A partir de esos géneros se les

preguntará qué tienen de común y

qué tipo de texto creen que es. Por

biblioteca del aula y, por

ello, necesitaban crear una

forma de organizar los

libros, por lo que cada

grupo crearía una y entre

todos decidirían cuál era

la mejor.

Los niños los exploraron

poco y se precipitaron a

ordenarlos. Esto

desencadenó que la

mayoría los organizara

por tamaño, del más

grande al más pequeño.

Además, en algunas

mesas no hubo verdadero

trabajo en grupo, pues la

mayoría eligió un grupo

de libros y los organizó

por tamaño.

Solo un grupo dijo que

habían organizado los

cuentos del más grande al

más pequeño y aparte las

cartillas también por

tamaño.

La docente le preguntó a

todo el curso que si de la

forma en la que los habían

organizado era posible

que alguien externo

ubicara fácil y

rápidamente el libro que

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iew=VID_20170822_134142

783.mp4

330

ejemplo, si dicen que los

organicemos por cuentos se les

preguntará si creen que es un texto

argumentativo, narrativo,

descriptivo, expositivo o

instructivo. A partir de las

opiniones de los niños se

construirán las características de

cada tipo de texto, siempre a partir

de la pregunta por qué o de

aquellas que lo lleven a reflexionar

sobre el contenido de los textos y

sus similitudes. Los acuerdos que

se realicen sobre estos tipos de

texto se registrarán en el tablero.

Una vez esto se haya realizado

cada grupo deberá organizar los

libros que tiene en los géneros que

pertenecen a cada tipo de texto.

(Esta parte de la actividad puede

realizarse en la próxima sesión si

el tiempo no alcanza. Para ello los

libros se guardarán tal como los

niños ls hayan organizados). La

docente llevará escrito en algunas

hojas los tipos de texto y los

géneros, y a medida que cada

grupo termine de organizarlos les

entregará a los niños con menor

conocimiento del sistema escrito

dos hojas, aquella que tiene el tipo

de texto y un género, para que sean

ellos quienes, con ayuda de sus

compañeros, los ubiquen en la

quería. Los niños dijeron

que no porque tendría que

leerlos todos para saber

cuál era, haciendo

referencia a leer los

títulos.

A partir de este

comentario la docente les

dijo que entonces era

necesario crear otra forma

de organizarlos. Los niños

no propusieron ninguna.

Por lo anterior la docente

retomó la organización de

un grupo y les preguntó

cómo diferenciaron entre

cuentos y cartillas. Los

niños de este grupo

explicaron y otros los

complementaron.

A partir de esto la docente

les dijo que organizaran

rápidamente de los libros

que tenían en la mesa

aquellos que fueran

cartillas y los colocaran

en el centro de la mesa.

Así se fueron

construyendo las

características de cada

género de los que había

en los grupos, cartillas,

331

biblioteca escolar.

Cuando todas las hojas estén

pegadas cada grupo organizará los

libros dentro del género que

corresponde.

En próximas sesiones esta

clasificación se complejizará

intentado organizarlos por temas y,

además, por orden alfabético.

“cuentos”, revistas,

historietas, periódicos de

noticias y periódicos de

promociones.

A partir de la

organización que

realizaba cada grupo de

niños aparecían nuevas

preguntas para construir

el próximo género. Por

ejemplo, un grupo

organizó dentro de las

cartillas algunas

historietas. La docente le

preguntó a todo el curso si

eso eran cartillas o qué

eran. Los niños de otros

grupos dijeron que eran

historietas. A partir de

esto la docente les

preguntó qué tenían de

diferentes. Al mencionar

algunas diferencias los

niños dijeron que eran

cuentos. A raíz de esto la

docente preguntó

nuevamente si era así, a lo

cual algunos niños

respondieron que no y

mencionaron algunas

características que

diferenciaba a las

historietas del cuento.

Cada género fue escrito

332

en el tablero y, al frente,

la docente escribía

también las características

que los niños

mencionaban.

El único género que no

pudo caracterizarse fue el

cuento, pues los niños

sabían que era diferente a

los demás, pero no sabían

cómo explicar esas

diferencias.

Reflexión La ayuda de la docente

titular fue clave en

algunos momentos, pues

los niños estaban muy

dispersos. Sin embargo,

en un momento se centró

en un solo grupo y esto

obstaculizó la actividad,

pues ella les señalaba

aspectos en los que debían

fijarse. Además, no

permitía continuar la

conversación con todo el

curso, lo cual dispersaba

aún más a los niños.

La docente titular sugirió

que en esas horas,

después del almuerzo, se

realicen actividades más

lúdicas, pues la

333

concentración de los

niños es menor. Es

necesario, en relación con

ello, crear dinámicas más

activas que permitan que

los niños estén más

conectados con la

actividad.

Este tipo de actividades

son muy importantes

también dentro de la

comunidad de lectura,

pues hacen parte de la

formación de los lectores.

Esta exploración fue muy

interesante, pero pudo

potenciarse más,

permitiendo que los niños

primero vieran los libros,

intentaran leerlos y

llevándolos a reflexionar

e indagando por la

diversidad textual que

había en cada grupo.

Para la próxima sesión

queda pendiente realizar

la organización en los

estantes, con los carteles,

y complejizar aún más la

organización de cada

género, por temas de cada

libro, por ejemplo.

334

335

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Nuevas modalidades de lectura, esta vez todos leemos

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Agosto 29, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Comentarios sobre la lectura de los

compañeros más ligados a lo que leyeron que

a las ilustraciones.

- Relación de la lectura con la vida familiar y

anécdotas de esta.

- Interés por la nueva dinámica de lectura.

- Complejización de la organización de la

biblioteca

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Algunos de los comentarios de los niños se relacionaron con la

lectura de los compañeros, lo cual motivó a los lectores porque

evidenciaron que los otros les habían puesto atención y habían

escuchado.

- La conversación en torno a la lectura de la docente se relacionó con

aspectos personales de la vida de los niños y con su concepción de la

figura de la mamá.

- La dinámica de la lectura fue muy interesante para los niños, la

comprendieron rápidamente y generó una nueva apropiación del

momento.

- La biblioteca se organizó por géneros y dentro de estos por temas.

Sin embargo, aún debe complejizarse más.

Materiales y recursos Libro El globo de Isol

Poema La reina del charco de Diana Rubens

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes códificados

por pregunta de

investigación. No siempre

336

hay selección.

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1.

5 minutos

Organización del salón en semi-

círculo.

Recuento de las normas por parte

de los niños, a partir de preguntas

que hace la docente.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

Momento 1.

Descripción y análisis

Cada vez los niños

recuerdan y respetan más

las normas de interacción.

En esta sesión las

recordaron todas y se las

exigieron a sus

compañeros, avisando a la

docente quién no las

estaba cumpliendo. La

docente exigió que cada

una se cumpliera y

detenía el momento para

esperar a que guardaran

sus cosas y se dispusieran

para la lectura. Esto fue

clave porque no solo

permite que los niños

respeten las normas, sino

que los conecta con el

espacio particular y los

lleva a asumir el rol de

mediadores.

El salón se organizó como

siempre y los lectores se

hicieron al frente. Ellos

mismos llevaron sus sillas

y las organizaron en el

lugar que siempre se

ubican.

Reflexión

337

tiempos). Los niños cada vez se

apropian más del espacio.

La ritualización en torno a

este ha potenciado que

esto sea así, pues les da a

los niños pautas para

actuar dentro de la

comunidad y, así,

apropiarse de esas

dinámicas que ya

conocen. Es posible que

al pasar el tiempo ellos

exijan o construyan

nuevas formas de

desarrollar la lectura, de

conversar, etc., pero la

ritualización les permite

ingresar a esa práctica de

lectura a ese compartir

una experiencia literaria.

Momento 2.

10 - 15

minutos

Lectura de los niños que se hayan

preparado para ello y conversación

en torno a ello.

Preguntas en relación al contenido

del libro, ¿qué entendieron de la

lectura del libro? Y algún

comentario sobre la lectura de cada

niño por parte de la docente, para

que cuando respondan qué les

gustó del libro no solo sean

elementos puntuales de las

ilustraciones. A los que se

prepararon, si les decían cómo leer

o si debían mejorar algo.

Momento 2.

Descripción y análisis

Los niños que se

prepararon para leer se

organizaron en los

puestos que ubicaron al

frente del semi-círculo, se

asignaron los turnos en

los que leerían y se dio

inicio a la lectura.

La primera lectora se

preparó bastante y leyó

varias páginas. Sus

compañeros se

sorprendieron ante ello y

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

VID_20170829_104504434.

mp4 (Lectura de Nataly

00:41 – 01:00= Los niños

escuchan atentamente a

Nataly. También, llaman la

atención de algunos

compañeros que no están

escuchando)

https://www.dropbox.com/ho

338

siempre le preguntaban

cuántas páginas más iba a

leer. Ella sentía orgullo

cada vez que comprobaba

que había leído muchas

páginas.

Durante su lectura los

niños estuvieron muy

preocupados por la

cantidad de páginas que

leería, pues, aunque su

lectura era convencional,

era muy pausada, lo causó

cansancio en ellos.

Su lectura se vio

interrumpida en ocasiones

por algunos insectos que

ingresaron al salón y

dispersaron a los niños,

pues generaban

comentarios y risas. Los

niños se llamaban la

atención entre sí, sobre

todo quien estaba

leyendo. Para ello

mencionaban sus

nombres, les hacían señas

con las manos y gestos

con la cara.

La lectora se disgustaba

ante las interrupciones,

hacía mala cara a sus

compañeros y los

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

VID_20170829_104711967.

mp4 (00:04 – 00:10 = Ángela

llama la atención de sus

compañeros para que

escuchen a su compañera)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

VID_20170829_104811514.

mp4 (00:23 – 00:31 = Nataly

detiene su lectura porque

alguien estaba haciendo

ruido)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

VID_20170829_110257068.

mp4 (Nataly le reclama a

Jeimmy que la deje leer)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

VID_20170829_111828293.

339

regañaba. Además,

esperaba a que estuvieran

en silencio para continuar.

Hacía comentarios como

“no se ría porque no me

deja leer” o “no puedo

leer si hablan”, todo ello

sin que la docente les

dijera nada.

Una vez ella terminó

continuó otra lectora y,

luego, un lector. Él se

animó a leer más de lo

que había preparado

debido a que su

compañera había leído

bastante. Así lo expresó él

durante la conversación.

Debido a que los niños

cada vez se animan a leer

más páginas es necesario

que sean menos los que se

preparen, pues su lectura

es lenta y eso causa

cansancio en los niños

que escuchan. De esta

forma, los lectores pueden

extenderse sin que eso sea

un factor para que los

otros niños se aburran o

dispersen. Además,

permite que disfruten su

lectura, tanto ellos como

quienes escuchan.

mp4 (00:00 – 00:32= Shelsy

le recomienda a Ángela que

practique lectura en su casa,

pues leyó muy pasito)

340

La conversación sobre la

lectura fue muy

interesante. Algunos

niños se animaron a

hablar sobre lo que los

compañeros habían leído,

lo cual es una

consecuencia de la

intervención de la docente

pidiéndoles que sustenten

sus afirmaciones con

parte de la lectura y no

solo con las ilustraciones.

Un aspecto curioso fue

que los niños siempre les

decían a los lectores “le

recomiendo” como una

forma de suavizar sus

críticas.

Dentro de las

observaciones de los

niños resaltaron que los

lectores deberían leer más

duro y rápido. En cuanto

al tono de voz aclararon

que deben mantenerlo,

pues, refiriéndose a la

primera lectora, había

iniciado leyendo duro y

había terminado muy

bajito.

Un niño se animó a

341

preguntarles a los lectores

cómo se habían preparado

para leer. La primera

lectora comentó que su

mamá la había ayudado y

luego su hermana le había

leído las páginas que su

mamá no alcanzó. Ella se

aprendió algunas palabras

que no sabía de esta

forma.

La segunda lectora

comentó que en el

computador de su casa

ella había escrito las

palabras de la página que

preparó y este le leyó. Así

se aprendió lo que decía.

A ella los niños le dijeron

que no había leído bien,

pues su dedo se

desplazaba de derecha a

izquierda, por lo cual no

podía estar leyendo

realmente. Además,

olvidó leer el título de su

libro al inicio, lo cual

notaron tan pronto como

inició su lectura. Para no

interrumpirla la docente

les pidió a quienes lo

dijeron que guardaran su

comentario para la

conversación. Ellos así lo

hicieron y durante esta le

342

pidieron a la lectora que

leyera el nombre.

El tercer lector dijo que se

había preparado solo,

aunque le leyó a su mamá

ella no le dijo nada y

tampoco le leyó. Durante

su comentario dijo que se

había animado a leer más

páginas de las que tenía

preparadas porque la

primera lectora había

leído mucho.

Reflexión

Los comentarios de la

lectora frente al

comportamiento de sus

compañeros evidenciaron

las construcciones que

han elaborado los niños

en torno a la importancia

del silencio en la lectura

en voz alta de los demás,

siendo una muestra de

respeto ante el lector.

Además, que los niños

regulen su

comportamiento entre sí

evidencia el

empoderamiento del

espacio que han

343

construido, pues, aunque

a veces recurran a la

docente, ellos mismos han

apropiado el rol de

moderar el

comportamiento de los

demás y les exigen que

cumplan las normas del

espacio.

En esta sesión se

evidenció que la

complejización que el

docente vaya

introduciendo al espacio

es fundamental para retar

a los niños y que siempre

represente para ellos un

nuevo desafío que los

conecte con la lectura de

sus compañeros. Ello

dado que sobre todo este

momento es algo tedioso

para ellos por el nivel de

lectura de los lectores.

Así, el reto los lleva a

colocarles atención y

detallar aún más en su

lectura.

Las observaciones hacia

los compañeros son cada

vez más elaboradas y,

aunque se repiten ciertos

aspectos, los

complementan con

344

nuevos detalles para

aportar a la formación de

los lectores en voz alta.

Lo anterior es muy

importante en la

comunidad porque son los

propios niños quienes, en

medio de la práctica,

construyen los criterios

para mejorar su lectura en

voz alta. En medio del rol

de lectores los niños se

exponen a un público

cercano y respetuoso que,

siendo sus pares,

comentan la forma en que

leyeron desde su

perspectiva, sin criterios

técnicos o que la docente

les haya dicho qué valorar

o no. En medio de la

comunidad todos se

forman, tanto lectores

como quienes escuchan,

construyendo el

conocimiento y los

criterios para desarrollar

la lectura desde su

experiencia del espacio.

Construyen su

conocimiento desde la

experiencia.

En esta sesión

nuevamente apareció la

345

importancia de la familia

en la preparación de los

lectores. Aquellos que son

ayudados por sus

familiares leen más

claramente.

Lo más interesante de este

momento fue el énfasis

que los niños hicieron por

el respeto a las normas,

exigiendo silencio para

continuar con la lectura.

Momento 3.

40 – 45

minutos

Lectura rotada del libro El globo

de Isol, en voz alta.

Antes de iniciar la docente les dirá

a los niños que leerán de otra

forma, que ella empezará y luego

rotará el libro, cada uno tendrá la

oportunidad de leer una parte, la

que quiera, máximo hasta un punto

y cuando haya terminado se lo

pasará a su compañero de la

derecha. Si no quieren leer se lo

pasan al compañero sin que eso

tenga consecuencias negativas.

En caso de ser necesario, porque la

lectura estuvo algo cortada, la

docente leerá nuevamente. Para

ello les preguntará a los niños si

quieren que lo vuelva a leer o si

con la lectura que se realizó fue

suficiente.

Conversación en torno a la lectura.

Momento 3.

Descripción y análisis Los niños se emocionaron

al ver el libro que la

docente leería. Ella se los

presentó y les preguntó si

recordaban haber leído

algún libro de la autora.

Una niño dijo que el de la

mamá que se le paraban

los pelos. La docente le

dijo que sí, que ese libro

era de esa autora y se

lama Secreto de familia.

Los niños se

sorprendieron y

comenzaron a recordar

diversos libros que se

habían leído en la

comunidad. El que más

recordaron fue El lugar

más bonito del mundo.

Antes de iniciar la lectura

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Agos

to%2029%202017?preview=

Lectura+El+globo%2C+Isol.

wmv (01:35 – 08:30 =

Lectura rotada de El globo de

Isol.

08:45 –09:12 = Shelsy dijo

que le había gustado porque

la mamá de Camila se había

convertido en un globo y se

le había cumplido el deseo.

09:57 –10:10 = Las mamás

se ven feas cuando regañan,

pero no abren así la boca,

gritan normal.

10:31 – 12:34 = La docente

pregunta ¿será que la mamá

346

Pregunta por la autora, luego de la

lectura, si la recuerdan y por qué,

es decir, si recordaron su nombre o

sus ilustraciones. Relación de la

historia con momentos difíciles en

la relación madre-hijo(a), si alguna

vez han querido que la mamá se

convierta en otra cosa y por qué.

la docente les dijo que

leerían diferente y les

explicó la dinámica. Los

niños se emocionaron y se

pusieron nerviosos.

La dinámica fue muy

interesante para los niños

y disfrutaron la lectura,

tanto la historia como la

posibilidad de leer una

parte, aun cuando algunos

no leyeron

convencionalmente.

Para algunos fue un

momento de tensión, pues

no sabía leer

convencionalmente y no

querían intentarlo frente a

sus compañeros. Ante ello

fue muy acertado que la

docente les dijera que no

había problema en no leer

y que le pasaran el libro a

su compañero de la

derecha. Esto les permitió

a todos disfrutar de la

lectura y de la posibilidad

de leer.

El libro llamó bastante la

atención de los niños.

Además, la mediación de

la docente, al volver sobre

algunas páginas, fue muy

se va a quedas siempre como

un globo? Hipótesis sobre la

situación de Camila sin

mamá.

13:15 –14:39 = Shelsy habla

y hace silencio cuando no la

escuchan. Además, dice que

sin plata Camila no puede ir

a ningún lado.

16:05 – 17:25 = ¿para qué

sirve una mamá?

347

pertinente, ya que esto

permitió relacionar la

lectura con aspectos más

personales, como la

importancia de la mamá

en la vida de alguien o su

belleza relativa cuando

los regaña.

Fue una conversación

muy amena que se salió

de lo literal del texto, aun

cuando el tema fue

suscitado por este.

Los comentarios de los

niños se relacionaron con

qué iba a hacer la

protagonista del libro sin

su mamá, si era mejor

tener una mamá o un

globo y por qué, y si la

mamá se ve así como en

el libro cuando regaña a

sus hijos.

Reflexión

Volver sobre algunas

páginas fue fundamental

porque, además de leer

nuevamente algunas

partes que quizás no se

habían escuchado tan

bien, permitió relacionar

aspectos muy puntuales

348

del libro con la vida de los

niños.

Que la docente interactúe

con los niños dando

opiniones propias sobre lo

leído es muy potente,

siempre y cuando no

establezca un juicio sobre

el tema. Debe generar

más bien interrogaciones

sobre lo leído o sobre lo

que ella dice.

Momento 4.

5 minutos

Poema La reina del charco de

Diana Rubens.

Se leerá la biografía con el

propósito de llamar la atención de

los niños sobre su origen.

Descripción y análisis

Antes de la lectura los

niños vieron el libro y

reconocieron que de allí la

docente les había leído

otro poema. Ellos dijeron

que el de “triqui, triqui,

tran”. La docentes les dijo

que sí, que ella les había

leído un poema de José

Asunción Silva.

Los niños ya estaban muy

cansados, por la lectura

larga de su compañera, lo

que ocasionó que no

estuvieran tan conectados.

Sin embargo, cuando la

docente inició la lectura

ellos hicieron silencio y,

aunque no todos

estuvieron atentos,

349

algunos demostraron su

interés por su lectura.

Reflexión Esto evidenció que los

niños recuerdan lo que se

ha leído, aunque a veces

no lo mencionen o no lo

tengan tan claro.

Acercarlos a la literatura,

a los poemas, tiene que

ver con eso, con el

recuerdo que perdura, que

cala, aunque no sepan de

memoria el nombre, el

autor… Esto es

importante, pero el centro

es permitir que vivan la

experiencia y esta incida

en ellos, en lo que son, en

lo que les gusta…

Momento 5.

75 - 95

minutos

Organización de la biblioteca.

Se retomarán las comprensiones de

los niños construidas en la sesión

anterior. Para ello se les preguntará

qué recuerdan de la sesión pasada.

Se planea llevar a los niños a

recordar los géneros que se

definieron en la sesión (cuentos,

historietas, periódicos de

promociones y de noticias y

cartillas). Luego de recordar los

géneros se les preguntarán las

características, intentado recopilar

la mayor cantidad posible.

Descripción y análisis Este momento se realizó

de acuerdo a lo planeado.

Los niños recordaron la

mayoría de los grupos que

se formaron, solo

olvidaron los periódicos

de noticias. La

organización por temas

fue muy fácil para los

niños que tenían las

cartillas, pero para los

niños de los cuentos y de

las revistas fue muy

complicado. Por

350

Una vez esto haya sucedido se les

preguntará a los niños cómo

podemos seguir agrupando los

libros de cada categoría para que

sea más fácil aún ubicarlos. A

partir de ello se pretende que los

niños organicen los libros, dentro

de los géneros, por temas.

Para lo anterior a cada grupo se le

asignará un género y deberán

organizarlo de acuerdo a los temas

que puedan encontrar en ellos. El

grupo de libros de cuentos se

dividirá en dos y una mitad se

guardará para aquel grupo que

termine primero, el cual deberá

organizarlo también por temas.

A medida que cada grupo termine

la docente les entregará un paquete

de fichas grandes con letras, las

cuales deben utilizar para escribir

el nombre del género que

organizaron. Para ello deben

trabajar en grupo y será el niño que

menor comprensión del sistema

escrito quien esté encargado de

organizar las letras, aunque sus

compañeros puedan ayudarlo.

Ellos serán los responsables de

decorar el cartel que irá en la

biblioteca, por lo cual deben

asignar roles para trabajar en él.

Estos roles los designarán junto

cuestiones de tiempo no

pudo complejizarse más,

pero la docente intentó

llevarlos en cada grupo a

dividir los cuentos de

acuerdo a las cosas en

común que tenían. Debido

a lo anterior los niños los

organizaron por cuentos

de animales y de

personas.

A medida que cada grupo

terminaba la docente les

daba las fichas, tal como

lo tenía planeado, para

que escribieran el nombre

del grupo que tenían.

Algunos grupos tenían los

mismos libros, pues había

muchos del mismo y,

además, quería explorar si

planteaban nuevas

divisiones. Sin embargo,

no fue así.

Cada grupo escribió el

nombre del género que le

correspondió y lo decoró.

Debido a que el trabajo

fue escalonado, es decir, a

medida que terminaban

continuaban con la

siguiente parte de la

actividad fue posible que

todos estuvieran

351

con la docente antes de que ella les

dé el paquete de las letras.

A medida que terminen, cada

grupo organizará los libros dentro

del género que le correspondió en

la biblioteca, pero para ello deben

ubicar los libros en orden

alfabético. Será el niño que menor

conocimiento del sistema escrito el

encargado de organizarlos, con

ayuda de sus compañeros.

En próximas sesiones esta

clasificación se complejizará

intentado llegar a la construcción

de los tipos de texto.

concentrados en algo. Sin

embargo, al final, cuando

no había qué más hacer,

los niños empezaron a

distraerse entre sí y esto

dificultó un poco el final

de la actividad.

Reflexión Es necesario crear más

opciones para que que a

medida que cada grupo

terminen puedan

continuar haciendo algo

mientras todos vuelven a

un punto en el que se

puedan compartir con

todos las comprensiones

que se han hecho.

Momento 6.

5 minutos

para pensar

- 25 minutos

para

seleccionar

y contar

por qué

eligieron el

libro

Al finalizar se les contará a los

niños que se llevarán el viernes un

libro, pero que esta vez será para

compartir con su familia. Pueden

utilizar la dinámica que quieran

(leerles a los papás, que los papás

les lean, que los hermanos lean,

que cada uno lea en silencio), lo

importante es que sea un momento

familiar y que la mayoría de sus

miembros puedan estar. Esa

experiencia la contarán en la

próxima sesión.

Durante este momento cada niño

seleccionará el libro que llevará a

Descripción y análisis Por cuestiones de tiempo

este momento tuvo que

realizarse muy rápido, por

lo que no todos los niños

expresaron por qué se

llevaban determinado

libro. Dentro de los que

alcanzaron a decirlo, una

niña dijo que quería

llevárselo para leerle en

voz alta a su hermanita

que está en la barriga de

su mamá.

352

su familia y explicará por qué lo

eligió. Para ello cada niño tendrá

unos minutos para pensar qué libro

llevarán y por qué. Luego pasarán

de 1 en 1, tomarán el libro de la

biblioteca de aula y explicarán por

qué lo quieren compartirlo con su

familia. Esta será la pregunta

central del momento. Si los niños

se limitan a decir que por las

ilustraciones se les preguntará qué

creen que sea lo que más les guste

a sus familiares del libro que

llevan.

Momento 6. Selección de los niños que leerán

la próxima sesión.

No se seleccionaron niños

para leer en la próxima

sesión, pues se indagará si

es posible que los niños

de tercero vayan.

353

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad ¡Cómo se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y los cuentos clásicos

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Septiembre 12, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Comentarios frente a las diferencias entre el

cuento original y la película de El patito feo.

- Construcción e intercambio de saberes en

torno a la práctica de realizar arepas.

- Involucrar a la familia en el momento de

lectura.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Complejización de la conversación sobre lo que se leyó y de la

comunidad de lectura como tal.

- Intercambio de saberes y experiencias entre los niños de primero y

los de tercero en torno a la lectura.

- Conformación de una comunidad macro de lectura, con invitados que

hicieron parte de una experiencia similar dos años antes.

- Construcción e intercambio de saberes en torno a la práctica de

realizar arepas.

Materiales y recursos Libro El patito Feo de Hans Christian Andersen

Poema Rimas de León de Greiff

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

354

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Preparación de los niños para la

realización de las arepas (08:00 –

09:00) .

Al llegar al salón se organizarán

los grupos de los temas de la

cartografía. Posteriormente se

seleccionará un niño de cada grupo

para que sea el líder de este. Este

niño deberá presentar a su grupo,

es decir, mencionar a sus

integrantes. Además, será el

encargado de mantener a su grupo

unido y de regular su

comportamiento.

Los niños del grupo encargado del

tema de las arepas serán quienes

presenten la actividad. Para ello

uno iniciará diciendo qué se hará

(preparación de arepas por parte de

los niños del grado primero de la

Institución Educativa Eduardo

Barajas Coronado), otro

mencionará los ingredientes y uno

de sus compañeros los mostrará

ante la cámara, otro presentará a la

mamá (le preguntará su nombre,

dirá que es la mamá de Ángel

Duván y le preguntará sobre sus

ocupaciones) y otro niño le

preguntará sobre el proceso que se

realizará (es decir que nos cuente

paso por paso qué haremos).

Lo anterior se repasará en el salón

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis Este momento se

desarrolló de acuerdo a lo

planeado. Además, se

realizaron varios ensayos

frente a la cámara y

algunos grupos tuvieron

la oportunidad de verse

grabados.

A partir del

comportamiento de los

niños durante las

grabaciones se definieron

unas reglas para la

entrevista. Dentro de estas

se encontraba mirar a la

cámara, no coger sin

permiso lo que haya en la

casa y hacer silencio

mientras se graba.

Los niños estaban muy

emocionados por la

entrevista, pero

accedieron a practicar con

gusto lo que debían decir.

Ello reconociendo la

importancia de la

preparación en las

entrevistas.

355

antes de salir. Además, quienes

presentarán a cada grupo

ensayarán también la presentación

de su grupo.

Además, la docente les aclarará

que esa sesión se grabará para que

personas que no saben cómo se

hacen las arepas en esa región

puedan conocer el proceso. Les

enseñará la cámara y el micrófono,

para que se familiaricen con estos

objetos, aunque será ella quien

realizará la grabación.

Posteriormente se realizará el

desplazamiento hasta la casa

donde se harán las arepas.

356

Momento 2 Preparación de las arepas (10:00 –

11:00)

Una vez en la casa donde se

realizarán las arepas, los niños

saludarán a la mamá de Duván y

los niños del grupo del tema de las

arepas pasarán a su lado para

realizar la presentación general.

Los demás grupos esperarán de pie

frente a quienes estén hablando.

Luego de la presentación entrará

uno de los grupos a realizar las

arepas y los demás se sentarán en

el piso para ver la película de “El

patito feo”. A medida que cada

grupo vaya saliendo la película se

pausará y los niños que estaban

viendo les contarán a quienes

llegan lo que ha sucedido en esta.

A lo largo de la realización de las

arepas se grabará el inicio de cada

grupo y varios momentos mientras

los niños las hacen.

Descripción y análisis

El momento se realizó

como se tenía planeado.

Sin embargo, por

cuestiones logísticas los

niños no vieron la película

de El patito feo, sino

diversos cortos de Disney

sobre este relato.

Adicionalmente, durante

algunos momentos no

estuvieron solo viendo los

cortos sino que salieron a

jugar con las profes

invitadas. De esta forma,

los niños que no estaban

haciendo arepas tenían la

posibilidad de ver el corto

de El patito feo, repetirlo,

o jugar.

Esta posibilidad fue muy

potente porque permitió

que quienes estaban

haciendo arepas pudieran

disfrutar del momento y,

además, que quienes

estaban afuera no se

aburrieran o

interrumpieran a sus

compañeros.

Además, los niños podían

volver las veces que

quisieran al corto, lo cual

357

les dio la posibilidad de

analizar ciertos detalles y

comprender más la

historia de este. A lo largo

del momento siempre

había niños frente a la

pantalla viendo el corto.

La realización de las

arepas fue una actividad

muy especial para los

niños, los vinculó entre

ellos, les permitió

construir nuevos saberes y

confrontar algunos

conocimientos que ya

tenían. Así, fue una

actividad que permitió el

acercamiento a múltiples

saberes de forma indirecta

y que los mantuvo todo el

tiempo interesados por

ella.

Momento 2. Lectura en voz alta (11:00 – 12:00)

Una vez todos los niños hayan

terminado de hacer las arepas se

realizará el momento de lectura.

Lo ideal sería poder realizarlo en

la casa de Duván con la mamá

como invitada, pero si no es

posible se realizará en el salón. El

libro que se leerá será El patito feo

de Hans Christian Andersen. Se

leerá hasta la página 13 y se

indagará por las hipótesis frente a

Momento 2.

Descripción y análisis

Por cuestiones logísticas

esta actividad se realizó

antes de la realización de

las arepas. A causa de ello

no se conversó sobre las

diferencias entre la

película y el libro.

El momento de lectura se

llevó a cabo con los niños

de tercero y el docente

titular de este grado, lo

358

lo que sucederá en la historia.

La conversación en torno a la

lectura pretende analizar las

diferencias entre la película y el

cuento original. Para ello la

docente les contará que ese cuento

que leyó es el original, del cual

hay muchas versiones. Si el

momento se realiza con la mamá

se le preguntará si ella conocía el

cuento, quién se lo contaba o leía y

cómo sigue según lo que a ella le

contaban.

También se espera conversar sobre

las burlas que sufría el patito feo.

cual no se tenía planeado.

La lectura la realizó una

de las docentes invitadas.

Antes de iniciar la lectura

la docente les pidió a los

niños de primero que les

contaran a sus

compañeros de tercero

cuáles eran las normas

creadas para el espacio.

Los niños las recordaron

todas y con mucha

claridad.

Posteriormente se realizó

la lectura, en voz alta y

sin pausas del relato tal

cual se tenía planeado.

La conversación posterior

fue muy interesante, pues

los niños de los dos

grados retomaban sus

comentarios entre sí,

aclaraban sus dudas,

debatían sus ideas y

complementaban sus

conocimientos.

Además, el interés de

todos los niños tanto por

el relato como por la

conversación fue

evidente.

359

La conversación inició

sobre aspectos puntuales

de la lectura, pero, poco a

poco, se fue alejando de

lo literal para trascender a

elementos como la

crianza de los animales,

sus formas de ver, la

relación de los animales

con las mamás, las burlas

hacia el patito, entre otros.

Además, la docente

volvió sobre algunas

afirmaciones y esto

permitió continuar

reflexionando sobre el

relato, trascenderlo a otros

elementos de la vida

cotidiana, de los saberes y

de las creencias.

Durante la conversación

el profesor de tercero

sugirió que los niños

indagaran sobre todas

esas temáticas que se

abordaron en la

conversación, pues se

hablaba con base en

creencias o conocimientos

populares, pero esto

podría complejizarse para

construir conocimiento

con base en la lectura.

Para la próxima sesión se

360

espera que el docente

haya invitado a los niños

de tercero a realizar esas

indagaciones y que ellos

puedan contar qué

averiguaron.

Reflexión En esta sesión hubo una

comunidad sólida de

lectura, en la cual los

niños compartieron

saberes, experiencias,

creencias…

El hecho de que los niños

de tercero ya hubieran

vivenciado un espacio

similar potenció este

momento, pues les

permitió participar en este

con mayor fluidez y

confianza. Además, fue

posibilitó que los niños de

primero complejizaran sus

intervenciones y que,

entre todos, construyeran

una conversación

interesante para todos y

en la que cada

participante pudiera

aportar su voz y sus

hipótesis frente a la

lectura.

Durante la lectura todos

361

los niños estuvieron muy

concentrados, interesados.

Luego, en la

conversación, tanto los

niños de tercero como los

de primero tuvieron la

oportunidad de hablar.

Cada uno lo hizo sin que

su edad representara un

impedimento para aportar

una comprensión, un

saber, una creencia.

Durante este momento se

crearon lazos interesantes

entre los niños, con base

en sus comentarios.

Además, quienes llegaron

nuevos al salón de

tercero, es decir, quienes

no estuvieron en el 2015,

también participaron y se

sintieron animados en el

espacio. La actitud de los

niños fue siempre de

alegría, de querer más…

La lectura y la posibilidad

de hablar sobre ella sin

que fuera un control de

sus comprensiones los

cautivó, ellos querían

seguir conversando,

querían opinar más…

362

Los comentarios de los

niños evidenciaron que

cuando no se exigen

ciertas comprensiones el

relato cobra vida en las

múltiples

interpretaciones…

Además, surgieron temas

de indagación para

construir saberes sobre

otros temas, como la

crianza de animales. De

esta forma, la lectura se

trasciende a sí misma e

involucra otros saberes,

otras reflexiones.

Momento 3. Lectura del poema Rimas de León

de Greiff

Momento 3.

Por cuestiones de tiempo,

este momento no se

realizó.

Momento 4. Recuento de la experiencia de

leerle a los familiares (01:00 –

02:00)

Cada niño pasará al frente y le

contará a sus compañeros cómo le

fue en la experiencia de llevarse un

libro para leer con su familia. La

Por cuestiones de tiempo,

este momento no se

realizó.

363

idea es que cuenten cómo leyeron,

quién leyó, si lo hicieron varias

veces, a quién les leyeron, qué

dijeron esas personas, si les gustó

el libro que les llevaron, si les

gustaría repetir la experiencia. La

idea es indagar qué sucedió en

cada caso y si se logró vincular a

la familia.

Al final, en grupo, se pensarán

otras formas para que las familias

también se vinculen a la lectura.

Analizar si llevarse libros para que

sigan compartiendo sería bueno.

Momento 5. Selección de los niños que leerán

en la próxima sesión.

Por cuestiones de tiempo,

este momento no se

realizó.

364

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad ¡Como se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y los cuentos clásicos 2

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Septiembre 26, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Retomar los comentarios y los saberes de la

sesión pasada, con base en las indagaciones

que se espera realicen los niños.

- Conservar la solidez de la comunidad de la

sesión pasada entre los niños de tercero y los

de primero.

- Generar interés y curiosidad por la escritura

del poema que se leerá.

- Complejización y trascendencia de los

comentarios.

- Estructuración de una recomendación para un

compañero.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Los niños asumieron la moderación del espacio y fueron muy críticos

con el cumplimiento de las normas de interacción.

- Algunos niños estuvieron muy conectados con la lectura y su interés

por esa fue evidente durante todo el momento.

Materiales y recursos Libro El patito feo de Hans Christian Andersen

Poema Rimas de León de Greiff

Cartel con las normas para que los papás se preparen

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

365

hay selección.

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. Organización del salón en semi-

círculo e ingreso de los niños de

tercero al salón.

Recuento de las normas por parte

de los niños.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

Momento 1.

Descripción y análisis El momento se desarrolló

de acuerdo a lo planeado.

Los niños de tercero

aportaron algunas normas,

pero ellos mencionaron

algunas de otros espacios.

Por el contrario, los niños

de primero solo

mencionaron las del

momento de lectura.

Momento 2. Lectura por parte de los niños de

primero que se prepararon para

ello.

Conversación en torno a esta

lectura.

Momento 2. Descripción y análisis Los niños de primero que

se habían preparado para

leer compartieron su

lectura, tanto con los

niños de primero como

con los de tercero.

Inicialmente, fue un

momento ameno. Sin

embargo, el nivel de

lectura de los niños de

primero fue algo tedioso

para los chicos de tercero.

Además, ellos querían

estar en clase de

educación física, por lo

que se desesperaron por el

ritmo de la lectura.

Lo anterior fue una

dificultad para desarrollar

la lectura, lo cual llevaba

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

0227636.mp4 (Lectura de

Carol)

https://www.dropbox.com/ho

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ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

0946955.mp4 (Lectura

Shelsy)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

366

tiempos). a quienes leían a

interrumpir su lectura y

disgustarse con sus

compañeros de tercero.

Aun cuando esto fue una

dificultad, también, se

constituyó como un eje

interesante del momento,

pues quienes leyeron

tomaron el rol de

mediadoras y les exigían a

sus compañeros silencio

para poder continuar,

disgustándose cuando

tenían que parar. En torno

a ello, se evidenció una

construcción crítica de las

lectoras en relación con el

respeto que merecen y la

necesidad del silencio

para compartir lo que

leen. Desde esta

perspectiva, es posible

afirmar que los niños han

reflexionado sobre la

necesidad de que otros los

escuchen y realmente

atiendan a lo que quieren

compartir con ellos, más

allá de exigir ciertas

normas de

comportamiento solo

porque la profesora las

exige.

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

1409615.mp4 (00:50 –02:38

= Shelsy paró su lectura

porque había mucho ruido.

Todos hacen silencio para

que pueda continuar)

https://www.dropbox.com/ho

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ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

1759165.mp4 (00:00 – 00:07

= Shelsy detiene nuevamente

su lectura y muy disgustada

espera a que todos la

escuchen)

https://www.dropbox.com/ho

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ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

2147733.mp4 (00:00 – 00:14

=Los niños critican su

comportamiento

01:14 – 01:25= Diego dice

que no le gustó que no

mostraran las imágenes

01:27 – 01:32 = Julián dice

que el libro estaba muy

367

Luego de la lectura los

comentarios fueron muy

interesantes, pues los

mismos niños que estaban

escuchando se criticaban

entre sí por su

comportamiento. No

obstante, la actitud de

algunos chicos de tercero

obstaculizó la

complejización de los

comentarios y la reflexión

profunda en torno a estos.

Reflexión La lectura de los niños de

primero en presencia de

los de tercero fue

impertinente, pues el

ritmo de lectura causó

cierto tedio en los chicos.

Esto se convirtió en un

factor de irrespeto ante la

lectura de los niños, pues

los más grandes no los

escuchaban. Lo más

pertinente era realizar esta

lectura solo para los niños

de primero y, luego,

invitar a los niños de

tercero.

Lo que fue una debilidad

se convirtió en una

fortaleza, pues el hecho

de que los niños de

pegado a la cara y no se

entendía)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

2649824.mp4

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

2913650.mp4 (00:43 - 00:48

=Un niño comenta que se

pegaban mucho el libro a la

cara y no se les entendían las

palabras.

00:58 – 01:07 = Daniel

comenta que lo que no le

gustó fue que los niños no

hacían silencio y a Shelsy le

tocaba parar

01:30 – 01:42 = Juan Diego

dijo que no le gustó el libro

de Carol porque se confundía

mucho)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

368

tercero no le prestaran

atención a la lectura fue

clave para que los niños

de primero criticaran su

comportamiento e

hicieran respetar su

espacio, para que se

empoderaran de este.

Además, permitió que las

lectoras asumieran el rol

de mediadoras en un

momento difícil y se

enfrentaran a tomar

decisiones como cuándo

parar e iniciar de nuevo,

hasta dónde leer y qué

esperar de sus

compañeros.

Reconociendo esto, es

importante, por un lado,

aprender de esas

imprudencias en torno a la

vinculación de nuevos

miembros a la comunidad.

Es decir, se debe planear

mejor en qué momentos

invitarlos y cómo generar

ese acercamiento a la

dinámica para que sea un

momento realmente

agradable para todos.

Por otro lado, también, se

debe permitir que los

niños se enfrenten a esos

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

3545244.mp4 (00:00 – 00:10

= Shelsy dice que no le gustó

el momento de lectura

porque algunos niños no la

escuchaban)

https://www.dropbox.com/ho

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ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_11

3647123.mp4

369

momentos “caos” y que

desarrollen estrategias

para hacerles frente. Esto

teniendo claro que el

momento es de ellos y no

para ellos, por lo cual la

docente no puede ser

siempre la mediadora,

incluso ante esos

momentos. No obstante,

es necesaria una reflexión

sobre lo que sucedió para

que todos tengan la

oportunidad de aprender

de ello y no quede

solamente en el mal y

buen comportamiento de

unos y otros. Es decir, se

debe reflexionar sobre lo

que sucede para que los

niños sean conscientes

sobre por qué es

importante cierta actitud y

qué genera el hecho de

incumplir las normas.

Momento 3. Indagación sobre diversas

hipótesis de lo que sucederá en el

libro, no solo en el final, y

preguntas en torno a si lo conocían

y por medio de quién (papás,

abuelos, hermanos) o de qué

(películas, libros).

Lectura de la segunda parte del

libro El patito feo de Hans

Christian Andersen, en voz alta

Momento 3.

Descripción y análisis Debido a la actitud de los

niños de tercero, no se

realizó la indagación

sobre las hipótesis del

final del cuento. Se

decidió iniciar por la

lectura del cuento y, al

final, explorar las

variaciones que los niños

conocían sobre el cuento.

370

por parte de la docente.

Conversación en torno a la lectura.

Sin embargo, una niña de

primero dijo que ella no

había estado la sesión

pasada y quería saber en

qué iban del cuento.

Aprovechando su

intervención, la docente

les pidió a los chicos que

le recordaran qué se había

contado del relato en la

sesión anterior. Los niños

recordaron muchos

elementos y, gracias a

ello, fue posible

reconstruir la historia casi

en su totalidad. La

organización temporal

tuvo que realizarla la

docente, pues pedirles a

los niños que la hicieran

generaría aún mayor

dispersión en quienes

estaban afanados por salir

a clase de educación

física. Esto fue

impertinente, pues habría

sido más valioso que los

mismos niños organizaran

sus comentarios e incluso

pedirles desde el principio

que lo hicieran. Es decir

que sus intervenciones se

relacionaran con lo que se

había mencionado

aportando algo en la línea

371

temporal del cuento.

Durante la lectura fue

muy interesante que la

actitud de los niños

cambió. El silenció

predominó la mayor parte

del tiempo y su atención

estaba centrada en el

relato. En este momento

el poder de la literatura

para convocar, disfrutar y

atrapar fue evidente.

No obstante, algunos

niños de tercero

continuaron impidiendo la

lectura, pues hablaban

mucho o molestaban a los

niños de primero. Por

ello, la docente decidió

detener su lectura e invitar

a quienes quisieran a salir,

sin que ello representara

ninguna consecuencia

negativa. Los niños

dijeron que no querían

salir, pero al retomar la

lectura su actitud no

cambió.

La docente inicial se

molestó bastante por ello

y les dijo a quienes no

permitían continuar con la

lectura que se salieran.

372

Inicialmente se negaron,

pero terminaron por

hacerlo. Luego, volvieron,

pero la docente titular no

les permitió unirse de

nuevo a la lectura. Esto

fue muy tensionante,

aunque los niños que se

quedaron escuchando lo

hicieron con total agrado

y expresaron

gestualmente su alivio por

poder disfrutar

tranquilamente el cuento.

Por cuestiones de tiempo

no se alcanzó a leer el

final del libro y, tampoco,

a conversar sobre lo leído.

Reflexión Es fundamental entender

la diferencia de las

dinámicas de los dos

grados y sus

preocupaciones

particulares. Ello dado

que los niños de primero

ya saben que ese

momento se desarrollará y

es parte de su jornada ese

día. Por el contrario, para

los niños de tercero era

una invitación extra-

escolar que impedía el

desarrollo de algunas

373

clases que para ellos

pueden ser agradables o

importantes.

En esta medida, vincular

nuevos miembros a la

comunidad es un eje de

especial reflexión y

planeación, pues se debe

considerar que es

vincularse a una dinámica

nueva, en la cual ya hay

miembros con mayor

experiencia y que los

intereses de todos varían.

Por ello, es fundamental

que su vinculación sea

gradual y muy puntual

inicialmente, pues esto les

permitirá cada vez irse

acoplando al ritmo, las

normas, el ritual… y, así,

vincularse más

genuinamente. Quizás por

esto la sesión anterior fue

tan potente, pues la

invitación a los niños de

tercero fue muy puntual.

Un elemento a resaltar de

ese momento fue el

cambio de actitud de los

niños ante la lectura del

cuento. El silencio inicial

y sus gestos de interés

permitieron evidenciar el

374

poder de la literatura, de

las palabras y del ritmo

del relato.

Momento 4. Rimas de León de Greiff. La

docente le dará a cada niño una

hoja con el poema impreso en ella

para que puedan seguir la lectura.

Antes de entregarles la hoja les

explicará que en ella está el poema

que leerá, que pueden seguir su

lectura en silencio.

Después de la lectura del poema

los niños de tercero pueden

continuar con sus actividades

escolares cotidianas.

Momento 3.

Descripción y análisis

Por cuestiones de tiempo

este momento no se

realizó.

Momento 5. Recuento de la experiencia de

leerle a los familiares

Cada niño pasará al frente y le

contará a sus compañeros cómo le

fue en la experiencia de llevarse un

libro para leer con su familia. La

idea es que cuenten cómo leyeron,

quién leyó, si lo hicieron varias

veces, a quién le leyeron, qué

dijeron esas personas, si les gustó

el libro que les llevaron, si les

gustaría repetir la experiencia. La

Descripción y análisis

La mayoría de los niños

no recordaba la

experiencia de llevar

libros a su casa. Por lo

tanto, la docente prefirió

no presionarlos y permitir

que guardaran para ellos

ese momento.

375

idea es indagar qué sucedió en

cada caso y si se logró vincular a

la familia.

Al final, en grupo, se pensarán

otras formas para que las familias

también se vinculen a la lectura.

Analizar si llevarse libros para que

sigan compartiendo sería bueno.

Momento 6. Preguntar a los niños si algunos

papás o abuelitos se pueden

preparar para leer el 27 de

septiembre o el 4 de octubre.

Durante la semana podrían elegir

el libro en la escuela o que los

niños les digan algunas opciones y

se los lleven para que elijan. Los

niños les indicarán cómo deben

prepararse.

Para acordar cómo se deben

preparar los papás se crearán

algunas normas con los niños y se

escribirán en un cartel para tener

en cuenta ellos mismos.

Descripción y análisis

Los niños se emocionaron

por la posibilidad de

poder vincular a sus

familiares. Algunos

preguntaron si alguien

diferente a sus papás

podía asistir, ante la

afirmación de la docente

se animaron aún más.

Reflexión La actitud de los niños

ante la posibilidad de

llevar a sus familiares

puede indicar que su

agrado por el momento y

la emoción ante la

posibilidad de compartir

algo agradable con sus

familiares. Además, su

interés por llevar personas

que no fueran solamente

sus padres fue muy

interesante, pues puede

ser causa de ese querer

vincular a varias personas

376

a algo que se disfruta y

que es importante para

ellos.

Momento 7. Si el tiempo lo permite se

realizarán recomendaciones de

libros entre los niños.

Para ello, primero, se acordará, en

el tablero, una estructura. Se

planea llegar a ella a partir de

preguntas que lleven a los niños a

reflexionar sobre la importancia de

mencionar algunos datos de la obra

(título y autor), de la historia que

cuenta, una opinión personal sobre

esta y una razón para querer que

otra persona la lea. La idea es

escribir un modelo que los niños

puedan utilizar para escribir su

propio texto. Por esto se les

preguntará si deben escribir solo el

autor y el título del libro o,

primero, decir algo como “te

recomiendo el libro __ de __

porque”.

Para lo anterior, primero se

escribirá la estructura con viñetas

y, luego, se les preguntará “bueno,

entonces cómo sería, si, por

ejemplo, quiero recomendarle este

libro a la profe de preescolar”. De

esta forma, en un lado del tablero

estará la lista de los elementos que

debe contener la recomendación y,

en el otro, un modelo de esta.

Descripción y análisis

Para iniciar el momento la

docente les pidió a los

niños que pensaran en los

elementos que debían

contarse de un libro para

recomendárselo a alguien.

Inicialmente los niños

mencionaron datos como

el autor, el título y los

cuidados que debían

tenerse con el libro. Fue

necesario realizar muchas

preguntas para que los

niños reflexionaran sobre

la importancia de escribir

una opinión y una parte

de la historia que se

recomendaba. Luego de

varias preguntas se

lograron acordar los

elementos planeados y

algunos más, como que a

quien se le recomienda el

libro devuelva una

opinión sobre este.

Posteriormente, se realizó

un modelo de

recomendación, tal como

se había planeado. No

obstante, para los niños

fue muy complejo

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Septi

embre%2026%2C%202017?

preview=VID_20170926_13

3646951.mp4 (00:00 –00:22

= Diego asume el rol de

mediador este momento,

utilizando las mismas

estrategias que la docente

00:35 –00:41 = Construcción

de las partes de una

recomendación)

377

Una vez esto se haya definido los

grupos deben elegir miembros de

otros grupos para hacer sus

recomendaciones, la selección de a

qué grupo deben elaborarle sus

recomendaciones será dada por la

docente. Es decir, cada miembro

del grupo de los guerreros debe

elegir a un miembro de los

tiburones para recomendarle un

libro y viceversa.

A medida que cada niño elija a

quién hacerle la recomendación

dirá qué libro le recomendará y lo

tomará de la biblioteca del aula.

Mientras los demás elijen puede

explorarlo y detallarlo.

Cuando todos los niños ya hayan

elegido la docente les entregará

una hoja y les recordará que allí le

harán una recomendación a quien

eligieron para que lea el libro que

ha seleccionado. Antes de

entregarles la hoja les recordará la

estructura acordada.

Se permitirá que cada niño realice

su recomendación autónomamente,

interviniendo solo si ellos lo

solicitan.

A medida que vayan terminando la

docente leerá las recomendaciones

y los invitará a complejizarlas o a

estructurar la

recomendación. La

docente decidió que

realizaran el ejercicio

ellos de forma más

concreta para facilitar esta

escritura. Respondiendo a

ello les pasó la hoja en la

que escribirían y les dijo

que eligieran un familiar y

un libro para

recomendarle. Varió la

persona a la que se le

realizaría la

recomendación para

intentar vincular a la

familia nuevamente.

Durante la escritura, para

algunos niños fue más

fácil estructurar su

recomendación y

extenderse en ella. Por

cuestiones de tiempo la

actividad no pudo

complejizarse más. Por lo

anterior, se retomará en la

próxima sesión,

enfocándose en que los

niños retomen los

aspectos construidos y

logren complejizar el por

qué le recomiendan el

libro a su familiar.

378

corregir lo que sea necesario.

Posteriormente se entregarán y se

dará cierre a la actividad.

Recalcando que para la próxima

sesión deben llevar la

recomendación que les han hecho

y que si quieren el viernes pueden

llevar la obra que les

recomendaron. Todo ello dado que

en la próxima sesión se conversará

sobre esto.

379

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad ¡Como se transforman los relatos! Diferencias entre las películas y los cuentos clásicos 3

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Octubre 04, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Contrastar diferentes versiones del cuento El

patito feo.

- Conversación sobre el relato leído y

reflexiones en torno a la historia contada.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Solidez del espacio de lectura y conversación.

- Reflexiones que trascendieron la historia, cuestionándola y buscando

indicios para complementar los detalles que no se contaban.

Materiales y recursos Libro El patito feo de Hans Christian Andersen

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

380

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. El salón se organizará en semi-

círculo para iniciar la lectura, los

niños de primero se ubicarán en las

sillas y los de tercero en las mesas,

como en la sesión anterior.

Con todos los niños, se recordarán

las normas de interacción.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis Los niños de primero se

organizaron mientras

llegaban los de tercero.

Antes de iniciar la

docente les dijo que solo

faltaba el final de la

historia, por lo que ella

quería invitar a los niños

de tercero. Ellos

respondieron que les

parecía bien, pero que no

querían que otra vez

interrumpieran el espacio

hablando.

Respondiendo a la

solicitud de los niños, la

docente, mientras

recordaban las normas de

interacción, les pidió a los

niños de primero que

comentaran lo que le

habían dicho a ella. Así se

hizo y los niños de tercero

se comprometieron a

respetar el espacio.

Reflexión

VID_20171004_105102491(

00:35 – 00:44 = Ante la

posibilidad de que los niños

de tercero asistieran a

escuchar el final, Diego

comentó que no hicieran

tanto ruido porque no lo

dejaron escuchar

00:50 – 01:02 = Jimmy dice

que tampoco caminen, como

lo hacía Santiago)

VID_20171004_105447906(

Recuento de las normas de

interacción

01:51 – 02:03 = Cristian

recordó lo que había hecho

Shlesy para poder leer, pues

había mucho ruido.)

VID_20171004_105913291(

Recuento de la historia)

VID_20171004_110311523

(Recuento de la historia

00:00 – 00:40 = Hipótesis

sobre por qué nació feo el

patito

03:07 – 04:12 = Hipótesis

sobre por qué el perro no

atacó al patito feo. Julián

crea otra hipótesis sobre por

381

qué el perro no atacó al

patito. Se teje un diálogo,

aunque en algún momento se

habló de otra cosa)

VID_20171004_110729326(

00:00 – 00:10 = Continúan

las hipótesis sobre por qué el

perro no atacó al patito.)

Momento 2. Lectura del libro El patito feo de

Hans Christian Andersen, en voz

alta por parte de la docente.

Conversación en torno a la lectura.

Indagación por las diversas

versiones del cuento y cómo se

accedió a estas. Discusión en torno

a la vida del patito y de algunas

frases del libro.

Luego de la conversación los niños

de tercero pueden continuar sus

actividades escolares.

Descripción y análisis Antes de iniciar la lectura,

la docente les pidió a los

niños que recordaran lo

que se había leído hasta el

momento. Los niños lo

hicieron con mucho

entusiasmo y recordaron

bastantes detalles. La

historia se pudo

reconstruir casi en su

totalidad, gracias a los

aportes de los niños.

Durante la conversación

surgieron preguntas en

torno a algunos términos

como “anguila” y

aclaraciones en torno al

tipo de animales que se

encontraban en el relato,

pues los niños confundían

gansos con cisnes. Fueron

los mismos niños quienes

se respondían entre ellos

las dudas que surgían.

Esto a partir de

VID_20171004_110947986

(Lectura del El patito feo

00:47 – 01:07 = Gestos de

los niños que evidencian su

conexión con el libro)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1373%5B1%5D.

MOV (lectura de El patito

feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1374%5B1%5D.

MOV (01:17 – 02:00 =

Gestos de los niños que

evidencian su conexión con

la lectura)

https://www.dropbox.com/ho

382

mediaciones de la

docente, quien devolvía

las preguntas a los

miembros de la

comunidad para que,

quien tuviera la respuesta,

contestara.

Durante la lectura los

niños estuvieron muy

concentrados y fue

evidente su interés por el

relato. En cada página se

sorprendían y hacían

comentarios cuando la

docente finalizaba. Sin

embargo, ella no los

retomó para hacerlo

durante el momento de

conversación.

La lectura fue un

momento muy ameno.

Tanto los niños como la

docente disfrutaron de la

lectura.

Las ilustraciones también

jugaron un papel

importante en la lectura,

pues ayudaron a que los

niños aclararan la forma

del patito y sus cambios.

Durante la conversación

surgieron aspectos muy

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1376%5B1%5D.

MOV (lectura de El patito

feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1377%5B1%5D.

MOV (Lectura de El patito

feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1378%5B1%5D.

MOV (Final de la lectura de

El patito feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1380%5B1%5D.

MOV (Conversación sobre

El patito feo)

https://www.dropbox.com/ho

383

interesantes, pues los

niños cuestionaron

constantemente el relato

para identificar detalles

que no se contaban en la

historia. Algunas

preguntas de los niños

fueron: ¿cómo llegó el

huevo de cisne al nido del

patito?, ¿la mamá lo

ayudó a irse?, ¿por qué

los primeros cisnes que lo

vieron no le dijeron nada?

Sobre lo anterior

surgieron hipótesis muy

interesantes. Además, se

tejió una conversación

como tal, pues los niños

se retomaban entre sí, se

complementaban, se

contradecían… En esta

sesión se consolidó la

comunidad aún más. No

obstante, algunos niños se

desconectaron, pues había

demasiados y no era

posible darles la palabra

tan rápidamente.

Reflexión El momento de lectura es

muy ameno cuando se

permite cierta libertad.

Entonces, aun cuando

existan normas mínimas

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1381%5B1%5D.

MOV (Conversación sobre

El patito feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1382%5B1%5D.

MOV (Conversación sobre

El patito feo)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1383%5B1%5D.

MOV (00:28 – 00:56 =

Juancho pregunta ¿será que

era pato o será que era

cisne?)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1384%5B1%5D.

MOV (Conversación sobre

El patito feo)

384

de comportamiento,

posibilitar que cada niño

reflexione sobre lo que

quiera y que construya las

interpretaciones

particulares que el relato

le haya suscitado es

fundamental para que el

momento de conversación

sea muy potente. La

diversidad de opiniones

enriquece el momento de

diálogo y, además,

posibilita la construcción

de una verdadera

conversación. Esto dado

que estar en desacuerdo o

querer contestar una

pregunta que surgió lleva

a los niños a retomarse

entre sí y a colocar

atención a los demás.

En esta medida, la

selección del libro es

crucial para generar esas

tensiones. En relación con

ello, es necesario

considerar como un

criterio de selección la

posibilidad de generar

diversas interpretaciones.

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1385%5B1%5D.

MOV (00:00 – 00:45 =

Retomando lo que había

dicho Juancho, Julián aclara

que no se volvió cisne, sino

que desde pequeño ya lo era.

En torno a ello se comienza

un diálogo sobre el tamaño

del huevo de cisne y de pato.

02:05 –02:35 = Daniel

pregunta ¿los cisnes nadan?

Además, Juancho habla con

Ana sobre sus propias

reflexiones. Ello constituye

una debilidad cuando hay

tantos niños, es muy difícil

capturar todas sus

reflexiones)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1387%5B1%5D.

MOV (00:00 –03:46 =

Cristian pregunta cómo

resultó el huevo de un cisne

en el nido de la pata y por

385

qué los otros cisnes no le

dijeron al patito que era uno

de ellos.

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1389%5B1%5D.

MOV (Continuación de la

conversación)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2004%2C%202017?pre

view=IMG_1390%5B1%5D.

MOV (00:00 – 00:37 =

Cristian dice que era posible

que los cisnes que se

encontraron con el patito

fueran los hermanos.

00:46 – 01:42 = Yesid

pregunta dónde era que

sucedía la historia)

386

INSTRUMENTO BREVE. PLANEACIÓN, DESCRIPCIÓN Y REFLEXIÓN

Nombre de la actividad Nuestros familiares comparten nuestro espacio de lectura

Nombre de quien planea. Alejandra Bolívar

Nombre de quien

implementa, procesa la

información y realiza la

reflexión.

Alejandra Bolívar

Lugar Cebadal, Boyacá.

Fecha de implementación Octubre 10, 2017

Listado de los resultados

esperados

- Vincular a las familias en la lectura y en la

conversación.

- Indagar por las experiencias que ha generado

el espacio, tanto en los niños como en su

familia.

- Cerrar simbólicamente el espacio de lectura.

Listado de resultados

logrados (esperados y no

esperados)

- Vinculación de algunos familiares en la conversación.

- Goce del espacio y de la lectura.

- Comentarios relacionados con la experiencia de los niños, es decir,

que trascendieron lo literal.

- Indagación de las experiencias de lectura de los niños.

- Cierre del espacio.

Materiales y recursos Libro Guillermo Jorge Manuel José de Mem Fox

Poema Rimas de León de Greiff

Descripción de las

variaciones o precisiones

de cada momento y

documentación

Momentos Descripción y análisis

(sobre implementación de

la actividad) + Reflexión

(sobre tema de inv.)

Documentación: siempre

hay documentación, para

dar cuenta de lo que paso

en la actividad

Selección de fragmentos

importantes codificados

por pregunta de

investigación. No siempre

hay selección.

387

Descripción de la actividad,

tal como se planea, momento

a momento. (Acciones de los

estudiantes e intervenciones

de la docente) Cada momento

se describe en una fila

Momento 1. El salón se organizará para la

lectura, tal como siempre, en

forma de semi-círculo. Las sillas

se dispondrán para los niños de

primero y las mesas para los

familiares que asistan.

Una vez todos estén organizados

se recordarán las normas del

espacio, a partir de preguntas a los

niños.

No se describe la totalidad

del momento, sólo se

contrasta con la

planeación y se indican

las variaciones y los

modos en que se

abordaron. Las

precisiones tienen que ver

con asuntos específicos de

la actividad que no están

en la planeación pero que

se consideran relevantes.

Indicar y describir el

soporte o los soportes

documentales que

registran desarrollo de

cada momento de la

actividad. Un mismo

momento puede

documentarse en varios

soportes.

Lo anterior implica

codificar cada soporte,

para lo cual se establece

un criterio y una

numeración que se escribe

también en el registro

para acceder de manera

organizada a los soportes.

En este espacio debe

indicarse tipo de registro,

código y coordenadas de

ubicación (por ejemplo,

tiempos).

Momento 1.

Descripción y análisis El momento se realizó de

acuerdo a lo que se tenía

planeado. Los niños

tenían mucha expectativa

por la presencia de

algunos familiares y su

actitud fue similar a

cuando asistieron los

niños de tercero por

primera vez, querían que

el espacio funcionara lo

mejor posible.

Reflexión

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2010%2C%202017?pre

view=00047.MTS (Recuento

de las normas de interacción)

Momento 2. Lectura del libro Guillermo Jorge

Manuel José de Mem Fox, en voz

alta por parte de la docente.

Durante la lectura la docente

parará dos veces. La primera para

preguntarles a todos, niños y

familiares, qué creen que es una

memoria. Esto justo cuando el

protagonista lo pregunta. La

docente les dirá “¿qué le

contestarían ustedes?, ¿qué es una

memoria?”

La segunda pausa se realizará

antes de saber si lo que el

protagonista llevó funcionó. Esto

para preguntarles qué creen al

respecto y por qué, buscando

Descripción y análisis La docente inició

presentando el libro, la

autora y la ilustradora,

presentado algunos datos

de su biografía. Los niños

se sorprendieron por su

año de nacimiento y

crearon hipótesis en torno

a su lugar de nacimiento.

Al iniciar los niños

estaban muy emocionados

por el relato y sonreían

entre ellos al escuchar las

rimas del libro. Los

familiares asistentes

también estaban

conectados con el relato.

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2010%2C%202017?pre

view=00048.MTS (Lectura

del libro, presentación del

libro y de la autora.

05:19 – 05:43 = gestos de los

niños que evidencian su

conexión con la lectura

06:55 –08:43 = ¿qué es una

memoria?)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

388

hipótesis sobre el final.

Al finalizar el relato se conversará

sobre este. Se planea reflexionar

sobre la importancia de la

memoria, los significados de los

recuerdos y la relación entre los

adultos mayores y los niños.

Ante la primera pausa de

la docente, los niños

relacionaron la pregunta

¿qué es una memoria?

Con la capacidad de un

celular o una Tablet. Sin

embargo, la docente les

dijo que en esa ocasión

era la señorita Ana quien

había perdido la memoria

y ella no era ninguno de

esos artefactos. Entonces,

los niños dijeron que era

algo que servía para

recordar. Los familiares

también participaron

diciendo que era la

capacidad que una

persona tenía para

recordar los hechos de su

vida.

La docente continuó su

lectura. Los niños y los

papás hacían comentarios

en voz baja sobre el

relato.

En la segunda pausa los

niños dijeron que esos

elementos no le iban a

funcionar, porque no

tenían nada que ver. Los

familiares estuvieron de

acuerdo.

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2010%2C%202017?pre

view=00049.MTS (Lectura

00:55 – 02:53= Conversación

sobre los objetos que

Guillermo Jorge le llevó a la

señorita Ana

06:35 – 09:52= Conversación

sobre el libro. Los niños

cuentan anécdotas sobre

olvidos en su cotidianidad)

https://www.dropbox.com/ho

me/Pr%C3%A1ctica%20Soc

ial%202017/Boyac%C3%A1

/Comunidad%20lectora/Octu

bre%2010%2C%202017?pre

view=00050.MTS (La

lectura suscitó historias

personales)

00054 (02:17 – 02:31= El

papá cuenta que María

Alejandra Pidió un libro

00:44 –04:50: Una familiar

cuenta que sí incentiva otras

cosas la lectura, pues los

niños hablaban de lo que les

pasaba en la casa)

389

El final de la lectura fue

muy conmovedor para los

niños y los familiares.

Incluso expresaron su

deseo de volver a leer el

relato. Además, los gestos

de su rostro evidenciaban

el disfrute del mismo.

Los comentarios sobre la

lectura se enfocaron en

comentar historias en las

que los niños también

habían olvidado algunas

cosas y sobre anécdotas

de su vida cuando eran

más pequeños. Es decir

que el relato trascendió

hacia aspectos del pasado

y a historias sobre su tema

principal, la memoria.

Los familiares disfrutaron

de los comentarios,

también, pues sonreían y

recordaban anécdotas. Sin

embargo, su participación

fue muy tímida y fue

necesario que la docente

les preguntara

directamente.

Momento 3. Indagación en torno a la

experiencia del momento de

lectura.

Momento 2.

Descripción y análisis

Los niños dibujaron

elementos que recordaban

de las lecturas pasadas.

390

Para iniciar, la docente les dirá a

los niños que piensen en algo que

para ellos represente ese momento

de lectura. Un recuerdo tal como

los que tenía la señora Ana. Es

decir que si tuvieran qué explicarle

a alguien qué es ese espacio ellos

qué le dirían. Les dará un minuto

para pensar y, luego, les dirá que

en una tarjeta que ella les entregará

deben dibujar o escribir eso que

pensaron, lo cual corresponde a lo

que para ellos ha significado estar

en ese espacio de lectura.

Mientras los niños realizan los

dibujos la docente saldrá con los

papás y les preguntará de forma

colectiva qué ha significado para

ellos el hecho de que sus hijos

lleven libros a la casa. Para ello les

realizará preguntas como:

- ¿Cómo les ha parecido que

sus hijos lleven libros a la

casa?

- ¿Qué hacen los niños

cuando llevan libros

(cuenten algunas

experiencias)?

- ¿Qué hacen ustedes

cuando los niños llevan

libros?

- ¿Creen que esta

experiencia ha cambiado a

los niños?, ¿de qué

forma?, ¿por qué creen

Durante sus comentarios

el tiempo fue un limitante

para profundizar en torno

a su experiencia, pues, en

ocasiones, los niños solo

mencionaban que les

gustaba leer y algún

elemento de un libro leído

que les llamó la atención.

Además, la mayoría de

los niños expresó sus

deseos de continuar con la

lectura, pero no sabían

explicar el por qué.

La dinámica no se pudo

desarrollar como se tenía

planeado, pues, por

cuestiones de tiempo,

tuvo que entrevistarse a

cada niño al frente de sus

compañeros.

Los comentarios de los

papás se restringieron a la

posibilidad que la lectura

les proporciona a los

niños a aprender. Sin

embargo, hubo

comentarios interesantes

en relación con la

posibilidad que habían

evidenciado de hablar de

sí mismo a partir de la

lectura. Además,

mencionaron que María

391

que lo ha hecho?

- ¿Ha cambiado esta

experiencia de llevar libros

a la casa algo en ustedes o

en sus actividades diarias?

- ¿Han escuchado

comentarios de los niños

frente a esta experiencia?,

¿cuáles?

- ¿Les parece importante

que los niños tengan la

posibilidad de acercarse a

la literatura como se ha

hecho en esta

experiencia?, ¿por qué?

- ¿Su opinión frente a la

lectura ha cambiado a

partir de la experiencia de

lectura de los niños?,

¿Cómo se ha

transformado?

De acuerdo a sus aportes se

considerará la posibilidad de

conversar solo con un papá.

Además, sería ideal hablar con

algunos hermanos de los niños.

Luego de la conversación con los

papás, todos ingresarán al salón y

se ubicarán en forma de círculo, de

pie. La docente iniciará colocando

en una madeja de lana una tarjeta

con un dibujo (igual que la creada

por los niños) y contará para ella

qué significó el momento de

Alejandra, su hija y

ahijada, a partir del

espacio de lectura había

demostrado su interés por

comprar libros.

392

lectura. Posteriormente, le arrojará

la lana a un niño y este debe

amarrar la tarjeta que hizo y

comentar, también, qué significó

estar en ese espacio. Así, se

construirá una telaraña con la lana.

La idea es indagar por las

opiniones de los niños frente al

espacio, para ello se realizarán

preguntas como:

- ¿Para ti qué significa

ahora leer?

- ¿Te gustaría repetir este

espacio?, ¿por qué?

- ¿Qué le dirías a otros

niños sobre lo que has

vivido aquí?, ¿les

recomendarías que

participaran?

Momento 4. Para finalizar la sesión, se leerá el

poema Rimas de León de Greiff.

La docente le dará a cada niño y a

cada familiar una hoja con el

poema impreso en ella para que

puedan seguir la lectura. Antes de

entregarles la hoja les explicará

que en ella está el poema que

leerá, que pueden seguir su lectura

en silencio.

Momento 3.

Por cuestiones de tiempo,

este momento no se pudo

realizar.