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f L/M é I JI. I kn T;1If7, k . IM lUeuC. "M J re¿1:7JM rW' JI fa,L!./ , Fi1 4 I /'t.IV - ¡Ci; . - Capítulo XXXIV El catolicismo occidental de Carloma\:1no a Joaquín de Fiore 266. EL CRISTIANISMO DURANTE LA ALTA EDAD MEDIA En el año 474. Rómulo Augústulo. el último emperador roma- no de Occidente. fue desposeido por el jefe bárbaro Odoacro. Du- rante mucho tiempo. el año 474 fue considerado por los historiadores como la fecha con\7encional que señalaba el final de la Antigüedad y el comienzo de la Edad Media. Pero la aparición en 1937 de la obra póstuma de Henri Pirenne. Mahomet et Char[emarne. situó el problema en una perspecti\7a completamente distinta. El gran histo- riador belga llamaba la atención sobre ciertos hechos significati\7os. Por una parte. las estructuras sociales del Imperio se mantu\7ieron aún a lo largo de dos siglos. Por otra. los reyes bárbaros de los siglos VI y VII aplicaban métodos romanos y se complacían en utilizar títu- los heredados del Imperio. Más aún. no se interrumpieron las rela- ciones comerciales con Bizancio y Asia. La ruptura entre Occidente y Oriente se produjo. según Pirenne. en el siglo VIII. y su causa fue la irrupción del islam. Aislado de los centros de la cultura mediterrá- nea. arruinado por in\7asiones ininterrumpidas y por guerras intesti- nas. el Occidente se hunde en la .barbarie •. La nUe\7a sociedad que surgirá de las ruinas tendrá por base la autonomía rural y su expre- sión será el feudalismo. Fue Carlomagno quien logró reorganizar es- te mundo nUe\7o. la Edad Media.

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Capítulo XXXIV

El catolicismo occidental de Carloma\:1no a Joaquín de Fiore

266. EL CRISTIANISMO DURANTE LA ALTA EDAD MEDIA

En el año 474. Rómulo Augústulo. el último emperador roma­no de Occidente. fue desposeido por el jefe bárbaro Odoacro. Du­rante mucho tiempo. el año 474 fue considerado por los historiadores como la fecha con\7encional que señalaba el final de la Antigüedad y el comienzo de la Edad Media. Pero la aparición en 1937 de la obra póstuma de Henri Pirenne. Mahomet et Char[emarne. situó el problema en una perspecti\7a completamente distinta. El gran histo­riador belga llamaba la atención sobre ciertos hechos significati\7os. Por una parte. las estructuras sociales del Imperio se mantu\7ieron aún a lo largo de dos siglos. Por otra. los reyes bárbaros de los siglos VI y VII aplicaban métodos romanos y se complacían en utilizar títu­los heredados del Imperio. Más aún. no se interrumpieron las rela­ciones comerciales con Bizancio y Asia. La ruptura entre Occidente y Oriente se produjo. según Pirenne. en el siglo VIII. y su causa fue la irrupción del islam. Aislado de los centros de la cultura mediterrá­nea. arruinado por in\7asiones ininterrumpidas y por guerras intesti­nas. el Occidente se hunde en la .barbarie •. La nUe\7a sociedad que surgirá de las ruinas tendrá por base la autonomía rural y su expre­sión será el feudalismo. Fue Carlomagno quien logró reorganizar es­te mundo nUe\7o. la Edad Media.

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Cuadro de texto
ELIADE, M., Historia de las creencias y las ideas religiosas (vol. III), Paidós, Barcelona 1999, pp. 121-135.

122 HIS TO RI A DE LA S CREENCIAS Y LAS IDE AS RE LIGI OSAS 11 1

La hipótesis de Pirenne ha dado lu¡¡ar a una lar¡¡a controversia;' en nuestros tiempos no ha sido sino parcialmente aceptada. Pero al menos tuvo el mérito de obli¡¡ar a los investi¡¡adores a reexaminar el complejo proceso histórico cuyo resultado sería la cristalización de la Edad Media occidental. Pirenne no tuvo en cuenta los profundos cambios que introdujo en Occidente e! cristianismo. Lo cierto es. sin embar¡¡o. como ha demostrado W. C. Bark que la historia de la Eu­ropa occidental entre los años 300 al 600 es el resultado de dos fac­tores conju¡¡ados; a) e! cristianismo. y b) los ¡¡olpes y contra¡¡olpes de los acontecimientos: el hundimiento ¡¡radual de la economía y del ¡¡obiemo romano local. e! desorden creado por las invasiones repe­tidas. la autosuficiencia pro¡¡resiva de una sociedad de tipo a¡¡rario. En efecto. de no haber estado Occidente tan dividido. tan pobre y mal ¡¡obemado. la influencia de la I¡¡lesia no hubiera alcanzado un nivel tan importante.'

La sociedad medieval fue en sus comienzos una comunidad de pioneros. Su modelo fueron en derto sentido los monasterios benedic­tinos. El patriarca de! monacato occidental. san Benito (c. 480-c. 540). había or¡¡anizado una cadena de pequeñas comunidades completa­mente autónomas desde e! punto de vista económico. La destrucción de un monasterio o de varios al mismo tiempo no acarreaba la ruina de la institución. Las invasiones de los bárbaros nómadas. a las que si­¡¡uieron las incursiones de los viRin¡¡os. habían deshecho las ciudades y. en consecuencia. los últimos centros de cultura. Los restos de! le¡¡a­do cultura! clásico sobre\7Ívian en los monasterios.' Eran pocos. sin em­bar¡¡o. los monjes que disponían de tiempo libre para consa¡¡rarse al es­tudio. Su principal deber consistia en predicar e! cristianismo y asistir a los pobres. Por otra parte. eran también constructores. médicos. traba­jadores del metal y. por encima de todo. a¡¡ricultores. Fueron precisa-

1. 'léanse [as criticas citadas por w. Carral! Bar~. OrigllLs of che Medieva{ Wodd. pá~s. 7 y si~s .. 114 y si~s.

2. [bid .. págs. 26-27.

3. Hacia el año 700, la cuItura occidental se habia refugiado en los monas~ terios de Irlanda y Northumbria; de allí procederán, cien años más tarde, los eru­ditos. los teólo~os . los artistas.

I 1

EL CATO liCISMO OCCiDE NT AL 12)

mente los monjes los que mejoraron notablemente los instrumentos y los métodos para e! cultÍ\7o de la tierra.'

Se ha comparado' la cadena de los monasterios. con su perfecta autarquía económica. al sistema feudal de la propiedad. consistente en que las tierras eran adjudicadas por e! señor a sus vasallos como recompensa o don anticipado a cambio de sus servicios militares. Es­tos dos .¡¡érmenes •. capaces de sobre\7Ívir a las catástrofes históricas. constituyeron los fundamentos de una sociedad y una cultura nue­vas. Carlos Martel había secularizado numerosas propiedades de la l¡¡lesia para distribuirlas entre sus súbditos. Era el único modo de for­mar un ejército poderoso y fiel. Por aquella época. nin¡¡ún soberano poseía los medios para equipar por si mismo a sus tropas.

Como veremos a! presentar e! fenómeno de la caballería (§ 267). el sistema feudal y su ideolo¡¡ía son de ori¡¡en ¡¡ermánico.6 Gracias a esta institución pudo el Occidente superar las consecuencias de las innumerables crisis y catástrofes que se sucedieron a partir del si¡¡lo 'i/.

La coronación de Carloma¡¡no en Roma por el papa. en el año 800.

por la que se convirtió en emperador del .Sacro Imperio Romano', hubiera sido inima¡¡inable un si¡¡lo antes. A causa de la ¡¡rave tensión entre los emperadores y los papas. así como por las envidias de cier­tos reyes y príncipes durante los si¡¡los si¡¡uientes. la función y la im­portancia de! Sacro Imperio Romano fueron precarias y. en ¡¡eneral. limitadas. No nos corresponde resumir la historia militar y política de la Alta Edad Media. Pero es importante advertir desde este mismo momento que todas las instituciones - feudalismo. caballería. Impe­rio- suscitaron nuevas creaciones reli¡¡iosas desconocidas o. en to­do caso. poco elaboradas en el mundo bizantino.

Dado el plan de esta obra. podemos dejar de lado las innova­ciones litúr¡¡icas y sacramentales.' así como los elementos reli¡¡iosos

4. Véase la presentación de estas inno-vaciones en W. C. Bark op. cit., págs.

Ro y si~s. 5. 'léase H. Trevor-Roper. lhe Rise of Christian Europe. pá~s. 98 y si~s. 6. Véase C. Stephenson, Mediaevaf Feudalism . pá~s. 1-'4.

7. Por ejemplo. la entre~a del anillo nupcial. la importancia de la misa. que en adelante se podrá celebrar por los vivos y por los difuntos. el cmisah en que se

han recopilado las plegarias. etc.

HISTO RIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELIG IOSAS 111

de! llamado .Renacimiento carolingio. de! siglo IX.' Pero es impor­tante señalar que la Iglesia occidental conocerá durante cinco siglos periodos alternantes de reforma y decadencia, de triunfo y humilla­ción, de creatividad y esclerosis, de apertura e intolerancia. Por no citar sino un ejemplo, pasado el .Renacimiento carolingio., la Iglesia entrará en una etapa de regresión durante el siglo X y la primera mi­tad del XI. Pero iniciará una época de gloria y pujanza con la .Re­forma gregoriana., emprendida por Gregorio VII, elegido papa en e! año 1073, No resulta fácil presentar en pocas palabras las líneas maestras y las razones profundas de esta alternancia. Baste señalar que las épocas ascendentes, lo mismo que las etapas de decadencia, están en relación, por una parte, con la fidelidad a la tradición apos­tólica y, por otra, con las esperanzas escatológicas y la nostalgia de una experiencia cristiana más auténtica y más profunda.

Desde sus comienzos, el cristianismo se desarrolló bajo e! signo de lo apocalíptico. Con excepción de san Agustín, los teólogos y los visionarios cavilaban sobre el síndrome del fin del mundo y calcula­ban la fecha de su advenimiento. Los mitos de! Anticristo y del.Em­perador de los últimos días. apasionaban a los clérigos tanto como a la masa de los fieles, En vísperas del año mil. e! viejo argumento del fin del mundo cobraba una dramática actualidad. A los terrores de tipo escatológico venían a añadirse entonces toda clase de desas­tres: epidemias, hambre, presagios siniestros (cometas, eclipses, etc.).' Por todas partes se hace sentir la presencia del diablo. Los cristianos explicaban aquellos flagelos por sus pecados. La única defensa era la penitencia o el recurso a los santos y a sus reliquias. Las penitencias son las que se imponen a los moribundos. 'o Por otra parte, los obis-

8. Una formación más adecuada del clero, el estudio profundo de una len­~ua latina correcta. di'Jersas reformas del monacato conforme al modelo bene­dictino. etc.

9. Véanse 105 textos recopilados en G, Duby, L/ln Mil. pá~s. 105 y si~s, JO. ,Fue precisamente en el año mil cuando la Iglesia de Occidente aceptó

por fin las 'Viejisimas creencias en la presencia de los difuntos. en su 5upervi'lencia in-.;risibIe. pero al mismo tiempo poco diferente de la existencia carnal» (-véase G. Duby, op. cit .. pá~. 76).

EL CATOLICISMO OCCIDE NTAL 125

pos y los abades se dedican a reunir a los fieles en torno a las re!i­quias, 'por el restablecimiento de la paz y por la afirmación de la santa fe. , como escribe e! monje Raúl Glaber. Los caballeros pro­nuncian e! juramento de la paz con la mano sobre las reliquias: .No irrumpiré violentamente en una iglesia de modo alguno , .. No ata­caré al clérigo o al monje ... No tomaré el buey, la vaca, el puerco, el carnero ... No apresaré al campesino ni a la campesina ..... " La .tre­gua de Dios. imponía la suspensión de las luchas durante los perio­dos más santos del calendario litúrgico.

Las peregrinaciones colectivas -a Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela- adquieren un desarrollo prodigioso. Raúl Glaber inter­preta el 'santo viaje. a Jerusalén como una preparación para la muer­te y una promesa de salvación; el gran número de peregrinos anuncia la venida de! Anticristo y <la proximidad del fin de este mundo •. "

Sin embargo, cuando por fin pasó el año !O}} -el milenio a contar desde la pasión de Cristo- , los cristianos sintieron que las penitencias y purificaciones habían llegado a su término. Raúl Gla­ber evoca los signos de la bendición divina: .El cielo comenzó a reír, a aclararse, y se animó con vientos favorables ... Toda la superficie de la tierra se cubrió de un amable verdor y de una abundancia de frutos que alejó de pronto la carestía ... Innumerables enfermos re­cuperaron la salud en aquellas reuniones a las que habían sido lle­vados tan gran número de santos ... Los asistentes tendían sus ma­nos hacia Dios y gritaban con una sola voz: ¡Paz! ¡Paz! iPaz! • ." Al mismo tiempo se producen ciertos esfuerzos en pro de la regenera­ción de la Iglesia, especialmente en e! monasterio benedictino de Cluny. Por todo Occidente se reconstruyen los santuarios, se remo­zan las basílicas, se descubren reliquias. Se multiplican las misiones hacia e! norte y el este. Pero aún más significativos resultan los cam­bios que, en parte bajo la presión popular, tienen lugar en la prácti­ca de la Iglesia. La celebración eucarística adquirió una importancia

11. Véase el texto del juramento en G. Duby. op. cit., págs. 171 y sigs. 12. Texto reco~ido por G. Duby, ibid .. pá~. 179.

¡J. vease el texto en G. Duby, ibid .. pa~s. 183-184.

[26 HISTORIA DE LAS CREENCI AS Y LAS IDEAS RELIGIOSAS I!I

excepcional. Se incita a los monjes a que se hagan sacerdotes. a fin de participar en .la confección del cuerpo y la sangre de Cristo •. y acrecentar .en el mundo msible la parte de lo sagrado •. " La venera­ción de la cruz aumenta. pues ella es el signo por excelencia de la humanidad de Cristo. Esta exaltación del .Dios encarnado." se com­pletará enseguida con la devoción a la Virgen.

El complejo religioso que cristalizó en torno a los terrores y las esperanzas del año mil anticipa en cierto modo las crisis y las crea­ciones características de los cinco siglos siguientes.

267. AsiMILACiÓN y REINTERPRETACIÓN DE LAS TRADICIONES

PRECRISTIANAS: REALEZA. SACRALIDAD. CABALLERIA

Para la mayor parte de las tribus germánicas. la realeza era de origen divino y poseía un carácter sagrado; los fundadores de dinas­tías eran descendientes de los dioses. especialmente de Wotán. ,(o La .buena fortuna. del rey era la prueba por excelencia de su naturale­za sagrada. Era el soberano en persona el encargado de celebrar los sacrificios por las cosechas y por el éxito de la guerra; era un inter­mediario carismático entre el pueblo y la divinidad. Si el rey era abandonado por su .buena fortuna •. es decir. por los dioses. podía ser depuesto o incluso muerto. como ocurrió en Suecia con 00-maldr después de una serie de cosechas desastrosas. '- Aun después

14- Véase G. Duby. op. cit .. pág. 2)9. Ij. Véanse los textos citados en ibid .. págs. 2)6 y sigs. 16. Los reyes anglosajones se tienen en su mayor parte por descendientes de

Wotán: 'léanse los documentos citados por W. A. Chaney. Ihe Cu{t of Kinship in A11ff{o-Sa.xon En~{and. págs. 33 y sigs. Los soberanos escandina'los descienden del dios Yngwi. asimilado a Frey: según el Lai de Ri~. Heimdal (o Rig) seria el ante­pasado de todos los reyes (ibid .. pág. 19). Sobre la monarquia sagrada entre los an­tiguos germanos. 'léase 'loI. II. págs. 446-447.

17. Véase Ynglingasaga. cap. 15 (18): 'léase ibid .. cap. 41 (47). sobre la histo­ria del ültimo retoño de los Yngling sacrificado a O thim a causa de las malas co­sechas. Otros ejemplos en W. A. Chaney. op. cit .. pág. 86.

EL CATOLICISMO OCCIDENTAL 127

de la conversión al cristianismo. la genealogía de los soberanos - su pertenencia a la descendencia de Wotán- conserva una importan­cia decisiva,"

Como ocurre en todas partes. la jerarquia eclesiástica se esfor­zará por integrar estas creencias en la historia sagrada del cristianis­mo. De este modo. ciertas genealogías reales proclamarán a Wotán hijo de Noé. nacido en el arca. o descendiente de una prima de la Virgen,'9 Los reyes caídos en el campo de batalla. aun los paganos. eran asimilados a los santos mártires. Los soberanos cristianos con­servaron. al menos en parte. el prestigio mágico-religioso de sus an­tepasados; imponían sus manos a las futuras cosechas. así como a los enfermos y a los niños.'O Para emtar la veneración de los túmulos reales. se enterraba a los soberanos en las iglesias.

Pero la más origina! revalorización de la herencia pagana fue la promoción del rey como Christus Domini . • Ungido del SeñoIl. De este modo se declara a! rey inmolable; toda conjura contra su persona se considera sacrílega. En adelante. el prestigio religioso del soberano ya no deriva de su origen dMno. sino de su consagración. en la que es proclamado Ungido del Señor." .Un rey cristiano es delegado de Cris­to en medio de su pueblo •. anrma un autor del siglo XI. ,Por la pru­dencia de un rey. un pueblo llega a ser feliz (geséifif). rico y mctorioso .• " En esta exaltación del Ungido del Señor se reconoce la meja creencia pagana. Sin embargo. el rey no es otra cosa que el protector consagra­do del pueblo y de la Iglesia; su función de mediador entre Jos hombres y la dMnidad será ejerCida en adelante por la jerarquía eclesiástica.

En cuanto a la caballería. se advierte este mismo proceso de in­fluencia y de simbiosis. Tácito describe brevemente la iniciación mi-

18. De [as ocho genealogías de las casas reales inglesas. siete se remontaban

a Wotán: 'léase W. A. Chaney. op. cit .. pág. 29· 19. Véanse ejemplos en ¡bid .. pág. 42. 20. Véase M. Bloch. Les rois thaumatur~es. passim: W. A. Chaney. op. cit ..

pags. 86 y sigs. 2 1. Lo que implica la obediencia del soberano al obispo. 22. Principios de un régimen paritico cristiano. tratado atribuido al arzobispo

Wulrstone (m. en 102)) : citado por W. A. Chaney. op. cit .. pág. 257·

118 HISTORIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELIGIOSAS 111

litar entre los antiguos germanos. En medio de la asamblea de los guerreros armados. uno de los jefes o el padre entrega al jo'Ven el es­cudo y la jabalina. A partir de la adolescencia ha venido entrenán­dose junto con sus compañeros (comites) y a las órdenes de un jefe (princeps). pero únicamente después de aquella ceremonia es reco­nocido e! jo'Ven como guerrero y miembro de la tribu. En e! campo de batalla. añade Tácito. es deshonroso para el jefe ser superado en bra'VUra. mientras que sus compañeros no consienten ser menos bra­'Vos que él. Si alguno sobrevi'Ve a su princeps y se retira del campo de batalla. cae en desgracia de por 'Vida. Deber sagrado de todos sus compañeros es defender al jefe .• Los jefes combaten por la 'Victoria; los compañeros. por el jefe .• En compensación. los compañeros son alimentados por e! jefe y de él reciben su equipo militar y una parte del botín."

Esta institución se conseNó después de con'Vertirse las tribus Iler­mánicas al cristianismo y se encuentra en la base del feudalismo" y de la caballería. En el año 791. Luis. hijo mayor de Carlomallno. que no tenía por entonces más que trece años. recibió de su padre la es­pada de Iluerrero. Cuarenta y seis años más tarde premiaría Luis a su hijo de quince años con las .armas 'Viriles. la espada •. Tal es el ori­gen de la imposición solemne de la armadura. rito iniciático pecu­liar de la caballería.

No resulta fácil precisar los oríllenes de esta institución. que tan importante pape! desempeñó en la historia militar. social. religiosa y cultural de Occidente. De todos modos. la caballería no pudo ad­quirir su forma .clásica. sino a partir del silllo IX. cuando se introdu­cen en Francia los caballos de alta talla. fuertes. capaces de soportar e! peso de los caballeros armados con coraza {cathafractil. La virtud esencial del caballero fue desde los comienzos la lealtad total para

23· Gennania. 13-14. Sobre las iniciaciones militares de los antiQuos Qerma­nos, "ease "01. 11. § 175.

24· Se puede definir el feudalismo como la asociación del "asallaje con el feudo. es decir. la renta de una tierra que el 'Vasallo administra en nombre de su señor.

EL CATOLICISMO OCCIDENTAL 129

con Su señor." pero se suponía que al mismo tiempo estaba obliga­do a defender a los pobres y en especial a la Iglesia. La ceremonia de investir al caballero de su armadura implicaba a la 'Vez la bendi­ción de las armas (la espada se colocaba sobre e! altar. etc.). Pero. como 'Veremos enselluida. hasta el silllo XII la influencia de la Illlesia no adquiere importancia real.

Después de un período más o menos prolonllado de aprendiza­je y pruebas diversas. se procedía a la ceremonia pública de la in­'Vestidura. El señor presentaba ritualmente las armas al escudero: es­pada. lanza. espuelas. lorilla y escudo. El escudero permanecía ante su padrino con las manos juntas. a 'Veces arrodillado y con la cabe­za inclinada. Al final. el señor le daba un fuerte golpe con el puño o con la palma de la mano en e! cuello. Aún se discute sobre el orillen y la significación de este rito. la .acolada •.

La caballería alcanza su expresión perfecta durante e! siglo XI y la primera mitad del XII. SU decadencia se inicia a partir del silllo XIII.

de modo que. después de! silllo xv. la caballería se reduce a una ce­remonia y a un título de nobleza. Paradójicamente. será durante la etapa de decadencia cuando la caballería se con'Vertirá en objeto de numerosas creaciones culturales cuyos oríllenes y significación reli­Iliosa no resultan difíciles de descifrar ('léase § 270).

La institución brevemente descrita por Tácito tenía indudable­mente una dimensión relilliosa; en efecto. la promoción de! jo'Ven anunciaba la culminación de su iniciación militar. y la lealtad abso­luta hacia e! jefe constituía de hecho un comportamiento relillioso. La con'Versión al cristianismo dio orillen a numerosas reinterpreta­ciones y revalorizaciones de las tradiciones ancestrales. pero nunca 10llró borrar de! todo la herencia pagana. Durante tres siglos la Igle­sia se contentó con ejercer una función más bien modesta en la consallración de los caballeros. Sin embargo. a partir del silllo XII. la ce­remonia se desarrolla. al menos aparentemente. bajo control ecle­siástico. Después de confesarse. el escudero pasaba la noche orando

25. Rolando era considerado el héroe por excelencia por haber respetado in­condicionarmente y a costa de su propia 'Vida las leyes del vasa[faje.

[JO HISTORIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELIGIOSAS 111

en la iglesia; por la mañana comulgaba bajo las santas especies. y mientras recibía sus armas. el joven caballero pronunciaba no sólo el juramento de respetar el código de la caballería.,c, sino además una plegaria,

Después de la primera Cruzada. en Tierra Santa se constituye­ron dos órdenes para defender a los peregrinos y curar a los enfer­mos: los Templarios y los Hospitalarios. En adelante, algunos monjes añadirán una instrucción militar de tipo caballeresco a su educa­ción religiosa. Podríamos buscar los antecedentes de las órdenes re­ligiosas militares en la .guerra santa. (frhad! de los musulmanes (§ 265). en la iniciación de los Misterios de Mitra (§ 217) Y en el len­guaje y las metáforas de los ascetas cristianos. que se consideraban soldados de una militia sacra. Pero ha de tenerse igualmente en cuenta la significación religiosa de la guerra entre [os antiguos ger­manos (§ 175)."

268. LAS CRUZADAS: ESCATOLOGÍA Y POLÍTICA

Los historiadores y filósofos de [a !lustración - desde Gibbon y William Robertson hasta Hume y Vo[taire- caracterizaron [as Cru­zadas como un lamentable estallido de fanatismo y locura, Este mis­mo juicio. ciertamente matizado. es compartido por cierto número de autores contemporáneos. Sin embargo. las Cruzadas constituyen un hecho capital en [a historia medieval. .Antes de su comienzo. el centro de nuestra cillilización se hallaba en Bizancio y en los países del califato árabe. Antes de las últimas Cruzadas. [a hegemonía de la civilización ya había pasado a Europa occidental. La historia mo-

26. El código comprendía según ciertas fuentes, cuatro leyes: misa diaria. sa­crificio eventual de la propia vida por [a santa fe. protección de la Iglesia. defensa de las viudas. los huéfanos y 105 pobres. Otras 'Versiones añaden que el caballero debe ayudar a «las damas y doncella que de él necesiten" así como chonrar a fas mujeres ... y defender su derecho».

27- Hemos de añadir que también en el islam se desarrolla la institución de una caballería religiosa; 'léase H. Corbin. En Islam iranien, Ir, págs. 16g y 51g5.

EL CATOLlC!SMO OCCIf) EN TAL Ij [

derna nació de ese desplazamiento.»" Pero el precio. muy elevado. de esa hegemonía de Europa occidental fue pagado sobre todo por Bizancio y por los pueblos de Europa oriental.

Nos ocuparemos de [as significaciones religiosas de las Cruza­das. Su estructura y orígenes escatológicos han sido oportunamen­te destacados por Paul Alphandéry y Alphonse Dupront. ,En e[ cen­tro de la conciencia de cruzada. lo mismo entre [os clérigos que entre los no clérigos. está el deber de liberar Jerusalén ... Lo que con mayor fuerza se expresa en [a Cruzada es [a doble plenitud de [os tiempos y del espacio humano. En este sentido. y por [o que se re­fiere al espacio. el signo de [a plenitud de los tiempos es la reunión de las naciones en torno a [a ciudad santa y madre del mundo. Je­rusalén.»2',1

El carácter escatológico se acentúa a medida que se suceden los fracasos y los desastres en que terminaron las Cruzadas de los barones y del emperador. La primera Cruzada. también la más espectacular. pedida por el emperador bizantino A[exis y por el papa Urbano I. fue predicada en I09í por Pedro el Ermitaño. Después de incontables aventuras (matanza de los judíos en las ciudades del Rhin y del Danubio. reunión de los tres ejércitos fran­cos en Constantinopla). los cruzados atravesaron el Asia Menor y. pese a [as rencillas e intrigas de los jefes. conquistaron Antioquía. Trípoli. Edesa y finalmente Jerusalén. Sin embargo. una genera­ción más tarde aquellas conquistas se perdieron. San Bernardo predica la segunda Cruzada en Vezelay en el año Il4í. Un gran ejército. conducido por los reyes de Francia y Alemania. llega a Constantinopla. pero poco después es aniquilado en !conio y Da­masco.

La tercera Cruzada. proclamada por el emperador Federico Bar­barroja en Maguncia en el año u88. es de carácter imperial y mesiáni­co. E[ rey de Francia. Felipe Augusto. y el soberano inglés. Ricardo Corazón de León. responden a la llamada. pero sin «el entusiasmo y

2X. S. RUllciman. A HlstOry o/ the Crusades I. pá~. ix.

29. A. Dupront. _Croisades et eschatolo~ie) , pá~. 177.

[)2 HI STORIA DE LAS CREENCIAS Y LAS IDEAS RELI GIOSAS 111

la dili~encia de un Barbarroja • .'o Los cruzados se apoderan de San Juan de Acre y lle~an ante los muros de Jerusalén. defendida por Sa­ladino. el sultán legendario de Egipto y Siria. También esta vez la Cruzada termina en un desastre. El emperador pierde la vida en un río de Armenia; Felipe Augusto regresa a Francia para minar e! te­rreno a su aliado. e! rey de Inglaterra. Queda solo ante Jerusalén Ri­cardo Corazón de León. que obtiene del sultán Saladino permiso para que sus tropas cumplan sus devociones ante el Santo Sepulcro.

Algunos contemporáneos explicaron la incapacidad de los prín­cipes para liberar a Jerusalén por la indignidad de los grandes y de los ricos. Incapaces de penitencia. los príncipes y los ricos no alcanza­rían el reino de Dios ni conquistarían la Tierra Santa. Ésta pertene­ce a los pobres. los ele~idos de la Cruzada. cEI fracaso de las tentativas imperiales. a pesar de estar respaldadas por la leyenda mesiánica. atestiguaba claramente que la obra de la liberación no podía co­rresponder a los poderosos de la tierra.'" Cuando Inocencia III pro­clama la cuarta Cruzada (¡202-1204l. escribe personalmente a Foul­ques de NeuilIy. el apóstol de los pobres. cuna de las más notables figuras de la historia de las Cruzadas •. como observa Paul A1phan­déry. Foulques criticaba violentamente a los ricos y a los príncipes. a la vez que predicaba la penitencia y la reforma moral como condi­ciones esenciales de la Cruzada. Pero murió en 1202. cuando los cruzados estaban ya empeñados en la aventura de la cuarta Cruza­da. uno de los más lamentables episodios de la historia europea. En efecto. animados por ambiciones materiales y corroídos por intri~as. los cruzados. en lugar de dirigirse hacia Tierra Santa. ocupan Cons­tantinopla. pasan a cuchillo a una parte de la población y saquean los tesoros de la ciudad. El rey Balduino de Flandes es proclamado emperador latino de Bizancio. y Tomás Morosini. patriarca de Cons­tantinopla.

JO. P. Alphandéty y A. Dupront. La chrétienté et Ildée de Croisade JI. pa~. [9. -No se preocupa Felipe Auogusto por las condiciones del ex ita de Ja expedición, si­

no por el reino que deja tras su (ibídJ J 1. Jbid .. pá~. 40.

EL CATOLI CISMO OCCIDENTAL IlJ

Sería inútil detenernos en las victorias a medias y en los nume­rosos desastres de las últimas cruzadas. Baste recordar que. a pesar de la excomunión papal. e! nieto de Barbarroja. el emperador Fede­rico n. llegó a Tierra Santa en el año 1225 y obtuvo de! sultán la po­sesión de Jerusalén. donde fue coronado rey y permaneció quince años. Sin embargo. en el año 1244 Jerusalén cayó en manos de los mamelucos para no ser ya nunca reconquistada. Antes de finalizar el siglo se emprendieron numerosas expediciones esporádicas. pero sin resultado alguno.

Lo cierto es que las Cruzadas hicieron que Europa occidental se abriera hacia el Oriente y permitieron establecer contactos con el islam. Pero los intercambios culturales hubieran sido posibles sin necesidad de aquellas sangrientas expediciones. Las Cruza­das reforzaron el prestigio del papado y contribuyeron al pro­~reso de las monarquías en Europa occidentaI. Pero a la vez debilitaron a Bizancio y permitieron a los turcos penetrar pro­fundamente en la península balcánica. envenenando de paso las relaciones con la Iglesia orientaI. Por otra parte. el comporta­miento salvaje de los cruzados hizo que los musulmanes se alinea­ran contra todos los cristianos. de forma que numerosas iglesias que habían sobrevivido a seis si~los de dominación musulmana fueron destruidas entonces.

A pesar de todo. y por encima de la politización de las Cruza­das. este movimiento colectivo nunca perdió su estructura escato­lógica. Así lo prueban. entre otros hechos. las cruzadas de niños que se or~anizaron repentinamente en el año 1212 en el norte de Francia y en Alemania. Parece fuera de toda duda la espontanei­dad de estos movimientos. 'que nadie del extranjero o del país ex­citó •. se~ún afirma un testigo contemporáneo." Los niños. 'carac­terizados a la vez -rasgos propios de lo extraordinario- por su extrema juventud y por su pobreza. pequeños pastores sobre to­do •. " se ponen en marcha y a ellos se unen los pobres. Son quizá

12. Jbid .. pá~. ,,8.

B. Ibid .. pá~. "9·

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unos 30.000 Y a\7anzan en procesión. cantando. Cuando al~uien les pre~untaba hacia dónde se diri~ían. su respuesta era: .Hacia Dios •. Se~ún un cronista contemporáneo. 'su intención era cruzar el mar y. cosa que no habían lo~rado 105 poderosos y los reyes. recuperar el sepulcro de Cristo •. " El clero se había opuesto a aquella le\7a de niños. La cruzada francesa termina en una catástrofe; una \7ez lle­~ados a Marsella. se embarcan en siete ~randes na\7íos. pero dos de ellos se hunden a causa de una tempestad frente a Cerdeña y todos los pasajeros perecen. En cuanto a los cinco na\7íos restantes. los dos armadores traidores los conducen a Alejandría. donde \7enden los niños a los jefes sarracenos y a los traficantes de escla\7os.

Idénticos ras~os presenta la cruzada ,alemana •. Una crónica contemporánea narra que en el año 1212 ,apareció un niño. de nom­bre Nicolás. que reunió en torno a sí una multitud de níños y muje­res. Afirmaba que. por orden de un án~eI. debía marchar con ellos a Jerusalén para liberar la cruz del Señor. y que el mar. como en otros tiempos ante el pueblo israelita. les daría paso a pies enjutos •. " No iban armados. Partieron de la región de Colonia y bajaron a lo lar­llO del Rhin. atra\7esaron los Alpes y llegaron al norte de Italia. Algu­nos se presentaron ante Gén0\7a y Pisa. pero fueron rechazados. Los que lograron alcanzar Roma fueron obligados a reconocer que nin­guna autoridad los respaldaba. El papa desaprobaba su proyecto. por lo que los jÓ\7enes cruzados hubieron de desandar el camino. Como dice el cronista en los Armales Carbacenses. 'retornaron ham­brientos y con los pies descalzos. uno a uno y en silencio •. Nadie les había prestado ayuda. Otro testigo escribe: ,Gran parte de ellos ya­cían muertos de hambre en las aldeas. en las plazas públicas. y na­die les daba sepultura •. ".

Con razón han reconocido P. A1phandéry y A. Dupront en es­tos mO\7imientos la elección del niño en la piedad popular. Se trata

34. Reinier. citado por P. AlphandéIY y A. Dupronl op. cit .. pág. 120.

~5. Annales Schefiean"ensis. texto citado por Alphandery y Dupront. op. dt., pago [2).

l6. Textos citados en ibíd .. paog. 127.

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a la \7ez del mito de 105 Inocentes. de la exaltación del niño por Je­sús y de la reacción popular contra la cruzada de los barones. la misma reacción que se hizo notar en las leyendas cristalizadas en torno alas tafures de las primeras Cruzadas." .La reconquista de los Santos Lugares no puede esperarse sino de un milagro. y el milagro sólo puede producirse en fa\7or de los más puros. de 105 niños y de los pobres .• "

El fracaso de las Cruzadas no significó la aniquilación de las es­peranzas escatológicas. En su De monarchía hispanica ([600). To­masso CampaneIla suplicaba al rey de España que financiara una nue\7a Cruzada contra el Imperio turco y que fundara. después de su \7ictoria. la monarquía uni\7ersal. Treinta y ocho años después. en la Éflofa dedicada a Luis XIII y Ana de Austria para celebrar el na­cimiento del futuro Luis Xl\7. Campanella profetiza a la \7ez la recu­peratío rerrae Sanctae y la renovatio saeculi. El jO\7en rey conquista­rá la tierra entera en mil días. abatiendo a los monstruos. lo que significa someter los reinos infieles y liberar Grecia. Mahoma será arrojado fuera de Europa; Egipto y Etiopía se comertirán al cristia­nismo. lo mismo que los tártaros. los persas. los chinos y todo el Oriente. Todos los pueblos formarán una sola cristiandad y el uni­\7erso regenerado tendrá un solo centro. Jerusalén .• La Iglesia - es­cribe CampanelIa- comenzó en Jerusalén. y a Jerusalén retornará después de haber dado la \7Uelta al mundo .• " En su tratado La pri­ma e la secanda resurrezione no considera ya Tomasso CampanelIa. como hiciera san Bernardo. la conquista de Jerusalén como una etapa hacia la Jerusalén celeste. sino como la instauración del rei­no mesiánico. ~I)

37. Los la/ures (= rvagabundos. ) eran los pobres que. armados de cuchillos. mazas y hachas. seguían a los cruzados; véase N. eohn. Jhe Pursuit of /he MilIe· nium. págs. 67 y sigs.

JR. P. Alphandé¡y y A. Dupronl op. dt .. pág. 14\. 39. Nota de CampanelIa al verso 207 de su Ér[oga. citado por A. Dupront.

,Croisades et eschatoloogiel, pá'6' lR? 40. Edir.ión critica de Romano Amerio. Roma, 1955. pág. 72: véase A Du­

pront op. cit.. pág. T 89.