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LAS STARTUPS: DE LA FLEXIBILIDAD LABORAL A LA IDENTIDAD
MÓVIL.
Fátima Gómez Sota. Universidad Europea de Madrid. [email protected]
Rocío Moldes Farelo. Universidad Europea de Madrid. [email protected]
RESUMEN: Este trabajo parte de la constatación de que durante la reciente crisis económica
el modelo de empresas startups se ha desarrollado especialmente en determinadas ciudades
europeas, caracterizadas por cierto dinamismo demográfico procedente, sobre todo, de
movimientos migratorios de personas cualificadas. A partir de este hecho, se trata de identificar
las causas, (económicas, demográficas, institucionales, culturales etc.) de la proliferación de
dicho modelo de organización del trabajo, aproximarse al perfil sociodemográfico del trabajador
de la startups y por último establecer un análisis comparativo entre este perfil y la actividad del
emprendimiento.
PALABRAS CLAVE: trabajo flexible, emigración cualificada, startups, emprendimiento,
identidad, crisis económica.
I. El paradigma del trabajo flexible: Evolución reciente.
Desde la década de los años ochenta del pasado siglo XX, el paradigma de la
flexibilidad se convirtió en una expresión omnicomprensiva que tenía por objetivo
aglutinar todas las transformaciones, organizativas, técnicas y de gestión
experimentadas en el mundo del trabajo y que permitían identificar paulatinamente el
paso del modelo industrial al modelo postindustrial.
Ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde que se implantara progresivamente la
idea de que la supervivencia de las empresas, (en un marco cada más competitivo
derivado de la globalización de los mercados, las altas cualificaciones de los
trabajadores y el desarrollo incesante de las tecnologías), depende de su capacidad para
adaptarse a los cambios del entorno.
El soporte de este planteamiento y sus bases ideológicas se han articulado
principalmente en torno a tres conceptos: el cambio constante (e incontrolable), la
figura del emprendedor y el modelo de empresa en Internet.
El cambio de este momento histórico es vertiginoso, pero tal vez su rasgo más distintivo
sea su “inevitabilidad”, su capacidad para haberse impuesto como una realidad
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incuestionable sobre la que es imposible intervenir. A este momento social, en el que
los individuos se sienten sometidos a la “fuerza de los acontecimientos” se le ha
denominado “sociedad del riesgo” (Beck, 1998), subrayando el hecho de que la vida de
las personas está impregnada de incertidumbre consecuencia del sentimiento de un
peligro constante sin amenaza concreta. La sensación de inestabilidad afecta a todos los
escenarios y a todos los grupos sociales y se halla estrechamente ligada a la
sobreabundancia de información. Esta sobreabundancia hace que la validez de las
estrategias, de las elecciones lo sea, solo en el corto plazo. La planificación a largo
plazo va a dar paso a la gestión de la inmediatez. La exigencia de adaptación constante
a nuevos retos conduce a que la cualificación tradicional, entendida como el ajuste entre
los conocimientos acreditados y las oportunidades de desempeño en el mercado laboral,
comienza a ser desplazada por el concepto de competencia. Las competencias han sido
en la última década uno de los tema estrella en la totalidad de los escenarios (economía,
política, universidad, etc.) y deben entenderse como el factor diferenciador que hará
que los trabajadores aumenten sus oportunidades de empleabilidad, definida en los
siguientes términos “designa la capacidad de la que deben estar dotadas las personas
para que se cuente con ellas en los proyectos.” (Boltanski y Chiapello, 2002, p.145).
Así planteado, el cambio es indisociable de una nueva mentalidad en cuyo núcleo esté
la flexibilidad como principio de organización. Esa será la identidad del emprendedor
contemporáneo. Una identidad que asume que la “carrera”, concebida como un continuo
por donde se encauzan las actividades profesionales, se sustituye por fragmentos de
trabajo abiertos -proyectos- donde los trabajadores tienen la oportunidad de demostrar
su polivalencia y capacidad de adaptación. De la “carrera jerárquica” se pasa a la
“sucesión de proyectos” (Sennett 2000). Una de las principales consecuencias de este
modelo organizativo y de gestión , es la transformación progresiva de la idea de
promoción. La promoción tradicional ligada a la posición social, a la superación de
diferentes eslabones a lo largo de la carrera profesional, se ha desplazado hacia las
identidades totales (ligadas a la comunidad, developers, googlers etc. ) con el fin de
reforzar/enriquecer la “primera identidad” (heredera del modelo de trabajo industrial)
que en este marco de relaciones se encuentra considerablemente debilitada.
Este es el caldo de cultivo en el que crece la figura del emprendedor: un trabajador
generalmente joven, nativo digital, que debe desarrollar la competencia de la iniciativa,
la capacidad de poner en marcha proyectos porque esta será, en un contexto
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profundamente individualizado, una salida. Esta lógica ha contribuido definitivamente a
legitimar la idea de que es responsabilidad del individuo el éxito o fracaso de su
trayectoria laboral. El emprendedor contemporáneo debe saber que la sociedad global es
su lugar de actuación y las tecnologías de la comunicación su espacio para desempeñar
las competencias. Un nómada sin fronteras.
Desde el punto de vista técnico-organizativo el proyecto de “organización flexible” se
materializa en la fórmula de “empresa red”, sólo posible en una sociedad que ofrece
infinitas posibilidades de conexión, la cual se articula en torno a un núcleo en el que se
hallan los “directores con destrezas estratégicas” y un número indeterminado de
proveedores satélite y una seguridad variable en la actividad y, por extensión, en el
empleo. Este modelo de empresa permite, en un entorno inestable, reducir la
incertidumbre mediante la subcontratación de toda actividad no estratégica, la
externalización de servicios subsidiarios con el consiguiente ahorro de costes fijos y
afrontar inversiones en colaboración mediante alianzas.
En el ámbito empresarial se implanta una máxima precisa, que define perfectamente el
objetivo: “poner en práctica una organización flexible y creativa que sabe “surfear”
sobre todas las “olas”, adaptándose a todas las transformaciones, tener constantemente
un personal dotado de los más recientes conocimientos y obtener una ventaja
tecnológica permanente sobre sus competidores” (Boltanski y Chiapello, 2002, p.116)
A partir de estos planteamientos, en los siguientes epígrafes desarrollamos brevemente
las dos nociones centrales de este trabajo. En el primer apartado describimos el modelo
de empresa encarnada en la noción de startup y en el segundo describimos el contexto
del empredimiento.
I.1 Las Startups como un modelo de organización del trabajo: origen y
conceptualización
Una startup podría definirse como una empresa de nueva creación que presenta unas
grandes posibilidades de crecimiento y, en ocasiones, un modelo de negocio
escalable. Aunque el término de startup puede referirse a compañías de cualquier
ámbito, normalmente suele utilizarse para aquellas que tienen un fuerte componente
tecnológico y que están relacionadas con el mundo de Internet y las TICs. Debido a
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estas características las startups tecnológicas suelen diferenciarse de otras empresas
jóvenes en sus posibilidades de crecimiento y necesidades de capital. Si bien parece
que se trata de una organización que tiene su auge y expansión en Europa en estas
primeras décadas del siglo del siglo XXI, una mirada anterior nos permitirá situar el
fenómeno.
Históricamente los antecedentes de esta nueva forma de emprendimiento, hay que
buscarlos en la década de los años 70 cuando se inició la Revolución de la tecnología
de la información. Esta se concentró en Estados Unidos, sobre todo en California,
atendiendo a los avances de las dos décadas anteriores y bajo la influencia de diversos
factores institucionales, económicos y culturales. La aplicación del conocimiento y la
información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la
información/comunicación, fue el elemento central de la revolución tecnológica,
junto con su enorme expansión y velocidad de su extensión (Castells, M. 2001).
Las raíces sociales de la revolución de la información se sitúan en Estados Unidos en
el medio de formación más famoso: Silicon Valley (condado de Santa Clara entre
Stanford y San José) donde se desarrollaron el circuito integrado, el microordenador,
el microprocesador, entre otras tecnologías claves, creándose durante cuatro décadas
una industria tecnológica mantenida por más de un cuarto de millón de trabajadores
de la tecnología de la información. Otro de los focos fue la zona de la Bahía de San
Francisco (Berkeley) en su conjunto, que en la década de los noventa se convirtió en
uno de los principales centros del mundo en software avanzado, ingeniería genética y
diseño informático multimedia. A estas universidades y centros tecnológicos se
desplazaron mentes jóvenes y brillantes provenientes de todo el mundo, que se
reunían en clubes abiertos para intercambiar información e ideas sobre los últimos
avances1. Para que esta “revolución tecnológica” fuera exitosa fueron varios los
factores que se concentraron en estos focos espaciales: Centros de investigación,
Instituciones de educación superior; empresas de tecnología avanzada; una red
auxiliar de proveedores de bienes y servicios y redes empresariales de capitales de
riesgo para financiar las primeras inversiones.
1 Algunos ejemplos de empresas tecnológicas ubicadas allí en la actualidad son Apple, Google, Facebook,
Adobe Systems, Ebay, Electronic Arts, Hewlett-Packard, Intel, Oracle, Symantec, Yahoo! o Tesla.
5
Con los cambios acontecidos en la denominada revolución tecnológica, tanto la
empresa, como el trabajador individual o un país determinado se encuentran en un
contexto en el que la generación de tecnología y nuevos conocimientos se convierte en
el motor del desarrollo económico, dando lugar a lo que Castlles denominó, la nueva
forma organizativa de la empresa-red: “Mediante la interacción entre la crisis
organizativa y las nuevas tecnologías de la información, ha surgido una nueva forma
organizativa que es característica de la economía informacional-global: la empresa-red”
(Castells, 1996, p.199).
El modelo de organización esbozado en los párrafos precedentes, en sus inicios estuvo
representado por las empresas puntocom, término que se refiere a un período de
crecimiento en los valores económicos de empresas vinculadas a Internet (Intel o Cisco
Systems) que se da entre 1997 y 2001 (el Nasdaq, el índice de empresas tecnológicas
de Wall Street, alcanzó los 5.048 puntos). Durante este período, las bolsas de valores de
las naciones occidentales vieron un rápido aumento de su valor debido al avance de las
empresas vinculadas al nuevo sector de Internet y a la llamada Nueva Economía. Al
pasar el tiempo, muchas de estas empresas quebraron o dejaron de operar, lo que se
conoce como el estallido de la burbuja.com que marcó el principio de una
relativamente suave, pero larga recesión en las naciones occidentales. Año y medio
después del crack, el Nasdaq seguía en caída libre y había perdido el 78%, situándose en
2002 en 1.114 puntos de su valor. Tras, más o menos, una década de relativo reposo
(2002-2011) las posibilidades de negocio a través de la red, se revitalizan en el contexto
de la crisis económica iniciada en 2008, encarnadas en la figura de las start-up.
El término Startup en su traducción del inglés significa “puesta en marcha”, de ahí
que generalmente las startups se refieren al momento inicial en que una idea
innovadora comienza a tomar forma de “empresa”. En este sentido se trataría solo del
momento de “lanzamiento” de la idea. Otras definiciones inciden en el sentido de
incertidumbre que se presupone a una startup. Según Eric Ries, “Una startup es una
institución humana diseñada para crear un nuevo servicio o producto bajo
condiciones de incertidumbre extrema” (Res, E. 2015, pag. 39). Este mismo autor
precisa el significado que se da a la “innovación” en este tipo de empresa. Así no
dice, “las startups usan muchos tipo de innovaciones: nuevos descubrimientos
científicos, reutilización de la tecnología existente para usos nuevos, idear un nuevo
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modelo de negocio, o simplemente llevar un nuevo producto o servicio a un sitio
nuevo o grupo e consumidores previamente desatendido (Res, E. 2015.pag. 40). En
resumen, la innovación está en el centro de estas empresas.
Otra de las características de este tipo de “empresas” es en relación a sus fuentes de
financiación. La gran mayoría no utilizan fuentes de financiación tradicionales como
pueden ser créditos bancarios u otras formas similares, si no que optan por diferentes
tipos de inversores el mundo del emprendimiento, del que forman parte las stratups.
En general en los momentos iniciales se acude al entorno más cercano, con capital
aportado por lo FFF (friends, family y fools), a cambio de un porcentaje de
participación la empresa en casos en que esta supere los sus primeros meses de vida;
o, formas creativas de financiación colaborativa como puede ser el Crowdfounding
(financiación colectiva a través del Red). Más adelante y si la Startups se consolida
en el mercado se buscará un capital de riesgo que apueste por la “idea de negocio”.
Bien sea el Venture Capital o Private Equity .
En conclusión, un análisis de las diferentes definiciones permite concluir que esta
forma de organización del trabajo se enmarca en el contexto de una “tercera
revolución tecnológica”, en la que claramente el conocimiento y la innovación son el
motor de la fuerza productiva denominada “creativa”. Las características que definen
a las startups, son: incertidumbre, innovación, funcionamiento en red, virtualidad y
búsqueda de alternativas de financiación.
I.2 Del emprendimiento a la creación de las startups: ¿Quiénes son los
protagonistas?
Un emprendedor no siempre funda una startups, pero al contrario la relación es clara,
para formar una stratups se necesita ser emprendedor. Por ello, antes de acercarnos a las
características de quienes forman o trabajan en startups, vamos a analizar brevemente
las actitudes emprendedoras de los españoles en el actual contexto para poder comparar
más adelante creencias y realidades. Uno de los instrumentos que miden la situación del
emprendimiento en España desde el punto de vista de las actitudes es el informe GEM
(Global Entrepreneuship Monitor). Algunos de los datos proporcionados por este
informe nos muestran la evolución del emprendimiento desde 2013. En este año, el
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llamado “emprendimiento por necesidad” –emprendedores por la fuerza de las
circunstancias– subió 3 puntos, hasta alcanzar el 29% de los casos. Por su parte, el
“emprendimiento por oportunidad” bajo 5,5 puntos. El informe subraya que la crisis
afecto de manera notable a la actividad emprendedora. En 2013 sufrió un ligero
descenso y situándose lejos de las tasas de los países que se distinguen por su
innovación. Ya en 2014 el porcentaje de emprendedores potenciales se sitúo un
porcentaje, algo más bajo que en años anteriores. No obstante el índice TEA (tasa de
actividad emprendedora) subió en 2014 al 5,5% debido al incremento de lo que el GEM
denomina “emprendedores nacientes”. De los datos del GEM se deduce que, a pesar de
que tanto el Gobierno como los diferentes partidos impulsan y animan al
“emprendimiento”, con la crisis éste disminuyo. Y a partir de 2014 parece apuntarse una
estabilidad en los porcentajes de alrededor de un 5,8%.
Algunos datos sobre el perfil sociodemográfico de los “emprendedores” apuntan a la
existencia de diferencias según la fase de emprendimiento. Siempre según el GEM, los
emprendedores “potenciales” tienen una edad media de 37 años, mientras que los
emprendedores “en fase inicial” se sitúan en una media de 40. Fijándonos en la
distribución por sexos parece que emprender en España es una actividad con un ligero
predominio de varones (58% del TEA).
Complementando estos datos, en el barómetro del CIS de octubre de 2015, donde se
recogen diferentes preguntas para medir la percepción ante el emprendimiento entre los
españoles, se observa que en primer lugar todavía no es una actitud tan mayoritaria, si
bien comienza a ser considerable. A la pregunta de “si pudiera elegir entre diferentes
modalidades de empleo cuál elegiría”, el 57,3% de los encuestados eligieron el empleo
por cuenta ajena, y un 37,4% se decantaron por el empleo por cuenta propia
(autónomos, autoempleo, empresario). Las razones para elegir esta última modalidad
fueron en orden de importancia:
Tabla I. Principales razones para ser emprendedor
Para tener independencia personal/autorrealizarse/tareas interesantes 63,7%
Para trabajar en lo que le gusta 38,5%
Por la libertad de elegir el lugar y el tiempo de trabajo 31,6%
Para mejorar las perspectivas de ingresos 29%
Para no tener jefes/as 26,2 %
Fuente: Elaboración propia, a partir barómetro del CIS, octubre 2015.
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En resumen, de esta primera aproximación sociológica al “emprendimiento” en
España, se observa que a partir de la crisis económica (2008) parece disminuir el
emprendimiento “por oportunidad” en España, aunque a partir de 2014 se estabiliza
y se vislumbra una mayor actitud entre la población hacia esta tendencia.
En los informes analizados no se recogen datos sobre el perfil concreto de los creadores
o trabajadores de las startups en España, que sería una de las formas del
“emprendimiento naciente”. Sí encontramos algunos datos de estudios de aceleradoras
sobre la implementación de startups y os sectores donde se sitúan. Según un estudio de
Startupxplore2 (la mayor comunidad de startups e inversores de España), durante 2015
la creación de startups en el mercado español creció a un ritmo del 26% respecto a
2014, sumando total de 2.551 nuevas empresas.
Los sectores clave de startups en nuestro país están liderados por el e-commerce, por
detrás, le siguen, las startups dedicadas al ámbito de telefonía móvil y a la
mensajería/comunicación, con un 11% y un 10% del total, respectivamente. En cuanto a
las regiones, es en Madrid y Cataluña donde se concentra la mayor actividad
emprendedora en el ámbito tecnológico. En total 5 de cada 10 startups españolas se
ubican en alguna de las dos comunidades.
De los diferentes blogs consultados para este trabajo, la imagen del “emprendedor” de
startups parece ser la de un creador de una empresa de alta tecnología que empezó
siendo una Startup en un garaje. Sin embargo bajo este “mito”, la realidad parece
indicar que el perfil de estos nuevos emprendedores se relaciona con una elevada
formación tanto técnica, como en competencias e idiomas que busca entornos de
emprendimiento concretos en ciudades que permitan establecer redes de contacto,
lugares de trabajo compartidos, acceso al capital de riesgo y eliminen las trabas
burocráticas que conlleva en España la creación de nuevas empresas. Sirva como
ejemplo la constatación de Alexander Hüsing, director del portal deutsche-startups
quien en relación a la ciudad de Berlin explicaba: “Todo esto comenzó a cambiar con la
caída del Muro y, poco a poco, la ciudad comenzó a llenarse de gente joven con
2 https://startupxplore.com/es/blog/. Se trata de una comunidad virtual de startups e inversores en
España, donde puede encontrase información sobre las diferentes actividades de startups, blogs, redes,
etc. Este tipo de plataformas son el soporte red de estas organizaciones.
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excelente formación. Las startups se desarrollaron y crecieron gracias a la llegada de
estos jóvenes".
Por lo tanto el entorno existente para el emprendimiento es un factor clave en la
decisión de estos jóvenes, y no tan jóvenes a la hora de iniciar una stratup ¿Qué
modelo ciudad es el más adecuado para el desarrollo de las diferentes formas del
emprendimiento? Concretamente nos preguntamos ¿en qué ciudades se ubican las
startups?
II. Ciudades emprendedoras en Europa.
Según Rocket Internet,3 la principal aceleradora de startups de Europa, capitales como
Berlín, Budapest o Barcelona, se están convirtiendo en grandes hubs de innovación,
capaz de atraer un talento en el continente europeo, evitando así la “fuga” a Silicon
Valley. ¿Qué es lo que tienen en común están ciudades?
Fundamentalmente un interés institucional (políticas, inversión, formación e
información) y civil (emprendedores que crean espacios de intercambio e información
de sus proyectos (redes, foros, páginas web) y un largo etc. de mecanismos para
encontrar apoyos y dar difusión a las iniciativas.
Tras un análisis exploratorio de los datos sobre el desarrollo de las startups y el apoyo al
emprendimiento entre Alemania y España, nuestro objetivo es comparar las condiciones
para la creación y desarrollo de startups entre las ciudades de Berlín y Barcelona.
La elección de Berlín responde fundamentalmente al hecho de que, fruto de la
realización de proyectos anteriores, nos permite la posibilidad d aumentar de forma
rápida y sencilla la red de contactos. La elección de Barcelona, tiene que ver con el
hecho de que la documentación consultada hasta el momento la presenta como un
3 Es una empresa de internet alemana fundada en el año 2007 en Berlín por los Hermanos Samwer. La
empresa se dedica a construir startups online. El modelo de negocio de la empresa se basa en la
adaptación de las ideas que triunfan en Internet, normalmente provenientes de EE.UU y replicarlas en
otros países como Alemania. Consecuentemente, las páginas webs desarrolladas son normalmente
adquiridas por la empresa original. Rocket Internet utiliza una estrategia de RRHH dirigida a contratar
ejecutivos con MBA como fundadores y directores generales de sus negocios. La mayoría de estas
personas han adquirido previamente experiencia trabajando en bancos multinacionales empresas de
consultoría. La combinación entre la experiencia los empleados y la administración junto con la copia de
exitosos negocios online permite que Rocket Internet se posicione exitosamente dentro de cada respectivo
mercado.
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Enfocándonos en Berlín como ejemplo de cambio, los diferentes estudios concluyen
como en la última década, la ciudad alemana se ha convertido en el centro neurálgico
de una rica oferta cultural que, unida al desarrollo de una industria creativa, ha sabido
atraer a miles de jóvenes con ánimo de emprender nuevos negocios. De una ciudad
caótica con altas tasa de paro, a principios del 2000 (“pobre pero sexy) ha pasado a
convertirse en 2015 (según un estudio sobre startups realizado por la filial alemana de
Ernts&Young) en “ núcleo duro de las startups en Europa”.
La llegada de capital de riesgo, según se apunta en el citado informe los inversores
internacionales habían destinado 2.100 millones de euros para promover el desarrollo de
empresas emergentes en Berlín. Se han establecido en la capital berlinesa firmas
pioneras del sector como Zalando, Rocket Internet y Wooga, protagonistas de una
extraordinaria dinámica que está cambiando radicalmente la imagen que tenía Berlín en
el pasado reciente Más importante aún, la ciudad se convirtió en la última década en un
poderoso imán que comenzó a atraer, gracias una rica oferta cultural y al desarrollo de
una industria creativa y alquileres baratos, a miles de jóvenes con ganas de conquistar el
mundo.
"Berlín ofrece un ecosistema muy profesional, casi óptimo", dice el experto de EY.
"Para cocinar una buena paella se necesitan ingredientes de calidad y también
experiencia. Berlín ofrece todos los elementos para que las startups prosperen en la
ciudad. Berlín también se ha vuelto una metrópoli internacional y este desarrollo no ha
pasado inadvertido para los inversores. Todos estos ingredientes han convertido a la
ciudad en la capital europea de las startups.
"Berlín es la capital en Europa más atractiva para jóvenes emprendedores", admite
Wilhelm Lappe, un madrileño de origen alemán que llego a la ciudad hace dos años y
medio para aprender el idioma de su abuelo. "Aquí hay mucho talento internacional y
no es para nada difícil encontrar un buen empleo en el sector". "El ecosistema es ideal",
añade el experto, que fundó no hace mucho junto con un grupo de colegas la plataforma
Hispanic Start Up.
“Los tres expertos consultados no creen que Berlín se convierta en una especie de
Silicon Valley europeo, pero están convencidos de que el desarrollo del sector tiene una
importancia crucial para la ciudad. "Según mis cálculos las startups dan trabajo bien
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pagado a más de 40.000 personas en Berlín. Las nuevas empresas pagan muy bien y el
ambiente de trabajo es excelente. Las startups han logrado crear una nuevo y moderna
industria en la ciudad", afirma el experto de EY. “
En contraste con la situación española tal como recogen los diferentes estudios (GEM,
varios años) y que hemos presentado brevemente en el apartado dedicado al perfil del
emprendimiento en España, otros estudios (Talentoscopio, edición 2015) constatan que
además del menor dinamismo en el diseño de políticas que apoyen el emprendimiento,
existe también dificultades asociadas a la preparación de los emprendedores. Por
ejemplo la falta de habilidades técnicas y el compromiso personal con el proyecto son
los dos problemas principales a la hora de cubrir los puestos. En la misma línea de
desajuste entre las enseñanzas ofertadas y las demandas del mercado, los puestos más
complicados de cubrir son los programadores de aplicaciones móviles, omnipresentes
en Berlin, y desarrolladores de soluciones Big Data.
En este sentido y como ya hemos apuntado, Barcelona, se presenta dentro de España
como modelo. A pesar de la crisis económica, o precisamente como consecuencia de la
misma, se ha convertido en una de las grandes impulsoras de startups en nuestro
país. En la actualidad alberga más de 200 startups tecnológicas en campos como el
B2B, juegos, comercio electrónico o turismo y viajes.
Las causas de este activismo pueden buscarse, entre otras, en los diferentes proyectos
que desde hace tiempo funcionan tanto como iniciativas privadas (las más antiguas)
como públicas. Algunas de estas iniciativas son Barcelona Activa, integrada en el área
de Economía, Empresa y Empleo, es la organización ejecutora de las políticas de
promoción económica del Ayuntamiento de Barcelona. Su misión consiste en ser la
organización de referencia al servicio de las políticas de apoyo a la empresa, a la
creación de empleo y a la proyección internacional de Barcelona como un entorno
excelente para la actividad económica y el progreso social. Por su parte, Catalunya
Emprèn, es el portal de creación de empresas de la Generalitat de Catalunya. Desde este
portal los emprendedores pueden acceder a su punto de asesoramiento más cercano,
descubrir los distintos programas que ha puesto en marcha la administración pública y
consultar la actualidad o los próximos eventos que rodean al ecosistema emprendedor.
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En la misma línea, 22@Barcelona, transforma doscientas hectáreas de suelo industrial
de Poblenou en un distrito innovador que ofrece espacios modernos para la
concentración estratégica de actividades intensivas en conocimiento. Esta iniciativa es a
su vez un proyecto de renovación urbana y un nuevo modelo de ciudad que quiere dar
respuesta a los retos de la sociedad del conocimiento. La iniciativa especializada en el
fomento de la innovación y la internacionalización empresarial está representada por
Acció y finalmente BANC – Business Angels Network Catalunya- es la primera red
catalana de business angels, cuyo objetivo es paliar las dificultades de acceso a los
recursos financieros, centrándose en las necesidades de las personas emprendedoras
para poner en marcha su propia empresa o invertir en una etapa de crecimiento.
Tras una primera aproximación a las testimonios de los emprendedores (redes, blogs,
páginas web etc.) La primera constatación es que hay diferencias notables entre
Alemania y España. Mientras que en Alemania están en puntos álgidos y viajan en
calidad de conferenciantes para contar el éxito de sus proyectos en los lugares más
diversos del mundo, en España los blogs tienen títulos tan elocuentes como: “la
montaña rusa del emprendedor” o “emprender a la fuerza”, donde la idea más repetida
es que no pierdas el vínculo con la familia y el espacio de las relaciones personales
porque será de gran ayuda cuando haya que enfrentarse al fracaso.
Tal vez la superación del fracaso (o los fracasos) hasta alcanzar el proyecto que
funcione, sea una rasgo común al modelo de negocio de las startsups pero con lo visto
hasta el momento parece que en Alemania tiene más camino recorrido. Quizás es por
esta razón que muchos de los jóvenes españoles emigrantes en Alemania4, mencionan
Berlín como el lugar idóneo donde embarcarse en una aventura empresarial incierta y
temporal pero que al menos les permite acceder al mercado de trabajo y desarrollar sus
competencias.
Las conclusiones que se pueden extraer de la documentación consultada hasta el
momento constatan una evidencia, abundantemente tratada en las ciencias sociales, a
saber: la importancia de los factores institucionales, más que económicos explican el
surgimiento de determinados modelos de empresa o actividad. (Granovetter 2000).
4 Moldes y Gómez, (2015) “¿Por qué te vas?, jóvenes españoles en Alemania”, Madrid, La
Catarata.
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Se podría anticipar la hipótesis de que el talento de los emprendedores solo florece, o
florece de forma mucho más destacada, en aquellas ciudades o países donde se
articulan políticas efectivas que permiten, en la mayoría de los casos, transformar los
proyectos en realidades teniendo en cuenta las necesidades de la comunidad y las
exigencias de la legislación laboral de un mundo globalizado.
Parece conveniente que los estudios sobre emprendimiento se enmarquen en la
definición de aspectos sociales tales como el marco institucional, las ofertas de
formación, la fuerza de las redes del emprendedor como elementos explicativos
decisivos, abandonando paulatinamente el enfoque individualizador según el cual el
emprendedor aparece como un héroe capaz de hacer frente a todo a partir, básicamente,
de su capacidad para convertir sus virtudes personales en competencias infalibles.
III. Algunas conclusiones sobre el trabajo flexible y la “ identidad nómada”
Se podrían esbozar algunas conclusiones provisionales sobre el trabajo flexible y su
capacidad para ir creando en los últimos tiempos una “identidad móvil” como forma
prioritaria no solo de acceso, sino de permanencia en el mercado de trabajo.
Es evidente que las tecnologías de la información y la comunicación han configurado
un nuevo espacio de relaciones sociales, en el centro de las cuales se haya el modelo de
la inmediatez y el cortoplacismo. Este hecho ha conducido a que en el mundo del
trabajo, las cualificaciones tradicionales se hayan visto en buena medida desplazadas
por las competencias, entendidas como la necesidad de que el individuo aporte o
construya rasgos de carácter específicos que aporten el valor diferencial a su trabajo. La
competencia más valorada en este contexto es la flexibilidad, la capacidad de adaptarse
al cambio, seguida de otras tales como la iniciativa, la gestión del caos etc.
La consolidación de este entramado de relaciones construidas en el marco del
capitalismo informacional ha dado lugar, en un mundo global, a la aparición de una
nueva identidad, una identidad caracterizada por el nomadismo laboral y vital que va
incorporándose según los contextos (crisis o recesión) y los espacios (ciudades creativas
o tradicionales) a las modalidades de organización (startups, trabajo pendular etc.) y de
gestión (automotivación, emprendimiento etc.).
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Son necesarias investigaciones, planteadas desde diferentes perspectivas metodológicas,
para ir construyendo una teoría que explique cómo viven sus protagonistas esta nueva
forma de identidad.
Referencias bibliográficas
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Beck, U. (1998) La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad, Paidós,
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http://berlunes.com/startups-berlin
http://www.t3cnologic.com/blog/2015/10/01/las-startups-en-espana-y-los-problemas-de-
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experiencia-empresarial-los-creadores-de-startups.htm
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http://www.todostartups.com/bloggers/pero-entonces-que-es-una-startup
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https://startupxplore.com/es/blog/