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LA CRITICA LITERARIA EN VALERY Y BORGES POR KARL ALFRED BLCHER Universitdit Kiel A pesar de que casi ha legado a ser un lugar comin el relacionar los nombres de Borges y Valery, no se ha hecho hasta la fecha un estudio comparativo sistemitico de sus concepciones est6ticas 1. El inters de tal comparaci6n es tanto mayor cuanto que actualmente se empieza a reco- nocer el impacto considerable que los escritos de estos dos autores han tenido sobre la evoluci6n de la estetica actual. Como veremos a continua- ci6n, ciertas ideas de estos dos autores anticipan de modo sorprendente posiciones claves de las teorias semi6tico-estructuralistas contemporineas. Notemos al respecto que, incluso al nivel de la reflexi6n te6rica, los conceptos de Valery y de Borges estin estrechamente vinculados a los problemas que presentan sus propias creaciones literarias. Esto es lo que les ha permitido evidentemente evitar los escollos de la abstracci6n pura y gratuita a trav6s de la elaboraci6n de sus concepciones te6ricas. En el cuadro restringido de la presente contribuci6n nos limitaremos a exponer, en forma sumaria, algunas ideas centrales de sus teorias literarias, que constituyen el sistema conceptual medular de sus respectivos planteamien- tos, dejando deliberadamente de lado el vasto campo de la critica apli- cada 2 1 Cfr. el prefacio de Andr6 Maurois a la edici6n inglesa de Labyrinths (New York, 1962); igual que los dos articulos de J. A. Loubere, <<Other Tigers: A Theme in Valery and Borges>> (en Comparative Literature, 24 [1972], pp. 309-318) y <<Bor- ges and the 'Wicked' Thoughts of Paul Valery (en Modern Fiction Studies, 19 [1973-74], pp. 419-431), que se limitan al estudio de algunas semejanzas temiticas. 2 Cfr. a este respecto, sobre todo, M. Bemol, La methode critique de Paul Valedry (Clermont-Ferrand, 1950); M. Berveiller, Le cosmopolitisme de Jorge Luis Borges (Univ. de Lille III, 1973). Salvo indicaci6n contraria, todas las citas de textos de Valery y de Borges estin tomadas de las ediciones siguientes: Paul Val6ry, Oeuvres, 30

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LA CRITICA LITERARIA EN VALERY Y BORGES

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KARL ALFRED BLCHERUniversitdit Kiel

A pesar de que casi ha legado a ser un lugar comin el relacionar losnombres de Borges y Valery, no se ha hecho hasta la fecha un estudiocomparativo sistemitico de sus concepciones est6ticas 1. El inters de talcomparaci6n es tanto mayor cuanto que actualmente se empieza a reco-nocer el impacto considerable que los escritos de estos dos autores hantenido sobre la evoluci6n de la estetica actual. Como veremos a continua-ci6n, ciertas ideas de estos dos autores anticipan de modo sorprendenteposiciones claves de las teorias semi6tico-estructuralistas contemporineas.Notemos al respecto que, incluso al nivel de la reflexi6n te6rica, losconceptos de Valery y de Borges estin estrechamente vinculados a losproblemas que presentan sus propias creaciones literarias. Esto es lo queles ha permitido evidentemente evitar los escollos de la abstracci6n puray gratuita a trav6s de la elaboraci6n de sus concepciones te6ricas. En elcuadro restringido de la presente contribuci6n nos limitaremos a exponer,en forma sumaria, algunas ideas centrales de sus teorias literarias, queconstituyen el sistema conceptual medular de sus respectivos planteamien-tos, dejando deliberadamente de lado el vasto campo de la critica apli-cada 2

1 Cfr. el prefacio de Andr6 Maurois a la edici6n inglesa de Labyrinths (NewYork, 1962); igual que los dos articulos de J. A. Loubere, <<Other Tigers: A Themein Valery and Borges>> (en Comparative Literature, 24 [1972], pp. 309-318) y <<Bor-ges and the 'Wicked' Thoughts of Paul Valery (en Modern Fiction Studies, 19[1973-74], pp. 419-431), que se limitan al estudio de algunas semejanzas temiticas.

2 Cfr. a este respecto, sobre todo, M. Bemol, La methode critique de Paul Valedry(Clermont-Ferrand, 1950); M. Berveiller, Le cosmopolitisme de Jorge Luis Borges(Univ. de Lille III, 1973). Salvo indicaci6n contraria, todas las citas de textos deValery y de Borges estin tomadas de las ediciones siguientes: Paul Val6ry, Oeuvres,

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En lo que concierne a la obra critica de Valdry, hay que recordar quelos numerosos ensayos de estitica literaria publicados durante su vida, yreunidos, en su mayor parte, en los cinco voltmenes de Varidt, apareci-dos entre 1924 y 1944, son, segin el mismo autor, estudios o escritoscircunstanciales (<<6tudes ou 6crits de circonstance>; Oe, I, p. 1735) y noofrecen sino una idea limitada y muy incompleta de la orientaci6n generalde su reflexi6n te6rica. Lo esencial de su pensamiento se encuentra en susCahiers, escritos dia a dia entre 1894 y 1945, de los que no existe, des-graciadamente, por ahora, mis que una edici6n completa en facsimil, difi-cil de manejar, publicada por el Centre National de la Recherche Scien-tifique (29 vols., Paris, 1957-1961), y otra parcial, publicada por JudithRobinson (Paris: Gallimard, Collection de la Pleiade, 1973-1974). Estoexplica que la investigaci6n, en su estado actual, est6 todavia lejos detener una visi6n exacta y completa de las concepciones esteticas de Va-lry 3.

En cuanto a la critica literaria de Borges, 6sta se encuentra igualmentedispersa en un nimero considerable de ensayos y otros textos (recogidosen gran parte en los diversos volimenes de sus ensayos a partir de In-quisiciones, 1925). Dada la coherencia profunda de sus apreciaciones yandlisis, cabria preguntar si Borges no tiene tambi6n sus cuadernos denotas a los que confia cada vez sus reflexiones est6ticas. Sea como sea, nodisponemos actualmente mas que de textos que el autor mismo ha con-sentido entregar al piblico y de varios volimenes de conversaciones y en-trevistas que abundan en juicios literarios. Es una listima que todavia nose haya dedicado a la obra critica de Borges ningtn estudio global; s610o

ed. Jean Hytier (Paris: Bibl. de la Pl6iade, 2 vol., 1957-1960, sigla Oe); Cahiers(Paris: C. N. R. S., 29 vol., 1957-1961, sigla C); Jorge Luis Borges, Prosa completa(Barcelona: Bruguera, 2 vol., 1980, sigla PC).

3 En lo que concierne al papel precursor de Valery, nos remitimos a nuestrascontribuciones <<La fonction du '"public' dans la pens6e esth6tique de Val6ry. Ebau-ches d'une theorie de la reception litt6raire>> (en Poetique et Communication. Collo-que International de Kiel 19-21 oct. 1977. Actes publi6s par K. A. Bliiher et J. Schmidt-Radefeldt, Paris: Klincksieck, 1979, pp. 105-128); «Valery et la s6miotique duth6itre> (en Paul Valery. Perspectives de la reception. Etudes recueillies et presen-tees par K. A. Bliiher. Oeuvres & Critiques, IX, 1 [1984], pp. 181-209); «Valery,precurseur de la s6miotique th6atrale> (Communication presentee au Colloque Thed-tre et dramaturgie chez Paul Valery, Montpellier, 1984, en prensa), o10 mismo queel estudio de J. Bucher, La situation de Paul Valery critique (La Renaissance dulivre, 1976) y C. M. Crow, Paul Valery and the Poetry of Voice (Cambridge Uni-versity Press, 1982); en su trabajo pionero La Poetique de Valery (Paris: ArmandColin, 1953; 21970), Jean Hytier, ignorando ain todos los textos de los Cahiers deValery, habia ya abordado algunos aspectos mayores de su est6tica.

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existen algunos articulos, debidos especialmente a la pluma de Emir Ro-driguez Monegal .

Dadas las referencias frecuentes a Valery que se encuentran en lostextos de Borges, la cuesti6n de la recepci6n se plantea de manera par-ticularmente aguda. Es cierto que Borges no s61o ha leido con suma aten-ci6n el ciclo de Teste y la poesia de Valery, sino tambi6n ciertos ensayoscriticos suyos, como, por ejemplo, el importante proyecto de un programapara L'enseignement de la poetique au College de France, publicado en1938 en el volunen Introduction a la poetique ". Naturalmente, habriasido deseable disponer de mis informaciones acerca de los temas de lasconversaciones sobre Valery que Borges tuvo con Ricardo Giiiraldes en la6poca en que editaban juntos la revista Proa (hacia 1925) 6. En todo caso,el ntimero y la calidad de las diversas citas y referencias, asi como elarticulo necrol6gico <<Valery como simbolo>> (1945), hacen suponer quesus lecturas fueron intensas y numerosas, aunque el nombre de Valery no

4 Para o10 que se refiere a Barges, cfr. sobre todo Th. R. Hart, Jr., <The LiteraryCriticism of Jorge Luis Borges>> (en Modern Language Notes, 78 [1963], pp. 489-503); E. Rodriguez Monegal, <<Borges coma critico literario>> (en La Palabra y elHombre, 31 [1964], 2/1981, pp. 343-351); G. Genette, <<La litterature selon Borges>(en Cahiers de l'Herne, 1964, pp. 323-327); J. Alazraki, <<Borges, una nueva t6cnicaensayistica>> (en El ensayo y la critica literaria en Iberoambrica, eds. K. L. Levy-K. Ellis, Universidad de Toronto, 1970, pp. 137-143); Dario Puccini, <<Borges comacritico literario y el problema de la novela>> (en El ensayo y la critica literaria enIberoamBrica, pp. 145-154); D. W. Foster, <<Borges and Structuralism: Toward anImplied Poetics>> (en Modern Fiction Studies, 19 [1973-1974], pp. 341-351); EmirRodriguez Monegal, <<Borges y la 'Nouvelle critique'>> (en Jorge Luis Barges. El es-critor y la critica, ed. J. Alazraki, Madrid, 1976, pp. 267-287); J. Rest, El laberintodel universo: Borges y el pensamiento nominalista (Buenos Aires: Ediciones Libre-rias Fausto, 1976); A. J. MacAdam, <<Lenguaje y Estetica en Inquisiciones>> (en Re-vista Iberoamericana, 100/101 [1977], pp. 637-644); W. Mignolo, <<Emergencia, Es-pacio, 'Mundos posibles': Las propuestas epistemol6gicas de Jorge Luis Borges>> (enRevista Iberoamericana [1977], pp. 357-379); H. G. Ruprecht, <<Le croire-savoir deBorges: Fondement et modalisation 6pist6mique> (en Revista Canadiense de Estu-dios Hispdnicos [1984], pp. 207-221).

5 Cfr., par ejemplo, PC, I, p. 138 (Au sujet d'Adonis); p. 143; p. 167; p. 195(Monsieur Teste); p. 241 (Monsieur Teste); p. 324; p. 427; p. 429 (Monsieur Teste);p. 431; II, p. 138 (L'enseignernent de la poetique); p. 217 (Variation sur une pen-see); p. 273 (Monsieur Teste), lo mismo que dos textos de un inter6s capital, elprefacio de Barges a la traducci6n del Cimetiere marin par N6stor Ibarra (El cemen-terio marino, Buenos Aires, 1931), reproducido en Prlogos con un prdlogo de prdlo-gos (Buenos Aires, 1975), y el articulo necrol6gico «<Valery coma simbolo> (1945;en PC, II, pp. 195-197).

6 Cfr. <<Entretiens avec Napolon Murat>> (en Cahiers de l'Herne, 1964, p. 374);Borges el memorioso. Conversaciones de Jorge Luis Borges con Antonio Carrizo (Me-xico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1982), p. 121.

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est6 mencionado en ninguna de las listas de sus autores preferidos. A pe-sar de la evidencia de estos hechos, nos parece todavia prematuro respon-der a la cuesti6n de la recepci6n, por la sola raz6n de que es absoluta-mente imposible, por el momento, establecer la cronologia y la extensi6nexacta de sus lecturas. Por otra parte, es innegable que los origenes y losprincipios de la critica literaria de Borges pueden ser explicados sin re-currir a la tesis de una influencia de Valdry. Por esto, nos limitaremosaqui esencialmente a comparar el pensamiento estetico de estos dos auto-res para determinar los respectivos parecidos y diferencias.

LOS FUNDAMENTOS EPISTEMOL6GICOS

DE SUS ESTETICAS LITERARIAS

El primer punto de la aproximaci6n de Borges a Valery es la negaci6na admitir una teorizaci6n sistemitica y totalizante de los fen6menos estd-ticos. Es evidente que estas reservas tienen su origen en sus posicionesepistemol6gicas anlogas. La preocupaci6n comun se dirige contra loque Valery llama <<la est6tica filos6fica (<<l'esth6tique philosophique>;Oe, I, p. 1243), es decir, contra toda teoria est6tica abstracta que notenga en cuenta los problemas concretos de la <<producci6n> (<<produc-tion>>) y la «recepci6n («consommation>>) de las obras. Esta es la con-cepci6n de la estdtica que tienen a la vista Valery y Borges cuando expre-san sus escepticismos en f6rmulas intransigentes. <<Si pudiera existir laEstdtica -anota Valery-, las artes se desvanecerian necesariamente anteella, es decir, ante su esencia> (<<Si l'Esthetique pouvait ttre, les arts s'dva-nouiraient necessairement devant elle, c'est-a-dire devant leur essence>>;Oe, I, p. 1240). Tambidn Borges ilega a la conclusi6n de <la imposibilidadfinal de una est6tica 7, y declara: <Descreo de las est6ticas. En generalno pasan de ser abstracciones inatiles> (PC, II, p. 352). Si se considerael problema con mas atenci6n, tales f6rmulas categ6ricas no se aplican,sin embargo, mas que a los intentos de sistematizaci6n integral y totali-zante y no a las aproximaciones te6ricas mas modestas, que se limitariana proponer modelos de un andlisis parcial a condici6n de que 6stos fue-ran verificables o falsificables por los hechos esteticos mismos ".

SElementos de preceptiva: texto citado segin E. Rodriguez Monegal (<<Borgescomo critico literario>>, p. 415).

8 V6ase a este respecto, por ejemplo, la replica de Valery en el debate que sigui6a su ponencia en la sesi6n del 2 de marzo de 1935 de la Societ6 frangaise de Philo-sophie: <<Je n'ai pas ni6 l'esthetique, au moins en g6neral (...). Je me suis place a

un point de vue tres 6troit et pratique: en quoi l'esth6tique peut-elle servir soit asoit a jouir davantage de l'oeuvre elle-meme, soit a faire l'oeuvre d'art avec plus de

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Para comprender bien el alcance exacto del pensamiento de Valeryes itil recordar que sus posiciones epistemol6gicas, marcadas por un no-minalismo esc6ptico, estin cerca de las tesis de la Escuela de Viena (Witt-genstein, Carnap) y de los neopositivistas angloamericanos (Moore, Russell,Whitehead) 9. Por lo que se refiere al nominalismo extremo de Borges,conviene afiadir, ademis de reminiscencias de Berkeley, de Hume y deSchopenhauer, sobre todo la influencia del fil6sofo austriaco Fritz Mauth-ner, cuyas obras ya habia estudiado durante su estancia en Suiza 10. Mistarde, al principio de los afios veinte, su encuentro con Valery produjociertamente el efecto de fortalecer ain mas su escepticismo nominalista.Todos, Mauthner tanto como Valery y Borges, subrayan el status pura-mente verbal de los sistemas filos6ficos, a los que conceden como mixi-mo un valor literario. Para Valery, por consiguiente, la filosofia es <<unarte del lenguaje>> entre las otras artes (Oe, I, p. 1250); para Borges, <<unacoordinaci6n de palabras>> (PC, I, p. 204). En su cuento <TlZn, Uqbar,Orbis Tertius>, los metafisicos <<juzgan que la metafisica es una rama dela literatura fantistica (PC, I, p. 416).

De estos presupuestos epistemol6gicos, Valery y Borges no han sacado,sin embargo, las mismas conclusiones. Borges, por su parte, se ha entre-gado a ejercicios filos6ficos sobre la tesis insostenible del idealismo so-lipsista y las paradojas irreductibles del Tiempo antes de hacer un usoliterario de las aporias epistemol6gicas de su idealismo monista en algu-nos de sus cuentos fantisticos. Valery, por el contrario, ha relegado a unsegundo plano tales juegos literarios, consagrando toda su energia a laelaboraci6n de lo que 61 ha llamado el <systeme CEM>> (cuerpo-espiritu-mundo), un modelo de anlisis del <funcionamiento del ser viviente sin-

puissance, de facilit6? Voila ce que je demande. Et quand je critique l'esth6tique,je ne demande au fond qu'd me replier sur un point de vue tris simple. Je supposequ'on trouve des lois de probabilit6, ou d'autres lois de comportement de l'6tre vi-vant vis-a-vis de l'oeuvre de l'art; si on n'en peut pas tirer de relation precise avecle consommateur ou le producteur, ces lois sont sans utilite ni sanction> (<<R6fle-xions sur l'art , en Bulletin de la Societe frangaise de Philosophie, Paris, 1935,p. 81). En lo que concierne a la posici6n de Borges, notemos que 6ste escribi6 en suarticulo <<La naderia de la personalidad>>: <Quiero aplicar, por ende, a la literaturalas consecuencias dimanantes de esas premisas, y levantar sobre ellas una estdtica,hostil al psicologismo que nos dej6 el siglo pasado (...)> (Inquisiciones, BuenosAires, 1925, X, p. 84).

9 Cfr. a este respecto S. Lantieri, <<Paul Valery et la philosophie> (en Paul Valery.Perspectives de la reception, Oeuvres & Critiques, IX, 1 [1984], pp. 47-80).

10 Cfr. J. Rest, El laberinto del universo. Borges y el pensamiento nominalista(Buenos Aires, 1976), y en cuanto a la influencia de Mauthner sobre Borges, el estu-dio de K.-J. Niggestich, Metaphorik und Polarittit im Weltbild Jorge Luis Borges'(Gottingen, 1976), pp. 55 ss.

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tiente-moviente-pensante> (C, XXVI, p. 759), conceptualizado seglin pa-radigmas sacados de las ciencias naturales y que propone un estudiocoherente de los hechos humanos.

Siguiendo estos analisis, Valery ha sido ilevado, en sus Cahiers, a re-considerar tambi6n los problemas esteticos. De acuerdo con sus ideas ge-nerales sobre la organizaci6n del sistema CEM, y en particular con unateoria pre-semi6tica del lenguaje y sus usuarios, ha esbozado un nuevoacercamiento a la est6tica literaria, ilamada <theorie de litterature> o<<Poietique que tendria <<por objeto el formar una idea lo mas exactaposible de las condiciones de la existencia y del desarrollo de la literatura,un anlisis de los modos de acci6n de este arte, de sus instrumentos y dela diversidad de sus formas>> (Oe, I, p. 1439), y que propone un progra-ma de analisis semi6tico-estructural.

Borges, por su parte, mas modesto que Valdry, no ha reivindicado parasus propias reflexiones estiticas el status de una teoria generalizable. Seginsu opini6n, todos los andlisis que se pudieran realizar en este campo no se-rian nunca v lidos mas que para tal autor o tal texto individual: <<Las es-tdticas (...) varian para cada escritor y aun para cada texto y no puedenser otra cosa que estimulos ocasionales>> (PC, II, p. 352). Sin embargo, laconceptualizaci6n misma de la que hace uso en sus ensayos criticos anulavisiblemente tales profesiones de fe de un relativismo absoluto que sealinea con su escepticismo epistemol6gico. En efecto, como ya lo ha cons-tatado Rodriguez Monegal, Borges tambidn ha esbozado una nueva <este-tica asistemitica y (...) una neo-retorica> bastante coherentes 11, de las quedan prueba las concepciones te6ricas expuestas en ciertos ensayos, como,por ejemplo, La naderia de la personalidad (1922), La postulacidn de larealidad (1931), El arte narrativo y la magia (1932) o De las alegorias alas novelas (1949), que proponen modelos de explicaci6n parciales y con-ceptualizados a partir de un analisis concreto de los textos y de sus condi-ciones de existencia. Es por esto por lo que la posici6n de Borges seacerca, de hecho, a la de Valdry.

UN PLANTEAMIENTO SEMI6TICO-ESTRUCTURAL DE LA LITERATURA

El punto central donde las dos esteticas de Valery y de Borges se pa-recen es en el hecho de que implican las dos una via semi6tica-estructurala la literatura, que anticipa la evoluci6n de la est6tica contemporinea.Nos atrevemos a decir que, a excepci6n de los formalistas rusos y losestructuralistas checos de los afios veinte y treinta, estos dos escritores, en

11 <<Borges como critico literario>>, p. 416.

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sus escritos te6ricos, son los precursores mas importantes de esta nuevaorientaci6n de la critica literaria.

Valery y Borges consideran ya, en efecto, el lenguaje como un sistemade signos que opera gracias a elementos convencionales en una comunidadcultural. Dado que la literatura, segun Valery, no es mas «que una especiede extensi6n y de aplicaci6n de ciertas propiedades del lenguaje>> (unesorte d'extension et d'application de certaines propri6t6s du langage>>;Oe, I, p. 1440), o bien, segun Borges, <<una derivaci6n (...) del lenguaje>>(PC, I, p. 414), se sigue que un texto literario, como cualquier otra crea-ci6n en el orden del lenguaje, se reduce, como dice Valery, a <<una com-binaci6n de las potencias de un vocabulario dado segun formas instituidasde una vez por todas>> (<<une combinaison des puissances d'un vocabulairedonne, selon des formes institudes une fois pour toutes>>; Qe, I, p. 1441);un punto de vista compartido por Borges, el cual constata que <<cada len-guaje es una tradici6n; cada palabra, un simbolo compartido; es baladi loque un innovador es capaz de alterar> (PC, II, p. 371).

En lo que concierne a la concepci6n semi6tica de la est6tica literariade Valery, ya hemos tenido la ocasi6n de abordar, en varias otras contri-buciones, este aspecto esencial de su «<teoria de la literatura> 12. Para Va-l6ry, en efecto, el anlisis de los signos convencionales del lenguaje, talcomo se desprende de un estudio de sus Cahiers, forma parte de una teo-ria general de signos, que 61 ha llamado <theorie du signe> (C, XVIII,p. 593), <<s6meiologie (C, VIII, p. 881), «s6miologie (C, XXIV, p. 588)o <semiotique> (C, XXIII, p. 611), y que, yendo mais alli del punto devista esencialmente lingiifstico de la «semiologie originada por Saussure,presenta puntos comunes con la <smiotique>> de procedencia de Peirce,tal como nos la encontramos elaborada en los trabajos de Umberto Eco.Al ejemplo de las teorias generales de signos de Peirce y de Eco, la deValery esta concebida como una semiotica de la comunicacion, que tieneen cuenta explicitamente los factores que intervienen en la transmisi6nde los signos y que se inserta en una teoria del acto y del comportamientohumano, donde estin implicados todos los elementos del funcionamientodel <systme CEM , tanto individuales como socioculturales. Valery haesbozado, en sus Cahiers, varios modos semi6ticos de comunicaci6n quedistinguen, todos ellos, entre los tres factores emetteur-signe-ricepteur(emisor-signo-receptor) (C, XXI, p. 490) y que se aplican tambidn a todacomunicaci6n de orden estetico, donde se los vuelve a encontrar bajoforma de un esquema nocional que utiliza preferentemente los conceptosde producteur-oeuvre-consommateur (productor-obra-consumidor) (por

12 Cfr. los estudios citados en la nota 2.

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ejemplo, Oe, I, p. 1436), pero se sirve tambien ocasionalmente de ter-minos mas especificamente semi6ticos como metteur-signaux-ricepteur(emisor-seiales-receptor) (C, IX, p. 95).

En el proceso de comunicaci6n literaria el factor obra esta, por lotanto, considerado por Valery como un sistema de signos que procedende una cultura preexistente a la escritura y que ilegan, en uitimo lugar, alo que Valery llama <<l'implexe-langage>> en cuesti6n y que siempre es<<implexe social>. El concepto del signo lingiiistico mismo queda analizadoen los Cahiers mediante varios modelos ternarios y cuaternarios, que pre-sentan semejanzas, sobre todo, con la concepci6n del signo de Peirce(1931), pero tambi6n con el esquema binario «significante-significado>> deSaussure (1916) y que se acercan a los modelos propuestos por Jakobson(1952) y Eco (1973). Sin poder entrar aqui en los detalles, subrayemostodavia que la transmisi6n del <<sentido>> se realiza, de acuerdo con lasemi6tica de Valery, sin que el factor <<objeto>>, es decir, la cosa y el actoreales, est6 directamente implicado en el acto literario, operando (nica-mente la comunicaci6n est6tica con elementos <<formales>> convencionali-zados, tales como los signos foneticos de un discurso oral o bien los signosgraficos de un texto escrito.

Gracias a esta teoria semi6tica de la comunicaci6n literaria, Valeryexplica el <efecto est6tico>> de un sistema de signos lingiiisticos medianteuna semiosis particular que impide, o al menos retarda, el desciframientoinmediato del mensaje. Asi, el acento de su est6tica comunicativa estipuesto sobre las relaciones entre signos y recipiente (oyentes y lectores),es decir, sobre los problemas de la recepcion literaria. <<El valor arte (...)-subraya Valery- depende esencialmente de (la) no identificaci6n, de(la) necesidad de un intermediario entre el productor y el consumidor. Esimportante que haya entre ellos una cosa irreductible al espiritu, que noexista una comunicaci6n inmediata>> 13 Para producir un <<efecto estetico>>se trata, pues, segun Valery, de codificar, por un lado, un mensaje com-plejo cuyos signos necesitan una actividad repetida por parte de los oyen-tes o lectores, pero cuya realizaci6n efectiva depende, por otro lado, de laparticipaci6n activa de los receptores del mensaje, sin lo cual los signosse quedan en letra muerta, el libro en un objeto puramente material. Toda<<obra del espiritu no existe sino en acto>>, hace notar Valery. <<Fuera deeste acto, o10 que queda no es mas que un objeto>> (Oe, I, p. 1349). Estoquiere decir que es la recepci6n (audici6n o lectura), la intervenci6n activade los recipientes, la que crea finalmente la literatura.

13 <Reflexions sur 'art>, en Bulletin de la Societe francaise de Philosophie,1935, p. 64.

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En Borges se encuentra un planteamiento semi6tico de la literaturamuy semejante, aunque los textos publicados hasta ahora sean mucho me-nos explicitos a este respecto. Conform6monos aqui con constatar que suconcepci6n del lenguaje es netamente la de un sistema de signos, tal comolo implican, por ejemplo, las especulaciones fantisticas relacionadas consu <<Biblioteca de Babel>> o las reflexiones te6ricas acerca de <<El culto delos libros>>. En cuanto al uso est6tico de los signos lingiiisticos, sus nume-rosas observaciones, a prop6sito de los procedimientos metaf6ricos en lapoesia, insisten en la dicotomia significante/significado de los signos em-pleados (sentido/sonido, PC, I, p. 146; fondo/forma, PC, I, p. 193).Como para Valery, la problemttica de la comunicacidn se encuentra en elcentro de su est6tica semi6tica, donde 61 distingue tambi6n, claramente,,entre los tres factores escritor-texto-lector: <Un volumen, en si, no es unhecho est6tico, es un objeto fisico entre otros; el hecho est6tico s6lo puedeocurrir cuando lo escriben o lo leen>> (PC, II, p. 352).

Sin embargo, como el papel del emisor del mensaje literario se reduce,para Borges, esencialmente a una funci6n del <<escribiente>>, que no hacemas que reescribir en nuevas combinaciones lo que preexiste en las tradi-ciones de lo escrito, el lector ocupa, todavia mas que en Valery, la posi-ci6n dclave en los procesos de comunicaci6n literaria. Es decir, que lalectura, en cuanto «dialogo entre lector y texto, constituye asi el actoliterario por excelencia: <Un libro es mis de una serie de estructuras ver-bales, es el dialogo que entabla con su lector (...). Ese dialogo es infini-to (...). El libro no es un ente incomunicado, es una relaci6n, es un ejede innumerables relaciones>> (PC, II, pp. 271-272).

EL ASPECTO CONVENCIONAL E IMPERSONAL

DE LOS HECHOS LITERARIOS

Al introducir una perspectiva semi6tica en la critica literaria, Valeryy Borges han llegado a reducir, si es que no a eliminar, todo elemento bio-grafico y psicol6gico. Segun su opini6n, los factores que intervienen en losfen6menos de literatura tienen un carActer casi exclusivamente convencio-nal e impersonal. Tal punto de vista, que anuncia el programa del estruc-turalismo, ha tenido consecuencias considerables para la interpretaci6n dela g6nesis de las obras literarias. Analizando los procesos de creaci6n po6-tica, Valery y Borges, cada uno por su lado, han negado la intervenci6nde la personalidad psiquica y biol6gica del autor en la producci6n de untexto literario, separando asi, en terminos de Borges, <<personaje po6tico>>y <<hombre> (PC, I, p. 195). Es sobre todo en la <Note et digression>, que

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fue adjuntada en 1919 a su Introduction a la methode de Leonard deVinci (1895), donde Valery neg6 toda relaci6n de causalidad entre la viday la obra de un autor: <Acumulen ustedes todos los detalles que puedansobre la vida de Racine y no sacarin de ellos el arte de hacer sus versos.Toda la critica esta dominada por ese principio anticuado: el hombre esla causa de la obra, 61 es mas bien el efecto de ella!> (Oe, I, p. 1231).

Para Valery, en efecto, la instancia mental que compone un texto lite-xario estd considerada como un sistema funcional altamente impersonal,centrado alrededor de un <<Moi pur>> (<<yo puro>>), <<lo invariante absolutode la conciencia> (C, XII, p. 329), y que se apoya sobre los elementosconvencionales del lenguaje, que es la voz de «otra>> persona, y en fin la<<voz de nadie>> (Oe, I, p. 403). Lo que forma, por el contrario, la perso-nalidad de un autor, es decir, los factores psiquicos y biol6gicos indivi-duales, las circunstancias variables y fortuitas de su biograffa, no inter-viene en los actos creadores. Borges tambidn, desde su ensayo sobre <<Lanaderia de la personalidad>> hasta sus reflexiones parad6jicas sobre <Bor-ges y yo>>, distingue la instancia creadora del escritor de su personalidadfisica, insistiendo en el aspecto impersonal de los actos de la escritura yespeculando incluso sobre la idea de una «historia universal>, que impli-caria la unidad absoluta de todas las manifestaciones mentales individua-les y que se reduciria finalmente a una <<historia de la diversa entonaci6nde algunas metaforas> (PC, II, p. 137). Tanto Valery como Borges ade-lantan, con su teoria de la comunicaci6n po6tica, concepciones centralesdel grupo Tel Quel, en especial de Derrida.

La convergencia de las concepciones de Valdry y de Borges en estecampo se ve en el hecho de que Borges se ha servido de un texto de aqudipara apoyar su argumentaci6n. En este texto (que yo cito en la traducci6nde Borges) Valery habia sugerido que una historia de la literatura podriahaber sido escrita sin mencionar la biografia de los autores: Tal <<«Historiade la literatura no deberia ser la historia de los autores y de los accidentesde su carrera o de la carrera de sus obras, sino la Historia del Espiritucomo productor o consumidor de literatura. Esa historia podria llevarsea tdrmino sin mencionar un solo escritor>> (PC, II, p. 138). El pasaje encuesti6n forma parte del proyecto del programa de Valery para L'enseigne-ment de la Poetique au Collage de France (escrito en 1937), donde definelos principios de su nueva <theorie de litterature , que elaboraria igual-mente las bases te6ricas de esa <<Histoire approfondie de la litterature 14

14 El texto frances dice: <Une histoire approfondie de la Litterature devrait done,tre comprise, non tant comme une histoire des auteurs et des accidents de leurcarriere ou de celle de leurs ouvrages, que comme une Histoire de l'esprit en tant

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Borges, sacando este pasaje de su contexto de teoria est6tica, ha hecho de61 un argumento filos6fico en favor de la hip6tesis de la <<unidad imper-sonal del Espiritu humano, cuyos fen6menos literarios no serian otra cosaque las actualizaciones particulares infinitamente renovables. Pero a pesarde estas divergencias de interpretaci6n, su postulado comin de una diso-ciaci6n de los dos aspectos de la personalidad biogrifica y de la instanciageneradora impersonal de un escritor ha contribuido evidentemente aorientar la critica literaria hacia un planteamiento semi6tico-estructural,que permite analizar los hechos literarios como sistemas y estructuras aut6-nomos sin recurrir siempre automaticamente a datos exteriores al texto 15

En cuanto a las consecuencias que resultan de un tal punto de vistapara el analisis de los procesos creadores mismos, encontramos, tanto enValery como en Borges -en la tradici6n de la po6tica de Poe y de Mallar-rnm-, la idea del escritor arquitecto del lenguaje e <ingeniero de la pala-bra, que se sirve de procedimientos mas o menos convencionales pararealizar un <<trabajo combinatorio , como dice Valery (Oe, II, p. 1515),<<un juego combinatorio>>, segin Borges (PC, II, p. 370). Tal concepci6nlleva consigo la tentaci6n de una poesia puramente formal, la de una«poesia pura>> (podsie pure), que para Valery se acerca a un <<ejerciciodel espiritu, que seria su inica justificaci6n. Borges ha creido ver un peli-gro en tales operaciones puramente verbales, que ha desvelado en losmanierismos de la literatura barroca, e incluso en la t6cnica po6tica de losKenningar de Islandia, que se esfuerza, a su parecer, en crear <<objetosverbales, puros e independientes como un cristal o como un anillo deplata> (PC, I, p. 352). Sin embargo, al manifestar tales reservas Borgesno ha intentado nunca negar que la creaci6n po6tica sea otra cosa que laorganizaci6n o reorganizaci6n particular del lenguaje empleado. Nos pa-rece aquf importante sefialar que las concepciones semi6tico-estructuralesactuales, que derivan en parte de las teorias de los formalistas rusos y losestructuralistas checos de los afios veinte y treinta, ya se encuentran sus-tancialmente expuestas en los postulados te6ricos de Valery y Borges.

qu'il produit ou consomme de la 'littdrature', et cette histoire pourrait meme se fairesans que le nom d'un 6crivain fft prononc6 (Oe, I, p. 1439).

15 En 1983 Borges comparte todavia este concepto de Valdry: <Yo lo aplicaria atoda la literatura y no s6lo a su historia. Pienso en los hebreos, que atribuyeronsus mejores libros, el Pentateuco y el Eclesiastes, el libro de Job y los Salmos, a unsolo autor eterno (...). A la larga, todo lo escrito sera an6nimo, como sucede con laIliada> (Jorge Luis Borges, Didlogos, Nestor J. Montenegro, Nemont Ediciones,1983, p. 71).

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LA VALORIZACION DEL LECTOR

La contribuci6n mayor a la est6tica contemporanea concierne, a nues-tro parecer, a la introducci6n de la problemitica de la recepcidn en lascuestiones de critica literaria. A los ojos de Valery y de Borges, es el reci-piendario, es decir, sobre todo el lector, quien toma el papel dclave en losprocesos de comunicaci6n literaria. Por lo que se refiere a Valery, ya he-mos mostrado en otro lugar que sus visiones esteticas comprenden elesbozo de una teoria de la recepcidn literaria muy compleja y elaborada 16.

Aquf me limitar6 a anotar algunas semejanzas particularmente notablesentre su planteamiento y el de Borges. Muy pronto ya, en febrero de 1915,Valery sefiala que <<(siempre) que se habla de literatura hay que hablarnecesariamente del lector>> (C, V, p. 575). Veinte afios mas tarde, Valerysigue todavia sorprendido de constatar que <<nunca hay cuesti6n en loslibros sobre literatura (de este) elemento esencial (que es) el lector>> (C,XVIII, p. 411). Para Borges tambi6n es el lector y la lectura de las obraslo que cuenta: <<El libro (...) es el didlogo que entabla con su lector (...).Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto quepor la manera de ser leida>> (PC, II, pp. 271-272). Resaltando los proble-mas de la recepci6n, Valery y Borges han introducido asi, en la criticaliteraria, no solamente el analisis de los modos diferentes de desciframientosegin los generos y los textos particulares, sino tambien el de los postula-dos y de las condiciones contextuales de una lectura (factores de la 6poca,de la comunidad cultural, de orden individual), pues siguiendo las pala-bras de Valdry: <<La literatura depende de la manera de leer y del papelque la lectura tiene en tal lector o en tal 6poca>> (C, XV, p. 612). Mien-tras los puntos de vista de Valery desembocan en el esbozo te6rico de unprograma que preve, por una parte, un «analisis de la lectura>> (analysede la lecture) concebido como una teoria preestructuralista de la recep-ci6n literaria, y por otra, una <<historia de la lectura> (histoire de la lec-ture), que deberia estar <<a la base de toda historia de la literatura>(C, XXIII, p. 113), Borges aplica estos mismos principios, con virtuosis-mo, en sus propios ensayos criticos, aprovechando su erudici6n excepcio-nal. El ha basado incluso un cuento fantistico, <<Pierre Menard autor delQuijote>>, en la concepci6n de una lectura doble del mismo texto, creando

16 <<La fonction du "public' dans la pens6e esthetique de Valery. Ebauches d'unetheorie de la reception litteraire> (en Poetique et Communication, Paris, 1979). EnLa Poetique de Valery (Paris, 1953; 21970) Jean Hytier habia ya abordado algunosaspectos de esta problematica bajo el Angulo restringido de una <teoria de efectos>

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el personaje parad6jico de un escritor del siglo xx que habria reescritocon las mismas palabras la novela de Cervantes, enriqueciendo de estaforma <<mediante una t6cnica nueva el arte detenido y rudimentario de lalectura (PC, I, p. 433).

Valery y Borges insisten ambos en el hecho de que el valor de unaobra literaria no es una cualidad puramente intrinseca del texto, sino misbien un producto de su lectura. Asi, observa Valery: <<La producci6n de(el) valor de la obra (se hace s6lo) por los que han conocido, gustado laobra producida, que han impuesto su renombre y asegurado su transmi-si6n, su conservaci6n, su vida ulterior>> (Oe, I, p. 1343). Para Borges, elcaracter <clasico> de una obra depende de ciertas circunstancias de surecepci6n: <Clisico es aquel libro que una naci6n o un grupo de nacioneso el largo tiempo han decidido leer como si en sus paginas todo fueradeliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sintermino (...). Es un libro que las generaciones de los hombres, urgidospor diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad>>(PC, II, pp. 302-303). Es por la desviaci6n de este proceso de recepci6npor lo que se impone tambi6n el valor atribuido al creador de la obra, asu <<genio . Es <<en virtud de una aplicaci6n inmediata del principio decausalidad -escribe Valery- (por lo que el lector) se convierte en pro-ductor del valor del ser imaginario que ha hecho lo que 61 admira> (Oe, I,pp. 1347-1348). Esta idea ha sido aplicada por Borges y Valery mismo:<La obra de (Valery) es signo de un poeta ejemplar, creado por esa obra>>(PC, II, p. 195).

UNA CONCEPCION ESTRUCTURALISTA DEL DISCURSO NARRATIVO

Para terminar, abordemos todavia un iltimo aspecto en el que las es-titicas de Valery y Borges se encuentran: la estetica del discurso narra-tivo. A este respecto, han tenido el gran merito de haber desvelado elstatus convenclonal de la escritura realista, cuyo efecto de o10 <<real>> pro-viene de la utilizaci6n de determinados procedimientos literarios. Borgesha analizado tres t6cnicas narrativas <<realistas>> en su ensayo <<La postu-laci6n de la realidad>> (1931), donde precisa que <<el (modo) de trato masficil consiste en una notificaci6n general de los hechos que importan (...).El segundo consiste en imaginar una realidad mas compleja que la decla-rada al lector y referir sus derivaciones y efectos (...). El tercer m6todo,el mas dificil de todos, ejerce la invenci6n circunstancial>> (PC, I, pp. 152-157). El punto de vista de la recepci6n esta adoptado para demostrar que

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el postulado <clisico de la realidad es un principio narrativo que se basa,en definitiva, en un acto de fe del lector 17.

Sin querer poner en cuesti6n la originalidad de los analisis de Borges,podemos constatar, una vez ms, que Valry ha sostenido ideas muy comn-parables, aunque presentadas de modo menos sistemdtico ". En su Hornm-mage h Marcel Proust (1923, retomado en Varidt, 1924), sefiala, porejemplo, que <<el universo de la novela, incluso de la fantistica, se liga almundo real, lo mismo que la ilusi6n 6ptica (es decir: la decoraci6n en elteatro naturalista) se agrega a las cosas tangibles, entre las que un espec-tador se mueve. La apariencia de <<vida>> y de <<verdad>>, que es el objetode los calculos y las ambiciones de un novelista, depende de la introduc-ci6n incesante de observaciones, es decir, de elementos reconoscibles que61 incorpora a su proyecto e intenci6n. Una trama de detalles verdaderosy arbitrarios une la existencia real del lector con las existencias fingidasde los personajes (...). Es necesario, y por otra parte suficiente, que elcurso de la lectura nos lleve consigo, e incluso nos atraiga, hacia un fin,que puede ser la ilusi6n de haber vivido violentamente o profundamnenteuna aventura, o bien la ilusi6n del conocimiento exacto de individuos in-ventados. Es significativo (...) que un conjunto de indicaciones del todoinsignificantes y como nulas, tornadas una por una (...), produce el interdsapasionado y el efecto de la vida>> (Qe, I, pp. 770-771). Como en Borges,el postulado de realidad que pone la novela realista en una <<fiducia>> dellector, est <<fundada en la ilusi6n de la vida>> (C, XV, p. 14). En otroensayo, <<El arte y la magia> (en la colecci6n Discusin, 1932), Borges haestudiado el problema de la <causalidad en el g6nero narrativo, adoptan-do un punto de vista que se aproxima todavia mas a los analisis semi6ti-co-estructuralistas modernos. Alli distingue <<dos procesos causales>>, de losque el uno, <el proceso natural> utilizado en vista de una «simulaci6npsicol6gica>> en la <novela de caracteres , constituye una ticnica realistay mnimtica que <<finge o dispone una concatenaci6n de motivos que seproponen no diferir de los del mundo real>>; mientras que el otro, «unproceso mgico que opera segin una l6gica <mgica no realista, estabasado sobre el principio de una <teleologia de palabras y de episodios>>que ignoran las leyes del mundo natural (PC, 1, pp. 163-170). Es evidenteque un tal planteamiento permite interpretar el encadenamiento de ele-mentos que acontecen en un discurso narrativo como una disposici6n pu-ramente funcional, organizada gracias a ciertos <<procedimientos> o «arti-

17 Cfr. los estudios de E. Rodriguez Monegal y de D. Puccini citados en la nota 2.18 Sobre la teoria del discurso narrativo de Valery v6ase el libro de S. Yeschua,

Vaclry, le roman et l'oeuvre a faire (Paris, 1976).

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ficios novelescos>>. Reconozcamos que Valery no conoce el concepto deuna 16gica narrativa <<mgica , concepto del que Borges sacar6 provechoal fundar el nuevo g6nero de cuento fantistico basado en una aplicaci6nsistematica de tales t6cnicas narrativas. Sin embargo, su anlisis del dis-curso narrativo propone tambi6n un acercamiento te6rico que toma encuenta la funci6n de la <<causalidad>>, por lo menos en las estructuras tex-tuales de las novelas <<realistas>>. Para Valery es evidente que los procedi-mientos narrativos que producen una ilusi6n de <<realidad>> y de «vida>presuponen una concatenaci6n de ciertos elementos accionales del textoque implican que el discurso <<encadena (los incidentes) mediante unasombra de causalidad mas o menos suficiente> (Qe, I, p. 770).

El paralelismo que se puede establecer entre Valery y Borges no selimita ciertamente a los aspectos significativos que acabamos de estudiar.Lo que, sin embargo, se puede retener de los resultados de nuestro estudiocomparativo limitado es que los puntos comunes entre estos dos autoresse manifiestan, sobre todo, al nivel de los principios generales que consti-tuyen la base te6rica de su concepci6n est6tica. A este nivel, sus plantea-mientos te6ricos anuncian, como hemos visto, las concepciones semi6ticasy estructuralistas contemporineas. Tan pronto como se comienza a exami-nar aspectos mas particulares de su critica literaria, sus puntos de vista,mas o menos, divergen y se alejan. En cuanto a sus obras de ficci6n, 6staspresentan todas una faz original, diferente esencialmente la una de la otra.

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