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Julio César Potenziani Bigelli 2013-5-58-IV-146
Argyrol® y la Pintura Moderna del Siglo XX
Dr Julio César Potenziani Bigelli
Academia Nacional de Medicina de Venezuela
Introducción
Este ensayo narra como el descubrimiento de un producto farmacológico en éste
caso el Argyrol® a base de nitrato de plata el año 1902, convierte a sus descubridores
en multimillonarios y uno de ellos, el norteamericano Albert Coombs Barnes (1872-1951)
médico, y químico se convierte en uno de los grandes mecenas del arte pictórico francés
de comienzos del siglo XX no sólo de la escuela impresionista sin también de otras
tendencias pictóricas, adquiriendo a través de su fortuna una vasta colección que llevó a
los Estados Unidos de Norteamérica y creando la ‘Barnes Foundation’, instituto de
apreciación de arte pictórico en 1922.
Escribió varios libros de arte pictórico. Con esto Barnes estaba dando un impulso
notable a la universalización del arte pictórico moderno sacándolo del penoso comienzo
y ayudando a la aceptación general de las nuevas tendencias del arte pictórico.
Hablaremos, como un dato curioso, de la ayuda que el Dr Barnes prestó al filósofo
Bertrand Russell en un momento de gran necesidad.
Las enfermedades de transmisión sexual eran a finales del siglo XIX y comienzos
del siglo XX un serio problema de salud publica. Afectaba a todos los estratos
socioeconómicos y liderizaba las causas de muerte en las sociedades de la época, junto
a la tuberculosis. Particularmente la sífilis y la Gonorrea hacían estragos. Era imperioso
conseguir argumentos terapéuticos que le hicieran frente y de allí el gran éxito que tuvo el
Argyrol, una vez descubierto, para la profilaxis y tratamiento de la Gonorrea. Su
utilización fue masiva y el consecuente éxito económico fue una consecuencia natural.
Albert C. Barnes (1972-1951) estudia química y farmacología en la Universidad de
Berlin y en la Universidad de Heildelberg y allí conoce al científico alemán Hermann Hille
con quien se uniría en el descubrimiento y creación del Argyrol® compuesto a base de
nitrato de plata que se utilizaría universalmente como germicida poderoso utilizado como
antiséptico tópicamente en las conjuntivas como profiláctico de la oftalmia neonatorum y
como antiséptico y astringente en infecciones de piel y mucosas.
Además se utilizó ampliamente en el mundo de la urología como tratamiento
intrauretral para infecciones uretrales venéreas, causando estragos en la mucosa uretral
secándola y acartonándola y ocasionando estrecheces uretrales que condenaban al
paciente a incómodas y dolorosas dilataciones uretrales por el resto de su vida, teniendo
muchas veces que recurrir a cirugías reconstructivas uretrales en casos severos y extensos
de estenosis uretral.
Albert C. Barnes (1972-1951) Argyrol®
Habiendo hecho su descubrimiento del Argyrol® en 1902, inmediatamente se
convirtió en un éxito financiero y en 1907 le compró los derechos a su compañero Hille y
ya para cuando tenía 35 años era un hombre rico. Veintidos años después, en 1929,
vendió su compañía por 6 millones de dólares justo antes de la debacle financiera de
Wall Street y justo antes del descubrimiento de los antibióticos, que desplazarían la
utilización del Algyrol®.
Retrato de Albert C. Barnes, Giorgio de Chirico 1926
Fue a partir de 1912 con el asesoramiento del pintor William Glackens amigo de
escuela y en Paris de Gertrude Stein (1874– 1946), norteamericana que hizo de Paris su
hogar definitivo, coleccionista e impulsora del arte modernista francés, escritora y de
gran importancia para la intelectualidad francesa de comienzos del siglo XX, donde la
efervescencia de figuras de talla mundial en todos los ámbitos del arte, de la escritura y
en general de todos los ámbitos de la intelectualidad afloraba por doquier.
Una velada de intelectuales era común en casa de los Stein, lo que iba a su vez
aumentando la fama de la anfitriona a nivel de toda la élite pensante europea y mundial.
Con éstas dos ayudas se fue haciendo de una colección importante de pinturas
de los que serían posteriormente considerados hitos del arte pictórico mundial.
Barnes envió a Glackens a Paris con 20.000 $ en el bolsillo para adquirir obras
de arte pictórico moderno. Volvió con 20 pinturas de artistas que para el momento no
eran apreciados en su justa medida, como Van Gogh, Renoir, Cezanne, Picasso, Pisarro.
En éste aspecto Barnes fue un visionario. En contra de la corriente de los
entendidos de arte de la época, que inclusiven llegaron a burlarse de él y tildarlo de
millonario excéntrico e ignorante en materia de arte.
Obras de Matisse, Modigliani, Picasso, Giorgio de Chirico, Cezanne, Renoir, Van
Gogh, Gauguin, Rousseau, Soutine, fueron las principales adquisiciones de Barnes,
aconsejado también por el vendedor de pinturas Paul Guillaume, representante de
Modigliani, Soutine y de Chirico.
Diez años despúes convertiría su colección de arte en una Institución Cultural de
Apreciación artística, la Barnes Foundation en Merion, Pennsylvania, a las afueras de
Filadelfia, con conceptos de avanzada en arquitectura y en la decoración interior con
bajo relieves cubistas del escultor Jacques Lipchitz. Compró un terreno que perteneció a
un veterano de la Guerra civil norteamericana, que por cierto, ya poseía un Arboretum
(una especie de Jardín Botánico, colección de arboles) desde 1880, el cual fue
mantenido y acrecentado por la esposa de Barnes, Laura, quien a la muerte del marido
se haría cargo de las colecciones de arte y del Arboretum y del Programa de Educación
de Horticultura.
Barnes Foundation. Edificio Original. 1922
Barnes Foundation Edificio actual en la Franklin Parkway en Filadelfia. 2012
Barnes Foundation. Galeria de Pinturas
Barnes posando en su galería. Atrás vemos ‘Jugadores de Cartas’ de Cezanne
Barnes posando con una ‘Madonna de Boticelli en sus manos. Detrás un Renoir
Barnes se supo rodear de las personas mas adecuadas para cada particular
aspecto de su Fundación.
La concepción de convertir a la misma, más en una escuela que en un museo, fue
por la colaboración del filósofo norteamericano John Dewey (1859-1952) fue además
psicólogo y reformador educativo, profesor en la Columbia University, de gran peso en
las reformas sociales y educaciones de su época en los Estados Unidos de norteamérica.
Junto a dos de sus discípulos Buermeyer y Munro se convirtieron en Directores Asociados
de Educación de la Fundación. Además contaron con la ayuda de Violette de Mazia
(1899-1988) quien dedicó su vida al estudio y a la enseñanza del arte. Nacida en Paris
se mudó a los Estados Unidos para estar en la Fundación Barnes, primero como
estudiante de filosofía y apreciación de arte con Munro y luego como instructora,
llegando a Vicepresidente de la misma y ayudando por más de 6 decádas a la
formación de artistas jóvenes.
Violette de Mazia John Dewey
Fue Barnes un hombre muy cuidadoso y detallista en lo concerniente al modo de
funcionamiento de la escuela de arte de la Fundación. Esto iba desde los días que podía
el publico ver la colección y las instrucciones precisas a los estudiantes de arte.
Gestionaba su colección bajo condiciones estrictas, no prestaba ninguna obra para
exposiciones, restringía el acceso del publico general para favorecer una contemplación
tranquila del arte y dar prioridad a la formación didáctica de estudiantes y clases
sociales desposeídas.
El gran pintor francés Henri Matisse (1869-1954), que se convertiría en un gran
amigo de Barnes decía acerca de la Escuela de Arte de la Fundación Barnes ‘como el
único lugar en Estados Unidos para ver el arte’. Curiosamente los americanos en Paris a
principios del siglo XX como Gertrude Stein y sus hermanos Leo, Michael y la esposa de
éste Sarah, fueron importantes coleccionistas y animadores de la pintura de Matisse.
Inclusive en Baltimore las hermanas Cone, Claribel y Etta, se convirtieron en los mecenas
y compradores más importantes de Matisse y Picasso. Adquirieron centenares de cuadros
y dibujos de ambos artistas, y ésta colección la podemos apreciar en todo su esplendor
en el Museo de Arte de Baltimore en Estados Unidos.
El altruismo y capacidad de ayuda de Barnes se vió manifestado en los años 1940
y 1941 cuando ayudó al gran filósofo inglés Bertrand Russell quien pasaba por un
momento de precariedad económica dándole un sueldo por dar clases de Historia de la
Filosofía en la Fundación, convirtiéndose éstas clases en la base de su famoso libro
‘Historia de la Filosofía Occidental’
Actualmente la Fundación posee más de 2.500 objetos y ochocientas pinturas
que se estima alcancen un valor de más de 2.000 millones de dólares. Su colección de
arte consta de 178 Renoir, 69 Cezanne (más que todos los museos de Paris juntos), 60
Matisse, 46 Picasso, 21 Soutine, 18 Rousseau, 16 Modigliani, 11 Degas, 7 Van Gogh, y 6
Seurat.
La ‘Danza II’ por Henri Matisse es un mural tríptico (15 pies de alto por 45 pies de
largo) en la Fundación Barnes de Filadelfia. Fue creado en el año 1932, a petición de
Albert C. Barnes después de conocer a Matisse en los Estados Unidos. Acordó pagar un
total de $ 30.000 por el mural, que lo tuvo listo en 1 año.
El tríptico ‘La Danza II’ de Matisse en la Fundación Barnes de Filadelfia
La colección incluye también artistas norteamericanos y europeos.
Incluyendo a Giorgio de Chirico, Pedro Pablo Rubens, Tiziano, Paul Gauguin, El
Greco, Francisco Goya, Edouard Manet, Jean Hugo, Claude Monet, Maurice Utrillo,
William Glackens, Charles Demuth, Maurice Prendergast, entre otros. Arte africano, arte
egipcio, griego y romano, así como arte decorativo americano y europeo y trabajos en
metal. Algo muy característico de la Fundación es colocar un ‘ensamble’ de numerosos
objetos de arte diferentes en la pared lo cual permite la comparación y el estudio de las
obras en diferentes periodos de la historia, estilo y lugar.
Pierre-Auguste Renoir. Despues del baño (1910 ) Vincent van Gogh. Retrato de un cartero Joseph Roulin (1889)
Paul Cézanne. Jugadores de Carta (1890–92)
Paul Gauguin, Haere Pape (1892)
Henri Matisse, La Alegría de vivir (1906)
Henri Matisse, Madras Rouge, 1907
Cuando Barnes estuvo en París en 1912, un año después de su enviado Glackens.
Gertrude y Leo Stein lo invitaron a su casa y fue allí donde conoció a Matisse y Picasso,
ambos amigos. Ocho años después es el ‘vendedor’ de arte Paul Guillaume quien le
hace conocer los trabajos de Modigliani, de Chirico y Chaim Soutine, adquiriendo sus
obras.
Con tres ingredientes fundamentales como fueron el dinero, una excelente
intuición para la adquisición de obras de arte trascendentes y las condiciones de escasez
de dinero reinantes en la sociedad al momento de la ‘Gran Depresión económica’
hicieron que Barnes pudiera adquirir obras maestras a precio muy económico.
Barnes decía: ‘mi especialidad era robarle a los incautos que habían invertido
todo su dinero en valores endebles y luego tuvieron que vender sus pinturas invaluables
para mantener un techo sobre sus cabezas’.
Por ejemplo, en 1913, Barnes compró ‘campesinos y bueyes’ de Picasso por 300
dólares y tomó docenas de lienzos por un dólar cada uno. Pagó 4.000 dólares por la
‘Alegría de Vivir’ de Matisse.
Para 1923 una demostración hecha con el publico en general demostró que la
colección estaba demasiado ‘avant-garde’ para el gusto de la mayoría de las personas.
Los críticos ridiculizaron el espectáculo, lo que provocó el antagonismo de Barnes todos
los críticos de arte, que duraría toda su vida. Inclusive en una época en que la
segregación racial norteamericana estaba en su apogeo, su interés, admiración y gusto
por el Arte Negro Afroamericano, levantó numerosas polémicas y de nuevo lo enfrentó
con la prensa especializada.
Barnes escribió muchos libros acerca de sus teorías de la estética del arte.
Siempre por supuesto asesorado y asistido por su equipo de educadores de alto rango.
Escribió los siguientes artículos y libros:
The Art in Painting (1925), The French Primitives and Their Forms from Their Origin
to the End of the Fifteenth Century (1931), con Violette de Mazia (1899-1988). The Art of
Renoir (1935), con De Mazia. The Art of Henri-Matisse (1933), con Violette de Mazia, The
Art of Cézanne, con de Mazia, Art and Education (1929-1939), con John Dewey,
Lawrence Buermeyer, Thomas Mullen, y de Mazia. Estos fueron ensayos recogidos por
Barnes, Dewey, y su staff educacional y publicados en el Journal de la Barnes
Foundation (1925-1926).
Volviendo a Bertrand Russell, Barnes en 1940 salvó prácticamente la carrera del
distinguido y famoso filósofo británico. Este estaba para ése entonces viviendo en las
montañas de Sierra Nevada corto de dinero e incapaz de ganarse un sueldo como
profesor o como periodista. Barnes, que había sido rechazado por la Universidad de
Pennsylvania y del Museo de Arte de Filadelfia, había quedado impresionado por las
batallas de Russell con el ‘Establishment’ e invitó a Russell para enseñar filosofía en su
Fundación.
Russell invitó a Barnes a su cabaña en Lake Tahoe para el debate. Él obtuvo un
contrato para enseñar por cinco años con un sueldo anual de 6.000, dólares
posteriormente aumentó a 8.000 dólares, con lo que Russell pudo renunciar a sus otras
obligaciones docentes. Russell fue contratado para dar una conferencia a la semana en
la Fundación Barnes de historia de la filosofía occidental, que más tarde se convertiría en
la base de su libro más vendido llamado ‘La historia de la filosofía occidental’.
La amistad de ambos se resquebrajó cuando Barnes se sintió ofendido por el
comportamiento de la esposa de Russell, Patricia, quien insistió en que la llamaran 'Lady
Russell ".
Barnes escribió a Russell: ‘cuando te contratan para enseñar no nos obligamos a
nosotros mismos a perdurar para siempre, sobre todo cuando existe una propensión a los
problemas de pareja’. En 1942, cuando Russell accedió a dar conferencias semanales en
la Facultad de Ciencias Sociales de Rand, Barnes lo despidió por incumplimiento de
contrato. Afirmó que la suma adicional de 2,000 dólares por año de su salario fue
condicionada a la enseñanza de que Russell exclusivamente para la Fundación. Russell
demandó a Barnes la pérdida de 24.000 dólares (el monto adeudado a los tres años
restantes del contrato). En agosto de 1943, se le otorgó 20,000 dólares por decisión de
los tribunales finalizando ésta curiosa relación entre Barnes y Russell.
Barnes murió en Julio de 1951, cuando se estaba dirigiendo de su casa a la
Fundación en un accidente de automóvil, muriendo instantáneamente.
Setenta años después de su muerte La Fundación Barnes ha pasado por
momentos difíciles desde el punto de vista económico y de operatividad. Sin embargo a
pesar de que por decisiones de tribunales de Filadelfia tuvieron que cambiar algunas
reglas del fundador, llamado jocosamente ‘el ogro de Merion’ como permitir que las
pinturas fueran de visita a otras ciudades para ser expuestas, y mover la sede de Merion
en las afueras de la ciudad de Filadelfia a un sitio más céntrico y accesible, la Fundación
sigue siendo de gran valor artístico y económico. Su colección se estima que vale entre
20 y 30 billones de dólares. Aunque John D. Rockefeller y Andrew Carnegie eran mucho
más adinerados que Albert Barnes, el valor actual de los activos de la Fundación Barnes
son 10 a 20 veces mayor que la Corporación Carnegie o la Corporación Rockefeller.
Amedeo Modigliani, Jeanne Hébuterne sentada de perfil (1918)
Bibliografía
A passion for Art, Renoir, Cezanne, Matisse and Dr Barnes. CD rom Corbis Publishing 1995
Mac versión
Albert C. Barnes Art and Education Manuscripts, circa 1924-1947. A Guide
http://www.barnesfoundation.org/assets/public/ead/aed_body.html
Opening the Barnes Door: How America’s Most Paranoid Art Museum Got That Way, and
How, Under New Management, Dramatic Changes Are on the Way. part 2] by Lucinda Fleeson.
Reprinted with permission of ‘The Philadelphia Inquirer Magazine’
http://www.garfield.library.upenn.edu/essays/v14p058y1991.pdf
Albert C. Barnes http://en.wikipedia.org/wiki/Albert_C._Barnes
Art: Albert Barnes' ardor for Renoir http://articles.philly.com/2013-01-
07/news/36175751_1_pierre-auguste-renoir-martha-lucy-titian-and-rubens
Barnes Foundation http://es.wikipedia.org/wiki/Barnes_Foundation