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Universidad Central de Venezuela.
Facultad de Humanidades y Educación.
Escuela de Comunicación Social.
La comunicación ciudadana prospera en Sabana Grande:
como un espacio público que se recupera ayuda a la interrelación de
los habitantes de Caracas.
Trabajo Especial de Grado para optar al título de Licenciado en Comunicación Social.
Presentado por:
Br.: Gladys Georgely Morín Licón.
Tutor: Profesor Atilio Romero.
Caracas, 2007.
3
AGRADECIMIENTOS.
Hacer este trabajo no hubiese sido posible sin el apoyo y amor de mi familia, de mi
hermana y de mi papá, pero sobre todo de mi mamá que siempre me ha sostenido y
ha confiado en mí en cualquier circunstancia.
Agradezco también el invaluable apoyo de Tulio Hernández a través de sus libros, sus
recomendaciones y su amistad, así como a mi tutor Atilio Romero y a la profesora
Moraima Guanipa.
Le doy las gracias a Daniel, mi compañero y mi amor, que ha estado conmigo desde
el inicio hasta el final de este proyecto, dándome su aliento y motivándome siempre a
seguir adelante y a cumplir las metas que me he trazado.
A mis amigos también les agradezco: al cariño inmenso de Víctor, al apoyo
incondicional de Wales, a las lecturas críticas de Migue, a los muchos libros y temas
de Fabi, al cable a tierra de Franche y a la invaluable ayuda de muchos otros, como
Luis Marciales, Chelo y Lorena, que me tendieron una mano desinteresadamente para
cumplir esta meta.
Finalmente debo agradecer al azar o al destino que me puso en este camino y me ha
permitido cultivar los conocimientos y las palabras más queridas para mí, que a su
vez me abren las puertas a nuevos trayectos.
4
ÍNDICE
Introducción…………………………………………………………………………...1
Primera parte. El Proyecto de tesis………………………………………………....5
I. Problema, objetivos e importancia………………………………………….6
II. Marco teórico…...………………………………………………………...10
La ciudad y sus dinámicas actuales…………………………………..10
Matices del espacio público………………………………………….15
La Comunicación en la Ciudad………………………………………20
III. Metodología…..………………………………………………………….23
IV. Conclusiones generales…..………………………………………………28
Segunda parte. El reportaje………………………………………………………..31
Capítulo I. El peatón está en desventaja en Caracas…..…………………......34
El automóvil, el niño predilecto de la ciudad………………………...41
El espacio público y la comunicación………………………………..47
Sabana Grande inicia un giro en Caracas…………………………….50
Capítulo II. Sabana Grande fue un lugar de encuentro……….……………...53
Una Sabana Grande “chic” en los 50………………………………...56
Los 60: La revolución estalla fuera y dentro de la avenida Lincoln…59
Los 70 y la Gran Venezuela en Sabana Grande……………………...63
Los 80: El metro y un nuevo boulevard……………………………...64
Los 90: Comienzo del caos informal………………………………...67
Capítulo III. Ahora sí se puede transitar por Sabana Grande…………..….....72
Se fueron para no volver……………………………………………..75
Limpieza y reparaciones a fondo en el boulevard……………………79
Seguro de día, inseguro de noche…………………………………….81
La diversión y el arte toman el boulevard……………………………84
Emergencia de las construcciones hechas y por construirse…………88
Todos pensando en y para Sabana Grande…………………………...90
5
Capítulo IV. Las nuevas relaciones en el boulevard……….………………..94
José Pereira: “En la unión está la fuerza”……………………………95
Mariana Sequera: “Puedo salir de paseo en busca de inspiración”….97
Juan Contorianos: “Llevo el boulevard en la sangre”………………..98
América India: la fusión en las flautas……………………………...102
Roberto Martínez: “Sabana Grande es el hígado de Caracas”……...104
Zulay Álvarez: “Sabana Grande era la vida de uno”……………….107
Capítulo V. A modo de conclusión: La comunicación renace en el corazón
geográfico de la ciudad………………………………………….………………….111
Sabana Grande no es la misma que fue……………………………..112
Nuevos intercambios, interacciones y compromisos……………….114
El futuro: responsabilidad ciudadana y voluntad política…………. 117
Referencias…………………………………………………………………………120
Anexos……………………………………………………………………………...127
6
RESUMEN
En una ciudad que carece de suficientes espacios públicos, Sabana Grande se ha
constituido como un espacio emblemático de este tipo en Caracas, principalmente
desde mediados del siglo XX. Esta condición cambió en la década de los 90, cuando
el comercio informal privatizó los espacios peatonales del boulevard, al imponer
mayoritariamente el intercambio comercial.
A comienzos de 2007 esta situación se transformó cuando los buhoneros fueron
desalojados de este espacio, lo cual fue el comienzo de una serie de mejoras que han
permitido que los peatones retomen el lugar y se interrelacionen en igualdad de
condiciones, tal como sucede en todos los sitios públicos.
De esta forma, las personas que hacen vida dentro de Sabana Grande, ya sea que
provengan de espacios públicos, íntimos o privados, han tenido nuevas oportunidades
de comunicarse entre sí mediante nuevos tipos de interacciones, intercambios y
compromisos, que apuntan hacia la integración ciudadana.
Palabras claves: Reportaje - espacio público - comunicación urbana – historia de
Sabana Grande - transformación del boulevard – intercambios - interacciones –
compromisos.
7
SUMMARY
In a city that lacks of enough public spaces, Sabana Grande has become an
emblematic space of that sort in Caracas, mainly since middle of 20th
century. This
condition changed in the 90's decade when the informal trade privatized the
pedestrian spaces of the boulevard imposing the trade exchange to the majority.
This situation changed at the beginning of 2007, when the peddlers were evacuated of
this space, which was the beginning of a series of improvements that have allowed
the pedestrians to take up again the place and get along with each other into equally
conditions, as such as happens in every public space.
In this way, the people that live inside of Sabana Grande, either if they come from
public or private spaces, have had new opportunities of communicate with each other
through new interactions types, exchanges and commitments, that point to the citizen
integration.
Key Terms: City-public space-urban communication-Sabana Grande's history-
boulevard's transformation-exchanges-interactions-commitments.
8
INTRODUCCIÓN.
En una ciudad con insuficientes y maltratados espacios públicos, está renaciendo un
lugar para los caminantes, los que pasean, los que quieren sentarse en un banquito a
ver pasar a la gente o quieren tomarse un café al aire libre y saludar al vecino.
Todo eso se puede hacer ahora en el boulevard de Sabana Grande que a principios de
este año se transformó radicalmente, al pasar de ser un lugar tomado por el comercio
informal a ser un espacio público donde hay mayores oportunidades de comunicación
entre los ciudadanos.
Esta es la hipótesis central de este trabajo de grado, que aborda un proceso novedoso,
reciente y de interés para la colectividad caraqueña, ya que se recuperó un lugar para
la tolerancia y el libre acceso donde se están dando nuevos contactos entre residentes,
comerciantes, transeúntes, artistas, etc.
La decisión de abordar el tema de la comunicación en los espacios públicos en un
sitio como Sabana Grande tiene que ver no sólo con el hecho de que haya sido
recientemente desalojado de los vendedores callejeros, sino también con todos los
procesos que han tenido como escenario al boulevard.
Esta zona ha vivido una serie de dinámicas a lo largo del siglo XX, que la hacen
representativa de la evolución y crecimiento de la ciudad de Caracas, puesto que cada
época de la ciudad ha tenido una manifestación fuerte en Sabana Grande.
Para planificar y construir el reportaje, se elaboró un proyecto presentado en la
primera parte de este trabajo, que incluye el problema de investigación, los objetivos
generales y específicos, el marco teórico, el marco metodológico y las conclusiones
generales del trabajo de grado, cuyo producto principal es el reportaje interpretativo,
ubicado en la segunda parte.
9
Luego de mostrar los objetivos y el problema, que se centran en la elaboración de un
reportaje interpretativo sobre las nuevas posibilidades de comunicación en Sabana
Grande, se presenta el marco teórico, donde se explica el tema de la ciudad y sus
dinámicas actuales bajo la perspectiva de varios autores, así como las definiciones de
espacio público y la manera como se entienden los procesos comunicativos urbanos.
Posteriormente se presenta el marco metodológico donde se exponen las formas de
planear, elaborar y estructurar un reportaje, y se explica la metodología Comunica-
Urbe, que muestra como abordar los niveles de comunicación entre ciudadanos en
una ciudad.
Las conclusiones generales finalizan la primera parte, y se limitan a reseñar el logro
de los objetivos propuestos en este trabajo, el aprendizaje que se logró con su
realización, y las recomendaciones y propuestas de investigación relacionadas con el
tema del espacio público y la ciudad.
Luego de todo este marco, se presenta la segunda parte de la tesis que contiene al
reportaje interpretativo, con el cual busca resaltar el potencial comunicativo de
Sabana Grande, que ahora se ha puesto del relieve con las mejoras en la accesibilidad
del espacio y las nuevas maneras de relacionarse que se dan entre la diversidad de
actores que hacen vida en el lugar.
El primer capítulo muestra como el peatón está en desventaja en Caracas, ya que la
ciudad carece de suficientes y mantenidos espacios públicos destinados a los
transeúntes y al encuentro ciudadano. Esta situación, que no es única de Venezuela,
se explica en este caso por el hecho de que los lugares para el automóvil se
privilegiaron históricamente frente a los espacios para los caminantes en la ciudad, de
modo que en la actualidad el sitio predilecto de los ciudadanos son los centros
comerciales, los cuales les ofrecen la seguridad que buscan y necesitan.
10
De esta forma, han disminuido las dinámicas propias de los espacios públicos, como
el encuentro entre desconocidos, la sensación de compartir el espacio en igualdad de
condiciones, de ser tolerante con los otros y de que haya a fin de cuentas una
comunicación ciudadana. Lo interesante de Sabana Grande es que luego de haber
reunido todos estos atributos, los perdió por el comercio informal y luego los retomó
con el reciente desalojo del mismo.
En el segundo capítulo, se describe como desde el siglo XIX la zona, que para ese
entonces estaba constituida por haciendas, tenía algunos lugares destinados al
descanso y a la reposición de la salud de los caraqueños que necesitaban apartarse de
la capital; luego a mediados del siglo XX comenzó a trasformarse a gran velocidad
junto con el ritmo vertiginoso de construcciones que para ese momento transformaba
a Caracas.
A partir de allí Sabana Grande estuvo en constante actividad: en los 60 y 70 se
convirtió en el epicentro de los intelectuales y de la nocturnidad caraqueña, mientras
que con la llegada del metro en la década de los 80 la zona se transformó en
boulevard, que con los años terminó siendo un espacio privatizado por los buhoneros.
Pero el año 2007 ha sido una época de cambos para este espacio, tal como se muestra
en el capítulo tres. La accesibilidad ha mejorado notablemente luego del desalojo de
las ventas en la calle, además de los trabajos para mejorar la limpieza, la seguridad y
la recreación de la zona, junto con el esfuerzo que varios organismos realizan para
establecer un proyecto que la rehabilite integralmente.
En el cuarto capítulo se intenta conocer cómo estas mejoras han sido experimentadas
por residentes, transeúntes, artistas de calle y comerciantes que hacen vida en Sabana
Grande, a la vez que se describe las maneras que ellos tienen de intercambiar,
interactuar y generar compromisos con los otros en ese espacio en las horas del día, lo
cual demuestra como se están dando nuevas dimensiones comunicativas en el lugar.
11
Para la realización de este capítulo se presentó la principal limitante del proyecto, que
fue escoger entre un gran universo de personas a quienes mejor representaran el sentir
de quienes hacen vida en el boulevard, ya sea en espacio públicos, privados o íntimos.
Así, este reportaje interpretativo presenta a modo de conclusión una Sabana Grande
que fue un lugar de encuentro, que estuvo privatizado por el comercio informal, y que
ahora está transformándose para convertirse en un sitio más accesible para los
caraqueños, y por lo tanto con mayor diversidad de usos y personas.
Hay quienes visitan al boulevard por primera vez desde hace mucho tiempo, otros lo
disfrutan más que antes, algunos utilizan más sus espacios, mientras que otros pocos
están dispuestos a asociarse para evitar que regrese el caos. En este espacio los
caraqueños tienen nuevas posibilidades de interrelacionarse, con mayores
intercambios, interacciones y compromisos comunicativos.
13
I. PROBLEMA, OBJETIVOS E IMPORTANCIA.
Caracas es una ciudad que nunca ha tenido una política de espacios públicos para los
peatones, ya que siempre se le ha dado prioridad al automóvil a la hora de desarrollar
la ciudad. No obstante, se crearon algunos de estos lugares, como fue el caso del
boulevard de Sabana Grande en los años 80, con la construcción del Metro de
Caracas.
Con la transformación de la antigua avenida Lincoln en un boulevard peatonal, se
incrementaron las potencialidades comunicativas de este lugar, ya que el acceso de
personas se facilitó con las estaciones de metro, además de que el espacio se orientó
principalmente a los caminantes, lo cual podía generar encuentros e interacciones
entre los usuarios del lugar.
Sin embargo, desde hace casi una década los comerciantes informales se adueñaron
del boulevard, dejando de esta forma muy poco espacio a los peatones y privatizando
el espacio al permitir casi únicamente la actividad comercial. Así, el lugar dejó de ser
por mucho tiempo un sitio para el paseo, la recreación, para compartir con los
amigos, para conocer gente.
De este modo, Caracas que de por sí carecía de suficientes y bien cuidados espacios
públicos para el encuentro, vio como se deterioraba uno de los pocos en su tipo que
poseía la ciudad. Sin embargo, a comienzos del año los buhoneros de Sabana Grande
fueron desalojados del lugar y no se les permitió volver.
Bajo la hipótesis de que en estos momentos se abren nuevas posibilidades
comunicativas para los caraqueños en el boulevard de Sabana Grande con los
cambios destinados a mejorar su calidad de espacio público, se realizó un reportaje
interpretativo, enmarcado en el área periodística de la comunicación social.
14
El problema de investigación de este reportaje interpretativo es explorar cómo el
boulevard de Sabana Grande ha experimentado cambios que han favorecido su
condición de espacio público, y cómo esto implica nuevas posibilidades de
comunicación e intercambio entre los ciudadanos que hacen uso de ese espacio.
Para ello se hace necesario preguntarse cómo es la comunicación en las ciudades y
específicamente en los espacios públicos, para entender la magnitud de los cambios
experimentados en el boulevard.
Así mismo es necesario recorrer la historia de Sabana Grande y rescatar elementos de
un pasado que se remonta a sus tiempos de hacienda, luego convertida en escenario
de la modernidad caraqueña de los años 50 y lugar de la bohemia, transformado luego
en un boulevard que terminó siendo tomado por la economía informal hasta
comienzos de este año.
Además hay que abordar los nuevos cambios que se han efectuado en el espacio y
que lo hacen más accesible, así como la opinión, el sentir y las acciones que han
tomado los diversos actores que hacen vida en el boulevard, en cuanto a sus
dinámicas de comunicación que producen y viven dentro de él.
La relevancia de este tema es amplia, puesto que nos atañe a todos los habitantes de
Caracas, como usuarios de la ciudad. En interesante observar como el individuo
urbano está cada vez más aislado, ante una ausencia de espacios de encuentro, en
algunos casos, y en otros, debido a la decadencia de estos centros, como fue el caso
de Sabana Grande.
Además, este boulevard refleja la evolución de Caracas, ya que el espacio ha sido
utilizado desde la colonia y ha sufrido los embates y las mejoras propias de la
modernidad en esta ciudad.
15
Sabana Grande ha sufrido la ocupación y pérdida de valor comunicativo que han
sufrido muchos espacios públicos. Sin embargo, es protagonista de un proceso
novedoso en Caracas, como es el desplazamiento de la economía informal en Sabana
Grande y la liberación de sus aceras, que ahora pueden ser retomadas por los
transeúntes para ser utilizadas como lugares de encuentro.
De esta forma, pueden plantearse como objetivos generales y específicos de este
trabajo los siguientes:
- General: Realizar un reportaje interpretativo sobre las nuevas posibilidades
comunicativas que se dan entre los ciudadanos en Sabana Grande, luego de
que este lugar recuperara condiciones de espacio público principalmente por
el desalojo de los buhoneros.
- Específicos:
1. Estudiar la situación general de los espacios públicos en Caracas.
2. Acercarse a las nuevas dinámicas urbanas que afectan a los espacios
públicos de las ciudades actuales.
3. Definir espacio público.
4. Estudiar los espacios privados, los espacios íntimos y los espacios
públicos en relación a la comunicación citadina.
5. Entender como se da la comunicación entre los ciudadanos en un
espacio público.
6. Reconstruir la historia de Sabana Grande como lugar de encuentro.
7. Determinar cuáles han sido las reformas recientes en Sabana Grande y
que han impactado en su accesibilidad.
8. Entrevistar a actores claves del boulevard y conocer cómo se
comunican en ese espacio.
16
Esta tesis de grado busca delinear rasgos importantes de un espacio público central de
Caracas, para concientizar, a través de este caso, cómo la ciudad se ha deteriorado y
ha perdido espacios para que los ciudadanos compartan y se comuniquen.
El caso de Sabana Grande fue elegido por ser un emblema citadino, que en otra época
resultaba una opción de convivencia segura y efectiva, y que se degeneró por la
economía informal.
Todo este proceso está enmarcado en la dinámica de segregación que vive Caracas,
donde los individuos pareciera que cada vez tienden a aislarse más, donde cada vez
los espacios están más polarizados y donde los nuevos lugares de convivencia, como
son los centros comerciales, giran en torno al consumo.
El interés personal de este trabajo está motivado al desconocimiento de la autora de
más de la mitad de la ciudad. Este caso no es único, puesto que pareciera que la
mayoría de los caraqueños se mueven en espacios cerrados, donde el que es diferente
ve limitado su acceso.
Ante este panorama, la investigación se dirige hacia los espacios públicos, que en
teoría deberían facilitar la comunicación ciudadana. Uno de los más importantes de
Caracas, como es Sabana Grande, ha perdido su antiguo esplendor y ahora sufre
cambios que podrían regenerarlo.
Averiguar las causas de esta situación ofrece un aporte para comprender cómo
Caracas se está atomizando, y para recordar la necesidad de integrarnos como urbe
para mejorar las condiciones de vida de quienes habitamos en ella.
17
II. MARCO TEÓRICO
La ciudad y sus dinámicas actuales.
Según la Real Academia Española (2005), la ciudad se define como un “conjunto de
edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se
dedica por lo común a actividades no agrícolas” y en una segunda definición se le
describe como “lo urbano, en oposición a lo rural.”
De hecho, comúnmente se utiliza el umbral de 2.500 habitantes aglomerados en un
sector para empezar a hablar de ciudad. También se toman en cuenta criterios como la
densidad poblacional y la contigüidad de las casas, que en el caso de Venezuela se
establece en una distancia no mayor a 500 metros entre los hogares, a menos de que
estén separados por espacios públicos. (Gonzáles, 2005).
Según otros criterios, el mínimo de habitantes que puede tener una ciudad es 2 mil
personas, tal como lo señala la página Web Wikipedia (2007) al referirse al estándar
que maneja la Conferencia Europea de Estadística de Praga, quien además señala que
otra condición para hablar de ciudad es que la población dedicada a la agricultura no
exceda el 25% sobre el total.
Allí también se define como ciudad a cualquier aglomeración de personas a partir de
10 mil habitantes, siempre que éstos se encuentren concentrados, generalmente en
edificaciones colectivas y en altura, y que se dediquen principalmente a actividades
de los sectores secundario y terciario, como es el caso de las industrias, comercios y
servicios.
Caracas sobrepasa con creces el mínimo de habitantes que pueden conformar una
ciudad, de acuerdo a los umbrales antes mencionados, ya que según el censo 2001 la
población total de la ciudad es de 3.861.239 habitantes, en una superficie de de 770
km2, lo cual da una densidad poblacional de 5.014, 6 hab/km2. (Quintero, 2005).
18
Estos datos corresponden a lo que se conoce como Gran Caracas, que abarca al
municipio Libertador, ubicado en el Distrito Capital, y a los municipios Chacao,
Sucre, El Hatillo y Baruta, que están dentro del estado Miranda.
Las actividades económicas de Caracas también se ajustan a las definiciones
establecidas para una ciudad, puesto que los caraqueños se dedican en casi 100% a
trabajos de servicios, exceptuando algunas industrias establecidas en el área
metropolitana, principalmente en Los Cortijos, al este de la ciudad y en La Yaguara,
en el oeste. Además, la ciudad es sede de numerosas empresas de servicios y cuenta
con gran cantidad de bancos, centros comerciales, hoteles, entre otros, según lo indica
la página Web antes mencionada.
Por otro lado, Caracas, en su condición de ciudad actual, está viviendo dinámicas de
segregación y pérdida de espacios públicos, en un contexto donde los medios de
comunicación adquieren predominancia en las comunicaciones de los ciudadanos.
Una explicación de los procesos que viven las nuevas urbes la ofrece el antropólogo
Néstor García Canclini, quien señala que las ciudades contemporáneas se caracterizan
por ser heterogéneas, por estar segregadas espacialmente y por estar desurbanizadas.
(García Canclini, 1997).
El especialista plantea que la heterogeneidad o diversidad sociocultural se hace sentir
con la creciente pluralidad de actividades urbanas realizadas por personas de distinta
procedencia, lo cual está muy vinculado con los procesos migratorios.
A la par, esta heterogeneidad se organiza de manera segregada, puesto que las clases
más pudientes encierran sus viviendas en enclaves fortificados, con rejas y alcabalas
para protegerse de la inseguridad mayormente, mientras que los sectores populares se
ubican en barrios o cerros, muchas veces sometidos a una gran dinámica de violencia.
19
En medio de esta pluralidad y esta segregación se desurbaniza la ciudad, lo que para
García Canclini significa una disminución en el uso de los espacios públicos por parte
de los ciudadanos. Cada día hay menos encuentros callejeros por el miedo que genera
la violencia urbana y por el crecimiento de la oferta y demanda cultural que ofrecen
los medios de comunicación.
Otra de las razones de que los espacios para el encuentro se hayan hecho cada vez
menos populares en las ciudades actuales, viene dada por el predominio del flujo de
personas, de vehículos y de informaciones, según señala Jesús Martín Barbero: “La
verdadera preocupación de los urbanistas no será por tanto que los ciudadanos se
encuentren sino que circulen, porque ya no se les quiere unidos sino conectados”.
(Martín Barbero, 2004, p. 75).
Una de las maneras en que los ciudadanos sienten el paradigma del flujo, como llama
el autor colombiano a estos procesos, es mediante la des-espacialización. Esta
dinámica implica que, como se privilegia siempre al movimiento, el espacio pierde
valor ya que el consumo y la producción se pueden dar en uno u otro lugar sin
mayores diferencias. Lo que importa es el valor monetario del espacio y su potencial
para que sea usado por vehículos, puesto que el arraigo a los lugares, vinculados a su
memoria histórica, va desapareciendo gradualmente.
Con el predominio de los flujos en las ciudades también ocurre el des-centramiento,
con la ausencia de centros urbanos que actúen como lugares de encuentro y
aglomeración, como es el caso de las plazas. Así, se privilegian las calles y las
avenidas por su capacidad de generar conexiones de flujo, y se descuida la
potencialidad de encuentro y aglomeración que posibilitan los espacios públicos que
actúan como ejes o centros urbanos.
Además, los grandes flujos de las ciudades también crean la des-urbanización, la cual
implica la reducción progresiva de la ciudad que es usada por los ciudadanos; no sólo
20
de los lugares que actúan como centro, sino también de otros espacios públicos
significativos para la ciudad.
Así, los habitantes urbanos utilizan con frecuencia algunos espacios constituidos para
fines de tránsito como el metro, los aeropuertos, las autopistas, los hipermercados,
etc., los cuales no invocan ninguna identidad, son similares y provocan una sensación
de anonimato en el viandante. El antropólogo Marc Augé los llama los “No lugares”,
ya que difieren de todos los otros lugares, en el sentido de que estos últimos buscan
confluencias de identidades, relaciones e historias colectivas. (Hernández, 2000).
El uso extensivo de los medios de comunicación va de la mano con todo este
movimiento citadino: para Martín- Barbero los habitantes de las ciudades tienden
cada vez más a relacionarse con la vida pública encendiendo la pantalla de su
televisor o conectándose con algún otro medio de comunicación. Esto ocurre en
ciudades que crecen y a medida que lo hacen se desarticulan, en un contexto en que
las instituciones se separan del tejido social, y la radio y la televisión se presentan
como los más capaces para establecer vínculos culturales comunes entre la población.
Las consecuencias de estos nuevos procesos que se dan en las grandes ciudades, en el
cual los medios de comunicación juegan un papel predominante, tienen sus
detractores y sus defensores. (Piccini, 1999).
Algunos consideran que las nuevas dinámicas son positivas porque en las ciudades
donde la mayoría sabe manejar los mass-media no existe una visión única de lo
urbano, ya que se yuxtaponen distintas visiones de los acontecimientos, lo cual
representaría un acercamiento amplio a la pluralidad y a la libertad de expresión.
21
Sin embargo, para otros el panorama es distinto, ya que plantean que los procesos
urbanos actuales causan la pulverización del espacio público, y por lo tanto un
deterioro de la sociabilidad, la urbanidad y la civilidad.
Piccini señala que en esta última corriente, que es la que ella defiende, se manifiestan
las tres grandes crisis urbanas, que son la de representación del conflicto social en una
sociedad de exclusión, la crisis de urbanidad en el sentido de la pérdida de formas de
sociabilidad y la crisis del intercambio político en el espacio público.
Surge así la contraposición entre la ciudad tradicional, que privilegia el espacio
público y la relación cara y cara, y la civilización urbana, con predominio del
transporte y las telecomunicaciones.
Mientras algunas ciudades buscan el equilibrio, la mayoría crea nuevos
equipamientos colectivos, como por ejemplo los centros comerciales resguardados
con sistemas de seguridad electrónica y guardias armados, que según Piccini
contienen la paradoja de ser espacios con carácter público y al mismo tiempo ampliar
los espacios del anonimato y contribuir con la ruptura de los vínculos sociales.
Los centros comerciales contienen a usuarios que no están en las mismas condiciones,
puesto que además del derecho de admisión que limita la entrada a algunos, la
competencia en el consumo pone de manifiesto la condición de clase de los reunidos
en estos espacios. (Ontiveros, 2004).
Pareciera entonces que la modernización de las ciudades y su crecimiento conlleva un
creciente poder de actuación de los medios de comunicación y a la vez dinámicas de
separación territorial, perdida de la memoria urbana y descuido del espacio público.
Esto genera crisis urbanas que incluyen las dificultades en la comunicación entre los
ciudadanos cara a cara, puesto que un espacio público que funciona implica
22
necesariamente dinámicas comunicativas entre las personas que usan dicho espacio.
Estas dinámicas siguen siendo importantes a pesar de las nuevas maneras de
comunicarse que ofrecen los medios de masas, como Internet por ejemplo.
Estas crisis urbanas se viven en Caracas, que nunca ha tenido una política integral de
espacios públicos destinados al peatón, además de que los pocos lugares de este tipo
que tiene están deteriorados o tomados por el comercio informal.
Este fue el caso de Sabana Grande, que recientemente fue liberado de los tarantines
de los buhoneros y ahora presenta nuevas oportunidades de comunicación para los
ciudadanos que circulan en este lugar, al recuperar condiciones de espacio público.
Matices del espacio público.
La pérdida de los espacios públicos en la ciudad, como fue el caso de Sabana Grande
privatizado por el comercio informal, trae como consecuencia la pérdida de lugares
para la construcción de ciudadanía y para ejercitar la tolerancia por el otro que es
diferente y que puede ser reconocido sin distinciones en un lugar donde todos tienen
cabida por igual.
Y es que una de las diferencias fundamentales de los espacios públicos es que son
accesibles a todos, que están hechos para todos y que están regulados por normativas
con ciertas restricciones. Es el caso de las calles, plazas, y parques, destinadas a los
peatones, y de las autopistas, hechas para el automóvil.
En una entrevista realizada para este trabajo, el arquitecto y profesor Atilio Romero
diferencia el espacio público del espacio privado, definiendo a este último como el
espacio donde se reserva el derecho de admisión, por lo que termina siendo un lugar
sólo para algunos, como es el caso de las empresas, los centros comerciales y las
instituciones del estado.
23
Por otro lado están los espacios íntimos, que están destinados a unos pocos que tienen
vinculaciones muy cercanas, como es el caso del hogar que es compartido por una
familia o por una sola persona.
Idealmente, deben evitarse los extremos: la negación de la esfera privada y, en
consecuencia, la exaltación de la esfera pública; la negación de la esfera pública y, en
consecuencia, la excesiva privatización, ya que el sujeto adquiere comportamientos
necesarios en estas dos esferas, para satisfacer sus distintas demandas. (Ontiveros,
2005).
Pignatelli (citado en Ontiveros, 2005) señala que en un sistema social en el que no se
admite una esfera privada, como puede suceder en un orden totalitario, el individuo es
aplastado por el peso de la colectividad, y de esta forma es incapaz de ofrecer esa
contribución individual que la colectividad necesita, por lo que lo público pierde
fuerza. Por el contrario, la excesiva privatización de la esfera familiar lleva a una
clausura total hacia el afuera, con lo que se atrofia la esfera privada porque ésta
necesita de los impulsos que recibe de la esfera pública.
La complementariedad de estos dos espacios radica en sus características diferentes.
Ontiveros propone que los espacios públicos constituyen los lugares donde
confluimos, nos vemos y oímos y tenemos que lidiar con la figura del “extraño”, del
extranjero, del “otro”, a diferencia del espacio privado, donde quienes se comunican
están unidos por lazos parentales, de amistad y/o de alianza. (Ontiveros, 2005).
De hecho la gran característica de lo público es ser sensible al otro que es diferente,
según lo plantea Richard Sennett (1991). Este autor explica que desde el renacimiento
se han tenido dos nociones de lo público que se oponen: una de carácter ritual que
necesita la presencia del otro y que proviene de tradición romana; y otra noción de
orden discursivo, caracterizado por la polémica, originaria de la tradición griega.
24
Lo público concebido como ritual entiende que los actos repetitivos, como por
ejemplo un cotidiano “buenos días” matutino, constituyen la base de la sociabilidad.
En cambio, lo público entendido como discurso busca los actos de ruptura entre los
individuos, de manera que a través de la competición, la disputa y el debate unos se
den cuenta de la presencia y existencia particular de los otros.
Esta última visión es la clave de lo público, según Sennett, quien considera como
ejemplo de espacio público efectivo el Ágora, que era la plaza pública griega, donde
se daba una multiplicidad de usos y de actividades que llegaban a ser hasta
antagónicas (como estatuas eróticas al lado del sitio donde se elegía al jefe de armas)
y en las cuales participaban todas las clases sociales.
Según señala Sennet, los límites en los que los distintos grupos o comunidades se
encuentran y tienen diferencias, es donde se da lo público:
Si hubiese que enunciar la regla que nos proponen los griegos, deberíamos
subrayar lo que la eclosión de un discurso público debe a un espacio de la
contradicción, de la falta de jerarquía, y de la complejidad de las relaciones.
La disonancia era el fundamento de la sociabilidad en tanto que sensibilidad
al otro. (p. 24).
En medio de este reconocimiento hacia el otro, el espacio público constituye el sitio
por excelencia donde se pone en juego nuestro registro de identidades. Es allí donde
constantemente el contacto con los otros permite captar la diversidad de culturas y,
con ello, la capacidad de reconocernos a nosotros mismos. (Ontiveros, 2005).
De hecho, la creación de una identidad compartida es uno de los roles de los espacios
públicos. Los otros roles tienen que ver con la movilidad, los usos que se dan en el
espacio y las relaciones y vínculos que se producen dentro de él.
25
Para Ontiveros (2005), el espacio público:
Constituye un hecho social total: es una entidad física (le da forma material a
la vida urbana), es una entidad política (la expresión como ejercicio de la
ciudadanía), soporte del imaginario (fiestas, juegos, manifestaciones
religiosas, etc.), soporte de la diversidad y otredad (donde grupos de edad,
género, estilos de vidas, se muestran con sus particularidades y diferencias),
espacio de la reflexión, del debate. (p. 4)
Esta multiplicidad de implicaciones de los espacios públicos se vincula con el
concepto de lo urbano, que es explicado por el antropólogo Manuel Delgado como un
modo de vida marcado por la proliferación de relaciones precarias, inestables,
fortuitas, que se dan en los lugares para todos.
Desde esta perspectiva se valora lo urbano como aquello que refiere a estructuras
líquidas, conformadas por paseantes a la deriva, extranjeros, viandantes, trabajadores
y vividores de la vía pública, disimuladores natos, peregrinos eventuales, viajeros de
autobús, entre otros. (Delgado, 1999).
Lo urbano se diferencia de la ciudad, entendida por este autor como lo sólido, lo
estable y, de algún modo, lo institucional en la urbe. El punto de encuentro entre lo
urbano (lo líquido) y la ciudad (lo sólido) lo constituiría el espacio público,
entendiéndolo como lo que es de pertenencia colectiva, donde pueden interactuar los
ciudadanos que son aquellos interesados en la ciudad, para lo cual requieren de
libertad y capacidad para formular un discurso y exponerlo a los otros.
El intelectual mexicano Carlos Monsiváis, señala que “lo urbano es ahora el don de
armonizar lo opuesto, lo irreconciliable, lo duro, lo frágil, lo marcado por las
generaciones, lo que en sí mismo empieza y se consume” (Martín Barbero, 2004, p.
26
23). Y para eso se necesita comunicación entre los individuos que asuman su
condición de ciudadanos.
La ciudadanía, constituida por deberes y derechos de los habitantes de un estado,
puede cultivarse mediante la interrelación que supone se dé en los espacios públicos.
Borja (1998) señala que la concepción articuladora de los espacios públicos, su
pluralidad de usos, su valor simbólico, el reconocimiento social y el sentido de la vida
urbana que producen “son siempre oportunidades que no se deberían desaprovechar
para promover los derechos y deberes (políticos, sociales y cívicos) constitutivos de
la ciudadanía.” (p.19)
En el mismo sentido, la psicóloga venezolana Mireya Lozada señaló en curso de
espacios públicos dictado por la Fundación de la Cultura urbana en abril de 2007, que
la ciudadanía tiene que ver con una pertenencia consciente y activa en una sociedad
democrática, por lo que considera que en el espacio público tiene el reto de incentivar
los movimientos sociales comprometidos con el reconocimiento del otro y la
preservación de espacios de convivencia pacífica y democrática.
Además de que la calle debe convertirse en el lugar para el debate participativo,
donde se lleguen a acuerdos de convivencias, de negociación, de tolerancia para la
recuperación de estos espacios, la calle también es el lugar para la expresión cultural
y artística y para exigir el respeto por la diferencia. (Ontiveros, 2005).
Y es que las relaciones que se dan en el espacio público dan cuenta de la calidad de
vida urbana ya que basta mirar la calle y, por lo general, los espacios públicos para
constatar qué hacen los gobiernos por las edificaciones, los servicios y la gente,
además de percibir el bienestar físico y psíquico de la ciudad y sus ciudadanos.
(Ontiveros, 2005).
27
En este marco puede hablarse de la inseguridad, que es la que muchas veces limita el
uso de los espacios públicos peatonales, según señala Ontiveros (2005):
Las grandes olas de inseguridad y violencia urbana han llevado a que por lo
menos en las calles los transeúntes quieran llegar más rápido a sus casas. Ya
el extraño que compartía por naturaleza el espacio haciéndolo común, es
observado como un posible atacante. (p. 12)
Una consecuencia de este miedo generalizado, son las calles cerradas con alcabalas
para evitar la delincuencia, así como los hechos políticos ocurridos en los últimos
años en Venezuela, cuando tanto como opositores como afectos al gobierno tomaron
zonas de la ciudad demarcándolas con su tendencia política.
Estos procesos han hecho que los espacios públicos, privados e íntimos se mezclen en
sus funciones. Por ejemplo, los buhoneros que toman una calle o una alcabala que
cierra el paso son maneras distintas de privatizar un espacio público, ya que se limita
el acceso y los usos de ese lugar. Y la comunicación necesariamente cambia en estos
espacios, donde ya todos no están en las mismas condiciones, lo que genera una
disminución de la diversidad de sujetos que podrían potencialmente relacionarse.
La Comunicación en la Ciudad.
Las labores a favor de los espacios públicos implican el recobro de atributos como la
pluralidad de usos y de personas, así como una libre accesibilidad, de modo que se
favorezcan los procesos comunicativos que pueden darse en estos lugares.
González (2005) sostiene que:
En la crisis actual de la comunicación que amenaza con la ruptura
social y el fin de la modernidad nos parece que hay que retomar el
sentido de lo público, como sensibilidad – y por tanto reconocimiento-
28
al otro, desde una perspectiva argumentativa (que incluye la disputa),
sin excluir los rituales de sociabilidad. (p. 50).
En este sentido, lo público es llamado por este autor como “espíritu urbano”,
concepto que va de la mano con la idea de convivencia y de comunicación entre los
que compartimos una misma ciudad.
La importancia de todo este tema ha sido reconocida por la UNESCO, a través de su
Oficina Regional de Comunicación (Miralles, 2001) que señala que “parte de la crisis
de la urbe de hoy está signado por el derrumbe de las relaciones humanas y de
comunicación que en ella se ha dado, muchas veces violenta, de la relación
ciudadano- ciudad”.
El documento señala que entre los principales problemas de comunicación que
enfrentan nuestras ciudades en estos momentos están los problemas económicos que
generan exclusiones e incomunicación al segmentar el espacio público, el predominio
de los flujos que limita el encuentro ciudadano, el descuido del patrimonio histórico
que impide la memoria con la cual se pueden fundar proyectos colectivos y la
violencia que hace hostil la ciudad.
Específicamente en cuanto al tema de los espacios públicos, indica que la principal
manifestación de este elemento de la crisis es el desarraigo ciudadano frente a estos
lugares, que incluso se vuelven objetos de agresiones.
A mayor deshumanización, irracionalidad y desorden, menos comunican los espacios
públicos, situación a la cual debe añadirse la contaminación, la violencia y la pobreza
física y moral. Esto corresponde, como lo han señalado otros autores, a la negación de
los espacios de encuentro, en una dinámica que favorece el flujo, el movimiento y los
lugares de tránsito.
29
Para entender cómo está afectada la comunicación en un espacio público, es útil
conocer cómo se entiende en general la comunicación en la ciudad. Los tipos de
comunicación urbana se abordaron en el seminario internacional “Ciudad,
Comunicación y Construcción de Ciudadanía”, realizado en 1998 en la Ciudad de
Quito, en donde se debatió el asunto a escala regional.
Allí se propuso que en la ciudad se dan cuatro formas de comunicación (Carrión,
1999). La primera de ellas son las relaciones interurbanas, es decir, entre las
ciudades; la segunda manera es la relación entre la población y la ciudad; la tercera se
constituye mediante las relaciones entre la población y el gobierno local; y la cuarta
es la relación entre la población con ella misma.
Si se quiere abordar el ámbito comunicativo entre los habitantes de una ciudad que
hacen vida en un espacio público, el urbanista Silverio Gonzáles señaló en una
entrevista que hay que tomar en cuenta dos aspectos claves, como son la accesibilidad
del lugar y la diversidad que posee.
En la accesibilidad se toman en cuenta las facilidades para desplazarse por el lugar y
se abordan temas como la seguridad, la iluminación y la limpieza del espacio, que
influyen en la confianza que da el lugar para ser transitado.
La diversidad implica el uso de los lugares no sólo por un grupo, sino por distintos
actores sociales, además de la realización de distintas actividades, trayectos y horarios
de uso, y la presencia de diferentes niveles de comunicación.
30
III. METODOLOGÍA
1. El tipo de investigación de este trabajo de grado es periodística, por lo cual se vale
de fuentes vivas, documentales y electrónicas. La metodología utilizada para este
trabajo es la propia del reportaje interpretativo, por lo que se parte de una hipótesis
que sirve de guía a la investigación, tal como lo plantea Federico Álvarez (1977).
En el caso de este trabajo de grado, la hipótesis que se maneja es que Sabana Grande
tiene nuevas posibilidades de comunicación para los caraqueños ahora que se han
ejercido algunas acciones para recuperarlo como espacio público.
En el trabajo se pondrá de manifiesto las razones que sustentan la hipótesis, que
tienen que ver con en el porqué y el para qué de las nuevas dinámica que vive
Sabana Grande. Este tema contiene una significación social, interés público y
actualidad que lo hacen relevante para ser abordado a través de un trabajo
interpretativo.
Lo primero que se hace con la idea ya planteada es recurrir a los antecedentes sobre el
tema y las conexiones posibles de la idea en general. Además, se toma en cuenta el
público a quien va dirigido, que en este caso se trata de los habitantes de Caracas; y el
medio en donde se publicará el trabajo, que en el caso de este reportaje se
materializará en forma libro.
Con estas consideraciones y la hipótesis planteada se inicia la investigación que
arroja diversidad de elementos, posteriormente jerarquizados, que permiten
corroborar la idea inicial.
A su vez, la investigación se planifica tomando varias aristas del tema, como la
historia, el alcance, las causas, el impacto, contracorrientes y futuro del tema que se
31
aborda, para explicar de la mejor manera posible el acontecimiento. (Benavides y
Quintero, 1997).
Las fuentes para obtener estos datos son las personas y sus testimonios, los
acontecimientos, que incluyen las vivencias del periodista, y los documentos con
datos bibliográficos y estadísticos. (Ulibarri, 1994).
Las fuentes vivas son primordiales en este trabajo, que incluye entrevistas a diversos
expertos en el tema de la comunicación urbana, como sociólogos, antropólogos,
urbanistas y arquitectos, para explicar la evolución y significación del espacio público
y Sabana Grande. También están presentes entrevistas a funcionarios con injerencia
en el boulevard, y conversaciones con los ciudadanos que hacen vida en el lugar,
quienes cuentan como han vivido en carne propia la transformación de ese espacio.
Los acontecimientos fueron percibidos a través de la observación directa de los
cambios, la cual permite percibir el ambiente general que vive Sabana Grande luego
del desalojo de los buhoneros.
En cuanto a los datos bibliográficos, se utilizaron referencias teóricas sobre la ciudad,
sus procesos comunicativos y sus espacios públicos, para conocer a fondo el asunto a
tratar, sus causas y consecuencias. Otros documentos usados fueron encuestas y
trabajos que miden tendencias generales en la ciudad, en el ámbito del transporte, las
preferencias recreativas, los usos de Sabana Grande, etc. La información
hemerográfica sobre los cambios que ha vivido el boulevard también ayuda a seguir
la pista del problema de investigación.
Estos datos se jerarquizan y organizan de forma tal que se muestran los elementos
indispensables para fundamentar el enfoque, la información que lo respalda y lo
amplía y las cuestiones accesorias que le dan colorido, vigor y belleza al trabajo.
(Ulibarri, 1994).
32
En el armado del reportaje, se toma en cuenta el lenguaje que resulta más adecuado,
que en este caso se vincula a la palabra escrita adecuada a un libro. El tono también
es otro elemento presente que se manifiesta con la creatividad a la hora de escribir y
se relaciona con elementos potenciales de comedia, tragedia, ironía y conflicto
obtenidos en la labor de reportería. (Benavides y Quintero, 1997).
Con estos elementos incluidos se confecciona la estructura del reportaje
interpretativo, que según Álvarez comprende tres elementos que son el
encabezamiento, el cuerpo, y las conclusiones.
En el encabezamiento la tesis está claramente planteada y busca despertar el interés
en el lector. En el cuerpo, que en este caso está organizado en cinco capítulos, están
ordenados y jerarquizados los datos, cifras, anécdotas, declaraciones y citas producto
de la investigación, los cuales en conjunto le dan fundamento a la hipótesis.
Entre las distintas estructuras que se pueden utilizar para estructurar el cuerpo del
reportaje, se cuentan las siguientes: estructura causa- efecto, estructura cronológica,
estructura de bloques temáticos, y estructura por protagonistas, todas utilizadas en las
distintas partes de este reportaje interpretativo. (Ronderos, León, Sáenz, Grillo y
García, 2002).
Las conclusiones tratan de dejar en el lector la sensación de solidez y claridad, con
datos que demuestran la tesis, se vinculan con el cuerpo del trabajo y ayudan al lector
a quedarse con el mensaje central.
El tema se aborda con un método, pero también le da cabida a la creatividad. Como
plantea Ulibarri (1994):
33
El éxito del reportaje depende de muchos requisitos. De la ciencia debe tomar
la práctica sistémica, el afán de comprobación, la voluntad de ahondar en la
realidad, el escepticismo constante; del arte su atrevimiento, su irreverencia,
su fascinación. Y nunca debe alejarse de la ética ni de la responsabilidad. (p.
11)
2. Se utiliza la metodología Comunica Urbe, implementada por el profesor Atilio
Romero desde su cátedra Identidad e Imagen Urbana. En ella, la ciudad se estudia
desde tres perspectivas que ven la comunicación creada en el entorno público y
urbano como parte de los procesos políticos de gobernabilidad. Estas tres maneras
contemplan el mundo humano, el universo natural y el sistema artificial de las
ciudades y permiten entenderlas en una dimensión global.
Como en el tema de la comunicación y de los espacios públicos lo principal es la
gente, la matriz del mundo humano es la utilizada para abordar el problema definido
en este reportaje interpretativo.
Esta matriz, llamada Ciudadanos en comunicación y la cultura, busca describir a los
ciudadanos en la ciudad, su modo de actuar, conversar y relacionarse en la ciudad;
además busca entender cómo se construyen los compromisos comunicativos, en una
dimensión llena de símbolos que condicionan la comunicación.
Para trabajar esta matriz es necesario realizar entrevistas con informantes claves y
conversar con ellos sobre la ciudad, sus hábitos y costumbres, participar con ellos en
alguna actividad, conocer como se comunican, y así acceder a sus razones, motivos y
compromisos en materia comunicativa.
Los tópicos que abordan las entrevistas, tienen que ver con tres aspectos de las
personas, vinculadas a su cognición, a sus emociones y a sus actitudes, tal como se
muestra en la matriz Mundo Humano, ubicada en los anexos.
34
El aspecto cognitivo explora como la persona describe o determina con el lenguaje al
ambiente, las personas y las relaciones que lo rodean, de forma tal que identifique
cómo le beneficia el estado de cosas.
El lado afectivo busca saber cómo la persona hace juicios y expresiones acerca de
entorno, a partir de su manera de sentirlo y de experimentarlo emocionalmente, para
captar el grado de disfrute del individuo en el lugar.
Por último, el lado de las actitudes analiza cómo las personas generan compromisos
en su ambiente, intercambiando objetos, interaccionando con las personas o
coordinando planes con ellas.
Al sumergirse en historias de actores claves del espacio público desde estos tres
planos, se puede determinar cómo se comunican en ese lugar y como perciben su
grado de accesibilidad y de pluralidad en el mismo.
35
IV. CONCLUSIONES GENERALES
Con un marco teórico y metodológico establecido respecto al tema de la
comunicación y la ciudad, se procedió a realizar el reportaje interpretativo que está en
la segunda parte de este libro, y que es el objetivo general de todo el proyecto de
tesis.
En el trabajo periodístico, se realizó una investigación bibliográfica y hemerográfica
que se acompañó con el producto de la observación en el boulevard de Sabana
Grande y con entrevistas a actores claves del lugar, así como de especialistas que
explicaron los procesos que de han dado y que se dan en ese espacio.
Estos distintos esfuerzos apuntaron a la misma dirección, a través de la cual se llegó a
la conclusión del reportaje y al cumplimiento del objetivo principal planteado en el
proyecto, que fue abordar las nuevas posibilidades comunicativas que se dan entre
los ciudadanos que se mueven en Sabana Grande, luego de que este lugar recuperara
condiciones de espacio público principalmente por el desalojo de los buhoneros.
Para lograr este objetivo, se tuvieron que lograr previamente los objetivos específicos,
como el estudio de la situación general de los espacios públicos en Caracas, el
acercamiento a las nuevas dinámicas urbanas que afectan a los espacios públicos de
las ciudades actuales, la definición de espacio público, el estudio de los espacios
privados, íntimos y públicos en relación a la comunicación citadina y el acercamiento
a las condiciones para que se dé la comunicación entre los ciudadanos en un espacio
público.
Así mismo, se lograron los objetivos de reconstruir la historia de Sabana Grande
como lugar de encuentro, se determinaron cuáles han sido las reformas recientes en
Sabana Grande y que han impactado en su accesibilidad, y se entrevistaron a actores
claves del boulevard para conocer cómo se comunican en ese espacio.
36
El aprendizaje con la realización de este trabajo se logró de varias maneras. En primer
lugar, se pusieron en práctica técnicas periodísticas que son de gran utilidad en la
carrera profesional, como es el caso de la planeación del reportaje, así como la
observación de situaciones y personas, y la realización de entrevistas en distintas
situaciones y con distintos objetivos.
Por otra parte, se abordó el tema de la ciudad desde distintas ópticas y se delinearon
dinámicas urbanas que son propias de la época, lo cual ayuda a comprender los
procesos que viven los habitantes de una ciudad como Caracas.
Pero sobre todo, el aprendizaje se centró en conocer la importancia de la
comunicación urbana, y el papel que en ella juegan los espacios públicos, que se
constituyen como lugares para el libre acceso, la pluralidad, la tolerancia, y el
reconocimiento de ciudadanos que son distintos entre sí.
El aprendizaje cobra relieve al tomar en cuenta que este tema no es muy discutido en
la palestra pública, pese a su vital importancia para el funcionamiento de la urbe y la
integración óptima de quienes conforman la ciudad.
Trabajar en el caso de Sabana Grande fue especialmente satisfactorio, pues es una
zona con una gran memoria, que pese a toda la debacle que ha vivido conserva su
potencial de espacio público para la comunicación, la cual está comenzando a renacer
con todos los cambios que se han experimentado en el boulevard.
Este tema tiene muchas aristas y nodos que pueden servir como puntos de arranque
para nuevas investigaciones. Por ejemplo, podrían realizarse reportajes que aborden
otros tipos de comunicación urbana, como la que se da entre los ciudadanos y la
ciudad, entre varias ciudades, o entre los gobernantes y los habitantes que conforman
una determinada urbe.
37
Además, podrían realizarse investigaciones de la comunicación en cualquiera de sus
niveles en otros espacios emblemáticos de la ciudad, como muchas plazas
caraqueñas, parques, y otros espacios públicos citadinos.
En este caso, se decidió que el epicentro del trabajo periodístico fuera Sabana Grande,
porque además de ser un espacio público emblemático, vivió recientemente un
proceso interesante que le ha dado un respiro a la vida comunicativa y ciudadana que
se alberga en ese espacio ubicado en el centro geográfico de Caracas.
39
LA COMUNICACIÓN CIUDADANA SUBE ESCALERAS EN SABANA
GRANDE: Cómo un espacio público que se recupera ayuda a la interrelación de
los habitantes de Caracas.
El viento de los cambios llegó a Sabana Grande, que fue un lugar para el encuentro de
los habitantes de Caracas desde mediados del siglo XX, hasta que se convirtió en un
mercado apostado en la vía pública, de tal modo que no permitía casi ninguna otra
actividad que no fuera el intercambio comercial.
El océano dilatado de vendedores informales fue el pan nuestro de cada día en el
boulevard durante los últimos 8 años, hasta que a principios de 2007 los buhoneros
fueron desalojados y los caraqueños recuperaron un espacio público en el cual tienen
nuevas oportunidades de comunicarse.
Esta acción de desalojo junto con labores de mantenimiento, de mejoramiento de la
seguridad y de crecimiento de la oferta de recreación, han permitido que la zona se
haya vuelto más accesible, porque ahora la gente puede permanecer y transitar sin
obstáculos a través de Sabana Grande.
Así lo aseguran distintas personas que hacen vida en el boulevard, ya sea porque
viven en la zona, tienen allí sus comercios, o son transeúntes ocasionales, y que en su
conjunto conforman un universo diverso que le da vida a este espacio caraqueño.
Muchos de ellos aseguran que este año no sólo van a comprar a Sabana Grande, sino
que también allí tienen un lugar para el encuentro ocasional, para ver de nuevo a los
vecinos, para comprometerse en asociaciones que resguarden el boulevard, o
simplemente para pasear.
De esta forma se manifiesta como un incremento en la diversidad y en la
accesibilidad de personas confluyen para que se den nuevas posibilidades de
40
comunicación en este espacio ubicado en medio de una ciudad con un déficit de
espacios públicos, los cuales son garantes de la tolerancia, la diversidad, y el
encuentro entre los habitantes de la ciudad capital.
41
CAPÍTULO I. EL PEATÓN ESTÁ EN DESVENTAJA EN CARACAS.
Bulevares llenos de buhoneros, parques tomados por la inseguridad, aceras
destruidas, plazas oscuras y sucias: todas son manifestaciones de la crisis de espacios
públicos de Caracas, los cuales escasean en esta ciudad para aquellos que quieren
caminar, sentarse o detenerse un momento a ver a la gente pasar.
Además de esta escasez, los pocos espacios públicos que existen en la ciudad no están
integrados en una red que los vincule y muchos de ellos presentan serios problemas
de limpieza, inseguridad o están tomados por el comercio informal.
Hay evidencias en toda la ciudad de que no hay espacios públicos para el encuentro,
tal como lo sostuvo en una entrevista acerca este tema el sociólogo Tulio Hernández,
especialista en temas urbanos y columnista del diario El Nacional.
Manifestó que uno de los signos de este hecho son las licorerías llenas de gente en sus
puertas, como sucede en las cercanías de los institutos educativos, las cuales se
convierten rápidamente en los lugares de encuentro y de conversación de los
estudiantes después de clases.
Según el especialista, los caraqueños también toman los espacios baldíos de las
urbanizaciones apenas descubren estos lugares, que se convierten en miradores
improvisados o en lugares que se llenan de cajas de cerveza y equipos de sonido.
Otra manifestación de la carencia de espacios de encuentro es el miedo que se palpa
entre los habitantes de esta ciudad, que no están acostumbrados a compartir con
desconocidos y que además son víctimas de una gran violencia.
“Muchas plazas y parques de Caracas están tomados por borrachos o abandonados y
eso lo que hace es multiplicar lo que es una de las característica de las ciudades y
42
sociedades latinoamericanas, que es la división de clases, la segmentación del espacio
urbano y la tentación a vivir en espacios amurallados y vigilados”, señaló Hernández.
Además Caracas, pese a ser una ciudad con árboles en casi todas sus calles y tener
como fondo al cerro El Ávila, tiene menos de un metro cuadrado de zona verde por
habitante, lo cual es un indicador bajo según los estándares internacionales, que
señalan como aceptable entre 10 y 15 metros cuadrados.
Según Hernández, el Ávila no es una zona verde, sino un parque vertical que es
accesible sólo para quienes estén entrenados para el esfuerzo físico. En cambio, los
espacios verdes constituyen una naturaleza domesticada que ha sido intervenida por
el hombre para su disfrute dentro de un contexto urbano, al tiempo que son espacios
democráticos, donde todos tienen acceso por igual.
“Entonces la ausencia de espacios públicos y de zonas verdes, que es el espacio
público por excelencia, refuerza el miedo, la segmentación, y el aislamiento de las
personas de la ciudad”, aseguró el especialista en temas urbanos.
Pese a esta carencia, no podría decirse que en Caracas no existe ningún tipo de
espacio público donde la gente pueda fluir o encontrarse con los otros habitantes de
esta ciudad, porque están las aceras, las plazas, los parques o sitios de reunión a
escala local.
En una entrevista sobre este tema, el arquitecto Marco Negrón, quien fue Decano de
la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela
entre los años 1990 y 1996, aseguró que las aceras en Caracas “son vistas como un
elemento marginal, irrelevante, en muchas es difícil que puedan caminar dos
personas, una al lado de otra, además de que la mayoría están totalmente descuidadas
y sucias”.
43
Para el especialista, la excepción son las aceras ensanchadas de la avenida Francisco
de Miranda, intervenidas para que los peatones pudieran transitar con mayor
comodidad a lo largo de este corredor.
Hay otras aceras en las que puede observarse mucho flujo entre los tramos que van
del metro de Caracas hacia los centros comerciales, como por ejemplo las calles que
conectan el Centro Comercial El Sambil con la estación del metro de Chacao, “que
por lo menos le permiten al ciudadano un cierto disfrute del espacio urbano”, según lo
consideró Hernández.
Hay otras aceras de Caracas que están llenas de gente apostadas en un lugar fijo
vendiendo su mercancía. Es difícil caminar en estos lugares llenos de mesas y
productos que se oferta a los peatones, como es el caso del casco histórico de la
ciudad, parroquias como La Candelaria, El Cementerio, el boulevard de Catia, el
boulevard de Caricuao, y hasta el año pasado sitios como la plaza Diego Ibarra y el
boulevard de Sabana Grande.
Precisamente en los únicos espacios que la ciudad le consagra, el transeúnte
caraqueño está obligado a negociar su uso y a justificar su presencia, que termina
siendo legítima sólo cuando es fugaz y puede ser utilizada comercialmente. (Pedro
García, 2006).
Además de la presencia buhoneril, el caminante en Caracas debe enfrentarse con el
problema de la basura. Negrón puso como ejemplo la acera de la esquina de San
Francisco en el centro de Caracas, que tiene cerca la Asamblea Legislativa, el Palacio
de las Academias y el Palacio Municipal: “Esa esquina está de un asco que da
vergüenza no sólo de aspecto sino de olor, lo que te indica que no hay nadie con
autoridad que pase por ahí y el que pase lo hará eventualmente y no le importa. Es
decir, hay un desprecio total por el espacio público, en este caso por la acera.”
44
Otros lugares de encuentro como las plazas también se encuentran descuidadas. El
caso de la plaza Bolívar, emblemática de la ciudad, fue el escenario de la
confrontación política de hace algunos años, cuando afectos al oficialismo ubicaron
en sus cercanías la llamada “esquina caliente”, delimitando el espacio a una tendencia
política y limitando de esta forma la pluralidad. Igual pasó con la Plaza Altamira, que
fue el lugar de encuentro de la oposición mayoritariamente.
Sin embargo, Negrón cree que la plaza Altamira y la plaza Chacao son quizás hoy en
día las plazas más vivas que tiene Caracas, puesto que son muy utilizadas por la gente
de distinta procedencia y con distintos fines, así como también sucede con la plaza
Candelaria, siempre activa y llena de gente y que ahora está en proceso de
remodelación.
Una experiencia interesante es la recién remodelada plaza Alfredo Sadel en Las
Mercedes, con un pavimento único para la plaza y para el tramo donde circulan los
vehículos, con el fin de que los automóviles vayan a una velocidad moderada, porque
andan sobre un espacio que es principalmente para el peatón.
Otros espacios públicos relevantes para la ciudad son los parques, que se diferencian
de los antes mencionados por el hecho de que no son lugares de paso, sino que son
lugares para la recreación principalmente de los fines de semana, según Negrón.
Tampoco forman parte del tránsito común espacios como El Paseo Los Próceres, que
no conduce a algún lugar de interés ciudadano, puesto que en un extremo tiene
solamente la Academia Militar. “Para que la gente utilice este espacio tiene que ir a
usarlo, no es que está en medio de su caminata normal por la ciudad”, explicó
Hernández.
Por otro lado, están los lugares públicos a escala local, como es el caso de los
grandes estacionamientos de los bloques del 23 de enero, que según el sociólogo “son
45
grandes espacios de encuentro colectivo, independientemente de los problemas de
seguridad. Son espacios llenos de vida, encuentro, felicidad, con gente que bebe, o
repara un automóvil y todo el mundo opina”. Un fenómeno de encuentro a nivel local
también ocurre en las escaleras de los barrios, las esquinas de zonas tradicionales
como San Juan, las licorerías y las plazas pequeñas en algunas urbanizaciones.
Pero el espacio que se lleva el protagonismo en Caracas son los centros comerciales.
Estos lugares aparentan ser públicos, porque no cobran entrada, pero en realidad son
privados porque se reservan el derecho de admisión a gente con apariencia de pobre,
de delincuente o de mendigo. En los “malls” los sujetos no constituyen una vida
pública, sino privada en el sentido que es allí donde van a comprar o a ver artículos
de consumo como bienes o servicios.
En esta nueva ciudad capital del siglo XXI, la principal fuente de entretenimiento es
el centro comercial Sambil, ubicado en el Municipio Chacao, según lo señala el
proyecto de nombre Caracas imaginada, liderizado por Hernández, el cual consistió
en realizar una encuesta sobre diversos tópicos urbanos en varias ciudades
latinoamericanas.
Los encuestados caraqueños en general consideraron como su espacio de ocio
favorito a El Sambil, que abrió sus puertas el 28 de mayo de 1.998 y que cuenta con
una extensión de 250.000 metros cuadrados de construcción, 5 niveles comerciales
con 469 locales y 430 tiendas, 5 plazas y 4 niveles de estacionamiento, con capacidad
para 4.000 carros.
"El Sambil", indicó Hernández, "es una ciudad dentro de la ciudad, donde los
caraqueños pueden disfrutar de la ilusión de un espacio público del que carecen". Esta
ilusión es alta en comparación a otras ciudades de la región, puesto que Caracas es la
ciudad latinoamericana en la que más se prefiere a los centros comerciales como
lugares de esparcimiento.
46
“El parque, la plaza, la calle, pierden capacidad de atracción frente al centro
comercial que se constituye en el ámbito de lo moderno y globalizado del consumo
recreacional, lugar de encuentro y esparcimiento”, señalan Cariola y Lacabana
(2004), investigadores del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cendes) de la
Universidad Central de Venezuela.
En su trabajo, reflejan cómo las dinámicas de la globalización fragmentan a Caracas a
nivel socio territorial e institucional, lo cual se manifiesta en la agrupación de
distritos financieros, de negocios y grandes equipamientos comerciales por un lado, y
por otro, de territorios que albergan zonas periféricas relegadas.
Según señala el estudio, en esta ciudad coexisten múltiples ciudades donde conviven
los grupos populares en barrios separados de los ghettos exclusivos para los sectores
altos y medios, en un contexto con una fuerte violencia urbana y con modos de vida
inclinados al repliegue y a la atomización.
Toda esta dinámica afecta a los espacios públicos de la ciudad, que en muchos casos
se han privatizado por la inseguridad y el comercio informal, viendo limitadas sus
funciones y su potencial como escenario de las interrelaciones sociales. En este
contexto han cobrado fuerza los centros comerciales.
Estas tendencias de pérdidas de espacios públicos, segregación y refugio en los
“malls”, no se da sólo en Caracas, sino también en grandes metrópolis según se ha
analizado desde distintas perspectivas.
Una explicación de los procesos que viven las nuevas urbes la ofrece el antropólogo
Néstor García Canclini (1997), quien señala que las ciudades contemporáneas se
caracterizan por estar desurbanizadas, lo que significa una disminución en el uso de
los espacios públicos, además de ser heterogéneas y estar segregadas espacialmente.
47
Según este investigador, cada día hay menos encuentros callejeros en las grandes
ciudades, por el miedo que genera la violencia urbana y por el crecimiento de la
oferta y demanda cultural que ofrecen los medios de comunicación. Esto sucede en
un contexto con gran cantidad de actores y de actividades, con las clases pudientes en
un lado y las clases pobres en otro.
Otra de las razones de que los espacios para el encuentro se hayan hecho cada vez
menos populares en las ciudades actuales, viene dado por el predominio del flujo de
personas, de vehículos y de informaciones, según señala Jesús Martín Barbero
(2004).
En este sentido, una de las consecuencias de privilegiar siempre el flujo es que ocurre
la des-urbanización, la cual implica la reducción progresiva de la ciudad que es usada
por los ciudadanos, no sólo de los lugares que actúan como centro, sino también de
otros espacios públicos significativos, lo cual va de la mano con la pérdida de la
memoria que contienen estos lugares.
Así, los habitantes urbanos utilizan espacios constituidos para fines de tránsito como
el metro, los aeropuertos, las autopistas, los hipermercados, etc., los cuales no
invocan ninguna identidad, son similares y provocan una sensación de anonimato en
el viandante. El antropólogo Marc Augé los llama los “No lugares”, ya que difieren
de todos los otros lugares, en el sentido de que estos últimos buscan confluencias de
identidades, relaciones e historias colectivas. (Hernández, 2000).
El uso extensivo de los medios de comunicación van de la mano con todo este
movimiento citadino: para Martín- Barbero los habitantes de las ciudades tienden
cada vez más a relacionarse con la vida pública encendiendo la pantalla de su
televisor o utilizando algún otro medio de comunicación. Esto ocurre en las urbes que
crecen y a medida que lo hacen se desarticulan, en un contexto en que las
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instituciones se separan del tejido social, y la radio y la televisión se presentan como
los más capaces para establecer vínculos culturales comunes entre la población.
Según plantea Mabel Piccini (1999), además del predominio creciente de los medios
de comunicación, muchas ciudades crean nuevos equipamientos colectivos, como por
ejemplo los centros comerciales resguardados con sistemas de seguridad electrónica y
guardias armados, que contienen la paradoja de ser espacios con carácter público y al
mismo tiempo ampliar los espacios del anonimato y contribuir con la ruptura de los
vínculos sociales.
Pareciera entonces que la modernización de las ciudades y su crecimiento implica un
creciente poder de actuación de los medios de comunicación, y a la vez dinámicas de
separación territorial, perdida de la memoria urbana y descuido del espacio público.
En medio de estos problemas, sobreviven algunos de estos espacios para los
caminantes de las ciudades, lo cual enriquece el intercambio humano, según lo afirmó
en una entrevista sobre este tema el sociólogo Silverio Gonzáles: “Uno puede ver una
buena película y eso conforta, pero otra cosa es vivir una buena relación amistosa o
hacer un amigo en una esquina, en un café, caminando, en una plaza, en una actividad
o haciendo deportes. En el fondo todo lo que busca la comunicación cara a cara es dar
sentido a la existencia, a la vida personal y colectiva.”
El automóvil: el niño predilecto de la ciudad.
La carencia de espacios públicos en Caracas se remonta a su desarrollo a mediados
del siglo XX, cuando el vehículo privado fue el gran privilegiado en la construcción
de infraestructuras, en detrimento de los espacios públicos peatonales que nunca
fueron organizados ni planificados por una entidad central.
49
“La renta petrolera hizo que Caracas creciera abruptamente en apenas dos décadas, en
los 40 y los 50. Hizo que pasara de ser una aldea bucólica, donde Chacaíto quedaba
lejísimos, a ser una ciudad monstruosa seducida por el automóvil”, aseguró
Hernández.
Es así como cerca de 1945, la ciudad empezó a vivir una explosión de la industria de
las construcciones, de forma tal que se rebasó la Caracas de los techos rojos y se
transformó la ciudad, que había crecido muy poco durante la dictadura de Juan
Vicente Gómez.
Luego de la muerte del “Benemérito” en 1936, se abrió un debate acerca de cómo
debía desarrollarse la ciudad, por lo que en el año 1939 surgió el Plan Monumental,
mejor conocido como Plan Rotival, que planteó crear un eje urbano con la avenida
Bolívar, que partiría del Parque Los Caobos y desembocaría en una plaza con
dimensiones heroicas en el nuevo Centro Cívico de la ciudad, que estaría constituido
por el Capitolio al pie de El Calvario.
Pero el Centro Cívico nunca se hizo, y ese espacio terminó ocupado desde 1944 por
la urbanización El Silencio, propuesta por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva. Esta
obra fue según Marco Negrón “el disparador de la modernidad caraqueña”, ya que en
su momento fue la intervención más importante que la ciudad había sufrido desde su
fundación, al transformar una zona depauperada, llena de prostíbulos, delitos y
ranchos con deficiencias sanitarias, en una solución habitacional moderna que tomaba
en cuenta en su arquitectura los valores coloniales propios del país.
En la entrevista, Negrón explicó como El Silencio introdujo cambios sustanciales en
la manera de abordar el espacio público en las construcciones de viviendas, con la
construcción de siete bloques de apartamentos que incluían patios colectivos, la ahora
llamada Plaza Oleary y aceras techadas, que tomaron en cuenta el clima para proteger
a los transeúntes del sol.
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Estos desarrollos a favor de los espacios públicos fueron distintos a los ejecutados por
el Banco Obrero, que construyó los súper bloques del 23 de enero, del Paraíso y El
Valle, entre otras urbanizaciones. Estos edificios tienen lugares de recreo que no
llegan a plazas y que no constituyen ni se integran a una propuesta global para el
espacio público peatonal en la ciudad.
Ya desde la década de los 40 se habían empezado a construir urbanizaciones con el
esquema de las casas aisladas, en zonas exclusivamente residenciales, en las que el
desplazamiento estaba previsto que ocurriera principalmente en automóvil, siguiendo
el modelo del suburbio norteamericano. “En estos suburbios el espacio público es
prácticamente inexistente, lo importante es el espacio privado”, señaló Negrón.
Además, en muchos casos, los urbanizadores privados decidieron a su antojo y sin
normas cómo construir zonas residenciales, como es el caso San Bernardino y Bello
Monte, de acuerdo a lo señalado por Hernández.
En esa misma década, se levantaron grandes obras como la Ciudad Universitaria,
también bajo la planificación del maestro Villanueva, la cual es considerada como la
obra maestra de la modernidad caraqueña, al constituirse como Patrimonio Cultural
de la Humanidad, nombrado por la UNESCO.
En los 50, bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, siguió el crecimiento
(Hernández, 2001):
Si la Caracas de Guzmán Blanco se caracteriza por su perfil parisino, la
Caracas, y podría decirse la Venezuela perezjimenista, quedará signada por la
euforia de construcciones civiles y la devoción por el concreto armado, las
superautopistas y los atrevimientos técnicos de la arquitectura local y la
ingeniería constructiva norteamericana.
51
Entre las obras construidas en la década de los 50 se cuentan el Centro Simón
Bolívar, el Hotel Humboldt en la cima del Ávila, obras habitacionales, como la ya
mencionada urbanización 23 de enero, y el Sistema de la Nacionalidad, mejor
conocido como El Paseo Los Próceres.
Estas iniciativas se suman a otras que no estuvieron supervisadas por una cabeza
central, según Hernández: “Caracas es probablemente el resultado de unos esfuerzos
aleatorios sin gobiernos centrales que la planifiquen, y por lo tanto es una ciudad de
segmentos, de espacios rotos con el agravante del proyecto arquitectónico de Pérez
Jiménez, un proyecto de autopistas. Y allí se confirma una tragedia, ya que nadie o
muy pocos pensaron en el tema del transeúnte, del peatón.”
De hecho, en el año 1947 la Comisión Nacional de Vialidad había preparado el
desarrollo de una red vial que contemplaba el desarrollo de un sistema carretero
centrado en la región capital y que además establecía que el modo de transporte
principal del país sería el automóvil.
Con este marco se comenzaron a construir las primeras autopistas: la Caracas- La
Guaira entre 1950 y 1953, el primer tramo de la autopista Francisco Fajardo entre
1951 y 1956, la autopista de El Valle en 1955 y la carretera Panamericana en 1956. A
principio de los años 60 el Ministerio de Obras Públicas planeó toda la Autopista
Francisco Fajardo y la Cota Mil, y luego en las décadas de los 70 y 80 fue concluido
el resto de las autopistas que surcan la ciudad.
A pesar del floreciente desarrollo, el peatón quedó de lado en las nuevas
construcciones según Negrón, ya que todo se jugó a beneficiar al automóvil privado
como medio dominante de movilización, ignorando de forma significativa cualquier
intento de crear un sistema medianamente organizado de transporte colectivo.
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El incremento de vehículos en Caracas fue tan acelerado, que de 8.000 unidades
existentes en 1937 se pasó nueve años después a 46.000, cifra que a su vez se
cuadriplicó en 1955 (206.000). Esta tendencia se mantuvo en las últimas décadas del
siglo, cuando anualmente se incorporaron más de 100.000 automóviles. (Hernández,
2004).
Gran parte de todos estos vehículos se desplazan por autopistas que siguen paralelas
al curso del río Guaire, neutralizando de esta forma un potencial espacio público de la
ciudad, según sostuvo Negrón, quien cree que el Guaire, a pesar de ser un río
contaminado, es una gran espina verde que atraviesa la ciudad de punta a punta y
además es el espacio más plano de Caracas.
“Por todo esto, el río sería sumamente útil como espacio público, como espacio para
caminar, para construir ciclorutas, pero está sumamente comprometido con la
autopista”, aseguró el arquitecto.
Negrón recordó que en los años 60 hubo un intento de resguardar las áreas verdes de
la ciudad con la iniciativa de la Dirección de Parques de la Gobernación del Distrito
Federal, que remodeló el Parque Los Caobos y que además hizo un proyecto de
integración de los espacios verdes citadinos mediante las quebradas, con la
vinculación de éstas con el río Guaire y con El Ávila. Además, en 1961 se inauguró el
Parque del Este, que se sumó a los únicos parques caraqueños para el momento, que
eran El Pinar, Los Caobos y Los Chorros.
Ya en la década de los 70 se realizaron algunos intentos de peatonalización de la
ciudad, con el cierre de varias calles al tránsito vehicular. El urbanista, arquitecto y
profesor del Departamento de Urbanismo de la Universidad Simón Bolívar, Lorenzo
Gonzáles, explicó en una entrevista como se activó un proceso inverso al que se venía
llevando a cabo, que privilegiaba al automóvil hasta el punto que se construían
53
urbanizaciones sin aceras, como en la urbanización Los Palos Grandes en sus
comienzos y la urbanización Country Club, que aún mantiene esa condición.
Estos intentos fueron liderados por Max Pedemonte, arquitecto jefe en la
construcción de las obras del Metro, quien en una entrevista recordó como en aquella
época le propuso a Diego Arias, que era el gobernador de Caracas durante el primer
período de Carlos Andrés Pérez, cerrar algunas calles y espacios pertenecientes o
cercanos al casco histórico de la ciudad, ya que esta acción no representaba ningún
problema desde el punto de vista vial.
Con la llegada del metro en 1983 se dio una solución muy importante a los peatones a
nivel de transporte y a nivel de espacios para el encuentro ciudadano, con un sistema
de movilización subterráneo que reforzó el eje este- oeste de Caracas y que realizó
varios espacios públicos en la superficie adyacente a las estaciones.
Así, muchos espacios que tuvieron que ser derribados o transformados por el Metro
se convirtieron en lugares públicos para la ciudad, bajo la dirección de Pedemonte.
Estas acciones causaron gran reconocimiento internacional por el mejoramiento en la
calidad de vida de la ciudad. “El impacto fue muy grande y de hecho me gané el
Premio Nacional de Arquitectura por esas obras. Fue muy comentado a nivel de toda
Latinoamérica, me invitaron a muchos países para dar charlas de como habíamos
recuperado el espacio urbano. Ahora Bogotá es una maravilla y nosotros somos un
desastre”, opinó Pedemonte.
Como evidencia de la crisis económica del país desde los años 80, con el Viernes
Negro y la caída del dólar, la inversión pública en la ciudad hasta la actualidad ha
sido prácticamente nula, a excepción de las líneas del Metro, mientras que la
inversión privada se ha centrado mayoritariamente en los centros comerciales, según
sostuvo Negrón.
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Sin embargo, por varios años funcionaron los espacios públicos construidos por el
Metro, como por ejemplo el boulevard de Sabana Grande que es de gran importancia
para la ciudad, puesto que está ubicado en su corazón geográfico y es uno de los
pocos centros que fue diseñado para privilegiar al peatón.
Sin embargo, muchos lugares siguen tomados por la buhonería, como las zonas
cercanas al metro de La Hoyada, y los bulevares de Catia y Caricuao, espacios
creados también a raíz de la construcción del metro de Caracas y que han perdido su
condición de espacios públicos.
Estos procesos han hecho que los lugares públicos, privados e íntimos se mezclen en
sus funciones. Por ejemplo, los buhoneros que toman una calle o una alcabala
cerrando el paso privatizan un espacio público, ya que limitan el acceso y los usos de
ese lugar. La comunicación necesariamente cambia en estos espacios, donde ya todos
no están en las mismas condiciones, lo que genera una disminución de la diversidad
de sujetos que podrían potencialmente comunicarse.
El espacio público y la comunicación.
La pérdida de los espacios públicos en la ciudad trae como consecuencia la pérdida
de lugares para la construcción de ciudadanía y para ejercitar la tolerancia por el otro
que es diferente, que puede ser reconocido sin distinciones en un lugar donde todos
tienen cabida por igual y pueden comunicarse entre sí.
Todo esto es posible porque los espacios públicos son lugares accesibles a todos,
como es el caso de las calles, plazas, y parques, destinadas a los peatones, y de las
autopistas, hechas para el automóvil. Así, los lugares públicos no reservan el derecho
de admisión, como sucede en los centros comerciales que son espacios privados, ni
tienen un nivel de cercanía como la que se da en un hogar, que es un espacio íntimo.
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Según la antropóloga Teresa Ontiveros (2005) es en los espacios públicos donde
confluimos, nos vemos y oímos y tenemos que lidiar con la figura del extraño, del
extranjero, del otro, a diferencia del espacio privado, donde quienes se comunican
están unidos por ser familia, amigos o tener algún tipo de relación cercana.
Richard Sennett (1991) plantea que de hecho la gran característica de lo público es
ser sensible al otro que es diferente. Como ejemplo clásico está el Ágora, que era la
plaza pública griega, donde se daba una multiplicidad de usos y de actividades que
llegaban a ser hasta antagónicas (como estatuas eróticas al lado del sitio donde se
elegía al jefe de armas) y en las cuales participaban todas las clases sociales.
Con esta multiplicidad, el espacio público es escenario de muchas cuestiones urbanas:
es un espacio físico, es una entidad política donde se expresa la ciudadanía, es lugar
de fiestas, juegos y manifestaciones religiosas, es escenario de la diversidad con
distintos grupos de edad, género y estilos de vidas, y además es espacio de la
reflexión y del debate. (Ontiveros, 2004).
Y es que en el espacio público la parte sólida de la ciudad (conformada por su
estructura física) confluye con su parte líquida (que representa lo urbano): paseantes a
la deriva, extranjeros, viandantes, trabajadores y vividores de la vía pública,
disimuladores natos, peregrinos eventuales, viajeros de autobús, entre otros, se
relacionan a través de relaciones precarias, inestables, fortuitas, según lo expone el
antropólogo Manuel Delgado (1999).
La ciudadanía, constituida por deberes y derechos de los habitantes de un estado,
puede cultivarse mediante la interrelación que supone se dé en los espacios públicos.
En este sentido, la psicóloga venezolana Mireya Lozada señaló en curso de Espacios
Públicos dictado por la Fundación de la Cultura urbana en abril de 2007, que una
pertenencia consciente y activa en una sociedad democrática tiene que ver con la
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ciudadanía, por lo que considera que el espacio público tiene el reto de incentivar los
movimientos sociales comprometidos con el reconocimiento del otro y la
preservación de espacios de convivencia pacífica y democrática.
Tanto reconocer y tolerar al otro, compartir con él y ejercer la ciudadanía, implica
comunicación entre los habitantes que utilizan un espacio público. La importancia de
todo este tema ha sido reconocida por la UNESCO (Miralles, 2001): “Parte de la
crisis de la urbe de hoy está signado por el derrumbe de las relaciones humanas y de
comunicación que en ella se ha dado, muchas veces violenta, de la relación
ciudadano- ciudad”.
Para entender cómo está afectada la comunicación en un espacio público, es útil
conocer cómo se entiende en general la comunicación en la ciudad. Los tipos de
comunicación urbana se abordaron en el seminario internacional “Ciudad,
Comunicación y Construcción de Ciudadanía”, realizado en 1998 en la Ciudad de
Quito, en donde se debatió el asunto a escala regional.
Allí, Fernando Carrión (1999) propuso que en la ciudad se dan cuatro formas de
comunicación. La primera de ellas son las relaciones interurbanas, es decir, entre las
ciudades; la segunda manera es la relación entre la población y la ciudad; la tercera se
constituye mediante las relaciones entre la población y el gobierno local; y la cuarta
es la relación entre la población con ella misma.
Si se quiere abordar el ámbito comunicativo entre los habitantes de una ciudad que
hacen vida en un espacio público, el sociólogo y profesor del Departamento
Planificación Urbana de la Universidad Simón Bolívar, Silverio Gonzáles, señaló en
una entrevista que hay que tomar en cuenta dos aspectos claves, como son la
accesibilidad del lugar y la diversidad de usos y de personas que posee.
En la accesibilidad se tomarían en cuenta las facilidades para desplazarse por el lugar,
lo cual tienen que ver con espacios suficientemente amplios y bien mantenidos, y con
57
un nivel de seguridad que proporcione tranquilidad para transitar y realizar distintas
actividades.
La diversidad implica el uso de los espacios no sólo por un grupo, sino por distintos
actores sociales, además de la realización de distintas actividades, así como de varios
trayectos y horarios de uso.
Sabana Grande inicia un giro en Caracas
Con la carencia y deterioro de muchos espacios públicos caraqueños, podría pensarse
que la comunicación en estos espacios está desvalida. Sin embargo, este año se han
producido cambios que pueden invertir la tendencia, como el desalojo en enero de
2007 de los buhoneros en el boulevard de Sabana Grande, tarea que durante una
década pareció ser una misión imposible.
En una entrevista, Miguel Maestre, director de la Oficina Técnica de Desarrollo
Estratégico Urbano (ODEU) de la alcaldía Libertador, explicó que el rescate del
boulevard se hizo en paralelo al rescate de la plaza Diego Ibarra, y a los trabajos en el
boulevard de Caricuao, donde no se pudo sacar a los buhoneros pero por lo menos se
les organizó.
En una rueda de prensa en el mes de agosto de este año en el Centro de Arte La
Estancia con respecto a la recuperación del boulevard de Sabana Grande, el alcalde
Freddy Bernal aseguró que el rescate de este lugar forma parte de una visión integral
de la ciudad de Caracas y de todo un corredor peatonal que va a recorrerla.
“Hemos comenzado desde el primero de enero de este año un plan de recuperación
progresiva de los espacios públicos y vamos a invertir lo que haya que invertir hasta
que la ciudad llegue a tener un equilibrio, una armonía”, aseguró el mandatario local.
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Según el plan, alguien que empiece a caminar desde Chacaíto atravesaría el boulevard
de Sabana Grande, hasta llegar a Plaza Venezuela, cuyas obras de arte están siendo
recuperadas por la alcaldía junto con La Estancia.
De allí, el caminante podría caminar hasta el Parque Los Caobos, atravesar el Paseo
Vargas, hasta llegar a la Plaza Candelaria, que también está siendo recuperada, y
luego seguir caminando en sentido oeste hacia el casco central que se pretende
revitalizar cuando se reubique la economía informal. Luego, se podría pasear por el
parque El Calvario, y por la urbanización El Silencio, atravesar la avenida Sucre,
hasta llegar al punto final del recorrido, que es la plaza Sucre de Catia.
Ése es el principal camino para conectar urbanísticamente a la ciudad, pero también
se tiene previsto un segundo trayecto, que conectará El Sistema de la Nacionalidad,
recientemente remodelado en el tramo del Pase Los Próceres, con Las Tres Gracias y
luego con Plaza Venezuela.
“En obras urbanas calculamos unos quince años por lo menos, porque fue tal la
anarquía de la ciudad de Caracas durante décadas, que ahora revertir ese proceso no
es fácil, pero lo hemos comenzado con buen pie”, estimó el alcalde, al manifestar la
intención de conectar todos estos espacios urbanos.
Por otro lado, La revista Logotipos (2007) inventarió una serie de cambios en los
espacios públicos de los municipios que conforman la ciudad. En el Municipio
Chacao sigue la remodelación de la avenida Francisco de Miranda con la ampliación
de sus aceras; se está implementando el programa Del Museo a la calle, con el cual se
busca integran el arte a los espacios comunes; y se está realizando un boulevard
norte-sur desde la esquina del Centro Comercial Sambil hasta el Centro Comercial
San Ignacio.
Al sur de la ciudad, en el Municipio Baruta, se realizó un relevante cambio de
paisajismo en la urbanización Las Mercedes con la renovación de la Plaza Alfredo
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Sadel, mientras que en el Municipio El Hatillo hay un plan de rehabilitación del casco
histórico.
En el Municipio Sucre la labor a favor del espacio público se concentra en la
remoción de kioscos abandonados, el retiro de chatarra y la recolección de basura,
junto con un plan de estandarización de los comercios ubicados en las aceras
Pese al aspecto positivo que puedan tener estas labores de mantenimiento y
reconstrucción, Negrón cree que la idea es que siempre estos espacios públicos se
mantengan en buen estado, para que no se pierda la memoria que cada uno de ellos
contiene y que identifica a la ciudad.
Por otro lado, quedan muchas zonas en el área metropolitana de Caracas que
necesitan urgente atención, como es el caso del casco central lleno de buhoneros, así
como el boulevard de Caricuao y el de Catia, que tienen problemas de falta de
iluminación, proliferación de la inseguridad, problemas con la recolección de basura,
y descontrol de la economía informal, que a su vez se dan a una escala macro en toda
la ciudad.
Pese a los problemas que continúan en los espacios públicos, en Caracas se sienten
algunos cambios, como el de Sabana Grande, ubicado en el corazón geográfico de la
ciudad, que ahora está volviendo a ser punto de encuentro y de comunicación como lo
fue desde mediados del siglo XX cuando muchos repetían la frase “En Sabana
Grande siempre es de día”, por su constante y rica actividad.
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II. SABANA GRANDE FUE UN LUGAR DE ENCUENTRO.
“Sabana Grande es el lugar de los libres pensadores, es el lugar donde se gestó una
comunicación entre este y oeste, entre los más ricos y más pobres, el lugar donde se
dio el espacio público, donde se dio un lugar de encuentro de los estudiantes, de una
clase media que se mezclaban, de la cultura gastronómica”, aseguró William Niño
Araque en una entrevista, al referirse a lo que fue este lugar desde la década de los 50.
Pero la historia de la zona comienza antes, a principios del siglo XVII, cuando se le
empezó a llamar Sabana Grande a la explanada que existía entre Maripérez y la
quebrada de Chacaíto, según lo indica el cronista de la ciudad, Guillermo Durand, de
acuerdo al Diagnóstico Integral del Boulevard de Sabana Grande (Vivas, Ochea,
Nieves Soyaza, Miller, Heilbock, Monzón y Chaumer, 2007), realizado por el Centro
de Arte La Estancia.
En esta explanada había haciendas de café, caña de azúcar o cacao, cuya producción
llegaba hasta Caracas a través de una vía que empezó a conocerse como Calle Real de
Sabana Grande.
Cerca de cien años después, a finales del siglo XVIII, se facilitó la comunicación
entre esta calle y lo que para ese entonces era Caracas, con la construcción del primer
puente que atravesaba el Río Anauco; en aquel momento la capital era mucho más
pequeña de la ciudad actual, puesto que limitaba con la quebrada Anauco al este, con
San José y La Pastora hacia el norte, con El Calvario al oeste, y al sur con el río
Guaire.
Llegado el siglo XIX y en plena guerra de independencia, se consolidaron algunas
haciendas coloniales en la zona, junto con conucos y sembradíos. De hecho, Sabana
Grande y las zonas cercanas conformaron en 1852 la parroquia Inmaculada
Concepción y San José de El Recreo, lo cual es un indicador del agrupamiento
61
significativo de personas que se estaba dando en esta explanada poblada de
sembradíos.
En la segunda mitad del siglo XIX, Sabana Grande empezó a ser lugar de encuentro,
al convertirse en centro de esparcimiento más que todo para los caraqueños con
suficiente poder adquisitivo para poder disfrutar en el lugar temporadas vacacionales
o permanecer en la zona de campo para recuperar la salud.
Probablemente se afianzó el carácter recreativo del lugar durante los años posteriores,
con la construcción durante el septenio guzmancista, en 1874, de la carretera del este,
que permitía el paso de carruajes y carretas por la vía entre Sabana Grande y Caracas.
Las comunicaciones terrestres siguieron mejorando, ya que en 1886 se inauguró el
tren que iba desde Caracas a Petare, el cual tenía como una de sus paradas a Sabana
Grande. Los que viajaban en el tren podían detenerse y visitar el recién inaugurado
hipódromo en Las Delicias, que fue uno de los atractivos de la zona hasta 1908,
cuando se mudó a la urbanización El Paraíso.
Entrado el siglo XX, la gente acudía cada vez más a descansar o a reponer la salud en
las haciendas de Sabana Grande; sin embargo este lugar no se desarrolló en gran
medida, pues es conocido que al General Juan Vicente Gómez no le agradaba mucho
la capital.
Pasados los años 30, comenzó el progresivo proceso de urbanización en Caracas, y
también de las haciendas cercanas a Sabana Grande, las cuales tomaron los nombres
de la vegetación del lugar, como es el caso de Los Caobos, las Palmas, La Florida,
Bello Monte, Campo Alegre, Las Acacias, los Chaguaramos, etc., en un momento en
que la zona empezaba a formalizarse como un lugar de Caracas.
62
El proceso de urbanización fue de la mano con el crecimiento demográfico que
necesitaba nuevos espacios para asentarse. “Ya se había agotado la línea de
crecimiento poblacional natural que se dirigía de norte a sur, y se inició el proceso de
crecimiento hacia el este, de modo que se revitalizó la vieja parroquia El Recreo y
con ella el sector de Sabana Grande y sus alrededores”, explicó el cronista de la
ciudad de Caracas (Vivas y otros, 2007).
No sólo se trataba de nuevas casas. A mediados de 1930 había un brujo en una de las
calles de Sabana Grande llamado Jesús María Negrín, con una fama tan grande en la
ciudad que se creó una línea de autobuses que llegaba hasta las cercanías de su
consultorio, y cuya ruta se denominaba “De Caracas a Negrín”, según cuenta Rafael
Schwart, cronista de la urbanización El Silencio. Hoy en día hay una calle con el
nombre del faculto, en sentido norte-sur, en las adyacencias del Centro Comercial El
Recreo.
El eje comercial urbano se fue desplazando hacia el este de la ciudad sin
planificación, según señaló en una entrevista el urbanista y arquitecto Lorenzo
González, de un modo tal que a mediados del siglo XX la zona de Sabana Grande
estaba insertada en el centro del crecimiento de la ciudad de manera espontánea.
Para ese momento, la centralidad de Sabana Grande se vio fuertemente influenciada
por el desarrollo de la Plaza Venezuela y de la Ciudad Universitaria, que están en las
cercanías del actual boulevard.
Plaza Venezuela es la puerta de entrada al oeste de Sabana Grande. En los años 50,
durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se ubicó una fuente en el espacio que
ocupaba la plaza, que se llamó Fuente Monumental de Venezuela; a partir de ese
momento este sector conoció distintos desarrollos para la plaza, la cual constituye un
icono urbano para la ciudad al haber mutado al ritmo del desarrollo urbano capitalino.
(Cazal, 2004).
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Por su parte, la Ciudad Universitaria de Caracas, también en las cercanías de Sabana
Grande, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el
año 2000. Se inauguró el 2 de marzo de 1954 en una primera fase, durante la
dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, con lo que se le dio inicio a esto
conjunto único y excepcional, que integra armónicamente la arquitectura y las artes
plásticas.
Una Sabana Grande “chic” en los 50
En los años 50, Sabana Grande no era el mismo asentamiento con cultivos y poco
habitado de principios de siglo XX, sino uno de los escenarios más importantes de las
grandes transformaciones urbanas y comerciales que vivía Caracas, de tal forma que
se había transformado en un lugar “chic” de la ciudad, con cabida a todas las clases
sociales.
Como parte de estas dinámicas se trazó la Gran Avenida de Sabana Grande a
principios de los 50, denominada Avenida Abraham Lincoln, la cual sustituyó al
antiguo Camino Real de Sabana Grande. Su relación con la Plaza Venezuela y la
avenida Francisco de Miranda, iniciada en 1951 desde Chacaíto, la definió como el
lugar ideal para el tránsito vehicular con la escala perfecta para la comunicación
peatonal, en un momento en que Sabana Grande se perfilaba como un territorio
resguardado, una calle psicológicamente segura, a la manera de las ciudades europeas
(Niño Araque, 2004).
La creación de esta avenida se inscribió en un proceso de construcción de muchas
vías de transporte propio de la época perezjimenista, en la que también se
desarrollaron construcciones civiles características de la modernidad caraqueña.
Además de la construcción de la avenida, en las cercanías de Sabana Grande se
edificó en los años 50 el primer centro comercial de Caracas ubicado frente a la Zona
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Rental, llamado Centro Comercial Gran Avenida, el cual tenía los locales más lujosos
de la época, según afirmó el urbanista Lorenzo González.
Este fue el punto de partida para la consolidación comercial a gran escala del sector
de Sabana Grande, que empezó a llenarse a partir de ese momento de una gran
cantidad de edificaciones bancarias y comerciales y edificios con corredores internos
o pasajes.
Se erigieron en esta década importantes edificaciones en el sector, iconos de la
modernidad caraqueña, como es el caso del Edificio Los Andes, construido en el año
1949, localizado en el extremo oeste del boulevard, y que en sus primeros años era un
icono de la elegancia arquitectónica en la ciudad. (Quintana, 2004).
También para esa época se construyó el edificio Radio City, en el año 1953, un teatro
de lujo visitado hasta por Pérez Jiménez en su acto de apertura junto con la alta
sociedad caraqueña.
Otra cuestión importante para el desarrollo de la zona, fue que Sabana Grande y los
sectores cercanos recibieron a una parte significativa de la ola de inmigrantes que
llegaron al país en los años 40 y 50, y que montaron pizzerías italianas, tascas
españolas, panaderías atendidas por portugueses, etc. en muchos lugares de Caracas.
“En Sabana Grande era común escuchar muchos idiomas en los años 50 y 60, la
gente se sentía realmente cosmopolita. Además allí coexistían distintos acentos del
propio español”, sostuvo González.
Amadeo Mazzucato fue una de los extranjeros que experimentó Caracas en aquella
década, desde que llegó de Italia en el año 1953 con tan sólo 18 años, para evitar ir a
la guerra por la amenaza de que su país fuera a combate con Yugoslavia.
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Este reconocido maître y chef recordó como en aquel entonces su madre
reflexionaba: “Mi hijo el mayor ya me hizo 5 años de guerra, el segundo me lo
mataron en campo de batalla. ¿Me van a matar al chiquito también? Amadeo, debes
irte a Caracas con tu hermana”. Y con este consejo materno llegó a las costas
venezolanas, en las que se estableció definitivamente.
Con más de 50 años en esta tierra, Mazzucato ha desarrollado una carrera chef y
especialista en vinos, lo cual se refleja en los más de 550 artículos sobre estos temas
que ha publicado mayoritariamente en el diario El Nacional.
Ahora, con sus 72 años “bien llevados” según él, Mazzucato emprende un nuevo
restaurante en la urbanización Los Palos Grandes, en donde rememoró la Sabana
Grande los 50 aún con su acento italiano.
Cuando llegó a Caracas, Mazzucato empezó a trabajar en un restauran de lujo francés
llamado Le Normandie, y que se ubicaba donde ahora está el hotel Hilton. Luego del
trabajo, el joven palpaba la ciudad y se daba cuenta de que la mejor gastronomía se
desarrollaba en el centro de Caracas, pero se iba movilizando hacia el este, como
muchos otros elementos de la movida caraqueña.
Según el maître, llegó un momento en que Sabana Grande tenía las mejores tiendas
de Venezuela, como la tienda de vehículos Rolls Royce ubicada en la calle El Recreo,
junto con locales que luego se desplazaron a otras zonas a medida que el lugar iba
perdiendo esplendor.
Para él, la avenida Lincoln era un lugar agradable para estar, debido a la presencia de
sitios como El Gran Café, con mesas al aire libre, y varias tascas. También recuerda
locales de lujo como el Key Club, que recibió la visita de personalidades famosas
como Renny Ottolina, Sarita Montiel y hasta estrellas como Sandro.
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En aquella época se construyó el edificio Polar en Plaza Venezuela, inaugurado en
1951, convirtiéndose en “el edificio más importante que había en aquella época
porque era el edificio más alto que había, aparte de las torres Simón Bolívar”,
recuerda Mazzucato, quien asegura que en esos mismos años abrió sus puertas el
Teatro del Este, junto a la nueva torre.
Los 60: la revolución estalla fuera y dentro de la avenida Lincoln.
Corcho de Piedra de Mar y los ocho personajes de Historias de la calle Lincoln tienen
algo en común: todos son personajes literarios que pasearon por Sabana Grande en
los años 60 y 70, su época de oro.
Estas novelas recogen el espíritu de un momento de grandes cambios para Sabana
Grande, que seguía siendo una avenida, y que fue el escenario de reuniones de
universitarios, bohemios, gente de izquierda o transeúntes que encontraban en esta
zona de Caracas un ambiente seguro y hermoso donde andar o ir a los locales.
Los sitios preferidos de encuentro eran locales y tascas como El Gran Café, La
Vesubiana, el Chicken Bar, el Vecchio Molino, La Bajada, y El Gato Pescador, donde
se reunían, debatían y en algunos casos hasta creaban grupos literarios.
Esta actividad se desarrollaba en una zona en pleno auge económico. Gonzáles afirmó
que a finales de los años 60 “Sabana Grande es fundamentalmente el eje comercial de
la ciudad, ha desplazado al centro tradicional y es realmente el sitio para el
intercambio de mercancías”, al recordar como el Centro Comercial Chacaíto fue un
hito en el lugar para este momento y completó el recorrido comercial que ofrecía la
Gran Avenida.
“Toda la zona era súper agradable, con muchos cafés, librerías, tiendas, restaurantes y
otros lugares de encuentro, con mucha gente interesante”, recuerda el escritor
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Francisco Massiani, autor de la novela Piedra de Mar, en la que Corcho, el
protagonista, encuentra en Sabana Grande un sitio para encontrarse, para caminar y
para desahogarse de su frustrado amor por Carolina.
El personaje, que es un adolescente con pasión por la escritura, fue creado por
Massiani con cierto tono autobiográfico. Ahora, son su barba abundante y blanca y
junto a su andadera, recuerda cuando era muchacho y vivía cerca del boulevard, al
que iba con frecuencia a caminar y a encontrarse con sus amigos.
El joven escritor y amigo de Massiani, Rodrigo Blanco (2001), cita una parte de
Piedra Mar que le parece contrastante con la realidad de enero de este año, cuando
recién habían salido los buhoneros del boulevard. En una parte de la novela, el
protagonista se dice a sí mismo: “Estoy realmente hastiado. Veré si me voy a Sabana
Grande. A lo mejor me encuentro con Carolina. ¡Quién sabe!”.
Para Blanco, esta cita revela como en aquella época, “el espacio privado, circunscrito,
se revela como agobiante. El espacio abierto del bulevar, territorio de lo imprevisible,
se revela como el desahogo de la intimidad, la oportunidad de la distracción y la
aventura. Hoy, casi 40 años después de la publicación de la novela de Massiani, la
frase de Corcho es geográfica y emocionalmente inverosímil”. Por supuesto que
Blanco fue uno de los muchos que no creyó que Sabana Grande sería
permanentemente desalojada del comercio informal.
Según Massiani, además de reunirse en los cafés y restaurantes, Sabana Grande
también ofrecía una oferta cinematográfica con El Teatro del Este y el Cine Las
Palmas, en donde se ofertaban las primeras películas de directores de culto como
Ingmar Bergman y Jean-Luc Godar, mientras que otros cines como el Radio City y el
Cine Brodway apostaban por una cartelera más comercial.
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En este ambiente con un encanto especial se formaron distintos grupos artísticos,
como Sardio y luego El Techo de la Ballena. El núcleo de Sardio se generó en el
Liceo Fermín Toro, con un grupo de estudiantes a finales de la década de los 50, entre
los que se contaban jóvenes que luego se desarrollaron como escritores o artistas, tal
como Luis García Morales, Adriano Gonzáles León, Elisa Lerner, Rodolfo Izaguirre,
Guillermo Sucre, Rómulo Aranguren, Carlos Contramaestre, Ramón Palomares,
Alfonso Montilla, Salvador Garmendia, Francisco Pérez Perdomo, Félix Guzmán y
Zoila Beily.
Al principio este grupo se reunía en el Bar Iruña, en el centro de la ciudad, pero luego
migraron a Sabana Grande, a la librería Ulises en el Centro Comercial del Este, desde
donde seguían haciendo oposición a la dictadura de Pérez Jiménez. Además,
realizaban monólogos, charlas, conferencias, mesas redondas y encuentros en general
en lugares como El Gato Pescador, Tic-tac, El Encuentro y la Librería Cruz del Sur,
ubicada en el centro comercial del Este, el cual fue uno de los más importantes de
finales de los 50 y principios de los 60.
Sardio fue pionero al plantear la necesidad de que en nuestro país los intelectuales
participaran activamente en la política, de modo que las ideas planteadas por el grupo
en este sentido produjeron una literatura crítica, reflexiva y combativa en lo social,
espiritual y estético, para explorar zonas nuevas de nuestra realidad social y de
nuestra cultura. (Avendaño y Morales, 2003).
Sardio se fue dispersando a comienzo de la década de los 60, y varios de sus
integrantes conformaron con otros jóvenes El Techo de la ballena, el grupo literario y
artístico más impactante, innovador y provocador de la época, cuyo punto de
encuentro era Sabana Grande, en las librerías Suma, Ulises, Cruz del Sur y en los
cafés aledaños.
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Era la época de una revolución mundial en muchos sentidos desatada por sucesos
como la llegada del hombre a la luna, la pastilla anticonceptiva, la guerra de
Vietnam, el triunfo de Fidel Castro en Cuba, etc.
En Caracas, el Techo de la Ballena también desataba pasiones. Es famosa la
exposición realizada en 1962 por el artista Carlos Contramaestre, perteneciente a este
grupo, llamada “Homenaje a la necrofilia”, ya que los cuadros que expuso estaban
hechos de carne fresca y otras materias colgantes, en un país convulsionado por las
insurrecciones de la guerrilla y las ejecuciones por parte de órganos del estado.
Este pintor, que escandalizó a la sociedad de la época, era parte del Techo de la
ballena, junto a pintores como Juan Calzadilla, Jacobo Borges y Edmundo Aray y ex
integrantes de Sardio, como Gonzáles León, Garmendia, Caupolicán Ovalles, etc.
Junto a los balleneros, estaban los integrantes de la revista Tabla Redonda, menos
dados al escándalo que los primeros, y quienes también se reunían en los predios de
Sabana Grande, además de otros grupos bohemios que tomaban la noche del lugar
para reunirse con sus particulares intereses artísticos.
Todos englobaban a una bohemia en su mayoría disidente, a contracorriente de las
élites oficiales, sin dinero, en búsqueda del arte en sus diferentes formas, de acuerdo a
lo señalado en una entrevista por Carlos Noguera, escritor de Historias de la calle
Lincoln y actual presidente de Monte Ávila Editores.
Según lo narra este escritor, la mayoría estos bohemios pertenecían al movimiento de
la izquierda en la década de los 60, ya sea de manera directa o colaborando con la red
de apoyo de la guerrilla, la cual era surtidora de recursos, comida, armas, médicos,
etc., para la insurgencia.
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Los 70 y la Gran Venezuela en Sabana Grande.
El desencanto de los movimientos guerrilleros en la década de los 70 también se
sintió en Sabana Grande. En la novela Historias de la calle Lincoln, publicada en
1971, Noguera cuenta la historia de varios personajes que hacen vida en la zona, entre
los que cuentan Ernesto, obligado a bajar de la montaña donde estaban los
insurgentes y a adaptarse a un orden que repele, y El Gato, ex guerrillero convertido
en delincuente.
Estos personajes de algún modo reflejan el momento que se estaba viviendo al final
de la década de los 60, cuando la mayoría de la izquierda se planteó haber cometido
un error al luchar desde la clandestinidad en vez de hacer lucha social, gremial,
estudiantil, política, lo que la democracia de ese momento permitía, según sostuvo
Noguera.
El debilitamiento de la lucha armada coincidió con la bonanza petrolera de los años
70, recordada popularmente como la época del “ta`barato, dame dos”, o por el hecho
de que el precio del dólar no sobrepasaba los 4.30 bolívares.
En esa época aparecieron en Sabana Grande grupos como la República del Este, que
fue “una gran mamadera de gallo inventada por Caupolicán Ovalles, que simulaba un
gobierno, con presidente y ministros, y cuyas elecciones se realizaban anualmente.
Era divertidísimo”, según Massiani.
La república de Este se movía en tres restaurantes que eran el Vechio Molino,
Camilo`s y Franco, el llamado “Triángulo de las Bermudas”, porque era conocido
que el que pasaba por allí no podía irse sin antes sucumbir a la atracción de estos tres
lugares.
La república tuvo como padre de la patria y presidente vitalicio al poeta Caupolicán
Ovalles y hasta contó con una revista. Según Adriano Gonzáles León (Uqueto, 2004)
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se constituyó un poco para burlarse de la República de Miraflores, pero lo más
importante es que era una hermandad, con pintores de alta y baja categoría, donde lo
que se celebraba principalmente era la amistad y la inteligencia.
Sin embargo, Noguera relató que en aquellas elecciones se mostraba en ocasiones el
sincretismo, la corrupción y la pérdida de valores propios de la “Gran Venezuela”:
“Te encontrabas con que había una fiesta y quien la brindaba era un jefe de la antigua
Disip que había matado a tus amigos. Hasta ahí no puedo llegar, una cosa es la
confraternidad y espacios de convivencia, y otra cosa es que yo me siente con un
torturador.”
Todo este movimiento y conflicto de la bohemia se desarrollaba en la que continuaba
siendo la principal arteria comercial de la ciudad. De acuerdo a la Guía Comercial de
Sabana Grande y lugares de interés en el Este, publicada en el año 1973, se muestra
como la Avenida Abraham Lincoln era un lugar con muchas posibilidades en este
sentido (Vivas y otros, 2007):
“Todo es posible conseguir en la zona, desde un pasaje aéreo hasta lo más
fino en marroquinería, desde un par de zapatos hasta el más fino traje de
casimir realizado por verdaderos artífices”. El desarrolló también fue
arquitectónico, con la construcción de la torre La Previsora en los 70, que
constituye un icono referencial en la ciudad.
Los 80: el metro y un nuevo boulevard.
En la década de los 80, Sabana Grande sufrió una gran transformación al dejar de ser
una avenida y convertirse en un boulevard, tal como se encuentra hoy en día. El
motivo del cambio fue la construcción del Metro de Caracas, cuyo primer tramo
Propatria-La Hoyada comenzó a funcionar en el año 1983.
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A comienzos de los 80, la obra generó muchos reclamos de parte de los comerciantes,
quienes estaban preocupados por la limitación del acceso de vehículos a sus
comercios y por ende por la disminución de sus ventas. “Claro, en esa época el Metro
no estaba funcionando y no se conocía su dinámica”, recordó Max Pedemonte,
arquitecto jefe del Metro para aquel entonces.
Por esa razón, se abrió inicialmente un tramo del boulevard para ver cómo funcionaba
y como se volvió el espacio más agradable del sector, el experimento tuvo luz verde
para extenderse desde Chacaíto a Plaza Venezuela.
De esta forma, los peatones se volvieron protagonistas en el espacio antiguamente
ocupado por una avenida, mientras que la mayor parte del flujo vehicular que ésta
absorbía fue desviado hacia las avenidas Casanova y Solano, que fueron adaptadas y
expandidas para este fin.
La creación del boulevard no fue un proyecto aislado, puesto que formó parte de una
política del Metro de creación de espacios públicos en las áreas que tuvieran que ser
derribadas o transformadas para la construcción de este transporte subterráneo.
De hecho, se construyeron dos bulevares más en la ciudad, como fueron el de Catia y
el de Caricuao, ambos adyacentes a estaciones del Metro. Estos dos, junto al de
Sabana Grande, estuvieron en sus comienzos bajo la administración del Metro de
Caracas, que los trató como un andén más, con las mismas reglas.
Max Pedemonte recordó como en la Oficina Municipal de Planificación Urbana
(OMPU), desde mucho antes de la construcción del Metro, estaban previstos los
bulevares de Catia y de Sabana Grande, “lo que pasa es que la OMPU no tenía como
hacerlo, era un organismo de planificación, pero el Metro sí tuvo la posibilidad de
construirlos” comentó el arquitecto.
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Según Niño Araque (2004):
A diferencia de los bulevares de Catia, Caricuao, Parque Vargas y el Foro
Libertador, el de Sabana Grande se estableció sobre un escenario cuya
vocación e historia ya estaba asentada en la memoria de la ciudad como
centro geográfico y corredor peatonal entre los extremos de la ciudad. Esta
afortunada circunstancia convirtió a Sabana Grande, paradójicamente, en el
espacio donde se gestó el desplazamiento y la mayor mezcolanza, cambios de
usos, integración de estilos, clases y grupos sociales, lo que inevitablemente
la debilitó como recinto de la actividad comercial. (p. 44)
Este debilitamiento se produjo, entre otras razones, por las primeras apariciones del
comercio informal en una zona que había sido diseñada para el disfrute de los
caminantes, tal como sucedió en muchos otros lugares de Caracas.
En el caso de Sabana Grande, hace cerca de 20 años empezaron a aparecer las
primeras manifestaciones del comercio informal en la figura de los “top manta”,
como los llama Gonzáles, al referirse a los vendedores informales que ofrecían
productos en las calles dispuestos en mantas, para recogerlos rápido y correr en caso
de que llegara la policía a sacarlos del lugar.
Además de la aparición de esta nueva modalidad de vendedores en este espacio
-pequeña muestra de lo que vendría después-, el boulevard se fue llenado de
comercios de corte popular, mientras que las tiendas para gente con alto poder
adquisitivo se fueron de Sabana Grande, aunque se mantuvieron algunos cafés y
cines. El comercio masificado hizo que la zona perdiera la condición de lugar de
encuentro de la bohemia caraqueña, según lo sostiene Araque (2004).
A pesar de los fuertes cambios, durante esta década el boulevard continuó siendo un
espacio de encuentro, y fue escenario de las primeras militancias gays de Venezuela,
así como de los inicios del movimiento punk venezolano (Andrade, 2004).
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El periodista y locutor Edmundo Bracho así lo asegura, al señalar que el movimiento
punk tomó fuerza en la zona debido a la heterogeneidad y gran tolerancia que allí
existía, ya que cerca de 1985 este movimiento musical e ideológico no era bien visto
por la mayoría de los venezolanos.
Según Noguera, lo que pasó después fue producto de muchas cosas: “Luego del
Viernes Negro en el 83 y la debacle petrolera, todo empezó a cambiar. Con el
fenómeno de la buhonería, yo mismo, queriendo como quiero a esa zona porque yo
escribo por allí, tuve que migrar.” Además, el crecimiento urbanístico de la ciudad
continuó su desplazamiento hacia el este y al sureste, de modo que luego de
concentrarse en Plaza Venezuela y Sabana Grande siguió hacia urbanizaciones como
Las Mercedes y Altamira.
Los 90: comienzo del caos informal
“Aquí nadie está buscando hacer nuevas amistades. Sin complicaciones, la cosa es un
simple business por el pan nuestro de cada día”, asegura Carlos Flores (2004) al
referirse al caos buhoneril en sabana Grande.
Esta situación se afianzó desde los 90, cuando se mantuvo una gran tensión entre el
tema del comercio informal y el boulevard, ya que a mediados de esta década los
buhoneros empezaron a desempeñarse en este espacio público cada vez con más
fuerza, en un contexto económico y social del país poco alentador para gran parte de
la población.
Además, en esta década los antiguos edificios de 7 pisos se vieron acompañadas por
mega edificaciones de 30 niveles, cuya construcción implicó una acción saqueadora
del alma y funcionamiento tradicional de Sabana Grande al quebrar su crecimiento
armónico, en opinión de Niño Araque (2004).
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La anarquía mobiliaria se unió a la anarquía comercial: “Hubo distintos momentos,
primero lo de las mantas, luego instalaciones permanentes en dos frentes y en un
segundo momento, en los 2000, aparecieron dos corredores internos con tarantines”,
explicó González.
La densidad de buhoneros en las calles era muy alta, y eso atentaba no sólo contra la
circulación y la seguridad, sino también contra la rentabilidad de los negocios, razón
por la cual fueron desapareciendo algunos locales que allí se encontraban mientras
que otros se convirtieron en depósitos para el comercio informal.
Para el cronista de la ciudad (Vivas y otros, 2007) el boulevard “de ser lugar de
recreo y agradable esparcimiento, empezó a identificarse como zona de alta
peligrosidad y el caraqueño se privó de transitar por allí. Sabana Grande se deprimió
y el ciudadano común se dirigió en masa a la seguridad de los grandes centros
comerciales, que empezaron a aparecer en la década de los 90”.
Estos cambios sucedieron justamente cuando el Metro de Caracas entregó en 1994 a
la Alcaldía de Caracas la administración, cuidado y mantenimiento del boulevard de
Sabana Grande.
La situación llegó a tal punto que en el año 1995, se hizo una acuerdo entre la
Alcaldía del Municipio Libertador, gremios de los informales y la Asociación de
Vecinos de Sabana Grande, en el que se acordó dejar trabajar a los buhoneros en el
lugar de martes a sábado, ocupar el lunes con la limpieza del sitio y dejar el domingo
como único día para que los peatones usaran libremente el espacio, según lo publicó
El Universal en julio de 1995 (Vivas y otros, 2007).
Rateros, prostitutas, traficantes y consumidores de todo tipo de droga colmaron los
espacios del boulevard en aquella época, de forma tal que en los tarantines donde
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trabajaban los buhoneros en el día, dormían en la noche los vagabundos, de acuerdo a
la prensa de la época.
Ante esta situación la Alcaldía del Municipio Libertador puso en marcha en el año 96
en proyecto “Isla del este”, que consistió principalmente en asfaltar vías, recuperar las
caminerías y las áreas verdes, reforzar la presencia policial, instalar mobiliario
urbano, etc.
Sin embargo, los informales siguieron cada vez con más fuerza en este espacio
público, donde se ofrecían servicios que iban desde hacerse la manicure en plena
calle, comprar películas piratas, adquirir cualquier tipo de ropa y accesorios, hasta la
realización de pearcing y tatuajes en una acera, etc.
El caos trató de ser abordado también por la secretaría de Planificación y Ordenación
Urbanística de la Alcaldía Metropolitana de Caracas, creada en el año 2000 para
atender a los municipios Libertador, Chacao, Sucre, Baruta y El Hatillo.
Del 2001 al 2004 el encargado de esta secretaría, que ahora se denomina Taller
Caracas, fue Leopoldo Provenzali, quien expresó en una entrevista que el fracaso del
proyecto propuesto por este ente se debió a motivos políticos, ya que un éxito de la
Alcaldía Mayor, liderizada por el opositor Alfredo Peña, no era conveniente para el
partido de gobierno.
Provenzali recordó como se impulsó la creación de una ordenanza sobre el tema del
espacio público, para materializar un marco jurídico que planteara las competencias
de la secretaría recién creada.
Desde este organismo se decidió experimentar la nueva ordenanza en algún lugar con
carácter metropolitano, para que la alcaldía pudiese llevar adelante políticas concretas
sobre ese espacio urbano. Sabana Grande fue elegido por ser el corazón geográfico y
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estratégico de la ciudad, según explicó Provenzali, quien indicó que este lugar tiene
una serie de atributos, como ser la calle peatonal más larga de Caracas y ser el sitio
por donde transita la mayor cantidad de gente en la ciudad.
Para llevar adelante la propuesta se realizó un estudio integral y una mesa técnica
entre 2003 y 2004, con la participación del Centro de Divulgación del Conocimiento
Económico (Cedice), de los vecinos, de las instituciones públicas, de los buhoneros, y
otros actores, quienes discutieron temas urbanísticos, legales, ambientales, de
seguridad, viales, peatonales, de servicios, y de evaluación de todo el equipamiento
urbano de la zona.
Todo eso se reflejó en un documento, que nunca se transformó en acciones, aunque
tenía como idea establecer las responsabilidades de cada actor involucrado para
iniciar un plan de rescate de Sabana Grande.
La economía informal era importante en aquella propuesta, ya que se involucraba a
los buhoneros en la solución, según Provenzali: “La política nuestra era la
formalización de la informalidad: un sujeto económico que no está sometido a ningún
tipo de regulación, entraba a un acuerdo en donde se comprometía a cumplir con una
serie de disposiciones legales y normativas.”
De esta forma, un grupo mayoritario de buhoneros se reubicaría en los centros
comerciales que se construirían en el edificio Insimar y en el edificio Los Andes,
mientras que otros se dedicarían a la venta de flores, de libros o de artesanía o
saldrían de las calles si estaban en situación de ilegalidad.
“El Municipio Libertador debería tomar como guía esas ordenanzas, pero nadie les
hace caso. Antes por los conflictos del alcalde Freddy Bernal con el alcalde Mayor
Alfredo Peña y ahora con el Alcalde Mayor Juan Barreto”, opinó Provenzali.
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Ante el fracaso de la iniciativa, los buhoneros siguieron en el boulevard, a excepción
de los meses de enero de 2007, como descanso de las navidades. Lo que muchos no
se esperaban es que tras ese breve descanso, Sabana Grande ya no los recibiría de
nuevo y empezaría a dar un giro de 180 grados, para retomar su calidad de espacio de
encuentro y su accesibilidad.
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III. AHORA SÍ SE PUEDE TRANSITAR POR EL BOULEVARD
En el mes de febrero de este año, Celina de Palma se movilizó en un autobús desde su
casa en Catia La Mar en el estado Vargas, hasta el boulevard de Sabana Grande, con
su niña de nueve años tomada de la mano y disfrazada de fantasía carioca, para
mostrarle a la hija "como se pasa un Carnaval en Sabana Grande sin buhoneros".
Así lo relató El Universal del 19 de febrero de este año, al narrar el primer carnaval
que se vivía en la zona luego de casi de diez años, por la toma absoluta de la
economía informal en Sabana Grande.
Esta situación cambió a comienzos de año cuando se logró algo que parecía misión
imposible: desalojar a los vendedores informales del boulevard. Este fue el primer
paso de una serie de acciones destinadas a recuperar el lugar y a hacer más accesible
el tránsito de peatones en este espacio público emblemático de la ciudad de Caracas.
“El flujo de las personas aquí ha aumentado cualquier cantidad. No hay en día en que
la gente no camine el boulevard”, manifestó Jesús Vargas, Jefe Civil de la parroquia
El Recreo, dentro de la cual está el boulevard Sabana Grande, que cuenta con casi dos
kilómetros de largo y que va desde la Zona Rental de Plaza Venezuela hasta
Chacaíto.
La accesibilidad del boulevard en cuanto a transporte es alta, ya que cuenta con tres
estaciones de metro (Chacaíto, Sabana Grande y Plaza Venezuela), está paralelo a dos
importantes avenidas como la Solano y la Casanova y tiene cerca a la autopista
Francisco Fajardo que es una de las arterias viales más importantes de la ciudad.
De hecho, según el Estudio de Movilidad en el Área Metropolitana de Caracas, la
parroquia El Recreo, que contiene al boulevard, es el tercer destino con mayor
atracción de viajes en horas pico, luego del centro de la ciudad y el municipio
Chacao.
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Sin embargo, más allá de las condiciones de transporte, la accesibilidad hacia Sabana
Grande se ha incrementado por todos los cambios que ha vivido recientemente ese
espacio. Las acciones tomadas por la alcaldía y otras instituciones han hecho de la
zona un lugar más limpio, más seguro y con actividades recreativas, que facilitan la
estadía y circulación de personas en este lugar.
El cambio se nota, puesto que Sabana Grande se había vuelto durante los últimos
años un lugar cada vez menos accesible, por el deterioro de su mobiliario urbano,
como sus bancos, faroles, papeleras, etc., así como por el sobre uso, poco
mantenimiento y no aplicación de las normativas urbanas, que permitieron que los
vendedores informales se apropiaran de la calle y que se deteriora el lugar en general.
Todavía hay mucho por recuperar en Sabana Grande, pero es un hecho que los
peatones volvieron a tener un espacio para transitar libremente, con lo que se le dio
un respiro a la pluralidad, al libre acceso y al encuentro ciudadano, como sucede en
los espacios públicos en general.
Lo que se ha hecho es crear un incentivo para que todos estos procesos ocurran,
mediante todas las transformaciones promovidas por muchas instituciones en el
boulevard, que parece haberse puesto de moda a nivel político.
Ya en octubre de 2006, la Alcaldía Mayor había propuesto un proyecto de
recuperación urbana de Sabana Grande, el cual consistía en construir un centro
comercial lineal, de tres niveles, que albergaría a 2.600 minitiendas de unos cinco
metros cuadrados cada una. El primer nivel de la construcción sería subterráneo, el
segundo estaría sobre el bulevar y el tercero sería una terraza para cafés y otros
comercios, ubicado a la altura de las mezzaninas de las tiendas actuales.
Sin embargo, este proyecto no vio luz y quien ha tenido una actuación activa en el
boulevard ha sido la Alcaldía del Municipio Libertador, que se ocupó del desalojo de
la economía informal en Sabana Grande a comienzos de este año y ha realizado
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labores de limpieza y mantenimiento en el lugar con el apoyo de Centro de Arte La
Estancia, brazo social y cultural de Petróleos de Venezuela.
Una iniciativa importante es el concurso de propuestas para la rehabilitación del
boulevard que se lanzó desde La Estancia a finales del mes de julio, y cuyo objetivo
final es declarar una ordenanza que regule la zona y delimite un plan para intervenir
el espacio y recuperarlo, en base a un consenso de las partes involucradas.
Aunque los resultados finales de todas estas acciones están por verse, el alcalde del
Municipio Libertador, Freddy Bernal, ha prometido convertir a Sabana Grande en un
referente urbano: “Entre La Estancia y la alcaldía vamos a hacer del boulevard un
ícono de la ciudad de Caracas, no debe haber un turista que no pregunte ¿y dónde
queda eso de Sabana Grande?”, señaló en el mes de agosto, durante una rueda de
prensa con motivo del anuncio del concurso de ideas para el boulevard.
Por su parte, la Alcaldía Mayor no ha perdido todo el protagonismo, al asumir el
resguardo del boulevard y su vigilancia con la instalación de cámaras a lo largo de
todo este corredor, cuyas imágenes están centralizadas en el edificio Radio City, en la
misma zona. La competencia con la Alcaldía Libertador continúa, puesto esta
institución puso sus propias cámaras, mientras que su ente policial, la Policía de
Caracas, se ocupa de que no vuelvan los buhoneros al boulevard.
Además de todo esto, Sabana Grande es zona turística según el Ministerio del
Turismo y es uno de los destinos de las actividades recreativas de la Fundación para
la Cultura y las Artes (Fundarte), de la Alcaldía de Libertador.
Es de suponer que estas condiciones se intensificarán o cambiarán su rumbo, cuando
se empiece a desarrollar la Zona Rental de Plaza Venezuela, que funcionará como un
gran polo de desarrollo de las mismas dimensiones y a un extremo del boulevard.
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Se fueron para no volver
El 2007 tomó por sorpresa a los buhoneros de Sabana Grande, que se fueron en enero
en su acostumbrado receso de principios de año, sin saber lo que les ocurriría los
meses siguientes.
Según indicó en una entrevista el jefe civil de la parroquia El Recreo, cuando todavía
ocupaban el boulevard los buhoneros eran una comunidad de cerca de 5 mil personas,
la cual convivía en un ambiente con distintas manifestaciones de delincuencia.
Las mafias estaban presentes, y llegaron hasta el punto de vender un puesto en el
boulevard desde otros países como Bolivia y Perú, de acuerdo a lo comentado por
Silfredo Zambrano, presidente de la Corporación de Servicios Municipales de la
Alcaldía de Libertador.
En medio del caos, la gente que andaba por el boulevard podía conseguir casi todo
tipo de mercancía a buenos precios, pero tenía que circular rápido porque el espacio
entre cada tarantín era estrecho y había que dejar pasar a la gente que andaba en el
mismo plan de compra.
En enero la sensación de estrechez se cambió por otra de libertad para caminar, lo
cual se ha mantenido todo el año. El diario El Universal reseñó el 24 de enero de este
año que el alcalde Freddy Bernal señaló que "desde principios de año se ha tomado la
decisión, con el presidente Hugo Chávez a la cabeza, de reordenar esta ciudad", al
tiempo que aseguró que “al bulevar de Sabana Grande no vuelven los buhoneros".
La gran decisión se tomó después de las elecciones presidenciales, lo cual
seguramente aseguró algunos votos de los informales para el oficialismo. De hecho,
Bernal tuvo que reconocer que esperó el momento político adecuado para eliminar a
83
los vendedores en las calles, al confesar que permitía la economía informal en Sabana
Grande como parte de una estrategia política.
"Como ustedes saben tenemos siete años tratando de consolidar la democracia en las
instituciones, y para nadie es un secreto que aquí hubo años de locura, entre Gobierno
y oposición y no era el momento político para avanzar", confesó Bernal según El
Universal del 19 de febrero de este año, al señalar que "estando ya el Gobierno del
presidente Hugo Chávez consolidado con siete millones 300 mil votos y quizás
habiendo crecido en la conciencia política de los venezolanos, decidí este año, el
primero de enero, comenzar la recuperación".
Ya en febrero la máxima autoridad del Municipio Libertador anunciaba que parte de
los informales que para ese entonces tenían dos meses sin trabajar serían reubicados
al final de la avenida Casanova, que está paralela al boulevard, en una feria comercial
improvisada por la Alcaldía de Libertador en un estacionamiento.
A pesar de que los informales en estado de legalidad censados por la Alcaldía de
Libertador sumaban 2.900, esta feria se habilitó para 1.300 puestos. Del resto, 100
personas fueron contratadas para trabajar como obreros de las reformas del centro
comercial Insimar, 98 indocumentados salieron del listado de beneficiados, 21
personas con discapacidad fueron contratadas por la Alcaldía y a 165 buhoneros de la
tercera edad se les ofreció una pensión provisional, según se indica en El Universal
del 7 de marzo.
Otra alternativa fueron los cursos ofrecidos por Ministerio del Poder Popular para la
de Economía Popular, en los cuales se inscribieron 600 buhoneros, para luego
solicitar créditos y convertirse en microempresarios, a la vez que les fue ofrecida una
beca de 550 mil bolívares.
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Zambrano reconoció que se les dio respuesta social a cerca de 3 mil buhoneros,
mientras que a otros 3 mil no se les atendió porque eran extranjeros o
indocumentados.
La inauguración de la feria causó muchas expectativas y pobres resultados. Desde
febrero se anunciaba su apertura, pero abrió sus puertas en marzo, luego de un
concurso hasta la medianoche en el que los seleccionados mostraron su satisfacción,
mientras algunos de los que quedaron fuera refutaban los resultados.
Los ganadores tomaron los espacios de la feria, que desde el comienzo les recordó
aquella buena época en la que vendían a granel en las calles del boulevard. “Mientras
que los comerciantes del bulevar de Sabana Grande aumentaron sus ventas en 40%,
los informales que desde hace un mes se instalaron en la Feria de Buhoneros en la
avenida Casanova se quejan porque sólo alcanzan a vender 10% de lo que hacían
diariamente en este espacio público”, señala El Universal de 16 de abril de este año.
Otras complicaciones se sumaron a las pocas ventas, como inundaciones por las
lluvias, la inseguridad y la poca publicidad de la feria que no está ubicada en un paso
peatonal, sino en un espacio apartado en la avenida Casanova.
El jefe civil Vargas reconoció la situación: “Lo que sí yo veo allí es que está muy
cerrado el mercado, no tiene mucha vista el público, a pesar de que está en un buen
punto, en una de las avenidas de mayor circulación de Caracas como es la Casanova.
Habría que tumbar las paredes de al frente y algunas laterales y sustituirlas por rejas,
para que la gente vea que allí hay un mercado.”
Los problemas llegaron a tal punto, que algunos arriesgados volvieron al boulevard
en las horas de la mañana en el mes de agosto, mientras los policías aún no llegaban a
cumplir sus labores de vigilancia.
"Hay gente que llega aquí como a las 4:00 de la madrugada para tomar un puesto, y la
mayoría se va después de las 9:00 de la mañana, cuando los efectivos llegan a
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trabajar", le relató María Torres a El Universal el 15 de agosto, desde su condición de
buhonera en la plaza Brión de Chacaíto, a pesar de que le fue asignado un puesto en
la Gran Feria de Sabana Grande.
Con todo y sus problemas, esta feria sigue en pie y seguirá funcionado temporalmente
de acuerdo a lo manifestado por la Alcaldía, puesto que el plan definitivo para los
informales es reubicarlos en el edificio Insimar, localizado en el boulevard cerca de
Chacaíto.
Este edificio fue adquirido por la Alcaldía del Municipio Libertador el 23 de marzo
de este año y su precio alcanzó los 40 millardos de bolívares; otros 45 millardos de
bolívares están previstos para terminar de construir el edificio y habilitarlo para que
se convierta en el Centro de Economía Popular, con capacidad para 2.500 puestos.
Sin embargo, seis meses después de la compra fue que llegaron los recursos para
comenzar los trabajos en el inmueble, por lo que luce poco probable que esté
terminado a finales de año tal como se había prometido inicialmente, de acuerdo a lo
publicado por El Universal el 1 de septiembre.
De hecho, cualquier transeúnte que haya pasado al frente del edificio Insimar durante
este mes, sólo habrá visto gigantografías con las imágenes del alcalde Bernal y del
presidente Hugo Chávez, junto al anuncio de que allí está en marcha la construcción
del Centro para la Economía Popular Manuela Sáenz, que hasta ahora sólo muestra
unas filas de ladrillos incipientes en los dos primeros pisos del esqueleto del edificio,
que es lo único que está en pie.
Para agosto de este año, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico
(Cedice) señalaba a El Universal que los buhoneros que antes trabajaban en Sabana
Grande optaron por concentrarse en Catia, zona que ya estaba adueñada por la
economía informal, y en otras zonas de la ciudad como El Cementerio, y La
Candelaria. Otros buhoneros sin lugar en el boulevard decidieron probar suerte en
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otras regiones del país como la ciudad de Maracay, que es la que más ha recibido a
los antiguos ocupantes del bulevar capitalino.
La situación de los vendedores informales no es fácil desde que se recuperó la
condición peatonal de Sabana Grande, ya sea porque quedaron fuera de los planes
sociales y decidieron migrar a trabajar a otros lugares, o porque tienen un puesto en la
feria con muy pocas ventas. Mientras tanto, la ciudad coexiste con esta tensa
situación y con un lugar rescatado como espacio público.
Limpieza y reparaciones a fondo en el boulevard.
Con la salida de los buhoneros, las ratas migraron de Sabana Grande buscando
mejores fuentes de sustento. Ya en febrero, Jesús Toro, director general de Salud
Ambiental del Ministerio de Salud, explicaba a El Universal como cada vez que se
hacía una operación de limpieza profunda como la ocurrida en el bulevar de Sabana
Grande, se hacía necesaria la desratización en las madrigueras para evitar las
migraciones hacia las residencias vecinas.
Como era de esperarse se presentó una emergencia sanitaria con la invasión de ratas
en sectores cercano al boulevard como La Campiña, Bello Monte, El Recreo y Las
Palmas, que fue atacada con raticidas y con cursos destinados a los conserjes de la
zona para que aprendieran a manejar el veneno contra los roedores.
Por lo menos se atacó el síntoma, que a su vez reflejaba un mejor manejo de la basura
en el boulevard, un tema fundamental para la comunidad de la zona, según lo relató
Virginia Vivas, quien dirigió el diagnóstico realizado por el Centro de Arte La
Estancia y que además ha estado en contacto con comunidades del sector.
Los mejoramientos en esta área no son definitivos, pero mientras tanto se han hecho
algunos intentos para solventar la problemática de la basura, como por ejemplo la
colocación a lo largo de todo el boulevard de contenedores de cerca de un metro de
alto y el doble de ancho, además de las papeleras en los postes.
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Pero estos grandes depósitos de basura no son la solución principal para Silfredo
Zambrano, quien asegura que “se pueden poner cien camiones, 5 mil barredores, pero
si no hay conciencia ciudadana no haces nada. Las ciudades más limpias del mundo
son las que menos se ensucian. Aquí pareciera que la gente no quiere a su ciudad, tira
los papeles en cualquier lado y pensando que le hacen daño a un funcionario público
se hacen daño ellos mismos, porque en una ciudad limpia hay mayor salud, mayor
posibilidad de que las personas quieran caminar por las vías.”
Según el alcalde Bernal, cerca de 2.300 millones de bolívares se han invertido en las
labores de mantenimiento en el boulevard, las cuales se realizaron con intensidad
entre febrero y abril de este año, e incluyeron sustitución de adoquines, recuperación
de brocales y aceras, remoción de los maceteros que eran recipientes de droga y de
los bancos que estaban rotos, reforzamiento de la iluminación con la colocación de
postes que antes habían sido tumbados para venderlos como material de desecho,
remoción de toda la propaganda y las vayas ilegales, sustitución de los kioscos y
limpieza en general del boulevard.
Vivas explicó que estas actividades, que deben hacerse todos los meses, revivieron la
zona: “Hubo una recuperación del boulevard de cómo estaba a como está, podría
decirse que de un 30 hasta un 40 por ciento en el sentido físico. Pero hubo una
altísima recuperación del espacio público, podría decirse que de un 100 por ciento,
porque todo el mundo puede volver a caminar por Sabana Grande”.
Comentó además que recientemente se realizó un intento de señalizar con postes
nuevos que no serán los definitivos, puesto que se prevé instalar una señalización
para que los usuarios se ubiquen para el consumo comercial y además conozcan la
memoria urbana del lugar.
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Estas actividades han atacado a corto plazo el problema de la limpieza y el mobiliario
urbano del boulevard, cuyas acciones definitivas surgirán a partir del concurso de
rehabilitación de Sabana Grande propuesto por La Estancia.
Seguro de día, inseguro de noche
“En Sabana Grande existía la anarquía, el desorden, el caos, robos, hurto, droga,
prostitución, tráfico, venta ilícitas de discos quemados que viola la ley del derecho de
autor, desde plaza Venezuela, hasta el límite del municipio Libertador y Chacao”,
aseguró Alexander García, comandante del puesto de la Policía de Caracas de Sabana
Grande, ubicado a la mitad del recorrido del boulevard.
Según el efectivo, fue el ente policial del cual forma parte, regido por la Alcaldía
Libertador, quien se encargó del desalojo de los buhoneros y es quien resguarda la
zona para que estos vendedores no vuelvan a los espacios recuperados, además de
darle la sensación a la comunidad de que la policía está en la calle.
Son 45 efectivos los que trabajan en el boulevard, un poco más del horario de oficina:
de 9 a.m. a 7 p.m. En la noche la policía de Caracas se limita a resguardar el módulo
que tiene en la zona.
Estos efectivos permiten que pasen vendedores ambulantes, como los que ofrecen
llamadas sólo con su voz y guardan bajo la chaqueta sus teléfonos celulares, siempre
que no se asienten en un lugar ni obstaculicen el tránsito. A los que incumplen la
norma, en zonas críticas como Chacaíto, se les decomisa la mercancía si se les
encuentra in fraganti.
Además están los cotuferos, vendedores de dulces, de perros calientes, etc., cuya
permanencia es legal en el sitio porque están permisados por la Alcaldía del
municipio Libertador.
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Hay otros problemas como la disposición de la basura y los robos en el lugar, que son
vigilados con cámaras dispuestas en varios postes de Sabana Grande por la Alcaldía
de Libertador y la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (Cantv).
El alcalde Bernal aseguró que los aparatos serían instalados en los meses de junio y
julio y que se conectarían con dos centros de monitoreo permanente que funcionarían
en el anexo del Palacio Municipal y en la sede de la Policía de Caracas, como parte
de un plan integral de la Alcaldía que contempla la recuperación del casco histórico,
el reordenamiento de la economía informal y programas de limpieza y de seguridad,
de acuerdo a El Universal del 7 de junio de este año.
En el tema de la vigilancia y la prevención del delito también se hace notoria la
rivalidad entre la Alcaldía Mayor y la Alcaldía de Caracas, ya que las cámaras
dispuestas por esta última estarán acompañadas por 27 cámaras de la Alcaldía Mayor,
cuyas imágenes estarán centralizadas en el Centro de Respuesta al Ciudadano (CRS),
ubicado en Sabana Grande, en el edificio Radio City.
“El problema es que aquí en Venezuela, aunque haya un gobierno central y aunque
todos seamos rojos rojitos, cada quien tiene su parecer, no hemos llegado a una
unificación de criterios. Las circunstancias políticas no nos han permitido hacerlo”,
aseguró Igor Escalona, coordinador tecnológico del proyecto Suass (Sistema
Unificado Automatizado de Seguridad y Salud) perteneciente a la Secretaría de
Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor.
La entrevista la ofreció en el CRS, donde hay una pantalla gigante en la que se
proyectarán las imágenes del delito en Caracas, frente a cerca de 200 computadoras
pantallas planas ubicadas donde estaban los antiguos asientos del Radio City.
Además de centralizar las imágenes de las cámaras vigilantes en varios puntos de la
ciudad que mantienen elevados índices delictivos, este centro recibirá llamadas de
emergencia, además de captar las panorámicas de Caracas que envíen los tres globos
aerostáticos que se deslizaran sobre en las zonas más inseguras.
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En cuanto al caso específico de Sabana Grande, Escalona explicó que además de las
cámaras, la Policía Metropolitana (PM), que es regida por la Alcaldía Mayor, se
encarga del resguardo de la integridad física de todas las personas, transeúntes, y
usuarios que utilizan el boulevard y las zonas aledañas.
Esto se logra con los 9 módulos de la PM ubicados a lo largo de la caminería, con 27
funcionarios diarios, la mayoría en el turno diurno, además de los constantes
recorridos que realizan los motorizados de la fuerza policial por la zona.
Según Escalona, los delitos se redujeron mucho después de que salieron los
buhoneros, porque entre ellos funcionaban mafias que apoyaban a los ladrones: “eran
los que les tiraban el pitazo a los “choros” y decían quien tenía y quien no tenía plata,
de acuerdo a la mercancía que se llevara el cliente o a la plata que mostrara cuando
iba a pagarla.”
También había arrebatones de cadenas o carteras, que se han reducido cerca de un 80
por ciento, según el funcionario. Por su parte, el jefe civil aseguró que hasta el año
pasado se registraban más de 30 arrebatones diarios y actualmente sólo se registran
uno o dos por día.
Se daban y se dan otros robos de mayores magnitudes como el asalto a bancos, que se
ha mantenido igual con respecto al año pasado. “Como hay déficit de policías, el
trabajo que se hace no es tan efectivo, porque la PM tiene cerca de 8 mil funcionarios
cuando debería tener por lo menos 450 mil”, indicó Colina.
Pese a las mejoras, sigue habiendo delitos en la zona, sobre todo en las cercanías al
metro, como es el caso de la calle El Recreo cerca de la estación de Sabana Grande, y
los alrededores de la estación de Chacaíto, apodados por los PM como Vietnam
“porque allí hay una guerra perenne.”
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La noche es el momento realmente crítico de Sabana Grande. Según Escalona,
muchas veces salen muchachos drogados o bebidos de las discotecas de la zona
alterando el orden público y los policías lo más que pueden hacer es llevárselos por
dos horas a la estación y luego soltarlos, porque no existen testigos que son
requeridos por el Código Orgánico Procesal Penal para iniciar procedimientos.
Además, muchos policías están pagados por los comerciantes y están más pendientes
de hacerles de guardaespaldas que de resguardar a los transeúntes, lo cual es una
situación repetitiva porque los efectivos están muy mal pagados, de acuerdo a lo
señalado por Escalona.
La seguridad nocturna para el jefe civil tampoco existe: “Hay policías en todas partes,
por lo menos en el día y en parte de la noche. Ya en la madrugada sería una
imprudencia de los ciudadanos estar por ahí circulando, prácticamente es una
tentación para la delincuencia.”
Pero la seguridad no es sólo una cuestión policial, según lo plantea la Declaratoria de
Caracas (Fundación para la cultura urbana, 2003), realizada en 2002 y firmada por
varios intelectuales.
El documento señala la necesidad de que Caracas recupere la habitabilidad de sus
espacios públicos, como una de las maneras más eficientes para enfrentar el problema
de la inseguridad. “Esto supone dotar esos espacios de iluminación, liberarlos de la
buhonería y enriquecerlos desde el punto de vista estético, recreativo, cultural y
arquitectónico”, asegura la declaratoria.
La diversión y el arte toman el boulevard.
La accesibilidad de Sabana Grande ha mejorado con el desalojo de los buhoneros,
con mayor limpieza y seguridad, y también con las actividades culturales que ahora
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se realizan en ese espacio. A comienzos de año, por ejemplo, se celebró primera vez
en muchos años el carnaval en el boulevard.
Zanqueros, payasos y malabaristas distrajeron a niños y adultos que llegaron de
diversos sectores a presenciar el grito de carnaval, lanzado por el alcalde Bernal:
"desde Sabana Grande, el carnaval en grande". Así, volvieron los niños disfrazados
de zorro, hombre araña, princesa o bailarina al boulevard, para pasear y jugar con
papelillo, como era tradicional en ese sector hasta hace 8 años atrás.
Luego de esta celebración, la otra gran actividad recreativa en el lugar se realizó en
junio con la celebración de la Copa América, un evento futbolístico de escala
continental, cuyos juegos fueron proyectados en esta vía pública con grandes
pantallas que se ubicaron en el boulevard para que la gente pudiera detenerse allí a
ver el partido.
En julio, con la celebración del 440 aniversario de Caracas, Sabana Grande se
convirtió en el gran escenario de la celebración, al ceder sus espacios a una cancha de
deportes extremos al aire libre, para celebrar un encuentro de deportivo y cultural
organizado en el marco del homenaje a la ciudad.
En la cancha, los participantes disfrutaron de juegos de básquet, boxeo, fútbol de
calle y una competencia masiva de ajedrez, así como demostraciones de patineteros y
ciclistas, que demostraron sus habilidades con rampas dispuestas para ello.
María Chirinos, de 18 años, y Leslie Torobeo, de 13, se fueron en metro desde Parque
Central para practicar con sus patinetas sobre las curvas. Ambas destacaban entre la
abrumadora presencia masculina de los participantes."Me parece buenísimo que
hagan estas actividades. A mi mamá le gusta que yo salga a ejercitarme. Prefiere esto
a que me vaya a una discoteca", comentó Chirinos a El Universal el 29 de julio de
este año.
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Lo que sigue serán las próximas navidades en Sabana Grande, que según Bernal
estará decorado y lleno de eventos culturales, buscando que este espacio compita
efectivamente con los centros comerciales.
Además de estos eventos, a lo largo de todo el año se han realizado actividades
recreativas para los niños en el boulevard los fines de semana, organizados por la
Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte), de la Alcaldía del Municipio
Libertador.
Los más pequeños son el público principal de los talleres y las actividades culturales
que este organismo realiza en el boulevard, según lo explicó en una entrevista Miguel
Ángel González, gerente de Formación y Animación Cultural de Fundarte, al señalar
que los eventos se vienen realizando desde mediados de enero de este año.
«Lo que hacemos es rescatar el bulevar para el disfrute y el goce cultural», explicó
González, al señalar que todos los sábados y domingos, de 10:00 de la mañana a 4:00
de la tarde, se realizan talleres de recreación artística de pintura, moldeado con
arcilla, reciclaje y origami en este espacio público.
«Se busca despertar en el niño la sensibilidad artística. El niño se convierte en un
creador, buscamos que pase y se quede enganchado. Es para que se expresen y luego
sigan», explicó, al señalar que estas actividades han contado con una excelente
receptividad.
Los talleres se realizan en las cercanías del Gran Café, en los espacios alrededor del
metro de Sabana Grande, del metro de Chacaíto, y en un cuarto punto en la avenida
Casanova, en la Gran Feria de la Economía informal. También se realizan otros
eventos a lo largo del boulevard que reúnen agrupaciones artísticas de las 22
parroquias de Caracas, como teatros, estatuas vivientes y zanqueros, entre otras.
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El rescate del espacio público era un requerimiento ciudadano, a decir de González:
«Uno siente la necesidad que tenía la gente de Caracas para poder pasear, recorrer y
encontrarse con la gente de otras parroquias».
Los ajedrecistas, en su mayoría hombres de edad madura, quizás sean los que menos
han notado el cambio, puesto que ellos siguieron jugando en el boulevard aun cuando
estaba lleno de buhoneros. Este año se siguen ubicando al extremo este de Sabana
Grande, en la plaza Brión de Chacaíto, y cerca del extremo opuesto, en las cercanías
de Plaza Venezuela.
En la euforia por el nuevo boulevard, también ha participado el Ministerio de
Turismo (Mintur), que realizó entre los meses de julio y agosto de este año un ciclo
de tres conferencias llamada “La conquista de la ciudad como espacio para el
turismo: El Reto de Sabana Grande”, en el que se abordó la importancia del espacio
público para la ciudad, las actividades que se tienen previstas para recuperar el
boulevard, y la concepción del turismo socialista que maneja Mintur.
Hay otras ideas que todavía no se materializan, como la que explicó el jefe civil, la
cual consiste en la instalación de una ruta turística en el boulevard, a través de la
Corporación Metropolitana de Turismo y de Mintur. Estas rutas se realizarían
mediante autobuses que saldrían desde Plaza Venezuela hacia diferentes partes de
Venezuela, como Higuerote, La Guaira, El Hatillo y la Colonia Tovar.
Además, la presidenta de Fundapatrimonio, de la alcaldía Libertador, aseguró que se
emitió una declaratoria que define a Sabana Grande como patrimonio turístico y
cultural de Caracas, de modo que se establecieron regulaciones para la propaganda
comercial, niveles de música y ordenamientos de la zona.
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Emergencia de las construcciones hechas y por construirse.
A pesar de un mejoramiento en la limpieza, la seguridad y la recreación del
boulevard, lo cual aumenta su accesibilidad para los caraqueños a este espacio y a su
vez permite la diversidad de actividades, los edificios tienen distintos grados de
deterioro, incluso aquellos que son de gran valor patrimonial y artístico.
En una entrevista realizada al arquitecto y miembro de la Fundación para la Cultura
Urbana, William Niño Araque, explicó como Sabana Grande es un espacio público
con una actividad arquitectónica y urbanística notable: “Tiene una proporción
perfecta, muy cerrada, edificaciones tradicionales de siete pisos, con una buena
dimensión de seguridad que se la da una escala muy reducida, es como un recinto y
eso es muy positivo. Además hay edificaciones de varias tendencias, como las Art
Deco, modernos y actuales.”
Sin embargo, las estructuras físicas del boulevard presentan un estado variable de
conservación predominante malo (Vivas y otros, 2007). El estado de conservación de
estas edificaciones fue catalogado mayormente como regular, con un 41 %, mientras
que 35 % están en mal estado y sólo el 20 % se encuentra en buenas condiciones.
En cuanto al valor patrimonial, también la mayoría de las edificaciones tienen un
valor regular; sin embargo, hay un 2 % considerado como muy importante en este
último renglón. Fundapatrimonio (2007), ente adscrito a la Alcaldía de Caracas,
levantó información en enero de este año sobre las edificaciones del boulevard en
cuanto a su valor patrimonial, urbano y artístico y resaltó las edificaciones más
valiosas, como es el caso del edificio Los Andes, Radio City, El Banco Venezolano
de Crédito, La Previsora, el edificio Metropolitano, entre otros.
Además de estos inmuebles, que son referencias de la arquitectura caraqueña del siglo
XX, cerca de una quinta parte de las edificaciones de Sabana Grande pueden ser
removibles o intervenidas, para adaptarse a las nuevas necesidades del espacio.
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Por otro lado está el desarrollo de la Zona Rental de Plaza Venezuela, que hay que
abordar necesariamente si se quiere hablar de Sabana Grande, según lo considera
Leopoldo Provenzali, ex secretario de Planificación Urbana de la Alcaldía Mayor.
“La Zona Rental es el proyecto institucional público y privado más importante de
Venezuela, porque allí se va a construir un espacio público que tiene una dimensión
similar a la del boulevard de Sabana Grande. Se convertirá en un polo de ese gran eje
de Sabana Grande”, señaló.
La Fundación Andrés Bello es quien maneja la Zona Rental de Plaza Venezuela, que
es patrimonio inmobiliario de la Universidad Central de Venezuela, cuyo
aprovechamiento económico se destina a financiar las actividades científicas y
reforzar la autonomía financiera de esta casa de estudios.
En la página web de la fundación (2007) se señala que la Zona Rental “se caracteriza
por su potencial para convertirse en el nuevo centro de Caracas”, al indicar sus
inigualables condiciones de accesibilidad vial. En base a su buena ubicación, en la
Zona Rental se desarrolla una estrategia de desarrollo inmobiliario basada en el
establecimiento de asociaciones con inversionistas privados.
En la primera etapa del desarrollo se ofertó la Unidad Sur, que tiene una extensión de
28.580 m2 para la construcción de un megacentro comercial, destinado a
hipermercado, galería comercial, centro de entretenimiento y tres niveles de
estacionamiento, el cual se adjudicó mediante un proceso de licitación pública a
principios del año 2000 a la empresa Cadena de Tiendas Venezolanas Cativen S.A.
Para las etapas siguientes se han planificado un conjunto de acciones para fortalecer
el carácter de gran centro metropolitano, por lo cual están previstos proyectos como
la Gran Estación Central, con el desarrollo de sótanos para estacionamientos y una
estación de transporte multifuncional; y el Escenario Metropolitano, centro de
convenciones, espectáculos y eventos, que vendría a llenar la carencia de esta ciudad
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de un espacio céntrico, de fácil acceso y acondicionado para realizar actividades de
gran alcance.
Además está prevista la construcción de un Centro interactivo de arte, ciencia y
tecnología y la Gran Plaza Central, la cual se convertiría en la plaza más grande de
Caracas y en el nuevo corazón cívico del área metropolitana.
Una vez consolidada toda esta infraestructura, se ofertarán las Unidades Norte, Este y
Central para el desarrollo de edificios de oficinas, comercio al detal, hoteles,
apartoteles y servicios conexos, de forma tal de consolidar el nuevo polo central de
actividades terciarias de la ciudad.
Para Vivas, si se realizan estas construcciones, Sabana Grande se vería afectado
negativamente: “Si eso ocurre el boulevard hay que demolerlo completo para integrar
parcelas al desarrollo de la Zona Rental, esto no puede ser el modelo a seguir. La
situación es comparable a la del teatro municipal que no se puede tumbar porque está
declarado patrimonio y es representativo del siglo XIX; de la misma forma nosotros
proponemos que Sabana Grande se considere como un espacio público del siglo XX y
se mantenga.”
Todos pensando en y para Sabana Grande.
Todo lo que se ha hecho hasta ahora son tareas necesarias a corto plazo, porque el
plan para rehabilitar a profundidad el boulevard estará basado en el Concurso
Nacional de Ideas para la realización de la Propuesta de Rehabilitación Urbana
Integral de Sabana Grande, lanzado por el Centro de Arte La Estancia junto con la
Alcaldía del Municipio Libertador el 2 de agosto de este año.
Los resultados fueron anunciados este 5 de octubre, con 4 ideas ganadoras y dos
menciones, de un total de 35 propuestas enviadas por distintos equipos,
conformados por premios nacionales arquitectura, profesores universitarios,
economistas, sociólogos, estudiantes, gente de la comunidad con arquitectos, etc.
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“Ha habido una buena respuesta, porque yo creo que la gente quiere opinar. La
ciudad es un problema de todos, no es un problema solamente de la alcaldía”, aseguró
Vivas al manifestar que la razón de ser de esta competencia de ideas es buscar el
consenso entre la mayoría de los actores sociales y darle protagonismo a las
comunidades.
El concurso no sólo se limita al boulevard peatonal, sino también a las dos avenidas
paralelas como son la Solano y la Casanova, junto con las calles que las atraviesan en
sentido norte-sur.
Las áreas de actuación de la competencia incluyen el patrimonio cultural, urbano,
arquitectónico y artístico; mobiliario, equipamiento urbano y señaléctica; servicios
públicos; gestión ambiental; movilidad vehicular y peatonal; y acciones en el eje de la
quebrada Chacaíto para incorporar el paseo peatonal sobre el embaulamiento de la
quebrada.
Según lo reseñó la Agencia Bolivariana de Noticias el 5 de octubre de este año, las
ideas ganadoras del concurso fueron realizadas por los equipos liderizados por los
arquitectos Roberto Puchetti, Juan José Pérez, Rune Brito e Inés Casanova, y fueron
premiadas con 1.100 unidades tributarias, que representan más de 41 millones de
bolívares.
Sus propuestas serán la base para definir el Plan estratégico de rehabilitación de
Sabana Grande, que permitirá evaluar y replantear las ordenanzas urbanas para este
espacio.
El equipo liderizado por el joven arquitecto Roberto Puchetti generó una propuesta
que intenta rescatar un concepto y una necesidad planteada por el maestro Carlos
Raúl Villanueva, como es el caso la sombra.
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Explicó que su idea abarca una cubierta de 12 metros de altura, permeable y
transparente, que produzca sombra a lo largo de todo el boulevar, acompañada de
prototipos de módulos de comercios y asistencia al transeúnte.
Además, indicó que hicieron un estudio de los cafés, bares y restaurantes que
funcionan a nivel del boulevar para que puedan extenderse o tener mesas en el
corredor peatonal.
En el caso del planteamiento de Juan José Pérez y su equipo están incluidas, según
dijo el arquitecto, más de 300 ideas para mejorar la convivencia y la vida en el sector.
Entre ellas se cuentan la peatonalización mayoritaria de la zona incluyendo las
avenidas Libertador y Venezuela, y un circuito de movilización de tráfico interno,
semi-interno, externo y periférico, que permita que los vehículos no atraviesen el
boulevar ni las avenidas Casanova y Solano para circular por el sector. Esa propuesta
de circulación pretende aligerar el tráfico, disminuir el congestionamiento y darle
prioridad al peatón, con acciones como la conversión de los alrededores de la iglesia
de El Recreo en una gran plaza.
Hacia el oeste, este grupo de arquitectos propone transformar el antiguo cine Radio
City, el edificio Los Andes y lo que era el Cine Las Acacias en un gran centro
comunal y cultural.
Por su parte, la propuesta del arquitecto y diseñador urbano Rune Brito se enfocó en
aprovechar las potencialidades de las conexiones norte-sur de Sabana Grande. Un
ejemplo de ello es una conexión entera desde la avenida Libertador hasta Chacaíto a
través de un espacio público que puede incluir una playa urbana, un centro para
patinadores y lugares para otras actividades de ocio, el cual puede ser el comienzo de
una red de espacios públicos peatonales citadinos.
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También resultó elegido por el jurado el trabajo de Inés Casanova, quien lideró un
proyecto en base a ideas de fácil ejecución, basadas en la realización de
intervenciones en términos de iluminación, mobiliario urbano, y coberturas de
carácter temporal.
“La propuesta nuestra es Sabana Grande como Patrimonio Urbano del siglo XX”,
resumió Vivas, al indicar que se espera que desde las ideas escogidas en el concurso
se hagan ordenanzas para algunos espacios públicos culturales, como por ejemplo, El
Gran Café, de forma tal que estos lugares conserven su memoria y su razón de ser a
lo largo del tiempo y de las remodelaciones.
Según Vivas, el plan que se plantee en las ordenanzas se ejecutará con recursos
provenientes de La Estancia, de la alcaldía, y otros organismos, ya que ningún ente
por sí sólo tiene todos los recursos financieros para recuperar el boulevard.
Según señaló, existe un riesgo de que si no se hacen cosas pronto en el boulevard
mediante una intervención consensuada, se puede deteriorar velozmente y convertirse
de nuevo un espacio para los buhoneros.
Si esto sucediera sería en detrimento de los múltiples actores que hacen vida en
Sabana Grande, como los residentes, los comerciantes, los artistas de calle, los
transeúntes y todos los que hacen posible el engranaje de este espacio público
recuperado y más accesible para los habitantes de esta ciudad.
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IV. LAS NUEVAS RELACIONES EN EL BOULEVARD.
En las salidas del metro de Plaza Venezuela pulula gente a toda hora, más que en
cualquier otro punto del transporte subterráneo, porque en esta estación coinciden sus
tres líneas. Parte de la gran marea bulle en la salida hacia Sabana Grande, en la que se
puede ver una diversidad que se dirige al boulevard: hombres que se van a tomar un
café, comerciantes que tienen toda una vida en Sabana Grande o alguna joven que se
dirige a su casa en uno de los edificios cercanos, por ejemplo.
Algunos vendedores de comida o de helados ofrecen su mercancía a los que caminan
o a quienes se sientan en los banquitos a hablar, a esperar a alguien o a pasar el
tiempo cerca de la estación. Otros deciden internarse en Sabana Grande.
Quienes lo hacen encuentran a una cuadra de la estación de Plaza Venezuela el Gran
Café, que luego de varias remodelaciones sigue siendo un lugar emblemático del
boulevard. El sitio está en pie desde horas de la mañana, cuando recibe a sus primeros
visitantes en las mesas ubicadas en la calle, y que aceptan o rechazan los servicios de
los limpiabotas, sobre los adoquines llenos de colillas de cigarro y tapas de cervezas
en el suelo, que delatan la movida del local la noche anterior.
Unos pasos más hacia el este se encuentra la primera agrupación de tableros de
ajedrez en el boulevard, donde los jugadores, la mayoría hombres y ancianos, lucen
muy concentrados como para atender otra cosa que no sea la contienda. Además de
compartir la acera con El Gran Café, este lugar está próximo a librería Suma, que en
otra época fue lugar de reunión de los artistas y literatos que deambulaban por Sabana
Grande.
Con sus mesas en la calle bajo un techo que los protege de las inclemencias del clima,
están una pizzería y dos restaurantes, uno de ellos recién modelado de nombre La
Tinaja.
102
El inmueble donde está la tasca forma parte del 46 por ciento de edificaciones
concentradas en la actividad comercial en el boulevard, según lo indica el
Diagnóstico de Sabana Grande (Vivas y otros, 2007).
José Pereira: “En la unión está la fuerza”
En el restaurante La Tinaja, que es también tasca en su parte superior, está como
encargado José Pereira, un hombre de 38 años con un apellido y un acento que
delatan su ascendencia portuguesa.
Mientras atiende la caja, explica que el negocio es diez años menor que él aunque
luzca como nuevo, debido a la reciente remodelación que experimentó promovida por
sus dueños ya que “la zona es más segura ahora, y además, muchos de los equipos de
aquí estaban dañados.”
Según Pereira ha mejorado la seguridad de Sabana Grande y en La Tinaja lo han
sentido, puesto que este año no los han robado mientras que el año pasado fueron
víctimas de tres atracos.
Ante la interrogante que busca indagar si ahora llegan más clientes al local, Pereira
contesta negativamente. “No, casi igual, lo que cambió fue la clientela. Antes venían
más buhoneros y ahora viene gente de otro tipo, más familias.” Sin embargo, él cree
que la situación va a mejorar con el paso del tiempo, cuando la gente retome la
confianza en la zona como un sitio seguro y agradable.
De todos los cambios, el que llama más la atención del encargado de la tasca es la
iluminación en la noche. “Aquí la que había iluminación… pero de la luna. Los
buhoneros destruyeron todo, así que la luz nocturna de hora proviene de postes
nuevos.”
Pero estos cambios, además de beneficiar al negocio, han incidido en el propio
Pereira, quien asegura que ahora le provoca pasear por Sabana Grande y a veces lo
103
hace, cuando le queda tiempo, a diferencia del año pasado en el que no era una
opción para él transitar por el boulevard por el miedo que sentía a ser víctima de un
asalto.
Mientras tanto, los dueños de La Tinaja se plantean la posibilidad de unirse con otros
comerciantes para mantener el nuevo estado del boulevard, porque, según dice
Pereira, “en la unión está la fuerza”. Pero esta unión sería sólo entre pares, porque
con los residentes de la zona y con los que visitan la tasca la relación es muy poca o
estrictamente comercial.
Desde la barra, Pereira reflexiona ante la interrogante que se plantea si la zona está
siendo de nuevo un lugar de encuentro. “Está en eso, ha cambiado la mentalidad de
las personas, están agarrando confianza nuevamente.”
En la siguiente cuadra, los que no visitan los negocios o que no caminan, se sientan
en los banquitos, cuando la intensidad del sol lo permite. Allí los adoquines del piso
están llenos de restos de pintura en algunos sectores, ya que esta es una de las paradas
donde Fundarte realiza los talleres artísticos dedicados a los niños los fines de
semana. En un lugar cercano se encuentra el primer módulo policial del sector, y casi
en frente, la calle Asunción, mejor conocida como “El callejón de la puñalada”.
Este callejón, perpendicular al boulevard, conserva en algún grado lo que fue Sabana
Grande hace algunas décadas. Algunos restaurantes pequeños tienen sus mesas en las
calles sin techar, bajo unas palmeras secas que también le dan sombra a la Galería de
Arte Asunción. Un spa y una peluquería terminan de ocupar el espacio, decorado con
un mural muy colorido dedicado al “Chino” Valera Mora y a la República del Este.
Al frente del callejón, está una calle que da hacia la avenida Casanova, donde se
ubica un edificio de ladrillos de 4 pisos, en el que vive desde que era niña Mariana
104
Sequera, una joven de 24 años recién egresada de la escuela de filosofía de la
Universidad Central de Venezuela.
Mariana Sequera “Puedo salir de paseo en busca de inspiración”.
El abuelo de Sequera formó parte de la construcción del edificio; cuando murió se lo
dejó a su esposa, que a su vez se lo dejó a su hija, que finalmente se lo dejó a la
joven. Este inmueble forma parte del 1.5 % de los inmuebles de la zona que son
exclusivamente residenciales (Vivas y otros, 2007).
En su niñez, en los años 80, Sequera recuerda al boulevard como un lugar muy lindo
y muy tranquilo para pasear, pero luego con los buhoneros, todo cambió. “Era
asqueroso, me intentaron robar como treinta veces. El regetón era a toda hora, a todo
volumen tres canciones distintas. Ir al metro, que queda a una cuadra, era el infierno,
no me provocaba salir de casa, pero con el regetón sólo me provocaba salir de casa,
entonces estaba de lo más esquizofrénica”, asegura divertida.
Ahora considera que el boulevard es más bonito, pero con negocios más modernos y
con el peligro de siempre de ser asaltada, aunque no con tantas probabilidades como
antes. Sin embargo Sequera sale a caminar, a sentarse en los banquitos o a tomarse
algo en algún café cercano.
“Sí me provoca buscar inspiración puedo salir de paseo. Ahora me voy caminando
hasta el trabajo y hago mercado en el boulevard y no en la Libertador, que es súper
peligroso”, señala esta joven, quien ahora experimenta un mayor sentimiento de
tranquilidad por todos los cambios recientes.
Los vecinos de esta filósofa de cabello color fucsia nunca han tenido relación con
ella, porque sus amigos son gente de la universidad principalmente. Tampoco
interactúa con los comerciantes, aunque ahora utiliza más las tiendas en caso de que
necesite algo que ellas le ofrezcan.
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Con ambos grupos podría relacionarse si se decide a participar en el consejo comunal.
“Pensé en meterme, y eso que ese tipo de cosas no me interesa generalmente. La zona
había llegado a tal punto de decadencia en todo sentido, que pensé en hacerlo”,
confiesa.
Si se sigue caminando hacia el boulevard en dirección este se llega al Centro
Comercial Sabana Grande, que según su vigilante se ha reactivado en los últimos
meses, a diferencia del año pasado cuando el lugar estaba desolado para estas fechas.
Allí la familia Contorianos tiene una boutique de ropa para damas desde hace más de
20 años.
Juan Contorianos: “Llevo el boulevard en la sangre”.
George Contorianos y Juan Contorianos, padre e hijo, se encargan de la boutique
Georkins, que da hacia el frente del boulevard. Su historia en esta zona comenzó
cuando Contorianos padre se fue de Grecia y llegó hasta Venezuela después de la
segunda guerra mundial buscando mejores oportunidades de vida.
En este país se quedó y tuvo cuatro hijos, de los cuales Juan es quien lo ha ayudado
en el negocio desde los comienzos, cuando tenían tres tiendas. Las ventas cayeron
con la proliferación de los buhoneros y tuvieron que cerrar dos de ellas.
Sin embargo antes del caos, cerca de 600 dueños de tiendas de la zona se habían
agrupado en la Asociación de comerciantes formales de Sabana Grande, que se
constituyó a comienzos de la década de los 90 debido a la preocupación generada por
el aumento cada vez más fuerte de los vendedores informales en la zona, según narra
Contorianos hijo.
Según este comerciante, durante la Alcaldía de Claudio Fermín, entre 1989 y 1992,
no se apoyó en gran medida la iniciativa de la asociación; durante la siguiente
gestión, a cargo de Aristóbulo Istúriz, se organizó al comercio informal y se redujo su
número; pero el cambio efectivo se dio cuando llegó Antonio Ledesma en 1995 a la
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alcaldía, ya que mantuvo al boulevard en buenas condiciones y libre de los
buhoneros.
Sin embargo, desde hace 8 años para acá la situación de las ventas en las calles llegó
a su peor punto, bajo el mandato de Bernal, quien paradójicamente fue el que
recientemente desalojó a los informales de Sabana Grande. Durante ese tiempo la
asociación se extinguió, porque los problemas eran muchos y además cerca de 40 %
de los comerciantes formales se fueron de la zona.
Con la invasión, como la llama Contorianos, Sabana Grande se llenó de negocios
“estilo Catia, es decir, con puras zapaterías con remates y cartones anunciando
ofertas. Esa no es la esencia de la zona, pero la anarquía y la plaga que cayó deterioró
al boulevard, que se volvió marginal”, opina el comerciante.
Por otro lado, destaca que con los buhoneros la delincuencia estaba desatada. Aunque
nunca lo atracaron, asegura haber presenciado escenas grotescas, como un hombre
metiéndole puñaladas a otro un sábado de diciembre de 2005, sin que la gente
pudiera hacer nada porque los delincuentes mandaban en el sector y no había casi
presencia policial.
“Gracias a Dios que se limpió Sabana Grande y a parte de eso hay más policías. En lo
que va de año yo personalmente no he visto un atraco con mis ojos” afirma
Contorianos, quien asegura que además el lugar está mucho más limpio y despejado,
aunque considera que los contenedores no deberían estar en el boulevard sino en las
avenidas adyacentes para que los transeúntes no sientan los malos olores.
Según él, en conjunto se han dado condiciones que han mejorado las ventas de su
boutique, especialmente en los últimos meses, y seguirán mejorando a la larga si se
sigue manteniendo el boulevard limpio, seguro y progresivamente se vaya
embelleciendo.
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Desde su tienda ha podido percatarse de que acude casi la misma cantidad de gente a
Sabana Grande, ya sea a visitar las tiendas o a transitar por la calle en el día, con la
diferencia de que ahora van personas que no iban antes. “Este boulevard recibe gente
de todas partes de Venezuela. Nosotros le damos factura a gente de todos lados, hay
muchos turistas, no sólo gente de Caracas. El nivel de público bajó, antes era de
mayor poder adquisitivo, ahora se está retomando poco a poco”, explica.
Los beneficios para este hombre alto y delgado de 44 años también se traducen en
bienestares personales, como por ejemplo la satisfacción que siente al poder transitar
libremente por Sabana Grande, a diferencia de otras épocas, cuando consideraba al
lugar como incómodo y estresante.
El bienestar es aún mayor por la identificación que siente por el boulevard: “Yo llevo
el boulevard en la sangre, hemos tenido tantos eventos, hemos luchado, trabajado,
hemos hecho negocios, los hemos perdido. Nosotros nos mantenemos porque estamos
comprometidos con el boulevard, más allá de la parte comercial.”
Parte de ese sentimiento es el que lo impulsa a reactivar la participación de los
comerciantes, pero en vez de hacerlo tratando de revivir la asociación extinta, lo hace
con su participación en el Consejo Comunal que se está formando con gente desde
Plaza Venezuela hasta la estación del metro de Sabana Grande.
Según Contorianos, la nueva organización es la más idónea en este momento, porque
es la figura promovida por el gobierno, e incluye a vecinos, comerciantes, etc., y se
perfila legalmente con recursos y autoridad en la zona.
Se esperan elecciones en octubre para elegir a los directivos del consejo comunal, que
ha tenido algunas dificultades para formarse por la apatía. “Hay baja participación de
los comerciantes, porque no van a dejar su comercio para irse a la calle a trabajar en
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un consejo comunal o ir a reuniones, aunque aportan recursos para actividades en el
boulevard como el carnaval. También algunos vecinos se comprometen a participar
en el consejo y luego se echan para atrás”, asegura Contorianos.
Sin embargo, los que participan trabajan con muy buena comunicación y cordialidad,
incluso entre aquellos que tienen posiciones políticas encontradas, generándose así
una gran interacción mediante el trabajo social, a decir del comerciante.
Además de los compromisos con la comunidad que ha asumido, tiene una relación de
amistad con muchos de sus colegas: “Ahora con el boulevard limpio y bello estamos
empezando de nuevo a vernos las caras, a conversar, a reunirnos.”
Con la mayoría de los transeúntes la relación es meramente comercial, aunque en
algunos casos han trascendido a vínculos más cercanos, como lazos amorosos o de
amistad.
Hay una relación mucho más cercana con los vecinos, porque se trata de gente con
quien comparte el mismo espacio la mayor parte del día. Así, asegura que conoce a
muchos residentes que de tanto pasar o por haber comprado en su tienda, lo conocen,
lo saludan y pasan un rato a conversar en su negocio.
Para este comerciante, la relación con todos los que hacen vida en el boulevard
empeoró con la presencia de los buhoneros, aunque cree que la situación irá
mejorando: “Con todos los cambios, de nuevo los comerciantes y los vecinos se irán
integrando. Tú no puedes esperar que después de 8 años de destrucción, de la noche a
la mañana tengas una maravilla, que todo sea fabuloso.”
Luego de pasar la boutique de dueños griegos, está el centro comercial City Market,
ampliado recientemente, luego un restaurante con mesas al aire libre, acompañado
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por distintos comercios mayoritariamente de zapaterías y una tienda de automóviles
que se inauguró hace algunos meses. El movimiento comercial también se siente con
los heladeros o con los señores que venden globos de helio de colores en la calle.
A partir de aquí, se ensancha el espacio para caminar y para albergar a los ríos de
gente que llenan la zona a cualquier hora del día. Cerca de las salidas de la estación
del metro de Sabana Grande, aprovechando la gran afluencia, se ubican los
“guapeadores”, que son los vendedores informales que ofrecen llamadas con la voz,
sin ningún cartel, mesa o teléfono ambulante, o que muestran discretamente su
mercancía a quienes pudieran comprársela.
En esta zona las tiendas, casi todas de zapatos, están cercanas a las grandes cadenas
de comida rápida como McDonalds, KFC y Arturos, al frente de las cuales se colocan
personajes inmóviles vestidos y pintados de blanco, y que se conocen como “las
estatuas vivientes”, ya que sólo se mueven y saludan a los que les ofrezcan una
moneda al pasar.
Seguramente muchos de quienes lo hacen son compradores de ropa en los locales que
se agrupan tanto en los centros comerciales como en centros de un solo piso de
minitiendas. A esta altura hay un núcleo en el boulevard de gran actividad comercial,
donde se ubica la jefatura civil de la parroquia El Recreo.
Al frente está la panadería Cloe que, según una de sus dependientas, ha aumentado
casi el doble las ventas desde que abrió sus puertas hace dos años, porque los
antiguos buhoneros casi no comían en el local. Mientras comparte sus percepciones,
se escuchan flautas desde el paso peatonal.
América India: la fusión en las flautas.
Con un cintillo de plumas largas y el rostro pintado como los indios Siux de
Norteamérica, los cuatro integrantes de la agrupación América India se ubican en el
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boulevard de Sabana Grande para tocar sus flautas globalizadas y recibir unas
monedas al tiempo que ofrecen su último disco reproducido de forma casera.
Todos estos músicos provienen de Ecuador, desde donde han viajado a varios países,
según cuentan, para llevar su música a otras latitudes y para satisfacer su deseo de
conocer el mundo. Ahora están en Venezuela, aprovechando el boulevard despejado
para tocar.
Mauricio Maigua es uno de ellos. Luego de una función de media hora bajo el sol de
las tres de la tarde de un sábado, recoge el dinero que le dejan los transeúntes al pasar
y también los que se agrupan alrededor para escuchar canciones como la de la
película “Titanic” en flautas ecuatorianas.
“Aquí lo que más le gusta a la gente es cuando hacemos música con las canciones del
grupo ABBA, con canciones como Chiquitita, por ejemplo. Fusionamos esas
canciones a nuestro estilo, con nuestros instrumentos autóctonos como las quenas,
quenillas, zampoñas y flautas que tenemos”, explica Maigua.
La fusión también se da con la vestimenta, porque aunque inicialmente Maigua
señaló que la misma era la que usaban sus antepasados Incas, explicó luego que tiene
más que ver con los indios que ven en las películas, que usan plumas en la cabeza,
chaleco con flecos, una especie de guayuco también con flecos sobre los pantalones,
y otros accesorios.
La agrupación de seis años de antiguedad, ha tenido ciertos problemas con la
autoridad para mostrar su música. “Hemos tenido que colaborar con ellos y ellos
colaboran con nosotros. Han pedido refrescos, cosas así”, asegura Maigua,
cambiando el tema para no ahondar en detalles.
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Con los comerciantes los integrantes de América India no han tenido ningún
problema; de hecho, estos músicos consideran que su presencia en el boulevard les
mejora las ventas a las tiendas, puesto que atraen transeúntes que son potenciales
clientes.
Según Maigua, los vecinos tienen posiciones encontradas frente a la agrupación:
“Unos nos ven con admiración, a otros no les gustamos pero no nos los dicen de
frente. Pero como nosotros no lastimamos a ninguna persona, no hay problema”.
Pero con quien mejor se llevan y más se relacionan es con los vendedores
ambulantes, que los saludan al pasar y se quedan conversando un rato en cualquier
calle de Sabana Grande.
Más hacia el este del boulevard siguen vendedores de pompas de jabón frente a las
tiendas y a otro restauran que vende de todo un poco y que pone vallenato y reguetón
para complacer a los clientes. Desde un banquito, pueden verse tiendas de telas y
librerías que antes casi no se veían por los tarantines buhoneriles, junto a locales de
ropa íntima. La escena la ve Roberto Martínez, que hace tiempo sentado para una cita
que tiene en El Gran Café una hora más tarde.
Roberto Martínez: “Sabana Grande es el hígado de Caracas”.
Martínez es un profesor de literatura de 30 años de edad que conoce el boulevard de
antes y después de los buhoneros, porque viene al lugar con la misma frecuencia que
mantenía hace un año.
En sus antiguas visitas compraba en las tiendas o a los vendedores informales,
dependiendo de lo que estuviera buscando, y también le gustaba recorrer sitios como
La Tinaja y El Gran Café, porque allí podía observar todo un mundo de constante
actividad, en medio del caos informal. “Los buhoneros no me impedían ir, eran sólo
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parte de un paisaje más estrafalario, complejo e incómodo que igual disfrutaba”,
asegura.
En aquel momento, este hombre rubio y delgado veía pasar a transeúntes que lucían
la mayor parte del tiempo apurados, asustados o “pendientes de hacer alguna
trastada”, mientras que los que ve ahora están más confiados y parecen verdaderos
paseantes que caminan por el placer de caminar mirando.
Él se reconoce como uno de los últimos, al desplazarse por el boulevard y haber
podido observar que está más limpio y sin buhoneros, a diferencia de la situación
anterior, que a mucha gente se le hacía intolerable. Sin embargo, él no se posiciona en
ningún extremo, porque afirma que le gustaba tanto el caos antiguo como la calma
actual.
“Por ejemplo, antes pasaba largo rato viendo las películas y discos piratas, ahora
camino y veo, me puedo mover por todos lados, y descubro pequeños tesoros
escondidos. Uno de ellos está en el edificio Araure, sobre la heladería Poma, cuyas
escaleras vista desde abajo forman un óvalo enorme que se extiende cinco o seis pisos
y es hermoso”, relata.
Pese a que acude a Sabana Grande con alguna frecuencia, Martínez no se siente
identificado con el boulevard, y en esa extrañeza que le produce el lugar encuentra la
fascinación por visitarlo y observar de cerca su dinámica.
La cita que tiene momentos luego de la entrevista es con uno de los tres amigos que
también han disfrutado el Gran Café en sus diferentes etapas, tanto lleno de
buhoneros, como sin ellos. Sólo con estos amigos Martínez interactúa en este espacio,
porque no se considera sociable para abordar desconocidos como transeúntes,
residentes o comerciantes de la zona.
Ante la interrogante sobre si en el boulevard actual se le haría más fácil reunirse con
sus amigos o con su pareja, Martínez responde que debería ser así, no sólo para él,
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sino para todos los ciudadanos de Caracas, ya que se trata de un espacio vital de la
ciudad.
“Sabana Grande es para mí algo así como el hígado de Caracas. Tuvo cirrosis muchos
años ahora está curada. No es el corazón, ni los pulmones, pero es importantísima
para el funcionamiento de Caracas, para que la ciudad sea lo que es”, asegura.
Ya es hora de que Martínez siga su trayecto hacia El Gran Café, pero la observación
continúa en sentido contrario, hacia el este. A dos cuadras de Chacaíto, un señor
menudo y de bigotes suele pararse en una esquina del boulevard, para anunciar con
un altavoz la presencia de la Gran Feria de Sabana Grande a una cuadra, en la
avenida Casanova.
A diferencia de los tiempos en que atravesar el laberinto de tarantines sin tropezar
con otra gente era una tarea casi titánica, en la nueva feria de los buhoneros sobra
espacio y tiempo para comprar, tanto que algunos de los vendedores aprovechan para
hacer la siesta un sábado en la tarde por la falta de clientes. Artesanos y comerciantes
de mer4cancía diversa están mezclados en este espacio que se supone temporal, y que
cuenta con locales cedidos a vendedores informales, que en algunos casos
permanecen vacíos.
Los caminantes que le hacen caso omiso al anuncio de la feria, y siguen por el
boulevard, al poco tiempo encuentran al esqueleto del edificio Insimar, el cual se
había prometido para finales de este año cuando daría lugar a miles de buhoneros, y
que sin embargo sólo tiene el esqueleto construido. Frente a este edificio, muchas
tardes se paran mimos, cantantes de tango o estatuas vivientes, a mostrar su arte en la
vía pública.
Casi llegando a Chacaíto hay una feria grande de comida rápida y una tienda de
discos que compite con una calle perpendicular al boulevard donde aún sobreviven
114
las ventas informales de discos piratas. Toda la escena pueden observarla los que
acuden a la iglesia Oración fuerte al Espíritu Santo, que ocupa lo que antes fue el cine
Broadway.
Ya a estas alturas hay una gran franja amarilla que marca el límite entre el municipio
Libertador y el municipio Chacao. Cerca de esta franja se paran vendedores
ambulantes de lentes de contacto y otros que ofrecen llamadas, muy cerca de un
puente donde, según el kioskero más cercano, se ubican los delincuentes cuando no
hay presencia policial.
Al final del boulevard, se abre el espacio para la plaza Brión. Allí está el centro
comercial Chacaíto, que fue un hito en su inauguración, hay muchos banquitos
siempre repletos y un gran flujo de personas que vienen desde el metro o de la parada
de autobuses cercana al lugar.
Del lado sur de la plaza suelen estar reunidos en el suelo muchos indigentes,
durmiendo a pleno sol y con las necesidades de alimento y aseo marcadas en el
cuerpo. Según el jefe civil de El Recreo, muchas de estas personas son quienes roban
los postes y las estructuras metálicas del boulevard, para venderlas como chatarra y
cambiarlas por droga.
Pero la plaza no duerme y hierve en actividad. Los viandantes pueden encontrarse
con la palabra de Dios que anuncian los predicadores, con los bailarines de break
dance que practican sus piruetas, con los jugadores de ajedrez, siempre concentrados
en el tablero, o con los residentes que pasan por el lugar.
Zulay Álvarez “Sabana Grande era la vida de uno”.
Zulay Álvarez tiene viviendo 48 años en el edificio Royal Palace, cercano a una de
las salidas del metro de Chacaíto. Llegó allí con 27 años junto a su familia y desde
entonces ha hecho vida en la zona y ha luchado contra los buhoneros que han querido
instalarse en la plaza Brión.
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“Cuando llegamos esto era una belleza, con palmeras, y esto no era plaza sino la
avenida Francisco de Miranda. No había era este congestionamiento actual que hay
de transporte y de personas”, asegura esta profesional en Relaciones Públicas, quien
hizo dirigencia gremial con sus colegas, además de la dirigencia vecinal en Sabana
Grande.
El edificio donde vive forma parte del 6 % de los inmuebles que combinan el uso
residencial, comercial y de oficinas, aunque los apartamentos que quedan allí con
residentes son pocos.
Durante mucho tiempo, Álvarez estuvo en la asociación de vecinos de El Bosque y
logró que cerca de 1993 se desalojara a la economía informal de la plaza, que desde
ese momento empezó a ubicarse en el boulevard sólo en el tramo que está dentro del
municipio Libertador, dejando libre de esta forma a la plaza Brión.
Con los buhoneros en la mayor parte del boulevard, Álvarez se abstuvo por años de
caminar dentro de él, puesto que además de que se le hacía difícil atravesar con sus
75 años los apretujados tarantines, sentía que la zona era extremadamente insegura:
“Antes vivía aterrorizada al salir por aquí mismo. Uno sabía cuando salía pero no
sabía si volvía”.
Para ella, la mejora en la seguridad es el cambio más importante que ha acontecido
durante este año en la zona, aunque todavía existen problemas en este sentido: “Al
eliminar los buhoneros se disminuyeron los ladrones y la cantidad de robos, pero en
los últimos días han empezando a aparecer nuevamente. Aquí en el Centro Comercial
Chacaíto han estado robando, robaron en Beco y la policía ha tenido que incrementar
las labores de seguridad”, relata.
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Según ella, una de las razones principales de los robos en la plaza es la gran cantidad
de gente que pasa, que proviene tanto del metro como del terminal de autobuses
adyacente, el cual ofrece rutas hacia distintos lugares de Caracas.
Con la salida reciente del comercio informal, esta señora volvió a caminar por el
boulevard con una tranquilidad que no sentía desde hace muchos años, puesto que
ahora cree que es menor el peligro de ser atracada.
Ahora con la zona despejada y con mayor presencia policial, lo camina con bastante
frecuencia, para hacer un poco de ejercicio y para hacer sus compras, pero temprano
en la mañana para evitar el congestionamiento de personas.
En esos paseos Álvarez ha podido forjarse la opinión de que Sabana Grande perdió su
esencia, aunque ahora están tratando de reconquistarla. “Ojalá tengan éxito, porque
Sabana Grande era la vida de uno”, rememora con nostalgia.
Por ahora, cree que el boulevard no es un sitio de encuentro para ver a los amigos o
conocer gente nueva, principalmente porque hay pocos lugares donde se pueda dar
esa reunión, ya que la mayoría de las tiendas del lugar son zapaterías.
En este sentido, afirma que “antes uno salía, se sentaba en una de las fuentes de soda,
pero con los buhoneros cambió radicalmente el boulevard, que era un sitio de
concentración de todas partes de la ciudad, uno se conseguía gente conocida de todos
los lugares. Ahora es muy difícil, no está el comercio al que se estaba acostumbrado”.
Su relación con los residentes de la zona se concentró en su trabajo comunitario
realizado en la década de los 90, durante el cual asegura haber recibido amenazas de
muerte y de agresiones como represalia por su labor para sacar a los buhoneros. Por
ahora se relaciona íntimamente sólo con sus amigos y conocidos de la zona.
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El extremo este de esta plaza está en reconstrucción, como todo este boulevard, donde
la gente de la ciudad se ha volcado a caminar, a comprar o a encontrarse, en cualquier
hora del día, cualquier día de la semana, en flujos constantes que no paran hasta que
llega la noche y la inseguridad, y sólo unos pocos locales abren sus puertas.
José, Mariana, Juan, Mauricio, Zulay y Roberto, forman parte del 74% de los
caraqueños que consideran que el cambio y recuperación del bulevar de Sabana
Grande ha resultado "muy positivo", según demostró un sondeo realizado por Voz
Comunitaria entre cien habitantes de la capital, de acuerdo a lo publicado por el diario
El Universal el 10 febrero de este año.
Un 90% de las personas consultadas afirmaron haber ido al bulevar antes y después
de su rehabilitación para el uso público y peatonal, y de este grupo la mitad se
declararon más interesados en visitar Sabana Grande después que los buhoneros
fueron desalojados.
La reubicación de los vendedores informales, con 28% de apoyo, es precisamente la
acción más agradecida por los capitalinos, seguida por la limpieza y recuperación de
zonas para peatones, con 12% cada uno.
Así, Sabana Grande ha abierto sus puertas a la diversidad de personas que confluyen
en la zona, que hacen y deshacen relaciones entre sí, que viven dentro del boulevard y
que le dan vida comunicativa a un espacio vital de la ciudad, la cual adolece de sitios
que promuevan el intercambio, la interacción y la generación de compromisos entre
los ciudadanos.
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V. A MODO DE CONCLUSIÓN: LA COMUNICACIÓN RENACE EN EL
CORAZÓN GEOGRÁFICO DE LA CIUDAD.
Sabana Grande ha vivido un proceso este año, en el cual ha recobrado condiciones
que permiten mayores posibilidades de comunicación entre la gente que se ha
volcado al lugar y llena sus calles a cualquier hora del día.
El nuevo respiro para el intercambio ciudadano, se ha dado principalmente por las
mejoras en la accesibilidad de Sabana Grande, que a su vez es escenario de una
diversidad significativa de personas y de usos diferenciados. Estas dos dimensiones
se cruzan y crean la riqueza de un espacio público.
El sociólogo Silverio González aseguró que “un espacio con accesibilidad y
diversidad de distintas miradas es comunicativo. Nada más con el cruce de personas,
de posibilidades, de encuentros de distinto tipo, que pueden ser visuales, perceptivos
o de interrelación más directa, se da la comunicación”.
Lugares donde todo esto ocurra no abundan en Caracas, ya que los automóviles le han
ganado espacio al peatón, de forma tal que los nuevos espacios de reunión son las
licorerías, los espacios baldíos de las urbanizaciones, y sobre todo los centros
comerciales.
Sabana Grande tampoco era accesible con los buhoneros, porque la inseguridad hacía
que muchas personas no se acercaran al lugar, además que el tránsito peatonal se
complicaba por el atiborramiento de puestos informales, que no sólo tomaban la calle,
sino también los banquitos y en general todos los espacios que podrían servir para el
disfrute y tranquilidad del usuario.
Además, la zona no tenía diversidad de usos, puesto que lo que se daba
mayoritariamente era el intercambio comercial de todo tipo en la calle, que era tan
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predominante que dejaba muy poco lugar a cualquier otro tipo de interacción, como
la que se puede dar entre dos desconocidos que se sientan en un banco a ver la gente
pasar.
Sin embargo en otra época, la zona de Sabana Grande si era accesible y diversa.
Desde los años 50, el lugar se convirtió en el nuevo lugar para los inmigrantes que
llegaban en masa a montar tascas o locales que eran lo más chic de la ciudad para ese
entonces.
Los 60 y los 70 fueron la época de oro del boulevard, por lo menos para la clase
intelectual que disfrutaba la noche en la zona, en una actividad creativa y asociada a
la izquierda que dio como frutos asociaciones literarias y también políticas, cuyo
recuerdo perdura hasta hoy.
El metro facilitó la accesibilidad del lugar, que al democratizarse empezó a cambiar
algunos comercios de lujo por otros de carácter masivo. La falta de reglamentación
política y la crisis económica del país, permitió que poco a poco los buhoneros
ocuparan la zona hasta llegar el año 2006, cuando no se podía salir a pasear por el
boulevard.
Sabana Grande no es la misma que fue
Como es sabido por todos los caraqueños, esta situación cambió luego de las
transformaciones en el área de la limpieza, la seguridad y la recreación en la Sabana
Grande, que la volvieron más accesible, al menos en el día cuando hay presencia
policial.
Y es que la noche de Sabana Grande es igual a la del año pasado, es decir, muy
peligrosa para los transeúntes, a diferencia de otras épocas cuando la bohemia
caraqueña podía desarrollarse en la nocturnidad propia del boulevard.
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La Sabana Grande actual tampoco tiene los mismos comercios de antes, porque ahora
hay una mayoría de actividad comercial concentrada en las zapaterías, mientras que
sólo el tramo cercano a la Plaza Venezuela concentra un puñado de cafés y
restaurantes, cuyos dueños han percibido una clientela distinta y más familiar durante
lo que va de año. Además, se ha registrado un empobrecimiento paulatino en la zona,
con respecto a lo que alguna vez fue.
Sin embargo, hay algunas coincidencias con aquel pasado lleno de promesas y de
fecundidad, ya que en el presente se está experimentando la posibilidad de caminar
por Sabana Grande y de disfrutar del paseo, de la contemplación y del intercambio
que trasciende el ámbito meramente comercial.
Y es que el boulevard afianzó algunos atributos propios del espacio público, como
son el libre acceso de personas; la pluralidad de usos, como actividades artísticas, de
comercio, de comunicación, de entretenimiento; y la puesta en práctica de la
tolerancia, porque por el lugar pasean personas de distintas razas y condiciones
sociales; en fin, es un espacio que está volviendo a ser de uso y pertenencia colectiva,
al no estar apropiado exclusivamente por el comercio informal.
Es de hacer notar que varias de las personas que hacen vida en el boulevard
consideran que el lugar recibe prácticamente la misma cantidad de gente que recibía
el año pasado, con la diferencia de que ahora acude otro tipo de personas, que buscan
el paseo, la distracción y no sólo el intercambio comercial.
La gente se ha lanzado de tal modo a la calle, que el arquitecto William Niño Araque
siente que en puntos como El Gran Café un viernes en la noche, con música a todo
volumen, se está dando una gran comilona del espacio público, sin reglas que rijan la
convivencia.
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“Yo siento que ahora hay una especie de libertad suprema, un descubrimiento del
espacio público que tiene a la gente, a mi manera de ver, enloquecida. Hay como una
gran comilona de espacio público, un vértigo, un paroxismo del libertinaje en el uso
del espacio público. Están embriagados de libertad de paisaje, que es como un nuevo
descubrimiento. Y esto es como canibalesco, una manera de recuperar un trozo de la
ciudad mediante un uso brutal”, asegura.
Cree que este proceso es transitorio, en la medida en que la gente se acostumbre a
usar el espacio, en el cual podría reflejarse una recomposición del tejido social, lo
cual significa la no exclusión y la tolerancia que le permiten a los ciudadanos
encontrar la felicidad que no consiguen en los pequeños lugares donde viven.
Nuevos intercambios, interacciones y compromisos
En la nueva dinámica del boulevard, pueden encontrarse intercambios especialmente
comerciales; interacciones, que implican relaciones de amistad, de sociabilidad o de
encuentro; y compromisos, en los cuales las personas se interrelacionan para generar
acuerdos.
Estos tres niveles de comunicación ciudadana están teniendo nuevas oportunidades de
surgir en este espacio, que está empezando a ser suelo fértil para que se produzca la
interrelación de personas al retomar su condición espació público.
De esta forma, actores de los espacios íntimos, como son los residentes de la zona, se
relacionan con otros pertenecientes al espacio privado, como los comerciantes, y
éstos a su vez con las personas típicas de los espacios públicos, como son los
transeúntes y artistas de calle, entre otros.
Este año se han generado nuevas relaciones entre estos tres grupos, mayoritariamente
enfocados en el comercio, aunque también se dan reencuentros y relaciones entre
122
comerciantes, transeúntes, artistas de calle y vecinos, y en menor grado, compromisos
entre los tres grupos mediante la participación en asociaciones como los consejos
comunales.
En las entrevistas con personas que hacen vida en el boulevard, todos manifestaron
un aumento en la intercambio comercial con los comerciantes formales de la zona,
con respecto al año pasado cuando mantenían bajas ventas, lo cual tienen mucho que
ver con la percepción de las mejoras en la seguridad y limpieza que todos aseguraron
haber percibido.
Por estas mismas razones les provoca pasear por el boulevard o sentarse en sus
bancos, tal como el caso de Mariana Sequera que siente que puede caminar por
Sabana Grande en busca de inspiración, o como Zulay Álvarez, que visitó el
boulevard este año luego de tener años sin poner un pie dentro de él, al considerarlo
un sitio más seguro y más limpio.
Es que además de una visión objetiva de las mejoras, las personas dicen sentir un
mayor disfrute en Sabana Grande, el cual es muy significativo principalmente para la
gente que hace vida en este espacio desde hace muchos años.
En el que caso de los residentes y comerciantes, las nuevas visitas al boulevard les
han permitido reencontrarse con tiendas que ya no recordaban, y con comerciantes y
vecinos de la zona que tenían muchos años sin ver.
Los que tienen mayor confianza son los más propensos a conocer a gente nueva y a
construir relaciones de amistad, al igual que las personas que sienten que la zona
responde a sus necesidades de distracción, como es el caso de Roberto Martínez, que
se encuentra con amigos en sitios emblemáticos como El Gran Café desde la época en
que estaban los buhoneros.
123
También interactúan los vecinos, comerciantes y transeúntes con los artistas de calle,
que con el boulevard despejado tienen la oportunidad de comunicar su arte, tal como
es el caso de los flautistas ecuatorianos, de las estatuas vivientes, de los mimos, de los
trompetistas, así como los talleres artísticos los fines de semana en los que los niños
tienen la oportunidad de expresarse con pinturas, arcilla o creyones.
La mayoría de la interacción entre los que transitan por el boulevard por distintos
motivos se da de forma visual compartida, ya que la gente al transitar tiene
conciencia, luego de muchos años, de estar compartiendo el espacio en igualdad de
condiciones, lo cual es uno de los placeres que ofrecen las grandes ciudades, según lo
señaló Tulio Hernández.
“Sólo compartir el mismo espacio en igualdad de condiciones, sólo formar parte de
una especie de coreografía secreta que alguien organiza y que nadie decide, es lo que
hace a la vida urbana algo digno de vivir, algo placentero”, aseguró.
En otros casos, la interrelación comunicativa llega a figuras de organizaciones
comunitarias constituidas este año, como el consejo comunal que se está formando
con los vecinos y comerciantes ubicados desde la estación de Plaza Venezuela hasta
la estación de Sabana Grande, quienes buscar asociarse para resolver los problemas
de la zona, motivados por las mejoras que han experimentado con el reciente desalojo
de los buhoneros.
Pese a que se reconoce una gran apatía para participar, algunos piensan en
incorporarse, como es el caso de Pereira, quien considera que los comerciantes unidos
pueden ser más fuertes a la hora de mantener a Sabana Grande con las mejoras que
presenta actualmente.
Los jueves a las 4:00 de la tarde el consejo comunal se reúne en el Centro Comercial
City Market, integrado por personas que en su mayoría tienen muchos años en
124
Sabana Grande, como es el caso de Juan Contorianos, quien se identifica tanto con el
boulevard que se siente motivado a dedicarle parte de su tiempo para resolver sus
problemas y mantenerlo libre de buhoneros.
Estos tres niveles de comunicación, con intercambios, interacciones y generaciones
de compromisos, confluyen en los actos colectivos que han tomado como escenario el
boulevard.
Por ejemplo, vecinos, comerciantes y autoridades se pusieron de acuerdo, por primera
vez en casi diez años, para organizar las festividades de los carnavales, en donde la
gente interactuó entre sí e intercambio maneras de celebrar y de vivir una fecha
festiva como ésta. Igualmente sucedió con las celebraciones que se dieron en el lugar
en la semana aniversario de Caracas, y en la Copa América.
El futuro: Responsabilidad ciudadana y voluntad política
Sin embargo, no podría decirse que la comunicación está en todo su esplendor en el
boulevard, porque la gente aún tiene miedo a relacionarse con los otros, lo cual es
natural en una sociedad como la caraqueña, con elevados índices delictivos, y en la
que la gente ya ve al extraño como un posible atacante.
Esta situación habla de una baja sociabilidad, que implica la poca fuerza de una
identidad colectiva que unifique a los habitantes de esta urbe bajo una memoria
común como ciudadanos de Caracas.
Sabana Grande refleja esta condición, ya que el arraigo hacia la zona sólo lo tienen
los que hacen vida en el lugar desde hace muchos años y conocen su historia,
mientras que los otros lo ven como un lugar de paso, y no tienen la conciencia de toda
la vida prolífica que experimentó el boulevard en otras décadas.
125
Eso no ocurre sólo en este sector, porque para especialistas y funcionarios, pareciera
que aquí en Caracas la gente no quiere a su ciudad, ya que la ensucia, la maltrata, no
la valora, etc.
Y esto es un punto fundamental para el mantenimiento de Sabana Grande y de sus
actuales posibilidades comunicativas, puesto que si las personas no toman conciencia
de que tienen que cuidar el espacio, los esfuerzos de las autoridades se verán
mermados y el espacio público tarde o temprano dejará de serlo, para privatizarse o
deteriorarse nuevamente.
La responsabilidad no es sólo ciudadana, puesto que hace falta que se mantenga la
voluntad política para mantener a raya a los buhoneros, como sucedió luego de las
elecciones presidenciales de 2006.
Mantener a los buhoneros en Sabana Grande como una acción clientelar para obtener
votos no parece la manera más adecuada para abordar los problemas de la ciudad, ya
que bajo esa premisa los conflictos pueden seguir manteniéndose porque convienen
políticamente, o porque ganar alguna elección es más importante que solventar las
problemáticas que día a día viven los ciudadanos.
Tampoco es posible considerar que el cambio de Sabana Grande será sustentable si
no se cumplen las ordenanzas que surjan en base a las ideas ganadoras del Concurso
para la rehabilitación de Sabana Grande, promovido por el Centro de Arte La
Estancia.
El no cumplimiento de legislaciones no es nuevo en Caracas, puesto que en 2004 la
Alcaldía Mayor decretó una ordenanza sobre el espacio público y la trató de
implementar en Sabana Grande con vanos resultados. Una de las causas de este hecho
es la rivalidad política entre la Alcaldía de Caracas y la Alcaldía Mayor, que a quien
126
perjudica finalmente es a la ciudad y a los ciudadanos, que en muchos casos no
cuentan con entes coordinados que resuelvan sus problemáticas.
Pese a todos los obstáculos, Sabana Grande se transformó nuevamente en un espacio
público este año, abierto para todos los caraqueños. A pesar de los cambios, aún está
en proceso de recuperación en sus aspectos físicos, y en otros ámbitos menos
tangibles pero vitales para el funcionamiento de la ciudad, como es la integración y la
comunicación entre sus ciudadanos.
Poco a poco se están generando más intercambios, interacciones y compromisos entre
los caraqueños, que ahora tienen más puentes para comunicarse con los demás en una
Sabana Grande que ahora es más accesible y más diversa.
127
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134
ANEXOS
1. Entrevistas.
Especialistas:
- Lorenzo González. (Entrevista personal, 23 de Julio de 2007): Urbanista,
arquitecto y profesor del Departamento de Urbanismo de la Universidad
Simón Bolívar.
- William Niño Araque. (Entrevista personal, 27 de Julio de 2007):
Arquitecto y director suplente de la Fundación para la Cultura Urbana.
- Max Pedemonte. (Entrevista personal, 22 de Agosto de 2007): Arquitecto
jefe en la construcción de las obras del Metro y artista plástico.
- Marco Negrón. (Entrevista personal, 11 de Septiembre de 2007):
Arquitecto, profesor en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad Central de Venezuela, donde fue Decano entre los años 1990
y 1996.
- Silverio González. (Entrevista personal, 11 de Septiembre de 2007):
Sociólogo, profesor del Departamento Planificación Urbana de la
Universidad Simón Bolívar.
- Atilio Romero. (Entrevista personal, 21 de Septiembre de 2007):
Arquitecto y profesor en la Escuela de Comunicación Social de la
Universidad Central de Venezuela.
- Tulio Hernández. (Entrevista personal, 2 de Octubre de 2007): Sociólogo,
columnista de El Nacional y asesor de la Fundación para la Cultura
Urbana.
Ciudadanos que hacen o hicieron vida en Sabana Grande:
- Carlos Noguera. (Entrevista personal 26 de Julio de 2007): Psicólogo,
poeta, cuentista, novelista, autor de la novela Historias de la Calle Lincoln
y actual presidente de Monteávila Editores.
135
- Francisco Massiani. (Entrevista personal 31 de Julio de 2007): Cuentista y
escritor, autor de la novela Piedra de Mar.
- Amadeo Mazukato. (Entrevista personal 17 de Agosto de 2007): maître
italiano, con amplia trayectoria en comida y vinos en el país, columnista
de el diario El Nacional.
- Juan Contorianos. (Entrevista personal 26 de Septiembre de 2007):
Comerciante, representante de la Asociación de Comerciantes de Sabana
Grande.
- Zulay Álvarez. (Entrevista personal 29 de Septiembre de 2007):
Relacionista público residente del boulevard de Sabana Grande.
- José Pereira. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Encargado de la
tasca- restaurant La Tinaja, ubicada en la parte oeste del boulevard de
Sabana Grande.
- Mauricio Maigua. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Integrante
de la agrupación ecuatoriana América India, que toca en los espacios
abiertos de Sabana Grande.
- Roberto Martínez. (Entrevista personal 6 de Octubre de 2007): Profesor de
literatura, transeúnte ocasional del boulevard y visitante esporádico de
locales de la zona como El Gran Café.
- Mariana Sequera. (Entrevista personal 7 de Octubre de 2007): Filósofa y
residente de Sabana Grande.
Funcionarios con injerencia en Sabana Grande:
- Miguel González. (Entrevista personal 3 de Mayo de 2007): Gerente de
Formación y Animación Cultural de la Fundación para la Cultura y las Artes
(Fundarte), organismo adscrito a la Alcaldía de Libertador.
- Silfredo Zambrano. (Entrevista personal 1 de Agosto de 2007): Presidente
de la Corporación de Servicios Municipales, organismo adscrito a la Alcaldía
Libertador.
136
- Freddy Bernal. (Rueda de prensa 3 de Agosto de 2007): Alcalde del
Municipio Libertador.
- Jesús Vargas. (Entrevista personal 27 de Agosto de 2007): Jefe Civil de la
parroquia El Recreo, la cual forma parte del Municipio Libertador.
- Virginia Vivas. (Entrevista personal 28 de Agosto de 2007): Arquitecta y
antropóloga, encargada del Concurso de ideas para la rehabilitación de Sabana
Grande organizado por el Centro de Arte la Estancia.
- Miguel Maestre. (Entrevista personal 1 de Octubre de 2007): Director de
la Oficina Técnica de Desarrollo Estratégico Urbano (ODEU), adscrita al Municipio
Libertador.
- Alexander García. (Entrevista personal 2 de Octubre de 2007):
Comandante del puesto de la Policía de Caracas ubicado en el boulevard de Sabana
Grande.
- Igor Colina. (Entrevista personal 3 de Octubre de 2007): Coordinador
tecnológico del proyecto Suass (Sistema Unificado Automatizado de Seguridad y
Salud), perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía
Metropolitana de Caracas.
- Leopoldo Provenzali. (Entrevista personal 22 de Agosto de 2007): Ex
secretario de la secretaría de Planificación y Ordenación Urbanística de la Alcaldía
Metropolitana de Caracas.
137
2. Matriz Mundo Humano.
Matriz Ciudadanos en CULTURA
Comunicación en la ciudad Prestaciones Comunidad Relaciones
(Mundo Humano) Natural Artificial Personas Grupos Petición Oferta
Afirmativos
C Razones Saber Poder Beneficio
I Declarativos (usar)
U
D Juicios
A Motivos Querer Estar Satisfacción
D Expresiones (disfrutar)
A
N Directivos
O Compromisos Intercambio Interacción Coordinar la comuni
S Promesas (aprecio y consumo) (realización) cación en el Vivir
Tener Crear ( Hacer y valorar)
138
3. Fotografías de Sabana Grande.
Las siguientes fotos provienen en su totalidad del Diagnóstico Integral para la
rehabilitación de Sabana Grande, realizado por el Centro de Arte La Estancia en el año
2007. A su vez, cada fotografía tiene adjunto su origen primario.
“Sabana Grande”. Un paisaje similar a éste debió observar el Consejero Lisboa
durante su visita a Caracas en 1852. Foto de Müller, 1923. Recuperado de Viejas
Fotos Actuales,
139
“Sabana grande, Venezuela. Calle
Principal. 1920”.
Recuperado de Ebay, Viejas Fotos
Actuales
“1935. Carretera del Este, entre
Maripérez y Sabana Grande”. Ruth
Neumann López. Caracas, amada
Caracas. Imágenes de su pasado
tomadas por Helmut Neumann. p.
75.
140
Avenida Abraham Lincoln, vista
oeste. 1952. Recuperado de Viejas
Fotos Actuales
La avenida de noche, “Calle Real
de Sabana Grande”. 1952.
Recuperado de Viejas Fotos
Actuales
141
Edificio
Los Andes
“Sabana Grande” 1960. Vista hacia el este de La Gran
Avenida y la Avenida Abraham Lincolm. Recuperado de
Viejas Fotos Actuales
“Sabana Grande, Av. Abraham Lincoln, 1960”.
Max Pedemonte. Rutas Paralelas. p. 25.
142
“Sabana Grande, Bulevar, 1984”. Max
Pedemonte. Rutas Paralelas. p. 25.
“La actividad comercial del sector se
entremezcla con la recreación, grupo de
ciclistas jóvenes, aprovechando el área de
circulación libre de tráfico automotor”. 1983.
El Metro de Caracas. p. 128.
“Sector de la Avenida Abraham Lincoln,
reurbanizado por el Metro de Caracas,
creando un espacio peatonal y recreativo”.
1983. El Metro de Caracas. p. 48.
143
Boulevard de Sabana Grande poblada de
comerciantes informales. 1996. Fotos:
Corbis.
Cine Broadway. 1996. Foto:
Corbis.
144
Vista aérea de Sabana Grande. 2006. Recuperado del Blog
Huguito. 2006
Sabana Grande poblada de
comerciantes informales.
2006.