Equívocos en la relación entre el pensamiento de Hegel y el de Kierkegaard: concepto de “Dios”, noción de “libertad”, concepción de “ética” y finalmente, de “filosofía”. Todo ello se ampara en una contraposición entre “fe” y “razón”.

Dialéctica kierkegaardiana: Ironía- humor: desnudar la complejidad del concepto con la finalidad de un reduplicación, vale decir, una existencia orientada a partir del propio pensamiento. Todo decanta en un “silencio”, en el cual el individuo tiene una relación no “abstracta” con su propia “existencia.

Literatura como lugar de la “ironía”: “no decir”, “silencio”, el lugar de “afirmación de la singularidad”. La cuestión de los pseudónimos en la obra literaria de Kierkegaard (pueden ser infinitos). Campo de posibilidades infinitas en donde ninguna es “verdadera”.

Dialéctica hegeliana en cuanto heredera de Platón, vale decir, orientada hacia sostener una idea de lo “real”.

Filosofía del derecho: Dialéctica entre “eticidad” y “moralidad”: noción de “bien” que se halla en la generalidad. En definitiva, nos hallamos ante una libertad “racional”.

Temor y temblor: Suspensión de lo “ético”, del “deber” mismo. Vínculo (con lo) absoluto. Salto de afirmación de la singularidad. Mientras en el “Dios” hegeliano todos somos uno, en el “Dios” kierkegaardiano todos somos cada uno en particular. Una libertad fundada en la “fe”.

Crítica a la sociedad burguesa de la época: “socialización” que decanta en “despersonalización” (Kierkegaard). Crítica a la “enajenación” política de la época, la noción de “libertad individual” en contraste con lo “colectivo”, el “derecho” debe “rehacer” lo auténtico, vale decir, lo “universal” (Hegel) ¿Algún día querremos todos lo mismo?