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1 Universidad Central de Venezuela. Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Comunicación Social. La comunicación ciudadana prospera en Sabana Grande: como un espacio público que se recupera ayuda a la interrelación de los habitantes de Caracas. Trabajo Especial de Grado para optar al título de Licenciado en Comunicación Social. Presentado por: Br.: Gladys Georgely Morín Licón. Tutor: Profesor Atilio Romero. Caracas, 2007.

La comunicación ciudadana prospera en Sabana Grandesaber.ucv.ve/bitstream/123456789/1629/1/Cuerpo de la tesis.pdf · lugar para los caminantes, los que pasean, los que quieren sentarse

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Universidad Central de Venezuela.

Facultad de Humanidades y Educación.

Escuela de Comunicación Social.

La comunicación ciudadana prospera en Sabana Grande:

como un espacio público que se recupera ayuda a la interrelación de

los habitantes de Caracas.

Trabajo Especial de Grado para optar al título de Licenciado en Comunicación Social.

Presentado por:

Br.: Gladys Georgely Morín Licón.

Tutor: Profesor Atilio Romero.

Caracas, 2007.

2

A Gladys, Jorge y Gabriela,

a Daniel,

a mis amigos,

y a la memoria de mi gran amiga Rubina.

3

AGRADECIMIENTOS.

Hacer este trabajo no hubiese sido posible sin el apoyo y amor de mi familia, de mi

hermana y de mi papá, pero sobre todo de mi mamá que siempre me ha sostenido y

ha confiado en mí en cualquier circunstancia.

Agradezco también el invaluable apoyo de Tulio Hernández a través de sus libros, sus

recomendaciones y su amistad, así como a mi tutor Atilio Romero y a la profesora

Moraima Guanipa.

Le doy las gracias a Daniel, mi compañero y mi amor, que ha estado conmigo desde

el inicio hasta el final de este proyecto, dándome su aliento y motivándome siempre a

seguir adelante y a cumplir las metas que me he trazado.

A mis amigos también les agradezco: al cariño inmenso de Víctor, al apoyo

incondicional de Wales, a las lecturas críticas de Migue, a los muchos libros y temas

de Fabi, al cable a tierra de Franche y a la invaluable ayuda de muchos otros, como

Luis Marciales, Chelo y Lorena, que me tendieron una mano desinteresadamente para

cumplir esta meta.

Finalmente debo agradecer al azar o al destino que me puso en este camino y me ha

permitido cultivar los conocimientos y las palabras más queridas para mí, que a su

vez me abren las puertas a nuevos trayectos.

4

ÍNDICE

Introducción…………………………………………………………………………...1

Primera parte. El Proyecto de tesis………………………………………………....5

I. Problema, objetivos e importancia………………………………………….6

II. Marco teórico…...………………………………………………………...10

La ciudad y sus dinámicas actuales…………………………………..10

Matices del espacio público………………………………………….15

La Comunicación en la Ciudad………………………………………20

III. Metodología…..………………………………………………………….23

IV. Conclusiones generales…..………………………………………………28

Segunda parte. El reportaje………………………………………………………..31

Capítulo I. El peatón está en desventaja en Caracas…..…………………......34

El automóvil, el niño predilecto de la ciudad………………………...41

El espacio público y la comunicación………………………………..47

Sabana Grande inicia un giro en Caracas…………………………….50

Capítulo II. Sabana Grande fue un lugar de encuentro……….……………...53

Una Sabana Grande “chic” en los 50………………………………...56

Los 60: La revolución estalla fuera y dentro de la avenida Lincoln…59

Los 70 y la Gran Venezuela en Sabana Grande……………………...63

Los 80: El metro y un nuevo boulevard……………………………...64

Los 90: Comienzo del caos informal………………………………...67

Capítulo III. Ahora sí se puede transitar por Sabana Grande…………..….....72

Se fueron para no volver……………………………………………..75

Limpieza y reparaciones a fondo en el boulevard……………………79

Seguro de día, inseguro de noche…………………………………….81

La diversión y el arte toman el boulevard……………………………84

Emergencia de las construcciones hechas y por construirse…………88

Todos pensando en y para Sabana Grande…………………………...90

5

Capítulo IV. Las nuevas relaciones en el boulevard……….………………..94

José Pereira: “En la unión está la fuerza”……………………………95

Mariana Sequera: “Puedo salir de paseo en busca de inspiración”….97

Juan Contorianos: “Llevo el boulevard en la sangre”………………..98

América India: la fusión en las flautas……………………………...102

Roberto Martínez: “Sabana Grande es el hígado de Caracas”……...104

Zulay Álvarez: “Sabana Grande era la vida de uno”……………….107

Capítulo V. A modo de conclusión: La comunicación renace en el corazón

geográfico de la ciudad………………………………………….………………….111

Sabana Grande no es la misma que fue……………………………..112

Nuevos intercambios, interacciones y compromisos……………….114

El futuro: responsabilidad ciudadana y voluntad política…………. 117

Referencias…………………………………………………………………………120

Anexos……………………………………………………………………………...127

6

RESUMEN

En una ciudad que carece de suficientes espacios públicos, Sabana Grande se ha

constituido como un espacio emblemático de este tipo en Caracas, principalmente

desde mediados del siglo XX. Esta condición cambió en la década de los 90, cuando

el comercio informal privatizó los espacios peatonales del boulevard, al imponer

mayoritariamente el intercambio comercial.

A comienzos de 2007 esta situación se transformó cuando los buhoneros fueron

desalojados de este espacio, lo cual fue el comienzo de una serie de mejoras que han

permitido que los peatones retomen el lugar y se interrelacionen en igualdad de

condiciones, tal como sucede en todos los sitios públicos.

De esta forma, las personas que hacen vida dentro de Sabana Grande, ya sea que

provengan de espacios públicos, íntimos o privados, han tenido nuevas oportunidades

de comunicarse entre sí mediante nuevos tipos de interacciones, intercambios y

compromisos, que apuntan hacia la integración ciudadana.

Palabras claves: Reportaje - espacio público - comunicación urbana – historia de

Sabana Grande - transformación del boulevard – intercambios - interacciones –

compromisos.

7

SUMMARY

In a city that lacks of enough public spaces, Sabana Grande has become an

emblematic space of that sort in Caracas, mainly since middle of 20th

century. This

condition changed in the 90's decade when the informal trade privatized the

pedestrian spaces of the boulevard imposing the trade exchange to the majority.

This situation changed at the beginning of 2007, when the peddlers were evacuated of

this space, which was the beginning of a series of improvements that have allowed

the pedestrians to take up again the place and get along with each other into equally

conditions, as such as happens in every public space.

In this way, the people that live inside of Sabana Grande, either if they come from

public or private spaces, have had new opportunities of communicate with each other

through new interactions types, exchanges and commitments, that point to the citizen

integration.

Key Terms: City-public space-urban communication-Sabana Grande's history-

boulevard's transformation-exchanges-interactions-commitments.

8

INTRODUCCIÓN.

En una ciudad con insuficientes y maltratados espacios públicos, está renaciendo un

lugar para los caminantes, los que pasean, los que quieren sentarse en un banquito a

ver pasar a la gente o quieren tomarse un café al aire libre y saludar al vecino.

Todo eso se puede hacer ahora en el boulevard de Sabana Grande que a principios de

este año se transformó radicalmente, al pasar de ser un lugar tomado por el comercio

informal a ser un espacio público donde hay mayores oportunidades de comunicación

entre los ciudadanos.

Esta es la hipótesis central de este trabajo de grado, que aborda un proceso novedoso,

reciente y de interés para la colectividad caraqueña, ya que se recuperó un lugar para

la tolerancia y el libre acceso donde se están dando nuevos contactos entre residentes,

comerciantes, transeúntes, artistas, etc.

La decisión de abordar el tema de la comunicación en los espacios públicos en un

sitio como Sabana Grande tiene que ver no sólo con el hecho de que haya sido

recientemente desalojado de los vendedores callejeros, sino también con todos los

procesos que han tenido como escenario al boulevard.

Esta zona ha vivido una serie de dinámicas a lo largo del siglo XX, que la hacen

representativa de la evolución y crecimiento de la ciudad de Caracas, puesto que cada

época de la ciudad ha tenido una manifestación fuerte en Sabana Grande.

Para planificar y construir el reportaje, se elaboró un proyecto presentado en la

primera parte de este trabajo, que incluye el problema de investigación, los objetivos

generales y específicos, el marco teórico, el marco metodológico y las conclusiones

generales del trabajo de grado, cuyo producto principal es el reportaje interpretativo,

ubicado en la segunda parte.

9

Luego de mostrar los objetivos y el problema, que se centran en la elaboración de un

reportaje interpretativo sobre las nuevas posibilidades de comunicación en Sabana

Grande, se presenta el marco teórico, donde se explica el tema de la ciudad y sus

dinámicas actuales bajo la perspectiva de varios autores, así como las definiciones de

espacio público y la manera como se entienden los procesos comunicativos urbanos.

Posteriormente se presenta el marco metodológico donde se exponen las formas de

planear, elaborar y estructurar un reportaje, y se explica la metodología Comunica-

Urbe, que muestra como abordar los niveles de comunicación entre ciudadanos en

una ciudad.

Las conclusiones generales finalizan la primera parte, y se limitan a reseñar el logro

de los objetivos propuestos en este trabajo, el aprendizaje que se logró con su

realización, y las recomendaciones y propuestas de investigación relacionadas con el

tema del espacio público y la ciudad.

Luego de todo este marco, se presenta la segunda parte de la tesis que contiene al

reportaje interpretativo, con el cual busca resaltar el potencial comunicativo de

Sabana Grande, que ahora se ha puesto del relieve con las mejoras en la accesibilidad

del espacio y las nuevas maneras de relacionarse que se dan entre la diversidad de

actores que hacen vida en el lugar.

El primer capítulo muestra como el peatón está en desventaja en Caracas, ya que la

ciudad carece de suficientes y mantenidos espacios públicos destinados a los

transeúntes y al encuentro ciudadano. Esta situación, que no es única de Venezuela,

se explica en este caso por el hecho de que los lugares para el automóvil se

privilegiaron históricamente frente a los espacios para los caminantes en la ciudad, de

modo que en la actualidad el sitio predilecto de los ciudadanos son los centros

comerciales, los cuales les ofrecen la seguridad que buscan y necesitan.

10

De esta forma, han disminuido las dinámicas propias de los espacios públicos, como

el encuentro entre desconocidos, la sensación de compartir el espacio en igualdad de

condiciones, de ser tolerante con los otros y de que haya a fin de cuentas una

comunicación ciudadana. Lo interesante de Sabana Grande es que luego de haber

reunido todos estos atributos, los perdió por el comercio informal y luego los retomó

con el reciente desalojo del mismo.

En el segundo capítulo, se describe como desde el siglo XIX la zona, que para ese

entonces estaba constituida por haciendas, tenía algunos lugares destinados al

descanso y a la reposición de la salud de los caraqueños que necesitaban apartarse de

la capital; luego a mediados del siglo XX comenzó a trasformarse a gran velocidad

junto con el ritmo vertiginoso de construcciones que para ese momento transformaba

a Caracas.

A partir de allí Sabana Grande estuvo en constante actividad: en los 60 y 70 se

convirtió en el epicentro de los intelectuales y de la nocturnidad caraqueña, mientras

que con la llegada del metro en la década de los 80 la zona se transformó en

boulevard, que con los años terminó siendo un espacio privatizado por los buhoneros.

Pero el año 2007 ha sido una época de cambos para este espacio, tal como se muestra

en el capítulo tres. La accesibilidad ha mejorado notablemente luego del desalojo de

las ventas en la calle, además de los trabajos para mejorar la limpieza, la seguridad y

la recreación de la zona, junto con el esfuerzo que varios organismos realizan para

establecer un proyecto que la rehabilite integralmente.

En el cuarto capítulo se intenta conocer cómo estas mejoras han sido experimentadas

por residentes, transeúntes, artistas de calle y comerciantes que hacen vida en Sabana

Grande, a la vez que se describe las maneras que ellos tienen de intercambiar,

interactuar y generar compromisos con los otros en ese espacio en las horas del día, lo

cual demuestra como se están dando nuevas dimensiones comunicativas en el lugar.

11

Para la realización de este capítulo se presentó la principal limitante del proyecto, que

fue escoger entre un gran universo de personas a quienes mejor representaran el sentir

de quienes hacen vida en el boulevard, ya sea en espacio públicos, privados o íntimos.

Así, este reportaje interpretativo presenta a modo de conclusión una Sabana Grande

que fue un lugar de encuentro, que estuvo privatizado por el comercio informal, y que

ahora está transformándose para convertirse en un sitio más accesible para los

caraqueños, y por lo tanto con mayor diversidad de usos y personas.

Hay quienes visitan al boulevard por primera vez desde hace mucho tiempo, otros lo

disfrutan más que antes, algunos utilizan más sus espacios, mientras que otros pocos

están dispuestos a asociarse para evitar que regrese el caos. En este espacio los

caraqueños tienen nuevas posibilidades de interrelacionarse, con mayores

intercambios, interacciones y compromisos comunicativos.

12

PRIMERA PARTE.

EL PROYECTO DE TESIS.

13

I. PROBLEMA, OBJETIVOS E IMPORTANCIA.

Caracas es una ciudad que nunca ha tenido una política de espacios públicos para los

peatones, ya que siempre se le ha dado prioridad al automóvil a la hora de desarrollar

la ciudad. No obstante, se crearon algunos de estos lugares, como fue el caso del

boulevard de Sabana Grande en los años 80, con la construcción del Metro de

Caracas.

Con la transformación de la antigua avenida Lincoln en un boulevard peatonal, se

incrementaron las potencialidades comunicativas de este lugar, ya que el acceso de

personas se facilitó con las estaciones de metro, además de que el espacio se orientó

principalmente a los caminantes, lo cual podía generar encuentros e interacciones

entre los usuarios del lugar.

Sin embargo, desde hace casi una década los comerciantes informales se adueñaron

del boulevard, dejando de esta forma muy poco espacio a los peatones y privatizando

el espacio al permitir casi únicamente la actividad comercial. Así, el lugar dejó de ser

por mucho tiempo un sitio para el paseo, la recreación, para compartir con los

amigos, para conocer gente.

De este modo, Caracas que de por sí carecía de suficientes y bien cuidados espacios

públicos para el encuentro, vio como se deterioraba uno de los pocos en su tipo que

poseía la ciudad. Sin embargo, a comienzos del año los buhoneros de Sabana Grande

fueron desalojados del lugar y no se les permitió volver.

Bajo la hipótesis de que en estos momentos se abren nuevas posibilidades

comunicativas para los caraqueños en el boulevard de Sabana Grande con los

cambios destinados a mejorar su calidad de espacio público, se realizó un reportaje

interpretativo, enmarcado en el área periodística de la comunicación social.

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El problema de investigación de este reportaje interpretativo es explorar cómo el

boulevard de Sabana Grande ha experimentado cambios que han favorecido su

condición de espacio público, y cómo esto implica nuevas posibilidades de

comunicación e intercambio entre los ciudadanos que hacen uso de ese espacio.

Para ello se hace necesario preguntarse cómo es la comunicación en las ciudades y

específicamente en los espacios públicos, para entender la magnitud de los cambios

experimentados en el boulevard.

Así mismo es necesario recorrer la historia de Sabana Grande y rescatar elementos de

un pasado que se remonta a sus tiempos de hacienda, luego convertida en escenario

de la modernidad caraqueña de los años 50 y lugar de la bohemia, transformado luego

en un boulevard que terminó siendo tomado por la economía informal hasta

comienzos de este año.

Además hay que abordar los nuevos cambios que se han efectuado en el espacio y

que lo hacen más accesible, así como la opinión, el sentir y las acciones que han

tomado los diversos actores que hacen vida en el boulevard, en cuanto a sus

dinámicas de comunicación que producen y viven dentro de él.

La relevancia de este tema es amplia, puesto que nos atañe a todos los habitantes de

Caracas, como usuarios de la ciudad. En interesante observar como el individuo

urbano está cada vez más aislado, ante una ausencia de espacios de encuentro, en

algunos casos, y en otros, debido a la decadencia de estos centros, como fue el caso

de Sabana Grande.

Además, este boulevard refleja la evolución de Caracas, ya que el espacio ha sido

utilizado desde la colonia y ha sufrido los embates y las mejoras propias de la

modernidad en esta ciudad.

15

Sabana Grande ha sufrido la ocupación y pérdida de valor comunicativo que han

sufrido muchos espacios públicos. Sin embargo, es protagonista de un proceso

novedoso en Caracas, como es el desplazamiento de la economía informal en Sabana

Grande y la liberación de sus aceras, que ahora pueden ser retomadas por los

transeúntes para ser utilizadas como lugares de encuentro.

De esta forma, pueden plantearse como objetivos generales y específicos de este

trabajo los siguientes:

- General: Realizar un reportaje interpretativo sobre las nuevas posibilidades

comunicativas que se dan entre los ciudadanos en Sabana Grande, luego de

que este lugar recuperara condiciones de espacio público principalmente por

el desalojo de los buhoneros.

- Específicos:

1. Estudiar la situación general de los espacios públicos en Caracas.

2. Acercarse a las nuevas dinámicas urbanas que afectan a los espacios

públicos de las ciudades actuales.

3. Definir espacio público.

4. Estudiar los espacios privados, los espacios íntimos y los espacios

públicos en relación a la comunicación citadina.

5. Entender como se da la comunicación entre los ciudadanos en un

espacio público.

6. Reconstruir la historia de Sabana Grande como lugar de encuentro.

7. Determinar cuáles han sido las reformas recientes en Sabana Grande y

que han impactado en su accesibilidad.

8. Entrevistar a actores claves del boulevard y conocer cómo se

comunican en ese espacio.

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Esta tesis de grado busca delinear rasgos importantes de un espacio público central de

Caracas, para concientizar, a través de este caso, cómo la ciudad se ha deteriorado y

ha perdido espacios para que los ciudadanos compartan y se comuniquen.

El caso de Sabana Grande fue elegido por ser un emblema citadino, que en otra época

resultaba una opción de convivencia segura y efectiva, y que se degeneró por la

economía informal.

Todo este proceso está enmarcado en la dinámica de segregación que vive Caracas,

donde los individuos pareciera que cada vez tienden a aislarse más, donde cada vez

los espacios están más polarizados y donde los nuevos lugares de convivencia, como

son los centros comerciales, giran en torno al consumo.

El interés personal de este trabajo está motivado al desconocimiento de la autora de

más de la mitad de la ciudad. Este caso no es único, puesto que pareciera que la

mayoría de los caraqueños se mueven en espacios cerrados, donde el que es diferente

ve limitado su acceso.

Ante este panorama, la investigación se dirige hacia los espacios públicos, que en

teoría deberían facilitar la comunicación ciudadana. Uno de los más importantes de

Caracas, como es Sabana Grande, ha perdido su antiguo esplendor y ahora sufre

cambios que podrían regenerarlo.

Averiguar las causas de esta situación ofrece un aporte para comprender cómo

Caracas se está atomizando, y para recordar la necesidad de integrarnos como urbe

para mejorar las condiciones de vida de quienes habitamos en ella.

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II. MARCO TEÓRICO

La ciudad y sus dinámicas actuales.

Según la Real Academia Española (2005), la ciudad se define como un “conjunto de

edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se

dedica por lo común a actividades no agrícolas” y en una segunda definición se le

describe como “lo urbano, en oposición a lo rural.”

De hecho, comúnmente se utiliza el umbral de 2.500 habitantes aglomerados en un

sector para empezar a hablar de ciudad. También se toman en cuenta criterios como la

densidad poblacional y la contigüidad de las casas, que en el caso de Venezuela se

establece en una distancia no mayor a 500 metros entre los hogares, a menos de que

estén separados por espacios públicos. (Gonzáles, 2005).

Según otros criterios, el mínimo de habitantes que puede tener una ciudad es 2 mil

personas, tal como lo señala la página Web Wikipedia (2007) al referirse al estándar

que maneja la Conferencia Europea de Estadística de Praga, quien además señala que

otra condición para hablar de ciudad es que la población dedicada a la agricultura no

exceda el 25% sobre el total.

Allí también se define como ciudad a cualquier aglomeración de personas a partir de

10 mil habitantes, siempre que éstos se encuentren concentrados, generalmente en

edificaciones colectivas y en altura, y que se dediquen principalmente a actividades

de los sectores secundario y terciario, como es el caso de las industrias, comercios y

servicios.

Caracas sobrepasa con creces el mínimo de habitantes que pueden conformar una

ciudad, de acuerdo a los umbrales antes mencionados, ya que según el censo 2001 la

población total de la ciudad es de 3.861.239 habitantes, en una superficie de de 770

km2, lo cual da una densidad poblacional de 5.014, 6 hab/km2. (Quintero, 2005).

18

Estos datos corresponden a lo que se conoce como Gran Caracas, que abarca al

municipio Libertador, ubicado en el Distrito Capital, y a los municipios Chacao,

Sucre, El Hatillo y Baruta, que están dentro del estado Miranda.

Las actividades económicas de Caracas también se ajustan a las definiciones

establecidas para una ciudad, puesto que los caraqueños se dedican en casi 100% a

trabajos de servicios, exceptuando algunas industrias establecidas en el área

metropolitana, principalmente en Los Cortijos, al este de la ciudad y en La Yaguara,

en el oeste. Además, la ciudad es sede de numerosas empresas de servicios y cuenta

con gran cantidad de bancos, centros comerciales, hoteles, entre otros, según lo indica

la página Web antes mencionada.

Por otro lado, Caracas, en su condición de ciudad actual, está viviendo dinámicas de

segregación y pérdida de espacios públicos, en un contexto donde los medios de

comunicación adquieren predominancia en las comunicaciones de los ciudadanos.

Una explicación de los procesos que viven las nuevas urbes la ofrece el antropólogo

Néstor García Canclini, quien señala que las ciudades contemporáneas se caracterizan

por ser heterogéneas, por estar segregadas espacialmente y por estar desurbanizadas.

(García Canclini, 1997).

El especialista plantea que la heterogeneidad o diversidad sociocultural se hace sentir

con la creciente pluralidad de actividades urbanas realizadas por personas de distinta

procedencia, lo cual está muy vinculado con los procesos migratorios.

A la par, esta heterogeneidad se organiza de manera segregada, puesto que las clases

más pudientes encierran sus viviendas en enclaves fortificados, con rejas y alcabalas

para protegerse de la inseguridad mayormente, mientras que los sectores populares se

ubican en barrios o cerros, muchas veces sometidos a una gran dinámica de violencia.

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En medio de esta pluralidad y esta segregación se desurbaniza la ciudad, lo que para

García Canclini significa una disminución en el uso de los espacios públicos por parte

de los ciudadanos. Cada día hay menos encuentros callejeros por el miedo que genera

la violencia urbana y por el crecimiento de la oferta y demanda cultural que ofrecen

los medios de comunicación.

Otra de las razones de que los espacios para el encuentro se hayan hecho cada vez

menos populares en las ciudades actuales, viene dada por el predominio del flujo de

personas, de vehículos y de informaciones, según señala Jesús Martín Barbero: “La

verdadera preocupación de los urbanistas no será por tanto que los ciudadanos se

encuentren sino que circulen, porque ya no se les quiere unidos sino conectados”.

(Martín Barbero, 2004, p. 75).

Una de las maneras en que los ciudadanos sienten el paradigma del flujo, como llama

el autor colombiano a estos procesos, es mediante la des-espacialización. Esta

dinámica implica que, como se privilegia siempre al movimiento, el espacio pierde

valor ya que el consumo y la producción se pueden dar en uno u otro lugar sin

mayores diferencias. Lo que importa es el valor monetario del espacio y su potencial

para que sea usado por vehículos, puesto que el arraigo a los lugares, vinculados a su

memoria histórica, va desapareciendo gradualmente.

Con el predominio de los flujos en las ciudades también ocurre el des-centramiento,

con la ausencia de centros urbanos que actúen como lugares de encuentro y

aglomeración, como es el caso de las plazas. Así, se privilegian las calles y las

avenidas por su capacidad de generar conexiones de flujo, y se descuida la

potencialidad de encuentro y aglomeración que posibilitan los espacios públicos que

actúan como ejes o centros urbanos.

Además, los grandes flujos de las ciudades también crean la des-urbanización, la cual

implica la reducción progresiva de la ciudad que es usada por los ciudadanos; no sólo

20

de los lugares que actúan como centro, sino también de otros espacios públicos

significativos para la ciudad.

Así, los habitantes urbanos utilizan con frecuencia algunos espacios constituidos para

fines de tránsito como el metro, los aeropuertos, las autopistas, los hipermercados,

etc., los cuales no invocan ninguna identidad, son similares y provocan una sensación

de anonimato en el viandante. El antropólogo Marc Augé los llama los “No lugares”,

ya que difieren de todos los otros lugares, en el sentido de que estos últimos buscan

confluencias de identidades, relaciones e historias colectivas. (Hernández, 2000).

El uso extensivo de los medios de comunicación va de la mano con todo este

movimiento citadino: para Martín- Barbero los habitantes de las ciudades tienden

cada vez más a relacionarse con la vida pública encendiendo la pantalla de su

televisor o conectándose con algún otro medio de comunicación. Esto ocurre en

ciudades que crecen y a medida que lo hacen se desarticulan, en un contexto en que

las instituciones se separan del tejido social, y la radio y la televisión se presentan

como los más capaces para establecer vínculos culturales comunes entre la población.

Las consecuencias de estos nuevos procesos que se dan en las grandes ciudades, en el

cual los medios de comunicación juegan un papel predominante, tienen sus

detractores y sus defensores. (Piccini, 1999).

Algunos consideran que las nuevas dinámicas son positivas porque en las ciudades

donde la mayoría sabe manejar los mass-media no existe una visión única de lo

urbano, ya que se yuxtaponen distintas visiones de los acontecimientos, lo cual

representaría un acercamiento amplio a la pluralidad y a la libertad de expresión.

21

Sin embargo, para otros el panorama es distinto, ya que plantean que los procesos

urbanos actuales causan la pulverización del espacio público, y por lo tanto un

deterioro de la sociabilidad, la urbanidad y la civilidad.

Piccini señala que en esta última corriente, que es la que ella defiende, se manifiestan

las tres grandes crisis urbanas, que son la de representación del conflicto social en una

sociedad de exclusión, la crisis de urbanidad en el sentido de la pérdida de formas de

sociabilidad y la crisis del intercambio político en el espacio público.

Surge así la contraposición entre la ciudad tradicional, que privilegia el espacio

público y la relación cara y cara, y la civilización urbana, con predominio del

transporte y las telecomunicaciones.

Mientras algunas ciudades buscan el equilibrio, la mayoría crea nuevos

equipamientos colectivos, como por ejemplo los centros comerciales resguardados

con sistemas de seguridad electrónica y guardias armados, que según Piccini

contienen la paradoja de ser espacios con carácter público y al mismo tiempo ampliar

los espacios del anonimato y contribuir con la ruptura de los vínculos sociales.

Los centros comerciales contienen a usuarios que no están en las mismas condiciones,

puesto que además del derecho de admisión que limita la entrada a algunos, la

competencia en el consumo pone de manifiesto la condición de clase de los reunidos

en estos espacios. (Ontiveros, 2004).

Pareciera entonces que la modernización de las ciudades y su crecimiento conlleva un

creciente poder de actuación de los medios de comunicación y a la vez dinámicas de

separación territorial, perdida de la memoria urbana y descuido del espacio público.

Esto genera crisis urbanas que incluyen las dificultades en la comunicación entre los

ciudadanos cara a cara, puesto que un espacio público que funciona implica

22

necesariamente dinámicas comunicativas entre las personas que usan dicho espacio.

Estas dinámicas siguen siendo importantes a pesar de las nuevas maneras de

comunicarse que ofrecen los medios de masas, como Internet por ejemplo.

Estas crisis urbanas se viven en Caracas, que nunca ha tenido una política integral de

espacios públicos destinados al peatón, además de que los pocos lugares de este tipo

que tiene están deteriorados o tomados por el comercio informal.

Este fue el caso de Sabana Grande, que recientemente fue liberado de los tarantines

de los buhoneros y ahora presenta nuevas oportunidades de comunicación para los

ciudadanos que circulan en este lugar, al recuperar condiciones de espacio público.

Matices del espacio público.

La pérdida de los espacios públicos en la ciudad, como fue el caso de Sabana Grande

privatizado por el comercio informal, trae como consecuencia la pérdida de lugares

para la construcción de ciudadanía y para ejercitar la tolerancia por el otro que es

diferente y que puede ser reconocido sin distinciones en un lugar donde todos tienen

cabida por igual.

Y es que una de las diferencias fundamentales de los espacios públicos es que son

accesibles a todos, que están hechos para todos y que están regulados por normativas

con ciertas restricciones. Es el caso de las calles, plazas, y parques, destinadas a los

peatones, y de las autopistas, hechas para el automóvil.

En una entrevista realizada para este trabajo, el arquitecto y profesor Atilio Romero

diferencia el espacio público del espacio privado, definiendo a este último como el

espacio donde se reserva el derecho de admisión, por lo que termina siendo un lugar

sólo para algunos, como es el caso de las empresas, los centros comerciales y las

instituciones del estado.

23

Por otro lado están los espacios íntimos, que están destinados a unos pocos que tienen

vinculaciones muy cercanas, como es el caso del hogar que es compartido por una

familia o por una sola persona.

Idealmente, deben evitarse los extremos: la negación de la esfera privada y, en

consecuencia, la exaltación de la esfera pública; la negación de la esfera pública y, en

consecuencia, la excesiva privatización, ya que el sujeto adquiere comportamientos

necesarios en estas dos esferas, para satisfacer sus distintas demandas. (Ontiveros,

2005).

Pignatelli (citado en Ontiveros, 2005) señala que en un sistema social en el que no se

admite una esfera privada, como puede suceder en un orden totalitario, el individuo es

aplastado por el peso de la colectividad, y de esta forma es incapaz de ofrecer esa

contribución individual que la colectividad necesita, por lo que lo público pierde

fuerza. Por el contrario, la excesiva privatización de la esfera familiar lleva a una

clausura total hacia el afuera, con lo que se atrofia la esfera privada porque ésta

necesita de los impulsos que recibe de la esfera pública.

La complementariedad de estos dos espacios radica en sus características diferentes.

Ontiveros propone que los espacios públicos constituyen los lugares donde

confluimos, nos vemos y oímos y tenemos que lidiar con la figura del “extraño”, del

extranjero, del “otro”, a diferencia del espacio privado, donde quienes se comunican

están unidos por lazos parentales, de amistad y/o de alianza. (Ontiveros, 2005).

De hecho la gran característica de lo público es ser sensible al otro que es diferente,

según lo plantea Richard Sennett (1991). Este autor explica que desde el renacimiento

se han tenido dos nociones de lo público que se oponen: una de carácter ritual que

necesita la presencia del otro y que proviene de tradición romana; y otra noción de

orden discursivo, caracterizado por la polémica, originaria de la tradición griega.

24

Lo público concebido como ritual entiende que los actos repetitivos, como por

ejemplo un cotidiano “buenos días” matutino, constituyen la base de la sociabilidad.

En cambio, lo público entendido como discurso busca los actos de ruptura entre los

individuos, de manera que a través de la competición, la disputa y el debate unos se

den cuenta de la presencia y existencia particular de los otros.

Esta última visión es la clave de lo público, según Sennett, quien considera como

ejemplo de espacio público efectivo el Ágora, que era la plaza pública griega, donde

se daba una multiplicidad de usos y de actividades que llegaban a ser hasta

antagónicas (como estatuas eróticas al lado del sitio donde se elegía al jefe de armas)

y en las cuales participaban todas las clases sociales.

Según señala Sennet, los límites en los que los distintos grupos o comunidades se

encuentran y tienen diferencias, es donde se da lo público:

Si hubiese que enunciar la regla que nos proponen los griegos, deberíamos

subrayar lo que la eclosión de un discurso público debe a un espacio de la

contradicción, de la falta de jerarquía, y de la complejidad de las relaciones.

La disonancia era el fundamento de la sociabilidad en tanto que sensibilidad

al otro. (p. 24).

En medio de este reconocimiento hacia el otro, el espacio público constituye el sitio

por excelencia donde se pone en juego nuestro registro de identidades. Es allí donde

constantemente el contacto con los otros permite captar la diversidad de culturas y,

con ello, la capacidad de reconocernos a nosotros mismos. (Ontiveros, 2005).

De hecho, la creación de una identidad compartida es uno de los roles de los espacios

públicos. Los otros roles tienen que ver con la movilidad, los usos que se dan en el

espacio y las relaciones y vínculos que se producen dentro de él.

25

Para Ontiveros (2005), el espacio público:

Constituye un hecho social total: es una entidad física (le da forma material a

la vida urbana), es una entidad política (la expresión como ejercicio de la

ciudadanía), soporte del imaginario (fiestas, juegos, manifestaciones

religiosas, etc.), soporte de la diversidad y otredad (donde grupos de edad,

género, estilos de vidas, se muestran con sus particularidades y diferencias),

espacio de la reflexión, del debate. (p. 4)

Esta multiplicidad de implicaciones de los espacios públicos se vincula con el

concepto de lo urbano, que es explicado por el antropólogo Manuel Delgado como un

modo de vida marcado por la proliferación de relaciones precarias, inestables,

fortuitas, que se dan en los lugares para todos.

Desde esta perspectiva se valora lo urbano como aquello que refiere a estructuras

líquidas, conformadas por paseantes a la deriva, extranjeros, viandantes, trabajadores

y vividores de la vía pública, disimuladores natos, peregrinos eventuales, viajeros de

autobús, entre otros. (Delgado, 1999).

Lo urbano se diferencia de la ciudad, entendida por este autor como lo sólido, lo

estable y, de algún modo, lo institucional en la urbe. El punto de encuentro entre lo

urbano (lo líquido) y la ciudad (lo sólido) lo constituiría el espacio público,

entendiéndolo como lo que es de pertenencia colectiva, donde pueden interactuar los

ciudadanos que son aquellos interesados en la ciudad, para lo cual requieren de

libertad y capacidad para formular un discurso y exponerlo a los otros.

El intelectual mexicano Carlos Monsiváis, señala que “lo urbano es ahora el don de

armonizar lo opuesto, lo irreconciliable, lo duro, lo frágil, lo marcado por las

generaciones, lo que en sí mismo empieza y se consume” (Martín Barbero, 2004, p.

26

23). Y para eso se necesita comunicación entre los individuos que asuman su

condición de ciudadanos.

La ciudadanía, constituida por deberes y derechos de los habitantes de un estado,

puede cultivarse mediante la interrelación que supone se dé en los espacios públicos.

Borja (1998) señala que la concepción articuladora de los espacios públicos, su

pluralidad de usos, su valor simbólico, el reconocimiento social y el sentido de la vida

urbana que producen “son siempre oportunidades que no se deberían desaprovechar

para promover los derechos y deberes (políticos, sociales y cívicos) constitutivos de

la ciudadanía.” (p.19)

En el mismo sentido, la psicóloga venezolana Mireya Lozada señaló en curso de

espacios públicos dictado por la Fundación de la Cultura urbana en abril de 2007, que

la ciudadanía tiene que ver con una pertenencia consciente y activa en una sociedad

democrática, por lo que considera que en el espacio público tiene el reto de incentivar

los movimientos sociales comprometidos con el reconocimiento del otro y la

preservación de espacios de convivencia pacífica y democrática.

Además de que la calle debe convertirse en el lugar para el debate participativo,

donde se lleguen a acuerdos de convivencias, de negociación, de tolerancia para la

recuperación de estos espacios, la calle también es el lugar para la expresión cultural

y artística y para exigir el respeto por la diferencia. (Ontiveros, 2005).

Y es que las relaciones que se dan en el espacio público dan cuenta de la calidad de

vida urbana ya que basta mirar la calle y, por lo general, los espacios públicos para

constatar qué hacen los gobiernos por las edificaciones, los servicios y la gente,

además de percibir el bienestar físico y psíquico de la ciudad y sus ciudadanos.

(Ontiveros, 2005).

27

En este marco puede hablarse de la inseguridad, que es la que muchas veces limita el

uso de los espacios públicos peatonales, según señala Ontiveros (2005):

Las grandes olas de inseguridad y violencia urbana han llevado a que por lo

menos en las calles los transeúntes quieran llegar más rápido a sus casas. Ya

el extraño que compartía por naturaleza el espacio haciéndolo común, es

observado como un posible atacante. (p. 12)

Una consecuencia de este miedo generalizado, son las calles cerradas con alcabalas

para evitar la delincuencia, así como los hechos políticos ocurridos en los últimos

años en Venezuela, cuando tanto como opositores como afectos al gobierno tomaron

zonas de la ciudad demarcándolas con su tendencia política.

Estos procesos han hecho que los espacios públicos, privados e íntimos se mezclen en

sus funciones. Por ejemplo, los buhoneros que toman una calle o una alcabala que

cierra el paso son maneras distintas de privatizar un espacio público, ya que se limita

el acceso y los usos de ese lugar. Y la comunicación necesariamente cambia en estos

espacios, donde ya todos no están en las mismas condiciones, lo que genera una

disminución de la diversidad de sujetos que podrían potencialmente relacionarse.

La Comunicación en la Ciudad.

Las labores a favor de los espacios públicos implican el recobro de atributos como la

pluralidad de usos y de personas, así como una libre accesibilidad, de modo que se

favorezcan los procesos comunicativos que pueden darse en estos lugares.

González (2005) sostiene que:

En la crisis actual de la comunicación que amenaza con la ruptura

social y el fin de la modernidad nos parece que hay que retomar el

sentido de lo público, como sensibilidad – y por tanto reconocimiento-

28

al otro, desde una perspectiva argumentativa (que incluye la disputa),

sin excluir los rituales de sociabilidad. (p. 50).

En este sentido, lo público es llamado por este autor como “espíritu urbano”,

concepto que va de la mano con la idea de convivencia y de comunicación entre los

que compartimos una misma ciudad.

La importancia de todo este tema ha sido reconocida por la UNESCO, a través de su

Oficina Regional de Comunicación (Miralles, 2001) que señala que “parte de la crisis

de la urbe de hoy está signado por el derrumbe de las relaciones humanas y de

comunicación que en ella se ha dado, muchas veces violenta, de la relación

ciudadano- ciudad”.

El documento señala que entre los principales problemas de comunicación que

enfrentan nuestras ciudades en estos momentos están los problemas económicos que

generan exclusiones e incomunicación al segmentar el espacio público, el predominio

de los flujos que limita el encuentro ciudadano, el descuido del patrimonio histórico

que impide la memoria con la cual se pueden fundar proyectos colectivos y la

violencia que hace hostil la ciudad.

Específicamente en cuanto al tema de los espacios públicos, indica que la principal

manifestación de este elemento de la crisis es el desarraigo ciudadano frente a estos

lugares, que incluso se vuelven objetos de agresiones.

A mayor deshumanización, irracionalidad y desorden, menos comunican los espacios

públicos, situación a la cual debe añadirse la contaminación, la violencia y la pobreza

física y moral. Esto corresponde, como lo han señalado otros autores, a la negación de

los espacios de encuentro, en una dinámica que favorece el flujo, el movimiento y los

lugares de tránsito.

29

Para entender cómo está afectada la comunicación en un espacio público, es útil

conocer cómo se entiende en general la comunicación en la ciudad. Los tipos de

comunicación urbana se abordaron en el seminario internacional “Ciudad,

Comunicación y Construcción de Ciudadanía”, realizado en 1998 en la Ciudad de

Quito, en donde se debatió el asunto a escala regional.

Allí se propuso que en la ciudad se dan cuatro formas de comunicación (Carrión,

1999). La primera de ellas son las relaciones interurbanas, es decir, entre las

ciudades; la segunda manera es la relación entre la población y la ciudad; la tercera se

constituye mediante las relaciones entre la población y el gobierno local; y la cuarta

es la relación entre la población con ella misma.

Si se quiere abordar el ámbito comunicativo entre los habitantes de una ciudad que

hacen vida en un espacio público, el urbanista Silverio Gonzáles señaló en una

entrevista que hay que tomar en cuenta dos aspectos claves, como son la accesibilidad

del lugar y la diversidad que posee.

En la accesibilidad se toman en cuenta las facilidades para desplazarse por el lugar y

se abordan temas como la seguridad, la iluminación y la limpieza del espacio, que

influyen en la confianza que da el lugar para ser transitado.

La diversidad implica el uso de los lugares no sólo por un grupo, sino por distintos

actores sociales, además de la realización de distintas actividades, trayectos y horarios

de uso, y la presencia de diferentes niveles de comunicación.

30

III. METODOLOGÍA

1. El tipo de investigación de este trabajo de grado es periodística, por lo cual se vale

de fuentes vivas, documentales y electrónicas. La metodología utilizada para este

trabajo es la propia del reportaje interpretativo, por lo que se parte de una hipótesis

que sirve de guía a la investigación, tal como lo plantea Federico Álvarez (1977).

En el caso de este trabajo de grado, la hipótesis que se maneja es que Sabana Grande

tiene nuevas posibilidades de comunicación para los caraqueños ahora que se han

ejercido algunas acciones para recuperarlo como espacio público.

En el trabajo se pondrá de manifiesto las razones que sustentan la hipótesis, que

tienen que ver con en el porqué y el para qué de las nuevas dinámica que vive

Sabana Grande. Este tema contiene una significación social, interés público y

actualidad que lo hacen relevante para ser abordado a través de un trabajo

interpretativo.

Lo primero que se hace con la idea ya planteada es recurrir a los antecedentes sobre el

tema y las conexiones posibles de la idea en general. Además, se toma en cuenta el

público a quien va dirigido, que en este caso se trata de los habitantes de Caracas; y el

medio en donde se publicará el trabajo, que en el caso de este reportaje se

materializará en forma libro.

Con estas consideraciones y la hipótesis planteada se inicia la investigación que

arroja diversidad de elementos, posteriormente jerarquizados, que permiten

corroborar la idea inicial.

A su vez, la investigación se planifica tomando varias aristas del tema, como la

historia, el alcance, las causas, el impacto, contracorrientes y futuro del tema que se

31

aborda, para explicar de la mejor manera posible el acontecimiento. (Benavides y

Quintero, 1997).

Las fuentes para obtener estos datos son las personas y sus testimonios, los

acontecimientos, que incluyen las vivencias del periodista, y los documentos con

datos bibliográficos y estadísticos. (Ulibarri, 1994).

Las fuentes vivas son primordiales en este trabajo, que incluye entrevistas a diversos

expertos en el tema de la comunicación urbana, como sociólogos, antropólogos,

urbanistas y arquitectos, para explicar la evolución y significación del espacio público

y Sabana Grande. También están presentes entrevistas a funcionarios con injerencia

en el boulevard, y conversaciones con los ciudadanos que hacen vida en el lugar,

quienes cuentan como han vivido en carne propia la transformación de ese espacio.

Los acontecimientos fueron percibidos a través de la observación directa de los

cambios, la cual permite percibir el ambiente general que vive Sabana Grande luego

del desalojo de los buhoneros.

En cuanto a los datos bibliográficos, se utilizaron referencias teóricas sobre la ciudad,

sus procesos comunicativos y sus espacios públicos, para conocer a fondo el asunto a

tratar, sus causas y consecuencias. Otros documentos usados fueron encuestas y

trabajos que miden tendencias generales en la ciudad, en el ámbito del transporte, las

preferencias recreativas, los usos de Sabana Grande, etc. La información

hemerográfica sobre los cambios que ha vivido el boulevard también ayuda a seguir

la pista del problema de investigación.

Estos datos se jerarquizan y organizan de forma tal que se muestran los elementos

indispensables para fundamentar el enfoque, la información que lo respalda y lo

amplía y las cuestiones accesorias que le dan colorido, vigor y belleza al trabajo.

(Ulibarri, 1994).

32

En el armado del reportaje, se toma en cuenta el lenguaje que resulta más adecuado,

que en este caso se vincula a la palabra escrita adecuada a un libro. El tono también

es otro elemento presente que se manifiesta con la creatividad a la hora de escribir y

se relaciona con elementos potenciales de comedia, tragedia, ironía y conflicto

obtenidos en la labor de reportería. (Benavides y Quintero, 1997).

Con estos elementos incluidos se confecciona la estructura del reportaje

interpretativo, que según Álvarez comprende tres elementos que son el

encabezamiento, el cuerpo, y las conclusiones.

En el encabezamiento la tesis está claramente planteada y busca despertar el interés

en el lector. En el cuerpo, que en este caso está organizado en cinco capítulos, están

ordenados y jerarquizados los datos, cifras, anécdotas, declaraciones y citas producto

de la investigación, los cuales en conjunto le dan fundamento a la hipótesis.

Entre las distintas estructuras que se pueden utilizar para estructurar el cuerpo del

reportaje, se cuentan las siguientes: estructura causa- efecto, estructura cronológica,

estructura de bloques temáticos, y estructura por protagonistas, todas utilizadas en las

distintas partes de este reportaje interpretativo. (Ronderos, León, Sáenz, Grillo y

García, 2002).

Las conclusiones tratan de dejar en el lector la sensación de solidez y claridad, con

datos que demuestran la tesis, se vinculan con el cuerpo del trabajo y ayudan al lector

a quedarse con el mensaje central.

El tema se aborda con un método, pero también le da cabida a la creatividad. Como

plantea Ulibarri (1994):

33

El éxito del reportaje depende de muchos requisitos. De la ciencia debe tomar

la práctica sistémica, el afán de comprobación, la voluntad de ahondar en la

realidad, el escepticismo constante; del arte su atrevimiento, su irreverencia,

su fascinación. Y nunca debe alejarse de la ética ni de la responsabilidad. (p.

11)

2. Se utiliza la metodología Comunica Urbe, implementada por el profesor Atilio

Romero desde su cátedra Identidad e Imagen Urbana. En ella, la ciudad se estudia

desde tres perspectivas que ven la comunicación creada en el entorno público y

urbano como parte de los procesos políticos de gobernabilidad. Estas tres maneras

contemplan el mundo humano, el universo natural y el sistema artificial de las

ciudades y permiten entenderlas en una dimensión global.

Como en el tema de la comunicación y de los espacios públicos lo principal es la

gente, la matriz del mundo humano es la utilizada para abordar el problema definido

en este reportaje interpretativo.

Esta matriz, llamada Ciudadanos en comunicación y la cultura, busca describir a los

ciudadanos en la ciudad, su modo de actuar, conversar y relacionarse en la ciudad;

además busca entender cómo se construyen los compromisos comunicativos, en una

dimensión llena de símbolos que condicionan la comunicación.

Para trabajar esta matriz es necesario realizar entrevistas con informantes claves y

conversar con ellos sobre la ciudad, sus hábitos y costumbres, participar con ellos en

alguna actividad, conocer como se comunican, y así acceder a sus razones, motivos y

compromisos en materia comunicativa.

Los tópicos que abordan las entrevistas, tienen que ver con tres aspectos de las

personas, vinculadas a su cognición, a sus emociones y a sus actitudes, tal como se

muestra en la matriz Mundo Humano, ubicada en los anexos.

34

El aspecto cognitivo explora como la persona describe o determina con el lenguaje al

ambiente, las personas y las relaciones que lo rodean, de forma tal que identifique

cómo le beneficia el estado de cosas.

El lado afectivo busca saber cómo la persona hace juicios y expresiones acerca de

entorno, a partir de su manera de sentirlo y de experimentarlo emocionalmente, para

captar el grado de disfrute del individuo en el lugar.

Por último, el lado de las actitudes analiza cómo las personas generan compromisos

en su ambiente, intercambiando objetos, interaccionando con las personas o

coordinando planes con ellas.

Al sumergirse en historias de actores claves del espacio público desde estos tres

planos, se puede determinar cómo se comunican en ese lugar y como perciben su

grado de accesibilidad y de pluralidad en el mismo.

35

IV. CONCLUSIONES GENERALES

Con un marco teórico y metodológico establecido respecto al tema de la

comunicación y la ciudad, se procedió a realizar el reportaje interpretativo que está en

la segunda parte de este libro, y que es el objetivo general de todo el proyecto de

tesis.

En el trabajo periodístico, se realizó una investigación bibliográfica y hemerográfica

que se acompañó con el producto de la observación en el boulevard de Sabana

Grande y con entrevistas a actores claves del lugar, así como de especialistas que

explicaron los procesos que de han dado y que se dan en ese espacio.

Estos distintos esfuerzos apuntaron a la misma dirección, a través de la cual se llegó a

la conclusión del reportaje y al cumplimiento del objetivo principal planteado en el

proyecto, que fue abordar las nuevas posibilidades comunicativas que se dan entre

los ciudadanos que se mueven en Sabana Grande, luego de que este lugar recuperara

condiciones de espacio público principalmente por el desalojo de los buhoneros.

Para lograr este objetivo, se tuvieron que lograr previamente los objetivos específicos,

como el estudio de la situación general de los espacios públicos en Caracas, el

acercamiento a las nuevas dinámicas urbanas que afectan a los espacios públicos de

las ciudades actuales, la definición de espacio público, el estudio de los espacios

privados, íntimos y públicos en relación a la comunicación citadina y el acercamiento

a las condiciones para que se dé la comunicación entre los ciudadanos en un espacio

público.

Así mismo, se lograron los objetivos de reconstruir la historia de Sabana Grande

como lugar de encuentro, se determinaron cuáles han sido las reformas recientes en

Sabana Grande y que han impactado en su accesibilidad, y se entrevistaron a actores

claves del boulevard para conocer cómo se comunican en ese espacio.

36

El aprendizaje con la realización de este trabajo se logró de varias maneras. En primer

lugar, se pusieron en práctica técnicas periodísticas que son de gran utilidad en la

carrera profesional, como es el caso de la planeación del reportaje, así como la

observación de situaciones y personas, y la realización de entrevistas en distintas

situaciones y con distintos objetivos.

Por otra parte, se abordó el tema de la ciudad desde distintas ópticas y se delinearon

dinámicas urbanas que son propias de la época, lo cual ayuda a comprender los

procesos que viven los habitantes de una ciudad como Caracas.

Pero sobre todo, el aprendizaje se centró en conocer la importancia de la

comunicación urbana, y el papel que en ella juegan los espacios públicos, que se

constituyen como lugares para el libre acceso, la pluralidad, la tolerancia, y el

reconocimiento de ciudadanos que son distintos entre sí.

El aprendizaje cobra relieve al tomar en cuenta que este tema no es muy discutido en

la palestra pública, pese a su vital importancia para el funcionamiento de la urbe y la

integración óptima de quienes conforman la ciudad.

Trabajar en el caso de Sabana Grande fue especialmente satisfactorio, pues es una

zona con una gran memoria, que pese a toda la debacle que ha vivido conserva su

potencial de espacio público para la comunicación, la cual está comenzando a renacer

con todos los cambios que se han experimentado en el boulevard.

Este tema tiene muchas aristas y nodos que pueden servir como puntos de arranque

para nuevas investigaciones. Por ejemplo, podrían realizarse reportajes que aborden

otros tipos de comunicación urbana, como la que se da entre los ciudadanos y la

ciudad, entre varias ciudades, o entre los gobernantes y los habitantes que conforman

una determinada urbe.

37

Además, podrían realizarse investigaciones de la comunicación en cualquiera de sus

niveles en otros espacios emblemáticos de la ciudad, como muchas plazas

caraqueñas, parques, y otros espacios públicos citadinos.

En este caso, se decidió que el epicentro del trabajo periodístico fuera Sabana Grande,

porque además de ser un espacio público emblemático, vivió recientemente un

proceso interesante que le ha dado un respiro a la vida comunicativa y ciudadana que

se alberga en ese espacio ubicado en el centro geográfico de Caracas.

38

SEGUNDA PARTE.

EL REPORTAJE.

39

LA COMUNICACIÓN CIUDADANA SUBE ESCALERAS EN SABANA

GRANDE: Cómo un espacio público que se recupera ayuda a la interrelación de

los habitantes de Caracas.

El viento de los cambios llegó a Sabana Grande, que fue un lugar para el encuentro de

los habitantes de Caracas desde mediados del siglo XX, hasta que se convirtió en un

mercado apostado en la vía pública, de tal modo que no permitía casi ninguna otra

actividad que no fuera el intercambio comercial.

El océano dilatado de vendedores informales fue el pan nuestro de cada día en el

boulevard durante los últimos 8 años, hasta que a principios de 2007 los buhoneros

fueron desalojados y los caraqueños recuperaron un espacio público en el cual tienen

nuevas oportunidades de comunicarse.

Esta acción de desalojo junto con labores de mantenimiento, de mejoramiento de la

seguridad y de crecimiento de la oferta de recreación, han permitido que la zona se

haya vuelto más accesible, porque ahora la gente puede permanecer y transitar sin

obstáculos a través de Sabana Grande.

Así lo aseguran distintas personas que hacen vida en el boulevard, ya sea porque

viven en la zona, tienen allí sus comercios, o son transeúntes ocasionales, y que en su

conjunto conforman un universo diverso que le da vida a este espacio caraqueño.

Muchos de ellos aseguran que este año no sólo van a comprar a Sabana Grande, sino

que también allí tienen un lugar para el encuentro ocasional, para ver de nuevo a los

vecinos, para comprometerse en asociaciones que resguarden el boulevard, o

simplemente para pasear.

De esta forma se manifiesta como un incremento en la diversidad y en la

accesibilidad de personas confluyen para que se den nuevas posibilidades de

40

comunicación en este espacio ubicado en medio de una ciudad con un déficit de

espacios públicos, los cuales son garantes de la tolerancia, la diversidad, y el

encuentro entre los habitantes de la ciudad capital.

41

CAPÍTULO I. EL PEATÓN ESTÁ EN DESVENTAJA EN CARACAS.

Bulevares llenos de buhoneros, parques tomados por la inseguridad, aceras

destruidas, plazas oscuras y sucias: todas son manifestaciones de la crisis de espacios

públicos de Caracas, los cuales escasean en esta ciudad para aquellos que quieren

caminar, sentarse o detenerse un momento a ver a la gente pasar.

Además de esta escasez, los pocos espacios públicos que existen en la ciudad no están

integrados en una red que los vincule y muchos de ellos presentan serios problemas

de limpieza, inseguridad o están tomados por el comercio informal.

Hay evidencias en toda la ciudad de que no hay espacios públicos para el encuentro,

tal como lo sostuvo en una entrevista acerca este tema el sociólogo Tulio Hernández,

especialista en temas urbanos y columnista del diario El Nacional.

Manifestó que uno de los signos de este hecho son las licorerías llenas de gente en sus

puertas, como sucede en las cercanías de los institutos educativos, las cuales se

convierten rápidamente en los lugares de encuentro y de conversación de los

estudiantes después de clases.

Según el especialista, los caraqueños también toman los espacios baldíos de las

urbanizaciones apenas descubren estos lugares, que se convierten en miradores

improvisados o en lugares que se llenan de cajas de cerveza y equipos de sonido.

Otra manifestación de la carencia de espacios de encuentro es el miedo que se palpa

entre los habitantes de esta ciudad, que no están acostumbrados a compartir con

desconocidos y que además son víctimas de una gran violencia.

“Muchas plazas y parques de Caracas están tomados por borrachos o abandonados y

eso lo que hace es multiplicar lo que es una de las característica de las ciudades y

42

sociedades latinoamericanas, que es la división de clases, la segmentación del espacio

urbano y la tentación a vivir en espacios amurallados y vigilados”, señaló Hernández.

Además Caracas, pese a ser una ciudad con árboles en casi todas sus calles y tener

como fondo al cerro El Ávila, tiene menos de un metro cuadrado de zona verde por

habitante, lo cual es un indicador bajo según los estándares internacionales, que

señalan como aceptable entre 10 y 15 metros cuadrados.

Según Hernández, el Ávila no es una zona verde, sino un parque vertical que es

accesible sólo para quienes estén entrenados para el esfuerzo físico. En cambio, los

espacios verdes constituyen una naturaleza domesticada que ha sido intervenida por

el hombre para su disfrute dentro de un contexto urbano, al tiempo que son espacios

democráticos, donde todos tienen acceso por igual.

“Entonces la ausencia de espacios públicos y de zonas verdes, que es el espacio

público por excelencia, refuerza el miedo, la segmentación, y el aislamiento de las

personas de la ciudad”, aseguró el especialista en temas urbanos.

Pese a esta carencia, no podría decirse que en Caracas no existe ningún tipo de

espacio público donde la gente pueda fluir o encontrarse con los otros habitantes de

esta ciudad, porque están las aceras, las plazas, los parques o sitios de reunión a

escala local.

En una entrevista sobre este tema, el arquitecto Marco Negrón, quien fue Decano de

la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela

entre los años 1990 y 1996, aseguró que las aceras en Caracas “son vistas como un

elemento marginal, irrelevante, en muchas es difícil que puedan caminar dos

personas, una al lado de otra, además de que la mayoría están totalmente descuidadas

y sucias”.

43

Para el especialista, la excepción son las aceras ensanchadas de la avenida Francisco

de Miranda, intervenidas para que los peatones pudieran transitar con mayor

comodidad a lo largo de este corredor.

Hay otras aceras en las que puede observarse mucho flujo entre los tramos que van

del metro de Caracas hacia los centros comerciales, como por ejemplo las calles que

conectan el Centro Comercial El Sambil con la estación del metro de Chacao, “que

por lo menos le permiten al ciudadano un cierto disfrute del espacio urbano”, según lo

consideró Hernández.

Hay otras aceras de Caracas que están llenas de gente apostadas en un lugar fijo

vendiendo su mercancía. Es difícil caminar en estos lugares llenos de mesas y

productos que se oferta a los peatones, como es el caso del casco histórico de la

ciudad, parroquias como La Candelaria, El Cementerio, el boulevard de Catia, el

boulevard de Caricuao, y hasta el año pasado sitios como la plaza Diego Ibarra y el

boulevard de Sabana Grande.

Precisamente en los únicos espacios que la ciudad le consagra, el transeúnte

caraqueño está obligado a negociar su uso y a justificar su presencia, que termina

siendo legítima sólo cuando es fugaz y puede ser utilizada comercialmente. (Pedro

García, 2006).

Además de la presencia buhoneril, el caminante en Caracas debe enfrentarse con el

problema de la basura. Negrón puso como ejemplo la acera de la esquina de San

Francisco en el centro de Caracas, que tiene cerca la Asamblea Legislativa, el Palacio

de las Academias y el Palacio Municipal: “Esa esquina está de un asco que da

vergüenza no sólo de aspecto sino de olor, lo que te indica que no hay nadie con

autoridad que pase por ahí y el que pase lo hará eventualmente y no le importa. Es

decir, hay un desprecio total por el espacio público, en este caso por la acera.”

44

Otros lugares de encuentro como las plazas también se encuentran descuidadas. El

caso de la plaza Bolívar, emblemática de la ciudad, fue el escenario de la

confrontación política de hace algunos años, cuando afectos al oficialismo ubicaron

en sus cercanías la llamada “esquina caliente”, delimitando el espacio a una tendencia

política y limitando de esta forma la pluralidad. Igual pasó con la Plaza Altamira, que

fue el lugar de encuentro de la oposición mayoritariamente.

Sin embargo, Negrón cree que la plaza Altamira y la plaza Chacao son quizás hoy en

día las plazas más vivas que tiene Caracas, puesto que son muy utilizadas por la gente

de distinta procedencia y con distintos fines, así como también sucede con la plaza

Candelaria, siempre activa y llena de gente y que ahora está en proceso de

remodelación.

Una experiencia interesante es la recién remodelada plaza Alfredo Sadel en Las

Mercedes, con un pavimento único para la plaza y para el tramo donde circulan los

vehículos, con el fin de que los automóviles vayan a una velocidad moderada, porque

andan sobre un espacio que es principalmente para el peatón.

Otros espacios públicos relevantes para la ciudad son los parques, que se diferencian

de los antes mencionados por el hecho de que no son lugares de paso, sino que son

lugares para la recreación principalmente de los fines de semana, según Negrón.

Tampoco forman parte del tránsito común espacios como El Paseo Los Próceres, que

no conduce a algún lugar de interés ciudadano, puesto que en un extremo tiene

solamente la Academia Militar. “Para que la gente utilice este espacio tiene que ir a

usarlo, no es que está en medio de su caminata normal por la ciudad”, explicó

Hernández.

Por otro lado, están los lugares públicos a escala local, como es el caso de los

grandes estacionamientos de los bloques del 23 de enero, que según el sociólogo “son

45

grandes espacios de encuentro colectivo, independientemente de los problemas de

seguridad. Son espacios llenos de vida, encuentro, felicidad, con gente que bebe, o

repara un automóvil y todo el mundo opina”. Un fenómeno de encuentro a nivel local

también ocurre en las escaleras de los barrios, las esquinas de zonas tradicionales

como San Juan, las licorerías y las plazas pequeñas en algunas urbanizaciones.

Pero el espacio que se lleva el protagonismo en Caracas son los centros comerciales.

Estos lugares aparentan ser públicos, porque no cobran entrada, pero en realidad son

privados porque se reservan el derecho de admisión a gente con apariencia de pobre,

de delincuente o de mendigo. En los “malls” los sujetos no constituyen una vida

pública, sino privada en el sentido que es allí donde van a comprar o a ver artículos

de consumo como bienes o servicios.

En esta nueva ciudad capital del siglo XXI, la principal fuente de entretenimiento es

el centro comercial Sambil, ubicado en el Municipio Chacao, según lo señala el

proyecto de nombre Caracas imaginada, liderizado por Hernández, el cual consistió

en realizar una encuesta sobre diversos tópicos urbanos en varias ciudades

latinoamericanas.

Los encuestados caraqueños en general consideraron como su espacio de ocio

favorito a El Sambil, que abrió sus puertas el 28 de mayo de 1.998 y que cuenta con

una extensión de 250.000 metros cuadrados de construcción, 5 niveles comerciales

con 469 locales y 430 tiendas, 5 plazas y 4 niveles de estacionamiento, con capacidad

para 4.000 carros.

"El Sambil", indicó Hernández, "es una ciudad dentro de la ciudad, donde los

caraqueños pueden disfrutar de la ilusión de un espacio público del que carecen". Esta

ilusión es alta en comparación a otras ciudades de la región, puesto que Caracas es la

ciudad latinoamericana en la que más se prefiere a los centros comerciales como

lugares de esparcimiento.

46

“El parque, la plaza, la calle, pierden capacidad de atracción frente al centro

comercial que se constituye en el ámbito de lo moderno y globalizado del consumo

recreacional, lugar de encuentro y esparcimiento”, señalan Cariola y Lacabana

(2004), investigadores del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cendes) de la

Universidad Central de Venezuela.

En su trabajo, reflejan cómo las dinámicas de la globalización fragmentan a Caracas a

nivel socio territorial e institucional, lo cual se manifiesta en la agrupación de

distritos financieros, de negocios y grandes equipamientos comerciales por un lado, y

por otro, de territorios que albergan zonas periféricas relegadas.

Según señala el estudio, en esta ciudad coexisten múltiples ciudades donde conviven

los grupos populares en barrios separados de los ghettos exclusivos para los sectores

altos y medios, en un contexto con una fuerte violencia urbana y con modos de vida

inclinados al repliegue y a la atomización.

Toda esta dinámica afecta a los espacios públicos de la ciudad, que en muchos casos

se han privatizado por la inseguridad y el comercio informal, viendo limitadas sus

funciones y su potencial como escenario de las interrelaciones sociales. En este

contexto han cobrado fuerza los centros comerciales.

Estas tendencias de pérdidas de espacios públicos, segregación y refugio en los

“malls”, no se da sólo en Caracas, sino también en grandes metrópolis según se ha

analizado desde distintas perspectivas.

Una explicación de los procesos que viven las nuevas urbes la ofrece el antropólogo

Néstor García Canclini (1997), quien señala que las ciudades contemporáneas se

caracterizan por estar desurbanizadas, lo que significa una disminución en el uso de

los espacios públicos, además de ser heterogéneas y estar segregadas espacialmente.

47

Según este investigador, cada día hay menos encuentros callejeros en las grandes

ciudades, por el miedo que genera la violencia urbana y por el crecimiento de la

oferta y demanda cultural que ofrecen los medios de comunicación. Esto sucede en

un contexto con gran cantidad de actores y de actividades, con las clases pudientes en

un lado y las clases pobres en otro.

Otra de las razones de que los espacios para el encuentro se hayan hecho cada vez

menos populares en las ciudades actuales, viene dado por el predominio del flujo de

personas, de vehículos y de informaciones, según señala Jesús Martín Barbero

(2004).

En este sentido, una de las consecuencias de privilegiar siempre el flujo es que ocurre

la des-urbanización, la cual implica la reducción progresiva de la ciudad que es usada

por los ciudadanos, no sólo de los lugares que actúan como centro, sino también de

otros espacios públicos significativos, lo cual va de la mano con la pérdida de la

memoria que contienen estos lugares.

Así, los habitantes urbanos utilizan espacios constituidos para fines de tránsito como

el metro, los aeropuertos, las autopistas, los hipermercados, etc., los cuales no

invocan ninguna identidad, son similares y provocan una sensación de anonimato en

el viandante. El antropólogo Marc Augé los llama los “No lugares”, ya que difieren

de todos los otros lugares, en el sentido de que estos últimos buscan confluencias de

identidades, relaciones e historias colectivas. (Hernández, 2000).

El uso extensivo de los medios de comunicación van de la mano con todo este

movimiento citadino: para Martín- Barbero los habitantes de las ciudades tienden

cada vez más a relacionarse con la vida pública encendiendo la pantalla de su

televisor o utilizando algún otro medio de comunicación. Esto ocurre en las urbes que

crecen y a medida que lo hacen se desarticulan, en un contexto en que las

48

instituciones se separan del tejido social, y la radio y la televisión se presentan como

los más capaces para establecer vínculos culturales comunes entre la población.

Según plantea Mabel Piccini (1999), además del predominio creciente de los medios

de comunicación, muchas ciudades crean nuevos equipamientos colectivos, como por

ejemplo los centros comerciales resguardados con sistemas de seguridad electrónica y

guardias armados, que contienen la paradoja de ser espacios con carácter público y al

mismo tiempo ampliar los espacios del anonimato y contribuir con la ruptura de los

vínculos sociales.

Pareciera entonces que la modernización de las ciudades y su crecimiento implica un

creciente poder de actuación de los medios de comunicación, y a la vez dinámicas de

separación territorial, perdida de la memoria urbana y descuido del espacio público.

En medio de estos problemas, sobreviven algunos de estos espacios para los

caminantes de las ciudades, lo cual enriquece el intercambio humano, según lo afirmó

en una entrevista sobre este tema el sociólogo Silverio Gonzáles: “Uno puede ver una

buena película y eso conforta, pero otra cosa es vivir una buena relación amistosa o

hacer un amigo en una esquina, en un café, caminando, en una plaza, en una actividad

o haciendo deportes. En el fondo todo lo que busca la comunicación cara a cara es dar

sentido a la existencia, a la vida personal y colectiva.”

El automóvil: el niño predilecto de la ciudad.

La carencia de espacios públicos en Caracas se remonta a su desarrollo a mediados

del siglo XX, cuando el vehículo privado fue el gran privilegiado en la construcción

de infraestructuras, en detrimento de los espacios públicos peatonales que nunca

fueron organizados ni planificados por una entidad central.

49

“La renta petrolera hizo que Caracas creciera abruptamente en apenas dos décadas, en

los 40 y los 50. Hizo que pasara de ser una aldea bucólica, donde Chacaíto quedaba

lejísimos, a ser una ciudad monstruosa seducida por el automóvil”, aseguró

Hernández.

Es así como cerca de 1945, la ciudad empezó a vivir una explosión de la industria de

las construcciones, de forma tal que se rebasó la Caracas de los techos rojos y se

transformó la ciudad, que había crecido muy poco durante la dictadura de Juan

Vicente Gómez.

Luego de la muerte del “Benemérito” en 1936, se abrió un debate acerca de cómo

debía desarrollarse la ciudad, por lo que en el año 1939 surgió el Plan Monumental,

mejor conocido como Plan Rotival, que planteó crear un eje urbano con la avenida

Bolívar, que partiría del Parque Los Caobos y desembocaría en una plaza con

dimensiones heroicas en el nuevo Centro Cívico de la ciudad, que estaría constituido

por el Capitolio al pie de El Calvario.

Pero el Centro Cívico nunca se hizo, y ese espacio terminó ocupado desde 1944 por

la urbanización El Silencio, propuesta por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva. Esta

obra fue según Marco Negrón “el disparador de la modernidad caraqueña”, ya que en

su momento fue la intervención más importante que la ciudad había sufrido desde su

fundación, al transformar una zona depauperada, llena de prostíbulos, delitos y

ranchos con deficiencias sanitarias, en una solución habitacional moderna que tomaba

en cuenta en su arquitectura los valores coloniales propios del país.

En la entrevista, Negrón explicó como El Silencio introdujo cambios sustanciales en

la manera de abordar el espacio público en las construcciones de viviendas, con la

construcción de siete bloques de apartamentos que incluían patios colectivos, la ahora

llamada Plaza Oleary y aceras techadas, que tomaron en cuenta el clima para proteger

a los transeúntes del sol.

50

Estos desarrollos a favor de los espacios públicos fueron distintos a los ejecutados por

el Banco Obrero, que construyó los súper bloques del 23 de enero, del Paraíso y El

Valle, entre otras urbanizaciones. Estos edificios tienen lugares de recreo que no

llegan a plazas y que no constituyen ni se integran a una propuesta global para el

espacio público peatonal en la ciudad.

Ya desde la década de los 40 se habían empezado a construir urbanizaciones con el

esquema de las casas aisladas, en zonas exclusivamente residenciales, en las que el

desplazamiento estaba previsto que ocurriera principalmente en automóvil, siguiendo

el modelo del suburbio norteamericano. “En estos suburbios el espacio público es

prácticamente inexistente, lo importante es el espacio privado”, señaló Negrón.

Además, en muchos casos, los urbanizadores privados decidieron a su antojo y sin

normas cómo construir zonas residenciales, como es el caso San Bernardino y Bello

Monte, de acuerdo a lo señalado por Hernández.

En esa misma década, se levantaron grandes obras como la Ciudad Universitaria,

también bajo la planificación del maestro Villanueva, la cual es considerada como la

obra maestra de la modernidad caraqueña, al constituirse como Patrimonio Cultural

de la Humanidad, nombrado por la UNESCO.

En los 50, bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, siguió el crecimiento

(Hernández, 2001):

Si la Caracas de Guzmán Blanco se caracteriza por su perfil parisino, la

Caracas, y podría decirse la Venezuela perezjimenista, quedará signada por la

euforia de construcciones civiles y la devoción por el concreto armado, las

superautopistas y los atrevimientos técnicos de la arquitectura local y la

ingeniería constructiva norteamericana.

51

Entre las obras construidas en la década de los 50 se cuentan el Centro Simón

Bolívar, el Hotel Humboldt en la cima del Ávila, obras habitacionales, como la ya

mencionada urbanización 23 de enero, y el Sistema de la Nacionalidad, mejor

conocido como El Paseo Los Próceres.

Estas iniciativas se suman a otras que no estuvieron supervisadas por una cabeza

central, según Hernández: “Caracas es probablemente el resultado de unos esfuerzos

aleatorios sin gobiernos centrales que la planifiquen, y por lo tanto es una ciudad de

segmentos, de espacios rotos con el agravante del proyecto arquitectónico de Pérez

Jiménez, un proyecto de autopistas. Y allí se confirma una tragedia, ya que nadie o

muy pocos pensaron en el tema del transeúnte, del peatón.”

De hecho, en el año 1947 la Comisión Nacional de Vialidad había preparado el

desarrollo de una red vial que contemplaba el desarrollo de un sistema carretero

centrado en la región capital y que además establecía que el modo de transporte

principal del país sería el automóvil.

Con este marco se comenzaron a construir las primeras autopistas: la Caracas- La

Guaira entre 1950 y 1953, el primer tramo de la autopista Francisco Fajardo entre

1951 y 1956, la autopista de El Valle en 1955 y la carretera Panamericana en 1956. A

principio de los años 60 el Ministerio de Obras Públicas planeó toda la Autopista

Francisco Fajardo y la Cota Mil, y luego en las décadas de los 70 y 80 fue concluido

el resto de las autopistas que surcan la ciudad.

A pesar del floreciente desarrollo, el peatón quedó de lado en las nuevas

construcciones según Negrón, ya que todo se jugó a beneficiar al automóvil privado

como medio dominante de movilización, ignorando de forma significativa cualquier

intento de crear un sistema medianamente organizado de transporte colectivo.

52

El incremento de vehículos en Caracas fue tan acelerado, que de 8.000 unidades

existentes en 1937 se pasó nueve años después a 46.000, cifra que a su vez se

cuadriplicó en 1955 (206.000). Esta tendencia se mantuvo en las últimas décadas del

siglo, cuando anualmente se incorporaron más de 100.000 automóviles. (Hernández,

2004).

Gran parte de todos estos vehículos se desplazan por autopistas que siguen paralelas

al curso del río Guaire, neutralizando de esta forma un potencial espacio público de la

ciudad, según sostuvo Negrón, quien cree que el Guaire, a pesar de ser un río

contaminado, es una gran espina verde que atraviesa la ciudad de punta a punta y

además es el espacio más plano de Caracas.

“Por todo esto, el río sería sumamente útil como espacio público, como espacio para

caminar, para construir ciclorutas, pero está sumamente comprometido con la

autopista”, aseguró el arquitecto.

Negrón recordó que en los años 60 hubo un intento de resguardar las áreas verdes de

la ciudad con la iniciativa de la Dirección de Parques de la Gobernación del Distrito

Federal, que remodeló el Parque Los Caobos y que además hizo un proyecto de

integración de los espacios verdes citadinos mediante las quebradas, con la

vinculación de éstas con el río Guaire y con El Ávila. Además, en 1961 se inauguró el

Parque del Este, que se sumó a los únicos parques caraqueños para el momento, que

eran El Pinar, Los Caobos y Los Chorros.

Ya en la década de los 70 se realizaron algunos intentos de peatonalización de la

ciudad, con el cierre de varias calles al tránsito vehicular. El urbanista, arquitecto y

profesor del Departamento de Urbanismo de la Universidad Simón Bolívar, Lorenzo

Gonzáles, explicó en una entrevista como se activó un proceso inverso al que se venía

llevando a cabo, que privilegiaba al automóvil hasta el punto que se construían

53

urbanizaciones sin aceras, como en la urbanización Los Palos Grandes en sus

comienzos y la urbanización Country Club, que aún mantiene esa condición.

Estos intentos fueron liderados por Max Pedemonte, arquitecto jefe en la

construcción de las obras del Metro, quien en una entrevista recordó como en aquella

época le propuso a Diego Arias, que era el gobernador de Caracas durante el primer

período de Carlos Andrés Pérez, cerrar algunas calles y espacios pertenecientes o

cercanos al casco histórico de la ciudad, ya que esta acción no representaba ningún

problema desde el punto de vista vial.

Con la llegada del metro en 1983 se dio una solución muy importante a los peatones a

nivel de transporte y a nivel de espacios para el encuentro ciudadano, con un sistema

de movilización subterráneo que reforzó el eje este- oeste de Caracas y que realizó

varios espacios públicos en la superficie adyacente a las estaciones.

Así, muchos espacios que tuvieron que ser derribados o transformados por el Metro

se convirtieron en lugares públicos para la ciudad, bajo la dirección de Pedemonte.

Estas acciones causaron gran reconocimiento internacional por el mejoramiento en la

calidad de vida de la ciudad. “El impacto fue muy grande y de hecho me gané el

Premio Nacional de Arquitectura por esas obras. Fue muy comentado a nivel de toda

Latinoamérica, me invitaron a muchos países para dar charlas de como habíamos

recuperado el espacio urbano. Ahora Bogotá es una maravilla y nosotros somos un

desastre”, opinó Pedemonte.

Como evidencia de la crisis económica del país desde los años 80, con el Viernes

Negro y la caída del dólar, la inversión pública en la ciudad hasta la actualidad ha

sido prácticamente nula, a excepción de las líneas del Metro, mientras que la

inversión privada se ha centrado mayoritariamente en los centros comerciales, según

sostuvo Negrón.

54

Sin embargo, por varios años funcionaron los espacios públicos construidos por el

Metro, como por ejemplo el boulevard de Sabana Grande que es de gran importancia

para la ciudad, puesto que está ubicado en su corazón geográfico y es uno de los

pocos centros que fue diseñado para privilegiar al peatón.

Sin embargo, muchos lugares siguen tomados por la buhonería, como las zonas

cercanas al metro de La Hoyada, y los bulevares de Catia y Caricuao, espacios

creados también a raíz de la construcción del metro de Caracas y que han perdido su

condición de espacios públicos.

Estos procesos han hecho que los lugares públicos, privados e íntimos se mezclen en

sus funciones. Por ejemplo, los buhoneros que toman una calle o una alcabala

cerrando el paso privatizan un espacio público, ya que limitan el acceso y los usos de

ese lugar. La comunicación necesariamente cambia en estos espacios, donde ya todos

no están en las mismas condiciones, lo que genera una disminución de la diversidad

de sujetos que podrían potencialmente comunicarse.

El espacio público y la comunicación.

La pérdida de los espacios públicos en la ciudad trae como consecuencia la pérdida

de lugares para la construcción de ciudadanía y para ejercitar la tolerancia por el otro

que es diferente, que puede ser reconocido sin distinciones en un lugar donde todos

tienen cabida por igual y pueden comunicarse entre sí.

Todo esto es posible porque los espacios públicos son lugares accesibles a todos,

como es el caso de las calles, plazas, y parques, destinadas a los peatones, y de las

autopistas, hechas para el automóvil. Así, los lugares públicos no reservan el derecho

de admisión, como sucede en los centros comerciales que son espacios privados, ni

tienen un nivel de cercanía como la que se da en un hogar, que es un espacio íntimo.

55

Según la antropóloga Teresa Ontiveros (2005) es en los espacios públicos donde

confluimos, nos vemos y oímos y tenemos que lidiar con la figura del extraño, del

extranjero, del otro, a diferencia del espacio privado, donde quienes se comunican

están unidos por ser familia, amigos o tener algún tipo de relación cercana.

Richard Sennett (1991) plantea que de hecho la gran característica de lo público es

ser sensible al otro que es diferente. Como ejemplo clásico está el Ágora, que era la

plaza pública griega, donde se daba una multiplicidad de usos y de actividades que

llegaban a ser hasta antagónicas (como estatuas eróticas al lado del sitio donde se

elegía al jefe de armas) y en las cuales participaban todas las clases sociales.

Con esta multiplicidad, el espacio público es escenario de muchas cuestiones urbanas:

es un espacio físico, es una entidad política donde se expresa la ciudadanía, es lugar

de fiestas, juegos y manifestaciones religiosas, es escenario de la diversidad con

distintos grupos de edad, género y estilos de vidas, y además es espacio de la

reflexión y del debate. (Ontiveros, 2004).

Y es que en el espacio público la parte sólida de la ciudad (conformada por su

estructura física) confluye con su parte líquida (que representa lo urbano): paseantes a

la deriva, extranjeros, viandantes, trabajadores y vividores de la vía pública,

disimuladores natos, peregrinos eventuales, viajeros de autobús, entre otros, se

relacionan a través de relaciones precarias, inestables, fortuitas, según lo expone el

antropólogo Manuel Delgado (1999).

La ciudadanía, constituida por deberes y derechos de los habitantes de un estado,

puede cultivarse mediante la interrelación que supone se dé en los espacios públicos.

En este sentido, la psicóloga venezolana Mireya Lozada señaló en curso de Espacios

Públicos dictado por la Fundación de la Cultura urbana en abril de 2007, que una

pertenencia consciente y activa en una sociedad democrática tiene que ver con la

56

ciudadanía, por lo que considera que el espacio público tiene el reto de incentivar los

movimientos sociales comprometidos con el reconocimiento del otro y la

preservación de espacios de convivencia pacífica y democrática.

Tanto reconocer y tolerar al otro, compartir con él y ejercer la ciudadanía, implica

comunicación entre los habitantes que utilizan un espacio público. La importancia de

todo este tema ha sido reconocida por la UNESCO (Miralles, 2001): “Parte de la

crisis de la urbe de hoy está signado por el derrumbe de las relaciones humanas y de

comunicación que en ella se ha dado, muchas veces violenta, de la relación

ciudadano- ciudad”.

Para entender cómo está afectada la comunicación en un espacio público, es útil

conocer cómo se entiende en general la comunicación en la ciudad. Los tipos de

comunicación urbana se abordaron en el seminario internacional “Ciudad,

Comunicación y Construcción de Ciudadanía”, realizado en 1998 en la Ciudad de

Quito, en donde se debatió el asunto a escala regional.

Allí, Fernando Carrión (1999) propuso que en la ciudad se dan cuatro formas de

comunicación. La primera de ellas son las relaciones interurbanas, es decir, entre las

ciudades; la segunda manera es la relación entre la población y la ciudad; la tercera se

constituye mediante las relaciones entre la población y el gobierno local; y la cuarta

es la relación entre la población con ella misma.

Si se quiere abordar el ámbito comunicativo entre los habitantes de una ciudad que

hacen vida en un espacio público, el sociólogo y profesor del Departamento

Planificación Urbana de la Universidad Simón Bolívar, Silverio Gonzáles, señaló en

una entrevista que hay que tomar en cuenta dos aspectos claves, como son la

accesibilidad del lugar y la diversidad de usos y de personas que posee.

En la accesibilidad se tomarían en cuenta las facilidades para desplazarse por el lugar,

lo cual tienen que ver con espacios suficientemente amplios y bien mantenidos, y con

57

un nivel de seguridad que proporcione tranquilidad para transitar y realizar distintas

actividades.

La diversidad implica el uso de los espacios no sólo por un grupo, sino por distintos

actores sociales, además de la realización de distintas actividades, así como de varios

trayectos y horarios de uso.

Sabana Grande inicia un giro en Caracas

Con la carencia y deterioro de muchos espacios públicos caraqueños, podría pensarse

que la comunicación en estos espacios está desvalida. Sin embargo, este año se han

producido cambios que pueden invertir la tendencia, como el desalojo en enero de

2007 de los buhoneros en el boulevard de Sabana Grande, tarea que durante una

década pareció ser una misión imposible.

En una entrevista, Miguel Maestre, director de la Oficina Técnica de Desarrollo

Estratégico Urbano (ODEU) de la alcaldía Libertador, explicó que el rescate del

boulevard se hizo en paralelo al rescate de la plaza Diego Ibarra, y a los trabajos en el

boulevard de Caricuao, donde no se pudo sacar a los buhoneros pero por lo menos se

les organizó.

En una rueda de prensa en el mes de agosto de este año en el Centro de Arte La

Estancia con respecto a la recuperación del boulevard de Sabana Grande, el alcalde

Freddy Bernal aseguró que el rescate de este lugar forma parte de una visión integral

de la ciudad de Caracas y de todo un corredor peatonal que va a recorrerla.

“Hemos comenzado desde el primero de enero de este año un plan de recuperación

progresiva de los espacios públicos y vamos a invertir lo que haya que invertir hasta

que la ciudad llegue a tener un equilibrio, una armonía”, aseguró el mandatario local.

58

Según el plan, alguien que empiece a caminar desde Chacaíto atravesaría el boulevard

de Sabana Grande, hasta llegar a Plaza Venezuela, cuyas obras de arte están siendo

recuperadas por la alcaldía junto con La Estancia.

De allí, el caminante podría caminar hasta el Parque Los Caobos, atravesar el Paseo

Vargas, hasta llegar a la Plaza Candelaria, que también está siendo recuperada, y

luego seguir caminando en sentido oeste hacia el casco central que se pretende

revitalizar cuando se reubique la economía informal. Luego, se podría pasear por el

parque El Calvario, y por la urbanización El Silencio, atravesar la avenida Sucre,

hasta llegar al punto final del recorrido, que es la plaza Sucre de Catia.

Ése es el principal camino para conectar urbanísticamente a la ciudad, pero también

se tiene previsto un segundo trayecto, que conectará El Sistema de la Nacionalidad,

recientemente remodelado en el tramo del Pase Los Próceres, con Las Tres Gracias y

luego con Plaza Venezuela.

“En obras urbanas calculamos unos quince años por lo menos, porque fue tal la

anarquía de la ciudad de Caracas durante décadas, que ahora revertir ese proceso no

es fácil, pero lo hemos comenzado con buen pie”, estimó el alcalde, al manifestar la

intención de conectar todos estos espacios urbanos.

Por otro lado, La revista Logotipos (2007) inventarió una serie de cambios en los

espacios públicos de los municipios que conforman la ciudad. En el Municipio

Chacao sigue la remodelación de la avenida Francisco de Miranda con la ampliación

de sus aceras; se está implementando el programa Del Museo a la calle, con el cual se

busca integran el arte a los espacios comunes; y se está realizando un boulevard

norte-sur desde la esquina del Centro Comercial Sambil hasta el Centro Comercial

San Ignacio.

Al sur de la ciudad, en el Municipio Baruta, se realizó un relevante cambio de

paisajismo en la urbanización Las Mercedes con la renovación de la Plaza Alfredo

59

Sadel, mientras que en el Municipio El Hatillo hay un plan de rehabilitación del casco

histórico.

En el Municipio Sucre la labor a favor del espacio público se concentra en la

remoción de kioscos abandonados, el retiro de chatarra y la recolección de basura,

junto con un plan de estandarización de los comercios ubicados en las aceras

Pese al aspecto positivo que puedan tener estas labores de mantenimiento y

reconstrucción, Negrón cree que la idea es que siempre estos espacios públicos se

mantengan en buen estado, para que no se pierda la memoria que cada uno de ellos

contiene y que identifica a la ciudad.

Por otro lado, quedan muchas zonas en el área metropolitana de Caracas que

necesitan urgente atención, como es el caso del casco central lleno de buhoneros, así

como el boulevard de Caricuao y el de Catia, que tienen problemas de falta de

iluminación, proliferación de la inseguridad, problemas con la recolección de basura,

y descontrol de la economía informal, que a su vez se dan a una escala macro en toda

la ciudad.

Pese a los problemas que continúan en los espacios públicos, en Caracas se sienten

algunos cambios, como el de Sabana Grande, ubicado en el corazón geográfico de la

ciudad, que ahora está volviendo a ser punto de encuentro y de comunicación como lo

fue desde mediados del siglo XX cuando muchos repetían la frase “En Sabana

Grande siempre es de día”, por su constante y rica actividad.

60

II. SABANA GRANDE FUE UN LUGAR DE ENCUENTRO.

“Sabana Grande es el lugar de los libres pensadores, es el lugar donde se gestó una

comunicación entre este y oeste, entre los más ricos y más pobres, el lugar donde se

dio el espacio público, donde se dio un lugar de encuentro de los estudiantes, de una

clase media que se mezclaban, de la cultura gastronómica”, aseguró William Niño

Araque en una entrevista, al referirse a lo que fue este lugar desde la década de los 50.

Pero la historia de la zona comienza antes, a principios del siglo XVII, cuando se le

empezó a llamar Sabana Grande a la explanada que existía entre Maripérez y la

quebrada de Chacaíto, según lo indica el cronista de la ciudad, Guillermo Durand, de

acuerdo al Diagnóstico Integral del Boulevard de Sabana Grande (Vivas, Ochea,

Nieves Soyaza, Miller, Heilbock, Monzón y Chaumer, 2007), realizado por el Centro

de Arte La Estancia.

En esta explanada había haciendas de café, caña de azúcar o cacao, cuya producción

llegaba hasta Caracas a través de una vía que empezó a conocerse como Calle Real de

Sabana Grande.

Cerca de cien años después, a finales del siglo XVIII, se facilitó la comunicación

entre esta calle y lo que para ese entonces era Caracas, con la construcción del primer

puente que atravesaba el Río Anauco; en aquel momento la capital era mucho más

pequeña de la ciudad actual, puesto que limitaba con la quebrada Anauco al este, con

San José y La Pastora hacia el norte, con El Calvario al oeste, y al sur con el río

Guaire.

Llegado el siglo XIX y en plena guerra de independencia, se consolidaron algunas

haciendas coloniales en la zona, junto con conucos y sembradíos. De hecho, Sabana

Grande y las zonas cercanas conformaron en 1852 la parroquia Inmaculada

Concepción y San José de El Recreo, lo cual es un indicador del agrupamiento

61

significativo de personas que se estaba dando en esta explanada poblada de

sembradíos.

En la segunda mitad del siglo XIX, Sabana Grande empezó a ser lugar de encuentro,

al convertirse en centro de esparcimiento más que todo para los caraqueños con

suficiente poder adquisitivo para poder disfrutar en el lugar temporadas vacacionales

o permanecer en la zona de campo para recuperar la salud.

Probablemente se afianzó el carácter recreativo del lugar durante los años posteriores,

con la construcción durante el septenio guzmancista, en 1874, de la carretera del este,

que permitía el paso de carruajes y carretas por la vía entre Sabana Grande y Caracas.

Las comunicaciones terrestres siguieron mejorando, ya que en 1886 se inauguró el

tren que iba desde Caracas a Petare, el cual tenía como una de sus paradas a Sabana

Grande. Los que viajaban en el tren podían detenerse y visitar el recién inaugurado

hipódromo en Las Delicias, que fue uno de los atractivos de la zona hasta 1908,

cuando se mudó a la urbanización El Paraíso.

Entrado el siglo XX, la gente acudía cada vez más a descansar o a reponer la salud en

las haciendas de Sabana Grande; sin embargo este lugar no se desarrolló en gran

medida, pues es conocido que al General Juan Vicente Gómez no le agradaba mucho

la capital.

Pasados los años 30, comenzó el progresivo proceso de urbanización en Caracas, y

también de las haciendas cercanas a Sabana Grande, las cuales tomaron los nombres

de la vegetación del lugar, como es el caso de Los Caobos, las Palmas, La Florida,

Bello Monte, Campo Alegre, Las Acacias, los Chaguaramos, etc., en un momento en

que la zona empezaba a formalizarse como un lugar de Caracas.

62

El proceso de urbanización fue de la mano con el crecimiento demográfico que

necesitaba nuevos espacios para asentarse. “Ya se había agotado la línea de

crecimiento poblacional natural que se dirigía de norte a sur, y se inició el proceso de

crecimiento hacia el este, de modo que se revitalizó la vieja parroquia El Recreo y

con ella el sector de Sabana Grande y sus alrededores”, explicó el cronista de la

ciudad de Caracas (Vivas y otros, 2007).

No sólo se trataba de nuevas casas. A mediados de 1930 había un brujo en una de las

calles de Sabana Grande llamado Jesús María Negrín, con una fama tan grande en la

ciudad que se creó una línea de autobuses que llegaba hasta las cercanías de su

consultorio, y cuya ruta se denominaba “De Caracas a Negrín”, según cuenta Rafael

Schwart, cronista de la urbanización El Silencio. Hoy en día hay una calle con el

nombre del faculto, en sentido norte-sur, en las adyacencias del Centro Comercial El

Recreo.

El eje comercial urbano se fue desplazando hacia el este de la ciudad sin

planificación, según señaló en una entrevista el urbanista y arquitecto Lorenzo

González, de un modo tal que a mediados del siglo XX la zona de Sabana Grande

estaba insertada en el centro del crecimiento de la ciudad de manera espontánea.

Para ese momento, la centralidad de Sabana Grande se vio fuertemente influenciada

por el desarrollo de la Plaza Venezuela y de la Ciudad Universitaria, que están en las

cercanías del actual boulevard.

Plaza Venezuela es la puerta de entrada al oeste de Sabana Grande. En los años 50,

durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se ubicó una fuente en el espacio que

ocupaba la plaza, que se llamó Fuente Monumental de Venezuela; a partir de ese

momento este sector conoció distintos desarrollos para la plaza, la cual constituye un

icono urbano para la ciudad al haber mutado al ritmo del desarrollo urbano capitalino.

(Cazal, 2004).

63

Por su parte, la Ciudad Universitaria de Caracas, también en las cercanías de Sabana

Grande, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el

año 2000. Se inauguró el 2 de marzo de 1954 en una primera fase, durante la

dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, con lo que se le dio inicio a esto

conjunto único y excepcional, que integra armónicamente la arquitectura y las artes

plásticas.

Una Sabana Grande “chic” en los 50

En los años 50, Sabana Grande no era el mismo asentamiento con cultivos y poco

habitado de principios de siglo XX, sino uno de los escenarios más importantes de las

grandes transformaciones urbanas y comerciales que vivía Caracas, de tal forma que

se había transformado en un lugar “chic” de la ciudad, con cabida a todas las clases

sociales.

Como parte de estas dinámicas se trazó la Gran Avenida de Sabana Grande a

principios de los 50, denominada Avenida Abraham Lincoln, la cual sustituyó al

antiguo Camino Real de Sabana Grande. Su relación con la Plaza Venezuela y la

avenida Francisco de Miranda, iniciada en 1951 desde Chacaíto, la definió como el

lugar ideal para el tránsito vehicular con la escala perfecta para la comunicación

peatonal, en un momento en que Sabana Grande se perfilaba como un territorio

resguardado, una calle psicológicamente segura, a la manera de las ciudades europeas

(Niño Araque, 2004).

La creación de esta avenida se inscribió en un proceso de construcción de muchas

vías de transporte propio de la época perezjimenista, en la que también se

desarrollaron construcciones civiles características de la modernidad caraqueña.

Además de la construcción de la avenida, en las cercanías de Sabana Grande se

edificó en los años 50 el primer centro comercial de Caracas ubicado frente a la Zona

64

Rental, llamado Centro Comercial Gran Avenida, el cual tenía los locales más lujosos

de la época, según afirmó el urbanista Lorenzo González.

Este fue el punto de partida para la consolidación comercial a gran escala del sector

de Sabana Grande, que empezó a llenarse a partir de ese momento de una gran

cantidad de edificaciones bancarias y comerciales y edificios con corredores internos

o pasajes.

Se erigieron en esta década importantes edificaciones en el sector, iconos de la

modernidad caraqueña, como es el caso del Edificio Los Andes, construido en el año

1949, localizado en el extremo oeste del boulevard, y que en sus primeros años era un

icono de la elegancia arquitectónica en la ciudad. (Quintana, 2004).

También para esa época se construyó el edificio Radio City, en el año 1953, un teatro

de lujo visitado hasta por Pérez Jiménez en su acto de apertura junto con la alta

sociedad caraqueña.

Otra cuestión importante para el desarrollo de la zona, fue que Sabana Grande y los

sectores cercanos recibieron a una parte significativa de la ola de inmigrantes que

llegaron al país en los años 40 y 50, y que montaron pizzerías italianas, tascas

españolas, panaderías atendidas por portugueses, etc. en muchos lugares de Caracas.

“En Sabana Grande era común escuchar muchos idiomas en los años 50 y 60, la

gente se sentía realmente cosmopolita. Además allí coexistían distintos acentos del

propio español”, sostuvo González.

Amadeo Mazzucato fue una de los extranjeros que experimentó Caracas en aquella

década, desde que llegó de Italia en el año 1953 con tan sólo 18 años, para evitar ir a

la guerra por la amenaza de que su país fuera a combate con Yugoslavia.

65

Este reconocido maître y chef recordó como en aquel entonces su madre

reflexionaba: “Mi hijo el mayor ya me hizo 5 años de guerra, el segundo me lo

mataron en campo de batalla. ¿Me van a matar al chiquito también? Amadeo, debes

irte a Caracas con tu hermana”. Y con este consejo materno llegó a las costas

venezolanas, en las que se estableció definitivamente.

Con más de 50 años en esta tierra, Mazzucato ha desarrollado una carrera chef y

especialista en vinos, lo cual se refleja en los más de 550 artículos sobre estos temas

que ha publicado mayoritariamente en el diario El Nacional.

Ahora, con sus 72 años “bien llevados” según él, Mazzucato emprende un nuevo

restaurante en la urbanización Los Palos Grandes, en donde rememoró la Sabana

Grande los 50 aún con su acento italiano.

Cuando llegó a Caracas, Mazzucato empezó a trabajar en un restauran de lujo francés

llamado Le Normandie, y que se ubicaba donde ahora está el hotel Hilton. Luego del

trabajo, el joven palpaba la ciudad y se daba cuenta de que la mejor gastronomía se

desarrollaba en el centro de Caracas, pero se iba movilizando hacia el este, como

muchos otros elementos de la movida caraqueña.

Según el maître, llegó un momento en que Sabana Grande tenía las mejores tiendas

de Venezuela, como la tienda de vehículos Rolls Royce ubicada en la calle El Recreo,

junto con locales que luego se desplazaron a otras zonas a medida que el lugar iba

perdiendo esplendor.

Para él, la avenida Lincoln era un lugar agradable para estar, debido a la presencia de

sitios como El Gran Café, con mesas al aire libre, y varias tascas. También recuerda

locales de lujo como el Key Club, que recibió la visita de personalidades famosas

como Renny Ottolina, Sarita Montiel y hasta estrellas como Sandro.

66

En aquella época se construyó el edificio Polar en Plaza Venezuela, inaugurado en

1951, convirtiéndose en “el edificio más importante que había en aquella época

porque era el edificio más alto que había, aparte de las torres Simón Bolívar”,

recuerda Mazzucato, quien asegura que en esos mismos años abrió sus puertas el

Teatro del Este, junto a la nueva torre.

Los 60: la revolución estalla fuera y dentro de la avenida Lincoln.

Corcho de Piedra de Mar y los ocho personajes de Historias de la calle Lincoln tienen

algo en común: todos son personajes literarios que pasearon por Sabana Grande en

los años 60 y 70, su época de oro.

Estas novelas recogen el espíritu de un momento de grandes cambios para Sabana

Grande, que seguía siendo una avenida, y que fue el escenario de reuniones de

universitarios, bohemios, gente de izquierda o transeúntes que encontraban en esta

zona de Caracas un ambiente seguro y hermoso donde andar o ir a los locales.

Los sitios preferidos de encuentro eran locales y tascas como El Gran Café, La

Vesubiana, el Chicken Bar, el Vecchio Molino, La Bajada, y El Gato Pescador, donde

se reunían, debatían y en algunos casos hasta creaban grupos literarios.

Esta actividad se desarrollaba en una zona en pleno auge económico. Gonzáles afirmó

que a finales de los años 60 “Sabana Grande es fundamentalmente el eje comercial de

la ciudad, ha desplazado al centro tradicional y es realmente el sitio para el

intercambio de mercancías”, al recordar como el Centro Comercial Chacaíto fue un

hito en el lugar para este momento y completó el recorrido comercial que ofrecía la

Gran Avenida.

“Toda la zona era súper agradable, con muchos cafés, librerías, tiendas, restaurantes y

otros lugares de encuentro, con mucha gente interesante”, recuerda el escritor

67

Francisco Massiani, autor de la novela Piedra de Mar, en la que Corcho, el

protagonista, encuentra en Sabana Grande un sitio para encontrarse, para caminar y

para desahogarse de su frustrado amor por Carolina.

El personaje, que es un adolescente con pasión por la escritura, fue creado por

Massiani con cierto tono autobiográfico. Ahora, son su barba abundante y blanca y

junto a su andadera, recuerda cuando era muchacho y vivía cerca del boulevard, al

que iba con frecuencia a caminar y a encontrarse con sus amigos.

El joven escritor y amigo de Massiani, Rodrigo Blanco (2001), cita una parte de

Piedra Mar que le parece contrastante con la realidad de enero de este año, cuando

recién habían salido los buhoneros del boulevard. En una parte de la novela, el

protagonista se dice a sí mismo: “Estoy realmente hastiado. Veré si me voy a Sabana

Grande. A lo mejor me encuentro con Carolina. ¡Quién sabe!”.

Para Blanco, esta cita revela como en aquella época, “el espacio privado, circunscrito,

se revela como agobiante. El espacio abierto del bulevar, territorio de lo imprevisible,

se revela como el desahogo de la intimidad, la oportunidad de la distracción y la

aventura. Hoy, casi 40 años después de la publicación de la novela de Massiani, la

frase de Corcho es geográfica y emocionalmente inverosímil”. Por supuesto que

Blanco fue uno de los muchos que no creyó que Sabana Grande sería

permanentemente desalojada del comercio informal.

Según Massiani, además de reunirse en los cafés y restaurantes, Sabana Grande

también ofrecía una oferta cinematográfica con El Teatro del Este y el Cine Las

Palmas, en donde se ofertaban las primeras películas de directores de culto como

Ingmar Bergman y Jean-Luc Godar, mientras que otros cines como el Radio City y el

Cine Brodway apostaban por una cartelera más comercial.

68

En este ambiente con un encanto especial se formaron distintos grupos artísticos,

como Sardio y luego El Techo de la Ballena. El núcleo de Sardio se generó en el

Liceo Fermín Toro, con un grupo de estudiantes a finales de la década de los 50, entre

los que se contaban jóvenes que luego se desarrollaron como escritores o artistas, tal

como Luis García Morales, Adriano Gonzáles León, Elisa Lerner, Rodolfo Izaguirre,

Guillermo Sucre, Rómulo Aranguren, Carlos Contramaestre, Ramón Palomares,

Alfonso Montilla, Salvador Garmendia, Francisco Pérez Perdomo, Félix Guzmán y

Zoila Beily.

Al principio este grupo se reunía en el Bar Iruña, en el centro de la ciudad, pero luego

migraron a Sabana Grande, a la librería Ulises en el Centro Comercial del Este, desde

donde seguían haciendo oposición a la dictadura de Pérez Jiménez. Además,

realizaban monólogos, charlas, conferencias, mesas redondas y encuentros en general

en lugares como El Gato Pescador, Tic-tac, El Encuentro y la Librería Cruz del Sur,

ubicada en el centro comercial del Este, el cual fue uno de los más importantes de

finales de los 50 y principios de los 60.

Sardio fue pionero al plantear la necesidad de que en nuestro país los intelectuales

participaran activamente en la política, de modo que las ideas planteadas por el grupo

en este sentido produjeron una literatura crítica, reflexiva y combativa en lo social,

espiritual y estético, para explorar zonas nuevas de nuestra realidad social y de

nuestra cultura. (Avendaño y Morales, 2003).

Sardio se fue dispersando a comienzo de la década de los 60, y varios de sus

integrantes conformaron con otros jóvenes El Techo de la ballena, el grupo literario y

artístico más impactante, innovador y provocador de la época, cuyo punto de

encuentro era Sabana Grande, en las librerías Suma, Ulises, Cruz del Sur y en los

cafés aledaños.

69

Era la época de una revolución mundial en muchos sentidos desatada por sucesos

como la llegada del hombre a la luna, la pastilla anticonceptiva, la guerra de

Vietnam, el triunfo de Fidel Castro en Cuba, etc.

En Caracas, el Techo de la Ballena también desataba pasiones. Es famosa la

exposición realizada en 1962 por el artista Carlos Contramaestre, perteneciente a este

grupo, llamada “Homenaje a la necrofilia”, ya que los cuadros que expuso estaban

hechos de carne fresca y otras materias colgantes, en un país convulsionado por las

insurrecciones de la guerrilla y las ejecuciones por parte de órganos del estado.

Este pintor, que escandalizó a la sociedad de la época, era parte del Techo de la

ballena, junto a pintores como Juan Calzadilla, Jacobo Borges y Edmundo Aray y ex

integrantes de Sardio, como Gonzáles León, Garmendia, Caupolicán Ovalles, etc.

Junto a los balleneros, estaban los integrantes de la revista Tabla Redonda, menos

dados al escándalo que los primeros, y quienes también se reunían en los predios de

Sabana Grande, además de otros grupos bohemios que tomaban la noche del lugar

para reunirse con sus particulares intereses artísticos.

Todos englobaban a una bohemia en su mayoría disidente, a contracorriente de las

élites oficiales, sin dinero, en búsqueda del arte en sus diferentes formas, de acuerdo a

lo señalado en una entrevista por Carlos Noguera, escritor de Historias de la calle

Lincoln y actual presidente de Monte Ávila Editores.

Según lo narra este escritor, la mayoría estos bohemios pertenecían al movimiento de

la izquierda en la década de los 60, ya sea de manera directa o colaborando con la red

de apoyo de la guerrilla, la cual era surtidora de recursos, comida, armas, médicos,

etc., para la insurgencia.

70

Los 70 y la Gran Venezuela en Sabana Grande.

El desencanto de los movimientos guerrilleros en la década de los 70 también se

sintió en Sabana Grande. En la novela Historias de la calle Lincoln, publicada en

1971, Noguera cuenta la historia de varios personajes que hacen vida en la zona, entre

los que cuentan Ernesto, obligado a bajar de la montaña donde estaban los

insurgentes y a adaptarse a un orden que repele, y El Gato, ex guerrillero convertido

en delincuente.

Estos personajes de algún modo reflejan el momento que se estaba viviendo al final

de la década de los 60, cuando la mayoría de la izquierda se planteó haber cometido

un error al luchar desde la clandestinidad en vez de hacer lucha social, gremial,

estudiantil, política, lo que la democracia de ese momento permitía, según sostuvo

Noguera.

El debilitamiento de la lucha armada coincidió con la bonanza petrolera de los años

70, recordada popularmente como la época del “ta`barato, dame dos”, o por el hecho

de que el precio del dólar no sobrepasaba los 4.30 bolívares.

En esa época aparecieron en Sabana Grande grupos como la República del Este, que

fue “una gran mamadera de gallo inventada por Caupolicán Ovalles, que simulaba un

gobierno, con presidente y ministros, y cuyas elecciones se realizaban anualmente.

Era divertidísimo”, según Massiani.

La república de Este se movía en tres restaurantes que eran el Vechio Molino,

Camilo`s y Franco, el llamado “Triángulo de las Bermudas”, porque era conocido

que el que pasaba por allí no podía irse sin antes sucumbir a la atracción de estos tres

lugares.

La república tuvo como padre de la patria y presidente vitalicio al poeta Caupolicán

Ovalles y hasta contó con una revista. Según Adriano Gonzáles León (Uqueto, 2004)

71

se constituyó un poco para burlarse de la República de Miraflores, pero lo más

importante es que era una hermandad, con pintores de alta y baja categoría, donde lo

que se celebraba principalmente era la amistad y la inteligencia.

Sin embargo, Noguera relató que en aquellas elecciones se mostraba en ocasiones el

sincretismo, la corrupción y la pérdida de valores propios de la “Gran Venezuela”:

“Te encontrabas con que había una fiesta y quien la brindaba era un jefe de la antigua

Disip que había matado a tus amigos. Hasta ahí no puedo llegar, una cosa es la

confraternidad y espacios de convivencia, y otra cosa es que yo me siente con un

torturador.”

Todo este movimiento y conflicto de la bohemia se desarrollaba en la que continuaba

siendo la principal arteria comercial de la ciudad. De acuerdo a la Guía Comercial de

Sabana Grande y lugares de interés en el Este, publicada en el año 1973, se muestra

como la Avenida Abraham Lincoln era un lugar con muchas posibilidades en este

sentido (Vivas y otros, 2007):

“Todo es posible conseguir en la zona, desde un pasaje aéreo hasta lo más

fino en marroquinería, desde un par de zapatos hasta el más fino traje de

casimir realizado por verdaderos artífices”. El desarrolló también fue

arquitectónico, con la construcción de la torre La Previsora en los 70, que

constituye un icono referencial en la ciudad.

Los 80: el metro y un nuevo boulevard.

En la década de los 80, Sabana Grande sufrió una gran transformación al dejar de ser

una avenida y convertirse en un boulevard, tal como se encuentra hoy en día. El

motivo del cambio fue la construcción del Metro de Caracas, cuyo primer tramo

Propatria-La Hoyada comenzó a funcionar en el año 1983.

72

A comienzos de los 80, la obra generó muchos reclamos de parte de los comerciantes,

quienes estaban preocupados por la limitación del acceso de vehículos a sus

comercios y por ende por la disminución de sus ventas. “Claro, en esa época el Metro

no estaba funcionando y no se conocía su dinámica”, recordó Max Pedemonte,

arquitecto jefe del Metro para aquel entonces.

Por esa razón, se abrió inicialmente un tramo del boulevard para ver cómo funcionaba

y como se volvió el espacio más agradable del sector, el experimento tuvo luz verde

para extenderse desde Chacaíto a Plaza Venezuela.

De esta forma, los peatones se volvieron protagonistas en el espacio antiguamente

ocupado por una avenida, mientras que la mayor parte del flujo vehicular que ésta

absorbía fue desviado hacia las avenidas Casanova y Solano, que fueron adaptadas y

expandidas para este fin.

La creación del boulevard no fue un proyecto aislado, puesto que formó parte de una

política del Metro de creación de espacios públicos en las áreas que tuvieran que ser

derribadas o transformadas para la construcción de este transporte subterráneo.

De hecho, se construyeron dos bulevares más en la ciudad, como fueron el de Catia y

el de Caricuao, ambos adyacentes a estaciones del Metro. Estos dos, junto al de

Sabana Grande, estuvieron en sus comienzos bajo la administración del Metro de

Caracas, que los trató como un andén más, con las mismas reglas.

Max Pedemonte recordó como en la Oficina Municipal de Planificación Urbana

(OMPU), desde mucho antes de la construcción del Metro, estaban previstos los

bulevares de Catia y de Sabana Grande, “lo que pasa es que la OMPU no tenía como

hacerlo, era un organismo de planificación, pero el Metro sí tuvo la posibilidad de

construirlos” comentó el arquitecto.

73

Según Niño Araque (2004):

A diferencia de los bulevares de Catia, Caricuao, Parque Vargas y el Foro

Libertador, el de Sabana Grande se estableció sobre un escenario cuya

vocación e historia ya estaba asentada en la memoria de la ciudad como

centro geográfico y corredor peatonal entre los extremos de la ciudad. Esta

afortunada circunstancia convirtió a Sabana Grande, paradójicamente, en el

espacio donde se gestó el desplazamiento y la mayor mezcolanza, cambios de

usos, integración de estilos, clases y grupos sociales, lo que inevitablemente

la debilitó como recinto de la actividad comercial. (p. 44)

Este debilitamiento se produjo, entre otras razones, por las primeras apariciones del

comercio informal en una zona que había sido diseñada para el disfrute de los

caminantes, tal como sucedió en muchos otros lugares de Caracas.

En el caso de Sabana Grande, hace cerca de 20 años empezaron a aparecer las

primeras manifestaciones del comercio informal en la figura de los “top manta”,

como los llama Gonzáles, al referirse a los vendedores informales que ofrecían

productos en las calles dispuestos en mantas, para recogerlos rápido y correr en caso

de que llegara la policía a sacarlos del lugar.

Además de la aparición de esta nueva modalidad de vendedores en este espacio

-pequeña muestra de lo que vendría después-, el boulevard se fue llenado de

comercios de corte popular, mientras que las tiendas para gente con alto poder

adquisitivo se fueron de Sabana Grande, aunque se mantuvieron algunos cafés y

cines. El comercio masificado hizo que la zona perdiera la condición de lugar de

encuentro de la bohemia caraqueña, según lo sostiene Araque (2004).

A pesar de los fuertes cambios, durante esta década el boulevard continuó siendo un

espacio de encuentro, y fue escenario de las primeras militancias gays de Venezuela,

así como de los inicios del movimiento punk venezolano (Andrade, 2004).

74

El periodista y locutor Edmundo Bracho así lo asegura, al señalar que el movimiento

punk tomó fuerza en la zona debido a la heterogeneidad y gran tolerancia que allí

existía, ya que cerca de 1985 este movimiento musical e ideológico no era bien visto

por la mayoría de los venezolanos.

Según Noguera, lo que pasó después fue producto de muchas cosas: “Luego del

Viernes Negro en el 83 y la debacle petrolera, todo empezó a cambiar. Con el

fenómeno de la buhonería, yo mismo, queriendo como quiero a esa zona porque yo

escribo por allí, tuve que migrar.” Además, el crecimiento urbanístico de la ciudad

continuó su desplazamiento hacia el este y al sureste, de modo que luego de

concentrarse en Plaza Venezuela y Sabana Grande siguió hacia urbanizaciones como

Las Mercedes y Altamira.

Los 90: comienzo del caos informal

“Aquí nadie está buscando hacer nuevas amistades. Sin complicaciones, la cosa es un

simple business por el pan nuestro de cada día”, asegura Carlos Flores (2004) al

referirse al caos buhoneril en sabana Grande.

Esta situación se afianzó desde los 90, cuando se mantuvo una gran tensión entre el

tema del comercio informal y el boulevard, ya que a mediados de esta década los

buhoneros empezaron a desempeñarse en este espacio público cada vez con más

fuerza, en un contexto económico y social del país poco alentador para gran parte de

la población.

Además, en esta década los antiguos edificios de 7 pisos se vieron acompañadas por

mega edificaciones de 30 niveles, cuya construcción implicó una acción saqueadora

del alma y funcionamiento tradicional de Sabana Grande al quebrar su crecimiento

armónico, en opinión de Niño Araque (2004).

75

La anarquía mobiliaria se unió a la anarquía comercial: “Hubo distintos momentos,

primero lo de las mantas, luego instalaciones permanentes en dos frentes y en un

segundo momento, en los 2000, aparecieron dos corredores internos con tarantines”,

explicó González.

La densidad de buhoneros en las calles era muy alta, y eso atentaba no sólo contra la

circulación y la seguridad, sino también contra la rentabilidad de los negocios, razón

por la cual fueron desapareciendo algunos locales que allí se encontraban mientras

que otros se convirtieron en depósitos para el comercio informal.

Para el cronista de la ciudad (Vivas y otros, 2007) el boulevard “de ser lugar de

recreo y agradable esparcimiento, empezó a identificarse como zona de alta

peligrosidad y el caraqueño se privó de transitar por allí. Sabana Grande se deprimió

y el ciudadano común se dirigió en masa a la seguridad de los grandes centros

comerciales, que empezaron a aparecer en la década de los 90”.

Estos cambios sucedieron justamente cuando el Metro de Caracas entregó en 1994 a

la Alcaldía de Caracas la administración, cuidado y mantenimiento del boulevard de

Sabana Grande.

La situación llegó a tal punto que en el año 1995, se hizo una acuerdo entre la

Alcaldía del Municipio Libertador, gremios de los informales y la Asociación de

Vecinos de Sabana Grande, en el que se acordó dejar trabajar a los buhoneros en el

lugar de martes a sábado, ocupar el lunes con la limpieza del sitio y dejar el domingo

como único día para que los peatones usaran libremente el espacio, según lo publicó

El Universal en julio de 1995 (Vivas y otros, 2007).

Rateros, prostitutas, traficantes y consumidores de todo tipo de droga colmaron los

espacios del boulevard en aquella época, de forma tal que en los tarantines donde

76

trabajaban los buhoneros en el día, dormían en la noche los vagabundos, de acuerdo a

la prensa de la época.

Ante esta situación la Alcaldía del Municipio Libertador puso en marcha en el año 96

en proyecto “Isla del este”, que consistió principalmente en asfaltar vías, recuperar las

caminerías y las áreas verdes, reforzar la presencia policial, instalar mobiliario

urbano, etc.

Sin embargo, los informales siguieron cada vez con más fuerza en este espacio

público, donde se ofrecían servicios que iban desde hacerse la manicure en plena

calle, comprar películas piratas, adquirir cualquier tipo de ropa y accesorios, hasta la

realización de pearcing y tatuajes en una acera, etc.

El caos trató de ser abordado también por la secretaría de Planificación y Ordenación

Urbanística de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, creada en el año 2000 para

atender a los municipios Libertador, Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo.

Del 2001 al 2004 el encargado de esta secretaría, que ahora se denomina Taller

Caracas, fue Leopoldo Provenzali, quien expresó en una entrevista que el fracaso del

proyecto propuesto por este ente se debió a motivos políticos, ya que un éxito de la

Alcaldía Mayor, liderizada por el opositor Alfredo Peña, no era conveniente para el

partido de gobierno.

Provenzali recordó como se impulsó la creación de una ordenanza sobre el tema del

espacio público, para materializar un marco jurídico que planteara las competencias

de la secretaría recién creada.

Desde este organismo se decidió experimentar la nueva ordenanza en algún lugar con

carácter metropolitano, para que la alcaldía pudiese llevar adelante políticas concretas

sobre ese espacio urbano. Sabana Grande fue elegido por ser el corazón geográfico y

77

estratégico de la ciudad, según explicó Provenzali, quien indicó que este lugar tiene

una serie de atributos, como ser la calle peatonal más larga de Caracas y ser el sitio

por donde transita la mayor cantidad de gente en la ciudad.

Para llevar adelante la propuesta se realizó un estudio integral y una mesa técnica

entre 2003 y 2004, con la participación del Centro de Divulgación del Conocimiento

Económico (Cedice), de los vecinos, de las instituciones públicas, de los buhoneros, y

otros actores, quienes discutieron temas urbanísticos, legales, ambientales, de

seguridad, viales, peatonales, de servicios, y de evaluación de todo el equipamiento

urbano de la zona.

Todo eso se reflejó en un documento, que nunca se transformó en acciones, aunque

tenía como idea establecer las responsabilidades de cada actor involucrado para

iniciar un plan de rescate de Sabana Grande.

La economía informal era importante en aquella propuesta, ya que se involucraba a

los buhoneros en la solución, según Provenzali: “La política nuestra era la

formalización de la informalidad: un sujeto económico que no está sometido a ningún

tipo de regulación, entraba a un acuerdo en donde se comprometía a cumplir con una

serie de disposiciones legales y normativas.”

De esta forma, un grupo mayoritario de buhoneros se reubicaría en los centros

comerciales que se construirían en el edificio Insimar y en el edificio Los Andes,

mientras que otros se dedicarían a la venta de flores, de libros o de artesanía o

saldrían de las calles si estaban en situación de ilegalidad.

“El Municipio Libertador debería tomar como guía esas ordenanzas, pero nadie les

hace caso. Antes por los conflictos del alcalde Freddy Bernal con el alcalde Mayor

Alfredo Peña y ahora con el Alcalde Mayor Juan Barreto”, opinó Provenzali.

78

Ante el fracaso de la iniciativa, los buhoneros siguieron en el boulevard, a excepción

de los meses de enero de 2007, como descanso de las navidades. Lo que muchos no

se esperaban es que tras ese breve descanso, Sabana Grande ya no los recibiría de

nuevo y empezaría a dar un giro de 180 grados, para retomar su calidad de espacio de

encuentro y su accesibilidad.

79

III. AHORA SÍ SE PUEDE TRANSITAR POR EL BOULEVARD

En el mes de febrero de este año, Celina de Palma se movilizó en un autobús desde su

casa en Catia La Mar en el estado Vargas, hasta el boulevard de Sabana Grande, con

su niña de nueve años tomada de la mano y disfrazada de fantasía carioca, para

mostrarle a la hija "como se pasa un Carnaval en Sabana Grande sin buhoneros".

Así lo relató El Universal del 19 de febrero de este año, al narrar el primer carnaval

que se vivía en la zona luego de casi de diez años, por la toma absoluta de la

economía informal en Sabana Grande.

Esta situación cambió a comienzos de año cuando se logró algo que parecía misión

imposible: desalojar a los vendedores informales del boulevard. Este fue el primer

paso de una serie de acciones destinadas a recuperar el lugar y a hacer más accesible

el tránsito de peatones en este espacio público emblemático de la ciudad de Caracas.

“El flujo de las personas aquí ha aumentado cualquier cantidad. No hay en día en que

la gente no camine el boulevard”, manifestó Jesús Vargas, Jefe Civil de la parroquia

El Recreo, dentro de la cual está el boulevard Sabana Grande, que cuenta con casi dos

kilómetros de largo y que va desde la Zona Rental de Plaza Venezuela hasta

Chacaíto.

La accesibilidad del boulevard en cuanto a transporte es alta, ya que cuenta con tres

estaciones de metro (Chacaíto, Sabana Grande y Plaza Venezuela), está paralelo a dos

importantes avenidas como la Solano y la Casanova y tiene cerca a la autopista

Francisco Fajardo que es una de las arterias viales más importantes de la ciudad.

De hecho, según el Estudio de Movilidad en el Área Metropolitana de Caracas, la

parroquia El Recreo, que contiene al boulevard, es el tercer destino con mayor

atracción de viajes en horas pico, luego del centro de la ciudad y el municipio

Chacao.

80

Sin embargo, más allá de las condiciones de transporte, la accesibilidad hacia Sabana

Grande se ha incrementado por todos los cambios que ha vivido recientemente ese

espacio. Las acciones tomadas por la alcaldía y otras instituciones han hecho de la

zona un lugar más limpio, más seguro y con actividades recreativas, que facilitan la

estadía y circulación de personas en este lugar.

El cambio se nota, puesto que Sabana Grande se había vuelto durante los últimos

años un lugar cada vez menos accesible, por el deterioro de su mobiliario urbano,

como sus bancos, faroles, papeleras, etc., así como por el sobre uso, poco

mantenimiento y no aplicación de las normativas urbanas, que permitieron que los

vendedores informales se apropiaran de la calle y que se deteriora el lugar en general.

Todavía hay mucho por recuperar en Sabana Grande, pero es un hecho que los

peatones volvieron a tener un espacio para transitar libremente, con lo que se le dio

un respiro a la pluralidad, al libre acceso y al encuentro ciudadano, como sucede en

los espacios públicos en general.

Lo que se ha hecho es crear un incentivo para que todos estos procesos ocurran,

mediante todas las transformaciones promovidas por muchas instituciones en el

boulevard, que parece haberse puesto de moda a nivel político.

Ya en octubre de 2006, la Alcaldía Mayor había propuesto un proyecto de

recuperación urbana de Sabana Grande, el cual consistía en construir un centro

comercial lineal, de tres niveles, que albergaría a 2.600 minitiendas de unos cinco

metros cuadrados cada una. El primer nivel de la construcción sería subterráneo, el

segundo estaría sobre el bulevar y el tercero sería una terraza para cafés y otros

comercios, ubicado a la altura de las mezzaninas de las tiendas actuales.

Sin embargo, este proyecto no vio luz y quien ha tenido una actuación activa en el

boulevard ha sido la Alcaldía del Municipio Libertador, que se ocupó del desalojo de

la economía informal en Sabana Grande a comienzos de este año y ha realizado

81

labores de limpieza y mantenimiento en el lugar con el apoyo de Centro de Arte La

Estancia, brazo social y cultural de Petróleos de Venezuela.

Una iniciativa importante es el concurso de propuestas para la rehabilitación del

boulevard que se lanzó desde La Estancia a finales del mes de julio, y cuyo objetivo

final es declarar una ordenanza que regule la zona y delimite un plan para intervenir

el espacio y recuperarlo, en base a un consenso de las partes involucradas.

Aunque los resultados finales de todas estas acciones están por verse, el alcalde del

Municipio Libertador, Freddy Bernal, ha prometido convertir a Sabana Grande en un

referente urbano: “Entre La Estancia y la alcaldía vamos a hacer del boulevard un

ícono de la ciudad de Caracas, no debe haber un turista que no pregunte ¿y dónde

queda eso de Sabana Grande?”, señaló en el mes de agosto, durante una rueda de

prensa con motivo del anuncio del concurso de ideas para el boulevard.

Por su parte, la Alcaldía Mayor no ha perdido todo el protagonismo, al asumir el

resguardo del boulevard y su vigilancia con la instalación de cámaras a lo largo de

todo este corredor, cuyas imágenes están centralizadas en el edificio Radio City, en la

misma zona. La competencia con la Alcaldía Libertador continúa, puesto esta

institución puso sus propias cámaras, mientras que su ente policial, la Policía de

Caracas, se ocupa de que no vuelvan los buhoneros al boulevard.

Además de todo esto, Sabana Grande es zona turística según el Ministerio del

Turismo y es uno de los destinos de las actividades recreativas de la Fundación para

la Cultura y las Artes (Fundarte), de la Alcaldía de Libertador.

Es de suponer que estas condiciones se intensificarán o cambiarán su rumbo, cuando

se empiece a desarrollar la Zona Rental de Plaza Venezuela, que funcionará como un

gran polo de desarrollo de las mismas dimensiones y a un extremo del boulevard.

82

Se fueron para no volver

El 2007 tomó por sorpresa a los buhoneros de Sabana Grande, que se fueron en enero

en su acostumbrado receso de principios de año, sin saber lo que les ocurriría los

meses siguientes.

Según indicó en una entrevista el jefe civil de la parroquia El Recreo, cuando todavía

ocupaban el boulevard los buhoneros eran una comunidad de cerca de 5 mil personas,

la cual convivía en un ambiente con distintas manifestaciones de delincuencia.

Las mafias estaban presentes, y llegaron hasta el punto de vender un puesto en el

boulevard desde otros países como Bolivia y Perú, de acuerdo a lo comentado por

Silfredo Zambrano, presidente de la Corporación de Servicios Municipales de la

Alcaldía de Libertador.

En medio del caos, la gente que andaba por el boulevard podía conseguir casi todo

tipo de mercancía a buenos precios, pero tenía que circular rápido porque el espacio

entre cada tarantín era estrecho y había que dejar pasar a la gente que andaba en el

mismo plan de compra.

En enero la sensación de estrechez se cambió por otra de libertad para caminar, lo

cual se ha mantenido todo el año. El diario El Universal reseñó el 24 de enero de este

año que el alcalde Freddy Bernal señaló que "desde principios de año se ha tomado la

decisión, con el presidente Hugo Chávez a la cabeza, de reordenar esta ciudad", al

tiempo que aseguró que “al bulevar de Sabana Grande no vuelven los buhoneros".

La gran decisión se tomó después de las elecciones presidenciales, lo cual

seguramente aseguró algunos votos de los informales para el oficialismo. De hecho,

Bernal tuvo que reconocer que esperó el momento político adecuado para eliminar a

83

los vendedores en las calles, al confesar que permitía la economía informal en Sabana

Grande como parte de una estrategia política.

"Como ustedes saben tenemos siete años tratando de consolidar la democracia en las

instituciones, y para nadie es un secreto que aquí hubo años de locura, entre Gobierno

y oposición y no era el momento político para avanzar", confesó Bernal según El

Universal del 19 de febrero de este año, al señalar que "estando ya el Gobierno del

presidente Hugo Chávez consolidado con siete millones 300 mil votos y quizás

habiendo crecido en la conciencia política de los venezolanos, decidí este año, el

primero de enero, comenzar la recuperación".

Ya en febrero la máxima autoridad del Municipio Libertador anunciaba que parte de

los informales que para ese entonces tenían dos meses sin trabajar serían reubicados

al final de la avenida Casanova, que está paralela al boulevard, en una feria comercial

improvisada por la Alcaldía de Libertador en un estacionamiento.

A pesar de que los informales en estado de legalidad censados por la Alcaldía de

Libertador sumaban 2.900, esta feria se habilitó para 1.300 puestos. Del resto, 100

personas fueron contratadas para trabajar como obreros de las reformas del centro

comercial Insimar, 98 indocumentados salieron del listado de beneficiados, 21

personas con discapacidad fueron contratadas por la Alcaldía y a 165 buhoneros de la

tercera edad se les ofreció una pensión provisional, según se indica en El Universal

del 7 de marzo.

Otra alternativa fueron los cursos ofrecidos por Ministerio del Poder Popular para la

de Economía Popular, en los cuales se inscribieron 600 buhoneros, para luego

solicitar créditos y convertirse en microempresarios, a la vez que les fue ofrecida una

beca de 550 mil bolívares.

84

Zambrano reconoció que se les dio respuesta social a cerca de 3 mil buhoneros,

mientras que a otros 3 mil no se les atendió porque eran extranjeros o

indocumentados.

La inauguración de la feria causó muchas expectativas y pobres resultados. Desde

febrero se anunciaba su apertura, pero abrió sus puertas en marzo, luego de un

concurso hasta la medianoche en el que los seleccionados mostraron su satisfacción,

mientras algunos de los que quedaron fuera refutaban los resultados.

Los ganadores tomaron los espacios de la feria, que desde el comienzo les recordó

aquella buena época en la que vendían a granel en las calles del boulevard. “Mientras

que los comerciantes del bulevar de Sabana Grande aumentaron sus ventas en 40%,

los informales que desde hace un mes se instalaron en la Feria de Buhoneros en la

avenida Casanova se quejan porque sólo alcanzan a vender 10% de lo que hacían

diariamente en este espacio público”, señala El Universal de 16 de abril de este año.

Otras complicaciones se sumaron a las pocas ventas, como inundaciones por las

lluvias, la inseguridad y la poca publicidad de la feria que no está ubicada en un paso

peatonal, sino en un espacio apartado en la avenida Casanova.

El jefe civil Vargas reconoció la situación: “Lo que sí yo veo allí es que está muy

cerrado el mercado, no tiene mucha vista el público, a pesar de que está en un buen

punto, en una de las avenidas de mayor circulación de Caracas como es la Casanova.

Habría que tumbar las paredes de al frente y algunas laterales y sustituirlas por rejas,

para que la gente vea que allí hay un mercado.”

Los problemas llegaron a tal punto, que algunos arriesgados volvieron al boulevard

en las horas de la mañana en el mes de agosto, mientras los policías aún no llegaban a

cumplir sus labores de vigilancia.

"Hay gente que llega aquí como a las 4:00 de la madrugada para tomar un puesto, y la

mayoría se va después de las 9:00 de la mañana, cuando los efectivos llegan a

85

trabajar", le relató María Torres a El Universal el 15 de agosto, desde su condición de

buhonera en la plaza Brión de Chacaíto, a pesar de que le fue asignado un puesto en

la Gran Feria de Sabana Grande.

Con todo y sus problemas, esta feria sigue en pie y seguirá funcionado temporalmente

de acuerdo a lo manifestado por la Alcaldía, puesto que el plan definitivo para los

informales es reubicarlos en el edificio Insimar, localizado en el boulevard cerca de

Chacaíto.

Este edificio fue adquirido por la Alcaldía del Municipio Libertador el 23 de marzo

de este año y su precio alcanzó los 40 millardos de bolívares; otros 45 millardos de

bolívares están previstos para terminar de construir el edificio y habilitarlo para que

se convierta en el Centro de Economía Popular, con capacidad para 2.500 puestos.

Sin embargo, seis meses después de la compra fue que llegaron los recursos para

comenzar los trabajos en el inmueble, por lo que luce poco probable que esté

terminado a finales de año tal como se había prometido inicialmente, de acuerdo a lo

publicado por El Universal el 1 de septiembre.

De hecho, cualquier transeúnte que haya pasado al frente del edificio Insimar durante

este mes, sólo habrá visto gigantografías con las imágenes del alcalde Bernal y del

presidente Hugo Chávez, junto al anuncio de que allí está en marcha la construcción

del Centro para la Economía Popular Manuela Sáenz, que hasta ahora sólo muestra

unas filas de ladrillos incipientes en los dos primeros pisos del esqueleto del edificio,

que es lo único que está en pie.

Para agosto de este año, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico

(Cedice) señalaba a El Universal que los buhoneros que antes trabajaban en Sabana

Grande optaron por concentrarse en Catia, zona que ya estaba adueñada por la

economía informal, y en otras zonas de la ciudad como El Cementerio, y La

Candelaria. Otros buhoneros sin lugar en el boulevard decidieron probar suerte en

86

otras regiones del país como la ciudad de Maracay, que es la que más ha recibido a

los antiguos ocupantes del bulevar capitalino.

La situación de los vendedores informales no es fácil desde que se recuperó la

condición peatonal de Sabana Grande, ya sea porque quedaron fuera de los planes

sociales y decidieron migrar a trabajar a otros lugares, o porque tienen un puesto en la

feria con muy pocas ventas. Mientras tanto, la ciudad coexiste con esta tensa

situación y con un lugar rescatado como espacio público.

Limpieza y reparaciones a fondo en el boulevard.

Con la salida de los buhoneros, las ratas migraron de Sabana Grande buscando

mejores fuentes de sustento. Ya en febrero, Jesús Toro, director general de Salud

Ambiental del Ministerio de Salud, explicaba a El Universal como cada vez que se

hacía una operación de limpieza profunda como la ocurrida en el bulevar de Sabana

Grande, se hacía necesaria la desratización en las madrigueras para evitar las

migraciones hacia las residencias vecinas.

Como era de esperarse se presentó una emergencia sanitaria con la invasión de ratas

en sectores cercano al boulevard como La Campiña, Bello Monte, El Recreo y Las

Palmas, que fue atacada con raticidas y con cursos destinados a los conserjes de la

zona para que aprendieran a manejar el veneno contra los roedores.

Por lo menos se atacó el síntoma, que a su vez reflejaba un mejor manejo de la basura

en el boulevard, un tema fundamental para la comunidad de la zona, según lo relató

Virginia Vivas, quien dirigió el diagnóstico realizado por el Centro de Arte La

Estancia y que además ha estado en contacto con comunidades del sector.

Los mejoramientos en esta área no son definitivos, pero mientras tanto se han hecho

algunos intentos para solventar la problemática de la basura, como por ejemplo la

colocación a lo largo de todo el boulevard de contenedores de cerca de un metro de

alto y el doble de ancho, además de las papeleras en los postes.

87

Pero estos grandes depósitos de basura no son la solución principal para Silfredo

Zambrano, quien asegura que “se pueden poner cien camiones, 5 mil barredores, pero

si no hay conciencia ciudadana no haces nada. Las ciudades más limpias del mundo

son las que menos se ensucian. Aquí pareciera que la gente no quiere a su ciudad, tira

los papeles en cualquier lado y pensando que le hacen daño a un funcionario público

se hacen daño ellos mismos, porque en una ciudad limpia hay mayor salud, mayor

posibilidad de que las personas quieran caminar por las vías.”

Según el alcalde Bernal, cerca de 2.300 millones de bolívares se han invertido en las

labores de mantenimiento en el boulevard, las cuales se realizaron con intensidad

entre febrero y abril de este año, e incluyeron sustitución de adoquines, recuperación

de brocales y aceras, remoción de los maceteros que eran recipientes de droga y de

los bancos que estaban rotos, reforzamiento de la iluminación con la colocación de

postes que antes habían sido tumbados para venderlos como material de desecho,

remoción de toda la propaganda y las vayas ilegales, sustitución de los kioscos y

limpieza en general del boulevard.

Vivas explicó que estas actividades, que deben hacerse todos los meses, revivieron la

zona: “Hubo una recuperación del boulevard de cómo estaba a como está, podría

decirse que de un 30 hasta un 40 por ciento en el sentido físico. Pero hubo una

altísima recuperación del espacio público, podría decirse que de un 100 por ciento,

porque todo el mundo puede volver a caminar por Sabana Grande”.

Comentó además que recientemente se realizó un intento de señalizar con postes

nuevos que no serán los definitivos, puesto que se prevé instalar una señalización

para que los usuarios se ubiquen para el consumo comercial y además conozcan la

memoria urbana del lugar.

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Estas actividades han atacado a corto plazo el problema de la limpieza y el mobiliario

urbano del boulevard, cuyas acciones definitivas surgirán a partir del concurso de

rehabilitación de Sabana Grande propuesto por La Estancia.

Seguro de día, inseguro de noche

“En Sabana Grande existía la anarquía, el desorden, el caos, robos, hurto, droga,

prostitución, tráfico, venta ilícitas de discos quemados que viola la ley del derecho de

autor, desde plaza Venezuela, hasta el límite del municipio Libertador y Chacao”,

aseguró Alexander García, comandante del puesto de la Policía de Caracas de Sabana

Grande, ubicado a la mitad del recorrido del boulevard.

Según el efectivo, fue el ente policial del cual forma parte, regido por la Alcaldía

Libertador, quien se encargó del desalojo de los buhoneros y es quien resguarda la

zona para que estos vendedores no vuelvan a los espacios recuperados, además de

darle la sensación a la comunidad de que la policía está en la calle.

Son 45 efectivos los que trabajan en el boulevard, un poco más del horario de oficina:

de 9 a.m. a 7 p.m. En la noche la policía de Caracas se limita a resguardar el módulo

que tiene en la zona.

Estos efectivos permiten que pasen vendedores ambulantes, como los que ofrecen

llamadas sólo con su voz y guardan bajo la chaqueta sus teléfonos celulares, siempre

que no se asienten en un lugar ni obstaculicen el tránsito. A los que incumplen la

norma, en zonas críticas como Chacaíto, se les decomisa la mercancía si se les

encuentra in fraganti.

Además están los cotuferos, vendedores de dulces, de perros calientes, etc., cuya

permanencia es legal en el sitio porque están permisados por la Alcaldía del

municipio Libertador.

89

Hay otros problemas como la disposición de la basura y los robos en el lugar, que son

vigilados con cámaras dispuestas en varios postes de Sabana Grande por la Alcaldía

de Libertador y la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (Cantv).

El alcalde Bernal aseguró que los aparatos serían instalados en los meses de junio y

julio y que se conectarían con dos centros de monitoreo permanente que funcionarían

en el anexo del Palacio Municipal y en la sede de la Policía de Caracas, como parte

de un plan integral de la Alcaldía que contempla la recuperación del casco histórico,

el reordenamiento de la economía informal y programas de limpieza y de seguridad,

de acuerdo a El Universal del 7 de junio de este año.

En el tema de la vigilancia y la prevención del delito también se hace notoria la

rivalidad entre la Alcaldía Mayor y la Alcaldía de Caracas, ya que las cámaras

dispuestas por esta última estarán acompañadas por 27 cámaras de la Alcaldía Mayor,

cuyas imágenes estarán centralizadas en el Centro de Respuesta al Ciudadano (CRS),

ubicado en Sabana Grande, en el edificio Radio City.

“El problema es que aquí en Venezuela, aunque haya un gobierno central y aunque

todos seamos rojos rojitos, cada quien tiene su parecer, no hemos llegado a una

unificación de criterios. Las circunstancias políticas no nos han permitido hacerlo”,

aseguró Igor Escalona, coordinador tecnológico del proyecto Suass (Sistema

Unificado Automatizado de Seguridad y Salud) perteneciente a la Secretaría de

Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor.

La entrevista la ofreció en el CRS, donde hay una pantalla gigante en la que se

proyectarán las imágenes del delito en Caracas, frente a cerca de 200 computadoras

pantallas planas ubicadas donde estaban los antiguos asientos del Radio City.

Además de centralizar las imágenes de las cámaras vigilantes en varios puntos de la

ciudad que mantienen elevados índices delictivos, este centro recibirá llamadas de

emergencia, además de captar las panorámicas de Caracas que envíen los tres globos

aerostáticos que se deslizaran sobre en las zonas más inseguras.

90

En cuanto al caso específico de Sabana Grande, Escalona explicó que además de las

cámaras, la Policía Metropolitana (PM), que es regida por la Alcaldía Mayor, se

encarga del resguardo de la integridad física de todas las personas, transeúntes, y

usuarios que utilizan el boulevard y las zonas aledañas.

Esto se logra con los 9 módulos de la PM ubicados a lo largo de la caminería, con 27

funcionarios diarios, la mayoría en el turno diurno, además de los constantes

recorridos que realizan los motorizados de la fuerza policial por la zona.

Según Escalona, los delitos se redujeron mucho después de que salieron los

buhoneros, porque entre ellos funcionaban mafias que apoyaban a los ladrones: “eran

los que les tiraban el pitazo a los “choros” y decían quien tenía y quien no tenía plata,

de acuerdo a la mercancía que se llevara el cliente o a la plata que mostrara cuando

iba a pagarla.”

También había arrebatones de cadenas o carteras, que se han reducido cerca de un 80

por ciento, según el funcionario. Por su parte, el jefe civil aseguró que hasta el año

pasado se registraban más de 30 arrebatones diarios y actualmente sólo se registran

uno o dos por día.

Se daban y se dan otros robos de mayores magnitudes como el asalto a bancos, que se

ha mantenido igual con respecto al año pasado. “Como hay déficit de policías, el

trabajo que se hace no es tan efectivo, porque la PM tiene cerca de 8 mil funcionarios

cuando debería tener por lo menos 450 mil”, indicó Colina.

Pese a las mejoras, sigue habiendo delitos en la zona, sobre todo en las cercanías al

metro, como es el caso de la calle El Recreo cerca de la estación de Sabana Grande, y

los alrededores de la estación de Chacaíto, apodados por los PM como Vietnam

“porque allí hay una guerra perenne.”

91

La noche es el momento realmente crítico de Sabana Grande. Según Escalona,

muchas veces salen muchachos drogados o bebidos de las discotecas de la zona

alterando el orden público y los policías lo más que pueden hacer es llevárselos por

dos horas a la estación y luego soltarlos, porque no existen testigos que son

requeridos por el Código Orgánico Procesal Penal para iniciar procedimientos.

Además, muchos policías están pagados por los comerciantes y están más pendientes

de hacerles de guardaespaldas que de resguardar a los transeúntes, lo cual es una

situación repetitiva porque los efectivos están muy mal pagados, de acuerdo a lo

señalado por Escalona.

La seguridad nocturna para el jefe civil tampoco existe: “Hay policías en todas partes,

por lo menos en el día y en parte de la noche. Ya en la madrugada sería una

imprudencia de los ciudadanos estar por ahí circulando, prácticamente es una

tentación para la delincuencia.”

Pero la seguridad no es sólo una cuestión policial, según lo plantea la Declaratoria de

Caracas (Fundación para la cultura urbana, 2003), realizada en 2002 y firmada por

varios intelectuales.

El documento señala la necesidad de que Caracas recupere la habitabilidad de sus

espacios públicos, como una de las maneras más eficientes para enfrentar el problema

de la inseguridad. “Esto supone dotar esos espacios de iluminación, liberarlos de la

buhonería y enriquecerlos desde el punto de vista estético, recreativo, cultural y

arquitectónico”, asegura la declaratoria.

La diversión y el arte toman el boulevard.

La accesibilidad de Sabana Grande ha mejorado con el desalojo de los buhoneros,

con mayor limpieza y seguridad, y también con las actividades culturales que ahora

92

se realizan en ese espacio. A comienzos de año, por ejemplo, se celebró primera vez

en muchos años el carnaval en el boulevard.

Zanqueros, payasos y malabaristas distrajeron a niños y adultos que llegaron de

diversos sectores a presenciar el grito de carnaval, lanzado por el alcalde Bernal:

"desde Sabana Grande, el carnaval en grande". Así, volvieron los niños disfrazados

de zorro, hombre araña, princesa o bailarina al boulevard, para pasear y jugar con

papelillo, como era tradicional en ese sector hasta hace 8 años atrás.

Luego de esta celebración, la otra gran actividad recreativa en el lugar se realizó en

junio con la celebración de la Copa América, un evento futbolístico de escala

continental, cuyos juegos fueron proyectados en esta vía pública con grandes

pantallas que se ubicaron en el boulevard para que la gente pudiera detenerse allí a

ver el partido.

En julio, con la celebración del 440 aniversario de Caracas, Sabana Grande se

convirtió en el gran escenario de la celebración, al ceder sus espacios a una cancha de

deportes extremos al aire libre, para celebrar un encuentro de deportivo y cultural

organizado en el marco del homenaje a la ciudad.

En la cancha, los participantes disfrutaron de juegos de básquet, boxeo, fútbol de

calle y una competencia masiva de ajedrez, así como demostraciones de patineteros y

ciclistas, que demostraron sus habilidades con rampas dispuestas para ello.

María Chirinos, de 18 años, y Leslie Torobeo, de 13, se fueron en metro desde Parque

Central para practicar con sus patinetas sobre las curvas. Ambas destacaban entre la

abrumadora presencia masculina de los participantes."Me parece buenísimo que

hagan estas actividades. A mi mamá le gusta que yo salga a ejercitarme. Prefiere esto

a que me vaya a una discoteca", comentó Chirinos a El Universal el 29 de julio de

este año.

93

Lo que sigue serán las próximas navidades en Sabana Grande, que según Bernal

estará decorado y lleno de eventos culturales, buscando que este espacio compita

efectivamente con los centros comerciales.

Además de estos eventos, a lo largo de todo el año se han realizado actividades

recreativas para los niños en el boulevard los fines de semana, organizados por la

Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte), de la Alcaldía del Municipio

Libertador.

Los más pequeños son el público principal de los talleres y las actividades culturales

que este organismo realiza en el boulevard, según lo explicó en una entrevista Miguel

Ángel González, gerente de Formación y Animación Cultural de Fundarte, al señalar

que los eventos se vienen realizando desde mediados de enero de este año.

«Lo que hacemos es rescatar el bulevar para el disfrute y el goce cultural», explicó

González, al señalar que todos los sábados y domingos, de 10:00 de la mañana a 4:00

de la tarde, se realizan talleres de recreación artística de pintura, moldeado con

arcilla, reciclaje y origami en este espacio público.

«Se busca despertar en el niño la sensibilidad artística. El niño se convierte en un

creador, buscamos que pase y se quede enganchado. Es para que se expresen y luego

sigan», explicó, al señalar que estas actividades han contado con una excelente

receptividad.

Los talleres se realizan en las cercanías del Gran Café, en los espacios alrededor del

metro de Sabana Grande, del metro de Chacaíto, y en un cuarto punto en la avenida

Casanova, en la Gran Feria de la Economía informal. También se realizan otros

eventos a lo largo del boulevard que reúnen agrupaciones artísticas de las 22

parroquias de Caracas, como teatros, estatuas vivientes y zanqueros, entre otras.

94

El rescate del espacio público era un requerimiento ciudadano, a decir de González:

«Uno siente la necesidad que tenía la gente de Caracas para poder pasear, recorrer y

encontrarse con la gente de otras parroquias».

Los ajedrecistas, en su mayoría hombres de edad madura, quizás sean los que menos

han notado el cambio, puesto que ellos siguieron jugando en el boulevard aun cuando

estaba lleno de buhoneros. Este año se siguen ubicando al extremo este de Sabana

Grande, en la plaza Brión de Chacaíto, y cerca del extremo opuesto, en las cercanías

de Plaza Venezuela.

En la euforia por el nuevo boulevard, también ha participado el Ministerio de

Turismo (Mintur), que realizó entre los meses de julio y agosto de este año un ciclo

de tres conferencias llamada “La conquista de la ciudad como espacio para el

turismo: El Reto de Sabana Grande”, en el que se abordó la importancia del espacio

público para la ciudad, las actividades que se tienen previstas para recuperar el

boulevard, y la concepción del turismo socialista que maneja Mintur.

Hay otras ideas que todavía no se materializan, como la que explicó el jefe civil, la

cual consiste en la instalación de una ruta turística en el boulevard, a través de la

Corporación Metropolitana de Turismo y de Mintur. Estas rutas se realizarían

mediante autobuses que saldrían desde Plaza Venezuela hacia diferentes partes de

Venezuela, como Higuerote, La Guaira, El Hatillo y la Colonia Tovar.

Además, la presidenta de Fundapatrimonio, de la alcaldía Libertador, aseguró que se

emitió una declaratoria que define a Sabana Grande como patrimonio turístico y

cultural de Caracas, de modo que se establecieron regulaciones para la propaganda

comercial, niveles de música y ordenamientos de la zona.

95

Emergencia de las construcciones hechas y por construirse.

A pesar de un mejoramiento en la limpieza, la seguridad y la recreación del

boulevard, lo cual aumenta su accesibilidad para los caraqueños a este espacio y a su

vez permite la diversidad de actividades, los edificios tienen distintos grados de

deterioro, incluso aquellos que son de gran valor patrimonial y artístico.

En una entrevista realizada al arquitecto y miembro de la Fundación para la Cultura

Urbana, William Niño Araque, explicó como Sabana Grande es un espacio público

con una actividad arquitectónica y urbanística notable: “Tiene una proporción

perfecta, muy cerrada, edificaciones tradicionales de siete pisos, con una buena

dimensión de seguridad que se la da una escala muy reducida, es como un recinto y

eso es muy positivo. Además hay edificaciones de varias tendencias, como las Art

Deco, modernos y actuales.”

Sin embargo, las estructuras físicas del boulevard presentan un estado variable de

conservación predominante malo (Vivas y otros, 2007). El estado de conservación de

estas edificaciones fue catalogado mayormente como regular, con un 41 %, mientras

que 35 % están en mal estado y sólo el 20 % se encuentra en buenas condiciones.

En cuanto al valor patrimonial, también la mayoría de las edificaciones tienen un

valor regular; sin embargo, hay un 2 % considerado como muy importante en este

último renglón. Fundapatrimonio (2007), ente adscrito a la Alcaldía de Caracas,

levantó información en enero de este año sobre las edificaciones del boulevard en

cuanto a su valor patrimonial, urbano y artístico y resaltó las edificaciones más

valiosas, como es el caso del edificio Los Andes, Radio City, El Banco Venezolano

de Crédito, La Previsora, el edificio Metropolitano, entre otros.

Además de estos inmuebles, que son referencias de la arquitectura caraqueña del siglo

XX, cerca de una quinta parte de las edificaciones de Sabana Grande pueden ser

removibles o intervenidas, para adaptarse a las nuevas necesidades del espacio.

96

Por otro lado está el desarrollo de la Zona Rental de Plaza Venezuela, que hay que

abordar necesariamente si se quiere hablar de Sabana Grande, según lo considera

Leopoldo Provenzali, ex secretario de Planificación Urbana de la Alcaldía Mayor.

“La Zona Rental es el proyecto institucional público y privado más importante de

Venezuela, porque allí se va a construir un espacio público que tiene una dimensión

similar a la del boulevard de Sabana Grande. Se convertirá en un polo de ese gran eje

de Sabana Grande”, señaló.

La Fundación Andrés Bello es quien maneja la Zona Rental de Plaza Venezuela, que

es patrimonio inmobiliario de la Universidad Central de Venezuela, cuyo

aprovechamiento económico se destina a financiar las actividades científicas y

reforzar la autonomía financiera de esta casa de estudios.

En la página web de la fundación (2007) se señala que la Zona Rental “se caracteriza

por su potencial para convertirse en el nuevo centro de Caracas”, al indicar sus

inigualables condiciones de accesibilidad vial. En base a su buena ubicación, en la

Zona Rental se desarrolla una estrategia de desarrollo inmobiliario basada en el

establecimiento de asociaciones con inversionistas privados.

En la primera etapa del desarrollo se ofertó la Unidad Sur, que tiene una extensión de

28.580 m2 para la construcción de un megacentro comercial, destinado a

hipermercado, galería comercial, centro de entretenimiento y tres niveles de

estacionamiento, el cual se adjudicó mediante un proceso de licitación pública a

principios del año 2000 a la empresa Cadena de Tiendas Venezolanas Cativen S.A.

Para las etapas siguientes se han planificado un conjunto de acciones para fortalecer

el carácter de gran centro metropolitano, por lo cual están previstos proyectos como

la Gran Estación Central, con el desarrollo de sótanos para estacionamientos y una

estación de transporte multifuncional; y el Escenario Metropolitano, centro de

convenciones, espectáculos y eventos, que vendría a llenar la carencia de esta ciudad

97

de un espacio céntrico, de fácil acceso y acondicionado para realizar actividades de

gran alcance.

Además está prevista la construcción de un Centro interactivo de arte, ciencia y

tecnología y la Gran Plaza Central, la cual se convertiría en la plaza más grande de

Caracas y en el nuevo corazón cívico del área metropolitana.

Una vez consolidada toda esta infraestructura, se ofertarán las Unidades Norte, Este y

Central para el desarrollo de edificios de oficinas, comercio al detal, hoteles,

apartoteles y servicios conexos, de forma tal de consolidar el nuevo polo central de

actividades terciarias de la ciudad.

Para Vivas, si se realizan estas construcciones, Sabana Grande se vería afectado

negativamente: “Si eso ocurre el boulevard hay que demolerlo completo para integrar

parcelas al desarrollo de la Zona Rental, esto no puede ser el modelo a seguir. La

situación es comparable a la del teatro municipal que no se puede tumbar porque está

declarado patrimonio y es representativo del siglo XIX; de la misma forma nosotros

proponemos que Sabana Grande se considere como un espacio público del siglo XX y

se mantenga.”

Todos pensando en y para Sabana Grande.

Todo lo que se ha hecho hasta ahora son tareas necesarias a corto plazo, porque el

plan para rehabilitar a profundidad el boulevard estará basado en el Concurso

Nacional de Ideas para la realización de la Propuesta de Rehabilitación Urbana

Integral de Sabana Grande, lanzado por el Centro de Arte La Estancia junto con la

Alcaldía del Municipio Libertador el 2 de agosto de este año.

Los resultados fueron anunciados este 5 de octubre, con 4 ideas ganadoras y dos

menciones, de un total de 35 propuestas enviadas por distintos equipos,

conformados por premios nacionales arquitectura, profesores universitarios,

economistas, sociólogos, estudiantes, gente de la comunidad con arquitectos, etc.

98

“Ha habido una buena respuesta, porque yo creo que la gente quiere opinar. La

ciudad es un problema de todos, no es un problema solamente de la alcaldía”, aseguró

Vivas al manifestar que la razón de ser de esta competencia de ideas es buscar el

consenso entre la mayoría de los actores sociales y darle protagonismo a las

comunidades.

El concurso no sólo se limita al boulevard peatonal, sino también a las dos avenidas

paralelas como son la Solano y la Casanova, junto con las calles que las atraviesan en

sentido norte-sur.

Las áreas de actuación de la competencia incluyen el patrimonio cultural, urbano,

arquitectónico y artístico; mobiliario, equipamiento urbano y señaléctica; servicios

públicos; gestión ambiental; movilidad vehicular y peatonal; y acciones en el eje de la

quebrada Chacaíto para incorporar el paseo peatonal sobre el embaulamiento de la

quebrada.

Según lo reseñó la Agencia Bolivariana de Noticias el 5 de octubre de este año, las

ideas ganadoras del concurso fueron realizadas por los equipos liderizados por los

arquitectos Roberto Puchetti, Juan José Pérez, Rune Brito e Inés Casanova, y fueron

premiadas con 1.100 unidades tributarias, que representan más de 41 millones de

bolívares.

Sus propuestas serán la base para definir el Plan estratégico de rehabilitación de

Sabana Grande, que permitirá evaluar y replantear las ordenanzas urbanas para este

espacio.

El equipo liderizado por el joven arquitecto Roberto Puchetti generó una propuesta

que intenta rescatar un concepto y una necesidad planteada por el maestro Carlos

Raúl Villanueva, como es el caso la sombra.

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Explicó que su idea abarca una cubierta de 12 metros de altura, permeable y

transparente, que produzca sombra a lo largo de todo el boulevar, acompañada de

prototipos de módulos de comercios y asistencia al transeúnte.

Además, indicó que hicieron un estudio de los cafés, bares y restaurantes que

funcionan a nivel del boulevar para que puedan extenderse o tener mesas en el

corredor peatonal.

En el caso del planteamiento de Juan José Pérez y su equipo están incluidas, según

dijo el arquitecto, más de 300 ideas para mejorar la convivencia y la vida en el sector.

Entre ellas se cuentan la peatonalización mayoritaria de la zona incluyendo las

avenidas Libertador y Venezuela, y un circuito de movilización de tráfico interno,

semi-interno, externo y periférico, que permita que los vehículos no atraviesen el

boulevar ni las avenidas Casanova y Solano para circular por el sector. Esa propuesta

de circulación pretende aligerar el tráfico, disminuir el congestionamiento y darle

prioridad al peatón, con acciones como la conversión de los alrededores de la iglesia

de El Recreo en una gran plaza.

Hacia el oeste, este grupo de arquitectos propone transformar el antiguo cine Radio

City, el edificio Los Andes y lo que era el Cine Las Acacias en un gran centro

comunal y cultural.

Por su parte, la propuesta del arquitecto y diseñador urbano Rune Brito se enfocó en

aprovechar las potencialidades de las conexiones norte-sur de Sabana Grande. Un

ejemplo de ello es una conexión entera desde la avenida Libertador hasta Chacaíto a

través de un espacio público que puede incluir una playa urbana, un centro para

patinadores y lugares para otras actividades de ocio, el cual puede ser el comienzo de

una red de espacios públicos peatonales citadinos.

100

También resultó elegido por el jurado el trabajo de Inés Casanova, quien lideró un

proyecto en base a ideas de fácil ejecución, basadas en la realización de

intervenciones en términos de iluminación, mobiliario urbano, y coberturas de

carácter temporal.

“La propuesta nuestra es Sabana Grande como Patrimonio Urbano del siglo XX”,

resumió Vivas, al indicar que se espera que desde las ideas escogidas en el concurso

se hagan ordenanzas para algunos espacios públicos culturales, como por ejemplo, El

Gran Café, de forma tal que estos lugares conserven su memoria y su razón de ser a

lo largo del tiempo y de las remodelaciones.

Según Vivas, el plan que se plantee en las ordenanzas se ejecutará con recursos

provenientes de La Estancia, de la alcaldía, y otros organismos, ya que ningún ente

por sí sólo tiene todos los recursos financieros para recuperar el boulevard.

Según señaló, existe un riesgo de que si no se hacen cosas pronto en el boulevard

mediante una intervención consensuada, se puede deteriorar velozmente y convertirse

de nuevo un espacio para los buhoneros.

Si esto sucediera sería en detrimento de los múltiples actores que hacen vida en

Sabana Grande, como los residentes, los comerciantes, los artistas de calle, los

transeúntes y todos los que hacen posible el engranaje de este espacio público

recuperado y más accesible para los habitantes de esta ciudad.

101

IV. LAS NUEVAS RELACIONES EN EL BOULEVARD.

En las salidas del metro de Plaza Venezuela pulula gente a toda hora, más que en

cualquier otro punto del transporte subterráneo, porque en esta estación coinciden sus

tres líneas. Parte de la gran marea bulle en la salida hacia Sabana Grande, en la que se

puede ver una diversidad que se dirige al boulevard: hombres que se van a tomar un

café, comerciantes que tienen toda una vida en Sabana Grande o alguna joven que se

dirige a su casa en uno de los edificios cercanos, por ejemplo.

Algunos vendedores de comida o de helados ofrecen su mercancía a los que caminan

o a quienes se sientan en los banquitos a hablar, a esperar a alguien o a pasar el

tiempo cerca de la estación. Otros deciden internarse en Sabana Grande.

Quienes lo hacen encuentran a una cuadra de la estación de Plaza Venezuela el Gran

Café, que luego de varias remodelaciones sigue siendo un lugar emblemático del

boulevard. El sitio está en pie desde horas de la mañana, cuando recibe a sus primeros

visitantes en las mesas ubicadas en la calle, y que aceptan o rechazan los servicios de

los limpiabotas, sobre los adoquines llenos de colillas de cigarro y tapas de cervezas

en el suelo, que delatan la movida del local la noche anterior.

Unos pasos más hacia el este se encuentra la primera agrupación de tableros de

ajedrez en el boulevard, donde los jugadores, la mayoría hombres y ancianos, lucen

muy concentrados como para atender otra cosa que no sea la contienda. Además de

compartir la acera con El Gran Café, este lugar está próximo a librería Suma, que en

otra época fue lugar de reunión de los artistas y literatos que deambulaban por Sabana

Grande.

Con sus mesas en la calle bajo un techo que los protege de las inclemencias del clima,

están una pizzería y dos restaurantes, uno de ellos recién modelado de nombre La

Tinaja.

102

El inmueble donde está la tasca forma parte del 46 por ciento de edificaciones

concentradas en la actividad comercial en el boulevard, según lo indica el

Diagnóstico de Sabana Grande (Vivas y otros, 2007).

José Pereira: “En la unión está la fuerza”

En el restaurante La Tinaja, que es también tasca en su parte superior, está como

encargado José Pereira, un hombre de 38 años con un apellido y un acento que

delatan su ascendencia portuguesa.

Mientras atiende la caja, explica que el negocio es diez años menor que él aunque

luzca como nuevo, debido a la reciente remodelación que experimentó promovida por

sus dueños ya que “la zona es más segura ahora, y además, muchos de los equipos de

aquí estaban dañados.”

Según Pereira ha mejorado la seguridad de Sabana Grande y en La Tinaja lo han

sentido, puesto que este año no los han robado mientras que el año pasado fueron

víctimas de tres atracos.

Ante la interrogante que busca indagar si ahora llegan más clientes al local, Pereira

contesta negativamente. “No, casi igual, lo que cambió fue la clientela. Antes venían

más buhoneros y ahora viene gente de otro tipo, más familias.” Sin embargo, él cree

que la situación va a mejorar con el paso del tiempo, cuando la gente retome la

confianza en la zona como un sitio seguro y agradable.

De todos los cambios, el que llama más la atención del encargado de la tasca es la

iluminación en la noche. “Aquí la que había iluminación… pero de la luna. Los

buhoneros destruyeron todo, así que la luz nocturna de hora proviene de postes

nuevos.”

Pero estos cambios, además de beneficiar al negocio, han incidido en el propio

Pereira, quien asegura que ahora le provoca pasear por Sabana Grande y a veces lo

103

hace, cuando le queda tiempo, a diferencia del año pasado en el que no era una

opción para él transitar por el boulevard por el miedo que sentía a ser víctima de un

asalto.

Mientras tanto, los dueños de La Tinaja se plantean la posibilidad de unirse con otros

comerciantes para mantener el nuevo estado del boulevard, porque, según dice

Pereira, “en la unión está la fuerza”. Pero esta unión sería sólo entre pares, porque

con los residentes de la zona y con los que visitan la tasca la relación es muy poca o

estrictamente comercial.

Desde la barra, Pereira reflexiona ante la interrogante que se plantea si la zona está

siendo de nuevo un lugar de encuentro. “Está en eso, ha cambiado la mentalidad de

las personas, están agarrando confianza nuevamente.”

En la siguiente cuadra, los que no visitan los negocios o que no caminan, se sientan

en los banquitos, cuando la intensidad del sol lo permite. Allí los adoquines del piso

están llenos de restos de pintura en algunos sectores, ya que esta es una de las paradas

donde Fundarte realiza los talleres artísticos dedicados a los niños los fines de

semana. En un lugar cercano se encuentra el primer módulo policial del sector, y casi

en frente, la calle Asunción, mejor conocida como “El callejón de la puñalada”.

Este callejón, perpendicular al boulevard, conserva en algún grado lo que fue Sabana

Grande hace algunas décadas. Algunos restaurantes pequeños tienen sus mesas en las

calles sin techar, bajo unas palmeras secas que también le dan sombra a la Galería de

Arte Asunción. Un spa y una peluquería terminan de ocupar el espacio, decorado con

un mural muy colorido dedicado al “Chino” Valera Mora y a la República del Este.

Al frente del callejón, está una calle que da hacia la avenida Casanova, donde se

ubica un edificio de ladrillos de 4 pisos, en el que vive desde que era niña Mariana

104

Sequera, una joven de 24 años recién egresada de la escuela de filosofía de la

Universidad Central de Venezuela.

Mariana Sequera “Puedo salir de paseo en busca de inspiración”.

El abuelo de Sequera formó parte de la construcción del edificio; cuando murió se lo

dejó a su esposa, que a su vez se lo dejó a su hija, que finalmente se lo dejó a la

joven. Este inmueble forma parte del 1.5 % de los inmuebles de la zona que son

exclusivamente residenciales (Vivas y otros, 2007).

En su niñez, en los años 80, Sequera recuerda al boulevard como un lugar muy lindo

y muy tranquilo para pasear, pero luego con los buhoneros, todo cambió. “Era

asqueroso, me intentaron robar como treinta veces. El regetón era a toda hora, a todo

volumen tres canciones distintas. Ir al metro, que queda a una cuadra, era el infierno,

no me provocaba salir de casa, pero con el regetón sólo me provocaba salir de casa,

entonces estaba de lo más esquizofrénica”, asegura divertida.

Ahora considera que el boulevard es más bonito, pero con negocios más modernos y

con el peligro de siempre de ser asaltada, aunque no con tantas probabilidades como

antes. Sin embargo Sequera sale a caminar, a sentarse en los banquitos o a tomarse

algo en algún café cercano.

“Sí me provoca buscar inspiración puedo salir de paseo. Ahora me voy caminando

hasta el trabajo y hago mercado en el boulevard y no en la Libertador, que es súper

peligroso”, señala esta joven, quien ahora experimenta un mayor sentimiento de

tranquilidad por todos los cambios recientes.

Los vecinos de esta filósofa de cabello color fucsia nunca han tenido relación con

ella, porque sus amigos son gente de la universidad principalmente. Tampoco

interactúa con los comerciantes, aunque ahora utiliza más las tiendas en caso de que

necesite algo que ellas le ofrezcan.

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Con ambos grupos podría relacionarse si se decide a participar en el consejo comunal.

“Pensé en meterme, y eso que ese tipo de cosas no me interesa generalmente. La zona

había llegado a tal punto de decadencia en todo sentido, que pensé en hacerlo”,

confiesa.

Si se sigue caminando hacia el boulevard en dirección este se llega al Centro

Comercial Sabana Grande, que según su vigilante se ha reactivado en los últimos

meses, a diferencia del año pasado cuando el lugar estaba desolado para estas fechas.

Allí la familia Contorianos tiene una boutique de ropa para damas desde hace más de

20 años.

Juan Contorianos: “Llevo el boulevard en la sangre”.

George Contorianos y Juan Contorianos, padre e hijo, se encargan de la boutique

Georkins, que da hacia el frente del boulevard. Su historia en esta zona comenzó

cuando Contorianos padre se fue de Grecia y llegó hasta Venezuela después de la

segunda guerra mundial buscando mejores oportunidades de vida.

En este país se quedó y tuvo cuatro hijos, de los cuales Juan es quien lo ha ayudado

en el negocio desde los comienzos, cuando tenían tres tiendas. Las ventas cayeron

con la proliferación de los buhoneros y tuvieron que cerrar dos de ellas.

Sin embargo antes del caos, cerca de 600 dueños de tiendas de la zona se habían

agrupado en la Asociación de comerciantes formales de Sabana Grande, que se

constituyó a comienzos de la década de los 90 debido a la preocupación generada por

el aumento cada vez más fuerte de los vendedores informales en la zona, según narra

Contorianos hijo.

Según este comerciante, durante la Alcaldía de Claudio Fermín, entre 1989 y 1992,

no se apoyó en gran medida la iniciativa de la asociación; durante la siguiente

gestión, a cargo de Aristóbulo Istúriz, se organizó al comercio informal y se redujo su

número; pero el cambio efectivo se dio cuando llegó Antonio Ledesma en 1995 a la

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alcaldía, ya que mantuvo al boulevard en buenas condiciones y libre de los

buhoneros.

Sin embargo, desde hace 8 años para acá la situación de las ventas en las calles llegó

a su peor punto, bajo el mandato de Bernal, quien paradójicamente fue el que

recientemente desalojó a los informales de Sabana Grande. Durante ese tiempo la

asociación se extinguió, porque los problemas eran muchos y además cerca de 40 %

de los comerciantes formales se fueron de la zona.

Con la invasión, como la llama Contorianos, Sabana Grande se llenó de negocios

“estilo Catia, es decir, con puras zapaterías con remates y cartones anunciando

ofertas. Esa no es la esencia de la zona, pero la anarquía y la plaga que cayó deterioró

al boulevard, que se volvió marginal”, opina el comerciante.

Por otro lado, destaca que con los buhoneros la delincuencia estaba desatada. Aunque

nunca lo atracaron, asegura haber presenciado escenas grotescas, como un hombre

metiéndole puñaladas a otro un sábado de diciembre de 2005, sin que la gente

pudiera hacer nada porque los delincuentes mandaban en el sector y no había casi

presencia policial.

“Gracias a Dios que se limpió Sabana Grande y a parte de eso hay más policías. En lo

que va de año yo personalmente no he visto un atraco con mis ojos” afirma

Contorianos, quien asegura que además el lugar está mucho más limpio y despejado,

aunque considera que los contenedores no deberían estar en el boulevard sino en las

avenidas adyacentes para que los transeúntes no sientan los malos olores.

Según él, en conjunto se han dado condiciones que han mejorado las ventas de su

boutique, especialmente en los últimos meses, y seguirán mejorando a la larga si se

sigue manteniendo el boulevard limpio, seguro y progresivamente se vaya

embelleciendo.

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Desde su tienda ha podido percatarse de que acude casi la misma cantidad de gente a

Sabana Grande, ya sea a visitar las tiendas o a transitar por la calle en el día, con la

diferencia de que ahora van personas que no iban antes. “Este boulevard recibe gente

de todas partes de Venezuela. Nosotros le damos factura a gente de todos lados, hay

muchos turistas, no sólo gente de Caracas. El nivel de público bajó, antes era de

mayor poder adquisitivo, ahora se está retomando poco a poco”, explica.

Los beneficios para este hombre alto y delgado de 44 años también se traducen en

bienestares personales, como por ejemplo la satisfacción que siente al poder transitar

libremente por Sabana Grande, a diferencia de otras épocas, cuando consideraba al

lugar como incómodo y estresante.

El bienestar es aún mayor por la identificación que siente por el boulevard: “Yo llevo

el boulevard en la sangre, hemos tenido tantos eventos, hemos luchado, trabajado,

hemos hecho negocios, los hemos perdido. Nosotros nos mantenemos porque estamos

comprometidos con el boulevard, más allá de la parte comercial.”

Parte de ese sentimiento es el que lo impulsa a reactivar la participación de los

comerciantes, pero en vez de hacerlo tratando de revivir la asociación extinta, lo hace

con su participación en el Consejo Comunal que se está formando con gente desde

Plaza Venezuela hasta la estación del metro de Sabana Grande.

Según Contorianos, la nueva organización es la más idónea en este momento, porque

es la figura promovida por el gobierno, e incluye a vecinos, comerciantes, etc., y se

perfila legalmente con recursos y autoridad en la zona.

Se esperan elecciones en octubre para elegir a los directivos del consejo comunal, que

ha tenido algunas dificultades para formarse por la apatía. “Hay baja participación de

los comerciantes, porque no van a dejar su comercio para irse a la calle a trabajar en

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un consejo comunal o ir a reuniones, aunque aportan recursos para actividades en el

boulevard como el carnaval. También algunos vecinos se comprometen a participar

en el consejo y luego se echan para atrás”, asegura Contorianos.

Sin embargo, los que participan trabajan con muy buena comunicación y cordialidad,

incluso entre aquellos que tienen posiciones políticas encontradas, generándose así

una gran interacción mediante el trabajo social, a decir del comerciante.

Además de los compromisos con la comunidad que ha asumido, tiene una relación de

amistad con muchos de sus colegas: “Ahora con el boulevard limpio y bello estamos

empezando de nuevo a vernos las caras, a conversar, a reunirnos.”

Con la mayoría de los transeúntes la relación es meramente comercial, aunque en

algunos casos han trascendido a vínculos más cercanos, como lazos amorosos o de

amistad.

Hay una relación mucho más cercana con los vecinos, porque se trata de gente con

quien comparte el mismo espacio la mayor parte del día. Así, asegura que conoce a

muchos residentes que de tanto pasar o por haber comprado en su tienda, lo conocen,

lo saludan y pasan un rato a conversar en su negocio.

Para este comerciante, la relación con todos los que hacen vida en el boulevard

empeoró con la presencia de los buhoneros, aunque cree que la situación irá

mejorando: “Con todos los cambios, de nuevo los comerciantes y los vecinos se irán

integrando. Tú no puedes esperar que después de 8 años de destrucción, de la noche a

la mañana tengas una maravilla, que todo sea fabuloso.”

Luego de pasar la boutique de dueños griegos, está el centro comercial City Market,

ampliado recientemente, luego un restaurante con mesas al aire libre, acompañado

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por distintos comercios mayoritariamente de zapaterías y una tienda de automóviles

que se inauguró hace algunos meses. El movimiento comercial también se siente con

los heladeros o con los señores que venden globos de helio de colores en la calle.

A partir de aquí, se ensancha el espacio para caminar y para albergar a los ríos de

gente que llenan la zona a cualquier hora del día. Cerca de las salidas de la estación

del metro de Sabana Grande, aprovechando la gran afluencia, se ubican los

“guapeadores”, que son los vendedores informales que ofrecen llamadas con la voz,

sin ningún cartel, mesa o teléfono ambulante, o que muestran discretamente su

mercancía a quienes pudieran comprársela.

En esta zona las tiendas, casi todas de zapatos, están cercanas a las grandes cadenas

de comida rápida como McDonalds, KFC y Arturos, al frente de las cuales se colocan

personajes inmóviles vestidos y pintados de blanco, y que se conocen como “las

estatuas vivientes”, ya que sólo se mueven y saludan a los que les ofrezcan una

moneda al pasar.

Seguramente muchos de quienes lo hacen son compradores de ropa en los locales que

se agrupan tanto en los centros comerciales como en centros de un solo piso de

minitiendas. A esta altura hay un núcleo en el boulevard de gran actividad comercial,

donde se ubica la jefatura civil de la parroquia El Recreo.

Al frente está la panadería Cloe que, según una de sus dependientas, ha aumentado

casi el doble las ventas desde que abrió sus puertas hace dos años, porque los

antiguos buhoneros casi no comían en el local. Mientras comparte sus percepciones,

se escuchan flautas desde el paso peatonal.

América India: la fusión en las flautas.

Con un cintillo de plumas largas y el rostro pintado como los indios Siux de

Norteamérica, los cuatro integrantes de la agrupación América India se ubican en el

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boulevard de Sabana Grande para tocar sus flautas globalizadas y recibir unas

monedas al tiempo que ofrecen su último disco reproducido de forma casera.

Todos estos músicos provienen de Ecuador, desde donde han viajado a varios países,

según cuentan, para llevar su música a otras latitudes y para satisfacer su deseo de

conocer el mundo. Ahora están en Venezuela, aprovechando el boulevard despejado

para tocar.

Mauricio Maigua es uno de ellos. Luego de una función de media hora bajo el sol de

las tres de la tarde de un sábado, recoge el dinero que le dejan los transeúntes al pasar

y también los que se agrupan alrededor para escuchar canciones como la de la

película “Titanic” en flautas ecuatorianas.

“Aquí lo que más le gusta a la gente es cuando hacemos música con las canciones del

grupo ABBA, con canciones como Chiquitita, por ejemplo. Fusionamos esas

canciones a nuestro estilo, con nuestros instrumentos autóctonos como las quenas,

quenillas, zampoñas y flautas que tenemos”, explica Maigua.

La fusión también se da con la vestimenta, porque aunque inicialmente Maigua

señaló que la misma era la que usaban sus antepasados Incas, explicó luego que tiene

más que ver con los indios que ven en las películas, que usan plumas en la cabeza,

chaleco con flecos, una especie de guayuco también con flecos sobre los pantalones,

y otros accesorios.

La agrupación de seis años de antiguedad, ha tenido ciertos problemas con la

autoridad para mostrar su música. “Hemos tenido que colaborar con ellos y ellos

colaboran con nosotros. Han pedido refrescos, cosas así”, asegura Maigua,

cambiando el tema para no ahondar en detalles.

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Con los comerciantes los integrantes de América India no han tenido ningún

problema; de hecho, estos músicos consideran que su presencia en el boulevard les

mejora las ventas a las tiendas, puesto que atraen transeúntes que son potenciales

clientes.

Según Maigua, los vecinos tienen posiciones encontradas frente a la agrupación:

“Unos nos ven con admiración, a otros no les gustamos pero no nos los dicen de

frente. Pero como nosotros no lastimamos a ninguna persona, no hay problema”.

Pero con quien mejor se llevan y más se relacionan es con los vendedores

ambulantes, que los saludan al pasar y se quedan conversando un rato en cualquier

calle de Sabana Grande.

Más hacia el este del boulevard siguen vendedores de pompas de jabón frente a las

tiendas y a otro restauran que vende de todo un poco y que pone vallenato y reguetón

para complacer a los clientes. Desde un banquito, pueden verse tiendas de telas y

librerías que antes casi no se veían por los tarantines buhoneriles, junto a locales de

ropa íntima. La escena la ve Roberto Martínez, que hace tiempo sentado para una cita

que tiene en El Gran Café una hora más tarde.

Roberto Martínez: “Sabana Grande es el hígado de Caracas”.

Martínez es un profesor de literatura de 30 años de edad que conoce el boulevard de

antes y después de los buhoneros, porque viene al lugar con la misma frecuencia que

mantenía hace un año.

En sus antiguas visitas compraba en las tiendas o a los vendedores informales,

dependiendo de lo que estuviera buscando, y también le gustaba recorrer sitios como

La Tinaja y El Gran Café, porque allí podía observar todo un mundo de constante

actividad, en medio del caos informal. “Los buhoneros no me impedían ir, eran sólo

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parte de un paisaje más estrafalario, complejo e incómodo que igual disfrutaba”,

asegura.

En aquel momento, este hombre rubio y delgado veía pasar a transeúntes que lucían

la mayor parte del tiempo apurados, asustados o “pendientes de hacer alguna

trastada”, mientras que los que ve ahora están más confiados y parecen verdaderos

paseantes que caminan por el placer de caminar mirando.

Él se reconoce como uno de los últimos, al desplazarse por el boulevard y haber

podido observar que está más limpio y sin buhoneros, a diferencia de la situación

anterior, que a mucha gente se le hacía intolerable. Sin embargo, él no se posiciona en

ningún extremo, porque afirma que le gustaba tanto el caos antiguo como la calma

actual.

“Por ejemplo, antes pasaba largo rato viendo las películas y discos piratas, ahora

camino y veo, me puedo mover por todos lados, y descubro pequeños tesoros

escondidos. Uno de ellos está en el edificio Araure, sobre la heladería Poma, cuyas

escaleras vista desde abajo forman un óvalo enorme que se extiende cinco o seis pisos

y es hermoso”, relata.

Pese a que acude a Sabana Grande con alguna frecuencia, Martínez no se siente

identificado con el boulevard, y en esa extrañeza que le produce el lugar encuentra la

fascinación por visitarlo y observar de cerca su dinámica.

La cita que tiene momentos luego de la entrevista es con uno de los tres amigos que

también han disfrutado el Gran Café en sus diferentes etapas, tanto lleno de

buhoneros, como sin ellos. Sólo con estos amigos Martínez interactúa en este espacio,

porque no se considera sociable para abordar desconocidos como transeúntes,

residentes o comerciantes de la zona.

Ante la interrogante sobre si en el boulevard actual se le haría más fácil reunirse con

sus amigos o con su pareja, Martínez responde que debería ser así, no sólo para él,

113

sino para todos los ciudadanos de Caracas, ya que se trata de un espacio vital de la

ciudad.

“Sabana Grande es para mí algo así como el hígado de Caracas. Tuvo cirrosis muchos

años ahora está curada. No es el corazón, ni los pulmones, pero es importantísima

para el funcionamiento de Caracas, para que la ciudad sea lo que es”, asegura.

Ya es hora de que Martínez siga su trayecto hacia El Gran Café, pero la observación

continúa en sentido contrario, hacia el este. A dos cuadras de Chacaíto, un señor

menudo y de bigotes suele pararse en una esquina del boulevard, para anunciar con

un altavoz la presencia de la Gran Feria de Sabana Grande a una cuadra, en la

avenida Casanova.

A diferencia de los tiempos en que atravesar el laberinto de tarantines sin tropezar

con otra gente era una tarea casi titánica, en la nueva feria de los buhoneros sobra

espacio y tiempo para comprar, tanto que algunos de los vendedores aprovechan para

hacer la siesta un sábado en la tarde por la falta de clientes. Artesanos y comerciantes

de mer4cancía diversa están mezclados en este espacio que se supone temporal, y que

cuenta con locales cedidos a vendedores informales, que en algunos casos

permanecen vacíos.

Los caminantes que le hacen caso omiso al anuncio de la feria, y siguen por el

boulevard, al poco tiempo encuentran al esqueleto del edificio Insimar, el cual se

había prometido para finales de este año cuando daría lugar a miles de buhoneros, y

que sin embargo sólo tiene el esqueleto construido. Frente a este edificio, muchas

tardes se paran mimos, cantantes de tango o estatuas vivientes, a mostrar su arte en la

vía pública.

Casi llegando a Chacaíto hay una feria grande de comida rápida y una tienda de

discos que compite con una calle perpendicular al boulevard donde aún sobreviven

114

las ventas informales de discos piratas. Toda la escena pueden observarla los que

acuden a la iglesia Oración fuerte al Espíritu Santo, que ocupa lo que antes fue el cine

Broadway.

Ya a estas alturas hay una gran franja amarilla que marca el límite entre el municipio

Libertador y el municipio Chacao. Cerca de esta franja se paran vendedores

ambulantes de lentes de contacto y otros que ofrecen llamadas, muy cerca de un

puente donde, según el kioskero más cercano, se ubican los delincuentes cuando no

hay presencia policial.

Al final del boulevard, se abre el espacio para la plaza Brión. Allí está el centro

comercial Chacaíto, que fue un hito en su inauguración, hay muchos banquitos

siempre repletos y un gran flujo de personas que vienen desde el metro o de la parada

de autobuses cercana al lugar.

Del lado sur de la plaza suelen estar reunidos en el suelo muchos indigentes,

durmiendo a pleno sol y con las necesidades de alimento y aseo marcadas en el

cuerpo. Según el jefe civil de El Recreo, muchas de estas personas son quienes roban

los postes y las estructuras metálicas del boulevard, para venderlas como chatarra y

cambiarlas por droga.

Pero la plaza no duerme y hierve en actividad. Los viandantes pueden encontrarse

con la palabra de Dios que anuncian los predicadores, con los bailarines de break

dance que practican sus piruetas, con los jugadores de ajedrez, siempre concentrados

en el tablero, o con los residentes que pasan por el lugar.

Zulay Álvarez “Sabana Grande era la vida de uno”.

Zulay Álvarez tiene viviendo 48 años en el edificio Royal Palace, cercano a una de

las salidas del metro de Chacaíto. Llegó allí con 27 años junto a su familia y desde

entonces ha hecho vida en la zona y ha luchado contra los buhoneros que han querido

instalarse en la plaza Brión.

115

“Cuando llegamos esto era una belleza, con palmeras, y esto no era plaza sino la

avenida Francisco de Miranda. No había era este congestionamiento actual que hay

de transporte y de personas”, asegura esta profesional en Relaciones Públicas, quien

hizo dirigencia gremial con sus colegas, además de la dirigencia vecinal en Sabana

Grande.

El edificio donde vive forma parte del 6 % de los inmuebles que combinan el uso

residencial, comercial y de oficinas, aunque los apartamentos que quedan allí con

residentes son pocos.

Durante mucho tiempo, Álvarez estuvo en la asociación de vecinos de El Bosque y

logró que cerca de 1993 se desalojara a la economía informal de la plaza, que desde

ese momento empezó a ubicarse en el boulevard sólo en el tramo que está dentro del

municipio Libertador, dejando libre de esta forma a la plaza Brión.

Con los buhoneros en la mayor parte del boulevard, Álvarez se abstuvo por años de

caminar dentro de él, puesto que además de que se le hacía difícil atravesar con sus

75 años los apretujados tarantines, sentía que la zona era extremadamente insegura:

“Antes vivía aterrorizada al salir por aquí mismo. Uno sabía cuando salía pero no

sabía si volvía”.

Para ella, la mejora en la seguridad es el cambio más importante que ha acontecido

durante este año en la zona, aunque todavía existen problemas en este sentido: “Al

eliminar los buhoneros se disminuyeron los ladrones y la cantidad de robos, pero en

los últimos días han empezando a aparecer nuevamente. Aquí en el Centro Comercial

Chacaíto han estado robando, robaron en Beco y la policía ha tenido que incrementar

las labores de seguridad”, relata.

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Según ella, una de las razones principales de los robos en la plaza es la gran cantidad

de gente que pasa, que proviene tanto del metro como del terminal de autobuses

adyacente, el cual ofrece rutas hacia distintos lugares de Caracas.

Con la salida reciente del comercio informal, esta señora volvió a caminar por el

boulevard con una tranquilidad que no sentía desde hace muchos años, puesto que

ahora cree que es menor el peligro de ser atracada.

Ahora con la zona despejada y con mayor presencia policial, lo camina con bastante

frecuencia, para hacer un poco de ejercicio y para hacer sus compras, pero temprano

en la mañana para evitar el congestionamiento de personas.

En esos paseos Álvarez ha podido forjarse la opinión de que Sabana Grande perdió su

esencia, aunque ahora están tratando de reconquistarla. “Ojalá tengan éxito, porque

Sabana Grande era la vida de uno”, rememora con nostalgia.

Por ahora, cree que el boulevard no es un sitio de encuentro para ver a los amigos o

conocer gente nueva, principalmente porque hay pocos lugares donde se pueda dar

esa reunión, ya que la mayoría de las tiendas del lugar son zapaterías.

En este sentido, afirma que “antes uno salía, se sentaba en una de las fuentes de soda,

pero con los buhoneros cambió radicalmente el boulevard, que era un sitio de

concentración de todas partes de la ciudad, uno se conseguía gente conocida de todos

los lugares. Ahora es muy difícil, no está el comercio al que se estaba acostumbrado”.

Su relación con los residentes de la zona se concentró en su trabajo comunitario

realizado en la década de los 90, durante el cual asegura haber recibido amenazas de

muerte y de agresiones como represalia por su labor para sacar a los buhoneros. Por

ahora se relaciona íntimamente sólo con sus amigos y conocidos de la zona.

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El extremo este de esta plaza está en reconstrucción, como todo este boulevard, donde

la gente de la ciudad se ha volcado a caminar, a comprar o a encontrarse, en cualquier

hora del día, cualquier día de la semana, en flujos constantes que no paran hasta que

llega la noche y la inseguridad, y sólo unos pocos locales abren sus puertas.

José, Mariana, Juan, Mauricio, Zulay y Roberto, forman parte del 74% de los

caraqueños que consideran que el cambio y recuperación del bulevar de Sabana

Grande ha resultado "muy positivo", según demostró un sondeo realizado por Voz

Comunitaria entre cien habitantes de la capital, de acuerdo a lo publicado por el diario

El Universal el 10 febrero de este año.

Un 90% de las personas consultadas afirmaron haber ido al bulevar antes y después

de su rehabilitación para el uso público y peatonal, y de este grupo la mitad se

declararon más interesados en visitar Sabana Grande después que los buhoneros

fueron desalojados.

La reubicación de los vendedores informales, con 28% de apoyo, es precisamente la

acción más agradecida por los capitalinos, seguida por la limpieza y recuperación de

zonas para peatones, con 12% cada uno.

Así, Sabana Grande ha abierto sus puertas a la diversidad de personas que confluyen

en la zona, que hacen y deshacen relaciones entre sí, que viven dentro del boulevard y

que le dan vida comunicativa a un espacio vital de la ciudad, la cual adolece de sitios

que promuevan el intercambio, la interacción y la generación de compromisos entre

los ciudadanos.

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V. A MODO DE CONCLUSIÓN: LA COMUNICACIÓN RENACE EN EL

CORAZÓN GEOGRÁFICO DE LA CIUDAD.

Sabana Grande ha vivido un proceso este año, en el cual ha recobrado condiciones

que permiten mayores posibilidades de comunicación entre la gente que se ha

volcado al lugar y llena sus calles a cualquier hora del día.

El nuevo respiro para el intercambio ciudadano, se ha dado principalmente por las

mejoras en la accesibilidad de Sabana Grande, que a su vez es escenario de una

diversidad significativa de personas y de usos diferenciados. Estas dos dimensiones

se cruzan y crean la riqueza de un espacio público.

El sociólogo Silverio González aseguró que “un espacio con accesibilidad y

diversidad de distintas miradas es comunicativo. Nada más con el cruce de personas,

de posibilidades, de encuentros de distinto tipo, que pueden ser visuales, perceptivos

o de interrelación más directa, se da la comunicación”.

Lugares donde todo esto ocurra no abundan en Caracas, ya que los automóviles le han

ganado espacio al peatón, de forma tal que los nuevos espacios de reunión son las

licorerías, los espacios baldíos de las urbanizaciones, y sobre todo los centros

comerciales.

Sabana Grande tampoco era accesible con los buhoneros, porque la inseguridad hacía

que muchas personas no se acercaran al lugar, además que el tránsito peatonal se

complicaba por el atiborramiento de puestos informales, que no sólo tomaban la calle,

sino también los banquitos y en general todos los espacios que podrían servir para el

disfrute y tranquilidad del usuario.

Además, la zona no tenía diversidad de usos, puesto que lo que se daba

mayoritariamente era el intercambio comercial de todo tipo en la calle, que era tan

119

predominante que dejaba muy poco lugar a cualquier otro tipo de interacción, como

la que se puede dar entre dos desconocidos que se sientan en un banco a ver la gente

pasar.

Sin embargo en otra época, la zona de Sabana Grande si era accesible y diversa.

Desde los años 50, el lugar se convirtió en el nuevo lugar para los inmigrantes que

llegaban en masa a montar tascas o locales que eran lo más chic de la ciudad para ese

entonces.

Los 60 y los 70 fueron la época de oro del boulevard, por lo menos para la clase

intelectual que disfrutaba la noche en la zona, en una actividad creativa y asociada a

la izquierda que dio como frutos asociaciones literarias y también políticas, cuyo

recuerdo perdura hasta hoy.

El metro facilitó la accesibilidad del lugar, que al democratizarse empezó a cambiar

algunos comercios de lujo por otros de carácter masivo. La falta de reglamentación

política y la crisis económica del país, permitió que poco a poco los buhoneros

ocuparan la zona hasta llegar el año 2006, cuando no se podía salir a pasear por el

boulevard.

Sabana Grande no es la misma que fue

Como es sabido por todos los caraqueños, esta situación cambió luego de las

transformaciones en el área de la limpieza, la seguridad y la recreación en la Sabana

Grande, que la volvieron más accesible, al menos en el día cuando hay presencia

policial.

Y es que la noche de Sabana Grande es igual a la del año pasado, es decir, muy

peligrosa para los transeúntes, a diferencia de otras épocas cuando la bohemia

caraqueña podía desarrollarse en la nocturnidad propia del boulevard.

120

La Sabana Grande actual tampoco tiene los mismos comercios de antes, porque ahora

hay una mayoría de actividad comercial concentrada en las zapaterías, mientras que

sólo el tramo cercano a la Plaza Venezuela concentra un puñado de cafés y

restaurantes, cuyos dueños han percibido una clientela distinta y más familiar durante

lo que va de año. Además, se ha registrado un empobrecimiento paulatino en la zona,

con respecto a lo que alguna vez fue.

Sin embargo, hay algunas coincidencias con aquel pasado lleno de promesas y de

fecundidad, ya que en el presente se está experimentando la posibilidad de caminar

por Sabana Grande y de disfrutar del paseo, de la contemplación y del intercambio

que trasciende el ámbito meramente comercial.

Y es que el boulevard afianzó algunos atributos propios del espacio público, como

son el libre acceso de personas; la pluralidad de usos, como actividades artísticas, de

comercio, de comunicación, de entretenimiento; y la puesta en práctica de la

tolerancia, porque por el lugar pasean personas de distintas razas y condiciones

sociales; en fin, es un espacio que está volviendo a ser de uso y pertenencia colectiva,

al no estar apropiado exclusivamente por el comercio informal.

Es de hacer notar que varias de las personas que hacen vida en el boulevard

consideran que el lugar recibe prácticamente la misma cantidad de gente que recibía

el año pasado, con la diferencia de que ahora acude otro tipo de personas, que buscan

el paseo, la distracción y no sólo el intercambio comercial.

La gente se ha lanzado de tal modo a la calle, que el arquitecto William Niño Araque

siente que en puntos como El Gran Café un viernes en la noche, con música a todo

volumen, se está dando una gran comilona del espacio público, sin reglas que rijan la

convivencia.

121

“Yo siento que ahora hay una especie de libertad suprema, un descubrimiento del

espacio público que tiene a la gente, a mi manera de ver, enloquecida. Hay como una

gran comilona de espacio público, un vértigo, un paroxismo del libertinaje en el uso

del espacio público. Están embriagados de libertad de paisaje, que es como un nuevo

descubrimiento. Y esto es como canibalesco, una manera de recuperar un trozo de la

ciudad mediante un uso brutal”, asegura.

Cree que este proceso es transitorio, en la medida en que la gente se acostumbre a

usar el espacio, en el cual podría reflejarse una recomposición del tejido social, lo

cual significa la no exclusión y la tolerancia que le permiten a los ciudadanos

encontrar la felicidad que no consiguen en los pequeños lugares donde viven.

Nuevos intercambios, interacciones y compromisos

En la nueva dinámica del boulevard, pueden encontrarse intercambios especialmente

comerciales; interacciones, que implican relaciones de amistad, de sociabilidad o de

encuentro; y compromisos, en los cuales las personas se interrelacionan para generar

acuerdos.

Estos tres niveles de comunicación ciudadana están teniendo nuevas oportunidades de

surgir en este espacio, que está empezando a ser suelo fértil para que se produzca la

interrelación de personas al retomar su condición espació público.

De esta forma, actores de los espacios íntimos, como son los residentes de la zona, se

relacionan con otros pertenecientes al espacio privado, como los comerciantes, y

éstos a su vez con las personas típicas de los espacios públicos, como son los

transeúntes y artistas de calle, entre otros.

Este año se han generado nuevas relaciones entre estos tres grupos, mayoritariamente

enfocados en el comercio, aunque también se dan reencuentros y relaciones entre

122

comerciantes, transeúntes, artistas de calle y vecinos, y en menor grado, compromisos

entre los tres grupos mediante la participación en asociaciones como los consejos

comunales.

En las entrevistas con personas que hacen vida en el boulevard, todos manifestaron

un aumento en la intercambio comercial con los comerciantes formales de la zona,

con respecto al año pasado cuando mantenían bajas ventas, lo cual tienen mucho que

ver con la percepción de las mejoras en la seguridad y limpieza que todos aseguraron

haber percibido.

Por estas mismas razones les provoca pasear por el boulevard o sentarse en sus

bancos, tal como el caso de Mariana Sequera que siente que puede caminar por

Sabana Grande en busca de inspiración, o como Zulay Álvarez, que visitó el

boulevard este año luego de tener años sin poner un pie dentro de él, al considerarlo

un sitio más seguro y más limpio.

Es que además de una visión objetiva de las mejoras, las personas dicen sentir un

mayor disfrute en Sabana Grande, el cual es muy significativo principalmente para la

gente que hace vida en este espacio desde hace muchos años.

En el que caso de los residentes y comerciantes, las nuevas visitas al boulevard les

han permitido reencontrarse con tiendas que ya no recordaban, y con comerciantes y

vecinos de la zona que tenían muchos años sin ver.

Los que tienen mayor confianza son los más propensos a conocer a gente nueva y a

construir relaciones de amistad, al igual que las personas que sienten que la zona

responde a sus necesidades de distracción, como es el caso de Roberto Martínez, que

se encuentra con amigos en sitios emblemáticos como El Gran Café desde la época en

que estaban los buhoneros.

123

También interactúan los vecinos, comerciantes y transeúntes con los artistas de calle,

que con el boulevard despejado tienen la oportunidad de comunicar su arte, tal como

es el caso de los flautistas ecuatorianos, de las estatuas vivientes, de los mimos, de los

trompetistas, así como los talleres artísticos los fines de semana en los que los niños

tienen la oportunidad de expresarse con pinturas, arcilla o creyones.

La mayoría de la interacción entre los que transitan por el boulevard por distintos

motivos se da de forma visual compartida, ya que la gente al transitar tiene

conciencia, luego de muchos años, de estar compartiendo el espacio en igualdad de

condiciones, lo cual es uno de los placeres que ofrecen las grandes ciudades, según lo

señaló Tulio Hernández.

“Sólo compartir el mismo espacio en igualdad de condiciones, sólo formar parte de

una especie de coreografía secreta que alguien organiza y que nadie decide, es lo que

hace a la vida urbana algo digno de vivir, algo placentero”, aseguró.

En otros casos, la interrelación comunicativa llega a figuras de organizaciones

comunitarias constituidas este año, como el consejo comunal que se está formando

con los vecinos y comerciantes ubicados desde la estación de Plaza Venezuela hasta

la estación de Sabana Grande, quienes buscar asociarse para resolver los problemas

de la zona, motivados por las mejoras que han experimentado con el reciente desalojo

de los buhoneros.

Pese a que se reconoce una gran apatía para participar, algunos piensan en

incorporarse, como es el caso de Pereira, quien considera que los comerciantes unidos

pueden ser más fuertes a la hora de mantener a Sabana Grande con las mejoras que

presenta actualmente.

Los jueves a las 4:00 de la tarde el consejo comunal se reúne en el Centro Comercial

City Market, integrado por personas que en su mayoría tienen muchos años en

124

Sabana Grande, como es el caso de Juan Contorianos, quien se identifica tanto con el

boulevard que se siente motivado a dedicarle parte de su tiempo para resolver sus

problemas y mantenerlo libre de buhoneros.

Estos tres niveles de comunicación, con intercambios, interacciones y generaciones

de compromisos, confluyen en los actos colectivos que han tomado como escenario el

boulevard.

Por ejemplo, vecinos, comerciantes y autoridades se pusieron de acuerdo, por primera

vez en casi diez años, para organizar las festividades de los carnavales, en donde la

gente interactuó entre sí e intercambio maneras de celebrar y de vivir una fecha

festiva como ésta. Igualmente sucedió con las celebraciones que se dieron en el lugar

en la semana aniversario de Caracas, y en la Copa América.

El futuro: Responsabilidad ciudadana y voluntad política

Sin embargo, no podría decirse que la comunicación está en todo su esplendor en el

boulevard, porque la gente aún tiene miedo a relacionarse con los otros, lo cual es

natural en una sociedad como la caraqueña, con elevados índices delictivos, y en la

que la gente ya ve al extraño como un posible atacante.

Esta situación habla de una baja sociabilidad, que implica la poca fuerza de una

identidad colectiva que unifique a los habitantes de esta urbe bajo una memoria

común como ciudadanos de Caracas.

Sabana Grande refleja esta condición, ya que el arraigo hacia la zona sólo lo tienen

los que hacen vida en el lugar desde hace muchos años y conocen su historia,

mientras que los otros lo ven como un lugar de paso, y no tienen la conciencia de toda

la vida prolífica que experimentó el boulevard en otras décadas.

125

Eso no ocurre sólo en este sector, porque para especialistas y funcionarios, pareciera

que aquí en Caracas la gente no quiere a su ciudad, ya que la ensucia, la maltrata, no

la valora, etc.

Y esto es un punto fundamental para el mantenimiento de Sabana Grande y de sus

actuales posibilidades comunicativas, puesto que si las personas no toman conciencia

de que tienen que cuidar el espacio, los esfuerzos de las autoridades se verán

mermados y el espacio público tarde o temprano dejará de serlo, para privatizarse o

deteriorarse nuevamente.

La responsabilidad no es sólo ciudadana, puesto que hace falta que se mantenga la

voluntad política para mantener a raya a los buhoneros, como sucedió luego de las

elecciones presidenciales de 2006.

Mantener a los buhoneros en Sabana Grande como una acción clientelar para obtener

votos no parece la manera más adecuada para abordar los problemas de la ciudad, ya

que bajo esa premisa los conflictos pueden seguir manteniéndose porque convienen

políticamente, o porque ganar alguna elección es más importante que solventar las

problemáticas que día a día viven los ciudadanos.

Tampoco es posible considerar que el cambio de Sabana Grande será sustentable si

no se cumplen las ordenanzas que surjan en base a las ideas ganadoras del Concurso

para la rehabilitación de Sabana Grande, promovido por el Centro de Arte La

Estancia.

El no cumplimiento de legislaciones no es nuevo en Caracas, puesto que en 2004 la

Alcaldía Mayor decretó una ordenanza sobre el espacio público y la trató de

implementar en Sabana Grande con vanos resultados. Una de las causas de este hecho

es la rivalidad política entre la Alcaldía de Caracas y la Alcaldía Mayor, que a quien

126

perjudica finalmente es a la ciudad y a los ciudadanos, que en muchos casos no

cuentan con entes coordinados que resuelvan sus problemáticas.

Pese a todos los obstáculos, Sabana Grande se transformó nuevamente en un espacio

público este año, abierto para todos los caraqueños. A pesar de los cambios, aún está

en proceso de recuperación en sus aspectos físicos, y en otros ámbitos menos

tangibles pero vitales para el funcionamiento de la ciudad, como es la integración y la

comunicación entre sus ciudadanos.

Poco a poco se están generando más intercambios, interacciones y compromisos entre

los caraqueños, que ahora tienen más puentes para comunicarse con los demás en una

Sabana Grande que ahora es más accesible y más diversa.

127

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134

ANEXOS

1. Entrevistas.

Especialistas:

- Lorenzo González. (Entrevista personal, 23 de Julio de 2007): Urbanista,

arquitecto y profesor del Departamento de Urbanismo de la Universidad

Simón Bolívar.

- William Niño Araque. (Entrevista personal, 27 de Julio de 2007):

Arquitecto y director suplente de la Fundación para la Cultura Urbana.

- Max Pedemonte. (Entrevista personal, 22 de Agosto de 2007): Arquitecto

jefe en la construcción de las obras del Metro y artista plástico.

- Marco Negrón. (Entrevista personal, 11 de Septiembre de 2007):

Arquitecto, profesor en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la

Universidad Central de Venezuela, donde fue Decano entre los años 1990

y 1996.

- Silverio González. (Entrevista personal, 11 de Septiembre de 2007):

Sociólogo, profesor del Departamento Planificación Urbana de la

Universidad Simón Bolívar.

- Atilio Romero. (Entrevista personal, 21 de Septiembre de 2007):

Arquitecto y profesor en la Escuela de Comunicación Social de la

Universidad Central de Venezuela.

- Tulio Hernández. (Entrevista personal, 2 de Octubre de 2007): Sociólogo,

columnista de El Nacional y asesor de la Fundación para la Cultura

Urbana.

Ciudadanos que hacen o hicieron vida en Sabana Grande:

- Carlos Noguera. (Entrevista personal 26 de Julio de 2007): Psicólogo,

poeta, cuentista, novelista, autor de la novela Historias de la Calle Lincoln

y actual presidente de Monteávila Editores.

135

- Francisco Massiani. (Entrevista personal 31 de Julio de 2007): Cuentista y

escritor, autor de la novela Piedra de Mar.

- Amadeo Mazukato. (Entrevista personal 17 de Agosto de 2007): maître

italiano, con amplia trayectoria en comida y vinos en el país, columnista

de el diario El Nacional.

- Juan Contorianos. (Entrevista personal 26 de Septiembre de 2007):

Comerciante, representante de la Asociación de Comerciantes de Sabana

Grande.

- Zulay Álvarez. (Entrevista personal 29 de Septiembre de 2007):

Relacionista público residente del boulevard de Sabana Grande.

- José Pereira. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Encargado de la

tasca- restaurant La Tinaja, ubicada en la parte oeste del boulevard de

Sabana Grande.

- Mauricio Maigua. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Integrante

de la agrupación ecuatoriana América India, que toca en los espacios

abiertos de Sabana Grande.

- Roberto Martínez. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Profesor de

literatura, transeúnte ocasional del boulevard y visitante esporádico de

locales de la zona como El Gran Café.

- Mariana Sequera. (Entrevista personal 7 de Octubre de 2007): Filósofa y

residente de Sabana Grande.

Funcionarios con injerencia en Sabana Grande:

- Miguel González. (Entrevista personal 3 de Mayo de 2007): Gerente de

Formación y Animación Cultural de la Fundación para la Cultura y las Artes

(Fundarte), organismo adscrito a la Alcaldía de Libertador.

- Silfredo Zambrano. (Entrevista personal 1 de Agosto de 2007): Presidente

de la Corporación de Servicios Municipales, organismo adscrito a la Alcaldía

Libertador.

136

- Freddy Bernal. (Rueda de prensa 3 de Agosto de 2007): Alcalde del

Municipio Libertador.

- Jesús Vargas. (Entrevista personal 27 de Agosto de 2007): Jefe Civil de la

parroquia El Recreo, la cual forma parte del Municipio Libertador.

- Virginia Vivas. (Entrevista personal 28 de Agosto de 2007): Arquitecta y

antropóloga, encargada del Concurso de ideas para la rehabilitación de Sabana

Grande organizado por el Centro de Arte la Estancia.

- Miguel Maestre. (Entrevista personal 1 de Octubre de 2007): Director de

la Oficina Técnica de Desarrollo Estratégico Urbano (ODEU), adscrita al Municipio

Libertador.

- Alexander García. (Entrevista personal 2 de Octubre de 2007):

Comandante del puesto de la Policía de Caracas ubicado en el boulevard de Sabana

Grande.

- Igor Colina. (Entrevista personal 3 de Octubre de 2007): Coordinador

tecnológico del proyecto Suass (Sistema Unificado Automatizado de Seguridad y

Salud), perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía

Metropolitana de Caracas.

- Leopoldo Provenzali. (Entrevista personal 22 de Agosto de 2007): Ex

secretario de la secretaría de Planificación y Ordenación Urbanística de la Alcaldía

Metropolitana de Caracas.

137

2. Matriz Mundo Humano.

Matriz Ciudadanos en CULTURA

Comunicación en la ciudad Prestaciones Comunidad Relaciones

(Mundo Humano) Natural Artificial Personas Grupos Petición Oferta

Afirmativos

C Razones Saber Poder Beneficio

I Declarativos (usar)

U

D Juicios

A Motivos Querer Estar Satisfacción

D Expresiones (disfrutar)

A

N Directivos

O Compromisos Intercambio Interacción Coordinar la comuni

S Promesas (aprecio y consumo) (realización) cación en el Vivir

Tener Crear ( Hacer y valorar)

138

3. Fotografías de Sabana Grande.

Las siguientes fotos provienen en su totalidad del Diagnóstico Integral para la

rehabilitación de Sabana Grande, realizado por el Centro de Arte La Estancia en el año

2007. A su vez, cada fotografía tiene adjunto su origen primario.

“Sabana Grande”. Un paisaje similar a éste debió observar el Consejero Lisboa

durante su visita a Caracas en 1852. Foto de Müller, 1923. Recuperado de Viejas

Fotos Actuales,

139

“Sabana grande, Venezuela. Calle

Principal. 1920”.

Recuperado de Ebay, Viejas Fotos

Actuales

“1935. Carretera del Este, entre

Maripérez y Sabana Grande”. Ruth

Neumann López. Caracas, amada

Caracas. Imágenes de su pasado

tomadas por Helmut Neumann. p.

75.

140

Avenida Abraham Lincoln, vista

oeste. 1952. Recuperado de Viejas

Fotos Actuales

La avenida de noche, “Calle Real

de Sabana Grande”. 1952.

Recuperado de Viejas Fotos

Actuales

141

Edificio

Los Andes

“Sabana Grande” 1960. Vista hacia el este de La Gran

Avenida y la Avenida Abraham Lincolm. Recuperado de

Viejas Fotos Actuales

“Sabana Grande, Av. Abraham Lincoln, 1960”.

Max Pedemonte. Rutas Paralelas. p. 25.

142

“Sabana Grande, Bulevar, 1984”. Max

Pedemonte. Rutas Paralelas. p. 25.

“La actividad comercial del sector se

entremezcla con la recreación, grupo de

ciclistas jóvenes, aprovechando el área de

circulación libre de tráfico automotor”. 1983.

El Metro de Caracas. p. 128.

“Sector de la Avenida Abraham Lincoln,

reurbanizado por el Metro de Caracas,

creando un espacio peatonal y recreativo”.

1983. El Metro de Caracas. p. 48.

143

Boulevard de Sabana Grande poblada de

comerciantes informales. 1996. Fotos:

Corbis.

Cine Broadway. 1996. Foto:

Corbis.

144

Vista aérea de Sabana Grande. 2006. Recuperado del Blog

Huguito. 2006

Sabana Grande poblada de

comerciantes informales.

2006.

145

Foto del boulevard de

Sabana Grande 2007