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JUNTOS POR LA SEGURIDADUna introducción a la OTAN
JUNTOS POR LA SEGURIDADUna introducción a la OTAN
P04 | IntroducciónP06 | Respuesta ante el cambioP14 | Papel protagonista en situaciones de crisisP22 | Ampliación de las asociacionesP28 | Política de puertas abiertasP30 | Nuevas capacidades ante nuevas amenazasP32 | Funcionamiento interno de la OrganizaciónP35 | El futuro
P04 | Introducción
Durante sus más de cincuenta años de existencia, tanto la Organización como el resto del mundo han evolucionado de una forma totalmente imprevisible para los fundadores de la OTAN.
El ritmo de transformación de la OTAN aumenta a medida que se va modificando su entorno estratégico. La Alianza aborda actualmente una gama de retos de seguridad más amplia y extensa que en cualquier otro momento de su historia, y tiene que proteger a sus ciudadanos tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Ante amenazas que no conocen fronteras, como la proliferación de armas de destrucción masiva o el terrorismo, tiene que ser capaz de desplegar y mantener fuerzas en lugares muy lejanos, como ocurre
en Afganistán. Al mismo tiempo debe desarrollar los medios y capacidades necesarios para responder a esos nuevos retos y contribuir a los esfuerzos internacionales que se enfrentan a ellos.
Aunque cambien la naturaleza de las amenazas que afrontan sus países miembros y la forma en la que se enfrentan a ellas, los fundamentos básicos de la cooperación dentro de la Alianza mantienen su fidelidad a los principios del Tratado de Washington. La defensa colectiva representa el verdadero núcleo de esta carta fundacional, y sigue constituyendo un principio único y permanente que vincula a todos sus miembros dentro de un compromiso de protección
JUNTOS POR LA SEGURIDADUna introducción a la OTAN
mutua. La OTAN proporciona un marco político-militar para gestionar los retos de seguridad, que aúna los intereses europeos y norteamericanos y pretende proporcionar un entorno seguro mediante el entendimiento y la cooperación en favor de las generaciones futuras.
La Alianza del Atlántico Norte
Introducción | P05
Todas las menciones que se hacen en esta publicación a la antigua República Yugoslava de Macedonia están marcadas con un asterisco (*) correspondiente a la siguiente nota a pie de página: “Turquía reconoce a la República de Macedonia por su nombre constitucional.”
Respuesta ante el cambio
P06 | Respuesta ante el cambio
En el año 1949, cuando el enfrentamiento ideológico entre el Este y el Oeste iba ganando impulso, doce países pertenecientes a las dos orillas del Atlántico fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Su objetivo principal era la creación de un pacto de asistencia mutua frente a la posibilidad de que la Unión Soviética intentase extender a otros países del Viejo Continente el control que ejercía sobre Europa Oriental.
Orígenes de la Alianza
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Europa, en aquella época, todavía se estaba recuperando de la devastación sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, aunque el Plan Marshall que financiaba Estados Unidos fue aportando los medios necesarios para estabilizar las economías de los países occidentales entre los años 1947 y 1952. Gracias a su compromiso con el principio de defensa colectiva, la OTAN complementó esta tarea contribuyendo al mantenimiento de un entorno seguro para el desarrollo de la democracia y el crecimiento económico. Tal y como dijo el entonces presidente estadounidense, Harry S. Truman, el Plan Marshall y la OTAN eran “las dos caras de una misma moneda”.
“ Gracias a la OTAN, tanto Europa Occidental como Norteamérica pudieron conseguir un grado de estabilidad sin precedentes ”A principios de los años cincuenta los acontecimientos internacionales que culminaron con el estallido de la guerra de Corea parecían confirmar los temores occidentales respecto a las pretensiones expansionistas de la Unión Soviética. Por eso los miembros de la OTAN redoblaron sus esfuerzos para desarrollar las estructuras civiles y militares necesarias para implementar su compromiso de defensa conjunta. La presencia de fuerzas norteamericanas en suelo europeo –a petición de los gobiernos occidentales– contribuyó a la disuasión de una posible agresión soviética. Además, con el paso del tiempo, más y más países se fueron incorporando a la Alianza.
Gracias a la OTAN, tanto Europa Occidental como Norteamérica pudieron conseguir un grado de estabilidad sin precedentes, poniendo así los cimientos para la cooperación económica e integración europeas. A principios de la década de los noventa, tras el final de la guerra fría, la Alianza contribuyó activamente a superar la antigua división entre el Este y el Oeste de Europa mediante la aproximación a los antiguos enemigos y la búsqueda de un planteamiento común de seguridad.
P08 | Respuesta ante el cambio
Durante la guerra fría la OTAN tenía una función y un propósito claramente definidos a causa de la amenaza que suponía la Unión Soviética, pero a principios de los noventa se produjeron la disolución del Pacto de Varsovia y la desintegración de la Unión Soviética. Algunos comentaristas opinaron que la desaparición de sus adversarios tradicionales implicaría también el final de la necesidad de la Alianza, y que en el futuro el gasto en defensa y las inversiones en las fuerzas armadas se verían drásticamente reducidos.
El final de la guerra fría
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Muchos Aliados de la OTAN empezaron a recortar su gasto en defensa, en algunos casos hasta un 25 por ciento, pero pronto resultó evidente que aunque con el fin de la guerra fría podía haber desaparecido la amenaza de una invasión militar, en cambio había aumentado la inestabilidad en ciertas partes de Europa. Comenzaron a estallar conflictos regionales, a menudo provocados por tensiones étnicas, tanto en la ex Yugoslavia como en otras partes de la antigua Unión Soviética, que amenazaban con extenderse a otras zonas.
“ mantener la paz y estabilidad en Europa y evitar la escalada en las tensiones regionales ”
Se necesitaban nuevas formas de cooperación política y militar para mantener la paz y estabilidad en Europa y evitar la escalada en las tensiones regionales. Por eso la OTAN se implicó en institucionalizar sus relaciones con sus antiguos adversarios, creando nuevos mecanismos de cooperación. También llevó a cabo importantes reformas internas para adaptar sus estructuras y capacidades militares de forma que sus miembros pudieran afrontar nuevas misiones, como operaciones de gestión de crisis, mantenimiento de la paz y pacificación, además de garantizar la capacidad permanente para cumplir sus funciones fundamentales en la defensa. Ante estos retos de seguridad la OTAN, sin dejar de ser una organización con fuertes y estrechos vínculos y centrada en las responsabilidades de la defensa colectiva, se ha ido centrando en la asociación de países con diferentes culturas que colaboran codo con codo en todos los campos de la seguridad.
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El Concepto Estratégico aprobado en la Cumbre de Washington de 1999 describía las futuras amenazas como “multidireccionales y a menudo difíciles de predecir”, y dedicaba una atención especial al peligro que suponía la proliferación de armas de destrucción masiva y de sus medios de lanzamiento. Dejaba también claro que los intereses de seguridad de la Alianza podían verse afectados por otros riesgos de naturaleza más genérica, como atentados terroristas, sabotajes o acciones del crimen organizado, además de la interrupción del suministro de recursos esenciales.
Los acontecimientos demostraron muy pronto lo previsores que habían sido los Aliados. El 11 de septiembre de 2001 los terroristas utilizaron aviones de pasajeros como armas de destrucción masiva contra objetivos en EEUU. La espantosa brutalidad de los ataques y de los medios utilizados ponía en evidencia la vulnerabilidad de las sociedades abiertas y democráticas ante una nueva forma de guerra asimétrica. Al día siguiente, en una demostración de solidaridad, los Aliados invocaron el Artículo 5 del Tratado de Washington, la cláusula de defensa colectiva de la OTAN, reafirmando que un ataque contra uno o varios de sus Aliados constituía un ataque contra todos ellos.
El 11 de septiembre
La OTAN invoca el Artículo 5 por
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La Alianza adoptó con gran rapidez diversas medidas en apoyo de Estados Unidos, desplegando buques en el Mediterráneo Oriental a principios de octubre para abordar y buscar embarcaciones que pudieran estar implicadas en actividades terroristas. Este despliegue continúa actualmente dentro de la Operación Active Endeavour, ampliada hasta abarcar todo el Mediterráneo. Entre las medidas adoptadas se cuenta también la presencia de fuerzas de varios Aliados en Afganistán para ayudar a la operación dirigida por EEUU contra al Qaeda –el grupo terrorista responsable de los ataques del 11-S– y los talibanes, que les daban refugio. La Alianza ha dirigido la misión de mantenimiento de la paz (la Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad) desde agosto de 2003.
Los ataques del 11-S fueron seguidos por otros varios perpetrados en territorio de la Alianza, de menor magnitud pero de una naturaleza igual de perversa. Estos atentados y otros ocurridos en diferentes lugares han reafirmado ante los líderes de la OTAN la importancia, a largo plazo, de determinados hechos.
Las Partes aprueban que un ataque armado contra una o varias de ellas en Europa o Norteamérica se considerará un ataque contra todas ellas y, por lo tanto, acuerdan que si se produjera dicho ataque cada una de ellas, en el ejercicio del derecho a la autodefensa individual o colectiva reconocido en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o las Partes atacadas adoptando a continuación, individualmente y de forma concertada con las otras Partes, las actuaciones que considere necesarias, incluido
el uso de la fuerza armada, para restaurar y mantener la seguridad en el Atlántico Norte.
Cualquier ataque armado, así como todas las decisiones adoptadas a consecuencia del mismo, serán inmediatamente puestos en conocimiento del Consejo de Seguridad. Dichas medidas se darán por terminadas cuando el Consejo de Seguridad haya implantado las disposiciones necesarias para restaurar y mantener la paz y seguridad internacionales.
Artículo 5
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En primer lugar, las amenazas contra la comunidad transatlántica durante el siglo XXI serán cada vez más asimétricas y procederán de grupos no estatales, más que de ejércitos permanentes. Para enfrentarse a ellas, las fuerzas de los Aliados deben aumentar su capacidad de despliegue, movili-dad y eficacia.
En segundo lugar, estas nuevas amenazas pueden iniciarse en lugares muy alejados de la zona euroatlántica. Por eso la OTAN debe convertirse en una alianza con socios globales dispuestos a afrontar los riesgos en el lugar en que se originan.
Por último, la OTAN no puede en-frentarse ella sola a esos riesgos, sino que debe contribuir al desa-rrollo de soluciones políticas, eco-nómicas y militares a nivel global, trabajando junto a organizaciones no gubernamentales e internacio-nales, como las Naciones Unidas,
la Unión Europea y la Organiza-ción para la Seguridad y Coope-ración en Europa. Sólo con este planteamiento se podrán abordar las causas económicas, políticas e ideológicas de los conflictos.
Teniendo en cuenta esos factores, los líderes de la Alianza iniciaron una revisión de las actividades y métodos de trabajo de la Organización, que dio como resultado una serie de iniciativas, que incluyen:
“ contribuir al desarrollo de soluciones políticas, económicas y militares a nivel global “
la creación de una Fuerza de Re-spuesta de la OTAN, tecnológica-mente avanzada, flexible, desple-gable, interoperativa y sostenible que incorpora elementos de tierra, mar y aire
la aprobación de una Directiva Política Global que pretende propor-cionar un marco para las priori-dades estratégicas de la Alianza en los próximos quince años
la ampliación de las operaciones en Afganistán hasta abarcar todo el país, así como la ayuda a través del entrenamiento de las fuerzas de seguridad y de trabajos de reconstrucción
la ayuda al gobierno de Iraq mediante el entrenamiento de sus fuerzas de seguridad, así como el apoyo a la Unión Africana y el inicio de actividades contra la piratería
la implicación en relaciones institu-cionalizadas con países de Oriente Medio a través de la Iniciativa de Cooperación de Estambul
Al mismo tiempo, la OTAN ha impulsado la integración euroatlántica invitando a diversos estados a integrarse en la Organización y en sus programas de asociación, para así extender las ventajas de seguridad a un mayor número de países.
una estructura de mando militar optimizada
la mejora de capacidades en áreas clave para las operaciones militares modernas, como son el transporte estratégico y la vigilan-cia aire-tierra
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Papel protagonista en situaciones de crisis
P14 | Papel protagonista en situaciones de crisis
Inmediatamente después de los ataques del 11-S, Estados Unidos emprendió en Afganistán la operación antiterrorista Libertad Duradera, que derribó el régimen represivo de los talibanes. Ante el temor de que las fuerzas de seguridad afganas no pudieran estabilizar el país por sí solas se organizó, en diciembre de 2001, la conferencia de Bonn, en la que se solicitó que las Naciones Unidas (NU) aprobaran la creación de una fuerza que ayudara a la formación y adiestramiento de las unidades de seguridad afganas. La Resolución 1388 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 20 de diciembre de 2001 permitió la creación de la Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad (ISAF) y su despliegue en Kabul y zonas cercanas a la ciudad. En enero de 2002, la ISAF y la Autoridad Afgana de Transición –organismo precursor del gobierno nacional afgano– firmaron un Acuerdo Técnico Militar que detallaba las tareas de la ISAF.
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Inicialmente la ISAF no era una fuerza de la OTAN o las Naciones Unidas, sino una coalición formada con carácter voluntario por diferentes naciones y desplegada bajo la autoridad del Consejo de Segu-ridad. Cada seis meses cambiaba el país encargado de dirigirla (inicialmente Reino Unido, Turquía, Alemania y Países Bajos). A medida que se desarrollaba la misión se hacía más patente el perjuicio ocasionado por la falta de continuidad en el mando, hasta que en agosto de 2003 la Alianza asumió las funciones de mando, control y coordinación estratégicos de la misión, posibilitando así la creación de un cuartel general permanente de la ISAF en Kabul.
“ La ISAF trabaja en estrecha coordinación con el gobierno afgano ”
El mandato inicial de la ISAF se limitaba a la capital y sus alrededores, pero se fue ampliando gradualmente hasta abarcar todo Afganistán: primero se extendió hacia el norte, luego hacia el oeste, después al sur y finalmente hacia el este, la zona más peligrosa e inestable del país.
La principal función de esta fuerza es ayudar al gobierno afgano a extender su autoridad por todo el país y crear un entorno seguro. Para ello colabora en el desarrollo de las fuerzas de seguridad del país proporcionando adiestramiento militar y policial, identificando las necesidades de reconstrucción de infraestructuras civiles, apoyando las actuaciones gubernamentales para el desarme de los grupos armados y en contra del cultivo de opio, y ayudando a las actividades de asistencia humanitaria.
También intenta potenciar la relación entre entidades civiles y militares y desarrollar sobre el terreno una cooperación más sistemática. Prueba de ello son los Equipos Provinciales de Reconstrucción –grupos reducidos de personal civil y militar que trabajan bajo la
responsabilidad de la ISAF– que llevan a cabo proyectos civiles por todo el país, como la construcción de colegios y orfanatos, la reparación de carreteras, el decomiso de armas o la retirada de minas.
La ISAF trabaja en estrecha coordinación con el gobierno afgano. Por ejemplo, entre diciembre de 2003 y enero de 2004 ayudó a las autoridades del país a proporcionar seguridad durante la convocatoria de la Loya Jirga, el gran consejo que aprobó la nueva constitución afgana. En septiembre de 2006 la OTAN y Afganistán publicaron un “Marco para la cooperación duradera en asociación” que se centra en impulsar la reforma de la defensa, la formación de instituciones de defensa y la interoperatividad entre el Ejército Nacional Afgano y las unidades de los Aliados. Además, el Representante Civil de Alto Nivel de la OTAN se ocupa de coordinar los objetivos políticos y militares de la Alianza trabajando con el gobierno afgano y diversas organizaciones internacionales, y manteniendo contactos con los países vecinos.
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A raíz de la desintegración de la antigua Yugoslavia, la OTAN intervino militarmente para detener o desactivar los conflictos de Bosnia-Herzegovina en 1995, Kosovo en 1999 y la antigua República Yugoslavia de Macedonia* en 2001.
En Bosnia-Herzegovina los Aliados llevaron a cabo operaciones aéreas contra las fuerzas serbobosnias durante los meses de agosto y septiembre de 1995, lo que contribuyó a cambiar el equilibrio de fuerzas entre las partes combatientes y convencer a los líderes serbobosnios de que aceptaran el acuerdo de paz que se negoció en Dayton (Ohio). Los guardianes de la paz de la OTAN llegaron a Bosnia-Herzegovina en diciembre de 1995 dentro de la Fuerza de Implementación (IFOR), siendo posteriormente reemplazados por la Fuerza de Estabilización (SFOR) que continuó la misión con pleno éxito hasta 2005, cuando pasó el testigo del mandato a la Unión Europea.
Los Balcanes
Durante diez años la OTAN dirigió
una operación de mantenimiento de la paz en Bosnia-
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“ crear la estabilidad necesaria para el futuro desarrollo de Kosovo ”
La intervención militar de la OTAN en Kosovo se produjo tras más de un año de escalada violenta del conflicto y de violaciones repetidas por parte de Belgrado de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las NU, que exigían el final de la represión contra la población albanokosovar. En marzo de 1999 la Alianza decidió emprender una campaña aérea contra las estructuras militares y paramilitares dependientes del gobierno yugoslavo responsables de dicha represión. Fue una decisión adoptada tras haber agotado todas las demás opciones, sin que las conversaciones de paz hubieran logrado doblegar la intransigencia del gobierno de Belgrado. La campaña aérea duró 78 días hasta que se alcanzaron sus objetivos: poner fin de las acciones militares de todas las partes; la retirada del ejército yugoslavo, la policía serbia y las fuerzas paramilitares de Kosovo; el acuerdo para el estacionamiento de una fuerza militar internacional en la provincia; la aceptación del retorno seguro y sin condiciones de todos los refugiados y desplazados; y la disposición de todas las partes a trabajar en favor de un acuerdo político para Kosovo.
El mandato de la Fuerza para Kosovo (KFOR), dirigida por la OTAN, emana tanto del Acuerdo Técnico Militar firmado por los mandos de
la Alianza y de Yugoslavia, como de la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las NU, ambos aprobados en junio de 1999. La KFOR asumió la responsabilidad de impedir un nuevo estallido de las hostilidades, establecer un entorno seguro y asegurar la desmovilización del Ejército de Liberación de Kosovo. Además, apoya los esfuerzos humanitarios internacionales en la zona y colabora con la presencia civil internacional, la Administración Provisional de la Misión de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK), para crear la estabilidad necesaria para el futuro desarrollo de Kosovo.
Tras la declaración de indepen-dencia del 17 de febrero de 2008 la OTAN reafirmó que la KFOR permanecería en Kosovo sobre la base de la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad, a menos que este organismo decida otra cosa. Los dirigentes de la Alianza reiteraron esta posición durante la Cumbre de Los dirigentes de la Alianza reiteraron esta posición durante la Cumbre de Estrasburgo/Kehl, celelbrada en Abril de 2009, y declararon que la Alianza apoyaría el establecimiento de las estructuras de seguridad multiétnicas acordadas en Kosovo. Aprobaron el desplegue de la Misión de la Unión Europea en Kosovo para garantizar el cumplimiento de la Ley (EULEX), y el progreso llevado a cabo hasta el momento en la implementación de los compromisos existentes
(sobre todo los referentes al mantenimiento de la ley, la protección de las minorías érnicas y los lugares históricos y religiosos) y la lucha contra el crimen y la corrupción.
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En agosto de 2001 el Presidente de la antigua República Yugoslava de Macedonia* pidió ayuda a la OTAN para desarmar a los grupos albaneses que podrían llegar a desestabilizar el país. La Alianza estuvo de acuerdo, con la condición de que el gobierno reinstaurara ciertos derechos para la minoría albanesa. Los representantes del gobierno y de la comunidad albanesa en el país llegaron a un acuerdo político impulsado por los enviados especiales de varias organizaciones internacionales, entre ellas la OTAN, y Estados Unidos. Así se despejó el camino para que la Alianza desplegase 3.500 efectivos durante 30 días para llevar a cabo el desarme voluntario de los albaneses.
A petición de Skopje las tropas de la Alianza continuaron en el país para proporcionar protección a los supervisores de la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa hasta finales de marzo de 2003, fecha en la que la Unión Europea se hizo cargo de la misión. Estas iniciativas contribuyeron a desactivar un posible conflicto y pusieron los cimientos para las labores de reconciliación y reconstrucción del país.
Actualmente la KFOR es la única fuerza aliada de tamaño importante que sigue desplegada en los Balcanes, aunque la OTAN mantiene sendos centros
de mando en Sarajevo y Skopje para ayudar a los gobiernos locales en sus reformas de la defensa.
Para reforzar la estabilidad a largo plazo de los Balcanes Occidentales, la OTAN está intentado integrar a todos los países de la región en las estructuras euroatlánticas. Albania y Croacia se unieron a la OTAN el 1 de abril de 2009, la antigua República Yugoslava de Macedonia* es candidata a la integración en la OTAN, y Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Serbia se convirtieron en Socios de la Alianza el 14 de diciembre de 2006.
“ Para reforzar la estabilidad a largo plazo de los Balcanes Occidentales, la OTAN está intentado integrar a todos los países de la región en las estructuras euroatlánticas ”
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La Operación Active Endeavour, iniciada a raíz de los ataques del 11 de septiembre, constituye una misión de vigilancia marítima dirigida por las fuerzas navales de la OTAN para detectar, desarticular y proteger frente a actividades terroristas en el Mediterráneo. Los buques de la Alianza desplegaron en el Mediterráneo Oriental y empezaron a patrullar la zona el 6 de octubre de 2001. En vista de los buenos resultados obtenidos, a principios de 2003 se añadió a su zona de acción el Estrecho de Gibraltar; un año después, en marzo de 2004, se amplió su ámbito de actuación a la totalidad del Mediterráneo.
Aunque la operación está limitada a actividades relacionadas con el terrorismo, ha tenido efectos beneficiosos para la seguridad general de la zona y el comercio y actividad económica del Mediterráneo.
El Mediterráneo
El Golfo de AdénLa creciente piratería en el Golfo de Adén y el Cuerno de África está debilitando los esfuerzos humanitarios internacionales en África, y de forma más general está afectando al desarrollo de las líneas de comunicación por mar y los intereses económicos en la zona.
La OTAN está ayudando activamente a aumentar la seguridad por medio de operaciones de contrapiratería en la zona: la Operación Proveedor Aliado (2008), la Operación Protector Aliado (2009) y la Operación Escudo Oceánico (en marcha). La organización está considerando la posibilidad de desempeñar un papel a largo plazo en contrapiratería, en total complementariedad con las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y con acciones contra la piratería a través de otros actores, incluyendo a la Unión Europea.
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Los refugiados de Darfur
La primera misión de la OTAN en el continente africano fue el apoyo a la Misión de la Unión Africana en Sudán (AMIS).
Los habitantes de la provincia de Darfur, en Sudán, llevan sufriendo una guerra civil brutal desde el año 2003. El conflicto ha provocado una crisis humanitaria con decenas de miles de muertos y millones de desplazados. A petición de la Unión Africana (UA), la OTAN prestó apoyo a la AMIS desde julio de 2004 hasta su finalización el 31 de diciembre de 2007. A partir de esa fecha se convirtió en una misión conjunta de las Naciones Unidas y la Unión Africana, y la OTAN manifestó su disposición a considerar cualquier petición de ayuda adicional que pudiese recibir.
En junio de 2007 la OTAN aprobó una petición de la Unión Africana de proporcionar transporte estratégico para el despliegue de sus tropas en una misión en Somalia (AMISOM). Este país lleva desde 1991 sin un gobierno efectivo y ha sufrido durante largos años las luchas entre los señores de la guerra locales, además del hambre y las epidemias.
La OTAN también proporciona apoyo en el desarrollo de capacidades a largo plazo en el mantenimiento de la paz de la UA, y en especial de su Fuerza Africana de Reserva, siempre a petición de la organización africana.
Para garantizar la consecución de la máxima sinergia y eficacia, la ayuda de la OTAN se alinea y coordina estrechamente con otras organizaciones internacionales –principalmente las Naciones Unidas y la Unión Europea– y con socios bilaterales.
El apoyo a la Unión Africana
La estabilidad de Iraq constituye un interés estratégico esencial para la Alianza, que desde 2004 ha apoyado al gobierno de ese país mediante la Misión de Adiestramiento de la OTAN en Iraq (NTM-I). Ambas partes han acordado proseguir su cooperación a largo plazo, formalizando dicha intención con la aprobación de un Marco para la Cooperación Estructurada.
La OTAN contribuye a la autosuficiencia iraquí en materia de seguridad entrenando a su personal militar dentro y fuera de su territorio, impulsando el desarrollo de sus instituciones de seguridad, coordinando las entregas de equipos donados por los miembros de la Alianza y, de forma más general, colaborando en su reforma de la defensa.
La cooperación con Iraq se ha desarrollado de acuerdo con la Resolución 1546 del Consejo de Seguridad, que solicitaba a las organizaciones internacionales y regionales que contribuyesen a satisfacer las necesidades de seguridad y estabilidad de la población iraquí, y atendiendo a las peticiones de ayuda realizadas por el gobierno de ese país.
Ayuda a Iraq
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Otras actividades de la OTAN“ la mayor parte del trabajo de la Organización se desarrolla sin apenas atención de los medios ”
La cobertura mediática sobre la OTAN tiende a centrarse inevita-blemente en la diplomacia de alto nivel, las cumbres y las campañas militares, pero la mayor parte del trabajo de la Organización se desarrolla sin apenas atención de los medios. La OTAN interviene de forma cotidiana en toda una serie de proyectos que ayudan a mejorar el entorno de seguridad europeo, como la reforma de los ejércitos de Europa Oriental, el desarrollo de programas de reciclaje profesional para personal militar desmovilizado, y la colabo-ración con actividades de retirada de minas y destrucción de arsena-les de munición obsoleta.
Además, la OTAN participa en la coordinación de ayuda humani-taria. En 1999 abrió su Centro Euroatlántico de Coordinación de Respuestas ante Desastres (EADRCC) para sincronizar la ayuda de emergencia y humanita-ria de los países Socios y Aliados en caso de desastres naturales o producidos por el hombre. Por ejemplo, en septiembre de 2005 la Alianza proporcionó apoyo a las víctimas de las inundaciones provocadas por el huracán Katrina en Estados Unidos. Un mes mas tarde, cuando se produjo un
devastador terremoto en Pakistán que causó 73.000 muertos y dejó sin hogar a cuatro millones de personas, el Consejo del Atlántico Norte acordó utilizar el EADRCC para canalizar la ayuda. En otras muchas ocasiones el Centro ha movilizado sus recursos para cola-borar con diversos países del área euroatlántica ante inundaciones, incendios forestales y terremotos.
La OTAN tiene un programa científico que patrocina la co-operación práctica en cuestiones relacionadas con la seguridad en los campos de la ciencia civil, el medio ambiente y la tecnolo-gía. Su Programa de la Ciencia para la Paz y la Seguridad (SPS) pretende desarrollar recomen-daciones y soluciones tangibles para toda una serie de problemas, satisfaciendo al mismo tiempo las necesidades específicas de los participantes. En estas activida-des intervienen científicos de los Aliados de la OTAN, Socios y países del Diálogo Mediterráneo, contribuyendo de forma eficaz a la seguridad global al facilitar la co-operación, los sistemas de redes y el desarrollo de capacidades.
Ampliación de las asociaciones
P22 | Ampliación de las asociaciones
Los Socios de la OTAN
Desde el final de la guerra fría, la OTAN ha emprendido una serie de iniciativas para reforzar la seguridad y la estabilidad mediante la creación de instituciones para el diálogo, el fomento de la confianza y la cooperación. Ha establecido relaciones con sus antiguos adversarios y con otros países de Europa, la región mediterránea y Oriente Medio.
Un primer paso en esa dirección fue la creación en 1991 del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, que posteriormente pasaría a denominarse Consejo de Asociación Euroatlántico, y que se ha convertido en el principal foro de la zona euroatlántica para las consultas y cooperación entre la OTAN y los países no miembros de la Organización.
En 1994 la Alianza emprendió una iniciativa denominada Asociación para la Paz (APP), diseñada para ayudar a los países participantes en una reestructuración de sus fuerzas armadas que les permita desempeñar su papel dentro de una sociedad democrática y participar en las operaciones de apoyo a la paz dirigidas por la Alianza. El programa ofrece oportunidades para la cooperación práctica en muchos y variados campos, permitiendo que cada Socio adapte su participación a la medida de sus necesidades o intereses de seguridad. Se realiza una amplia y variada gama de actividades que abarca asuntos como la reforma de la defensa, la gestión de crisis, la planificación de emergencias civiles, la cooperación científica, la formación y adiestramiento, y la eliminación segura de municiones y armamento ligero y de pequeño calibre.
“ la creación de instituciones para el diálogo, el fomento de la confianza y la cooperación ”
Ampliación de las asociaciones | P23
“ Rusia y Ucrania fueron dos de los muchos países que se comprometieron desde el principio con las actividades de asociación de la OTAN ”Rusia y Ucrania fueron dos de los muchos países que se comprometieron desde el principio con las actividades de asociación de la OTAN. En el año 1997 se le dio una mayor oficialidad a esta cooperación con la firma de acuerdos bilaterales entre cada uno de ellos y la Alianza. El Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia y la Comisión OTAN-Ucrania nacieron como instrumentos para facilitar las consultas periódicas y los debates sobre cuestiones de seguridad, y para desarrollar la cooperación práctica en una amplia gama de áreas.
Posteriormente, y a raíz de los ataques terroristas del 11-S que pusieron en evidencia la necesidad de una acción internacional concertada para enfrentarse a las nuevas amenazas de seguridad, los Aliados y Rusia han forjado una relación más profunda y estrecha que desembocó en 2002 en la creación del Consejo OTAN-Rusia (NRC). Todos los países del NRC se reúnen bajo la presidencia del Secretario General en situación de igualdad –el Consejo Conjunto Permanente, en cambio, tenía un carácter bilateral– y sus decisiones se adoptan por consenso. El Consejo ha identificado como áreas
primordiales de cooperación la lucha antiterrorista, la gestión de crisis y la no proliferación de armas de destrucción masiva.
La relación OTAN-Ucrania ha ido evolucionando con el paso de los años. Un aspecto importante de la misma es la ayuda que prestan la OTAN y algunos Aliados de forma individual a los esfuerzos de reforma ucranianos, especialmente en los sectores de la defensa y la seguridad. Se trata de reformas esenciales para el desarrollo democrático del país.
Las relaciones con Rusia y Ucrania
P24 | Ampliación de las asociaciones
La iniciativa de la APP se vio complementada en 1995 con la creación de un Diálogo Mediterráneo con seis países de la región: Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez. Argelia se incorporó en 2000 a este programa que pretende establecer buenas relaciones y potenciar la comprensión mutua entre los países de la región mediterránea, además de fomentar la seguridad y estabilidad de la zona. En 2004 se elevó el nivel del Diálogo hasta constituir una auténtica asociación
que fomenta una mayor cooperación práctica mediante la ayuda en la reforma de la defensa, la cooperación en la seguridad fronteriza, las medidas que mejoran la interoperatividad y otras actuaciones similares, además de centrarse en la lucha antiterrorista. Varios países del Diálogo han aportado tropas a las operaciones de apoyo a la paz de la OTAN en los Balcanes y estàn participando en la Operación Active Endeavour.
El Diálogo Mediterráneo“ establecer buenas relaciones y potenciar la comprensión mutua entre los países de la región mediterránea ”
Cooperación con los países del Diálogo
Mediterráneo durante unas maniobras
de la OTAN
Ampliación de las asociaciones | P25
“ La iniciativa pretende fomentar la cooperación práctica bilateral con los países de la región interesados ”
La Iniciativa de Cooperación de Estambul
La creación en 2004 de la Iniciativa de Cooperación de Estambul (ICI) mostró la disposición de la Alianza a llegar hasta los países de Oriente Medio que no participaban en el Diálogo Mediterráneo. La iniciativa pretende fomentar la cooperación práctica bilateral con los países de la región interesados en campos como la lucha antiterrorista, la gestión de crisis, los planes de emergencias civiles y el control fronterizo. Hasta el momento se han incorporado cuatro países: Bahrein, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos.
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Según han ido evolucionando y haciéndose más impredecibles la naturaleza, ámbito y origen de las amenazas de seguridad, la OTAN ha ido extendiendo el alcance de sus asociaciones apelando a diversos socios globales para que le ayuden a afrontar las amenazas, también globales, que han ido surgiendo desde el cambio de siglo. Se trata de los denominados “países de contacto”, que no son miembros ni socios de la Alianza, como Japón, Nueva Zelanda, Australia y Corea del Sur.
La OTAN también mantiene relaciones con otras organizaciones internacionales que desempeñan un papel complementario en el fomento de la paz y la seguridad, y trabaja dentro del contexto de las operaciones de gestión de crisis con aquellas que poseen instrumentos para asegurar una paz sostenible mediante el desarrollo político, económico y social. Entre ellas se cuentan organizaciones como las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, e instituciones como EUROCONTROL y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Trabajo con los socios globales y otras organizaciones internacionales
Varios de los de-nominados países de contacto, como
Nueva Zelanda, participan en la
ISAF
Ampliación de las asociaciones | P27
“ un papel complementario en el fomento de la paz y la seguridad ”Por encima de todas estas conexiones institucionales, el vínculo transatlántico entre los países europeos de la OTAN y Estados Unidos hace que las relaciones de la Alianza con la Unión Europea sean especiales y únicas. Tal como ocurre en cualquier interacción constructiva, han ido evolucionando según cambiaban las circunstancias externas. Sin entrar a detallar la historia de las relaciones transatlánticas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, es importante resaltar que, en el inicio de la posguerra, los miembros europeos de la OTAN mantenían una elevada dependencia respecto a Estados Unidos tanto en cuestiones de seguridad como en lo relativo al crecimiento económico. Durante los años siguientes Europa se ha ido haciendo cada vez más fuerte y unida. A principios de los años noventa la Unión Europea empezó a desarrollar una política exterior y de seguridad común, y ha ido impulsando progresivamente a Europa hasta
su actual papel protagonista en asuntos internacionales. En diciembre de 1999 la UE decidió desarrollar una capacidad propia para ocuparse de la gestión de crisis y adoptar los pasos necesarios para crear las estructuras políticas y militares requeridas, allanando así el camino para que en pocos años haya podido hacerse cargo de dos de las misiones de la OTAN en los Balcanes.
Este proceso se ha visto facilitado por los acuerdos “Berlín Plus”, que permiten a la Unión Europea acceder a los activos y capacidades de la OTAN para operaciones propias en las que no intervenga la Alianza en su conjunto. Sobre la base de esta cooperación entre ambas organizaciones se ha podido conseguir el relevo en las misiones de la OTAN en la antigua República Yugoslava de Macedonia* a finales de marzo de 2003, y en Bosnia-Herzegovina en diciembre de 2004.
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Desde las etapas iniciales de su desarrollo, los miembros fundadores de la Alianza –Canadá, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos– fueron ampliando el número de países miembros con la integración de Grecia y Turquía (1952), y Alemania (1955). España se incorporó algunas décadas más tarde, en 1982.
La siguiente ronda de ampliación se produjo tras el final de la guerra fría, cuando varios países de Europa Central decidieron que sus intereses de seguridad futuros estarían mejor servidos con la integración en la OTAN, y proclamaron su interés en la adhesión. Tres antiguos países Socios –República Checa, Hungría y Polonia– se convirtieron en miembros en marzo de 1999, aumentando el número de Aliados hasta 19.
A finales de marzo de 2004 se produjo la ampliación más numerosa de su historia, cuando siete países se incorporaron a la Alianza: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Más recientemente, en abril de 2009, Albania y Croacia se convirtieron en miembros, mientras que la antigua República Yugoslava de Macedonia* recibirá la invitación a unirse a la Organización en cuanto se resuelva el problema del nombre del país.
Las puertas de la OTAN siguen estando abiertas a cualquier país europeo que se encuentre en condiciones de asumir los compromisos y las obligaciones de la adhesión, y de contribuir a la seguridad en la zona euroatlántica.
Un proceso en marcha
Política de puertas abiertas
Política de puertas abiertas | P29
Los siete nuevos miembros que ingresaron en la OTAN en 2004, y los que les siguieron posteriormente, se han beneficiado de los Planes de Acción para la Adhesión creados en 1999 para ayudar a los países Socios interesados a prepararse para su integración. El Plan ofrece a los candidatos asesoramiento práctico y asistencia a medida, mientras que ellos deben cumplir ciertos requisitos claves como tener un sistema político democrático basado en la economía de mercado, dar un trato justo a sus minorías nacionales, comprometerse a resolver pacíficamente las disputas con sus vecinos, poseer la capacidad y voluntad de contribuir militarmente a la Alianza y comprometerse a mantener un control democrático sobre sus fuerzas armadas. La participación en el Plan no garantiza la futura incorporación de esos países, pero les ayuda a adaptar sus ejércitos y prepararse para las obligaciones y responsabilidades que conlleva la integración en la OTAN.
La OTAN no se dedica a buscar nuevos miembros, pero los Aliados se han comprometido a tener en cuenta todas las candidaturas que presenten países democráticos que compartan los valores de la Alianza y puedan ayudar a alcanzar sus objetivos fundamentales. Los dirigentes de la OTAN han dejado claro que la ampliación no representa un fin en sí misma, sino un medio para extender el ámbito de seguridad de la organización y la estabilidad europea. El proceso de ampliación ayuda a desactivar conflictos porque la misma perspectiva de integración sirve de acicate para que los candidatos resuelvan las disputas con sus vecinos e impulsen las reformas y procesos de democratización. Además, los nuevos miembros no pueden limitarse a disfrutar los beneficios de la pertenencia a la Organización, sino que deben poder contribuir a la seguridad global de todos los Aliados. Dicho de otro modo, deben ser proveedores, además de consumidores, de seguridad.
El Plan de Acción para la Adhesión“ proveedores, además de consumidores, de seguridad ”
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Nuestras sociedades se enfrentan a retos de seguridad que exigen fuerzas equipadas y estructuradas para afrontar amenazas como el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva y la inestabilidad provocada por los estados en desintegración.
A principios de los años noventa la OTAN habían iniciado ya una revisión de sus capacidades militares para reemplazar las formaciones estáticas de la guerra fría por el tipo de fuerzas móviles necesarias en las operaciones de gestión de crisis. Los acontecimientos del 11-S aceleraron el proceso, y durante la Cumbre de Praga, celebrada en 2002, los líderes de la Alianza introdujeron importantes reformas que cambiarían drásticamente los equipamientos de la Organización. Se identificaron áreas de mejora específica, se creó la Fuerza de Respuesta de la OTAN y se optimizó la estructura de mando militar, para así poder responder mejor ante las diferentes amenazas de seguridad tanto dentro como fuera de la zona euroatlántica.
“ los líderes de la Alianza introdujeron importantes reformas que cambiarían drásticamente los equipamientos de la Organización ”
Nuevas capacidades ante nuevas amenazas
Nuevas capacidades ante nuevas amenazas | P31
En Praga se identificaron ocho áreas específicas en las que resultaba urgente abordar las carencias existentes, entre ellas el transporte estratégico aéreo y marítimo, la defensa química, biológica, radiológica y nuclear, y la vigilancia aire-tierra. Los Aliados se comprometieron a conseguir esas capacidades esenciales para poder responder a las nuevas amenazas, y desde la Cumbre de Praga han seguido explorando aquellos campos que precisan modernizarse, especialmente en la lucha antiterrorista.
La función de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF) es reaccionar rápidamente ante diversos tipos de crisis en todo el mundo, actuando como una fuerza avanzada que puede ser reforzada posteriormente con otras tropas. Se basa en un núcleo básico al que pueden añadirse efectivos en caso necesario, y constituye una fuerza multinacional con componentes de tierra, mar, aire y fuerzas especiales, que puede emprender un despliegue con tan sólo cinco días de preaviso y mantenerse por sí misma en operaciones de hasta 30 días, o más tiempo si recibe suministros adicionales.
Ya se desplegaron elementos de la NRF en Estados Unidos, cuando el huracán Katrina destrozó Nueva Orleáns y sus alrededores en septiembre de 2005, y en Pakistán, tras el devastador terremoto que se produjo el 8 de octubre de 2005.
Además de su capacidad de despliegue y su preparación para el combate de alta intensidad, la NRF representa la punta de lanza de los esfuerzos de transformación de la Alianza. Adiestra a su personal para trabajar en un entorno de alta exigencia, utilizando tecnologías punteras dentro de un contexto multinacional. Todos y cada uno de los participantes adquieren la experiencia de este entrenamiento que les convierte en catalizadores para el cambio dentro de sus fuerzas nacionales y les permite actuar en las formaciones multinacionales.
Modernización de las capacidades militares
La Fuerza de Respuesta de la OTAN
La racionalización de la estructura de mandoPara adaptarse al entorno de seguridad surgido tras la guerra fría, la OTAN revisó su estructura de mando militar para que fuera capaz de soportar unas fuerzas de menor tamaño, más flexibles y móviles. Se redujo drásticamente el número de centros de mando y, lo más importante, se asignó la función de dirigir la transformación de la Alianza al mando estratégico con base en EEUU, el Mando Aliado de Transformación (anteriormente el Mando Aliado del Atlántico). El mando estratégico con base en Europa asumió la responsabilidad de todas las operaciones de la OTAN, y pasó a denominarse Mando Aliado de Operaciones.
La optimización de la estructura de mando militar es un proceso que sigue en marcha, y que la OTAN revisa de forma periódica.
Funcionamiento interno de la Organización
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Una de las claves de la durabilidad de la Alianza reside en su proceso de toma de decisiones basado en el consenso, lo que implica que todas ellas deben ser unánimes. Por eso a menudo se necesitan largos debates y consultas antes de adoptar una decisión importante, pero por muy lento e inmanejable que pueda parecerle este sistema a un observador exterior, lo cierto es que tiene dos ventajas importantes. En primer lugar, se respeta la soberanía e independencia de cada país; en segundo lugar, cuando se llega a una decisión, ésta tiene el respaldo de la totalidad de los países miembros, que se han comprometido con su implementación.
En ocasiones se producen desacuerdos, como ocurrió en la primavera de 2003 cuando surgieron grandes diferencias en la percepción de la amenaza que representaba el régimen de Saddam Hussein en Iraq. Aunque las diferentes posturas de los Aliados implican que no siempre se puede acordar una actuación, el propósito de la OTAN consiste en facilitar las consultas y debates entre ellos para que se alcance el consenso siempre que sea posible.
La toma de decisiones por consenso
Funcionamiento interno de la Organización | P33
Los actores principales
Los principales actores dentro de la OTAN son los propios países miembros que constituyen la Organización y que están representados en los comités de todos los niveles. Por ese motivo todos los países tienen un representante permanente con rango de embajador en la sede de la Alianza en Bruselas, que está apoyado por una delegación nacional formada por personal diplomático y asesores de defensa que o bien asisten personalmente a las reuniones de los comités o se aseguran de que los correspondientes expertos nacionales lo hagan.
El principal organismo para la toma de decisiones dentro de la OTAN es el Consejo del Atlántico Norte, que se reúne a nivel de embajadores al menos una vez a la semana. También se celebran reuniones periódicas a nivel de ministros de asuntos exteriores y de defensa y, cada cierto tiempo, de jefes de estado y de gobierno. El Consejo del Atlántico Norte encabeza un complejo organigrama de comités, junto a dos organismos especializados en la defensa: el Comité de Planes de Defensa y el Grupo de Planes Nucleares. Dentro de este sistema el Comité Militar debe asesorar en cuestiones militares a estos tres organismos y proporcionar directrices a los mandos estratégicos, lo que le confiere un estatus especial como máxima autoridad militar dentro de la Alianza.
La OTAN tiene un Secretario General elegido por un plazo aproximado de cuatro años de entre los estadistas internacionales de alto nivel de los países miembros. Preside las reuniones del Consejo del Atlántico Norte y de otros organismos importantes de la Organización, y ayuda a forjar el consenso entre los Aliados. Dirige las actividades cotidianas de la Alianza con el apoyo de personal internacional formado por expertos y funcionarios de todos los países miembros.
La Alianza no tiene fuerzas armadas propias, sino que la mayoría de las que están a su disposición permanecen bajo mando y control de los países hasta que estos las asignan a la ejecución de tareas que abarcan desde la defensa colectiva hasta misiones de mantenimiento de la paz. En resumen, la OTAN constituye un foro en el que se reúnen países dispuestos a integrar sus fuerzas e intervenir en actividades multinacionales durante un cierto periodo de tiempo. Sus estructuras políticas y militares proporcionan la planificación avanzada que permite que las fuerzas nacionales puedan llevar a cabo esas tareas, y los mecanismos organizativos necesarios para su mando, control, adiestramiento y realización de maniobras, todo ello de forma conjunta.
“ El principal organismo para la toma de decisiones dentro de la OTAN es el Consejo del Atlántico Norte ”
El futuroLa Alianza, que nació como un producto de la época de la guerra fría, ha asumido tareas nuevas e importantes desde que desapareció la división europea. Se ha abierto a Europa Oriental, recibiendo a nuevos miembros y creando una red de asociaciones que llegan hasta Asia Central. También se ha implicado en operaciones de gestión de crisis para sofocar la violencia provocada por conflictos regionales y étnicos primero en Europa y, más recientemente, fuera del área euroatlántica.
El mundo surgido tras la guerra fría ha resultado ser un entorno de seguridaad más complejo, una tendencia que parece que va a continuar en el siglo XXI. El Concepto Estratégico de la Alianza, adoptado en 1999, anticipaba muchas de las amenazas y retos del nuevo entorno de seguridad.
Tras los ataque terroristas del 11 de septiembre de 2001, la Alianza ha ido reorientando sus esfuerzos para adaptarse a la realidad de las amenazas asimétricas. Está adoptando un planteamiento más amplio y ambicioso respecto a la seguridad profundizando y ampliando sus asociaciones, modernizando sus fuerzas y proporcionando ayuda en zonas de crisis que resultan nuevas para ella. En resumen, está acelerando su transformación para desarrollar nuevas relaciones políticas y unas capacidades operativas más potentes que le permitan responder ante un mundo cada vez más globalizado y lleno de retos, para favorecer la defensa y la paz y seguridad de sus miembros.
El futuro | P35
Division Diplomatie publique de l’OTAN1110 Bruxelles - BelgiqueSite web : www.otan.nato.intCourriel : [email protected]
NATO Public Diplomacy Division1110 Brussels - BelgiumPágina web: www.nato.intCorreo electrónico: [email protected]
JUNTOS POR LA SEGURIDAD
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