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FMC. 2012;19(9):521-8 521 Actualizaciones Introducción La cervicalgia es el dolor localizado en la región del cuello. Suele asociarse a impotencia funcional para los movimien- tos y puede irradiarse a la cabeza, los hombros y la espalda. Es un síntoma frecuente que ocurre hasta en 2/3 de la pobla- ción general y ocasiona el 2% de las consultas de atención primaria. Afecta más a mujeres y tiende a aumentar con la edad y con la realización de aquellos trabajos que requieren un mayor esfuerzo físico. Se ha observado que la presencia de estrés psíquico, determinadas posturas laborales, el taba- quismo, la falta de actividad física y el sexo femenino favo- recen la posibilidad de padecerla; además, los cuadros de- presivos o la personalidad neurótica aumentan las posibi- lidades de su recurrencia o cronificación 1,2 . Con el tratamiento médico convencional suele mejorar en aproximadamente un mes, pero alrededor de un 25% de los casos cursan de forma crónica (más de 3 meses) y/o recidi- vante 3 . Etiología Esta sintomatología responde a múltiples etiologías, ya sean específicas de la región cervical o como manifesta- ción de otras patologías (tabla 1). Alrededor de un 90% de Las cervicalgias en la consulta de atención primaria Cristina de Alba Romero a , Miguel Prieto Marcos b ,* y Carmen Martín Calle b a Médico de Familia. Centro de Salud San Fermín. Servicio Madrileño de Salud. Madrid. España. b Médico de Familia. Centro de Salud Nuestra Señora de Fátima. Servicio Madrileño de Salud. Madrid. España. *Correo electrónico: [email protected] Puntos clave La cervicalgia es un síntoma frecuente en la población general que afecta más a mujeres, fumadores, mayores, personas con estrés, con vida sedentaria y que realizan trabajos que requieren esfuerzo físico. El 90% de los casos es de origen mecánico y degenerativo. Algunos datos clínicos asociados a la cervicalgia se pueden considerar síntomas de alarma, como el dolor incluso en reposo, la presencia de fiebre, una historia previa de cáncer, la aparición de un síndrome constitucional o la existencia de síntomas neurológicos. Todos los anteriores pueden ser causa de derivación urgente a otro nivel asistencial. La historia clínica es el estudio más importante en esta patología. La normalidad de algunas pruebas complementarias no nos debe llevar a minusvalorar la sintomatología del paciente. Los hallazgos no siempre coinciden con la gravedad de la clínica. La resonancia magnética es obligatoria ante la existencia de clínica neurológica, ya que es la técnica que mejor visualiza la patología intrarraquídea. En el tratamiento no está indicado el reposo salvo en los primeros días. Es necesario evitar el uso prolongado de collarines cervicales más allá de 1-2 semanas. Las técnicas fisioterapéuticas no han demostrado todavía su efectividad (ejercicio físico, la tracción cervical, las técnicas de estiramiento, la estimulación eléctrica transcutánea de los nervios y los infrarrojos…). Existe evidencia científica que apoya el uso de la magnetoterapia para disminuir a corto plazo la intensidad del dolor. Palabras clave:

Las cervicalgias en la consulta de atención primaria

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FMC. 2012;19(9):521-8 521

Actualizaciones

IntroducciónLa cervicalgia es el dolor localizado en la región del cuello. Suele asociarse a impotencia funcional para los movimien-tos y puede irradiarse a la cabeza, los hombros y la espalda. Es un síntoma frecuente que ocurre hasta en 2/3 de la pobla-ción general y ocasiona el 2% de las consultas de atención primaria. Afecta más a mujeres y tiende a aumentar con la edad y con la realización de aquellos trabajos que requieren un mayor esfuerzo físico. Se ha observado que la presencia de estrés psíquico, determinadas posturas laborales, el taba-quismo, la falta de actividad física y el sexo femenino favo-recen la posibilidad de padecerla; además, los cuadros de-

presivos o la personalidad neurótica aumentan las posibi- lida des de su recurrencia o cronificación1,2.

Con el tratamiento médico convencional suele mejorar en aproximadamente un mes, pero alrededor de un 25% de los casos cursan de forma crónica (más de 3 meses) y/o recidi-vante3.

Etiología

Esta sintomatología responde a múltiples etiologías, ya sean específicas de la región cervical o como manifesta-ción de otras patologías (tabla 1). Alrededor de un 90% de

Las cervicalgias en la consulta de atención primaria

Cristina de Alba Romeroa, Miguel Prieto Marcosb,* y Carmen Martín Calleb

aMédico de Familia. Centro de Salud San Fermín. Servicio Madrileño de Salud. Madrid. España.bMédico de Familia. Centro de Salud Nuestra Señora de Fátima. Servicio Madrileño de Salud. Madrid. España.

*Correo electrónico: [email protected]

Puntos clave

● La cervicalgia es un síntoma frecuente en la población

general que afecta más a mujeres, fumadores, mayores,

personas con estrés, con vida sedentaria y que realizan

trabajos que requieren esfuerzo físico.

● El 90% de los casos es de origen mecánico y degenerativo.

● Algunos datos clínicos asociados a la cervicalgia se pueden

considerar síntomas de alarma, como el dolor incluso en

reposo, la presencia de fiebre, una historia previa de cáncer,

la aparición de un síndrome constitucional o la existencia de

síntomas neurológicos. Todos los anteriores pueden ser

causa de derivación urgente a otro nivel asistencial.

● La historia clínica es el estudio más importante en esta

patología.

● La normalidad de algunas pruebas complementarias no nos

debe llevar a minusvalorar la sintomatología del paciente.

Los hallazgos no siempre coinciden con la gravedad de la

clínica.

● La resonancia magnética es obligatoria ante la existencia de

clínica neurológica, ya que es la técnica que mejor visualiza

la patología intrarraquídea.

● En el tratamiento no está indicado el reposo salvo en los

primeros días.

● Es necesario evitar el uso prolongado de collarines

cervicales más allá de 1-2 semanas.

● Las técnicas fisioterapéuticas no han demostrado todavía

su efectividad (ejercicio físico, la tracción cervical, las

técnicas de estiramiento, la estimulación eléctrica

transcutánea de los nervios y los infrarrojos…).

● Existe evidencia científica que apoya el uso de la

magnetoterapia para disminuir a corto plazo la intensidad

del dolor.

Palabras clave:

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De Alba Romero C et al. Las cervicalgias en la consulta de atención primaria

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TABLA 1. Causas de cervicalgia

Causas mecanicas y degenerativas (90%) Esguince cervical

Hernia discal

Mielopatía

Mialgias agudas (tortícolis)

Artrosis

Traumatismos (latigazo)

Funcional por sobrecarga

Enfermedades sistémicas Reumáticas/inflamatorias Espondilitis anquilosante

Artrisis reumática

Artritis reactivas (Reiter...)

Otras artritis (psoriasis...)

Polimialgia reumática

Artrosis

Enfermedades por microcristales

Hiperóstosis difusa idiopática

Síndrome miofascial

Infecciosas Osteomielitis

Meningitis

Herpes zóster

Enfermedad de Lyme

Neurológicas Condrosarcoma

Tumor de células gigantes

Glioma

Hemangioma

Metástasis

Mieloma múltiple

Neoplásicas Neurofibroma

Osteoblastoma

Osteocondroma

Plexitis braquial

Neuropatías

Siringomielia

Algodistrofia

Dolores referidos Cardiopatía isquémica

Esofagitis

Tumor de Pancoast

Disección vascular

Otras Sarcoidosis

Enfermedad de Paget

Malformación de Arnold-Chiari

Enfermedad de Klippel-Feil

Osteoporosis

Osteomalacia

Enfermedad de Forrestier

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los casos se deben a problemas mecánicos y patología de-generativa3.

Las causas mecánicas, tales como microtraumatismos, so-brecargas físicas, trabajos repetitivos y posturas fijas o forza-das son un motivo frecuente de esta patología.

Los cambios degenerativos cervicales aumentan de forma progresiva con la edad, desde un 5 a un 10% en la segunda y tercera décadas y hasta más de un 50% en los mayores de 45 años. La artrosis cervical afecta fundamentalmente a aquellas vértebras que soportan una mayor presión, como son C4-C5 y C5-C6. El dolor que se origina se puede irra-diar a la nuca, los hombros o los brazos, o bien ser fuente de cefalalgia en la región occipital posterior (inervada por las raíces C2-C4). Los osteofitos, las protusiones discales y la hipertrofia de las articulaciones interapofisarias comprimen a veces una o varias raíces nerviosas en los agujeros inter-vertebrales; dicha compresión explica la mayoría de las radi-culopatías cervicales. La raíz C7 es la afectada con más fre-cuencia, y le sigue la C6.

Los traumatismos de la región cervical son un motivo común de cervicalgia y pueden llegar a afectar a la mé- dula espinal. Los accidentes de tráfico, los delitos violentos o las caídas ocasionan la mayoría de las lesiones medu-lares.

La cervicalgia secundaria a accidentes de tráfico o lesión por latigazo es muy frecuente y se suele producir por choque automovilístico que ocasiona una torsión o distensión mus-culoligamentosa del cuello por hiperflexión o hiperextensión brusca. En estos casos, suele haber un período variable de latencia entre el traumatismo y la aparición de la sintomato-logía, que puede tener una evolución lenta y con tendencia a cronificarse.

En otras ocasiones, la contractura brusca de la musculatu-ra cervical ocasiona una mialgia aguda, denominada tortíco-lis, que se asocia a una gran impotencia funcional.

Aunque rara, en los pacientes con cervicalgia hay que descartar la presencia de mielopatía cervical, aun sabiendo que sólo la tercera parte de las personas con este proceso presentan dolor cervical. La mielopatía puede ser secundaria a la compresión del canal cervical por protusión de los dis-cos cervicales, el engrosamiento del ligamento amarillo o in-cluso por la presencia de osteofitos apofisarios. Los sín-tomas sugestivos de esta enfermedad incluyen: torpeza y debilidad de manos, espasticidad de miembros inferiores, debilidad de piernas e incluso incontinencia fecal o urinaria. El diagnóstico diferencial de este proceso hay que hacerlo con la esclerosis múltiple, la siringomielia y la esclerosis la-teral amiotrófica.

Entre las causas inflamatorias implicadas con más asi-duidad en el origen de la cervicalgia tenemos la artritis reumatoidea y la espondilitis anquilopoyética. La primera afecta a las articulaciones interapofisarias cervicales gene-rando dolor, rigidez y limitación de los movimientos en di-

cha zona. A nivel C1-C2, produce subluxación atlantoaxoi-dea, y a niveles más bajos (C3-C4) las denominadas subluxaciones subaxiales. La espondilitis anquilopoyética también puede ocasionar dolor cervical y con menor fre-cuencia subulaxación atlantoaxoidea. Su aparición en el conjunto síntomático de estas enfermedades facilita su diagnóstico.

El origen infeccioso se considera en aquellos casos en que la cervicalgia se acompaña de fiebre. Ante la presencia de cefalea y obnubilación, se puede sospechar la presen- cia de meningitis. El herpes zóster agudo puede tener como manifestación inicial dolor agudo en cuello o nuca varios días antes de que aparezcan las vesículas. También en estos casos, la presencia de los síntomas asociados es lo que orienta a una etiología infecciosa determinada.

Los pacientes con dolor visceral tienen con frecuencia síntomas cervicales, que fundamentalmente pueden estar re-lacionados con alteraciones digestivas, cardiovasculares o neurológicas. Un dolor que se desencadena al tragar puede hacer pensar en trastornos esofágicos. Algunas lesiones vas-culares pueden provocar dolor a este nivel (carotidodinia). Puede haber dolor irradiado en cuello en casos de cardio-patía isquémica (síndrome de angina cervical); aunque también hay que tener en cuenta que algunas lesiones que comprometen a las últimas raíces cervicales producen dolor que se irradia a la región precordial y semeja una isquemia miocárdica.

Las causas neoplásicas son muy poco frecuentes, corres-ponden habitualmente a metástasis a distancia de otros pro-cesos tumorales y el dolor suele ser de predominio nocturno. Típicamente, los tumores malignos suelen afectar al cuerpo vertebral, mientras que los benignos suelen hacerlo al arco posterior.

Clínica

El dolor de cuello como queja cardinal de la patología puede presentarse asociado a gran variedad de síntomas locales o generales que dependen de la etiología causante de cada cuadro.

Según la repercusión clínica de la cervicalgia, se conside-ra la siguiente clasificación4 (tabla 2):

-sencia de patología significativa y presentan una repercusión clínica mínima.

-va y con clínica que interfiere en la vida diaria.

-ro sin datos de patología significativa.

la presencia de patología estructural significativa.

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Orientación diagnóstica

La historia clínica es el estudio más importante en esta pato-logía3,5 (fig. 1). Una buena orientación de la anamnesis, la valoración de síntomas de alarma y la exploración física pue-den evitar realizar pruebas de imagen o complementarias que sólo servirán para confirmar el origen del dolor. No existe ningún test clínico o prueba complementaria específica para el diagnóstico de dolor cervical; la combinación de una bue-na anamnesis con la exploración física proporcionan un buen

cervicalgias agudas y crónicas, estableciendo el límite en los 3 meses para separar con posterioridad aquéllas que tienen un posible origen raquídeo de otras con origen extrarraquí-deo o diferido. También interesa separar los dolores que se pueden denominar mecánicos, que empeoran con la activi-dad, de los inflamatorios, en los que el dolor persiste en re-poso y pueden empeorar por la noche.

En relación con la presentación de los síntomas se pueden considerar los llamados “síndromes cervicales” que cursan habitualmente sin alteraciones radiológicas y sin una etiolo-gía identificable de forma clara. Entre ellos, tenemos:

irradiado, sin otros síntomas añadidos. Se manifiesta con gran impotencia funcional y se relaciona con espasmos de los músculos paravertebrales, movimientos bruscos y forza-dos, corrientes de aire o frío.

-llo y extremidad superior que se circunscribe a la raíz afecta-da. Provoca un dolor lancinante, acompañado de parestesias, y suele aumentar con la hiperextensión de la cabeza. Las raí-ces afectadas con más frecuencia son la C5, C6 y C7.

cervical habitualmente crónico e irradiado a zona occipital, vértex e incluso al área frontal, es opresivo y suele acompa-ñarse de múltiples síntomas inespecíficos (mareos, pareste-sias…).

dolor, debilidad y contractura muscular. Dentro de él se con-sidera el latigazo cervical.

Algunos datos se pueden considerar como síntomas de alarma o indicativos de cervicalgias sospechosas, como son: dolor incluso en reposo, presencia de fiebre, historia de cán-cer, síndrome constitucional, síntomas neurológicos (altera-ciones de la marcha, incontinencia de esfínteres…), que pue-den indicar la necesidad de derivación a otro ámbito de atención o incluso a urgencias (tablas 3 y 4).

TABLA 2. Clasificación clínica y terapéutica

Cervicalgia Clínica Terapéutica

Grado I Sin signos de patología grave y dolor leve,

que interfiere poco en las actividades diarias

No precisa pruebas complementarias. Según casos,

utilizar analgesia y medidas higiénicas posturales y

de fisioterapia

Grado II Sin signos de patología grave pero interfiere

en las actividades diarias con dolor y rigidez

Se recomienda analgesia y medidas tempranas de

movilidad e intervención fisioterapéutica

Grado III Con síntomas o signos neurológicos (radiculopatía)

sin sospecha de otras complicaciones

Se precisarán pruebas y tratamientos más extensivos

Grado IV Con patología grave (fractura, mielopatía,

infecciones, tumores, etc.)

Son casos raros cuya atención suele ser hospitalaria

TABLA 3. Criterios de derivación a atención especializada

Esguince cervical con clínica severa

Ausencia de mejoría tras un mes de tratamiento adecuado con

radiografía normal o signos degenerativos artrósicos

Neuralgia cérvico-braquial que no ceda con el tratamiento

adecuado

Sospecha de patología discal

Amiotrofia de cintura escapular

Otros: síndrome constitucional, aparición de disfagia, adenopatías

laterocervicales no explicables por otros procesos patológicos,

cuadros agudos sin criterios de ingreso hospitalario que

precisen seguimiento estrecho por la evolución o cambios

sintomáticos significativos

TABLA 4. Criterios de derivación a urgencias

Sospecha diagnóstica de síndrome de compresión medular,

neoplasia, hernia discal, subluxaciones vertebrales en el

contexto de artropatías inflamatorias, espondilocistitis

Traumatismos importantes

Cefalea occipital intensa de comienzo reciente

Signos sugerentes de radiculopatía motora o mielopatía

Alteraciones neurológicas: marcha espástica o atáxica,

alteraciones de los reflejos osteotendinosos, pérdida del control

de esfínteres, síndrome de Horner

Cuando se sospeche un origen visceral del dolor y no sea posible

realizar un estudio para confirmarlo y descartarlo en atención

primaria

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personales y fami-liares (de patología ósea inflamatoria, tipo de trabajo, edad y episodios previos), cómo se inició el dolor (agudo tipo con-tractura, latigazo, insidioso inflamatorio o degenerativo), qué estaba haciendo (asociado a sobreesfuerzo, ejercicio, ac-cidente…), presencia de dolor, mareo o disestesia en reposo (origen inflamatorio o tumoral) o con el movimiento (dolor mecánico), asociado a posturas que lo modifican o se irra-dia, tipo de dolor (punzante, sordo, irradiado), asociado a otros síntomas (rigidez matinal lumbar, disestesia o hipoes-

grado de certeza. La normalidad de algunas pruebas comple-mentarias no nos debe llevar a minusvalorar la sintomatolo-gía del paciente6, porque la clínica de dolor en muchos casos suele corresponder a inflamación de las carillas articulares (60%) y a lesiones musculares y ligamentosas no valorables con técnicas convencionales de radiografía7. La evolución tórpida del proceso sin mejoría tras varias semanas de trata-miento o los hallazgos sugestivos de complicación son los que nos deben marcar la realización de las pruebas comple-mentarias y no previamente desde el inicio del cuadro.

Cervicalgia

Síntomasde alarma

Historia clínica

Asociadoa traumatismo

Dolor inflamatorio

Derivación a especializadaurgente y/o estudio depruebas complementarias

Pruebas analíticas de enfermadades

reumatológicas y radiología

No

Dolor mecánico

Sin clínicaneurológica

Con clínicaneurológica

No mejoría en2-3 semanas

Grado III y IV solicitar pruebascomplementarias de imagen

Cervicalgia grado I y II (salvo accidentescon repercusión legal que a veces precisa radiografía)

no precisa pruebas complementarias

Figura 1. Algoritmo diagnóstico.

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del cuello. No hay que olvidar los signos y síntomas de pa-tología grave que son motivo de urgencia hospitalaria o de estudios complementarios ya citados anteriormente.

Los estudios de laboratorio sólo estarán indicados ante la sospecha clínica para descartar enfermedad sistémica, tumo-ral, infecciosa o reumática (los casos menos frecuentes).

La radiografía cervical sirve para detectar grandes altera-ciones estructurales y se puede realizar en proyección ante-roposterior, lateral, oblicua o dinámica. La proyección late-ral, que es la más orientativa, debe al menos permitir ver las 7 vértebras cervicales y si sospechamos alteración de los agujeros de conjunción por radiculopatía, debe realizarse la proyección oblicua. No siempre los hallazgos coinciden con la gravedad de la clínica. Lo más frecuente es no encontrar lesiones porque suelen ser alteraciones microscópicas por estiramiento de ligamentos, edema de carillas articulares, y en ocasiones podemos encontrar cambios degenerativos tipo nódulos de Smorl, espina bífida oculta o calcificaciones dis-cales, muchas veces más llamativos que la clínica referida o viceversa. La rectificación de la lordosis fisiológica cervical también es frecuente y puede ser indicativa de contractura muscular causada por dolor o no tener significación patoló-gica. En traumatismos y accidentes, la realización de radio-grafías (inicialmente, no dinámicas) a veces es más rutinaria que necesaria, sobre todo en los momentos iniciales de

tesia, fiebre, síndrome constitucional…), respuesta a la anal-gesia y repercusión en su vida diaria (tabla 2).

observar al pa-ciente para ver en qué postura permanece, es decir, que pos-tura antiálgica adopta, y la posición de su raquis, si presenta deformidad, asimetrías o cambios de curvatura en la lordosis cervical. El estado de la piel puede orientarnos en el origen del dolor por la presencia de lesiones psoriásicas, manchas de café con leche, presencia de vesículas o lesiones en el cuello. La palpación anterior y posterior del cuello descarta-rá adenopatías dolorosas, masas y contracturas; además de explorar los puntos de Arnold, valoraremos la musculatura paravertebral posterior, los músculos trapecios y esternoclei-domastoideos, la línea media vertebral y paravertebral. Pos-teriormente, hay que realizar una exploración de la movili-dad completa, activa, pasiva y contrarresistencia del cuello; para ello, debemos conocer la movilidad de los segmentos vertebrales cervicales (flexión 45º, extensión 75º, rotación 60º y flexión lateral 45º); además, es aconsejable registrar la movilidad alcanzada en el momento inicial de la exploración para ver en el tiempo la evolución de la lesión y en caso ne-cesario para valorar las secuelas6. Por último, hay que des-cartar la posible afectación neurológica asociada, compro-bando la sensibilidad, los reflejos, la fuerza, los pares craneales y los esfínteres. Todo ello lo exploraremos con mayor o menor precisión según la anamnesis previa. En la tabla 5 figuran otras maniobras específicas de exploración

TABLA 5. Maniobras específicas en la exploración de la cervicalgia

Maniobras radiculares (desencadenan dolor)

Spurling Con el paciente sentado, se ejerce

presión vertical sobre la cabeza

inclinada al lado radicular del brazo

que hay que explorar

Laségue del brazo Dolor provocado cuando se coloca el

brazo en abducción horizontal y

después, en retropulsión y en

supinación forzada

Naffzinger-Jones Aumento de presión intratecal

comprimiendo yugulares

 

Signo de Lhermitte Con la flexión máxima del cuello, el

paciente refiere una sensación como

de descarga eléctrica vertebral, a

veces hasta las extremidades

inferiores

Maniobras radiculares (mejoría del dolor)

Tracción cervical Con el paciente sentado y una mano en

el occipucio y otra en el mentón, se

realiza una tracción vertical craneal

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pueden ser más útiles si a las 2 o 3 semanas la evolución no es la adecuada6.

La resonancia magnética es obligatoria ante la existencia de clínica neurológica (tabla 6), ya que es la técnica que me-jor visualiza la patología intrarraquídea. Se puede comple-mentar con el electromiograma para localizar las raíces o nervios afectados. La tomografía, además de la resonancia magnética, es útil para el estudio de las partes blandas y confirmación de fracturas o luxaciones vertebrales.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son múltiples: controlar el do-lor, obtener la recuperación funcional en menos de 4 sema-nas, permitir la actividad cotidiana y laboral normal, conse-guir evitar discapacidad e invalidez y evitar la cronificación del proceso4,8,9.

Medidas generalesEl reposo no está indicado salvo en los primeros días5,10. La actividad física debe reiniciarse progresivamente con una in-tensidad adecuada. Empezar la realización de las actividades habituales y el retorno precoz a la vida laboral son medidas importantes para conseguir la resolución del problema.

Es necesario evitar el uso prolongado de collarines cervi-cales, está indicado el uso de collarín blando durante el día, durante 1-2 semanas, y retirarlo por la noche5,11. Las indica-ciones del tratamiento ortésico (collarines) en el raquis cer-vical están recogidas en la tabla 7.

Respecto a la escuela de espalda y las almohadas cervica-les, no hay pruebas suficientes para concluir su utilidad para reducir el dolor crónico en el cuello10,12.

Hay que proporcionar al paciente una información clara y precisa sobre su enfermedad, lo que disminuirá su ansiedad y aumentará su grado de satisfacción con la atención sanita-

-ne postural como no mantener posturas fijas durante perío-dos de tiempo largos, sobre todo con flexión o rotación del cuello; evitar movimientos de extensión forzada del cuello; dormir en colchón firme aunque no rígido, almohada blanda y delgada (unos 20 cm de diámetro) y posición en decúbito

supino o lateral; situar la televisión y el ordenador a la altura de los ojos evitando la extensión o la flexión del cuello; en el coche, colocar el borde superior del reposacabezas a la al-tura de los ojos, evitando realizar viajes en automóvil en fa-ses agudas de dolor; al escribir en una mesa, ésta tiene que tener una altura que permita flexionar los codos a 90º y evi-tar la excesiva flexión del cuello, etc.

Tratamiento farmacológicoLos fármacos más útiles en el tratamiento del dolor cervical son paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos (diclo-fenaco, ibuprofeno…) y relajantes musculares si comproba-mos contractura muscular; pueden utilizarse otros analgési-cos como metamizol, opiáceos… En cuanto a la utilización de antidepresivos, no hay evidencia científica suficiente para apoyar o rechazar su utilización en la cervicalgia crónica. Pueden ser útiles para potenciar los efectos de otros analgé-sicos y para mejorar el insomnio relacionado con el dolor debido a su efecto bloqueante sobre la recaptación de nora-drenalina y serotonina, neurotransmisores que inhiben la transmisión de dolor a nivel medular y cerebral4,10,13. Pare-cen ser más eficaces en el dolor radicular, sobre todo si éste tiene características neuropáticas.

Respecto a las infiltraciones con corticoides con/sin anes-tésicos locales, la evidencia es moderada en cuanto a la infil-tración de la rama medial cervical. La infiltración epidural interlaminal cervical sí es efectiva, no así las intradisca-les10,13,14.

TABLA 6. Afectación neurológica radicular

Raíz Reflejo afectado Zona sensitiva Déficit motor

C5 Bicipital Superficie lateral del brazo Deltoides bicipital

C6 Supinador largo Porción radial del antebrazo y primer y

segundo dedos

Extensor de la muñeca, supinador largo, supinador largo

pulgar

C7 Tricipital Dedo medio Flexor de la muñeca, extensión de los dedos y tríceps

C8 Ninguno Porción interna cubital del antebrazo

y cuarto y quinto dedos

Flexor de los dedos y músculos intrínsecos de los dedos

TABLA 7. Indicaciones del tratamiento ortésico en el raquis cervical

Cervicalgias y cervicobraquialgias mecánicas, agudas y crónicas,

reagudizadas por el movimiento

Cervicalgias en el curso de enfermedades inflamatorias del

aparato locomotor

Tortícolis

Posoperatorios

Traumatismos: esguinces cervicales, fracturas y luxaciones, sobre

todo, de atlas y axis

Infecciones: discitis, espondilodiscitis, osteomielitis

Neoplasias: primitivas, metastásicas

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ser10,15. Existen evidencias científicas que apoyan el uso de la magnetoterapia para disminuir la intensidad del dolor a corto plazo15.

Es necesario que se realicen nuevos estudios de investiga-ción apoyados en las normas de la medicina basada en la evidencia, en el campo de la fisioterapia aplicada a pacientes con cervicalgia, para poder realizar correctamente la indica-ción de dichas técnicas16,17.

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Tratamiento quirúrgicoEstaría indicado en determinadas situaciones como radiculo-patías, mielopatías o alteraciones estructurales2,4.

Técnicas fisioterapéuticasLas más utilizadas son:

1) Ejercicios preferentemente de tipo isotónico e isométri-co para fortalecer la musculatura cervical5. Se recomendarán ejercicios de flexibilidad y estiramiento al igual que los de coordinación, fortalecimiento y resistencia5,10.

2) Manipulaciones y movilizaciones vertebrales. Consiste en el movimiento brusco de una vértebra más allá de su ran-go anatómico. Pueden ser de utilidad si el dolor es de menos de un mes de evolución y si no existe irradiación de éste. Só-lo deben utilizarse cuando el origen del dolor es claramente mecánico10,13.

3) Aplicación de calor o termoterapia (infrarrojos) y de frío o crioterapia. El calor puede facilitar los estiramientos o disminuir el dolor en fase aguda.

4) Magnetoterapia. Es la utilización de campos magnéti-cos pulsados.

5) Tracciones cervicales. Es la elongación de la columna de forma continua o intermitente, de forma manual o mecá-nica. Obtiene un efecto de relajación muscular y analgésico por estimulación de los mecanorreceptores13.

6) Estimulación eléctrica transcutánea de los nervios. Se puede utilizar asociada a otras medidas y comenzando con frecuencias bajas. No existe evidencia de su eficacia13.

7) Acupuntura. No hay evidencia científica validada para su utilización; parece que puede reducir el dolor de una for-ma acumulativa durante una serie de tratamientos13.

8) Otras técnicas utilizadas:

a) La electroterapia no ha demostrado ser eficaz y puede contribuir en algunos casos a empeorar el cuadro.

b) Hay evidencia limitada sobre la eficacia de la denerva-ción por radiofrecuencia en la mejoría a corto plazo de los dolores crónicos cervicales de origen facetario y en el dolor crónico cervicobraquial.

c) Ultrasonidos, masajes…

En resumen, las técnicas fisioterapéuticas utilizadas en el tratamiento de pacientes con cervicalgia mecánica son muy variadas, pero de ellas, el ejercicio físico, la tracción cervi-cal, las técnicas de estiramiento, la estimulación eléctrica transcutánea de los nervios y los infrarrojos no han sido lo suficientemente estudiadas como para poder evaluar la efec-tividad de las mismas15-17. Tampoco existe evidencia sufi-ciente para recomendar los ultrasonidos y el masaje. La apli-cación de crioterapia, la electroterapia y la acupuntura no han demostrado su eficacia, al igual que la terapia con lá-