La Semana Tragica

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Semana Trágica

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LA SEMANA TRAGICALA SEMANA TRGICA: La huelga iniciada en diciembre de 1918 en. los talleres metalrgicos Pedro Vasena e HIJOS (ubicados en el barrio de Nueva Pompeya), por obreros que pretendan mejoras en sus condiciones de trabajo y salarios, finaliz con un conflicto sindical generalizado. La industria metalrgica buscaba bajar costos puesto que la guerra la haba afectado profundamente (dependa de la importacin de carbn y de materias prima de alto precio). El saldo de esta Semana Trgica ser de centenares de muertos y miles de heridos y la sensacin de que el poder oligrquico y sus brazos armados estaban intactos, vigilando al resto de la sociedad. Estas huelgas fueron la expresin de una clase obrera que careca de los derechos bsicos y que no participaba de la prosperidad del granero del mundo.ANTECEDENTES:Cuando Yrigoyen asumi la presidencia de la nacin, la ciudad de Buenos Aires contaba con ms de medio milln de obreros. Aproximadamente la mitad estaba ocupada en el sector industrial y La mayor parte viva en el sur de la ciudad. Una multitud de talleres y de pequeas industrias poblaban los barrios obreros de Nueva Pompeya, Barracas y La Boca, mientras que, en la provincia de Buenos Aires, Avellaneda se destacaba por la presencia de los trabajadores de los frigorficos. De acuerdo con David Rock, esta concentracin geogrfica contribuy a la formacin de una cultura de la clase obrera, es decir, de valores, costumbres e ideales compartidos. En ese marco, la aspiracin a una sociedad ms justa, en la que no existiera la explotacin del hombre por el hombre, constitua un elemento importante.Durante las primeras dcadas del siglo, socialistas y anarquistas haban competido para ganarse la adhesin de los trabajadores. El presidente Yrigoyen, lejos de ignorar esta realidad, intent modificarla mediante el afianzamiento de un nuevo tipo de relacin entre el Estado y la clase obrera urbana, Desde su punto de vista, el Estado deba ser un arbitro de los conflictos entre los empresarios y los trabajadores.Por consiguiente, la represin deba sustituirse por la negociacin entre las partes. No en vano, como ha sealado Alain Rouqui, algunos con placer y otros horrorizados, pudieron ver por primera vez a un presidente de la Repblica recibir delegaciones de obreros en la Casa Rosada. Muchos sintieron la misma sorpresa al observar el respaldo del presidente a las reivindicaciones laborales de los portuarios de Buenos Aires o de los ferroviarios de Rosario, en 1917.Los trabajadores, pese a la favorable actitud inicial de Yrigoyen, vivan tiempos difciles por tres motivos centrales:La inflacin.La reduccin de las importaciones generada por la Primera Guerra Mundial favoreci el aumento de los precios de los artculos de consumo.La desocupacin.La prdida de mercados provocada por la guerra repercuti sobre la actividad econmica y aument el nmero de desocupados, situacin que comenz a revertirse al finalizar el conflicto.Los bajos salarios.Mientras mayores eran la desocupacin y, por lo tanto, la demanda de empleo, mayor era la facilidad de los empresarios para minimizar sus gastos en el pago de la mano de obra.

Causas de la Gran Huelga:La guerra haba afectado gravemente a la industria metalrgica argentina, dado que su funcionamiento dependa de suministros provenientes del exterior. Para atenuar la crisis, la empresa metalrgica Vasena, ubicada en el barrio obrero de Nueva Pompeya, decidi reducir el costo laboral: baj el salario en un 50% y contrat a mujeres y nios. Los trabajadores respondieron a estas medidas con una huelga, que fue tambin secundada por trabajadores de otros gremios de la capital y de todo el pas.

Incendio provocado en los talleres metalrgicos de Vasena, ubicados en Urquiza e Independencia. En enero de 1919, una huelga realizada por los obreros de los talleres metalrgicos Vasena en demanda de una jornada laboral de ocho horas y el pago de horas extras se extendi a otras fbricas de la Capital Federal. Presionado por los empresarios metalrgicos, el gobierno decidi imponer el orden enviando primero a la polica y despus al ejrcito, que reprimieron a los trabajadores. Los enfrentamientos se sucedieron durante varios das y hubo alrededor de cien muertos. Estos hechos fueron recordados como la Semana Trgica.

La empresa Vasena contrat rompehuelgas, que contaron con el apoyo de la polica y de grupos civiles armados, quienes se dedicaron a perseguir, golpear, detener o asesinar obreros. Estos civiles haban recibido armas en el Club Naval que presida el contralmirante Domecq Garca y, pronto, a fines de enero, estrenaron sigla propia: Liga Patritica Argentina. Sobre sus integrantes recay parte importante de la responsabilidad por los asesinatos, cuyo nmero oscila entre 1000 y 2.000, segn las fuentes.Entre las vctimas de la Semana Trgica, nombre que recibi a causa los numerosos muertos) haba tambin inmigrantes europeos, quienes fueron acusados de querer promover una revolucin social. Tras la tragedia Yrigoyen dispuso la libertad de los todos los obreros detenidos y favoreci un aumento salarial para los obreros de los talleres Vasena. Pero los hechos haban revelado la impotencia del gobierno para controlar la situacin.

Miembros de la Liga Patritica. Durante la Semana Trgica surgi la Liga Patritica, una organizacin integrada por miembros de la lite que declaraban defender el orden social y la nacionalidad ms pura del pas. En grupos armados, recorran las calles de la ciudad en sus autos, protegan a los rompehuelgas y fueron muy activos en la represin de la huelgas.

EXPLOTACION DE LOS OBREROS VIDA DENTRO DE LA FORESTAL HACHEROSLA FORESTALLa vida del obrero en el bosqueEl bosque de quebrachos tiene todo lo necesario para hacer de su medio un ambiente de rechazo del hombre , y cuando el hombre entra a trabajar en l, sabe que sus ojos, sus odos, sus instintos, deben estar alerta. El accidente es algo consustancial del trabajo del hachero, y la muerte depende de un descuido. En Golondrina, en pocas de crecidas de las caadas, cuando todos los seres vivientes de las abras y bosques inundados buscaban refugio en los altos donde el obrajero estaba instalado trabajando, ms del cincuenta por ciento de los accidentes eran picaduras de vboras y los tribunales reconocieron que la muerte por ese motivo, ocurrida durante las labores en los bosques, es accidente de trabajo. Trabajo asesino le llam un periodista, y no exageraba,comotampoco exageraba cuando le llam brutal.No siempre el bosque era trabajado en meses de verano, porque el obrajero no resista las agresiones de insectos voraces multiplicados al amparo delcalory la humedad. Polvorines, piques, tbanos, garrapatas, mosquitos, viuditas, mosca brava y jejenes hostilizaban o le trasmitan enfermedades al hombre, a las mujeres y nios metidos en la maraa donde es seor del bosque el quebracho colorado. Para estar en l -desnudo el torso del hachero- no era suficiente ni el incentivo del trabajo, ni el imperio de la necesidad de vivir., La resistencia del hombre ceda ante la amenaza, ms que de muerte por picadura de varar, de la molestia permanente del escozor agudo, ardiente de los insectos.Y cuando a pesar de ello permaneca en el obraje, a fuerza de vivir rudamente en la naturaleza, se haba convertido en un ser cuya sensibilidad estaba dominada por la voluntad de trabajo. A ese hombre era al que se lo explotaba brutalmente.La Contratacin:Estos son los elementos que constituan sus relaciones de dependencia: 1) El obrajero se conchababa indirectamente con La Forestal por intermedio del contratista; la empresa responda por accidentes de trabajo, le impona cierta forma de seguro, le entregaba materiales para vivienda, etc. 2) Ingresaba al trabajo del monte, si . era casado, con su mujer y sus hijos. 3) Por la cantidad de madera puesta en condicin de carga, se le fijaba lo ganado. 4) Estaba obligado a comprar todas las mercaderas necesarias al contratista, que a su vez deba adquirirlas en La Forestal. 5) Se le pagaba con vales, y los vales, o las fichas en su caso, volvan a manos del contratista casi siempre sin entrega de dinero, porque todo lo insuma la alimentacin, el vestido, la bebida y aun las deudas por juego contradas con el contratista cuando oficiaba de aviador en las jugadas, o por prstamos.Cada semana trabajaba de esta manera y todo el pago volva a las manos del que lo conchabara. En resumen, cambiaba su fuerza de trabajo por la mantencin Slo le faltaba el azote y la prdida total de la libertad para ser un esclavo.Y el diputado Filiberti deca que le faltaba el hbito del ahorro! (ver mas abajo)En muchos casos se instalaba en el monte con su familia. La mujer y los nios -hasta de diez aos- ayudaban al hachero limpiando las maraas en torno al tronco del quebracho que hachara despus el hombre; no percibansalario, porque su labor consista en una ayuda prestada al marido o concubino -el concubinato supla casi siempre al matrimonio-, que trabajaba a destajo, como en la actualidad. La labor de la familia estaba comprendida en cuanto al pago, en lo que cobraba el obrajero. Sobre esa poblacin de trabajadores del bosque que sumaba miles de sereshumanos, ejerca su explotacin enbeneficiode La Forestal y en el propio, el contratista.La comida en los bosques estaba a cargo de las mujeres de los obrajeros o de obrajeros que se reunan con el fin de hacerla y consista en asados, guisos o locros. En las cuadrillas de la administracin de La Forestal, el rgimen alimentario era similar. Se desconocan en absoluto las verduras y las frutas, y una proveedura de contratista se reduca a vender arroz, azcar, aceite, caf, caa, faria, fideos, galletas, grasa, harina, maz pisado, sardinas, vino, yerba y, por supuesto, carne. Todo ello provisto por la Compaa y revendido a precios altos a los obrajeros.Con los contratistas, se dijo con frecuencia, comenzaba la explotacin de aquellos miles de hombres sobre los cuales tena control La Forestal, porque por ms que se haya querido disimular las formas de dependencia para evitar que la culpa de la psima situacin social y econmica del obrajero recayera sobre ella, por muchos motivos se la considera responsable, entre ellos, su poder suficiente para contener los abusos si eso se hubiera propuesto.El contratista, a pesar de las condiciones que deba cumplir y de las cargas que pesaban sobre l, fue en ciertos casos un favorecido por la Compaa. Si se quera que sus contratistas aparecieran como independientes de La Forestal, y responsables de lo que ocurra con los obrajeros, era porque las penurias, la miseria, y aun la mala vida que reinaba sobre stos, bastaba para cubrir de oprobio todo un sistema brutal de explotacin del hombre. Ese lmite de separacin no exista en los libros de contabilidad de la empresa, en los que estaban registrados los nombres de los obrajeros, da de ingreso y egreso y jornales pagados.Cuando llegaban a un nuevo bosque, vivan en ranchos improvisados con troncos, ramas, cueros, o en benditos; las casillas de madera se utilizaron muchos aos despus. Un testigo de la poca nos informa que la mayora de los obrajeros, incluyendo mujeres y nios, dorman en el suelo, a veces en excavaciones -especie de zanjas- para protegerse mejor del fro. A estos males se los pretenda remediar creando escuelas para educarlosLa vivienda llamada bendito no era ms que una enramada similar a la utilizada por los indios. Cuando se inundaban los obrajes, la compaa enviaba vagones donde se guarecan. En los bosques, hasta las exterioridades por las que se manifiesta la presencia del hombre eran un smbolo de la pobreza a que estaban condenados los obrajeros, sometidos a la frula de los contratistas y a la tutora social de La Forestal.Se trataba, por lo general, de hombres jvenes, de 20 a 30 aos, que en raros casos soportaban ms de diez aos la vida del obraje en la misma zona; pero otros, unidos por vnculos matrimoniales o de familia natural, permanecieron al servicio de la compaa hasta que perdieron la fuerza fsica necesaria para el trabajo, pero La Forestal, que haca pagos graciables a los obreros o empleados mientras gestionaban su jubilacin o que acordara pensiones, se desentenda de los obrajeros fundada en que eran peones de los contratistas.Sus penurias fueron tan insoportables que muchos abandonaban las labores, y con el desarrollo de los cultivos de algodn y caa de azcar en zonas prximas, comenzaron a preferir el cambio de actividad. Las quejas sobre el rgimen imperante en los obrajes fueron tan numerosas, unidas al xodo de obrajeros, que la compaa resolvi fijar los precios de venta de mercaderas en los obrajes para contener los abusos, obligando adems a los contratistas a facturar las compras. Pero an as, los abusos continuaron e introdujo una nueva modificacin: fueron suprimidas las proveeduras de los contratistas y en cada ramal de vas frreas estableci sus propios almacenes ambulantes en vagones ferroviarios, uno para venta y otro para vivienda del personal.Los Legisladores:Todas la injusticias perpetuadas dentro del feudo de La Forestal, eran olvidadas por la mirada superficial de legisladores cuyas mejores intenciones perdan toda su energa durante las fastuosas recepciones en las casas de visitas. All, en salas ambientadas con muebles importados, de admirable estilo, iluminadas profusamente con lmparas elctricas ajustadas con tulipas a las paredes sobre planchas de bronce repujado, y artefactos centrales de belleza desconocida en poblaciones del sur, y aun en ciudades, caminando sobre alfombras, sentados en sillones de museo, mientras el whisky ascenda de la bodega en bandejas de plata labrada; all, en Villa Guillermina, en un ambiente de confort moderno, y aun de lujo, donde la cocina no ceda en importancia a la de los ms caros restaurantes y donde mirando hacia los patios el adorno de los jardines transportaba el pensamiento hacia un plano de paz, de recogimiento y de belleza construido todo para los directores extranjeros y visitas importantes-, muchos fueron los funcionarios y legisladores que terminaron por olvidar la miseria de los obrajes, las ranchadas de los suburbios obreros y el aniquilamiento de una fabulosa riqueza forestal en provecho de extranjeros. Luego, sentados en sus bancas o en sus despachos, cantaron loas al progreso del norte, o guardaron silencio, mientras el drama del hombre argentino metido en los bosques, el drama del quebracho colorado, se ahondaba en las fbricas, con la disconformidad obrera, y en la tierra dominada por La Forestal.El diputado provincial Luis E. Filiberti, coinformante con Saccone, deca:Los peones de los obrajes son, en su gran mayora, correntines y paraguayos. Debido a leyes atvicas, costumbres y medio ambiente, habituados desde la infancia a la ruda labor y a privaciones, son hombres hijos del rigor, de modo que sobrellevan sus pesadas tareas como si hubieran ^nacido para ese sistema de vida. Generalmente no tienen nocin de economa y, as, derrochan todo cuanto ganan y se arruinan materialmente.Con ese criterio pasaba por alto hasta sus mismas aseveraciones en cuanto a la explotacin que se ejerca por intermedio de los contratistas. No sabemos a qu parte del jornal se refera para destinarlo al ahorro, puesto que todo iba a parar otra vez a la misma mano que lo pagaba, tambin lo invertido en diversiones fomentadas con ese fin. En algunos obrajes, entre 1920 y 1922, el contratista institua premios -cojinillo, poncho, caa, etc.- y reparta fichas como adelanto de pago de jornales para estimular el juego.El que quedaba con el mayor nmero de ellas ganaba el premio, con lo que quedaba caldeado el ambiente para proseguir las jugadas de taba en las que el mismo contratista oficiaba de aviador -cobrador de coima-, y al final del da, el dinero, las fichas o los vales volvan a su poder conjuntamente con lo que se haba gastado en libaciones de bebidas que l mismo venda, a veces por intermedio de bolicheras que eran mujeres tradas de exprofeso. Y se quera, desde la banca legislativa, que esos hombres hiciesen economa, que organizasen sus familias y adquirieran hbitos ordenados, all mismo donde toda la accin del capitalismo conduca a exprimir al mximo y por cualquier medio a esos hijos del rigor.

Fuente Consultada: La Forestal, La Tragedia del Quebracho Colorado Gastn Gori.Gastn Gori (Esperanza, 17 de noviembre de 1915 Santa Fe, 17 de noviembre de 2004) fue un escritor argentino. Naci bajo el nombre de Pedro Marangoni en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe. Estudi derecho y comenz a ejercer como abogado, pero luego se dedic activamente a la literatura. En sus ensayos estudi en detalle la problemtica de la inmigracin, y especialmente en La Forestal sobre la explotacin maderera en los obrajes.

HISTORIA DE LA FORESTAL EXPLOTACION LABORAL EN EL NORTE SANTAFESINOLA FORESTAL Empresa de Tanino, Maderas y Ferrocarriles:Introduccin:Esta es la historia de una compaa extranjera que, con la aquiescencia y complicidad de numerosos funcionarios argentinos, compr a nfimo valor territorios que afectaban principalmente a las provincias de Santa Fe, Chaco y Santiago del Esmero, cre en una superficie de ms de 2.000.000 de hectreas casi un estado dentro del Estado Nacional, con sus ferrocarriles, puertos, ganadera, industria, pueblos que levantaba o arrasaba a su antojo,normaspoliciales y comerciales, y hasta ejrcito y moneda propiosLa Forestal es el ejemplo mas fidedigno del latifundismo, la depredacin de la naturaleza, del egosmo del que tiene el dinero, y con l, el poder, y adems el poder de ablandar al poder, la explotacin ms deshumanizada del hombre de la tierra. Gastn Gori , autor del libro La Forestal describe con todos los detalles una de las empresas extranjeras que conquist lo que quera de acuerdo a la frmula:Veni, vedi, vid.Y tras de s dej el tendal, el campo de los derrotados, despus de llevarse todo.Esta es la historia de un avasallamiento de la dignidad humana, cuyos resultados pueden medirse en que, en algunas de sus poblaciones, el 80% de los fallecidos no llegaba a la edad de treinta y cinco aos, careca de real atencin mdica, entregaba su vida a la Compaa, a la cual le deba comprar los alimentos, vestimenta y el alcohol que les permita subsistirEsta es la historia de un imperdonable crimen ecolgico, el casi exterminio del quebracho colorado sin beneficio para el pas y sin el pleno aprovechamiento de una materia prima que, en gran parte, se dej como pasto de los incendiosPero sta es tambin la historia de una pica rebelin ante la injusticia, de una matanza injustificable, de una epopeya que an tiene visos de leyenda en el noreste argentino, pero que Gori retrata aqu con la pavorosa precisin de las cifras.Imagen Arriba: Moneda de Pago a los Obreros, Slo Vlida En Los Negocios Dentro Del Feudo de La Forestal, en este caso para canjearla por 1Kg. de carne, en Villa Guillermina.PORQUE LA FORESTAL FUE PROPIETARIA DE ESAS TIERRASEn virtud de ley del 22 de junio de 1872, el gobierno provincial contrat un emprstito con la firmaMurrieta y Ca.de Londres. El apoderado de esa empresa en nuestro pas era el doctorLucas Gonzlez. El pago del emprstito tuvo dificultades y los servicios no pudieron ser cubiertos como estaba previsto. En setiembre de 1880 el P. E., ante gestiones realizadas por el apoderado del acreedor, envi a las cmaras legislativas un proyecto de ley sobre autorizacin paracontratarcon Murrieta y Ca. el pago de lo que se le adeudaba del emprstito.Por el artculo 1, la tercera parte de esa deuda sera satisfecha con bonos del Tesoro, que devengaran intereses, y dichos bonos seran entregados a Murrieta y Ca. Con el objeto de acelerar la amortizacin, seran recibidos por el Estado provincial en pago de tierras pblicas.El inciso 5 estableca que se deslindaran tierras suficientescomopara pagar las otras dos terceras partes de la deuda, y aclara el artculo 2 que las tierras deslindadas sevendern en Inglaterra u otras partes de Europa para destinar el producido al pago del emprstito, con lo que daba a entender que los posibles compradores seran buscados fuera de la rbita de intereses de Murrieta y Ca. aunque no la exclua, ni estaba en el pensamiento del P. E. excluirla, por el contrario saba que esa empresa estaba -de antemano- interesada en las tierras como una solucin de pago.El artculo 4 coartaba toda otra posibilidad del P. E. para disponer ms ventajosamente de las tierras, si se presentara el caso, porque no poda darles ningn otro destino hasta que estuviera satisfecha la deuda. Era una especie de hipoteca por va legislativa, que el gestor de Murrieta y Ca. lograba a favor de sus mandantes.El autor del proyecto no era un ministro del P. E., como podra suponerse, ni tampoco el gobernador, sino el propio apoderado de la casa de Londres, doctor Lucas Gonzlez, tal como surge explcitamente del mensaje enviando el proyecto y de la discusin -sumamente breve- que tuvo en las cmaras. Al tratarse el artculo 4, el senadorTorrentdijo que votara a favor de su aprobacinpues el apoderado de la casa Murrieta y Ca. est satisfecho, siendo el autor del proyecto.Sancionada la ley -5 de octubre de 1880- de importancia fundamental para las negociaciones subsiguientes, estableca tambin que se encargara de su ejecucin a una persona idnea y el 5 de mayo de 1881 el gobierno, habindose deslindado las tierras el 10 de abril del mismo ao, otorga poder para venderlas, no a un negociador perteneciente al gobierno, por formar parte de l, o a un experto en asuntos de colonizacin e inmigracin que tuviera fundamentalmente en cuenta estos aspectos, sino que consider que la persona idnea de que hablaba la ley era el apoderado de Murrieta y Ca. e hizo recaer el nombramiento en Lucas Gonzlez.De modo que el gestor de los intereses de la casa prestataria de Londres representaba a la provincia en la venta de668 leguas cuadradas de tierra, autorizada por ley del 5 de octubre de 1880, cuyo proyecto era autor en nombre de Murrieta y Ca.La venta realizada a Murrieta y Ca. constituy la salida ms formidable de tierras del patrimonio pblico hasta 1881 y la entrega ms grandiosa dequebrachalescolorados que se realizara en e. mundo. Santa Fe incorpor a sus lmites parte de tierra nacional. Al trazarse definitivamente sus fronteras cuando an no tena su extensin actual, se realiz la trasferencia de una fraccin de su territorio a la firma inglesa. Santa Fe tiene hoy una superficie de 5.397 leguas cuadradas -acrecentadas con respecto a 1881-, pero si tomramos esa cifra actual como referencia, resulta que se enajen a Murrieta y Ca. ms del12%de toda la superficie con que contaba la provincia y era la nica que tena ingente riqueza de quebracho colorado.El norte qued bajo el dominio directo del capital extranjero, dominio que ampliara despus con otras ramificaciones de sus tentculo; hasta llegar a tener los caracteres de un estado propio, con su puertos, ferrocarriles, ganadera, industria, poblaciones, sus normas policiales, comerciales, etc., etc. Se consideraron estos resultados inmediatos y posteriores al realizarse una transaccin de tal magnitud? Los legisladores que aprobaron la ley del 5 de octubre de 1880 que estableca la venta de tierra y pago del emprstito, no debatieron el asunto.Una breve sesin sirvi para sancionarla. Nadie levant una potente voz de alarma, ni aport razones prudentes, ni hizo notar la enormidad de la venta, quiz porque estaban en la creencia de que todas esas tierras se subdividiran en colonias. Nadie ofreci una solucin distinta al pago de la deuda del emprstito.Fuente Consultada: La Forestal, La Tragedia del Quebracho Colorado Gastn Gori

Gastn Gori (Esperanza, 17 de noviembre de 1915 Santa Fe, 17 de noviembre de 2004) fue un escritor argentino. Naci bajo el nombre de Pedro Marangoni en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe. Estudi derecho y comenz a ejercer como abogado, pero luego se dedic activamente a la literatura. En sus ensayos estudi en detalle la problemtica de la inmigracin, y especialmente en La Forestal sobre la explotacin maderera en los obrajes.

PUEBLOS FUNDADOS POR LA FORESTAL COMPAIA INGLESA DE TANINO MADERASLA FORESTALLos Pueblos FundadosHemos dicho que los pueblos fundados en tierras de La Forestal, La Gallareta, Villa Ana, Villa Guillermina, Tartagal, Santa Felicia, que son los ms importantes en Santa Fe por haberse establecido all fbricas de tanino, Hausonia, Villa Berther, Laguna Limpia, etc., en el Chaco, constituyen una anormalidad histrica dentro del proceso de la formacin de poblaciones en nuestro pas. El origen de esa anormalidad tiene su explicacin en el latifundio sometido a la rgida dominacin de una empresa que no tuvo inters, ni se la inclin -^ ello por imperio legislativo, en el futuro de la regin donde actuara. El latifundio determin tanto la escasez de poblacincomoel rgimen institucional que pudo imponer amparada por el derecho de propiedad de enrgica interpretacin romanista.Elegido el sitio para el emplazamiento de un pueblo, como all no ;e trataba de colonizar ni de subdividir para vender lotes en los alrededores para destinarlos a chacras o a la ganadera una vez pues-:os en condiciones por nuevos propietarios, La Forestal, sin intervencin estatal, con sus propios ingenieros o tcnicos, sin denunciar trazado -la aprobacin se gestion casi veinte aos despus- hizo relevamientos, traz planos e inici la tarea de construir edificios, viviendas, fbrica, conservando el dominio sobre toda la tierra.Cada pueblo comprenda: una fbrica de tanino -en los cinco mencionados de la provincia de Santa Fe-, edificios para la administracin, para habitacin del gerente y empleados casados, una soltera para empleados, otra para obreros, ranchos o viviendas modestas para peones, alejadas del centro urbano donde se levantaban lasconstruccionesprincipales, la casa de visitas, el gran almacn de ramos generales, panadera, carnicera, etc. Un pueblo completo construido en poco tiempo, arbolado, con calles rectas bien cuidadas, algunas tapizadas luego con aserrn de quebracho,clubdeportivo, cancha de golf Todo lo que necesitara el hombre para vivir confortablemente exista all: luz elctrica, agua corriente, fbrica de hielo, sistema cloacal, farmacia, mdico y luego, hospital.Los obreros, naturalmente, tenan viviendas mucho ms modestas que el resto de los habitantes: ranchos en las afueras, casitas de madera revocadas, techos de cinc, de paja o de palma acanalada procedente de los palmares de la compaa.En el pueblo de La Forestal, el empleado de jerarqua, el simple de administracin, o cualquier otro que fuera a ocupar una casa, poda desentenderse del moblaje: la compaa lo provea todo. Sus herreros, sus electricistas, sus carpinteros, solucionaban prestamente los comunes problemas que crea el uso de edificios. No haba ms que comunicar el desperfecto al jefe de la seccin pueblo, y la oficina enviaba el operario especializado. Nadie tena que protestar por la higiene del pueblo, todo era limpio, ordenado; agradable la plazoleta, los rboles, los jardines.En medio del territorio que fuera del abipn, del mocob o del toba, haban nacido esos milagros, esas villas con las que -al decir del panegirista Saccone- no poda compararse ningn pueblo del sur. Aquello era ejemplar: lo hacan los extranjeros con prolijidad europea. En efecto, ninguno de esos pueblos se pareca a otros pueblos argentinos. Setenta aos necesitaron muchsimos otros, en las colonias agrcolas, para ser lo que son. Aqullos, en menos de una dcada, ya eran todo lo que fueron hasta cincuenta aos despus, en que decayeron abandonados.Nacieron adultos dentro del criterio de lo que es un pueblo, una villa. Eran, para los espritus superficiales, la demostracin de lo que puede hacer el capital financiero de naciones civilizadas. Eran de propiedad de La Forestal. Todo, de punta a punta, y tambin decenas de leguas de tierra de sus contornos eran de su propiedad.El alodio feudal no alcanzaba extensin tan considerable, ni sus castillos poderosos estaban ms protegidos por las armas, ni dominaban un suelo tan inmenso. En l tena La Forestal emplazados sus pueblos, duea de todos los bienes, de todas las cosas, desde la vivienda hasta los alimentos para toda la gente -salvo raras excepciones aos despus-, desde el agua a la luz, desde la medicina a la bebida alcohlica. Quien se moviera dentro y fuera del pueblo, hasta muchas leguas alrededor, se mova dentro de La Forestal, y los que vinieran sin relacin de dependencia con ella estaban sujetos a ella indirectamente. El dominio total sobre las propiedades cre un climax social, una especie apartada de ciudadana argentina en suelo posedo por extranjeros que impusieron una modalidad completamente distinta del modo e ser y de vivir de otros pueblos no dependientes de La Forestal.En cualquier otro pueblo argentino, para habitar una vivienda era necesario ser inquilino o propietario. En los pueblos de La Forestal eso no ocurra, como regla general: todo empleado, todo obrero ocupaba -ya veremos mediante qu pago- una vivienda asentada en un suelo que no era de l, aunque pagaba la construccin del rancho, y todo era de propiedad de la empresa cuando consista en un edificio e otro tipo. Ni un empleado llamado all para trabajar construy su casa. Estaba hecha; se la daban. No era dueo de nada. No exista co- o norma el arrendamiento, exista la ocupacin precaria en relacin al empleo, y con ello una faz del sometimiento; quien dejaba de ser empleado u obrero perda el derecho a la ocupacin.El despido traa aparejado el desalojo y, si fuera necesario, por la fuerza pblica sin ms trmite, o por la destruccin de la vivienda, como en 1921. Era el orden del rgimen de ocupacin que rige entre los terratenientes, pero al revs. El desalojo campesino trae aparejada la prdida del medio de trabajo: la tierra, se transformaba en un muerto civil.En 1933 Villa Guillermina tena 700 habitantes. Esa sola cifra y ese solo pueblo daran la idea de la asombrosa realidad: pueblos tan numerosos que pertenecan a La Forestal. Por su origen , Villa Guillermina era el que tena mayor numero de personas independiente, puesto que fue fundada en 1900 cuan aun la Forestal no exista. Pero, todo lo referente al rgimen administrativo, vida comunal y comercial de Villa Guillermina es aplicable a los pueblos de La Forestal, tanto en la provincia de Santa Fe como en la de Chaco.Villa Ana tena, en 1947, 5.000 habitantes; Tartagal, 3.000; La Gallareta, 4.000; citando slo las cuatro poblaciones donde funcionaban fbricas de tanino -excluyendo Santa Felicia, poblacin menor-, totalizaban en cifras redondas aproximadamente 20.000 personas, comprendidas directamente dentro de un rgimen implantado por extranjeros en poblaciones argentinas, que distorsionaba nuestras costumbres en cuanto a la manera de vivir de nuestros pueblos. Todos los otros centros de pequeos ncleos urbanos, que oscilaban entre 150 y 1.500 habitantes, y cuyo nmero hoy es difcil precisar porque muchos desaparecieron con la conclusin de los trabajos de obrajes, estaban sometidos tambin al monopolio comercial de la Compaa.Decir qu ramos del comercio explotaba en Villa Ana, Golondrina, Intiyaco, Colmena, La Gallareta, Horquilla, Laguna Limpia, etc., es nombrar los comercios que tena en todas sus poblaciones ms o menos importantes y, con supresin de algunos ramos, en todos sus centros poblados sin excepcin, incluyendo las estancias. Comercios establecidos en las poblaciones o ambulantes en los obrajes tenan el mismo fin: monopolizar las transacciones.En toda la extensin de sus dominios prohiba que otros comerciaran; directa o indirectamente ejerca ese control. Cuando consenta que otros comerciantes se establecieran en terrenos de su propiedad, estaban prcticamente dominados por la Compaa, que en ciertos casos actuaba como mayorista con respecto a ellos. Cuando se trataba de propietarios, como en algn caso de Villa Guillermina o Villa Ana en los ltimos veinte aos, el poder de la Compaa era tan grande que de una u otra manera su presin se haca sentir.Fuente Consultada: La Forestal, La Tragedia del Quebracho Colorado Gastn Gori.Gastn Gori (Esperanza, 17 de noviembre de 1915 Santa Fe, 17 de noviembre de 2004) fue un escritor argentino. Naci bajo el nombre de Pedro Marangoni en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe. Estudi derecho y comenz a ejercer como abogado, pero luego se dedic activamente a la literatura. En sus ensayos estudi en detalle la problemtica de la inmigracin, y especialmente en La Forestal sobre la explotacin maderera en los obrajes.

DEFORESTACION DE QUEBRACHOS EN SANTA FE LA FEDERAL ABUSO LABORALLA FORESTALEl Monopolio ComercialEl monopolio comercial de La Forestal, hemos dicho ya, fue posible porque era propietaria de los pueblos, de las tierras con obra-;es en las que estaban diseminadas muchas poblaciones menores, de vida ms inestable aun que las de Santa Luca, Cerrito, etc. El mal radicaba en el latifundio que, por su inmensidad, agrav las consecuencias que de l se derivan. Para formamos una idea de la importancia del movimiento comercial dominado, haremos cifras: posea slo en la provincia de Santa Fe seis establecimientos para elaboracin de pan para venderlo en los pueblos, y en los obrajes; nueve carniceras, sin contar lo que se faenaba con destino al personal de estancias; trece casas de campaa con ramos generales y despacho e licores y cerveza; para calcular la importancia de estas casas de comercio, basta decir que en 1918 La Forestal pagaba $ 3.000 anuales de impuesto por la fbrica de tanino de Villa Ana, que elaboraba 1,300 bolsas de tanino diarias de 50 kilogramos cada una, y por la casa de ramos generales de la misma localidad pagaba $ 2.100; por la fbrica de tanino de Villa Guillermina, una de las ms importantes del mundo, abonaba $ 5.000 anuales, y por su almacn de ramos generales y despacho de licores y cerveza pagaba $ 3.100.A pesar de que posea servicio de farmacia en cada uno de los cinco pueblos ms importantes, en 1918 slo pagaba impuesto por la de La Gallareta y tampoco figura pagando impuestos por las carpinteras y herreras de cada una de las poblaciones; por esas circunstancias no podemos determinar el nmero de los establecimientos de ese tipo dedicados a esas y otras actividades, por ejemplo la fbrica de vestidos, las de ladrillos, hielo, agua gaseosa.En ramos generales se concentraban las mercaderas de toda especie, incluso las que slo podan adquirir familias de empleados superiores, que por ser de lujo producan genuinos beneficios, como dijera un inspector visitador de los almacenes de Villa Guillermina en su parte pasado a La Forestal informando sobre aumentos o disminucin de ventas. Los pocos comercios que no pertenecan a La Forestal funcionaban en propiedades que le arrendaban y por lo general se trataba de pequeos almacenes con expendio de bebidas, verduleras, etc., ramos sobre los que no tena inters especial la Compaa; por lo menos hasta 1940 aproximadamente, eran, con una que otra carnicera o tienda, los nicos que existan independientes.Sobre esos comercios recaa un impuesto creado y cobrado por La Forestal en estas proporciones: por la casa de campaa y carnicera del Ramal San Juan, pagaba a la provincia $ 170 anuales, y en el mismo ao ella cobraba a una verdulera y expendio de bebidas instalada en local propio sobre terreno de la Compaa, $ 48 anuales por arrendamiento del lote y $ 240 en concepto de patente, recaudada mensualmente a razn de $ 20.Con este criterio, fcil es comprender que todo comercio que all se permitiera quedaba subordinado al propietario de la tierra y que ningn verdadero comerciante arriesgara capital para construir, sobre terreno ajeno, edificio de importancia destinado a comercio.LA MONEDA DE PAGO:El empleo de moneda propia dio lugar a apasionadas denuncias pblicas y a controversias sobre su calificacin, independientemente de la circulacin de vales y fichas en los obrajes, tan generalizado que se negociaban con descuento sobre su valor para convertirlos e pesos moneda nacional,5 o se utilizaban no slo en lacomprad mercaderas, sino tambin en las apuestas de juego. En ese sentido tenan el valor de moneda dentro de los dominios de La Forestal.La fichas para ser canjeadas en las carniceras llevaban grabado su valor en especie; las ms comunes equivalan a 1 kilogramo de carne tenan acuada su identificacin como pertenecientes a La Forestal Se utilizaron como control en los negocios donde los empleados no reciban dinero, sino esas fichas como una orden de entrega. Los contratistas las reciban de La Forestal para entregarlas formando parte del pago a los obrajeros; de ah que por su generalizacin se las considerara como moneda.En otros aspectos del sistema fiduciario cuestionado, el referido no ya a fichas y vales, sino a moneda, deca el doctor Jos Gervasoni, en el informe judicial ya citado: [] en cuyos extensos dominios se desconoce por completo la moneda nacional, obstaculizndose en tal forma su empleo, para imponer su propia y caracterstica moneda, representada por billetes como el de fojas 71, que aunque lleva la leyenda de la Argentine Quebracho Company pertenece a la compaa denunciada por ser sta su sucesora.Mencionaba luego las fichas empleadas para la entrega de carne, y deca: De paso, he de hacer notar a V. E. que esas carniceras que posee La Forestal Limitada son una descarada violacin a disposiciones terminantes de nuestro cdigo rural, como la del artculo 370 que exige la matriculacin de los abastecedores, bajo la pena de ser consignada en el art. 377 del mismo cdigo, pues esos establecimientos que son de la compaa, empleados que no tienen estn a nombre de empleados de la misma, empleados que no tienen personalmente la solvencia que trata de asegurar la ley.Fuente Consultada: La Forestal, La Tragedia del Quebracho Colorado Gastn Gori.

Gastn Gori (Esperanza, 17 de noviembre de 1915 Santa Fe, 17 de noviembre de 2004) fue un escritor argentino. Naci bajo el nombre de Pedro Marangoni en la ciudad de Esperanza, provincia de Santa Fe. Estudi derecho y comenz a ejercer como abogado, pero luego se dedic activamente a la literatura. En sus ensayos estudi en detalle la problemtica de la inmigracin, y especialmente en La Forestal sobre la explotacin maderera en los obrajes.