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La enfermedad de Chagas en el siglo XXI: Consenso para una asignatura pendiente* MIGUEL JÖRG, RUBÉN STORINO En los inicios del siglo XXI, en la era tecnológi- ca y de la informática, persiste aún el mal de Chagas, 140 veces más frecuente que el SIDA. Esta enfermedad descripta por Carlos Chagas en 1909, pero cuyos signos han sido hallados en momias sudamericanas de 2500 años de antigüe- dad sigue tan vigente como la pobreza en toda Latinoamérica. En efecto, la enfermedad de Chagas es uno de los problemas más graves en la salud de los países cen- tro y sudamericanos. Existen en ellos, alrededor de 90 millones de personas expuestas al riesgo de pa- decer la infección por habitar zonas endémicas en convivencia con la “vinchuca” (agente transmisor) y se calcula que 24 millones están parasitadas por el Trypanosoma cruzi (agente causal). Teniendo en cuenta que el 25% desarrollará algún tipo de tras- tornos cardíacos, serían 6 millones los afectados del corazón con la consecuente posibilidad de complica- ción y muerte por esta causa. En la Argentina, se calculan alrededor de 2,5 millones de infectados, con la probabilidad de 625.000 enfermos con alteracio- nes cardíacas de distinto grado a lo largo de su vida. Se estima que la cardiopatía chagásica provoca 45.000 muertes por año. Su presencia y extensión son causales de una pérdida económica regional de U$S 6.500 millo- nes (equivalente a 1,3 % de la deuda externa de toda Sudamérica en 1993), acarreando, a la par, la pérdida de 614.000 DALYS (años de vida ajus- tados a la incapacidad en la sigla anglosajona) en 1990 y 2.740.000 en 1993. Dado su inicio en la infancia (etapa aguda), su curso silencioso e inaparente (etapa indetermina- da) y su larga evolución durante más de 30 años (etapa crónica) la mayoría de las veces, esta en- fermedad pasa inadvertida especialmente por no tener síntomas hasta que sobrevienen las altera- ciones cardíacas. Todo esto se agrava por el marco de extrema pobreza y subdesarrollo en el que se debate la población afectada, donde a las caren- cias materiales se agregan las barreras culturales de la comprensión de la situación, con el consi- guiente desconocimiento de la magnitud del pro- blema. La enfermedad de Chagas congénita y transfu- sional constituyen las otras formas más importan- tes de transmisión del Trypanosoma cruzi luego de la vectorial en Latinoamérica. Sin embargo, dada la gran migración de individuos de zonas ru- rales a los centros urbanos en busca de mejores condiciones laborales, estos últimos incorporan po- blaciones serológicamente positivas, la mayoría de ellos asintomáticos que ignoran su padecimiento, lo que incrementa el riesgo de transmisión de la infección por la vía connatal y transfusional, cons- tituyendo las principales causas de contagio en grandes ciudades. El curso fisiopatogénico transcurre lentamen- te, por una fase inicial puramente agresiva para- sitaria-inflamatoria a la que sigue una larga tra- yectoria inmunopatogénica, citológica y humoral, en parte autoagresiva. Ambas fases se entrecruzan y la duración e intensidad de cada una dependen de: a) la susceptibilidad individual, genética, nutricional, residencial regional, exposición a reinfecciones; b) la o las estirpes tripanosómicas infectantes; c) la coexistencia de factores agra- vantes: exo y endotoxicosis, edad, labor de gran esfuerzo físico, sobrecarga psíquica, incidencias inmunodepresivas. En Argentina, desde 1990 en adelante se ha puesto en marcha un plan de eliminación de la vinchuca Triatoma infestans en las regiones con moradas parasitadas por este trasmisor, alcan- zándose (según registros oficiales, acreditados por la Organización Mundial de la Salud) a desinsec- tar un total de 400.000 viviendas hasta 1996. Este plan ha llegado a reducir el índice de viviendas infestadas por la vinchuca al 10,9% en Neuquén, * A la memoria de Salvador Mazza, redescubridor de la en- fermedad de Chagas y paradigma del hombre de ciencia.

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La enfermedad de Chagas en el siglo XXI:Consenso para una asignatura pendiente*

MIGUEL JÖRG, RUBÉN STORINO

En los inicios del siglo XXI, en la era tecnológi-ca y de la informática, persiste aún el mal deChagas, 140 veces más frecuente que el SIDA.

Esta enfermedad descripta por Carlos Chagasen 1909, pero cuyos signos han sido hallados enmomias sudamericanas de 2500 años de antigüe-dad sigue tan vigente como la pobreza en todaLatinoamérica.

En efecto, la enfermedad de Chagas es uno de losproblemas más graves en la salud de los países cen-tro y sudamericanos. Existen en ellos, alrededor de90 millones de personas expuestas al riesgo de pa-decer la infección por habitar zonas endémicas enconvivencia con la “vinchuca” (agente transmisor) yse calcula que 24 millones están parasitadas por elTrypanosoma cruzi (agente causal). Teniendo encuenta que el 25% desarrollará algún tipo de tras-tornos cardíacos, serían 6 millones los afectados delcorazón con la consecuente posibilidad de complica-ción y muerte por esta causa. En la Argentina, secalculan alrededor de 2,5 millones de infectados, conla probabilidad de 625.000 enfermos con alteracio-nes cardíacas de distinto grado a lo largo de su vida.Se estima que la cardiopatía chagásica provoca45.000 muertes por año.

Su presencia y extensión son causales de unapérdida económica regional de U$S 6.500 millo-nes (equivalente a 1,3 % de la deuda externa detoda Sudamérica en 1993), acarreando, a la par,la pérdida de 614.000 DALYS (años de vida ajus-tados a la incapacidad en la sigla anglosajona) en1990 y 2.740.000 en 1993.

Dado su inicio en la infancia (etapa aguda), sucurso silencioso e inaparente (etapa indetermina-da) y su larga evolución durante más de 30 años(etapa crónica) la mayoría de las veces, esta en-fermedad pasa inadvertida especialmente por notener síntomas hasta que sobrevienen las altera-

ciones cardíacas. Todo esto se agrava por el marcode extrema pobreza y subdesarrollo en el que sedebate la población afectada, donde a las caren-cias materiales se agregan las barreras culturalesde la comprensión de la situación, con el consi-guiente desconocimiento de la magnitud del pro-blema.

La enfermedad de Chagas congénita y transfu-sional constituyen las otras formas más importan-tes de transmisión del Trypanosoma cruzi luegode la vectorial en Latinoamérica. Sin embargo,dada la gran migración de individuos de zonas ru-rales a los centros urbanos en busca de mejorescondiciones laborales, estos últimos incorporan po-blaciones serológicamente positivas, la mayoría deellos asintomáticos que ignoran su padecimiento,lo que incrementa el riesgo de transmisión de lainfección por la vía connatal y transfusional, cons-tituyendo las principales causas de contagio engrandes ciudades.

El curso fisiopatogénico transcurre lentamen-te, por una fase inicial puramente agresiva para-sitaria-inflamatoria a la que sigue una larga tra-yectoria inmunopatogénica, citológica y humoral,en parte autoagresiva. Ambas fases se entrecruzany la duración e intensidad de cada una dependende: a) la susceptibilidad individual, genética,nutricional, residencial regional, exposición areinfecciones; b) la o las estirpes tripanosómicasinfectantes; c) la coexistencia de factores agra-vantes: exo y endotoxicosis, edad, labor de granesfuerzo físico, sobrecarga psíquica, incidenciasinmunodepresivas.

En Argentina, desde 1990 en adelante se hapuesto en marcha un plan de eliminación de lavinchuca Triatoma infestans en las regiones conmoradas parasitadas por este trasmisor, alcan-zándose (según registros oficiales, acreditados porla Organización Mundial de la Salud) a desinsec-tar un total de 400.000 viviendas hasta 1996. Esteplan ha llegado a reducir el índice de viviendasinfestadas por la vinchuca al 10,9% en Neuquén,

* A la memoria de Salvador Mazza, redescubridor de la en-fermedad de Chagas y paradigma del hombre de ciencia.

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hasta el 94% en Jujuy; calculándose la reduccióntotal en el país en 55% (desde el 25% en 1982 a11% en 1994).

La prevalencia de infección chagásica, en po-bladores de 18 años experimentó una disminucióndel 75% (entre 4,8% en 1982 a 1,2% en 1993) pero,es mayor el índice de reducción en los menores aesa edad llegando al 81%. En los grupos de edadentre 18 y 34 años, la reducción alcanzó el 43,6%y entre 35 y 50 años, el 24,3%.

Pero lo expuesto, que traduce un importantelogro: la reducción de la transmisión vectorial dela tripanosomiasis cruzi, tiene una contracara, talcomo lo declaran las autoridades sanitarias al afir-mar: “Se estima la existencia de 2,5 millones depersonas infectadas en el país. De entre ellas600.000 se encuentran con manifestaciones clíni-cas de la enfermedad de Chagas”, agregando: “elnúmero de niños chagásicos menores de 15 añosen todo el país se estima en 306.000, lo que repre-senta el 3,4% del total de los niños de esa edad delpaís”. Para la atención integral de esa fracciónpoblacional, se vienen proponiendo desde 1961planes, pero aún no se han concretado.

Evidentemente, la atención integral del pacien-te chagásico es la mayor asignatura pendiente quetiene el sistema de salud con estos enfermos, lamayoría de ellos sin obra social y en gran parte delos casos, incluso indigentes.

Es así que si bien la desinsectación y el controlde los dadores de sangre se reflejan en la progre-siva reducción franca y aún cesación de casos agu-dos, queda en pié la atención de los ya infectados,para prevenir su evolución a la cardiopatía y paraestabilizar a ésta cuando ya está declarada.

Por lo tanto, consensuar la metodología de diag-nóstico, estudio, control y seguimiento como asítambién las normativas terapéuticas, es un pasofundamental para el inicio de la atención integraldel paciente chagásico en todo el país. La SociedadArgentina de Cardiología a través de su Consejo deEnfermedad de Chagas, ha logrado aunar criterios,compatibilizar acuerdos y discrepancias y plasmaren un Consenso de especialistas y expertos, las dis-tintas formas de abordar la compleja enfermedadde Chagas en sus diferentes fases evolutivas, des-de el período agudo, pasando por el indetermina-do, hasta llegar al crónico, con la fase final de lamiocardiopatía dilatada y sus complicaciones.

Durante décadas se ha insistido en la falta deintegración entre los investigadores, los médicos,

los sanitaristas, los demás integrantes del equipode salud, la comunidad y los políticos para dar so-luciones concretas a este gran problema latinoame-ricano.

Ya en 1930, el propio Carlos Chagas señalaba:“Hay un designio nefasto en el estudio de estatripanosomiasis. Cada trabajo, cada estudio,apunta un dedo hacia una población mal nutrida,que vive en malas condiciones; apunta hacia unproblema económico y social, que a los gobernan-tes les produce tremenda desazón, pues es testimo-nio de incapacidad de resolver un problema in-conmensurable. No es como el paludismo, un pro-blema de bichitos en la Naturaleza; un mosquitoligado al ambiente o como lo es la esquistosomiasis,relacionada a un factor límnico casi inalterable oincorregible. Es un problema de vinchucas queinvaden y viven en habitaciones de mala factura,sucias, con habitantes ignorantes, mal nutridos,pobres y envilecidos, sin esperanzas ni horizontesocial y que se resisten a colaborar. Hable de estaenfermedad y tendrá a los gobiernos en con-tra. Pienso que, a veces, más vale ocuparse deinfusorios de los batracios que no despiertan alar-ma a nadie..........”

Han pasado más de 70 años y el planteo sigueinalterado, debido a que su génesis se encuentravinculada al tríptico: pobreza con viviendamisérrima, ignorancia del riesgo y posibilidadesde prevención, juntamente a desidia o desalientopara encarar la erradicación de la enfermedad.

Además, la epidemiología de la tripanosomiasisamericana se ha modificado: ha dejado de ser unazoonosis, enfermedad transmitida al ser humanodesde animales, para transformarse en unaantroponosis, parasitismo transmitido de ser hu-mano en ser humano y el hábitat de difusión ru-ral también alcanzó el ámbito urbano.

De todos modos, la enfermedad de Chagas si-gue siendo una mancha que categoriza, que defi-ne pobreza, que marca las dificultades político-ad-ministrativas de la América Latina. Su controlconstituye una obligación moral y ética, ya querepresenta una gran deuda social que los latinoa-mericanos tenemos la obligación de saldar.

La publicación de este Consenso de Enferme-dad de Chagas es una forma de contribuir a dis-minuir la brecha entre las necesidades de estosenfermos y los aportes que han recibido hasta laactualidad.

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Consenso de Enfermedad de ChagasIntroducción

DR. JOSÉ LUIS BARISANI*

* Coordinador general del Área de Normatizaciones y Con-sensos S.A.C.

La Sociedad Argentina de Cardiología, a tra-vés del Área de Normatizaciones y Consensos(ANC) y del Consejo de Enfermedad de Chagas yMiocardiopatías Infecciosas “Dr. Salvador Mazza”se ha propuesto la elaboración del presente docu-mento, que por sus características resulta de sumointerés para la comunidad médica argentina. Lasprincipales conclusiones de este Consenso fueronpresentadas, con notable aceptación por el nume-roso público presente, durante el XXVII CongresoArgentino de Cardiología, realizado en BuenosAires en Septiembre de 2000.

La magnitud del problema que significa la En-fermedad de Chagas es enorme. Esta entidad mues-tra claramente las relaciones epidemiológicas en-tre el hombre y el medio ambiente que lo rodea, yentre la enfermedad y la situación sociocultural dequien la padece. Se estima que en América latinalos infectados por alcanzarían a los 24 millones depersonas, de las cuales más del 25 % desarrollarásíntomas de enfermedad crónica, especialmentecardiopatía. Pero la población virtualmente expues-ta a contraerla se acerca a los 100 millones de habi-tantes de este subcontinente, al que le cuesta anual-mente unas 45.000 muertes atribuibles al Chagas.

Dadas las características de la Enfermedad deChagas, que involucra a profesionales de la saludde diversas disciplinas, además de la Cardiología,y sus connotaciones no sólo clínicas y epidemioló-gicas sino además socio-económico-culturales, laelaboración de normas consensuadas para su ma-nejo se hacen más que necesarias. La naturalezainédita de este trabajo, que incluyó a numerososespecialistas de distintas regiones de la geografíade nuestro país, han hecho su realización espe-cialmente interesante.

Como en los consensos anteriores se han pro-puesto como objetivos la unificación de criterios y

conductas frente al paciente con enfermedad deChagas en sus distintas etapas. Se buscó tambien,propender al uso racional de los recursos diagnós-ticos y terapéuticos optimizando la calidad de laatención medica y fijar pautas para el seguimien-to clínico, la evaluación pronóstica y la eleccióndel tratamiento adecuado. Se enfatizó, como siem-pre, el importante valor de las guías como fuenteeducacional.

Para alcanzar estos objetivos, se conformó unComité Organizador con la representación demiembros del ANC y especialistas propuestos porel Consejo de Chagas. El Consejo Asesor estuvoconstituido por prestigiosas personalidades conreconocida trayectoria, que avalaron el documen-to final y nos honraron con sus aportes. Ellos sonlos Dres. Amadeo Barousse, Pedro Cossio, MarceloElizari, Miguel Eduardo Jörg, Humberto Lugones,Roberto Madoery, Olindo Martino y Rubén Posse.

Dada la amplitud temática de la enfermedadde Chagas y la imposibilidad de abarcar a todossus aspectos, se decidió limitar el consenso a loscapítulos más relacionados con la clínica, el desa-rrollo de cardiopatía y sus complicaciones. De estamanera, se subdividió la discusión en cuatro tópi-cos, conformándose sendas comisiones coordina-das por cardiólogos clínicos con reconocida expe-riencia en el tema e integradas por numerosos es-pecialistas. Así, el Tópico I, referido a “Chagas conparasitemia evidente”,en el que se trató las formaagudas vectorial, congénita, transfusional y lasasociadas a inmunosupresión, fue coordinada porel Dr. Rubén Storino. El Tópico II, “Período inde-terminado de la Enfermedad de Chagas”, fue co-ordinada por el Dr. Miguel De Rosa, el Tópico III,“ Chagas con electrocardiograma alterado” por elDr. José Leguizamón Palumbo y el Tópico IV,“Miocardiopatía chagásica dilatada” por el Dr.Sergio Auger.

Luego de un amplio análisis bibliográfico se pro-cedió a la discusión de los diversos aspectos, po-niendo especial énfasis en la toma de conductas.

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Como en los documentos anteriores de la SAC,para determinar el grado de acuerdo alcanzadopor los miembros de cada comisión se utilizó laClasificación de Consenso (Tabla 1) y la del tipode evidencia que sustenta cada posición (Tabla 2).En la Enfermedad de Chagas sólo encontraremosocasionalmente evidencias del tipo A, hecho quede ninguna manera quita validez a las recomen-daciones, pero que debería servir de estímulo parala realización de futuros estudios randomizados yregistros nacionales sobre esta entidad.

Como siempre, recordamos que la intención deestas guías no es la de reemplazar el criterio delmédico responsable frente al paciente individual.Estas recomendaciones no quieren ser dogmáti-cas, sino que constituyen normas generales ten-dientes a aconsejar conductas ante distintas si-

Tabla IIClasificación del Tipo de Evidencia

● Tipo A:Evidencia sólida, proveniente de estudios clínicosaleatorizados o de cohortes, con diseño adecuado paraalcanzar conclusiones estadísticamente correctas ybiológicamente significativas.

● Tipo B:Evidencia derivada de otro tipo de estudios.

● Tipo C:Opinión de Expertos.

tuaciones. Por otra parte, en esta enfermedad másque en ninguna otra, no debe ignorarse que laimplementación de las medidas diagnósticas y te-rapéuticas recomendadas puede verse afectada porla disponibilidad y experiencia del medio en quese encuentre el médico.

Es de esperar que la difusión de este Consensosirva para ampliar el conocimiento que la comu-nidad médica tiene de esta enfermedad y de algu-na manera mitigar este flagelo. En nuestro paísdesde 1939, el Dr. Salvador Mazza y otros investi-gadores propusieron medidas racionales para laprevención de la infección chagásica, las que apesar de mantener plena vigencia sólo se han apli-cado parcialmente. Si bien su implementación sus-tenta la tendencia actual a la reducción de su in-cidencia, la erradicación de la enfermedad deChagas está aún lejos de lograrse. Por lo tanto, ytal como lo manifiestan el Dr, Jörg y el Dr. Storinoen la editorial, es lógico pensar que esta enferme-dad propia del subdesarrollo siga siendo una asig-natura pendiente del siglo que recién comienza.

Tabla 1Clasificación de Grado de Consenso

● Clase I:Condiciones para las cuales hay acuerdo generalacerca de que el método / procedimiento estájustificado / indicado.Una indicación Clase I no significa que elprocedimiento sea el único aceptable.

● Clase II:Condiciones para las cuales hay divergencia de opinióncon respecto a la justificación del método /procedimiento en términos de valor o propiedad.Aceptable, de eficacia incierta, puede ser controvertido.

● Clase III:Condiciones para las cuales hay acuerdo general deque el método / procedimiento no está habitualmenteindicado / justificado o puede resultar peligroso.

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

Enfermedad de Chagas con parasitemia evidenteEnfermedad de Chagas con parasitemia evidenteEnfermedad de Chagas con parasitemia evidenteEnfermedad de Chagas con parasitemia evidenteEnfermedad de Chagas con parasitemia evidente

INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN Y CLASIFICACIÓNY CLASIFICACIÓNY CLASIFICACIÓNY CLASIFICACIÓNY CLASIFICACIÓNEl conocimiento científico se expande continua-

mente por lo cual se hace necesario no solo cl asi fi -car y ordenar la información, sino analizarla ysiste-matizarla cuidadosamente.

La enfermedad de Chagas es una entidadnosoló-gica que por sus características involucrauna serie de conocimientos que cada día se hacenmás complejos expandiéndose rápidamente por lasdiferentes disciplinas científicas. Por lo tanto nosolo involucra a médicos sino a investigadores queestudian el parásito, y los que trabajan analizan-do el comportamiento de los vectores.

Sin embargo, dada la manifestación más gravede esta enfermedad como es la miocardiopatíachagásica crónica, son los médicos, y en especiallos cardiólogos quiénes necesitan aunar y si esposible unificar criterios y sistematizar procedi-mientos con el fin de aplicar recursos diagnósticosy terapéuticos en forma más racional y eficiente.

De esta forma, el paciente afectado por la en-fermedad se verá beneficiado y podrá ser asis-tido con conductas más adecuadas y con mayorprecisión científica por el conjunto de la comu-nidad médica tanto en la fase aguda como en lacrónica.

Consensuar no significa ponerse de acuerdo entodos los aspectos, ni tampoco basarse solo en opi-niones fundamentadas en la experiencia personal,sino que significa realizar el ma yor esfuerzo paradeponer actitudes personales, creencias, precon-ceptos, prejuicios, y fundamentar criterios sobrela base de la ma yor cantidad de bibliografía posi-ble de manera especial los trabajos de autores conm ayor experiencia en el tema en beneficio del co-nocimiento y, en este caso, de la enfermedad deChagas en pos de mejorar la calidad de vida y lasobrevida del paciente c hagásico.

Teniendo en cuenta la amplitud temática queinvolucra todo el conocimiento de la enfermedadde Chagas y la imposibilidad de abarcarlos a to-dos se decidió acotar el consenso a los tópicos másrelacionados con la c línica, evolución natural, de-sarrollo de cardiopatía y complicaciones.

En consecuencia, el consenso abarcará cuatrotópicos:

Tópico I:Tópico I:Tópico I:Tópico I:Tópico I:Chagas con parasitemia evidente.a) Chagas agudo vectorial.b) Chagas congénito.c) Chagas transfusional.d) Chagas e inmunosupresión.

Tópico II:Tópico II:Tópico II:Tópico II:Tópico II: Chagas indeterminado o latente.

Tópico III: Tópico III: Tópico III: Tópico III: Tópico III: Chagas crónico con ECG alterado sindilatación.

Tópico IVTópico IVTópico IVTópico IVTópico IV ::::: Chagas con cardiopatía dilatada e in-suficiencia cardíaca.

DEFINICIÓN DEFINICIÓN DEFINICIÓN DEFINICIÓN DEFINICIÓN Y GENERALIDADESY GENERALIDADESY GENERALIDADESY GENERALIDADESY GENERALIDADESLa tripanosomiasis americana o enfermedad de

Chagas (llamada así en honor a su descubridor)es una afección parasitaria hemática e hística cau-sada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi ,hema-tófilo, que anida en varios tejidos pero enespecial en el miocardio, produciendo en alrede-dor del 25% de los afectados lesiones cardíacas irre-versibles luego de un largo período evolutivo (1,2).

La infección es transmitida por insectos hemíp-teros hematófagos de la subfamilia triatominae ,comúnmente llamados vinchucas. El más impor-tante en la Argentina es el Triatoma infestans , porsu adaptación ecológica a la vivienda rancho (3,4).La infección se realiza por medio de las deyeccionescontaminantes de estos insectos que penetran porlas excoriaciones de la piel producidas por el ras-cado luego del escozor que causa la picadura de lavinc huca (1,2).

Por lo tanto, la existencia de la enfermedad enuna región o país depende al igual que cualquierotra enfermedad metaxénica, de tres factores o ele-mentos: 1) el agente epidemiológico, dado por el T.cruzi ; 2) el vector, representado por el triatominoy 3) el huésped, representado por el hombre y losmamíferos domésticos y silvestres.

Luego de ingresar al organismo a través de unapuerta de entrada cutánea o mucosa, los tripano-somas se diseminan por vía hemática o linfática,alcanzando distintas vísceras, aunque preferente-mente afectan al corazón, sistema nervioso, mús-culo, sistema retículoendotelial y aparato digesti-

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vo. En estos tejidos, el protozoo se reproduce pordivisión binaria multiplicándose y pasando por unaforma no flagelada, llamada amastigote. En cadalocalización, se producen fenómenos complejos dedestrucción, reacción inflamatoria e inmunopa-tológicos que prolongan la enfermedad (5,6,7).

Sin embargo, esta forma tradicional de trans-misión vectorial en áreas rurales ha sido modifi-cada, debido a las migraciones internas, y reem-plazada epidemiológicamente por la contamina-ción humana-humana en áreas urbanas, en don-de el pasaje se realiza a tra vés de la sangre delinfectado al sano, sin intervención de la vinc huca(8). Esto ha dado origen al llamado 4º ciclo o urba-nización de la enfermedad de Chagas, caracteri-zado por el contagio por vía connatal, por víatransfusional y por vía del trasplante de órganos(9, 10).

La tripanosomiasis cruzi cursa distintas etapas,comienza con una fase aguda caracterizada porun síndrome febril-infeccioso, seguida por una faseindeterminada -asintomática y silente- para fina-lizar en la etapa crónica con lesiones manifiestase irreversibles, sobre todo a nivel cardíaco. Otrapeculiaridad de esta entidad es el largo tiempo quegeneralmente transcurre entre el período agudo ylas alteraciones del período crónico, que ocurre a20, 40 o más años del comienzo de la enfermedad(1,2,7).

La importancia sanitaria y demográfica de laenfermedad de Chagas estriba en que produce for-mas de enfermedad mortal tanto en la infanciacomo en los adultos. Es la miocarditis específicamás frecuente en el mundo (11) que, luego de unperíodo de varios años induce una miocardiopatíacon lesiones irreversibles (12). Además, originatrastornos en el aparato digestivo, sobre todo enlas vísceras huecas (megaesófago, megacolon)presumiblemente por destrucción neuronal de losganglios parasimpáticos intramurales del tubodigestivo (13). También se han descripto altera-ciones en el sistema nervioso (encefalitis,neuropsicopatías).

La enfermedad de Chagas transfusional cons-tituye la segunda forma más importante de trans-misión del T. cruzi , luego de la vectorial, enLatinoa-mérica. Sin embargo, dada la gran mi-gración de individuos de zonas rurales a los cen-tros urbanos, en busca de mejores condiciones devida, estos incorporan poblaciones serológi-camente positivas, la mayoría de ellos asinto-máticos que ignoran su condición de c hagásicos.Esto incrementa el riesgo de transmisión de lainfección por la vía transfusional con los poten-ciales dadores, y constituye la principal causa decontagio en las grandes ciudades (8).

A S P E C TA S P E C TA S P E C TA S P E C TA S P E C TOS HISTÓRICOSOS HISTÓRICOSOS HISTÓRICOSOS HISTÓRICOSOS HISTÓRICOSA modo esquemático podemos dividir el conoci-

miento sobre la miocardiopatía chagásica en 4 pe-ríodos (14,15):1. Primer período (desde 1909 hasta 1917), corres-ponde a las descripciones originales de CarlosChagas.

En 1909, Carlos Chagas fue designado porOswaldo Cruz, del entonces Instituto de Manghinos,para auxiliar grupos humanos que trabajaban en laconstrucción del ferrocarril de Belo Horizonte aPiraporá, en la localidad de Lassance del Estado deMinas Gerais. En toda la maraña de enfermedadesque los afectaban la prioridad era el paludismo. Perolas dolencias eran múltiples: parasitosis, anemias,avitaminosis y bocio.

Chagas no se limitó a los pacientes, sino queestudio su medio cultural y ecológico y fue enton-ces cuando prestó atención, a aquellos insectoshematófagos que llamaban barbeiros y descubrióen ellos al tripanosoma que después llevaría elnombre de su maestro Cruz. De esta forma desa-rrolló las investigaciones sobre los múltiples as-pectos de esta enfermedad y en especial el cuadroclínico

Este período que se extendió hasta 1917 fue unaetapa de importantes hallazgos. Sin embargo, elerror de Carlos Chagas de confundir el bocio deorigen endémico como una supuesta tiroiditischagásica, y el hecho de no reconocer la importan-cia de los compromisos viscerales significó el des-crédito de él y la desconfianza hacia su descubri-miento (15).

2. Segundo período (desde 1917 hasta 1940)Hasta 1927 corresponde a la etapa de duda en

la relación patogénica entre la presencia del pa-rásito en la sangre de los pacientes y la miocardi-tis descripta por Chagas.

De allí en adelante sobreviene el redescu-brimiento y el afianzamiento de la enfermedad apartir de Salvador Mazza y la pléyade de médicoscolaboradores de la MEPRA (Misión de Estudiosde Patología Regional Argentina), en especial Mi-guel Jörg, registrando más de 1400 casos de laenfermedad en especial agudos y efectuando alre-dedor de 100 necropsias. Sin embargo se publica-ron muy pocos casos de miocarditis crónica.

3. Tercer período (desde 1940 hasta 1970)Corresponde al período de confirmación y am-

pliación del conocimiento de la miocardiopatíachagásica crónica, tanto desde el punto de vistaelectrocardiográfico como anatomopatológico. Sedescribieron los primeros casos de Chagas congé-nito y se a vanzó en el diagnóstico serológico.

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

TTTTTOPICO I:OPICO I:OPICO I:OPICO I:OPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS ENFERMEDAD DE CHAGAS ENFERMEDAD DE CHAGAS ENFERMEDAD DE CHAGAS ENFERMEDAD DE CHAGASCON PCON PCON PCON PCON PARASITEMIA EVIDENTEARASITEMIA EVIDENTEARASITEMIA EVIDENTEARASITEMIA EVIDENTEARASITEMIA EVIDENTE

CARACTERISTICAS SEGUN LAS CARACTERISTICAS SEGUN LAS CARACTERISTICAS SEGUN LAS CARACTERISTICAS SEGUN LAS CARACTERISTICAS SEGUN LAS VIAS DEVIAS DEVIAS DEVIAS DEVIAS DEINGRESO DEL INGRESO DEL INGRESO DEL INGRESO DEL INGRESO DEL T R Y PT R Y PT R Y PT R Y PT R Y PA N O S O M A C R U Z IA N O S O M A C R U Z IA N O S O M A C R U Z IA N O S O M A C R U Z IA N O S O M A C R U Z I,,,,, A LA LA LA LA LO R G A N I S M O H U M A N OO R G A N I S M O H U M A N OO R G A N I S M O H U M A N OO R G A N I S M O H U M A N OO R G A N I S M O H U M A N O

1.1.1.1.1. VVVVVectorial por los triatominosectorial por los triatominosectorial por los triatominosectorial por los triatominosectorial por los triatominosEs la vía predominante. La infección tripanos-

ómica no se contrae a través de la picadura delvector, sino por una característica particular deestos insectos que, tras sorber sangre excretanheces semilíquidas con gran cantidad de formasinfectantes del T. cruzi, cuando el triatomino estáparasitado. Cabe recordar que la evolución delparásito a tripomastigota se completa en la últi-ma porción del aparato digestivo de estos insec-tos.

Las superficies alcanzadas son las regiones ex-puestas del cuerpo durante la noche, que es el mo-mento propicio para el ataque de los insectos. Lostripanosomas infectantes pueden atra vesar lasmucosas, sobretodo la ocular, penetrar en la der-mis por excoriaciones de la piel como son las pro-vocadas por el rascado consecutivo a las picadu-ras y también atra vesar la piel sana en zonas conepidermis fina como se encuentra en los niños oen los párpados a cualquier edad (17).

La vía de infección a tra vés de triatominos debeser sospechada de acuerdo al hábitat y la zona en-démica de donde proviene el enfermo, dado que elsíndrome de puerta de entrada conjuntival mu-chas veces es ignorado o inexistente.

Considerar solamente el Signo de Romaña comopuerta de entrada significa darle particular im-portancia, tal cual lo hacen la mayoría de los quese ocupan del Chagas agudo y que es justamentelo que ha llevado a que se cumpla el pronóstico deSalvador Mazza, cuando dijo en la década del 30 :“No sea que el día de mañana solo se diagnostiqueel agudo que presente el Signo del Ojo” (17).

Según nuestra experiencia en pacientes c hagá-sicos crónicos había sólo un 8% que recordaba ha-ber padecido el complejo oftalmoganglionar comoprimoinfección durante la etapa aguda de la en-fermedad (1,7).

Indudablemente, la vía de transmisión entomo-lógica a tra vés de estos insectos vectores hemató-fagos, se da únicamente con la domiciliación delos mismos, ya que se trata de insectos de hábitosnocturnos que salen de sus refugios cuando se hanapagado las luces, se hace el silencio y pican a laspersonas dormidas; situación que sólo puede dar-se en la morada humana. De allí que para que hayatransmisión vectorial y fundamentalmenteendemia, debe existir vinc huca domiciliada. La

Cuadro ACuadro ACuadro ACuadro ACuadro A Enfermedad de Chagas clasificacion clinica - cardiologica Enfermedad de Chagas clasificacion clinica - cardiologica Enfermedad de Chagas clasificacion clinica - cardiologica Enfermedad de Chagas clasificacion clinica - cardiologica Enfermedad de Chagas clasificacion clinica - cardiologica

19981998199819981998 **********

Chagas AgudoChagas AgudoChagas AgudoChagas AgudoChagas Agudo Parasitemia +

Serología +ChagasChagasChagasChagasChagas Examen físico normalIndeterminadoIndeterminadoIndeterminadoIndeterminadoIndeterminado Estudios

complementariosnormales

Grupo A Arritmias y/o trastor-sin cardiomegalia nos de la conducción

Chagas conChagas conChagas conChagas conChagas conCardiopatiaCardiopatiaCardiopatiaCardiopatiaCardiopatia

Grupo B Insuficiencia car díacacon cardiomegalia congestiva

********** Consejo de Enfermedad de Chagas, Sociedad Ar gentina deCardiología, Reunión de Pilar, 1998.

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Los estudios epidemiológicos permitieron dis-tinguir diferentes formas evolutivas de la enfer-medad según diversas regiones y países analiza-dos (14).

4. Cuarto período (desde 1970 hasta la actualidad)Corresponde al a vance del conocimiento de los

distintos mecanismos involucrados en la patogeniade la miocardiopatía chagásica crónica, su diag-nóstico precoz y el estudio y tratamiento de susmanifestaciones c línicas y complicaciones.

En los últimos años han existido múltiples cl a-sificaciones tratando de ordenar estos conceptos yteniendo en cuenta que es difícil sintetizar una en-fermedad tan compleja, podemos decir que los pa-cientes chagásicos pueden dividirse en 3 grupos evo-lutivos, perteneciendo el primero de ellos a la eta-pa indeterminada y los dos restantes a la etapa cró-nica. Debemos resaltar que la c lasificación adopta-da por el Consejo de Enfermedad de Chagas de laSociedad Argentina de Cardiología en la Reuniónde La Plata en 1985 (1,7) fue realizada en base a laclínica el electrocardiograma y la radiografía detórax (16).

Recientemente, en una reunión llevada a caboen Pilar en 1998 por el Consejo de Enfermedad deChagas de la Sociedad Argentina de Cardiología,se ha resuelto actualizar y adoptar una nueva Cla-sificación para los pacientes con serología positi-va para la enfermedad de Chagas, presenten o nomanifestaciones c línicas y/o cardiológicas de la en-fermedad (2,6), según se detalla en el Cuadro A.

Teniendo en cuenta esta última c lasificación clí-nico-cardiológica se dividieron los diferentes Tó-picos que desarrollaremos a continuación.

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vivienda rancho, en tanto su construcción y suscaracterísticas culturales, es el hábitat ideal quefavorece la domiciliación de la vinchuca y la trans-misión de la enfermedad.

En definitiva, la tripanosomiasis cruzi es unaenfermedad cuya existencia, persistencia y difu-sión en la Argentina y el resto de los países lati-noamericanos estriba en una serie de circunstan-cias ecológicas entre ellas la presencia del vector.La vinchuca que infecta al hombre es en el ConoSur el Triatoma infestans , que se reproduce, se críay convive con éste, que es una de sus principalesfuentes de alimento (junto con los animales do-mésticos) en la vivienda primitiva, descuidada omal construida en particular en el rancho de pa-redes de barro sin revoque y con techo de paja oramas. El rancho, la casilla de madera arruinadao la casa de mampostería descuidada al extremo,crean el ambiente de contacto entre vinc huca yhombre, para que aquella infecte a éste con el T.cruzi (1,7).

Luego de ingresar al organismo a tra vés de estapuerta de entrada, generalmente cutánea, a vecesmucosa, l os T. cruzi se diseminan por el torrentesanguíneo alcanzando los distintos órganos, aun-que afectan preferentemente el corazón, múscu-los, sistema nervioso, aparato digestivo y sistemareticuloentotelial.

En estos tejidos, el protozoo se reproduce pordivisión binaria multiplicándose rápidamente y pa-sando luego por una forma no flagelada llamadaamastigote.

En cada localización hística los amastigotes for-man verdaderos nidos y producen complejos fenó-menos de destrucción, reacción inflamatoria pormecanismos inmunopatológicos que participaríanen la patogenia de las lesiones y determinarían elcarácter lentamente evolutivo de la cardiomio-patía.

Después de alrededor de diez duplicaciones, losamastigotes se diferencian en tripomastigotes cir-culantes los que, previa ruptura de la célula hospe-dadora, son liberados a la circulación. Los parási-tos circulantes invaden otras células del organis-m o, vuelven a multiplicarse en ellas y a diferen-ciarse a tripomastigotes, repitiéndose así el cicl o.Esto genera una parasitemia persistente con ofer-ta constante de parásitos para el vector que al sor-ber sangre reinicia la transmisión de la enferme-dad. Si bien el número de parásitos circulantes severá limitado por la respuesta inmune del hués-ped, ésta será incapaz de erradicarlos (1,7).

El ciclo evolutivo prosigue cuando la vinc huca,libre de infección, se contamina al alimentarse delmamífero o del hombre parasitado. Los parásitos

circulantes ingeridos se diferencian a esferomas-tigotes, los que se multiplican en el estómago delvector y son los responsables de la persistencia dela infección del insecto. Luego los esferomastigotesse diferencian a epimastigotes, que también semultiplican en su progresión por el tubo digestivohacia la ampolla rectal y allí en parte se diferen-cian a tripanosomas metacíc licos. Este insectoparasitado, cuando vuelva a sorber sangre paraalimentarse, eliminará con las heces lostripanosomas infectantes, que al ingresar en otromamífero o eventualmente otro hombre reiniciaráel ci clo evolutivo natural de la enfermedad (1,7).

Debe tenerse en cuenta que la vinc huca se in-festa a partir de hospedadores intermediarios queson habitualmente (aunque no siempre) el perro yel gato con parásitos circulantes en su sangre.Ambos mamíferos domésticos, tratándose de co-munidades rurales acostumbran dormir en lashabitaciones, en la cocina, en la galería, de mane-ra que al igual que los humanos, son picados porla vinc huca domiciliada. Estos animales, en mu-cha menor medida, contraen su infección por elataque de vinc hucas silvestres, que traen el T. cruzidesde animales silvestres alejados de la habita-ción humana, y que son el depósito natural casipermanente del parásito. Vale decir, que fuera delrancho, de la vinc huca doméstica y de los mamífe-ros caseros portadores de tripanosomas, existe unagran cantidad de vinchucas y mamíferos silves-tres o montaraces, que perpetúan in natura la exis-tencia del tripanosoma infectante (18).

Paralelamente, la ignorancia con falta de infor-mación acerca de la enfermedad, su importancia,forma de transmisión, unida a la existencia muyfrecuente de necesidades básicas insatisfechas,hacen que la presencia de la vinchuca no les pre-ocupe ni les moleste a los moradores creando elambiente propicio para el contacto entre hombrey vinc huca.

Sin embargo, el problema ecológico de la enfer-medad de Chagas no se reduce al rancho, dado quees indispensable controlar el espacio perimetralcontiguo a la vivienda humana y los galpones ycorrales aledaños lo que constituye según Jörg lamodificación del biotopo perihabitacional. Estoconsiste en crear alrededor de la vivienda huma-na rural, incluso suburbana, un espacio perimetrallimpio, libre de malezas, despojado de madrigue-ras o refugios de animales silvestres, verdaderosfocos de proliferación de vinchucas (1,2).

Es importante destacar el concepto de que don-de se encuentran vinchucas domésticas infectadaspor T. cruzi la enfermedad de Chagas debe consi-derarse endémica.

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En la Argentina, para una población estimadaen el año 1997 de 35 millones de habitantes, s ecalculaba en 7 millones la población en riesgo decontraer la infección, con una prevalencia del7,54%, es decir 2.640.000 c hagásicos. Es importanteseñalar que la prevalencia en la década del 70 eradel 13,5%, por lo cual estimamos que en los últi-mos 30 años ha disminuido casi en un 50%.

Esta situación también se evidencia con las ci-fras de incidencia que de 53.000 nuevos casos en1985 descendieron a 10.000 en 1997, con una re-ducción de la tasa de infección en el grupo de 0–14años, de un 80% para dicho período (19).

Sin embargo, en algunas comunidades ruralesaisladas, de zonas muy pobres como por ejemploChancaní y Po cho (Córdoba), Gato Colorado y Co-lonia Dolores (Santa Fe ), Taco P ozo (Chaco), LosPositos (Santiago del Estero), etc. se encuentra unaprevalencia de individuos c hagásicos que superael 30% (20).

En los últimos años, se ha agregado a la c lásicacadena epidemiológica del Chagas rural, la urba-nización de la enfermedad. Esta situación llevadapor la significativa migración de habitantes dezonas rurales a las grandes ciudades en busca detrabajo y mejores condiciones de vida, ha posibili-tado la transmisión del T. cruzi interhumano, re-presentado por las formas transfusional, congéni-ta y por transplante de órganos (21). En lo querespecta a la transmisión por transfusión de san-gre, cabe destacar que en nuestro país donde des-de hace muc hos años es obligatorio el descarte deldonante c hagásico en todos los Servicios deHemoterapia, oficiales o privados, esta modalidadde transmisión es poco frecuente, mientras sí loes, en países donde no existen leyes semejantes.

Por lo tanto, la evolución histórica desde el pun-to de vista epidemiológico ha sido trasladar unaafección desde el ciclo selvático, pasando por elperidoméstico y domiciliario rural hasta llegar alurbano, dadas las necesidades socio-económicasque condicionaron la modificación de la ecología,la fabricación de viviendas precarias y la migra-ción hacia las ciudades, en busca de mejores con-diciones de vida (15,21).

FFFFFase agudaase agudaase agudaase agudaase agudaEn la experiencia de la transmisión vectorial

según Lugones y Ledesma (22,23) el 84% de lasformas agudas afectan a los niños antes de los 10años de edad, pero el 36% involucra a pequeñosmenores de 1 año de vida.

El 75% de los casos son formas benignas, el20% son formas de mediana gra vedad y solo el 5%se presentan como formas gra ves (24).

En general, los autores refieren una ma yor in-cidencia de casos agudos en época estival coinci-diendo con una ma yor actividad biológica de lavinchuca (25).

Contrariamente a lo que vemos en otras pato-logías, que siempre o casi siempre presentan losmismos síntomas, la enfermedad de Chagas, eneste período, escapa, con suma frecuencia a cual-quier modelo fijo, dado que la fiebre y cualquiersíntoma pueden ser los de un enfermo chagásicoen fase aguda.

Se ha generalizado el concepto o c lasificaciónde Romaña (5) completado por Lugones (1,22), de“formas con puerta de entrada aparente” y “for-mas sin puerta de entrada aparente”, división querealmente existe en la clínica y que nos recuerdaque la forma aguda no se reduce al “signo del ojo”o de Romaña.

FFFFFormas con puerormas con puerormas con puerormas con puerormas con puer ta de entrta de entrta de entrta de entrta de entr ada aparada aparada aparada aparada apar enteenteenteenteenteComplejo oftalmo-ganglionarComplejo oftalmo-ganglionarComplejo oftalmo-ganglionarComplejo oftalmo-ganglionarComplejo oftalmo-ganglionar ::::: Denominado

también signo de Romaña o “signo del ojo”, es unverdadero síndrome, al que el autor denominó “con-juntivitis esquizotripanósica unilateral” (5).

Los síntomas que habitualmente componen elcomplejo son: edema de párpados, eritema, adeno-patía satélite, conjuntivitis y dacrioadenitis; me-nos frecuentemente se observan síntomas talescomo: exoftalmo, dacriocistitis, queratitis, edemade hemicara.

Prácticamente nunca falta la adenopatía saté-lite en especial en su localización preauricular,aunque también son muy frecuentes lasadenopatías cervicales, sub-maxilares, parotídeas,etc; como lo han señalado distintos autores (5,26).El tamaño es muy variable, por lo general son pe-queñas aunque a veces hay adenopatías que se laspercibe a simple vista. Estos ganglios son siemprelibres, por lo general no son dolorosos y como semenciona siempre entre los cervicales hay uno másgrande que los demás, al que Mazza denominó“ganglio prefecto”(1).

En algunos pacientes que entre sus síntomaspresentaron exoftalmia puede quedar una secue-la, que consiste en el hundimiento del globo ocu-lar (signo del ojo guiñado), descripto por Borzone(27) seguramente por fusión del tejido celularretro-orbitario por un proceso decitoesteatonecrosis que produce de este modo unamenor abertura palpebral.

Chagoma de inoculación:Chagoma de inoculación:Chagoma de inoculación:Chagoma de inoculación:Chagoma de inoculación: Forma parte de las“manifestaciones cutáneas” a que se refería F reire(28) y fue Mazza (29) quien luego de estudiarlo muybien, tanto clínica como histológicamente, le asignóvalor de “signo de puerta de entrada” de la infec-

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ción. Se observa de preferencia en las partes delcuerpo habitualmente descubiertas, especialmenteal dormir, ya que es de noche cuando el insecto trans-misor tiene el hábito de picar. De tamaño variablecasi siempre altera el color de la piel presentándo-se a veces como una simple mácula, otras semejan-te al ántrax o el forúnculo, puede también teneraspecto erisipelatoide, o bien puede aparecer sim-plemente como una zona pigmentada, cuando estáevolucionando o en vías de desaparecer. En generales poco o nada doloroso, característica que nos per-mite diferenciarlo de los procesos piogénicos (forún-culo, ántrax) (1,25).

H ay permanentemente infiltración subyacenteque toma piel y tejido celular subcutáneo que seadvierte fácilmente al tacto. La extensión que abar-ca dicha infiltración es igualmente variable, a ve-ces forma grandes placas tumorales que inc lusohacen prominencia en la superficie. Su evoluciónes tórpida y habitualmente prolongada, casi siem-pre va acompañado de fiebre y otros síntomas ge-nerales, constituyendo verdaderos cuadros infec-ciosos, donde muc has veces el cuadro dominantees el síndrome febril prolongado.

Aunque no es frecuente, el chagoma de inocu-lación puede llegar a la ulceración con secreciónserosa, terminando en general en una cicatrizretráctil. En otros casos, por citoesteatonecrosis sefunde el tejido celular subcutáneo donde asenta-ba el chagoma y queda una depresión franca comosecuela definitiva.

Puede adquirir diferentes formas: a) foruncu-loide, que se asemeja a un forúnculo estafilocócicopero que a diferencia de este no evoluciona hacia lasupuración ni es doloroso; b) erisipelatoide, de as-pecto similar a una placa de erisipela bacteriana; c)tumoroide, con analogía tumoral subdérmica y d)lupoide, que recuerda a una placa de lupus discoidey es la menos frecuente (25,30).

FFFFFormas sin puerormas sin puerormas sin puerormas sin puerormas sin puer ta de entrta de entrta de entrta de entrta de entr ada aparada aparada aparada aparada apar enteenteenteenteenteChagoma hematógeno:Chagoma hematógeno:Chagoma hematógeno:Chagoma hematógeno:Chagoma hematógeno: Si bien se los puede

observar en cualquier parte del cuerpo, la locali-zación más frecuente es abdomen inferior, nalgasy muslos; en general son indoloros y pueden sersensibles a la presión (30).

LipocLipocLipocLipocLipoc hagoma geniano:hagoma geniano:hagoma geniano:hagoma geniano:hagoma geniano: Consideradopatognomó-nico por F reire (28), quien junto a Jörglo señalan como una lesión característica en la pri-mera infancia (31), recibe esta denominación elchagoma que toma la bola adiposa de Bic hat. Enocasiones es prominente, otras veces no y en esoscasos es fácil su palpación con el dedo índice in-troducido en la boca y el pulgar por fuera, en for-ma de pinza (31). Generalmente es doloroso y difi-culta el amamantamiento, ya que por lo general

se trata de lactantes; muc has veces es lo que indu-ce a la madre a la consulta médica, en la que ellarefiere que el niño llora cada vez que mama o se leda el biberón (32).

Edema:Edema:Edema:Edema:Edema: Su intensidad, tal cual sucede con to-dos los signos del Chagas agudo, es sumamentevariable, resulta en algunos casos muy evidente yllamativo, mientras que en otros es difícil de per-cibirlo, especialmente en los niños pequeñoseutróficos, donde muc has veces es la madre quiennos advierte que el niño “está hinc hado”.

Pensar en Chagas, lleva fácilmente al diagnós-tico correcto. Lo que sucede es que con demasiadafrecuencia se ignora la existencia del edema gene-ralizado como síntoma de Chagas y lo que es máscomún aún, no se piensa en la posibilidad de taletiología. Además, muchas veces el edema gene-ralizado o localizado junto a la fiebre, es la únicamanifestación de un Chagas agudo.

FFFFFieieieieiebrbrbrbrbr e:e:e:e:e: Esto para muc hos autores (33,34) esun síntoma presente en todos o al menos en la granm ayoría de los casos agudos. Romeu Cançado (33)sostiene que “es la manifestación más evidente dela fase aguda” Coincidiendo con este concepto, pen-samos que es además el síntoma más frecuente yal mismo tiempo básico; que suele llevar el pacienteal médico, que aflige a la familia de los pequeñosenfermos e inc luso al propio médico (25,30).

En cuanto a la intensidad, va desde la simplefebrícula, a veces vespertina (32,34), hasta las lla-mativas hiperpirexias de 39-40º, que generalmen-te se presentan en los casos graves, a cualquieredad. La fiebre es persistente, llegando, en ausen-cia de tratamiento etiológico, a superar los 20 díasy más.

H eH eH eH eH epatomepatomepatomepatomepatome galia:galia:galia:galia:galia: Puede estar presente a co-mienzo del cuadro c línico, constituyendo con la fie-bre las únicas manifestaciones; o bien aparecermás tardíamente, en plena evolución (30).

EsplenomeEsplenomeEsplenomeEsplenomeEsplenome galia:galia:galia:galia:galia: En cuanto a las caracterís-ticas generales, son semejantes a las de lahepatomegalia, encontrándose muc has veces am-bos órganos aumentados de tamaño (30).

Exantemas (EsquizotrExantemas (EsquizotrExantemas (EsquizotrExantemas (EsquizotrExantemas (Esquizotr ipánides):ipánides):ipánides):ipánides):ipánides): Las mani-festaciones exantemáticas en el Chagas agudo, sonciertamente frecuentes. Se observan más común-mente en los niños ma yores, adolescentes y adul-tos, pueden ser “morbiliformes”, “urticariformes”o “maculosas”, maculopapulosas para algunos. Es-tas máculas rosadas, rojo-violaceas, se vuelvenpigmentadas con la evolución y generalmente sonescasas. Este signo, al igual que los c hagomas, fuemuy bien estudiado por Mazza (35), quien le dio ladesignación de esquizotripánides.

AparAparAparAparApar ato carato carato carato carato car diodiodiodiodio vvvvvascularascularascularascularascular ::::: Todos los autores,desde Carlos Chagas, hacen referencia, a la car-

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diopatía del Chagas agudo, pese a que su frecuen-cia en las distintas casuísticas es variable. De lamisma manera, la gra vedad o importancia de talcomplicación es igualmente muy variable de uncaso a otro. Sin embargo, Andrade y Andrade, ci-tados por Pinto Dias (36), sostienen que la “mio-carditis es la lesión anátomopatológica más cons-tante de la fase aguda, ocurriendo inc luso en aque-llos pacientes que en vida presentaban mínimossignos de compromiso cardíaco”.

Las alteraciones electrocardiográficas más fre-cuentemente citadas por los distintos autores son:cambios en la onda T; bloqueo A-V de 1er. grado;bajo voltaje del complejo QRS; alteraciones prima-rias de la repolarización ventricular y extrasistoliaventricular (1,12,37).

La presencia de bloqueo de rama derecha en lamiocarditis aguda es de mal pronóstico a diferen-cia de lo que ocurre en la miocarditis crónica (7,12).

También es variable, según los trabajos, lo rela-tivo a la imagen radiológica del corazón en el pe-ríodo agudo c hagásico, dado que hay quienes laencuentran habitualmente agrandada (26,37), yotros en el 85% de los casos (30), sobre todo a ex-pensas del ventrículo izquierdo, que disminuyefrancamente según la evolución fa vorable de laenfermedad. El aumento del área cardíaca seríadebido a la miocarditis aguda, aunque en algunoscasos se agrega una pericarditis serosa con derra-me pericárdico; esto último podría considerarsecomo índice de mal pronóstico (30).

Las gra ves miocardiopatías al igual que lasmeningoencefalitis, casos que habitualmente sedan en niños pequeños, según opinión generaliza-da de los autores que se han ocupado del tema,son cuadros de común observación al comienzo delproceso y pueden presentarse con otros signos, depuerta de entrada, aparente, pero también pue-den ser la única manifestación además de la fie-bre. Ante estos cuadros, el médico debe necesaria-mente comenzar por confirmar o descartar la etio-logía c hagásica, ya que son casos de suma grave-dad que sin tratamiento específico oportuno, evo-lucionan con frecuencia al óbito, como señalaLaranja (12), en tres o cuatro días. Son complica-ciones que constituyen la causa más frecuente demortalidad del agudo (12,22).

Sistema nerSistema nerSistema nerSistema nerSistema ner vioso (Fvioso (Fvioso (Fvioso (Fvioso (F orma neurorma neurorma neurorma neurorma neur ológica):ológica):ológica):ológica):ológica): Lossíntomas o manifestaciones referidas al sistemanervioso central, se pueden diferenciar (38) en “for-mas mínimas” con irritabilidad y llanto continuodel lactante o niño pequeño (17), a veces muy im-portantes para la orientación diagnóstica y las for-mas más graves. En los niños ma yores, adolescen-tes y adultos podrían considerarse síntomas comocefalea, insomnio, astenia, mialgias, etc. En gene-

ral la meningoencefalitis c hagásica, sea pura (pri-mitiva) o con síntomas de puerta de entrada, esun cuadro grave (30).

En realidad, se trata de cuadros donde por logeneral el síntoma predominante son las convul-siones subintrantes, difíciles de dominar; el diag-nóstico se establece por la presencia del T. cruzien la sangre, y se confirma con la eficacia del tra-tamiento etiológico en ausencia de otras manifes-taciones (30).

AparAparAparAparApar ato digestiato digestiato digestiato digestiato digesti vvvvvo:o:o:o:o: El síntoma que en algu-nos casos nos debe hacer pensar en Chagas agudoes la diarrea persistente y rebelde a todo trata-miento. Cuando es la única manifestación llama-tiva, siempre unida a la fiebre, hablamos de la “for-ma digestiva”. Se trata de formas de Chagas agu-do que han sido citadas por varios autores (30,39)y que a veces se acompañan de anorexia, nauseasy vómitos (30).

EvEvEvEvEvolución y prolución y prolución y prolución y prolución y pr onósticoonósticoonósticoonósticoonósticoEn general se considera favorable y benigna la

evolución de la etapa aguda de la tripanosomiasiscruzi humana (25,30).

Resta sin embargo considerar que hay una mi-noría de formas graves, que afecta preferentemen-te a niños pequeños. Es ese grupo en el que la ma-yoría de los autores refieren la ma yor mortalidad,debida las más de las veces a meningoencefalitis ymiocarditis con insuficiencia cardíaca (30).

En las tablas I y II se resumen los síndromescon síntomas y signos más frecuentemente halla-dos en el cuadro c línico del Chagas agudo contraí-do por vía vectorial, que el Consenso de Enferme-dad de Chagas lo ha definido como Clase I y quedeberán tenerse siempre en cuenta para diagnos-ticar esta etapa inicial de la enfermedad como hasido expresado a lo largo del texto.

2.2.2.2.2. TTTTTransplacentaria (congénita)ransplacentaria (congénita)ransplacentaria (congénita)ransplacentaria (congénita)ransplacentaria (congénita)Para que se produzca una infección transplacen-

taria debe existir parasitemia. El T. cruzi produceuna infección persistente en el huésped, por lo cualel parásito puede hallarse en la sangre periféricatanto en la fase aguda como crónica. Este hechobiológico determina que una madre gestante pue-da transmitir la infección en cualesquiera de es-tos dos períodos. Por lo tanto, una madreserológicamente positiva puede dar a luz niños coninfección congénita en un solo embarazo o engestas sucesivas (40).

El mecanismo por el cual algunos niños de ma-dres c hagásicas contraen la enfermedad y otrosno, es aún desconocido, dado que se han observa-do niños libres de infección en presencia de unaplacenta con elevado parasitismo y también a la

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inversa, es decir, recién nacidos con enfermedadde Chagas manifiesta (distrofia, fiebre, hepatoes-plenomegalia, parasitemia elevada) y placenta sinparásitos, al igual que la madre con bajísimaparasitemia (40,41). En la fase aguda de la infec-ción la parasitemia es intensa, y por esto el riesgode transmisión es ma yor (40,41).

El T. cruzi alcanza al producto de la concepciónpor vía sanguínea luego de su pasaje, por meca-nismo activo, a través de la placenta. En las célu-las de Hofbauer el tripomastigote se transformaen amastigote, que se multiplica hasta ser libera-do nuevamente como tripomastigote. Estas formasatraviesan el trofoblasto produciendo la infeccióndel embrión o feto. La misma puede ocurrir aúnantes del 4to. mes de gestación cuando el epiteliotrofoblástico presenta ma yor desarrollo (40).

Algunos autores sostienen que debe producirseuna lesión previa en el trofoblasto para que se pro-duzca el pasaje del T. cruzi (42). Sin embargo, otrosestudios demostraron que la transmisión congé-

TTTTTabla Iabla Iabla Iabla Iabla ISindromes con sintomas y signos a tener en cuenta en el periodo agudo por via vectorial.Sindromes con sintomas y signos a tener en cuenta en el periodo agudo por via vectorial.Sindromes con sintomas y signos a tener en cuenta en el periodo agudo por via vectorial.Sindromes con sintomas y signos a tener en cuenta en el periodo agudo por via vectorial.Sindromes con sintomas y signos a tener en cuenta en el periodo agudo por via vectorial.

Clase IClase IClase IClase IClase I

Síndr omes Síntomas y signos

1) Via de infección Complejo oftalmo-ganglionar de Romañaa) Puerta de entrada conocida Chagoma de inoculación

Síndr ome ocular o Formas For unculoideSindr ome cutáneo Erisipelatoide

TumoroideLupoide

b) Sin puerta de entrada Asintomática y sin signos evidentesapar ente Formas típicas y atípicas

2) General inespecífica Fiebre pr olongada con hiperpir exiaEdema generalizado (anasarc a)

3) Cardiovasculare s Taquicar dia, hipotensión arterial, arritmias(miocar ditis y pèricard i ti s) ruidos car díacos apagados, ritmo de galope,

soplos funcionales, anormalidades electr ocar dio-gráficas, car diomegalia por telerradiografía detórax.

4) Hepatoesplenoganglionar Poliadenomegalias, hepatomegalia,esplenomegalia

5) Digestivo Anor exia, vómitos, diarrea

6) Respiratorio Bronquitis

7) Neur ológico Irritabilidad, somnolencia, convulsiones(Meningoencefalitis)

8) Síntomas generales Cefalea, mialgias, raquialgias, llanto persistente,palpitaciones, tos, trastornos de conducta

9) Laboratorio Leucocitosis, linfocitosis, eosinofilia tardíaanemia hipocrómica, hipoalbuminemia,hiper globulinemia con gamma y alfa 2 aumentadas,transaminasas elevadas

TTTTTabla IIabla IIabla IIabla IIabla IICuadro clinico en el periodo agudo por via vectorialCuadro clinico en el periodo agudo por via vectorialCuadro clinico en el periodo agudo por via vectorialCuadro clinico en el periodo agudo por via vectorialCuadro clinico en el periodo agudo por via vectorial

(especialmente en niños menores de 10 años)(especialmente en niños menores de 10 años)(especialmente en niños menores de 10 años)(especialmente en niños menores de 10 años)(especialmente en niños menores de 10 años)Clase IClase IClase IClase IClase I

Debe llamar la atención la aparición de los siguientes síntomasy signos:

A) Inespecíficos o formas atípicas:----- Síndr ome febril pr olongado

(presente en alr ededor del 92% de los casos)----- Adenomegalia----- Hepatoesplenomegalia----- Anemia----- Falta de apetito----- Irritabilidad / somnolencia----- Convulsiones----- Diarre a----- Edema

B) Específicos o formas típicas:----- Complejo oftalmoganglionar

(presente en alr ededor del 8% de los casos)----- Chagoma de inoculación----- Chagoma hematógeno----- Lipochagoma

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

nita puede ocurrir sin lesión previa de dicho teji-do (43).

La prevalencia de este tipo de transmisión si-gue siendo elevada, en razón de que un gran nú-mero de mujeres embarazadas que concurren ahospitales y c línicas, ya en trance de parto, igno-ran su condición de c hagásicas crónicas,advirtiéndose la seroposi-tividad recién en esemomento.

En la totalidad de nuestro país, el número deembarazadas c hagásicas que dan a luz en hospi-tales públicos varía según el área geográfica deresidencia en relación al grado de endemismo, ni-vel social-económico y la predisposición individual.Así se registran los siguientes índices de preva-lencia para la seropositividad en embarazadas:Santiago del Estero 18%, Santa Fe 13%, Córdoba11,3%, Salta 9%, Buenos Aires 4,4% (41). En unestudio reciente realizado en el Hospital RamosMejía de Buenos Aires, sobre 1200 embarazadasentre 15 y 44 años, se encontró que el 9,6% de ellastenían reacciones serorreactivas para Chagas (44).La incidencia de infección chagásica en el hijo demadre infectada, varía igualmente en relación alas regiones y a las provincias, a saber: Jujuy 7%,Chaco 5%, Santa Fe 2,6%, Córdoba y Santiago delEstero 2,4%, Tucumán 2,3%, Buenos Aires 0,56-2% (45).

La discrepancia entre las cifras anteriores yéstas se debe a que la mujer c hagásica no trans-mite su infección a todos los hijos que pare; conta-mos con observaciones de mujeres con 4 hijos, en-tre quienes solo 2 enfermaron por transmisiónconnatal. Se desconoce el porqué de la disconti-nuidad o de la no obligatoriedad de transmisiónconnatal, aunque se presume que interfieren fac-tores nutricionales, elementos de constituciónplacentaria y aun factores inherentes a la cepa delTrypanosoma cruzi en juego (41,45).

El cuadro clínico de los niños con enfermedadde Chagas congénita puede c lasificarse enasintomático y sintomático, dividiéndose éste úl-timo en precoz y tardío, según aparezcan antes odespués de los 30 días de edad. Las manifestacio-nes c línicas varían ampliamente, comprendiendodesde niños prematuros con importantesintomatología y elevada mortalidad, hasta niñosde término asintomáticos. Estas diferencias sur-gen de estudios realizados en distintas zonas geo-gráficas, involucrando áreas endémicas y no en-démicas con la consiguiente diferencia entre lascepas de parásitos, estado nutricional einmunológico de la madre y muc has otras situa-ciones que aún desconocemos y que estarían liga-das a los mecanismos de transmisión y al momen-to de la gestación en que se afecta al feto (40,45,46).

TTTTTabla IIIabla IIIabla IIIabla IIIabla IIIChagas congénitoChagas congénitoChagas congénitoChagas congénitoChagas congénito

Clase IClase IClase IClase IClase I

En los r ecién nacidos se debe valorar las manifestaciones clíni-cas como:

----- Hepatomegalia----- Esplenomegalia----- Ictericia----- Prematurez----- Taquicar dia persistente----- Signos menos fr ecuentes:

----- Formas graves: sepsis, miocarditis, edema,adenopatía, fiebre, exantema, chagoma

----- Formas raras: megaesófago, megavejiga,calcificaciones cer ebrales, etc.

Los niños pueden presentar compromiso inespe-cífico del estado general, hipotonía muscular, fie-bre, y frecuentemente hepatoesplenomegalia. Encasos aislados se observan cuadros de insuficien-cia cardíaca y más rara vez de meningoencefalitiscon crisis convulsivas.

Lo más importante para establecer el diagnós-tico del Chagas congénito es conocer su existen-cia. ¿Por qué este concepto? P orque solo si se pien-sa en esta entidad se llegará al diagnóstico en losniños infectados y asintomáticos. Tal cual sucedeen la transmisión vectorial que, para diagnosticarun caso agudo, hay que comenzar por pensar enenfermedad de Chagas.

Para el diagnóstico de la infección c hagásicacongénita se debe efectuar la búsqueda del pará-sito por técnicas parasitológicas directas de todorecién nacido de madre chagásica. Esta informa-ción permite instalar rápidamente el tratamien-to. En los mayores de 6 meses de edad se agregaráel estudio serológico utilizando al menos 2 técni-cas (47,48).

La positividad serológica, luego de los 6 mesesde vida, como método diagnóstico de Chagas con-génito tiene valor fuera del área endémica, dadoque dentro de ella es imposible descartar la trans-misión vectorial aún cuando no exista una puertade entrada aparente (40).

En la tabla III se señalan las manifestacionesclínicas a tener en cuenta en todo recién nacidocon sospecha de padecer Chagas congénito y quede acuerdo al Consenso de enfermedad de Chagas,ha sido considerado como Clase I.

En el algoritmo I se esquematiza la secuencia aseguir en el diagnóstico y tratamiento del Chagascongénito a partir de la serología reactiva de lamadre, según el consenso de infecciones perina-tales (49) que también ha sido avalado por el Con-senso de enfermedad de Chagas como Clase I,adoptando este esquema metodológico de la mis-ma forma.

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200224

3.3.3.3.3. TTTTTransfusionalransfusionalransfusionalransfusionalransfusionalEsta vía de ingreso de tripanosomas proviene

de transfusiones de sangre de dadores infectados,asintomáticos y que ignoran su padecimiento. Elreceptor puede presentar un cuadro c línico desepsis caracterizado por hipertermia, hepatoesple-nomegalia y poliadenopatías, chagomas o bien unamiocarditis aguda o encefalitis. En general, la evo-lución es fa vorable a pesar de la gran parasitemia,aunque está condicionada a la cepa infectante y alestado inmunológico del individuo (41,45).

El riesgo de recibir sangre infectada por T. cruzise incrementa en proporción con la prevalencia deinfección en los dadores de sangre y con el núme-ro de transfusiones recibidas (8).

Según Sc hmuñis (8) en un hipotético país con30 millones de habitantes, en el cual el 8% de lapoblación está infectada y unas 600 mil unidadesde sangre son transfundidas anualmente, habría48 mil de esas unidades infectadas con T. cruzi.Considerando que el 8% de los recipientes se en-cuentran infectados y que alrededor del 20% delos individuos no infectados reciben una unidadde sangre contaminada, existirían aproximada-mente unos 8.800 casos anuales de Chagastransfusional.

Es interesante destacar que la prevalencia deinfección por T. cruzi en los bancos de sangre deacuerdo a los donantes, no solo se evidencia en po-blaciones ubicadas en plena zona endémica, sinoque debido a la migración interna en cada país seobserva también en localidades donde la enferme-dad no es endémica (41,45).

En los últimos 15 años, en razón de haber idocreciendo en todos los centros de transfusión delpaís el conocimiento del riesgo de transmisión dela tripanosomiasis por esta vía se ha logrado quela vigilancia serológica se ejerza en el 98% de lasinstituciones. Según informes oficiales, el riesgono está totalmente eliminado ya que la prevalen-cia (índice de riesgo) de serología positiva para elChagas en los centros que controlan sangre atransfundir, en 7 provincias supera el 10%, alcan-zando valores como el 23,9% en el Chaco, el 19,2%en La Rioja, el 17,5% en J ujuy, el 16% en Salta.Estas cifras revelan que en cualquier centro nodotado de control serológico o en circunstanciasde emergencia, el riesgo de transmisión de latripanosomiasis americana sigue vigente en índi-ce significativo (41,45).

Los pacientes hemofílicos, debido a la necesi-dad de ser politransfundidos, presentan un riesgom ayor. En la Argentina, alrededor del 50% de loshemofílicos se infectan luego de recibir 30 o mástransfusiones de bancos de sangre con una preva-lencia de infección por T. cruzi en los donantes del2% (50).

El período de incubación en el Chagas trans-fusional varía entre 28 y 116 días (51,52). Luegoaparece fiebre moderada y persistente que oscilaentre 37.5ºC y 38.5ºC, acompañada deadenomegalia generalizada con ganglios palpablesen cuello, ingles y axilas de características indolo-ras, blandos y desplazables. También se evidenciauna esplenome-galia moderada.

Con menos frecuencia aparecen edemas en re-giones sacra y maleolares, hepatomegalia yexantemas fugaces sobre todo en muslos y abdo-men formados por máculas no bien definidas y pocoextendidas (51,52).

Este cuadro c línico, aun sin tratamiento espe-cífico, desaparece comúnmente entre los 30 y 60días de su inicio (51,52). El laboratorio generalmuestra anemia discreta con linfomonocitosis quese acentúa en el transcurso del proceso. Hayeosinofilia leve y aparecen células de irritaciónlinfática tipo Dowley, que en caso de elevarse de-masiado pueden conducir al error diagnóstico,interpretándose como una mononuc leosis infeccio-sa (51,52).

Remo Bergoglio elaboró un perfil c línico pos-transfusional, caracterizado por: 1- fracaso de laantibioticoterapia, 2- antecedente transfusional, 3-fiebre prolongada, 4- tiempo de incubación, 5- ade-nopatías, 6- esplenomegalia, 7- linfomonocitosis,8- eosinofilia, y 9- eritrosedimentación normal(51,52).

El diagnóstico específico se realiza mediante ladetección del parásito en la sangre del enfermo.

Clase I

Madre con serología reactivaMadre con serología reactivaMadre con serología reactivaMadre con serología reactivaMadre con serología reactiva

Hijo < 6 meses Hijo > 6 meses

Micr ohematocrito Ser ología

negativo Å Å negativo

TTTTTratamientoratamientoratamientoratamientoratamiento

Serología a los 6 meses No infectado *

Å negativo

TTTTTratamientoratamientoratamientoratamientoratamiento No infectado *

* Las normas de diagnóstico nacionales sugieren r ealizar unnuevo estudio a los 12 meses de edad.

ALGORITMO I. CHAGAS CONGENITOEsquema diagnóstico (49)

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

Esto se logra por métodos directos con examen almicroscopio, hemocultivo y xenodiagnóstico. Laserología demora un tiempo en positivizarse se-gún la agudeza del proceso; la inmunofluorescenciase hace positiva a los 30 días.

En un estudio reciente sobre análisis multiva-riado de la enfermedad de Chagas en 2260 pacien-tes, evaluamos el impacto de la transmisióntransfusional en la evolución de la cardiopatíachagásica, encontrando una c hance menor a 1 uti-lizando el método estadístico de la razón de Odds,en comparación con la transmisión vectorial por locual la forma hemotransfusional tendría un pro-nóstico más favorable que la mediada por vinc hucas,en el desarrollo de los mecanismos patogénicosinvolucrados en el daño miocárdico (53).

En la tabla IV se señalan las características cl í-nicas y el diagnóstico diferencial que deberá te-nerse en cuenta en el diagnóstico de la enferme-dad de Chagas postransfusional en su etapa agu-da (54) y que han sido adoptados por el Consensode enfermedad de Chagas como Clase I.

4. Chagas e inmunosupresión.4. Chagas e inmunosupresión.4. Chagas e inmunosupresión.4. Chagas e inmunosupresión.4. Chagas e inmunosupresión.La alteración de la respuesta inmune modifica

la relación huésped-parásito condicionando nue-vas y más gra ves manifestaciones c línicas de di-versos agentes infecciosos (55,56).

A continuación consideraremos algunos puntosatinentes a la relación T. cruzi y huésped:

a) Momento de adquisición del T. cruzi:En general son más gra ves las manifestaciones

observadas si el T. cruzi invade un huésped quetiene previamente alterado el sistema inmune. Alcontrario, son menores las consecuencias que acon-tecen en un individuo con Chagas crónico que debeser inmunosuprimido.

b) Grado de inmunodeficiencia:La inmunodeficiencia es diferente de acuerdo

al motivo que la origina. En el trasplante el gradode inmunodeficiencia requerida es diferente segúnel órgano. El trasplante de médula ósea requierem ayor grado de inmunodepresión, siendo menorpara el corazón y menor aún para el riñón. Lainmuno-depresión también varía según el proto-colo de drogas quimioterápicas empleadas (55).

En cambio, el SIDA produce el ma yor grado deinmunodeficiencia. En presencia de este síndro-me se han observado no solo las infecciones agu-das más graves, sino también reactivaciones fata-les de infecciones crónicas, especialmente con com-promiso neurológico (57,58).

c) Vías de adquisición del T. cruzi :Además de la vectorial (triatominos) hay dos

fuentes muy importantes:Transfusión de sangre y hemoderivados : Esta

fuente ha sido y sigue siendo motivo de adquisi-ción del HIV y del T. cruzi. El ejemplo de esto estárepresentado por los pacientes hemofílicosdescriptos con esta asociación (58,59).

Trasplante de órgano infectado : Cuando el da-dor es c hagásico puede transmitir el T. cruzi alreceptor. Esto ha sido bien documentado en recep-tores de órganos con serología negativa para T.cruzi (60-62).

d) Area geográfica:Así como muc hos de nuestros pacientes hemo-

fílicos adquirieron el HIV al recibir hemoderivadosprovenientes de países del primer mundo, en esasáreas se han comunicado pacientes que han ad-quirido el T. cruzi por transfusiones (63).

En un estudio realizado en Los Angeles se ha-lló que el 1,2% de los dadores de sangre eran

TTTTTabla IVabla IVabla IVabla IVabla IVChagas transfusional agudoChagas transfusional agudoChagas transfusional agudoChagas transfusional agudoChagas transfusional agudo

Cuadro clinico y elementos diagnósticosCuadro clinico y elementos diagnósticosCuadro clinico y elementos diagnósticosCuadro clinico y elementos diagnósticosCuadro clinico y elementos diagnósticosClase IClase IClase IClase IClase I

Signos Mayore s Signos Menore s Laboratorio Diagnóstico DiagnósticoDifer encial

Fiebre 37.5 a 38.5ºC Edemas Anemia Métodos dir ectos Citomegalovirus

Adenomegalias Hepatomegalia Linfomonoci- Hemocultivo T oxoplasmosisgeneralizadas tosis

Exantemas Eosinofilia Xenodiagnóstico SepsisEsplenomegalia fugaces leve

Eritr osedimen- Ser ología Infectopatíastación normal (ser ología falsoo algo elevada positiva)

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200226

chagásicos. Esto sucede debido a la migración decentroamericanos y sudamericanos a los paísesdesarrollados (63).

En un estudio de revisión sobre enfermedad deChagas y HIV (60), el 85% de los pacientes pre-sentaban encefalitis intensa y en casi todos se aso-ciaba meningitis. En los pacientes con miocarditisaguda la etiología era sin duda c hagásica, en cam-bio en los casos de miocarditis crónica era difícildeterminar si era debida al T. cruzi o al HIV. Estosautores postulan que la miocarditis y lameningoencefalitis observada en chagásicos“sidóticos” resultaría probablemente de unareactivación aguda del T. cruzi en pacientes quese encontraban cursando la fase indeterminada ocrónica cuando se infectaron con HIV.

En estudios de seguimiento de este tipo de pa-cientes co-infectados con Chagas y HIV elxenodiag-nóstico resultó positivo en el 82% de loscasos, reactivándose la miocardiopatía c hagásicaen el 17% de los pacientes (64).

La mayoría de los estudios publicados sobre estetipo de pacientes coinciden que el sistema nervio-so central es el más comúnmente afectado en al-rededor del 75%, seguido por el corazón en el 44%de los casos (65). Por lo tanto el T. cruzi deberíaser inc luido en la lista de agentes patógenos opor-tunistas que causan infecciones en pacientes se-veramente inmunocomprometidos como en el casodel SIDA (65).

Por otra parte, el compromiso neurológico cau-sado por el T. cruzi resulta frecuentemente indis-tinguible de la toxoplasmosis del sistema nervio-so central, por lo que se hace indispensable enmuchos casos el estudio sistemático del líquidocefalorraquídeo (66).

La asociación Chagas-SIDA, también ha dadoorigen a cuadros c línicos muy poco frecuentes comoperitonitis espontánea con numerosas formastripomastigotas de T. cruzi en el líquido ascítico(67).

Es importante remarcar que las lesiones cere-brales causadas por el T. cruzi no solo se observanen pacientes con SIDA, sino que pueden presen-tarse en c hagásicos crónicos que padezcan otrasafecciones que condicionen una inmunosupresión(68) como leucemia aguda (69) y trasplante renal(70).

A modo de síntesis final podemos señalar queel paciente c hagásico que cursa cualquier situa-ción de inmunosupresión debe ser rigurosamenteevaluado en forma periódica. Este seguimiento nosolo deberá ser c línico sino fundamentalmente serealizará por medio de exámenes de laboratorioque intensifiquen la búsqueda del T. cruzi y lasmodificaciones serológicas (seroconversión o incre-

mento del título de anticuerpos). Los métodos másaconsejables son los parasitológicos directos dadala inmediata información que brindan, especial-mente el Strout y el microhematocrito (55).

Por otra parte, la investigación serológica mu-chas veces es negativa debido al cuadro deinmunosu-presión que cursan estos pacienteschagásicos.

Además, es necesario que en todo dador o re-ceptor de trasplante de órgano la presencia de lainfección por T. cruzi sea investigada de maneraexhaustiva.

También en todo paciente que por su protocolode tratamiento ingrese en un plan deinmunosupre-sión debería saberse su reactividadpara el T. cruzi.

Estas sugerencias que apuntan a la profilaxis ya un diagnóstico rápido en pacientes con asocia-ción de inmunosupresión y T. cruzi son fundamen-tales por cuanto la experiencia ha demostrado quetanto las reactivaciones como las infecciones agu-das tienen una respuesta favorable al tratamien-to precoz.

En la tabla V se señalan las características a te-ner en cuenta en el paciente c hagásico inmunosupri-mido, especialmente por la asociación entre Chagasy HIV, que según el Consenso de enfermedad deChagas han sido consideradas como Clase I.

Teniendo en cuenta las formas diferentes en quepuede adquirirse un Chagas agudo de acuerdo alo expresado en el texto, en las tablas VI, VII, yVIII se resumen los factores a considerar en laanamnesis y los estudios complementarios a rea-lizar tanto en el Chagas agudo sin complicacionescomo en el caso del Chagas neurológico, general-mente por la asociación con el HIV, que fueron acor-dados por el Consenso de enfermedad de Chagas.

DIAGNOSTICO DE LABORADIAGNOSTICO DE LABORADIAGNOSTICO DE LABORADIAGNOSTICO DE LABORADIAGNOSTICO DE LABORATTTTTO R I OO R I OO R I OO R I OO R I OEl diagnóstico infectológico se realiza sobre la

base de un trípode constituido por la c línica, l a

TTTTTabla Vabla Vabla Vabla Vabla VChagas e inmunosupresiónChagas e inmunosupresiónChagas e inmunosupresiónChagas e inmunosupresiónChagas e inmunosupresión

Características a tener en cuentaCaracterísticas a tener en cuentaCaracterísticas a tener en cuentaCaracterísticas a tener en cuentaCaracterísticas a tener en cuentaClase IClase IClase IClase IClase I

----- Co-infección Chagas y HIV----- Otras causas de inmunosupr esión----- Vía de adquisición del T. c ruzi----- Cuadro clínico de r eactivación----- Meningoencefalitis (75%)----- Miocar ditis (44%)----- Xenodiagnóstico positivo (82%)----- Estudio sistemático del líquido cefalorraquideo----- Otros síndr omes menos fr ecuentes----- Tratamiento antiparasitario inmediato

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

epidemiología y el laboratorio. En algunas entida-des médicas (por ej. sarampión, varicela) el cuadroclínico es suficientemente demostrativo para su con-firmación. En cambio en la enfermedad de Chagasdonde la infección aguda y crónica suelen serasintomáticas, o bien, por lo general los síntomasson comunes a un sin fin de patologías, la presun-

TTTTTabla VIIIabla VIIIabla VIIIabla VIIIabla VIIIEvaluación en el caso de sospecha de Chagas NeurológicoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas NeurológicoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas NeurológicoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas NeurológicoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas Neurológico

Clase IClase IClase IClase IClase I

Cuadro clínico de co-infección de Chagas y HIVPresentación clínica puede ser oligosintomática o sintomáticaEstudios neur ológicos

----- Punción lumbar y análisis del líquidocefalorraquídeo

----- Tomografía axial computada con y sin contraste----- Resonancia magnética nuclear con y sin contraste

Estudio de parasitemia por métodos directos(dado que la infección se r eactiva no solo a nivel de SNCy suele encontrarse altas parasitemias)

ción c línica, ciertamente, debe ser confirmada porel laboratorio (71).

El ideal que se persigue con el diagnósticoinfectológico de laboratorio es la obtención o vi-sualización del agente en el paciente. Esto es rela-tivamente sencillo y fácil en la infección c hagásicaaguda cualquiera sea el mecanismo de transmi-sión, dado que en este estadio la parasitemia esmuy elevada (72). F rente a la observación del T.cruzi en la sangre de un paciente no caben dudasdel diagnóstico. En cambio, en el estadio crónicola parasitemia es baja y la sensibilidad de las téc-nicas parasitológicas tradicionales posibilita sóloen un pequeño porcentaje la demostración del T.cruzi Por lo tanto, el estudio de los anticuerpos esel recurso imprescindible para realizar un diag-nóstico en el estadio crónico; se ha intentado utili-zarlo, aunque con relativo éxito en el estadio agu-do o en el neonato para la detección de Chagascongénito (73).

Cabe señalar que la serología es un procedi-miento diagnóstico indirecto, pues es mediante elestudio de la respuesta inmune del huésped, losanticuerpos, que se intenta definir a un individuocomo infectado o no (74).

En lo atinente al diagnóstico, es necesario me-jorar la especificidad, la sensibilidad y la reproduci-bilidad de las técnicas empleadas. En este aspectose está trabajando con la idea de producir nuevosantígenos. Para esto se están elaborando variosantígenos recombinantes de distinto pesomolecular, o empleando subfracciones de diferen-tes estadios del parásito: A pesar de lo mucho rea-lizado, toda vía no se encuentra con el antígenoideal (75,76).

Otras líneas de investigación en el campo deldiagnóstico apuntan a identificar fracciones delparásito (77). En esta dirección tenemos la detec-ción de antígenos libres o formando complejos in-munes en distintos de fluidos (orina, sangre, LCR).También mediante el uso de sonda intentandoidentificar el DNA del protozoario (78).

En el cuadro I se resumen los diversos métodosde estudio de laboratorio utilizados en el diagnós-tico de la enfermedad de Chagas (75,76).

A continuación, se intentará dar las nocionesbásicas de las metodologías en uso y los criteriospara su aplicación y correcto aprovec hamiento.

Diagnóstico por búsqueda del parásito.Diagnóstico por búsqueda del parásito.Diagnóstico por búsqueda del parásito.Diagnóstico por búsqueda del parásito.Diagnóstico por búsqueda del parásito.El hallazgo e identificación del T. cruzi en la

sangre periférica es el diagnóstico de elección enla etapa aguda (entomológica-transfusional) de laenfermedad y en los primeros meses de la infec-ción transplacentaria, donde la alta parasitemiaes prácticamente constante. Existen numerosos

TTTTTabla VIIabla VIIabla VIIabla VIIabla VIIEstudios complementarios en el Chagas AgudoEstudios complementarios en el Chagas AgudoEstudios complementarios en el Chagas AgudoEstudios complementarios en el Chagas AgudoEstudios complementarios en el Chagas Agudo

Clase IClase IClase IClase IClase I- Estudio de laboratorio de rutina----- Hepatograma completo----- Electr ocar diograma standard----- Telerradiografía de tórax----- Ecocar diograma

Clase IIClase IIClase IIClase IIClase II----- Otros estudios car diológicos

----- Holter de 24 Hs.----- Radioisótopos con cámara gamma

TTTTTabla VIabla VIabla VIabla VIabla VIEvaluación en el caso de sospecha de Chagas agudoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas agudoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas agudoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas agudoEvaluación en el caso de sospecha de Chagas agudo

Clase IClase IClase IClase IClase I

Anamnesis Anamnesis Anamnesis Anamnesis Anamnesis que contemple factores biológicos, socialesy ecológicos.

----- Lugar de nacimiento, tiempo de permanencia enel mismo

----- Resida o halla r esidido en zona endémica en formahabitual o esporádica

----- Tipo de constr ucción de vivienda----- Contacto r eal o pr esuntivo con Triatoma infestans----- Haber r ecibido trasfusión de sangre dentro de los 90

días previos a la consulta----- Tener madre biológica con enfermedad de Chagas----- Haber r ecibido o r ecibir tratamiento inmunosupr esor----- Patología compatible con inmunodeficiencia----- Probabilidad de infección accidental

Examen clínico completoExamen clínico completoExamen clínico completoExamen clínico completoExamen clínico completo

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200228

métodos de ma yor a menor complejidad, entre losque pueden citarse como más utilizados algunosde detección inmediata y otros tardíos (79), quedesarrollaremos a continuación.

Métodos de detección inmediataMétodos de detección inmediataMétodos de detección inmediataMétodos de detección inmediataMétodos de detección inmediataGota fresca. Gota fresca. Gota fresca. Gota fresca. Gota fresca. Es el método más simple y senci-

llo, consiste en reconocer el parásito en una gotade sangre del paciente, la cual puede obtenersepor punción digital o de sangre venosa (conanticoagulante). Esta gota es colocada entre el por-ta y el cubreobjetos y es observada al microscopio,donde por el aspecto característico de las formastripomastigotes y su movimiento es identificadoel parásito. Esta identificación será más sencillasi se trata de un paciente con alta parasitemia,debiéndose hacer una observación minuciosa an-tes de informar la negatividad. La sensibilidad deeste presentimiento alcanza al 92% cuando el ope-rador emplea 45' de lectura en el microscopio(48,80) (tiempo imposible de realizar en un labo-ratorio de rutina).

Microhematocrito. Microhematocrito. Microhematocrito. Microhematocrito. Microhematocrito. Se llenan 6 capilares hepa-rinizados con sangre periférica. Luego secentrifugan a 45'’ a 5.000 rpm, se liman y quie-

bran entre la capa de leucocitos y eritrocitos. Lafracción de glóbulos blancos se vierte entre el por-ta y el cubreobjeto (donde se hallarían los T. cruzi )para el reconocimiento del parásito al microsco-pio (x400). Son varias las ventajas de este proce-dimiento: a) su sencillez es semejante al más sim-ple de los tests (la gota fresca), pero es más rápidoy más sensible; b) ha probado tener igual sensibi-lidad al Strout y al xenodiagnóstico en la faz agu-da; c) emplea poco volumen (0,6 ml). Por todo estoes ideal para el estudio del Chagas congénito y elagudo especialmente en niños (48,80).

Método de concentración de StroutMétodo de concentración de StroutMétodo de concentración de StroutMétodo de concentración de StroutMétodo de concentración de Strout (81).Para efectuar el macro-método se utiliza el suerosanguíneo obtenido de la retracción espontánea delcoágulo de aproximadamente 5 ml de sangre sincoagulante. Este es en una primera vezcentrifugado a 160 G para separar el grueso deglóbulos rojos y en una segunda a 350-360 G paraobtener un sedimento que es observado entre por-ta y cubreobjetos para la búsqueda del parásito.Este método frente a los otros de concentración esel de más fácil preparación y de ma yor sensibili-dad, estimada en un 95% para los casos agudos(82).

Cuadro ICuadro ICuadro ICuadro ICuadro IMétodos de estudio de laboratorio (104,105)Métodos de estudio de laboratorio (104,105)Métodos de estudio de laboratorio (104,105)Métodos de estudio de laboratorio (104,105)Métodos de estudio de laboratorio (104,105)

I) Búsqueda del parásito A) Inmediata Gota frescacompleto Micr ohematocrito

Método de concentración de StroutGota gr uesaEppendorfMétodo de Deane y Kir chnerMétodo de siliconesTriple centrifugación de Martín -Leuboeuf – Roubaud

B) Tardía XenodiagnósticoHemocultivoInoculación de animales sensiblesde laboratorio

II) Identificación de A) Serología Reacciones de: Hemaglutinaciónanticuerpos tradicional Aglutinación dir ecta

Inmunofluor escenciaInmunoenzimáticos(ELISA)Fijación de complemento(Machado-Guerre iro)

B) Nuevos métodosen estudio

III) Hallazgo de A) Por búsqueda Libre en sangre (antigenemia)fracciones de antígenos en orina (antigenuria)del parásito

Unidos a Complejo inmuneanticuerpos específico

B) Por determinación Sonda (Prob)del DNA del parásito PCR (Polymerase chain r eaction)

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

Métodos de detección tarMétodos de detección tarMétodos de detección tarMétodos de detección tarMétodos de detección tar díadíadíadíadíaXenodiagnóstico. Xenodiagnóstico. Xenodiagnóstico. Xenodiagnóstico. Xenodiagnóstico. Este método consiste en la

reproducción en condiciones de laboratorio del ci-clo natural del parásito en triatominosprobadamente negativos a los que se alimenta conla sangre del paciente. Fue descripto por Brumpten 1913 (83) y revisado por Dias (84). En la actua-lidad, se han estandarizado (85) utilizando cuatrocajas, que contienen 10 ninfas cada una de tercerestadio (total 40). Estas ninfas deben ser obteni-das de criaderos de laboratorio, alimentadas solocon sangre de ave y con a yuno previo de dos sema-nas antes de su aplicación. Las zonas recomenda-das para colocarlas en el paciente son las del an-tebrazo y la pantorrilla. En el caso de los niñospequeños y lactantes, el número de cajas se redu-ce a dos o menos. El tiempo de alimentación de losinsectos durante el procedimiento dexenodiagnóstico debe ser aproximadamente 30 mi-nutos. Pueden ocurrir reacciones alérgicas a la pi-cadura, usándose de ser necesario pomadas concorticoides. Las cajas retiradas deben ser guarda-das en condiciones de crianza de insecto, esto esen un lugar oscuro y a temperaturas entre 25 y30°C. La lectura se realiza entre los 30 y 60 díaspor observación del contenido intestinal de lasheces entre el porta y cubreobjetos al microscopio.

Este material se obtiene por compresión del ab-domen o por homogeneizado total del insecto (86).Su sensibilidad realizando una sola determinaciónen casos agudos es cercana al 100%, observándosehasta un 50% en la etapa crónica, hecho explica-ble por la reducción de las parasitemias en esteestadio. Esta sensibilidad aumenta cuando en elmismo paciente se realiza un ma yor número dexenodiagnós-ticos (87).

Las limitaciones de este método son de ordenpráctico, pues se requiere de una costosa infraes-tructura para la crianza de los insectos, y de ho-ras-hombre de estudio para los preparados. Almismo tiempo, la presencia del Blastocrithidiastriatomae , un flagelado similar al T. cruzi, saprófitodel triatomino, exige de un buen entrenamiento ycapacidad de observación de los técnicos que efec-túan las lecturas (88).

Hemocultivo.Hemocultivo.Hemocultivo.Hemocultivo.Hemocultivo. Es una técnica que requiere me-nos infraestructura que el xenodiagnóstico. Estemétodo fue desarrollado teniendo en cuenta los re-sultados del crecimiento de formas del T. cruzi enmedios diferentes de cultivo como el NNN,Peckchanian, Bonacci, Davis, Razgha Reic henow,LIT, W arren y otros (89). Entre ellos, los mejoresresultados según las experiencias de Neal (90) ydel Instituto F atala Chaben (91) recomiendan lautilización del medio W arren, elaborado a base deinfusión de cerebro e hígado de vaca y sangre de

carnero desfibrinada (92). P ara su realización, 1ml de sangre del paciente extraída conanticoagulante se agrega a los tubos preparadoscon el medio indicado. Para sembrar estos tubostambién puede utilizarse el sedimento obte nido dela centrifugación de 5 ml de sangre luego de sucentrifugación a 5.000 rpm durante 15 minutos.Se preparan de 10 a 20 tubos por paciente. Loshemocultivos luego de sembrados son incubados a28-30°C (temperatura óptima para su desarrollo)con agitación cada 24 horas. La lectura se realizaentre los 10 y 60 días de sembrada la muestra, portoma del material recolectado en la superficie delos cultivos. En cada lectura se analizan todos lostubos preparados. A los 60 días, se puede en casode nega-tividad, recolectar todos los sobrenadantesde los tubos y hacer una concentración para defi-nir como negativa la muestra.

En cuanto a la sensibilidad de este método compa-rándola con la obtenida con el xenodiagnóstico, l osestudios tanto en humanos como en animales, natu-ral y experimentalmente infectados, demuestranresultados disímiles (89). Mientras investigadorescomo Minter -Goedbloed (93) sostienen una sensibi-lidad similar, otros autores (94,95) inclinan la balan-za de la superioridad a fa vor de uno u otro método.

Identificación de anticuerpos.Identificación de anticuerpos.Identificación de anticuerpos.Identificación de anticuerpos.Identificación de anticuerpos.El inmunodiagnóstico de la enfermedad de

Chagas hasta el momento se dirige a la búsquedade anticuerpos, generados en el curso de la infec-ción por T. cruzi Teniendo en cuenta la modalidadevolutiva de la enfermedad, se transforma en unarma de laboratorio especialmente indicada paralas etapas indeterminadas y crónica de esta afec-tación (75,76). Las principales técnicas inmunose-rológicas en estas fases de la enfermedad puedenservir para los siguientes objetivos: 1) realizar undiagnóstico individual, 2) conocer niveles deendemicidad, 3) verificar actividad de drogas y, 4)realizar el seguimiento de la de las respuestas in-munes (96). Desde el conocimiento de la reacciónde Machado-Guerreiro en el año 1913 (97) hastala fecha, son numerosas las técnicas que se handesarrollado (98).

Sin embargo, sólo aquellas técnicas ponderadasen cuanto a su sensibilidad especificidad son lasque se aplican en la rutina de laboratorio (99).

El resultado de estas técnicas sólo llevará a laconfirmación de la infección y no a la de enferme-dad propiamente dicha.

La interpretación incorrecta de esto trae apa-rejados serios problemas sociales. Un ejemplo fre-cuente de esto está representado por el no otorga-miento de un trabajo cuando la serología paraChagas es reactiva en un examen prelaboral (21).

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Todo estudio serológico positivo debe ser seguidode un estudio clínico cardiológico completo que per-mita una correcta identificación de la enfermedad.

Para el propósito de un diagnóstico individual,los títulos de anticuerpos circulantes no guardanrelación con la edad o sexo, con la gra vedad de laenfermedad o con su evolución c línica (99).

El estudio del perfil de anticuerpos demuestraque el tipo M de inmunoglobulinas es el que apa-rece precozmente en el curso de la infección, dis-minuyendo a niveles casi no detectables en el cró-nico. Algunas de las técnicas que pueden detectarestos anticuerpos son la inmunofluorescencia(anti-IgM), la aglutinación directa con y sin 2-mercaptoetanol y los inmunoenzimáticos, sobretodo ELISA (100). La aparición de inmuno-globulinas del tipo G se produce hacia la segunday tercera semana de infección, perdurando en ni-veles detectables durante todo el curso de la mis-ma por la ma yoría de las técnicas (75,76).

Para que el diagnóstico de laboratorio tenga uncorrecto valor, deben utilizarse por lo menos dosreacciones serológicas. Si ambas son reactivas seconsidera al individuo como infectado. De igual ma-nera si ambas son no reactivas se lo considera noinfectado. En el caso en que haya disparidad en-tre ambas pruebas es necesario realizar una ter-cera reacción para definir el estado de infectado ono de dicha persona (75).

Las reacciones serológicas mas utilizadas en eldiagnóstico de la enfermedad de Chagas son el testinmunoenzimático (ELISA), la inmunofluorescencia(IFI) y la hemoaglutinación indirecta (HAI) (75,76).

El criterio empleado para conocer el valor diag-nóstico de una prueba, es evaluar su capacidadpara distinguir una población de infectados de otrade no infectados. Como no existe una prueba dereferencia la evaluación debe hacerse sobre la basede paneles de sueros de referencia, sueros de per-sonas con infección comprobada por métodosparasitológicos y de personas no infectadas. Conestos paneles se determina la sensibilidad y la es-pecificidad de una prueba dada y, en condicionesde calibración seleccionadas se fija en Título deCorte para esa prueba (101).

Es imprescindible que cada laboratorio que rea-liza el diagnóstico, instale un programa de controlinterno, considerando las Buenas Prácticas de La-boratorio (BPL) y un monitoreo de los procesos,tanto interno como externo, para asegurar laconfiabilidad de los resultados (101).

PPPPPerspectivas de diagnóstico.erspectivas de diagnóstico.erspectivas de diagnóstico.erspectivas de diagnóstico.erspectivas de diagnóstico.(Involucra al punto IIB y al III del Cuadro I).(Involucra al punto IIB y al III del Cuadro I).(Involucra al punto IIB y al III del Cuadro I).(Involucra al punto IIB y al III del Cuadro I).(Involucra al punto IIB y al III del Cuadro I).

La detección de anticuerpos ha permitido has-ta el momento grandes resultados en el control de

los bancos de sangre, en el control de infecciones yen el mejor conocimiento de las características dela enfermedad. Sin embargo, existe un alto por-centaje de pacientes, de los cuales sólo algunos vana evolucionar hacia una sintomatología c línica, laque aún no ha podido ser detectada precozmente.En consecuencia, no se cuenta hasta ahora conmétodos que permitan pronosticar la evolución delos pacientes. Se han realizado numerosos estu-dios destinados a buscar parámetros que posibili-ten identificar este grupo de pacientes. Algunostrabajos abordaron el análisis de poblaciones deanticuerpos de diferente especificidad, utilizandopara detectarlos preparaciones de antígenos solu-bles, parcialmente purificados, exoantígenos, ofracciones subcelulares del parásito o fraccionestisulares de distintos tipos (75,76).

Es fundamental destacar los pioneros estudiosde Patricio Cossio sobre el rol de los anticuerposespecíficos y la autoinmunidad en las lesiones car-díacas (102,103) que han recobrado actualidad apartir de nuevas líneas de investigaciones, esencial-mente acerca del papel de la respuesta inmune comoco-factor de daño miocárdico en el marco de unateoría patogénica constelacional o multifactorial(1,10,104, 105)

La alta sensibilidad del ELISA permitiría undiagnóstico inmunológico temprano, como así tam-bién un tratamiento inmediato de la infección agu-da por T. cruzi, eliminando así el problema de re-sultados falsos-positivos y falsos-negativos queafecta a los métodos tradicionales para detecciónde anticuerpos circulantes (75).

Otra posibilidad de diagnóstico es el reconoci-miento del DNA del parásito. Ashall y col. (106) de-sarrollaron una sonda (Probe) altamente específi-ca para este protozoario. Moser y col. (78) desarro-llaron la técnica del PCR ( polymerase c hainreaction ) que demostró ser específica para distin-tas cepas de T. cruzi.

Los anticuerpos líticos son un grupo deanticuerpos que se caracterizan por lisar las for-mas tripomastigotes circulantes en presencia decomplemento. El estudio de estos anticuerpos esmuy complejo de llevar a cabo, pero podría ser unavía para explorar la respuesta al tratamiento, es-pecialmente de pacientes en estadio crónico (107).

H ay mucho aún para mejorar y al igual que conotros agentes infectantes, se tratan de desarrollarpruebas con antígenos que demuestren ser másespecíficos y sensibles.

Teniendo en cuenta las distintas vías de infec-ción por T. cruzi las indicaciones médicas en quedebe confirmarse o descartarse su presencia porel laboratorio están dadas por los criterios gene-rales de pautas de diagnóstico de laboratorio

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

(75,76) que han sido adoptadas por el Consensode enfermedad de Chagas y cuyas distintas situa-ciones se señalan en la tabla IX.

Por otra parte, en las tablas X y XI se resumenla metodología de estudio de laboratorio referenteal hallazgo del parásito y el hallazgo de anticuerposcirculantes según lo descripto en el texto y quehan sido acordadas por el Consenso de enferme-dad de Chagas como Clase I.

T R AT R AT R AT R AT R ATTTTTA M I E N TA M I E N TA M I E N TA M I E N TA M I E N TO O O O O ANTIPANTIPANTIPANTIPANTIPARASITARASITARASITARASITARASITA R I OA R I OA R I OA R I OA R I OESPECÍFICOESPECÍFICOESPECÍFICOESPECÍFICOESPECÍFICO

Las características evolutivas de la enfermedadcon una etapa aguda con o sin síntomas, con ele-

vada parasitemia, continuada con una etapa delatencia asintomática, con parasitemia difícil deregistrar, lo mismo que en el período crónico tar-dío, donde los pacientes suelen presentar síntomasde diversa gra vedad, tornan difícil la evaluaciónde la eficacia farmacológica de las drogasantiparasitarias (108).

Los pacientes asintomáticos en general no lle-gan a la consulta médica. En cuanto al oligosinto-mático, por lo mismo que su sintomatología esmínima, puede no llegar al médico, pero si lo hacey el cuadro no es muy pasajero, el diagnóstico esperfectamente posible siempre y cuando se pienseen Chagas, en tal caso, puede beneficiarse del tra-tamiento específico de cualquier agudo. En cuan-to a resistencia a realizar estudios, el mismo tra-tamiento, e tc., realmente puede presentarse si elpaciente aún con sintomatología franca, no se in-teresa por eliminar una infección que si pasa a lacronicidad, puede acarrearle problemas de saludel día de mañana. Por ello es fundamental, que atodo c hagásico, deba también informársele acercade los problemas que le plantea su infección.

La parasitemia seguida por xenodiagnóstico(Xd) muestra un comportamiento estable en lam ayoría de los pacientes que no reciben tratamien-to (87).

A pesar de que el Xd es un método eficaz paradiagnosticar infección activa, dada su relativa sen-sibilidad, un solo Xd negativo luego del tratamientoantiparasitario no garantiza la eliminación del T.cruzi .

Aún así, la evidencia más fuerte de la actividadantiparasitaria de un fármaco es la conversión delXd, de positivo a negativo en los pacientes trata-dos. Esta representa una manifestación muy pre-

TTTTTabla IXabla IXabla IXabla IXabla IXCriterios generales de pautas de diagnóstico de laboratorioCriterios generales de pautas de diagnóstico de laboratorioCriterios generales de pautas de diagnóstico de laboratorioCriterios generales de pautas de diagnóstico de laboratorioCriterios generales de pautas de diagnóstico de laboratorio

ante distintas situacionesante distintas situacionesante distintas situacionesante distintas situacionesante distintas situacionesClase IClase IClase IClase IClase I

----- Todo paciente con sospecha de infección aguda.- Chagoma de inoculación.- Fiebre y/o hepatoesplenomegalia con antecedente de

transfusión r eciente, habitante de zona endémica oreceptor de transplante de ór gano.

- Asintomático proveniente de zona endémica.----- Todo dador de sangre .----- Toda embarazada que haya permanecido en zona

endémica o r ecibido transfusiones.----- Todo hijo de madre chagásica.----- Aquellos pacientes con síntomas y/o signos car diológicos

y/o digestivos que hagan sospechar la etiología chagásica.----- Todo dador o r eceptor de ór gano.----- Todo paciente que deba r ecibir dr ogas inmunosupr esoras y

reiteradas transfusiones.----- Aquellos individuos con antecedentes epidemiológicos y

síntomas inespecíficos y/o neurológicos y/o trastornos pordisfunción del sistema nervioso autónomo.

----- Además, desde el punto de vista epidemiológico es útilrealizar estudios ser ológicos a poblaciones en zonaendémica para definir la pr evalencia de la infección.

TTTTTabla XIabla XIabla XIabla XIabla XIMetodología de estudio de laboratorio. Hallazgo deMetodología de estudio de laboratorio. Hallazgo deMetodología de estudio de laboratorio. Hallazgo deMetodología de estudio de laboratorio. Hallazgo deMetodología de estudio de laboratorio. Hallazgo de

anticuerpos circulantesanticuerpos circulantesanticuerpos circulantesanticuerpos circulantesanticuerpos circulantes(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)

Clase IClase IClase IClase IClase I

- Para detección de anticuerpos Ig G- Ensayo inmunoenzimático (ELISA Ig G)- Ensayo inmunoenzimático recombinante (ELISA)- Inmunofluor escencia indir ecta (IFI Ig G)- Aglutinación con partículas- Hemoaglutinación indir ecta (HAI)- Aglutinación directa con/sin 2 mer captohetanol (AD)

- Para detección de anticuerpos Ig M (son poco sensibles yel estudio no se r ealiza habitualmente)- Ensayo inmunoenzimático (ELISA Ig M)- Inmunofluor escencia indir ecta (IFI Ig M)

N O TA: 2 de 3 reacciones positivas se considera paciente chagásicosiguiendo el criterio de la OMS, que solo es válidopara los anticuerpos totales o IgG.

TTTTTabla Xabla Xabla Xabla Xabla XMetodología de estudio de laboratio. Hallazgo del parásitoMetodología de estudio de laboratio. Hallazgo del parásitoMetodología de estudio de laboratio. Hallazgo del parásitoMetodología de estudio de laboratio. Hallazgo del parásitoMetodología de estudio de laboratio. Hallazgo del parásito

(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)(Según metodología descripta en el texto)Clase IClase IClase IClase IClase I

----- Metodología a usar en laboratorios de baja complejidad:----- Gota fresca----- Métodos de concentración:

----- Strout----- Micr ohematocrito----- Eppendorf 0,5

----- Metodología a usar en laboratorios de alta complejidad:----- Hemocultivo----- Xenodiagnóstico----- Reacción en cadena por la enzima Polimerasa (PCR)

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coz. Por ello es que suele utilizarse como controlde la eficacia terapéutica tanto en los c hagásicosagudos como en los crónicos.

Cabe destacar las numerosas dificultades quetienen los estudios de seguimiento prolongado, másaún si se considera una técnica cruenta como lo esel Xd.

Coincidimos con Ledesma (109), en que los cri-terios de curación etiológica se basan en lanegativización parasitológica y serológica; en con-secuencia un tratamiento para la forma aguda seráeficaz cuando se negativizan la parasitemia y laserología en forma permanente.

En todo agudo chagásico, cualquiera sea la víade infección, debe hacerse el tratamiento específi-co, antiparasitario, con Benznidazol, ya que elNifurtimox fue retirado de circulación. En lo rela-tivo al tratamiento específico del c hagásico cróni-co, los resultados hasta el momento, son un tantocontradictorios, dado que entre el 20 y el 50%aproximadamente positivizan el Xd después deltratamiento, aún cuando no retornen al hábitatendémico ni sean transfundidos (110,111).

Estado actual de la quimioterapiaEstado actual de la quimioterapiaEstado actual de la quimioterapiaEstado actual de la quimioterapiaEstado actual de la quimioterapiaA pesar de sus elevados porcentajes de reaccio-

nes adversas, se coincide en aceptar a las drogasbenznidazol y nifurtimox como las indicadas en lainfección c hagásica aguda (112).

El nifurtimox ha dejado de producirse a partirde 1990, y ambos fármacos han desaparecido delstock habitual de las droguerías en casi todos lospaíses endémicos (113).

NifurNifurNifurNifurNifur timoxtimoxtimoxtimoxtimoxEl nifurtimox (3 metil 4-5 nitrofurfuriliden

amino – tetrahidro 4H, 1,4 tiazina, 1-1 dióxido)actúa sobre las formas tripomastigote yamastigote. La dosis indicada en los niños en eta-pa aguda es de 25 mg/kg/día durante 15 días (ata-que) y luego 15 mg/kg/día durante 75 días (man-tenimiento) hasta completar tres meses de trata-miento. En los pacientes adultos (tanto en etapaaguda como crónica), se emplea una dosis de 5 mg/kg/día durante 15 días y luego 10 mg/kg/día hastallegar a los 4 meses de tratamiento (114). Con elempleo de esta droga, se han observado múltiplesefectos secundarios, sobre todo trastornosgastrointestinales y a nivel del sistema nerviosocentral y periférico (115,116).

BenznidazolBenznidazolBenznidazolBenznidazolBenznidazolEl benznidazol (N benzil -2 nitro- 1 -imidazol-

acetamida) actúa sobre los tripomastigotes y losamastigotes intracelulares. La dosis indicada esde 3 a 10 mg/kg/día, con una duración del trata-

miento de hasta 30 días en la fase aguda y de 60en la etapa crónica (114). Esta droga también hamostrado efectos secundarios, caracterizados porreacciones cutáneas (exantema macular pruri-ginoso), polineuropatías, trastornos gastrointes-tinales (náuseas, diarreas), síndrome febril, cefa-lea y vértigo, con una incidencia del 25% en loscasos agudos y del 40% en los crónicos (117).

El elevado porcentaje de reacciones adversas quese presentan con nifurtimox (118) y benznidazol (117)en el tratamiento antiparasitario de la enfermedadde Chagas, ha desalentado su uso en el ambientemédico.

Algunos autores (119) señalan el uso de ácidotióctico para la prevención de los efectos secunda-rios provocados por el benznidazol. Este compues-to antiparasitario es un agente productor de radi-cales libres, metabolitos que estarían involucradosen los efectos adversos de dicha droga, pudiendoser neutralizados por la actividad del ácido tiócticoque actúa atrapando dic hos radicales. Medianteel empleo de este fármaco se lograron disminuirlos efectos adversos del benznidazol, alcanzando asólo un 4 a 8% de los pacientes tratados (119).

Considerando los resultados mencionados conel empleo de nifurtimox y benznidazol, se ha pro-puesto utilizar estas drogas en casos de Chagasagudo comprobado.

Aún así, el tratamiento del paciente c hagásicocrónico se justifica con las siguientes intenciones(114):a) Combatir un importante eslabón de la cadena

epidemiológica: el individuo infectado.

TTTTTabla XIIabla XIIabla XIIabla XIIabla XIITTTTTratamiento antiparasitario específicoratamiento antiparasitario específicoratamiento antiparasitario específicoratamiento antiparasitario específicoratamiento antiparasitario específico

Clase IClase IClase IClase IClase I

Medicación: Medicación: Medicación: Medicación: Medicación: Benznidazol. Presentación 100 mg.----- Dosis: a partir de 1 año de edad y todas las edades

5 mg/Kg/día----- Administración: cada 12 hs.----- Lapso: de 30 a 60 días----- Recién nacidos: 7-8 mg/Kg/día cada 12 hs.

mezcladas con biberón durante 30 a 60 días----- Lactante 6 meses o más: r epetir esquema recién nacido----- Niño 1 año: r epetir esquema recién nacido

* Nifurtimox: no se considera por no encontrarse comerc ial -mente en plaza.

TTTTTratamiento farmacológico inespecíficoratamiento farmacológico inespecíficoratamiento farmacológico inespecíficoratamiento farmacológico inespecíficoratamiento farmacológico inespecífico

Clase IIClase IIClase IIClase IIClase II

De acuerdo a la levedad o gravedad de los síntomas pr esenta-dos, y a los efectos adversos secundarios.

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

TTTTTratamiento,ratamiento,ratamiento,ratamiento,ratamiento, evolución de la enfermedad y evolución de la enfermedad y evolución de la enfermedad y evolución de la enfermedad y evolución de la enfermedad yperspectivasperspectivasperspectivasperspectivasperspectivas

Los beneficios del tratamiento antiparasitarioprecoz señalados en los primeros meses de vida,

TTTTTabla XIIIabla XIIIabla XIIIabla XIIIabla XIIITTTTTratamiento aniparasitario específicoratamiento aniparasitario específicoratamiento aniparasitario específicoratamiento aniparasitario específicoratamiento aniparasitario específico

Clase IClase IClase IClase IClase I

Indicación terapéutica en base a protocolos paralas formas:----- Aguda----- Indeterminada r einfectado y/o r eactivado----- Crónica reinfectado y/o r eactivado----- Postransfusional----- Congénito----- Trasplante----- Accidente laboral----- Inmunodeprimidos

b) Disminuir la incidencia del Chagas post-transfusional.

c) Prevenir la posibilidad del Chagas congénito.d) Prevenir la diseminación y/o reagudización del

cuadro infeccioso en casos de inmunodepresión.e) Prevenir el desarrollo de enfermedad crónica

en los pacientes infectados.f) Contar con un arma antiparasitaria en caso de

transplante de órganos.

En la tabla XII se esquematiza el tratamientoantiparasitario específico según dosis y duraciónde acuerdo a la edad del infectado con T. cruzi , queha sido acordado por el Consenso de enfermedadde Chagas como Clase I y también el tratamientofarmacológico inespecífico según los efectos adver-sos secundarios que han sido considerados comoClase II.

Cuadro IICuadro IICuadro IICuadro IICuadro IIFrecuencia de control y parámetros a evaluar según la condición del Chagas AgudoFrecuencia de control y parámetros a evaluar según la condición del Chagas AgudoFrecuencia de control y parámetros a evaluar según la condición del Chagas AgudoFrecuencia de control y parámetros a evaluar según la condición del Chagas AgudoFrecuencia de control y parámetros a evaluar según la condición del Chagas Agudo

Clase IClase IClase IClase IClase I

Condición Fr ecuencia¿Cada cuanto? ¿Qué evaluamos?

Recién nacido Al momento de nacimiento Estado clínico1ra. Determinación Cada 7 días por 30 días Parasitemia

(ver algoritmo de Chagas Pr esencia de anticuerpos congénito) IgM. (no se hace de r utina)

Lactante (6 o más meses) A los 6 meses Presencia de anticuerpos2da. Determinación A los 12 meses específicos.

A los 24 meses Estado clínico.A los 48 meses

Niño 1 año 12 meses posteriore s Presencia de anticuerpos3ra. Determinación al tratamiento específicos

Postransfusional Pre y Post transfusión Pr esencia de anticuerposespecíficos y de parásitos

Inmunocomprometido A los 15 días Pr esencia de síntomasTodos los meses so spechosossegún evolución Modificación de la

curva serológicaPresencia de parásitos

Transplante (Dador) Pr etransplante Presencia de anticuerposespecíficos

Transplante (Receptor) Pretransplante y Presencia de anticuerpospostransplante específicos y de parásitos

Transplante (Médula osea) 10 días antes de T ransplante Presencia de anticuerpos7 días antes de T ransplante específicos y de parásitosEn el momentoPostransplante

Accidente Laboral En el momento y posterior Pr esencia de síntomassospechososModificación de la curvaserológicaPresencia de parásitos

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200234

Cuadro IIICuadro IIICuadro IIICuadro IIICuadro IIIMetodología de estudio y momento de su empleo en losMetodología de estudio y momento de su empleo en losMetodología de estudio y momento de su empleo en losMetodología de estudio y momento de su empleo en losMetodología de estudio y momento de su empleo en los

controles según la condición del Chagas Agudocontroles según la condición del Chagas Agudocontroles según la condición del Chagas Agudocontroles según la condición del Chagas Agudocontroles según la condición del Chagas AgudoClase IClase IClase IClase IClase I

Condición Metodología de estudio en los contr oles¿Qué estudio? ¿Con qué frecuencia?

Recién nacido Parasitológico: Al momento de nacer c/ 71ra. Determinación Métodos de Concentración días.(ver algoritmo de Chagas

Serológicos: ELISA (IgM), IFI congénito)(IgM) (no se hace de r utina) Al momento de nacer o

dentro de 30 días.

Lactante (6 o más meses) Ser ológicos cuantitativos: Cada 6 meses.2da. Determinación ELISA, IFI, HAI, etc.

Niño 1 año Ser ológicos cuantitativos: Cada 12 meses3ra. Determinación ELISA, IFI, HAI, etc.

Postransfusional Parasitológicos: métodos de Pre transfusionalconcentración, etc. Post transfusionalSerológicos: ELISA, IFI, HAI, etc.

Inmunocomprom etido Ser ológicos: ELISA, IFI, HAI, etc. Mientras dure la sospechaParasitológicos: micr ométodosy Strout

Transplante (Dador) Ser ológicos: ELISA, IFI, HAI, Pr etransplanteetc. (de confirmación)

Transplante (Receptor) Ser ológicos: ELISA, IFI, HAI, Cada 7 días p/ 2 meses.

etc. (de confirmación)Parasitológicos: Strout

Transplante (Médula osea) Ser ológicos: ELISA, IFI, HAI, Cada 7 días p/ 2 meses.

etc. (de confirmación)Parasitológicos: Strout

Accidente Laboral Ser ológicos: ELISA, IFI, HAI, Al momento del accidenteetc. (de confirmación) A los 15 días de inicio delParasitológicos: Strout tratamiento.

A los 6 meses posteriore s a laccidente.

tanto en el Chagas congénito (120) como en la eta-pa aguda de la enfermedad, con respecto a la evo-lución natural y a la aparición de las lesiones, nohan podido ser demostrados durante las etapasindeterminada y crónica (121).

En efecto, este aspecto es sumamente contro-vertido dado que mientras algunos autores nie-gan la utilidad del tratamiento en las fases inde-terminada y crónica para prevenir las lesiones(122), otros lo indican como preventivo de la evo-lución natural de los trastornos cardíacos (123).

Es necesario recordar que, considerando los me-canismos fisiopatogénicos involucrados, en espe-cial de tipo inmunológico, la lenta evolutividad ylos factores aún desconocidos que determinan que

sólo algunos pacientes desarrollen la miocar-diopatía c hagásica crónica, es sumamente difícilevaluar la eficacia del tratamiento en relación ala aparición o no de lesiones (14).

Indudablemente, con respecto al tratamientoantiparasitario específico de la enfermedad deChagas es mucho lo que debe mejorarse, tanto enlo que respecta a la investigación y empleo de nue-vas drogas útiles e inocuas para el hombre, comola indicación precisa, especialmente en las etapasindeterminada y crónica.

Es muy probable que el escaso interés científi-co y el apoyo económico de la industria farmacéu-tica en esta materia se relacione con la condiciónde latinoamericanos, pobres e inc luso indigentes

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

de la mayoría de los pacientes c hagásicos. Estoqueda aún más en evidencia cuando comparamosel gasto que se destina a otras enfermedadescardiovasculares que afectan a poblaciones conm ayores recursos económicos y de alcance mun-dial como la cardiopatía isquémica y lahipertensión arterial (21).

En la tabla XIII se señalan las indicaciones te-rapéuticas antiparasitarias específicas de acuer-do a las distintas circunstancias en que los pacien-tes se infectan con T. cruzi , que han sido acorda-das por el Consenso de enfermedad de Chagascomo Clase I. Es importante remarcar que los pro-tocolos de tratamiento no solo deberán inc luir lamedicación en cuanto a dosis, administración y

duración de acuerdo a lo expresado en el texto,sino el control y seguimiento de todos los pacien-tes tratados.

C O N T R O L C O N T R O L C O N T R O L C O N T R O L C O N T R O L Y SEGUIMIENTY SEGUIMIENTY SEGUIMIENTY SEGUIMIENTY SEGUIMIENTOOOOOEn alguna medida el control y seguimiento de

un paciente chagásico agudo dependerá del crite-rio médico según el cuadro clínico del enfermo, larespuesta al tratamiento, la evolución y la formade contagio del T. cruzi, en especial si existe com-promiso en la respuesta inmune. Todo esto ya lohemos señalado a tra vés de los distintos ítems de-sarrollados en el texto. También la evaluación de-penderá de la metodología de estudio de que sedisponga y de las complicaciones que se agreguen

Cuadro IVCuadro IVCuadro IVCuadro IVCuadro IVSeguimiento en el tiempo de control y parámetros que se utilizanSeguimiento en el tiempo de control y parámetros que se utilizanSeguimiento en el tiempo de control y parámetros que se utilizanSeguimiento en el tiempo de control y parámetros que se utilizanSeguimiento en el tiempo de control y parámetros que se utilizan

según la condición del Chagas Agudosegún la condición del Chagas Agudosegún la condición del Chagas Agudosegún la condición del Chagas Agudosegún la condición del Chagas AgudoClase IClase IClase IClase IClase I

Condición Seguimiento¿Hasta cuándo los contr olan? ¿Con qué parámetros?

Recién nacido Si no es r eactivo y la parasitemia Madre Chagas r eactiva.1ra. Determinación es negativa a los 6 y 12 meses. Presencia de parásitos y

Si es reactivo y la parasitemia es anticuerpos específicos.positiva hasta 12 meses yposteriores al tratamiento.

Lactante (6 o más meses) De 6 meses o más. Madre Chagas reactiva2da. Determinación Si no es r eactivo a los 12 meses Pr esencia de anticuerpos

se hace ser ología. Eficacia del tratamientoSi es reactivo ser ología posterioral tratamiento,hasta los 48 meses.

Niño 1 año Si no es r eactivo: Alta del Ausencia de anticuerpos3ra. Determinación seguimiento. específicos.

Si es reactivo ser ología posterior Mejoría del estado clínico.al tratamiento,hasta los 48 meses.

Postransfusional Hasta 90 días posteriores a la Ausencia de anticuerpostransfusión. específicos.

Inmunocomprometido Siempre si hay sospecha. Mejoría del estado clínico.Ausencia de parasitemia.Ausencia de anticuerposespecíficos.

Transplante (Dador) _______________ _______________

Transplante (Receptor) S i es reactivo durante 6 meses Pr esencia de parásitos yposteriores al tratamiento. anticuerpos específicos.

Transplante (Médula osea) S i es reactivo durante 6 meses Pr esencia de parásitos yposteriores al tratamiento. anticuerpos específicos.

Accidente Laboral Cada 7 días durante el 1er. mes. Ausencia de síntomas.Cada 15 días durante el 2do. mes. No conversión ser ológica.Cada 30 días hasta el 4to. mes.Al finalizar el tratamiento.

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al cuadro c línico dado que aumentará la compleji-dad requerida en el examen.

Sin embargo, es necesario fijar pautas genera-les en la frecuencia de control, en los parámetrosa evaluar, en los métodos de estudio y el momentode su empleo como así también en el tiempo decontrol durante el seguimiento y que debemosbuscar según la condición del Chagas agudo.

En tal sentido, el Consenso de enfermedad deChagas, acordó según el tipo de Chagas agudo, lafrecuencia, la metodología de estudio en los con-troles y el tiempo de seguimiento de los pacientescomo se detallan en los cuadros II, III y IV.

Obviamente estas indicaciones deben tomarsecomo una guía práctica y por sus característicasno incluyen todas las posibles variantes de acuer-do a cada caso c línico con Chagas agudo, por loque quedará a criterio del médico actuante las mo-dificaciones y adaptaciones pertinentes.

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TOPICO I: ENFERMEDAD DE CHAGAS CON PARASITEMIA EVIDENTE

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TOPICO II: PERIODO INDETERMINADO DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS 43

Período indetermiando de la Enfermedadde Chagas

nera: “primero que permanezcan en la misma si-tuación en forma de curación aparente o bien deenfermedad no progresiva toda la vida (70% de lospacientes actuales), y segundo que evolucionen enforma crónica hacia el deterioro cardíaco con sig-nos y síntomas de insuficiencia cardíaca, arritmiasgraves, trastornos de conducción avanzados (30%)”.

Es decir que, en este período indeterminado dela enfermedad, la curación aparente dependeríade la eficacia de los mecanismos de defensa delhuésped, que reducirían los nidos de amastigotesen forma progresiva, desapareciendo los infiltra-dos y el edema tisular. Simplificando podríamosdecir que el grupo de pacientes que queda en laetapa indeterminada, sin progresión de su cuadroclínico, es aquel donde las probables lesiones cons-tituyen una secuela (fibrosis) del ataque agudo adiferencia del grupo que continua hacia lamiocardiopatía chagásica crónica donde el dañopodría deberse a mecanismos activos que perpe-tuarían el ataque inicial.(13,14)

Debe interpretarse que el grupo de pacientesque integra el período indeterminado, sin progre-sión de su cuadro clínico, con la infección contraí-da en la etapa aguda, por la picadura del vector uotras formas, de inoculación del T. cruzi, no hadejado lesión cardiovascular ni digestiva demos-trable por los estudios cardiovasculares (electro-cardiograma, radiología de tórax, prueba de esfuer-zo y ecocardiograma) y estudios del aparato diges-tivo (15). Los estudios longitudinales en seres hu-manos demuestran que entre el 70 al 80 % de lospacientes que cursan la etapa indeterminada de laenfermedad evolucionan en forma benigna sin evi-dencias de daño miocardio o digestivo(16).

La gran mayoría de estos pacientes gozan debuen estado general, ignorando algunos su infec-ción, fundamentando esto por la “inapariencia clí-nica del período agudo”, sin puerta de entrada tí-pica y con signos y síntomas inespecíficos de laenfermedad.

DIAGNOSTICO Y PRONOSTICOLuego de la etapa aguda con desaparición de

los signos y síntomas, y la reducción del número

DEFINICIONEl período indeterminado de la enfermedad de

Chagas, está definido como la etapa preclínica, sub-clínica o inaparente, donde los pacientes tienenserología positiva para Chagas, pero carecen de sín-tomas clínicos, el examen físico cardiovascular esnormal, y los estudios complementarios (electrocar-diograma, teleradiografía de tórax, prueba de es-fuerzo y ecocardiograma) son normales. Además,el examen del aparato digestivo es normal (1-3).

HISTORIA NATURALSi bien lo esencial sería la prevención primaria,

el objetivo de esta etapa es diferenciar la “infec-ción” de la “enfermedad”.(4) Parece fundamentaldistinguir ambos conceptos, porque si bien hastadeterminado nivel de su historia natural los dos pro-cesos están integrados, existe un período prolonga-do, que se mide en años y hasta en décadas, cuyaduración exacta habitualmente se desconoce.(5,6)Podría interpretarse como un momento de infec-ción libre de «miocarditis», o quizás una inmuni-dad “fuerte” contra el T. cruzi que evitaría lareplicación cíclica del parásito como se observa enla fase aguda.(7,8) Las lesiones son mínimas, losparásitos pocos, estableciéndose un estado de equi-librio entre el T. cruzi y el huésped.(9) Es decir,que después de la primoinfección y la aparición delesiones miocárdicas inflamatorias subsiste un pe-ríodo prolongado silente, asintomático que pasa qui-zás desapercibido para el paciente.

Carlos Chagas en 1916 (10), durante sus estu-dios en áreas endémicas de Brasil, ya había ob-servado a personas infectadas, que permanecíanen una etapa sin enfermedad, “fase indetermina-da”, explicando que no tenían cuadro clínico ma-nifiesto por la picadura del T. cruzi.

Laranja y colaboradores, en 1956 (11) señalabanal período indeterminado como la “fase asintomáticaprolongada”, generalmente entre 10 a 20 años, queabarcaba el final de la fase aguda y el estableci-miento de lesiones cardíacas, en la etapa crónica.

Otras consideraciones de investigadores comoZilton Andrade(12) se refería a los pacientes conserología positiva para Chagas de la siguiente ma-

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de tripanosomas sanguineos circulantes comien-za un período de silencio de la enfermedad de lar-ga duración donde el paciente se encuentra total-mente asintomático. En muy pocos casos se haobservado que el periodo indeterminado tenga unacorta duración (uno o dos años) luego de la etapaaguda debido a la aparición de alteraciones car-díacas o digestivas evidentes de la etapa crónica.La gran mayoría de los pacientes permanecen enesta etapa durante 15 a 20 años, sin haber padeci-do lesiones demostrables. Incluso es común encon-trar pacientes con mas de 70 años que permane-cen en la etapa indeterminada de la enfermedad(5). De allí que debemos replantearnos el concep-to de transición de las diferentes etapas: “aguda,indeterminada y crónica”, su evolutividad, puestoque hay un gran numero de personas que nuncaevolucionan hacia el deterioro final.

Además, la prueba concluyente de buen pronós-tico de los pacientes en la etapa indeterminada esla escasa mortalidad, con índices comparables conla población general normal. Hay estudios que re-velan que sólo fallecieron 8 pacientes de los 400seguidos durante 10 años en etapa indetermina-da, es decir un 2% de mortalidad, 7 de ellos norelacionados con Chagas como causa de muerte (8).Otras experiencias con 560 pacientes considera-dos, 350 seguidos durante 5 años, 270 seguidosdurante 7 años y 120 durante 10 años no tuvo nin-gún deceso en la fase indeterminada (17).

De todos esto surgen dos características de estaetapa: 1ª) La ausencia de daño cardíaco o digesti-vo clínicamente evidente, 2ª) El pronóstico favo-rable en la mayoría de los pacientes con una mor-talidad similar a la población general.

CONCEPTO DE ETAPA INDETERMINADA1. Antecedente epidemiológico.2. Serología positiva (Hemoag. Indirecta; T.I.F;

Elisa)3. Examen clínico cardiovascular normal.4. Exámenes complementarios:

Electrocardiograma normalRx de tórax normalErgometria NormalEcocardiograma normal

5. Aparato digestivo Normal.6. Estudios complementarios:

Tránsito Esofágico normalSeriada gastroduodenal normal

CONSIDERACIONES DE LA PATOGENIAEN LA ETAPA INDETERMINADA

El grupo de pacientes que pertenece a esta eta-pa, sin progresión de su cuadro clínico, tiene lasiguiente interpretación. Luego de un período de

infección aguda, las posibles lesiones inflamatoriasmiocárdicas provocadas por la acción del T. cruzi,dejen una secuela o fibrosis, sin otro tipo de alte-raciones. Los que continúan hacia la miocardio-patía chagásica crónica, las lesiones podrían per-petuarse por mecanismos “activos” multifac-toriales, probablemente inmunológicos, lesionesmicrovasculares, mecanismos de autoagresión dereceptores beta, muscarínicos, denervación auto-nómica y otros que llevaría a la hipertrofia y dila-tación miocárdica con insuficiencia cardíaca ymuerte (18). Además, se podrían generar zonasarritmogénicas en áreas adelgazadas del múscu-lo cardíaco (aneurismas de punta) (19,20) que con-ducirían a arritmias ventriculares graves comola taquicardia ventricular sostenida, torsión depunta, fibrilación ventricular (21,22).

Es decir que según algunos investigadores comoZilton Andrade (12), nos explica que en el períodoindeterminado, se observan en el miocardio lesio-nes cicatrizales, secuelas de una actividadinflamatoria aguda con poca o nula evolución.

En estudios realizados en autopsias por dife-rentes investigadores en nuestro país, en pacien-tes fallecidos por accidentes, se encontraron al-gunas alteraciones cardíacas1. Corazón de dimensión y peso normal2. Miocardio macroscópicamente normal en el 90%

de los casos y solo el 10% se halló adelgaza-miento parietal.

3. El aneurisma de punta fue una rareza aunqueel proceso inflamatorio más evidente se obser-vó en esta zona (21).

4. El endocardio es normal y se pudieron ver for-mas de pericarditis crónicamente activas.

5. Miocarditis focal.6. La aparición de nidos de amastigotes fue ex-

cepcional.

Estos estudios tienen un sesgo es sus hallaz-gos, puesto que fueron incluidos algunos pacien-tes con bloqueo completo de rama derecha que,por definición, no pertenecen a la clase sin cardio-patía o etapa indeterminada.

Otros investigadores, describen corazones detamaño normal, con lesiones microscópicas in-flamatorias mínimas en distintas regiones delmiocardio, igual que en ganglios parasimpáticos yen plexos mesentéricos. Carrasco (23), demuestraen su serie de pacientes, corazones de tamaño nor-mal y las biopsias endomiocárdicas lesiones infla-matorias, sin manifestaciones clínicas.

Por todo lo expuesto surgen otras consideracio-nes, ¿Cuándo comienza y quienes ingresan en laetapa indeterminada? Solo en algunos casos hasido posible establecer con exactitud el comienzo

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TOPICO II: PERIODO INDETERMINADO DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS 45

real de este período, no así en la mayoría, porquela enfermedad aguda tiene una pobre expresiónclínica y hay un subdiagnóstico.

METODOLOGIA DE ESTUDIO DEL PERIO-DO INDETERMINADO

Las diversas técnicas de estudio no invasivas oinvasivas (24,25) en los pacientes chagásicos en laetapa indeterminada, han demostrado algún gra-do de compromiso cardíaco, sea cual fuese el mé-todo empleado, pero todos los investigadores co-inciden y remarcan que los mismos son de escasamagnitud para considerar enfermedad en curso.De todos modos, de acuerdo a los estudios de se-guimiento, las alteraciones encontradas no influi-rían en la sobrevida de los pacientes, por lo cualconsideramos que realizar todos los estudios enesta etapa no aportaría demasiados elementospara su pronóstico, además del alto costo econó-mico que ello implica.

Electrocardiograma (CLASE I )A todos los pacientes con serología positiva para

enfermedad de chagas se le confeccionará: unelectrocardiograma de 12 derivaciones clásicas yuna tira de 3 minutos en la derivación D2. Su in-forme será analizado de acuerdo a reconocidos cri-terios morfológicos y vectoriales.

La electrocardiografía convencional (26) es unmétodo importante y de gran sensibilidad para éldiagnóstico de cardiopatía en la etapa indetermi-nada de la enfermedad dada la particularidad delesión del sistema excitoconductor (27). Ademáspermite realizar seguimiento epidemiológico a lar-go plazo en todos los pacientes, debido a su dispo-nibilidad en centros de atención médica y su bajocosto.

Decimos que el ECG, desde el punto de vistaclínico epidemiológico representa una técnica sim-ple y sencilla para la detección de manifestacio-nes iniciales en una gran población chagásica.

Teleradiografía de tórax (CLASE I )Se tiene en consideración la morfología y ta-

maño del corazón y grandes vasos, la relacióncardiotoráxica, circulación pulmonar, parénqui-mas, pericardio y pleuras (28).

El tamaño cardíaco puede determinarse consi-derando el diámetro cardíaco transverso y rela-cionándolo con el peso y la altura del paciente, me-diante normogramas que permiten establecer conbastante aproximación la cardiomegalia (29).

Ergometría (CLASE I)Se realizará una prueba ergométrica gradua-

da con esfuerzo a todos los pacientes, de acuerdo

a las normas del Consejo de Ergometría y Reha-bilitación Cardiovascular de la Sociedad Argenti-na de Cardiología y a patrones clásicos.

La metodología consistirá en una prueba deesfuerzo máximo, escaleriforme, con plataforma ocicloergómetro, con monitoreo osciloscópico per-manente y registro electrocardiográfico (30,31).

Previamente se le entrega una carta de instruc-ciones y comenzada la prueba se determinará es-pecialmente la frecuencia cardíaca y su incremen-to, así como la presión arterial basal y su compor-tamiento durante la prueba. Ambas se evalúan enel posesfuerzo. La prueba será detenida por cau-sas clínicas o electrocardiográficas. Se evaluará lacapacidad funcional. Es decir que la primera con-sideración en realizar una PEG en el pacientechagásico es interpretar que su importancia y re-sultados son muy diferentes a los obtenidos en lacardiopatía isquémica (32,33). Aquí hay que in-vestigar:1º Detección de trastornos de conducción

intraesfuerzo (auriculoventriculares y/o intra-ventriculares) o en él período de recuperación.

2º Detección de arritmias.3º Determinar la capacidad funcional.4º Investigar el cronotropismo.5º Comportamiento de la tensión arterial.

Electrocardiografía dinámica sistema Holterde 24 hs. (CLASE II)

La metodología del monitoreo ambulatorio de-sarrollado por el Holter de 24 hs es importante enla detección de arritmias y trastornos de conduc-ción, en la etapa indeterminada (34). Las arritmiassupraventriculares y ventriculares monomorfasencontradas en los pacientes asintomáticos, con-trastan, de manera significativa, con las arritmiasgraves (taquicardias ventriculares) y serios tras-tornos de conducción en los pacientes con dañomiocárdico (35,36). Por lo tanto la interpretaciónde enfermedad cardíaca ante la presencia deextrasístoles supraventriculares y/o ventriculares,especialmente si son monomorfas, debe ser muycautelosa en los pacientes con serología positivapara enfermedad de Chagas (37).

Ecocardiograma (CLASE I)La ecocardiografía en modo M y Bidimensional

permite cuantificar el grado de lesión miocárdicamínima en la etapa temprana de la enfermedad(38). La valoración de la función sistólica, el aná-lisis de la motilidad parietal, la evaluación detrombos murales son de gran utilidad para el diag-nóstico y pronóstico de la enfermedad (39,40).

El Ecocardiograma de modo M, diagrama ladistancia en función del tiempo y registra las se-

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ñales provenientes de las estructuras móviles car-díacas como líneas onduladas y de corte transver-sal o bidimensional 2D que reconstruye una ima-gen espacial más similar a la del corazón.

El valor de la ecocardiografía (41) en la en-fermedad de Chagas radica en:1. La detección precoz en la etapa subclínica de la

enfermedad de alteraciones de los diámetrosventriculares y su posterior seguimiento.

2. Determinación de la función sistólica y diastó-lica.

3. Establecer alteraciones de motilidad parietalcon zonas de hipocinesia, aquinesia y/odisquinesia.

4. La presencia de derrame pericárdico no detec-tado ni clínica ni radiologicamente.

5. Los hallazgos de aneurismas ventriculares ytrombos intracavitarios.

Ecocardiograma-Doppler (CLASE II)El estudio de la función diastólica (FD) por este

método es de gran utilidad en los pacientes dondeel compromiso orgánico de la relajaciónmiocárdica se pone de manifiesto como altera-ción precoz. Mediante el flujo transmitral se pue-de evidenciar el patrón de flujo denominado ”rela-jación prolongada”, caracterizado por prolongaciónde la relajación isovolumétrica y del tiempo dedesaceleración mitral y relación E/A menor de 1.En el registro de vena pulmonar es posible regis-trar disminución de la onda D y aumento de laonda S. Es importante correlacionar estos hallaz-gos con la edad del paciente, ya que individuosnormales mayores de 50 años la relación E/A pue-de ser menor de 1. El patrón de flujo “pseudonor-mal” y “restrictivo” se observa cuando existen al-teraciones de la motilidad parietal regional (aneu-risma apical, hipoquinesia inferoposterior) o de lafunción sistólica global (disminución de la fracciónde eyección), pero no en la etapa indeterminadade la enfermedad. Otras metodologías como elmodo “M” color o el Doppler pulsado tisular tam-bién permiten objetivar alteraciones de la relaja-ción (42,43).

Electrocardiograma de señal promediada(CLASE II)

El desarrollo de nuevas técnicas invasivas paraidentificar a los pacientes chagásicos en alto ries-go de sufrir arritmias ventriculares malignas hasido motivo de estudio en los últimos años. El mé-todo permite registrar señales de baja amplituddesde la superficie corporal que se producen al fi-nal o después del complejo QRS (segmento ST) (44).

Estas señales, denominadas potencialesventriculares tardíos, se originan en zonas de teji-

dos donde alternan músculo sano con músculofibrosado, que determinan retrasos de la conduc-ción.

Son estos potenciales considerados como mar-cadores de la existencia de un sustratoarritmogénico los que posibilitan el desencadena-miento de taquicardias ventriculares de tiporeentrante (45,46).

Estudios con radiotrazadores (CLASEII)La angiocardiografia radioisotópica con cáma-

ra gamma es un método no invasivo que permiteobtener importantes datos sobre el grado de dañomiocárdico en la enfermedad de Chagas (47).

El ventriculograma radioisotópico, la perfusiónmiocárdica, el tamaño de las cámaras cardíacas,las zonas de hipo-aquinesia o discinesiaventricular, los volúmenes, los índices de motilidadglobal y regional, la fracción de eyección y otras,son algunas de los datos que se obtienen por estemétodo(48,49).

Estudios invasivos (CLASE III)Los estudios cardiológicos invasivos no deben

emplearse de rutina en los pacientes chagásicosen esta etapa. Solamente serán utilizados para de-cidir una conducta terapéutica o diagnosticar unaenfermedad coronaria asociada. En el caso de labiopsia endomiocardica, que fue realizada en pa-cientes asintomáticos, cuyos resultados demostra-ron daño miocardico en una etapa temprana de laenfermedad no debe emplearse como método ha-bitual. Todos los estudios invasivos deben teneruna indicación precisa que justifique los mismos.

Estudios electrofisiológicos (CLASE III)Los estudios electrofisiológicos permiten inves-

tigar (50) :1. Trastornos de conducción de la función del nó-

dulo sinusala) Automatismob) Inervaciónc) Conducción sinoauricular

2. Trastornos de la conducción auricular3. Trastornos de la conducción A-V (Electrograma

del Haz de His)a) Suprahisiano (A-H)b) Infrahisiano (H-V)

4. Mecanismo de las arritmias y su tratamiento.

Por lo tanto las indicaciones de estos estudiosenfocarían su utilización en la detección de blo-queos mono o bifasciculares, tiempo de recupera-ción del nódulo sinusal, explorar determinadosmecanismos electrofisiológicos en arritmias de di-fícil interpretación (51,52).

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TOPICO II: PERIODO INDETERMINADO DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS 47

Estudio hemodinámico ycinecoronariografía (CLASE III)

Los estudios hemodinámicos en la etapa inde-terminada de la enfermedad de Chagas no debenrealizarse (53). El consenso general en su indica-ción, queda orientado cuando se sospecha unacoronariopatía asociada o un aneurisma ventri-cular de origen chagásico. Muchos de estos aneuris-mas son los que originan arritmias ventricularesgraves de difícil manejo terapéutico, así se posibi-lita un diagnóstico topográfico mas preciso parasu posterior intervención quirúrgica (54,55).

Biopsia endomiocárdica (CLASE III)En la enfermedad de Chagas la biopsia endo-

miocárdica es un método académico (56) y de inves-tigación que aportará elementos importantes enel estudio de la patogenia en la cardiopatía in vivo através del perfeccionamiento de las técnicasinmunohistoquímicas (inmunofluorescencia einmunoperoxidasa) e inmunohistoquímica ultraes-tructural, pero su utilización no fue consensuada enla etapa indeterminada de la enfermedad (57,58).

El análisis de los hallazgos con microscopía elec-trónica como marcadores de daño miocárdico enlas etapas tempranas de la enfermedad y su valorpronóstico, junto al desarrollo de la biología mole-cular para el estudio de las miocardiopatías dila-tadas, es tema de aporte futuro en el conocimien-to del daño miocárdico.

Concluimos diciendo que la biopsia endo-miocárdica no debe realizarse en forma masiva eindiscriminada, por un sentido ético, por su ries-go, alta complejidad y elevado costo.

Exploración del sistema nervioso autónomo1º parte (CLASE I)

Maniobra Postural activaEn condiciones normales, al pasar de la posi-

ción de acostado a la posición de pie, este estímu-lo provoca aumento de la frecuencia cardíaca, levedescenso de la presión sistólica y la diastólica per-manece invariable o aumenta ligeramente(59).

Las respuestas posturales de la frecuencia car-díaca, presión arterial, dependen de la indemni-dad de la neurona postganglionar simpática (cate-colaminas) (60,61).

Hay trabajos de investigación en pacienteschagásicos que responden al estímulo ortostáticocon un menor aumento de la presión arterialdiastólica y una caída de la sistólica, en algunoscasos con síncope ortostático sin aumento reflejode la frecuencia cardíaca. Estas interpretacionesformarían parte de un mecanismo de disautonomíaen la patogenia del Chagas (62).

Prueba de la hiperventilaciónSe estudian los cambios de presión arterial y

frecuencia cardíaca durante y después de hacer res-pirar tan profundamente y con tanta frecuenciacomo fuera posible al paciente durante 15 segun-dos (63). En condiciones normales la Ta y la Fc au-mentan y su recuperación se observa 20 segundosdespués de concluida la maniobra. Se han realiza-do trabajos con hiperventilación en pacienteschagásicos donde luego de interrumpida la manio-bra la recuperación se demora mas allá de este tiem-po interpretándose que en los chagásicos existiríaun compromiso simpático de las arteriolas.

Exploración del sistema nervioso autónomo2º parte (CLASE II)

Maniobra de ValsalvaSe valoran los cambios de la Fc y la Ta mien-

tras se realiza una inspiración profunda (Fase 1)y luego una espiración forzada con la glotis cerra-da durante 15 segundos (fase 2), para finalizar conuna brusca espiración (fase 3) seguida de una res-piración normal (fase 4). Las fases 2 compresiva y4 descompresiva son las más importantes paraevaluar el SNA. La fase 2 determina al final unacaída de la presión arterial con taquicardia reflejaque sirve para evaluar la actividad simpática. Lafase 4 causa un brusco ascenso de la presiónarterial con bradicardia reactiva que se usa paramedir la vía parasimpática. Basado en algunosresultados en los pacientes chagásicos se encuen-tra alterada tanto la fase simpática como laparasimpática (64)

Tilt Test pasivoEn la maniobra postural pasiva con camilla bas-

culante se manifiesta normalmente un ascenso dela tensión arterial diastólica y de la frecuencia car-díaca con un leve o nulo descenso de la presiónarterial sistólica. Hay diferentes trabajos de in-vestigación con la prueba de Tilt test, en pacien-tes chagásicos en fase indeterminada, compara-dos con un grupo de controles sanos, que demues-tran un pobre incremento de la frecuencia cardía-ca en los primeros minutos de la prueba en rela-ción con los sanos (0º a 80º) (65).

Estudio del aparato digestivo (CLASE II)En los diferentes grados de alteraciones diges-

tivas según la magnitud de la denervación de losplexos y el órgano afectado (66), se indicarán lossiguientes estudios:

Tránsito Esofágico y Manometría. La eso-fagopatía chagásica o megaesófago endémico es

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200248

una de las alteraciones que pueden presentarseen los pacientes chagásicos (67). Sus manifesta-ciones son la disfagia, el dolor esofágico, la piro-sis, el hipo y la regurgitación postprandial. Ladisperistalsis y aperistalsis, la hipertonía delesfinter esofágico son algunas de las lesiones enesta zona (68).

Seriada gastroduodenal. Los trastornos devaciamiento del estómago (acelerado o retardado)la hiposecreción clorhidropéptica el reflujo duo-deno - gástrico - biliar y la gastritis pueden for-mar parte de lesiones en esta región (69).

Ecografía de la vesícula y las vías biliares.La vía biliar extrahepática puede estar alteradaen la enfermedad de Chagas donde la megave-sícula o el megacolédoco pueden aparecer en pe-queño porcentaje. Hay mayor incidencia de litia-sis (70).

Cólon por enema. El megacolon chagásico esel mejor indicador de disautonomía en los pacien-tes que manifiestan constipación intestinal,fecaloma o cuadro de vólvulo (71). Radioló-gicamente el diagnóstico es sencillo mostrandohipermotilidad o incoordinación rectosigmoideadilatación y o alargamiento (dolicocolon) (72).

Endoscopía. Este estudio complementariopuede completarse para el diagnóstico de afeccio-nes del duodeno (megaduodeno) y del yeyunoileon(discinesia, dilatación) (73).

TRATAMIENTO ETIOLÓGICO CONDROGAS PARASITICIDAS

(CLASE II)

a) Nifurtimox 8 a 10 mg./kg./día durante 60 días(53)

b) Beznidazol 5 mg/kg./día durante 30 días a 60días (24,25)

Todavía no se alcanzó una droga ideal que re-úna las siguientes características tripanomicidas.Ellas son: 1) poseer acción antiparasitaria poten-te y selectiva actuando tanto sobre las formasamastigotes (intracelular) y sobre las formastripomastigotes (extracelular), 2) ser tripanomi-cidas mas que tripanostática, para que la formacurativa sea más rápida, 3) actuar sobre las for-mas aguda, indeterminada y crónica de la enfer-medad, 4) no producir reacciones adversas de im-portancia, ni fenómenos de sensibilizaciónalérgicas, 5) no provocar desarrollo de resistencia

del microorganismo a la droga, 6) la farmacoci-nética debe permitir obtener rápidamente nivelestripanocidas en sangre, líquidos orgánicos y teji-dos, que puedan mantenerse el tiempo necesario,7) poder administrarse por todas las vías: bucal yparenteral, 8) poder elaborarse en forma indus-trial, 9) ser económica (74,75).

Es muy controvertido el tratamiento etiológicode la enfermedad de Chagas en la etapa indeter-minada (76,77), donde los estudios cardiovas-culares son normales y no se comprueba dañomiocárdico de importancia. La conducta a seguires muy cuestionada con las drogas actuales poruna gran cantidad de médicos cardiólogos y clíni-cos que trabajan en este tema (78,79).

En primer lugar, tenemos la obligación de cu-rar al paciente buscando un “criterio de curación”en la etapa asintomática de la enfermedad. Si ennuestra investigación consideramos a la negativi-zación de la parasitemia circulante como base parala curación, hay gran cantidad de trabajos publi-cados contradictorios (80).

Mencionando solamente que en un seguimien-to prospectivo de una población chagásica conxenodiagnósticos seriados (81), luego de un largoperíodo de tiempo, los mismos se negativizabansin que hubieran recibido medicación o tratamien-to alguno. En segundo lugar si se propone lanegativización de la serología (82) como criteriode curación con métodos de fijación de complemen-to (Machado Guerreiro), hoy en desuso, inmuno-fluorescencia indirecta, la reacción con método deElisa, y la hemoaglutinación indirecta, solo ocu-rre en el 47% de los pacientes tratados en esta eta-pa. Además también hay trabajos de pacientesseguidos y controlados durante 10 años, algunosnegativizan la serología y ninguno recibió medi-cación específica. Estos comentarios sobre el “cri-terio de cura” complica aun mas una posición fir-me con respecto al tratamiento del paciente (83).

Por otro lado se publica un estudio retrospecti-vo de Viotti y col. (84), con un seguimiento de 8años de pacientes chagásicos crónicos tratados conBeznidazol y placebos, se observa un cambio sig-nificativo de la clínica y el electrocardiograma enrelación con los no tratados. Otros, como el segui-miento longitudinal de 4441 pacientes chágasicosrealizado por Manzullo durante 9 años, no men-ciona dichos cambios y una de sus conclusiones esla no modificación de la evolución natural de lacardiopatía chagásica con el tratamiento parasi-ticida (85).

En una publicación reciente de la OrganizaciónPanamericana de la salud con relación al trata-miento etiológico de la enfermedad se recomiendala utilización del Beznidazol en dosis de 5mg/Kg

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TOPICO II: PERIODO INDETERMINADO DE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS 49

durante 30 a 60 días. Se obtuvo la conversión ne-gativa del xenodiagnóstico entre el 75 y el 95%de los casos en niños entre los 6 y 12 años ademásde una disminución del titulo de anticuerpos cir-culantes. Debido a los efectos secundarios debie-ron abandonar el tratamiento el 33% de la pobla-ción en estudio y entre el 12 al 88% de ellos sufrióun efecto colateral (86).

CONTROL Y SEGUIMIENTO DEL PERIODOINDETERMINADO

CLASE I:Sin alteración comprobada

1. Cada 6 meses: examen clínico cardiovascular,electrocardiograma convencional, teleradiogra-fía de tórax y examen digestivo

2. Cada 12 meses: Idem al anterior, agregándoseergometría, estudio Holter de 24 hs. de 2 cana-les y ecocardiograma modo M y bidimensional.

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 55

Período crónico con trastornoselectrocardiográficos

EPIDEMIOLOGÍAEn esta sección, se trata el grupo de cardiópatas

“A” de la clasificación del Consejo Argentino deenfermedad de Chagas(1); es decir pacientes contrastornos de conducción, arritmias o ambas enausencia de dilatación cardiaca. Muchos enfermoschagásicos ignoran su condición de infectados, es-pecialmente cuando han padecido la enfermedadaguda sin puerta de entrada, con síntomas esca-sos o inespecíficos y que han evolucionado duran-te años en forma asintomática. Así, el 90 o 95% delas personas que contraen la infección por T.cruzino hace ninguna sintomatología, son las formasagudas inaparentes, que lógicamente no llegan ala consulta médica, por cierto pasan a la cronicidad.Pero también están los crónicos, que tuvieron sín-tomas al contraer la infección y que no concurrie-ron a la consulta médica o si lo hicieron no fuerondiagnosticados como chagásicos. La evidencia decardiopatía dada por la clìnica, el electrocardio-grama y la telerradiografía de tórax, sumada a laserología positiva para Chagas y el antecedenteendémico-epidemiológico o bien de politranfusio-nes de sangre, hacen el diagnóstico de miocardio-patía chagásica crónica (2,3,4)

El porcentaje de individuos infectados que de-sarrollan lesiones cardíacas en forma crónicavaría según las zonas, edad, tiempo de exposiciónen área endèmica, nùmero de reinfestaciones, ni-vel socioeconòmico, tiempo de evoluciòn de lainfecciòn y estado de nutriciòn.(2,3).

De acuerdo a trabajos realizados por Storino ycol. en 1986 y 1992 sobre 560 y 350 pacientes res-pectivamente, los chagásicos con alteracioneselectrocardiográficas sin alteraciones radiológicas,representaron el 33% de la población en estu-dio(5,6). A su vez dentro de este grupo, De Rosa ycol. observó, utilizando ecocardiografía bidi-mensional que un 46,6% presentaba alteracionesdel ventrículo izquierdo, y que en el 80% de loscasos se manifestaba con el aumento de diámetrodiastólico del ventrículo izquierdo (DDVI) (7). Esimportante aclarar que estos grupos no son esta-bles en su condición fisiopatològica, ya que el tra-bajo de Storino del año1992 con un seguimiento

de 12 años demostró que un 20% de este grupoevoluciona hacia la cardiopatía dilatada.

La llegada de la ecocardiografía doppler permi-tió realizar una mejor evaluación de la funcióndiastólica del ventrículo izquierdo, así un trabajorealizado por Auger y col. demostró la existenciade disfunción diastólica del ventrículo izquierdoen el 59% de los pacientes de este grupo, conclu-yendo que dicha alteración podría estar relacio-nada con la evolución futura hacia la dilatacióncardíaca o bien ser un reflejo de la miocarditis delpasado(8).

Con respecto a los hallazgos electrocardio-gràficos en los pacientes chagàsicos, es indudableque los trastornos de conducciòn intraventri-culares son los fundamentales. En la poblaciòngeneral, los bloqueos de rama se observan en el0,6% y en el 2% de los mayores de 60 años(9). Enlatinoamèrica la enfermedad de Chagas constitu-ye una de las principales causas de este tipo detrastornos. El estudio multivariado sobre 2260pacientes chagàsicos demostrò que el bloqueo in-completo o completo de rama derecha solo o aso-ciado a hemibloqueo anterior izquierdo era el prin-cipal hallazgo electrocardiogràfico entre los pacien-tes chagàsicos(3), seguidos del hemibloqueo ante-rior izquierdo aislado. De esta forma, los trastor-nos de conducciòn intraventriculares pueden sermonofasciculares, bifasciculares o trifasciculares.En la poblaciòn general, la progresiòn a bloqueoAV completo en individuos con bloqueosbifasciculares, oscila entre el 2 y el 6% por año,segùn se trate de pacientes sin o con la presenciade los mismos (Ej: Sìncope)(10). Sin embargo, laevoluciòn del bloqueo bifascicular a bloqueo AVcompleto es mas frecuente en la enfermedad deChagas. De esta forma, en la provincia de Còrdobase observò, que hasta la mitad de los marcapasoscolocados en dicha regiòn corresponden a laetiologìa chagàsica (11).

Dentro de las arritmias, la extrasistolia ven-tricular es la mas frecuente de la enfermedad se-guida por la bradicardia sinusal y la fibrilaciònauricular. En la enfermedad de Chagas la presen-cia de arritmia ventricular grave no constituye un

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predictor de riesgo tan importante como en la en-fermedad coronaria. En las formas avanzadas decardiopatía chagásica, la muerte sùbita constitu-ye una de las formas frecuentes de desenlace deesta enfermedad. Extrapolando sobre cifrasestimativas de 20 millones de infectados enLatinoamèrica, la mortalidad sùbita anualrondarìa los 40.000 casos por año(12).

Sin dudas, la disautonomìa en la enfermedadde Chagas juega un papel relevante. Su principalmanifestaciòn estarìa representada por lahipotensiòn arterial y la bradicardia sinusal. Dehecho se observa una notable asociaciòn entredisautonomìa y hallazgo electrocardiogràfico debradicardia sinusal, comprobado ello por las prue-bas que exploran el sistema autonómico(ortostatismo, tos, Valsalva e hiperventilaciòn)(13,14). Si bien la disautonomìa es relevante en lafase crònica dilatada, la misma comenzarìa a ma-nifestarse en la etapa indeterminada asintomàticade la enfermedad (15)(Ver tópico II).

En los ùltimos años se ha probado la vigenciadel electrocardiograma y de la radiografía de tòraxen la evoluciòn del paciente chagàsico(16). De estaforma, la apariciòn de bradiarritmias y disfuncióndel nódulo sinusal, trastornos de conducciòn(intraventriculares y/o del nodo auriculoventri-cular), la presencia de arritmias ventricularespueden ser hallazgos muchas veces definitoriospara el pronòstico del paciente chagàsico.

En un estudio realizado por Barreto y col. con1004 electrocardiogramas de pacientes chagàsicoscorrelacionados con la funciòn ventricular demos-traron que la presencia de arritmias malignas yàreas de inactivaciòn elèctrica tendrìan peorpronòstico dado que fueron mucho mas frecuenteen los pacientes chagàsicos fallecidos(17).

FISIOPATOGENIALa lesiòn del sistema especializado se traduce

en arritmias y trastornos de conducciòn que enun principio pueden ponerse de manifiesto solodurante el aumento de la frecuencia cardìaca(18)

La presencia de bloqueos intraventriculares esmuy frecuente en la miocardiopatìa chagàsicacrònica. El 50% de los pacientes presentò bloqueocompleto de rama derecha sólo o asociado ahemibloqueo anterior izquierdo. La asociaciòn deeste trastorno de conducciòn con el antecedenteepidemiológico tiene gran valor diagnòstico comoevidencia de enfermedad(19).

La lesión segmentaria de la motilidad ventri-cular en la enfermedad de Chagas no correlacionacon la selectividad en el bloqueo de la rama dere-cha del haz de His. En efecto la rama derechatranscurre hasta el ápex del ventrìculo derecho;

segmentos que habitualmente tienen un compor-tamiento normal de la motilidad en los pacientesen perìodo de cardiopatìa chagàsica sin dilataciòn(20,21).

Los bloqueos intraventriculares y las extra-sìstoles ventrìculares polimorfas indican la pre-sencia de cardiopatìa chagàsica crònica evolutivaocurriendo generalmente entre la 3era. y 4ta. dèca-das de la vida. Las alteraciones mas graves comoarritmias ventriculares complejas, bloqueos AVavanzados, enfermedad de nòdulo sinusal yfibrilación auricular con àreas eléctricamente in-activas extensas, ocurren en lo habitual entre la4ta. y 5ta. dècadas de la vida (22).

Fisiopatològicamente, la respuesta inflama-toria, las lesiones celulares y la fibrosis juegan unpapel fundamental en la gènesis de las alteracio-nes del tejido especializado. Las lesiones de lascèlulas miocàrdicas y de las fibras nerviosas pue-den ser de naturaleza e intensidad variada y vandesde degeneraciones discretas hasta la presen-cia de necròsis. Finalmente, la fibrosis se instalade manera lenta y progresiva afectando al siste-ma especializado y al miocardio común producien-do àreas de inactividad elèctrica. La asociación dearritmias ventriculares y bradiarritmias es muyfrecuente como producto de una gran inestabili-dad elèctrica del miocardio ventricular y la lesiónde los nòdulos (sinusal y atrioventricular) y delsistema de His purkinje. Asì, la fibrosis difusa ymultifocal compromete en forma particular la zonaapical de ambos ventrìculos, especialmente el iz-quierdo; el septum interventricular y la regiònposterobasal del ventrìculo izquierdo. El tejidomuscular se halla reemplazado por àreasconfluyentes de fibrosis densa que constituyen elsustrato de las anormalidades segmentarias de lamotilidad. Este proceso difuso y confluyentetambièn explica la imagen electrocardiogràfica denecrosis miocàrdica y los trastornos de conducciònintraventricular siendo el sustrato de las arritmiasventriculares y supraventriculares(23).

Los anticuerpos circulantes en la enfermedadde Chagas como los anti Beta y los antimus-carìnicos, a travès de pèptidos sintèticos de secuen-cia aminoacìdica correspondiente al segundo ruloextracelular del receptor Beta 1 adrenèrgico y M2colinèrgico demuestran sobre todo en este ùltimo,una elevada correlación entre la bradicardia y ladisautonomìa (24,25). La enfermedad del nódulosinusal puede ser consecuencia de una respuestainmune y estaría relacionada con la presencia deanticuerpos circulantes que estimulan los recep-tores M2 colinérgicos (26,27)

Un estudio sobre predictores de muerte sùbitacardìaca en enfermedad de Chagas demuestra la

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 57

relevancia del aneurisma apical y la dilataciònventricular izquierda como predictor de muertesùbita. Este estudio demostrò que 18 de 74 pa-cientes (24%) seguidos durante 3 años fallecieron(8 lo hicieron en forma sùbita y 10 por insuficien-cia cardìaca refractaria al tratamiento). De estaforma la muerte sùbita representò el 44% del to-tal de muertes (28).

Las arritmias ventriculares; en la cardiopatìachagàsica, se deben frecuentemente a un fenòmenode reentrada. También se observa, en algunos ca-sos con acoplamiento variable de tipo parasistólicosobre las que pueden generarse reentradas dandolugar a duplas o taquicardias ventriculares(29).Su variabilidad espontànea, en la cardiopatìachagàsica crònica es menor que la observada enpacientes con cardiopatía isquémica (30). Ademàs;se ha descripto la participaciòn de dos o masfascìculos del sistema de conducciòn ventricularen el aumento de la taquicardia (taquicardia porreentrada rama-rama)(31).

La muerte sùbita constituye una causa funda-mental de deceso del paciente chagàsico y la arrit-mia desencadenante en la mayoría de los casos esla fibrilaciòn ventricular(FV). Las arritmias aso-ciadas con la muerte súbita son: la disfunciòn delnòdulo sinusal, las arritmias supraventricularesràpidas (fibrilaciòn auricular), bloqueos aurícu-loventriculares, bloqueos de rama, ritmos de launiòn, extrasistolia ventricular con fenómeno deR/T, taquicardia ventricular sostenida o no soste-nida e intervalo QT prolongado.

CLÍNICAEn esta etapa (cardiòpatas “A”) los pacientes

pueden permanecer asintomàticos y las alteracio-nes electrocardiogràficas son halladas durante unexámen clínico, estudio epidemiològica y/o evalua-ción laboral o preocupacional. Cuando sonsintomáticos, por lo general los síntomas derivande las arritmias (supraventriculares o ventri-culares), los trastornos de conducciòn (bloqueosauriculoventriculares de alto grado) y la disfunciònautonòmica. En consecuencia, la sintomatologìava desde simples palpitaciones producidas porextrasìstoles aisladas supraventriculares oventriculares o taquiarritmias paroxìsticas(fibrilaciòn auricular, taquicardias supraven-triculares o ventriculares) hasta cuadros gravescomo el síncope de causa arrítmica. Los sìntomasimportantes a detectar son los premonitorios desìncope inminente (extrema debilidad o sensaciònde inestabilidad) y el sìncope ( pèrdida transitoriade la conciencia con incapacidad para mantenerel tono postural). La muerte sùbita, constituye elevento de mayor importancia entre los pacientes

chagàsicos y consiste en el fallecimiento que seproduce en forma inesperada sin sìntomaspremonitorios o dentro de la primera hora de lapresentación del cuadro. Los pacientes de mayorriesgo de muerte sùbita, son aquellos que ya hanpadecido un episodio de muerte sùbita y del cualhan sido recuperados o bien los portadores dearritmias potencialmente malignas (32,33).Giniger y col. siguieron durante 10 años pacien-tes chagásicos con taquicardia ventricular. Lamortalidad fue del 38% para los que tenían DDVImayor de 60 mm y del 5% para los que teníanDDVI menor de 60 mm. Esto relativiza el peso delas arritmias ventriculares como marcadores deriesgo de muerte súbita aislados de la funciónventricular(34).

Finalmente, la presencia de otra sintomatologìadepende que estos trastornos previamente enume-rados se encuentren asociados a la miocardiopatìadilatada chagàsica en cuyo caso se sumaràn lasmanifestaciones clìnicas habituales de la insufi-ciencia cardìaca y que trataremos en el tòpico IV.

METODOLOGÍA DE ESTUDIODe los estudios complementarios imprescindi-

bles y realizables en cualquier centro asistencialdel paìs uno es el electrocardiograma y el otro lateleradiografía de tórax que permitiràn ubicar alpaciente en el perìodo evolutivo de la enfermedad(3,16). Otros exàmenes como la ergometrìa, elholter de 2 canales de 24 hrs y el ecocardiogramason de suma utilidad en este perìodo de la enfer-medad para poner en evidencia otras alteracionesque permiten caracterizar mejor al paciente. Enefecto, los estudios ecocardiogràficos con modo “M”y bidimensional han demostrado alteraciones pre-coces de la funciòn ventricular en la miocardiopatìachagàsica (35,36) y el advenimiento del dopplerpermite evaluar la presencia de disfunciòndiastòlica en etapas tempranas de la enfermedad(la disfunciòn diastòlica antecede a la fallasistòlica). En la actualidad no se sabe si la presen-cia de disfunciòn diastòlica es un marcador evolu-tivo hacia la cardiopatìa dilatada o simplementeconstituye una secuela de la miocarditis (perìodoagudo)(37)(Ver tópico I).

La maniobra de Valsalva, la hiperventilaciòn,la tos y el ortostatismo son de fundamental im-portancia para el diagnòstico de disautonomìa,especialmente la Valsalva que posee la mayor sen-sibilidad para dicho diagnóstico(25). También, el“Tilt Test” es importante para el diagnòstico dife-rencial entre sìncopes neurocardiogènicos, disau-tonòmicos, sìndrome de taquicardia ortostàticainadecuada y el sìncope de causa psicogènica ycerebral(38).

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El resto de estudios complementarios comoelectrofisiològicos, ecocardiograma transesofàgico,camara gamma y cineangiocoronariografìa serealizaràn en casos especìficos que señalaremos.

A continuaciòn detallamos las indicaciones dela metodologìa de estudio en pacientes conmiocardiopatía chagàsica no dilatada con arritmiasy trastornos de conducción (cardiópatas “A”):A) Pacientes con arritmias ventriculares graves:

taquicardia ventricular sostenida (TVS)ytaquicardia ventricular no sostenida (TVNS).

B) Pacientes con trastornos de conducciònpreexistentes y sospecha de bloqueo auriculo-ventricular de alto grado o completo.

C) Pacientes con asociaciòn de arritmia ventriculargrave y trastornos de conducciòn.

D) Pacientes con disfunciòn del nòdulo sinusal.

A. TAQUICARDIA VENTRICULARSOSTENIDA O TAQUICARDIAVENTRICULAR NO SOSTENIDA

Clase I:1) Interrogatorio exhaustivo: A pesar que muchos

pacientes son asintomàticos y otros tienensìntomas inespecìficos, el interrogatorio tienevalor fundamental para la detecciòn desìntomas y sus causas. En especial en pacien-tes con palpitaciones, mareos o sìncopes se de-bería detectar la presencia de arritmias y tras-tornos de conducciòn.

2) Exàmen semiològico: No solo para evaluar elestado del paciente, sino para descartar pato-logìa agregada como por ejemplo valvulopatìas.

3) Laboratorio: Hemograma, glucemia, ionogramasérico, urea, creatinina, hepatograma, coagu-lograma, Hormonas tiroideas (T3-T4-TSH), etc.

4) Telerradiografía de tòrax (frente y perfil): Paraestablecer la presencia o ausencia de dilataciòncardìaca y patología pulmonar.

5) Electrocardiograma convencional de 12 deri-vaciones.

6) Ecocardiograma modo M y bidimensional: Paraevaluar la presencia o ausencia de dilataciòncardìaca, trastornos de motilidad segmentaria,presencia de aneurismas y/o trombos intra-cardíacos.

7) Ecocardiograma Doppler: Para establecer lafunciòn diastòlica y la fracciòn de eyecciòn.

8) Holter de 24 hrs de 2 canales.9) Prueba ergométrica.10) Estudio electrofisiològico11) Cineangiocoronariografìa: Ante la sospecha de

coronariopatía asociada y en caso que se pro-yecte la colocación de CDI (Cardiodesfibriladorimplantable).

Clase II:1) Electrocardiograma de señal promediada.2) Estudio de la variabilidad de la frecuencia

cardìaca.3) Holter a demanda (detector de eventos)

Clase III:1) Ecocardiograma transesofàgico.(a exepción de

sospecha de enfermedad coronaria agregada)2) Cineangiocoronariografìa: En caso de no colo-

carse CDI.

Retyk y col. observó una mayor presencia dealteraciones parietales (fundamentalmente delápex) en los que tenían TVS (71%) respecto de losque tenían TVNS (40%)(39). La disquinesia apicales un marcador de alto riesgo de muerte súbita.El síncope en estos pacientes tiene una implican-cia distinta que el síntoma palpitaciones. Extrapo-lando los resultados de estudios sobre síncope engeneral, se observó que la mortalidad del síncopede causa cardíaca se encuentra entre el 15 y el30% al año de seguimiento(40).

No se han encontrado datos que relacionen ladisfunción tiroidea con las arritmias (TVNS – TVS)en los pacientes chagásicos.

Muchas veces, las alteraciones ecocardiográ-ficas son mas precoces que las del electrocardio-grama. La utilidad del doppler como medición dela función diastólica del ventrículo izquierdo eneste estadío no sería la mas importante; sin em-bargo es de mayor significación la evaluación conecocardiograma bidimensional que estratifica lamortalidad de los pacientes en función del DDVI ode la presencia de una disquinesia apical(41).

La sensibilidad del estudio electrofisiológico enpacientes chagásicos en esta etapa (TVS documen-tada) es del 60 al 75%; es decir mas baja que en laenfermedad coronaria(95%)(39,42). Además, en laasociación de TVNS o TVS y trastornos de con-ducción asociados con mareos, pre-síncope o sín-cope el estudio electrofisiológico debe evaluar tantola reproducción de la taquicardia ventricular, comola reserva de conducción y el automatismo del nó-dulo sinusal. Esto permitirá detectar la o las cau-sas probables del cuadro clínico, además de cono-cer la tolerancia a drogas antiarrítmicas que pue-dan requerirse para el tratamiento de la taquiarrit-mia. Cuando el síntoma asociado es palpitaciones,el estudio de elección es el Holter que permite co-nocer la correlación clínico-electrocardiográficaademás de las características de la arritmia enestudio.Un segundo dispositivo que prodría utili-zarse es el “detector de eventos”, que al funcionarcomo un Holter a demanda ( el cual el pacienteactiva en el momento de presentar sintomatolo-

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 59

gía), permitirá identificar en forma mas precisala traducción eléctrica del cuadro clínico.

B. TRASTORNOS DE CONDUCCIÓNPREEXISTENTES Y SOSPECHA DEMAYOR COMPROMISO DEL SISTEMA DECONDUCCIÓN

Clase I:1) Interrogatorio exhaustivo: Evaluando la

sintomatologìa del paciente y el consumo o node fàrmacos que puedan comprometer la con-ducción aurículoventricular o intraventricular.

2) Exàmen semiològico completo.3) Laboratorio: De rutina y hormonas tiroideas.4) Electrocardiograma convencional de 12 deriva-

ciones con maniobras simples taquicardizanteso bradicardizantes (estas durante el registroelectrocardiográfico pueden desencadenar blo-queo AV de alto grado)(18,43)

5) Telerradiografía de tòrax (frente y perfil).6) Ecocardiograma modo “M” y bidimensional7) Holter de 24 hrs de dos canales.8) Prueba ergométrica9) Estudio electrofisiològico con prueba de

Ajmalina. Esta última se realiza mediante lainyección de 70 mg (EV) de Ajmalina (1mg/kgde peso). Es muy útil para el estudio de la “re-serva de conducción” con un alto ìndice de posi-tividad en las lesiones hisianas o infrahisianas.La aparición de bloqueo AV de 2do o 3er gradoimplica la seguridad de afectación crítica delsistema de conducción (18,44,45). La prueba deAjmalina negativa garantiza la indemnidad delsegmento explorado en el 90% de los casos yuna prueba positiva, por su alta especificidades de gran valor para la colocación de unmarcapasos definitivo.

Clase II:1) Ecocardiograma Doppler.

Clase III:1) Electrocardiograma de señal promediada.2) Ecocardiograma transesofàgico.3) Cineangiocoronariografìa4) Estudio de la variabilidad de la frecuencia

cardìaca.

La investigación diagnóstica se inicia frente aun cuadro clínico que se sospecha ligado a un tras-torno de conducción mayor al observado en el elec-trocardiograma. En este caso los estudios diagnós-ticos estarán dirigidos a evaluar:a) La correlación clínico-electrocardiográfica, para

lo cual se puede utilizar hasta 3 estudios Holter.

b) La frecuencia dependencia del trastorno de conduc-ción para lo cual puede utilizarse una ergometría.

c) La evaluación de la reserva del sistema de con-ducción con un estudio electrofisiológico dondese mide el automatismo y la conducción a niveldel nódulo sinusal, la conducción a nivel del nó-dulo AV (punto de Wenckebach), los tiemposde conducción supra e infrahisianos (A-H y H-V). Al estudio basal se le deben agregar manio-bras como el masaje del seno carotídeo y even-tualmente una prueba de Ajmalina.

C. ASOCIACIÓN DE ARRITMIAVENTRICULAR COMPLEJA CONTRASTORNOS DE CONDUCCIÓN

Clase I:1) Interrogatorio exhaustivo: Considerando la

sintomatologìa del paciente y la utìlizaciòn pre-via de fàrmacos.

2) Semiologìa completa.3) Electrocardiograma convencional de 12 deri-

vaciones.4) Telerradiografía de tórax (frente y perfil)5) Laboratorio: De rutina y hormonas tiroideas.6) Ecocardiograma modo “M” y bidimensional.7) Ecocardiograma Doppler.8) Holter de 24 hrs de dos canales9) Prueba ergométrica10) Estudio electrofisiològico.11) Cineangiocoronariografìa: En caso que se rea-

lice la colocaciòn de CDI o se sospeche la aso-ciación de coronariopatía.

Clase II:1) Electrocardiograma de señal promediada.2) Estudio de la variabilidad de la frecuencia cardìaca.

Clase III:1) Ecocardiograma transesofàgico.2) Cineangiocoronariografìa.

D. DISFUNCIÓN DEL NÓDULO SINUSALEste trastorno del automatismo puede ser sin-

tomático y claramente relacionado a algún cuadroclínico (evidenciado en un estudio Holter). Tambiénpuede ser asintomático en caso de alteración eléc-trica, en un paciente que por algún motivo va a re-querir drogas con efecto cronotrópico negativo. Enel primer caso solo queda efectuar un tratamientocon marcapasos definitivo; en el segundo, se justi-fica la realización de pruebas que pongan de mani-fiesto la disfunción del nódulo sinusal (DNS).

A continuación detallamos las indicaciones deestudio de la DNS asintomática o con síntomas pocoespecíficos.

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200260

Clase I:1) Interrogatorio exhaustivo: Con especial aten-

ciòn en la sintomatologìa y considerando si elpaciente recibe o no medicaciòn que puede com-prometer en mayor medida el funcionamientodel nòdulo sinusal.

2) Exàmen semiològico completo.3) Laboratorio: De rutina y hormonas tiroideas.4) Electrocardiograma convencional de 12 deri-

vaciones.5) Telerradiografía de tòrax (frente y perfil).6) Electrocardiograma con masaje del seno caro-

tídeo: Asistolias superiores a 3 segundos sonanormales por trastornos en los mecanismosde regulaciòn autonòmica o alteraciòn estruc-tural del nòdulo sinusal.(18,31)

7) Electrocardiograma con prueba de atropina:La administraciòn de sulfato de atropina endosis de 0.04 mg/kg de peso administrado porvìa endovenosa en 2 minutos. En condicionesnormales el aumento de la frecuencia cardìacaentre 3-5 minutos serà de 25 +/- 12 a 34 +/- 21latidos por minuto. Si el incremento es menoral 50% de la basal es sospechosa de disfunciòndel nòdulo sinusal (18,31).

8) Electrocardiograma con prueba de isoprote-renol: La dosis utilizadas son 1ug/min duran-te 3 minutos. Se logra una dosis-respuesta es-table y aumentando 1ug/min cada 3 minutoshasta un màximo de 5 ug/min. La prueba seràconsiderada anormal si el aumento de la fre-cuencia cardìaca no supera los 125 lat. porminuto o cuando aparecen ritmos de escapede la uniòn AV (18,31)

9) Bloqueo autonòmico farmacològico: Se admi-nistran drogas bloqueantes de los receptoresM2 colinèrgicos y B1 y B2 (Atropina yPropranolol o Atenolol). Se administra Atro-pina 0.04 mg/kg de peso endovenoso en 2 mi-nutos y 10 minutos después Propranolol 0.2mg/kg por vìa endovenosa o Atenolol 0,22 mg/Kg por vìa EV. Se evalùa la denervaciònautonòmica durante 30 minutos segùn laecuaciòn FSIp(frecuencia sinusal intrínsecaprevista)=118,1-(0,57 x edad)(31).

10) Holter de 24 hrs de dos canales.11) Prueba ergométrica12) Ecocardiograma modo M y Bidimensional.13) Estudio electrofisiològico: Cuando existen du-

das sobre el origen de los síntomas.14) Tilt test.

Los estudios detallados en los items 6,7, 8 y 9deberán realizarse en centros médicos con inter-nación.

Clase II:1) Ecocardiograma Doppler.

Clase III:1) Ecocardiograma transesofàgico.2) Cineangiocoronariografìa.

TRATAMIENTOEl tratamiento en esta etapa de la enfermedad

depende del grado de alteraciòn del sistema espe-cializado y de las características de las arritmiasventriculares, sobre esa base se discutirán 2 pun-tos fundamentales:1) Indicaciòn de implante de marcapasos definiti-

vo en pacientes con trastornos de conducciònseveros y/o enfermedad del nòdulo sinusal.

2) Tratamiento de las arritmias ventriculares(TVS y/o TVNS).El acentuado grado de inestabilidad elèctrica y

el compromiso de los 2 nòdulos (sinusal yaurículoventricular) y del sistema de His Purkinje(46) condicionan la apariciòn asociada de trastor-nos de conducciòn y arritmias ventriculares com-plejas. De esta forma, el electrocardiograma pue-de poner de manifiesto la presencia de arritmiaventricular (simple o compleja), trastornos de laconducciòn, alteraciones del QRS y de la onda “T”y disfunciòn del nòdulo sinusal. A su vez, los tras-tornos de conducciòn pueden ser permanentes,transitorios, intermitentes o paroxísticos y, en elcaso de bloqueos AV de alto grado o completos elQRS puede ser angosto o ancho.

No existen datos en la literatura que indiquenel significado pronóstico de las extrasístolesventriculares y duplas en la miocardiopatíahipertrófica, chagásica y la dilatada con capaci-dad funcional conservada (I-II). En cambio en lospacientes con capacidad funcional III-IV, la pre-sencia de extrasístoles ventriculares y duplas au-mentan el riesgo de muerte súbita y su reducciónen este subgrupo disminuye la mortalidadarrítmica y total. Sin embargo el estudio Gesicademostró que el descenso de la mortalidad en lostratados con Amiodarona no está relacionada conla presencia de extrasístoles ventriculares sinoasociado a la frecuencia cardíaca elevada (47,48)

1. INDICACIONES DE IMPLANTES DEMARCAPASOS DEFINITIVOS ENPACIENTES CHAGÁSICOS

Trastornos de conducciónEl bloqueo completo de rama derecha (BCRD)

sólo o asociado a hemibloqueo anterior izquierdo(HBAI), son los trastornos de conducciòn mas co-

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 61

munes de la cardiopatìa chagàsica, aunque de es-caso valor pronòstico. Su afectaciòn esta relacio-nada con la mayor suceptibilidad y vulnerabilidadanatòmica de la rama derecha. El bloqueo com-pleto de rama izquierda (BCRI) y el hemibloqueoposterior izquierdo (HBPI) son poco frecuentes,pero su presencia se asocia a un pronòstico desfa-vorable(49). Estudios realizados con Holter sobre200 pacientes chagàsicos crònicos asintomàticosu oligosintomàticos, sin drogas antiarrìtmicas ycon alguna alteraciones electrocardiogràficas de-mostraron TVNS en el 33%, bloqueo AV de 2º enun 7%, signos de disfunciòn del nòdulo sinusal enel 4,5% y bloqueo AV de 3º en el 0,5%. La asociaciònentre TVNS con bradiarritmia se observò en el 6%de los pacientes(50). Otros hallazgos son el parosinusal, los bloqueos sinoauriculares y la falta deincremento normal de la frecuencia cardìaca anteel ejercicio. El sindrome bradicardia-taquicardiano es frecuente, lo que estarìa relacionado con ladenervaciòn autonòmica cardìaca (23,37,51).

La incidencia de colocaciòn de marcapasos de-finitivo, oscila entre el 7,3% y el 18% siendo lascausas mas frecuentes el Bloqueo AV completo, elBloqueo AV de 2do. grado tipo Mobitz II y la en-fermedad del nòdulo sinusal(52,53).

Ante la indicaciòn de marcapasos y para esta-blecer la modalidad de estimulaciòn (ver cuadroI), debe tenerse en cuenta la existencia dearritmias asociadas, la fracción de eyección delventrículo izquierdo, la calidad de vida, lacondiciòn fìsica del paciente y la necesidad demantener la sincronìa AV(18).

A continuaciòn detallamos las indicaciones delmarcapasos definitivo:

Bloqueo de AV 1º grado:

Clase 1:Bloqueo AV de 1 grado, irreversible, con ma-

reos, pre-sìncope o sìncope, cuyo estudioelectrofisiològico muestra una localizaciòn intra oinfrahisiano y agravamiento del mismo porestimulaciòn atrial o test farmacològico.(B)

Clase II:Bloqueo AV de 1 grado, irreversible, con mareos,

pre-síncope o síncope, cuyo estudio electrofisiológicomuestra una localización intra o infrahisiana perosin agravamiento del mismo por estimulación atrialo con Test farmacológico negativo.(B)

Clase III:Bloqueo AV de 1 grado asintomàtico.(B)

Bloqueo de AV 2º grado:

Clase I:Bloqueo AV de 2 grado sintomàtico, permanen-

te o intermitente, o causado por drogas necesarias,independientemente del tipo de localizaciòn.(B)

Bloqueo AV de 2 grado tipo Mobitz IIsintomàtico, con QRS angosto.(B)

Bloqueo AV de 2 grado irreversible, asintomático,asociado con arritmias ventriculares, que necesi-ten tratamiento con fármacos depresores de laconducción.(B)

Clase II:Bloqueo AV de 2 grado, asintomàtico, perma-

nente o intermitente.(B)

Cuadro IModalidad de estimulación de los marcapasos definitivos

Modalidad de Indicacionesestimulación

VVI FA o Aleteo auricular crónicos no reversibles y bloqueo AV completo o con respuestaventricular lenta.

VVIR FA o Aleteo auricular y bloqueo AV completo o con respuesta ventricular lenta enpacientes mas jóvenes y con vida activa.

AAI Enfermedad del nòdulo sinusal s/bloqueo AV demostrado por estudio EEF y sininsuficiencia cronotròpica.

AAIR Enfermedad del nòdulo sinusal s/bloqueo AV, con incompetencia cronotròpica.VDD Bloqueo AV con funciòn sinusal normal.DDD E) Bloqueo AV sin insuficiencia cronotròpica.

F) Enfermedad del nòdulo sinusal y bloqueo AV completo sin insuficiencia cronotròpicaDDDR Bloqueo AV completo y/o enfermedad del nòdulo sinusal con incompetencia cronotròpica

y FADDI Enfermedad del nòdulo sinusal, Sìncope vasovagal.

FA. Fibrilaciòn auricular, AV. Aurículo-ventricular.EEF: Estudio electrofisiológico.

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200262

Bloqueo AV de 2 grado tipo Mobitz II, con QRSangosto, asintomàtico, permanente o intermitente.(B)

Clase III:Bloqueo AV de 2 grado tipo I asintomàtico, con

aumento de la frecuencia cardìaca y mejorìa de laconducciòn atrioventricular con el ejercicio fìsicoy/o atropina intravenosa.(B)

Bloqueo de AV de 3º grado

Clase I:Bloqueo AV completo sintomàtico, permanente

o intermitente e irreversible.(B)Bloqueo AV completo asintomàtico, irreversi-

ble, de localizaciòn intra o infrahisiano o con rit-mo de escape intraventricular.(B)

Bloqueo AV completo asintomàtico, irreversi-ble con QRS angosto, con arritmias ventricularesque necesitan antiarrìtmicos depresores delautomatismo.(B)

Bloqueo AV completo adquirido, irreversible,asintomàtico con frecuencia cardìaca inferior a 40latidos por minuto durante perìodos de vigilia, sinincremento durante la actividad diaria.(B)

Bloqueo AV completo irreversible, asintomàticocon perìodos documentados de asistolia por enci-ma de 3 segundos en perìodo de vigilia.(B)

Bloqueo AV completo irreversible, asintomàticocon cardiomegalia progresiva.(B)

Clase III:Bloqueo AV completo transitorio por acciòn

medicamentosa o quìmica o cualquier otra causareversible.

Enfermedad del nódulo sinusal:

Clase I:Disfunciòn del nòdulo sinusal, espontànea o

inducida por fàrmacos necesarios e insustituibles,con sìncopes, presìncopes o mareos y/o insuficien-cia cardìaca relacionados a la bradicardia.(B)

Sìndrome bradi-taqui sintomàtico.(B)Bradi-taquiarritmia asintomática que requie-

re de tratamiento antiarrítmico agregado.(B)

Clase II:Disfunciòn del nòdulo sinusal sintomática por

incompetencia cronotròpica.(B)Bradiarritmia sinusal que desencadena o agra-

va una insuficiencia cardìaca, angina de pecho otaquiarritmia.(B)

Clase III:Disfunciòn del nòdulo sinusal en pacientes

asintomàticos.(B)Disfunciòn del nòdulo sinusal con sìntomas in-

dependientes de la bradicardia.(B)

2. TRATAMIENTO DE LAS ARRITMIASVENTRICULARES

Las arritmias ventriculares constituyen junto ala bradicardia las más frecuentes en esta etapa dela enfermedad (cardiópatas “A”). Así puedenclasificarse en:● Arritmias ventriculares simples: Extrasìstoles

ventriculares monofocales aisladas o frecuen-tes, polifocales y duplas.

● Arritmias ventriculares graves: Taquicardiaventricular sostenida (TVS) y/o Taquicardiaventricular no sostenida (TVNS).En cuanto a los mecanismos de muerte sùbita,

su ocurrencia durante monitoreo Holter de 24 hrsen 10 pacientes chagàsicos demostraron que 9,presentaron fibrilaciòn ventricular (FV) comoevento final y 1 presentò bradiarritmia. La arrit-mia que precediò a la FV fue la torsión de puntaen 6 pacientes y la TVS en 3 pacientes (54).

La TVNS o TVS asociado al compromiso de lafunciòn ventricular constituyen un importantemarcador de riesgo para la muerte sùbita. Aúncuando nos referimos a arritmias ventriculares enpacientes chagàsicos no dilatados(54,55).

Algunas de las caracterìsticas de las arritmiasventriculares en la cardiopatìa chagàsica son: 1)la escasa variabilidad espontànea, 2) el alto gra-do de polimorfismo, 3) el alto grado de toleranciaclìnica a las arritmias severas, 4) la menor efica-cia a las drogas tradicionales y una mayor inci-dencia de efectos tòxicos(56).Dado la alta preva-lencia de arritmias ventriculares, incluso formascomplejas, debe tenerse presente que un trata-miento racional debe estar dirigido a reducir lamuerte súbita en este estadío de la enfermedad.En esta etapa es probable encontrar drogas conun adecuado efecto antiarrítmico, pero solo se hademostrado disminución de la mortalidad de ori-gen arrítmico con Amiodarona.

En esta sección se consideraron las siguientesformas de arritmia ventricular:● Taquicardia ventricular sostenida(TVS).(Ver

cuadro II)● Taquicardia ventricular no sostenida(TVNS).

(Ver cuadro III)

Dentro de los tratamientos posibles para estasarritmias nos ocuparemos de:

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 63

Cuadro IIConductas terapéuticas recomendables en presencia de taquicardia ventricular

sostenida en la miocardiopatía chagásica

CONDUCTAS CLASE I (B)

DESCARTAR CAUSAS AGUDASREVERSIBLES O MODIFICABLES

HEMODINAMICAMENTE HEMODINAMICAMENTEESTABLE INESTABLE

EEF EEFINDUCIBLE INDUCIBLE

SI NO SI NO

AMIODARONATEST DE DROGAS DROGAS CDI

EEF

EEF GuiadosPor estudios (+) (-)no invasivos CDI Continuar

con la misma(-) (+) CDI droga

Ablación Cirugìa

CONTINUARCON IGUAL DROGA

CDI: Cardiodesfibrilador implantable. EEF: Estudio electrofisiológico.

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Cuadro IIIConductas terapéuticas recomendables en presencia de taquicardia ventricular no

sostenida en la miocardiopatía chagásica

CONDUCTAS CLASE I (B)

DESCARTAR ISQUEMIA Y OTRAS CAUSAS CORREGIBLESOPTIMIZACION DEL TRATAMIENTO MEDICO

FE < DEL 35% FE > DEL 35%

EEF SINTOMAS

INDUCIBLE SI NO

SI NO DROGAS SINANTIARRITMICAS TRATAMIENTO

DROGASANTIARRITMICAS

CDI ABLACION CIRUGIA

CDI: Cardiodesfibrilador implantable, EEF: Estudio electrofisiológico, FE: Fracción de eyección.

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REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGIA, VOL. 70, SUPLEMENTO 1 200264

A) Tratamiento farmacològico.B) Tratamiento quirùrgico.C) Tratamiento elèctrico.

Tratamiento farmacológicoDebemos destacar que solo en un 10 a 25% de

los pacientes es posible identificar una droga quesuprima la inductibilidad de la arritmia y que lasupresiòn farmacològica de la misma tiene mejorpronòstico que cuando no se consigue este objeti-vo. No obstante, la supresiòn farmacològica nosiempre se asocia a un buen pronòstico cuando lapresentaciòn clìnica había sido en forma de muer-te sùbita resucitada y cuando la fracciòn deeyecciòn es menor del 30%.(31) A continuaciòn sedetallan las drogas que se utilizan habitualmenteen la cardiopatìa chagàsica:

1. Amiodarona: Las dosis habitualmente em-pleadas son de 200 a 1000 mg/diarios como dosisde ataque durante 10 dìas y luego 300 a 400 mg/diarios como dosis de mantenimiento. Estudioscomo el EPAMSA, GESICA y otros(48,57,58) handemostrado su utilidad en la disminuciòn de lamortalidad de origen arrítmico.

2. Mexiletina: Es una droga que en dosis de400 a 800 mg/diarios, ha demostrado ser confiableen pacientes con trastornos de conducciòn o delautomatismo sinusal(59). Los efectos colateralesmas frecuentes son los neurológicos ygastrointestinales.Existe la necesidad de realizarcontroles periòdicos del paciente ya que en algu-nas ocasiones al tiempo de iniciado el tratamientopuede reaparecer la sintomatologìa y la arritmiacon importante severidad. Es posible su asociaciòncon amiodarona a fin de disminuir la dosis deambas drogas y por consiguiente los efectos ad-versos.

3. Flecainida: Dicha droga demostró una bue-na eficacia antiarrítmica en la enfermedad deChagas(60) en dosis de 200-400 mg/diarios, simi-lar a la amiodarona. Sin embargo su potente efec-to depresor en la conducción la transforma en unadroga potencialmente peligrosa, con alto potencialproarrítmico. Su uso no es recomendado.

4. Propafenona: Al igual que la flecainida es unadroga con buena eficacia antiarrítmica (dosis de450-900 mg diarios) pero con efecto depresor delsistema de conducción y leve efecto inotrópico ne-gativo. Su uso no es recomendado en la enfer-medad de Chagas.

5. Sotalol: Esta es otra de las drogas que hansido estudiadas en los últimos tiempos en lacardiopatìa chagàsica con buenos resultados encuanto a la eficacia antiarrìtmica. Sin embargociertos recaudos deben ser tomados antes de ad-

ministrarla. En primer lugar no debe ser utiliza-da en pacientes bradicárdicos y es fundamental elcontrol perìodico mediante electrocardiografìapara evaluar la frecuencia cardìaca y el QT. Ladisminuciòn excesiva de la frecuencia cardìaca yla prolongaciòn peligrosa del intervalo QTfavorecerìa la apariciòn de cuadros sincopales omuerte sùbita por bradiarritmias o torsión de pun-ta (efecto proarrítmico) respectivamente. Otras delas condiciones a tener en cuenta es que no deberàser utilizada en pacientes con fracciòn de eyecciòninferior al 30% por la posibilidad de desencadenarinsuficiencia cardìaca o agravarla. Las dosis reco-mendadas van desde 40 a 160 mg/diarios pudien-do utilizarse hasta 320 mg/diarios en cardiòpatascrònicos chagàsicos(61,62).

Tratamiento quirúrgicoExisten dos mètodos a saber:Cirugìa de taquicardia ventricular: Esta opciòn

se acompaña de curaciòn definitiva si se destruyeel sitio de origen o sustrato patològico responsa-ble de la arritmia y se lleva a cabo a travès delmapeo epicàrdico y endocàrdico. Estas àreas, enla mayorìa de las cardiopatìas corresponden a zo-nas vecinas a aneurismas ventriculares y son des-truidas mediante crioablaciòn (31,56). Sosa y col.en su experiencia demuestran que en los pacien-tes chagàsicos operados con taquicardiaventricular recurrente; el origen de la misma noestaba relacionada con el aneurisma del ventrìculoizquierdo sino con la cara inferolateral.(63-65)

Ablaciòn con cateter: En estos casos se realizaun mapeo endocàrdico durante la taquicardia lacual a diferencia del tratamiento con cirugìa debeser bien tolerada y no deben existir contraindi-caciones para cateterizar el ventrìculo izquierdo(trombos o antecedentes de tromboembolismo enpresencia de aneurisma)(31).

Muchas veces se han detectado múltiplesmorfologías (hasta 10 en un mismo paciente), loque hace muy difícil su abordaje terapéutico conesta técnica.

Tratamiento eléctricoCardiodesfibrilador implantable (CDI): Si bien

en esta etapa de la enfermedad (Cardiòpatas “A”)no es comùn que un paciente llege a la terapia conCDI, las posibilidades pueden darse aunque estosdispositivos costosos para esta poblaciòn de pacien-tes dificultan la accesibilidad para este tipo de tra-tamiento. Varios estudios, y entre ellos el AVID,CID y CASH (66-70) apoyaron la evidencia que sepuede reducir la muerte arrítmica con dichos dis-positivos cuando se los compara con pacientes entratamiento con drogas. Constituye una terapéu-

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TOPICO III: PERIODO CRONICO CON TRASTORNOS ELECTROCARDIOGRAFICOS 65

tica de prevención secundaria y no primaria. Loscardiodesfibriladores automáticos implantablesson actualmente el tratamiento de elección frenteal fracaso de la amiodarona, no solo por su altaeficacia para tratar el evento arrítmico, ya sea unaTV o una FV sino por su capacidad de soporte comomarcapasos, uni o bicameral, frente a la presen-cia de trastornos del automatismo del nódulosinusal y/o de la conducción. Además, la informa-ción que pueden acopiar sobre los eventosarrítmicos, permite tener un claro seguimiento dela evolución”arrítmica” del paciente.

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 69

Miocardiopatía chagásica dilatada

EPIDEMIOLOGÍA DE LAMIOCARDIOPATÍA CHAGÁSICA

En la actualidad la insuficiencia cardíaca cons-tituye un verdadero problema sanitario. En losEE.UU, el estudio Nhanes-1 sobre una poblaciónentre los 25 y 74 años no hospitalizados demostróque la incidencia de insuficiencia cardíaca oscila-ba entre 1% y 2%, dependiendo de los criterios dediagnóstico de insuficiencia cardíaca(1). Otros es-tudios realizados en EE.UU e Inglaterra demues-tran que la insuficiencia cardíaca genera 585.000y 120.000 ingresos hospitalarios anuales respec-tivamente (2,3).

Sobre la base de relevamientos epidemiológicosoficiales se estima que existen 2.450.000 infecta-dos con T cruzi en la República Argentina y deestos, entre un 20 a 30% evolucionan hacia la car-diopatía chagásica y alrrededor de un 10% de loscardiópatas evolucionan a la forma dilatada (4).La insuficiencia cardíaca, principal manifestaciónde la miocardiopatìa chagásica crónica(5,6) pre-senta una elevada mortalidad a partir del momen-to en que se diagnostica e insume elevados costospara los sistemas de salud fundamentalmente es-tatales, por la falta de medios económicos de quie-nes padecen la enfermedad (derivados de inter-nación, estudios diagnósticos, tratamiento, rup-tura de la cadena productiva, etc)(7).

En la República Argentina, existen aproxima-damente 600.000 personas con cardiopatía cha-gásica. Entonces es lógico pensar que la propor-ción de ingresos anuales hospitalarios en latino-américa por insuficiencia cardíaca sea aún ma-yor por la presencia de esta enfermedad endémi-ca.

Por otra parte, la presencia de miocardiopatìadilatada juega un papel importante en el desen-cadenamiento de muerte súbita. En el estudioFramingham entre el 20 y el 55% de los pacientescon insuficiencia cardíaca fallecen en el términode 4 años y aproximadamente entre el 40 y el 50%de dichas muertes son de carácter súbito (8). Así,en la miocardiopatìa chagásica, la muerte súbitaocupa el segundo lugar, después del shock car-diogénico como causa de muerte.

De esta forma, la enfermedad de Chagas es lacausa de miocardiopatìa infecciosa mas frecuente

del mundo. Inmersa en un medio de extrema po-breza y discriminación, los gastos de atención, es-tudio, tratamiento y rehabilitación de los millo-nes de pacientes en latinoamérica, sumado a loscostos de ausencia de mano de obra (real por in-capacidad física o por discriminación laboral) enedad productiva, son mayores a los necesarios paraun adecuado control de la enfermedad a través deuna fumigación periódica, medidas epidemiológi-cas, educación sanitaria y mejoría de la vivienda(9).

FISIOPATOGENIA DE LAMIOCARDIOPATÍA DILATADACHAGÁSICA

En la etiología de la disfunción ventricular in-tervienen varios factores: 1) daño miocárdico in-trínseco durante la fase aguda y crónica (acciónparasitaria directa, perturbaciones inmunológicas,destrucción neurológica), 2) trastornos inducidospor la respuesta autoinmune del huesped, 3) al-teraciones del sistema nervioso autonómico,4) le-siones microvasculares con alteraciones de lamicrocirculación y posterior miocitólisis(5). Final-mente los fenómenos resultantes del dañomiocárdico serían: a) alteraciones de la motilidadde carácter segmentaria y global, b) arritmias ytrastornos de conducción (por lesiones del siste-ma excitoconductor), c) incompetencia de las vál-vulas (por regurgitación valvular), d) insuficien-cia cardíaca (4).

Una vez que se instala una sobrecarga hemodi-námica excesiva sobre los ventrículos se ponenen marcha una serie de mecanismos adaptativos,tanto hemodinámicos como neurohormonales quetratan de mantener la función de bomba. De estaforma, la dilatación ventricular, la hipertrofia dela pared ventricular y la activación del sistemasimpático, del sistema renina-angiotensina-aldosterona, la hormona antidiurética y el pépti-do atrial natriurético actúan como factorescompensadores (10,11).

La hipertrofia miocárdica se desarrolla comorespuesta a una sobrecarga hemodinámica. El in-cremento del estrés de la pared ventricular llevaa la inducción de protoóncogenes específicos quesintetizan miofibrillas (12). A su vez el incremen-

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to de sarcómeros lleva al engrosamiento de la pa-red reduciendo el estrés ventricular al distribuirseel exceso de tensión entre un número mayor desarcómeros. Además, en la hipertrofia patológicaque se asocia a la insuficiencia cardíaca no soloaumentan los sarcómeros sino también losfibroblastos y la matriz colágena intersticial quecontribuyen al aumento del grosor de la pared (13).Este aumento de colágeno total y del cociente co-lágeno tipo I/III (11,14) (el tipo I da una mayorrigidez al corazón) favorece la insuficiencia car-díaca diastólica.

En la miocardiopatìa dilatada chagásica, jue-ga un rol fundamental la fibrosis (15), la lesiónmicrovascular y la remodelación miocárdica(16,17). La primera sería la mayor responsable dela pérdida progresiva de la capacidad contráctildel corazón y la segunda a través de la desorgani-zación de la red capilar por infiltracióninflamatoria y el daño capilar sería un factorcoadyuvante de la miocitolisis focal con posteriorfibrosis(18). Las alteraciones de la microvascu-latura demuestran trombos oclusivos plaquetariosen vasos coronarianos subepicárdicos e intra-murales. Estudios con técnicas de análisis ultraes-tructural en modelo canino de cardiopatía chagá-sica sugieren que la alteración de la microvascu-latura puede ser secundaria a la interacción decélulas inflamatorias en el endotelio vascular. Sepiensa que sustancias como el tromboxano A2,citoquinas y prostaglandinas secretadas por elendotelio vascular sean las causantes de la mis-ma. Por otra parte, una función excesiva e inade-cuada del endotelio endocárdico puede estar im-plicado en la disfunción endocárdica. Así el des-equilibrio en la liberación de factores de crecimien-to y cambios en la organización citoesquelética delendotelio endocárdico, con alteración concomitan-te en la permeabilidad transendotelial puede ori-ginar la pérdida de integridad endotelial y unadenudación franca (19).

Según investigaciones de Jörg, el aumento delos niveles de homocisteìna en pacientes conmiocardiopatìa dilatada relacionada con la deficien-te nutrición del paciente chagásico condicionan unmayor compromiso del sistema microvascular quepuede ser un factor condicionante para el desarro-llo de la dilatación cardíaca .

El mayor hallazgo histopatológico en la formadilatada de la cardiopatía chagásica crónica es lapresencia de una miocarditis difusa con intensodaño tisular y muy escasa presencia de formas deT.cruzi, esto se halló en todas las autopsias y en el93% de las biopsias endomiocárdicas. Así, la hipó-tesis de la patogenia autoinmune parecería indi-car que si bien la presencia del T.cruzi sería capaz

de producir cierto grado de inflamación, esta nosería un estímulo suficiente para producir unamiocardiopatìa dilatada. La escasa presencia deparásitos en la miocardiopatìa dilatada chagási-ca, llevó a inferir a los investigadores que loslinfocitos podían reconocer un componente espe-cífico del tejido miocárdico y generar contra él unareacción de tipo inmunidad retardada como resul-tado de la infección crónica por T.cruzi (20).

La fisiopatología de la muerte súbita en lamiocardiopatìa dilatada chagásica no difiere, engeneral, de las miocardiopatías dilatadas de otroorigen. En esta etapa de la enfermedad juega unrol importante la disminución de la contractilidaddel ventriculo izquierdo, la mala fracción de eyec-ción y en muchos casos la presencia de aneurismade punta que generan arritmias ventricularesmalignas (4). Así también, la presencia de múlti-ples focos de fibrosis favorecen la génesis dearritmias ventriculares por reentrada. Dentro delos factores moduladores, en esta etapa juegan unpapel fundamental la hiperactividad adrenérgicay las alteraciones iónicas (de origen farmacológi-co) que pueden precipitar la muerte súbita. Porotra parte la disfunción autonómica desempeñauna acción importante en la génesis de muertesúbita ya que la inervación no uniforme del cora-zón del paciente chagásico puede resultar en unadispersión mayor de la refractariedad ventricular,la cual puede originar arritmias ventriculares gra-ves. La disautonomìa generaría bradicardias ex-tremas y efectos sobre la conducción cardíaca, quemuchas veces es responsable de la aparición decuadros sincopales y muerte súbita (21,22).

Por otra parte, debemos destacar que la mayoractivación del sistema de coagulación (11,23) a tra-vés de la correlación positiva entre los niveles defibrinopéptido A y el complejo trombina-anti-trombina III junto con el aumento del volumentelediastólico del ventriculo izquierdo favorecen lasituación de hipercoagulabilidad que condiciona latrombosis intramural y los eventos embólicos.

Otras de las hipótesis propone que la cardio-patía chagásica discurre producto de un estadode sobrecarga sobre las células miocárdicas comoconsecuencia de la reducción del número de lasmismas y del exceso de trabajo del corazón en re-lación a la disfunción autonómica(24,25).Ademáscobra vital importancia la teoría de la apoptosisde los miocitos. La apoptosis puede contribuir a lapérdida celular acelerada en pacientes con cardio-patía avanzada, así la activación del sistema sim-pático, renina- angiotensina- aldosterona, la hi-pertrofia y dilatación pueden ser estimulados tam-bién por genes específicos que vuelven a laapoptosis prematura (26).

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Si bien no está definida su citotoxicidad, la exis-tencia de autoanticuerpos contra los receptoresbeta, los receptores muscarínicos, antígenosmitocondriales, etc (27,28) forman parte de losmúltiples factores que condicionan que algunospacientes evolucionen hacia la miocardiopatìa di-latada chagásica y que muchos permanezcan depor vida en el período indeterminado de la enfer-medad. En la actualidad se acepta cada vez másque las citoquinas actúan como mediadores esen-ciales de las respuestas inmunitarias normales opatológicas. Así se ha informado que el factor alfade necrosis tumoral deprime la contractilidad car-díaca, cambia el potencial de membrana muscu-lar, hace descender la tensión arterial y precipitael edema pulmonar (29). De este modo los pacien-tes con insuficiencia cardíaca avanzada presentanuna expresión aumentada de las proteínas del re-ceptor del factor de necrosis tumoral, y esto sugie-re que el corazón, por si mismo, es capaz de sinte-tizar el factor de necrosis tumoral alfa.(30)

Recientemente, el análisis estadístico multiva-riado de 2260 pacientes chagásicos demostró queexisten múltiples factores relacionados con la evo-lución hacia el daño miocárdico con la consecuenteinsuficiencia cardíaca en la enfermedad de Chagas,que serían: tener más de 40 años; proceder de zo-nas de alta endemicidad (Santiago del Estero, Cha-co, Tucuman); haber habitado área endémica conmúltiples reinfecciones por vía vectorial; presen-tar examen físico anormal; referir síntomas, espe-cialmente el síncope y la disnea; presentar patolo-gías asociadas; realizar actividades que demandenexcesivo esfuerzo físico (31).

CLÍNICA DE LA INSUFICIENCIA CAR-DÍACA EN LA EN LA ENFERMEDAD DECHAGAS (Ver Tabla I)

La sintomatología clínica de la enfermedad enla miocardiopatìa dilatada chagásica no difieredemasiado de otras cardiopatías dilatadas. En la

enfermedad de Chagas la evolución hacia la insu-ficiencia cardíaca, se produce sin mayores mani-festaciones clínicas. El paciente chagásico, mu-chas veces llega a la consulta médica cuando laenfermedad ya ha evolucionado en forma consi-derable y en el caso particular de las arritmiasventriculares complejas, el paciente padece lamuerte súbita sin haber consultado. Una inter-pretación, de esto sería que debido a las pautasculturales del paciente chagásico, el mismo pre-sentaría un alto umbral y tolerancia a la percep-ción de los síntomas (4). Estudios realizados enBrasil entre 1951 y 1960 en cardiópatas dilata-dos chagásicos demostraban un 31,5% de pacien-tes asintomáticos y un 68,5% de sintomáticos ydentro de estos últimos, la disnea de esfuerzo, losedemas y las palpitaciones fueron los síntomasmás frecuentes. Otro trabajo reveló un 16% deasintomáticos y un 84% de sintomáticos conpredominancia de palpitaciones y disnea(32,33).Storino y col. destacan la presencia de disnea,edemas, palpitaciones y mareos como síntomaspredominantes(4).

Respecto de la muerte súbita, muchas vecesesta sucede en individuos que ignoran su condi-ción de infectados, carentes de sintomatología, ha-bitualmente adultos-jóvenes que ante la realiza-ción de un esfuerzo o sin la mediación del mismo,los sorprende la muerte en forma repentina. Concriterio, algunos investigadores hablan de muerteesperada(4) para aquellos pacientes dilatados, queconocen su condición de infectado chagásico, mu-chas veces con arritmias y/o trastornos de conduc-ción severos y bajo asistencia médica que fallecensúbitamente.

Los síntomas y signos más frecuentes relacio-nados con la insuficiencia cardíaca son: disnea enespecial II-III (de acuerdo a la clasificación de laNYHA[34]), edemas bimaleolares, ascitis, hepato-megalia congestiva, ingurgitación yugular. Me-nos frecuentes son los hallazgos de cuadros

Tabla IClínica de la miocardiopatía crónica chagásica

APARATOS Y SISTEMAS SINTOMATOLOGIA Y SIGNOS

CARDIOVASCULAR Palpitaciones, angor atípico, síncope, edemas bimaleolares,reflujo hepatoyugular.

RESPIRATORIO Disnea de esfuerzo, ortopnea, disnea paroxística nocturna,edema agudo de pulmón y tos cardial.

GASTROINTESTINAL Anorexia, nauseas, hepatomegalia congestiva con dolor enhipocondrio derecho y epigastrio, pesadez postprandial, estreñimiento

URINARIO Oliguria con nicturia.CEREBRALES Confusión, cefaleas, alteración de la concentración, pérdida de memoria.

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sincopales y mareos producto de la lesión del apa-rato excitoconductor que genera trastornos de con-ducción grave y arritmias ventriculares comple-jas(4,31). Las palpitaciones, son generalmente pro-ducto de arritmias como la extrasistolia ventriculary la fibrilación auricular, esta última signo de malpronóstico por dos razones: la primera, relaciona-da con la pérdida de la “patada auricular” que fa-vorece la dilatación cardíaca en forma precoz y lasegunda, consiste en el aumento de la probabili-dad de tromboembolismo pulmonar, tercera cau-sa de muerte en la miocardiopatìa dilatada cha-gásica después del shock cardiogénico y la muer-te súbita(35).

Sin relación con la presencia de insuficienciacardíaca, el paciente chagásico tiene tendencia ala hipotensión arterial, producto de la alteracióndel sistema nervioso autónomo fenómeno que seve acentuado con la insuficiencia cardíaca (21,22)y cuya sintomatología se agrega al cuadro general.

Estudios recientes sobre el motivo de interna-ción de emergencia del paciente chagásico con car-diopatía dilatada señalan al síncope y a la insufi-ciencia cardíaca descompensada como las princi-pales causas(36).

De esta forma, el cuadro clínico de la insufi-ciencia cardíaca en la enfermedad de Chagas, semanifiesta con la sintomatología descripta en laTABLA 1 (4,31).

METODOLOGÍA DE ESTUDIO DELAPARATO CARDIOVASCULAR

Los procedimientos diagnósticos en el pacien-te con miocardiopatìa chagásica crónica están di-rigidos a :1) El diagnóstico de certeza de insufi-ciencia cardíaca, 2) Causas desencadenantes oagravantes, 3) Estudios de alteración de la fun-ción ventricular, 4) Evaluación de alteracionesfuncionales, 5) Evaluación de la respuesta tera-péutica, 6) Criterios evolutivos y pronósticos.(37).

En este tópico en particular se evaluará lametodología de estudio en pacientes chagásicosdilatados en presencia de: A) insuficiencia cardía-ca descompensada, B) insuficiencia cardíaca cró-nica, C) antecedentes de taquicardia ventricularsostenida, D) aneurisma ventricular chagásico. Fi-nalmente consideraremos la metodología de estu-dio del aparato digestivo del paciente chagásicocrónico.

A. Insuficiencia caríaca descompensada

Clase I:1. Examen semiológico: No existen síntomas o sig-

nos patognomónicos de la enfermedad deChagas pero un interrogatorio completo y un

examen físico exhaustivo son fundamentales enel diagnóstico de este cuadro.

2. Electrocardiograma convencional de 12 deriva-ciones: Generalmente esta etapa de la enferme-dad va acompañado de la presencia de trastor-nos de conducción, arritmias (extrasístolesventriculares, fibrilación auricular, etc), zonas deinactivación eléctrica, hipertrofia ventricular,trastornos de la repolarización ventricular, so-brecarga auricular y muchas veces, a diferenciade otras patologías en esta etapa no se observaritmo taquicárdico y si la presencia de ritmo bra-dicárdico relacionado con la disautonomía.

3. Laboratorio: Hemograma, ionograma sérico, glu-cemia, urea, creatinina, hepatograma, gases ensangre, estado ácido-base, coagulograma.

4. Monitoreo continuo: Electrocardiográfico, oxi-metría de pulso, tensión arterial no invasiva oinvasiva y temperatura corporal.

5. Rx de tórax.6. Ecocardiograma modo “M” y bidimensional:

Con el fin de evaluar motilidad parietal, pre-sencia de aneurismas, competencia valvular ytrombos intracardíacos.

Clase II:1. Swan Ganz: Para valorar el volumen ventri-

cular y el llenado ventricular en pacientes queno responden al tratamiento en la fase aguda.

2. Holter de 24 hs de dos canales: Para la detec-ción de taquiarritmias, bradiarritmias y/o tras-tornos de conducción transitorias.

3. Ecocardiograma doppler: Con el fin de evaluarfracción de eyección del ventrículo izquierdo yfunción diastólica.

Clase III:1. Ergometría.2. Perfusión miocárdica en reposo y esfuerzo3. Cateterismo cardíaco: En pacientes con enfer-

medad terminal (Cáncer, HIV, etc) que impi-dan cirugía cardiovascular mayor posterior(cardiomioplastía, trasplante cardíaco).

B. Insuficiencia cardíaca crónica:

Clase I:1. Interrogatorio exhaustivo: Orientado a recabar

datos sobre la presencia de signos y síntomas,así como el inicio de los mismos, la determina-ción de la capacidad funcional clínica (NYHA)y antecedentes epidemiológicos.

2. Examen semiológico: La realización de un exa-men físico exhaustivo e integral teniendo encuenta que la enfermedad de Chagas no soloafecta el aparato cardiovascular sino que pue-

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 73

den hallarse comprometidos otros aparatos ysistemas (aparato digestivo, sistema nerviosocentral, sistema nervioso autónomo)

3. Electrocardiograma convencional de 12 deriva-ciones: La miocardiopatìa chagásica crónica vaacompañada de trastornos de conducción (ge-neralmente bloqueo completo de rama derechaaislado o asociado al hemibloqueo anterior iz-quierdo) y arritmias como la extrasistoliaventricular con sus diferentes grados de com-plejidad y la fibrilación auricular. También, sedebe tener en cuenta que la presencia de rit-mos bradicárdicos son frecuentes, producto dela presencia de disautonomìa cardíaca.

4. Telerradiografía de tórax (frente y perfil)5. Laboratorio: Hemograma, glucemia, ionograma

sérico, urea y creatinina, hepatograma,coagulograma, hormonas tiroideas (T3-T4-TSH,fundamentalmente en presencia de fibrilaciónauricular o taquicardia sinusal.)

6. Ecocardiograma modo “M” y bidimensional.7. Holter de 24 hs de dos canales:8. Estudios invasivos: Cateterismo o estudio elec-

trofisiológico (sólo, serán clase I en caso de an-tecedentes de muerte súbita).

Clase II:1. Ergometría: En pacientes clase funcional I a

III para evaluar respuesta terapéutica.2. Test de los 6 minutos.3. Ecocardiograma doppler: Con el fin de evaluar

la fracción de eyección y función diastólica.4. Perfusión miocárdica en reposo y esfuerzo: Con

el fin de evaluar fracción de eyección y descar-tar patología agregada.

5. Estudio electrofisiológico: En presencia de arrit-mias ventriculares graves, sintomáticas o queno responden al tratamiento médico

6. Ecocardiograma transesofágico: Ante la presen-cia de mala ventana ultrasónica transtorácicao para la detección y estudios de trombosintracavitarios.

7. Consumo de oxígeno.8. Biopsia endomiocárdica: En pacientes en espe-

ra de trasplante cardíaco.

Clase III:1. Ergometría: En pacientes en clase funcional IV

o arritmias ventriculares severas en reposo.2. Cateterismo cardíaco: En pacientes con enfer-

medad terminal asociada(Cancer, HIV) queimpida cirugía cardiovascular mayor posterior.

3. Biopsia endomiocárdica: En pacientes que nose encuentran en plan de trasplante.

C. Miocardiopatía dilatada chagásica conantecedentes de taquicardia ventricularsostenida:

Clase I:1. Examen semiológico: Con interrogatorio ex-

haustivo con el fin de evaluar la presencia o node cuadros sincopales y sus características , de-terminación de la capacidad funcional clínica(NYHA).

2. Electrocardiograma convencional de 12 deriva-ciones.

3. Telerradiografía de tórax (frente y perfil).4. Laboratorio: Hemograma, glucemia, enzimas

cardíacas, ionograma sérico, urea, creatinina,hepatograma, gases en sangre, estado ácido-base, coagulación.

5. Holter de 24 hs de dos canales.6. Ecocardiograma modo “M” y bidimensional: Con

el fin de evaluar la presencia o ausencia deaneurismas ventriculares, motilidad parietal,competencia valvular, función ventricular.

7. Ecocardiograma doppler: A los datos aporta-dos por el ecocardiograma bidimensional sesuma la determinación de la fracción de eyec-ción y la función diastólica.

8. Estudio electrofisiológico.9. Coronariografìa: Previa a la colocación de un

cardiodesfibrilador implantable con el fin dedescartar patología coronaria agregada a la en-fermedad de Chagas.

Clase II:1. Prueba ergométrica: En pacientes en clase fun-

cional I a III.2. Estudio de la variabilidad de la frecuencia car-

díaca: Considerado como un índice de disba-lance autonómico. Tiene valor predictivo demortalidad total y de progresión rápida de in-suficiencia cardíaca.

3. Ecocardiograma transesofágico: Ante la exis-tencia de una mala ventana ultrasónica trans-torácica o para la detección de trombosintracavitarios.

4. Perfusión miocárdica en reposo y esfuerzo.

Clase III:1. Electrocardiograma de señal promediada.2. Prueba ergométrica: En pacientes en clase fun-

cional IV o arritmia ventricular severa en re-poso.

3. Cateterismo cardíaco en pacientes con enfer-medad terminal asociada que impida una ciru-gía cardíaca mayor.

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D. Aneurisma ventricular chagásico en pre-sencia de miocardiopatía dilatada

Clase I:1. Evaluación semiológica: Nuevamente la

anamnesis es de fundamental importancia, yen especial en relación a los antecedentes demareos, cuadros presincopales o sincopales, de-terminación de la capacidad funcional clínica(NYHA) y examen físico exhaustivo.

2. Electrocardiograma convencional de 12 deriva-ciones: A los trastornos de conducción comu-nes en esta etapa se agregan arritmiasventriculares de diversa complejidad (muchasveces con taquicardia ventricular autolimitadao sostenida) .

3. Telerradiografía de tórax (frente y perfil).4. Laboratorio: Hemograma, glucemia, ionograma

sérico, urea, creatinina, coagulograma, hepato-grama.

5. Ecocardiograma modo “M” y bidimensional: Nosolo para evaluar el grado de dilatación car-díaca y los trastornos de motilidad parietal sino,la presencia, tamaño y ubicación de aneurismasventriculares.

6. Ecocardiograma doppler: Con el fin de visualizarmejor las características del aneurisma y la frac-ción de eyección del ventrículo izquierdo.

7. Holter de 24 hs de dos canales: Este estudio tie-ne vital importancia en pacientes chagásicos sin-tomáticos o asintomáticos que presentananeurisma ventricular. Debemos destacar quela presencia de estas formaciones songeneradoras de arritmias ventriculares muchasveces muy compleja con presencia de taquicardiaventricular sostenida o no sostenida.

8. Coronariografìa: Sólo en caso de realizaciónde aneurismectomía.

9. Estudio electrofisiológico: Previo a la aneuris-mectomía para el mapeo de la arritmiaventricular.

Clase II:1. Ecocardiograma transesofágico: Cuando la ven-

tana ultrasónica transtorácica no es buena ypara la visualización de trombos en la zonaaneurismática.

2. Pruebas de perfusión miocárdica: Con el fin deevaluar fracción de eyección, motilidadsegmentaria y disquinesias.

3. Estudio electrofisiológico: En caso que se deci-da no realizar aneurismectomía pasa a ser in-dicación clase II.

4. Ergometría: En pacientes sin arritmia ventri-cular o en clase funcional I a III.

Clase III:1. Ergometrìa: En presencia de arritmia

ventricular compleja o clase funcional IV.2. Coronariografìa: Si se decidió no realizar aneu-

rismectomía.

E. Metodología de estudio del aparatodigestivo

Sin cuadro clínico presente:Habitualmente no se realizan estudios especí-

ficos ante la ausencia de sintomatología; solo serealizarán en caso de protocolo de investigación.

Con cuadro clínico presente:Presencia de estreñimiento, disfagia, regurgi-

tación, cólico biliar,etc.

Clase I:1. Tránsito esofágico con seriada gastroduodenal:

Fundamentalmente para el diagnóstico demegaesófago y acalasia.

2. Colon por enema: Es fundamental en el diag-nóstico de megacolon o dolicocolon en pacien-tes con estreñimiento.

3. Ecografía de vesícula y vías biliares: Por pro-bable presencia de litiasis asociada adisautonomía(38).

Clase II:1. Tonometría esofágica: Estudio que permite la

detección de las presiones esofágicas que seencuentran alteradas en las afecciones esofá-gicas de origen chagásico.

TRATAMIENTOEn base a las reglamentaciones del consenso,

debemos aclarar que siendo la enfermedad deChagas, una “enfermedad de la pobreza” y dondelos investigadores y miembros del equipo de saludtrabajan con poco o nulo apoyo económico, por locual no se cuenta con el aporte necesario paragrandes megaestudios como en otras patologíascardíacas; este tópico cuenta con pocas recomen-daciones calificadas como “A”, debido a que en laenfermedad de Chagas son escasos los trabajosmulticéntricos randomizados que pueden avalaresta calificación. Sin embargo, existen abundan-tes trabajos científicos serios, publicaciones y opi-nión de expertos que han estudiado y trabajan adiario junto al paciente chagásico que permitenla calificación en “B” y “C”.

En este item en particular haremos referenciaal tratamiento en: a) Insuficiencia cardíacadescompensada (medidas generales, tratamiento

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farmacológico, indicaciones del balón intraorticode contrapulsación), b) insuficiencia cardíaca cró-nica (medidas generales, tratamiento farmacoló-gico, eléctrico y quirúrgico).

A. Tratamiento de la insuficiencia cardíacadescompensada:

Medidas generales

Clase I:1. Reposo (B)2. Restricción hídrica (1-1,5 litro/día)(B)3. Restricción salina (menos de 2 gramos diarios

de sodio)(B)4. Hospitalización.(B)5. Oxigenoterapia.(B)6. Ventilación mecánica: En caso de hipoxemia ,

acidosis respiratoria, signos de agotamiento.(B)

Tratamiento farmacológico (39):

Clase I:1. Nitroglicerina: Vía endovenosa (0,3-0,5 ug/Kg/

min) o sublingual (0,4 a0,6 mg) repitiendo cada5 a 10 minutos. (B)

2. Furosemida: En dosis de 40 mg (EV)(se admi-nistran 80 mg por vía EV lenta 1 hora despuéssi fuera necesario) y luego adaptar la dosifica-ción de acuerdo a la respuesta y al ionogramaen dos dosis diarias.(B)

3. Enalapril: Vía oral en dosis de 2,5 mg diarios omayor dependiendo de la respuesta de la ten-sión arterial.(Dosis individual).(B)

Clase II:1. Dopamina: Las dosis se inician a 0.5 a 1ug/Kg/

min, y se eleva hasta que se alcance flujo uri-nario, presión arterial y una frecuencia car-díaca aceptable. La vasoconstricción se produ-ce con dosis cercanas a los 10 ug/kg/min y sevuelve notable a dosis mayores requiriendo laasociación de un agente de bloqueo alfa oNitroprusiato sódico.(B)

2. Dobutamina: Dosis de 2,5 a 10 ug/kg/min pre-sentan efecto inotrópico positivo.(B)

3. Digitálicos: En casos de ritmo sinusal taquicár-dico o fibrilación auricular de alta respuestaventricular. La dosis habitualmente empleadaen la digitalización rápida consiste en 0,75-1,25mg por vía endovenosa, dependiendo del pesocorporal y administrado en varias dosis diariassegún respuesta y luego continuar con dosis demantenimiento de 0,25 mg/día por vía oral (Encaso de ser posible, dosificar de acuerdo a valo-res de digoxinemia. La concentración terapéu-tica ordinaria, varía entre 1 y 2 ng/ml)(B)

4. Inhibidores de las fosfodiesterasas III:(C)Amrinona: Presenta propiedades tanto inotró-picas como vasodilatadoras. Solo se la utilizaen insuficiencia cardíaca grave resistente al tra-tamiento ordinario. La dosis es por vía EV(0,75mg/kg en 2-3 min) y luego venoclisis (5-10 ug/kg/min). Posteriormente, se puede añadir unbolo 30 minutos mas tarde.(C)Milrinona: Es 20 veces mas potente que laAmrinona. Se utiliza en forma EV lenta (10 mi-nutos) diluyendo 50 ug/kg seguidos de admi-nistración EV a ritmo de 375 a 750 nanogramos/kg/min. La dosis diaria es de 1.13 mg/kg.(C)

5. Nitropusiato: Se utiliza en algunos casos deexacerbación aguda de la insuficiencia cardía-ca crónica. Es útil en la insuficiencia cardíacaizquierda de gasto bajo grave cuando la pre-sión es razonable (dilata tanto arteriolas comovenas). La dosis es de 10ug/min aumentandocada 10 minutos hasta llegar a 40-75ug/min ya una dosis tope de 300 ug/min. (C)

6. Isoproterenol: Se lo utiliza en casos demiocardio contráctil deficiente con bradicardiapresente. La dosis es EV de 0,5 a 10 ug/min(C).

Balón de contrapulsación intraórtico:(ver tabla II)

Con respecto a las indicaciones del balón decontrapulsación intraórtico debemos aclarar queeste dispositivo disminuye los volúmenesventriculares izquierdos aumentando el aporte deoxígeno miocárdico producto de la disminución dela tensión parietal y de la frecuencia cardíaca. Susindicaciones en la insuficiencia cardíaca aguda sonlas que se describen en la tabla II.

Tabla IIIndicaciones del balón intraórtico de contrapulsación en la miocardiopatía chagásica crónica

CLASE I CLASE II CLASE III

1) Shock cardiogénico por falla de bomba 1) Asistencia circulatoria previa al Pacientes cardiópatas dilatadosrefractaria al tratamiento médico.(B) trasplante cardíaco.(B) terminales en falla de bomba con

2) Cardiopatía chagásica con angor enfermedades terminales o que noinestable o angina post-infarto sean candidatos al trasplante cardíacorefractaria al tratamiento médico.(B) o cirugías alternativas (cardiomioplas

tía, aortomioplastía, etc)(B)

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B. Tratamiento de la insuficiencia cardíacacrónica

Medidas generales:

Clase I:1. Restricción hídrica: El consumo de líquidos

debe limitarse a menos de 2 litros diarios. Enépocas de tiempo caluroso, presencia de dia-rrea, vómitos o fiebre, el consumo de líquidospuede aumentarse o bien reducir la dosis dediuréticos (B).

2. Restricción salina: Esta acción reduce la nece-sidad o la dosis de terapia diurética, así laingesta diaria de sodio debe ser de hasta 2 gra-mos diarios.(B)

3. Asesoramiento nutricional: La obesidad aumen-ta la carga cardíaca, por lo cual la dieta hipo-calórica e hipograsa es imperativa en pacien-tes obesos o con sobrepeso. Por el contrario, sedebe mejorar la situación nutricional de lospacientes alcohólicos o malnutridos.(B)

4. Control odontológico: Con el fin de mejorar lanutrición del paciente y eliminar potencialesfocos sépticos(B).

5. Vacunación: Previo a los períodos invernaleses fundamental cumplir con la vacunación con-tra el virus de influenza y contra el neumococoa fin de evitar cuadros respiratorios que com-pliquen la evolución cardíaca.(B)

6. Adecuar la relación médico-paciente: Debe ajus-tarse la misma al nivel cultural del pacientechagásico a fin de ser comprensible favorecien-do el entendimiento del tratamiento higiénicodietético y farmacológico. Educación y aseso-ramiento del paciente y su familia para queellos respondan adecuadamente ante la presen-cia de “signos de alarma” . Por otra parte dis-poner de grupos de apoyo psicológicos en aque-llos pacientes con restricciones en trabajos pre-viamente realizados que afectan su vida social,laboral y económica.(B)

7. Actividad física-aeróbica: Debe estimularse laactividad física-aeróbica regular y adecuada alpaciente. El entrenamiento produciría mejorasen la vasculatura periférica y mejora ladisfunción endotelial presente en los pacientescardiópatas chagásicos, disminuyendo el cua-dro de disnea durante el ejercicio(40). Es con-veniente en el paciente con Chagas realizarsesiones supervisadas de rehabilitación cardía-ca, pero como estas no son factibles muchasveces por razones económicas indicar al menoscaminatas 3 veces a la semana de 30 minutosde duración. Recomendar actividades de tra-bajo y de ocio factibles de realizar.(B)

8. Control de la interacción farmacológica: Es im-portante prestar especial atención a las aso-ciaciones: diuréticos-digoxina, antiarrítmicos-digoxina, diuréticos ahorradores del potasio-su-plemento de potasio, betabloqueantes-antiarrít-micos, etc. Llevando un adecuado control clí-nico y de laboratorio, como así también eva-luando los efectos de dichas combinaciones so-bre la calidad de vida y la supervivencia delpaciente.(B)

9. Control paramédico, familiar o autocontrol: Serealizarán en forma periódica con control depeso, frecuencia cardíaca, tensión arterial ydiuresis a fin de consultar ante la presencia dealteraciones de los mismos.(B)

Tratamiento farmacológico:

Indicaciones de tratamiento específico de la insu-ficiencia cardíaca

Clase I:1. Inhibidores de la enzima convertidora de

angiotensina II (IECA)(B): En el paciente con car-diopatía dilatada chagásica pueden utilizarse todala gama de IECA existentes en el mercado(enalapril, quinapril, captopril, lisinopril,perindopril, ramipril y fosinopril), sin embargo lamayor experiencia en Chagas se tiene con elenalapril (dosis: 2,5 mg/día a 20 mg/dìa 2 vecesdiarias), el ramipril (en dosis de 1,25 a 2,5 mg/2veces al dìa a 5 mg 2 veces al dìa) y recientementeel quinapril (dosis de 2,5 a 5 mg/2 veces al dìa a 20mg 2 veces al dìa); en este último caso a la acciónde los IECA se agregaría la acción benéfica sobrela disfunción endotelial presente en la cardiopa-tía dilatada chagásica. En caso de intolerancia aotros IECA se pueden utilizar el lisinopril (dosisde 2,5 a 5 mg/dìa hasta 20 mg/dìa), fundamental-mente en pacientes con deterioro de la funciónrenal (cl< de 30 ml/min) o hiponatremia.(37)

Debemos destacar que las dosis máximas demantenimiento ideales son muy difíciles de alcan-zar en el paciente chagásico dilatado por la pre-sencia de hipotensión marcada, por lo cual la do-sis ideal es LA Máxima TOLERABLE por cadapaciente y es absolutamente INDIVIDUAL requi-riendo controles periódicos de la tensión arterial.

2. Diuréticos (B): A diferencia de los IECA, de-berá utilizarse la menor dosis posible para conse-guir la deseada eliminación de líquidos, evitandode esta forma los trastornos electrolíticos y meta-bólicos originados por dosis elevadas de los mis-mos. Entre los diuréticos la furosemida, es el demayor acción diurética en dosis de 20 a 80 mg 2 a

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 77

3 veces diarias con controles periódicos deionograma (Na, K y Mg++), ya que la depleciónexcesiva puede generar arritmias malignas, asícomo también la necesidad del control de la aso-ciación con digital. Con respecto a laespironolactona dosis de 25 mg diarios demostra-ron su utilidad en cuanto a la reducción de la mor-talidad (27%) y el número de hospitalizaciones(36%) en el estudio RALES (Estudio que no inclu-yó pacientes con Chagas)(41). Sin embargo, desdehace tiempo se utiliza en cardiópatas dilatadoschagásicos en dosis entre 25 y 100 mg diarios.Otros diuréticos que han demostrado utilidad sonlas hidroclorotiazidas (50-100 mg/dìa) o combina-ciones como 50 mg de hidroclorotiazida y 5 mg deamiloride en dos tomas diarias.

3. Digital: Normalmente los cardiópatas dila-tados no chagásicos han demostrado mejoría encuanto a la calidad de vida y la disminución delnúmero de internaciones (estudios PROVED,RADIANCE, DIG)(42,43,44), sin embargo el pa-ciente dilatado chagásico presenta alteraciones delautomatismo y de la conducción asociados aarritmias ventriculares malignas o potencialmen-te malignas que restringen el uso de la digoxina.Por otra parte, en algunas oportunidades ladisautonomìa favorece la aparición de ritmosbradicárdicos, con el cual la digital puede agravardichos trastornos del ritmo y de la conducción. Porconsiguiente la utilidad del mismo será clase I, IIo III de acuerdo a cada caso en particular y susindicaciones quedarán detalladas a continuación:

Clase I:3.1. Pacientes con fibrilación auricular o con

ritmo sinusal taquicárdico con o sin bloqueo derama (B).

3.2. Pacientes con fibrilación auricular o conritmo sinusal taquicárdico con o sin bloqueos derama en presencia de insuficiencia renal (con con-troles de laboratorio: Ionograma, urea ycreatinina, y controles electrocardiográficosperiòdicos)(B)

Clase II:3.3. Pacientes con ritmo sinusal y frecuencia

cardíaca normal(B).3.4. Pacientes con ritmo sinusal con frecuen-

cia cardíaca normal y bloqueos de rama(BCRD oHBAI o ambos) (C).

3.5. Pacientes con ritmo sinusal taquicárdicocon bloqueo auriculoventricular de primer gradoo con bloqueos de rama (con controles periódicosde su evolución) (C).

Clase III:3.6. Pacientes con fibrilación auricular o con

bradicardia sinusal (C).3.7. Pacientes con bradicardia sinusal y bloqueo

trifascicular(C).3.8. Pacientes con bloqueos sinoauriculares,

paros sinusales o Fibrilación auricular con pau-sas > de 2500 mseg.(C)

3.9. Pacientes con bloqueo aurículoventricularde segundo o tercer grado (C).

Indicaciones con otros tratamientosfarmacológicos

Clase I:1. Antagonistas no peptídicos del receptor de

angiotensina II (C): El losartán es una droga deposible utilización en la insuficiencia cardíaca cró-nica(45) en especial ante la aparición de efectos ad-versos a los IECA (10 a 15% de los pacientes quedesarrollan tos). La dosis es de 25 a 50 mg diarioscon estrictos controles de la tensión arterial.

2. Vasodilatadores no IECA(C): La asociaciónde hidralazina y dinitrato de isosorbide podría seruna asociación posible ante la aparición de efec-tos adversos con IECA.

3. Amiodarona (B): A partir del estudio GESICA(46), se demostró la utilidad de bajas dosis deamiodarona (dosis de ataque de 600-800 mg/dìa por10 días y mantenimiento de 300 mg/dìa) en la dis-minución de la mortalidad por insuficiencia car-díaca y por muerte súbita constituyendo uno delos pocos estudios multicéntricos randomizados queincluyó entre los cardiópatas dilatados a pacientescon enfermedad de Chagas en nuestro país.

4. Betabloqueantes: Si bien múltiples estudiosmulticéntricos han demostrado la utilidad de losbetabloqueantes en cardiópatas dilatados de otroorigen diferente a la enfermedad de Chagas (Es-tudios MDC, CIBIS I, CIBIS II, MOCHA[47,48,49,50]) en cuanto a la reducción de la mor-talidad y del número de hospitalizaciones, en elcaso especial del cardiópata dilatado chagásico lapresencia de bradicardia, alteraciones del sistemanervioso autónomo con disautonomìa central yperiférica obligan a tener mayores precaucionesrespecto a su indicación y a la necesidad de contro-les mas exhaustivos y periódicos en aquellos pa-cientes en los cuales se utilizan. La drogaB.bloqueante mas utilizada en el paciente chagásicoes el carvedilol en dosis de 3,125 mg 2 veces al dìay aumentar paulatinamente intentando llegar a

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una dosis de 25-50 mg/dìa con estrictos controlesde la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Laindicación clase II del B.bloqueante en el pacientechagásico y no I como en cardiopatías dilatadas deotro origen diferente al Chagas surge como conse-cuencia de la presencia en el paciente chagásico,de disautonomìa (generalmente asociado a la pre-sencia de anticuerpos antimuscarínicos (M2) cir-culantes[28]), que favorece la aparición de ritmosbradicárdicos e hipotensión arterial(21,22). El su-ministro de betabloqueantes en estos pacientes le-jos de producir un efecto benéfico podría agravarel cuadro hemodinámico. De todas formas, las in-dicaciones actuales para el uso del carvedilol en lamiocardiopatìa chagásica crónica son las siguien-tes:

Clase II:4.1. Pacientes con ritmo sinusal o fibrilación au-

ricular de elevada frecuencia cardíaca o con frecuen-cia cardíaca normal con controles periódicos de latensión arterial y de la frecuencia cardíaca (B).

Clase III:4.2. Pacientes con hipotensión arterial sistóli-

ca < o= a 100 mmHg o bradicardia de 50 lat. porminuto o menor (C).

4.3. Pacientes con insuficiencia cardíaca agu-da o inestabilidad reciente (C).

4.4. Enfermedad pulmonar obstructiva cróni-ca (EPOC o asma)(C)

4.5. Insuficiencia renal con creatinina > de 2.5mg%(C)

4.6. Bloqueo AV de 1er. grado con PR> de 260mseg. o bloqueo AV de 2do. o 3er. grado.(C)

Contraindicaciones del tratamientofarmacológico

Clase III:1. Bloqueantes cálcicos(C): Estudios realizados

con cardiopatías dilatadas de origen diferente ala chagásica (PRAISE I y II-VHEFT-III)(51,52) nodemostraron disminución estadìsticamente signi-ficativa de la mortalidad y en algunos casos hastala aumentan. A raíz de estos resultados no se acon-seja su uso en los pacientes con cardiopatía dila-tada chagásica.

Indicaciones de anticoagulantes orales:La incidencia de tromboembolismo arterial en

la insuficiencia cardíaca en general, varía entre0,9 al 5,3% año/paciente. Las dosis de dicumaríni-cos recomendada en la mayoría de los casos defibrilación auricular crónica o antecedentes detromboembolismo pulmonar son dependientes de

valores del RIN, el cual debe oscilar entre valoresde 2 y 3 (anticoagulación leve). Las indicacionespara su utilización en la miocardiopatìa crónicachagásica son las siguientes:

Clase I:1. Miocardiopatía dilatada con fibrilación au-

ricular crónica(B).2. Antecedentes de tromboembolismo pulmonar

(B).3. Trombosis venosa profunda(B).

Clase II:4. Miocardiopatía dilatada con trombos auri-

culares o ventriculares en áreas de discinesia (B).5. Aneurismas chagàsicos como profilaxis para

la formación de trombos(B).

Clase III:6. Miocardiopatía dilatada con ritmo sinusal sin

trombos(B).7. Pacientes con fibrilación auricular crónica

con escasa instrucción o escuela primaria incom-pleta con dudas sobre el cumplimiento de suscontroles(C).

8. Pacientes con fibrilación auricular con ais-lamiento geográfico y con dudas sobre el cumpli-miento de sus controles(C).

Indicaciones de tratamiento Específico: Debemos destacar que las drogas empleadas y

las dosis de las mismas fueron descriptas en eltópico I y a continuación destacamos algunas in-dicaciones en esta etapa(53,54):

Clase I:1. Miocarditis chagásica aguda en chagásico cró-

nico producto de una reinfección endógena en pa-cientes con sindrome de inmunodeficiencia adqui-rida (SIDA) o inmunodeprimido por otra causa(B).

2. Reagudización de la enfermedad en pacien-te chagásico trasplantado(B).

Clase II:3. Receptor chagásico en trasplante de órga-

nos como profiláxis(C).

Indicaciones en el tratamiento de las arritmiasmás comunes en la insuficiencia cardíaca crónica

Indicaciones de tratamiento de la fibrilación au-ricular:

La fibrilación auricular se da con una frecuen-cia que oscila entre el 4 y el 7% en la cardiopatíachagásica según distintos estudios(4). No obstan-

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 79

te la incidencia de fibrilación auricular aumentaconsiderablemente en los pacientes chagàsicoscardiópatas de la 3era. edad donde se la encuen-tra en una proporción del 15%(55). A continua-ción detallamos la indicación del tratamiento dela fibrilación auricular aguda y crónica.

Fibrilación auricular aguda:

Clase I:1. Cardioversión eléctrica:a) En pacientes asintomáticos:Menos de 48 hrs. de instalación: Cardioversión

elèctrica.(B)Mayor de 48 hrs de instalación: No realizar

Cardioversión eléctrica o química hasta lograranticoagulación efectiva en 3 semanas para dis-minuir el riesgo de tromboembolia y luego mante-ner dicha anticoagulación durante 30 o 40 díasposteriores a la cardioversión.(B)

b) En pacientes sintomáticos:Cardioversión eléctrica: Independiente de la

duración de la arritmia.(B)

Clase II:2. Reversión farmacológica: Debemos destacar

que previo al suministro de drogas se debe lograruna anticoagulación efectiva y recién luego deesto, proceder al tratamiento farmacológico.

Amiodarona: Se han informado que restaura ymantiene el ritmo sinusal en el 79% de los pacien-tes(56). Dosis de ataque: 5 mg/kg de peso en 20-30minutos en goteo de 2 ampollas en 100 cc de dex-trosa y luego mantenimiento con 5 ampollas (1000mg) en 500 de dextrosa a pasar en 24 hrs.(B)

Fibrilación auricular crónica de elevadarespuesta ventricular:

Antes de comenzar el tratamiento antiarrítmicose debe lograr una anticoagulación efectiva delpaciente por dos razones: 1) Por la posibilidad(aunque remota) de la reversión de la arritmia, 2)Con el fin de disminuir el riesgo de embólias ge-nerado por la misma.

Clase I:1. Amiodarona: Con el fin de enlentecer la con-

ducción AV con dosis de 600-800 mg diarios du-rante 10 días como dosis de ataque y 300-400 mgdiarios como dosis de mantenimiento.(B)

2. Digoxina: En dosis de 0,25 mg/dìa durante 5días a la semana.(B)

Clase II:3. B.Bloqueantes: La utilización de carvedilol

es una opción posible (de no existir contraindica-

ciones para su uso) comenzando con dosis de 3,125mg cada 12 hrs y aumentando progresivamentehasta alcanzar dosis de 25-50 mg/día.(C)

4. Sotalol: En dosis de 40-80 mg diarios en pa-cientes con una fracción de eyección superior al30% y con controles estricto del QT y de la pre-sencia de bradicardias(C).

Fibrilación auricular de baja respuestaventricular:

Se considera que en este caso se debe dar trata-miento convencional para insuficiencia cardíacasin el agregado de agentes antiarrítmicos por laposibilidad de complicaciones ante el suministrode los mismos.

Indicaciones de tratamiento de las arritmiasventriculares

Este tipo de arritmias en su forma complejapueden originar muerte súbita y el valor predictivode la misma está dado en la miocardiopatìa dila-tada por una baja fracción de eyección, la presen-cia de taquicardia ventricular no sostenida, la altafrecuencia cardíaca y la inducción de taquicardiaventricular sostenida(4,57,58,59). De esta formaclasificamos a las arritmias ventriculares en:

Arritmias ventriculares no graves: Extrasísto-les ventriculares aisladas o frecuentes, mono-focales o polifocales.

Arrimias ventriculares graves: Extrasìstolesventriculares frecuentes con duplas y taquicardiaventricular no sostenida y/o TV sostenida.

Con respecto a las formas no graves deben sertratadas farmacológicamente en caso de presen-cia de síntomas. En el caso de las arritmiasventriculares graves existen 3 tipos de tratamien-tos:

Farmacológico:Amiodarona: A partir del estudio GESICA

(46) quedó demostrado la disminución de la mor-talidad súbita originada por la administraciónde esta droga en dosis de 600-800 mg como dosisde ataque y 300 mg como dosis de mantenimiento(60).

Carvedilol: Esta droga demostrò la disminu-ción de la mortalidad por insuficiencia cardíaca yen forma súbita por arritmias malignas. Las do-sis van desde 3,125 mg cada 12 hrs hasta alcan-zar dosis de 25-50 mg/diarios y se debe hacer con-trol estricto de frecuencia cardíaca y tensiónarterial.

Sotalol: Únicamente utilizadas en pacientes confracción de eyección superior al 30% con estrictocontrol del QT y de la frecuencia cardíaca con dosis

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de 40 a 160 mg/diarios y no mayor de 320 mg/dia-rios.(61).

Eléctrico:Cardiodesfibrilador implantable (CDI): Indu-

dablemente estudios como el de Saksena y col, elAVID, y el CID (62,63,64) han demostrado comopacientes con arritmias ventriculares graves y através de este dispositivo presentaron una dis-minución significativa de mortalidad súbita, res-pecto de los que recibían otro tipo de terapéutica.Su utilización en la enfermedad de Chagas de-mostró excelentes resultados(65), aunque su cos-to continúa siendo limitante para dichos pacien-tes, la mayoría indigentes y sin ninguna obra so-cial.

Quirúrgico:La ablación de arritmias por radiofrecuencia,

ha sido propuesta en casos de taquicardiaventricular por reentrada rama a rama(66). Paraotras formas de taquicardia ventricular se ha uti-lizado también la ablación por radiofrecuenciaendocárdica y epicárdica (67).El tratamiento qui-rúrgico propiamente dicho consiste en la reseccióndel sitio de más precoz activación del VD y la crio-coagulación del VI elimina los focos mas alejadosdel foco primario.

De esta forma, las conductas recomendables enlas arritmias ventriculares graves de la miocar-

diopatìa chagásica crónica se resumen en el cua-dro I.

Indicaciones de tratamiento del aneurismaventricular chagásico en presencia demiocardiopatía dilatada

Esta lesión de la pared ventricular constituyela característica distintiva de la miocardiopatìachagásica crónica no solo por la frecuencia conque aparece en comparación con otras enferme-dades miocárdicas sino también por la evoluciónclínica del paciente, particularmente la apariciónde muerte súbita arrítmica (arritmia ventricularrepetitiva muchas veces resistente a los fármacosespecíficos solos o combinados) o bien producto deltromboembolismo por trombos formados en laszonas aneurismáticas o en cavidades dilatadas ehipoquinéticas cuyo desprendimiento determinasu impacto a nivel cerebral o pulmonar. La fre-cuencia de su reconocimiento oscila entre un 60-65% de las necropsias, cifras muy superiores a ladel aneurisma post-infarto (68).

Si bien el aneurisma mas frecuente en la en-fermedad de Chagas se ubica en el ápex, tambiénse los ha hallado en la cara posterior de los ven-trículos, más raramente en distintas zonas de lacara anterior y ocasionalmente en la aurícula de-recha. Pueden ser únicos o dobles y afectar tantoel ventrículo derecho como el izquierdo, aunquemás preponderantemente afectan este último.

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Cuadro IConductas terapéuticas ante la presencia de arritmias ventriculares graves

CONDUCTAS CLASE I (B)

l FRACCION DE EYECCION > DE 35%:

+ TV Inducible B.Bloqueante o Amiodarona

EEFTV Inducible TV NO Inducible

CDI Continua tto. farmacológico

+ TV NO Inducible Estable Tto. FarmacológicoInestable CDI

l FRACCION DE EYECCION < DEL 35%:

+ TV Inducible SI Amiodarona

EEF NO Inducible EEF Inducible

Igual tto. TV c/igual TV mas lenta ycaracterística mejor tolerada

CDI Ablación quirúrgicaNO CDI

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 81

Las indicaciones ante la presencia de aneu-rismas de origen chagásico son las siguientes:

Con arritmia ventricular severa y fracción deeyección > de 35%:

Clase I:1. Tratamiento antiarrítmico farmacológico (C).

Con arritmia ventricular severa y fracción deeyección muy deprimida:

Clase II:2. Anticoagulación oral(C)3. Aneurismectomía(C)4. Trasplante cardíaco(C)

Tratamiento quirúrgico de la insuficienciacardíaca

Trasplante cardíaco:Sin duda, el trasplante cardíaco sería una solu-

ción para muchos cardiópatas dilatados termina-les que padecen la enfermedad de Chagas. Lo cier-to, es que factores como el gran desequilibrio entrela oferta y la demanda de órganos y la posibilidadde rechazo y reagudización de la enfermedad deChagas hacen que muchas veces los pocos órganosexistentes se destinen a otros pacientes nochagàsicos. No obstante, estudios recientes demos-traron que la sobrevida actuarial del paciente tras-plantado chagásico es similar a la de un trasplan-tado no chagásico(80% al año y más del 60% seencuentran vivos a los 5 años[69]), producto de lautilización de menores dosis de inmunosupresoresen el paciente chagásico( menor dosis deciclosporinas y mayor dosis de azatrioprima), queevitaría la reagudización de la enfermedad y en casode la aparición de la misma la utilización delbenznidazol para remitir el cuadro(70). Sin embar-go, la profilaxis de rutina después del trasplantedel corazón con benznidazol no parece estar justi-ficado en el paciente chagásico(71,72). En un últi-mo estudio, se evidencia una mayor sobrevida delos pacientes chagásicos trasplantados en compa-ración con las miocardiopatías dilatadas idiopáticas,de origen coronario y otras(73).

Las indicaciones y contraindicaciones de tras-plante cardíaco en el paciente chagásico son lassiguientes:

Clase I:1. Pacientes con insuficiencia cardíaca grave

dependiente de drogas parenterales, asistenciarespiratoria mecánica y/o asistencia circulatoriamecánica.(B)

2. Pacientes con insuficiencia cardíaca avanza-da con síntomas persistentes en clase funcionalIV.(B)

3. Pacientes con insuficiencia cardíaca avan-zada y episodios frecuentes y reiterados de des-compensación a pesar del tratamiento médico óp-timo ajustado.(B)

4. Pacientes con insuficiencia cardíaca avan-zada con consumo de oxígeno máximo menor de10 ml/kg/min.(B)

5. Pacientes con insuficiencia cardíaca y episo-dio de muerte súbita o arritmia ventriculargrave.(B)

Clase II:6. Pacientes con insuficiencia cardíaca con otros

marcadores de elevada mortalidad dentro del año(mayor a 30%)(B).

7. Pacientes con indicación de transplante car-díaco y contraindicación relativa.(C )

Clase III:8. Pacientes con insuficiencia cardíaca bajo tra-

tamiento médico incompleto.(C)9. Pacientes con insuficiencia cardíaca con po-

sibilidad de otro tratamiento correctivo por ciru-gía o hemodinamia intervencionista.(C)

10. Presencia de megaesófago o megacolon.(C)11. Pacientes con contraindicaciones absolutas

para transplante cardíaco(C).

Las contraindicaciones (relativas y absolutas)de transplante cardíaco son detalladas en la ta-bla III (37).

Cardiomioplastia:Esta técnica que consiste en la envoltura del

corazón con el músculo dorsal ancho a ambos ven-trículos y estimularlos sincrónicamente con el la-tido cardíaco mediante la utilización de uncardiomioestimulador demostrò una sensible me-joría de la clase funcional del paciente chagásicotratado en esta forma. Sin embargo, un estudioque incluyó 112 pacientes con cardiomioplastía delos cuales 13 eran chagàsicos y en un seguimien-to entre 12 y 60 meses, demostrò que la sobrevidaen la miocardiopatìa chagásica al año era del 40%y a los 5 años del 9%, en relación con cardiopatíasdilatadas de otro origen la sobrevida al año fuedel 86% y a los 60 meses del 50%(74). Si bien aúnse desconoce la causa por la cual no sería igual laevolución en pacientes chagàsicos que en nochagàsicos, debemos destacar que el agranda-miento del ventriculo derecho en la enfermedadde Chagas hace inviable la envoltura correcta delas cámaras ventriculares con el dorsal ancho (lo

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cual ante una cardiomegalia extrema hace facti-ble utilizar otra técnica como la aortomioplastía).La experiencia a largo plazo no es buena debido ala fibrosis temprana del músculo dorsal ancho porsobreestimulación permanente(75). En la actuali-dad la contracción del músculo cada dos latidospermiten evitar la sobreestimulación muscularcon la consiguiente posibilidad de fibrosis del mis-mo(75). Las indicaciones y contraindicaciones deesta técnica se detallan a continuación:

Clase II:1. Pacientes con insuficiencia cardíaca avan-

zada en clase funcional III con tratamiento médi-co completo no pasible de otra alternativaterapéutica.(B)

2. Fracción de eyección menor del 30%.(B)

Clase III:3. Insuficiencia cardíaca avanzada en clase fun-

cional IV (B)4. Insuficiencia cardíaca avanzada con

hipertensión pulmonar severa(B)5. Insuficiencia cardíaca avanzada con insufi-

ciente tratamiento médico o pasible del tratamien-to quirúrgico específico.(C)

6. Enfermedad muscular degenerativa.(C)

Aortomioplastía:Es un procedimiento similar a la cardiomioplas-

tía y consiste en la envoltura de la aorta por elmúsculo dorsal ancho, que es estimulado a con-traerse durante la fase diastólica, reproduciendolos efectos de la contrapulsación con balónintraaórtico (76,77). Este método ha demostradobuenos resultados alejados en cuanto a mejoríade la capacidad funcional y los indicadores de fun-ción ventricular. Las indicaciones y contraindica-ciones son detalladas a continuación:

Clase II:1. Insuficiencia cardíaca avanzada en clase fun-

cional III-IV con tratamiento médico completo ydificultades o contraindicaciones relativas o ab-solutas para transplante cardíaco(B)

2. Fracción de eyección del ventrículo izquier-do menor del 30%.(B)

Clase III:3. Insuficiencia cardíaca avanzada con insufi-

ciente tratamiento médico o pasible de tratamien-tos quirúrgicos específicos.(C)

4. Enfermedad muscular degenerativa.(C)5. Insuficiencia aórtica moderada a severa(C)6. Calcificación, aneurisma o dilatación de la

aorta toráxica.(C)7. Hipertensión arterial severa.(C)

Cirugías de remodelamiento del Ventrículoizquierdo:

Operación de Batista: Consiste en la ampliaresección anterolateral del ventrículo izquierdoentre ambos músculos papilares. Esta cirugía re-duce los diámetros ventriculares y la tensiónparietal. Si bien la técnica fue desarrollada enBrasil, actualmente en los EE.UU. adquiere susmejores resultados con una supervivencia al añodel 79% (78).Sin embargo, otros grupos han en-contrado elevada mortalidad operatoria y pobresresultados en la evolución alejada. Las indicacio-nes y contraindicaciones actuales son las siguien-tes:

Clase II:1. Pacientes en clase funcional III-IV, con difi-

cultades o contraindicaciones para trasplantecardíaco.(B)

2. Diámetro diastólico del ventrículo izquierdo> de 7 cm medido por ecocardiografìa doppler.(B)

Tabla IIIContraindicaciones al trasplante cardíaco

ABSOLUTAS RELATIVAS

- Resistencia vascular pulmonar fija mayor de 6 - Edad mayor de 65 años.Unidades Wood. - Enfermedad cerebrovascular o perifèrica sintomática.

- Enfermedad parenquimatosa pulmonar grave - Caquexia.irreversible. - Obesidad mòrbida.

- Disfunción renal o hepática grave irreversible no - Diabetes insulino-dependiente con daño de órganos blanco.adjudicable a la insuficiencia cardíaca. - Infarto pulmonar reciente.

- Hemorragia digestiva activa. - Úlcera péptica documentada.- Infecciones no controladas. - Adicción de drogas y/o alcohol.- Enfermedades sistèmicas coexistentes (con mal - Trastornos psíquicos.

pronóstico y compromiso multiorgánico) - Condiciones sociales inadecuadas.- Neoplasia maligna sin criterio de curación.- Serología + para HIV.

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 83

3. Enfermedad coronaria no significativa.(B)4. Espesor parietal > de 1 cm.(B)5. Pacientes sin cirugía previa.(B)

Clase III:6. Pacientes con cirugía cardíaca previa.(B)7. Pacientes con enfermedad coronaria grave. (B)8. Pacientes con enfermedades terminales.(B)

Operación de Door: El procedimiento consis-te en la amplia resección del aneurisma chagásicocon sutura de monofilamento entre músculo via-ble. De esta forma se logra reducir los volúmenesventriculares y mejorar su geometría.(79) Las in-dicaciones actuales son las siguientes:

Clase II:1. Pacientes con miocardiopatìa dilatada con

aneurisma importante del ventrículo izquierdo consevero deterioro de la función contráctil.(B)

Corrección de la insuficiencia mitral:Una de las complicaciones habituales de la

miocardiopatìa dilatada en estadíos avanzadosconsiste en la insuficiencia mitral secundaria alaumento del tamaño del ventrículo izquierdo pordilatación del anillo mitral. Así la anuloplastíarestablece la geometría ventricular y la continui-dad del aparato ventrículo-anillo mitral(80). Otrosgrupos han practicado con buenos resultados elreemplazo de la válvula mitral por una prótesiscon conservación del aparato subvalvular en pa-cientes con severa miocardiopatìa dilatada(81,82).Sus indicaciones son las siguientes:

Clase II:1. Pacientes en clase funcional III-IV de la

NYHA y con dificultades o contraindicaciones paratransplante cardíaco.(B)

2. Pacientes con dilatación del anillo mitral coninsuficiencia mitral moderada o severa.(B)

3. Fracción de eyección del ventrículo izquier-do menor del 30%

Los nuevos estudios coinciden que debenconcatenarse las dos técnicas (operación de Batis-ta y corrección de la insuficiencia mitral). Las ex-periencias posteriores han demostrado que pacien-tes portadores de miocardiopatìa dilatada en cla-se funcional III-IV con insuficiencia mitral secun-daria y fracción de eyección del ventrículo izquier-do menor del 30%, la combinación de ambas técni-cas obtuvieron mejores resultados (83)

Asistencia circulatoria mecánica:El objetivo de esta técnica es permitir períodos

prolongados de soporte hemodinámico efectivo con

adecuada perfusión tisular. Este dispositivo cons-ta de energía eléctrica en vez de la neumática parapermitir la deambulaciòn del paciente y el regre-so a sus tareas y a su domicilio. De esta forma estedispositivo facilita la estabilización clínica en ade-cuada clase funcional, la posibilidad de lograr undonante adecuado y disminuir la mortalidad du-rante la espera del transplante. El inconvenientede este dispositivo es el costo que lo hace muy li-mitado para el paciente chagásico. En la actuali-dad no sólo se debe considerar a esta terapia comopuente, sino también como alternativa (84,85), condos posibilidades a saber:

Implante indefinido: Las características ac-tuales de los aparatos de asistencia han permitidosu uso por períodos prolongados. Esta situaciónha abierto un panorama para aquellos pacientesque no cuentan con la opción del transplante car-díaco. Esta conjetura dio inicio al estudio denomi-nado REMATCH . Este estudio es randomizado ycompara la mortalidad, calidad de vida y costosdel VELVAS (Heart Mate) con el tratamiento mé-dico en pacientes clase funcional IV que no soncandidatos para el transplante cardíaco.

Esta estrategia puede disminuir abruptamentela mortalidad en pacientes con insuficiencia cardía-ca avanzada, y convertir a pacientes consumidoresno productivos en productivos, con una aceptablecalidad de vida. Sin embargo, se hace necesario enlos diseños modernos anular las conexiones percu-táneas con el exterior, a fin de evitar las temidasinfecciones. La actualidad nos indica la aparición enlos últimos meses del Lion Heart. Este aparato re-presenta un sistema de asistencia ventricular iz-quierda, pulsátil e intracorpóreo en su totalidad.

Implante temporario y explante: Consisteen un puente a la recuperación de la función mio-cárdica en pacientes con insuficiencia cardíacaavanzada, a los cuales se les realizó un implantede Asistencia Mecánica Circulatoria (AMC). Sebasa en la premisa de que la AMC a largo plazo,en corazones potencialmente reversibles en su pa-tología, puede mejorar la clínica y la histología.Algunos pacientes que fueron desafectados de laasistencia mostraron en forma progresiva un au-mento de la fracción de eyección, y una disminu-ción de la presión capilar y de la resistenciavascular pulmonar.

Las indicaciones y contraindicaciones actua-les en la enfermedad de Chagas son:

Clase II:1. Indicación como puente al transplante car-

díaco en pacientes con insuficiencia cardíaca re-

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fractaria, requerimiento continuo de inotrópicosendovenosos, índice cardíaco< de 2 litros/min/m2y presión capilar > de 18 mmhg.(C)

2. Indicación como puente al trasplante cardía-co en pacientes con insuficiencia cardíaca avanza-da y dificultad para conseguir donantes por cual-quier causa.(C)

Clase III:3. Paciente con insuficiencia cardíaca clase fun-

cional IV sin tratamiento óptimo.(C)

Terapia de resincronización eléctricaEste método consiste en la estimulación del

ventrículo izquierdo o biventricular para favore-cer la función ventricular izquierda y mejorar lacapacidad funcional. Corrige la desincronizaciónen la dinámica ventricular que compromete seria-mente el funcionamiento hemodinámico cardíaco.La acción consiste en incrementar el tiempo de lle-nado ventricular izquierdo, que la eyecciónventricular ocurra antes que la relajación delseptum y la disminución de la regurgitación mitralpresistólica. Este tratamiento recién empieza aser utilizado en pacientes con enfermedad deChagas de manera que su indicación debe ser ana-lizada minuciosamente.

Con respecto a la enfermedad de Chagas la in-dicación sería:

Clase II:1. QRS igual o mayor a 155 mseg.(C)2. Fracción de eyección igual o menor de 35%.(C)3. Diámetro diastólico del ventrículo izquierdo

igual o mayor de 60 mm por ecocardiografìa.(C)4. Clase funcional II-IV de la NYHA. (C)5. Contracción mecánica incoordinada.(C)

SEGUIMIENTO DEL PACIENTECHAGÁSICO CON INSUFICIENCIACARDÍACA CRÓNICA:

Este grupo de pacientes, sin duda están expues-tos a múltiples complicaciones (muerte súbita,arritmias graves, insuficiencia cardíaca descom-pensada, tromboembolismo) cuya aparición indi-ca mal pronóstico. Por lo tanto es necesario defi-nir un índice de riesgo que determinaría el perfilevolutivo de cada paciente.(ver cuadro II)(86)

Periodicidad de controlesLos mismos deben ser realizados teniendo en

cuenta el cuadro clínico, el estado hemodinámico,la presencia de arritmias y/o trastornos de con-ducción y la aparición de otras complicaciones (ej:aneurisma ventricular). Las indicaciones para el

Cuadro IIPerfil de riesgo del paciente con cardiopatía

chagásica avanzada

PERFIL DE RIESGO DEL CARDIOPATA CHAGASICOCRONICO

Bloqueo bifascicular (ECG) (BCRD + HBAI)

(+)Dilatación cardíaca (Rx de tórax)

(+)ARRITMIA

(Extrasístolia ventricular compleja (Holter)o fibrilación auricular)

(+)Deterioro:

Fracción de acortamiento (Ecocardiograma)(+)

Muy baja:Fracción de Eyección (Camara Gamma)

(+)Aneurisma ventricular (Eco. Bidimensional)

seguimiento del paciente con miocardiopatìa cha-gásica crónica son las siguientes:

Seguimiento semanal o quincenal:

Clase I:1. Paciente en clase funcional III-IV de la NYHA

o con descompensación reciente. (C)2. Pacientes con arritmia ventricular grave.(C)

Prácticamente todos los autores coinciden enque estos pacientes son los que fallecen en menortiempo durante el seguimiento a pesar del trata-miento médico óptimo (tasa de mortalidad cerca-na al 90% anual) y por lo tanto se justifica su se-guimiento quincenal(4,86).

Seguimiento mensual

Clase I:1. Pacientes en clase funcional I-II de la NYHA

con ritmo sinusal y arritmia ventricular no grave,con trastornos de conducción leves.(C)

2. Pacientes en clase funcional I-II portador demarcapasos definitivo.(C)

3. Pacientes portadores de fibrilación auricularpermanente o paroxística. (C)

4. Pacientes con bloqueos trifasciculares.(C)5. Pacientes con aneurisma de punta. (C)6. Pacientes con anticoagulación oral. (C)

Sin duda el estrecho seguimiento de estos pa-cientes está relacionado a que la expectativa de

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TOPICO IV: MIOCARDIOPATIA CHAGASICA DILATADA 85

vida dependerá de la velocidad de aparición deldaño cardíaco en la etapa evolutiva y del grado delesiones, siendo la disminución de la fracción deeyección y la presencia de arritmias ventricularescomplejas factores determinantes de mal pronós-tico, en especial si se comprueba refractariedad ala terapéutica(4,86).

Agradecimiento: A la Srta. Carina E. Kripelz,por su eficiente labor secretarial y dedocumentalista, en las búsquedas bibliográficas ycompaginación de los Tópicos de este Consenso ya la Srta. Teresita Peiper, por su labor en la coor-dinación y secretaría administrativa a lo largo detodo el Consenso.

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