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LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO RICO INTRODUCCIÓN Durante las últimas décadas, la drogadicción o drogodependencia se ha convertido en uno de los principales problemas sociales de Puerto Rico, y particularmente de la juventud del país. Uno escucha en nuestro pueblo la famosa frase “La juventud está perdida”. Asociamos dicha frase mayor-mente con las sustancias controladas o estupefacientes, y con las conduc-tas negativas como robo, asesinato y suicidio. Parece como si, en verdad, toda la juventud de la isla estuviera perdida en el vicio. ¿Pero resulta esto cierto? ¿O resulta esto un estereotipo atribuido a los jóvenes? El trabajo que presento aquí intenta analizar el problema desde la perspec-tiva de la consejería cristiana. Comenzaré mencionando si la drogadicción es una enfermedad o un pecado, dando

LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO … · Web view5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente

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LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO RICO

INTRODUCCIÓN

Durante las últimas décadas, la drogadicción o drogodependencia se ha

convertido en uno de los principales problemas sociales de Puerto Rico, y

particularmente de la juventud del país. Uno escucha en nuestro pueblo la

famosa frase “La juventud está perdida”. Asociamos dicha frase mayor-

mente con las sustancias controladas o estupefacientes, y con las conduc-

tas negativas como robo, asesinato y suicidio. Parece como si, en verdad,

toda la juventud de la isla estuviera perdida en el vicio. ¿Pero resulta esto

cierto? ¿O resulta esto un estereotipo atribuido a los jóvenes?

El trabajo que presento aquí intenta analizar el problema desde la perspec-

tiva de la consejería cristiana. Comenzaré mencionando si la drogadicción

es una enfermedad o un pecado, dando las razones para una u otra opinión.

Además indicaré algunos motivos por los cuales los jóvenes comienzan a

usar drogas [desde legales como la cafeína hasta ilegales como la cocaína].

Después señalaré el estado actual de la drogadicción en nuestro país, con

los datos que tenemos disponibles, con énfasis en la juventud puertorri-

queña. Más tarde discutiré acerca del debate existente hoy en nuestra na-

ción sobre si se debe o no medicar la droga, así como los argumentos a fa-

vor y en contra al respecto. Finalmente daré algunas sugerencias sobre có-

mo aconsejar a una persona que está usando sustancias controladas [para

que pueda salir del vicio] y a los familiares de aquella persona.

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I. LA DROGADICCIÓN: ¿ENFERMEDAD O PECADO?

La drogadicción como enfermedad o como pecado constituye un tema

controversial, tanto las ciencias de la conducta [en particular, la psicología

y la consejería secular] como las de la fe [o, sea, la teología, y en particu-

lar, la consejería cristiana]. Pero, sobre todo, en estas últimas ciencias,

existe más tal controversia. Algunos teólogos y consejeros, p. ej., Jay E.

Adams1 piensan que el uso y abuso de drogas constituyen sólo pecado.

Otros como James R. Beck2, Gary R. Collins3, James E. Giles4, Pablo

Hoff5 y Clyde M. Narramore6 piensan que el uso ya abuso de drogas son

enfermedades y pecados. Concurro con este segundo grupo de teólogos y

consejeros. La drogadicción es una enfermedad o hábito con un origen so-

cial y espiritual; por lo tanto, también es un pecado. Es una enfermedad

porque constituye una adicción [de ahí el nombre “drogadicción”] a causa

de una dependencia de una sustancia controlada7, una tensión o presión de

1 Véase implícitamente Jay E. Adams, Capacitado Para Orientar: Cómo dar consejo y exhortación bíblicamente, trad. Santiago Escuain [, 9a. ed.] (Grand Rapids: Editorial Por-tavoz [, 2002]), pp. 66-68, 234, n. 9. 2 Véase implícitamente James R. Beck, «Substance-Use Disorders», en Baker Encyclope-dia of Psychology, ed. David G. Benner (Grand Rapids: Baker Book House, 1985), pp. 1128-30.3 Véase Gary R. Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide (Waco: Word Books, 1980), p. 393. 4 Véase implícitamente James E. Giles, El ministerio del pastor-consejero, 5a. ed. (El Pa-so: Casa Bautista de Publicaciones [CBP], 2002), p. 167. 5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente Clyde M. Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, trad. Fernando Villalobos, 9a. ed. (Miami: Editorial Unilit/Logoi, 1990), pp. 139-45. 7 Véanse Beck, «Substance-Use Disorders», p. 1128; Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 379; Hoff, El Pastor como Consejero, pp. 176-78; Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, pp. 140-42. El propio Beck menciona que los

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grupo8, o una familia disfuncional [con padres permisivos o prohibitivos].9

A la vez es un pecado porque, detrás del uso y abuso de drogas están los

poderes del mal o del diablo.

II. ALGUNOS MOTIVOS POR LOS QUE LOS JÓVENES

COMIENZAN A USAR DROGAS

Entre algunos motivos por los cuales los adolescentes y jóvenes comien-

zan a usar drogas, los estudiosos indican [además de las arriba menciona-

das de la tensión o presión de grupo, y de la familia disfuncional], la curio-

sidad10, el deseo de euforia11, la moda12, la protesta o la búsqueda de

‘“suelo propicio”’.13 Generalmente la presión llega a los muchachos y mu-

chachas por parte de los amigos y amigas de su edad. Dichos amigos les

dicen o sugieren que si no prueban un “pasecito” o un “cantacito” de cierta

desórdenes de conductas de inadaptación [asociados con el abuso de drogas como ansie-dad, irritabilidad, déficit de atención y agitación] prevalecen más entre hombres que mu-jeres. 8 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, pp. 381-82; implícita-mente Giles, El ministerio del pastor-consejero, p. 167; Hoff, El Pastor como Consejero, p. 176; Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, p. 145. 9 Implícitamente véanse Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 380; Giles, El ministerio del pastor-consejero, p. 166; Hoff, El Pastor como Consejero, p. 176; Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, pp. 142-43.10 Así Giles, El ministerio del pastor-consejero, p. 167; Hoff, El Pastor como Consejero, p. 176; Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, p. 142; implícitamente Co-llins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 381. 11 Así Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 381. 12 Así Hoff, El Pastor como Consejero, p. 17613 Ibid.

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droga como cocaína, heroína, marihuana, pegamento, o “crack”, no es

hombre verdadero o mujer “liberada”. Pero algunos muchachos y mucha-

chas abandonan el uso luego de un tiempo, ‘“al darse cuenta de que el pa-

raíso prometido es superficial, repetitivo, no transferible a creaciones per-

sonales o sociales de ningún tipo”’ [en palabras de Armando Roa y citado

por Pablo Hoff].14

III. EL ESTADO ACTUAL DE LA DROGADICCIÓN

EN PUERTO RICO

Respecto al estado actual de la drogadicción, Puerto Rico poseía, para

2002 [según los datos el Programa de Evaluación de Necesidad de Servi-

cios para el Abuso de Sustancias, de la Administración de Servicios de Sa-

lud Mental y contra la Adicción (ASSMCA)], un preocupante porcentaje

de personas que habían consumido drogas ilícitas alguna vez en su vida

(12%), entre las edades de 15 a 64 años.15 Este porcentaje resultó mayor

que el correspondiente a los años 1997-1998, entre las mismas edades (10.

7%).16 Mientras en 2002, el porcentaje de hombres que habían consumido

drogas ilícitas alguna vez en su vida (18. 2%) era mayor entre las mismas

edades que entre los años de 1997 a 1998 (14. 8%), el porcentaje de muje-

14 Ibid.15 Consúltese «Puerto Rico: Personas que han usado alcohol o drogas alguna vez en su vida. Cambio entre 1997-98 y 2002. Población de 15 a 64 años», online, internet (http:// www.tendenciaspr.com/Salud/Drogas_y_Alcohol/Tablas_Drogas_y_Alcohol/04_Evo_Uso_de_drogas_y_alcohol_alguna_vez.htm).16 Ibid.

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res en ese renglón para 2002 (6. 3%) fue menor que en los años de 1997 y

1998 (7. 4%).17 Todos estos porcentajes se desglosan en la siguiente tabla:

Total Hombres Mujeres

Proporción sobre el total de personas de 15 a 64

años

Proporción sobre el total de hombres de 15 a 64 años

Proporción sobre el total de mujeres de 15 a 64 años

2002 1997-98 2002 1997-98 2002 1997-98 

  Drogas ilícitas 12.0% 10.7% 18.2% 14.8% 6.3% 7.4%

Marihuana 10.9% 8.2% 16.6% 12.6% 5.8% 4.7% Cocaína 5.1% 3.2% 8.1% 5.6% 2.3% 1.3% Heroína 2.1% 0.6% 3.6% 1.1% 0.8% 0.1%18

Como se ve en la tabla anterior, para 2002, los hombres consumían más

drogas ilícitas, o sea, la marihuana (16. 6%) que la cocaína (8. 1%) y la

heroína (3. 6%). Dichos porcentajes fueron mayores que en los años 1997

y 1998 (12. 6%, 5. 6% y 1. 1%, respectivamente). Mientras tanto, el con-

sumo en mujeres de marihuana (5. 8%), cocaína (2. 3%) y heroína (0. 8%)

resultaron mayores en 2002 que en los años 1997 y 1998 (4. 7%, 1. 3% y

0. 1%, respectivamente). Los números específicos de los porcentajes del

uso de drogas ilícitas y recetadas en hombres y mujeres para 2002 [tam-

bién basados en el estudio de ASSMCA mencionado arriba] se presentan

en la siguiente tabla:

17 Ibid.18 Ibid.

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2002 2002

Total Hombres Mujeres

Cantidad de

personas de 15 a 64 años

Proporción sobre el total de

personas de 15 a 64

años

Cantidad de hombres de

15 a 64 años

Proporción sobre el total de

hombres de 15 a 64

años

Cantidad de

mujeres de 15 a 64 años

Proporción sobre el total de mujeres de 15 a 64 años

Drogas 354,743 14.2% 233,663 19.6% 121,081 9.3% 

Drogas recetadas 114,191 4.6% 59,445 5.0% 54,745 4.2% Opiacias 58,572 2.3% 30,539 2.6% 28,034 2.2% Anfetaminas 19,061 0.8% 8,588 0.7% 10,473 0.8% Tranquilizantes 91,404 3.7% 49,635 4.2% 41,770 3.2%

 Drogas ilícitas 299,611 12.0% 217,027 18.2% 82,584 6.3% Marihuana 273,202 10.9% 197,662 16.6% 75,539 5.8% Cocaína 126,822 5.1% 96,784 8.1% 30,038 2.3% Heroína 53,266 2.1% 43,108 3.6% 10,158 0.8% Alucinógenos 24,453 1.0% 21,149 1.8% 3,304 0.3% Inhalantes 17,308 0.7% 13,281 1.1% 4,026 0.3%19

De acuerdo con esta tabla, para el año 2002, de 354, 743 personas que ha-

bían usado drogas entre las edades de 15 a 64 años (ó el 14. 2% del total

de personas entre esas edades); los hombres (233, 633 ó el 19. 6% del total

de varones entre esas edades) consumían más que las mujeres (121, 081 ó

el 9. 3% del total de féminas entre esas edades). Al desglosarse el total de

personas consumidoras de drogas, 114, 191 (4. 6% del total de personas

19 «Puerto Rico: Personas que han usado alcohol o drogas alguna vez en su vida[. 2002]. Población de 15 a 64 años», online, internet (http://www.tendenciaspr.com/Salud/ Drogas_y_Alcohol/Tablas_Drogas_yAlcohol/04_Uso_de_drogas_y_alcohol_alguna_vez.htm).

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entre los 15 y 64 años) consumían drogas recetadas como las opiáceas

[narcóticos con altos niveles de dependencia física y psicológica, al igual

que con graves características de tolerancia y retirada como la heroína (la

cual es ilegal en Puerto Rico), la morfina y sintéticas como la metadona],

anfetaminas [estimulantes tomados oralmente o inyectados para increpen-

tar el estado de alerta e insomnio como los supresores o inhibidores del

apetito], y tranquilizantes. Los hombres (59,445 ó el 5% del total de varo-

nes entre los 15 y 64 años) consumían más de estas drogas que las mujeres

(54,745 ó el 4.2% del total de féminas entre esas edades).

La tabla presentada arriba refleja que, para 2002, de 299,611 usuarias de

drogas ilícitas [como la marihuana, la cocaína y la heroína] entre las eda-

des de 15 a 64 años (ó el 12% del total de personas entre esas edades); los

hombres (217,027 ó el 18.2% del total de varones entre esas edades) con-

sumían más de tales drogas que las mujeres (82,584 ó el 6.3% del total de

féminas entre esas edades).

Por último, la propia tabla anterior refleja que, en 2002, de 24,453 usua-

rios de alucinógenos [como los inhalantes] entre los 15 y 64 años (ó el 1%

del total de personas entre esas edades); los hombres (21,149 ó el 1.8% del

total de varones entre esas edades) consumieron más de dichas drogas que

las mujeres (3,304 ó el 0.3% del total de féminas entre esas edades).

Si comparamos las cifras y los porcentajes acerca del uso de drogas en

hombres y mujeres adolescentes y jóvenes (entre los 15 y 34 años) en

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1997, 1998 y 2002, que proporciona ASSMCA, pueden verse los resultados en la tabla que aparece a continuación:

Total 15 a 17 años* 18 a 34 años*

Proporción sobre el total de personas de 15 a 64 años Proporción sobre el total de personas de 15 a 17 años Proporción sobre el total de personas de 18 a 34

años

2002 1997-98 2002* 1997-98 2002* 1997-98 

 Drogas ilícitas 12.0% 10.7% 9.0% 10.1% 16.3% 12.5% Marihuana 10.9% 8.2% 8.4% 9.1% 15.2% 9.7% Cocaína 5.1% 3.2% 1.1% 2.0% 6.1% 3.7% Heroína 2.1% 0.6% 0.2% 0.1% 2.4% 1.2%20

Aquí, los jóvenes de 18 a 34 años (16. 3% del total de personas de dicha edad) en 2002, consumían más drogas ilícitas

que en los años de 1997 y 1998 (12. 5% del total de jóvenes de dicha edad), siendo la marihuana (15. 2% del total de

20 «Puerto Rico: Personas que han usado alcohol o drogas alguna vez en su vida, por grupo de edad. Cambio entre 1997-98 y 2002. Población de 15 a 64 años», online, internet (http://www.tendenciaspr.com/Salud/Drogas_y_Alcohol/Tablas_Drogas_ y_ Alcohol/04_Evo_por_edad_alguna_vez.htm).

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de personas de dicha edad en 2002, y 9. 7% de este total en 1997-98) la

más usada en ambos períodos históricos. El grupo de usuarios de 18 a 34

años consumían más drogas ilícitas que el grupo de usuarios de 15 a 17

años en los períodos antes mencionados (9% en 2001 y 10.1% en 1997-

98), en que la marihuana (8.4% en 2002 y 9.1% en 1997-98) fue igual-

mente la droga más usada.

Cuando se divide el número de jóvenes que han usado drogas alguna vez

en su vida en 2002, por grupo de edad y por género, se obtienen los datos

que aparecen en las próximas dos tablas:

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Hombres 2002 2002 2002 2002

Total, hombres 15 a 17 años 18 a 24 años 25 a 34 años

Cantidad de hombres de 15 a 64

años

Proporción sobre el total de hombres de

15 a 64 años

Cantidad de hombres de 15 a 17

años

Proporción sobre el total de 15 a 17 años

Cantidad de hombres de 18 a 24

años

Proporción sobre el total de

18 a 24 años

Cantidad de hombres de 25

a 34 años

Proporción sobre el total de

25 a 34 años

   

   Drogas 233,663 19.6% 10,905 11.4% 46,651 21.7% 67,320 25.7%

   Drogas recetadas 59,445 5.0% 1,399 1.5% 8,772 4.1% 18,310 7.0% Opiacias 30,539 2.6% * * 4,407 2.0% 8,455 3.2% Anfetaminas 8,588 0.7% 329 0.3% * * 2,376 0.9% Tranquilizantes 49,635 4.2% 1,070 1.1% 8,404 3.9% 14,368 5.5%

   Drogas ilícitas 217,027 18.2% 10,274 10.7% 45,650 21.2% 64,857 24.8% Marihuana 197,662 16.6% 9,506 9.9% 43,118 20.0% 59,664 22.8% Cocaína 96,784 8.1% 352 0.4% 11,242 5.2% 36,646 14.0% Heroína 43,108 3.6% 352 0.4% 5,569 2.6% 13,062 5.0% Alucinógenos 21,149 1.8% * * 5,886 2.7% 4,325 1.7% Inhalantes 13,281 1.1% 1,299 1.4% 1,365 0.6% 4,169 1.6%21

21 «Puerto Rico: Personas que han abusado o tienen dependencia de alcohol o drogas en el último año, por grupo de edad (población de 15 a 64 años)», online, internet, 3 pp. (http://www.tendenciaspr.com/Salud/Drogas_y_Alcohol/Tablas_Drogas_yAlcohol/04 _Abuso_por_edad_ultimo_ano.htm), p. 2.

10

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Mujeres2002 2002 2002 2002

Total, mujeres 15 a 17 años 18 a 24 años 25 a 34 años

Cantidad de mujeres de 15 a 64

años

Proporción sobre el total de mujeres de 15

a 64 años

Cantidad de mujeres de 15 a 17

años

Proporción sobre el total de 15 a 17 años

Cantidad de mujeres de 18 a 24

años

Proporción sobre el total de

18 a 24 años

Cantidad de mujeres de 25

a 34 años

Proporción sobre el total de

25 a 34 años

   

   Drogas 121,081 9.3% 7,634 8.3% 27,530 12.7% 30,925 11.2%

   Drogas recetadas 54,745 4.2% 1,892 2.1% 3,899 1.8% 14,705 5.3% Opiacias 28,034 2.2% 1,578 1.7% 1,321 0.6% 8,728 3.1% Anfetaminas 10,473 0.8% 568 0.6% * * 2,692 1.0% Tranquilizantes 41,770 3.2% 314 0.3% 2,577 1.2% 8,380 3.0%

   Drogas ilícitas 82,584 6.3% 6,624 7.2% 27,023 12.5% 20,565 7.4% Marihuana 75,539 5.8% 6,275 6.9% 26,515 12.2% 18,123 6.5% Cocaína 30,038 2.3% 1,681 1.8% 3,684 1.7% 7,553 2.7% Heroína 10,158 0.8% * * 1,628 0.8% 3,132 1.1% Alucinógenos 3,304 0.3% * * 642 0.3% 2,345 0.8% Inhalantes 4,026 0.3% * * 507 0.2% 1,557 0.6%22

22 «Puerto Rico: Personas que han abusado o tienen dependencia de alcohol o drogas en el último año, por grupo de edad (población de 15 a 64 años)», p. 3.

11

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Según estas dos últimas dos tablas, el grupo de jóvenes que más consu-

mieron drogas en 2002 fue el de 25 a 34 años en hombres (67,320 ó el

25.7% del total de jóvenes varones de dicha edad) y mujeres (30,925 ó el

11.2% del total de jóvenes féminas de dicha edad). Mientras que los jóve-

nes de esa edad consumían drogas recetadas (18,310 ó el 7% del total de

jóvenes varones de esa edad) más que las jóvenes (14,705 ó el 5.3% del

total de jóvenes féminas de esa edad); hay un cambio específicamente en

el grupo de usuarias de drogas ilícitas, porque ocurre más consumo de es-

tas drogas entre los 18 y 24 años (27,023 ó el 12.5% del total de usuarias

jóvenes de esa edad).

En cuanto a las regiones de Puerto Rico con mayor incidencia de uso y

abuso de drogas para 2002, se encuentran las de San Juan (18. 1% del total

de personas de estas regiones entre 15 y 64 años de edad), las del este y

noreste (16. 4% del total de personas de estas regiones entre 15 y 64 años

de edad), las del noroeste y nortecentro (14% del total de personas de estas

regiones entre esa edad) y las del centro y oeste (13. 7 % del total de per-

sonas de estas regiones entre esa edad).23

Hasta aquí puede notarse una tendencia general en un uso mayor de los

hombres que en las mujeres en el uso de diversas drogas entre las edades

de 15 y 64 años. Esto se debe en gran parte al machismo latinoamericano

23 Véase «Puerto Rico: Personas que han abusado o tienen dependencia de alcohol o dro-gas en el último año, por región (población de 15 a 64 años)», online, internet (http:// www.tendenciaspr.com/Salud/Drogas_Alcohol/Tablas_Drogas_y_Alcohol/04_Abuso_por_region_ultimo_ano.htm).

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inculcado en muchos hombres aún hoy.

IV. EL DEBATE SOBRE LA MEDICACIÓN O NO MEDICACIÓN

DE LAS DROGAS EN PUERTO RICO

El debate sobre si se debe medicar [tratar al adicto solamente como un en-

fermo, y así suministrar dosis pequeñas del estupefaciente que su cuerpo

está pidiendo en hospitales yo centros gubernamentales de rehabilitación]

o no la droga en Puerto Rico constituye un tema controversial, sobre todo

desde hace casi dos décadas. Para 1989, la jueza municipal de San Juan,

Lcda. Tomasa del Carmen Vázquez, se pronunció a favor de la medica-

ción.24 Casi dos años después (1991), legisladores del gobernante Partido

Popular Democrático (PPD) como Marco A. Rigau [entonces presidente

de la Comisión de lo Jurídico del Senado] y, en menor medida, José Ro-

naldo “Rony” Jarabo [entonces presidente de la Cámara de Representan-

tes], apoyaron la medicación.25 Sin embargo, el también senador del PPD,

José “Pincho” Izquierdo se opuso a esta idea.26

Algunos estudiosos de la conducta humana, p. ej., Salvador Santiago Ne-

grón [psicólogo y profesor de la Universidad Carlos Albizu en San Juan],

José A. Vargas Vidot [director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria de In-

24 Véanse Carmen E. Acevedo, «Aboga una juez por la legalización de la droga», en El Nuevo Día (10 diciembre 1989): 6; Gerardo Cordero, «Una juez propone legalizar la dro-ga», en El Mundo (10 diciembre 1989): 6.25 Véase Carmen Millán Pabón, «Varada la legalización de las drogas», en El Nuevo Día (16 junio 1991): 6-7, esp. p. 6. 26 Ibid.

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Page 14: LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO … · Web view5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente

vestigación, Inc.]27 y Blanca A. Martínez Mounier abogan por la medica-

ción, opción o «esquema salubrista epidemiológico»28 de la droga. Mou-

nier, como los Drs. Santiago y Vargas, apoya el intercambio de jeringui-

llas como uno de los métodos para prevenir el Virus de Inmunodeficiencia

Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).29

Afirma que

los países [como Australia, Holanda y el Reino Unido] que han combati-do esta pandemia con el modelo de salud pública reducción de daños (programas de mantenimiento con metadona [como ocurre en Puerto Ri-co], intercambio de jeringuillas usadas por estériles, entre otros) la han contenido a niveles de infección por debajo del 7%, comparado con ni-veles mayores de 50% existente en puerto Rico, Haití y Nueva York.30

De hecho, Mounier realizó su tesis de maestría en la Universidad de Puer-

to Rico, Recinto de Río Piedras, mediante una encuesta con los 63 partici-

pantes del Programa de Intercambio de Jeringuillas de Iniciativa Comuni-

taria, Inc., específicamente cerca del el sector Berwind en Carolina.31 Para

tal encuesta, Mounier dividió a los 63 participantes en dos grupos. El Gru-

po-1 lo integraban 43 participantes (68%), en que eran 38 hombres (88%)

y 5 eran mujeres (12%) drogodependientes por vía intravenosa, con un

promedio de edad de 42 años y que estaban participando del intercambio

27 Véase José A. Vargas Vidot, «La Comunidad, un punto de partida subestimado», lec-ción Magistral en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, 7 pp. (2000), esp. pp. 4, 5.28 Blanca A. Martínez Mounier, Drogas: La prohibición mata…(Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas, 2000), p. 135. Este libro fue su tesis de maestria en Sociología y presen-tada en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras en 2000. 29 Véase Mounier, Drogas: La prohibición mata…, pp. 73-96, 135. 30 Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 93. 31 Véase Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 103.

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Page 15: LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO … · Web view5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente

de jeringuillas por un período de más de seis meses. Sólo 2 (5%) deambu-

lantes vivían en el sector Berwind y 8 (19%) tenían SIDA diagnosticado.32

El Grupo-2 lo integraban 20 participantes (32%), en que 18 (90%) eran

hombres y 2 (10%) eran mujeres, con un promedio de edad de 32. 5 años

para los hombres y de 34 años para las mujeres. Todos ellos estaban parti-

cipando del intercambio de jeringuillas por un período de seis meses o me-

nos. Sólo 3 (15%) eran deambulantes y 3 (15%) tenían SIDA diagnostica-

do.33

Los resultados de la encuesta realizada por Mounier establecieron, p. ej.,

que

la prohibición obliga a multicompartir jeringuillas y parafernalia porque los inyectores no tienen acceso a mayor cantidad, propiciando la conta-minación y propagación del VIH/SIDA y de la hepatitis B y C, entre otras enfermedades.34

Igualmente,

el programa de intercambio de jeringuillas Punto Fijo de Iniciativa Co-munitaria de Investigación, Inc., es efectivo en términos de accesar, inte-resar y lograr transformaciones en las prácticas de alto riesgo en las po-blaciones de drogodependientes por vía intravenosa [sic].35

Además,

el discurso de que el drogodependiente no trabaja aparece cuestionado en esta investigación. […] Se desmonta el mito de que las personas dro-godependientes y las VIH/SIDA no tienen actividad sexual.36

32 Véase Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 103, n. 213. 33 Véase Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 103, n. 214.34 Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 132. 35 Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 133.36 Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 134.

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Page 16: LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO … · Web view5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente

Como cuestión de hecho, 29 (67%) de los encuestados del Grupo-1 tenían

relaciones sexuales, 13 (30%) no las tenía, y 1 (3%) no contestó. De aque-

llos 29 encuestados, 19 (66%) usaban condones [profilácticos], 14 (48%)

mantenían relaciones sexuales con una persona, y 6 (21%) con más de una

persona.37 En el Grupo-2, 14 encuestados (70%) tenían relaciones sexua-

les, y 6 (30%) no las tenía. De aquellos 14 encuestados, 12 (86%) mante-

nían relaciones sexuales con una persona, y 2 (14%) con más de una per-

sona.38

A pesar de los datos de la encuesta de Mounier, existen planteamientos

éticos cristianos [con los cuales concurro] en contra de la mediación de las

drogas. Primero, la búsqueda desmedida de las drogas niega el hecho que

nosotros tenemos que venir con mentes claras39 (véanse implícitamente Dt.

6: 4; Col. 3: 2; 1 Tes. 5: 4-8; 1 P. 1: 13).40 Segundo, la búsqueda des-

medida de las drogas falla en reconocer la directiva escritural de llevar las

cargas a Cristo41 (1 P. 5: 7; además Sal. 55: 22).42 Tercero, y por último, la

búsqueda desmedida de las drogas [como otras cosas] no es conveniente ni

provechoso43 (1 Co. 6: 11).44

37 Véase Mounier, Drogas: La prohibición mata…, p. 125, n. 229. 38 Ibid.39 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 377.40 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 393, n. 11.41 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 378.42 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 393, n. 13.43 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 379.44 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 394, n. 23.

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Page 17: LA DROGADICCIÓN EN LA JUVENTUD DE PUERTO … · Web view5 Véase implícitamente Pablo Hoff, El Pastor como Consejero (Deerfield: Editorial Vida, 1981), pp. 178, 179. 6 Véase implícitamente

V. SUGERENCIAS PARA ACONSEJAR A UNA PERSONA QUE

ESTÁ USANDO DROGAS Y A SUS FAMILIARES

Ahora paso a dar algunas sugerencias para poder aconsejar a una persona

que está usando sustancias controladas, así como a los familiares de tal

persona. Primero, debe abrirle al drogodependiente la confianza. Segundo,

preguntar al drogodependiente qué lo está perturbando. Tercero, saber es-

cuchar al drogodependiente en sus respuestas. Cuarto, brindar al drogode-

pendiente un sentido de aceptación.45 Quinto, si el drogodependiente y/o

sus familiares no son cristianos, debe presentarles a Cristo como el Salva-

dor y Libertador.46 Sexto, recomendar al drogodependiente y/o sus fami-

liares pasajes bíblicos [como los mencionados arriba y muchos otros] so-

bre cómo confiar y depositar las cargas a Cristo. Séptimo, recomendar al

drogodependiente y/o sus familiares ayuda profesional [un consejero, un

pastor, un psiquiatra o psicólogo].47 Octavo, recomendar al drogodepen-

diente algún buen grupo de apoyo cristiano o secular, e incluso algún hos-

pital o centro cristiano de rehabilitación.48 Noveno, dar seguimiento al

drogodependiente y/o sus familiares, hasta donde resulte posible. Décimo,

y por ultimo, recomendar al drogodependiente y/o sus familiares asistir a

45 Véase Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 388. 46 Véanse Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, pp. 390-91; Hoff, El Pastor como Consejero, p. 178. 47 Véanse Giles, El ministerio del pastor-consejero, p. 167; Narramore, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, pp. 144-45. 48 Véanse Collins, Christian Counseling: A Comprehensive Guide, p. 389; Giles, El mi-nisterio del pastor-consejero, p. 167; Hoff, El Pastor como Consejero, p. 179; Narra-more, Enciclopedia de Problemas Psicológicos, pp. 144-45.

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alguna iglesia cristiana evangélica, si es que ninguno de ellos asiste a algu-

na.

CONCLUSIÓN

En resumen, este trabajo me ha ayudado a cobrar conciencia de la seria re-

alidad del problema de la drogadicción en Puerto Rico. Asimismo me ha

brindado de ciertas herramientas para aconsejar al drogodependiente y a

sus familiares. Creo que con la información contenida en este trabajo,

puedo ser un humilde instrumento en las manos de Dios para Su Gloria y

para beneficio de las personas.

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