La cuaresma es un camino de

reflexión, de oración y de compromiso.

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La cuaresma es un camino de alegría si me

reencuentro con el Señor Jesús porque su palabra va echando raíces en mi

vida.

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Durante esta cuaresma procuraré reforzar las raíces de mi fe.

Intentaré abrir mi puerta, desplazarme y acoger.

y en mis certidumbres

absolutas.

Rehusaré el quedar anclado en mis dogmas

Estaré a la escucha de la palabra de vida, la que me llega al corazón y me conduce a un gesto de perdón, de amor y de paz.

Me pondré al servicio del amor, un amor que me lleva a compartir y a encontrarme con las personas al estilo de Jesús y de María.

`Procuraré cambiar de dirección.

Pondré mi GPS hacia Dios cambiando mi

egoísmo en servicio.

Me dejaré sorprender por la música del otro, seguiré su ritmo, cantaré otra canción, que tal vez me guste.

Mi ayuno: vaciarme de mí mismo e instalarme en el silencio.

El silencio prepara el camino sobre el que debe caer la palabra de Dios.

Mi oración tiene que conducirme a encontrarme a mí

y caminar hacia la intimidad con Dios.

Mi limosna: la donación de mí mismo y el acercamiento a todos.

Gracias, mi Dios, por la cuaresma. Me llamas a recorrer el camino de tu Hijo y a ser fiel a tu voluntad.

Con la ayuda de María mi cuaresma será un oasis de paz.

Fernando