808
LA MASONERÍA ESPAÑOLA REPRESIÓN Y EXILIOS I

LA MASONERÍA ESPAÑOLA REPRESIÓN Y EXILIOS I · ... D. HERMENEGILDO GINER DE LOS RÍOS. ... el verdadero siglo de oro de la masonería ... El republicano Alvaro de Albornoz en su

Embed Size (px)

Citation preview

LA MASONERA ESPAOLAREPRESIN Y EXILIOS

I

COLECCIN ACTAS, 69

J. A. FERRER BENIMELICoordinador

LA MASONERA ESPAOLAREPRESIN Y EXILIOS

I

XII Symposium Internacional deHistoria de la Masonera Espaola

ALMERA, del 8 al 10 de octubre de 2009

2010

CENTRO DE ESTUDIOS HISTRICOS DE LA MASONERA ESPAOLA (UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA)

Edita: Gobierno de AragnDepartamento de Educacin, Cultura y Deporte

Cubierta: La Puerta de Almera. Grabado

Maquetacin: COMETA, S.A. Ctra. Castelln, Km. 3,400. Zaragoza

V

NDICE DEL TOMO I

Pgs.

PRESENTACIN. Jos Antonio Ferrer Benimeli ..............................................

INTRODUCCIN

NICOLS SALMERN Y ALONSO (1837-1908) Y SU PRESUNTA VINCULACIN CON LA MASONERA. Jos Antonio Ferrer Benimeli ....................................

FRANCISCO SALMERN Y ALONSO (1822-1878) Y LA MASONERA DE ALHAMA DE ALMERA. Jos-Leonardo Ruiz Snchez .........................................

LOS MASONES Y EL EXILIO

EXILIADOS, EMIGRADOS Y MODERNIZADORES: EL CRISOL MASNICO EURO-ARGENTINO (EUROPA-RO DE LA PLATA, 1840-1880). Dvrig Molls ....

ESPAOLES EN PORTUGAL: EXILIO, EMIGRACIN Y MASONERA (1843-1868). Ignacio Chato Gonzalo ......................................................................

A MASONIC LODGE OF POLITICAL REFUGEES IN LONDON: THE GRAND LOGE DES PHILADELPHES. Andrew Prescott .........................................................

EL EXILIO ESPAOL DE LA PRIMERA REPBLICA Y LA MASONERA ARGENTINA. Mara Elena Rodrguez Lettieri .........................................................

REPRESIN Y EXILIO DE LOS MASONES EN ASTURIAS DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX. Yvn Pozuelo Andrs ...............................................................

FILIPINAS: DEPORTACIONES Y EXILIOS. Susana Cuartero Escobs ...................I MASSONI ITALIANI IN ESILIO: DALLA SANTA ALLEANZA AL FASCISMO. Aldo

Alessandro Mola ................................................................................LA FRANC-MAONNERIE BELGE EN EXIL PENDANT LA PREMIRE GUERRE MONDIA-

LE: RENCONTRE EXCEPTIONNELLE OU REPLI IDENTITAIRE? Anas Maes ...

IX

3

23

47

71

97

117

137165

173

181

VI

HERMANOS DEL MUNDO! AYUDADNOS A LIBERTAR ESPAA. NUEVAS APORTA-CIONES SOBRE LA MASONERA ESPAOLA EN EL EXILIO REPUBLICANO DE MXICO. Jos Ignacio Cruz Orozco ....................................................

MASONERA ESPAOLA EN EL EXILIO DE MXICO. MASONES ESPAOLES REGULA-RIZADOS Y AFILIADOS EN LOGIAS BAJO LA JURISDICCIN DE LA GRAN LOGIA VALLE DE MXICO, 1920-1959. Carlos Francisco Martnez Moreno ......

EXILADOS EM TERRA PRPRIA OU OS VENCEDORES. Maria Helena Carvalho dos Santos ..........................................................................................

ESPERANZAS Y AMARGURAS QU SOLIDARIDAD MASNICA INTERNACIONAL ANTE LA GUERRA CIVIL ESPAOLA? Dvrig Molls ...............................

LES RELATIONS MAONNIQUES FRANCO-ESPAGNOLES PENDANT ET APRS LA GUE-RRE CIVILE. Andr Combes .................................................................

MASONES ESPAOLES EXILIADOS EN MARSELLA Y TOULOUSE (1938-1949). Jos Antonio Ferrer Benimeli ....................................................................

UNA FRATERNIDAD MASNICA SIN FRONTERA: LA AYUDA DE LOS MASONES FRAN-CESES A SUS HERMANOS ESPAOLES DURANTE LA GUERRA CIVIL. Cline Sala ...................................................................................................

PRESENCIA REPUBLICANA ESPAOLA EN CUBA. Eduardo Torres-Cuevas .........

RELACIONES INTERNACIONALES

CONTRA-REVOLUO, FILOJESUITISMO E ANTIMAONISMO EM PORTUGAL. Jos Eduardo Franco y Paula Cristina Carreira .......................................

O GRUPO SEARA NOVA E A MAONARIA. REFLEXES SOBRE O IDEALISMO SEA-REIRO DURANTE A I REPUBLICA PORTUGUESA. Paula Virgnia Pires Feli-ciano ..................................................................................................

MASONERA Y EL ESTABLECIMIENTO DE LA SOCIEDAD TEOSFICA EN COSTA RICA (1904-1910). Ricardo Martnez Esquivel ...................................

LA MASONERA AUTCTONA Y ESPAOLA ANTE LA ESCLAVITUD. Luis Antonio Otero Gonzlez ..................................................................................

VICENTE ANTONIO DE CASTRO Y LA OPCIN REFORMISTA: DESDE LA CARTERA CUBANA HASTA YARA. Dominique Soucy .............................................

CRISTIANISMO, MASONERA Y MODERNIDAD. ESTUDIO COMPARATIVO: ESPAA Y SUECIA, 1850-1923. Alicia Yanini Montes y Carmen Mellado Rubio ..

BIOGRAFAS MASNICAS

EJRCITO Y MASONERA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XIX. LOS TRABAJOS POR LA LIBERTAD EN EL GO: RAFAEL ALESN ALONSO DE TEJADA. Rebeca Viguera Ruiz ..........................................................................

199

211

231

253

277

293

317327

337

353

369

393

411

423

449

VII

JOS MIGUEL CARRERA. REDES MASNICAS Y SOCIEDADES SECRETAS DURANTE LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA EN AMRICA DEL SUR. Felipe San-tiago del Solar Guajardo ...................................................................

CRIMINAL SEGUIDA A LUIS ZULOAGA POR INFIEL AL RITO DE YORK. Mara Eugenia Vzquez Semadeni ................................................................

ANDRS CASSARD Y SU VIDA EN NUEVA YORK. TRES NUEVAS FACETAS DE UN MASN POLIFACTICO. Miguel Guzmn-Stein .......................................

UN MASN AUDAZ Y CONFORMISTA, PARADIGMTICO DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA: EL FRANCO-CUBANO SEVERIANO DE HEREDIA (1836-1901). Paul Estrade ......................................................................................

ANTONIO GOVN Y TORRES, NEXO ENTRE MASONERA Y AUTONOMISMO EN CUBA. Delphine Sappez ................................................................................

INDEPENDENCIA EN EL CARIBE, CUBA: JOS DE ARMAS Y CSPEDES: MASN. Mara Dolores Domingo Acebrn ......................................................

EL LEVANTAMIENTO REPUBLICANO DE 1880 EN LENA (ASTURIAS) Y EL MASN VALERIANO DAZ RODRGUEZ-VIGIL. Sergio Snchez Collantes ...........

ISAAC ALBNIZ Y LOS HERMANOS FRANCMASONES. Jacinto Torres Mulas .......VICENTE BLASCO IBAEZ, ESULE A VITA, ANTESIGNANO DELLA SOLIDARIET

ATTRAVERSO LA GRIGLIA DI LETTURA DEL SUO ROMANZO POPOLARE: I QUATTRO CAVALIERI DELLAPOCALISSE. Guglielmo Adilardi ....................

MANUEL FIGUEROA ROJAS (1892-1978): UN DIPUTADO REPUBLICANO, CONSER-VADOR Y MASN. Mara del Carmen Fernndez Albndiz ...................

JUAN GRIS Y LA MASONERA. Charles Porset ................................................MIGUEL GRANADOS RUIZ: DE LA TEORA MASNICA AL COMPROMISO POLTICO.

Pedro Martnez Gmez ......................................................................JOS MALDONADO Y JOS ARTIME, DOS MODELOS MASNICOS Y, UNA LOGIA

EN COMN LA TOULOUSE, Y UN EXILIO DE POR MEDIO. Vctor Guerra Garca ................................................................................................

LA INSTITUCIN LIBRE DE ENSEANZA Y LA MASONERA: D. HERMENEGILDO GINER DE LOS ROS. Francisco Lpez Casimiro ..................................

EL PINTOR JOS AGUIAR (1895-1976), Y LA MASONERA. Manuel de Paz Sn-chez ...................................................................................................

ANTONIO OTERO SECO, MASN EXTREMEO MUERTO EN EL EXILIO. Manuel Pecelln Lancharro ............................................................................

EL EXILIO REPUBLICANO EN CHILE. ANTONIO DE LEZAMA, ESCRITOR, PERIODISTA Y MASN. Penlope Ramrez Benito ....................................................

LA REPRESIN AL CATEDRTICO MANUEL MARTNEZ PEDROSO, MASN, DIPU-TADO POR CEUTA Y MIEMBRO DE LAS CORTES EN EL EXILIO MEXICANO. Francisco Snchez Montoya ..............................................................

PERSECUCIN CONTRA UN BENEFACTOR DE LA REPBLICA: EL ACOSO JUDICIAL CONTRA ELAS AHUJA POR SUS RELACIONES CON LA MASONERA. Fernan-do Sigler Silvera ................................................................................

475

497

509

545

559

573

581601

627

637653

663

673

703

731

753

767

777

785

IX

PRESENTACIN

El ao 1983 inicibamos en la universidad de Zaragoza una aventura colec-tiva que culmin el 2009 en la universidad de Almera tras pasar por las de Sala-manca, Crdoba, Alicante, Extremadura, Castilla la Mancha, Barcelona, Segovia, Carlos III de Madrid y La Rioja. Han sido 26 aos de trabajo en equipo con la participacin de representantes de prcticamente todas las universidades espaolas y ms de una treintena de extranjeras. Lo que empez siendo un encuentro de meto-dologa aplicada a la historia de la masonera espaola fue recorriendo un largo camino de doce simposios internacionales en los que se ha abordado la historia de la masonera hispana metropolitana y de ultramar desde mltiples pticas: polti-cas, culturales, sociales, religiosas, educativas, militares, biogrficas, musicales, artsticas, literarias, filosficas, iniciticas, etc., sin olvidar el papel desempeado por la mujer, la prensa, la imagen y la opinin pblica, y otros aspectos ms parti-culares como la antimasonera, y en especial el franquismo que tanto protagonismo alcanz en la represin y exterminio de los masones espaoles. Del siglo XVIII pasamos al XIX, el verdadero siglo de oro de la masonera espaola, y de ste al XX y nos abrimos al XXI. Y como colofn en este ltimo simposio el recuerdo y la memoria histrica se han hermanado en un estudio de la masonera espaola a travs del exilio y represin. O mejor dicho, de los exilios y represiones en plural que las masoneras espaolas, tambin en plural, han ido jalonando sus propias historias, tanto las institucionales como las personales.

Con estos dos volmenes que superan las 1.800 pginas esta vez en ver-sin digital se cierra una primera fase de la historia de la masonera elaborada desde el Centro de Estudios Histricos de la Masonera Espaola [CEHME], y se alcanza la cifra de 24 tomos. No me corresponde a m valorar los trabajos que hoy presentamos y que el lector, mejor que nadie, podr apreciar y que son una muestra cuya riqueza reside en su variedad temtica y de enfoques realizados con libertad crtica y metodolgica.

Hoy da la labor individual y colectiva realizada por y desde el CEHME es ya una referencia nacional e internacional, de la que son claro testimonio los dos volmenes que hoy se ofrecen como recuerdo y en memoria de tantos masones que lucharon por una sociedad libre, igualitaria y fraternal, y que por ello sufrieron el exilio, la crcel, la depuracin y la muerte. Los Tribunales de Responsabilidad Polticas y el Especial de Represin de la Masonera y el Comunismo, as como

X

la llamada Causa General constituyen y aportan un material valioso para recons-truir momentos difciles de la historia de la masonera espaola. De esta forma el CEHME, si bien es cierto que lleva ya un cuarto de siglo recuperando la memoria histrica de una institucin demasiado tiempo menospreciada y olvidada incluso en la universidad, con estos dos tomos dedicados en especial a la represin y exilios quiere aportar su grano de arena a los esfuerzos y trabajos que desde diferentes instituciones se estn realizando.

Es cierto que la Historia no es un Tribunal, pero precisamente porque se ocupa de estudiar con rigurosidad el pasado todo el pasado no puede prescindir, ni mucho menos ignorar aquellos aspectos de la masonera que siguen resultando dolorosos y difciles de entender para las generaciones actuales.

El CEHME agradece a cuantos han participado y colaborado en la organi-zacin y desarrollo del Symposium de Almera cuyos estudios aqu se renen. A los que vinieron de cerca o de lejos, en especial a los del otro lado del Atlnti-co: Argentina, Chile, Cuba, Costa Rica, El Salvador, Mxico y Puerto Rico, que constituyen un prometedor y dinmico equipo de trabajo cuyas iniciativas a travs del Centro de Estudios Histricos de la Masonera del Caribe y Latinoamrica, filial del CEHME, estn cosechando ya sus primeros xitos. Agradecimiento a nuestros habituales colaboradores y amigos de Portugal, Italia, Inglaterra, Francia y Blgica. Y en este caso, por su particular dedicacin, al equipo de historiadores contemporneos de las universidades de Andaluca: Huelva, Cdiz, Sevilla, Gra-nada, Mlaga y en especial Almera, anfitriona esta ltima del Symposium, de la mano experta del profesor Fernando Martnez Lpez, de cuyo savoir faire estoy seguro que todos los participantes guardan un excelente recuerdo, as como de su eficiente equipo de trabajo el Grupo de Investigacin Sur Clo.

A destacar la generosidad de la Junta de Andaluca y en especial de la Con-sejera de Cultura, Excma. Sra. D. Rosario Torres Ruiz y del Consejero de Inno-vacin, Ciencia y Empresa, Excmo. Sr. D. Martn Soler Mrquez, as como de la Consejera de Educacin, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragn, Excma. Sra. D. Mara Victoria Broto Cosculluela por la publicacin del tomo de ndices de los once simposios anteriores y por los que aqu presentamos. Especial recuerdo a la universidad de Zaragoza, sede del CEHME y a la de Almera y a su Rector en particular, Excmo. Sr. D. Pedro Roque Molina Garca quien ofreci a los congre-sistas una recepcin de bienvenida en el Patio Central de la Escuela de Artes y que con las dems autoridades de Almera, el Presidente de la Diputacin Provincial, Excmo. Sr. D. Juan Carlos Lpez Usero y el Alcalde-Presidente, Ilmo. Sr. D. Luis Rogelio Rodrguez-Comendador Prez, nos acompaaron en diversos momentos del Symposium celebrado en el Aula de Cultura de la Fundacin Unicaja, cuyo Presidente, Ilmo. Sr. D. Braulio Medel Cmara puso a nuestra disposicin.

En la propaganda y difusin del Simposio fueron fundamentales el Instituto de Estudios Almerienses, de la Diputacin Provincial, y la prensa de Almera. En el primer caso su director D. Miguel Naveros, desde el primer momento, mostr su inters y eficacia favoreciendo igualmente la Exposicin La Masonera espaola a travs de la fotografa realizada en el Patio de Luces de la Diputacin Provin-

XI

cial comisionada magistralmente por Mara Carmen Amate Martnez Vicario con fondos principalmente del Archivo de Salamanca, hoy Centro Documental para la Memoria Histrica. Por su parte toda la prensa de Almera se hizo eco de las actividades e intervenciones de los congresistas y en especial El Diario de Almera que sac todos los das un Suplemento especial dedicado al Symposium con gran profusin de entrevistas y fotografas. A los periodistas y fotgrafos que cubrieron el evento nuestro recuerdo y agradecimiento.

En la introduccin a los trabajos del primer simposio celebrado en Zaragoza en 1983 y publicados en 1985, conclua diciendo que dicho Symposium haba teni-do como meta ms lejana la elaboracin coordinada y armnica de un trabajo serio realizado en equipo, pero con libertad crtica que nos aproximara a una autntica y desmitificadora historia de la masonera espaola que acabe con las apologas simplistas de unos y los ataques irracionales de otros, y nos permita conocer el verdadero papel desarrollado por la masonera en los acontecimientos histricos de nuestra historia contempornea. Hoy, 25 aos despus, corresponde al lector de los trabajos presentados en Almera juzgar si hemos sido fieles a ese planteamiento.

Jos Antonio FERRER BENIMELI

Universidad de Zaragoza

INTRODUCCIN

3

Nicols Salmern y Alonso (1837-1908) y su presunta vinculacin con la masonera

JOS ANTONIO FERRER BENIMELI Universidad de Zaragoza

D. Nicols Salmern y Alonso (1837-1908), pensador y filsofo, idealista y racionalista, krausista y catedrtico de metafsica en la Universidad Central de Madrid, maestro y pedagogo, supo compaginar su carrera docente con su actividad poltica, siendo una de las figuras ms importantes del siglo XIX espaol tanto en el aspecto universitario como en el poltico.

Miembro en 1867 del clandestino Partido Democrtico para cuyo Comit directivo obtuvo ms votos que Pi y Margall, Orense y Figueras, y despus de la Junta revolucionaria de 1868 en Madrid, fue Ministro de Gracia y Justicia en el gabinete republicano de Estanislao Figueras en 1873. El mismo ao sera Presiden-te de la Cmara y Presidente de la Repblica, cargo al que renunci, consecuente con sus ideas abolicionistas, antes que firmar las sentencias de muerte impuestas a los cantonales por los Tribunales de Justicia. Fundador el mismo ao del Par-tido Republicano Progresista fue en 1886 dirigente de la minora republicana en el Congreso. Al ao siguiente fund el diario La Justicia, de Madrid, y el Partido Republicano Centralista, especie de transicin entre el radicalismo Zorrillista y el posibilismo de Castelar. De 1894 a 1907 fue diputado por Barcelona en las seis legislaturas del perodo. En 1903 contribuy a la fundacin de un nuevo partido, Unin Nacional Republicana, del que fue nombrado Presidente; y tres aos ms tarde, en Barcelona, al de Solidaridad Catalana, del que tambin fue Presidente, falleciendo en Pau el 20 de septiembre de 1908.

Salmern dedic a la docencia y a la poltica toda su vida con igual intensidad solo interrumpida en los perodos que pas en la crcel, el destierro o el exilio.

El republicano Alvaro de Albornoz en su libro El partido republicano sinten-tiza as los mritos y defectos de Salmern:

La doble personalidad de Salmern, la contradiccin entre el pensador y el poltico, se manifiesta en las circunstancias ms crticas. Cuando es jefe de Estado, reconoce que la opinin reclama medidas enrgicas, que es preciso

4

restablecer la disciplina militar; pero retrocede ante la aplicacin de la pena de muerte. Quiere atraerse a las clases conservadoras y reprueba todo intento de cambiar las condiciones sociales, cortando con la tajante revolucionaria los obstculos; pero se detiene ante el temor de violar los principios, de hollar las propias y sagradas convicciones. En un sentido la vida entera de Salmern es un apostolado contra la fuerza y la violencia. Ya en sus primeros tiempos de parlamentario condena las maquinaciones tenebrosas de la conspiracin y de las sediciones, que impiden el acompasado movimiento del progreso. Yo he combatido siempre, dijo, todo procedimiento que no se haya ajustado al dere-cho y no haya estado dentro de la legalidad. Afirm, adems, que la revolucin slo puede admitirse cuando la reclama la opinin y la sanciona la justicia, y es entonces una empresa nacional. Hay que poner freno a ese temperamento revolucionario, mortal para el partido y vergonzoso para la patria1.

A pesar de su conocida trayectoria tanto en el campo de la docencia como en el de la poltica, hay un aspecto en su vida que sigue siendo obscuro: el de su pretendida vinculacin con la masonera. Al margen de otras posibles vas, siempre abiertas en la historia, creo poder avanzar una explicacin sobre el origen de esta identificacin que algunos hacen de Nicols Salmern con la orden del Gran Arqui-tecto del Universo.

El Gran Oriente de Espaa en su breve existencia entre 1869 y 1887 pas por sucesivas crisis institucionales provocadas en gran medida, como es habitual en la historia de la masonera espaola, por protagonismos personales. A pesar de ello fue una de las ms importantes obediencias masnicas del siglo XIX espaol, llegando a contabilizar en apenas doce aos hasta 1881 doscientas treinta y seis logias2.

De los seis Grandes Maestres3, cuatro de ellos fueron importantes polticos, y su vnculo con la masonera resulta un tanto sospechoso ya que fueron elevados a la Gran Maestra como una forma de prestigio de la Orden4. Estos fueron Manuel Ruiz Zorrilla (20 agosto 1870-1 enero 1871), ministro de Fomento y de Gracia y Justicia, Presidente de las Cortes y dos veces Jefe de Gobierno; Prxedes Mateo Sagasta (7 marzo 1876-10 mayo 1881), jefe del Partido Liberal, ministro de Gober-nacin, dos veces presidente del Congreso y siete veces presidente del Consejo de Ministros; Antonio Romero Ortiz (1881-1884), ministro de Gracia y Justicia; y Manuel Becerra (1884-1886) ministro de Fomento y dos veces de Ultramar.

Tras la dimisin de Ruiz Zorrilla se hizo cargo de la Gran Maestra Juan de la Somera, cuyas irregularidades llevaron a la eleccin de Sagasta. Y a la dimi-

1. ALBORNOZ, lvaro de, El partido republicano, Madrid, Biblioteca Nueva, s.f. (1912?). Cfr. nota 66.

2. En La Espaa Masnica [Madrid], n. 1 (15 julio 1886) 2-3 se dice que segn los registros del GODE eran cerca de 400 las logias que haban nacido, vivido y muerto.

3. Carlos Celestino Magnan y Clark, Manuel Ruiz Zorrilla, Juan de la Somera, Prxedes Mateo Sagasta, Antoni Romero Ortiz y Manuel Becerra.

4. FERRER BENIMELI, Jos Antonio, Jefes de Gobierno masones. Espaa 1869-1939, Madrid, La Esfera de los Libros, 2007.

5

sin de Becerra los torpes manejos de Utor y Fernndez, plantearon nuevamente la bsqueda de un hombre poltico de prestigio que sacara del marasmo en que se encontraba al Grande Oriente de Espaa. Y aqu es donde aparece D. Nicols Salmern y Alonso y su rocambolesca vinculacin con la masonera. El ao clave es 1886 cuando Salmern era diputado por Madrid y dirigente de la minora repu-blicana del Congreso. Ese mismo ao la revista La Espaa Masnica, dirigida entonces por Adolfo Rech, venerable de la logia Amor n. 20 de Madrid5, en su nmero del 31 de agosto daba la noticia de la dimisin de Becerra como Gran Maestre con estas palabras:

El Gran Maestre, el Jefe Supremo de la masonera simblica, quien segn el texto de la Constitucin comparte el ejercicio de la soberana del pueblo masnico con la Gran Logia, ha renunciado o ha dimitido el alto puesto que directamente le confiri el sufragio de los afiliados.

Y aadan:

No hemos de investigar nosotros los mviles o fundamentos de esa deter-minacin que teniendo en cuenta el carcter enrgico, la voluntad inquebran-table y las altas dotes de gobierno del ilustre hermano Becerra, han debido ser por extremo legtimos, mucho ms en las circunstancias difciles por que atraviesa la Orden en Espaa6.

Curiosamente La Espaa Masnica, segn se indica en su primer editorial7 y justificacin de la revista, bajo el lema Moralidad y Justicia nace con la clara y decidida intencin de desenmascarar y atacar al secretario del Supremo Conse-jo y de la Gran Logia8 que es calificado de pernicioso individuo que haba convertido la orden en granjera de sus concupiscencias. Y de la misma manera que tuvo secuestrados a Sagasta y Romero Ortiz, que nada entendan de achaques masnicos, haba usado y abusado de las bondades de Becerra cuya alta posicin no le permita descender a la inmensa red de detalles que embarazaba la marcha de la Institucin9.

En una demoledora carta de Aurelio Almeida dirigida a Albert Pike, Gran Comendador del Supremo Consejo del grado 33 para la Jurisdiccin Meridional de los Estados Unidos de Amrica, se dice con evidente exageracin que Utor y Fernndez siempre haba sido

5. La Espaa Masnica, revista quincenal, en su segunda poca empez a publicarse en Madrid el 15 de julio de 1886. En el nmero cuatro del 31 de agosto ya figura como nuevo director Francisco del Pino, orador de la logia Amor n. 20.

6. Ibidem, p. 49.

7. La Espaa Masnica [Madrid], n. 1 (15 julio 1886) 1-2.

8. Ibidem, p. 4. Slo por ser secretario del Supremo Consejo cobraba 3.000 ptas. de sueldo y 2.000 para gastos personales. Sobre este personaje cfr. MORALES BENITEZ, Antonio y SIGLER SILVERA, Fernando, Juan Utor y Fernndez. Biografa masnica en La Masonera espaola en la poca de Sagasta [Coord. J.A. Ferrer Benimeli], Zaragoza, Gobierno de Aragn, 2007, t. I, pp. 509-527.

9. Cfr. nota 7.

6

un srdido explotador de la masonera, atento solo al miserable lucro de unas cuantas pesetas; que Sagasta y Romero Ortiz, siendo solamente Jefes in nomine, todo lo han dejado en manos del Gran Secretario; que aquellos, desconocedores por completo de la Institucin y sus fines moralizadores, han hecho uso de ella solamente como palanca poltica, tenindola en poco y des-cartndola como cosa intil despus de obtener sus propsitos.

Y a continuacin aade que el actual Gran Maestre Manuel Becerra, como en su tiempo lo fue Ruiz Zorrilla, tambin haba sido manipulado por Utor y Fernndez10.

En cuanto Becerra present la dimisin, y en ausencia del Gran Comenda-dor y del Teniente Gran Comendador, Utor y Fernndez usurp el cargo de Gran Comendador, de forma que de ser secretario se adjudic de facto la presidencia eliminando a sus adversarios como el Gran Tesorero Adolfo Rech que fue rpida-mente suspenso de su cargo11.

La dimisin de Becerra cogi por sorpresa a las logias del Gran Oriente de Espaa. Por eso fueron varias las iniciativas adoptadas para que recapacitara sobre su decisin. As lo hicieron el Captulo Sina y las seis logias de Crdoba12, desde donde se elevaron peticiones enrgicas al hermano Becerra suplicndole desistiera de sostener su renuncia. Y en un gran banquete en el que se reunieron ms de trescientos masones cordobeses le reiteraron por telfono la solicitud13 pues l era el nico Gran Maestre que reconocan hasta tanto que la Gran Logia aceptara su renuncia y el sufragio directo del pueblo masnico elevara a aquel puesto a otro hermano.

Segn La Espaa Masnica el propio Gran Oriente de Espaa critic la dimi-sin que el Gran Maestre haba hecho de su importante cargo en tan crticos momentos para la masonera espaola14.

10. Boletn Oficial del Supremo Consejo de Coln [Isla de Cuba], Ao IV, n. 9, 10, 11 y 12, 1986. All se reproduce el largo discurso de Albert Pike en la ltima sesin del Consejo del Grado 33 en lo referido a Relaciones Exteriores, Parte III, p. 184. De l lo toma La Espaa Masnica, I, n. 4 (31 agosto 1886)56.

11. La Espaa Masnica sale en defensa de Becerra apoyndose en el discurso que hizo en su toma de posesin donde demostr tener el verdadero concepto moral y prctico de la masonera. Ibidem, pp. 31 y 56. Otro tanto podra haber dicho de Sagasta y Romero Ortiz. Sobre Sagasta y su visin de la masonera, cfr. FERRER BENIMELI, Jos A., Prxedes Mateo Sagasta, Gran Maestre de la Masonera, en La Masonera espaola en la poca de Sagasta, op. cit., t. I, pp. 3-40, y OLLERO VALLES, Jos Luis, Sagasta y la Masonera, un viaje de ida y vuelta?, Ibidem, pp. 439-454.

12. El Captulo Sina corresponda a la Cmara 30. Respecto a las seis logias no se especifi-can cuales eran. Entre 1869 y 1886 existieron cuatro logias en Crdoba capital y otras seis en Baena, Belmez, Luque, Lucena, Montilla y Montoro, aunque no todas existieron al mismo tiempo. MORENO GOMEZ, Francisco y ORTIZ VILLALBA, Juan, La Masonera en Crdoba, Crdoba, ed. Albolafia, 1985. FERRER BENIMELI, Jos A., Implantacin de logias y distribucin geogrfico-histrica de la masonera espaola, en La Masonera en la Espaa del siglo XIX [Coord. J.A. Ferrer Benimeli], Valladolid, Junta de Castilla y Len, 1987, t. I, pp. 57-216.

13. La Espaa Masnica, I, n. 4 (31 agosto 1886) 53-54.

14. Ibidem, p. 63.

7

La situacin jurdica era un tanto compleja pues al no haber sido todava acep-tada oficialmente la renuncia de Becerra, sus funciones tampoco haban cesado. Ante este vaco de poder el Gran Primer Vigilante, Lpez Parra, venerable de la logia Vigilancia de Murcia, se autoproclam al margen de la ley, Gran Maestre adjunto15, siendo inmediatamente reprobado por la Comisin Ejecutiva que nombr Gran Maestre interino de la masonera simblica a Luis de Moya, persona que segn la biografa publicada con este motivo en La Espaa Masnica16 reuna sobradas condiciones para llenar cumplidamente la espinossima misin que se la haba confiado en circunstancias tan difciles17.

Luis de Moya es presentado como discpulo de D. Nicols Salmern y admira-dor entusiasta del maestro a quien imita en la lgica y dominio de la palabra, y con cuyas doctrinas y principios de gobierno simpatiza en calidad de soldado suelto18.

Tras resaltar su amor a la Orden y la lealtad y franqueza con que siempre haba combatido la injusticia, insiste en el hecho de haberse sabido conquistar generales simpatas en todos los sectores de la Gran Logia.

Precisamente el mismo nmero en que se recoge la resea anterior hay un breve artculo titulado La regia prerrogativa en la que se hace eco del indulto de S.M. la Reina Regente a los reos sentenciados por los consejos de guerra a sufrir la ltima pena. Indulto debido en gran medida al esforzado patriota, ilustre hermano Manuel Becerra, al que seguimos considerando como nuestro Gran Maestre19.

Consecuentes con esta idea de la que participaban la mayora de los masones del Gran Oriente de Espaa, en la Gran Logia se acord nombrar una Comisin que visitara al Ilustre Gran Maestre, hermano Manuel Becerra, a fin de rogarle desistiera de la renuncia de su cargo, renuncia que la Gran Logia aade La Espaa Masnica tuvo el buen acuerdo de no admitir20.

A partir de estas fechas Moya actu como Gran Maestre de facto en cuestin de nombramientos, convocatoria de comisiones, etc. Ms an, en adelante todos los documentos remitidos a las logias que no fueran suscritos por Moya o el nuevo secretario, Mariano Figueroa, deban ser considerados como apcrifos, producto de rebeldas encubiertas o de enemigos declarados de la Orden21.

15. Ibidem, p. 50.

16. Fue el autor y ponente del proyecto de una nueva Constitucin, reformando la de 1884 de la que solo quedaba vigente la ley penal y de enjuiciamiento. La Espaa Masnica, I, n. 2 (30 julio 1886) 32.

17. La Espaa Masnica, I, n. 5 (15 septiembre 1886) 72, sintetiza muy bien la situacin cuando alude al poderoso clamor que de todas las logias de la Obediencia vemos levantarse, pidiendo con robustos gritos cesen de una vez y para siempre esas estriles luchas y pueriles disidencias de puro personalismo, que hasta aqu consumieron nuestras fuerzas, y que entremos ya en ancha y despejada va de regeneracin moral y material.

18. La Espaa Masnica, I, n. 6 (7 octubre 1886) 86.

19. Ibidem, p. 90. Tambin se alude a los hermanos Sagasta, Beranger y Moret.

20. Ibidem, p. 91.

21. La tradicional paranoia antijesutica de algunos masones se pone aqu de manifiesto diciendo que una seccin de jesuitas disfrazados de masones trata de embarazar la marcha pacfica y ordenada

8

De acuerdo con lo anterior, Luis de Moya, que firma como grado 33, Gran Maestre Adjunto y Gran Maestre interino de la Masonera Simblica Espaola y Mariano Figueroa Ros, Gran Secretario, comunicaron desde Madrid, el 28 de septiembre de 1886, la constitucin de una nueva Gran Comisin Ejecutiva de la Gran Logia Simblica22.

Los dos inmediatos decretos promulgados el 29 de septiembre, fueron el primero para rectificar la desigualdad que resultaba de la Ley de Tributacin, unificando en 050 ptas. la contribucin a los gastos generales de la masonera simblica que cada miembro activo de la misma deba pagar mensualmente23. Y el segundo, ante la grave situacin econmica de las logias, condonando totalmente del pago al Gran Tesoro de todos los dbitos anteriores al da 1. de julio de 1886.

Una vez explicada la difcil crisis vivida, en un prembulo en el que se expli-caban los sucesos ltimamente ocurridos en el seno del Gran Oriente de Espaa, el Gran Maestre interino, Luis de Moya, dio un importante decreto ordenando que todas las logias de la Obediencia se reunieran en el ms breve espacio posible para aconsejarle las medidas que estimaran oportunas, consignando los votos obtenidos en los acuerdos a fin de interpretar exactamente la voluntad soberana del pueblo masnico24.

Numerosas logias se solidarizaron con el Gran Maestre interino y dems reorganizadores del Gran Oriente de Espaa, en tanto que algunos masones trataron de fundar Iglesia cismtica frente al GODE legtimamente representado en estos momentos por el Hermano Moya25.

El 15 de octubre de 1886 tuvo lugar la primera reunin de la Gran Logia Simblica, bajo la presidencia de Moya. Entre los diferentes diputados asistentes, Almera estuvo representada por Antonio Rey Garca26. Se nombr una Comisin, compuesta de las dignidades de la Gran Logia, para visitar a D. Manuel Becerra27 rogndole que retire su renuncia. En el caso de que todas las gestiones fueran infructuosas, la Gran Comisin Ejecutiva quedaba plenamente autorizada para convocar elecciones de Gran Maestre28.

del Gran Oriente de Espaa, lanzando excomuniones a diestro y siniestro contra los verdaderos herma-nos que han contribuido a restablecer la moralidad y la legalidad en esta agrupacin. Ibidem, p. 92.

22. Ibidem, p. 95.

23. En la primera sesin de la Gran Logia Simblica, del 15 de octubre de 1886, hubo una pro-puesta de rebajar dicha cotizacin a 025 ptas., pero no prosper. La Espaa Masnica, I, n. 7-8 (31 octubre 1886) 107.

24. La Espaa Masnica, I, n. 6 (7 octubre 1886) 95.

25. Ibidem.

26. Diputado de la ejecutiva. De l hace el siguiente juicio La Espaa Masnica: Apreciabil-simo masn. Tiene muy poco tiempo de que disponer para la Orden; pero es materia dispuesta cuando se necesita su concurso. Ibidem, p. 89.

27. Es curioso que aqu no se refieren a l como el hermano Becerra.

28. Paralelamente Rojo Arias, que se consideraba heredero directo de Becerra y no reconoca la legalidad de la Gran Logia Simblica, empezaba a preparar la escisin que acabara en la constitucin

9

Y es aqu donde hace acto de presencia la figura de D. Nicols Salmern, en quien debi pensar su discpulo y Gran Maestre interino, Luis Moya, como la figura de prestigio que poda dinamizar y salvar de la crisis al Gran Oriente de Espaa como en su da lo hicieron Ruiz Zorrilla, Sagasta, Romero Ortiz y el propio Manuel Becerra.

El hecho de que Salmern no perteneciera a la masonera creyeron no sera grave problema dado el antecedente de Ruiz Zorrilla, que tampoco lo era, pero que al aceptar el ofrecimiento, en poco ms de veinticuatro horas pas de ser profano a Gran Maestre y Soberano Comendador del Supremo Consejo del grado 3329.

Sin embargo la duda se plante inmediatamente en El Cdiz Masnico donde se preguntaron donde haba sido iniciado el ilustre repblico D. Nicols Salme-rn y cual era su vida masnica30. A lo que La Espaa Masnica, fiel defensora del GODE y de su Gran Maestre interino, Luis Moya, contest que D. Nicols Salmern pudiera muy bien iniciar en muchas cosas que ignoramos la inmensa mayora de los masones. Y como colofn aada:

Si la virtud, el trabajo y la ciencia son cualidades precisas de todo buen obrero, la vida del insigne filsofo supera en esto o iguala a la del ms escla-recido entre nosotros31.

Esta respuesta no agrad a la redaccin de la sevillana revista mensual El Tal-ler, rgano oficial de la Gran Logia Simblica Independiente Espaola32 donde en un artculo titulado D. Nicols Salmern, firmado por M.A. Lallave, se dice:

Suponemos que no quedar complacido con esta contestacin el ilustrado colega gaditano, y que se encargar de replicarla como sabe hacerlo. A nosotros

de un efmero Gran Oriente conocido como GODER [Gran Oriente de Espaa de Rojo Arias] que acabara extinguindose a finales de 1890. Por su parte Miguel Morayta y Juan Lpez Parra fundaron otro Gran Oriente de Espaa, germen y origen del que ms tarde sera el Gran Oriente Espaol, que un par de aos ms tarde vera la luz al aglutinar los restos de los diferentes Grandes Orientes que sobrevivan en esa fecha.

29. Boletn Oficial del Gran Oriente Nacional de Espaa [Madrid]. 15-30 enero 1896. DIAZ Y PEREZ, Nicols, La Francmasonera espaola, Madrid, 1894, pp. 555-556.

30. Tambin estaba reciente el caso de Castelar al que Juan Utor y Fernndez, siendo secretario del Supremo Consejo para el Reino de Espaa asegur a Albert Pike, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del grado 33 para la jurisdiccin meridional de los Estados Unidos, que Castelar aceptaba ser Gran Representante y Garante de Amistad de dicho Supremo Consejo en el seno de Espaa cuyo diploma fue remitido desde Charleston, siendo as ni siquiera era masn, como el propio Castelar se vio obligado a declarar pblicamente en letras de molde que no era miembro del Supremo Consejo y que ni siquiera haba recibido jams la investidura masnica. La Espaa Masnica, I, n. 4 (31 agosto 1886)55. Posteriormente Castelar volvi a incidir sobre lo mismo en Espaa Moderna, ao IX, n. 100 (1897)168-169.

31. La Espaa Masnica, I, n. 7 y 8 (31 octubre 1886) 110.

32. Nacida a raz de la separacin del Gran Oriente Lusitano Unido de aquellas logias espaolas que no estuvieron de acuerdo con la nueva Constitucin del ao 1878 en la que se discriminaba abier-tamente a los espaoles. FERRER BENIMELI, Jos A., El Gran Oriente Lusitano Unido y los masones espaoles (1869-1878) en La Masonera en la Espaa del siglo XIX, op. cit., t. II, pp. 497-527.

10

no nos han convencido las razones de La Espaa, y con su permiso vamos a decir lo que pensamos33.

Y aade:

Dejando a un lado la virtud, trabajo y ciencia del ilustre filsofo, que estn fuera de toda discusin, y admitiendo que l pueda iniciarnos a todos en muchas cosas que ignoramos y l sabe muy bien, entendemos que para gobernar la masonera en las actuales circunstancias se necesita algo ms que el talento, virtud y ciencia, de que el Sr. Salmern ha dado en todo tiempo tan preclaras pruebas.

A continuacin desglosa su respuesta en cuatro puntos que son importantes. En el primero dice que para presidir la masonera haba que conocerla bien y ser masn, y Salmern no lo era:

Primeramente se necesita conocer muy a fondo la Institucin, su hisotria, su organismo, sus necesidades presentes, su vida ntima y hasta los hombres a quienes se ha de gobernar, y no sera injurioso para el Sr. Salmern poner en duda que posea este conocimiento, l que ha vivido extrao a la masonera y no ha sido iniciado en lo que llamamos sus misterios.

En un segundo paso hay una clara alusin a lo sucedido con Ruiz Zorrilla, aunque sin mencionar su nombre, y a la no militancia masnica de Salmern:

Luego para gobernar con acierto la masonera se necesita ser masn, y esto no se consigue por el simple hecho de ingresar en una logia y recibir en una o dos sesiones consecutivas los grados del simbolismo; suponiendo que al Sr. Salmern no le hagan de golpe y porrazo grado 33. Quizs el talento del Sr. Salmern alcance en pocas horas lo que otros no han conseguido en algunos aos de prctica masnica, pero as y todo nos parece muy precipitado el caso de iniciar a uno en una sesin, conferirle inmediatamente los grados 2. y 3. al da siguiente, o poco despus, nombrarle jefe supremo de una Gran Logia.

En tercer lugar se alude al temor de que Salmern se desengaara pronto de la masonera, como haba sucedido a otros hombres de talento y buena fe. Aqu la referencia indirecta a Becerra es clara:

Adems, suponiendo de buen grado que el ilustre filsofo conozca a fondo la masonera, y tenga la fe y abnegacin suficientes para encargarse del delicado puesto que se le designa, fltale la experiencia de las cosas y de las personas que slo se adquiere despus de mucho tiempo de lucha y crueles desengaos; y de temer es que le suceda lo que a otros hombres de talento y buena fe; lo que sera un mal y un nuevo desprestigio para la Institucin.

33. El autor se justifica de la discrepancia aludiendo al buen deseo de que los asuntos masnicos en Espaa se dirijan por buen camino a un terreno en donde podamos encontrarnos todos.

11

Finalmente era fcil suponer que las mltiples ocupaciones polticas, acad-micas y profesionales de Salmern le impediran ocuparse de la masonera con el tiempo y dedicacin que sta necesitaba:

Y por ltimo, porque no queremos entrar en otra clase de consideracio-nes, no es de temer tambin que el Sr. Salmern, ocupado en las mltiples atenciones de su vida poltica y literaria y en los negocios de su bufete, carezca del tiempo necesario para enterarse por s mismo de los asuntos masnicos, que ha de resolver como supremo jefe de la orden? Y no suceder lo que hasta ahora ha sucedido por iguales causas con los Grandes Maestros anteriores, que slo se ocuparon de la masonera para firmar lo que se les pona delante.

Concluye el artculo con una serie de acertadas reflexiones sobre las cualida-des que deba tener el futuro Gran Maestre evitando prestigios pasajeros que en el fondo nunca haban resuelto nada:

Pinsenselo bien los ilustres masones del Gran Oriente de Espaa, y aun-que nuestros colegas madrileos nos califiquen de entremetidos, permtasenos un consejo leal. La masonera en Espaa necesita, s, un hombre de talento, de ciencia y de virtud probada, pero al mismo tiempo, de inquebrantable fe, experiencia consumada y con tiempo suficiente para que se consagre en cuer-po y alma a darle una direccin acertada. Las grandes figuras en la poltica y en la ciencia slo han servido hasta ahora para dar un prestigio pasajero a la Institucin, pero no para sacarla del estado en que se encuentra y darle aquel poder y grandeza a que es acreedora. De esto tienen ellos la experiencia mejor que nosotros34.

Para proceder a la eleccin de Gran Maestre, dado que Becerra mantena inflexible su renuncia, el 18 de octubre el Gran Maestre interino, en nombre de la Gran Comisin Ejecutiva y en uso de las facultades que le conceda el artculo 53, prrafo 1. de la Constitucin, convoc la celebracin de elecciones a Gran Maestre para los das 8 al 15 de diciembre. La justificacin que precede a este decreto se hace con estas palabras:

Estando vacante la primera magistratura de la Masonera Simblica, por renuncia del hermano Manuel Becerra, que la desempeaba, la Gran Logia ha resuelto que se provea inmediatamente en la forma que determinan las leyes35.

Paralelamente se convocaron elecciones generales de diputados para la reno-vacin de la Gran Logia Simblica, en los mismos das 8 al 15 de diciembre; y la reunin de la Gran Logia se fij en Madrid para el da 20 de enero de 1887. Dicha Gran Logia deba estar integrada por 82 diputados elegidos por distritos. Concretamente las logias de Almera tenan derecho a tres, al igual que las de

34. El Taller [Sevilla], Ao VII, 2. poca, n. 155 (30 noviembre 1886) 84.

35. La Espaa Masnica [Madrid], I, n. 7-8 (31 octubre 1886) 127.

12

Albacete, Cdiz, Gerona, Madrid, Mlaga, Puerto Rico, Matanzas y Santiago de Cuba. Los distritos que ms diputados podan elegir eran Habana siete, Alicante cinco y Barcelona, Murcia y Santa Clara (Cuba) cuatro diputados. Por su parte Crdoba, Corua, Granada, Huelva, Oviedo, Sevilla y Filipinas, dos diputados. Y tan solo uno: Badajoz, Baleares, Burgos, Castelln, Ciudad Real, Cuenca, Lina-res, Len, Lrida, Logroo, Orense, Pontevedra, Tarragona, Valencia, Valladolid, Puerto Prncipe y Montevideo36.

A pesar de los reparos expuestos desde revistas masnicas ajenas al Grande Oriente de Espaa, se mantuvo el candidato oficial para ocupar el puesto de Gran Maestre de la Sapientsima Gran Logia del Serensimo Gran Oriente de Espaa, D. Nicols Salmern, segn lo dio a conocer el Gran Maestre interino, Luis de Moya, en una circular dirigida a las logias37.

Por esas fechas ya haba dejado de publicarse el Boletn del Gran Oriente de Espaa, del que se apropi Rojo Arias como portavoz de su Gran Oriente y Supremo Consejo38.

La eleccin de Salmern como Gran Maestre, al igual que la de la Gran Logia, se hizo por sufragio universal por mandato de la Gran Logia, reunida el 15 de octubre, para evitar luchas de mezquinos intereses contra los fueros de la moralidad y de la justicia39.

La Espaa Masnica comentaba con optimismo, a fines de diciembre, el resultado de las elecciones en Madrid y en aquellas provincias de las que iban llegando noticias:

Por unanimidad ha salido triunfante en las logias de estos valles la candi-datura del hermano Nicols Salmern para desempear la primera magistratura de la masonera espaola. Las mismas noticias vamos recibiendo de las logias de otras provincias. Puede darse como segura la victoria de los hermanos Llano y Persi, Moya y Escandn como diputados por Madrid40.

Llevados de un prematuro optimismo a continuacin hacan el siguiente comentario:

Indudablemente la masonera ha entrado en un perodo de regeneracin tal, que abrigamos la creencia de que muy pronto el Gran Oriente de Espaa ser considerado como de los ms importantes del mundo.

36. Ibidem, p. 126.

37. El Taller, VII, n. 65 (30 noviembre 1886) 83-84.

38. El Taller, VIII, n. 158 (28 febrero 1887) 11.

39. Palabras del Gran Maestre interino, Luis de Moya, en el banquete en homenaje al senador Rojo Arias por su defensa de la masonera, hecha pblicamente en el Senado el 23 de noviembre de 1886. La Espaa Masnica, I, n. 11-12 (28 diciembre 1886) 166.

40. La Espaa Masnica, I, n. 11-12 (28 diciembre 1886) 189. Sobre Llano y Persi cfr. LONGO-BARDO CARRILLO, Julio, Manuel de Llano y Persi, un poltico y masn desconocido, en La Masonera en Madrid y en Espaa del siglo XVIII al XXI [Coord. Jos A. Ferrer Benimeli], Zaragoza, Gobierno de Aragn, 2004, t. II, pp. 843-869.

13

Pero inmediatamente se ponan en guardia:

Sentiramos que el hermano Salmern imitara en nada a otros Grandes Maes-tres, pues la incuria y abandono que presidieron los actos de algunos de ellos, son causa ciertamente del perodo anormal por que atraviesa nuestra masonera41.

Como se ve, la mera candidatura a presidir la Gran Maestra hizo creer a la mayora de los que le votaron que ya era masn, a juzgar por la forma de citarle: el hermano Nicols Salmern.

Por esas fechas, el 27 de diciembre, se celebr el banquete solsticial de invierno en el American Lunch de Madrid, acreditado establecimiento de la calle Alcal. Segn la crnica del mismo, entre los reunidos hubo una manifestacin de euforia tras la eleccin de Salmern, pensando en la prosperidad del Gran Oriente de Espa-a, y prometindose prximos das en que se muestren grandes obras encaminadas al progreso de los pueblos y al engrandecimiento de la humanidad42.

Entre los asistentes estaba el Gran Maestre interino, Luis de Moya. Antes de terminar la fiesta se acord por unanimidad redactar una carta ofreciendo un ramo de los que adornaban la mesa a la seora del hermano Nicols Salmern y otro a la seora del hermano Moya, Doa Ada Hamilton de Moya.

La carta dirigida al Excmo. Sr. D. Nicols Salmern y Alonso deca as:

Ilustre hermano: Reunidos los masones del Gran Oriente de Espaa en fraternal banquete, en celebracin del solsticio de invierno, saludan en vos al Gran Maestre electo, y tienen el honor de ofrecer a vuestra noble esposa uno de los ramos que han adornado la mesa del banquete, que aunque humilde repre-senta el testimonio de nuestro inmenso respeto a la compaera de vuestra vida, y a vos que seris, seguramente, nuestro ms firme sostn y glorioso recuerdo para enseanza de lo futuro.

Recibid, ilustre hermano, el testimonio de nuestro amor y las seguridades de nuestro respeto y admiracin.

Madrid, 27 de Diciembre de 1886.

Siguen las firmas de todos los concurrentes43.

Un mes ms tarde, el 31 de enero de 1887, una vez reconstituido el Supremo Consejo en la persona del brigadier Cipriano Carmona, tras la escisin de Rojo

41. Ibidem.

42. Suplemento extraordinario de La Espaa Masnica, n. 12 y del Gran Oriente de Espaa, n. 15. Se trata de una sola hoja publicada por acuerdo unnime de los que asistieron a dicho banquete, como regalo de todos los congresistas a sus hermanos de Madrid y provincias. La hoja consta de dos partes. En la primera se describe el banquete y lo que all se dijo y en la segunda se incluye una seccin titulada Ideas sueltas que empieza con este pensamiento firmado por Luis de Moya: De la ignorancia brota el fanatismo; de la debilidad la tirana; de la injusticia la rebelin; de la propia conciencia y la viril energa la libertad; y de la Masonera la luz, como de la palabra de Cristo la redencin de los hombres.

43. Ibidem.

14

Arias, que se haba llevado consigo el Boletn del GODE, y ante la falta de una prensa oficial, en tanto se acordaba algo sobre el Boletn, se decidi que La Espaa Masnica publicara todas las disposiciones oficiales, convirtindose en el portavoz legal y pblico del GODE tanto en su versin de Gran Logia como del Supremo Consejo.

Y en su primer nmero del ao 1887 comenta cmo la Gran Logia Simblica, con arreglo a su Constitucin haba elevado a la Gran Maestra por sufragio uni-versal directo al ilustre hermano Nicols Salmern y Alonso, que result elegido por cerca de 8.000 votantes44.

Por su parte El Progreso, de Madrid, tambin se ocup de la votacin en favor de Nicols Salmern, y si bien el nmero de votos no es el mismo, sin embargo ampla la noticia con el rechazo de Salmern. El Taller, de Sevilla, reprodujo el suelto de El Progreso a finales de enero:

La masonera espaola ha elegido a don Nicols Salmern, Gran Maes-tre, por 9.000 votos; pero, segn hemos sabido, el Sr. Salmern no acepta el cargo y declina la honra de empuar el gran mallete.

Con este motivo es grande el disgusto que reina entre los masones.

La Gran Logia Simblica se encuentra reunida desde el da 2045. Sus sesiones no terminarn hasta acordar la nueva eleccin del Gran Maestre.

Se indica para este cargo como candidatos probables al general Salaman-ca, a don Antonio Sols y D. Jos Carvajal46.

Resulta interesante constatar el tratamiento dado a Salmern por ambas revis-tas masnicas, pues as como La Espaa Masnica lo hace como hermano, en El Taller se limitan a don Nicols Salmern.

La no aceptacin de Salmern para el cargo que le proponan hizo por un lado que el Gran Maestre interino tuviera que continuar en su puesto, y por otro que se levantaran voces crticas, como la de J.R. Alvar Fez, preguntndose por las causas que originaban el estado fatal de la masonera en Espaa frente a la pre-ponderancia que alcanzaba en la mayora de las naciones extranjeras. Se responde a s mismo con estas palabras:

Miopes seramos todos si no las conociramos. Pero como no hemos de extendernos en consideraciones sobre el asunto que plumas ms expertas podran hacerlo con mayor xito, slo mencionaremos un punto, a nuestro entender el mayor causante de nuestras desdichas. En todas partes los grandes hombres buscan a la masonera para servirla con fe y entusiasmo. Aqu, por el contrario, la masonera mendiga el apoyo de las grandes figuras, violando nuestras leyes, atropellando por todo con tal de sentar en los sitiales ms esti-

44. La Espaa Masnica, II, n. 13-14 (31 enero 1887) 3.

45. Recurdese que las elecciones haban tenido lugar el da 15 de diciembre, pero la reunin de la Gran Logia estaba programada para el 20 de enero de 1887.

46. El Taller, VIII, n. 157 (30 enero 1887) 7.

15

mados a hombres que mucho antes de ser recibidos franc-masones guardan en su cartera las creenciales de nuestras primeras magistraturas, cubrindose la Orden de vergenza y siendo el ludibrio hasta de aquellos que a estos actos contribuyeron47.

A partir de aqu el Gran Maestre interino empieza a ser criticado por la falta de tacto y discrecin que dejaron mucho que desear en la primera reunin de la Gran Logia celebrada como estaba previsto el da 20 de enero de 1887. Cargan el acento en un incidente deplorable, ocurrido al da siguiente, entre un miembro de la Comisin Ejecutiva y el propio Gran Maestre Moya en el que hubo brusquedad y destemplenza en la forma. En la sesin del da 24 aunque el acta de Puerto Rico haba elegido a Miguel Morayta, su candidatura fue combatida rudamente por el Gran Maestre interino, hasta el extremo que abandon la presidencia. Moya lleg a intentar demostrar que el ilustre catedrtico de la Universidad Central venerable de la logia Hijos del Progreso ni siguiera era masn y que por tanto resultaba improcedente su admisin en la Gran Logia. Los propios miembros de la Comisin hablaron en favor de Morayta siendo proclamado y con capacidad legal para ocupar su puesto en la Cmara48.

El comentario a la actitud del Gran Maestre interino es bastante directo:

En el ao 1883, siendo Gran Maestre Adjunto Gran Maestre interino el ya difunto hermano Sergio Martnez del Bosch, en ocasin de presidir la Gran Logia, baj a los bancos a combatir el dictamen de una Comisin, sufriendo una derrota anloga. Cuando al da siguiente concurrimos a la Gran Logia, el primer documento que sin sorpresa omos leer fue su dimisin, de la que no conseguimos disuadirle a pesar de reiteradas instancias.

Consideramos que el hermano Moya ha cumplido con su conciencia tra-tando de defender aquello que le parecio justo, y nosotros no podemos menos de respetar su acto, como oportunamente respetamos el de Martnez del Bosch. Pero lealmente declaramos que la autoridad y el prestigio de la presidencia requieren, en aquellos que la ejercen, gran dosis de calma y mucha madurez de juicio para mantenerse a su debida altura, nica manera de garantizar el derecho de todos los individuos de la Cmara.

Otra cosa significa tanto como amparar y proteger el espritu de bandera, tan daoso y tan perjudicial en todas las asociaciones y ms particularmente en la nuestra, donde la fraternidad suele trocarse en odio personal por la cues-tin ms nimia, y donde la bola de nieve con sobrada frecuencia se convierte en inaccesible montaa. Martnez del Bosch no descendi ms que una sola vez de la Presidencia. La mayora de la Cmara le demostr con sus votos que por encima de la voluntad del Gran Maestre estaban la ley y la justicia; l comprendi su error y dimiti por no aparecer desde su alto cargo como el adalid apasionado de una parcialidad. Representantes de ambos lados fueron a suplicarle con insistencia que volviera a ocupar el sitial; pero aquel carcter

47. La Espada Masnica, II, n. 13-14 (31 enero 1887) 9.

48. Ibidem, p. 23-24.

16

enrgico, confesando su error se neg en redondo a acceder al general deseo, manifestando que no quera repetir su equivocacin.

La Gran Logia deplor el incidente; pero no pudo menos de reconocer la dignidad con que haba procedido el Gran Maestre Adjunto dimisionario49.

El momento culminante de esta situacin tuvo lugar el da 25 con la votacin para las nuevas dignidades de la Gran Logia saliendo electo Gran Maestre adjunto Luis de Moya por quince votos contra nueve que obtuvo Miguel Morayta, a quien haba negado su calidad de masn50.

El mismo da 25 se nombr una Comisin de la Gran Logia con el objeto de comunicar oficialmente al ilustre hermano Nicols Salmern y Alonso su pro-clamacin como Gran Maestre de la Orden, y pedirle da y hora para la toma de posesin del cargo51.

Dicha comisin estaba integrada por Luis de Moya, Quirs, Balart y Alczar, quienes a la una del medioda deban ir a desempear su honroso cometido.

El comentario de La Espaa Masnica es bastante sintomtico:

Vivamente deseamos ver terminado esta angustiossimo perodo de interinidades, que tan grandemente ha perturbado la marcha de la Orden en Espaa52.

Sin embargo el desenlace final no iba a llegar tan fcilmente, a juzgar por lo que a continuacin se recoge en la seccin noticias del mismo nmero de la revista masnica:

La mayor parte de los peridicos profanos aseguran que el hermano Nicols Salmern y Alonso no aceptar el cargo de Gran Maestre de la maso-nera espaola53.

49. Ibidem.

50. Aqu la crtica al electo Gran Maestre adjunto es ya clara y dura: Desde hace algn tiempo no hemos tenido momento de reposo anunciando constantemente al hermano Moya, con la lealtad propia de nuestro carcter, la divisin que se dibujaba, y le indicamos con desinters y abnegacin los medios de combatirla. Siempre hemos oido decir que la altura de los puestos suele agrandar la silueta moral de los hombres que llegan hasta ellos por azar de la suerte. Algo de esto cremos entrever que nos sucedera cuando otorgamos todo nuestro valer y toda nuestra influencia, en la anterior Gran Logia Simblica, al hermano Moya, que slo representaba un grupo de tres diputados, l y Figueroa inclusi-ve. Desgraciadamente nos hemos equivocado. No cometeremos la injusticia de negar al Gran Maestre Adjunto ilustracin, inteligencia y hasta si se quiere buena voluntad; mas sanos permitido declarar honradamente que en ese alto puesto se ha desvanecido hasta el punto de que se le busca en l y no se le encuentra ya. Qu afn, santo cielo, de legislar por decretos? Cunto ofrecer y no cumplir? Qu cmulo de ligerezas y debilidades? Qu relmpagos de energa acompaados de decaimientos y torpezas? Qu de infracciones constitucionales?... pidamos al Gran Arquitecto del Universo que de en lo sucesivo mejor tacto, en la direccin de los asuntos masnicos, al hermano Moya, a quien seguimos profesando el mismo cario y las simpatas personales que siempre nos inspir.

51. Ibidem.

52. Ibidem. El documento est fechado en Madrid a 26 de enero de 1887.

53. Ibidem, p. 28-29.

17

Pero los redactores de La Espaa Masnica se niegan a aceptar y creer lo que sus colegas no masnicos madrileos afirmaban. Y lo hacen con una reflexin lgica creyendo imposible que Salmern no aceptara el cargo propuesto, pues cuando el Gran Maestre interino se lanz a dar la candidatura a los talleres de la Obediencia, seguridad tendra de la aceptacin.

Y aaden:

Tambin se dijo algo anlogo cuando se eligi al hermano Manuel Bece-rra, con cuya venia habamos contado de antemano, del mismo modo que ante-riormente en sus respectivas pocas se haba explorado la voluntad de Sagasta y Romero Ortiz, como es de rbrica en tales casos54.

Ante esta anmala situacin algunos de los diputados que haban participado en la reunin de la Gran Logia no pudiendo prolongar su estancia en Madrid regresaron a sus respectivas ciudades sin esperar al acto de toma de posesin del Gran Maestre:

En el tren del 29 salieron para Crdoba y Mlaga, respectivamente, los queridos hermanos Guerra y Pino Sardi, diputados de la Gran Logia, los cuales no han podido esperar al acto de la toma de posesin del Gran Maestre por no saberse a punto fijo cuando tendr lugar dicho acto55.

Todava el 16 de marzo continuaba siendo una incgnita la toma de pose-sin del Gran Maestre electo segn La Espaa Masnica56. Es decir que casi tres meses despus de la eleccin D. Nicols Salmern no quera saber nada de la Gran Maestra ofrecida, a pesar de que los masones seguan teniendo esperanzas:

Nosotros esperamos que sta57 se despeje en breve, en la firme creencia de que, cualquiera que sea el resultado de los propsitos del ilustre repblico, no sufrir ningn quebranto la disciplina en las filas del simbolismo58.

Y todava se aada que nunca, como en los momentos actuales deba impo-nerse tanto la cohesin y la solidaridad en los talleres, demostrando con su discre-cin al mundo masnico que no necesitaban tutora de nadie para saber gobernarse por sus propias leyes59.

Por supuesto D. Nicols no acept la eleccin, y dada su integridad moral dudamos de que hubiera sido consultado previamente si quera ser candidato. Por lo visto su discpulo y Gran Maestre interino Luis de Moya dio por hecho

54. Ibidem.

55. Ibidem, p. 32.

56. La Espaa Masnica, II, n. 15-16 (16 marzo 1887) 63.

57. La toma de posesin.

58. Cfr. nota 56.

59. Ibidem.

18

que una vez elegido aceptara los hechos consumados, con lo que demostr no conocer muy bien el temple y modo de ser de D. Nicols, quien como dirigente de la minora republicana en el Congreso de diputados tal vez no quiso en esos momentos mezclar su vida poltica con la pertenencia y direccin de la maso-nera espaola.

Y aqu se pierde la pista de este asunto. La Espaa Masnica dej de publi-carse; el Gran Maestre interino, Luis Moya, acabara siendo sustituido por Miguel Morayta, tal vez por su desafortunada gestin en el asunto de Salmern. Simul-tneamente con el fracaso de esta pretendida maniobra de prestigio involucrando masnicamente a Salmern, la crisis que viva el Gran Oriente de Espaa lleg a su punto mximo y no tardara en desaparecer como tal obediencia masnica. Otro tanto ocurrira con su rival y escindido Gran Oriente de Espaa de Rojo Arias. Por su parte el fallecimiento el 31 de enero de 1887 del marqus de Seoane, Gran Comendador y Gran Maestre del Gran Oriente Nacional de Espaa sumi tambin en una difcil situacin a dicha obediencia, ya que poco despus un nutrido nmero de logias se escindi en torno a Alfredo Vega, vizconde de Ros que constituy otra obediencia masnica con el mismo nombre de Gran Oriente Nacional de Espaa que despus cambiara por el de Gran Oriente ibrico, de corta duracin.

En 1888 hubo un intento de fusin de algunas de estas obediencias que fra-cas. Sin embargo, poco despus, en 1889, Miguel Morayta consigui su objetivo de unificar lo que quedaba de estos grupos fundando una nueva obediencia mas-nica que denomin Gran Oriente Espaol cuya historia se prolong en Espaa hasta 1939 y en el exilio de Mxico hasta 1978 en que regres a Espaa.

La tradicin masnica de D. Nicols Salmern y Alonso se agudiz por el mero hecho de que la logia de Alhama haba elegido como ttulo distintivo, Sal-meroniana con el nmero de registro 206 del Gran Oriente de Espaa, siendo su fundacin posterior a diciembre de 1881 ya que en el listado oficial de esa fecha todava no aparece pues concluye con el nmero 172 que corresponde a Fraterni-dad Iliturgitana de Ubeda (Jan)60.

En diciembre de 1881 y dependientes del Gran Oriente de Espaa solo figu-ran tres logias almerienses en el correspondiente registro: Antigua Urci n. 18 de Garrucha, y Amor y Ciencia n. 18 y Unin y Justicia n. 39, ambas de Almera capital61. Entre 1882 y 1889 desaparecieron esas tres logias pero se constituyeron otras ocho, siendo la primera de ellas la citada Salmeroniana n. 206 de Alhama, a la que siguieron cronolgicamente las logias Perfeccin n. 207 de Vera, Hijos de Abdera n. 241 de Adra, Almanzora n. 290 de Sern, Cuevas n. 300 de Cuevas, Caridad y Abnegacin n. 310 de Njar, Esencia, Vida y Amor n. 343 de Tjola y Luz de Overa n. 363 de Huercal Overa62.

60. FERRER BENIMELI, op. cit., Implantacin de logias..., p. 90.

61. Previamente Amor y Ciencia haba tenido el nmero 76, Unin y Ciencia el n. 181 y Antigua Urci el n. 199. En Almera capital tambin haban existido las logias Comps n. 87 y Escuadra n. 88. Ibidem, p. 79.

62. Ibidem, p. 111. Paralelamente, entre 1882 y 1888 se constituyeron en Almera las siguientes

19

La ausencia de documentacin nos impide conocer con certeza por qu los fundadores de la logia de Alhama eligieron en 1882 el ttulo de Salmeroniana. Para unos es debido a Nicols Salmern, el alhameo universal como es definido en El Eco de Alhama a l dedicado en julio de 2003 a pesar de que no hay constancia de que fuera masn aunque como hemos visto s quisieron hacerle Gran Maestre unos aos despus en 1886. Para otros el protagonista es su hermano Francisco Salmern que s da la impresin de que fue masn y haba estado especialmente vinculado con Alhama. Yo propongo una tercera hiptesis, a modo de va de encuentro o reconciliacin, y es que la eleccin del nombre distin-tivo de Salmeroniana tal vez aluda a los dos hermanos conjuntamente, Francisco y Nicols, ambos ausentes de Alhama el ao que se fund la logia. El primero, Francisco, porque haba fallecido cuatro aos antes, aunque todava estaba muy vivo su recuerdo. Y el segundo, Nicols, porque llevaba varios aos en su exilio-destierro de Pars, al ser desposeido de su ctedra de Metafsica de la Universidad Central de Madrid, por solidaridad con Castelar.

No regres hasta ser reintegrado a dicha ctedra, en la que el 13 de enero de 1885 reinici las clases, interrumpidas durante diez aos. Y lo hizo, emulando a Fray Luis de Len, con el clsico como decamos ayer....

Lo cierto es que entre los simblicos de los fundadores de la logia Salmero-niana encontramos a un Salmern a secas y a dos N. Salmern. No olvidemos que ambos hermanos haban sido diputados (si bien slo Francisco lo fue por Alme-ra), y, tras proclamarse la I Repblica el 11 de febrero de 1873, los dos haban sido tambin ministros en el primer gobierno republicano presidido por Estanis-lao Figueras: Francisco, ministro de Ultramar, y Nicols, de Gracia y Justicia. Y tambin ambos aunque brevemente ocuparon ese mismo ao la presidencia de la Asamblea Nacional, uno en marzo y otro en septiembre. Si bien es cierto que la prematura muerte de Francisco a los 56 aos y los avatares polticos de Nicols que en 1873 haba llegado a la presidencia de la Repblica le convirti a posteriori en el representante ms conocido y de ms prestigio de la familia, tanto ms que Nicols, nacido quince aos despus de Francisco, le sobrevivi treinta aos ms que fueron decisivos para la configuracin de la memoria histrica de los Salmern.

En cualquier caso, como seala Mara Carmen Amate, en el caso de Alhama, la logia Salmeroniana sirvi para aglutinar bajo sus columnas a un importante grupo de personas vinculadas con los ideales republicanos salmeronianos. Alguna de ellas amigos o conocidos de Nicols, como Antonio Marin Cadenas, fundador

logias: dependiente del Gran Oriente Lusitano Unido la logia Constancia n. 154 en Almera capital (1882); bajo la obediencia del Gran Oriente Nacional de Espaa las logias Perfeccin n. 168 de Vera (1882), Argentina n. 172 de Cuevas de Vera (1883), Proteccin n. 195 de Almera capital (1885) y Luz de Filabres n. 236 de Grgal (1888); dependiente de la Gran Logia Simblica Espaola de Memphis y Misraim: Caridad y Abnegacin n. 40 de Njar y Unin y Fuerza n. 183 de Agua Amarga de Njar. Y con la constitucin del Gran Oriente Espaol en 1889 tres logias supervivientes pasaron a engrosar sus filas: Hijos de Abdera de Adra, Almanzora de Sern y Esencia, Vida y Amor de Tjola que recibieron los nmeros 35, 42 y 49 respectivamente.

20

y venerable de la logia63, y que adopt precisamente como simblico el de Salme-rn64. Su profesin, segn los cuadros lgicos era la de propietario. En realidad propietario de fincas y dueo de empresas barrileras, siendo adems concejal y alcalde de Alhama en diferentes ocasiones entre 1879 y 1904.

Curiosamente de los siete fundadores de la Salmeroniana, cinco eran propie-tarios pues adems de Antonio Marin, figuran como tales Ramn Granados Ferr simblico Olzaga, Juan Diego Rodrguez Gil, simblico G. Molina y Nicols Lpez Lpez, que tambin adopt el simblico de N. Salmern. Todava hay un tercer miembro de la logia, el artista Gaspar Compan Navarro cuyo simblico es Salmern 3..

Pero la adopcin de Salmern como simblico tampoco es un argumento en favor de una supuesta militancia masnica del poltico, sino simplemente de admiracin o identificacin idolgico-poltica65. Basta observar que la mayora de los simblicos de la logia Salmeroniana no tienen nada que ver con la masonera, como Viriato, Rmulo, Sila, Scipin, Cervantes, Apio Claudio, Anbal, Tiberio Graco, Gravina, Plutn, Coln, Hipcrates, Manlio, Trajano, Asdrbal, Scrates, etc. etc.

El nico miembro de la logia vinculado familiarmente con D. Nicols es su sobrino Francisco Salmern Martnez, simblico Hijo de Tiberio Graco, de profesin estudiante, que aparece en el cuadro de 1884, si bien en el de 1886 ya ha desaparecido. Era hijo de Francisco Salmern y Alonso, fallecido el 21 de noviembre de 1878. Otro tanto habra que decir de Adela Martnez, de profesin propietaria, que est aadida al final del cuadro lgico de la Salmeroniana del ao 1884, siendo la nica mujer que figura en la logia. Lleva el nmero 52 del registro y utiliza como simblico Viuda de Tiberio Graco, lo que viene a corro-borar que su marido D. Francisco Salmern y Alonso, hermano de D. Nicols, haba sido masn, aunque no de la Salmeroniana que se funda en 1882, cuatro aos despus de su muerte. Tanto Adela, como su hijo Francisco fueron iniciados en Alhama.

Tambin hay noticias de otro sobrino nieto de D. Nicols, llamado curiosa-mente como su hermano, Francisco Salmern y Alonso, simblico Garca Vao, y que en 1889 es decir once aos despus de la muerte de D. Francisco Salmern y Alonso militaba en la logia capitular de Almera Unin y Justicia n. 70, per-teneciente al Gran Oriente de Espaa, segn un documento del 4 de octubre en el que certifica, como secretario de la logia, que Juan Felices Lpez, de 26 aos,

63. AMATE MARTINEZ, Mara Carmen, Alhama de Almera. Perfil de su historia, Alhama de Almera, Ayuntamiento, 2007, p. 347.

64. En 1884 era grado 14 y en 1887 grado 30. Cfr. la carta de recomendacin de Salmern, escrita desde Pars en septiembre de 1884, en la que se cita a Antonio Marin Cadenas. AMATE MARTINEZ, op. cit., p. 348.

65. En los ltimos aos del siglo XIX y primeros del XX cerca de 70 masones andaluces utilizaron como simblico el nombre de Salmern. Cfr. AMATE MARTINEZ, Mara Carmen, Entre la historia y el mito. Nicols Salmern y la masonera espaola, en La masonera espaola en la poca de Sagasta [Coord. Jos A. Ferrer Benimeli], Zaragoza, Gobierno de Aragn, 2007, vol. 1, pp. 502-504.

21

natural de Almera y residente en la misma, estaba en posesin del grado 2. de la masonera.

En conclusin hasta la fecha no hay constancia fidedigna de que D. Nicols Salmern y Alonso fuera masn, a pesar de haber sido elegido Gran Maestre, si bien algunos miembros de su familia s lo fueron66.

66. Como complemento cfr. MARTNEZ LPEZ, Fernando (Ed.), Nicols Salmern y el republi-canismo parlamentario, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007; Los republicanos en la poltica almeriense del siglo XIX, Almera, Unicaja, 2006, AMATE FERNNDEZ, M. Carmen, Nicolas Salmern y Alonso (1837-1908). Semblanzas, Almera, Instituto de Estudios Almerienses, 2008.

23

Francisco Salmern y Alonso (1822-1878) y la masonera de Alhama de Almera

JOS-LEONARDO RUIZ SNCHEZ Universidad de Almera

Es de sobra conocido que la antigua Alhama la Seca ha sido en Almera un importante ncleo masnico. A excepcin de la capital de la provincia, constituye el nico municipio en el que se perpeta la actividad de talleres del siglo XIX al XX, tras el parntesis de la conocida crisis finisecular. Puede afirmarse incluso que, a pesar del parntesis de los ms de treinta aos que no existi actividad de talleres en Alhama (desde finales del siglo XIX hasta 1924) existe cierta conti-nuidad entre los masones de ambos momentos. En ambos momentos los talleres alhameos (logias, tringulos, captulos, que de todo hubo) con independencia de su pertenencia a una u otra obediencia, tuvieron un denominador comn en torno al apellido Salmern, propio de toda la comarca1.

El que fuese este municipio la cuna de Nicols Salmern y Alonso, el tercer presidente de la Primera Repblica espaola, cuya vinculacin a la masonera se

1. En Alhama han existido: la logia Salmeroniana n. 206, al menos entre 1882 y 1891, bajo el GODE; el Captulo Salmern n. 58, de Caballeros Rosacruces (en torno a 1884). Un tringulo en noviembre de 1924 que, a partir de 1925 se convierte en la logia Salmeroniana n. 30, bajo la obediencia de la GLE; sta, desde 1930, ser la n. 48 de la GLSRM, hasta 1935. Sobre las logias de Alhama, vid. AMATE, M. C., La Masonera en Alhama en los siglos XIX y XX, El Eco de Alhama, 12 (2001), 4-17. RUIZ SNCHEZ, J.L., Implantacin y caractersticas de la masonera en Almera (1914-1936), en La masonera en la Espaa del siglo XX (J.A. Ferrer coord.), Toledo, CEHME-Universidad C-LM, 167-210. Aunque antiguo, tambin tiene cierta validez el trabajo de PINTO MOLINA, M., La Masonera en Almera a finales del siglo XIX, Almera, Universidad de Granada-IEA, 1990, 54-59. Y, de prxima aparicin, RUIZ SNCHEZ, J.L., LVAREZ REY, L. y FERNNDEZ ALBNDIZ, M.C., Las logias y los masones en la Almera del siglo XX (1898-1945), en prensa. Sobre el captulo Salmern n. 58, que las obras en las que se citan los talleres alhameos han venido obviando hasta que en la actualidad ya comienza a ser recogido, me permito indicar que figura en el Boletn Oficial del Gran Oriente de Espaa, 11-12, correspondiente a junio de 1884, p. 191; pudo ser efmero porque no parece citarse ya en el mismo Boletn correspondiente al 31 de diciembre de 1884 (n. 19 al 24), p. 373. Indicamos lo de cierta continuidad porque no hay que ser un lince para observar que los sellos de secretara empleados en los documentos correspondientes a ambas pocas son los mismos (como se deduce de cotejar los conservados en Salamanca) suprimiendo (anulando) lo que haba cambiado (el n. de orden, por ejemplo).

24

ha venido defendiendo desde algunos sectores (aclarado lo equivocado del asunto an se sigue defendiendo ste particular) ha facilitado la creencia de que el nom-bre de la logia derivaba de la condicin de masn de D. Nicols; abundaba en ello la estrecha relacin poltica que el alhameo tuvo con el hermano Cavour 1. (simblico de Manuel Ruiz Zorrilla, liberal-progresista-radical amadeista, luego republicano escasamente demcrata a tenor de sus mtodos en la Restaura-cin, cuando se instala en el exilio en Francia) Gran Maestre del Grande Oriente de Espaa (1870-1873), con el que coincidi en el pas galo. Resuelto el tema anterior, la no pertenencia de Nicols Salmern a la masonera espaola, persiste el enigma sobre las razones del nombre empleado por todos los talleres de Alhama, desde los ms antiguos.

En un intento de encontrar la respuesta adecuada para resolver esta cuestin, el por qu en 1882 se emple el nombre de Salmeroniana, hemos reparado en la figura de otro poltico oriundo del lugar, de iguales apellidos que el presidente de la Repblica: su hermano D. Francisco Salmern y Alonso, segundo de la saga familiar, cado en el olvido durante dcadas y sobre el que pesa un gran descono-cimiento incluso por las lites locales acaso ms preocupadas de otras aventuras. A diferencia de Nicols (muy trado, llevado y usado pero del que acaso se desconozca lo sustancial) Francisco ha quedado bastante relegado con el tiempo, no as en vida cuando goz de la fama y popularidad en su pueblo como recientes estudios vienen demostrando. Circunstancias familiares le trajeron al mundo en 1822 en la localidad madrilea de Torrejn de Ardoz donde su padre, el liberal alhameo Francisco Salmern Lpez, ejerca la medicina; al poco de nacer, al ao siguiente y ante la segunda restauracin absolutista emprendida por Fernando VII, la familia retorn a su patria chica donde naci la numerosa prole, entre ellos, Nicols en 1837, que ocup el sptimo lugar. Aun a riesgo de parecer pesados por la insistencia, en este trabajo nos vamos a centrar en el momento en el que se levantaron los primeros talleres, los decimonnicos (logia Salmeroniana n. 206, en 1882 y Captulo Salmern n. 58, en 1884) que vamos a poner en relacin con el hermano mayor de D. Nicols; sobre lo ocurrido en 1924, cuando aparece un primer tringulo tambin salmeroniano de la Gran Logia Espaola, pudieron pesar los condicionantes perpetuados hasta la actualidad2.

1. FRANCISCO FRENTE A NICOLS

Unos breves apuntes biogrficos, que alcanzarn hasta 1882, cuando se pone en pie el primer taller salmeroniano, nos clarificar la dimensin poltica y social alcanzada hasta ese preciso momento por ambos. Nos interesaremos sobre todo por la proyeccin alcanzada en el mbito de lo local, que es el escenario en el que se

2. Algunos apuntes sobre las circunstancias familiares en GARCA RAMOS, J.A. y MARN MART-NEZ, P., en La llama viva del republicanismo espaol durante el siglo XIX en las biografas de dos mdicos almerienses: Francisco Salmern Lpez (1786-1874) y Gaspar Molina Capel (1817-1873), en El Eco de Alhama, 17 (2004).

25

levantan columnas. Sin temor a equivocarnos puede afirmarse que Francisco fue el rbol a cuya sombra Nicols (quince aos menor) creci, se form y se le facilit el adentrarse en los ambientes sociales e intelectuales madrileos; Francisco incluso, le llev a la poltica si bien mientras que l se mantuvo en el progresismo radical que en el mundo profano diriga Ruiz Zorrilla, Nicols termin decantndose, tras unos balbuceos iniciales, por las posiciones democrticas y, luego, republicanas.

1.1. En Madrid, vidas paralelas pero con desfase

Francisco estudi: en Almera segunda enseanza en el Seminario Conciliar; en Granada, primero en el Colegio de San Bartolom y Santiago, y luego, a partir de 1939 en su Universidad tres cursos de Derecho; en Madrid, dnde lleg en 1842 para concluir sus estudios universitarios. En 1847 ingres en el Colegio de Abogados de la capital compaginando el bufete con la defensa de sus principios ideolgicos (en la tribuna y en la prensa) dentro del liberalismo progresista. Esta militancia le llev a la crcel al participar en la trama que condujo a la revolucin de 1854. En ella se erigi como el Jefe Civil del Distrito Sur de Madrid, momento en el que tambin fue elegido diputado por la circunscripcin almeriense (lo intent en 1852 por Grgal pero se retir de la lucha; tambin estuvo prximo hacerlo por Berja, ambos distritos de Almera). En Madrid fue elegido por dos veces concejal del distrito de la Latina, ocupando ese puesto por espacio de siete aos; tambin, el de teniente Alcalde de Madrid (junto a Manuel Llano y Persi simblico Juan Bravo, ms adelante Gran Maestre del GODE dimitiendo ambos solidariamente en 1865 tras los sucesos de la noche de San Daniel). En estos aos los progresistas del distrito de Canjyar (cabeza de partido judicial al que pertenece Alhama) le nombraron presidente de honor del partido. Al estallar la septembrina perteneci a la Junta Revolucionaria de Madrid, participando en las elecciones de nuevo por el distrito almeriense bajo la bandera del progresismo monrquico, dentro de la coalicin de unionistas y progresistas; se enfrentaba as, en el mismo distrito, a su hermano Nicols (que no obtuvo la representacin) en las filas del republicanismo. En 1872 sali de nuevo elegido, ahora por el distrito de Canjyar, dentro del grupo del progresismo radical que acaudillaba ya enton-ces Manuel Ruiz Zorrilla. Particip junto a su hermano en la proclamacin de la Primera Repblica formando parte del primer gobierno republicano presidido por Estanislao Figueras, como progresista radical en la cartera de Ultramar (durante trece das; Nicols ocupaba la de Gracia y Justicia). En marzo de 1873 y durante algunas semanas ocup la presidencia de la Asamblea Nacional (Nicols la ocupa-ra a partir de septiembre). Retrado de la poltica, con el estallido de la cantonal y ante el temor de una invasin de los cartageneros en Almera presidi en octubre de 1873 su Junta de Defensa. Con la llegada de la Restauracin se mantuvo vinculado a Ruiz Zorrilla del que lleg a ser su representante legal en la capital de Espaa. Muri en Madrid en 18783.

3. Breves reseas biogrficas en GARCA VALVERDE, M., Francisco Salmern y Alonso, en El Eco de Alhama, 4 (1997), y MARTNEZ LPEZ, F., Francisco Salmern y Alonso, en Diccionario

26

Por su parte, Nicols hurfano de madre al poco de nacer qued en gran medida al cuidado de sus hermanos llev una vida paralela a Francisco con el retraso natural de los quince aos que se llevaban. Era an nio cuando parti a Almera para estudiar bachillerato. En Granada (hacia 1852) comenz a estudiar Filosofa. En Madrid, al igual que su hermano, concluy sus estudios pero en 1858 (tambin realizara Derecho) con premio extraordinario; lleg tres aos antes cuando Francisco era ya un afamado abogado que incluso haba sido diputado en Cortes, quien le introdujo segn Martnez Lpez en los ambientes polticos de la capital. En la capital ejerci su actividad como docente universitario, esta-bleci su domicilio familiar y residi regularmente (salvo en los aos de exilio en Francia). Aqu particip desde temprana fecha en el Partido Democrtico, en cuyo comit directivo madrileo estaba en 1867 por lo que fue apartado de su ctedra y sufri crcel. Inmediatamente despus de la septembrina, se decant junto a su partido por el republicanismo federal. Propuesto candidato para la constituyente por los republicanos almerienses no result elegido. En 1871 obtuvo su primera acta de diputado pero por Badajoz (que luego repetira, presentndose tambin por Murcia y Barcelona durante el Sexenio). Como se ha referido, particip en la proclamacin de la Repblica, form parte del primer gobierno con Estanislao Figueras en la cartera de Gracia y Justicia (cuatro meses) hasta la llegada de Pi y Margall, a quien sucedi al frente del ejecutivo entre julio y septiembre de 1873 y, algo ms tarde, ocup (como su hermano Francisco lo haba hecho antes) la presidencia del Congreso de los Diputados mantenindose hasta el golpe de Pava en enero de 1874. En 1876 march al exilio a Francia, encontrando acomodo en el entorno de Ruiz Zorrilla del que fue distancindose por los procedimientos poco democrticos que impulsaba. Regres a finales de 1884; a partir de 1886 se present a las elecciones obteniendo representacin por capitales seguras como Madrid y Barcelona4.

As pues, en proyeccin nacional, debemos resear que Nicols subi un peldao ms que su hermano al ocupar efmeramente la presidencia de la Rep-blica. Igualados quedaban en cuanto a participar en su proclamacin, ocupar ministerios y la presidencia de la Asamblea, adems de haber sido diputados. Un peldao ms arriba tambin en cuanto a reconocimiento, de Nicols, pero en unos momentos ms tardos, particularmente en la ltima dcada del siglo cuando, liberado del radicalismo zorrillista, el republicanismo que l representaba se vio reforzado por el obrerismo en momentos de crisis de la monarqua y del sistema canovista. Por el contrario, la figura de Francisco tuvo en el panorama nacional sus mejores das en los ltimos aos de la etapa isabelina y durante el Sexenio. Tanto, que el apunte biogrfico que le hizo Juan Rico y Amat (1821-1870) en la dcada de los sesenta en su libro sobre los diputados y senadores no debe

Biogrfico de Almera, Almera, IEA, 2006, 351-2. Numerosos apuntes sobre su accin poltica en MARTNEZ LPEZ, F., Los republicanos en la poltica almeriense del siglo XIX, Almera, Fundacin Unicaja, 2006.

4. MARTNEZ LPEZ, F., Nicols Salmern y Alonso, en Diccionario Biogrfico de Almera, 349-351. Vid. tambin del mismo autor Los republicanos en la poltica almeriense.

27

dejarnos indiferentes. Las letras de Amat como no poda ser de otro modo por su posicin ideolgica son de censura, de crtica. Pero el ataque que empren-de contra Francisco Salmern (el captulo lo llama Salmern, sin nombre de pila, hecho significativo para lo que tratamos de demostrar en nuestro trabajo) nos ilustra sobre la visin que entonces se tena en la palestra nacional de este almeriense. Las primeras letras de Rico y Amat cuando relata su biografa son meridianas de su intencionalidad:

El papel de tribuno del pueblo en tiempos de revolucin, en esas pocas de duda, de movimiento y de zozobra que atraviesan las naciones, impulsadas de una idea deslumbradora, arrastradas por un deseo inmoderado de bienestar y de progreso, es el ms difcil de desempear, el ms peligroso y comprometido para quien carezca de ciertas condiciones que lo eleven sobre el nivel de los dems revolucionarios, que den prestigio, autoridad y fuerzas para absorber en su opinin todas las opiniones, en su deseo los deseos todos del pueblo que se revoluciona. [] Los verdaderos tribunos, los revolucionarios de la idea, esos espritus inquietos y analizadores que suean con lo desconocido, que deliran con la perfeccin humana, que todo lo conceden a la razn y nada a la Provi-dencia, necesitan dotes privilegiadas, cualidades a propsito para imponer su opinin a un pueblo, para trazar un rumbo fijo la revolucin, para reorganizar una sociedad sin que el resultado de su reorganizacin sea el desconcierto, el caos, la anarqua. [] Para ser tribuno del pueblo, en la verdadera acepcin de la palabra, el repblico que a ello aspire, ha de pensar, ha de hablar y ha de sentir como piensa, cmo habla y cmo siente el pueblo, a quien intenta dirigir. Ha de identificarse con l en el recuerdo de sus tradiciones religiosas, de sus glorias militares, de sus triunfos pasados en defensa de su nacionalidad y de su independencia. Ha de conocer a fondo sus desgracias y sus aspiraciones, sus instintos y su carcter, su organizacin social y sus opiniones polticas. Ha de llorar con l y sentir con l sus vicisitudes y desgracias; ha de cantar con l y gozar con l sus alegras y sus glorias5.

Despus de las dos pginas iniciales, sin citar lo ms mnimo al biografiado del que slo sabemos que va a hablar de l por el rtulo inicial, entra en la terce-ra pgina suponindose que se sabe de quien se est hablando y sentadas estas observaciones, veamos si el poltico, si el orador que hoy nos toca retratar, es un verdadero tribuno del pueblo, como creen muchos, o no es ms que un reformador vacilante, un filsofo, un soador como nosotros creemos. Y comenz a justificar la visin que tena de un Francisco contradictorio:

Como poltico, Salmern se proclama monrquico; quiere un trono con una dinasta hereditaria, y al mismo tiempo aboga por instituciones demo-crticas, por la libertad absoluta de la prensa, por la enseanza libre, por la institucin del jurado, por el sufragio universal; quiere un imposible, porque imposible es una monarqua con formas republicanas; una repblica con el manto y el cetro de la monarqua.

5. RICO Y AMAT, J., El Libro de los Diputados y Senadores, Madrid, Establecimiento Tipogrfico de R. Vicente, 1866, pp. 141-2.

28

Como filsofo, proclama la caridad evanglica, y casi defiende el socia-lismo, porque socialismo es defender la ley de pobres, el derecho de las clases menesterosas, no al trabajo, sino a la asistencia, a los socorros pblicos.

Como cristiano, enaltece la religin del Crucificado, y pide el estableci-miento de la libertad de cultos, la proclamacin del libre examen.

Como hombre de ley, en fin, aboga por las garantas individuales, y conce-de a las masas triunfantes el derecho de ejercer en ciertas ocasiones la justicia popular, nombre con que se califica la venganza del pueblo6.

As pues, con estos antecedentes, su conclusin era meridiana:

Con estas contradicciones, con esta mistificacin de principios, de aspi-raciones y de sistemas, ni se puede ser verdadero tribuno del pueblo, ni rep-blico eminente, ni reformador de esos que dan nombre a una revolucin, de esos que dejan una aureola de gloria en la organizacin poltica o social de un reino.- Tampoco por sus dotes oratorias, por el carcter de su elocuencia cuadra con propiedad a Salmern el dictado de tribuno. Para serlo sbrale imaginacin y sabe mucha filosofa. Los rasgos de elocuencia tribunicia, de esa elocuencia enrgica y varonil que estallan en sus discursos, como elctricas emanaciones de un alma generosa, de un corazn valiente y apasionado, ofscanse en segui-da bajo el tupido velo de apreciaciones abstractas, de consideraciones filos-ficas, tan oscuras, tan vagas y confusas que no pueden alumbrar la nebulosa inteligencia del pueblo7.

Eso s:

Cuando desoye la voz de su inteligencia, contiene los arrebatos de su imaginacin, y se inspira nicamente en su corazn y en sus pasiones, entonces no es el filsofo soador de sistemas polticos y sociales, el orador oscuro y metafsico que alimenta la imaginacin del pueblo con vagas teoras de dere-chos incomprensibles, sino el agitador de masas, el glorificador de la revolu-cin, el tribuno del pueblo que irrita sus instintos y despierta sus ambiciones [algo prosigue el autor que haba demostrado en las Cortes constituyentes de 1854 momento en el que organiz en Madrid a] las masas sublevadas, caminando a su frente por la calle de Toledo, entusiasmndolas con su enrgica frase, con su ademn decidido, y con las ondulaciones de una tela encarnada, improvisada bandera con que el tribuno Salmern guiaba a las turbas, a donde las guan siempre los tribunos populares: a una muerte ignorada o a una vic-toria infecunda8.

Mucha tinta emple el antiguo secretario de Isabel II y moderado Rico y Amat ideolgicamente situado en las antpodas de Salmern para demostrar que el alhameo no era un tribuno del pueblo (aunque al final, paradjicamente, termi-

6. Ibidem, p. 143.

7. Ibidem, pp. 143-4.

8. Ibidem, pp. 145 y 147.

29

naba diciendo lo contrario). Tinta que nosotros de manera intencionada tambin hemos dejado correr porque las propias letras de Amat, llevadas a la imprenta en 1866 reflejan, en aquellas circunstancias polticas, el sentir general sobre la figura de Francisco Salmern, considerado como el tribuno del pueblo (qu sentido si no tena tratar de desmontar con tanto pormenor que no lo era?). Llegados a estas alturas creemos apuntar porque luego nos resultar til que, sin duda, Tiberio Sempronio Graco fue uno de los que mejor ha representado esta institucin romana de los tribunos de la plebe9.

En definitiva, en cuanto a la trayectoria poltica a nivel nacional de ambos hermanos, midiendo bien los tiempos y los momentos (y detenindonos a la altura de los sesenta) la de Francisco es muy superior a la de Nicols: desde la dcada de los cincuenta est en el candelero obteniendo, incluso, representacin en las Cortes (algo que el menor conseguira avanzada la siguiente dcada) adems de estar en los distintos procesos revolucionarios. En las altas esferas de la poltica espaola, a la altura de comienzos de los setenta, Salmern no es, pues, otro sino Francisco.