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UNA REVISIÓN DE LOS COMPROMISOS CUMPLIDOS POR EL GOBIERNO Espera el 20 de octubre Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Sierra ! Ciudad Victoria, ejemplo del buen vivir P10 Año 4 / jueves, 20.09.2012 EL PERIÓDICO DEL GOBIERNO DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA La Patria ya es de todos elciudadano.gob.ec SUPLEMENTO ESPECIAL El Puente Los Caras es un hito histórico P4 Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Costa ESMERALDAS, MANABÍ, SANTA ELENA, GUAYAS, LOS RÍOS Y EL ORO

Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Costa

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Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Costa

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Page 1: Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Costa

UNA REVISIÓN DE LOS COMPROMISOS CUMPLIDOS POR EL GOBIERNO

Espera el 20 de octubre

Las Obras de laRevolución Ciudadana

en la Sierra !

Ciudad Victoria,ejemplodel buenvivir P10

Año 4 / jueves,20.09.2012 EL PERIÓDICO DEL GOBIERNO DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA

La Patria ya es de todos elciudadano.gob.ec

SUPLEMENTO ESPECIAL

El PuenteLos Carases un hitohistóricoP4

Las

Obrasde laRevoluciónCiudadanaen la Costa

ESMERALDAS, MANABÍ, SANTA ELENA,GUAYAS, LOS RÍOS Y EL ORO

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ESMERALDAS

n Tachina se vive elnuevo Ecuador. Unmoderno complejovial cambió la vida delos habitantes de estahermosa parroquia

de Esmeraldas, en el norte del país.Los esmeraldeños habían esperadopor más de treinta años la construc-ción de un puente que una Tachinacon la capital provincial y así aumen-tar sus ingresos económicos.

María Elena Ordóñez Tenorio tomaun descanso en su restaurante, La sa-zón de Doña Meche, para conversarcon El Ciudadano. Ella asegura que,después de tantos años, el PresidenteRafael Correa fue quien cumplió consus sueños y los de sus vecinos: ahoraTachina tiene su puente y la vida esmejor para todos los habitantes.

La megaobra ejecutada por el Go-bierno de la Revolución Ciudadanaconsiste en cuatro puentes de cuatrocarriles cada uno, conectados por 10kilómetros de vías asfaltadas con surespectiva señalización e iluminación.Todo se construyó con un presupues-to de más de 60 millones de dólares.

María Elena Ordóñez recuerda que,antes, para poder llegar desde Esme-

raldas a Tachina por vía terrestre, el re-corrido podía tardar una hora y el pa-saje de bus costaba un promedio de 5dólares. Un desperdicio de tiempo ydinero -que no le sobra, apunta doñaMaría Elena- y, por eso, prefería atrave-sar el río Esmeraldas en canoa, en unviaje por el que pagaba un dólar.

Hoy, el trayecto entre Esmeraldas yTachina se puede recorrer en apenascinco minutos, y ese ahorro de tiempoy recursos es valorado por los esme-raldeños. Al pie de la carretera, doñaMaría Elena y su hermana abrieron unlocal de comidas y, con ello, su econo-mía dio un giro importante: «éramosmuy pobres, no teníamos nada, solo lobásico para vivir a medias; comíamosuna vez al día. Ahora comemos tresveces al día, porque ya tenemos másingresos».

Esta esmeraldeña dice que de lunesa viernes vende 40 almuerzos diarios,a 2,50 dólares cada uno. Con las ga-nancias ha podido comprar electro-domésticos y enseres que antes eranimposibles para su economía. «Lo pri-mero que compré fue un televisor acolor para mis hijos en su cuarto… unacocinita, porque antes cocinábamos aleña. Créame con el puente, la vida

E

Una joya vial

cambió la vidaa los esmeraldeños

66 742 188 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

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nos cambió a todos».Así como el local de María Elena Or-

dóñez, en la zona se levantaron alrede-dor de veinte negocios, entre los quedestacan restaurantes, ferreterías, pa-naderías y tiendas de agroquímicos.«Antes esto era apagado, ahora vienenturistas de todas partes: de Quito, Gua-yaquil, Cuenca, y llegan a mi local a co-mer los platos típicos», concluye.

El progreso alcanzó también a otrosnegocios pequeños. Las ventas en lavulcanizadora de Carlos Montaño Bo-ne se multiplicaron y los beneficiospara su esposa y cuatro hijos son evi-dentes. «El puente es algo magnífico.Lo que sucede muchas veces es que lagente tiene poca experiencia y noaprovecha las oportunidades que nosdan este tipo de obras». Antes, con laventa de repuestos, se ganaba cin-cuenta dólares al día. Ahora obtienecien dólares, y ochenta en las jorna-

das más malas.Pero Carlos aún no olvida los tiem-

pos en que los ingresos escaseaban ylas preocupaciones en el hogar au-mentaban, sobre todo en la época degastos obligatorios, como el ingreso aclases: «antes sufría por la compra deútiles escolares, ahora no. Ahora conmis ingresos puedo planificar todocon más tranquilidad», asegura.

Con el ingreso que obtiene de suvulcanizadora puede disfrutar en fa-milia y salir de paseo. «Yo le digo a miesposa: mija, nos vamos a la playa; va-mos donde los familiares, hacemos unasado y la pasamos bien porque haydinero. En cuanto a lo económico nome quejo».

Carlos asegura que el puente de Ta-china no es una obra más, sino una jo-ya que ha mejorado su entorno, sueconomía, ha traído más visitantes yalegra a todos los esmeraldeños

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una hora de San-to Domingo, a uncostado de la vía,está con su pe-queña camione-ta Walter Calde-

rón Lugo. Un letrero lo identifica co-mo «el Rey del Coco».

La venta de esta bebida le ha permi-tido mantener su familia por más deocho años. Por eso, cada día se estacio-na al pie de la carretera en busca depotenciales clientes. Walter recuerdaque antes de que se reconstruyera lavía, tardaba más de media hora en lle-gar a su puesto de venta. Ahora, el re-corrido le toma apenas 15 minutos.

«Yo compro en el mercado de SantoDomingo y desde que hicieron estavía más amplia, se anda más rápido.Los vehículos no se destruyen por-que ya no hay huecos en la carretera».Walter Calderón tenía que cambiarllantas con frecuencia y dar manteni-miento a su vehículo, lo que le restabadinero para sus gastos familiares.

Siguiendo la carretera, luego depasar el cantón Quinindé -antes dellegar a la ciudad de Esmeraldas-,

Winter Ponce Pincay recorre másde un kilómetro a diario con un tri-ciclo en el que vende helados.

En una de sus paradas de descan-so, Don Winter -como le dicen susclientes- recuerda que su viaje solíademorar una hora, sin mencionar elriesgo de sufrir un accidente por elmal estado de la vía.

Durante su jornada, el heladerorecorre Quinindé hasta el recintoCupa (vía a Esmeraldas) y se confie-sa como uno de los beneficiados dela obra. «Ahora el trabajo es más rá-pido y menos cansado. Una de lasobras más importantes del Presi-dente Rafael Correa, son las vías ycon eso nos ha ayudado a todos».

Mantener su vehículo de trabajoa veces le costaba 25 dólares, por losdaños ocasionados por el mal esta-do de las carreteras, pero ahoraguarda ese dinero o lo utiliza paraotros gastos importantes.

Don Winter comenta que quienesmás disfrutan del buen estado de lascarreteras son los turistas. «Me pre-guntan cómo está la vía y les respon-do que está excelente, ellos se vanhaciéndome con el pulgar hacia arri-ba», cuenta con una sonrisa.

A

Ahorro y másoportunidades

gracias a laVía Santo Domingo -

Esmeraldas

«Yo le digo a mi esposa: mija,nos vamos a la playa; vamos

donde los familiares, hacemos unasado y la pasamos bien porquehay dinero. En cuanto a lo econó-

mico no me quejo»

CarlosMontaño Bone

Beneficiario

«Éramos muy pobres, no teníamosnada, solo lo básico para vivir a

medias; comíamos una vez al día.Ahora comemos tres veces al día,

porque ya tenemos más ingresos»

María ElenaOrdóñez Tenorio

Beneficiaria

«Yo compro en el mercado deSanto Domingo y desde que hi-cieron esta vía más amplia, se

anda más rápido. Los vehículosno se destruyen porque ya no

hay huecos en la carretera»

WalterCalderón Lugo

Beneficiario

«Me preguntan cómo está la víay les respondo que está excelen-te, ellos se van haciéndome con

el pulgar hacia arriba»

144 073 906 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

Winter PoncePincay

Beneficiario

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MANABÍ

as historias deéxito se multipli-can luego de laconstrucción delpuente sobre el es-tuario del río Cho-

ne, que conecta a Bahía de Caráquezcon San Vicente, en la provincia deManabí.

El puente Los Caras es una monu-mental obra de 1.980 metros de cons-trucción; que cuenta con dos carriles,más una vía peatonal. El presupuestopara hacerlo realidad superó los cienmillones de dólares.

Desde la década del sesenta, los ha-bitantes de Bahía de Caráquez y SanVicente añoraban un puente para cru-zar de un lado al otro. Sus anhelos pa-recían una utopía y el recorrido en ga-barra se convirtió en parte de su ruti-na. Los habitantes debían cruzar el río,

porque si escogían ir por tierra el viajepodía tomarles tres horas.

Por más de 20 años, Miguel AlbertoCevallos Mera se acostumbró a cruzaren gabarra. Ahora, el manabita de 28años, casado y con una hija de cincoaños, cuenta cómo el puente mejorósu vida. Miguel vive en San Vicente ydebe trasladarse hasta Bahía, dondeen las mañanas estudia Administra-ción de Empresas. Por la noche, traba-ja en uno de los restaurantes ubicadosen el malecón de esa ciudad.

Él recuerda que el inicio de sus estu-dios superiores fue muy duro, porquetenía que esperar hasta dos horas pa-ra subir a la gabarra y regresar a su ca-sa. Cada día se acostaba alrededor delas dos de la mañana. Y hubo ocasio-nes en las que prefirió quedarse dur-miendo en su trabajo para llegar atiempo a sus clases. «Otras veces no

L

ElpuenteLos Carasmarcó un hitoen lahistoria deManabí ysu gente

102 054 088 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

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dormía o no podía estudiar a concien-cia para los exámenes. Además, me to-caba pagar cinco dólares y ese dineroera todas las noches, de lunes a sába-do, porque yo debía cubrir el flete detodos, ya que normalmente el pasajecostaba treinta y cinco centavos».

Al mes gastaba 120 dólares para re-gresar a su casa, la mitad del sueldo quetenía hace dos años. Ahora, gracias a laconstrucción del puente Los Caraspuede ahorrar dinero en movilizacióny planear un mejor estilo de vida, por-que puede dedicarle más tiempo a sufamilia, a los estudios y al descanso.

«Puedo asegurar que mi vida cam-bió en un noventa y nueve por ciento.El puente era algo que esperábamosdesde que yo tengo uso de razón; in-cluso vino un ministro de Obras Públi-cas de otros gobiernos a visitarnos. En-tonces, le pude recriminar: ¿Hastacuándo? Es una pregunta que le escu-ché a mis abuelos».

Actualmente, Miguel atraviesa encinco minutos el puente sobre el es-tuario del río Chone, a bordo de su mo-tocicleta. La compró con un préstamoque le hicieron los propietarios del res-

taurante donde trabaja.Dos sectores productivos que se

han beneficiado por esta megaobrason el turístico y el gastronómico.Byron Vera Zambrano es un pequeñoempresario que tiene un local de co-mida popular. En San Vicente lo cono-cen como "Petiso, el original", su res-taurante es famoso por ofrecer varie-dad de platos con mariscos.

«Con la construcción del puente sereactivó el comercio, el turismo, laeconomía. Antes la gente se quedabaen Bahía, porque no había gabarra o

la marea estaba baja y entonces tení-an que esperar demasiado tiempo»,recalca.

El ‘petiso’ cuenta que los turistas yano solo están de paso por San Vicente,porque muchos han preferido que-darse en la ciudad. Eso ha beneficiadoa los locales de comida, de venta de ar-tesanías y a otros negocios.

En su caso, el microempresario ma-nabita sostiene que por la demandade clientes ha tenido que incrementarsu personal en un 50 %, para poder en-tregar un buen servicio. «Las ventasen esto se mantienen al alza. Así comovan las cosas voy a ampliar mi nego-cio a una segunda planta para ofrecerparrilladas de mariscos».

«Me siento lleno de felicidad. Mu-chos políticos llegaron por aquí, pro-metieron y nada. Pasaron más de 50años, llegó Rafael Correa, y ahora tene-mos nuestro puente», recuerda, mien-tras anuncia que está pensando enmontar un nuevo negocio en 2015. Él ymiles de manabitas miran con felici-dad su futuro y sus nuevas oportuni-dades para crecer.

«Otras veces no dormía o no podíaestudiar a conciencia para los exá-menes. Además, me tocaba pagar

cinco dólares y ese dinero era todaslas noches, de lunes a sábado, por-que yo debía cubrir el flete de to-

dos, ya que normalmente el pasajecostaba treinta y cinco centavos»

Miguel AlbertoCevallos Mera

Beneficiario

«Con la construcción del puentese reactivó el comercio, el turis-mo, la economía. Antes la gentese quedaba en Bahía, porque nohabía gabarra o la marea estababaja y entonces tenían que es-

perar demasiado tiempo»

Byron VeraZambrano

Beneficiario

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«Ahora sí tenemos

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as vías manabitas seasemejaban a un pai-saje lunar. Los bacheseran cráteres queconvertían el viaje enun suplicio. Pero hoy

están expeditas para transitar, y unode los principales sectores beneficia-dos con el cambio de las carreteras esel agrícola, por la facilidad para trasla-dar sus productos.

Carlos Manuel Mero es propietariode un camión de carga y usualmentecircula por la vía Bahía - Portoviejo -Manta. Usualmente, él lleva productoscomo maíz, sandía, plátano, naranja,mandarina, yuca, camarón...

Para el comerciante, el cambio notiene comparación. «La realidad esque las carreteras eran un desastre, es-taban llenas de huecos profundos, te-nían muchos baches y los carros se de-terioraban. Había que invertir en llan-tas y resortes. Pero ahora, con la víabien asfaltada, eso está en el olvido».

Los ingresos mensuales, en el casode este transportista, han mejorado enun «setenta por ciento», en relación a loque antes ganaba. Sencillamente por-que ahora tiene más fletes y puedeefectuar en menor tiempo el recorrido;lo que antes le tomaba tres horas, hoypuede hacerlo en una hora y media.

Carlos Manuel Mero dice que, en elpasado, por el estado de las vías, hacíasolo un flete al día. Desde Bahía de Ca-ráquez a Portoviejo el flete cuesta en-tre 80 y 100 dólares, y el excelente es-tado de la carretera le permite hacermás recorridos.

El beneficio por el buen estado delas carreteras repercute en otros as-pectos. Los costos por el manteni-miento de las unidades también sehan reducido y con lo cual se generaun mayor ingreso para el propietario.

«Antes, cada mes se dañaban las ho-jas de resorte, se quebraban y en esogastaba 100 dólares. Ahora, con estavía, los frenos duran más tiempo, se

ahorra combustible y esperamos másde seis meses para el mantenimientode las unidades», explica el conductor.

Ángel Cedeño Zambrano tambiénse declara beneficiado. Toda su vidaha trabajado en la agricultura. Él viveen la parroquia San Plácido, del can-tón Portoviejo. Tres veces por sema-na, recorre con su camioneta alrede-dor de 100 kilómetros para sacar de sufinca mandarinas, naranjas, papayas,plátanos, entre otros productos.

«Antes era complicado para nos-otros, los pequeños agricultores. Loscarros no llegaban y teníamos que sa-car en burro los productos desde lafinca hasta donde haya una carrete-ra», recuerda.

Cerca de la propiedad, Ángel Cede-ño pasa una carretera que le comuni-ca rápidamente con los mercados.«Ciertos productos como las mandari-nas, papayas o las naranjas a veces sedañaban, porque debíamos sujetar

con fuerza los sacos para montarlosen el burro y la fruta se magullaba».

Hoy, el agricultor saca su produc-ción en un carro, el viaje tarda quinceminutos y sobre todo la mercancía nollega dañada. Ángel Cedeño recuerdaque en más de 60 años ningún gobier-no se preocupó por construir cami-nos para la provincia, el primero fue elPresidente Rafael Correa.

«Nunca nos imaginamos que estasobras se iban a cumplir; el campo haestado desatendido toda la vida, perodesde que entró el Presidente Correatodo ha mejorado».

Para Ángel, el mejor trabajo del Go-bierno ha sido la atención permanen-te al sector agrícola. «Usted sabe quedel campo sale la fruta para el pueblo,pero mucha gente dejó sus fincas bo-tadas porque no tenían como sacar laproducción para poder venderla.Ahora con mejores carreteras, nues-tras vidas también mejoraron».

L

MANABÍ

«La realidad es que las carrete-ras eran un desastre, estaban lle-nas de huecos profundos, tenían

muchos baches y los carros sedeterioraban. Había que invertiren llantas y resortes. Pero ahora,con la vía bien asfaltada, eso está

en el olvido»

Carlos Manuel MeroBeneficiario

«Nunca nos imagina-mos que estas obras se

iban a cumplir; el campoha estado desatendidotoda la vida, pero desde

que entró Correa hacambiado todo».

Ángel CedeñoZambrano

Beneficiario

buenas carreteras»

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SANTA ELENA

El hospital en

Santa Elena,un beneficio

sin precedentes

287 782 dólaresFuente: ICO

MONTO DE INVERSIÓN»

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Sin el nuevo hospitalyo habría muerto». Lafrase de Ivonne Quin-de evidencia lo que elnuevo hospital, cons-truido por el Gobier-

no de la Revolución Ciudadana, repre-senta para miles de habitantes de laPenínsula de Santa Elena.

Hace casi un año empezó a funcio-nar el hospital Liborio Panchana So-tomayor, un moderno centro de saludque cuenta con 115 camas, equipos dealta tecnología y un selecto grupo deprofesionales para las especialidadesde medicina interna, cirugía, pedia-tría, ginecología y obstetricia, cardio-logía, traumatología y emergencias.Adicionalmente, se brindan servicioscomo rayos X, ecografías, mamografí-as, audiología, laboratorio clínico, far-macia, entre otros.

En el pasado quedaron las penuriasque padecían los habitantes del can-tón Santa Elena para recibir atenciónmédica, sobre todo cuando se tratabade emergencias. “La construcción delnuevo hospital en la Península es lomejor que nos pudo pasar”, dice Ivon-

ne Quinde, quien destaca que la aten-ción es de calidad.

Ella recuerda que antes solo existíaun subcentro de Salud. Los habitantesestaban obligados a llevar a los enfer-mos más delicados hasta Guayaquil,en la provincia de Guayas. Sus vidaspeligraban por la falta de atención mé-dica oportuna y de calidad.

«En el nuevo hospital hay médicosespecialistas; encuentras, por ejem-plo, cardiológos, que antes no trabajanen el centro de salud. Las operacionesse pueden hacer porque todo es deprimera», apunta.

Ella recuerda que fue llevada deemergencia por una hemorragia alhospital Liborio Panchana. «Me aten-dieron enseguida. Si hubiera sido enlas condiciones en las que funcionabael subcentro de Salud, habría muerto».

Ivonne Quinde dice que la mejorano solo ha sido en la infraestructura,sino también en el personal que la-bora en el centro hospitalario. Anteshabía maltrato. Incluso ella recuerdacon indignación que no había delica-deza para tratar a los enfermos.«Ahora el trato es bueno y ha cam-

biado totalmente».Según esta joven peninsular, el nue-

vo hospital está abastecido de medici-nas, todo es gratuito y se ofrece una cá-lida atención. Ella manifiesta que si sehubiese atendido en una clínica priva-da, le habría costado por los menos300 dólares, cantidad que, para ella,como para la mayoría de usuarios delhospital, es difícil de reunir de un mo-mento a otro.

«La gente siente gratitud por la obra,porque es algo muy beneficioso parael pueblo pobre, para el que necesita.Es una obra muy buena del Presiden-te Rafael Correa; por lo menos ya tene-mos un hospital, ya no se necesita via-jar a Guayaquil», resalta.

Otro caso muy similar es el de Car-los Tomalá Vera, de 51 años, quien vivecon su esposa y tres hijos, en las inme-diaciones del mercado Rocafuerte deSanta Elena. Su cónyuge tuvo que serintervenida de urgencia por unaapendicitis y permaneció hospitaliza-da en el nuevo hospital Liborio Pan-chana por cinco días.

«La atención ha sido muy buena entodo aspecto: médicos, enfermeras; loúnico que me llama la atención es queantes uno entraba con el paciente yahora hay restricciones en emergen-cia, pero de ahí no me puedo quejar denada», asegura.

Mientras don Carlos Tomalá espera-ba afuera del hospital a su esposa,quien recibía curación en las heridastras la operación, recordaba el tipo deatención que los pacientes recibíanen el pasado. «No teníamos todo esto,no estaba el hospital; teníamos unsubcentro de Salud y nada más (…) y si

había una emergencia en la madruga-da, las ambulancias llevaban directa-mente a Guayaquil, o a las clínicas máscercanas».

«Yo no he gastado nada en la opera-ción de mi esposa, solo un remedioque no había, pero no gasté casi nada.Antes tenía que comprar gasas, algo-dón, porque no había». Esta emergen-cia, asegura, le habría costado por lomenos 4 000 dólares, y por eso estáagradecido con el presidente RafaelCorrea, «porque sí ha cumplido conlos pobres».

«

SANTA ELENA

«Yo no he gastado nada enla operación de mi esposa,solo un remedio que no ha-bía, pero no gasté casi na-da. Antes tenía que com-

prar gasas, algodón,porque no había»

Carlos TomaláVera

Beneficiario

«La gente siente gratitud porla obra, porque es algo muy

beneficioso para el pueblo po-bre, para el que necesita. Es

una obra muy buena del Presi-dente Correa; por lo menos yatenemos un hospital, ya no senecesita viajar a Guayaquil»

Ivón QuindeBeneficiaria

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tro sueño se hacerealidad para loshabitantes de laprovincia de SantaElena: en la vía aAncón se levanta

una moderna subestación eléctrica,construida para acabar con los cortesdel suministro eléctrico.

Erick Martillo Ramírez tiene 48 añosy se dedica a la distribución de mate-riales y productos para panificación.Su trabajo se ha visto afectado por loscortes repentinos de energía, peroahora sostiene que la nueva subesta-ción eléctrica resolverá ese problema.

«Para mí es importante que existauna secuencia permanente de ener-gía, porque tenemos una cámara derefrigeración para la levadura, y esodebe estar prendido a menos dos gra-dos centígrados bajo cero. Si falla laenergía de un momento a otro habla-mos de una pérdida de por lo menostres mil dólares», explica.

Este pequeño empresario sostieneque habitualmente sufren de ‘apago-nes’ largos que dejan molestias y pér-didas a todos los habitantes de la Pe-nínsula.

«No solo beneficiará a mi negocio, si-no a todo el sector comercial; fortalece-rá la productividad de mi península deSanta Elena. Queremos un buen servi-cio y energía permanente. Para mí es

una obra necesaria e importante».Erick destaca el desarrollo comer-

cial de esa zona costera del Ecuador.«Usted sabe que existe crecimientopoblacional y los negocios se mantie-nen activos, ya que hay buenas carre-

teras. Yo que recorro todos los canto-nes he visto el cambio que ha impulsa-do el Presidente Correa».

Sostiene además que la puesta enmarcha de la subestación impulsará alos negocios y aportará a la productivi-

dad del país.Para el profesor José Palma, quien

ha vivido en Santa Elena todos sus 70años, la nueva obra «es una especie degarantía del servicio eléctrico para lazona».

El educador cuenta que en este sec-tor costero del país, los pueblos geo-gráficamente dispersos se han des-arrollado con problemas en el servi-cio eléctrico. De ahí que resalta la fun-ción de la nueva subestación eléctricapara garantizar el servicio de formapermanente para la provincia.

«Ahora habrá un servicio regular ypermanente, porque antes había defi-ciencias, apagones; y tenemos queconsiderar que vivimos un crecimien-to económico». Por eso, precisa que lasubestación es un logro valioso, «por-que significa un avance técnico y esta-mos en pleno despegue del desarrollopeninsular».

Para este profesor, los administrado-res del sector público deben acatar laexigencia del Jefe de Estado, RafaelCorrea, que el trabajo debe ser siete dí-as a la semana y 24 horas al día. Estomejorará las condiciones del país.

«El servicio eléctrico es el corazóndel desarrollo, los pueblos no hacennada sin la industria, el comercio; to-do se mueve con energía y por eso es-ta obra es importante para todos nos-otros», afirma el maestro.

O

El complejo eléctrico fortalecerá la productividad

de la península

«No solo beneficiará a minegocio, sino a todo el sectorcomercial; fortalecerá la pro-ductividad de mi península

de Santa Elena. Queremos unbuen servicio y energía per-

manente. Para mí es unaobra necesaria e importante»

Erick MartilloRamírezBeneficiario

«El servicio eléctrico esel corazón del desarro-

llo, los pueblos no hacennada sin la industria, elcomercio; todo se mue-ve con energía y por esoesta obra es importante»

José Palma Beneficiario

57 000 000 de dólaresFuente: MEER

MONTO DE INVERSIÓN»

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Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 10

GUAYAS

Ciudad Victoria,

un ejemplo delbuen vivir en

Guayaquil5 400 000 de dólares

Fuente: MIDUVI

MONTO DE INVERSIÓN»

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iudad Victoria esuna ciudad alegre.Sus habitantes son-ríen y están segu-ros de que les espe-ra un futuro feliz.

Ellos fueron víctimas de los trafican-tes de tierra, quienes abusaron de suesperanza de ser dueño de una casa.

«Es una nueva vida para nosotros,porque la casa es bonita y es de mi pro-piedad. Yo vivía en una casita de caña,en medio del polvo, había muchos in-sectos y el peligro de enfermarnos.Ahora ya no uso ni toldo porque ni si-quiera hay moscos», comenta Jesse-nia López Mora, quien desde el pasa-do 13 de febrero fue reubicada en elplan habitacional Ciudad Victoria.

Ella, su esposo y sus dos hijos, for-man parte de las familias beneficiadasy reubicadas, que antes vivían en in-vasiones, como las Sergio Toral, Mon-te Sinaí y Ciudad de Dios, situadas enun extenso sector marginal del puertoprincipal.

-«Buenos días caballero, tenga labondad, ¿a dónde se dirige?»

La pregunta de uno de los guardiasque custodian el ingreso al plan habi-tacional es similar a la que realizan losceladores de ciudadelas privadas, decosto muy elevado. Pero es así comose controla el ingreso a Ciudad Victo-ria, un conjunto habitacional que estádestinado a recibir a 3.600 familiasreubicadas de los asentamientos ile-gales. Familias que vivirán en casas dedos dormitorios, además cuentan conun baño, sala-comedor y una cocina.Cuentan con todos los servicios bási-cos, con vías para su acceso rápido y,muy pronto, con sus propios centroseducativos y de salud.

Las casas en Ciudad Victoria estánpintadas de colores pasteles y hay es-pacios verdes para el bienestar, sobretodo, de los niños. Jessenia López estácontenta con su nueva vida. Antes ellasufría la extorsión de los traficantes de

tierras, quienes con cobros ilegales as-fixiaban su pequeña economía.

Ella cuenta que en las invasiones sepagaba por todo. Por ejemplo, dos dó-lares por familia para supuestos guar-dias de seguridad. Pese a que todos pa-gaban esa mensualidad, los roboseran permanentes. «Antes de venir aCiudad Victoria fuí víctima de los la-drones; si no fuera por un vecino, medesvalijan mi casa».

Ese no era el único problema queafrontaba en su antigua vivienda. Lafamilia, a pesar de no tener medidorde energía, debía pagar ochenta dóla-res por «punto» (un espacio de cone-xión directa hacia la vivienda). «Ycuando se dañaba algún transforma-dor debíamos pagar tres dólares más».

El agua que compraba al tanquerorepresentaba un gasto mensual de 30dólares, sin contar las sanciones que

aplicaban los traficantes por el atrasoen algún pago.

«El castigo, por ejemplo, era que si

me atrasaba en el pago de la luz, mecortaban el cable y me dejaban ochodías sin luz» recalca.

También revela que cuando al-guien terminaba de pagar el terrenotenía que cancelar 350 dólares adicio-nales, para poder recibir el «título depropiedad». Un documento que no te-nía ningún respaldo legal. «Yo gastabaal mes, por lo menos, 250 dólares. Aho-ra pago una cuota de 60 dólares men-suales por diez años, como pago de lacasa y para mí es perfecto porque aho-ra es mía. Además, el dinero que aho-rro me ha servido para comprar cosaspara la casa y ponerla bonita», cuentaemocionada Jessenia López.

Ella ha podido adquirir un juego decomedor y arreglar el cuarto de sus hi-jos. «Acá cambió todo. Si hay un daño

en la luz, los señores de la EmpresaEléctrica vienen y lo arreglan; y no de-bo pagar nada».

Uno de sus planes es poner un nego-cio de venta de ropa. «Aquí hay un pro-yecto para poner locales, en una nue-va área comercial de la ciudadela, yvan a dar preferencia a los residentes».Por ahora, Jessenia vive de la venta decosméticos por catálogo y de lo que suesposo puede reunir como pintor decarros en un taller.

Una historia similar vive LilianaCharro Torres, una madre soltera de27 años. La mujer y sus cuatro hijos vi-vían en la tercera etapa de la coopera-tiva Sergio Toral. «Todo estaba rodea-do de maleza, había animales y cule-bras que salían en el invierno. Una vez,cocinando el almuerzo, me cayó unapor la espalda. Me asusté porque me-día más de un metro, gracias a Dios nome mordió».

En su caso, el punto de luz le costaba250 dólares, que debían ser pagados encuotas mensuales. Además, le cobra-ban el relleno de las calles y otros «ser-vicios» que consideraban los trafican-tes de tierras. Cuando efectuaban míti-nes políticos, los vecinos eran obliga-dos a asistir, y quien no lo hacía debíapagar una multa de 5 dólares, recuerda.

Liliana asegura que a quien se nega-ba a pagar la sanción, le cortaban la luzy para reconectar el servicio habíaque cancelar 35 dólares. «Aquí tuve laoportunidad de acceder a un créditoporque yo estaba en central de riesgo,apliqué en otro plan de casas y no medieron, pero aquí me ayudaron».

Beatriz trabaja como vendedoraambulante de agua y considera quesu vida cambió por completo. «Yo esta-ba desilusionada, rendida, sin espe-ranzas, deprimida (…) esto es una ben-dición de Dios; ahora vivo con digni-dad y tengo que agradecer también alPresidente Correa», dice con la voz en-trecortada y con lágrimas de felicidad.Ahora, la madre y sus hijos disfrutande un hogar digno y de su propiedad.

C «Ha sido un cambio muygrande porque la casa esbonita y es de mi propie-

dad. Yo vivía en una casitade caña, en medio del pol-vo, había muchos insectosy el peligro de enfermar-

nos. Ahora ya no uso ni tol-do porque ni siquiera hay

moscos»

JesseniaLópez Mora

Beneficiaria

«Aquí tuve la oportu-nidad de acceder a

un crédito porque yoestaba en central de

riesgo, apliqué enotro plan de casas yno me dieron, peroaquí me ayudaron»

Liliana BeatrizCharro Torres

Beneficiaria

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Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 12

a construcción delcuarto puente sobreel río Babahoyo, traeenormes beneficios alos habitantes de Gua-yas, y quienes transi-

tan a diario por esta vía son testigos deesa mejoría.

«Era fatal el congestionamiento ve-hicular, pero ahora todo es más fácil.Es una gran obra y otra promesa que elPresidente Rafael Correa ha cumpli-do. Ahora sí la unidad nacional es unarealidad, porque todos nos beneficia-mos del puente», afirma Byron Sán-chez Barriga, quien desde hace ochoaños trabaja como taxista en la rutaentre Durán y Guayaquil.

El puente tiene 20,80 metros de an-cho y mide 2 186 metros de largo, inclu-yendo a las vías de acceso a Durán(120,88m) y a La Puntilla (90,88 m). Laarteria vial tiene 5 carriles, ciclovías yaceras para peatones.

Su construcción fue destinada parapotenciar el comercio, la industria y elturismo; y para terminar con el caosvehicular y mejorar el acceso y comu-nicación entre Guayaquil, principalpuerto económico del Ecuador, con elresto del país.

Por el Puente de la Unidad Nacionaltransitan diariamente casi 70 mil vehí-culos. Antes de la construcción, la faltade una óptima conexión vial provoca-ba accidentes de tránsito.

«Yo tenía pensado estacionar unagrúa al inicio del puente, porque loschoques eran constantes», bromea eltaxista de 29 años.

Por la falta del cuarto puente era difí-cil salir de Durán, había embotella-mientos todo el día y solo en la nochehabía menos tráfico. Como taxista queefectúa recorridos a diario entre Gua-yaquil y Durán, recuerda que solía ha-cer ocho vueltas. Actualmente puedehacer hasta once por la facilidad en lacirculación vehicular, y cada vuelta legenera 8 dólares de ingreso.

Byron sostiene que anteriormentedemoraba una hora y media en haceruna vuelta, y hoy el tiempo se ha redu-cido a cincuenta minutos. Esta ya es

una ganancia, inde-pendientemente alahorro de combusti-ble, explica.

«Lo más grave eracuando las ambulan-cias que venían delos pueblos se en-contraban con elcongestionamientoen el puente. Ahí nohabía por donde pa-sar; creo que debehaber muerto gentepor esta situación»,recuerda.

Quienes tambiénhan visto el cambio

que llegó con el cuarto puente son losconductores de los buses de transpor-te público. Mientras aguarda su turnoen la estación de la línea 17, cooperati-va Eloy Alfaro, en Durán, Juan GarcíaCastro asegura que hoy pueden darun mejor servicio al usuario.

«Antes era muy congestionado,ahora se desahoga bastante la aglo-meración de carros en el puente. Lafrecuencia se desprogramaba y los pa-sajeros llegaban tarde a sus trabajos odiligencias en Guayaquil».

L

«LaUnidadNacionalya es unarealidad»

«Lo más grave era cuandolas ambulancias que veníande los pueblos se encontra-

ban con el congestiona-miento en el puente. Ahí nohabía por donde pasar; creo

que debe haber muertogente por esta situación»

Juan GarcíaCastro

Beneficiario

«Antes era muy conges-tionado, ahora se desaho-ga bastante la aglomera-ción de carros en el puen-te. La frecuencia se des-

programaba y los pasaje-ros llegaban tarde a sustrabajos o diligencias en

Guayaquil»

Byron SánchezBarrigaBeneficiario

GUAYAS

101 370 556 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

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na atenciónoportuna, de cali-dad y con calidezes la carta de pre-sentación delhospital del Insti-

tuto Ecuatoriano de Seguridad Social(IESS) de Babahoyo, en la provinciade Los Ríos.

Para Darwin Montoya Tello, un afi-liado de 34 años de edad, el cambio esmás evidente en el trato al afiliado.

«Antes se madrugaba y aquí no ha-bía médicos. Ellos llegaban a las diezu once de la mañana; pero eso no eralo peor: lo indignante era que los doc-tores llegaban a esa hora y se iban adesayunar, mientras veinte pacien-tes los esperábamos. Eso yo lo viví,no me lo contaron», recuerda conmolestia.

Ahora los usuarios pueden consta-tar que el servicio en las entidadespúblicas suele ser mejor que en las

privadas. En el hospitalde Babahoyo hay médi-cos las 24 horas, se adqui-rieron nuevos equipospara atender a los afilia-dos y se garantiza la en-trega de medicinas paracurar sus dolencias.

«Aquí no había ni sue-ro oral para el afiliado»,dice Montoya, haciendomemoria. Pero hace po-cos días se hizo un exa-men de sangre y tuvo elresultado en sus manos

en apenas cinco minutos.Ahora, el laboratorio estádisponible todos los días.

Según Darwin Montoya,quien labora como inspec-tor en un colegio privado dela ciudad, el beneficio se haextendido para su familia,porque ahora se atiendensu esposa e hijos. Esta trans-formación la ha podidoapreciar en los últimos tres

años.Este afiliado espera que la situa-

ción mejore más cuando entre enfuncionamiento el nuevo hospitaldel IESS que está en construcción.

Fernando Albán Obando llega conmuletas y una sonrisa al área de reha-bilitación del hospital. Es otro testigodel cambio pues, antes, para accedera su terapia, si el ascensor estaba da-ñado tenía que subir hasta tres pisos.

«Ahora han ampliado en la plantabaja la sala y está excelente el lugarpara atendernos. La atención ha me-jorado», afirma.

En el pasado, el paciente debía es-tar al límite de su resistencia para seratendido.«Uno tenía que venir des-angrándose para que lo atiendan.Ahora todo es más ordenado, uno co-ge el ticket y lo atienden. Todo estáautomatizado».

«Antes, el afiliado no recibía la aten-ción digna que ahora tiene», acotaFernando Albán, quien tiene 46 añosy está en rehabilitación por la roturade un ligamento en una de sus pier-nas. La administración refleja uncambio en la mentalidad, por la dis-posición del Gobierno Nacional.

Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 13

U

LOS RÍOS

Darwin Montoya TelloBeneficiario

El Hospital del IESS de Babahoyo,un ejemplo del

buen trato al afiliado

«Antes se madrugaba y aquí nohabía médicos. Ellos llegaban a lasdiez u once de la mañana; pero esono era lo peor: lo indignante eraque los doctores llegaban aesa hora y se iban a desayu-nar, mientras veinte pa-cientes los esperábamos.Eso yo lo viví, no me locontaron»

«Ahora han ampliadoen la planta baja la sa-

la y está excelente ellugar para atender-nos. La atenciónha mejorado»

FernandoAlbán Obando

Beneficiario

34 000 000 de dólaresFuente: IESS

MONTO DE INVERSIÓN»

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Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 14

LOS RÍOS

cho años esperóBabahoyo porLos Gemelos, uncomplejo vial quese levanta en lasafueras de la ciu-

dad. El proyecto facilita el tránsito en-tre la capital de Los Ríos y las provin-cias de Santo Domingo de los Tsáchi-las y Guayas.

«Esta obra la esperamos muchotiempo. Por años se pedía que se con-vierta en una realidad y fue el presi-dente Rafael Correa quien la concre-tó», ratifica Juan Azúa García, quienha palpado que la construcción de losdos puentes, bautizados como LosGemelos, ayuda a los habitantes de laprovincia. «Para nosotros es de granapoyo y ahorro de tiempo, porque an-teriormente para ir a Quevedo, o deregreso, había que atravesar toda laciudad».

La entrada a Babahoyo representa-ba para el transportista más de una ho-ra de demora, por el congestiona-miento vehicular que provocaban losbuses urbanos, interprovinciales y loscamiones, que iban a la urbe.

Hoy, los conductores no ingresan aBabahoyo sino que usan el paso late-ral y los puentes, con lo cual en ochominutos pueden atravesar la vía para

avanzar en el trayecto.Juan Azúa transporta diariamente

víveres y el ahorro de tiempo le permi-te realizar más fletes, llegar a la horaque el cliente ha fijado y conseguirmás ingresos.

«La construcción la puedo resumircomo buena y excelente para nos-otros los transportistas. Es lo mejorque pudieron hacer las autoridades»,

resalta.Muchas de las personas que traba-

jan en localidades aledañas a la Baba-hoyo ahorran mucho tiempo en sutraslado. Ese es el caso de Carlos IvánRizzo, quien se desempeña comoguardia de seguridad de una empresa.

«Esta obra desvía bastante el flujovehicular que antes tenía que obliga-toriamente pasar por el centro de Ba-bahoyo. En el pasado tenía que usaruna canoa para llegar más rápido altrabajo».

Muchas empresas que tenían quetrasladar su mercancía eran víctimasde robos, pues debían usar caminossecundarios para ahorrar tiempo, ylos delincuentes aprovechaban paraasaltarlos, cuenta el vigilante privado.

«La construcción del paso lateral deBabahoyo, que al inicio era de dos ca-rriles, con un puente, estuvo abando-nada por nueve años. Pero el actualGobierno decidió hacer la vía de cua-tro carriles con un nuevo viaductojunto al otro, apenas separados porcinco metros y eso nos ha dado unenorme beneficio».

Esta obra no solo beneficia a las per-sonas de la localidad y de sectores cer-canos, sino a quienes se dirigen haciaSanto Domingo, Quito, Esmeraldas yotras ciudades importantes del país.

Mientras que en el caso de los que vie-nen de Pichincha es un paso obligadopara llegar a ciudades como Guaya-quil, en la provincia del Guayas.

Carlos Iván Rizzo asegura que ya ha-bía perdido la esperanza de que seconstruyera este puente porque, hacemuchos años, en otros gobiernos tam-bién se lo había ofrecido, pero solo fue-ron palabras.

O

Babahoyo estámás cerca del paísgracias a

Los Gemelos

Juan AzúaGarcía

Beneficiario

«Para nosotros es degran apoyo y ahorro de

tiempo, porque ante-riormente para ir a

Quevedo, o de regreso,había que atravesar to-

da la ciudad»

Carlos Iván RizzoBeneficiario

«Esta obra desvía bastan-te el flujo vehicular que

antes tenía que obligato-riamente pasar por el

centro de Babahoyo. En elpasado tenía que usaruna canoa para llegarmás rápido al trabajo»

2 750 000 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

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Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 15

EL ORO

ay más de unadocena de taxis-tas en el estacio-namiento del ae-ropuerto de San-ta Rosa, de la pro-

vincia de El Oro. Ellos esperan a los pa-sajeros que arriban desde diferentesciudades del país.

Desde que entró a funcionar la ter-minal aérea, los propietarios de los ve-hículos de alquiler han encontradouna oportunidad de trabajo.

Carlos Sánchez Vivanco es uno delos beneficiarios y, junto a sus com-pañeros, destaca la oportunidad quese creó para ellos. Califica la cons-trucción de esta obra en la provinciade El Oro como un “paso agigantado”que potencia el desarrollo en estazona.

“Nadie lo creía, esto le sorprende acualquiera, porque es una imagen dis-

tinta la que se muestra al visitante coneste aeropuerto moderno, nunca pen-samos que se haría realidad una obraasí. Ahora tenemos la posibilidad deofrecer nuestro servicio a más perso-nas”, detalla el conductor.

Su economía ha mejorado en un 60por ciento, porque el nuevo aeropuer-to le ha permitido ofrecer carreras demayor distancia. Antes solo operabanen el cantón Santa Rosa y las carreraseran de 10 o 15 dólares máximo.

Hoy, Carlos Sánchez lleva a clientes

a Huaquillas (frontera con Perú) y pue-de obtener 120 dólares; también viajaa poblaciones más cercanas, comoPortovelo, y cobra entre 35 y 40 dóla-res. “A la semana nos salen cuatro ca-rreras largas. Con una buena carreraya cubro todo el día", explica.

Carlos Sánchez sostiene que el turis-mo también se ve beneficiado debidoa que los visitantes le piden sugeren-

cias para ir a pasear. "En muchos casos,el turista nos contrata para llevarlos aconocer y le cobramos 80 dólares porun recorrido de todo el día".

Los taxistas trabajan desde las07h00 hasta las 10h00 y luego regre-san en la noche, desde las 19h30 enadelante, pues son los horarios en losque normalmente operan los vuelosen esta localidad.

La construcción de la terminal aé-rea se completó con otros serviciosque se ubican en sus instalaciones y

que sirven a los moradores de pobla-ciones aledañas.

Sentado en el interior de la terminalaérea está Miguel Suliaga Zambrano.Pero él no es un pasajero: necesita re-novar su cédula de identidad, pues ex-travió el documento semanas atrás.Una oficina del Registro Civil atiendeallí a las personas que necesitan efec-tuar algún trámite, sin necesidad de

que vayan a la capital orense.Son las siete de la mañana y Miguel

espera que abra la oficina, pues deberegresar a Arenillas por su trabajo,pues labora en una gasolinera comoconserje. “Si me hubiera ido a Machalame tomaba todo el día, porque haymucha gente y uno debe esperar mástiempo; aquí estoy cómodo esperan-do y puedo regresar al trabajo, porquesolo tengo dos horas de permiso”, pun-tualiza el joven.

Según este usuario, la terminal aé-

rea está localizada en un sector estra-tégico, pues es más rápido llegar allíque ir a la capital para efectuar cual-quier trámite. El beneficio, indica, espara ciudadanos, empresarios, expor-tadores, turistas y comerciantes. "Paramí es una buena obra porque dio vidaal pueblo de Santa Rosa. Antes todo seconcentraba en Machala", recalca Mi-guel, de 57 años.

H

El aeropuerto trajouna nueva vidaa Santa Rosa

«Si me hubiera ido a Ma-chala me tomaba todo eldía, porque hay mucha

gente y uno debe esperarmás tiempo; aquí estoy

cómodo esperando y pue-do regresar al trabajo, por-que solo tengo dos horas

de permiso»

Miguel SuliagaZambrano

Beneficiario«Nadie lo creía, esto le sor-

prende a cualquiera, porquees una imagen distinta la que

se muestra al visitante coneste aeropuerto moderno,

nunca pensamos que se ha-ría realidad una obra así.

Ahora tenemos la posibilidadde ofrecer nuestro servicio a

más personas»

Carlos SánchezVivanco Beneficiario

49 144 151 de dólaresFuente: MTOP

MONTO DE INVERSIÓN»

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Ecuador, jueves I 20.09.2012 I el ciudadano I 16

EL ORO

La supervía Huaquillas

mejora elcomercio enla frontera sur

os transportistas deHuaquillas demues-tran su satisfacciónpor las nuevas carre-teras de la provinciade El Oro. De todas las

construcciones, destacan la vía queva desde la ciudad fronteriza hasta elredondel de ingreso a Machala.

Vicente Rogel Jumbo trabaja hacediez años en su camioneta de carga li-

viana, y ha presenciado la renovaciónde las vías de la zona sur de Ecuador.«Las carreteras eran malas, llenas debaches, y había más dificultad porquenos demorábamos mucho en los reco-rridos», explica el chofer.

Recuerda que por el mal estado delas vías, los vehículos tenían que reci-bir mantenimiento en la mitad deltiempo previsto. «Se gastaba el dobleporque los carros se dañaban. En lo

que más gastaba era en el sistema desuspensión, se iban unos 100 o 200dólares».

Este conductor relata que, ahora, lavía está en perfecto estado y ademáshay un ahorro en el combustible. «An-tes pensaba dos veces antes de salir enrecorridos largos, por la polvareda y por-que el carro regresaba con algún daño; yen lugar de ser una ganancia, en ocasio-nes se convertía en una pérdida».

Gracias a las óptimas carreteras, eltrabajo de Vicente Jumbo es más fácil.Por eso da las gracias al Gobierno de laRevolución Ciudadana que ha llegadocon obras a todas las provincias delpaís.

Otro conductor que es protagonistade esta nueva realidad es Jorge Casti-llo Acosta, de 40 años. Aunque es rela-tivamente nuevo en el oficio, destacaque la situación actual de las carrete-

ras que conducen a Huaquillas en laprovincia de El Oro, no se comparacon la de hace tres años atrás.

Para explicarlo, Jorge se levanta desu descanso, tras siete horas de reco-rrido desde la región central del país,hasta donde lleva mercadería y le-gumbres.

«Le pongo un ejemplo: anteriormen-

te, desde el ingreso a Machala hastaHuaquillas me hacía más de una hora,hoy máximo cuarenta minutos hagoel mismo recorrido, porque la vía estáen buenas condiciones».

Él asegura que es beneficioso paratodos: el comprador recibe su carga atiempo y en buenas condiciones, y losconductores gastan menos.

L «Las carreteras eranmalas, llenas de ba-

ches, y había más difi-cultad porque nos de-morábamos muchoen los recorridos»

Vicente RogelJumbo

Beneficiario

«Le pongo un ejemplo:anteriormente, desde elingreso a Machala hastaHuaquillas me hacía másde una hora, hoy en me-

dia hora o cuarenta minu-tos hago el mismo reco-rrido, porque la vía estáen buenas condiciones»

Jorge CastilloAcosta

Beneficiario