José Ignacio Galparsoro Ruiz - El joven profesor Nietzsche y Platón

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  • 8/2/2019 Jos Ignacio Galparsoro Ruiz - El joven profesor Nietzsche y Platn

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    Enrahonar 24, 1995 47-72

    El joven profesor Nietzsche y Platn*Jos Ignacio Galparsoro RuizUniversidad del Pas Vasco. Dep artamen to de Filosofa.Avda. de Tolosa, 70. San Sebastin. Spain

    ResumenC o n el fin de inte ntar superar ciertas ambigedades en la interpretacin q ue Nietzsche efectade la filosofa platnica, se pro po ne el exam en de los cursos universitarios im par tido s porN ie m ch e en Basilea y, ms conc retame nte, el del curso sobre Platn titulado ((Einleitung ndas Stu diu m d er platonischen Dialoguen. De l anlisis del mism o salen a la luz algunos aspec-tos interesantes. As, por ejemplo, y frente a otras interpretaciones q ue sostienen lo contrario,se inten ta m ostrar, p or una parte, la relevancia filosfica de la actividad docente en Basilea y,po r otra, que la interpretacin nietzscheana del platonism o est fuertemen te influenciad a (yadesde su juventud) por los textos de Aristteles ms que por los de Sch open hauer.

    El anlisis del Czlrso de Basilea muestra asimismo la continuidad, ms que la ruptura,en tre el joven profesor N ietzsche y el N iem che ms maduro, continuidad que afecta a aspec-tos centrales de la filosofa de N ietzsche, tales com o su crtica a la metafsica herede ra del pla-tonis m o. E n el artculo se inten ta mos trar q ue el estudio detallado de las tesis platnicas q ueNietzsche realiza en este curso le proporcion ar un arsenal de argu men tos del q ue se servir ensu ob ra posterior. El joven profesor Ni eas ch e p roporciona un a justificacin explcita de los argu-me nto s qu e, en sus escritos posteriores, se eliden o, simp lem ente , se da n por su puestos.El Nietzsche del Curso de Basilea y el de los escri tos posteriores t ienen e n c om n &r-maciones tales co m o que el sufrim iento prov ocad o por el carcter inaprehensible de lascosas presentes en el mu nd o e n devenir lleva a Platn a conden ar el m u n do sensible y aconstruir u n m u n d o intel igible de esencias inmuta bles susceptible de c ono cimie nto firmey seguro. La filosofa platnica est, segn N ietzsche, co nstruida sobre presupuestos mo ra-les, lo cual se pon e d e manifiesto en el lugar em inen te q ue en la teora d e las ideas se reser-va para la idea del Bien, concepto que, segn la interpretacin de Niemche, es lcito asimilaral de D ios. La crt ica del Nietzsche m adu ro a la ontoagatologa u ontoteologa platnicaencue ntra u na serie de imp ortantes precisiones si examinamos lo afirmado en el curso sobrePlatn: as, por ejemp lo, sale a la luz el pun to de partida sobre el que se desarrollar su cr-t ica a todo el edificio de la metafsica occidental , mostrndose contin uidad , m s qu e rup-

    Cito a Nietzsche siguiendo la edicin de la Obras Completas preparada por G . Colli yM. M ontinari. Nietzsche, F. (1967 -SS). erke, Kritische Gesa ~nta irs ~abeen adelante, KGKI).Berln: Walter de Gruyter. Cuando se trate de una obra, se indicar el ttulo de la misma,seguido del nm ero o el ttulo del pargrafo correspondien te. Cuan do se trate de un frag-mento o escrito pstumo, tras aKGW,, se indicar el volumen, el romo y la numeracindel fragmento, segn la edicin citada anteriorm ente.El autor agradece a la Fundacin Caja de lMadrid la ayuda recibida para la realizacinde este trabajo.

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    cura, en el pensa mie nto de Nietzsche a lo largo de todo s los perodos qu e ste atraviesa.Ello es motivo ms que suficiente como para reclamar la publicacin de los cursos uni-versitarios impartidos por N ietzsche en Basilea en la nueva edicin de sus Obras Com pletas.Palabras clave: Nietzsche, Platn, Aristteles, moral.Abstract. Nietz.de the young Uniuersity lecturer an d PlatoIn a n atte m pt to clarify certain ambiguities in Nietzsche's interpretation of Platonic phi-losophy, one proposes the ex amination of the university courses taught by Nietzsche inBasle and , more specifically, the Course on Plato entitled ~Ein leitu ngn das Studium der pla-tonischen Dialoguen. Such an analysis causes certain inte resting aspects to c om e to light.Th us, for example, and opposed to other interpretat ions wich defend the contrary, oneattempts to show o n the o ne ha nd the philosophical relevante of his teaching activity in Baslean d on th e other tha t [he Nietzschean interpretation of Platonism was strongly influen-ced (fiom as early as his youth ) more by the texts of h i s t o d e than by those of Schopenhauer.Analysis of the Bmh Course also shows the con tinui ty of -rather than mp tur e benveen-Nietzsche the you ng university lecturer and the mor e ma ture Nietzsche; a continuity whichaffects central aspects of Nietzsche's philoso phy, su ch as his critique of metaphysics inheri-ted from Platonism. T h e article attemDts to show that &e detailed studv of the Platonic the-ses carried o ut by Nietzsche in this course wou ld provide h im w ith an arsenal of argum entsfor use in his later work. N ietzsche th e young lecturer provides an explicit justification ofth e argum ents which elide in his later writings or are simply taken for granted.T h e Nietzsche of the Basle Course an d the N ietzsche of the later writings share suchassertions as that the suffering provok ed by [he inapprehensible character of things pre-sent in the world in transformation leads Plato to con dem n the world of the senses andto b uild an intelligible world of imm utab le essences subject to solid, sure knowledge. I nNietzsche's view, Plato's philosophy is built up on moral assum ptions, shown by the veryhigh irnportanc e given to th e idea of Go od in the Th eo ry of ideas, a concept wich accor-ding to Nietzsche's interpreration m ay be compa red to that of Go d. Th e mature Nietzsche'scrit ique of ontoaga tology or Platonic on totheology find s a series of imp orta nt observa-tions if we exam ine wh at is exp oun ded in the Course on Plato. Th us, for example, we findth e starting poi nt fro m wh ich his crit ique of the entire edifice of western m etaphysicswould be developed, showing continuity more th an rupture in Nietzsche's thought throu g-ho ut al1 the periods w hich he experienced. Ir is a mo re tha n valid reason periods which heexperienced. I t is a mo re tha n valid reason for requesting th e publica tion of the universitycourse taug ht by Nietzsche in Basle in th e new edition of this Complete Works.Key words: Nietzsche, Plato, Aristotle, moral.

    Sumario1. Introduccin 8. Co nfi rm ac in del anlisis del joven

    2. Los cursos de Basilea profesor Nietzsche en la obra posterior3 , El curso sobre Platn 9. El carcter onto teolg ico de la teorade las ideas4. El dualismo platnico 10. La crtica nietzscheana al Dios

    5 . La influen cia de Aristteles en el de l a on to t eo~og aanlisis nietzscheano 11. Conclusin6. El heraclitesmo de Platn7. El encuentro de Platn con Scrates

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    1 . IntroduccinDesd e una perspectiva estadstica, Platn es, junto con Kant, p robablem enteel autor al que Nietzsche dedica una atencin mayor en sus escritos. Esta cons-tatacin es snto m a de que Nietzsche consideraba ineludible una confronta-cin con la filosofa platnica. Ahora bien, dar cuenta de la lectura nietzscheanadel platonismo no es tarea fcil. Esta dificultad se manifiesta de dos modos.En un prim er lugar, la dificultad es de orden m aterial y proviene del mo do enque Nietzsche se expresaba. Sabido es que Nietzsche utilizaba la tcnica delaforismo: prrafos generalmente breves y de contenido mu y denso donde secon cen tran gran can tidad d e cuestiones. Ello hace q ue las referencias a undeterminado tema se encuentren diseminadas a lo largo de su obra. Por tanto,la prime ra d ificultad consiste en localizar dichos textos.La segunda dificultad, ms difcil de superar, no es ya de orden material,sino que afecta al contenid o d e las proposiciones de Nietzsche. Si bien es cier-to que, en general, la norm a es que N ietzsche se muestre crtico para con P latn,no hay que perder de vista aquellos textos en los que Nietzsche alaba lo queen otros lugares es objeto de crtica. Hay, en efecto, muchos ejemplos que p onende manifiesto la ambigedad de Nietzsche con respecto a Platn.As, la relacin que Nietzsche establece entre P latn y otros autores no esvalorada siempre del mismo m odo . No rm alm ente , Nietzsche habla acerca deTucdides con admiracin y lo coloca por encima de Platn cuando ambosson objeto de una comparacin:

    ;Q u m e gust a en Tuc d ides , qu hace qu e le hon re ms que a P l a tn? T od o l ot p ico e n e l homb re y en los acontecimientos le inspira u n placer grande y desin-teresado y encuent ra qu e a cada t ipo corresponde una c ier ta cant idad de serztidoc o m n : eso es lo qu e trata de descubrir. Ti en e mayo r equid ad prctica q ue Platn:no calumnia n i empequeece a los hombres q ue no le gustan o que le han hechoda no e n la vida'.Sin embargo, en el texto q ue citamos a continu acin , Platn ya no es pre-sentado c om o aqul que se op on e a Tucdides, sino como el que junto con stehabra pe rmitido a Nietzsche descubrir al hom bre griego. La extraieza que estetexto produce con respecto al precedente es an m ayor si se tiene en cuenta quePlatn es habitualm ente el blanco de las ms du ras crticas por parte de Nietzschepor ser considerado el responsable de la decadencia del tipo griego2:Los personajes de Tu cd ides hab lan en sentencias de Tuc d ides : poseen ( . . . ) elmay or grado posible d e razn para llevar a bue n t rm ino su asunto. Ah he des-cubierto a l ho m bre griego (varios pasajes en Plat n igualmente)3.

    1. Aurora, 168. Cf. Crepsculo de los dolos, ((Loque debo a los antiguos, S 2: M i recrea-cin, mi predileccin, mi cura de todo platonism o ha sido en todo tiempo T ucdides))(T rad . esp. Snchez Pascual, A. ( j1981) . Ma drid: Alianza).2. Cf. un buen ejemplo de ello en Crepsculo de Los idolos, Lo que debo a los antiguos>, 2.3. KGW, VII, , 5[167].

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    La m ism a s ituac in se reproduce cu and o Nie tzsche cons idera a P la tn ensu r el a ci n c o n Ho m e ro . No rm a lme n te , P l a t n es p re se n ta d o c o m o el o p o -n e n te , i n clu so c o m o el en e mig o d e Ho m e ro :

    Platn contra Ho m ero : ste es el antagon ismo total, genuin o -de un lado el

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    El joven profesor Nietzsche y Platn Entahonac 24, 1995 5 1Despus de leer este ltimo texto sorprende que Nietzsche considere aaquellos mismos que practican el vampirismo como antepasados con quienesles une lazos de sangre -por tanto, como miembros de su propia familia-y que, adems, se sienta orgulloso de ello:Cuando hablo de Platn, de Pascal, de Spinoza y de Goethe, s que su sangre cir-cula por mis venas -estoy orgulloso cuando digo la verdad respecto a ellos- lafamilia es de una calidad lo bastante buena como para no necesitar fabular o disi-mular; y es as como me comporto con relacin a todo lo que ha sido, estoy orgu-lloso de todo lo que hay humano y orgulloso precisamente en la veracidad absoluta8.La ambigedad en la que Nietzsche cae puede ser, al menos en parte,

    explicada por el hecho de que por una parte reconoce la grandeza de Platnmientras que, por la otra, se muestra crtico con el pensamiento de ste. Ahorabien, estas muestras de caballerosidad para con su adversario no son tampocounnimes en los textos de Nietzsche. As, en ocasiones, l mismo reconoce quesus ataques contra Platn son despiadados y que todo&ir-pkzy est aqu ausente:Cada sociedad tiene tendencia a degradar a sus adversarios hasta la caricatura ypor decirlo as a hacerles pasar hambre [...l. Platn por ejemplo se convierte enm en una caricatura9.Este hecho de caricaturizar al rival conduce inevitablemenIe a juzgarlo conpalabras claramente provocadoras y que llevan a cometer ex ce ~os '~ .La cuestin que surge inmediatamente es si estas ambigedades y si estaactitud abiertamente hostil hacia Platn han de ser considerados motivos sufi-cientes para descalificar completamente la lectura nietzscheana de la filosofa pla-tnica. Hacer tal cosa equivaldra a dar por zanjado el problema de una manerademasiado cmoda, sin haberse enfrentado con el mismo. La estrategia her-menutica que seguiremos ser ms bien tratar de depurar la caricatura queNietzsche hace de Platn de aquellos rasgos que se acentan exageradamente

    con fines provocadores para, de este modo, tratar de encontrar aquellas carac-tersticas centrales que tienen que ver ms con el retrato que con la caricatura,despojando al modelo de la mscara con la que el artista la ha recubierto.Si prescindimos de lo anecdtico, quedar puesta de manifiesto la fertilidadde la interpretacin de Nietzsche as como el hecho de que ste conoca biena Platn, lo cual difcilmente podra ser de otro modo si tenemos presente laimportancia concedida a la filosofa platnica y a la influencia que sta ejerce

    8. KGW, V, 2, 12[52].Este texto y el de La Gaya Ciencia citado anteriormente datan delmismo perodo.9. KGW, VIII, 2, 10[112].

    10. P. ej.: ((Platnque haba estado tal vez en la escuela de los judos)) (KGW,VII, 3, 14 [85 ] ) ;Platn, este antiheleno y semita de instintos) (KGW,VIII,2, 11[294]); este otro en elq u e Nietzsche califica a Platn de

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    sobre el pensam ien to occidental". Para ello, la estrategia que seguir este tra-bajo ser la de efectuar la genealoga de Ia interpretacin nietzscheana de P latn,acu dien do a textos redactados en su perodo juvenil. Ello permitir n o slomostrar suficientemente el con ocim iento de los textos platnicos por p arte deNietzsche, sino tambin comprobar que ste traza un retrato no caricaturescode Plat n, cuya presencia se pod r localizar en los escritos ms tardos.2. Los cursos de BasileaC ua nd o se habla d e perodo juvenil)) suele pensarse de forma casi autom ti-ca en El nacimiento de la t~agedia, onsideran do que es a partir de esta prime-ra obra publicada por Nietzsche cuando comienza verdaderamente suproduccin filosfica. De la lectura de la misma se desprende la influencia-reconocida por el propio Nietzsche- ejercida por Schopenhauer y Wagner.Sin emba rgo, de este mism o pero do n o suele ser tenido en consideracin elco nte nid o de la actividad doce nte en Basilea, tal vez porqu e se piensa q ueel hecho de qu e Nietzsche ocupara un puesto de profesor de filologa es indi-cador de que las cuestiones filosficas se relegan a un segundo plano en bene-ficio de las disquisiciones eruditas. Buen sntom a de ello es el desinters mostradopor la nueva edicin de las Obras Completas de Nietzsche a cargo de G . Colliy M . M on tin ari (por otra parte , excelente y necesaria) con respecto a los cur-sos universitarios im partid os por Nietzsche en Basilea.Esta estrategia es errnea. La importancia que hay que conceder a estoscursos no se justifica slo por una curiosidad meramente biogrfica. Antesbien, estos cursos pueden arrojar luz sobre determ inad os aspectos centrales dela filosofa de Nietzsche. As, por ejemplo, aun reconociendo la influenciade Schopenhauer y Wagner sobre el joven Nietzsche, el estudio de los cursos uni-versitarios pon e de m anifiesto un a influencia no m enos im po rtan te: la de lalectura de los textos clsicos con los que Nietzsche se enfrenta no ya exclusi-vamente como fillogo sino ms bien como f il ~ o fo '~ ,ectura en la que se pue-den entrever (y, en ocasiones, ms qu e entrever ya que qu ed an puestos d eman ifiesto, co m o veremos ms adelante) algunos aspectos fundam entales qu eNietzsche desarrollar posteriormente.

    11. En este pu nto n o podemos sino mostrarnos de acuerdo con G . Colli -gran experto enfilosofa antigua y, al mismo tiempo, gran conocedor de la obra de NIETZSCHE,omo loprueba su participacin en la nueva edicin de las Obra s C ompletas de Nierzsche en cola-boracin con M. Mon rinari- cuan do afirma: ((Plat nes u no de los pocos filsofos a losque Nietzsche haya ledo ampliamente (y l ha adivinado muchas cosas que nadie anteshaba descubierto)n. (Colli, G . (2 197 9).D opo Nietnc he. Miln: Adelphi, p. 23).12 . Sobre la vocacin filosfica de Nietzsche, cf. la carta dirigida a Friedrich Ritschl en en erode 1871. (NIETZSCHE,. (1975-SS).Bi.iefWechsel, Kiitische Gesamtausgabe.Berln: Wa lter deGruyter, 11, 1, no 111):

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    Se intentar m ostrar que el estudio detallado d e las tesis platnicas, y suinterpre tacin d e las mismas, e n este curso universi tario propo rcion ar aNietzsche un arsenal de arg um ento s del que se servir ms adelante. Los filo-sofemas provocadores y en ocasiones panfletarios que el Nietzsche m ad ur odirige contra P latn encuentran un a justificacin explicita en este curso. Por lotanto, aqu podemos encontrar aquellos argumentos que se eliden, o se danpor supuestos, en los escritos posteriores de N ietzsche.En el Czirso de Bdsilea saltan a la vista algunas diferencias con respecto alNietzsche ms m adu ro, las cuales afectan fun dam enta lm ente al estilo co n elque N ietzsche se expresa. Frente al carcter fragmen tario, panfletario, cido,descalificador que caracteriza al modo en el que el Nietzsche maduro se refie-re a Platn, nos encontram os aqu con u n estilo expositivo, acadmico, serenoy argum entativo. Esro es particularmente claro en la primera parte del cursoded icado a la doxografa, vida y obras de platn14 . El primer apartado d e estaprimera parte est dedicado a discutir las interpretaciones de Platn formula-das por autores como Tennemann, Schleiermacher, Ast, Socher, Stallbaum,H. Richter, C.Fr. Her m ann , Zeller, Steinhart, S use mh l, Suckow, M unk , Bonitz,Uebenveg, H. von Stein, Schaarschm idt y Grote15. En el segundo apartado sepasa a un examen detallado de L a vida de P latnx en base a las fuentes an ti-guas, qu e se subd ivide en las siguientes rbricas: 1. Fechas de n acim iento ymuerte. 11. Arbol genealgico de Platn. 111. Educacin de Platn. IV. Estanciaen M egara y viajes. V.Actividad didctica de Platn en la Academia. VI. lti-mos viajes. Cu adr o cronolgico. VIII. Sinopsis1'. Por ltimo, el tercer apar-tad o est dedicado a la (

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    tonismo. La admiracin y respeto que el joven Nietzsche experimenta haciaPlatn no es bice para que aqul crea oportuno indicar objeciones, poner sus(>las concepciones centrales de Platn. Esta combinacin de admiracin-crtica puede -dicho sea de paso- explicar, al menos en parte, las ambige-dades a las que aludamos anteriormente.4 . El dualismo platnicoCentrndonos ya en el anlisis del curso universitario sobre Platn (al que nosreferiremos sobre todo a su segunda parte) y en la medida en que el curso sigueun hilo argumentativo -no estando compuesto (como ocurrir aos mstarde) por aforismos ms o menos co?exos-, es preciso subrayar el punto departida de la exposicin de Nietzsche. Este presenta las tesis principales de Platndel modo ms sucinto y claro posible con el fin de proceder posteriormente asu examen. En la primera subdivisin del texto tenemos, pues, el modo en queNietzsche comprende la filosofa de Platn. Haciendo referencia al texto deTimeo, 5 1 d, Nietzsche subraya el dualismo de la filosofa platnica, puestode manifiesto en los dos tipos de conocimiento: el conocimiento racional (VOGS)y la recta opinin (6ogu ci?iyefi~).stos se constituyen de modo diferente (el pri-mero a travs de la enseanza, el segundo a travs de la persuasin); poseendos objetos diferentes (las ideas y las cosas materiales, respectivamente), cuyascaractersticas son asimismo contrapuestas (las ideas son inmutables, siempreiguales a s mismas, eternas, no sujetas al devenir; por su parte, las cosas mate-riales son mutables, sujetas al devenir, contingentes)18.En esta exposicin sucinta de la filosofa platnica se puede ya adivinar cla-ramente uno de los temas ms recurrentes en la obra de Nietzsche: la consta-tacin de la contraposicin entre el mundo verdadero), y el mundo aparente))cuyo origen se sita en Platn y que, segn Nietzsche, ha sido una constanteen la historia de la filosofa occidental.Por tanto, Nietzsche est abordando aqu el problema del dualismo de lafilosofa, problema que ser una de las claves para entender la crtica deNietzsche a la metafsica en general. El mtodo que Nietzsche utiliza paraafrontar el problema es el mtodo histrico o genealgico'9 y tambin en estose aprecia continuidad entre el joven Nietzsche y el Nietzsche ms maduro.Nietzsche achaca a la filosofa su falta de sentido histrico)>20. l, por su1 8 . Cf. Curso de Basilea, p. 396.19 . Cf . FOUCAULT,Michel (197 1). aNietzsche, la gnalogie, l 'histoire>>. ovzvzage 2 eaizHyppolite. Pars: P .C .F. , p. 146- 172. Segn la correcta interpretacin de Foucau lt, la wiy-kliche Historie, reivindicada por Kietzsche, areintroduce en el devenir [a diferencia de loque ocurre en la historia tradicional] todo aque llo que en el ho mb re haba sido tenido p orinmortalx (p. 159).-20. Cf. ICGW, VII, 2, 3 4[7 3]:

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    parte, abordar, como veremos en seguida, el problem a del dualismo platnicoprecisamente desde una perspectiva genealgica o histrica, in tenta ndo encon-trar e n su origen las razones qu e llevaron a Platn a efectuar esta escisin enel cosmos. Para ello, y esto es lo que llama la atencin con respecto a lo queser la norm a en el Nietzsche ma du ro, el joven N ietzsche no tiene nin g ninconveniente en admitir que su argumentacin est basada en las fuentesms clsicas.5 . La influencia de Aristteles en el anlisis nietzscheanoEn el caso qu e nos ocup a, Nietzsche afirma explcitamen te que la explicacindel carcter dualista d e la filosofa platnica la encontram os en Aristteles. Aspues, Nietzsche recurre a la autorizad a fuente de Aristteles para a borda r elorigen de la distincin platnica entre los dos m undo s. D ado que, co mo vere-mos ms adelante, la respuesta proporcionada por el joven Nietzsche coincideen lneas generales con la que l mism o dar aos m s tarde acerca del mism oproblem a, pode mo s decir -sin inte ntar con ello hacer aparecer a Nietzscheco m o un discpulo exclusivo del estagirita- que la crtica de Nietzsche al pla-tonismo es tribu taria, al menos e n un a par te no despreciable, de los textos deAristteles. En tod o caso, la influencia de Aristteles es mucho ms sensible, almen os en este tema, q ue la de Schopenhauer21.

    El pasaje del qu e Nietzsche retom a lo dicho por Aristteles en su Metajsicaes el siguiente:Como explicacin, Metaph. A6; M4: Platn conoci en prim er lugar la doctrinaheraclitea, segn la cual todo lo sensible est en flujo co ntin uo, po r lo cual no estningn saber, y sostuvo esta opi ni n tambi n a continuac in. M s tarde,a travs de Scrates, el padre de la indu cci n y de la definicin, encontr u n sabery precisamente en un do m inio n o sensible, en el t ico: as lleg a la opinin deque el saber y la definicin, a la qu e el saber est vinculado, se refera sola m entea cosas n o sensibles, y a tales objetos los denomin ideas. 1. Platn coloca ideasall don de u na definicin (x o~ v < ~ 0 s )s posible: pero el conc epto n o es l m ism oidea, sino qu e la idea es el objeto qu e es reconocido a travs del concepto. 2. Objetos

    eternos, en forma s eternas, en almas eternas; y la filosofa, en la med ida en qu e es cientfi-ca y no dogm tica, no es para nosotros ms q ue la extensin ms amplia de la nocin dehistoria>>.a etimologa y la historia del lenguaje nos han e nseado al considerar todos losconceptos com o frutos del devenir, much os d e ellos com o todava en devenir)).21. Sobre el tema, Heidegger, (Nietzsche, ed. cit., 1, . 144-145) afirma, haciendo referenciaexplcita al curso sobre Platn, q ue .Por o tra parte, el C u ~ s oe Basilea parece venir a confirmar la reciente interpretacin dem, ichel (1993) .Ni et vche et la mtaphjjsique, Pars: Gallimard , segn la cual,

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    de las definiciones universales no son las cosas sensibles, sino otro gnero de seres.3. La razn para separar las ideas de lo sensible reside en que vio lo sensible enflujo y cambio constante y por ello no lo reconoci como objeto del saber; perocon Scrates consider lo tico como conceptualmente cognoscible. Pero los con-ceptos ticos slo dan pie a la separacin, ya que ideal y tico no coinciden. Platnconsideraba con Herclito todo lo itadividualen flujo continuo, mientras que conScrates encontr las definiciones urziversales: as como a nuestras propias per-cepciones sensibles (intuiciones) les corresponden objetos individuales, a nuestrosconceptos universales deberan corresponder objetos inmutables como el concep-to mismo. El concepto ( z ~ ~ y u )o puede estar slo en el alma, sin que algo lecorresponda en la realidad [ . . . l . Solamente a los conceptos les corresponden otrastantas cosas reales, las cuales son conocidas mediante los conceptos mismos. Loinmutable no es algo perteneciente al dominio del gnero o de la ley de la naturaleza,sino que existe al margen de lo individual y vzs all del cambio (no era lo indivi-dual, no por medio del cambio)22.El m od o en q ue N ietzsche presenta la metafsica platnica en este texto nodiferir m uc ho con respecto a la que aparecer en sus escritos posteriores: dad oque en el mundo del devenir no es posible obtener un conocimiento firme yseguro, es preciso plantear la existencia de un mundo de las'ideas (trascen-dente, situado ms all del mundo sensible) en donde los conceptos universa-les encuentran la estabilidad necesaria para poder ser conocidos sin el lastre

    2 2 . Cuno de Basilea, p. 396-397.Los textos de Aristteles sobre los cuales Nierzsche basa su a rgum entac in son los siguien-tes: (([Platn],habindose familiarizado desde joven con C rtilo y con las opiniones deHercliro, segn las cuales todas las cosas sensibles fluyen siempre y no hay ciencia acercade ellas, sostuvo esta doctrin a ram bin ms ta rde. Por o tra parre, ocup ndose S crares de losproblemas morales y no de la Naturaleza en su con junto , pero buscando en ellos lo uni-versal, y habiendo sido el primero que aplic el pensamiento a las definiciones, [Platn]acepr sus enseanzas, pero por aquel mo tivo pens que esto se produ ca en otras cosas, yno en las sensibles; pues le pareca irnposible que la definici? co m n fuese de algunas delas cosas sensibles, al menos de las sujetas a perpe tuo cam bio. Este, p ues, llam a tales entesIdeas, aa diend o que las cosas sensibles estn fuera de stas, pero segn sras se deriomi-nan todas; pues por participacin tienen las cosas que son muc has el mism o no mb re que lasIdeas,) (Metafiiica, A 6, 987a 32-9871' 10. Tr ad . (ligerame nte modificada) de Garca Yebra,Valentn. (*1982). Madrid: Gredos).

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    negativo de lo sensible23.Pero, com o q ued a dich o, a Nietzsche le interesa esta-blecer la genealoga de esta concepci n platn ica. Nietzsche, siguiendo los tex-tos de Aristteles, constata que en la biografa intelectual de Platn hay dosm om en tos bien diferenciados, marcados po r un a clara lnea divisoria: el antesy el despus del encuentro con Scrates. Este mom ento marcar, a su vez, la con-cepcin platnica del saber y, por aadidura, el desarrollo posterior de la filo-sofa occidental. Nietzsche dedica m uc ho espacio al examen d etallado de esteproblema.6. El heraclitesmo de PlatnCon el fin de dilucidar la cuestin de si el joven Platn sigui las enseanzasde He rclito o d e los heracliteos, Nietzsche analiza la clebre frase atribuid a aHercl ito: ~ l v tu O Q E ~nui 0686Ev p E v ~ ~ 2 4 .asndose esta vez en el estud io deP.-R. Sch usteS 5, Nietzsche afirma qu e hay dos maneras de comprender el afo-rismo atribuido a Herclito: mientras que la primera pone el acento sobre elprimer miembro de la frase (x uv tu xwgsi), la segunda lo traslada sobre el segun-do ( O W ~ E V ~ v s h ) . latn habra interpretado la frase del primer modo : la mate-r ia de cada cosa cambia cont inuamente y, por ello, cada cosa renuevaconstantem ente la consistencia de sus partes.

    23 . Esta idea aparece, p. ej., expresada metaf ricamen te, en Asi habl Zaratztstra,De as tablas.viejas y nu evas)),$8 .24. Diels y Kranz no atribuyen a Herclito la paternidad del fragmenro y, por consiguiente,no lo incluyen en la lisra.de los 1 26 fragmen tos del filsofo de Efeso que, segn ellos, hanllegado hasta nosotros. El fragmento en cuestin se encue ntra entre los que stos conside-ran de atribu cin dudo sa a Herclito (DK, 22 A6). Kirk y Raven confirman esta op ini n.Para ellos, el aforismo en cuestin es atribuido libsremente a Herclito por Platn en susdilogos (Cf. KIRK,G.S. & VEN, J.E. (1 95 7) . Thepresocraticphilosophers. Cam bridge ,p. 197 ). Para Heidegger (Nietzrche, ed. cit ., 1, p. 262 ), la proposicin pn ta rei), proba-blemente no tiene un origen heraclteon.D e todos m odos, la cuestin de la paternidad d e este fragmenro pasa a un se gundo planopara nuestros propsitos, desde el momento en que tanto para Plarn como para Nietzschees indiscutiblemente de Hercliro. Nietzsche no expresa nin gun a dud a al respecto y Platnlo atribuye claramente a Herclito en Cratilo, 402 a .25. Nierzsche reconoce que su anlisis debe mucho a la interpretacin de SCHUSTER,aulRobert . (1873). Heraclit von Ephesus. Acta Societatis Philologae Lipsiensis, T o m o 111. Cf.,a este respecto, DW K, Ren, art. cit., p. 618:

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    Nin gun a par tcula co ntin a siendo lo que es [ . . . l . Enton ces, to do el persistir cua-litativo y espacial estara radicalmente alejado del mundo y seria exacto lo quePlatn sostiene que es la op inin de los heracl teos, a saber que n ingu na cosa esesto o aquello, sino qu e slo devietze c ~ n t i n u a m e n t e ~ ~ .Pero, segn Nietzsche, esta interpretaci n de Platn no corresponde al pen-sam i en to d e H e r cl it o, s in o a la d e los h e r a c l i t e o ~ ~ ~ .iguiendo a Schuster,Nietzsche afirma qu e Herc lito coloc el acento sobre el n66Ev u & v e ~ ,oste-niendo que nada escapa a la destruccin final:El cielo y la tierra desaparecern: pue sto q ue n ada subsiste, no pu ede n existir fineslt imos hacia los qu e todo estar ia or ientado seg n un orde n de perfeccin cre-ciente. La actividad d e la naturaleza es comp arable a la de u n alfarero qu e a partird e la arcilla fo rma figuras y criaturas q ue luego vuelve a amasarz8.La negacin de la posibilidad del conocimiento de las cosas sensibles noes, para Nietzsche, propia de Herclito ni del heracliteo Protgoras, sino deCratilo. E n este sentido, n o es correcto afirmar que Herclito fuera el funda-do r de la doctrina del desprecio de los sentidos dad o quef und la puBqots sobre la O ~ t s el ~ ~ 0 4 ~ ~ .Lo que niega Herclito es la validez universal del conocimiento. De aqusurgen dos posibles orientaciones: por una parte la de Protgoras, para quienslo puede afirmarse un conocimiento individual, porque un conocimientouniversal no puede provenir de la uloBiloy y nicamente sta es la fuente de todoc o n o ~ i m i e n t o ~ ~, por otra parte, la de quienes, com o C ratilo,ya n o confiaron en los sentidos y perdieron as lo qu e est en la base de tod o sabe?'.Platn habra seguido a Cratilo y, por ello, habra cado en un escepticismo

    desesperado por lo que respecta a la posibilidad del conocim iento:

    26. Cuvso de Basilea, p. 398.27. Cf. Ibdern.28. Ibdem p. 398 . Au nque aqu no hay espacio para abordar en detalle esta cuestin, pode -mos com probar en estas lineas com o aparece la influencia de Herc lito sobre el pensam ientode Nietzsche, influencia que se conservar en la obra ms m adura de ste. Su idea de qu e elser est en de venir; su crtica al finalismo y a la idea del progreso contin uo; su concepcindel artista dionisaco como aquel que no goza con la contemplacin de su creacin, sinoque inmediatamente la destruye para crear otra obra, lo cual est muy directamente rela-ciona do con su con cepc in de la Selbstberwindzdizgde la vida;...Todos estos son temasque reaparecern constantemente en la obra de Nietzsche.29 . Curso de Basilea, p . 399 .30. Cf. Ibdem.31. Ibdern.

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    Tenemos ou e admi ti r como ~~in2e i .anfluencia de la filosofa e n P latn un a sovz-Ibvia desesperacin. C on ello, toda vida moral era aniquilada, ya no haba ning unano rm a d e cond ucta, todos los conceptos fluyen, el individuo est sin apoyo, y noconoce ninguna medida, ningn lmite [...l. Te ne m os qu e ensar esta tristeza an te31:t odo como m o ~ a l . esprecio de la realidad ( Wivklichkeit) .Precisando la situacin de Platn tras su conocimiento de las concepcio-nes cratileanas, Nietzsche escribe:Plat n se form las convicciones siguientes: 1. El devenir y el cambio n o pued enconven ir a la verdadera esencia de las cosas, si es que tal esencia existe. Po rqu e elente debe ser siempre idkntico a s mism o y no pued e estar en contradiccin con -sigo mism o. 2. El error y la apariencia n o pertenecen a la esencia de las cosas. Algo ,acerca de lo cual sean posibles opinioizes m uy diferentes, p. ej. la naturaleza en sutotalidad , n o pu ede ser la esencia de las cosas. O el cono cim iento pertenece al sery ento nces slo pu ede ser verdadero o pertenece a l devenir y al aparecer y en ton -ces slo p ued e ser cam bian te y falso. El verdadero sab er tendra qu e referirse a loper ma nen te y tendra q ue ser l mis mo p erm ane nte y estable. ;Existe tal saber?Cra tilo lo negaba: n o existe, pues, ser verdadero de las cosas o es comp letam enteimperceptible y no nos concierne. Por tan to, estaramos conden ados a vivir en u nmundo comple tamente nulo (gan z nichti en), siempre en contradiccin consigo83mism o, en la apariencia y en la oscuridad .

    7 . El encuentro de Platn con ScratesEn esta fase de la reconstruccin del recorrido intelectual de Platn, Nietzschemuestra que Platn se encontraba frente a una disyuntiva: o situarse estrictamenteen el mundo de lo sensible y aceptar con resignacin la imposibilidad de unconocimiento firme, seguro y universal o intentar encontrar este conocimien-to universal en un mundo si tuado al margen de lo sensible, al margen delmundo del devenir. En otros trminos, el escepticismo epistemolgico radicalde Cratilo habra sumido a Platn en un estado tal que se habra visto obliga-do a escoger entre lo que Nietzsche llamar ms tarde nihilismo34y un deseo dehuida del mundo sensible para escapar precisamente de este estado nihilista.

    32. Ib idem, p . 400 .33. Ibdem, p . 400-401.34. El propio rexro de Nietzsche (cuando utiliza la expresin gaizz ;zic/7tigeiz)da pie para con-siderar que aq u ap un ta hacia lo que ms [arde consrituir su anlisis del nihil ismo. N oobstanre, hay que precisar que para el Nierzsche ma dur o, la huida piarnica del m un do deldevenir, co n el fin de escapar del estado nihilisra en el que se enc ont rab a sumi do, est con-den ada al fracaso. El error platn ico consisre e n considerar al devenir com o una nulidadpor el hecho de que n o es posible obtener de l un conocimiento firme y seguro. SegnNietzsche, es preciso aceptar el devenir tai y co mo es, incluyend o la aceptacin de la im po-sibil idad de un conocimiento firme y seguro. La va emprend ida por Platn, inre ntand oencontr ar el conoc imiento e n un m un do de esencias estables situado al margen del mu nd ored, es lo que cond uce precisamente d nihilismo en el sentido en q ue lo encender N ie m ch eao s ms ;arde.

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    E n este mo m en to crucial en la evoluc in intelectual de Pla tn -cru c ia l , porlo tant o, para la his tor ia de l pen sam ien to occ identa l- se habr a pro du cido e le nc u e n t r o d e P l a tn c o n Sc ra te s. E s t e l t im o ha b r a i n f l u ido s ob r e m a ne r aen la decisin tom ada p or Platn a nte la disyuntiva en qu e se encontraba. Y, ade-ms , Sc ra tes habr a co nt r ibu id o a qu e el pensam iento d e P la tn t ra spasase e lt e r reno e s t r i c tame nte ep i s temolgico pa ra s i tua r se en e l m bi to d e la mora l :el mu n d o de l devenir n o s lo conduc e al n ih il i smo epis temolgico , s ino tam-bin a l n ih il i sm o m or a l . La v ida m o r a l c ar ec e de u n f und a m e n to s l ido e n u nm u n d o s i em pr e c a m bia n t e e n e l que r e ina l a il u sin :

    Existen 1. Representaciones, depen dientes de los sentidos, cam biantes, sujetas alerror y a la contradiccin que hacen al hombre malo y sensual, inquieto;2. Co nceptos, n o sensibles, sin correlato en el m un do sensible, inmu tables, hacenal homb re moral, tranqu ilo, estable, como Scrates. El pensamiento lgico comofundamento de la moral, la representacin y la opin in ilgicas como fun dam en-to de la i n m ~ r a l i d a d ~ ~ .Par a escapar -siquiera i lusoriamente- de l nih il ism o, ser preciso enta -

    b la r u n ( ( c o m b a t econt ra l a sensibilidad^^^ en todo s sus f ren tes :El desprecio y el od io d e Scrates contr a la realidad (Winklichkeit)era ante tod oun com bate co ntr a la realidad ms inmed iata, la que molesta al pen sado r, con -tra la carne y la sangre, contra la ira, la pasin, la voluptuosidad, el odio [...].Tr an sm ite a Platn este odio c ontra la sensibilidad: el liberarse en la med ida d elo posible de los sentidos se convierte en u na obligacin m oral. Los sentidoscomo elementos perturbadores del hom bre m oral, los sentidos como elementosperturbadores del pensador. Liberndose de ellos en la med ida de lo posible:entonces ser efectivamente posible el verdadero cono cimien to. ;O no hay cono-cim iento sin los sentidos? Existe un pensar en el qu e los sentidos no propor-c ionan la mater ia? N o pr im ero in sensu, s ino inmedia tamente in intellectu.En con tr algo as37.

    35. Curso de Basilea. o . 402. - 136. Este es el ttulo del $ 6 de l Curso de Basilea, texto que se reproduce a continuacin.37 . Curso de Basilea, p. 401 . La diferencia de estilo entre el joven profesor N ierzsche y elNietzsche escritor o conferencianre se pone de nuevo d e manifiesro en el m odo de pre-sentar la relacin entre Scrares y Platn. Mientras que e n el Cuvso de Basilea se limita aindica r la influencia ejercida por aqu l sobre ste, en otros lugares esta influencia es cali-ficada negativam ente. As, en una conferencia pronun ciad a en Basilea el 1 de febrero de1870, Nierzsche afirma q ue

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    Los conceptos n o surgen d e una abstraccin hecha a partir de la experien-cia sensible porque es imposible que lo que permanece siempre idntico a smism o sea abstrado a partir de lo que cam bia siempre38.La lnea divisoria establecida p or la ontologa plat nica para separar losensible de lo inteligible sirve para caracterizar a lo q ue q ued a a u n lado y aotro d e dic ha lnea. Lo que qu eda por deba jo de ella -es decir, lo sensi-ble- es para Pla tn , segn Nietzsche, (< unmo do de ser totalmente m alo eimperfecto39.Es probable qu e Kietzsche se est refiriendo aqu a la expresin 6v uti-lizada por platn4' para indicar q ue lo sensible, en virtud de sus imperfeccio-nes, no merece el calificativo de Gv y qu e, por lo t an to, es preciso atribuirle laignoranc ia (&;!vo~a) no el conoc imien to ( y v o o ~ ~ ) ~ 'recluirle en el do miniode lo apa rente. Descalificado este mundo sensible, y con la seguridad de que enl no es posible alcanzar el tan ansiado conocimiento verdadero, es preciso diri-gir los esfuerzos hacia el mundo inteligible. Scrates ensefia a Platn que elsaber verdadero , infalible, no sujeto al camb io, existe; pero no logr enco ntrarlos objetos de este saber porque no encon tr los conceptos puros. No obstan-te, encontr el mtodo para buscar estos conceptos: la d i a l ~ t i c a ~ ~ .racias almto do heredado de Scrates, Platn puede llenar de contenidos el m un dointeligible. La ontologa platnica consistir en la construccin de la teora delas ideas a parti r de la dialctica.8. Confirmacin del anlisis del joven profesor Nietzscheen la obra posteriorConstatamos de nuevo que la interpretacin proporcionada por el joven pro-fesor Nietzsche no vara sustancialmente con respecto a la que nos presentaren su ob ra posterior. La diferencia estriba en q ue Nietzsche se muestra radi-calmente crtico para co n dicha construccin, constatando la influencia nefas-ta que ha ejercido sobre la historia de la filosofa. Se pueden aducir num eroso stextos en la obra d e Nietzsche que co nfirm an la hiptesis que se acaba de expo-

    ce en la ms bella plant a de la Antigedad , en P latn?, jes qu e la corro mpi el malvadoScrates?, ;habra sido Scrates, por tanto, el corruptor de la juventud?, iy habra mere-c ido su c icuta? , , (Mas all del bien y del mal, Prlogo. Trad. esp. Snchez Pascual, A.( '1982) . M adr id: Alianza).3 8 . Cf. urs-ode Basrlea, p. 4 0 2 .39 . Ibdem.40 . Cf. epblica, V , 78 b.41 . Cf.bdem, 478 c. Platn reserva la expresin 06%6v para lo que carece por com pleto d e exis-rencia. So bre esta cuestin, cf. M . H E I D E G G E R ,ietwche, ed. cit. , 1, p. 142: ((Pa ra el pla-toni sm o lo verdadero, lo verdad eram ente en te, es lo suprasensible, la idea. Lo sensible, encambio, es el y$ 6v; lo cual no significa el puro y simple no ente, es decir, el 06%6v: sinoel u$, lo que apenas si puede ser pronunciado com o ente, aquello a lo que no p odramo sdirigirnos co m o a lo que es, pese a que n o sera una pura nada)).4 2. Cztvso dr Basilea, p. 402-403 .

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    ner43 . Aq u , n os l imi ta re mo s a pre senta r a lgunos e jemplos . As , en u n f rag-m e n to p s tum o f e c hado e n e l o to o de 188 7 , N ie t zs c he a bo r da el anli si s d elos mot ivos q ue ll evan a l a e specie de l h om br e me ta f s ico) ) cuyo pro to t ipoes P latn- a l a con s t rucc i n de l m u n d o suprasens ib le en t rmino s prct ica -m en te idnt icos a los empleados aos an te s en e l Curso d e Basilea:

    El hom bre busca la verdad)): n m un do que no se contradiga, que no equivoque,que no cambie, un mundo verdadero - u n m un do en el que no se sufra: con tra-diccin, ilusin, cambio- causas del sufrimiento! N o du da de qu e existe unm un do tal y como debe ser: le gustara buscar el cam ino q ue con duce a l [...]D e dnd e tom a el hom bre aqu el concepto de realidad?Po r qu deduce precisamente el sufrimiento del cambio, de la ilusin, de lacontradiccin? ;y por qu no ms bien su felicidad? ..El desprecio, el odio po r todo lo qu e pasa, cambia, se metam orfosea: ;de d ndeviene esta valoracin de lo qu e permanece?Evidentemente la voluntad de verdad es aqu el simple deseo de encontrarseen un mundo de la quepemzanece.Los sentidos enga an, la razn co rrige los errores: por consiguiente, se conclua,la razn es quien conduce a lo que permanece; es preciso que las ideas menos sen-sibles sean las ms cercanas al m undo verdadero)). La mayor parte de las desgraciasprovienen de los sentidos -impostores, seductores, aniqu iladores:La felicidad slo puede ser garantizada en el ente: el cambio y la felicidad seexcluyen. El deseo supremo apunta a fundirse con el ente. Ese es el camino sin-gz~lnr e la felicidad sup rema .En sum a: el mu nd o, tal y como deberia ser, existe; este mu nd o en el cual vivi-mos no es ms que un error -este m un do , el nuestro , no deberia existir.La creencia en el ente se revela no ser ms que una consecuencia: el primummobzle pro pia me nte dich o es la no creencia con respecto a lo que deviene, la des-confianza opu esta a lo q ue deviene, la falta de estima de todo devenir ...Q u especie de hom bre piensa de este mod o? Una especie sufriente impro-ductiva: una especie cansada de vivir4*.Esta espec ie c ansada d e vivir -y, po r t a n to , de ca den t e- po ne de m a n i -f ies to e ste carcte r decadente e n s u m o d o nega t ivo de razona r : p r ime ro desca-

    lifica y niega aquel lo q u e le hace sufr i r (el devenir , lo sens ible) y s lo despusa f i rma los con cepto s inm utab le s ( el ( (se r) ) ) n t e cuya presenc ia e l do lor desa -p a r e c e. L a d e m o n i z a c i n d e lo s e n s ib l e es e x p u e s t a p o r N i e tz s c h e e n elCrepsculo de los dolos (18 88 ) en t rmin os as imismo semejantes a los qu e habau t il i zado e n e l Curso de Basilea:

    M e preg unta usted q u cosas son idiosincrasia en los filsofos? .. Por ejemplo,su falta de sentido histrico, su odio a la nocin mism a de dev enir, su eg ipti-43. Para un anlisis ms detallado de la lectura nierzscheana del platonismo, cf. GAL PAR SOR O,Jos Ignacio (1989 ) . La critique nietztchenne despvsuppositions morales du platonisme.Universit de Paris-Sorbonne (Paris-IV) (Diss.).44. KGW , VI II , 2, 9 [6O] .

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    ~ i s m o ~ ~ .llos creen otorgar un honora una cosa cuan do la deshistorizan, sub spe-cie aetemi - c u a n d o hacen de ella una m omia. Tod o lo que los filsofos han veni-do manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manosno sali vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos seores idlatras de los con-ceptos, cua ndo adora -se vuelven mo rtalmente peligrosos para todo, cuando ado-ran. La muerte, el cam bio, la vejez, as como la procreacin y el crecimiento son paraellos objeciones, -incluso refutaciones. Lo qu e es no deviene; lo que deviene noes...46.Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperacin, en lo que es. Mascomo no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qu se les retiene.T ien e que haber u na ilusin, un engao en el hecho de que no percibamo s loque es: d nd e se esconde el eng aador?)) Lo tenem os)),grita n dichosos, es lasensibilidad! Estos sentidos, que tambin en otros aspectos son tan inmorales, nosengaan acerca del mu nd o verdadero. Moraleja: deshacerse del engao de los sen-tidos, del deve nir, de la historia, de la ment ira -la historia no es ms que fe enlos sentidos, fe en la men tira. Mo raleja: decir no a tod o lo que otorga fe a los sen-tidos, a todo el resto de la humanidad: todo l es p ueb lo . Ser filsofo, ser momia,representar el mo nton o-tesm o con una m mica de sepulturero!- Y,obre todo,fuera el cuerpo, esa lamentable ide jxe de los sentidos!, jsujeto a todos los erroresde la lgica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastanteinsolente para comportarse como si fueraLa con de na del m u n d o del devenir ser aceptada por la t radic in f ilosfica

    heredera de la concepci n platnica. La huida )) e la realidad48 iene co m o obje-tivo la construccin d e la teora d e las ideas, q ue es situada en un m u n d o su pra-sensible. Nietzsche llam a a ese m u n d o m u n d o verdadero)) (entre comillas) paraexpresar la pretensin de la m etaf s ica occidental d e encon trar e n l e l conoci-mie n to f irme y seguro, indudab le y establecido de u na vez por todas . U no de losesfuerzos m s imp ortan tes del Nietzsche m ad uro consistir en la crtica del (( m un doverdadero))49, nten tand o desenmascarar el carcter i lusorio del m ism o p or m edi od e la explicitacin d e sus mseros orgenes. Pese a lo qu e la metafsica m anifiesta,

    45. La referencia a Plarn, aunque no explcita, es clara. Cf. Crepsculo de los dolos, nLo quedebo a los antiguos)).42, d on de N ietzsche afirma que P latn fue a la escuela de los egip-cios.46. La referencia a Platn es nuev ame nte clara. Nietzsc he -volun tariame nte o no- parafra-sea el texro de Tiineo, 28a: aiQu es lo que es siempre (ri 6v uei) y n o tiene deven ir( y E v ~ a ~ v ) ?Q u es lo que deviene siemp re (r i o -j~:,vl~evovEv U E ~ )ero no es (6v) nunca?Lo primero, aprehendido por la inteligencia y la razn, siempre es de modo idntico, lootro, en cambio, objeto de la opinin unida a la sensacin irracional, nace y muere, pero real-me nte no existe jams)).47.Crepsculo de los idolos,

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    el ((mundoverdadero))no surge guiado por una bsqueda pu ra del conocimien-to, com pletamen te despreocupada por las pasiones hum anas. Su origen es, msbien, c(humano, demasiado hu m ano )).Nietzsche nos muestra que si nos zam bu-llimos en las aguas oscuras de la historia, descubriremos el origen miserable dedicha construccin: su m oto r es un quasi patolgico pavor al s u f r i r n ie n t~ ~ ~ .La crtica nietzscheana hace tambalear los cimientos de la construccin de lametafsica occidental, mostrando precisamente la debilidad de sus furidamentos.Dadas las enorme s repercusiones de esta crtica en el pensamiento con tem -porneo , el anlisis de la genealoga de la interpretacin nietzscheana de la gene-aloga del ((m un doverdadero)) aciendo referencia nuevamente al C u m de Basilea.C o n ello se con tribuir -respondiendo as a los objetivos trazados al inicio delpresente tr ab aj o- , por una parte, a sacar a la luz ciertos aspectos que permane-cen ocultos en la obra de Nietzsche y, por otra, a eliminar los rasgos excesivosque a causa de su estilo cido aparecen en m ult itu d de ocasiones en los textoscrticos para c on la metafsica5'. Por ejem plo, la grave afirmacin de Nietzsche:

    De sd e P l a t n l a f il oso f a es t b a j o e l d o m i n i o d e l aenc uen tra una m ejor com prensin si analizamos los textos del Culru de Basileaen los qu e se aborda en tema de la gnesis de la teora platnica d e las ideas.5 0 . C f . KG W , VIII, 1, 8[2]: esr re mundo es apariencia -por consiguiente hay un mu ndo ver-dadero.Este mundo es condicional -por consiguienle hay un mundo incondicional.Este mundo est lleno de contradicciones -por consiguiente hay un m und o sin contra-dicciones.Este m un do est en devenir -por co;zsiguie;ztehay un mundo del ser.N o s on m s que conclusiones falsas (confianza ciega en la razn: si A es, su conceptoopuesto B debe ser tambin).Estas conclusiones estn inspiradas por el sujinziento: en el fondo son deseos de que haya talmundo; el odio conrra un mundo que hace sufrir se expresa asimismo en el hecho de que se

    imaginan otro, ms vlido: el reseiztimiento de los metafsicos contra lo real es aqu creador [ . . . l .Pero el origen de estas oposiciones no n e c e s i t a s a m e z t e remontarse a una fente sobrenaturalde la razn: basta c on o pone rle la uerdaderag;zesis de los co;zceptos:A t a ro vien e d e la esfe-ra prctica, de la esfera de la urilidad y de aqu obtiene su fe vigorosa [...l. Algo fatigado y enfer-m o se expresa en los metafsicos y en los religiosos en el hecho de que ven en un primer planolos problemas del placer y del su frimiento . La moya1 tiene para ellos tal irnpovtatzcia slo por-que ella pasa por ser una condicin esencial pata la supresin del sufrimiento.>)El carcter decadente del

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    9. El carcter ontoteol gico de la teora d e las ideasEl Curso de Bailea no tiene reparos en adm itir qui n es el que pone a Nietzschesobre la pista de la idea de q ue la filosofa platnica est con struid a sobre pre-supuestos morales. Y tam po co los tiene para criticar explcitamente a qu iensostiene un a hip tesis diferen te. As, Nietzsche dedica siete pginas de estecurso53 a criticar la concep cin schopenh aue riana, segn la cual la teora pla-tnica d e las ideas tendra u n o rigen esttico p orqu e Platn habra propuestoun a aprehen sin intuitiva de lo universal54. En resum en, Nietzsche no est deacuerdo con Sch openhauer porque

    Platn no lleg a la teora de las ideas a partir de lo visible, sino solamente a par-tir de conceptos n o sensibles com o lo Justo , lo Bello, lo M ism o, el Bien55.Adem s d e ello, pro pone tres argum entos que analiza con c ierto detalle: lateora platnica de las ideas no ten dra una gnesis esttica po rqu e:[ l .En Platn la dialctica ( y no la contemplacin esttica)] es la va hacia las ideas.2. El desprecio de Platn por el arte, al que com rende de un mod o totalme ntebPntiesttico. 3. Su simpata por las matemticas5 .Frente a la interp retacin sch open hauer iana, Nietzsche sostiene qu ela pulsin ( T r i e b ) esttica es, para Platn , u n inst into secundario de su naturale-za, y no una pulsin principal do mina nte . Y seguramente, esta pulsin est domi-nada por otra, por la pulsin m oral. El es tico por completo. L a gnesis de la teorade las ideas no se pued en com prend er sin esta pulsin tica)57.Nietzsche, tras reconocer nueva men te q ue su conclusin es deudora de lostextos de ~ r i s t t e l e s ~ ~ ,asa a analizar el modo en que ese carcter tico seencu entra p resente en la constru ccin platnica:Aristteles dice expresamente que [Platn] parti de las investigaciones ticas deScrates para llegar a la hiptesis de u n m un do no sensible. Por ello, en el acaba-mie nto del sistema la idea del B i e n ha quedado como la idea suprema (dze Idee desGu te n [ist] hochste geblieben). As como el sol en el mundo visible genera vida ycono cim iento , as como da la luz al ojo y hace visibles las cosas, pero al mismo

    53.Curso de Basilea, p . 405-412.54.Cf. Ib dem., p . 405, ond e Nietzsche cita un texto de Schopenhauer e n el que se enunc iadicha hiptesis: Parergay Pa~apolimena,S50.Ms adelante, Niemche hace numerosas refe-rencias a El mundo como volu ntad l~epresentacin.

    55. Curso de Basilea, p. 408.56. bdem.57. bdem, p. 41 .58.Nietzsche se refiere al texto, ya citad o por l mism o y reproducido en este trabajo, de Met.,A 6, 987 b.

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    tiempo conduce a todo al crecimiento, as en el mundo suprasensible el Bien esla fuente del ser y del saber, de la facultad de conocer y del conocimiento; y comoel sol es ms elevado que la luz y que el ojo, el Bien es ms elevado que el ser y elsaber (yval;, othqee~u,erdad del ser, realidad; Repblica, VI, 508e). Aqu se reco-noce el elemento predominante del alma de Plarn, que ha estado activo en lagnesis de la teora de las ideas. La tarea consista en encontrar el mundo que elque es verdaderamente bueno reconoce como su mundo, en el que no es ni inquie-tado ni seducido, en el que toda la sensibilidad guarda silencio, en el que ya noexiste ver, or y sentir. El hecho de ser bueno, la perfeccin, pertenece a la esen-cia de cada idea; no la perfeccin esttica, sino la tica [ . . . l . El mal no puede per-tenecer a la verdadera esencia de las cosas; se deja sentir inmediatamente como loque no debe ser. El instinto (Trieb)es inseparable del mal, hay que evitarlo y, portanto, cambiar el propio estado. En el mal sentimos la contradiccin en la reali-dad. La esencia verdadera slo puede ser puramente buena y perfecta59.El joven profesor N ietzsche halla la confirm aci n del carcter m ora l de lacon struccin platnica en el lugar em ine nte qu e en ella se reserva a la idea delBien. La idea del Bien es la causa del resto de las ideas -por consiguie nte, detodos los entes, tanto inteligibles como sensibles- y, adems, es el faro quegua tanto a la accin moral como al conocimiento humanos. En el ltimotexto c itad o, Nietzsche se limita a expon er las razones p or las cuales estimaque la filosofa platnica est construida sobre presupuestos morales. Pero esta

    constatac in no dejar de tener su efecto anos ms tarde , por lo que se pued edecir que el joven profesor Nietzsche prepara el terre no al Nietzsche m ad ur o,seleccionando los objetivos que sern ulteriormente atacados. Si, en efecto,hacemos un recorrido po r los textos del Nietzsche alejado de la universidad,com pro bam os que un o de los blancos preferidos en sus crticas es precisamentela cspide d el anda miaje platnico:el peor, el ms duradero y peligroso de todos los errores ha sido hasta ahora unerror de dogmticos, a saber, la invencin por Platn del espritu puro y del bienen sG0.Este error, precisa Nietzsche,consiste en confundir lo ltimo y lo primero. [Los filsofos] ponen al comienzo,como comienzo, lo que viene al final -por desgracia!, ;pues no debera siquieravenir!- los ((conceptossupremos)),es decir, los conceptos ms generales, los msvacos, el ltimo humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez ms, sloexpresin de su modo de venerar: a lo superior no le es Lcito provenir de nada ...Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa sui. El proceder dealgo distinto es considerado como una objecin, como algo que pone en entredi-cho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los con-ceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto

    59. Curso de Basilea, p . 412-413.60 . Ms all del bien y del mal, Prlogo, ed . cit.

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    -ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que sev causa sui.Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estaren contradiccin consigo misma .. Con esto tienen los filsofos su estupendo con-cepto Dios,,.. Lo ltimo, lo ms tenue, lo ms vaco es puesto como lo primero,com o causa en s, como ens realissimum . . ( ' l .

    10. La crtica nietzscheana al Dios de la ontoteologaE n el concep to de ((Dios)) e auna n, pues, los conceptos supremo s, de suerteque Dios es declarado el ente supremo de la metafsica, caracterizado por notener c on tacto con aquello qu e es de rango inferior a l, es decir, po r n o pro -venir del comercio con la empiriaG2.Diosy la ((ideadel Bien)) platnica coin -ciden en esto. Nietzsche tiene presente esta similitud y va, incluso, ms lejosllegando a iden tificar estos dos concep los. Para l, ((Dio s)) la cidea del Bien))platnica no son ms que dos nombres distintos uti l izados para expresar lomism o, a saber: aquello q ue ocu pa el lugar ms e mine nte en el mu nd o supra-sensible. Esta identid ad es afirmada po r Nietzsche e n el texto siguiente:

    Platn (...) quiso demostrarse a s mismo, empleando toda su fuerza --;la fuerza msgrande que hasta ahora hubo de emplear un filsofo!- que razn e instinto tien-den de por s a una zinica meta, al bien, a Dios;y desde Platn todos los telo-gos y filsofos siguen la misma senda63 .La cspide del ( (mu nd overdadero))est, pues, cargada de atributos mo ra-les. Esta constatacin, qu e se rem on ta al Czivso de Basilea, ondu ce a Nietzschea crit icar lo que para la metafsica constituye el ncleo de su construccin.Podem os, pues, considerar que la crtica de Nietzsche representa u na de nu n-cia de la constitucin ontoagatolgica u ontoteolgica de la metafsica occi-den ta l , da do qu e su c r t ica cons is te en po ner en cues t in l a l ic i tud de l aconce pcin q ue afirma q ue un en te privilegiado -llmese idea del Bien o((Dios))-, po r el he ch o de ser causa de s m ism o, es la causa y el fundamentodel resto de los entes y, por aad idura, del mu nd o en su totalidadG4.

    61. Crepsculo de los idolos, La "razn " en la filosofan, 5 4, ed. cit.62 . Esta idea est en confor mid ad con el Curso de Basilea, cuando Nietzsche criticaba la hip-tesis schop enha ueriana, segn la cual la teora platn ica de las ideas tendra un origen est-tico porqu e Platn habra propu esto una aprehensin intuitiva de las ideas.6 3 . Ms all del bien y del mal, 5 191 , ed. cit. La cuestin de la identidad en tre los conceptos d ec

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    La crtica nietzscheana al Dios de la metafsica est estrechamente liga-da co n su reflexin sobre el lenguaje. Los conceptos sup rem os de la metaf-s ica , englobados ba jo la rbr ica Dios)) on , para Nie tzsche , metforase s c l e r ~ t i c a s ~ ~las que sus creadores concedieron el estatuto de la verdad ens. Con el concepto ((Dios))al igual que sucede con los dem s conceptossupremos-, el metafsico hace un uso ilegtimo del lenguaje pues to que pre-tende, por medio de este concepto, acceder al en s de las cosas. Pero, paraNietzsche, la gramtica no nos perm ite ap rehende r lo qu e las cosas son e ns mismas, d ad o qu e es incapaz de franqu ear el abismo que separa el lenguajey la realidadG6.El concepto de ((D ios)) ncuentra tambin su coartada en la gra-mtica:T em o qu e no vamos a desembarazarnos de D ios porque cont inuam os creyendoen la gramticaG7.La gramtica afirma que tod a proposicin est formada p or un sujeto y unpredicado. La metafsica inter preta el predicado com o accin que tiene queser producida siempre por u n sujeto. C ua nd o se trata del predicado m un do ,es preciso que el sujeto sea lo suficientemente poderoso como para crear elmundo . Y Dios es precisamente el sujeto q ue re spo nde a esta caracterstica deomnipotencia. Pero, segn Nietzsche, esto no es ms quela falsa conclusin que desde siempre nos co ndu ce a una causa primera, a un Dios,causa del mu ndo G8 .En el texto ya citado de Crepsculo de los idolosvimos co m o para Nietzscheesta causa pri me rano es en realidad ms que lo ((ltimo)).Hay que enten-der aqu ltimoen dos sentidos. En p rimer lugar, el concepto Dios es unaincluye a Nietzsche ent re los metafsicos. Su lenguaje sera metafsico po rqu e permaneceraen el olvido del ser, lo mism o q ue le ocurre al de Parm nides o al de Hegel. D e la lecturade este texto se desprende que , para H eidegger, todo pensamiento metaFsico es ontoteolg ico.Ten iend o en cuenta que, para l, Nietzsche es tamb in un pensador m etafsico, habra que. esperar que Heidegger afirmara que la filosofa de N iea sch e es una ontoteologa. Sin embar-go, esta expectativa no se ve satisfecha porque Heidegger guarda silencio sobre esta cues-tin. Parece com o si Heidegger considerara que la concepcin ontoteolgica no est presenteen la filosofa de Nietzsche. No obstante, ello no le imuide considerarlo como un oensa-dor que form a parte de la metafsica, es decir, del pensamien to que se caracteriza precisam entepor el hecho de plantear un ente privilegiado (Dio s) com o causa sui y com o causa de todoslos entes. Por lo tanto, hay que concluir que el silencio de Heidegger sobre el problemaaludido represenra una imp ortant e carencia en su interpretacin de la filosofa de Ni ea sch e.65 . Cf.

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    70 Enrahonar 24, 1995 Jos i Ignacio Galparsoro Ruiz

    creacin hu ma naG 9 , por tan to, el resultado final de un proceso determina -do ; no es algo qu e se encon trara a h desde el principio. E n efecto, el sufri-miento que el carcter inaprensible del devenir provoca en los metafsicos, lesobliga a fabular y a inventar un concepto que posee las caractersticas del ((ser))pu ro y, en esta medida , completam ente liberado de la contam inacin del deve-nir. En segun do lugar, Dios es lo lt im o)> orque se trata del concepto m salejado del mu nd o del devenir y, en virtud de ello, ocu pa la cspide del and a-miaje co nstruido en el m un do suprasensible. Dios es, pues, la ficcin supre-ma porque se encuentra en el punto ms alejado del mundo real, del mundoen constan te devenir y, adems, a l tratarse de u na ficcin fabricada por la deca-dencia, represen ta la cspide d e las cualidades m orales decadentes:

    La funesta creencia en la realidad de las supremas cua lih de s morales [entendida] comoDios: por eso mism o todos los valores reales negados y concebidos desde u n princi-pio com o no valores.Asi, la contranaturaleza subi al trono . Gracias a una lgica ine-xorable se llegaba a la exigencia absoluta d e la negacin de la naturaleza7'.El Dio s moral de la ontoteologa (cuyo origen se remonta a Platn) de mo -niza al m un do sensible. Ante esta situacin, Nietzsche tom a partid o y declara:Yo soy el advocatus diaboli y el acusado r de Dios71Por lo tanto, el objetivo de Nietzsche ser el de restituir al devenir el esta-tuto que posea antes de que la metafsica lo hubiera desvalorizado. En estesentido, Nietzsche afirma:Obj etivo : la santificacin d e las fuerzas ms podero sas, ms temibles y ms desacre-ditadas, es decir, para reto ma r un a vieja imagen : la divinizacin del diab10'~.La crtica al Diosentendido como cspide del m un do verdadero)) rae-r com o consecuencia la restauracin de aquello que el devenir haba perd idoa causa de la acusacin d e inm oralidad for mu lad a po r la metafsica: la ino-cencia. Y, con ello, el m un do podr liberarse de la pesada condena que le habasido impuesta. El siguiente texto de Nietzsche expresa claramente esta idea:Q u e n o se haga ya responsable a nadie, qu e n o sea lcito atribuir el mo do de s era una causa prima , que el mun do n o sea una unidad n i como sensoriunz n i com oespr i tu,slo esto es la gyan liberacin, -slo con esto que da restablecida otra

    69 . C f .Cuepsculo de los dolos,

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    El ioven orofesor Nierzsche v Platn Enrahonar 24, 995 71

    vez la inocencia del devenir .. El concepto

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    72 Enrahonar 24, 1995 Jos Ignacio Galparsoro Ruiz

    m od o, no puede ser aplicada al caso concreto del estudio de la filosofa plat-nica la acusacin que (a veces con razn) se suele dirigir contra Nietzsche yque d i r m a que el conocim iento que ste posea de los autores a los que hacareferencia era tan slo superficial o de segunda mano.Todas estas razones permiten considerar que es pertin ente reclamar la publi-cacin en breve plazo del material disponible de los escritos filolgicos y delos cursos universitarios de Nietzsche en la nueva edicin de las Obras C ompletasde la editorial alemana Walter de G ruyter. Esta edicin, que obedece a u nestricto orden cronolgico, indica qu e dichos escritos y cursos sern publica-dos en el segundo volum en. Pero tal vez deb ido al prejuicio de que esos tex-tos no son ms que un apndice marginal de la produccin fi losfica deNietzsche, todava n o han visto la luz ni se tiene noticia de u na prxima publi-cacin. Esperemos q ue los editores cam bien de ac titud y que no cont inenprivndonos de u n material que con tribuir a comprender mejor a uno de losfilsofos cuya presencia es ms patente en el pensam iento co ntem por neo .