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Para que los jóvenes y adultos puedan ejercer una sexualidad responsable no solo hace falta saber de métodos anticonceptivos, sino desarrollar valores que permitan disfrutar el erotismo con prudencia. Hoy, en Era Tabú, el Dr. Fernando Maestre hablará sobre cómo ejercer nuestra sexualidad con responsabilidad. Hoy en día se sabe que la sexualidad no se reduce al sexo y las relaciones sexuales, sino que es un concepto que abarca la vida física, emocional y afectiva de las personas, tanto de forma individual como colectiva. Por esta razón, el placer sexual, que tiene su furor entre las etapas de la adolescencia y la juventud, no puede satisfacerse de manera desbordada. Si la persona solo busca satisfacer su deseo y placer no solo pone en riesgo su vida sino también la vida de los demás. En el caso del ser humano, el instinto sexual no puede desligarse de los afectos porque el individuo es una unidad. Para ejercer nuestra sexualidad de forma responsable no solo basta con saber sobre métodos anticonceptivos y de protección para evitar embarazos no deseados o ETS, sino que es necesario desarrollar una cantidad de valores que permitan a la persona la toma de decisiones. La sexualidad se manifiesta en el ser humano desde muy pequeños por eso es necesario que a los niños se les enseñe, de acuerdo a su edad, algunos conceptos sobre los vínculos afectivos y las diferencias entre el hombre y la mujer. Por ejemplo a esta edad los pequeños están interesados en aprender cómo llegaron al mundo, elementos de ternura y emociones. Al ir creciendo, entre la pubertad y la adolescencia, los padres deberían hablar con los hijos de acuerdo a las edades que tienen. En la pubertad, entre los 10 y 15 años, a los menores les interesa saber sobre los cambios físicos. En esta etapa es necesario hablar sobre la fuerza del deseo pues es aquí donde la persona empieza a aprender cómo manejar sus impulsos. Durante la adolescencia, entre los 15 y los 18 años, es necesario ahondar sobre los riesgos que empezar una vida sexual de manera precoz. Además, se debe conversar que con el derecho de disfrutar una vida sexual vienen las responsabilidades y los riesgos que ella conlleva. Si se trabaja la parte emocional y psicológica durante la infancia,

La Sexualidad No Solamente Incluye El Acto Sexual

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Sexualidad Responsable en la adolescencia y juventud, cambios físicos

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Para que los jóvenes y adultos puedan ejercer una sexualidad responsable no solo hace falta saber de métodos anticonceptivos, sino desarrollar valores que permitan disfrutar el erotismo con prudencia. Hoy, en Era Tabú, el Dr. Fernando Maestre hablará sobre cómo ejercer nuestra sexualidad con responsabilidad. 

Hoy en día se sabe que la sexualidad no se reduce al sexo y las relaciones sexuales, sino que es un concepto que abarca la vida física, emocional y afectiva de las personas, tanto de forma individual como colectiva. 

Por esta razón, el placer sexual, que tiene su furor entre las etapas de la adolescencia y la juventud, no puede satisfacerse de manera desbordada. Si la persona solo busca satisfacer su deseo y placer no solo pone en riesgo su vida sino también la vida de los demás. 

En el caso del ser humano, el instinto sexual no puede desligarse de los afectos porque el individuo es una unidad. 

Para ejercer nuestra sexualidad de forma responsable no solo basta con saber sobre métodos anticonceptivos y de protección para evitar embarazos no deseados o ETS, sino que es necesario desarrollar una cantidad de valores que permitan a la persona la toma de decisiones. 

La sexualidad se manifiesta en el ser humano desde muy pequeños por eso es necesario que a los niños se les enseñe, de acuerdo a su edad, algunos conceptos sobre los vínculos afectivos y las diferencias entre el hombre y la mujer. Por ejemplo a esta edad los pequeños están interesados en aprender cómo llegaron al mundo, elementos de ternura y emociones. 

Al ir creciendo, entre la pubertad y la adolescencia, los padres deberían hablar con los hijos de acuerdo a las edades que tienen. En la pubertad, entre los 10 y 15 años, a los menores les interesa saber sobre los cambios físicos. En esta etapa es necesario hablar sobre la fuerza del deseo pues es aquí donde la persona empieza a aprender cómo manejar sus impulsos.  

Durante la adolescencia, entre los 15 y los 18 años, es necesario ahondar sobre los riesgos que empezar una vida sexual de manera precoz. Además, se debe conversar que con el derecho de disfrutar una vida sexual vienen las responsabilidades y los riesgos que ella conlleva. 

Si se trabaja la parte emocional y psicológica durante la infancia, niñez y adolescencia, hay más probabilidades que durante la adultez, la persona puede ser prudente con las parejas que tenga y poder vivir su sexualidad con plenitud.

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