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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - DOMINGO 24 DE JULIO DE 1938. -3 Las Rockettes llevan una vida espartana de rígida disciplina •'Arrihai: Las 81 Rockettes. las bailarina» de prerMon más famo<"?s del taticdo. A \r\ «lererha, Gene Snyder tu director. JILL, 'u bailarina, pare- ció enfadarse. T-.'De dónde se saca la gente—preguntó— la idea tonta de que nuestra vida de bailarinas es toda diversión? —Yo trabajo para ganar- me la vida —continuó como una tormenta la esbelta chi- quilla de piernas musculo- sas— y le aseguro que mi labor es tvín ardua como la Jel hombro que cava zon- tas. Por cualquier desliz pueden despedirme. La bai- 'urina es una especie de at- leta que no puede desviar ie de su entrenamiento Na- die creo que un atleta ju- gador de balompié, boxea der, estrella de pista y cam po— pudo seguir su entre- gamiento mientras lleva una «'ida disipoda. Sin embargo muchas peisonas creen que nuestra vido es un remolino He placeres. ¡Idiotas!—comentó Jill—. Ahora fíjese en las Roc- keettes Ellas, por ejemplo. . Atraen la vista. No puede uno menos que emocionar- le sentado en el Music Hall Je Radio City Nueva York, contemplando a esas 36 chiquillas moverse a compás con una perfecta precisión. ¡Que bueno seria —ha pensado más de una vez al- guna chica de ambiciones teatralesvivir sus vidas: ro- mance, fastuosidad, fiestas después de la función, cham- pán, los corazones de los hombres rendidos a sus pies! Es quiza egoísta destrozar una iluvón ¿Quizo usted preferiría no levantar la cortina para observar lo que su- cede entro bastidores? Jill ha dicho !a verdad. Una verdadera bailarina - y cada una de estas muchachas Rockctte m es— es una es- pecie de atiera en cntrenami-.nto Debe vivir como un es- partano, y acocarse tempranj Un día en la vida de uní muchacha RockcMe haría ¡uc la |ovcn de ambiciones teatrales d tr »eara volver a su casa, y contralor fregando platos. Todcs estas chicas co- mienzan su lebor a las diez * f . la mañana terminando a Treinta y seis bellezas que integran el más armónico conjunto de baile, trabajan doce horas diariamente, y también. se enanh —Pero iio estarán doce horas en escena—objetará rl lector. Muy cierto. Sin embargo salen al escenario cua tro veces al día y cinco los sábados, a cnusa de la función de medianoche. Y entre ese.nas, ensayo de la función para si una so:a de cuas picrae c grupo se ve mal. Eso es lu malo de la po-tección. Cualquier mínimo rirsvío la echa a perder. Si usted ha visto una panda de los cadetes de West Point, —bcr. al natural o en el cine- se dará cuenta exocta de la clase de coord-aoción en que se basa esta perfección. No es un disparate comperar a las Rockettes con los pora una" iunde sus corazo- nes en uno solo. No es que sean sentimen- tales Es r¡ue son así. Las Rockettes son hoy día una de las "soioridades" más ex- ' Rockette* en su camerino del Radio City Mu «ir Hall. .Nueva Vor (A la derecha) Lurllle mer. de Oxford Clrcle, Pen- silvanla, seleccionada por BUS rompaoer«« como la máa jra- rlosa de la troupe. las once menos cuarto de la noche, lo iiue hace una jor- nada de doct horas y tres cua tos. Muchas veces, después-elusivas de A m é r ¡ c a. ¿La de tamo ajetreo, las chicas se hallan ron candadas que jtracn a usted todas estos pierden hasro los deseos de recesar a cusa. Entonces duer- penas y alegrías, señorita men cji el donnirorio de señoras, que es igual al de una aficionada? Usted puede so- escuefa de señoritas a la enfigua. licitar una prueba, pero a Y en cuunlo a! champán, roda Rockctte está obligada nienos que posea los requ.sitos indispensables, no será por un contrato a no probar gota de licor mientras per- aceptada, no importa su belleza o su talento, fenezca a! grupo No puede ni aún teñirse el pelo sin per Por ejemplo cuando el director Gene Snyder obser- miso de! director va a ' Q s solicitantes, todos los miércoles por la tarde, se tija primero en la estatura. Cualquier muchacha de me- nos de cinco pies con tres pu'gadas o mayor de seis pies ron seis pulgadas es inmediatamente rechazada. La mis- ma Anna Pavlova sería rechazada, si no poseyera los re- no" Esnecesario un^cambio compÜ- 1 uisitos - Recordemos que se trata de un grupo, no de dis- to en el troboio cada cuatro .Has Y es'fs chicas han de ,mfos con J unt °s variados. op;endorse ¡MICVOS bailables can absoluto precisión, pues Después, el peso de la rhica ha de corresponder a de cuas pierde ei compás, entonces todo el su estatura. Luego, rodillas y piernas. Cualquier defecto en ellas imposibilita su elección, aunque tuviera la be- lleza de un ángel. Entiéndase además, que la solicitan- te ha de tener un cuerpo bien formado Pero no nos da- mos cuenta de que muchas de las Horradas "encantado- ras chiquillas" del cine y la radio serían rechazadas pre- cen gracia y soltura. Si es aceptada, se la so- ' t*- *• cisamente a causa de sus encantos. Las Rockettes son típicamente americanas. Los ti- pos extranjeros, exóticos, no son aceptados. Cada Róc- eosles WertToint La labor cenjurta Vs^'principal ke ! te ; adcmas de su bellaza, es tan lozana, tan "hoga- 'factor, no el individuo en sí. ESTO se inculca desde un prin- ,ena tan americana, como una cabeza de lechuga. apio a cada una de ellas. Las "primaáonnas" tempera- Pero no crean que los extranjeros dejan de admirar mete a una prueba de tres mentales no aprueban nunca el examen. Q ' a troupe por esa razón. El año pasado fueron a París semanas. Si resulta, ingresa Una para todas y toda* para una —es su credo. Y representando a los Estados Unidos en un festival de bai- en la troupe definitivamen- cemo viven / respiran este crudo, tarrbién lo aplican a 'es internacionales, donde estaban incluidos el famoso >e, comenzando entonces su sus baiks. Una Rockette se siente orgulloso de fundir su Ballet de La Scala, el ballet de Copenhnguen, y el ballet ¡vida espartana de rígida peisonalidad en el espíritu de la troupe. Es el conjunto, ruso. La precisión de las bailarinas americanas se "robó"¡disciplina. Si revela alguna siempre el conjunto. No hay estrellas en las Rockettes ' Q función, que obtuvo llenos sin precedentes La señora nerviosidad durante su en- Micntras más completamente sacrifica una bailarina su K. W. Vanderbilt no pudo conseguir boletos. Un podero- frenamiento, st la rechaza. propia personalidad, mayor lo gloria de! grupo. so editor francés ofrecía hasta cien dólares por un asien- La confianza en misma No hay'cjrandcs "cmocioies" para una chica de am- to, y no nudo conseguir boletos bición tcatrai con todo este régimen, pero si hay el secre- —Ningún conjunto como Ins Rock«?rtes se hobía vis-1Rockettes. Las solicitudes to de una actuación brillante lo que convierte al grupo ¡to ontes en Francia dijo el director Snyder— y ningu- de bailarinas, a un perfecto cuerpo de coactes o a un equipo de balompié. Y hay aigo más también. Algo muy bello que ha surgido de esta orgul'osa sumisión vo lun'ano a la disciplina —un icpido afecto de coda chico jor sus compañeras. La uní dad de sus corazones logra la al unisono de sus pies. Estas chicas han sido fun Jidas unas con otras en une gentil camaradería. Es sor- prendente si usted se da cuenta qife proceden de di- ferentes sitios y distintos hogw.es. De granjas pedregosas no como el de ellas podría organizarse en Europa. Se de-1 $48.50 semanales, pero el entrenamiento parece durar hacer amistades masculinas, su trabado no las impide de lo Nueva Inglaterra, donde el agua se hiela durante- be a que la facilidad innata hacia el n*mo de las chicas! toda la vida. ciertamente llegar hasta el amor que existe escondido en las noches dt invierno; de pueblos pequeños e indolentes, nuestras le presta cierta gracia al bailor y pueden espe- Los Rockettes, sin embargo, no duran tanto. Se las'sus corazones. del sur; de pueblos situados en los llanuras sin límites del cializarse en alto grado con una buena dirección. La chi- retira automáticamente a los 23 años. Por consecuencia, ' ¿Y las que no se casan? Lucille Bremer, de 21 años, mediano oeste; de la costa del Pacífico, de los Estados ca eur0 pea no tiene ese "ritmo" ocurren vacantes muchas veces en sus filas También hay hija de la señora Sara Bremer de Oxford Circle, Pensil- del Atlántico, del mismo Nuava York. „.__ ...,...__.,_ _*„_, «.. «_. •_. _^ muchas que no permanecen en el grupo hasta llegara vania, estudia arte dramático en la escuela Paramount. ios 23. | Sabiendo de antemano que será retirado a la edad dt 23 Todos los años las Rockettes contraen matrimonio ños, Lucille —a quien sus compañeras han seleccionado Algunas provienen de familias ricas; otras de fami- lias pobres, aunque la mayor parte es un producto de la Pero volviendo a nuestra solicitante Si llena los re- quisitos de estatura, peso, contextura, "y refinamiento". c'ase media Pero ricas o pob es, del sur o del norte, esto »• 'a pone a ensayar y zapatear con piano. Luego puede no hace difeiencia. Su codito de "una para todas y todas acometer bailes en que se necesita levantar la pierna 1 tra que a pesar del poco tiempo de que disponen para en una proporción de una por cada tres Lo que demues- j como la más graciosa bailarina de todas— estudia para (Continúa en la página 13, col. 8) ft

Las Rockettes llevan una vida espartana de rígida …ufdcimages.uflib.ufl.edu/CA/03/59/90/22/00207/00397.pdf · —¡Idiotas!—comentó Jill—. Ahora fíjese en las Roc- keettes

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Page 1: Las Rockettes llevan una vida espartana de rígida …ufdcimages.uflib.ufl.edu/CA/03/59/90/22/00207/00397.pdf · —¡Idiotas!—comentó Jill—. Ahora fíjese en las Roc- keettes

EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - DOMINGO 24 DE JULIO DE 1938. -3

Las Rockettes llevan una vida espartana de rígida disciplina

•'Arrihai: Las 81 Rockettes. las bailarina» de prerMon más famo<"?s del taticdo. A \r\ «lererha, Gene Snyder tu director.

JILL, 'u bailarina, pare- ció enfadarse. T-.'De dónde se saca

la gente—preguntó— la idea tonta de que nuestra vida de bailarinas es toda diversión?

—Yo trabajo para ganar- me la vida —continuó como una tormenta la esbelta chi- quilla de piernas musculo- sas— y le aseguro que mi labor es tvín ardua como la Jel hombro que cava zon- tas. Por cualquier desliz pueden despedirme. La bai- 'urina es una especie de at- leta que no puede desviar ie de su entrenamiento Na- die creo que un atleta —ju- gador de balompié, boxea der, estrella de pista y cam po— pudo seguir su entre- gamiento mientras lleva una «'ida disipoda. Sin embargo muchas peisonas creen que nuestra vido es un remolino He placeres.

—¡Idiotas!—comentó Jill—. Ahora fíjese en las Roc- keettes Ellas, por ejemplo. .

Atraen la vista. No puede uno menos que emocionar- le sentado en el Music Hall Je Radio City Nueva York, contemplando a esas 36 chiquillas moverse a compás con una perfecta precisión.

—¡Que bueno seria —ha pensado más de una vez al- guna chica de ambiciones teatrales— vivir sus vidas: ro- mance, fastuosidad, fiestas después de la función, cham- pán, los corazones de los hombres rendidos a sus pies!

Es quiza egoísta destrozar una iluvón ¿Quizo usted preferiría no levantar la cortina para observar lo que su- cede entro bastidores?

Jill ha dicho !a verdad. Una verdadera bailarina - y cada una de estas muchachas Rockctte m es— es una es- pecie de atiera en cntrenami-.nto Debe vivir como un es- partano, y acocarse tempranj

Un día en la vida de uní muchacha RockcMe haría ¡uc la |ovcn de ambiciones teatrales dtr»eara volver a su

casa, y contralor fregando platos. Todcs estas chicas co- mienzan su lebor a las diez *f. la mañana terminando a

Treinta y seis bellezas que integran el más armónico conjunto de baile, trabajan doce horas diariamente, y también. „ se enanh

—Pero iio estarán doce horas en escena—objetará rl lector. Muy cierto. Sin embargo salen al escenario cua tro veces al día y cinco los sábados, a cnusa de la función de medianoche. Y entre ese.nas, ensayo de la función para

si una so:a de cuas picrae c grupo se ve mal.

Eso es lu malo de la po-tección. Cualquier mínimo rirsvío la echa a perder.

Si usted ha visto una panda de los cadetes de West Point, —bcr. al natural o en el cine- se dará cuenta exocta de la clase de coord-aoción en que se basa esta perfección.

No es un disparate comperar a las Rockettes con los

pora una" iunde sus corazo- nes en uno solo.

No es que sean sentimen- tales Es r¡ue son así. Las Rockettes son hoy día una de las "soioridades" más ex-

' i« Rockette* en su camerino del Radio City Mu «ir Hall. .Nueva Vor (A la derecha) Lurllle mer. de Oxford Clrcle, Pen- silvanla, seleccionada por BUS

rompaoer«« como la máa jra- rlosa de la troupe.

las once menos cuarto de la noche, lo iiue hace una jor- nada de doct horas y tres cua tos. Muchas veces, después-elusivas de A m é r ¡ c a. ¿La de tamo ajetreo, las chicas se hallan ron candadas que jtracn a usted todas estos pierden hasro los deseos de recesar a cusa. Entonces duer- penas y alegrías, señorita men cji el donnirorio de señoras, que es igual al de una aficionada? Usted puede so- escuefa de señoritas a la enfigua. licitar una prueba, pero a

Y en cuunlo a! champán, roda Rockctte está obligada nienos que posea los requ.sitos indispensables, no será por un contrato a no probar gota de licor mientras per- aceptada, no importa su belleza o su talento, fenezca a! grupo No puede ni aún teñirse el pelo sin per Por ejemplo cuando el director Gene Snyder obser- miso de! director va a 'Qs solicitantes, todos los miércoles por la tarde, se

tija primero en la estatura. Cualquier muchacha de me- nos de cinco pies con tres pu'gadas o mayor de seis pies ron seis pulgadas es inmediatamente rechazada. La mis- ma Anna Pavlova sería rechazada, si no poseyera los re-

no" Esnecesario un^cambio compÜ- 1uisitos- Recordemos que se trata de un grupo, no de dis- to en el troboio cada cuatro .Has Y es'fs chicas han de ,mfos conJunt°s variados. op;endorse ¡MICVOS bailables can absoluto precisión, pues Después, el peso de la rhica ha de corresponder a

de cuas pierde ei compás, entonces todo el su estatura. Luego, rodillas y piernas. Cualquier defecto en ellas imposibilita su elección, aunque tuviera la be- lleza de un ángel. Entiéndase además, que la solicitan- te ha de tener un cuerpo bien formado Pero no nos da- mos cuenta de que muchas de las Horradas "encantado- ras chiquillas" del cine y la radio serían rechazadas pre-

cen gracia y soltura. Si es aceptada, se la so-

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cisamente a causa de sus encantos.

Las Rockettes son típicamente americanas. Los ti- pos extranjeros, exóticos, no son aceptados. Cada Róc-

eosles dé WertToint La labor cenjurta Vs^'principal ke!te; adcmas de su bellaza, es tan lozana, tan "hoga- 'factor, no el individuo en sí. ESTO se inculca desde un prin- ,ena • tan americana, como una cabeza de lechuga. apio a cada una de ellas. Las "primaáonnas" tempera- Pero no crean que los extranjeros dejan de admirar mete a una prueba de tres mentales no aprueban nunca el examen. Q 'a troupe por esa razón. El año pasado fueron a París semanas. Si resulta, ingresa

— Una para todas y toda* para una —es su credo. Y representando a los Estados Unidos en un festival de bai- en la troupe definitivamen- cemo viven / respiran este crudo, tarrbién lo aplican a 'es internacionales, donde estaban incluidos el famoso >e, comenzando entonces su sus baiks. Una Rockette se siente orgulloso de fundir su Ballet de La Scala, el ballet de Copenhnguen, y el ballet ¡vida espartana de rígida peisonalidad en el espíritu de la troupe. Es el conjunto, ruso. La precisión de las bailarinas americanas se "robó"¡disciplina. Si revela alguna siempre el conjunto. No hay estrellas en las Rockettes 'Q función, que obtuvo llenos sin precedentes La señora nerviosidad durante su en- Micntras más completamente sacrifica una bailarina su K. W. Vanderbilt no pudo conseguir boletos. Un podero- frenamiento, st la rechaza. propia personalidad, mayor lo gloria de! grupo. so editor francés ofrecía hasta cien dólares por un asien- La confianza en sí misma

No hay'cjrandcs "cmocioies" para una chica de am- to, y no nudo conseguir boletos bición tcatrai con todo este régimen, pero si hay el secre- —Ningún conjunto como Ins Rock«?rtes se hobía vis-1Rockettes. Las solicitudes to de una actuación brillante lo que convierte al grupo ¡to ontes en Francia —dijo el director Snyder— y ningu- de bailarinas, a un perfecto cuerpo de coactes o a un equipo de balompié. Y hay aigo más también. Algo muy bello que ha surgido de esta orgul'osa sumisión vo lun'ano a la disciplina —un icpido afecto de coda chico jor sus compañeras. La uní dad de sus corazones logra la al unisono de sus pies.

Estas chicas han sido fun Jidas unas con otras en une gentil camaradería. Es sor- prendente si usted se da cuenta qife proceden de di- ferentes sitios y distintos hogw.es. De granjas pedregosas no como el de ellas podría organizarse en Europa. Se de-1 $48.50 semanales, pero el entrenamiento parece durar hacer amistades masculinas, su trabado no las impide de lo Nueva Inglaterra, donde el agua se hiela durante- be a que la facilidad innata hacia el n*mo de las chicas! toda la vida. ciertamente llegar hasta el amor que existe escondido en las noches dt invierno; de pueblos pequeños e indolentes, nuestras le presta cierta gracia al bailor y pueden espe- Los Rockettes, sin embargo, no duran tanto. Se las'sus corazones. del sur; de pueblos situados en los llanuras sin límites del cializarse en alto grado con una buena dirección. La chi- retira automáticamente a los 23 años. Por consecuencia, ' ¿Y las que no se casan? Lucille Bremer, de 21 años, mediano oeste; de la costa del Pacífico, de los Estados ca eur0pea no tiene ese "ritmo" ocurren vacantes muchas veces en sus filas También hay hija de la señora Sara Bremer de Oxford Circle, Pensil- del Atlántico, del mismo Nuava York. „.__ ...,...__.,_ _*„_, «.. «_. •_. _^ muchas que no permanecen en el grupo hasta llegara vania, estudia arte dramático en la escuela Paramount.

ios 23. | Sabiendo de antemano que será retirado a la edad dt 23 Todos los años las Rockettes contraen matrimonio ños, Lucille —a quien sus compañeras han seleccionado

Algunas provienen de familias ricas; otras de fami- lias pobres, aunque la mayor parte es un producto de la

Pero volviendo a nuestra solicitante Si llena los re- quisitos de estatura, peso, contextura, "y refinamiento".

c'ase media Pero ricas o pob es, del sur o del norte, esto »• 'a pone a ensayar y zapatear con piano. Luego puede no hace difeiencia. Su codito de "una para todas y todas acometer bailes en que se necesita levantar la pierna1 tra que a pesar del poco tiempo de que disponen para

en una proporción de una por cada tres Lo que demues- j como la más graciosa bailarina de todas— estudia para (Continúa en la página 13, col. 8)

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