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AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE XXII Encuentro. Rufino 5 de octubre de 2013 Nuestra Juglaría Aldo Hugo Lamberti Belgrano 289 (6125) Serrano CÓRDOBA 03385-495033 03385-15522863 [email protected]

Lamberti, Aldo Hugo. 2013. Nuestra juglaría

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Los dichos que dice la gente, algún suceso curioso que trascendió el lugar específico donde se generó y se propaló por distintos sitios de la región, distintos factores climáticos (inundaciones, sequías, grandes tormentas) que por su magnitud modificaron, aunque sea parcialmente, la vida de aquellos que los padecieron, las anécdotas risueñas, etc. son algunos hechos que generan este trabajo. La idea es convertirlos en canciones y a su vez interpretarlos para que, a manera de antiguas formas, se conozcan en otros sitios, se trasladen a otras regiones y perduren. El sitio geográfico que delimita este trabajo puede situarse con límites difusos por el sur de la provincia de Córdoba, sur de Santa Fe, noroeste de Bs. As. y la parte lindante de la provincia de La Pampa. El encuadre musical está basado en ritmos de raíz folklórica (canciones, milongas, polcas, zambas, etc.); se toman sucesos que ocurrieron a partir de los primeros años del siglo pasado.

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AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL

SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE

XXII Encuentro.

Rufino

5 de octubre de 2013

Nuestra Juglaría

Aldo Hugo Lamberti

Belgrano 289

(6125) Serrano

CÓRDOBA

03385-495033

03385-15522863

[email protected]

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En la Europa Medieval, juglar era un artista del entretenimiento que ejercía su

oficio de pueblo en pueblo, de aldea en aldea. Tocaba distintos instrumentos, cantaba,

recitaba, contaba historias o leyendas y ofrecía sus recitales en palacios, plazas públicas,

mesones, etc. Su público pertenecía a las distintas clases sociales. .

Mester (oficio) de Juglaría era el oficio de los juglares y también el conjunto de

poemas creados por estas personas y transmitidos oralmente de padres a hijos.

Salvando las distancias, este trabajo, que se retroalimenta permanentemente, pretende

desde los hechos concretos (cantar y contar de pueblo en pueblo) rescatar momentos

regionales, cotidianos, anónimos, a efectos que perduren en el tiempo y colaboren para

mantener la identidad y el sentido de pertenencia a esta región que habitamos.

Fundamentos

Los dichos que dice la gente, algún suceso curioso que trascendió el lugar

específico donde se generó y se propaló por distintos sitios de la región, distintos factores

climáticos (inundaciones, sequías, grandes tormentas) que por su magnitud modificaron

aunque sea parcialmente la vida de aquellos que los padecieron, las anécdotas risueñas,

un pueblo que desapareció, alguna historia de amor, etc. son algunos de los hechos que

generan este trabajo. La idea es convertirlos en canciones y a su vez interpretarlos para

que, a manera de antiguas formas, se conozcan en otros sitio, se trasladen a otras

regiones y perduren.

El sitio geográfico que delimita este trabajo puede situarse con límites difusos por el

sur de la provincia de Córdoba, sur de Santa Fe, noroeste de Bs. As. y la parte lindante

de la provincia de La Pampa. El encuadre musical está basado en ritmos de raíz folklórica

(canciones, milongas, polcas, zambas, etc.); se toman sucesos que ocurrieron a partir de

los primeros años del siglo pasado y las fuentes de las que se abrevaron datos fueron

diarios y periódicos de época, (La Comuna, de la ciudad de Laboulaye; El Sud de

Córdoba, de Villa Huidobro, etc.), o actuales (Puntal, de Río Cuarto, Noticias, de Rufino,

NUEVO SERRANO, Serrano, etc.), libros de historia que involucran a la región, y en

mayor medida, el contacto con las personas que vivieron los hechos narrados y cantados

y cuyas vivencias fueron transmitidas mediante charlas, reportajes, etc.

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Desarrollo

“…Todos cuentas la historia por las guerras

en las viejas ciudades

y por más que pregunto

nadie sabe describir la morada

donde amasaba pan el panadero

y su mujer hilaba

La historia que nos cuentan es la historia

de una que otra batalla,

pero jamás nos dicen que, entretanto,

el labrador sembraba y que, segando el trigo de la vida,

los jóvenes se amaban

mirándose a los ojos, como miro

la paz en tu mirada…”,

(Fragmento de Historia Personal de la Paz (Armando Tejada Gómez)

El poema de Tejada Gómez sirve como una referencia a este trabajo, contar lo cotidiano,

lo simple, mezclando el entorno paisajístico con aquello que ocurre día a día. En el caso

específico del relato/canción que a continuación sigue, se unen el paisaje pampeano,

Mansilla y su excursión a los indios ranqueles, y la poesía basada en una historia de

amor que dejó el camino.

EL POBRE DIABLO

“:..Porque le quitan las ganas

de no dejar nada quieto

las horas son para el diablo,

mitad juego, mitad reto...”

Carlos Berlanga

Fragmento de la “Cantata Cañada Seca”

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Alguien un día me contó, a mi y a otros varios, que décadas atrás vivió en Cañada

Seca, partido de Gral. Villegas, provincia de Buenos Aires, un tal Juan Engemann. (*).

Quien relató su historia nos dijo, además, que este hombre, entre otras cosas o por obra y

gracia de estas, era un personaje singular.

Me comentaron en aquella oportunidad, que dicen que dijeron, que ese tal Juan

Engemann supo ser importante en los comienzos de la historia del pueblo mencionado y

su recuerdo era tomado como permanente referencia, a pesar del paso de los años, para

construir día a día la nueva historia de Cañada Seca.

De múltiples oficios, en distintas épocas fue carnicero, panadero, almacenero y

hotelero, tuvo también una usina (la primera, creo, que dio luz al poblado), y dejó, aparte

de lo indicado, innumerables anécdotas que aún hoy, o por lo menos en el momento en

que conocí esta historia, se recuerdan o recordarán por lo risueño y llamativo de las

mismas o bien para relacionarlas con sucesos de estos tiempos.

Se sabe, por ejemplo, que entre sus mayores excentricidades, estuvo la de hacerse

llamar por todos (conocidos, desconocidos, grandes, chicos, amigos, enemigos, etc.) “EL

POBRE DIABLO”.

Tanta importancia cobró el apodo, amén de su economía personal, que me

contaron a mi y a otros cuantos, (vaya uno a saber si es cierto), que firmaba los cheques

de una cuenta corriente que tenía en un banco de Rufino con el seudónimo indicado, o

sea “EL POBRE DIABLO” y que una calle de Cañada Seca llevaba el nombre de

“AVENIDA DEL POBRE DIABLO”.

Yo, y quienes escuchamos las anécdotas que nos relataron, estábamos trabajando

por ese tiempo (año 1980), en el armado de una obra poético-musical (resultó luego la

CANTATA CAÑADA SECA, cuya letra pertenece al poeta Carlos Berlanga y la música a

“Chango” Naón, (por aquel entonces médico de ese pueblo) y realmente nos atrapó la

personalidad del hombre. (**)

En una parte de la obra en cuestión y bajo el título de “SEMBLANZAS (Especie de

Relato), Berlanga describe a Juan Engemann diciendo: “Con su porte altanero y sus

ojos fijos mirando hacia el futuro con decisiones de creador, con un impulso firme,

seguro y una ambición poblada de nuevos sueños tan corpulentos como el... dejo

sus marcas que no se borran, siempre dispuesto a dar cobijo en la tibieza de aquel

hotel, en su Avenida de Pobre Diablo, que enriqueció, con afilado humor y para

siempre... con sus Diabluras del más allá, panteón y usina, pan y almacén, autos y

amigos. El visionario que se inspiraba mirando el tren cuando pasaba por Cañada

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Seca por esas épocas del mal y el bien con otras formas y otras urgencias... Y unas

diabluras que no se empardan y que se cantan alguna vez...”

El “POBRE DIABLO” preparó también el lugar para su descanso eterno. Esa grata

locura lo llevó a imaginar, para que sepan bien quien moraba en ese lugar, un panteón en

donde cuatro figuras de diablo adornaran el mismo, una por cada vértice del techo de la

edificación.

Lo mas interesante es que casi lleva a la práctica esa idea.

No lo dejaron, alguien se opuso.

Juan Engemann no se dio por vencido, su personalidad le impedía entregarse

mansamente a una negativa. Pensó una nueva idea, soñó con otras, imaginó impactos

visuales y emocionales, desechó y eligió. Resultado final: en el escalón ubicado frente a la

puerta del panteón está escrito, bien visible y para que se lea: “EL POBRE DIABLO”

A fines del mes de marzo de 1999 (los días que corren) una canal de noticias de la

Capital Federal nos mostró la imagen del pueblo de Cañada Seca inundado.

En los días que corren (fines de marzo de 1999) un canal de noticias de la Capital

Federal nos mostró la imagen del cementerio del pueblo de Cañada Seca, cubierto por las

aguas.

Sufriendo ambas imágenes, recordando amigos que aún viven en el pueblo

inundado, rememorando historias de personajes que descansan en ese inundado

cementerio, también se me inunda el pensamiento de “¿ por que?” a la vez que muestro

mi enojo con ese televisor espectáculo que mostró el drama puntual de un pequeño

pueblo de la provincia de Buenos Aires, sin preocuparse en entender y saber, porque no

les interesa en lo más mínimo a esa televisión y a los encargados del solucionar el

problema o que no se hubiese generado, que no hay agua que tape la historia de esa

gente y ese lugar, poblada de “Pobres Diablos” con casi 100 años de existencia (los

cumple el año que viene), ignorado (como todo pequeño pueblo), pero mucho mas dignos

que sus luces, primeros planos y golpes bajos.

Si Juan Engemann, “EL POBRE DIABLO”, viviera, seguramente los habría corrido a

patadas...

Nota del autor: Esta historia está basada en Cañada Seca. Se repite, seguramente, con

otras características, aunque igual espíritu, en todas las pequeñas localidades del interior

del país que sufren inconvenientes similares o distintos al que nos ocupa pero,

inconvenientes al fin.

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(Publicado en NUEVO SERRANO Nº 29 - Abril de 1999)

(*) El libro “Vida de mi pueblo” publicado con motivo de los 100 años de Cañada Seca

dice respecto al Juan Engemann “...militante conservador, autoapodado “El Pobre Diablo

debido a su condición humilde, llegó a la localidad en el año 1902 (...) persona progresista

y con visión de futuro (...) siempre dispuesta al chiste y a las bromas, pero siempre a

tender la mano en las adversidades y necesidades del vecino e incluso rendir su

homenaje al adversario político. Fallece el 14 de marzo de 1931...”

(**) La “Cantata Cañada Seca” fue estrenada en el año 1980, con motivo de los ochenta

años de Cañada Seca y repuesta en el año 2000 cuando el mencionado pueblo festejó su

centenario. Es una obra poético-musical que cuenta sintéticamente por medio de

canciones y relatos, la historia de esa población. Fue escrita por Carlos Berlanga en el

mismo año 1980. Berlanga vivía en España y recibió las historias del pueblo grabadas en

cassette que le enviaba “Chango” Naón. Ambos habían formado parte del grupo folklórico

“Contracanto”, quinteto con el cual habían emigrado a

España a mediados de la década de 1970, Naón había regresado y ejercía su profesión

de médico en Cañada pero mantenía con Berlanga fluidos lazos de amistad cimentados

epistolarmente en forma permanente. Tras escuchar los relatos nació la cantata.. Dos

años después Berlanga visita personalmente la localidad, donde fue agasajado, y junto

con Naón escribieron y musicalizaron otra obra, también de gran valor, con motivo de un

importante aniversario de la Cooperativa de Electricidad.- Carlos Berlanga falleció en

España en el año 1997. “Chango” Naón vive actualmente en Rufino, es director del Coro

de esa ciudad y sigue haciendo música de gran calidad.

Juan Aguilera (1929-2010) era un actor y director de Rufino de gran trayectoria en el

teatro y en cine. En el año 2000 filmó “Dar de Nuevo”, una película realizada en Venado

Tuerto (Sta. Fe) que contó esencialmente con la participación de actores de la región. Fue

proyectada en todo el país y representó a la Argentina en distintas competencias

internacionales del género.

Enrique Diez también es un actor y director de Rufino. Entre otros, ambos fueron puntales

del “Candilejas”, un importante emprendimiento cultural de esa ciudad que aún perdura..

La “Cantata Cañada Seca” fue presentada en tres oportunidades: en abril de 1980 con

motivo de los ochenta años de la localidad, en diciembre de ese mismo año, para

recaudar fondo a efectos de comprar un equipo de rayos para el Centro de Salud y en

abril de 2000 cuando se festejó el centenario. En la primera el relator fue Enrique Diez, en

las dos restantes, Juan Aguilera.-

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La “Huella del Pobre Diablo” fue grabada por Carrizal Dúo en su disco “RIQUEZA”.

HUELLA DEL POBRE DIABLO

(Carlos Berlanga – Chango Naón)

I

CUENTAN QUE EL POBRE DIABLO

QUISO SER RICO

Y ANDUVO HORNEANDO EL TIEMPO

EN SU RANCHITO

II

DESDE EL CAMPO TRAÍA

LOS COSTILLARES

COMO PA’ HACERLE HUELLA

AL POBRE HAMBRE.

ESTRIBILLO

UNA HUELLA PA’ UN DIABLO

QUE SE HIZO VIEJO…

PONIENDO SUS IDEAS

CON UN CONSEJO.

SON CONSEJOS DEL DIABLO

QUE SUPO MUCHO…

QUE DONDE PUSO EL OJO

PUSO EL CARTUCHO…

SI LO VIERA EN EL CENTRO

AL POBRE DIABLO

CON SU PROPIA AVENIDA

DE ORGULLO LARGO

II

CUENTAN QUE EL POBRE DIABLO

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FUE UN ÁNGEL POBRE

CON ALAS DE ILUSIONES

Y AUREOLA E’ COBRE

ESTRIBILLO

UNA HUELLA PA’ UN DIABLO

ÁNGEL TREMENDO

QUE LE PUSO UNA USINA

A AQUEL INFIERNO…

SON DIABLURAS DE UN DIABLO

CON BUEN CRITERIO

QUE HASTA GRABÓ SU NOMBRE

EN EL CEMENTERIO

Rumbo a Realicó (vals)

Letra: Mario Rubén Mateos – Música: Aldo Lamberti

I

Los mozos jinetes del pago “Tordillo”

colgaron su grito en el viento bagual,

tu risa de arrope prendió en los chañares

florcitas y enjambres para enamorar.

II

La tierra verdeaba, llegando setiembre

y un fuego de ausencias comenzaba a arder.

quemando retazos del viento de agosto

en humos de auroras que no han de volver.

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III

Las flores del campo no vieron tus pasos

cruzando la tarde infinita de sol,

torcazas de hielo, volaban tus ojos

y el cielo en su enojo de pena lloró

IV

Pañuelo en el aire, se voló tu olvido,

cortando los sueños en el carrizal.

Me hundí por las huellas penosas del vino,

hornero sin nido buscando el barrial.

Estribillo

Mordí las palabras, callando la sangre,

el monte era fuego por el Chamaicó,

la noche sin dientes subió a tu pollera

al ver que marchabas valija y adiós.

El vals de las penas se canta bajito

como vos cantabas rumbo a Realicó.

Dice Mario Rubén Mateos: “El “Tordillo” se llamó a la zona de la actual localidad de

Parera, próxima a Realicó, unos dicen que por un caballo indio de ese pelaje, y la

más certera, para mi gusto, es por el color del olivillo que al ondular entre médanos

daba una sensación de mar u oleaje blancuzco”.

Uno a esta definición los versos de Ricardo Nervi

“Usted no conoce el sur

Si piensa que es el desierto,

ni sabe como es la pampa

ni conoce su secreto.

¡La pampa es un viejo mar

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donde navega el silencio!

“fragmento de “La pampa es un viejo mar”

Para finalizar esta secuencia retomo a Mateos con otra referencia sobre “Rumbo a

Realicó” “cuando pasó la columna de Mansilla después de dejar los montes del

Cuero rumbo a Leubucó, descansó en la laguna de Chamalcó o Chamaicó. De ahí el

nombre de una estación con pequeña población en el noroeste de La Pampa. Luego

se trasladó a su pocos vecinos a la vera de la Ruta Nacional 188 donde se emplazó

la caminera antes de ingresar a la provincia de San Luis. Zona de tierras áridas,

mucho monte de caldén que en parte fue devastado por las hachas y motosierras”.

EL CAMINO A SERRANO...

Otra canción que forma parte de este trabajo es el aire de huella “Dígame Don José

Cora”. Es la historia de un inmigrante que llegó de El Líbano siendo José Rahal Juri y

quizás por aquello que entraban al país con pasaporte de Turquía pasó de libanés a

“turco”. Esos vaivenes de los cambios de apellido lo convirtieron en José Rahal Cora

primero, y con el tiempo, no en los papeles pero si en el trato diario, en José Cora. Su

primer destino en la Argentina fue Coronel Charlone, pueblo ubicado en el partido de Gral.

Villegas, provincia de Bs. As. En ese lugar tuvo su primer asentamiento el “Turco” Cora.

También hasta ese lugar, noroeste bonaerense, y para empezar a darle forma a la

historia, un día llegó desde Beirut, Bader Kotait, la mujer que lo acompañaría toda la vida,

por entonces hermosa niña devenida, por costumbres y no tan costumbres, en esposa

de José casi desde el mismo momento de su nacimiento. José Cora empezó a trabajar en

Coronel Charlone, allí montó un “baratillo”. Don Juan García, hombre de mas de noventa

años y de gran memoria, que ahora vive en Río Cuarto y durante cuarenta años fue

vendedor de diarios y revistas en Serrano, vecino y gran amigo de la familia Cora, contó

un día “...a Don José yo lo conocí en Coronel Charlone, ahí tenía un “baratillo”.

Baratillo quería decir que había de todo: un par de alpargatas, un sombrero, un traje

para ir al baile, una camisa, un kilo de yerba, un kilo de azúcar, café, etc...eso era un

baratillo. Estaba muy bien...era muy inteligente Don José,... muy despierto. En

Charlone empezó su familia nació “Yorye”, el mayor de sus hijos... Doña Bader vino

de sus pagos ya casada, porque según me dijeron, allá, cuando son chicos ya los

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casan, así que ella vino con toda la documentación a la Argentina... tenía quince

años, imagínate vos...”

José Cora comenzó a transitar los caminos de la región en la que el destino lo había

depositado. Tenía parientes en Italo y supo andar por esos lugares en un devenir

aventurero que también lo llevó a Pincen, (ambos pueblos ubicados en el sur del sur de

la provincia de Córdoba) y llevando a cuestas la idea fija que el progreso estaba en la

educación, iba buscando su lugar en el mundo caminando, comerciando y conociendo

gente.

Y fue en Italo donde Cora conoce a Martín Bustamante, panadero de profesión y con

similares intenciones respecto al futuro. Cuentan que Bustamante y Cora pasaban horas y

horas charlando y que este amigo le enseñó a José Cora a hablar el idioma español con

soltura.

Un día, andando por esos caminos de Dios, nuestro “turco” se entera que en el pueblo de

Serrano se estaban construyendo dos colegios y una iglesia. Poniéndola en boca de

hombres y mujeres que se encargaron de retransmitirla, el viento repartió esa noticia a

los confines del mundo y en los oídos de nuestro amigo sonó, aún sin saber a ciencia

cierta de que se trataba, como la percepción del sitio buscado.

Inmediatamente le comentó la noticia a su compinche Bustamante. “...Que hay que ir a

Serrano”, “...que el futuro está en ese lugar...”, “...vamos Martín, quiero que me

acompañe...”, etc., etc.., etc.... fueron algunas de las frases con las que intentó

convencer a su amigo para que juntos fueran a Serrano para ver lo que sucedía. Vaya

uno a saber porque razón Bustamante no aceptó la invitación. José Rahal Cora viajó solo

a Serrano.

Dígame Don José Cora.

¿donde va vestido así?

Voy para el lao’ de Serrano.

¿me acompaña, Don Martín?

¿Y a que va para Serrano,

si me lo puede decir?.

Me voy porque me dijeron,

que el porvenir está allí.

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¿Sabe Martín Bustamante,

lo que van a levantar?:

dos escuelas, una iglesia,

voy a ver si eso es verdad.

El “turco” volvió maravillado, le explicaba a quien quisiera escucharlo que Serrano era el

lugar soñado, que todo estaba por hacerse y que era verdad lo de los colegios e iglesia.

Con gran entusiasmo contaba, entre otras cosas, que había comprado un terreno y

contratado a un albañil para que le construyera la casa.

La decisión estaba tomada y no habría marcha atrás: toda la familia se iría a vivir a esa

especie de tierra prometida.

En el mes de octubre de 1922 la familia Cora llegó a Serrano: José, Bader y el

primogénito Jorge (Yorye), recién nacido. Don Juan Marchioni, aquel albañil contratado el

día que conoció el lugar, había cumplido con el compromiso y la casa estaba lista. Se

levantaba majestuosamente en el lugar elegido por don José, -un terreno que le había

comprado a un tal Leopoldo Mérida-, y que estaba pegado a la plaza.-

Si usted viera Bustamante,

todo está por comenzar.

Dos colegios importantes

y una Iglesia pa’ rezar.

¿Y que ha hecho, José Cora,

porque tan contengo está?

He comprado dos terrenos,

por la plaza principal.

Le encargué a un tal Don Marchioni

que comience ya nomás,

a levantarme la casa

porque me voy para allá.

Y empezó la nueva vida. Pasó un año, luego otro, de pronto fueron cinco y como

quien no quiere la cosa se completó la década. A partir de allí los años se vinieron

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encima. Mientras eso pasaba y el tiempo transcurría, fueron llegando más hijos a la

familia

Cora, al “Yorye” lo siguió Felipe (el Pepe) y a este, Alfredo (el Gorrión), hoy en

Brasil, después, y ahí cerca, llegó Alberto (el que nos contó esta historia). La quinta fue

Rosita, la única mujer, sexto Eduardo, más conocido por “Aidito”, (ferroviario, vive en

Laboulaye) y cerró el círculo el Héctor. El espíritu comercial de Cora padre fue amplio. El

baratillo original devino, ya en Serrano, en un negocio más grande: tienda, almacén,

bazar, corralón de materiales de construcción y en la vereda, un surtidos de nafta SHELL.

También fue Agente de la Anglo Mexican Petroleum Cº Ltda. y vendió nafta “Energina” y

kerosene “Aurora”. Los hijos se fueron incorporando al negocio paterno y a lo largo de los

años el mismo local fue en distintas épocas, la peluquería del “Yorye”, fábrica de tejidos

artesanales, distribuidora automática de cera de piso (símil enceradora), comedor,

parrillada, bar, fabrica de helados, salón de billar y juegos electrónicos, y algunos mas que

escapan a las memorias.-

Un poco más nómade, pero no tanto, fue el destino panadero de José Bustamante.

Formó una familia, anduvo caminos y conoció pueblos. Un día apareció en Serrano como

maestro de pala de la Panadería de Mattacota. El reencuentro de los amigos era

inevitable. Pero no: ellos mismos no propiciaron el reencuentro, prácticamente se

ignoraban,..fingían no conocerse..., cuando pasaban cerca uno del otro, casi no se

miraban... Amagaban saludarse pero seguían cada cual para su lado...

Y en ese estado de cosas pasó un tiempo pueblero en el cual se esquivaron

mutuamente, hasta que José Cora decidió dar por concluida la situación. Martín

Bustamante pasaba siempre por el frente de su casa. Un día lo espero sentado en el

cordón de la vereda, lo vio venir, aguardó que pasara y luego, mirando en sentido

contrario al camino que llevaba su amigo panadero, observando de reojo, lanzó un grito

¡¡...MARTIN...!!

Bustamante se dio vuelta, lo miró, volvió sobre sus pasos, se fundieron en un

abrazo, reencontraron una amistad forjada en aquellos lugares olvidados de la pampa,

cerraron un circulo histórico de sus vidas y a nosotros nos dieron los motivos suficientes

para llevar esta historia a una canción que une como tal y a través de dos hombres y sus

familias, a distintos lugares de esta región de la esperanza.-

Bustamante con el tiempo,

Igual camino siguió.

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se juntaron en Serrano

como por gracia de Dios.

En un canto recordamos

aquel momento de decisión,

que unió a través de una historia

varios lugares de esta: mi región.-

Nta.: Los versos pertenecen a “DIGAME DON JOSE CORA” aire de huella con letra de

Aldo Lamberti y música de Aldo Lamberti y “Chango” Naón.

En estos momentos no viven en Serrano integrantes de la familia Cora. El último

fue Alberto, quien falleció a mediados del año 2.003.- La casa fue vendida y hoy en el

lugar funciona una farmacia. Fue restaurada y guarda su fachada original.-

Los hermanos “Yorye”, Pepe , Rosita y Héctor también fallecieron, el resto vive en

los lugares indicados en el escrito.

Martín Bustamante vivió en Serrano hasta los primeros años de la década de 1950,

tuvo cuatro hijos,: Chola (fallecida), quien fue la primera maestra laica del Instituto San

Alberto y San Enrique, (uno de los colegios por los que Cora fue a Serrano), Edith,

encargada de la oficina pública de teléfonos de Serrano hasta el año 1952, vive

actualmente en Villa Mercedes (San Luis); Nerón, que vive en Ushuaia y Betty, quien

actualmente reside en la ciudad de San Luis y también aportó datos para esta historia.-

Inundaciones

A fines de la década de 1990 se produjeron inundaciones en el sur de la provincia

de Córdoba y en zonas limítrofes que correspondían a otras provincias. La historia que

relata la canción que corresponde a este segmento ocurrió por ese tiempo en la localidad

de Melo y tuvo el siguiente desarrollo.

En esa oportunidad visitaba la región el por entonces Secretario de Agricultura de

la provincia, Matías Iglesias, y el centro de la actividad era el mencionado pueblo. Desde

ese lugar partió una comitiva, con la presencia del funcionario, a recorrer los campos

inundados. Iban en un carro tirado por un tractor.

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En el “Hogar de Día” de Melo nos quedamos el resto de la gente (numerosa por

cierto) que participaba de la reunión. En distintos grupos, armados circunstancialmente,

los presentes comentaban pormenores de lo que se estaba viviendo, climatológicamente

hablando, cuando escuché a un señor, su nombre no viene al caso, comentar resignado

“ya no se que hacer”, mientras proclamaba su amor a la tierra, a las actividades rurales

que día a día realizaba, a esa forma de vivir que lo hacia sumamente feliz, que le había

presentado pelea a cada momento ingrato que le tocó en suerte: sequías calores, plagas,

tormentas, falta de dinero, etc. pero que “no sabía que hacer con el agua”. A esta

historia la recuperé tiempo después cuando en oportunidad de volver a Melo me crucé

circunstancialmente con el Sr. del relato quien con un tractor por el manejado, llevaba de

tiro un carro en el que iban, diseminados por distintos lugares del carruaje, una mujer y

tres o cuatro niños, uno me pareció adolescente, junto con una mesa, sillas y bolsas que

supongo, serían de alimentos. Pregunté y me contestaron que iba para su campo, que la

única forma de entrar al mismo era con un tractor. También y a pesar de la insistencia de

muchos, no había querido dejar el lugar.

La canción que figura a continuación, describe esta situación, con el agregado de

información periodística al respecto.

AGUAS QUE DUELEN

(Aire de Chamamé) Letra Aldo Lamberti – Música: Miguel Formini- Chango Naón

Me parece mentira que en poco tiempo,

no quedó casi nada de todo aquello,

mirando el horizonte por las mañanas

solo verde veía, casi esperanza…casi esperanza.

Si de siembra le hablo, palabra santa,

cosechando alboradas, soñando andaba,

una historia distinta cada jornada,

si era un gusto la vida con tanta pampa, con tanta pampa.

Empezó con las lluvias del mes de marzo

que por ser abundantes dejaron rastros.

En cuestión de unos meses se fue agrandando

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Lo que era un charquito, se hizo un gran lago, se hizo un gran lago.

RECITADO

DIARIO PUNTAL (RIO CUARTO) 20 DE MAYO DE 1999

“DOS COLEGIOS QUEDARON BAJO LAS AGUAS, DEBIERON SER ALOJADOS EN

SERRANO”

PERIODICO NUEVO SERRANO (MAYO DE 1999)

“LAS AGUAS AVANZAN… AVANZAN… AVANZAN …

Si parece mentira cuantos problemas,

Ya no quedan caminos, campos, ni escuelas,

salvamos a la casa con zanja y bolsas,

nos quedaron apenas, poquitas cosas, poquitas cosas.

Y de siembra y cosecha conozco todo,

de trabajo de campo yo nada ignoro,

aguanté a puro cuero secas y heladas,

Hoy me encuentro perdido con tanta agua, con tanta agua

Escuchando promesas pasó el invierno

que dio paso a las flores y a un calor nuevo,

las aguas repitieron su ciclo aguado,

volvieron con las lluvias de fin de año, de fin de año…

RECITADO

DIARIO PUNTAL (RIO CUARTO) 17 DE NOVIEMBRE DE 1998

“YA NO SABEMOS QUE HACER CON EL AGUA…, DICEN EN JOVITA…”

PERIODICO “EL MENSAJERO” (CORONEL CHARLONE)

“…INUNDADOS OTRA VEZ, EL AGUA ENTRO PELIGROSAMENTE AL BARRIO

NORTE DE CORONEL CHARLONE…”

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SEMANARIO “LA TRIBUNA” (RUFINO) 28 DE ABRIL DE 2001

“LA PICASA AMENAZA…AMENAZA…AMENAZA…

De aquel verde esperanza no queda nada,

un azul mortecino cubre esta pampa,

cuando miro a lo lejos por las mañanas

la vista se me encharca, poca esperanza…poca esperanza

Me parece mentira que en poco tiempo,

no quedó casi nada de todo aquello,

librados a la suerte, casi entregados,

penando impacientes, destino aguado…destino aguado…

Si aguanté como pocos, la falta de plata,

con temores que siempre me acompañaban,

resistí a puro cuero secas y heladas,

hoy me encuentro perdido con tanta agua.., con tanta agua…

Un pueblo que ya no es tal

Curapaligue estaba ubicado en el departamento Presidente Roque Sáenz Peña,

provincia de Córdoba, muy cerca de la ciudad de Laboulaye. En estos momentos es una

especie de pueblo fantasma. De casi 1500 personas que en algún momento tuvo el

pueblo, hoy vive en el una sola familia; lo hace en lo que un día fue la escuela. La

impresión que tuvimos el día que lo conocimos y, con el correr del tiempo, los

comentarios, anécdotas y averiguaciones que hicimos sobre el lugar, derivaron en una

poesía (Lo que quedó) y una canción (Curapaligue) que habla de la realidad actual de un

pueblo que ya no es tal.

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Lo que quedó (a Curapaligüe) (recitado antes de la canción)

De Laboulaye al poniente, por la vieja ruta siete,

Curapaligüe aparece, marcando ingrata presencia,

de un pueblo, de su existencia, de la realidad actual,

que nos cuenta lo que había, lo que se fue y no vendrá.

Hablan de prosperidad, 1000 y pico de habitantes,

boliche, hotel, dos farmacias y varios comercios más.

La vida en comunidad con sus dimes y diretes

Recuerdos de mucha gente que estuvo y que ya no está.

Hoy de aquello ya no hay nada, solo la tierra quedó.

Casi todo fue borrado, ni la Iglesia se salvó.

Aljibes diseminados, la escuela que resistió,

varias maquinarias rotas y un tiempo que se murió.

Ojalá mi canto sirva para que nunca jamás,

desaparezcan historias como la que he de contar:

la de un pueblo que en un tiempo supo de prosperidad

y que hoy es solo un rastro que el canto rescatará.

De Laboulaye al poniente, siguiendo el ferrocarril

por la vieja ruta 7, Curapaligüe está allí.

Inútil mojón que sirve para ver y distinguir,

lo lindo que era ese pueblo y como llegó a morir.

CURAPALIGÜE

(Letra y Música: Aldo Lamberti)

Por allí anduvo Juan, por aquí anduvo Pedro

sus siluetas comunes de prohombres puebleros.

Imaginar distancias, adivinar recuerdos,

es trabajo obligado, Juan y Pedro se fueron.

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II

Por allí anduvo Juana, ropa blanca colgaba

Por aquí anduvo Rosa en barridas mañanas.

Imaginar dulzura, femeninos detalles,

es trabajo obligado, Juana y Rosa marcharon.

Estribillo

Y pensar que hubo niños que en sus calles jugaron

y devotas mujeres de misa y rosario.

Hubo un club, un boliche, un tren para esperar,

un equipo de fútbol y un orgullo local.

III

Las marcas de las casas intactas se conservan

Y las calles de otrora, hoy cubiertas por hierbas.

Y son varios aljibes de porte señorial,

con un feo destino: no hay sed que saciar.-

IV

Es que aquí anduvo el paso implacable del tiempo

desterrando palabras, imponiendo recuerdos.

dejando a cada paso rechazo y desaliento,

como mudos testigos de un futuro imperfecto.

Estribillo

V

Un misterio enmarcado en sombras de una pampa

que guarda cobijo a este pueblo de ánimas

y le dio el privilegio de servir de testigo,

a lo que pudo la ausencia, a lo que pudo el olvido.

VI

Rescatar la memoria de estos pueblos fantasmas

Tan lejos del presente, echados de los mapas

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Es materia pendiente para dejar constancia

Y que no se repita esta imagen de nada.-

Estribillo

FINAL

Por allí anduvo Juan, por aquí anduvo Pedro

Y la Juana y la Rosa que limpiando o barriendo,

Dejaron en sus calles pedazos de su tiempo

Hoy no están, ya se han ido, solo queda el silencio

CUANDO FUIMOS PESCADORES

De pronto aparecieron en Serrano y como por arte de magia fueron cambiando o

modificando los gustos domingueros de la gente del pueblo.

Los que avisaron fueron aquellos que tenían experiencia pesquera y se llegaron

hasta el lugar para ver “que pasaba” o que picaba en todo caso. Los buenos resultados

obtenidos en el cometido, la lógica exageración propia de la gente del agua (dicen) fueron

construyendo esa especie de milagro que ganó lentamente el gusto popular y la “Laguna

del Siete” o “Amarga” y sus aguas, porque de ellas se trata, atrajeron como un imán la

atención y el tiempo de todo Serrano, -primero-, después de la región y por último del

país.

“CORDOBAZO, pejerreyes de 1 a 2 kilos convirtieron a La Amarga, en el Sur

de Córdoba, en la laguna récord del país” La tapa de la revista especializada

“WEEKEND” titulaba y comentaba de esa forma, en la edición del mes de julio de 1993, el

fenómeno serranense. En su interior, seis páginas expresaban las características y

bondades de la laguna y el pueblo “...Serrano está a 50 kilómetros de Laboulaye, y es

un coqueto poblado de 2.800 habitantes dedicados a las actividades

agroganaderas. Tiene hospedajes, casa de comida y telediscado directo...” decía en

uno de sus párrafos la revista mencionada; después indicaba “...arribamos de

madrugada en medio de una espesa niebla. El hotel estaba repleto, pero teníamos

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reservas. El motivo de tantos visitantes no era otro que la pesca, la playa de

estacionamiento parecía un muestrario de botes, lanchas y gomones.”

En la nota, el cronista detallaba las jornadas de pesca con consideraciones

específicas, comentarios oportunos y detalles varios, expresando al final “.. como

pescador, creo que estamos ante la laguna del año. El tiempo lo dirá cuando

termine la temporada, pero difícilmente le erremos en la evaluación. Lo visto en

estos dos días y lo experimentado por nosotros, caña en mano, no deja lugar para

las dudas y la desconfianza del pescador.”

Serrano empezó a convivir con los pescadores. Fines de semana largos y no tan

largos fueron la excusa de muchas personas de todas partes del país para visitarnos.

Hospedajes llenos (lo expresaba Weekend), comedores repletos de gente forastera (lo

expresaban sus caras), largas colas de vehículos con sus botes, lanchas y gomones (lo

decía Weekend) y un pueblo que cambió su tradición cazadora por ese presente

pesquero (lo digo yo).

Nos acostumbramos, por ejemplo, a colectivos que provenían de Buenos Aires

cada siete días con aficionados a la caña que, entre otras cosas, competían en un torneo

interno con entrega de premios incluida. O encontrarnos con famosos deportistas, de los

que veíamos en las revistas o televisión, tomando algo en el bar de Cora (José Luis

Cucciuffo, Jorge Cruz Cruz), (*) atraídos por la fama del buen pique y la tranquilidad del

lugar.

Hoy, volvemos a los comienzos, el agua se fue, los amantes de la caña dejaron de

venir, el esplendor pesquero quedó en aquellos a los cuales el bichito les picó mas fuerte

y hoy buscan otros lugares, también cercanos, para despuntar el vicio. La caza y la pesca

vuelven a equiparar el porcentaje de adeptos, si bien los que adhieren a la última variante

han aumentado con respecto a años atrás.

En tanto, el pueblo en general recuerda no sin lamentarse aquellos días de

visitantes pasados por agua, hacedores de una actividad que por un tiempo colocó a

Serrano en boca de muchos, los cuales cambiaron la fisonomía del pueblo, tanto que,

como expresan los versos incluidos, abuelos contadores de historias modificaron las

mismas sacándoles tierra y poniéndoles agua. (**)

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“Porque mi niñez no las recuerda,

es que hasta hace poco ellas no estaban.

Sólo los recuerdos de mi abuelo

sirven de sustento a estas palabras

“Yo recuerdo siempre que el decía,

haber caminado por su lecho.

Compartiendo vicios mañaneros

cazador de sueños, por supuesto...”

Hoy aquella tierra que él pisaba,

tiene como cielo un manto de agua.

Tiene como pájaros los peces,

húmedo milagro de la pampa

“Tendrá, por supuesto, algún abuelo.

Pescador de sueños, este caso.

Quien lógicamente, tendrá un nieto,

intentando versos con sus cuentos”

(*) José Luis Cucciuffo. Futbolista nacido en Córdoba en el año 1961. Integró el

Seleccionado Argentino de Fútbol que ganó el campeonato mundial de México en 1986.

Falleció trágicamente en diciembre de 2005.-

Jorge Cruz Cruz. Futbolista colombiano que jugó en diferentes equipos de Argentina. .

Cuando visitó Serrano integraba, con muy buen desempeño, el plantel de Huracán de

Buenos Aires. .

(**) La “nueva etapa”· de la “Laguna del Siete” comenzó en el año 1987. En ese

momento se llenó nuevamente de agua y generó, como consecuencia, la historia

contada. Ese ciclo duró hasta el año 1995 cuando prácticamente se secó. Con las

inundaciones de 1998/1999 regresaron las aguas, volvieron los pescadores y la actividad

pesquera sigue vigente en los días que corren. Los nombres son otros, las rutinas

también, pero la esencia de esta historia no fue modificada en lo mas mínimo

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Conclusión

El trabajo presentado es solo un comienzo de la investigación, o en todo caso la

continuidad de la misma, en tanto y en cuanto existen, desde siempre, otras canciones,

libros, pinturas, etc. que refieren al mismo o similar tema (Ej.: Abecasis, Alberto – “La

Frontera del Sur como temática de un Cancionero de raíz folklórica”, trabajo presentado

en el Encuentro de Historia de Serrano – año 2009, por citar solo un caso). Un paso

importante para el conocimiento de toda esta obra es la difusión en forma sistemática de

la misma y para eso, amen de la gente que está trabajando específicamente en el tema,

se necesita un compromiso a nivel de Comisiones de Cultura municipales, Juntas de

Historia, agentes culturales, difusores, medios de comunicación, interesados en el tema,

etc. Creo que es una forma de revalorizar nuestra historia cotidiana a través del canto,

la poesía, la pintura, etc., vehículos por demás importantes para no olvidar los pequeños

gestos y gestas cotidianos, fundamentales para el día a día de las personas, insustituibles

en el recuerdo y necesarios para conocer como se vivieron algunos hechos desde el

común de la gente.

Algunos temas musicales que componen el trabajo.

(a manera de ejemplo)

-Dígame Don José Cora (Aire de Huella) – Sobre los primeros pobladores de Serrano y

como llegaron al lugar.-

-Aguas que duelen (chamamé) – Sobre las inundaciones que en asolaron la región años

atrás.

-Anita Nicola (canción) (Letra: Tato Mateo – Música Aldo Lamberti). Canción escrita en

homenaje a una niña especial de Cañada Verde.

-Curapaligue (canción). La historia de un pueblo ya desaparecido. Estaba ubicado en el

Dpto. Presidente Roque Saenz Peña.-

-La Pelea o Avelino y Miguel- (canción). Canción sobre un duelo criollo ocurrido en

Serrano en la década de 1930.-

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-Anécdotas- (canción) Rescata algunos dichos de personajes que trascendieron los

tiempos.

-Huella del Pobre Diablo (Letra: Carlos Berlanga – Música: Chango Naón). Habla de

Juan Engemann, persona que vivió en Cañada Seca (Bs. As) y de singular e intensa

actividad comunitaria en los albores de ese pueblo.

-Al arquero de Nelson hay que patearle abajo y a la derecha- Pequeña cantata

compuesta por seis canciones y relatos que rescata la vida de Ismael Rodríguez (Mayito),

una persona muy especial que vivió en Serrano.

Además:

El autor escribió el libro “Mirando la Casa de Uno” (Ediciones del Corredor Austral –

2008-), que generó el espectáculo “Porque vine a contarles”, presentado en más de 30

localidades, compuesto por canciones compuestas sobre historias que se cuentan en el

ejemplar. –

Edita desde 1996 el Periódico “NUEVO SERRANO”, medio en el cual, generalmente,

publica por primera vez sus trabajos, algunos de los cuales se convierten en canciones

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