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LA UTOPÍA DE LA LENGUA P’URHÉPECHA

Agustín Jacinto ZavalaEditor

El Colegio de Michoacán Fideicomiso Teixidor

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PÁGINA LEGAL

497.7UTO

La utopía de la lengua p’urhépecha / Agustín Jacinto Zavala, editor.– Zamora, Mich.: El Colegio de Michoacán : Fideicomiso “Felipe

Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor”, 2010.

213 p.; 23 cm. – (Colección Debates)

ISBN 978-607-544-112-2

1. P’urhépecha – Gramática

2. Indios de México – Lenguas – P’urhépecha

3. P’urhépecha – Lexicología

I. Jacinto Zavala, Agustín, ed.

Imagen de portada: Fotografía del convento en Toulouse donde estudió fray Maturino Gilberti. Cortesía de la doctora Nora Jiménez.

© D. R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2010Centro Público de InvestigaciónConacytMartínez de Navarrete 505Las Fuentes59699 Zamora, Michoacá[email protected]

© D. R. Fideicomiso “Felipe Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor”, 2010Calle Georgia 44, Col. Nápoles03810 México, D.F.

Edición en formato digital:Ave Editorial www.aveeditorial.com

Hecho en MéxicoMade in México

ISBN 978-607-544-112-2

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INTRODUCCIÓN 4

EL PAPEL DE LA TRADUCCIÓN EN EL DESARROLLO DE LAS LENGUAS 13

Herón Pérez Martínez

LA CREACIÓN DE VOCABLOS UN CAMINO PARA RESEMANTIZAR LA TRADICIÓN 21

Agustín Jacinto Zavala

ARTEM AC VOCABULARIUM AD USUM INDORUM GRAMMATICORUM SERMONE LATINO? 39

Rosa Lucas González

ALGUNOS TÓPICOS CONCERNIENTES A LA REFUNCIONALIZACIÓN DE LENGUAS MINORITARIAS 47

Frida Villavicencio

TÉRMINOS GRAMATICALES; UNA PROPUESTA 52

Cristina Monzón y Jaime Alejo Campos,

Rosa Guillermina Asencio Mateo, Rosalía Cayetano,

Teresa Chávez, Adelayda Melchor Govea,

Adelina Pascual Márquez, Francisca Prado Elias,

Beatriz Reyes Pascual, Pablo Sebastián Vargas,

Jaime Victoriano Mateo

HACIA UN VOCABULARIO DE CONCEPTOS JURÍDICOS EN LENGUA P’URHÉPECHA 62

Moisés Franco Mendoza

TÉRMINOS PEDAGÓGICO-LINGÜÍSTICOS EN P’URHÉPECHA 72

Pedro Márquez Joaquín

LA COMPOSICIÓN DE LA PALABRA EN LA LITERATURA DE GILBERTI 85

Abraham Custodio Lucas

EL PROCESO DE TRADUCCIÓN ENTRE ESPAÑOL Y HUICHOL 110

José Luis Iturrioz Leza

COLOFÓN 123

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INTRODUCCIÓN

El Proyecto Conjunto para la Publicación de las Obras de Fray Maturino Gilberti (s. XVI), también llamado “Proyecto Gilberti”, nació por iniciativa del Dr. Benedict Warren, historiador, y del Mtro. Agustín García Alcaraz, antropólogo, quienes al tener en sus manos microfilms y copias impresas de una gran parte de las obras de fray Maturino Gilberti, a finales de 1992 buscaron una institución que pudiera asegurar un mínimo de continuidad en la labor de publicar la transcripción y traducción de éstas, así como estudios relativos a los temas en ellas contenidos. Ambos académicos propusieron formar el grupo al entonces Coordinador del Centro de Estudios de las Tradiciones, Dr. Agustín Jacinto Zavala quien, tras haber consultado con la que en ese tiempo era presidenta de El Colegio de Michoacán, Dra. Brigitte Boehm Schöndube, estudió la factibilidad del proyecto.

A principios de 1993 comenzaron los trabajos de transcripción y ya en 1995 eran nueve los académicos participantes, encabezados por el Dr. Benedict Warren como editor general y el Dr. Jacinto como coordinador del proyecto. Después de estudiar la mejor manera de proceder a las tres tareas arriba señaladas (transcripción, traducción y estudios) se convino con la Dra. Boehm en que se realizarían en tres etapas: primero la transcripción, luego los participantes se familiarizarían con el vocabulario tarasco utilizado en los textos y con sus formas de expresión, y después se comenzaría la tarea de traducir. Conforme se fueron incorporando los miembros del proyecto con sus diversas especialidades, se vio la posibilidad de empezar a reflexionar acerca del encuentro entre las tradiciones europea y del Nuevo Mundo mediante la realización de las Jornadas Gilbertianas.

El proyecto Gilberti ha tenido hasta ahora cinco Jornadas Gilbertianas. Las I Jornadas Gilbertianas tuvieron lugar en julio de 1994; las II Jornadas, en abril de 1995; las III Jornadas, en abril de 1996; las IV Jornadas, en octubre de 1997 y las V Jornadas Gilbertianas, en noviembre de 2006, tomando cada vez un tema como centro de reflexión.

Como parte del proyecto Gilberti, las V Jornadas Gilbertianas se realizaron con la participación de miembros de éste y de destacados especialistas en lingüística, así como estudiosos de las lenguas indígenas, en particular de la lengua p’urhépecha. El tema general fue “La utopía de la lengua p’urhépecha”. Se explicaba éste con las siguientes palabras: “La utopía de la lengua p’urhépecha consiste en el reto que implica el que esta lengua pueda ser de uso en la docencia a todos los niveles, en la investigación y en el desempeño profesional p’urhépecha en el mundo contemporáneo”. Uno de los aspectos importantes en el proceso de realizar esta utopía es el de crear el indispensable vocabulario técnico que haga posible el uso de las lenguas indígenas en la docencia a todos los niveles incluyendo el posgrado.

Además, en la invitación se decía

El tema que nos ocupará en estas Jornadas es la función de la traducción en la propuesta de creación de neologismos científicos en lengua p’urhépecha. El propósito es examinar la relación que la traducción tiene con la creación del vocabulario técnico básico e indispensable para una futura docencia de nivel superior en lenguas indígenas. Entre los campos que se considerarán están: medicina, derecho, religión, física, filosofía, y biología.

Posteriormente se añadieron dos campos más: economía y lingüística.Ampliar el horizonte de uso de las lenguas originarias, desde la vida familiar y cotidiana hasta los

señalamientos carreteros, los espectaculares, los medios masivos de comunicación, el aula, el templo, los negocios, los hospitales, las oficinas de gobierno, etc., no es solamente aspiración de los hablantes mismos y un reclamo que los pueblos originarios han hecho al gobierno y a la sociedad, sino también algo que puede llegar a volverse realidad por los cambios en la Carta Magna del país y por las declaraciones de organismos

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internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (Convenio 169) y las Naciones Unidas (Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas).

Las V Jornadas Gilbertianas se celebraron el viernes 10 de noviembre de 2006, con tres sesiones que se extendieron hasta el anochecer. En la primera de éstas, que fue la matutina, se efectuó la inauguración y la presentación de ponencias relativas al papel que la traducción ha desempeñado en el desarrollo de las lenguas. En la segunda sesión, del medio día, se abordaron propuestas de neologismos en diferentes áreas de la ciencia. La sesión del atardecer estuvo dedicada a celebrar el trabajo realizado por el doctor Benedict Warren para el rescate de textos coloniales en lengua p’urhépecha, así como a presentar la nueva traducción interconfesional de la Biblia al p’urhépecha, tarea en la cual el grupo que compone el proyecto Gilberti tiene funciones de asesoría.

De la primera sesión se seleccionaron cuatro ponencias, y de la segunda, igual cantidad de éstas. Las cuatro primeras son de los doctores Herón Pérez Martínez, Agustín Jacinto Zavala, Rosa Lucas González y Frida Villavicencio. De entre las ponencias de la sesión vespertina se eligieron las de la doctora Cristina Monzón y de los maestros Moisés Franco Mendoza, Pedro Márquez Joaquín y Abraham Custodio. Posteriormente se incorporó el trabajo del doctor José Luis Iturrioz, quien fungió como comentarista en la sesión de la mañana. A continuación damos cuenta de cada uno de los nueve trabajos.

El texto del doctor Herón Pérez M., “El papel de la traducción en el desarrollo de las lenguas”, nos describe un panorama general del papel que la traducción ha tenido en ampliar los horizontes de las culturas, al hacer posible el paso de un círculo lingüístico a otro distinto. El conocimiento humano es en gran parte verbalizado y la lengua en que se expresa encierra una manera especial de ver el mundo que transfigura la manera en que éste es vivido por el hombre, tanto mediante sus representaciones, como las sensaciones y acciones que de aquéllas provienen. Este último queda envuelto en un capullo verbal del cual puede salir sólo para ser envuelto en otro que le amplía sus horizontes verbales. Ese capullo es la condensación epistémica de una comunidad de hablantes, tiene las funciones de órgano creador del pensamiento y como expresión verbal es la culminación de éste.

La lengua es la primera de las tradiciones de todo pueblo y en el proceso de traducción se abre a posibles configuraciones del espíritu procedentes de tradiciones ajenas y con ello extiende su propia ordenación de la realidad y su expresión verbal. La traducción bien realizada forja y enriquece al sistema de textualidades de cada pueblo. Tal es el caso de ésta en la construcción de la actual cultura mexicana. Esa conformación es testimonio de la transculturación que se realiza en la conquista espiritual del Nuevo Mundo.

El enriquecimiento de las lenguas en este proceso no fue en la sola dirección de aquéllas amerindias, sino benefició también a la lengua del conquistador. El impulso que ya se daba en España a la traducción en el siglo XVI se refleja sobre todo en la monumental traducción de la Biblia políglota y requirió que cooperaran especialistas conocedores del latín, el hebreo, el griego, el árabe y otras lenguas. Aunque la intención final de los misioneros fue hispanizar a los indígenas, se vieron en la necesidad de presentar por lo menos en un primer momento, la doctrina y su significado en las lenguas indígenas. De allí surgen las “Artes” o gramáticas, los vocabularios, las “doctrinas” o catecismos, los sermonarios, los confesionarios, y tantas otras maneras de trasmitir los contenidos de la religión que venían a predicar. Ciertamente la evangelización se apoyó en la traducción, pero no sólo en el ámbito de lo religioso se da la labor de ésta, porque era preciso también hacer el traslado de la alta cultura europea, con sus autores clásicos y otras obras que nunca llegaron a ver la luz pública.

El Concilio de Trento restringió la traducción de la Biblia y esta limitante se vio reforzada por obra de la Inquisición. De tal manera se liga la labor de traducción con el desarrollo de la imprenta en el Nuevo Mundo, que es difícil dar cuenta de aquélla sin hacer mención de éste. El doctor Pérez Martínez hace notar que se trató de cuatro tipos principales de traducciones: las de evangelización y catequesis (como las de fray Maturino Gilberti), las escolares (que principalmente nos llevan al estudio de las tradiciones lexicográficas), las de textos nativos al español para informar a las instancias españolas (como es el caso de La Relación de Michoacán de fray Jerónimo de Alcalá) y, finalmente, las literarias y profanas (por ejemplo las que se hicieron de Ovidio, las sátiras de Persio y muchos más).

En España se da además una tradición gramatical que no se restringe a las lenguas clásicas sino que incluye al árabe y al hebreo. Esta tradición filológica está presente ya en el siglo VI y se extiende a los trabajos realizados en Córdoba, en otras ciudades del al-Andalus y en el sur de Francia. Muy posiblemente fray

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Maturino Gilberti haya recibido la influencia de todas estas tradiciones gramaticales y lexicográficas, presentes en Toulouse, Carcasonne y otras ciudades del sur de Francia. Además, es probable que esta tradición políglota en el estudio de las lenguas haya también tenido presencia en el Nuevo Mundo. De esta manera la traducción ha sido factor de enriquecimiento bilateral entre las lenguas y las culturas, ha contribuido al entendimiento entre los pueblos y ha promovido su intercomunicación.

En su trabajo “La creación de vocablos, un camino para resemantizar la tradición: el caso de Japón”, el doctor Agustín Jacinto señala que hay dos maneras principales en que se desarrollan las lenguas: por el proceso ordinario de su uso en la vida diaria y en las diferentes facetas de la vida cultural, se producen nuevos vocablos y construcciones gramaticales y las lenguas llegan a alcanzar paulatinamente su madurez; en el caso de aquéllas cuyo uso queda por alguna circunstancia restringido a situaciones especiales y su desarrollo es de esa manera interrumpido, se requiere un impulso adicional para subsanar el daño ocasionado. Este es el caso de las lenguas indígenas en latinoamérica que, con la creación del subsistema de universidades interculturales en México, pueden ahora ser utilizadas en la docencia e investigación de nivel superior. Sin embargo, este uso de las lenguas indígenas queda todavía como una utopía mientras éstas no tengan la oportunidad de crecer, desarrollarse, así como poder describir y comunicar aspectos propios de la época actual. La necesidad que ellas tienen de crear vocabulario de uso profesional es evidente, ya que de otra manera quedaría como mera utopía el impulso a que los hablantes de lenguas indígenas puedan acceder a la educación superior en su propio idioma. Se detecta de inmediato la carencia de vocablos adecuados para esta tarea: hay necesidad de crear neologismos que puedan utilizarse en la educación formal de nivel universitario.

En el pasado quienes han contribuido en gran medida a la construcción y crecimiento de las lenguas han sido los traductores. Para examinar este papel, el doctor Jacinto describe a grandes rasgos ese proceso en el caso de la lengua japonesa y advierte que la creación de neologismos es posible, en mayor o menor medida, en todos los lenguajes. En lo referente a Japón hace resaltar, en primer lugar, la traducción en la labor de evangelizar a finales del siglo XVI y principios del XVII. En segundo lugar, esboza los esfuerzos de traducción en la época Tokugawa, en especial en el siglo XVIII, para la apropiación de algunas de las ciencias occidentales que interesaban al régimen político de la época. Se menciona el caso específico de la traducción que Sugita Genpaku hace de las Tablas Anatómicas de Kulmus y los tres tipos de ésta que Sugita menciona: el traslado de la intención, el del sentido, y la traducción literal, como sendos recursos de que dispone quien realiza la traducción.

El doctor Jacinto menciona también el esfuerzo realizado por los japoneses en el siglo XIX para poner su lengua en condiciones de comunicar las nuevas ideas importadas de Occidente y de difundir sus propios conocimientos en los países de Europa. Entre las instituciones que desempeñaron un papel importante en dicho esfuerzo está la sociedad llamada Meiroku-sha, cuyos miembros lograron que en los seis años de vida que tuvo esa institución se creara un vocabulario adecuado para importar los nuevos conocimientos y prácticas con el fin de asegurar la independencia de su país.

El nuevo vocabulario en general tuvo tres principales orígenes: las palabras ya antes formadas que coincidían en alguna medida con los significados que se quería trasmitir (como sería el caso de términos tomados del confucianismo, del budismo o del taoísmo); palabras ya constituidas a las que se daba un nuevo significado (resemantización de términos tomados de las mismas fuentes que los vocablos mencionados en primer lugar); y palabras nuevas, creadas mediante una novedosa combinación de ideogramas chinos a los que se daba un significado original (y que generalmente iban acompañadas del término en el idioma europeo nativo del cual eran traducción).

Para terminar, el doctor Jacinto presenta el caso de tres diccionarios en los que se incorporan esos neologismos: el vocabulario Términos comunes en [caracteres] chinos e inglés (Kaei tsûgo) de Fukuzawa Yukichi; el Vocabulario filosófico (Tetsugaku ji’i) de Inoue Tetsujirô, publicado en 1884, el cual da cuenta de los nuevos términos utilizados en la presentación de las doctrinas filosóficas occidentales; y el Léxico de vocablos extranjeros en las Obras completas de Nishida Kitarô, elaborado por el mismo doctor Jacinto, que incluye las palabras de origen occidental con sus correspondientes traducciones, resultado del trabajo de Nishida Kitarô en la creación de su propia filosofía. El texto termina con algunas de las recomendaciones que se han hecho para la labor de traducción y su referencia a crear nuevas palabras.

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La doctora Rosa Lucas G., en su trabajo Artem ac Vocabularium ad usum Indorum Grammaticorum sermone latino? hace una serie de importantes reflexiones acerca de dos aspectos referidos a la Grammatica latina de fray Maturino Gilberti. Éstos son: un vocabulario latino que, según el cronista Johannes a Sancto Antonio, acompañaba a la gramática y que ha desaparecido, y los destinatarios de ésta. En cuanto al primer aspecto la doctora Lucas nos dice que, por los tópicos que esgrime, se trata de una gramática renacentista, aunque no hay rastro alguno para pensar que originalmente ésta hubiera ido acompañada de un vocabulario latino. Nos señala también que la Grammática latina de Gilberti, dedicada a enseñar elocuencia romana, es interesante por sus contenidos y sus fuentes. En cuanto a éstos va más allá de las gramáticas latinas de su época, pero queda solamente como un manual para alumnos iniciados o avanzados en la lengua latina. En lo que respecta a las fuentes, se puede notar en la obra la influencia de Erasmo de Rotterdam. La obra dedica mucho espacio a la analogía, es decir, a lo normativo y, además, se orienta a la praxis, es decir, tiende a la estilística o imitación de modelos. De manera que allí se conjuntan una gramática, una estilística y sus respectivos modelos para la práctica.

El trabajo de la doctora Frida Villavicencio presenta las experiencias que ha tenido su grupo de trabajo interinstitucional en la revitalización y rescate de lenguas minoritarias utilizando metodologías multimedia. Su investigación expone la manera en que se utilizan las tecnologías informáticas y de comunicación en diez comunidades del área p’urhépecha, para desarrollar las habilidades lingüísticas de niños bilingües, proponer nuevas prácticas pedagógicas y adecuar las herramientas técnicas modernas a la enseñanza. El resultado que se busca es facilitar la reflexión metalingüística de los hablantes de lenguas minoritarias y promover en ellos la creatividad y el uso de la imaginación. Mediante el uso de la computadora se hace igual hincapié en la lengua materna y en la segunda lengua, de tal manera que el desarrollo lingüístico no sea unilateral.

Una de las experiencias que presenta el texto es el trabajo en talleres de traducción con los instructores, para que puedan apoyar la actividad creativa de los estudiantes que participan en la construcción social de un diccionario. Desde 1998 en que el Instituto de Lingüística Computacional de Pisa desarrolló el programa “Addizionario”, se ha utilizado con éxito en diversos países, sobre todo entre los niños. La primera etapa (2003-2004) del proyecto que relata la doctora Villavicencio se basó en el uso de este programa y en la segunda y tercera etapas (2004-2006) se ha concentrado en el uso del programa “Uantakua”. En general, el proyecto tiene un enfoque interaccional, constructivo y comunicativo que permite enriquecer las habilidades de los participantes, jóvenes y adultos.

La realización del proyecto ha dejado valiosas experiencias tanto respecto a las normas dictadas por las autoridades como a la participación de maestros y alumnos. a) En relación con las normas, uno de los problemas detectados es que éstas se encuentran diseñadas para especialistas, son poco accesibles para los niños e imprácticas para los hablantes y no se perciben sus beneficios en la actividad docente. b) Otro problema es que la normalización o estandarización de las lenguas indígenas tiende a dejar fuera sonidos y por eso se propone reconsiderar la norma ortográfica. c) Entre los aspectos positivos se encuentra la constatación de que los idiomas indígenas como el p’urhépecha son lenguas vivas que ofrecen una amplia gama de recursos para crear e incorporar nuevas palabras. Por esto es posible vislumbrar que se realice un trabajo de modernización de esas lenguas para ofrecer una educación bilingüe. Esto implica crear nuevas palabras e importar otras más. d) Además de las dificultades de denominación están los problemas etimológicos y etiológicos en las palabras ya existentes, los obstáculos en las operaciones aritméticas, y los relativos a la creación del metalenguaje que permita el análisis y la reflexión sobre la lengua en sí. e) Queda la tarea de elaborar los programas en la lengua indígena misma, para lo cual también se requiere nuevo vocabulario que permita la utilización del Internet y las designaciones de las máquinas y herramientas por emplear.

En pocas palabras, es evidente que en la tarea de refuncionalizar las lenguas indígenas para utilizarlas en la enseñanza a todos los niveles escolares es indispensable estandarizarlas y modernizarlas; sin embargo, las normas de estandarización no son adecuadas todavía y quedaron como tema de futura discusión. Por otra parte, modernizar las lenguas indígenas permanece como una tarea impostergable.

El texto “Términos gramaticales: una propuesta” es resultado del trabajo de un grupo, dirigido por la doctora Cristina Monzón, cuyos participantes tuvieron la experiencia de un diplomado sobre gramática p’urhépecha y problemas relacionados con la etnolingüística de esta lengua. El grupo se abocó a crear neologismos para designar los conceptos gramaticales, ya que hasta ahora solamente se habían traducido

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términos taxonómicos para clasificar entradas de diccionarios y para conjugar los verbos. La realización de este esfuerzo estuvo acompañada de una amplia consulta preferencial a hablantes monolingües y oriundos de comunidades distintas a las de los miembros del grupo.

Después de muchas consultas y modificaciones de los vocablos propuestos, finalmente se llegó a un consenso para los que la doctora Monzón presentó en tres secciones. a) Ante todo era necesario acuñar términos para designar las partes básicas de los vocablos en p’urhépecha, que son “palabra raíz, morfema y clítico”, como elementos con los cuales se compone una palabra. Para designar la “raíz” el grupo retomó el vocablo ya existente (sïrankua); para “morfema” se utilizó un término que se refiere a las partes o pedazos (arhokukua), en este caso, de la palabra; y para designar el “clítico”, se empleó un vocablo que señala que una cosa se agarra de algo más (jupikuarhinskua). b) De la misma manera se crearon o refuncionalizaron términos para designar las categorías gramaticales: singular y plural, sustantivo, verbo, posposición, conjunción, adjetivo, adverbio y pronombre. En el texto se explica la manera en que se llegó a crear la palabra para designar cada una de éstas. c) En tercer lugar se buscaron términos apropiados para la conjugación de los verbos, comenzando por crear un vocablo para “conjugar” (mórhukuni). El texto expone también la manera en que se llegó a designar el tiempo (pasado, presente y futuro) y aspecto (durativo, habitual, incoactivo, perfectivo).

Ciertamente el esfuerzo fue mayúsculo y representa una aportación a la reflexión metalingüística del p’urhépecha. Es de esperar que conforme los miembros del grupo avancen en sus respectivas investigaciones, nuevas áreas de la lingüística puedan contar con términos apropiados en lengua p’urhépecha. Podemos ver que utilizar ésta en la docencia requiere de una creatividad disciplinada y de una metodología aplicada de manera coherente, como lo está haciendo este grupo bajo la dirección de la doctora Monzón.

Otra área en que es urgente elaborar vocabulario técnico es la del derecho indígena. La tarea implica dos principales aspectos: los términos específicos del derecho y los que permiten la reflexión acerca de aquéllos. Como en otras áreas, el procedimiento empleado por el Mtro. Moisés Franco fue triple, el acopio de voces que ya se utilizan en el derecho consuetudinario p’urhépecha, la resemantización de vocablos ya existentes y la creación de neologismos.

En la actualidad se utiliza un abundante vocabulario en las transacciones que tienen antecedentes tradicionales y en los actos jurídicos realizados al interior de las comunidades p’urhépecha-hablantes. Sin embargo, para poder extender su práctica más allá de éstas y para aplicarla en la docencia, hace falta ampliar ese vocabulario. Aunque actualmente hay restricciones para un pluralismo jurídico efectivo, es pertinente adecuar el lenguaje para su amplia utilización en áreas en que hasta ahora tenía uso limitado: el derecho en el aula, el derecho canónico, las transacciones de carácter civil y de carácter judicial, etc., abarcando los ámbitos municipal, estatal y federal.

En la preparación de un vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha el autor identifica tres problemas básicos: la elección de un modelo por seguir para expresar los conceptos jurídicos, el método adecuado para recopilar dichos términos y la creación de vocablos equivalentes a los que existen en las lenguas nacionales. Al tratar de llegar a una lista de los principales términos jurídicos, encontró que había varias alternativas posibles en la vía de la traducción: a) el recurso a ésta en lenguaje llano para tratar de salvar estos problemas no es completamente satisfactorio, debido a que en la lengua de llegada falta definir los códigos semánticos para la correcta interpretación del término p’urhépecha con que se busca la equivalencia de un término en otro idioma. De allí resulta una ambigüedad que es consecuencia de la polisemia no acotada del lenguaje cotidiano. Para recurrir a la vía de la traducción en lenguaje ordinario es necesario tener en cuenta este problema. b) Una segunda posibilidad es la traducción conforme al sentido, como sería el caso de crear un término para traducir “Constitución política”. c) Otros vocablos jurídicos requerirían de transliteración, ese es el caso de expresiones de uso inveterado tales como de facto o de jure, aunque podría también efectuarse su traducción. d) Hacer el traslado léxico mediante la descripción sería otro camino, en casos tales como “última voluntad”, “testamento”, “herencia” o “legado” (eránutsperaqua, jurájkumakua). e) Aprovechando las potencialidades de la lengua, llegar a un compuesto de palabras para una nueva palabra como parte de un vocabulario técnico. f) Un recurso valioso es la posibilidad de crear nuevos vocablos mediante el uso de la palabra compleja. Aunque no existen reglas precisas para construir ésta, es un procedimiento altamente recomendable ya que utiliza el sentir de la lengua para trasmitir varias ideas en una sola palabra.

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El autor considera que será necesario recurrir a las seis alternativas de traducción para poder dotar a la lengua p’urhépecha de un vocabulario jurídico adecuado a nuestra época. Después de presentar lo referente a la traducción, el autor aborda los tres problemas básicos señalados al comienzo. 1) El procedimiento de acopio comprendió varios pasos: rememorar vocablos escuchados en diferentes poblaciones de boca de quienes habían estado a cargo de arbitrar conflictos locales y de realizar gestiones ante autoridades estatales; un segundo paso fue la consulta de obras sobre el vocabulario jurídico básico y, principalmente, un diccionario jurídico, el cual sirviera de referente para determinar qué vocabulario hacía falta en p’urhépecha; el resultado de estos dos ejercicios fue una recopilación de términos ya existentes en la lengua y constatar que, dado que el vocabulario oficial está en español, la terminología actual del idioma p’urhépecha no bastaba para una gestión eficiente.

De ahí el autor procedió a un segundo paso: 2) determinar los presupuestos para la formación del vocabulario jurídico p’urhépecha. El primero de éstos es reflexionar acerca de lo recogido entre los mayores. El segundo es la localización de fuentes escritas, ya que se cuenta con textos elaborados a lo largo de varios siglos (desde diccionarios y otros textos del siglo XVI hasta los que actualmente se registran). El tercero consiste en recuperar la tradición oral a base de entrevistas, revisión de expedientes judiciales y documentos jurídicos. El autor da ejemplos de vocablos recopilados siguiendo estos presupuestos y señala las dificultades que originan los nodos semánticos y conceptos afines de los términos básicos.

3) El tercer problema que aborda el autor es el de un primer esbozo de una teoría para la construcción del vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha. Debido a que el derecho positivo del Estado es el único válido en todo el territorio, surge la pregunta sobre el propósito de crear un vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha paralelo a aquél. En el trasfondo de esta discusión podemos vislumbrar la preparación para un futuro debate sobre el reconocimiento de la tradición como fuente de derecho y, finalmente, para crear las bases léxicas que permitan la plena aplicación entre los p’urhépecha de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que dio a conocer la ONU (septiembre de 2007).

De la discusión de los tres problemas identificados, el Mtro. Moisés Franco procede a exponer los pasos necesarios para formar el vocabulario jurídico: la elección de un método, la necesidad de definir cada nuevo concepto en la lengua nativa misma y la prueba del vocabulario creado. En el apéndice de su texto tenemos un primer resultado de ese esfuerzo.

El maestro Pedro Márquez Joaquín presenta sus reflexiones y experiencias en la creación de términos pedagógico-lingüísticos en p’urhépecha. La traducción a este idioma de la terminología técnica de la lingüística debe tomar como referente el trabajo de quienes a lo largo de cinco siglos se han ocupado de estudiar la lengua. Además, actualmente hay varios grupos de investigadores que se están ocupando del tema con el propósito de racionalizar el concepto de lingüística p’urhépecha.

El autor comienza con la reflexión acerca de quiénes están autorizados para acuñar nuevos conceptos y afirma que algunos representantes de una comunidad de hablantes pueden hacer las propuestas, pero éstas las valida la sociedad de usuarios de esa terminología. Expone algunas de sus propias experiencias, de las cuales ha resultado su propuesta de cinco estrategias para crear terminología técnica en p’urhépecha, que implican fundamentalmente la formación del metalenguaje que permita describir la lengua originaria. El esfuerzo culmina en la investigación (lingüística) y docencia (pedagogía) de la lengua p’urhépecha. La descripción y enseñanza de la lengua es trabajo que se origina del exterior de la comunidad de hablantes para promover la lengua, y también se forma del interior de aquélla en busca de un mejor conocimiento de ésta.

Sin embargo, pensar la lengua y describirla en la lengua misma exige la creación de los conceptos correspondientes. Para ello es necesario tener una idea clara de los principales mecanismos de la neología, que el autor escudriñó mediante las cinco estrategias propuestas en el texto. Encontró que se presentan varios casos: a) usar préstamos con terminación morfológica nativa; b) el préstamo con terminación morfológica nativa y creación; c) describir en una sola palabra el fenómeno que se quiere expresar; d) detectar y verbalizar las funciones, formas y materiales de los objetos de la expresión verbal; e) el recurso a la neología o creación desde la cultura misma; f) la resemantización de palabras en desuso y arcaísmos. El autor presenta luego una recopilación de vocablos que han sido utilizados en diferentes fuentes y termina su trabajo con su propia propuesta de un vocabulario técnico lingüístico-pedagógico.

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El Lic. Abraham Custodio Lucas nos habla de “La composición de la palabra en la literatura de Gilberti”, en el paso de la lengua oral a la lengua escrita, que en este último lleva consigo el conocimiento gramatical, la composición de las palabras y la creación de formas literarias. Para estudiar este tema, el autor presenta una narración publicada en lengua de Michuacán en 1559 que fue traducida directamente a ésta a partir de la versión latina (realizada por el poeta Aurelius P. Clemens y que data de 404-405 d. C.) y la cual sólo fue publicada en verso castellano en 1623 y posteriormente la convirtió en comedia Francisco González de Bustos (1669). Se trata del martirio de santa Olalla (Eulalia) de Mérida, joven de 13 años, ocurrido en 304 d. C. en la antigua provincia romana Emérita Augusta (actual Extremadura en España) en tiempos del emperador Diocleciano. Se sabe que este texto fue traducido al francés en el siglo IX y siete siglos después por fray Maturino Gilberti a la lengua de Michoacán en su Dialogo de Doctrina Christiana (edición del Mtro. Moisés Franco).

El Lic. Custodio hace el primer estudio de la traducción gilbertiana buscando dar a conocer una manera en que se presenta el arte dramático en esta lengua originaria para suscitar en el lector o escucha los sentimientos que acompañan al conflicto y su desenlace, la actividad de los personajes y la enseñanza moral que se busca trasmitir mediante el género dramático en lengua de Michoacán. El Lic. Custodio realiza la primera traducción del texto de Gilberti y nos muestra sus varios aspectos: a) la adaptabilidad y flexibilidad de la lengua de Michoacán que permite una expresión literaria de género dramático; b) la utilización de los recursos de esta lengua originaria por hablantes competentes; c) la posibilidad del uso creativo de este idioma para expresar nuevos géneros literarios e ideas; d) la efectividad lingüística en la trasmisión de éstas se hizo sentir entre el público indígena, pero tuvo también repercusiones de carácter oficial y burocrático.

Además, el Lic. Custodio hace notar que el contenido del texto gilbertiano en lengua de Michoacán rebasa lo que entrega la traducción al castellano, pues puede servir para caracterizar aspectos de la cultura nativa en la época de la conquista, tales como la riqueza conceptual que reflejan las prácticas sociales, administrativas, jurídicas y de otra índole ya existentes en el siglo XVI. Por otra parte, cabe destacar que el trabajo del Lic. Custodio representa la primera traducción al español y estudio del texto relativo al martirio de santa Olalla que fray Maturino Gilberti incluyó en su Dialogo de Doctrina Christiana.

El doctor José Luis Iturrioz da cuenta de la experiencia de 20 años de traducción entre el español y el huichol, en ambos sentidos, tanto de textos de la tradición oral como técnicos. Junto con la traducción, se ha realizado en el Departamento de Estudios de Lenguas Indígenas (UdG) el análisis de los procesos de ésta. El autor nos dice que este análisis tiene varios fines en mente: a) la descripción contrastiva del español y el huichol; b) la expansión del léxico huichol a nuevos dominios culturales; c) contribuir a la enseñanza de la lengua materna en la educación bilingüe-bicultural, y d) generar puntos de vista que incidan en una teoría general del lenguaje que considere también las lenguas originarias.

En el análisis de los procesos de traducción hay cinco competencias básicas (traductorial, gramatical, pragmática comunicativa, textual y cultural) que el autor presenta a lo largo de su texto. Vamos a seguir brevemente cada una de ellas. 1) El problema principal en el ejercicio de traducción no siempre es la terminología. Más bien, debido a que el conocimiento implícito que tiene el hablante de una lengua originaria se hace explícito mediante una teoría que conlleva conceptos metalingüísticos en su propio idioma, se requiere crear términos para referirse a esos niveles superiores de organización de la lengua. Esos nuevos vocablos no deben ser comprensibles sólo a los especialistas, sino que han de servir para la comunicación y comprensión de los hablantes nativos. Una buena traducción requiere no sólo conocer las dos lenguas y el tema tratado sino también dominar la técnica de la traducción. Esto es especialmente notorio en el caso de lenguas de tipos diferentes y con distinto grado de desarrollo de una tradición teórica y discursiva. Una teoría lingüística ayuda al traductor y la investigación del proceso de traducción, en este caso, contribuye a su vez a construir una teoría general del lenguaje. La traducción es una operación compleja que involucra no solamente los aspectos gramatical, semántico y pragmático de dos o más lenguas sino también niveles léxicos, textuales y múltiples elementos culturales. Los diversos tipos de lenguas evidencian todavía más la gran variedad de problemas traductológicos (v.gr. la posibilidad o no de una traducción palabra por palabra), como es el caso entre lenguas de tracción sintáctica y de tracción morfológica, o entre lenguas fusionantes y polisintéticas. La traducción no consiste sólo en generar oraciones bien formadas ni en la mera correspondencia léxica y gramatical; en este sentido implica también aspectos semánticos y filológicos en los que la comunicación requiere de competencia en dos o más ámbitos culturales distintos. De ahí pueden resultar dos tipos para orientar la traducción: hacia el emisor y las formas de su lengua (literal), o hacia el

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receptor y su respuesta (acorde con el genio del idioma de llegada, que puede resultar en una traducción acomodativa o una asimilativa). El doctor Iturrioz ilustra cada uno de estos casos con ejemplos tomados de las traducciones al huichol realizadas en el pasado.

2) Señala también los problemas de competencia gramatical que acompañan a la traducción técnica y científica, que implica elegir entre varias opciones: a) crear nuevos términos; b) decidir si aceptar préstamos de otra lengua; c) extender el significado de una palabra ya existente; o d) utilizar un vocablo con acepción metafórica.

3) En el ejercicio de la traducción es importante también la competencia pragmática, para saber usar términos o maneras de decir adecuados al área, la distancia y la situación comunicativa o escritural. La disyuntiva entre orientar la traducción fiel al texto técnico original o adecuada a las necesidades de los receptores últimos (que no significa olvidar el orden básico de la oración en la lengua de llegada). En última instancia esto nos refleja una postura epistemológica que privilegia, sea el contenido cognitivo, sea la pragmática de la comunicación. Son diversas las opciones traductológicas entre una lengua de estilo cognitivo nominal como el español y una lengua de estilo cognitivo verbal como el huichol. Este sería el caso de la traducción de la palabra “guerra” en español, debido a que en huichol habría que formar una palabra compleja para sustituir esta expresión nominal por una verbal.

4) Es sabido que en la traducción no basta con lograr una correspondencia de palabra por palabra o de oración por oración, sino que se requiere crear una nueva estructura textual utilizando los recursos que la lengua de llegada ofrece. Se necesita constituir unidades de sentido enlazadas formal y temáticamente que resulten en una organización global del texto. La unidad que se obtenga debe ser formal, semántica y pragmáticamente ajustada a las tradiciones discursivas de la lengua de llegada. El problema aquí es que muchas lenguas de las etnias originarias carecen de tradiciones discursivas correspondientes en diversas áreas, tales como las técnicas y legales. De allí que la generación de nuevos estilos funcionales implique también un desarrollo cultural, institucional y cognitivo, que vaya de la mano con la formación de traductores especializados y grupos determinados de destinatarios. En este sentido, la base para producir un nuevo texto no es un número determinado de términos. Crear un escrito es el referente primario que regula el proceso de traducción, desde el cual se produce un conjunto léxico que recoge los vocablos utilizados. La traducción de un texto técnico implica también que los receptores tienen los conocimientos de la respectiva área de saber necesario para comprender el nuevo escrito en la lengua de llegada. En el caso de textos destinados al público en general es conveniente considerar que la convertibilidad es inherente a la concepción funcional del lenguaje y que como estrategia de comunicación puede haber alternancia entre reglas formales e informales.

5) En tanto que un texto es una construcción cultural, crear alguno está estrechamente ligado al dominio del tema o área de conocimiento específico del texto por traducir. Habrá conceptos que no tengan un referente cultural (tales como pecado mortal, muerte del alma, etc., en tiempos de la evangelización colonial) y, por esto, la competencia cultural es exigida por la traducción. En suma, que ésta sea buena implica por lo menos el dominio de estas cinco competencias tanto en la lengua origen como en la lengua meta.

Tenemos así un panorama general de las diferentes maneras en que se abordó el tema de la utopía de la lengua p’urhépecha que, como muchas otras lenguas de etnias originarias, enfrenta el desafío que implica su uso en la docencia a todos los niveles, en la investigación y en el desempeño profesional de cara al mundo contemporáneo. Para ello es requisito indispensable que estas lenguas cuenten con un vocabulario socializado que haga posible realizar la utopía. Esta vez hemos querido enfocar la creación de ese vocabulario desde la óptica de la traducción.

A menos de un año de realizadas las V Jornadas Gilbertianas, el 7 de septiembre de 2007 se publicó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que en el inciso 1 del artículo 13 dice a la letra: “Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas y mantenerlos”.

El inciso 2 hace responsables a los Estados de adoptar medidas eficaces para garantizar la protección de ese derecho. Todavía más, el inciso 1 del artículo 14 señala: “Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer y controlar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas, en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje”.

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Además el inciso 2 de este mismo artículo 14 dice que, “Los Estados adoptarán medidas eficaces, junto con los pueblos indígenas, para que las personas indígenas, en particular los niños, incluidos los que viven fuera de sus comunidades, tengan acceso, cuando sea posible, a la educación en su propia cultura y en su propio idioma”.

Por experiencia propia como primer rector de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM) pude constatar la dificultad de impartir en lengua p’urhépecha aunque fuera sólo una de las materias curriculares de alguna de las carreras que ofrece esta institución. La falta de vocabulario y el escaso número de hablantes con posgrado y capaces de enseñar sus propias disciplinas en su lengua materna fueron un obstáculo insalvable para iniciar algún curso enteramente en lengua p’urhépecha. De lo anterior se me hizo más evidente la distancia que todavía hay entre lo que en las V Jornadas Gilbertianas denominamos “utopía de la lengua p’urhépecha” y la puesta en práctica del artículo 14 arriba mencionado.

Ciertamente la UIIM como institución de educación superior abocada a promover la interculturalidad no tiene el propósito de fomentar únicamente la lengua p’urhépecha sino todas las que se hablan en el ámbito de su competencia. Pero fue difícil aceptar, tanto para el personal de la UIIM como para el Consejo de Autoridades Comunales, el hecho de que los cursos debieran impartirse todos en español. En la actualidad, con la dirección de su segundo rector, la UIIM hace esfuerzos por preparar personal capaz de poner en práctica los derechos lingüísticos reconocidos por el Estado mexicano y por la Declaración de la ONU antes citada, pero todavía está en el futuro la utilización de las lenguas originarias en el nivel de educación superior.

Como Centro Público de Investigación, el Colegio de Michoacán ha incidido también en el estudio de las lenguas originarias, sobre todo mediante su Centro de Estudios Antropológicos (gramática y lexicografía) y Centro de Estudios de las Tradiciones (proyecto Gilberti).

Para terminar quiero dar las gracias a todos los participantes y debo hacer dos advertencias. La primera es que no se homogeneizó la representación fonética de las palabras p’urhépecha, pues las variantes dialectales tienen, cada una, sonidos que se confunden en la normalización de la lengua. La segunda es que las ponencias seleccionadas para esta publicación han pasado por el proceso de presentación, comentarios, sugerencias para modificar algo, así como la adopción de las propuestas que han parecido adecuadas a cada autor y, finalmente, por el proceso de evaluación por pares. Desafortunadamente algunas otras ponencias quedaron fuera como resultado de éste o por haber sido presentaciones orales de las cuales los autores no enviaron una versión final escrita. Finalmente debo presentar una disculpa a todos los participantes en las V Jornadas Gilbertianas por la tardanza en la entrega del texto final para publicación.

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EL PAPEL DE LA TRADUCCIÓNEN EL DESARROLLO DE LAS LENGUAS

Herón Pérez MartínezEl Colegio de Michoacán

La traducción, ese arte tan descuidado, es en la literatura un elemento muchísimo más importante de lo que la mayoría de nosotros cree;

pero a menudo contribuye a la creación de las grandes obras. Particularmente importante fue en el Renacimiento, época de las obras maestras...

Los niveles intelectuales de cada nación europea han correspondido muy de cerca a la importancia alcanzada en su educación

por el conocimiento y traducción de alguna lengua cultural extranjera.Gilbert Highet1

LA LINGÜISTICIDAD DEL CONOCIMIENTO HUMANO

Las lenguas constituyen el centro de la vida social de los pueblos: lo determinan, lo configuran todo. La traducción, por eso, es un proceso que no sólo afecta al hablar de alguna gente, sino que determina los horizontes de todos los miembros de una cultura al ensancharlos. La lingüística, por ejemplo, ha evidenciado, desde W. von Humboldt, la lingüisticidad de todo conocimiento humano: no existe éste si no se encuentra revestido verbalmente. Von Humboldt, en efecto, es el autor del importante postulado, hoy axioma corriente en la epistemología, de que cada lengua encierra una peculiar visión del mundo que se interpone entre el ser humano y la naturaleza, como el cristal con el cual cada uno ve las cosas de la realidad extralingüística en la medida en que

convive primordialmente y aún exclusivamente con los objetos tal cual el lenguaje se los ofrece, puesto que las sensaciones y acciones dependen de sus representaciones. Por medio de este acto, dice, en virtud del cual teje en sí mismo la lengua, se encarcela él en la misma y cada una traza en torno al pueblo, al cual pertenece, un círculo, del cual sólo es posible salir en la medida en que se pasa al círculo de otra distinta.2

Sólo mediante el aprendizaje de una lengua extranjera se amplía el círculo lingüístico que circunscribe nuestra manera de pensar: se entra en el rango de influencia de un círculo distinto. En concreto y para el asunto que nos ocupa, a Von Humboldt se remonta la tesis de la cual parte nuestra reflexión: “el lenguaje es el órgano creador del pensamiento”3 no sólo por el simple hecho de que, como dice Lázaro Carreter, “una lengua natural es el archivo adonde han ido a parar las experiencias, saberes y creencias de una comunidad”,4

sino porque el hablar recrea el mundo al establecer sus redes de relaciones, sus horizontes, dependencias y panoramas. La socialización se da, en efecto, mediante el lenguaje.

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1 Gilbert Highet, La tradición clásica (dos tomos, segunda reimpresión), México, FCE, 1986, t. I, p. 168ss. 2 Ibid., p. 280.3 Ibid., p. 282.4 Fernando Lázaro Carreter, El dardo de la palabra, Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 1998, p. 19.

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La palabra hablada es siempre la corona del pensamiento. Hablar bien, por ende, ayuda a perfeccionar éste y hablar mal lo deteriora. Los pensamientos son siempre portadores de una indumentaria verbal. Nada extraño, entonces, que la antigua retórica, el arte de hablar bien, acostumbrara a construir ya sobre el buen pensar, ya sobre las cosas hermosas; ese arte bajo supuestos implícitos tales como el de que no se puede hablar bien de cosas feas o malas o el universo de los pensamientos bellos ha de ser buscado en el magno santuario de las palabras más bellamente dichas. Para la antigua retórica, en efecto, las ideas susceptibles de formar parte del buen discurso deben ser ideas susceptibles de ser hermosamente revestidas con el ropaje de la palabra bella.

De acuerdo con esto, es la lengua la que cuadricula la “realidad” y la construye: nada es “objetivo” en el sentido positivista del concepto, porque todo está construido por las palabras del individuo que conoce, pues la totalidad de lo que pasa por el tamiz de la lengua es sólo una posibilidad de “realidad” edificada por el sujeto que habla de ella. Conforme a lo que dice Barthes, “la lengua es como una naturaleza que se desliza enteramente a través de la palabra del escritor, sin darle, sin embargo, forma alguna, incluso sin alimentarla: es como un círculo abstracto de verdades, fuera del cual, solamente comienza a depositarse la densidad de un verbo solitario”.5 En su calidad de horizonte y de barrera, el idioma pone de manifiesto, por lo demás, un trasfondo importante de lenguaje que se encuentra más allá de las lenguas y que funciona a pesar de ellas. Subyaciendo a éstas, funciona en efecto, un lenguaje universal que se ocupa de aquellos tópicos de comunicación centrados en el ser humano: de aquél, por ejemplo, forma parte la poesía y, en general, todas aquellas experiencias humanas que, frutos del espíritu, nacen de lo numinoso como el mito, la más primitiva forma de la historia.

De acuerdo con lo anterior, la lengua es horizonte para el individuo en cuanto funciona para él como una naturaleza que condiciona su percepción de la realidad: esa es, según Gadamer, la función hermenéutica de las tradiciones: la lengua es la primera de las tradiciones de un pueblo, en la medida en que el idioma de éste es la manera a su alcance para organizar la experiencia de las cosas. De este hecho resultan dos consecuencias, entre otras: la primera de ellas es que toda la experiencia que un individuo tiene de la realidad extralingüística se da mediante la lengua. Ésta, pues, condiciona el acceso a la realidad: la poesía, las configuraciones del espíritu propias de cada pueblo tienen que ver con el papel de mediación ejercido por su lengua. La otra consecuencia proveniente de que las lenguas sean codificaciones de la experiencia y cuadriculaciones de la realidad se relaciona con la traducción y, desde luego, con la intraductibilidad: aquélla es el ejemplo más a la mano para explorar cuánto y de qué modo la lengua es un horizonte que condiciona el hablar de los pueblos y su discurso. La lengua de un pueblo marca las dimensiones de su espíritu, su sensibilidad, el sistema de moldes por los que configura y ordena el cúmulo de objetos que constituyen su ámbito.

LA TRADUCCIÓN

Desde los orígenes de la cultura, en efecto, la traducción ha sido la ventana no sólo por la cual las lenguas se han ido forjando y enriqueciendo sino, desde luego, las culturas cultivadas en torno de ellas: después de todo, una cultura es un complejo sistema de textualidades por las que funciona la vida cotidiana, así sea la más complicada, de un pueblo. En la medida en que la lengua es un sistema semiótico que funciona dinámicamente en el espacio denominado por Lotman “semiosfera”. Lotman, en efecto, se acerca a la cultura entendiéndola como un ambiente en que coexiste y convive una pluralidad de lenguajes. De allí su concepto de “semiosfera”. En efecto, en la teoría de Lotman la cultura es asumida como semiosfera que, a su vez, es definida por analogía con la biosfera como “el dominio en el que todo sistema sígnico puede funcionar, el espacio en que se realizan los procesos comunicativos y se producen nuevas informaciones, el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia misma de la semiosis”.6 Si en la lengua funciona, pues, la cuota de sentido de que se nutre un pueblo, en la traducción encuentra una cultura que tiene a su más poderoso motor por el cual se desarrollan y enriquecen sus bagajes textuales, discursivos, léxicos, sintácticos, semánticos y aun estilísticos. Habida cuenta del papel central que para las culturas desempeña la lengua, por principio de cuentas, cada idioma es un sistema de acceso al conocimiento de las cosas que le interesan a un pueblo.

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5 Roland Barthes, El grado cero de la escritura, 4°ed., México, Siglo XXI, 1980, p. 17.6 Iuri M. Lotman, La semiosfera I. Semiótica de la cultura y del texto, Madrid, Cátedra, 1996, p. 22.

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POR LA TRADUCCIÓN SE HA ENRIQUECIDO NUESTRA LENGUA

No se requiere mucha tinta para mostrar el papel que la traducción ha desempeñado en la conformación de la actual cultura mexicana y de las lenguas que la sustentan. Una de las características de lo que llama Robert Ricard “la conquista espiritual de México”, como se sabe, es la extensa labor de transculturación mediante la traducción: diccionarios, gramáticas, textos. Por ésta, no sólo el español sino las diferentes lenguas amerindias vieron crecer su acervo de textos, literarios y no, diccionarios, gramáticas. El mismo Ricard habla de la “imposibilidad de un apostolado efectivo sin el conocimiento de las lenguas”7 y la consiguiente labor de traducción, se podría agregar. Es inapropiado dar una lista, así sea somera, de los principales textos con que se enriqueció, por ejemplo, el español novohispano y algunas de las lenguas nativas por la traducción de catecismos, gramáticas, sermones o textos literarios. Para una muestra ligerísima de lo que se enriqueció el español con la traducción de textos americanos bastaría recordar aquí la obra de los franciscanos Jerónimo de Alcalá, Bernardino de Sahagún y, desde luego, Maturino Gilberti. Y viceversa.

El ámbito del cual proceden los misioneros que ese siglo llegan a estas tierras es humanista. Marcel Bataillon,8 por ejemplo, da cuenta de las traducciones erasmianas en la España del siglo XVI: para la cultura hispanohablante es, además, la centuria en que lleva a cabo su trabajo de traductor fray Luis de León;9 y el siglo en que el cardenal Cisneros impulsa en Alcalá la Biblia políglota. Esta es la misma centuria, además, en que tiene lugar una extensa labor de traducciones del italiano al español con las adaptaciones y adopciones de los nuevos metros en nuestra lengua. Marcel Bataillon,10 al rastrear los pasos de Erasmo en España logra pintar vivamente el ambiente políglota y de franca comunicación interlingüística que reina en la Universidad de Alcalá de Henares del cardenal Cisneros:

el cardenal, dice Bataillon, tenía apasionado interés por las lenguas antiguas, y las consideraba –el griego al menos– como elemento indispensable de una cultura teológica completa. Esta es la razón de que los estatutos de Alcalá decreten la erección de una cátedra de griego y prevean otras para el hebreo, el árabe y el siríaco.11

La magna empresa de traducción que fue la Biblia políglota generó en torno suyo un gran entusiasmo por la traducción. El equipo de traductores y filólogos que reúne Cisneros, por lo demás, es impresionante. Ya antes había sido convocado el cretense Demetrios Ducas para impulsar el cultivo de la lengua griega, y allí llegarían el célebre Antonio de Nebrija, experto latinista y buen conocedor tanto de ésta como del hebreo;12 Diego López de Zúñiga, quien dominaba el griego; Hernán Núñez (el Comendador Griego) conocedor, además, del latín, del hebreo y del árabe; y Pablo Coronel, entre otros. Como muy bien lo señala Bataillon, tanto en Salamanca como en Alcalá había un importante “impulso profano del helenismo italiano”.13

Olas de esos mares vinieron acá. Nada extraño, entonces, que al trasplantarse la cultura castellana en las recién conquistadas tierras mexicanas llegaran hasta aquí los aires humanistas de los traductores ibéricos, cuyos representantes fueron especialmente frailes. La magnitud de la labor traductora de los primeros de ellos en México ha sido descrita de modo magistral en la ya mencionada obra de Robert Ricard, La conquista espiritual de México. De ésta recojo la siguiente cita sobre la naturaleza de las traducciones en ese primer siglo novohispano y del enriquecimiento de las lenguas que en estos ámbitos se hablan:

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7 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 109 y sigs.8 Erasmo y España, traducción de Antonio Alatorre, primera impresión de la segunda edición, México, FCE, 1982.9 Véase nuestro Lenguaje y tradición en México, pp. 48 y ss.10 Op. cit.11 Op. cit., pp. 18 y ss.12 Cuando, años después, por no estar de acuerdo con la manera como se está haciendo el trabajo, Nebrija se retira del equipo de traductores del cardenal, le escribe la célebre Epístola a Cisneros que ilustra bien cómo había entendido Nebrija su papel en la políglota. He aquí un fragmento: “Cuando vine de Salamanca, yo dejé allí publicado que venía a Alcalá para entender en la enmendación del latín, que está comúnmente corrompido en todas las Biblias latinas, cotejándolo con el hebraico, caldaico y griego” (en Antonio de Nebrija, Gramática de la lengua castellana, estudio y edición de Antonio Quilis, Madrid, Editora Nacional, 1984, p. 16).13 Op. cit., p. 19.

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Dado que había la intención de hispanizar a los indios, y que el trabajo de evangelización tenía que hacerse completa y exclusivamente en lenguas indígenas, había necesidad de libros que poner entre las manos de los religiosos, sea para que estudiaran, sea para que se perfeccionaran en las lenguas de sus fieles, tanto como para ayudarles en la predicación de la doctrina cristiana, en la divulgación de los libros santos y en la administración de los sacramentos, principalmente el de la penitencia. De allí nacen dos categorías de obras bien definidas: Artes, como llamaban entonces a las gramáticas, y vocabularios como instrumentos de trabajo eran los que formaban la primera, y en la segunda habría que colocar las doctrinas, o catecismos, los sermonarios, los confesionarios, la traducción de secciones del Evangelio, de las Epístolas, de las vidas de los santos, etc. que venían a ser como manuales del trabajo cotidiano.14

La construcción cultural y lingüística que en el siglo XVI novohispano ocurrió se llevó a cabo por medio de las muchas y variadas actividades lingüísticas, que se desarrollaron en las dos costas del Atlántico. El siglo XVI novohispano, ciertamente, es un siglo de traducciones. A lomos de la colonización, tuvo lugar, en efecto, una vasta labor de éstas. Por un lado, las exigencias de la evangelización las hacían necesarias; por otro, la siembra, nacimiento y cultivo de la alta cultura europea en tierras americanas hizo precisa una amplia y compleja labor de traducción desde un principio. Una vasta labor de ésta, en efecto, enriqueció no sólo al español del siglo XVI sino a las diferentes lenguas nativas: la traducción de obras religiosas básicas a lenguas indígenas, o al español de textos indígenas de la más variada índole; la elaboración de gramáticas y diccionarios; los muchos tipos de adaptaciones con fines prácticos de catecismos, confesionarios, etc. Y eso sólo para referirme a las obras de carácter religioso. En casillero aparte, en efecto, se encuentran las obras de la antigüedad clásica –autores griegos y latinos– que se traducían ordinariamente en las aulas de los colegios y la Universidad como medio de aprender esas lenguas y de enriquecer las nuestras. De todo ello aunque quedaron muchas huellas, las más se han ido perdiendo en la oscuridad de la inedición o yacen empolvadas en alguna vieja biblioteca hoy arrumbada o desaparecida. El estudio de este vasto programa de traducciones está ligado a sendas historias, en algunos casos ya hechas, de la trayectoria bibliográfica mexicana y de todo lo relacionado con la implantación de la imprenta en estas tierras.

Sin embargo, el siglo XVI fue en otro sentido una centuria que persiguió algunas traducciones tanto en Europa como acá; las de la Biblia, por ejemplo, como consecuencia de los correspondientes decretos tridentinos, estaban prohibidas o era, en todo caso, muy peligroso hacerlas: fray Luis de León es testigo de ello. Las restricciones tridentinas sobre la traducción de la Biblia llegarían a afectar a otros tipos de traducciones.15 Pero no sólo aquéllas bíblicas fueron perseguidas en el siglo XVI, por otras razones, relacionadas con la Inquisición. Ocurrió también, en este siglo, una especial persecución, por ejemplo, a las traducciones con otro tipo de contenidos religiosos. De testigo puede servir entre nosotros el personaje en cuyo nombre se nos convoca a estas jornadas: el fraile franciscano Maturino Gilberti, gran lingüista y traductor del siglo XVI novohispano, cuyo proceso en la Inquisición es de sobra conocido. Por razones moralizantes, la invención de la imprenta trajo consigo otro tipo de persecuciones que como reacción recayeron en la traducción: la lectura en silencio que la multiplicación de los libros impulsó trajo consigo una serie de persecuciones de quienes veían en la lectura de obras literarias un peligro para la moral.16 De hecho esa fue la razón de que encarcelaran a fray Luis de León.

Las traducciones que en la circunstancia de la colonización emergen entre nosotros quizá se puedan reducir a cuatro distintos tipos de traducciones: las de evangelización y catequesis, las escolares, las de textos nativos al español para informar a las instancias españolas y, finalmente, las literarias y profanas. Entre ellas, quizá sobresalga el fraile traductor cuyo principal objetivo sea crear materiales tanto de evangelización como de catequesis; aunque también la escuela produjo excelentes traductores que al igual, cómo no, de la responsabilidad de informar en la Península, de dondequiera que esta responsabilidad proviniera, produjo notables traducciones. De éstas, la literaria también florece en estas tierras durante el siglo de la conquista, aunque en menor cuantía. Por obvias razones de espacio, no podemos proceder aquí sino por paradigmas.

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14 Op. cit., pág. 121. En el “Apéndice I”, págs. 423 y sigs. Ricard hace un utilísimo “Ensayo de inventario...” de esas obras. Una historia de la traducción en México debe acudir, ciertamente, a este trabajo.15 Para toda esta cuestión, pueden leerse las prohibiciones tridentinas en Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion symbolorum definitionum et declarationum de rebus fidei et morum, edición XXXVI, Barcelona, Herder, 1973, nn. 1854 y ss. Esta obra se citará, en adelante, con las siglas DS seguidas del número marginal.16 B. W. Ife, Lectura y ficción en el siglo de oro, Barcelona, Editorial Crítica, 1992, pp. 16 ss.

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Del primer caso puede servir de ejemplo el ya mencionado fray Maturino Gilberti. La situación de este último es un poco complicada y no seguiremos las desgracias que tuvo que padecer, por denuncia de don Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, debido a la traducción al p’urhépecha de su Diálogo de doctrina cristiana.17 Gilberti no sólo fue el más grande experto en la lengua p’urhépecha que hubo en el siglo XVI, sino un prolífico y gran traductor muy interesado en todo lo relacionado con la catequización de los indígenas michoacanos. Son tan abundantes las traducciones efectuadas durante el siglo XVI al calor de la evangelización y son tantos los protagonistas de esta magna empresa al estilo de Gilberti, que para documentar la historia de la traducción en la Nueva España durante ese siglo XVI, bastaría con consultar el primer tomo de la Historia de la imprenta en México de José Toribio Medina cuyas páginas, de la primera a la última, recogen ejemplos abundantes de algunas de las traducciones que se hicieron en ese siglo, sobre todo a las lenguas indígenas y de éstas.

Hasta dónde un diccionario o una gramática de una lengua extranjera sea una labor traductológica es señalado tanto por la lingüística aplicada como por la traductología y aun por la lexicografía18 De la dedicatoria que hace Maturino Gilberti de su Arte a Vasco de Quiroga, por lo demás, se deduce con claridad la idea que se tenía en la época sobre el valor epistemológico de estas actividades: hacer gramáticas no es una operación traductológica; elaborar diccionarios, sí: “puse diligencia, en componer esta arte, y traducir este diccionario de la lengua española en lengua de Michoacán y de la de Michoacán en la española”.19

Respecto a las traducciones de textos nativos al español para informar a las instancias españolas el ejemplo más a la mano es La relación de Michoacán debida al franciscano fray Jerónimo de Alcalá. El fraile lleva a cabo un vasto proceso de compilación, traducción, edición, estructuración y maquillaje, sobre la información proporcionada por “los viejos de esta Ciudad de Michoacán”. Pero la autoría se le acredita, sobre todo, por su obra como traductor. El trabajo lo hace a petición del virrey, como dice Alcalá en su carta-prólogo. Pero él mismo tiene sus propios objetivos que expresa así: “yo porque aprovechase a los religiosos que entienden en su conversión saqué también dónde vinieron, sus dioses más principales y las fiestas que les hacían… puse cómo poblaron y conquistaron esta provincia los antepasados de cazonci”.

Lleva a cabo para ello un vasto proceso de traducción, redaccional, exegético y de síntesis siguiendo los cánones de retórica, poética, gramática, estilística y teoría de la traducción europeas que aparecen por doquier en el texto que compuso. La teoría de la traducción de que se sirve es europea, lo mismo que los términos por él empleados, aunque no la manera como los entiende. Alcalá se asume como intérprete: así llaman tanto Horacio como San Jerónimo, pilares de la teoría latina de la traducción, a la traducción literal. Alcalá no es fiel a esto. En el prólogo este último deja constancias de cuántas cosas no le gustaron del documento que recabó de sus informantes y de la manera como lo corrigió. De este tipo de traducciones con obligaciones informativas se puede agregar también el caso del célebre Bernardino Ribeira, conocido como fray Bernardino de Sahagún y autor de la Historia general de las cosas de la Nueva España, correligionario de fray Jerónimo de Alcalá.20

Por lo que respecta a las traducciones literarias, en este caso de las letras clásicas, cabe decir que fue Ovidio el primer autor clásico en ser impreso en la Nueva España y él, junto con Persio, el que inicialmente fue traducido en estas tierras. Gutierre de Cetina, como se sabe, quien pasó el final de su vida en la Nueva España (1546-1557), tradujo en verso tres epístolas de las Heroidas: la de “Dido a Eneas”, la de “Filis a

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17 Véase, para todo esto, J. Benedict Warren, Diccionario grande de la lengua de Michoacán, introducción, paleografía y notas de..., Morelia, Fimax Publicistas, 1991, pp. XVI y sigs. Finalmente, véase Francisco Fernández del Castillo (comp.), Libros y libreros del siglo XVI, 2a. ed., México, FCE, 1982, pp. 4 y ss. Arte de la lengua de Michuacán compilada por Fray Maturino Gilberti, edición facsimilar, introducción histórica con apéndice documental y preparación fotográfica del texto, por J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas, 1987, pp. XI-XCII. En lo sucesivo, nos referiremos a esta obra como Arte.18 Para lo primero, puede verse, por ejemplo, S. Pit Corder, Introducción a la lingüística aplicada, México, LIMUSA, 1992, p. 76, o bien Charles Bouton, La lingüística aplicada, México, FCE, breviarios, 336, p. 81 y ss.; para lo segundo, en cambio, véase G. Haensch/L. Wolf/S. Ettinger/R. Werner, La lexicografía. De la lingüística teórica a la lexicografía práctica, Madrid, Gredos, 1982, pp. 513 y ss.19 Arte, p. 3.20 Véase la edición que presenta Francisco Miranda en la Colección Cien de México, México, SEP, 1988. Es opinión aceptada comúnmente entre los estudiosos de La relación de Michoacán que esta obra es, en buena parte, la traducción de informaciones en lengua purhé recabadas por el fraile, quien dice de su labor: “esta escritura y relación presentan a Vuestra Señoría los viejos de esta Ciudad de Michoacán y yo también en su nombre, no como autor sino como intérprete de ellos ... yo sirvo de intérprete de estos viejos...” (p. 44).

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Demofonte” y la de “Penélope a Ulises”. Dicha traducción se encuentra en la recopilación conocida como Flores de Baria poesía de la que acaba de aparecer una hermosa edición en 1987.21 En cambio las Sátiras de Persio fueron traducidas y comentadas por Bartolomé Melgarejo, quien por 1553 era catedrático de cánones de la Universidad de México. Y de esta manera muchos otros textos.

LAS TRADICIONES LEXICOGRÁFICAS

Por eso es tan cierto el texto de Highet que me sirve de epígrafe: la traducción ha sido el alimento más importante del que se han nutrido todas las lenguas del mundo: por ésta se han llevado a cabo los múltiples contactos de los pueblos con otros de éstos, otras culturas, cuotas de sentido y otros textos; la traducción ha sido el vehículo más a la mano en el que las lenguas del mundo han transportado su alimento. Por eso recuerdo aquí lo dicho por Highet: “los niveles intelectuales de cada nación europea han correspondido muy de cerca a la importancia alcanzada en su educación por el conocimiento y traducción de alguna lengua cultural extranjera”.

Pero, además del cultivo directo de las lenguas por los frailes traductores, como Gilberti, debo referirme a una poderosa tradición gramatical en Sefarad, como se conoce a la colonia judía en España y de la que hay constancia al menos en la famosa lápida trilingüe (en hebreo, latín y griego) de Tarragona (hoy en el Museo Sefardí de Toledo), datable entre los siglos I al VI, que por lo referente al estudio de la gramática hebrea es remontable a Sa‘adja (muerto en 942), quien escribe en árabe la primera gramática hebrea, en 12 partes, en su mayor parte perdida; la cual contenía, entre otras cosas, un estudio sobre la conformación de las palabras que distinguía las raíces de los elementos flexionales, además de incluir un vocabulario de 70 términos explicados que significó un importante impulso para la lexicografía hebrea y que fue la base para otros trabajos similares como la gramática árabe de Yehudáh ben Qurais. A estas tradiciones es posible remontar un muy antiguo concepto de “morfema” que serviría de inspiración a los gramáticos misioneros del siglo XVI en su descripción de las lenguas de América.

Surgieron, en este contexto, hábiles lexicógrafos. Cito, a guisa de ejemplo, entre quienes siguieron la huella de Sa‘adja, al judío, también español, Menahem ben Ya‘aqob ben Sarûq, nacido en Tortosa entre 910 y 920 d. C. Él es el prototipo del intelectual sefardí: autodidacta, se formó con su padre y su papel en el nacimiento de la poesía y de la filología hebrea de al-Andalus es decisivo. En Córdoba es protegido de Yishaq ben Hasday, padre del mecenas Hasday ben Saprut. Este último encarga a Menahem el primer diccionario (mahberet) de raíces hebreas de la Biblia, propiamente dicho. Lo terminó hacia 960 d.C. En el diccionario hebreo de Menahem sobresalen sus análisis sobre la composición y descomposición de los vocablos hebreos, respecto a las funciones de las palabras dentro de la oración y acerca de los elementos flexionales dentro de ellas. Él se ocupó, sobre todo, del sentido de las palabras y sus componentes tanto de manera aislada como en sintagmas mediante la contrastación: en algunos casos se valió del paralelismo.

Esta tradición se continúa con la dinastía española de los Qimhi encabezada. por Yosef Yishaq Qimhi (1105-1170). Nacido en al-Andalus de donde, por la amenaza almohade22 se instaló con su familia en el sur de Francia, en Carbona. Yosef Yishaq Qimhi uno de los que expandieron por Europa, sobre todo en Francia, la cultura de al-Andalus junto a Abraham Ibn “Ezra” y sus dos hijos Moisés y David. Moisés Qimhi escribió una gramática didáctica titulada El camino del hilo del saber que consistía en el conjunto de reglas, definiciones y paradigmas necesarios para aprender hebreo. Uno de los textos de Moisés ben Yosef Qimhi, el Sefer Shekel Tob (El libro del buen entendimiento) es el Ms. 5460 de la Biblioteca Nacional de Madrid.

Por su parte, David Qimhi (1160-1235), a decir de Angel Sáenz-Badillos y Judit Targarona Borrás David

dejó profunda huella en el terreno de la filología … jugó un papel muy importante en la difusión de los logros gramaticales y lexicológicos de la gran época andalusí. Su obra principal incluye una sección de gramática,

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21 A cargo de Margarita Peña, auspiciada por la SEP con ocasión del quinto centenario.22 Adjetivo que se aplica a los seguidores de Aben Tumart, jefe musulmán que en el siglo XII agitó una serie de hordas en occidente de África.

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llamada con el mismo nombre de todo el libro, el Sefer Miklol (editado por primera vez en 1532, en Constantinopla), y un diccionario, el Sefer ha-Sorasim (impreso antes de 1480). Gracias a su capacidad de síntesis, a su claridad y a su sencillez didáctica, serán sin duda dos de las obras más leídas y utilizadas por los hebraístas judíos y cristianos de todos los tiempos.23

Efectivamente la obra filológica de David Qimhi estuvo muy difundida en España. Por ejemplo, el Sefer Miklol llegó a la Biblioteca Nacional de Madrid en la que está registrado como el manuscrito 4188. Contiene además de una traducción latina y de otra castellana, un glosario de términos gramaticales, acompañados de una traducción latina hecha por Alfonso de Zamora (1474-1545). En tanto que el Sefer ha – Sorasim de David ben Yosef Qimhi (1160-1235), el manuscrito 5454 de la Biblioteca Nacional de Madrid, está allí identificado como Libro de las raíces o diccionario hebreo bíblico. Como se ve, el arte de la traducción, emparentado con el de hacer diccionarios, se desarrollan en Europa de manera muy independiente del humanismo que florece en torno del cardenal Cisneros y su Universidad de Alcalá, a principios del siglo XVI.24 Pero no solamente en España y Francia estuvo extendido el arte hebreo de la filología léxica. En efecto, según Albert Labarre,

Los miembros de las comunidades israelitas, florecientes en la región del sur de Europa, se interesaron rápidamente por la imprenta en la que veían un medio de multiplicar los textos que permitían preservar su religión y su cultura. Ya en 1446 un judío de Aviñon pedía a Waldvogel preparación de caracteres hebreos, y fue justamente con impresiones en hebreo como la imprenta hizo su aparición, entre 1475 y 1496, en varias ciudades italianas, portuguesas y españolas y, en el siglo XVI, en Marruecos, Palestina, Egipto y Turquía.25

No parece, pues, descabellado suponer que Gilberti, un franciscano francés de principios del siglo XVI, posiblemente de Toulouse, haya conocido estas tradiciones gramaticales y lexicográficas arraigadas en el sur de Francia en Carbona y Carcassonne, ciudad esta última que por su posición estratégica entre el Atlántico y el Mediterráneo, entre España y el resto de Europa, fue un centro de irradiación cultural para sus vecinos.26 El humanismo políglota que evidencia Cisneros y su Universidad de Alcalá de Henares es retoño del mismo árbol. Es posible, pues, que elementos de esta tradición lingüística, hayan cruzado el mar en las alforjas de alguno de los muchos misioneros biblistas; los cuales, como consta por el auge que promovió Cisneros en Alcalá de Henares con su Biblia políglota, conocían el hebreo y regaron estas tierras con su saber.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Por tanto, cuando una lengua empieza a ser traducida a otras lenguas no sólo las enriquece sino que ella misma se beneficia. Y viceversa: cuando una lengua es el punto de llegada del proceso de traducción se convierte por ello en la desembocadura de un caudal que la enriquece. Ninguna lengua, decíamos, es perfecta: en su interior, todas las lenguas se han ido gestando al ritmo de los intereses y de la experiencia del pueblo que las habla; en su exterior, en cambio, todas éstas se han forjado en las múltiples formas de comunicación con otras lenguas y con otros pueblos. Hoy, por ejemplo, hasta Pero Grullo sabe que entre más complicadas son las relaciones de un pueblo, más sofisticadas son sus necesidades concretas de comunicación, más desarrollado será por ende el sistema textual de la lengua de éste.

Los tipos textuales sólo nacen al calor de las necesidades de comunicación de los pueblos. Todas las lenguas se han ido perfeccionando a lo largo de la historia no sólo por medio de su realización en textos sino por el contacto interlingüístico mediante la traducción, por el desarrollo de su textualidad.

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23 Diccionario de autores judíos Sefarad. (Siglos X-XV), Córdoba, Ediciones El almendro, 1988, p. 42.24 Marcel Bataillon, Erasmo y España, México, FCE, 1982. Precioso libro para documentar el humanismo de Cisneros y su Biblia políglota.25 Albert Labarre, Historia del libro, México, Siglo XXI editores, 2002, p. 67.26 Paloma Díaz Mas, Los Sefardíes. Historia, lengua y cultura, Barcelona, Ríopiedras Editores, 1997. Véase para una descripción de la naturaleza y alcances de la cultura sefardí y de lo que significó para España y para Europa.

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Históricamente, la traducción es un fenómeno relacionado con la comunicación entre los pueblos tan antiguo como la humanidad misma. Mediante aquélla, en efecto, se ha realizado el desarrollo del código básico que una determinada lengua usa para comunicar los asuntos elementales de la vida cotidiana. La traducción es un viejo y tradicional recurso de los pueblos para ampliar sus perspectivas de comunicación y, por tanto, sus horizontes lingüísticos; debido a eso, es, desde los orígenes de historia, un ámbito complicado y lleno de antinomias de la reflexión humana.

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LA CREACIÓN DE VOCABLOSUN CAMINO PARA RESEMANTIZAR LA TRADICIÓN

EL CASO DE JAPÓN

Agustín Jacinto ZavalaEl Colegio de Michoacán

En el desarrollo general de una lengua es la comunidad de hablantes la que poco a poco va creando o importando las palabras necesarias para la continuidad de la comunicación y para trasmitir significado al interior de esa comunidad. Este ha sido el caso de la mayor parte de las lenguas que se hablan en Europa.

Sin embargo, cuando el cultivo de las lenguas existentes se ve restringido por el poco uso, la falta de instrucción de los hablantes, o al hallarse seriamente limitado por las políticas lingüísticas del Estado, ese desarrollo ordinario y normal no puede ocurrir. Si una lengua sólo tiene como ámbito de uso la vida diaria o quizá únicamente la vida doméstica, es de esperarse que no se desarrollen nuevos vocablos para cosas que están más allá de ese ámbito. Si además acontece el fenómeno de que los hablantes de esa lengua carezcan de acceso a la instrucción formal, el asunto se complica más porque entonces hay muchas áreas del conocimiento actual que quedan fuera de la vista de los hablantes y su lengua no requiere de nuevas palabras para esas áreas que resultan vedadas. Si por otra parte, como en el caso de las lenguas indígenas de la Nueva España, las estrategias de dominación se rigen por la máxima de que “la lengua es la patria”, y se sigue una política de excluir a las lenguas nativas en asuntos de instrucción religiosa (como fue el caso de la prohibición de traducir la Biblia a las lenguas indígenas), es de esperar que éstas se estanquen y no se desarrollen como lo hacen las lenguas aprobadas y promovidas por el Estado. Esa situación no se restringió a la época colonial, sino que se ha seguido manteniendo de diversas maneras en el Estado mexicano.1

No se pudieron desarrollar naturalmente las lenguas nativas, porque las restricciones que se les impusieron fueron antinaturales. La creación de nuevos vocablos en lenguas indígenas se estancó en la época colonial y los neologismos que se forman son de existencia efímera porque no se ve la necesidad de crearlos, debido al ámbito restringido de uso de las lenguas indígenas.

Pero si la utopía de la universidad indígena se ha hecho realidad en algunos estados de la república y se siguen creando otras instituciones similares; y si además las ideas básicas de esa utopía han sido adoptadas por diferentes programas de educación formal, tales como México Multicultural de la UNAM; y si se han creado leyes que favorecen el uso de las lenguas nativas, por ejemplo la enseñanza de lenguas indígenas en las escuelas de nivel medio, entonces es necesario pensar en que realizar la utopía de la universidad indígena implica la enseñanza en la lengua de las etnias de cada región. Sólo desde esa perspectiva será posible que una institución de ese tipo pueda tener algo específico que ofrecer, una vez que sus otros ideales han sido ya retomados por otras dependencias.

Pero eso implica ante todo un crecimiento de la lengua misma. Aunque se ha tachado de positivista la expresión de Wittgenstein, en este caso es aplicable: “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”,2 y si somos incapaces de expandir los límites de nuestro lenguaje, los límites del universo que esa lengua puede describir y comunicar serán estrechos y poco apropiados para la época en que vivimos.

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1 Agustín Jacinto Z., “Del proyecto tarasco al proyecto Gilberti: la función del idioma nativo entre los p’urhépecha” en Beatriz Garza Cuarón (coord.), Políticas lingüísticas en México, México, La Jornada/CIICH-UNAM, 1997, pp. 241-258.2 Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Madrid, Alianza Editorial, 1973, Sec. 5.6, p. 163.

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Si la retórica de partidos ha dado en destacar, como hacía Vasconcelos, la magra contribución de los pueblos indígenas a la economía y el bienestar nacional, será necesario que se den las mismas oportunidades de acceso al conocimiento que tiene el resto de la población. La posibilidad de ingresar a la educación formal más allá de la preparatoria es un requisito en este mundo contemporáneo para que los pueblos indígenas puedan valerse por sí mismos e igualmente contribuir a la economía, a la ciencia, a la tecnología y al bienestar nacional. Pero antes de que esa educación formal pueda darse en las lenguas nativas de cada región, es necesario que éstas dispongan del vocabulario adecuado.

La creación de vocabulario ocurre en la vida cotidiana durante todas las épocas, pero en el mundo contemporáneo es especialmente notable en el ejercicio profesional. Por eso tenemos en español barbarismos creados en la vida profesional tales como bit, byte, drive, modem, clonar, etc. Esa misma necesidad se va haciendo sentir en las lenguas indígenas conforme los hablantes van teniendo acceso a la educación superior y se ve el requerimiento de que otros hablantes de lenguas indígenas también puedan acceder a esa educación sin que deban hacerlo en una segunda lengua. De ahí la utopía de las lenguas indígenas.

NECESIDAD DE NEOLOGISMOS

Si en 400 años de ser idiomas de segunda las lenguas de las comunidades hablantes nativas no han podido desarrollar un gran número de nuevos vocablos, sería ingenuo esperar que en el lapso de los próximos diez años logren generarse espontáneamente los tecnicismos necesarios para una educación formal de nivel universitario. De aquí que el modelo europeo de desarrollo de las lenguas naturales no nos pueda servir como ejemplo. Esperar una rápida evolución natural de su vocabulario es aguardar contra toda esperanza. En el desarrollo de lenguas tales como el inglés, el francés, el sueco, el alemán, el gbaya y el hebreo, como se dice en Les traducteurs dans l’histoire, los traductores han desempeñado un gran papel como constructores de lenguas nacionales.3 Es conveniente recordar que por lo menos hasta el siglo XIV en Europa no se diferenciaron claramente las funciones de traducción, imitación y creación en las nuevas lenguas que apenas estaban formándose. Nos interesa este modelo de relación entre lenguas ricas y desarrolladas y aquéllas que por diversas razones están apenas en vías de desarrollo. Ese modelo podemos apreciarlo en las obras de los misioneros europeos en la Nueva España durante los siglos XVI-XVII, y es posible verlo también en tiempos más recientes en Japón, durante el siglo XIX. En el caso de este último país, se da el aprendizaje de las cosas occidentales como empresa de protección nacional y como formación de ciudadanos independientes.

En Japón la recepción, absorción y subsecuente rechazo de aspectos culturales ajenos ha sido una pauta recurrente. Se hizo en el siglo VII y en el siglo XI cuando hubo importaciones masivas de la cultura china. En el siglo XVI Japón absorbe una parte de la cultura occidental traída por los misioneros europeos, y esto se continúa por medio de Dejima en Nagasaki. En el siglo XVII, al importar y adoptar el neoconfucianismo recibe otra gran influencia de China. Entre los siglos XVIII y XIX, con los “Estudios holandeses” y los “Estudios occidentales” le llega la influencia de la cultura europea, sobre todo por medio de Holanda. En cada una de estas importaciones fue necesario crear nuevo vocabulario.4 Los misioneros europeos que llegaron a Japón aprendieron de los que estaban en China la técnica de crear vocabulario mediante los ideogramas, y a unos cuantos años de arribar a Japón, ayudados por hablantes nativos, hacen traducciones de obras europeas al japonés. Destacan: la traducción de las fábulas de Esopo y de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis.

Al hacer un breve recuento de la manera en que se creó el vocabulario técnico en japonés en la época Meiji (1867-1912), podemos ver que no es del todo descabellada la idea de crear neologismos a toda velocidad. Cualquier lenguaje, en mayor o menor medida, se presta para ello.

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3 Jean Delisle-Judith Woodsworth (eds.), Les traducteurs dans l’histoire, Ottawa, Canada, Les Presses de l’Université d’Ottawa/ Editions UNESCO, 1995, pp. 39-74.4 Ichikawa Shin’ichi, “Positive and Negative Aspects and Current Consequences of Translation since the Modernization of Japan”, Kiyô (Revista de la Universidad) 56, Tokio, Waseda Daigaku gogaku kyôiku kenkyû, 2001, Separata, pp. 1-14. El profesor Ichikawa presta poca atención al papel de los diccionarios.

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La traducción en la evangelización

Respecto al trabajo de traducción de los jesuitas en lo que se ha llamado “el siglo cristiano en Japón” hay mucho que decir.5 Hubo misioneros como Francisco Cabral, superior de los jesuitas durante 13 años, pensaron que era imposible aprender el idioma japonés. Pero al ser la lengua el acceso a la cultura, hubo otros misioneros que se dedicaron a su estudio y que confeccionaron artes y vocabularios de la lengua japonesa. De entre éstos quizá el más famoso sea el Arte da lingoa de Iapam, de João Rodriguez Tçuzzu, que se imprimió en Nagasaki en tres libros entre 1604 y 1608, y el Vocabulario da lingoa de Iapam com aclaração em Portugues, obra colectiva publicada en Nagasaki en 1604. Lo notable en este caso es que se reconoce la participación de los Irmãos japoneses en la elaboración del vocabulario.6 Se hicieron traducciones de catecismos y también de las Fábulas de Esopo (Isopo monogatari) en 1659.7 En ese mismo año se tradujo la Imitación de Cristo con el título Contemptvs mundi, quizá con la participación preponderante de Fabian Fucan, monje zen convertido al cristianismo. Como escribe Elison, “las traducciones de obras europeas tales como la Imitatio Christi sólo pueden calificarse de sobresalientes, y prueban que por lo menos el lenguaje no era una barrera para la transmisión espiritual”.8 No sólo este caso, sino como reconoce Elison, una gran mayoría de la docena de obras publicadas por la prensa jesuita en Nagasaki muy probablemente tuvieron como colaborador al ex monje zen, Fabian Fucan que al sufrir discriminación y no ser considerado apto para el sacerdocio, dejó la Compañía de Jesús y abandonó el cristianismo.9

Después de que llegó Francisco Xavier (1549), el P. Gaspar Vilela fundó una misión en Kioto (1559). Luego los jesuitas lograron que el daimyô Ômura Sumitada (bautizado en 1563 como Dom Bartolomeu) les permitiera predicar en sus dominios (1562). El daimyô Oda Nobunaga concedió a los jesuitas regresar a Kioto (1569) después de que habían sido expulsados (julio de 1565) y éstos construyen el templo Nambanji (templo de los bárbaros del sur) en esa ciudad (1578). Posteriormente, los jesuitas lograron que el daimyô cristiano Dom Bartolomeu les cediera el gobierno de Nagasaki (1580). Ya en esa posición, el viceprovincial Coelho pidió ayuda a Toyotomi Hideyoshi en contra del feudo de Shimazu y a cambio ofreció apoyo cristiano –quizá europeo– en sus planes de invasión a Corea (1586). Hideyoshi invadió Kyushu (donde se localiza Nagasaki) después de que efectivamente Shimazu comenzó su ofensiva a principios de 1587. En junio de ese año Hideyoshi derrotó a Shimazu y, una vez triunfante, el 23 de julio de ese año expulsó a los jesuitas y restringió la práctica del cristianismo. En 1593 se permitió a los franciscanos quedarse en Japón, pero éstos entraron en conflicto con los jesuitas (1596). Comenzó la persecución de los cristianos y el 5 de febrero de 1597 murieron los primeros 26. Los jesuitas regresaron a su misión en Kioto (1600). Después de que Tokugawa Ieyasu llegó en 1603 a ser shogun, permitió el ingreso de los dominicos a Japón. La persecución de los cristianos se recrudeció en 1612 y dos años después ésta se generalizó. Siguieron entrando secretamente los misioneros a Japón, pero el gobierno del shogun aplicó torturas a todos los cristianos capturados y la pena de muerte a quienes se negaran a apostatar. Con esto volvemos al tema de la traducción.

Para dar cuenta de esa apostasía, en 1640 se estableció la Oficina de Cambio de Religión (shûmon aratame yaku). Esta institución se vio en la necesidad de contar con un resumen del cristianismo que tuviera el vocabulario indispensable para interrogar bajo suplicio a los cristianos japoneses capturados, ya que en interrogatorios anteriores se había comprobado que parecían renegar de la fe, pero al ser puestos en libertad volvían a sus prácticas. Fue importante en ese momento conocer la manera en que los misioneros habían traducido al japonés sus doctrinas.

Para citar un caso concreto, quisiera ver desde el punto de vista de la traducción un texto que según George Elison habría sido redactado por alguno de los siguientes misioneros “caídos”, es decir, apóstatas: “los padres Pedro Marquez, Francisco Cassola, Alonzo de Arroyo, y Giuseppe Chiara”.10 Estos jesuitas

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5 C. R. Boxer, The Christian Century in Japan: 1549-1650, Berkeley, University of California Press, 1951.6 George Elison, Deus Destroyed. The Image of Christianity in Early Modern Japan, Cambridge, MS, Harvard Univerity Press, 1973, p. 20.7 Elison, op. cit. p. 498.8 Elison, op. cit. p. 20.9 Elison, op. cit. p. 148, 155.10 Elison, op. cit. p. 199.

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fueron capturados el 27 de junio de 1643 por la ya mencionada Oficina de Cambio de Religión. Entre las acusaciones en su contra estaban: construir barcos para entrar a Japón, esconderse entre los campesinos, traer grandes cantidades de dinero, provocar conflictos, hacer cambiar de religión a la gente y luego apoderarse de su país por indicaciones del Papa e inventar falsedades a su antojo diciendo que eso era la palabra de Dios. Por eso se les cuestionó, y después de 10 o 15 días de discusión, se les sometió a interrogatorio bajo tortura (gômon).11 El texto resultante habría sido el Kirishito-ki, ó Kirisuto-ki (Memorial sobre el cristianismo). De éste, voy a tomar sólo la sección que quizá por el contenido aunque no por el subtítulo, Elison denomina “An Outline of the Religion”. En otra ocasión retomaré un texto alternativo en el que este Resumen aparece en otro contexto. Por ahora voy a presentarlo tal como aparece dentro del Kirisuto-ki. Allí ocupa casi 22 páginas, a razón de 800 ideogramas, sílabas y puntuación por página.12

Este texto se encuentra todo en japonés y en su representación recurre a dos series de signos: caracteres chinos y silabario katakana. Trata los principales temas de las doctrinas y organización de la Iglesia.

Entre los temas referentes a la organización están: una lista de las órdenes religiosas que entonces había en Japón: “Companhia, San Francisco, San Domingosu, Santo Aguschiino”, los grados eclesiásticos desde el Papa hasta los sacerdotes, los clérigos y los hermanos13 así como la lista de los apóstoles en la cual se hace notar que el Papa es el sucesor de san Pedro,14 quien tiene las llaves del paraíso.15

El texto consta de casi 40 secciones referidas a la doctrina, entre las que están: los diez mandamientos; las personas de la Trinidad; la creación y Dios creador; la atrición, contrición, la disciplina y el cordón franciscano; los pecados mortales; el rosario; el juicio final; la obra de la redención, y los 12 apóstoles a los que se añade san Pablo.16

Lo que quiero hacer notar es que un periodo de escasos 100 años ya hay un vocabulario establecido para la trasmisión de la doctrina y para describir la estructura eclesiástica. Ese vocabulario no es todo japonés. Hay muchos términos en latín y en portugués que se representan en el silabario katakana. Entre éstos encontramos: Adamu, Ibu o Ewa [Eva]; retorika, hiirosohiya [filosofía], teorojia [teología]; pappa, gardearu [cardenal], aruseisuho [arzobispo], bisuho [obispo], nonchiyo [nuncio], hatere [padre]; furate [frater], kereriko [clérigo], irman [irmão]; hiites [fides], konhisan [confesión], konsenshiya [conciencia]; mandamento, kontatsu [contas, rosario]; Zesusu [Jesús], Zuifu [judío], santamariya [santa María]. En relación con el monje zen Fabian Fucan, antes mencionado, cabe notar que entre los nombres de los santos que aparecen al final del texto está el de Habian (Fabian).17

Hay también algunas palabras en portugués que se combinan con términos en japonés: morutaru-ka [pecado mortal], orijinaru-ka [pecado original], heniaru-ka [pecado venial]. En latín encontramos: Deus; persona; y la mención de que “Isaac genuit Jacobus[.] Esau in utero matris Deus [sic-eius] Esau odio [ohochio] habuit” (o como dice la Biblia clementina “collidebantur in utero ejus”, Gen. 15: 22).18

Este texto que aquí tomé como ejemplo, es uno de los muchos que estuvieron a disposición oficial, pero hubo otros que fueron de uso popular. Después de las persecuciones y del cierre del país (sakoku) en el siglo XVIII, los cristianos tuvieron que ocultarse para no ser exterminados y por eso se les llamó kakure kirishitan, cristianos escondidos, de los cuales en el sur de Japón por lo menos 1 300 sobrevieron hasta la llegada de los misioneros en el siglo XIX. Cuando el P. Bernard Th. Petitjean (1828-1884), de las Misiones extranjeras de París, estuvo al frente de la iglesia de Ôura, en Nagasaki, se presentaron ante él por medio de Elisabeth Dzuru (también kakure kirishitan) el 17 de marzo de 1865. Los términos introducidos por los misioneros a Japón formaron parte del vocabulario iniciático de los kakure kirishitan, cristianos escondidos.

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11 Zoku-zoku gun shorui-jû. Dai jû’ni. Shûkyô (Continuación de la Segunda parte de la Colección completa de documentos regionales, vol. XII. Religión), Tokio, Tosho kankô-kai, 1907, vol. XII, p. 656 a-b.12 Op. cit., pp. 656 b-668 b.13 Op. cit., pp. 656 b-657 a.14 Op. cit., pp. 665 a-666 a.15 Op. cit., p. 660 a.16 Cf., op. cit., pp. 657-666.17 Como el estilo en que se escribió este texto no en todos los casos lleva marcas de dakuten, resultan sonidos como aruseisuho en lugar de aruseisupo, o hatere en vez de patere, Habian en lugar de Fabian. Cabe notar que Fabián es uno de los santos a los que se invoca en la Letanía de los santos, después de Esteban, Lorenzo y Vicente.18 Op. cit., p. 658 a.

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Tres vocablos sirvieron para identificar a los misioneros como sucesores de los padres o bateren: su lealtad al pappa, su devoción a santamariya, y su fe en Jezus-sama.19

La traducción en la época Tokugawa

Sugita Genpaku (1733-1817) es famoso porque junto con Hiraga Gennai y Maeno Ryôtaku, hizo la primera traducción de una obra de medicina occidental: las Tablas Anatómicas de Johan Adam Kulmus. En su libro Rangaku koto-hajime (Los comienzos de los Estudios holandeses),20 Sugita Genpaku narra las peripecias de aquélla en cuatro volúmenes de texto y uno de ilustraciones. Para la traducción (hon’yaku) utilizaron tres modelos: los traslados de intención de lengua a lengua (iyaku), y el de sentido (giyaku), así como la traducción literal (chokuyaku).

En el caso del traslado de intención, Sugita da como ejemplo la manera en que tradujeron la palabra holandesa zenuw (inglés sinew; tendón, fibra, nervio) por shinkei (nervio), el cual era un vocablo nuevo.21

Un ejemplo del traslado de sentido lo tenemos en la traducción de thermometer, como kan’on kenki, literalmente instrumento que prueba calor y frío. Estos dos últimos términos en este caso significan temperatura. Así que el resultado es instrumento que prueba ésta. Ese fue el caso común en la traducción de los instrumentos científicos. La mayor parte de esos traslados de sentido resultaron en palabras creadas. Por ejemplo, telescopio quedó traducido inicialmente como tômegane, literalmente espejo [de] mil millas.22 Esta palabra después fue modificada considerando parte de la etimología como bôenkyô, espejo [para ver a] distancia. La palabra holandesa zonglas (inglés: sunglass) fue traducida como kanjitsugyoku, que de manera literal es mirar-sol-redondez, o mirar-disco solar.23

Para poder avanzar en la traducción muchas veces tuvieron que preguntar a los holandeses información sobre los aparatos, las piedras, las plantas, cosas relacionadas con las partes del cuerpo.

O bien, por sí mismos tenían que deducir el significado y encontrar una palabra adecuada para traducirlo. Por ejemplo, una vez que tomaron la decisión de traducir las Tablas Anatómicas, un día que estaban leyendo la sección que trata de la nariz, encontraron la palabra verheffende, pero nadie sabía qué significaba. En ese tiempo los diccionarios eran escasos. Sugita narra que en un libro de lecturas que habían comprado en Nagasaki aparecía la palabra verheffende, y allí se explicaba: “cuando se cortan las ramas de un árbol, estas viene a ser verheffende, y cuando se barre un patio la basura se acumula en la tierra y es verheffende”, mientras reflexionaba sobre el posible significado, de pronto se le ocurrió que “después de cortar las ramas del árbol, cuando se cura la herida del corte se hace protuberante o sobresaliente, y cuando se acumula la basura al barrer, se hace un promontorio. Y la nariz es prominente en el centro de la cara, así que verheffende tendría que significar protuberante o sobresaliente”.24

Por eso dice Sugita: “deduciendo esto y aquello íbamos decidiendo con qué palabras traducir. El número de palabras se hizo numeroso y el cuaderno en que [Maeno] Ryôtaku las apuntaba fue aumentando de tamaño”.25

Tenemos así una idea de las dificultades que encontraron los primeros traductores del holandés. Estos esfuerzos no fueron vanos, ya que posteriormente mediante los libros importados de Holanda, los japoneses pudieron acceder a información sobre cuestiones marítimas, militares, médicas, así como respecto a las costumbres, organización y gobierno de algunos países europeos. Es sabido que los primeros cañones (ôzutsu) que adquirieron los japoneses los obtuvieron por medio de los misioneros cristianos. Ôtomo Sôrin es quien primero los consigue. Se les da el nombre de ishibiya (flechas ardientes de piedra).26

25

19 Joseph L. van Hecken, The Catholic Church in Japan since 1859, Tokio, Enderle Bookstore, 1963, pp. 3-15.20 Rangaku koto-hajime (Los comienzos de los estudios holandeses), incluido en Haga Tôru (Ed.), Sugita Genpaku-Hiraga Gennai-Shiba Kôkan, Tokio, Chûô kôron-sha, 1971.21 Op. cit., p. 92.22 Op. cit., p. 98.23 Ibid.24 Op. cit., p. 109.25 Ibid.26 Kadokawa shoten-hen, Nihon-shi tanpô 11. Kirishitan to teppô denrai (Indagación de la historia de Japón, vol. 11. Los cristianos y la llegada de los cañones), Tokio, Kadokawa shoten, 1984, p. 87.

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El proceso que se inicia con la traducción de las Tablas anatómicas se continúa hasta el envío de los primeros becarios del gobierno a Europa.

IMPORTADORES DE IDEAS Y CREADORES DE VOCABLOS

Cuando las autoridades vieron la necesidad de conocer más acerca de Occidente, seleccionaron a jóvenes destacados que sabían holandés o inglés para ir como becarios a Europa y Estados Unidos y allí aprender a fondo los principales conceptos en una ciencia y regresar para aplicarla en la construcción del nuevo Estado. Voy a mencionar sólo algunos casos.

En los últimos años del Shogunato, mientras las grandes naciones occidentales estaban presionando a China, hubo la preocupación por conocer mejor a Occidente. En junio de 1862 salieron al extranjero 17 japoneses, entre quienes encontramos a Nishi Amane y a Tsuda Masamichi (1829-1903). Tanto Nishi como Tsuda, al haber nacido en 1829, tenían 33 años. En 1865, como becario del Han de Shimazu salió a estudiar a Inglaterra Mori Arinori (1847-1889), quien posteriormente viajó a Rusia y luego a Estados Unidos. Todos estos esfuerzos para adquirir el saber en las naciones avanzadas de ese tiempo se reflejan en las palabras del Juramento de los Cinco principios del Emperador Meiji: “Se buscará el conocimiento por todo el mundo para fortalecer los fundamentos del gobierno imperial”.27

Después de su regreso, Mori Arinori fundó en febrero de 1873 la sociedad cultural llamada Meiroku-sha, cuyo nombre significa año sexto de la época Meiji. En 1874 se establecieron sus Principios y se empezó a publicar su revista Meiroku zasshi. Ésta siguió saliendo hasta noviembre de 1875 con un total de 43 números en los que hubo publicaciones de lo más granado de la intelectualidad japonesa de ese tiempo. A esa sociedad pertenecieron, además del fundador, Mori Arinori, que fue líder político a principios de Meiji: Nishi Amane, introductor de ideas occidentales; Fukuzawa Yukichi, educador y promotor de la civilización occidental en Japón; Nishimura Shigeki, Tsuda Masamichi, Nakamura Masanao, Katô Hiroyuki, Mizukuri Shûhei, Mitsukuri Rinshô, Sugi Kôji, como miembros fundadores. Cuando se disolvió, en 1875, tenía más de 30 integrantes.28

Este periodo de introducción del pensamiento occidental se caracteriza por la copia casi exacta de lo visto, oído o estudiado, y sin buscar todavía ser una expresión de la vivencia propiamente japonesa. Sin embargo, este periodo de importación tuvo una gran influencia e incluyó la creación del vocabulario necesario para expresar en japonés los nuevos conceptos.

En cuanto a la amplitud de los temas introducidos, ciertamente es motivo de asombro cómo con un puñado de gente bien elegida, Japón pudo recoger y adaptar en poco tiempo los conocimientos fundamentales para la reorganización del país, desde su sistema educativo hasta su estructura legal, desde la ciencia militar hasta la tecnología para industrias ligeras. Los miembros de la sociedad Meiroku-sha constituyeron un grupo de intelectuales prácticos, si les podemos llamar así, cuya principal preocupación fue poner al país a la altura de las circunstancias internacionales. Todos ellos, si no cada uno individualmente por lo menos como grupo, pueden hacer suyas las palabras de Fukuzawa Yukichi:

Aunque mi influencia haya sido pequeña, estoy satisfecho con las reformas, y estoy seguro que la gente me considerará en parte reformador. Ya teniendo el nombre de reformador y estando en una posición por encima de lo ordinario, habrá algunos que tomarán mis acciones como su modelo. Si así fuera, mi obligación sería guiar al pueblo.29

Este hincapié hecho en el conocimiento orientado a formar al espíritu del hombre y hacia la práctica puede verse en los escritos de Fukuzawa Yukichi que escribió obras que fueron best sellers (Las condiciones en Occidente, 1866; Recomendación del aprendizaje, 1872-4, etc.). Nos dice: “La ciencia no consiste esencialmente en estudios imprácticos. ... Tales estudios imprácticos deben quedar relegados a una posición secundaria. El objeto primario de nuestros esfuerzos debería ser el conocimiento práctico que está más

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27 “Meiji Boshin” en De Bary (ed.), Sources of Japanese Tradition, I vol. p. 137.28 Hashikawa Bunzô et al. (eds.), Kindai Nihon shisô-shi no kiso chishiki (Conocimientos básicos de la historia del pensamiento en el Japón moderno), Tokio, Yûhikaku, 1971, p. 22.29 D. Dilworth tr., An Encouragement of Learning, Monumenta Nipponica, Tokyo, 1969, p. x.

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próximo a las necesidades humanas ordinarias”.30 Esta orientación sigue la tradición de lo llamado jitsugaku (estudios prácticos) que era parte del ambiente intelectual pragmático en Japón antes de la apertura del país en 1867 y enraiza en el neoconfucianismo japonés. Según Minamoto Ryôen tres elementos se conjugaron entonces para hacer posible el desarrollo de un racionalismo experimental: una actitud anímica de libre indagación como la de Ogyû Sorai; la acumulación del conocimiento, sobre todo desde la formación de la escuela de Estudios Antiguos (kogaku), y la influencia de las ciencias occidentales por medio de Nagasaki, como en Kaibara Ekiken.31

Entre los precursores hay que mencionar también a Nakae Chômin (1847-1901). Estudió los clásicos chinos, pero asimismo en lenguas como el holandés y el francés. Durante tres años estuvo en Alemania (1871-1874); regresó, fue secretario del Genrô-in (Consejo privado del Emperador) y director de la escuela de lenguas extranjeras, pero de pronto renunció para dedicarse a la educación de niños y niñas en el Liceo Francés. Cuando en 1881 se fundó el Tôyô jiyû shimbun (Periódico liberal de Oriente) de Saionji Kinmochi, Nakae fue editorialista. En ese mismo año participó en la fundación del Jiyû-tô, partido liberal. Pero dos años después, por riñas internas en éste, Nakae decidió retirarse del mismo. En 1887 cuando el gobierno pasó la Ley para el Orden y Paz Social, Nakae tuvo que salir de Tokio y se estableció en Osaka. En las elecciones generales de 1888 resultó electo representante de este lugar por el Partido Liberal, pero renunció en cuanto supo que una facción de éste había transado con el gobierno. Tras casi un año de escribir para otro periódico se trasladó a Sapporo pensando dedicarse a los negocios. Pero fue un rotundo fracaso ahí y vuelve a Osaka en 1898. Retorna a la política con el partido demócrata al año siguiente. Muere en 1901. Lo incluyo aquí porque se dice que en su juventud Nishida Kitarô tuvo la influencia de su pensamiento especialmente por medio de la obra Rigaku kôgen (Introducción a la filosofía) de 1801, aunque quizá pudiera decirse que lo reflejado en las cartas de Nishida de ese periodo es la influencia que tiene el segundo capítulo en la segunda parte de la popular autobiografía escrita por Chômin Ichinen yûhan (Un año y medio) donde expone su lema: “no Dios, no alma”. Además Nakae Chômin, influenciado por Rousseau y traductor de El contrato social, es autor de una obra que tuvo gran repercusión en el pensamiento político de su época: el Diálogo político entre tres borrachos (Sansui-nin keirin mondô) publicado en 1887.32

Nakae tuvo como principal discípulo a Kôtoku Shûsui (1871-1911), quien luego se hizo socialista, participó en la formación del partido demócrata social, se opuso a la guerra ruso-japonesa y por su activismo pasó cinco meses en la cárcel en 1905. Posteriormente se convirtió en anarquista, se declaró partidario de la acción directa (1907) que pone la prioridad en las elecciones, además de criticar el capitalismo, el imperialismo y el militarismo japonés.

En 1884 se fundó la primera Sociedad Filosófica del Japón con 29 miembros, entre los que encontramos a Katô Hiroyuki (1860-1926), Nishi Amane, Nishimura Shigeki (1828-1902), etc., así como a algunos de los primeros graduados en los nuevos departamentos de filosofía de las universidades. Aunque éstos ya en la universidad estudiaron y tuvieron la influencia de la filosofía occidental, el confucianismo y el neoconfucianismo repercutieron intensamente en la formación de su pensamiento.33

Entre ellos destacan Inoue Enryô (1858-1919) e Inoue Tetsujirô (1855-1944). Este último se graduó de la Universidad Imperial de Tokyo en 1880 y de inmediato fue nombrado profesor asistente. Inoue Tetsujirô viajó a Alemania en 1884 donde estuvo hasta 1890 para ser al regresar el primer japonés profesor de filosofía en su universidad. Era el docente responsable de los cursos de filosofía occidental y de la de India cuando Nishida Kitarô llegó a la Universidad de Tokio como estudiante especial en 1991. Nishida no reconoce mucha influencia de Inoue Tetsujirô sobre su pensamiento, pero le queda a uno la duda acerca de si influyó o no en el concepto metafísico básico en el Ensayo sobre el bien, que puede expresarse como “fenómeno=realidad”. En 1897 Inoue Tetsujirô publicó en Tetsugaku zasshi (Revista de filosofía, en la que

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30 An Encouragement of Learning, p. 2.31 Minamoto Ryôen, Tokugawa gôri shisô no keifu (La genealogía del pensamiento racionalista <de la época> Tokugawa), Tokio, Chûô kôron-sha, pp. 12, 232-233.32 Nakae Chômin, A Discourse by Three Dunkards on Government, Nobuko Tsukui (trad.), Tokio, Weatherhill, 1984.33 Puede verse un aspecto de estas diversas influencias en la obra de Nishi Amane en Saitô Takako, “The Meaning of Heaven according to Nishi Amane” en James W. Heisig (ed.), Frontiers of Japanese Philosophy, Nagoya, Japón, Nanzan Institute for Religion and Culture, 2006, pp. 1-21. Para apreciar un enfoque un tanto diferente, véase Lam Wing-keung, “Redifining Philosophy through Assimilation. Nishida Kitarô and Mou Zong-san” en Heisig (ed.), op. cit. pp. 22-38.

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poco tiempo después apareció un artículo de Nishida) un texto con el título de “Teoría de la identidad entre fenómeno y realidad” y en el cual se exponía el Realismo de la Identidad o Identitätsrealismus para encontrar una vía media entre Haeckel (que identificaba indiscriminadamente a ambos) y Kant (que los separaba). El doctor Robert Wargo en su disertación doctoral y en la revisión reciente que hizo de ese trabajo, ha explorado las influencias de los dos Inoue antes mencionados sobre el pensamiento de Nishida.34

Nishi Amane y Tsuda Masamichi fueron becarios en Holanda, donde estudiaron derecho y economía con Simon Vissering (1818-1888),35 quien tomaba el concepto de ley natural como base de la enseñanza del derecho. La misma tendencia puede verse en los Elements of Moral Science (1835) de Francis Wayland (1796-1865)36 que consideraba el concepto de natural right como base de una teoría ética. Por su parte, Katô Hiroyuki estudió la teoría organicista del Estado, de la cual derivaba las ideas de libertad y derechos. En todo caso, la interpretación que esos becarios japoneses hicieron de estas nuevas teorías estuvo fuertemente influenciada por el confucianismo y el neoconfucianismo japonés. De esta manera, muchas de las nuevas ideas que llegaron de Occidente pasaron por el filtro del neoconfucianismo, tanto por los esquemas mentales de los becarios como por las palabras utilizadas para traducir los conceptos. Por ejemplo, al interpretar la ley natural como “seihô” ya quedaba en el trasfondo el concepto neoconfuciano de que la “naturaleza” del hombre estaba originalmente provista de moralidad y que ésta implicaba, por una parte, las cinco relaciones sociales y las normas fundamentales del orden social y, por la otra, quedaba vinculada con el orden natural cósmico del neoconfuciano Chu Hsi. De esta manera, aunque muchos de los conceptos llevados por los becarios a Japón recibieron este tipo de interpretación y encajaron con el creciente nacionalismo, el resultado fue que no se llegó a fondo a comprender las nociones europeas mismas. Después de ese contacto inicial, de Europa llegaron el liberalismo y el utilitarismo. Cuando esto sucedió, el evolucionismo spenceriano, aquella manera neoconfuciana de entender la ley natural y otros conceptos que de allí provenían, de pronto fueron descartados y el proyecto de la sociedad Meiroku-sha quedó descalificado. Una generación de pensadores japoneses ligados al poder vino a sustituir a la de los primeros becarios. Aquí me interesa señalar lo que éstos llevaron a cabo.

A su regreso cada uno de los principales becarios, además de los informes de rigor, redactó obras que sirvieron para dar a conocer en Japón lo que habían aprendido. En su mayoría, éstas eran resumen de lo dicho por el profesor o los profesores con quienes había estudiado el becario. Aparte de los tres modelos de traducción ya antes mencionados, se utilizó un cuarto modelo, más cercano al procedimiento chino, llamado on-yaku (traducción fonética), que no logró sustituir a la representación fonética en el silabario katakana.37

Meiroku-sha (1873-1879)

Recién abierto Japón al contacto con Occidente, a partir de 1867 y durante diez años aproximadamente, hubo un grupo de académicos, publicistas y oficiales de gobierno que se empeñaron en importar grandes dosis de costumbres, modas, instituciones, conocimientos, etc., de Occidente y se dieron a la tarea de lograr que fueran aceptadas por todos los japoneses. A este movimiento de inspiración liberal, que combinó pensamiento y práctica, se le llamó keimô-shugi, es decir, ilustración. Para lograrlo se basaron en el lema: “talentos [recibidos del] cielo y derechos humanos”, mediante el cual perseguían la liberación de la “naturaleza” emotiva del hombre para encaminarlo a la búsqueda optimista de la felicidad terrenal por medio de promover las ciencias de Occidente. Autores de éste que estaban de moda en aquellos tiempos fueron: John Stuart Mill, Jeremy Bentham, Guizot, Buckley y hacia finales de ese periodo, Spencer, Montesquieu y Rousseau.

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34 Robert. J. J. Wargo, The Logic of Nothingness. A Study of Nishida Kitarô, Honolulu, Hawai‘i University Press, 2005, pp. 11-30.35 Seguidor de las doctrinas de Hugo Grotius en cuestiones de derecho. Entre 1879 y 1881 fue ministro de finanzas de Holanda. Entre sus obras están: Handboek van praktische staathuishoudkund (Manual de la ciencia práctica de la economía); Handleiding tot het statistisch onderzoek (Manual del trabajo estadístico). Algunos resúmenes de obras de Vissering que Tsuda Masamichi publicó a su regreso son: Taisei kokuhô-ron (Teoría jurídica occidental); y Bankoku kôhô (Derecho internacional).36 En 1827 llegó a ser presidente de la Brown University. Entre sus obras se encuentran: Elements of Political Economy (1837); The Limitations of Human Responsibility (1838); Elements of Intellectual Philosophy (1854), y otras de carácter religioso, tales como Letters on the Ministry of the Gospel (1863).37 Ôhashi Ryôsuke, Nihon-teki na mono, yo-roppa-teki na mono (Lo japonés y y lo europeo), Tokio, Shinchô-sha, 1992, p. 41.

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Desde principios del siglo XIX se había planteado en Japón el problema de la resistencia a las potencias colonialistas occidentales y, al mismo tiempo, del diálogo intercultural. El primero se resolvió por dos caminos: a) en el nivel del pueblo y de los oficiales, mediante un fuerte nacionalismo inculcado sobre todo por la Escuela de Mito, la Escuela de Estudios Nacionales y el shinto Suika, con pensadores como Hirata Atsutane y Fujita Tôkô; b) en el nivel de país, buscando por todos los medios crear un “Estado rico y ejército poderoso”. La ilustración japonesa buscó hacer hincapié en “la autopercepción del individuo”, que debía ser independiente y tener autorrespeto para que estas dos virtudes fueran la base de la construcción de la independencia y soberanía nacionales: “la consciencia del nacionalismo iba precedido de la consciencia individual”.38 Aunque los principales conceptos eran de origen confuciano, mediante su nueva interpretación se buscaba acabar con el predominio del confucianismo en la sociedad y hacer de Japón un país moderno. Esto implicaba una manera especial de traducir. Como apunta Saitô Takako: “Nishi escribió que la palabra ‘filosofía’ podía traducirse por rigaku riron, que significa el estudio del ri [ri-gaku] y la teoría del ri [ri-ron], pero que escogió el término tetsugaku para no crear confusión entre los términos técnicos europeos y los términos técnicos neoconfucianos”.39

Como ya se dijo, se creó una sociedad de tipo académico para discutir en ella los principales temas de la modernización. Esta institución se formó en 1873 y se llamó Meiroku-sha. Los miembros iniciales fueron diez (Mori Arinori, Nishimura Shigeki, Tsuda Masamichi, Nishi Amane, Nakamura Masanao, Katô Hiroyuki, Mitsukuri Shûhei, Fukuzawa Yukichi, Sugi Kôji, Mitsukuri Rinshô) y en los seis años de su existencia llegó a tener hasta 30 integrantes. Casi todos los miembros iniciales (a excepción de Fukuzawa Yukichi) eran oficiales de gobierno. Diseñaron programas gubernamentales encaminados a hacer de Japón un país moderno y también se esforzaron por despertar en el pueblo el gusto por la vida moderna. Este grupo fue representativo de la Ilustración estilo occidental en Japón. Por ejemplo, Katô Hiroyuki entendía cuestiones de gobierno y cooperó activamente en la campaña de modernización; Nishi Amane y Mori Arinori se interesaron por los problemas morales de la adaptación a las nuevas condiciones de vida de la modernidad; Fukuzawa Yukichi propagó la imagen del hombre racional entusiasmado en el desarrollo de las fuerzas productivas. En suma, todos apoyaban fundamentalmente la línea de gobierno de modernizar al país, de construir el “Estado rico y ejército poderoso”,40 lema elaborado a partir del Hzün-tzu, en el que había un capítulo titulado “Estado rico” y otro llamado “Estado poderoso” o Estado fuerte.41

Esta sociedad publicó una revista de corta vida (1874-1875) con el nombre de Meiroku zasshi. Duró mientras no criticó las políticas gubernamentales. Conforme creció el grupo se integraron algunos pensadores que no tenían el punto de vista de los oficiales iniciadores. Sin embargo, todos ellos se preocuparon por difundir en el pueblo los nuevos conocimientos mediante la publicación de obras especializadas y de divulgación.

LOS VOCABLOS CREADOS

Para esa labor de difusión estos promotores de la modernización se vieron obligados a utilizar vocabulario que podía tener tres principales orígenes:

1) Palabras ya formadas que coincidían en alguna medida con los significados que se quería trasmitir. Así tenemos que ya en el confucianismo y en el neocofucianismo se hallaban muchos términos para cuestiones políticas y que en obras chinas antiguas tales como Han Fei-tzu, Guanzi y otras, había vocablos para cuestiones legales. Así se superponen términos tales como seitai, que equivaldría a body politic, con kokutai que es el ente o el egregor nacional, pero que a juzgar sólo por los caracteres que lo forman también equivaldría a body politic. Sobre todo en el vocabulario que se refería a la sociedad y a la moral, muchas palabras japonesas

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38 Uete Michiari, “Meiji keimô shisô no keisei to sono kijaku-sei” (La formación y debilitamiento del pensamiento de la ilustración en la <época> Meiji), en Uete Michiari (Ed.), Nishi Amane – Katô Hiroyuki, Tokio, Chûô kôron-sha, 1972, p. 8.39 Saitô Takako, “The Meaning of Heaven according to Nishi Amane”, en James W. Heisig (Ed.), Frontiers of Japanese Philosophy, Nagoya, Nanzan Institute for Religion and Culture, 2006, p. 1.40 Véase Hashikawa Bunzô et al., Kindai Nihon shisô-shi no kiso chishiki (Conocimientos básicos de historia del pensamiento japonés moderno), Tokio, Yûhikaku, 1971, pp. 22-23.41 Kanaya Osamu (ed.), Soshi (Hsün-tzu) en Shoshi hyakka (Eruditos de las cien escuelas), Tokio, Chûô kôron-sha, 1973, 10ª. ed, libro VI, capítulo 10, pp. 330-334; y libro XI, capítulo 16, pp. 347-349. En ese libro se incluyen sólo selecciones de los textos.

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fueron mantenidas con su significado original aunque, como veremos después, hubo que crear términos para muchas de las corrientes de la ética.

2) Palabras ya creadas a las que se les daba un nuevo significado. Así tenemos que el término para designar los derechos, kenri, existía pero no con el significado de algo referente a lo que el súbdito podía exigir al gobernante, ni como algo que el Estado debía respetar. Se originan también movimientos populares en los que aparecen términos clave que tenían una larga tradición de uso con significados un tanto distintos. Por ejemplo, el movimiento llamado minken undô, en el que se defendían los derechos del ciudadano, significaba diferentes cosas para distintas gentes. O bien, un término como jiyû, la libertad, existía en la combinación jiyû jizai, con el significado de estar a sus anchas o de ser completamente sí mismo.

El doctor Ishida Takeshi en su estudio del término jichi, palabra formada con los ideogramas correspondientes a “sí-mismo” (onore) o “de por sí” (mizukara), y “gobernar”, “controlar”, o “dominar” (osamaru), explica que la palabra tiene dos tipos de uso nítidamente definidos y uno que no queda claro. El primero es el significado chino que proviene del Lai-chi (Libro de los ritos; jap. rai-ki) y que significa “controlar naturalmente”. El segundo es la acepción como palabra que traduce (yakugo) términos occidentales como el self-government del inglés, o el Selbstverwaltung del alemán. Estos significados son evidentemente distintos. Pero el doctor Ishida señala un área que queda ambigua: si en Japón existe un precedente anterior a la época moderna en que hubo algún tipo de decisión de la voluntad grupal, no queda claro por qué no se le designó con el término jichi.42 Las palabras antiguas en un idioma van cambiando de sentido dentro de la sociedad y cuando en alguna etapa esos mismos vocablos son utilizados en contextos multiculturales para traducir otros términos de un idioma distinto, se origina una multivalencia que hace difícil discernir los significados.43 Porque entonces es necesario trazar el camino por el que esa palabra se llegó a utilizar para traducir, en este caso, un término del inglés o del alemán. Dependiendo de su genealogía, tendrá connotaciones diversas.

El doctor Ishida señala que en alemán Verwaltung significa ejercicio de gobierno o administración y corresponde al inglés administration, mientras que Regierung quiere decir dominar o controlar y corresponde al inglés government. De manera que si jichi es traducción del inglés, entonces es casi sinónimo de gobierno popular sin distinción de que sea central o local; mientras que si se traduce del alemán está más orientado al ejercicio de gobierno de un ámbito local y se diferencia del control político nacional.44 Ya que por primera vez se produce la traducción, en el proceso de ser aceptada por la sociedad puede llegar a adquirir un significado diferente del que poseía la palabra que originalmente traducía. A veces ese cambio se produce por la influencia del significado que el término utilizado tenía antiguamente. Volviendo al caso del “autogobierno”, sucedió que los promotores del movimiento por la libertad y los derechos humanos (jiyû jichi gannen) le confirieron un significado completamente distinto del que quería darle la burocracia bajo la Constitución del Gran Japón en el caso del “autogobierno local”.45 En el primer caso se destacaba la relación de oposición entre gobernantes y gobernados, mientras que en el segundo se resaltaban las relaciones de control o dominio, e incluía un significado normativo direccionado por una voluntad política.46 Por eso, aun en el caso de no crear una palabra nueva sino de resemantizar una ya existente, la multiplicidad de significados viene a ser un problema. Por ejemplo, el término jichi puede también significar “autonomía”, como en el caso de “daigaku jichi, autonomía universitaria”.47 El desarrollo mismo de la sociedad tiende a incrementar esa variedad de significados. En el caso de palabras utilizadas para traducir términos políticos o de gobierno, puede apreciarse que la legislación es un factor determinante en la limitación de los posibles significados, pero que cuando hay cambios en aquélla de pronto emergen nuevos significados. Por ejemplo, en Japón el término jichi, utilizado en el marco de la Constitución de 1890 y en de la Constitución de 1947, tiene significados diferentes por el cambio en los ideales que promueven las respectivas constituciones.48

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42 Ishida Takeshi, Hitokoto jiten, Jichi (Diccionario de una palabra: autogobierno), Tokio, Sanshô-dô, 1998, pp. 6-7.43 Ibid.44 Op. cit. p. 8.45 Op. cit. p. 9.46 Ibid.47 Op. cit., p. 10.48 Op. cit., pp. 10-11.

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Un caso semejante que el doctor Ishida estudia en su libro Nihon no seiji to kotoba (El gobierno de Japón y la palabra),49 es el de los vocablos que traducen jiyû (libertad, libre) y fukushi (bienestar, bienestar social), heiwa (paz) y kokka (Estado).

Del mismo tipo es la creación de la palabra “kikan” (órgano), que causó graves malentendidos dentro del mundo político y jurídico de la época Meiji (1867-1912), al discutirse si era o no aplicable la teoría orgánica (kikan-setsu) al Tennô o emperador.

3) Palabras nuevas, creadas mediante una nueva combinación de ideogramas chinos, a las que se les daba un significado distinto (generalmente añadiendo el término en el idioma europeo original). Así se crea, por ejemplo, la palabra shûkyô, religión en el sentido occidental, ya que en el budismo existían las sectas (shu) o las escuelas (ha).

Una vez que hemos referido un poco de esta historia, veremos más en concreto qué hicieron los compiladores de esas palabras recién formadas o resemantizadas.

ALGUNOS VOCABULARIOS Y DICCIONARIOS

Fukuzawa Yukichi, uno de los grandes popularizadores de los requerimientos de la modernización en Japón, recopiló palabras utilizadas en sus propias publicaciones y que era necesario que sus connacionales conocieran. Así publicó su diccionario.

Inoue Tetsujirô, filósofo que buscaba resemantizar la tradición confuciana mediante el diálogo con la filosofía occidental, recopiló también dos léxicos: uno de términos de la ética en un solo volumen y otro de la filosofía en general en ocho volúmenes.

Nishida Kitarô, filósofo que hizo su reflexión en términos de la filosofía occidental pero con un trasfondo japonés, resemantizó muchas palabras ya acuñadas y creó algunas otras en los cerca de 2500 vocablos que en sus Obras completas llevan el término occidental en su idioma original y la palabra con la que él lo tradujo.

Ejemplos

A. Fukuzawa Yukichi (1835-1919)En el prefacio que Fukuzawa escribió para la edición de 1897 de sus obras, habla del Kaei tsûgo y dice:

En el año 5 de Ansei [1858] llegué a Edo [=Tokio] y por primera vez publiqué el vocabulario Kaei tsûgo, que no es propiamente traducción sino solamente consistió en poner lectura en silabario japonés a las palabras [extranjeras] del texto original … me preocupa mucho haber hecho caso omiso de las enseñanzas de varios maestros y sin reflexionar mucho en que quizá la omisión de caracteres vaya en contra de lo que manda la gramática nacional; además, al seguir involuntariamente el precedente de la gente [y haber escrito la introducción en kanbun] haya sido impulsivo y no haya pasado de ser un esclavo de la costumbre, pero he decidido que el haber utilizado el kanbun [=chino leído a la manera japonesa] será sólo por esta ocasión y lo evitaré en el futuro …50

Con el apoyo de profesores de habla inglesa que trabajaban en escuela de inglés, Fukuzawa publicó el vocabulario para facilitar a los alumnos de su escuela [juku] y a la gente en general, el aprendizaje de términos en ese idioma con sus correspondencias en japonés. En su vocabulario vemos una manera interesante de clasificar las palabras, por el género de su empleo y que abarcan muchas áreas: astronomía, geografía, relaciones humanas, oficios y puestos, tesoro nacional, metales y minerales, etcétera.

El lenguaje utilizado para hacer las clasificaciones es, en parte, de estilo confuciano, por ejemplo cuando alude a jinrin para designar las relaciones humanas, es decir, las cinco relaciones confucianas (soberano/ súbdito, esposo/ esposa, padre/ hijo, hermano mayor/ hermano menor, amigos), o cuando se refiere a los gokin (cinco metales) para la categoría de los metales y otros minerales. Al final vienen frases de una, dos, tres, etc., hasta de siete palabras, luego una serie de frases largas y cuatro formatos relacionados con la contabilidad.

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49 Ishida Takeshi, Nihon no seiji to kotoba (El gobierno de Japón y la palabra), Tokio, Tokio daigaku shuppan-kai, 1989, 2 vols.50 Fukuzawa Yukichi, Fukuzawa Zenshû (Obras completas de Fukuzawa), Tokio, Jiji shimpô-sha, 1925, p. 29.

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Este vocabulario comienza con un alfabeto en minúsculas y mayúsculas, a la usanza de muchos vocabularios de siglos anteriores.

Para ver solamente algunas de las palabras que tienen resabios de la tradición y los que son nuevos:

Heaven Ten término confuciano

Celestial spheres tenkyû traducción literal

Los nombres de los planetas tienen su equivalencia dentro del sistema chino, tal como pueden verse actualmente los nombres de los días de la semana.

Earth chi vocablo japonés

Terrestrial sphere chikyû traducción literal

Chart kaimenzu leído: umi no zumen; lit. carta marina

Continent daishû lit. gran región; posteriormente: tairiku

Península doko lit. pierna de tierra; nueva creación

Isthmus doyô lit. pie de tierra; nueva creación

Official titles shokubun meimoku [myômoku] traducción literal el vocablo shokubun se refiere al sistema confuciano japonés

Las equivalencias de los títulos de nobleza son con el sistema chino adoptado en Japón.

Emperor kôtei referente del sistema chino; en el sistema japonés se le llama TennôQueen kôgô relativo al sistema chino; en el sistema japonés designa a la consorte del Tennô

Los términos empleados para traducir las relaciones personales dentro de la familia son los usuales en el sistema japonés.

Mandarin fukan leído como yakunin

Physician, doctor isen término creado, pero con la lectura de isha

Table boy kozukai nuevo significado para término ya existente

General laws meisô rettsu equivale a okite, norma, mandato, etc., tradicional

Five modes of punishment gokan traducción literal

Ten great offences jû’aku lit. diez males

Common law jôrei lit. perennes precedentes o ejemplos; nueva creación

Affidavit kôkyô nueva creación; todavía en uso

Summons geki leído yobidashi, llamado, apelación

Plea or defense sojô lit. pliego acusatorio; utilizado actualmente en el sentido de petición, queja por escrito

Podemos ver que algunas palabras usuales en inglés no lo eran en japonés y Fukuzawa encuentra sus equivalentes recurriendo a la tradición china, o a su asimilación japonesa, o bien crea nuevos vocablos. Entre éstos la traducción de algunos es literal, y la de otros de significado.

Fukuzawa estaba muy interesado en promover la mutua comprensión entre los pueblos, el conocimiento de las varias culturas y la amistad entre éstos. Igualmente estaba comprometido con la modernización estilo occidental y en hacer saber a sus compatriotas los cambios requeridos para una vida moderna. A esto dedicó la mayor parte de sus libros, panfletos y escritos periodísticos.

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B. Inoue Tetsujirô (1856-1944)

El Vocabulario filosófico que publicó Inoue Tetsujirô en 1884 con la colaboración de Ariga Nagao51 es uno de los ejemplos de la compilación de vocablos que se estaban empleando en ese momento, y los cuales podían ser palabras de origen chino con su significado japonés, vocablos que traducían etimológicamente términos occidentales o nuevas creaciones. Aquí quiero examinar solamente unas cuantas palabras de las primeras páginas de la letra A en ese diccionario.

La primera página anuncia al lector que el diccionario está hecho tomando como base aquél de filosofía del inglés Frenck. A éste se hicieron adiciones, que estuvieron a cargo de Wadagaki Kenzô. Se hace la advertencia de que se reunieron los términos, entre ellos muchos de reciente creación, utilizados por los profesores y colegas para traducir palabras occidentales. Asimismo se dice que al final se añadió un vocabulario de términos budistas. Se expone que aunque los mismos términos tienen distintas acepciones dependiendo de la ciencia en que se utilicen, se ha marcado la diferencia mediante la abreviatura de la ciencia de que se trate.

En estas abreviaturas podemos ver algunas palabras que se crearon entonces, pero que ya han cambiado con el uso. De las abreviaturas allí empleadas siguen vigentes:

(rin) Rinrigaku ética

(sei) Seibutsugaku biología

(butsu) Butsurigaku física

(shû) Shûkyô religión

(shin) Shinrigaku psicología

(sû) Sûgaku matemáticas

En cambio sufrieron modificaciones las siguientes:

(ron) Rompô Ronrigaku lógica(sei) Seirigaku Seijigaku política

(sei) Setaigaku Shakaigaku sociología

(zai) Rizaigaku Keizaigaku economía

(hô) Hôrigaku Hôgaku derecho

Podemos ver que el promedio de defunción de esas nuevas palabras fue casi de 50% y, sin embargo, ese diccionario se sigue utilizando para entender los textos que fueron producidos en el último cuarto del siglo XIX. En los términos clasificatorios antes mencionados podemos encontrar el uso del ideograma ri, que es un “principio fundamental” y que proviene del confucianismo; así entre los términos en desuso está seirigaku, que literalmente significa la ciencia de los principios políticos; rizaigaku, ciencia de los principios de los bienes; hôrigaku, ciencia de los principios legales. Aunque traducen el término extranjero, queda el neoconfucianismo de Chu Hsi como marco de referencia.

En la página que precede al diccionario propiamente se da constancia de la parte que le tocó desempeñar a cada uno de los participantes, Inoue, Ariga y Wadagaki. Se vuelven a repetir los contenidos del diccionario.

Al comparar la primera página de este diccionario con los términos que da el Breve diccionario de filosofía editado por Itô Kichinosuke en 1930,52 marco con un asterisco (*) las palabras que no aparecen en este último. Sin embargo, cabe notar que en este libro se seleccionaron sólo palabras de uso filosófico, mientras que en el diccionario de Inoue se incluyeron muchas otras.

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51 Inoue Tetsujirô-Ariga Nagao, Tetsugaku jii (Vocabulario filosófico), Tokio, Tôyô-kan, 1884.52 Itô Kichinosuke (ed.), Tetsugaku shô-jiten (Breve diccionario de filosofía), Tokio, Iwanami shoten, 1930.

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Abbreviation yakugen lit. palabras contractas *

messhitsu lit. pincel desaparecido. OBS. *

Abduction fumei suisoku-shiki lit. forma de deducción incierta *

Aberration sasaku lit. diferencia confusa *

Ability ryokuryô lit. cantidad de poder o fuerza *

Abnegation kyozetsu, fushotô lit. corte negativo, no reconocer

como adecuado *

Abnormal gyaku-teiki, fujuntô lit. antinormal, no-normal Ijô

Aborigines doban lit. nativo, nacido en la tierra *

Abortive fugôji lit. a destiempo *

Abridgment yôyaku lit. resumen de lo importante *

Abrogation haihô, kakujo lit. desechar una ley, eliminación *

Abscisso-infiniti satsumetsu-hô lit. método exhaustivo, de extinción *

Absolute zettai lit. acabar con la oposición Zettai

junzen lit. todo entero, total

zensai lit. eliminación total

sensei lit. control exclusivo

Absolution kyûzai lit. rescate de una falta Mettzai

Traductores como Nishi Amane53 intentaron evitar la confusión entre términos del neoconfucianismo, vocablos budistas y aquéllos provenientes de Europa; la precaución no dio los resultados esperados, ya que muchos vocablos estaban formados con palabras procedentes del pensamiento chino. Esto mismo implicaba que al crear las palabras para traducir vocablos occidentales estaban interpretando la cultura europea en términos orientales. En algún sentido hubo muchos malentendidos acerca de ésta que se originaron por las palabras utilizadas para traducir sus principales conceptos. Todavía no era tiempo de intentar la interpretación de la cultura japonesa en términos occidentales. Esta tarea logró realizarla con mucho éxito Nishida Kitarô.54

C. Nishida Kitarô (1870-1945)

Conforme Nishida organizó su pensamiento y encontró nuevas maneras de exponerlo, fue readaptando o creando una serie de términos que han quedado con poca modificación en la filosofía japonesa. Vamos a ver algunos de esos vocablos.

En mi texto “Léxico de términos extranjeros en las obras de Nishida Kitarô”55 podemos apreciar con detalle los vocablos extranjeros y su traducción, tal como aparecen en cada uno de los 19 volúmenes de las Obras Completas de Nishida Kitarô.

Lo notable en este caso es que en vez de traducir los términos filosóficos occidentales para su mejor entendimiento en japonés, Nishida lo que busca es expresar conceptos, categorías y otros aspectos del pensamiento oriental en términos de la filosofía occidental. En este sentido su esfuerzo no es para perfeccionar los vocabularios anteriores, sino para preparar el camino hacia una mejor comprensión de la tradición oriental, de tal manera que pueda entrar en diálogo con el pensamiento occidental. Los iniciadores de aquél fueron sus maestros Inoue Tetsujirô e Inoue Enryô, principalmente el primero. De esta manera, la traducción misma de los vocablos ya implica una interpretación que hará más fácil ese diálogo. Nishida no crea todo el vocabulario que utiliza sino retoma muchos de los términos ya en uso en japonés y busca hallar en esas traducciones caminos hacia el diálogo con el pensamiento occidental.

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53 Véase Ôhashi Ryôsuke, op. cit., pp. 35-52.54 Ôhashi, op. cit., p. 50.55 Agustín Jacinto Z., Léxico de vocablos extranjeros en las obras de Nishida Kitarô, Zamora, El Colegio de Michoacán, Avances de investigación, serie I, núm. 9, enero 28, 1998, 3 vols.

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Antes de Nishida ya había habido la práctica de colocar el término occidental junto con su traducción al japonés, pero éste la utiliza para hacer posible el diálogo entre las tradiciones del pensamiento oriental y occidental. Como inicialmente Nishida da mucho por sobrentendido, sus primeras obras tienen una marcada tendencia a la economía del lenguaje y a privilegiar la unión de las ideas mediante la intuición del lector, más que a una explicitación silogística. Por eso las primeras obras son sugerentes, aunque se prestan a muy diversas interpretaciones por falta de una línea razonada en la exposición. Se ha querido comparar esta manera de escribir con el modo de expresión en el budismo Zen, pero el próposito es claramente diferente. En alguna medida es justificada esa comparación, ya que Nishida mismo apunta a los límites del lenguaje y al carácter apofántico de la experiencia pura, término central en su primera obra publicada, la Investigación sobre el bien.56 Para evitar que su pensamiento sea visto de manera simple como una expresión más de una experiencia Zen, y que sea propiamente valorado como filosofía, Nishida utiliza términos de la filosofía occidental.

Para citar un caso específico. Aunque en la Escuela de Kioto se ha interpretado la experiencia pura como manifestación del satori o iluminación Zen, si se apunta a características tales como la inmediatez, podemos ver que la mayor parte de los atributos que Nishida asigna a la experiencia pura los toma de William James. Así Nishida escribe: “Por ejemplo, en el instante en que vemos un color o escuchamos un sonido no sólo todavía no existe el pensamiento de que es la actividad de alguna cosa externa o de que estamos sintiendo algo, sino [incluso] se refiere a antes de que añadamos el juicio acerca de qué color o qué sonido sean.”57

Pero esta manera de decirlo, que ciertamente parece describir un aspecto del Zen, viene de James, quien escribe: “El campo instantáneo del presente es siempre experiencia en su estado ‘puro’, simple actualidad sin cualificación, un simple que, todavía no diferenciado en cosa y pensamiento, es solamente clasificable virtualmente como hecho objetivo o como la opinión de alguien acerca de un hecho”:58 es un “that which is not yet any definite what”.59 William James da el ejemplo de una pluma que es vista y es un that antes de serle asignada una función y de ser clasificada como un what: como pluma física o como el percepto de una pluma.60

En la época madura de su pensamiento Nishida es más explícito y no deja en la misma medida la unión de las ideas a la intuición del lector, aunque mantiene a éste consciente de los límites del lenguaje y apela a una comprensión que en última instancia tiende a ser supralingüística. En la etapa madura de su pensamiento, con un procedimiento reflexivo lingûísticamente más explícito, Nishida continúa elaborando un nuevo vocabulario. Por esto resulta singular la creación de vocablos tales como basho (topos), kô’i-teki chokkan (intuición activa, o intuición conductual), mujun-teki jiko dôitsu (autoidentidad de lo contradictorio, o autoidentidad de contradictorios), gyaku-tai’ô (correspondencia recíproca), etc., que vienen a ser parte del vocabulario técnico de su reflexión madura.

En este sentido, la creación de términos en Nishida se mantiene durante toda su vida, pero en la época tardía busca incorporar horizontes lingüísticos todavía más amplios para dar una dimensión mundial a su pensamiento, una vez que ha logrado expresar una gran parte de su propia tradición mediante el diálogo con pensadores occidentales.

TRADUCCIÓN Y CREACIÓN DE NUEVOS VOCABLOS

Como dice Murray en su texto La evolución de la lexicografía inglesa (1900), una de las razones al crear nuevos vocablos fue el esfuerzo de hallar la palabra adecuada para traducir vocablos latinos encontrados en los textos llevados a Inglaterra por los evangelizadores cristianos. De esta manera, cuando el lector de un libro en latín no tenía otra palabra latina equivalente buscaba en el inglés un vocablo que correspondiera. A estas anotaciones interlineares se les llamó glosas. No siempre se utilizaron palabras ya en uso en su significado

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56 Nishida Kitarô, Indagación sobre el bien, traducción del inglés por Alberto L. Bixio, Barcelona, Gedisa editorial, 1995. Véase también Agustín Jacinto Z., Zen y personalidad, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1984.57 Nishida, op. cit., p. 41. La traducción fue modificada siguiendo el original japonés.58 John J. McDermott (ed.), The Writings of William James. A Comprehensive Edition, Chicago, The University of Chicago Press, 1977, pp. 208, 177.59 Op. cit., p. 215.60 Op. cit., p. 227.

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original sino también se modificó su acepción o se crearon nuevos términos.61 Pero no es solamente la riqueza de vocabulario lo que marca el desarrollo de una lengua sino también el grado de perfección literaria, es decir, la excelencia de estilo de su prosa. Esa perfección estilística es también uno de los requisitos que Dolet menciona en sus reglas para la traducción.

Dolet y sus Reglas para la traducción

En un sentido un poco más restringido, que ve la relación entre el traductor y lo traducido, tenemos las cinco reglas que Estienne Dolet para traducir bien señaló en 1540:

En primer lugar, es necesario que el traductor entienda perfectamente el sentido y la materia del autor que traduce; porque al entenderlo jamás será oscuro en su traducción, y si el autor al que traduce, es en alguna medida difícil, podrá hacerlo fácil y del todo inteligible. La segunda cosa que se requiere para la traducción es que el traductor tenga un perfecto conocimiento de la lengua del autor que traduce, y que sea igualmente excelente en la lengua a la cual va a traducir. De esta manera no violará ni disminuirá la majestad de ninguna de las dos lenguas. Es de dudar que si un hombre no es perfecto en la lengua latina o francesa, pueda traducir bien al francés.El tercer punto es que al traducir no es necesario esclavizarse al punto de traducir palabra por palabra. Y si alguien lo hace, esto tiene su origen en la pobreza o falta de espíritu. Porque si tiene las cualidades antes mencionadas (que son necesarias a un buen traductor), sin cuidarse del orden de las palabras, se detendrá en las oraciones y hará de manera que la intención del autor sea expresada, guardando con curiosidad las propiedades de una y otra lenguas. Y de esta manera es una gran superstición (o tontería o ignorancia le llamaría yo) comenzar la traducción al comienzo de la cláusula: Pero si con un orden de palabras alterado expresas la intención de aquel a quien traduces, nadie puede reprochártelo. No quiero callar aquí la locura [Al margen: es una locura querer traducir línea por línea o verso por verso] de algunos traductores: que en lugar de libertad se someten a esclavitud. Y es que son tan tontos que se esfuerzan por traducir línea por línea, o verso por verso. Por ese error a menudo distorsionan el significado del autor que traducen, y no expresan la gracia y perfección de una y otra lenguas. Te cuidarás diligentemente de este vicio que no demuestra otra cosa que la ignorancia del traductor. La cuarta regla, que he querido mencionar aquí debe observarse más en las lenguas que no tienen arte que en las otras. Llamo lenguas todavía no reducidas a algún arte aceptado: como la francesa, la italiana, la española, la alemana, la de Inglaterra, y otras [lenguas] vulgares. Si se da el caso entonces de que traduzcas cualquier libro latino a cualquiera de éstas (incluyendo la francesa) … deberás cuidarte de usurpar [utilizar] demasiadas palabras muy parecidas al latín y poco utilizadas en el pasado. Conténtate con lo común, sin innovar algunas dicciones a lo loco y por una curiosidad reprensible. Hagan lo que hagan los demás, no los sigas en esto, porque su arrogancia no vale nada y es intolerable entre los sabios. Pero no pienses que quiero decir que el traductor se abstenga totalmente de palabras que están fuera del uso común; … porque se sabe bien que la lengua griega o latina es mucho más rica en vocablos que la francesa. Lo cual a menudo nos constriñe a usar palabras poco usuales. Pero esto debe hacerse [sólo] en extrema necesidad. Por otra parte, sé bien que algunos podrán decir, que la mayor parte de los vocablos de la lengua francesa se derivan de la latina, y que si nuestros predecesores tuvieron la autoridad para utilizarlos, también los modernos y posteriores pueden hacer otro tanto. Esto puede debatirse entre bastidores, pero lo mejor es seguir el lenguaje común. Llegamos ahora a la quinta regla, que debe observar un buen traductor. Se trata de una gran virtud sin la cual toda composición es pesada y desagradable. Y ¿qué contiene? Nada más que la observación de las piezas de oratoria …, es decir, la unión y conjunción de vocablos de tal dulzura que no solamente se satisfaga el alma sino también que el oído quede encantado y nunca se cansen de tal armonía del lenguaje. … Y nuevamente advertiré al traductor que tenga cuidado: porque sin la observación de esas piezas no puede causar admiración en composición alguna, y sin éstas las oraciones no pueden ser graves, o tener el peso requerido y legítimo. ¿Por qué piensas acaso que sea suficiente con tener una dicción propia y elegante, sin una buena ilación de palabras? … En resumen, es poco el esplendor de las palabras si su orden y colocación no es el que les corresponde.62

Creo que esta larga cita en su mayor parte es todavía aplicable al trabajo del traductor. En su cuarta regla, Dolet considera la creación de nuevos vocablos como asunto de extrema necesidad, pero quizá podamos decir que las lenguas se encuentran camino a desaparecer si no sirven para expresar las cosas de la vida moderna: están en caso de extrema necesidad. Se requiere con urgencia que aquéllas puedan responder a los requerimientos modernos de sus hablantes.

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61 James Augustus Henry Murray, The Evolution of English Lexicography, Guttenberg Project. E-book, #11694.62 Estienne Dolet, La maniere de bien traduire d’une langue en aultre, Guttenberg Project, EBook #19483.

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En tiempos de guerra Robert Schinzinger hizo la traducción de tres ensayos de Nishida al alemán. Cuando ésta todavía se hallaba en trámite, Nishida hace notar que el traductor debía cumplir cuatro requisitos: 1) ser hablante de la lengua nativa a la que se va a efectuar la traducción; 2) dominar la lengua desde la que se va hacer aquélla; 3) conocer y entender a fondo el tema de que trata el texto por traducir; y 4) tener un buen estilo en la lengua de llegada. Considero que estas cuatro condiciones que para Nishida son indispensables siguen vigentes.

CONCLUSIÓN

Para terminar sólo diré que el esfuerzo de los japoneses entre los años de 1850 a 1890 tiene su base en el Juramento de los Cinco Artículos del emperador Meiji, de 1868. De ellos aquí quiero mencionar el cuarto y el quinto. El cuarto dice: “Se abandonarán las viejas costumbres y todo se basará en los principios públicos justos e imparciales”, y el quinto: “Se buscará el conocimiento en el mundo para fortalecer el fundamento del gobierno del tenoo [emperador]”.63 En este sentido, el conocimiento adquirido y trasmitido mediante nuevos vocablos tenía como último motivo fortalecer al gobierno imperial, es decir, estaba en función de consolidar el país.

En ese sentido hay siete puntos que debemos resaltar en la creación y difusión de nuevos vocablos en lengua japonesa.

1. El ánimo de conocer otras culturas, que había estado prohibido por más de 250 años bajo pena de muerte. Sólo por medio de la Dejima en Nagasaki había habido relación con los mercaderes holandeses. Pero una vez que hubo libertad de ocupación, de libre tránsito, etc., muchos japoneses se interesaron por entrar en contacto directo con otras culturas. En todo caso, fueron los seleccionados y enviados por el gobierno quienes se encargaron de conocer, importar y difundir el conocimiento de la cultura occidental en sus diferentes regiones.

2. El esfuerzo de modernización, es decir, el afán de equipararse a los países occidentales en cuanto al desarrollo. Se siguió el lema “espíritu japonés y ciencia occidental”, para distinguir entre lo que había de importarse y lo que se mantendría de dentro. El pueblo se dispuso a hacer el esfuerzo por alcanzar y luego sobrepasar a los diferentes países europeos.

3. Este empeño por conocer otras culturas y por alcanzar el nivel de modernización de los países occidentales se hizo con base en la necesidad, sin que ningún país extranjero lo impusiera. Por eso pudieron emplear su propia lengua para hacer la importación, en lugar de un idioma extranjero que les hubiera sido impuesto.

4. Era necesario explorar nuevos signos y significados para poder apropiarse de los aspectos nuevos en otras culturas. De ahí que la actualización, resemantizar vocabulario ya existente y crear vocabulario fuera de la mayor importancia.

5. En ese proceso de importación de la cultura occidental la lengua japonesa misma alcanzó un nuevo desarrollo: los importadores de aquella cultura buscaron nuevos modos de decir, de traducir, y de cosas que expresar.

6. Las razones para ese gran esfuerzo fueron dos. La primera era fomentar el autorrespeto e independencia individual. Este fue el postulado básico de Fukuzawa Yukichi. El individuo habría de alcanzar autorrespeto internamente cuando su confianza en sí mismo fuera elevada. A esto había de colaborar el que su forma de vida, su educación, su modo de trabajar, su manera de comportarse, etc., pudieran manifestarse incluso frente a los extranjeros sin suscitar desaprobación o menosprecio. La independencia del individuo habría de depender de su propio esfuerzo y su voluntad de no estar supeditado a otros dentro o fuera del país, incluso en cuestión de vocabulario para denominar las cosas y los estados de éstas que continuamente aparecían y que provenían de Occidente.

7. La segunda razón del gran esfuerzo japonés fue, como lo había dicho el emperador, para fortalecer la soberanía del país y asegurar su independencia. Según Fukuzawa Yukichi, esto sólo se podría lograr si el individuo tenía autorrespeto e independencia. En el confucianismo y en el neoconfucianismo que fueron importados de China, el gobierno estaba estrechamente ligado a la denominación apropiada, a

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63 Takabatake Michitoshi et al., Política y pensamiento político en Japón. 1868-1925, México, El Colegio de México, 1992, p. 29.

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la clarificación de los nombres. En materia gubernamenal era indispensable poder llamar a las cosas con una denominación adecuada para poder asignar los puestos, las distinciones, los honores y las dignidades jerárquicas. En el ámbito penal era indispensable contar con nombres apropiados para los premios y castigos, para las ofensas y las penas, así como para designar de manera adecuada a quienes habrían de juzgar y decidir sobre premio o castigo. En materia legal era necesaria la exactitud en la denominación para poder determinar el objeto de las leyes y la jurisdicción de quienes habrían de aplicarlas. En muchos otros campos el confucianismo y el neoconfucianismo consideraron de gran importancia la propiedad de los vocablos utilizados y la necesidad de crear nuevos en aquellos casos en que los ya existentes no servían para una clara designación.

8. Podríamos decir que los primeros becarios que fueron a Europa, importaron lo que llegaron a conocer de la cultura europea al interpretarla desde sus propios patrones culturales, su propia ideología. Desde esa perspectiva la creación de nuevos vocablos para dar a conocer lo nuevo tuvo una marcada influencia del pensamiento budista y confuciano que era muy amplio, pero no consideraba cuestiones sociales, políticas, industriales, científicas, etc., de las culturas avanzadas de Occidente.

9. Por el contrario, con Nishida ocurre el movimiento a la inversa. Este último trata de repensar las categorías nativas de su cultura mediante las categorías de la filosofía occidental. Ese esfuerzo es característico de toda la Escuela de Kioto y fue uno de sus mayores éxitos. En este sentido, el esfuerzo de crear nuevos vocablos tiene una intención de universalizar la cultura japonesa, de hacerla comprensible en términos de la cultura occidental.

En pocas palabras, el camino hacia la multiculturalidad e interculturalidad pasa por las lenguas. Este camino se ve obstaculizado si no todas las lenguas del país pueden decir abiertamente las mismas cosas (sea por razones externas, como la prohibición de utilizar los idiomas indígenas en la escuela o en la iglesia; o por razones internas, como sería la falta de vocabulario acuñado).

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ARTEM AC VOCABULARIUM AD USUM INDORUMGRAMMATICORUM SERMONE LATINO?

Rosa Lucas GonzálezEl Colegio de Michoacán

(A partir de la referencia de Johannes de Sancto Antonio (Bibliotheca universa franciscana, Madrid 1772), quiero abordar dos aspectos que se refieren a la gramática latina de Gilberti: por un lado, su mención de un vocabulario latino adosado a ésta del que no ha quedado rastro y, por otro, los destinatarios de su gramática.

En 1559, sale de las prensas de Antonio de Espinosa la Grammatica Maturini publicada por fray Maturino Gilberti. Se trata de la primera gramática latina compuesta y publicada en el Nuevo Mundo. Carece de licencias y aprobaciones, así como de colofón, por lo que no sabemos la fecha exacta de publicación, aunque debió producirse entre los meses de septiembre y diciembre de ese mismo año.1 Hasta la fecha sólo se tiene noticia de tres ejemplares sobrevivientes localizados, dos en bibliotecas estadounidenses y el tercero en una mexicana.2 En general, los cronistas franciscanos no hacen mayor referencia a esta obra y mucho menos nos dan una descripción detallada de la misma. A lo sumo señalan que es “por la que deprenden algunos”, como dice fray Diego Muñoz, o en palabras de fray Agustín de Vetancurt refiriéndose a Gilberti: “Fue gran latino y compuso Arte de latinidad muy elegante a los del Colegio de Santiago, que hoy tiene y le estima el licenciado Carlos de Sigüenza”.3 Contamos solamente con una descripción más detallada en Johannes a Sancto Antonio en su Bibliotheca universa franciscana, pero su información resulta sorprendente:

Artem, ac Vocabularium ad usum Indorum grammaticorum, sermone Latino. Ars impressa fuit Mexici Anno 1559, apud Antonio de Espinosa [sic], uti narrat fr. Augustinus Ventancurt [sic] in suo Monologio [sic] Franciscano, subdens scripsisse etian lingua terascana: Dialogum. Scripsit demun plures alios libros eodem idiomate, Authore mihi laudato Torquemada ibidem lib. 20. cap. 55.4

Los datos del cronista coinciden con la obra, salvo en una cosa, la mención de que la Grammatica Maturini iba acompañada de un Vocabularium … sermone latino. A pesar de que da como referencia a Vetancurt y a Torquemada, ninguno de sus predecesores dice nada sobre dicho vocabulario. En el pasaje de Torquemada, al hablar de Gilberti sólo dice que: compuso en la misma Lengua Tarasca muchos, y elegantes Libros, y Arte, “con que facilitó la dificultad que havía en aprenderla, y fue tan perfecto en ella, que hasta ahora no ha havido Ministro ninguno, así Religioso, como Clérigo, que con mucho le iguale ...”.5

Zulaica Gárate recoge también la mención que de ese supuesto vocabulario latino hace Wadding-Sbaral: “Wadding-Sbaral., l.c. pág. 239, citando, además un Vocabulario latino”.6 Lo cierto es que, aparte de estas dos referencias, no he podido encontrar ninguna alusión a este último ni en los cronistas ni en los catálogos ni en los estudiosos que, hasta la fecha, se han ocupado de Gilberti. Por otro lado, tuve la oportunidad de poder consultar directamente uno de los ejemplares, el m2, que se encuentra en la

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1 Grammatica Maturini. Introducción, edición, traducción y notas por Rosa Lucas González, 2 vols., El Colegio de Michoacán, Zamora, p. 37.2 Ibid., p. 38-39. Se conserva un ejemplar en la Biblioteca Pública de Nueva York, un segundo en la John Carter Brown, y el tercero en la Biblioteca Cervantina del Instituto Tecnológico de Monterrey, N.L.3 Grammatica Maturini. Estudio y edición crítica, por Rosa Lucas González, tesis de doctorado, Universidad de Salamanca, 1999 (inédita), p. 23.4 Johannes a Sancto Antonio, Bibliotheca universa franciscana, vol. II, Madrid, 1772, pp. 306 y 356.5 Agustín de Vetancurt, Menologio franciscano, México, Porrúa, 1982, p. 108; Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, III, lib. 20, cap. 55, Miguel León Portilla (ed.), México, Porrúa 1969, p. 509, col. 2.6 Ramón Zulaica Gárate, Los franciscanos y la imprenta en México en el siglo XVI, México, UNAM, 1991, pp. 158-159.

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Biblioteca Cervantina de Monterrey, N.L. y no hay el menor indicio de que alguna vez lo hubiera tenido. Podría pensarse, entonces, que un cronista tan tardío como Sancto Antonio, 1772, pudo haber sido llevado a error, puesto que tanto la Grammatica Maturini como el Vocabulario en lengua de Mechuacan se publicaron en el mismo año, 1559, pero el Vocabulario salió de las prensas de Juan Pablos, mientras que la Grammatica es el primer trabajo de Antonio de Espinosa. Desde luego, tampoco en Gilberti se encuentra ninguna referencia a dicho léxico.

La Grammatica Maturini es una obra sumamente interesante, no sólo por ser la primera gramática latina americana, sino por sus contenidos y fuentes. Ya desde sus prolegómenos podemos enmarcarla en la gramática renacentista al esgrimir los mismos tópicos que los especialistas en esta materia de finales del XV y primera mitad del XVI. Su objetivo, en palabras de Francisco Beteta, consiste en “enseñar a la juventud la elocuencia romana sin dificultades y en el menor tiempo posible, sin perderlos en las ‘tinieblas Cimerias’”(fol. 1v). Es evidente la alusión a Erasmo en su prólogo a las Annotationes, y sin duda nos recuerda también al “laberinto de confusión” al que alude Nebrija en la dedicatoria al cardenal Mendoza de sus Introductiones (1481).7

Observamos asimismo una velada crítica a los autores anteriores, en este caso parece ser Nebrija, aunque explícitamente no lo diga, pero sin duda se refiere a aquello en lo que las Introductiones se habían convertido a la muerte de su autor.8 Otro de los tópicos repetidos se refiere a las posibles críticas que podrían hacer sus enemigos a su Arte, el cual reconoce que no es una obra terminada, sino un compendio al cual, si bien se podría añadir algo, sólo sería algo que él al menos hubiera dejado esbozado, e insiste en la brevedad y claridad de su obra en beneficio tanto de los maestros, a los que puede servir de guía, como de los alumnos (fol. IIIv). Una vez más nos recuerda las palabras de Nebrija en el prólogo a la edición de 1495: “Ya desde el inicio de las Introductiones, en seguida nosotros confesamos que no es una Arte acabada, y que puede haberse omitido alguno de los temas que se consideran pertinentes a la gramática”.9

La Grammatica Maturini rebasa con mucho una simple gramática latina en lo referente a los contenidos que aborda, no así en cuanto al tratamiento de dos de sus partes: la segunda, dedicada a las concordancias y que contiene además un pequeño resumen acerca de los accidentes gramaticales que correpondería a los erotemata del libro III de Nebrija y al tratamiento de la sílaba. Pero vista en su conjunto, es un manual para alumnos ya iniciados o avanzados en el conocimiento de la lengua latina. En efecto, después de los preliminares, la obra se divide en dos grandes apartados: el primero está formado por las cinco partes que constituyen la gramática en sentido estricto: el tratamiento de las ocho partes de la oración, las concordancias, el género, el régimen y la prosodia; el segundo apartado se compone a su vez de otras dos partes, la sexta dedicada al ornato de la lengua, y la última, la séptima, en la que podemos observar distintos apartados, uno que incluye las Familiarium colloquiorum formulae de Erasmo de Rotterdam, y otro dedicado a la abundantia de la lengua, tomada de otras obras del humanista holandés.10 Vemos, pues, que la obra aborda dos grandes aspectos: por un lado una gramática latina donde se tratan los hechos analógicos de la lengua, esto es, la norma; por otro, un tratado de estilística que tiende a la imitación de los modelos, es decir, la praxis. Este binomio norma-imitación es la característica fundamental del latín renacentista, fundamentalmente escolar y que hundía sus raíces en la distinción de Quintiliano entre grammatice loqui y latine loqui.11 Lo que me resulta novedoso en la gramática de Gilberti es el haber conjuntado en un volumen de pequeño formato (in octavo) a ésta, un tratado sobre el estilo y un modelo para la práctica de los dos primeros. La obra termina en el fol. 168v con el término Finis. Ni rastro, pues, del vocabulario del que habla Sancto Antonio.

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7 Antonio de Nebrija, Introductiones Latinae, Salmanticae MCMLXXXI, Prólogo: … qui cum se in principio suorum operum rudimenta pueris exhibituros polliceantur post pauculos uersus in eum confussionis labyrinthum incidunt, unde nec ipsi se facile extricare possint.8 Luis Gil, Panorama social del Humanismo español (1500-1800), Madrid, Tecnos, 1997, pp. 110 y sig.9 Antonio de Nebrija, Introductiones Latinae, Salmanticae M:ccc.xcv, fol. A.ii.: Introductionum iam ab ipso statim operis initio profitemur nos non artem grammatices absolutam: et cui nihil addi possit, sed introductiones tantum latinas scribere: ne quisquam possit calumniari nos aliquid omisisse eorum quae ad grammaticem pertinere existinant.10 Rosa Lucas González, Grammatica Maturini. Estudio y edición crítica, pp. 61-65.11 Marco Fabio Quintiliano, Institutio Oratoria liber XII, ed. y trad. por Alfonso Ortega Carmona, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca-Caja Salamanca-Soria, 1996, lib. I, cap. VI, 27, p. 104.

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Volviendo al tema del supuesto vocabulario, no sería extraño que Gilberti completara la gramática latina, tal como, en opinión de Warren, pensaba hacer con su gramática de la lengua tarasca.12 El que las gramáticas llevaran al final un vocabulario, era práctica normal en los artígrafos latinos medievales y renacentistas. Tal fue el caso de Nebrija (Introductiones) o de Perottus (Rudimenta grammatices), por citar dos autores que, sin duda, Gilberti conoció. En el caso de Perottus, al final de su Rudimenta grammatices aparece un léxico monolingüe con el que se facilita la búsqueda de los términos técnicos usados a lo largo de la gramática con su referencia al folio correspondiente: Sequitur vocabulorum in Nicolai perotti rudimentis principaliter explicatorum summaria collectio per quam eorum elegantias et differentias secundum ordine alphabeti facile poterit quisque inuenire, et primum de incipientibus ab A.13 Nebrija, por su parte, ya desde la primera edición de las Introductiones (1481) añade dos léxicos. El primero, con alrededor de 1 590 entradas, sigue inmediatamente al apartado de la Orthographia, y su finalidad es resolver las dudas ortográficas en cuanto al uso de diptongos, nombres propios y transcripción de palabras griegas. El segundo, con 938 entradas, se encuentra como un pequeño apéndice al final de la gramática y en él va registrando los términos que ha utilizado a lo largo de las Introductiones. Pero, como muestra Codoñer, ha hecho una selección atendiendo al grado de dificultad de comprensión para el alumno. A diferencia del léxico de Perotto, que es referencial, el de Nebrija supone un verdadero diccionario de consulta con un evidente valor lexicográfico.14 Ciertamente en este léxico puede apreciarse que no se sigue de modo fiel el orden alfabético, pero ello se debe, en opinión de Codoñer, a que “Nebrija lo ha ido formando a medida que iban apareciendo los términos en la gramática, respetando la ordenación alfabética de la primera o de las dos primeras letras. Ello explica el que aparezcan uno tras otro los siguientes términos: canon, cadauer, caudis, callis, chaos, carex, pues ese es el orden en la exposición gramatical”.15 Con este pequeño diccionario, el alumno disponía en un solo volumen de los dos elementos necesarios para aprender la lengua. En este caso aún se ve la relación medieval de dependencia del léxico respecto a la gramática. Este tipo de apéndice léxico es el que hubiéramos esperado en la Grammatica Maturini.

Sin embargo, no va a ser este pequeño léxico el que hará de Nebrija el iniciador de la lexicografía moderna tanto en España y sus dominios como en Europa. A su vuelta de Italia e imbuido de las reformas humanísticas que allí se estaban efectuando respecto a la enseñanza del latín, Nebrija se dispone a implantarlas en su patria “para así desarraigar la barbarie de los ombres de nuestra nación, [y] no comencé por otra parte sino por el estudio de Salamanca, el qual como una fortaleza tomado por combate, no dudava io que todos los otros pueblos de España vernían luego a se me rendir”.16 Una vez que las dos redacciones de las Introductiones (1481 y 1485) se habían impuesto sobre las otras gramáticas que circulaban, a partir de 1487, con el mecenazgo de Juan de Zúñiga, Nebrija se dedica a “preparar una obra de vocablos en que desafío y provoco a todos los maestros que tienen hábito y profesión de letras”,17 obra que nunca vio la luz. Pero su dedicación de esos años se concretó en la publicación del Lexicon latino-hispano y de la Gramática de la lengua castellana en 1542, y la del Vocabulario español-latino en ¿1495?18 A diferencia del léxico que acompaña a las Introductiones, estos dos diccionarios marcan una ruptura radical con los precedentes medievales.

ANTECEDENTES LEXICOGRÁFICOS MEDIEVALES

Los diccionarios tienen una larga historia. Su aparición está relacionada con el proceso de escisión que, ya desde la antigüedad tardía (siglos III al VI), sufre el latín. En efecto, éste se divide en dos lenguas diferentes: el latín clásico, que terminará por desaparecer hacia el siglo VII, y el latín denominado vulgar que era el hablado en todas las capas sociales y el cual paulatinamente fue evolucionando hasta desembocar en las diferentes

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12 Benedict Warren, Arte de la lengua de Mechoacán compilada por fray Maturino Gilberti, Morelia, Fimax Publicistas, 1987, p. XV.13 N. Perottus, Rudimenta grammatices (léxico final, sin fol.), I/278, Biblioteca General de la Universidad de Salamanca.14 Carmen Codoñer, “Las Introductiones Latinae de Nebrija: tradición e innovación” en Academia Literaria Renacentista III: Nebrija, Universidad de Salamanca, pp. 118-119.15 Ibid., p. 120.16 Antonio de Nebrija, Vocabulario hispano-latino, prólogo, a.IIJ. col. 1.17 Francisco Rico, Nebrija frente a los bárbaros, Universidad de Salamanca, 1978, pp. 50-51. p. 5018 Sobre la denominación de los dos léxicos y la posible fecha de 1495, véase el prólogo de G. Colón y A. Soberanas, Diccionario Latino-Español (Salamanca, 1492), Barcelona, PUVIL-EDITOR, 1979.

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lenguas romances. Debido a este proceso de diferenciación y, por tanto, al desconocimiento de la lengua culta, al lado de las gramáticas escolares comienzan a aparecer obras lexicográficas que servirán de apoyo en el aprendizaje de la lengua y como instrumento para la traducción y composición en latín.

Empiezan a circular entonces una serie de recopilaciones de anotaciones marginales o interlineales que se denominan Glosarios.19 Se trata de explicaciones que los glosadores hacían a términos que ya no se entendían y, por ello, fueron un referente importante en la enseñanza de la lengua latina. Estas glosas estaban escritas en un latín más sencillo y comprensible para los alumnos, o bien se elaboraban en lengua vernácula. En España destacan las Glosas Emilianenses y las Silenses, datadas entre el siglo X o mediados del XI y que, como sabemos, suponen el primer testimonio de lo que sería el castellano.20

Durante la Baja Edad Media comienzan a circular colecciones de palabras clasificadas por materias, que se conocen con el nombre de Nominalia o Nomenclatura. Pueden ser breves y monotemáticas o bien extensas y que abarcan varios temas a modo de enciclopedias. Parece ser que estos léxicos se usaron de manera regular en las escuelas. En muchos casos están redactados en verso como recurso mnemotécnico; técnica que era frecuentemente utilizada en la docencia. Uno de los más conocidos era el De nominalibus utensilium de Alexander Neckan. Se trata de un léxico pluritemático, al parecer basado en Isidoro, y en el que se recogían los términos referentes a instrumentos de trabajo, vestidos, animales, medios de transporte, cocina, etcétera.

Durante este mismo periodo triunfa otro tipo de colección, los Colloquia, que giran en torno de una serie de tópicos y se proponen como modelos. Se sabe que su uso fue muy extendido para alcanzar un rápido aprendizaje de la lengua. Destaca entre ellos los Hermeneumata, atribuida al Pseudo-Dositeo, un autor del siglo III, y que tuvo un gran éxito. Los Colloquia desaparecieron durante un tiempo, pero en el siglo XVI reaparecen de nuevo con gran fuerza de mano de los humanistas: Erasmo, Vives, Mathurino Cordier, Cervantes de Salazar.

Hacia el siglo XII surgen los léxicos alfabéticos que provienen de las antiguas glosas textuales, pero que ahora se organizan alfabéticamente para facilitar la búsquedas. A diferencia de los Nominalia, parecen estar dirigidas más a la traducción de los textos latinos que al mero aprendizaje de la lengua. En muchos casos son bilingües, por lo que serían el precedente inmediato de la lexicografía bilingüe renacentista.21

Ya en plena Baja Edad Media aparecen una serie de obras de gran formato denominados Compendios o Summa, en las cuales gramática y vocabulario aparecen juntos. Se trata de auténticas enciclopedias monolingües que no se limitan a dar el significado del término sin más, sino que, como afirma Codoñer:

Con Papías, a mitad del siglo XI, ya aflora la idea de dar una explicación del origen de los nombres en un sentido gramatical, es decir, de establecer relaciones de interdependencia entre vocablos de una misma lengua basándose en las raíces. Pero más importante que esto, es la idea que subyace: el autor de un léxico, autor de nombre, no se conforma con dar la equivalencia estricta, como se hace en los glosarios, busca explicaciones y paráfrasis que lo conduzcan a una descripción del objeto. La descripción persigue la mejor comprensión y cuenta con dos vías: la deriuatio por un lado y la adición de datos que ayuden a identificar el objeto.22

Estos compendios circularon con gran profusión durante la Baja Edad Media e incluso se siguieron utilizando en el Renacimiento. Todos ellos serán objeto de las críticas de los humanistas y van a formar parte del “canon nefasto” repetido una y otra vez por ellos.23 Destacan las Magnae deriuationes de Huguccio de Pisa (finales del XII), el Grecismus de Everardo de Bétune (s. XIII), el Elementarium doctrinae rudimentum de Papias (s. XI), el Comprehensorium de Johannes (s. XIII), y la summa summorum y más famoso de todos, el Catholicon de Johannes Balbi (1286), que fue impreso en 1460 por Gutemberg.

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19 Tomamos la clasificación de estos léxicos medievales de Dolores Azorín Fernández, Los diccionarios del español en su perspectiva histórica, Alicante, Universidad de Alicante, 2000, pp. 16-22.20 Pertenecen a los monasterios de San Millán de la Cogolla y al de Silos.21 Dolores Azorín Fernández, op. cit., p. 20.22 Carmen Codoñer Merino, “Evolución en los diccionarios de Antonio de Nebrija 1492-1512”, en Historiographica Lingüística, XXIII, 1996, pp. 271-272, citado por Dolores Azorín, op. cit., p. 20.23 Francisco Rico, op. cit., pp. 11-27.

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DICCIONARIOS HUMANÍSTICOS

Al margen de los léxicos que aparecen en el cuerpo de las gramáticas, desde finales del XV en adelante, van a surgir una serie de diccionarios que se caracterizan por su independencia de la descripción gramatical. Para este trabajo sólo pretendo mencionar y caracterizar de manera breve algunos de ellos por la importancia e influencia que tuvieron en su momento y, en algunos casos, posteriormente.

Tanto Perottus como Nebrija, aparte de los léxicos que acompañan a sus gramáticas, publicaron diccionarios que romperán, en un caso más que en el otro, con la tradición medieval inmediatamente anterior. Perottus publica en 1489 su Cornucopia, un gran comentario riquísimo en fuentes. Aun en la línea de los grandes compendios a la manera del Catholicon, se puede considerar un thesaurus de la lengua y de la civilización latinas.24 Tiene la forma de un gran comentario literal, monolingüe, a los Epigramas de Marcial, donde trata el tema de la copia o abundantia de la lengua latina. En el comentario, además del significado de la entrada, se extiende en todo tipo de noticias históricas o mitológicas y en referencias a los autores. Su influencia en los lexicógrafos posteriores ha sido considerable. Su consulta es muy complicada puesto que no tiene índices desarrollados. Además de haber podido ser fuente de Nebrija, aunque parece que no es destacable, su influencia sí está presente en Ambrosio Calepino, Robert Estienne y, más tardíamente, en Forcellini.25

En la misma línea que la Cornucopia de Perotto, se encuentra otro gran diccionario que, junto con los de Nebrija, tuvo un gran éxito lo mismo en Europa que en el Nuevo Mundo. Es casi impensable una biblioteca novohispana en la que no se halle un Calepino. Tanta fue su fama, que el nombre del autor se convirtió en sinónimo de diccionario. El monje agustino Ambrosio Calepino (1540-1510), gran conocedor del latín, griego y hebreo, dedicó toda su vida a componer esta monumental obra. Lo publicó por primera vez en Regio, pero sólo de las prensas aldinas se conocen 18 ediciones. Es un diccionario plurilingüe y la edición más notable es la de Basilea de 1590 en 11 lenguas. La más difundida posteriormente fue la edición de Facciolati (Pavía, 1718) en siete idiomas.26 Transcribimos a continuación una entrada, naturalmente sin reproducir las palabras hebreas, para poder ver la radical diferencia entre estos diccionarios enciclopédicos y los de Nebrija.

[Calepino en siete lenguas, p. 321, col. 1]Granun, n. 2, grano, granello (a continuación el término hebreo), germ. Korn, Gall. Grain, Hisp.

Grano, KóKKos, proprie semen frugun dicitur, ut tritici, hordei, et hujusmodi Var., l. de Re rustica c. 48, deducit a gerendo, quia seritur, ut spica gerat frumentum Cic. I De divinatione. Midae illi Prygio, cum puer esset, dormienti formicae in os tritici grana congesserunt. // Granun etiam generaliter dicitur pro omni eo, quod minutum est, et similitudinem aliquam habet cum grano frumenti. Une et mali Punici acinos grana, ipsumque malum granatum dicimus. Fructus quoque cocci, quo panni tinguntur, granum dicitur, quod quia copiosissime nascitur in Baetica provincia, factum est, ut ea regio ab eo Granata dicatur. // De acinis uvae usurpat Ovid. 4 Trist. L. 6, v. 10.

Elio Antonio de Nebrija publica el Lexicon latino-español en 1492 en las prensas salmantinas, como señala en el colofón. Tiene alrededor de unas 29 000 entradas y es bilingüe, latín español. El segundo de ellos, Vocabulario español-latino, sin colofón, parece que también salió de prensas salmantinas, pero no consta el año en la obra. Aún se discute éste, pero el comúnmente aceptado es 1495. Consta de unas 20 000 entradas y también es bilingüe, aunque en este caso las entradas van en castellano y las aceptiones en latín. A él le cupo el honor de acoger el primer americanismo, el vocablo “canoa”, nave de un madero, al que da como correspondencia el término griego monosylum. Es de menor envergadura que el Lexicon, pues en él hay menos nombres propios, de reyes, ciudades, montes, islas, etc, que en el latino-español. La riqueza de lemas es mucho mayor en el Lexicon, algo normal puesto que se parte de la lengua latina, a diferencia del Vocabulario en el que ese tipo de términos lógicamente no existen. Por otro lado, es frecuente que a una entrada en castellano le correspondan varias acepciones latinas. Veamos algún ejemplo para mostrar lo anterior:

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24 Jean-Louis Charlet, “Un humaniste trop peu connu, Niccolo Perotti: Prolégomènes a une nouvelle édition du Cornucopia”, en Revue des Études Latines (1987), París, 1989, pp. 210-227.25 Para el tema de la posible fuente en Nebrija, véase G. Colón y A. Soberanas, op. cit., p. 20; también Dolores Azorín Fernández, op. cit., p. 40.26 Gracias a la generosidad del P. Jesús Gómez Fregoso el Colegio de Michoacán cuenta con un ejemplar.

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Lexicon: Aulis.idis por una ciudad y puerto de Beocia

Aspergo.inis por rociamiento o rocío

Aspersura.ae por aquello mesmo

Aspersus.us por aquello mesmo

Limindis.is por ave cierta no conocida

Chara.ae por una ierva no conocida

Vocabulario: Acometedor inuassor, aggresor.oris

Acocear calco.as, exculco, conculco, proculco

Mucho se ha escrito respecto a sus fuentes, pero si bien es cierto que su obra no ha salido ex nihilo, los cotejos de sus diccionarios con sus antecesores medievales (Papias, Catholicon) y renacentistas (Perotto o Alonso de Palencia) no han arrojado una fuente probada, salvo en el caso de la traducción por Teodoro Gaza de la Historia de los animales de Aristóteles. De él toma las palabras definidas de manera indeterminada, cuando no encuentra la correspondencia exacta en castellano. Algunos autores piensan que su gran conocimiento de los autores le permitió ir atesorando términos para llevar a cabo su obra.

Para terminar este breve apartado, se ha pensado durante mucho tiempo que el Vocabulario no sería más que una imitación Lexicon. Pero, según los especialistas de su obra, nada más lejos de la realidad. Por una parte, basta ver el tamaño de uno y otro para darse cuenta que Nebrija no se limitó a hacer un trasvase de manera mecánica. Por otro lado, parecen responder a objetivos distintos. El Lexicon está pensado a partir de la lengua latina y es, ante todo, un instrumento para la traducción; por su parte, el Vocabulario parte desde la óptica de la lengua romance y está dirigido más bien a la composición en lengua latina.

LOS DESTINATARIOS DE LA GRAMMATICA MATURINI

Anteriormente veíamos que Vetancurt, Torquemada y Sancto Antonio coincidían en afirmar que la Grammatica Maturini fue compuesta para los alumnos del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. Cuando Gilberti se refiere a estos últimos lo hace de manera general; en ningún momento hace referencia a los alumnos de qué colegio o de qué nivel. En su epístola nuncupatoria dirigida al obispo fray Pedro de Ayala, declara que el fin buscado con su obra consiste “en abrir un camino a los estudiantes para que, sin excesiva demora, puedan alcanzar un elevado nivel en gramática” (fol. 2r). Sin embargo no sólo los alumnos se beneficiarán con su texto, gracias a su brevedad y concisión –dice al final del prólogo–, será una excelente ayuda también para los maestros (fol. 3v).

Ciertamente, la obra, de acuerdo con sus contenidos –una gramática propiamente dicha, un tratado de estilística y una exercitatio linguae latinae–, da la impresión de estar dirigida no ya a alumnos iniciados en el manejo de la lengua latina, sino a estudiantes que tienen ya un nivel avanzado. Considero, pues, que los cronistas están en lo cierto al decir que la compuso pensando en los alumnos del Colegio de Santa Cruz, que había sido inaugurado en 1536. Los estudiantes eran hijos de la nobleza indígena y procedían de los colegios franciscanos tanto de México (Texcoco o San José de los Naturales) como de otras regiones. El proyecto que se llevó a cabo en Tlatelolco tenía como finalidad impartir a los alumnos una educación superior en Artes y Filosofía, para, posteriormente, acceder a estudios de Teología.27 Los niños ingresaban en el colegio en régimen interno a la edad de 8 o 10 años y completaban su educación a los 15. La mayoría de ellos regresaban después a sus respectivas comunidades, pero algunos se quedaban en el colegio aunque pernoctaban en sus casas.28

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27 Sobre la fundación y desarrollo del Colegio de Tlatelolco, véase Lino Gómez Canedo, La educación de los marginados durante la época colonial. Escuelas y colegios para indios y mestizos en la Nueva España, México, Porrúa, 1982; José Kobayashi, La educación como conquista, México, Colmex, 1997.28 Códice Franciscano, p. 20.

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Los frailes, conocedores de las reformas pedagógicas humanistas, las adaptaron a su magisterio en la Nueva España en la medida en que sus particulares circunstancias se lo permitieron.29 Según Ignacio Osorio, la enseñanza de latinidad en la Nueva España abarcaba tres etapas:

Un nivel básico en el que los niños aprendían a leer, escribir y cuentas, o sea, primeras letras. Esta etapa podía durar uno o dos años.

Después comenzaba un lapso de cinco años en que a los alumnos se les enseñaba en un primer periodo la gramática y la lengua latina (tal vez tres años), y en una segunda etapa se les impartía el curso de retórica y la lectura de los autores (tal vez dos años).

Concluidas ambas etapas, los hijos de los españoles y mestizos accedían a la vida religiosa, o bien comenzaban sus estudios superiores en la Universidad. En el caso de los hijos de los nobles indígenas, regresaban a sus casas, pero algunos de ellos permanecieron en el Colegio de Tlatelolco para ayudar a los frailes en la docencia y como colaboradores en la redacción de vocabularios, gramáticas o sermonarios en lenguas indígenas.30

De acuerdo con este plan de estudios, ciertamente parecería que Gilberti estaba pensando en estos alumnos. A lo largo de la Grammatica, este autor utiliza los términos pueri, rudis y rudimentarius cuando se refiere a los alumnos. El término pueri refiere ciertamente a “niño” o “muchacho joven”; rudis, además de su significado figurado de “inculto, desconocedor o novato”, encontramos en el Glossarium Mediae et infimae Latinitatis de Du Cange la acepción de “novicio”; en cuanto a la voz rudimentarius es claramente un derivado tardío, pues no aparece ni en los diccionarios de latín clásico ni en el Du Cange. Formado a partir de rudimentum, es claro que el significado apunta a “aprendiz, principiante”. Esta pequeña diferenciación de matices no me llevaría más allá, si no fuera porque Gilberti utiliza indistintamente los términos pueri y rudis sólo en las tres primeras secciones de la gramática, esto es, en las partes de la oración (declinaciones, flexión verbal y partes invariables), las concordancias y el género. De nuevo una sola vez lo vuelve a emplear en la parte dedicada al estudio de la sílaba. En cambio, los términos rudis y rudimentarius observamos que los sigue usando en la parte referente al régimen, el ornato y, en la séptima, donde además del modelo de composición, prolonga el tema de la abundancia o variedad de la lengua que ya había tratado en el ornato.

En el nivel elemental, los alumnos eran iniciados en el estudio de las partes de la oración (declinaciones, flexión verbal y partes invariables de ésta); de las concordancias y de los accidentes gramaticales, y, finalmente, del género. Esto se corresponde con las tres primeras partes de la Grammatica Maturini. Normalmente, el estudio de la quinta parte de la gramática, la prosodia, se impartía en un nivel superior en el que se les enseñaba las cantidades de la sílaba, los pies y los metros. En el caso de Gilberti, y él mismo lo dice al comienzo del estudio del acento, sólo atiende a la cantidad de la penúltima sílaba porque le es necesaria para que los niños aprendan a leer y, especialmente, a acentuar las palabras latinas (fol. 93v). Pero no trata la cantidad de las otras sílabas ni la metrificatura. En este sentido, también esta parte se le impartía a los alumnos de nivel elemental. Por el contrario, el estudio de la construcción o régimen, es decir, la sintaxis, el ornato de la lengua y el modelo de imitación sólo se enseñaba en los cursos avanzados. Por ello pienso que si bien la Grammatica Maturini en su conjunto está dirigida a los niveles superiores, esto no impedía que sirviera también como guía a los maestros en la enseñanza del latín a los principiantes. Otra cosa es si los alumnos tenían en sus manos el manual.

Considero que los del nivel avanzado lo utilizaban y se servían de los diccionarios para sus ejercicios de traducción y composición en latín. En cambio, los alumnos principiantes seguramente seguían la recomendación que los humanistas habían implantado de tener un cuadernillo en el que hacían sus apuntes referente a los preceptos gramaticales y las explicaciones acerca del léxico, formando así un pequeño diccionario que tenían a mano a la hora de leer los textos latinos. Además de la utilidad del cuaderno de notas para el aprendizaje, en el caso de la Nueva España su uso resultaba ser una solución. Ante la escasez de materiales, coincido con Osorio y con Mathes en que debieron recurrir a la copia manuscrita de resúmenes y léxicos para enseñar. Ello no quiere decir que en la biblioteca no dispusieran de manuales de gramática, diccionarios y textos de autores para la enseñanza, pero su uso debía estar reservado a los maestros y los alumnos más aventajados.

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29 Para el programa pedagógico propuesto por los humanistas, véase Manuel Breva-Claramonte, La didáctica de las lenguas en el Renacimiento. Juan Luis Vives y Simón Abril, Bilbao, Universidad de Deusto, 1994, especialmente pp. 27-43.30 Ignacio Osorio, Historia de las Bibliotecas Novohispanas, México, 1986, pp. 24-25; véase también Pilar Gonzalbo Aizpuru, Historia de la educación colonial. El mundo indígena, México, Colmex, 2000, pp. 119-120.

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En efecto, aunque los inventarios de la biblioteca del colegio son tardíos, de la década de los setenta y no del periodo de auge, aparecen en ellos, de manera sistemática, las Artes de Antonio (en la magnífica edición de 1540), el Lexicon latino-español y el Vocabulario-español-latino de Antonio de Nebrija, un Catholicon, y en cuanto a los autores: Catón, Salustio, Oraciones de Cicerón, Quintiliano, Virgilio, por supuesto la Biblia y las Epístolas de Pablo. Por lo que respecta a autores modernos, Mathes reporta que en un inventario de 1580 aparecen varias obras de Luis Vives, sin especificar, y las siguientes obras de Erasmo: Coloquios, el Enchiridion, Chilliades, Adagios, Epítomes (suponemos que es el de las Elegantiae de Valla) y el De copia uerborum ac rerum. Además, la biblioteca particular de Zumárraga contaba con la edición de Basilea (1540-1542) del Opera Omnia de Erasmo. Si bien no es posible saber la fecha de llegada de esos textos de este último, se podría pensar que no debió de ser más allá de la década de los años cincuenta, pues la general inclusión de toda su obra en los índices expurgatorios, sin duda no facilitaría la circulación de este autor.

Junto con Nebrija, Erasmo resulta ser la fuente fundamental de la Grammatica Maturini, por lo cual es posible que tanto la redacción de la parte cuarta, la sintaxis, como la séptima, fueran redactadas durante la estancia de Gilberti en México entre 1558 y 1559, pues es evidente que tuvo delante de sus ojos el De octo orationis partium constructione, las Colloquiorum familiarium formulae, el De conscribendis y el De copia uerborum ac rerum.

El proyecto que los franciscanos llevaron a cabo en Tlatelolco, desde sus inicios debió superar graves dificultades. Por un lado, la oposición de ciertos sectores que no veían clara la pertinencia de dar educación superior a los indígenas. Así, nos dice Sahagún en su Relación que

Los españoles y los otros religiosos que supieron esto [la fundación del Colegio] reíanse mucho y hacían burla, teniendo por muy averiguado que nadie sería poderoso para enseñar gramática a gente tan inhábil; pero trabajando con ellos dos o tres años, vinieron a entender todas las materias del arte de la gramática, a hablar en latín, y a entenderlo y a escribir en latín, y aún a hacer versos heroicos.31

Por otro, tuvieron que enfrentarse también a los problemas que les planteaba el idioma de los nativos. Así, Torquemada relata que

A los principios pasóse trabajo grande y hallaron no poca dificultad los religiosos que eran sus maestros, porque puesto caso que sabían muy bien su lengua, como en ella no se habían tratado semejantes materias, no hallaban términos con que explicarles las reglas gramaticales; y así, era muy poco lo que aprovechaban y casi desmayaban y desconfiaban de los discípulos y aún de los maestros … y hallaron términos de nuevo compuestos por donde con facilidad se pudieron declarar y dar a entender las reglas gramaticales; y así, en pocos años, salieron tan buenos latinos que hacían y componían versos muy medidos y largas y congruas oraciones.32

Grandes fueron los esfuerzos que los frailes y los alumnos tuvieron que hacer, pero lograron excelentes resultados, al menos en la primera etapa en que el Colegio cuenta con el apoyo de Zumárraga y de Antonio de Mendoza. En sus aulas se formaron y trabajaron destacados alumnos, como fue el caso de Antonio Valeriano, Alonso Vegerano, Martín Jacobita y Pedro de Buenaventura, expertos conocedores de la lengua latina castellana e indígena. Del mismo modo, el autor del Códice Badiano, Martín de Santa Cruz, y su traductor al latín Juan Badiano.

A partir de 1540, Zumárraga retira su apoyo al Colegio porque “los estudiantes indios, los mejores gramáticos tendunt nuptias [sic] potius quem continentiam”.33 Con el virrey Velasco tuvo un breve resurgimiento, pero para la década de setenta había decaído hasta convertirse en una escuela de primeras letras. A pesar de su breve vida, el esfuerzo y los logros que tanto frailes como alumnos consiguieron fueron extraordinarios. Por lo que respecta a la Grammatica Maturini, no nos ha quedado noticia ni sobre su difusión ni si sobrevivió a la caída del Colegio. En lo referente a la enseñanza del latín, los padres de la Compañía y la Universidad tomaron el relevo.

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31 Sahagún, Relación, pasaje citado por Lino Gómez Canedo, op. cit., p. 169.32 Torquemada, Monarquía indiana, lib. III, cap. 25 y lib. XV, cap. 40.33 José Kobayashi, op. cit., p. 319.

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ALGUNOS TÓPICOS CONCERNIENTESA LA REFUNCIONALIZACIÓN DE LENGUAS MINORITARIAS

Frida VillavicencioCIESAS México

INTRODUCCIÓN

En el marco de estas V Jornadas Gilbertianas a las que sus organizadores han convocado, proponiendo como tema “la función de la traducción en la creación de términos técnicos en lengua p’urhépecha” y la reflexión en torno del “reto que implica el que esta lengua (p’urhépecha) pueda ser de uso en la docencia de todos los niveles, en investigación y en el desempeño profesional p’urhépecha en el mundo contemporáneo” permítanme compartir con ustedes algunas experiencias emanadas del trabajo que hemos venido desarrollando durante los últimos años en el marco del proyecto Lengua, cultura y educación en sociedades multilingües. Desarrollo de metodologías multimedia en procesos de revitalización y rescate de lenguas minoriarias.

EL PROYECTO

Se trata de un proyecto interinstitucional e interdisciplinario en el que participan el CIESAS, la CGEIB, el ILCE-Red Escolar y el Sector 02 de la DEI del estado de Michoacán. A partir de reconocer las relaciones existentes entre lengua, cultura y educación, este proyecto se centra en aprovechar las tecnologías de información y comunicación (TIC) para apoyar procesos de revitalización y rescate de lenguas y culturas minoritarias en el ámbito escolar.

Actualmente nos encontramos trabajando en 12 escuelas de 10 comunidades del área p’urhépecha con niños que cursan quinto y sexto años de educación primaria en escuelas del sistema de educación indígena.

Este proyecto tiene como finalidad contribuir a desarrollar métodos, instrumentos y materiales pedagógicos que coadyuven a elevar el nivel educativo de la escuela mexicana, apoyen la educación intercultural bilingüe y favorezcan el fortalecimiento, así como el desarrollo de las culturas y las lenguas originarias de nuestro país.

Los objetivos específicos son: • Desarrollar las habilidades lingüísticas y la reflexión metalingüística en niños bilingües hablantes de

una lengua indígena • Contribuir a la innovación de prácticas pedagógicas en el marco de una educación intercultural

bilingüe • Apoyar la apropiación de las TIC para usos pedagógicos en lenguas minoritarias, concibiéndolas como

una herramienta al servicio de los proyectos educativos de los usuarios.

Consideramos que el aprovechamiento de las TIC para usos educativos en lenguas minoritarias propicia procesos de estandarización, modernizar, prestigio y refuncionalización.

El proyecto se ha desarrollado en tres fases:

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• Primera etapa (2003-2004). Promover el trabajo con el addizionario1

• Segunda etapa (2004-2005) Diseño y trabajo con uantakua2

• Tercera etapa (2005-2006) seguimiento y evaluación de uantakua en la zona p’urhépecha. Réplica del programa en otra lengua indígena.

El proyecto pone al alcance de los maestros programas que se han pensado como herramientas que apoyan, promueven y facilitan la reflexión lingüística en un ambiente lúdico que acerca al niño al uso de las TIC. Partimos de reconocer que la lengua materna es un vehículo privilegiado de socialización y cultura; además subrayamos la importancia que tienen tanto la lengua materna como la segunda lengua en desarrollar el pensamiento y la capacidad de creación y de imaginar que tiene un hablante bilingüe.

El eje que guía el trabajo es la producción lingüística de los niños, especialmente la que se manifiesta de manera escrita, a partir del uso de la computadora en el aula. La tarea central que se le pide al niño en el nuevo desarrollo (UANTAKUA) consiste en generar textos de diverso tipo tanto en lengua materna como en la segunda lengua. Los niños deben poder trabajar en cualquiera de las estas dos últimas que son parte de su saber lingüístico y comunicativo.

Una de las metas, por lo tanto, es contar con UANTAKUA en versión bilingüe (p’urhépecha-español). Esto nos ha conducido a enfrentar un arduo trabajo, más que de traducción, de adaptar el instrumento –generado originalmente en español– al p’urhépecha. En lo que sigue destaco algunos aspectos de esta experiencia que, considero, pueden ser pertinentes para el tema que se discute hoy en esta mesa.

LA EXPERIENCIA

Para lograr la versión bilingüe, hemos trabajado en talleres de traducción que se desarrollan cuando las ocupaciones de los maestros que en éstos colaboran lo permiten. El trabajo de traducción o, mejor dicho, de adaptación sigue los mismos criterios que guían el proyecto que parte de un enfoque interaccional, constructivista y comunicativo.

En estos talleres participa un grupo de maestros, todos ellos reconocidos como buenos hablantes del p’urhépecha procedentes de diversas regiones y pueblos. Hemos insistido en que haya lo mismo hombres que mujeres y tanto jóvenes como adultos mayores. Los integrantes del grupo muestran habilidades distintas pero complementarias; algunos de ellos tienen amplia experiencia en la escritura del idioma (los maestros Catarino y Domingo Santiago, por ejemplo) en tanto que otros –los más jóvenes, generalmente– tienen un buen manejo de la computadora, lo cual genera un constante intercambio de saberes y experiencias.

El trabajo ha dado pie a una reflexión sobre la lengua y su representación. Al inicio de la labor hubo una larga discusión sobre la norma ortográfica que se adoptaría para la versión p’urhépecha de uantakua. Al final los maestros acordaron ajustarse, en principio, a la norma ortográfica propuesta por la DGEI y utilizada en los libros de texto en lengua indígena. En palabras de los propios participantes, éstos aceptaron un “acuerdo” con el que “no estaban de acuerdo”.

Los maestros advirtieron que las desavenencias con la norma propuesta por la DGI se podrían discutir en las reuniones que se están programando en la región y en la que participarán miembros de la Academia de la Lengua P’urhépecha, investigadores del Colmich y de la UMSNH, así como autoridades de la DGI y de la SEP del Estado de Michoacán y los integrantes del proyecto de la UIIM. Y vieron nuestra reunión como una oportunidad para lograr ciertos consensos que pudieran llevarse a aquélla como una propuesta de un grupo de docentes que realmente están trabajando en lengua p’urhépecha con los niños y se enfrentan a problemas concretos ante los que deben ofrecer soluciones prácticas.

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1 El ADDIZIONARIo es un laboratorio lingüístico desarrollado por el Instituto de Lingüística y Cómputo de Pisa, Italia que involucra a los niños como autores en la construcción social de un diccionario. El software en cuestión consiste en un libro de actividades que permite a los niños trabajar en equipos y escribir definiciones, proponer frases que ejemplifiquen el uso de la palabra por definir, sugerir sinónimos y hacer narraciones cortas en torno de dicho término (Turrini 2001).2 UANTAKUA es un programa pedagógico en soporte multimedia desarrollado por el CIESAS, la CGEIB y el ILCE Red Escolar. Sustentado en un enfoque interaccional, constructivista y comunicativo, el software permite y promueve la escritura y la lectura tanto en lengua indígena como en español; la tarea central que se propone al niño es generar textos de diverso tipo a partir de la observación, la investigación y la reflexión sobre la cultura propia y de otros grupos.

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El sentir general es que si la escritura se ajusta demasiado a la propuesta de los especialistas (lingüistas), se vuelve realmente poco accesible para los niños y deja de ser práctica para los hablantes y no ayuda en la escuela. Concordaron en que “nadie puede leer el p’urhépecha como lo escriben los lingüistas”. Aunque también están conscientes de que muchos de estos problemas se tienen porque la alfabetización de los niños se ha realizado comúnmente hasta ahora en español. Cabe advertir que el trabajo mismo los ha llevado a reconsiderar la ortografía acordada al inicio; ahora están proponiendo que se incluya la vocal alta central /ï/, así como la n velar /ŋ/, la cual se representa como nh siguiendo una tradición ya establecida.

No obstante los continuos –y aún no resueltos del todo– problemas de estandarización, considero que uno de los principales desafíos que hemos enfrentado para desarrollar la versión p’urhépecha de UANTAKUA ha estado relacionada con los requerimientos de modernización que implica la versión p’urhépecha.

Hemos podido constatar que los maestros participantes hacen uso, sin ninguna dificultad, de todos los recursos de creación de nuevas palabras con los que cuenta la lengua (las construcciones de modificación, la sufijación, la extensión del significado, el calco), así como la incorporación de nuevas palabras; hecho que habla de una relativa vitalidad de la lengua, al menos entre el grupo de hablantes que colaboran en la traducción de UANTAKUA.

ÁMBITOS DE USO

La situación social institucionalizada que constituye el ámbito escolar exige un fuerte trabajo de modernización, si queremos realmente poner en práctica una educación bilingüe. Esta labor comienza con el simple hecho de nombrar los diversos objetos que encontramos en un salón de clases, como los ejemplos que aparecen en (1) y (2):

(1) Sacapuntas kararakua uarhamutarakua Colores atantskuaecha Clip sïranta jupikatarakua Gis únharhitarakua (2) Banca uaxatskua Mesa parhastakua / pits’ïtakua Escritorio parhatsitakua karakueri

Este último ejemplo nos muestra las variaciones que se presentan entre los participantes, los vocablos en (3) constituyen otro caso de esta variación.

Sin embargo, las propuestas que han realizado los maestros muestran variaciones como las que se observan en (3):

(3) Goma xerenharhitarantskua ch’amanharhitarakua Borrador ch’amanharhitarakua

Aunque la raíz utilizada sea la misma, el proceso derivativo propuesto por distintos hablantes puede diferir, según se muestra en (4) y (5):

(4) Lápiz kararatarakua kararakua (5) Cuaderno karanharhikukua karanharhikuta karanharikutarakua karanharhitarakua

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Como pudimos apreciar en (3) algunas veces se proponen las mismas palabras para diferentes objetos; en (6) vemos otro ejemplo de este caso.

(6) Cuaderno karanharhikukua karanharhikuta karanharikutarakua karanharhitarakua Pizarrón karanharhitarakua

Tópicos

Pero, habilitar el p’urhépecha como lengua de instrucción implica algo más que nombrar ciertas cosas. En este punto es conveniente ejemplificar el tipo de textos que aparecen en uantakua; los fragmentos que se muestran en (7) y (8) ilustran este punto.

(7) En todas las épocas, los hombres han dado nombre a los lugares que conforman su entorno. El nombrar una montaña, un río, un pueblo o la ciudad que nos ha visto nacer nos lleva a preguntarnos quién le puso ese nombre y por qué se llama así.Ménku ísi k’uiripu jatsikuasti jakankurhikua iápurhu imáni uanontani, juáteri jakankurhikua, ma iurhekuani, ma iretani, o ma k’éri iretani énka jucha antap’inuka pásintits’ini eratsintani antisi ísi jakankurhinak’i ka ne ísi arhiraski.

(8) Así contamos medimos y pesamosÍsi miiunhasinti ampe, ka isï ts´éritanhani ka isi k’uetsaperanhani

Para poder contar bien es necesario establecer un orden en las cosas que se van a contar y así estar seguros de que no se cuenta algo dos veces o que no existe algo que se deja de contar.K’uanisinti sési péntani ampemankaksi uékaaka miiuni, ka ísiksi sési miiuni ka no jamáni tsimani xanhari miiuni ampe ma, o ma ampe támu jurakuni jámani ka no miiuni.

Usando monedas de 5 y 10 centavos ¿de cuántas maneras distintas puedes formar 20 centavos?Iúmu centavu jukanharicha ka témpini centavu jukanharicha jinkoni ¿nanina ka nanina jásiri ua kuntantani ka ma ekuatsi centavu antankutani?

Naturalmente que también nos enfrentamos a la necesidad de contar con terminología especializada propia de cada campo de estudio. Así para tratar un tema de geografía debemos tener palabras para identificar y diferenciar: “montañas”, “sierras” y “volcanes”. Para trabajar un asunto de ciencias sociales necesitamos hablar del “país”, las “ciudades”, los “pueblos”, las “capitales”, los “municipios” y los “estados”. Cuando trabajamos con el addizionario hablamos de “definición”, “sinónimo”, “orden alfabético”, “antónimo”, etc. Como pueden imaginarse, para cada uno de estos términos hemos tenido que discutir, proponer y condensar.

EL CAMPO DE LAS TIC

Otro problema que enfrentamos es la traducción del programa mismo. No cabe duda que las tecnologías de información y comunicación han creado su propio lenguaje, uno que debemos aprender para hacer uso de ellas: “navegamos” en internet, no debemos olvidar “salvar” nuestro trabajo y requerimos escoger lo que necesitamos del “menú” que aparece en cada “ventana de diálogo”.

Las herramientas de trabajo en el ámbito de las TIC son ya un tema para el español; términos como “computadora” (que en España llaman “ordenador”), “ratón” o “mouse”, “pantalla”, “impresora”, “disco duro”, “bocinas”, “escaner”, “pantalla”, “tablero”.

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Los programas mismos nos marcan una serie de actividades y referencias con las que debemos familiarizarnos: “abrir”, “guardar”, “imprimir”, “insertar”, “formato”, “editar”, “seleccionar”, “fuente”, “viñetas”, “tabulación” o “macros” son algunas de las palabrejas sin las que hoy estaríamos perdidos. En uantakua encontramos términos como “correo”, “cuenta”, “clave”, “comentario”, “actividad”, “modificación”, “registro”, y “equipo”, entre otros.

CONCLUSIONES

Según he intentado mostrar, la refuncionalización de una lengua indígena como el p’urhépecha implica un trabajo complejo, una profunda reflexión sobre la lengua misma, así como una serie de acciones que rebasan con mucho la buena voluntad de individuos aislados por muy capaces que éstos sean, o por más comprometidos que ellos estén con su lengua.

Para poder usar esta última como medio de instrucción hay que avanzar en los procesos de estandarización y modernización del idioma. En el caso del p’urhépecha podemos aprovechar la relativa vitalidad lingüística que aún muestra la lengua, así como el hecho de que la variación existente en los diferentes pueblos no representa un obstáculo para los hablantes, quienes siempre han manifestado una actitud abierta y conciliadora respecto a la diversidad.

Ante un mundo globalizado como el que nos ha tocado vivir, aprovechar las tecnologías de información y comunicación en la labor educativa es impostergable. Debemos aprender a sacar provecho de sus potencialidades; usar la computadora en la escuela permite trabajar con lengua oral y escrita, emplear la escritura como actividad recurrente en la comunicación a distancia puede propiciar y acelerar la estandarización de la escritura. El uso de las TIC propicia también la modernización de la lengua en uno de los ámbitos cada día más generalizado en el mundo moderno. El p’urhépecha enfrenta aquí los mismos problemas que lenguas como el español o el chino, ante la pauta que marca el inglés en este ámbito.

UANTAKUA constituye sólo una propuesta, como muchas otras; es producto de un esfuerzo colectivo, que atiende el nivel primario de educación. Si tenemos en cuenta que la adquisición de la lengua materna se extiende más allá de los primeros 10 años de vida, podemos percatarnos de la importancia que tiene propiciar su uso, desarrollo y cultivo en la escuela primaria.

En los procesos de cambio lingüístico son tan importantes los innovadores como los difusores. Si bien instituciones como la Universidad Intercultural Indígena de Michocán y el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas tienen una labor rectora en la preservación, desarrollo y modernización de lenguas que, como el p’urhépecha, aún pueden revertir el cada día más acelerado proceso de pérdida a la cual están sujetas, no deben olvidar que buena parte de su trabajo es escuchar la voz de los depositarios de la lengua; la comunidad de habla es a fin de cuentas la que sancionará (al aceptar o dejar pasar) sus propuestas.

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TÉRMINOS GRAMATICALES; UNA PROPUESTADIPLOMADO SOBRE GRAMÁTICA P’URHÉPECHA Y PROBLEMAS

DE LA ETNOLINGÜÍSTICA P’URHÉPECHA

Cristina Monzón y Jaime Alejo Campos,Rosa Guillermina Asencio Mateo, Rosalía Cayetano,

Teresa Chávez, Adelayda Melchor Govea,Adelina Pascual Márquez, Francisca Prado Elias,

Beatriz Reyes Pascual, Pablo Sebastián Vargas,Jaime Victoriano Mateo

El Colegio de Michoacán

Queremos agradecer al Dr. Agustín Jacinto la invitación que hizo al Diplomado de gramática p’urhépecha para participar en estas jornadas Gilbertianas. Su sugerencia fue la de buscar neologismos que diesen cuenta de conceptos gramaticales. Como responsable de la enseñanza de la gramática p’urhépecha, mi reacción inicial fue alejarme de tal empresa. Las aportaciones que se pudieran hacer sin duda serían muy limitadas para el campo de la lingüística en general, de ahí mi reticencia a participar; sin embargo los estudiantes del diplomado recibieron con entusiasmo la propuesta y expresaron su interés en buscar vocablos que permitan el análisis gramatical enfocado a la lengua p’urhépecha.

Los términos gramaticales que se traducen al p’urhépecha se circunscriben a aquellas palabras usadas para clasificar el vocabulario que aparece en un diccionario y el que se utiliza en la conjugación verbal. Aún cuando en las discusiones en clase tratamos de abarcar todos los elementos de estas dos áreas, teníamos el límite impuesto por el conocimiento gramatical adquirido por los estudiantes en el Diplomado, puesto que los vocablos debían haber sido manejados en clase y formar parte del conocimiento gramatical obtenido y la práctica de análisis llevada a cabo.

El procedimiento que utilizamos para crear las nuevos términos equivalentes fue llevar a las comunidades las varias opciones propuestas en aula para, tras consulta con hablantes monolingües de preferencia y en algunos casos con hablantes oriundos de otras comunidades distintas a las de los alumnos,1 asegurarse de que el concepto comunicado en p’urhépecha podía utilizarse como término gramatical correspondiente a la palabra que se buscaba traducir. Así fueron y vinieron las nuevas palabras acuñadas hasta lograr un consenso. En este sentido queremos agradecer a todos aquellos que directa o indirectamente participaron en esta labor y esperamos que los presentes se aúnen a este esfuerzo que con entusiasmo hemos emprendido.

Antes de iniciar con la presentación de los términos que propondremos, nos ocuparemos de la palabra raíz, sufijo y clítico debido a que son esenciales para el análisis de la palabra p’urhépecha, puesto que todo término empieza con una raíz a la cual se le añaden morfemas para comunicar un concepto. Podemos ejemplificar esto con vocablos cuyo tamaño depende de cuántos morfemas pongamos:

1. wantsïta “Da la vuelta” (wantsï-ta) wantsï-wantsïkuarhipunwastiksï “Ellos de regreso están girando” (wantsï-wantsï-kuarhi-punwa-s-ti=ksï)

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1 La Pacanda, La Cantera, Tarecuato, Tanaco, Tanaquillo, Acachuen, Comachuen.

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Sin duda “raíz” es el término gramatical que, nos dice en su diccionario fray Juan Baptista de Lagunas, es “como rayzes aptas a produzir ... sobre quien [se] producen ... ramas productiuas de la composicion en los verbos y nombres verbales y aduerbios”.2 Nos limitaremos, por lo tanto, a utilizar la palabra ya existente sïrankua “raíz”.

Al sufijo lo hemos bautizado kutukukua, pues hace referencia a los fragmentos de palabra que se suceden y permiten que el tamaño se vaya incrementando y los significados cambiando. El término kutukukua está conformado por la raíz kutu que según el DG de finales del siglo XVI “significa ser la cosa de coyonturas, de pieças y añediduras, y hazer la cosa de pieças y añediduras, etc”; el sufijo que le sigue, -ku, le da la posibilidad a la raíz ya sea de conjugarse como en:

2. Rosa arhokusïnti purhuni “Rosa divide la calabaza” Rosa dividir a.calabaza

O de convertirse en sustantivo; para ello hay que añadir el morfema -kua, el cual señala que el sustantivo refiere a aquello que ha sido dividido.

El clítico por su parte es un morfema que se adjunta al final de cualquier palabra para dar un matiz de significado, como sería añadirle al negativo no el clítico =chka, obteniéndose así nóchka “ciertamente no”; lo mismo podríamos hacer con el afirmativo jo, jóchka “seguro que si”. La presencia del clítico nos permite entender que la negación y la afirmación son más intensas. Éste en el discurso generalmente se adjunta a la primera o segunda palabra de la oración. Así el clítico =rini que significa “él a mí” podría ubicarse en palabras distintas:

4. Juanu íntspikuarhsïnti=rini tsïtsïki “Juan me vende una flor” Juan él.vende =él.a.mí flor Juanu=rini íntspikuarhisïnti tsïtsïki Juan =él.a.mí él.vende flor

Esta característica del clítico nos ha llevado a llamarlo jupikuarhinskua o sea “lo que se agarra de algo”,

puesto que la raíz jupi significa “agarrar” como en:

5. Jupika inte misitu “Agarré ese gato” yo.agarré ese gato

Si se le agrega el morfema -kuarhi, jupikuarhini se entenderá como “agarrarse”:

6. Pedro jupikuarhisïnti urhikuarhu “Pedro se agarra de un encino” Pedro él.se.agarra en.encino

Si añadimos otro morfema más -nta o -ntsa, dependiendo de la variante que se hable, no hay diferencia de significado:

7. Wátsï jupikuarhintasti anhatapu “La muchacha se agarró del árbol” muchacha él.se.agarró árbol

Lo que el morfema -nta o -ntsa introduce es la implicación de que existió una actividad que crea las condiciones necesarias para que el enunciado (7) se lleve a cabo. En nuestro ejemplo esto podría ser que la muchacha se estaba cayendo o que se había soltado previamente.

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2 Juan Baptista de Lagunas, Arte y Dictionario: con otras obras, en lengua Michuacana [1574]. Introducciçon histçorica por J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas Editores, 1983, p. 241.

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Si recapitulamos, toda palabra o wantakua en la lengua p’urhépecha presenta al principio una raíz o sïrankua. Raíz que en su caso puede reduplicarse como se aprecia en el ejemplo (1). A ésta le pueden seguir alrededor de 10 sufijos o kutukukuecha, los cuales tienen un orden determinado y permiten formar nuevos significados. La palabra así establecida puede además recibir uno o varios clíticos o jupikuarhinskuecha, siempre y cuando se enuncie entre las primeras palabras de la oración.

CATEGORÍA GRAMATICAL

Plural

Hemos traducido la palabra plural como wánikua (uanikua),3 término que se usa para decir por ejemplo:

8. wánikua achaticha “muchos señores” muchos señores

Singular

Sugerimos mák’u (májku) debido a que significa “una sola cosa” como en:

9. jík’u k’amachaska kamata “yo solo me terminé el atole” yo.solo yo.terminé atole

Este neologismo está formado por el número uno, ma, y el clítico =k’u “solo”

Sustantivo

El sustantivo, término que utilizamos para referirnos tanto a los nombres propios como al común, se nombrará en p’urhépecha arhikuarhikua. La raíz significa “decir”:

10. Juana arhisti pirekua ma “Juana dijo (la letra de) una canción” Juana ella.dijo canción una

El sufijo -kuarhi señala reflexividad, acción individual o voz media. Su presencia en la palabra verbal se traduce como llamarse:

11. Ima iréta arhikuarhisïnti T’arhekuato “Ese pueblo se llama Tarecuato” ese pueblo él.se.llama Tarecuato

El neologismo que proponemos se comprende entonces como “aquello que es nombrado”.Hemos descartado los neologismos que encontramos en la “Guía práctica para la enseñanza de la

lengua purepecha; aspectos gramaticales”4 por parecernos que limitan el concepto. En la Guía práctica el sustantivo tiene dos términos, exekua y p’arhikua. El primero podría traducirse como “lo que se ve” y el segundo “lo que se toca”. El uso de estas dos palabras para referirse a los sustantivos deja de lado aquellos términos que se utilizan por ejemplo para “olor”, “sabroso”, así como para abstractos “idea”, “pesadilla”, pues no podrían abarcarlos.

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3 Anotaremos entre paréntesis la palabra utilizando una de las ortografías alternas que actualmente se encuentran en uso.4 Documento de trabajo de clase sin nombre de autor, no publicado que circula entre maestros.

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Verbo

Para este término gramatical se acostumbra usar úkua, niátakua o niátarakua. Los tres son problemáticos, debido a que consideran sólo el hecho de que un verbo puede referir a una acción, puesto que el primero se deriva de la raíz del verbo úni “hacer” como en:

12. Tata Jaime ústi porhechi k’éri ma “Don Jaime hizo una olla grande” Sr. Jaime hizo olla grande una

Por lo que úkua tiene el significado de “aquello que se hace” o sea “la acción”. Pablo Velásquez en su diccionario nos dice que significa “obligación, ponzoña, quehacer”.

Lo mismo podemos decir de niátakua o niátarakua. El primero se traduce como “lo que se hace” pues niátani significa “hacer”; el segundo, como “instrumento con el que se hace”, si interpretamos -tara como el morfema que introduce la idea de un instrumento según lo vemos usado en el contraste entre las siguientes palabras:

13. Ap’etani “atrapar un animal” Ap’etatarakua “Trampa”

El concebir el concepto gramatical “verbo” como siempre referente a una acción crea una contradicción cuando queramos referirnos a un verbo de estado como el siguiente:

14. Sapi yót’arhat’i “el niño está alto” niño él.es.alto

Dado que “verbo” agrupa palabras que refieren a acción y a estado entre otras, queremos proponer un neologismo alterno a los ahora en uso. Este es arhip’erakua. En esta palabra el sufijo -p’era introduce la idea de reciprocidad. En combinación con la raíz arhi significa que fulano le dice algo a sutano y éste le dice algo a aquél, así como en:

15. Francisca arhip’eraxati Adelaydani jinkoni Francisca entre.ellos.están.hablando a.Adelaida con “Francisca y Adelaida se están diciendo (de cosas)”

Por lo tanto el neologismo que proponemos se entiende como “lo que unos a otros se dicen”, expresión más amplia que nuestro concepto de “verbo” desde el punto de vista gramatical, pero la cual por lo menos permite englobar tanto acción como estado u otras clasificaciones que se pueden hacer del verbo.

Posposición

Para posposición hemos seleccionado juramutarakua. La raíz jura acompañada siempre del morfema espacial -mu “boca” significa ordenar como en:

16. Juanu juramuxati éska yámintucha ánchikuarhiaka Juan él.está.ordenando que todos trabajen “Juan está ordenando que todos trabajen”

El sufijo -tara, hemos visto que refiere a un instrumento, por lo tanto nuestro neologismo se entiende como “el instrumento que manda”. Con este término, a diferencia del español que hace referencia a la posición dentro de la frase, en p’urhépecha se hace hincapié en la función que tienen las posposiciones de controlar los elementos de la frase que rige: les asigna el caso acusativo cuando se trata de racionales, como en la oración (15), en la cual se puede observar que el nombre propio Adelaida va acompañado del caso acusativo -ni debido a la posposición jinkoni.

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15. Francisca arhip’eraxati Adelaidani jinkoni Francisca entre.ellos.están.hablando a.Adelaida con “Francisca y Adelaida se están diciendo (de cosas)”

Conjunción

Para este término proponemos kúntanstarakua. Con ello resaltamos la función que tiene de unir ya sea dos palabras, dos frases o dos oraciones. La raíz kú significa “juntar” como en

17. Adelina kúxati amampani “Adelina encontró a su mamá” Adelina está.juntándose a.su.mamá

El morfema que le sigue es uno espacial que señala la forma cilíndrica del maíz, por lo cual en la oración 18 el hablante sabe que aquél se encuentra en ollas o costales:

18. Sapí kúntasti tsíri niño él.juntó maíz “El niño juntó el maíz (éste se encontraba en dos ollas o en dos costales)”

El sufijo -nta o -ntsa que hemos visto en la discusión del ejemplo (7), se encuentra en el neologismo kúntanstarakua; refiere a la implicación de condiciones anteriores que posibilitan la acción expresada por el verbo, el cual contiene dicho morfema o sea el hecho de que el maíz se encontraba en dos ollas o en dos costales. Se presupone entonces que con anterioridad éste fue depositado dentro de recipientes. Hemos visto igualmente que el sufijo -tara refiere a un instrumento. Toda esta cadena de sufijos nos permite comprender a kúntanstarakua como “aquel instrumento que junta” y queda la implicación de la existencia de las condiciones que permitirán que el instrumento junte, en este caso la existencia de palabras, frases u oraciones.

Adjetivo o adverbio

Ambos términos, adjetivo y adverbio, se utilizan para referir a la palabra que modifica en el primer caso un sustantivo, en el segundo un verbo. Para el p’urhépecha los hemos agrupado bajo el neologismo erarhikuarhikua. La raíz significa “ver” como en:

19. Ji eraskakini “yo te vi (a lo lejos)” yo yo.vi.yo.a.ti

El morfema espacial -rhi refiere a toda la superficie de un cuerpo. En combinación con este morfema la traducción ofrece varios matices de significado:

20a. Erarhisti xukuparakua jimpani “él le vio una ropa nueva” él.vio.la.superficie.de ropa nueva20b. Ji tatsïni erarhiskia “Yo escogí los frijoles” yo frijoles yo.ya.vi.la.superficie.de20c. Ji anhatapu erarhiska “Yo revisé el árbol” yo árbol yo.vi.la.superficie.de

Con base en los ejemplos (20) podemos inferir que el verbo erarhi comunica el ver con cuidado o detalle, observar sería quizá lo más cercano.

El sufijo -kuarhi, como ya se mencionó arriba, señala entre otras cosas la reflexividad, como en:

21a. Guillermina tsurumu erarhikuarhisïnti Guillermina espina ella.se.ve.la.superficie “Guillermina se observa que tiene muchas espinas en la ropa”

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21b. Warhiticha erarhikuarhisïnti ka tátsikua no wantatspirini señora ellas.se.ven.la.superficie y después no hablar.de.otros. “Las señoras se miran, se observan para posteriormente no criticar”

El neologismo propuesto podría traducirse entonces como “lo que se observa” con el sentido de “la forma en que se ve”.

La propuesta de la Guía práctica para los adjetivos es t’antsïrhitakua cuyo significado es “lo que apunta hacia algo o señala algo”. Con este referente no queda claro qué aspecto del adjetivo quisieron resaltar los autores, por lo cual lo descartamos.

Pronombre

Para hablar de los pronombres personales nos hemos visto obligados a establecer dos neologismos, uno, wantapariri (uandapariri), para el pronombre nominativo o sea para ji, t’u, ima, etc. y otro, wantapakata (uandapakata), para el pronombre acusativo o sea para jinteni, t’únkini, inteni, etcétera.

Ambas nomenclaturas contienen la raíz wanta “hablar” como en:

22. Elvia wantasïnti purhe jimpo “Elvia habla p’urhépecha” Elvia ella.habla purhé con

Al añadirle a esta raíz el sufijo de trayectoria -pa comunicamos que el hablar se prolonga durante un tiempo, así:

23. Adelina wantapasïnti xanharapani Adelina ella.habla.prolongadamente caminar “Adelina va hablando al caminar”

Para crear el término p’urhépecha que hace referencia al pronombre acusativo hemos añadido el morfema -kata, el cual permite formar sustantivos que aluden al paciente, en otras palabras a aquel o aquello que recibe la acción. Por lo tanto wantapakata se puede traducir como “al que se le habló”. Mientras que el neologismo para el pronombre nominativo, wantapariri, requiere dos sufijos distintos. El primer -ri da a entender que una acción se lleva a cabo simultáneamente a otra como en:

24. Rosa xanharhani wantaparisïnti “Rosa mientras camina está hablando” Rosa caminar habla.prolongadamente.simultáneamente

El último sufijo -ri, homófono del anterior, permite formar sustantivos que refieren a seres racionales como

25. Pireri “Cantante”

Podríamos entonces traducir wantapariri como “el que habla”

CONJUGACIÓN

En el diplomado de gramática p’urhépecha se toma el estudio sobre la inflección del verbo p’urhépecha de Alan C. Wares para la conjugación verbal. De ahí que la nomenclatura que presentaremos tratará de dar cuenta del tiempo presente, futuro y pasado, y del aspecto, o sea la forma en que se desarrolla una acción verbal en los tiempos presente y pretérito. Pero antes de entrar en la propuesta para estos términos hemos de presentar el neologismo para la palabra conjugar. Mórhukuni cuya raíz significa “cambiar” o como bien lo dice el Diccionario grande de la lengua tarasca “significa trocar, conmutar y cambiar algo”, hace hincapié en la sustitución que se tiene al final de palabra cuando se conjuga un verbo, como en:

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26. Ji jorhentaska “yo le enseñé” Jorhentaxaka “yo estoy enseñando” T’úri jorhentaska “tú le enseñaste” Jorhentaxakari “tú estás enseñando” Ima jorhentasti “él le enseñó” Jorhentaxati “él está enseñando”

El neologismo propuesto está formado de la raíz dependiente mó. Para conjugarse requiere de la presencia de por ejemplo un morfema espacial como en la siguiente oración donde el morfema espacial -ts’ï refiere a la cabeza:

27. Ji móts’ïska káts’ïkua “Yo me cambié de sombrero” yo yo.cambié.en.cabeza sombrero

El neologismo para conjugar lleva el morfema espacial -rhu que refiere a una protuberancia, la parte final sobresaliente de un cuerpo como en:

28. Ji mórhuska úrhini “Yo me cambié la nariz” yo yo.cambié.protuberancia.en.cara a.nariz

Finalmente el morfema -ku permite que el espacio señalado por el morfema espacial se ubique, no en la entidad enunciada en la frase nominativa, sino en la frase acusativa como en:

29. Tsinapiri mórhukusti Pábloni úrhini doctor él.le.cambió.protuberancia.en.cara a.Pablo a.nariz “El doctor le cambió la nariz a Juan”

Los ejemplos anteriores nos permiten interpretar el verbo mórhukuni como “cambiar la punta de algo”, este algo en este caso es un verbo. Podríamos así decir en clase a un niño: mórhuku arhip’erakua ‘pireni’ “Conjuga el verbo ‘cantar”’.

Para referirse a la conjugación bastará con sustantivar el verbo: mórhukukua.

Presente

Hemos simplemente tomado la expresión yásï anapu que se puede traducir como “ahora”, “en este momento”, según se puede apreciar en la siguiente oración:

30. Yásï anapu k’uiripu nótero wantasïnti p’urhe jimpo ahora gente ya.no ella.habla p’urhé con “La gente de hoy ya no habla p’urhépecha”

Pasado

De manera parecida a la anterior nos referiremos al pasado como yóni anapu, pues con ello comunicamos “antes”, “tiempo antiguo”, conforme se ve en su uso:

31. Yóni anapu tuminu wáni ukaparasti “El dinero de antes tiene mucho valor” antes dinero mucho tener.valor

Futuro

Establecimos la nomenclatura janonkukua que significa “lo que viene”, pues está compuesta de la raíz jano: como en:

32. Chúri janosti wíchu “El perro llegó anoche” noche él.llegó perro

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El morfema adjunto a la raíz, -nku, incrementa la intensidad de la acción al enfocar al paciente indicado por el morfema, así como en:

33. Ji karichichani erankuaska “Yo pastoreé los borregos” Yo a.borregos yo.los.vi.con.cuidado

ASPECTO

Para hablar del aspecto en la conjugación verbal proponemos jáxikua “la apariencia, la forma en que se es” como en:

34a. Maria sési jáxisti “María es bonita”34b. Maria atsïmu jáxisti “María se enlodó”

Con esta palabra queremos hacer resaltar que el aspecto señala la manera en que se percibe el devenir del tiempo.

Durativo

El tiempo presente o pasado puede percibirse con duración, así por ejemplo:

35. Maria pirexati “María está cantando” Maria pirexapti “María estaba cantando”

La acción de cantar se prolonga en presente o en pasado. A este aspecto lo hemos bautizado como yóneti, palabra adjetiva cuya raíz comunica que algo es largo, duradero como en:

14. Sapi yót’arhat’i “El niño está alto” niño él.es.largo

Se entiende como duración en tiempo:

36. Janikua yóneti “La lluvia duró mucho tiempo” lluvia él.es.largo

Habitual

Pero si se quiere comunicar que la acción realizada en el presente o pasado es habitual se utilizará una conjugación distinta, por ejemplo en presente:

37. Maria piresïnti “María canta”

Para este aspecto hemos tomado la palabra p’intekua, que significa “costumbre”.

Incoactivo

En p’urhépecha se utiliza otra conjugación cuando se quiere expresar que la acción en presente o pasado está por iniciarse, como en la siguiente oración en tiempo presente:

38. T’irhintsïxamka “Me voy a columpiar” yo.cuelgo.de.arriba

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Se utiliza aquí el aspecto incoativo al cual le hemos asignado el neologismo wéenati que da a entender que la acción expresada por el verbo “está empezando”. La palabra contiene la raíz wé “ir” como en:

39. Yurhiri wéts’ïxaka “Me está saliendo sangre de la cabeza” sangre sale.en.mi.cabeza

Le sigue el sufijo de trayectoria -ena que señala la existencia de un punto de partida o de origen.

40. Pawani wéenaati k’uinchikua “Mañana empieza la fiesta”mañana empezará fiesta

La palabra termina con -ti para formar un adjetivo.

Perfectivo

Finalmente cuando en presente o pasado queremos comunicar que la acción del verbo se ha terminado o si se trata de verbos de estado en los cuales éste existe, se utiliza la conjugación en aspecto perfectivo, como en:

41. activo estado Maria sési piresti “María cantó bien” Maria sési jáxisti “María es bonita” Maria sési pirespti “María cantó bien” Maria sési jáxispti “María fue bonita”

Este aspecto lo hemos denominado k’amakuti “concluido, acabado” pues la raíz significa “terminar” como en:

9. jík’u k’amachaska kamata “yo sola me terminé el atole” yo.sola yo.terminé.en.garganta atole

El sufijo -ku que sigue a la raíz en el neologismo tiene la función de permitir la formación de un tema que se puede conjugar o convertirse en adjetivo o sustantivo. En tanto que verbo el tema se puede ilustrar en la siguiente oración:

42. Rosa k’amakusti kurinta úni “Rosa terminó de hacer tortillas” Rosa ella.terminó tortilla hacer

PALABRAS FINALES

Al elaborar estos neologismos para su uso en el análisis gramatical del p’urhépecha no perdimos de vista los cambios de significado que en muchas ocasiones ocurren al interpretar una palabra en distintas comunidades. En la medida en que teníamos conocimiento de éstos tratamos de seleccionar formas que podrían comprenderse en cualquier variante. No nos queda más que invitar a todos los presentes a comentar nuestra propuesta. Las sugerencias que se nos hagan serán bienvenidas.

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BIBLIOGRAFÍA

Anónimo (1991), Diccionario Grande de la lengua de Michuacán, introducción, paleografía y notas de J. Benedict Warren, t. I español-tarasco, t. II tarasco-español, Morelia, Fimax Publicistas Editores.

LAGUNAS, Juan Baptista de, 1983[1574] Arte y Dictionario: con otras obras, en lengua Michuacana. Co[m]puesto por el muy. R.P Fray Iuan Baptista de Lagunas, Praedicador, Guardian de Sanct Francisco, de la ciudad de Guayangareo, y Diffinidor de la prouincia de Mechuacan, y de Xalisco. Introducción histórica con apéndice documental y preparación fotográfica del texto por, J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas Editores.

MONZÓN, Cristina, 2004, Los morfemas espaciales del p’urhépecha; significado y morfosintaxis, Zamora, El Colegio de Michoacán.

________ 2005, “Los morfemas p’urhépechas de trayectoria: espacio, tiempo y metáfora”, UniverSOS. Revista de Lenguas Indígenas y Universos Culturales, núm 2, año 2005, pp. 147-167.

WARES, Alan C., 1974, “Tarascan Verb Inflection”, Workpaper, núm. 1, México, SIL., pp. 93-100.

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HACIA UN VOCABULARIO DE CONCEPTOS JURÍDICOSEN LENGUA P’URHÉPECHA

Moisés Franco MendozaEl Colegio de Michoacán

La elaboración de un vocabulario técnico en el campo del derecho indígena, en lengua p’urhépecha (tarasca o lengua de Michoacán como también se le ha denominado) mediante un acopio de voces ya existentes y si fuere necesario con la incorporación de nuevos conceptos por medio de neologismos, requiere reflexión para analizar las palabras y los conceptos. Existe la necesidad de aplicar el derecho indígena como parte de la identidad de las comunidades, pues en las transacciones entre particulares y en sus gestiones realizadas ante las autoridades estatales que ejercen la función pública, se han aplicado principios sustentados en la tradición mediante un procedimiento que resulta más ágil y equitativo que el estatal. En la actualidad se mantiene un vocabulario apropiado para los actos jurídicos, pero hace falta ampliarlo, ya que las relaciones van más allá de los límites geográficos de las comunidades cuando se enfrentan a la autoridad federal, estatal y municipal.

En la formación de este corpus de voces jurídicas he encontrado tres problemas de entrada. El primero se refiere al modelo por seguir para expresar los conceptos jurídicos en la lengua nativa. El segundo, hallar el método adecuado para recopilar los términos que conformen el cuerpo del vocabulario jurídico. Existe la opción de trasladar de otros modelos como de las lenguas: española, latina u otras, la terminología ya acuñada, que parece lo recomendable; pero no es tan simple, porque en caso de aceptarse esa decisión nos enfrenta con el tercer problema, que es el de su traducción. En el supuesto de aceptar aquélla de vocablos tomados de otras lenguas, hay que resolver previamente más cuestiones también, tales como:

Si se hace la traducción literal de un vocablo que pertenece a la lengua que se toma como de origen, en este caso sería la española, para verterla a la receptora que es la p’urhépecha, ¿sería suficiente este procedimiento para sostener que se tiene un vocabulario jurídico en esta última lengua?

La experiencia demuestra que no es satisfactoria esta manera de traducir en todos los casos, pongamos por ejemplo el concepto “derecho”, que algunos colegas hacen equivaler al vocablo jurhímbekua. Ciertamente el significado puede ser: derecho, como rectitud, pero induce a entender una conducta moralmente recta o derecha, es decir, que se trata de un comportamiento no torcido. En mi opinión el significado está muy lejos de sugerir un conjunto de facultades y deberes; en consecuencia, habrá que buscar otro término correspondiente a lo que entienden por el conjunto de éstos y facultades de quienes pertenecen a la cultura p’urhépecha. En cuanto a su aplicación, el concepto jurhímbekua trasladado al contexto de la terminología jurídica que el Estado reconoce como “derecho subjetivo”, resulta difícil de adecuar, porque en p’urhépecha la expresión equivalente para ese concepto utilizado por la gente, hasta la actualidad en los reclamos, es ésta: wandakua atzikua, es decir, tener la facultad de usar la palabra, simplemente.

¿SE REQUIERE ENCONTRAR UN VOCABLO EQUIVALENTE?

Pareciera lo apropiado porque sí se puede seguir esta vía, pero con las debidas reservas. Pongamos por caso el concepto de ofensa o delito que sí encuentra su equivalente en el concepto k’amaŋarhitsïkua, o también en el de útsïpekua; pero aun en este ejemplo, el primer vocablo puede tener dos sentidos: ofensa en términos generales, o bien, al ser supremo o falta a un ascendiente: padre, madre, abuelo, etcétera. En cambio la segunda voz se acerca más al concepto de delincuencia.

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¿TRADUCIR CONFORME AL SENTIDO?

En muchos conceptos se tiene que acudir a la traducción conforme al sentido. Sería el caso del concepto Constitución política, que es el texto resultante del pacto político de una sociedad. Traducirlo conforme al sentido en el contexto de la cultura p’urhépecha sería el conjunto de principios fundamentales que dan sustento a una sociedad a partir de sus valores. La expresión que propongo es la siguiente: pítzekua aŋátakua jurámukua; su significado literal en español sería “el mandato primordial establecido”, o bien, otros términos semejantes que ilustren claramente que es el primer principio (pítzekua aŋatakua) del orden jurídico con carácter obligatorio (jurámukua) del cual dependen las demás normas secundarias participantes de la jurámukua.

¿HACER UNA TRANSLITERACIÓN? CONSIDEREMOS, POR EJEMPLO,EXPRESIONES CONCRETAS COMO: DE FACTO, DE JURE (DE HECHO, DE DERECHO)

En realidad el uso de estas expresiones procedentes del latín no ofrecen problema si se consideran tal cual, siempre y cuando se entienda su significado en el contexto p’urhépecha, es decir, que se trata de un hecho no sancionado por el derecho, o bien, de un acto que se encuentra conforme a éste. La traducción en la lengua receptora sería: isïku jangurhikua para la primera y sesikua jingoni jangurhikua, para la segunda.

¿HACER UNA DESCRIPCIÓN?

Se tiene que acudir en determinados conceptos a la descripción, aunque para ello se emplee un solo vocablo. Sería el caso del concepto de herencia, cuya idea se expresa mediante los términos descriptivos: Jurájkumakua, los bienes que deja la persona que muere, o bien por este otro: eránutsperaqua, el encargo hecho por el difunto con el fin de que los descendientes eviten conflictos.

¿HACER UN COMPUESTO DE PALABRAS?

No es tan común pero es posible, como en el caso de: k’eri-ak’uri, el gran maldoso, o en este otro: tzípekua-atari, o bien, tzípekua-kántsïpiri con el significado de asesino, aunque para este último ejemplo hay otros vocablos simples que señalan lo mismo: at’ajpiri, wándijpiti.

¿CREAR LA PALABRA?

Para muchos conceptos jurídicos tomados de la cultura occidental es necesario crear nuevas palabras. La lengua p’urhépecha tiene la aptitud para formar éstas cuando hay necesidad de trasvasar determinados conceptos de otras lenguas con el significado y sentido que se les da en ellas, mediante la palabra compleja. En sí ésta es una creación, para la cual no existen reglas precisas predeterminadas porque su función es conseguir el significado de una idea en la propia lengua, que el creador construye. Los diccionarios difícilmente pueden registrar todas. Esta particularidad de la lengua va más allá de unir dos o más términos simples como en el ejemplo de terranova, porque en la palabra compleja se incorporan elementos en la cantidad y proporción que se necesiten para trasmitir el concepto. Como muestra de ella tendríamos la siguiente: útatsïpetierkimaeristukua; su significado en español sería: lo que es propio o facultad del juzgador.

En caso de crear una nueva palabra al tratarse de la lengua española existen los medios para crear los neologismos, que tal vez no se correspondan idénticamente con las formas que se utilizan en la lengua p’urhépecha; habrá que encontrar, por lo tanto, el modelo para tener una respuesta satisfactoria en el caso de la cultura y lengua p’urhépecha.

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Las opciones que se proponen para la lengua española son las siguientes: la composición, unión de dos o más palabras preexistentes. El préstamo, vocablo tomado de otro idioma y aceptado. La metáfora, una expresión con significado distinto o en un contexto diferente del habitual. El calco, adopción de una palabra extranjera traduciendo el significado a la lengua propia. La derivación, al alterar otras palabras ya existentes añadiendo partículas, como los sufijos. La lexicación, consistente en incorporar elementos gramaticales complejos que una vez compuestos adquieren valor semántico propio y dejan de ser analizables a partir de sus formantes, usándose como palabras simples.

Con los antecedentes que he presentado para la formación de un vocabulario técnico jurídico en lengua p’urhépecha, se evidencia la dificultad, aunque no la imposibilidad de contar con una terminología propia, con la cual se trasmitan los conceptos que se emplean en el lenguaje jurídico del Derecho, fuera del ámbito de las comunidades indígenas de Michoacán, en la aplicación del derecho estatal.

No obstante la existencia de dificultades para realizar la tarea, presento un conjunto de palabras como primer intento de selección que, cabe esperar, puede fortalecerse con la colaboración de los entendidos en la materia jurídica y, por supuesto, de todos los usuarios de la lengua.

PROCEDIMIENTO PARA EL ACOPIO

Los pasos que seguí para conjuntar los vocablos que pretenden constituir este cuerpo de términos jurídicos fueron los siguientes:

Por algún tiempo estuve formando mi propia lista de palabras a partir de mi experiencia personal, auxiliándome del recuerdo para reconstruir las que en algún momento escuché de las personas mayores de mi pueblo, Pamatácuaro, municipio de Los Reyes, Michoacán, así como de los poblados que forman parte de la Comunidad, utilizados en asuntos en los cuales tenía cabida la aplicación de las normas jurídicas. Las personas que manejaban la terminología jurídica local tenían como oficio arbitrar conflictos locales que les fueran sometidos y ocasionalmente también, gestionar ante las autoridades judiciales y administrativas radicadas en la cabecera municipal, la ciudad de Los Reyes, la solución de los problemas entre las partes, al ser intermediarias ante el juez y los litigantes. Huelga decir que ante esas instancias se usaba la lengua oficial, la española. Sin embargo, su oficio los obligaba a emplear los vocablos adecuados en la lengua p’urhépecha para informar a los que auxiliaban, el estado de las gestiones encomendadas.

Esa colección resultó muy precaria comparada con la utilizada en las gestiones estatales, aunque suficiente y útil para la localidad, pero no para el caso de manejar asuntos más allá de ésta.

En las circunstancias actuales, de conformidad con la estructura del Estado de Michoacán, el órgano encargado de aplicar el derecho en casos conflictivos que le son sometidos para resolverlos es el Poder Judicial del Estado. Este órgano maneja una terminología jurídica que rebasa mucho a la que se utiliza en las localidades indígenas en la propia lengua.

Para responder a la estructura jurídica estatal única y uniforme, desde la comunidad, es requisito, se quiera o no, ajustarse a la terminología acuñada en español. De aquí surge la necesidad de ampliar el vocabulario p’urhépecha, inicialmente suficiente para la localidad, pero incompleto para gestionar ante las autoridades del Estado.

Frente a esta realidad opté entonces por consultar un libro que tratara suficientemente la materia jurídica y busqué una obra sobre introducción al estudio del Derecho, escrita en español, desde luego.

Esta posibilidad fue desechada, porque abordar una obra de esa naturaleza ya supone conocer la terminología jurídica, así que finalmente decidí tomar como guía un diccionario de derecho, y el que escogí para ese fin fue el Diccionario Jurídico Mexicano, preparado y editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Editorial Porrúa, compuesto de cuatro tomos. Este diccionario proporciona el número suficiente de palabras para armar nuestra terminología jurídica en lengua p’urhépecha, ya con el cariz de emplear al derecho a partir de la cultura de esta etnia.

Para mi estudio seguí el orden alfabético de los términos que registra el Diccionario mencionado y para elaborar en un primer tramo la terminología en lengua p’urhépecha, agoté las palabras que en español empiezan con la letra “A”, alrededor de 250, cuyos conceptos ya están expresados en p’urhépecha, como propuesta. En el listado de los conceptos en esta última lengua, según era de esperarse, no todas las palabras comienzan con la

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letra “A”, como en español; sin embargo, hice la propia relación de algunos vocablos ordenándolos en orden alfabético como podrá verse en el Apéndice de este trabajo que presento como ejemplo.

PRESUPUESTOS PARA LA FORMACIÓN DEL VOCABULARIO

En la tarea jurídica requerimos, desde luego, de la reflexión, pero además necesitamos fuentes, y entre éstas tenemos, por un lado, los diccionarios elaborados desde el siglo XVI sobre la lengua de Michoacán y los que se fueron formando hasta nuestros días. Por otro lado, tenemos la tradición oral trasmitida por la voz de aquellos que han fungido como jueces, abogados, gestores, árbitros, intérpretes y asesores p’urhépecha en conflictos o juicios judiciales. Es obvio que para encontrar la tradición oral se requiere realizar labores de entrevistas, revisión de expedientes judiciales y examen de documentos jurídicos tales como testamentos, contratos, títulos de propiedad, convenios y otros actos de contenido diverso, que por cierto no son abundantes. Es un hecho que las personas vinculadas con la defensa de los intereses de quienes hablan la lengua p’urhépecha han manejado un cuerpo de vocablos particulares para explicar a sus defendidos o asesorados en su propia lengua, los conceptos jurídicos que se utilizan en español en los tribunales, así como para trasmitir las consecuencias del procedimiento judicial. Sobre esta actividad los abogados bilingües en el ejercicio de la abogacía, es indudable que han acumulado un acervo de vocablos, pero desafortunadamente no son del conocimiento público ni de fácil disposición para cualquier interesado.

Ya en el terreno de elaborar y seleccionar los términos jurídicos en lengua p’urhépecha, hasta el momento me he valido más de la propia reflexión y empleo de los vocablos del habla actual, que de las otras fuentes, y me he encontrado conceptos que se pueden expresar con una palabra; otros, en cambio, requieren de dos o más, y finalmente, existen algunos cuya formación es de mayor complejidad. Propongo algunos ejemplos al respecto, siguiendo el habla de la Comunidad de Pamatácuaro.

a) Conceptos de una sola voz

Jurájkukua AbandonoJurájperakua Abandono conyugalKuájpikua AbogacíaKúngurhikata AcumulaciónAtsíjpakua AcusaciónKúrhpikua AdhesiónÚtsïpiti Autor del delitoJurámuti AutoridadKamápeti AvalCh’amakua AveríaMítitajperakua AveriguaciónKúndamakua AgravantesK’amáŋarhikua AgravioKúrhpiti AgregadoCh’urhúrikua AgresiónUtatsïpeti Juez, juzgadorWandakata Resolución, sentencia

b) Conceptos de dos vocablos

Puesï sipakua Abigeato Pítsini kéndarakua AbrogaciónTzámpikua pikuntani Absolución de instanciaWandákuarhipani mokurhikua Absolución de posicionesAmárani juramuni Abuso de autoridad / de poderMintsíkakua kak’ani Abuso de confianza

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c) Conceptos de dos o más palabras

Jurájkumakua (eránutsperaqua) nu arhukata Ab intestato / Sucesión legítimaTzámpikuarhu anapu ayáŋperakua Notificación judicial, avisos / medios de comunicación procesal.Apúndarhu anapu p’urhékuti Armada (militares)Mimíxekuarhu jurhéndperakuarhu anapu jurámukurhikua Autonomía universitariaJurámuti jurámukua kak’ari Autoridad responsable

d) Los conceptos afines y la dificultad de su expresión

Otra modalidad por considerar en la selección de los vocablos es la afinidad y vinculación de unos conceptos con otros. Si se quiere expresar, por ejemplo, el concepto de delito, también se tiene que considerar al agente del delito para que el primero pueda existir, y a la vez se debe contemplar la acción de delinquir, cometer el delito, y finalmente, la actividad delincuencial para conceptualizar lo que es la delincuencia. Tenemos pues en este caso cinco conceptos afines cuyo número puede ampliarse aún más; por el momento ellos son: delito, delincuente, delinquir, delincuencia e ilicitud. Naturalmente que éstos tienen vocablos propios en la lengua p’urhépecha que en mi opinión son los siguientes:

Útsïpetiekua, k’amaŋarhintsïkua = DelitoÚtsïpeti = DelincuenteÚtsïpeni = DelinquirÚtsïpekuarhikua = Delincuencia Útsïpekua = Delinquidad o ilicitudÚtsïpetierakua = Instrumento del delito

Otro ejemplo: Juzgar e imponer una penaÚtatsïpeni = JuzgarÚtatsïperi = Juez o juzgadorÚtatsïpekua, Wandakata = Sentencia, resoluciónÚtatspekua at’ani = Pena (ejecutar la sentencia o aplicar la pena decretada en la sentencia)Útatsïpemengati (utatsïpeti) = Sentenciado

Un ejemplo más: el pueblo y su gente:Irécani = Habitar, hacer hogar, poblarIrerti = Habitante, ciudadanoIreta = Pueblo, asentamiento humano, sujeto de derechoIreri = La que hace hogar, jefa de éste (reina, soberana)Irecha = El jefe de los pueblos (rey, soberano) gobernante supremoIréchekua = El conjunto de los pueblos (el estado como entidad política)P’urhépecha = Población, conjunto de la gente

Aparentemente no hay controversia en la expresión de los conceptos, porque se distinguen mediante las partículas que se utilizan en las palabras como sufijos e infijos: (ni, ri, kua, menga) al tratar de precisar, pero la pregunta viene cuándo usar la partícula ri, o la ti, ya que en el habla, el sentido común aplica al significado de la expresión una u otra partícula, y éste parece ser la regla general y no una norma predeterminada absolutamente rígida. Ejemplo: útsïpeti es el delincuente, y siguiendo ese mismo modelo, si se aplica ti para el caso del concepto juzgar tendríamos útatsïpeti el sentenciado; sin embargo, tiene mejor intelección si se determina utilizando la palabra útatsïpemengati, es decir, al anteponer la partícula menga a la terminación ti, cuyo significado se refiere a la persona que ha sido declarada delincuente por el juzgador. Entre los hablantes no parece haber problema, porque al momento de escuchar la palabra que ofrece duda se aclara con un sinónimo o con una descripción que el propio oyente o receptor proporciona.

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A continuación expondré algunas reflexiones encaminadas a sustentar la necesidad de fortalecer la cultura indígena en el campo del derecho mediante el uso de la propia lengua.

ALGUNAS IDEAS PARA LA TEORÍA DEL VOCABULARIO JURÍDICOEN LA LENGUA NATIVA

El derecho creado por el Estado tanto para el ámbito federal como para el de cada entidad federativa, es el único que en la actualidad es reconocido como positivo y válido por su creador, y el cual tiene vigencia y aplicación para todos los habitantes del territorio mexicano. ¿Por qué crear entonces un vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha, si ya existe uno en lengua española, llamada nacional? ¿Acaso para crear un derecho sustraído del poder estatal y que tenga la particularidad de ser p’urhépecha? ¿Qué sentido tiene formar un vocabulario paralelo al del Estado que es el único utilizado en los tribunales y en los actos jurídicos?

Las respuestas a las preguntas anteriores surgen de la realidad existente, pues es de dominio público que el derecho estatal es homogéneo y se aplica como tal a todos los grupos sociales de México. Aunque cabe decir que cada entidad federativa crea su propia normatividad con ciertas particularidades y que en el caso de Michoacán, aún están pendientes las reformas en materia de derechos indígenas, los grupos de estos últimos crean diversidad y ello requiere atención en el campo del Derecho que rompa la uniformidad al adecuarla a la realidad. Cambiar el modelo estatal ha resultado difícil. Sin embargo, la diversidad de culturas y grupos humanos que cultivan las diferencias, incluido su derecho consuetudinario, son parte de la población que vive dentro del territorio mexicano que reclama reconocimiento. Ellos practican sus particularidades al relacionarse con los otros grupos sociales de igual condición. La percepción de ser diferentes y la voluntad de mantener la propia identidad porque son de igual naturaleza que los otros, fundamenta su razón de tener sus instituciones (jurídicas, religiosas, éticas y de otro contenido), expresadas por una lengua propia cuando cuentan con ella. En consecuencia, el derecho de usar ésta es una facultad que el Estado debe respetar, y eso no implica sustraerse al poder del Estado por parte de quienes usan las propias lenguas. Y por otro lado, para que el derecho positivo se entienda y su aplicación sea equitativa en las etnias y culturas aborígenes, se requiere que se comprenda en el contexto de la propia cultura. Ha sido insuficiente la presencia de un traductor improvisado que desconoce los conceptos y términos jurídicos y se le llama ante la celebración de un acto jurídico por el solo hecho de conocer la lengua aborigen y la llamada nacional, porque se necesitan conocimientos específicos en la materia para no distorsionar el objeto del acto que se celebra.

Si se ha de aceptar que el ser humano es anterior al Estado, con ese supuesto, los derechos que la persona tiene aun antes de nacer no son una gracia que éste concede. Aunque en la historia haya habido Estados que se han adjudicado esa facultad, no por eso es aceptable, ya que los derechos son inherentes a la persona. Es legítimo, pues, realizar las aspiraciones humanas con las particularidades propias de cada cultura y con las visiones peculiares que se tienen sobre la realidad humana, vegetal y aun de la cósmica. Por consiguiente, no se violenta al Estado.

En el caso de la sociedad p’urhépecha, cada persona se considera respetable y honorable, y por eso su existencia es valiosa, pero para que pueda desarrollar la propia respetabilidad y honorabilidad exige del otro, del no p’urhépecha, el respeto de esa condición; ya que en caso contrario tampoco merece reconocimiento alguno, pues la fuerza bruta o el poder aniquilante del otro, lo constituye en enemigo, en el sujeto de rechazo, ya sea por medios violentos o por una resistencia pasiva en última instancia.

Se ha dicho que la conquista española de Michoacán no fue tan cruenta como la de Tenochtitlan porque se negoció de manera pacífica y su resultado fue el pacto por parte del michoacano con el conquistador, de aceptar las instituciones de los castellanos como propias; eso sí, con la posibilidad de seguir practicando sus “usos y costumbres”, algo insignificante por cierto y a manera de respiro, pero en tanto no lastimaran las reglas del conquistador. Esa gratuidad se mantuvo durante la Colonia y hasta los gobiernos republicanos se la han adjudicado, vigente aún hoy en día.

No puede hablarse de pactos cuando los sujetos carecen de iguales condiciones, es decir, si se encuentran en distintas circunstancias, ni tampoco puede hablarse de aquéllos cuando el vencedor unilateralmente impone las reglas jurídicas, las instituciones políticas, la religión, la lengua y hasta el vestido.

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Lo que hubo en la conquista, prolongado durante la Colonia y aun frente a los gobiernos republicanos surgidos desde la separación de España, fue y ha sido una resistencia de los vencidos y sus descendientes. La mayor parte del tiempo ésta ha sido de manera pacífica o silenciosa, pero ello no significa que ha habido en los vencidos, hasta donde se sabe, una renuncia a la propia existencia, a la dignidad y a su identidad; a las propias cultura e instituciones. Esto no quiere decir que se ha rechazado de modo absoluto todo lo llegado de fuera y lo producido culturalmente con el contacto de otras culturas, pues es natural que haya asimilación de muchos conocimientos y aun de costumbres. Sin embargo, ha permanecido una tradición indígena que sustenta sus instituciones que aún perviven. Las instituciones indígenas no se han perdido en su totalidad aunque sí han evolucionado y más aún, se han enriquecido con el contacto de otras culturas autóctonas y con las que llegaron de ultramar o de otras latitudes.

La tradición jurídica nativa ha seguido su propio rumbo en ciertas instituciones como en el caso de las familiares, la propiedad comunal, el trabajo comunitario, la educación familiar, la celebración festiva, el uso de la lengua propia en actos ceremoniales destacados y en las prácticas sociales, incluidos los actos religiosos.

Tampoco desconoce la cultura nativa las instituciones jurídicas cuyo origen proviene de la llamada cultura occidental. Es innegable que ésta tiene una larga tradición jurídica, pues desde la antigua Roma, la sociedad de ésta le dio un gran impulso al derecho romano, el cual heredaron muchas de las naciones europeas tomando cada una lo que le fue útil. Lo mismo cabe decir del derecho castellano con su propia tradición que llegó con la conquista y, quiérase o no, modificó, cuando no extinguió, las instituciones indígenas nativas y, por supuesto, las p’urhépecha.

Tanto las tradiciones jurídicas europeas como las nativas han abrevado de sus propias fuentes y se han expresado en sus lenguas, tan válidas unas y otras para las respectivas sociedades; pero desafortunadamente las nativas históricamente han sido desconocidas muchas veces cuando no aniquiladas, por la sociedad dominante.

En este contexto se justifica la recreación y aun la creación de una herramienta que permita entender desde dentro y en la propia lengua la tradición recibida en el ámbito de lo jurídico, de lo social, o de otros campos, que sólo es posible mediante un vocabulario técnico, acorde a la visión cultural indígena. Ello no obsta para que se adopten como modelos otras estructuras jurídicas procedentes de sociedades no indígenas. Por ende, para concluir, diré que está ampliamente justificado el esfuerzo de mantener una identidad particular en lo jurídico, desde la concepción del orden, entendido éste como el instrumento para realizar la honorabilidad y la respetabilidad del individuo p’urhépecha mientras exista.

UN MÉTODO PARA LA FORMACIÓN DE VOCABLOS JURÍDICOS

En el trabajo de compilar vocablos jurídicos siguiendo el Diccionario Jurídico Mexicano, apenas llevo el primer paso que es pasar los conceptos del español al p’urhépecha, unas veces utilizando equivalencias; otras, descripciones, y a veces, haciendo interpretaciones del sentido. De este procedimiento resulta que puede ser suficiente el uso de un solo vocablo; otras ocasiones se requiere de dos o más, y finalmente, en el caso de las descripciones, se emplean las palabras que sean necesarias como quedó expuesto en los ejemplos anteriores.

Una vez que se tenga el conjunto de los términos, éste servirá para compactar los conceptos, es decir, seleccionar aquellos vocablos que resulten de más fácil comprensión, pero que sean precisos y exactos dentro de la cultura p’urhépecha.

El ideal prefijado es alcanzar que los conceptos jurídicos se expresen con una sola palabra, y para ello tendremos que sacarle jugo a la lengua empleando los recursos que la misma proporciona. En otras palabras, propongo el procedimiento para elaborar los términos jurídicos por alguno de estos medios, que no pretendo agotar sino sólo enunciarlos:

a) El uso de la palabra compleja. Ésta evita el uso de descripciones largas o de circunloquios.b) La composición de la palabra haciendo alusión al rostro de la persona. Ejemplo: Sïmiŋarhi = El

pertinaz, el reincidente.c) El empleo de expresiones negativas con sentido afirmativo. Ejemplo: nu k’uiri = El velador, el diligente.d) La expresión por vía de la metáfora. Ejemplo: ireta, k’umanchikujuramukua, es decir, iretarhu anapu

jurámukua, k’umanchikuarhu anapu juramukua = Derecho local, derecho familiar.

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e) El uso de la palabra compuesta ocasionalmente. Ejemplo: K’erak’uri [k’eri + ak’uri] = El gran maldoso.f) El auxilio del verbo en modo infinitivo para la formación de la palabra. Ejemplo: kúparhatani

(infinitivo) Accesar, da origen a: kúparhatakua, Accesorio.

LA NECESIDAD DE DEFINIR LOS CONCEPTOS

Una vez que se tenga la selección de las palabras ya compactadas como decía, el siguiente paso será definir cada concepto en la lengua nativa. Con la definición se podrá ubicar éste dentro de las distintas ramas en las que se ha dividido el Derecho, es decir, derecho constitucional, procesal, laboral, civil (familiar, sucesorio, contractual, bienes, propiedad, contratos, etc.), penal, administrativo, medio ambiente, bancario y otros.

PRUEBA DEL VOCABULARIO

Una etapa más consistirá en redactar un texto jurídico utilizando la terminología seleccionada con el fin de proponerlo como guía a los estudiantes que ya estén cursando la licenciatura de Derecho en alguna Universidad, para comprobar si realmente es posible entender éste en la propia lengua y desde la cultura p’urhépecha.

Otra vía de comprobación es la experiencia que están acumulando los dos juzgados comunales para indígenas de Michoacán, en los asuntos que les son sometidos al aplicar el derecho en lengua p’urhépecha y náhuatl. El procedimiento seguido en ellos retoma la oralidad y en las controversias, el uso de la lengua hablada tiene la ventaja de aclarar de inmediato los conceptos que resultan imprecisos utilizando otros vocablos, mientras que la palabra escrita no permite esa ventaja por ser menos ágil. La aportación de éstos efectuada tanto por las partes en conflicto como por los jueces, sin duda, es una fuente para enriquecer y acrecentar los conceptos, que posiblemente se depuren con el uso y el tiempo, pero será como un segundo paso.

EPÍLOGO

A manera de conclusión señalo que las instituciones jurídicas y las de otra naturaleza que las comunidades indígenas han mantenido hasta la actualidad, a pesar de la hostilidad que muchas veces han enfrentado, pueden continuar al lado de las procedentes de otras latitudes, si las preservamos mediante la propia lengua con una terminología sistematizada que permita la universalidad de su aplicación en cada una de las etnias originarias de Michoacán. Los avances se están presentando porque aumentan los trabajos dedicados al vocabulario de la lengua p’urhépecha y los estudios lingüísticos respecto a las otras lenguas nativas de Michoacán se siguen propiciando. La lentitud puede ser factor de retardo, pero no de imposibilidad.

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APÉNDICE

Jurámukurhu anapu wandakuaVocabulario jurídico

Amárani juramuni Abuso de autoridad / de poderAnchikurhikua jurajkuni Abandono de trabajoÁnchikurhita jurajkuni Abandono de empleoÁnchparakua ukua Acto administrativoArhúkukua kurhajkurhikua Acción divisoriaAtsíkurhikua jurajkuni Abandono de bienesCh’amántskua kurhajkurhikua Acción rescisoriaErákparakuarhu anapu karakata Acta electoral

Intsïŋantskua kurhájkurhikua Acción plenaria de posesiónIreta jimbo wandakua Acción socialIwájpikuarhinsïkua kurhájkurhikua Acción reivindicatoriaJiókurhikua AceptaciónJótakua katsïkukua kurhajkurhikua Acción negatoriaJurájkukua AbandonoJurájkumakata kurhajkurhikua Acción de petición de herenciaJurájkumakua nu arhukata Sucesión legítima / Ab intestatoJurájperakua Abandono conyugalJurámukua jurajkuni Abandonar funciones públicas, no aplicar el DerechoJuramukua ukua Acto de gobiernoJuramukua ukua Acto jurídicoJuramuti wandari úrakua Acto jurisdiccionalJurámutiri ukua Acto administrativo

Kámiŋari AcreedorKarakata k’uiripu inchákuarhu anapu Acta del registro civilKarakata t’sïrímarari ukata Acta notarialKarakata útsïpekuarhu anapu Acta judicialKatsïkukua, (kéndarakua, pikúkakua) Abolición

K’uaŋskukua kurhajkurhikua Acción paulianaKuájpikua AbogacíaKuatsápetarakua intspérakua kurhájkurhikua Acción hipotecariaKúndamakua AccesiónKunguarhikurhu anapu japingua Acciones de sociedadesKúparhatakua AccesorioKurhájkurhikua AcciónKurhájkurhiri ActorKutau (kumánchikua) jarhondakua niatani Abandono de hogar

Mintsíŋarhikucha ActivosMintsíkakua kak’ani Abuso de confianzaMójkutperakua jangua Actividad comercial

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Mójkutperakua ukua Acto de comercioNu sesikua ambé ukua Acto ilícitoPitsïkurhikua ukua Acto discrecionalPítsini kéndarakua AbrogaciónPuesï sipakua AbigeatoSapichani jurajkukua Abandono de menoresSesi atsiérakua kurhajkurhikua Acción de jactanciaTángurhikuarhu karakata pak’árakata Acta de asamblea

Tsámpikua jáŋastperakua Aclaración de demandaTzámpikua pikuntani Absolución de instanciaTsïtamakua, (sapini wak’opani) AbortoTuminu mojtakuarhu anapu wandakua Acciones cambiariasÚkurhinchakua ánchikurhikuarhu anapu Accidente de trabajoÚrahperakua kurhajkurhikua Acción ejecutivaÚtakua kurhajkurhikua Acción penal

Útsïpekua jáŋastperakua Aclaración de sentenciaXaŋaru tirókukua kurhájkurhikua Acción confesoriaXérajperakua kurhajkurhikua Acción exhibitoriaWáchi jurájkokua Abandono de hijosWandakua atsini Derecho subjetivoWandákuarhipani mokurhikua Absolución de posiciones

Wiŋápikua kurhajkurhikua Acción coercitiva

BIBLIOGRAFÍA

Diccionario Jurídico Mexicano, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas/Porrúa, 1987, 4 vols.

Diccionario Grande de la Lengua de Michoacán, edición, introducción, paleografía y notas de J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas, 1991, 2 tomos.

FRANCO MENDOZA, Moisés, “Sïkuki. La Tradición entre los p’urépecha” en Relaciones Estudios de Historia y Sociedad, vol. XV, núm. 59, verano de 1994, Zamora, El Colegio de Michoacán.

GILBERTI, Maturino, Vocabulario en Lengua de Mechuacan, transcripción paleográfica de Agustín Jacinto Zavala, Zamora, El Colegio de Michoacán/Fideicomiso Teixidor, 1997.

JACINTO ZAVALA, Agustín. “Algunas funciones de la Reduplicación de la radical en la lengua p’urhépecha según el Vocabulario de Gilberti”, ponencia inédita, presentada en las IV Jornadas Gilbertianas, celebradas en El Colegio de Michoacán, Zamora, 1997.

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TÉRMINOS PEDAGÓGICO-LINGÜÍSTICOSEN P’URHÉPECHA

Pedro Márquez JoaquínEl Colegio de Michoacán

Georges Mounin1 afirma que a la lingüística “se le critica su vocabulario hermético, su abuso de neologismos que son perfectamente traducibles al lenguaje corriente” (p. VII). Este autor reconoce que “el problema terminológico es un problema fundamental. Se vuelve a plantear para cada época, en la medida en que cada ciencia alcanza el nivel propiamente epistemológico de reflexión acera de sí misma. Y cuando ella no se la plantea, la historia puede siempre planteárselo” (p. IX). Nos congregamos, por vez primera para hablar respecto a las posibilidades de traducir la terminología técnica de la lingüística al p’urhépecha, considerando que con esto inauguramos una nueva etapa en el desarrollo de una lingüística p’urhépecha.

La historia de la lengua p’urhépecha nos señala que en el siglo XVI fueron los misioneros (Maturino Gilberti, Juan Baptista de Lagunas, etc.) quienes hicieron estudios lingüísticos con la finalidad de conocer el pensamiento nativo para poder enseñar la religión judeo-cristiana. En los siglos XVII y XVIII no se hicieron estudios novedosos; sólo fueron copias de investigaciones ya realizadas (D. de Basalenque, J. Crisóstomo Nájera, etc.). Parte del siglo XIX y en la primera mitad del XX son los extranjeros (Kirchhof, Seler, M. de Foster, M. Lathrop, A. Warren, etc.) quienes por invitación del gobierno mexicano realizaron investigaciones sobre la lengua p’urhépecha; la idea era tener un mejor conocimiento de la realidad multicultural del país. Se efectuaron estudios globales (N. León, J. Corona Núñez, F. Ramírez,). Recientemente los estudiosos de este idioma son escasos (F. Nava, C. Monzón, C. Chamoreau, A. Capistrán, E. Náncen Díaz, P. de Wolf, etc.). Los hablantes de éste también han realizado esfuerzos de investigación en la propia lengua. Pablo Velázquez produjo un Diccionario,2 Félix C. Ramírez, Semántica.3 En la década de los años ochenta siguen los etnolingüistas, hablantes del idioma, que dentro de Instituto Nacional de Educación de Adultos (INEA), Dirección General de Culturas Populares de la SEP y Dirección General de Educación Indígena de la SEP en el nivel federal y el Departamento (ahora Dirección) de Educación Indígena de la Secretaría de Educación en el Estado de Michoacán y en el Centro de Investigación de la Cultura P’urhépecha de la UMNSH tratan de hacer lo suyo (V. Soto, P. Márquez, N. Dimas, S. Elías, L. Gómez, A. Medina). Una generación de jóvenes estudiosos prometen mucho (Sue Meneses, etc.), además de algunos estudiantes de la Escuela de Letras de la UMSNH, dos grupos de traductores: los abocados a la Biblia y el equipo de traductores dentro del proyecto de Universidad Intercultural e Indígena de Michoacán (UIIM). Por eso digo que con esta reunión de terminología técnica en lengua p’urhépecha inauguramos una nueva etapa.

Reconozco que la tarea que nos propusimos no es fácil; si fuera así, ya se hubiera desarrollado desde mucho antes. Mounin al hablar de la complejidad dice que “la situación se agrava más cuando se pasa de una lengua a otra; significantes que parecen ser traducciones literales de un mismo significado (ej., morfema) son en realidad engañosos” (p. IX). Ya que no se trata sólo de bautizar algo en otro idioma. Tampoco consiste en crear nuevas palabras sólo porque así se le antoja al escritor. Más bien el fin es racionalizar profundamente el concepto e intentar proponer algo que sea digno de reconocerse. Estamos conscientes de que hay posturas frente al fenómeno terminológico “que impulsa a ciertos investigadores a rechazar determinados neologismos

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1 Georges Mounin, “Introducción al problema terminológico” en Diccionario de lingüística, Barcelona, Ed. Labor, 1982. (Titulo original Dictionaire de la linguistique, traductor Ricardo Pochtar).2 Pablo Velázquez Gallardo, Diccionario de la Lengua Phorhepecha. Español-Phorhepecha, Phorhepecha-español, México, FCE, 1978.3 Félix C. Ramírez, Semántica y mecanismo de de construcción de la lengua phurhembe, México, Casa Ramírez, 1955.

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para proponer otro –que abarca y nombra la misma realidad lingüística–, no afecta únicamente a los aprendices de lingüística que tratan de ser originales” (p. XI)

Me pregunto, ¿quiénes están autorizados para acuñar nuevos conceptos? La sociedad en su conjunto no, pero sí algunos de sus representantes que saben de la materia son los indicados que pueden hacer esto. Es tarea de unos proponer la terminología, pero será la sociedad de usuarios de aquélla quienes den validez a las propuestas. Lo anterior, pues puede ser que éstas sean fructíferas, pero que a la larga se queden en meras sugerencias, que los usuarios no las apliquen y de esas propuestas originales queden sólo unas cuantas. Esto no nos debe preocupar si estamos de acuerdo que “para que nos comprendamos correctamente [dentro de cada disciplina] necesitamos ante todo una terminología cuyos términos posean el mismo sentido para todos”.4

Cuando hablo de una lingüística p’urhépecha lo que pretendo decir es que esta terminología nueva en la propia lengua debe atender a las principales características del idioma para que sea comprendido desde adentro, por lo que el vocabulario técnico tiene que entenderse como propone Mounin: “El problema terminológico es, ante todo y desde el punto de partida, un problema de higiene intelectual y científica individual, un problema de actitud epistemológica; forma parte de las reglas más esenciales de la constitución del conocimiento”.5

Las reglas de higiene epistemológica que propone Georges Mounin son: - Definir siempre todos los conceptos, o especificar el uso. - Atenerse unívocamente a tales definiciones a lo largo de un mismo trabajo, o especificar los cambios. - Cuanto más original es un investigador, o cuanto más convencido está de que lo es, más

extremadamente atento debe estar respecto a la creación terminológica.

Las primeras ideas respecto a la necesidad de una terminología técnica surgieron en la lectura de Mitología y Modernización de Jacinto,6 desde entonces llevo tiempo pensando cómo se podría concretar la creación de un vocabulario técnico. En 2005 tuve oportunidad de plantear las primeras ideas en mi artículo “Terminología técnica en el p’urhépecha. Algunas estrategias”7 que presenté en el diplomado sobre derecho dentro de Universidad Indígena Intercultural de Michoacán (UIIM); ahí propuse cinco estrategias: 1. Correspondencia / equivalencia. 2. Recuperación / rescatar arcaísmos. 3. Revitalización o resignificación. 4. Recreación/ Creación y definición. 5. Asimilación.

Ahora, para esta presentación puse a prueba mis estrategias; para ello revisé cinco trabajos (Márquez y Soto, Juchari arhintskueri;8 Márquez, P’urhépecha jimpo;9 Elías, Jahroatakua;10 Lucas (et al.), Uandakua Michoacán anapu11 y Hernández y Nava, Jánhasparini.12 Textos elaborados en p’urhépecha, para hablantes y utilizando la misma lengua. Se hace metalenguaje. El esfuerzo es de los hablantes por expresar la lengua en ésta misma. Hablan de las características. Hacen descripciones de la estructura del idioma. Son trabajos surgidos de la necesidad

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4 Antoine Meillet, “Sur la terminologie de la morphologie générale” en Linguistique historique et linguistique générale, t. 2, París, Klincksieck, 1961, p. 29. Citado por Mounin, op. cit. p. xiii.5 Mounin, Loc cit., p. xvi.6 Agustín Jacinto Zavala, Mitología y modernización, Zamora, El Colegio de Michoacán/El Gobierno del Estado, 1988.7 Pedro Márquez Joaquín, “Terminología técnica en el purepecha. Algunas estrategias”, trabajo presentado en la UIIM. El idioma p’urhépecha se caracteriza por utilizar morfemas para darle el sentido y significado a las nuevas palabras, por lo que se requiere del conocimiento y uso de éstos, sin descuidar el aspecto cultural. Se espera que el resultado sean nuevas palabras con un sentido ampliado.8 Pedro Márquez Joaquín y Valente Soto Bravo, Juchari arhintskua P’urhecheri. Tanindarhekua. ma arhukukata, México, SEP, 1991. Además son autores del Manual para el maestro en lengua purepecha: tercer grado, México, SEP, 1991.9 Pedro Márquez Joaquín, P’urhepecha jimpo. Lengua purepecha de Michoacán. Parte I y II, México, SEP, 1994.10 Sinforoso Elías, Jarhuatakua P’orhe Jorhenperakueri. Guía práctica de la lengua purepecha, México, SEP, INI, CIESAS, 1982. A diferencia de Ma. Guadalupe y Fernando Nava (nota 10) éste sugiere el término nuevo y lo aclara en p’urhépecha poniendo entre paréntesis el concepto.11 Lucas Gómez Bravo et al., Uandakua Michoacán Anapu (El idioma de Michoacán), Morelia, UMNSH-Centro de Investigación de la Cultura P’urhepecha, 2002. Véase también Uandakua uenakua p’urhepecha jimbo (Introducción al idioma p’urhepecha), México, 2001, 3a. edición.12 Ma. Guadalupe Hernández Dimas, y E. Fernando Nava L, Jánhaskaparini Juchari anapu jimpo, Morelia, Centro de Desarrollo de la Mujer P’urhepecha y Fundación de Apoyo al Proceso Popular (Faprop), 2000. Utiliza primero el español y pone entre paréntesis la propuesta en p’urhépecha. No siempre aplica los neologismos aunque los propone; en el desarrollo del discurso no invariablemente se ven reflejados éstos, algunos sí, otros no; sigue con los préstamos técnicos. Trabajos como éstos deberán, en teoría, ser claros y comprensibles primero para los hablantes motivados e interesados en la materia, y en su caso, para el común de los lectores del p’urhépecha. Además de las nuevas palabras, su explicación o justificación deberá entenderse a la primera lectura.

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de enseñar éste, por eso priorizan la descripción de la estructura de la lengua p’urhépecha. Esto significa que la terminología que se propone está relacionada tanto con la lingüística como con la pedagogía.

La necesidad de explicar por escrito en p’urhépecha sobre el p’urhépecha obliga a los autores a proponer palabras técnicas, ya sea traducciones, neología, calcas o descripciones, etc. Sólo de esta necesidad nace la inquietud por la neología. De ahí que quienes no escriben en la lengua le encuentran falta de sentido al esfuerzo. No hay necesidad. Es natural que se deje de percibir ésta, puesto que la pretensión de su conocimiento es para la distribución hacia fuera. Quienes lo hacen llevan las intenciones de promover que la lengua se conozca desde la lengua misma y para los hablantes del idioma. Es cuestión de actitud del autor. Hay dos puntos de vista: de afuera y de dentro. En este sentido los trabajos analizados parten desde el punto de vista de la lengua; por tanto son perspectivas de dentro. Pensar en la lengua y describirla en esta misma haciendo uso de conceptos de la ciencia o disciplina que se trate es posible. La tarea es ardua y llevará tiempo lograr una cabal comprensión, pero se requiere el esfuerzo para analizar la neología.

MECANISMO DE LA NEOLOGÍA

Como resultado de mis reflexiones y de la puesta a prueba de las estrategias, ahora tengo dos resultados. El primero es de la revisión de libros publicados y el segundo es de mi creación.

Mis estrategias eran: 1. Correspondencia / equivalencia. En la práctica no hay equivalencias estrictamente hablando. 2. Recuperación / rescatar arcaísmos. En los materiales analizados sólo en un caso se aplicó; generalmente los

autores consultados no utilizan los diccionarios antiguos para crear la neología. 3. Revitalización o resignificación. Este es uno de los rasgos más característicos que los autores utilizan en la

descripción y explicación de los fenómenos de la lengua p’urhépecha. 4. Recreación/ Creación definición. El anterior es otro de los recursos que hemos observado en los trabajos

revisados; efectivamente hay creación y recreación, es decir, darle un nuevo sentido a las palabras, extendiéndolo a los usos más comunes.

5. Asimilación. En los cinco trabajos revisados los que me resultan más sencillos son precisamente los de este tipo.Debo reconocer que las estrategias tienen un cierto orden de prioridad, pero ya puestas a prueba

resultan estar invertidas en la práctica. Los criterios cambiaron de orden.

RESULTADOS

Uso de préstamos con terminación morfológica nativa

Es en todo caso un primer nivel de adopción. Lo escuchamos en el habla común de los hablantes. En realidad no lo había considerado desde un inicio, pero me lo encuentro tanto en el habla como en los trabajos, pues existe el ejercicio por aplicar este tipo de fenómeno lingüístico. Aunque personalmente no estaría en su totalidad de acuerdo en esto, porque pareciera una pereza mental.

Préstamo con terminación morfológica nativa y creación

Este es otro tipo de propuestas que se está presentando; sobre todo en los pueblos con mucha influencia del español se escucha este modo de expresarse. También lo vemos registrado en los trabajos del siglo XVI. Es pues un mecanismo de no perder el sentido original, pero a su vez darle un matiz similar a la lengua de llegada.

Descripción

En realidad la descripción es también una manera de expresar lo que en la lengua de llegada se intenta decir. En aquélla se da un redondeo del fenómeno, es el resultado de no poder nombrarlo con una sola palabra.

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Describir el fenómeno o la realidad expresada es ya un primer esfuerzo. Pero habrá que seguir en ello hasta llegar a crear de nuevas terminologías.

Por su función

Aprovechar las formas y materiales con que están elaborados los objetos (en nuestro caso las palabras) para identificar su función. Es efectivamente uno de los mecanismos que había pensado y se aplica muy bien en los textos analizados.

Arcaísmos

Sólo tengo un ejemplo. Había considerado que ésta sería la primera estrategia. En realidad es la menos utilizada.

Neología o creación desde la cultura

En mis ideas preliminares pensé que solamente que no hubiera en los diccionarios, ni se pudiera adaptar o ampliar el significado de la palabra sería necesario acuñar la neología, pero los datos me dicen que es exactamente lo contrario. Hay muchas creaciones novedosas.

Uso de préstamos con terminación morfológica nativa

Acentos, Acento-echa GF

Alfabeto, Alfabet-u GF

Consonantes, Consonanteecha GF

De la raíces, Sïrankweri / Raízini GF

De las cosas de Verbos, Verboeri ampe GF

De los modos, Modoecheri GF

De los números, Númeroeri GF

De los participantes, Participanteri ampe GF

Español, Españoli LBI

Frase nominal, Frase nominale GF

Frase verbal, Frase verbale GF

Gramática, Gramaticale GF

Las frases, Frasecha GF

Sílabas, Sílabaecha GF

Sonidos, Soniduecha GF

Su sonido, Sonidoempa GF

Verbos, verbuechani LBI

Vocales, Vocaleecha GF

Préstamo con terminación morfológica nativa y creación

Sufijo de caso, Casoeri mátantskua GF

Sufijos de persona, Personaeri mátantskua GF

Sustantivo, Kw’iripu, planta, animale, máteru ampe GF

Descripción

Adverbio, Enka uantankutajka ampe enka arhijka verbu GF

Ápico, Katamberi tsiumberhukua SE

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Aspecto: {Na enka jaka ma úkwa = perfecto: .-s; {ma ukwa pawani ka pawuani unhasinka = habituale -sïam, -sïn; {eska únhasinka ima jantu enka uantanhantani jaka, eki uantanyani jaka = durativo –xa; {wétenaniunhasïnka = inceptivo, -xamaam, (pas) -xam (pres) GF

Aspirada, P’unimuni GF

Caso instrumental <jimpo>, Kwuiripu enki jimpo úkurhijka, /ampé jimpo,/ ampe jimpo [nena jimpo]/, GF

Caso localitico <–rhu>, Naki participante arikuekasini <nani> GF

Caso nominativo, Enki mítetarajka nakiski participante sujeto GF

Caso, Eratsekwa enki jimpo mitetarajka oracionirhu participantechani GF

Cavidad nasal, P’orhorukua SE

Cuaderno, Karanharhikutarakuarhu siranderi SE Dialecto, Wantakwa mámari járhati úranhasinti GF

Diálogo, Uandontskurhita SE, PV

Dibuja, Kuirunharhiku = PV

Dibujo, Kuirunharikukata SE

Dibujo, Únharhikukata/ Untskata PV

Dientes inferiores, Sini ketsikua anapu SE

Directo ¿?, Enkaksi jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF

Dorso, Katamberi tepakua SE

En el escrito, Karakatarhu GF

En el habla, Wantakuarhu GF

Escritura uniformada/ Estandar, Karani majku jasi GF

Estructura gramatical, Na enka waxatakata jaka p’urhepecha uantakwa GF

Frase, Eratsikua sapichu PV

Gramática, P’urhepecha incharini anapu ampe GF

Indirecto (??), Enkaksi no jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF

Intransitivo, impersonalaecha, {noksi kánkorehisnti pámirini. {mák’u participateni kámasinti <SUJETO> GF

Labio inferior, teiondirakua ketsekua anapu SE

Labio superior, teiondirakua kuinchimukua karhakua anapu SE

Libro, Takukukata LBI

Por su función

Adverbio, Niátakua p’irhikutarakua SE

Aspecto, Nena niátakua SE

Cambiar de entonación, Mojtsintani SE

Cambio de entonación, Móchakua SE

Código, Uandakuechani míteani SE

Diccionario, Uantakua aiankpiri PV

Diccionario, Aiankperakua SE

Duda, Nándi ua SE

Emisor, Uandakua axari SE

Entonación, Uinhachakua SE

Escuela, Jorhenguarhikuarhu SE

Escuela, Jorhentperakuarhu = PV

Frase, Uandakua no andankuti SE

Habitual, Emenka sesi kámarhukukujka SE

Hablante / emisor, Uandaka / enka axaaka uandakua SE

Hablante, Uantari PV

Maestro, Jorhentpiri SE

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Arcaísmos

Bandera, Anhaskukua PV

Neología o creación desde la cultura

Acento, Uinhátsitakua PV

Adjetivo, Na jáxeski PV

Adjetivo, T’antsirhitakua SE

Alfabeto, Mindakua LBI

Alomorfos, Jatsintirakua ¿? GF

Alveolos, Tsitsichakua SE

Argumento, Inchaparhakutini SE

Cadena o lista, Sirikata SE

Caso comitativo <jimpo /jinkuni >, Ekwarhekwarhetini GF

Clítico, Míntaecha / jukarhukua GF

Consonantes, Mintsirakuecha SE

Cuento / Narración, Uantantskua PV

Cuerdas vocales, Kurchakuecha SE Demostrativos, Juntsíkutaratakwa GF

Demostrativos, T’antsiratarakeucha SE

Ejemplo, Eranhikua SE

Ejercicio, Kuataperakua SE Emotiva, P’ikuarhinhikua SE

Epiglotis, Anhanchakua SE

Exclamación, Jáakuarhikua SE Flexión verbal, Mátantskuecha GF

Flexión, Antsirakua SE

Frase verbal, Uandakua niátakua SE

Gramática, Jánhaskakua uaxastakua GF

Gramática, Uandakua kantskata LBI

Laringe, Kunuchakua SE

Últimas palabras

El 30 de septiembre del 2006 en la reunión de Kuaniskwiarani (Grupo de Estudiosos del Pueblo P’urhépecha) se llegó a la conclusión general de que para que las lenguas nativas tengan el desarrollo pleno se requiere un proyecto político, social y económico del pueblo p’urhépecha y un plan de acción para definir el destino histórico en el contexto social macro; en los cuales el desarrollo de la lengua sea una parte importante en el proceso.

La creación de términos técnicos pedagógico-lingüísticos viene ocurriendo desde hace un cuarto de siglo. Los libros de texto gratuitos de la SEP, los materiales para la enseñanza de la lengua en la UMSNH y la gramática p’urhépecha explicada en la misma lengua son evidencia de eso. Los libros p’urhépecha no se han estudiado; es un primer esfuerzo y muestran la creación del vocabulario técnico en pedagogía y lingüística, como se presenta a continuación.

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Vocabulario técnico13

Acento, {Uinhapekua Acentu GF

{Uinhátsitakua PV

{Acentoecha GF

Adjetivo, {Na jáxeski PV

{T’antsirhitakua SE

Adverbio, {Enka uantankutajka ampe enka arhijka verbu GF

{Niátakua p’irhikutarakua SE

Alfabeto / Abecedario, {Kararakuecha PV

{Alfabetu GF

{Mindakua LBI

Alomorfos, {Jatsintirakua ¿? GF

Alveolos, {Tsitsichakua SE

Ápico, {Katamberi tsiunmerhukua SE

Argumento, {Inchaparhakutin SE

Aspecto, {Nena niátakua SE

{Na enka jaka ma úkwa = perfecto: .-s; {ma ukwa pawani ka pawuani unhasinka = habituale -sïam, -sïn; {eska únhasinka ima jantu enka uantanhantani jaka, eki uantanyani jaka = durativo –xa; {wétenani unhasïnka = inceptivo, -xamaam, (pas) -xam (pres) GF

Aspirada, P’unimuni GF

Bandera, Anhaskukua PV

Cadena / lista, Sirikata SE

Cambiar de entonación, Mojtsintani SE

Cambio de entonación, Móchakua SE

Caso cogitativo, <jimpo /jinkuni >, Ekwarhekwarhetini GF

Caso genitivo, <-eri>, Néeriski ampema GF

Caso instrumental, <jimpo>, Kwuiripu enki jimpo úkurhijka, /ampé jimpo,/ ampe jimpo [nena jimpo]/, GF

Caso locativo, <–rhu>, Naki participante arikuekasini <nani> GF

Caso nominativo, Enki mítetarajka nakiski participante sujeto GF

Caso, Eratsewa enki jimpo mitetarajka oracionirhu participantechani GF

Cavidad nasal, P’orhorukua SE

Clítico, Míntaecha / jukarhukua GF

Código, Uandakuechani míteani SE

Complemento, {Andakutakua SE

Conjugará, {Konjugarikuati LBI

Consejo, {Uandajtsikperata SE

Consonantes, {Mintsirakuecha SE

{Consonantes, Consonanteecha GF

Copia, {P’ita PV

Cuaderno, {Karanharhikutarakuarhu siranderi SE

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13 Con mayúsculas se anota al final de la línea el creador o los creadores del vocablo con las siguientes abreviaturas: SE = Sinforoso Elías Ruiz. GF = Ma. Guadalupe Hernández y Fernando Nava. LBI = Lucas Gómez Bravo, Benjamín Pérez e Ireneo Rojas. PV = Pedro Márquez y Valente Soto.

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Cuento / Narración, {Uantantskua PV

Cuerdas vocales, {Kurchakuecha SE

De la raíces, {Sïrankweri / Raízini GF

De las cosas de verbos, {Verboeri ampe GF

De los modos, {Modoecheri GF

De los números, {Númeroeri GF

De los participantes, {Participanteri ampe GF

Demostrativos, {Juntsíkutaratakwa GF

{T’antsiratarakeucha SE

Describe, {Uanta PV

Dialecto, {Wantakwa mámari járhati úranhasinti GF

Diálogo, {Uandontskurhita SE

{Uantontskurhita PV

Dibuja, {Kuirunharhiku = PV

{Kuirunharikukata SE

Diccionario, {Uantakua aiankpiri PV

{Aiankperakua SE

Dientes inferiores, {Sini ketsikua anapu SE

Directo ¿?, {Enkaksi jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF

Dorso, {Katamberi tepakua SE

Duda, {Nándi ua SE

Ejemplo, {Eranhikua SE

Ejercicio, {Kuataperakua SE

Emisor, {Uandakua axari SE

{Uandaka / enka axaaka uandakua SE

Emotiva, {P’ikuarhinhikua SE

En el escrito, {Karakatarhu GF

En el habla, {Wantakuarhu GF

Entonación, {Uinhachakua SE

Epiglotis, {Anhanchakua SE

Escritura uniformada/ Estándar, {Karani majku jasi GF

Escuela, {Jorhenguarhikuarhu SE [lugar donde se aprende]{Jorhentperakuarhu PV [lugar donde se enseña]Español, {Españoli LBI

Estructura gramatical, {Na enka waxatakata jaka p’urhepecha uantakwa GF

Exclamación, {Jáakuarhikua SE

Exclamativas, {Tsipekua o uandanhiateri SE

Expresiones, {uandaxekeuchani LBI

Flexión verbal, {Mátantskuecha GF

Flexión, {Antsirakua SE

Fonético = fonético ¿? GF

Frase nominal, {Uandakua jakangurhikua SE

{Frase nominale GF

{Uandatakata jakankurhikueri SE

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Frase verbal, {Uandakua niátakua SE

{Frase verbale GF

Frase, {Uandakua no andankuti SE

{Eratsikua sapichu PV

Función, {Anchikuarhikua SE

Futuro, {Notki niárakua SE

Gramática, {Gramaticale GF

{Jánhaskakua GF

{Jánhaskakua uaxastakua GF

{P’urhepecha incharini anapu ampe GF

{Uandakua kantskata LBI

{Uantakua Sïrutsekata PM

{Uantakueri incharini anapu ampe GF

Habitual, {Emenka sesi kámarhukukujka SE

Hablante, {Uantari PV

Indirecto ¿?, {Enkaksi no jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF

Información, {Aiangukua SE

Interrogación /Pregunta, {Kurhamarhikua PV

{Kurhamarhemperakuecha PV

Intransitivo = intransitivo ¿? GF

Intransitivo impersolaecha, {Noksi kánkorehisnti pámirini.

{mák’u participateni kámasinti <sujeto> GF

Introducción, {Inchajpikua LBI

Iterativos (verbos), {Majkua p’itarani SE

Labio inferior, {Teiondirakua ketsekua anapu SE

Labio superior, {Teiondirakua kuinchimukua karhakua anapu SE

Lápiz, pluma, lapicero, {Kararakua PV

Laringe, {Kunuchakua SE

Las frases, {Frasecha GF

Lengua / idioma, {Uandakua /Katamba LBI

Lengua, {Katamba SE

Uandakua

Libro, {Takukukata LBI

{Takukukata PV

Maestro, {Jorhentpiri SE

Medio dorso, {katamberu taiapekua SE

Mensaje, {Aiangperakua SE

Mesabanco, {Parhatsitakua PV

Medios comunicativos, {Mitetarakuecha PV

Modificadores, {P’irhikutarakuecha SE

Modo imperativo, {Na enka juramujka GF

{Na enka juramukujka GF

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Modo indicativo, {Emenga isika SE

{Na enka uantajka juramunhani jámani ka na enka uantontskuarhejka GF

{Na enka wantajka juramuni jámani ka na enka uantontskwarhenhajka GF

Modo interrogativo, {Na enka kurhankorhejka GF

Modo vetativo, {Na enka kwajkutajka GF

Modo, {Isiski o no isiski SE

Modos, {Modoecha: {infinitivo, -ni:Morfema, {Ampema enka sánteru sapiika wantakwarhu GF

{Kuturhukua SE

Morfema cero, {No ma ampe jukarhokorheni GF

Nombre, {Jakankurhikua SE

Nota aclaratoria, {Janastpekua LBI

Núcleo, {Terúnhikua SE

Número / Cuenta, {Miukua PV

Número, caso, {Mátantskwa participanteri GF

Número, {Namuni enkaksi niátajka SE

Objetivos, {Ambe enka uejka ma SE

Observa, {Exe PV

Oración, {Eratsikua PV

{Uandakua andakuti SE

{Wantakua / Wantakwecha enka arhikwekajka yámentu ma erastekwa GF

Oraciones afirmativas, {Matirku uandakua SE

Oraciones declarativas, {Isi o no isi usti / Menkua uandaricha SE

Oraciones, {Wantakweri kuturhinskuecha GF

{Uandontskurhikuechani LBI

Oyente, {Kurhanti PV

Página, {Kónharhikua SE

{Sïranta GF

Palabra, {Uantakua PV

{Kutumukua LBI

Paladar, {karhachakua SE

Participante, {Pámp’eri GF

Pasado, {Nitamakua SE

Persona gramatical, {enka uantajka, {enka uantap’ajka, {enka jimpo wantant’ajka GF

Persona, {Kw’uiripu GF

{Ne emenka niatajka 1, 2, 3 SE

Pide, {Kurhajkorheni GF

Pizarrón, {Karanharhikutarakua SE

Plural, {Uánikua PV

{Wánekuarhu GF

Posesivos, {Minguarhikuecha SE

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Page 84: La utopía de la lengua purepecha PDF

Predicado, {Andánkukata SE

Pregunta, {Kurhankorheni GF

Presentación, {Xarhatakua SE

Presente, {Iásï PV

{Jiamindu ukuarhijka SE

Pretérito, {Uskia urhetku PV

{Nitamakua jimpo LBI

Primera (sílaba), {Urheta anapu GF

Progresivo, {Enka ukurhini jaka niatakua SE

Pronombre, {Jakankurhpitarakua = SE

{kwuiripu jakankorhekua GF

{Jakangurhikua LBI

Pronombres posesivos, {Jakankurhpitarakua minguarhikua SE

Punto, {Anhaxurhikua PV

{Anhaxustakua / anhaxurhikua SE

Radio, {Uantakua píkutarakua PV

Raíces {Sírankwecha GF

{T’ununta PV

{Katamberi sirangua SE

{Síramkwa GF

Receptor, {Kurhaati /Xachokuarheaka SE

{Xachokuarhini SE

Responde, {Mókukuntasinti GF

Rima, {Majkueni k’amarhukua SE

Se ensordecen, {Sani isi kurhakorheni GF

Se flexiona, {Antsirasindi SE

Se sufijan, {Mátalorhesinti GF

Semiconsonates, {Semiconsonanteecha GF

Señal, {Minta GF

Señalado, {señalado ¿?, {Míntakata GF

Sufijos de los tiempos, {Tiempoeri mátantskuecha GF

Sílabas, {Kutumukuecha PV

{Sílabaecha GF

Símbolos, {Mijkurhikua SE

{Mínta PV

Singular, {Jantiak’u GF

{Ma PV

Sonidoecha, {Kurhantikwecha GF

{Soniduecha GF

Sonoriza, {sonoriza ¿? , {Mót’akukurhijka GF

Sorpresa, {Xani Jauatani SE

Su sonido, {Sonidoempa GF

Sufijo de caso, {Casoeri mátantskua GF

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Page 85: La utopía de la lengua purepecha PDF

Sufijo, {Kuturhukua SE

{mátantskua GF {Kuturhuntskua LBI

Sufijos de interrogación, {Kurhankorhekueri mátantskua GF

Sufijos de la persona, {Personaeri mátantskua GF

Sufijos y morfemas del Caso, {Mátantskuecha ka uantakwa sapicha GF

Sujeto, {Uri /Uriijka GF

{Niátati SE

{Uri /Niátati SE

Sustantivo, {Exekua /párhikua /SE

{Jakankurhikua PV

{kw’iripu, planta, animale, máteru ampe GF

Tarea, {Anchikuarhita SE

Tiempo presente, {Jianinindu ukurhijka SE

Tiempo, {ukwa nitamakía = pasado. –p; {yaasi únhaxaka /utasi p’inteska uni = -o; {nótki úkorehsinka = futuro {Na jatini SE

Trabalengua, {Ch’anamukua/ Matochakua PV

Traducción, {Menonhantani PV

{Mónharhitantani LBI

{Mókuntani PV

{Mojtakuni LBI

Transitivo, {tsimani echakua pámpirini GF

Unidades, {Arhikuecha. LBI

Universidad, {Kérenchekuarhu LBI

Úvula, {tirhinchakua SE

Velo del paladar, {Auanchakua SE

Verbo, {Na jarhaski,/ {na enka ukorheni jarhak’a, / {Na jáxeski ma ampe, {Na enka ukorheerhajka ma ukwa GF

{Niátakua SE

Verbos indicativos, {Ukuarhekua jimpo LBI

Verbos, {Verbuechani LBI

Vocales, {Kúskakuecha SE

{Vocaleecha GF

Voz, {Niatati o niátaminhani SE

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Page 86: La utopía de la lengua purepecha PDF

BIBLIOGRAFÍA

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LA COMPOSICIÓN DE LA PALABRAEN LA LITERATURA DE GILBERTI

Abraham Custodio LucasEl Colegio de Michoacán

INTRODUCCIÓN

Desde los primeros encuentros entre los frailes misioneros y los antiguos habitantes de Michoacán, en la época de la conquista, se tuvo conocimiento de que la lengua local contaba con una composición morfosintáctica diferente de las circundantes.

Los textos producidos entre ambos protagonistas de la época, arrojan mucha información sobre la estructura de la palabra en esta lengua, una estructura poco estudiada, con seguridad por la falsa concepción del contenido religioso en esta época cuando sólo lo rigurosamente científico amerita investigación. Con este argumento esos textos llamaron poca atención y sólo algunos historiadores y lingüistas fueron atraídos por interés histórico y particularidades lingüísticas. Pero gracias a ellos se conoce sobre la existencia de esos textos.

En estos documentos se puede apreciar la complejidad y simplicidad del trabajo lingüístico en la traducción de diversos conceptos a otro idioma, y esa labor siempre ha sido un desafío para aquélla, así como para la interpretación. La complejidad proviene de las palabras de raíces grecolatinas, que representan conceptos judeocristianos, los cuales los frailes transliteraron o en el mejor de los casos usaron como préstamos, adaptando neologismos en la lengua receptora; y la simplicidad proviene del uso de las palabras nativas que representan con naturalidad los mismos conceptos ya conocidos en la cultural local.

Este estudio trata sobre la composición de la palabra, producto de un diálogo con expresiones objetivas e impresionantes porque se suscita en un tribunal de la época romana y se sabe que la redacción original fue poética del género dramático, lo que permite apreciar la capacidad de la lengua receptora para representar el mismo escenario en la cultura local.

Los conceptos que expresan las palabras compuestas no se pueden analizar de manera aislada; es necesario conocer su contexto, por lo cual primero se traduce el contenido de esta narración, cuyo origen se remonta al siglo V, y que Gilberti reproduce en el siglo XVI apoyándose en narradores michoacanos.

En realidad los nativos que participaron en dicha traducción estaban produciendo literatura propia al utilizar conceptos conocidos en su entorno cultural, de manera que el papel de los misioneros fue introducir la escritura gráfica que los nativos asimilaron con gran rapidez.

La narración mencionada sólo fue traducida al castellano en el siglo XVII, de manera que la lengua michoacana le antecedió en su redacción escrita.

MARCO HISTÓRICO DE LA NARRACIÓN

El texto se refiere al martirio de Santa Olalla de Mérida. Olalla es el nombre gallego utilizado por Gilberti del latín Eulalia, que proviene de Eu = bien, Lal = hablar. Narra la persecución que el emperador Diocleciano emprendió contra los primeros cristianos en la región de la Emérita Augusta, población fundada para militares romanos retirados, ubicada en la actual Extremadura, al suroeste de la península Ibérica.

Según la tradición, Eulalia vivió del año 290 al 304 d. C. y a la edad de 13 años se enfrentó de una manera intrépida al gobernador Calpurniano, quien ordenó su martirio. Esta narración fue redactada en latín entre 404 y 405 d. C. y por su estilo se reconoce la habilidad literaria del poeta Aurelius Prudentius Clemens, a

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quien se atribuye la redacción original y que aparece en su obra Peristephanon (Libro de las coronas de los mártires), célebre colección de 14 himnos a algunos mártires.

La península Ibérica es un territorio cuya lengua ha experimentado diversos cambios; del latín provienen algunas lenguas romances; a partir de siglo V se mezcló con lenguas germánicas por la presencia visigoda durante cuatro siglos, y después con el árabe por siete centurias durante la presencia musulmana hasta el siglo XIV. Así surge la lengua castellana que se perfeccionó en el siglo XII y que finalmente predominó sobre la mayoría de las lenguas vernáculas de la Península.

La pasión de Olalla fue escrita en latín del siglo V, aunque no se sabe a ciencia cierta lo referente a la evolución de las reproducciones en el periodo subsiguiente; no se encontraron otras traducciones hasta que apareció en una Cantilena Francesa del siglo IX; se ignora quién fue el traductor, pero algunos siglos después el francés Gilberti estaría pasando la historia a una lengua no europea.

El texto de Prudentius menciona a Eulalia en lugar de Olalla y a Maximianus en vez de Diocleciano, así como al pretor en lugar de Calpurniano. Lo anterior nos dice que existieron diversas versiones que dieron más nombres a los personajes. Pilar Riesco Chueca encontró cuatro pergaminos que datan de los siglos X, XI, XII y XIII localizados en el Museo Británico, la Biblioteca Nacional de París y en las Catedrales de Tuy y de Toledo,1 respectivamente.

LA TRADUCCIÓN DEL TEXTO A LA LENGUA MICHOACANA

La pasión de Olalla fue publicada en lengua de Michuacan en 1559 por Maturino Gilberti (1508-1585), quien era de origen francés nacido en Poitiers. Franciscano a partir de 1524, llega al Nuevo Mundo en 1542. El Dr. Benedict Warren se ha dedicado a estudiar la vida y obra de Gilberti y gracias a él se sabe que en 1553 comienzan sus publicaciones con un breve tratado sobre Doctrina Cristiana en lengua de Michuacan, que de 1557 a 1559 reside en México y en ese periodo supervisa la publicación de sus obras entre las cuales destaca: Dialogo de doctrina Christiana en lengua de Mechuacan2 en la que incorpora la pasión de Santa Olalla como el exemplo 153.

En el colofón de esta obra, su autor reconoce que la Doctrina es una compilación de muchos libros de sana doctrina;3 y que el texto fue examinado por fray Alonso de la Veracruz; que se imprimió con la licencia del virrey Don Luys de Velasco y del obispo Don Alonso de Montufar. La traducción de la pasión de Olalla sorprende porque la versión castellana fue publicada sólo en 1623 por Vicente Blasco de Lanuza.4

El texto de Prudentius y la versión de CANTILÈNE DE SAINTE ÉULALIE descubierto por Hoffmann von Fallersleben en 1837, son himnos escritos en latín el primero, y el segundo en un latín regional de Francia. Por su parte la versión en lengua de Michoacán era desconocida hasta que el Colegio de Michoacán la reedita y aún no se ha estudiado su estilo literario ni la estructura sintáctica.

En el Michoacán del siglo XVI se sabe que los nativos aprendieron con increíble rapidez a crear literatura en diversas lenguas además de la propia, lo cual provocó cierto celo en las elites del régimen centralista de la Colonia e inmediatamente prohibieron que los indígenas fueran alfabetizados y que escribieran en su lengua, por temor al registro escrito de tradiciones religiosas ajenas a la cristiana.

Ni siquiera las narraciones sobre sucesos europeos prevalecieron, como el caso de Olalla. La Doctrina con la pasión de esta última terminó en las bodegas de la Inquisición. Aún cuando la historia se refiere a una mártir española, el idioma en que se publica es michoacano, y su registro permite hoy apreciar la habilidad de creación literaria de esta lengua para igualar, en estructura, a cualquier idioma europeo en la producción de literatura.

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1 Pilar Pilar Riesco Chueca, Pasionario Hispánico, Sevilla, Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, 1995, pp. XV-XIX .2 Maturino Gilberti, Dialogo de Doctrina Christiana en la Lengua de Mechuacan 1559, Moisés Franco, Introducción histórica de Benedict Warren, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2006.3 Op. cit., fol 22 de la sección: vida de los sanctos.4 Manuel Alvar, Raíces de la Literatura Aragonesa, publicado por la Universidad Complutense, consultado en http://www.cervantesvirtual.com/servlet.

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OBJETIVO Y MÉTODO

El objetivo es identificar la composición de la palabra nativa y su uso en la literatura dramática; para ello se traduce primero el relato al castellano actual para identificar el género literario, así como apreciar la composición y uso de la palabra en los distintos momentos de un mismo escenario.

El texto de Gilberti es una fuente para ilustrar el espíritu intrépido que puede expresar la palabra indígena, capaz de reproducir un acontecimiento impresionante y de generar reacciones sentimentales en el público lector o auditivo. El texto relata un conflicto del ser humano ante un sistema intolerante. El desenlace ilustra la victoria espiritual de la víctima sobre el victimario terrenal. Y la retórica generada entre los personajes constantemente provoca expectación, incertidumbre, temor y admiración, según se aprecia en la siguiente traducción.

EL CUERPO DE LA OBRA

Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca hini Castilla, himahcanchuhca yqui vndaca hacahcungan, himahcanx hecahtsiquaren hyma yretiechaahchucharihuahandi christianoechan, no çanx exehuacuecan. Ca hima hapihti ma yuritsqueri temben tani vexurinihco hatiretin, ca hinde hacanguringahandi Olalla. Ca hima maro yretaro Merida, hapihti ma vtatspeti hindequi emperadorni quaninguecunstahanga,hacanguringahandi calpurniano.

Allá en Castilla, en aquella época cuando comenzó a propagarse la fe, los habitantes de ahí perseguían a los cristianos porque no les agradaban. Y moraba ahí una doncella de tan sólo trece años de edad, de nombre Olalla. Y en la localidad de Mérida, estaba un gobernador representando al emperador, llamado Calpurniano.

Ca hinde axangapihti vamento achaechan hucahuatin, Xristianoechan vuandicuratangan, ca tzandini hinde vtatspeti ysqui hamahaca ma yuritsqueri, hyndequichemento cez hamahaca christianoequa hymbo, ys pitahquareti, ca hima vtatspetiyo thuuinx hecahtsiquaren hatzingayapihti xristianoecha vuandicungacuecan, yqui hinde pangaca yuritsqueri Olalla, hin vtatspetinandangaritangayaran.

Y él fue enviado con todo un destacamento de legionarios para dar muerte a los cristianos, y enterado aquel juez de que ahí moraba una doncella muy entregada al cristianismo, la mandó traer.Y en el tribunal ya antes estaban recluidos otros cristianos condenados a muerte, cuando la joven Olalla fue llevada ante la presencia del juez.

Ca hynde yuritsqueri cauquanihco vecatzeyati hin vtatspetin xucan, noçan çan ys yondi ys hayati nohtundihqui ahndanguarepihti hinde vtatspeti çan am arin, yqui hinde yuritsqueri vndaca ys ariyaran.

Y la doncella al momento comenzó a recriminar al juez, sin vacilar y sin darle tiempo al juez de pronunciar palabra alguna, la joven comenzó a decirle:

Andire xuqui thu? yxu yretaro ynchanon yquimengari Dios curuhnaquaemba? Andire vecahaqui nah manatahuacuecan hihchaquix manaracuhaca mahco Diosen, hinguire thu no mitetin xamahaca amutanstan, ca thureni pitahquareca himboquireni hurahcutapiringa hinguini manaracuhaca, no cezeuati:himboquiren hihcheuiremba sancta hacahcuqua chemento tzihuerahaca

¿A qué has venido? ¿A qué llegaste a este pueblo, perverso adversario de Dios? ¿Por qué estás afligiendo a los siervos del Dios único a quien tú, sin saber, repudias sin siquiera conocerle? Y has ordenado que me traigan con la intención de obligarme a abandonar a quien yo sirvo. Será injusto, porque en su santa fe me fortalezco

Himahcan hinde vtatspeti exeparin, ysquichemento tzitzijeca, ysqui nahmintzinambongarica, himbo vndati ys arin chenarin piquaren.

Entonces viendo el juez, que era muy tierna y de hermoso rostro, se enterneció y comenzó a decirle:

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Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

A vuache, nahre arasirahaqui? Noreterohco vuatsien nah hangascaxarahaca, cahas yseue vuache, vanambequaesti hinguire xarahaca, ca hacacucheren hinden: care hatzicuhuaua parandi vingacuryriechan: hinguicuhchequatahuaca, ysqui huramuca achaemperador, ca himahcande çan erahtangauaca: nore amaringauaca.Ca yquire arasirahaca tam vndaquarecuecan: manan tucupacha arin, himahcande am erahtangahmangaua: cauquande nah manatangauaca. Ca andindimento vuache, carehchundehco hatzicuhuan parandi, hingui hucha quatahuaca tucupachaechan: care cueraran, thunditero nah yosti hapimbi huriata, care amiriras ma picuquaren, cahtsi hingun ys haran hucahperarin camata ayanguhperan, care hyma ma pauan cuiripen piquareran.

Oh niña, ¿qué es lo que dices? Sólo son imaginaciones de niña. Las cosas no son así niña, tontamente estás hablando, me obedecerás a mí: tú ofrecerás holocausto a las deidades que nosotros veneramos, así lo ordenó el emperador. Por tanto les tendrás ante ti y no les menospreciarás.Y si hablas de hacer lo contrario, acusándoles de ser otros dioses y negándoles, serás castigada de inmediato.¿Por qué tiene que ser así niña? Ofrenda a los dioses que veneramos, y te salvarás y conservarás por largos días, y sosegadamente te desposarás y juntos planearán su vida, y algún día procrearás.

Himahcan hynde yuritsqueri Olalla, vndati ys arin hin vtatspetin, himboqui sancta hacahcuqua himbo noçan tandahcamahanga, himbo vndati ys arin.

Entonces la joven Olalla le dijo lo siguiente al juez, debido a que por la santa fe estaba bien convencida, comenzó a decirle:

Nahre arasirahaqui thu ambee vandaqua hynguire xarihaca hynden, hiniyohcoestivuachetaquanequa hinguire xarahaca, ca hino am handiyo hamahaca: caquahchacutireni ma tepari thipiquareri,hindequi hacanguringahaca Jesu Xristo,hindequi euapehpensca yamentoparaquahpen, hindequinchuhca cacanstaua thunguyni tuhcheueti tatate sathanasni hyngun.

¿Qué cósas dices tú, con qué palabras me hablas? Niñerías solamente estás hablando.Porque yo no ando sola, tengo un esposo muy rico, llamado Jesucristo, quien es el redentor de todo el mundo, y él acabará contigo junto con tu padre Satanás.

Ca hymahcan hinde vtatspeti calpurniano, vndati cuiquiritahpen, himboqui cheta himbo vndapiringa vanapamunstan, tharesiechan casirehuacuecan, caru noamu, nahquiaru ychaquatangastahanga cuiquiringan.

Entonces el juez Calpurniano ordenó que fuera azotada, para escarmentarla y que se retractara, y accediera a venerar a los dioses. Pero no lo hizo aunque fue azotada hasta quedar tirada.

Himahcan hucamahandi arin hin vtatspetin xucan ys ariparin. Haranguenanhate emperador hindequiquini axaca, cathu hingun haranguendengate, himboquihtsi mario carauahperanstauaca curini hyni cumiehchuquaro, himaqui nonahcan men vehpohpehaca.

Entonces con más brío increpaba al juez diciéndole: Maldito sea el emperador que te envió, y maldito seas tú también, porque juntos uno tras otro serán arrojados al horno del infierno, al fuego que nunca se apaga.

Ys arihandi xucan vtatspetin cuiquiringaparin, himboqui noçan nah piquarerahanga ys çacungaparin cuiquiringan. Himahcan hucamahandi cuiripehchan diosentzipequareparin, ca himbo ys arihandi meni. Ca thureni cuiripetahco nah manatachehaca, xandehco himbo vhcamahaca cezequa: caru hindequihtsin cuerauaca hucarin haty cezequa anima hymbo: ca cuiripeta himbo, hinderen euahpenstauati yamento tuhcheueti nahmanatahperaqua himbo, hinguiren himbo pamerahaca: himboquiren hinde chemento tzihuerahaca: hin himbo arisirahacaquini, niyata am hameri hinguiren vecahaca vchecuecan.

Así reprendía al juez, porque no sentía los latigazos que le propinaban. Y con mayor denuedo glorificaba con alegría a Dios, y por eso le decía:Tú sólo logras castigar mi carne, porque hasta ahí llega tu poder, pero nuestro creador tiene poder de llegar hasta el alma, y el cuerpo. Y a mí me rescatará de todos los tormentos con los que me castigas. Porque él me infunde valor, por esto te reto a que hagas conmigo lo que te plazca.

Himahcan vtatspeti ysariti hin yuritsquerin: A vuache, hiquini chen vehcondenstahaca,noreterohco vuatsien hangascaxarahaca.

Entonces el juez dice a la doncella: Oh niña, cómo me compadezco de ti, tu juventud me inspira lástima

Ca himahcan hinde yuritsqueri Olalla ysariti vtatspetini:Acha diosren vehcondenstaue, ca tuhcheueti vehcondehperansqua curucuruxesti.

Entonces la joven Olalla le dijo al juez:Me compadezca Dios el Señor, porque tu compasión es con saña.

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Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Himahcan vtatspeti ys curahchatini, mendero huramucuhuati mimiembaechan, ysquix macuuaca cuiquirin caras himbo hindequi tzahtzahuaraca. Himahcanangua hinde yuritsqueri yscurahchatin vtatspetin, vndati xucan ysariparin:

Entonces escuchándola el juez, ordenó nuevamente a sus alguaciles, que la azotaran con vara de tejocote endurecido.Y entonces la doncella, al escuchar la orden del juez, le reprendió diciéndole:

Haranguendengate tharepeti, thuquire xarahaca, ca thure piquarerahaca ysquiren cherapiringa: tuhcheueti pameri cuiquirihperata himbo no cezeuati curendehcos piquarerahaca, thureni men hucamahaca cez piquazcani, candenumento tzihuerasirahaca ys cuiquiritahpeparin.

Maldito anciano, tú que afirmas y que quisieras verme atemorizada: con tus dolorosos azotes no lo lograrás, sólo me haces sentir bienaventurada, me has colmado de dicha, mucho me han refortalecido tus órdenes de que yo sea azotada.

Himahcan vtatspeti yscurahchatin, nahxan andariquareti yquiuan, ca vndati azeyte vequaren hureracata, hindequimento quachacharahaca puruuan, himboqui ytzuqua aparetamengauaca.

Entonces al escucharla el juez, mucho se encolerizó, y pidió aceite hirviendo que estuviera burbujeando, para quemarle los senos.

Ca ys azeyte vanangauatangarin noçan nah piquareuati hinde yuritsqueri, ca vndati ysarin vtatspetin:Y azeyte ynguiren vanangauatatahpeca, noreni nah piquazti, ca yreni hucamahati can hurepengueran acha diosen pampzcani.

Y al rociar el aceite sobre ella, la joven no sintió nada y comenzó a reprender al juez:El aceite que hiciste rociar sobre mí, ningún daño me causa, y ha refortalecido mi espíritu por amor a Dios el Señor.

Ca himahcan hinde vtatspeti yscurahchatin, hucamati yquiuan, ca vndati arihuan mimiembaechan ysarihuaparin:Hatzihe vaxarutan pureche: cahtsi ytsi tayacata ytsieranstaua. Ca marongua etzohpahechuhpiri, cahtsi hima hatziua ma tiamu cantzacata, cahtsi hima viruquahtsitaua ynden yuritsquerin: ca vretatihquiru exerahe hin ytsi tayacata ytsieranscata. Ca hin tiamu cantzacata hinguihtsi himbo ychahtsitauaca chuhpiriro, andiquitero exeparin cheuaca, ca vndauacasirehuan hinguicuhche hucha quatahuaca. Ca yquingua no vecauaca vahnanamanscuecan, himahcanthsi pauaca chuhpiriroycharehpaman cantzacata himbo, cahtsingua yyanan xas vanangahchacuraua ytsi tayacata ytsieeranscata.

Entonces el juez al escucharla, se llenó de ira, y ordenó a sus alguaciles diciéndoles: Pongan la olla en el fuego, y dejen que el plomo se derrita. Y esparzan brasas y pongan encima una malla de hierro, y a esa niña la rodarán encima, pero muéstrenle primero el plomo derretido y la malla de hierro sobre el que la pasarán a fuego, tal vez sienta temor de verlos, y comience a bendecir a quienes nosotros veneramos. Y si se niega a retractarse, entonces llévenla al fuego y arrójenla encima sobre la malla, y en seguida rocíen el plomo derretido en todo su cuerpo.

Ca hyhcom ys vngati ysqui arihpeca vtaspeti, ca ys yam exerangati ysqui xaporo himbo pamerangauaca hinde yuritsqueri olalla, ca exerin hinde yuritsqueri vndati ysarin hin vtatspetin.Thu yquimengari, pamerauequini varichaonapu chuhpiri, hindequi nomen vehpohpehaca: himboquirementohandaquarehaca hinden pameracuecan: hurahcutaracuecandeni hucheue yrecha diosen auandaro yretin hindequiren hapinga hindeni, tuhcheuety pamerahperaqua himboren hinden vanambetacuecan: caru no cezeuati hinguire vecahaca, himboquiren hinde euahpenstauaca tuhcheueti pameri himbo, ca hi no ambe camangarinsca, yqui no hymboquinihco vtas angamexaquarehaca hihcheuiremba hacanguriqua mintzican.

Y obedeciendo las órdenes del juez, le mostraron todos los terribles tormentos que deparaban a la joven Olalla, y ella, al verlos, comenzó a decirle al juez.Tú, maldito, serás atormentado con el fuego del infierno, que nunca se apaga, porque te obstinas en atomentarme, queriéndome obligar a que renuncie a mi rey, el Dios que mora en los cielos que es mi señor. Con tus tormentos pretendes que pierda el juicio, pero tu intención no prosperará, porque él me rescatará de tus tormentos, porque yo ninguna culpa tengo, a no ser que sigo sosteniendo mi confianza en su nombre.

Ca yqui vndaca pangacuecan chuhpiriro, himahcan vndati vehcovehcomarin acha diosen hinde yuritsqueri olalla, ysariparin:Queyquiyqui acha dios: thuquiren teruparaca: çanden cuiripen vehcondens euahpensparinden, yxuquini pamerangacuecahaca, ca ynscuren çan vingatsquarequa, himboquini vingatsquareuaca santa hacahcuqua himbo, ca tuhcheueti sancto hacanguriqua himboetaqua.

Cuando era conducida al fuego, la joven Olalla comenzó a clamar a Dios el Señor diciendo:Oh Dios mi señor, tú que me has hecho tu sierva, ten misericordia de mí y sálvame del tomento al que soy conducida, y dame valor para soportar, porque debo padecer por la santa fe y por tu santo nombre.

Ys aririn diosen, cauquan thzirapensti hinde ytsi tayacata ytsieranscata, ca ys chuhpiriro ycharehpangamati cantzacata himbo: camen xas yures himbo vanangahchacurangahandi ytsi tayacata ytsieranscata: caru thuin thzirapensti. Camen hihchahco tziruhxquarehandi aparehcuni hihchaquix atahanga, camen hinde yuritsqueri noçan nah piquarerahandi, himboqui dios angandarunsca.

Terminando de clamar a Dios, inmediatamente se enfrió el plomo derretido, y ella fue arrojada con la malla sobre el fuego, y luego le rociaban con un cucharón el plomo derretido que ya estaba frío. Pero los que le rociaban sí se chamuscaban las manos, y aquella joven no sentía nada, porque Dios la favorecía.

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Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca himahcan hinde vtatspeti Calpurniano, exerin hin yuritsquerin, ysqui noçan aristahaca hin pameri, nahxan yquiuati arihuaparin mimiembaechan:Huuahetero caras, cahtsi aua cuiquirin ychaquatanstan, cahtsi men xas erucx purupuruacata himbo vingam parimacuuaca, hindequimento cherapeca himboquihtsicuiripeta yam ahtombariuaca.

Entonces el juez Calpurniano, viendo a la joven que no se retorcía de dolor, se enojó aún más, ordenando así a sus alguaciles: Traigan nuevamente la vara de tejocote, y azótenla hasta derribarla, y luego con pedazos de barro cocido le friccionarán duro, busquen que esté muy áspero para que levante su carne.

Ca himahcan hinde yuritsqueri yscurahchatin vtatspetin, vndatimenthu vehcovehcomarin diosen ysariparin:Queyquiyqui acha Jesuxristo, dios tzipeti vuahpa: çanden cuiripen angadarunstan, tzihueracheparinden hucheue mintzita,himboquini vingatsquareuaca xaporo pameri himbo, ca hy chemento vecahacapihpaquarenscuecan varichaonapu chuhpiri himbo: hindequi nonahcan vehpohpehaca, himboquini ynchancheuaca hini auandaro, hiniquire haca tataten hingun ca spiritu sancto. Yseuengua.

Entonces al escuchar la doncella al juez, comenzó a clamar a Dios diciéndole:Oh señor Jesucristo, hijo del Dios vivo, por favor protégeme, fortaleciendo mi corazón, porque muchos tormentos he de padecer, y cómo quisiera ser rescatada del fuego del infierno que nunca se apaga, para ser llevada al cielo, allá donde estás tú junto con el Padre y con el Espíritu Santo. Así sea.

Ca himahcan vtatspeti yscurahchatin hinyuritsquerin, vndati ysarin: Care piquarerahqui ysquiquini cumanohurandunstauaca? Noquini cez cumanohurandunstauaca: vaporoquinderomento pamerauaca, hima hameriquiquini quazcuuaca.

Entonces escuchando el juez a la doncella, en seguida le dijo:¿Acaso piensas que te daré reposo? No te dejaré descansar, de muchas maneras te atormentaré, hasta dejarte abatida.

Camenthu yuritsqueri Olalla ysariti hin vtatspetin:Noreni cez andaparatauaca: hyndequin andaparatauati acha Jesu Xristo, hindequiren hinden angandarunsparin purecuhpehaca.

Y también la joven Olalla le respondió al juez:No me vencerás, ya estoy rendida al señor Jesucristo, quien combate a mi favor.

Ca himahcanthu nahxan andangueyati yquiuan hinde vtatspeti, ca vndati arihuani mimiembaechan candela etscutarahuan, hindequi can thingarahaca, himboquixtu men hurinxqua aparehtsitacuuaca, ca hihcom ys vngati ysqui huramutspepihca hynde vtatspeti.

Y entonces aquel juez se llenó más de ira, y ordenó a sus alguaciles que prendiesen una tea, la que más calienta, para quemarle sus rodillas. Y ellos cumplieron la orden del juez.

Ca hymahcan hinde yuritsqueri vndati arin vtatspetin ysarini:Ya niniti hucheue cuiripeta, ca arihua mimiteechan ysquihtsini etuqua çan atauaca, himboquini aspeuaca.

Y entonces aquella joven le dijo al juez:Ya está asada mi carne, di a los alguaciles que rocíen algo de sal para que sazone.

Himahcanthu men vtatspeti nahxan charapensti yquiuan ystu vndati arihuan men mimiembaechan ysarihuan:Hatzihe yya huringuequa ma curingan: vahtzauemento hima hameriqui characharaxenstauaca, cahtsi xas yncharaua yn yuritsquerin: ca has men petanshe.

Entonces el juez, rojo de cólera, inmediatamente ordenó a sus alguaciles:Prendan fuego al horno, dejen que se caliente al rojo vivo, y luego arrojen a esta niña ahí y nunca la saquen.

Ca ystu vanacurinihco hatzingati huringuequa curingangan, ca yqui vtaca charapen vahtzan: himahcan yncharangati hinde yuritsqueri, ca cauqua mingati.

Entonces rápidamente pusieron a calentar el horno y cuando comenzó a ponerse al rojo vivo, arrojaron en su interior a la doncella e inmediatamente fue encerrada.

Ca hinde yuritsqueri yncharangarin, vecatzeyati aran piren ysaparin:Yuritsquecha, hihchaqui no ambetaqueca, pangauatix auandaro yrecha diosenandangaritangayaran, tepari xaramequareta himbo.

Y al ser metida aquella joven, comenzó a entonar la siguiente melodía:Las señoritas que vírgenes se conserven, serán conducidas al cielo, ante la presencia de Dios el rey, con gran gozo.

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Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca himacan hinde vtatspeti vanamucurahandi huringuequaro, ca curangatin hyngui hinde yuritsqueripirehanga, vndati arihuan mimiembaechan ysarihuaparin:Era yyayni piquarerahaca, ysquihtsini andaparatasca yma yuritsqueri: himboqui nomento çan maro aristahaca pameri: ca vtas nomento çan tandahcamahati. Camenthu nahmentoepirin? Hengua petanshe, cahtsi paua vanotatan cueranstin, mandan ambocuta himbo ca yamento picuhequetzuhtsicun, himboqui curatzeuaca:mintzin tzihuequareuati.

Como el juez caminaba cerca de la entrada del horno, escuchando que del interior cantaba la joven, comenzó a decirle a sus alguaciles.Presiento que esa niña nos ha vencido, porque no escucho sus lamentos, y para nada pierde su brío. ¿Pero cómo es posible? Sáquenla y llévenla en procesión exhibiendo su desnudez en todas las calles, y rápenle toda su cabellera, para que se sienta avergonzada: su arrogancia será vana.

Ca hihcom ys pangati himasquarohco vanotatangan: yan quetzuhtsicungatin. Ca huanganonguatin vndatihtu men arin vtatspeti hin yuritsquerin ysarin:Hendi, vandatzequarehua tucupachaechan, hinguiquini vandatzequaretahuan xuhcanstahaca, hatzicuhua parandi.

Y ella fue exhibida desnuda en procesión, toda rapada.Y al ser vuelta, el juez comenzó a decirle a la joven:Mira, adora a los dioses, te conmino a que les adores y les ofrecezcas ofrenda.

Himahcan ysariti hinde yuritsqueri vtatspetin: Menchuhcani arahaqui vandatzequaren, mahco diosen hindequiren hapinga, hinguini parandi yntsingaritahaca hucheue cuiripeta, ca anima, xaporo pameri vingatsquareparin hin himboetaqua.

Entonces la doncella le respondió al juez: Mi adoración está destinada a un solo Dios, quien es mi señor, a él le ofrendo mi cuerpo y alma, en todos los tormentos a que soy sometida.

Ca himahcan vtatspeti nahxan yquiuati nitaxataquareparin: ca huramuti mendero ysqui tiripangauaca, ca hima tzipeti cururingaua.

Entonces el juez, desesperándose, se enojó más, y nuevamente ordenó que fuese colgada y quemada viva ahí.

Himahcan hinde yuritsqueri, vndati ysarin diosen, yqui vndaca hatzingan tiripangan:Queyquiyqui acha, thuquireni teruparaca: vapororendihqui pameri himbo thzehcuca: ca chuhpiri himborenthu thzehpaca: ca noreni ambe execheca, hinguiquindero vahnanchenspiringa.

Entonces aquella joven, cuando era colgada, comenzó a implorar así a Dios:Oh señor, yo soy tu sierva: en muchos tormentos me has probado, y por fuego me has pasado, y en mí no has encontrado que yo te hubiera negado.

Ysaparin nahxan xaramequarehandi, himboqui ambando exehuahanga angeleechan, hihchaqui hima hapihca xachocuecan hihcheuiremba anima, yqui mintzita henauaca.

Con estas palabras se llenó de gozo, porque claramente vio a los ángeles, junto a ella esperando su alma, cuando cesara su corazón.

Ca ysingua mendero vndati hauiri paracungan, hingui quetzuhtsicungaca, ca himbohco cuenchahchatangarinhauatangahendi pangan, himaqui nah manatangauaca vuandicungan: hini yreta camaraman, himboqui himachuhpiriro no nah vquareca, himaqui cururingahanga, ca hini pangayarin antzihuaqua himbo ycharehtsitangamati: ca arucuri antzinducungahandi, ca arucuri antzihcungahandi, ca xas angahandi cuiquiringan.

Y entonces tejieron la cabellera que le habían arrancado, y como soga la levantaron para llevarla a donde sería ejecutada. Allá en los límites del pueblo, porque en el horno no le pasaba nada cuando la quemaban, al llegar fue amarrada del cuello, y estirada con piernas separadas y brazos extendidos, y luego fue azotada.

Camenthu hima huramuti hinde vtatspeti, ysqui candela etscungauaca, hindequi can thingarahaca, himboqui himbocuruhtacungauaca quintsimaraniro.

Y el juez ahí ordenó que prendieran la tea más ardiente, para quemarle las costillas.

Ca himahcan hinde yuritsqueri exeparin xan pameri, vndati ysarin vtatspetin:Thu yquimengari, andireni xaporo pameri xaratachehaqui, hindequi hinioesca tipandirari? Hengua yseue: ca eratereni himboquireni no mirungascauaca: himboquiren cez mitenstauaca: himaqui vtatspeuaca hucheue yrecha Jesu Xristo: himaquiremayamunganstauaca pameri, hinguire nitatarerieca pamequaren.

Y entonces la joven viendo tal tormento le dice al juez: Tú, maldito, ¿por qué me hostigas con tantos tormentos, cada vez más dolorosos? Está bien, que así sea. Y mírame para que no olvides mi rostro, porque me reconocerás bien entonces cuando Jesucristo, nuestro rey, juzgue. Ahí se te pagarán estos tormentos y por la eternidad serás atormentado.

Ca himahcan yscurahchangaparin: vamento hihchaqui hima hapihca no hacahcucha, nahxan eratzengansti, vahnanangamansparin ca ytsi atahtsicurahquarengaparin.

Entonces siendo escuchada por la multitud, muchos de los presentes no creyentes, quedaron admirados, arrepentidos y deseaban ser bautizados.

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Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca xaporo pamerangarin noçan tandahcamahandi, himboqui dios vtas hucaquarerin hamahanga, himboquixtu angeleecha tzihuerahanga, hihchaquivmbatapihca. Ca yyanan men vecaparatangati ma cruz himbo ca hima hatzingatin vndati tzipeti mendero cururingan. Ca hinde yuritsqueri hima hatin, aratati chuhpiri acuecan: ca ys amiriras mintzitahendi: ca erangungati hihcheuiremba anima, hindequi hepungueen hasharamequaro veramorin cauquan nica auandaro.*

Y no perdía su arresto aunque en todo era atormentada, porque Dios estaba con ella, y los ángeles que le acompañaban también le infundían valor.Entonces fue colgada de una cruz y ahí, viva, fue quemada otra vez. Ahí la joven abrió su boca queriendo devorar el fuego, y gimiendo en paz, fue vista su alma que, en forma de paloma, salió de su boca e inmediatamente ascendió al cielo.

* Gilberti, op. cit., folio 19.

COMPOSICIÓN DE LA PALABRA

La fonología de la lengua no necesariamente sigue el patrón silábico castellano; en la lista anterior hay sonidos de palabras bilíteras, trilíteras, cuatrilíteras y hasta pentalíteras, como la siguiente:

C-VCCV CC/V C/V C/V C/V-C/V Yntsi nga ri ta haca Dar pecho frente ante hace (verbo auxiliar) le ofrezco, le entrego, le concedo

El patrón silábico castellano no concibe este modo de composición, donde la Y juega el papel de semivocal porque le sigue una consonante N, y la I tiene la función de hacer un sonido sibilante pronunciado como TSI. En NGA hay un sonido nasal velar que se leeŊA; en TAHACA la H afecta a la AC creando una preaspiración implosiva en C.

La H no siempre fue muda, en el siglo XVI tenía un sonido aspirado y afecta fonéticamente a la palabra. En su vasta obra, Gilberti la usa de la siguiente manera.

En Hurendah peri, la H inicial es una aspiración con sonido de J, la segunda vuelve implosiva a la D, creando un sonido implosivo T’.

Juren thpe ri Enseñar gente 2ª o 3ª Per. = el que realiza el oficio de la enseñanza

En: Hu ueh tsi n, son aspiraciones con sonido de J, la S se prolonga sin que se pronuncie la I: Ju uejts n Venir él nos a = venga a nosotros

En: Hacahcu haca, HA y AHC son aspiradas con sonido de J, y en HACA crea una preaspiración implosiva en C: Jacajcu jca Creer hace = cree

En: Handihera parini la H inicial es aspirada, y la segunda acentúa a la E, Jandiéra parini

Alcanzar haciendo = alcanzando

En: Herache hecha, la H inicial es aspirada, y en EHE se acentúa a la E Jerache écha

Hermano los (pluralizante)

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Cuando se determina la nulidad fonética de la H la lengua resultó afectada de diferentes maneras y esta palabra se leyó erache.

La presencia de varias vocales como en: macuuaca, puruuan, huuahetero, parimacuuaca, quazcuuaca, aparehtsitacuuaca, hatzicuhuaua, erahtangauaca, amaringauaca, erahtangahmangaua, carauahperanstauaca, tuhcheueti, ytsieeranscata; tiene diferentes funciones: la U es una semiconsonante conectiva cuando le antecede otra U, es futurizante cuando le precede una A, y casi siempre tiende a elevar el tono de la vocal siguiente. Esto sucede incluso en ytsieeranscata, en la cual TSI lleva un acento prosódico natural que se traslada a la E.

La lectura de la literatura del siglo XVI cobra vida cuando se aprende a interpretar la combinación de grafías, y cada palabra adquiere sentido al leerse en oraciones, trasmitiendo información sobre el conocimiento desarrollado en aquella época.

También es posible encontrar expresiones nativas que a un escritor no hablante se le imposibilita percibir; en el listado hay palabras nativas que los frailes de la época difícilmente pudieron comprender en su total dimensión.

El método de composición de vocablos empleada por los frailes, permiten hoy hacer una interpretación fonética de las grafías y por medio de los textos se pueden encontrar muchos sonidos aproximantes (vocales no silábicas); eyectivas (glotalizadas) implosivas, palatales, velares, uvulares, así como sibilantes y africadas retroflejas e interiorizadas, además de las vibrantes, las cuales se van encontrando conforme se estudia la lengua y que en esta breve exposición no se alcanzaron a describir.

Afortunadamente se están recuperando los textos en lengua indígena del siglo XVI y existen infinidad de ejemplos como la pasión de Olalla, así como tratados de historia, geografía, filosofía y teología, y demás información del pensamiento europeo medieval escrito en lengua de Michoacán y conforme se avance en la lectura de estos textos se puede comprobar la existencia de esas mismas ciencias en el mundo nativo prehispánico, porque los conceptos quedaron plasmados lingüísticamente.

CONCLUSIONES

Los que escribieron estos textos, tanto nativos como extranjeros supieron utilizar los recursos literarios de la época para representar a la palabra nativa con el uso de la escritura que llegó con los europeos. Se creó la palabra escrita y con ello vino la elaboración de obras literarias en lengua nativa. El drama de Olalla demuestra la absoluta adaptabilidad de la lengua ante cualquier género literario. Si el texto original latino estaba en forma de canto, hace falta revisar la versión michoacana para estudiar su género; por ahora se puede concluir que: 1. Las lenguas indígenas de América son idiomas completos y con la capacidad de crear palabras que

comunican los conceptos más abstractos, así como para traducir e interpretar géneros literarios de cualquier idioma.

2. Los nativos que auxiliaron a Gilberti para redactar esta narración entendieron el estilo literario del poeta Prudentius, y trasmitieron el mismo estilo dramático.

3. En su tiempo, estas narraciones pudieron personificar a un pueblo oprimido representado en la figura de Olalla, en un afán de libertad y tolerancia. Este tipo de mensajes no le convenían a la Corona Española y la obra de Gilberti fue a parar a las bodegas de la Inquisición Española, casi inmediatamente después de su publicación en 1559.

La información contenida en la composición de cada palabra es más profunda que lo que aquí se alcanza a exponer. El diálogo que se genera entre los personajes y elementos que participan en el escenario refleja un conocimiento de la cultura nativa sobre prácticas jurídicas. Y el uso de sustantivos como juez, acusado, abogado protector, espectador y verdugo; asimismo, algunos conceptos abstractos, entre éstos: culpabilidad, sentencia, sentimiento, intuición y tormento, abren el abanico de posibilidades de estudio para este tipo de textos.

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APÉNDICE

Concepto Traducción

SUSTANTIVOS

Acha Señor

Achaechan A los señores

Ambocuta Calle

Angeleecha Los ángeles

Angeleechan A los ángeles

Antzihuaqua Lazo, cordón (verbo sustantivado)

Auandaro Cielo

Azeyte Neologismo

Calpurniano Nombre propio

Candela Mechero, vela

Cantzacata Malla, enramada, tejido

Caras Tejocote

Castilla Nombre propio

Chuhpiri Fuego

Chuhpiriro En el fuego

Cruz Neologismo

Cuiripeta Carne

Cuiripetahco Sólo la carne

Dios Neologismo

Diosen A Dios

Diosren Dios me

Emperador Neologismo

Emperadorni Al emperador

Erucx Comal de barro

Etuqua Sal

Hacahcuqua Fe, creencia (verbo sustantivado)

Hacanguriqua Nombre propio

Haramequaro En la boca

Hauiri Pelo, cabellera

Hepungueen Como una paloma

Huriata Sol, día

Huringuequa Horno

Huringuequaro En el horno

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Hurinxqua Rodilla

Jesu Nombre propio

Merida Nombre propio

Mimiembaechan A sus semejantes, a sus soldados

Mimiteechan A los semejantes

Mintzita (sust/verbo) Corazón, gime (verbo)

Olalla Nombre propio

Parandi Ofrenda (verbo sustantivado)

Paraquahpen Mundo, corteza terrestre

Pureche Olla, perol

Quintsimaraniro En la costilla

Sancta, sancto, santa Neologismo

Sathanasni A Satanás

Spiritu Espíritu, neologismo

Tatate Padre

Tataten Al padre

Tayacata Plata

Tharepeti Viejo, anciano

Tiamu Metal

Thipiquareri Poseedor, rico

Tucupacha Dios

Tucupachaechan A los dioses

Vehcondehperansqua Misericordia, piedad (verbo sustantivado)

Vuache Hijo

Vuahpa Su hijo

Xristo Nombre propio

Xristianoecha Los cristianos

Xristianoechan A los cristianos

Yrecha Rey

Yreta Pueblo

Yretaro En el pueblo

Yretiecha Habitantes

Yretin Habitante

Vandaqua Palabra (verbo sustantivado)

Vtaspeti, vtatspeti Juez, gobernador

Vtatspetin, vtatspetini Al juez, al gobernador

Vtatspetiyo En la casa del gobernador

Vuachetaquanequa Mocedad, juventud

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Ytsi Agua

Ytzuqua Leche, pezón

Yures Cucharón

Yuritsquecha Las doncellas

Yuritsqueri Doncella

Yuritsquerin A la doncella

SUSTANTIVOS ABSTRACTOS

Ahchucharihuahandi Les perseguían

Ambando Claramente

Ambe Ser cosa

Ambee Sea cosa

Ambetaqueca Deshonrada, echada a perder

Ambongarica Belleza facial, de bello rostro

Amiriras Paz, con seguridad

Amutanstan Volver a maldecir

Andangaritangayaran Ser puesto ante, que compadezca ante

Andariquareti Se llenará su cuerpo

Angadarunstan Custodiarle

Angahandi Decía la gente

Angamexaquarehaca Yo me refugio

Angandarunsca Custodia

Angandarunsparin Custodiando

Anima Alma, espíritu, neologismo

Antzihcungahandi Era estirada de las manos

Antzinducungahandi Era estirada de los pies

Aparehcuni Quemarse las manos

Aparehtsitacuuaca Quemarle sus rodillas

Aparetamengauaca Será quemada

Ayanguhperan Planear juntos, acordar juntos

Camaraman Límite externo

Carauahperanstauaca Sea afligida la gente

Casirehuacuecan Quererles adorar

Casirehuan Adorarles

Cezeuati Justo será

Characharaxenstauaca Quede incandescente, rojo se torne

Charapen Rojo

Charapensti Rojo se torna

Cherapeca Esté áspero

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Cherapiringa Le causaría pavor

Cheta Temor

Cheuaca Tenga temor

Christianoechan A los cristianos

Cuenchahchatangarin Atado del cuello

Cueranstin Despojado(a) de su vestidura

Cueraran Quedar liberado

Cuerauaca Ha creado

Cuiquirihperata Azote de castigo

Cuiquirin Azotarle

Cuiquiringan Ser azotado (a)

Cuiquiringaparin Siendo azotado (a)

Cuiquiritahpen Mandar azotar

Cuiquiritahpeparin Mandándole (a) azotar

Cuiripehchan Agradecer

Cuiripen Misericordia

Cumano Reposo, descanso bajo sombra

Cumiehchuquaro En el infierno, en el inframundo

Curatzeuaca Avergonzaré

Curendehcos Sólo bienaventurado (a)

Curucuruxesti Es con enojo, es con saña

Curuhnaquaemba Su enemigo

Cururingahanga Le quemaban su cuerpo

Cururingan Quemarle su cuerpo

Cururingaua Sea quemado su cuerpo

Erahtangahmangaua Mírales con respeto

Erangungati Fue visto, ellos fueron testigos

Eratereni Tú mírame a mí

Eratzengansti Ellos comprendieron

Etscungauaca Que enciendan el fuego

Etscutarahuan Mandar que enciendan el fuego

Etzohpahe Esparzan las brasas

Euahpensparinden Rescatándome

Euahpenstauaca, euahpenstauati Rescatará a la gente, salvará a la gente

Euapehpensca Rescata a la gente

Execheca Me has encontrado

Exehuacuecan Queriéndoles ver

Exehuahanga Les veía

Exeparin Viendo

Exerahe Muéstrenle

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Exerangati Le fue mostrado

Exerin Al ver

Hacahcucha, hacahcungan Los de la fe, los que creen

Hacahcucheren Obedéceme, créeme a mí

Hacanguriqua El nombre propio

Hacanguringahaca Se llama

Hacanguringahandi Se llamaba

Hangascaxarahaca Te estás imaginando

Haranguenangate Seas desventurado, maldito seas

Haranguendengate Sea desventurado, maldito sea

Hatzicuhua Ofréceles

Hatzicuhuan Ofrecerles

Hatzicuhuaua Les ofrecerás

Himasquarohco Sin vestuario solamente

Huanganonguatin Después de que la regresaron

Hucahperarin Acompañándose

Hucahuatin Acompañándoles

Hucaquarerin Poseído, arropado

Hurahcutapiringa Debería dejarle

Hurahcutaracuecandeni Obligándome a renunciarle

Huramuca, huramuti Ordenó

Huramucuhuati Les ordenó

Huramutspepihca Les había ordenado

Hurandunstauaca Volveré a permitir

Hurepengueran Alentar interiormente

Hureracata Calentado

Huuahetero Tráiganla nuevamente

Macuuaca Le diga, le haga

Manaracuhaca Le sirvo

Manatachehaca Me atormentas

Manatahuacuecan Queriéndoles atormentar

Manatangauaca Será atormentada

Mayamunganstauaca Sea retribuido, se le pagará

Mintzitahenauaca Él (ella) gima

Mintzitahendi Él (ella) gemía

Mirungascauaca Olvidarás

Mitenstauaca Recordarás

Mitetin Al reconocer

Niniti Se coció, se cocinó

Nitatarerieca Sea digno

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Nitaxataquareparin Desesperándose

Pamerahaca Martirizas

Pamerahperaqua Castigo

Pamerangacuecahaca Quería que se le atormente

Pamerangarin Al ser atormentado

Pamerangauaca Que le cause dolor

Pamerauaca Que le duela

Pamerauequini Que te duela

Pameri Doloroso

Pangaca Es llevado (a)

Pangacuecan A punto de ser llevado (a)

Pangan Ser llevado (a)

Pangati Fue llevado (a)

Pangauatix Serán llevados (as)

Pangayarin Al ser llevado (a)

Paracungan Ser tejido, ser trenzado

Parimacuuaca Le pase raspando

Pauan Mañana, futuro

Petanshe Sáquenla

Picuhe Quítenle

Pihpaquarenscuecan Queriendo ser salvo (a)

Piquarerahaca, piquarerahqui, piquazti Siente en sí

Piquarerahandi, piquarerahanga Sentía en sí

Piquareuati Sentirá

Piquazcani Hacerla sentir

Pirehanga Cantaba

Pitahquareca, pitahquareti Citar, mandar llamar

Purecuhpehaca Combate por la gente, lucha por otros

Purupuruacata Hervida

Quachacharahaca Burbujea

Quahchacutireni Me protege, es mi esposo

Quaninguecunstahanga Representaba, era su embajador

Quatahuaca Les veneramos

Quazcuuaca Se caiga

Quetzuhtsicun Cortar su cabellera

Quetzuhtsicungaca Se le cortó su cabellera

Quetzuhtsicungatin Al ser cortada su cabellera

Tandahcamahandi, tandahcamahanga Se debilitaba, era abatida

Tandahcamahati Se debilita, se abate

Teruparaca Usa como sirviente

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Tharesiechan A los ídolos, a los grandes

Thingarahaca Esté caliente

Thzehcuca Has probado

Thzehpaca Has templado

Thzirapensti Vuelto frío, enfriado

Tipandirari Muy doloroso

Tiripangan Ser colgado

Tiripangauaca Será colgado

Tzahtzahuaraca Han calentado

Tzandini Entendiendo, siendo enterado

Tzihuequareuati Se fortalecerá

Tzihueracheparinden Fortaleciéndome

Tzihuerahaca, tzihuerasirahaca Fortalece

Tzihuerahanga Fortalecía

Tzipequareparin Alegrándose

Tzipeti Se alegró

Tziruhxquarehandi Se raspaba

Tzitzijeca Tierno, hermoso

Vahnanamanscuecan Quererse retractar

Vahnanangamansparin Retractándose

Vahnanchenspiringa Hubiera retractado

Vahtzauemento Caliéntese mucho

Vanacurinihco En grupo, juntándose

Vanambequaesti Son tonterías

Vanambetacuecan Queriendo atontar

Vanamucurahandi Caminaba junto a la puerta

Vanangahchacurangahandi Rociaban encima

Vanangahchacuraua Rocíen encima

Vanangauatangarin Rociando encima

Vanangauatatahpeca Mandó rociar encima

Vanapamunstan Pasar junto

Vandatzequarehua Ofreceles plegarias

Vandatzequaretahuan Obligar a hacer plegarias

Vanotatangan Llevado en procesión

Varichaonapu Del infierno

Vaxarutan Sentar a la orilla

Vchecuecan Desear hacerme

Vecaparatangati Fue colgada

Vecatzeyati Comenzó

Vehcondens Ten misericordia

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Vehcondenstahaca Tiene misericordia

Vehcondenstaue Tenga misericordia

Vehpohpehaca Apaga el horno

Vequaren Mandó traer

Veramorin Llegando a la orilla

Vexurinihco Sólo en el tiempo

Vingacuryriechan Los poderosos, los que protegen

Vingatsquareparin Fortaleciéndose

Vingatsquareuaca Sea fortalecido

Viruquahtsitaua Rodarán encima

Vmbatapihca Le compañaban

Vtatspeuaca Les procese

Vuandicungacuecan Deseando su muerte

Vuandicungan Ser muerto

Vuandicuratangan Para su muerte

Vuatsien Como hijo

Xachocuecan Deseando acordar

Xaratachehaqui Le muestra

Xaramequarehandi Se regocijaba

Xaramequareta Regocijo

Xuhcanstahaca Te conmino

Ychahtsitauaca Pondrán encima

Ychaquatangastahanga Era puesta en el suelo

Ychaquatanstan Volver a tirar

Ycharehpaman Tirar sobre el fuego

Ycharehpangamati Fue puesta sobre el fuego

Ycharehtsitangamati Se le roció en la rodilla

Ynchancheuaca Entrarán al cielo

Ynchanon Llegado

Yncharangarin Cuando llegaron

Yncharangati Fue llevada

Yncharaua Sea llevada

Ynscuren Dame

Yntsingaritahaca Entrega

Yquimengari Maldito, odioso

Ys aparin Diciendo así

Ys arihandi Decía así

Ys arihuan Les decía así

Ys arihuaparin Diciéndoles así

Ys arin, ys arini Decirle así

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Page 104: La utopía de la lengua purepecha PDF

Ys ariparin Diciéndole así

Ys ariti Le dijo así

Ys curahchangaparin Cuando le escucharon así

Ys curahchatin Al escucharle así

Yseue, yseuengua Sea así

Ys çacungaparin Diciendo ellos así, haciendo ellos así

Ytsieeranscata, ytsieranscata Fundido

Ytsieranstaua Sea fundido

ADJETIVOS

Andindimento Por qué necesariamente

Andiquitero Por qué también

Andire Por qué tú

Andireni Por qué me

Camata Límite, término

Camen Sucedió, y luego

Camenthu Y luego también

Hameri, hameriqui Hasta

Hameriquiquini Hasta te

Hatin Desde

Hatiretin Teniendo

Haty Tenga, esté

Hima, hyma, himaqui Allí

Himahcan, hymahcan Entonces

Himahcanangua Y entonces

Himahcanchuhca Entonces pues

Himahcande Entonces tú

Himahcanthsi Entonces ustedes

Himahcanthu Entonces también

Himahcanx Entonces ellos

Himaquire Entonces tú ahí

Himbo, hymbo Por

Himboetaqua Sea por, por favor

Himbohco Sólo por

Hini, hyni Allá

Hinioesca Allá es

Hiniquire Allá tú

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Page 105: La utopía de la lengua purepecha PDF

Hiniyohcoesti Es sólo allá

Hucarin Con, puesto

Men, meni Ocasión, cierta vez

Menchuhcani Yo pues

Mendero Otra vez

Menthu Nuevamente

Nahquiaru Aunque

Çan Algo

Çançan Más bien

Çanden Algo me

Tani Tres

Temben Diez

Thuin Antes

Vamento Mucho

Xaporo Por todo lugar

Xas Como

Ya, yya, yyayni Ahora

Yyanan En seguida

Yam, yan, yamento Todo

Yosti Largo, muy

Ysingua Entonces

Ysqui Como

Ysquihtsini Como nos

Ysquiquini Como te

Ysquiren Como me

Ysquix Como ellos

Ystu También

Yxu Aquí

Yxuquini Aquí te

ARTÍCULOS

Ma Un

Mahco Sólo un

Manan, mandan De a uno

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Page 106: La utopía de la lengua purepecha PDF

VERBOS

Ahndanguarepihti Había logrado

Ahtombariuaca Le friccione

Amarin Maldecir

Amaringauaca Sea maldecido

Andangueyati Alcanzará, logrará

Andaparatasca Venció

Andaparatauaca, andaparatauati Vencerá

Arahaqui, arasirahaca, arasirahaqui,xarihaca

Dice

Aran, arin Decir

Aratati Abrió la boca

Arihpeca Dice a la gente

Arihua, arihuan Decirles

Arihuaparin Diciéndoles

Aririn Al decirle

Arisirahacaquini Te estoy diciendo

Aristahaca Le acontece

Ariyaran Diles

Arucuri Separado

Aspeuaca Sea sazonado

Atahanga Hacían

Atahtsicutahquarengaparin Mandando rociar en la cabeza

Atauaca, Aua Haré, hará, dirá

Axaca Envió

Axangapihti Había enviado

Cacanstaua Destruirá

Camangarinsca Pecó

Curahchatini Al escucharle

Curangatin Al escuchar adentro

Curingan Quemar dentro

Curingangan Queman dentro

Curini Quemar

Era Mira, escucha, pon atención

Hamahaca, xamahaca Anda

Hamahanga Andaba

Handaquarehaca Se esfuerza

Hapihca, hapihti Estaba

Hapimbi, hapinga Tiene, posee

Haran Estar

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Page 107: La utopía de la lengua purepecha PDF

Xarahaca Está, dice, hace

Hatzihe Pongan

Hatzingan, hatzingati Pusieron

Hatzingatin Cuando pusieron

Hatzingayapihti Habían puesto

Hatziua Ponles

Hauatangahendi Era levantada

Hayati Estuvo

Mingati Encerró

Mintzican Confiar

Mintzin Recuerda

Nica Fue

Niyata Haz, realiza

Pampzcani Amar, amarle

Paua Lleve

Pauaca Llevará

Picuquaren, piquaren, piquareran Sentir

Piren Cantar o juntar

Puruuan Hervir

Vandatzequaren Orar, rezar

Vanotatan Hacer procesión

Vahtzan Calentar

Vhca Hace

Vecahaca, vecahaqui Quiere, desea

Vecauaca Quiera, desee

Vehcovehcomarin Clamar, orar, pedir

Xucan Reprender

Xuqui Apareciste

Yquiuan Enojar

Yquiuati Se enojó, montó en cólera

ADVERBIOS

Acuecan Queriendo

Am Algo, cosa, no (de contrario)

Candenumento Cuándo será, mucho muy

Cauqua, cauquan, cauquande Rápido, pronto

Cauquanihco Inmediatamente

Cez Bien

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Chen Cuán

Has No (restrictivo)

Hecahtsiquaren Muy, gran, cuán

Hucamahaca, hucamahati, hucamati Sobrepasa, es superior, es muy

No, noamu Negación

Noçan Nada

Noçanx Ellos nada

Nocezeuati No será justo

Nohtundihqui No tampoco

Nomen, nonahcan Nunca

Nomento De ninguna manera

Noquini No te

Nore Tú no

Noreni Tú no me

Noreterohco No sólo

Tam Aparte

Tepari Gran

Vaporoquinderomento De muchas maneras te he

Vapororendihqui De muchas maneras

Vingam Fuerte, muy

Xan Tan

Xandehco Tan sólo

Yondi Mucho (de tiempo)

CONJUNCIONES

Ca Y

Cahtsi, cahtsingua Y ustedes

Care Y tú

Carehchundehco Y sólo te

Caru Pero, y en eso

Himboqui Porque

Himboquihtsi Porque ustedes

Himboquini Porque te

Hymboquinihco Porque sólo te

Himboquiremento Porque precisamente te

Himboquiren, himboquireni, himboren Porque me

Himboquixtu Porque ellos también

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Page 109: La utopía de la lengua purepecha PDF

Himborenthu Porque también me

Hingui, hyngui Que

Hinguicuhche Que nos

Hinguihtsi Que les

Hinguini Que le

Hinguiquindero Que también te

Hinguiquini Que te

Hinguire, hynguire Que tú

Hinguiren Que tú me

Hingun, hyngun Con

Yqui, yquingua Cuándo

Ys Así

PRONOMBRES

Handiyo Solo, de individual

Hi, hy Yo

Hihchahco Solo ellos

Hihchaqui, hihchaquix Ellos

Hihcheuiremba Suyo

Hihcom, hyhcom Entonces él

Hin A este

Hinde, hynde Ese, él

Hinden, hindeni, hynden A mí

Hindequi, hyndequi El que

Hindequihtsin El que nos

Hindequimento El que mero

Hyndequin Él te

Hindequinchuhca Él pues te

Hindequiquini El que te

Hindequiren El que me

Hinderen Él me

Hiquini Yo te

Hucha Nosotros

Hucheue Sea nuestro

Mario Juntos

Maro, marongua Algunos

Tuhcheueti, tuhcheuety Tuyo

Thu, thure Tú

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Thunditero También a ti

Thunguyni A ti

Thuquire Tú que

Thuquiren, thuquireni Tú que me

Thureni Tú me

Y Este

Yma Él, aquel

Yn A este

Ynden A ese

Ynguiren Que me

INTERJECCIONES

Hendi Saludo: salud, hola

Hengua Saludo con admiración ¡¡!!

Queyquiyqui Oh, pero cómo,

GRAFÍAS QUE DENOTAN SIGNO ORTOGRÁFICO

Nah, nahre, nahxan Abre una interrogación

Nahmentoepirin Abre una interrogación imperativa

Nahmintzin Abre una interrogación apreciativa

Thuuinx Una u acentúa a la vocal que le sigue

Thu, thure Una h genera un sonido implosivo a la consonante

FUENTES CONSULTADAS

ALVAR, Manuel, Raíces de la Literatura Aragonesa, Universidad Complutense, http://www.cervantesvirtual.com/servlet.

GILBERTI, Maturino, Dialogo de doctrina christiana en lengua de Mechuacan, México, Juan Pablos, 1559.

________ Dialogo de doctrina christiana en la lengua de Mechuacan [1559], Moisés Franco (ed.), Zamora, El Colegio de Michoacán, 2006.

CAMISÓN, Juan José, Santa Eulalia de Mérida, en una cantilena Francesa del siglo IX, http://www.telefonica.net/web2/juanjosecamison/eulalia.htm.

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Page 111: La utopía de la lengua purepecha PDF

Enciclopedia Wikipedia, Artículo “Aurelius Prudentius Clemens”, Autor del Peristephanon (Libro de las coronas de los mártires), http://es.wikipedia.org/wiki/Aurelio_Prudencio.

GARCÍA LORCA, Federico, El Romancero Gitano, Santiago de Chile, LOM ediciones, 1999, http://ejournal.eduprojects.net/Museo15/media/romancero1.

RIESCO CHUECA, Pilar, Pasionario Hispánico, Sevilla, Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, 1995.

WARREN, J. Benedict, “Presentación, introducción y notas al documento. El siglo XVI de Maturino Gilberti” en Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, vol. XVI, núm. 60, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1994.

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Page 112: La utopía de la lengua purepecha PDF

EL PROCESO DE TRADUCCIÓNENTRE ESPAÑOL Y HUICHOL

José Luis Iturrioz LezaUniversidad de Guadalajara

INTRODUCCIÓN

En el Departamento de Estudios de Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara hemos efectuado a lo largo de 20 años numerosas traducciones del huichol al español y en la dirección opuesta. En el primer caso se trata de textos de la tradición oral: cuentos, conversaciones, canciones etc.; en el segundo, son textos técnicos de medicina, salud pública, lingüística, legislación. El análisis de los procesos de traducción, en el que incluimos también traducciones elaboradas con anterioridad, como un catecismo del año 1906, acompaña a nuestra investigación de la lengua y la cultura huicholas, porque lo consideramos importante para la descripción contrastiva de las dos lenguas, expandir el léxico a dominios culturales nuevos, formar cuadros técnicos en las áreas de la traducción y la interpretación, enseñar la lengua materna en la educación bilingüe-bicultural, y porque de este análisis se pueden obtener puntos de vista destacados para una teoría general del lenguaje.

El proyecto de traducción más importante que hemos emprendido hasta la fecha es el de la Gramática Didáctica del Huichol. Ésta, que constará de cuatro o cinco volúmenes, tiene como finalidad principal formar maestros para la enseñanza del huichol como lengua materna en los diferentes niveles escolares. Elaborar esta gramática es parte esencial del proceso de formación de cuadros en el área de la lingüística, especialmente en la enseñanza del huichol como lengua materna y en la redacción de textos.

La versión en español del primer volumen, el único publicado hasta la fecha, tiene 300 páginas y está dedicado a la estructura fonológica de la lengua huichola en contraste con la del español, así como a proponer un sistema de escritura adecuado. Incluye además numerosos cuadros informativos sobre los aspectos históricos, literarios, psicológicos y antropológicos de la escrituralidad, en los cuales se utilizan gran cantidad de palabras conceptualmente complejas, cuya traducción al huichol ha requerido reflexionar mucho tanto sobre las técnicas de formación de términos con que cuenta la lengua como respecto a la expresión de tales conceptos en el marco de la construcción de oraciones y del texto: fonema, rasgo distintivo, normativo, sintaxis, estilos, géneros, registro, diafásico, diastrático, geolingüístico, sociolingüístico, oralidad y escrituralidad, sociolecto, geolecto y muchos otros. Al final se complementa con un glosario de casi 1 000 términos importantes utilizados en el texto. Ha sido empleado ya en numerosos cursos para maestros huicholes y estudiantes de los niveles medio y superior, y en la actualidad se está preparando una segunda edición en que se aprovechan las experiencias efectuadas en los mismos acerca de la recepción, comprensión y valoración del texto.

Los hablantes poseen un conocimiento implícito de la lengua que se manifiesta en la capacidad de usar ésta de manera diferenciada en distintas situaciones comunicativas pero este saber sobre la naturaleza y organización de los sonidos de la lengua, su gramática, su vocabulario y las reglas de la pragmática comunicativa sólo se puede hacer consciente mediante el conocimiento explícito, que exige la apropiación de una teoría compuesta de conceptos metalingüísticos.

La traducción al huichol del primer volumen de la Gramática Didáctica del Huichol va acompañada de un seguimiento analítico del proceso que pueda hacer comprensibles aspectos destacados tanto para la teoría sobre la traducción como para el desarrollo de una metodología práctica. Uno de los aspectos de aquélla es siempre la terminología, en este caso lingüística, aunque, como argumentaré más abajo, no es el central y debe ser analizado desde la perspectiva de los niveles superiores de organización de la lengua. Hubo que crear

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centenares de nuevos vocablos y tomar decisiones sobre si aceptar préstamos para los términos centrales de la teoría (wukari para vocal, punema para fonema, ?aripawetu para alfabeto), dar a una palabra ya existente una acepción metafórica (teiki kwaxí “cola hacia arriba” para el saltillo) o crear un vocablo nuevo en huichol y en tal caso decidir si se escoge un término etiqueta o se forma uno más descriptivo que puede equivaler a un enunciado entero (teiteri memiireti yiki memeuku?anene “personas numerosas diferentes” = grupos sociales). La decisión no depende solamente de criterios semánticos, sino también de la pragmática comunicativa y de la comprensión por parte de los destinatarios.

Otra tarea importante ha consistido en traducir la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, que nos ha permitido desarrollar una primera base de terminología jurídica. En ambos casos hemos partido de las nociones tradicionales acerca del derecho, la lengua, el pensamiento, la escritura etc. En esta ponencia comentaré algunos aspectos generales del trabajo, además de contrastar nuestros métodos y resultados con los que se obtuvieron en la traducción del catecismo.

Maillot plantea que la traducción científica y técnica exige cuatro clases de conocimiento:el de la lengua original,el de la lengua terminalel del tema tratadola técnica de la traducción.

No es lo mismo traducir entre lenguas tipológicamente similares y las cuales se encuentran en etapas equiparables de desarrollo que un texto lingüístico complejo a una lengua que se habla en un entorno cultural carente de una tradición teórica y discursiva en el dominio cognitivo en cuestión, así como de una práctica y reflexión sobre la traducción, que en el caso del español se remontan hasta la Edad Media. Alguien que traduce del inglés al español en el área de la lingüística dispone ya no solamente de un acervo conceptual equiparable que encuentra en los diccionarios especializados, sino además de gramáticas, guías elaboradas a partir de las experiencias de otros especialistas y por supuesto cursos o estudios del tema. Con ayuda de todos estos recursos, la traducción entre inglés y español se puede convertir en algo muy mecánico. Por el contrario, el proceso de traducción del español al huichol tiene que ser más creativo, y por eso más transparente y accesible a la reflexión en muchos de sus aspectos.

Si la teoría lingüística nos puede ayudar en los procesos de traducción, en contrapartida la investigación de los procesos de aquélla puede ser importante para construir una teoría general del lenguaje.

El semiólogo Sebeok1 establecía que para conocer bien un sistema de signos como una lengua se requiere no solamente construir el plano o sistema abstracto, lo cual constituye el objeto de la semiótica de lo normal, sino también examinar cómo la construye un niño en el proceso de aprendizaje (lingüística de lo adnormal); cómo se desmonta en los procesos de envejecimiento, afasia y otros trastornos del lenguaje producidos por el estrés, la distracción (lingüística de lo abnormal). Una visión integradora del lenguaje debe contemplar varios fenómenos; entre éstos la adquisición y los trastornos, pero también la traducción, la redacción de textos, etc., como partes integrantes de la actividad del lenguaje de capital importancia para conocer el sistema de las lenguas.

COMPETENCIA TRADUCTORIAL

La traducción es una compleja operación que involucra todos los sistemas de organización de las lenguas (gramatical, semántico, pragmático) y los niveles de complejidad (del morfema hasta el texto), así como aspectos culturales. Además, el análisis de los procesos de traducción propicia una visión del lenguaje no centrada en una sola lengua. Quien hace aquélla debe adoptar una visión descentrada y contrastiva, porque la traducción no se puede hacer exclusivamente desde la perspectiva de una sola lengua. La competencia del que la efectúa no ha de limitarse a conocer la gramática, sino que debe abarcar una competencia comunicativa y textual para poder elegir entre las variantes diafásicas del idioma; entre la lengua formal y la informal, la conversacional y la narrativa, la oral y la escritural. Si lo que se traduce es finalmente un texto, la competencia,

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1 Thomas A. Sebeok, “Ecumenicalism in Semiotics” en Thomas A. Sebeok (ed.), A Perfusion of Signs, Indiana University Press, 1977.

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restringida al conocimiento de la gramática y a la capacidad de generar oraciones bien formadas, no puede dar cuenta de ese proceso. Se impone una visión más abarcadora y dinámica de la traducción como una operación lingüística compleja que integra e interrelaciona todas estas áreas de la actividad lingüística.

La traducción no es simplemente un problema de correspondencia entre los léxicos y las gramáticas de dos lenguas. En la traducción son cruciales los aspectos de la semántica, pero ésta no se puede restringir al significado de las palabras, ya que la oración y el texto son también niveles de formación del de aquél. Un texto es una operación comunicativa compleja en la que desempeñan un papel importante la semántica, pero también la pragmática, la tipología de los textos y el contexto cultural. La importancia de la competencia cultural adquiere mayor evidencia cuanto más distintas son las lenguas en cuestión y las culturas a las que pertenecen.

También son importantes las consideraciones de orden tipológico. ¿Cómo se traduce de una lengua de tracción sintáctica como el español a una lengua de tracción morfológica como el huichol, de una fusionante a una polisintética o viceversa?

Estos aspectos no deben aislarse en módulos o compartimentos inconexos, ya que la sintaxis está determinada en un sentido por el léxico (sintaxis lexical) y en otro por el texto, la morfología tiene en parte la función de crear nuevos términos (morfología derivativa) y, en otra, una función sintáctica y textual, etc. Muchas construcciones sintácticas no son susceptibles de un análisis componencial, sino que reciben en bloque un significado en el léxico.2 Una coordinación de todos estos aspectos es lo que debe ocurrir en las cabezas de los traductores que disponen de una verdadera competencia de traducción.

Pongamos un primer ejemplo aparentemente sencillo, con el cual se puede ilustrar todos los componentes a los que he venido haciendo referencia, además del lexical. Si queremos traducir del huichol Wiexu temite’upitiari, título de una colección de cuentos de un autor de este grupo étnico, empezaríamos descartando una opción demasiado literal como “lo que fuimos dados por Wiexu”, que preserva propiedades gramaticales del huichol, pero violenta las reglas gramaticales del español, en el cual el beneficiario no es el candidato preferido para pasar a ser sujeto de la construcción pasiva. Podemos remediar la situación al optar por una construcción un poco más libre, pero algo renqueante como “Con lo que fuimos dotadas por Wiexu” o en activa “Lo que Wiexu nos donó”. Otra opción más libre es la frase Los dones de Wiexu. En huichol no existe una equivalencia para el término “don, regalo”; debe expresarse mediante una estructura predicativa lo que en español se puede trasmitir mejor con un término nominal, una diferencia tipológica muy importante. En el primer caso nos tomamos la libertad de introducir el género femenino, que no está expresado en el enunciado original, pero el traductor ha leído todo el texto antes de interpretar el título y sabe por eso y tal vez además por un conocimiento de la cultura huichola que va más allá de este texto, que Wiexu reparte sus dones sólo entre las mujeres, porque se trata de la habilidad para tejer y bordar. Pero debemos considerar si es una decisión apropiada anunciar eso desde el título o si es mejor dejar que el lector lo descubra en la lectura del escrito. Además la frase más escueta puede parecer la más adecuada para un título, una consideración con la que nos embarcarnos en discusiones de pragmática textual. A las reflexiones de orden gramatical y semántico se han sumado así otras comunicativas y culturales.

No se trata de clasificar los fenómenos lingüísticos de una manera cada vez más fina, sino de mostrar cómo estos diferentes componentes trabajan en red, de una manera complementaria, cooperativa en toda actividad lingüística real.

Traducción y adaptación

Hay cuestiones muy importantes relativas a la pragmática, a las estrategias comunicativas que dan estructura a los textos y al contexto cultural del cual forman parte. Nida distingue dos tipos de equivalencia que se pueden seguir como principios complementarios orientadores de la traducción: la formal (FE), básicamente source oriented, orientada hacia las formas de la lengua de partida, hacia el

emisor y la dinámica (DE), esencialmente target oriented, guiada hacia el receptor y su respuesta.

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2 W. Croft, Radical Construction Grammar, Oxford University Press, 2001.

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A la traducción orientada predominantemente por el primer principio se la ha llamado de manera tradicional literal o apegada. Si comparamos los dos modos de traducir ch es un sonido palatal,

a) ch yuari tekumaritsie mieme pihiki “ch es un sonido proveniente del paladar” b) ch wayuyepinati miyuteriwa “ch se pronuncia encorvando la lengua”

el primero resulta tener un mayor grado de apegamiento al original que el segundo, es una construcción sintáctica casi calcada; este último, por el contrario, expresa el mismo concepto utilizando recursos morfológicos mucho más acordes con el genio de la lengua: ye señala que ocurre en el interior de un espacio (la boca) y wa hace referencia a la figura convexa formada por el encorvamiento del dorso de la lengua al acercarse hacia el paladar; éste no necesita mencionarse mediante un nombre.

La fidelidad al original o la libertad pueden presentarse con mayor o menor rigidez en todos los niveles, desde la formación de los términos básicos hasta el cultural, tanto en la dimensión semántica como en la pragmática. En un sentido epistémico, podemos llamar a la primera tendencia acomodativa y a la segunda asimilativa desde la perspectiva de la lengua meta, que es normalmente la del traductor (desde el punto de vista de la lengua de partida se invierte la orientación). Son las dos tendencias contrapuestas de toda conducta adaptativa. Es característico de una traducción asimilativa que los ejemplos ilustrativos utilizados no sean ajenos a la cultura de la lengua meta, ajustar la redacción al perfil de los lectores: su edad, su estado de conocimientos; la finalidad formativa, informática o recreativa. En la traducción al huichol del catecismo3 predomina la tendencia acomodativa. Muchos términos centrales quedan sin traducir por los recelos de los misioneros a que la utilización de “equivalentes” en la lengua meta contaminara los conceptos. La traducción de la Biblia 60 años después por parte de miembros del ILV se atiene más bien al principio contrario de utilizar los recursos ya existentes en la lengua y en la cultura metas para de esa manera facilitar la comprensión y aceptación de los contenidos cristianos. Voy a ilustrar esto con un ejemplo sencillo. En el Ensayo Catequístico se utiliza para dios la palabra yutsi, resultante de una adaptación fonológica reciente de la palabra española. Su adaptación gramático-semántica se manifiesta en la formación del plural yutsitsixi, propia de los nombres que designan grupos sociales y en este caso de una religión politeísta. En la Biblia este término se traduce por el contrario siguiendo el principio asimilativo como kakaiyari: tiene como título Kakaiyari Niukieya Xapayari “Libro de la palabra de Dios”. En nuestras traducciones se ha privilegiado el principio asimilativo porque propicia el desarrollo de la lengua y especialmente de la capacidad para pensar y expresar los contenidos científicos en el propio idioma.

La razón de que muchos términos del catecismo se dejaran sin traducir, en lugar de utilizar un término ya existente o formar uno nuevo, no debe haber sido tanto la dificultad para crear un vocablo equivalente en la lengua meta, sino más bien el desconocimiento de la religión cristiana por parte del traductor huichol y los recelos del canónigo bajo cuya supervisión se efectuó el trabajo. Para el término trinidad se pudo haber creado un vocablo como Haikaxaitsiekame a partir de haika “tres” y xaita “único, mismo”, de manera similar a lo que se hizo en alemán Dreieinigkeit. En el caso de hereje o de cismático, era posible haber obtenido fácilmente vocablos descriptivos a partir de las definiciones que acompañan a estas palabras en el mismo texto; lo que no pudieron encontrar son términos etiqueta convencionalizados, que desde el punto de vista del español son los vocablos por antonomasia:

(1) Kehate mepiherejes. Xeime yuwapame maistia-rika memi?ikita, kateyupanitsie mieme. “¿Quiénes son herejes? Los que enseñan otra doctrina diferente de la de la Iglesia.”(2) ¿Kehate mepicismáticos? Teyupani xeime memiwewieki xaitsie yuwapame. “¿Quiénes son cismáticos? Los que quieren formar una Iglesia aparte.”

El signo complejo no se toma del léxico, sino que debe ser construido con ayuda del componente gramatical, a partir de elementos preexistentes en el vocabulario: waparika “cambiar, modificar”, maitsitiarika “hacer recitar, enseñar”, ‘ikitsika “mostrar, señalar”. Cuando un traductor no encuentra en el diccionario de la

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3 Manuel Velasco & Francisco de P. Roble, Ensayo Catequístico en Español y Huichol, Zacatecas, 1906.

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lengua meta un equivalente lexical, en su lugar construye una expresión compleja. El problema es que los vocablos descriptivos están más expuestos a la variación semántica e interpretativa que los términos etiqueta convencionalizados, ya que su significado y sentido dependen no sólo del léxico, sino tanto o más del texto como del conocimiento de un dominio cultural.

Competencia gramatical

La importancia de la competencia gramatical se hace más evidente cuando falla. Para realizar una buena traducción, se requiere en primer lugar un dominio pleno tanto de la lengua de partida como de la lengua meta. A principios del siglo XX se llevó a cabo una traducción del catecismo al huichol publicada bajo el título Ensayo Catequístico en Español y Huichol por parte de una orden religiosa. Para ello los misioneros recurrieron a la ayuda de personas que desde niños habían sido alejados de su entorno cultural al ser internados en colegios donde no aprendían su lengua ni en la suya, eran instruidos en la religión cristiana y no en la propia, por lo cual no seguían desarrollando su conocimiento.

En la versión huichola detectamos pruebas de su competencia gramatical limitada. En la frase

(3) Yusi niukieya ‘öki-tsikayate me-nitamamatatini. Yu-haikati me-muhaititia yutsitsie me-mimiemetexi, hipáti ?atahutati ta?iwáma me-te-hetsiena miemetexi. “Los Mandamientos de la Ley de Dios son diez. Los tres primeros pertenecen al honor de dios, y los otros siete al provecho del prójimo.”

se trata al sintagma nominal del que esta palabra es núcleo como si tuviera el rasgo [+animado], a juzgar por las marcas de plural en los predicados verbal y en las adposiciones me- ‘pl/anim’, te- ‘pl.sortal/anim’, y por el yu- ‘animado’. La frase debería quedar en la forma:

(3a) Yusi niukieya ‘öki-tsikateya kanitamámatatini. Haikáti muhaititia yutsitsie        mimiemetexi, hipati ?atahutati ta?iwaáma mötiwahetsiena miemetexi.

En el ejemplo (4) se eligió el alternador referencial equivocado, debe ser –me, ya que se trata de una acción realizada por el mismo sujeto, a saber todos (los humanos):

(4) Hake tukari meye’ani tanaiti tekwi-yu (=> tekwi-me) temiwatiyeixiani te’ayeneniereti.    “Llegará el día en que todos saldrán vivos.”

El debilitamiento de la competencia gramatical se manifiesta también en las interferencias con el español al usar por ejemplo la adposición kimana como una conjunción, algo poco conforme con la estructura sintáctica del huichol de tipo centralizante:

(5) Nematsipitianiki kimana ‘akipuri mitawene ‘a’iyari mitatarire. “Te voy a absolver para que tu espíritu se libere.”

Muchos usos del clítico ke parecen basarse en la conjunción que:(6) Ya petikuhiaweti ke-name tatakuri pemihayewa pemika ke tawari ka’iwewieni.      “Prométele dejar los pecados y no volver a cometerlos.”

En la traducción técnica y científica, uno de los problemas es desde luego el de la terminología especial. Hay que crear centenares de nuevos vocablos y tomar decisiones sobre si aceptar préstamos para los términos centrales de la teoría (wukari, punema, ‘aripawetu), extender el significado de una palabra ya existente, utilizar otra con una acepción metafórica o crear un vocablo nuevo y en tal caso decidir si se escoge un término etiqueta o se forma uno más descriptivo que puede equivaler a un enunciado entero. La expresión de un concepto se resuelve a veces en el nivel sintáctico, en ocasiones en la forma de un sintagma nominal apositivo (combinación de fonemas => punema niiyari “fonema-unión”) o una composición (reglas de combinación =>

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niiya xekurayari “combinación-regla-comp”), otras veces al recurrir a una predicación secundaria (capas sociales => teitéri memiireti yiki memeuku’anene “personas numerosas diferentes” 3pl:suj/anim-sec-glob-disp-pl-ser’) o también mediante una oración (secuencias de fonemas en una sílaba => mexika punemate ke mireuyukuweiyatika tsirawa taita “si se combinan fonemas dentro de una sílaba”). Elegir entre las diversas técnicas tiene que ver también con la organización del texto, la pragmática comunicativa y la recepción por parte de los destinatarios a los que va dirigido éste. Como veremos más adelante, la cuestión de la terminología no puede plantearse sólo desde la perspectiva del léxico, con independencia de los niveles superiores de organización y desde la perspectiva semántica, desligada de la pragmática y la función del texto.

COMPETENCIA PRAGMÁTICA COMUNICATIVA

La pragmática es importante desde el nivel léxico, pero aumenta con la jerarquía de los niveles de organización. Uno de los términos con que se puede expresar en huichol la idea de traducir, que en español es pragmáticamente neutral, hace referencia a la lengua en que se ubica quien hace la traducción o el hablante: para elaborar ésta desde la perspectiva de la lengua del traductor habrá que emplear una construcción cislativa (con el prefijo ‘ana- “hacia acá”), en caso contrario una construcción translativa (con el prefijo ‘anu- “hacia allá”): hanutuiya, hanutatuiya “traducir del huichol a otra lengua” (si se está hablando de este idioma), hanatatuiya “traducir de otra lengua al huichol” (dicho por un intérprete huichol).

La importancia de la competencia pragmática nos resulta también más consciente cuando falla. En el Ensayo Catequístico, con frecuencia se emplean formas propias de la comunicación oral, informal, cotidiana en una situación de distancia comunicativa y escritural como es un rezo, por ejemplo palabras donde la marca de caso se afija directamente a morfemas personales ligados: taki naniukani “ruega por nosotros” en lugar de taheki naniukani. Estas formas coloquiales, sin núcleo, pueden ser adecuadas en el cuestionario de la confesión, donde el confesor trata de crear una atmósfera de familiaridad, de cercanía, hasta de intimidad, aunque en su valoración, en la condena de los pecados y en la imposición de la penitencia adopta un estilo más formal, severo, de autoridad. En los textos doctrinales como el Credo no son las más apropiadas.

Nida insiste en que la evaluación de una traducción debe antes que nada tomar en cuenta las necesidades de las personas a las que va destinada ésta. La traducción de los textos bíblicos se ha hecho pensando más en las necesidades comunicativas de los misioneros y en la fidelidad del original que en los requerimientos de los receptores últimos. Los misioneros han estado siempre muy preocupados por evitar que los conversos contaminen los conceptos cristianos con adherencias de las religiones tradicionales consideradas por ellos como supersticiosas e idolátricas. El principio de adaptación a las necesidades podría chocar fácilmente con el de preservar el contenido cognitivo. Una de las consecuencias de esta orientación es que se dejaron sin traducción gran parte de los conceptos centrales del catecismo como Dios, Trinidad, hereje, cismático y muchos otros. Para el primer término se pudieron tomar en consideración términos de la religión huichola como Kakaiyari, Takaiye, Tawewiekame, pero el primero conlleva una cosmovisión politeísta y los otros implican la posibilidad de que el dios cristiano fuera identificado con el sol.

La razón para no traducir un término no es siempre de orden gramatical o semántica; puede ser también de carácter pragmático. Desde hace un tiempo se ha intensificado la tendencia a llamar a los pueblos indígenas con los nombres que ellos mismos utilizan. Una razón es que a veces los exónimos con que tradicionalmente se los ha nombrado son despectivos, por ejemplo chichimeca “perros”, popoluca “tartamudos”. Estas palabras carecen de algún significado en español, pero éste ha trascendido mediante la enseñanza de la historia a la población mestiza y a la indígena, por lo que son rechazados como nombres oficiales. En otros casos se trata de palabras españolas cuyo significado original se desconoce, como tarasco, pero por si acaso se prefiere el nombre purhépecha, desconociendo que se trata de un plural, se aplica a una persona individual (plural varado) y para el plural se añade la -s: los purhépechas. Algo parecido ocurre con otros nombres como tarahumara y el etnónimo propio de la comunidad rarámuri. El endónimo es utilizado también como una señal de respeto y acercamiento a la comunidad. Las personas que buscan la proximidad o solidaridad suelen utilizar la palabra wirrárika en lugar de huichol, aunque ésta se deriva de aquélla y no tiene ninguna connotación despectiva. Si esta opción no ha de ser puramente testimonial, nos enfrenta a ciertos desafíos que sólo pueden

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ser superados con un conocimiento progresivo de la estructura de la lengua. Si no se habla esta última, no se pueden entender las mismas palabras en otras variantes dialectales o diafásicas como wisálika; para el plural se suele usar wirrárikas; sólo los más informados utilizan el plural wixaritari, pero pasan por alto que en huichol no hay adjetivos y que la palabra es exclusivamente nominal; por eso dicen cosas como los cuadros wixaritari, las cinco gobernancias Wixaritari.

Guadalupe Ocotán es una comunidad Wixárika enclavada en la sierra nayarita... es una de las cinco gobernancias Wixaritari (huicholas) ubicadas en la zona del río Chapalagana.

En lugar de chamán prefieren también la palabra huichola mara’akame, pronunciada sin oclusiva velar y con una sílaba menos marakame y el plural se forma añadiendo –s, marakames en lugar de mara?akáte. Dificultades insuperables para la mayoría de la población mestiza representan las palabras de las lenguas tonales de la familia otomangue; la pronunciación de mi2?pha:3 por alguien que no haya aprendido la lengua, la hará irreconocible para los propios hablantes.

La utilización de la palabra huichol como un término extraño no asimilado al sistema nominal del español, carente de las categorías de género y número (la cultura huichol, los huichol), no se debe a razones de orden fonológico o semántico, sino más bien de orden pragmático. Huichol se comporta como las palabras tuareg, masai, pai-pai, pueblo, etc., las cuales designan grupos étnicos lejanos y desconocidos, que no se perciben de manera diferenciada e individualizada.

En el caso de los términos religiosos, es innegable la importancia del criterio semántico, pero también desempeñan un papel el tabú, las actitudes de desprecio hacia figuras simbólicas asociadas a las palabras de la lengua meta y otros factores subjetivos.

En la traducción del catecismo se presentan algunos errores atribuibles a la falta de competencia pragmática, relacionados con el orden de palabras y la formación de oraciones interrogativas.

Orden de palabras

El orden básico de los constituyentes centrales de la oración en huichol es SOV, pero es modificado siguiendo el patrón predominante del español SVO, con el fin de hacer corresponder en lo posible una a una las palabras en la columna del texto español y del huichol, lo cual sin duda respondía al deseo de facilitar a los misioneros controlar la equivalencia de la traducción con el original, contraviniendo seguramente las intuiciones del traductor J. Manuel Velasco, hablante de huichol. Este calco sintáctico enturbia la percepción de las relaciones sintácticas y sobre todo entorpece los aspectos pragmáticos de la comunicación. El orden modificado de palabras es correcto, lo que falla es la pragmática. Aunque es acertado el orden de a), es una construcción marcada, consistente en dislocar el OD, y en el Ensayo Catequístico aparece sin embargo con mayor frecuencia que la construcción básica b).

(7) ¿Quién hizo el mundo? a) ¿Kepai p-i-ta-wewi kiekari? quién sec-3sg:pac-term-hacer:perf mundob) Kepai kiekari p-u-ta-wewi

Enunciados interrogativos

Muchas veces las preguntas cerradas (de si/no) son construidas por el traductor sin el prefijo interrogativo y se señala que es una pregunta sólo por el signo gráfico de interrogación. Es un calco del español que altera gravemente la pragmática comunicativa. El ejemplo (8a) sólo se puede entender como un enunciado asertivo, es decir como una afirmación y no como una pregunta. La construcción correcta es (8b), en la que el asertor primario pi- es sustituido por el afijo (ti/r)/te- en función de interrogativo. Al revés que en castellano, en que la interrogación se marca mediante la entonación ascendente y sin un morfo segmental, en huichol la exponencia es la marca segmental (ti/r)/te- (sumada a la ausencia de otros modales) con la entonación no marcada, es decir la curva melódica descendente.

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(8) ¿Viven tus padres? a) ¿’A-ye-yeu-ma me-pi-wikwe? [Construcción del Ensayo] 2sg:pos-pl-padre-pl 3pl:suj:anim-prim-estar.vivo b) ¿’A-ye-yeu-ma me-te-wikwe? [Construcción interrogativa] 2sg:pos-pl-padre-pl 3pl:suj-suj.pl:preg-estar.vivo

En el texto huichol hay algunas construcciones con el prefijo interrogativo, lo cual muestra que el traductor sí conocía la construcción interrogativa del tipo b) y que las construcciones sin el prefijo interrogativo son un efecto de las condiciones en que se lleva a cabo la traducción. En (9) tenemos un ejemplo en el que se impuso la competencia del hablante:

(9) ¿Cómo se llamaron? (los hijos de Abraham) ¿Ke-me-te-’u-ta-tewa-ri-xi? q-3pl:suj:anim-preg:suj.pl-exp-unit-nombrar-pas-perf (Lit. “como fueron bautizados”)

La traducción apegada trasmite una imagen de la estructura sintáctica de la lengua fuente, pero altera el anclaje del enunciado en el contexto comunicativo. Al penitente debe costarle trabajo entender las rotundas afirmaciones del confesor como preguntas.

ADECUACIÓN TIPOLÓGICA

Una traducción palabra por palabra entre español y huichol es imposible puesto que son lenguas con una estructura gramatical sumamente diferente; no se puede establecer término por término y en la medida en que se intenta, la traducción pierde calidad y se vuelve incomprensible.

Jerónimo, traductor de la Biblia al latín en el siglo IV, en una carta a su amigo de juventud Pammaquio, titulada “Sobre la mejor manera de traducir”, comenta su técnica inspirada en Cicerón, criticando la práctica de quienes se apegan a la letra y proclamando el principio de que se debe verter el sentido y no las características formales de la lengua de partida. Si no se observa estrictamente este principio, se puede afectar incluso el genio de ésta, es decir las características tipológicas generales, que en el caso del huichol son su carácter polisintético, centralizante, verbalizante y explícito. La tipología puede ayudar mucho a comprender y evaluar los procesos de traducción. El criterio de conformidad de la tipología es tanto más importante cuanto más distantes son las lenguas en el espacio tipológico. ¿Cómo se traduce del español, una lengua que es de manera predominante nominal, flexiva y más implícita, a una lengua como huichol eminentemente verbal y centralizante, con una tendencia muy marcada a la explicitud, que tiende a hacer coincidir la oración con el predicado?4 La proporción de ocurrencias de unidades sintácticas por categorías léxicas no corresponde a la de los textos huicholes, en los cuales generalmente aparecen en promedio cuatro palabras predicativas (casi siempre verbales) por cada una referencial. Bajo la presión del modelo español, una lengua de tracción nominal, donde aparecen regularmente tres expresiones referenciales por cada una predicativa, en el catecismo se presentan 25% más de las primeras que palabras predicativas.

Las lenguas europeas que han participado en el proceso de formación de la cultura técnica occidental, se caracterizan por un estilo cognitivo que se ha dado en llamar nominal.5 En la adquisición de éstas los nombres preceden a los verbos y en los textos se encuentran en una mayor proporción, debido a que cada predicado abre posiciones para uno o varios argumentos obligatorios. En la adquisición y en el texto huichol, secuencia y proporción se invierten. El huichol y otras lenguas americanas investigadas son idiomas centrados más en la acción o en el evento que en los participantes o en los objetos. El estilo literario es una prolongación de este estilo cognitivo. Mientras algunos escritores en español exageran el estilo nominal para

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4 José Luis Iturrioz Leza & Paula Gómez López & Xitakame Ramírez de la Cruz, “La morfología verbal” en Iturrioz (coord.), Lenguas y Literaturas Indígenas de México, México, Conaculta, 2004, pp. 171-204; y en Gramática Wixarika, vol. I, Lincom, 2006, cap. 3.5 Véase los trabajos sobre nominalización en: José Luis Iturrioz Leza, “Diversas aproximaciones a la nominalización: de las abstracciones a las macrooperaciones textuales” en FUNCIÓN, núms. 21-24, Guadalajara, U. de G., 2004, pp. 31-140.

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simbolizar la falta de movimiento, la detención del tiempo, en huichol la proporción de estructuras predicativas aumenta a medida que avanza el texto.

La tipología, la cual estudia los principios que regulan la estructuración de las lenguas particulares, es decir las correspondencias específicas de funciones y estructuras, puede ayudar mucho a comprender y regular los procesos de traducción. Las lenguas se ajustan a ciertos tipos que son sistemas de preferencias compatibles. Entre las opciones que se presentan a un traductor para expresar un significado con otras expresiones, deberá elegir las que se acomodan mejor al tipo, carácter o genio de la lengua meta. Los tipos lingüísticos deben funcionar en la actividad de traducir como filtros.

Al traducir del español al huichol o viceversa habrá que considerar que este último es una lengua eminentemente verbal y centralizante, con una tendencia muy marcada a la explicitud, que tiende a hacer coincidir la oración con el predicado etc., mientras que el español es una lengua predominantemente nominal, fusionante y menos explícita.

(10) Mi- r- a- yu- ta- kwi -ti - xi. sec-imps-fig refl-unit-matar-ampl-perf “(Donde) se mataron.”

El huichol no tiene un término etiqueta especial para guerra, pero dispone de recursos para expresar ese concepto mediante una palabra compleja que contiene más información que la palabra española. No solamente se ha sustituido una expresión nominal por una verbal, sino que además contiene mucha información que desde el punto de vista de la lengua española parece innecesaria. Se trata de un término oracional, con morfemas modales, temporales y aspectuales, una marca de impersonalidad, reflexivo y un ampliador de dominios funcionales, etc. Nos dice que consiste en una matanza ocurrida en el pasado, y esto forma una unidad; adicionalmente nos da una información local sobre el escenario como una figura espacial delimitada.

Competencia textual

Una buena traducción no se puede obtener sobre la base de una correspondencia palabra por palabra, ni siquiera oración por oración. El traductor debe recrear una estructura de texto a partir de los recursos supraoracionales de que la lengua meta dispone para lograrlo. Un texto es mucho más que una cadena o secuencia de oraciones; éstas deben remitir unas a otras formando unidades más complejas con cohesión formal y coherencia temática. En el nivel del texto intervienen principios y reglas de organización global. Es verdad que éste se construye con oraciones particulares, pero también es cierto que cada oración destinada a formar parte de un texto debe ser construida de manera que quede ligada a éste tanto formal como semántica y pragmáticamente. El traductor debe además armar en la lengua meta textos ajustados a las características de las tradiciones discursivas propias. ¿Cómo se traduce al huichol un texto técnico de lingüística o un texto legal si carece de las correspondientes tradiciones discursivas? Generar estilos funcionales nuevos implica poner en marcha desarrollos culturales, institucionales y cognitivos a los que las lenguas se tienen que adaptar y esto debe correr paralelamente a la formación de cuadros especializados.

La traducción y la redacción de texto van de la mano, como la semántica y la pragmática textual. El estilo debe ser el adecuado para un determinado grupo de destinatarios. La Gramática Didáctica del Huichol está dirigida a maestros huicholes de los niveles básico y medio. La Ley de Derechos Lingüísticos en su versión original va destinada a juristas, a quienes no les preocupa lo más mínimo si los indígenas la van a entender o no. Si uno juzga solamente el producto da la impresión de que aquélla está hecha para que nadie la comprenda.

Aunque los aspectos terminológicos son muy interesantes y suelen ponerse en un primer plano cuando se habla de la traducción, no son en mi opinión el problema central. La terminología no es el primer problema por resolver en la traducción. Debido a que no existe un diccionario de lingüística en huichol, podría parecer que la primera tarea ha de ser elaborarlo antes de emprender la traducción; para ello enlistamos todos los vocablos que aparecen en la versión castellana, creamos términos equivalentes en huichol para cada uno de ellos y finalmente hacemos la traducción del texto. Este procedimiento no daría resultados adecuados. En primer lugar no existe una manera única de traducir un término, sino varias o muchas alternativas de

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expresar lo mismo, dependiendo de la situación, del registro elegido, pero también de la estructura gramatical. La terminología no la podemos ver en abstracto, sino desde el proceso de la traducción; crear aquélla debe considerarse desde la perspectiva de los otros niveles: el del enunciado y el del texto. Atenerse estrictamente a este procedimiento, hasta donde sea posible, sería obligarse a copiar la estructura de la lengua de partida tanto en el léxico como en la gramática y en el texto, y probablemente los lectores no podrían entender el producto. A la hora de llevar a cabo la traducción habría que modificar seguramente muchas de las decisiones tomadas de antemano, entre otras cosas porque la estructura de la oración en huichol es tan diferente que, donde el español requiere un término técnico nominal, el huichol puede prescindir de él, porque puede expresar lo mismo dentro de la palabra predicativa.

Como vimos arriba, la frase sonido palatal se puede traducir como yuari tekumaritsiemieme “sonido paladar-sobre-procedente”, al hacer referencia explícita al paladar, es decir al órgano en que se basa la clasificación de este sonido. Si concentramos más la información eliminando lo redundante, nos queda el término tekumaritsiemieme(te), y más condensado todavía tekumarikame(te), que prácticamente es ya una etiqueta con escaso contenido descriptivo. Si por el contrario queremos disponer de vocablos más descriptivos, por ejemplo en las explicaciones didácticas, podemos recurrir a alguna de las estructuras siguientes, añadiendo cada vez más elementos significativos:

wayuyepinati miyuteriwa “que se articula apachurrando dentro encorvando”neni teiki heutipinati miyuteriwa “que se pronuncia apachurrando la lengua hacia arriba”temutateriwatsie neni teiki heutitunati “cuando pronunciamos arqueando la lengua hacia arriba”yuari miyuteriwa neni hixiapa teiki meuyutipinanitsie “sonido que se articula apachurrando la lengua por el centro hacia arriba”

Ninguna de estas traducciones es mejor que las demás, ya que la evaluación debe hacerse no de una manera absoluta, sino atendiendo a diversos criterios como las funciones de todo acto comunicativo:

Quiénes son los destinatarios: entre otras cosas ¿qué nivel de conocimientos previos se presuponen?Finalidad: ¿se trata de informar o de formar, o de formar para enseñar, como en este caso?El medio: si el libro va a ser leído por cada lector o va a servir nada más como herramienta al maestro.En suma, la terminología no puede considerarse desvinculada de la redacción o elaboración del texto.

De la misma manera que los términos se crean o seleccionan desde la estructura sintáctica de la oración, también es cierto que los enunciados se forman desde éste. Por tanto, en el proceso de traducción, el texto debe constituir la perspectiva más general a partir de la cual se regula todo el proceso. La terminología recogida en el glosario es en realidad un producto y no la base de la traducción. Un léxico debe surgir como resultado de un proceso de redacción de textos.

Jakobson estableció una conexión interesante entre la traducción de una lengua a otra y los procesos intralingüísticos de sustitución de unos signos por otros semánticamente equivalentes: “El significado de un signo lingüístico equivale a su traducción a algún otro tipo de signo alternativo, especialmente un signo en el que aquel esté más plenamente desarrollado”.6 Estaba pensando en el caso prototípico de las definiciones. Todos estos términos designan un sonido palatal, pero lo hacen de manera diferente, concretamente con un grado de mayor o menor descriptividad. Ninguno de ellos es de modo estricto una etiqueta, es decir un término convencional que no proporcione pista alguna sobre las propiedades del referente. Tekumarikame es un término derivado de tekumari “paladar duro”; aunque no identifica una propiedad inherente del sonido, nos remite al paladar, que es el lugar de articulación, lo cual está causalmente relacionado con sus propiedades inherentes. Tekumaritsiemieme nos dice de manera explícita que se trata de un sonido originado en el paladar. Wayuyepinati miyuteriwa contiene referencias al encorvamiento del dorso de la lengua, al espacio bucal y al estrechamiento que se produce entre la lengua y el paladar. Todavía más descriptivo es el término neni teiki heutitunati miyuteriwa que alude a la misma situación, pero utilizando la palabra que designa la lengua y describiendo mediante un adverbio la posición elevada de la misma. En temutateriwatsie neni teiki heutitunati se introduce adicionalmente la categoría de persona, mientras que el anterior es reflexivo/impersonal. El término más complejo de todos yuari

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6 Roman Jakobson, “En torno a los aspectos lingüísticos de la traducción” (1959) en Ensayos de Lingüística General, Barcelona, Seix Barral, 1981, p. 68.

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miyuteriwa neni hixiapa teiki meuyutipinanitsie no deja a la imaginación del receptor ni siquiera el hecho de que se trata de un sonido; además añade la información de que lo que se eleva para producir el estrechamiento contra la bóveda del paladar es el dorso de la lengua. Todos estos vocablos son buenos, dependiendo de lo que se quiera obtener con ellos. Los términos etiqueta son más propios de un lenguaje técnico, donde los receptores tienen los conocimientos previos necesarios que se deben presuponer para la comprensión del texto, mientras los más descriptivos son más aptos para las explicaciones que se pueden impartir a un público menos preparado, más adecuados por tanto para la aplicación didáctica. En un texto con intenciones formativas es conveniente hacer uso de todos ellos, dependiendo de la situación comunicativa dentro de cada fase del texto, si se trata de una definición o de un ejercicio práctico, etcétera.

El texto en su conjunto y cada frase en particular deben ser reconsiderados conforme a decisiones globales relacionadas con la pragmática comunicativa. En cada nivel, desde la palabra individual hasta el texto, las formulaciones pueden ser más o menos coloquiales o formales, lo que puede influir considerablemente en la comprensión. Pero es posible que la ubicación entre estos dos extremos varíe de una parte a otra del texto; la alternancia de estilos puede ser muy positiva desde el punto de vista pedagógico. Usar cualquiera de las dos formas no genera ningún cambio de significado, pero sí determina las condiciones de éxito de la comunicación. Depende de si se trata de definir un término o de un ejercicio, de una explicación práctica cercana a las experiencias y conocimientos del lector o destinatario y otras veces el mismo texto exige ser escrito de manera más formal. En un caso se busca el acercamiento al nivel de conocimientos del lector, y en otros, se pretende atraer a este último hacia un nivel de conocimientos más elevado. El traductor debe aprender a alternar inteligentemente los dos estilos, sin rigidez.

La traducción de un catecismo, de una ley y de un texto lingüístico implica recurrir a códigos diferentes y dentro de un mismo escrito se puede dar una alternancia de éstos mediante un juego de reformulaciones. Debido a que la sustitución es por lo general una opción múltiple, elegir palabras alternativas exige un conocimiento de diferentes registros y géneros o tipos de textualidad. La convertibilidad está ligada de manera inherente a la concepción funcional del lenguaje.7 Todo código verbal abarca necesariamente un conjunto de subcódigos distintos o variedades funcionales, ordenables en una escala de transiciones entre ambos extremos de explicitud y elipsis máximas, alternando entre reglas más formales y reglas más informales. El traductor debe saber si se trata de un texto coloquial, periodístico, técnico, filosófico, científico y conocer las reglas constitutivas de tales géneros o registros para poderlos reproducir en la lengua meta de una manera adecuada.

En la alternancia de código o registro intervienen factores pragmáticos, puesto que el uso de las variantes debe atender también a reglas que corresponden a distintas estrategias de la comunicación. La competencia gramatical se debe englobar en un concepto más abarcador de competencia comunicativa,8 de la que depende si las emisiones de cualquier complejidad son o no apropiadas para codificar un mensaje en una circunstancia definida o en un tipo de texto determinado.

Competencia cultural

Un texto es una construcción cultural tanto desde el punto de vista del contenido organizado en una configuración de enunciado como desde la perspectiva de las convenciones establecidas para su organización.9 La competencia cultural trasciende el significado de los signos lingüísticos y las convenciones comunicativas, y se refiere más bien al dominio de un tema o de un área de conocimiento.

Un ejemplo de falta de competencia cultural lo tenemos en la confusión que al traductor del catecismo le debieron generar las complicadas explicaciones del canónigo para que entendiera la noción de pecado mortal como causante de la muerte del alma. El texto original del catecismo dice “¿Dónde van las almas de los buenos cuerpos cuando mueren?”, pero la frase en huichol significa otra cosa:

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7 Ibid., p. 67.8 D. Hymes, “Kommunikative Kompetenz” en U. Ammonn, u.a. (ed.), Soziolinguistik 2, Berlin, u.a., de Gruyter, 1987, pp. 219-229. Véase también D. Hymes, “The concept of communicative competence revisited” en Martin Pütz (ed.), Thirty Years of Linguistic Evolution, Amsterdam/Philadelphia, John Benjamins, 1992, pp. 31-58.9 M. V. Giuliani et al., “Speculations on text as a linguistic and cultural construct” en János S. Petöfi (ed.), Vs Sentence, Basic Questions of Text Linguistics, Hamburg, Helmut Buske, 1979, pp. 170-180.

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(11) Hakewa peyeika wakipuri memikaxirikitika, memikatikukuwe. “¿Dónde van las almas de los que no están sucios, de los que no mueren?”

donde “los que no mueren” se debe interpretar como “los que no han cometido pecado mortal”. La traducción implica insertar la semántica textual en un dominio cultural y cognitivo que el traductor no conocía con profundidad.

La capacidad de traducir o competencia traductorial involucra una coordinación de todos los componentes que actúan en cualquier actividad lingüística, aunque ésta sea monolingüe. La diferencia está en el hecho de que el traductor debe poder manejar y coordinar todos estos componentes al mismo tiempo en dos lenguas y en dos culturas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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ABREVIATURAS

2 segunda persona3 tercera personaAMPL ampliador de dominios funcionalesANIM animadoEXP que pertenece al ámbito de la experienciaFIG figuraIMPS impersonalOBJ objetoPAC pacientePAS pasivaPERF perfectivoPL pluralPOS posesiónPREG preguntaPRIM modalidad primaria, relativa a la primera personaQ morfema que señala requerimiento: orden o preguntaREFL reflexivoSEC modalidad secundaria ligada a la segunda personaSG singularSUJ sujetoTERM terminativoUNIT unitario

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COLOFÓN

La utopía de la lengua p’urhépechade Agustín Jacinto Zavala (editor)

Noviembre de 2010(edición impresa)

Octubre de 2013(edición electrónica)

Coordinación:Patricia Delgado González

Corrección:Susana Emilia Martínez

Composición tipográfica:Rosa María Manzo Mora

Portada:Guadalupe Lemus Alfaro

El Colegio de Michoacán

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