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La fotografía Polaroid en el mundo digitalizado. Cecilia Arregui Universidad de Montevideo – Facultad de Comunicación Arte III Profesor: William Rey Ashfield Diciembre 2013

La fotografía Polaroid en el mundo digitalizado

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A través de este trabajo se pretende desentrañar la respuesta de cuáles son esas características especiales que tienen las cámaras Polaroid que hay quiénes la siguen prefiriendo frente a cualquier otra técnica en el siglo XXI. Para ello, se realizó una extendida entrevista a Fernanda Montoro, una uruguaya que desde 2006 centra su expresión en la fotografía instantánea analógica.Entrega final de la materia Arte III. Licenciatura en Comunicación de la Universidad de Montevideo, diciembre 2013.

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La fotografía Polaroid en el mundo digitalizado.

Cecilia Arregui Universidad de Montevideo – Facultad de Comunicación Arte III Profesor: William Rey Ashfield Diciembre 2013

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ÍNDICE Introducción 3 El resurgir de la fotografía instantánea 5

Viaje en el tiempo 7

A mitad de camino 11

Respetar el objeto 12

En la era de la reproductibilidad técnica 14

Por arte de magia 15

Cambio en la forma de trabajar 18

Herencia del pictorialismo 18 Conclusión 26 Fuentes consultadas 28 Bibliografía 28

Prensa 28

Otros 28 Anexo 29

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INTRODUCCIÓN “La fotografía en sí misma implica la captura de un momento. Cualquier elemento que saque fotos me sirve para paralizar esos instantes que me interesan. Pero las cámaras Polaroid siempre le dan un plus”.

-Fernanda Montoro

Ginza. Fernanda Montoro. Rollo Time Zero.

Ya han pasado 66 años desde que Edwin H. Land lanzó al mercado la primera cámara de fotografía instantánea. Hoy, en un mundo digitalizado, la mayoría de la población mundial las considera una tecnología obsoleta. Sin embargo, hay un grupo de artistas a lo largo del planeta que sigue prefiriendo las Polaroid frente a otras técnicas más actuales. Cuando la empresa anunció que dejaría de producir película, hubo tal revuelo que surgió The Impossible Project: una nueva compañía que compró la maquinaria Polaroid y desarrolló una nueva fórmula para crear cartuchos. El

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propio consumidor revivió a un producto que el mercado estaba tildando de obsoleto. Este hecho histórico reciente nos lleva a pensar: ¿se trata, entonces, de una tecnología que ya caducó? Claro está que si un grupo creciente de personas quiere expresarse mediante cámaras construídas en las décadas de 1950 es porque hay algo actual en ellas que los ayuda a expresar las ideas y pensamientos de una mejor manera que una cámara digital. A través de este trabajo se pretende desentrañar la respuesta de cuáles son esas características especiales que tienen las cámaras Polaroid que hay quiénes la siguen prefiriendo frente a cualquier otra técnica en el siglo XXI. Para ello, se realizó una extendida entrevista a Fernanda Montoro, una uruguaya que desde 2006 centra su expresión en la fotografía instantánea analógica. A pesar de que a lo largo del trabajo se profundizará sobre la experiencia de esta artista y se analizarán principalmente imágenes tomadas por ella; las ideas y conceptos aplicados en este ensayo pueden proyectarse a otras situaciones a nivel mundial. Por ello, en donde considere necesario se tomará como referencia la obra de otros artistas –contemporáneos y de tiempos pasados- para entender que se trata de un fenómeno con diversos polos y focos de atención. A lo largo del trabajo se verán fotografías tomadas por Montoro. Se escogieron obras que representaran la mayor diversidad de técnicas y efectos generados por la artista a lo largo de su carrera dentro de la fotografía instantánea analógica; así como las que consideré más apropiadas para ejemplificar los aspectos que analizo. Todas las fotografías fueron tomadas con cámaras Polaroid analógicas.

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EL RESURGIR DE LA FOTOGRAFÍA INSTANTÁNEA En 1947, Edwin H. Land introdujo la Land Camera –lo que hoy conocemos como cámara Polaroid- y un nuevo tipo de película fotográfica que permitía ver la imagen impresa tan solo unos minutos después de haber sido tomada. “Este proyecto, que podríamos pensar fracasado, fue el resultado de un creador y científico extraordinario que se adelantó a su tiempo y pudo imaginar algo de los objetivos que se persiguieron más tarde”. 1 Aunque muchos la usaban para inmortalizar momentos familiares, la fotografía Polaroid jugó un rol central en el arte contemporáneo. “Sobre todo a partir de 1972, cuando la empresa puso en el mercado su primera cámara réflex, el mítico modelo SX-70, los artistas encontraron en el aparato un aliado barato, ligero y técnicamente fiable para experimentar.”2

Fernanda Montoro con una cámara Polaroid SX-70.

                                                                                                               1 BENTANCUR, PATRICIA. Por los caminos de Land. Lab 13 Post OP, Centro Cultural de España, 2 GROVE, ÁNXEL. 40 años de experimentos artísticos con fotos Polaroid. 20 minutos.es, 19 de mayo de 2013. <http://www.20minutos.com/noticia/4227/0/fotos/polaroid/experimentos/>

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Comenzó entonces una época de fuerte experimentación fotográfica “tanto en el aspecto técnico con en el estético”. 3 Land pidió ayuda, entonces, al fotógrafo Ansel Adams para seleccionar fotografías y crear una colección, que hoy se conoce bajo el nombre de Library Collection. Se escogían las imágenes que mejor reflejaran la innovación y creatividad de la empresa. Como era caro comprar tantas obras originales, se les comenzó proporcionar película a ciertos artistas a cambio de que algunas de sus obras fueran donadas a la colección. “No solo aceptábamos las fotos bonitas o las imágenes bellas y evocadoras, sino también copias realizadas a mano o con procesos antiguos, cualquier cosa que la imaginación del artista quisiera añadir a sus ideas y experiencias”.4 El hecho de que existiera la colección Library fue tal vez lo que hizo que los fotógrafos se esforzaran para innovar y generar nuevas técnicas; para así entrar dentro de la destacada selección de obras. Ese ímpetu por seguir experimentando se mantiene hasta el día de hoy. Luego llegó el momento de que el despegue de la era digital moviera el piso de las grandes empresas de fotografía analógica. Pero, a diferencia de lo que se creía, algo extraño comenzó a ocurrir en la década del 2000: la demanda de película Polaroid, en lugar de reducirse a cero, se niveló. Las ventas crecieron lo suficiente como para agotar los suministros de diez años en tan solo cinco. La fotografía instantánea había vuelto a estar de moda.5 De todas formas, en febrero del 2008, Polaroid anunció que cerraría las fábricas de película debido a que ya no era rentable su producción. Lo que en su momento pareció el ocaso de uno de los grandes íconos de la segunda mitad del siglo XX, fue en realidad el comienzo del renacer de la fotografía instantánea. Desde el momento en que se anunció que Polaroid dejaría de producir carretes, la pequeña comunidad de artistas que aún utilizaban ese medio como principal método de expresión se fue afianzando y creciendo cada vez más. Se formaron grupos compuestos por personas de todo el mundo, entre ellos Save the Polaroid. Ese mismo año, dos empresarios holandeses compraron la maquinaria necesaria para continuar fabricando película. La antigua fórmula de producción de cartuchos ya no podía ser adoptada: uno de los componentes había sido prohibido en Europa y otros escaseaban. Por ello, Florian Kaps y André Bosnam –antiguo empleado de Polaroid- debieron experimentar durante más de un año –junto a un equipo de once ex-empleados de la compañía- para encontrar la receta de la fotografía instantánea del siglo XXI. Así nació The Impossible Project.6 Y con él, la posibilidad de que una gran                                                                                                                3 HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 16. 4 HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 16. 5 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 161. 6 KAPS, FLORIAN. 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. Pág. 4.

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cantidad de artistas a nivel mundial volvieran a producir obra con esta técnica. ¿Cuáles son las razones para que un grupo de personas busque perpetuar la fotografía analógica instantánea cuando tiene otro gran abanico de posibilidades tecnológicas para trabajar? Viaje en el tiempo Si hoy en día alguien saca una Polaroid en una reunión, en primer lugar surge la extrañeza de parte de la gente: “¿Sigue existiendo película para esas cámaras?” “¿Dónde comprás una Polaroid?”. Pero apenas las fotos empiezan a revelarse, los suspiros de sorpresa se escuchan cada vez más alto: “Wow, ¡qué lindo! Me hace acordar a cuándo era chico”. Este invento de la década de 1940, que fue omnipresente en los años setenta, parece obsoleto pero sigue ejerciendo una atracción extraña y fascinante en la gente.7 Tal como lo plantea David Trueba en su columna de El País de Madrid, “La resistencia estética es la única probada perpetuación de la tecnología, porque apela a las emociones, la memoria sensorial y la fidelidad del ojo a la veracidad de cada época”.8 Al igual que el blanco y negro, o la imagen típica de un VHS, la estética Polaroid hace que viajemos en el tiempo. Tiene una paleta de color –“nada se ve como el azul de Polaroid”9- y grano muy característicos. Las imágenes tomadas con la SX-70 se ven ligeramente difusas. Esto se debe a que los colorantes utilizados en los rollos para esa cámara tienen que migrar a través de una capa gruesa de pigmento blanco. Aunque pueden quedar excelentes, nunca se van a ver con tanta nitidez como con otro tipo de película.10 Pero a veces, justamente lo difuso es lo que buscan los artistas hoy en día. No siempre lo más nuevo, lo más tecnológico o lo más actual es lo mejor para trasmitir una idea. Y esto ocurre, por ejemplo, con gran parte de la fotografía de Fernanda Montoro. Esta imagen de una bicicleta remonta directamente al pasado de cualquier persona; te recuerda a tu infancia. No se le ve la marca, ni siquiera queda claro el color. Puede ser la bici de cualquier niño en cualquier parte del mundo. La misma imagen en digital y alta definición, no tendría este efecto y por lo tanto trasmitiría una idea en sí misma diferente.

                                                                                                               7 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 9. 8 TRUEBA, DAVID. Polaroid. El País, Madrid, 11 de junio de 2013. <http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/11/television/1370973690_644845.html> 9 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 102. 10 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 102.  

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Fernanda Montoro. Rollo Time Zero.

Fernanda Montoro. Serie Santa Isabel. Rollo Artistic Time Zero.

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El mismo razonamiento puede aplicarse a la fotografía de la canoa. Los personajes son irreconocibles, así como el lugar geográfico en el que se encuentran. Cada espectador llena de información a las imágenes con recuerdos o memorias de su propia vida. Por ejemplo, a mi me recuerda a la canoa que tenía mi familia cuando era pequeña; y a mis vacaciones en Paso de los Toros, sobre el Río Negro. La textura y los colores tradicionales de la fotografía Polaroid también aportan a construir ese mundo de recuerdos, que parece que se van desvaneciendo con el tiempo. La fotógrafa uruguaya plantea que, justamente, esos son los temas que busca representar en su obra: la memoria y el paso del tiempo. “Uno no tiene sus sueños en HD, sino que los recordamos como nublados”.11 Por ello, prefiere la fotografía instantánea antes que a las cámaras digitales de alta gama y con mucha definición. En octubre de 2013 se inauguró la exposición colectiva Por los caminos de Land, en el marco del Lab 13 Post OP del Centro Cultural de España. Montoro fue una de las expositoras, con la muestra de seis fotografías denominada Floresta. Está inspirada en las infancias: los recuerdos del verano, de estar en la calle y en la playa.

“Cada imagen es un fragmento sutil, un instante recuperado y nuevamente perdido en el espacio ferragoso del recuerdo o de los sueños, que permite imaginar múltiples narrativas”.12 A pesar de que todas las fotografías que componen la serie fueron tomadas en diversos lugares del mundo y en distintas épocas; todas están totalmente libradas del espacio y el tiempo. Puede ser cualquier momento y cualquier lugar: la información la rellena el espectador con sus recuerdos y su imaginación. El rollo Artistic Time Zero ayuda a generar esa sensación de atemporalidad: los colores y las

                                                                                                               11 Entrevista a Fernanda Montoro el 14 de octubre de 2013. (Ver anexo) 12 BENTANCUR, PATRICIA. Por los caminos de Land. Lab 13 Post OP, Centro Cultural de España, octubre 2013.

Fernanda Montoro. Serie Floresta. Rollo Artistic Time Zero.

 

Fernanda Montoro. Serie Floresta. Rollo Time Zero.

 

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imperfecciones, con la luz adecuada, hacen que la imagen parezca más una pintura que una fotografía. Está claro que este mismo efecto se puede lograr con una cámara digital y postproducción, pero en ese caso cambiaría el concepto artístico detrás de la imagen. El valor de la fotos para los artistas no solo está en el resultado, sino también en el proceso. Hay a quienes les resulta más legítimo un proceso que ocurre todo dentro de la cámara y luego en la palma de una mano a que se retoque en una computadora y Photoshop. “Para mí es un desafío tener el universo de posibilidades mucho más acotado; y me da otra inspiración. Trato de lograr lo máximo con los recursos que tengo a mano”. 13 Montoro ha experimentado con diversos efectos a lo largo de su obra; pero todos ocurren dentro de la cámara. Tal es el caso de las dobles exposiciones.

Fernanda Montoro. Doble exposición. Rollo 669.

Está técnica consiste en exponer un mismo cuadro de película dos veces a la luz en momentos diferentes. De este modo, ambas imágenes se yuxtaponen y generan una imagen diferente, creando un efecto que la aleja de la realidad.                                                                                                                13 Entrevista a Fernanda Montoro el 14 de octubre de 2013. (Ver anexo)

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En este caso, las hojas dan un aire angelical al contorno de la persona. Sin ellas, probablemente el resultado aludiría a algo más misterioso, como que hay algo que esconder. La mano extendida hacia arriba parece como si quisiera alcanzar algo, los colores aluden al cielo. Una vez más, la artista juega con la memoria y con lo onírico. El espectador completa la información, del mismo modo que lo hacemos con los sueños. A mitad de camino Montoro plantea que hay que aprovechar el hecho de haber nacido en una generación a mitad de camino entre lo analógico y lo digital. Tener el privilegio de conocer ambos mundos te permite mezclarlos y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Utilizar cámaras y métodos más antiguos pero con una visión y con posibilidades más actuales. En este pensamiento se basó la exposición Lovearoid de la artista junto a su pareja Agustín Ferrando Trenchi. Se trata de un concepto que nace a partir de dos mundos: la fotografía Polaroid de Fernanda y los videos de Agustín. La muestra combina fotografías de objetos, paisajes y personas cercanas con videos de autorretratos que reviven los momentos en los que se capturan las fotos para “darles nuevos contextos a través del movimiento y el sonido”.14

Fernanda Montoro y Agustín Ferrando Trenchi. Lovearoid.

                                                                                                               14 BLOG COUTURE. Lovearoid en Art Büro: charla con los artistas para lectores de Blog Couture. 26 de julio de 2012. <http://blogcouture.info/lovearoid-en-art-buro-charla-con-los-artistas-para-lectores-de-blogcouture/18320/>

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Pero esta filosofía de trabajo parece ir mucho más allá de esa exposición en concreto. Si se mira con atención todo el trabajo de la pareja en los últimos tres años –tanto en video como en fotografía-, se puede ver que en gran parte de la obra mantiene una estética analógica, de ensoñación. Tal es el caso del videoclip Solo un paredón, de La Vela Puerca (noviembre 2013).15 Agustín Ferrando lo dirigió y editó, mientras que Fernanda cumplió el rol de asistencia de dirección y se encargó del arte. A lo largo de la pieza audiovisual se ven, por ejemplo, dobles exposiciones características de Montoro: el contorno de los músicos relleno de nubes. Y no solo la estética se repite a lo largo de la obra de Montoro; sino también los objetos y temas retratados. Gran parte de sus fotografías son de lugares descampados, donde la presencia de la naturaleza es muy notoria. A veces, aunque el ser humano está presente, es rodeado de bosques, parques o naturaleza de algún tipo. Incluso los personajes se repiten bastante. Los caballos, las bicicletas y los autos predominan también en gran parte de las imágenes de Montoro. Medios de transporte, que permiten el movimiento, viajar, descubrir. En definitiva, una buena justificación para seguir escogiendo la fotografía analógica instantánea como medio de expresión en el siglo XXI es tener claro que somos una generación a mitad de camino entre lo analógico y lo digital. Tal como lo plantea Montoro, no es tiempo de dejar morir esos objetos que el mundo binario dejó atrás, sino darles un nuevo valor y re-aprovecharlos con una mirada más actualizada del mundo. Tomar una foto con una cámara Polaroid pero poder digitalizarla e imprimirla en distintos tamaños y formatos para que no se dañen los colores de la película original. Respetar el objeto “Cuando sentís el sonido mecánico de un obturador Polaroid, cuando esperás con paciencia a que tu foto se revele, cuando la das vuelta por primera vez y cuando sostenés ese pequeño universo en tus manos, es ahí cuando sabés que es real. A diferencia de la gran cantidad de tareas virtuales que realizamos cada día, las fotografías instantáneas analógicas pertenecen innegablemente al mundo real que nos rodea”.16 Muchos artistas prefieren la fotografía instantánea por el valor del objeto en sí mismo. Fernanda Montoro utiliza algunas cámaras que son de la década de 1950 o 1960, y valora la historia de cada cámara en particular. La artista cree firmemente en que hay que respetar a los objetos. “Hoy en día te comprás un celular y tiene la obsolencia programada. Yo voy a Tristán Narvaja, me compro una cámara de hace medio siglo y funciona igual que el primer día. Y eso para mí es increíble”. “Cuando llegan a mí ya tuvieron otros dueños, otras casas, otras historias.

                                                                                                               15 FERRANDO TRENCHI, AGUSTÍN. Solo un paredón. La Vela Puerca, Uruguay, noviembre 2013. <http://www.youtube.com/watch?v=z44Ay0Xy9zU> 16 KAPS, FLORIAN. 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. Pág. 4.

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Son cámaras que tienen 40 años, son incluso más viejas que yo”. 17 Entonces, ante este planteo, uno se pregunta qué es lo que tiene más importancia: ¿la fotografía o la cámara como objeto en sí mismo? ¿Cuál de estos dos cuerpos es más digno de estar en un museo? Ambos. Porque el resultado que obtengamos en la fotografía va a depender –además del ojo del fotógrafo que compone la imagen- de la cámara que se utilice para capturarla. Es como si el objeto le diera un aura particular y diferente a cada una de las fotografías. Dependiendo del objetivo de cada foto, Fernanda utiliza la cámara –y el rollo- que prefiere para ese caso particular. Los resultados que se obtienen son muy diversos, lo mismo ocurre si se capturara un mismo encuadre con una cámara digital. La cámara Polaroid es digna de estar en un museo como objeto histórico que ayuda a explicar e ilustrar un momento particular. Es una obra de arte también, por su diseño y su formato innovador para su tiempo. “Land, a pesar de ser conocido como científico, inventor, educador y líder, se consideraba a sí mismo un artista.”18 La fotografía tomada con una de esas cámaras, en cambio, está en un museo como creación artísitca de quien la capturó. El fotógrafo elige determinado modelo para lograr un efecto concreto, al igual que un pintor escoge entre diversos tipos de pincel o pintura.

Exhibición Lovearoid en Art Büro, Montevideo 2012.

                                                                                                               17 Entrevista a Fernanda Montoro el 14 de octubre de 2013. (Ver anexo)  18  HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 13.  

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La cámara Polaroid puede exhibirse del mismo modo que las paletas de los pintores se exponen –e incluso venden- junto a su obra. En Lovearoid, por ejemplo, además de sus fotografías Montoro decidió exhibir algunas de las cámaras con las que había logrado esas obras. Eso demuestra el respeto que la artista siente por esos objetos; y los exhibe junto a su trabajo que, en gran parte, existe gracias a ellos. Ambos objetos tienen un aura diferente, pero al mismo tiempo la cámara instantánea le da un aura particular a la fotografía tomada con ella. Porque la fotografía analógica instantánea tiene una gran diferencia con el resto de las técnicas fotográficas del siglo XX: sus productos no nacieron como reproducibles. El negativo, en las Polaroid, es también el positivo. En la era de la reproductibilidad técnica Podría decirse que una Polaroid es mitad cámara, mitad impresora. Al igual que el Daguerrotipo, no surgió como un objeto reproducible. Pasquale Caprile –embajador de Lomo en España- plantea que la fotografía instantánea tiene un valor que la distingue de la digital, y de cualquier otra: “La vez en el momento y en papel, totalmente distinto a verlo en una pantalla. Cada foto es única, y eso no tiene precio. No hay dos Polaroids iguales”. 19 Esto, si seguimos con el planteo de Walter Benjamin, le da a la técnica una condición aurática más importante frente a otros tipos de fotografía. El filósofo alemán definió aura como “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)”.20 Para él, lo que hace única y valiosa a una obra de arte es su aquí y ahora; su lugar y momento de creación. Y eso es lo que nunca va a lograr replicar ninguna copia o reproducción, por mejor hecha que esté. Pero luego llegó la fotografía a romper con este planteo. Se trata de una técnica que nació –desde la invención del negativo en 1840- para ser reproducida. De una fotografía salen muchas copias, no hay una que sea la auténtica. “La obra de arte reproducida se convierte, en medida siempre creciente, en reproducción de una obra artística dispuesta para ser reproducida”.21 Por esta razón, Benjamin consideró a la fotografía como un “procedimiento puramente mecánico en el que la creación apenas tenía cabida”.22 Walter Benjamin falleció en 1940 y no llegó a ver la creación de la primera cámara analógica instantánea, que Edwin Land anunció a la Sociedad Óptica

                                                                                                               19 LAFONT, ISABEL. Resucitan las instantáneas, los amantes de la fotografía analógica reviven las Polaroids. El País, Madrid, 8 de noviembre de 2009. <http://elpais.com/diario/2009/11/08/tendencias/1257634801_850215.html> 20 BENJAMIN, WALTER. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Discursos Ininterrumpidos, Taurus, Madrid, 1973. Pág. 125. 21 BENJAMIN, WALTER. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Discursos Ininterrumpidos, Taurus, Madrid, 1973. Pág. 128-129. 22 VOZMEDIANO, ELENA. Sobre la fotografía, Walter Benjamin. El Cultural.es, 25 de noviembre de 2004. <http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/10755/Sobre_la_fotografia>

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de América en 1947. Además de introducir un enorme avance tecnológico, el dueño de Polaroid anunció también una nueva forma de hacer fotografía: con una única copia que se revela en el momento y en las manos del artista. “Polaroid se distingue del resto porque la copia instantánea es única. Es una edición de un ejemplar y, por lo tanto, es vulnerable. Si una película convencional se pierde, tenés el negativo. Polaroid, en cambio, no cuenta con ninguna red de seguridad”.23 A pesar de que eso la convierte en algo especial –y dota a la fotografía de un aura mayor-, gran parte del mundo en el siglo XX ya se había acostumbrado a la posibilidad de seguir copiando la imagen infinitas veces. La copia, eso que para Benjamin no tenía el aquí y ahora, pasa a ser valiosa para el ser humano. Es así que en 1958, Polaroid lanzó una película denominada Type 55 que producía un negativo al mismo tiempo que la copia. Se realizó para cumplir con el pedido del fotógrafo Ansel Adams; quien se enamoró de las propuestas y la innovación de Land y se convirtió en un consultor para Polaroid desde los inicios de la compañía. Con el paso del tiempo y los nuevos avances tecnológicos, hoy en día las fotografías Polaroid se escanean, copian, digitalizan. “Una vez que la foto se digitaliza, pasa a ser como cualquier otra: entra en la rueda online y te la copian, roban, etc.”, plantea Fernanda Montoro.24 Pero, al mismo tiempo, el hecho de poder copiar la fotografía brinda un montón de beneficios y facilidades a los artistas de hoy en día. Por ejemplo: Montoro plantea que prefiere escanear sus imágenes al poco tiempo de haberlas tomado para que no pierdan los colores originales. Algunos rollos están fallando y con el paso del tiempo se tornan azulados. De todas formas, en un mundo digitalizado y donde abundan las reproducciones, el hecho de que las cámaras Polaroid se hayan concebido como un instrumento de una sola copia le brindan un valor agregado que llama la atención y despierta el interés de los artistas. Por arte de magia “El principal avance de la fotografía Polaroid fue que inmediatamente podías ver lo que habías hecho”.25 Si la foto estaba sobreexpuesta, borrosa o mal encuadrada; entonces podías probar sacarla de nuevo en ese mismo momento. Con una cámara digital, esto pasa incluso más rápido, y sin tener que gastar dinero en rollos. Pero, al mismo tiempo, se pierde la magia de la Polaroid: el hecho de que la fotografía se revele en tus manos. Fernanda Montoro lo define como un ritual: esa espera en la que la foto va apareciendo poco a

                                                                                                               23 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 49. 24 Entrevista a Fernanda Montoro el 14 de octubre de 2013. (Ver anexo) 25 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 9.

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poco. “Ver a tu propio rostro aparecer entre una niebla verdosa de productos químicos es una experiencia peculiar y cautivadora”.26 Luego de varios años de experimentar con fotografía digital, un grupo de personas comenzó a extrañar la posibilidad de sacar una foto con un solo disparo y revelarla, despacito, en la palma de la mano. Es creciente la cantidad de gente que hoy prefiere algo más que una imagen perfecta en la computadora: “fotografías reales que puedan tocar, sentir y oler”.27 Pero el hecho de que la fotografía se revelara en las manos del fotógrafo significó también otro gran cambio. Hasta la aparición en el mercado del invento de Land, había una gran distancia entre el ejercicio de la tecnología y el ejercicio de laboratorio. A pesar de que algunos fotógrafos contaban con laboratorio propio, la amplia mayoría de las personas debían encargar la materialización de la foto a otra persona: a alguien dentro de un laboratorio. Se producía una dicotomía en la realización de la obra. Con una cámara Polaroid –en cambio- el proceso entero pasa por la misma persona; lo que le da mayor condición de autor creativo. Sam Yanes, quien fue director de comunicaciones de la compañía, afirmó que “se generó una relación entre el fotógrafo y el objeto que no existía con una cámara regular… una intimidad; y nosotros sentimos que esa fue una de nuestras caractertísticas distintivas”.28 Esto llevó a que las personas se animaran también a fotografiar situaciones privadas de diversa índole, que antes les daba vergüenza que las vieran en un laboratorio. Desde la aparición de Polaroid, existe casi siempre un apartado especial del álbum familiar que está oculto y es solo visible para algunas personas. La privacidad de la fotografía instantánea no solo se quedó en el ámbito familiar sino que permitió también que algunos artistas experimentaran en temas que antes no se atrevían. Tal es el caso de Robert Mapplethorpe, quien tuvo su primera Polaroid en los años de la Universidad y comenzó entonces a adentrarse en el mundo de los desnudos y los autorretratos eróticos.29 No significa que sean temas que no se hayan trabajado antes en el arte o en la fotografía, pero sí se abrió un mundo nuevo para los que eran demasiado tímidos antes; o para llevar un desnudo, por ejemplo, más al extremo.

                                                                                                               26 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 9. 27 LAFONT, ISABEL. Resucitan las instantáneas, los amantes de la fotografía analógica reviven las Polaroids. El País, Madrid, 8 de noviembre de 2009. <http://elpais.com/diario/2009/11/08/tendencias/1257634801_850215.html>  28 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 74. 29 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 74.  

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Robert Mapplethorpe. Robe Series, ½ Dressed.

1975, Rollo T-55.30                                                                                                                30 HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 279.  

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El slogan se Eastman Kodak en ese entonces era: “Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto”. Incentivaban, justamente, a que ese proceso no fuera completo. Alentaban a la dicotomía entre quien saca la foto y quien la revela. Polaroid, en cambio, aunque con un porcentaje de mercado mucho menor, logró que los fotógrafos pudieran controlar todo el proceso. El proceso casi mágico de revelado de Polaroid es difícil de explicar, en 1969 pero también en la actualidad. Hasta ahora no hay tecnología que sorprenda de tal modo: se revela, de a poquito, en tus propias manos. “Ver un rostro surgir de una materia difusa y pegajosa recuerda a un truco de magia o un striptease: va apareciendo la imagen lentamente, y mientras tanto uno intenta adivinar el resto, que luego aparece”.31 Es una experiencia distinta a casi cualquier otra de las que vivimos a diario, y solo por ese instante, hay quiénes prefieren seguir utilizando esas cámaras para trabajar o disfrutar. Cambio en la forma de trabajar “Cuando me contratan para hacer fotos de una campaña de moda, por ejemplo, llevo tres rollos como máximo, porque es muy caro. Cuándo les digo que tengo 24 fotografías para sacar en toda la tarde, ni las modelos, ni los productores, ni nadie puede creerlo”, comenta Fernanda Montoro. El hecho de que cada cartucho Polaroid traiga entre ocho y diez fotografías, hace que el artista deba pensar y componer cada una de ellas con mucha dedicación. Significa un rompimiento en la forma de trabajar hoy en día: las cámaras digitales llevan a que el fotógrafo dispare cien veces para luego elegir solo las mejores cinco. Trabajar con fotografía analógica es una forma de reivindicar el proceso. Uno puede demorar media hora en disparar solo una vez. La composición, la luz y otros aspectos artísticos de la foto se piensan desde antes y no al mismo tiempo que se dispara. Herencia del pictorialismo Durante el siglo XIX, los fotógrafos coloreaban o intervenían en sus obras para demostrar que utilizaban sus manos y por tanto eran artistas. Esta corriente fue denominada pictorialismo y perduró hasta bien entrado el siglo XX. Con la fotografía Polaroid ocurre algo similar. Desde que apareció la primera cámara instantánea hasta el día de hoy, los fotógrafos buscan darle un toque especial a su obra, para diferenciarse del resto y darle una marca única. “Para muchos artistas, las fotos Polaroid son como un lienzo inacabado que exige un toque personal. En la década de 1960, Lucas Samaras embellecía sus autorretratos con diseños en tinta y pintura. En 1972, cuando Polaroid presentó el revolucionario sistema de la cámara SX-70, Samaras empezó a                                                                                                                31 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 99.

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retocar los tintes que emergían con un estilete para crear malformaciones en la imagen”.32

Lucas Samaras. Photo Transformation

1973. SX-70 Time Zero Film

Masahisa Fukase. A game: Lips & Needles 1983. 20x24 Polacolor Film

Otros artistas aplicaban tinta, pinturas acrílicas, pasteles e incluso sangre. También había quiénes pinchaban las fotografías instantáneas con agujas o rascaban el negativo, entre tantas otras técnicas.

                                                                                                               32 HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 16.

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Chuck Close, al igual que otros fotógrafos, se había encariñado particularmente con una inmensa y especial cámara Polaroid, que produce impresiones de 20 pulgadas de ancho por 24 de alto (50,8 x 60,96 centímetros). Menos de una docena de estas cámaras fueron construídas a mano por Polaroid. Hoy en día, algunas permanecen activas 33 (pueden alquilarse en 20x24 Studio, en Nueva York).

Chuck Close. Self Portrait 1987. 20x24 Polapan Film

El artista estadounidense, ya reconocido por sus pinturas, utilizó esta cámara de gran tamaño para realizar collages de su cara en la década de 1980. Para ello, se posó lo más cerca posible del lente de la cámara, para que una imagen solo captara unas cuatro pulgadas de su cara: solo la mejilla, o el ojo. Luego de nueve impresiones, tenía una imagen de su rostro del tamaño de una pared. Si uno se acerca a la fotografía puede ver con detalle cada pelo de su barba, cada glándula sebácea y la complejidad de la musculatura y la piel del rostro humano.34

                                                                                                               33 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 9. 34 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Pág. 81.

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Hoy en día, los artistas que siguen eligiendo la fotografía instantánea analógica a nivel mundial buscan nuevos métodos para darle el toque especial a su obra. Fernanda Montoro, por ejemplo, utiliza películas vencidas para generar diferentes efectos a lo largo de su obra. El hecho de trabajar con rollos expirados tiene un gran factor sorpresa: nunca sabés lo que va a salir. Si trabajás sin saber exactamente cuál va a ser el resultado, entonces conseguir la imagen perfecta es mucho más extraorinario. Y algunas de las imperfectas se vuelven hermosas a su propio modo.

Pero, con experiencia, la artista ya tiene algunas ideas básicas de las cuáles partir. “Yo sé que si compro Time Zero el rollo va a tener un determinado azul o amarillo. Si, en cambio, compro un rollo 600, el efecto va a ser muy distinto”. También influye la fecha de vencimiento: si son demasiado antiguos es probable que ni siquiera funcionen. Además, hay que tener en cuenta que suele haber coherencia dentro de un mismo carrete. Entonces, si la primera fotografía sale con una mitad negra, ya se sabe cómo componer para el resto de las siete imágenes.

María. Fernanda Montoro.

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Esta fotografía sin duda no es la primera del rollo con el que fue tomada. Fernanda compuso teniendo en cuenta que del lado izquierdo de la imagen no saldría nada: en ambas exposiciones se ve al rostro de la mujer totalmente del lado derecho de la imagen. La mancha verde forma como un velo alrededor de su cabeza, y le da un aspecto como de virgen. Seguramente, esa sea la razón por la cual la artista nombró a esta obra “María”. Lo que tildaríamos de “feo” en otros casos se convierte en esta ocasión en un aspecto central de la obra, que le aporta información y la dota de significado.

Estas dos fotografías fueron tomadas con el mismo tipo de rollo, y posiblemente hayan sido parte del mismo carrete. Esa mancha blancuzca en el medio de la imagen da sensación de que hay mucha niebla en el paisaje. Tal vez por ello haya decidido fotografiar de esa forma a dos exteriores rodeados de árboles: ayuda a generar esa impresión. En Jardin du Palais, la mancha está bien posicionada en el cuadro para que justo agarre el espacio entre las filas de árboles. Casi ni se nota que se trata de una mancha que no forma parte del paisaje real. En la imagen de la izquierda, por el contrario, la mancha es más evidente. Aunque de todas formas genera la atmósfera de neblina, se nota que es una imperfección del rollo y no parte del paisaje. Es probable que la artista haya tomado esta fotografía antes que la del triciclo. Hay que saber aprovechar los ocho disparos de la mejor forma, y entender en cada caso qué efecto queda mejor para lo que quiero trasmitir con la foto. A veces, Fernanda tiene un carrete trancado en una cámara por un año entero. Una vez más vemos la importancia que tiene para Montoro el tema del paso del tiempo, de la memoria. Parece que las imágenes van perdidiendo nitidez a medida que avanza el tiempo, cada vez el ser humano las recuerda más borrosas, manchadas.

Fernanda Montoro. Rollo 600.  

Fernanda Montoro. Jardin du Palais. Rollo 600.

 

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Aunque en Uruguay Fernanda Montoro es la única fotógrafa que utiliza las cámaras Polaroid como principal medio de expresión, en el resto del mundo hay una gran variedad de artistas que sacan provecho de la fotografía intentánea de diversas formas.

Ferdinand Vykoukal. España PX 70 color. Cámara: 1000.

Para sacar a la fotografía del único plano, en este caso Vykoukal transfirió una imagen a una pelota de espuma de poliestireno. Luego, fotografió a esa pelota.35 La transferencia de fotos Polaroid a otros elementos es una práctica que se ha vuelto común. La artista Kathleen Carr comenzó a dar cursos de esta técnica e incluso publicó libros al respecto. La innovación de Vykoukal, en este caso, es que no se quedó en un único plano y generó la tridimensionalidad a partir de la repetición de una imagen en una superficie redonda. La esfera recuerda al mundo y el ojo que está presente hace referencia al “que todo lo ve” de George Orwell, o a un Dios. Además, podríamos decir que el artista creó la obra dentro de la obra. A partir de una fotografía creó un objeto y luego una nueva fotografía. Es como si fuera la infinidad de la obra, lo que, una vez más, nos remonta a la imagen de una esfera: sin comienzo, sin final.

                                                                                                               35 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. #28.

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Bernd F. Oehmen. Alemania. PX 100 Silver Shade. Cámara: SX-70

Por otra parte, Bernd F. Oehmen, de Alemania, propone una estética muy distinta. “Todo comenzó con un experimento en el que copié una diapositiva de linterna en una fotografía instantánea integral”. Luego, el artista utilizó película PX sobreexpuesta como base del trabajo, y le fue agregando distintos objetos. “Esto me permitió crear naturaleza muerta que muestra dos capas en una sola foto”.36 Sin duda, la imagen de Oehmen recuerda más a una pintura con relieve que a una fotografía. James Matthew Carroll, de Reino Unido, generó un efecto de contrastes a partir del calor. Mientras se revela la imagen, le dio pequeños golpes de calor con un secador de pelo. “Hay que cubrir las partes más claras de la imagen y trabajar alrededor de ellas para maximizar los contrastes de la solarización y el impacto final”.37 Es muy interesante cómo logró resaltar solo el pelo y la cámara con un color amarillento que parece que literalmente estuviera ardiendo. La atención del espectador va directamente hacia esos sitios, resaltados en comparación con el resto de la imagen, en escala de grises más tradicional. El borde le da una estética de pergamino, que hace que la imagen parezca más antigua de lo que es.                                                                                                                36 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. #66.  37 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. #33.  

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James Matthew Carrol. Reino Unido. PX 100 Silver Shade. Cámara: SX-70 Sonar

“Land creía en el potencial creativo innato de la fotografía instantánea y pensaba que había muchas personas con inclinaciones artísticas a las que les encantaría usar su sistema”.38 Desde el inicio se incentivó desde la propia compañía –a través de la colección Library, conformada por 23.000 imágenes a lo largo del tiempo- a que los fotógrafos experimentaran y probaran diversas técnicas con su obra. Esta fue una característica que se mantuvo a lo largo del tiempo hasta la actualidad; incluso luego de la muerte de Polaroid y su rencimiento como The Impossible Project. Es que la película de este tipo es ideal para experimentar, sobre todo a partir de la invención de la SX-70. “La emulsión se basa en gelatina, que se mantiene húmeda y pegajosa debajo de la cubierta de Mylar durante varias horas después de revelada”. 39 Por ejemplo, al pulsar la superficie con algo duro, como un lápiz, la imagen se distorsiona. Pero como esa hay una infinidad más de técnicas –como utilizar película vencida para lograr un efecto con menos control, al estilo de Fernanda Montoro- y muchas otras por descubrir. Quienes buscan expresarse -crear arte- prefieren herramientas a partir de las cuáles puedan manipular el resultado lo más posible; para así lograr que sus obras sean únicas, diferentes. La fotografía instantánea permite eso: en sus inicios, pero también hoy.                                                                                                                38 HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 13. 39 BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. Págs. 97-98.

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CONCLUSIÓN Hoy en día, todo tiende a ser instantáneo, más aún la fotografía. “Si bien las cámaras digitales han cambiado al mercado para siempre, es interesante saber que fueron Edwin Land y su empresa quienes pusieron a disposición del público general la fotografía instantánea”.40 Volvamos al principio. Si las cámaras digitales cambiaron el mercado, ¿por qué hay gente que hoy en día sigue prefieriendo valerse de una cámara Polaroid para sacar fotos? La primera respuesta que se nos viene a la mente es la estética. Y aunque tiene mucho que ver, se trata de un fenómeno que va mucho más allá de eso. Sobre todo cuando hay una gran variedad de filtros y aplicaciones que te permiten replicar los colores y la textura de un rollo instantáneo en una computadora. Montoro plantea un montón de características que diferencian a una cámara Polaroid del resto: el objeto cámara en sí mismo, el hecho de que sea una copia única, la textura y los colores que se pueden lograr con películas vencidas, ver cómo la foto se revela en tus propias manos, el cambio en el proceso de trabajo. Pero, si nos ponemos a pensar, todo eso se reduce a algo mucho más profundo: el ser humano es nostálgico por naturaleza. Hay una cuestión arqueológica detás de todo esto. Rescatar a los dinosaurios, a las tecnologías que estaban destinadas a desaparecer. Y no se trata de un fenómeno sin precedentes. En mayor o menor medida, casi cualquier objeto que ha caducado tuvo una oportunidad de volver a estar de moda. Los discos de vinilo, por ejemplo, volvieron a la vida luego de casi desaparecer por completo en la década de 1990. Sigue habiendo quiénes plantean que suenan mejor que un CD o cualquier formato digital, y por tanto continúan comprando discos de vinilo para su colección. Y no solo se trata del arte y la cultura. En casi cualquier aspecto de la vida, el ser humano no quiere dejar morir a los objetos. Los amantes de la cocina compran batidoras o heladeras antiguas, vintage, porque lo prefieren como objeto decorativo. Incluso, algunas marcas de electrodomésticos están volviendo unas cuántas décadas hacia atrás en los diseños de sus productos. Pasa con la ropa, con los zapatos, con los autos. En un mundo donde todo es digital, todas las personas tienen acceso a la tecnología y las herramientas para crear arte. Estamos viviendo la verdadera democratización del arte. Hoy en día es más fácil escribir y tener un público que me lea; hoy en día es más fácil (y más barato) ser fotógrafo, cineasta, músico o cantante. En este escenario, no es extraño que aquellos que se consideran a sí mismos como ‘verdaderos artistas’ busquen diferenciarse del resto. Es una decisión –tal vez inconsciente- de mostrar que la última tecnología no es necesaria, ni suficiente, para expresarse a través de cualquier forma de                                                                                                                40 CRIST, STEVE. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. Pág. 9.

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arte o comunicación. Con una cámara analógica instantánea –o de una grabación con cinta- uno busca dar a su obra un aura, un valor, mayor al de cualquier fotografía digital en Facebook –o cualquier canción subida en SoundCloud-. Es un dilema de nuestra generación. A veces, más que una decisión es una necesidad: de sentir la mano del hombre en las creaciones; tal como lo plantea Dave Grohl –el cantante de Foo Fighters- en su documental Sound City. En un mundo donde predomina Pro Tools, donde cualquier acorde de guitarra se puede editar e incluso afinar digitalmente, los músicos sienten ganas de escuchar al hombre y sus imperfecciones. Eso es lo que hace más real un disco grabado en cinta: no se edita y se siente hasta el ruido agudo de los dedos frotando contra las cuerdas. Lo mismo ocurre con la fotografía. Photoshop lo puede todo, pero a veces lo que el artista quiere no es todo. Una doble exposición imperfecta, donde en algunos sitios la imagen no termina de verse, es mejor que un retoque digital donde cada píxel está perfectamente coloreado. Y eso fue lo que Florian Kaps –el creador de The Impossible Project- planteó cuando se le hizo la misma pregunta que hice yo al comienzo del trabajo: “Polaroid es un tipo de fotografía única. Cada vez que miramos una imagen podemos estar seguros de que el artista mismo la tocó”.41

                                                                                                               41 PROSPERO. Instant forever. The Economist, Poughkeepsie, 17 de abril de 2013. <http://www.economist.com/blogs/prospero/2013/04/polaroid-photography>

 

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FUENTES CONSULTADAS Bibliografía BENJAMIN, WALTER. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Discursos Ininterrumpidos, Taurus, Madrid, 1973. Pág. 128-129. BONANOS, CRISTOPHER. Instant, the story of Polaroid. Princeton Architectural Press, New York, 2012. HITCHCOCK, BARBARA. The Polaroid Book: selections from the Polaroid collections of photography. Taschen, Köln, 2005. KAPS, FLORIAN. 101 ways to do something impossible. The Impossible Project, Vienna, 2012. Prensa BLOG COUTURE. Lovearoid en Art Büro: charla con los artistas para lectores de Blog Couture. 26 de julio de 2012. <http://blogcouture.info/lovearoid-en-art-buro-charla-con-los-artistas-para-lectores-de-blogcouture/18320/> GROVE, ÁNXEL. 40 años de experimentos artísticos con fotos Polaroid. 20 minutos.es, 19 de mayo de 2013. <http://www.20minutos.com/noticia/4227/0/fotos/polaroid/experimentos/> LAFONT, ISABEL. Resucitan las instantáneas, los amantes de la fotografía analógica reviven las Polaroids. El País, Madrid, 8 de noviembre de 2009. <http://elpais.com/diario/2009/11/08/tendencias/1257634801_850215.html> PROSPERO. Instant forever. The Economist, Poughkeepsie, 17 de abril de 2013. <http://www.economist.com/blogs/prospero/2013/04/polaroid-photography> TOBIN, PATRICK. 8 exposures with Fernanda Montoro. The Impossible Project blog, 13 de agosto de 2013. <https://blog.the-impossible-project.com/8-exposureswith-fernanda-montoro> TRUEBA, DAVID. Polaroid. El País, Madrid, 11 de junio de 2013. <http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/11/television/1370973690_644845.html> VOZMEDIANO, ELENA. Sobre la fotografía, Walter Benjamin. El Cultural.es, 25 de noviembre de 2004. <http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/10755/Sobre_la_fotografia> Otros BENTANCUR, PATRICIA. Por los caminos de Land. Lab 13 Post OP, Centro Cultural de España, octubre 2013. FERRANDO TRENCHI, AGUSTÍN. Solo un paredón. La Vela Puerca, Uruguay, noviembre 2013. <http://www.youtube.com/watch?v=z44Ay0Xy9zU> GROHL, DAVE. Sound City. Los Angeles, 2013. MONTORO, FERNANDA. Entrevista cedida el 14 de octubre de 2013 (ver anexo). <http://www.fernandamontoro.com>

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ANEXO Entrevista: Fernanda Montoro 14 de octubre, 2013 Yo no conozco (a alguien que haga lo mismo que ella en Uruguay)… y por lo que la gente me pregunta a mí y todo… me da la sensación de que no hay gente. Hay otras personas que trabajan con fotografía analógica y por ahí tienen alguna cámara Polaroid, pero que lo usen como cuerpo de trabajo no conozco. En el mundo hay gente que se dedica a la fotografía Polaroid, si. La mayoría tienen también otras aristas, hacen otras cosas más. Pero hay gente que está muy involucrada. A mi por lo general no la llaman para hacer fotografía de otro tipo de cosa. Lo mío es más específico. Soy uruguaya pero estuve viviendo más de 8 años en Inglaterra. Estando allá fue que descubrí mi pasión por el medio Polaroid. Fui en el 2003 a estudiar cine, porque pensé que era lo que me gustaba. Cuando fui allá e hice varios cursos. Haciendo uno de esos cursos me mandaron una tarea y en Internet di con una foto en Flickr –en la época que Flickr recién estaba empezando- de un autorretrato de una japonesa. Yo pensé que era una pintura. Y a mi me gusta mucho la pintura. Entonces le escribí y le pregunté: ¿esto es una foto o es una pintura? Y me respondió. Me dijo con qué cámara Polaroid la sacó y qué rollo. Esa misma noche entré a e-bay y me compré una cámara. Ese mismo día me di cuenta de que yo tenía que hacer algo similar. Y ahí empecé. Eso fue en el 2006 creo. En el momento en el que me llegó la cámara no paré de disparar. Yo sacaba algunas fotos antes, pero con cámara compacta nomás, estaba más metida en el cine. Puse una productora de documentales con una amiga y estábamos haciendo eso. Sigo teniendo la pasión del documental en sí mismo. Pero descubrí la fotografía Polaroid y me di cuenta que los rollos, las cámaras, la estética, reflejaban muchas cosas que yo antes no había podido trasmitir y dije: “Bueno, voy a probar”. Fue poco tiempo antes de que cerrara Polaroid. Entonces fue un poco raro, porque mi comienzo como artista Polaroid empezó justo cuando el medio se estaba venciendo. Y eso estuvo bueno en cierta manera porque hizo que me sumara a grupos de gente que hacía exhibiciones y movimientos para que no cerrara, y se formó como una comunidad. Y eso me ayudó a mi también… después fui a Japón, conocí al a chica de la foto que me inspiró. Tenemos un grupo bastante grande allá en Japón de fotógrafos Polaroid y todos unidos por el tema de que cerraba. Por suerte cerró pero al mismo tiempo entró el The Impossible Project. Quedamos todos enganchados. Conocí a Agustín y me volví a Uruguay hace tres años. Cuando llegué acá

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me di cuenta de que no había nadie haciendo eso… empezaron a llamarme y entonces empecé con la fotografía acá. Después exhibí y vendí bastante bien la obra. Vine y empecé a moverme. Hoy en día me contratan para hacer fotografía y a la vez hago videos con Agus. Es muy diferente a otros tipos de fotografía. La fotografía en sí misma implica la captura de un momento. Cualquier elemento que saque fotos me sirve para paralizar esos instantes que me interesan. Pero las cámaras Polaroid siempre le dan un plus. Primero que las cámaras que uso no son las nuevas que se hacen ahora… las que yo uso son cámaras viejas y me gusta mucho eso de que tenga historia. Cuando llegan a mi ya tuvieron otros dueños, otras casas, son cámaras que tienen 40 años, son más viejas que yo. Y eso en sí mismo me gusta, porque yo aprecio mucho a los objetos y sus historias. Respetar el objeto. Y hoy en día comprás un celular y tienen la obsolencia programada. Yo voy a Tristán Narvaja y compro una cámara de 45 años y funciona igual que el primer día. Eso para mí es increíble. Dentro de Polaroid uso mucho las cámaras Vintage. Uso del 50, del 60, del 70. Otra cosa que me gusta mucho es que la foto está en el momento. Me interesa mucho la foto como objeto que sale en el momento y todo ese ritual de la espera a que se revele, siempre es una cosa que está buena. Te ayuda también. Ver qué pasa con la foto, qué sale, si hubo un error tuyo. También está el tema de que el rollo Polaroid tiene 8 o 10 fotos por rollo. Y eso hace que tengas que tener mucho más cuidado al sacar. Y creo que de determinada manera reivindica mucho el proceso fotográfico. Con los celulares estás como en una ráfaga de fotos… una atrás de otra y no pensás tanto en componer y todo eso. Me gusta mucho el desafío de saber que tenés ocho fotos para una instancia y tenés que sacar lo mejor de ellas. Principalmente me sirvió empezar la fotografía con Polaroid porque practiqué mucho para hacer rendir los rollos. Tenía que pensar todo. Hoy en día agarro el celular y todo me es mucho más fácil. Es un entrenamiento imprescionante el Polaroid. Yo saco muchas fotos con el iPhone y tengo un instagram que tengo 28,000 seguidores. Osea que también hago otros tipos de fotografía, pero eso es más para divertirme. Cuando me contratan para hacer fotos de una campaña de moda ponele, yo no puedo llevar más de tres rollos, porque sale muy caro. Entonces me ven y me preguntan cuántas fotos tengo para sacar. Y les digo 24 para toda la tarde. No pueden creerlo: ni las modelos, ni los productores… nadie puede creerlo. Pero eso para mi está bueno porque hace que pensemos todos más y que estemos todos más metidos e involucrados en el momento. A mi en lo personal como artista me interesa que los rollos sean todos diferentes. Hay veces que ponés un rollo y ninguna foto te sale o a veces la propia cámara y los rollos expirados que yo uso tienen como defectos entonces a mí como artista me da como una variable más para jugar. El tema

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de la impredictibilidad. Hay artistas –como yo- que prefieren todo el tratamiento pre y no tanto el post. Lo que pasa mucho ahora es que hay muchos expertos en postproducción y podés hacer lo que quieras y para mi en realidad es un desafío acotar un poco el universo y tratar de hacer lo máximo con los recursos esos y me da como artista otra inspiración. No tener el universo tan amplio y saber que puedo lograr o generar lo que quiera. Poner un globo aerostático atrás de una pareja o algo así. Con Polaroid esto es muy difícil. Hago algunos efectos pero todo dentro de la cámara, dobles exposiciones. Me gusta hacer manipulaciones pero todas analógicas. A mi como artista me gusta y prefiero en lo personal eso. Por otra parte a mi me interesan mucho los temas de la memoria y del paso del tiempo. Uno los sueños y las memorias no los tiene en HD, cuando se recuerda algo ese recuerdo es más borroso y a mí como medio este tipo de rollo y de cámara me ayuda a poder expresar eso. Si sacara fotos con una Canon 5D, por ejemplo, que es fabulosa y se ve todo, yo no podría expresar las cosas que quiero expresar porque se ve todo tanto que ya pierde la gracia. En cambio, con mis fotos, te da más la sensación de recuerdo, se ve todo más como nublado. Te lleva más a tus propias memorias. La estética es importante en eso, te retrotrae a cosas del pasado, que son las que a mi me interesan. Pero obviamente, esto no significa que esté en contra de lo otro y hay artistas fabulosos que hacen cosas en digital. El tema es que para mí subjetividad, me gusta más ese tipo de técnica. Yo ni sé si lo que hago es arte. Lo mio es muy espontáneo. Yo uso la fotografía para expresarme. Si eso termina siendo arte para alguien, bien, me parece bárbaro. Pero realmente yo lo uso como un medio de expresión. No me llevo muy bien con la escritura y vi en esto la forma de expresarme. Y dejo en los demás que lo valoren o no lo valoren. No lo hago a propósito ni buscando a nada en concreto. Una vez que una foto Polaroid se digitaliza, pasa a ser como cualquier foto digital. Está en la rueda online y te la copian, roban, etc. Para copiarlas, en su momento, había máquinas que son como escaners. Le sacás fotos a las Polaroids. Y de ese modo se hacían las copias en su momento. El negativo es como un positivo también, porque la foto está ahí. Pero hoy en día es re importante escanear enseguida. Porque hoy en día muchos de los rollos están más inestables y con el tiempo van perdiendo el color. Sobre todo los de The Impossible Project. Los viejos es más difícil que cambie. Pero depende mucho del tipo de rollo. Hay determinados rollos Polaroid que tienen determinadas características de textura y de color que parecen realmente pinceladas. Hay uno especial que a mi me gusta mucho y es muy difícil de conseguir que se llama Artistic Time

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Zero, que es impresionante. Con la luz adecuada los colores, la textura y las imperfecciones hacen que realmente parezca una pintura. Ahora estoy haciendo una serie que es en honor a pintores uruguayos. Y hay una foto que es como de un gaucho a caballo que yo le llamo Blanes que mucha gente hasta el día de hoy piensa que es una pintura y no una foto. Pero justamente eso fue lo que a mí me hizo entrar en el mundo Polaroid... no sé escribir, no sé pintar… pero amo la escritura y la pintura entonces con el tema de Polaroid me di cuenta que sacando esas fotos era la manera de que yo me pudiera expresar. Pero viene por ahí si, tiene mucho de pictórico. Ahora tengo una exhibición en el CCE. Expongo seis fotos y una parece realmente una pintura de naturaleza muerta: unos duraznos. Es una exhibición que está inspirada en las infancias. La llamé Floresta. Inspirada en los recuerdos de la infancia del verano, de estar en la calle, en la playa. Gracias al The Impossible Project hubo como un gran renacimiento. La muerte de Polaroid significó el renacimiento de una nueva cosa que es el Impossible Project que es genial y que vamos a estar siempre agradecidos. Porque rescató a la fotografía instantánea. Si no fuera por ellos, habría miles de cámaras en desuso que no tendrían cómo alimentarse con rollos. Y ellos realmente están sacando unos rollos increíbles y una variedad increíble. No tengo palabras de agradecimiento para lo que está pasando ahora con The Impossible Project. Nos rescató a todos. Osea, yo de verdad pensaba que en un momento se me acababa mi medio de expresión. Siguen habiendo al día de hoy rollos de los viejos, aunque es muy difícil de conseguirlos. Yo tengo una heladera llena de ellos. Me traje unos cuántos cuando volví de Inglaterra. Cada vez que alguien viaja o yo viajo, me traigo. Hay gente que cuando se enteró que Polaroid cerraba compró un montón y los va vendiendo caros y de a poco. Farmacias en pueblos en el medio de la nada que tiene algunos en el estante. Lo que nos unió a todos fue el tema de que Polaroid estaba por cerrar. Entonces nos juntamos, con personas de todo el mundo, con un proyecto que se llamaba Save the Polaroid. Teníamos remeras, todo. Exhibimos mucho en distintas ciudades. Y ahí quedamos un poco como conectados. Y hoy en día en un mundo tan digitalizado… la gente que todavía tiene ese interés común estamos conectados. En forma de exhibiciones, libros, proyectos que publicamos. Como una comunidad linda que se generó de gente que o se dedica solo a Polaroid o tiene como gran parte de su interés en ello. Estados unidos, Japón, Inglaterra… pocos en Sudamérica. Y todo el tiempo se están haciendo ya sean grandes exhibiciones o pequeños proyectos a nivel mundial. Por ejemplo: ahora hay una cámara que circula alrededor del mundo y forma parte de un proyecto que se llama 600 en el 600. Es una cámara que va dando vueltas por todo el mundo. Y me llegó a mi y yo la mandé a Argentina la cámara, y una chica de ahí sacó foto. Y después volvió para Inglaterra. De Sudamérica creo que solo tocó en Uruguay y Argentina. Son pavadas, que no va a pasar nada con eso, pero después se

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hace una exhibición con esas fotos que sacamos con la cámara y es algo que nos divierte, que nos mantiene unidos. Ver qué hace otra persona con una misma cámara, está bueno. Lovearoid. Yo estaba como volviendo al país y todavía no había tenido ninguna gran exhibición en Uruguay. Y cuándo me contactaron las chicas de la galería para ver si quería hacer algo. Y bueno… se nos ocurrió mostrar esto. Que eran cosas que íbamos haciendo juntos con Agus y que iban surgiendo espontáneamente también. Él no podía creer que yo tardaba media hora en sacar una foto y entonces él se aburría y se ponía a filmarme mientras yo sacaba la foto. Y nos dimos cuenta de que teníamos como una visión común juntos. Y bueno… se nos ocurrió mostrar eso. Que era algo que ya existía, nosotros ya le habíamos puesto ese nombre desde antes. Pero me encantó la experiencia y la exhibición en sí misma. Buena oportunidad de exponer algo juntos en lo que veníamos trabajando y que seguimos trabajando también. Lovearoid pasó desde el momento en el que nos conocimos. Desde la primera semana yo ya estaba sacando fotos y él filmándome. Y es una cosa de años que nos fuimos dando cuenta de que teníamos como una visión compartida del mundo. En un mundo tan digitalizado sentíamos un cierto amor por lo analógico, por las cámaras viejas. Estas cosas que se pueden lograr con métodos viejos pero aplicando también cosas de ahora porque él también tiene un approach al video que es muy actual. Yo metí el tema viejo y el le dio su toque más de ahora. Y al final se hizo algo que ya es una cosa en sí misma. Y dimos con una palabra que no existe y como que la tomamos nosotros. Cuando usas rollos expirados nunca sabés lo que va a salir. Aunque con la experiencia más o menos te podés hacer una idea. Yo sé que si compro Time Zero va a tener determinado azul o amarillo. Si compro un rollo 600 va a ser bien diferente el efecto. Más o menos te hacés una idea de hacia qué lado va a apuntar ese rollo. Después dependiendo del año en el que venció te das cuenta de si el rollo no va a funcionar. Yo a veces veo en e-bay gente que sube rollos del 85 y yo ya sé que ese rollo ya no tiene ni batería y que ni ahí va a andar. Y la gente compra igual. Pero con la experiencia te das cuenta sabiendo en qué año venció y que tipo de rollo es. Y todo eso. Pero después de que metés el rollo en una cámara ahí; normalmente suele haber coherencia dentro del propio rollo. Si la primera foto te salió de determinada manera, el resto va a ser similar. Si veo que en la primera me sale la mitad de la foto negra, para las siguientes trato de componer la imagen en la otra mitad. Y eso me ayuda. Hay como unas pequeñas trampitas que te ayudan. Pero la compra así del rollo puede ser muy en el aire. Me ha pasado que he gastado 200 dólares en un rollo y lo pongo y no anda. Y lloro tres días. Tiene mucho de eso, uno se lleva cada sorpresa. Otras veces saco una foto y lloro de alegría del rollo que tengo. Y tengo que pensar muy bien como usarlo y queda dentro de la cámara un año. Uso varias cámaras porque quedo trancada con varios rollos.

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Durante el primer año antes de empezar a exponer fue una cosa impresionante de sacar fotos una atrás de otra. Me llegó la cámara, la empecé a probar y no podía parar. Todavía ese año no habían anunciado que Polaroid cerraba entonces no era tan caro. Además yo tenía un buen trabajo, ganaba bien, e invertía en rollos como loca. Y hoy en día miro mis archivos y no puedo creer. Hoy en día es imposible haber hecho eso. Y más estando acá en Uruguay, que me llega un rollo cada mil años y lo tengo que cuidar mucho. Pero eso fue lo que me dio tanto entrenamiento. Me puede interesar o no el tema de los rollos expirados. Depende el proyecto. A veces quiero generar algún efecto diferente, pero otras veces no. Tan solo mantenerme con la estética Polaroid en algunos rollos pero que no haya una línea negra que parte la foto al medio, ¿no? Pero hay otros determinados momentos en los que sí. Tengo varias series de fotografías en desarrollo y hay varias que están basadas en los efectos de las fotos. Creo que el rollo vencido es como que es infinita la posibilidad artística que te da. Pero como te digo, hay otras veces que no lo querés. En mi caso, la mayoría de las veces, es mi amigo. Ginza (página 3) es una de mis fotos preferidas. La saqué en mi primera visita a Japón. Era domingo, había mucha gente paseando por una peatonal. De repente la niña se da vuelta y disparo mi Polaroid sin dudar. Tanto que me dió miedo que su familia se hubiera enojado. Al contrario, la abuela se acercó y me dijo "Arigatou", agradecida.