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Selección poética de Edgar Khonde por parte de la Editorial Litera y su editor Benjamín García.

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LASCHICASQUECAMINABANENZANCOS

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Las chicas que caminaban en zancosEdgar Khonde

Cuidado de ediciónBenjamín García

Diseño de portada e interioresIntton Godelg

D. R. 2012 Benjamín GarcíaD. R. 2012 LITERALa Orquídea Errante

Actopan 22, interior 7. Col. Roma Sur. C. P. 06067

Primera edición, 2013Impreso y hecho en México

Se autoriza su reproducción sin fines de lucro.Esta obra se encuentra registrada bajo Copyleft.

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LASCHICASQUECAMINABANENZANCOS

EDGAR KHONDE

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Manifiesto en Re

En el futuro le diré a la mujer amada que ni soy un hombre ni un aprendiz de brujo. Salto de la cama porque el colchón se ha quejado de mi cuerpo solo; ando desnudo por el cuarto intentando no sé qué verso, pero uno que me salga de las tripas y el hígado. Uno que salga con celos y caricias, y no le dé miedo de ocultarse en la vitrina de los diplomas a la flojera. Mis neuronas en huelga se niegan a decir otra tontería más; que mi corazón vague por el fracaso y mi alma a ver dónde vaga porque ya no hay espacio en la oficina. El sedentarismo de mi psique cortó raíces y vuela cometa de literarios senderos. Por si acaso maullaré como gato y, confesaré a cualquier fémina candidata que lo mío es tan vasto, que seguramente saldrá corriendo y no querrá regresarme ni un beso; y qué decir de mis llamadas a deshoras y mis reclamos por ningún motivo y mis tormentas abrasantes y mis brutos labios y mis manos en una anatomía desquiciante y mi fe en los ojos y mi pasión en los lugares no íntimos y mi tos de perro y mi no saber mentir y mi dormir casi nunca y mi buscarla en el viento. En el futuro le diré a cualquier Eva aspirante: aunque seas la mujer de mi vida, te faltan güevos para amarme.

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De muy tarde

No salgo en los días de lluvia porque sé que se mojarán mis zapatos y eso me pone realmente muy muy triste, me hace sentirme desamparado. No soporto los trastos sucios en la cocina porque cuando bajo no puedo evitar imponer el orden y eso me hace perder el tiempo, como pierdo el tiempo tratando de poner en orden el mundo, mi mundo, mi pequeño espacio de mundo. Levantaría una protesta en contra de las camas destendidas después de que uno se levanta. No puedo evitar distraerme pensando en las palabras, en su ritmo, en la manera en que mueven las caderas como las muchachas en el baile. No entiendo que porque soy hombre tengo derecho a gritarte en la calle “sabrosa”, no tengo derecho a eso ni a tratar de tocarte en contra tuya, mujer, quien seas, no lo tengo. No puedo evitar evocar el rito y enunciar/articular/decir susurrarte al oído “sabrosa” cuando estoy contigo, en el cuarto, con el tiempo añejo, en un futuro que no llega, a ti, sí, a ti. No me canso de caminar aunque mis pies revienten en la noche y los asaltantes a oscuras me hurten las ideas. No corro cuando las puertas del metro se me cierran ni cuando veo el semáforo en verde ni cuando sé que llegaré tarde a una cita. No entiendo los mapas ni las instrucciones de lavado de las lavadoras. No entiendo las recetas en internet cuando sé que cocinar es un acto

de amor, como me enseñó mi abuela. Nunca sé cuál es la derecha ni la izquierda si

antes no he visto la cicatriz en mi brazo derecho. Tampoco entiendo cuál es la derecha o la izquierda cuando veo un debate político o una protesta social de drogadictos, extremistas, tontos. No sé cómo dejé de fumar, pero no se lo aconsejaría a nadie.

No camino debajo de los andamios

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ni de las escaleras. No me he titulado; no supe qué decir el día que mis exalumnos me dijeron profesor lo extrañamos. No entiendo por qué negarle el abrazo a alguien que quiero o que ese alguien me lo niegue. No sé cómo dos se vuelven tan extraños al compartir la cama durante mucho tiempo. No puedo concentrarme por más de media hora cuando quedo con algún amigo en la cantina para la copa, un hombre no puede captar mi atención, definitivo. No creo que lo que escribo tenga valor, pero lo escribo. No quiero vivir en el futuro, si la humanidad tiene una oportunidad, yo no tengo que estar en ese tiempo. No sé cocinar arroz ni puedo viajar con más de dos personas. No sé tampoco cómo me aguanto las ganas de buscarte y de decirte las cosas que te digo y que te tengo que decir y que te podría decir de frente sin más complicaciones que el aire pasando a través de mi aparato fonador; y los versos aunque el apocalipsis. No pasa día sin línea. No sucede que un gran meteorito se estrelle contra la tierra y entonces en el fin del mundo me encuentre con Virgilio. No acostumbro cenar, me agrada la sensación de vacío que tengo al alcanzar el sueño. No le creo ni a Dios ni a los políticos ni al gendarme que da vuelta en la esquina ni a los abogados que llevan el caso de los condenados. No me gusta la poesía de mis contemporáneos, como a ellos no les gusta la mía. No concurso porque no soy un caballo de carreras, no corro porque no soy un caballo de carreras, no compito porque no soy un caballo de carreras. No solicito becas ni fidelidad ni que me amen por siempre. Y no voy a escribir una novela que relate el final de una generación porque mi generación no merece ni una línea.

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Se generaliza una palabra

En el límite Kdonde se divide la calle Torrenteracamina un vagabundoEn el ajedrezde estadístico aroma y gambetas precisasla casilla postrera al peón melancólicoes ocupada de un salto por un fiero caballoEl hombre trae los bolsillos raídosningún pedazo de pan lo acompañael equino de maderaque emula a su ancestro de Troyaamenaza al monarcamueve ahora enemigo la manouna emperatriz blanca se inmolael alfil sesgo y oscuro la atacaEn otra coordenadas y otro siglocamino por la callepoeta José Rosas Morenosin reina ni ajedrez ni pan en los bolsillosvagabundo del tiempo y de su presidio.

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Chilanga de mis amores

Renunciaría a mí por apapacharte un tantovertido en la vereda donde te llevo una mi soledadhacia la tuyaasí queditodiciéndote al oído que te quieroenlunamielarnoscomo la luna con su cara gorday la noche con sus manos tersastocarte ycomponer una canción del sueñocon la flauta de Hamelínconquistar todos los ratones y declararlela guerra de #merecesunpastelazo a todos los paísesdecirle a todos esos que caminan con su cara grisque se están muriendomientras toco para tiesa canción que diceasí: pegadito muy pegaditomariachi de por medioretuitearte todaestalqueartedarte followy atender con mi blackberrytodas esas actualizacionesque te haceninsufrible, cabrona guapachingona pa todas las palabrasinventarte el nombreescribirte el libroenviarte cartasmensajes en menos de140 caracteresmensajes en poemas mínimoscuando el cielo se deshaceen hielo

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y dejar los postits como migas de panpara recuperarnosescribir los #tuitcallejeroinvocar montañas de versos yo te escribo versostoco el sax me hundoen Charlie Parkerconvoco fantasmaslaberintos viejosecuaciones sistemáticasgalaxias en tu dermisconvoco constelaciones en tus coordenadastú y yo siempre tan perpendicularesy tú más terremotoy yo agua derrumbable#dicen#megustascomocomponer el trend topicmi estadomi permanente necesidad y gustode buscarte en los retratos de la ciudadde la ciudad celeste en el paísdonde el mundo está hasta la madreguglearte y poner un aviso oportunode “te me antojas”latirte en las calles intrusas del concretorastrear tus huellas de antigua bailarinalocalizarte bien al orientemientras un demiurgo nos indica quela distancia salvada entre dos puntoses imaginar solosla desnudez del cuartovolver por los conductosdel organigrama en colapsodel infierno dirigido por Virgilioentroncar todos los senderosuno ausencia de unouno ausencia de unoausencia ausencia ausencia

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renunciaría a mía mi palabraa mi yo de magorenunciaría al tiempoen el que presido comoguardián del verbote regalo un ramo de flores imposibles en inviernoel plaser casual de aser lo inusualde hacer de lo inusual lo posibley cristalografiar poemas en tus labiosen tus manos de cisne y de tersa quimeraen tu aroma de cherryen donde tu risala inquieta bella de más todas las batallasorquestayo te escribo versos de junio y en agostoyo te escribo versosyo te escribo versosafuera hay lluviarelámpagosunoausencia de unounotres puntouno ausencia de unotres punto catorce 16renunciaría a mí a ellos y a nosotrosa la tarde de Neruday las letras de Maples Arceme fundiría en el étercon el solcon los signos caligráficosde tu lengua.

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Escrito encontrado en el Mediterráneo

Y qué le vamos a hacer si te me antojassi la cualidad de los astros y la velocidad de las nubestermina confesandoque las rocas suceden porque no hay mucho que contarsesicuando huye noviembre se aparece un terremotoen las torres de cuentos babilónicosmuchas hablas reducen las variantesque matemáticamente tergiversanuna frasequé le vamos a hacero qué contamoscon qué tersas palabraste relato las letraslos sonidos de cuandouna rosa transcurre en tu pielo una gota se guarece en tu bocaqué inventamosqué encantos marinos enunciamospara que todo se haga espacioa qué nombre clamamosy en qué orden recojotus huellassobre este pasto o ese asfaltoqué le vamos a hacer nube cerasussi en las retóricas antiguas de la lenguano se verbaliza un pleonasmoporque decirte mujer es redundar tu nombre(y no llamarte en la noche es extraviarte)qué signo o adjetivo o bienqué invocación del diabloqué le vamos a hacerfruto del Valle Jertequé almendro de Kerasos

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La canción de las bicicletas

No sé si haya poetas que suban en bicicleta a los avionescontradecir en bicicletallevar altos honores en tricicloslevantar puentes y miradastrayendo en bicicletalos fósilesla espadael truco que trasciende los horroresamar cuerpos de tierra en bicicletatocar la dulce vida en bicicletacorretear peces y mandrágorashacer como que sílento y calladoel verso que concibaal tiempo que pedalea el hombrela pluma y la palabradespertar en otro país en bicicletacontar cuentos a oscurasen la humedad del vientobendecir a quienes miran en las ruedaslos años que transcurren en la soledad del gatollorar en bicicletaatar los años negros y atinarleal número de siempre en tiro al blanconadar en bicicletahundir los portabombascambiar del episodio del Quijoteleerle a un ciego que custodiala bibliotecabajar al inframundo en bicicleta y recorrer paisajesentonces escribirle a ellaun poema de bicicletasque tenga los contornos de la marchaque tenga los pedales y la estrellaescribir cosas como velocidad y terreno

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escribir pistas y naves espaciales(descubrir otros planetas montados en bicicletas supersónicas)escribir sonidos y ruidos de cuando pedalea un poetaaullar en bicicletatocarla por la espalda y susurrarleque el desierto tiene ojos y palmerasvolar en bicicleta como fantasmasandar en bicicletapara que no se pierda nadieescribirle también la ruta de las letraspara que en bicicleta ella aprendaque no hay en realidad poetasque sepan construir canciones viejas.

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La respuesta

Seguro no es con palabras como se desnombra

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Escribiendo

Para probar el rubor de tus muslos he concatenado signos ysonidos y símbolos

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Nocturno en prosa

Me dice que los callejones le sirven a los gatos para escapar del vicio de tenderse sobre cuerdas y volar, perdiendo cinco de sus siete vidas. No sé qué haya sido de los borrachos, de los perdidos, cuando urden malabares y cimentan fuegos, cuando entran en las hogueras y salen de las cantinas con ese olor a rancio, podridos. Camino largo sobre la calle La Nacional con los dientes rotos y la mirada trastabillando. Camino con un pie al borde del suicidio, describiendo florituras y silbando una rotonda para los fantasmas viejos. Me arrastro maltrecho, corvo, con la guardia baja y sometido por todos los jabs que me ha metido la vida. Me dice, me dijo que la esperara, le dije que la esperaría, pero nunca arribó, nunca pudo siquiera enviar un mensaje o dejar en las contestadora un “es de noche y tengo frío”, y cuántas noches no hubiese corrido a abrazarla, a depositar mis últimos anhelos entre sus muslos y sus besos. Aunque hoy no llueve ni aúlla el perro sarnoso de la comisaría, y el guardagujas ha cuidado que los trenes que ya van a partir no sufran contratiempos. Me dice, me dijo cuando la conocí y cuando en ese tiempo le acaricié la espalda y el pelo y luego el marfil de su figura ósea en el recubierto de su matiz celeste, me dice de nada me sirve que me digas que estoy guapa si no me coges. Me dice palabras, versos, ecuaciones algebraicas, cuervos, tigres, ediciones de autor, libros borrados por el agua, ladrones, llega tarde, se equivoca, mira, sus ojos, brillan, acuden al preciso instante de, no poder tomar su mano, no tenerla, fogata, ausentesombra. Me dice que los callejones le sirven a los gatos, yo le llevo una serenata, yo canto.

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La palabra

Y en el muro ofrecido al viento he localizado fósiles de versos

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El mundo no acaba mañana (y es que esto)

Yo con su permiso le voy poner un cascabelito a la vida para que no me agarre desprevenido;y es que esto de escribirle y rodarle y conducir trenes en el cieloy dejar maniobras alfabéticas prendadas de paredes,y prometer, sí, prometer canciones en balcones imaginariosmientras ataco de cosquillas a las adustas fortificaciones de concreto, con proyectiles de carteles.Y es que esto, de formar figuras en la calle con las gotas de la lluvia de los viernes,y de prender fogatas en medio del tráfico con murales donde se avejentan los bisontes.Y es que esto de enviar mensajes en el móvil con la participaciónde todas las palabras necesarias:hay un apocalipsis afuera de mi casa, yo te escribo versos.Y es que esto de teñirme con el agua que compone la sustancia de las nubesy llenar todas las fuentes de la ciudad con barquitos de papel para localizar su puerto.Y es que esto de formalizar como deporte nacional llevarle serenata y cantarle en lenguas y variantes astronómicas y calcular el número secreto de las olas furiosas que nunca dan tregua al mar.Y ser eco de toda la ciudad donde pasea su figura de tarde;y ser el sujeto al borde del suicidio emocionalque colecciona palpitaciones en la articulación de un verso.Y es que esto de tender redes sobre océanos que sean puentes, y hacer de las consignas cotidianas los cariñito corazón y los háblame bonito.Y es que esto de escribir todos los verbos que condensan lapalabray matar palabras y nacer palabras.Y es que esto, esto no se acaba.

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La sensibilidad

Un escritor puede imaginar vetas para arrancar palabras y sobre todo para corregir frases, construir un párrafo, conformar una cuartilla. En mis años como lector he ido tratando de reconstruir esos hechos, existieran o no, para adentrarme en la memoria e identificarme con cada sintagma que percibo. En mi experiencia como escritor puedo decir que nada es dejado al azar, porque el azar resulta ineficaz para provocar, incitar, inspirar al público. Veo a un sujeto, observo a un individuo, me alimento de sus emociones, de sus descaros, de sus sucesos. Lo real es que el sujeto existe porque es una convención de sus contemporáneos, porque el mismo sujeto no existe para el transeúnte que camina sobre una rúa de Varsovia en 1923, lo ficticio es que el mismo sujeto existe para un lector que transcurre dentro del siglo XXI, año 2011 para ser precisos. El lector lo hace presente en su imaginario porque descifra los símbolos que significan al concepto: hombre. El privilegio del lector es que simultáneamente conoce a un individuo del año 1934, que no es el transeúnte varsoviano, y a una poeta que vivió cien años antes de nuestra era, y que al salir al estanco conversará con el intendente del lugar La sensibilidad, conversaba con Alicia, es una profunda reflexión, es un entender que somos símbolos y que el otro nos da significado a través de nuestros actos; el otro, el intérprete, nos demostrará que existimos o que somos estatuas de sal. La sensibilidad tiene que ser intelectual, pensada, concebida como una cualidad humana, entender que el campesino que cuida de su arrozal en Vietnam y el conductor del ferrocarril que atraviesa el oeste de los Estados Unidos son, vistos desde diferentes aristas, la misma persona, aunque no habiten el mismo tiempo espacio. La emoción, el ser emocional es una partitura completamente diferente, es una cualidad del ser, del ser concebido como un agente animado. El ser emocional no se delimita al humano. Perros, gatos, elefantes, son

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emocionales, y existirán individuos en cada especie más emocionales que otros, como en las sociedades humanas. A través de la emocionalidad, sin embargo, uno no puede responder a las dificultades o a las hecatombes. No sé, y tampoco conozco método para averiguarlo, si en las demás especies exista la cualidad del ser sensible. Incluso en miespacio tiempo me es sumamente complicado percibir a sujetos sensibles dentro de mi especie. Demostrar las emociones no implica rastro de sensibilidad. Lo que sí implica la sensibilidad es detenerse a pensar y preguntarse qué ha sido de los otros. Lo lamentable es que pertenezco a un tiempo y a una sociedad que se consume en el individualismo. Lo rescatable para mí, es que aparte de considerarme contemporáneo del tendero de la esquina, también me considero contemporáneo del peatón que recorre la rúa de Varsovia en 1923, y del poeta del siglo uno de antes de nuestra era.

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Gracias a Gonzalo Rojas

Fue un gran privilegiohaber leído a Gonzalo Rojas-haberte amado-y fue un tenaz argumentoencontrar en sus letrasla caricia lentacon que cubrí tu cuerpola noche que hacía más frío en el sur de las américas.

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Igual qué...A mí que me den tu esencia de noche

Sucede que pasa la cadera y luego sube un rumor de arena para descubrir puntos y líneas en el dorso ahumado de la constelación. Miro cielos en la carretera y ángeles que tienden sus alas sobre los desiertos llanos. Gritan los lobos en jauría, gritan los locos desde su celda, y el Marajá de un puerto distante ofrece toda su riqueza. Pero, usted, ¿usted cómo quiere que la llame? ¿Usted qué pretende? Usted no puede someterse a las leyes físicas ni a las fuerzas naturales de un sistema como éste. Usted no puede ordenarme que la nombre piedra o rosa o aljibe. Usted puede comprender o no que tal marea o sus sucedáneos terremotos, usted no puede menos que dejar que la adore o que la olvide; porque para cualquier otra cosa existen los hombres. Un poeta, como nota, no puede dejar que las cosas pasen, que las mujeres como usted transiten esta tierra sin arrancar palabras o suspiros. Usted, ¿cómo espera que la nombre?, o sobrenatural o extraordinaria o maravilla o poesía (que en latín no es otro nombre). Usted, ¿o es ese sin usted el que me tiene ausente, silencioso, en penumbras? ¡Yo qué! Le seguiré hablando de usted hasta que me ame.

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Tu nombre

Suena cálido tu nombreTu nombre brasaTu ardiente abrazoSuena húmedo tu nombreTu nombre cuevaTu cuerpo nombre.

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Tu nombre (variación)

Tú eres el nombre de tu cuerpoEl lago de tu cuerpo eresEl cisne y el silencio de ese lagoEl cuerpo de tu lago eresEres el pisar sobre la hierbaDe dos sombras ausentesTú eres el cuerpo de tu nombreLa vibración sobre las ondasdel lago que es tu cuerpo eresTú eres el nombre de tu cuerpoEl nombre de tu cuerpo eres.

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Tu nombre (segunda variación)

Tú de tu cuerpo nombreY el nombre de tu cuerpo túY tu nombre.

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Yo te escribo versos

Palabras al-humra, al-Hamra, al-Ahmarpalabras rojas y azules o blancaspalabras que caen junto con el monzónpalabras plañidas que describenfiguras geométricas al tocar el sueloun hilo de agua escurrepor la terrazaconvirtiendo en río el camino de las hormigashay hielo que invade la entradapartículas que escaparonde convertirse en nievetambién hay poemasescritos para honrara la lluvia y al horrorde saberse ahogados y mudosHay truenosy no queda cimiento de civilización algunaHay espantoshombres que caminan bajo la tempestadsin hálito de vidacon los ojos vacíos y las manos herrumbradascírculos que contienen mensajessobre el fin del mundoinscripciones en tu cuerponombres de los que serán salvadosgeografías postreras a la aldabalunas y destellos en el cielo de tu espaldabóvedas y cuevas en tu hablaHay carros de combate y arcascaballos bufando y jinetes con hambreHay estrellas que lloran lo magníficode proyectarse contra un mundo sin futurolagunas temerosas y solaslobos que perdieron el murmulloaves sin tristeza y sin vuelo

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Está la revelación y el juiciouna luz bajando centelleanteun verbo que mide en la balanzael posterior que ya es presente y futuro a la AlhambraYo te escribo versos:“Hay un apocalipsis afuera de mi casa...”

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Yo te escribo versos (variación)

Hay un apocalipsis afuera de mi casayo te escribo versosdebajo de la ausenciadel sonido del rayoaun cuando las nubesen su laborar de diluvioanegan las baldosasinundan el vitruvio

Afuera de mi casahay un mar grisáceotundido hasta el espantocon barcos que recorrenlas anemias urbanasy los canales de la antiguaciudad sobre el agua

Hay un apocalipsisen medio de nosotrosa través de los caminosy los puentes queincólumes conectan tus ojos y mis ojoshay un fin del comienzoque trae reminiscenciasde nuestros cuerpos juntosdebajo de la lluvia

Afuera de mi casalas gotas se abalanzancreando monolitosde hielo y jeroglíficos

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Afuera de mi casahay un apocalipsisy yo te escribo versossin miedo en la palabraante este fin del mundo.

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Te quiero aunque no tengas superpoderes

Subí al autobús cuando ya no había lugar para viajar sentado y tuve que transcurrir la travesía como estatua humana, dando tumbos mientras el chofer conducía con dos tragos de ron en su mirada. No supe, porque me quedé dormido, pero bajé en la estación terminal, con las piernas acalambradas y tos. La garganta seca y jodiéndome, apenas con la lucidez suficiente para decirle a un taxi llévame rumbo al centro, al kiosco. Podían haber pasado años, yo vi el paisaje de la ciudad coqueteando con el apocalipsis; a las fieras comiéndose las fieras y altos hombres acechando en los callejones para descubrir vírgenes que adorar y ancianas que ultrajar. Supe cuando consulté un diario que leí mientras esperé el bus, que el mar se estaba tragando China, Indonesia, que gran parte del continente europeo había perecido bajo montañas de radiación y que África se había llenado de zombies; y los astronautas extranjeros estaban aniquilando manadas de cebras para jugar ajedrez con sus pieles. Alcancé a escuchar mi destino, me dirigí al andén.

Estoy seguro de que no lo sabes, pero bordé tu nombre en la solapa de mi suéter para que no se me olvidara, o por si acaso me perdía, para saber dónde encontrarme. También estoy seguro de que no sabes que suelo acompañar mi desayuno con las noticias funestas del sur de América, que los noticiarios transmiten terremotos y huracanes, que con un poco de sangre, también crean policías y ladrones, y sicarios que disparan a bebés en sus cunas. He charlado con la intendenta de la tienda y con el barrendero y el vieneviene, los cuatro hemos coincidido que ni la biblia ni ningún escritor de lo terrible maravilloso imaginó peor fin para nosotros, para esta maldita humanidad que muta en muerte y desespero. ¿Cuál fin? Éste muy nuestro. Este fin que nos dicta comernos unos a otros, que nos lleva a

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asesinar gatos para no tener miedo y usar sus patas como sortilegios, porque los conejos se han marchado junto con las ovejas y nos han dejado sin sueño.

Llegué al kiosco y marqué el número del viejo, pero el viejo justo hace dos días que habíase ido al frente de batalla, recordé tu olor y caminé hacía el bosque, y aquí me voy a quedar, solo. Porque ya pensé que no tengo nada que me vincule con el horror de saberme ciudadano de ninguna ciudad ni originario de ningún pueblo. Mientras llegan: o los zombies o los argonautas o las fieras o la policía o los sicarios, voy a escribir la historia humana en piedra, para que el futuro la recoja, y ojalá la entienda, para que no vuelva a repetir este presente tan vil y horrendo. Creo que la humanidad necesita de un Linterna Verde, de un Batman, de más de 4 fantásticos y los Hombres X; creo que no fueron suficientes los ches, los gandhis, los subcomandantes, los vengadores y los kamikazes. Te quiero aunque no tengas superpoderes, y aunque nunca vayas a salvarme.

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No me siento seguro

No me siento seguroen las palabrasdijo Roberto Bolañoyo tampoco, agregono me siento con calmaLas palabras, el lenguajele agregan un valor profanoa las cosasse sientan en todos los rinconesplácidas y misteriosasse ausentan de los instantesprecisos, preciososno acuden a la lengua bocalas palabras, las que articulo con miedoNo me siento seguroen los versosen las estrofas que componeneste poema salvajeNo sé si el español romanceme permita hacer de míun individuo con hablaNo me sientocon los ojos hundidosy la garganta a puntode estallar la vidaEl enunciado del enunciadoel primer verbo que fue nombradoNo tengo una teogoníaadonde el versador primigeniotenga un rostro infaliblele pregunto a mi espejoy al reloj de las perlasvuelvoNo me siento seguroni en el lustre del sonido

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que atraviesa mi cuerponi en las balas del vientoNo me siento seguroen las palabrasdijo Roberto Bolañoyo tampoco, agrego.

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Este cuerpo

Éste tu cuerpotan de tierra y barroque fluye entre mis manoscompuesto del origendel silicio y el diamantecarbón, hidrógeno, fuegodesplazado en el espacioa la constante velocidadde la fricción con otra carnese prolonga la luzse abandona un gemidoa la insondable nochenoche largacomo la trayectoria de los ferrocarrilesque van hacia el oestevías y durmientes que allanan y delimitantu epidermiséste cuerpo tuyodelicado aromapétalo del poema de Diosy letra de la canción eternaéstetúcuerpo que en mis manos latehúmedo e intemporalconstrucción de la sintaxisno hay ambigüedadque valgatúyocuerpo sobre cuerpoentre cuerpo cuerpocuerpo luzy cuerpo fraseéste

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este tu límiteverbalque donde eres túno es ninguna otra cosacuerpo ser experimentanteéstey al este de tu cuerpo yoy al sur tus pies y tu rotonda.

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Las flores de plástico (nocturno kalashnikov)

Las chicas que caminan sobre zancos(sus piernas largas, sus caras de espantosus deformes pies color escape de auto)tienden a componer realvisceralistas novelas policíacasque son vendidas en sex shops y confiteríasliban de sus labios las colmenas las flores de plásticosucediendo en escaparates en tardes rencas y jorobas de ballenadanzan como blackyswan tendidas esqueleto en el portaequipajesus zancos son extensiones del pelo hirsuto de Diosmadejas de dreadlocks hilados en un campo minadoLas chicas que caminan sobre zancostienen labios color menta muslos proclives a seducir seminaristastraen bolsos con kalashnikovs incrustadas de vocaleslas chicas piernaslargas medias y tersas faldas y copa en manoy disparos desde una motoneta en marchaa un establecimiento de perecederos huracanestorbellinos que aniquilan brujascaminos amarillos, magos, totos, leones mariconeslas mujeres maderapértigas que pasean por el bulevarcantando una vieja canción de piratashundidas entre las jeringas y la búsqueda de amantes golpeadoresamantes precoces y lobos que prefieren ser embestidos por vergasy vergas que prefieren ser arrastradas hacia las máquinas de moler carnelas chicas zancosarenas resplandecientes de ratatatatatatatatatatatataesbeltas mareas que arrojan costales de plutonio

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las chicas zancosmantas porosas para captar sonidos desde el largo espaciolas chicas AKcuarentaisiete títulos y segundos y veces y a vecesuna nota se resbala por la espalda y la lengua se batecontra el espeso monte que hay entre los musloslos zancos de piedra arena mujercamaleónica tez desde la bocahasta el perfume que una traeen la manera de emitir una obstruyentelas chicas que caminan sobre zancosde nochese transforman en sirenasy si uno las tocase convierten en lago.

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Muerte súbita

En ocasiones yo también soy un mundo de papel que se consume con el fuego

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He mirado tu foto y permanezco

La ciudad es otra vezun laberinto minoicodonde los pies se confundenlos pasos atraensonidos de goteras y castañasun edificio arde un viejo santuario se hundey los ciegos repitenla historia que Homero un díacantó a multitudes hambrientas

Como hace sigloscuando labradores portaronla insignia del barroen sus huestes guerreraspara batallar por parcelas y honoresun viejo escritor compone las letrasque cantarán glorias postrerascuando ya nadie pueda leer librosque aún no se han escrito

ciudad he viajado al futurohe mirado tu foto del 3023con otra cara otro vestidopero yo esqueletopermanezco en tu centro.

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No es precisamente que estuviera soñándote

No es precisamente que estuviera soñándote. Pero desierto y el viento transforma las estatuas de sal para convertirlas en gigantescos hormigueros donde los soldados conforman fortificaciones y ciudades. Ciudades ave y ciudades brisa.

No es precisamente que estuviera soñándote, pero dije que llegaste en forma de carta, envuelta en letras, dibujada por enunciados y frases adjetivas. Verbalizada transitiva, cambiando los estados conceptuales de la filosofía más profunda. Desde lejos.

No es precisamente que estuviera soñándote, pero el norte huele a pólvora y en el sur donde moras se ha llenado de frío. Chimeneas y ferrocarriles anuncian el despegue de un nuevo transbordador con destino a un planeta aún desconocido.

No es precisamente que estuviera soñándote, pero despierto, con las ideas más claras. Y comienzo lo que deberá de ser una historia que encienda faros para los náufragos y balsas para los errabundos. Tomo la pluma y una parvada de garzas cruza el cielo, tomo el papel y doce caballos recorren la avenida que parte en dos a la ciudad, ciudad de noche. Comienzo y todavía las palabras que no te forman acuden disfrazadas de recuerdos y promesas. Lo sé, no te soñaba, pero escribo desde mis sueños y transcribo mis pesadillas para tener un nombre de los caminos que recorres, para enunciar las montañas y las luces que iluminarán los escenarios donde caminarás gitana.

Y no, no es precisamente que estuviera soñándote, pero te sueño, abro la carta, para descubrirte los labios y las líneas de la mano.

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Maúlla el gato

O está viejo o te extraña, o las dos cosas, supongo. Y a lo mejor yo también estoy viejo y te extraño y te vuelvo a leer como la última vez que te leí. Pero el gato no para de darle vueltas a tu cama ni de enredarse con tu ropa o de esconderse en tu armario.

Supongo que los trenes han sido construidos para cruzar abismos, taladrar rocas, montañas que dividen pueblos y cercan ciudades. Yo tambien como tu gato he caminado azoteas en busca de tu figura, y me he helado las manos tratando de encontrarte en otros cuerpos.

Maúlla el pobre, tanto como yo repito tu nombre. Miro las líneas del camino, donde están sugeridos mapas estelares que descubren a otros viajeros civilizaciones antiguas. Maúlla el gato, en la noche en medio de cuando llueve; yo me postro ante la biblioteca, elijo un libro, tiendo el lienzo y dibujo las constelaciones que conozco de memoria en tu espalda.

Dibujo tu vientre y tus muslos; dibujo un maremoto inundando una península; dibujo un meteoro destruyendo una comarca; dibujo tus labios. Dibujo el relámpago que ilumina el ocaso; resplandeciente.

He perdido diez años en los meses que no te he visto.

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Tal vez nunca te lo diga

Te escribo como casi siempre, por costumbre, por necesidad,porque quizás es la manera más certera o más aproximada para cifrar exactamente lo que atraviesa mi pensamiento. No sé, ya no estoy seguro de que lenguaje y pensamiento sean dos instantes de un mismo evento, no sé si uno antecede al otro o visceversa. Pero casi es lo único con lo que cuento, con mis palabras y la lengua escrita. Te escribo de la noche que veo a través de la ventanilla, de la ciudad y sus luces y de lo pequeño que uno puede parecer ante los ojos del universo.

Tal vez nunca te lo diga, pero ya hace siglos que he sabido que escribir cuentos es para lo que nací ahora, y que además, los callejones decorados con cantera y sonrojados por las luces tardas merecen ser perpetuados en las líneas de los poetas viejos. Te escribo también desde los trenes y sus últimos vagones de pasajeros, en esta tierra que huele a desierto, en donde creo que la gente ya nace anciana.

Tal vez nunca te lo diga, pero me gusta admirar tu sueño y tu desnudez mientras yo puedo imaginar versos de borrachos que se juegan en cantinas la suerte, un último estertor, un albur con la muerte. Escribo rimas, pasajes que no contempla la biblia. Escribo pensando que podría ser la última vez que lo hago.

Tal vez no, tal vez nunca te lo diga, pero la opinión que tengo sobre el mundo es un tanto vacía, qué me puede importar del mundo en general cuando lo que me fascina son sus particularidades. Me gusta salir y mirar a la gente, descubrirles la sonrisa; me gusta detenerme sobre Sullivan y charlar con las prostitutas, después de todo, al menos socializo con quienes son mis vecinas, quienes para los que escribimos representan la idealización de la musa, qué poeta no habrá deseado más de una vez conquistar a una mujer que cobra.

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Te escribo, ya ves, un poco lejano, como te escribo siempre, sólo para desearte una buena noche y pretender que te arropo cuando te encuentras dormida. Tal vez nunca te lo diga, pero me gustas como para toda la vida.

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Así que eres

Y ahora resulta que eres un bello discurso de la vida, y no dela mía, lo cual me agrada y me lleva a concluir que al final tenía razón. Y no es que yo te haya puesto cualidades sobre cualidades o que el deslumbramiento de conocerte me haya cegado, no. Aunque no te lo creas, porque parece que no lo crees, que dudas sobre dudas y la duda te ha llevado a desconfiar del mundo; ese mundo que a mí me da lo mismo, sólo me importa que pudieras confiar en mí, porque como dice la canción, por mí que reviente el planeta en confeti esta noche (y no, no estoy enojado). Y resulta también que eres lo que hablas, dices, enuncias, invocas y convocas, lo que tu boca convoca, lo que susurras al oído del amante en turno, lo que murmuras cuando dos se aman. Eres pues, los pluscuamperfectos y tus verbos irregulares; eres el color rojo y los demás adjetivos; eres un nombre que se verbaliza en pretérito y futuro, en modo indicativo o mi modo de tenerte en subjuntivo. Eres un bella oración de la naturaleza, de los árboles y el viento, la construcción nominal de tu ADN y una conexión a la internet del universo. No eres nada que yo haya inventado ni lo que crea, tal vez si uno de esos científicos del mundo viniera y te dijera: eres un bello discurso del universo, eso eres. Tal vez si entendieras que tu estructura biológica impera en tus palabras y que eres el constructo verbo nominal más perfecto que ha existido. Eres transitiva. Eres un adverbio más alto y más sonoro. Eres tus cuerdas de guitarra y piano al mismo tiempo. Eres un cuento y una leyenda, un poema futurista y un romance antiguo. Eres eso, lo que eres y no eres nada que yo haya escrito o inventado, tú te escribes, tú te hablas, tú te eres.

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Tal vez la eternidad esté en los semáforos

Y la ausencia de la mitad del cantose encuentra difunimada con plumas bicde punto finoCarmen sostendrá la plataformade la nave espaciallos enanos grabarán en binariosaludos de todos los habitantes del planetapara cuando un ser de otro tiempoenterrada en una arena azuldescubra oxidadoel cascoun dibujante protohistóricode ese nuevo hábitattendrá sangre de animalespara copiar en cuevasel abrazo que en una lengua hija del romanceme refiero al españolles han enviadohola somos seres humanosmientras yo pienso detalle por detallede aquel encuentro hermanoel semáforo ha parpadeado dos veceslos autos han continuado su viajepero yoser ontológicosin mover un sólo músculome he adelantado diez mil años.

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La rebelión de las letras

Me he encontrado en la calle con el frío de la palabra frío

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La rebelión de las letras 2

Dicen las palabras que a los poetas se las lleva el viento

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Insomnio

Tomas el teléfono la saludas y le dices que te marque en cuanto cuelgues Ella no entiende pero lo hace Después le comienzas a dar instrucciones le dices que es mejor que no te diga dónde está pero que tome el primer bus hacia cualquier lugar uno no tan concurrido que sea lejano a las ciudades Le dices también que no quieres entrometerte en su vida pero que será mejor que se olvide de las drogas y el alcohol por un tiempo sabes que eso la hace que pierda el control y que en estos momentos es mejor tener los sentidos alerta Te están buscando le dices y será mejor que ni yo lo sepa Le dices que cuando acabe todo esto y tú puedas recuperar tu sueño la encontrarás porque sabes que la encontrarás Le dices que no le hable a nadie que no use la internet que no te pregunte porqué le pides todo eso que se aleje que si alguna vez te ha querido que confíe en ti aunque hayas sido un miserable en alguna ocasión Un miserable con suerte ella agrega Ella acepta y te dice que hará todo aunque no sepa pero que por esta vez te creerá y que esperará que le des una explicación cuando tengas que hacerlo Le dices que está bien que gracias Te dice que recuerdes cuando entraron a la biblioteca de la calle Saint George que el libro que tiró al suelo había una fotografía de un pueblo que recuerdes ese libro y sabrás su destino para cuando tengas que buscarla Te manda un beso y cuelga

Te muestras contrariado pero para encontrar ese libro tendrías que recorrer la biblioteca entera lo sabes Te miras al espejo y me ves te miras al espejo y me ves te miras al espejo y me ves Tú no recuerdas porque esa vez no estabas tú estaba yo y yo sí que lo recuerdo Tyler sí lo sabe murmuras

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Boca

Tu provoca boca me convoca

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Me isla desierta

Me isla desierta recibo náufrago el mensajeque viene dentro del vino y las especiasde otra descubierta lengua

Me montaña unida por los lagosy las violentas embestidas del solcabalgante que monta los inviernos

Me quemar en el medio de la hogueray trasatlánticos lunares de un verso latinome quemar es adorar los ángulos del cielodonde se localizan prendidas las estrellas

Me aleteo de sucedáneo tiempolepidótperamente escapo de mi ordenme transmuto en la centella que aconteceen la boca de quien nombra lo que nombra

Me sentir en me sentir los siglos y los añosy regresar al mundo con señas del pasadome tornar del mundo de los muertosconvertida en materia de poetas y de bardos.

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Qué pensará el poeta

Qué pensará el poetacuando en su noche últimarecoge los versos las palabrasque le ha tendido una invisible manoqué pensará ante un auditoriode rostros fúnebres y sonrisas pálidassentado a la mesacon pluma y soledad a cuestashoy es dieciocho de mayo

Qué pensará el poetasubido a la viga con la mirada puestasobre el desfiladerotiritandosin llantos que vengan a poner en dudala existencia de Diosel poeta ya fue visitado por Virgiliosiglos antes otro cantor ya recorrió el averno

Qué pensará con sus estertoressacudiendo el escenariotrazando llagas con la vozdentro del corazón del hombrequé piensa élpara extraviarse y eludir al tiempoQué piensaCurtisletra a letracon las notas venidas de un paraísoelectrizándose y bailando sobre el aireatado a la soga que le impide emitirla postrer sombra

Qué pensará el poetaqué piensa Curtis.

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Escribo un poema

Con esa luzde etérea atentado guerrillero yzapatos de viajesespaciales

Con tu ternura molotovy tus ojos de resiste misterio

Por casi las cadenas de altura hasta pa poner una lámparao el maligno don de tus labios de veneno

Desde que invades la cápsula del tiempoen barricada sintáctica y fonéticade no zona metropolitana sino del mero centro

es quetu risa inquietaorquesta la más bella de todas las batallasoes que tu risainquieta orquestalas más bella de todas las batallas

con esa luzde luz de los marinos y los ciegosde quienes arden una hoguera frente a los edificios tardosy las colinas tanques y los fusiles manos

con esa luzde luz de lo marinos y los barcosque arrastran segundo día de agosto hasta tu sueño

con esa luz denombre desde sus orígenes

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con esa luz de anochecida gamer de la lenguate escribo un poema Carmencon mis manos.

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El silencio

Un muroque trae todas las voces contenidaslos rasgos de la infinitud de hablasde reyes, legionarios, caballeros

De la península al estrechodel esclavo que compuso una plegariala niña balbuceante, el nigromante bardoque fueron una y mil noches contadas

(La cantidad de los posibles fonosque el artífice de lenguas comprendíaen una Babel ya muy lejanaLa cualidad de distintivosel mar que se interpuso al continentey la tierra que elevó sus montañas)

Los cuadernos donde cuevasse intentó dejar la herencia de oracionesesculpidas en el más tardo elemento

Y las nunca registradasobjetos del estudio del profetala voz del primer díao la primera nochela garganta en el gritode quien dijo ser el hombre

¿pero el silencio?dónde queda después de la palabra.

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Ámanos a nosotros

Ámanos a nosotroslos poetasllámanos a la costade la mar que apague la sedporque estamos mendigandotuertosllevando un bote donde recogemosapenas cenizasguiados por el perro abismoque se abre para no dejarnos caminarofrécenos tu manoelévanos hacia donde túno dejes que la tierra nos encuentreo nos pongan monedas en los ojos

líbanospara dejarnos secosque nadie se acuerde de nosotrospiérdenos del recuerdo de los librosque no haya ni fósil ni remembranzaporque todas las piedrasnecesariamente son altares

métenos en el úterode donde desgraciadamente nos escapamosllénanos de arenaque ni una estrella nos alumbre

viértenosen el campo de los anhelosdéjanos dormiraléjanos del insomnioque viene con la madrugadaocúrrenosopta por arrancarnos de los huesos

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desmiémbranoshala de las costillaslas entrañas

indáganoshasta que ninguno quedeque la historia nos nieguey la memoria nos haga polvo

enlutécenosdel magro negroporque estamos huyendo y deshuyendotrayendo la ciénega al pantano

ámanos a nosotros,los contradichoslos impugnadoslos privados de la rotonday homenajes

búrlate...

pero sírvenos de ayate.

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Cuestionamiento a la lengua

Quién no se ha quedado con la palabra en la bocacon el mutis del silenciohaciendo sed en la lengua

Quién no habrá mirado la incomprensión en la charlade dos seres que batallanpor transmitirse en el habla

¿Puede acaso mi discursoobrar para bien lo que pienso?

¿Puede el instinto de buscar fuegoencontrar una llama?

Qué puede un diálogoqué un monólogoQue no pueda una mirada.

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Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Solar Editores, México,

San Pedro de los Pinos, en abril de 2013. Se uso letra tipo Georgia y se tiraron 100 ejemplares para

reposición.

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