SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES

Jueves 9 de abril de 2015 • 7:00 p.m.Santa Marta, Quinta de San Pedro Alejandrino

Jueves 16 de abril de 2015 • 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

JORGE IVÁN VÉLEZ, violonchelo (Colombia)

DANIEL AGUIRRE, piano (Colombia)

TOME NOTA• Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en los avisos de

prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

• Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

• Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o fumar

durante el concierto, con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

• Durante el transcurso del concierto por favor mantenga apagados sus

equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

• Por respeto a los derechos de autor de los compositores e intérpretes,

no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

Los conciertos realizados en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango están autorizados porla Dirección Administrativa de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, mediante la Resolución 035

del 4 de febrero de 2015

1

Nació en 1995 en Manzanares, Caldas. Recibió su grado de bachiller técnico en música de la Institución Educativa INEM “Jorge Isaacs” de Cali. En 2011 ingresó a la Universidad Nacional de Colombia y fue seleccionado por concurso para formar parte de la Orquesta Sinfónica de Bogotá FOSBO, donde actualmente se desempeña como músico de planta. Fue seleccionado para presentarse como solista en la Serie de los Jóvenes Intérpretes de la Biblioteca Luis Ángel Arango como en la temporada 2015, y en la Categoría Música de Cámara para la temporada 2014 con el Trío Cortázar. Fue Invitado a participar como músico supernumerario en la Mahler Chamber Orchestra, bajo la dirección del chelista Mario Brunello, y fue seleccionado en el programa de becarios del IX Festival Internacional de Música de Cartagena 2015. También ha sido galardonado con del primer puesto en el XIV Concurso de Interpretación Musical “Ciudad de Bogotá” en el año 2012. Ese mismo año fue seleccionado para formar parte de la Orquesta Filarmónica Joven de Colombia en su primera gira internacional por Brasil. Íntimamente interesado en la música antigua, fue invitado a integrarse a la Orquesta Barroca de la Filarmónica Joven de Colombia en 2014 bajo la dirección del maestro Adrián Chamorro, como violonchelista principal. En sus apariciones como solista con orquesta se destacan sus actuaciones con la Orquesta de Estudiantes de la Universidad del Valle (Cali) y con el Ensamble de Música Barroca de la Universidad Nacional de Colombia.

Ha tomado clases magistrales de violonchelo, música de cámara y música barroca con diferentes maestros entre los que se cuentan Santiago Cañón Valencia, Jorgen Fog, Stefan Faludi y Ageet Zweistra, entre otros.

Jorge se ha presentado en varios auditorios entre ellos la Sala Beethoven (Cali), el Auditorio Teresa Cuervo del Museo Nacional de Colombia, Auditorio Olav Roots,

2

el Auditorio León de Greiff, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, la Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango y el New World Center (Estados Unidos), entre otros.

Actualmente cursa octavo semestre de música Instrumental en la Universidad Nacional de Colombia, bajo la tutoría de la maestra Cecilia Palma.

Daniel Aguirre, pianoNació en 1993. A los seis años ingresó a la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia para realizar sus primeros estudios musicales; dos años después comenzó sus estudios de piano bajo la dirección del maestro Leonardo Zambrano y posteriormente recibió clases con Fabián Fernández, Juan David González y Diego Claros.

En el año 2011 comenzó su carrera de música en piano en la Universidad Nacional de Colombia bajo la tutoría de la maestra Ángela Rodríguez. Actualmente recibe clases del maestro Raúl Mesa.

Fue seleccionado para actuar en el Ciclo de Conciertos Universitarios de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en el año 2012. Daniel hace parte del ensamble Trío Cortázar, el cual fue seleccionado en la convocatoria Jóvenes Intérpretes 2014 del Banco de la República. También se ha desempeñado como pianista correpetidor de la clase de Maestría en Dirección Sinfónica de la Universidad Nacional.

Ha recibido clases magistrales con Blanca Uribe, Sergio Ruiz, Katia Michel, Francesco D’Orazio, Guerassim Voronkov, Dirk Mommertz y Felipe Aguirre, entre otros.

3INTERMEDIO

GASPAR CASSADÓ (1897-1966)

LUIS CARLOS FIGUEROA (n. 1923)

GABRIEL FAURÉ (1845-1924) Original para voz y piano.Transcripción: Julian Lloyd Weber

LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827)

Suite para violonchelo solo(1926)

Preludio-FantasíaSardana

Intermezzo e Danza finale

Sonatina para violonchelo y piano(1981)

Allegro moderatoAndanteAllegro

Après un rêve, Op. 7

Sonata No. 3, Op. 69(1809)

Allegro, ma non tantoScherzo. Allegro molto

Adagio cantabile-Allegro vivace

CONCIERTO No. 22

PROGRAMA

4

REFLEJOS DE CERCA Y DE LEJOS

Por Carlos Páramo

Hay algo en el sonido del violonchelo que colapsa el tiempo y el espacio: algo grave, insondable, dulce y trágico al mismo tiempo que, a diferencia de otros instrumentos, surte el efecto de que su voz sea siempre cambiante y siempre la misma. Las cuatro obras que conforman el programa de hoy, establecen, en consecuencia, una particular red de relaciones o, mejor, de reflejos, algunos directos, otros oblicuos, entre el pasado y el presente, el aquí y el allá. Y en esta galería de espejos siempre se sugiere la imagen, a veces solo apenas perceptible, de una figura que no parece estar en la habitación, a su manera ella misma encarnación del principio y del fin.

En el principio fue Bach —o casi. Al menos eso puede afirmarse con respecto a la incursión del violonchelo como instrumento de valía en la música de Occidente. Ya desde el siglo XVII, maestros venecianos como Frescobaldi y Domenico Gabrielli o el boloñés Gianbattista Degli Antonii habían compuesto pequeñas y sugestivas obras para el chelo solista; tiempo después, hacia 1730, Vivaldi y Boismortier produjeron sonatas para uno o dos violonchelos y bajo continuo, también importantes. Pero indudablemente, las obras que despertaron la imaginación del siglo XIX europeo frente al instrumento fueron las seis suites para violonchelo solo compuestas por Johann Sebastian Bach entre 1717 y 1723; obras insólitas para la imaginación romántica, llenas por igual de complejidad y poesía, que así solas parecían inconcebibles, tanto que Robert Schumann produjo una edición que “corregía” las obras originales agregándoles un piano acompañante. Empero, para que esto ocurriera, otra fuerza creativa se había interpuesto anteriormente: luego de Bach es a Beethoven a quien debemos la irrupción del chelo. Nada en el repertorio clásico —ni siquiera las obras insignes de C. P. E. Bach, Haydn o Boccherini— le dan un realce como el que le otorgan sus cinco sonatas para violonchelo y piano, las primeras dos (Op. 5) de 1796, la tercera (Op. 69) de 1808, la cuarta y la quinta (Op. 102) de 1815. Y entre estas, la que sin duda goza de mayor fama es la intermedia, la Op. 69: una y otra vez se ha señalado cómo se trata de la primera sonata para chelo y piano genuinamente madura, en la que ambos instrumentos no compiten o buscan subordinarse el uno al otro, sino que establecen un verdadero diálogo paritario e inteligente, proporcional a la forma además, que es la de una perfecta sonata clásica. Su primer e intrigante movimiento halla ecos en el inicio de la grácil y bella Sonatina del maestro caleño Luis Carlos Figueroa (n. 1923), teñida de nostalgia e inocencia tanto más conmovedora por su fecha de composición, 1981, que no puede dejar de sugerir la evocación de un tiempo ya ido.

5

Volcarse al pasadoFue mirando hacia Bach, a través de Beethoven (1770-1827), como Mendelssohn y Schumann, Brahms y Chopin, Saint-Saëns y Fauré (1845-1924) compusieron sus igualmente célebres incursiones en el género: siempre buscando elegancia y dramatismo sonoro, pero nunca prescindiendo del soporte del piano. No obstante, con la vuelta del siglo XIX al XX convergieron ambos senderos, el de Bach y el de Beethoven. En los alrededores del ominoso 1915 aparecieron tres obras indicativas de esta confluencia: la Sonata para violonchelo y piano de Debussy, la Sonata para violonchelo solo de Zoltán Kodály y la Primera suite para violonchelo solo de Max Reger. Y sobre todo, con el advenimiento de las tecnologías de la grabación y la reproducción sonoras apareció el primer gran evangelista del instrumento: el catalán Pau (o Pablo) Casals, indudablemente una de las figuras más influyentes en la música del siglo XX, sobre todo como intérprete fonográfico. Gracias a su prodigioso talento y a un enorme carisma aural, Casals propaló el interés por el chelo en todas sus formas, no sólo a través de grabaciones legendarias (para no ir más lejos, la primera y aún clásica integral de las suites bachianas, de 1938) sino mediante adaptaciones hechas específicamente para la divulgación, como aquella de la Mélodie Op. 7 No. 1, compuesta por Gabriel Fauré en 1878, originalmente para piano y voz soprano, a la que Casals hizo famosa como Après un rêve, “Después de un sueño”. (A partir de esta primera versión, otros chelistas produjeron sus propias interpretaciones; esta noche escuchamos, por ejemplo, aquella igualmente notable de Julian Lloyd-Weber.) También dejó Casals una escuela importante de chelistas. Entre estos, su más dilecto discípulo fue el barcelonés Gaspar Cassadó (1897-1966), no sólo otro gran intérprete de Bach, como lo atestigua su propia grabación de las suites, de 1957, sino un prolífico compositor para su instrumento y para la guitarra. En homenaje a Kodály —a quien cita explícitamente—, a su maestro Casals y a Bach, por supuesto, es su propia Suite para violonchelo solo de 1926, que luego de un enérgico y sibilino arranque procede juguetonamente con una sucesión de danzas españolas en el molde barroco: la zarabanda iberoamericana, la sardana catalana y la jota aragonesa. Al final, también será Bach.

Daniel Sánchez, JI 2014

Jóvenes Intérpretes 2016

Inscríbete por internet desde ahora

1

Audiciones en vivo del 5 al 11 de octubre de 2015

3

Graba el video de preseleccióny envíalo antes del viernes10 de abril de 2015

2

Son tres sencillos pasos: