Upload
others
View
0
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
LA HISTORIA DE LA IGLESIA DESDE LA PERSPECTIVA DE LAS SS. EE. Segunda Parte
El llamado de Abraham, marcó el fin de la era de La Congregación de Los
Primogénitos, y el comienzo del
tiempo De La Congregación Del
Desierto, (Israel-Hechos 7:38). Para
establecer la verdadera historia de la
Iglesia en este segundo segmento de la sociedad (2ªmedida de harina
necesitamos aclarar la situación
relativa a Israel en este tiempo de
aproximadamente 15 siglos desde el
Pacto de Dios con la nación hasta el
comienzo del Ministerio De Nuestro
Señor Jesucristo; es importante conocer más a fondo las características
de la estructura jurídica, social y
religiosa que Dios entregó ahora a las
tribus de Israel, para convertirlas en un
pueblo por sobre todos los pueblos de la tierra (Deuteronomio 14:2) El abundante material legislativo revelado por Dios en el Monte Sinaí abarcaría
todos los aspectos de la vida de Israel: desde la forma de relacionarse con Él,
en un sistema de gobierno teocrático; pasando por asuntos de la salud, la
alimentación, la familia, la sexualidad, el trabajo, la sociedad, hasta la relación
del hombre con el medio ambiente. Algunas de estas leyes son de uso universal, otras de carácter perpetuo, mientras que otras se emplean sólo en
ocasiones, especiales y tiempos determinados. Sin embargo, todas fueron
instrucciones divinas para los hijos de Dios, conocidas bajo el título de "El
Primer Pacto", y que de acuerdo a la información de las SS.EE. le
correspondió a Moisés escribirlas para la posteridad (Éxodo 34:27).
De acuerdo a algunos estudios rabínicos, seiscientas trece leyes constituían
este código legislativo dispuesto para normar las características de la vida de
una nación teocrática que como Iglesia debía ser un ejemplo para las naciones
del mundo; Construido el Tabernáculo, establecido el Sacerdocio, un tercio de
esas seiscientas trece leyes tenían que ver con esto. La carta del apóstol Pablo a los Hebreos en el capítulo 9:1, describe la forma de la Adoración de la
siguiente manera: “…Tenia empero también El primer pacto reglamentos
del culto, y santuario mundano…" Aquí el apóstol destaca la característica
dual de la forma de adoración en el pacto que Dios concertó con Israel; no se
puede desconocer que no existe nación alguna en el mundo, ni tampoco religión, que pueda afirmar con justicia haber recibido el contenido de su
doctrina por revelación divina, solamente el Pueblo de Israel (Romanos 9:1-5)
Ahora bien, cuando el apóstol menciona estos dos términos entra en un
análisis de estos a través del cual podremos comprender, y darnos cuenta cuál
era esta forma de adoración de Israel y porqué debía ser así:
Menciona en primer lugar. "El Reglamento Del Culto" que
apuntaba al hecho, que las
personas nunca perdieran el
contacto con Dios a través de
momentos específicos de
Adoración, instituidos por Él; pero que no tenía en sí mismo la
capacidad de salvar de la muerte,
como consecuencia lógica del
pecar. (Levítico 23:1-44)
Entre tanto, del Santuario
Mundano, regido por La Ley De Los
Sacrificios Por El Pecado; el apóstol
Pablo la alude, tangencialmente,
cuando explica la forma y funciones del Tabernáculo del
testimonio, desde el versículo 2 al
10 de este mismo capítulo 9 de de
su carta a los Hebreos de la siguiente manera:"…Porque el tabernáculo fue
hecho: el primero, en que estaban las lámparas, y la mesa, y los panes de la proposición; lo que llaman el Santuario. Tras el segundo velo
estaba el tabernáculo, que llaman el lugar santísimo; El cual tenía un
incensario de oro, y el arca del pacto cubierta de todas partes
alrededor de oro; en la que estaba una urna de oro que contenía el
maná, y la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; Y
sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en particular. Y estas cosas así
ordenadas, en el primer tabernáculo siempre entraban los sacerdotes
para hacer los oficios del culto; mas en el segundo, sólo el pontífice
una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los
pecados de ignorancia del pueblo: Dando en esto a entender el Espíritu Santo, que aun no estaba descubierto el camino para el santuario,
entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie. Lo cual era
figura de aquel tiempo presente, en el cual se ofrecían presentes y
sacrificios que no podían hacer perfecto, cuanto a la conciencia, al que
servía con ellos, consistiendo sólo en viandas y en bebidas, y en diversos lavamientos, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas
hasta el tiempo de la corrección…" Formulismos que los encontramos en el
Libro de Números en los capítulos 28 y 29 bajo el nombre de La Ley De Los
Sacrificios Por El Pecado O La Ley De Los Mandamientos En Orden A
Ritos, como la llama el apóstol Pablo, en sus cartas y que proporcionaba, a
través de diferentes sacrificios expiatorios los medios para la justificación del pecado.
Conservar en la memoria estos detalles sobre el ordenamiento entregado al
Pueblo elegido, nos servirán para comprender con más precisión la forma de
relacionarse con Dios establecido por Él, y el tiempo establecido para La ley de
los sacrificios por el pecado o la ley de los mandamientos en orden a ritos pues el desconocimiento sobre este punto, por parte de la mayoría del mundo
cristiano, es lo que ha permitido la infiltración de las falsas doctrinas, entre
quienes genuinamente quieren encontrar a Dios, pero han sido lastimosamente
engañados.
Retomando la Línea del desarrollo de la historia de esta segunda etapa de la iglesia de Dios, luego del juicio y sentencias dictadas tras el pecado de
nuestros primeros padres, la Iglesia quedó bajo el estigma de tener que
convivir con el mundo mayoritariamente contrario a la forma de vida de los
Hijos de Dios (Juan 17: 14-17) por estar bajo el dominio de Satanás (Juan
12.31, cap.14:30, cap. Juan 16:11)
A partir del capítulo 22 del libro de
Números, hasta el capítulo 25;
podemos ver cómo Satanás
tempranamente, mueve sus peones para hacer caer a este pueblo que
había aceptado organizar su
existencia al propósito divino de
imponer la soberanía de la Verdad
de Dios en la tierra (Éxodo 19;5 y 6); cuando Balaac, el rey moabita,
tras los consejos de Balaam("La
historia desconocida de Balaam" en
la pág. web) encontró el talón de
Aquiles de la Congregación del
Desierto, induciendo a las jóvenes Moabitas, a que se mezclaran con
los jóvenes hebreos; y de este
modo lograr que Israel cayera en la
idolatría (Números 25) De ahí en
adelante, de rebelión en rebelión, tras cuarenta años de peregrinar
en el desierto, bajo el mando de
Josué, Israel comienza a tomar
dominio de la tierra prometida.
Los tres siglos y medio (El tiempo de los Jueces) que siguieron, son un
testimonio patético de cómo la nación había perdido el norte respecto a su
propósito primigenio, cuando al no obedecer la orden de Dios había de
exterminar a los cananeos :"…Empero de las ciudades de estos pueblos
que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con
vida; Antes del todo los destruirás: al Hetheo, y al Amorrheos, y al Cananeo, y al Pherezeos, y al Heveo, y al Jebuseo; como Jehová tu
Dios te ha mandado…" estos se constituyeron en la piedra de tropiezo para
la relación der Israel con Dios.
A muchos estudiantes de la biblia les cuesta explicar las razones de ésta cruda
orden respecto a eliminar a los cananeos; y personas incrédulas respecto a Dios y las Sagradas Escrituras, encuentran en estos versículos una razón más
para denostar a nuestro Dios y seguir poniendo en duda su amor por la
humanidad; sin embargo es necesario entender que la cuenta de los cananeos
con Dios venía de mucho tiempo atrás desde que Cham se había apartado de
la casa de su padre (Génesis
9:19-25) tomando el camino de la maldad, y no
se arrepintió de sus
costumbre pecaminosas e
inmorales; y al parecer, su
descendencia siguió el mismo camino ( 1ª Reyes
21.25 y 26) Aun así,
debieron pasar todavía unos
cuantos siglos, hasta que al
fin Dios, primero decidiera quitarle la heredad a los
cananeos; en el comienzo
de este nuevo capítulo de la
historia de la Iglesia,
cuando llamó a Abraham, y habiendo llegado el
Patriarca a Sichêm,
obedeciendo la voluntad de
Dios; Él prometió entregar
por heredad a su simiente
la tierra de Canaán, Génesis 12:5-7: "…Y tomó Abram á Sarai su mujer, y á Lot hijo de su
hermano, y toda su hacienda que habían ganado, y las almas que
habían adquirido en Harán, y salieron para ir á tierra de Canaán; y á
tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el
lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el Cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová á Abram, y le dijo: A tu
simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar á Jehová, que le había
aparecido…"
Sin embargo, recién dos siglos después que Jacob y su familia entraran Egipto fue posible que se cumpliera la promesa de Dios a Abraham (Génesis
15:15-16), sobre la posesión de la tierra y el castigo a la maldad de los
Cananeos, cuando definitivamente la paciencia de Dios se colmó; sacando
con mano fuerte a Israel de Egipto los trajo sobre ellos como su mano
justiciera a la tierra de Canaán. De acuerdo a las informaciones derivadas de
las investigaciones arqueológicas, en la religión cananea aparte de una infinidad de dioses extraños que se habían erigido, sus cultos eran verdaderas
bacanales donde estaba presente la prostitución ritual, el incesto , el sacrificio
de niños etc. en una muestra cruda de lo que era la moral de aquellos pueblos
que Dios se había propuesto erradicar por la perversión extrema de su cultura
y religión; y por razones tan
específicas, como la que aparece en el capítulo 34:10-16
del libro de Éxodo entre otras
citas al respecto donde
dice:"…Guarda lo que yo te
mando hoy; he aquí que yo
hecho de delante de tu presencia al Amorreo, y al
Cananeo, y al Heteo, y al
Pherezeos, y al Heveos, y al
Jebuseo. Guárdate que no
hagas alianza con los moradores de la tierra
donde has de entrar, porque
no sean por tropezadero en medio de ti: Mas derribaréis sus altares, y
quebraréis sus estatuas, y talaréis sus bosques: Porque no te has de
inclinar á dios ajeno; que Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Por tanto no harás alianza con los moradores de aquella tierra;
porque fornicarán en pos de sus dioses, y sacrificarán á sus dioses, y
te llamarán, y comerás de sus sacrificios; O tomando de sus hijas para
tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán también
fornicar á tus hijos en pos de los dioses de ellas”. Tal como fue dicho por Dios así había de ocurrir, pero las personas debían tomar las decisiones;
lamentablemente desde que Satanás a través de Balaam condujo al pueblo de
Dios al pecado, Israel mantuvo una conducta fluctuante entre Dios y los
Baales.
El período de Los Jueces termina con el profeta Samuel, unas síntesis de algunos períodos de la historia de Israel, escritas por Asaph, el salmista y
músico la encontramos en el Salmo 78: 52-69: "…Empero hizo salir á su
pueblo como ovejas, Y llevólos por el desierto, como un rebaño. Y
guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo; Y la mar cubrió á sus
enemigos. Metiólos después en los términos de su santuario, En este monte que ganó su mano derecha. Y echó las gentes de delante de
ellos, Y repartióles una herencia con cuerdas; E hizo habitar en sus
moradas á las tribus de Israel. Mas tentaron y enojaron al Dios
Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; Sino que se volvieron, y se
rebelaron como sus padres: Volviéronse como arco engañoso. Y enojáronlo con sus altos, Y provocáronlo á celo con sus esculturas.
Oyólo Dios, y enojóse, Y en gran manera aborreció á Israel. Dejó por
tanto el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los
hombres; Y dio en cautividad su fortaleza, Y su gloria en mano del
enemigo. Entregó también su pueblo á cuchillo, Y airóse contra su
heredad. El fuego devoró sus mancebos, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. Sus sacerdotes cayeron á cuchillo, Y sus
viudas no lamentaron. Entonces despertó el Señor á la manera del que
ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino: E hirió á sus
enemigos en las partes posteriores: Dióles perpetua afrenta. Y desechó
el tabernáculo de José, Y no escogió la tribu de Ephraim. Sino que
escogió la tribu de Judá, El monte de Sión, al cual amó. Y edificó su santuario á manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para
siempre…”.
Hacia el siglo XI A.C. en los últimos años del Profeta Samuel, Israel ya no
quiso más ser dirigido por jueces a causa de la maldad de los hijos de Samuel,
y pide que levanten sobre ellos Rey, el profeta entonces va delante de Jehová y la respuesta no se deja esperar y así queda escrito como testimonio en el
primer Libro de Samuel 8:7-19 "…Y dijo Jehová á Samuel: Oye la voz del
pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado á ti, sino á mí
me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme á todas las
obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, que me han dejado y han servido á dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora
pues, oye su voz: mas protesta contra ellos declarándoles el derecho del rey
que ha de reinar sobre ellos. Y dijo Samuel todas las palabras de Jehová al
pueblo que le había pedido rey. Dijo pues: Este será el derecho del rey que
hubiere de reinar sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y pondrálos en sus carros, y en su gente de á caballo, para que corran delante de su carro: Y se
elegirá capitanes de mil, y capitanes de cincuenta: pondrálos asimismo á que
aren sus campos, y sieguen sus mieses, y á que hagan sus armas de guerra, y
los pertrechos de sus carros: Tomará también vuestras hijas para que sean
perfumadoras, cocineras, y amasadoras. Asimismo tomará vuestras tierras, vuestras viñas, y vuestros buenos olivares, y los dará á sus siervos. El
diezmará vuestras simientes y vuestras viñas, para dar á sus eunucos y á sus
siervos. El tomará vuestros siervos, y vuestras siervas, y vuestros buenos
mancebos, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también
vuestro rebaño, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día á causa de vuestro
rey que os habréis elegido, mas Jehová no os oirá en aquel día. Empero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel; antes dijeron: No, sino que habrá rey
sobre nosotros…"
El descontento de Dios con esta
decisión se hizo notorio cuando permitió
que Saúl, un benjamita, fuera el primer rey humano sobre Israel (1ª Samuel 9:15 y
16); siendo que la profecía entregada a
Jacob al bendecir a sus hijos, en los últimos
días de su vida, era que por siempre, Dios
proveería los gobernantes para Israel de la tribu de Judá (Génesis 49: 9 y10) A pesar
de esto Dios fue con Saúl en la dirección de
la nación y sus primeras victorias sobre los
filisteos así lo confirman; sin embargo
prontamente comenzó a cometer errores
que finalmente concluyeron en su descalificación delante de Dios.
Las SS.EE. indican que luego de ser ungido
Saúl como rey, tomó la decisión de luchar
contra los filisteos que ahogaban a Israel y, seguido por un inexperto ejército,
decidió espera los siete días para ofrecer sacrificios a Dios, pero al ver que Samuel no llegaba y muchas personas de su ejército desistían temerosas de
los filisteos, el rey cometió un gran pecado delante de Dios al ofrecer él mismo
los sacrificios no siendo sacerdote, más tarde, en el enfrentamiento con los
amalecitas donde Dios le había ordenado dar muerte a todos, volvió a
desobedecer, al perdonarle la vida al rey y tomar botín del lugar donde Dios
había determinado no hacerlo, lo que finalmente concluyó en que Dios decidiera desecharlo.
El Rey David fue el sucesor de
Saúl; descendiente de Isaí, de la
tribu de Judá. Es considerado como un rey esencialmente justo,
reconocido además, como un gran
músico y poeta, prudente y de
muy buena presencia al que
tradicionalmente se le atribuye la autoría de muchos de los Salmos.
Luego que en la batalla contra los
filisteos en Gilboá el rey Saúl y su
hijo Jonathan murieron, estos se
apoderaron de grandes regiones pertenecientes a Israel. Entonces
David se trasladó a Hebrón, donde
fue ungido por el profeta Samuel
como rey de Judá; sin embargo, el
reconocimiento por parte de las
tribus de Israel como tal, no fue cosa fácil de lograr para él; toda vez que las tribus del norte, eligieron como rey a Isboset, un hijo del extinto rey Saúl.
Durante los siete años de permanencia en Hebrón, aunque David era el Rey,
no consiguió el reconocimiento de las poderosas tribus norteñas de Israel; solo
tras lograr derrotar la dura resistencia de los jebuseos, logró conquistar la ciudad de Jebús, la antigua Salem, y de este modo instalar la capital del Reino
en lo que él llamó la Ciudad de David, la actual Jerusalén.
Cuando pretendió construir un templo para Dios, y reemplazar el Tabernáculo,
recibió la negativa por parte de Dios, "por sus manos manchadas de sangre", de modo general la interpretación que se da a esta situación, es
que debido a su condición de rey guerrero, Dios no le permite participar,
pero todos los reyes de Israel fueron grandes guerreros, pues esta era la
forma de sobrevivir como estados; de manera que esta negativa tiene relación
con el gran pecado de David que fue su relación con Betsabé, la esposa de
Urías que fue castigado con la muerte del hijo engendrado entre ambos, y luego también, la traición llevada a cabo con Joab, su general, a fin de ocultar
su falta. David, luego de conocer la determinación de Dios decidió organizar
todo su gobierno , con miras a la instalación de Salomón en el reinado y
proveer todo lo que fuera necesario para la construcción del futuro templo para
Dios. Después de haber gobernado cuarenta años a Israel, siete desde Hebrón
y treinta y tres desde Jerusalén, el Rey David murió y fue enterrado en Jerusalén.
Como estaba escrito y era propio que sucediera a pesar de las rencillas
familiares en su contra, Salomón el cuarto hijo en línea de sucesión ocupó el
trono del Reino de Israel en lugar de su padre, ungido como rey a petición del
profeta Natán y su madre Betsabé.
Temeroso de Dios en los
comienzos de su reinado y
disfrutando las bendiciones y la
sabiduría que Dios le había dado el reino de Israel
acrecentó su prestigio y
poderío. Salomón, también con
un talento notable dejó a
posteridad varias parábolas y proverbios muchos de los
cuales encontramos en el Libro
de Proverbios, el Libro de
Eclesiastés y El Cantar de Los
Cantares. Lamentablemente preso en la
sentencia que decretara Dios
respecto a la conducta de los
reyes cuando desecharan su
gobierno y prefirieron tener un
rey humano en vez de su autoridad teocrática; su vida se torno licenciosa y finalmente cayó en la
idolatría abandonando la conducta humilde y temerosa de Dios que en el
principio le permitió los logros que toda la comunidad en derredor le reconoció
(libro1° de Reyes4: 29-34) todo esto finalmente concluyó en la sentencia
recriminatoria de Dios en los siguientes términos: “…Y enojóse Jehová contra Salomón, por cuanto estaba su corazón desviado de Jehová
Dios de Israel, que le había aparecido dos veces, Y le había mandado
acerca de esto, que no siguiese dioses ajenos: mas él no guardó lo que
le mandó Jehová. Y dijo Jehová á Salomón: Por cuanto ha habido esto
en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé el reino de ti, y lo entregaré á tu siervo. Empero no lo haré en
tus días, por amor de David tu padre: romperélo de la mano de tu hijo.
Sin embargo no romperé todo el reino, sino que daré una tribu á tu
hijo, por amor de David mi siervo, y por amor de Jerusalén que yo he
elegido…" Así fue como tras 120 años de un gobierno único para todas las
tribus de Israel, se cumplió la palabra de Dios y se dividió Israel en dos reinos menores: al norte quedaron 10 tribus e hicieron de Siquem su capital, en los
días del rey Ocozías, trasladaron su capital a Samaria y su primer rey fue
Jeroboam de la tribu de Efraín. Al sur quedó la tribu de Judá con la tribu de
Benjamín y parte de la tribu de Leví con Jerusalén como capital, siendo su
primer rey Roboam, hijo de Salomón.
La vida espiritual de los reinos
divididos, caminó la deriva en la
impronta constante de acercarse
a Dios cuando estaban en
aflicción y dejarlo cuando ya estaban en paz, incapaces de
abandonar la idolatría,
embarcados en incontables
ocasiones en guerras fratricidas,
cada reino a su manera pavimentó el camino a su
fracaso. Los reyes que
gobernaron el reino norteño de
Israel, de Jeroboam el primero a
Oseas el último, fueron 19 en total procedentes de 9 diferentes
familias, casi todos ellos impíos, que construyeron altares y toleraron la
idolatría en su territorio por eso finalmente Dios entregó al Reino de Israel en
manos de los Asirios. En el capítulo 17 del Libro 2° de Reyes, se puede leer el
relato del término del Reino de Israel y las causas que esgrimió Dios en el juicio contra ellos:"…En el año duodécimo de Achâz rey de Judá,
comenzó á reinar Oseas hijo de Ela en Samaria sobre Israel; y reinó
nueve años. E hizo lo malo en ojos de Jehová, aunque no como los
reyes de Israel que antes de él habían sido Contra éste subió
Salmanasar rey de los Asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y pagábale
tributo. Mas el rey de Asiria halló que Oseas hacía conjuración: porque había enviado embajadores á So, rey de Egipto, y no pagaba tributo al
rey de Asiria, como cada año: por lo que el rey de Asiria le detuvo, y le
aprisionó en la casa de la cárcel. Y el rey de Asiria partió contra todo el
país, y subió contra Samaria, y estuvo sobre ella tres años.
6 En el año nueve de Oseas tomó el rey de Asiria á Samaria, y trasportó á Israel á Asiria, y púsolos en Hala, y en Habor, junto al río
de Gozán, y en las ciudades de los Medos. Porque como los hijos de
Israel pecasen contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto
de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temiesen á dioses ajenos, Y
anduviesen en los estatutos de las gentes que Jehová había lanzado delante de los hijos de Israel, y en los de los reyes de Israel, que
hicieron; Y como los hijos de Israel paliasen cosas no rectas contra
Jehová su Dios, edificándose altos en todas sus ciudades, desde las
torres de las atalayas hasta las ciudades fuertes, Y se levantasen
estatuas y bosques en todo collado alto, y debajo de todo árbol
umbroso, Y quemasen allí perfumes en todos los altos, á la manera de las gentes que había Jehová traspuesto delante de ellos, é hiciesen
cosas muy malas para provocar á ira á Jehová, Pues servían á los
ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de
hacer esto; Jehová protestaba entonces contra Israel y contra Judá,
por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo:
Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme á todas las leyes que yo prescribí á vuestros
padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas. Mas
ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de
sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios. Y desecharon
sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus padres, y sus
testimonios que él había protestado contra ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las gentes que
estaban alrededor de ellos, de las cuales les había Jehová mandado
que no hiciesen á la manera de ellas: Y dejaron todos los
mandamientos de Jehová su Dios, é hiciéronse vaciadizos dos
becerros, y también bosques, y adoraron á todo el ejército del cielo, y sirvieron á Baal: E hicieron pasar á sus hijos y á sus hijas por fuego; y
diéronse á adivinaciones y agüeros, y entregáronse á hacer lo malo en
ojos de Jehová, provocándole á ira. Jehová por tanto se airó en gran
manera contra Israel, y quitólos de delante de su rostro; que no quedó
sino sólo la tribu de Judá…"
La visión histórica de los reinos divididos, parece la historia común de la forma
de vida de los pueblos de aquel entonces, sin embargo, los cargos que Dios les
representa, dan cuenta, que se les juzga por su conducta espiritual frente a su
responsabilidad como Iglesia de Dios: 1. Construyeron lugares altos en todas sus ciudades.
2. Levantaron estatuas e imágenes sobre todo collado y bajo todo
árbol frondoso
3. Sirvieron a ídolos.
4. No escucharon a los profetas, sino endurecieron su cerviz.
5. Desecharon los estatutos de Dios. 6. Hicieron pasar sus hijos por el fuego, etc.
El Reino de Judá, sobrevivió al Reino de Israel aproximadamente, 130 años. Y
en cumplimiento de la promesa hecha por Dios a David; hubo solamente
descendientes de su familia en el trono: la dinastía de David, con 20 reyes , salvo Atalía que brevemente se hizo del trono tras la muerte de su esposos e
hijo, en la séptima sucesión. En líneas generales, los reyes que gobernaron el
Reino de Judá, procuraron de todas maneras un mejor comportamiento frente
a Dios aunque se dieron casos como el del rey Acaz según se relata en el libro
2° de Reyes en el capítulo 16. Acaz se conoce como el rey de Judá que cometió la falta de hacer cambios en el Templo en Jerusalén, después de resolver el
problema de la amenaza que estaba resultando ser Peka, rey de Israel, que se
había confederado con Rezín, rey de Siria en Damasco, con el fin de atacar a
Acaz: “…Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-Pileser, rey de Asiria,
diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube y defiéndeme de mano del rey de
Siria y de la mano del rey de Israel…” (2 Reyes 16:7). Entonces el rey de Asiria vino en su socorro atacó a Damasco, capital de Siria y la tomó; de esta forma
libró a Judá del ataque extranjero. Como resultado de esto Acaz trabo amistad
con el rey idólatra de Asiria, y fue con Tiglat-Pileser a Damasco con el fin de
agradecerle y agasajarlo por su triunfo; allí visitó el templo de la cuidad que le
impresionó mucho, pues era
más lujoso, moderno y llamativo que el altar en
Jerusalén. “…Cuando vio el
rey Acaz el altar que
estaba en Damasco, envió
al sacerdote Urías el
diseño y la descripción del altar, conforme a su
hechura ... y luego que el
vino de Damasco y vio el
altar, se acercó el rey a él
y ofreció sacrificios en él ... E hizo acercar el altar
de bronce que estaba
delante Jehová ...lo puso a
lado del altar hacia el
norte. Y mandó Acaz al sacerdote Urías, diciendo:
En el gran altar encenderás el holocausto ... y cortó el rey Acaz
tableros de las basas, y les quitó las fuentes, y quitó también el de
sobre los bueyes de bronce…” (2 Reyes 16:10-17). Pero, ¿Por qué tenía el
Templo de Jerusalén aquel diseño? ¿Acaso ignoraba Acaz que Dios había dado instrucciones a David cuanto a aquel Templo?, entonces dijo “David a
Salomón su hijo el plano del pórtico del Templo y sus casas para los
atrios de la casa de Jehová ... también para toda la obra del ministerio
de la casa de Jehová ... Todas estas cosas, dijo David, me fueron
trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras
del diseño” (1 Crónicas 28:19-20)
Cuando Dios dio a Moisés el diseño del Tabernáculo en el desierto, se declaró,
que este era copia del Tabernáculo Celestial, de manera que este Templo ya
existente, no podía ser muy diferente al diseño entregado a David, por esto
constituyó pecado el hecho de esta intervención de Acaz, imitando la suntuosidad de un templo pagano pero si esto fue mucho cuando llegamos a
cerciorarnos de lo que fue el subsiguiente, largo e impío gobierno de Manasés
hijo del rey Ezequías, nos damos cuenta que Judá también iba cuesta abajo;
porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había
derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto
a aquellas cosas. Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual
Jehová había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén. Y pasó a su hijo por
fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores
y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para
provocarlo a ira. Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre
para siempre en esta casa, y en Jerusalén; y Manasés indujo al pueblo Judío,
que hiciesen más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los
hijos de Israel. Después de cincuenta años de su impío reinado muere y
asciende al trono de Judá,
Amón su hijo; cuyo gobierno no logró mejorar al remanente de
Israel, hasta que finalmente en
el segundo año de su reinado
fue asesinado por sus propio
siervos, lo que señala con
mucha claridad que Dios no fue con él.
La ascensión al trono del Rey
Josías, que fue un gran siervo
de Dios, permitió la restitución de la Ley de Dios, se recompuso
el Templo deteriorado por el
abandono, se destruyeron todos
los ídolos paganos que había en
el país, y se ordenó a los Judíos que adoraran solamente al Dios
de Israel. Mientras Josías vivió, su pueblo obedeció al Dios de Abraham de
Isaac y Jacob; luego hizo que todos los que estaban allí presentes, y que eran
de Jerusalén y de la tribu de Benjamín, se comprometieran a obedecer el Pacto
de Dios con Israel. Al conocer esta parte de la historia de la nación nos podemos dar cuenta que tal como fuera pronosticado en la bendición profética
de Jacob a su hijo Judá (Génesis 49:10-12), la preservación de la fe y el
conocimiento revelado en el monte Sinaí; y que algún día debía ser extensiva a
toda la humanidad, fue en gran parte de responsabilidad de la Tribu de Judá,
el Sacerdocio Levítico, naturalmente, y los diferentes profetas que Dios
levantó en ambos reinos para trasmitir su voluntad. En este ámbito, desde mediados del reinado de Josías, el profeta Jeremías desarrolló una labor
destacada tratando de imponer cordura trasmitiendo las revelaciones que Dios
le entregaba referente la conducta del Reino de Judá pero ya su destino, tal
como ocurriera con el reino de Israel, a causa de su rebeldía, estaba trazado
con el levantamiento del Imperio Babilónico. (Jeremías 25:1-15) Fue así que de acuerdo a la cronología secular, Jerusalén la capital del reino es invadida y
hecha tributaria de Babilonia, por primera vez por Nabucodonosor en el año
606 A.C.Y finalmente destruida, y asaltado y quemado el templo en el año
595, y llevada en totalidad al cautiverio Babilónico, el relato bíblico nos entrega
la historia de estos últimos años del reino de Judá hasta los días del cautiverio de la siguiente maneta: "… De veinte y tres años era Joacaz cuando
comenzó á reinar, y tres meses reinó en Jerusalén. Y el rey de Egipto
lo quitó de Jerusalén, y condenó la tierra en cien talentos de plata y
uno de oro. Y constituyó el rey de Egipto á su hermano Eliacim por rey
sobre Judá y Jerusalén, y mudóle el nombre en Joacim; y á Joacaz su
hermano tomó Nechâo, y llevólo á Egipto. Cuando comenzó á reinar Joacim era de veinte y cinco años, y reinó once años en Jerusalén: é
hizo lo malo en ojos de Jehová su Dios. Y subió contra él
Nabucodonosor rey de Babilonia, y atado con cadenas lo llevó á
Babilonia. También llevó
Nabucodonosor á Babilonia de los vasos de la casa de
Jehová, y púsolos en su
templo en Babilonia.
Lo demás de los hechos de
Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se
halló, he aquí está escrito en
el libro de los reyes de Israel
y de Judá: y reinó en su
lugar Joachin su hijo De ocho años era Joachîn
cuando comenzó á reinar, y
reinó tres meses y diez días
en Jerusalén: é hizo lo malo en ojos de Jehová. A la vuelta del año el
rey Nabucodonosor envió, é hízolo llevar á Babilonia juntamente con los vasos preciosos de la casa de Jehová; y constituyó á Sedecías su
hermano por rey sobre Judá y Jerusalén. De veinte y un años era
Sedecías cuando comenzó á reinar, y once años reinó en Jerusalén. E
hizo lo malo en ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante de
Jeremías profeta, que le hablaba de parte de Jehová. Rebelóse asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y
endureció su cerviz, y obstinó su corazón, para no volverse á Jehová el
Dios de Israel. Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el
pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las
abominaciones de las gentes, y contaminando la casa de Jehová, la
cual él había santificado en Jerusalén. Y Jehová el Dios de sus padres envió á ellos por mano de sus mensajeros, levantándose de mañana y
enviando: porque él tenía misericordia de su pueblo, y de su
habitación.
Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y
menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió el furor de Jehová contra su pueblo, y que no hubo remedio. Por
lo cual trajo contra ellos al rey de los Caldeos, que mató á cuchillo sus
mancebos en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella,
ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos. Asimismo todos
los vasos de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros del rey y de sus príncipes, todo lo llevó á
Babilonia. Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de
Jerusalén, y consumieron al fuego todos sus palacios, y destruyeron
todos sus vasos deseables. Los que quedaron del cuchillo, pasáronlos á
Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino
de los Persas. (2° Libro De Crónicas 36: 2 -20)
El Libro de Daniel cronológicamente continúa con el desarrollo de la historia del
Reino de Judá, pues como lo explicó Jeremías, el cautiverio era totalmente
diferente al cautiverio del Reino de Israel en Asiria, y sólo duraría setenta
años. Para poder definir la estructura de estos escritos, no podemos dejar de
mencionar algunas dudas que se han planteado respecto a su autoría y fecha de composición. La Iglesia por su parte, al no existir argumentos irrefutables
de esta postura, acepta la integridad de este libro tal como, por la gracia de
Dios, ha llegado a nosotros. Desde esta perspectiva comprendemos que el
Libro está dividido en dos partes: desde el capítulo 1 al 6, como una narración
escrita en tercera persona y que nos da a conocer la vida en el palacio de los
primeros cautivos llevados al Imperio, y la vida piadosa de los cuatro jóvenes de la realeza judía que fueron llevados al Palacio de Nabucodonosor a fin de
ser instruidos para el servicio de la Corte Real; el relato e interpretación del
sueño de Nabucodonosor, el testimonio profético del rey de su castigo durante
siete años y sanación tras haber reconocido y enaltecido el nombre del Dios de
Israel, para luego erigirse él en su grandeza como un dios.
La segunda parte comienza en el capítulo 7 al 13, donde en primera persona
Daniel da cuenta de algunas revelaciones proféticas de carácter escatológico
que nos llevan a comprender lo que sobrevendría, desde esos momentos hasta
los días del fin de los tiempos y que las veremos en el próximo capítulo, Dios mediante.
Continúa