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La uxor romana
La madre se crece y opina que el hecho de matar a sus propios hijos es la mejor
solución, por un lado para vengarse de Jasón al proporcionarle un inconsolable dolor de
por vida y por otro para que los niños no caigan en manos de sus enemigos. En cierta
manera, este lado salvaje a la vez que valiente de Medea me trae a la memoria
particularidades que comparte con la uxor romana. Los actores de la comedia latina,
mediante la mímesis, se veían influidos por las experiencias vividas en la que entraba la
valoración positiva de las virtudes o negativa de los vicios. Más próximo a la vida real y
cotidiana de los espectadores, presentaba situaciones conocidas por propia experiencia
por los espectadores y en ello residía la „vis comica’. Destacamos el papel de la mujer
romana, pese a que siempre residía en un plano secundario en la toma de decisiones y
siempre estaba sometida a su marido. En el caso de Sóstrata, personaje de la obra … de
Terencio, sufre una constante incomprensión por parte de su marido mientras éste, sin
esforzarse en comprenderla, la califica como débil e incapaz de afrontar determinados
acontecimientos. en el menosprecio con el que los maridos tratan a sus esposas sobre
todo en el plano intelectual. Las acusan de ser supersticiosas, egoístas, desobedientes,
maquinadoras de engaños debido a su casi nula capacidad de raciocinio.
(Dime lo que criticas y te diré de lo que careces.)
Esta actitud de burla y ridiculización hacia la mujer provocaba la comicidad en el
público. Dentro de la comicidad superficial, relaciones matrimoniales, el marido
considera a la mujer tonta, tenaz y desobediente.
Es tanta la presión a soportar que incluso ellas mismas se consideraban culpables por
ser de esa manera tan endeble, hasta que poco a poco Terencio empiece a valorar la
evolución y progresiva emancipación de este personaje.
Para asombro de muchos las mujeres se echaron a la calle en una manifestación de
proporciones inimaginables. Una enorme multitud entró en el Capitolio. “Ni la
autoridad, ni el pudor, ni las órdenes de sus maridos consiguieron hacerlas volver a
casa. Ocuparon todas las calles de la ciudad y los accesos al Foro, suplicando a los
hombres que bajaran hasta allá”. Reclamaban que se les devolvieran “sus adornos de
antes”. La afluencia iba aumentando con el transcurso de los días, porque llegaban
mujeres de otras ciudades y “no dudaban en preguntar a los cónsules o abordar a los
magistrados”.
A partir de los neotéricos, dentro del arte y de la literatura, se da la nueva significación
de la mujer para la historia de la literatura, tenemos la imagen de la mujer cultivadora
que aparece numerosas veces en la vida romana.
Como decíamos antes, las uxores terencianas son madres y cuando se trata del
sentimiento maternal, se olvidan de sus inseguridades y se atreven a enfrentarse a sus
maridos y salen siempre en defensa de sus hijos:
vv. 1003-1005
vv. 1010-1011
vv. 1013-1014
Sóstrata se atreve a desobedecer a su marido solo en esta ocasión mientras él no le
dedica ninguna palabra amable en toda la obra. La inferioridad de la mujer se refleja en
el imitatio vitae que es el drama cómico,
En un nivel más profundo ella es el agente de ridiculización de su esposo Cremes, lo
que da paso a la lección moral. Ante esto, Terencio nos la presenta como la “tonta
espabilada” con una fuerte incoherencia entre lo que dice que va a hacer y lo que
finalmente hace. Los juicios de Sóstrata corresponden a los tópicos misóginos comunes
del género y en la sociedad antigua.
su importancia es al final de la obra desde el punto de vista didáctica-moral. El amor de
madre vence a todo y desobedece a su marido cuando le confirma a su hijo que no va a
ser desheredado.
Gracias a ella se resuelve la peripecia familiar, su papel aquí es clave para el
restablecimiento del equilibrio tras la resolución de conflictos y el consecuente logro del
final feliz
De esta manera las mujeres hallaron con Terencio un defensor, algo poco común en la
literatura antigua. Son dignas, delicadas, virtuosas e incluso comprensivas con las
debilidades de sus maridos y dispuestas a sacrificarse por sus hijos.