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 La pintura de Manet. Michel Foucault. 1971. Autor: Patricio Feijóo A. Michel Foucault en el texto realiza un análisis formal de la obra pictórica de Manet. No lo hace sobre el artista ni sobre aspectos pictóricos en sí, sino mas bien bajo la premisa de que Manet, a más de ser un precursor del Impresionismo, propició una ruptura que hizo posible toda la pintura posterior al Impresionismo, incluido el siglo XX y el arte contemporáneo. Además de las nuevas técnicas en el tratamiento del color, el uso de colores puros o casi puros y el desarrollo de una luminosidad novedosa, Manet en el interior de sus cuadros, dentro mismo de lo que representan hizo uso de las propiedades materiales del espacio sobre el que pintaba. Desde el siglo XV, después del quattrocento, la pintura niega el espacio sobre el cual pinta, lo sustituye por el espacio representado, pretende velar el hecho de que estaba insertada en un fragmento delimitado por dos dimensiones, tratando de llevar una ilusión de tres dimensiones a una de dos. La iluminación se representaba dentro del lienzo, otra vez negando una iluminación real. Negaba también que el cuadro fuera un fragmento de espacio en torno al cual el espectador se puede desplazar, estableciendo un lugar ideal y único desde el cual se debía contemplar el cuadro. A este panorama Foucault llama “el juego de ardides, artificios, ilusiones o elisiones que se aplicaba a la pintura representativa occidental a partir del quattrocento”. Aquí entra Manet a escena, resaltando las cualidades, propiedades y limitaciones materiales del lienzo, “inventando” el cuadro-objeto. El cuadro como materialidad, como objeto pintado que refleja una luz exterior frente al cual se mueve y gira el espectador., alterando los valores fundamentales de la pintura hasta entonces. Foucault realiza su análisis en tres ámbitos. Primero el espacio, su obra no trabaja la profundidad y maneja primeros planos a modo de frisos, ajenos al fondo. La repetición de ejes horizontales y verticales, enfatiza el lienzo y su tejido en su dimensión material, a diferencia del uso de oblicuas y espirales en la pintura anterior. Mediante un “juego de invisibilidad inherente” logrado con personajes que miran hacia afuera y que dan las espaldas, remarca la calidad de envés y revés de un lienzo plano. La iluminación en sus cuadros no procede de un punto determinado, suprime la sistematización de la luz inventada en el quattrocento. La luz proviene de afuera, es una iluminación real y exterior. Hace que el espectador tome conciencia del espacio y de lo material al situarlo ante un cuadro con la misma luz real. Finalmente analiza el lugar del espectador, específicamente en un cuadro de Manet, en el cual mediante una distorsión en un espejo, obliga al espectador a ocupar dos lugares simultáneamente. Y al representar en el espejo lo que estaría “afuera” del lienzo, genera una incompatibilidad centro-derecha, y otra presencia-ausencia. Así Manet utiliza por primera vez la propiedad del cuadro de no ser un espacio normativo. En su sistema, lo real, lo material, lo físico del lienzo empiezan a manifestarse y a jugar con sus propiedades dentro de la misma representación. Este f orzamiento del concepto cuadro-objeto, o mas bien, pintura- objeto, es donde reside según Foucault, “la condi ción de que algún día se prescinda de la representación propiamente dicha y se permita que el espacio juegue con sus propiedades puras y simples, las propiedades materiales que lo componen”.  

La Pintura de Manet

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5/12/2018 La Pintura de Manet - slidepdf.com

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La pintura de Manet. Michel Foucault. 1971.

Autor: Patricio Feijóo A.

Michel Foucault en el texto realiza un análisis formal de la obra pictórica de Manet. No lo hace

sobre el artista ni sobre aspectos pictóricos en sí, sino mas bien bajo la premisa de que Manet, a más

de ser un precursor del Impresionismo, propició una ruptura que hizo posible toda la pintura

posterior al Impresionismo, incluido el siglo XX y el arte contemporáneo. Además de las nuevas

técnicas en el tratamiento del color, el uso de colores puros o casi puros y el desarrollo de una

luminosidad novedosa, Manet en el interior de sus cuadros, dentro mismo de lo que representan

hizo uso de las propiedades materiales del espacio sobre el que pintaba.

Desde el siglo XV, después del quattrocento, la pintura niega el espacio sobre el cual pinta, lo

sustituye por el espacio representado, pretende velar el hecho de que estaba insertada en un

fragmento delimitado por dos dimensiones, tratando de llevar una ilusión de tres dimensiones a una

de dos. La iluminación se representaba dentro del lienzo, otra vez negando una iluminación real.

Negaba también que el cuadro fuera un fragmento de espacio en torno al cual el espectador se

puede desplazar, estableciendo un lugar ideal y único desde el cual se debía contemplar el cuadro. A

este panorama Foucault llama “el juego de ardides, artificios, ilusiones o elisiones que se aplicaba a

la pintura representativa occidental a partir del quattrocento”.

Aquí entra Manet a escena, resaltando las cualidades, propiedades y limitaciones materiales del

lienzo, “inventando” el cuadro-objeto. El cuadro como materialidad, como objeto pintado que

refleja una luz exterior frente al cual se mueve y gira el espectador., alterando los valores

fundamentales de la pintura hasta entonces. Foucault realiza su análisis en tres ámbitos. Primero el

espacio, su obra no trabaja la profundidad y maneja primeros planos a modo de frisos, ajenos al

fondo. La repetición de ejes horizontales y verticales, enfatiza el lienzo y su tejido en su dimensión

material, a diferencia del uso de oblicuas y espirales en la pintura anterior. Mediante un “juego deinvisibilidad inherente” logrado con personajes que miran hacia afuera y que dan las espaldas,

remarca la calidad de envés y revés de un lienzo plano.

La iluminación en sus cuadros no procede de un punto determinado, suprime la sistematización de

la luz inventada en el quattrocento. La luz proviene de afuera, es una iluminación real y exterior.

Hace que el espectador tome conciencia del espacio y de lo material al situarlo ante un cuadro con

la misma luz real. Finalmente analiza el lugar del espectador, específicamente en un cuadro de

Manet, en el cual mediante una distorsión en un espejo, obliga al espectador a ocupar dos lugares

simultáneamente. Y al representar en el espejo lo que estaría “afuera” del lienzo, genera una

incompatibilidad centro-derecha, y otra presencia-ausencia.

Así Manet utiliza por primera vez la propiedad del cuadro de no ser un espacio normativo. En su

sistema, lo real, lo material, lo físico del lienzo empiezan a manifestarse y a jugar con sus

propiedades dentro de la misma representación. Este forzamiento del concepto cuadro-objeto, o mas

bien, pintura-objeto, es donde reside según Foucault, “la condición de que algún día se prescinda de

la representación propiamente dicha y se permita que el espacio juegue con sus propiedades puras y

simples, las propiedades materiales que lo componen”. 

5/12/2018 La Pintura de Manet - slidepdf.com

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