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Taal- en Letterkunde – afstudeerrichting: Spaans – Engels Academiejaar 2013-2014 Faculteit Letteren en Wijsbegeerte LA VARIABLE SUJETO: ¿QUÉ POSICIÓN OCUPA EL ESPAÑOL CHILENO DENTRO DEL ESPECTRO DE LA VARIACIÓN DIALECTAL? Masterproef ingediend tot het behalen van de graad van Master of Arts in de Taal– en Letterkunde: Spaans – Engels Nele Van Esbroeck Promotor: Prof. Dr. Renata Enghels

LA VARIABLE SUJETO ¿QUÉ POSICIÓN OCUPA EL ESPAÑOL …lib.ugent.be/fulltxt/RUG01/002/162/607/RUG01... · Orozco y Guy 2008, Abreu 2012). El español peninsular y el mexicano, por

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Taal- en Letterkunde – afstudeerrichting: Spaans – Engels

Academiejaar 2013-2014

Faculteit Letteren en Wijsbegeerte

LA VARIABLE SUJETO : ¿QUÉ POSICIÓN

OCUPA EL ESPAÑOL CHILENO DENTRO DEL

ESPECTRO DE LA VARIACIÓN DIALECTAL ?

Masterproef ingediend tot het behalen van de graad van

Master of Arts in de Taal– en Letterkunde: Spaans – Engels

Nele Van Esbroeck

Promotor: Prof. Dr. Renata Enghels

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Agradecimientos

Cuando uno comienza a escribir una tesina parece el inicio de un largo viaje solitario. Se tiene

que forzar para concentrarse horas y horas: primero, recorriendo innumerables páginas de

árticulos científicos y otros libros académicos, luego, luchando contra el teclado del portátil.

Paso por paso va avanzando. Aunque al principio aun no se sabe adónde ir ni cómo llegar de

un capítulo a otro, después de un tiempo desvanece la niebla y aparece el camino por seguir.

Sin embargo, un viajero nunca se encuentra solo en el mundo y asimismo yo me he

encontrado con personas que, cruzando mi camino, me querían ‘echar una mano’.

En primer lugar, quisiera dar las gracias a la profesora Renata Enghels por aceptar ser la

directora de esta tesina. Agradezco profundamente el tiempo que ella ha dedicado a este

trabajo, incluyendo nuestras citas con sus fructíferos consejos y las acertadas correccciones de

una versión inacabada. En segundo lugar, quisiera agradecer a la estudiante de doctorado Kris

Helinckx por dejarme utilizar su corpus del español de Chile. Además aprecio muchísimo

todo su ayuda en cuanto a la búsqueda de artículos, las explicaciones del programa

EXMARaLDA, las consejas valiosas y correcciones pertinentes.

Por último, me gustaría dar las gracias a mi familia por todo el apoyo que me han ofrecido

durante estos meses. Volviendo una vez más a la metáfora del viaje: cuando yo había escalado

una montaña, ellos sentían la misma alegría. Cuando pasaba por una cueva oscura, me

agarraron de la mano y conducieron hasta donde podía ver la luz. Gracias.

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Índice

Agradecimientos ......................................................................................................................... 1

Introducción ............................................................................................................................... 4

PARTE 1: ESTADO DE LA CUESTIÓN ................................................................................. 6

1 Los pronombres personales sujeto en el español estándar .................................................. 6

1.1 Pro-drop: Expresión y omisión del pronombre personal sujeto .................................. 6

1.2 Reflexión sobre el estatuto variable del sujeto pronominal frente al sujeto nulo ...... 10

2 Los pronombres personales y la variación dialectal ......................................................... 14

2.1 Panorama de los dialectos .......................................................................................... 14

2.2 Factores de influencia ................................................................................................ 18

2.2.1 Factores sintácticos ............................................................................................ 19

2.2.1.1 Persona y número ........................................................................................ 19

2.2.1.2 Ambigüedad verbal ..................................................................................... 23

2.2.1.3 Fijación del orden de las palabras ............................................................... 25

2.2.2 Factores pragmáticos y pragmático-discursivos ................................................ 27

2.2.2.1 Switch-reference ......................................................................................... 27

2.2.2.2 Cortesía ....................................................................................................... 29

2.2.2.3 Topicalidad ................................................................................................. 31

2.2.2.4 Priming o persistencia ................................................................................. 33

2.2.3 Factor semántico ................................................................................................ 37

2.2.3.1 Semántica de los verbos .............................................................................. 37

2.3 Particularidades del español chileno .......................................................................... 39

PARTE 2: ESTUDIO DE CORPUS DEL ESPAÑOL CHILENO .......................................... 41

3 Descripción del corpus ...................................................................................................... 41

3.1 Objetivos del análisis ................................................................................................. 41

3.2 Metodología ............................................................................................................... 42

4 Estudio de corpus y comparación con otras variantes del español ................................... 44

4.1 La variable sujeto dentro de la variante chilena ........................................................ 44

4.1.1 Tres tipos de sujetos ........................................................................................... 44

4.1.2 Variación libre versus contextos obligatorios .................................................... 45

4.1.3 Tasa pronominal ................................................................................................. 48

4.2 Factores de influencia en la variante chilena ............................................................. 49

4.2.1 Factores sintácticos ............................................................................................ 49

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4.2.1.1 Persona y número ........................................................................................ 49

4.2.1.2 Ambigüedad de la forma verbal .................................................................. 56

4.2.1.3 Tiempo verbal ............................................................................................. 58

4.2.1.4 Fijación del orden de las palabras ............................................................... 61

4.2.2 Factores pragmáticos y pragmático-discursivos ................................................ 65

4.2.2.1 Switch reference .......................................................................................... 65

4.2.2.2 Priming ........................................................................................................ 68

4.2.3 Factor semántico ................................................................................................ 73

4.2.3.1 Semántica de los verbos .............................................................................. 73

5 Conclusión: estudio de corpus .......................................................................................... 79

Conclusión general ................................................................................................................... 81

Bibliografía ............................................................................................................................... 83

Total de palabras: 30 365

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Introducción

“Subject expression is one of the most widely studied features of Spanish syntax, yet it

remains one of the least understood” (Travis 2007: 106)

El empleo de los pronombres personales sujeto en la lengua española constituye un tópico de

investigación que atrajó el interés de no pocos lingüistas. Las últimas decadas, el tema sobre

todo probó ser de gran interés dentro del campo de la lingüística dialectal. Autores como

Morales, Cameron, Flores-Ferrán y Silva-Corvalán, entre otros, ya han publicado una

voluminosa cantidad de estudios sobre la expresión del sujeto en una variedad de dialectos del

español, pero como expone Travis (2007: 106), todavía quedan muchas cuestiones por

resolver. La intención de este trabajo es describir la manifestación del sujeto en el español

hablado en Chile y definir los factores que influyen en su expresión pronominal.

La primera parte de este estudio contiene un estado de la cuestión sobre el uso de los

pronombres personales. No obstante, antes de poder examinar la manifestación del sujeto

dentro de variación dialectal, es pertinente estudiar el pronombre personal sujeto y su uso

dentro de la lengua estándar. Es generalmente sabido que el español es una lengua pro-drop,

lo que significa que el hablante puede variar entre la manifestación explícita de un sujeto

pronominal y su omisión. Esta variación es lo que Silva-Corvalán (2003) ha llamado ‘la

variable sujeto’. Moreno (2001: 1-2) explica que “los hablantes recurren a elementos

lingüísticos distintos para expresar contenidos distintos y, a la vez, que se pueden usar

elementos lingüísticos diferentes para decir unas mismas cosas”. Por consiguiente, en el caso

que el sujeto pronominal y el sujeto nulo no forman simplemente dos formas alternativas para

expresar un mismo significado, implica que existen factores de influencia que provocan o

condicionan la manifestación de una u otra forma. Un primer capítulo describe el uso de la

variable sujeto en el español estándar, incluyendo por una parte reglas gramaticales que

regulan en ciertos casos la forma explícita o implícita obligatoria del sujeto (Fernández

Soriano 1999, Enríquez 1984, Flores-Ferrán 2004a), y por otra, la indagación del estatuto de

la variable sujeto como formas diferentes de decir lo mismo (Silva-Corvalán 2003, Serrano y

Aijón Oliva 2010a, 2010b).

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Luego, un segundo capítulo del estado de la cuestión investigará el uso de la variable sujeto

dentro de la variación dialectal. Estudios anteriores han indicado que este uso puede variar

fuertemente según la zona dialectal del español (Silva-Corvalán 2003, Orozco y Guy 2008,

Mayol 2012). En concreto, se ha confirmado que la zona del Caribe, con Puerto Rico y la

República Dominicana, muestran unas tasas pronominales muy elevadas (Cameron 1993,

Orozco y Guy 2008, Abreu 2012). El español peninsular y el mexicano, por el otro lado, son

las variantes con las tasas pronominales más bajas (Cameron 1993, Orozco y Guy 2008,

Enríquez 1984). Estos hallazgos ponen en duda el estatus de la variante sujeto y nos obligan a

investigar qué factores influyen en el uso pronominal de variante a variante y qué hipótesis

surgieron a lo largo de los años para explicar el uso (o abundancia) pronominal. En efecto,

este estudio se enfocará en tres tipos de factores de influencia: factores sintácticos, factores

pragmáticos y pragmático-discursivos y factores semánticos. Concluimos el marco teórico

observando unas particularidades del español chileno.

La segunda parte de este estudio contiene un análisis de corpus sobre el uso de la variable

sujeto en una de las variantes del español, a saber el español chileno, como hemos

mencionado. Con el objetivo de por un lado comprobar algunas de las hipótesis que intentan

razonar el uso pronominal y por otro ver cómo este dialecto se comporta en comparación con

otras variantes del español que han sido estudiadas anteriormente por otros autores, hemos

escogido para este trabajo el habla chilena como objeto de investigación. Debido a que casi no

se ha investigado el uso pronominal de esta variante (con excepción de un estudio de

Cifuentes 1980), parece muy interesante estudiar el español chileno e intentar de colocarlo en

el espectro de la variación dialectal del español a base de estudios previos. Puesto que este

estudio analiza el lenguaje oral espontáneo, se intenta solamente hacer comparaciones con

estudios que examinan igualmente el lenguaje oral espontáneo o parcialmente guiado, ya que

es la forma más natural y primaria de la manifestación de la lengua. El núcleo de la

investigación empírica concierne al análisis de parámetros sintácticos y pragmáticos y

pragmático-discursivos.

El último capítulo de este trabajo intenta proponer una respuesta a las preguntas de

investigación. O, por decirlo de otro modo, dar una conclusión a la cuestión de cómo se utiliza

la variable sujeto en el español hablado en Chile, cuáles son los factores de influencia en la

expresión pronominal y cómo se relacionan con la variación dialectal española.

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PARTE 1: ESTADO DE LA CUESTIÓN

1 Los pronombres personales sujeto en el español estándar

Este primer capítulo investiga el pronombre sujeto en el español estándar. Primero

recapitulamos las observaciones de las gramáticas y otros trabajos científicos sobre los

pronombres personales sujeto (PPS) y el uso regulado de esta variable (Sección 1.1). Después

se cuestionará el concepto de la variable lingüística que representa el pronombre sujeto frente

al sujeto nulo: ¿De verdad son dos formas variables que expresan el mismo significado

(Sección 1.2)?

1.1 Pro-drop: Expresión y omisión del pronombre personal sujeto

Los pronombres personales en función del sujeto forman parte del grupo más amplio de los

pronombres. Aunque todos son elementos referenciales, los pronombres personales se

distinguen entre sí, en que solamente cumplen una función deíctica es decir, se refieren

únicamente a las personas gramaticales, un contexto extralingüístico (Fernández Soriano

1999: 1213). Además, la categoría de los pronombres personales se acerca por un lado a la de

las desinencias verbales y por otro lado a la del sintagma verbal, porque pueden cumplir las

mismas funciones sintácticas de sujeto, objeto directo o indirecto (Fernández Soriano 1999:

1211). De todas formas, los pronombres personales no llevan un contenido semántico. Luego,

los PPS difieren de los otros pronombres personales, (en función de objeto) en que

concuerdan en persona, género, número y caso del verbo. Y en que estos rasgos se repiten en

las desinencias del verbo. No obstante, el género de la primera y segunda persona del singular

no está expresado formalmente, pero se recupera gracias a su función deíctica que identifica a

las personas en el acto de comunicación.

Al examinar los PPS, resulta imprescindible señalar el parámetro universal de pro-drop1 que

influye profundamente en el uso pronominal en español (Flores-Ferrán 2004a: 49, Orozco y

1 Aunque el español en toda su variedad es visto como un lengua pro-drop, Gutiérrez (2013: 116-119) discuta el estatuto del español caribeño dado la abundancia de los PPS en la zona (véase 2.1). Esta variante puede ser considerado como una ‘lengua semi pro-drop’, que se encuentra dentro del continuum entre los dos extremos de lenguas pro-drop y lenguas no pro-drop (Gutiérrez 2013: 116). Gutiérrez (2013: 116) se aleja aquí de Holmberg et al. (2009 apud Gutiérrez 2013: 116), quien definió el término de ‘semi pro-drop’ como una lengua que solamente puede presentar sujetos implícitos “bajo ciertas condiciones sintactico-semanticas especiales que deben ser identificadas” (Gutiérrez 2013: 116) y no permite variantes libres.

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Guy 2008: 70, Claes 2011: 6). Este parámetro posibilita la alternancia entre la expresión y

omisión de un PPS en frases como (yo) voy a la escuela. Aunque generalmente se habla del

pronombre sujeto como una variable sintáctica (Silva-Corvalán 2003: 1), uno debe tener en

cuenta que esta variación no es totalmente libre. En otras palabras, mientras que la mayoría de

los verbos admite la alternancia entre un PPS explícito o tácito (1,2), en otras cláusulas la

variable sujeto debe de tomar una forma obligatoria, sea la forma explícita (3) o la forma nula

(4,5).

(1) (Yo) hablo español.2

(2) Elena canta. Ella canta. Canta.

(3) Ellos fueron a la playa pero yo decidí quedarme en casa.

(4) Es necesario que estudies.

(5) El gato salta del techo. *Él salta del techo. Salta del techo.

La gramática ha descrito reglas cuando la omisión del PPS resulta obligatoria y también

cuando la expresión de un sujeto nominal o pronominal es necesaria para la gramaticalidad de

la frase. Los sujetos dentro de estos contextos se consideran como sujetos obligatorios,

incluso cuando se trata de un sujeto nulo. A continuación señalamos los contextos particulares

que no permiten la libre alternancia de la variable sujeto.

Ante todo, en cuanto a la omisión, existen contextos en los cuales un sujeto pronominal

provocaría un cambio de significado o resultaría agramatical. Primero, si se desea una

interpretación genérica (como ‘cualquiera’, ‘todo el mundo’) con la tercera persona del plural,

la omisión del sujeto resulta necesaria (Fernández Soriano 1999: 1218).

(6) Han tocado a la puerta.

a. Ellos han tocado a la puerta.

(7) Compré un libro, *él estaba barato.

(8) Llueve mucho.

Compara (6) con (6a), donde en la segunda frase se obtiene una interpretación referencial

específica. El referente ellos es conocido. Segundo, en caso de referirse a un sujeto inanimado

o impersonal, se exige un sujeto nulo (7) (Fernández Soriano 1999: 1220). De manera similar,

los verbos impersonales tampoco admiten un sujeto dicho (8) (Fernández Soriano 1999:

1220).

2 Si no se indica de otra manera, todos los ejemplos son míos.

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Por el contrario, en cuanto a la expresión, podemos constatar que generalmente se explica la

presencia de los pronombres personales debido a tres factores: la redundancia o el pleonasmo,

el énfasis o contraste y la ambigüedad (Claes 2011, Enriquez 1984 y Fernández Soriano

1999). El primer factor de redundancia se debe al factor de pro-drop y al hecho de que los

rasgos de persona y número de los PPS están recuperados en la desinencia verbal. Por

consiguiente, cuando el hablante tiene la elección entre los PPS y sujetos nulos (Orozco y

Guy 2008: 7), los PPS pueden ser considerados superfluos (Fernández Soriano 1999: 1227).

Sin embargo, gracias a la función deíctica y de referencia humana (Enríquez 1984: 105),

podemos deducir que la presencia de un PPS sí viene de un estímulo motivado. Es por eso que

autores como Enríquez (1984: 110) y Fernández Soriano (1999: 1227) rechazan un uso

enteramente pleonástico.

El segundo factor de énfasis, se da a conocer por “el deseo del hablante por destacar la actitud

que toma el sujeto frente a la de otro u otros” (Enríquez 1984: 112) como se ilustra en el

ejemplo (6). Según Enríquez (1984: 112), el énfasis muestra la causa primordial para la

aparición de los PPS.

(9) En casa mi marido friega los platos porque yo odio hacer eso. (Fernández Soriano

1999: 1227)

(10) Él llegó tarde pero ella no dijo nada. (Flores-Ferrán 2004a: 55)

a. Él llegó tarde pero no dijo nada.

Tercero, con el factor de ambigüedad, el hablante quiere recuperar los rasgos de persona y

número donde la forma verbal no los da (en los paradigmas menos distintivos: tiempos del

imperfecto, condicional y pluscuamperfecto) o recuperación de género. Cuando observamos

el ejemplo (7), notamos que la presencia del PPS nos da una lectura clara. En cambio, un

sujeto implícito habría causado una ambigüedad (7a): no es claro si los sujeto de los verbos

llegó y dijo son correferenciales o no.

Aparte de eso, ciertos contextos condicionan el uso explícito del pronombre sujeto, pese a la

presencia de la desinencia verbal. Entre ellos se encuentran verbos en construcciones

adversativas con pero (8), verbos en construcciones pseudo hendidas (9), verbos con el sujeto

‘uno’ (10), pronombres acompañados por ‘mismo’ (11), ciertos marcadores del discurso o

construcciones (en proceso de ser) gramaticalizadas (12), contextos con sujeto focal o

contrastivo (13) y construcciones de tipo [pronombre sujeto + complemento apositivo

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cuantificacional/adjetival/oracional] (14) (Flores-Ferrán 2004a: 55-56, Fernández Soriano

1999: 1226). Cabe notar que las oraciones quedan gramaticalmente y semánticamente

incorrectas al usar un sujeto nulo.

(11) Ellos optaron por el rojo pero ellas no pensaron igual.

(12) La que me voy soy yo.

(13) Uno no se imagina.

(14) Él mismo me lo dijo.

(15) Qué sé yo.

(16) ¿Quién ha sido? - *Ø He sido.

(17) *Ø, que tienes dinero, podrás venir.

Recapitulando, el uso del pronombre personal sujeto no siempre es arbitrario. Al contrario,

dentro de la variación lingüística el español genera ciertos contextos y construcciones

gramaticales u oracionales que requieren un sujeto explícito o implícito obligatorio3 (3,4,5).

Pero, ¿qué ocurre en los contextos donde hay aparentemente libre alternancia (1,2)? Debemos

cuestionar el estatuto de la variable sujeto también en estos contextos, donde a primera vista

la presencia o ausencia del PPS no está motivada. Exploramos este tema en el capítulo

siguiente (1.2).

De todos modos, si queremos hacer un análisis de corpus, será útil incluir un parámetro que

investiga la diferencia entre los sujetos que aparentemente tienen una libre alternancia para

expresarse y sujetos que se encuentran en contextos que requieren una forma obligatoria.

Desde aquí, la mención de la variable sujeto se refiere a sujetos en contextos discursivos en

los cuales el uso del PPS es variable, es decir, donde la expresión u omisión no resulta

obligatoria4.

Aunque este trabajo se enfocará en los sujetos pronominales, no se puede olvidar que la

expresión del sujeto ocurre en realidad de varias formas, mientras que la omisión del sujeto

siempre se manifiesta por Ø. Para que esto quede claro, se hablará de tres tipos de sujetos:

primero tenemos el sujeto pronominal o el PPS (18), segundo, el sujeto nulo (19), y en tercer

3 Con todo, las reglas gramaticales de la expresión y omisión de los PPS según las gramáticas no coinciden siempre con lo que ocurre en el español en discurso, como veremos más en detalle en los capítulos que vienen. 4 La mayoría de los estudios han excluido contextos discursivos con sujetos obligatoriamente expresos o nulos. No obstante, no siempre queda claro si han rechazado contextos con refuerzo adjetival o adverbial (sólo *(él) lo hizo) o construcciones del tipo [PPS + complemento apositivo cuantificacional/adjetival/oracional] (*Ø, que tienes dinero, podrás venir) (Silva-Corvalán 2003: 4).

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lugar tenemos todos los otros tipos de sujetos como el nominal, el sintagma nominal o el

demostrativo (20). Esto será un segundo parámetro en la investigación.

(18) Ellos juegan en el jardín.

(19) Ø estoy comiendo una manzana.

(20) Juan lee un libro, la casa de mi abuela es muy grande, aquel me robó el dinero.

Como sabemos, la primera y segunda persona singular son las personas del discurso y por lo

tanto siempre son consideradas conocidas y presentes en el contexto (Travis 2007: 111,

Fernández Soriano 1999: 1213). Estas personas sólo tienen dos posibilidades para presentarse:

o se expresan a través del pronombre personal o se omiten. En cambio, la tercera persona

puede expresarse por sus pronombres pero también por sintagmas nominales (Travis 2007:

111).

1.2 Reflexión sobre el estatuto variable del sujeto pronominal frente al sujeto nulo

Si en este capítulo queremos examinar el estatuto de la variable sujeto, necesitamos primero

saber qué es la variable sujeto. Generalmente, se define como la expresión de un pronombre

personal sujeto versus el cero fonético, o en otras palabras, la variable sujeto es una variable

sintáctica de dos formas diferentes que corresponden a un significado (Silva-Corvalán 2003:

1, Labov 1978). Sin embargo, varios autores (Silva-Corvalán 2003: 1, Serrano y Aijón Oliva

2010a) dudan de la sinonimia de las formas variables (PPS y sujeto nulo), diciendo que las

variables sintácticas siempre conllevan posibles divergencias semánticas.

Entonces, debemos hacernos la pregunta, ¿por qué existe la variación lingüística? Al creer

Serrano y Aijón Oliva (2010a), no se trata de dos o más formas sinónimas con el mismo

significado. En cambio, se debe interpretar como “la necesidad humana de comunicar

significados distintos” (Eckert 2000: 43 apud Serrano y Aijón Oliva 2010a: 172) que a su vez

poseen la capacidad de constituir diferentes estilos sociocomunicativos. Esto hace recordar el

principio de la economía en la lengua: no sería muy económico tener dos o más formas para

expresar un mismo significado. Es un argumento más que refuerza la teoría de Serrano y

Aijón Oliva (2010a). No obstante, el objetivo de este trabajo no consiste en comprobar sí la

variable sintáctica crea o no diferentes significados relacionados con el sistema cognitivo de

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la lengua pero sabemos que el uso pronominal está relacionado con los distintos significados

que expresan.

Serrano y Aijón Oliva (2010a) suponen que todos los fenómenos de variación sintáctica

conllevan un cierto significado en la elección de una forma u otra. Según ellos, “la forma

lingüística va unido indisolublemente al contenido que expresa” (Serrano y Aijón Oliva

2010a: 171). El lenguaje del hablante no sólo es producto de su carácter social y de la

situación lingüística en la cual se encuentra, sino además está relacionado con las demás

actividades mentales del hablante (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 171). La variación

lingüística en el plano morfológico se ve reflejada en el plano de la forma y del significado

(Serrano y Aijón Oliva 2010a: 172). Esto se explica por el principio de iconicidad que

interrelaciona todos los elementos del sistema de la lengua (García 1997: 292).

Por consiguiente, podemos suponer que la expresión del PPS y la omisión del sujeto no son

simplemente dos o más formas para decir la misma cosa (Labof 1978 apud Silva-Corvalán

2003: 1). En realidad, el sujeto pronominal es una variable pero probablemente se trata de

diferentes significados. De ahí, surgen varias hipótesis que contrastan con el caracter

exclusivamente gramatical de la teoría de Fernández Soriano5 (1999: 1227).

En el capítulo anterior ya hemos visto algunos factores de influencia en la expresión

pronominal que refiere la gramática española (ambigüedad, contraste, etc) y a estos añade

Silva-Corvalán (2003: 1) la correferencialidad con el sujeto anterior, ya examinado en

estudios anteriores de Morales (1986) y Enríquez (1984) entre otros. Cabe destacar la

diferencia entre factores que condicionan categóricamente la expresión u omisión del PPS

(véase el capítulo anterior 1.1) y frases fijas (por ejemplo: tú sabes) por un lado y factores que

influyen en el uso pronominal pero no de forma obligatoria por otro lado (Silva-Corvalán

2003: 2). Dentro del segundo grupo de factores, se encuentran sobre todo los factores

discursivo-pragmáticos que afectan el uso de los PPS (Silva-Corvalán 2003: 3). De estos, la

correferencialidad con el sujeto anterior, tal vez más conocido como el fenómeno de switch-

reference6, resulta el factor de influencia predominante según Silva-Corvalán (2003: 2).

Por otro lado, según García (1975: 51-52 apud Silva Corvalán 2003: 9), la elección formal de

una variable en el discurso corresponde a la perspectiva subjetiva del hablante. Del mismo

5 Fernández Soriano (1999: 1227) declara que es poco probable que pueda “hablarse de libre alternancia ni de opcionalidad en la utilización de pronombres explícitos; debe haber factores estrictamente gramaticales que determinan su posibilidad de aparición”. 6 Véase 2.2.2.1

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modo, Serrano y Aijón Oliva (2010b: 1) opinan que una variable lingüística está relacionada

con la manera difusa y siempre cambiante en la cual percibimos la realidad. Esto significa que

la variable sujeto, al informarnos sobre la actitud del hablante sobre la escena, es motivada

por factores discursivo-pragmáticos. De este modo se ha observado que la aparición de un

PPS puede incorporar una interpretación adicional, salvo en contextos de ambigüedad formal

o mantenimiento de estructuras paralelas, que se presentan como factores gramaticales o

‘mecánicos’, no añaden este otro significado (Silva-Corvalán 2003: 10).

Aquí abajo vemos una tabla de Serrano y Aijón Oliva (2010b: 10) en la cual proponen los

rasgos más prominentes asociados con la variante de PPS. Enfatizan que los valores deben ser

interpretados como graduales antes que opuestos y fijos. Este cuadro indica claramente que

los autores ven la oposición entre omisión y expresión de un PPS no como una variable de un

mismo significado sino que la elección del hablante está fundamentada en el significado que

quiere transmitir y, según Serrano y Aijón Oliva (2010b), la omisión y expresión incorporan

cada una significados distintos. En suma, los autores creen firmemente que “any linguistic

form is endowed with a unique meaning” (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 16).

Tabla 1: Los valores de omisión y expresión (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 10, mi

traducción)

Omisión Expresión

Tematicidad en contexto

cognitivo

+ Temático - Temático

Estado Informativo + Conocido, - Contrastivo - Conocido, + Contrastivo

Enfoque pragmático - En el referente + En el referente

Agentividad Semántica - Agentivo + Agentivo

Interpretación enunciado + Evidente - Evidente

Contenido proposicional + Objetivo - Objetivo

Cortesía Interaccional +/- Cortés +/- Cortés

Por un lado, la omisión del sujeto se presenta cuando el referente del sujeto: es temático en el

contexto cognitivo, es conocido y no contrastivo a la información anterior, no tiene el enfoque

pragmático en el referente, no cumple un papel semántico agentivo y el enunciado trae una

interpretación clara y objetiva (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 10). Por otro lado, la expresión

de un PPS ocurre cuando el referente del sujeto: no es temático en el contexto cognitivo, no es

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conocido o se contrasta al estado informativo, lleva el enfoque pragmático en el referente, es

agentivo, y el enunciado no porta una interpretación evidente y es subjetivo (Serrano y Aijón

Oliva 2010b: 10). El factor de cortesía es más ambiguo y lo revisaremos en más detalle en el

capítulo 2.2.2.2. Para una explicación más profunda refiero al estudio de Serrano y Aijón

Oliva (2010b).

A fin de cuentas, me parece que las teorías sobre la variable sujeto son bastante convincentes

para decir que su uso es muy regulado y motivado. En otras palabras, la variable sujeto

posiblemente no es una variable sintáctica libre, sino está relacionada con los distintos

significados que expresa. Con todo, debemos preguntarnos si podemos comparar el español

estándar con el español del mundo, en todas sus variedades. Por eso, en el siguiente capítulo

se examinará el uso de los PPS en cuanto a la variación dialectal.

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2 Los pronombres personales y la variación dialectal

Del capítulo anterior ya sabemos qué es la variable sujeto y cómo está descrito su uso en el

español estándar. Hemos visto factores que condicionan el uso obligatoriamente y factores

que influyen en el uso pero de manera no condicional. Los primeros son sobre todo factores

sintácticos, los segundos pragmáticos y semánticos. También hemos observado que no todos

los autores tienen las mismas ideas o están de acuerdo el uno con el otro. Ahora pasamos a la

parte de la variación dialectal. Cabe destacar que no todos los hablantes del español recurren a

los PPS del mismo modo. Por eso vamos a explorar primero el panorama de dialectos y

observamos qué variantes se distinguen en su uso pronominal (Sección 2.1). Luego

enumeramos los factores de influencia más importantes que posiblemente puedan explicar las

diferencias pronominales entre las distintas variedades del español (Sección 2.2).

2.1 Panorama de los dialectos

La tasa de expresión de sujetos pronominales difiere mucho según el dialecto (Mayol 2012: 2,

Silva-Corvalán 2003: 12). Generalmente, la zona del Caribe es considerada la variante con la

tasa más alta de PPS en comparación con otras variantes fuera del Caribe (Flores-Ferrán

2004a: 50, Cameron 1992, Morales 1986, 1997, Silva-Corvalán 1994). Morales (1997: 155)

ha comparado el uso de los PPS en el español puertorriqueño con las variantes de Madrid y

Buenos Aires, y observa que la modalidad puertorriqueña contiene el porcentaje más alto de

sujetos pronominales. Estos resultados concuerdan con los estudios comparativos de Mayol

(2012: 3) y Orozco y Guy (2008: 72), donde el puertorriqueño muestra el porcentaje

pronominal más alto, un 44,7%. Luego, considerando todas las variantes del español, surgen

pocas divergencias entre los estudios. Por un lado, según Orozco y Guy (2008: 72), las

variantes con la tasa pronominal más alta, después de Puerto Rico, es la variante de los

dominicanos en Nueva York (41,0%), el colombiano de Baranquilla (35,7%) y el

puertorriqueño de Nueva York (35,0%). Al contrario, Flores-Ferrán (2002: 58), mostró que

las frecuencias pronominales del español neoyorquino y sanjuanero (estudio de Cameron

1992) en su totalidad son las mismas (45%). Por otro lado, las variantes que menos expresan

los sujetos pronominales se encuentran en España y México, respectivamente 20,9% y 19%

(Orozco y Guy 2008: 72, Mayol 2012: 4).

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Tabla 2: Tasa pronominal según el país de origen (Orozco y Guy 2008: 72)

País N de hablantes Tasa Pronominal

Puerto Rico (Cameron) 10 44.7%

Dominicanos en NY (O & Z) 6 41.0%

Barranquilla, Colombia (O & Z) 20 35.7%

Puertorriqueños en NY (O & Z) 6 35.0%

Cubanos en NY (O & Z) 7 33.0%

Ecuatorianos en NY (O & Z) 8 27.0%

Colombianos en NY (O & Z) 6 24.0%

Mexicanos en NY (O & Z) 6 19.0%

España (Cameron) 10 20.9%

O & Z: Otheguy, Zentella & Livert (2007); Cameron: Cameron (1993)

Otro estudio de Enríquez (1986: 50), quizá un poco obsoleto, compara las tasas pronominales

de tres dialectos: Buenos Aires (Barranechea y Alonso 1973 apud Enríquez 1986) (21,89%),

Santiago de Chile (Cifuentes 19807 apud Enríquez 1986) (36,55%) y Madrid (Enríquez 1984)

(25,84%). La autora (1986: 48) enfatiza que se trata de ‘la norma lingüística culta’ de cada

zona. Esta puede ser la razon por la cual encontramos una notable diferencia entre la tasa

pronominal de Madrid en el estudio de Enríquez (1984) y Cameron (1993). Falta investigar,

entonces, sí la tasa pronominal de nuestro corpus se muestra igualmente más baja puesto que

no se trata de la variante chilena culta.

Varias hipótesis intentaron explicar la expresión de los pronombres personales en el habla

dialectal donde el español estándar no los usaría. Muchos teóricos estudian el español del

Caribe (sobre todo el español de Puerto Rico, de la República Dominicana, del norte de

Colombia, y de los hispanohablantes en Nueva York) porque es precisamente aquí donde se

observa una abundancia pronominal (Morales 1997, Cameron 1993, Flores-Ferrán 2002,

2004a, Claes 2011, etcetera). Para formarnos una idea, hemos aquí los usos pronominales más

particulares del español del Caribe:

(21) ¿Qué tú quieres?

7 Lastimosamente, no se ha podido consultar el estudio de Cifuentes. Sin embargo, todos los resultados están recuperados en el estudio de Enríquez (1986).

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(22) Para yo hacer eso.8

(23) Ello quiere llover.

(24) Ven acá, para nosotros verte.

Lipski (2007: 357-358), igual que Navarro (1948: 132), mencionan los sujetos pronominales

en las preguntas sin inversión (21) y sujetos antepuestos de los infinitivos (22) en toda la zona

del Caribe. De ahí, Mayol (2012: 7) destaca ciertas estructuras en el español dominicano con

PPS expresado (23, 24) que en otras variantes de español resultarían agramaticales. Además,

se observa que el orden de las palabras en el dominicano es casi siempre SVO, también en

contextos que requieren la inversión de sujeto y verbo en otras variantes (21) (Mayol 2012:

8).

Una de las hipótesis para explicar las diferencias pronominales se fundamenta en la creencia

de que la unicidad de la historia de una comunidad dialectal frente a otros países y regiones

causa la particularidad de su situación lingüística. Es una de las hipótesis más antiguas pero

también la más debatida, la de lenguas en contacto, definido por Morales (2000a: 39) como

“la incorporación que hace una lengua de rasgos de otra con la que está en contacto”. La

razón principal para esta hipótesis es la diferencia del parámetro pro-drop entre dos idiomas

que están en contacto (Flores-Ferrán 2004a: 50). De este modo, varios lingüistas creyeron (y

siguen creyendo) que fue el inglés que afectó el uso de los pronombres en Puerto Rico y otras

variantes del Caribe por la falta de inflexión verbal de los verbos ingleses que exigen PPS

explícitos (Van Esbroeck 2012: 17). No obstante, después de años de estudio, no han

encontrado pruebas convincentes que soporten la hipótesis de interferencia entre el inglés y el

español (Flores-Ferrán 2004a: 50).

Aunque los lingüistas en primer lugar solo se interesaban por el inglés, ahora también se

considera el impacto de las lenguas criollas. En el Caribe había mucha influencia de lenguas

criollas (no pro-drop) de los inmigrantes africanos (esclavos en el tiempo colonial). Según

Mayol (2012: 2), las tasas pronominales están relacionadas con la migración africana en la

región y con la cantidad de contacto con las lenguas africanas que recibió esta variante

durante el período colonial. Es más, considerando los PPS, Mayol (2012: 19) ha demostrado

que variantes que han recibido una gran cantidad de inmigrantes africanos durante su

8 En vez de usar el subjuntivo, las variantes caribeñas utilizan una estructura equivalente y simplificada con el infinitivo + PPS. Cambios de sintaxis en una lengua pueden ser considerados como “procesos de simplificación del propio sistema o procesos de interferencia con otra lengua” (Morales 2000a: 42). Una desviación para no tener que utilizar la forma más compleja del subjuntivo (Van Esbroeck 2012: 20).

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formación, expresan una tasa mayor de PPS que variantes que carecen tal inmigración. Esto

puede haber causado que el parámetro pro-drop, típico para la lengua española, cambiara a

causa del contacto con lenguas no pro-drop.

Para ilustrar vemos lo que ocurrió en el portugués popular de Brasil (PPB). Guy (1981)

argumenta que una historia criolla es responsable por ciertos factores lingüísticos que son

particulares para el PPB. Por consiguiente, se puede explicar estas características como un

cálculo de patrones africanos o un préstamo en el proceso de aprendizaje del portugués

durante la descriollización. Según Mayol (2012: 16), algunas particularidades de esta variante

del portugués coinciden con características del español caribeño. Por ejemplo, tanto criollos

atlánticos como substratos africanos carecen de la inversión de sujeto y verbo (Holms 2004

apud Mayol 2012: 17).

Ambas regiones recibían una cantidad considerable de esclavos africanos durante la

colonización. Holmes (2004 apud Mayol 2012: 16) considera estas dos variantes (PPB y

español caribeño) como semi-criollas que muestran tanto particularidades de lenguas criollas

como lenguas no criollas. Se puede considerar como lenguas reestructuradas dado que la

mayoría de los hablantes tenían al principio otro idioma materno. Luego, él declara que estas

variantes difieren de otras variantes no reestructuradas, como el español chileno, donde la

mayoría si era hablantes nativos (Holms 2004 apud Mayol 2012: 16).

Análogamente, podemos suponer, como hipótesis, que vamos a ver bastantes diferencias entre

el español chileno y el español del Caribe. El último tuvo influencia de lenguas criollas

durante su formación y conservó particularidades del substrato africano (Mayol 2012). El

primero no tuvo esta influencia criolla y por lo tanto podemos presumir que los resultados del

corpus van a asociarse más a otras variantes. Con todo, no parece posible incluir un parámetro

en la investigación de corpus que pueda determinar la influencia de lenguas en contacto,

porque la bilingüedad de los hablantes del corpus es desconocida.

Resumiendo, gracias a la variación dialectal, lingüistas se han empezado a interesar por

investigar el uso pronominal. Muchas investigaciones tuvieron lugar en el Caribe, sobre todo

en Puerto Rico, el supuesto dialecto con la tasa pronominal más alta, pero en este momento

también están surgiendo muchos estudios de fuera de la zona del Caribe. A lo largo de los

años surgieron varias hipótesis que intentaron explicar el uso (o abundancia) pronominal.

Aunque los resultados aun no nos han ofrecido una respuesta uniforme, podemos sacar

algunas conclusiones y poner nuevas hipótesis. En efecto, del uso abundante pronominal en

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Puerto Rico se ha afirmado que debe ser un conjunto de diferente factores que ha causado este

fenómeno (Van Esbroeck 2012: 29). Entre estos factores se encuentran la aspiración de las

consonantes finales, el contacto con el inglés (como factor promotor), la semántica de los

verbos, la fijación del orden SVO, pero tal vez también otros factores que todavía no han sido

descubiertos (véase más adelante bajo 2.2).

Por consiguiente, se puede suponer que también en otras variantes están cooperando varios

factores para dar el resultado pronominal. Sin embargo, es muy posible que para cada variante

un factor sea más importante que otro. A saber, en un estudio del español neoyorquino,

Otheguy y Zentella (2007: 276) estimaban que los factores que influyen en el uso pronominal

en diferentes comunidades son los mismos o muy similares. No obstante, sí han surgido

diferencias importantes en cuanto a los factores influyentes. Así, el factor edad no fue

considerado significativo por Otheguy y Zentella (2007) pero sí por Orozco y Guy (2008).

Con el objetivo de hacer nuestra propia investigación de una de las variantes del español,

parece imprescindible examinar la variedad de factores que están descritos en la literatura

como influyentes en el uso pronominal. Con todo, aunque pueden dar resultados interesantes,

este trabajo no incluirá factores sociales (como edad, clase social) que quedan fuera del

margen del estudio. A continuación exploraremos los factores lingüísticos que aparecen en los

estudios sobre los PPS para explicar la variación dialectal.

2.2 Factores de influencia

En 1.1 ya vimos los factores que, para el español estándar, condicionan la variable sujeto de

manera obligatoria. Esta sección tratará los factores que influyen el uso de los PPS

regionalmente. Es decir, puesto que en algunas variantes del español puede haber otros

factores de influencia que en otras, cabe investigar qué factores predominan para qué variante.

De este modo, después se nos hará más asequible la comparación con el análisis de corpus. La

sección está subdividida en tres partes: factores sintácticos, factores pragmáticos y

pragmatico-discursivos y factores semánticos.

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2.2.1 Factores sintácticos

En primer lugar, se discutirá tres factores sintácticos que pueden regular la variable sujeto en

una variante del español: persona y número, ambigüedad verbal y fijación del orden SVO.

Dicho esto, continuamos, con la investigación del primer factor de influencia.

2.2.1.1 Persona y número

El primer factor que influye en la presencia o ausencia de los PPS es el de la persona y

número (Mayol 2012: 4-6). Ante todo, una primera observación debe ser que en Chile, tanto

como en el resto de América Latina, no se utiliza la forma de la segunda persona del plural

‘vosotros’, sino la tercera persona del plural ‘ustedes’. Además, en muchas variantes se

emplea el pronombre ‘vos’, el llamado ‘voseo’, contrario al español estándar donde solamente

se admite el pronombre ‘tú’. Como es géneralmente sabido, el sujeto concuerda en los

aspectos de persona y número con el verbo y eso también era la principal razon por la cual se

admite la omisión del sujeto (vea supra). No obstante, se ha observado que no todos los PPS

se omiten igual de fácil. En lo que sigue trataremos las distintas personas y números y su uso

según algunas variantes del español.

Tabla 3: Expresión del PPS según persona y número (pesos VARBRUL) (Cameron 1993: 325) San Juan Madrid

Yo

Tú (+ específico)

Tú (- específico)

Uno (- específico)

El/ella

.59

.51

.72

.86

.47

.69

.72

.50

.72

.32

Nosotros/nosotras

Ellos/ellas

.15

.26

.22

.31

En varios dialectos, es sobre todo el pronombre de la primera persona del singular que

desfavorece la omisión. Según Travis (2007: 111), la primera singular se destaca por su valor

epistémica, por el cual el hablante expresa su postura hacia el enunciado ((yo) creo, (yo)

pienso). Por ejemplo, como podemos ver en la tabla 3, en el habla de San Juan, ‘yo’ prefiere

la expresión con un peso de .59 igual que en la variante madrileña con un peso de .69

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(Cameron 1993: 325). En la tabla 4 podemos percibir los resultados del estudio comparativo9

de Enríquez (1986: 48) entre el español hablado en Buenos Aires, la lengua hablada en

Santiago de Chile y el español hablado en Madrid. Según la autora (1986: 52), son

comparables las frecuencias de primera persona singular ‘yo’ en Madrid y Santiago de Chile,

con usos respectivos del 33,78% y 33,60%.

Tabla 4: Estudio comparativo PPS (Enríquez 1986: 64)

En cuanto a la segunda persona del singular, en cambio, surgen más divergencias. Esto se a

debe su carácter más complejo. Los PPS de la segunda persona singular ocurren a veces con

una referencia genérica, manifestando el significado de ‘cualquiera’ o ‘todo el mundo’. En

español estándar, el PPS es omitido tomando en cuenta que la persona y número estarán

recuperados por la desinencia verbal (25) (Fernández Soriano 1999: 1217). Sin embargo, en la

variación dialectal, la genericidad y especificidad aparecen como algunos mecanismos que

regulan la aparición de los PPS (Mayol 2012: 4-6).

(25) Si comes menos y haces deporte, perderás peso.

En el estudio de Enríquez (1986: 54), Santiago de Chile muestra tendencias contrarias a los

usos madrileños y tendencias semejantes a Buenos Aires: En Santiago y Buenos Aires

aumenta el uso de los PPS en los usos generalizadores mientras que en Madrid desciende el

9 Además incluye la comparación con textos dramáticos, pero esto queda fuera del margen de mi estudio.

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uso pronominal con un uso no específico. Estos resultados concuerdan con la investigación de

Cameron (1993: 325) donde vemos que el madrileño favorece el PPS con un ‘tú específico’

(.73) y es más neutro frente a un ‘tú no específico’ (.50). No obstante, hay que tener en cuenta

que los usos generalizadores son minoritarios en Santiago y Buenos Aires (11,17% y 22,00%

de la segunda persona del singular) mientras que son mucho más habituales en Madrid

(71,54%) (Enríquez 1986: 55). Al parecer, esta última variante, evita la presencia de un PPS

por causa de su carácter marcadamente personal (Enríquez 1986:55). Luego, el estudio de

Cameron (1993: 325; 1997) demuestra que la variante madrileña y puertorriqueña se igualan

en cuanto al uso del tú específico (respectivamente 40% y 48% de PPS expresados). En

cambio, el uso genérico del tú muestra una gran divergencia entre estas dos variantes (19% de

PPS expresados en Madrid pero 69% en Puerto Rico). En varios estudios sobre el español

puertorriqueño, tanto en San Juan (Cameron 1992, Ávila-Jiménez 1995, 1996) como en

Nueva York (Flores-Ferrán 2002), aparece el tú genérico con una frecuencia mayor que el tú

específico10 (Flores-Ferrán 2004a: 59). Además, en estos estudios mencionados, aparece con

la tasa pronominal más alta, seguido por el yo.

Pasamos a la tercera persona del singular ‘el/ella’. Comparando los estudios de Cameron

(1993: 325) con el de Abreu (2012: 4), se observa que los resultados de los estudios

puertorriqueños son muy similares, y a primera vista no muestran grandes diferencias con los

resultados de Madrid. En ambas variantes, ‘el/ella’ no prefiere la expresión explícita (.47 para

San Juan, .32 para Madrid y 31% para Puerto Rico) (Cameron 1993: 325, Abreu 2012: 4). Al

contrario, en el estudio de Enríquez (1986: 57), el habla de Santiago muestra un alto

percentaje para esta persona (58,07%), pero como ella misma indica, es probablemente debido

a la distinta metodología del estudio de Cifuentes (1980).

El uso explícito del pronombre cortés ‘usted’ es más elevado en el habla de Madrid (76,09%)

(Enríquez 1986: 58), después en Puerto Rico (60%) (Abreu 2012: 4), luego en Santiago de

Chile (53,17%) (Enríquez 1986: 62), y menos usado en la lengua de Buenos Aires (46,87%)

(Enríquez 1986: 62).

Entorno a los pronombres del plural se destaca a primera vista que son menos numerosos que

sus variantes singulares, y esto en todos los dialectos. De este modo, parece que las personas

10 Respectivamente 69%, 63% y 60% para tú genérico, frente a 48%, 59% y 53% para tú específico (Flores-Ferrán 2004: 59)

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en plural desfavorecen tanto el uso de los PPS en la variante puertorriqueña como en la

madrileña (pesos < .50 y percentajes < 50%) (Cameron 1993: 325, Abreu 2012: 4).

Tabla 5: Tasa de PPS explícitos por persona y número en la variante puertorriqueño

(hablantes monolingües) (Abreu 2012: 4)

Persona y número % N

Yo

Tú (+ específico)

Tú (- específico)

Usted

El/ella

50%

56%

54%

60%

31%

239

44

30

3

108

Nosotros/nosotras

Ustedes

Ellos/ellas

Ellos (- específico)

Total

19%

41%

10%

5%

38%

15

9

5

4

457

La persona y número del sujeto están relacionados con el paradigma verbal. Sin embargo, no

existe una correlación uniforme. Sabemos que la primera persona plural, ‘nosotros’, muestra

el paradigma verbal morfológicamente más distintivo (indicado por el sufijo –mos), lo que

causa una redundancia referencial con PPS explícitos. Por consiguiente, en la mayoría de las

variantes españolas, la forma de nosotros es la que más rechaza la expresión pronominal11.

Con todo, esta explicación funcional no es válida para las demás personas12. Segùn Orozco y

Guy (2008: 76), “estos patrones parecen ser características dialecto-específicas y

lingüísticamente arbitrarias de las gramáticas de diferentes comunidades de habla hispana”.

No obstante, el pronombre de ‘nosotros’ muestra tasas pronominales bastante similares en el

habla de Santiago (17,33%), Buenos Aires (20,30%), Caracas (16,37%) y Puerto Rico (19%)

(Enríquez 1986: 58, Abreu 2012: 4).

Los pronombres de tercera persona plural ‘ellos/ellas’ muestran más divergencias. Primero,

Buenos Aires (16,59%) y Madrid (14,10%) contrastan con el elevado porcentaje de Santiago 11 En los estudios de Cameron 1992, Ávila-Jiménez 1995, 1996 y Flores-Ferrán 2002, la forma de nosotros tiene la tasa pronominal más baja con respectivamente 15%, 16% y 17% de PPS expresados. 12 Con todo, el mismo razonamiento vale para la tercera persona singular (las formas él y ella): como la desinencia de la forma verbal no distingue entre masculino y femenino, podríamos suponer un uso elevado de estos PPS para evitar ambigüedad potencial. Sin embargo, el estudio de Flores-Ferrán (2002 apud 2004a: 61) no encuentra resultados que apoyan la hipótesis.

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de Chile (61,94%), pero, como en el caso de las formas singulares, esto podría deberse a la

selección del material (Enríquez 1986: 60). Segundo, Cameron (1993: 325) nota un peso de

.26 para San Juan y .31 para Madrid. Tercero, Abreu (2012: 4) distingue un uso específico

(10%) de un uso no específico (5%) en el habla de Puerto Rico. Cabe notar el uso agramatical

de los PPS explícitos en esta variante. Comparamos el ejemplo (6a) con el resultado de Abreu

(2012: 4) que usan los PPS en 5% de los casos para expresar un uso no específico.

El pronombre de ‘ustedes’, igual que su variante singular, revela las tasas más elevadas en el

habla de Madrid (81,82%) (Enríquez 1986: 62) y con esto más que dobla el porcentaje de la

variante de Puerto Rico (41%) (Abreu 2012: 4). Estos resultados concuerdan con la hipótesis

de Keniston (1937: 150 apud Serrano y Aijón Oliva 2010b: 3), que estaba convencido que los

PPS de ‘usted/ustedes’ eran usados con mayor frecuencia en la península a fin de

desambiguar las desinencias verbales. Esto no sucede en América Latina, según Kany (1969:

123 apud Serrano y Aijón Oliva 2010b: 3). No obstante, Cifuentes (1980) anota un 61,90% de

‘ustedes’ para la variante de Santiago de Chile.

En nuestro análisis, el parámetro de persona y número hará la distinción entre las siguientes

personas: ‘yo’, ‘tú’ específico, ‘tú’ no específico, ‘vos’, ‘usted’, ‘el’/ ‘ella’, ‘nosotros’,

‘ustedes’, ‘ellos’/ ‘ellas’ específico y ‘ellos’/ ‘ellas’ no específico. Como consecuencia de lo

anterior, podemos crear la hipótesis de que vamos a ver algunos resultados similares en

nuestra investigación sobre los PPS en el español chileno. Por un lado, cabe suponer un

aumento de PPS con la primera persona del singular y con ‘tú no específico’. Por otro lado,

como el estudio de Cifuentes (1980) estaba basado en el habla culto de Santiago de Chile, no

esperamos los mismos resultados en cuanto a las tercera personas, por ejemplo.

2.2.1.2 Ambigüedad verbal

El segundo factor sintáctico consiste en la ambigüedad de la forma verbal. Está relacionado

con una hipótesis, llamada compensación funcional, que propone que comunidades

hispanohablantes que eliden la ‘s’ final de la segunda persona singular y/o la ‘n’ final de la

tercera persona plural, necesitan una compensación funcional en forma de la expresión

explícita del pronombre ‘tú’ y/o ‘ellos/ellas/ustedes’ . De otro modo, la forma verbal queda

ambigua en cuanto a persona y número. Pero también en variantes que no eliden la ‘s’ o ‘n’,

puede ocurrir ambigüedad entre la primera y tercera persona del singular, por ejemplo en el

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indicativo imperfecto (comía) o presente del subjuntivo (tenga). Lo que a primera vista parece

bastante lógico, ocurre en realidad con muchas divergencias.

Por un lado, varios estudios (Bayley y Pease-Alvarez 1997, Cameron 1993, Silva-Corvalán

1994, etcetera) han encontrado resultados positivos. Hochberg (1986), por ejemplo, encontró

evidencias que confirman esta hipótesis en un estudio de puertorriqueños13 viviendo en

Boston. Cameron (1993: 310) menciona también los estudios de Silva-Corvalán (1977, 1982,

1990), Bentivogio (1987) y Montes Miró (1986) entre otros, que obtuvieron resultados

afirmativos en la variante mexicana y caraqueña. Por otro lado, hay estudios (Bentivoglio

1987, Enríquez 1984, etcetera) que no hallaron tal correlación. Cameron (1992) y Morales

(1997), al analizar el español de San Juan, tuvieron que refutar la hipótesis en sendos estudios,

igual que Enríquez (1984), en un estudio de Madrid. Igualmente, una investigación de

Cameron (1993) y Ranson (1991 apud Silva-Corvalán 2003: 13) sobre la variante andaluza no

muestra evidencias de que la elisión de la ‘s’ final lleva a una mayor frecuencia de sujetos

expresos. Bentivoglio (1987: 45) constata que casos de pura ambigüedad son muy

excepcionales, porque la mayoría de la ambigüedad morfológica se resuelve por el contexto, y

ya no necesita un sujeto explícito. Asimismo, Claes (2011) demuestra que no siempre hay una

correlación entre los paradigmas poco distintivos y los sujetos pronominales. Deducimos que

esta hipótesis puede ofrecer una explicación para algunas variantes, pero definitivamente no

brinda una solución general.

Con todo, Silva-Corvalán (1997, 2001, 2003: 13), al estudiar el habla de inmigrantes

mexicanos en Los Ángeles, pone en duda la hipótesis funcional puesto que la tasa pronominal

aumenta con formas verbales no ambiguas. La autora (2003: 13) ha indicado que no es tanto

la ambigüedad de la forma verbal sino el tiempo verbal o “función de los tiempos en el

discurso” junto con el significado del PPS que influye en la expresión. Porque la variante

mexicana, que no elide la ‘s’ final, mostró un elevado uso pronominal con los mismos

tiempos verbales que variantes que si eliden la ‘s’, se puede reducir la importancia de la

función compensatoria a favor de una hipótesis semántico-pragmática (Silva-Corvalán 2003:

14). En mi estudio de corpus, entonces, sería interesante investigar el comportamiento

pronominal en los diferentes tiempos verbales. Silva-Corvalán (2003: 13) dividió los verbos

en tres categorías: el pretérito, el presente de indicativo y el imperfecto, y en este orden

infuyeron en la expresión pronominal, dando respectivamente tasas de 27%, 33% y 36% de

13 En la variante puertorriqueña se observa una elisión de la ‘s’ y ‘n’ final, o como Cameron (1993: 306) lo quiere llamar, un sistema debilitado de marcación de concordancia.

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PPS para el mexicano. Sin embargo, no parece muy completa esta división así que en este

trabajo haremos una distinción entre los siguientes tiempos verbales: presente de indicativo,

pretérito imperfecto, pretérito perfecto simple, futuro, condicional, presente de subjuntivo,

pretérito imperfecto de subjuntivo y los tiempos compuestos.

Además, con el objetivo de examinar el factor de influencia de ambigüedad verbal, otro

parámetro separará las formas verbales ambiguas de las no ambiguas. Aquí un ejemplo que

ilustra la manera de investigación: Al investigar el español de Nuevo México y Colombia,

Travis (2007: 114) observa el factor de TAM (tiempo, aspecto y modo) en la expresión de los

PPS. Según ella, existen dos tipos de TAM: TAM ambiguos (condicional, imperfecto,

pluscuamperfecto y subjuntivo) y TAM no ambiguos (futuro, presente de indicativo, pretérito

y pretérito perfecto). Los TAM ambiguos favorecen los PPS de primera persona singular con

un peso de .62 en ambos dialectos mientras los TAM no ambiguos desfavorecen los PPS

(Travis 2007: 116). Sin embargo, era el factor que menos mostraba influencia.

Es prudente advertir que el grado de la flexión verbal no es simplemente una característica de

un idioma, sino que difiere según el dialecto y que dentro de un dialecto puede variar según

tiempo y aspecto verbal (Cameron 1993: 310). Por eso, Cameron (1993) sugiere que se

necesitan estudios que exploren más de un dialecto a la vez, conforme una misma manera de

análisis.No obstante, dentro del marco de esta investigación no será posible examinar varios

dialectos a la vez, pero al comparar varios estudios esperamos dar una perspectiva similar.

2.2.1.3 Fijación del orden de las palabras

El tercer factor de influencia sintáctico está asociado con la fijación del orden de palabras. Es

generalmente sabido que a pesar de que el orden de las palabras en español tiene cierto grado

de libertad sintáctica, se considera este idioma del tipo SVO (sujeto – verbo – objeto). Lo que

significa que la mayoría de los sujetos va a tomar la posición antepuesto al verbo, según

Lopez Meirama (1997: 72 apud Rivas 2008), en el 90% de los casos.

En la sección 2.1 ya hemos visto que en la variante caribeña se presentan algunas

construcciones particulares relacionadas con la posición del sujeto. Las variantes

puertorriqueña, cubana y dominicana violan la regla al mantener el orden SV en preguntas

empezando por ‘qué’, ‘cómo’ o ‘cuánto’ (21) y también en construcción con PPS prepuestos a

una forma de infinitivo (22), mientras que la mayoría de las variantes del español prefiere la

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inversión del orden SV (Brown y Rivas 2011: 24). De la observación que el dialecto caribeño,

la variante con la tasa pronominal más elevada (vea supra), mantiene un orden SVO más fijo

surge la hipótesis que propone que variantes que tienen una tasa más alta de PPS van a

presentar más sujetos preverbales.

Un estudio de Cameron (1993: 320) indicó una conexión entre un uso descendente de sujetos

nulos y la pérdida de sujetos pospuestos en dos casos diacrónicos: el primero tuvo lugar en

francés medieval y el segundo en sueco del siglo XVI-XVIII. Insinua que estos dos

fenómenos pueden formar parte de un solo parámetro (Platzack 1987: 398 apud Cameron

1993: 320), lo que podría explicar el uso redundante de los PPS en la zona del Caribe junto

con las violaciones gramaticales en frases con sujeto antepuesto (¿qué tú quieres?, para yo

hacer eso). Esta hipótesis, que propone que variantes que muestran una tasa elevada de PPS,

expresan menos sujetos pospuestos que una variante con una tasa menos saliente de PPS,

resultó exitosa en los datos de Morales (1982) (Puerto Rico) y Silva-Corvalán (1977)

(Mexicanos en los EEUU) (Cameron 1993: 321). A saber, Morales (1982) anotaba 57%

(Puerto Rico) de sujetos expresos, mientras Silva-Corvalán (1977) 39% para los Mexicanos.

Las tasas de sujetos pospuestos, en cambio, eran 19% de los sujetos expresos en el

puertorriqueño y 35% en el mexicano (Cameron 1993: 321-322).

Es probable que en el español chileno, que no se encuentra en la zona del Caribe y tampoco es

conocido por presentar tales construcciones, aun se presentarán más sujetos pospuestos al

verbo que en la variante puertorriqueña. Para investigar este aspecto resulta necesario

introducir un parámetro que indica la posición antepuesta o pospuesta al verbo de los PPS

expresos.

Se supone que la mayoría de los PPS se presentará antepuesto al verbo, como es el orden no

marcado. No obstante, esta observación sólo parece valida para construcciones transitivas. Al

contrario, con construcciones intransitivas no está tan claro cuál resulta el orden no marcado.

Un estudio de Rivas (2008) demostró que la posición del sujeto14 en las claúsulas de verbos

monoactanciales depende de factores semánticos y pragmáticos: por el lado semántico vemos

que los sujetos agentes suelen anteponerse al verbo, al contrario a los sujetos pacientes que

prefieren la posposición. Esto concuerda con la observación de Serrano y Aijón Oliva (2010a:

185) que la posición del PPS depende muchas veces del verbo al que acompaña. Por el lado

14 Aunque el estudio de Rivas (2008) no se restringe a sujetos pronominales, me parece interesante ver los resultados, puesto que estos valen tanto para sujetos nominales como pronominales.

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pragmático se observan sujetos que son identificables y transmiten información conocida en

posición preverbal y sujetos que no son conocidos y que contienen información conocida en

posición posverbal (Rivas 2008: 910).

En síntesis, para investigar la fijación del orden SVO en una variante del español nos toca

observar la posición del sujeto. Ahora bien, a la variable sujeto se le añade también la variable

de la posición antepuesta o pospuesta al verbo cuando se trata de un sujeto expreso, lo que

resulta en una variable más compleja: [expresión (anteposición / posposición) / omisión del

sujeto] (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 173). Solamente utilizaremos esta variable compleja

cuando tratamos el orden SVO y la cortesía (véase 2.2.2.2).

2.2.2 Factores pragmáticos y pragmático-discursivos

Dejando de lado los factores sintácticos, ahora pasamos a los factores pragmáticos y

pragmático-discursivos. Conviene distinguir entre cuatro factores de influencia: switch-

reference, cortesía, topicalidad y priming o persistencia.

2.2.2.1 Switch-reference

A diferencia de factores de influencia que han sidos comprobados en unos estudios y

refutados en otros, surge siempre un resultado consistente en una variedad de investigaciones

y dialectos con el factor pragmático-discursivo (Silva-Corvalán 2003: 3) de ‘switch-

reference’: Un sujeto tiene más probabilidad de no expresarse explícitamente cuando se

presenta en correferencialidad con el sujeto de la cláusula precedente (26) (Travis 2007: 106).

O como lo define Flores-Ferrán (2004b: 354): “Si no hay cambio de referente, se espera

entonces que un PPS explícito en un verbo sea seguido por su forma nula en el verbo

siguiente puesto que una mención repetida no contribuye al sentido del enunciado”. Al

contrario, un sujeto tiene más probabilidad de expresarse cuando hay un cambio de sujeto con

la cláusula precedente (27) (Travis 2007: 106). Claes (2011: 10) añade también un cambio

parcial (28). Este último término está definido por Orozco y Guy (2008: 74) cuando se

observa un cambio de sujeto pero existe una correferencia o continuidad referencial con el

objeto directo, indirecto o preposicional de la cláusula precedente. En otras palabras, un

cambio parcial constituye un cambio de referencia, pero el referente del sujeto en cuestión se

incluye o forma parte del sujeto en la cláusula precedente de tal manera que la ambigüedad

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referencial para los oyentes disminuye. Al contrario, con un cambio referencial completo, el

referente del sujeto del verbo se distingue del sujeto anterior y de todos los demás argumentos

sintácticos de la cláusula precedente (Vandermeulen 2011: 63, Orozco y Guy 2008: 74).

(26) ‘Y yo los bañaba, y los vestía, les daba de comer, los ponía a dormir,’ (Travis

2007: 106)

(27) ‘No me dejaba salir mucho a jugar porque, yo era la mayor,’ (Travis 2007:

118)

(28) (Entrevistador: ¿Maritza, si tú pudieras cambiar algo de tu vida, algo que tú

hayas hecho, que haya pasado, qué tú cambiarías?) Haberles hecho caso a mis padres

desde la primera vez que Ø me dijeron que esa persona no me convenía. (Claes 2011:

10)

Empezamos dando algunos ejemplos dentro de la variación dialectal.

En el español de Barranquilla, Colombia resulta que el único factor con un peso significativo

es el de cambio referencial completo (44% aparece con sujeto explícito, dándolo un peso de

.61) (Orozco y Guy 2008: 74). Generalmente, un cambio de referencia condiciona el uso de

un PPS en español e igualmente Flores-Ferrán (2004a: 63) lo comprobó en un estudio del

español neoyorquino y puertorriqueño: las variantes muestran respectivamente 54% y 57% de

PPS con un cambio de referencia. Volviendo al colombiano, mientras el cambio parcial

parece tener un efecto neutro (34%, peso .50), la continuidad referencial (23%, peso .35)

indica una más clara preferencia para sujetos nulos (Orozco y Guy 2008: 74).

Tabla 6: Frecuencias y probabilidades Varbrul para el factor de switch-reference con

sujetos singulares (Cameron 1993: 315)

San Juan Madrid

Switch

Same

66%

35%

.65

.35

38%

14%

.66

.35

(Nota: porcentajes = tasa de expresión pronominal)

Cameron (1993: 315), al comparar los resultados de San Juan y Madrid en cuanto al factor de

switch reference, observó que a pesar de que las tasas pronominales no se nivelaron en

absoluto, los pesos si se igualaron casi perfectamente (vea tabla 6). Además, el autor (1993:

316) menciona casi los mismos pesos (.66 y .34) para la primera persona singular en estudios

de Caracas (Bentivoglio 1987) y el dialecto mexicano en los EEUU (Silva-Corvalán 1989:

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117). Esto sugiere que los mecanismos que obran debajo de la superficie de las variantes son

en realidad los mismos.

Travis (2007: 106) declara el fenómeno de switch-reference como el único factor encontrado

que afecta la expresión del sujeto para todas las personas y en todos los dialectos estudiados.

Igualmente, Morales (1986), Silva-Corvalán (2003: 3), Mayol (2012: 4-6) y Claes (2011: 10)

lo consideran como el factor fundamental en el uso de los PPS. Según este último (2011: 10),

al comparar estudios hechos en Barranquilla (Orozco y Guy 2008), Nueva York (Flores-

Ferrán 2004a) y Madrid (Cameron 1993), la correlación entre switch-reference y la expresión

de los PPS parece producirse en todo el mundo hispánico. Según Orozco y Guy (2008: 74),

este factor tiene un efecto funcional gracias a su función desambiguadora.

Cabe señalar que los resultados de Travis (2007: 118) sobre el español de Nuevo México y de

Colombia arrojaron una nueva luz sobre la correferencialidad de pronombres sujetos15 y la

distancia: en cuanto hay más distancia con el sujeto correferencial anterior, hay más

probabilidad de que el sujeto se expresará explícitamente.

En la investigación de corpus, queremos introducir un parámetro16 que examina la operación

de switch-reference en el español chileno. En lo mencionado anteriormente, este factor de

influencia tiene un alcance sobre todas las variantes del español, entonces se supone que el

dialecto chileno no forma la excepción. Sin embargo, queda la pregunta cúal es la medida de

su potencia en la variante bajo observación.

2.2.2.2 Cortesía

El segundo factor constituye la cortesía. Aunque se podría discutir sus valores semánticos,

este trabajo ha optado por enfocarse en el uso pragmático. Serrano y Aijón Oliva (2010b: 3)17

están convencidos que el uso de los PPS no depende de factores sintácticos o discursivos, sino

de maneras para obtener y transmitir ciertos significados relacionados con la cortesía y el

discurso interpersonal. Los autores (2010b: 6) constatan que la omisión de un PPS esquiva la

implicación del hablante o del interlocutor en el marco del enunciado dado la menor

focalización de los referentes. Por esta razón, la omisión otorga al enunciado un estatuto más

15 Travis (2007) solamente examina el uso de los pronombres personales sujetos de primera persona singular. 16 El parámetro de switch-reference tiene tres posibilidades para expresarse: cambio de referencia, continuidad de referencia o cambio parcial (continuidad con un objeto). 17 Serrano y Aijón Oliva (2010b): un estudio con datos de la variante de Canarias.

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objetivo, genérico o evidente (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 6). Además, resulta una táctica

aplicada para transmitir hechos controversiales o problemáticos o hasta un recurso de cortesía,

protegiendo así la imagen del hablante o interlocutor (29) (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 7-8).

En cambio, la expresión de un PPS enfatiza la agentividad o involucramiento del referente,

sea como recurso laudatorio o despectivo (30) (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 9).

(29) ¿Ø Sabe algo nuevo? (...) Pero Ø no está sola ¿verdad Nieves? (Serrano y

Aijón Oliva 2010b: 7)

(30) Los presupuestos que usted ha hecho son los que se pueden hacer\pero a mí lo

que me llama la atención es el escenario que se planifica a tres años vista\serán las

cifras de lo que va a pasar|usted verá que los que estamos aquí\ (…) ¿Usted no cree

que para el año 2010 esto va a estar infinitamente peor?¿como va recibir usted menos

dinero porque el plan canario es una filfa? (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 9-10)

Serrano y Aijón Oliva (2010b) también han investigado el uso de ‘(yo) creo’. Al parecer, se

expresa el sujeto yo en contextos introduciendo un contenido argumentativo o personal,

mientras que la elisión indica más bien objetivos epistémicos o contenidos presuntamente

objetivos (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 2). En otras palabras, cuando el hablante quiere traer

la atención a su persona y su opinión, enfatizando que es su idea o percepción, va usar un

PPS. Serrano y Aijón Oliva (2010b) dan el ejemplo de un discurso de un político, que va

querer subjetivar a fin de persuadir. En cambio, cuando el hablante desea distanciarse de la

enunciación, como los periodistas, utilizará un sujeto nulo.

Hemos dicho (supra 2.2.1.3) que para tratar el factor de influencia de cortesía, es interesante

mirar la variable sujeto más compleja que incluye la posición del pronombre sujeto. Serrano y

Aijón Oliva (2010a: 174)18 están convencidos que la variable sujeto está sometida a cambios

semánticos, en este caso, relacionado con la cortesía verbal. Cabe señalar que la cortesía no

solamente está conectada con la formalidad o informalidad sino también está asociada con el

género o tipo de texto (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 175). De su investigación resulta que un

sujeto expreso antepuesto es la forma menos marcada, y en general se usa para expresar una

dignificación (31); el sujeto expreso pospuesto es la forma marcada, mucho menos frecuente,

y por lo general tiene un valor peyorativo (32) (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 200).

(31) Las cuestiones que 0 planteamos\ que se unificarán todas en un escrito son las

siguientes// necesidad de igualar el régimen normativo de convivencia en el centro ||| 18 Aijón Oliva (2010a): estudio con datos de las variantes de Canarias y de Madrid.

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nosotros habíamos planteado que/ estuvieran presentes el coordinador del centro y el

coordinador de Tenerife, pero… (…) nosotros presentamos un escrito|||en fin\tuvimos

una segunda asamblea (…) nosotros en esa reunión no teníamos noticia de que eso era

legal. (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 188)

(32) (...) me lo hubiese dicho usted a mí también/eh? o cuando yo vine aquí me lo

hubiese dicho usted/ mí también/yo me la llevo y no la tiene usted que despedir//

(Serrano y Aijón Oliva 2010a: 193)

(33) Yo creo [/] yo creo/mi interpretación es la siguiente/hhh/dos puntos/ yo creo

que él/ al ver /que/mm que tú no tienes interés en él/y al ver/ que puede pasar algo con

(…) (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 185)

En la primera persona preverbal se puede observar un recurso de protección de la propia

imagen o de autodignificación (33) (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 187). Pero no siempre

corresponde la posición preverbal a una dignificación: con otras personas puede enfatizar la

implicación del referente, para reprochar o culpar por ejemplo (33) (Serrano y Aijón Oliva

2010a: 189).

Aunque me parece que la hipótesis de Serrano y Aijón Oliva alberga una parte de verdad,

tenemos que estar críticos porque también contiene mucha subjetividad en el análisis. Los

autores no explican en ningún momento su método para asignar a los sujetos la dignificación

o peyorización, lo que significa que está hecha por la mera opinión del lingüista. Por lo tanto,

esta investigacion no incluirá estos parámetros en el análisis de corpus.

2.2.2.3 Topicalidad

El tercer factor pragmático corresponde a la topicalidad. Como es generalmente sabido, el

sujeto constituye el participante prototípicamente focalizado de la oración. Sin embargo,

existe una escala de importancia del sujeto (sujeto posverbal < sujeto preverbal < sujeto nulo)

que es inversamente proporcional con la ‘informatividad’19 discursiva (Serrano y Aijón Oliva

2010a: 176). Un ejemplo muy recurrente es la frase ‘yo creo’, en la cual la presencia del PPS

19 Término de Serrano y Aijón Oliva (2010a: 176): la informatividad consiste en el hecho de aportar información nueva.

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es muy frecuente, que constituye un ‘recurso de evidencialidad’ e introduce información

sabida (Serrano y Aijón Oliva 2010a: 184).

Entonces resulta que para los hablantes, los sujetos nulos son más prominentes y activos

cognitivamente gracias a una mención anterior o a su facilidad de identificar a través de las

desinencias verbales (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 2). En otras palabras, un referente con

mayor tematicidad, es decir con un grado más alto de topicalidad, resultará más fácilmente

elido en el discurso que un referente nuevo o inesperado (Serrano y Aijón Oliva 2010b: 5).

Aquí, encontramos dos factores que trabajan de manera contraria: la tematicidad o topicalidad

por un lado y la informatividad o rematicidad por el otro lado. Un referente conocido o

fácilmente identificable es más temático o tópico y por lo tanto es poco informativo. Un

referente nuevo o inesperado, al contrario, es percibido como muy informativo o remático

más no temático, causando que su expresión se haga más necesaria (34).

(34) (...) porque le vamos a pedir a usted\que usted nos estampe su firma\que nos

deje un autógrafo\si Ø es tan amable\y enseguida le explico para qué\ (Serrano y Aijón

Oliva 2010b: 6)

De igual modo, en uno de sus estudios sobre el español puertorriqueño, Morales (1986)

observa como la mención previa de un sujeto influye en la expresión de los PPS: mientras que

una información nueva muestra una tasa más alta de PPS explícitos, la información conocida

o repetida requiere sujetos nulos (Flores-Ferrán 2004a: 50).

Dentro de la variación dialectal, Silva-Corvalán (2003: 12) sugiere que “el significado o

función contextual” del PPS no es el mismo en todas las variantes del español. Esta

explicación la encontramos en una de las hipótesis del debilitamiento semántico que intenta

explicar la abundancia pronominal en la zona del Caribe: si la función focalizadora del PPS se

ha debilitado, significa que la expresión ya no es una forma marcada y por lo tanto puede

causar una frecuencia mayor de PPS tanto en contextos contrastivos o de focalización como

en contextos neutros (Silva-Corvalán 2003: 12). Sería interesante que se examinara si para los

hablantes de esta variante no existe una distinción semántica entre la expresión del PPS y el

sujeto nulo, en otras palabras, si se puede hablar de una pura variable sintáctica (Silva-

Corvalán 2003: 15).

Si consideramos todo lo anterior, es muy probable que el factor de topicalidad infuya en la

expresión de los PPS en la variante chilena. Sin embargo, puesto que la topicalidad está

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33

asociada al factor de ‘priming’, que se explica en la sección siguiente, parece mejor sólo

incluir este último como parámetro en la investigación.

2.2.2.4 Priming o persistencia

Una explicación bastante reciente para la expresión de los PPS es el fenómeno de priming.

Según Travis (2007: 120), priming significa ‘repetición de forma’ y ya muchos estudios han

encontrado pruebas de que hablantes tienden a repetir estructuras que recién han escuchado o

producido (Mayol 2012, Cameron y Flores-Ferrán 2004b, Travis 2007). Inicialmente, priming

fue objeto de estudio en la psicología como un efecto implícito de la memoria (Mayol 2012:

19). Ahora, lo consideran como una tendencia universal que se presenta en varias disciplinas

de estudio. En este trabajo nos enfocamos en priming en el nivel lingüístico.

Priming, o persistencia en español, se define como un proceso psicológico y por lo tanto

ocurre en varias lenguas. Generalmente, se atribuye a la lingüística cognitiva, pero también

aparece en estudios dentro del campo de la sociolingüística y psicolingüística (Mayol 2012:

19). Priming consiste en la repetición de un elemento o estructura lingüística que fue

experimentado recientemente y funciona en producción, comprensión, conexión e interacción

(Abreu 2012: 1). De este modo, se ha observado persistencia léxica, persistencia asociativa,

persistencia semántica, etcétera (Mayol 2012: 19). Pero estudiando los PPS, a nosotros sólo

nos interesa el priming sintáctico:

“Structural priming refers to the process whereby the use of a syntactic structure in an

utterance functions as a prime on a subsequent utterance, such that that same

structure is repeated.” (Travis 2007: 101)

Igualmente, Bock y Griffin (2000: 177 apud Travis 2007: 103) lo definen como una tendencia

para repetir el patrón sintáctico general de una pronunciación pero añaden un carácter no

intencional y pragmáticamente no motivado. Para ilustrar, miramos el ejemplo siguiente:

Travis (2007) ha comparado los efectos de perseverancia del español conversacional

colombiano con narrativas orales de Nuevo Mexico. En ambos dialectos, se observa que entre

dos sujetos correferenciales de primera persona singular, un primer sujeto tácito (o implícito)

lleva a otro sujeto tácito (35) y un primero sujeto explícito lleva a otro sujeto explícito (36)

(Travis 2007: 101-102). Flores-Ferrán (2004b: 354) explica la creación de un PPS explícito

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seguido de otra forma explícita por razones pragmático-discursivas: “con el propósito de

mantener continuidad, el hablante quiere destacar los referentes y ofrecer un sentido de

unidad”.

(35) S: ‘en el sesenta y cuatro, me fui pa’trás, y trabajé por seis meses. D: Mhm. S:

Con la floresta. Luego vine pa’ atrás, luego me agarró el draft. (Travis 2007: 125)

(36) ‘y yo tenía cuidado de ellos, ellos se iban a la escuela y yo me quedaba

alzando la casa y, ...’ (Travis 2007: 118)

Para la variante de Nuevo México, un sujeto expreso lleva a otro sujeto expreso en un 50% de

los casos (peso .67) y un sujeto nulo lleva a otro sujeto implícito en un 23% de los datos (peso

.41) (Travis 2007). Para el colombiano, se observa un 55% de priming de expresión (peso .57)

y un 40% de priming de omisión del PPS (peso .43) (Travis 2007). Por consiguiente, Travis

(2007) descubre que los efectos de priming no son iguales para todos los géneros. Así observa

que en las conversaciones colombianas, ocurren más cambios de tópicos y también de

tiempos verbales que en narrativas. Esto diminuye la persistencia. Al contrario, la continuidad

de tópico y del tiempo verbal permite más persistencia (Travis 2007: 102).

Paralelamente, Mayol (2012: 2) ha encontrado una relación entre el fenómeno de priming y la

expresión de los PPS. La autora (2012: 25) explica el fenómeno de priming de los PPS como

lo siguiente: Normalmente, es preferible el uso de sujetos nulos gracias a su carácter

económico. Sin embargo, esta preferencia económica puede ser alterarada por la

manifestación de un PPS. La creación de una nueva convención temporal para indicar tal

referente hace que el hablante prefiera continuar refiriendo del mismo modo. Ocurre una

persistencia sintáctica, o sea, un priming del PPS inicial. Como ejemplo, Mayol (2012: 25-26)

indica el uso de ‘tú’ genérico en el español puertorriqueño: puesto que el uso de los PPS

corresponde a un uso marcado (en el español estándar se prefiere usar un sujeto nulo con

referencia genérica), forma un contexto ideal para la persistencia20. De ahí, el uso aumentado

de PPS también se extenderá a otros contextos en el español puertorriqueño, al contrario al

español de Madrid, que no asocia el uso inicial de los PPS con la referencia genérica (Mayol

2012: 26). Al final, priming causará diferencias cuantitativas entre algunas variantes del

español.

20 Mayol (2012: 26) declara que estudios anteriores de Pickering y Branigan (1998) han indicado que un uso marcado o sorprendente se presta mejor para priming. Además, el priming sintáctico de los PPS, que incluye un priming léxico, también atribuye a la posibilidad de priming, en cambio de la repetición de sujetos nulos.

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35

No obstante, la mayoría de los estudios no sigue los pensamientos de Mayol. Flores-Ferrán

(2004b: 361), al comparar las probabilidades del factor de perseverancias entre las variedades

de Madrid (Cameron 1992), San Juan (Cameron 1992) y Nueva York (Flores-Ferrán 2002),

ha encontrado patrones muy similares en las distintas hablas. Cuando un verbo lleva un PPS

explícito, el verbo siguiente tiene más probabilidad de expresarse del mismo modo

(respectivamente .60, .71 y .64). Al revés, un verbo con sujeto nulo causa que los hablantes

desfavorezcan la forma explícita en el verbo que sigue (respectivamente .40, .31 y .37)

(Flores-Ferrán 2004b: 361). También el colombiano muestra resultados similares (Travis

2007: 105). Además, cabe señalar que, aunque varios estudios han demostrado elevadas tasas

pronominales dentro la zona del Caribe (Cameron 1992, 1993, Lipski 1994, Otheguy y

Zentella 2005, entre otros), ninguno ha remarcado diferencias en persistencia sintáctica de los

pronombres sujetos entre las variantes caribeñas y variantes no caribeñas (Travis 2007: 107).

Por consiguiente podemos suponer que el factor de persistencia es más universal e influye en

todas las variantes del español, incluso en el español chileno.

Según Travis (2007: 122), existe una relación entre el efecto de persistencia y la distancia

entre los sujetos correferenciales (esquematizado en la tabla 7). Por un lado, cuando un sujeto

se presenta a bastante distancia del con el que corresponde, y este está expresado

explícitamente, el factor de persistencia y de distancia trabajan sinérgicamente, favoreciendo

de este modo otro sujeto explícito. Los factores también cooperan cuando hay poca distancia

y el referente anterior es implícito, pero en este caso favorecen a otro sujeto tácito. Por otro

lado, los factores de priming y distancia se entorpecen cuando un PPS es seguido a poca

distancia por otra correferencia o cuando un sujeto tácito lleva mucha distancia con su

correferencia siguiente. Respectivamente se favorecerá un sujeto implícito y un sujeto

explícito.

Tabla 7: Persistencia y distancia (Travis 2007: 122)

(+: persistencia y distancia funcionan sinérgicamente)

(-: persistencia y distancia funcionan como tendencias opuestas)

Distancia Persistencia

Mención previa expresado Mención previa implícito

Más distancia + -

Menos distancia - +

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Esta teoría de Travis (2007) concuerda con los resultados de Flores-Ferrán (2004b: 359) sobre

el español de Nueva York: cuando la mención previa del sujeto es expresado por un PPS, un

demostrativo o cuando no hubo mención del referente en diez previas cláusulas, hay una

probabilidad de respectivamente .64, .55 o .54 de que se presente un PPS en el verbo bajo

observación. Como vemos, son los mismos PPS que aportan mayormente a la expresión de

otro PPS. A estos contextos se refieren como ‘contextos explícitos’ (37) (Flores-Ferrán

2004b: 359).

(37) Yo llegué tarde y yo no tengo la culpa. (Flores-Ferrán 2004b: 359)

(38) Y resulta que él pensó que no llegábamos a Malawi y cuando regresamos ese

hombre se volvió blanco, blanco. (Flores-Ferrán 2004b: 360)

(39) Dos ayudantes del obispo luego vienen, verdad. Entonces me entregan una

carta. (Flores-Ferrán 2004b: 360)

El segundo ejemplo (38) es un ejemplo de un ‘contexto nulo’, es decir, un sujeto nulo seguido

por otra forma nula en el siguiente verbo (Flores-Ferrán 2004b: 360). El tercer ejemplo (39)

muestra la preferencia por sujetos nulos después de la mención previa como sustantivo. Con

todo, en la variante nuevoyorkina, se favorecen el uso de los PPS tanto en contextos explícitos

como en contextos nulos (Flores-Ferrán 2004b: 360).

Otra observación que se frecuenta hacer es que el fenómeno de priming21 se cruza con el

fenómeno de switch-reference (Cameron y Flores-Ferrán 2004b: 44). Según Abreu (2012: 2),

afecta tanto contextos referenciales como no referenciales, pero en el español de Puerto Rico,

priming se muestra más potente con la continuidad de sujeto que con un cambio de referencia

del sujeto (Mayol 2012: 23). Esto también se explica del mismo modo que lo anterior. La

forma con la cual se refiere a un tal sujeto, en este caso un PPS, va causar que el hablante

asocie la forma con el referente, dándole motivo para expresar otra vez el PPS cuando hay

continuidad del sujeto (Mayol 2012: 28).

Con el objetivo de investigar el efecto de persistencia en un corpus, es necesario mirar

solamente sujetos completamente correferenciales (Travis 2007: 119). En nuestro análisis, no

vamos incluir formas que son parcialmente correferencial, como las formas ‘yo’ y ‘nosotros’,

ni formas idénticas pero pronunciadas por distintos hablantes (por ejemplo: la forma ‘tú’ tiene

21 Cameron y Flores-Ferrán (2004) explican el fenómeno de priming por el ‘Spreading-Activation Theory’ (véase Dell 1986). Como aquí solamente estoy interesada en los efectos de priming, y no estoy buscando una explicación por el fenómeno, no voy entrar más profundamente en el tema.

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para cada hablante un referente distinto). Sin embargo, un estudio de Cameron y Flores-

Ferrán (2004) ha demostrado que no es necesario que los referentes sean idénticas para que

haya persistencia, porque a veces basta con que los contextos sintácticos sean iguales (Flores-

Ferrán 2004b: 364). En otras palabras, puede haber persistencia entre sujetos correferenciales

o no correferenciales, pero aquí nos enfocamos en los conextos correferenciales, siguiendo el

ejemplo del estudio de Travis (2007). Luego, nos basamos en el método del estudio de

Abreu22 (2012), que igualmente fue usado en los estudios de (Flores-Ferrán, 2002; Travis,

2007). El parámetro de priming tendrá tres opciones: o priming de expresión (cuando hay dos

sujetos correferenciales, ambos expresados explícitamente), o priming de omisión (cuando

hay dos sujetos nulos correferenciales) o no priming (no hay correferencia con otro sujeto, o

se encuentra muy alejado o está expresado de otra forma). Con esto terminamos la parte de los

factores pragmáticos y pragmático-discursivos.

2.2.3 Factor semántico

De los factores semánticos que influyen en la variable sujeto podemos ser breve. En realidad,

solamente uno se ha mostrado digno de mencionar: la clase semántica de los verbos.

2.2.3.1 Semántica de los verbos

Varios estudios han comprobado una correlación entre la expresión de los PPS y la clase

semántica de los verbos. Bentivoglio (1987: 60), Enríquez (1984: 240), Silva-Corvalán (1994:

162) y Travis (2007: 115) constataron que verbos que expresan la opinión del hablante, como

‘creer’ y ‘pensar’, favorecen a sujetos explícitos, a cambio de otras clases verbales. Claes

(2011: 11), Fernández Soriano (1999: 1236) y Morales (1997: 156) afirman que los verbos

utilizados para manifestar opiniones, es decir, del campo semántico del ‘conocimiento’,

‘actividad mental’, o ‘percepción intelectual’, prefieren en mayor grado sujetos pronominales

explícitos para expresar el punto de vista del hablante u otro sujeto humano. Según Morales

(1997: 157), esto evidencia el ‘egocentrismo’ del discurso en general. El DRAE (2001) define

‘egocentrismo’ como la “exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla

22 Abreu (2012: 3): “Each token was then coded according to the form of the previous mention of that same subject: null, overt, lexical, or no previous mention. A limit of 10 previous clauses in the discourse was established for finding the previous mention.”

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como centro de la atención y actividad generales”, lo que en términos lingüísticos significa

que el humano siempre tiende a exponer su opinión en el discurso.

La influencia de este factor ha sido confirmada en varios estudios sobre el español de Puerto

Rico (Morales 1997) y también desempeña un papel importante en el español de Madrid

(Enríquez 1984). Asimismo, en el estudio de Travis (2007: 114), el factor de clase verbal

resultó el más impactante en la expresión de los PPS de la primera persona singular en las

variantes nuevomexicana y colombiana. En la tabla 8 se recapitulan los pesos según las clases

verbales semánticas de su investigación.

Tabla 8: Expresión de los PPS según clase semántica (Travis 2007: 113-115)

Clase verbal Nuevo México Colombia

Psicológico (saber, creer, pensar, acordarse,

entender, ...) .70 .68

Cópula (ser, estar, quedar(se)) .55 .63

Dicendi (decir, llamar, pedir, contar, preguntar, ...) .53 .53

Otro (tener, hacer, querer, trabajar, dar, ...) .43 .42

Movimiento (ir, venir, llevar, traer, ...) .35 .36

No es sorprendente que son los verbos psicológicos o cognitivos que infuyen mayormente en

la expresión de los PPS: con un peso de .70 para la variante de Nuevo México y .68 para el

colombiano. También la preferencia de las cópulas por los PPS no era totalmente

desconocido, dado que Enríquez (1984: 240) ya había indicado que los verbos estáticos en

general favorecen sujetos explícitos. Luego, Travis (2007: 116) añade la razón por la cual los

verbos dicendi (o ‘speech act verbs’) favorecen el uso de los PPS explícitos: probablemente,

se debe a la gran presencia del verbo ‘decir’ en la data (más de dos tercios de los verbos

dicendi en ambos dialectos). Sin embargo, mientras la forma de primera persona singular del

verbo ‘decir’ favorece el PPS, los otros verbos dicendi lo desfavorecen (Travis 2007: 116).

Por consiguiente, puede ser interesante comparar el verbo ‘decir’ con otro verbo dicendi para

observar las diferencias en cuanto a sus comportamientos pronominales. Una hipótesis que

propone Travis (2007: 116) es que ‘decir’ es muchas veces usado como verbo para introducir

una opinión (yo digo que...). Por lo tanto, ‘decir’ debe ser considarado como un verbo

psicológico o de actividad mental. Por causa de la limitación del corpus hemos decidido no

incluir un parámetro para investigar diferentes clases semánticas de los verbos. Pero si

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limitamos el corpus a una sola clase verbal, la de los verbos dicendi, tal vez nos trae

resultados interesantes que podemos comparar con el estudio de Travis (2007).

2.3 Particularidades del español chileno

En la sección 2.2 hemos visto los factores más notables que influyen en el uso pronominal de

los dialectos españoles. Además hemos realizado para cada uno una hipótesis sobre lo que

podría significar para nuestro análisis de la variante chilena. No vamos a repetir lo ya

mencionado anteriormente y continuamos con tres observaciones sobre el dialecto chileno que

pueden mostrarse útiles en el momento de investigarlo.

En primer lugar, cuando miramos el mapa de América del Sur, uno podría pensar que el

español de Chile está muy ligado a el de Argentina. No obstante, dado a que se clasifica la

zona chilena generalmente como una propia zona dialectal (Ureña 1921 apud Lipski 1994:

197), deducimos que esta variante debe de guardar un carácter especial frente a otras variantes

(Lipski 1994: 197). Luego, Lipski (1994: 197), tomando en consideración el territorio chileno,

aunque es muy largo y estrecho, constata que Chile muestra muy poca variación regional

dialectal. Wagner (1996: 223) acuerda para el habla culto, pero desacuerda para el habla

popluar, donde habrá más variedad dialectal. Oroz (1966 apud Lipski 1994: 196), en cambio,

subdivide el país en cuatro zonas dialectales: el norte, la zona central, el sur y el archipiélago

de Chiloé. La zona bajo observación, Iquique, es una ciudad en el extremo norte del país.

En segundo lugar, durante su formación, y sobre todo durante el período de la colonización, el

español de Chile ha estado en contacto con varias lenguas no-hispanicas. La primera y tal vez

la más importante es la lengua de los araucanos, el mapuche (Lipski 1994: 198). Aunque se

han observado pruebas de interferencias léxicas y posibles interferencias fonológicas, no

parece que ha penetrado el sistema sintáctico (Lipski 1994: 199). Las otras lenguas de

contacto eran el aimara y las lenguas africanas de los esclavos negros, pero ninguna de ellas

ha mostrado tener un impacto lingüístico notable (Lipski 1994: 199). Por consiguiente, se

supone que este factor de interferencia de lenguas no juega un papel importante en el uso de

los PPS en la variante chilena.

En tercer lugar, en cuanto a la realización de la ‘s’ final en el habla chilena, sabemos que

generalmente esta se aspira o se pierde, y en menor frecuencia se realiza como tal (Wagner

1996: 226). No obstante, se ha notado una preferencia por el mantenimiento de la ‘s’ final en

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el extremo noroeste del país, dando un carácter arcaíco a esta variante (Wagner 1996: 226).

Según Wagner (1996: 226), esta es la misma ‘s’ que se conserva en las variantes peruanas,

méxicanas y de otras regionas andinas. Esta información puede ser importante dado que los

hablantes de nuestra investigación son provenientes de Iquique, una ciudad en el noroeste de

Chile. Como hemos visto en la sección 2.2.1.2, existe una correlación entre la realización de

la ‘s’ y la expresión de los PPS. Por lo tanto, está la presunción que cuando hay menos

ambigüedad verbal en formas verbales que terminan en ‘s’, habrán por consiguiente menos

PPS explícitos.

A luz de cuanto antecede, parece poco dudoso que la variante chilena, y más precisamente la

variante iquiqueña, va a presentar el uso de la variable sujeto a una manera única frente a los

otros dialectos del español: por un lado, gracias a la unicidad de su historia, que siempre

determina la particularidad de la situación lingüística (Morales 2000: 36), y por otro lado,

dado a la compleja operación de factores de influencia. Ahora sólo nos queda realizar el

análisis y comprobar si nuestras hipótesis corresponden a lo que ocurre en la realidad.

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PARTE 2: ESTUDIO DE CORPUS DEL ESPAÑOL CHILENO

3 Descripción del corpus

Antes de exponer y discutir los resultados del estudio de corpus (Sección 4), es apropiado una

descripción del corpus y su estudio. Por una parte conviene repetir los objetivos de análisis

(Sección 3.1) por otra explicar la manera cómo ha sido compuesto el corpus en primera

instancia y cómo lo hemos manejado para nuestra investigación (Sección 3.2).

3.1 Objetivos del análisis

En el marco de este estudio quiero comparar mis resultados con algunos otros estudios

recientes que tratan el uso de los PPS en una o más variantes del español. Puesto que cada

estudio tuvo su propio método de investigación, no es posible poner los resultados uno a lado

del otro. Por esta razón, al comparar resultados de diferentes estudios, siempre cabe tener en

cuenta estas diferencias. A pesar de estas dificultades, me parece muy interesante y hasta

imprescindible, hacer tales comparaciones para primero, poner este estudio en la perspectiva

correcta entre las demás investigaciones existentes y segundo, saber cómo se relaciona el

español chileno con otras comunidades hispanohablantes.

Una de las diferencias principales entre los estudios es la forma de tratar la variable sujeto.

Encontramos, por un lado, investigaciones que incluyen todos los verbos conjugados del

corpus en su análisis (Orozco y Guy 2008) (o no mencionan una distinción adicional), y por

otro lado, investigaciones que no lo hacen (Flores-Ferrán 2004a, Silva-Corvalán 1997, 2003,

Travis 2007). Este último grupo distingue frases en las cuales el sujeto es variable de frases

que no muestran esta variabilidad, es decir, en las cuales la omisión o expresión de un PPS

resulta obligatorio, y solamente las formas verbales con PPS variable entran en el análisis.

Como ya hemos mencionado, este estudio también indica cuantos sujetos son

‘verdaderamente’ variables y cuantos no. De este modo tendremos una visión más clara y

objetiva de la tasa pronominal en el habla chileno.

Veamos aquí las preguntas que sacamos del marco teórico y que queremos investigar en el

estudio de corpus sobre la variante chilena. Ante todo, falta examinar los tipos de sujetos que

se encuentran en el corpus para poder extraer el porcentuaje o la tasa pronominal. Una vez

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determinada y comparada esta tasa con la de otras variantes del español, proseguimos con los

factores de influencia. Este trabajo pretende sobre todo examinar los factores sintácticos

(persona y número, tiempo y ambigüedad verbal, fijación del orden de palabras) y los factores

pragmáticos y pragmático-discursivos (switch-reference y priming) con el objetivo de

determinar cuales influyen mayormente en la aparición de los PPS en la variante chilena que

se encuentra bajo observación. Al ejecutar una comparación con otras variantes (a base de

estudios anteriores) intentamos dar una respuesta más completa y objetiva. Pero antes de

seguir con los resultados, me parece prudente explicar la manera cómo está compuesto el

corpus y cómo se ha hecho el análisis.

3.2 Metodología

El corpus consiste en datos transcritos del habla oral y espontáneo de personas de diferentes

edades, clases sociales y en distintas situaciones en la ciudad de Iquique, en el noroeste de

Chile. Lo bueno de este corpus es que está compuesto en un cien por ciento del habla

espontáneo, al contrario de otros corpus principalmente compuestos por entrevistas, es decir,

guiados por preguntas. Cabe señalar que no es representable para toda la variante chilena,

puesto que únicamente se trata de algunos hablantes de una ciudad en particular en Chile.

Como es de suponer, un estudio de tesina es bastante limitado en comparación con las

investigaciones en las cuales se basa la parte teórica de este trabajo. Del mismo modo, se

trabaja aquí con un corpus bastante limitado de alrededor de 800 datos. Antes de analizar los

datos, me gustaría explicar la composición de mi corpus.

He podido utilizar el corpus de Kris Helincks que ella usa para su doctorado sobre las formas

de la cortesía en el español oral y espontáneo de Chile. Ella misma grabó y luego transcribió

todos los datos con el programa de EXAMARaLDA. Como el corpus en su totalidad es muy

amplio, he tomado una muestra heterogénea que represente proporcionalmente la variante

chilena. Helincks clasificó sus grabaciones entre otros por situación, y para obtener una

muestra heterogénea, tomé de cada situación dos o tres grabaciones que llegan más o menos a

20 000 palabras. Las situaciones son las siguientes: amigos, atención al cliente, escuela,

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familia, furgón escolar y reunión23. Pues, al final tenía un corpus reducido de 114 981

palabras.

Igual que Helincks, empecé a trabajar con el programa de EXAMARaLDA EXACT 1.2. La

dificultad consistió en que EXACT sólo puede buscar y encontrar formas que están

expresadas en el corpus, pero este trabajo quiere investigar tanto la expresión como la omisión

del PPS, razón por la cual no se puede realizar una búsqueda. Por consiguiente, tocó buscar la

(no) presencia de los PPS por las formas verbales a los que acompañan. Como en la literatura

hemos visto algo interesante sobre el verbo ‘decir’ y los verbo dicendi (véase 2.2.3.1),

tomamos esto como punto de partida.

Tomé la decisión de continuar mi investigación con dos verbos semánticamente similares,

decir y hablar, que formaban juntos en todas sus formas un corpus de 835 datos. Sólo me

quedaba excluir las frases pronunciadas por Helincks, ya que no pertenecen al habla chilena, y

sobraron 775 datos. La verdadera composición de este subcorpus, o concordancia, la hice a

través del uso de la lista de palabras, donde introduje todas las formas verbales de decir y

hablar en todos los tiempos, menos en el infinitivo y el gerundio24, las añadí una tras otra a

una selección que al final me daba la fórmula de búsqueda de todas las formas verbales25. De

ahí, se introdujeron todos los parámetros que queríamos investigar. A continuación doy a

conocer los resultados de la investigación.

23 Al dar ejemplos, siempre se va referir a la situación de habla y luego al hablante, tal y cual Helincks los nombró: AM Amigos AT Atención al cliente E Escuela FA Familia FU Furgón escolar R Reunión 24 Entre otros razones porque Helincks había añadido a menudo frases del tipo ‘muchas personas hablando al mismo tiempo’ a la transcripción, pero más porque el infinitivo y el gerundio son las formas impersonales del verbo, no llevan un sujeto. 25 \b(\Qdigo\E|\Qdecí\E|\Qdecíh\E|\Qdices\E|\Qdice\E|\Qdecimos\E|\Qdicen\E|\Qdecía\E|\Qdecíah\E|\Qdecían\E|\Qdije\E|\Qdijiste\E|\Qdijo\E|\Qdijimos\E|\Qdijeron\E|\Qhablo\E|\Qhablas\E|\Qhabla\E|\Qhablamos\E|\Qhablan\E|\QHabla\E|\Qhablé\E|\Qhablaste\E|\Qhabló\E|\Qhablaron\E|\Qhablaba\E|\QHablé\E|\QHabló\E|\QHablaban\E|\Qdicho\E|\Qdiga\E|\Qdijieron\E|\Qdiría\E|\Qdigan\E|\Qdigamos\E|\QDigamos\E|\Qhable\E|\Qhablen\E|\Qhablarían\E|\Qhablado\E)\b

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4 Estudio de corpus y comparación con otras variantes del español

En los páginas a continuación se discute y razona los resultados del análisis de corpus.

Primero, la sección 4.1 inspecciona la manifestación del sujeto en el habla chilena. Segundo,

en la seccion 4.2, se investigan los posibles factores de influencia en esta variedad en

comparación con estudios anteriores.

4.1 La variable sujeto dentro de la variante chilena

En esta primera sección queremos destacar tres cuestiones. En primer lugar, miramos las

maneras en las cuales el sujeto se presenta, tomando en cuenta que distinguimos tres tipos de

sujetos (véase 1.1) (4.1.1). En segundo lugar, diferenciamos los contextos obligatorios de los

contextos libres (4.1.2). En tercer y último lugar, determinamos la tasa pronominal de la

variante chilena (4.1.3).

4.1.1 Tres tipos de sujetos

Recordamos que la función del sujeto tiene muchas formas para expresarse. Lo que en este

estudio llamamos la variable sujeto (PPS y sujeto nulo) es sólo una posibilidad entre tantas.

En el análisis del español chileno optamos por clasificar los sujetos en tres grupos (PPS,

NULO u OTRO) por tres razones: Primero, este estudio se enfoca en el sujeto pronominal y

su omisión. Segundo, parece imprescindible mencionar los sujetos nominales, demostrativos,

etcetera, que igualmente forman parte de la expresión del sujeto en el corpus. Pero como no

constituyen el tópico de la investigación, los podemos juntar en un grupo. Tercero, de este

modo obtendremos una respuesta más completa sobre la expresión del sujeto en el dialecto

chileno.

Al investigar las frecuencias de cada tipo de sujeto, resultaron los sujetos nulos (40) los más

frecuentes con un 66,84% de los datos, luego los sujetos pronominales (41) con un 20,77% y

por último los otros tipos de sujetos (42,43) con un 12,38%.

(40) Delante de ustedes les digo porque las conozco, tenemos confianza, ¿cachái?

(AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

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(41) Yo nunca hablo esas weás, por ejemplo, yo he visto weones así como que

delante de gente, poco menos que de colegas de trabajo, ¿cachái?, dicen eso po.

(AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

(42) ¿Quién dijó que había renunciado? (Rs_Gen4_C2_01b, HJAM)

(43) El doctor Fernández me dijó <¡oh! Si me hací clases de tenis>.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

Salta a la vista que la omisión es mucho más frecuente que la expresión de un sujeto en la

variante chilena. No obstante, aun no podemos sacar conclusiones apresuradas sobre la tasa

pronominal. Primero queda por aclarar la variación libre del sujeto en el dialecto chileno.

Figura 1: Tipo de Sujeto

4.1.2 Variación libre versus contextos obligatorios

En el estado de la cuestión hemos discutido profundamente el estatuto de la variable sujeto

(véase 1.2). Afirmamos que la expresión de un PPS y la omisión de un sujeto probablemente

deben de manifestar diferentes significados. Aunque los lingüístas aun no han llegado a un

acuerdo sobre la naturaleza de estos significados, sí han determinado los contextos en los

cuales el PPS y el sujeto nulo resultan obligatorios (véase 1.1). Este estudio de corpus ha

investigado estas reglas gramaticales en la variante chilena y muestra los resultados en la tabla

9.

21%

67%

12%

PPS

NULO

OTRO

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46

Los sujetos pronominales (PPS) se presentan solamente en un 3,11% obligatoriamente (OBL).

El 95,03% forman expresiones en contextos no condicionados (LIBRE). En cambio, los

sujetos nulos (NULO) si se expresan con más frecuencia en un contexto que exige su

implicación (30,12%). Sin embargo, la mayoría, el 69,11%, se manifiesta en un contexto de

variación libre. Los otros tipos de sujeto se acercan más a los PPS: un 9,38% aparece en un

contexto obligatorio y un 82,29% en un contexto libre.

A continuación se observa más en detalle las diferentes estructuras obligatorias que se

encuentran en el corpus. Luego, seguimos la investigación únicamente con las formas

verbales que muestran un sujeto (expreso o tácito) en un contexto de variación libre.

Tabla 9: La variable sujeto: expresión u omisión

LIBRE % OBL % ambiguo %

PPS 153 95,03% 5 3,11% 3 1,86%

NULO 358 69,11% 156 30,12% 4 0,77%

OTRO 79 82,29% 9 9,38% 8 8,33%

Los sujetos obligatoriamente nulos constituyen la cifra más destacada (N=156) y llega a un

22,97% de la totalidad de los datos. Esto se explica mayormente por las siguientes razones:

Primero, la tercera persona del singular se encuentra 38 veces con un sujeto no humano, por

lo tanto, no puede llevar un PPS (44,45). Segundo, una interpretación genérica de la tercera

persona del plural sólo es posible con un sujeto nulo (Fernández Soriano 1999: 1218), y así se

presentan 53 casos (46,47,48). No obstante, se presenta un caso ambiguo donde no queda

claro si la interpretación es genérica o específica (49). Tercero, el imperativo de la primera

persona del plural del verbo ‘decir’ (14 casos) tampoco puede estar acompañado por un sujeto

expreso (50). Sin embargo, de las 22 formas del imperativo (51) hay una que parece aceptar la

presencia de un PPS. Como vemos en el ejemplo (8a), el imperativo ‘hable’ concuerda con el

PPS ‘usted’. De todos modos, como se presenta como un caso único y además queda cierta

distancia entre la forma verbal y el PPS, lo consideramos un caso ambiguo. Cuarto, el uso

pronominal del verbo ‘decir’ o ‘hablar’, que se presenta 45 veces, es incompatible con la

presencia de un sujeto (52,53).

(44) Tía, ¿qué dice en el último? (Eb.Gen2.C1.F.01b_8o_pu, Aa58Pu)

(45) En la primera dice, o sea, en la primera imagen dice el título de lo que va a

hacer. (Eb.Gen2.C1.F.01b_8o_pu, KEBpu)

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47

(46) Hey, en Perú hablan así. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na3VMAr)

(47) A mí me dicen paté, pero no porque me guste el paté. (FUb-

m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, No8VMAr)

(48) Antes comía harto plátano, y dicen que el plátano engorda.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, RAG)

(49) Puta, te estoy diciendo que dijeron, no digai otra cosa. (Rs_Gen4_C2_01a,

HJAM)

(50) Porque no soy muy bueno que, digamos para jugar a la pelota po.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, RAG)

(51) A ver, habla como ella, habla como ella (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony,

NaVMAr)

- ¿Cuánto le doy? Vaya hable con él, usted. (ATt_Gen3_C3_M_01a, VAT)

(52) Tía, ¿cómo se dice perro? (Eb.Gen2.C1.F.01b_8o_pu, AoJ8Pu)

(53) Según según lo que se ha dicho en la evaluación. (Eu_Gen4_C1_F_01b,

Eo6Eupu)

Los sujetos expresos en contextos obligatorios son mucho menos numerosos. Sólo un PPS

obligatorio se presenta en un contexto de contraste, donde la presencia del sujeto resulta

imprescindible (54). El pronombre de referencia genérica ‘uno’ aparece obligatoriamente con

un PPS (4 casos) (55), según Flores-Ferrán (2004a: 55-56). Sin embargo, en caso de dos

oraciones coordinadas, el último PPS no resulta necesario (56). Por lo tanto, podemos criticar

la regla de Flores-Ferrán y exigir una descripción más detallada de los contextos obligatorios

y libres del pronombre ‘uno’.

(54) Ella no, ella habló antes. (FA_Gen4_C2_01o_dos, CGS)

(55) Claro, porque habla ahora, por ejemplo, en el caso de, de Carlos Cisternas y,

puta, y uno dice, "Oye, no, si está re jodido", no, es que, puta, ¿entendíh?

(Rs_Gen4_C2_01b)

(56) Este que hincha cocos, pero uno le habla y le habla y el otro no-

(FA_Gen4_C2_01o_dos, AGS)

Luego, de los otros tipos de sujetos se destacan los usos contrastivos o desambiguadores

(57,58) con sujeto nominal. Por último, se presentan también casos de referencia genérica con

pronombres indefinidos (59). Nos podemos preguntar si esto choca con la regla de Fernández

Soriano (1999: 1218) mencionado aquí arriba. Por un lado, la referencia genérica aparece en

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48

la presencia de un pronombre. Por otro lado, como ‘todos’ es un pronombre indefinido, no

altera la genericidad del enunciado. Cúal sea la respuesta correcta, hemos considerados estos

casos como ambiguos para nuestro estudio.

(57) Hijo, antes que me olvide, el Luciano dijo si lo podían retirar.

(FUp_Gen3_C2_M_01f, AGR)

(58) Yo creo que, como decía Nelson, tiene que ver con los, eh, con los parámetros

que uno se le da que, o sea, que uno va a evaluar en el curso- (Eu_Gen4_C1_F_01b,

Eo6Eupu)

(59) No sé quién será Pancracio. Por el peinado. Todos le dicen así. No, le dicen el

Pokemón. (FA_Gen3_C2_01c, VAA)

Como hemos dicho, de ahora en adelante se analizará solamente los datos de las variantes

libres. Por un lado porque queremos seguir el buen ejemplo de los estudios anteriores que

consideran este método como el más objetivo para examinar el uso de los sujetos

pronominales en el habla (Flores-Ferrán 2004a, Silva-Corvalán 1997, 2003, Travis 2007 entre

otros). Por otro lado porque intentamos comparar los resultados con estos estudios previos

para poner la variante chilena en una buena perspectiva: aunque no existen dos estudios con

exactamente la misma manera de análisis, sí usan muchas veces los mismos principios, y el

uso de las variantes libres es uno de estos.

4.1.3 Tasa pronominal

Como hemos visto anteriormente, la frecuencia pronominal del total de los datos del corpus,

es de un 20,77%. No obstante, al considerar únicamente los sujetos en los contextos libres, la

tasa pronominal llega a un 25,93%. Es la proporción de PPS libres (N=153) con respecto a la

total cantidad de los sujetos en un contexto no obligatorio (N=590). Esta tasa, que es

considerada más objetiva y correcta, va a ser comparada con las de otras variantes del

español.

Tabla 10: La variable sujeto en contexto no obligatorio.

PPS % NULO % OTRO % Total %

SUJETO 153 25,93% 358 60,68% 79 13,39% 590 100%

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49

Recordamos que en el estudio de Hugo Cifuentes (1980 apud Enríquez 1986) sobre el habla

culta de Santiago de Chile, la tasa pronominal llegaba a un 36,55%. Este estudio, donde los

hablantes del corpus constituyen una variedad social, confirman las sospechas: la tasa

pronominal se muestra mucho más baja. Sin embargo, uno tiene que tomar en cuenta que en

realidad hay tres factores que difieren considerablemente en los dos estudios: el año de

investigación (1980 o 2014), el lugar de investigación (Santiago de Chile o Iquique) y la clase

social bajo investigación (alta o variada). Por lo tanto no podemos concluir nada acerca de

este factor social.

La tasa pronominal clasifica al dialecto chileno de inmediato entre las variantes colombiana

(24,0%) y ecuatoriana (27,0%), según el estudio de Otheguy, Zentella y Livert (2007) (véase

la seccion 2.1, tabla 2). Por consiguiente, uno podría argumentar que los dialectos españoles

de la zona pacífica de suramérica se igualan en cuanto al empleo de la variable sujeto.

Solamente carecen de resultados de la variante peruana para hacer la hipótesis completa.

En los siguientes capítulos examinaremos más profundamente los factores que pueden haber

influído en la expresión u omisión del sujeto en la variante iquiqueña. Es interesante

comprobar sí el español chileno indica los mismos factores de influencia que el español

colombiano y ecuatoriano, puesto que las tasas pronominales se acercan, o sí el español

chileno está bajo influencia de otros factores.

4.2 Factores de influencia en la variante chilena

A continuación, como acabamos de decir, se investiga una cantidad de parámetros que pueden

haber influenciado en la expresión pronominal del sujeto en la variante chilena. Como en el

marco teórico, se examinan factores sintácticos (4.2.1), pragmáticos y pragmático-discursivos

(4.2.2) y semánticos (4.2.3).

4.2.1 Factores sintácticos

4.2.1.1 Persona y número

Esta sección analiza el uso pronominal de los chilenos de este estudio en cuanto a la persona y

número. Como se ha mencionado en el marco teórico, la segunda persona del plural no se

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50

expresa con ‘vosotros’, sino con la forma de la tercera persona del plural ‘ustedes’ (60). En

segundo lugar cabe destacar que para la segunda persona del singular se refiere a los

pronombre de ‘vos’ y ‘tú’. Sin embargo, sólo se presenta un caso de ‘vos’ pronominal’ (61).

El PPS ‘tú’ acompaña tanto formas tuteantes (62) como las formas del voseo verbal (63).

(60) Miren hey hey ella quiere que ustedes hablen así, como si como todos lo días

normal como si ella no estuviera. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na6VMAr)

(61) Porque voh dijiste <¿quién los quiere?> y yo lo agarré. (FUb-

m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, No9VMAr)

(62) Socio (ininteligible). Aunque sea este fin de semana (ininteligible).

Pongámonos, oye, perdón, oye, pongámonos, pongámonos de acuerdo. Tú dices que

esta acta que está anotando acá es la que se va a- (Rs_Gen4_C2_01b, VJAM)

(63) ¿Empieza más tarde tú decíh? (AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

Tabla 11: Tasa pronominal por persona y número

Persona PPS %

yo 100 52,63%

tú/vos específico 19 51,35%

tú/vos no específico 0 0%

usted 10 47,62%

él/ella 16 5,63%

nosotros 5 20,0%

ustedes 2 33,34%

ellos/ellas específico 0 0%

ellos/ellas no específico 0 0%

En cuanto a las tasas pronominales, la primera persona del singular ‘yo’ se distingue por dos

razones: Por un lado, en la escala de frecuencia pronominal, ‘yo’ está arriba con un 52,63% de

PPS explícitos (64). Por otro lado, el pronombre ‘yo’ alcanza el 65,35%26 de todos los PPS y

por eso es mucho más frecuente que los otros PPS. Estos resultados afirman las observaciones

de Claes (2011: 7), que la lengua tiende a expresar la primera persona del singular

explícitamente, reflejando de tal modo el egocentrismo del discurso, y de Silva-Corvalán

(2003: 14) quien declara que es la primera persona quien más favorece la expresión del sujeto

26 ‘yo’: N=100 de un total de 153 PPS

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51

pronominal. Al comparar el dialecto chileno con las otras variantes del español, se podría

decir que el comportamiento de la primera persona del singular se acerca bastante a la del

puertorriqueño (Abreu 2012: 50% PPS) y al colombiano (48% PPS tanto en el estudio de

Travis 2007 como en el de Orozco y Guy 2008). En cambio, Cifuentes (1980) registra un

porcentaje considerablemente más bajo para Santiago de Chile (33,60%).

(64) Yo le digo, siempre le digo yo <come plátano>. (ATpo_Gen3_C1_M_01,

AGS)

Las personas del discurso ‘yo’ y ‘tú/vos’ específico se comportan de la misma manera: ambas

muestran una ligera preferencia en cuanto a la expresión (52,63% y 51,35% de PPS

respectivamente). Esto contrasta con una teória de Serrano y Aijón Oliva. Según estos autores

(2010a: 181), es más habitual que, por un lado, las personas del discurso estén omitidas en el

lenguaje oral y espontáneo, puesto que son más fácil de recuperarlas en el contexto, pero por

otro lado, los textos informativos tienden a expresar los sujetos. Dado que en este estudio se

trata de habla espontánea, podemos rechazar esta hipótesis. Sin embargo, no debemos

confundir con lo que ocurre en la variante de la Republica Dominicana, donde es sobre todo la

segunda persona ‘tú’ que parece usarse con gran frecuencia (Fernández Soriano 1999: 1236).

Podríamos discutir que el porcentaje de ‘tú/vos’ específico casi llega al porcentaje de la

primera persona singular, pero al considerar las cantidades (N=100 para ‘yo’ versus N=19

para ‘tú/vos’ específico) tenemos que concluir que la última persona es mucho más frecuente.

Contrario con lo que ocurre en el dialecto dominicano.

Cabe recordar que el carácter complejo de la segunda persona singular. La especificidad o

genericidad influye bastante en la expresión o no de los PPS pero lo hace de manera distinta

dependiendo de la variante (Mayol 2012: 6, Cameron 1993: 325, 1997). Así, algunos dialectos

favorecen el uso del PSS de la segunda persona singular para expresar genericidad (Puerto

Rico, Santiago de Chile y Buenos Aires27), mientras en otros dialectos del español (Madrid)

ocurre lo opuesto, donde la genericidad coincide con el uso de un sujeto nulo (Mayol 2012:

6). En este corpus, sólo se presenta un caso de ‘tú/vos’ con interpretación genérica (65) y

aunque aquí aparece con un sujeto nulo, no se tomará conclusiones adicionales sobre el

español chileno. Lo único que concuerda con el estudio de Enríquez (1986: 55) es que los

usos generalizadores son más escasos en la variante chilena.

27 Los hablantes de Buenos Aires no usan tú para la seguna persona singular, sino vos (Cameron 1993: 325).

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52

(65)

- No8VMAr: ¿De dónde sacamos nosotros los iquiqeños la palabra < alo >?

- Na8VMAr : De alo como

- No8VMAr : Aló

- Na8VMAr : O < ¿alo, hay alguién? >, cuando vai a comprar a un negocio decí

< alo >. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony)

Por otra parte, como hemos dicho, ‘tú/vos’ con referencia específica casi muestra tantos

sujetos nulos como PPS (respectivamente 22 y 19 datos) (66,67).

(66) Socio (ininteligible). Aunque sea este fin de semana (ininteligible).

Pongámonos, oye, perdón, oye, pongámonos, pongámonos de acuerdo. Tú dices que

esta acta que está anotando acá es la que se va a- (Rs_Gen4_C2_01b, VJAM)

(67) Oye, no me dijiste <hola>. (Ep.Gen3.C1.F.03, CEPpu)

La tercera persona en la escala de la pronominalidad es la forma cortés ‘usted’ (47,62%) pero

no se encuentra a mucha distancia de su equivalente informal ‘tú/vos’ específico. Diez de los

21 datos aparecen con PPS explícito (68), los otros con sujeto tácito (69). Cabe informar que

este porcentaje sí se asimila bastante al estudio de Cifuentes (1980) sobre el español de

Santiago de Chile (53,17%). En cambio, las variantes de Madrid (Enríquez 1986: 58) y San

Juan (Abreu 2012: 4) mostraban frecuencias más altas (76,09% y 60% respectivamente) por

un lado. Los costeños colombianos, por otro lado, se alejan aun más del dialecto chileno con

un porcentaje de 18% de PPS para el conjunto de ‘tú’ y ‘usted’ (Orozco y Guy 2008: 76).

(68) ¿Qué me dijo usted, casera, un kilo? (ATt_Gen3_C3_M_01a, VAT)

(69) ¿Qué página dijo, tia? (Eb.Gen2.C1.F.01b_8o_pu, Ao18Pu)

Luego, la persona que parece desfavorecer el uso pronominal es la tercera persona singular

‘él/ella’, que apenas presenta un 5,63% de PPS en el corpus. Podríamos discutir en qué

medida la presencia de un sujeto nominal toma los mismos significados de un PPS,

contrastando del mismo modo con un sujeto nulo, como vemos en los ejemplos abajo (70,71).

Porque las formas de tercera persona, que no sólo tienen la opción entre sujeto nulo o

pronominal sino que también pueden elegir un sujeto nominal, poseen entonces dos formas

alternativas de expresión: el PPS y el sujeto nominal.

(70) Ah, ¿él te dijo si íbamos a carretear? (AM.Gen2.C2.F.01a, NCU)

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(71) Hijo, ¿el doctor te dijo que tieneh que usar gorrito? (FA_Gen3_C2_01c,

AleAG)

Por lo dicho, hace falta comparar el porcentaje de los PPS con el porcentaje de los PPS más

los otros tipos de sujetos. Y ahí, existe una gran diferencia para las formas de tercera persona

entre los dos porcentajes: donde la primera es de 5,63% de PPS, como sabemos, la segunda

sube hasta el 32,39% de sujetos expresos (PPS y otros tipos de sujetos explícitos). En otras

palabras, una forma verbal de tercera persona del singular se presenta en un 32,39% con un

sujeto expreso, de los cuales un 5,63% son sujetos pronominales.

Como era de esperarse, la frecuencia pronominal para ‘el/ella’ en Iquique se mostraba más

baja que en el estudio de Santiago de Chile (58,07%) (Cifuentes 1980). No obstante, ninguno

de los otros dialectos ya estudiados manifestó tasas pronominales tan diminutas con esta

persona. Tal vez si es una cuestión de juntar todos los sujetos expresos.

La primera persona del plural en nuestro estudio parece desfavorecer la expresión pronominal

(72). Sin embargo, con un porcentaje de los PPS expresos de un 20,0%, es la persona plural

que más presenta sujetos pronominales explícitos (73). Es indiscutible las semejanzas entre el

uso de la variable sujeto en esta persona ‘nosotros’ en el chileno del estudio y otras variantes

del español: Santiago (17,33%), Buenos Aires (20,30%), Caracas (16,37%) y Puerto Rico

(19%) (Enríquez 1986: 58, Abreu 2012: 4).

(72) Ya. Después hablamos de la anticrético y después ya ya no tenía solución, ya

habíamos pagado ya. (ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(73) Entonces SENAMA hace todos los años esa ceremonia y a todos los clubes

piden mínimo diez. Entonces, nosotros invitamos a todos los adulto mayor, llegamos

siete, entonces después cuando nosotros nos acercamos allá, dijimos, "Oye, y nos

hacen firmar una asistencia" y nosotros le decimos, necesitamos una monitora

(ininteligible). (Rs_Gen4_C2_01a, AJAM)

El uso pronominal de la tercera persona del plural de la forma ‘ustedes’ muestra una

frecuencia de 33,34% en el corpus. Esta frecuencia casi se dobla en la variante santiagueña

(61,90% PPS de ustedes) (Cifuentes 1980), tal vez debido al carácter culto de variedad

investigada. En cambio, el puertorriqueño, que aun presenta un 41%, se acerca más al dialecto

chileno aquí estudiado. Cabe señalar, sin embargo, que solamente se basa en dos formas

pronominales (74) y cuatro formas verbales con sujetos implícitos (75) en nuestro estudio.

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(74) Miren hey hey ella quiere que ustedes hablen así, como si como todos lo días

normal como si ella no estuviera. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na6VMAr)

(75) ¿Qué hablan de mi? (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na5VMAr)

Terminamos esta parte con la discusión de la tercera persona del plural ‘ellos/ellas’. La gran

mayoría de estas personas no posee una referencia concreta sino genérica y para obtener tal

interpretación, como ya hemos dicho antes, se necesita obligatoriamente un sujeto nulo (76).

Estos datos ya no pertenecen al subcorpus aquí en observación. El dialecto chileno aquí en

observación sigue esta regla y por consiguiente, no presenta ningún caso de ‘ellos/ellas’ no

específico con PPS explícito (0%). Aun asi, no significa que la tercera persona del plural con

referencia específica requiere en cambio un PPS para recibir este otro significado, de hecho,

la mayoría de los datos carece igualmente de un sujeto explícito. No presenta ningún caso de

la tercera persona del plural con PPS explícito (77) (0%) pero tres formas verbales llevan otro

tipo de sujeto expreso (78).

(76) Es, se llama (ininteligible) es una leyenda que un dragón murió ahí. Y dicen

que que el dragón está enterrado ahí. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony,

No9VMAr)

(77) En la reunión, ¿por qué no dijeron que no podían venderlo entonces?

(Rs_Gen4_C2_01a, RuJAM)

(78) Oye la-, que hablen los pololos. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, VMAr)

Resumiendo, cabe destacar que algunas personas se presentan de manera muy infrecuente, de

tal modo que resulta imposible sacar conclusiones sobre la influencia en todas las personas en

este estudio. La figura 2 visualiza mejor las proporciones entre las distintas personas y

números.

Considerando el número, el singular normalmente muestra una mayor expresión de PPS que

los sujetos en plural (Mayol 2012: 6, Morales, Claes 2011). Igualmente en nuestro estudio, las

personas de ‘yo’, ‘tú/vos’ y ‘usted’ muestran un percentaje pronominal alto, favoreciendo la

expresión explícita de los sujetos pronominales. No obstante, ‘el/ella’ muestran un porcentaje

muy bajo y parece que rechaza el uso de tales pronombres.

En cuanto a la persona, podríamos decir que el orden de preferencia para la expresión

pronominal es el siguiente: ‘yo’ > ‘tú/vos’ específico > ‘usted’ > ‘ustedes’ > ‘nosotros’ >

‘el/ella’ > ‘tú/vos’ no específico = ‘ellos/ellas’ específico = ‘ellos/ellas’ no específico. Como

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55

era de suponer, el dialecto chileno se relaciona con las variedades del Caribe. Según Claes

(2011), estos dialectos (colombiano, puertorriqueño, caraqueño y mexicano) poseen un orden

de preferencia que se describe como: primera persona singular > tercera persona singular >

segunda persona singular > tercera persona plural > primera persona plural.

Figura 2: Porcentaje pronominal por persona y número

Recordemos que la tasa pronominal de todas las personas llegaba a un 25,93% y que esta tasa

se acercaba a la del dialecto colombiano (vea supra). Con todo, al comparar los resultados del

estudio con una investigación de Orozco y Guy (2008) sobre el colombiano, surgen algunas

divergencias. Los costeños colombianos favorecen el uso de la primera persona singular para

referirse a sí mismo (48%, peso .64) pero desfavorecen el uso pronominal explícito con las

demás personas: la tercera persona singular y plural (31%, peso .46), y la primera persona de

plural (20%, peso .30) (Orozco y Guy 2008: 76). Como vemos, el español chileno se aleja

sobre todo de la variante colombiana en el uso de la tercera persona singular y plural, donde

muestra un porcentaje mucho más bajo (5,63% 0% respectivamente). Además difiere en el

uso de la segunda persona singular ‘tú/vos’ y tercera persona singular ‘usted’, porque sus

elevadas tasas sugieren que se favorezca el uso de los PPS. Cabe señalar que esta

investigación no ha utilizado ningun programa para calcular los pesos de los resultados.

0

10

20

30

40

50

60

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56

Por último, cuando se contrastan los dialectos de Iquique (en este estudio) con Santiago de

Chile (Cifuentes 1980) surgen más diferencias que semejanzas. No obstante, considerando lo

último, hemos encontrado dos personas cuyo uso pronominal se aproxima en ambos dialectos:

el uso de la tercera persona cortés ‘usted’ y de la primera persona del plural ‘nosotros’. En

suma, como afirman Orozco y Guy (2008: 76), el impacto del factor de persona y número del

sujeto varía de una variante a otra. En la variante iquiqueña, este factor influye sobre todo en

la expresión de los PPS de las personas del discurso ‘yo’, ‘tú/vos’ y ‘usted’.

4.2.1.2 Ambigüedad de la forma verbal

En la parte teórica hemos especulado sobre la pronunciación de la ‘s’ final en el habla

iquiqueña. Según Wagner (1996: 226), los dialectos del norte del Chile guardaban la ‘s’ al

final, pero en las grabaciones del corpus se escucha con más frecuencia la aspiración o elisión

(79,80). Por eso es sorprendente que determinamos que la hipótesis de compensación

funcional no se aplica a esta variante del español.

(79) Oye, tiene un tendón como deciah tú. (Atpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

(80) No quiero que lo diga tú, así que dímelos a mí. (FUb-

m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, No8VMAr)

Figura 3: La variable sujeto (N) según la ambigüedad de la forma verbal

0

50

100

150

200

250

PPS NULO OTRO

forma verbal ambigua

forma verbal no ambigua

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En realidad, como se ilustra en la figura 3, ocurre exactamente lo opuesto con los sujetos

pronominales. La hipótesis propone que formas verbales ambiguas (ya sea por causa de

elisión de ‘s’ o ‘n’ al final o no) provocarán la presencia de un sujeto expreso con función

desambiguadora. No obstante, como se muestra aquí, son sobre todo las formas verbales no

ambiguas que van acompañadas por un PPS, contrario a lo que predice la hipótesis funcional.

De las formas verbales ambiguas, solamente el 12,61% está expresado con un sujeto

pronominal (81,82), contrariamente a las formas verbales no ambiguas, que incitan un 44,18%

de PPS (83,84).

(81) Sí po, esa vez yo les dije a los dos como lo había dicho usted, pero-

(Rs_Gen4_C2_01a, RuJAM)

(82) ¡Oh! pero está barato para para para lo que usted dice que tiene y donde está

ubicado, está barato. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

(83) No, don Hugo [No-7a], no quedaron, pero quedaron paltas y tomates, eso es lo

que le dije yo, que habían quedado paltas y tomates. (Rs_Gen4_C2_01b, AnJAM)

(84) ¿Qué? ¿Tú decíh el ron y esas weás? (AM.Gen3.C1.M.01a, A1JC)

La mayoría de las formas verbales tanto ambiguas (85) como no ambiguas (86) lleva un sujeto

nulo (respectivamente 65,10% y 54,62%). La ambigüedad puede concernir un referente o

limitarse al género, pero como podemos ver en el ejemplo (85), depende del contexto del

enunciado.

(85) Te habla, Matías. (FA_Gen3_C2_01c, Na2MaAG)

(86) Entonces, Vale, que no lo dejes con el Diego, que el Diego le pega, que toda la

cuestión. Entonces le digo <Hijo, tú no hagah nada lo que hace el Diego>.

(FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

Los otros tipos de sujetos, no obstante, sí parecen poseer una función desambiguadora. El

22,29% de las formas verbales ambiguas está acompañado por otro tipo de sujeto. En cambio,

las formas no ambiguas requieren este tipo de sujeto solamente en un 1,20% de los casos.

Basándose en estos datos, uno podría concluir que los otros sujetos sí parecen seguir la

hipótesis funcional. El 94, 79% de este tipo de sujetos aparecen al lado de una forma verbal

ambigua (87-89). Podría parecer un resultado notable. Con todo, estos otros tipos de sujeto

concuerdan con el verbo en tercera persona, y ahí surge el problema. Las formas verbales de

tercera persona (por ejemplo ‘dice’, ‘dijeron’ y ‘hablaba’) llevan la ambigüedad entre las

personas ‘el’, ‘ella’ y ‘usted’ en singular y ‘ellos’, ‘ellas’ y ‘ustedes’ en plural. Por lo tanto no

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es sorprendente que encontramos tantas formas verbales ambiguas al lado de un sujeto

nominal.

(87) (...) Por eso es, lo dijeron en la tele el otro día. Era tanto, porque Napoleón

estaba inventando frases constantemente, llevaba un weón, al weón tonto, entonces el

weón tonto decía, "Oye, anótame esto", "Ya", y no tenían cómo anotar los weones,

después decía, "¿Y lo que te dije?" (...) (Rs_Gen4_C2_01b, RJAM)

(88) Daddy Yankee le dijo a la tele <prende prende prende prende> (FUb-

m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, No11VMAr)

(89) El Pablo le dice así, po. (FA_Gen3_C2_01c, RAA)

Igual como Silva-Corvalán (2003: 13) ha rechazado la hipótesis funcional en el mexicano,

este estudio puede apartarse de la teória que la ambigüedad de la forma verbal influye en la

expresión de los PPS en esta variante del chileno. Con esto, se une a la lista de los dialectos de

San Juan (Cameron 1992, Morales 1997), Madrid (Enríquez 1984) y Andalucía (Cameron

1993, Ranson 1991 apud Silva-Corvalán 2003: 13), donde no encontraron una correlación

entre la ambigüedad de la forma verbal y la tasa pronominal. Sin embargo, antes de concluir

sobre el tema, nos falta investigar un parámetro relacionado: el del tiempo verbal.

4.2.1.3 Tiempo verbal

Según Silva-Corvalán (2003: 14), el tiempo verbal es uno de los factores que influye en la

expresión pronominal. Los resultados de esta investigación parecen afirmar esta observación:

algunos tiempos verbales están más dispuestos a llevar sujetos pronominales que otros.

Tabla 12: La variable sujeto según el tiempo verbal

Tiempo verbal PPS % NULO % OTRO %

Condicional 1 100% 0 0% 0 0%

Presente de subjuntivo 2 33,33% 4 66,67% 0 0%

Presente de indicativo 67 29,39% 134 58,77% 27 11,84%

Imperfecto 13 28,26% 25 54,35% 8 17,39%

Pretérito simple 65 22,26% 186 63,70% 41 14,04%

Tiempos compuestos 3 21,43% 9 64,29% 2 14,29%

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Primero, del tiempo condicional (100% de PPS) solo hay un dato y está expresado con un

sujeto pronominal (90). Sin embargo, no podemos sacar más conclusiones por falta de datos

adicionales en este tiempo verbal.

(90) Si la carrera nos salió, yo diría que unos dos dos millones de pesos, los seis

años. (ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

Igualmente aparecen muy pocas formas verbales en el presente del subjuntivo (33,33% de

PPS) para determinar la influencia en la expresión pronominal. En este corpus, cuatro formas

aparecen con sujeto implícito (91,92) y dos formas verbales llevan sujetos pronominales

explícitos (93).

(91) ¿No te gusta que te digan así porque eh Rorro, mi Rorro es un muerto? (FUb-

m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, No6VMAr)

(92) Nosotros cuando mandaron a ver cómo estábamos pa' que hagamos, eh, pa' que

hagamos sopaipillas pasadas o unas tres o cuatro bebidas (ininteligible), se compran

allá y se hacen pasarEntonces, eso es lo que--para que digan que si se hace algo,

generalmente se vende. A mitad de precio, no sé. (Rs_Gen4_C2_01b, JAM)

(93) Según lo que usted diga, porque ahora (ininteligible), según lo que usted diga –

(Rs_Gen4_C2_01b, JJAM)

La tabla 12 indica el presente de indicativo, objetivamente hablando, como el tiempo que más

favorece el uso de los PPS (29,39%) (94). Objetivamente, porque como acabamos de

mencionar, los otros tiempos verbales que muestran un porcentaje más alto, el subjuntivo y el

condicional, tienen muy pocos datos para deducir su influencia. En cambio, el indicativo es el

segundo tiempo más frecuente después del pretérito simple y además el primero en cuanto a la

frecuencia de PPS (N=67). Por lo tanto este resultado se considera más correcto. Una razón

por la cual este estudio indica el presente como el tiempo verbal más influyente para expresar

PPS es posiblemente la gran presencia de las formas de primera persona singular ‘digo’ y

‘hablo’ (38 datos con PPS) (95,96).

(94) ¿Cómo cómo hablamos nosotros en español? (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-

Sony, Na3VMAr)

(95) Yo le digo <No, mira, pero, mira, termina> le digo yo.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(96) Ya, yo hablo primero, ¿ya? (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na3VMAr)

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60

Con solamente 1,13% menos del presente del indicativo, está el tiempo del imperfecto

(28,26% de PPS). Sin embargo, las cantidades de formas verbales en el corpus sí difieren

considerablemente y el último resultó mucho menos frecuente. Así, trece datos en imperfecto

se encuentran acompañados por un PPS (97,98).

(97) Ahh si, pero no. Yo le decía que no, que no pasaba nada. (FA_Gen3_C2_01c,

MaAG)

(98) Es es un tendón como decíah tú. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

Ya mencionamos que el pretérito simple constituye el tiempo verbal más frecuente dentro del

corpus (N=292). En cuanto a la influencia en la expresión pronominal, toma el tercer lugar

con un total de 65 PPS, equivalente a un porcentaje de 22,26% (99,100).

(99) No, si yo hablé con él, ehh-.Yo cacho que estaba choreado porque le tocaba

trabajar hoy día en la noche a las doce. (AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

(100) No, si él dijo que las rojas eran las suyas. (FA_Gen3_C2_01c, VAA)

Por último, queda por discutir los tiempos compuestos (21,43% de PPS). Puesto que

igualmente forman una minoría dentro del corpus (N=14), queda más dificil determinar su

posición. No obstante, en los datos mencionados, se mostraban los tiempos menos influyentes

para incitar la expresión de un sujeto pronominal. Únicamente se presentan tres formas

verbales compuestos con un PPS (101,102).

(101) En todo caso, lo mismo que tú me decí, se lo he dicho yo.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(102) Sí po, esa vez yo les dije a los dos como lo había dicho usted, pero-

(Rs_Gen4_C2_01b, RuJAM)

Ahora que hemos analizado el factor del tiempo verbal en el español chileno, es preciso

volver a nuestro punto de partida y comparar nuestros resultados con el estudio de Silva-

Corvalán (2003: 13) sobre el dialecto de los mexicanos en Los Ángeles. Su investigación

(2003: 13) indicó los siguientes tiempos verbales de menor a mayor influencia: pretérito

(27%) < presente de indicativo (33%) < imperfecto (36%). En cambio, este estudio revela

que el orden de influencia se describe más bien como: pretérito (22,26%) < imperfecto

(28,26%) < presente de indicativo (29,39%).

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Aquí vale la pena hacer una pequeña

variante colombiana. Orozco y Guy (2008: 75) dividieron los verbos en cuatro grupos según

la distintividad del paradigma verbal: lo

indicativo), los paradigmas menos distintivo

subjuntivo), futuro perifrástico y futuro morfológico. En el dialecto colombiano, resulta

tanto las paradigmas distintivas como los menos distintivo

pronombres sujetos explícitos (Orozco y Guy 2008: 75). Por lo tanto, dado que la ambigüedad

de la forma no se percibe como factor influyente, la hipótesis funcion

variedad. Por analogía, podemos argumentar que la variante chilena bajo observación

igualmente refuta esta hipótesis: Por un lado, indica tasas pronominales casi i

paradigmas distintivos (imperativo: 28,26%) c

del presente: 29,39%). Por otro lado, el tiempo verbal que fue demostrado más influyente en

la expresión pronominal presenta un paradigma no distintiv

4.2.1.4 Fijación del orden de

El último factor sintáctico que se ana

dentro del enunciado. En realidad, el sujeto pronominal tiene dos opciones: o se presenta en

posición preverbal (SV= sujeto + verbo), o en posición posverbal (VS= verbo + sujeto).

Cuando examinamos el orden de las pal

se observa que el sujeto antepuesto al verbo constituye el orden favor

chilena. Como se ilustra en la figura 4, un 73,86% (N=113) de los PPS se encuentra

antepuestos a la forma verbal

los sujetos pronominales toma

Figura 4: Posición de los sujetos pronominales

26%

SV

Aquí vale la pena hacer una pequeña digresión sobre el uso de los tiempos verbales en la

variante colombiana. Orozco y Guy (2008: 75) dividieron los verbos en cuatro grupos según

paradigma verbal: los paradigmas más distintivos (present

indicativo), los paradigmas menos distintivos (pretérito imperfecto indicativo y presente de

subjuntivo), futuro perifrástico y futuro morfológico. En el dialecto colombiano, resulta

s paradigmas distintivas como los menos distintivos muestran un

pronombres sujetos explícitos (Orozco y Guy 2008: 75). Por lo tanto, dado que la ambigüedad

de la forma no se percibe como factor influyente, la hipótesis funcion

variedad. Por analogía, podemos argumentar que la variante chilena bajo observación

igualmente refuta esta hipótesis: Por un lado, indica tasas pronominales casi i

s (imperativo: 28,26%) como con paradigmas no distintivo

del presente: 29,39%). Por otro lado, el tiempo verbal que fue demostrado más influyente en

la expresión pronominal presenta un paradigma no distintivo.

Fijación del orden de las palabras

El último factor sintáctico que se analiza en este estudio concierne a la posición de los PPS

dentro del enunciado. En realidad, el sujeto pronominal tiene dos opciones: o se presenta en

posición preverbal (SV= sujeto + verbo), o en posición posverbal (VS= verbo + sujeto).

orden de las palabras en los datos que presentan sujeto

se observa que el sujeto antepuesto al verbo constituye el orden favorable

chilena. Como se ilustra en la figura 4, un 73,86% (N=113) de los PPS se encuentra

a la forma verbal a la que corresponde. Al contrario, sólo un 26,14% (N=40) de

los sujetos pronominales toman la posición posverbal.

sujetos pronominales

74%

VS

61

sobre el uso de los tiempos verbales en la

variante colombiana. Orozco y Guy (2008: 75) dividieron los verbos en cuatro grupos según

s (presente y pretérito de

s (pretérito imperfecto indicativo y presente de

subjuntivo), futuro perifrástico y futuro morfológico. En el dialecto colombiano, resulta que

s muestran una tasa elevada de

pronombres sujetos explícitos (Orozco y Guy 2008: 75). Por lo tanto, dado que la ambigüedad

de la forma no se percibe como factor influyente, la hipótesis funcional no vale en esta

variedad. Por analogía, podemos argumentar que la variante chilena bajo observación

igualmente refuta esta hipótesis: Por un lado, indica tasas pronominales casi iguales con

no distintivos (indicativo

del presente: 29,39%). Por otro lado, el tiempo verbal que fue demostrado más influyente en

la posición de los PPS

dentro del enunciado. En realidad, el sujeto pronominal tiene dos opciones: o se presenta en

posición preverbal (SV= sujeto + verbo), o en posición posverbal (VS= verbo + sujeto).

sujetos pronominales,

able en la variante

chilena. Como se ilustra en la figura 4, un 73,86% (N=113) de los PPS se encuentra

la que corresponde. Al contrario, sólo un 26,14% (N=40) de

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Como ya hemos mencionado en la parte 2.2.1.1, se supone que existe una conexión entre una

elevada tasa pronominal y la caída de sujetos pospuestos (Cameron 1993: 322). La frecuencia

de los sujetos pospuestos es inversamente proporcional a la frecuencia total de los PPS.

Nuestro análisis confirma esta hipóstesis de Cameron (1993: 320) y comprueba nuestras

sospechas sobre la variante chilena aquí estudiada: no muestra una tasa pronominal muy alta

en comparación con las otras variantes del español (25,93%) y además presenta una

considerable cantidad de sujetos pronominales en posición posverbal (26,14% de los PPS).

Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión de que debe de haber una

relación entre la tasa pronominal y la fijación del orden de las palabras. En cuanto a la

variación dialectal, el español chileno se encuentra en una posición media, entre el

puertorriqueño y mexicano, que respectivamente muestran un porcentaje de sujetos

pospuestos del 19% y 35%, y tasas pronominales del 53% y 39% (Morales 1982, Silva-

Corvalán 1977, Cameron 1993: 321-322). Además, con esto, la variante chilena se aleja del

español de Barranquilla, Colombia, donde Orozco y Guy (2008: 72) encuentran una gran

preferencia para el pronombre preverbal. La tasa pronominal posverbal apenas llegó a un

3,9% (Orozco y Guy 2008: 72).

Queda definido que la anteposición es el orden no marcado de un enunciado en español. Lo

que parece interesante ahora, sin embargo, es buscar un factor que se responsabilice por la

frecuencia de sujetos pronominales posverbales. Por eso, falta examinar sí la posición del

sujeto difiere según las distintas clases de oraciones: declarativas, interrogativas y

subordinadas. A continuación se explica brevemente las reglas gramaticales de la posición del

sujeto en cada una de las tres estructuras oracionales. Despúes, cabe investigar este parámetro

en nuestro estudio de corpus.

Primero, SV es el orden ‘canónico’ de la cláusula declarativa según Fernández Soriano (1993:

121). Sin embargo, una posición posverbal es admitida, aunque puede traer posibles cambios

de interpretación. En el ejemplo (103), vemos que el enfoque traslada de ‘él’ al ‘dinero’ en

(103a). Segundo, la cláusula interrogativa admite tanto un sujeto antepuesto como pospuesto,

diferenciándose por una entonación distinta (104,104a) (RAE 1973: 359-360 apud Fernández

Soriano 1993). No obstante, en las interrogativas parciales, es decir, introducidas por un

pronombre interrogativo, el sujeto debe ocupar obligatoriamente la posición posverbal (105)

(Fernández Soriano 1993: 122, Hallebeek 2002: 231). Tercero, sobre la posición del sujeto en

las cláusulas subordinadas no se menciona mucho en las gramáticas. “Unicamente señala

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Fernández Ramírez (1986: 435–436) que en la proposición relativa existe la tendencia a

colocar el verbo al final y por consiguiente el sujeto en una posición delante del verbo”

(Hallebeek 2002: 233). La propia investigación de Hallebeek (2002) confirma que la posición

preverbal es la preferida en las oraciones subordinadas, pero la posverbal tampoco se

considera agramatical (106,106a).

(103) Ella tiene el dinero.

a. El dinero lo tiene ella.

(104) ¿Ella tiene el dinero?

a. ¿Tiene ella el dinero?

(105) ¿Dónde tiene ella el dinero?

a. *¿Dónde ella tiene el dinero?

(106) Usted sabe que ella tiene el dinero.

a. Usted sabe que tiene ella.

Tabla 13: Posición del PPS según los tipos de cláusulas

SV % VS %

Declarativa 86 76,11% 27 23,89%

Subordinada 19 70,37% 8 29,63%

Interrogativa 8 61,54% 5 38,46%

En la tabla 13 se muestran los resultados del análisis de corpus en el dialecto chileno. Al

analizar el orden de los PPS y el verbo en los distintos tipos oracionales, se percibe una

preferencia por el orden sujeto - verbo (SV) en cada uno de ellos. No obstante, se constatan

algunas divergencias. Como era de esperar, la cláusula declarativa toma la posición más

extrema con un 76,11% de los PPS antespuestos al verbo (107,108) y un 23,89% en

posposición (109,110). Cabe señalar que son a la vez las oraciones más numerosas (N=113).

En segundo lugar para favorecer la estructura preverbal, se encuentran las cláusulas

subordinadas (70,37%). Miremos los ejemplos de las cláusulas subordinadas con PPS

preverbal (111,112) y PPS posverbal (113). Estos resultados concuerdan con los hallazgos de

Hallebeek (2002). El tipo de cláusula con mayor preferencia para un PPS posverbal (38,46%)

constituye la interrogativa. Aun así, la mayoría de los PPS está expresado en posición

preverbal (61,54%), como se observa en los ejemplos (114,115). Los ejemplos (116,117)

ilustran que el español chileno sigue las reglas gramaticales al invertir el orden de sujeto y

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verbo en las interrogativas parciales y hasta en las interrogativas indirectas como el ejemplo

(117) que va introducido por el pronombre interrogativo ‘cómo’. Puesto que las oraciones

interrogativas parciales son las menos frecuentes en nuestro corpus (N=3), no han alterado la

preferencia por la estructura SV.

(107) <Mire, suegra, yo una vez a ustedes les dije que nunca se metieran en mi vida>.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(108) Ya entonces, uh, por ejemplo, nosotros le decimos a la señora que, por ejemplo

en noviem-, o sea en octubre que le pone – (Rs_Gen4_C2_01b, JAM)

(109) Eso no lo dijo él – (Rs_Gen4_C2_01b, AJAM)

(110) Se lo dije yo la reunión pasada. (Rs_Gen4_C2_01b, RJAM)

(111) Y esa película refleja un poco lo que usted dice. (Eu_Gen4_C1_F_01b,

Eo6EUpu)

(112) ¡Oh! pero está barato para para para lo que usted dice que tiene y donde está

ubicado, está barato. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

(113) Pero eso lo vamos a ver cuando lleguemos ahí po. Ahora no no hay que

preocuparse. Entonces, como decía yo, fui, me invitaron allá, me entregaron el

diploma, donde ya está- ya está en poder nuestro un millón de pesos.

(114) ¿Tú decí que no? (A_Gen3_C2_01c, JmaMA)

(115) ¿Y él habla flaite todavía? (FA_Gen3_C2_01c, MaAG)

(116) ¿Cómo cómo hablamos nosotros en español? (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-

Sony, Na3VMAr)

(117) Quiero saber cómo hablas tú. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, VMAr)

Si comparamos nuestros resultados con un estudio de Aijón Oliva y Serrano (2012) sobre las

variantes de Canarias y Salamanca, llegamos a dos conclusiones. Primero, el orden SV se

muestra aún más prototípico para las declarativas en estas dos variantes: 87,2% en Canarias y

86,5% en Salamanca. Segundo, el español chileno se acerca bastante al dialecto de Salamanca

cuando se trata de las interrogativas: un 60% de los PPS se encuentran delante del verbo y un

40% de los PPS detrás.

En resumidas cuentas, hemos investigado el orden de las palabras para comprobar la

correlación entre la tasa pronominal y la caída de sujetos pospuestos al verbo. En otras

palabras, no consideramos la posición del PPS como un factor que influye directamente en la

expresión de los sujetos pronominales. Puesto que los resultados indicaron que el dialecto

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chileno aún tiene un orden de palabras bastante libre, nos pareció interesante examinar este

factor más profundamente relacionándolo con los tipos de cláusulas. Sin embargo, no

encontramos un factor que regule la posposición de los PPS. El único tipo de oración que

condicionaba la inversión del sujeto y el verbo se mostraba demasiado infrecuente. Poniendo

todo en perspectiva: como sabemos que la tasa pronominal es de un 25,93%, esto significa

que el 19,15% de los datos en el corpus tienen la estructura [PPS + verbo] y un 6,78% la

estructura [verbo + PPS].

4.2.2 Factores pragmáticos y pragmático-discursivos

4.2.2.1 Switch reference

El fenómeno de ‘switch reference’ se presenta como factor influyente en todas las variantes

del español. En esta sección se investiga en qué medida lo es en el español chileno.

Recordamos que para ver la influencia en el uso pronominal del factor de switch-reference, se

necesita tomar dos parámetros. El primer parámetro ‘switch-reference’, el de referencia del

sujeto, determina si ocurre un cambio o una continuidad referencial con el sujeto de la

cláusula anterior, o un cambio parcial, es decir, continuidad referencial con un objeto. El

segundo parámetro, del ‘sujeto’, entonces, indica la forma en la cual el sujeto está expresado

en la cláusula: como sujeto pronominal, sujeto implícito u otro tipo de sujeto. En la siguiente

tabla se observa los resultados del análisis del factor de switch-reference en nuestro corpus de

la variante chilena.

Tabla 14: La variable sujeto según el factor de ‘switch-reference’

PPS % NULO % OTRO %

Cambio 116 31,96% 188 51,79% 59 16,25%

Continuidad 25 13,97% 139 77,65% 15 8,38%

Cambio parcial 8 34,78% 13 56,52% 2 8,70%

Ambiguo 4 16% 18 72% 3 12%

Cuando se presenta un cambio referencial, el sujeto es expresado en 116/363 casos por un

PPS, lo que corresponde a un 31,96% de todos los cambios refenciales. En el ejemplo (118),

hay un cambio de sujeto de ‘tú’ en la forma verbal anterior (línea de puntos) a ‘yo’ en la

forma verbal bajo consideración (línea llena). En el ejemplo (119), el sujeto de la forma

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verbal anterior ‘sé’ es implícito. Solamente el 51,79% de los cambios referenciales llevan un

sujeto nulo. Como se observa en el ejemplo (120), el sujeto del verbo ‘fue’ se refiere al ‘perro

gato más digno’, mientras que el sujeto del verbo ‘dijo’ refiere a ‘la Carola’. Pues, en 188/363

casos, un cambio de sujeto no lleva a la explicitación de un sujeto (121). En los demás casos,

el sujeto pertenece al los otros tipos de sujeto expreso (16,25%), como se ilustra en el ejemplo

(122,123).

(118) En todo caso, lo mismo que tú me decí, se lo he dicho yo.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(119) No sé, ella dice. <No sé> yo le dije, <no creo porque yo el que conocíamos se

llamaba Jorge> y yo le dije, <sí, que le decían Jorge, pero su nombre verdadero era

Giorgio>. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

(120) La Carola, la Carola me contó que había hecho perro gato po.Pero creo que mi

perro gato fue uno de los más indignos, pero creo que el más digno fue el tuyo (PrO-

T). Así me dijo. (AM.Gen2.C2.F.01a, A1CU)

(121) Ya tiene la intención de seguir. Ahora, "Oiga, ¿sabe qué más? Yo vengo a

buscar, eh, y, puta no he pagado de diciembre", "Ah, no. Estái afuera", ¿cierto? Ahí sí

es diferente. Por eso te digo, que según los estatutos, dice, "Debe, sus-los beneficios,

estando tres meses impagos" (Rs_Gen4_C2_01b, RJAM)

(122) Pero según, como te digo, según mi amiga dice que es uno que conocíamos

nosotros. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

(123) Oye Javiera, adivina que me dijo el tío. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony,

No8VMAr)

En lo que concierne a la continuidad referencial, el sujeto es omitido en 139/179 casos

(77,65%) (124,125). En un 13,97% aparecen los sujetos correferenciales en forma pronominal

(9,10) y 8,38% se presenta como otro tipo de sujeto (11,12). Los siguientes datos tomados del

corpus (124-129) ejemplifican la correferencialidad entre los sujetos de la forma verbal

anterior y la forma verbal cuyo sujeto se analiza.

(124) Pero ¿qué le dijo? ¿Le dijo algo? (AM.Gen2.C2.F.01a, CU)

(125) Si ayer no más vino una una colega de mi mamá y decía que su su hija estaba

estudiando arte en el en en en Valparaíso y le salía trescientas lucas mensual.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

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(126) El Héctor.Y la primera vez que lo escuché decir un garabato. Y la señora lo

quedó mirando y le había dicho justo recién que era lind- qué lindo el niñito. Lo quedó

mirando y se dio vuelta. Y le digo <Héctor>, le digo yo, <¿de a dónde aprendiste

eso?>. ¿Quién te enseñó? Pero no me no me decía.Y después supimos que era por el

Galar. (FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

(127) (...) Porque todos cuentan- la Eva cuenta que el el cabro es es llorón, las tiene

todas. Entonces él me dice <¡Ah! ¿Entonces no tengo que decir <chupapico>?>.

(FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

(128) Está igual que la que contó el chino. El chino dice que había en--él no sé qué es

lo que tenía con un doctor. (...) (FA_Gen3_C2_01c, VMAR)

(129) Porque me llamó po. Recíen me llamó y ya se venía igual y no le pregunté

porque llamaba tan temprano. Porque ella, porque me dijo la Janet <temprano> dijo,

<porque voy a salir a las ocho> me dijo. (ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

En caso que ocurra un cambio parcial, el sujeto es expresado en 8/23 casos por un PPS

(34,78%) (130,131) y en 2/23 casos por otro tipo de sujeto (8,70%) (134). Se omite el sujeto

en un 56,52% (132,133). Por lo tanto, el cambio parcial parece ser el factor que más influye

en la expresión pronominal, si no fuera por la cantidad infrecuente en que aparenta en el

corpus. En los ejemplos (130-134), el objeto (línea de puntos) en la cláusula anterior es

correferente con el sujeto (explícito o implícito) de la forma verbal bajo consideración (línea

llena).

(130) ¡Oh! y y cuando él me dijo eso yo dije pucha, yo cómo nunca supe>.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

(131) Yo le dije a usted. (RJAM) Sí, sí usted me dijo. (Rs_Gen4_C2_01a, RuJAM)

(132) Sí porque yo el otro día le dije a la Mary y me dijo que no, que ya no estaba tan

pesada. (FA_Gen3_C2_01c, MaAG)

(133) Pero hay uno que viene a pagarme la pura cuota no más y me empieza a hablar

y yo no hallo como cortarle, y me habla dos horas. (ATpo_Gen3_C1_M_01, RAG)

(134) Era tanto, porque Napoleón estaba inventando frases constantemente, llevaba

un weón, al weón tonto, entonces el weón tonto decía, "Oye, anótame esto" (...)

(Rs_Gen4_C2_01b, RJAM)

En cuanto al factor de switch-reference, cabe constatar que el español chileno aquí estudiado

se asimila a la variante madrileña. En un estudio de Cameron (1993: 315), esta variante indica

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una frecuencia pronominal del 38% cuando ocurre un cambio de referencia y de un 14% en

caso de una continuidad referencial con el sujeto anterior. Otras variantes estudiadas se

muestran más sensibles al switch-reference. De este modo, en un contexto de cambio de

referencia presentan porcentajes mucho más altos que el español chileno: San Juan, 66%

(Cameron 1993: 315), Nueva York: 54%, Puerto Rico: 57% (Flores-Ferrán 2004a: 63),

Colombia: 44% (Orozco y Guy 2008: 74). No obstante, cuando se presenta un cambio parcial,

los sujetos del español colombiano se expresan en un 34% con un PPS, lo que concuerda con

el resultado de este estudio (34,78%). Es pertinente señalar que solamente los estudios de

Claes (2011) y de (Orozco y Guy 2008) han distinguido el cambio parcial. Sin embargo, si en

este estudio se juntan los cambios completos con los cambios parciales no se altera mucho el

resultado: la tasa de los PPS quedaría en 32,12% para un cambio de referencia.

En síntesis, este estudio comprueba otra vez lo que muchos otros estudios antes ya habían

comprobado: el factor de switch-reference influye en el uso de la variable sujeto. En contextos

donde se presenta un cambio de referencia, el sujeto favorece el uso de los PPS (31,96%),

mientras que en contextos de continuidad referencial, prefiere sujetos nulos (77,65%). No

obstante, es curioso que en comparación con todas las variantes del español, el chileno se

muestra como el dialecto menos dominado por este factor. Es comprensible que esto se deba

al hecho de que no investigamos secuencias oracionales sino nos limitamos a las formas

verbales de dos verbos.

4.2.2.2 Priming

Tabla 15: La variable sujeto y el fenómeno de priming

Persistencia de

expresión (%)

Persistencia de

omisión (%)

No persistencia

(%)

Ambiguo (%)

PPS 42 (27,45%) 0 104 (67,97%) 7 (4,58%)

NULO 0 151 (42,19%) 186 (51,96%) 21 (5,87%)

OTRO 17 (21,52%) 0 59 (74,68%) 3 (3,80%)

Total 59 (10%) 151 (25,59%) 349 (59,15%) 31 (5,25%)

En el marco teórico ya hemos definido el fenómeno de ‘priming’ o persistencia y hemos

explicado como íbamos a examinar el factor dentro del corpus (véase 2.2.2.4). La tabla 15

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revela los resultados del análisis. Recordemos que únicamente investigamos los casos de

persistencia entre los sujetos completamente correferenciales.

En primer lugar, del total de todos los sujetos pronominales, el 27,45% está expresado como

resultado de persistencia. En los ejemplos siguientes, la correferencia anterior es indicada con

una línea llena, el sujeto bajo observación es doblemente subrayado y la forma verbal que

corresponde con este sujeto lleva una línea de puntos. Los ejemplos (135,136) demuestran

clarmente la correferencialidad entre los sujetos ‘yo’ porque los datos son pronunciados por la

misma persona. No obstante, (137) es un ejemplo ambiguo: como el PPS ‘nosotros’ es

pronunciado por otra persona, es posible que se refiera al mismo grupo de personas,

incluyendo el locutor, pero igualmente es posible que el hablante se refiere a un grupo

distinto. Por lo tanto, cuando el contexto no aclara la correferencialidad cien por ciento, se

considera un caso ambiguo (4,58%).

(135) Pero según, como te digo, según mi amiga dice que es uno que conocíamos

nosotros. No sé, ella dice, yo le dije, y yo le dije, (...) (ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

(136)

− JC: O sea, yo creo que está chore-no.

− A1JC: Pero no estaba conectado porque-.

− JC: No, si yo hablé con él, ehh-. (AM.Gen3.C1.M.01a)

(137)

− RJAM: Porque yo- nosotros ahí le propusimos le propusimos ya a la señora

que-

− AnJAM: .. no fuiste?

− AJAM: Sí po, si tenemos todo listo ya po. Pero hay que confirmar cuándo

vamos a ir po.

− JAM: Ya entonces, uh, por ejemplo, nosotros le decimos a la señora que, por

ejemplo en noviem-, o sea en octubre que le pone, (...). (Rs_Gen4_C2_01b)

En segundo lugar, tomando en consideración el total de los sujetos nulos, 151/358 datos

(42,19%) se puede explicar como resultado de una persistencia de omisión. En los ejemplos

(138,139), que ilustran este efecto, hemos marcado los sujetos nulos correferenciales con el

signo de omisión ‘Ø’. Los subrayados siguen las indicaciones previas mencionadas. Sin

embargo, como podemos observar en el ejemplo (140) también se presentan algunos casos

ambiguos (5,87%), donde la correferencia no queda clara.

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(138) Ø Te quiero decir un secreto. ¿Ø Te digo qué secreto? (FUp_Gen3_C2_M_01f,

No2JAGu)

(139) Entonces el weón estaba pero así odioso. O sea, Ø estaba así como bajado,

¿cachái? Le dije, <Oye, puta, vamos a salir. Vamos a dar una vuelta a la éste>, Ø me

dijo, <Puta, tengo que trabajar>, así y yo le dije, <Ya, puta, pasé a avisarte ¿cachái?.

Ya, me voy yendo>. (AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

(140)

− JC: Nos vemos, papá.

− Papá: ¿(ininteligible)?

− JC: Con unas amigas. Chao. Me Ø dijo que todavía estaba.

(AM.Gen3.C1.M.01a)

En tercer lugar, volviendo la mirada hacia los otros tipos de sujetos, constatamos asimismo un

efecto de priming de expresión en un 21,52% de los casos (141,142).

(141) La Gaby no quería ir. El Zaúl fue fue a la casa y dijo, <¿Qué van a hacer?>,

<No, vamos a ir a ver una obra>. Dijo, <Ya, es que podríamos ir y yo>, y la weá .<Ya,

bueno weón. Vamos>. Y después la Gaby dijo, <No, yo no voy>. Y después la Gaby

se instaló igual ¿cachái? Llegamos los cuatro. (AM.Gen3.C1.M.01a, A2JC)

(142) Pero si el doctor le dijo, ¿tiene que usar preservativo? Hijo, ¿el doctor te dijo

que tieneh que usar gorrito? (FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

Igual que con el factor de switch-reference, cabe subrayar que no analizamos la secuencia

discursiva del corpus sino las formas verbales de dos verbos, ‘decir’ y ‘hablar’. Esto puede

haber alterado los resultados en cuanto al mecanismo de priming, porque este factor se

relaciona especialmente con la suceción del discurso. En comparación con el estudio de

Travis (2007) sobre el efecto de priming, se notan las siguientes divergencias.

Por un lado, mientras las variantes de Nuevo México y Colombia indican más influencia por

priming de expresión (50% y 55% respectivamente) que por priming de omisión (23% y 40%

respectivamente) (Travis 2007: 121), el español chileno presenta una tendencia inversa:

27,45% por priming de expresión y 42,19% por priming de omisión. Por otro lado, Travis

(2007: 102) observa que la persistencia disminuye en el habla espontáneo, dado los frecuentes

cambios de tópicos. Sin embargo, al considerar el dialecto chileno y el colombiano, ambos del

género conversacional, es solamente el primero que indica un efecto menor de priming. Por

último, es pertinente no ignorar las distintas tasas pronominales de las variantes mencionadas

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a continuación: un 33% para Nuevo México y un 48% para Colombia en el estudio de Travis

(2007: 112). Puesto que son más altas que la del chileno (25,93%), también es lógico que la

persistencia de expresión en estos otros dialectos se muestra más influyente.

A continuación, vamos a discutir el factor de priming relacionándolo con el fenómeno de

switch-reference (Cameron y Flores-Ferrán 2004b: 44, Abreu 2012). A primera vista puede

parecer que estos dos factores no son compatibles. Sin embargo, nada es menos cierto.

Sabemos que en contextos donde ocurren cambios de referencia, los sujetos tienen más

probabilidad para expresar un PPS (31,96%) que los sujetos que aparecen en contextos de

continuidad referencial (13,97%) (véase 4.2.2.1). En la tabla 16 hemos añadido los efectos de

priming a ambos contextos para los tres tipos de sujeto. Expliquemos en qué consisten los

resultados más destacados e ilustremos con ejemplos del corpus:

Tabla 16: La variable sujeto según el factor de switch-reference y el factor de persistencia

PPS NULO OTRO Total

CAMBIO 116 188 59 363

− Persistencia de expresión 27 8 35

− Persistencia de omisión 59 59

− No priming 86 126 50 262

− Ambiguo 3 3 1 7

CONTINUIDAD 25 139 15 179

− Persistencia de expresión 14 9 23

− Persistencia de omisión 91 91

− No priming 11 48 6 65

Cuando se presenta un cambio de referencia, en 27/336 casos se expresa un sujeto pronominal

como consecuencia de priming. Este priming no es un priming del sujeto inmediatamente

anterior sino del mismo referente dos o más cláusulas anteriores (hasta diez cláusulas

anteriores) (143). Pero es más importante, cuando se presenta un cambio referencial, 86

sujetos se expresan con un PPS pero no como consecuencia de un priming. Estos sujetos

poseen una función desambiguadora (144) o de cambio de tópico (145). En caso de

continuidad referencial, solamente 14/179 casos que se expresan con sujetos pronominales

son el efecto de priming de expresión (146,147). En cambio, 91/179 casos en contexto de

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correferencialidad, resultan sujetos nulos por priming de omisión (148,149). Esto corresponde

a un 50,84% de los datos en contexto de continuidad correferencial.

(143) Ya, yo pensé3 que le estaba2 poniendo el gorrito, el pasamontañas, porque lo

había1 ido a buscar el Pablo. Entonces yo le digo <Hijo, no no ha- no diga ni haga

nada de lo que hace el Diego>. Porque todos cuentan- la Eva cuenta que el el cabro es

es llorón, las tiene todas. (FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

(144)

− AleAG: Explícale por qué te las comiste.

− VAA: No, si él dijo que las rojas eran suyas. (FA_Gen3_C2_01c)

(145) Ésa ésa es la meta que tiene él, o sea, no es tanto la idea de que hacerse plata y

(ininteligible), claro, por su puesto que lo va a hacer, pero la idea es la otra, ¿me

entendí? Y aparte que el Nano es muy humanitario entonces es de los que le gusta

ayudar mucha gente entonces dice <les pego el palo a uno y a (ininteligible)>. ¿Cachái

o no? Esa onda. En todo caso, lo mismo que tú me decí, se lo he dicho yo.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

(146)

− VCU: Él quería carretear.

− NCU: Ah, ¿él te dijo si íbamos a carretear? (AM.Gen2.C2.F.01a)

(147) Eh, una cosa yo te voy a decir, que yo cuando fui a la oficina del adulto mayor,

yo pedí autorización que me autorizara- para llevar las las cosas voluntariasEntonces,

me dijo, "Mira, te vamos a dar tres cupos", y yo le dije, "Oiga, pero es que somos

ochenta y cinco", me dijo, "Mira, por ser a ti, te paso una más, pero que tienes que

tener más de cincuenta años" (Rs_Gen4_C2_01a, VJAM)

(148) Ya sabemos que del otro día que había que pagar trece mil pesos, ¿no cierto? Ø

Se los pagué al tiro. Ø No tenía idea Ø te digo sinceramente, porque uno es pajarón, a

esta edad uno se pone pajarón. (Rs_Gen4_C2_01b, RJAM)

(149) Yo no, yo no quise decirle-lo que yo les digo a .., que ya estaba comprado los

tickets de la aduana y todo, pero no quise mandarle la parte porque le dije que iba a

consultarlo, entonces ya tengo la respuesta. Le puedo decir lo mismo, pero-

(Rs_Gen4_C2_01b, AnJAM)

De lo que precede se desprende que en un contexto de cambio de referencia, los dos

mecanismos, switch-reference y priming, influyen ambos en la expresión pronominal. Por un

lado, se observa más persistencia de expresión (27 datos) y por otro lado, se expresan más

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PPS sin persistencia (86 casos). En un mayor grado, en un contexto de continuidad

referencial, switch-reference y priming influyen en la variable sujeto, pero ahora con un

efecto inverso, creando sujetos nulos. La cantidad de sujetos nulos que son el resultado de

priming (N=91) casi dobla la cantidad de sujetos nulos no influídos por este factor (N=48).

Con esto podemos confirmar la observación de Abreu (2012: 2), que priming afecta tanto en

contextos no referenciales, es decir, con un cambio de referencia, como en contextos

correferenciales o continuidad de referencia. Sin embargo, en este segundo contexto, la

persistencia de la omisión del sujeto ocurre con mucha más frecuencia, hasta en más de la

mitad de los datos (50,84%).

Así pues, resumiendo, en el español chileno aquí analizado, la persistencia de omisión se

muestra más potente que la persistencia de expresión. Por consiguiente, el factor de priming

influye en el uso de la variable sujeto, pero probablemente no tanto en la expresión de los PPS

sino en la mayoría de los casos en la omisión de los sujetos. Estos resultados concuerdan con

la tasa pronominal no elevada de esta variante.

4.2.3 Factor semántico

4.2.3.1 Semántica de los verbos

Como se explica en la sección 3.2 de la metodología, hemos compuesto el corpus examinando

los sujetos (explícitos e implícitos) de las formas verbales de los verbos ‘decir’ y ‘hablar’. Sin

embargo, estos verbos no aparecen en cantidades iguales en los datos del corpus, sino que

muestran mucha divergencia en cuanto a su frecuencia (vea tabla 17). El verbo ‘decir’ es el

verbo más frecuente con 543 datos en el corpus, mientras las formas verbales de ‘hablar’

apenas aparecen 47 veces. Esto causa que las siguientes declaraciones siempre tengan que ser

vistas desde esta perspectiva. En otras palabras, al comparar el comportamiento de los verbos

‘decir’ y ‘hablar’ en relación con la variable sujeto siempre hay que tener en cuenta la

desproporción de las frecuencias de estos verbos en el corpus.

Tabla 17: La variable sujeto según los verbos ‘decir’ y ‘hablar’

PPS (%) NULO (%) OTRO (%) Total (%)

decir 143 (26,34%) 322 (59,30%) 78 (14,36%) 543 (100%)

hablar 10 (21,28%) 36 (76,60%) 1 (2,13%) 47 (100%)

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La tasa pronominal del verbo ‘decir’ es de un 26,34%, mientras la del verbo ‘hablar’

desciende un poco hasta un 21,28%. No obstante, al examinar el uso pronominal por persona

y número, constatamos que este factor sí parece influir del mismo modo en ambos verbos.

Para ‘hablar’, 6/10 PPS se presentan en la primera persona singular (60%) (150). Esta cifra se

asimila a la del verbo ‘decir’, donde 94/153 PPS aparecen en la forma de ‘yo’, lo que

corresponde a un 61,44% (151).

(150) Eso yo lo hablé incluso dos meses atrás del asunto de la deuda de los que

habían dejado- (Rs_Gen4_C2_01b, HJAM)

(151) <Ah, que bien> le dije yo, <y eso es mentira>. (ATpo_Gen3_C1_M_01, PF)

Los tiempos verbales que más influyen en la expresión pronominal del verbo ‘decir’ son el

presente del indicativo (28,30%) (152) y el pretérito simple (22,63%) (153). En cambio, para

el verbo ‘hablar’, solamente aparece un tiempo verbal influyente: el presente de indicativo

(43,75%). Por lo tanto, el 70% de los sujetos pronominales de ‘hablar’ están acompañado por

un verbo en presente de indicativo (154).

(152) Yo digo, weón, nos sacan de día de día las fotos-ojalá que saquen de día weón,

porque de noche--cuando hay copete, weona. (AM.Gen2.C2.F.01a, A1CU)

(153) ¡Oh! y y cuando él me dijo eso yo dije <pucha, yo cómo nunca supe>.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, AAG)

(154) Yo nunca hablo esas weás (W-sub2), por ejemplo, yo he visto weones (W-

sub1) así como que delante de gente, poco menos que de colegas de trabajo, ¿cachái

(Ve-Vc)(TD)?, dicen eso po. (AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

La posición del sujeto pronominal difiere ligeramente entre los dos verbos. El verbo ‘hablar’

muestra un orden de palabras más fijo, con un 80% de los PPS en posición preverbal (155).

En cambio, un 73,43% de los datos de ‘decir’ aparecen en la construcción SV (156) y 26,57%

en la construcción VS (157).

(155) Ya, yo hablo primero ¿ya? (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, Na3VMAr)

(156) ¿Tú decíh? (AM.Gen3.C1.M.01a, DescC1)

(157) Eso le decía yo po, oye. <Si no tení necesidad>. (FA_Gen3_C2_01c, MaAG)

El factor de switch-reference no muestra muchas divergencias entre los dos verbos estudiados.

Por un lado, en un contexto de cambio referencial, ‘decir’ presenta un 31,76% de sujetos

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pronominales y ‘hablar’ un 34,78%. Por otro lado, en un contexto de continuidad referencial,

‘decir’ indica un porcentaje de un 14,72% de PPS y ‘hablar’ de un 6,25%. En suma, los

cambios referenciales tienen un efecto más fuerte en ambos verbos. No obstante, podemos

decir que el factor de cambio influye más en el verbo ‘hablar’ (158) mientras la continuidad

referencial afecta mayormente el verbo ‘decir’ (159).

(158) Quiere saber cómo hablas tú. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony, VMAr)

(159) Yo te digo, por eso, yo te digo no reclamo con que me saquí, es lógico que me

tení que sacar. Yo tampoco dejaría que (ininteligible). (FA_Gen4_C2_01n_segundo,

AAG)

Al examinar el factor de persistencia en ambos verbos, resulta que se presenta más potente

con el verbo ‘decir’. De los sujetos nulos, el 43,17% es resultado de priming (160), igual que

el 28,67% de los sujetos pronominales (161). En cambio, para el verbo ‘hablar’, el factor de

persistencia causa el 33,33% de los sujetos nulos (162) y solamente el 10,0% de los PPS

(163).

(160) Sí, me dijo, eh, Ø me llamó, "Puta", Ø me dijo, "oye, estoy esperando que me

díh la plata", "¿Qué plata, weón?", me dice, eh, "Es que, mira, tú sabíh que me dijeron

que-", "Para, para, para. Esto es para los socios. Cuando fallece el socio, si tú hubiérai

parado la chala, yo te hubiera dado-y a lo mejor tampoco, porque esto va a empezar en

octubre, a principio de octubre, porque en este momento no hay plata"

(Rs_Gen4_C2_01b, JAM)

(161) Yo no, yo no quise decirle-lo que yo les digo a .., que ya estaba comprado los

tickets de la aduana y todo, pero no quise mandarle la parte porque le dije que iba a

consultarlo, entonces ya tengo la respuesta. Le puedo decir lo mismo, pero-

(Rs_Gen4_C2_01a, AnJAM)

(162) Y Ø se me acerca <Qué lindo el niñito>, <Qué es tierno> porque me abrazaba

y Ø hablaba todo. Y de repente mira y dice eh <Oh>, dice, <Ahí están los pacos>. Yo

le digo <No, hijo, son los carabineros>. (FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

(163)

− JC: O sea, yo creo que está chore- no.

− A1JC: Pero no estaba conectado porque-.

− JC: No, si yo hablé con él, ehh-. (AM.Gen3.C1.M.01a)

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Aunque no hemos podido analizar diferentes categorías semánticas, si hemos analizado una

categoría interesante, la de los verbos dicendi, a la cual pertenecen los verbos ‘decir’ y

‘hablar’ prototípicamente. No se encuentran muchas razones para suponer que la elección de

los verbos haya influido mucho en los resultados de este estudio: por un lado, las tasas

verbales no se muestran muy altas, al contrario, se encuentran debajo de la mayoría de las

variantes del español ya estudiadas. Por otro lado, hasta ahora no podemos comparar con

muchos otros estudios sobre el uso pronominal en el dialecto chileno, así que dejemos que

esta investigación sea el primer paso en la exploración de la variante.

Recordamos que según Travis (2007: 116), sobre todo la gran presencia de la forma de la

primera persona del singular del verbo ‘decir’ influye en la apariencia de los sujetos

pronominales, porque puede funcionar como un verbo psicológico. Sin embargo, al investigar

este uso en el corpus (no de manera cuantitativa), sólo lo encontramos esporádicamente. En

los ejemplos (164,165), ‘digo’ lleva una connotación de ‘creo’ o ‘pienso’, pués se puede

considerar como un verbo psicológico, cognitivo o de actividad mental. Además, se muestran

algunos casos de un mismo significado cognitivo con la segunda persona singular (166) y con

la tercera persona del singular (167). En los ejemplos se observa muchos PPS explícitos, lo

que enfatiza el punto de vista, la opinión o creencia de la persona. Por eso, se supone que el

egocentrismo de la lengua influye en la expresión de los PPS en el dialecto chileno (Morales

1997: 157). Travis (2007), al contrario, no menciona estos usos cognitivos con otras personas

en su estudio.

(164) Oye , señora Angélica, hay otra cosa de que eso también se puede prestar para

comentar, por el hecho de que a lo mejor, digo yo, oye que que una de estas personas,

póngale que se le autorice, "Ya, haga más", y después, "No que tsh es que yo llegué,

fui no más y no tuve ni un problema". No, en ir, en viajar- (Rs_Gen4_C2_01b, JAM)

(165) Yo digo, weón, nos sacan de día de día las fotos-ojalá que saquen de día weón,

porque de noche--cuando hay copete, weona. El el el baño, el baño, el baño, eh,

callejero po, weón. (AM.Gen2.C2.F.01a, A1CU)

(166)

− VAA: A mí me piden permiso pa' todo. Pa' sacarle foto. Pa' grabar, para todo.

− MaMA: ¿A ellos no?

− JMaMA: ¿Tú decí que no?

− MaMA: ¿Mmm?

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− JMaMA: ¿Tú decí que no?

− MaMA: No, yo-. (FA_Gen3_C2_01c)

(167) Por eso que a mí me carga cuando alguien dice que la política es sucia, que la

política no se debiera meter. Todos somos seres políticos. (Eu_Gen4_C1_F_01b,

PEUpu)

No obstante, la gran mayoría de los datos de ‘decir’ posee un significado comunicativo, y esto

se debe a su estructura argumental: 65/80 casos de ‘digo’ llevan un pronombre de objeto

indirecto (168,169,171). En estos casos, de ‘decir algo a alguien’, el significado cognitivo se

imposibilita. Entiéndase bien, asimismo las formas verbales que no llevan objeto indirecto

pueden tener el significado de pronunciar algo con palabras (170). En otras palabras, cuando

la estructura argumental de la cláusula incluye un objeto indirecto, el verbo ‘decir’ siempre

lleva un significado comunicativo, mientras cuando no aparece un objeto indirecto, ‘decir’

puede asumir tanto un significado cognitivo como comunicativo. El significado del verbo

‘hablar’, al contrario, siempre es de expresarse verbalmente, con o sin objeto indirecto

(171,172,173).

(168) (...) Y el Alv- él iba detrás y atrás mío una señora. Y se me acerca <Qué lindo

el niñito>, <Qué es tierno> porque me abrazaba y hablaba todo. Y de repente mira y

dice eh <Oh>, dice, <Ahí están los pacos>. Yo le digo <No, hijo, son los

carabineros>.Me dice <No>, me dice, <Son los pacos, son todos unos weones>.

(FA_Gen3_C2_01c, AleAG)

(169) Bueno, en todo caso igual yo le voy a preguntar al Choche, pero yo creo que no

porque como te digo el Choche es cabeza de pollo, pero lo habría dejado por ahí po.

(ATpo_Gen3_C1_M_01, AGS)

(170) Ahora, el- hay, entonces, el Martínez, que dice que se retira, pero no ha

mandado la carta de renuncia. (Rs_Gen4_C2_01b, AnJAM)

(171) Yo nunca hablo esas weás, por ejemplo, yo he visto weones así como que

delante de gente, poco menos que de colegas de trabajo, ¿cachái?, dicen eso po.

Delante de ustedes les digo porque las conozco, tenemos confianza, ¿cachái?

(AM.Gen3.C1.M.01a, JC)

(172) Qué pobre, si estaba conectado hasta tarde. Y me habló. Me preguntó por el--

por la weá de, eh, del bus de Minerva. (AM.Gen2.C2.F.01a, NCU)

(173) En denante me habló en holandés. (FUb-m_Gen3_C2_M_01a_dos-Sony,

Na2VMAr)

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En definitiva, como la mayoría de los datos de ‘decir’ aún se clasifica semánticamente bajo

los verbos dicendi, no se encuentran razones para cambiar la clase de este verbo a la de los

verbos psicológicos o cognitivos. Con todo, se puede suponer que la elección de estos verbos

ha influido la tasa pronominal pero no de la manera que Travis (2007) describió, puesto que

aparecen usos cognitivos de ‘decir’ con todas las personas, y no sólo con la primera persona

del singular. Una investigación semántica cuantitativa traería más transparencia sobre el tema.

No obstante, debido a la insuficiente cantidad de datos del verbo ‘hablar’ no era el momento

oportuno para hacer un extenso análisis comparativo.

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5 Conclusión: estudio de corpus

El análisis de corpus se ha enfocado sobre todo en la investigación de factores sintácticos,

pragmáticos y pragmático-discursivos. Conviene recordar que el objetivo de este estudio

empírico consiste en definir los factores influyentes en el uso de la variable sujeto en el

español chileno de Iquique. Además, para dar una visión más completa en cuanto al espectro

de la variación dialectal, propusimos comparar el uso de la variable sujeto del dialecto chileno

aquí analizado con otras variantes del español.

En primer lugar, en cuanto a los factores sintácticos, observamos que la expresión de los

sujetos pronominales en el español chileno está influído por el factor de persona y número.

Las personas del discurso (‘yo’, ‘tú/vos’ específico y ‘usted’) favorecen porcentualmente la

expresión explícito de un PPS, mientras las otras personas prefieren la omisión de un sujeto.

Luego, se constató que la ambigüedad de la forma verbal no aumenta la expresión de los PPS

y por lo tanto se pudo refutar la hipótesis de la compensación funcional. Ahora bien, del

factor del tiempo verbal se nota que algunos tiempos prefieren más sujetos pronominales que

otros. En este orden de preferencia, es el presente de indicativo que ocupa el primer lugar,

luego se encuentra el imperfecto y después el pretérito simple. Considerando el orden de las

palabras, afirmamos la correlación entre la fijación de este y el aumento de la tasa

pronominal: el habla chilena, con un considerable porcentaje de PPS posverbales, tampoco

indica una tasa pronominal muy alta.

En segundo lugar, investigamos dos factores pragmáticos o pragmático-discursivos: switch-

reference y priming. Ambos son fenómenos universales, pero el grado de influencia varía de

una variante o lengua a otra. Por una parte, el español chileno sigue la tendencia comuna con

el factor de switch-reference: contextos de cambios referencial favorecen sujetos

pronominales, al contrario que contextos de continuidad referencial, donde aparecen más

sujetos implícitos. Por otra, este estudio indica que el factor de priming influye más en la

omisión de sujetos que en su expresión.

En tercer lugar, se comparó los factores de influencia de este corpus chileno con otros

dialectos del español. Como la tasa pronominal del español chileno se encontraba cercana a la

de las variantes ecuatoriana y colombiana (Otheguy, Zentella y Livert 2007), se podía

sospechar un efecto semejante para los factores de influencia. Sin embargo, de todo lo

anterior se desprende que el uso de la variable sujeto del español chileno de nuestro corpus, en

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su totalidad, no se asimila a ninguna variedad anteriormente estudiada, ni al español de

Santiago de Chile (Cifuentes 1980). Por ejemplo, en cuanto al factor de persona y número, se

puede decir que en muchos dialectos existe una preferencia para usar los PPS con las personas

en singular, y sobre todo con la primera persona de singular. Aun así, aunque el porcentaje de

‘yo’ clasifica el español de Chile alrededor de las variantes de Puerto Rico (Abreu 2012) y

Colombia (Travis 2007, Orzoco y Guy 2008), los otros porcentajes por persona se alejan del

español caribeño. Al parecer, los hablantes del chileno de este corpus siguen a veces una

tendencia que corresponde a las variantes del Caribe (aumento de PPS con la primera persona

del singular) y a veces siguen una tendencia que corresponde a las variantes penínsulares (uso

de la variable sujeto con el factor de switch-reference y uso de sujetos pronominales

posverbales en cláusulas interrogativas). No obstante, basándonos en los resultados del

análisis, la mayoría de los factores afecta esta variante de una manera única que no se deja

relacionar con otros dialectos préviamente estudiados (por ejemplo, el factor de tiempo verbal

o priming).

La mayoría de los estudios anteriores trata uno o varios dialectos del Caribe (Cameron 1993,

Morales 1997, Bentivoglio 1987, Flores-Ferrán 2004a, 2004b, Orozco y Guy 2008, Claes

2011, Abreu 2012), otros el español penínsular (Cameron 1993, Enríquez 1994, Aijón y

Serrano 2012), unos pocos el habla de México (Travis 2007, Orozco y Guy 2008) y sólo uno

investiga el dialecto de Buenos Aires y Santiago de Chile (Enríquez 1986). En consecuencia,

no resultó posible comparar todos los factores de influencia con todo el panorama de la

variación dialectal del español. Con todo, podemos reconocer que la variante chilena se

encuentra en una posición entre por un lado los dialectos de Madrid y México con tasas

pronominales más bajas y por otro lado los dialectos caribeños que presentan una abundancia

pronominal. El parámetro de anális que mejor ilustra esta posición del español chileno

consiste en el factor del orden de las palabras. Los datos afirman la relación inversa entre el

porcentaje de sujetos pronominales pospuestos y la tasa pronominal, que contrariamente a los

otros factores de influencia sí indica un vínculo directo entre todos los dialectos distintos.

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Conclusión general

Este estudio ha investigado la manifestación del sujeto en el español chileno, más

específicamente el español hablado en la ciudad de Iquique, en comparación con el espectro

de la variación dialectal de la lengua española. Cabe señalar que una “comparación entre los

estudios consultados no es, sin embargo, siempre fácil, debido, fundalmente, a las diferencias

metodológicas y a los diversos objetivos que se planteaban en cada caso” (Enríquez 1986:

47).

La parte de estado de la cuestión discutó el concepto de la variable sujeto en la lengua

estándar y luego examinamos su uso y factores de influencia en la variación dialectal. La

observación que el sujeto pronominal como variable se restringe cada vez más por factores

discursivos nos obliga a reconsiderar el título de ‘variable’ en la variable sujeto. Dentro del

campo de la variación dialectal, sería interesante investigar cuál es el estatus de la variable

sujeto28 y cómo este difiere en las variantes del español. Podemos preguntarnos, por ejemplo,

si en la variante caribeña, con su uso pronominal abundante, la expresión pronominal trae

menos significados de contraste o topicalidad que en la variante peninsular.

En el estudio de corpus examinamos los factores de influencia (sintácticos, pragmáticos y

pragmático-discursivos y semánticos) que habíamos deducido de estudios anteriores que

investigan la variable sujeto. Ya concluimos que el uso pronominal del dialecto chileno no se

iguala a otra variante anteriormente estudiada. No obstante, el español ecuatoriano y

colombiano forman tal vez la excepción, puesto que muestran las tasas pronominales más

cercanas al chileno. Aun así, la hipótesis que las variantes de la zona pacífica de suramérica se

asimilan en cuanto a su uso pronominal, no pudo ser comprobado por falta de datos. Por un

lado, los únicos estudios que investigaron el español colombiano más profundamente trataron

el habla de la costa caribeña (Orozco y Guy 2008, Claes 2011). Por otro lado, no hemos

encontrado estudios que investigan factores de influencia en la variante ecuatoriano, ni mucho

menos en el peruano.

Con todo, hemos intentado ofrecer una correcta representación de la manifestación del sujeto

en el habla chileno dentro del espectro de la variación dialectal en español. Además,

esperamos que el estrecho panorama en cuanto a teorías, hipótesis y previas investigaciones

28 En otras palabras, hasta dónde podemos aceptar la sinonimia entre el sujeto fonético y el sujeto nulo (Silva-Corvalán 2003: 4).

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sobre el tema puedan resultar aprovechoso para dar nuevos ángulos de incidencia para

investigaciones futuras sobre el tema y forjar nuevas hipótesis que explican el porqué de la

expresión pronominal.

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