Upload
juan-carlos-luis-pascual
View
25
Download
4
Embed Size (px)
Citation preview
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
INTRODUCCIÓN
En la educación la prevención (pro-acción) es más conveniente que la reacción. En esta
línea, para conseguir una escuela activa y un estilo de vida saludable que colabore en el
bienestar de todos los ciudadanos es necesario asegurarse un mínimo de práctica de
actividad física en cualquiera de sus propuestas. Por ejemplo: deporte, ejercicio, juego,
baile, expresión, recreación. Para Veiga Nuñez y Martínez Gómez (2008) “una
ESCUELA ACTIVA es un lugar donde elegir ser activo resulta fácil”. Todo es útil para
la prevención del sedentarismo, especialmente en los habitantes de las grandes ciudades.
UNESCO (1978) Carta Internacional sobre la Educación Física y el Deporte explicita
que la educación física (EF) es un derecho esencial de todos. Este hecho nos lleva a
asegurar que la práctica universal de la actividad física a través de la mejora de los
programas de educación física y deporte educación tiene que ser suficiente y adecuada.
La EF debe ser reconocida como una parte integral de la educación de calidad y ser una
prioridad nacional en el sistema de educación según la UNESCO (2008b). Pero estas
directrices internacionales no se tienen en cuenta en la actualidad y la Educación física
sigue siendo un privilegio para los jóvenes, aunque tenga que ser una parte fundamental
de su proyecto educativo. Todos hablan de la lucha contra la inactividad y la obesidad
en niños y adolescentes, y de la mejora de los hábitos y actividades deportivas de los
ciudadanos, pero el primer paso que hay que dar es cuidar que la carga de trabajo actual
de la educación física en el currículo obligatorio no sea menor. Probablemente la
preocupación previa por la alta calidad en la actividad física de nuestros niños y
adolescentes se origina por la pérdida de horas de Educación Física. Por otra parte, la
EF puede contribuir uniéndose a otras materias del currículo obligatorio, para que con
un proyecto conjunto llevar a cabo una intervención eficaz. McKenzie (2001, 331)
comenta que "dada la limitada cantidad de tiempo disponible para la educación física,
una reorientación de su contenido y de conducta es necesario con el fin de promover la
actividad física... /... su objetivo principal es preparar a los niños y adolescentes para
una vida de actividad física”. De esta manera la EF debe incorporar entre sus objetivos,
los comentados por el Consejo Internacional para la Salud, Educación Física,
Recreación, Deporte y Danza (ICHPER) para la escuela, las normas de la Regla 3:
Mejora de la condición física de salud. (Lograr y mantener un nivel de condición física
mejora la salud) y el Estándar 4: Mantener un estilo de vida físicamente activo,
ICHPER (2010).
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Hoy en día nuestro entorno cultural ofrece menos oportunidades para una actividad
física natural de los niños y jóvenes, "la motivación del adolescente es altamente
situacional, que se caracteriza por la espontaneidad" en Chen & Handcock (2006, 357) y
ésta es una situación que va en aumento, debido a las variaciones en los patrones de
movimiento de nuestra sociedad, que ha pasado de utilizar al máximo su tiempo libre
jugando activamente en la calle a sentarse delante de una pantalla de ordenador o
televisión en casa. Especialmente se refleja en los niños cuyos padres trabajan durante
cuarenta horas a la semana que pasan todo su tiempo de ocio viendo la televisión,
videojuegos, teléfonos móviles o Internet (Schneider & Lounsbery, 2008). Esto no es un
problema del gobierno de la Nación, de alguna manera, cada persona de la sociedad
comparte esta responsabilidad y debe contribuir, facilitando el desarrollo del potencial
educativo del deporte y la actividad física para reducir el sedentarismo. "La inactividad
física es un factor fuerte de sobrepeso. Las actividades sedentarias, tales como ver
demasiada televisión, usar el ordenador, pasar el tiempo con los videojuegos y las
conversaciones telefónicas deben evitarse. La reducción de las conductas sedentarias a
<2 horas por día es importante para aumentar la actividad física y la salud" para Strong
et al. (2005, 737).
Para mejorar la calidad, podemos dedicar más tiempo de práctica extraescolar. Por lo
tanto es crucial que su actividad física, expresiva, recreativa, deportiva sea
promocionada, además de la práctica curricular obligatoria de la Educación Física.
Hastie (2007, 22) comenta que "una acción compensatoria que los maestros pueden
tomar es ayudar a los estudiantes a identificar lugares de actividad que están disponibles
fuera del entorno escolar. Cada escuela debe tener una lista de los lugares cercanos en
los que los jóvenes pueden participar”. Este hecho hace que el entrenador, o el monitor,
de estas prácticas deportivas sean nuestro objetivo. Las variables que podemos utilizar
para mejorar la calidad de la actividad física deben ser: actividades, los profesores, las
instalaciones y los estudiantes.
CARACTERÍSTICAS DE LAS ACTIVIDADES PARA UNA MEJOR CALIDAD
DE VIDA
Teóricamente habría que realizar una práctica de un mínimo de 300 minutos por
semana, esto implicaría unos 60 minutos diarios. La intensidad, mejor más intensidad
que menos, es decir, en la siguiente escala de actividad física para una persona: inactiva
- poco activa - moderadamente activa - activa - muy activa. Nuestra meta debería
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
encuadrarse (especialmente para los niños) entre moderadamente activa y activa. Una
manera sencilla de controlar la intensidad para los niños es con la respiración y la
conversación que utilicen con el ejercicio.
Algunas recomendaciones para la selección de las actividades son: La creación de
itinerarios de prácticas, el aumento de la variedad y la oferta de dichas prácticas, el
planteamiento de prácticas inclusivas (varios niveles y competencias) con la utilización
de hándicaps en la competición. Ketteridge Boshoff (2008, 278) explicita que si
"algunos adolescentes están preocupados por la competición, esto disminuye el disfrute
de una actividad". Además es importante el planteamiento de actividades físicas que
sean relevantes para los estudiantes.
EL ROL DOCENTE PARA MEJORAR LA CALIDAD DE LA ACTIVIDAD
FÍSICA
El maestro de educación física debe plantearse llevar a cabo un proyecto colectivo, en
equipo (trabajo cooperativo o trabajo colaborativo), vinculado con el personal educativo
del centro para conseguir un mayor impacto en el grupo de estudiantes, y relacionado
también con la oferta y posibilidades de actividad física de la zona, contextualizándolo
(adaptando los estándares al entorno). Para ello debemos contar con: el Instructor de la
EF (controlado y supervisado por el Maestro de EF), el Supervisor (estudiante
coordinador de la actividad física) y la propuesta metodológica (utilización de diferentes
estilos de enseñanza y tener paciencia). En este sentido Cale y Harris (2006, 326)
insisten en la mejora de la oferta de actividades físicas y deportivas que se realice a los
estudiantes donde "las intervenciones varíen mucho en tamaño y duración".
La escuela activa y saludable debe velar por la metodología, sensibilización y
capacitación sobre la actualización de las prácticas activas del personal que colabora en
la organización de estas actividades físicas (EU Working Group "Sport & Health",
2008) y también debe participar en la preparación de las tareas (o criterios de
evaluación). La participación de los niños es esencial para incrementar la motivación "a
menudo hay una brecha entre la motivación situacional y la propia motivación en los
adolescentes" según Chen & Handcock (2006, 357). Tanto esta coordinación como la
formación son esenciales para la implementación de estos programas a nivel estatal.
Nuestra propuesta es llevar a cabo la capacitación de los educadores en cada escuela,
como grupo, independientemente de la materia o área de responsabilidad. Pensando en:
la motivación, la intensidad, el aprendizaje (relevante y significativo) de la sesión, el
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
aprendizaje dialógico (la negociación) que depende de dos personas: los educadores y
también los estudiantes, la heterogeneidad de los grupos y el ofrecimiento de metas
diferentes (libres, guiadas y controladas) a dichos estudiantes.
EL USO DE INSTALACIONES EN ACCESO ABIERTO
Tenemos que entender el "acceso abierto" como la ampliación de la banda de horas en
las que es posible hacer la práctica y el número de instalaciones puestas a disposición de
los niños y adolescentes de la escuela, también a las familias y, por extensión, a otros
miembros de la comunidad.
Las instalaciones para el juego, la actividad física y deporte saludable en el centro
educativo debe permitir a los niños ser más activos durante el tiempo libre en las
escuelas, donde el número de juegos infantiles, instalaciones deportivas y equipos debe
ser suficiente y donde la supervisión en ellos es una parte muy importante (Sallis y
Prochaska, 2001), no sólo para la seguridad sino también para la motivación. La
construcción de parques infantiles innovadores en las escuelas, más versátiles y que
faciliten aún más la práctica física pueden incrementar la tasa de gasto energético total y
la duración de la actividad física llevadas a cabo (Stratton & Leonard, 2002). Por lo
tanto, numerosas zonas de juego escolares deben ser optimizadas y equipadas mejor
pensando en aumentar el tiempo de juego y la práctica física (WHO, 2007).
Una escuela saludable debe mantener las instalaciones deportivas abiertas, siempre que
sea posible, proporcionando a sus estudiantes la más variada actividad física
extraescolar en colaboración con las asociaciones de padres y dentro de un entorno
seguro (WHO, 2006). Es importante tener en cuenta las necesidades e intereses de los
niños y pensar que estas actividades deben ser interesantes para la mayoría de los
estudiantes. Una propuesta activa también debe ofrecer campeonatos deportivos entre
las escuelas (CSD, 2009; WHO, 2008) y exhibiciones, prestando una atención especial
en que dicha oferta sea especialmente atractiva para las adolescentes (WHO, 2007)
buscando esa discriminación positiva que compense la gran diferencia que se aprecia
por género en dicha práctica.
LOS ESTUDIANTES, PARTICIPACIÓN Y CONTROL
Hay que hacer el esfuerzo de evaluar y hacer un seguimiento de los hábitos de cada
estudiante controlando especialmente la asistencia escolar a dichas actividades. Cuidar
especialmente la adherencia a la práctica deportiva, la participación del ejercicio físico
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
en grupo, poniendo fácil la participación o colaboración de los estudiantes no sólo en la
ejecución sino también en la gestión de las actividades físicas.
La hoja de ruta pasa por la implicación en el desarrollo de la escuela como comunidad
de aprendizaje, en la relación con las prácticas saludables de las familias, de los
maestros y de los demás miembros del centro educativo, tratando de llegar a formar una
comunidad auto-aprendizaje. Para Hastie (2007, 22), "la creación de un club de salud y
fitness en la escuela significaría que la instalación en la que se encuentra no sólo está
abierto durante las horas de clase, sino también antes y después de éstas. Esto haría que
la instalación fuera más accesible a más estudiantes, así como a profesores y personal
del centro".
BUSCANDO LA CALIDAD: PRINCIPIOS DE INTERVENCIÓN
Lo más interesante sería la integración en el plan de estudios obligatorio, pero si no es
posible, hay que ser especialmente cuidadosos con los principios de intervención
siguientes: el acceso universal, la diversidad de opciones, la relevancia de dicha práctica
y el equilibrio.
ACCESO UNIVERSAL
Hay que dar todas las posibilidades de práctica a todo el mundo. No es cuestión de que
el estudiante "pueda" llevarlas a cabo, es una cuestión de estar seguros de que no hay
impedimentos estructurales, sociales o personales para que dichos alumnos hagan.
Explicitando las ayudas a colectivos específicos con una tendencia mayor para no hacer
nada. Para Cale y Harris (2006, 331) es importante que "el contenido del programa de
diseño que sea inclusivo y refleje en las actividades las necesidades, intereses y
preferencias del grupo. Centrarse en una amplia gama de actividades que incluyan las
no competitivas, las recreativas, las orientadas individualmente, las no estructuradas”.
En general, la EF debe adaptarse a este estilo de vida activo y ofrecer a todos los
estudiantes los programas que puedan satisfacer su práctica individual y social. En
síntesis, que la clase de educación física sea un lugar donde los niños y los jóvenes
aprendan a ser activos y se sientan seguros y motivados para iniciar su propia actividad
física fuera de estas clases. Por lo menos, la mitad del programa de Educación Física
debe ser dedicado a una actividad física moderada o vigorosa (MVPA). "En la edad
juvenil se debe participar todos los días 60 minutos o más de una actividad física
moderada a vigorosa que sea agradable y desarrollada apropiadamente" Strong et al.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
(2005, 736) y la otra mitad de la clase debe ser utilizada para desarrollar las destrezas y
habilidades motoras.
Hay que tratar de eliminar las barreras (estructurales, sociales o personales) o los
prejuicios, y promover que cada niño quiera hacer deporte. Analizando las excusas que
dan y tratando de superar y no aumentar el tamaño de la brecha social de acceso a la
práctica de actividad física. Es necesario informar y dar oportunidades reales a las
familias para ayudarlas a tomar la mejor opción para sus niños y jóvenes. El mayor
peligro real es que el deporte o la Educación física salgan del currículo obligatorio. Por
lo tanto, es muy importante para el mantenimiento de una eficiente EF en dicho
currículo, un "plan de estudios de educación física efectiva" tal y como plantean Chen
& Handcock (2006, 359) aunque pueda y tenga muchas conexiones con la actividad
física extra-curricular.
DIVERSIDAD DE OPCIONES
La propuesta de actividades debe ser lo suficientemente amplia para que puedan
participar todos los estudiantes del centro educativo, para Smith et al. (2007, 364) "el
tipo de deportes y actividades físicas de una escuela puede ser un factor crítico en la
comprensión de las diferencias del nivel de participación".
Todas estas actividades físicas, juegos activos y deportes saludables deben respetar los
principios del juego limpio, deportividad e inclusión. Siempre debemos dar prioridad a
las experiencias positivas que permitan la creación de hábitos de práctica saludable a
medio plazo, para la concesión de un nivel mínimo de actividad física durante toda la
vida. Una de estas opciones deberá ser la multiactividad.
RELEVANCIA
Se busca que alguna actividad (de las ofertadas) sea interesante e importante para cada
estudiante. Esto permitirá a dichos alumnos estar motivados y continuar haciendo
deporte. Hay que diseñar un plan de adhesión a la actividad que contemple "por
ejemplo, juegos divertidos, hacer amigos, y la excitación de la competición" según
argumentan Chen & Handcock (2006, 357).
Debemos asegurarnos de que los programas de educación física se cumplen y no se
alteran por el desarrollo de otros temas más sedentarios, por ejemplo "Para los niños y
las niñas, la composición corporal mostró mejoras significativas en todas las
submuestras de edad, con la excepción de los niños más jóvenes (5-6 años)" en Annesi
et al. (2005, 472). También es importante que estas intervenciones estén incorporadas
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
en los reglamentos escolares, como en las estrategias políticas y de desarrollo, debido a
que estas acciones son más efectivas que sólo las medidas curriculares. Esto permitiría
que la EF y el deporte fueran evaluados cualitativamente y acreditados y que el profesor
de Educación Física esté capacitado y cualificado profesionalmente. La calidad de la
actividad física es más importante que cantidad de las prácticas de actividad física para
(Schneider & Lounsbery, 2008).
EQUILIBRIO
En este proyecto de intervención se trata de mantener la actividad física como una parte
más de su vida, no se trata de hacer, tan solo, ejercicio, deporte u otra actividad física.
Cada persona tiene una limitación de tiempo (hay que recordar los tres grandes bloques:
el tiempo para cubrir las necesidades básicas, el tiempo dedicado al trabajo o la escuela
y el tiempo libre). Y en el tiempo libre debemos considerar: las obligaciones, el
transporte y el tiempo de ocio. Realmente es en este momento de ocio donde el
estudiante puede hacer ejercicio o deporte de manera complementaria.
TEMAS CLAVE DE INTERVENCIÓN
La propuesta de actuación del profesional de la actividad física debe hacer,
simultáneamente sobre: la escuela, la familia, el transporte y la actividad física como
punto de encuentro.
LA ESCUELA COMO CENTRO DE REFERENCIA
En una escuela la educación física debe, no sólo, hacer una enseñanza de calidad en las
clases, sino también alentar a los estudiantes para hacer deporte o cualquier otra
actividad física en su tiempo libre. El transporte de ida y vuelta a la escuela es enorme
oportunidad para que además de la actividad física para las necesidades diarias de cada
niño o adolescente. Es importante también crear una estructura organizativa con la
participación imprescindible de los estudiantes, tanto en el diseño como en el desarrollo
y en la participación (jugadores, árbitros, tutores). Esta actividad física se llevará a cabo
en el centro educativo, en el horario escolar. A priori, se debe buscar una participación
sostenible de muchos estudiantes (preferiblemente todos) en todas las categorías donde
sea posible la competición. (Recuérdese, por ejemplo, las posibilidades que ofrece el
Sistema de Competición Suizo para ello). Esta participación interna permite la
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
competencia externa, esta actuación permitirá mejorar la calidad de todos los
estudiantes del centro, no sólo de los mejores.
En la escuela, organizar grupos de escolares en diferentes rutas para que las familias
puedan ir caminando al centro educativo. Para los adolescentes, incluso, construir
aparcamientos de bicicletas y hacer más seguros los caminos de acceso al instituto. (Es
curioso pensar que esta actividad física previa realizada diariamente es uno de los
mejores indicadores del nivel de práctica de los estudiantes). La implicación de cada
miembro es importante con la participación de toda la comunidad educativa (familias,
personal no docente, estudiantes, maestros). Si hay un proyecto común, la efectividad
será mayor y, con independencia de cualquier maestro se marche o cambie de centro
educativo, el programa permanecerá.
Después de la escuela, con el control y la supervisión de profesores de educación física
para las prácticas físicas estén relacionadas y tengan los mismos principios que hacen
actividades en el horario escolar. Es importante que "teniendo en cuenta los diferentes
contextos de la actividad, se den las variaciones donde se encuentren la relación entre la
autopercepción personal, deporte / ejercicio y estilo de vida con una actividad física de
intensidad moderada" tal y como recogen Gilson, Cooke y Mahoney (2005, 447).
La actividad física en una escuela saludable, aumentando el tiempo dedicado a MVPA
de los estudiantes (Pate et al., 2006). El aumento de la actividad motora en la escuela se
convierte en un factor importante necesario para detener el aumento dramático en la
obesidad (WHO, 2007). La Organización Mundial de la Salud OMS, Oficina Regional
para Europa recomienda que se le ofrezcan a los niños y adolescentes más y mejores
oportunidades para la actividad física. Como mínimo, específico y diario de 60 minutos
de ejercicio físico variado (WHO, 2006b). También para Strong et al. (2005, 737) "son
recomendados 60 minutos o más de actividad física que se puedan lograr de manera
acumulada en la escuela durante la educación física, recreo, práctica deportiva interna, y
antes y después de los programas escolares"
Las barreras pueden comenzar con premisas falsas. Una de estas premisas teóricas es
que las familias son conscientes de la necesidad de un mínimo de actividad física diaria
para sus jóvenes, y la otra es que estas familias tratan de suplir las deficiencias de
movimiento y actividad, que ven en la educación de sus hijos, con un tiempo de práctica
adicional. Además, en esta línea de argumentación, la creencia de que aquellas
actividades extracurriculares que los estudiantes pueden elegir son solamente de tipo
físico, lo cual no es cierto. Si esto no fuera suficiente, también se asume que las familias
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
son conscientes del déficit de movimiento y la falta de actividad física saludable para
sus hijos. También, los padres tienen que pagar para que sus jóvenes puedan hacer
deporte y la actividad física fuera del horario escolar. Pero, en primer lugar los
estudiantes deben querer hacer ejercicio y luego que estas familias deben estar en
condiciones de pagar por ello (Luis-Pascual, 2010).
El deporte y la actividad física deben estar plenamente integrados en la vida social de
los ciudadanos, incluidos todos los matices de su tradición cultural. La escuela, como se
puede ver, es un punto de referencia clave en dicha intervención para desarrollar,
implementar y mantener políticas que promuevan un estilo de vida saludable
(Mendelson, 2007) (US Department of Health and Human Services, 2010) para todo el
mundo: los niños y adolescentes deben fortalecer estas actitudes positivas hacia la
práctica activa en este período de tiempo (National Heart Foundation of Australia,
2009), porque los niños pasan un promedio de tiempo en la escuela, que es casi la mitad
de sus horas de vigilia. En este contexto, idealmente, se deberían incluir planes de
intervención individualizados para promover una vida saludable en los niños. Por lo
tanto, este proyecto de la escuela activa basado en la EF en particular y la actividad
física en general debe estar potenciado por la sociedad.
La Educación física escolar efectiva en una escuela saludable debe asumir, para con sus
estudiantes, una práctica de al menos 20 a 30 minutos de actividad física moderada a
fuerte (MVPA) cada día (Pate et al., 2006), que debe aumentar gradualmente por lo
menos hasta un tiempo de práctica de 60 minutos física moderada a vigorosa (Anderson
et al, 2000), donde un par de sesiones semanales se dedican a trabajar la fuerza
muscular, la flexibilidad y el desarrollo de la masa ósea.
En una escala de cinco niveles de actividad física (inactivo, poco activo,
moderadamente activo, activo y muy activo) para asegurar una hora diaria de ejercicio
físico, como se recomienda para todos los niños y jóvenes, por lo menos, debe ser el
perfil de moderadamente activo. Para Strong et al. (2005, 737) "El aumento del nivel
habitual de actividad física de intensidad moderada a vigorosa en la juventud es una
promoción saludable y una estrategia de prevención de enfermedades. Los jóvenes
sedentarios deben progresar hacia el nivel recomendado de actividad física poco a
poco". Esta práctica permitiría lograr un alto nivel de protección contra las
enfermedades crónicas que resultan de la inactividad física y el riesgo de daño físico
(golpes, esguinces, etc.) sería mínimo. Esto significaría que en la escuela, el alumno
utiliza correctamente las horas de educación física y la realización de otras prácticas
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
complementarias sistemáticas deportivas, recreativas o expresivas de intensidad
moderada. El equivalente a esta propuesta de moderadamente activos en la Pirámide de
Actividad Física para niños y adolescentes de Corbin (2003) llegaría al nivel 2, que
incluye las actividades físicas de la vida diaria, como por ejemplo, subir las escaleras en
lugar de tomar el ascensor (Kahn et al., 2002) además de los juegos activos y las
actividades aeróbicas, deportivas o de recreación, por ejemplo, la realización de paseos
en bicicleta.
Las clases obligatorias de la EF deben asegurar hoy en día 2 horas y a medio plazo, una
práctica directa de 3 horas semanales en todos los niveles de la educación (UNESCO,
2008), lo que permitiría hasta 150 minutos de minutos en primaria y 225 minutos en
secundaria (Public Health Agency of Canada, 2007). Se debe extender esta propuesta a
las etapas escolares que no son obligatorias, por ejemplo en la educación de la primera
infancia (3-6 años), que recomienda que la escuela debe ser activa durante al menos 3
horas al día (Department of Health and Ageing, 2009 ) y también a la etapa post-
obligatoria (16-18 años) (CSD, 2009).
La universalidad de esta práctica (Luis-Pascual, 2007) respondería a la necesidad de
incluir la actividad física en la legislación escolar de acuerdo con la UNESCO (2005),
que piensa que todos los estados miembros deben incluir la Educación física y el
deporte en el currículo del sistema educativo (ParticACTION, 2009) para garantizar una
cantidad mínima diaria de actividad física como parte del programa académico que
responda a las demandas básicas del movimiento (Brettschneider, 2004), para que el
estilo de vida activo y práctica de la educación física sea un derecho que deba cumplirse
para todos los estudiantes y contribuir a una vida llena de bienestar.
Además de mejorar la competencia motriz de los estudiantes con la EF debe ser para
que se sientan competentes también. Por lo tanto, se debe conseguir que los niños y
jóvenes aprendan nuevas habilidades y aumenten la confianza en sí mismos. Sobre todo,
las niñas necesitan sentirse apoyadas, especialmente en la EF. Las jóvenes,
adolescentes, necesitan incrementar sus niveles de actividad física (Schneider &
Lounsbery, 2008) y para ello hay que empezar haciendo las clases más interesantes para
ellas y que incluyan una gama más amplia de actividades físicas y deportivas en ese
sentido. "El objetivo de un programa de deportes interno es proporcionar una
oportunidad para que todas las personas participen sin importar su nivel de habilidad"
tal y como plantea Hastie (2007, 21).
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
La EF tiene que centrarse en aumentar la capacidad MVPA de niños y jóvenes
(Fairclough, 2005) tratar de mejorar su autonomía y la responsabilidad de la práctica
física en un estilo de vida activo y saludable. Por ejemplo, con edades de 3-6 años
trabajando 10 o 15 minutos de actividad moderada al día, con 7-12 años realizando
diversas actividades que tienen lugar entre los 10 y 15 minutos, con descansos de 5 o
más minutos durante todo el día con juegos activos, con 13-18 años se debe combinar el
trabajo aeróbico con el de fuerza en tres o más sesiones a la semana y más tiempo que
en las etapas anteriores (Tomson y Davidson, 2007). "En esta etapa, la influencia de los
padres disminuye gradualmente y los individuos llegan a ser más soberanos y
autónomos en su actividad física" (Martin et al., 448). Por ejemplo con: la danza, el
yoga, los juegos y deportes tradicionales, los deportes convencionales y otras
actividades físicas, recreativas o expresivas.
La actividad física extracurricular, con programas específicos de acondicionamiento
físico en la actividad extracurricular puede reducir el riesgo de obesidad (Dobbins et al.,
2009). En este caso, Pienaar (2009, 50) comenta que "el mantenimiento de un peso
óptimo reduce el riesgo de obesidad en los adultos, también estimula el desarrollo óseo
óptimo que reduce el riesgo de desarrollar osteoporosis más adelante en la vida". La
actividad física extracurricular es muy importante para complementar el plan de
estudios debido al número limitado de horas de EF. Y esta práctica, como patrón de
actividad física antes y después de la escuela, es uno de los mejores predictores de la
aptitud física y el sobrepeso en los niños (National Heart Foundation of Australia,
2009). La escuela activa y saludable mantendrá un Plan Marco de Evaluación para
supervisar y llevar a cabo un seguimiento adecuado del nivel de participación en
diferentes programas de intervención que promueven la actividad física y el deporte en
el centro educativo.
La escuela saludable debe promover la actividad física, suministrando el tiempo y el
espacio para los estudiantes que quieran hacer una actividad, recreativa, deportiva
institucional, deportiva tradicional, danza o cualquier otra práctica saludable, individual
o colectiva, que les ayuden a evitar un estilo de vida sedentario (Public Health Agency
of Canada, 2007). Además, organizando competiciones deportivas educativas en el
Centro para fomentar la participación de todos los estudiantes de manera integral y
sostenida en el tiempo, promoviendo la incorporación de los diferentes niveles de
compensación para mantener el interés de la competición y con el fin de hacer que esta
práctica tan inclusiva como sea posible, por ejemplo el juego del "pañuelo cooperativo".
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Buscando un estado de flujo adecuado (en relación con el alto nivel de rendimiento), el
flujo "en la actividad física se caracteriza por una variedad de dimensiones incluyendo
la implicación profunda, la presencia de metas claras y una retroalimentación sin
ambigüedades, una sensación de control, una transformación en la experiencia de
tiempo, la recompensa intrínseca y una pérdida de la auto-conciencia" en Martin et al.
(2010, 441).
Es importante involucrar a los niños y adolescentes, especialmente en el diseño,
desarrollo y evaluación de los programas de actividad física. La escuela, en esta cultura
de participación, podrá solicitar la presencia de los estudiantes mayores como
coordinadores, árbitros, jueces y organizadores de actividades que se ofrecen a los niños
pequeños.
La escuela debe apoyar activamente la promoción y difusión, en general, de la cultura
de bienestar y, en particular, de la práctica física voluntaria de todos los miembros de la
comunidad educativa, además de los estudiantes, por ejemplo: profesores, personal no
docente y familias.
El recreo en la escuela es un buen momento para contrarrestar el estilo de vida
sedentario que impregna la enseñanza y el aprendizaje en la mayoría de las materias del
currículo (Salmon & Timperio, 2007). Este período dura aproximadamente 30 minutos
por cada 3 horas de clase. Steele et al. (2010, 6-8) comentan que "los tiempos de
descanso y el transporte activo puede ser una importante contribución a los niveles de
actividad física de los niños". Durante este tiempo, podrían ser organizadas actividades:
expresivas, recreativas y deportivas que contribuyan a crear hábitos que incrementen el
uso adecuado del tiempo libre y de ocio para conseguir un estilo de vida saludable. Para
Haug, Torsheim, Sallis y Samdal (2010, 254) "la participación de los estudiantes en la
identificación de los valores atractivos parece un planteamiento prometedor para
promover la actividad física en los recreos". Hay que evitar que los estudiantes
(especialmente las jóvenes en la escuela secundaria), sean menos activos durante estos
períodos de receso escolar (WHO, 2006b).
LA IMPLICACIÓN DE LAS FAMILIAS ES UNA NECESIDAD PARA EL ÉXITO
La participación de la familia es un elemento determinante para el futuro de la práctica
deportiva de los niños y adolescentes. La práctica simultánea de actividad física en las
instalaciones deportivas (en el mismo centro o en otro) o mejor aún hacer ejercicio con
ellos convertirá la actividad física algo esperado y deseado. Un simple paseo en
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
bicicleta es la mejor inversión en el estilo de vida activo y saludable de los niños.
Recuerde la máxima: "La familia que juega unida, permanece unida".
Las familias podrían ser informadas, en la misma línea, de las mejores actividades
físicas para sus hijos o cómo prevenir las lesiones (Daniels et al., 2009). Las lesiones
son una barrera potencial que debe ser asumida, pero el verdadero peligro es el
mantenimiento de la conducta y los hábitos sedentarios en la infancia. En cualquier
caso, los riesgos potenciales de la actividad física, el juego activo y sano deporte pueden
reducirse: -Respetando las necesidades y los intereses de los niños y adolescentes en la
elección de la actividad y asegurarse de que son apropiados para ellos (Washington et
al, 2001). -Dando información, en la escuela, a las familias sobre cómo reducir los
comportamientos de riesgo y cuáles son las medidas de prevención de las lesiones más
básicas. -Llevar a cabo el seguimiento y la evaluación de la participación estudiantil en
los programas donde participa la escuela, sobre todo los estudiantes que entran en una
nueva actividad o que tienen algún tipo de limitación o discapacidad que podría
recomendar un control más personal. -Orientando su práctica con otras actividades de
bajo impacto o más apropiadas, especialmente cuando se detectan posibilidades de que
la lesión se vuelve crónica. -Mejorando las actitudes hacia la práctica de la actividad
física y el ejercicio para los niños y, en especial, para los jóvenes. -Rechazando el uso
de la actividad física como castigo. -Utilizando los lugares, espacios e instalaciones
seguras y adecuadas para cada tipo de actividad.
La escuela tiene que colaborar con las asociaciones de padres, las redes o entidades
deportivas, organizaciones recreativas, sociales o de salud locales (National Public
Health Partnership, 2005) integrando y facilitando dicha participación en los programas
de actividad física desarrollados en la escuela. La participación y la mejora de la actitud
de las familias hacia la práctica y el ejercicio que se llevan a cabo en la escuela es un
elemento esencial de los programas que tienen como objetivo aumentar la actividad
física en los niños y jóvenes estudiantes.
TRANSPORTE COMO UN INDICE COMPLEMENTARIO DE CALIDAD
Promover el desplazamiento activo en la escuela, la asistencia al centro educativo es una
buena oportunidad para la actividad física, ya que, sólo la mitad de los niños por lo
general utilizan el transporte activo a la escuela (por ejemplo, caminar, andar en
bicicleta o con patines) (Gerritsen, Stefanogiannis & Galloway, 2008). Este transporte
activo proporciona una oportunidad para mejorar las habilidades físicas de los niños y
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
regular la cantidad de actividad física que realizan. Por ejemplo, ir a la escuela y
caminar puede aumentar el número de pasos, más de 1.000 pasos cada día de la semana
según (Duncan, 2005).
Las excusas dadas por las familias o cuidadores para que los niños puedan ir y venir
caminando a la escuela suelen ser: -vivir demasiado lejos, -lo peligroso que es, porque
hay mucho tráfico, o por el cruce de una calle muy transitada, -que no hay tiempo
suficiente, -la climatología, -que el niño no quiere, -que el niño no puede caminar, o por
causa de la delicada salud de dichos estudiantes. Sin embargo, para la British Heart
Foundation (2010, 37) "el viaje hacia y desde la escuela puede contribuir con 8-14
minutos al día de actividad de intensidad moderada a vigorosa... /… caminar una
semana hacia y desde la escuela [con una equivalencia a lo] que hacen dos horas de
educación física”.
La escuela debe fomentar el desplazamiento activo de los miembros de la comunidad
educativa, especialmente de los niños y jóvenes dentro de un entorno seguro (Deforche,
De Bourdeaudhuij, y Hills, 2007), especialmente para los ciclistas y peatones, ya que
muchos estudiantes que viajan en autobús o en coche a la escuela puede hacer este viaje,
caminando o montando en bicicleta. Más estudiantes se podrían añadir al
desplazamiento activo, por ejemplo, si se introduce una zona sin coches de camino a la
escuela, que reduzca el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora o con la instalación
de reductores de velocidad.
Otra iniciativa interesante de las escuelas son establecer las rutas con los "autobuses
andantes" donde los niños caminan a la escuela en grupos, atendidos por los adultos
(WHO, 2007), el establecimiento y la promoción de rutas seguras para muchos de estos
pequeños grupos de estudiantes que van a la escuela. De esta manera es posible
aumentar la actividad física, la mejora de la seguridad de los peatones y los niños que
caminan o montar en bicicleta a la escuela, con lo que se acumulan más minutos de
actividad física durante el día (Vaughn, 2009).
Los adolescentes cuyos padres creen que el barrio es seguro, accesible y agradable
estéticamente son más propensos a permitir el acceso a la escuela a pie o en bicicleta.
Cuando las iniciativas se han puesto en marcha para que sea más tranquila o para
reducir el tráfico, hay mucho más niños a los que se les permitió caminar o ir a la
escuela por su cuenta. Los resultados de diferentes estudios muestran que la
participación de los niños en esta actividad física se asocia positivamente con la
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
infraestructura urbana y de transporte. Por ejemplo, con la presencia de amplias aceras,
intersecciones controladas y el acceso al transporte público (Davison & Lawson, 2006).
LA ACTIVIDAD FÍSICA COMO PUNTO DE ENCUENTRO CON SUS AMIGOS
El grupo es muy importante en estos años (especialmente para los adolescentes). Por lo
tanto es necesario vincular la práctica física y las relaciones de amistad. Probablemente
los mejores amigos, "motivado para hacer ejercicio junto con sus compañeros" Chen &
Handcock (2006, 359) que tiene una persona, son de la Etapa Secundaria. Una buena
manera de guiar la vida de un adolescente es hacer más fuerte las relaciones entre los
jugadores-compañeros. Withehead y Biddle (2008, 258) dice que "la actividad tiene que
ser divertida, informal, y deberá contar con la participación de los amigos. Los
proveedores del deporte y la actividad física deben ser conscientes de la importancia de
estos factores para ayudar a crear oportunidades para las niñas adolescentes a participar
en la actividad física en un ambiente agradable y no amenazante". El ambiente y las
relaciones de los estudiantes entre sí, será importante para la continuidad de la práctica.
CONCLUSIONES
El tiempo que tienen los estudiantes es limitado (probablemente no tienen 8 horas
diarias de tiempo de ocio exactamente). Si queremos que ellos tengan más tiempo para
que puedan hacer deporte y ejercicio físico es necesario hacer una reserva para ello. Ver
la televisión, pasar su tiempo en Internet, o jugar con videojuegos no puede ser mayor
de 2 horas cada día. Es interesante también, usar las horas de sol para jugar y después de
hacer otras cosas: tareas escolares, ver televisión, etc.
Se debe considerar la posibilidad de una discriminación positiva con las adolescentes
porque el riesgo o la renuncia a la práctica de la actividad física es mayor que en los
adolescentes-chicos. Institucionalmente, el centro educativo, tendría que asegurarse de
que la participación de las chicas en la elección de los deportes o prácticas que pueden
hacer y hacer una oferta que perciban como interesante para ellas.
Sabemos que, por ejemplo, hacer deporte una vez por mes no es suficiente para lograr la
adherencia a la actividad física regular, por ello, tenemos que hacer un seguimiento de
todos los estudiantes y darles la retroalimentación necesaria para el mantenimiento de
un mínimo hábito de práctica semanal y la creación de patrones motores del éxito en la
ejecución y satisfacción personal.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
La implicación de los niños es esencial para su mayor motivación, participación con
opciones voluntarias, y para hacer, mucho más de ellos el programa de activación de
deporte de la escuela. Para Nye (2008, 37), el "sesiones de actividad deben durar al
menos 15 minutos, incluir una variedad de actividades de acondicionamiento físico
adecuados a la edad, incorporar modelos positivos, y animar a los estudiantes a
establecer su propio ritmo o intensidad durante su participación en actividades".
El nivel de implicación puede ser diferente y en una comunidad de auto-aprendizaje es
necesaria la diversificación y las posibilidades de cambio (generalmente de menos a
más responsabilidad en la gestión). Un programa de innovación tiene que tener
directrices claras e información sencillas para todas las partes interesadas: los niños, los
adolescentes, los maestros, las familias y el personal no docente. Porque, de esta
manera, se puede hacer más fácil y optimizar la incorporación de los adolescentes en
dicho programa.
En este período de vida la motivación y los puntos interés tienen características
diferentes a los adultos. Algunas recomendaciones son:
-Esta oferta tiene que tener juegos divertidos. Deportes alternativos (modificación de
juegos) se refiere a los deportes tradicionales y con actividades inclusivas (nivel de
rendimiento, sexo, edad). Es interesante el uso de hándicaps en la competición,
buscando una discriminación positiva y teniendo en cuenta la práctica de la actividad
física como un reto.
-Incorporar actividades físicas socio-culturales como los juegos y deportes tradicionales,
donde "ganar" no es tan importante como estar con amigos. Actuaciones, exposiciones y
redes de jugadores se suman a las competiciones deportivas, evitando, a la vez, las
iniciativas aisladas.
-La contextualización de cada experiencia permite la adaptación a los intereses,
necesidades, demandas y carencias de los estudiantes, además de la disponibilidad de
instalaciones deportivas, a los ayudantes, escuela o vecindario para Utter et al. (2011),
el personal y las familias.
-Convencer más que vencer (para mejorar el grado de actividad física cualitativa y
cuantitativa). Las actitudes son aprendidas por los estudiantes, aunque es más difícil de
enseñar porque el profesor de Educación física sólo puede utilizar contenidos
conceptuales o procedimentales para el aprendizaje de estas actitudes y el cambio de
comportamiento (por ejemplo, puede usar dilemas morales para activar reflexiones
personales).
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
-Hay que planificar itinerarios personales, itinerarios grupales e itinerarios de la
comunidad educativa, que permitan pasar desde una falta de actividad física hasta un
alto nivel de actividad física de calidad. El maestro de educación física tendría que
pensar en las etapas de aclimatación y el seguimiento de cada momento de este
desarrollo personal.
-Controlar el nivel de expectativas de los estudiantes, dar oportunidades de éxito
(Recuerde que el deporte es el que elige niño y no es el niño el que elige el deporte).
-Supervisar que la atribución (consecución o logro), se centre en hacer la tarea y en el
nivel de habilidad más que en ganar a los demás. (Se trata de evitar que el segundo sea
el primero de los perdedores).
-La actuación más importante del maestro de educación física en las clases de educación
física es fomentar la práctica deportiva extraescolar y controlar que las actividades
físicas extra-curriculares, siempre debe estar relacionado con los valores y objetivos del
plan de estudios de la escuela.
- Se sugiere que haya un coste para la actividad aunque debe ser simbólico (o puede
rembolsarse a posteriori).
-La competencia motriz se debe incluir como una competencia básica del currículo que
contribuye al desarrollo integral de los estudiantes.
En busca de las escuelas más activas y saludables se debería considerar la
recomendación de que:
-La escuela participe y permita la actividad física y los programas de estilo de vida
saludable, haciéndose cargo de supervisar y controlar el nivel y la calidad de la práctica
física de todos y cada uno de sus estudiantes, llevando a cabo pruebas que ayuden a
reconocer sus necesidades e intereses.
-La Comunidad Educativa (familias, estudiantes, personal no docente y profesores)
coordine y sea responsable de la revitalización de los programas de ejercicios que
promuevan un mayor bienestar y un estilo de vida saludable.
-La EF sea efectiva, tenga una alta calidad y promueva actitudes positivas hacia la
actividad física y el deporte saludable. Es conveniente que busque una mayor autonomía
en esas prácticas de actividad moderada y vigorosa. Para Shen, McCaughtry & Martin
(2007, 336) "autonomía percibida en la educación física es una condición necesaria pero
no suficiente para la conducta de actividad física fuera de la escuela".
-También es aconsejable que se forme a los estudiantes a evaluar sus propias prácticas
físicas, deportivas, recreativas o expresivas realizadas en su tiempo libre y el ocio.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
-Facilitar que el logro de la práctica semanal mínimo sea activa, obligatoria y universal.
Para la Escuela Primaria de entre 120-150 minutos y para la escuela secundaria entre
150-225 minutos.
-Los estudiantes deben estar involucrados en el diseño y desarrollo de programas de
actividad física de la escuela, aumentando su participación y responsabilidad tanto en la
selección y organización curricular como extracurricular, para que estas prácticas sean
más percibidas como suyas.
Las familias pueden temer el riesgo de lesiones, es interesante tener algunas reuniones
anuales con ellas para:
-Dar información sobre los riesgos de no hacer deporte o actividad física para mejorar
su estilo de vida y los porcentajes de supervivencia a una enfermedad cardiovascular
(estos riesgos sí que son muy importantes).
-Estimular el control y la prevención de la seguridad en la práctica de cualquier
actividad física.
REFERENCIAS
Anderson, S.J.; Griesemer, B.A.; Johnson, M.D.; Martin, T.J.; McLain, L.G.; Rowland,
T.W. et al. (2000). Physical fitness and activity in schools. Pediatrics, 105(5),
1156-1167.
Annesi, J.J.; Westcott, W.L.; Faigenbaum, A.D. & Unruh, J.L. (2005). Effects of a 12-
Week Physical Activity Protocol Delivered by YMCA After-School Counselors
(Youth Fit For Life) on Fitness and Self-Efficacy Changes in 5–12-Year-Old
Boys and Girls. Physical Education, Recreation and Dance, 76(4), 468–476.
Brettschneider, W. (2004). Study on young people’s lifestyles and sedentariness and the
role of sport in the context of education as a means of restoring the balance.
European Union.
British Heart Foundation (2010). Couch kids: the nation’s future... British Heart
Foundation.
Cale, L. & Harris, J. (2006). Interventions to promote young people's physical activity:
Issues, implications and recommendations for practice. Health Education
Journal, 65, 320-337.
Chen, A. & Hancock, G.R. (2006). Conceptualizing a Theoretical Model for School-
Centered Adolescent Physical Activity Intervention Research. Quest, 58, 355-
376.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Corbin, C.B. (2003). Fitness for life physical activity pyramid for children [poster].
Champaign: Human Kinetics.
CSD (2009). Plan integral para la actividad física y el deporte. Actividad física,
deporte y salud. [Comprehensive plan for physical activity and sport. Physical
activity, sport and health]. Madrid: Consejo Superior de Deportes CSD
Daniels, S.R.; Jacobson, M.S.; McCrindle, B.W.; Eckel, R.H. & Sanner, B.M. (2009).
American Heart Association Childhood Obesity Research Summit Report,
Circulation, 119 (15), 489-517.
Davison, K. & Lawson, C. (2006). Do attributes in the physical environment influence
physical activity? A review of the literature. The International Journal of
Behavioural Nutrition and Physical Activity, 3, 19.
Deforche, B; De Bourdeaudhuij, I. & Hills, A.P. (2007). Interventions for the
prevention and management of childhood obesity. In: A.P. Hills; N.A. King &
N.M. Byrne (editors). Children, Obesity and Exercise: a practical approach to
prevention, treatment, and management of children and adolescent obesity.
Perth: Routledge, 142-163.
Departament of Health and Ageing (2009). Get up & Grow: Healthy eating and
Physical Activity for early childhood. Commonwealth of Australia.
Dobbins, M.; De Corby, K.; Robeson, P.; Husson, H. y Tirilis, D. (2009). School-based
physical activity programs for promoting physical activity and fitness in children
and adolescents aged 6-18. Cochrane Database Systematic Reviews, 21(1).
Duncan, J.S. (2005). Body-size and steps in children: Key results of the 2004 BASIC
Study. Auckland: Auckland University of Technology.
EU Working Group "Sport & Health" (2008). EU Physical Activity Guidelines.
Recommended Policy Actions in Support of Health-Enhancing Physical
Activity, E. Communities.
Fairclough, S. (2005). ‘Physical education makes you fit and healthy’: Physical
education’s contribution to young people’s physical activity levels. Health
Education Research, 20(1), pp. 14-23.
Gerritsen, S.; Stefanogiannis, N. & Galloway, Y.(2008). A Portrait of Health. Key
results of the 2006/07 New Zealand Health Survey, New Zealand: Ministry of
Health.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Gilson, N.D.; Cooke, C.B. & Mahoney, C.A. (2005). Adolescent physical self-
perceptions, sport/exercise and lifestyle physical activity. Health Education,
105(6), 437-450.
Hastie, P.A. (2007). Physical Activity Opportunities Before and After School. Journal
of Physical Education, Recreation & Dance, 78(6), 20-23.
Haug, E.; Torsheim, T.; Sallis, J.F. & Samdal, O. (2010). The characteristics of the
outdoor school environment associated with physical activity. Health Education
Research, 25(2), 248–256. http://www.bhf.org.uk/publications/view-
publication.aspx?ps=1001253[Consulta 2012, 30 junio].
ICHPER (2010). International Standards for Physical Education and Sport for School
Children. http://www.ichpersd.org/index.php/standards/international-standards
[Consulta 2012, 30 junio].
Ketteridge, A. & Boshoff, K. (2008). Exploring the reasons why adolescents participate
in physical activity and identifying strategies that facilitate their involvement in
such activity. Australian Occupational Therapy Journal, 55, 273–282.
Luis-Pascual, J.C. (2007). Physical Education as a privilege. Revista Pedagogica Adal,
9(15), 6.
Luis-Pascual, J.C. (2010). Good practices for the physical activity in a healthy school.
Revista Pedagogica Adal, 13(21), 6.
Martin, A.J.; D. Liem, G.A.; Coffey, L.; Martinez, C.; Parker, P.P.; Marsh, H.W. &
Jackson, S.A. (2010). What Happens to Physical Activity Behavior, Motivation,
Self-Concept, and Flow After Completing School? A Longitudinal Study,
Journal of Applied Sport Psychology, 22(4), 437-457.
Martin, A.J.; Liem, G.A.; Coffey, L; Martinez, C.; Parker, P.P. & Jackson, S.A. (2010).
What Happens to Physical Activity Behavior, Motivation, Self-Concept, and
Flow After Completing School? A Longitudinal Study. Journal of Applied Sport
Psychology, 22, 437–457.
McKenzie, T.L. (2001). Promoting Physical Activity in Youth: Focus on Middle School
Environments. QUEST, 53, 326-334.
Mendelson, R.(2007). Think tank on school-aged children: nutrition and physical
activity to prevent the rise in obesity, Appl Physiol Nutr Metab, 32, 495-9.
National Heart Foundation of Australia (2009). Blueprint for an active Australia: Key
government and community actions required to increase population levels of
physical activity in Australia—2010 to 2013.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
National Public Health Partnership (2005). Be Active Australia: A framework for health
sector action for physical activity 2005–2010.
Nye, S.B. (2008). Fun Club. A Physical Activity Program for Elementary Schools,
JOPERD, 79(1), 36-44.
ParticACTION (2009). Take Action. A guide for those working towards getting children
and youth more physically active (Plan for action). Toronto.
Pate, R.R.; Davis, M.G.; Robinson, T.N.; Stone, E.J.; McKenzie, T.L. & Young, J.C.
(2006). Promoting physical activity in children and youth - A leadership role for
schools -. 114(11), 1214-1224.
Pienaar, A.E. (2009). Kinderkinetics: An Investment in the total well-being of children.
South African Journal for Research in Sport, Physical Education and
Recreation, 31(1), 49-67.
Public Health Agency of Canada (2007). The 2007 Report on the Integrated Pan -
Canadian Healthy Living Survey, Public Health Agency of Canada.
Sallis, J., Prochaska, J. et al. (2001). The association of school environments with youth
physical activity. Am J Public Health, 91(4), 618-620.
Salmon, J. & Timperio, A. (2007). Prevalence, trends and environmental influences on
child and youth physical activity. In: Karger (editor). Pediatric fitness Secular
trends and geographic variability, Basel, 183–199.
Schneider, H. & Lounsbery, M. (2008). Setting the stage for lifetime physical activity in
early childhood. Journal of Physical Education, Recreation and Dance, 7, 19-
23.
Shen, B.; McCaughtry, N. & Martin, J. (2007). The Influence of Self-Determination in
Physical Education on Leisure-Time Physical Activity Behavior. Research
Quarterly for Exercise and Sport, 78(4), 328–338.
Smith, A.; Thurston, M.; Green, K. & Lamb, K. (2007). Young people's participation in
extracurricular physical education: A study of 15--16 year olds in North-West
England and North-East Wales. European Physical Education Review, 13, 339-
369.
Steele, R.M.; van Sluijs, E.M.F.; Sharp, S.J.; Landsbaugh, J.R.; Ekelund, U. & Griffin,
S.J. (2010). An investigation of patterns of children’s sedentary and vigorous
physical activity throughout the week. International Journal of Behavioral
Nutrition and Physical Activity, 7, 88.
http://www.ijbnpa.org/content/7/1/88[Consulta 2012, 30 junio].
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Stratton, G. & Leonard, J. (2002). The effects of playground markings on the energy
expenditure of 5–7-year-old school children. Pediatr Exerc Sci, (14), 170-180.
Strong, W.B.; Malina, R.M.; Blimkie, C.J., Daniels, S.R.; Dishman, R.K.; Gutin, B.;
Hergenroeder, A.C.; Must, A.; Nixon, P.A.; Pivarnik, J.M.; Rowland, T.; Trost,
S. & Trudeau, F. (2005). Evidence based physical activity for school-age youth.
Journal of Pediatrics, 146(60), 732-737.
Tomson, L. & Davidson, M. (2007). Physical activity behaviour in children and the
measurement of physical activity. In: Routledge (editor). Children, Obesity and
Exercise: a practical approach to prevention, treatment, and management of
children and adolescent obesity. Perth, 113-129.
UNESCO (1978). Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte. París:
UNESCO.
http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001140/114032s.pdf#page=30 [Consulta
2012, 30 junio].
UNESCO (2005). Unesco Seminar on Quality of Physical Education and Sport. Final
Report. Porto-Novo: UNESCO.
UNESCO (2008a). Innovative Practices in Physical Education and Sports in Asia,
Bangkok.
UNESCO (2008b). International Charter of Physical Education and Sport. Paris.
[2/03/2010] Available from: http://portal.unesco.org/en/ev.php-
URL_ID=13150&URL_DO=DO_PRINTPAGE&URL_SECTION=201.htm
l [Consulta 2012, 30 junio].
US Department of Health and Human Services (2010). Office of the Surgeon General:
The Surgeon General's Vision for a Healthy and Fit Nation 2010.
Utter.; Denny,S.; Robinson, E.; Ameratunga, S. & Milfont, T.L. (2011). Social and
Physical Contexts of Schools and Neighborhoods: Associations With Physical
Activity Among Young People in New Zealand. American Journal of Public
Health, 101(9), 1690-1696.
Vaughn, A.E. (2009). Promotion of Walking for Transportation: A Report From the
Walk to School Day Registry, Journal of Physical Activity and Health, 281-288.
Veiga Nuñez, O.L. y Martínez Gómez, D. (2008). Guía para una escuela activa y
saludable. Orientaciones para los centros de Educación Primaria. Madrid:
Ministerio de Sanidad y Consumo.
La escuela activa y saludable: Claves y principios de intervención en el centro educativo
Washington, R.L.; Bernhardt, D; Gomez, J.; Jonson, M.D.; Martín, T.J.; Rowland,
T.W.; Small, E.; LeBlanc, C.; Krein, C.; Malina, et al. (2001). Organized sports
for children and preadolescents. Pediatrics, 107, 1459-1462.
Whitehead, S. & Biddle, S. (2008). Adolescent girls' perceptions of physical activity: A
focus group study. European Physical Education Review, 14, 243-263.
WHO (2008). School policy framework: implementation of the WHO global strategy on
diet, physical activity and health, Geneva: World Health Organization.
WHO Regional Office for Europe (2006). Promoting physical activity and active living
in urban environments.
WHO Regional Office for Europe (2006b). Physical activity and health in Europe.
WHO.
WHO Regional Office for Europe (2007). Steps to health. A European Framework to
promote physical activity for health. WHO.