La Movida Acustica

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WILLIAM DUMONT

MAU PGS. 8-11 6-7 EDICIONES PG.

Arturo Un texto Gutirrez de Csar Plaza MiguelEL VIAJE Rondn REFIGURADO

PAPEL LITERARIOBanesco

2 de abril de 2009 EL NACIONAL VENEZUELA, 14de mayode 2007

Movida Acstica UrbanaSon 18 jvenes msicos que han creado seis agrupaciones que, en esencia, hacen msica venezolana, propia o reinterpretada de los ms diversos repertorios. En todos se escucha el sonido del cuatro. Han editado ya varios discos. Los Sinvergenzas, Nuevas Almas, EnCayapa, C4 tro, Kapica y Csar Orozco Kamarata Jazz integran la novedosa Movida Acstica Urbana. A partir de la incitacin y gua del periodista y melmano Csar Miguel Rondn, Papel Literario ofrece a sus lectores una aproximacin a este signicativo movimiento musical que ha irrumpido en la escena caraquea pgs. 2-12

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2.Nelson Rivera

EL NACIONALPAPEL LITERARIO SBADO 2 DE MAYO DE 2009

Csar Miguel Rondn & MAUWILLIAM DUMONT

izo esa pausa con la que acostumbra a suger ir que la prxima pieza a escuchar mereca el mejor nimo, la ms porosa disposicin de melmano. Ms temprano, Csar Miguel Rondn me haba advertido: voy a poner algo distinto, algo que te va a sorprender. Tenamos un par de horas escuchando jazz y msica del Caribe, lo cual significa que los nervios, la tensin y acecho del espritu estaban listos para lo que vendra. Si la memoria no me traiciona, aquella tarde del pasado mes de enero escuch por primera vez a tres o cuatro de los grupos que integran la Movida Acstica Urbana. Ese mismo da le ped a Rondn que me ayudase a planificar una edicin de Papel Literario que presentara este acontecimiento a los lectores. Un mes ms tarde, esto es en febrero de este mismo ao, Rondn me invit a Discovery Bar, un lugar en El Rosal, donde esa noche se grabaran algunas piezas para un disco en vivo. Muchas fueron las causas de los sucesivos asombros por los que pas a lo largo de varias horas. Mencionar aqu apenas tres de ellos. Primero: que estos jvenes estn en proceso de reinventar las sonoridades y usos del cuatro, en todos los extremos en que ello puede ser posible: como un revitalizado agente ms en la estructura de cualquier combo (cuartetos, quintetos, sextetos y ms) o como instrumento principal de composiciones y ejecuciones que estn fronterizas a la ms impecable msica de cmara. Segundo: la f lexibilidad (dira la naturali-

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La MAU "tiene elementos y sonoridades comunes, que lo calican como un movimiento musical venezolano que digiere e incorpora las ms diversas tradiciones e inuencias" dad) con que construyen un repertorio donde conviven las composiciones propias con las de autores anteriores y reconocidos. Quizs sea un signo de esta Movida Acstica Urbana: que escucharse a ellos mismos no les impide escuchar, repensar y reinterpretar a sus precedentes. Tercero: que siendo este un movimiento de personalidades (no hay en ninguno de estos grupos sonoridad alguna que insine resignacin o conformidad), ello no les impide dialogar y cruzar ideas, improvisar vnculos musicales, tomar un testigo, volverlo asunto propio, para entregarlo a otro msico, que a su vez har lo mismo con lo recibido (de hecho, la simple revisin de las nminas de los grupos y, todava ms, de los crditos de los discos que unos y otros han grabado, revela cmo la mayora de los msicos toca aqu y all, lo que hace patente la plasticidad y la movilidad que los caracteriza como generacin). Luego de pensarlo bien, he decidido utilizar la palabra "generacin", a riesgo de que ella no sea del todo precisa. Quiero decir que esta Movida Acstica Urbana, por lo pronto una red de seis nudos, pero cuyo tejido podra continuar creciendo en los prximos meses y aos, tiene elementos y sonoridades comunes, que lo califican como un movimiento musical venezolano que, mientras digiere e incorpora las ms diversas tradiciones e inf luencias, regresa, de manera invariable, a una expresin que es sustantivamente venezolana. Quisiera llamar la atencin de los lectores sobre el brillante, paciente y articulado ensayo de Csar Miguel Rondn, "Bitcora para pensar la Movida Acstica Urbana", que hemos incluido en estas pginas. Debo decirlo: creo que es un privilegio, un excepcional privilegio, que un movimiento cultural que todava est hacindose, que debera crecer y desplegar sus inusuales potencialidades a lo largo del prximo tiempo, logre capturar la atencin crtica de un cultivado melmano y escritor, nada menos que para proponer unas primeras pistas y evidencias del proceso en el que se ha gestado la MAU. Se trata de un admirable esfuerzo suyo que, adems de sealar muchos de los elementos que permiten reunirlos dentro de una misma denominacin, invita a pensarlos como si fueran una generacin y, todava ms, justifica con creces la decisin de convertirles en los protagonistas de esta edicin temtica de Papel Literario.

"Estos jvenes estn en proceso de reinventar las sonoridades y usos del cuatro, en todos los extremos en que ello puede ser posible"

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MAU: el nuevo soundtrack de la ciudadDesde hace casi dos aos, en las calles de Caracas ha estado ocurriendo algo inesperado. Ungrupo de 18 jvenes msicos venezolanos han decidido unir sus esfuerzos para imprimirle ritmos a la capital. Entre cuatros y tambores, autas y maracas, su propuesta no ha dejado de crecer y siguen soandoAndreina Guenni y Erika Roosencuando finalmente se sell el pacto: all naci la Movida Acstica Urbana. En septiembre de ese mismo ao esos cuatro ensambles tuvieron la gran oportunidad de presentarse durante tres das de concierto en los espacios del Centro Cultural Corp Banca. Pero tres das con slo cuatro agrupaciones presentes era para ellos, logsticamente hablando, complicado. La solucin? Incorporar a la Movida otros dos ensambles que ya venan trabajando en su misma direccin. As fue como Csar Orozco Kamarata Jazz y Nuevas Almas se sumaron a la tarea de armar el nuevo soundtrack de Caracas. Durante aquellos primeros meses, la ciudad an se resista a asumir las propuestas rtmicas de la MAU como propias. Pero, aunque la gran mayora de sus integrantes es del interior del pas, ya la capital los haba atrapado, y ellos, queriendo formar parte de lo que pasaba en ella, estaban decididos a conquistarla. Y eso fue, exactamente, lo que hicieron. Si hay algo que caracteriza a todos quienes forman parte de la Movida es que entienden que la msica no es slo una manera de expresarse, sino tambin una profesin que exige disciplina y perseverancia. No en vano muchos de ellos dicen que la msica es el arte de cuadrar los horarios; y en una ciudad como Caracas, no basta con organizar el tiempo, es igualmente necesario conseguir espacios para darse a conocer. Ellos lo vivieron en carne propia, pero gracias a su constancia dos meses despus ya estaban presentndose todas las semanas en Dis-

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as cosas han salido bien, dice Rodner Padilla entre risas, pero para quienes ven en retrospectiva el trabajo de ms de un ao de la Movida Acstica Urbana, esa realidad es mucho ms seria de lo que deja entrever el bajista de EnCayapa, C4 Tro y Kamarata Jazz. Sin duda, no debe ser sencilla la tarea de re-crear la msica de raz tradicional venezolana con elementos de la msica acadmica, del jazz y de la bossa nova, entre otros, para sumergirla en los colores de la contemporaneidad. Y, precisamente, una de las cosas que ms gusta entre el pblico de la Movida es ver que, a pesar de esta exigente labor que se proponen, todos los msicos de sus seis ensambles viven su quehacer artstico con pasin, entre risas y muecas. Esta empata entre ellos no es nueva. Haba comenzado muchos aos atrs y termin por consolidarse en enero de 2007 en una reunin decisiva en casa de Padilla a la que asistieron C4 Tro, EnCayapa, Kapica y Los Sinvergenzas. Muchos llegaron a ese encuentro sin pensar en el impacto que aquello tendra sobre sus propias carreras musicales y sobre la ciudad de la que luego lograran aduearse. Pero, efectivamente, fue durante aquel encuentro

"Hay algo que caracteriza a la Movida: entienden que la msica no es slo una manera de expresarse, sino tambin una profesin"

covery Bar: el local nocturno caraqueo que termin siendo el hogar de la MAU.

Del palco a la tarimaSi bien es cierto que su profesionalismo fue determinante para el xito de su carrera musical, no es menos cierto que los seis ensambles contaron con el apoyo de grandes msicos venezolanos que creyeron en su propuesta, su visin, su pasin y su msica. Sera cuesta arriba comenzar a nombrar a todos los que apostaron por la Movida pero, sin duda, uno de los nombres que con ms frecuencia se escucha en los relatos de los 18 msicos es el de Aquiles Bez. Y es que l, quien nunca podra pasar por debajo de la mesa cuando de influencia sobre la MAU se trata, tiene adems un ojo acucioso a la hora de reconocer a primera vista talentos extraordinarios. Para muestra un botn: fue en casa de Irene Trujillo (sobrina de Antonio Lauro) donde Bez escuch por primera vez a C4 Tro y qued tan encantado con ellos que consigui que participaran en el festival

Venezuelan Sound en 2006. Baz no se equivoc: ese ao el primer trabajo discogrfico de la agrupacin se convirti en Disco de Oro en el pas y en el ms vendido de las tiendas Esperanto. Para los miembros de la MAU contar con este tipo de apoyo incondicional de parte de quienes fueron incluso sus maestros, es ms que un orgullo. No en vano algunos como lvaro Paiva Bimbo comentan con gran respeto que pasaron de ser los chamitos que escuchaban a los grandes a ser quienes tocan con ellos. Evidencia de esto son sus propios conciertos en los que comparten escenario con personajes de la talla de Eddy Marcano (a quien Eddie Cordero considera como su segundo padre), Nen Quintero, Pablo Gil, Alfredo Naranjo, Francisco Pacho Flores, entre otros.

En VivoDesde aquel da en casa de Padilla la MAU no ha parado, y tampoco piensa hacerlo. El 4 de febrero de este ao, por dos das consecutivos, tuvo lugar la grabacin del primer disco en vivo de la Movida. Cada ensamble tuvo la oportunidad de deleitar al pblico con tres temas de su autora que, en manos de su ingeniero de sonido, Rafael Pino, quedaron inmortalizados como los acordes que estn impregnando la vida de la capital. Al lanzamiento de este trabajo en vivo, sigue otro proyecto no menos ambicioso. El 30 de septiembre de este ao es una fecha que todos esperan con ansias. Ese da, en medio de la monumental Aula Magna de la

Universidad Central de Venezuela, se celebrarn los dos aos de trabajo de la MAU: ser El da de la Movida. Un prometedor concierto marcar el inicio de otro ao ms de logros y xitos y traer consigo el posterior estreno de un DVD que dejar en imgenes el crecimiento musical de la MAU, porque como afirma Pino: lo que pasa en vivo no pasa ms nunca. Si bien la meta principal de la Movida era apoderarse de los espacios de Caracas, tras alcanzar el xito, ahora suean con ampliar sus fronteras. En efecto, como ahora adems de tener diez meses agendados con otras agrupaciones en Discovery Bar, han comenzado a presentarse en espacios como La Guayaba Verde, Evios Pizza y Atlantique, tienen proyectado llevar a cabo giras nacionales e internacionales. Algunas de stas no sern giras comunes: adems de las presentaciones, Csar Orozco Kamarata Jazz, por ejemplo, planifica poner en marcha clnicas de enseanza musical. Adems, tomando como ejemplo algunos festivales musicales internacionales como lo que se desarrollan en Brasil, los 18 msicos de la MAU suean con crear el Festival Internacional de la Movida Acstica Urbana. Y es que, para ellos, cuando se trata de hacer una relectura de la tradicin sonora venezolana, la ciudad ya les queda pequea.

4.C4 TroWILLIAM DUMONT

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Nuevas Almas

SC4 Tro toca tonalidades alegres, muy rtmicas e inesperadas

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ocas agrupaciones musicales asombran tanto como C4 Tro. La emocin que nace al escuchar su primera produccin discogrfica se convierte rpidamente en perplejidad al ver a este tro de cuatros, acompaados por el bajista Rodner Padilla, deshacerse en sonoridades inusuales en nuestro instrumento nacional. Y es que, para Jorge Glem, Hctor Molina y Edward Ramrez, la meta es muy clara: los tres buscan adentrarse en las casi inexploradas posibilidades del cuatro como instrumento solista. Y vaya que lo logran: para cualquier audiencia, acostumbrada a escuchar el cuatro como instrumento acompaante, resulta inexplicable la experiencia de encontrarse con los punteos y las improvisaciones tpicas de C4 Tro. Salta a la vista, de inmediato, que los muchachos cuentan con una formacin acadmica y con una importante influencia del jazz que se funden perfectamente en la msica popular. As, entre los grandes contrastes de velocidad con los que van matizando sus piezas, una msica completamente nueva pero a la vez completamente venezolana se apodera de todos los espacios. Fue el festival La Siembra del Cuatro el lugar de encuentro del cumans Jorge Glem, el merideo Hctor Molina y el caraqueo Edward Ramrez. A partir de ese momento, sus formaciones individuales se unieron en un solo esfuerzo que gan, gracias a sus talentos, el padrinazgo del guitarrista Aquiles

Bez. En adelante, estas 12 cuerdas no han parado de sorprender a todo el que encuentran en su camino, consiguiendo convertir el sueo del grupo en una realidad: colocar al cuatro en el sitial que se merece. Y, sin duda, la reciente decisin de incorporar al falconiano Rodner Padilla termin de armar la identidad sonora del grupo, que se caracteriza por sus tonalidades alegres, muy rtmicas y, sobre todo, absolutamente inesperadas. En sus presentaciones, los temas que interpretan los integrantes del grupo suelen desembocar en un seis por derecho que genera resonancia en quienes lo escuchan. Las tonalidades llaneras dan paso a una nueva versin de los solos tpicos de las descargas del jazz que se convierte en una suerte de contrapunteo. As, a la rapidez y la soltura de Jorge Glem, que transforma al cuatro en un instrumento no slo de cuerda sino tambin de percusin, le sigue otro tipo de rapidez no menos intensa de las manos de Hctor Molina, todo para dar paso a las notas suaves y contrastantes que consigue Edward Ramrez. Y, como si fuera poco, a este duelo llanero al que se unen perfectamente las notas graves de Padilla, le sigue un final descomunal: los tres cuatristas comparten entre s los trastes y las cuerdas de sus instrumentos para lograr que su espectculo auditivo sin precedentes se convierta en un no menos sorprendente espectculo visual. Es por esto, sin duda, que a C4 Tro no slo es un placer escucharlo, tambin es un placer verlo.

in avisos de pronto suena un estridente platillo. Imposible no voltear para ver qu fue lo que ocurri. No pas nada. Nada que lamentar, por lo menos, a excepcin de la pena que debi embargar a aquellos que no pudieron estar all esa noche. Quiz para ellos fue difcil armar aquel espectculo; quiz inv irtieron en ello muchas horas de ensayo y preparacin. Pero, como todo en la vida, quiz no. A quienes s se les hace cuesta arriba el trabajo es a quienes quieren luego, como nosotros, poner aquello en palabras. Aquel anuncio fue el comienzo de algo que con prisa se convirti en un evento para recordar. Y es que as parecen ser siempre las presentaciones de Nuevas Almas: intensas, sin respiro, increbles. Diego Ma ldonado y Francisco Vielma son los principales responsables de esta propuesta que es una de las ltimas que entr a formar parte de la MAU. Aqul en la batera, ste en la percusin; ambos en la cima de una ciudad que los ha encantado. Han estado olfateando las calles de la capital desde 2005; cuatro aos antes todava estaban en Mrida, estudiando en la Orquesta Sinfnica Juvenil de Mrida, egresando de los salones de Javier Alarcn y poco tiempo despus grabando un demo con Pablo Gil, el mismo que al escucharlos le coment a Alar-

cn que quera aprender a arreglar como ellos. Fue el color y la variedad que ofrece la percusin lo que hizo que Vielma dejara a un lado el cuatro y el piano. Para Maldonado, en cambio, el camino siempre estuvo claro, muy parecido a lo que ocurri con el propio ensamble: ambos saban que su futuro sera hacer msica venezolana que tuviera en su composicin elementos del jazz y ritmos afrovenezolanos. Pero ellos no son los nicos que, ante la conmocin, de cuando en cuando cierran los ojos en escena o que inevitablemente deben darse la mano en medio de la presentacin porque ni ellos mismos creen lo que escuchan. El milagro ocurre porque en tarima comparten espacio con el mgico Csar Orozco sobre el teclado, con Edward Ramrez tocando las cuerdas del cuatro (que ya no es el mismo que alguna vez le regalara su ta y con el que forj su camino al xito, sino uno elctrico de los que pocos existen en el pas) y con el inigualable Gonzalo Teppa que cancin tras cancin va bailando su relacin con el contrabajo. Aquel sueo que comenz entre frailejones hoy invade los callejones caraqueos con una propuesta que se nutre de improvisaciones penetrantes, de una agresividad que conmueve hasta al ms aptico oyente y de un sabor rstico que gesta, realmente, nuevas almas. WILLIAM DUMONT

"Maldonado y Vielma son los responsables de esta propuesta"

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EnCayapa

Kapica

UEnCayapa tie de "un color distinto, la msica tradicional venezolana"

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s imposible que la sonoridad de EnCayapa pase bajo cuerdas. Tan pronto como comienza a sonar alguna de sus piezas, la fascinante complejidad musical que los caracteriza se impone como protagonista, apoderndose del estado anmico de quien los oye. Y si su msica se escucha en vivo, entonces se vive una experiencia sin precedentes. Se trata de un grupo en el que, instrumentalmente, pasa de todo: el violn y el clarinete dejan por instantes el plano meldico al cuatro; el piano se adapta a los ritmos venezolanos; el bajo parece conversar con el increble repertorio de percusin afro-venezolana. Y de todo esto resulta una sonoridad desconocida, innovadora, que reinterpreta, tiendo de un color distinto, la msica tradicional venezolana. Hablar de los orgenes del grupo es hablar de su esencia musical. Todo comenz cuando Klever Camero, en el piano; Rodner Padilla, en el bajo; y Vctor Mrquez, en la guitarra, decidieron componer piezas en conjunto para una clase. La idea fue reinterpretar la msica venezolana pasando por las herramientas que les brindaba la msica acadmica y por las influencias que todos tenan de los ritmos del jazz. El resultado fue tan inesperado que decidieron seguir juntos, componiendo. Pero, si bien algunas piezas de su primer disco fueron compuestas en esta poca, el grupo pas por muchas transformaciones hasta llegar a ser lo que es hoy en da. Sin duda, la incor-

poracin de Demian Martnez, en el clarinete; Eddie Cordero, en el violn; Leowaldo Aldana, en la percusin; y Jorge Glem, en el cuatro, los enriqueci musicalmente de un modo invaluable. En su caso, el nombre no poda ser ms significativo: si bien las composiciones siguen en manos de Camero y de Padilla, una vez que est lista la partitura, todos los integrantes del grupo le caen en cayapa. De ah se consigue una mezcla en la composicin absolutamente nueva: cada quien aporta un color distinto para componer la identidad sonora del grupo. Las piezas se arman, entonces, en colectivo, en un esfuerzo en el que las voces convergen finalmente en una sola que, pasando por distintas influencias musicales, termina por demostrar cmo suena hoy en da la msica venezolana. Y en ese sonido, lo primero que asume quien escucha es el gusto que sienten los seis con lo que hacen. Las notas parecen surgir de lo ms profundo: ms que de una partitura definida, se siente cmo todos se hacen continuamente de la improvisacin. Escuchndolos, vindolos, se entiende de inmediato por qu a Glem le llaman el astronauta, por qu a Aldana le llaman el pulpo, y la fascinacin de Cordero, Martnez, Camero y Padilla quienes se dejan llevar por sus instintos musicales. Y, afortunadamente, gracias a la madurez musical de cada uno, logran cautivar y contagiar a todos con sus ritmos, dejando que el gusto por su msica caiga en cayapa con el orgullo por lo nuestro.

n buen msico puede, en u na m isma noche y sin titubeos, mecerse entre un joropo oriental y una guaracha de aquellas ms estridentes. Slo alguien que entiende que la msica es tan intensa y diversa como la propia vida puede hacer que una presentacin se convierta en una experiencia que despierte hasta el sentido del gusto. Los msicos de Kapica son as. De esos msicos buenos, buenos. De esos que saben a calidad, a pasin, a talento. Si a Discovery Bar, un mircoles, se llega un poco tarde, seguramente los vern llegar en algn ta xi o en un Renault 5 rojo, como en el que llega Diego El Negro lvarez cuando toca con ellos, pues identificarse con aqul arquetipo de artista estrella no est entre sus planes. Y de eso muchos estamos agradecidos, porque slo quienes los han escuchado saben que su espacio de reconocimiento no est en las calles de la farndula sino en la tarima de la excelencia. Es en ella, precisamente, donde los caraqueos Jorge Torres, Edward Ramrez, lvaro Paiva Bimbo y el barquisimetano Manuel Rangel dan vida a los sueos de muchos quienes los ven y escuchan tocar. Los tres primeros son quienes integran el tro acstico de la agrupacin, todo un manjar de cuerdas. Rangel es quien incluye el sonido de sus maracas en me-

dio de las composiciones modernas que la agrupacin hace de los gneros tradicionales venezolanos y que, como sello de marca, saben (de nuevo el sabor) a jazz. Y cmo hacen para que un joropo oriental suene tan distinto? Eso es materia slo de virtuosos compositores. Y todos ellos lo son. Por ello, rara vez se les escucha entonar alguna cancin ajena, quiz slo lo hacen con alguna de su mentor Aquiles Bez. Les gusta ms, en cambio, invitar a los grandes a tocar con ellos; Eddy Marcano lo hace con frecuencia. Historias es una de las canciones que contendr el prximo disco de Kapica, pero que ya estrenaron en vivo. Paiva comienza en la guitarra, cierra los ojos, y lentamente se va hinchando la maravilla. l, quien se form en las aulas de la Manhattan School of Music, se trajo consigo lo mejor que las descargas de jazz de Nueva York tuvieron para ofrecerle. Luego entra el cuatro de Ramrez, el autor de aquellas notas que ahora, casi suspirando, interpreta tambin a ciegas. Finalmente, se incorpora Torres, con una de las dos mandolinas que tiene la MAU y con una capacidad de embelezar que desconcierta. As, como un encuentro frente al mar, se va gestando un momento mgico con el pblico: unos minutos de encanto que van al revs y al derecho pero siempre consistentes, siempre sabrosos.WILLIAM DUMONT

Historias es una de las canciones que contendr el disco de Kapica

6.Csar Orozco Kamarata JazzWILLIAM DUMONT

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Los Sinvergenzas

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Este grupo es uno de los ltimos ensambles que se incorpor a la MAU

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uando en un mismo escenario se juntan Csar Orozco, Jorge Glem, Rodner Padilla, Vladimir Quintero y Euro Zambrano, las vibraciones que estremecen a cualquier cuerpo de pronto se tornan ms intensas e incontrolables. Si del lado izquierdo se coloca el teclado, entonces es all donde se lleva a cabo uno de los duelos ms fantsticos que existen en la msica venezolana de los ltimos tiempos. Sumarle a eso un fondo de percusin, dirigido sin respiro por Quintero y Zambrano, es escuchar cmo la msica es capaz de gritarte que todo en la vida vale la pena. Y si, como si eso no bastase, se le agrega a la escena la mano de Glem, que definitivamente tiene vida propia, y la inquietud de Padilla mientras intenta mantenerse sentado tras su bajo, entonces el resultado de la ecuacin es una presentacin donde, entre sonrisa y sonrisa, se hace cuesta arriba conseguir aliento. As es una noche en Discovery Bar junto a Csar Orozco Kamarata Jazz, uno de los ltimos ensambles en incorporarse a la MAU. Su cabecilla, aunque nacido en Cuba, confiesa que por sus venas corre Simn Daz ms que en las de cualquiera. Lleg al pas en 1997 y se form entre las filas de la Orquesta Sinfnica de Carabobo. Siete aos despus pis suelo caraqueo y desde entonces se ha vuelto inalcanzable: Frank Quintero, Cecilia Todd, Ilan Chester,

Pablo Gil, Aquiles Bez, Oscar de Len, Alfredo Naranjo, Biella Da Costa son slo un puado de los msicos con los que ha compartido escenario desde que la msica venezolana decidi acogerlo entre sus notas. Tras su experiencia en Venezuela Viva, su propuesta musical ahora incluye no slo sonidos de los instrumentos venezolanos fusionados con gneros cubanos, sino tambin algunos arreglos flamencos que, como hechos el uno para el otro, se combinan con el jazz y la bossa nova. Fue en sus aos con Guaco cuando conoci al incontrolable Quintero, el mismo que, tumbadoras mediante, hace imposible distinguir las fronteras musicales entre Venezuela y Cuba. Es el propio Quintero quien, en medio de una cancin que no puede extinguirse, mira de reojo con complicidad al maracayero Zambrano. Este ltimo conoci a Orozco mientras los dos trabajaban con Soledad Bravo (estando con ella tambin consiguieron a Padilla) y algunos aos despus se reencontraron al lado de Huscar Barradas. Tras estos encuentros premonitorios, las manos de pulpo de Orozco, que comenzaron sobre un violn y terminaron encima de un piano, no han dejado de producir encantos. Ahora ellos, junto con Glem y Rodner, se entienden entre muecas, luchan para no quedarse sentados y cada vez que cierran sus ojos mientras tocan, mgicamente impregnan de vida a sus instrumentos.

a msica venezolana contempornea est tambin en manos de Los Sinvergenzas, una agrupacin poco comn. En boca de Raimundo Pineda, la flauta y el pccolo asumen toda su potencialidad meldica y se pasean con naturalidad por la escala musical, quedndose con preferencia en las notas altas. En perfecto contraste, en manos de Heriberto Rojas, el contrabajo suma sus notas graves, que en muchos compases adquieren un rol protagnico. Y, para matizar este duelo de altos y bajos, en el plano armnico se unen el cuatro de Hctor Molina y la mandolina de Edwin Arellano. El resultado de este conjunto instrumental, en manos de sus talentosos artfices, es la rtmica y divertida sonoridad de la agrupacin que, sin perder la influencia de los ritmos andinos que tres de sus msicos llevan en las venas, es capaz de moverse con absoluta naturalidad de un joropo a un merengue caraqueo, y de un vals a una Onda Nueva. Desde su creacin, en 1997, la ag r upacin ha ca mbiado, pero algo en ellos ha permanecido intacto: su sentido del humor. El nombre del ensamble es, sin duda, una buena prueba de esto. En efecto, no son pocas las risas que se cuelan en la historia cuando Arellano y Molina recuerdan el da en que fueron invitados a presentarse en un concierto en la

universidad. En esa ocasin, ninguno se prepar lo suficiente y la presentacin fue ms bien catica. Por eso, uno de sus profesores les pregunt por varias semanas si no sentan vergenza. Y la respuesta de todos era no; de hecho, para reforzar su posicin, en el siguiente concierto en el que se presentaron, tocaron una primera pieza memorable: intercambindose los instrumentos entre ellos, de modo que ninguno pudiera sacar ms de tres notas seguidas. De esta poca, sin duda, les ha quedado algo ms que el nombre: al ver sus gestos cmplices y sus risas mientras interpretan sus piezas, cualquiera puede intuir que detrs de la seriedad musical se esconde siempre una broma, alguna picarda. Lo que comenz como un experimento musical en Mrida se ha convertido en un ensamble slido, en el que todos sus integrantes han incursionado en el terreno de la composicin. Dentro de la MAU, es uno de los grupos que ms interpreta los ritmos y los temas tradicionales venezolanos, sin embargo, se siente en sus piezas una presencia de los colores del jazz y de la msica contempornea que todos los integrantes manejan a la perfeccin. Es por esto que escuchar a Los Sinvergenzas resulta siempre tan gratificante: en sus manos, la tradicin se tie de humor y se convierte, sin duda, en contemporaneidad.WILLIAM DUMONT

Los Sinvergenzas poseen inuencias de los ritmos andinos

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Discografa agotada de la MAUXariell SarabiaSON CON PAJARILLOCsar Orozco Independiente / Esperanto CARACAS, 2007

C4 TROC4 Tro Independiente CARACAS, 2006.

u origen cubano y su residencia en Venezuela le permiten a Csar Orozco asir con naturalidad los dos swings. Es un jazzista nato conocedor del piano en ese gnero. El espritu de Aldemaro Romero rond el estudio de grabacin, verbigracia el Son con pajarillo, pura Onda Nueva. Orozco resuelve el clsico Poco a poco de Aldemaro con flamenco. El jazz latino La esencia de mi raz, comienza con un danzn con el bajista Rodner Padilla y la voz sonera de Nelson Arrieta. Ya es parte esencial de la discografa de la fusin jazzstica en el pas..

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Por qu este CD gusta tanto? Seguramente porque Jorge Glem, Hctor Molina y Edward Ramrez son unos alegres virtuosos. O por su repertorio eclctico y atrevido que incluye el Mambo Influenciado, de Chucho Valds y A night in Tunisia, de Dizzy Gillespie. O por las geniales improvisaciones que se cuelan sin complejos. O por cmo se entretejen los tres cuatros, cadenciosos y eficaces. O por actualizados cuando hacen un remix de un tema. En Pregones zulianos, invitan a dos msicos vitales de estos tiempos: El "Pollo" Brito y Aquiles Bez. Tan temprano y ya es un clsico

BICHONEANDOLos Sinvergenzas Independiente CARACAS, 2001

DESDE OTRO LUGARLos Sinvergenzas Independiente CARACAS, 2007

ENCAYAPA ENSAMBLE URBANOEnsamble EnCayapa Independiente CARACAS, 2008

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on una formacin tomada de grupos como El Cuarteto, Los Sinvergenzas realizan su primer disco en Mrida; primerizo de la MAU, es una curiosidad. Hctor Molina en el cuatro y Edwin Arellano en la mandolina, revelan aqu virtudes que luego darn a conocer. Con las hermosas La casa azul, de Aquiles Bez y Pasaje del olvido, de Simn Daz, se muestran en la flauta Sergio Torres y Ral Picn en el contrabajo.

ntre los atributos de este segundo CD estn los temas, composiciones propias y ms complejas. Con tremenda guataca se adelanta el talentoso Hctor Molina, el contrabajista Heriberto Rojas demuestra sus destrezas en Buscando un rumor, luego suena el arte de Edwin Arellano en la mandolina y en el Mara es clara su guitarra. Con el joropo Sin embargo, surge generoso Raimundo Pineda tocando el pccolo.

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n este CD los EnCayapa se encargan de lo suyo, mostrar un sonido exquisito con sus cuidadosos arreglos, amn de su particular combinacin de instrumentos: un clarinete y un violn. Podran ser un producto del vanguardista sello ECM, sobre todo al escuchar el tema Imagen. Cuando se meten de frente en lo tradicional estn Palmarito y Ni joropo, ni estribillo. El CD lleva cuatro ediciones.

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MUSIKAPICAEnsamble Kapica Independiente CARACAS, 2005

INESPERADONuevas Almas Cacao Msica CARACAS, 2008

or sus instrumentos recuerdan a los setentosos Los Anaucos: cuatro, guitarra y mandolina. Los de Kapica recurren al jazz, a Pat Metheny. lvaro Paiva con su guitarra se muestra delicadamente blusero en Tonada blues. Al escuchar el joropo oriental El toquitoca nos devela que Edward Ramrez con el cuatro es un rockero. La mandolina de Jorge Torres le pone el aj dulce para contrastar con los siempre sesudos arreglos. Abren otras fronteras culturales, con un vals, un joropo o una gaita. Despus de ms de 5000 copias el CD est agotado.

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os merideos Diego Maldonado, en la batera, y Francisco Vielma, en la percusin, acoplan un disco de fusin desde y con sus tambores. Elbha es la propia pieza para tal fin. Acompaados por un trabuco, el pianista Carlos Orozco, el saxofonista Pablo Gil, el vibrafonista Alfredo Naranjo, el cuatrista Rafael El Pollo Brito (tocan juntos en Para ellos y en Nuevas almas), entre otros, los de Nuevas Almas, se retratan con el jazz latino y de fusin, sin dejar de lado lo tradicional venezolano. Es el ms reciente disco bautizado por la gente de la MAU.

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Una bitcora para pensar la Movida Acstica UrbanaCsar Miguel Rondn

MANUEL SARD

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as ciudades suenan? Sin duda. As como hay una esttica que determinan la arquitectura y el paisaje, tambin suenan. Y huelen. Esta cualidad es ms difcil de percibir en el lugar que habitamos, pero basta que nos estrenemos en una ciudad distinta, para que el olor sea una de las primeras cartas de presentacin. El Madrid que conoc en 1969 me ola a gas, por ejemplo; el Nueva York de finales de los setenta ola a marihuana, en sus calles anchas y en sus rincones, en las salidas del subway. Caracas, antes, gracias al vila, sola tener un olor silvestre; ahora la basura derrot todos los aromas. Son referencias subjetivas, evidentemente, pero cada quien tiene su manera de convocar los recuerdos. Los sonidos, contrario a lo anterior, tardan un poco ms: la memoria slo los almacena y cataloga cuando la ciudad ya tiene tiempo habitando en nosotros. Hablo, obviamente, de todos los sonidos: los ruidos de un lugar, sus escndalos, sus voces. Las grandes urbes, por lo general, se caracterizan por una estridencia ms o menos semejante (aunque segn lo que nos han enseado el cine y la televisin pareciera que las sirenas continuas, ms las cornetas de los automviles, son privativas de Nueva York), las pequeas hacen del silencio su marca. Estas referencias sonoras, pues, no nos permiten distinguir, con alguna propiedad, a una ciudad de otra. Es necesario, entonces, buscar la msica.

Rondn: "la msica que se produce y se canta en una ciudad determinada, la que le da un sonido privativo y denitivo, es la que nos interesa" Y todas las ciudades suenan musicalmente? Aqu ya no creo que la respuesta sea tan categrica. No se trata de entrar en un inventario geogrfico, pero me resulta evidente que hay ciudades mudas, o, para apelar a una cualidad an ms drstica, hay ciudades sordas. Me refiero, por supuesto, a la msica que se oye en una ciudad la que vomita la radio, o el transente que pasa con un aparato porttil y poderoso, o la que viene de un bar de puertas abiertas independientemente de la que ella pueda hacer. Esta msica no nos sirve para identificar ni definir nada, y mucho menos en tiempos de Internet y de Itunes. La otra, la que se produce y se canta en una ciudad determinada, la que le da un sonido privativo y definitivo, es la que nos interesa. Hay ciudades afortunadas que son identificadas, a la par que un paisaje, una historia, una arquitectura, por una msica en particular. Sevilla, Nueva York, La Habana, Ro de Janeiro, Buenos Aires, son buenos ejemplos. Y, entre nosotros, imposible no citar a Maracaibo. Y Caracas? La capital de un pas tan musical como el nuestro no tiene una msica que la defina y caracterice, que la suene? La pregunta es de difcil abordaje, puede suponer ms de una trampa, y la respuesta ha de llegar lenta y cautelosa, de perfil. Sao Paulo natal. All, durante un festival experimental de msica latinoamericana, haba entrado en contacto con el guitarrista venezolano lvaro Paiva Bimbo. Algo conoca de nuestra msica: le seduca la sencilla belleza de la obra de Simn Daz, y le entusiasmaba a rabiar el virtuosismo del Ensamble Gurrufo. Con ellos haba odo los primeros merengues caraqueos que tanto le desconcertaban. De eso, casi con carcter de urgencia, habl con Paiva en aqul primer encuentro paulista. Y surgi as la invitacin para que visitara Caracas. Mas, estando entre nosotros, el misterio se le hizo an ms seductor y apasionante. 5/8 que es como mtricamente se define el merengue caraqueo es un ritmo complejo, enrevesado e inusual. Pero, para Vinicius, tena un elemento adicional impredecible, sencillamente inmedible. Ustedes me deca refirindose a los msicos venezolanos no cuentan el 1, con lo que el ritmo pareciera que se va acelerando. Ese elemento, irreverente, jocoso y feliz, es el que precisamente caracteriza a nuestro merengue, y nuestros msicos, desde aquellas lejanas dcadas iniciales del siglo pasado, lo han definido con una palabra en extremo pcara y sonora: el rucaneao. Y qu fue lo que a Vinicius impact sobremanera estando ya en Caracas? Ustedes me dijo ahora refirindose a nosotros los caraqueos tampoco cuentan el 1 cuando hablan, como que se comen la palabra y aceleran para despus ralentar; exactamente como el merengue!. El descubrimiento del bajista paulista me result toda

La msica de las ciudadesRecientemente conoc a Vinicius Pereira, joven contrabajista de Brasil, quien, intrigado por la caprichosa mtrica del merengue caraqueo, vino hasta nuestra ciudad siguindole la pista desde su