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LA POESÍA EN NUESTRAS MANOS.
por
David Pech
David Pech / La poesía en nuestras manos / 2
Notas del autor:
A veces no sabemos cómo expresar lo que sentimos, simplemente nos dejamos llevar por las
circunstancias que nos aqueja. Sin embargo, las letras nos acompañan en todo momento
regalando consuelo a aquellas personas que nos cambia el pensamiento y el razonamiento de
algunas emociones dentro del corazón. La poesía nos acaricia: nos hace volar, ¡nos construye!
Para eso es importante conocer las situaciones que nos lleva a transmitir nuestras emociones en
un pedazo de papel y un bolígrafo. Ahora bien, ¿Qué nos inspira? la respuesta es muy extensa,
muchos se inspiran con hechos sociales un ejemplo de ello son: los temas de guerra, inmigración,
la política, la economía, entre muchos temas más. No obstante, algunos poetas escriben de temas
muy distintos como el amor, odio, alegría, pero sobre todo ¡la vida! ese momento por el cual
nuestros sentimientos florecen de manera única haciendo efervecer el sentido que la vida nos
ofrece a diario. Pocas personas entienden que la poesía no es solo hacer que rime las palabras,
también con llevan funciones tanto emocionales como poéticas. ¿Tiene rima? Sí, Pero no en
todos los casos, existen sus excepciones, en algunas ocasiones gozan de una buena dotación de
métrica rica en subjetividad y emociones puras del autor. Ahora bien, ¿Qué caracteriza a un
poeta? ¿El poeta se caracteriza por la forma en que declama? En términos generales los poetas
tienen diversas formas de expresar lo que ellos escriben, muchos de manera efusiva otros de
manera abstracta, pero lo más importante de esta acción es la intención por la cual el poeta desea
transmitir sus sentimientos, sus vivencias, sus frustraciones y lo más valioso, su forma de ver la
vida. Varios artículos que estudian más a fondo la poesía demuestran que tanto como
profesionistas, niños, ancianos hasta vagabundos… tienen el talento de escribir poesía, es
cuestión de practicarla y desarrollarla.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 3
La intención de estas palabras es invitarte a escribir poesía. Muchos piensas que escribir poesía
no cualquiera lo logra, eso es una falacia, ¡una equivocación! No importa tú forma de pensar, tus
ideales, tú religión; ¡yo te invito! ¡Inténtalo! ¿No sabes de que serán tus poemas? Este poemario
te ayudara a tener ideas base, para que tú eches a volar tu imaginación.
Para concluir, Las letras forman nebulosas de pensamientos que van girando en torno a nuestra
mente, desarrollando bucles de pensamientos filosóficos, artísticos y sentimentales. La poesía en
nuestras manos recolecta los mejores poemas contemporáneos: hablamos de amor, odio, tristeza,
naturaleza, amistad entre muchos temas diversos.
Cierta frase decía; un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere.
¡Reflexiona! Aunque los demás piensen que es algo absurdo no te detengas, porque la pasión
hacia la escritura es la razón por la cual la fe en la humanidad todavía existe.
PALABRAS DE UN POETA.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 4
Introducción
Poesía: Las letras transmiten sentimientos de distintos matices, nos hacen viajar a mundos
inexplicables; lleno de colores en cada una de ella. Cuando a las palabras las disfrazamos de
metáforas para llenar de belleza una idea, pensamiento u opinión, la bañamos de emociones y
sentimientos, la secamos de subjetividad; nuestros sentidos comunes nos hacen navegar por los
mares del conocimiento alimentando nuestro intelecto con sabiduría e ideas frescas. Un poema
contiene los pensamientos más profundos, sinceros y nobles del poeta, dejando a un lado la
opinión pública, enfocándose a transmitir lo más íntimo de su alma; desnudando el interior de un
pensamiento con delicadeza ¡pero, sobre todo, amor!
Solo con escribir se compone melodías hacia tus neuronas en tu mente, regalando alegría, cariño
y bienestar.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 5
Parte I
Palabras al pueblo.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 6
El sereno de la mañana
cae sobre el suelo del mestizaje,
bañando a la Mérida... de cultura y paisaje.
En los sembradíos de habanero
alimentados con el abono de mi gente morena,
el folklor de mi jarana y la cumbia.
Tríos en serenata...
formando trovas románticas,
entre arqueologías mayas
y el palacio de los montes.
Juego de pelota y
tradiciones culturales,
de lo más alto de la pirámide
baja una serpiente emplumada.
¡Llamada Kukulcán!
Es hermosa y blanca
derrocha calidez en su gente,
Chichén Itzá representa el vientre; del faisán y el venado.
¡Qué hermosa es!...
Mérida Yucatán.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 7
Paradojas y Metáforas en un
baúl.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 8
En la esquina de una calle encontré un baúl con una nota:
El que lea los recitales se complicará la vida.
Al abrir el baúl el viento se estremeció y soltó un gemido en forma de trueno
Y un grito en forma de rayo,
Entonces leí las palabras que en la hoja se describía:
Lloro cuando me desahogo, y me ahogo cuando lloro…
Si llorar es tristeza, que tristeza sea el desahogo.
Si una lágrima cae al suelo, y del suelo cae una lágrima…
Si me contradigo, que la realidad sea mentira.
Después de leer esto.
<paradojas y metáforas en un baúl>
Hizo reír a mi cordura y llorar a mi amargura
Porque en aquel baúl encontré
La foto de una sensualidad absoluta, que hizo enojar a mi propio odio y dar felicidad a mi
felicidad.
¡pienso en ti!
Ignorando tus pensamientos.
Rezo por ti, blasfemando mis deseos con llevando
A una atadura de sentimientos, mis ansias y mis ruegos
Se los lleva el viento.
Como sus palabras se las lleva tú recuerdo.
Abro un sobre encima de la bandeja… y miro tú reflejo
Plasmado en la oda porque mis miedos me atrapan y me hacen su preso.
Solo dame un último beso y que sea tierno, hecho con incierto para que purifique
Mi alma e invada mi casa con su lecho.
Una vez cerrado el baúl las metáforas y las paradojas dejarán de salir,
Para que no causen sufrimiento a la que hoy es…
¡mi gran mujer!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 9
Cuando la tormenta se va.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 10
A una semana… el sol lloró con desalojo
Permitiendo caer la lluvia
sin embargo,
Sonrió después de la tormenta
Espantando las rachas de tristeza y amargura
Gritó con fuerza despejando nubes deprimidas
Aclarando pistas.
De allí nació…
¡El hermoso Amanecer!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 11
Las lágrimas de San Lorenzo.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 12
En la madrugada de un jueves
Cerca de una costa yucateca
Una constelación bella bailaba…
Al compás de las ondas marítimas.
Las perseidas caían de manera increíble
Mientras el astro rey apenas despertaba…
De su letargo temporal, abriendo sus ojos
Iluminando las profundidades del mar.
Las estrellas bajaron a saludar al mar
Con caídas violentas en forma de lluvia
Lastimaban tanto al cielo que San Lorenzo
Se puso a llorar.
Sus lágrimas…
¡La gente lo pudo admirar!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 13
Ojos Aceitunados.
(Diálogo)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 14
− ¿y cómo es ella?...
Pregunto el fiel enamorado.
El amor le respondió:
− cálida como el verano. –
− ¿Hermosa? -
− ¡como las flores de lavanda, con ojos aceitunados. -
sonrisa coqueta, de voz sublime y exquisita como el canto de una sirena, piel morena
tallada por los dioses.
Para amarla sin medidas ni reproches. -
− ¿entonces es bella? -
Replicó el enamorado…
− ¡más bella que las estrellas! -
Mencionó el amor.
− a donde quieras que vayas… estará en tu corazón. -
David Pech / La poesía en nuestras manos / 15
En otoño.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 16
En otoño…
Cuando el viento tiene episodios
De espasmos fríos,
Deja caer las hojas muertas…
¡por sentimiento!
Solo el tiempo…
Des ahusaría la memoria ajena
Mirando hacia un invierno,
Las estrellas de nieve caerán
Mis hojas muertas, sepultadas estarán.
Frialdad cruda…
En un cementerio de versos enterrados,
Del viento sus lágrimas
Miradas tristes solo están…
¡por sentimiento!
En otoño…
Solo falta un golpe para el invierno
Volviendo bipolares
A los tiempos frecuentes de mi encuentro
¡por sentimiento!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 17
Mi amada.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 18
Entre la vida y la muerte;
Entre tus caricias y mis besos…
Déjame estar presente
Déjate amar sin miedo.
Cuando el sol se frotaba en mi piel
Y las nubes besaban el trémulo cielo…
Hastía la noche,
Cuando te digo ¡te quiero!
Entre tus cabellos negro;
Entre tu dulce mirada…
Quiero tocar tus manos
Quiero desnudar tu alma.
Pues del lecho divino…
Duerme mi amada.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 19
Pensando si realmente me
voy.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 20
Sin palabras de un egregio pensamiento
Que acariciaba un áureo corazón
Alababa sentimientos ajenos…
Bellos, aunque no sean de su color.
Tengo los sueños más ritornelos del alma
Acompañados de un afán muy profúndo en tu mirada
Lleno de vendavales, espinas enredadas
Surcos prismáticos envueltos con alas.
Innobles rostros de ternura
Incluso las laderas de tu cuerpo inmutan
Buscando en los escombros su partida
Los restos de esa sonrisa herida.
Entre el otoño y su calor…
Pensando si realmente me voy.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 21
Me enamoré.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 22
Me enamoré de sus locuras
¡de sus defectos!
De tantas sonrisas…
De tantos ¡te quiero!
Me enamoré de su mirada
¡de sus imperfecciones!
De tantas alegrías…
De tantas decepciones.
Me enamoré de su cariño
¡de tantas ilusiones!
De tiernas caricias…
Su compañía, feliz me hace.
Me enamoré de ella
¡y su dulce aroma!
Le escribo canciones…
Diciéndole que es bella
Igual de hermosa que una rosa
Igual de grandiosa que un amanecer.
¡no digas nada!
Guarda silencio
Déjame besarte
Y que esto… ¡sea eterno!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 23
Suicidio.
(Explícito) Nota: el siguiente poema son para las personas que sufren de depresión y han tomado
medidas drásticas como suicidarse, en esta ocasión este poema sirve para que la gente
pueda entender como los suicidas se siente por dentro.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 24
¿Qué pasa?
Que últimamente la tristeza me viene a visitarme más seguido
No me deja comer como debería ser
Perturbando mis sueños…
Presentándome a la muerte e invitarla a beber.
No puedo dejar de pensar en morir…
Y que las pastillas me coquetean para dormir entre sus brazos
Sin importarle que en la vida hay altibajos
Sin impórtale que en mi alrededor hay alguien quien me ama.
¿Qué pasa?...
Que lloro desconsoladamente sin motivo alguno
No encuentro excusa, la excusa para culpar mi tristeza
Viendo como la cuerda enamora mi silueta
Entro al baño desnudo…
Veo por última vez la deformidad en mi cuerpo
Corto el lienzo sensible de mi pecho
Para que la sangre caiga sobre el espejo
Las venas se me desangran al hacerme una gran cortada…
¿Qué pasa?...
Que siempre sueño a que me mato en mi casa.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 25
Parte II
Cuando las mariposas hablan.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 26
Cuando las mariposas hablan
Un lucero brilla en lo alto de los cielos
Y hago vibrar la pasión que llevo aquí dentro
Mientras el viento sopla en otro horizonte.
¡Tomarte de la mano vida mía!
Y abrazarte con tanto cariño
Para después susurrarte…
¡te quiero tanto al oído!
No desgastar la dulzura de tu mirada
Ni la perfectura de tu corazón
¡oye! Te invito a ser feliz…
Y a que seas dueña de mi amor
Navegando en el crucero de la felicidad
¡hacia los dos!
Por ti… movería montañas o hablaría con dios
Pelearía con leones o cantaría como ruiseñor
Por ti… me convertiría en brisa, después me convertiría en mar,
Pero lo más importante… haría que las mariposas hablen…
Y te digan… ¡te quiero y nada más!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 27
La lluvia de mis ojos.
(Redacción)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 28
Una vez permití que la alegría ocupara la abandonada casona que hoy en día es mi corazón.
¡claro, fuiste tú! Aquella persona que habitó ese fúnebre espacio lleno de telarañas y suciedad.
Desempolvaste mis sentimientos y comenzaste a limpiar mi alma; arrancaste de raíz toda tristeza
de mi pecho, pues ya tenía tiempo así y con la lluvia de mis ojos la hizo crecer.
Tiraste a la basura pedazos de soledad ¡ya oxidados, ya viejos! Al fin pude sonreír y eso fue
gracias a la luz bella de tus ojos. Penetraste este obscuro espacio e iluminaste cada rincón de mi
cuerpo, así mi mundo ya no era gris… sino que empezó a teñirse de tonos coloridos y diversos.
Tú, sin preguntar viniste de muy lejos a cambiar el rol en mi vida, dejando que la alegría esté
aquí, fue grande el beso entre nosotros… miré hacia arriba, y entre las paredes del cielo… ¡El
amor hizo lo suyo!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 29
Poema para la sonrisa.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 30
Una sonrisa es...
Tan bella como la perla
Tan grata como un abrazo
Tan fugaz como una estrella...
Tan sincero como un te amo.
¡Una sonrisa es!...
Como la lluvia en medio de una sequía
Como la luz en medio de las penumbras
Como una uva naciendo en una viña...
Como las notas que marcan el ritmo en una obertura.
¡Una sonrisa es!
Una protesta en contra del abismo
Una variante en nuestro integral,
Una mezcla de pieles mestizos...
Un acento en mi lengua universal.
Una sonrisa calla las ofensas
Sana, ¡herida profunda!
Abre los ojos para nuevas promesas...
Que deja sonrisas inmutas.
¡Una sonrisa une etnias!
Se deja querer por otros rebozos
Se alimenta de las praderas
Que pintan el color de tus ojos.
Una elegía convertida en madrigal...
Un remolino convertido en brisa
Aunque las flores aprendan a nadar...
Nada se compara con una sonrisa.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 31
Ella es…
David Pech / La poesía en nuestras manos / 32
Ella es la flor más bella…
¡de la primavera!
Ella es la luz más brillante…
¡del verano!
Ella es el ocaso más tierno…
¡del otoño!
Ella es la nieve blanca…
¡del invierno!
Ella es morena como el
¡café puro!
Ella tiene los ojos más…
¡lindos del mundo!
Ella es guerrera porque…
¡ha sufrido mucho!
¡Ella es mi madre!
De orgullo y fruto.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 33
Fuiste tú.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 34
Fuiste tú
Como una estrella fugaz:
¡hermosa… pero pasajera!
Derrochando brillo en el cielo
De mis sentimientos
Cuando tu mirada opaca el orgullo
Con esa sonrisa que mueve montañas.
Fuiste tú
Como la madruga caída:
Y el amanecer que se levanta
Dejando rastro de tú olor,
¡teniendo en ti!
La cultura de tu amor…
Conversando con miradas tontas.
Fuiste tú
Una mujer maravillosa
Al igual que sutil como caprichosa
Con colores de variedad
¡y ambiciosa!
Con una manera de mirarme…
Que cuando me besas me atonta.
Aunque no estés conmigo en el futuro…
Siempre tendrás un lugar…
¡a mi lado!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 35
La diosa de los ojos garzos.
(Oda)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 36
¡Oh, hermosa diosa de los ojos garzos! Que surgió sobre la cabeza del divino creador
Armada con casco de sabiduría y belleza
Lanza bronceada de nubes vírgenes hermosas.
Disculpa la ofensa,
Del troyano más bello del mundo
Por no elegirte como la más hermosa del concurso…
Diosa de la guerra que se atribuye a las destacadas artes de la paz,
Siempre permaneciste virgen a pesar de tú grandeza femenina,
Pero tuviste un hijo antiquísimo de manera tan especial.
¡oh, hermosa diosa de los ojos garzos!
Tan serena como el inmenso mar,
Más elegante, que bella… Atenea se le puede llamar,
Preside las artes, literatura, filosofía, poesía y música,
Con fuerza en el espíritu… candentemente hermosa.
Aceite de oliva… deja caer su cabellera
mirada de lechuza acopla su majestuosidad.
Diosa de los ojos azules, pala atenea
fabricando de manera accidental en su honor a una amiga…
su nombre delante suyo lo escribí.
¡Oh, hermosa diosa mía, de los ojos garzos que me enamoró!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 37
¡Si me dices que no!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 38
Si me dices que no
¡yo diré que sí!
Si me dices: no me mires
¡te miraré!
Si me dices: no me toques
¡te tocaré!
Si me dices: no me beses
¡te besaré!
Si me dices: no me quieras
¡te querer!
Y si me dices: no me ames
Pues yo...
¡te amaré!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 39
El culpable.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 40
La encontré llorando…
Y me afligí de su sufrimiento,
Me dolió ver tan hermosa rosa
Derramando lágrimas de esos bellos ojos.
La miraba y no podía contener la rabia…
Pensar que alguien la lastimaba,
Me entristecía y me pone a llorar.
La encontré llorando…
Tratando de ocultar su tristeza con aquellos anteojos negros,
Maquillando sus mejillas,
Que no delaten su sufrimiento.
Que nadie absolutamente nadie se dé cuenta,
¡que esas lágrimas son por culpa de un hombre!
Me la encontré llorando…
Solamente pude ver…
Como aquella mujer…
Se iba marchitando.
El culpable he sido yo…
Y me cuesta tanto miedo
¡aceptarlo!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 41
Pasión.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 42
Solo una vez…
Vi caer su bata,
Y encontré tanta belleza
¡en su desnudez!
Me deje llevar…
Por sus encantos femeninos
Acariciando cada parte
De su piel tersa y blanca.
Sentí el aroma…
Fresco de su larga cabellera
Saboreando el jugo eterno de su figura.
Besando lentamente…
El desierto suave de su vientre
¡su espalda!
Acaricie…
Solo una vez
Borde sus piernas
Mordiendo la parte interna,
De sus muslos.
Su labio bese…
Sintiendo su aroma a flores
En su calor me enrede
Disfrutando de sus senos.
Miro sus ojos…
Profundos que van
Viajando al sendero del placer
Con cada gemido.
¡me araña la piel!
El fuego nos consume
Nos besamos apasionadamente
Y entre la luna llena… su cuerpo tomé.
Solo una vez…
Bañe su cuerpo con el mío
Mirando nuestro pecado entre sabanas
Finos de una dama.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 43
¡entregándonos!
A la pasión por las noches
¡deseo de lujuria!
Su tesoro encontré.
¡ella es mi bruma!
La espuma que derrama sus alas
¡ella es mi sol!
Que funde mi pasión con calor.
¡te quiero mezclar en mis fantasías!
Cuando dejó caer su bata
Desnuda en mi cama,
Mientras hacíamos el amor…
Nuestro nicho fue…
Nuestro cuerpos desnudos.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 44
Poema para ti.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 45
Cansina de puros versos
Que mezclan el color de sus pupilas
¿Dónde puedo encontrar sus besos?
Si me enamoro de su sonrisa.
Perfidia silueta, exquisita
Tan afrodisíaca de belleza
Mis manos te anhelan
Mi cariño se fortifica.
Amarte fuera, bañar mis deseos
De ternura transparente
Quiero ser tu vida
Y seas mi muerte.
Besarla hasta degastar su boca
Tocarla hasta acabar con su cuerpo
Ser bruma y fundirme en su ropa
Ser aliento y vivir en su tiempo.
¡Hija del creador!
Has bajado hasta a mí...
Para obsequiarme su amor
Para que ella me haga feliz.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 46
Parte III
Te quiero.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 47
¡Te quiero!
aunque las aves digan que no
aunque las flores digan que sí
adentro de mi corazón...
está mi porvenir.
¡Te quiero!
de la manera más sublime que hay
aunque mis ojos lluevan una vez más
las palabras no sirven
si te quiero conquistar
¡Te quiero!
no importa que el sol pierda su brillo
si la luna es tímida y me susurre al oído
¡no seas egoísta!
deja que ella también me dé su cariño.
¡Te quiero!
aunque la muerte me ofrezca vida
aunque el infinito me ofrezca un límite
aunque defina esta palabra
¡Hoy te quiero más que nada!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 48
La viñamarina.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 49
La noche florecía en su cabello
Miro sus ojos y en ellos me pierdo
Las persianas adornan su piel blanca
¡esos labios afrodisíacos que asaltan.
Proviene del seno más íntimo
¡profundo de la viña!
La cordillera más larga
Le dicen la viñamarina.
¡la voz predilecta!
El tono ungido
Es el sueño preferido.
¡la rosa más bella!
El verso más lindo
El estribillo más conocido.
Mi cariño se oculta
Entre su mejilla
Mis besos se bordan en su piel
¿Qué puedo hacer?
¡sí en sus labios!
Su aliento destroza mi ser.
Imágenes tatuadas
En la redacción de su alma
Es cultura a mi alrededor
Es la prosa más bella
¡hecha desde el corazón!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 50
Su partida.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 51
Ella decidió marcharse
Ella decidió alejarse de mi vida
Aunque sea absurda la vida hoy en día
Se que extrañare su sonrisa.
Ella decidió marcharse
Importándole muy poco mis sentimientos
Sabiendo a cuestas mis deseos
Perdiéndome en su mirada.
Ella decidió marcharse
Veo hoy su partida
Presa de mi alegría
Lloro su ausencia por las noches.
Ella decidió marcharse
Ya no sentiré su compañía
En julio se desvanece
Llevándose sus días.
Hoy… ella decidió marcharse de mi vida
Espero que dios la bendiga,
Que vuele en lo más alto de sus rincones
Donde su partida… me rompe las ilusiones.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 52
Nuestra casa.
(Explícito)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 53
Mis ojos lloran
Y mis lagrimas recorren
El cuerpo herido de mi país
Nos mienten constantemente
De manera cínica y abrupta
No podemos con esta pregunta.
¿Qué será de nosotros?
¡un pueblo sumiso!
Te vendes tan miserablemente
Y te quejas cuando hay olvido…
¡raza guerrera!
Mexicana de orgullo y pasión
No te rindas cielito lindo
No mueras mi ruiseñor.
Todavía hay cuarenta y tres rostros
Que ilusionan a nuestra gente
De esperanza, sigamos adelante
¡México es nuestra casa!
Las ratas huyeron cuando hubo temblor
Todavía recordamos a las cucarachas que el gobierno capturo.
Nuestra economía se desestabiliza
Esperemos no quedarnos sin comida.
Que líder tan estúpido nos tocó
Se hizo famoso por sus tonterías
Y no por el proyecto que nos ofreció
Agrégale que una cadena televisiva
En el trono lo acomodó.
¡raza guerrera!
Mexicana de orgullo y pasión
No te rindas cielito lindo
No te mueras mi ruiseñor.
Todavía hay cuarenta y tres rostros
Pidiendo justicia al gobierno
Se repite lo de Tlatelolco
Y su masacre inútil… para callar al pueblo
Ayotzinapa te doy mi rugido.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 54
Mis ojos lloran
Y mis lágrimas recorren
El cuerpo herido de mi país,
Nos roban descaradamente…
La miseria nos arropa
Mirando como esto se desmorona.
¡pero seguimos vivos!
estamos unidos
miramos un futuro mejor
nuestra juventud es la solución.
Luchemos por la educación
Aunque el gobierno nos oprima
Impulsemos al voto
Y a la democracia limpia.
No cometamos actos de corrupción
No heredemos más violencia
Acabemos con la impunidad
¡somos México… somos proeza!
Abajo las religiones
Seamos críticos de soluciones
No importa las opiniones
De presidentes, alcaldes y gobernadores.
Por muchos años
Hemos aprendido
Que héroes como zapata
Nos convierte en caudillo
De un pensamiento distinto.
¡raza guerrera!
Mexicana de orgullo y pasión
No te rindas cielito lindo
No te mueras mi ruiseñor.
prefiero morir de pie,
¡que vivir toda una vida arrodillado!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 55
La cena al más allá.
(Soneto)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 56
En una noche obscura
Cuando el año se encontraba en agonía…
Los difuntos despertaban
Para encontrarse con sus familias.
Era el segundo día…
Todas las animas salían a bailar,
Entre velas y mesas tendidas
La cena de los muertos comienza ¡ya!
Las almas con dolor suelen andar
Cansadas del purgatorio,
Solitarias es su largo caminar.
Ofrendas sagradas de matices religiosos
Comida típica de raíces orgullosos
Darles consuelo a las almas pérdidas
Que recorren el sendero de la vida.
Ellos llegan a convivir…
De un largo porvenir,
Para visitar a sus seres queridos
Y mantenerlos siempre unidos.
Las almas regresan del más allá
Donde hay muerte y obscuridad
Hanal Pixán en Mérida Yucatán.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 57
¿Qué pasó?
David Pech / La poesía en nuestras manos / 58
¿Qué paso?... porqué el amor huyó de nuestras vidas,
Si aquí mismo había un jardín de flores perfumadas.
¿Qué paso?... porqué permitimos que el ciclón destruyera los cimientos de nuestra relación;
Si para entonces la felicidad habitaba entre los dos
¡entonces!... ¿Qué paso?
¿fue la llaga que no sano?
¿o la hemorragia que nunca cerró?
Posiblemente fue… ¡que el amor se cansó de los dos!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 59
Personaje de ficción.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 60
para ti fui un personaje de ficción
que velaba por tu felicidad, aunque para ti
¡la mía no te importaba!
Para ti, fui un guión escrito hace tiempo
Llegando a un final esperado…
Pero sin darme cuenta de que nuestra historia
¡hace mucho terminó!
Para ti fui un personaje de ficción
Que vivió en tu memoria,
Pero en tu realidad…
¡no fui nada!
Para ti fui un amigo olvidado
Que entrega el corazón,
Y de recompensa recibe un adiós.
¡nunca se olvida!
A alguien que es difícil de olvidar
Porque, aunque seas correspondido
Siempre serás…
¡un personaje de ficción!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 61
Prosa para la esposa…
(Relato)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 62
Escribí la palabra más hermosa… hermosa como un amanecer, brotaba de sus labios hasta llegar
a un rincón oculto que ni yo sabía que existía en mi corazón.
Sus besos fueron lluvia bendita y le dieron vida al seco de mis entrañas; cada gota fue
construyendo ilusiones llenas de colores, entre lazándose por mi mente para después dormir en
mis pupilas.
Dormía abrazado a ella… ¡su aroma limpiaba la herida profunda de mi soledad: ¡la acaricie y
despoje cada etapa de su piel, navegando por su cuerpo naufrague en su pureza!
Me miro con deseo, nuestros cuerpos se comunicaban entre las sombras… escribiendo eróticos
poemas en su piel. Mis caricias se fundían en su alma… ¡mezclándonos! En una danza de
amor… ¡nos convertimos en fuego! Hasta llegar al éxtasis de nuestro lecho amoroso.
La mañana acariciaba nuestros cuerpos en poesía, del cansancio no podíamos movernos… la
mire, y encontré a la ninfa más bella… ¡el ser más divino, que ni el propio Zeus podría creer!
¡Era ella! La flor más prolífera, el poema más lindo que nadie haya escrito. Al despertar, su
mirada me regalaba los buenos días, su voz me decía ¡te amo! Y me besó… desatando un infinito
de bellas estrellas, tatuó en mi ser el gesto más romántico jamás dicho por una mujer: - ¡soy
tuya! - Repetías una y otra vez… mientras la rosa que curiosamente encontré en la ventana… la
arranque para adornar la noche eterna de sus cabellos, me pegué en su piel blanca… suave,
cálida y delicada,
Y con un aroma exquisito… le dediqué las palabras más dulces que en mi boca florecieron. Sin
embargo, no aguante y le besé los labios.
Después de ese beso tan profundo, nos levantamos y caminamos hacia la ventana, y ver esos
árboles que adornaban nuestro hogar, los pájaros se morían de la pena al vernos desnudos, aun
David Pech / La poesía en nuestras manos / 63
así, ellos jamás dejaron de cantar. La abrace por detrás besando los lunares bordados en su
espalda: - ¡te amo! - me dijo, yo le respondí: - amada mía, dueña de mis palabras… sabes muy
bien que esa frase son letras conjuntas, no es necesario que las digas, pues con tus gestos
entiendo lo indispensable y lo valioso que es esta historia de amor. se voltea y me sonríe, de allí
comprendo la correcta decisión que tomo cuando estoy a tu lado jurando amor eterno. -
Una bata cubría la sensualidad de su cuerpo, dejando a la vista solo sus piernas y parte de sus
brazos, se veía exquisita… como un ángel, yo con solo unos pants la tome de la mano, acomodo
la rosa posada en sus cabellos. La abracé… y sentí mariposas en el estómago.
Mientras desayunábamos, reíamos de las locuras que pasábamos juntos cuando éramos novios.
Cada día me llenas más de júbilo, y sonreías, entonces me levante la abrace de nuevo hasta
decirle que ella es mi tesoro… me hace muy feliz tenerte a mi lado.
¡mi querida esposa!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 64
Señora de caderas alzadas.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 65
Dígame señora de caderas alzadas
De donde ha sacado esa belleza,
Tan pura y clara.
¡de donde ha robado esas facciones
Tan finas y perfiladas.
Dígame señora de caderas alzadas
En qué lugar a hurtado ese cuerpo
Tan afrodisíaco y pecaminoso.
Qué trucos utilizó para adquirir
Esa sensual y dulce voz.
Dígame señora de caderas alzadas
Como ha obtenido ese vigor
De una chica en plena juventud.
Con piernas sensuales y bronceadas
Abriéndose a la pasión.
Dígame señora de caderas alzadas…
¿Cómo le hizo? ¡que usted me enamoró?
David Pech / La poesía en nuestras manos / 66
Esperanza.
(Soneto)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 67
Dime porqué…
Esa mirada tan dulce
Manotea entre los rincones
De mis pensamientos.
Y suelen golpear mi suspiro
Cuando la luna refleja
Él brillo dorado de sus cabellos lindos.
La pureza de sus ojos negros
Esa piel tan barnizada,
Esa sonrisa armonizada…
¡ese nombre de Esperanza!
El viento invita a su voz
A danzar entre las paredes del cielo…
En busca de un te quiero, ¡pétalos de amor!
Me quede clavado
En el prefacio de su mirada
Y leer los secretos más
Litúrgicos de sus pensamientos.
Déjame la piel inerrante
Cada vez que me acaricias
Y sentir el aroma fresco de la brisa.
Tatuar en cada pergamino su boca…
Cuerpo lleno de prontitud,
Alma llena de clamor…
Besos sinfónicos… atados a una canción.
¡ella es mi inspiración!
Musa perdida en laberintos de pasión
Donde su diestra guarda su nombre hecho por amor.
Me quede en el matiz
De su cariño puro y venal
Atrapado en los encantos
De sus cabellos, lazos de apego.
Ojos obscuros… evocan mares enteros
Cada vez que la dulce partitura
De su voz emana mis sentimientos.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 68
Abres magnitudes en cascada…
La sonrisa más bella, ¡es la de su cara!
Otorgas vida tan solo con un beso
¿puedes llenar el vacío de mi pecho?
Y las diosas tuvieron tantos celos…
Al ver tanta belleza en ti,
Mientras los cerezos cantaban de alegría.
¡bella señorita!
De innoble rostro
Me enredaste en tu encanto
¡celestial!
Inefable momento…
Cuan contigo quiero descafeinar,
Elocuente pensamiento de recitar.
Esperanza…
Te confieso sentir limerencia por ti,
Cuando la iridiscencia vive aquí.
Regálame una bella sonrisa…
De manera callada,
Bésame y por obligación
Tienes las razones de decir que me amas.
Inmarcesible sentimiento…
que dura miles de años
vienes a quitarme los miedos…
Esperanza mía, tú me has visto llorar por estos daños.
Dime porqué…
Serendipia lo que haces por mí,
Dime porqué…
¡eres la mujer que me hace tan feliz!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 69
Parte IV
Barrancas de cobre.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 70
En lo más alto, en las barrancas del cobre…
Las nubes pintaban de un tono gris al cielo…
El sol no podrá brillar como habitualmente suele hacer,
Y el eco de un grito ahogado se escuchaba.
Los bosques emanaban un olor a tristeza húmeda,
Pues las lágrimas del cielo ya habían caído en forma de lluvia,
Dejando a la deriva el crepúsculo del sol cayendo…
¡la noche entrante!... ¡la luna saliendo!
Las estrellas danzaban en medio de la obscura noche,
Reflejando la imagen del infinito…
Sin importar el vacío que hay debajo de las barrancas.
La madrugada tocaba la puerta,
De un sobresalto la brisa mañanera salió a correr,
Las mariposas monarcas llegaban…
A las barrancas del cobre, ¡en chihuahua!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 71
Para no preguntar.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 72
Si la respuesta estuviera en tus labios…
Las besaría para no preguntar
En caso de no lograrlo,
El encanto de tus ojos me ayudará.
Por mucho que las cascadas tiren agua…
No se compara con tu larga cabellera,
Con el perfume fino de una rosa,
La magia, en tu cuerpo brotará.
¿esperar… y seguir de largo mi camino?
Cuando tu piel… ¡mis besos piden a gritos!
Por eso, para no preguntar… ayúdame
A tus labios besar.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 73
Mis noches de soledad.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 74
¡ya no hay amor!... lo tengo entendido,
Se que será diferente cada mañana cuando despierte en soledad,
Y sentir la fría venganza de la almohada al quererte recordar.
No quiero ser expulsado de mi cama
Cada noche que sueño contigo…
Solo quiero recostarme y dormir tranquilo.
¡sé que ya no hay amor!... eso no cabe la menor duda,
Pero de será de mis poemas si ya no hay oídos quien los oiga,
Ni labios que besar… y mucho menos ojos que mirar.
¿de qué sirve la lluvia?
Si no hay flores que regar.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 75
Pienso.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 76
Simplemente sus besos…
Huyen de mi cuerpo,
Pidiendo auxilio de amor.
Sin pensar en la tonta idea
De tenerte en mis brazos.
Solo pienso en la forma,
De cómo arrancarme esta maldición…
Que su cuerpo y sus caricias me han sembrado,
¡en el corazón!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 77
Libertad.
(Explícito) Nota: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 78
Se abre el telón
La mirada empieza a sonreír,
Un nuevo entorno comienza…
El nacimiento del fin.
La balanza se torna
Fúnebres entre sus mejillas,
Donde la cordura se aplasta…
Para recrear una pesadilla.
Serán dioses falsos
Los que se oponen a mis sacrilegios,
Aunque dudan si está bien o mal
No reporto mis privilegios.
¡soy pecador!
Por decir las cosas como son
¡soy inmundo!
Cuando pienso que es absurdo.
¡soy el hijo del mal!
Al no callar mi libertad,
¡soy de lo peor!
Cuando no te hago caso,
¡opresor!
Las religiones se abalanzan…
Para comer en pedazos mi alma,
Quiero ser libre y no vivir de cadenas,
Atados de ideas obscenas.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 79
Schopenhauer.
(Oda) Musa: un ruiseñor llamado del mismo modo que la oda.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 80
¡te fuiste!
Cuando el tiempo nacía
Emprendiste el viaje,
Con horizonte desconocido.
¡te perdiste!
Entre los rayos del sol
Empezaste a vivir en el olvido,
Cuando cantabas con delirio.
Te agradezco infinitamente
Por las alegrías regaladas,
Entre tus alas puras…
Azulejas de tonos purpuras.
Algunas veces
Me siento vacío por tu ausencia,
Pero gracias a ti
Encontré que camino debo andar.
No te dejo de pensar
Mis ojos se llenan de nostalgia,
Al recordar tu canto celestial
Ese canto que me devolvía la calma.
Te busco en mis amaneceres
Varias primaveras pasan desapercibidos…
Otoños e inviernos comienzan relaciones eternas,
Al ver… ¡que no regresas!
Aun así, mantengo la esperanza viva
Para encontrarme con mi fiel amigo,
El consuelo de mi alma perdida,
El eterno confidente de mi sueño.
El tiempo no se detiene
Sigue de largo su camino,
Recorriendo cuarta parte de mi vida…
Regalando canas a mis recuerdos.
El sabor de la experiencia
Me dice que pronto llegarás,
Me encadeno a una idea
Mi sequia acabará.
¡te perdiste!
Esa es la excusa
Que digo cuando te extraño
¡siguen pasando los años!
Esta noche lánguida
Te prometo recordarte con amor,
Amor que me brindaste
Cuando me viste llorar de dolor.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 81
En esta mañana
Cuando el sol despierta de su letargo,
Hay decepciones en mi alma…
Por no haber concluido.
Escucho melodías tenues,
Recorriendo la alcoba de mi hogar…
¡dime si es verdad, que ya vienes!
Para darte un poco de mi dignidad.
Gracias amigo mío
Gracias por regresar,
Aunque despojo mis lagrimas…
Para que no me veas llorar.
Te escribo esta oda
Esperando leerla para ti,
Mi querido Schopenhauer,
¡mi amigo, mi porvenir!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 82
La tragedia griega.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 83
Si… estoy cansado,
De luchar batallas que la vida me da a diario.
Cansado de haberme enamorado…
Donde la soledad me acuna,
Para dispararme en el armario.
Si… estoy cansado
De que la luna pueda visitarte,
Y yo ni si quiera pueda mirarte.
Solo esperar a que el tiempo pase,
Para que mi corazón pueda olvidarte…
Mi orgullo alimenta mi soberbia,
Dejando huellas en la hoguera…
Escribiendo miles de poemas.
Donde solo te tengo en mi memoria,
Si… estoy cansado,
De sentir como se escurre el tiempo
Y que mi alma se sienta vacía,
Por dentro nuestro amor empezó en prosa…
Para después terminar en tragedia.
Esperando el milagro esperado
De tenerte a mi lado,
Para fingir sonrisas.
Si tu ausencia me irrita
Como una blasfemia emitida
Retando a dios en esta vida.
Si… estoy cansado
De ver que mi novela se estrecha…
En una tragedia griega.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 84
Lo que hoy sería mi dolor.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 85
Sin pensar…
Mire tus ojos,
Y encontré una envoltura…
Ate cuerpo y alma a tu amor,
Deje navegar mis sentimientos sobre tu océano,
Sin pensar en lo que hoy sería mi dolor.
¿Cómo olvidar tu cariño?
Si este necio corazón se opone.
¡ya no quiero pepenar migajas tuyas,
¡Ni enrollar restos de tu calor!
Solo quiero hilar tu recuerdo,
Y que se borre en mi habitación.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 86
Estamos unidos.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 87
Como cadenas de nucleótidos,
Formando el ADN del planeta…
¡tenemos parentesco!
Misiones que nos llevan a prospectos…
No importa la cultura,
La religión o etnia
Sobre todo, si se trata de guerra
Estamos perdidos en una tormenta
De combates, muerte y violencia.
Hay que cambiar los ideales…
Que nos hacen enemigos inigualables,
Hay que cambiar las cosas
Para ya no tener estas…” broncas”.
Estamos unidos
Como tejidos en una hamaca
Formando el vestido del planeta,
¡tenemos riquezas!
Demasiados obsequios de la naturaleza
Que lloran de tristeza,
Lastimándole las entrañas,
Sobre todo, si nosotros, nos engañan.
Somos como bacterias
Enfermamos al planeta de manera obscena,
Cortándole los pulmones…
Manchándole de sangre,
Para poder morir
Lentamente sin maquillaje.
Estamos unidos
Como el virus del sida
Causando daño intenso
Sin que tú lo percibas…
Causamos hematomas con violencia hacia la mujer,
Destruimos las defensas con secuestros también.
Pedofilia y matanzas son el pan de cada día,
Estamos unidos…
Solo para causar daño…
Sin importar lo que nos dicen nuestros hermanos,
Preparémonos para cambiar las cosas
David Pech / La poesía en nuestras manos / 88
Pensamientos, acciones y esperanza…
Tomemos la iniciativa para cambiar el mundo,
Arrancar de raíz todo lo inmundo…
¡tenemos que ser feliz!
Sin importa lo difícil que es …
¡cambiar el mundo!
David Pech / La poesía en nuestras manos / 89
¿Quién soy?
(Soneto)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 90
¿Quién soy?
El trabajo duro de mi mano
Todo el esfuerzo que tengo entregado.
La piel barnizada de mi pueblo
El coro de mi gente diciendo...
¡Te quiero!
Ese soy yo...
La historia compuesta en verso
Horizontes, trayectos hacia un beso.
¿A dónde voy?
El descalzo andar de su mirada
Van mirando hacia el sueño americano,
¡Florece la admiración!
Mi alma nació en Boyacá
El cuerpo moldeado en dominicana.
Mi fortaleza creció en Culiacán
Hasta enamorarme en Mar de Plata.
¿Quién soy?
El rostro de los poetas
Aclamando palabras de libertad...
Bendiciendo los huertos de caña de azúcar...
¡Latinoamérica!...
Una Etnia colonial.
¿Qué somos?
Un pueblo unificado,
Somos... Un gran Hermano.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 91
Epílogo
¿Qué pasa? el poeta se estremece cuando escribe poesía, solo se da cuenta de la grandiosa
experiencia que obtuvo. Una mirada es capaz de trascender de una manera sublime, las capas de
nuestros sentimientos fluyen conforme van derivando cada situación única, las palabras son la
razón general de los poetas.
todo el tiempo me pregunto si realmente soy feliz, tengo la motivación de seguir adelante y de
regalar los más íntimo de mi corazón, ¿ahora qué sigue? Pues simplemente el viaje de componer
poemas y dejando huellas subjetivas que nos erizan la piel, esa inspiración es lo que me hace
realmente feliz.
Con respecto a lo escrito somo seres con grandes capacidades, sabemos dirigir la travesía de
nuestro camino apartando todo lo que nos rodea, para poder crear un mundo donde podemos
hacer las cosas que nos gustan.
Gracias a la poesía entonamos ideas frescas que hoy en día los poetas contemporáneos nos
ofrecen. Cada parte de mi piel se escribe un cuento, cada célula es un verso hecho a distintos
matices llenos de colores y entidades diversas.
Representamos a una generación única, a una generación capaz de disfrutar los detalles de la
vida, esos detalles que nos hacen seres extraordinarios… de vicisitudes interpretativas,
¡ahora somo el futuro!
PALABRAS DE UN POETA.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 92
Índice.
1.-NOTAS DEL AUTOR (página 2)
2.-INTRODUCCION (página 4)
3.-PARTE I (página 5)
• POEMA AL PUEBLO
• PARADOJAS Y METÁFORAS EN UN BAÚL
• CUANDO LA TORMENTA SE VA
• LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO
• OJOS ACEITUNADOS
• EN OTOÑO
• MI AMADA
• PENSANDO SI REALMENTE ME VOY
• ME ENAMORE
• SUICÍDIO (EXPLÍCITO)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 93
4.-PARTE II (página 25)
• CUANDO LAS MARIPOSAS HABLAN
• LA LLUVIA DE MIS OJOS
• POEMA PARA LA SONRISA
• ELLA ES…
• FUISTE TÚ
• LA DIOSA DE LOS OJOS GARZOS
• SI ME DICES NO
• EL CULPABLE
• PASIÓN (EXPLÍCITO)
• UN POEMA PARA TI
David Pech / La poesía en nuestras manos / 94
5.-PARTE III (página 46)
• TE QUIERO
• LA VIÑAMARINA
• SU PARTIDA
• NUESTRA CASA (EXPLÍCITO)
• LA CENA AL MÁS ALLÁ
• ¿QUÉ PASÓ?
• PERSONAJE DE FICCION
• PROSA PARA LA ESPOSA
• SEÑORA DE CADERAS ALZADAS
• ESPERANZA
David Pech / La poesía en nuestras manos / 95
6.-PARTE IV (página 69)
• BARRANCAS DE COBRE
• PARA NO PREGUNTAR
• MIS NOCHES DE SOLEDAD
• PIENSO
• LIBERTAD (EXPLÍCITO)
• LA TRAGEDIA GRIEGA
• SCHOPENHAUER
• LO QUE HOY SERIA MI DOLOR
• ESTAMOS UNIDOS
• ¿QUIÉN SOY?
7.-EPÍLOGO (página 91)
David Pech / La poesía en nuestras manos / 96
AGRADECIMIENTO
Agradezco a las personas que confiaron en mi talento para poder realizar este primer proyecto.
Personas como Edesio Cervera, Johan Soberanis Pech, Camilo de Jesús Davo, que apoyaron con
este poemario con su talento; Fotografía, Modelo de portada. A igual agradecer a mi familia por
el apoyo constante para poder realizar un proyecto único hacia mi persona. No obstante, también
hay que reconocer que, si no fuera por tantas situaciones que la vida me ha regalado, y grandes
personas que estuvieron a mi lado, no hubieran salido tantos poemas, relatos, redacciones,
sonetos entre otras cosas más que fortalecieron el texto; La poesía en Nuestras Manos. Por
último, agradecer a Groppe Libros® por la confianza que me brindaron y las facilidades que me
ofrecieron para poder publicar mi poemario. Muchas Gracias.
MUCHAS GRACIAS, espero que este escrito les guste, y lo compartan con sus seres queridos.
Su amigo David Pech les agradece nuevamente por el apoyo que me brindaron, y que, en
próximas publicaciones, espero tener. El siguiente proyecto que realizare próximamente será una
novela de ficción llamada: Marina. Espérenlo con ansias y recuerde; si tienes un sueño, ten la
perseverancia para lograrlo.
Autor: David Eduardo Pech Pech
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Poema Extra: con dedicatoria especial para Camila.
Cálidas Manos.
David Pech / La poesía en nuestras manos / 98
Cuando llegas y miras
Cuan dolor sentía,
Nacen de tus labios
Palabras dulces...
Llenas de encanto.
Cuando te preocupas
Y tus cálidas manos
Me atrapan como bruma,
Me dibujas una mirada
Con bellos ojos carmesí.
Tan delicada y maternal
Me encanta ese bello lunar
Bordado en la cumbre
De tu boca nacár,
Y el suave color de tú piel.
Cuando llegas y miras
A un simple desconocido;
Es como si navegaras
A un puerto escondido
Para explorar sus raíces.
Como buena turista
Con solo la mirada
Me comprendiste
Y con la sonrisa me reviviste
Y cada rincón conociste.
Tuve la fortuna
De mirarte a los ojos
En un momento inoportuno,
Sonriente y ruborizada...
Cuando me miras así.
Como primavera; su luz, alegría, y transparencia se refleja,
como canción; ella se convirtió en el estribillo
Latente de mi corazón.
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Portada del poemario:
Contra portada del poemario:
David Pech / La poesía en nuestras manos / 100
NOTA: si necesitan las imágenes mas grandes favor de mandarme un correo solicitándolas,
muchas gracias y saludos.
Correo: [email protected]