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Controversia LA TE UTOPIAS Yl Las diferentes opiniones sobre el tema televi- sión con sus múltiples cuestionamientos sobre para quién, cómo, cuánto, desde dónde, etc. siguen ocu- pando tanto a investigadores de la comunicación como a los personeros de los diferentes canales y empresas que diariamente ofrecen su programación a millones de televidentes. Las posiciones son divergentes en muchos as- pectos y esto hace que el debate se enriquezca per- manentemente, más aún con la nueva problemática que ahora representa la introducción paulatina pe- ro constante de nuevos equipos, sistemas televisivos ELIZABETHFOX A cabo de asistir en Buenos Aires, a un concurrido encuentro* de In- vestigadores latinoamericanos de la co- municación, en la que durante cuatro días y medio de discusiones, nadie dijo una sola palabra acerca del flujo interna- cional de programas televisivos en la re- gión, provenientes de Estados Unidos o, (para el caso), de cualquier otro país. Quizás asistí a la reunión equivocada si quería escuchar más y examinar los nue- vos índices que trazan la evolución de la dependencia cultural en América Latina, un área y un tema en los cuales se ha ba- sado la mayor parte de mí propia inves- tigación. Tenía curiosidad por saber qué había pasado con el imperialismo cultural y por qué este punto parece ha- berse convertido en la preocupación ex- clusiva de los investigadores del Norte. Sin embargo, considero más interesante preguntar aquí por qué un grupo de grandes especialistas en comunicación habría dejado a un lado los temas de de- pendencia cultura], y, específicamente. el del flujo de televisión internacional. Durante los últimos diez años, el de- bate internacional sobre comunicación se ha centrado en dos temas, a saber: el nuevo orden internacional de la infor- mación, sus corolarios y reputaciones; y las políticas nacionales de comunica- ción. Los artículos presentados en este número de CHASQUI consideran dife- rentes aspectos de la programación de televisión en la región. Algunos dicen que el flujo sigue igual con variantes, otros dicen que no hay que culpar al flu- jo, sino que hay que analizar las condi- ciones internas de cada país. Sin poner en discusión la existencia de programas norteamericanos de televisión en la re- gión, me gustaría hacer una reflexión so- bre por qué este punto ha dejado de ser un tema candente entre los investigado- res latinoamericanos de la comunica- ción, cuáles son esos puntos candentes, y, finalmente, cómo puede el estudio detallado de éstos últimos contribuir a nuestra mejor comisión del flujo televisi- vo internacional. Los medios han dejado de ser el cen- tro de atención dentro del car---pe- de in- vestigación de la comunicación en Amé- rica Latina. Hay un distanciarniento del análisis mecánico de los medios, su his- toria y su tecnología, fuera de contexto, hacia el estudio del campo más amplio: el de la cultura, sobre todo la cultura popular y los medios de comunicación como una parte de ella. Hay un cambio de dirección dentro de la investigacióii. En un principio, el campo de la comu- nicación estaba guiado por teorías con- troversiales, conflictivas y no siempre claramente definidas. Los medios eran analizador en función de su rol en alcan- zar educación o modernización, o en su rol de causa de alienación o imperialis- iino cultural. Hoy en día, la comunica- ción y los procesos culturales son anali- zados dentro de los movimientos y or- ganizaciones sociales. El punto central radica en el proceso de recepción y en el contexto dentro del cual se produce la comunicación. El análisis político y social precede e! grado de transferencia de información; la dimensión política de la democracia o de la participación prevalece sobre las de modernización y pasa a la 36 '4 I controversia

La Televisión Utopías y Realidades

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A cabo de asistir en Buenos Aires, a ELIZABETHFOX '4 I controversia pasa a la 36

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Controversia

LA TEUTOPIAS Yl

Las diferentes opiniones sobre el tema televi-sión con sus múltiples cuestionamientos sobre paraquién, cómo, cuánto, desde dónde, etc. siguen ocu-pando tanto a investigadores de la comunicacióncomo a los personeros de los diferentes canales yempresas que diariamente ofrecen su programacióna millones de televidentes.

Las posiciones son divergentes en muchos as-pectos y esto hace que el debate se enriquezca per-manentemente, más aún con la nueva problemáticaque ahora representa la introducción paulatina pe-ro constante de nuevos equipos, sistemas televisivos

ELIZABETHFOX

A cabo de asistir en Buenos Aires, aun concurrido encuentro* de In-

vestigadores latinoamericanos de la co-municación, en la que durante cuatrodías y medio de discusiones, nadie dijouna sola palabra acerca del flujo interna-cional de programas televisivos en la re-gión, provenientes de Estados Unidos o,(para el caso), de cualquier otro país.Quizás asistí a la reunión equivocada siquería escuchar más y examinar los nue-vos índices que trazan la evolución de ladependencia cultural en América Latina,un área y un tema en los cuales se ha ba-sado la mayor parte de mí propia inves-tigación. Tenía curiosidad por saberqué había pasado con el imperialismocultural y por qué este punto parece ha-berse convertido en la preocupación ex-clusiva de los investigadores del Norte.Sin embargo, considero más interesantepreguntar aquí por qué un grupo degrandes especialistas en comunicaciónhabría dejado a un lado los temas de de-pendencia cultura], y, específicamente.

el del flujo de televisión internacional.Durante los últimos diez años, el de-

bate internacional sobre comunicaciónse ha centrado en dos temas, a saber: elnuevo orden internacional de la infor-mación, sus corolarios y reputaciones; ylas políticas nacionales de comunica-ción. Los artículos presentados en estenúmero de CHASQUI consideran dife-rentes aspectos de la programación detelevisión en la región. Algunos dicenque el flujo sigue igual con variantes,otros dicen que no hay que culpar al flu-jo, sino que hay que analizar las condi-ciones internas de cada país. Sin poneren discusión la existencia de programasnorteamericanos de televisión en la re-gión, me gustaría hacer una reflexión so-bre por qué este punto ha dejado de serun tema candente entre los investigado-res latinoamericanos de la comunica-ción, cuáles son esos puntos candentes,y, finalmente, cómo puede el estudiodetallado de éstos últimos contribuir anuestra mejor comisión del flujo televisi-vo internacional.

• Los medios han dejado de ser el cen-tro de atención dentro del car---pe- de in-vestigación de la comunicación en Amé-

rica Latina. Hay un distanciarniento delanálisis mecánico de los medios, su his-toria y su tecnología, fuera de contexto,hacia el estudio del campo más amplio:el de la cultura, sobre todo la culturapopular y los medios de comunicacióncomo una parte de ella. Hay un cambiode dirección dentro de la investigacióii.En un principio, el campo de la comu-nicación estaba guiado por teorías con-troversiales, conflictivas y no siempreclaramente definidas. Los medios erananalizador en función de su rol en alcan-zar educación o modernización, o en surol de causa de alienación o imperialis-iino cultural. Hoy en día, la comunica-ción y los procesos culturales son anali-zados dentro de los movimientos y or-ganizaciones sociales. El punto centralradica en el proceso de recepción y enel contexto dentro del cual se producela comunicación. El análisis político ysocial precede e! grado de transferenciade información; la dimensión políticade la democracia o de la participaciónprevalece sobre las de modernización y

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EVISIONREALIDADES

y tecnologías.Por eso, en esta sección de CHASQUI presen-

tamos los puntos de vista de dos expertos que tra-bajan esos temas desde hace años: Elizabeth Foxen la investigación de esta temática y Lolo Echeve-rría en el ajetreo diario de un canal de televisiónecuatoriano. Sus opiniones son divergentes en mu-chos aspectos por lo que logramos de esta manerauna verdadera Controversia que despertará, segura-mente, el interés hacia nuevos campos de investiga-ción y análisis.

LOLO ANTONIO ECHEVERRÍA

En el ámbito de las comunicacionesy particularmente en la televisión

se ha llegado al divorcio de la teoría y lapráctica. Veamos muy ligeramente có-mo ha ocurrido y a dónde nos lleva estadesgracia.

Las teorías no pueden pasearse entrelas cosas, son ideas que intentan explicarprovisionalmente el orden de los fenó-menos. El teórico debe ubicarse a ciertadistancia para obtener una determinadaperspectiva. Esto es comprensible yaceptable, pero colocado el teórico adistancias siderales pierde sentido pordoble partida. Primero se ubica a la ig-norancia del diario quehacer al cual tra-ta de darle una explicación y segundoporque sus teorías se convierten en so-les fríos cuya luz y calor no llegan almundo real.

Esta terrible ineficacia de las teoríasde las comunicaciones queda en eviden-cia cuando vemos pasar de moda teoríasque ni siquiera llegaron a inquietar a losque abajo pugnan con las realidades.

De pronto, como expresa ElizabethFox, los especialistas dejan de hablarde los temas que venían tratando obse-sivamente y que habían consagrado co-mo los temas candentes de la época. Encualquier congreso o simposio se decideque ha llegado la hora de cambiar el ob-jeto de los estudios y muchas teorías seencuentran sin destino. Los que habíanbasado gran parte de sus investigacionesen hipótesis nunca comprobadas o resul-tados parciales de teorías que ya no vol-verán, no encuentran otro camino quecomenzar de nuevo y acudir con urgen-cia a nuevos simposios y congresos para"ponerse al día".

A decir verdad esto no ocurre al azar,con frecuencia el peso aplastante de larealidad revienta teorías anémicas o sim-plemente les niega a los especialistas eltiempo que requiere la formulación deuna teoría coherente y general. Es elprecio que obliga a pagar el mundo ver-tiginoso de la televisión. A 50 años desu nacimiento se ha convertido en unmonstruo que amenaza con devorarse asi mismo.

La inexorable marcha del progresotécnico ha descontrolado al mundo en-

tero, esto que ocurre allí donde se gene-ran los inventos ocurre con más rigor enAmérica Latina.

Sin entender lo que está pasando enel ámbito de la tecnología es inútil, creoyo, tratar de explicar lo que ocurre conlas teorías y finalmente en la gestiónconcreta de los medios.

L a técnica ha inventado máquinasprodigiosas que nos hacía creer,

cada vez, que asistíamos a la hora másgloriosa de la era y disponíamos ya delmedio efectivo para captar el podertotal. En el mismo momento de sutriunfo, la tecnología lanza al mercadoun nuevo invento que deja en desuso rlanterior. Así ocurrió y así sigue ocu-rriendo. Han sido 50 años de marchasforzadas en los que literalmente no hu-bo tiempo para mirar atrás.

Esta sencilla descripción del pro-greso técnico esconde toda una gamade problemas, éstos sí temas candentespara teóricos, profesionales, empresariosy usuarios.

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dependencia.En general, tal como lo observó Jesús

Martín (1), hay un distancíamiento dela tendencia a definir el campo de la co-municación a partir de una teoría gene-ral, y la comprensión de que la comuni-cación debe ser definida a partir de lasmismas prácticas sociales de comunica-ción. Estas prácticas sociales de comu-nicación en América Latina van más alláde los medios y penetran en el terrenode los procesos políticos, religiosos ycreativos. Es a través de estas prácticasque las clases más populares hacen resis-tencia y responden a la cultura domi-nante.

A primera vista parece haber unavuelta a la investigación del lado

de la recepción dentro del paradigmaclásico de comunicación. Sin embargo,lo que ha ocurrido es mucho más que unsimple examen de un receptor no-pasivoo de los usos y gratificaciones del recep-tor de comunicaciones. La investigaciónestudia la interacción de los procesos decomunicación con los otros procesos so-ciales a los cuales está expuesto el indivi-duo, y la decodificación que se producea nivel individual con la recepción demensajes.

Algunas de las primeras investigacio-nes están siendo cambiadas por comple-to. En vez de estudiar, por ejemplo, los"efectos" de las novelas en las actitudesde los emigrantes rurales que llegan a Li-ma, los investigadores estudian el impac-to de la cultura popular de los barriosmargínales de Lima en la producción denovelas en los medios masivos. Se anali-za la asimilación de la cultura popular yde los mitos y memorias de sectores his-tóricos de la sociedad peruana, por partede los medios masivos. Finalmente, entérminos del receptor, en vez de estudiarcómo los medios masivos influyen en lascostumbres, hábitos y creencias de lasmasas, los investigadores se preguntan asi mismos cómo las masas utilizan losmedios masivos con fines distintos a lospropuestos por sus autores o propieta-

* II Reunión Comisión de Comunicación deCLASCO, Buenos Aires, Sept. 12-16,1983.

(l)Jesús Martín, "Comunicación, Pueblo yCultura en el Tiempo de las Transnaciona-les" presentado en la II Reunión de ía Co-misión de Comunicaciones déla CLACSO,Buenos Aires, Sept. 12-16, 1983.

rios.La mayor parte de la discusión sobre

el flujo de comunicación a nivel regionalo internacional -así como también la dis-cusión sobre las políticas nacionales decomunicación- está basada en un con-cepto estático e incuestionable de la na-ción o del estado. Tal como en el casode otras ramas de las ciencias sociales enAmérica Latina, durante los últimosdiez años el estado y el concepto de na-ción y nacionalidad han sido puestos entela de juicio.

Con el cambio del objeto de los estu-dios de comunicación, de los medios alreceptor y los procesos de formación decultura popular, el concepto estático denación ha cambiado. La olvidada hete-rogeneidad cultural de los países, o laconflictiva y a veces autoritaria y no-re-presentativa naturaleza del estado queforman parte hoy en la investigación, enla comunicación, haciendo imposible el

"Los investigadores sepreguntan a sí mismoscómo las masas utilizanlos medios masivos con

fines distintos a lospropuestos por sus

autores o propietarios".

considerar los conceptos de nacional yno-nacional como categorías significati-vas.

Los estudios sobre la historia y laeconomía de los medios en América La-tina realizados hasta ahora han examina-do, en su mayoría, los aspectos mecáni-cos y externos de la historia. Han calcu-lado el aumento de receptores. Dichosestudios han elaborado listas de inversio-nes e ingresos publicitarios. Pocos estu-dios han intentado analizar las relacio-nes existentes entre el desarrollo de losmedios en sí, y la evolución y mutacio-nes de los movimientos y organizacio-nes sociales en un país o contexto parti-cular. La investigación en la comunica-ción se está orientando hacia este análi-sis. Las políticas de comunicación estánsiendo estudiadas dentro de aquellosprocesos de centralización política depaíses y socied 4?s en los que culturasprecedentes son :omogeneizadas en una

cultura masiva, y en los que se desinte-gran culturas populares.

Los investigadores se están dedicandoa estudiar las raíces de las experienciaspopulistas en América Latina, y el uso yorígenes de los diferentes procesos decomunicación en estos regímenes. 2

E n resumen, el objeto de los investi-gadores de la comunicación -a los

que se han unido historiadores, antropó-logos y estudiantes de cultura- es com-prender la cultura masiva y un productode los cambios sociales y económicos delos países de la región, y como un cam-po en el que se desarrollan los diferentesmovimientos políticos y conflictos so-ciales.

Uno podría preguntarse qué tiene es-to que ver con el simple problema delflujo de programas enlatados de T.V. deun país a otro, o más específicamente,de los Estados Unidos a América Latina.Básicamente esto complica la cuestión.Ya rio se trata de cuantifícar el flujo yde regocijarse sí el nivel baja o sube se-gún la fuente o el país. El contenido de

• los medios masivos se convierte en un/factor, en una consideración que hayque tomar en cuenta en la rica y variada"sopa" de cultura popular. Es tambiénuna sopa que cae diferente según quién

;íla tome y lo que tenga ya en el estóma-go.

1 Las etiquetas están mal puestas.¿Qué significa hecho en México, hechoen Brasil o hecho en USA, en términosde la compleja interacción de conflictossociales, intereses e historia cultural quese refleja en el contenido de cada pro-grama enlatado o vendido, o en su re-cepción?

En Argentina o en Chile, durante losdías de dura represión, ciertos progra-mas de televisión norteamericanos fue-ron prohibidos por subversivos. En otrospaíses' estos mismos programas fueronconsiderados imperialistas. ¿Son losprogramas de hecho diferentes, o acasolos procesos sociales y políticos dondellegan los perciben de forma distinta?

En el análisis realizado actualmentesobre el flujo televisivo, es imposible sa-ber si uno deberla desesperarse o regoci-jarse ante las estadísticas que señalanuna creciente penetración de dibujosanimados japoneses en la televisión lati-noamericana. En realidad, los paráme-tros de nacional o extranjero dicen muypoco acerca de autonomía cultural ymenos aún sobre democracia. De la mis-ma manera resulta difícil determinar elsignificado de el predominio mejicanoen el flujo de programas de televisión la-

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tinoamerícanos que penetra en el merca-do norteamericano, o el eventual impac-to que se produce en los 20 millones dehíspanos en Estados Unidos al ver pro-gramas de países extranjeros. Estoscambios sólo pueden ser evaluados den-tro de una conceptualizacíón más am-plia de cultura y en conjunción con unacomprensión de las organizaciones so-ciales y políticas de los televidentes.Por ejemplo, Antola y Rogers señalanque Argentina y Perú han experimenta-do un creciente aumento en el nivel deimportaciones de programas de televi-sión de Estados Unidos desde 1973. Es-ta amplia afirmación ignora los procesos

que se produjeron en esos dos países du-rante los últimos diez años. Argentinafue testigo de la gradual destrucción deuna industria de cultura nacional y de laimposición de una severa dictadura mili-tar. Perú, por su parte, fue testigo deuna vuelta a un régimen democrático yde una gradual anulación de muchas me-didas nacionalistas impuestas en los me-dios bajo el régimen militar anterior.Sin .embargo, ambos países mostraronaumentos en contenidos extranjeros.Como investigadores de la comunica-ción esto era todo lo que nos preocupa-ba hasta ahora.

Hoy en día, tal como observa Martin,

los investigadores de la comunicación,con menos seguridad y más dudas, estáncuestionando las categorías anteriores yestán buscando -junto con sus colegas delas ciencias sociales- definiciones máscomplejas del campo de la comunica-ción que reflejen su pluralismo, sus pro-cesos no siempre lineales, su diversidadde razas, religión, sexo, edad, así comotambién territorio, su variedad de esce-nario y su multiplicidad de medios.

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Los nuevos sistemas de comuni-cación que van apareciendo vienen conla aureola mágica de ser la respuesta alas distintas y contradictorias aspiracio-nes.

El cable quiere responder a lasinquietudes de la ciudad moderna a laque le llegan todos los servicios a domi-cilio, el videocassette es la culminaciónde las aspiraciones del ciudadano ultra-moderno capaz de elegir en su videotecapersonal lo que quiere ver.

El satélite es sin duda el más dis-cutido y contradictorio. Los estadossospechan por la violación de su espaciode el éter, los ricos verán como un lujoque traerá políglotas informaciones detodos los puntos del planeta, las masaspobres pensarán que es la panacea, y laUNESCO descubrirá aquí su funciónarmonizadora de los flujos de comuni-cación.

Al usuario las máquinas propor-cionadas por la tecnología enseguida leson familiares pero solo superficialmen-te. Sabe en el fondo que son apenas ter-minales de un complicado sistema quedesconoce y cuyo misterio nunca le serárevelado.

Los profesionales de los mediosse encuentran, en cambio, en el centrodel sistema, en sus mandos y controles.Allí suenan unos con la libre expresiónde todos sus talentos y con el dominioy el poder otros.

En América Latina el drama delactual desarrollo técnico es inquietantey aun aterrador. Sistemas implementa-dos a medias con personal a duras penasfamiliarizado con sus equipos intentan

elaborar los fundamentales contenidospropuestos por los teóricos y esperadospor las masas. Cuando se cree haber aco-plado un sistema, he aquí que un mun-do nuevo se presenta, nuevos sistemas,diversos aparatos y mayores espectati-vas dislocan lo establecido. Tratando detomar el tren en marcha todo en Lati-noamérica va rezagado, sólo el progresono se detiene.

"Tratando de tomarel tren en marcha

todo en Latinoaméricava rezagado, sólo

el progreso se detiene ".

Cómo fue posible, en estascircunstancias formular una teoría gene-ral de las comunicaciones? Cuando losexpertos estaban tratando de auscultarel significado, los alcances, la influencia,el lenguaje y los efectos de una técnica,ya que ella había pasado a ser obsoleta.Mientras los especialistas filosofabansobre un sistema, los profesionales sedebatían tratando de manejar otro. Eldivorcio entre la teoría y la práctica sehizo insalvable.

Teorías desligadas de la realidady asentadas en caprichosas corrientesde opinión, era natural que perecieran.

Lo más grave es un clima de derrotismo,casi nadie se atreve a emprender unateoría general de las comunicaciones.Esto es lo que realmente necesitamospara distinguir lo circunstancial de loesencial.

Durante más de 10 años ha sido lamoda entre los investigadores el

tema de la dependencia cultural. A estemal se le achacaron todos los vicios delos medios, desde el retraso técnico, pa-sado por la mediocridad de los conteni-dos, hasta la incapacidad del usuariopara digerir contenidos valiosos. Se hi-cieron profundos estudios y se publica-ron estadísticas acerca de los flujos in-ternacionales de televisión. El nuevo or-den internacional de información naciócomo la reivindicación lógica y el res-cate del Tercer Mundo.

Seguían hablando del tema cuan-do América Latina ya era productora yexportadora de programas. México, Ar-gentina, Brasil, Venezuela, Colombia,Perú, Chile y otros países exportan pro-gramas haciendo complejo y dinámicoel flujo internacional de televisión. Losexpertos tuvieron que admitir que elimperialismo cultural no es la caja repandora de donde se puede extraer laexplicación de todos los problemas.

Los medios han dejado de ser elcentro de la atención, los especialistashan cambiado la dirección de su ca-mino. El ejército de investigadores de-cide emprender una aventura más pro-funda y marcha al interior de la selvacultural. En adelante se interesarán enlos procesos políticos, religiosos y crea-tivos.

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En causa común con los histo-riadores, antropólogos, sociólogos,etc, se interesan en la verdadera natura-leza del estado y la democracia, la cultu-ra popular, las raíces del populismo ylos conflictos sociales.

"Los medios, comotodas las demás

instituciones, carganlos defectos ylos vicios del

mundo en que naceny al que sirven ".

Interesante dirán los profesionalescon escepticismo, quizás hasta se pier-dan en la selva o tal vez salgan con estu-dios de historia, sociología o antropolo-gía. O tal vez con bandos políticos. Co-mo sea, se habrán percatado de que losmedios sólo son parte de algo más gran-de y complejo y que nadie, ni con losmilagrosos instrumentos de la técnica,está en capacidad de manipular. Los me-dios, como todas las demás institucionescargan los defectos y los vicios del mun-do en que nacen y al que sirven. Lostemas candentes se han enfriado. Perohay otros temas que deberíamos estu-diar para que la televisión que propor-ciona como se ha dicho, cultura frag-mentada, no se deshaga ella misma enfragmentos.

Si hemos tenido toneladas de es-tudios teóricos sobre la comunica-

ción social es por la fascinación que nosprovocan los nuevos medios, particular-mente la televisión. Han ejercido en no-sotros una influencia incuestionable,han cambiado conductas individuales ysociales, han alterado el mundo. Vemos,por otra parte, su inmenso potencialque a veces parece ilimitado y no siem-pre atractivo. El desarrollo tecnológicoalimenta continuamente nuestra fasci-nación por la novedad.

Creo que es necesario matizarestas consideraciones poco discutidashasta ahora. Los medios que llamamosnuevos ya no lo son en realidad. Para losancianos todas estas cosas son nuevas,pero para los jóvenes que nacieron cuan-do estas técnicas sofisticadas ya estaban

allí, esto es lo de siempre. De allí nacela paradoja del viejo que se comportaante la televisión como un maniáticotraga imágenes pero al mismo tiempo lacrítica con extrema dureza pensando enel daño que hace a los jóvenes. En reali-dad los jóvenes ya no se entusiasmanpor la televisión, para ellos es apenasalgo más que un mueble de la casa.

Nadie puede negar el poder trans-formador de los medios. Hemos vistotransformarse el mundo ante nuestrosojos. Pero los expertos han llevado a es-tereotipos falsos de los medios exageran-do su rol y caricaturizando sus efectos.

El consumidor pasivo de imágenes noexiste. Todo ser humano se comportacomo receptor, transformador y trans-misor de informaciones. Las posiblida-des del ser humano han sido planteadasen forma negativa por eso se consideradespersonalizante el rol de los mediosal atosigar con informaciones al recep-tor sin darle tiempo ni medios para di-gerirlas. Aquí cabe plantear la pregun-ta: ¿Cuándo el ser humano está másmanipulado, a través de la incultura yla ignorancia o a través de los conoci-mientos? En otras épocas se ha manipu-lado a través de la ignorancia para evitarprecisamente que el receptor piense.Desde el manejo diario de la informa-ción televisada he llegado a la persua-ción de que ningún medio ha logradocomo la televisión desarrollar la capaci-dad de análisis crítico. Los hechos pre-sentados desde distintos ángulos por dis-tintos medios en competencia sumado alrol de la prensa y la radio han colocadoal receptor en una posición independien-te y analítica. La visión de las imágenesse comenta en el grupo familiar y cadauno se hace su juicio sobre los aconte-cimientos. Aquí tiene su explicaciónmás sencilla la variación que se ha pro-ducido en el campo político, cultural yen la organización y participación social.El ser humano ha ganado en capacidadde integrar con coherencia el desarrollode su propia personalidad.

Esto contrasta con lo que dicenlos especialistas. Si nos tomáramos eltrabajo de juntar todas las caracterís-ticas negativas de acuerdo con el diag-nóstico de los especialistas y tratamosde averiguar cuál es el receptor que lecorresponde a ese emisor alienante,manipulador, impositivo, etc. etcDios Santo, esa masa yerta, condiciona-da ignorante eso somos noso-tros! porque todos nosotros somos esereceptor.

Parece evidente que se ha exage-rado al considerar a la era de la televi-sión como la causa primaria y suficien-te de toda una serie de consecuenciassociales que todos desaprobamos. Losprofesionales no nos sentimos culpablespero tomamos en serio las opiniones yrecomendaciones de los especialistas yhemos tratado de imaginar, por ejem-plo, esa televisión utópica que está im-plícitamente contenida en la crítica. Sijuntamos todas las características suge-ridas por los expertos en una organiza-ción, viene a resultar una tiranía protec-tora de la audiencia pero no un instru-mento de ningún tipo de cultura.

Otro tema digno de reflexión es elpoder de los medios de comunicacióny las inquietanttes potencialidades futu-ras. Cuando sicólogos y comunicólogosproyectan sus espantables prediccionesacerca de un mundo dominado por lasredes de comunicaciones manipuladas,los profesionales se paralizan pensandoen la responsabilidad que les correspon-de. Por suerte, la realidad más discretaque las pesadillas retiene al profesionalen el ámbito del sentido común.

"Los adelantos técnicosno se acumulan,

aunque cambian yse transforman no

necesariamente se incrementan.

La estructura y la historia de lossistemas de comunicación coinciden conlos del mundo. Nuestra civilización seperfecciona y se transforma atropellada-mente y donde se instala el poder semanifiesta también la fragilidad y la cri-sis sigue siendo la alternativa del desa-rrollo. El futuro no será tan espantablecomo se imaginan los que le temen nitendrá el poderío que suponen los queesperan con ansia utilizarlo a su favor.Los adelantos técnicos no se acumulan,aunque cambian y se transforman nonecesariamente se incrementan.

La tecnología puede seguir crean-do aparatos pero cada vez serán menosentendidos, menos utilizados y antes de

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llegar al divorcio total entre la técnica ysu entorno, el misterio de la libertadhumana o el determinismo de lahistoria, habrán encontrado otros cami-nos. El progreso de los medios técnicosconduce al deterioro de los contenidos,este es el cáncer de los actuales sistemas,por eso es utópico proyectar indefinida-mente el progreso hacia el futuro. Lossistemas de comunicación afrontan losmismos problemas que afrontan todoslos sistemas que ha creado el mundo ac-tual. No es el caos ni la gloria su destino.Es el humilde proceso de transformacio-nes hacia metas que todavía no pode-mos definir con claridad.

Muchos de los problemas que dis-cuten los teóricos sólo son condicionesimpuestas por las contradictorias cuali-dades y talantes que exige el mundo dela televisión. Hay tres grupos fundamen-tales que han puesto en marcha y llevanadelante el mundo de la televisión.

En el primer grupo están los espe-cialistas y teóricos de todas las ramasde las comunicaciones dedicados alexamen minucioso de los medios y suscontenidos. Desde la altura de losmundos teoréticos han hecho la disec-ción de los procesos y han pasado juicioacerca de las tareas de los demás. Casinunca se contaminan con la realidad.Son los sabios del qué pero ignorantesdel cómo.

En el segundo grupo están loscreativos, los soñadores, los empresariosidealistas que luchan por mejorar elmundo. Entre manos tienen libretos,medios técnicos, talentos, cultura, son

los que tienen esa capacidad para deter-minar problemas que pasan desaperci-bidos para los demás y se encuentran losmedios necesarios para resolverlos. Eneste grupo está el profesional que tieneun cabal conocimiento de los medios dedifusión y plena conciencia de las limi-taciones. El profesionalismo incluyetambién la capacidad de percibir la fun-ción que ejerce en el seno de la comuni-dad, su relación con la audiencia y conlos otros medios.

"Los especialistas yteóricos son lossabios del qué

pero ignorantes del cómo ".

En el tercer grupo están los merca-deres que han logrado marcar el precio acada uno de los ingredientes de su mun-do, el mercachifle enemigo de los cam-bios no rentables. Al mercachifle nole importa el teórico, su mercancía novale nada y tampoco le teme porquesabe que nunca hará nada tangible. Encambio invierte gran esfuerzo en domes-ticar al creativo.

Aunque pareciera imposible laconvivencia de estos talantes tan diver-sos, ella' se da porque se necesitanmutuamente. El creativo es capaz de

identificar los problemas antes que losdemás, es el que se adelanta a los tiem-pos, esa es su angustia y su privilegio,pero ello no supone necesariamente lacapacidad de enunciarlo con precisióny analizarlo a fondo, esta es la tarea delteórico. Los sueños y utopías del creati-vo son financiadas por el mercachifleque aporta con la capacidad de hacerrentables y posibles las ideas y proyec-tos que de otro modo quedarían paracharlas de café o como temas para lasnoches de bohemia.

Un análisis detenido de las oposi-ciones y acercamientos de estos tresmodos de ver el mundo y vivir la vidanos darían mucha claridad acerca delcomplejo mundo de la televisión. Asíformulado tan escuetamente resultacasi caricaturesco.

ACLARACIÓNPor un lamentable error de imprenta en laControversia del No. 8 de CHASQUI sobre laPrensa Alternativa en Brasil se omitió aclararque "El texto transcrito fue parte de un panelrealizado durante el VI Congreso de la Asocia-ción Brasileña de Ensino y Pesquisa de la Co-municación (ABEPEC, julio 1982, Belo Hori-zonte). La transcripción estuvo a cargo deBernardo Carvalho, Giselle Dupin y José Men-donca".

ELIZABETH FOX, norteamericana, es-tudio Ciencia Política y Periodismo y esM,A, en comunicaciones de la Universi-dad de Pennsylvania. Trabajó como in-vestigadora de comunicación en Colom-bia y Venezuela. Desde 1975 trabaja enel CIID actualmente, con sede en Bue-nos Aires, como representante para elCono Sur y encargada del área de inves-tigación en comunicaciones, Ha publi-cado Comunicación Dominada: Los Es-tados Unidos en los Medios de Comuni-cación en América Latina, con Luis Ra-miro Beltrán y Comunicación y Demo-cracia.

Dirección: CIIDCasilla 141 Suc. 48 (B) : : ; ' • ' v -':1448 Buenos Aves - Argentina

LOLO ANTONIO ECHEVERRÍA nacióen Riobamba (Ecuador) en 1946. Estu-dió Filosofía y Letras en la UniversidadCatólica de Quito y Arquitectura en laUniversidad Central del Ecuador. Poste-riormente cursó Producción de Radio yTelevisión en Madrid (España). Trabajóen la revista Mensajero y desde 1971 es-tá vinculado con el Canal 4 de televisióncomo Jefe de Producción y Programa-ción y a partir de 1974 como Directordel Departamento de Noticias.Dirección: Canal 4 de TV.Av. América y Diguja.Quito Ecuador.

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