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EDICIÓN ESPECIAL PROPIEDAD INTELECTUAL ABRIL 2009 6 | GACETA JUDICIAL UN RECORRIDO HACIA EL PASADO Para poder encontrar las razones que motivaron la categorización de la propiedad intelectual como un derecho fundamental en múltiples legislaciones, nece- sariamente debemos hacer un viaje al pasado. En efec- to, nos referiremos a eventos que en cierta medida marcaron los orígenes de la propiedad intelectual, su protección y reconocimiento. Si reconocemos que la capacidad de creación del ser humano nace desde el momento mismo en que éste existe y comienza a utilizar su creatividad, sabre- mos que el arte no puede desligarse del hombre, su personalidad e ingenio. Múltiples ejemplos de la pre- historia nos revelan la capacidad del ser humano para crear, independientemente de que existieran meca- nismos legales de protección para sus creaciones. Los habitantes de la Edad de Piedra, por ejemplo, se des- tacaron como artistas; resaltaban las realidades del momento, la fuerza y sutileza de su espíritu a través de sus obras. Tenemos el caso de la pintura rupestre; se cree que ésta guardaba una estrecha relación con las realidades de los habitantes de la época, pues los artistas, siendo cazadores de animales, plasmaban en distintas oportu- nidades eventos cotidianos, incluyendo ataques físicos contra los mismos. Asimismo, entrando a la historia del reconocimien- to de los derechos de propiedad intelectual, encon- tramos que en el año 25 A. C., Marcos Vitrubio, en su Libro Séptimo de Arquitectura, recoge lo siguien- te: “Ahora bien, así como hay que tributar merecidas alabanzas a éstos, incurren en nuestra severa conde- nación aquellos que, robando los escritos a los demás, los hacen pasar como propios. Y de la misma manera, los que no sólo utilizan los verdaderos pensamientos de los escritores, sino que se vanaglorian de violarlos, Janet Adames Pérez Abogada de la firma Headrick Rizik Álvarez y Fernández La propiedad intelectual como derecho fundamental “La más sagrada, la más legítima, la más inalienable y, si se puede hablar así, la más personal de todas las propiedades es la obra fruto del pensamiento de un autor.” Le Chapelier, Diputado Francés.

La propiedad intelectual como derecho fundamental€¦ · cipios y acuerdos que permitieron una mejor adminis-tración de la propiedad industrial en el plano inter-nacional. Asimismo,

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EDICIÓN ESPECIAL PROPIEDAD INTELECTUAL ■ ABRIL 2009

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UN RECORRIDO HACIA EL PASADO Para poder encontrar las razones que motivaron la

categorización de la propiedad intelectual como un derecho fundamental en múltiples legislaciones, nece-sariamente debemos hacer un viaje al pasado. En efec-to, nos referiremos a eventos que en cierta medida marcaron los orígenes de la propiedad intelectual, su protección y reconocimiento.

Si reconocemos que la capacidad de creación del ser humano nace desde el momento mismo en que éste existe y comienza a utilizar su creatividad, sabre-mos que el arte no puede desligarse del hombre, su personalidad e ingenio. Múltiples ejemplos de la pre-historia nos revelan la capacidad del ser humano para crear, independientemente de que existieran meca-nismos legales de protección para sus creaciones. Los habitantes de la Edad de Piedra, por ejemplo, se des-tacaron como artistas; resaltaban las realidades del

momento, la fuerza y sutileza de su espíritu a través de sus obras.

Tenemos el caso de la pintura rupestre; se cree que ésta guardaba una estrecha relación con las realidades de los habitantes de la época, pues los artistas, siendo cazadores de animales, plasmaban en di stintas oportu-nidades eventos cotidianos, incluyendo ataques físicos contra los mismos.

Asimismo, entrando a la historia del reconocimien-to de los derechos de propiedad intelectual, encon-tramos que en el año 25 A. C., Marcos Vitrubio, en su Libro Séptimo de Arquitectura, recoge lo siguien-te: “Ahora bien, así como hay que tributar merecidas alabanzas a éstos, incurren en nuestra severa conde-nación aquellos que, robando los escritos a los demás, los hacen pasar como propios. Y de la misma manera, los que no sólo utilizan los verdaderos pensamientos de los escritores, sino que se vanaglorian de violarlos,

◗Janet Adames

PérezAbogada de la

firma Headrick Rizik Álvarez y

Fernández

La propiedad intelectual como derecho fundamental

“La más sagrada, la más legítima, la más inalienable y, si se puede hablar así, la más personal de todas las propiedades

es la obra fruto del pensamiento de un autor.” Le Chapelier, Diputado Francés.

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merecen reprensión, incluso un severo castigo como personas que han vivido de una manera impía”.

La obra literaria “Los Tópicos a Cayo Trebacio”, de Marco Tulio Cicerón, ya hacía referencia a la “cosa incorpórea”. En el año 330 A. C., existía una ley ate-niense dedicada al copiado de obras y a la protec-ción de la integridad de los trabajos originales. Para el año 1623 apareció una nota en una copia de músi-ca hebrea con el siguiente mensaje: “debido a que el Maestro Salomón Rossi de Mantua había gastado una gran suma, lo cual no había sido prevista, no es cabal que cualquiera le hiciera daño reimprimiendo copias similares...”. Los garantes de esta orden “invocando la mordedura de la sierpe” prohibieron la reproducción de la música contenida en dicha obra, totalmente o en parte, sin el permiso de su autor o de sus herede-ros por un período de 15 años”.

Si recorremos los orígenes de la existencia de tex-tos legales que consagran la protección de los dere-chos de propiedad intelectual, indudablemente pasa-remos por los Estatutos de la Reina Ana del 1710, reco-nocidos por la mayoría de los autores como la primera ley de derecho de autor del mundo; esta norma vino a reconocer la titularidad exclusiva de las obras a favor de los autores, terminando con los “privilegios reales” o monopolio de los editores.

En España, Carlos III dictó en los años 1763, 1764 y 1778 Reales Ordenanzas que reconocieron el derecho de impresión de las obras de manera exclusiva a favor de los autores. Posteriormente, en 1791, el Decreto de la Asamblea Nacional Francesa vino a reconocer la propiedad individual y privada como garantía del derecho ciudadano francés y derogó así cualquier pri-vilegio a favor de los editores. Al reconocer la propie-dad artística y literaria en el renglón de los derechos reales, estos son reconocidos como derechos del hom-bre, ocupando un más alto pedestal. La ley del 24 de julio de 1793 abolió el sistema de privilegios francés y reconoció el derecho exclusivo del autor y sus herede-ros hasta diez años luego de su muerte, lo cual repre-sentó un avance trascendental.

En la esfera internacional, podemos afirmar que algunos eventos aislados provocaron la necesidad de proteger internacionalmente los derechos de propie-

dad intelectual. Tomando como muestra algunos de estos eventos, traemos a colación la Exposición Inter-nacional de Invenciones celebrada en Viena en el año 1873, a la que muchos expositores extranjeros se nega-ron a asistir, con el temor de que sus trabajos fueran plagiados para su explotación comercial sin su auto-rización.

El Convenio de París de 1883 vino a concretar prin-cipios y acuerdos que permitieron una mejor adminis-tración de la propiedad industrial en el plano inter-nacional. Asimismo, el Convenio de Berna de 1886 se propuso armonizar las legislaciones en materia de derecho de autor a través de tres principios básicos: trato nacional, independencia de protección y protec-ción automática. Es de destacar que en virtud de este Convenio, las partes contratantes gozan de la facultad de ofrecer condiciones aun más favorables en benefi-cio de los autores.

PROPIEDAD INTELECTUAL: ATRIBUTO INHERENTE AL SER HUMANO

Profundizar sobre la historia misma de la propie-dad intelectual nos permite concluir que se trata de un derecho eminentemente humano, estrechamente vinculado al derecho de la personalidad. De ahí que el mismo forme parte de las garantías individuales de las personas y que haya sido consagrado en las consti-tuciones de muchos países.

No es fruto de la casualidad que la propiedad inte-lectual sea reconocida como un derecho fundamen-tal tanto en la Declaración Universal de Derechos Humanos como en el Pacto Internacional de Dere-chos Económicos, Sociales y Culturales, y que en observancia a las disposiciones consagradas en estas declaraciones, las disposiciones constitucionales de distintos Estados así lo hayan estipulado. Sin duda, se trata de un derecho con dos características muy marcadas, complementarias y no contrarias una de la otra. Por un lado, se reconoce al autor como crea-dor de una obra en la que ha plasmado “su impronta personal”, en expresiones del profesor Ricardo Ante-quera, es decir, que ha dotado a la obra de originali-dad, fruto de su esfuerzo, ingenio y creatividad inte-

1 Organización de las Naciones Unidas, ONU. Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948 [En línea]. Disponible en: http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm. Fecha de Consulta: 15/02/2009.

2 Estados Unidos de América [Leyes]. Constitución de los Estados Unidos de América, 1992 [En línea]. Disponible en: http://www.senadopr.us/constitucion/La%20Constituci%C3%B3n%20de%20los%20Estados%20Unidos.pdf. Fecha de consulta: 15/02/2009.

3 Portugal [Leyes]. Constitución de la República Portuguesa, 1976 [En línea]. Disponible en: http://www.viajeuniversal.com/portugal/constitucion1.htm. Fecha de consulta: 14/02/2009.

4 Suecia [Leyes]. Constitución de Suecia, 1975 [En línea].Disponible en: http://centros5.pntic.mec.es/ies.manuela.malasana/otros_servicios/ampliacion/ue25/suecia/suecia.pdf . Fecha de consulta: 14/02/2009.

5 República de Colombia [Leyes]. Constitución Política de Colombia, 2005 [En línea]. Disponible en: http://pdba.georgetown.edu/constitutions/colombia/col91.html. Fecha de consulta: 20/02/09.

6 República de Paraguay [Leyes]. Constitución Nacional del Paraguay, 1994 [En línea]. Disponible en: http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1860/1.pdf. Fecha de consulta: 15/02/2009.

7 Estados Unidos Mexicanos [Leyes]. Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, 2008 [En línea]. Disponible en: http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf. Fecha de consulta: 20/02/2009.

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lectual. Por otro lado, y específicamente en lo que res-pecta a los usuarios, se encuentra la garantía de poder tener acceso al conocimiento que es producto de la creación del autor.

En Francia, la categoría de derecho fundamental de la propiedad intelectual, y en particular el derecho de autor, queda explícita a través de las disposiciones con-tenidas en el Artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos1, en virtud del cual “toda perso-na tiene derecho a la protección de los derechos perso-nales y materiales sobre su creación”.

En este mismo sentido, al hacer una compulsa de las diferentes constituciones de múltiples países, con-firmamos que la propiedad intelectual es reconocida como un derecho fundamental. La Constitución de los Estados Unidos de América (Sección octava, nume-ral 8)2 otorga al Congreso la facultad para fomentar el progreso de la ciencia y las artes, asegurando a los auto-res e inventores, por un tiempo limitado, el derecho exclusivo sobre sus respectivos escritos y descubrimien-tos; la Constitución de Portugal (Artículo 42 de la parte II, sobre derechos fundamentales, sección II)3 contem-pla el derecho de invención, producción y difusión de trabajos científicos, literarios o artísticos, incluyendo la protección legal del derecho de autor. En Suecia (Artí-culo 19)4 expresamente se consagra que los autores, artistas y fotógrafos serán dueños de los derechos sobre sus trabajos, de conformidad con las previsiones que señale la ley.

En nuestro recorrido legislativo, encontramos tam-bién que la Carta Magna de Colombia (Artículo 61)5

consagra que el Estado protegerá la propiedad intelec-tual por el tiempo y mediante las formalidades que esta-blezca la ley; que en la de Paraguay (Artículo 110)6 se dispone que todo autor, inventor, productor o comer-ciante gozará de la propiedad exclusiva de su obra, invención, marca o nombre comercial, con arreglo a la ley. Nótese que esta Constitución no sólo establece una disposición expresa para derecho de autor, sino que contempla además como derecho fundamental los derechos que posee el titular de un invento, marca o nombre comercial al amparo de las disposiciones lega-les contenidos en la ley respectiva.

México (Artículo 28)7 va más lejos aún al aclarar que NO constituyen monopolios “los privilegios que por determinado tiempo se concedan a los autores y artistas para la producción de sus obras y los que para el uso exclusivo de sus inventos se otorguen a los inven-tores y perfeccionadores de alguna mejora”. Esta Cons-titución reconoce además como facultades del Presi-dente, “conceder privilegios exclusivos por tiempo limi-tado, con arreglo a la ley respectiva, a los descubrido-res, inventores o perfeccionadores de algún ramo de la industria”.

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Chile (Artículo 25)8 por su parte, garantiza el dere-cho de autor y la propiedad industrial sobre las paten-tes de invención, marcas comerciales, modelos, pro-cesos tecnológicos u otras creaciones análogas por el tiempo que establezca la ley; Brasil (Artículo 27 y siguientes)9 reconoce a favor de los autores el dere-cho exclusivo de utilización, publicación o producción de sus obras; esta misma protección es asegurada para las patentes, marcas y nombres comerciales. Y expresa-mente, en la Constitución de Bolivia (Artículo 102)10, se consagra que el Estado protegerá la propiedad inte-lectual, individual y colectiva de obras y descubrimien-tos de los autores, artistas, compositores, inventores y científicos en las condiciones que determine la ley. Así también para Argentina (Artículo 17)11, la exclusivi-dad de su obra, invento o descubrimiento por el tiem-po que determine la ley, le es reconocida al autor.

Uniéndose al recorrido legislativo de protección constitucional de la propiedad intelectual, encontra-mos que Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Perú, en iguales tér-minos han reconocido y protegido la propiedad inte-lectual como un derecho fundamental.

En el caso de República Dominicana, el primer texto constitucional que contempló la propiedad inte-lectual como un derecho fundamental fue nuestra Constitución de 1854 (Artículo 8, numeral 17), dife-renciándole de las cosas materiales. Desde entonces, más de 150 años han transcurrido y, en una u otra medida, todas las reformas constitucionales han man-tenido la propiedad intelectual como un derecho fun-damental en nuestra Carta Magna.

CREACIÓN CULTURAL, PROPIEDAD INTELECTUAL Y LA REFORMA CONSTITUCIONAL

Desde los últimos años, la República Dominicana se ha visto sumergida en una ola de propuestas para refor-mar nuestra Constitución. En esta oportunidad, la dima-nante del Poder Ejecutivo intenta dar al traste con más de cien años de reconocimiento y protección de la pro-piedad intelectual como un derecho constitucionalmen-te consagrado, pues omite establecer derechos exclusi-vos sobre las creaciones e invenciones, en el entendido de que la “libertad cultural” comprende el “derecho a la invención, producción y divulgación de la obra creativa,

científica, tecnológica y humanística”. Así se aprecia en el texto del Artículo 53 del proyecto de reforma12: “Artí-culo 53. Toda persona tiene derecho a participar libre-mente en la vida cultural de la Nación, al pleno disfrute de las artes, del progreso científico y cultural, así como a los beneficios que generen. 1. La creación cultural es libre. La libertad cultural comprende el derecho a la invención, producción y divulgación de la obra creativa, científica, tecnológica y humanística, incluyendo la pro-tección legal de los derechos del autor sobre sus obras.”

En este tenor, resultan imperiosas algunas acotacio-nes para arrojar luz a la oscura y confusa redacción del antes citado artículo 53. Debemos estar claros en que sin autor no hay obra; sin inventor, no tenemos paten-tes. Si bien las creaciones se alimentan del orden cul-tural, es de reconocer que la desprotección al autor, al inventor, indefectiblemente desalienta la creatividad intelectual. Las empresas destinan recursos a la inves-tigación y desarrollo en la medida en que cuentan un clima de protección. Más importante aún es destacar que la propiedad intelectual ha sido uno de los temas básicos para las relaciones y negociaciones desarrolla-das con los países miembros del ADPIC y del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamé-rica y República Dominicana (DR-CAFTA).

Esta propuesta legislativa sacrifica el interés indi-vidual en pro del disfrute cultural para un colecti-vo. Otorga “libertad” a la “creación cultural”, dejan-do de lado la protección exclusiva por tiempo limita-do de la que debe gozar todo autor o inventor. En sín-tesis, por un lado, contrapone la propiedad intelec-tual al derecho de acceder a la cultura, desconociendo que el autor y el inventor están al servicio de la cultu-ra. Los casos en los que el derecho de propiedad inte-lectual converge con el derecho de acceso a la cultura han sido establecidos con claros límites por el legisla-dor, expresamente consagrados de manera restrictiva en cada una de las legislaciones relativas a la materia con el propósito de evitar sistemas de interpretaciones extensivas o ampliamente permisivas.

El derecho de la cultura y el derecho de la propie-dad intelectual están íntimamente relacionados: uno se alimenta del otro; por lo tanto, nos atrevemos a afir-mar que la reforma que pretende introducir el Poder Ejecutivo al excluir la propiedad intelectual como uno de los derechos fundamentales de los que goza todo autor o inventor, crea un desbalance injustificado.

8 República de Chile [Leyes]. Constitución Política de la República Chilena, 1980 [En línea].Disponible en: http://www.bcn.cl/leyes/pdf/actualizado/242302.pdf. Fecha de consulta: 20/02/2009.

9 República Federal de Brasil [Leyes]. Constitución Política de la República Federativa de Brasil, 1988 [En línea]. Disponible en: http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/0507.pdf. Fecha de consulta: 17/02/2009.

10 República de Bolivia [Leyes]. Nueva Constitución del Estado de Bolivia, 2007 [En línea]. Disponible en: http://www.scribd.com/doc/6056118/Nueva-Constitucion-Politica-de-Bolivia-Texto-completo-aprobado-2007. Fecha de consulta: 20/02/2009.

11 República de Argentina [Leyes]. Constitución de la Nación Argentina, 1994 [En línea]. Disponible en: http://www.argentina.gov.ar/argentina/portal/documentos/constitucion_nacional.pdf. Fecha de consulta: 20/02/2009.

12 República Dominicana [Proyectos de Leyes] Proyecto de Reforma Constitucional presentado por el Dr. Leonel Fernández, 2008 [En línea]. Disponible en: http://www.senado.gov.do/PortalSILSenado/Portals/0/Noticias/PROPUESTA%20REFORMA%20CONSTITUCIONAL.pdf. Fecha de consulta: 13/02/09