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DIARIO WWW.PRIMICIA.CO WWW.PRIMICIADIARIO.COM AVALANCHA SOCIAL EN ARMERO ARMERO QUEDÓ SEPULTADO Armero: LA TRAGEDIA DE LOS NIÑOS LA CATÁSTROFE DE ARMERO La catástrofe de Armero sepultó bajo un alud de lava y lodo provocado por un volcán (El nevado del Ruiz) a 25.000 seres humanos mientras dormían. Era el amanecer del 13 de noviembre de 1985, de Armero solo quedaba la historia y algunos supervivientes.Omayra Sánchez, fue la niña símbolo de la tragedia. 30 años después: Jueves AÑO 4- EDICIÓN 620 • ISSN: 2323-0606 • BOGOTÁ - COLOMBIA 12 DE NOVIEMBRE DE 2015 Especial Periodístico

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AVALANCHA SOCIALEN ARMERO

ARMERO QUEDÓ SEPULTADO

Armero: LA TRAGEDIA DE LOS NIÑOS

LA CATÁSTROFEDE ARMERO

La catástrofe de Armero sepultó bajo un alud de lava y lodo provocado por un volcán (El nevado del Ruiz) a 25.000 seres humanos mientras dormían. Era el amanecer del 13 de noviembre de 1985, de Armero solo quedaba la historia y algunos

supervivientes.Omayra Sánchez, fue la niña símbolo de la tragedia.

30 años después:

Jueves AÑO 4- EDICIÓN 620 • ISSN: 2323-0606 • BOGOTÁ - COLOMBIA 12 DE NOVIEMBRE DE 2015

Especial Periodístico

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 20152 Observatorio

INVENTARIOColombia tiene por lo menos cuarenta vol-canes y la mayoría presenta signos peligro-sos de actividad constante. Con lo ocurrido en Armero, el gobierno adelantó un inven-tario de la potencialidad de estos fenóme-nos y se tomaron medidas especiales para evitar riesgos. Los científicos calculan con sus modernos aparatos la actividad sísmica de los volcanes, pero es imposible detectar cuando y a qué horas va a estallar el mons-truo, como ocurre en la actualidad con los terremotos, cuyo vaticinio es un rompeca-bezas para la ciencia mundial.

MISIÓN

Una misión científica preparó una incursión a las estribaciones de El Ruiz, con la cooperación de la Un-dro. Joh Tomblin, reputado vulcanó-logo en América Latina estuvo dos veces en el Nevado en marzo de ese año y terminó una tercera visita en agosto de 1985. Los primeros apa-ratos medidores de la actividad del volcán, fueron colocados el 16 de ju-lio de 1985, con estudios profundos de sismología y geología detallada.

VOLCANES

Los volcanes son tan an-tiguos o más que la misma Humanidad. Hacen parte de la estructura del planeta tierra. El hombre desde el amanecer de sus primeros días ha tratado de explicar el fenómeno de las mon-tañas que vomitan fuego, sin lograr entender con su civilización y cultura el fe-nómeno de la formación terráquea.

CIUDAD PROSPERA

Armero, próspera población antes de la avalancha que sepultó a sus habitantes, era Municipio del Departamento del Toli-ma, situada a unos 352 metros de altura sobre el nivel del mar, con 26 grados de temperatura media, a unos 94 kilómetros distante de Ibagué, la Capital con 432 ki-lómetros cuadrados de área municipal. El río Lagunilla, que pasa por Armero, causó destrucción y muerte.

PREDICCIÓNFernando Gallego Jaramillo conocido como ‘El loco’ que ha dado a conocer sus múltiples trabajos de investigación en temas tales como: El Volcán Nevado del Ruiz y su posible Erupción, donde con lenguaje descarnado y real, predijo paso a paso lo que iba a suceder con el Macizo volcánico, producto de una investigación de más de 16 años; pero desafortunadamente hubo falta de credibilidad de esta inminente avalancha que la ciudad de Armero experimentaría.

HISTORIAArmero fundada en 1895 y sobrevivió ad-

ministrativamente con el nombre de San Lo-renzo y su primer alcalde fue Daniel Revolle-do Pombo. El presidente General Rafael Re-yes Prieto erigió en Municipio la jurisdicción por decreto del 29 de septiembre de 1908. En 1930 el nombre de San Lorenzo fue cam-biado por el de Armero. Antes del desastre tenía una inusitada actividad en ganadería, agricultura, comercio y explotación de varios minerales en sus ríos y montañas.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 3

IMPONENTE

El volcán Nevado El Ruiz hace parte del «Parque de los Nevados» al cual pertenecen otros volcanes como Cerro Bravo, El Cisne, Santa Isabel, Páramo de Santa Rosa, Quin-dío, Tolima y Machín. El Ruiz siempre ha es-tado en actividad, pero su mayor explosión ocurrió el 13 de noviembre de 1985 tras 138 años de inactividad. Los geólogos calculan en un millón de años la existencia del Volcán Ne-vado El Ruiz.

Observatorio

FINANZAS

Datos oficiales señalan que Armero a 30 de septiembre de 1985, , tenía en sus ofici-nas financieras más de 500 millones de pesos en cuentas de ahorros, 260 millones de pesos en certificados de de-pósito a término y una carte-ra activa de unos mil millones de pesos. Cuarenta millones de pesos se hallaban en caja un día antes de la mortal ava-lancha.En la gráfica la bóveda del Banco de Colombia des-pués de la avalancha.

SERVICIOS PÚBLICOSArmero tenía todos los servicios públi-

cos en orden hasta el día del percance fenomenal. 3.694 usuarios del acueducto, 3.187 de alcantarillado, 4.177 de energía, teléfonos 1.060 suscriptores. 29 juntas de acción comunal, tres cooperativas agra-rias, nueve sindicatos, defensa civil, co-mités de precios y medidas y siete orga-nizaciones diversas. Dos corregimientos, 16 veredas, una inspección de Policía, con 32 mil habitantes urbanos y rurales de uno y otro sexo, dos hospitales, un cen-tro de salud y seis puestos más en zonas rurales, 15 médicos, 4 odontólogos, siete enfermeras y 103 ayudantes y auxiliares de enfermería.

INDOLENCIAGUBERNAMENTALHace 30 años en Colombia, una

avalancha de lodo, lava y agua se llevó por delante un pueblo de casi 32 mil personas. En los días previos a la tragedia final, el 13 de noviem-bre de 1985, una incesante lluvia de ceniza no dejaba ver el sol. El vol-cán Nevado del Ruiz llevaba varios meses avisando que iba a estallar. El gobierno de Belisario Betancur y las autoridades locales ignoraron las señales del «león dormido».Tra-taban de enfrentar el desastre del Palacio de Justicia en Bogotá.

ARMERO IGNORADONo se tuvo en cuenta que hubo dos avalan-

chas, una en 1595 y otra en 1845, que dejaron más de 1.000 víctimas. Ni las advertencias de una posible erupción que llegaron hasta con titulares en periódicos.

EL TIEMPO, que envió a Armero al periodista Carlos Eduardo Osorio, quien el 21 de septiem-bre de 1985 publicó la crónica «En Armero na-die duerme», donde evidenciaba los peligros.

COINCIDENCIA

Existe un antecedente histórico sobre el caso de Armero, y es la erupción del Vol-cán Vesubio que sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano en un terrible terre-moto. Las gentes, de Armero, unos treinta mil habitantes perecieron ahogados en el lodo, la ceniza y calcinados por la lava.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 20154 Armero

ARMERO QUEDÓ SEPULTADO

Hace 30 años:

EL VOLCÁN ESTABA GRITANDO: «VOY A EXPLOTAR»».LOS CIENTÍFICOS QUE VIGILABAN EL VOLCÁN NO TENÍAN LA EXPERIENCIA PARA IDENTIFICAR LAS SEÑALES.

La tragedia de Armero fue un desastre natural producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz el miércoles 13 de noviembre de 1985, afec-tando a los departamen-tos de Caldas y Tolima, Colombia. Tras sesenta y nueve años de inactivi-dad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos, a pesar de que el Gobierno había recibi-do advertencias por parte de múltiples organismos vulcanológicos desde la aparición de los primeros indicios de actividad vol-

cánica en septiembre de 1985 y no sacaron a los habitantes sabiendo que algo iba a suceder.

Los flujos piro clásticos emitidos por el cráter del volcán fundieron cerca del 10% del glaciar de la montaña, enviando cua-tro lahares —flujos de lodo, tierra y escombros productos de la actividad volcánica— que descen-dieron por las laderas del Nevado a 60 km/h. Los lahares aumentaron su velocidad en los barran-cos y se encaminaron

hacia los cauces de los seis ríos que nacían en el volcán.

La población de Arme-ro, ubicada a poco me-nos de 50 km del volcán, fue golpeado por dichos lahares, muriendo más de 25. 000 de sus 39 000 habitantes. Las víc-timas en otros pueblos, particularmente en los municipios de Chinchiná y Villamaría, aumenta-ron la cifra de muertos a 26.000. Alrededor del mundo se publicaron tomas de vídeo y foto-

grafías de Omayra Sán-chez, una adolescente víctima de la tragedia, que estuvo atrapada du-rante tres días hasta que finalmente falleció. Otras fotografías del impacto del desastre llamaron la atención de la opinión pública e iniciaron una controversia sobre el grado de responsabilidad del Gobierno colombiano en la catástrofe.

Los esfuerzos de res-cate fueron obstaculi-zados por el lodo, que hacía casi imposible el

moverse sin quedar atra-pado. Para el momento en el que los rescatado-res alcanzaron Armero, doce horas después de la erupción, muchas de las víctimas con heridas graves ya habían muer-to. Los trabajadores de rescate quedaron horro-rizados tras observar el panorama de desolación dejado tras la erupción, con árboles caídos, res-tos humanos irreconoci-bles y escombros de edi-ficaciones.

Esta fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada sólo por la erupción del monte Pe-lée en 1902 en la isla de Martinica, y el cuar-to evento volcánico más mortífero desde el año 1500. Fue una catástro-fe previsible, exacerbada por el desconocimiento de la violenta historia del volcán, geólogos y otros expertos habían adverti-do a las autoridades y a los medios de comunica-ción sobre el peligro du-rante las semanas y días previos a la tragedia.

Se prepararon mapas de riesgo para las inme-diaciones pero fueron es-casamente difundidos. El día de la erupción se lle-varon a cabo intentos de evacuación, pero debido a una tormenta las comu-nicaciones se vieron res-tringidas.

El Nevado del Ruiz ha hecho erupción en varias ocasiones desde el de-sastre y continúa siendo una amenaza para las más de 500 000 perso-nas que viven a lo largo de los valles de los ríos Combeima, Chinchiná, Coello-Toche y Gualí.

El Servicio Geológico de los Estados Unidos creó también el Pro-grama de Asistencia en Desastres Volcánicos y el Equipo de Asistencia

Uno de los lahares prácticamente borró a Armero; tres cuartas partes de sus 30.700 habitantes murieron. Avanzando en tres grandes oleadas, este lahar tenía 30 metros de profundidad, se movía a 12 metros por segundo y duró de diez a veinte minutos.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 5Armero

en Crisis Volcánicas, los cuales evacuaron a cer-ca de 75 000 personas del área cercana al mon-te Pinatubo antes de la erupción de 1991.

La erupciónA las 9:09 p. m. del 13

de noviembre de 1985,el Nevado del Ruiz expul-só tefra dacítica a más de 30 km de altura en la atmósfera. La masa total de material expulsado (incluyendo magma) fue de 35 millones de tonela-das, solo un 3 % del total expulsado por el monte Santa Helena en 1980. La erupción alcanzó un 3 en el índice de explosivi-dad volcánica. La masa de dióxido de azufre ex-pulsada en la erupción fue de aproximadamen-te 700 000 toneladas, el 2 % del total de material sólido, haciendo de esta una erupción atípica-mente rica en azufre.

La erupción produjo flujos piroclásticos que fundieron la nieve y el glaciar de la cima del vol-cán, generando cuatro lahares que descendie-ron por los valles de los ríos en los flancos del volcán, destruyendo un pequeño lago que había sido observado en el crá-ter Arenas varios meses antes de la erupción. El agua de tales lagos sue-le ser extremadamente salada y puede contener gases volcánicos disuel-tos. El agua caliente y ácida del lago aceleró la fusión del hielo, un efec-to confirmado por la alta concentración de sulfa-tos y cloruros encontra-dos en el lahar.

Los lahares, formados de agua, hielo, pumita y otras rocas, incorporaron arcilla a su composición al erosionar el terreno por el que pasaban mientras descendían por las ver-

tientes del volcán a una velocidad promedio de 60 km/h, desprendien-do rocas y destruyendo vegetación. Después de descender miles de me-tros por las vertientes, los lahares se dirigieron hacia los valles de los seis ríos que nacen en el volcán, donde aumenta-ron cuatro veces su vo-lumen original. En el río Gualí, un lahar alcanzó un ancho de 50 metros.

Sobrevivientes de Ar-mero recuerdan la no-che como «tranquila». La ceniza volcánica había caído a lo largo del día, pero se les informó a los pobladores que no había nada de qué preocupar-se. A finales de la tarde, tras un largo periodo de calma, la ceniza volvió a caer. Las estaciones de radio locales reportaban que la ceniza debía ser ignorada y que los resi-dentes debían permane-

cer en calma. Un sobrevi-viente afirmó haber ido a la estación de bomberos y allí le informaron que la ceniza «no era nada».

El suministro de energía eléctrica fue suspendido de repente y las radios se apagaron. Justo antes de las 11:30, una enorme corriente de agua se ex-tendió por Armero, lo su-ficientemente poderosa como para volcar auto-móviles y arrastrar perso-nas. Se escuchó un fuer-te estruendo proveniente de la montaña, pero los residentes estaban más preocupados por lo que ellos creían era solo una inundación.

A las 11:30 p. m., el pri-mer lahar llegó al pueblo, seguido rápidamente por otros. Uno de los lahares prácticamente borró a Ar-mero; tres cuartas partes de sus 30.700 habitantes murieron. Avanzando en

tres grandes oleadas, este lahar tenía 30 me-tros de profundidad, se movía a 12 metros por segundo y duró de diez a veinte minutos. Viajan-do aproximadamente a 6 metros por segundo, el segundo lahar duró media hora y fue segui-do por pequeños pulsos eruptivos. Un tercer gran pulso le permitió al lahar durar cerca de dos ho-ras. Para ese momento, el 85% de Armero estaba cubierto de lodo. Los so-brevivientes describieron cómo las personas se sostenían de los escom-bros de sus casas en un intento de mantenerse a flote en el barro. Los edi-ficios colapsaron, aplas-tando personas y gene-rando escombros.

El frente del lahar con-tenía gigantescas pie-dras que aplastaron a cualquiera en su camino, mientras que las partes

.El desastre obtuvo notoriedad a nivel mundial en parte por una fotografía tomada por Frank Fournier en la cual aparece una joven llamada Omayra Sánchez, quien estuvo atrapada entre los escombros durante tres días antes de morir

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 20156 Armero

más lentas del mismo estaban llenas de pie-dras pequeñas y afiladas que causaban cortes y laceraciones. El lodo se introducía fácilmente en las heridas abiertas y en otros orificios corporales, —ojos, orejas y boca— con suficiente presión como para inducir asfixia traumática en uno o dos minutos a cualquier per-sona enterrada en éste. En su trabajo Volcanes y el medio ambiente, Martí y Ernst afirman que mu-chos de los que sobrevi-vieron al lahar murieron producto de sus heridas mientras se encontraban atrapados, o sucumbie-ron a la hipotermia, aun-que esto es poco proba-ble dado que el lodo fue descrito como caliente por los sobrevivientes.

Un segundo lahar, que descendió por el valle del río Chinchiná, mató a cerca de 1800 personas y destruyó 400 casas en Chinchiná, al otro lado de la cordillera. En total murieron más de 23 000 personas, cerca de 5000 quedaron heridas y 5000 hogares de trece pobla-ciones fueron destruidos. Aproximadamente 230 000 personas se vieron afectadas, 20 000 que-daron sin hogar y 110 km² de terrenos fueron perjudicados. La trage-dia de Armero, como se conoce al evento, fue el segundo desastre volcá-nico más mortífero del siglo XX, superado solo por la erupción del monte Pelée en 1902, y el cuar-to más mortífero registra-do desde 1500. También fue el lahar más mortífe-ro de la historia, y la peor tragedia natural en la his-toria de Colombia.

ImpactoLa pérdida de vidas fue

exacerbada por la falta de un marco de tiempo preciso para la erupción y por la renuencia de las autoridades locales a la

hora de tomar costosas medidas preventivas sin signos claros de peligro inminente. Debido a que su última erupción de im-portancia había ocurrido 140 años atrás, en 1845, era difícil para muchos aceptar el peligro del vol-cán; los pobladores loca-les incluso le llamaban el «León durmiente». Los mapas de riesgo que mostraban que Armero sería seriamente afecta-do tras una erupción fue-ron distribuidos más de un mes antes del suce-so, pero el Congreso de Colombia acusó a la De-fensa Civil y a las agen-cias científicas de alar-mistas. La erupción ocu-rrió tan solo una semana después de la toma del Palacio de Justicia por parte del grupo guerrille-ro M-19 en Bogotá, por lo que tanto el gobierno como el ejército se en-contraban ocupados al momento del desastre.

El día siguiente a la tra-gedia, los rescatadores quedaron horrorizados por el impacto de ésta. Los lahares dejaron tras de sí una masa gris que cubría la totalidad del pueblo. La zona estaba repleta de árboles des-truidos y cadáveres des-figurados. Los restos de casas y edificios sobre-salían del barro. Bolsas con algodón y granos de café fueron encon-tradas diseminadas en el lodo, indicando la di-rección tomada por el lahar. Los trabajadores de rescate describían el olor agrio del lugar como el de «cuerpos pudrién-dose, […] humo de leña y vegetales en descom-posición.» Para horror de los rescatistas, que luchaban por comenzar los esfuerzos de rescate, los sobrevivientes deja-ban escapar gemidos de dolor y agonía. Los da-ños fueron estimados en

7000 millones de dóla-res, una quinta parte del producto interno bruto colombiano de 1985.

Mientras las noticias de la catástrofe se ex-tendían por el mundo, la campaña presidencial, para entonces en curso, se detuvo, y los grupos guerrilleros detuvieron temporalmente su ac-tividad «en vista de la dolorosa tragedia que ha caído sobre nuestra nación». A las entradas para los partidos de fút-bol de la liga colombiana se les agregó un recargo de cinco centavos, desti-nado a sufragar las labo-res de rescate.

Los científicos que ana-lizaron posteriormente los datos de los sismó-grafos encontraron que habían ocurrido en las horas previas a la erup-ción múltiples terremo-tos de periodo largo (que

empiezan fuertemen-te y disminuyen poco a poco). El vulcanólogo Bernard Chouet afirmó que «el volcán estaba gri-tando “voy a explotar”», pero los científicos que vigilaban el volcán en el momento de la erupción no tenían la experiencia para identificar las seña-les.

VíctimasLa falta de preparación

frente a un desastre con-tribuyó al alto número de víctimas. Armero estaba situado sobre un abani-co aluvial que había sido lugar de flujos laháricos previos y las autorida-des ignoraron un mapa de riesgo que mostraba el potencial daño que los lahares podían causar al pueblo. Los pobladores se mantuvieron dentro de sus hogares para es-capar de la ceniza que caía, tal como las autori-dades locales les habían

Centenares de personas fueron rescatados entre el lodo.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 7Armero

indicado, sin pensar que tal vez podían ser ente-rrados por los flujos de lodo.

El desastre obtuvo no-toriedad a nivel mundial en parte por una foto-grafía tomada por Frank Fournier en la cual apa-rece una joven llamada Omayra Sánchez, quien estuvo atrapada entre los escombros durante tres días antes de morir. Tras la erupción, trabajadores de rescate se reunieron alrededor de la niña, con-versando con ella. Oma-yra llamó la atención de los reporteros en el lugar debido a su dignidad y coraje, y causó contro-versia cuando la gente se preguntó por qué los periodistas no hicieron nada para salvarla (lo cual era imposible sin he-rramientas).

Un llamamiento al go-bierno para conseguir una bomba hidráulica que evacuara el agua que la rodeaba no fue atendido, y Omayra su-cumbió a la gangrena y a la hipotermia tras pasar sesenta horas atrapada. Su muerte sintetizó la naturaleza trágica de lo sucedido en Armero: ella

pudo haber sido salvada si el gobierno hubiese actuado con prontitud y si hubiese prestado aten-ción a los llamamientos sobre el peligro del vol-cán. La fotografía obtuvo el premio World Press Photo of the Year por «capturar el evento de mayor importancia perio-dística»

Dos fotógrafos del Mia-mi Herald ganaron el Premio Pulitzer por fo-tografiar los efectos del lahar. El Dr. Stanley Wi-lliams de la Universidad Estatal de Luisiana dijo tras la erupción, «con la posible excepción del monte Santa Helena en el estado de Washington, ningún otro volcán del hemisferio occidental ha sido observado de mane-ra tan detallada». Como respuesta a la erupción, el Servicio Geológico de los Estados Unidos con-formó en 1986 el Progra-ma de Asistencia en De-sastres Volcánicos y el Equipo de Asistencia en Crisis Volcánicas. El vol-cán hizo erupción en va-rias ocasiones más entre 1985 y 1994.

NegligenciaLas inquietudes sobre

la supuesta negligencia de las autoridades loca-les frente a la amena-za del volcán llevaron a una fuerte controversia. El alcalde de Armero, Ramón Rodríguez, y va-rios oficiales locales in-tentaron en vano llamar la atención del gobierno colombiano sobre el pe-ligro que representaba el volcán. Durante meses, Rodríguez hizo llamados a diversas autoridades, incluyendo a varios con-gresistas y al entonces gobernador del Tolima, Eduardo Alzate García. Rodríguez llamó al vol-cán una «bomba de tiem-po» y le dijo a los reporte-ros que él creía que una erupción rompería una presa natural ubicada río arriba, lo cual llevaría a una inundación. Pese a su insistencia, solo un congresista le pres-tó interés a la situación. Reportes de los ministe-rios de minas, defensa y obras públicas, «afir-maban que el gobierno estaba al tanto del riesgo del volcán y que estaba actuando para proteger a la población». La falta de responsabilidad por el desastre llevó a varios legisladores a pedir la renuncia del gobernador

del Tolima. En los medios de comunicación tam-bién se debatía acalora-damente sobre el tema. Una de las acusaciones más agresivas provino de un funeral masivo lle-vado a cabo en Ibagué, en donde se afirmaba en varias pancartas que «el volcán no mató a 22 000 personas. El gobierno las mató».

LegadoEl volcán aún consti-

tuye una seria amenaza para los poblados cerca-nos, incluso en el caso de erupciones de poco volu-men, las cuales pueden desestabilizar glaciares y producir lahares. A pe-sar de que gran parte del glaciar se ha retraído, un volumen significativo de hielo se encuentra toda-vía en las cimas del Ne-vado del Ruiz y de otros volcanes cercanos. Con tan solo derretir el 10% del hielo, se producirían lahares con un volumen de hasta 200 millones de metros cúbicos, similar al de los lahares que arra-saron Armero en 1985. En cuestión de unas po-cas horas, estos lahares podrían viajar hasta 100 km por los valles de los ríos. Estimaciones mues-

tran que 500 000 per-sonas que viven en los valles de los ríos Combe-ima, Chinchiná, Coello-Toche y Gualí, están en riesgo, y 100 000 de es-tas están en un alto ries-go. Los lahares consti-tuyen una seria amena-za para los poblados de Honda, Mariquita, Amba-lema, Herveo, Villaher-mosa, Puerto Salgar y La Dorada. A pesar de que una erupción pequeña es más probable, la larga historia eruptiva del ma-cizo Ruiz-Tolima incluye numerosas erupciones de gran tamaño, indican-do que la amenaza de una erupción grande no puede ser ignorada. Una erupción de gran tamaño tendría consecuencias mucho más extensas, incluyendo un posible cierre del aeropuerto de Bogotá debido a la caída de ceniza.

ConmemoracionesPoco menos de un año

después de la tragedia, el papa Juan Pablo II visitó la zona del desastre junto con el presidente colom-biano Belisario Betancur. Allí el papa habló acerca de la tragedia y declaró el lugar en donde se en-contraba Armero como campo santo. A pesar de que muchas de las vícti-mas de la tragedia fueron conmemoradas, Omayra Sánchez fue, en particu-lar, inmortalizada en poe-mas, novelas y piezas musicales. Una obra lla-mada Adiós, Omayra, de Eduardo Santa, ilustraba los últimos días de la jo-ven y el simbolismo que representó en la catás-trofe. Los sobrevivientes fueron también recono-cidos en el especial de televisión No morirás de Germán Santamaría, en el cual parte del elenco estaba compuesto por víctimas de la tragedia, quienes aparecieron como extras en la obra.

El dolor fue grande. Todo el país estuvo pendiente de Armero.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 20158 Actualidad

30 AÑOS DE LA TRAGEDIAConmemoración:

El Ministerio de Cultura anunció la conmemora-

ción de los 30 años de la tragedia de Armero con una serie de actividades para todos los habitantes de esta población. Estos incluyen la edición de un libro que recoge la his-toria de este municipio, una producción audiovi-sual, acompañamiento y apoyo técnico al pro-yecto del memorial del Parque Cultural Omaira Sánchez, entre otros.

El Libro ‘Armero 30 años después” cuenta la historia del municipio de Armero, Guayabal (To-lima), antes y después de la tragedia de 1985. El texto fue producido en convenio con Publicacio-nes Semana y se distri-

buirá en las 1.414 Biblio-tecas públicas de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas.

Para esto se editaron 1.500 ejemplares el pró-logo lo escribió el Presi-dente de la República, Juan Manuel Santos. En el libro además partici-pan Francisco Gonzá-lez, Juan Antonio Gaitán y Germán Santamaría; cuenta con fotografías de archivo de la Revista Semana y algunas agen-cias internacionales.

DOCUMENTAL El próximo 13 de no-

viembre cuando se cum-plen 30 años de la trage-dia de Armero, Señal Co-lombia presentará a las 9:00 p.m., ‘Lo que nos dejó el volcán’, un docu-

mental realizado en co-producción con el Minis-terio de Cultura en el que cuatro niños, nietos de algunos de los sobrevi-vientes de la avalancha, regresan a Armero en búsqueda de sus raíces y tradiciones para cono-cer qué ha pasado en las tres décadas posteriores.

CONCIERTO El próximo 12 de no-

viembre en Armero Gua-yabal la Orquesta Sinfó-nica Nacional de Colom-bia se une a la conme-moración de los 30 años de la tragedia de Armero con un concierto donde la tragedia y la esperan-za se dan cita para re-cordar un pueblo que un día lo perdió todo pero que ahora demuestra la fortaleza que tuvo para

volver a empezar. Este homenaje iniciará con Omaira, una composi-ción descriptiva para vio-lín solista y orquesta que se inspira en la tragedia de Armero y en particular en la figura de Omaira Sánchez, el símbolo de la agonía, la impotencia y la desolación causada por esta catástrofe natu-ral en 1985.

PIEZA DEL MES La Biblioteca Nacional

dedicará su Pieza del Mes de noviembre a res-catar de su fondo biblio-gráfico documentos que dan cuenta de la historia del volcán Nevado del Ruiz.

El Área de Colecciones, resalta un pasaje de ‘No-ticias historiales de tierra

firme en las Indias occi-dentales’, obra escrita en 1625 por el Padre Fray Pedro Simón, en el que se describe una erupción que tuvo lugar el 12 de marzo de 1595.

MEMORIALPARQUEOMAIRA SÁNCHEZ El Programa Fortaleci-

miento de Museos apo-yó la construcción de los términos del contrato para la realización de la investigación, curaduría y conceptualización en asocio con la comunidad, del guion museológico que narrará la historia de Armero a través de una exhibición permanente del Memorial del Parque Cultural Omaira Sán-chez.

La plaza principal del nuevo Armero, levantado en Lerida. Foto Primicia Diario

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 9Recuerdos

LOS ENREDOS FINANCIEROS DE PEDRO GÓMEZ BARRERO

Gerney Ríos GonzálezEditor- InvestigativoPrimicia

Personaje contro-vertido lo ha sido por muchos años el

constructor Pedro Gómez Barrero. Fue gerente de “Resurgir”, una empresa es-tatal creada por el gobierno de Belisario Betancur para la reconstrucción de Arme-ro y auxiliar a cerca de sie-te mil sobrevivientes de la enorme tragedia. La “ciudad blanca” fue arrasada, borra-da del mapa colombiano, con 27 mil muertos en la no-che del 13 de noviembre de 1985. Allí mi madre Élida y 70 familiares siguen sin ser hallados en los escombros.

Gómez Barrero, que in-dudablemente si estuvo al frente de esa empresa solidaria, fue cuestionado e investigado por sus ac-tuaciones económicas. Un contralor engavetó la ver-dad verdadera del paradero de dineros entregados por la comunidad internacional

y desaparecidos por arte de magia. Fueron muchos miles de millones de pesos que se perdieron entre la maraña de manos inescru-pulosas y mentes sucias de funcionarios oscuros que manejaron esos dine-ros. Las investigaciones de Armero, quedaron en cero; “Resurgir” la empresa tu-telada por Gómez Barrero, fue absuelta de toda culpa y su gerente escapó inma-culado a las acusaciones que las víctimas de la des-truida población le formu-laron. Así es la justicia en Colombia. El prestigio del magnate quedó libre de toda sombra.

Ahora se sabe que Pedro Gómez y Cía. estuvo vincu-lado a Marco Gil Garzón, apodado “el papero”, un comerciante del tubérculo, dueño de una inmensa for-tuna, con varias bodegas en Corabastos, detenido en marzo de 2013 por la poli-cía como resultado de una prolongada investigación que lo vinculó con el envío

de toneladas de narcóticos a Estados Unidos.

Gil y su hija Alexandra fi-guraron en la “Lista Clinton” de ese país, documento éste que recoge a “capos” de todo el mundo y perse-guidos por la justicia – USA por conspiración.

“El papero” habría en-viado en sus actividades ilícitas unas 12 toneladas de coca a sus clientes y en-laces en EE.UU. Al “baile” también entró el general re-tirado de la policía nacional Flavio Buitrago Delgadillo y quien fue acusado por tres testigos, entre los cuales el libanés Jaime Dib Mor Saad que pagó una con-dena en una penitenciaria de Estados Unidos, setenta meses, por lavado de dóla-res. Se había entregado al Das en Colombia.

Mor Saad, dijo que en Bo-gotá recibió algo así como 700 mil dólares del gene-ral Buitrago; luego fueron invertidos en una empresa

fachada en Usa, plata del “papero” Marco Antonio Gil Garzón “blanqueada” para fines de enriquecimiento ilí-cito. Una hermana de Mor Saad fue sacada de la fa-mosa “Lista Clinton”. Lo que dijo el sujeto es que el resto de plata para dos mi-llones de dólares lavados, los entregó marco Antonio Gil en efectivo, para esa inversión.

Una publicación de El Tiempo asegura que Pe-dro Gómez Barrero lleva 6 años, desde 2007, “rom-piendo lazos” con el “pape-ro” Gil Garzón, quien ocul-taba su verdadera identi-dad con un bajo perfil de comerciante de papas en Corabastos. En sus decla-raciones de prensa Gómez Barrero dijo que “ese año tras la inclusión de los Gil; el papero y su hija-, en la lista Clinton, que su rela-ción con el “capo” comenzó en 2004 a través de Inver-siones Gómez Gil, creada para la construcción de Unicentro en Villavicencio,

Meta. Gómez Barrero y su familia aportaron a la em-presa 48,4 por ciento y Gil Garzón el 33,3% del capi-tal. El constructor está en-redado: Hay evidencias se-rias de su vinculación con “el papero”: también figura en el proyecto Nueva Iraka, un programa residencial en el cual figura Gil Garzón con la mitad del capital y el plan Amazonas del que son socios ambos. Los malos pasos de Gómez Barre-ro también lo vinculan con la presencia de la esposa del general Buitrago en la “Constructora América”, de la cual el polémico empre-sario y “el papero” eran so-cios. Sobre ambos caen los ojos de la Fiscalía General de Colombia y la justicia de EE.UU. Lo de Armero, con Pedro Gómez Barrero a la cabeza, aun vive en la memoria de los afecta-dos. La historia parece no perdonar. Lo que por agua llega, por agua se va. Tarde o temprano su radio fue un philips y RÍOS se lo recuer-da.

Pedro Gómez Barrero, siempre ha estado a lado del poder en Colombia.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201510 Actualidad

AVALANCHA SOCIALEN ARMERO

30 años después:

EL DESEMPLEO ES TOTAL ARMERO ESTÁ DESAPARECIENDO POR SEGUNDA VEZ, PERO EN ESTA OPORTUNIDAD LA AVALANCHA NO ES DE BARRO Y PIEDRAS, SINO SOCIAL.

Víctor HugoLucero MontenegroExclusivoPrimicia en Armero

Un niño de seis años, arrebatado a la avalancha

de lodo, hoy es el alcalde de Armero y vive su se-gunda tragedia, tal vez la más grave: ver cómo la avalancha social está sepultando todas las esperanzas de los habi-tantes que quisieron re-cuperar su pueblo como un ejemplo de la tenaci-dad tolimense. «Estuve enterrado en Armero día y medio, a la edad de 6

años; mi hermano, al pa-recer, falleció, y digo ‘al parecer’ porque mientras mi madre me llevaba de una mano, a mi herma-no lo llevaba de la otra y una parte del lodo se lo arrebató, se lo quito de su mano. Igual suerte co-rrió una de mis tías, que se llama Gloria Arias. Su hija fue arrebatada por la avalancha, con la for-tuna de encontrarla lue-go en un hospital, por casualidad, lo cual evitó que la niña fuera saca-da del país y entregada de manera irresponsable en adopción», relató el hoy alcalde de Armero,

Mauricio Cuellar Arias, 28 años, después de ser rescatado del lodo que hizo desaparecer a Ar-mero del mapa.

La crisis es total. El Go-bierno nacional ha de-terminado no mirar esa zona, donde sus habi-tantes no cuentan con vi-vienda, empleo y la salud es mínima a pesar de los esfuerzos que realiza el alcalde, quien busca por todos los medios evitar que el municipio desapa-rezca por segunda vez. La gente ha perdido la esperanza y solo confía en la ayuda divina que

evite que la avalancha social sepulte todos los anhelos de los armeritas.

«Dada la tragedia de 1985, empiezan a gene-rarse un sinnúmero de oportunidades en benefi-cio de Armero, tales como donaciones de entes gu-bernamentales de otros países entre ellos Japón, Rumania, Marruecos, Italia y Francia, que bus-can la reconstrucción de nuestro pueblo. No sabe-mos si fue por un enredo político que Armero nun-ca recibiera esos recur-sos económicos», relata con la tristeza reflejada

en su rostro el joven al-calde Cuellar Arias.

Expresa cómo dife-rentes regiones de Co-lombia aprovecharon la tragedia de hace 28 años, cuando Armero desapareció del mapa y quedaron sepultados 25 000 compatriotas. «Hoy encontramos casas que se llaman ‘Nuevo Arme-ro’ o ‘Carlota Armero’, en Manizales, Villavicencio, Barranquilla, Ibagué y en Armero Guayabal, la re-construcción fue mínima. Muchos de los damnifica-dos carecen de vivienda propia», relata la primera

Armero en crisis «Descuadernada» está la economía de la otrora región que cuefnta con las tierras más fértiles de Colombia. Foto Primicia Diario

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 11Actualidad

autoridad. Los recursos económicos que debie-ron llegar a los damnifi-cados nunca llegaron, se perdieron en pocas ma-nos que fueron encarga-das de la reconstrucción con el objeto de buscar la grandeza de Armero, nuevamente en el ámbito nacional. Hoy es un po-blado fantasma donde la crisis social es total.

El problema se originó con los recursos que la comunidad internacional envío. Los dineros y la ayuda en especie desa-parecieron por «arte de magia», como conse-cuencia de la corrupción.

«La verdad es que no-sotros no hemos podido determinar, pero sí pode-mos confirmar que llega-ron construcciones, vehí-culos y dinero para hacer reformas y reconstruir. El mismo Estado generó una expectativa financie-ra para la reconstrucción por la desaparición, pero, paradójicamente, hoy no tenemos ni idea, ni so-mos la sombra de lo que debió haber sido con tan-to dinero que se movió. La Cruz Roja de Suiza, según registros, envió no solamente donaciones en físicos sino dinero en efectivo en grandes can-tidades, pero para esa época todo se manejó por medio de las altas Consejerías del Estado; el resultado fue la desa-parición total de las ayu-das», denunció el burgo-maestre..

El cuadro de tristeza de Armero se recrudece cuando la realidad indica que en el área financiera la única herencia recibi-da del destruido munici-pio fueron las deudas.

«Recibimos toda la car-ga pensional del extinto Armero, pero no el mon-to presupuestal que tenía Armero. Hoy es un muni-cipio con mucha deuda y

con poco recursos para pagar esa deuda», anotó el alcalde.

En materia laboral, Ar-mero, como consecuen-cia de los TLC, ha que-dado liquidado.

«No es ni la sombra de lo que era Armero (la se-gunda ciudad del depar-tamento del Tolima) eco-nómicamente en materia agrícola o ganadera. La crisis en el campo es to-tal, los campesinos están quebrados y la miseria se está instalando de mane-ra peligrosa en nuestra región», según sostiene el alcalde de Armero.

Allí los sobrevivientes llevan 28 años a la espe-ra de la reconstrucción del municipio, del que aspiran que pueda volver

a ser el municipio pujan-te y desarrollado que era antes de la tragedia.

Hijos de ArmeroextraviadosLa situación crítica de

muchos armeritas so-brevino cuando cantidad de niños que perdieron a sus familias en la ava-lancha de 1985, fueron entregados en adopción en diferentes hogares del orden nacional e interna-cional.

«Muchos menores fue-ron entregados en adop-ción irresponsablemente, sin llevar las medidas pertinentes del caso ni los tamizajes. Hoy, mu-chas madres los recla-man y nadie responde en el Estado», dijo con una tristeza infinita.

«Armero es víctima de todos los males: droga-dicción y prostitución se están apoderando de buena parte de la comu-nidad y solamente una atención directa del Go-bierno evitará que nues-tro pueblo toque fondo»,

Parque OmairaEl símbolo de la trage-

dia de Armero, sin lugar a dudas, fue la muerte len-ta de Omaira, una niña que no pudo salir del lodo ocasionado por la ava-lancha. El Gobierno na-cional quiso rendirle un homenaje con la cons-trucción de un parque que lleve su nombre. Los habitantes de Armero se oponen al manejo de la obra de cemento por par-te de personas que des-pués podrían abandonar y dejar el problema de

mantenimiento a un mu-nicipio que se encuentra totalmente quebrado en materia financiera.

Los habitantes recla-man que ese parque sea un parque a la vida, don-de se beneficien todos: niños, jóvenes y adultos; y dicen que se puede ejecutar con el desarrollo de la Ley de honores a Armero. «Debe hacerse una convocatoria para entregar el manejo de este parque a personas que tengan las capacida-des y la experiencia ne-cesarias, como quienes manejan el Parque del Café, Panaca, Maloka, entre otros, que han sido exitosos», han manifes-tado algunos habitantes de Armero. La mirada de la gente en Armero se pierde en el infinito, por-

Siete meses después de la destrucción de Armero (Tolima), el Papa Juan Pablo II visitó las ruinas y oró por las víctimas de la tragedia.

Mauricio Cuellar Arias, hace 30 años, fue uno de los niños rescatados del lodo que hizo desaparecer a Armero del mapa. Hoy

es el alcalde de su pueblo.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201512 Actualidad

que en su interior creen y están convencidos de que seguirán siendo burlados por un Estado indolente, al que poco o nada le importa la suerte de una comunidad que, nuevamente, afronta la peor avalancha: la ava-lancha social, que des-truye todos los principios morales de la sociedad.

La tragedia sigue vivaHabitantes de Armero-

Guayabal atraviesan la más aterradora crisis so-cial. Carecen de empleo, vivienda, salud y alimen-tos. La desesperación es grande, a gritos piden la ayuda para evitar que se descomponga la socie-dad, que afronta los pri-meros problemas en ma-teria de seguridad, delin-cuencia y prostitución.

«Armero es víctima de todos los males: droga-dicción y prostitución se están apoderando de buena parte de la comu-nidad y solamente una atención directa del Go-bierno evitará que nues-tro pueblo toque fondo», dijo una señora, cuyo rostro refleja la desespe-ración de un poblado que se hunde en la miseria.

«Es triste confesar-le que niños y jóvenes tienen que salir a ven-der sus cuerpos para re-buscarse el sustento de ellos y sus familias», dijo un adulto mayor que se acercó a este periodista.

Los habitantes de Ar-mero se sienten solos y abandonados, a pesar de los esfuerzos que hace su alcalde por buscar los recursos que le permitan atender los graves pro-blemas de toda índole que a diario tienen que li-diar sin presupuesto, por cuanto los pocos recur-sos no se pueden desti-nar ya que el Municipio se encuentra intervenido con la Ley 550.

«La soledad es gran-de, nuestro alcalde es nuestra única y última esperanza para seguir luchando por alcanzar el sueño de volver a ver nuestro municipio con la misma grandeza que era antes de la tragedia de 1985», confesó una se-ñora que sobrepasa los 70 años, con lágrimas en su rostro. Hoy, Armero vive una tragedia grande. El abandono estatal, la crisis financiera y el des-moronamiento social son inocultables. La gente ha perdido la esperanza y solo confía en la ayuda divina que evite que la avalancha social sepulte todos los anhelos de los armeritas.

Una de las calles principales del nuevo poblado de Armero. Foto Primicia Diario.

Nuestro colega Gerney Ríos, oriundo de Armero fue uno de los damnificados, perdió 15 familiares en la avalan-cha de hace 28 años. Aquí nos muestra donde quedaba la casa de sus padres, quedó como Armero: sepultada.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 13Armero

GENERAL RUIZ NAVARRO, ALCALDE DE UN PUEBLO FANTASMA

Memorias de Armero:

Antonio ValenciaSalazarEspecialPrimicia Diario

El 14 de noviembre de 1985 cuando el ma-yor Rafael Horacio

Ruiz Navarro adelantaba el curso de ascenso en la Es-cuela Superior de Guerra, fue sorpresivamente desig-nado alcalde de la desapa-recida Armero, Tolima, «bo-rrada» del mapa por una avalancha de agua, hielo, lodo y gigantescos peñas-cos, la noche anterior, 13 de ese año, para la historia de los desastres naturales en Colombia.Ocurrió así: La llamada telefónica en la madrugada de ese 14 de noviembre provenía del mayor general Hernando Díaz Sanmiguel, por enton-ces Director de la Escuela Superior de Guerra, donde Ruíz Navarro adelantaba estudios para teniente co-ronel.

El telefonazo lo despertó de inmediato: «Prepárese Ruiz, arregle una maleta, o mejor un equipo de campa-ña, a las 7:30 debemos es-

tar en Palacio, el presidente Belisario lo necesita urgen-te»-, y colgó el auricular. Así fue como el hoy general de la República recibió de Be-tancur el nombramiento de alcalde militar de una ciu-dad con 30 mil habitantes, sepultados en la inmensa planicie tolimense y cerca de 10 mil sobrevivientes del desastre, causado por una fuerza descomunal, solo comparable al empuje de mil locomotoras desboca-das, sin gobierno.

CONTROL REMOTORuiz Navarro-, cuenta-,

llegó a Ibagué primero y luego a Lérida en el helicóp-tero de la presidencia que el mandatario le suministró en esas angustiosas horas, posteriores a la hecatombe de Armero. El gobernador, Eduardo Alzate y coman-dante de las fuerzas milita-res el general Manuel José Guerrero Paz-, recuerda el oficial. El día anterior, bien temprano, caía sobre Ar-mero y gran parte del terri-torio colombiano una del-gada pero gigantesca capa de cenizas, vomitadas por el cráter del volcán Arenas,

Nevado del Ruíz, guardián de Manizales.

Ruiz Navarro llegó a las instalaciones de la sexta brigada; allí ante dos testi-gos firmó, tomó el cargo y asumió la desastrosa situa-ción. Pero antes fue adver-tido: nada de causar pánico en la población, tranquilizar a las gentes o sería desti-tuido.

Es larga y bien conocida la historia: Los tremores de la tierra, la actividad del vol-cán Arenas, el deshielo de su casquete, el aumento fenomenal de los ríos re-gionales que se sumaron al caudal del «Lagunilla” tapo-nado en la parte alta de Ar-mero, precipitaron la bíblica avalancha poco después de las 9 de la noche, cuan-do la población dormía, pues había sido consolada de que nada ocurriría. «Si acaso, el agua nos dará a los tobillos», había dicho un funcionario municipal

.El mayor Ruíz Navarro, «despachó» desde Lérida. Preparó la «operación res-cate» de sobrevivientes y

cadáveres por miles, para levantar el penoso censo. Mucho antes en la sexta brigada se le había pregun-tado: ¿Sabe inglés?. Esto, para que se entendiera con los colaboradores extranje-ros, de muchos países, que ya actuaban en la dramáti-ca escena.

ORGANIZACIÓNRememora el oficial que

en Lérida aterrizaban he-licópteros gringos con ca-pacidad para 45 personas. Se concentraban hasta 14 de esos aparatos; el po-blado era zona de tanqueo de combustible. La acción del ejército colombiano fue superior; siempre estu-vieron sus hombres desde las primeras horas de la tragedia. Helicópteros de la FAC y Helicol eran bien activos en el escenario ar-merita, transportando heri-dos, sobrevivientes, niños, ancianos, jóvenes, muje-res, convertidos en patéti-cas estatuas de barro. Los cadáveres no eran menos. Cruz Roja colombiana, de-fensa civil, policía, ejército quedaron coordinados por la nueva autoridad militar

en la extensa zona de do-lor, sangre y lágrimas. Bien tarde, los helicópteros vo-laban a Palanquero, otros a Lérida; eran lavados con chorros de agua a fuerte presión para desprender de sus aspas y turbinas la ceniza volcánica; se abas-tecían luego de gasolina para proseguir la tarea al día siguiente. Ruiz Nava-rro abandonó Lérida para situar su centro de opera-ciones en el corazón de la tragedia: Armero. Dividió lo que quedaba del mapa ur-bano en áreas cuadricula-das para facilitar la labor de rescate y ayuda a quienes aparecían vivos.

Ruiz Navarro recuerda, 30 años después de exter-minada la «ciudad blanca», cómo se formó el eje ope-racional y cómo los resca-tistas mexicanos eran los más activos y expertos: venían de la terrible expe-riencia de un terremoto en Centroamérica que había ocasionado muertos, des-aparecidos y destrucción sin cuento. Tenían la ex-periencia fresca. Díez días de rescate; luego de ese plazo, toda esperanza de vida languidece como la luz de la veladora que se agota.De esos iniciales días de «gobierno militar» en Armero, se recuerda la instalación de hospitales de campaña en la carrera 19, calles 13 y 14, sobre al-gunos sitios que no fueron cubiertos por la avalancha que se extendió como una gigantesca sombra sobre el poblado; frente a lo que fue el restaurante Donde Capi; otro en el Cerro de la Cruz y uno más en la ruta a Cam-bao – Ambalema. Funcio-naba también el hospital de emergencia mexicano; la bandera del país hermano era el brazalete que identifi-caba a sus integrantes.

Seis lustros después el tolimense Rafael Horacio Ruíz Navarro es recordado con admiración y cariño por sus gentes y la Unión Euro-pea lo ha titulado como un autentico promotor de los derechos humanos.

Omaira niña que fue la imagen que recorrió el mundo cuando se

conoció la tragedia de Armero.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201514 Registro

ERRORES DE RESURGIRMemoria:

General Rafael Horacio Ruíz Navarro, revela como Armero vivió dos tragedias. Una por la naturaleza y otra por los avivatos que se quedaron con los multimillonarios aportes de la comunidad internacional.

Antonio ValenciaSalazarPrimicia Diario

Los helicópteros que partían de los si-tios señalados en lo

que fue la zona central de Armero, transportaban so-brevivientes heridos a Iba-gué, Bogotá, Honda, Cali, Manizales y Medellín para ser atendidos en clínicas y hospitales, narra el general Rafael Horacio Ruíz Nava-rro. Había llegado de Léri-da al casco municipal, una extensa planicie de lodo y cadáveres por doquier, el 15 de noviembre, por aire; la carretera fue borrada del mapa, estaba bloqueda.

Apareció en la escena trágica Resurgir con la ge-rencia de Pedro Gómez Barrero que recomendó el asentamiento humano de la mayoría de sobrevivien-tes en Lérida, desatendien-do recomendaciones de quienes dirigían las opera-ciones de rescate.

LUCHA POR LA VIDAEquipos eléctricos de ayu-

da internacional donados por Inglaterra no sirvieron en la emergencia. Un he-cho importante observado por rescatistas japoneses fue la milagrosa salvación de ancianos, mujeres y ni-ños. No lucharon contra la corriente de muerte y des-trucción y «sobreaguaron» en el torrente, galopando en las crestas de lodo, lava y rocas y fueron arrojados a zonas altas, el Cerro de la Cruz y otros lugares. Aque-llos que se trenzaron en la lucha por la vida contra las fuerzas naturales incontro-ladas, fueron golpeados por piedras gigantescas, árboles arrancados de cua-jo, y elementos cortantes y

punzantes. La avalancha monstruosa llevó a su paso animales, casas, cosechas de algodón, sorgo, arroz, maíz, plátano en un mar de tragedia que asombró al mundo entero, en esos finales de 1985.

El general Ruiz Navarro tiene memoria del trabajo de grupos de ayuda extran-jera entre los cuales Mé-dicos sin Fronteras; SOS, Save the children; Cuerpo de Socorro Suizo; Kibut-sina de Israel; Cruz Roja Internacional, Ejército de Colombia; Policía Nacional, Defensa Civil, Cuerpo de Socorro de México y mu-chos otros, con la colabo-ración civil en tan angustio-sos días.

ASENTAMIENTOS Tras muchas reuniones y

debates y ante la idea ca-prichosa de Gómez Barrero de ubicar a los sobrevivien-tes en predios de Lérida, el Alcalde Militar Ruíz Na-varro logró convencer que la planicie de Armero que superaba los 450 kilóme-tros cuadrados tenía dos o tres zonas que no ofrecían riesgos, en caso de otro deshielo del Volcán Neva-do El Ruiz y el aumento de las aguas en los ríos regionales. Tal era el caso de las áreas rurales de San

Felipe, Méndez, San Pedro y Guayabal. Así se logró la construcción de 200 casas en esta última, la plaza de mercado y el edificio de la Alcaldía. La gestión fue del alcalde y los oficiales de la reserva que trabajaban en la normalización de la caótica situación, quienes levantaron 100 casas más con sus recursos. En estos afanosos ajetreos estaban presentes las compañías de operaciones psicológi-cas del ejército colombiano, de construcción de puentes metálicos, maquinaria pe-sada y otras de profesiona-lismo probado.

No era aconsejable el levantamiento de la ciuda-dela para sobrevivientes en Lérida con unas tres mil viviendas para diez mil personas. La propuesta de Resurgir fue errónea – dice Ruiz Navarro quien se opu-so a la idea –, y la ciudad regional debía construirse en la jurisdicción de la des-aparecida Armero. Resurgir sí propició la construcción de barrios «armeritas» en Bogotá, Pereira, Ibagué, Chinchiná, Manizales, Me-dellín, Neiva, Armenia y otras ciudades colombia-nas.

«La tragedia se politizó», afirma 30 años después

el general Rafael Horacio Ruiz Navarro, reconocido en Derechos Humanos por la Unión Europea; «Esta-ban cerca las elecciones de 1986 y se cambiaron casas por votos. Lo cierto es que solo se autorizó la construcción de 100 vivien-das al Minuto de Dios del sacerdote Rafael García Herreros, la alcaldía y pla-za de mercado. Se hicieron mejoras locativas al cole-gio, áreas recreacionales, piscinas y vías».

Ruiz Navarro menciona especialmente al ingenie-ro Miguel Posada Samper, constructor de otras 100 casas para la población que se salvó de la avalan-cha.

El oficial critica que una buena parte de los recursos económicos de «Resurgir» se invirtieron en la hipoté-tica «ciudad regional», en Lérida, Tolima, muy cues-tionada por el escritor e internacionalista Gerney Ríos González, quien per-dió a su progenitora y 70 familiares en la catástrofe.

PECADO GRANDEAsí define el general Ra-

fael Horacio Ruiz Navarro el manejo que se dio al defini-tivo asentamiento humano Armero-Guayabal. «Faltó

inversión en la generación de trabajo», y dice: «No qui-sieron aprobar partidas en empresas que pudieron ser rentables, generadoras de múltiples empleos para los armeritas que escaparon a la muerte. Plantas procesa-doras de maní; fabricación de dulces; desmotadoras de algodón, plantas proce-sadoras de pulpa de frutas; lácteos; jugos, otras para manufacturar ajonjolí, fa-brica y embotelladora de gaseosas que existía en Armero con el nombre de Bogotá; nada se hizo».

Ruiz Navarro fue testigo excepcional de los des-aciertos en la emergencia, que protagonizó la direc-ción de Resurgir. Su seña-lamiento por las erradas inversiones para proteger a los sobrevivientes de Arme-ro, seis lustros después de la peor hecatombe colom-biana, cobra importancia nacional. Armero – Guaya-bal no es la sombra siquie-ra de lo que fue la «ciudad blanca» de Indoamérica, el emporio de riqueza comar-cano, abatida en una noche de pesadilla por las fuerzas titánicas de la naturaleza descontrolada. «Japón y Alemania, generaron em-pleo en la zona de trage-dia»– afirma el ingeniero. «Trabajo rural en el área del asentamiento humano, se vio en pocos días, afor-tunadamente», son pala-bras de quien fuera Alcalde militar de Armero durante 18 meses-, «debido a la au-sencia y destinación de di-neros para vivienda, Arme-ro que puso 26 mil muertos, fue la menos favorecida». En su relato, la nostalgia de lo mucho que pudo realizar en bien de los armeritas, invade el rostro del curtido soldado tolimense.

El general Ruiz Nava-rro tiene memoria del trabajo de grupos de

ayuda extranjera entre los cuales Médicos sin Fronteras; SOS, Save the children; Cuerpo de Socorro Suizo; Ki-

butsina de Israel; Cruz Roja Internacional,

Ejército de Colombia; Policía Nacional,

Defensa Civil, Cuerpo de Socorro de México y muchos otros, con la colaboración civil en tan angustiosos días.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 15Región

ARMERO DE CAMPO SANTO A BASURERO

Informe:

Gerney Ríos GonzálezEditor Primicia

A pesar de los es-tudios técnicos de diversas enti-

dades que demuestran la grave situación am-biental que a futuro se presentará, con riesgo para la salud de miles de pobladores, avanza la construcción de un relle-no sanitario en la vereda Santo Domingo, predio Las Palmas que colinda con la Granja Experi-mental de la Universidad del Tolima, en el munici-pio Armero – Guayabal.

La Alcaldía Municipal ha invertido dos mil 68 millones de pesos, con-trato 001 de 2007 con los rellenos del norte, una empresa que ejecuta las obras de construcción, implementación, inter-ventoría y puesta en eje-cución, suma de la cual ya se utilizaron cien mi-llones en convenio con la U. de Cundinamarca para ´creación y puesta en marcha de una em-presa de acuerdo a la ley 142 de 1994´ para operar un relleno sanitario en Armero – Guayabal.

Velez William Vélez, un contratista respalda-do por el Gobierno Uribe Vélez, es uno de los di-rectos responsables del atentado contra el am-biente

RiesgoEl Relleno Sanitario se

convertirá en una real amenaza para la salud de los habitantes de una

extensa área, contami-nando, por las caracterís-ticas de su construcción, una zona de importancia hídrica para el Tolima. Así, resultarían afecta-das las aguas que nacen e irrigan miles de hec-táreas y que forman las quebradas La María, La Zorra, Chimbaco en San José, Santo Domingo, el río Sabandija y otros que surten el consumo humano del líquido en varias veredas, entre las cuales Méndez, además proyectos de ganadería

y piscicultura en el norte del Departamento.

Allí en esos millonarios contratos ´meten basa´ antiguos socios del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, entre los cuales William Vélez, socio ma-yorista de INTERASEO, empresa que ya generó escándalos de corrup-ción con sus rellenos sanitarios en el Parque Tayrona, Mar Caribe, La Miel, en Ibagué con los proyectos de Combeíma con el mismo objetivo, y

en Guayabal – Armero donde cobró 35 millones de pesos por mensua-lidad de alquiler de un recolector de basura, de acuerdo a nuestros co-rresponsales.

Reuniones privadas y gestiones en los Minis-terios de Ambiente, Vi-vienda y Desarrollo Te-rritorial, con presuntas asesorías de gerentes de Espuma S.A. de Ma-riquita e INTERASEO de William Vélez, protegido del ex mandatario Uribe

Vélez, ´el amo del twiter en Colombia´, se habló en esas reuniones del proyecto ́ Planta de trata-miento de residuos sóli-dos´ y finalmente se optó por el relleno sanitario hoy en construcción en zona de ladera, con afec-tación de fuentes hídri-cas por el vertimiento de los lixiviados originados en las basuras de por lo menos 14 municipios del Tolima. Y la víctima pro-picia es Armero – Gua-yabal por estas erradas decisiones.

Los habitantes ya han puesto el grito en el cielo, por las obras del ́ Relleno Sanitario Parque Indus-trial Santo Domingo’ que se construye al parecer con la violación de nor-mas oficiales específicas sobre la preservación ambiental con lo cual los contratistas obtuvieron la licencia.

La nueva y dolorosa realidad ambiental que afectará la salud de los armeritas y municipios vecinos, hace parte del programa del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez que gestionó ante el Banco Mundial el de-sarrollo de proyectos de saneamiento básico, en-tre los cuales los rellenos sanitarios regionales, fa-voreciendo presupuestos familiares y de sus socios como William Vélez de Interaseo. Se habló en el caso de Armero – Gua-yabal, del desempleo, en audiencia pública en Ibagué y el compromiso, con una inversión inicial de dos mil millones de pesos, se puso en mar-cha. Lo que viene será otra tragedia para la sa-lud y bienestar de los habitantes de Armero – Guayabal y otros munici-pios del norte del Tolima. El relleno sanitario traerá males sin cuento a la re-gión, según estudios se-rios y de credibilidad.

Armero de campo santo, pasará a ser relleno sanitario, como consecuencia de los grandes negociados en Colombia.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201516 Hechos

«GRANDES DESASTRES SON DE MANEJO DE LA UNIVERSIDAD»

Memoria:

EL GENERAL RAFAEL HORACIO RUIZ NAVARRO ALCALDE MILITAR DE ARMERO, RECUERDA QUE PASÓ DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE. RELATA COMO ESTA CLASE DE TRAGEDIAS DEBEN SER ATENDIDAS POR EXPERTOS QUE ESTÁN EN LAS UNIVERSIDADES COLOMBIANAS.

Antonio ValenciaSalazarBogotáPrimicia Diario

La memoria del ge-neral Rafael Hora-cio Ruiz Navarro

activa la película de su desempeño en la devas-tada zona de lo que fue Armero hasta la fatídica noche del 13 de noviem-bre de 1985. Rememora la organización de asen-tamientos provisiona-les en los lugares que escaparon al desastre causado por la avalan-cha monstruosa del río Lagunilla. Se levantaron 200 carpas en el estadio Panamericano; Save the children facilitó 150; en la hacienda Brujas fueron 80; Ejército 100 más y suministró equipos para la perforación de pozos en busca de agua pota-ble para la población so-breviviente.

Se construyeron baños, duchas, letrinas sobre el gran camposanto. La Cruz Roja instaló cocinas gigantes en cada uno de esos núcleos humanos. La comida y las atencio-nes domésticas fueron constantes en la emer-gencia. Ingenieros milita-res y civiles de la Univer-

sidad Javeriana unieron esfuerzos para poner a funcionar el municipio, juzgados, alcaldía, es-cuelas, asilo de ancia-nos. Todo había desapa-recido en el torrente de muerte; humanos, ani-males, puestos de salud, escuelas, puentes, carre-teras, cosechas, toda la estructura municipal ha-bía colapsado.

La sismisidad fue en esos días y noches de espanto la constante. La actividad de colmena de rescatistas y autorida-des completó el paisaje en la gran planicie. Los hospitales de campaña hervían de enfermeros, médicos, heridos y vo-luntarios, controlados por la Universidad Nacional. En Guayabal fue acon-

dicionado un puesto con el control de la Secreta-ría de Salud del Tolima y donaciones de la Cruz Roja.

En esta fase-, dice Ruiz Navarro-, el Sena des-empeñó una meritoria la-bor. Al comienzo, cente-nares de sobrevivientes deambulaban, perdida la razón y la esperanza

por todos lados. Eran autómatas sin rumbo y norte, desesperados. El personal médico, técni-co, psicológico del Sena comenzó su gran tarea: mantuvo ocupados por días, semanas y meses a quienes apenas si les ha-bían quedado los brazos como toda fortuna.

Se iniciaron cursos de aprendizaje de panade-ría, confecciones, muñe-quería, cocina, carpinte-ría, soldadura, electrici-dad, mecánica, pintura y otros oficios menores que mantuvo a esa po-blación ocupada, alejada de las preocupaciones y el dolor por la muerte de sus familiares. «Fue la salvación”-, explicó el ge-neral, a la sazón mayor con el encargo de Alcal-de militar en la tragedia.

«Además, colaboró el Sena en las áreas de evacuación, abrió escue-las y colegios a niños y jóvenes que escaparon a la «guadaña de la muer-te»; la labor del personal técnico, sociológico y científico fue importante en esos días de espan-to»-, confirma el militar. A seis lustros del desastre que sepultó más de 26 mil habitantes de Armero

Voluntarios de la Cruz Rojas tratando de sacar del lodo a centenares de víctimas.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 17Hechos

y desplazó a siete mil a ciudades de Colombia en busca de mejores días, el general Rafael Hora-cio Ruíz Navarro hace conciencia de su respon-sabilidad. Reconoce que las primeras seis horas son críticas en cualquier tragedia de magnitud. «pudo salvarse mucha gente pero el Estado solo entró a actuar al día si-guiente con sus equipos y sus hombres».

FALLAS YADVERTENCIAS «Colombia no puede ol-

vidar el análisis acertado sobre la psicología de las gentes, en asuntos de vi-vienda en zonas afecta-das por desastres»-, dice el experimentado solda-do. «Resurgir» propuso la construcción de casas para los armeritas sobre-vivientes, de 6 x 8 me-tros. El tolimense de esta zona reclama viviendas cómoda, de techos altos por el bravo clima, patios y solares amplios, alber-ca, baños, cuartos. Nada se tuvo en cuenta cuan-do en 1985 el valor de la tierra no era significativo.

La infraestructura vial del área de Armero no se realizó. Se prometió la construcción de la ca-rretera Cambao-Honda, ampliación y pavimen-tación de la vía Armero-Méndez, mejoras en la carretera San Pedro – San Felipe y nada de esto se hizo con el inmenso y millonario presupuesto que manejó «Resurgir». Otro aspecto negativo en la reconstrucción del entorno armerita y que afectó el asentamiento humano Armero – Gua-yabal fue la renuencia de la banca de ubicar agen-cias allí. Solo la presión presidencial hizo posible esta gestión»-, afirma Ruiz Navarro.

De su experiencia en la zona, el ingeniero mi-litar recoge una serie de

iniciativas valederas para enfrentar emergencias nacionales de tamaña magnitud. Y sus reco-mendaciones son en rea-lidad valiosas. Le corres-pondió vivir codo a codo con el desastre que se le ofreció a su llegada a lo que fue un prospero mu-nicipio del Tolima.

«Las tragedias en Co-lombia – dice-, tienen que ser manejadas por las Universidades. Deben visitar zonas pobladas de alto riesgo; pueden elaborar proyectos de grado para universitarios y tener con antelación al evento catastrófico una planeación técnica bien diseñada; disponer de presupuestos, planos, estudios sobre las más aconsejables áreas para ubicación de hospitales de campaña, puestos de salud, puntos de prime-ros auxilios a heridos, diseños rápidos para pla-

zas de mercado, escue-las, colegios, institutos técnicos, infraestructu-ra urbana cuando ésta desaparezca por la furia de los elementos natura-les; construcción rápida de vivienda para sobre-vivientes, creación de empresas, productivas y procesadoras de ali-mentos, cursos rápidos de oficios y labores ma-nuales, en fin, trabajo». El general Rafael Hora-cio Ruiz Navarro, tiene en su cerebro esta lista de posibles realizacio-nes sociales en cualquier emergencia nacional. No en vano su trabajo de Al-calde militar de un hipo-tético municipio, Armero sepultado, lo mantuvo alerta, en servicio acti-vo, durante 18 meses, en ese lamentable lapso de la historia de las tra-gedias en Colombia. Co-rridos treinta años desde la azaroza «noche final» del 13 de noviembre

1985, «la ciudad blanca» del Tolima no se olvida. Fue el emporio del culti-vo algodonero, epicentro de una creciente acti-vidad económica, zona vital de la agroindustria que surtía los mercados interiores. Hoy la planicie es camposanto, parque declarado, recordatorio de 26 mil muertos, es-cenario visitado por fa-miliares sobrevivientes y turistas avisados de lo que allí sucedió. La gi-gantesca cruz que presi-de el desolado panorama sirvió de reclinatorio al papa Juan Pablo II para su plegaria universal a las víctimas. La devoción popular ha levantado un altar a Omayra Sánchez en el sitio en el cual su-frió su indecible martirio. Se le reconocen mila-gros. Desperdigadas en el terreno formado por lava y cenizas volcáni-cas, los brazos de dece-nas de cruces dan testi-

monio. Los armeritas no son olvidados. La vida en Armero – Guayabal dis-curre sacerdotal y cam-pesina. Poco de la gran tragedia se ha esfumado. Comienza a renacer si la esperanza de mejores días. Y los cultivos alzan sus espigas al cielo de la tarde. La imaginería del pueblo no se quedó atrás para evocar a sus seres. Postales, fotogra-fías, canciones, poesías, vídeos, libros, revistas, periódicos; el drama fue llevado a la pantalla y a las tablas del teatro. Al-gunas leyes han paliado la tragedia de los pocos sobrevivientes que de-cidieron quedarse en su tierra tolimense. Son estos los acumulados en la memoria, que nos transmite el ayer mayor, alcalde militar en Armero, general Rafael Horacio Ruiz Navarro.

La labor de rescate de dos centenares de cadáveres fue ardua entre los sobrevi-vientes y los organismos de socorro. La mayoría de los víctimas permanecen

sepultadas

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201518 Opinión

TRAGEDIA ANUNCIADAEste artículo del periodista y escritor Gerney Ríos González publicado en la Revista

Magazín Al Día, el 2 de septiembre de 1984 y reproducido en su momento por diferentes medios de comunicación, fue premonitorio en su momento de lo que

sucedería en Armero y se basó en los estudios sismográficos adelantados por expertos en el Volcán del Ruiz.

Gerney Ríos GonzálezEspecial

“Existen antecedentes recogidos por dife-rentes cronistas so-

bre la actividad volcánica del nevado del Ruíz, que cual “león semidormido” mira de vez en cuando ha-cia Manizales la capital de Caldas y las poblaciones que sestean al pie de sus laderas.

Los últimos pronósticos científicos señalan que el cráter Arenas se mantiene activo y que lanza de vez en cuando piroclastos, columnas de humo azu-fradas y en algunas pobla-ciones, se ha detectado la ceniza volcánica que igualmente afecta los cul-tivos y los pastos, alimen-to del ganado de leche y ceba de las vasta región de su influencia.

Si mal no estamos de memoria, el miércoles 19 de febrero de 1845, el Vol-cán Nevado del Ruíz ex-plotó y los expertos en la-bores de salvamento cal-culan que mil personas, labriegos que se negaban a creer en la inminencia de una erupción y habitan-tes de los contornos de los Ríos Lagunilla y Azufrado y parte del Gualí, perecie-ron en la avalancha, gene-rada en el deshielo de mi-llones de toneladas métri-

cas, agua que se mezcló con desechos y productos del volcán para causar la hecatombe. Este aconte-cimiento, pese a lo lejano en el tiempo, puede repe-tirse para dolor de Colom-bia. Ojala no suceda.

Este Nevado – Volcán, ofrece graves riesgos para la vida de la comar-ca. Son por lo menos siete o nueve poblaciones to-das dedicadas a la agri-cultura y la ganadería las que se asientan en sus entornos, por la feracidad de sus tierras y los altos rendimientos económicos de la producción. Dios quiera que lo peor no ocu-rra. Poca importancia se le da al Nevado del Ruíz, que parece un gran copo de nieve visto desde lejos y que alegra el gran paisa-je caldense. El turismo al pie de sus estribaciones podría perjudicarse seria-mente si se produjera la explosión del gigante en reposo.

En fin, todo sería ruinas en varios kilómetros a la redonda si tenemos en cuenta la experiencia de las ciudades Pompeya y Herculano en el año 72 de nuestra era, sepultadas por el Volcán Vesubio, en su más catastrófica erup-ción con unos 30mil muer-tos, cuyas momias han sido encontradas en las excavaciones emprendi-das en 1845, tétricos retra-tos de piedra con el horror marcado en sus rostros de espanto, calcinados por torrentes de lava hirvien-te que los convirtieron en recuerdos de ese pasado, cuando muchos nobles de

la realeza romana que allí tenían sus fincas de vera-neo, perecieron sepulta-dos por los ríos calcinan-tes del líquido de la tierra, el magma derretido por las infernales temperatu-ras de su interior.

Y hay algo más y muy importante. Cieza de León, cronista que acom-pañó a los Conquistado-res de nuestro territorio colombiano, dominadores del orgullo de nuestros an-tepasados los indígenas, auténticos americanos del Continente de Colón, fue testigo de excepción de una explosión del Vol-cán Nevado del Ruíz, en una época en la cual no se conocía la verdadera naturaleza de esta belleza del paisaje. Tal hecho se produjo en 1595 y en sus crónicas este periodista nacido en Sevilla España, narró lo que vio, humare-das y un volcán en plena actividad al cual, con el transcurso de los años, no se le puso la debida atención para evitar des-gracias en los moradores circunvecinos, como lo sucedido en 1845 con el crecido saldo de muertos ya descrito, animales y ca-sas destruidas al paso de la gigantesca avalancha de los ríos crecidos por el fenómeno de deshielo. Dos advertencias históri-cas del peligro que ofrece el Volcán Nevado: Lo vis-to por Cieza de León y la tragedia del año referido. ¿No tomará el gobierno medidas especiales para evitar una desgracia de incalculables proporcio-nes? ¿No son suficientes los pronósticos científicos

sobre una presunta erup-ción del Volcán Nevado del Ruíz y lo registrado en 1595 y 1845, y otras im-portantes premoniciones y advertencias de lo que pueda acontecer?

Mi madre Elida Gonzá-lez, quien reside en Ar-mero, nacida allí, criada en el terruño amado, me ha contado compungida lo que sucede a diario con las noticias y las murmu-raciones de las gentes acerca de una inminente erupción del Volcán Neva-do. Me ha relatado, como la ceniza cae cual ligera bruma sobre la población, el aire es enrarecido por el azufre vomitado por el monstruo en kilométricas columnas de humo al in-finito.

Ella, ciertamente teme que se produzca una ex-plosión de imprevisibles consecuencias, y como conoce bien el Río Lagu-nilla me ha explicado que una avalancha podría se-pultar a Armero y sus gen-tes. Teme por su vida, por la de 30 mil habitantes de la zona urbana y rural, ale-daña a los ríos que circun-dan el municipio, y sabe que se han tomado algu-nas medidas de preven-ción, pero considera que no son suficientes.

Los habitantes se nie-gan a evacuar por miedo a perder sus heredades, sus pertenencias, que los vándalos lleguen y arra-sen con todo, antes que lo haga la avalancha del Vol-cán, que irremisiblemente, se precipitara por el enor-me cañon del Río Laguni-

lla, justo sobre Armero y sus habitantes. ¡Dios no lo permita!. Mi santa madre, abriga fundados temores y no es para menos. Los pronósticos de los vulca-nólogos apuntan a una explosión, no se sabe cuándo, pero ocurrirá; ¡El Volcán Nevado del Ruíz no ha cesado en su activi-dad ígnea nunca!

Todas las medidas pre-

cautelativas que se tomen para evitar una desgracia, habidos los antecedentes históricos, no sobran. El gobierno está en la obliga-ción perentoria de alertar a los pobladores de Armero sobre la inminencia de un desastre de vastas conse-cuencias. Como periodis-tas, estamos muy atentos a los comunicados de los vulcanólogos y a las reco-mendaciones que emitan para transmitirlas a los armeritas y poblaciones circundantes, con el fin de poner a salvo sus vidas y bienes cuando, no lo quie-ra la desidia gubernamen-tal, el volcán estalle con truenos de muerte por su gran cráter Arenas y quien sabe cuántos otros cráte-res más.

El presidente Belisario Betancurt, su ministro de minas Iván Duque y el Gobernador del Departa-mento del Tolima Eduardo Álzate García, experto en reuniones sociales, están anunciados de lo que pue-da ocurrir. No hay que ol-vidar que gobierno avisa-do, no soporta catástrofe y ¡cuidado con aquellos ex-pertos en explotar el dolor humano, para llenar sus alforjas!”.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 2015 19Editorial

Dice la sentencia latina que la voz del pueblo es la voz de Dios. A raíz de los programas sociales para la reconstrucción de Armero y la zona afecta-da por la avalancha y la explosión del Volcán Are-nas, toda suerte de comentarios se tejió acerca de la labor oficial de «Resurgir». Se dijo que no todos los millones colectados fueron aplicados al plan trazado y muchas gentes elevaron sus denuncias penales ante organismos judiciales y en pocos ca-sos fallaron a favor de las víctimas.

30 años después de la tragedia muchos sobre-vivientes de la calamidad viven en cinturones de la miseria en Bogotá, Ibagué, Cali, Armenia, perdi-das sus identidades en el anonimato de la pobre-za. Otras han reclamado al Estado por medio de abogados que se les devuelva lo que perdieron en Armero, escrituras, escrituras a la mano y todo ha sido inútil transcurridos treinta años del suceso.

El abogado constitucionalista Agustín Gómez Torres adelantó reclamaciones ante el Consejo de Estado y lo Contencioso Administrativo y re-cibió poder de por lo menos siete mil afectados que vivían en zonas urbanas y rurales de Armero por esa época y lo perdieron todo. La sentencia fue negativa para estos colombianos, muchos de los cuales se resignaron a vivir en cambuches en Guayabal, al no probar con documentos notariales que eran los verdaderos dueños de lo que se llevó la avalancha.

Otros profesionales del Derecho trabajaron al lado de Gómez Torres, o independientemente

Raúl Gutiérrez García

«Los años pasan ynada se borra»

Armero: 30 años de una tragediaanunciada .

«Váyanse a des-cansar en un rato después me sacan»: Omayra Sánchez

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Opinión

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para reclamar al Estado las indemnizaciones de ley y todo fue inútil. Pasada la tormenta de recla-maciones, los debates en el Congreso, las críticas en la prensa que señalaban un despilfarro de los dineros donados por los países solidarios e institu-ciones benéficas mundiales, «Resurgir» presentó cuentas amañadas a la opinión pública, que no coincidían con las investigaciones de la Contra-loría General de la nación en los años siguientes.

Pedro Gómez Barrero fue premiado con la Em-bajada de Venezuela y sus subalternos inmedia-tos pasaron a la nómina oficial, pero en el aire de los sucesos quedó flotando la duda: si toda la ayu-da fue aplicada a los sobrevivientes de Armero y a la reconstrucción de la población, sus veredas, ca-minos y carreteras, y la fundación de la nueva ciu-dad en Guayabal lejos del peligro que representa el gran cañón del Río Lagunilla. Muchas gentes viven de la caridad pública, el Estado les negó sus derechos, la gran explanada que un día fue Arme-ro es un sitio de recuerdo y no se conocen planes para hacer realidad decretos y leyes que convier-tan el lugar en el «Parque de la Esperanza».

Moral y estructuralmente existen responsabili-dades en los gobernantes al momento de ese 13 de noviembre de 1985. El perdón público nacional que se ha escuchado ahora para algunos es como la cataplasma en el lugar en el cual no es el dolor. La historia juzga pero tarde y la justicia humana es inoperante. Resurgir sinónimo de corrupción y robo descarado.

PERDÓN, ARMERO

ARMERO 30 AÑOS DESPUÉSEl próximo viernes 13 de no-

viembre se cumplen 30 años de la avalancha de Armero que dejó más de 25 mil muertos, desola-ción y tristeza a su paso. Aún las secuelas se sienten tanto en las personas voluntarias que ayu-daron, como en quienes vivieron uno de los episodios más fuertes que sacudió al país.

Y con el objetivo de analizar las lecciones aprendidas, de conti-nuar sacando reflexiones sobre la Gestión del Riesgo en Colombia, y de hacer el lanzamiento oficial del grupo de la Organización Mili-tar Académica para Investigación de Riesgos Antrópicos y Natura-les de Investigación (Omaira); la Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá, el Go-bierno Nacional, la Escuela de In-genieros Militares y expertos de la Red Universitaria de América La-tina y el Caribe para la Reducción

del Riesgo de Desastres (REDU-LAC), se reunirán mañana 11 de noviembre de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. para hablar de las historias de momento del impacto, el papel de la academia en Armero, el ma-nejo de desastres, las lecciones aprendidas en la respuesta en el terreno, apoyo internacional pos desastre; entre otros temas.

En el seminario harán presen-cia varios rescatistas que llega-ron minutos después de ocurrida la emergencia y que en medio de

los gritos y la desolación, como ellos lo recuerdan, lograron res-catar a cientos de personas con vida. Voluntarios socorristas como Henry Bejarano, Dessire Arias, y Leonardo Hernandez quien atendió a Omaira Montoya estarán relatando lo que ocurrió posteriormente a la avalancha, pero también analizando en cómo ha evolucionado el país en temas de Gestión del Riesgo.

Gabriel Camero Ramos, pre-sidente de la Cruz Roja Colom-

biana Seccional Cundinamarca y Bogotá, consideró que “estos espacios de debate son buenos porque nos permiten continuar sacando conclusiones para saber cómo brindar una respuesta indi-cada en ese tipo de situaciones, a pesar de que ya han pasado 30 años debemos continuar velando por el bien de la humanidad”.

Por su parte, en el panel esta-rá conformado por catedráticos, vulcanológicos, y expertos en Gestión del Riesgo y de desas-tres; así como del creador de la enciclopedia de Desastres en Colombia; entre otros panelistas que debatirán todo lo relacionado con la Gestión del Riesgo este 11 de noviembre a partir de las 8:00 a.m. en la Escuela de Ingenieros Militares (carrera 50 # 18 – 06), en el auditorio Principal General.

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DIARIO12 DE NOVIEMBRE DE 201520

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ARMERO DE CAMPO SANTO A BASURERO

LOS ENREDOS FINANCIEROS DE PEDRO

GÓMEZ BARRERO

30 AÑOS DE LA TRAGEDIA

DIARIOJueves AÑO 4- EDICIÓN 620 • ISSN: 2323-0606 • BOGOTÁ - COLOMBIA 12 DE NOVIEMBRE DE 2015

LA TRAGEDIA DE LOS NIÑOS

Después de 30 años de la avalancha de Armero siguen perdidos más de 250 niños. Los padres continúan obsesionados con su búsqueda y sólo cinco familias se han reencontrado con ellos. Los niños fueron rescatados del lodo y

posteriormente sin control alguno se entregaron para adopción en el exterior.

Armero: