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GarcíaA. FernándezA. López B. Santurión F. 1. INTRODUCCION 1.Fundamentos para la crianza en cautiverio Las especies animales que se interpo- nen a la expansión de la civilización o compiten (directa o indirectamente) por la producción de alimentos, están condena- das a llevar paulatinamente sus poblacio- nes a un mínimo lindante con la extinción, o a desaparecer en forma definitiva. El estudio de su biologia, sea en el medio o a través de la propagación en cautiverio, ha salvado y probablemente contribuirá aún más a salvar el caudal genético de especies cuya pérdida seria Irreparable. Hoy dla existen movimientos interna- cionales que defienden los derechos de los animales y condenan la utilización de sus subproductos, aún cuando sean pro- ducidos en condiciones de cautiverio. Sus campañas preconizan el uso de prendas sintéticas en lugar de pieles y cueros naturales, los que son identificados con costumbres «no civilizadas». Esta posi- ción ha sido sustentada por grupos LA CRIANZA DEL CARPINCHO (Hydrochoerushydrochaens) Parámetros técnicos y recomendaciones en alimentación y reproducción FPTA018 Periodo Ejecución: Nov. 91-Jul. 96 autodenominados ecologistas y defen- sores de los derechos de los animales, en una clara confusión de terminologia. No hay duda que las prácticas em- pleadas por quienes cazan animales sal- vajes discrecionalmente, mediante el empleo de trampas o armas de fuego, pueden ser catalogadas como crueles e inhumanas. Sin embargo, no debería considerarse de la misma manera a la producción en cautiverio, si respeta las normas de bienestar necesarias para cada especie. Llegado el momento de optar entre el empleo racional de lo que la naturaleza brinda o un producto sintético (directa o Indirectamente derivado del petróleo), se debería ser cuidadoso en los análisis y las decisiones. La producción racional, en cautiverío, de especies de la fauna autóctona permi- tíría salvaguardar el medio ambiente y reducir la extracción ¡ndiscriminada. Los conocimientos adquiridos brindarían no- ciones de la biología de dichas especies que, aplicadas correctamente, redunda- rlan en la protección de las poblaciones silvestres, al tiempo que abrirla nuevas opciones para la diversificación producti- va del sector agropecuario nacional. Sitio Argentino de Producción Animal 1 de 35

LA CRIANZA (Hydrochoerushydrochaens) · GarcíaA. FernándezA. López B. Santurión F. 1. INTRODUCCION 1.Fundamentos para la crianza en cautiverio Las especies animales que se interpo-nen

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GarcíaA.FernándezA.López B.Santurión F.

1. INTRODUCCION

1.Fundamentos para la crianzaen cautiverio

Las especies animales que se interpo-nen a la expansión de la civilización ocompiten (directa o indirectamente) por laproducción de alimentos, están condena-das a llevar paulatinamente sus poblacio-nes a un mínimo lindante con la extinción,o a desaparecer en forma definitiva.

El estudio de su biologia, sea en elmedio o a través de la propagación encautiverio, ha salvado y probablementecontribuirá aún más a salvar el caudalgenético de especies cuya pérdida seriaIrreparable.

Hoy dla existen movimientos interna-cionales que defienden los derechos delos animales y condenan la utilización desus subproductos, aún cuando sean pro-ducidos en condiciones de cautiverio. Suscampañas preconizan el uso de prendassintéticas en lugar de pieles y cuerosnaturales, los que son identificados concostumbres «no civilizadas». Esta posi-ción ha sido sustentada por grupos

LA CRIANZA DEL CARPINCHO(Hydrochoerushydrochaens)

Parámetros técnicos yrecomendaciones en

alimentación y reproducción

FPTA018

Periodo Ejecución: Nov. 91-Jul. 96

autodenominados ecologistas y defen-sores de los derechos de los animales,en una clara confusión de terminologia.

No hay duda que las prácticas em-pleadas por quienes cazan animales sal-vajes discrecionalmente, mediante elempleo de trampas o armas de fuego,pueden ser catalogadas como crueles einhumanas. Sin embargo, no deberíaconsiderarse de la misma manera a laproducción en cautiverio, si respeta lasnormas de bienestar necesarias para cadaespecie.

Llegado el momento de optar entre elempleo racional de lo que la naturalezabrinda o un producto sintético (directa oIndirectamente derivado del petróleo), sedebería ser cuidadoso en los análisis ylas decisiones.

La producción racional, en cautiverío,de especies de la fauna autóctona permi-tíría salvaguardar el medio ambiente yreducir la extracción ¡ndiscriminada. Losconocimientos adquiridos brindarían no-ciones de la biología de dichas especiesque, aplicadas correctamente, redunda-rlan en la protección de las poblacionessilvestres, al tiempo que abrirla nuevasopciones para la diversificación producti-va del sector agropecuario nacional.

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2. Consideraciones sobre laproducción en cautiverio del

carpincho

Para que la producción en cautiveriosea rentable, hay algunas caracteristi-cas fundamentales de la especie que sedeben tener en cuenta:

aprovechamiento integral

buena demanda y cotización en elmercado

prolificidad

rusticidad

docilidad

factibilidad de alojamiento grupal

precocidad

bajo costo de alimentación

simplicidad en el manejo (empleo mí-nimo de mano obra)

bajo costo de las instalaciones

contralor de la competencia de pro-ductos obtenidos en forma ilegal

factibilidad de procesamiento a escalafamiliar o industrial

Son muchas las especies con posibi-lidades de ser criadas en cautiverio, peropocas las que cumplen con la mayoria deestas caracteristicas. El carpincho

Ubicación zoológica del carpincho

Orden Rodentia

Suborden Hystricomorpha

Familia Hydrochoeridae

Género Hydrochoerus

Especie Hydrochoerus hydrochaeris

Subespecie Hydrochoerus hydrochaeris uruguayensis

Nombres vernáculos

Carpincho o capincho

Capivara

Chigüire

Poncho

Chigüiro

Ronsoco

(Uruguay y Argentina)

(Nordeste de Argentina y Brasií)

(Venezuela)

(Panamá)

(Colombia)

(Perú)

(EE.UU.)Capybara

(Hydrochoerus hydrochaeris) cumple es-tos requisitos, con alguna ventaja com-parativa.

Primeramente, el aprovechamiento delanimal es total: el cuero del carpincho esvalorado en distintos paises para suempleo en marroquinería, y su carne esapetecida por públicos diversos.

La selección natural lo ha adaptado alas condiciones climáticas imperantes.El fria no representa en general un proble-ma, aunque deben tomarse precaucio-nes con respecto al calor intenso y a laexposición solar directa. No se les cono-cen en general afecciones de importancia,siempre y cuando se les mantenga enbuenas condiciones higiénico-sanitarias.

En cuanto al tipo de instalaciones, engeneral cuanto más grandes son los gru-pos de animales en producción, menoresson los costos por animal alojado. Loscarpincho s pueden mantenerse en gru-pos relativamente numerosos, lo quedepende de la etapa productiva. Sin em-bargo, poseen una jerarquia social muymarcada, lo que lleva a una necesidad deespacio vital y a tener que respetar cier-tas normas de manejo inevitables.

Los grupos de animales deben confor-marse cuando son jóvenes. El resultadoes mejor cuanto más cercano al destetese conforman y deben respetarse duran-te toda su vida productiva. Sólo en elcaso de los reproductores (macho y hem-bra) y siguiendo determinadas normasde manejo, se pueden juntar animales dedistinto origen familiar. En este caso lashembras deben provenir de un mismolote de posdestete.

Estas características de su manejogrupal le dan al carpincho cierta ventajasobre otras especies, ya que la mano deobra requerida y el costo por animalalojado, es menor con respecto a aque-llas en que el manejo debe hacerse enforma individual (zorros y visones).

En la explotación del carpincho sedeberia aprovechar su hábito de pasto-reo, como forma de abaratar los costosde producción. No debe descartarse laposibilidad de realizar pastoreo mixtocon otros animales domésticos, cuyoshábitos de selección en el pastoreo

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prioricen el consumo de especies vege-tales diferentes, o en diferentes estadiosde maduración.

Los carpinchos alcanzan su peso defaena en un tiempo relativamente breve -

12 a 15 meses- que, a su vez, dependedel programa de alimentación al que seansometidos y de las caracteristicas delproducto final que requiere el mercadoconsumidor.

Al tratarse de roedores (por tanto,fundamentalmente herbívoros) el costode alimentación disminuye sensiblemen-te. De todos modos debe estabiecerseuna estrategia para cada sistema deproducción: si bien la preponderancia delforraje sobre el concentrado disminuye elcosto de alimentación, incrementa loscostos de mano de obra y la amortizaciónde las instalaciones, ya que los animaiespermanecen más tiempo en el estableci-miento para alcanzar el peso de faena.

Estas consideraciones económicasson válidas en la medida que exista unmarco legal flexible, para incentivar laaparición de tales empresas, pero a suvez estricto en io que respecta al contra larde las actividades ilegales. Los criaderosde fauna silvestre deben ser tales y nooperaciones en las que se encubre lacaza furtiva de las especies explotadas.

En cuanto a la comercialización delos productos obtenidos, para que estostipos de emprendimientos sean renta-bles, dadas las condiciones de precionacionales e internacionales actuales,se deberia tratar de integrar al máximo elciclo productivo-comercial, como formade lograr el mayor valor agregado posi-ble. De lo contrario es el productor quienasume la casi totalidad de los riesgosbiológicos y comerciales, y son las em-presas procesadoras y comercializadorasquienes asumen riesgos mínimos y ob-tienen los mayores dividendos.

En definitiva, el productor deberia re-unir condiciones de zootecnista y sentirgran aprecio por sus animales, pero porsobre todas las cosas tratar de convertir-se en un empresario. El primer pasopara instalar un criadero no es tanto laobtención del pie de cria, sino el estudiode mercado para la comercialización delos productos obtenibles.

Para aportar nuevos y mejores pará-metros técnicos a este tipo de iniciati-vas, un equipo de técnicos de la Facultadde Veterinaria realizó un trabajo de inves-tigación sobre diversos parámetros rele-vantes para la crianza del carpincho encautiverio. Los resultados de esta inves-tigación (financiada por el FPTA de INIA)se presentan en los siguientes capitulas,junto con resultados de otras investiga-ciones nacionales e internacionales. Lainvestigación atendió aspectos relacio-nados con la nutrición y -fundamental-mente- con la reproducción del carpin-cho, área donde existía escasa informa-ción.

3. El trabajo de investigación

El referido trabajo fue realizado en elcriadero del Campo Experimental N° 2 dela Facultad de Veterinaria, ubicado en laRuta 1, km. 42,500, próximo a la ciudadde Libertad, departamento de San José.

Las observaciones fueron realizadascon animales en condiciones de cautive-rio estricto (figuras 1 y 2), por lo cual losresultados aquí observados pueden noser necesariamente extrapolables a po-blaciones silvestres.

La muestra analizada para los estu-dios reproductivos, se compuso de 9machos (juveniles y adultos) y 10 hem-bras adultas, que hablan presentado porlo menos una parición. Se estudiaron 70recién nacidos entre hembras y machos.

El plantel con que se comenzó laexperiencia se formó con el aporte deanimales de diferentes zoológicos (SanJosé, Piriápolis, Tacuarembó y Rocha).Por tratarse de animales adultos en sumayoría, la formación de grupos familia-res se vio dificultada, lo mismo que sumanejo.

Las instalaciones consisten en corra-les de tejidos de malla, de diferentessuperficies:

a) Corrales para manejo de grupos fami-liares, compuestos de 5 hembras yun macho, la dimensión es de aproxi-madamente 40 m'.

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b) Corrales para destete, de 25 m' dedimensión.

c) Corrales para parición, de una super-ficie de 6 m'

Cada corral presenta, además, un áreade refugio techada y una pileta de ce-mento que permite el baño. Funciona unsistema de aporte hidrico para recambiodiario del agua.

Figura 1. La formación de grupos familiares can tolerancia social,seleccionando sistemáticamente los individuos más dóciles,aseguran el mejor manejo del carpincho en cautlveno,

Se incluyó también un grupo familiar(4 hembras con un macho), que se mane-jó en un área cercada de aproximada-mente 2 ha de pradera naturalizada', queincluia un tajamar de alrededor de 100 m'.

La alimentación de los que se halla-ban en cautiverio estricto consistió fun-damentalmente en concentrado, el quese complementaba con verdeos

estacionales (avena, sudan-grass)y pradera convencional cortada(Festuca, Lotus, Trébol rojo y blan-co). El grupo familiar que se halla-ba en la pradera convencional na-turalizada, recibió concentradocomo complemento.

Para identificar los animales seoptó por un sistema de caravanasmetálicas de pequeñas dimensio-nes (figura 3), por registrar estesistema un menor número de pér-didas de marcas y por no dañar nimodificar el comportamiento de losanimales.

Todos los animales fueron pe-sados y sexados al nacer, perodadas las dificultades que presen-ta el sexado en los recién nacidos,éstos fueron nuevamente sexadosen el momento del destete, parareducir errores.

Figura 2. Grupo familiaren donde en primer plano

se puede observar unmacho aún jóven, peroque ya ha comenzadoha marcar el "morrillo",en segundo plano ungrupo de hembras.

1 Se entiende por pradera naturalizada aquella en que las especies del campo natural han ganadoespacio importante, en desmedro de las especies sembradas.

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11.ALlMENT ACION

1. Estrategias dealimentación del

carpincho ycomparación con otras

especies

El carpincho es un roedorherbivoro cuya alimentación sebasa en diversas especies ve-getales que crecen en los cur-sos de agua o sus inmediacio-nes. Estas plantas le suminis-tran al animal todos los ele-mentos necesarios para elmantenimiento de sus proce-sos vitales, crecimiento y re-producción.

Los nutrientes contenidos en la mate-ria seca de estas plantas son, básica-mente, carbohidratos, proteinas, lipidos,minerales y vitaminas, siendo el primergrupo, cuantitativa mente, el más impor-tante. Dentro de los carbohidratos, pode-mos diferenciar: estructurales y no es-tructurales, y dentro de éstos, a su vez,solubles y de reserva.

Los carbohidratos no estructurales es-tán constituidos principalmente por azú-cares y almidones. Los almidones, pre-sentes por lo general en semillas, algu-nas raices y tubérculos, representan parael vegetal una fuente de reserva no taninmediata como los azúcares, pero sonde mayor importancia cuantitativa comoaporte energético para la especie animalque los consume. La dieta natural delcarpincho no es por lo general muy ricaen azúcares, con variaciones en la canti-dad de almidón presente.

Los carbohidratos estructurales sonlos que forman -precisamente- la estruc-tura fisica de los vegetales, por lo que sonlos de mayor relevancia cuantitativa. Secomponen principalmente por celulosa yhemicelulosa, de digestibilidad variable,asociadas con un componente indigesti-ble, la lignina.

Figura 3. En esta hembra se puede observar el sistema de marcadoempleado en este trabajo, es el caravaneo con señas de plástico,también se utilizaron caravanas de acero inóxidable importadas.

A medida que la planta madura, au-menta su contenido en carbohidratosestructurales y se incrementan los enla-ces con la lignina. Esto hace que -paulatinamente- una planta con buenadigestibilidad al comienzo de su creci-miento llegue a su madurez con un mate-rial «Iignificado», de pobre aprovecha-miento por parte de aquellas especiesque no poseen las enzima s adecuadas.

A través de la evolución, las especiesque basan su alimentación en vegetaleshan desarrollado adaptaciones y estrate-gias digestivas para poder aprovechar losnutrientes presentes en ellos. Las termita s(capaces de aprovechar los nutrientescontenidos en la madera), los rumiantes,los equinos, algunas especies de simiosy los roedores (como el carpincho), sonsólo algunos ejemplos de animales paralos cuales los vegetales forman parte o latotalidad de su alimentación.

Algo común a la mayoria de estasestrategias digestivas es el desarrollo deun tubo digestivo de caracteristicas pe-culiares, que permite mantener los ali-mentos el tiempo suficiente como paraque sean degradados por microorganis-mas. En algunos mamiferos, el aumentoen las dimensiones del intestino grueso

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Especie Contenido total EstómagoUt Intestino delgado Ciego Colon

Herbívoros Rumiantes

bovinos 13-18 10.6-16.3 0.9-2.3 0.8 0.8-1.5

ovinos 12-19 9.8-14.9 1.0-1.6 0.9-1.6 0.5-0.7

Herbívoros no rumiantes

fermentadores ceca/es

carpincho 16.5 1.8 1.0 11.7 1.3

conejo 7-18 2-7 0.6-1.8 2.5-7.8 0.7-1.3cobayo 8 1.9 0.9 3.7 1.6

fermentadores en el colon

equinos 16 1.3 2.6 2.4 8.8

No rumiantes

porcinos 10 3.6 1.9 1.6 3.4

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Cuadro 1. Volumen gastrointestinal de varias especies.. Proporción del contenido total (%).

. Adaptado de Van Soest (1982)H Incluye ruman, retículo, amaso y abomaso en rumiantes.

y ciego, asi como la presencia de cáma-ras de fermentación anteriores al estó-mago verdadero, son ejemplos de estasadaptaciones (cuadro 1).

Los referidos microorganismos produ-cen enzimas que degradan la celulosa, loque permite al animal digerir lossubproductos de este proceso. En algu-nas especies, los productos finales quellegan al intestino difieren bastante delos ingeridos.

De acuerdo a la ubicación de estas«cámaras de fermentación», (pre-estó-magos o ciego), y al papel que cada unade ellas juega en la digestión de losvegetales en una especie dada, es quese clasifica a estas especies, enfermentadores anteriores y posterio-res con respecto al estómago verdadero.

Los bovinos, con un gran desarrollo delos pre-estómagos, son fermentadoresanteriores típicos; el carpincho, que pre-senta un gran desarrollo del ciego, es unfermentador posterior (cuadro 2).

Los vegetales cosechados por el ru-miante y el carpincho poseen una cuticu-la que los protege de la degradación

microbiana. Como la actividad bacterianadebe producirse a través de esas solu-ciones de continuidad de la cubierta ve-getal, el grado de aprovechamiento delvegetal ingerido dependerá del grado demasticación a que es sometido ese ali~mento.

En el caso del bovino la recoleccióndel alimento es relativamente rápida.Ayudado por la lengua para su aprehen-sión, el forraje es presionado por losincisivos inferiores contra el rodete supe-rior (carece de incisivos superiores) altiempo que con un rápido movimiento decabeza es cortado, masticado con losmolares e ingerido.

Para que un alimento de estas carac-teristicas sea fácilmente atacado por lasenzimas microbianas, debería ser masti.cado durante un mayor periodo de tiem-po. El inconveniente que representa parala digestión esta incompleta masticacióninicial en el bovino, es solucionado alllevar el alimento nuevamente a la boca yremasticarlo en el proceso de la rumia.

El carpincho no posee esta adapta-ción fisiológica, pero tiene poderososincisivos y dientes molariformes de am-

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Clase Ejemplos

Fermentadores anteriores

No rumiantes Hamster, canguro

Rumiantes Bovinos, ovinos, cabras

Fermentadores posterioresFermentación en el ciego Conejo, carpincho

Fermentación en el colon Equinos

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Cuadro 2. Clasificación de los herbívoros de acuerdo a su estrategia digestiva.

Adaptado de P. Cheeke. 1987.

plia superficie. La gran movilidad de suslabios (en contraste con el bovino) y sulengua, y la precisión con la que losincisivos superiores e inferiores contactanpara cortar el forraje, hacen que la espe-cie esté particularmente adaptada paraseleccionar y cosechar vegetales queresultarian dificiles o aún imposibles decosechar para el bovino.

Esta adaptación es fundamental parael carpincho ya que al masticar el alimen-to en forma tan completa, logra disminuirel tamaño de las partículas ingeridas yaumentar ia superficie de ataque. De nohacerla aSi, al estar el sitio de fermenta-ción ubicado posteriormente al sitio deabsorción de los alimentos (intestinodelgado), dependeria casi exclusivamen-te de lo que pudiera obtener de la fermen-tación en el ciego, ya que los vegetalesincompletamente masticados y por lotanto con la cuticula intacta, no podrianser digeridos por las enzimas propias delanimal.

El contenido celular liberado es dige-rido prácticamente en su totalidad a niveldel intestino; los materiales menos de-gradados continúan hacia ei ciego, don-de son fermentados de forma análoga a laque ocurre en el rumiante.

Este tipo de estrategia digestiva implicaque el carpincho está obligado a seleccio-nar materiales de alta calidad (hojas ytallos tiernos) para obtener los nutrientesnecesarios para su metabolismo.

El desarrollo de las cámaras de fer-mentación en el bovino y el carpinchoimplica en ambos casos una fermenta-

ción bacteriana anaerobia con produc-ción de ácidos grasas volátiles, produc-tos de deshecho de este metabolismo.Estos ácidos difunden a través de lapared de estos órganos, y se constituyenen fuente de energia para el animal.

En el rumiante, el sitio de absorciónde los nutrientes (intestino delgado) estáubicado por detrás de donde se fermen-tan los alimentos, mientras que en elcaso del carpincho lo está por delante.Esto lleva a que el primero pueda utilizarla proteina microbiana que pasa al intes-tino, lo que lo hace menos dependientedel aporte proteico exógeno, salvo quelos requerimientos por el tipo de produc-ción sean elevados (por ejemplo la pro-ducción de leche).

Algunas especies como el conejo, porejemplo, han adoptado la coprofagia (con-sumo de las materias fecales «blandas»producidas durante la noche) como es-trategia para suplir esta deficiencia yaprovechar los nutrientes producidosposteriormente al sitio de absorción.

Si bien hay alguna referencia a hábi-tos coprófagos en el carpincho, no loshemos podido comprobar. En su caso,puede ser una estrategia adoptadaesporádica mente, como sucede en otrasespecies.

Según investigaciones de GonzálezJiménez y Escobar (1975), el nitrógenoretenido por el carpincho fue menor queen los casos del conejo y el ovino, tantoen dietas ricas en forraje como en con-centrado (cuadro 3). Esto confirmaria lamayor habilidad del rumiante para reci-

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Materia seca retenida a partir de una dieta de:

Sólo forraje forraj e/conce ntrado (SO/50) Sólo concentrado

Carpincho 51 68 85

Conejo 40 59 79

Ovino 49 60 71

Nitrógeno retenido a partir de las mismas dietas

Carpincho 76 46 17

Conejo 79 58 38

Ovino 70 54 38

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ciar el nitrógeno microbiano y la Inciden-cia de la coprofagia en el conejo comomecanismo de ahorro proteico. No he-mos podido, sin embargo, encontrar unaexplicación plausible para la variabilidaden la consistencia de las materias fecalesdel carpincho, aún para un mismo tipo dealimento.

El carpincho posee un metabolismomicrobiano cecal con necesidades ennutrientes análogas a cualquier otro sis-tema de fermentación. Esto implica lapresencia de un ecosistema compuestoprincipalmente por bacterias, protozoariosy hongos, con requerimientos de minera-les, nitrógeno, aminoácidos, péptidos ycarbohidratos de relativamente rápidafermentación, que puedan suministrarenergia a la velocidad necesaria para unrápido crecimiento microbiano y asi de-gradar los elementos más fibrosos que'llegan al ciego. ¿Cómo lograrlo si elcarpincho selecciona materiales de altadlgestibilidad y la absorción de nutrienteses previa a la fermentación en el ciego?

La explicación más adecuada argu-menta que, si bien los elementos son dealta dlgestibilidad, el grado de trituracióndel alimento lleva a que el tránsito seacelere, de forma que algunas particulasintactas eludan la digestión intestinalpara ser degradadas en el ciego y asicontribuira optimizar la fermentación.

Por otra parte, el rumiante está mássujeto a que cambios bruscos en la dietaafecten directamente la fermentaciónruminallo que puede acarrear trastornosdigestivos como, por ejemplo, acidosisderivada de la ingestión de carbohidratosde rápida fermentación.

En condiciones normales la produc-ción de ácidos grasos volátiles tiende adisminuir el pH ruminallo cual es neutra-lizado por la alcalinidad de la saliva. En elcaso del carpincho tal mecanismo no esposible ya que el sitio de fermentación seencuentra ubicado posteriormente. Sinembargo, el pH del ciego se mantiene envalores que oscilan entre 6 y 6,5 (Baldizanet al., 1984), lo que se explica porque lamayor parte de los carbohidratos de rápi-da fermentacióndesaparecen en el intes-tino delgado y en los productos de fer-mentación predomina el ácido acético,en mayor proporción aún que en el ru-miante.

Por esto, podrla ser posible que epi-sodios violentos de diarrea (observadosdirectamente en algunas oportunidadesy reportados por productores en variasocasiones) que llevan a la muerte antesde poder instaurar tratamiento (la mayo-ría de las veces con deshidratación),fueran debidos a un desbalance en laproducción de ácidos grasos volátilesceca les.

Cuadro 3. Eficiencia digestiva del carpincho comparada con el conejo y la oveja expresada como porcentaje delaporte total que es absorbido y retenido parel animal.

Fuente: González Jiménez y Escobar. 1975.

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De suministrarse un exceso de almi-dón (como el contenido en granos) ypoca fibra (carbohidratos estructurales)es probable que no se logre una fermen-tación adecuada en el ciego, lo que po-dria alterar la población microbiana eneste órgano Morisse el al. (1979) hansugerido que en el conejo, una predispo-sición a la diarrea, sería el aumento en laalcalinidad en el ciego debido a unaproducción subóptima de ácidos grasasvolátiles, que favoreceria el desarrollo declostridios y colibacilos.

2. Selectividad de la dieta

En estado salvaje el carpincho consu-miria gran cantidad de plantas acuáti-cas. Sin embargo, dado el bajo contenidoen materia seca, los volúmenes diariosque deberla consumir para cubrir susrequerimientos, principalmente de pro-teina y energia, superaria la capacidadde su tubo digestivo, por lo que seriaindispensable para el animal consumir otrosmateriales que le aportaran mayor canti-dad de nutrientes por unidad de peso.

Probablemente es por esta razón quela especie adoptó hábitos pastoriles,únicos dentro de su orden. Con un senti-do del olfato muy desarrollado, seleccio-na lo que habrá de ingerir, las plantas sonentonces atraídas hacia los incisivos conla lengua, la cual posee gran movilidad yuna vez cortadas son masticadas con losmolariformes.

El consumo de alimento es reguladopor diversos factores, entre ellos la tem-peratura ambiente, la disponibilidad deagua, la densidad energética de la dieta,la forma de presentación de la misma ysu palatabilidad, asi como el estado fisio-lógico del animal.

El efecto del nivel energético de ladieta se verificó al suplementar con con-centrados, en los que el semitin formabala totalidad de la base cerealera y laharina de girasol era empleada para su-plir gran parte de los requerimientosproteicos. El consumo de tales mezclas,con un contenido energético aproximadode 3 megacalorias de energla digestiblepor kg (Meal de ED/kg), era superior a

aquellas que contenían granos y/ofarinazo (3.3 Mcal de ED/kg y más).

La forma de presentación también tie-ne efecto importante sobre el consumo.Los concentrados poco pulverulentos sonconsumídos con mayor agrado.

En más de una oportunidad se haidentificado al carpincho como converti-dor de forrajes fibrosos en proteina ani-maL Si bien es cierto que la especie tienela capacidad física y la adaptación fisio-lógica como para roer y digerir al menosuna proporción de tales materiales, losmismos son por 10 general pobres enproteina y ricos en carbohidratos estruc-turales de limitada digestibilidad.

Como para cubrir los requerimientosproteicos el carpincho depende más dela proteina exógena que el rumíante,debe ser más selectivo en cuanto a losvegetales que consume y/o al estadovegetativo de los mismos. Esto se com-probó con gramineas como la caña decastilla y el sorgo forrajero, de los que elanimal selecciona hojas y tallos tiernosque tienen mayor concentración y dispo-nibilidad de nutrientes. El comportamien-to al ingerir la planta es invariablementeel mismo: comienza por las hojas y alllegar a los tallos los corta con los incisi-vos y los deja caer de la boca.

Para el caso del pastoreo directo enpradera hemos observado selectividadno sólo por determinadas plantas talescomo el «cola de zorro» (Holcus lanalus),tréboles y raigrás, sino por aquellas enestado vegetativo temprano. En el casodel trébol rojo, se consumieron con pre-ferencia las hojas, mientras que para lasgramineas mencionadas el consumo selimitó al tercio superior de la planta (paraplantas de unos 15 cm de altura). Es dedestacar que el consumo entre los dosgrupos de vegetales mostró una preferen-cia marcada por las gramineas. Encerra-dos en el corral y puestos ante la opciónde seleccionar entre leguminosas (trébolrojo) o gramineas cortadas y ofrecidas,hubo notoria preferencia por lasgramineas, consumiendo invariablemen-te la parte más tierna de la planta.

Esto contrasta con las observacionesde rumiantes en confinamiento (Aitchinson

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el al., 1986) en los que se ha reportadouna marcada preferencia por las legumi-nosas. Esto se explicaria porque lasleguminosas son más susceptibles a laruptura por masticado y por tanto llevan aun menor tiempo de retención en el rumen.

Es posible que el consumo excesivopor parte del carpincho de materiales derápida fermentación (leguminosas) altereel medio ambiente del ciego (nitrógenoamoniacal, pH), con el consiguiente cam-bio en la población microbiana con con-secuencias negativas sobre la digestiónulterior del forraje (o aún motivando laproliferación de bacterias patógenas).

El hallazgo por parte de Baldizan el al.de un pH cecal cercano a 6 (óptimo parala digestión de la fibra) en carpinchos conuna dieta a base de gramineas, es impor-tante ya que puede ser la clave de laexplicación del mayor aprovechamientode los materiales fibrosos por parte delcarpincho.

Las leguminosas se caracterizan porprácticamente duplicar el efecto «buffer»de las gramineas (Minson, 1990), por loque pOdrian tender a alcalinizar el pH,con efectos negativos sobre la digestibi-lidad de la fibra. Esto, junto con la pre-sencia en sus hojas de concentracioneselevadas de nitrógeno no proteico, podriaalterar el patrón de fermentación.

En carpinchos alimentados a base degramíneas el contenido de nitrógenoamoniacal cecal fue cercano a 78mgllitro (Baldizan el al., 1984), cifra quepodría ser fácilmente superada de cons-tituir las leguminosas una proporciónimportante de la dieta. Si bien las grami-neas ingeridas en estado vegetativo tem-prano pueden aportar cantidades tam-bién importantes de nitrógeno, la tasa defermentación (y por tanto de liberación)del nitrógeno es más lenta, por lo que elimpacto sobre el medio ambiente cecalsería menor.

3, Requerimientos nutricionales

No existen al día de hoy datos sobrelas necesidades de nutrientes y la impo-sibilidad de trabajar al presente con lotes

de un número estadisticamente signifi-cativo de animales ha impedido generar-los en este trabajo. Es posible, sin em-bargo, realizar algunas apreciaciones enlo que respecta a las distintas etapas deldesarrollo.

Por tratarse de una especie de hábi-tos anfibios que por un lado no presentael aislamiento proporcionado por unacubierta pilosa importante (como es elcaso de la nutria) y por otro no consumealimentos de una densidad energéticaelevada (ricos en almidón o lipidos), de-ben existir otras adaptaciones que lepermitan mantener la constancia de latemperatura corporal con respecto almedio exterior.

El carpincho adulto logra esto de dosformas: posee una capa de tejido adipo-so subcutáneo que actúa como aislantey posee una adaptación metabólica, elcalor de fermentación. La aíta proporciónde ácido acético producto de la fermenta-ción cecal de los carbohidratos estructu-rales, genera calor que es empleado enel mantenimiento de la temperatura cor-poral.

Tal como muestra el cuadro 4, laproporción de ácido acético es mayor enel ciego del carpincho, lo que explica,además, la menor acidez de su conteni-do. Aún en una dieta a base de concen-trados dicha proporción es superior, loque sugiere una extensa digestión delalmidón a nivel del intestino delgado,pasando al ciego aquellos elementos demayor contenido en fibra, favorecedoresde la producción de acetato.

El carpincho adulto presenta un paní-culo adiposo subcutáneo importante. Nose han encontrado, al presente, publica-ciones que mencionen la existencia ypersistencia del tejido adiposo pardo enel animal joven (como si se ha comproba-do en la nutria), pero es posible querevista importancia como forma de sumi-nistro rápido de energía.

Todo esto lleva a suponer que losrequerimientos energéticos en la dietadel carpincho joven deben ser elevados,asi como los de la hembra que amaman-ta a sus crías.

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Acético Propiónico BuUrico

Forraje

carpincho' 83 15 2

bovino** 73 17 10

Concentrado

carpincho" 81 14 4

bovino**1r 67 21 12

Garcia A., Fernández A., López B., Santurión F. 61

Cuadro 4. Proporciones de ácidos grasas volátiles en ciego y rumen de carpincho y vacalechera (respectivamente) alimentados con forraje o concentrado (%).

Batdizan et al. (1984).Esdale el al. (1968).Proporción forraje:concentrado = 1:1,3. Davis (1967).

La leche de las especies de hábitosacuáticos presenta, por io general, uncontenido elevado de grasa y como lapresencia de ésta en los materiales quecomponen la dieta del carpincho es muybaja, debe recurrir a la grasa corporalcomo su precursor o a la formación «denava» a partir del acetato generado en lafermentación cecal.

Por tal razón, se deberia prestar par-ticular atención a la alimentación de lashembras preñadas, en particular en elúltimo tercio de gestación, así comoaquellas en lactación. Por otra parte, aligual que en otras especies, es normaluna reducción en el consumo de alimen-to la última semana previa al parto y unaumento brusco inmediatamente luegode parir, que no alcanza a cubrir losrequerimientos para la producción de le-che. Esto hace que el estado corporai deias hembras se resienta luego del parto.

Una estrategia adecuada para supe-rar este problema seria suministrar forra-je de buena digestibilidad y un concen-trado de mayor densidad en nutrientes,tanto a la hembra como a la camada,para acelerar el destete.

En dos oportunidades se observaronabortos a término, con disminución delestado corporal de los animales, en hem-bras preñadas alimentadas en base a«caña de castilla» como fuente de forra-je, suplementada con concentrado.

Una vez que se modificó el régimen dealimentación y se instauró el uso depradera y concentrado, no se volvieron aregistrar hechos similares. Este seria unejemplo típico de los efectos de lalignificación sobre la digestibilidad de losvegetales, lo que nos lleva a no recomen-dar esta graminea como fuente de forra-je, sobre todo en los animales en creci-miento y en las hembras que se aproxi-man al último tercio de la preñez.

4. Los forrajes en la dieta delcarpincho

Debido a su fisiologia digestiva esimportante aprovechar al máximo el po-tencial del carpincho como convertidorde forraje en proteina animal. Esto noquiere decir que en determinadas cir-cunstancias no se pueda suplementarcon concentrados.

Es muy probable que sea rentable elsuministro de grano, al menos en algu-nas etapas de la crianza, dependiendodel precio que se pueda obtener por sucarne y cuero y de la necesidad deacelerar su «terminación».

Se ha demostrado que el carpincho escapaz de consumir dietas a base deconcentrado con mayor eficiencia queotras especies domésticas (GonzálezJiménez, 1977) (cuadro 5). Más adelantese discuten las características del con-

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Dieta Composición porcentual

Concentrado O 25 50 75 100

Forraje 100 75 50 25 O

Especie Di!lestlbiJldad de .Ia.materia seca ("lo)

Carpincho 50.5 59.0 65.6 76.0 84.7

Conejo 39.5 49.4 95.5 61.1 79.8

Oveja 49.1 54.5 59.8 65.2 70.5

62 Garcia A., Fernández A., López B., Santurión F.

Cuadro 5. Comparación de porcentajes de digestibilidad de la materia seca en dietas a base de concentradoo forraje en varias especies.

Adaptado de González Jiménez (1977).

centrado ensayado en el Campo Experi-mentaL

Entre los forrajes que se presentanpromisorios para la cria del carpinchoestán ias pasturas en las que predominanlas gramineas, asi como aquellas que porsus características no sostengan una car-ga importante de otras especies.

Dado el comportamiento observadoen pastoreo, seria importante introducirlos animales antes que las plantas al-cancen su madurez fisiológica y de serposible en estado vegetativo temprano.De no hacerse asi el desperdicio deforraje seria importante ya que el animalseleccionará únicamente las partes mástiernas, dejando el resto sin aprovechar.

El pastoreo en conjuntoo a continua-ción del bovino seria una forma eficientede aprovechar la pastura al considerar laforma de consumir el alimento de una yotra especie.

Los residuos de cosecha podrian seruna fuente interesante de forraje, peropor tratarse de alimentos fibrosos (quepermiten tan sólo el mantenimiento dealguna de las categorias de bovinos),deberian ser suplementados. Una alter-nativa seria pastorearlos inmediatamen-te luego de la cosecha y antes que lasplantas se sequen completamente. Elpastoreo de la planta de maiz ((choclo»)cosechado para consumo humano seríasuperior al de maiz para grano, ya que lamisma podria emplearse antes de secar-se en demasía.

En el caso del sorgo, la planta selignifica en menor proporción, por lo quehabria menos limitaciones. De lo obser-vado en el Campo Experimental hemospodido comprobar que el sorgo forrajeroes apetecido por el carpincho, transfor-mándose en una fuente importante deforraje de verano.

Al probar la aceptación de los fardosredondos de pradera estos fueron en sumayor parte desperdiciados, probable-mente debido no sólo al grado de madu-ración y sequedad del material, sino alhecho de que es dificil la selección de laspartes tiernas. El humedecer el forrajesuministrado mejoró la aceptación perono a los niveles aceptables de consumo.

Durante la primavera,otoñoe inviernose emplearon cortes de pradera com-puesta por trébol rojo, trébol blanco yfestuca, de muy buena calidad; la ali-mentación fue complementada con con-centrado a base de semitin, harina degirasol y harina de carne, formulado parasuministrarun 19% de proteína.

Si bien no es de descartar el empleode leguminosas como la alfalfa, la venta-ja comparativa del carpincho es que pue-de prosperar donde otros rumiantes do-mésticos no lo hacen, debido a su granpoder de selectividad del alimento.

Dentro del esquema de pastoreo con-junto con otras especies, un área a ex-plorar son los efectos sobre la cargaparasitaria. El consumo por parte delcarpincho de huevos o larvas de parási-

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tos que afectan al ovino, probablementedisminuiría la carga parasitaria sin afec-tar ai carpincho, dada la disparidad en lafisiologia digestiva de ambas especies.

5. Uso de concentrados

La opción de alimentar al carpinchoen base a concentrados, con o sin elempleo de forraje suplementario, debeevaluarse para diferentes regiones y pro-ductores individuales.

Desde el punto de vista técnico noexisten limitaciones, siempre que secumpla con los requerimientos nutricio-nales del animal. Es, en consecuencia,una decisión económica. Se deberá te-ner en cuenta la disponibilidad de infraes-tructura e ¡nsumos necesarios para lapreparación de las mezclas.

En general es recomendable que unaración sea suministrada a la especiepara la cual fue formulada. Sin embargo,para un productor de carpinchos quedesea iniciarse en la actividad esto pue-de no ser siempre posible.

Si se dispone de un numero reducidode animales, la compra fraccionada delos ¡nsumos necesarios probablementeencarezca el producto final. Una alterna-

tiva (empleada por algunos productores)es recurrir a una ración que se adecue lomás posible a los requerimientosnutricionales de la especie (cuadro 6).

En el caso del carpincho hay quieneshan empleado concentrados comercia-les para vacas lecheras. No creemos queésta sea la decisión mas acertada, tantoen lo que respecta a la calidad de losgranos o subproductos de molineria quela puedan integrar, como por la posibleadición de otros elementos como urea.

La adición de nitrógeno no proteico hasido evaluada en dietas de conejosobteniéndose respuestas positivas(Cheeke, 1987). Esto es debido a lafisiologia de esa especie en que sushábitos de coprofagia hacen que aprove-che la proteina microbiana producida araiz de la suplementación con el nitróge-no que llega al ciego.

En el caso del carpincho la situaciónseria diferente ya que no se ha podidocomprobar que la coprofagia sea unaestrategia digestiva permanente. En ge-neral, el contenido proteico promedio delos concentrados para ganado lechero nocubre ni en calidad ni en cantidad lasdemandas de la especie.

Cuadro 6. Rango de características nutritivas de los concentrados empleados comocomplemento de forraje de los carpinchos mantenidos en la EstaciónExperimental.

Proteína"

Fibra*"

Upidos.h

Calcio.*".

Fósforo (disponible).".

Energfadigestible Uh.

17-21%

6-8%

4~8%

0,8-1,2%

0,5-0,8%

3,3-3,0 Mcal/kg

Kjeldhal (N x 6,25).

Método original de Crampton, modificado por Sharrer.Extracción con éter.Estimado en base a la composición de los insumos.Estimada en base a la composición de los insumos y tablas de requerimientos nutricionales(Cheeke, 1987).

Nota: En este tipo de concentrados existe una relación inversa entre el contenido proteico y la densidadenergética. El aumento en el tenor proteico fue logrado a través de la sustitución de harina de girasolpor semitín o por farinazo (afrechillo de maíz), según cual integrara la base cerealera del concentrado(ver «Granos y sus subproductos»).

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Si se fueran a emplear concentradosde los formulados para bovinos, seriamás conveniente, en todo caso, optar poraquellos formulados para una categoriade mayores requerimientos, como losterneros.

Otra opción es la ración de lechones,ya que la mayor sensibilidad de los mis-mos a los desbalances nutricionales haceque se respeten más los requerimientosal formularla. Seria recomendable queestos concentrados fueran empleadoscomo complemento del forraje suminis-trado y no como ración única.

Si bien el contenido proteico de lamezcla aumenta al sustituir farinazo porharina de girasol, su valor energéticodisminuye. Este efecto de diiución esdebido a que, si bien el farinazo represen-ta un buen aporte de energia (ea. 3,7Mcal ED/kg), debido a su elevado conte-nido en lipidos (ea. 9%), no alcanza paracontrarrestar la disminución debida alalto contenido en fibra (ea. 20%) de pobredigestibilidad de la harina de girasol (ea.2,1 Mcal de ED/kg). Algo similar sucedecon el semitin (ea. 3,2 Mcal ED/kg) peroen menor medida, ya que el mayor aportede proteina de éste (ea. 15%) con res-pecto al farinazo (ea. 10%), lleva a que sedeba sustituir menos semitin por harinade girasol a los efectos de alcanzar simi-lares niveles proteicos.

Si se desea al mismo tiempo incre-mentar el contenido proteico y energéti-co, se deben emplear in sumos que ade-más de mejorar el aporte de proteinas,suministren fibra de buena digestibilidad(por ejemplo «gluten feed»).

5.1. Granos y sus subproductos

En caso que se pretenda formularmezclas específicas para la especie, esrecomendable el uso de granos o sussubproductos. La formulación en base amaiz (o maiz con marlo) da buen resulta-do, tanto en carpinchos como en nutrias.Los concentrados en base a sorgo fueronmenos apetecidos, probablemente debi-do al contenido en taninos de este grano.

En concentrados cuyo grano base fuela cebada rechazada por la industriacervecera (de segunda) o trigo de segun-

da (<<triguillo»), no se dieron problemas nien ganancia de peso ni en reproducción.No obstante, en ambos casos seria con-veniente asegurarse que no contengancantidades significativas de cornezuelou otros fitopatógenos. La avena probable-mente tenga resultados similares, perono fue ensayada debido a su alto costo.

Entre los subproductos de mOlineria,se exploró el empleo de derivados de laindustrialización del trigo, afrechillo ysemitin. Ambos pueden emplearse conéxito en la cria de ambas especies.

La cantidad a emplear dependerá delresto de los componentes del concentra-do y de la densidad energética que sedesee lograr. En el Campo Experimentalse realizaron experiencias sustituyendola totalidad de ios granos con talessubproductos.

Los resultados obtenidos en gananciade peso no fueron tan buenos comoaquellos obtenidos con concentrados quecontenian grano, lo cual es explicablepor el menor contenido energético de lossubproductos.

Cabe señalar que el costo de losconcentrados en base a subproductosde malinería es sensiblemente inferior alos que se basan en granos adquiridosposzafra, por lo que, dependiendo de laépoca del año (en que por razones demercado puede no ser requerido acelerarel crecimiento), puede ser económica-mente rentable el empleo de los mismos.Sin embargo, estas características delmercado pueden cambiar, entre otrascosas por los efectos de la integraciónregional en el mercado de granos.

Por otra parte, si bien en algunascircunstancias se suministraron cantida-des exactamente medidas de ración, re-sultó mucho más práctico darlas a libreconsumo. Esta práctica, aunada a ladisminución del ejercicio diario en cauti-verío, podría llevar a que al emplear¡nsumos de alta concentración en ener-gia (granos) los animales depositen gra-sa en exceso. Esto no se observó en elpresente trabajo.

Contrariamente, el suministro de con-centrados en los que el farinazo y/o elsemitin sustituyen parte o la totalidad del

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grano, podria derivar en un menor depósi-to de grasa subcutánea, de importanciaa la hora de procesar cueros y pieles.

En el caso del carpincho se recomien-da la faena de animales «magros» (Kyle,1987), tanto para el consumo de su carnecomo para la preparación de embutidos,por lo que un concentrado de estas ca-racterlsticas puede resultar adecuadopara la «terminación» de los animales.

Al emplear estos subproductos sedebe tener en cuenta la calidad de laproteina, ya que .suelen ser deficitariosen algunos aminoácidos esenciales. Esconveniente, por lo tanto, balancearlacon proteina de origen animal.

Si bien en condiciones naturales noes probable que estas especies recurrana este tipo de proteinas (si bien haymenciones en la literatura), tienen si laposibilidad de variar su dieta con distin-tos tipos de plantas, logrando comple-mentar naturalmente los distintosaminoácidos esenciales, lo que no pue-de alcanzarse en condiciones de confi-namiento.

Similares consideraciones deben ha-cerse para los minerales, en particularcalcio y fósforo, ya que los subproductosde molinería son particularmente ricosen este último (aunque solamente cercade una tercera parte es aprovechable) yrelativamente pobres en calcio. Cabe re-cordar que determinadas categorias (porejemplo las hembras en lactancia) tienenpérdidas elevadas, principalmente decalcio.

El carpincho recoge el alimento direc-tamente con la boca y, si el diseño de lastolvas es el adecuado, las pérdidas deconcentrado resultan mínimas Por estono se justifica el peleteado del alimento'que agrega costos. En el caso de laalimentación de las nutrias el beneficioes significativo, con un ahorro de alimen-to cercano al 20%, pero no ocurre lomismo con el carpincho.

Dentro de los subproductos de cerea-les evaluados figura el farinazo (afrechillode maiz), de buena palatabilidad y cuyapresencia en las mezclas asegura bue-nos resultados en lo que respecta acrecimiento y ganancia de peso.

Se debe tener en cuenta su proceden-cia, sobre todo por el proceso de obten-ción ya que en algunas circunstanciaspuede estar húmedo, lo que hace peligrarsu conservación. De todas maneras, altratarse de un grano molido, no es conve-niente almacenarlo durante un tiempoexcesivo.

El farinazo tiene un contenido energé-tico similar al maíz, pero no necesitamolienda. Sin embargo, para estas espe-cies en particular, su elevado contenidoen lipidos (ca. 9%) podria llegar a engra-sar excesivamente las carcasas al in-cluirlo en las dietas a razón de un 60%.

La ventaja adicional de estossubproductos con respecto a los granosque les dan origen, es el suministro de unmayor contenido de fibra bruta de buenadigestibilidad que, sin comprometer ex-cesivamente el contenido energético delas dietas, cumple un papel importanteen el mantenimiento de un tránsito diges-tivo normal.

5.2. Proteínas

Aparte de los granos y sussubproductos, que forman la mayor partedel concentrado, existen otros insumosque deben ser considerados. Son aque-llos alimentos que aportan proteinas,como los concentrados proteico s de ori-gen animal y vegetal. El uso de uno enparticular o una combinación de ellos sedebe a la necesidad de balancea; lacomposición aminoacidica de la dieta.

El uso de insumos proteicos deriva-dos de una única fuente es más queprobable adolezca de deficiencias en al-guno de los aminoácidos esenciales parael organismo (cuadro 7).

Como las proteinas de origen animalno figuran, por lo general, en la dieta deestos roedores, se decidió evaluar laaceptación y el resultado de los concen-trados que contenian harina de carne yhuesos, o una mezcla de ésta con hari-nas de pescado y/o sangre.

Si bien debido a su penetrante olor (enparticular las dos últimas) podrian prever-se problemas de palatabilidad, esto nose dio, ni aún adicionándoias al concen-

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Cuadro 7. Aminoácidos esenciales para los roedoresy la mayor parte de las especies.

Arginina

Lisina

Histidina

Metionina

Isoleucina

Fenilalanina

Leucina

Treonina

Triptofano

Valina

trado a niveles de un 14% de la mezcla(10% de harina de carne y huesos + 4%harina de sangre).

La ventaja radica en el suministro deaminoácidos esenciales que complemen-tan aquellos aportados por las fuentesproteicas vegetales. La principal desven-taja es su olor, que atrae gran cantidadde moscas al criadero.

Se debe ser especialmente cuidado-so con respecto a su calidad y conserva-ción una vez en el criadero. La calidadnutricional de estos alimentos alude nosolamente al tenor proteico sino a ladigestibilidad de la' proteina, particular-mente en los casos de las harinas decarne y huesos, y de sangre.

El enranciamiento (de las harinas decarne y huesos y de pescado, principal-mente) es otro punto a cuidar; no esconveniente su almacenamiento por unperiodo de tiempo prolongado.

En líneas generales, no ha habidoproblemas de conservación para produc-tos almacenados en el Campo Experi-mental hasta un máximo de dos meses,pero esto depende de las condicionesambientales, ya que el calor y la exposi-ción al aire aceleran el proceso.

El tipo de procesamiento para la ob-tención de estas harinas (temperatura yvapor a presión), hace que el producto nopresente contaminación bacteriana in-mediatamente luego de salir de losdigestores. Sin embargo, debido a sus

caracteristicas (alto contenido en mate-ria orgánica) y dependiendo de las condi-ciones de almacenamiento en la plantaprocesadora o en el criadero, puede trans-formarse rápidamente en vehiculo debacterias como salmonella, entre otras.

Por lo tanto, es recomendable un es-tricto control de los roedores en el esta-blecimiento, no sólo por esla afecciónsino por otras que, como la leptospirosis,pueden afectar a los animales y a losoperarios.

En cuanto a la cantidad de harina decarne y huesos a emplear, se ensayaronvalores entre 7 y 10% los que, además deaportar los aminoácidos mencionados,aseguran un suministro adecuado decalcio y fósforo. El empleo de partesiguales (5% y 5%) de harinas de carne yde pescado ha dado buenos resultados.Debido al balance aminoacidico podriaser conveniente utilizar tal mezcla enconcentrados destinados a animales encrecimiento.

Otros alimentos ricos en proteinasque pueden emplearse para la formula-ción son los concentrados proteicos deorigen vegetal. Desde el punto de vista dela calidad de la proteina, la harina de sojaes el mejor de los disponibles en plaza,aunque el de precio más conveniente porunidad proteica aportada es la harina degirasol (ca. 33%) y/o el gluten feed (ca.21%).

La harina de girasol se evaluó en lasmezclas en proporciones variables hastaun 25%; estos concentrados se consu-mieron sin problemas, aún cuando laaceptación del pellet aislado es pobrepara cualquiera de las dos especies deroedores.

En el caso del gluten feed (subproductodel procesamiento del maiz para la ob-tención de azúcar iso me rizado), si biensu contenido en proteina y fibra es similara los recomendados para los concentra-dos, se deben balancear los minerales ylos aminoácidos aportados. Por lo tanto,pese a la ventaja de estar ya peleteado,debe molerse y emplearse como un in-grediente más de las mezclas, o comple-mentario con otro concentrado que sumi-nistre los nutrientes mencionados.

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En ensayos con concentrados paranutrias, la mejor respuesta para alcanzarel peso de faena se obtuvo con nivelescercanos al 20%. Un 25% de la mismaera por lo general de origen animal y el75% restante de origen vegetal (concen-trados y granos y/o subproductos).

Los mismos concentrados fueronempleados con éxito en el carpincho,pero dado que en esta especie la produc-ción de pelo no reviste importancia co-mercial, sería de interés evaluar la posi-bilidad de reducir la adición de metionina,como forma de abaratar los costos. Sitenemos en cuenta las distintas alterna-tivas de aporte de este aminoácido porlos insumos disponibles en el Uruguay,su adición a razón del 0.04% de lamezcla(40g/100kg) seria más que sufi-ciente para estar a cubierto de posiblesfluctuaciones.

5.3. Minerales y vitaminas

Para alcanzar rápidamente el peso defaena, lo que implica una alta tasa decrecimiento, hay que adecuar no sólo elsuministro de los macronutrientes(carbohidratos, proteinas y lipidos), sinode aquellos nutrientes que, pese a inte-grar la dieta en cantidades minimas,revisten suma importancia para que losalimentos puedan ser aprovechados deforma de maximizar crecimiento, ganan-cia de peso y reproducción.

Los minerales son clasificados enlineas generales en dos grandes grupos:macrominerales y minerales traza uoligoelementos (cuadro 8).

Si bien no hay mineral más importan-tes que otros desde el punto de vista desu rol metabólico, dadas nuestras condi-ciones de producción hay algunos máscriticas que otros al momento de susuplementación.

De los macrominerales es particular-mente importante prestar atención aladecuado suministro de calcio, fósforo ymagnesia, que además de participar ac-tivamente en el metabolismo del huesocumplen otras funciones clave.

La harina de carne y huesos (tipo45/50) cumplió tal propósito al ser adicio-nada a ios concentrados (ca. 8%) de

Cuadro 8. Minerales.

Macrominerales Minerales traza

Calcio

Fósforo

Magnesia

Sodio

Potasio

Cloro

Manganeso

Zinc

Hierro

Cobre

Molibdeno

Selenio

Yodo

Cobalto

Cromo

forma de suministrar aproximadamente0.9% de calcio y una relación Ca/P cer-cana a 1.5/1.

Si bien el empleo de subproductos demolineria puede dar al cálculo cantida-des elevadas de fósforo, parte del mismoesta bajo la forma de fitatos, lo quereduce sensiblemente su disponibilidadpara los animales de estómago simple.

La presencia de enzima s bacterianasespecificas (fitasas) en los pre-estóma-gas y en el ciego hacen que el fósforo sealiberado de estos complejos y resultedisponible para su absorción. Dicha ab-sorción se produce en el intestino delga-do por lo que en la fermentación pre-gástrica (rumiante) el mineral podria seraprovechado, mientras que en la pos-gástrica (carpincho) no.

Si bien el contenido en fósforo delafrechillo es aproximadamente el 1%, sudisponibilidad para el carpincho seriacercana al 0.3%, mientras los requeri-mientos del animal adulto probablemen-te se sitúen entre 0.4 y 0.5%.

Es por esta razón que, si bien con losin sumos de origen vegetal más la adiciónde carbonato de calcio se podrian obte-ner las relaciones Ca/P mencionadas(1.5/1), es preferible la inclusión de hari-nas de origen animal que presenten unaconcentración adecuada de ambos mi-nerales. Por otra parte, además del apor-te de calcio y fósforo, existe el beneficio

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adicional de suministrar otros mineralespresentes en el hueso así como lacomplementación aminoacídica mencio-nada previamente.

Como forma alternativa de suplemen-tar estos minerales, se evaluó el uso desales minerales formuladas a base deceniza de huesos (50%), oligoelementos(5%) y sal común (45%), ana lag as a lasempleadas en suplementación de rumian-tes. Si bien no se constató consumo delas mismas, se debe tener en cuenta quelos animales ya recibian sal común en elconcentrado (0.35%), y niveles adecua-dos de los minerales.

La deficiencia de potasio es pocoprobable para aquellos animales quepastorean o reciben forraje cortado, dadasu presencia en los vegetales.

Sodio y cloro deben ser adicionadospermanentemente a las dietas y sobreto-do en aquellas regiones alejadas de lacosta oceánica. En el caso de los anima-les mantenidos en la Estación Experi-mental, se adicionó sal común (fina) alconcentrado a razón de 0.3 a 0.5 %. Si elconcentrado representa solo parte de lamateria seca diaria consumida (50 % ymenos), se puede aumentar la concen-tración de sal, Ilevandola hasta nivelescercanos al 1%.

Dada su importancia como cofactoresen distintas reacciones no debedesestimarse la inclusión de mineralestraza, sobre todo cuando el concentradoconstituya una proporción importante dela dieta diaria (mas del 50%).

En condiciones de pastoreo, sin em-bargo, la mayor parte de los mismos sonrecogidos al ingerir el forraje. Existen enplaza núcleos a base de sales de mine-rales traza u oligoelementos, formuladospara otras especies, que pueden em-plearse según sean requeridos.

Las vitaminas son esenciales paradistintas funciones organicas y para elcorrecto aprovechamiento de los nutrien-teso Del grupo de las vitaminas liposolu-bles (A, D, E Y K), la vitamina D, si bienes sumamente importante en el metabo-lismo del hueso, en nuestras condicio-nes de producción sus requerimientos

estarian cubiertos dada su sintesis cuta-nea en los animales expuestos a la radia-ción solar directa.

Su suplementación deberia tenerseen cuenta en caso que los animalespermanezcan encerrados sin recibir ra-diación solar por periodos prolongados(superior a 15 dias). En tales condicio-nes la suplementación con 1000 unidadesinternacionales (UI) de vitaminas D2 o D3por kg de alimento serían suficientes.

En cuanto a la vitamina E su funciónes principalmente como antioxidante bio-lógico (junto con el selenio) y se hademostrado que son esenciales para lareproducción en la rata. Al ser los forra-jes verdes una buena fuente (al igual quepara la vitamina K) y al no existir por logeneral cantidades elevadas de lípidosen la dieta que obliguen al organismo aconsumirla como antioxidante, no es pro-bable que su deficiencia sea un problemaen la cria del carpincho.

De todas maneras, los núcleos vitami-nicos que contienen otras vitaminas quesi deberian ser suplementadas, tambiéntienen vitamina E, por lo que sus reque-rimientos (40 mg/kg) quedarlan mas quecubiertos.

La vitamina A es la que demanda masatención en este grupo. Su participaciónen la función ocular asi como en la inte-gridad de los epitelios y la reproducción,es conocida.

En general si la dieta tiene abundanteforraje verde (por consumo directo o cor-tado y suministrado fresco) se aseguraun buen aporte de provitamina (betacarotenos) la cual es transformada envitamina A en el intestino delgado delcarpincho. En tal sentido, los roedoresen general tienen una eficiencia de con-versión de beta caroteno de la dieta envitamina A cercana al1 00 % (contra 24%en bovinos) y cada mg de beta carotenoequivale a 1667 UI de vitamina A (Bondi ySklan, 1984).

Cuando se incluye concentrado en ladieta a niveles superiores al 30% del totalconsumido (base seca) y/o cuando elforraje haya sido expuesto al sol porperíodos prolongados (pérdida del color

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Vitamina A 3.000.000 UI

Vitamina D3 400.000 UI

Vitamina E 4.000 UI

Vitamina B1 400 mg

Vitamina B2 700 mg

Pantotenato de Calcio 3.000 mg

Vitamina B6 600 mg

Vitamina B12 6 mg

Vitamina PP 3.000 mg

Vitamina K 200 mg

Biotina 20 mg

Cloruro de colina 100,000 mg

Etoxiquina 25.000 mg

Dimetridazol 24.000 mg

Olaquindox 51.000 mg

Cobre 3.700 mg

Cobalto 150 mg

Zinc 36.800 mg

Manganeso 12.650 mg

Hierro 15.000 mg

Selenio 20 mg

Yodo 200 mg

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verde), se debe reforzar la ración con laadición de núcleos vitamínico-mineralesque la contengan. La suplementacióndebería realizarse de forma de suminis-trar al menos 10.000 UI por kg de la dieta.

Del grupo de las vitaminas hidrosolu-bles (complejo B), si bien el carpinchosintetiza la mayoria de ellas, lo haceposteriormente al sitio más importantede absorción, el intestino delgado. Sinembargo al tratarse de vitaminas hidro-solubles en parte pueden ser reabsorbi-das junto con el agua que atraviesa lasparedes del ciego y del intestino grueso.

Bajo condiciones prácticas de alimen-tación (forraje fresco y concentrado) lasmismas son aportadas por lo general encantidades suficientes, no sólo por ladieta sino por su sintesis intestinal. Detodas maneras siempre que se incluyaun concentrado en la dieta del carpinchoes conveniente la adición de un núcleovitaminico-mineral, los cuales contienenpor lo general una proporción adecuadade estas vitaminas, que pone a cubiertode cualquier déficit.

En cuanto a la vitamina C no existenal dia de hoy datos en lo que respecta asu esencialidad en el carpincho. Si bienla mayor parte de las especies la sinteti-zan, existen algunas que no lo hacencomo ser los primates (incluido el hom-bre), peces, algunas aves y el cobaya.

Dada la relación evolutiva de estaúltima especie con el carpincho, hastatanto no se compruebe su sintesis poresta especie, seria recomendable tener-la en cuenta al suplementar las dietas.En otras especies su suplementación hademostrado ser beneficiosa para reducirlos efectos del estrés.

En cuanto a los núcleos vitaminicosempleados, se usaron aquellos comer-cializados por laboratorios de especifi-cas veterinarios, sobretodo los recomen-dados para lechones o cachorros (cua-dro 9). La dosis variará según la concen-tración del producto.

Una forma sencilla de calcular la can-tidad a incluir es asegurarse el suminis-tro de 10.000 UI de vitamina A/kg, ya quepor lo general el resto de las vitaminas y

Cuadro 9. Núcleo vitamínico-mineral utilizado.

minerales estarán a la concentración ade-cuada como para suplementar la dieta.

Con este tipo de manejo nutricional selograron buenos resultados en lo relativoa reproducción y crecimiento.

5.4. Mezclado del concentrado

Al hacer mención a la infraestructuranecesaria para preparar los concentra-dos, no se hacía referencia a un molino yuna mezcladora, ya que la mayor partede los formulados y preparados en elCampo Experimental fueron mezcladosmanualmente a partir de elementos queno necesitaban molienda (subproductosde molineria, harina de carne, etc.) ofueron molidos fuera del establecimiento(harina de girasol).

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Para el productor que se inicia alcan-za con disponer de un galpón, pieza otinglado, bolsas de plastillera para em-bolsar el producto terminado, una balan-za de pie (debe poder pesar al menos 50kg) Y una pala.

Es conveniente calcular la cantidad apreparar de forma que se puedan incluirbolsas completas para agilitar la prepa-ración de la mezcla. A modo de ejemplosi se desea preparar un concentradocompuesto por farinazo, semitín, harinade girasol y harina de carne y huesos, enproporciones aproximadas de 50, 20, 20

Y 10 por ciento respectivamente, lo másconveniente es preparar unos 400 kg yaque las bolsas de los dos primerosinsumos pesan generalmente 40 kg porlo que 5 bolsas de farinazo constituirlanel 50 % de la mezcla, etc. Volúmenesmayores de concentrado no resultan prác-ticos, sobre todo si se busca la obten-ción de un mezclado adecuado.

Para facilitar un mezclado homogé-neo es conveniente vaciar las bolsasalternativamente formando un cono quehabrá luego de mezclarse con la pala,tirando cada carga de la pala en el ápicedel mismo, de forma que los insumoscaigan en forma pareja por los lados.

Se procede de esta forma, mezclandoen un sentido primero y luego en el otro,al menos una media docena de veces ohasta no poder individualizar ei «vetea-do» de ninguno de los ¡nsumos individua-les. Debe prestarse especial atención alagregado y mezclado del núcleo vitamini-co-mineral y de la sal para lograr suadecuada distribución en la mezcla.

La dosificación se puede realizar conun recipiente del cual sepamos su capa-cidad exacta en peso para un polvo desimilar densidad a la del núcleo (lo ideales pesar por lo menos una vez el reci-piente con las vitaminas para conocer sucapacidad). Una vez medida la cantidaddeseada para toda la ración a preparar setoman unos 10 kg de semitín o farinazo(descontados del total que compondrá elconcentrado) y se los pone en una bolsagruesa de polietileno junto con la sal, lasvitaminas y la metionina si se hubieraadicionado.

De esta forma se procede a realizaruna premezcla de los aditivos, con movi-mientos giratorios buscando que todaslas partículas entren en contacto entresi. Esta premezcla se agregará paulati-namente a medida que se mezcle elconcentrado a pala, de forma de lograr unproducto final homogéneo.

Empleando el análisis de proteina bru-ta como indicador del coeficiente de va-riación de lo calculado previamente (apartir de la composición de los alimen-tos) con respecto a lo obtenido con estetipo de mezclado, los resultados fueroninferiores al 5%, lo que sugiere la efecti-vidad del mezclado.

5.5. Formas de suministro delconcentrado

El concentrado debe suministrarse deforma que quede protegido de las incle-mencias del tiempo. Cuando por algunarazón se humedece, debe ser reempla-zado.

El comportamiento del carpincho, enlo que respecta a su forma de consumirel alimento obligó a diseñar otro tipo decomederos, que fueran prácticos y almismo tiempo económicos.

Se fabricaron comederos de tablas depino, los cuales fueron recubiertos dechapa galvanizada lisa en toda la super-ficie expuesta. Los mismos pueden sertransformados en tolvas a través de unamodificación del diseño (ver figuras1 y 2).

El resultado desde el punto de vista desu duración y practicidad fue muy bueno,con desperdicio minimo de concentradoy con la ventaja que pueden fabricarse enel establecimiento a muy bajo costo, conmateriales que se pueden adquirir enbarracas de la construcción.

Como forma de prolongar su vida útil yevitar la formación de barro en sus inme-diaciones es conveniente que se dispon-gan sobre un piso de ladrillo que sobre-salga aproximadamente un metro de laabertura del comedero.

Como forma de reducir el desperdicioe incrementar el consumo, es una prác-tica común humedecer el concentrado a

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ser suministrado. Si bien tal práctica notiene contraindicaciones desde el puntode vista nutricional, se debe tener laprecaución (sobre todo si se lo suminis-tra en comederos) que no queden restosde un dia para el otro, pues fermentarápidamente y da lugar a la formación dehongos potencialmente patógenos.

En el carpincho, el manejo de la hem-bra a punto de parir es diferente: se lasepara del resto del lote cuando muestrasignos de proximidad y se la ubica encorrales de parición.

De todas maneras, seria muy impor-tante poder adaptar un sistema que pro-teja a las crias, y permita suministrar unconcentrado de elevado contenido protei-co-energético que permita acelerar elcrecimiento y disminuir la exigencia quela lactancia impone sobre la hembra,permitiéndole el reinicio de la actividadreproductiva pos parto a la brevedad.

6, Agua

El agua es considerada un nutrienteesencial de la dieta, aún cuando no cum-ple con alguna de las caracteristicas quedefinen al término. Su contenido en elorganismo disminuye a medida que elanimal madura, pero para una determina-da etapa del desarrollo, el organismoposee mecanismos que le permiten man-tenerla.

El agua de bebida para cualquier es-pecie debe ser pura, libre de elementoscontaminantes y libre de bacterias.

Las caracteristicas biológicas del car-pincho hacen que el agua se use en lossistemas de crianza con el fin de serempleada como agua de bebida o bienpara asemejar su encierro a las condicio-nes naturales.

En el caso de los carpinchos la cu-bierta pilosa no lo protege adecuadamen-te del medio ambiente, por lo que debenrecurrir a refrescarse, sea en el agua opor lo menos en algún lugar sombreado.

Si bien el animal en cautiverio notraslada el alimento al agua, es muyfrecuente que defeque en ella o en susinmediaciones, lo que -de no renovarse

periódicamente- la transforma en un me-dio de cultivo bacteriano, además de au-mentar el riesgo de intoxicación por nitra-tos y nitritos (200 ppm de nitratos puedenresultar potencialmente peligrosas y 1500ppm son tóxicas).

Por otra parte se debe también evitarel agua que presente una contenido muyelevado de algas (color azul-verde) ya queson potencialmente tóxicas.

Del comportamiento observado en elCampo Experimental se concluye que elcarpincho disfruta tanto o más del barroque se pueda formar en las inmediacio-nes de la pileta que de la pileta en si.Probablemente, el barro cumpla la doblefunción de refrescar al animal y protegerlode los insectos, igual que en otras espe-cies.

Como las piletas son uno de los ele-mentos más costosos de las instalacio-nes, se debería intentar una modificaciónde tal sistema. Por otra parte, tanto lapileta como el «charco» donde disfrutandel barro no son vías de suministro deagua de bebida de calidad aceptable.

Una opción posible para los criaderosde carpinchos en pastoreo sería el sumi-nistro de bebederos con sistema de flota-dor, similares a los usados para los bovi-nos; también pueden ser útiles los«chupetes», que ya se han ensayado conéxito en el Criadero.

Si se instalara tal sistema pero losanimales dispusieran además detajamares o piletas, no se obviaria elproblema de la contaminación del aguade bebida, ya que es probable que seinclinen por beber mientras se refrescan.

Una solución posible seria, aparte delos cobertizos indispensables destina-dos a la sombra (cuyo techo puede ser de«paja brava», hojas de palma o ramas deeucaliptos), hacer otros de diseño simi-lar, pero de trama más laxa, a los cualesse podría conectar una fuente de suminis-tro de agua por encima. Esta, a modo delluvia, podria abrirse a intervalos regula-res, a los efectos de crear el grado dehumedad deseado debajo de los mismos.

El agua de bebida puede suministrar-se a través de bebederos «tipo chupete»

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que conecten a una linea de caño plásti-co que circule por fuera de los corrales yque alimente además los cobertizosmencionados con anterioridad. Tal lineade suministro debe estar protegida de losincisivos de los carpinchos y del soldirecto, ya que de lo contrario el agua secalienta en demasia.

Para entrenar a los animales a beberbasta con poner una astilla de madera deforma que el vástago del «chupete» que-de levemente descentrado y deje gotearun poco de agua.

Las necesidades de agua de bebidapara un carpincho adulto varian según eitipo de dieta, el nivel de consumo y latemperatura y humedad ambientes; pue-de oscilar entre 2 y 5 iitros/kg de materiaseca consumida. Se debe recordar quelas hembras en lactación tienen requeri-mientos más elevados debido a la pérdi-da de agua a través de la producción deleche.

111. REPRODUCCION DELCARPINCHO

La información existente sobre ia re-producción del carpincho no es uniformey en algunos aspectos es escasa y pococlara. Es probable que esto sea, en par-

Figura 4. Genítales externos que muestran el saco anal, sí no se abreel mismo no se puede saber el sexo.

te, consecuencia de variaciones locales,si se tiene en cuenta la amplía distribu-ción geogratica de la especie (Ojasti,1973). En Uruguay no se cuenta coninvestigación sobre este aspecto. Losprimeros trabajos fueron realizados enVenezuela por Kenneth (1947) y Trapido(1949), que aportaron datos sobre ei pe-riodo de la gestación para Hidrochaeris h.isthmius.

El presente trabajo buscó aumentar elconocimiento en el área de la reproduc-ción del carpincho, con miras al desarro-llo de la actividad de la cria de estaespecie en Uruguay. Esta especie tiene,en otros países sudamericanos, un im-portante rol como recurso social y eco-nómico, caso de Venezuela, Perú, Co-lombia y Brasil.

El trabajo, además de los resultadosencontrados, intenta aportar la mayorfuente posible de datos de importanciapublicados sobre el tema.

1. Dimorfismo sexual

El sexo en el carpincho no puede serdiferenciado a través de la observacióndirecta de los genitales externos, puestanto en hembras como en machos, losgenital es se hallan contenidos dentro deun saco anal que los cubre completa-mente (figura 4).

Según algunos autores los ma-chos son más grandes que las hem-bras. Sin embargo Ojasti (1973) re-gistró un peso promedio mayor enhembras que en machos. Nosotrostambién hemos observado un mayorpeso en hembras que en machos,habiéndose registrado un peso de61,8 kg en una hembra adulta nopreñada; en cambio para los ma-chos el mayor peso correspondió aun macho adulto con 40,2 kg.

A partir de un peso de 30-35 kglos machos sexualmente madurospueden desarrollar una elevaciónsobre la frente (figura 5), de unos20 mm de altura, de forma ovoidea,completamente desprovista de pe-los y recubierta de piel de colornegro brillante, llamada «morrillo»,

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«piporro» o «comején» (conocidacon este nombre por los lIanerosvenezolanos). Esta estructura estáformada por un conjunto de glándu-las sebáceas modificadas que pro-ducen una secreción con la que loscarpinchos machos marcan el terri-torio, frotándola contra elementosdel ambiente.

El ancho de los incisivos es ma-yor en los machos que en las hem-bras y el color del pelaje que cubreel periné (entre piernas), es másoscuro en el macho (figuras 6 y 7).

Ambos sexos presentan peloscortos en el saco anal, en los ma-chos adultos tienen el aspecto depapilas endurecidas, se ignora larazón de esta característica, peroOjasti (1973) propone como teoriaque eso podría ser consecuenciadel derrame de liquido seminal du-rante la cópula. Entre el ano, de posicióndorsal, y los genitales ventrales se en-cuentran la salida de dos glándulas ana-les bien desarrolladas en ambos sexos.

Las hembras presentan de 5 a 6 paresde mamas ventro-Iaterales, claramentedesarrolladas en aquellas hembras quehan amamantado.

2. Descripción anatómica delaparato reproductor

2.1. Machos

Al igual que el resto de loshistricomorfos, el carpincho carecede escroto diferenciado; los testícu-los se hallan alojados entre la piel yplanos musculares abdominales. Losgenital es externos se hallan cubier-tos por un saco cutáneo anal, tapiza-do por un tegumento rugoso, provistode unos pelos cortos y rlgidos.

La morfología del pene del carpin-cho fue descrita por Tullberg (1899),Pocok (1922) y Dathe (1937). La raizdel pene está fijada por músculos alextremo anterior de la sinfisispubiana, su orientaciónes hacia ade-lante, pero presentando una curvatu-ra en forma de U de manera que el

Figura 5. Un ejemplar macho en donde se puede apreciar el desarrollo demúltiples glándulas sebáceas que forman el morrillo, evidenciado

en una breve elevación frontal de piel negra y brillante.

glande se halla dirigido hacia atrás, cuan-do éste se encuentra en reposo (figuras8 y 9). El tegumento se halla recubiertopor pequeñas depresiones en las que sealojan varias espiculas diminutas, que ledan la caracteristlca rugosa al órganocopulatorío. En ía región dorsal del glan-de se halla un pequeño hueso penianollamado baccufum.

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Figura 7. Un macho dominante en el cual se puede observar lahiperpigmentación del periné y cara interna de muslos, es unsigno también de madurez sexual en la especie.

Los testículos se hallan cubiertos poruna túnica, la vaginal propia, formada portejido conjuntiva seroso reforzado porfibras musculares del cremáster externo.Los mismos carecen de tejido adiposoadherido, fijándose a la túnica serosa porun ligamento -el gubemacufum testis-,que lo hace a través de su polo inferior.

El epididimo se presenta como unabanda cuyo origen ensanchado forma el

- -

---Figura 8. Genitales masculinos donde se puede aprecIar el pene

evaginadoen forma de U, rodeado parcialmente parel prepucio,se observa también los pelos rígidos típicos de los machossexualmente maduros.

cuput epidimys cercano al poloproximal testicular, descendiendocaudalmente por la curvatura inter-na hasta el polo distal testicular,donde se ensancha nuevamentepara formar el cauda epidimys dedonde sale el conducto deferente.Este conducto se halla adherido almesorquio, serasa que une la carainterna testicular con la vaginal pro-pia, el extremo opuesto delmesorquio contiene los vasosespermáticos responsables de nu-trir al testículo.

Las vesiculas seminales son unpar de glándulas tubulares con grannúmero de ramificaciones digitifor-mes en su parte media y distal,unidas al conducto principal y entresi, por tejido conjuntiva seroso. Lasvesiculas seminales se encuentransituadas en el lado dorsal de la

vejiga; desembocan dorsalmente en lauretra a través de dos orificios situadosen el co/ficufus seminafis.

La próstata se halla adherida dorsal ylateralmente a la porción proximal de lasvesiculas, estando compuesta por unamasa glandular pOlilobulada, muy similara lo observado en la nutria.

2.2. Hembras

Los ovarios tienen una forma queevoca un haba irregular, con granvariación en forma y tamaño. Sehallan contenidos en una bursaovárica, con una pequeña aberturaexterna cerca de su extremo próxi-mo al útero.

El oviducto es delgado, muycontorneado e incorporado a la bursa.

El útero, al igual que el del restode los roedores, es bicorne. Lo con-forman dos cuernos uterinos que vanatenuando el espesor de su pared ensentido distal, hasta su unión conlos oviductos. En su porción próxi-ma los dos cuernos se unen forman-do externamente un sólo cuerpo,pero internamente se hallan separa-dos por un tabique, lo que le da alórgano una forma de Y. Unos dos otres centímetros antes del orificio

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externo del cérvix los cuernos se unenexterna e internamente formando unconducto común.

El peso de los úteros presentóvariación entre 6.5 a 57.0 g en nuliparasde diferentes tamaños, y entre 40 y765 g en hembras paridas o preñadas.

Un endometrio engrosado y dis-puesto en crestas con depresionestransversales, que se intercalan re-duciendo la luz uterina, fue observadoen hembras con gestación incipiente.No obstante, fueron observados úte-ros con condición similar pero loscortes histológicos no evidenciarongestación.

Los genital es externos, al igualque en los machos, se hallan cubier-tos por el saco anal. Están represen-tados por una amplia abertura vaginal,ventral a ésta, se halla el orificio uretralconstituido por una hendiduralongitudinal, bordeado por pliegues en for-ma de labios, separados del tegumento porun profundo surco (figuras 10 Y 11).

Según observaciones de varios auto-res las hembras presentan la vagina abier-ta todo el año, incluso en jóvenes deentre 20 a 30 kg de peso. Las hembrasadultas presentan una vagina amplia y desuperficie lisa, con algunas rugosidadesy crestas longitudinales.

Han sido hallados tapones copulatoriosadyacentes al cérvix, los mismos seforman por la coagulación de liquidoseminal post-coito. Son amarillentos ytranslúcidos, ubicados en el fondo vaginaldonde adquieren el molde interno de ésta,siendo expulsado algún tiempo despuésde la cópula. La formación de taponescopuJatorios es frecuente en otroshistricomorfos, por ej. Cavia, Chinchilla,Lagosfomus, Lagidium (Pearson, 1949),Myocastor (Santurión, 1995), etc..

3. Resultados de laInvestigación y discusión

3.1. Periodo reproductivo

Según lo investigado hasta el momen-to, el carpincho no presenta un periodo

Figura 9. El sexadode un juvenil se hace en forma manual,realizándosela apertura del saco anal para poder tratar de producir en losmachos la evaginación del pene.

reproductivo definido; se puede reprodu-cir a lo largo de todo el año (Mondolfi,1957; Medina, 1966). Sin embargo, pue-den incidir factores ambientales talescomo la llegada de lluvias: en Pantanal(Brasil), al final de la estación lluviosamarzo-abril, Alho (1986) pudo observarun pico reproductivo.

En el trabajo se registraron nacimien-tos en todas las estaciones, con lo quese confirmaría que el carpincho no pre-sentaria una estación reproductiva defini-da, coincidiendo con lo observado porotros investigadores. No obstante el ta-maño de la muestra y el tiempo utilizadopara este trabajo, aún no nos permitesacar conclusiones respecto a la exis-tencia de picos reproductivos.

3.2. Madurez y comportamientosexual de la especie

Existen grandes diferencias entre di-versas citas sobre la edad a la que seproduce la pubertad en la especie. SegúnLópez Barbella (1982) la misma se pro-duce entre los 10 Y 12 meses de edadcuando alcanzan un peso corporal aproxi-mado de 14,3 kg. Ojasti vincula la madu-rez sexual al endurecimiento de los pe-los anales en los machos (foto 8), lo quese presenta hacia 1,5 a 2 años; esto se

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Figura 10 Y 11. Sexado manual de un

individuo hembra, obsérvese como elprocedimiento detecta la ausencia delórgano copulador.

partir de los 40 kg ya casi todas lashembras han parido o se hallan engestación. La primera gestación ob-servada en el trabajo, para hembrasen cautiverio, se dio con un pesopróximo a los 40 kg (figura12).

En los machos la aparición delmorrillo (ya descrito), la hiperpigmen-tación del periné y la aparición de lospelos recubiertos en la región peri-neal, indica la entrada a la reproduc-ción. Pudimos observar que algunosejemplares que carecían de morilla,pero cuyo peso indicaba aptitud parala reproducción, al realizar frotis decauda epididimo mostraban presen-cia de espermatozoides.

En la investigacíón se ha observa-do, también, que siempre los machosdominantes presentan morrillo desarro-llado, y que además de marcar su territo-rio frotando diversos objetos con su glán-dula frontal (figura 13), también utilizansus glándulas anales con un caracteris-tica acercamiento de sus tarsos, segui-do de unos cortos movimientos deincurvación dorsal, que producen la ex-pulsión de secrecíones de estas glándu-las sobre arbustos o forraje cortado (figu-ras 14 y 15).

Otros autores han visto que el morrillono se desarrolla en animales que soncastrados en la edad juvenil, lo cualvincula el desarrollo de esta glándula conlas hormonas sexuales masculinas. Se

corresponde con un peso de 30 a 40 kg.Este último autor ha podido observar quea partir de los 30 kg, la regresión entre elincremento del peso total y el testiculares prácticamente lineal. Para Alho (1986)la madurez sexual de ambos sexos acon-tece cuando los individuos llegan a unpeso de 30 kg, lo que se corresponde -según este autor- con una edad de 15 a18 meses.

La madurez sexual de las hembras esadquirida con un peso aproximado al delmacho. Ojasti (1973) observó que hem-bras menores de 30 kg eran nuliparas,con pesos entre 30 y 40 kg registran ya3 condiciones diferentes, nuliparas, pre-ñadas y paridas. Refiere además que a

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piensa en una correlación positivaentre la jerarquia social de losmachos y el grado de desarrollodel conjunto de estas glándulascutáneas.

Hemos observado que cuandocohabitan varios machos de igualedad en un mismocorral, sólo unodesarrolla el morrillo. Estos ma-chos con morrillo presentan unajerarquía social y reproductiva do-minante sobre otros machos (do-minados), que no desarrollan di-cha glándula.

En ocasiones algunos de ellospresentan estigmas de heridas pordentelladas, topografiadas funda-mentalmente en flancos y dorso,producto del ataque del machodominante. Estas heridas en algu-nas oportunidades son de tal mag-nitud, que representan riesgo de muertepara los mismos.

Si alguno de los machos dominadoses retirado del corral y alejado de lainfluencia de sus pares dominantes, enpresencia de hembras sexualmente ma-duras, rápidamente desarrolla la glándu-la frontal, y comíenza así a marcar ydefender su propio territorio. Esto coinci-de con las observaciones de Ojasti conanimales en condiciones naturales.

Cuando son alojados machos do-minantes en corrales contiguos, lasluchas a través del tejido son frecuen-tes y prolongadas en el tiempo. Loscontrincantes apoyados sobre susmiembros posteriores, realizan pre-sentaciones «cara a cara» acompa-ñadas de vocalizaciones y castañeode los incisivos; Se han observadoenganches recíprocos de los dientesentre oponentes. Con los poderososincisivos llegan a producirse impor-tantes laceraciones en sus cuerpos.En estas dísputas es bastante fre-cuente la rotura de las mallas de lostejidos de alambre.

Las luchas entre machos domi-nantes determinan un importanteestrés en los grupos familiares, inci-diendo ello negativamente en la ali-mentación y la reproducción. Las hem-

Figura 12. Hembra adulta en la cual se observa la falta de glándula frontal,estructura exclusiva de los machos.

bras preñadas pueden abortar su cama-da, como consecuencia del estrés pro-ducido por las luchas.

Cuando se introduce un individuo ex-traño dentro de un grupo familiar consti-tuido, la respuesta casi inmediata es elrechazo a través de ataques con enérgi-cos mordiscos, ello acontece con ambossexos.

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Figura 13. Machomarcandoun obJetadel corral, mediante el frotamiento delmorrilJa, una actitud típica de jerarquía social de los machosdominantes.

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Figura 14. Otro individuo marcando esta vez con sus glándulas anales unamata de arbusto que se hallaba dentro del corral, obsérvese laaproximación de los tarsas y el recurvamiento dorso-lumbar.

En los grupos familiares existen ma-chos y hembras dominantes. En unaoportunidad se retiró por 48 h un machode un grupo de 3 individuos, en edadreproductiva y pertenecientes todos auna misma camada, como fue rechazadopor el nuevo grupo familiar, se le reintegrónuevamente a su grupo, pero fue atacadotambién por sus hermanos. Posiblemen-te esto pudo estar determinado por larespuesta al olor del grupo con el que

Figura 15. Individuo macho marcando una mata de forraje, esta vez con susglándulas anales, ellas también re permite delimitar su territorio.

permaneció por el lapso menciona-do.

Las parejas se forman segúnOjasti (1968 b) cuando el machocomienza a perseguir a la hembraen sus desplazamientos, con reite-rados contactos del hocico con laregión genital de la hembra (figura16), acompañado ello de movimien-tos bucales. Este comportamientoseguramente responde a estimulasolfatorios procedentes de la regiónanal de la hembra.

En su hábitat natural, durante elritual precopulatorio la hembra semuestra en apariencia indiferente alas pretensiones del macho.Posteriomente ella se dirige a uncuerpo de agua siempre con el se-guimiento estrecho del macho, seintroducen al agua nadando juntos,

haciéndose cada vez más frecuentes loscontactos del cuerpo del macho con laregión genital de la hembra. Durante elestrecho seguimiento la hembra se su-merge, con lo que el macho pierde elcontacto inmediato con ella por algunossegundos. El cortejo en el agua duradesde algunos instantes hasta más de10 minutos en algunas oportunidades,finaliza cuando la hembra se detiene auna profundidad de unos 40 cm y es

cubierta por el macho. Durante lacópula el macho toma a la hembrapor los flancos con sus miembrosanteriores, manteniendo la cabezaerguida. Ella eleva la región poste-rior de su tronco y desciende lacabeza, pudiendo en algunas opor-tunidades emitir un chillido de bajaintensidad. La cópula dura aproxi-madamente unos 5 segundos, com-puestos de unos 6 a 10 empujonesrápidos. Luego de la cópula el ma-cho libera a la hembra y nadanjuntos, los contactos sexuales pue-den darse hasta 15 veces segui-dos, con una frecuencia segun ob-servaciones de Ojasti de hasta 3cópulas por minuto.

Nosotros hemos observado algosimilar en cuanto al número decópulas, habitualmente mayor a 8o 9 servicios, según López Barbella

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(1987). Este investigador estudió eltema separando la hembra despuésde 2 horas diarias para copular, y siésta no mostraba señales de preñez,se repetia el proceso en forma diariahasta que la hembra rechazaba losservicios del macho (signo de gesta-ción)

La conducta normal es que el car-pincho realice la cópula dentro delagua, pero ello puede también acon-tecer fuera de ella. En cautiverio,donde no se dan las condicionesnaturales, los carpinchos copulanfuera del agua, sin que esto aparente-mente se constituya en una limitantepara la reproducción; en cautiverioesta forma es la mas habitual.

Los machos copulan habitualmentecon varias hembras (poliginos). Azara(1802) observó hábitos poligamos en laespecie, Renger (1830) cita una organi-zación monógama, pero tal vez este au-tor se refiera más a relaciones de estruc-tura familiar que a comportamiento sexualdel carpincho dentro de una población(Ojasti, 1968).

3.3. Ciclo Estral

López Barbella (1982) estudió la lon-gitud del ciclo estral mediante tres méto-dos: citologia vaginal exfoliatriz, curva detemperatura corporal y determinación delos perfiles de hormona luteinizante (LH)y progesterona.

En la naturaleza los histricomorfospueden presentar uno, dos o tres ciclosestrales periódicos en el año, pero cuan-do un animal es sometido a condicionesde cautiverio pueden presentarse modifi-caciones producidas por el encierro (Weiry Rowlands, 1973). Las caracteristicasde estas modificaciones dependerán dela especie considerada.

Los frotis analizados, cerca del estro,se caracterizan por presentar una secre-ción mucosa y rojiza, con escaso nume-ro de leucocitos. Su detección rara vezllega a las doce horas. Tomando en cuen-ta estos cambios citológicos se pudoestimar el ciclo estral del carpincho en7,5 +/- 1,2 dias.

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Figura16. Persecución de una hembra en celo por parte del macho, en lo que

anuncia el comienzo del cortejo precopulatorio.

En otros histricomorfos en los cualesse observa ia presencia de membranavaginal oclusora, el ciclo estral oscilaentre cuatro dias (rata) (Long y Evans,1922) y veinte dias (chinchilla) (Weir,1970). Asdell (1964) estimó que el cicloestral de la nutria puede oscilar entre 4 y40 dias; se sabe que en esta especie laovulación es inducida y ella puede des-encadenarse por estimulación vaginal.Han sido observadas en la naturalezanutrias sin evidencias de signos de ovu-lación, pero que si presentaban taponescopulatorios, lo que estaria indicandoque la ovulación podría ser inducida por lacopulación (Santurión, 1995).

Teniéndose en consideración la fluc-tuación de la temperatura corporal, se haobservado que el carpincho presenta unatemperatura basal media que oscila en-tre 36 y 36,2°C. Durante el ciclo estral seproduce hacia el tercer dla y medio unincremento de la temperatura a 36,6°C(López Barbella, 1982).

El último de los autores mencionadospudo observar machos que persiguen ahembras a cualquier altura del ciclo estral,logrando en muchos casos montas, perosin copulación.

3.4. Periodo de gestación einterparto

El periodo de gestación para Trapido(1949) es de 104 a 111 dias. Según

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Mondolfi (1957) este periodo seria deaproximadamente 120 dias, para LópezBarbella (1987) 150,6 +1- 2,8 dias. Alho(1986) cita un periodo de gestación próxi-mo a los 150 dias, con un intervaiointerparto de 176,3 +- 3.09 dias. En estetrabajo, el periodo gestacional registradose ubicó entre 145 a 155 dias, con unintervalo interparto de 210 a 306 dias.

Las hembras son separadas de losmachos próximas al parto y se vuelven ajuntar nuevamente después del destete.

3.5. Desarrollo Intrauterino

Según Ojasti el sexo fetal puede serdeterminado a partir de un peso de 7 g. Laprimera evidencia de gestación por ob-servación directa del aparato reproductor,está dada por la presencia de masastisulares subesféricas de color blanque-cino. Estas presentan unos pocos milí-metros de diámetro, y se hallan adheri-das a la mucosa endometrial separadasentre si por pliegues transversales deésta. El corte muestra una masa decidualblanca y uniforme, observándose desdeun peso de 15 g una cierta diferenciacióndel polo antimesentérico, lo que puedeser observado a simple vista.

En los conceptos de 20 g ya puedenser observados el desarrollo de membra-nas, el embrión y la placenta embrionaria.La aparición en este estadio de una pig-mentación rojiza evidencia la presenciade glóbulos rojos fetales.

A medida que progresa la gestaciónse desarrolla una cubierta externa blan-quecina que rodea al concepto llamadacápsula decidual. Su cara mesentéricarepresenta la placenta materna (deciduabasa/is) que está adherida a la pareduterina, presentando numerosos vasossanguíneos.

El revestimiento que mira hacia elembrión (decidua capsularis) es delgadoy frágil; la parte mesentérica de la cáp-sula se halla penetrada por lasveliosidades de la placenta embrionaria.En el otro extremo de la cavidad seencuentra el polo embrionario sobre laplacenta embrionaria discoidal, envueltopor las membranas que contienen el li-quido amniótico.

El mayor incremento de peso de losconceptos corresponde al conjuntodecidual hasta un peso aproximado de80 a 100 gramos. Es a partir de entoncesque el embrión crece más rápidamenteque las demás estructuras. Al finalizar eldesarrollo, los fetos ya cuentan con pela-je y dentición completas.

La muerte fetal se produciria entre laimplantación y los veinte gramos de peso;esto ha sido observado también porOjasti. Las cápsulas deciduales sin em-brión vivo son eliminadas al exterior conel parto. Algo similar fue observado porNewson (1966) con la nutria (Myocaslorcoypus).

La muerte embrionaria seria indepen-diente de la edad de la madre, del tamañode la camada, del peso de la hembragestante, de la estación, y de la ubica-ción de la implantación del conceptodentro del útero materno, según observa-ciones de Ojasti.

Hammond (1952) considera lareabsorción embrionaria como fenómenocomún en conejo, ratón, rata, cobaya,cerdo, perro y gato, entre otros. Estable-ce relación de causalidad con factoresgenéticos letales, con la consanguinidadde los progenitores y menciona la impor-tancia de la influencia de factores am-bientales, sin precisar más detalles. Ibsen(1928) cita mortalidad embrionaria en elcobaya (Cavia porcellus) y concluye quela falta de espacio y de nutrientesintrauterinos son los factores causales.Brenner (1964) para el castor (Castorcanadensis) cita una mortalidadembrionaria del 16,7% para hembrasprimiparas. Santurión (1991) estableceque la reabsorción es un fenómeno máso menos frecuente en los roedores. Citaun 5.1 % de embriones reabsorbidos o envias de serio en estudios sobre nutrias(Myocastor coypus) procedentes del de-partamento de Rocha (Uruguay); se en-contraron hasta un 19.1 % de camadasque presentaban reabsorción. Weir (1971a, b) reporta que de 8 implantaciones enla vizcacha de las llanuras (Lagostomusmaximus) solamente llegarán a término 2individuos.

En el carpincho, Ojasti (1973) encon-tró que el 16.8% de las implantaciones

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visibles se hallaban reabsorbidas. En elmaterial estudiado por Ojasti no fueronobservados gemelos univitelinos.

3.6. Análisis de los recién nacidos

En este trabajo no se determinó lamortalidad prenatal. Si se estimó la mor-talidad de los recién nacidos por todaslas causas que incluian el parto y laprimera semana de vida. La mortalidadrepresentó el 24% de los individuos paratodas las camadas analizadas. Parra ycol. (1978) ~obre un totai de 112 partosregistraron una mortalidad del 42.8%dentro de las 24 horas de producirse losnacimientos.

Los pesos de los recién nacidos nomostraron diferencias estadistica mentesignificativas cuando se compararon ca-madas de hembras primiparas conmultiparas. La media global hallada fue2282 +/- 92 g para un nivel de confianzade 95%. Para Venezuela, Ojasti (1973)cita un peso fetal a término para nacerque oscila entre 1300 y 2010 g, mientrasAlho para Brasil (1986) encuentra unamedia para recién nacidos de 1500g.

Los neonatos nacen muy desarrolla-dos, con sus ojos abiertos. A las pocashoras de nacidos ya pueden comenzar amordisquear hierbas tiernas. Al igual queel resto de los histricomorfos nacen conun importante desarrollo de su sistemanervioso central y periférico; ello es posi-ble a expensas de una gestación prolon-gada.

Los recién nacidos huérfanos o aban-donados por sus madres pueden seraceptados por otras madres que esténamamantando, 10 que en la naturalezalleva muchas veces a falsas estimacio-nes del tamaño de camada. Esta con-ducta fue observada por nosotros en elgrupo ubicado en pradera cercada. En labibliografia se hace referencia a estecomportamiento.

En este trabajo, el momento estable-cido para el destete de las crias fue deentre 2.5 a 3 meses de edad.

El grado de madurez con que nacenlas crias podría permitir un destete mástemprano que el utilizado. Pero se reali-zó en esa fecha por tres razones:

a) Prevención de casos de diarrea. Alcomienzo de la experiencia de críahubo varios individuos afectados, re-gistrándose una mortalidad elevada,situación que se pudo controlar.

b) Imposibilidad de contar con racionesde alto contenido proteico.

c) Diferencia en la habilidad materna (ca-pacidad de producción lechera), loque tiene una repercusión importantesobre el estado nutricíonal de los re-cién nacidos.3.6.1. Tamaño medio de la cama-

da (TMC). Según Alho (1986) la mediapor parto en el carpincho es de 4 crias.Crandall (1964) cita un promedio de 5crias para hembras de más de 3 y menosde 6 años. Ojasti (1973) señala entre 1 y7 crias, lo que depende de varios factores(entre los más importantes menciona laedad materna, estado nutricíonal, y dis-ponibilidad de alimentos). Según LópezBarbella (1982) el TMC de crias viablesseria de 4.4 +/- 1.3 hasta la quinta sema-na posparto.

El tamaño medio de camada observa-do en este trabajo, fue de 3.1 +/- 0.35 conextremos en 2 y 4, para las hembrasprimiparas. En hembras multíparas elTMC fue mayor, registrándose una mediade 4.88 +/- 0.81 con extremos en 3 y 6.Ello fue estadisticamente significativo(P<0.05) según dócima de Willcoxon.

3.6.2. Razón de sexos (RS). Larazón de sexo según Ojasti, para 136fetos analizados, fue de 54.7% de hem-bras y45% machos, según López Barbellaexistirian un 60 % de hembras al nacer.

Nuestra observación de la (RS) de losrecién nacidos fue de 0.5 o sea unarelación de 1:1, esta relación fue obser-vada tanto para primeras como subsi-guientes camadas.

3.6.3. Estimación de productivi-dad. La estimación de la productividadse realizó sobre datos obtenidos en estetrabajo y algunos supuestos, para acce-der a una aproximación a este punto, tannecesario para cualquier emprendimientode cría del carpincho en cautiverio.

El periodo de gestación, como ya fuepresentado, se halla próximo a los 150días.

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El tamaño medio para todas las ca-madas es de 4 crías.

Según datos de la bibliografía el nú-mero de partos anuales para Parra (1978)y Alho (1986) es próximo a los dos partosanuales con un periodo interparto paraeste último de 176,3 +1-3,09. Para Ojastiel número de partos por año y por hembraes de 1,5.

En el trabajo se asumió el valor masbajo de partos por año, o sea 1,5, por loque se alcanzaría una producción de4,66 crias viables anuales por hembra(previamente fue restada la mortalidadglobal encontrada, 24%). .

Considerando que se parte de un gru-po familiar compuesto por 1 macho y 5hembras, se obtiene al año una produc-ción de 23,3 nuevos individuos.

Para esta estimación fue empleadoun valor medio global de hembrasprimiparas y multiparas; si el plantelestuviera constituido por hembrasmultiparas solamente, la producción se-ria de 28 nuevos individuos.

4. Conclusiones desde el punto devista reproductivo

1) Para formar grupos familiares deberatenerse en cuenta la procedencia y laedad de ios animales. Esto es muyimportante ya que las luchas entreindividuos adultos son muy frecuen-tes, en aras de establecer el ordenjerarquico de dominancia (fundamen-talmente en los machos). Estas lu-chas producen un estrés importanteen el grupo familiar, con perjuiciospara ia alimentación y la reproduc-ción.

2) Las hembras multiparas presentancamadas medias 22 a 23% mayoresque las hembras primiparas. Ello es-taria indicando que las hembrasincrementan su productividad en for-ma progresiva, en los subsiguientespartos. Esta particularidad de la espe-cie debera ser tenida en cuenta espe-cialmente en cualquier iniciativa decria del carpincho.

3) En este trabajo, el peso de los reciénnacidos fue mayor que el citado por

otros autores, lo que puede ser expli-cado por variaciones regionales de laespecie, según la latitud. Es sabidoque individuos de la misma especiesueJen presentar pesos mayores cuan-to mas fria, es ia latitud en la queviven: el peso tiende a incrementarsey la superficie corporal a disminuir,para reducir la pérdida de calor. Esuna adaptación al medio que los hacemás eficientes.

4) El morrillo es un caracter distintivo delos machos dominantes. Es una ca-racterística sexual secundaria ligadaa la posición social jerarquica domi-nante dentro del grupo familiar. Lasecreción sebacea de esta glandulale permite al carpincho marcar suterritorio, frotandola contra elementosque constituyen su área de dominio.En cautiverio, en un corral, sólo unmacho desarrollara el morrillo; los otrosmachos son inhibidos para el desarro-llo de esta glandula.

5) La razón de sexos de los recién naci-dos en nuestro estudio fue 1: 1, dife-rente a la de otros autores que hanencontrado diferencias a favor de lashembras.

6) El periodo gestacional observado fuede 144 a 155 dias, muy similar alhallado por López Barbella (1982), de150,6 +1- 2,8 dias. Existen otras in-vestigaciones que citan valores meno-res, como la de Trapido (1949), de 104a 111 dias para Venezuela.

7) La mortalidad observada en este estu-dio se situó dentro del rango esperado(24%), teniendo en cuenta que estetipo de manejo (en cautiverio) paraesta especie, no tiene antecedentesdocumentados para el Uruguay.

8) El periodo de destete se realizó entrelos 2,5 a 3 meses de edad, aunque losrecién nacidos pueden comer alimen-tos sólidos a las pocas horas de pro-ducirse su nacimiento. Esta edad fueelegida para disminuir la posibilidadde brotes de diarrea y por la imposibi-lidad de suministrar ración de altocontenido proteico, en casos de bajahabilidad materna. En algunas oca-siones en que las condiciones eran

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favorables hemos destetado animalescon menor edad y estos han continua-do su desarrollo en forma satIsfacto-ria.

9) Se registraron nacimientos en casitodos los meses del año, lo que reafir-ma lo sostenido por otros autores encuanto a que el carpincho carece deestación reproductiva definida. El ta-maño de la muestra manejada nopermitió establecer si pueden existirpicos reproductivos como han si ob-servado otros autores.

10) El registro d.e actividad sexual fueradel agua, con éxito reproductivo, con-tradice afirmaciones de algunos In-vestigadores en cuanto a que el car-pincho necesita realizar la cópula den-tro del agua para reproducirse.

11) La especie muestra una productivi-dad muy elevada si la comparamoscon otras especies de animales do-mésticos como equinos, bovinos, yovinos. La producción anual es mayora cuatro veces, si para ello partimosde planteles integrados por hembrasmultiparas.

IV. BIBLlOGRAFIA

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