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LA PERCEPCIÓN DE LAS PERSONAS: MODELO DE S.ASCH Teresa Martín Barriga, Alba López Núñez Universidad Complutense de Madrid, 2ºC (correo) INTRODUCCIÓN Las personas tendemos a inferir características de los demás y a organizarlas en impresiones coherentes. Este proceso se llama formación de impresiones, y nos permite predecir la conducta u otros atributos de los demás. Asch (1946) estudió la imagen global que producen los elementos informativos de cada persona en nosotros, inclinándose por una concepción gestáltica, en la que todos los rasgos son afectados entre sí. Los rasgos que tienen un mayor impacto los denominó rasgos centrales, y los demás, rasgos periféricos. Para demostrarlo, hizo un experimento en el cual presentó dos descripciones de una persona, una para cada grupo, donde lo único que difería entre ellas era un rasgo (“afectuosa” o “fría”), así los sujetos se hicieron una idea de la persona descrita y ajustaron esa idea a una lista de cualidades posteriormente presentada. Los resultados mostraron que los rasgos “afectuosa” y “fría” se habían establecido como rasgos centrales en ese contexto, porque servían como orientación para organizar la información en una única impresión global.

La Percepción de Las Personas

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La percepción de las personas

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Page 1: La Percepción de Las Personas

LA PERCEPCIÓN DE LAS PERSONAS: MODELO DE S.ASCH

Teresa Martín Barriga, Alba López Núñez Universidad Complutense de Madrid, 2ºC (correo)

INTRODUCCIÓNLas personas tendemos a inferir características de los demás y a organizarlas en impresiones coherentes. Este proceso se llama formación de impresiones, y nos permite predecir la conducta u otros atributos de los demás. Asch (1946) estudió la imagen global que producen los elementos informativos de cada persona en nosotros, inclinándose por una concepción gestáltica, en la que todos los rasgos son afectados entre sí. Los rasgos que tienen un mayor impacto los denominó rasgos centrales, y los demás, rasgos periféricos. Para demostrarlo, hizo un experimento en el cual presentó dos descripciones de una persona, una para cada grupo, donde lo único que difería entre ellas era un rasgo (“afectuosa” o “fría”), así los sujetos se hicieron una idea de la persona descrita y ajustaron esa idea a una lista de cualidades posteriormente presentada. Los resultados mostraron que los rasgos “afectuosa” y “fría” se habían establecido como rasgos centrales en ese contexto, porque servían como orientación para organizar la información en una única impresión global.