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11. L. Diegucz
A. Pet rccol la
La d i s t r i b u c i ó n func iona l d e l ingreso y el sistema p rev i s i on . a l en la Argent ina, 1950-1969
Documento de Trabajo
Febrero de 1974
Instituto Twrcuato D i Te l l a Ceiitro de
Inves Cigac iones Económicas ~ u p e r f 1.502
Buerios Ai.res (26) Argentina
Los autores dejan constancia de su agradecimiento a J. S o u r r o u i l l e
por sus observaciones criticas a un esquema preliminar d e este trabajo.
El h a b i t u a l descargo de que sBlo los autores son responsables de eventna -
les errores e e particularmente necesario en este caso, por cuanto no en
todos l o s casos han seguido l o s consejos rec ib idos . Agradecen, asimis-
mo, comentarios de sus colegas del Centro de Investigaciones Econ6micas
d e l I n s t i t u t o Torcuato Di Tella en oportunidad de exponer el traha.jo en
reunión de seminario .
Todo 10 relativo a distribucidn d e l ingreso nacional es actual-
mente objeto d e considerable atencibn en nuestro p a f s , t a n t o desde el
punto de vis ta econ6mico como polftico-social . Son s i n embargo escasos
los trabajos de lndole tgcnica que tienden a dar sustento adecuado a
esa consideración, clarificando 10s hechos y lae estadísticas.- En la
presente nata nos proponemos dar un p a a ~ en esa direcci6n.
La eif ra del porcentaj e que las trabajadores reciben del i ng re so
nacional tiene una connotaci6n pol f t i ca importante, de modo que es com-
prensible que una eorreecf Ón de dicho porcentaje hacia arriba pueda ser
interpretada como proveniente de una ac t i tud de "derecha", en el senti-
do de demostrar que la situaei6n actual no es tan mala como las cifras
u s u a l e s sugieren : en t a n t o .que una corrección hacia abajo es suscep ti-
b l e de ser asociada con una a c t i t u d de "izquierdat', que trata de probar
que la distribueibn de ingresos es más regresiva que la que surge de
las cifras u ~ u a l e s . Deseamos poner en claro nuestra pos ie i6n a este re3
pecto. En cuanto ec~nornfa descriptiva a positiva (área que cubre este
trabajo) buscamos presentar las series que resulten más ilustrativas y
relevantes , con independencia de la direee36n de la corrección respecta
a las cifras usuales. En cuanto economfa normativa (regida por j u i c i o s
de valor) preferimos una eeonoda con una distribución de ingresos mucho
más igualitaria que la que existe en el presente o ha existido en cual- - En el curso de la ewpasici6n se proporcionan referencias de algunas t rabaj os.
quier momento d e l pasado en nuestro pafs, lo que sin duda requiere una
participación mayor de l sector asalariado; pero en cuanto consideramos
aspectos positivos, procuramos no dejarnoa influir por esos preconceptoa
normativoe . Nuestro prop6sito es mostrar que sdXo en condiciones de e q u i l i -
brio financiero del sistema previsional la serie habitual de renumeracio - nes indica el total neto percibido p o r el conjunto de asalariados (acti-
vos y pasivos) . como en la década de los años 1950 - sobre todo en su
primera mitad - el sistema previsional tuvo importantes supersvi t , toda
comparación entre esos años y los de la década de 106 años 1960 debe ha-
2 / cerse previa correcci6n de las serles habituales.-
Adembs, fa otra serie usual, de sueldos y jornales, no sirve como
indicadora de ingresos netos del sector asalariado activo, por cuanto,
debido a la distinci6n legal - econ6rnicmente no significativa - ent re
aportes personales y patronales al sistema previs ional , representa ingre - sos netos d e aportes patronales pero 2nckuye 1 ~ s personales. Siendo im-
portante conocer l a percepcidn neta de ingresos del sector asalariado ae-
tivo debe contarse con una serie ajustada, que represente sueldos y j ~ r -
nales netos de todo aparte previsional.
La presentad& estg organizada de la siguiente manera, En la
Seccibn 11 se caraentan las series básicas, provenientes de estimaciones
realizadas p o r el Banco Central, y se esbozan las alternativas de presen -
3 El análisis ee susceptible de extensión para considerar el &gimen de subsidios familiares.
taci6n y l o s posibles ajustes a las series básicas. En la Seccióii 111
se caracteriza la evolución del sistema previsioaal; en la Secci6n IV
se presentan varias formas de considerar la distribución funcional d e l
ingreso, algunas de ellas las usuales y otras las que resultan de tomar
en cuenta al conjunto de los asalariados activos y pasivos, Por Últi-
mo, en la Seccidn V se presentan conclusiones d e l t r aba jo .
La información sobre participación de l o s asalariados que se pro-
porciona regularmente en nuestras cuentas nacionales est5 contenida en
dos series estadfsticas referidas a Tos sueldos y salarios abonados a
l o s trabajadores en relación de dependencia. De la diferencia entre ca-
da una de esas series y el ingreso nacional se derivan las correspondien -
tes a los ingresos de los no asalariados, que resultan estimados en for-
me residual y constituyen un conglomerado que incluye l o s beneficios de
los empresarios, la renta de la tierra, los intereses d e l capital , los
ingresos de trabajadores autónomos, etcétera.
La primera de estaa dos aeries , denominada "remuneración de loa
asalariados", comprende el total de los ingresas .de los trabajadores en
relación de dependencia en concepto de sueldos, salarios , bonificaciones ,,
salario familiar y otras formas de pago, en dinero o en especie, s i n de-
ducción de los aportes patronales y personales a las cajas de jubilacio-
nes ni de otros gravhenes directos a que estuvieran sujetos dichos in-
gresos. O sea que la remuneraci6n es la suma de sue ldos nominales y
aportes previsionales patronales . La segunda de las seriea es la que en nuestras cuentas nacionales
se denomina, "jornales y sueldos", resultando de deducir de la anterior
las ap~rtes patronales - pero no los personales - a las cajas de previ-
s ión . a O sea que la serie representa jornales y sueldos nominales.
En ambos casos, las series muestran la d i s t r i b u c i ó n denominada
primaria d e l ingreso, es d e c i r la que resul ta de la pazticipaci6n de los
factores en el proceso productivo. Por lo t a n t o , no reflejan la redis-
tribuei6n que se origina en la aplicaciSn de impuestos, subsidios y
transferencias, todo 10 cual se sobreimpone a la dis tr ibuci6n primaria,
como t m p o c ~ el papel que desempeña el g a s t o pGblico en l a distribución
del ingreso.
Sin embargo, la serie de remuneraciones puede, en un caso espe-
ci.al , interpretarse no so'lo como costo de la mano de obra asalariada en
la generación del. producto, s i n o tamblgn desde el k g u l o del, ingreso: si
el sistema previsional estg cada año balanceado desde el punto de vista
financiero, el total de lo recaudado por l a s cajas de jubi lac iones es a
su vez perc ib ido por l o s jubi lados . La s e r i e de remuneraciones muestra
entonces la suma de ingresos de asalariados, netos de aportes previsio-
nales, d s los ingresos de los jubilados que fueron asalariados mien t r a s
formaran parte de la poblaei6n activa, o sea que la serie representa en
y Cabe señalar que mientras el monto de los jornales y sueldos se cal- cula sobre la base de lo devengado en el año, el t o t a l de lo que se denomina remuneraciones incluye el aporte patronal efectivamente in- gresado a las cajas del sistema de previs ibn,
ese caso el t o t a l percibido por el conjunto de asalariados (activos y pa-
s ivos) , antes del pago de impuestos directos y de la recepci6n de otras
transferencias.
Si, en cambio, el sistema previsional no está en equi l ibrio fi-
nanciero, el antes,mencíonado total perc ib ido por el conjunto de asalaria - dos (activos y pasivos) resulta de restar a la serie de remuneraciones el
superávit (o sumar el dgficit) del sistema previsional.
El proceso redistributivo a que se hizo mencidn anteriormente no
ae agota por cierto al tener en cuenta el efecto del superávit (o d é f i -
c i t ) del eistema previsional. Otro ajuste relevante consiste en conside-
rar tambign el resto de las transf exencias , y, sobre tado , el resultado
de la aplicación de impuestos directos , para poder llegar a determinar la
distr ibución funcional del ingreso disponlb le,
Por G l t h o , si ademss se adicionan a l o s ingresos de los sectores
considerados los servicios derivados de la acción d e l Estado a través d e l
gasto público, puede llegar a obtenerse una vis ión más completa de la
distribuci.611 funcional d e l ingreso despuss d e l proceso de redistribución
4 / a cargo del Estado.- - Un esquema detallada de los ajustes necesarios para tomar en cuenta
el proceso de redistribuci6n a través d e l sistema impositivo, de trans - ferencias y de gasto palito , puede verse en R. Stone, "The Genera- tion. Distribution and Use o£ Income". Review o£ the Intemational ~tatistical Institute, Volume 36:2, 1468; y en United Nations, Econo- mic and Social Couneil, Statistical Commission, A Draft System of Sta- ti8 tics of the Distributioa of Income , Consurnption and Accumulation , mimeo., 1972, . .
otro tipo de ajustes a la información son tambign p o s i b l e s , de-
5 / pendiendo de la naturaleza de la cuestión que se desee considerar.-
En primer lugar, cabe consignar que la catagorra de asalariados
está l e j o s de representar un todo homogéneo. Si bien representa sustan-
cialmente loa grupos de obreros y empleados, incluye también los al tos
ingresos de dirigentes de empresa computados formalmente como remunera-
ci6n de su trabajo, que en muchos casos comprenden parte de d i s t r i b u c i S n
de beneficios. Tambign están inclufdos los sueldos de a l t a s funcionarios
p ú b l i c o s , oficiales de las f uexzas armadas , etc. A su vez la categorga
d e ingresos de no asalariados incluye l o s correspondientes a trabajado-
res independientes y pequeños propietarios cuyo8 ingresos son por l o ge-
neraluna mezcla de salarios imputados y beneficios.
El anterior problema se vincula can el d e la relación m t r e La
distribución funcional y la dis tr ibuc i6n par tramos de ingresos. Los
cambios en la d i s t r i b u c i ó n funcional ae u t i l i z a n muchas veces como i nd i -
cadores de los cambios en f a d is tr ibuci6n del ingreso par tramos. Esto
se jus t i f i ca por las dificultades de disponer de informaci6n frecuente
obre el segundo f i p o de distribución. Esta aproximación tiene val i -
en lo que sigue no se pretende realizar una enunciación exhaustiva de l o s p o s i b l e s ajustes, sino ejemplificar algunos de especial intergs . Asimismo, se mencionan varias es tud ios , a t f t u l o i lustrativo y s i n profundizar en su valcraci6n.
El grado de aproximación con que se pueden deducir cambios en la d i s - tribución por tramos de 1 0 s cambios en la dis tr ibución funcional estf correlacionado con el grado de desarrollo de l o s paises (nuestra refe- rencia es a pafses de estructura capital is ta) . En 10s pafses con
dez en el caso argentino en comparaciones de corto plazo. S i n embargo,
resulta clara la conveniencia de disponer de información m a s precisa de
las relaciones que hay entre ambas formas de d i s t r ibuc ión . Algunos tra-
b a j o s todavfa poco ut i l i zados pueden dar l a s bases para l levar adelante
7 / e s t a lfnea de investigación. -
Ya se indicó la necesidad de tener en cuenta los efectos de la
acción d e l gobierno a travgs de la p o l í t i c a impositiva y d e gasto pGbli-
co sobre l a d.istribuciÓn primaria. En un trabajo que se re£ iere a pr in-
cipios de la dgcada de los años 60, Federico Herschel y un equipo de co-
laboradores mostraron que dicha palctica no es neutral con respecto a la
S 1 dis tr ibución por tramos en el caso argentino,-
Desde otro punto de vista, si se quiere considerar el problema
distributivo teniendo en cuenta la evoluci6n del poder adquisitivo de
a l t o grado de desarrollo los asalariados predominan fuertemente en los tramos más bajos d e la d i s t r i b u c i ó n y los propietarios en los más altos . En c e b i o en pafses d e menor n i v e l d e desarrollo, y con foms ciones de economfa dual, los pequeños propietarios agropecuarios y t rabaj adores independiei tes suelen predominar en los - t r m s mbs b aj os , mientras que los asalariados industriales predominan en los sectores medios. En este caso, la va l idez de inferencia6 de cambios en una distribución basadas en cambios en la otra resulta por c ierto poco con£ iable . La informaci6n bssica m& elaborada has ta la fecha se encuentra en Consejo Nacional de Desarrollo, Distribución del ingreso y cuentas na- cionales en la Argentina, Investigación con j unta CONADE- CEPAL , Buenos Aires, 1965. Dicho e s tud io proporciond la información u t i l i z a d a pos la Comisión Económica para Amgrlca Latina para su publicacign .El desa- rrollo econbmico v la dis tr ibuci6n del ingreso en la Argentina. Nueva York, 1968.
Conseja Nacional de Desarrollo, Estudios de P o l f t i c a Fiscal en la Ar- gentina, Buenos Aires, 1967.
Tos ingresos de distintos grupos sociales en función de los bienes que
componen la s diferentes canastas de consumo, se hace necesario tomar en
cuenta explLcitamente la variación de los precios relativos de dichas ca-
nastas. Un reciente artículo d e Alfredo Monza ha encarado este t i p o d e
ajuste deflacionando la serie de ingresos de asalariados por el índ i ce de
precios del consumidor, tomando a éste como indicador aproximado de los
9 / precios de l o s bienes-salario.-
También puede resultar de interés determinar en qué medida l o a
cambios en la distribución funcional del ingreso se explican por altesa-
ciones en la importancia relativa de los d i s t i n t o s sectores productivos y
1 o/ cuanto por modificaciones en la dis t r ibucio 'n dentro de cada sector .- El m i s m o t i p o de anális is puede aplicarse a la determinación d e
la magnitud de l o s cambios atr ibu ib le s a cambios en las remuneraciones re-
lativas de asalariados y no asalariados y a variaciones en la participa-
111 eión d e los asalariados en la poblacio'n activa.-
En esta nota nuestro prop6sito es presentar uno de los ajustes
pos ib l e s a la informaci6n de que se d i s p o n e . El mismo consiste eri conci-
derar el efecto de los resultados financieros del sistema de previsión
o Alfredo Monza, 'Za medición empírica de la d i s t r i b u c i ó n funcional del ingreso", Desarrollo ~cono'mico, Vol. 13, ~ " 5 0 , Jul io-Set iembre 1973,
-'ver Juan C. de Pablo, "Un análisis sectaria1 de la distribución funcio - nal, d e l ingreso", mimeo, 1973.
%'ver Lorenzo J. Sigaut, Acerca de la dis tr ibución y niveles de ingreso en la Argentina, Ediciones Macchi, Buenos Aires, 1972,
12 / para asalariados sobre la distribucibn funcional d e l ingreso,-
El hecho que hace relevante eate ajuste - fundamentalmente en
comparaciones de largo p l a z o en Argentina - es que los ingresas y egre-
sos de caja del sistema previsional no estisvíeron balanceados en cada
uno de l o s años que van de 1950 a 1969, que es e l período objeto de nues - tro análisis. Como consecuencia de ello ninguna de l a s dos series de dis - tribución del ingreso que surgen de las cuentas nacionalea en Argentina
reflejan 10e ingresos netos de aportes j u b i l a t o r i o s ni de los asalaria-
dos en actívidad, ni d e l sector asalariado tomado como un conjunto, con-
siderando como tal a la suma de 30s asalariados act ivos y l o a jubi lados
que fueron aaalaxiaJos mientras formaron parte de la poblaci6n activa.
Es te ajuste es indispensable para efectuar en Argentina compara-
ciones entre la situaci6n actual y, por ejemplo, la correspondiente a
principias de la ddcada de loa años 50, cuando el sistema previsional era
fuertemente superavitario.
Para realizar el a n á l i e s utilizaremos como fu.ente de informa-
cien la contenida en las cuentas nacionales publ icadas pos el Banco Cen-
tral .- 13/ La u t i l i i a c i á de esta fuente bPsica de información se hace
12 / - Cabe consignar que los ajustes antes mencionados pueden combinarse en tre sf y con el presentado en este trabajo, de modo de cansiderar el- efec to conjunto de varios de ellos,
g/ Banca Central de le RepGblica Argentina, Origen del producto y d i s - tribución d e l ingreso, años 1950-1969, Suplemento del Bole~zn Esta- dfs t i co NO1, Enera de 1971, Buenos Aires.
aceptando que las cifras allf contenidas son correctas, por cuanto excede
el marco de este trabajo examinar la confiabi l idad de las mismas. Tam-
bi6n es conveniente precisar que hemos limitado nuestro anslisie al perfo -
do 1950-1969, por ser el cubierto por dicha informeci6n. Cualquier in ten +
r o de prolongarlo hacia añoa anteriores a 1950 o posteriores a 1969 re-
quiere la compatibi l ización de fuentes hetexoggneas de información. T a l
complicación no es necesaria para el propósito central de e s t e trabajo.
En e s t e punto resulta conveniente d e f i n i r l o s términos que se
ut i l i zar& en l a s secciones siguientes. Se denomina asalariados ac t ivos
al nhero de personas que trabajan en relaci6n de dependencia y asalaria-
dos pasivos a aquellos j ub ilados que fueron asalariados mientras formaron
parte de la población activa. El tota l de asalariados es la suma de los
asalariadas activos y pasivos. La expresidn jornales y sueldos tiene el
mismo s e n t i d o que se le da en las cuentas nacionales, mientras que se u-
t i l i z a la expresión remuneraciones como abreviaci6n de lo que en las cuen - t a s nacionales se denomina remuneraci6n de asalariados.
La serie de jornales y sueldos netos representa e1 resultado d e
deducir a la de jornales y sueldos los aportes personales a las cajas pre - visionales , Los importes p ercibidos p o r los asalariados pasivos en con-
14' La suma de eepta de beneficios d e las cajas se denominan jubilaciones,-
estos dos Últ imos conceptos es llamada ingresos de asalariados. Los in-
gresos y egresos de las cajas de jubilaciones de asalariados son las SU-
- 14' En r igor , Iss prestaciones d e l sistema previsional aon d e d i s t i n t a s clases de jubilaciones y pensiones.
mas percibidas y abonadas, respectivamente, por el sistema previsional,
excluyendo a las cajas de tsabaj adores autbnomos . Ademaa d e l concepto usual de ingreso bruto interno d e los £acto +
res se considerb conveniente utilizar el concepto de ingreso bruto inter -
no ajustado. De la consideración d e l euper6vit del sistema previsional
como un impuesto al trabajo, surge que este nuevo concepto resulta de res - tar (sumar) al ingreso bruto i n t e r n o de loa factores el cupergvit (dk£i-
cit) del si8 tema previsional .
La legislación que extendi6 el sistema previsional a práetica-
mente la tota l idad de l o s trabajadores en relacidn de dependencia se dic-
tó en la segunda mitad de la decada de l o s años cuarenta.- 15/ La recauda-
ci6n de los aportes correspondientes comenzb poco después de dictada l a
legis lacibn. Sin embargo, los beneficios a los asalariados se fueron o-
torgando paulatinamente. b s fondos acumu8adas en el perfodo inicial fue -
ron transferidos a la Tesorerfa,loque emitib t f t u l o s pGblicos a favor de
g ' ~ 1 régimen previsianal pare los dos sectores más importantes - comer- c io e industria - fue dictado en 1944 y 1946, respectivamente, La im portancia de es t o s sectores puede ej emplif icarse con la circunstancia de representar sus beneficiarios, en 1969, el 47,6% d e l total de las cajas para asalariados. El sistema previsional anterior a 1944 estaba represeltado por la creación, en un proceso iniciado a principios d e siglo, de cajas correspondientes a empleados públ icos , ferroviarios, personal de servicios ptbl icos , bancarios, periodistas y personal de navegaci6n (adema6 de f uerzm armadas y p o l i c f a) , En la década de 1950 fueron incorporados al sistema prev i s iona l los trabajadores rura - les y de servicio dom&stico.
las Cajas. Ik esta manera, en los primeras años el sistema funcionó de
hecho como un impuesto. Luego el número de beneficiarios de las cajas
fue aumentando h m t a l legar a estabilizarse, como proporción de la pobla-
ci6n asalariada act iva, recién a mediados de 105 años sesenta,
El Cuadra 1 reseña la evolución d e l sector pasivo de asalaria-
dos, en valores absolutos y en proporci6n al total de asalariados.
Las cifras d e referencia tienen algunas limitaciones que es con -,
veniente precisar, si bien no afectan sustancialmente nuestras conclusio-
nes.
La primera d e esas limitaciones surge d e l hecho que las cifras
sobre personal asalariado ocupado proporcionadas por el Banco Central es-
tán sobaevaluadas, dado que no están depuradas por doble ocupación. Es
decir que no indican número de ocupados sino número de ocupaciones. En
Pa medida que la proporci6n de personas con d o b l a ocupación haya variado
con el tiempo, la columna d e l Cuadro I que da la proporci8n de pas ivos so -A
b r e el t a t a 1 de asalariados estar6 distorsionada. En un trabaja recience,
Lorenzo S igaut proporciona cifras de ntrnero de ocupados elaboradas p o r
16 / CONADE y aparentemente no p u b l i c a d a anteriormente.- La tendencia que
surge de las m i s m a s es de un aumento a lo largo d e l perfodo de la propcr - ci8n de personas con d o b l e ocupación. Si esta informacián £uese correc-
t a , ello llevarla a acentuar el aumento de participaci6n de asalariados
16 / - Lorenzo J. Sigaut , o p . c i t . , Cuadro 6 , pag. 2 9 .
(Xiadro 1
AShLARIADOS ACTIVOS Y PASIVOS
Amos
ASALARIADOS MALARIADOS TOTAL DE PARTTCIPACION ACTIVOS PASIVOS ASALARLADOS DE PASIVOS
( Miles de personas ) (en %)
(1) (2) 13) = (1)+(2) (2) ( 4 ) I(.j) xl00
FUENTE: Columna 1: Banco Central, op, cit,, Cuadro 3 4 , p a g . 21,
Columna 2 : I b i d e m , Cuadro 42 , pag. 26. Resulta de restar los rra- baj adores autbnomas del. t o t a l de beneficiarios .
pasivos a lo largo del t iempo, con respecto a la serie indicada en el
17 / Cuadro 1.-
La segunda limitaci6n estg relacionada con las variaciones cf-
calcas que afectan la ocupación. En este caso es mas d i f f c i l establecer
la direecign del pos ib l e sesgo de las estimaciones. Ciertamente el nGme-
ro de desocupados debe ser proporcionalmente mayor en los años de depre-
sión. Sin embargo, el ciclo tambign puede afectar ak número de jubi lados
en la m i s m a d irecc i8n que al número de asalariados ocupados si suponemos,
con bastante realismo, que l a soncesien de nuevas j u b i l a c i o n e s depende de
la situaci6n financiera de las cajas, la que a su vez se ve afectada por
el ciclo. En cualquier caso l a corrección a introducir no es de magnitud
s i g n i f i c a t i v a coma para afectar la clara tendencia que surge d e l cuadro.
Al mismo tiempo que el n6mero de asalariados pasivos crecio' res-
pecto al total de asalariados, tambien fue cambiando la j ub i l ac idn mediz
l a / recibida por los mismos.- E l Cuadro 2 resume Ya infomaci6n correspon-
diente.
a ~ s e e aspecto de la doble ocupaci6n, y , en particular, de su p o s i b l e incremento en el tiempo, exige una. investigacign cuidadosa, incluyendo l a s i tuac i8n - más d i f f c i l de captar, por su carácter irregular - de jubi lados que continban desarroflands tareas remuneradas. Es bien co- nocido el heclzo de ser éste un serio problema social en nuestro pafs , derivada del gran incremento de jubi lados (ver columnas (2) y ( 4 ) del Cuadro 1 y del descenso de su8 retribuciones medias , como se demues- t ra en el Cuadro 2 .
l8/ - Parece impor tan te investigar en mayor detalle las causas del fuerte descenso, entre 1950 y 1963 , de la retribueian media que surge de la columna (4) del Cuadro 2, Básicamente, se hace necesario conocer en qué medida dicha baja responde a un cambio en la estructura de los be- nef iciarios por cajas I ~ s r cuanto las r e t r i b u c i o n e ~ por caJ a di.f ieren
considerablemente) y en que proporcibn a un descenso de l o s valores me -- dios de cada caja. Un cálculo rápido permite aseverar que, para una divis ión d e l sistema previsional para asalariadas en tres subs is temas (industria , comercio y actividades a£ ines ; personal d e l Es tado y cerwi - cios pÚb lieos ; y fuerzas armadas y de, seguridad) aproximadamente 40% d e l descenso de los valores promedio de retribucidn en toda el sisre- ma, entre 1950 y 1963, se debe al cambio de estructura y GOX al. des- censo medio en cada subsistema. El cambio de estructura corresponde a Pa expansión considerable de las eajdis de industria y comercio, ils menores niveles medios de retribuci6n que las d e l segundo subsistema, correspondiente a empleados del Estada y Servicios PCbl icss . Un a&- lisis m& pormenorizado requiere andizar en detalle la situaci6n de cada caja en cada subsistema,
Cuadro 2 REESUNERACION MEDIA DE ASALARIADOS PASIVOS
Egresos de Remunera - Indice Remunera Xndice d e Remunera- c a j a s d e ciónme- d e p r s ciónma- remunera- ciÓn me-
j ub i l ac io - d i a de c ios im- d i a de ciÓn m e d i a de p a nes de asa asalaria plícltos asalaria dia en rno sivos CO-
l a r i a d o s d o c p a s z en el daspasT - n e d a c o n s - moporcefi Qño S vos (ju- PB1 VOE en tant e taje de
bilac ión moneda la remune - media) constan- racio'n 5
(1) (2) te d i a de Mil lones ( 3 ) ( 4 ) (5) activo S
de m$n m$ri co - m$n de e 2950=1 O0 16
FUENTE S :
Colunna 1: Banco Central, op.cit., Cuadro 41 , psgs . 24-25. Resulta de res- tar los egresos de l a s cajas de trabajadores autÓnomos d e l to- t a l de egresos de todas las cajas.
Columna 2 : Resulta de d i v i d i r l a s entradas d e la columna (1) por las de la calumna ( 1 ) del Cuadro l .
Columna 3: Banco Central, op .c i t . , Cuadro SO, p6g. 4 3 . Columna 4 : Resulta de d i v i d i r la coltlmna (2) por la (3). 1:ol.ua;na 6: Resulta de d i v i d i r la columna (2) por la remunaraci6n media de
asalariados según Banco Central, op.cit., Cuadro 31, págs. 18- 19.
Para construir el cuadro se supuso que el total de l o s egrecos de
las cajas de jubilaciones corresponde a las prestaciones jub i l z tar ias . De
esta manera, se obtuvieron las remuneraciones medias dividiendo los egre-
sos por el nGmerc de benef i c i n r i o s de las cajas correspondientes.
Tambign se incluye una estimacia'n d e dichos promedios en moneda
constante, obtenida d i v i d i e n d o l a s valores ccrrientes por loa precios im-
n9/ p l E c i t s s en el Producto Bruto Int~eno a c o s t o d e £actores.-
Las dos últimas cobmnas d e l Cuadro 2 remimen la informacidn rele-
vante para e l presente trabajo, La tendencia rescltante se puede detectar
f 6c i lmenre: hay una declinación de la remuneracio'n media desde 1955 l-iasta
1965 y una posterior recuperacio'n que vuelve a l o a nlveAes in ic ia les .
Par su parte, la evolucien del cociente entre l a j ub i l ac i6n media y
l a s remuneraciones medias de l o s asalariados acti,vcs, es algo d i s t i n t a ,
Como en el primer caso, e s t e cociente tiene una clara tendencia d e c l i n a n r e
hasta mediados d e l o s años sesenta y una resuperacibn poster ior . Si;i m-
bargo, esta recuperación no es s u f i c i e n t e para volver a alcanzar '-1s n i l ~ e -
les anteriores a 1955. ,
A pesar de e s t a dimninuci6n de la jubilaci6n media, y deb ido -rl in.-
cremento del número d e j u b i l a d o s , el supersvit f inanc ie ro del sistema pre-
v i s i o n a l del comienzo del periodo se fue reduciendo rápidamente en terni--
nos reales, hasta convertirse en def ic i t en los Gltimoa años. E L Cuadro 3
19/~I haber u t i l i z a d o este deflactor, y no el &dice de precios de la ca- - nasta d e consumo de l o s jubi lados , esta estimacion no puede interpreta^ se como cndiee de valor adqu i s i t i vo de los importes rec ibidos . Por es- t a razón ae ha evitado denominar la serie as< obtenida como remuneraci8ri real de los jub i lados .
sintetiza la información relevante a este respecto.
La evolución de l o s superávit y def icit de las cajas de j u b i l a c i o -
nes de asalariados muestra que el sistema previsional s igni f i có la aplica -
ción d e un impuesto neto a l o s asalariados en l o s primeros años d e l perío-
do, E s t e impuesto (bastante importante) se fue convirtiendo paulatinamen-
te en un pequeño s u b s i d i o . Las consecuencias de este hecho sobre la s par-
t i c ipac iones en el ingreso nacional una vez computados sus efectos son cla
ras: implican una disminución de participación del to ta l de asalariados en
los primeros años del período y un l eve aumento en l o s u'lt h a s , can respeg
to a las ci£rac habi tua les .
Sin embargo, antes de seguir con nuestras abservac iones, conviene
tener en cuenta la composici8n de l a s dé f i c i t y superávit de las cajas de
jubi lac iones . Como se sabe, d ichas ca jas comprenden tanto a las de la in-
d u s t r i a , comercio y act iv idades c i v i l e s , como a las de trabajadores d e l Es - tado y a l a s de fuerzas armadas y de seguridad. Mientras el primer grupo
de cajas tuvieron un supergvit, aunque decreciente, a lo largo de todo el
periodo, l a s correspandientes a los trabajadores del Estado tuvieron supe-
ráv i t hasta 1958 y desde entonces déf i c í t . Por su parte, Las ca jas corres
pondientes a las fuerzas armadas muestran un d g f i c i t creciente a l o largo
del tiempo. De hecho, la mayor parte del déf ic i t g loba l señalado para l o s
G l t i m o s años corresponde a las cajas militares y fuerzas de seguridad,
De esta manera, el sistema de impuestos y subs id ios i m p l í c i t o s en
el sistema previsional ha jugado en forma sistemáticamente diferencial pa-
ra los d i s t i n t o s grupos i nc lu ídos en el t o t a l de asalariados. Una desagre -
gación en las categorías mencionadas resultaria de mucho interés. Lamenta
Cuadro 3
RESULTADO FINAXCLERQ DE IAS CAJAS DE JUBILACIONES DE ASALARIADOS
--
Ingresos de Egresos d e Superavit Supera~ it las cajas de las cajas d e Superavit en moneda con jubilaciones jubi lac iones constante respecto
de de (3) E ( 4 ) a PBI Años asalariados asalariados
(1 > (2) Millones
= (1)-(2) m$n de (5)
Millones m$n corrientes 1960 En %
FUENTES :
Columna I : Banco Central, og.cit., Cuadro 4 0 , págs. 2 4 y 2 5 , Resulta de restar de l o s ingresos totales de las cajas l o s correspandien- tes a las de trabajadores aut8aornos,
Columna 2 : I d a columna (1) del Cuadro 2. Columna 4 : Columna ( 3 ) d i v i d i d a por precios lmpl f c l ta s en el PBI a < , a s lo
de factores proporcionados por Banco Central, op.clt,, Cuadk'~ 50, pág. 4 3 .
Columna 5: Columna ( 4 ) sobre PB1 a costo de factores, tiegGn Banco Central, op.cit., Cuadro 4 3 , págs. 30 y 31,
blemente , no es posible realizarla con la información publ i cada en las
cuentas nacionales hasta el momento.
Planteado el problema en estos términos, podemos ahora pasar a cal-
euiar la participación en el producto interno de los asalariados activos,
l o s pasivos y el t o t a l de asalariados. En el Cuadro 4 se resume la infor-
mación sobre ingresos del sector asalariado, además de las
serles hab i tua l e s , estimaciones de Tos jornales y sueldos netos de asala-
riados activos, los ingresos de asalariados pasivos y la suma de ambos cok
espras , que es el t o t a l de ingresos netos de asalariados (activos y pasi-
vos) 0
Por su parte, el Cuadro 5 indica, a modo de resumen, las formas al-
ternativas en que, como porcentaje del ingreso in te rna , puede expresarse
La par t ic ipac i Ó n asalariada.
En este Cuadro 5 se presentan las series habituales de la d i s t r i b u -
cio'n primaria en l a s columnas (1) y (2). Las columnas ( 3 1 , ( 4 ) y (5) indi
can la participación de los asalariados activos y pasivos en la que hemos
denominado ingreso bruto interno ajustado, es decir, la diferencia entre
el ingreso bru to nacional y el superávit del sistema previsional . Dichas
columnas expresan la participaci6n de los grupos correspondientes después
de tener en cuenta la redistribución resultante d e l funcionamiento d e l si8 - tema de revisión y antes de considerar, entre otras cosas, el e£ ecto de
Cuadro 4
INGRESOS DE LOS ASALARIADOS
(En millones de m $ n corrientes)
Jornales Ingre - Xngr esu S
Remunera- y suef d~ S sos de d e l c iones de Jornales netos de asala sector a-
Aiio s asalar ia- y sue ldos asalar ia- r iados salas iada dos dos pasivos (5)
ac t ivos (1 > (2) (3) ( 4 ) = ( 3 ) + ( 4 )
FUENTES :
Columnas 1 y 2: Banco Central, op.cit., Cuadro 1, pa'g~ . 2 y 3. Columna 3 : Resulta de restar a la columna (2) la diferencia ent re los in-
gresos de las cajas de jubilaciones de asalariados (columna 1, Cuadro 3) y los apartes patronales j u b i l a t o r i o s (~anco Central, o p . c i t . , Cuadro 1, paga. 2 y 3).
Columna 4 : Igual que columna (2) del Cuadra 3 . Columna 5: Columna (3) + Columna ( 4 ) 8, alternativamente, Columna (1) me-
nas superávit de cajas de jubilaciones d e asalariados (c~lumna 3 d e l Cuadro 3) .
Cuadro 5
PARTICIPACION DE LOS ASALARIADOS EN EL
INGRESO BRUTO INTERNO (EN %)
PARTICIPACION EN EL PARTICIPACION EN EL INGRESO BRUTO INGRESO BRUTO INTERNO INTERNO AJUSTADO Remunera Jornales Jornales y Ingreso S Ingr c so S -
Año S ciones Y sueldos ng de asala d e l to- de asala sueldos tos de a s ~ r iado a- tal de r iados lar i d o s pasivos asalar ig
act ivoc dos (5) =
(2_> ( = ( 3 f ( 4 )
FUENTES :
Columnas (1) y (2 ) : Banco Central. .., o p . c i t . , Cuadro 3 , págs. 2 y 3 .
Columnas ( 3 ) , ( 4 ) y (5): Resultan de calcular el porcentaje de l a s colum- nas correspondientes del Cuadro 4 con respecto al Ingreso Bruto Interno A j u s t a d o . E s t e Último es la diferencia entre el Ingreso Bruto Interno y el superávit de todo el sistema previsional que re- sul ta de l o s cuadros 40 y 41 de Banco Central. . . , op.cit. págs, 24 y 2 5 .
los impuestos d i r e c ~ o s y d e l gasto público .- A f i n de fac i l i t a r el aná-
lisis, las series de las columnas (1) , (3 ) y 15) del Cuadro 5 se represen-
tan en el Gráfico l .
Se puede comparar ahora la distribución primaria con l a ajustada
por transferencias derivadas d e l sistema previsional . Esta 6ltima resulta
ser más es tab le que la primera. Por e j e m p l o , si se confrontan las di fe ren -
cias ent re l o s promedios de l o s primeros cuatro años y los iíltimos cuatro
del per?odo considerado, se observa que la participación de las remunera-
ciones en el ingreso bruto i n t e r n o , columna (1) d e l Cuadro 5, disminuyó de
49,15 a 44,225, o sea un 4,92 d e l ingreso . Eri cambio, igual cote jo para
la participací6rt del total de asalariados en el ingreso b r u t o interno ajus - tado, columna (5) d e l Cuadro 5, bajo de 47,025 a 4 4 , 8 5 , o sea un 2 , 2 % d e l
ingreso.
Por otra parte, si se pasa a ~ b s e r v a r la serie de part icipaci6n de
lo5 sueldos y jornales netos de asalariados ac t ivos en el i.ngreso ajlisi:.i.-
do, se ve que la baja es aun &S pronunciada que en el Laso de l a di.:trj-bu - c iÓn primaria, con una diferencia entre l o s promedios de l o s primeros y Ül - timos años del período de 5,3% del i ng re so interno ajustada.
20/E1 denominador de las columnas (31, ( 4 ) y ( 5 ) d e l Cuadro 5 es i g u a l a: - Y * = J S N + T + B r e R t B - A + T m 9f - sp
donde Y*: ingreso bruto interno a jus tado; JSN: jornales y sueldos ne- t o s ; T: egrcsos de l a s cajas de jubiiaciones; B : superávit brutn de explotación menos aportes a las c a j a s de prev i s i& d e trabajado re^ ñu- nomas; R: remuneraciones de asalariados; B: superávit bruto d e explo- taciGn; A: aportes a todo el sistema previsional; Q : ingreso bruto interno; S : superávit de roda el sistema previsionaf.
P '
La part ic ipac ión de l o s asdaríados pasivos, por su lado, muestra
una clara tendencia a aumentar hasta 1955, se estanca luego durante 10 a-
ños y vuelve a incrementarse rápidamente a partir de 1966. Esta tendencia,
superpuesta a la que resu l ta de la participación d e los asalariados acti-
vos, es precisamente la que hace pos ib l e la mayor es tabi l idad de l a serie
compuesta.
De este panorama surgen dos elementos nuevos con respecto a l a s con
clusiones que habitualmente se sacan de la observación de las series de
participación primaria. El primero de e l los es que el sistema previsional
funcionó durante los primeros años de su aplicación como un gravamen ímpor - tante. La consideracio'n de este hecho disminuye la magnitud de la di£ eren - tia de participación de los asalariados en el ingreso entre l o s primeros
años de l a década de los años cincuenta y los Ú l t i m o s de la década d e l o s
años sesenta.
Desde otra óptica d i s t i n t a el mismo hecho puede ser interpretado en
el sent ido de que el mismo sector asalariado es el que ha resultado haciEn -
dose cargo d e l creciente grupo pasivo, pagando con una disminución en su
participación el mayor peso que fueron cobrando los j u b i l a d o s en el ingre-
so. De cualquier forma, aun adicionando a los ingresos de los asalariados
activos l o s correspondientes a los asalariados pasivos, el tora l de aaala-
riados ha perd5do participación.
A f i n de que la información que brindan los dos Ú l t i m o s cuadros pue -
da interpretarse correctamente, deben tenerse en cuenta algunas circunstafi
c i a s . La primera de ellas es que se han calculado los jornales y sueldos
netos restando a los jornales y sueldos el importe de nuestra estimación
d e los llamados aportes personales a las cajas. Dicha estimaci6n, de he-
cho resulta ser la diferencia entre loa ingresos perc ib idos por las cajas
de jubilaciones y los aportes patronales calculados por el Banca Central.
Es probable que dicho residuo estg incluyendo l a evasión de l o a aportes a
las cajas y tambien la p é r d i d a de valor de Tos m l ~ m o s por el proceso infla
c ianar ío cuando se hacen efect ivos con retrasos. Parece razonable suponer
que en l o s casos de evasión, el empleador, al abonar l o s salarios, retenga
el aporte personal que después no aporta o que aporta más adelante en mone
da dwaluada. Si este fuera el caBo, nuestra serie de j o rna les y sue ldos
netos estaría sobrevafuaado l a s sumas realmente recibidas por las esalaria - dos activos. Si, admás, la e v a ~ i 6 n hubiera sido d i s t i n t a para d i s t i n t o s
no 3810 el nivel, s ino también las variaciones de l a participa-
21/ ci6n de asalariados se verían afectadas.-
la segunda circunstancia a tener en cuenta se relaciona can un pun-
to que ya ha s ido mencionado anteriomente en la Sección 11. S i bien el
conjunto d e l sistema previsional para asalariados pasa de una s i luac .~~n i d e
superávii: al principio d e l percodú considerado a una de d P E i c i t al f i i d ,
esto no es as5 para cada uno de los sectores que lo componen. Mientras
las cajas d e jubilaciones de comercio e industria han tenido un s u p e r S v i ~
decreciente durante el período, las cajas de empleados públ icos y fuerzas
armadas sumadas han pasado de un supergvit modesto a un déf i c i t h p o r t a n t e .
Esto indica que durante t o d o el período se han venido produciendo a travgs
21/En principie Iiay razones para pensar que Za evasión de aportes al s i s - - tema previsional se hace mSs fuerte en per2odos de deptesián, Por otro lado, no disponemos, d e evidencia de que la misma haya seguido alguna tendencia definida por encima de las variaciones c i e l i e a ~ .
del sistema previs ional transferencias de ingresos dentro del sector que
la contabilidad nacional define como asalariados, de modo que, por ejemplo,
si se deaeara considerar la situación de l o s asalariados excluyendo al pe=
sonal de las fuerzas armadas, habría que considerar la evolución dif eren-
221 c i a l d e l sistema previsional correspondiente a dicho personal.-
También es importante tener en cuenta que, por razones de homogenei
dad de informaci6n, el presente análisis comienza en 1950. Es sabido que
el sistema de jubilaciones para l o s grupos más importantes d e asalariados
fue puesto en marcha en los años inmediatamente anter iores . Precisamente
durante esos años (los primeros d e l gobierno peron i s t a ) es cuando tuvo lu-
gar un aumento sostenido de la participación d e los asalariados en el in-
greso nacional, medida a través d e la serie de "remuneraciones de asalaria
dosfr .- 23' Si bien 1s evidencia no es concluyente en raz6n de la heteroge-
neidad de l a s cifras estadísticas d i s p o n i b l e s , la inforrnaci6n apunta a con - c lu ir que dicha aumento de participacio'n fue mayor que el necesario para
cubrir los aportes jubilatorios establecidos entonces, o sea que hubo an-
tes d e 1950 un incremento en la participación de l o s ingresos netos de a-
salariados activos y pasivos.
2 2 / S i b ien no hay informaci8n oficial al respecto, se considera que el dé- - f i c i t del sistema previsional correspondiente a las f u e r z a s armadas ha aumentado considerablemente en los año8 posteriores a 1969.
23/Ver Secretaría de Asuntos ~conÓmicos, Producto e Ingreso de la ~ e p ú b l i - - ca Argentina en el período 1935-54 , Buenos Aires, 1955.
Habitualmenre, la referencia a la participacign del sector asalaría -
do en el ingreso nacional se hace observando las columnas (1) 6 (2) del
Cuadro 5. En tales casos la conclusión es que ha habido entre 1950 y 1969,
por ejemplo, una baja de participación d e l orden del 6,5% del ingreso. Las
estimaciones presentadas en este trabajo sugieren que para el conjunto de
los asalariados (activos y pasivos) hubo una caída en la par t ic ipación d-
pués de 1955, con una depresióa máxima en 1959 y 1960, y una recuperacia'ri
poeterior, sobre toda en 1966, que no alcanza para retornar a l o s niveles
de p r i n c i p i o de la década de l o s años 50. La participación en 1969 es 3 , 6 2
del ingreso inferior a la de 1950, La participación de los asalariados
t ivos cayó entre 1950 y 1969 un 6,4% del ingreso.
La expansión d e l régimen previsional a lo largo de las dos dEcadae
consideradas tuvo lugar en un contexto p o l í t i c o y económico en que kiipor-
tantes fuerzas motivaron cambios en la estructura de la distribuclGn f un-
cianal d e l ingreso (alteraciones considerables en las relaciones de poder
P
en la lucha por las par t i c ipac iones , aumento d e l grado de concentrácrcon a-
ligopólica , cambio teenolÓgico , etc. ) . Observando el resultado ex poso. de
todas esas fuerzas, se aprecia que el retroceso de participaei6n d e l sec-
t o r asalariado e s de ta l magnitud que los hechos pueden ser juzgadas camu
si fuese el m i s m o sector asalariado el que hubiera tenido que hacerse car-
go d e l creciente grupo de asalariados pasivos. M& al15 de toda f iccio 'n
legal en la d i s t i nc ión entre aportes patronales y personales, la econamga
se ha comportado de modo de imponer el total de la carga derivada d e l sos-
tenimiento de los asalariados pasivos a los activos. Par otro lado, la
magnitud d e l retroceso de partic ipacidn es tal que aun considerando a la
t o t a l i d a d de asalariados (activos y pasivos) se verif ica un retroceso de
participación bastante s i g n i f i c a t i v o ( d e l orden de 3 a 3.5% del ingreso) .
Cuando el sistema de previsión est6 aproximadamente en equi l ibr io
£inanciero, o sea en estado de régimen, el ajuste estadístico presentado
en esta nota no es necesario, o por lo menos no es muy relevante. En com - paraciones de largo plazo que incluyen un sistema previsional con un fuer-
t e superávit in ic ia l , que luego se va extinguiendo progresivamente al ex-
pandirse el número de beneficiarios, resul ta altamente conveniente adoptar
l o s criterios aqui sugeridos, que permiten comprender mejor la d istribu-
eiDn d e l ingreso entre el conjunto asalariado (activo y pasivo) y el resto
de la economia, y , adicionalmente, dentro del mismo sector asalariado, al
disponer de una serie representativa de ingresos netos de l o s asalariados
activos.